Memoria del Encuentro ORGANIZACiÓN Comision organizadora Omar Ruz Aguilera, Coordinador Comité Latinoamericano y Caribeño de organizaciones profesionales de Trabajo Social/Servicio Social COLACATS presidente Colegio de Asistentes Sociales de Chile A.G. Malvina Ponce de León Nuñez, secretaria Comité Latinoamericano y Caribeño de organizaciones profesionales de Trabajo Social / Servicio Social COLACATS secretaria nacional Colegio de Asistentes Sociales de Chile A.G., presidente Comité Organizador Primer Encuentro Latinoamericano y del Caribe: 'Escenarios del Debate Contemporáneo del Trabajo Social y sus Proyecciones Regionales: Tendencias y Desafíos. Laura Acotto, presidenta región Latinoamérica y Caribe Federación Internacional de Trabajo Social, representante de FAAPSS - Argentina. Rodolfo Martínez (Uruguay) miembro vocal región Latinoamérica y Caribe Federación Internacional de Trabajo Social, presidente ADASU - Uruguay) Comision científica Ornar Ruz Aguilera Teresa López Vázquez Malvina Ponce de León N Violeta Flores Flores Daniela Sánchez Stumer Sonia Zapata Donoso. Colegio De Asitentes Sociales De Chile A.G Colegio De Asitentes Sociales De Chile A.G Colegio De Asitentes Sociales De Chile Universidad Valparaiso Universidad Cardenal Silva Henríquez. Universidad Arturo Prat Comision finanzas Verónica Valenzuela M. Paola López López Colegio De Asitentes Sociales De Chile A.G Colegio De Asitentes Sociales De Chile A.G Comision logística Alicia Yañez Merino Colegio De Asitentes Sociales De Chile A.G Secretaría ejecutiva y gestión administrativa Jeanette Ruiz Oliva Convocatoria El Colegio de Asistentes/Trabajadores Sociales de Chile A,G., y el Comité Latinoamericano y Caribeño de Organizaciones Profesionales de Trabajo Social/Servicio Social COLACATS, con el auspicio del Consejo Económico para América Latina (CEPAL) de las Naciones Unidas, invitan a todos los trabajadores sociales latinoamericanos al Primer Seminario Latinoamericano y del Caribe: "Escenarios del Debate Contemporáneo del Trabajo Social y sus Proyecciones Regionales: Tendencias y Desafíos, a realizarse en Santiago de Chile, entre el 24 al 26 de abril de 2014. Propósitos. Generar las bases de una agenda de Trabajo Social de América Latina y el Caribe que recoja la revisión y análisis críticos de los escenarios del debate contemporáneo del Trabajo Social y sus proyecciones regionales, tanto en la formación como ejercicio y práctica profesional; e identificando sus tendencias y desafíos en el corto, mediano y largo plazo. Fundamentación. En junio de 2010 en Hong Kong, más de tres mil profesionales de trabajo social, educadores y cooperantes al desarrollo se reunieron, discutieron y generaron las bases para un gran movimiento mundial de Trabajo Social, con el desafío de levantar una Agenda Global de Trabajo Social y Desarrollo Social, considerada como el camino hacia una agenda de compromisos que debería contemplar la movilización de trabajadores sociales, educadores de trabajo social, actores políticos y cooperantes al desarrollo para un cambio social': Este movimiento global debería hacer frente a los retos más importantes de nuestras sociedades, por ello, los delegados convinieron que las tres organizaciones más importantes deberían tener un rol protagónico y pronunciarse con claridad acerca de nuestras experiencias en las cuestiones relacionadas con la sociedad en general. Insistieron en la necesidad de centrar su atención en las cuestiones sociales centrales y relevantes que estén relacionadas directa e indirectamente con la profesión, considerando además, el acuerdo de una serie de aspectos de relevancia global para futuras deliberaciones y desarrollos. Enfatizaron que, la Agenda Global, debería servir como fundamento para la enseñanza, la investigación y la acción profesional: para aclarar las direcciones futuras de la profesión; para dar apoyo a los actos de defensa y promoción, así como a otras campañas que permitan hacer realidad nuestros valores más preciados. Para conseguir el compromiso tanto de todos aquellos que forman parte de la profesión como de aquellos que sin ser parte, participan y aportan. Tomando como base la decisión alcanzada en la conferencia de Hong Kong, el liderazgo de las tres organizaciones internacionales (la Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS), la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social (AIETS) y el Consejo Internacional del Bienestar Social (CIBS), las que representan a escala mundial el más amplio espectro de las prácticas de Trabajo Social, de la formación en Trabajo Social y de las labores de desarrollo social. Se aspira a que todos sus miembros participen en el desarrollo de esta Agenda Global conjunta. Así, en esta misma agenda se plantea a modo de reflexión que, los mandatos básicos de la profesión incluyen facilitar el cambio social, el desarrollo social, la cohesión social y el fortalecimiento y la liberación de las personas, a través del reconocimiento de los factores históricos, socioeconómicos, culturales, espaciales, políticos y personales que interconectados sirven como oportunidades y / o barreras para el bienestar humano y el desarrollo. Por otro lado, dichos mandatos se fundan en los principios que guían el quehacer profesional, entre los cuales se cuentan el respeto al valor y dignidad de la persona humana; no hacer daño,; respetar la diversidad; actuar en la defensa de los derechos humanos y la justicia social. "La promoción y defensa de los derechos humanos y la justicia social es la motivación y la justificación para el Trabajo Social. La profesión de Trabajo Social reconoce que los derechos humanos tienen que coexistir con la responsabilidad colectiva. La idea de la responsabilidad colectiva pone de manifiesto la realidad de que los derechos humanos individuales sólo se pueden realizar en el día a día si las personas asumen la responsabilidad por los demás y la importancia de crear relaciones de reciprocidad dentro de las comunidades. Por lo tanto, un aspecto importante del trabajo social es abogar por los derechos de las personas en todos los niveles, con el propósito de asegurar que ellas asuman la responsabilidad de su bienestar y comprendan y respeten la interdependencia entre persona y medio ambiente. En conformidad a lo señalado, la mencionada Agenda Global suscrita por los 3 organismos más importantes del Trabajo Social Mundial, constituye los pilares básicos de esta propuesta a través de los cuales se nutre y justifica este Encuentro que pretende a través de la construcción participativa de una agenda programática por los trabajadores sociales de esta región, contribuir a ella desde la peculiaridad de nuestros países de la región de América Latina y el Caribe, asumiendo los principios, fundamentos y contenidos globales y considerando los actuales escenarios políticos, económicos, sociales e interculturales que vive y enfrenta, los debates que nos unen, tensionan, articulan y caracterizan, se hace necesario considerarlos o incluidos como elementos relevantes de la formación de los trabajadores sociales. Al respecto entonces, nos surgen numerosas interrogantes, que guían nuestra reflexión y que pretendemos revisar, debatir, concluir y aportar entre los cuales, cabe mencionar: ¿Es posible identificar en los actuales escenarios los principios y valores por lo cual aboga el Trabajo Social, que se constituyan en efectivos derechos sociales para la población latinoamericana en general?, ¿Cuáles son los escenarios políticos, sociales, culturales y económicos que enfrenta el Trabajo Social latinoamericano y del Caribe? ¿Qué escenarios específicos tenemos hoy para hacer frente e intervenir en diferentes contextos sociales y culturales, que permitan la promoción y defensa de los derechos humanos y la apreciada justicia social? ¿Qué herramientas políticas, formativas y metodológicas tenemos que nos exigen estos escenarios? ¿Cuáles son los debates globales y específicos del trabajo social al respecto? ¿Qué cuestiones sociales nos interpelan y cuáles son nuestras propuestas especificas y globales, corporativas y colegiadas? ¿Siguen siendo la educación, la vivienda y salud, las necesidades y problemáticas asociadas, las de mayor demanda de la población y de respuesta profesional. ¿Cuáles son las categorías emergentes más relevantes en nuestro ejercicio y formación profesional? OBJETIVOS. Objetivo General I Propiciar el debate activo y refiexivo de los principales escenarios de los debates de Trabajo Social en el ámbito de la formación e intervención profesional a nivel de Latinoamérica y el Caribe. Objetivo Especifico 1.1: Identificar los escenarios y debates del trabajo social latinoamericano y del caribe en cuanto a la formación profesional. Objetivo Especifico 1.2: Identificar los escenarios y debates del trabajo social latinoamericano y del caribe en cuanto al ejercicio y práctica profesional. Objetivo Especifico 1.3: Revisar e Identificar nudos críticos de los escenarios, áreas y debates del trabajo social latinoamericano y del caribe en cuanto a la formación y ejercicio profesional. Objetivo General II Generar una agenda política y programática latinoamericana del trabajo social en relación a los principales escenarios y debates en la formación y práctica profesional. Objetivo específico 2.1: Levantar propuestas políticas y programáticas de los trabajadores sociales participantes en relación a ejes y escenarios prioritarios en relación a la formación profesional. Objetivo específico 2.3: propiciar el consenso sobre criterios y aspectos básicos a considerar en una agenda política y programática en relación al ejercicio profesional y en relación a la formación e intervención profesional según áreas y programas. Los temas propuestos a tratar en este Encuentro, son los siguientes: • El mundo global zado y la formación de los Trabajadores Sociales en el marco de la cuestión social. Encuentros y desencuentros. • Discusión política del Trabajo Social y su aporte al proyecto de Sociedad: direccionalidad, sentido de Proyectos ético-político del Trabajo Social. • Aportes desde el perfil, la formación y la práctica profesional a la construcción de la democracia, Estado y ciudadanía. • La Política latinoamericana y del Caribe como respuesta de la cuestión social y su relación con los aportes de la intervención profesional situada. • La Institucionalidad de COLACATS: Tendencias y desafíos. "Desde la acción transformadora a la dignificación profesional" PROGRAMA OFICIAL Jueves 24 de abril de 2014 9.00 hrs. REUNION COLACATS Lugar sede: COLEGIO DE ASISTENTES SOClALE S DE CHILE A.G. Dieciocho 45 oficina 401, Santiago. Bienvenida Comienzo reunión con integrantes de COLACATS: • • • • • • • • • • • • Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social FAAPSS Conselho Federal de Serviço Social- CFESS Asociación de Asistentes Sociales de Uruguay - ADASU Colegio de Asistentes Sociales y Trabajadores Sociales de Chile - CATSC Colegio de Profesionales de Trabajo Social de Puerto Rico - CPTSPR Colegio de Trabajadores Sociales de Costa Rica - CTS Colegio de Trabajadores Sociales de Perú - CTSP Federación Colombiana de Trabajadores Sociales - FECTS Asociación Dominicana de Profesionales de Trabajo Socíal-ADOPTRASOC Asociación Nicaragüense de Trabajadores Sociales Mildred Abauza- ANTS Asociación de Trabajadores Sociales Mexicanos A.C - ASMACT Sociedad Cubana de Trabajadores Sociales de la Salud - SOCUTRAS Coordinación: Sr. Omar Ruz Aguilera, Presidente Nacional Colegio Asistentes Sociales de Chile A..G., y Coordinador Comité Latinoamericano y Caribeño de Organizaciones Profesionales de Trabajo Social/Servicio Social COLACATS. Objetivos: 1) Consolidar el Comité a través de la elección de Coordinación y la aprobación del Plan de trabajo para el período siguiente. 2) Fortalecer los compromisos de trabajo con las organizaciones de Trabajo Social: F1TS y ALAIETS. 3) Propuesta de COLACATS para Agenda Global 20l4, para ser presentada en Reunión Internacional de FITS en Melbourne, en Julio 2014. Programa: 1. Acreditación 2. Bienvenida 3. Lectura y aprobación Acta Fundacional, Sra. Malvína Ponce de León. 4. Elección de Secretaria para Reunión Constitución. 5. Lectura de Estatutos 6. Informe de las Organizaciones Profesionales Integrantes de COLACATS 7. Informe FITS y Agenda Global por Laura Acotto y Rodolfo Martínez . 8. Posición de COLACATS ante FITS. 9. Presentación de candidaturas de Organizaciones Integrantes para coordinación y Secretaria COLACATS 10. Elección de Coordinador /a y secretario/a 13.00 A 14.00 HRS. ALMUERZO. 2ª Parte reunión y finalización. Firma Declaración de Santiago DECLARACIÓN DE SANTIAGO Reunidos en Santiago de Chile, los días 24, 25 Y 26 de abril de 2014, las organizaciones gremiales que conforman la Comité Latinoamericano y Caribeño de Organizaciones Profesionales de Trabajo Social/Servicio Social (COLACATS), iniciamos el proceso de trabajo y convocatoria a las organizaciones del continente bajo las siguientes consideraciones: Conscientes de que el modelo neoliberal acelera los procesos de empobrecimiento, pauperización y mercantilización de las relaciones sociales, nuestra acción profesional debe constituirse en una estrategia para garantizar los derechos en todos los sentidos. Como gremios de Trabajadores Sociales, debemos hacer escuchar nuestros análisis críticos y propuestas a favor de los sujetos sociales en mayor situación de vulnerabilidad, quienes a pesar de todo se movilizan por la defensa de los derechos y libertades individuales y sociales. Las luchas de indígenas y campesinos, de jóvenes y mujeres; las distintas agendas ciudadanas; los procesos unitarios de diálogo desde lo local, lo sectorial y regional. Ellos representan desafíos que nos interpelan. Las y los trabajadores sociales no debemos ser ajenos al debate social, económico y político; a la defensa de nuestros recursos y nuestro patrimonio ambiental, histórico y cultural, y mucho menos a la necesidad de construir la posibilidad de la justicia social sustantiva. Hoy tenemos la oportunidad de incidir, junto con otros actores, en la construcción de una nueva sociabilidad. Nos corresponde trabajar en el fortalecimiento de la ciudadanía y los sujetos sociales de nuestra intervención profesional, para impulsar su participación en la vida pública y cotidiana, con una perspectiva de integralidad y en diálogo franco con otras disciplinas. Ello implica no ceder nuestro objeto de intervención y materia de trabajo a otros profesionales, sino articular trabajo y formación académica profesional de trabajadores sociales. Hacemos énfasis en la importancia de integrar a la formación gremial y académica el posicionamiento Ético-político de Trabajo Social, que impulse nuestra intervención profesional. Nos comprometemos a convocar a las Y los trabajadores sociales a través de las organizaciones gremiales, colegios y asociaciones de las distintas procedencias, generaciones y trayectorias a compartir sus experiencias y saberes para la construcción de espacios gremiales dialogantes, críticos y propositivos. Estamos llamados a constituirnos en actor social colectivo y renovado, que tenga un posicionamiento claro, una agenda de interés público y mecanismos de comunicación y articulación de iniciativas locales y regionales. Es la apuesta por intentar demostrar y demostrarnos que "otro mundo social es posible" y que su construcción lleva el aporte del Trabajo Social Latinoamericano y del Caribe. Por estas razones, convocamos a la articulación gremial y el intercambio profesional como dos ejes que favorecen la integración de los ámbitos locales, regionales e internacionales que den cabida a un frente común. Reafirmamos el compromiso con la valoración del ejercicio profesional de las y los trabajadores sociales y la defensa de sus condiciones' laborales. 18.00 A 19.00 HRS. ACREDITACION, INSCRIPCION. 19.00 HRS.INAUGURACION 1° SEMINARIO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE "ESCENARIOS DEL DEBATE CONTEMPORANEO DEL TRABAJO SOCIAL Y SUS PROYECCIONES REGIONALES: TENDENCIAS Y DESAFIOS': Bienvenida Sr. OMAR RUZ AGUILERA, Presidente Colegio de Asistentes Sociales de Chile A.G. SRA. LAURA ACOTTO, Presidenta Región Latinoamérica y Caribe Federación Internacional de Trabajo Social. Palabras de saludo a los participantes del Seminario del Sr. JORGE BAEZA CORREA, Rector Universidad Cardenal Silva Henríquez. Conferencia: Orador Principal. SR. LUIS RIFFO PÉREZ, Investigador, Área de Desarrollo Regional y Local, ILPES-CEPAL Título de la exposición: "Globalización, desigualdades y migraciones. Tendencias y desafíos'. Investigador de CEPAL para las Naciones Unidas. Discurso de Bienvenida de Omar Ruz, presidente Colegio de Asistentes Sociales de Chile Con enorme satisfacción, el Colegio de Asistentes Sociales de Chile y el Comité Latinoamericano y Caribeño de Organizaciones Profesionales de Trabajo Social y Servicio Social (COLACATS), inauguramos hoy el Primer Seminario Latinoamericano y Caribeño de esta naciente organización, fundada en Montevideo el 29 de mayo de 1013, con la participación de representantes de once países de la región a los que brindamos nuestro cordial y fraternal saludo. Este Seminario no habría sido posible sin el apoyo solidario de las instituciones y empresas que nos han brindado su auspicio y patrocinio, a quienes expresamos nuestro sincero agradecimiento por su confianza y reconocimiento a la labor que realizan los Trabajadores Sociales de la región. De manera especial, deseamos expresar en la persona de su Rector, Sr. Jorge Baeza Correa, nuestra gratitud a la Universidad Católica Silva Henríquez, institución con la compartimos los anhelos de justicia social, compromiso con los derechos humanos y elevación de la calidad de la formación de los Trabajadores Sociales, lo que nos ha permitido mantener una fructífera relación que hoy nos posibilita realizar nuestros trabajos y reflexiones en su sede central. Estimadas y estimados colegas: El tema central del Seminario “Escenarios del Debate Contemporáneo del Trabajo Social y sus proyecciones regionales: Tendencias y Desafíos”, invita a los trabajadores sociales del continente a reflexionar sobre los obstáculos que limitan el ejercicio profesional en el marco de un mundo globalizado, economías abiertas y sociedades marcadas por la desigualdad y la exclusión social. El Congreso pretende debatir con una mirada gremial crítica y desde la diversidad de realidades nacionales y de enfoques profesionales, las formulaciones que intentan dar cuenta del actual estado del Trabajo Social y visibilizar las acciones profesionales más eficaces para enfrentar la actual coyuntura. Nuestra región vive un momento en que las promesas no cumplidas del modelo de la economía de mercado, basada en la exacerbación del consumo y la mercantilización de todas la esferas de la sociedad, han provocado la irrupción de movimientos sociales que exigen un nuevo pacto social que nos permita vivir en una sociedad donde los derechos ciudadanos a la educación, la salud, la vivienda, la educación, un medio ambiente no contaminado, por mencionar sólo algunos, sean una realidad efectiva y no meras mercancías distribuidas de manera desigual, en concordancia con el poder adquisitivo de las personas. En nuestros países los movimientos sociales están impulsando una nueva agenda social con la convicción de que otro mundo es posible, pasando de la denuncia de la desigualdad, la exclusión y la pobreza al anuncio y la propuesta de nuevas formas de articulación del rol del Estado, de formulación de las políticas públicas y de distribución de la riqueza, lo que –ante la perplejidad de la clase política- dibuja un escenario de reformas ineludibles en todos los campos de la sociedad, las que surgirán más temprano que tarde por el impulso y la presión sostenida de esos mismos movimientos, los que se han convertido en un sujeto colectivo que reclama su lugar y exige ser parte de esas transformaciones sociales. El Trabajo Social no puede estar ausente de esta nueva coyuntura regional que se expresa en todos los países y por ello, al igual que en la década de los sesenta, debe concretar su compromiso ético y político con los sectores populares en una reflexión colectiva tendiente a la creación de una plataforma de lucha nacional y continental que ponga en el centro de la acción la defensa y ampliación de los derechos de nuestros usuarios, junto a las demandas reivindicativas del gremio. Sabemos que las estructuras dominantes y su consiguiente carga valórica de individualismo y desconfianza hacia las organizaciones gremiales y sindicales, junto a las prácticas de los gobiernos y empresarios para deslegitimar y frenar su surgimiento y accionar, también han permeado a nuestras organizaciones profesionales, pero también sabemos, que a pesar de todo ellas siguen siendo un referente y una instancia de articulación de las luchas sociales y gremiales de los Trabajadores Sociales. No deseamos un ejercicio de nostalgia, pero es inevitable recordar la re conceptualización del Trabajo Social, que constituyó un movimiento profesional que corresponde a un momento histórico especial de América Latina y del Caribe. Una etapa en la que, al igual que hoy, la democracia y la aspiración de cambio se instalan en la región como un reflejo de corrientes renovadoras del orden social, lo que permite la irrupción de movimientos estudiantiles, obreros, campesinos y de sectores populares, lo que configura una percepción generalizada que todo tiene que cambiar. Al calor de ese movimiento se consolida una conciencia y una práctica profesional de pertenencia regional, que más allá de las características y enfoques propios prevalecientes en cada país debido a sus condiciones particulares, fue capaz de articular un proceso de integración continental en los sucesivos encuentros que, bajo el nombre de Seminario Regional Latinoamericano de Servicio Social se efectúan desde el año 1968 en diferentes países. Por ello, a éste encuentro lo denominamos Seminario y eludimos el nombre de Congreso que se les atribuye en forma habitual. No pretendemos ni posible revivir ese movimiento, pero sí es posible apropiarnos de la apertura epistemológica, la conceptualización teórica y la innovación metodológica con que abordó los problemas de su tiempo y hacer un esfuerzo por crear una nueva actitud profesional, con la misma mirada abierta para realizar lecturas de la realidad que permitan la elaboración de estrategias y modelos de intervención con sólidos sustentos teóricos y significativas pruebas empíricas, buscando recuperar su capacidad para imaginar métodos y modelos técnicos. Entendemos que en clave del tiempo presente, COLACATS, se orienta en esa misma perspectiva, como queda de manifiesto en su acta fundacional de mayo del 2013, en la que en forma textual se afirma: Que en este momento histórico que viven nuestros países, como Trabajadores Sociales y Asistentes Sociales estamos convocados a trabajar por la construcción de formas de vida y organización social más justas e igualitarias, luchando por la democratización de las relaciones sociales y de poder, la distribución más justa de la riqueza, el ejercicio efectivo de la ciudadanía, el respeto irrestricto de los derechos humanos, el reconocimiento de la diversidad étnica, cultural, sexual y religiosa, contribuyendo de esta manera a los procesos emancipatorios de nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños. Para ello, la misma declaración sostiene: Que las organizaciones profesionales de Servicio Social/Trabajo Social tenemos la oportunidad histórica de ser protagonistas de estos procesos de cambio , aportando nuestra particular mirada como profesión, nuestro bagaje de competencias teórico-metodológicas y nuestro compromiso con los sectores más vulnerables y desprotegidos de nuestros países. Invitamos a los trabajadores sociales a incorporarse a esta reflexión colectiva tendiente a la creación de una plataforma de lucha nacional y continental que nos invita a unirnos a un proyecto profesional que nos haga parte de los movimientos sociales que pugnan por un mundo mejor. Palabras de saludo a los participantes del Encuentro Latinoamericano Escenarios del debate contemporáneo del Trabajo Social y sus proyecciones regionales: Tendencias y desafíos. Jorge Baeza Correa, Rector Universidad Católica Silva Henríquez Mis primeras palabras son para agradecer el que pensaran en esta institución para realizar este encuentro tan importante. Si bien acontecen a diario muchas actividades dentro de esta Universidad, siempre es un honor y una alegría que nuestra Casa de Estudios pueda ser espacio para el encuentro del mundo académico; más aún, si en dicha actividad están presentes personas de distintos puntos de América Latina. Los salesianos dicen, y nosotros somos una universidad salesiana, que sus instituciones deben ser “casas que acogen, centros formativos que educan para la vida, parroquias que evangelizan y patio para encontrarse con los amigos”. Si dos de estas cuatro, o tres y, más feliz aún, si las cuatro se cumplen, más contentos estamos de acogerlos. Quienes me invitaron a decir unas palabras no sólo cometieron un error al no decirme cuánto tiempo tenía, sino el error más grande es haber invitado a un sociólogo, que difícilmente se va limitar a entregar un saludo protocolar a colegas trabajadores sociales que estima y valora y que se reúnen, además, a debatir sobre tendencias y desafíos contemporáneos. Permítanme compartir algunas ideas al respecto: Existe una gran coincidencia entre los autores que analizan la realidad actual, de que vivimos en una sociedad de una gran incertidumbre. Una Sociedad Líquida, dice Zygmunt Bauman; una Sociedad del Riesgo, señala Ulrich Beck; en una Era del Vacío, afirma Gilles Lipovestky o en un mundo de Corrosión del Carácter, agrega Richard Sennett. Hoy a los hombres y mujeres no les toca vivir en una sociedad donde se avanza de acuerdo con patrones graduales y preestablecidos (en gran medida lineales y determinados desde afuera del individuo), sino que se ven enfrentados a diversos caminos, lo que les genera una permanente tensión. Además, no se está en una sociedad de logros permanentes: ya que los estudios no son para toda la vida; el trabajo es inestable y difícilmente único y la ciudad que se habita ya no se proyecta hasta la muerte. Pero más aún, se ha vivido una transformación en los referentes vitales y en el horizonte cultural que abre a lo desconocido. Las culturas han dejado de ser cuerpos compactos y homogéneos. Prima lo que se ha denominado “culturas híbridas”, donde conviven manifestaciones diversas -y a veces contrapuestas- en un mismo espacio. Por otro lado, un signo de la época es la paradoja de un avance inconmensurable en redes de comunicación, pero, a su vez, de grandes ciudades pobladas de seres anónimos. Para muchos esta realidad social resulta demasiado compleja e imposible de controlar y se viene sobre sí en forma angustiante, con lo cual se sienten insignificantes, sin injerencia alguna en los acontecimientos. Esta es la razón por la cual muchos estudiosos de nuestra época han sostenido que la realidad ha traído aparejada una crisis de sentido. No esos múltiples sentidos parciales que cada uno puede encontrar en las acciones que realiza, sino al sentido que da unidad a todo lo que existe. Aquí ya hay un gran tema de debate: cómo ayudar a construir sentido para superar esta sociedad de incertidumbre y fragmentación. La preocupación por la construcción de sentido no es algo filosófico, sino que está presente o mejor dicho, ausente, en los más diversos campos. En Chile la política de los consensos, al salir de la dictadura, nos llevó a discutir sólo temas en que sabíamos que podríamos llegar a acuerdo; por el contrario, los que sabíamos que nos pondrían en posiciones diferentes, no los enfrentamos. Hoy Chile está viviendo la consecuencia de ello. En el campo de la educación, discutimos sobre qué enseñar y cómo enseñar; nunca para qué enseñar. Sabíamos que para unos se debía enseñar para profundizar en los Derechos Humanos, para otros instruir para competir en los mercados internacionales. No discutimos sobre el sentido de la educación, no discutimos con ello sobre el modelo social que queríamos como sociedad y la tarea de la educación dentro de ese modelo. Pero no sólo vivimos una sociedad de incertidumbre y fragmentación, pareciera que estamos viviendo, como indica más de un autor, el tránsito de un modelo cultural a otro, desde uno basado en la razón social a otro fundado en la autorrealización autónoma. Desde aquel donde lo legítimo es lo útil a la colectividad, a otro donde lo genuino es aquello que el individuo juzga bueno para su desarrollo personal. Donde lo principal ya no es lo mejor para todos, sino lo mejor para mí. Con lo cual la vida se transforma en una crónica del yo, donde todo logro es sólo esfuerzo personal. La ética de primacía de la realización personal y del triunfo individual es el resultado de una sociedad altamente diferenciada, que facilita e invita a vivir una vida propia. Una sociedad, donde es necesaria una gestión cada vez más activa de sí mismo para conducir la propia vida. Una sociedad, por lo demás, donde la relación con los pares y en especial con los pares desconocidos, es una relación de desconfianza. Lo que se acrecienta con la interconexión entre las sociedades y los procesos migratorios que caracterizan a las sociedades interculturales actuales, donde la movilidad voluntaria y la forzada, la experimentan a diario miles de personas. La búsqueda de la propia realización olvidando a los demás, cuando es llevada a un extremo, genera una desconfianza extrema. Aparece con ello un nuevo estado del individualismo: el narcisismo. El surgimiento de un perfil inédito del individuo en sus relaciones con él mismo y su cuerpo, con los demás, el mundo y el tiempo. “Si la modernidad se identifica con el espíritu de empresa, con la esperanza futurista --señalo Lipovetsky, G. (1983) en “La era del vacío”- está claro que por su indiferencia histórica el narcisismo inaugura la posmodernidad…”. En este marco de exagerado egoísmo individualista, que acrecienta la desigualdad, para autores latinoamericanos como Jesús Martín-Barbero, hemos dejado de vivir en el modelo de integración social y estamos en un modelo de sociedad dual -de integrados y excluidos- en la que el mercado pone las lógicas y mueve las claves de la conexión/desconexión, inclusión/exclusión, social. Los datos más recientes de América Latina sobre la materia siguen siendo preocupantes. En el Informe Panorama Social de América Latina 2013 de la CEPAL, se indica que el 28,2% de la población de América Latina es pobre, mientras que la indigencia llega un 11,3%. Esto significa que 164 millones de personas son pobres, de las cuales 66 millones viven en una pobreza extrema. Pero el dato resulta aún más grave, cuando se aprecia en América Latina que el quintil más pobre, es decir el 20% de los hogares de menos ingreso, toman en promedio un 5% de los ingresos totales; mientras que el quintil más rico, logran para sí un 47% en promedio. La desigualdad está en la base de cientos protestas que claman por el respeto a la dignidad, la justicia social y por el bien común. Ello es lo que está en el discurso de indignación de los miles de jóvenes que protestan a gritos y, en ocasiones, con violencia en las plazas y calles de todo el mundo; pero también está en las voces silenciosas e invisibles de los enfermos que no encuentran salud y en las quejas de los ancianos con pensiones de miseria, porque los Estados han traspasado esta responsabilidad a los privados y no tienen como pagarla. Es ello, por lo demás, lo que se conversa a diario entre los obreros, que sólo encuentran trabajos con sueldos de pobreza; mientras ven que otros ganan en un día, lo que ellos no lograrán reunir en toda su vida laboral. Hoy nos toca vivir en una sociedad que nos pide que construyamos sentido, como camino para superar la sociedad de incertidumbre y fragmentación en que vivimos. En una sociedad que nos desafía a trabajar en la construcción de fraternidad, como camino para la superación del individualismo y la desigualdad. Estas son a mi juicio, modestamente, las tendencias y desafíos que nos presentan la sociedad en que vivimos. Permítanme concluir hablando del hombre del cual llevamos su nombre como Universidad: El Cardenal Raúl Silva Henriquez. Para cualquier chileno, el Cardenal Silva es sinónimo de respeto y de trabajo por los Derechos Humanos. Todos sabemos que sus obras y acciones son múltiples, pero todas ellas tenían un centro la dignidad de la persona: • • • • Cuando el pueblo tuvo hambre, él creó organizaciones para entregar alimentos a los necesitados. Cuando las familias sufrían por la ausencia de viviendas, él generó cooperativas y construyó poblaciones para los más pobres. Cuando los más pobres entre los pobres, los campesinos chilenos, vivían y sufrían el inquilinaje, él entregó las tierras de la Iglesia a la reforma agraria. Cuando Chile vivió los momentos más negros de su historia, cuando miles de personas fueron detenidas, torturadas, hechas desaparecer; él fundó la Vicaría de la Solidaridad. Cuando las universidades fueron ocupadas por lo militares, creó está institución como un espacio de libertad, para que aquí trabajaran los académicos que por discrepar de la dictadura resultaban expulsados de sus cátedras universitarias. Aquí llegaron, también, cientos de jóvenes para terminar sus estudios, ya que estaban siendo perseguidos por pensar diferente al régimen. Aquí también encontraron, y siguen encontrando, un espacio miles de jóvenes que son excluidos de universidades que confunden los talentos para la vida universitaria con un puntaje de una prueba, que no mide otra cosa, que el capital cultural asociado al nivel socioeconómico de origen. Aquí otros muchos han encontrado una educación que busca fomentar en cada joven su máximo potencial y no obtener la máxima ganancia económica, transformando la educación en un negocio. Al Cardenal Silva, como hombre de su época, le correspondió actuar en lo que algunos han llamado los derechos humanos de primera generación, los derechos civiles y políticos centrados en el principio de la libertad. Pero hoy, en una sociedad más compleja y globalizada (con las tendencias y desafíos antes identificados), seguramente el Cardenal Silva estaría abogando también por los derechos sociales, culturales y económicos, basados ya no sólo en la libertad sino también en la igualdad. Más aún, estaría también preocupado por los derechos de tercera e incluso de cuarta generación. Hoy los derechos humanos han unido a los principios de libertad e igualdad el principio de la solidaridad; desde este último principio, nacen las exigencias a la fraternidad y la responsabilidad con las próximas generaciones. No nos ha tocado un tiempo fácil para vivir, pero todo tiempo posee su complejidad y está en nosotros convertir las amenazas en oportunidades, en identificar las tendencias y los desafíos, y en agruparnos para su mejor identificación; pero, por sobre todo, para enfrentarlas como un sólo colectivo, que es capaz de animarse unos a otros para afrontar estas tendencias y desafíos con un realismo esperanzado. Una vez más les doy la bienvenida a Chile y a nuestra Casa de Estudios. Espero que tengan una excelente estadía junto a nosotros y un fructífero trabajo durante estos días. Muchas gracias. Conferencia de Sr. LUIS RIFFO PÉREZ, Investigador, Área de Desarrollo Regional y Local, ILPES-CEPAL Título de la exposición: "Globalización, desigualdades y migraciones. Tendencias y desafíos'. Investigador de CEPAL para las Naciones Unidas. Compartimos la presentación exhibida durante la conferencia. Vino de Honor Viernes 25 de abril de 2014. Lugar: Salón" Don Bosco", Universidad Católica Cardenal Silva Henríquez, Carmen 350. Santiago. 8.30 HRS. ACREDiTACION PARTICIPANTES: Inscripciones., credenciales, documentación. 9.30 HRS. PRESENTACION DEL 1° Encuentro latinoamericano Escenarios del Debate contemporáneo del Trabajo Social y sus proyecciones regionales: Tendencias y Desafíos. Sra. Malvina Ponce de León Núñez, Secretaria Nacional, Colegio de Asistentes Sociales de Chile A.G., y Secretaria Coordinadora, Comité Latinoamericano y Caribeño de Organizaciones Profesionales de Trabajo Social/Servicio Social, COLACATS. 10.00 HRS. 1º PANEL • El mundo globalizado, la formación de los Trabajadores Sociales en el marco de la cuestión social. Encuentros y desencuentros. • Formación universitaria y no universitaria de trabajo social, pública y/o privada del Trabajo Social, Laica y de Fundaciones religiosas. • Perfil profesional del trabajador social, demandas y desafíos del mundo moderno • Currículos formativos de trabajo social, temáticas, extensión y características comparativas etc Moderador de Panel: Rodolfo Martínez (uruguay) Miembro vocal Región Latinoaméricana y Caribe, Presidente ADASAU –Uruguay) Panelistas: 1. 2. 3. 4. Enilda Lemos (Brasil) Silvana Martínez (Argentina) Patricia Castañeda . (Chile) Teresa Matus (Chile) 11.15 HRS. COFFE BREAK. 11.45 HRS. 2º PANEL Discusión Política del Trabajo Social y su aporte al proyecto de Sociedad. Moderador de Panel: Esterla Barreto (Puerto Rico) Panelistas: 1. 2. 3. 4. Paula Fonseca Do Nascimiento (Brasil) Mirla Cisnes (Uruguay) Marcelo Torres (Chile) María Gregoria Carvajal (México) 13.30 A 14.30 HRS. DESCANSO. 15.00 HRS. TRABAJO EN MESAS DE DEBATE Mesas por Eje Temático y Distribución en Salones Universidad. Inscripción en acreditación .Cupos limitados por Mesa. MESA 1 . El mundo globalizado, la formación de los Trabajadores Sociales en el marco de la cuestión social. Encuentros y desencuentros . Coordinador: Rosemarie Richardson Nombre Ponencia Práctica profesional en la formación de los y las trabajadoras sociales: desafíos y experiencia en los escenarios de complejidad social” Formação Profissional do assistente social e a comunidade negra: uma revisão bibliográfica Globalização, formação Professional e questão social: Implicações para o serviço social brasileiro. 2. A extensão universitaria como potencial para a formação do assistente social. Política social e serviço social: os rumos do debate, tendéncias e perspectivas sob a égide do neoliberalismo Aporte desde el perfil profesional, desde la formación y práctica profesional en la construcción de la democracia, Estado y ciudadanía. 2.- Trabajo social y sustentabiliadad,etc Discriminación del género masculino en el aprendizaje del trabajo social, una realidad naturalizada en los discursos y aulas A atuação do serviço social frente á informalizaçao do processo de trabalho e a superexploração do trabalho Nombre/s Jorge Ariel Jofré Alfaro País Chile Maria Luisa da Costa Fogari Brasil Maria da Graças rodrigues mendes; Ana Karina da Silva Alves; Erica María Santiago; Flávia Rebecca Fernández Rocha; Irineia Raquel Vieira; Sara Rebeca da Mota Sales Hiago Trinidade de Lira Silva Brasil Nelson Arellano Escudero Chile Javier Becerra y Oscar Javier Gutierrez Colombia Claudia Sombrìo Fronza Brasil Brasil MESA 2· Discusión Política del Trabajo Social y su aporte al proyecto de Sociedad. Coordinador: Lenin Fuentes Nombre Ponencia Trabajo Social y prácticas profesionales Nombre/s Victoria del Carmen Flores Roa País Chile 1.- Bienestar Laboral, industria e identidad de trabajo social latinoamericano: el caso chileno desde una perspectiva histórica . 2.Participación Social en la evaluación y monitoreo de programas sociales Desafíos para el Trabajo Social: análisis de indicadores de desempeño, el caso chileno 1006-2013 Desde el Trabajo Social, protocolo que reglamente acciones y funciones de intervención para el acompañamiento en el proceso de aceptación homosexual de hombres y mujeres El Trabajo Social en el mundo postmoderno: tensión entre la especialización y los límites en la intervención ¿Por qué se hace necesaria la teoría social crítica en los procesos investigativos e interventivos del trabajo social profesional del siglo XXI? Semánticas de la vejez en situación de desastre socionatural, una observación desde las distinciones de funcionarios públicos en la región del Libertador Bernardo O´Higgins Contexto Laboral de los/as profesionales miembros del Colegio de Asistentes Sociales, Provincial Linares Condiciones laborales en Trabajo Social Nelson Arellano Escudero Chile Magdalena Pilar Calderón Orellana Chile Apresentar o debate sobre ejercicio profissional do assistente social na área sociojuridica Serviço Sociale desafios da atualidade no cénario brasileiro El desafío de los movimientos juveniles locales Ignacio Antonio Meriño Montero Chile Alexis Bustos Villarroel Chile María Fernanda Gómez Gómez; Yudy Judith Méndez Esparza; Clara Inés Santander Dueñas Francisco Javier Jaramillo Álvarez Colombia Emilia Gutiérrez Encina (Consejo Provincial Linares, Colegio de Asistentes Sociales) Teresa Dornell Bachs; Sphir Stemphelet; Romina Mauros Cintia Aparecida da Silva Chile Simone Albieri Bordonal Brasil Francisco Xavier Ramírez Varela Chile Chile Uruguay Brasil Sábado 26 de abril de 2014. Lugar Sede: Centro de Extensión y Servicios, Universidad Cardenal Si/va Henríquez, Carmen 340. Santiago 9.30 HRS. 3ER. PANEL Direccionalidad, sentido de Proyectos ético-político del Trabajo Social. • • • Enfoques y dimensiones éticos y/ o políticos del trabajo social Proyectos y estrategias éticos políticos de trabajo social Aportes constructivos y desconstructivos de trabajo social al proyecto de sociedad y los derechos sociales Moderador de Panel: Teresa López (Chiíe) vicepresidenta Colegio de Asistentes Sociales de Chile A.G. Panelistas: 1. 2. 3. 4. 5. Jaqueline Quintana (México) Alba Marín Rengifo (Colombia) Patricía Kriegger Grosi (Brasil) Andrea Comelin Fornes (Chile) Cristian Ovando Santana (Chile) 11.15 hrs. COFFE BREAK. 11.45 HRS. 4TO. PANEL La Política latinoamericana y del Caribe como respuesta de la cuestión social y su relación con los aportes a la construcción de la democracia, estado y ciudadanía • • • La política latinoamericana respecto a la cuestión social Actores y sujetos de la política latinoamericana en cuanto a la cuestión social La intervención situada de trabajo social, características, tensiones, y logros. Moderador de Panel: Judy Méndez Esparza (Colombia) Panelistas: 1. Víctor Yáñez (Chile) 2. Elaine Narcizo (Brasil) 3. Laura Accoto, (Argentina) 13.30 A 14.30 hrs. DESCANSO. 15.00 hrs. TRABAJO EN MESAS DE DEBATE Mesas por Eje Temático y Distribución en Salones Universidad. Inscripción por Eje Temático, en Oficina de Inscripciones del Evento. Cupos limitados por Mesa. • • • • • • El mundo global izado, la formación de los Trabajadores Sociales en el marco de la cuestión social. Encuentros y desencuentros. Discusión Política del Trabajo Social y su aporte al proyecto de Sociedad. Direccionalidad, sentido de Proyectos ético-político del Trabajo Social. La Política latinoamericana y del Caribe como respuesta de la cuestión social y su relación con los aportes a la construcción de la democracia, estado y ciudadanía. Políticas Públicas y Sociales. MESA 3· Direccionalidad, sentido de Proyectos ético-político del Trabajo Social. Nombre Ponencia Nombre/s País Aportes desde la formación a los comunitario ; propiedad horizontal como escenario emergente a la construcción de ciudadanía 1.- Trabajo Social: práctica profesional e investigación social aplicada, entre el practicismo y la perspectiva histórica crítica Alcances preliminares del entorno laboral y ético de los trabajadores sociales de Valparaíso Situación de los Derechos Humanos en Puerto Rico: un acercamiento a los derechos sociales Trabajo Social y decolonialismo Trabajo Social de Alteridad Laura Victoria Carillo Rojas Colombia Jorge Yaitul Strormansen Chile Violeta Flores Flores Chile Mable Llopez Ortiz y Jessenia Ribera Puerto Rico Alex Rubén Cea Cea Bonnie Xyomara Velásquez Rodríguez; Humberney Ramírez Cepeda Tiagio Barbosa do Santos Chile Colombia Jeovana Nuñez Brasil Everton Souza de Aruaujo Brasil O que foi feito é preciso contecer,para melhor prosseguir: a afirmação do projecto ético-político so serviço social, o revigoramento das abordagens “`psi” e as novas roupagens do conservadorismo O trabalho sazonal da colheita decafé e as condições do trabalho rural O conjunto CFESS/CRESS e a vontade colectiva Brasil MESA 4· La Política latinoamericana y del Caribe como respuesta de la cuestión social y su relación con los aportes a la construcción de la democracia, Estado,ciudadanía, políticas públicas y sociales. Coordinador: Teresa López Vazquez Nombre Ponencia Nombre/s Território e a possibilidade do trabalho social com familias nos centros de referencia de asistencia social Analisar pratica do Assistente Social a partir dos parámetros para atuação na área saúde Cassia María Carloto y Tatiana Brasil Olivera Práctica social forense 1.- Pobreza, asistencialismo y ciudadanía: las paradojas del ingreso ético familiar en Chile. 2.Configuraciones ideológicas y Trabajo Social: análisis y reflexiones sobre relación indispensable para la formación profesional. Modelos de atención para adultos mayores desde Trabajo Social en el estado de Colima, México. Un estudio de caso Estela Mary Lima Martins Soares; Maxciene da Penha dos Anjos; Silmara Gomes da Silva; Tania María de Araujo Paola Rojas: Iván Cisternas Brasil Rodrigo Marcelo Cortés Mancilla Chile Mireya Patricia Arias Soto; Claudia Angélica Alcaraz Munguía; Susana Aurelia Preciado Jimenez; Jesús David Amador Anguiano Análisis de las políticas sociales en Tierra Rodolfo Cárdenas; Carmen del Fuego (Chile): Sekoulovic aproximándonos a un enfoque de derechos O direito aos benefícios eventuais: algumas considerações em debate. Género, Trabajo Social y Política educativa: análisis de las percepciones sociales y el contexto escolar Las reformas estructurales en México y la ciudadanía Mexico Chile Brasil Carla Escobar Gómez Chile Norma Angélica Gómez Ríos México Coordinación de Plenaria: Violeta Flores (Chile) ACTO MUSICAL Chile Gisella Aparecida Bovolenta 14.00 HRS. CIERRE DE MESAS Y EXPOSICION EN PLENARIA 16.30 HRS. CIERRE DEL SEMINARIO País PONENCIAS PANELES Panel Nº I Tema: “El mundo globalizado y la formación de los trabajadores sociales en el marco de la ‘cuestión social’. Encuentros y Desencuentros.” Moderador : Rodolfo Martínez de Uruguay. Panelistas : Enilda María Lemos Silvana Noemí Martínez Patricia Castañeda Teresa Matus Brasil Argentina Chile Chile (no hay ponencia esxrita) Fecha: 24 de abril de 2014 10:00 horas TRABALHO AMBIENTAL E O ASSISTENTE SOCIAL Enilda Maria Lemos Profa. Dra. Célia Maria David ∗ ∗∗ RESUMO Este estudo tem por objeto o espaco sócio-ocupacional do assistente social na questáo ambiental, tendo sido motivado pela seguinte pergunta: em que ancora o assistente social pode se apoiar para exercer a sua prática na questáo ambiental? Tem, ainda, a intencáo de buscar elementos que configuram a questáo ambiental como uma demanda para o Servico Social. A investiqacáo foi realizada a partir de uma pesquisa bibliográfica que deu suporte para compreender a questáo ambiental como uma das expressóes da questáo social. Discute-se o uso da natureza no projeto da burguesia vigente, que se orienta pela "razáo instrumental", e, em decorréncia, o Estado e as lutas ambientalistas, pois que compartimentam a questáo ambiental. Numa direcáo contrária, as Diretrizes Curriculares do Curso de Servico Social fornecem elementos que configuram o espaco socio-ocupacional do Servico Social na questáo ambiental. Palavras-Chave: Servico Social, questáo social e questáo ambiental, Meio Ambiente. I Doutoranda do Programa de Pós-Graduacáo em Servic;:o Social da Faculdade de Ciencias Humanas e Sociais da Universidade Estadual Paulista "Júlio de Mesquita Filho" (Unesp-FCHSFranca-SP), Av. Eufrásia Monteiro Petráglia, 900Bairro: Jd. Dr. Antonio Petráglia CEP 14409160, Telefone: (16) 3706-8700 (16) 3706-8700 Fax: (16) 3706-8740 Franca, Sáo Paulo, Brasil, sob orientacáo da profa. Dra. Célia Maria David. [email protected] ∗ Prof Adjunta do DECSPIFCHS-Unesp-Franca-SP, docente e orientadora do Programa de Pós- qraduacáo em Servtco Social da Universidade Estadual Paulista "Júlio de Mesquita Filho" (FCHS- Unesp-Franca-SP). [email protected] ∗∗ 1 INTRODUÇÃO Os estragos que o capital vem causando à natureza nos dias atuais têm se constituído em desafios para a sociedade. Obrigatoriamente, os desafios ambientais têm mobilizado as áreas profissionais, entre elas a área do Serviço Social, que neste estudo motivou a seguinte pergunta: em que âncora o assistente social pode se apoiar para exercer a sua prática na questão ambiental? A partir daí, definiu-se como objeto deste estudo o espaço sócioocupacional do assistente social na questão ambiental, pois que seu intento é buscar elementos que configuram a questão ambiental como uma demanda para o Serviço Social. Se o foco deste estudo é o trabalho do assistente social na questão ambiental, é necessário conhecer a distinção entre o projeto de sociedade vigente, que segue a “razão instrumental”, e o projeto original da burguesia, que segue a “razão dialética”. Somente nesse entendimento será possível verificar em que âncora o Serviço Social pode se apoiar na prática ambiental. Orientado pela “razão instrumental”, o Estado fragmenta a questão social, o que acaba refletindo também nas lutas ambientalistas. Outro ponto a refletir é que a destruição da natureza fatalmente remete para a ciência e para as tecnologias de ponta, as quais viabilizam as monoculturas que ocupam extensões longínquas de terra, sendo que os grandes empreendimentos são implantados tanto no ambiente rural como no ambiente urbano. O que se observa vê é que tais empreendimentos pouco se importam com as características dos recursos naturais e com as necessidades humanas. Isso fez com que se buscasse em pesquisadores que discutem o Serviço Social na sociedade capitalista, elementos para subsidiar o assistente social nas demandas ambientalistas, lembrando que a urgência dessas demandas engloba o conjunto da sociedade. Estando a raiz dos problemas ambientais localizada no processo de produção capitalista, desta a análise ambiental não pode desobrigar-se. Cabe então mencionar os pesquisadores que referenciam este texto: Marilda Villela Iamamoto; Raul de Carvalho; Carlos Nelson Coutinho; Carlos Montaño; Maria Lúcia Duriguetto; Yolanda Guerra; Karel Kosic; István Mészáros. 2 A EXPLORAÇÃO DA NATUREZA NO PROJETO DO CAPITAL A natureza foi percebida pelos seres humanos sob diversos pontos de vista que foram definindo o seu uso contemplativo, exploratório, entre outros. O que domina nos dias de hoje é a exploração da natureza e a exploração humana pelo capital cujos estragos fazem ecoar vozes abafadas que clamam por outros tipos de convivência. Entretanto, a mídia mostra, em tempo real, catástrofes ambientais que ocorrem nos diversos pontos do planeta sem a preocupação de descobrir as determinações do capital. O modo de tratar a natureza e o ser humano está vinculado ao projeto de sociedade que é hegemônico. E este não é o projeto original da burguesia. Para Coutinho (1972, p.7), o projeto original da burguesia, baseado na razão moderna, nasceu entre o renascimento e Hegel, época em que, para Netto (1994, p. 28), “[...] a burguesia expressa [...] os valores mais avançados e altos do conjunto da sociedade” e para Coutinho (1972, p. 8), “[...] a burguesia era o porta-voz do progresso social [...].” Pela razão moderna, diz Guerra (2011, p.41), “[...] foi possível ao homem libertar-se das concepções religiosas fundamentadas na razão divina, encetando uma nova maneira de conceber o mundo.” A “razão dialética”, segundo Guerra (2011, p. 44), “[...] desaliena, desmistifica, nega o dado na sua aparência e é capaz de engendrar ações que ultrapassem a dimensão manipulatória e instrumental.” Para Kosic (1976, p. 96), essa razão é “[...] um processo universal e necessário, destinado a conhecer e a plasmar a realidade [...].” Entre “1830-1848”, diz Coutinho (1972, p. 7), a burguesia rompeu “[...] com as conquistas do período anterior [...]” e criou o projeto de sociedade que segue a “razão instrumental”. Guerra (2013, p. 14, on-line) a entende “[...] limitada a operações formal-abstratas e a práticas manipuladoras e instrumentais, fragmentadas, descontextualizadas e segmentadas [...].” Ressalta que “[...] por isso ela é funcional à reprodução social da ordem burguesa.” Kosik (1976, p. 92) diz: “O ponto de partida da razão racionalista é o indivíduo atomizado.” Desde então, é esse o projeto de sociedade que impera. A “razão dialética” ajuda a decifrar as ações ideológicas do capital e a articular processos de resistência – à exploração da natureza e à exploração humana – assim como, a formar sujeitos históricos, buscando representações que emanam da realidade. A “razão instrumental” não questiona e não explica o fato no movimento do capital e, por conseguinte, orienta ações interventivas e educativas remodeladoras. Ao projeto de sociedade em vigor, vinculam-se práticas sociais e ambientais que o referenciam. Na sequência, serão colocados alguns pontos que tratam da gestão ambental na ordem burguesa. 3 ESTADO, MEIO AMBIENTE E TECNOLOGIAS NA ORDEM BURGUESA Para entender a prática que a burguesia vem desenvolvendo em relação aos homens e à natureza, serão destacados elementos que tratam do Estado de classe e que tratam do Estado liberal, intervencionista e neoliberal. Sobre o Estado de classe, Coutinho (1996, p. 18) diz que para Marx “[...] o Estado tem sua gênese nas relações sociais [..]” e “[...] em nome de um suposto interesse geral, defende os interesses comuns de uma classe particular.” Essa é a concepção restrita do Estado. Segundo Coutinho (1996, p. 53), Gramsci incorpora “[...] o caráter de classe e o momento repressivo de todo poder do Estado [...]”, mas também detecta na superestrutura a esfera da “sociedade civil” e a da “sociedade política”, as quais formam o Estado ampliado. Quanto ao Estado liberal, Montaño e Duriguetto (2011, p. 64-65) afirmam que o liberalismo econômico (século XVIII e XIX) dava liberdade ao mercado e minimizava o poder do “[...] Estado monárquico, absolutista, dono do destino de todos os seus súditos.” No pós-guerra, segundo esses autores (2011, p. 57), Keynes substituiu “[...] a ‘“mão invisível do mercado’” [...] e o laissez-faire [...] pela regulação estatal do mercado, pela intervenção do Estado na economia [grifo do autor] [...].” Os autores (2011, p. 60) concluem: “[...] Keynes quis enfrentar a crise capitalista com a intervenção estatal na esfera do consumo, quando o problema surge na esfera da produção.” Nos anos de 1970, Hayek implantou o projeto neoliberal para acabar com o intervencionismo estatal. Ainda segundo Montaño e Duriguetto (2011, p. 65), o neoliberalismo encontra “[...] um Estado que, para além da sua função essencial para com o capital, contém conquistas históricas dos trabalhadores [...].” Como se vê, o liberalismo clássico, o intervencionismo estatal e o neoliberalismo defendem a manutenção da sociedade burguesa. Pode-se tirar daí que, na prática, o Estado utiliza instrumentos de gestão ambiental para alcançar o desenvolvimento sustentável: o planejamento, a intervenção, a participação da comunidade e a tecnologia. Acerca disso, são criadas leis e políticas que não expressam interesse pela natureza e pelo trabalhador, pois o que importa é a mais valia e a exploração da natureza. As medidas ambientais com tecnologias aplicadas em empreendimentos quase sempre vêm acompanhadas de materiais educativos ideológicos para justificar tal empreendimento. Eles não deixam brechas para um trabalho de formação política, pois o que predomina é a ideia de que a vida humana e a natureza podem ficar para depois. Em função do privilégio que a técnica vem dando ao capital, é bom lembrar que os problemas ambientais merecem ser discutidos também pelo assistente social. Cabe agora buscar âncoras na formação profissional que legitime o Serviço Social nas práticas ambientalistas. 4 O SERVIÇO SOCIAL E A QUESTÃO AMBIENTAL Para discutir o Serviço Social na questão ambiental é bom recorrer às Diretrizes Curriculares para o Curso de Serviço Social que indicam uma formação profissional que traduza a questão social na sociedade capitalista. De acordo com Iamamoto e Carvalho (2006, p. 77), a questão social se manifesta “[...] no cotidiano da vida social, da contradição entre o proletariado e a burguesia, a qual passa a exigir outros tipos de intervenção mais além da caridade e repressão.” A questão social, diz Iamamoto (2006, p. 62), é “[...] a matéria prima ou o objeto do trabalho [...]” do assistente social. Ela “[...] provoca a necessidade da ação profissional junto à criança e ao adolescente, ao idoso, a situações de violência contra a mulher, a luta pela terra etc.” Numa direção oposta à fragmentação, as Diretrizes organizaram os conteúdos no “núcleo de fundamentos teórico-metodológicos”, no “núcleo de fundamentos da formação sócio-histórica da sociedade brasileira” e no “núcleo de fundamentos do trabalho profissional”. (DIRETRIZES CURRICULARES PARA O CURSO DE SERVIÇO SOCIAL, 2002, s.p., on-line). A seguinte competência e habilidade que constam das Diretrizes Curriculares para o Curso de Serviço Social (2002, s.p., on-line) aponta para a “[...] identificação de demandas presentes na sociedade, visando a formular respostas profissionais para o enfrentamento da questão social, desvelando as possibilidades de ação contidas na realidade [...].” Já é comum a sociedade se deparar com coisas que antes não eram notadas. Contribuem para isso as inovações tecnológicas que, aliadas à exploração do homem e da natureza, vêm produzindo novas expressões da questão social. Muitas delas requisitam o assistente social. O Estado trata a questão social “[...] fragmentando-a e recortando-a em questões sociais a serem atendidas pelas políticas sociais [...]”, como a assistência social, a educação, a saúde, entre outras, é o que indica Guerra (2013, p. 5, on-line). As políticas sociais focalizadas retiram a possibilidade de o assistente social apreender o problema social do usuário e a sua prática nas determinações do capital o que reduz o trabalho profissional a procedimentos instrumentais operativos (GUERRA, 2013, p. 5-6, on-line). Por outro lado, a demanda institucional cobra um trabalho polivalente, o que torna ainda mais exaustiva a tarefa do assistente social, em relação, especialmente, aos problemas “insolucionáveis” (calcados na estrutura social). Um dos problemas “insolucionáveis” é o ambiental. O capital tem sido impotente para corrigir os estragos que ele mesmo provoca na natureza ainda que tendo a ciência e a técnica a seu dispor. Sobre isso, Mészáros (2003, p. 51) cita a “[...] produção dos alimentos geneticamente modificados por gigantes transnacionais americanos [...].” No campo, por exemplo, a ciência e a técnica se articulam e acabam com as culturas de subsistência. De acordo com Roussef (2014, 11 fev., s.p., on-line), a presidenta Dilma Roussef afirmou, em Lucas do Rio Verde (MT), na “[...] abertura oficial da colheita da safra 2013/2014, que a produção recorde é uma vitória do agronegócio.” E acrescentou: “Quero comemorar com vocês a fartura da safra em Lucas do Rio Verde (MT) e no Brasil.” Essa notícia mostra que o Brasil prioriza a soja e a cana-de-açúcar e não a produção de alimentos. Tanto a soja como a cana-de-açúcar, e outras lavouras produzidas em escala, causam enormes prejuízos para o ambiente, seja ele da natureza ou humano. No entanto, a agricultura não é organizada, apenas, no âmbito governamental, muito menos no local; ela é definida no âmbito internacional. Por isso, nessa sociedade, a questão ambiental é “insolucionável”. Mészáros (2002, p. 95) é certeiro quando declara: “[...] nenhuma ‘”questão única”’ pode, realisticamente, ser considerada a ‘”única questão’”.” Se no capitalismo a ‘”única questão’” é a questão social, a questão ambiental deve ser tratada como uma das expressões da questão social. Isso quer dizer que os problemas ambientais devem ser discutidos no processo de produção capitalista e que o trabalho ambiental deve ser discutido por todas as áreas profissionais e não só pela geografia, pela biologia etc. Com base em Mészáros (2002, p. 95), o assistente social numa campanha ambientalista poderá aliar a resistência à formação política porque a campanha por si só não consegue decifrar as mediações do capital. Ela é essencial na mobilização para a resistência, mas, ela pode e deve se somar à formação política. A campanha se baseia no imediato, na aparência e tende a deformar o conteúdo da luta. O conhecimento imediato remete para o que Mészáros (2003, p. 48) chama de “[...] slogan pense globalmente e aja localmente.” Segundo ele (2003, p. 48), “[...] não é possível negar a importância potencial da ação local adequada [...]”; contudo, o realce às ações locais, em geral, atribui às pessoas uma responsabilidade que elas não podem cumprir. As ações ambientalistas locais não vão além da aparência e não vislumbram o protagonismo dos sujeitos. Considerando a importância da resistência que os ambientalistas vêm fazendo, é certo que as ações calcadas no imediato não conseguem ultrapassar as formas manipuladoras de consciência social. As ações ambientalistas, então, percebem a luta ambientalista na “razão instrumental’ e não na “razão dialética”. Nisso, a formação teórico-metodológica e a ético-política podem ajudar o estudante a compreender a questão social e o Serviço Social, como também, a orientar a sua prática futura para decifrar as mediações do capital no meio ambiente. Como bem diz Kosik (1976, p. 9), “[..] a ‘coisa em si’ não se manifesta imediatamente no homem.” Se o profissional focar somente no problema e na política ambiental, fatalmente terá seu trabalho reduzido a procedimentos operativos. Não é essa a prática prevista no arcabouço teórico e metodológico das Diretrizes Curriculares do Curso de Serviço Social. Na imediaticidade dos problemas, a política ambiental e as ONGs desenvolvem ações focalizadas, por exemplo, na campanha. Não há espaço e nem tempo para trabalhar elementos de fundo da produção capitalista. Isso resulta em que, quase sempre, ao término de uma campanha, cessa também a luta. O que se percebe é que o assistente social, ao discutir os problemas ambientais no âmbito da produção capitalista, estará fortalecendo a direção dada pelo seu projeto ético-político. CONSIDERAÇÕES FINAIS Como se viu, as Diretrizes Curriculares para o Curso de Serviço Social indicam uma formação que tem por base uma rica bibliografia fundamentada nos clássicos. Ocorre que nem todos os cursos privilegiam essa formação, pois uma coisa é : subsidiam o assistente social para atuar nos problemas ambientais, tendo por base uma rica bibliografia fundamentada nos clássicos. Ocorre que nem todos os Cursos privilegiam esta formação: uma coisa é seguir as Diretrizes Curriculares como mera formalidade, outra coisa é oferecer uma formação profissional em acordo com o projeto ético-político da profissão hegemônico. Também não dá para focar a discussão somente no Ensino à Distância (EaD), pois muitos cursos presenciais seguem a lógica existente no mercado, ou seja a lógica do lucro. Os problemas ambientais estão aí e o assistente social é um profissional que possui em sua formação elementos para refletir coletivamente sobre a destruição ambiental, aliando-se a grupos de resistência à destruição do capital. Entre os desafios, está o enfrentamento da lógica mercadológica do ensino que vem penalizando estudantes e professores. Cabe lembrar a resistência à educação mercadológica que vêm fazendo a Associação Brasileira de Ensino e Pesquisa em Serviço Social (ABEPSS), o conjunto do Conselho Federal de Serviço Social (CFESS) e do Conselho Regional de Serviço Social (CRESS), a Executiva Nacional dos Estudantes de Serviço Social (ENESSO) e outras entidades. O que as Diretrizes e a direção hegemônica do Serviço Social apontam é um trabalho ambiental a partir da questão social. REFERÊNCIAS COUTINHO, Carlos Nelson. O problema da razão na filosofia burguesa. In: O estruturalismo e a miséria da razão. Rio de Janeiro: Paz e terra, 1972. p. 746. DIRETRIZES CURRICULARES PARA O CURSO DE SERVIÇO SOCIAL. Resolução n, 15, de 13 de março de 2002. Disponível em: < http://www.cfess.org.br/arquivos/legislacao_diretrizes_cursos.pdf>. Acesso em 4 jan. 2014. IAMAMOTO, Marilda Vilela; CARVALHO, Raul. O Serviço Social no processo das relações sociais. In: Relações Sociais e Serviço Social no Brasil: esboço de uma interpretação histórico-metodológica. 19 ed. São Paulo, Cortez; [Lima, Peru]: CELATS, 2006. 380p. IAMAMOTO, Marilda Villela. O Serviço Social na contemporaneidade. In: O Serviço Social na contemporaneidade: trabalho e formação profissional. 10 ed. São Paulo: Cortez, 2006, p. 17-81. GUERRA, Yolanda. Razão e modernaidade. In: A Instrumentalidade do Serviço Social. São Paulo, Cortez, 2011, p. 41-100. GUERRA, Yolanda. A instrumentalidade no trabalho do assistente social. 16 p. Disponível em: <http://www.cedeps.com.br/wp-content/uploads/2009/06/Yolanda-Guerra.pdf>. Acesso em: 02 jul. 2013. KOSIC, Karel. O mundo da pseudoconcreticidade e a sua destruição. In: Dialética do concreto. Tradução de Célia Neves e Alderico Toríbio. 2ª ed. Rio de Janeiro: Paz e Terra, 1989, p. 9-20. MÉSZÁROS, István. A ordem da reprodução sociometabólica do capital. In: Para além do capital: rumo a uma teoria de transição. Traduzido por Paulo César Castanheira e Sérgio Lessa. Campinas: Editora Unicamp, 2002, p. 94132. MÉSZÁROS, István. A fase potencialmente fatal do imperialism. In: O século XXI: socialismo ou barbárie. São Paulo: Boitempo, 2003, p. 33-79. MONTAÑO Carlos; DURIGUETTO, Maria Lúcia. O Estado moderno e a sociedade civil nos clássicos da teoria política. In: Estado, classe e movimento social. 3 ed. São Paulo, Cortez, 2011, p. 19-76. NETTO, José Paulo. Razão, ontologia e práxis. Serviço social&sociedade. Revista quadrimestral de serviço social. ano 15, n. 44., abr 1994. São Paulo: Cortez, 1994. ROUSSEF Dilma. Dilma: Safra recorde é uma vitória do agronegócio. Disponível em: <http://www.cenariomt.com.br/noticia/342347/dilma-safrarecorde-e-uma-vitoria-do-agronegocio.html>. Acesso em 12 fev. 2014. UNA APROXIMACIÓN A LOS PROCESOS DE POLITIZACIÓN DE LAS ORGANIZACIONES PROFESIONALES DE TRABAJO SOCIÁL EN ARGENTINA DESDE MEDIADOS DE LA DÉCADA DE 1960 A LA ACTUALIDAD. Silvana Noemí Martínez Juan Omar Agüero Mario Eduardo Villarreal Carina Érica Núñez Carlos Alberto Pascanán María Inés Scívoli. Universidad Nacional de Misiones Email [email protected] SÍNTESIS En esta ponencia se expone un avance del estudio de los procesos de politización de las organizaciones profesionales de Trabajo Social en Argentina, en el marco del Proyecto de Investigación PICTO-2011-0120 que se viene realizando en la Universidad Nacional de Misiones. En los diversos textos sobre la historia del Trabajo Social en Argentina, se observa que los procesos de construcción de identidades profesionales, de legitimación como profesión y de construcción de sentido de pertenencia a las organizaciones profesionales, no son abordados en profundidad por los autores y esto no permite conocer las disputas de sentido acerca de la importancia de la asociatividad, los intereses en juego y las concepciones político-ideológicas acerca de la profesión, vigentes en diversos momentos históricos. El método utilizado es cualitativo y los resultados que se exponen en esta ponencia corresponden a la lectura y análisis de las actas de la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social (FAAPSS). Palabras clave: organizaciones profesionales; trabajo social; política Desarrollo En esta ponencia exponemos un avance del estudio de los procesos de politización de las organizaciones profesionales de Trabajo Social en Argentina, que venimos realizando en el marco del Proyecto de Investigación PICTO2011-0120 de la Universidad Nacional de Misiones. Observamos que en diversas publicaciones que tratan sobre la historia del Trabajo Social en Argentina, los autores no abordan en profundidad los procesos de construcción de identidades profesionales, de legitimación como profesión y de construcción de sentido de pertenencia a las organizaciones profesionales. Esto no permite conocer, por ejemplo, las disputas de sentido que se fueron dando en distintos momentos históricos sobre la asociatividad de los profesionales, los intereses en juego y las concepciones político-ideológicas acerca de la profesión. En esta ponencia, nos referimos a estos procesos, en base al análisis que hemos hecho de las actas de la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social (FAAPSS) y algunas entrevistas realizadas a informantes claves. En la primera parte nos referimos conceptualmente a los procesos de politización y las organizaciones profesionales, en la segunda exponemos algunos datos sobre la FAAPSS a modo de contextualización y en la tercera nos referimos a los hallazgos de nuestra investigación en cuanto a los procesos de politización. 1. Los procesos de politización y las organizaciones profesionales ¿Qué entendemos por procesos de politización y por organizaciones profesionales? Ante todo, tenemos que referirnos a la política y lo político. En general, se trata de dos inscripciones distintas de la política como fenómeno humano. Por un lado, la acción, la lucha, la discusión de ideas y la confrontación de intereses, que desencadena un proceso de institucionalización que se denomina lo político. Por el otro, el resultado de la acción, la forma civilizada de resolver el conflicto de intereses entre los seres humanos, que se denomina la política, y que se expresa en un conjunto de instituciones en forma de soluciones, pactos, acuerdos, normas jurídicas, entre otras. En consecuencia, estamos hablando de dos caras de una misma moneda: lo instituyente y lo instituido (Martínez, S. y Agüero, J., 2008). ¿Cómo entender hoy la política? Para Hannah Pitkin, es “la actividad a través de la cual grupos relativamente grandes y permanentes de personas deciden lo que harán colectivamente, establecen cómo van a vivir juntos y deciden su futuro, cualquiera que sea la medida en que esté en su poder hacerlo” (Pitkin, H., 1981:343). Para Roberto Unger, se refiere a “la lucha por los recursos y acuerdos que fijan los términos básicos de nuestras relaciones prácticas y pasionales. Es preeminente en estos acuerdos el contexto institucional e imaginario de la vida social” (Unger, R., 1987:145). Para estos autores, la política aparece claramente identificada con el poder de decisión de la forma de vida colectiva, incluyendo esto la disputa por los recursos y los acuerdos institucionales. La vida social, en esta concepción, tiene un fuerte contenido político, cualquiera fuere la participación de los actores. En base a ello, Iris Young sostiene que “la política abarca todos los aspectos de la organización institucional, la acción pública, las prácticas y hábitos sociales y los significados culturales, en la medida en que están potencialmente sujetos a la evaluación y toma de decisión colectiva” (Young, I., 2000:23). La autora taxativamente rechaza la identificación de la política sólo con las actividades de gobierno o con las organizaciones formales que defienden intereses de grupo. Se refiere, obviamente, a los partidos políticos. Por el contrario, reivindica expresamente la necesidad de politizar la vida institucional, social y cultural, para contrarrestar la acción del neoliberalismo, que busca precisamente lo inverso, despolitizar la vida pública. En este mismo orden, critica las prácticas que definen la política como territorio de los expertos y reducen el conflicto a la negociación sobre la distribución de los beneficios sociales entre grupos de interés. La política es, por lo tanto, una cuestión de participación y poder para decidir los asuntos colectivos de una sociedad. Tanto el significado como el valor de la política radican en el hecho de ser el ámbito en el cual se decide quiénes construyen qué orden, para quiénes, con qué finalidad y con qué recursos. La política necesariamente afecta la vida de los sujetos sociales, sin diferenciar entre espacios privados y públicos, entre vida íntima y vida pública. La vida en sociedad es esencialmente de naturaleza política. No se puede prescindir de la política, ya que si de todas maneras alguien va a decidir sobre nuestras vidas y nuestro futuro, resulta evidente y de estricto sentido común la necesidad de participar en la toma de decisiones. Por lo tanto, cuanto más politizada esté una sociedad, más poder político tendrán sus miembros, mayor capacidad de resistencia y mayor conciencia política. No resulta fácil doblegar a un pueblo politizado y consciente de sus derechos y de su poder político. En consecuencia, cuando hablamos de politización estamos aludiendo a procesos de formación y concientización política, construcción de sujetos y subjetividades políticas, desarrollo de actividades con sentido político y ejercicio del poder. Por otra parte, tenemos que referirnos a las organizaciones profesionales. Toda organización es un agrupamiento humano construido intencionalmente para algo. Lo que distingue a una organización de otra es justamente esta intencionalidad, este para qué. El para qué define a su vez el cómo, es decir los recursos, las estrategias, las actividades y las formas organizacionales. Hay muchas formas de organización, algunas son más dinámicas y otras más estáticas, algunas son más flexibles y otras más rígidas, algunas son más abiertas y otras más cerradas. ¿De qué depende esto? Entre otros factores, del contexto donde se inscriben las organizaciones, de las características de sus miembros, de los recursos que tengan y de las estrategias que adopten. Las organizaciones profesionales también pueden adoptar diversas formas, según para qué son constituidas: a) Los sindicatos o gremios de profesionales se constituyen para defender los derechos laborales de sus miembros; b) Las asociaciones de profesionales se constituyen para el crecimiento y el desarrollo profesional, para nuclear y sumar fuerzas, para construir poder, para tener presencia como profesión, para ser reconocidos socialmente y para representar a los profesionales que la integran, entre otras razones; c) Las cooperativas de profesionales se constituyen para prestar servicios a terceros y a sus propios miembros; d) Los colegios o consejos profesionales son organizaciones paraestatales creadas por legislaciones locales para regular la matrícula, controlar el ejercicio profesional y ejercer la representación de los matriculados; e) Las federaciones son organizaciones de segundo grado conformadas por organizaciones de primer grado: sindicatos, asociaciones, cooperativas, colegios o consejos profesionales y f) Las confederaciones son organizaciones de tercer grado conformadas por federaciones. A su vez, estas organizaciones tienen distintos ámbitos de actuación, ya que pueden ser locales, nacionales, regionales e internacionales. Cualquiera fuere la forma que adopten, las organizaciones profesionales son instrumentos muy valiosos para la acción colectiva. Su poder se funda precisamente en esta acción colectiva, basada en la asociatividad de sus miembros y por eso tienen un valor en sí mismas que va más allá de éstos. 2. La Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social (FAAPSS) La FAAPSS es una entidad de segundo grado que nuclea a los Colegios, Consejos y Asociaciones Profesionales de Servicio Social o Trabajo Social de Argentina. Estas organizaciones de primer grado se encuentran en las Provincias y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde tienen jurisdicción y competencia para el control del ejercicio profesional de los/as Trabajadores/as Sociales. El antecedente histórico más remoto de la FAAPSS es la Federación Argentina de Asistentes Sociales (FAAS), creada en 1948 por la asistente social italiana Carmen Bellavita. Si bien fue creada como federación, era una entidad de primer grado integrada de manera individual por asistentes sociales y no por organizaciones de asistentes sociales. En 1967 la asistente social Sela Sierra retoma la idea y propone la refundación de FAAS, pero constituida por organizaciones y no por miembros individuales. En 1981 se constituye formalmente la FAAPSS y en 1982 se aprueba el estatuto y asume la primera comisión directiva presidida por Sela Sierra. Desde entonces, la FAAPSS ha tenido continuidad institucional, como lo prueban las actas de reuniones y asambleas y la sistemática organización y desarrollo de las Jornadas Nacionales de Servicio Social, luego transformadas en Congresos Nacionales de Trabajo Social. El 24 de Marzo de 1999 obtiene la personería jurídica por Resolución Nº 049 “A” de la Dirección de Personas Jurídicas de la provincia de Córdoba. Actualmente la Federación está integrada por 24 organizaciones profesionales de todo el país. 3. Los procesos de politización en la FAAPSS Para el estudio de los procesos de politización de la FAAPSS, en la investigación se utilizan como indicadores: a) el análisis del contexto político, social y económico, ya sea a nivel internacional o nacional, b) el uso de términos con significado político, c) los pronunciamientos sobre cuestiones políticas y d) los temas propuestos para las jornadas o congresos nacionales. En base a estos indicadores, podemos distinguir diversos momentos en relación a los procesos de politización. Un primer momento se da entre 1967 y 1972, esto es, en una etapa que podemos denominar de organización de la Federación y que coincide con el período denominado de reconceptualización del Trabajo Social. Esto se evidencia, por ejemplo, en los resúmenes y conclusiones de los encuentros y jornadas nacionales que existían en esa época. En las VI Jornadas Nacionales de Servicio Social, realizadas en Posadas, Misiones, en 1972, una de las conclusiones decía textualmente: “nos hallamos en una situación de colonialismo y dependencia de polos hegemónicos internacionales y de los grupos dominantes locales que apoyan la misma, a través de una política antinacional e imperialista”. Podemos advertir aquí la clara conciencia histórica que ya manifestaban los Trabajadores Sociales de aquella época, que identificaban nítidamente los verdaderos motivos que causaban la situación de colonialismo y dependencia: en primer lugar, el colonialismo español, caracterizado por la posesión territorial, política y militar; en segundo lugar, el neocolonialismo británico que reemplazó al español, caracterizado por la dominación de las estructuras de poder económico a través de personeros ingleses y, en tercer lugar, el imperialismo norteamericano que se expande luego de la Primera Guerra Mundial generando un nuevo tipo de dependencia caracterizado por la dominación política y económica utilizando personeros nativos a su servicio. También señalaban los Trabajadores Sociales de entonces que esta subordinación configura una ruptura de nuestra identidad nacional latinoamericana, que trae como consecuencia la dependencia económica, política, social, cultural, científica y tecnológica. Otra de las conclusiones de aquellas Jornadas se refería a la integración latinoamericana y decía textualmente: “abandonamos este sistema interamericano que nos tiene atrapados, tan extraño a nosotros, pensado y decidido para defender otros intereses que no son los nuestros. Por integración entendemos que es la lucha de todos los iberoamericanos por la liberación a través de un proceso revolucionario que abarque todos los aspectos y que tenga por protagonista al pueblo. El modelo que creemos debe proponerse será protagonizado por los sectores oprimidos. Ello no significa que otros sectores conscientes de la sociedad no puedan incorporarse al proceso de liberación por los trabajadores”. A partir de estas conclusiones, entre otras, los Trabajadores Sociales reunidos en estas Jornadas reconocen la necesidad de propiciar un modelo socialista, humanista y nacional para el Trabajo Social Argentino, y aclaran el significado de cada uno de estos términos. Socialista: porque apunta a eliminar el régimen de explotación capitalista, fundado en la propiedad privada de los medios de producción y la riqueza social. Humanista: porque coloca al hombre como objetivo esencial del desarrollo social. Nacional: porque apunta a un modelo original de sociedad que tenga en cuenta la particularidad nacional y no sea una burda copia o traslación mecánica de otras experiencias históricas. A su vez, en esta época también se reflejaban en los debates la conciencia de clase trabajadora y la necesidad de agremiación. Respecto a esto último, en las conclusiones de las Jornadas de 1972, la mayoría de los grupos de trabajo expresaba “la necesidad de agremiación para la defensa de nuestros derechos profesionales, pero esto sólo lo lograremos cuando tengamos bien definidos nuestros objetivos, siendo uno de ellos la defensa y amparo de los asistentes sociales en todos aquellos problemas que puedan surgir en su lucha por la liberación del hombre”. Respecto a la conciencia de clase trabajadora en las mismas Jornadas se concluye: “Pensamos que a los trabajadores sociales no nos resulta fácil agremiarnos por una actitud individualista que viene arrastrándose desde nuestra formación profesional a través de algunas escuelas de servicio social. Para que el asistente social pueda llegar a realizar el trabajo que se propone, tiene que sentirse un trabajador más y participar en la defensa de los derechos de todos los trabajadores. El trabajador social está mal remunerado, a veces debe tener más de un trabajo, sintiéndose solo frente a las situaciones de conflicto que puedan presentarse en su quehacer profesional. La acción de la agremiación debe extenderse a los alumnos de las escuelas de servicio social tratando de formar en ellos una conciencia gremial”. Este proceso de construcción de conciencia de clase trabajadora y de lucha de clases es claramente un proceso de politización que existió efectivamente en el Trabajo Social Argentino de entonces y que se trunca por la dictadura cívico-militar que se inicia en 1976, donde precisamente muchos profesionales y estudiantes de Trabajo Social, que encarnaban y lideraban esta construcción, son torturados, asesinados u obligados a exiliarse del país para salvar sus vidas. Un segundo momento se da entre 1983 y 1989, esto es, en una etapa que podemos denominar de institucionalización de la Federación y que coincide con el período de recuperación definitiva de la democracia en Argentina. Algunos hechos que dan cuenta de los procesos de politización en este momento son, por ejemplo, el posicionamiento de FAAPSS sobre la necesidad de formación universitaria de los profesionales. Al respecto, se reconoce expresamente a la universidad como único ámbito de formación profesional. Asimismo, se reclama la reapertura de departamentos y unidades académicas de Trabajo Social, que habían sido cerrados por la dictadura cívico-militar y la reincorporación de profesores cesanteados. También se pide la liberación de presos políticos en Chile. Por otra parte, se solicita la incorporación en el 2º Seminario Latinoamericano de Trabajo Social de temas como la deuda externa y el bienestar social en América Latina, la pobreza como modo de violación de los derechos humanos y el derecho a la tierra, entre otros. Se decide incluir en todas las reuniones como tema un análisis de la coyuntura política y social. Se envía notas a funcionarios provinciales obteniendo la reincorporación de Trabajadores Sociales cesanteados. Hacia fines de la década de 1980 se realizan análisis críticos de la coyuntura nacional en las reuniones de FAAPSS. Se discute acerca del proceso de despolitización y desideologización que se da en Argentina a partir de 1976, el vaciamiento de historia y memoria de los jóvenes, la desmovilización que provoca la pobreza, el impacto de la tecnología, la brecha entre pobres y ricos, el desarraigo popular de la clase política y la necesidad de que el Trabajo Social sea el gran movilizador político, no en sentido partidario sino de concientización política y democratización del poder. Un tercer momento se da a partir del 2006 en adelante, esto es, en una etapa que podemos denominar de consolidación de la Federación y que coincide con el período de recuperación económica, ampliación de derechos, reparación social y repolitización de la sociedad argentina, en el marco de la consolidación de la democracia como forma de vida y sistema de gobierno. Comienza a visibilizarse en los debates de FAAPSS la dimensión política e ideológica de la profesión. Precisamente, los Congresos Nacionales del 2007 y 2010 tienen como lemas, respectivamente, la dimensión política del Trabajo Social y los aportes del Trabajo Social a los procesos de emancipación social. A partir del 2010 se inicia un proceso de construcción de la FAAPSS como actor político. Se crea una comisión de pronunciamientos sobre temas significativos no sólo para la profesión, sino para la vida política del país. En una decisión histórica, se cambia el día del Trabajador/a Social en Argentina, pasando del 2 de Julio al 10 de Diciembre de cada año, aquella fecha vinculada a la liturgia católica y esta última inscripta en la conmemoración del día internacional de los Derechos Humanos. Esto denota un fuerte cambio de posicionamiento ideológico de la Federación, ya que abandona su sentido religioso conservador, para asumir una clara postura de defensa y reivindicación de los Derechos Humanos. Otro hecho altamente revelador del proceso de politización de FAAPSS es la elaboración, discusión y aprobación de un Anteproyecto de Ley Federal de Trabajo Social con vigencia en todo el territorio nacional, que recupera no sólo la impronta gremial de la Federación y el histórico sueño de contar con una ley nacional que sirva de marco jurídico institucional para el ejercicio profesional, sino que recupera también el carácter de trabajadores de los profesionales. El impulso de este anteproyecto de ley genera contactos y reuniones con dirigentes políticos nacionales que a su vez posibilitan por primera vez espacios de trabajo en conjunto con la FAAPSS. Conclusiones En los procesos de politización de la FAAPSS podemos identificar claramente dos elementos o dimensiones fundamentales de los mismos: por un lado, el contexto histórico y, por otro lado, los liderazgos de quienes han ejercido la conducción de la Federación en distintos momentos. El contexto tiene que ver con las condiciones históricas que posibilitan, propician o favorecen los procesos de politización. En la investigación que se viene llevando a cabo aparece muy claramente esta vinculación entre condiciones del contexto y procesos de politización de la FAAPSS. Así, en un primer momento, que ubicamos hacia fines de la década de 1960 y principios de la década de 1970, la politización de la FAAPSS se vincula con los procesos revolucionarios que se vivían en América Latina y El Caribe, el tercermundismo, la educación popular y la reconceptualización en el Trabajo Social. En un segundo momento, que se da en la década de 1980, se vincula con los procesos de recuperación de la democracia como forma de vida y sistema de gobierno que se dan en los países latinoamericanos y en Argentina. En un tercer momento, que se inicia a mediados de la década de 2000, se vincula con la recuperación de la política como instrumento de transformación social y con los procesos de emancipación que se desarrollan en varios países latinoamericanos. El segundo elemento o dimensión de los procesos de politización son los liderazgos de quienes han ejercido la conducción de la FAAPSS en distintos momentos. Estos liderazgos muestran a los sujetos sociales que están detrás o por debajo del dispositivo institucional y que son los que impulsan, promueven y sostienen los procesos de politización. Estos sujetos sociales tienen ciertos rasgos que los caracterizan, entre los cuales se destacan una fuerte formación política, compromiso social y profesional, carisma para la conducción y capacidad de generar adhesión. Esto se combina a su vez con una mirada aguda de la realidad y la capacidad de análisis necesaria para identificar los grandes ejes por donde transita el cambio social. Bibliografía YOUNG, Iris Marion (2000) La justicia y la política de la diferencia, Cátedra, Madrid. UNGER, Roberto (1987) Social Theory: Its Situation and Its Task. Cambridge, Cambridge University Press. PITKIN, Hannah (1981) “Justice: On Lelating Public and Private”, Political Theory, Nº 9, p. 327-352, Agosto 1981. MARTÍNEZ, Silvana y AGÜERO, Juan (2008) La dimensión políticoideológica del Trabajo Social. Claves para un Trabajo Social emancipador. Buenos Aires, Dunken. TRABAJO SOCIAL CHILENO Y FORMACIÓN PROFESIONAL. ANÁLISIS Y ALCANCES DE UNA FRACTURA FORMATIVA. PERÍODO 1973-2013. Patricia Castañeda Meneses Ana María Salamé Coulon ∗ ∗∗ RESUMEN A partir del Golpe Militar de 1973, el Trabajo Social chileno se vio forzado a realizar un viraje metodológico de fuerte raigambre positivista, en donde la objetividad y la neutralidad valórica asociadas a las metodologías de investigación social y planificación social normativa contribuyeron a blindar la formación social y a tornarla menos vulnerable en su discurso profesional, considerando el marco histórico político que enfrentaba. Asimismo, la implementación del modelo económico neoliberal, consolidó un Estado subsidiario y regulador que abandonó progresivamente sus funciones históricas de protección social, validando el cobijo tecnocrático de contingencia en el que se había albergado el Trabajo Social, impulsando la profesionalización de su tarea principalmente desde modelos de raigambre positivista. Dicho perfil formativo característico de las décadas de 1970 y 1980 ha perdurado como núcleo identitario predominante de la profesión hasta la actualidad, fortaleciendo la profesión a nivel instrumental, pero afectando sus reales oportunidades de reflexión social crítica y de desarrollo disciplinario. Palabras claves: Trabajo Social – Formación Profesional ∗ Trabajadora Social y Licenciada en Trabajo Social, Universidad de Valparaíso. Doctora en Ciencias de la Educación. Universidad de Barcelona. Académica e Investigadora. Escuela de Trabajo Social. Universidad de Valparaíso ∗∗ Trabajadora Social. Pontificia Universidad Católica de Chile Doctora en Ciencias de la Educación. Universidad de Barcelona. Académica e Investigadora. Departamento de Trabaio Social. Universidad de La Frontera PRESENTACIÓN Para Chile, el período histórico comprendido entre el 11 de Septiembre de 1973 y el 10 de Marzo de 1990 se inicia con el traumático quiebre de la institucionalidad democrática del país a través de un Golpe de Estado, seguido por un gobierno militar dictatorial de facto, que impulsa transformaciones económicas estructurales en el marco de acciones represivas que afectaron la Dignidad y los Derechos Humanos de vastos sectores de la población (Informede la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, 1996; Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, 2004). Durante este período, la represión ejercida hacia las diversas formas de expresión social, cultural, artística y política, tuvo una de sus más potentes manifestaciones en la censura y cuestionarniento ideológico de la formación universitaria en las áreas disciplinares de humanidades, artes y ciencias sociales. En este difícil contexto, Trabajo Social debió transitar por adversos derroteros en la búsqueda de su sobrevivencia profesional, junto con la realización de sus esfuerzos más encomiables, para mantener vigente su compromiso explícito con los sectores más vulnerables de la sociedad (Castañeda y Salamé; 2012, p 26). Por lo tanto, a 40 años del aciago evento fundacional del período, se hace necesario valorizar los aprendizajes heredados y los efectos que las decisiones asumidas en contingencia han tenido para el desarrollo en las décadas posteriores para el Trabajo Social chileno. En dicho marco, la presente ponencia producto de una investigación interuniversitaria, tiene por objetivo caracterizar la formación y el ejercicio profesional de Trabajo Social chileno en el período 1973-1990, proyectando los efectos de dicho período en los procesos formativos y de trabajo profesional desarrollados en las décadas posteriores. Las estrategias de recolección de información que sirven de respaldo a este trabajo, corresponden a entrevistas con enfoque biográfico a estudiantes, equipos académicos y profesionales en ejercicio durante el período, junto con análisis documental en escuelas universitarias tradicionales y en instituciones y fundaciones vigentes en la época de interés del estudio. RESULTADOS Durante los años inmediatamente anteriores al Golpe de Estado, Trabajo Social se encontraba realizando profundos procesos de redefinición y cuestionamiento profesionales, evento recordado en la literatura especializada como Reconceptualización. En ese marco, su reflexión le permitía reconocer la existencia de una abierta tensión entre un ejercicio profesional histórico definido desde las estabilidades sociales requeridas por la funcionalidad de la sociedad mayor o una redefinición de su rol profesional desde la. clásica asistencialidad, hacia estrategias de promoción social expresadas en un compromiso explícito con los sectores más desposeídos de la sociedad. El efervescente contexto socio político de la época facilitaba la exploración de estrategias de intervención de mayor cuestionamiento social, en donde la academia asumía un rol de liderazgo a través de su estamento estudiantil, permitiendo la consolidación de un nuevo nivel de intervención, correspondiente a Organización y Desarrollo Comunitario, que venía a sumarse a los históricos niveles Caso/Familia y Grupo. Este nuevo referente teórico metodológico se tradujo en prácticas profesionales y procesos de formación insertos en contextos de participación social en poblaciones, sindicatos, comunidades indígenas y predios agrícolas afectos a la Reforma Agraria, entre las más recurrentes experiencias referidas desde el período. Asimismo, la incorporación de bibliografías de mayor espectro político, fue permeando progresivamente la formación y aportando mayores contrapuntos a la interpretación social de la realidad nacional revisada en las aulas. El Golpe Militar detuvo abruptamente estos procesos. La profesión fue cuestionada y declarada bajo sospecha. Durante los años inmediatamente posteriores a Septiembre de 1973, las Escuelas de Trabajo Social que constituían el núcleo histórico de la formación fueron duramente diezmadas. Según registros del Colegio de Asistentes Sociales de Chile A.G. nueve profesionales y nueve estudiantes de Trabajo Social fueron víctimas directas de la represión política en calidad de detenidos desaparecidos o ejecutados políticos. En ese marco, se cerraron las escuelas de Trabajo Social de la Universidad de Chile, dependientes de las sedes La Serena, Chillán y Osorno y la escuela dependiente de la Universidad del Norte en Arica. Las escuelas de 1 Trabajo Social de la Universidad de Chile de las sedes de Antofagasta , 2 3 4 Valparalso , Santiago , Talca y Ternuco junto con las escuelas de la Pontificia 5 Universidad Católica de Chile, Universidad Católica de Valparaíso y Universidad de Concepción, continuaron funcionando bajo fuerte control y censura. Los años inmediatamente siguientes al Golpe Militar no hubo ingreso de nuevas generaciones a la carrera. Las generaciones estudiantiles que cursaron estudios entre los años 1970 a 1973, debieron volver a estudiar su carrera, en planes de estudios transitorios que se redefinieron desde las tareas clásicas del ejercicio de la profesión. No obstante, no todo el estamento estudiantil regresó a las aulas, dado que se expulsaron por razones políticas a un número indeterminado de estudiantes y se establecieron fuertes restricciones para quienes fueron autorizados a volver, incorporando como condición de continuidad de estudios una renuncia explícita a la pertenencia a organizaciones políticas o a la realización de actos con dicha connotación, a riesgo de la cancelación de la matrícula. Los cuadros académicos fueron fuertemente mermados. Se sucedieron las expulsiones, despidos, sumarios, renuncias y abandono voluntario de los cargos debido al exilio o la clandestinidad. Los nuevos cuadros se conformaron con quienes 1 2 Actual Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Antofagasta Actual Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Valparaíso 3 En la Reforma Universitaria de 1980, la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Chile fue transferida al Instituto Profesional de Santiago, fracción institucional desprendida de la Universidad de Chile y que concentró a un conjunto de carreras que no fueron definidas con rango universitario en aquella oportunidad. Posteriormente en 1990, el Instituto Profesional de Santiago fue refundado como la Universidad Tecnológica Metropolitana. 4 5 Escuela cerrada actualmente en la Universidad de Talca. Actual Escuela de Trabajo Social de la Universidad de La Frontera. fueron autorizados a permanecer en la universidad junto a nuevas contrataciones. Las autoridades delegadas reorganizaron las universidades en general y las escuelas de Trabajo Social en lo particular, exigiendo garantías de una posición de asepsia ideológica explícita. Frente a la permanente amenaza de cierre definitivo de la carrera, la profesión realiza un fuerte viraje hacia modelos teóricos y concepciones metodológicas de raigambre positivista, apoyándose en los núcleos históricos de formación vinculados a las ciencias sociales, la planificación social y la investigación social cuantitativa. Este viraje en coyuntura, que busca revestir a la profesión de un repertorio tecnológico para la intervención social expresado en un lenguaje técnico no contingente, se instala en el núcleo histórico formativo como única opción posible de implementar en la realidad social, permeando transversalmente los niveles de intervención profesionales históricos e identitarios correspondientes a Caso/Familia, Grupo y Comunidad que habían orientado el desarrollo de la profesión en las décadas anteriores. Durante los 17 años de gobierno militar, el ciclo metodológico heredado del modelo de planificación social normativo característico de la década de 1960 y expresado en las etapas de diagnóstico, programación, ejecución y evaluación, se consolida como lenguaje tecnocrático universal del Trabajo Social chileno. Debió ser aprendido por los equipos docentes, y en forma simultánea, transmitido al estamento estudiantil, los que fueron conformando nuevos cuadros profesionales egresados con esta impronta metodológica de sobrevivencia profesional. Como consecuencia, las reflexiones académicas respecto de la realidad social que forzadamente omitían la contingencia, se comienzan a adscribir con fuerza a la coherencia metodológica del proceso de intervención social, como eje principal del debate. Como contrapunto, el colectivo profesional de Trabajo Social que ejerce en el sector público y que sobrevive a los procesos de exoneración política de los primeros años, enfrenta las vicisitudes derivadas de la implementación del modelo de desarrollo del país, ajustado a una economía de mercado a ultranza en forma traumática. Como resultado, el Estado comienza a abandonar o disminuir su presencia en diversas áreas económicas y sociales, ocasionando una ostensible baja en la demanda de profesionales de Trabajo Social en diversas reparticiones públicas. Paralelamente, al imponerse fuertes restricciones a la organización social, las intervenciones profesionales distintivas en los niveles de Grupo y Comunidad resultan prescindibles, desvalorizándose la experticia profesional en esas materias. Las intervenciones profesionales en la dimensión Caso/Familia se mantienen vigentes, fuertemente asociadas a temáticas de asistencialidad. Se produce un importante desplazamiento de profesionales desde cargos históricos, perdiendo la exclusividad del ejercicio de las jefaturas de bienestar de diversos organismos y empresas. En medio de sucesivas crisis económicas que afectan a Chile a fines de la década de 1970 y en gran parte de la década de 1980, los recursos destinados a salud, educación, vivienda y previsión son severamente restringidos, debiendo el colectivo profesional ajustar épicamente el acceso a los derechos básicos de la población, desde el límite crítico y el interlineado de la norma. En medio de esta adversa situación, la profesión logra reinventarse en la coyuntura, al comenzar a implementarsela dimensión subsidiaria de la economía de mercado, que requiere de un aval profesional para la asignación de beneficios concebidos bajo ese carácter, alineando de esa manera la experticia histórica del manejo de la asistencialidad con los requerimientos de equipos técnicos e instrumentos especializados para la medición de la pobreza. Es en esta realidad de servicios públicos, que el Trabajo Social universitario ancló sus procesos de formación teóricos, metodológicos y prácticos, potenciando su formación tecnocrática al alero de los criterios impacto, cobertura, eficacia y eficiencia característicos de la implementación de las políticas sociales subsidiarias del período y que han trascendido en los años posteriores como lógicas predominantes de la intervención social generada del Estado. En forma simultánea, se reconoce la existencia durante este período de un colectivo profesional de Trabajo Social que ejerce en las organizaciones no gubernamentales, instituciones que funcionaron fuera de los marcos formales de la institucionalidad pública, apoyadas por la Cooperación Internacional; la Iglesia Católica y otros credos; Fundaciones; grupos políticos y aportes de compatriotas en el exilio. El ejercicio del Trabajo Social en esta vertiente, contribuye a contener los efectos de la represión política y las consecuencias económicas y sociales derivadas del impacto de la reconversión productiva del país en aras del modelo de libre mercado. Los equipos profesionales insertos en este tipo de organizaciones, contribuyeron a la contención y a la reparación de las víctimas de las violaciones a los Derechos Humanos, resignificando los niveles de Caso/Familia y Grupo en intervenciones inéditas que configuraron repertorios específicos en contingencia, para apoyar los efectos derivados del crítico contexto de atropellos a las libertades individuales y sociales que se vivía el país. Asimismo, en los dolorosos ajustes sociales del nuevo modelo de desarrollo expresados en sucesivas y desoladoras crisis económicas, altos índices de desempleo y progresivo derrumbe de la actividad industrial y agrícola nacional tradicional - Trabajo Social contribuyó junto a otras profesiones, al desarrollo de estrategias de sobrevivencia asociadas a alimentación, salud, tecnologías alternativas y procesos de generación de inqresos en el nivel de subsistencia en diversos contextos urbanos y rurales. En esta tarea, la profesión resignificó sus niveles de intervención de Grupo y Comunidad y sus saberes en torno a la promoción social, a través de la revalorización de la educación popular, las metodologías activo participativas y la animación socio cultural; apoyando decididamente desde este acervo la recomposición de los procesos de participación social que habían sido severamente dañados por la represión ejercida en la dirigencia y membresía de organizaciones poblacionales, políticas, sindicales y gremiales. La búsqueda de financiamiento de las organizaciones no gubernamentales para enfrentar las múltiples necesidades existentes, reconoció en el Trabajo Social el liderazgo metodológico asociado a la formulación de proyectos sociales, unidad clave para el respaldo de los flujos de financiamiento de las acciones realizadas. Asimismo, los códigos de registro, rescate y análisis de las intervenciones profesionales alternativas transitaron en la búsqueda de enfoques comprensivos, subjetivos y sociocríticos, que fueran capaces de devolver la voz y el protagonismo social al Chile silenciado. Las experiencias profesionales comienzan a reconocer en los enfoques cualitativos y en la sistematización sus aliados metodológicos en el rescate y la transmisión de los aprendizajes obtenidos durante estas dolorosas décadas. Sin embargo, como resultado de una estricta autocensura, asociada al riesgo permanente del cierre de la carrera, la academia no compone una relación explícita con esta segunda vertiente del ejercicio profesional. La formación recogerá informalmente estos aprendizajes a partir del testimonio comprometido en el café universitario y la fotocopia clandestina circulando entre apuntes estudiantiles. Su entrada formal al aula ocurrirá a través de experiencias puntuales que serán acogidas sólo en las postrimerías del régimen militar. REFLEXIONES FINALES: LA BÚSQUEDA DE UNA SÍNTESIS. La información presentada devela que durante el período 1973-1990, Trabajo Social se enfrentó a una fractura formativa, en donde la academia cauteló la amenazada existencia de la profesión en las aulas universitarias, incorporando en contingencia una impronta metodológica tecnocrática, basada en modelos teóricos y concepciones de raigambre positivista, que se transformó progresivamente en un sello identitario de la formación profesional, que ha respaldado la empleabilidad de Trabajo Social, en los organismos públicos del país, a todo evento. Enfrentando una amenaza de cierre nunca superada totalmente, la academia concentró su diálogo con el ejercicio profesional en organizaciones gubernamentales, alineando la pertinencia de su formación. tecnocrática con las demandas sociales del Chile oficial y resguardando con ello la potencial empleabilidad de las diezmadas nuevas generaciones. Los aportes del ejercicio profesional en organizaciones no gubernamentales no llegaron a ser considerados formalmente en los contenidos ni en las prácticas de la academia. Tampoco formaron parte de una coordinación explícita regular con el colectivo profesional de las organizaciones gubernamentales. Sin embargo, se advertía su presencia desde una ausencia forzada, ya que aportaba en forma velada con nuevos aprendizajes y repertorios en la formación y con nuevas fuentes de recursos y estrategias de trabajo en la intervención social. La coordinación profesional entre acciones oficiales y alternativas se realizaba mediada por los sujetos de atención y no por una relación directa entre profesionales. Superada progresivamente la situación de Chile en estado de excepción a contar de Marzo de 1990, es posible observar que a cuatro décadas del Golpe Militar y a dos décadas del retorno formal de la democracia, la formación profesional de Trabajo Social continúa anclada en la lógica tecnocrática como sello distintivo. Las iniciativas que se generan desde enfoques comprensivos, subjetivos y sociocríticos se han incorporado de manera complementaria, sin tener aún la capacidad de desplazar el eje formativo ni resiqniticar el desempeño profesional cotidiano desde nuevos modelos o enfoques profesionales. Los principales respaldos a la lógica tecnocrática formada en las aulas universitarias del Trabajo Social, se encuentran en la impronta subsidiaria del modelo económico vigente, que garantiza la empleabilidad profesional. Los actuales repertorios profesionales avanzados en torno a estrategias de intervención social, gestión social y gerencia social, han sido fortalecidos durante cuatro décadas de formación tecnocrática y han dotado al Trabajo Social de procesos y procedimientos caracterizados por una sólida calidad técnica funcional al modelo de desarrollo definido para el país. Por tanto, en los procesos formativos actuales, prevalece como preocupación central la coherencia y consistencia metodológica de las propuestas de trabajo, por sobre los procesos reflexivos y críticos en torno a los sujetos, los contextos y los conflictos del mundo social y las condiciones estructurales y contingentes que impulsan, redefinen y resignifican los procesos de cambio y de transformación social del Chile contemporáneo. BIBLlOGRAFIA AYLWIN, N (1976). Un enfoque operativo de la metodología de Trabajo Social. Santiago de Chile; Chile: Universidad Católica de Chile. CASTAÑEDA, P. y SALAMÉ A.M. (2012) Profesionalidad del Trabajo Social chileno. Tradición y Transformación. (la Edición). Temuco: Ediciones Universidad de La Frontera. COLEGIO DE TRABAJADORES SOCIALES DE CHILE A.G. (sin fecha) "En memoria de la historia del Trabajo socier. Biblioteca Virtual de Trabajo Social. (s.n.) Recuperado el 25 de Agosto del 2012 de http://www.ts.ucr.ac.cr/binarios/pela/pl-000301.pdf COMISiÓN NACIONA.L SOBRE PRISiÓN POlÍTICA Y TORTURA (2004) Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura. (s.n.) Santiago de Chile. CORPORACiÓN NACIONAL DE REPARACiÓN Y RECONCILIACiÓN (1996). Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación. (4a Edición) Santiago de Chile: Andros Impresores. Panel Nº II Tema: “Discusión Política del sociedad” trabajo social y su aporte al proyecto de Moderadora: Esterla Barreto de Puerto Rico Panelistas: Paula Fonseca do Nascimento Viudes Mirla Cisnes Marcelo Torres María Gregoria Carvajal Fecha: 25 de abril de 2014 12:00 hrs. Brasil Uruguay (no hay ponencia escrita) Chile México TERRITÓRIO: CONCEITO CHAVE NA VIGILÁNCIA SOCIOASSISTENCIAL E V POLíTICA PÚBLICA DE ASSISTENCIA SOCIAL BRASILEIRA Paula Fonseca do Nascimento Viudes ∗ RESUMO O presente artigo tem como tema central apresentar os marcos em que se dá hoje, no Brasil, o desafio da elaboração de uma política pública focada no enfrentamento da diferentes e complexas desigualdades sociais e socioespaciais. Mais especificamente, trata-se aqui de colocar em evidência a definição legal de vigilância socioassistencial, em primeiro lugar. Tomando-a como ponto de partida, questiona-se em que medida esta definição legal, como parte constitutiva da Política Nacional da Assistência Social somente pode ganhar sentido se pensada e problematizada a partir de uma clara concepção a respeito da reflexão acumulada sobre o conceito de território na Geografia brasileira. Assim, em segundo lugar, é trabalhado o conceito de território e território usado, a partir das contribuições de Milton Santos e outros autores. O objetivo é o de, ao final, ser possível a proposição de uma síntese que articule as proposições deste rico debate acadêmico ao esforço da formulação e implementação da política pública. Palavras-chave: Território, Território usado, Vigilância socioassistencial, Política pública. ∗ Mestranda em Geografia pela Universidade Estadual Paulista – UNESP [email protected] Introdução Atualmente no Brasil, o desenho institucional da Política de Assistência Social pauta-se no Sistema Único da Assistência Social (SUAS), que regula e organiza, em todo território nacional, serviços, programas, projetos e benefícios socioassistenciais, por meio de um sistema descentralizado e participativo. Esse sistema de caráter federalista, supõe a habilitação de todos os municípios brasileiros, cujas responsabilidades são também atribuídas à gestão regional dos Estados, do Distrito Federal, além da União como instância federal (SPOSATI, 2001). O Sistema Único de Assistência Social (SUAS) apresenta-se como uma das possibilidades de expansão e ampliação dos direitos de proteção social não contributiva. Aprovado em 2005, e mais recente em 2012 com algumas alterações, o SUAS define e organiza os elementos essenciais e imprescindíveis à execução da política de assistência social, buscando, sob sua responsabilidade, dar respostas a três funções: Proteção Socioassistencial, Defesa Social e Institucional e Vigilância Social. Nosso trabalho terá como foco a função da Vigilância Social que consideramos como uma ferramenta estratégica no desenvolvimento da capacidade e de meios de gestão assumidos pelo órgão público gestor da assistência social para conhecer a presença das formas de vulnerabilidade social da população, no território pelo qual é responsável (SUAS, 2005, p.21). Além desta introdução, nosso trabalho está dividido em outras cinco seções: A primeira faremos uma análise da função da vigilância socioassistencial enquanto estratégia de gestão e uma das funções da Assistência Social; Na segunda seção apresentamos os marco normativos da Vigilância Socioassistencial; Na terceira seção expusemos sobre os três principais conceitos da Vigilância Socioassistencial; Na quarta seção discutimos sobre o conceito de território usado, e principalmente, nas contribuições de Milton Santos; E por último, na quinta seção apresentamos nossas considerações sobre o que foi tratado no decorrer do nosso trabalho. Vigilância Socioassistencial: estratégia de gestão da Política de Assistência Social Brasileira No atual estágio de desenvolvimento do SUAS tornam-se cada vez mais visíveis os desafios referentes ao fortalecimento da gestão e qualificação dos serviços; desafios estes cujo enfrentamento pressupõe a organização efetiva da Vigilância Socioassistencial. O desenvolvimento de capacidades de planejamento e gestão torna-se crucial para o amadurecimento da assistência social como política pública setorial, a qual compete garantir ou mediar o acesso a direitos sociais específicos. Nesse contexto, os processos de produção, análise e utilização de informações ganham relevância na medida em que possibilitam qualificar a intervenção dos agentes públicos de forma que suas ações produzam processos e resultados mais condizentes com as expectativas e necessidades da população em geral e, em particular, dos segmentos sociais mais vulneráveis (BRASIL, 2014). A Norma Operacional Básica do SUAS aprovada em 2012 – NOB 2012 em seu artigo 1º afirma a Vigilância Socioassistencial como uma função da política de assistência social, conjuntamente com a Proteção Social e a Defesa de Direitos. Essas três funções possuem fortes relações entre si, e em certo sentido, podemos afirmar que cada uma delas só se realiza em sua plenitude por meio da interação e complementariedade com as demais. A partir da aprovação da NOB em 2012 a Vigilância Socioassistencial para a ser obrigatória sua implementação e deve ser realizada por intermédio da produção, sistematização, análise e disseminação de informações territorializadas, e trata: I – das situações de vulnerabilidade e risco que incidem sobre famílias e indivíduos e dos eventos de violação de direitos em determinados territórios; II – do tipo, volume e padrões de qualidade dos serviços ofertados pela rede socioassistencial. (BRASIL, 2012, p.40) Neste trabalho vamos evidenciar e focar nas situações de vulnerabilidade e risco social e nos eventos de violação de direitos no território. De acordo com as determinações da NOB/SUAS (2012) a Vigilância Socioassistencial deve estar estruturada e ativa: Em nível municipal, estadual e federal, contribuindo com as áreas de proteção social básica e de proteção social especial por meio da elaboração de estudos, planos e diagnósticos capazes de ampliar o conhecimento sobre a realidade dos territórios e as necessidades da população, e auxiliando no planejamento e organização das ações realizadas nesses territórios. Deve, ainda, contribuir com a própria Gestão – em sentido amplo – auxiliando a formulação, planejamento e execução de ações que induzam à adequação da oferta às necessidades da população. Para isso, faz-se necessário que também sejam produzidas e analisadas informações sobre o financia- mento; sobre o tipo, volume, localização e qualidade das ofertas; bem como das condições de acesso aos serviços, benefícios, programas e projetos (BRASIL, 2014, p.9). Já o Caderno 3 do CapacitaSUAS (BRASIL, 2013) a Vigilância deve responder não só pela identificação das situações de vulnerabilidade e risco que incidem sobre as famílias que vivem no território, mas também deve permitir compreender porque e como se configuram territorialmente as necessidades e demandas por seguranças socioassistenciais. Somente assim poderá produzir uma visão territorializada e interligada entre as demandas e respostas de proteção social (BRASIL, 2013, p.26). Ou seja, é preciso identificar as famílias, onde estão essas famílias no território e também qual a sua necessidade de proteção social para que a assistência social possa atuar na intervenção. Marco Normativo da Vigilância Socioassistencial Apresentamos a seguir a redação dos documentos normativos da Assistência Social que se referem à Vigilância Socioassistencial, a fim de resgatar a completude do Marco Normativo da área e analisá-los mais detidamente. A Vigilância ganhou um importante aliado com a redação da Norma Operacional Básica (NOB) 2012, que reitera a importância dada à Vigilância na Lei Orgânica de Assistência Social (LOAS) e na Política Nacional de Assistência social (PNAS). Estes três documentos ajudam a dar concretude às atividades próprias da Vigilância e mostram como este tema é necessário para alavancar a agenda do SUAS no país. A LOAS, afirma em seu artigo 2o que: A assistência social tem por objetivos: social, I - a proteção que visa à garantia da vida, à redução de danos e à prevençã o da incidência de riscos, especialmente: (...); II - a vigilância socioassistencial, que visa a analisar territorialmente a capacidade protetiva das famílias e nela a ocorrência de vulnerabilidades, de ameaças, de vitimizações e danos; III a defesa de direitos, que visa a garantir o pleno acesso a os direitos no conjunto das provisões socioassistenciais. (Lei nº 8.742, de 1993, segundo redação dada pela Lei nº 12.435, de 20111). Esta redação aponta para a importância da Vigilância Socioassistencial como objetivo da política da Assistência Social, no mesmo patamar que as proteções sociais e a defesa dos direitos, ao mesmo tempo que, estabelece o que é de responsabilidade da Vigilância realizar: analisar territorialmente a capacidade protetiva das famílias e nela a ocorrência de vulnerabilidades, de ameaças, de vitimizações e danos (BRASIL, 2014). A PNAS, desde 2005, também estrutura assertivas sobre a Vigilância Socioassistencial. Assim, se inicia o difícil trabalho de dar materialidade a Vigilância Socioassistencial, ligando-a à produção, sistematização das informações, indicadores e índices territorializados, apontando assim para o campo de atuação da Vigilância. A partir da NOB/SUAS 2012 - em seu artigo 87 e seguintes - cria-se a obrigação de instituir a área da vigilância socioassistencial vinculada aos órgãos gestores da política de assistência social, dispondo de recursos de incentivo à gestão para sua estruturação, desenvolvimento de atividades, manutenção e delimita as responsabilidades dos entes. A citada norma traz o amadurecimento da área nos últimos anos, materializando quais são, de fato, as atividades que a Vigilância deve executar. A NOB clarifica a relação entre Vigilância Socioassistencial e a gestão da informação (art.95 a 98), o monitoramento (art. 91 e art.99 a 104) e a avaliação (art.105 a 108) no SUAS. Mesmo que estas atividades sejam realizadas por núcleos específicos que não são exclusivos do SUAS, mesmo que sejam realizadas por organizações externas, ou que existam atividades realizadas em outras áreas ou proteções, é responsabilidade da Vigilância Socioassistencial traduzir e organizar estrategicamente estas informações para 1 Disponível em: < http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/_Ato2011-2014/2011/Lei/L12435.htm> a linguagem do SUAS e para a tomada de decisão. A Vigilância é a gestora das informações no âmbito do SUAS e deve se responsabilizar pelas informações do e para o sistema. O três principais conceitos da Vigilância Socioassistencial Em sua dimensão teórico-conceitual, a concepção de Vigilância Socioassistencial instituída pela PNAS está ancorada em um conjunto integrado de conceitos e categorias que buscam instituir uma abordagem específica para a produção de conhecimentos aplicados ao planejamento e desenvolvimento da política de assistência social. Como apontado nos artigos 1º e 6º da LOAS, a Vigilância evoca a apropriação e utilização de três conceitos-chave, a saber risco, vulnerabilidade e território, que inter-relacionados propiciam um modelo para análise das relações entre as necessidades de proteção social no âmbito da assistência social, de um lado; e as respostas desta política em termos de oferta de serviços e benefícios à população, de outro (BRASIL, 2014). Seguindo a perspectiva do Ministério de Desenvolvimento Social e Combate a Fome - MSD a operacionalização do conceito de risco visa identificar a probabilidade ou a iminência de um evento acontecer e, consequentemente, está articulado com a disposição ou capacidade de antecipar-se para preveni-lo, ou de organizar-se para minorar seus efeitos, quando não é possível evitar sua ocorrência. Sendo assim, a aplicação do conceito de risco está necessariamente associada à pré-definição de um evento (ou de um certo conjunto de eventos), tendo em vista a peculiaridade de cada área (BRASIL, 2014). Então, para a operacionalização do conceito risco exige a definição do conjunto de acontecimentos e compete desenvolver diretamente esforços de prevenção ou de enfrentamento para redução de seus agravos. Em relação a tais acontecimentos é necessário desenvolver estudos que permitam algum tipo de mensuração e monitoramento da sua incidência ou da probabilidade de sua ocorrência. Desta maneira, com base na PNAS é possível definir que, no âmbito de atuação da Assistência Social, constituem situações de riscos a incidência, ou a probabilidade de ocorrência. O segundo conceito-chave da Vigilância Socioassistencial é o de vulnerabilidade. Segundo a PNAS (2004) a vulnerabilidade se constitui em situações ou ainda em identidades que podem levar a exclusão social dos sujeitos. Estas situações se originam no processo de produção e reprodução de desigualdades sociais, nos processos discriminatórios e aqueles que segregam, gerados nas construções social e históricas e privilegiam alguns em relação a outros. Kaztman e Filgueira (2006) têm trabalhado com o conceito de vulnerabilidade social e afiançam : [...] chamamos de vulnerabilidade ante a pobreza ou a exclusão social as situações que surgem quando as configurações de recursos que controlam e podem movimentar os municípios não são suficientes para aproveitar as estruturas de oportunidade de acesso ao bem estar (KAZTMAN E FILGUEIRA, 2006, p.71). A abordagem da vulnerabilidade social mostra-se relacionada ao acesso ao bem estar social que os autores acima citados denominam de “estruturas de oportunidade de acesso ao bem estar”. E por fim, o terceiro conceito-chave da Vigilância é território. Segundo Souza (1995, p.75) território é "fundamentalmente, um espaço definido e delimitado por e a partir de relações de poder". Tal poder só se exerce "com a referência a um território e, muito frequentemente, por meio de um território" (SOUZA, 2013, p. 87). Couto (2010) destaca que o território é também o terreno das políticas públicas, onde se concretizam as manifestações da questão social e se criam os tensionamentos e as possibilidades para seu enfrentamento. Assim sendo, pensar as políticas públicas na ótica do território e dos vínculos sociais não significa buscar a homogeneização das condições sociais e das realidades cotidianas, mas buscar uma visão estratégica para a otimização dos esforços públicos. Vale a pena destacar que a noção de território ultrapassa os limites geográficos e deve ser baseada no reconhecimento das capacidades criadas coletivamente no território enquanto espaço de vivência com características políticas, econômicas e culturais. Ao atentarmos para o conceito de território, consideramos a perspectiva trazido por Milton Santos mais adequada para a discussão da Vigilância. Partimos para esta categoria de análise pois suscita a depuração dos usos pelos sujeitos, individual ou coletivamente, em grupos organizados ou não, e revela a realidade no presente e seu movimento. O território usado permite a elaboração de trabalhos que lidem com a complexidade do período histórico atual, por sua vez, caminhe para a compreensão do movimentos do mundo. Para Santos (2007a) o território usado, visto como uma totalidade, é um campo privilegiado para a análise, na medida em que, de um lado, nos revela a estrutura global da sociedade e, de outro lado, a própria complexidade do seu uso. O território usado Santos (1998) destaca que vivemos com uma noção de território herdada da Modernidade incompleta e do seu legado de conceitos puros, tantas vezes atravessando séculos praticamente intocados. É o uso do território, e não o território em si mesmo, que faz dele o objeto da análise social (SANTOS, 1998, p. 15). Santos (1996) ainda defende que ao atentarmos para o uso do território poderemos desvendar os diferentes interesses dos diversos agentes sociais que, relacionando-se entre si, atuam na formação dos territórios. Milton Santos (1998) expôs que o "território são formas, mas território usado são objetos e ações, sinônimo de espaço humano, espaço habitado" (SANTOS, 1998, p. 16). Santos (2007) nos apresentou o significado do território: O território tem que ser entendido como o território usado, não o território em si. O território usado é o chão mais a identidade. A identidade é o sentimento de pertencer àquilo que nos pertence. O território é o fundamento do trabalho; o lugar da residência, das trocas materiais e espirituais e do exercício da vida (SANTOS, 2007b, p.22). Nesta citação, Milton Santos elucida o valor de um território, pois relaciona a identidade e o sentimento de pertencer a tal local, deixando clara a relação de uso do território. Koga (2003) apresenta sua definição de território e afirma: O território também representa o chão do exercício da cidadania, pois cidadania significa vida ativa no território, onde se concretizam as relações sociais, as relações de vizinhança e solidariedade, as relações de poder. É no território que as desigualdades sociais tornam-se evidentes entre os cidadãos, as condições de vida entre moradores de uma mesma cidade mostram-se diferenciadas, a presença/ausência dos serviços públicos se faz sentir a qualidade destes mesmos serviços apresentam-se desiguais (KOGA, 2003, p.33). Consideramos a contribuição de Koga importante quando afirma que o território representa o chão do exercício da cidadania, onde se materializa a presença/ausência dos serviços públicos, sendo que essa presença/ausência não significa (simplesmente) o acesso a todos os serviços e com qualidade. Segundo PNAS é necessário considerar a alta densidade populacional do Brasil e, ao mesmo tempo, seu alto grau de heterogeneidade e desigualdade socioterritorial presentes nos mais de 5.560 municípios brasileiros. A análise da adequação entre as necessidades da população e as ofertas dos serviços e benefícios socioassistenciais, vistos na perspectiva do território, deve constituir-se como objeto central e de permanente reflexão da Vigilância Socioassistencial. Esta visão de totalidade, integrando necessidades e ofertas, permite traçar melhores ações e estratégias para prevenção e para redução de agravos, contribuindo para o planejamento, gestão e execução da política de assistência por meio de seus serviços e benefícios, objetivando sempre o fortalecimento da função de proteção social do SUAS. Considerações finais A partir do reconhecimento de que o conceito de território usado é mais adequado para nossa discussão, apresentamos uma síntese que, desejamos, ser capaz de articular as proposições do debate acadêmico ao esforço da formulação e implementação da Vigilância Socioassistencial. É inegável e vale destacar as contribuições e reflexões acumuladas pela Geografia Brasileira sobre o conceito de território e território usado. Essas contribuições, e principalmente a partir da perspectiva de Milton Santos, serviram como base na construção da própria PNAS em 2004 e tais discussões vem avançando e embasando formulações e implementações de políticas públicas. A Vigilância Socioassistencial tem sido, e ainda será, um grande desafio na materialização da PNAS e do SUAS, mas que vem se consolidando no decorrer dos anos e, principalmente, a partir da NOB 2012 se tornando uma obrigação sua implementação nos municípios e nos estados. Assim sendo, pensar as políticas públicas (e principalmente a Política de Assistência Social tratada neste trabalho) na ótica do território e dos vínculos sociais não significa buscar a homogeneização das condições sociais e das realidades cotidianas, mas buscar uma visão estratégica para a otimização dos esforços públicos e uma visão de totalidade. Referências Bibliográficas BRASIL, CapacitaSUAS Caderno 3. Vigilância Socioassistencial: Garantia do Caráter Público da Política de Assistência Social / Ministério do desenvolvimento Social e Combate à Fome. Brasília: 2013. BRASIL, Política Nacional de Assistência Social - PNAS. Versão oficial. São Paulo: Cortez, 2004. BRASIL, Norma Operacional Básica NOB/SUAS – Sistema Único de Assistência Social. Brasília: 2005. BRASIL, Norma Operacional Básica NOB/SUAS – Sistema Único de Assistência Social. Brasília: 2012. BRASIL, SUAS. Orientações Técnicas da Vigilância Socioassistencial. Brasília: 2014. COUTO. B. R.; YAZBEK, M. C.; RAICHELIS, R. A política nacional de assistência social e o SUAS: apresentando e problematizando fundamentos e conceitos. In: COUTO, B. R. et al. (Org.). O sistema único de assistência social no Brasil: uma realidade em movimento. São Paulo: Cortez, 2010. p. 32-65. KAZTMAN, R. e FILGUEIRA, F. Las normas como bien público y como bien privado: refl exiones en las fronteras del enfoque AVEO. 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Os conceitos fundamentais da pesquisa sócio-espacial. Rio de Janeiro: Bertrand Brasil, 2013. SPOSATI, Aldaíza. Desafios para fazer avançar a política de assistência social no Brasil. Serviço Social e Sociedade. São Paulo, v. 22, n. 68, p. 54-82, 2001. ESCENARIOS SOCIOPOLÍTICOS Y SUS INFLUENCIAS EN EL TRABAJO SOCIAL CHILENO ∗ Marcelo Torres Fuentes ∗∗ RESUMEN La presente investigación se enmarcó dentro de lo que se conoce en investigación como metodología cualitativa, esta se desprende del paradigma teórico/epistemológico Interpretativo de las Ciencias Sociales. Por eso la verdad no es única, sino que surge como una configuración de los diversos significados que las personas le dan a una cierta situación (Briones G, 1999). De esta manera se pretendió descubrir el significado de las y los trabajadores sociales a través de sus vivencias, historias de vida y percepciones de cómo el trabajo social desde su construcción histórica política ha ido situándose en estos escenarios y como a partir de esos contextos se ha desarrollado la disciplina al interior de las ciencias sociales. Por ello los objetivos que busco éste trabajo estuvieron orientados a describir las dimensiones sociopolíticas que han configurado el desarrollo de la profesión, y conocer las nuevas configuraciones de la profesión en los escenarios sociopolíticos emergentes. Palabras claves: trabajo social profesional - escenarios emergentes -escenarios soclopolíticos- Identidad Ese artículo surge en el contexto de un proyecto de investigación que está en desarrollo y que ∗ es financiado por el concurso de Investigación de Ciencias Básicas y Aplicadas de la Universidad Central de Chile año 2012. En este contexto se dará a conocer los principales temas que ocupan y preocupan al equipo investigativo ( Investigador Responsable Marcelo Torres.y Co- Investigadores: Diego Palma, Adolfo Castillo e Ignacio Monsalve) ∗∗ Chileno. Trabajador Social. Doctor en Análisis de Problemas Sociales de la Facultad de Sociología y Ciencias Políticas de la Universidad de Granada España, Magíster en Políticas Sociales y Gestión Local. Universidad ARCIS. Académico Escuela de Trabajo Social, Universidad Central de Chile, Correo electrónico [email protected] 1 2 TRABAJO SOCIAL DESDE LAS DIVERSAS CONFIGURACIONES SOCIOPOLíTICAS Los diversos contextos sociopolíticos del país, han tensionado el desarrollo disciplinar del Trabajo Social Chileno, pues los diferentes regímenes políticos han permeado el desarrollo de la profesión en sus diferentes dimensiones, en este escenario el Estado en su funciones reguladoras de orden y de control social ha establecido en su marco jurídico y político normativas que han definido tanto el crecimiento como el desarrollo del país.; los diversos proyectos políticos a lo largo de la historia han permitido que el Trabajo Social se haya ido desarrollando desde diversas perspectivas ideológicas, éticas, epistemológicas, teóricas y metodológicas que han tensionado los actuales escenario de la profesión. Según Matus nos señala que profundizar en las formas en que Trabajo Social accede al conocimiento de la realidad, implica sin lugar a dudas una reconstrucción histórica. No se trata, por tanto de presentar exhaustivamente los diferentes momentos históricos del Trabajo Social dado que en la literatura existen diversas apreciaciones que dan cuenta de ello y que están abordada en su amplia profundidad. Sin embargo dicha reconstrucción histórica nos permite adentrarnos en la problemática de la identidad y en los desafíos de un Trabajo Social contemporáneo. Situar el contexto histórico de la profesión necesariamente debe de hacerse conociendo las diversas variables estructurales que se dan en un contexto, en este sentido la historia del Trabajo Social es una historia política, económica, cultural, social y ahora además tecnológica, es decir, para descubrir y entender al Trabajo Social en su historia, se necesitan de elementos de contexto, sin aquellos difícilmente se puede hacer una comprensión histórica del desarrollo de la profesión. Sin estos elementos se dificulta la posibilidad de valorar la importancia de los trabajadores sociales quienes son los que han ido generando aquellos aprendizajes, sus resignificaciones de los procesos históricos y como éstas han influido en las actuales discusiones respecto las formas de entender la profesión. Como dice Michel Chauvière (Bec et al., 1994), la profesionalización del Trabajo Social es compleja y no unívoca. Se forja en el tiempo; es una construcción que se hace progresivamente, alimentándose de diversas corrientes, utilizando numerosas estrategias, inscribiéndose en el conjunto de los hechos sobresaliente de la época. Es pues algo socialmente e históricamente construido. Pues bien, cuando la Enciclopedia de Trabajo Social de la NASW se plantea el tema de la historia y la evolución de la práctica del Trabajo Social afirma taxativamente que el Trabajo Social se desarrolló como disciplina especializada desde la mitad del siglo XVIII al final del XIX, a partir de las sociedades organizadas para la asistencia a los pobres. Hoy en día la formación del Trabajo Social es el resultado de toda su historia pasada. Principalmente, es la identidad profesional la que ha adquirido un carácter particular, según, Mario Quiroz señala que la identidad se edifica con fundamento en la historia, depende del pasado donde surgen las primeras identificaciones que dan origen a la profesión, y a partir de esta se va enriqueciendo y modificando en función de las demandas sociales. Dentro de esto también se encuentra el nacimiento de nuevos roles aumentando su caudal de conocimiento y la reflexión sobre su propia práctica. Para Mario Quiroz, es primordial a la hora de hablar sobre el Trabajo Social de hoy, acerca del mito fundacional. Lo que trata de decir es que el Trabajo Social edifica su propia leyenda, en base a una historia que una vez tuvo sentido y que le fue funcional: la caridad y la filantropía, pero esto actualmente, desde una perspectiva crítica, está en discusión y es negada rotundamente. “La esencia del Trabajo Social está en su historia, en la profundidad de sus raíces, es decir, en su conciencia histórica”(Quiroz M. , 1990).De acuerdo a lo anterior se presenta una descripción de los diversos momentos sociopolíticos y como el Trabajo Social se ha situando. ESCENARIOS SOCIOPOLÍTICOS Y SUS INFLUENCIAS EN EL TRABAJO SOCIAL EN CHILE: 1920 - 2010 Desde su aparición como profesión, en la década de los años 20 del siglo XX, el Trabajo Social ha ido manifestando un progresivo cambio, la cual está estrechamente relacionada con el contexto en que tiene lugar su desenvolvimiento. Sus fundamentos y orientaciones prácticas se han basado durante su trayectoria, en los elementos de realidad que se presentan, al empleo de los avances en las ciencias, a un desarrollo endógeno de la reflexividad disciplinar resultante del contexto político y social y a las relaciones de poder que en la sociedad se van expresando en el decurso histórico. Para la historiadora Angélica Illanes es Estado chileno en el siglo XX es “como una construcción netamente histórica, esto es, se configura en torno a los desafíos sociales y económicos del período, los cuales exigirán del Estado asumir un creciente protagonismo” (Illanes, 1993: 16) y llega se ser una “figura subsidiaria del movimiento popular, se levanta a nombre del Pueblo, convirtiendo a éste en objeto central de su política” (Idem: 16). En efecto, las luchas populares de décadas del movimiento social obrero, había logrado que la clase política gobernante acogiera e integrara demandas sociales largamente exigidas desde las bases populares. Este periodo está marcado por la creación de la primera escuela de Trabajo Social en Chile y en América Latina, fue una iniciativa del Dr. Alejandro del Rio, nace con una orientación paramédica y parajurídica, motivado por una acción filantrópica y apostólica. Esta escuela fue denominada “Escuela de Servicio Social de Beneficencia”. Es en este contexto que se define el Trabajo Social de la época como una modalidad benéfico asistencial, no solo se trata de una prolongación de la etapa pre profesional sino que es el estilo dominante de las primeras asistentes sociales en América Latina: siendo definido como un técnico de la caridad. Los problemas sociales se considerarlos como problemas individuales circunscribían a que necesitan asistencia, atribuyéndoles causas muy diversas enfermedad, raza, apatía falta de espíritu emprendedor… Dejando de lado o no considerando la relación entre los problemas individuales con los problemas estructurales de la sociedad. (AnderEgg, 1995). Durante la segunda mitad del siglo pasado el Estado se constituyó en el escenario de la polarización global, lo cual también se reflejó en el campo del movimiento asociativo. El conflicto entre capital y trabajo se proyectó a toda forma de organización, y en el marco de la sociedad de masas que emergió junto con el desarrollo capitalista chileno, contribuyó a escindir aún más ambas dimensiones del conflicto contemporáneo. Ese tejido asociativo que nació bajo el impulso de un Estado fuerte, centralista, heredero de la tradición borbónica, no tuvo, al menos durante la mayor parte del siglo XX, la autonomía suficiente para intervenir en la esfera pública y construir procesos de participación y empoderamiento ciudadano. La matriz histórica de articulación sociopolítica se estructuró en torno al Estado. La marginalidad y la pobreza son una causa del capitalismo de la dominación de clases lucrativas insensibles a los problemas de estos sectores de la sociedad. Un jesuita, Roger Vekemans escribió que la marginalidad era un fenómeno histórico estructural no originado en el desarrollismo sino en el dualismo estructural del mundo latinoamericano por lo que cabía una estrategia civilizatoria. Esta tesis fue la base para montar la política de Promoción Popular durante el gobierno de Frei. Lo que vino después fue una forma de populismo donde se generan dualidad de poderes, y la clase política fue incapaz de encontrar formas de dialogo con el movimiento social popular. En contraposición al Servicio Social Tradicional surge LA CONCEPCIÓN DESARROLLISTA donde no solo hay que resolver los problemas individuales, sino que también hay que contribuir al funcionamiento de la sociedad. La concepción desarrollista proviene de los estudios presentados por la CEPAL, que estimulan la participación del Servicio Social en las iniciativas de encaminar la región hacia el desarrollo. Dicha concepción fue un paso importante para el desarrollo de nuestra profesión, dado que genera una nueva mirada en un contexto global. El Asistente Social pasa a intervenir en la realidad con el objetivo de modificarla, teniendo presente que la realidad es dinámica con un sin número de variables que influyen en la conformación de los procesos. El Servicio Social ya no puede seguir desarrollándose como un agente repetitivo de acciones sin sustento teórico, en esta lógica hace sentido el esquema conceptual referencial operativo (ECRO), de Pichón Riviere, instalado por Trabajadores Sociales Argentinos en 1965. Desde esta fecha se comienza a realizar la búsqueda de una teoría que sustente a la profesión en América Latina. Pues hasta los sesenta el Servicio Social era un instrumento de los sectores dominantes para mantener un sistema que perpetuo las desigualdades sociales. Desde lo anterior la Reconceptualización seria fruto de las condiciones históricas, sumado a la incapacidad que tendría el Servicio Social para dar respuestas efectivas a las demandas del medio social cambiante sobre el cual desarrolla su accionar. Llevado a cabo por profesionales de la época que realizaron críticas a la profesión, planteando la necesidad de elaborar teorías que dieran sustento a la praxis profesional. Durante los años 1973-1989 Gobierno autoritario e impuesto “de facto”. Estado represor que limita las garantías individuales, viola los derechos humanos y, en general, recorta la condición y el derecho de la ciudadanía. En algún sentido los cambios generados por el golpe de Estado de 1973, provocaron una profunda reestructuración entre Estado y sociedad. El resultado impactó la sociedad civil despedazando las redes comunitarias, los vínculos sociales, los mecanismos de protección, por lo que se puso en marcha el escenario de la incertidumbre, de la privatización de la vida, de la crisis del espacio público”.2 El proyecto que atravesó el periodo fue la instalación, consolidación y desarrollo, en todos los aspectos de la vida económica, social y en la cultura, 2 Portantiero, Juan Carlos., “La sociedad Civil en América Latina: entre autonomía descentralización”, en Sociedad y Política en América latina: Representación de Intereses y Gobernabilidad., Hengstenberg, Peter y otros.FES, Ed. Nueva Sociedad, Venezuela, 1999. Pág. 33. de un “orden” inspirado en la doctrina neo liberal. El Estado se resta de intervenir en aquellas cuestiones que, teóricamente, podría solucionar la iniciativa privada a través de los mercados (estado subsidiario) y siempre va a intervenir, con fuerza, frente a situaciones sociales y políticas (pasa a ser lo mismo) que obstaculizan el libre funcionamiento de las fuerzas en los mercados (de allí la proscripción de los partidos y el descabezamiento de las organizaciones). En definitiva en éste periodo se vive un periodo de restricción de los derechos políticos, el rol del Estado es subsidiario, abandonando el Estado de bienestar, se disminuye el gasto público por lo cual se restringe el campo profesional, se suma a ello la expulsión del país sufrida por varios profesionales, mientras que los (as) Trabajadores (as) Sociales que permanecían en el país debían adaptarse a una nueva situación. En este contexto el Trabajo Social vuelve a retomar el asistencialismo, tan cuestionado anteriormente. La década de los noventa constituye para los actores y movimientos sociales de Chile, un escenario de experimentación, innovación y despliegue de creatividad ciudadana, no obstante las dificultades y severos déficit de modernidad e integración a los mercados y al orden democrático observable en las periferias del mundo local y regional. El resultado de los cambios en el Estado en el tránsito de la dictadura militar a los gobiernos democráticos post 1990, generaron transformaciones en su sociedad civil, alterando el patrón o matriz Estado céntrica, que se reflejó en la redefinición del modo en que las políticas públicas son desarrolladas por el Estado, particularmente, la manera en que las organizaciones de la sociedad civil van interactuando con las agencias de gobierno. Así, durante la dictadura, existieron trabajadores sociales que trabajaron en las políticas focalizadas y asistenciales del estricto neo liberalismo más aún, hubo trabajadores sociales que se creyeron el cuento del mercado como solucionador de la cuestión social) y, en ese mismo período, otros/as criticaron esos enfoques y prefirieron incorporarse a las ONGs e impulsar “experiencias piloto” junto a las organizaciones subalternas.3. Durante la primera Concertación, estaban aquellos/as profesionales que instalaron democracia cumpliendo fielmente con incrementar la eficacia de la acción social oficial y con ampliar las coberturas de los servicios sociales y aparecieron aquellos/as quienes, sin negar la necesidad de lo anterior, buscaron ir más allá e impulsaron formas innovativas en los programas, especialmente en espacios más liberados respecto del aparato estatal central, como son los municipios.4 Los profesionales conforme a los principios de equidad y justicia social, comienzan a combinar lo asistencial con lo promocional, aportando al proceso de planificación de las políticas sociales, la labor de los profesionales es de mediadores entre la sociedad y el Estado. En síntesis en Chile, A lo largo del tiempo que aquí consideramos, desde 19395 , hasta la actualidad, el estado en Chile ha sido ocupado por sucesivos gobiernos, de distinto signo ideológico, pero que, a lo largo de esta etapa han mantenido ciertos rasgos básicos comunes: el estado siempre apoyó el orden económico capitalista (incluso durante los tres años de la Unidad Popular), el régimen político siempre fue presidencialista y el carácter político administrativo se mantuvo siempre bajo la forma “unitaria” (con énfasis hacia el centralismo). En este sentido éste proyecto de investigación se sitúo desde el escenario nacional considerando aquellos momentos históricos relevantes y que han marcado su desarrollo con la intención de tensionar y conocer las nuevas visiones acerca de la disciplina y sus aportes a las ciencias sociales. Antecedentes que fueron profundizados en el desarrollo de esta investigación a partir del relato de los principales actores de ésta historia: Trabajadoras y Trabajadores Sociales como sujetos constructores de nuestra profesión ,es 3 Cabe mencionar al Colectivo de Trabajo Social que, en ese período se propuso “reflexionar sobre la profesión en términos alternativos” y que pudo sostener, durante todo ese período, una revista de bastante circulación. 4Así surgieron los primeros “Fondos Concursables” en la antigua comuna de Conchalí o la desconcentración de los servicios municipales que se ensayó en la comuna de Rancagua. 5 La elección de Pedro Aguirre Cerda, a finales de 1938, marcó un parte aguas en la historia política de Chile, ya que, por primera vez, la coalición triunfante (el Frente Popular) no incorporó ni a la oligarquía terrateniente ni a la burguesía minero financiera: así se marcaba el fin de la “dominación oligárquica”, un proceso que se había iniciado en 1920 con el triunfo electoral del presidente Arturo Alessandri.. decir, iinteresó como objetivo de trabajo conocer, describir y resignificar desde la voz de los propios actores las visiones tradicionales desde donde nace la profesión y como está en su transitar sociopolítico ha ido desarrollándose en las diversas complejidades sociales situadas históricamente. Este planteamiento permitirá entender la visión actual del Trabajo Social, es decir un Trabajo Social crítico y situacional donde a partir de la incapacidad del Estado en abordar las diversas demandas sociales y con una emergente sociedad civil que organizadamente ha ido planteando en estos últimos años sus necesidades ha requerido que las ciencias sociales y específicamente el Trabajo Social desarrollen una discusión pertinente a las dinámicas actuales. La discusión queda abierta y los aportes de ésta investigación se publicaran oportunamente para aportar a la comprensión de la profesión. BIBLIOGRAFÍA Castel, R. (1997). Las Metamorfosis de la Cuestión Social. Historia del salariado. Buenos Aires: Paidos . Castell, R. ( 1994). La Metamorfosis de la Cuestión Social. Buenos Aires: Editorial Paidos. Ilanes, A. (1993). En el nombre del pueblo, del Estado y de la ciencia (…) Historia social de la salud pública. Chile 1880 / 1973,. Santiago: Impresión La Unión. Illanes, A. (2006). Cuerpo y Sangre de la Política. La construcción histórica de las visitadoras sociales Chile, 1887 - 1940. LOM. Matus, T. (1999). Propuestas Contemporáneas en Trabajo Social, Los requisitos de una intervención social fundada. Argentina, Buenos Aires: Editorial Espacio. Portantiero, Juan Carlos, (1999) “La sociedad Civil en América Latina: entre autonomía descentralización”,en Sociedad y Política en América latina: Representación de Intereses y Gobernabilidad., Hengstenberg, Peter y otros.FES, Ed. Nueva Sociedad, Venezuela, COMPETENCIAS QUE DESARROLLA EL ESTUDIANTE DE LA LICENCIATURA EN TRABAJO SOCIAL, EN SU PRÁCTICA ACADÉMICA, EN UN MODELO CENTRADO EN EL APRENDIZAJE. Ma. Gregoria Carvajal Santillán Marisa Mesina Polanco Catalina Suarez Dávila Sergio Wong de la Mora ∗ ∗∗ ∗∗∗ ∗∗∗∗ RESUMEN Para que el Trabajador Social, responda a las necesidades sociales del mundo globalizado, las escuelas y facultades de Trabajo Social, deben ofrecer estrategias de formación en los alumnos, que les proporcione elementos que promuevan un cambio social. De ahí que la Facultad de Trabajo Social, de la Universidad de Calima, en Colima, México, ha implementado desde hace 10 años un modelo de enseñanza centrado en el aprendizaje, una de las razones que se han argumentado, es que éste permite realizar un recorrido por el aprendizaje, de manera inversa al que se ha seguido tradicionalmente, además de que propicia de manera consciente el trabajo colaborativo, puesto que una estrategia didáctica utilizada, son los grupos pequeños, en los que se propicia que los estudiantes compartan la experiencia de aprendizaje, desarrollen habilidades de observación y reflexión, además de propiciar un acercamiento directo entre profesor-alumnos, alumnos-alumnos. Con este breve antecedente de busca, Conocer cuáles son las competencias y habilidades, que desarrolla el estudiante de la licenciatura en Trabajo Social, en su práctica académica, en un modelo centrado en el aprendizaje. El presente estudio, es de corte cualitativo y presenta un recorrido por tres generaciones de alumnos de la licenciatura en Trabajo Social, por medio de una revisión a las memorias presentadas, al finalizar su intervención en escenarios reales. Palabras clave: Competencias, práctica académica, modelo centrado en el aprendizaje ∗ ∗∗ [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] ∗∗∗ ∗∗∗∗ Introducción En los últimos años, los cambios sociales, políticos y económicos, demandan una dinámica educativa desde una perspectiva diferente, la cual debe responder a los nuevos escenarios globales, de ahí que las instituciones de educación superior deben preparara profesionistas que atiendan estas nuevas exigencias sociales. El profesional del Trabajo Social, debe estar inmerso en estas transformaciones, debido a que permanentemente está enfrentándose con problemas de diversa índole, lo que conduce a prepararse con competencias laborales, al ser nuevas una profesión de servicio, cuyo campo de acción son las necesidades sociales, las labores principales de este profesionista son la gestión social, educación informal, investigación, buscando ante todo, propiciar un cambio de actitudes en las personas, para que puedan enfrentar con mayores posibilidades de éxito las situaciones problemáticas que le generan conflictos. El Plan de Estudios de la licenciatura en Trabajo Social, en la Universidad de Colima, sufrió reestructuración teniendo ahora un Modelo Centrado en el Aprendizaje, caracterizado por incorporar un conjunto de objetivos, estrategias y recursos orientados a lograr aprendizajes significativos y enfatizar la actividad autónoma del alumno de aprender a aprender, se fundamenta en las teorías constructivistas del aprendizaje, en los principios del aprendizaje de los adultos y en el desarrollo de modelos andragógicos, que tiene el propósito de ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades para dirigir su propio aprendizaje. Los contenidos se agruparon considerando al eje del ciclo vital y la teoría de sistemas, de tal forma que se revisan contenidos desde la perspectiva micro, meso y macro; a la vez se clasifican en grupos de edades : niñez, adolescencia, adultez (los primeros tres semestres), familia grupos y sociedad (de cuarto a sexto) y campos profesionales (séptimo y octavo) contando con cuatro modalidades didácticas: tutorial, disciplinar, integrativa y crecimiento personal en las que se propicia el trabajo colaborativo y permite a los estudiantes compartir experiencias de aprendizaje, así como desarrollar las habilidades de observación y reflexión. La modalidad de la práctica integrativa, es un pilar fundamental, en la formación del licenciado en Trabajo Social, se busca que el estudiante combine la teoría con las habilidades técnicas, que comprenda que los conocimientos, habilidades y capacidades, que se desarrollan en las demás modalidades, que conforman el plan de estudios, son parte de un todo que le dará elementos para conocer e intervenir en problemáticas específicas. En el plan de estudios la Práctica Integrativa, está programada en cuatro cursos, que se ubican del cuarto al séptimo semestre, teniendo como propósito principal, que alumnos organizados en equipos de máximo 15 alumnos y asesorados por un profesor, se sitúan en un escenario de intervención real, en áreas tradicionales o emergentes Desarrollo El Aprendizaje Basado en Problemas (ABP), es una herramienta metodológica de enseñanza aprendizaje, que ha tomado importancia en las instituciones de educación superior en los últimos años, nace en los campos clínicos del área de ciencias de la salud, a finales de los sesentas, en McMaster Canadá, esta metodología, busca desarrollar actitudes de aprendizaje para la adquisición de conocimientos, hábitos de auto aprendizaje, capacidades de resolución de problemas, así como fomentar el trabajo en equipo. Trabajar con la metodología ABP, un proceso de enseñanza aprendizaje, es trabajar en pequeños grupos, aunque también hay universidades que hacen adaptaciones a esta propuesta, como el caso de las Universidades de Maaastrich para grupos de 25-30 estudiantes o Hong Kong en grupos de 50-70 estudiantes, estas variaciones permiten atender las necesidades específicas de cada país. La experiencia de trabajo en grupos orientado a la solución del problema, es una de las características distintivas del ABP. En estas actividades grupales los alumnos toman responsabilidades y acciones que son básicas en su proceso formativo. En la modalidad tutorial, los estudiantes deberán demostrar con su participación activa y permanente dentro de las sesiones, su comprensión por elementos teóricos, conceptuales, filosóficos, éticos, metodológicos que le permitan construir un marco de referencia teórico – conceptual de la disciplina de Trabajo Social. El profesor a su vez, deberá propiciar la discusión, reflexión, análisis y generación de hipótesis, procurando el desarrollo integral del proceso de enseñanza-aprendizaje. Para lograr lo anterior, los estudiantes deberán, leer y analizar el problema, discutir en el grupo los puntos necesarios para establecer un consenso, sobre cómo se percibe problema propuesto, pasa a identificar cuáles son los objetivos de aprendizaje que se pretenden cubrir con el problema que el profesor - tutor les ha planteado, cuando se cuenta con los objetivos planteados se jerarquizan y en cada sesión, los alumnos traen información necesaria para dar cumplimiento a los objetivos planteados. Todo el grupo debe participar en este proceso, de tal modo que cada miembro tenga la capacidad de responder a cualquier duda sobre los resultados. La retroalimentación debe ser constante a lo largo de todo el proceso de trabajo del grupo, de tal manera que sirva de estímulo a la mejora y desarrollo del mismo, se recomienda dejar un espacio de tiempo al final de cada sesión para la retroalimentación grupal. A lo largo del proceso el grupo debe estar atento a retroalimentar en tres diferentes coordenadas de interacción: - La relación de grupo con el contenido de aprendizaje. - La relación de los miembros dentro del grupo. - La relación de los miembros con el tutor del grupo. El modelo de enseñanza centrado en el aprendizaje de la Facultad de Trabajo Social (MECAFTS) busca estar acordes con los principios propuestos por la UNESCO, en el informe Delors (Los cuatro pilares de la educación): 1) Aprender a conocer: en el cual, la institución debe propiciar que los estudiantes conozcan y dominen los instrumentos y métodos del conocimiento; aspecto que se vincula con la modalidad tutorial. 2) Aprender a hacer: se busca que los estudiantes se preparen para hacer aportaciones a la sociedad, así como el propiciar las competencias para el trabajo en equipo, colaborativo, desarrollar habilidades, destrezas, ejecutar procedimientos, técnicas, métodos, entre otros; relacionado con la modalidad disciplinar. 3) Aprender a convivir: aspecto trascendental en la formación de recursos humanos, pues destaca el elemento de la diversidad, bajo este criterio la educación en valores es uno de los principales componentes para propiciar las actitudes que se orientan al desarrollo armónico y pleno de las personas, a la convivencia solidaria; la promoción de los derechos humanos; así como la erradicación de los llamados antivalores; principio que corresponde con las modalidades integrativas y disciplinarias. 4) Aprender a ser: la que conjunta el desarrollo total y máximo posible de cada persona. La educación integral de la que se viene hablando desde finales del siglo XIX y comienzos del XX; aquella del pensamiento autónomo (Delors 1996), que se asocia con la modalidad de crecimiento personal Tutorial Disciplinar Aprender: A conocer, A hacer Convivir Integrativa A convivir, y Crecimiento personal A ser En este sentido, el MECAFTS propone un esquema integrador de elementos, procesos y estructuras cognitivas (uso de estrategias educativas, ejes articuladores del conocimiento, procesos de integración teórica-práctica) y metacognitivas (motivación, identidad personal, expectativas, evaluación) que mediante la comprensión, discusión, reflexión, análisis, toma de decisiones y acción de los fenómenos sociales, derivará en la construcción (reconstrucción) de referentes teóricos que en Trabajo Social se han ido acumulando. Las competencias que se busca desarrollar en los estudiantes de la Facultad de Trabajo Social son: 1. Competencia conceptual. Constituida por el dominio y la pericia que el alumno debe mostrar sobre los fundamentos teóricos de la disciplina, tanto en el ámbito de la formación básica como en el de la formación específica del área en la que se desenvuelve. 2. Competencia metodológica. Está constituida por el dominio y la pericia que el alumno debe mostrar en la comprensión y utilización de los fundamentos que subyacen a las estrategias, procedimientos e instrumentación empleados para resolver demandas planteadas en los campos de aplicación profesional. 3. Competencia técnica. Dominio y pericia que el alumno debe mostrar para seleccionar y aplicar procedimientos e instrumentación psicológica, así como para interpretar y comunicar los resultados derivados de su función profesional. 4. Competencia contextual. Constituida por el dominio y la pericia que el alumno debe mostrar sobre la pertinencia de su práctica profesional con relación a la realidad social, regional y nacional. 5. Competencia integrativa. Dominio y pericia que el alumno debe mostrar para combinar la teoría de las habilidades técnicas en la práctica profesional. 6. Competencia adaptativa. Dominio y pericia que el alumno debe mostrar para anticipar y ajustarse a cambios importantes que afecten su quehacer profesional. 7. Competencia ética. Dominio que el alumno debe mostrar de los valores profesionales. Desarrollo de la Práctica integrativa: Los escenarios, son espacios públicos, y organizaciones no gubernamentales, en el que los alumnos organizados en equipos, ponen en práctica los conocimientos y buscan desarrollar competencias. La elección de los escenarios de intervención, es un factor clave en la formación profesional, ya que la improvisación en la selección de este espacio, frustra a docentes, alumnos y a las propias personas involucradas en el área de trabajo, ya que no se logra el objetivo deseado. La práctica integrativa, tiene asignadas 12 horas semana/mes, dos horas se trabajan en el aula en formato de taller y las otras diez en escenarios reales. El escenario es trabajado por dos años que inician con el Diagnóstico Social. En Trabajo Social, la adquisición de conocimientos, es sólo una parte de su objetivo, ya que es necesario que éstos se lleven a la práctica, buscando que ésta, sea una actividad transformadora del hombre y de la sociedad, que responda a necesidades concretas, nada puede modificarse o cambiarse sin tener conocimiento de lo que se pretende transformar; es por esto, que el diagnóstico, tiene como objetivo, otorgar los elementos básicos y suficientes que indiquen, cómo es una realidad y que se adquieran elementos para la formulación de proyecto de intervención, con acciones comunitarias, grupales y familiar. La definición del Modelo de Intervención, se realizará de acuerdo con los problemas detectados y las necesidades por atender, cuidando que se tomen en cuenta los planteamientos de quien requiere el apoyo. Todo proyecto de intervención, es creado para ejecutarlo y es precisamente en este momento del proceso, que el alumno conocerá la eficacia y eficiencia de lo que propuso para la resolución de la situación problema. Será aquí cuando llevará a cabo, junto con el o los usuarios, las acciones propuestas y podrá identificar si fueron las más adecuadas. En el caso de Trabajo Social, no es posible esperar hasta tener un diagnóstico y un proyecto para intervenir, de manera simultánea se realizan acciones de forma permanente, ya que surgen necesidades que deben ser atendidas inmediatamente; así como ser flexibles ante la presencia de situaciones imprevistas no contempladas en el proyecto, las cuales tendrán que solucionarse. El alumno de Trabajo Social, necesita conocer lo que requiere el usuario y para ello es primordial que evalúe sus acciones para identificar aquellos elementos no funcionales y que precisen cambios para el éxito del ejercicio profesional, por lo que debe estar preparado para proponer las estrategias adecuadas. Es necesario que la evaluación sea permanente. La evaluación de la intervención de los estudiantes requiere criterios específicos para medir su aprendizaje y rendimiento, por lo que se elaboró un instrumento de forma colegiada que es la base para que los SupervisoresMaestros responsables, registren los avances semanales de cada uno de los alumnos, con relación a los criterios de: puntualidad, participación, iniciativa, creatividad, metodología aplicada, modelo de intervención que fundamenta su práctica, capacidad del alumno para integrar la teoría con la práctica y la rigurosidad con la cual sistematiza. En la práctica académica, la experiencia y la comunicación profesor-alumno es muy significativa, ya que es el primer acercamiento a la sociedad, porque aquí se establecen las bases sobre las que el joven interactuara en su vida laboral, mucho depende, de la experiencia del profesor para motivar y desarrollar aprendizajes en los jóvenes, ya que los conceptos, la metodología, la técnica, la integración de procesos, la ética, estrategias de comunicación, y tolerancia, son detonantes para la adquisición de aprendizajes, también sucede que los jóvenes requieren que el profesor escuche lo que el alumno/a le cuente. Todo es importante. Cada alumno/a, es una persona con un potencial individual. Todas las personas tienen capacidades innatas que pueden desarrollar. Hay que intentar conocerlas, definirlas y potenciarlas. Esto hará que se sientan valorados y que comprendan que, aunque todos somos diferentes, con distintas capacidades, formamos parte de un colectivo y se nos reconoce el trabajo realizado. Se ha observado que profesores con menos de diez años de experiencia impartiendo la materia y sin una formación de profesores de carrera, les cuesta trabajo aplicar, aunque dispongan de teoría, porque en ocasiones no basta con conocer teorías sino aplicarlas, saber dónde y con quien, esta aseveración parte de que se observa que es este grupo de profesores, los que más se conflictuan con los alumnos, en el sentido que repiten esquemas, a todos los alumnos por igual. La muestra observada, la conforman 102 alumnos, organizados en 10 equipos, que se ubican 4 en el area educativa, 2 en el area penitenciarias 2 en desarrollo comunitario o desarrollo rural y 2 en Organizaciones no gubernamentales. El 75% se ubica en escenarios tradicionales del trabajo social. Las competencias que desarrollan según las evidencias estudiadas, es que el 100% de los alumnos, realizan procedimientos ya establecidos en los escenarios, es decir Aplican la competencia técnica, los estudiante describe y propone actividades de enlace entre la comunidad, la familia y las instituciones publicas de apoyo. Planea y ejecuta las diferentes tipos de entrevistas. Acompaña la observación como elemento complementario de la entrevista. Planea y ejecuta visitas domiciliarias. Registra y documenta acciones La competencia que se ve sutilmente dibujada es la conceptual, ya que los alumnos solo son operativos de acciones ya establecidas, que según Rosa María Cifuente, corresponde a una propuesta instrumental-funcionalista, que se ubica en el marco de la modernidad; en ella los (as) profesionales se especializan para hacer una intervención racional, técnicista con base positivista. Conclusiones El desempeño docente se ve influenciado por las estructuras académicas, las actividades, se centran en segmentos que no promueven un desarrollo integral del alumno, pareciera que dos años de prácticas con 12 horas a la semana fuera tiempo suficiente para desarrollar el cumulo de competencias que debe poseer el profesional del trabajo social, que forma la Universidad de Colima, lo cierto que es, que como está organizado la practica, en tiempo real se reduce a un semestre y en actividades en su mayoría asistencialistas, de aquí que el profesor debe contar con elementos necesarios para aprovechar al máximo este espacio, en la generación y aplicación del conocimiento. El profesor de la práctica requiere detenerse en el análisis de los procesos, que implementa en su modelaje del proceso enseñanza aprendizaje y realizar un diagnóstico de sus alumnos, que le permita ver las habilidades del grupo y de cada uno de los alumnos para que las promueva y el alumno se sienta motivado por hacer lo que él sabe hacer. Debemos integrar en los procesos de enseñanza-aprendizaje, lo cognitivo, lo afectivo, lo procedimental y lo conductual. No es insuficiente entrenar alumnos sólo en estrategias cognitivas y en la adquisición de destrezas procedimentales, se debe pasar de la mera acumulación de información, habilidades y competencias, a una concepción que incluya el desarrollo de la sensibilidad y los afectos la motivación, los valores, las conductas y los modos de ser y hacer trabajo social. A nivel institucional se debe trabajar en la intencionalidad No se puede comprender la intervención profesional al margen, pues quedaría reducida a una mera expresión técnica, operativa o instrumental. Susana García diferencia los objetivos externos, configurados a partir de las políticas sociales e institucionales, de los objetivos específicos de Trabajo Social, referidos a modificaciones que se buscan con los actores sociales, desde el saber especializado y que corresponden a la concepción teórica, ética, y metodologica para la intervención. Para comprenderlas, es importante relacionar los contextos y propuestas institucionales (su desarrollo histórico, nivel de legitimación e institucionalización), con las personales y profesionales del Trabajo Social, correspondientes al saber especializado, que se materializa en las acciones cotidianas; en tal sentido Susana García propone establecer objetivos explícitos, generales y particulares, verbalizados y actuados, en relación con las problemáticas, los sujetos, los recursos y los portadores de recursos como proyección de ese saber. Lo cual dará dirección y sentido a la acción, en cualquiera de las áreas de intervención. Bibliografía Díaz F. Hernández R., Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. México, Mc Graw Hill, 1998 DUPONT, P. La dinámica de la clase. Narcea. España, 1984. FLANDERS, N. A. Análisis de la interacción. Anaya. España, 1977. GIMENO S. Comprender para transformar la enseñanza. Morata. Madrid. 1988 STODOLSKY, Susan. 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Universidad de Colima. 2001. “Plan de Desarrollo Institucional 2002-2005” Universidad de Colima. 1999. Plan de estudios de la licenciatura en Psicología”. Universidad de Colima. Panel Nº III Tema: “Direccionalidad, sentido del proyecto ético político del trabajo social” Moderadora: Teresa López V. de Chile Panelistas: Jacqueline Quintana Muñoz Chile Alba Marín Rengifo Colombia Patricia Krieger Grossi Brasil Andrea Comelin Fornes Chile Cristian Andrés Ovando Santana Chile Fecha: 26 de abril 9,30 hrs. MUJERES DE ATENCO: UN DESAFÍO PARA LA ACCIÓN TRANSFORMADORA EN EL QUEHACER DEL TRABAJO SOCIAL. Jacqueline de Lourdes Quintana Muñoz RESUMEN El 22 de octubre de 2001, el gobierno federal, encabezado por el presidente Vicente Fox, anunció en el diario oficial diecinueve decretos expropiatorios mediante los cuales se planeaba la construcción de una nueva terminal aérea en la zona de Texcoco, Estado de México. Con esta decisión gubernamental se verían afectados los municipios de Texcoco, Ateneo y Chimalhuacán, con sus respectivos trece núcleos ejidales. La Policía del Estado de México y la Policía Federal Preventiva entran fuertemente armados al poblado de San Salvador Ateneo. En el operativo, más de 3 mil elementos policíacos enfrentan la resistencia de un reducido grupo del Frente de Pueblos. "La lucha no terminó allí, los días 3 y 4 de mayo de 2006 el gobierno ejecutó su venganza traducida en el ingreso de la policía a nuestros pueblos, entrando a viviendas sin órdenes de cateo, golpeando y torturando, dejando más de 200 compañeros detenidos, más de cuarenta compañeras violadas y dos jóvenes asesinados, Javier Cortés de 14 años y Alexis Benhumea. Palabras claves: Mujeres, conflicto social y participación El municipio de Atenco está ubicado al oriente del Estado de México y de la cuenca lacustre del Valle de México, es uno de los ciento veintidós municipios Mexiquenses. (Sánchez; 1999,17). Por su configuración geológica, Atenco cuenta en su gran mayoría con suelos salinos, propensos acumular salitre, así como con que se caracterizan por ser también salinos y cuya utilización agrícola es variada y productiva (Sánchez; 1997, 17 y 18). Atenco desde su especificidad sociopolítica, cultural e histórica, junto con Acuexcomac, Nexquipaac, Santa Isabel Ixtapan y otros más, han sido una materialización a nivel regional, de algunos de los más relevantes procesos históricos que fueron perfilando la sociedad y el Estado Mexicano. Desde la conquista, pasando por las leyes de Desamortización, la revolución mexicana y llegando hasta la actual dinámica capitalista (Tesis, Edith, 2008). Sin embargo, en el caso concreto del Estado de México, entre 1856 y 1910 la mayoría de los pueblos habían sido despojados de sus tierras, gran parte pertenecieron a los Jesuitas. Con la Revolución de 1910, se plantea la libertad municipal, la cual quedó garantizada en la Constitución de 1917 al quedar abolidas las prefecturas políticas y al estipularse la libertad municipal en el artículo 115 constitucional. El 22 de octubre de 2001, el gobierno federal, encabezado por el presidente Vicente Fox, anunció en el diario oficial diecinueve decretos expropiatorios mediante los cuales se planeaba la construcción de una nueva terminal aérea en la zona de Texcoco, Estado de México. Con esta decisión gubernamental se verían afectados los municipios de Texcoco, Atenco y Chimalhuacán, con sus respectivos trece núcleos ejidales, decisión basada en “la integración creciente de la economía mexicana a la economía mundial ha venido incrementando sustancialmente los flujos de mercancías y de personas; y, en razón de ello, la cantidad de rutas y vuelos hacia el aeropuerto internacional de la ciudad de México” (Alcayaga; 2002,23). Al respecto, el entonces subsecretario de Comunicaciones, Aarón Dycther, comentó que entre los grupos mexicanos interesados en la construcción del nuevo aeropuerto se encontraban ICA, de Bernardo Quintana; Gutsa, de la familia Gutiérrez Cortina; y el Grupo Martínez Hermanos. Además, en cuanto a los grupos interesados en lograr la concesión para la operación aeroportuaria, se encontraban el British Airport y el aeropuerto de Francfort. (Ríos, 2001). El aeropuerto propuesto contaría además con tres pistas paralelas secundarias, que duplicarían la capacidad del aeropuerto actual y reducirían significativamente retrasos y cancelaciones. Se afirmaba que se designaría al área del lago de Texcoco como zona de protección ecológica, lo que evitaría el riesgo de la especulación. A partir del mes de marzo de 2001, diferentes organizaciones civiles y ambientalistas a nivel nacional e internacional así como diversas universidades elaboraron estudios con el propósito de evaluar las dos posibles sedes aeroportuarias: Texcoco o Tizayuca. De acuerdo a los distintos estudios técnicos una de las principales razones en favor de Texcoco se vinculaba con la optimización de recursos económicos y de infraestructura. La zona de Texcoco se ubica solo a 26 kilómetros de la ciudad de México, mientras que Tizayuca se encuentra a 73 kilómetros. La demanda de vuelos sería cubierta por Texcoco hasta el año 2050, en tanto en Tizayuca hasta el 2035. De igual forma, Texcoco contaba con una superficie que posibilitaba la realización de las operaciones en un solo aeropuerto, mientras que en Tizayuca se debía dividir las operaciones en dos terminales aéreas. (Javier, 2001, TESIS) Según el Consejo Nacional de Población (CONAPO), señala que ser Texcoco la nueva sede aeroportuaria, existiría el peligro de generar una estructura urbana fragmentada, la degradación del entorno urbano, el descontrol en el uso del suelo, además del riesgo permanente de inundaciones y el daño de recursos naturales y del medio ambiente en general. Según la CONAPO, la decisión federal sobre la nueva terminal aérea no podía circunscribirse a razones técnicas, aeronáuticas o financieras; sino también, era preciso considerar los factores demográficos y urbanos. Bajo esa lógica, esta instancia proyectaba que el impacto del nuevo aeropuerto en Texcoco y los seis municipios aledaños, absorberían alrededor del cincuenta por ciento de incremento poblacional total de la zona metropolitana, y con las consecuencias que ello implica. “El terreno donde se pretende construir el aeropuerto internacional de la ciudad de México alberga 117 especies de aves migratorias, incluyendo aquellas de peligros de extinción” (Alcayaga; 2002,79). Por otra parte, el Programa Universitario del Medio Ambiente (PUMA) por instrucciones del entonces Rector Dr. Juan Ramón de la Fuente de la Universidad Nacional Autónoma de México, “… participa en la elaboración de los estudios del programa universitario de medio ambiente (PUMA), para decidir el lugar del nuevo aeropuerto de la ciudad de México en coordinación con la Secretaría del Medio Ambiente y recursos naturales” (Alcayaga, 2002; 51). Si bien, los resultados de esta evaluación no se inclinaban a favor de ninguna de las alternativas, sí se señaló que Texcoco implicaría un mayor riesgo de desequilibrio ecológico. Es así que otros actores sociales expresaron su preocupación, específicamente un grupo de ambientalista mexicanos señaló que la edificación del aeropuerto en Texcoco implicaba la urbanización de un área de restauración ecológica donde arriban anualmente 100 mil aves migratorias, de forma específica argüían que esta zona mexiquense es el reducto avifaunístico más importante de la región, por lo que el aeropuerto constituía un enorme riesgo para la supervivencia de dichas especies, además del peligro latente de colisiones entre aviones y aves. Otro de los argumentos para la no construcción del aeropuerto en Texcoco fue referido por los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pues refirieron que miles de restos de animales prehistóricos quedarían enterrados en zonas que se distinguían por su vasta riqueza paleontológica, como lo es la localidad de Tocuila, en donde desde años atrás se habían encontrados restos óseos de mamuts, caballos, aves, camellos, bisontes y conejos (Salinas, 2001). El 4 de diciembre del 2001 al término de una larga jornada, los campesinos frente al palacio nacional dejan un recordatorio “el pueblo unido jamás será vencido”, “demostraremos al pueblo de México que no somos gente irracional que tenemos conciencia y que nuestra lucha es justa y se basa solo en la defensa de la tierra”, fue la consigna de cientos de ejidatarios de los pueblos de Atenco y Texcoco en su marcha desde el ex vaso de Texcoco hacia el Zócalo. (Alcayaga; 2002, 70). El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), surgió en protesta del decreto expropiatorio que afectaba el patrimonio de 4 mil 375 familias, y estaba constituido por un pequeño grupo de ejidatarios, que se movilizó contra la expropiación por “causa de utilidad pública”, la cual devaluaba el valor de la tierra, pues el gobierno federal ofrecía indemnizaciones de 7.20 pesos por cada metro cuadrado de temporal y 25 pesos en las tierras de riego. (González, 2008). El secretario de comunicaciones y transportes, Pedro Cerisola afirmó que “las indemnizaciones por la expropiación de las tierras donde se construiría el aeropuerto de Texcoco se ajustarían al avalúo gubernamental entre seis y diez pesos, por metro cuadrado aunque ofreció otras formas de compensación para los ejidatarios afectados por el decreto” (Alcayaga; 2002, 63). La propuesta no fue aceptada, gestándose así el conflicto por la tierra; “En dicha visión, la tierra representa mucho más que un bien económico enajenable y susceptible de comercialización: representa el asiento indispensable de una tradición cultural de corte comunitario, forjada y preservada al paso de muchas generaciones”. (Alcayaga; 2002,28). Pues es importante identificar el contexto de “ser campesino /a” como un actor plural, constituido –debido a su vínculo con su territorio- por individuos rurales vinculados al campo y la ciudad, que son hombres, mujeres, ancianos y niños: campesinos, tamaleros, costureros, neveros, merengueros, loneros, obreros, maquiladoras, productores de fajas, estudiantes, amas de casa, comerciantes, profesionistas, etc., mejor conocidos en las comunidades como “los talibanes” y en el país como “los macheteros de Atenco”, “los de Atenco”, o “los y las atenquenses (Carmacho,2008,Tesis). Por tanto, la defensa del territorio, corresponde en si mismo a una identidad, una cultura, y un legado histórico, donde el territorio es producido a partir del espacio y que su representación, la tierra es el resultado de una acción que se apropia de una abstracción espacio y las relaciones producidas en todo este proceso conducen a la “territorialidad” (GIT, 2001: 29), lo que se traduce en una dimensión cósmica y geográfica. El día 11 de julio se informa la posible entrada del ejército y de la policía federal preventiva, quienes en la noche tendrían rodeado al pueblo de San Salvador de Atenco diversas organizaciones sociales proveniente de Oaxaca, Yucatán, guerrero y Michoacán entre otras se dirigían al pueblo. (Pineda; 111,2008). La movilización por parte del pueblo de Atenco, y su oposición a la construcción del aeropuerto, constituye el eje central del conflicto, provocando costos significativos para los y las actores sociales atenquenses, y cuando hablamos de un costo nos referimos principalmente a la insoslayable vulneración y violación a los Derechos Humanos, pues “En ese panorama se incrusta el caso de Atenco… desencadenaría una larga historia cubierta de sufrimientos, muertes, encarcelamientos, y distanciamiento familiar, pero también lecciones contundentes como; la organización, y el trabajo colectivo que pueden revertir y anular las determinaciones gubernamentales. (César Brito; 2011, Tesis).Destacar que fue asesinado el compañero José Enrique Espinosa Juárez. Como respuesta al organización, permitiendo otorgar brutal ataque fue la resistencia y libertad a los presos políticos de ese entonces. El 2 de agosto de 2002 se destruye el decreto expropiatorio que despojaba de las tierras, raíces y costumbres a los y las ejidatarios/as de SSA. El gobierno federal anunció la cancelación del proyecto aeroportuario, argumentando que “vuelven el proyecto incompatible con la preservación del orden y la paz social y, en consecuencia, la superficie de que se trata no ha sido utilizada para cumplir con el objeto de la expropiación” (Cesar Brito; 2011, Tesis). El segundo hito del conflicto se presenta después del anuncio de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, lanzada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en junio de 2005, el Frente de Pueblos manifiesta su adhesión a la Sexta y su incorporación a La Otra Campaña. Es decir, se compromete junto a los zapatistas en la construcción de otra forma de hacer política, de un programa nacional de lucha y una nueva Constitución. En el año 2006 desde su conformación el FPDT se involucra solidariamente en las luchas y resistencias de esta zona del Estado de México y de otras regiones del país, entre ellas la de los floricultores de Texcoco, que comercian sus productos en la vía pública, fuera del mercado. La venta en la vía pública es una de las principales fuentes de ingresos y de subsistencia de los campesinos en esta región, pero les era impedida por las autoridades municipales de Texcoco. El 3 de mayo un grupo de floricultores se oponen a dejar su puesto de venta, siendo desalojados por policías municipales. Transcurre todo el día en tensión. Se organizan bloqueos en la carretera Lechería-Texcoco y se enfrentan con la policía fuertemente armada para evitar el desalojo de los mismos. Empiezan las detenciones y la policía asesina de un disparo a un adolescente de 14 años de edad. El FPDP mantiene en el auditorio Emiliano Zapata a 11 policías retenidos. La Policía del Estado de México y la Policía Federal Preventiva entran fuertemente armados al poblado de San Salvador Atenco. En el operativo, más de 3 mil elementos policíacos enfrentan la resistencia de un reducido grupo del Frente de Pueblos. “La lucha no terminó allí, los días 3 y 4 de mayo de 2006 el gobierno ejecutó su venganza traducida en el ingreso de la policía a nuestros pueblos, entrando a viviendas sin órdenes de cateo, golpeando y torturando, dejando más de 200 compañeros detenidos, más de cuarenta compañeras violadas y dos jóvenes asesinados, Javier Cortés de 14 años y Alexis Benhumea de 21. En este sentido y frente al grave acto realizado por el Estado de México con las mujeres de Atenco, y las condenas a los principales líderes por una cantidad de años incalculables, fortalece la participación femenina declarando en sus marchas “Atenco no se vende, la tierra se ama y se defiende”. Observar el caso Atenco y la influencia de las mujeres, nos permite indagar e investigar el actuar colectivo para con la defesa de la tierra, presentado un ejemplo de transformación social de la vida cotidiana, pues en sus historias de vida la mayoría de las actoras sociales no presentan una influencia política en su cotidianeidad, pero las circunstancias de la vida , o más bien las injusticias y las vulneraciones de derechos a la que se vieron sometidas, fortalecieron su lucha primero en exigir su derecho a participar junto a sus compañeros, y por otro lado al derecho de la tierra que en ese entonces el Estado de México pretende despojar, promoviendo una acción social donde “los actos humanos están socialmente condicionado según su esencia, el individuo solo aprende a actuar según los actos de los otros hombres. Los actos de los demás, la consecuencia de estos actos y la lengua socializan además la conciencia del hombre normal, en la medida en que sus actos también están socialmente determinados… podemos dirigirnos especialmente a ese tipo importante de acción en que se erige, se sostiene y se transforma una sociedad; la acción social es en sentido estricto, social es una acción cuyo sentido subjetivo se dirige a otros hombres o a sus actos.”(Luckmann; 1992,97).Pensar la participación, y el actuar de las mujeres frente a la defensa de su tierra, revindica el rol y poder visualizado, pues de las mujeres que anteriormente no estaba generalmente la participación se desarrolla desde lo marginal, es decir, las mujeres cocinan, las mujeres abren y cierran el salón donde realizan las asambleas, con una escasa participación en la toma de decisiones, pues esta se encuentra asociada principalmente a los hombres, por lo que este hecho constituye un quiebre de paradigmas en el rol de la mujer Las preguntas de investigación son: -¿Cómo fue el proceso de participación de las mujeres de Atenco en el conflicto social de Atenco? -¿Cómo las mujeres de Atenco significan su participación en el conflicto social de Atenco? Objetivos de Investigación Objetivo general Analizar el significado que otorgan las mujeres a su participación en el conflicto social de Atenco Objetivos Específicos Conocer las características de las mujeres atenquenses que participaron en el conflicto social de Atenco. Describir el proceso de participación de las mujeres en el conflicto social de Atenco. Conocer el significado que otorgan las mujeres a su participación en el conflicto social de Atenco. METODOLOGIA DE LA INVESTIGACION El enfoque de este estudio es cualitativo. El paradigma o nivel epistemológico corresponde al Paradigma Interpretativo o Hermenéutico, el que resultó pertinente, en tanto observa la realidad desde los sujetos estudiados, en el sentido que ésta es construida a partir de los propios sujetos y su contexto, en este caso, las mujeres de Atenco. En palabras de Beuchot “la hermenéutica es el arte y ciencia de interpretar textos, entendiendo por textos aquellos que van más allá de la palabra o enunciado (2000:15). El método a utilizar es de caso, el que permitirá conocer las características individuales y la descripción de la realidad específica de cada una de las mujeres que participaron en el conflicto de Atenco, intentando reflejar una imagen de esta situación en particular (Pérez Serrano, 1998). Selección de informantes, las mujeres que participarán en esta investigación tienen como principal característica haber participado en el en el conflicto social de Atenco y ser originarias de San Salvador de Atenco utilizando la entrevista a profundidad. Categorías de análisis Como se señaló anteriormente, el tema central de esta investigación esta orientado a saber el proceso de participación de las mujeres en el conflicto social de Atenco y el significado que estas mujeres le otorgan a esta participación; por ello las dimensiones a explorar a través de la entrevista a profundidad son: Participación: “participar es influir, responsabilizarse. La participación es un proceso que ensalza necesariamente a los sujetos y los grupos, la participación de alguien en algo, relacionan a ese uno con los otros también involucrados. Ser participante implica ser coagente, cooperante, coautor, corresponsable” (Giménez 2002,25). Lo relevante de conocer la participación radica en primera instancia en conocer los procesos del actuar de las mujeres y posteriormente el involucramiento de ellas en el conflicto social de Atenco. Significados: “los hombres comparten significados acerca de las cosas. El significado es algo creado por el hombre y que reside en las reacciones de los hombres. (Sáez 1988,26). Conflicto Social: Lo que significa una lucha con respecto a valores y derechos sobre estados, poderes y recursos escasos, lucha en el cual el propósito es neutralizar, dañar o eliminar sus rivales”. (Coser; 1961,8). La presente categoría remite a la revisión del conflicto social de Atenco a partir del año 2001, pues lo que radica en la presente investigación es conocer el involucramiento de las mujeres desde el origen del problema en el pueblo de san salvador de Atenco. La vida cotidiana: Es heterogénea en los sentidos y aspectos más diversos. Y esta es la razón por la que su centro solo puede ser el particular, en el cual aquellas esferas, formas de actividad etc., decididamente heterogéneas se articulen en una unidad (Héller1987, 87). Acción social: los actos humanos están socialmente condicionado según su esencia, el individuo solo aprende a actuar según los actos de los otros hombres. Los actos de los demás, la consecuencia de estos actos y la lengua socializan además la conciencia del hombre normal, en la medida en que sus actos también están socialmente determinados… podemos dirigirnos especialmente a ese tipo importante de acción en que se erige, se sostiene y se transforma una sociedad; la acción social es en sentido estricto, social es una acción cuyo sentido subjetivo se dirige a otros hombres o a sus actos.”(Luckmann; 1992,97) El análisis de la información se realizará a través del análisis de contenido, según Krippendorff (1990, p 28) define el análisis de contenido como “una técnica de investigación destinada a formular, a partir de ciertos datos, inferencias reproducibles y válidas que puedan aplicarse a su contexto”. El trabajo social contemporáneo debe reconfigurar su actuar , pensar, hacer y ser desde la praxis a la teoría, y no se debe encontrar ajeno a la realidad social contemporánea, por tanto el desafío es definir cuál es esa realidad social contemporánea como objeto de nuestro actuar y transformar, pero un transformar coherente en conjunto con las nuevas comunidades que a mi parecer se encuentran en las calles, en las marchas, pues son los espacios donde se visualiza la organización y acción colectiva, que como en el caso de Atenco lograron cambios y la abolición del decreto expropiatorio. Desde esta perspectiva es necesario presentarnos con un compromiso ético –político con las luchas sociales, y teorizar desde sus propias prácticas que nos permitirán rediseñar nuevas estrategias de organización y participación, pues como ya entendemos en palabras de Paulo Netto la política social interviene no en las causas sino en las consecuencias, en las refracciones, en las secuelas de la cuestión social, estas recortadas como problemáticas particulares(el desempleo, hambre, carencia habitacional , la falta de escuelas, etc) y así enfrentadas, tal segmentación opera en ethos individualistas que transfigura los problemas sociales en problemas personales, en una clara psiciologizacion de la problemática que tanto deseconomiza y deshistoriza la cuestión social, presentando una autorresponsabilización de los propios sujetos individuales por sus problemas, por tanto las Políticas Sociales como instrumentos tanto de preservación de la fuerza de trabajo y en nivel estrictamente político, operan como un vigoroso soporte del orden socio-político y es ahí que nos surge otro desafío ¿Es posible unir el Estado y la nueva realidad social contemporáneo en la que el trabajo social se presente como un actor social movilizador de las luchas sociales? Finalmente pensar en la acción transformadora del trabajo social, es el desafío constante que debemos revisar, pues en la sociedad se encuentran los y las actores sociales, en este sentido la acción social y colectiva debe ser situarse en las temáticas sociales que afectan a la sociedad, pues pensar en movimiento social no solo es pensar en los cambios estructurales que estos pueden generar, sino también como en micro-espacios constituyen conciencia frente a una equidad de género, eliminando practicas reproductoras de desigualdad en hombres y mujeres, fortaleciendo actoras sociales que con la misma coherencia que exigen la no vulneración de sus derechos ante un Estado, son capaces de exigirlo al interior de sus hogares. Bibliografía .-Alcayaga Cristina: “Atenco, el peso del poder y el contrapeso de la resistencia civil”, Edición Miguel Ángel Parrúa; México.2002 .-Ana Lau-Carmen Ramos: Mujeres y revolución 1900-1917, México F.1993.Bauman,Zygmunt: Tiempos líquidos: vivir en una época incertidumbre. México y España .2009. D, de .-Peter l.Berger y Thomas Luckman: “Construcción social de la realidad”, edición Amorrortu;Buenos Aires.2011 .-Taylor; Bogdan: “Introducción a los métodos cualitativos de investigación”, Editorial Piados; Barcelona-España. 1987. .-Mauricio Beuchot: “Tratado de Hermenéutica analógica hacia un nuevo modelo de interpretación”, Editorial Itaca; México.2000 .-Forrester Viviana: El horror económico.Mexico.2009 .-Lima, Boris: Exploración Teórica de la participación. Buenos Aires.1998 .-Moulian, Tomas: El consumo me consume. Chile. 1998 .-Ruiz Olabuénaga, José Ignacio: “Metodología de la Investigación Cualitativa”, Universidad de Deusto; Bilbao España. 2003. PRÁCTICAS FUNDAMENTADAS EN EL PROGRAMA DE TRABAJO SOCIAL: UNA APUESTA A LA CONSOLIDACiÓN DEL PROYECTO ÉTICO POLíTICO PROFESIONAL Alba Lucia Marín Rengifo Jhon Sebastián Aquirre Sandra Vallejo González ∗∗ ∗∗∗ ∗∗∗∗ Resumen 1. Resumen La reflexión obedece al interés por sistematizar el proceso de enseñanza y aprendizaje de las prácticas académicas en el programa de Trabajo Social de la Universidad de Caldas, entendiendo que estas configuran apuestas personales, sociales, éticas, políticas, académicas trascendentales en la formación de los futuros profesionales. Las prácticas académicas se desarrollan en contextos institucionales en los cuales confluyen diversos actores (estudiantes, población, orientadores de práctica, profesores de sistematización y coordinadores institucionales) que contribuyen a la configuración de las intencionalidades profesionales en el marco de la inclusión, justicia, equidad, igualdad, dignidad y protección de los derechos humanos. En este sentido, se considera relevante aportar a la compresión de las prácticas fundamentadas en el Programa de Trabajo social, a partir de los procesos de enseñanza y aprendizaje entre estudiantes, orientadores de práctica, asesores institucionales y profesores de sistematización y al mismo tiempo identificar los aportes al proyecto éticopolítico profesional. Palabras claves Trabajadora social, magister en estudios de familia y desarrollo: Correo: ∗∗ [email protected] ∗∗∗ Trabajador social, magister en Correo: [email protected] ∗∗∗∗ Trabajadora social, candidata Correo: sandravallejogonzales@hottnai:.com educación a y desarrollo magister humano: en ciencias sociales. 2. Provocación inicial El Programa de Trabajo Social de la Universidad de Caldas viene implementando a partir del año 2008 un proceso de transformación curricular liderado por estudiantes, profesores y administrativos, con el fin de fortalecer los procesos formativos en torno a tres retos de la profesión en la actualidad. El primero de ellos, la consolidación de la práctica de los trabajadores sociales como un proceso fundamentado6, mediado por la reflexión y la construcción de conocimiento para consolidar sus presupuestos epistémicos, teóricos y metodológicos como campo profesional ubicado en las ciencias sociales. El segundo, consolidar la relación de la intervención y la investigación como acciones articuladas a la práctica de los profesionales, para que las capacidades, modelos y técnicas de la investigación social, orienten el desarrollo de alternativas a las problemáticas de la realidad socio-ambiental. El tercero, contribuir a la construcción de un proyecto ético-político de los profesionales, comprendiendo la multiplicidad de actores y de intereses implicados en sus intervenciones, que hacen necesario reflexionar los impactos de sus decisiones en los derechos humanos, la construcción de la democracia, la interculturalidad, las relaciones de convivencia y el ejercicio de la ciudadanía. Estos retos conllevan a realizar una mirada atenta a las prácticas académicas en trabajo social, no solo por las características del objeto-sujeto, sino por el vínculo que establece, entre la formación y el ejercicio profesional, ya que las actuaciones y las relaciones que establecen los estudiantes con otros actores se transforman en lugares de producción de saber fundamentales en la formación. Las prácticas académicas en el Programa de Trabajo Social configuran un lugar trascendental en la formación, por tres razones: El primero, la confluencia de diversos actores, estudiantes, orientadores de práctica, asesores 6 La práctica fundamentada se entiende como un proceso en donde se pueden identificar las diferentes dimensiones que movilizaron la acción, en consecuencia esta transversalida por un proceso reflexivo de principio a fin respaldada por los tipos de investigación aplicada: diagnóstico, sistematización y evaluación. institucionales y de sistematización con diferentes perspectivas del proceso, concepciones de mundo y por tanto intereses que nutren o limitan la finalidad de la práctica. El segundo aspecto, se asocia con la ubicación de las prácticas en el contexto formativo e institucional. Esta situación puede potencializar la formación del estudiante, comprendiendo las apuestas profesionales en lo que respecta la inclusión social, la justicia, la equidad y los derechos humanos, no obstante puede suscitar limitaciones en la medida que los intereses institucionales se contrapongan a los formativos, tanto en su concepción como en su manera de abordarlas. El tercer y último aspecto, es la relación entre práctica e investigación. En la práctica se realizan ejercicios de investigación aplicada como el diagnóstico, la sistematización y la evaluación, que dan fundamento a su estructura, posibilitando acciones reflexivas y movilizando las capacidades investigativas de los estudiantes en la comprensión y transformación de la realidad. Esta manera de incorporar la investigación en las prácticas académicas, ha generado una discusión constante entre los actores que participan en ella, pues si bien hay claridad frente a la importancia de la investigación, no siempre se encara el oficio investigativo desde la formación y la práctica con las exigencias necesarias, generando actitudes de mecanización, de aplicación y de reificación de modelos, sin tener en cuenta el contexto histórico, cultural y social del escenario de práctica. Estos aspectos contextúan las situaciones en las que se configuran las prácticas académicas en el Programa de Trabajo Social en la Universidad de Caldas, emergiendo el siguiente interés investigativo: ¿Cómo se construyen prácticas fundamentadas en el Programa de Trabajo social, a partir de un proceso de enseñanza y aprendizaje entre estudiantes, orientadores de práctica, asesores institucionales y profesores de sistematización, que aporte a la consolidación de un proyecto ético político profesional? Esta pregunta surge con la intención de generar conocimiento frente a este proceso formativo por medio de la co-creación un escenario de reconstrucción de la experiencia vivida para el aprendizaje colaborativo, en el que la reflexión crítica de las acciones y apuestas que sustentan los procesos sociales llevados a cabo por los futuros profesionales en dialogo con “los otros y las otras” coadyuve a enfrentar las realidades latinoamericanas, colombianas y de la región cafetera, dónde se sitúa la propuesta. Continuando con los aportes del proceso de sistematización de la práctica, se puede señalar el valor de la investigación en la reflexión curricular. Sin duda, el currículo requiere de indagación constante, para confrontar sus presupuestos, con las situaciones generadas en su implementación7. Ello además de acercarlo a las situaciones reales en las que se materializa, permite que la comunidad académica que se reúne alrededor de este, pueda conocer su papel y aporte, teniendo en cuenta sus capacidades, apuestas y propósitos personales, profesionales y sociales. Por otra parte, producir conocimientos frente a las prácticas académicas en Trabajo Social en el marco de la transformación curricular que se viene gestando en el programa, permite profundizar la comprensión de la relación teoría y práctica, un tema de vital interés en las comunidades académicas de las ciencias sociales latinoamericanas, encaminadas a situar los conocimientos en el contexto de las comunidades, comprendiendo la relevancia de su saber y la necesidad de construir alternativas a las problemáticas a partir de los contextos de aplicación. (Gibbons, Limoges, Nowotny, Schwartzman, Scott, Trow, 1997) 1. Un panorama de las prácticas y la formación profesional La práctica ha sido un tema de constante reflexión para el trabajo social, no solo por las características de su objeto, sino por el papel que ha tenido en la 7 El currículo en el Programa de Trabajo Social en la Universidad en mención se considera como un proceso inacabado y en constante construcción. Currículo de Trabajo Social2012 configuración de las relaciones de la profesión, con las disciplinas de las ciencias sociales, el estado y los actores sociales. Galeano, Rosero y Velásquez (2011) expusieron que la práctica en las ciencias sociales se ha estudiado e incorporado, desde diversos paradigmas8, demarcado concepciones reduccionistas o integrales al valor de este concepto. La práctica vista desde las miradas integrales, adquiere un papel de igual o mayor importancia con relación a la teoría, demarcando rumbos de acción, orientando posibles fines a alcanzar y constituyendo un lugar de regreso, en el que la teoría nunca podría ser la misma, después del contacto con la realidad. Esta situación adquiere mayor complejidad al ubicar la mirada en una práctica intencionada a la transformación/ cambio, como la realizada por el trabajador social, pues este proceso al estar mediado por capacidades cognitivas y no cognitivas, influidas por actores sociales, contextos sociales e históricos, espacios geográficos, configura rutas y finalidades cambiantes y dinámicas, de acuerdo a la incertidumbre de la realidad. Por otra parte, cuando se discute la relación construida entre Trabajo Social y política social, a través de la práctica, es necesario tener en cuenta los antecedentes históricos de esta, en lo que se ha llamado intervención, surgida del propósito del Estado por mantener cohesionada la sociedad “Lo social en términos de intervención remite, entonces, a la idea de conjuntos de dispositivos de asistencia y de seguros en función de mantener el orden o la cohesión de lo que denominamos sociedad9” (Carballeda, 2002) La práctica del trabajador social en términos de la integración de la sociedad, se torna cada vez más compleja en la medida que emergen diferentes intereses contrapuestos, (libertad económica Vs igualdad en los derechos humanos, crecimiento económico Vs bienestar integral, inclusión social Vs exclusión social entre otras) demarcando otros caminos para concebir la integración. En consecuencia se configuran modos de hacer la práctica, que 8 Paradigmas comprensivos, explicativos, socio crítico (clasificación concebida en el marco de los análisis de los planteamientos de la Escuela de Frankfurt). 9 La cursiva es del autor son el resultado de orientaciones teóricas, metodológicas y conceptuales, decisiones ético políticas, historias de vida, maneras de ser y de actuar, determinando formas de abordar las demandas de la sociedad. En cuanto a la última relación propuesta al iniciar el texto, los actores sociales establecen expectativas frente a las prácticas del trabajador social, situación que estructura diferentes tipos de relaciones del profesional y los actores sociales: colaborativas, de dependencia, de independencia, entre otras. Y al mismo tiempo orientan la finalidad de la práctica, por medio de demandas y exigencias al Estado, en donde el trabajador social aparece como un mediador entre ambas partes. Es por esto que la dimensión ético política de la práctica, se tensiona por situaciones que desbordan las construcciones contextuales de lo que podría ser su ejercicio profesional. Estas relaciones históricas que confluyen alrededor de la práctica del trabajador social, hacen que este concepto adquiera relevancia investigativa, aportando a la construcción de un saber profesional que lo particulariza en el escenario de las ciencias sociales y en la contribución a la discusión ya histórica de la relación teoría y práctica, en lo que Souza Santos (2010, p17) nombra como “relación fantasmal entre teoría y práctica” o Zemelman (2005), como la disonancia entre la práctica y la teoría.10 En lo que respecta al conocimiento práctico en Trabajo Social Ordoñez (2011, p154) comenta: Prácticas que tienen como escenario el mundo de la vida donde convergen y se entrecruzan los diversos saberes y trayectorias históricas de los sujetos que hacen presencia en la intervención, de tal manera que aunque nos anteceda una formación conceptual y metodológica como profesionales, lo que acontece en la práctica supera lo previsible y nos reta continuamente a buscar y gestionar nuevos caminos en permanente interacción, diálogo y 10 Ambos autores hacen referencia a la tensión que se presenta en la relación teoría y práctica, por las dificultades que ha tenido la primera para dar cuenta de la segunda, específicamente por situaciones de trasplantación de conceptos de contextos eurocéntricos a no eurocéntricos, en los cuales los sujetos quedan atiborrados por los datos teóricos, olvidando las condiciones coyunturales en las que están situados. negociación con los sujetos con quienes llevamos a cabo la intervención y las apuestas y utopías que la sustentan. En este sentido, surge el interés por sistematizar las prácticas académicas en el Programa de Trabajo Social de la Universidad de Caldas, ya que se espera recuperar un conocimiento, a menudo invisibilizado por las nociones teóricas y metodológicas tomadas a manera de pasos, técnicas e instrumentos11 para desarrollar la práctica, en detrimento de las decisiones tomadas por el estudiante ante los problemas que el escenario de práctica le impone. De acuerdo con los razonamientos presentados, surgen las siguientes preguntas ¿Cómo hacer prácticas académicas fundamentadas en trabajo social? Y ¿Qué papel tienen cada uno de los actores, que intervienen en la construcción de prácticas fundamentadas? Práctica fundamentada, comprendiendo los aporte de Aquin citada por Acevedo y Peralta (2011), quién la diferencia de una práctica indiscriminada, ya que en esta última el estudiante por la ausencia de cuestionamiento, no puede justificar los factores ideológicos, científicos, de militancia, de voluntariados, que la estructuraron. Para hacer claridad se entiende por práctica académica: La práctica académica es considerada un proceso integral que involucra elementos administrativos y formativos, la cual se sustenta en un enfoque diferencial que propende por el respeto a las diferentes formas de vida, en un escenario de diversidad y pluralidad, con la perspectiva, de contribuir a la construcción democrática, respeto y reconocimiento de los derechos humanos, convivencia y ciudadanía y la transformación de la realidad social en los contextos locales, regionales y nacionales (Currículo de Trabajo Social 2012, p 99) En el Programa de Trabajo Social de la Universidad de Caldas se le asigna especial importancia a la práctica académica, puesto que allí los estudiantes confrontan los objetivos profesionales como la democracia, los derechos 11 Lo que Schon (1992, p1) referencia como la “racionalidad técnica” humanos, la inclusión, entre otros. Con los intereses institucionales, sociales e individuales. En esta misma línea Cifuentes (2005) expresa que la práctica académica es el lugar donde se entrecruzan los saberes formativos, los retos éticos y políticos, no solo del profesional, sino de la universidad con el contexto. Si bien la práctica académica en el Programa de trabajo social, no se considera una fase final del proceso formativo y más teniendo en cuenta que previamente a este proceso el estudiante lleva cabo ejercicios prácticos de acercamiento a los escenarios de intervención. Es en ella donde se ponen en juego las diferentes capacidades, apuestas y concepciones desarrolladas por el profesional en formación, comprendiendo situaciones reales enmarcadas en intencionalidades institucionales, demandas sociales e individuales y objetivos profesionales. En la práctica del Programa de Trabajo Social cobra especial importancia la figura de los asesores institucionales, orientadores de práctica y asesores de sistematización. Los primeros entendidos como enlace institucional, se encargan de contextualizar a los estudiantes en las necesidades de esta y llevar a cabo los procesos de inducción. Su papel se vuelve trascendental en la medida que se transforman en el soporte para la complejidad del proceso de inserción en el campo de práctica. En el contexto de la formación de profesores, el cual es similar al Trabajo Social por las características de su objeto profesional, Marcelo citado por Romero y Maturana (2012, p 656) plantean las dificultades de la inserción de practicantes al contexto laboral: Ahora bien, el proceso de inserción es complejo porque requiere una red de apoyo que propugne relaciones de colaboración y no de supremacía entre la universidad y la escuela, al tiempo que los profesores en formación se benefician de la discusión con otros compañeros principiantes, con profesores de la escuela y con profesores de la universidad. El ingreso de los estudiantes a las prácticas académicas requiere de una red de relaciones generadas por la construcción de significados compartidos, entre las instituciones y la Universidad y para ello adquieren vital importancia, tanto los asesores institucionales como los orientadores de práctica. Los orientadores de práctica, son profesores del programa de trabajo social, que tienen roles en la formación; en lo referente a las características reflexivas del proceso de construcción del objeto de práctica; el asesoramiento en las fundamentaciones teóricas y metodológicas en coherencia con formas de ser y hacer de los estudiantes para intervenir la realidad; en su inducción a las condiciones de la práctica a nivel normativo, expectativas institucionales, proyección; en la coordinación de los contactos con la institución del inicio hasta el final del proceso; en el desarrollo de estrategias de investigación aplicada para generar conocimiento con el fin de hacer un seguimiento a la práctica. Para sintetizar, el orientador de práctica busca configurar un entorno pedagógico para que el estudiante aprehenda y apropie la práctica académica como proceso de formación profesional. Tanto asesor institucional como orientador de práctica, se transforman en actores fundamentales en los procesos de enseñanza y aprendizaje, puesto que al final ambos buscan materializar intereses que deberían ser complementarios, pero que constantemente presentan pocas afinidades en lo que requieren unos y otros de la práctica. Por último, el asesor de sistematización pretende generar un ambiente de dialogo y discusión a través de la materialización de tres momentos, el primero donde el estudiante pueda apropiar, las apuestas profesionales de acuerdo con los soportes teóricos, metodológicos y de contexto que sustentan el proyecto de práctica, el segundo, se encamina a elaborar una propuesta de sistematización en la que el estudiante pueda interpelar la intervención, y el tercero, relacionado con la implementación de la propuesta y socialización de los resultados, evidenciando el trayecto recorrido, las decisiones tomas y los saberes colectivos recreados. El ejercicio de recuperación reflexiva del conocimiento o sistematización, posibilita el encuentro de fuerzas y contrafuerzas que tensionan el trasegar “normal de la práctica”12, por esto el estudiante empieza a develar la marcha, los caminos propios que toma el proceso, y las decisiones, que la mayoría de veces no corresponden a los presupuestos de inicio. Situación generadora de complejidades, teniendo en cuenta los requerimientos institucionales y las finalidades trazadas en el proceso, por medio del proyecto social. Este contexto, genera un cuestionamiento fundamental para el proyecto de sistematización aquí propuesto ¿Cómo es la relación entre orientadores de práctica, asesores institucionales, asesores de sistematización y estudiantes en los procesos pedagógicos que se llevan cabo en las prácticas académicas? Y al mismo tiempo obliga a plantearse otra pregunta ¿De qué manera estas relaciones formativas, potencian o limitan los objetivos propuestos desde la práctica, frente a las necesidades de los actores sociales? Estas relaciones pedagógicas construidas alrededor del estudiante en práctica académica, configuran el entorno del aprendizaje, materializado en el desarrollo de competencias situadas en la estructura curricular del Programa, de interés constante en investigaciones o sistematizaciones de las prácticas académicas, como lo evidencian los trabajos de Ordoñez (2011) Torres y Zapata (2002, p9), estas últimas expresan: A manera de síntesis la competencia se concibe como un conocimiento que se manifiesta en un saber hacer o una actuación frente a la práctica que plantea exigencias específicas. Supone conocimientos, saberes y desempeños que emergen en la interacción entre el estudiante y una determinada situación, fenómeno o problema. Las competencias en el Programa de Trabajo social, se materializan a medida que el estudiante transita por la práctica académica, presentándose exigencias que van desde la construcción del objeto de intervención; en primer nivel, la elaboración de una propuesta teórico metodológica para la práctica, segundo nivel, su implementación y la obtención de resultados esperados, tercer nivel. Todo este proceso es transversalizado por la sistematización de la práctica. 12 Las comillas son del autor Esta última cuestión, establece una relación con la investigación realizada por Corominas y García (2010) sobre las prácticas académicas en psicología, identificando en lo respectivo a la opinión de los actores sociales y los estudiantes, una mayor contribución a los aprendizajes formativos, que a la resolución de las problemáticas, objeto de la práctica. En consecuencia emergen diversas preguntas por la dimensión ético política de las prácticas académicas en el Programa de Trabajo Social ¿Quién y cómo se define el objeto de la práctica? ¿Sobre qué se debe intervenir en la práctica? ¿Cuál es la finalidad de la práctica en términos de la formación profesional, las necesidades institucionales y las demandas sociales, en el marco de los derechos humanos, la construcción democrática, la convivencia y la ciudadanía? Las preguntas anteriores abren la posibilidad de clarificar la manera en que se entiende la dimensión ética y política en las prácticas académicas. La ética y lo moral según, Cortina y Martínez citados por Cazzaniga (2006, p9), se diferencian en que la primera se pregunta ¿Para qué debemos hacerlo? Y la segunda, ¿Qué debemos hacer? De allí que la ética sea el proceso reflexivo acontecido a las decisiones profesionales, las cuales siempre son políticas teniendo en cuenta su intención de generar cambios o transformaciones en las problemáticas socio ambientales de los sujetos, grupos y comunidades, insertos en tradiciones históricas y contextuales de nivel macro y micro. El Programa en su definición de la práctica académica, como se evidenció en un párrafo anterior, propone explícitamente su interés de la construcción democrática, el respeto a la pluralidad y el reconocimiento de los derechos humanos. Estas apuestas, entran en contradicción continuamente, con las concepciones de los estudiantes sobre la práctica y los lineamientos institucionales. En coherencia con Tamayo (2005, p 106) al referirse al caso de las prácticas académicas de Trabajo Social en el contexto laboral, expone: La motivación interinstitucional, el mejoramiento del clima organizacional y el establecimiento de relaciones empáticas y colaborativas entre los trabajadores y entre estos y las diferentes dependencias de la organización, son objetivos de los proyectos de los estudiantes, los cuales se convierten en mediadores de intereses, necesidades y expectativas, entre colaboradores de las planta, operarios y el ente administrativo. Se resalta en la cita anterior, la complejidad del entorno en el que se ubican los estudiantes en la práctica académica y su protagonismo en el proceso formativo, comprendiendo la trascendencia de sus decisiones para los actores sociales, la profesión, y su configuración como sujeto. En consecuencia, cuestionar la profesión desde las dimensiones ético políticas que se estructuran en la formación profesional se vuelve una tarea ineludible, en la medida que allí emerge el papel de la reflexividad de los estudiantes y los actores que hacen parte del proceso, movilizando la discusión con respecto a los principios y finalidades no en el sentido de homogenizar sino el de establecer acuerdos del proyecto de sociedad a la que se quiere aportar. 2. Referencias bibliográficas Acevedo, P. y Peralta, M. (2011). Aportes al debate en torno a las prácticas académicas y formación profesional en trabajo social. Boletín electrónico Sura # 73. Recuperado de: http://es.groups.yahoo.com/group/asistentessocialesjudicialescolombia/messag e/9771 Carballeda, Alfredo. (2002). La intervención en lo social: exclusión e integración en los nuevos escenarios sociales. Buenos Aires: Paidos Cazzaniga, Susana. (2006). 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México: Anthropos Editorial VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN LAS ZONAS RURALES DE RIO GRANDE DO SUL , BRASIL Y LOS DESAFÍOS PARA LAS POLÍTICAS PÚBLICAS Patricia Krieger Grossi Ana Rita Costa Coutinho Geovana Prante Gasparotto Monique dos Santos Vieira Clarete Nespolo David Madalena Leite PUCRS RESUMEN Este artículo tiene como objetivo identificar la violencia contra las mujeres que viven en zonas rurales en Rio Grande do Sul, Brasil, en sus múltiples expresiones y los desafíos de las políticas públicas para garantizar sus derechos. Se realizaron entrevistas con los representantes de los movimientos campesinos, administradores públicos y coordinadores de las políticas para las mujeres de la ciudad y las del campo y los datos fueron sometidos a análisis de contenido. Se encontró que las mujeres rurales tienen un conocimiento parcial de la ley María da Penha y dificultad para acceder a las políticas de protección pública. Los resultados de las entrevistas apuntan a la invisibilidad de la violencia en las zonas rurales, la necesidad de actuar para romper con la cultura patriarcal y las políticas públicas para la promoción de la autonomía y el empoderamiento de las mujeres. Palabras clave: Violencia de Género, Mujer Rural, Políticas Públicas. 1 INTRODUCIÓN La violencia contra la mujer es un fenómeno universal que cruza las fronteras de raza/etnia, edad, orientación sexual, religión y países. Entretanto, existen algunos segmentos de mujeres más vulnerables que otras y con menor acceso a las políticas públicas de protección. Los resultados del Censo 2010 apuntan que 759.365 mujeres gauchas vivían en la zona rural, correspondiendo a 47,6% da población rural y 13,8% del total de mujeres en comparación a la urbana. Según la Pesquisa Nacional por Amuestra de Domicilios, realizada en 2009 por IBGE, cerca de 7,5 mil de estas mujeres con 10 años o más de edad fueron víctimas de agresión física. Levantamiento realizado por la Confederación de Trabajadoras Rurales (CONTAG) en 2008, reveló que las trabajadoras rurales sufren agresiones domésticas rutineramente. Escolaridad e encajamiento en movimientos sociales no fueron considerados factor de protección. Un dato evidenciado por el estudio de CONTAG es que la independencia financiera de la mujer parece no ser una variable relevante en el cuadro de violencia. De las entrevistadas, 81,5% no dependían del marido para sobrevivir, siendo que 61,2% se declararon como jefes de familia. Otro factor preocupante, identificado es que dentro de 529 mujeres de las diversas regiones del país, 55,2% sufrieron algún tipo de violencia doméstica y familiar. De estas 27,6% sufrieron amenazas de muerte, 11,9%, estupro marital y 4,3% cárcel privado y casi 50% de las entrevistadas informaron la inexistencia de atención a las mujeres en situación de violencia. (BAGATINI et. al., 2013, p.27). Delante de esta realidad, fue creada la Portaría n° 85, en 10 de agosto de 2010, editada por la Secretaria Especial de Políticas para las Mujeres de la Presidencia de la República que instituya Directrices de Enfrentamiento a Violencia contras las Mujeres del Campo y de Floresta, visando la garantía de condiciones para el cumplimiento, en el campo y en la floresta, de las recomendaciones previstas en los tratados internacionales en la área de violencia contra las mujeres. A través de esta Portaría, también está prevista la implementación de acciones que dejen de construir los estereotipos de género y que cambien los padrones sexistas, perpetuadores de las desigualdades de poder entre hombres y mujeres y de la violencia de género, de forma a contemplar las especificidades del campo y de la floresta. Además de esto, visa la creación de condiciones para la implementación de la Ley María de la Peña en el campo y en la floresta y la garantía de acceso de estas mujeres al sistema de justicia y de seguridad pública. Este documento, por sí solo, nos muestra que fue detectado por el gobierno una vulnerabilidad de esta población específica. Dentro de la realidad de Rio Grande do Sul (RS), mientras los datos del site de la Secretaria de Política para las Mujeres de RS nos demuestran la existencia de 16 comisarias, 27 puestos de atención a mujer y 21 Centros de Referencia de la Mujer, muchos municipios predominantemente rurales en RS no disponen de esta red de servicios y acceso al CRAS y CREAS, cuando existentes, es dificultado debido a las largas distancias. Esto nos llevó a cuestionar hasta qué punto está resguardado el derecho a dignidad de la mujer rural y como las políticas públicas y los movimientos de mujeres campesinas tienen enfrentado a la cuestión de violencia contra este segmento poblacional. 2 PROCEDIMIENTOS METODOLÓGICOS La encuesta tuvo como objetivo general identificar el alcance y eficacia de la red de protección en la garantía de la integridad física de la mujer del campo en Rio Grande do Sul. Cuanto a la metodología se optó por la pesquisa cualitativa, con la perspectiva histórico-estructural, cuyas categorías teóricas centrales son totalidad, contradicción e historicidad. Los procedimientos y instrumentos de coleta de datos fueron : a) aplicación de formulario con cuestiones cerradas y abiertas enfocando en las características sociodemográficas de las mujeres rurales ; b) grupos focales con las mujeres rurales; c) entrevistas con las coordinadoras de las Regionales de Mujeres Trabajadoras Rurales de FETAG; d) Gestores de los Centros de Referencia de las Mujeres, coordinador de las Mujeres y profesionales de la red de protección a la mujer ; e) representantes de movimientos sociales campesinos y mapeamiento de la red de servicios ofrecidos en los municipios de Rio Grande do Sul de las 9 Regiones Funcionales. Para los datos cualitativos fue utilizado el análisis temático de contenido de Bardin (1977). Fueron seleccionados los municipios polos de la red de atención a mujer en RS, totalizando 30 municipios. Los municipios polo definidos para la implementación de las acciones focalizadas al enfrentamiento de la violencia contra las mujeres están en consonancia con la política de la región del Estado y con los criterios establecidos por el Pacto Nacional por el Enfrentamiento a la Violencia contra las Mujeres. 3 POLÍTICAS PÚBLICAS PARA MUJERES Y EL ENFRENTAMIENTO DE LA VIOLENCIA Muchas acciones han sido realizadas con el intuito de minimizar esta realidad mundial vivida por mujeres que sufren violencia, sin embargo supimos que estamos lejos de erradicarla totalmente. Tratando de las políticas públicas de atención a la mujer en situación de violencia doméstica, se constata que históricamente, siempre hubo un retroceso, un descaso en relación a estas situaciones.. Desde los años 80, se observa en Brasil que la acción del Estado se restringió básicamente a protección policial y al encaminamiento jurídico de los casos, visando la punición del agresor y reparación a la víctima. (CAMARGO; AQUINO, 2003, p. 12). Un primero avanzo que se puede verificar en este periodo fue la implementación de las Comisarias de Atención a Mujer. La primera fue creada en São Paulo, en agosto de 1985, debido a la presión del movimiento de mujeres y del Consejo Estadual de Condición Femenina. Después, otra 152 fueron instaladas, siendo que más de la mitad de ellas en el Estado de São Paulo e las demás principalmente en las capitales. Este avanzo posibilitó una mayor visualización de la violencia contra la mujer, en aumento de las denuncias, bien como, sus límites. Otro avanzo significativo, a partir de los años 80, se dio con la creación de las Coordinadorias de la Mujer en diversos gobiernos Municipales y Estaduales; campañas publicitarias nacionales discutiendo la violencia contra la mujer y la iniciativa de proponer la creación de la Secretaria Especial de Políticas Públicas para la Mujer (CAMARGO; AQUINO, 2003). Dentro los diferentes eventos realizados en los años 90 se destacan la IV Conferencia Mundial Sobre a Mujer (1995) y la Convención de Belém del Pará – Convención Interamericana para Prevenir, Punir y Erradicar la Violencia Contra la Mujer (1994), que trataron directamente del tema de la violencia sexual, violencia de género y de todas las formas de discriminación contra la mujer, incluso cuanto a su autonomía y derechos. (MOREIRA, 2002). En enero de 2003 fue constituida la Secretaria Especial de Políticas para las Mujeres (SPM), de la Presidencia de la República. Explican Camargo y Aquino (2003) que el mismo tuve status de Ministerio, como referencia gubernamental de elaboración de políticas y articulaciones de igualdad de género en el gobierno federal, destacando el compromiso con el Programa de Prevención, Asistencia y Combate a Violencia contra la Mujer. En 2004, a partir das directrices definidas en la I Conferencia Nacional de Políticas para las Mujeres (CNPM), fue elaborado el Plano Nacional de Políticas para las Mujeres (PNPM) que proponía la promoción de igualdad de género, tiendo como destaque la cuestión del enfrentamiento a violencia domestica contra la mujer y en 2007, el II Plano Nacional de Políticas para las Mujeres donde fueron incluidos seis nuevos ejes estratégicos de intervención. Otro avanzo que se observó fue no campo legislativo, con la Ley 11.340 de 07 de agosto de 2006, intitulado como la Ley María de la Peña, en vigor desde el día 22 de septiembre de 2006. Son creados Juzgados Especiales contra la Violencia Doméstica y Familiar, con competencia civil y criminal. Así, la queja desencadenará tanto acción civil como penal, debiendo el juez adoptar de oficio medidas que hagan cesar la violencia: el retiro del agresor de la casa; impedirlo que se aproxime de la casa; evitar que se comunique con la familia o encaminar la mujer y los hijos a abrigos seguros. Esta legislación, entretanto, no obtuvo tutelar de una forma amplia a mujer en territorio brasileño, principalmente a las mujeres que residen y trabajan fuera de la zona urbana y que tienen acceso a comisarias bastante restricto. Cabe resaltar que, en Rio Grande do Sul, las Comisarias de la Mujer son limitadas por la falta de recursos financieros, por falta de personal capacitado para la atención y acompañamientos. Para Daron (2012), el enfrentamiento a la violencia contra las mujeres del campo y de la floresta es una reivindicación de los movimientos y organizaciones de las mujeres y vienen haciendo parte de la agenda política de la Secretaria de Políticas para las Mujeres de la Presidencia de la República, por lo medio de estudios, de la creación del Disque 180, del Fórum Nacional de Enfrentamiento a Violencia contra la Mujer del Campo y de la Floresta, de la campaña “Mujeres dueñas de sus vidas”, el Pacto de Enfrentamiento a Violencia y los instrumentos para la implementación de la Ley María de la Peña. Sin embargo, hay mucho por hacer para que las mujeres del campo y de la floresta tengan la plenitud de sus derechos asegurados. El Rio Grande do Sul fue el último Estado del Brasil a firmar el Pacto Nacional por el Enfrentamiento a Violencia contra las Mujeres en 2011. Este Pacto destina recursos para la inversión en acciones de enfrentamiento a violencia a ser ejecutados por diversos ministerios y secretarias especiales con la coordinación de la Secretaria de Políticas para las Mujeres. En el Estado del Rio Grande do Sul, se resalta también el Plano Estadual de Políticas Públicas para las Mujeres, denominado “RS Mujer”, lanzado en octubre de 2008, como resultado da III Conferencia Estadual de Políticas Públicas para las Mujeres. Dentro los ejes temáticos, que siguen el Plano Nacional, el Enfrentamiento a Violencia contra la Mujer gana el destaque. Otra conquista importante para la garantía de los derechos de las mujeres en RS fue la creación de la Secretaria de Políticas para las Mujeres a través de ley nº. 13.601, de 1º de enero de 2011. Uno de los grandes desafíos de la Secretaria de Políticas para las Mujeres consiste en la ampliación de la red de atención a mujer debido a insuficiencia de servicios en la zona rural, que dificulta la denuncia de la violencia sufrida por la mujer, entre otros factores que mostraremos a seguir. 4 LAS MÚLTIPLAS EXPRESIONES DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER RURAL A partir de los años 90, aparecieron las primeras casas-abrigo reivindicadas por el movimiento de mujeres y apoyadas por las propias comisarias, una vez que las providencias policiales y jurídicas eran burladas por los agresores y, muchas veces las denunciantes sufrían violencia mayor como castigo por su iniciativa (CAMARGO; AQUINO, 2003). En Rio Grande do Sul existen 496 municipios y solamente 12 casas-abrigos, con capacidad para atender, en promedio, 10 mujeres y sus hijos dependientes hasta 12 años. La dificultad de acceso a las mujeres que residen en zonas rurales a estos equipamientos y otros de la red pública, además de la falta de información y del propio reconocimiento de la situación fue evidenciado en nuestra pesquisa conforme las narrativas a seguir: “Tienen toda esta dificultad de hacer la denuncia porque no hay comisaria especial, no tienen CRAS, no tienen mujer que va tener que andar sesenta, [...] una ochenta, doscientos quilómetros, van hacer denuncia en un lugar de estos, entonces, esta falta de red en general, las mujeres del campo, falta hasta donde denunciar, tienen miedo de llegar en la propia comisaria. [...]” (Líder de Movimiento Rural). “Para empezar, la mujer rural, ella tiene una dificultad mucho grande en denunciar. Yo creo que, una mayor demanda, según nosotros levantamos en conferencia, es llevar información a zona rural. Entonces la mayor demanda de ellas es el conocimiento al respecto de la ley, a respecto de la red de atención”.. (Coordinadora de Políticas para Mujeres). “Yo creo que la mayor dificultad es la mujer asumir que ella sufre violencia, e entonces cuando mira para la violencia parece que es solamente cuando alguien le da una bofetada, un tirón, no sé lo que, y todas las otras violencias, la prohibición toda de salir de casa, de estudiar, de pensar que puede decidir, de hablar lo que quiere (...) “(Líder del Movimiento Campesino). Estudio reciente desarrollado por Costa (2012) en 08 municipios del RS enfocando en violencia contra las mujeres rurales, en las prácticas profesionales de salud y en las agendas públicas municipales en relación al enfrentamiento de esta violencia, concluyó que la violencia contra la mujer en el ambiente rural es considerada como “destino de género”. En la habla de los profesionales y gestores de la salud, esta mujer es visualizada con la óptica de “subordinación” y de “obediencia”, de la responsabilidad exclusiva por la reproducción biológica, tareas domésticas e de la agricultura, con poca o ninguna legitimidad para disconformidades. En la dimensión política, la fragilidad de la gestión de las políticas e de los recursos atestan la falta de preparo de los municipios para conducir el proceso de gestión pautado en las directrices y principios del SUS y de la inexistencia de agenda local direccionada a violencia contra las mujeres rurales y la falta de responsabilidad y compromiso de gestión local frente a este fenómeno. Para Sagot (2007, p.31), en algunas comunidades, sobre todo las rurales, “por razones de aislamiento y cultura, los agresores tienen más facilidad para privar las mujeres de libertad o separarlas del grupo familiar o social, en lo cual podrían encontrar algún tipo de apoyo”. Una de las estratégicas de los gestores es la busca activa y la disponibilización de transporte para posibilitar el acceso al servicio. “Yo creo que ellas tienen dificultad de acceso, entonces en este sentido, lo que hicimos? La gente va hasta la zona rural, no es hacer un llamado de mujeres y tener trescientas y ochenta mujeres como nosotros tenemos acá en la zona urbana. En zona rural, hay que tener disponibilidad de transporte para estas mujeres, hay mujeres que llegan a vivir en una distancia de 50 quilómetros de locales donde la gente se reúne . [...] “(Coordinadora de Centro de Referencia a Mujer ). Otro factor también relacionado a no denuncia es la propia naturalización de la violencia y no identificación de la misma. A pesar de grande divulgación de la realización de algunas políticas públicas para cohibir diferentes tipos de violencia, las mujeres residentes en áreas rurales (campesinas) todavía hacen parte de un grupo de victimas que ni llegan a las estadísticas. Esto puede ser debido al fato de que la mujer del campo está inserida en un contexto de anonimato e invisibilidad, sin información y acceso a las redes de apoyo. Todavía Lorenzoni (2007) afirma que su peculiaridad de vida familiar, de cultura y de clase trabajadora (y en este caso) en el campo, sus necesidades en el cotidiano, sus problemas, mucho raramente son citados. Cuando aparecen en los medios de comunicación, es por consecuencia de sus propias organizaciones y de sus luchas, que acaban llamando la atención pública. Organizaciones como la FETAG, CONTAG y otras asociaciones de trabajadoras insertan la cuestión de violencia en el campo como uno de sus temas del movimiento y reafirman la importancia de dar visibilidad al fenómeno. “Yo creo que se hace mas denuncia porque antes esta cosa quedaba mucho mas velado, y es tan difícil de decir si la violencia aumentó, los números indican que ella aumentó porque hay un poco mas de posibilidad, creo que impulsada por la Ley María da Peña de hacer más denuncias y decir no, usted me pegó, usted es el agresor y va ser punido. En la cabeza de las mujeres ni siempre ellas quieren que ellos vayan presos, pero, voy hacer la denuncia para asustar. [...]” (Líder del Movimiento Campesino). Además de la violencia domestica, existe la presencia de la violencia institucional, porque las mujeres rurales cuando llegan a efectiva la denuncia en la comisaria, no raro son cuestionadas sobre el motivo de ter sufrido la agresión, como la entrevistada de la investigación revela “se tu está así morada, marcada, alguna cosa tú hiciste, una acusación es lo que se mas escucha de esta mala atención que es muy fuerte acá en el Estado, ellos (policiales) medio que dicen, si aconteció esto es porque alguna cosa hiciste”. La violencia institucional se revela en la aplicación u omisión en la gestión y ejecución de políticas públicas, en las instituciones donde son reproducidas las relaciones de poder, autoridad y dominio. Esta violencia es reproducida en las instituciones públicas y privadas, siendo una agresión política, en nivel macro (MINAYO, 2004). Se materializa cotidianamente en la vida de las mujeres rurales, sujetas de nuestro estudio, que constituyen también la clase trabajadora e, de alguna manera, son sometidas a prejuicio de género o discriminación en el acceso a sus derechos, especialmente en el acceso a los órganos de deberían protegerla. 5 CONCLUSIONES Entre los factores identificados en nuestra investigación que contribuyen para la invisibilidad de la violencia contra la mujer rural están el miedo, la dependencia económica del agresor, la distancia de los locales para hacer efectiva la denuncia, falta de apoyo familiar e falta de políticas públicas, como se refiere una de las entrevistadas “La propia ley (Ley María da Peña ) es un avanzo bastante grande, se reconoce esto, pero ella no se efectiva en políticas públicas cuando no tiene estructura” (Líder Campesina). Aliado a estos factores, compartimos la posición de Daron (2012) de que para enfrentarnos la violencia contra la mujer del campo, tenemos que enfrentar la cultura patriarcal opresora que se entrelaza con el capitalismo y la violencia que se refleja en la exploración del trabajo de la mujer del campo, en la división sexual del trabajo y la discriminación en todas las esferas, pública y privada. Solamente así, podemos mente visionar la posibilidad de vivir en una sociedad centrada en la vida, en justicia y en dignidad. Esto implica también romper con la cultura patriarcal y patrimonialista de las políticas públicas. REFERENCIAS BAGATINI, N. et. al. Violência Doméstica. Revista das Mulheres. RS: FETAG, ano XVI, nº 16, março de 2013, p.26-27. BARDIN, L. Análise de Conteúdo. Edições Lisboa, 1977. BRASIL. II Plano Nacional de Políticas para Mulheres. Secretaria Nacional de Políticas para Mulheres. Brasília, DF, 2007. CAMARGO, M; AQUINO, S. de. 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Este trabajo consiste en un análisis del Programa “IGUALA”, política de Buenas Prácticas Laborales con equidad de género, bajo los criterios establecidos en la Matriz de Análisis para la Identificación de Políticas Justas de Igualdad de Género del OIG de CEPAL, con el objetivo de conocer cómo promueve en su formulación, implementación y evaluación- control parámetros de justicia distributiva, de reconocimiento y de representación en la relación mujer, trabajo y familia. En un Estado de Derecho las Políticas Públicas pasan a ser la herramienta no solo política, sino que administrativa y de gestión para que los gobiernos puedan dar respuesta a problemas sociales que se han definido como prioritarios dentro de la agenda pública. Sin embargo de un tiempo a esta parte con la conjunción de los Estados Democráticos en la Región, ya no sólo basta dar respuesta a las demandas sociales, si no que la forma en que ello se haga es relevante en el momento de proponer respuestas que permitan garantizar los derechos de todos y todas, permitiendo mayor cercanía a principios como la equidad, la igualdad y la justicia social. La adscripción a tratados internacionales entre las naciones y con organizaciones representativas de la Región así lo confirma. Uno de los principios trasversales sobre los que los tratados internacionales han establecido lineamientos claves es el de la igualdad de género, la que pasa a ser no sólo un derecho, sino que un eje clave para la gestión democrática de una nación. Lo anterior implica que se debe considerar las diferencias que se presentan entre hombres y mujeres, en el estudio de un problema social, como también las consecuencias que implica la toma de medidas para ambos. La necesidad de incorporar la perspectiva de género en las políticas públicas radica en “que ni el Estado ni las políticas son neutrales, si no que reflejan y reproducen valores, normas y sesgos vigentes en la sociedad en que están inmersos, incluidas las percepciones sobre lo femenino y lo masculino” (Batthyány, K. 2012: 21-22). Medir la desigualdades de género para generar diagnósticos que sustenten estas políticas es un desafío que los indicadores de igualdad de género diseñados por comunidades académicas como la CEPAL, han permitido hacerlo hoy con mayor precisión, permitiendo develar las brechas que afectan a las mujeres en relación a los hombres en lo familiar, social, económico y cultural (CEPAL, 2010. Pág 42). Sin embargo un desafío mayor es alcanzar la medición de los logros de estas políticas mediante indicadores para la medición de su proceso y resultados. Instrumentos con tal objetivo no habían sido formulados integralmente hasta el 2012, en que la CEPAL propone la Matriz de Análisis para la Identificación de Políticas Justas de Igualdad de Género, en la que se proponen parámetros para conocer si éstas políticas responden desde su formulación hasta su evaluación en la promoción y avance hacia la justicia distributiva o económica; a la justicia de reconocimiento, aquella que rescata la valorización de las diferencias y especificidad del género dentro de una cultura y, la justicia de representación de las mujeres a nivel político para visibilizar sus derechos. Los parámetros propuestos permiten evaluar cada fase de la política. En su fase de identificación y definición del problema público se plantea necesario conocer si la política contó con un conocimiento de la realidad del problema a la luz del enfoque de derechos, reconociendo interpretaciones de género e identificando las desigualdades que puedan existir. En su fase de formulación y diseño se deben observar planteamiento de objetivos definidos, marcos normativos y marcos políticos sociales de sustento, siendo inclusivas en su diseño de los grupos representativos de las mujeres o actores sociales relevantes y no sólo producto de las acciones de técnicos del Estado. En la fase de implementación debe contar con una descripción general de los mecanismos de accesibilidad física y económica a sus beneficios, incluyendo difusión de los derechos, medidas preventivas y acciones positivas en el ámbito administrativo y operativo de la misma. Debe articular distintos sectores, formalizando acuerdos entre los organismos públicos, privados y la sociedad civil, generando alianzas y consensos en pro de la consolidación de procesos democráticos y de justicia de género. Además debe presentar sostenibilidad es decir contar con recursos administrativos y recursos financieros explícitos y en ejecución. En su última fase la de Evaluación, control y vigilancia es relevante la presencia de mecanismos establecidos de seguimiento que den cuenta diferenciadamente del impacto general y en las mujeres, como también dispositivos que aseguren la difusión pública de esta información a través de información estadística confiable, con mecanismos que permitan el diálogo sociedad civil y Estado para velar por el cumplimiento de la política, rescatando aquellos temas pendientes que la política no pudo abordar en temas de equidad de género. La política analizada: Programa de Buenas Prácticas Laborales con Equidad de Género- Sello Iguala. Conciliación entre la vida Laboral, Familiar y Personal I.- Un poco de Historia El año 2006 por mandato presidencial de Bachelet se forma una comisión, liderada por SERNAM, el Servicio Civil y la OIT, cuyo objetivo es poder formar un Código de Buenas Prácticas Laborales para generar directrices en materias relativas al acceso al empleo digno. Este Código establece 07 dimensiones para trabajar las buenas prácticas laborales: Procesos de reclutamiento y selección, Desarrollo de carrera y acceso a la capacitación, Representación equilibrada entre hombres y mujeres en los cargos de jefatura y de responsabilidad directiva, Condiciones de Trabajo, Protección de los derechos de maternidad y responsabilidades parentales, Conciliación de responsabilidades laborales con obligaciones familiares, Prevención y sanción del acoso laboral y/o sexual en el trabajo. En un inicio SERNAM fue el encargado de llevar a cabo la implementación del Código en los Servicios Públicos, lo que se instauró a través de un Diagnóstico y acciones establecidas en sus planes operativos anuales (POA), que se reflejaba en el cumplimiento de metas de mejoramiento de gestión (PMG) de cada Servicio. El año 2008 SERNAM evalúa que si bien se ha logrado una gestión alentadora de este programa en el ámbito público estatal, aún en el ámbito de la empresa Privada no se ha introducido el Código, dejando espacios de desigualdades de género sin trabajar, por lo que surge el Programa IGUALA para instalarse en empresas privadas que postulen a esta certificación. II.-Programa de Buenas Prácticas Laborales con Equidad de Género- Sello Iguala. El objetivo principal de este programa es “Contribuir a promover e instalar buenas prácticas laborales en las organizaciones, relacionadas a propiciar la reducción de brechas, mejorar la incorporación femenina y desarrollo de carrera de las mujeres, así como contribuir al aumento de la productividad y competitividad de las organizaciones, a través de la implementación de acciones que promueven igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres”. Implica promover la conciliación vida laboral, familiar y personal para hombres y mujeres en una lógica de co-responsabilidad, como lo establece su segundo objetivo específico declarado El Programa trabaja tres grandes líneas: Certificación de empresas públicas y privadas que instalen voluntariamente acciones, planes y programas de buenas prácticas laborales con equidad de género; la intermediación laboral cuyo objetivo es ayudar a las mujeres a buscar empleo en trabajos con bajo índice de reclutación femenina, incentivando a las empresas a abrir estos espacios; Apoyo al resto de las reparticiones públicas en el cumplimiento del Código de Buenas Prácticas Laborales (BPL) sobre No Discriminación para la Administración Central del Estado. Respecto a la primera línea con empresas privadas, la que analizaré, trabaja mediante la adscripción voluntaria de las empresas privadas que deseen obtener el sello iguala de buenas prácticas laborales, lo que a las empresas les significa contar con estándares de calidad en esta materia para posicionarse mejor a nivel internacional. El trabajo consiste en establecer un referente de SERNAM con una contraparte de la empresa, generalmente del área de recursos humanos, para desarrollar primeramente un análisis de las políticas de contratación, información y de recursos humanos de las empresas aplicando una matriz que contiene las 7 dimensiones del código. Para cada dimensión se analizan las acciones informativas que la empresa ejecuta para socializar esa dimensión con sus trabajadores, las acciones y políticas concretas que se han desarrollado en el ámbito según el marco legal chileno y las acciones positivas que se traduce en medidas diseñadas e implementadas por la empresa que sobrepasen las exigencias legales nacionales en la materia. De acuerdo a los resultados se evalúan los aspectos por mejorar para llegar al óptimo de un puntaje preestablecido. Si la empresa lo desea se establece un Plan de Acción con remediales y nuevas propuestas surgidas desde la empresa. Este plan se monitoriza posteriormente con reuniones de coordinación y revisión de reportes, en vistas a obtener en un plazo de dos años la Certificación con el Sello de Calidad de Equidad de Género. Respecto a evaluaciones que se hayan realizado al Programa, una efectuada por el SERNAM el año 2012, cuyos resultados se encuentran publicados en la página web del MAM, se desarrolló como un análisis más bien cuantitativo, mostrando preferentemente datos duros, destacando que el año 2012 hubo 43 empresas distinguidas con el sello (41 privadas y 2 públicas), seis más que el 2010. Las empresas distinguidas abarcan todas las regiones del país. No se observan resultados estadísticos declarados por dimensión que estén como información disponible, ni estudios oficiales de percepción de beneficiarios, en el portal del SERNAM, lo que puede responder al manejo reservado de la información interna de las empresas privadas. III.- El Programa IGUALA bajo la óptica de la Matriz de análisis para la identificación de políticas justas de igualdad de género El análisis se realiza en base a las dimensiones propuestas en la matriz de análisis para la identificación de políticas justas de igualdad de género, del Observatorio de Igualdad de Género de AL y el Caribe (CEPAL, 2012): • Dimensiones de la Matriz Identificación y definición de los problemas públicos a que responde: Marco de sentido Realidad Observada • La política no está sustentada sobre un marco de derechos, como garantía estatal, toda vez que queda al arbitrio y voluntad de la empresa el adscribirse el él y proponer medidas de mejora. No hay obligatoriedad por no ser ley. • • Identificación del problema Identificación de injusticias de genero Formulación y Diseño (objetivos y resultados esperados, marco normativo y marco político institucional) Implementación (Descripción general, transversalidad, relación sistemas políticos, sistemas administrativos y Soc. civil, información y • El problema a que responde es las prácticas laborales inadecuadas o pugnar por el trabajo decente, en base a la perspectiva de igualdad de género. En ese sentido se fundamenta en la baja tasa de inserción laboral femenina chilena, en la baja tasa de mujeres ocupando puestos de jefatura o directivos, en las estadísticas de acoso laboral, en la falta de medidas que permitan conciliar la vida laboral y familiar a hombres y mujeres, el cumplimiento de legislación de maternidad/paternidad. Todo esto apunta a reducir las brechas de género y facilitar la corresponsabilidad entre hombres y mujeres. • Se basa en identificar las injusticias de género ya señaladas, que de no abordarse aumentarían las brechas de desigualdad de género de nuestro país, no respondiendo a los tratados firmados por Chile en la materia. • El objetivo explícito de la política apunta a reducir las brechas de igualdad de oportunidades de inserción laboral de las mujeres, en las empresas públicas y privadas. En ese sentido busca aumentar la inclusión de la mujer en el mundo productivo, mediante la facilitación de medidas de conciliación trabajo y familia para hombres y mujeres, favoreciendo la corresponsabilidad, como también trabajando barreras culturales de ocupación de cargos directivos por mujeres, acceso a campos laborales tradicionalmente masculinos y acoso laboral. • El marco normativo es muy débil, ya que es sólo un programa voluntario para el mundo empresarial privado, no se sustenta en ley, por cuanto no permite garantización de derechos. No presenta obligatoriedad para la empresa • El marco político institucional, es restringido a la institucionalidad pública estatal. Solo participan un Servicio Público, SERNAM. Se puede destacar la OIT como organismo internacional. No existe participación de la sociedad civil, ni de los afectados (agrupaciones de mujeres, sindicatos, etc), en la elaboración. Tampoco participación de grupos académicos. En cuanto a la implementación se observa: • Los responsables de la implementación son el MAM y la contraparte de la empresa privada o pública. Respecto a ello no hay participación explicita de otras autoridades o actores que permitan asegurar su cumplimiento (seguimiento y cumplimiento de remediales, o debilidades de este difusión, sostenibilidad, desarrollo competencias) plan). En este sentido los medios para asegurar el cumplimiento no obligan a la empresa (depende de de su voluntariedad y compromiso). Se basan en un acuerdo firmado y en el monitoreo de esos acuerdos que llevan a la certificación. Una investigación13 muestra que cuando no se cumplía algún parámetro las empresas en vez de modificar sus prácticas o lineamientos, determinaban que no aplicaban a su realidad y proponían medidas “comodines que se ajustaban a sus propias políticas” (Comelin y Leiva, 2010) El mismo estudio muestra que no existía una regularidad en la participación de otros actores relevantes tanto en el diagnóstico, como en la fase de propuesta y seguimiento de remediales, como lo son sindicatos, grupo de mujeres contratadas, etc. Sin embargo la comunicación SERNAM y Contraparte era fluida y ordenada. • a mayoría de las medidas señaladas y propuestas en el programa, que se observaron en el estudio señalado, apuntan más a aumentar la incorporación laboral de la mujer en el mundo laboral que hacia la corresponsabilidad de género. Se observó cumplimiento de leyes de maternidad e incluso acciones positivas al respecto que respondía al carácter transnacional de las empresas estudiadas, lo que no podría generalizarse por no contar con datos oficiales. Aún con déficit es un avance en cuanto a la disminución de las brechas de género en el ámbito estatal, y sobre todo del mundo privado. Dentro del instrumento diseñado para el Diagnóstico y seguimiento de acuerdos, se explicitan acciones de difusión del programa y temáticas de género asociadas, lo que permite socializar con los actores beneficiarios, funcionarios administrativos y directivos este ámbito. El estudio señalado observó difusión por amplios medios escritos y la web, sin embargo no existían medios de información cara a cara con los beneficiarios. • La sostenibilidad del programa es alta, ya que existen recursos diseñados en el MAM para tal efecto, como en las empresas distinguidas, tanto administrativos como financieros. De hecho han aumentado las empresas con sello desde el 2010 al 2012. En la pág.WEB del MAM se explicita como 13 Proyecto de Investigación Interno: “CONCILIACIÓN ENTRE VIDA FAMILIAR Y LABORAL EN UNA EMPRESA MINERA EN LA REGION DE TARAPACA” Comelin, A y Leiva, S (2010). Universidad Arturo Prat. Iquique. Chile L Evaluación (Monitoreo, producción de información estadística, resultados en base a objetivos, avance en justicia para las mujeres, temas pendientes) programa permanente. • Permite el desarrollo de competencias en los funcionarios del MAM sobre el enfoque de género. Sin embargo este es limitado en la empresa privada, ya que quien lo aplica y es interlocutor válido es una sola persona, quien se capacita. Los demás solo aplican medidas o miden resultados, pero sin capacitación. • Existe un mecanismo establecido de monitoreo respecto a las metas del programa, llamado plan de remediales con cada empresa sobre el cual hay un protocolo de seguimiento a realizar. Sin embargo no está establecido dialogar con los grupos claves de mujeres, sindicatos, solo con la contraparte administrativa y jefatura. • Dentro de la estructura del programa no se establece la tarea de producción de información estadística. Esto debe responder a la privacidad de la información, ya que la mayoría de las empresas distinguidas son del ámbito. Solo se cuenta con la información del número y localización de las empresas distinguidas con el sello. • Respecto a los objetivos, pareciera tener un resultado positivo en cuanto han aumentado las empresas distinguida el 2012, respecto del 2010. En el estudio citado se pudo apreciar que la mayoría de las medidas implementadas correspondían a medidas para facilitar la incorporación de la mujer al trabajo y conciliar vida laboral y familiar, una sola medida de difusión estaba dirigida a fomentar corresponsabilidad. • Esta política ha sido un avance en cuanto a fomentar la igualdad de oportunidades de inserción laboral de hombres y mujeres, en cuanto refuerza medidas legales y positivas en este ámbito, sobretodo mediante la conciliación. Sin embargo adolece de participación directa de las mujeres en su evaluación y reformulación, como también no se observan dimensiones en la matriz del IGUALA dirigidas a formar en corresponsabilidad, lo que se observa solo en medidas de difusión, problemática pendiente en esta política. IV.-Conclusiones: 1. La política analizada es una política que propende a desfamiliarizar, (Esping Andersen, 2000, citado por Pautassi, 2010), en el sentido que involucra a otros actores proveedores del cuidado, como lo son el Estado y el mercado (empresa privada), no asignando toda la responsabilidad a la familia. Lo anterior propende a la igualdad de oportunidades de incorporación al mundo laboral de mujeres, disminuyendo brechas de género en base a facilitar la conciliación entre el mundo laboral y familiar, de hombres y mujeres. 2. Sin embargo la mayoría de las medidas están diseñadas bajo la lógica de que es la mujer mayoritariamente quien debe hacerse cargo de las tareas de cuidado, ya que tanto las medidas legales, como las positivas van dirigidas a ello, al igual que el objetivo general que busca “alivianar” esta carga a las mujeres para facilitar su ingreso al mundo laboral, más que formar a hombres y mujeres en la corresponsabilidad. (Caro, P 2007, Pág. 35 -36). Así a pesar de ser un avance en ámbito de disminuir brechas de género, no ataca en la formación cultural de reformular la división sexual del trabajo. 3. El mayor problema de esta política es la imposibilidad de garantizar derechos de género a los destinatarios, ya que no cuenta con el marco normativo para exigirlo (es un programa, no una ley), quedando a voluntariedad de las empresas adscritas el cumplimiento de las propuestas de remediales y la incorporación de acciones que disminuyen los sesgos de género. El otro gran problema es la participación de los actores sociales relevantes, tanto en su formulación, aplicación y evaluación. Esto conlleva a que la aplicación del proceso de la política pública sea lineal y no con una perspectiva de mejoramiento, entendiendo que los ciclos de las políticas sociales (subirats y otros 2008; Cepal 2012) no contemplan etapas rígidas. 4. Las mejoras propuestas en forma congruente serían: Propender a que se establezca como ley y no solo como programa voluntario para permitir garantización de derechos, establecer espacios participativos para los actores beneficiarios y generar programas educativos que apunten a provocar el cambio cultural de la corresponsabilidad de género. Referencias Bibliográficas: 1. Batthyány Karina. “La Mirada Regional” en Batthyány, K y Montaño, S. 2012. Construyendo autonomía. Compromisos e indicadores de Género, CEPAL, UN. Santiago. Documento en línea http://www.cepal.org/publicaciones/xml/9/47299/cuaderno100.pdf 2. CEPAL. 2010. Manual de uso del Observatorio de igualdad de género de América Latina y el Caribe, Santiago de Chile. Documento en línea http://www.eclac.org/publicaciones/xml/1/40111/ManualObservatorioWebEspan ol.pdf 3. Caro Pamela. “Análisis del Programa Chile Crece Contigo: desde los ideales normativos y la noción de prueba”. Rev. Trabajo Social U.C. Nº 77, 2009. Pág. 25-37 4. Comelin, A y Leiva, S (2010) “CONCILIACION ENTRE VIDA FAMILIAR Y LABORAL EN UNA EMPRESA MINERA EN LA REGION DE TARAPACA”. Proyecto de Investigación Interno. Universidad Arturo Prat de Chile. En proceso de publicación. 5. Documentos de Contenidos de los módulos 1 y 8, del Curso Políticas Públicas de Cuidado CEPAL.(2013) 6. Situación laboral de las mujeres ocupadas y las brechas salariales que inciden en la estructura ocupacional chilena. Documento Análisis de Genero y Mercado INE 2011 7. Matriz de Análisis para la identificación de Políticas justas de Igualdad de Género, del Observatorio de Igualdad de Género de AL y el Caribe. Documento de Trabajo CEPAL, 2012. Santiago de Chile. 8. Pautassi, L. (2010), “Cuidado y derechos: la nueva cuestión social”, en: Montaño, S. y Calderón, C. (coord.), El cuidado en acción: entre el derecho y el trabajo, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Santiago de Chile, págs. 69-92. [en línea] http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/9/40119/CUE94.pdf. 9. Reca, I (2008).Informe Regional Trabajo y Familia Documento de Consultoría “Políticas para la conciliación de las responsabilidades laborales y familiares en Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. PNUD- OIT. Santiago de Chile” https://www.google.cl/webhp?source=search_app&gws_rd=cr#bav=on.2,or.r_c p.r_qf.&fp=e20b2383962f7f&q=historia+de+codigo+de+buenas+practicas+labor ales+en+Chile. Visitado en línea el 18 de Agosto de 2013. 10. Servicio Nacional de la Mujer. Programa Iguala www.sernam.cl/http://portal.sernam.cl/?m=programa&i=4. Visitado en línea el 18 de Agosto de 2013 LAS APROPIACIONES SIMBÓLICAS DEL ESPACIO FRONTERIZO TARAPAQUEÑO: APORTES DESDE LA MIRADA DEL TRABAJO SOCIAL HACIA LA INVESTIGACIÓN REGIONAL. Cristian Ovando Santana Romina Ramos Rodríguez ∗ ∗∗ RESUMEN Nuestra intención es problematizar lo referido a la pugna por la significación del espacio tarapaqueño, cuestión que nos permitirá interpretar la vigencia que presentan las referencias nacionales. en desmedro de territorios basados en una historicidad particular- local. Por ello, el objetivo de/ este trabajo es interpretar el contenido de los imaginarios geográficos que exponen algunos habitantes presentes en este territorio, particularmente el Estado representado por funcionarios que se apropian simbólicamente de aquel, a partir de dispositivos y prácticas utilizadas por ellos en el Paso Fronterizo de Colchane. Paralelamente, también nos referiremos a los habitantes y migrantes que forman parte de estos asentamientos y a cómo se ven afectados por esta imposición de sentido. Conjeturamos que actualmente la presencia estatal, reeditada por la seguridad en torno al contrabando y el narcotráfico, ha transformado la organización espacial de las relaciones sociales en que se desenvuelven los espacios locales tarapaqueños. Palabras claves: Región de Tarapacá-Transfronterizo-Estado. ∗ Máster y Doctorando en Estudios Internacionales, Universidad del País Vasco, Leioa, España. Becario CONICYT y Académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Arturo Prat, Iquique, Chile. Contacto: [email protected]. Dirección postal: Avenida Arturo Prat 2120, Casilla 121 ,Iquqiue, Chile. ∗∗ Trabajadora Social de la Universidad Arturo Pral. Máster y Doctoranda en Modelos y Áreas de investigación en Ciencias Sociales, Universidad del País Vasco, Leioa, España. Académica de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Arturo Prat, Iquique, Chile. Contacto: [email protected]. Dirección postal: Avenida Arturo Prat 2120, Casilla 121 ,Iquqiue, Chile Introducción La región de Tarapacá, ubicada en el extremo norte de Chile, dentro de sus características destaca por constituirse como un territorio marginal, ubicado muy distante de su centro político. A su vez, como toda zona anexada tardíamente al territorio nacional, también se caracteriza por estar subordinada a un Estado nación en consolidación que, desde una representación espacial oficial, impuso y normalizó durante buena parte del siglo XX un espacio fronterizo, caracterizado como conquistado, vacío y desprovisto de toda sociabilidad que no fuere promovida por dicha ocupación (Nuñez et. al, 2013). Estas formas normalizadoras del espacio, históricamente, han promovido valores y prácticas que en general afectan las formas de sociabilidad previa a la emergencia de lo nacional como demarcador, delimitando el sentido que cada actor le da al espacio habitado. Nos referimos particularmente a los habitantes Aymaras de dicha franja fronteriza y a los cruzadores de frontera. En respuesta a esta imposición de sentido, en estas fronteras complejas surgen procesos de alienación territorial, los que "suscitan la movilización de crecientes fracciones poblacionales" (Machado, 2009:77), respondiendo de distintas formas a la invasión de sus espacios intersubjetivos de cotidianeidad. Sostenemos que el Estado chileno ha apostado por nuevas tendencias globales tendientes a la securítízacíón (Dammert y Bailey, 2005) de los territorios1 considerando que la región de Tarapacá históricamente ha sido un territorio con una fuerte presencia estatal y militar. Ésta surge como una región conquistada militarmente, por tanto padece los efectos de guerras, asonadas fronterizas y dispositivos nacionalizadores como fueron la educación fiscal y la mirada geopolítica del espacio. Aún más, esta memoria colectiva se reedita a partir de los actuales conflictos de límites que confrontan a Chile, Perú y Bolivia. A partir de estos procesos vemos como paulatinamente durante las últimas tres décadas, el espacio nortino se ve imbuido en realidades múltiples 1 Ejemplo de esta dinámica es la puesta en marcha del El Plan Frontera Norte por parte del gobierno del presidente de Chile, Sebastián Piñera con sus propias valoraciones. Éstas van desde un Estado que vela por su seguridad y desarrollo con una herencia nacionalista que perdura, hasta una comunidad local de carácter histórico que habita la frontera prescindiendo de alguna manera de aquélla. En efecto, la frontera tarapaqueña, desde mediados del 2000, comienza a ser conocida a través de los medios de comunicación a partir del constante trasiego por el "Paso Colchane. Ésta, comienza a identificarse con atributos que la asocian con un extendido contrabando y el narcotráfico (Corder y RuizTagle, 2013); se considera además una frontera con una presencia estatal fuerte en torno a barreras fitosanitarias y aduaneras (Ovando, Álvarez, 2011). Por otro lado, se la vincula con un espacio tradicional, marcado por el habitar transfronterizo de comunidades locales (Tapia y Ramos, 2013) y municipios rurales, con una extendida red de relaciones transfronterizas emprendidas en pos de su desarrollo (Rouviere, 2009; Tapia y Ovando 2013); finalmente, debemos mencionar el constante trasiego de migrantes fronterizos que van dejando su huella como portadores de territorio (Tapia, 2012). En suma, pese a la pluralidad de actores e imaginarios espaciales (Zulzman, 2013) presentes en este espacio, la tendencia ha sido a construir representaciones desde la hegemonía y uniformidad, a partir del peso de los imaginarios nacionales (Giménez, Beliveau, 2011), nuestra problematización permite comprender de qué manera los actores que transitan y habitan tienen su propia mirada del espacio a través de diversas prácticas cotidianas. Lo anterior, se analiza discutiendo la tensión que surge en el espacio cotidiano desde la representación oficial del territorio tarapaqueño y sus prácticas históricas y permanentes como "Estado-nación" y, a su vez, tomando en cuenta a los sujetos que la resignifican. Tarapacá: De una frontera en transición a una Franja fronteriza. Las características de Tarapacá la hacen un territorio complejo, en el que se superponen dinámicas y discursos contradictorios, que dejan en evidencia una serie de cuestiones silenciadas y otras sobre valoradas. Un ejemplo de discursos soberanistas en torno a la seguridad, es la creación del Plan Frontera Norte. Creado en el año 2010 en Chile por los Ministerios de Defensa e Interior. Este plan propone fortalecer el combate fronterizo al narcotráfico en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta aumentando los controles y cautelando la frontera con mayores recursos y tecnología. Si bien no contempla ninguna medida legalmente amparada que afecte el flujo migratorio, en la práctica se han implementado medidas, informalmente, que afectan su desarrollo (Ovando, 2012). Es el caso de la decisión por parte de la Gobernación Provincial de Iquique de Tarapacá de retener autobuses para realizar controles de identidad, en sectores no previstos por la legislación vigente, en concreto fuera de los controles fronterizos. Se consideró por algunos sectores de la opinión pública como una medida arbitraria e inconstitucional2. En suma, se estima que en el marco del Plan Frontera Norte, estas prácticas se reeditan o dan cuenta de patrones culturales de larga duración presente en la región, que se engarzan con el marco de la compleja historia de la estructuración fronteriza de todos los Estados sudamericanos (Fernandois, 2005, pp. 68-83). Identidad en franja fronteriza de Tarapacá: a un lado y otro. Como se ha señalado, por otro lado en la franja fronteriza tarapaqueña de Chile, se han mantenido permanentes prácticas de cooperación, una cultura ancestral común, una convivencia histórica producto de su contigüidad territorial y sus trayectorias espaciales, con un "fuerte y reconocible perfil cultural" (Marteles, 2010). Estos rasgos culturales se han manifestado desde antes de la formación de los Estados y de manera sostenida desde finales del 2 Pues la medida afectaba el libre tránsito. En efecto el "Diario e121" (Marzo 28, 2011,18:37) señala: "En medio de la polémica por la idea de introducir un decreto, por parte de la Subsecretaría de Transportes y Telecomunicaciones para restringir el ingreso de vehículos de transporte internacional de Bolivia entre la medianoche y las ocho de la mañana, así como la incorporación de una segunda fiscalización para éstos en Huara". siglo XIX hasta la actualidad. Un rasgo relevante ha sido la existencia de una lengua común. Palominos señala tajantemente a propósito de este elemento identitario clave, "el habla es también una nación Aymara por encima de la fronteras territoriales" (Palomino: 1994. Citado por Paredes, 2011; 206). Así el componente étnico común Aymara de los poblados limítrofes chilenosbolivianos se ha convertido en el integrador natural del territorio alto-andino. Por tanto, se observa una articulación supranacional y subnacional de espacios regionales, que muestran cómo los procesos tienden y oscilan al mismo tiempo entre la dimensión local y la global. En efecto, este marco cultural, ha permitido instaurar el proyecto "Fronteras Abiertas" con la cooperación de actores subnacionales, es el caso de la "Alianza Estratégica Aymaras sin Fronteras"3 considerado, sin lugar a dudas, como un factor clave para decidir poner en marcha proyectos de más largo alcance4. Rouviére (2007), indica que la consolidación de este espacio de diálogo subregional, promueve el desarrollo económico del espacio transfronterizo y permite la inserción de éste en el mercado global por medio de la cooperación política. A pesar de que a nivel de cancillerías5 aún no se han resuelto muchos de los conflictos de territorialidad y límites fronterizos ligados a un proceso histórico no resuelto, igualmente se está dando un interesante proceso de integración, construido desde abajo y donde el componente étnico común Aymara es clave. 3 Este proyecto, Alianza Estratégica Aymaras Sin Fronteras, se ha convertido en una plataforma política de carácter trifronterizo e innovador, que ha sido capaz de generar un discurso integrador ligado a un territorio con identidad Aymara, que reside e interacciona con regularidad en la zona alto-andina de Bolivia, Chile y Perú, más allá de los límites fronterizos de estos tres países. En los últimos tres años, la Alianza Estratégica Aymaras Sin Fronteras se ha consolidado notoriamente de forma que ha sido capaz de atraer y captar la atención de numerosos actores internacionales, convirtiéndose en destinataria de abundantes fonqos de la cooperación internacional o bien como caso de estudio por su carácter innovador (Marteles, 2010). 4 SEI objetivo estratégico principal del Proyecto Fronteras Abiertas consiste en fortalecer las relaciones y las capacidades de los actores subnacionales (intermedios y locales), activando procesos virtuosos de intercambio (norte-sur y sur-sur) para el desarrollo territorial de las áreas de frontera en América Latina. Las primeras actividades del Proyecto Fronteras Abiertas se remontan indirectamente al estudio de factibilidad, realizado por el CeSPI (Centro Studi Politica Internazionale) en el último tercio de 2006, de la promoción de la cooperación descentralizada italiana con los gobiernos subnacionales que conforman los corredores bioceánicos de América del Sur. Es, precisamente, en esta Triple Frontera de Bolivia-ChilePerú donde se iniciaron las primeras relaciones con algunos actores nacionales, regionales y locales 113 de estos tres países, que más tarde se convertirían en socios estratégicos del Proyecto Fronteras Abiertas que empezó a ejecutarse en julio de 200? (Marteles, 2010) 5 La cancillería, es un ministerio o centro diplomático desde el cual se dirige la política exterior del país. Este componente, consolida una cultura propia, ligada a la identidad Aymara, que va más allá de las características culturales de cada uno de los países que configuran el territorio (González, 2005). Esto se ve manifestado por ejemplo, en que la franja fronteriza de Tarapacá con Bolivia, siga manteniendo su autonomía con respecto al idioma oficial, conservando el uso de dos lenguas como es el castellano y el Aymará, lengua que se hablaba desde tiempos precoloniales. Esto indica que en este espacio se comparte una cultura desde tiempos previos a la colonización, lengua que se mantiene hasta nuestros días (Marteles, 2010) Y a su vez, se convive con prácticas oficiales impulsadas por los mecanismos de la globalización y, entre ello, un histórico conflicto soberano. Estos conflictos han afectado históricamente las distintas soberanías que configuran esta región natural supranacional y han impactado ideológicamente en las comunidades materializando por un lado, un discurso o acciones nacionalistas de determinados grupos. Y, por otro lado, como dispositivos de reproducción cultural (Althusser, 2003) y prácticas cotidianas de los habitantes que han manteniendo desde antiguos tiempos. Para ilustrar esta antagonía, se recoge una entrevista que se emite en el mes de Abril del presente año en el periódico La Tercera, en donde se refleja dicha forma antagónica de la vida cotidiana de la franja fronteriza, y cómo los actores oficiales la representan: "Un grupo de carabineros sale a patrullar ( ... ) ya nadie sale sin un policía que conozca muy bien la zona y los límites de la frontera. No podemos arriesgarnos a pasarnos ni un metro hacia el lado boliviano". Cada carabinero en la frontera ocupa fusiles de guerra, en caso de que las cosas se compliquen. El camino llega a su fin. A un lado hay cerros chilenos y al otro lado, el salar, que es casi totalmente boliviano. Un poco más allá de uno de los hitos que marca la línea imaginaria de la frontera hay un puesto de avanzada del Ejército boliviano con capacidad para unas 12 personas, según los carabineros. A diferencia de Chile, donde es la policía la que se encarga del patrullaje fronterizo, en Bolivia los encargados de esta tarea son los militares. El teniente Tapia y el cabo Cofré avanzan hasta el hito para asegurarse de que no haya sido movido. ¡Hasta ahí no más! -les grita el teniente coronel Hugo Zenteno, quien mira atento que nadie salga del refugio militar boliviano. (Bázán, 2013: 19). Estas prácticas reflejan la creciente percepción de la frontera por parte de las policías que la controlan como un lugar soberano, el que hay que "cuidar". La gubernamentalidad dice Foucault, (2006) "designará todo un entramado de formas de hacer y pensar que tiene por objeto, sobre la base de la economía política y de una serie de dispositivos de seguridad, el ordenamiento de la población, donde adquiere una relevancia importante ordenar el espacio. Por ello, Mendiola, hace hincapié en analizar de forma crítica las violencias simbólicas en los espacios que la regulan y analizar también, las posibilidades de articular otras movilidades que se despojen de las lógicas de domesticación (Mendiola, 2012:5). Siguendo esta mirada entonces, desde la otra perspectiva, se encuentran los habitantes de la franja. Que, a través de actividades comerciales informales reflejan una vida cotidiana marcada por la inexistencia de fronteras políticas. Asimismo en este sentido, reflejan el sentimiento de abandono que sufren debido al distanciamiento de sus respectivos Estados. Este abandono se evidencia en siguiente relato: "Colchane no es más que un grupo de casas al final del altiplano chileno. El pueblo se sostiene por el pastoreo de llamas y la plantación de quínoa, cebollas y papas. La calle principal es la carretera que llega hasta a Bolivia, donde se alinean la municipalidad, el liceo, el retén y un par de hoteles. El aislamiento se siente en temas como la electricidad, la que únicamente se da entre las 20 horas y la medianoche a través de generadores. La gente se abastece de mercadería al otro lado, en Pisiga Bolívar, [Bolivia] que es tres veces el tamaño de Colchane, [Chile]. Sábado por medio se hace una gran feria en el pueblo boliviano, donde se vende prácticamente de todo" (Bázán, 2013: 19). El relato muestra la representación del espacio no oficial que tienen los Aymaras, una representación del habitar transfronterizo donde el abastecimiento y la sobrevivencia se encuentra allende la frontera y viceversa. En efecto, el abandono y el habitar transfronterizo también se percibe desde Bolivia, sobre todo en las posibilidades de educarse al otro lado de la frontera: "En Colchane dicen que es como ir al mal!. El intercambio se da hacia el lado chileno también. Son 10 los niños bolivianos que cruzan la frontera de Lunes a Viernes para ir al colegio. Ángela Soto, la directora del liceo, dice que es porque la educación es mejor: "Se les da útiles escolares, tienen computadores, acceso a internet. Por eso vienen, y no hay problemas ( ... ) "Al otro lado de la frontera, Pisiga Bolívar funciona como pueblo-aduana. Son varios los camiones apostados sobre la carretera esperando pasar al lado chileno. Y a pesar de que el pueblo es más grande que Colchane, también da la sensación de un descuido mayor: las calles no están pavimentadas y muy cerca de la frontera proliferan puestos de comercio más bien precarios. Tampoco es raro ver gente de raza negra, colombianos o dominicanos, esperando su oportunidad para cruzar a Chile. La base militar, encargada de vigilar la frontera, se encuentra varios kilómetros hacia Bolivia, camuflada estratégicamente por un cerro. Nadie en Pisiga admite problemas con Chile. Una mujer aimara [sic] dice que los problemas se dan porque nadie sabe bien dónde está la frontera" (Bazán, 2013: 19-20). Al poner de manifiesto ambas percepciones (la oficial y la del abandono) acerca del territorio fronterizo tarapaqueño, podemos pensar que la movilidad es el hacerse y deshacerse del espacio en el modo en que se practica, las formas en las que se ordena, las conexiones que se trazan. (Mendiola, 2012). Por tanto, se debe tener en cuenta que la movilidad lleva una huella de otros espacios y cómo las personas se posicionan en ese espacio, responde a procesos sociohistóricos, dejando entre ver que la presunta idea de que hay un "supuesto espacio que corresponde habitar" se vuelve falaz (Mendiola, 2012:3). Cuando se afirma que la concepción de la vida cotidiana está basada fundamentalmente en desplegar aquellos mecanismos de los que se valen los individuos y grupos para satisfacer sus necesidades materiales básicas (León, 1999; Arpal, 2007; Legarreta, 2012). Se esgrime que lo cotidiano es también cargar de sentidos y significados a las experiencias de vida. La satisfacción de necesidades, no supone la simple subsistencia, sino que conlleva también dar sentido a la existencia. Ambas dimensiones se encuentran ineludiblemente entrelazadas, puesto que subsistir necesita un universo concreto de significados que dotan de sentido la experiencia cotidiana (Arpal, 2007). Así los habitantes trasfronterizos, conscientes del abandono y de sus necesidades, cruzan la frontera de manera permanente y construyen su vida en virtud de las oportunidades que se les manifiesta a uno y otro lado. Las redes de cooperación entre ambos países suponen una concepción común a la hora de instaurar territorio. Bibliografía ARPAL, J. (1997) "Regularidades temporales y vida cotidiana" en Opto. de Justicia, Economía, Trabajo y Seguridad Social (ed.) Empleo y tiempo de trabajo: El reto de fin de siglo. Encuentro celebrado en San Sebastián, junio de 1996. Gobierno Vasco- Eusko Jaurlaritza. Vitoria-Gasteiz. BAZÁN, 1. (2013). "Arde la frontera". El semanal. 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Moderador: Judy Méndez Esparza de Colombia Panelistas: Víctor Yáñez Chile Elaine Narcizo Brasil Laura Accoto, Argentina Fecha: 26 de abril de 2013 12:00 hrs NOTAS SOBRE LA COMPLEJIDAD DEL TRABAJO SOCIAL: “develación de la densa trama entre observaciones, gramaticalidades y debates disciplinarios”14. Profesor, Víctor R. Yáñez Pereira15 RESUMEN En este artículo partimos de la base que la realidad se va formando como una trama que urde gráficas con palabras, tras una densa y expansiva matriz de relaciones capaz de armar, a nivel de la conciencia y del lenguaje, una gramaticalidad y semántica que concatena un corpus de vivencias, a través de las cuales se hacen traslucir y se trasparentan nuestras más diversas experiencias. Estas últimas, exigen ser enfrentadas a complejas distinciones que, mediante una observación que supere el nivel basal, se comprometan con el momento y las consecuencias en que lo exterior, los fenómenos, entran en nuestra subjetividad; pero, en la modalidad de situaciones que, en un determinado tiempo y espacio, otorgan sentido al saber que rodea nuestro pensamiento, permitiéndonos aprendizajes, conocimientos, sabiduría para su uso en la convivencia social cotidiana. Desde allí parte nuestra responsabilidad y promesa ético – política de articular observaciones de segundo orden, gramaticalidades y debates de segunda generación, que nos permitan traducir situaciones en problematizaciones, sobre aquellos asuntos que ubican a los y las Trabajadores y Trabajadoras Sociales en algún topos de la realidad del mundo fenoménico, con base en códigos lingüísticos particulares a la disciplina, así como de cruce común con las ciencias sociales; claro que, siempre, en atención a ciertas condiciones y circunstanciasque cualifican nuestros atributos y pertinencias de investigación/intervención en lo social. Palabras Clave: Trabajo Social, Complejidad, Observaciones de Segundo Orden, Gramáticas, Semánticas, Debates Disciplinarios. 14 Esta ponencia recoge algunos planteamientos desarrollados con mayor profundidad en: Yáñez Pereira, Víctor R. (2013). Trabajo Social en Contextos de Alta Complejidad: reflexiones sobre el pensum disciplinar. Editorial espacio, Buenos Aires, Argentina. 15 Asistente Social y Licenciado en Servicio Social de la Universidad de Concepción. Diplomado en Mediación e Intervención Familiar en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Magíster en Trabajo Social y Políticas Sociales en la Universidad de Concepción. Doctorando en Ciencias de la Educación en la Universidad de Sevilla, España. Actualmente es Profesor Asociado y Director de la Carrera de Trabajo Social en la Universidad Autónoma de Chile, Sede Talca. Además, es Director del Programa de Magíster en Trabajo Social con mención en Intervención Social y Director del Centro de Estudios y Gestión Social del Maule, en la misma Casa de Estudios Superiores. Ha oficiado como profesor Invitado en Programas de Pre y Post Grado a nivel nacional e internacional. Email: [email protected]. PRESENTACIÓN. Pensar en la complejidad implica asumir una especie de locus dialógico, recursivo y holográmico entre las diversas dimensiones que componen lo social, así como de este espacio con la ciencia, la filosofía y su fundamento material en la sociedad. De este modo, la complejidad(del latín complectere), comporta el proceso de asociar, enlazar o mantener unido aquello que aparenta ser dual, estar separado o fragmentado. Por lo tanto, parafraseando a Edgar Morin (2001, P. 14), será complejo todo cuanto va tejido junto (complexus), o sea, lo que se mantiene hermanado, donde se incluye, además, el sentido de lo contrapuesto y no sólo de lo que es concurrente y/o complementario. Dicha cuestión, por cierto, no anula el valor de independencia de los componentes dentro de una totalidad, sino que, más bien, relativiza su dependencia en una relación de autonomía-heteronomía. Entonces, asumir la existencia de la complejidad conlleva, primeramente, asimilar la presencia de un tejido “de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados” (Morin, E.: 2003, P.17), donde podemos descubrir y revelar los enlaces entre eventos, acciones, interacciones, retroalimentaciones, determinaciones y acontecimientos, a través de los cuales se va armando, una y otra vez, nuestro mundo fenoménico. De ahí que la complejidad del Trabajo Social expresa dentro de sus lógicas, los perturbadores trazos de desorientación, ambigüedad e incertidumbre de la propia realidad social de la que, también, forma parte. Ahí radica nuestra obligación de alcanzar una más adecuada apropiación, conducción y manejo del conocimiento, en cuanto multi-referenciada construcción del pensamiento disciplinar. Ello posibilitará que las observaciones de los Trabajadores y las Trabajadoras Sociales conciban el orden en el desorden de los fenómenos, para que sus gramaticalidades aporten a comprender lo que se manifiesta confuso y sus debates ofrezcan elocuencia, distinción y selección a la identidad disciplinaria, como diferenciada y significativa variación de sus procesos de investigación/ intervención en lo social. En este contexto vemos, nosotros, que el mundo fenoménico representa aquellas propiedades que la realidad de las cosas manifiestan como apariencias, como aquello que se pone frente a nuestra conciencia (phenomena) y que reconocemos como experiencia de contacto fáctico y formal. En rigor constituye la realidad de ese mundo, aquella que construimos por medio de los sentidos y el lenguaje, por lo cual para conseguir que este mundo de los fenómenos pueda mutar a la realidad de situaciones sociales aprehensibles para nosotros, el mismo debe volverse hacia la comunicación pública, toda vez que su contenido se suscita y expone en una comunalidad de lenguaje y discurso compartido, desde el cual se articula la intencionalidad e intereses de hablantes y oyentes dispuestos a la comprensión social. Eso los hace capaces de poner en epojé, entre paréntesis, sus ideologías socionormativo-culturales, para alcanzar un entendimiento interpretativo que les sea inteligible, recto, veraz y racional, ofreciéndole a cada cual las mismas posibilidades para exhibir sus mejores argumentaciones ante la cuestión en discusión. Eso justifica la pertinencia de constelar la realidad situacional a través de la aperturidad a la crítica de los otros, con miras a buscar el mejor argumento entre los desplegados en la escena comunicativa, lo que a nivel disciplinario exige de los Trabajadores y las Trabajadoras Sociales la exploración y el encuentro del fundamento de las mismas, en aquello que se ha logrado consensuar por medio de razones y no sólo de motivos, pues se orienta hacia la observación y no hacia la percepción. Nos referimos a la capacidad de representar imaginando desde un segundo orden, que nos permite argumentar sobre la acción de relacionarnos con el mundo fenoménico, tras debatirlo y hacerlo transitar entre quienes observan y lo que observan, pues “[…] nacen, se desarrollan y desaparecen según leyes que les son propias […]” (Satre, J.: 1964, P. 18), o sea, producen un lazo donde la razón simbólica urde los hilos para argumentar la acción (sus productos y consecuencias), por medio de signos y códigos socialmente compartidos. Es eso lo que nos conecta con lo inmediato a la empiri, fundando potenciales y genealógicos episodios de comprensión sobre el mundo subjetivado y objetivado; pero ahora desde un encadenamiento de regímenes de la mirada, en el cual es factible distinguir una diversidad de perspectivas dispuestas a contrastarse con la experiencia. El mundo fenoménico se desenfrena en nuestra edificación de su realidad, sus estados y contenidos de verdad, convirtiéndonos en observadores, privilegiadamente, incluidos en el campo de observación que se configura en torno a lo cotidiano, por medio de cartografías de entendimiento que, pensadas como meta-códigos de sentido, nos permiten percibir, identificar, describir, explicar, interpretar e intervenir sobre una multiplicidad de objetos constitutivos de ese mismo mundo. Parte Primera. Desarrollo de Observaciones de Segundo Orden en Trabajo Social: trascendencia de las interacciones basales, el primer reto a la complejidad disciplinaria. Tengamos presente que es en la fuerza de la reinvención disciplinar (Yáñez, V. & cols.: 2009 Pp., 57 – 66), donde se nos ofrece una redención renovadora en nuestras observaciones sobre la realidad cotidiana y lo real de las cosas del mundo fenoménico, pues nos conduce fuera del nihilismo negativo del pensamiento, posibilitándonos ser autores de nuestro propio texto en lo social. Observar implica asumir decisiones y elecciones, fruto de una voluntad de verdad capaz de crear el presente como futuro, no involucra capturar la realidad cerrándola en un instante precario, sino comprender que aquello que sucedió no es o se quedó en el pasado inmediato, sino que es un abismo de posibilidades para el conocimiento. De lo contrario, la procesualidad histórica de lo social se instituiría como un espacio lejano, inerte y vacío, algo que solamente fue; por lo mismo, cuando observamos volvemos una y otra vez a incorporarnos en la realidad, a ser en ella, sin un sentido de continuo, sucesión o final, sino que más bien iniciando la originalidad del “[comprender] sin categorías preconcebidas y juzgar sin aquel conjunto de reglas consuetudinarias que constituyen la moralidad” (Arendt, H.: 1995, P. 44). Eso implica transitar desde la zona basal hacia el segundo orden, en una búsqueda de fundamentos sobre lo que nos funda y sobre lo que fundamos en lo contemporáneo. Toda observación de segundo orden (Yáñez, V.: 2007 [1], Pp., 198 – 210) u observación de orden segundo, es aquella capaz de incluir y sobrepasar los umbrales de las miradas inmediatas, propias de la actitud natural, es una especie de observación análoga, una suerte de observación de observaciones. Conlleva una superación de la mera apariencia de los hechos, datos e información, es un rebasamiento de los nichos de conocimiento cerrados en sí mismos, una especie de “[…] ser objeto de creación por parte del querer” (Vattimo, G.: 2002, P. 53). Eso supone que la observación siempre se formule incluyéndose en ella misma, lo que nos indica que no puede librarse de lo que cada profesional y el Trabajo Social, en su globalidad, es e implica; pero, siempre en su relación de diferencia con aquellas innumerables experiencias que enfrentamos cuando construimos los objetos de investigación/intervención. Se pone en duda aquello que el conocimiento acusa como real, ya que dicha observación alberga en su seno una complejidad interna, esto es, sus propios medios, códigos y operaciones, dentro de un ámbito de todas las vinculaciones posibles. Complejizar nuestras observaciones es, más bien, una alternativa de actitud crítica y heurística, que nos ofrece el pensamiento comprensivo y deliberativo (das Denken), para desatarnos de la tradición pragmático – empirista y del determinismo funcionalista, recuperando “las coyunturas conceptuales de que depende el sentido nuevo […]” (Cordua, C.:1999. P. 11). Ello exige superar la falacia de primacía de la teoría sobre la experiencia o de la práctica sobre las conjeturas y reflexiones, ya que observar complejamente comporta la fusión entre lo teórico y lo empírico, formando un saber praxiológico que nos posiciona en la premisa de que conocer implica “pasar de la marca visible a lo que se dice a través de ella y que, sin ella, permanecería como la palabra muda adormecida entre las cosas” (Foucault, M.: 1995, P. 40). Esta construcción de la observación compleja escapa del sujetamiento a la noción de verdad como objetividad, ayudándonos a “[…] distinguir entre lo que en ella es fundamental e irremediable y lo que, por el contrario, se puede todavía corregir […]” (Vattimo, G.: 2002. Pág., 99), pues lo que se propone es rescatar la sensible racionalidad del discurso, no sobre cómo pensar en Trabajo Social, sino sobre qué pensar, o sea, sobre lo que acontece. Lo mismo quiebra el curso unidireccional que va del ego cogitans a la res-extensa, que determina una mono-causalidad en nuestros procesos de investigación/intervención, emprendiendo la penetrante necesidad de crear una praxis que devenga tanto conjetural como auto-refutable, apoderándonos de la eventualidad, de lo efectual de la experiencia vivida, en tanto únicos indicadores confiables para ser sometidos a la indagación e indignación del pensamiento y la acción. Allí nos acercamos a la realidad del mundo fenoménico, hermanando los propósitos de observación con los de transformación estructurante y cambio situado, modificando nuestros modos de ver las cosas, en una re-significación de totalidades concretas dentro de totalidades abstractas, circunscritas a un cierto tiempo y espacio (Bachelard, G.: 2003). Es así que la teoría excita la actitud consciente del o la Trabajador y Trabajadora Social, no sólo para iluminar sus cuestionamientos, sino, además, para poner en tensión sus ideas con la intuición y a esta última con lo azaroso de la empirí, como lo avizoraron Arquímedes, Galileo, Pascal o Einstein, quienes nos demuestran que “[…] la percepción viva de los problemas no es más que una fase preliminar de la invención” (Laloup, J.: 1964. P. 244). Tales procesos han de venir mediados por la capacidad de interrogar, pero, no con el fin último de buscar respuestas que se acomoden a nuestras propias preguntas, sino que más bien para rescatar la riqueza en el despliegue de las contestaciones, ya que cada pregunta en medida alguna conduce hacia un único agregado de respuestas coherentes y alineadas, sino que nos encaminan hacia la dialéctica y conversacional verdad oculta, en cuanto espacio provocador de cambios y bifurcaciones. Aludimos al despertar de una profunda zona de comprensión en torno a la realidad de las situaciones, agentes y contextos de nuestra investigación/intervención, que han de ser fortalecidos a través del quiebre con aquellas nociones de la conciencia común, presentes en nuestras opiniones primeras sobre el mundo fenoménico, las cuales “se presentan como una colección falsamente sistematizada de juicios de uso alternativo” (Bourdieu, P. & otros: 1999, P. 28). Entonces, la eventualidad de la observación que se gesta desde el segundo orden, va unida a la voluntad que es creadora, redefine, reorganiza y reconfigura, emancipatoriamente, lo que está vigente, trayendo una nueva necesidad de conocimiento, al reducir el mero carácter cíclico y reproductor de lo aprendido como supuestamente verdadero. Dicho asunto, nos permite pensar y comprender la realidad en su ligazón a una serie de categorías de entendimiento, que superan su atomización y su desagregación en partes inconexas, como por ejemplo ha ocurrido y sigue ocurriendo con la lógica instrumental-estratégica y la modalidad operativa que define al método básico en Trabajo Social, todavía popularmente empleado por amplios colectivos de profesionales. A la inversa, el segundo orden de la observación “al menos, afianza el interés cognoscitivo emancipatorio a constelaciones históricas azarosas y, con ello, la autorreflexión toma relativistamente la posibilidad de una fundamentación de su pretensión de validez [ante la realidad situacional]” (Habermas, J.: 1998, P. 25). De este modo, hacemos la advertencia de que la certidumbre, la verificación y la objetividad pasan a ser una ilusión, toda vez que el azar, lo improbable y la intersubjetividad son la fuente del descubrimiento, así como la posibilidad de la adveración y la creación, que superan la evidencia, seguridad, confirmación y apaciguamiento de la rutina y el conformismo, siempre amenazante, en los procesos de investigación/intervención. De esta manera, nuestras observaciones reflejarían un incesante diálogo entre sujeto y objeto, un puente de sentido entre lo subjetivo y su objetivación, entre el misterio de la complejidad y la oscuridad del saber. Lo mismo, proclama una nueva trama en la connotación sintética y la denotación analítica de nuestras propuestas y apuestas, permitiendo demarcar, seleccionar, focalizar y objetualizar la realidad de diversas situaciones incluidas en lo social, que es desde donde el campo de observación se torna problemático y pertinente a la razón de ser de la disciplina (Yáñez, V.: 2007 [1], Pp. 208 – 210). Ello nos exige dejar de entender el concepto de racionalidad bajo un criterio que asigna orden frente al caos, desajuste, ilogicidad que, intrínsecamente, define lo social como la anarquía de las alternativas (Bauman, Z.: 2007, P. 77), esto es, en su convivir con lo contemporáneo, con aquello que cada vez se asemeja y se confunde más con nosotros mismos. Estamos planteando que la complejidad de esta forma de concebir las fuentes de nuestra observación radica en la necesidad de comprender, pero, partiendo de la multivocidad de signos que atraviesan la conexión entre significantes y significados. Por lo mismo, esta tarea reclama de los y las Trabajadores y Trabajadoras Sociales comenzar por una indagación abierta sobre las estructuras y dinámicas simbólicas, contenidas en los discursos y narrativas de los agentes imbricados en nuestros diversos procesos de investigación/intervención, confrontando los estilos de explicación e interpretación en juego y revisando con criticidad reflexiva los contenidos argumentativos que dotan de diversidad a los textos y relatos en desarrollo. Así, pues, emerge la necesidad de que nuestra disciplina haga proliferar lo que, en otro texto, llamamos lenguaje significante, el que asume “la comprensión en el sentido amplio de la inteligencia de los signos […]” (Ricoeur, P.: 2008, P. 10). Aludimos a una observación que se está haciendo y que se torna manifiesta en la construcción de nuestro discurso disciplinar, donde se envuelve una “serie de acontecimientos” (Foucault, M.: 1999, P. 61), dados en relación con otros acontecimientos discursivos. Aquí el o la Trabajador o Trabajadora Social, mediante una suerte de <<arqueología del saber>> (Foucault, M.: 2003), sale del lugar de los meros espectadores para colocarse en la zona de los agentes que piensan su acción que, a la vez, activa su pensamiento, tras una voluntad y un juicio razonado-razonable sobre lo que vendrá y lo que ya está instaurado, encaminándonos hacia la emancipación de nuestra autenticidad creadora. autonomía con Parte Segunda. Gramaticalidades del Trabajo Social: la cualidad semántica y el atributo de nombrar, el segundo reto a la complejidad disciplinar. Trabajo Social junto con dar cuenta de la realidad deber ser capaz de desarrollar un activo proceso de creación de significados sobre ella, gestado a nivel del espíritu disciplinar, el cual mediado por el lenguaje promueva incidencias semánticamente relevantes en el mundo fenoménico, transfiriendo sentido a los actos instrumentales, respecto de los cuales se requiere un profundo esfuerzo de interpretación y explicación para que dejen de ser, simplemente, datos disponibles en un momento y lugar determinado. Ello involucra transitar hacia un sistema discursivo apto para atrapar la posibilidad de lo real, a través de expresiones colmadas de la aristotélica hermeneia, que nos librade la creencia, tan entronizada en las conciencias de los y las Trabajadores y Trabajadoras Sociales, de que comprender nace y culmina en supuestas impresiones respecto de las cosas en sí mismas. Es este intento de elucidación, nos llama a reconocer ese atributo y talento que debemos desarrollar los y las Trabajadores y Trabajadoras Sociales para explicar interpretando. Nos referimos a ofrecer un sentido significativo a aquello que pensamos y expresamos mediante nuestro lenguaje y acción, pues la comprensión es hermana del saber y conocimiento que somos capaces de construir a lo largo de nuestra existencia, ya que “[…] el comprender no tiene término y no puede, por tanto, producir resultados definitivos […]” (Arendt, H.: 2010, P. 15). Se alude a un juego intelectual, que va más allá de la explanación sobre las cosas que aparecen en nuestro diario vivir, para aproximarnos a los contenidos de verdad que poseen los fenómenos de la cotidianeidad, obligándonos a revisar nuestras categorías de entendimiento, puntos y niveles de observación, así como las preguntas de entrada a los procesos de investigación/intervención, hasta llegar a unos umbrales que trasciendan la pura identificación y descripción de hechos, vistos como aquello que simplemente es y existe, como una realidad que es absolutamente inexcusable e incuestionable. Lo mismo exige efectuar un permanente esfuerzo por descifrar y traducir el fundamento discursivo con que los demás y nosotros nos damos a conocer, nos ponemos en presencia, en definitiva a través de los cuales unos ante otros nos presentamos en la esfera política de la comunalidad. Ello representa un intercambio lingüístico que asegura el potencial de integración de significados, mediante “el uso de signos que no son cosas, sino que valen por cosas […] en la interlocución […]” (Ricoeur, P.: 2009, P. 33). Lo que en el plano de las gramáticas de nuestra investigación/intervención deja a la luz conjuntos socio-culturales mediante los cuales se aportan visiones de mundo, que se entrecruzan entre quienes designan referentes - los hablantes-, y, quienes desentrañan conceptos referidos – los oyentes. Ahora bien, al valor legatario de la traducción le cabe una responsabilidad de relectura y revisitación permanente que, además, pueden efectuar terceros. Así, pues, el paradigma de la traducción constituye, también, una apuesta ético-política para el Trabajo Social, ya que se erige en la dialéctica de lo propio con lo foráneo, esto es, en el brío por atravesar la experiencia de lo que está fuera de mí, y que comporta diversidad y pluralidad. Eso responde al hecho de que el mundo no es una infraestructura estática, sino un producto que nace en la complejidad del pensamiento y conocimiento del observador que, incluido en aquello que observa, permanentemente, lo construye, de-construye y reconstruye. Por tanto, como miembros de una congregación disciplinar, inmersa en el universo cognoscente y cognoscible de las ciencias humanas y sociales, debemos hacer frente a aquella tendencia que nos induce a seguir respondiendo a las demandas de lo social, a través de códigos, medios y operaciones que, pese a nombrar de manera diferente, no han evolucionado y aún se encuentran rígidamente rutinizadas en nuestros discursos y acciones. Lo importante es re-aprender a situarnos en el interior de aquello que nombramos, penetrando en el discurrir de la verdad de su contenido, lo cual no implica mera nominación o notificación de algo, sino que exige un brío de reconciliación y de pertenencia con lo que queremos decir cuando expresamos algo (Israel, Ricardo, M., R. & Yáñez, V.: 2011. Pp., 105-110). Es un intento por pensar sin límites sobre lo que, realmente, estamos diciendo cuando referimos a objetos de discurso, capturándolos con un nombre y no con otro, ya que al nombrar preñamos las cosas de manifestaciones lingüísticas, de una carga simbólica, respecto de un determinado estado de situación temática y de densos procesos argumentativos. El acto de nombrar lo reconocemos mediado por un complejo proceso de interacción comunicativa, donde se van estableciendo diálogos entre lo de adentro de la connotación y lo de afuera de la denotación, creándose lazos sígnicos de subjetivaciones y objetivaciones, dadas dentro de ciertas zonas de experiencia y contextos de realización, gramaticales y semánticos, particularizados en nuestras investigaciones/intervenciones. Es allí donde tomamos las nuevas experiencias por medio de las palabras que desencadenan nombres, los cuales, a su vez, albergan ideas, nociones, conceptos y concepciones preliminares y por lo tanto conectan lo emergente con lo previamente conocido. Las gramáticas (grammatĭca) nos acercan al corpus de reglas, normas y principios que regulan el uso del lenguaje significativo en Trabajo Social, pues organizan la construcción de las narrativas y la formación de los discursos disciplinarios, en un sentido que no es meramente prescriptivo o regulatorio, sino que, además, da cuenta de las modalidades y los métodos con que se desarrolla la acción comunicativa de los y las Trabajadores y Trabajadoras Sociales, de acuerdo al contexto-situación, tanto lingüística como extralingüística, que abren los horizontes de la gramaticalidad a la realidad viviente del propio lenguaje. Tal apertura exige de nuestras semánticas (semantikos) provocar y acoger todo lo que tiene un significado relevante en la configuración de lo social, al otorgar tangibilidad expresiva al corpus de imágenes mentales que sobre ello poseemos y constituimos tras el encadenamiento de un conjunto de talantes conceptuales asociadas a unos significantes externos. En definitiva, nuestras constelaciones gramaticales y semánticas se originan en las construcciones de la memoria y en sus elocuciones significantes dentro de un tiempo y espacio, las cuales están ceñidas a la pragmática de determinadas circunstancias y contextos de elucidación y exégesis. Explanación y esclarecimiento comprensivo que reclama una constructiva des-construcción, respecto de nuestros dilemas ético-políticos y problematización epistemológicas, en torno al proceso de nombrar la realidad, así como respecto de la congruencia y consistencia de los debates que desarrollamos sobre los objetos de investigación/intervención. Solo así podremos aportar tanto variación como re-estabilización a dichos procesos y sus propuestas de cambio y/o transformación, validados por la contingente, transitoria y flexible búsqueda de respuestas ante las tupidas y cada vez más ascendentes irritaciones de lo social. Tales exigencias a nuestros modos de ser, pensar y hacer se fundamentan en la inevitabilidad de la contingencia, no sólo de la filosofía, la ciencia y la técnica, sino ante todo de los momentos históricos y las concepciones de mundo que se correlacionan con el desarrollo del propio Trabajo Social en la sociedad. Ahí emana la otredad como un alter – ego, oficiando al modo de una inacabable e indeterminada creación de figuras, formas e imágenes, a partir de las cuales atendemos aquello que nombramos como realidad de lo social, las cuales actuan como representaciones generales sobre ciertas propiedades empíricas, asociadas a referentes concretos de realidad. Es en dichos espacios sociales del mundo fenoménico, donde la disciplina erige y desarrolla asuntos polémicos y controversiales, susceptibles de promover posturas diversas ante encuentros dialógicos, en cuyo acontecer se exponen las razones que validan una diversidad de posiciones argumentativas, formuladas con miras hacia el consenso. Entonces bien, dado que somos capaces de argumentar nuestros modos de ver la realidad, así como las propuestas que elaboramos para contribuir al cambio y transformación social, somos, conjuntamente, portadores de atributos discursivos compuestos por dimensiones lógicas, dialécticas y retóricas, asociadas a dimensiones epistemológicas, teóricas, metódicas y metodológicas, así como ontológicas, deontológicas y axiológicas, que orientan nuestra capacidad para construir intersubjetivamente lo cotidiano del mundo fenoménico, en cuanto escenario donde se legitima la existencia del otro que, junto a nosotros, es también acreedor de un lugar en ese mundo. Parte Tercera. En la construcción de Debates en Trabajo Social: rupturas y continuidades con los actos enunciativos y proposicionales, el tercer reto a la complejidad disciplinaria. Los y las Trabajadores y Trabajadoras Sociales transferimos luminosidad a los hechos inexpresivos, pues cuando decimos algo realizamos actos de habla que nos posibilitan reiniciar la provisión de sentido y de organización de la experiencia de constituir nuestros debates (debattuĕre). Dicho proceso está formado por cuerpos elásticos de expresiones y códigos lingüísticos, cuyas urdiembres persiguen incorporar concepciones que nos involucran con el mundo fenoménico, dentro de un horizonte simbólico, sobre el que las palabras cumplen su labor de nombrar en narrativas, bien sean hiladas como textos y/o como relatos temporalizados. Entonces, cuando alzamos la voz en el proceso de debatir, nos ocupamos de ilustrar una realidad o parte de una realidad, atrapada en una sensibilidad emergente y discontinua, donde radica el desafío de encontrar nuevos puntos de vista, conceptos y signos, mediante los cuales elaboramos conjeturas y les procuramos atención refutativa a la apertura y el cambio proposicional en torno a lo social. Contexto en el cual el debate se entiende como el espacio por medio del que se exteriorizan categorías de entendimiento, paralelas al mundo real fenoménico, organizado por condiciones espacio – temporales que es donde se habitúa y tipifica la vida cotidiana. Aludimos a la zona donde surgen nuestros objetos discursivos, de investigación e intervención, relevando los imaginarios individuales y colectivos como, al mismo tiempo, lo que es singular y trans-histórico a ellos (Castoriadis, C.: 1999, P. 246), ya que el debate ostenta una voluntad propia, en la medida que entra en fricción con los y las profesionales que, a su vez, se incorporan en la dinámica dialogante que es propia a él, sin dejarse guiar, solamente, por quienes exponen. Se generan desvíos y fracturas en su desarrollo, que demandan ligaduras entre argumentos oficiales y otros que surgen alternativamente, allí donde es posible potenciar el encuentro de los agentes con sus propias preguntas y cuestionamientos, donde el debate no surte de soluciones sino que más bien testimonia y problematiza. Ahí se evidencia el poder del lenguaje sobre los hablantes y oyentes, así como sobre la sucesión de sus coloquios, el recorrido de sus textos, la narrativa de sus relatos y el ritmo de sus pensamientos en marcha, ya que las fuerzas devenidas del debate interpelan como “algo [que] aparece puesto en medio, y [donde] los interlocutores participan de ello y se participan entre sí sobre ello” (Gadamer, H.: 2004, P. 13). Se va formando, entonces, una especie de puentes de comprensión, como una forma de asociar a los dialogantes en un espacio no sólo de diferencias, sino que, además, de compromiso reflexivo y de atributos de concurrente expresividad. Por vía de nuestros debates disciplinarios modelamos el pensamiento y su encarnación en realidades concretas, como a su vez nos dejamos impregnar por sus propuestas y aseveraciones, formando representaciones cognitivas y, además, expresivas, que nos posibilitan calar tanto en los lugares de la conciencia como en la estructura socio-política a la que pertenecemos como agentes. Ello nos relaciona con los propósitos incorporados en nivel eidético, ahora, expuesto por actos de habla, lo que de una u otra manera nos lleva a un conflicto de interpretaciones y explicaciones, permitiéndonos captar la densa conexión y lazo de identidad entre el pensamiento y la realidad. En esa manifestación del debate, los aspectos denotativos y referenciales del lenguaje se unen con los elementos connotativos y poéticos, ya que la misma es compleja en su ineludible situalidad al interior de los contextos, así como en su tangible contacto con las audiencias, esto es, con los otros a quienes se dirige el proceso de acción comunicativa. Por lo mismo, el campo gramatical y semántico, como factor analítico y significativo de su complejidad, no puede concebirse simplemente como reflejo de la realidad, sino que más bien constituye un constructo con validez científica y sentido disciplinar, en torno a los asuntos y objetos del mundo fenoménico. Ahora bien, el carácter de constructo que asumen nuestros debates no implica, únicamente, un texto y relato totalizador, una función epistemológica absoluta o un modelo teórico unitario, sino que el mismo se demarca, selecciona, focaliza y objetualiza de cara a un espacio empírico, desde el cual deriva su potencial realización. Ello respecto de la experiencia sensible sobre lo social, donde fluyen las incertezas y los errores, donde las decisiones se visibilizan como prácticas discursivas, toda vez que nuestros argumentos enlazan fundamentos a fenómenos y estos a situaciones, tras un curso de reflexión hablada delimitado y tematizado desde variados lugares de interpelación, de registro y de devolución de experiencias, que somos capaces de traducir teórica y/o conceptualmente, por medio de categorías de entendimiento. Hacemos ver que, a través de sus debates, el Trabajo Social presenta una imagen de sí mismo en inclusión con la permeabilidad de factores históricos e ideológicos, lo cual posibilita desenmascarar la contingencia de las figuraciones que, lingüísticamente, transmitimos a través de él. De esta manera, dejamos ver la naturaleza constructiva y deconstructiva de nuestro discurso disciplinar, así como su separación de aquella dicotomía que mutuamente excluye los ejes interpretativos de los explicativos, logrando, en definitiva, poner en concordancia el sentido con la referencia. El sentido de las referencias se crea en función de un mundo donde las cosas existen en alianza con sus propias características, son pues creaciones ex nihilo, donde tutela un discurso que se nutre no sólo de oficialidad, sino que, además, de realidades cotidianas marginadas (Castoriadis, C.: 1989). Tengamos presente que el debate busca, por un lado, poner en presencia presente cuestiones tematizadas, y, por otro, convencer razonada y razonablemente acerca de la validez enunciativa y proposicional que se sostiene sobre aquello que problematizamos, concitando una especie de resistencia a la fragmentación entre lo interior y lo exterior, haciendo notar que nuestras gramáticas y semánticas se cruzan con las ajenas, ahí donde las palabras son capaces de perturbar los estados de realidad. En definitiva, cada debate deja correr el saber narrativo, conceptuando criterios pertinentes y admisibles para los agentes de lenguaje que se involucran en tal proceso, según sus respectivas posturas de interlocución y en cuyos textos y relatos se van tejiendo argumentos que no solamente se disponen a cumplir funciones enunciativas pues, además, y, sobre todo, determinan qué se debe plantear para ser oído, así como lo que hay que oír para poder hablar. Allí se genera la intersección entre el espíritu que fundamenta la praxis y la revuelta de una acción discursiva, concebida “[…] como facultad de puro inicio, como vida que no se instala en lo creado sino en el principio de la pura creación” (Bárcena, F.: 2006, P. 35), pues escapa de la mera estabilidad, del statu quo, de la invariabilidad. El memento nascendi constituye la procura del novum, que nos encauza hacia el ímpetu de lo extraordinario, radicado en las posibilidades de originalidad del pensamiento, los diálogos y las acciones sobre la realidad misma, en tanto empuje para la comprensión y reconciliación del Trabajo Social con el mundo fenoménico. Por lo mismo, consideramos que debatir, en alguna medida, es encontrar la entrega y valentía para continuar diciendo sobre nuestra realidad y sobre la realidad de lo social, de la cual también nosotros somos parte y donde al tiempo que nos arrojamos a lo plural, singularizamos nuestras propias oportunidades de desarrollo. En consecuencia, configurar nuestros debates en las ciencias humanas y sociales, ha de evitar la enajenación del Trabajo Social por el dominio de la totalización del discurso generalista, y, además, diluirse en los a prioris de la cotidianidad. Su destinación es hacia la explanación y exploración de las cuestiones humanas y los asuntos sociales instituyentes de un mundo común, esto es, la conditio política de aludir a todo aquello que es realizado o puede realizarse en la esfera pública, haciendo emerger la libertad como nuevo comienzo. Así pues, al debatir no sólo dejamos palabras pronunciadas, sino que legamos contenidos, en los cuales se habrá de hurgar sobre lo que los y las Trabajadores y Trabajadoras Sociales sabemos, conocemos, imaginamos y pensamos respecto de lo social. Su importancia radica en lograr comprender, en Trabajo Social, el “uso del lenguaje” (Wittgenstein, L.: 1989, P. 87), dentro de una trama argumentativa que, a la vez, podemos des-construir y reconstruir, al momento en que nos planteamos sobre objetos de discurso, de investigación e intervención, así como indagamos en torno a posibilidades para su abordaje. Dicha posibilidad de construir des-construyendo emerge con las “preguntas que enfatizan la significación ético-política [de nuestros debates]” (Berrios, V. & Rodríguez, N.: 2005, P. 54), que es donde se hace fecundo aprehender lo misterioso de la realidad, a través de la runa y la objetivación que hacemos de los fenómenos, sucesos y/o hechos que la constituyen, atrapándolos como objetos de discurso y acción. Surge una especie de batalla asentada en la búsqueda de respuestas, al formular interrogantes que cuestionan y se cuestionan, haciendo discurrir dialécticas que se manifiestan como contratendencias, ante las maneras instituidas de conocer y hablar sobre lo social, “pues en realidad quien habla es el lenguaje” (Heidegger, M.: 1994, P. 141). Esa es la manera en que se manifiesta el uso público del debate, que es donde los y las Trabajadores y Trabajadoras Sociales nos arrojamos hacia las cuestiones de estos tiempos, sus polémicas y asombros, lo cual, siguiendo a Habermas, sin duda implica asumir “[…] una idea general de la concepción de la verdad teórica y práctica propia de la ética del discurso […]” (Habermas, J.: 2006, P. 13). Consiguientemente, lo que deben perseguir nuestros debates disciplinarios es la comprensión del riesgo y la oportunidad que ofrecen los contemporáneos escenarios sociales, para la definición de alternativas y la formulación de propuestas complejas de interpelación, tras el permanente aprendizaje que se gesta en las discontinuidades del pensamiento, así como en las rupturas con los nichos de conocimiento acumulativo que, únicamente, niegan la divergencia como parte de la realidad del mundo fenoménico. Reflexiones Finales. La Necesidad de Resituar la complejidad disciplinar: el Trabajo Social en lo complejos de los escenarios sociales contemporáneos. Hemos de hacer elocuencia sobre la necesidad, o, quizá sea mejor decir, la obligación de que nuestro Trabajo Social, para poder comprender y potenciar sus actuales procesos de investigación/intervención, reclama de un cambio de lógica que no es formal, sino una expresión dialéctica y dialógica de lo contemporáneo contenido y expresado en la disciplina. Cuestión que, por cierto, requiere revisar los procesos de cambio que han enfrentado y enfrentan los actuales escenarios sociales, esos que hoy debemos ver como espacios de alta complejidad, producto de las contradicciones y ambivalencias entre las cuales se movilizan las relaciones sociales. Tales relaciones nacen mediadas por formas de articulación entre discursos y praxis, son además concebidas como objeto universal de nuestra investigación e intervención, cuya riqueza es eminentemente simbólica (Yáñez, V.: 2007 [1]. Pp., 294 – 305), en tanto manifestación del caos que, desde el siglo XX, acuñan los rostros del Mundo Moderno. Nos referimos a los rostros duros de la modernización y no estamos aludiendo sólo a la pobreza, sino a todas las formas de exclusión y desigualdad que, claro está, no son únicamente económicas. Ello nos obliga a resituarnos, buscar los lugares tanto empíricos como no empíricos desde los cuales podamos comenzar a movernos en esos complejos escenarios, que logramos concebir como una expresión de la disipativa organización de la vida moderna. Esa es una modalidad de inclusión del orden en el desorden, dinamizando de otra manera el horizonte temporal y espacial del presente, al reemplazar la imaginaria simetría de lo social, por la explicita asimetría einestabilidad estructural de su realidad (Prigogine, I. y Stengers, I.: 1994, P. 202). Tal consideración nos da a entender que son los fenómenos y nos los hechos, la cualificación y no la cosificación de la realidad, aquello a lo que debemos enfrentarnos en nuestros procesos de investigación/intervención. Es allí donde adquiere sentido el análisis y la interpretación de los datos que, como formas de lenguaje, están enormemente repartidos, pero, muchas veces ocultos detrás del ruido, de lo que simplemente distorsiona. Debemos re-aprender a trabajar con las evidencias, para darles un significado trascendente, para escuchar los sonidos del silencio y para conocer las oportunidades de igualdad, justicia y libertad desde dentro, desde el propio Trabajo Social en su compromiso ético – político y teórico – metodológico con lo social. Así por ejemplo, los más de 82 días que, a contar del 12 de julio del año 2010, 23 comuneros mapuches -en prisión preventiva- de Concepción, Lebu y Temuco pasaron sin comer, como medida de presión para cambiar la ley antiterrorista, dejará de ser concebida, unidireccionalmente, como una huelga de hambre, para leerse como una lucha política reivindicatoria. Dicha capacidad de traducción nos posibilita, como Trabajadores Sociales, tomar una posición de incidencia respecto de aquello que acontece históricamente en nuestra realidad, ya que las demandas sociales sólo operan como irritaciones de lo otro (los entornos y contextos) sobre la disciplina, por lo cual hemos de reemplazar nuestra sobrecarga valorativa o sobre- semantización en torno a lo social, por criterios de distinción que releven categorías de entendimiento aptas para contrastar las zonas de realidad construidas como situaciones concretas pensados. Así, desnaturalizaremos las convenciones y las creencias, bases de una racionalidad mítica que nos aferra a lo inauténtico, para, por el contrario encontrarnos con el propio fundamento del Trabajo Social que, en rigor, es lo esencial a sus procesos de investigación/intervención en lo contemporáneo. Únicamente desde este quebrantamiento podremos posicionarnos en los actuales escenarios sociales de alta complejidad, que implican des-regular, primeramente, aquel espejismo de la modernidad sólida que, de acuerdo a Bauman (2007), nos instaba hacia la concepción de un orden social predefinido que, junto a Durkheim, vimos manifiesto en una suerte de estructura instalada por sobre los comportamientos individuales. Planteamos, al contrario, que lo contemporáneo es la manifestación de una vida líquida, la cual representa esa “[…] desaparición de las utopías centradas en la sociedad y, en general, de la idea misma de la <<sociedad buena>>” (Bauman, Z.: 2006, P. 21), dispositivos que, por el aprendizaje de la repetición y de la procedencia, se traducen en la petrificación del discurso instituido sobre el discurso instituyente (Foucault, M.: 1992, Pp., 24 – 27). Tales prácticas discursivas se exteriorizan en lo que los y las Trabajadores y Trabajadoras Sociales hacemos cuando reducimos los aleas de la condición humana -labor, trabajo y acción- a patrones pre-formados de organización y desarrollo. Corresponde, entonces, a lo que provocamos cuando seguimos nombrando cuestiones y cosas distintas como homólogas y que son producto de la ficción de la metáfora, aquella poderosa estrategia política contemporánea de modernización, que comporta semántica, una una especie de inversión analogía que expresa el otro figurado, o sea, significados distintos a los del contexto en el cual se emplea. Entonces, nuestro esfuerzo por rebasar la estrategia hegemónica de la metáfora, que ahora vemos como lo incorporado por mecanismos externos, bien sean las políticas públicas o los dispositivos de consumo de la falsa necesidad, como les denomino Marcuse, nos exige revisitar las contemporáneas demandas sociales. Eso también incluye la “desacralización” de la teoría y categorías sociológicas propias de la tradición viejo europea, que tan fuertemente han calado en nuestra razón, trayéndonos unos modos de pensar mecánicos y causalistas, que nos llevaron a concebir los fenómenos sociales como hechos problemáticos. Podemos aludir como ejemplo de este caso, a la idea de patología (lo funcional y lo disfuncional, lo normal y lo anormal, lo sano y lo enfermo) propia deuna racionalidad estratégica, o, a la materialización de la diada medio – fin (costo – beneficio), centrada en una racionalidad teleológica. Ambas perspectivas residuales y limítrofes que, por cierto, hemos de entender superadas, por el sólo hecho de asumir el reto de la complejidad. Ello nos exige desarraigarnos de códigos binarios y restrictivos, para encontrarnos con las indispensables mediaciones y diálogos entre el pensamiento, la voluntad y el juicio. No olvidemos que la complejidad de estos tiempos emerge como desorden, como antinomia, como contraste ante las restricciones del razonamiento cartesiano – newtoniano, poniéndonos en presencia de lo improbable, de aquello que emana en las casualidades que perturban a los fenómenos y donde “[…] el horizonte de predicciones resulta impredecible” (Vivanco, M.: 2010, P. 6). Lo improbable surge en el creciente indeterminismo interno del mundo fenoménico, donde se pierden las distinciones y claridades en las identidades, donde la heterogeneidad restringe el trazo de lo dominante y lo normativo, ampliando áreas de mayor plasticidad e irregularidad social. Con ello, se presenta una inevitable exigencia de re-aprender a observar y volver a nombrar aquellos preceptos que nosotros mismo hemos perpetuado, como parte de una tradición monolítica, lo cual imbrica un acto de síntesis entre tesis y antítesis, donde Trabajo Social funda la investigación con la intervención, trascendiendo la ideología de un pasado construido como ideológico. Ello perfila las formas y los fondos de la época en que se incorpora la disciplina, afrontando la emergencia y ebullición de aquellos escenarios donde emanan complejos fenómenos para la investigación/intervención, pues los mismos acusan una dinámica desequilibrante que despierta el desafío de asumir la excepcionalidad de lo nuevo e inédito. En tal medida, tenemos que reorganizar las tesis fundamentales de nuestro pensamiento sobre la realidad de lo social, en honor a lo que es coyuntural y eventual en el mundo fenoménico, donde nos jugamos una permanente reinvención, como principio que ilustra el complejo ensamblaje entre nuestras observaciones, gramaticalidades y debates, en una especie de lenguaje de segunda generación, desde el cual se funda la composición praxiólogica del Trabajo Social. BIBLIOGRAFIA. Arendt, Hannah. (2010). Lo que quiero es comprender: sobre mi vida y mi obra. Editorial Trotta S.A, Madrid, España. Arendt, Hannah. (2005). La Tradición Oculta. Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina. Arendt, Hannah. (1995). De la Historia a la Acción. Editorial Paidós, S.A., Barcelona, España. Bachelard, Gastón. (2003). La Formación del Espíritu Científico. Ediciones Siglo Veintiuno, México, D.F. Bárcena, Fernando. (2006). Hannah Arendt: una filosofía de la natalidad. Editorial Herder Editorial, Barcelona, España. 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O texto procura fornecer elementos para reflexão do que no Brasil se convencionou chamar como projeto ético político do serviço social e os caminhos que o profissional pode se utilizar no sentido de fortalecer os sujeitos coletivos, em especial aos movimentos sociais utilizando-se das vivencias estéticas. PALAVRAS CHAVE: serviço social; movimentos sociais, arte. ∗ ∗∗ Universidade Estadual Paulista “Julio de Mesquita Filho – UNESP [email protected] Universidade Estadual Paulista “Julio de Mesquita Filho – UNESP [email protected] INTRODUÇÃO O presente artigo discute a utilização da Arte na atuação do Serviço Social voltada para o fortalecimento dos Movimentos Sociais. A potência da Arte e sua capacidade de fortalecimento dos sujeitos são discutidas a partir das contribuições de Lukács, principalmente a partir de elementos apresentados em sua obra Estética (1970). O texto procura fornecer elementos para reflexão do que no Brasil se convencionou chamar como projeto ético político do Serviço Social e os caminhos que o profissional pode se utilizar no sentido de fortalecer os sujeitos coletivos, em especial aos Movimentos Sociais utilizandose das vivências estéticas. O projeto profissional do Serviço Social foi construído no contexto histórico de transição dos anos 1970 aos 1980, período este de redemocratização da sociedade brasileira. O objetivo e esforço principal do projeto profissional era re-dimensionar os aspectos conservadores que compunham a profissão. No entanto, o amadurecimento do projeto se efetiva na década de 1990, período de profundas transformações societárias oriundas da esfera da produção, marcadas pelo modelo de acumulação flexível e pelo neoliberalismo. O Projeto Ético Político, possui uma estrutura básica e uma dimensão política que subsidia esta estrutura e que pode ser expressa nos seguintes termos: reconhecimento da liberdade como valor central; compromisso ineliminável com a autonomia, a emancipação e a plena expansão dos indivíduos sociais e vinculação a um projeto societário que propõe a construção de uma nova ordem social. Política e ideologicamente o projeto postula-se radicalmente democrático, defendendo a socialização da participação política e da riqueza socialmente produzida. Por isso, posiciona-se a favor da eqüidade e da justiça social, na perspectiva da universalização e, portanto, da ampliação e consolidação da cidadania. Na afirmação do Projeto ético-político da profissão, é reforçado que a superação da desigualdade social somente é viável através da socialização da riqueza e da emancipação humana, com a conquista de melhores condições materiais e subjetivas de vida, perspectiva esta acampada por determinados Movimentos Sociais. Portanto, a necessidade de maior apropriação teórica e ampliação do trabalho profissional, junto aos Movimentos Sociais, é uma reflexão que desafia todos os assistentes sociais a defender, com radicalidade, estes movimentos na perspectiva do enfrentamento de todas as formas de exploração e de opressão, potencializando os Movimentos Sociais como espaços concretos de construção, luta e de afirmação do próprio projeto ético-político da profissão. Os Movimentos Sociais trabalham com temáticas integrantes das expressões da questão social, que é também objeto de trabalho do serviço social; podemos citar neste sentido a propriedade privada, as opressões e explorações que advém das questões de raça, gênero, etnia, entre outras. Entretanto, a discussão acerca da necessidade de alcançar sujeitos coletivos, por parte do Serviço Social, ainda mostra-se consideravelmente escassa, o que de certa forma, aponta um hiato entre o que anuncia o projeto profissional e o que se efetiva na realidade objetiva. Somando-se a este aspecto, observamos ainda que, a reflexão que contemple a articulação entre a construção da perspectiva da coletividade, Movimentos Sociais e Serviço Social, tem sido um dos temas menos debatidos no interior do Serviço Social. A análise dos processos históricos que conformam o Serviço Social, aponta que um dos requisitos para que o projeto ético político da profissão pudesse se afirmar e se fortalecer, foi a organização e potencialização dos Movimentos Sociais junto a sociedade. Haja vista que, os Movimentos Sociais, até hoje, representam para o Serviço Social, espaço privilegiado para a realização da transposição das demandas particulares, em demandas coletivas, e portanto, na superação de propostas focalistas e utilitaristas. Levando-se em consideração os limites que circunscrevem o Serviço Social, enquanto profissão inserida na divisão sócio-técnica do trabalho, mas, também, observando a contribuição que este pode fornecer, a partir de seu acúmulo teórico-prático, podemos avaliar que, transcender as demandas imediatas, alocadas no espaço do cotidiano a fim de, perseguir a perspectiva da totalidade, pode servir a construção de possibilidades de luta e enfrentamento social, o que passa necessariamente pela capacidade de apropriar-se de mecanismos e estratégias fundados em bases teóricometodológicas sólidas, que partam dos direitos já conquistados mas que, almejem uma transformação, sendo precisamente esta a contribuição que a Arte pode fornecer, como veremos a seguir. MOVIMENTOS SOCIAIS E SERVIÇO SOCIAL: um diálogo a ser aprofundado Como já exposto acima, desde o final da década de 1970, o Serviço Social brasileiro vem arquitetando seu projeto profissional comprometido com os interesses das classes trabalhadoras. No entanto, o avanço e aprofundamento do projeto profissional do Serviço Social encontram-se hoje intensamente tensionados pelos rumos neoliberais que compõem o contexto atual da sociedade, e seus rebatimentos no interior da profissão. Rebatimentos estes que condicionam uma fragilização da apreensão por parte dos assistentes sociais, dos Movimentos Sociais. No início do século XXI os espectros que compõem os mecanismos da ideologia dominante se espraiam para todos os interstícios da vida social e ganham formas de ser naturalizadas que tentam diluir os embates entre as classes e as opressões advindas das dominações de gênero e raça/etnia; vão criando mecanismos que consolidam representações fragmentárias da vida social onde o indivíduo passa a não identificar-se como sujeito coletivo. Vários são os canais existentes para a consolidação das idéias dominantes como idéias dominantes para o conjunto da sociedade: os meios de comunicação de massa, a educação, as novas formas de gestão do trabalho, as proposições de organização sindical advindas do novo sindicalismo. (SANT´ANA, 2011, p. 2) E esta configuração individualizante da realidade, fundada em modo de produção da vida fragmentado e superficial, que se veicula por diversos meios, desde os canais de televisão, passando pela educação, e fundamentando a atual organização sindical tem sob medida a manutenção da ordem capitalista. O assistente social, que tem como principal (mas não única) protoforma de trabalho a política social de assistência, não foge a esta realidade. O papel do Estado para garantir as condições sociais, econômicas e políticas necessárias à manutenção da ordem é essencial: por meio de políticas públicas, especialmente as sociais, constrói-se os mecanismos de consenso necessários à reprodução da ideologia dominante; este processo de reprodução, porém, é contraditório: é possível pensar estas políticas também como espaços não só de efetivação de direitos, como de difusão de um discurso contra ideológico questionador das relações instituídas. [...]Daí a importância do discurso questionador nos interstícios da vida social como no caso do trabalho educativo e desmistificador do serviço social. (SANT´ANA, 2011, p. 2) Diante disto, faz-se necessário e urgente combater práticas autoritárias, que possuem como pano de fundo a luta de classe. No caso dos meios de comunicação em massa, por exemplo, estes são concessões públicas e estão nas mãos das elites, o que, coloca obstáculos ao direito de difundir idéias, manifestar pensamentos, agir de forma organizada e divulgar informações por parte dos Movimentos Sociais. Portanto, é diante deste contexto, onde a luta dos Movimentos Sociais sofre uma profunda deslegitimação por parte da mídia de massa e conservadora e, diante de um contexto neoliberal que aprofunda as desigualdades sociais, que devemos vislumbrar formas de efetivar a perspectiva da coletividade. O que não se mostra uma tarefa fácil. A efetivação do projeto ético político do Serviço Social no atual contexto exige capacitação teórica metodológica na efetivação das políticas públicas na área social, mas também para contribuir com o fortalecimento dos sujeitos coletivos e, em especial, com os Movimentos Sociais. Por isso o Serviço Social, em sua ação cotidiana, tem que saber analisar e discutir as formas de resistência instituídas no território onde atua e, também, e ter claro o seu papel no fortalecimento da luta dos trabalhadores e dos Movimentos Sociais. O Serviço Social, como profissão inscrita na divisão sócio-técnica do trabalho, cada vez mais tem sido alocado para a operacionalização de políticas públicas segmentadas e para a viabilização de benefícios focalizados, esses utilizados como estratégia de diminuição da pobreza extrema em toda a América Latina. A sobrecarga e a precarização do trabalho, associadas às restrições das políticas sociais tem feito com que os profissionais convivam com manifestações cada vez mais graves da questão social e, com uma situação de impotência permanente. Transcender as demandas imediatas alocadas no espaço do cotidiano, a fim de perseguir a perspectiva da totalidade pode servir a construção de possibilidades concretas para que se recupere a possibilidade de luta e transformação social. Para isto é necessário ter a capacidade de apropriar-se de mecanismos e estratégias fundados em bases teórico-metodológicas e ético políticos e que permitam identificar aquilo que é possível para o Serviço Social fazer, mesmo em condições institucionais limitadas. É preciso apreender que os determinantes do trabalho profissional são decorrentes das condições objetivas materializadas pelo espaço sócio ocupacional, mas são também do posicionamento assumido pelo profissional, decorrente do seu referencial teórico metodológico e da sua opção ético política. O compromisso profissional com os sujeitos coletivos e em especial com os Movimentos Sociais é fundamental no sentido de constituir-se como espaço privilegiado para a realização da transposição das demandas particulares, em demandas coletivas. A ação educativa do Serviço Social pode materializar-se diretamente junto aos Movimentos Sociais ou, mediada pelas políticas públicas. A Arte pode contribuir, no cotidiano institucional, para novas abordagens e apreensões sobre as ações resultantes das lutas de classe de maneira a criar possibilidades de fortalecimento dos sujeitos; pode facilitar que os usuários se identifiquem com as ações dos sujeitos coletivos que lutam e resistem na sociabilidade atual. SERVIÇO SOCIAL E A UTILIZAÇÃO DA ARTE PARA UMA APROXIMAÇÃO COM OS MOVIMENTOS SOCIAIS A vivência propiciada pela Arte provoca um enriquecimento do sujeito e de sua personalidade. A fruição, a contemplação, a criação, categorias fundantes da arte, são em potencial o último território livre, onde se firma a humanização do homem, sua ontologia, e o fazer teleológico. A Arte, na contramão de um mundo que glorifica o produto e visa dispensar o produtor, valoriza o criador e não só a criação. (LUKÁCS ,1966) Na relação estética o homem apreende o mundo de maneira direta e total; a consciência apreende a realidade sem as regras e preconceitos do cotidiano, que são suspensos e assim, há o rompimento com uma estrutura gigantesca de condicionamentos e ampliação do horizonte perceptivo, o que auxilia na problematização da prática das pessoas em sua realidade. (LUKÁCS, 1966) Sendo assim, alcançar a consciência humano-genérica é alcançar a humanização do homem, como aponta Netto: “A consciência humano-genérica (...) só se dá quando o indivíduo pode superar a singularidade, quando ascende ao comportamento no qual joga todas as suas forças, mas não toda a sua força numa objetivação duradoura (...). Trata-se então, de uma mobilização anímica que suspende a heterogeneidade da vida cotidiana – que homogeneíza todas as faculdades do indivíduo e direciona num projeto em que ele transcende a singularidade numa objetivação na qual se reconhece como portador de consciência humano-genérica. Nesta suspensão (...) o indivíduo se instaura como particularidade, espaço de mediação entre o singular e o universal e comporta-se como inteiramente homem” (NETTO, 1996, p.28). Partimos do pressuposto de que “a arte como conhecimento da realidade pode nos revelar um pedaço do real, não em sua essência objetiva, tarefa específica da ciência, mas em relação com a essência humana” (LUKÁCS, 1966, p. 311). Assim, refletir sobre a Arte e o Serviço Social com o objetivo de construir processos de identificação dos movimentos sociais como sujeitos fundamentais da luta política no atual contexto é parte do esforço para o fortalecimento a direção política que a profissão tem assumido nos últimos 30 anos no Brasil. Segundo Lukács, é inerente a Arte a passagem do indivíduoindividualidade ao indivíduo genérico humano, e os Movimentos Sociais, como espaços que surgem, via de regra, impulsionados pela necessidade de transformação, podem ser o espaço objetivo onde se passa e concretiza esta gradação humana nos sujeitos por meio da Arte. Trata-se, portanto, de entender os Movimentos Sociais como chão objetivo de sujeitos movidos esteticamente, sendo que, esta articulação – sujeito esteticamente movido e Movimentos Sociais – tem por objetivo canalizar a potência das forças que se passam no movimento indivíduo versus generidade, para que estas não se dispersem por não encontrarem na realidade objetiva um instrumento de assimilação que auxilie a realização das mediações necessárias. O Serviço Social em seu cotidiano de trabalho pode reproduzir o ideário vigente que invisibiliza os Movimentos Sociais, ou pelo contrário, destacar seu papel fundamental no processo de luta e resistência. Os assistentes sociais tem contato direto com os trabalhadores usuários das políticas sociais públicas e, em diversos espaços sócio ocupacionais promovem grupalização e debates sobre diversos temas. A direção social dada pelo Serviço Social brasileiro pressupõe um direcionamento crítico para esse trabalho que reforça a perspectiva educativa da profissão. E o profissional pode fazer todo um processo de desconstrução da ideologia dominante promovendo reflexões sobre mundo do trabalho, preconceito, os fundamentos das desigualdades, tudo isso mediado por temas do cotidiano dos usuários. Neste sentido, a Arte pode oferecer um arsenal teórico-prático, elencado nas diversas técnicas que a compõem – teatro, poesia, fotografia, música, literatura, dança – ao Assistente Social, no sentido de enriquecer e dar amplitude ao seu trabalho profissional. O que implica, necessariamente, dada a potência da arte nos termos lukacsianos de produzir no sujeito uma vivência universalizante, o que é intrinsecamente a própria vivência estética. No limite, o trabalho com Arte, portanto, é também uma forma de perseguir e alcançar a perspectiva da totalidade. Diante disto, o Assistente Social pode lançar mão da Arte como medida desfitichizadora da realidade reificada, que coloca os Movimentos Sociais, como disposto acima, em uma invisibilidade e descrédito produzidos pela ideologia dominante, e muitas vezes, reproduzidos pelos próprios assistentes sociais. A fim de elucidar esta proposta, e a título de uma prévia introdução às possibilidades infinitas que a articulação Arte - Movimentos Sociais - Serviço Social, pode oferecer, destacaremos alguns exemplos. É importante salientar que não se trata de um modus operandi, mesmo porque toda práxis deve partir de uma análise de conjuntura que sempre desvelará elementos que conectados entre si expressarão uma particularidade que necessitará de uma objetivação prática única. O Teatro do Oprimido formulado por Augusto Boal, como forma de enfrentamento da injustiça e desigualdade social, tem por objetivo, transformar o teatro em verdadeiros fóruns sociais. Através de jogos teatrais que visam transformar o espectador em espec-ator de sua história, ou seja, indivíduos em sujeitos, o Teatro do Oprimido torna-se uma poderosa arma estética de enfrentamento social, porque postula uma busca de entendimento das causas das opressões e preconceitos. Aqui, então o teatro poderia auxiliar o assistente social na desmistificação dos Movimentos Sociais, na medida em que, colocase em movimento um processo de elucidação da formação, constituição e atuação dos movimentos, não apenas através de uma mera representação do real, mas antes, de uma experimentação e criação estética que desnudasse o papel e alcance dos Movimentos Sociais hoje. Podemos, neste sentido, também apontar a Fotografia como forma de re-significar a realidade. Em uma sociedade imagética, grande parte da ideologia dominante se difunde por meio da produção incessante e massificada de imagens. São nos jornais, revistas e programas de televisão que vemos estampadas as imagens que inundam e formam a concepção cotidiana dos indivíduos. São nestes mesmo meios que, como já apontamos, há uma clara e intencional criminalização dos Movimentos Sociais. Um trabalho com produção de imagens, por parte dos usuários da política de assistência, que tenham como conteúdo as questões sociais que atravessam a vida dos indivíduos, facilmente, apresentará um paralelo com as temáticas dos Movimentos Sociais. Exatamente porque, os Movimentos Sociais são fruto de uma captação coletiva destas demandas. Esta posto aqui, um evidente meio de extrapolar os limites institucionais, que amiúde, assolam a prática dos assistentes sociais, já que, esta produção desfitichizadora de imagens apreende as demandas individuais e as re-alocam na esfera coletiva, o que em si, tanto é um modo de formação de Movimentos Sociais como, de divulgação positiva dos já existentes. No cotidiano institucional, o Serviço Social pode promover a troca experiências entre os usuários das políticas e os sujeitos participantes dos Movimentos Sociais. Só para ilustrar: o trabalho sócio educativo com grupos de programas sociais como aqueles destinados a geração de renda em municípios de pequeno porte, ao invés de promover o discurso global do empreendedorismo, pode trazer um assentado para socializar sua experiência. A percepção por parte do usuário das condições vivenciadas pelo assentado e o acesso a moradia, trabalho e dignidade pode despertá-lo para a participação e envolvimento com as propostas coletivas dos movimentos e com isso fortalecê-los. Nos debates realizados com grupos, o Assistente Social pode trazer outras versões sobre os Movimentos Sociais que não aquelas veiculadas pela mídia; pode mostrar a necessidade da luta por moradia, por terra, por direitos. E esta possibilidade pode ser enriquecida pela posterior produção de contos e poesia a cerca do encontro, já que, a poesia e a literatura são canais humanos de criação de mundos e sonhos inéditos. Neste caso, a arte, através do conto e da poesia, partiria da realidade objetiva, ou seja, da aproximação concreta de entre sujeitos que acreditam e lutam por uma outra sociabilidade e os usuários da assistência, para estimular a criação poética, mas objetiva, de como a partir de sua realidade, o usuário pode conceber um mundo diferente do que está posto. CONSIDERAÇÕES FINAIS A proposta de aproximação entre Arte – Serviço Social, fundamentada nas reflexões estéticas trazidas por Lukács, apresenta-se como uma forma de afirmar o Projeto Ético-Político profissional, primeiro por enraizar ainda mais uma perspectiva filosófica crítica no âmbito de Serviço Social, porque ao nos remetermos a Estética de Lukács, falamos de uma estética marxista, e por consequência, aprofundamos o debate sobre a teoria social de Marx, o que se mostra um elemento fundamental quando pretende-se a defesa do projeto. Um segundo ponto que deve ser considerado, é que, diante dos desafios postos pela realidade hoje, a articulação entre Serviço Social e Movimentos Sociais, representa, uma possibilidade de não subjugar o alcance do trabalho profissional, aos férreos limites institucionais, isto porque, esta articulação parte do pressuposto que a luta pela efetivação de direitos realizada no bojo das políticas sociais, pode apresentar-se não como um fim em si mesmo, mas antes, como um meio de perseguir a construção de novas possibilidades sociais, tendo para tanto, os Movimentos Sociais como sujeito desta construção. O Projeto Ético Político do Serviço Social possui, claramente, uma dimensão coletiva que precisa ser re-dimensionada e que não pode ser esquecida, porque isto implica na verdade, no tensionamento negativo do próprio projeto. Significa, portanto, uma implosão do projeto, realizada a partir de uma apreensão do mesmo, que não leva em consideração aquilo que o conecta de forma coletiva as demandas da sociedade. Desta forma, lançar mão da Arte, para fortalecer os Movimentos Sociais, tem por objetivo a realização de uma luta que dê a possibilidade de experimentação, vivência e construção concretas de outras formas de sociabilidade. Porque a constituição de uma nova ordem social, deve ser criada a partir da realidade dada, os Movimentos Sociais são sujeitos que expressam isso, e a Arte, pode auxiliar na potencialização e fortalecimento disto. REFERÊNCIAS BOAL, A. Teatro do Oprimido e Outras Poéticas Políticas. Rio de Janeiro: Editora Civilização Brasileira, 1980. LUKÁCS, Georg. Estética, La peculiaridad de lo estético – Problemas de La mímesis. Tradução: Manuel Sacristán. Vol 2. Barcelona: Grijalbo, 1966. NETTO, J. P. Transformações Societárias e Serviço Social: notas para uma análise prospectiva da profissão no Brasil. In Revista. Serviço Social & Sociedade, N° 50, São Paulo, 1996. SANT’ANA, Raquel. Ex cortadores de cana e trabalhadores integrantes do MST: diferentes trajetórias que colocam a questão agrária para o serviço social. LA INTERVENCIÓN PROFESIONAL DEL TRABAJO SOCIAL LATINOAMERICANO Y EL CARIBE. IDENTIDAD PROPIA. AVANCES Y DESAFÍOS Mgter. Laura Elizabeth Acotto (Mendoza - Argentina) ∗ Palabras clave: EJE TEMATICO: La Política Latinoamericana y del Caribe como respuesta de la cuestión social y su relación con los aportes de la intervención profesional situada. El desarrollo de la política en America Latina y Caribe ha ido mutando de la homogenización de los noventa dónde la irrupción de la nueva cuestión social en los noventa, producto del desmantelamiento del Estado Social y la consolidación de la instauración del neoliberalismo impuesto merced a mandatos del capitalismo mundial, ha una heterogeneidad que incluye una multiplicidad de políticas que van de las políticas focalizadas y reproducidas en los diversos países hasta las políticas universales en perspectiva de derechos. No obstante esta diversidad el Trabajo Social regional a partir de sus asociaciones profesionales ha podido construir en identidad que en los últimos años se ha consolidado y ha involucrado posicionamientos éticos políticos que han marcado la diferencia en términos de desarrollo profesional y han colocado en debate el ser y el quehacer profesional, propiciando una disciplina situada, Magíster en Política y Planificación Social. Licenciada en Trabajo Social. Presidenta Regional America Latina y Caribe de la FITS (Federación Internacional de Trabajo Social). Docente nivel terciario y universitario. Universidad Católica de San Juan, Carrera Licenciatura en Trabajo Social. Directora de Carrera Tecnicatura Superior en Organizaciones de la Sociedad Civil en ISTEEC. Representante de Dirección General de Escuelas en el Consejo Provincial de Niñez y Adolescencia de Mendoza-Argentina. Presidenta de la FEDEM (Federación De Entidades de Niñez y Adolescencia de Mendoza.). E-mails: [email protected] ∗ en función de la proponer respuestas comprometidas teórica, metodológica, ideológica y éticamente. El declararse como una profesión históricamente situada, le da una impronta muy cercana a la realidad por la que transitan sus pueblos. · El Trabajo Social preponderantemente a lo largo de su historia se ha dedicado a la administración y ejecución de Políticas Públicas, hacemos aquí referencia al conjunto de acciones, servicios, prestaciones, normativas, instituciones que el Estado como administración de los bienes públicos socialmente producidos instrumenta para satisfacer las necesidades y demandas societales. En este sentido hemos sido testigos privilegiados de cómo se fue enfrentando la cuestión social y como se fue consolidando primero con el neoliberalismo la política focalizada y luego las políticas de derecho. En este sentido las mismas son producto de un modelo de sociedad determinado, son una construcción colectiva, cuentan con una determinada planificación para utilizar o no utilizar los recursos disponibles para satisfacer problemas públicos. Esto implica que se encarga de la ejecución de acciones que dan respuestas a cuestiones sociales que han sido valorizadas como prioritarias y deja de dar respuestas aquellas cuestiones que no considera de interés del Estado. Así entonces se encolumna con modelos societales determinados que provocan respuestas puntuales a las necesidades societales, así entonces identificar claramente el modelo socio-económico en el que se enmarque un proyecto de política publica nos posibilitara ver cual es su capacidad y potencialidad real de transformación social. Esto también nos posibilitara ver hasta donde llega su efectivización, su capacidad de humanización de los servicios y prestaciones y hasta dónde se puede desde los diversos modelos societales y de gestión afrontar exitosamente mecanismos de equidad e inclusión social.. Dentro de las políticas públicas se encuentran el área de competencia más específica del Trabajo Social, las denominadas políticas sociales. La política social es un conjunto de prácticas orientadas a instrumentar respuestas a las necesidades sociales (económicas, culturales, productivas, etc.) de los ciudadanos, que contribuyen a equilibrar los desajustes estructurales y coyunturales productos de las consecuencias de los desequilibrios del modelo hegemónico capitalista vigente en nuestras sociedades. Expresa María Lorena Molina16 “que cuando hacemos referencia a Política Social debemos tomar en consideración en el desarrollo teórico “categorías claves para la comprensión la protección y su expresión en la política social”. Entre estas categorías están el bienestar y la justicia social, el Estado; la Sociedad Civil, las Necesidades Sociales y mínimos sociales; la concepción de estos que se priorice nos impone un proyecto de sociedad”17 “Las políticas de bienestar hoy devenidas en políticas sociales en la sociedad actual, en que ha desaparecido la sociedad salarial y su protección social vinculada al empleo, constituyen un instrumento para la reproducción y conservación de la gobernabilidad, el bienestar y la integración social. Existen dos orientaciones básicas en la política social: en primer lugar garantizar a los ciudadanos políticas de protección, frente a emergencias, situaciones que ponen en riesgo al individuo y sus familias, ejemplo: enfermedades, incapacidad laboral, vejez, etc. Y en segundo lugar están orientadas a dar respuestas a condiciones de carencia que afectan a grupos poblacionales, asociados a la satisfacción de necesidades básicas, ejemplo: alimentación, vivienda, integración social, suelen sintetizarse en indigencia y exclusión”18. Si se vincula la política social también con la Justicia Social, dice María Lorena Molina, en el mismo artículo acerca de la justicia social 19 “Citando a Borón (2001:255) y éste a Platón…que la justicia es la virtud suprema de la política…La justicia exige que la política se oriente por parámetros de distribución que estén de acuerdo con el derecho, no con el mérito o 16 MOLINA, María Lorena. (2011). Protección Social (asistencia y seguridad social) - Justicia Social. Los fundamentos ético-políticos de la protección y la (des) protección social. En XI Congreso Nacional de Trabajo Social. Primera Conferencia Latinoamericana de Bienestar Social y Trabajo Social. Montevideo Uruguay. Asociación de Asistentes Social de Uruguay. 17 ACOTTO, Laura Elizabeth (2013) Clientelismo social, patronato y organizaciones de la sociedad civil individuales y colectivas (redes) de trabajo con niños, niñas y adolescentes (Estudio de los últimos 10 años en el Gran Mendoza, debates y propuestas para su transformación). Tesis. Maestría en Política y Planificación Social. Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza. Argentina. 18 ACOTTO, Laura Elizabeth (2013) Op. Cit. 19 MOLINA, María Lorena. (2011). privilegio… difiere del perfil clásico de satisfacer necesidades sociales para colocar la centralidad de acceder al derecho. Este criterio se identifica con el principio de igualdad…El concepto de justicia distributiva está relacionado con los conceptos de igualdad, equidad, libertad y necesidades sociales gestados al final del siglo XIX y consolidados en el siglo XX”. La nueva cuestión social, determinada por el desmoronamiento de la Sociedad Salarial, representado en el desempleo masivo, la precarización del trabajo y los sistemas clásicos de protección, provocó en los individuos desafiliación, perdida de identidad, vulnerabilidad y al dejar de existir el trabajo como soporte privilegiado de la estructura social, impuso fracturas considerables en la cohesión social, repliegue al individualismo de masas y retroceso en la solidaridad, todo esto acompañado de la perdida de la protección y la subsidiariedad del estado, como regular de las relaciones sociales y la satisfacción de las necesidades sociales. A lo largo de los últimos veinte años, Latinoamérica paso a ostentar la pobreza, al inequidad y la distribución injusta más profunda de su historia y ha liderar a nivel mundial los países con mayor grado de desequilibrio en protección social, llegando en su momento a supera la pobreza y la indigencia al 50% de la población de varios países, para ello se instrumentaron primeros políticas enlatadas del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco interamericano de Desarrollo, que sirvieron para palear las dificultades peor no lograron detener la emergencia de la cuestión social ni volver a implementar políticas de generación de empleo que de laguna manera restablecieron el piso de protección que había regido durante la sociedad salarias. Se creció en índices macro económicos, se contuvo la pobreza y una década después de los noventa la combinación con políticas en perspectiva de derechos en algunos países se provoco una baja significativa en los niveles de indigencia y pobreza. El Trabajo Social siendo una profesión institucionalizada a través del Estado y en él encontró su fuente laboral preponderante, ante el repliegue del Estado en de Bienestar paso por un proceso de desestabilización y búsqueda de nuevos rumbos, en esta búsqueda se circunscribieron algunas experiencias noventistas de gerenciamiento social, marketing social, tecnocracia extrema y el quehacer profesional puesto en lo instrumental y metodológico. Paradójicamente en esta misma etapa, tras el fracaso del derrame y todas las recetas del consenso de Washington rebrota el espíritu sesentista de la reconceptualización y las asociaciones profesionales impulsan el debate por el proyecto ético político que se va consolidando como desafío en los 2.000. Detenernos en la cuestión social y cómo esta atraviesa al Trabajo Social en su existencia y en el ejercicio profesional, implica poder definir algunas precisiones iniciales, sin las cuáles el análisis quedaría ambiguo: la utilización del término ha sido tan manipulado que en cierto modo pierde el sentido y trasciende como sinónimo de problemas social, de pobreza, de exclusión, de efectos del neoliberalismo, etc. Tal como expresa Estela Grassi 20 “ la cuestión social no refiere a cualquier cuestión ni a problemas indiferenciados, sino a la puesta en escena de la problemática social en las sociedades capitalistas modernas, en las cuales el trabajo se realiza en una relación de subordinación directa o de articulación subordinada al dominio del capital..............El trabajo siendo la variable de inclusión social más tangible y con mayor nivel de impacto positivo, fortalece el tejido social, posibilita que el sujeto se encuentre protegido a través de la seguridad social, le otorga identidad adulta, etc. la nueva cuestión social que surge como producto de las formas de relación entre capital/trabajo en el capitalismo moderno, pone en vigencia el viejo problema de cohesión social y la capacidad de la sociedad para enfrentarlas como conjunto integrado de relaciones sociales. Tener en cuenta, cómo plantea Marilda Iamamoto, la cuestión social como generadora de desigualdades y resistencia, es prioritario para comprender la vinculación de la profesión y los mecanismos utilizados históricamente para la resolución de la misma. 20 GRASSI; Estela - El eje del trabajo en la cuestión social y en la política social. Algunos problemas y acciones políticas necesarias. 21 ”Tomar la “cuestión social” como directriz teórica de la formación es asumir un camino teórico- metodológico que permita comprender, interpretar y resignificar las particularidades que asume en vinculación a la mirada de los actores, sólo así se podrá generar dispositivos profesionales que trasciendan el carácter inmediatista que ha caracterizado históricamente a la profesión” ... “la cuestión social como manifestación de las desigualdades y antagonismos políticos, económicos y culturales anclada en las contradicciones propias del desarrollo capitalista y poniendo en jaque el poder hegemónico de la burguesía, atentando contra el orden social establecido generó múltiples estrategias del poder instituido para enfrentarla, callarla, naturalizarla, disminuirla o incorporarla”. En los años noventa en plena expansión de la cuestión social años la profesión ingreso en una meseta configurada por instrumental. la excelencia teórica- La tecnocratización y la metodologización constante y ascendente dieron como producto una inserción más plasmable del trabajo social entre los cientistas sociales y lo alejo del compromiso con las clases populares que habían sido productos de la etapa anterior de la reconceptualización. A su vez el proceso de desarrollo de la denominada cuestión social, atravesó y condiciono nuestro accionar en la época neoliberal, entre sus impactos en dicha época podemos señalar: La subordinación del quehacer profesional a la sobrevivencia laboral, la necesidad de mantener la fuente de sustento diario fue y es tan fuerte que termina en muchos casos condicionando la no interpelación ético política del ejercicio profesional; el letargo en las confrontaciones ideológicas con las instituciones; la aceptación de condiciones indignas de atención para los ciudadanos; la aceptación de reglas liberales en torno a los servicios sociales (privatización); el desvío de la mirada ante prácticas clientelares; la aceptación de la caridad en lugar de la justicia social y la equidad; la solidaridad de carácter compensatoria (promovida desde afuera) en lugar de la perspectiva de la solidaridad basada en el sentido de comunidad 21 ROZAS PAGAZA, Margarita, SIEDE Virginia, BENEGAS Marcela (Versión actualizada diciembre 2003) Propuesta de las directrices teóricas para la Reformulación del Plan de Estudios de la Carrera de Trabajo Social de Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. (promovida desde adentro); la ambivalencia desde lo ideológico, la no explicación de los contenidos políticos de nuestro accionar, etc. En los noventa surgen en las asociaciones profesionales de trabajo social de la región una fuerte confrontación con el neoliberalismo y el modelo focalizado de política social. Todas las declaraciones públicas de las mismas estaban orientadas a denunciar lo que el modelo provocaba en el deterioro en las condiciones de vida de las poblaciones. No obstante no se visualizaban caminos para salir de la crisis, al menos desde la propia disciplina, con lo cuál los debates eran más contestatarios que propositivos. Esto comenzó a mutar en los 2.000, dónde claramente se comienza a producir documentos tanto a nivel Regional como mundial de enfrentamiento disciplinar a la cuestión social. Se empieza a configurar propuestas que luego constituyen los principios éticos políticos del Comité Mercosur de asociaciones profesionales, la nueva definición regional de Trabajo Social impulsada por las asociaciones profesionales miembros de FITS de la Región y la Agenda Global Mundial. Se avanza significativamente en términos de defensa de la profesionalización del trabajo social, impulsándose la formación universitaria como mecanismo de desarrollo de la categoría profesional, se amplia considerablemente la producción teórica y bibliográfica y se debate en toda la región los lineamientos de un posible proyecto ético político para el trabajo social Latinoamericano y Caribeño. Asimismo la profesión se aleja de los mandatos funcionalistas e instrumentalizas (aséptico y desideologizado), y se acerca nuevamente a los procesos de ideologización y politización de la disciplina. Entre tanto en varios de los países que integran la región se desarrolla también un cambio político e ideológico, que provoca una transición en las formas de gobernar (con más autonomía con relación a los organismos internacionales), más cercanos a sus clases populares, con un enfrentamiento abierto contra los sectores económicos y comunicacionales que defienden el status quo neoliberal. También esto va de la mano de una nueva generación de políticas publicas que utilizan como transición a los programas de transferencia condicionada que en la etapa anterior impulsaron los organismos de cooperación internacional, para arribar a propuestas neo universales que se acompañan con legislaciones encolumnadas en perspectiva de derechos. Algunos países continúan en las políticas de transferencia condicionadas y en otros que se encolumnan en lo universal se erige una profunda contradicción en términos de dos grandes tendencias: por un lado el creciente desarrollo jurídico y administrativo en términos de leyes y políticas publicas que dan paso a la perspectiva de derechos, la cuál incluye medidas que son de corte neo-universalista, territorializado, que abarca la mayor cantidad de individuos posibles a los que les afecte una determinada necesidad, o requieran satisfacer un determinado derecho; por otro lado se profundizan algunas desigualdades que se sostienen de manera persistente y que reproducen condiciones de subsistencias encaramadas en la violación sistemática de accesibilidad a los derechos. Esto se expresa especialmente en los sectores urbanos. 22 “Las políticas en perspectiva de derechos, se vinculan con la conceptualización de justicia, la cuál posee varias interpretaciones, por un lado, apela a los derechos del ciudadano y señala al Estado como garante de su satisfacción y por otro lado posee un carácter de provisión material que apela a lo distributivo. Así decimos que hay injusticia y esta se refleja en desigualdad cuando esta se expresa en su condición distributiva y asegurativa”. Las políticas para hacer realidad la justicia distributiva deben responder a lo que Franco23 sostiene que constituyen las funciones básicas de la política social: 22 ACOTTO, Laura (2013) Desafíos para las organizaciones sociales en un contexto configurado por desigualdades persistentes, políticas en perspectiva de derechos y co-‐responsabilidades. Seminario Internacional Desigualdades Urbanas en la infancia y la adolescencia: derechos y políticas sociales urbanas. Universidad de 3 de febrero. Buenos Aires. Argentina. 23 FRANCO, Rolando (2002) Grandes temas del desarrollo social en América Latina y el Caribe, en Desarrollo social en América Latina: temas y desafíos para las políticas públicas. FLACSO-‐Banco Mundial. Inversión en capital humano (calidad de los servicios de educación y salud, así como de inversiones en infraestructuras, invertir en la formación de habilidades y capacidades, consolidación de habilidades políticas y culturales). Compensación social (redes de protección social de caracteres permanentes y enmarcadas institucionalmente). Cohesión social. Que resulte en una sociedad integrada. Donde haya sentido de unión entre los actores que las ejecutan y los ciudadanos que las utilizan. La disposición de capital humano y social impacta en la mejora de condiciones de integración social. Las políticas sociales en todo momento responden a concepciones de Estado y se sostienen sobre la base distributiva que cada Nación se impone para si. Tal como he expresado en varios trabajos anteriores, las nuevas políticas para encolumnarse en la perspectiva de derechos que es: universalista (alcanza a todos los individuos); descarta la condición para el acceso (el sujeto no necesita ser “merecedor”, ni entregar nada a cambio, es acreedor por el solo echo de ser ciudadano); establece obligación política y legal del Estado; garantizar el Acceso; señala responsabilidades; establece reconocimiento de Derechos; Indaga las causas de los problemas(no los síntomas); concibe a las personas como sujetos de derechos (no como objetos de intervención, lo que lo coloca en condición de incapaz, habilita la inconsulta, la no participación); posee metas globales (abarca todos los derechos para todas las personas); es irrenunciable; reconoce habilidades y capacidades y desde estas construye respuestas; posee progresividad y no regresividad (aumenta los grados de cobertura, calidad, impacto, etc.); propicia la Participación de los destinatarios; establece igualdad y no discriminación; pone en vigencia recursos (movilizar todos los esfuerzos posibles para el logro de la efectivización de derechos especialmente los derechos sociales, educativos, económicos y culturales); establece exigibilidad. Si tomamos en consideración todos estos parámetros y analizamos las políticas sociales vigentes en la Región veremos que si bien hay una tendencia a intentar la neo-universalización, esta todavía en la mayoría de los países no supera lo neo. Aunque ha habido un avance en términos jurídicos del enfoque de derechos que va señalando las bases para la futura universalización. El Enfoque de Derechos parte por hacer un reconocimiento a los sujetos como titulares de derechos y dicha titularidad impone al Estado la obligatoriedad de hacerlos cumplir. Trabaja en garantizar mínimos que constituyan una base para la integración e inclusión social. Se sustenta en el compendio Acuerdos, Convenciones, Tratados, Pactos, Protocolos, Principios, documentos y directrices, construidos por el compendio de Derechos Humanos emanados de los organismos internacionales que constituyen un marco teórico conceptual consensuado por la comunidad internacional. Dicho marco propone guías de actuación, adjudica responsabilidades, En algunos países configura un compendio jurídico que regula lo administrativo. A su vez se hace efectiviza en la justicia, no en la caridad.24“Tanto reconocimiento, como reparto son las dimensiones fundamentales de la Igualdad de derechos. La noción de reparto se refiere básicamente al acceso a los servicios y activos que caracterizan el producto y el grado de desarrollo en que se encuentra una sociedad específica…reconocimiento se refiere a la visibilidad que obtienen los diversos agentes sociales”. Este expresa una dimensión política y se vincula a la noción de ciudadanía. Ambos derechos de reconocimiento y reparto se vinculan y retroalimentan” En este sentido las políticas en perspectiva de derechos nos aleja del control social y los acerca a la emancipación social, anhelo ampliamente manifestado por la profesión en los últimos años. Aun con el riesgo de provocar una deslegitimación de la profesión en términos sociales ante sociedades que le otorgaban al trabajo social que le daba legitimidad a través de considerarlo el 24 ERAZO, Ximena, ABRAMOVICH; Víctor y ORBE ,Jorge (Edit.) (2008) Políticas Públicas para un Estado Social de Derechos. El paradigma de los Derechos Universales, Volumen 2. Capítulo Derechos, reconocimiento y reparto frente a actores discriminados. Autores HOPENHAYN, Martín; GUTUERREZ, Verónica. Santiago de Chile. Fundación Henry Dunant America Latina. profesional que certificaba condiciones de accesibilidad y permanencia en los programas sociales. A su vez si bien el Trabajo Social es complejo por la diversidad que lo constituye, el que se desarrolla en la Región Latinoamérica y Caribe, lo es aún más, dado que hace más de 40 años inicio un recorrido de construcción de identidad que lo diferencia del resto del trabajo social mundial y ha marcado una tendencia que junto con la seguida hoy por movimientos de colegas a nivel mundial de la corriente denominada trabajo social radical colocan un desafío renovador que entra en contradicción y discute la construcción del Trabajos Social tradicional, poniendo en debate toda suerte de cuestiones, inclusive el origen disciplinar, además de sus parámetros éticos, sus producciones teóricas, metodologías y especialmente sus posicionamientos ideológicos, políticos y éticos. En la siguiente síntesis podemos observar algunas de estas heterogeneidades: Es indudable que para poder en medio de esta diversidad viabilizar proyectos colectivos superadores del rol que tradicionalmente la sociedad nos asignara de “controladores de lo social y certificadores de la cuestión social” , se requiere de procesos de construcción colectiva constantes, fundamentados y cuyos frutos sean socializados a todos y todas los Trabadores y Trabajadoras sociales. Otro desafío esta dado por el echo que para conducir dichos procesos hacen falta organizaciones fuertes, con habilidad política para incidir en las políticas publicas; con capacidad de incidir en el contexto social en el que se desarrollan; con habilidad para conducir procesos de transformación social y liderar cambios profundos en las practicas disciplinares para trocar los resabios de acciones “controladoras”, “asistencialistas”, “paternalistas” y “clientelares”, en acciones que efectivicen Derechos mediante la promoción , protección y restitución de los mismos y sea un vehiculo de configuración de participación y desarrollo de ciudadanía emancipada. Y en este camino se encuentran hoy las asociaciones profesionales de la región, fruto de ello es que hoy estamos en este encuentro. Así mediante la construcción del trabajo social colectivo de la región, primero impulsado en cada país por las asociaciones nacionales, luego por el Comité Mercosur, después por el encuentro de las asociaciones integrantes de FITS Región Latinoamérica y Caribe y hoy por la COLACATS, indudablemente esto redunda en un trabajo social situado en la convergencia de lo que desea ser como profesión y d elo que acontece en la realidad socio histórica de nuestros países. Por supuesto que la construcción que se viene dando no es homogénea, ni despojada de contradicciones y tiene todavía un largo camino por recorrer para consolidar un proyecto ético político para el trabajo social regional, peor los avances son muchos y palpables. Sería utópico pensar que no van a existir dilaciones, marcha sy contramarchas y luchas internas por la supremacía ideológica, ya que el trabajo social en si mismo representa esto. Tal como lo expresauna definición de Susana Cazzaniga, 25 si consideramos que el Trabajo Social es un campo disciplinar, entendiendo como campo a la constelación de sentidos que expresan una multiplicidad de miradas sobre las prácticas. Dentro de esta concepción de campo, se puede definir que existe en el mismo tensiones, fuerzas en juego, que expresan en el mismo la tensión permanente entre lo conservador y lo transformador, y que sus límites tienen una redefinición histórica. La profesión nació y se legitimo en nuestros países a partir de la instauración del control social, paramédico y para jurídico, encarno en todas su primera conformación el modelo normativo. El Trabajo Social es una profesión contextualizada social e históricamente y por ende reproduce las condiciones de contexto que se dan con determinadas matrices y variables que configuran el contexto en determinado tiempo y espacio. Las organizaciones de Trabajadores Sociales han seguido las tendencias de épocas que se dan en las construcciones colectivas. Tanto las organizaciones gremiales, como las académicas a lo largo de los últimos 50 años se ha dado de la siguiente manera: entre los 60/70 se produce la creación de varias organizaciones, tanto a nivel nacional, como regional. Producto esto de la Reconceptualización y con ella el nacimiento de la corriente critica. Este pensamiento alcanzó un alto nivel en desarrolló metodológico y teórico que dio a América Latina y Caribe una identidad diferente al resto del Trabajo Social mundial, la cuál hoy se mantiene. Se puede decir que esta fue nuestra gesta de concepción y nacimiento, como disciplina diferencial y regional. (Surge la ALAETS, el CELATS, en lo nacional las federaciones y asociaciones nacionales) 25 SALERA, Marisel (2005) El Trabajo Social en el Contexto de las Nuevas Relaciones de Poder y la Diversidad Cultural – IV Jornadas de Producciones Escritas de Trabajadores Sociales Locales – Consejo Profesional de Asistentes Sociales de Formosa – Argentina. 80 comienzo de las crisis. Ante la disminución “forzada” de la ideología y la política al interior de la disciplina, resurge el posicionamiento normativo, funcionalista que pretende mantener el status quo. Se cambia el modelo de asociación de derecho privado a institución de derecho publico, se pasa de asociación a colegio profesional. 90 imperio de la crisis. De la mano de la instauración del modelo neoliberal. Se constituye el imperio de la tecnologización, comienzan nuevamente a fortalecerles al interior de la disciplina las fuerzas críticas. Surgen algunas organizaciones regionales (COMITÉ MERCOSUR DE ASOCIACIONES PROFESIONALES DE SERVICIO SOCIAL, RELATS, Comisión refundadora de ALAETS- ALAIETS-) 2000 se consolida el resurgimiento ya sea por refundación o por creación de las organizaciones de Trabajadores Sociales, ó por que las existentes toman un rumbo más claro en cuanto a la conformación, modelo de organización, clarificación de misión y objetivos y diseño de proyectos de corte más ético político e ideológico que teórico práctico. Este resurgimiento en parte es motivado por la crisis provocada por la precarización laboral que mediante la implementación del neoliberalismo de los noventa, hace mella en el trabajo social de toda la región, unirse es una forma de combatir la globalización capitalista, los efectos nefastos del neoliberalismo, el pensamiento post moderno, la supuesta muerte de las utopías y de la ideología, etc. Se da una suerte de fuerte exposición pública, se acompaña con la socialización de la información mediante la utilización de la revolucione en las comunicaciones que impone al Internet. En 2010, se consolidan nuevos espacios, se articula sistemáticamente en las asociaciones profesionales y las académicas, se impulsa una fuerte presencia en las organizaciones internacionales de trabajo social. Se desarrolla la primer investigación regional de condiciones laborales, se produce una definición para el trabajo social consensuad por 14 países. (Comité Latinoamericano y Caribeño de Organizaciones Profesionales de Trabajo Social/Servicio Social – COLACATS-y Asociación Latinoamérica de Enseñanza e Investigación en Trabajo Social –ALAEITS-) ) Esta forma de ser Trabajador/a Social latinoamericano/a, marca la diferencia, en algunos momentos cuando uno debate sobre la disciplina con profesionales de otras latitudes del mundo, podría decirse que hasta hablamos de dos disciplinas diferentes, una orientada a la resolución de problemas prácticos, que cuenta con métodos, instrumentos y herramientas específicas, mas cercanas a la gerencia social, preponderantemente vinculada dimensiones teórico, metodológicas de la profesión y otra a las basada en la reflexión, la criticidad de los acatos propios y ajenos, dónde las recetas son puestas aprueba cotidianamente, dónde las metodologías y las teorías están en permanente reciclado y auto cuestionamiento y dónde la dimensión política, ideológico y ética son determinantes del actuar. Ambas formas de ser Trabajadores Sociales pueden o no cumplimentarse, uno puede hacerle “acciones cosméticas” a las consecuencias de la pobreza y a la distribución injusta y concentración de la riqueza; o puede intentar” hacer cirugía de raíz” eliminando las causas del sometimiento de los pueblos latinoamericanos creando conciencia colectiva de Derechos; o puede aplicar el primero mientras promueve ciudadanía y exigibilidad. Ahora bien muchas veces se excluyen una a otra, así asumimos papeles sociales diferenciados: somos gerentes, planificadores tradicionales, brindamos asistencia social, nos centramos en el “caso” o el grupo ò en otro posicionamiento y desde otra visión de la profesión interactuamos y acompañamos las luchas de los movimientos sociales oprimidos de América Latina y nos centramos en el trabajo comunitario, en el empoderamiento, en el desarrollo de ciudadanía emancipada, en la incidencia para la reforma de políticas públicas, siendo esta última posición la más difícil de sostener, porque en general las instituciones y los políticos defienden nuestro rol de “apagadores de incendios” y ello no demanda reflexión, sólo acción. Estos debates de lo ideológico, lo ético y lo político en el quehacer cotidiano y la formación académica del Trabajo Social se han venido incrementando fuertemente en los últimos años, tal vez por el fracaso de la instauración de la región del modelo neoliberal, tal vez por la pobreza que se acrecentó en los inicios del 2.000, tal vez porque el espíritu de la reconceptualizaciòn (que cumplía 30 años) se reavivó, o tal vez porque era el momento evolutivo adecuado para que esto pasara, lo importante es que este resurgimiento ha promovido construcciones colectivas interesantes no solo al interior de la disciplina, sino también con la vinculación con otros actores, tanto el estado, como las organizaciones sociales los movimientos populares. Entre estas construcciones podemos señalar algunas que están en pleno proceso de afirmación y que a futuro pueden llegar a cambiar el posicionamiento del Trabajo Social latinoamericano o por lo menos a unificarlo y mostrar un frente común más sólido que el que actualmente sostenemos. Arriesgo aquí un concepto que se me ocurre debería definir lo que el proyecto ético político para el trabajo social debería ser: “Conjunto de principios éticos políticos, basados la efectivizacion de los derechos humanos, la justicia, equidad e inclusión social, que promuevan organización, movilización, construcción colectiva y emancipación en los sujetos sociales que atraviesan situaciones de vulnerabilidad social, para que logren la transformación social, a través de la puesta en acción de opciones ideológicas, políticas, éticas, teóricas, metodológicas y practicas en consonancia con los principios expuestos”, dicho de esta forma entonces no se centra en el sujeto los males y las capacidades y habilidades para resolverlos, sino en una sociedad injusta y en la organización colectiva las propuestas de resolución. El Trabajo Social actual en America Latina y Caribe es así producto de varios aspectos que emanan de las construcciones del trayecto histórico que le da sentido: los debates profundos que a 40 años de la reconceptualización han configurado un proceso de profesionalización del Trabajo Social en la Región; los vaivenes societales que enmarcan lo histórico político en la Región donde el enfrentamiento entre el modelo capitalista y el que posee tendencias socialistas han marcado constantes condicionantes para el modelo de intervención social; la consolidación de modelos económicos en disputa que constituyen un mix que oscila entre el modelo de mercado (oficial en las economías nacionales y tendencia de la globalización a nivel regional y mundial) y el modelo de la economía social (subterráneo, de subsistencia entre las clases populares); las tendencias en las políticas públicas que a su vez desarrollan condiciones propicias para un Trabajo Social más tecnocrático, más humanizado, ó más cercano a la efectivización de derechos; los acuerdos llevados a cabo por las construcciones colectivas del Trabajo Social en las asociaciones regionales que nuclean a las y los colegas y la articulación de estas construcciones con las que a nivel mundial se establecen ; la construcción de proyectos éticos políticos que contienen contradicciones intrínsecas. A nivel regional en Latinoamérica y Caribe la agenda asume además otros compromisos: Impulsar la reforma de la Definición Internacional del Trabajo Social. El Debate por la definición internacional de Trabajo Social en America Latina y Caribe viene trabajándose desde hace más de 10 años impulsando el cambio en la definición, dado que la misma no da cuenta del desarrollo de la profesión en nuestra región, para desarrollar este trabajo se realizaron debates nacionales que fueron puestos en común en el Workshops sobre la Definición de Trabajo Social de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS) Región Latinoamérica y Caribe de Río de Janeiro, Brasil en marzo de 2012. En los diversos debates y deliberaciones desarrolladas en Río se contó con la presencia de autoridades internacionales y regionales de FITS (Federación Internacional de Trabajo Social), y autoridades internacional y regional de las Escuelas, de AIETS (Asociación Internacional de escuelas Trabajo Social) y de ALAIETS (Asociación Latinoamericana de Investigación y Escuelas en Trabajo Social) y representantes de las Asociaciones Nacionales de Trabajo Social. Allí se construyo una sola propuesta por la Región que fue elevada conjuntamente por 13 países para provocar el debate a nivel internacional. Hoy contamos con un miembro de la región en el comité internacional que trabaja la reforma y la definición trabajada en America Latina ha sido adoptada como propia por el más reciente espacio de construcción regional la COLACATS (Comité Latinoamericano y Caribeño de Organizaciones Profesionales de Trabajo Social/Servicio Social). Trabajo Social como La definición propuesta en la Región reconoce al “una profesión que se inserta en el ámbito de las relaciones entre sujetos sociales y entre estos y el Estado, en los distintos contextos socio históricos de actuación profesional. Desarrolla una praxis social y un conjunto de acciones socioeducativos, que inciden en la reproducción material y social de la vida con una perspectiva de transformación social comprometida con la democracia y el enfrentamiento de las desigualdades sociales, fortaleciendo la autonomía, la participación y el ejercicio de la ciudadanía, en la defensa y conquista de los derechos humanos y la justicia social”. Hacer efectivo un ejercicio profesional encolumnado en los principios éticopolíticos desarrollados por el Comité Mercosur de Asociaciones Profesionales de servicio Social en el año 2000 y adoptados por la COLACATS. El desarrollo de objetivos comunes para todo el Trabajo Social mundial y regional. Fortalecer la colaboración entre las organizaciones de trabajo social, sus líderes y sus miembros para perseguir objetivos comunes de promoción en relación con la práctica, la educación y el desarrollo de políticas. Ser inspiración para los trabajadores sociales prácticos y educadores. Movilizar a los trabajadores sociales y los profesionales del mundo del trabajo social participando activamente en la política, el desarrollo de políticas y la acción social, con énfasis en el uso estratégico del poder. Aumentar la competencia y el valor que demostramos en nuestro ejercicio profesional. Empíricamente demostrar la competencia y el valor del trabajo social y los profesionales de la política social a la sociedad. Fortalecer la influencia del trabajo social. Fortalecer la capacidad de trabajo social internacional y organizaciones de desarrollo social para identificar y articular claramente, con una sola voz, los temas de importancia para la profesión. Abordar el impacto del racismo y otras formas de opresión, la injusticia social, y otras violaciones de los derechos humanos a través de la educación del trabajo social, desarrollo social y la práctica. Promover el desarrollo de las intervenciones de trabajar de manera más culturalmente relevantes social y metodologías de investigación en las áreas de justicia social y el bienestar social, e identificar y articular los resultados de costo-beneficio. Fortalecer la capacidad de trabajo social y el desarrollo social para influir en el panorama empresarial y político a nivel local, nacional y mundial. Asegurar la excelencia en las cualificaciones y competencias en todos los niveles del trabajo de desarrollo social la educación, práctica, investigación y social, especialmente en el envejecimiento. Tecnologías de la integración. Integrar las tecnologías que sirven a la práctica del trabajo social y la educación y el desarrollo social de una manera ética, práctica y responsable. Enriquecer la práctica en Trabajo Social y Desarrollo Social Desarrollar modelos éticos, sostenibles y prácticas de gestión en el trabajo social y la elaboración de políticas en los entornos sociales. Adoptar la iniciativa de Piso de Protección Social como parte de una visión común en el desarrollo de la política social. Desarrollar la capacidad de la sociedad civil de participar activamente con los gobiernos nacionales. Incluirnos en las representaciones ante los organismos en los cuáles la Federación es consultor permanente tales como (ONU, Anmesty Internacional, Organización Internacional del Trabajo; Organización Mundial de la Salud entre otros); En la Región la aspiración es ser consultor permanente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Esta prevista un encuentro conjunto entre las asociaciones miembros de FITS y CEPAL en Chile en abril de 2014. Respetar la Autodeterminación de los pueblos, tema discutido a partir del pedido de inclusión de Puerto Rico como asociación independiente en la Federación Internacional de Trabajo Social. Puerto Rico llevaba varios años intentando incluirse en la FITS como asociación independiente de la asociación norteamericana, situación que era postergada en su debate, luego de impulsar en America Latina un trabajo de apoyo a dicha inclusión el tema finalmente se debatió en Estocolmo en julio del 2012 y Puerto Rico fue incluido como Asociación Independiente de Estados Unidos. Hacer efectivo un Estudio Regional sobre Condiciones Laborales de los/las Trabajadores/ras Sociales El Trabajo Social en Latinoamérica y Caribe, posee una identidad propia, que es ha ido configurando en los últimos cincuenta años. Ha desarrollado competencias teóricas posicionadas ideológicamente, ha creado metodologías que hoy orientan las prácticas especificas de varias disciplinas sociales y ha expresado un fuerte compromiso ético político con las causas de los pueblos de la Región. Y ha podido posicionarse de manera situada enfrentando la cuestión social con estos avances, es una pieza del engranaje de transformaciones societales que America Latina y sus gobiernos han emprendido, peor es una pieza relevante para la transformación social. En definitiva los espacios Regionales sustentan lo que esta presente en el acta fundacional de COLACATS: Valores de emancipación humana, libertad, justicia social, solidaridad y participación, y en su acción defiende con firmeza los siguientes principios éticos políticos: Defensa de los derechos humanos sociales, políticos, civiles, culturales y económicos de todas las personas sin discriminación de ningún tipo. Ampliación y la consolidación de la democracia en cuanto constitutiva del Estado, reafirmando la independencia de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Conformación de nuevos espacios públicos de participación y colectivización de la riqueza socialmente producida. Apoyo a la promoción a iniciativas que amplíen la integración de la región de América Latina y el Caribe. Búsqueda y ampliación de formas de acceso real de todas las personas a los bienes y servicios materiales y culturales producidos socialmente, y a la participación social en las decisiones referentes a las cuestiones colectivas en su condición de ciudadanos. Defensa del mantenimiento y ampliación de la responsabilidad del Estado en dar respuestas a la cuestión social a través de las políticas sociales universales con la participación de la sociedad civil organizada en su formulación, implementación y control. Respeto a la autodeterminación de los pueblos, personas, grupos, organizaciones, expresiones y movimientos populares. Contribuir a mantener la memoria colectiva de los pueblos. Ejercicio profesional competente (teórica y técnicamente) y comprometido (ética y políticamente) con las demandas sociales, garantizando la calidad de los servicios prestados. La creación, defensa y consolidación de la regulación legal de la profesión, de códigos de ética y de la formación profesional con bases comunes en la región, a partir de principios decididos en forma colectiva, autónoma y democrática, que garanticen el libre ejercicio de la profesión, con derechos y obligaciones asegurados de acuerdo a los marcos jurídicos y en situación de reciprocidad legal. La garantía del pluralismo a través del respeto a las corrientes teóricas y políticas democráticas existentes en el ámbito de la profesión. Fiscalización del ejercicio profesional y de los títulos habilitantes, que de acuerdo con los principios éticos reafirmados, puedan responsabilizar a los profesionales por las consecuencias éticas que surjan de su intervención profesional. Formación profesional permanente y la inclusión de la ética en las currículas o planes de estudio de las unidades académicas de formación específica en cada país. Garantía de condiciones dignas y adecuadas de trabajo en el ejercicio profesional (ingreso, seguridad social, ambiente laboral, funciones, etc.) y respeto a la autonomía técnico profesional. REFLEXIONES PRO ACTIVAS: En un principio estuve tentada de colocar a esta parte reflexiones finales, pero en realidad cada uno de los interrogantes que propongo tiene como humilde pretensión convocar a nuevas deliberaciones y desoíos para la rica construcción que el Trabajo social aporta a la construcción social. De allí que van en forma de interrogantes. ¿El trabajo social regional lograra mantenerse a la altura de las profundas transformaciones que están impulsando algunos gobiernos progresista de la región’ ¿lograremos profundizar la dimensión política de la profesión intentando impactar significativamente mediante la incidencia en las políticas publicas, pasando de ser meros ejecutores a diseñadores actores protagonistas de definiciones? ¿El trabajo social esta preparado a la universalización de políticas en perspectivas de derechos que se impulsan hoy en varios países de la región?. Tomando en consideración que el modelo universalista no requiera de nuestra determinación acerca de quienes son los “merecedores” de soluciones y nos corre de varios sectores donde se ejerce el control social desde la distribución de recursos. ¿La identidad de la profesión en la Región continuara consolidándose? ¿Los avances producidos en las construcciones colectivas regionales de los últimos años impactaran en una profesión altamente calificada, profundamente comprometida con la realidad social de su pueblo y claramente posicionada ideológicamente? Me encantaría responder a estos interrogantes con un si rotundo, pero solo la voluntad activa de cada uno de los trabajadores y trabajadora sociales de Latinoamérica y Caribe harán posible un mañana donde la valoración social de la profesión sea producto de nuestra asertividad para situarnos en cada contexto societal en el que desarrollemos nuestro quehacer profesional, nuestra competencia para intervenir fundamente en las expectativas y necesidades sociales y nuestro compromiso ético político con la inclusión y la igualdad social. BIBLIOGRAFIA CONSULTADA ACOTTO, Laura y SALERA, Maricel (2005) -¿Qué implica la profesionalización del Trabajo Social en el contexto de las transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales?. Encuentro Latinoamericano de Trabajo Social - La profesionalización del Trabajo Social en el siglo XXI:”Rupturas y continuidades de la Reconceptualización a un proyecto y/o proyectos ético-políticos que hoy se propugnan”. La Plata. Buenos Aires. Argentina. ACOTTO, Laura. (2008). El enfrentamiento de la pobreza en América Latina y Caribe, un posicionamiento ético político del trabajo social de la región- Boletín Electrónico SURÄ Nro. 138 enero de 2008. Facultad de Trabajo Social. Universidad de Costa Rica. San José. Costa Rica. En http://www.ts.ucr.ac.cr/binarios/sura/sura-0138.pdf. ACOTTO, Laura (2010) Incidencia del Trabajo Social en el tratamiento de la exclusión social y el combate contra la pobreza” dimensiones éticas, políticas, teóricas y prácticas. Paneles simultáneos- Conferencia Mundial de Trabajo Social, Hong Kong, China, Organizado por Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS), Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social (IASSW) y Internacional del Bienestar Social (ICSW). ACOTTO, Laura Elizabeth (2013) Clientelismo social, patronato y organizaciones de la sociedad civil individuales y colectivas (redes) de trabajo con niños, niñas y adolescentes (Estudio de los últimos 10 años en el Gran Mendoza, debates y propuestas para su transformación). Tesis. Maestría en Política y Planificación Social. Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza. Argentina. ACOTTO, Laura (2013) Desafíos para las organizaciones sociales en un contexto configurado por desigualdades persistentes, políticas en perspectiva de derechos y co-responsabilidades.Seminario Internacional Desigualdades Urbanas en la infancia y la adolescencia: derechos y políticas sociales urbanas. Universidad de 3 de febrero. Buenos Aires. Argentina. ACOTTO, Laura. (2013) Conferencia Época de derechos y desigualdades persistentes: condiciones de existencia de los adolescentes y jóvenes.IX Congreso Nacional y VI Internacional de Trabajo Social. Organizado por la Universidad de Costa Rica. Colegio de Trabajadores Sociales de Costa Rica, universidad Latina y Universidad Ulicori. Costa Rica. COLATS- Comité Latinoamericano y Caribeño de Organizaciones Profesionales de Trabajo Social/Servicio Social. (2013) Estatuto. GRASSI, Estela - El eje del trabajo en la cuestión social y en la política social. Algunos problemas y acciones políticas necesarias. MOLINA, María Lorena. (2011). Protección Social (asistencia y seguridad social) - Justicia Social. Los fundamentos ético-políticos de la protección y la (des) protección social. En XI Congreso Nacional de Trabajo Social. Primera Conferencia Latinoamericana de Bienestar Social y Trabajo Social. Montevideo Uruguay. Asociación de Asistentes Social de Uruguay. PARRA, Gustavo Antimodernidad y Trabajo Social, Orígenes y expansión del Trabajo Social argentino. Univ. de Luján . Bs. As. 1999. ROZAS PAGAZA, Margarita, Siede Virginia, Benegas Marcela - Propuesta de las directrices teóricas para la Reformulación del Plan de Estudios de la Carrera de Trabajo Social de Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. (Versión actualizada diciembre 2003) SALERA, Marisel - El Trabajo Social en el Contexto de las Nuevas Relaciones de Poder y la Diversidad Cultural – IV Jornadas de Producciones Escritas de Trabajadores Sociales Locales – Consejo Profesional de Asistentes Sociales de Formosa - Argentina- junio 2005 MESAS Mesa 1 El mundo globalizado la formación de trabajadores sociales en el marco de la cuestión socila. Encuentros y desencuentros Coordinadora: Rosemarie Richardson Relator: Luis Cáceres Panelistas: 1. Jorge Ariel Jofré Alfaro 2. Maria Luisa da Costa Fogari 3. Maria da Graças rodrigues mendes Ana Karina da Silva Alves Erica María Santiago Flávia Rebecca Fernández Rocha Irineia Raquel Vieira Sara Rebeca da Mota Sales 4. Hiago Trinidade de Lira Silva 5. Nelson Arellano Escudero Chile 6. Javier Becerra y Oscar Javier Gutiérrez 7. Claudia Sombrío Fronza Chile Brasil Brasil Brasil Colombia Brasil PRÁCTICA PROFESIONAL EN LA FORMACIÓN DE LOS Y LAS TRABAJADORAS SOCIALES: DESAFÍOS Y EXPERIENCIAS EN LOS ESCENARIOS DE COMPLEJIDAD SOCIAL. Jorge Ariel Jofré Alfaro * Rosa Estela Villarroel Valdés** RESUMEN En los nuevos escenarios, la acción y formación en Trabajo Social se ve enfrentada a nuevos desafíos. El Trabajo Social requiere desarrollar una comprensión social compleja de estas nuevas configuraciones, generando propuestas de formación e intervención innovadoras. De allí la necesidad de mirar permanentemente los procesos de formación de trabajadores sociales, principalmente en el reconocimiento de aspectos relevantes de la práctica profesional. El objeto de la investigación estuvo orientado a reconocer los aspectos relevantes de la práctica profesional en la formación de los y las trabajadores sociales en Chile. Una experiencia desde la carrera de Trabajo Social de la Universidad Andrés Bello de Viña del mar. Ello a través del análisis cualitativo del proceso de práctica profesional entre los años 2012- 2013. Para ello se analizaron los discursos de los estudiantes plasmados en las evaluaciones semestrales del proceso, los perfiles de ingreso y egreso de los estudiantes, así como documentación académica referida a la práctica profesional. Palabras Claves: * Psicólogo, Magister en Políticas sociales, Docente Escuela de Trabajo Social, Universidad Andrés Bello, Viña del Mar. [email protected] ** Asistente Social, Magister en Ciencias Sociales Universidad ARCIS, Docente, Escuela de Trabajo Social Universidad Andrés Bello, Viña del Mar. [email protected] 1.- APROXIMACIÓN TEÓRICA: La intervención social en Trabajo Social y los desafíos en la formación Profesional Los contextos y escenarios cambiantes que caracterizan a nuestras sociedades globalizadas, plantean una serie de nuevas interrogantes y desafíos en lo que respecta la intervención social, particularmente en el ámbito del trabajo social en tanto disciplina y profesión. La complejidad de estos nuevos escenarios se encarna en la familia, el barrio, la escuela, la universidad o el trabajo; instancias de socialización que dan cuenta de un conflicto de los espacios de construcción de subjetividad, de transmisión de pautas, de códigos, de identidades y de pertenencia. En este contexto, las problemáticas sociales, están atravesadas por componentes que tienen su propia representación tanto en la esfera del sujeto, su grupo de pertenencia, así como de su red social. Las representaciones de los problemas sociales, como construcción simbólica, se recrean en las interacciones con la propia sociedad, las instituciones, las prácticas que se ejercen sobre ella y los propios sujetos de intervención (Carballeda, 2002), abriendo permanentemente espacios dinámicos de significación que requieren de profesionales aptos para desarrollar evaluaciones pertinentes que aporten a mejorar dichas problemáticas. Se presentan así, nuevas expresiones de la “cuestión social”, caracterizada por la complejidad de los problemas sociales y su impacto en la sociedad. En estos nuevos escenarios, la acción y la formación en trabajo social se ve enfrentada a nuevas interrogantes y desafíos, puesto que para alcanzar el horizonte ético político de transformación, constitutivo de la intervención profesional, el Trabajo Social requiere desarrollar una comprensión social compleja de estas nuevas configuraciones, de modo de generar propuestas de formación e intervención innovadoras, que recojan y contengan esta complejidad (Matus, 1999). En este sentido, la intervención en trabajo social, implica un proceso de conocimiento, problematización y propuestas de solución, que se desarrollan siempre desde un lugar teórico y epistemológico. Se trata así de una acción racional, intencional, fundada en el conocimiento científico, que tiene por objeto desencadenar procesos de cambio social Es intencional, dado que tiene su inicio, acontece en un punto del presente, pero tiene un pasado que constituyó una situación problema en la que tiene lugar la acción; y tiene un futuro en el que el problema habrá sido modificado, En este sentido, es una acción racional que rompe con el acontecer dado, lo modifica y hace la diferencia. Lo que implica abordar la situación problema, definirla y darle un significado (De Robertis & Pascal, 1994). En este contexto, surgen desafíos en la formación profesional de los trabajadores sociales, puesto que para intervenir en los nuevos y diversos escenarios sociales se requiere “resignificar el concepto de Trabajo Social. Situarlo en un horizonte de intervención que tenga como fundamento una rigurosa y compleja comprensión social, recapturando la tensión existente entre teoría y praxis” (Matus, 1999). La formación académica en Trabajo Social La formación académica no remite exclusivamente a un proceso de enseñanza que se orienta a la construcción de conocimiento por parte de los estudiantes. A través del proceso educativo se trasmiten además maneras de aprender, de pensar y de hacer. “El hecho educativo, como hecho histórico y concreto debe acompañar la urgencia de formar personas críticas, conscientes, con una capacidad intelectual que garantice la participación activa en las transformaciones sociales. Esto significa una referencia permanente a la práctica profesional y a las necesidades del contexto” (Cazzaniga, 1993, pág. 33). Esta referencia al contexto, en el caso de la formación en Trabajo Social, se desarrolla principalmente en las Pasantías y Prácticas Profesionales, modalidades formativas que se transforman en un espacio que permite a los y las estudiantes intervenir en contextos sociales reales y donde se entrecruzan diversas formas de aprendizaje que permiten el desarrollo de la acción profesional. Se constituye así, en una experiencia de trabajo guiada y programada, donde se pretende que los y las estudiantes puedan anticipar su actuación profesional y sean capaces de integrar teoría y práctica. En la actualidad la mayoría de los programas de formación de trabajadores sociales en Latinoamérica, se orientan a una formación de profesionales capaces de intervenir en la complejidad de lo social y por ende, no reducen la formación a la entrega de herramientas metodológicas, sino que rescatan la necesidad de intencionar procesos formativos que atienda la complejidad de los entornos en los cuales se desarrolle el trabajo. (Cazzaniga,S, 2011) La formación de profesionales de calidad, preparados para ejercer en contextos cambiantes y dinámicos, ha venido a validar la práctica profesional como un espacio formativo y evaluativo fundamental para el desarrollo del Trabajo Social, lo que permite a los y las estudiantes intervenir en contextos sociales, pudiendo observar la consolidación de habilidades propias del quehacer profesional. La relevancia de la Práctica Profesional en el proceso formativo, radica en que se configura como “un proceso de aprendizaje original, con una identidad propia, un proceso complementario e integrador respecto al aprendizaje teórico” (Domínguez, 2006, pág. 4), que pone de manifiesto un conjunto visiones y habilidades. Así mismo, se configura en un proceso donde dialogan diversos actores sociales, que constituyen el contexto de desempeño profesional, caracterizado por el encuentro de miradas y expectativas diversas sobre el estudiante en práctica y el ejercicio de la profesión. El período de práctica profesional, según Pelpel, 1989 (Correa, 2009), presenta tres características esenciales para el estudiante: • Una zona intermedia de experiencia entre su mundo interno (ideas, teorías, representaciones, etc.) y el mundo externo (realidad laboral); • La confrontación con la realidad al permitir la articulación de la satisfacción e insatisfacción y las expectativas que los y las estudiantes llegan a la experiencia práctica. • La defensa contra la angustia o frustración de deber abandonar sus antiguas certezas para exponerse a la realidad del mundo externo. La práctica profesional se transforma en un espacio de enriquecimiento en la formación de los y las trabajadoras sociales, donde puede descubrir si posee o no las competencias requeridas para funcionar en ese medio profesional. (MEQ, 1994; Pelpel, 1989, Correa, 2009). Frente a esta experiencia, parece relevante entender cuándo las pasantías y prácticas se transforman en experiencia provechosas y enriquecedoras para los y las estudiantes, cuándo responde satisfactoriamente como experiencias de aprendizaje, es decir es necesario tener claridad qué es lo que el estudiante está aprendiendo, si esas experiencias están vinculadas al objetivo de la formación profesional y en qué medidas ésas experiencias permiten estimular positivamente las habilidades y capacidades de los estudiantes (Feiman-Nemser et Buchmann,1985; Correa 2009). Es decir qué aprenden, como se integran las experiencias a la formación y como esas experiencias estimulan nuevas experiencias. En este proceso resulta relevante el rol de la Supervisión Académica como parte del proceso formativo y la Supervisión Institucional, como un proceso de acompañamiento y evaluación progresiva de las prácticas del trabajo social, entendiéndose esta como un espacio de aprendizaje y reflexión donde se propicia la relación entre teoría y práctica, muchas veces dicotómica para el trabajo social. Este espacio permite a los estudiantes en proceso formativo resolver dificultades, plantear interrogantes y fortalecer las habilidades y competencias propias del ejercicio profesional. Para Reynolds, 1965 (Fernandez, 2006) “supervisar es la necesidad de una flexible y enriquecedora asociación de mentes capaces tanto de análisis como de la síntesis; de la sensibilidad hacia las personas, la habilidad de expresar sentimientos y ponderar los factores positivos y negativos de las situaciones…” Ello implica que el espacio de supervisión se transforma en un modelo pedagógico de aprendizaje, en el cual se enseña, en función de la práctica de lo cotidiano la aplicación de los principios del trabajo social, con la finalidad de conseguir estudiantes preparados para su ejercicio profesional. Es entonces en el contexto de las prácticas profesionales donde los estudiantes asumen un protagonismo relevante en la formación como profesionales, estableciéndose una relación de interacción y cooperación tanto con el supervisor académico, como con la institución en la que se inserta y con los sujetos a los que debe atender e intervenir. Todo este contexto se configura relevante en la adquisición de la identidad profesional del trabajador social que se adquiere a partir del aprendizaje de su rol profesional en un contexto real. Para Bunk (La transmisión de competencias de la formación de la R.F.A, 1994) la formación profesional debe estar orientada al fortalecimiento de diversas competencias, que marcarían el desarrollo integral de los estudiantes, estas competencias estarían ligadas a cuatro ámbitos: competencias técnicas, competencias metodológicas; competencias sociales y competencias participativas. Las competencias técnicas están asociadas a los conocimientos, destrezas y aptitudes necesarias para el ejercicio profesional; las competencias metodológica se refieren a los procedimientos utilizados por el profesional para resolver los problemas, capacidad de adaptación, planificación, etc; las competencias sociales están asociadas a la capacidad de los estudiantes de socializar y de relacionarse con los otros en el contexto de práctica profesional, así como todas aquellas características que configuran la ética profesional; las competencias participativas están referidas a la participación activa de los estudiantes en su proceso de práctica y a las formas en que este organiza el trabajo. La relevancia de la práctica radica en que se configura como “un proceso de aprendizaje original, con una identidad propia, un proceso complementario e integrador respecto al aprendizaje teórico” (Domínguez, 2006, pág. 3). Ello queda de manifiesto en que en los programas de formación académica se dedique un número importante de horas para su desarrollo, situación que se ve reflejada en las mallas curriculares vigentes para la carrera de Trabajo Social, tanto en la Universidad Andrés Bello, como en otros espacios académicos. 2.- ANÁLISIS CUALITATIVO DE LAS EXPERIENCIAS DE LOS ESTUDIANTE DE TRABAJO SOCIAL, UNIVERSIDAD ANDRÉS BELLO EN EL PROCESO DE FORMACIÓN Y LAS PRÁCTICAS PROFESIONALES: El análisis de la información se realizó desde un enfoque cualitativo, a través de Análisis de Discurso, que consideró la organización del material generado por la evaluación semestrales de las prácticas profesionales, de los años 2012 y 2013. Esta información es producto de grupos focales con estudiantes en proceso de práctica, las que son sistematizadas y analizadas preliminarmente por otros estudiantes que realizan dicho proceso. También es parte del análisis, la documentación de los perfiles de ingreso y egreso que forman parte de los programas de estudio. Por último se incluye otra documentación administrativa referida la organización y síntesis del proceso de práctica. Metodológicamente se realiza un análisis axial descriptivo, donde confluyen categorías originadas desde los referentes teóricos y conceptuales, descritos anteriormente y las categorías que se observan preponderantes en los discursos de los sujetos, a partir de la relevancia que atribuyen así como a la reiteración presente en las distintas fuentes. Una de las categorías de análisis que aparece en el discurso, es la gradualidad en la secuencia de las diferentes actividades prácticas, que se plantean y son percibidas desde una estructura coherente e integradora. La gradualidad de las pasantía macro-meso-micro social, descrita en los perfiles de ingreso y egreso, no se manifiesta en los discursos como un aspecto determinante, pero sí facilitador del proceso formativo, es vista como la exigencia de problematizar, desarrollando una flexibilidad epistemológica y conceptual, dentro de una lógica ético-política: “este curso está relacionado con todos los cursos anteriores… es poner en práctica todo lo que hemos aprendido”. Respecto a que las prácticas constituyen un espacio de confrontación con la realidad, destaca la relevancia dada a la supervisión, validada como el eje indiscutido en ese proceso formativo: “se percibe un compromiso por parte de los estudiantes en su proceso educativo, expresado en su alta asistencia y dedicación en su proceso de práctica profesional, como en su motivación por aprender más y mejorar sus aspectos débiles”. Sin embargo surgen tensiones en las expectativas y necesidades de las practicas con la estructura y los tiempos curriculares: “Se propone una mayor duración de las pasantías en todos sus niveles (con una duración mínima de 6 meses), y en especial en la práctica profesional”; el reconocimiento de procesos que demandan mayor tiempo o que están determinados por ritmos diferentes a los tiempos curriculares afecta negativamente a las expectativas de las practicas. Por otro lado es concordante la tensión que se genera cunado coinciden las prácticas y el desarrollo de las tesis: “efectuar ambos procesos juntos, dificulta el aprendizaje y los logros en ambos contextos, pese a que estos pueden estar interrelacionados o complementarse, se requiere separarlos para desarrollarlos por separado y de mejor manera”. A pesar de que las actividades están determinadas por sus respectivas cargas curriculares, en los hechos es descrito como que las practica resultan afectadas por la demanda del trabajo de tesis o en otros casos la doble exigencia juega en desmedro de un mejor aprovechamiento de ambas: “yo creo que en cuanto a las evaluaciones el profe espera más de nosotros, pero como estamos en la tesis no nos queda tiempo para hacer algo mejor…”; “se pueden hacer es hacer la práctica sola o que la tesis sea más tiempo… porque la práctica pasa a un segundo plano y no debería…”. El espacio de supervisión, demanda un activo rol del supervisor académico, quién debe articular la confluencia de diferentes procesos, tanto académicos como formativo-profesionales, aunque es reconocido como un actor más de este espacio, los diferentes discursos lo relevan su rol como catalizador de procesos más complejos a nivel individual y grupal. Desde una dimensión más subjetiva: “se valora la existencia de una enseñanza más personalizada, en donde la contención de emociones en todo este transcurso lo hace más cercano (docente) y afectivo, desempeñando un rol esencial en todo el proceso”; “se evidenciaron muchos temores en un principio destacando que ellos fueron desapareciendo con el trabajo en conjunto con el profesor, mediante el dialogo y contención que este proporciona ante las dificultades presentadas en la praxis, señalando que ha sido esencial debido a su experiencia como profesional y el conocimiento de este”. El Supervisor Académico, por lo tanto es parte activa de ese proceso permite integrar las experiencias de los estudiantes, pero también permite la modulación de las dinámicas subjetivas y discursivas que se desarrollan en el espacio de supervisión, donde también es parte. Debe posibilitar contextos reflexivos para resignificar conceptos en Trabajo Social y los proceso identitarios de la disciplina, articulando distintas dimensiones que muchas veces están en tensión: “Nosotros hacemos trabajo social en la práctica….” “… los aprendizajes más significativos es aprender del profe como de tus compañeros de la constante retroalimentación…”. Otras líneas discursivas que aparecen, en cuanto a definir la supervisión como una instancia multidimensional compleja, considera a los pares como un referente significativo para la retroalimentación y la evaluación: “Que se incorpore una auto y co-evaluación para aumentar los aprendizajes de la práctica profesional”, validando la creación de ese espacio con los pares: “que la metodología sea como taller igual nos ayuda a todos porque se comparte la experiencia de todos…siempre hay tutorías antes y después de un informe y te retroalimenta”. Por otro lado el rol del Supervisor Institucional no parece tan relevante, se plantea mayor demanda por la continuidad que se espera de su función, lo que implica un rol más activo por parte de este supervisor: acompañando y retroalimentando durante el proceso. En este mismo sentido, un académico, denominado “evaluador externo”, que participa de la evaluación en comisión, es valorado como una fuente de retroalimentación: “la ausencia del evaluador externo... se visualiza como un obstaculizador al permitir una retroalimentación limitada...”. En ambos casos la importancia está dada por la por constituir una posibilidad de retroalimentación. Por lo tanto es posible señalar que la centralidad de la supervisión como eje articulador de la formación profesional en el Trabajo Social, conlleva a considerar los distintos niveles que van más allá de la problematización de los fenómenos y las demandas curriculares, sino que también implican proceso de subjetivación en los distintos actores de ese espacio: estudiantes, supervisores y sujetos. 3.- CONCLUSIONES: Se reconoce la relevancia de la práctica profesional en la formación académica de los profesionales del trabajo social, proceso tensionado por las exigencias y la complejidad de lo social, como de los tiempos y estructura curricular. La práctica surge estrechamente asociada a la noción de supervisión, que además de incluir los aspectos técnicos-metodológicos, platea las dimensiones ético-políticas y releva la dimensión subjetiva y emocional de la experiencia. Se releva fundamentalmente el proceso de supervisión académica, por sobre la institucional, que se transforma en un espacio no solo de evaluación, sino que de contención emocional, de resolución de problemas, de reflexión y cuestionamiento de las experiencias vividas en la práctica profesional. Se configura como un espacio de aprendizaje recíproco. La práctica profesional, no está exenta de tensiones que es necesario relevar para trabajar en un modelo de acompañamiento y supervisión que rescate los aprendizajes significativos de los actores vinculados en este proceso. Se realzan las tensiones en cuanto al rol de supervisores y las demandas cambiantes del trabajo en la realidad social. Ello nos lleva a concluir que los supervisores a cargo de las asignaturas de práctica profesional deben ser capaces de conocer la realidad social, desde la práctica no solo académicamente, de modo de promover la vinculación de lo teórico-práctico. El rol del supervisor se configura así, desde la mirada de una supervisión pedagógica, como guía, apoyo y contención de los estudiantes de trabajo social. El rol del supervisor académico, constituye un referente identitario y apoyo técnico. En este contexto, es importante rescatar la dimensión fundamental de las prácticas profesionales, en cuanto a su capacidad de producir procesos simbólicos de problemáticas sociales, en estrecha concordancia con el desarrollo discursivo de subjetividades que construyen las identidad profesional, identidad que implica co construir una estructura significativa que le dé sentido a la profesión en una relación tripartita entre estudiante, supervisor académico y los distintos sujetos sociales en los que se interviene. 4.- BIBLIOGRAFÍA: A,Arias; B, García;R, Manes. (2011). Trabajo Social.UBA. Recuperado el 01 de 10 de 2013, de TRabajo Social.UBA: htt://www.trabajosocial.fsoc.uba.ar/contenidos/pdf/Libro%20TS%20lectur as%20y%20perspectivas.pdf Bunk, G. 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Informe de Sistematización de pasantías y prácticas profesionales Carrera de Trabajo Social. UNAB, Viña del Mar 20102011. Viña del Mar. FORMAÇÁO PROFISSIONAL DO ASSISTENTE SOCIAL E A COMUNIDADE NEGRA: URNA REVISÁO BIBLIOGRÁFICA Maria Luisa da Costa Fogari* RESUMO: Este texto foi elaborado, para a disciplina: “Formação Profissional em Serviço Social: elementos constitutivos”, oferecida pelo Programa de Pós-Graduação em Serviço Social da UNESP/Franca-SP. Este artigo versará sobre a importância da desconstrução da visão reducionista dos negros brasileiros, que foram e, ainda são acometidos pelas ações negligentes por parte do Estado. Apreende-seque a temática aqui proposta é intrínseca na fase formativa do assistente social, que deverá receber uma base teórica e reflexiva sobre este assunto. “Nessa perspectiva, o conjunto de conhecimentos e habilidades adquiridos pelo Assistente Social ao longo de seu processo formativo são parte do acervo de seus meios de trabalho.” (IAMAMOTO, 2004, p. 63). Propomos que ao final do curso, os alunos conheçam os direitos e as legislações vigentes. Espera – se, assim desmascarar os discursos sobre o mito da democracia racial. Palavras - chave: Formação Profissional. Afro-brasileiros. Assistente Social * Graduada em Serviço Social, Doutoranda no Programa de Pós- Graduacáo em Serviço Social da Universidade Estadual Paulista "Júlio de Mesquita Filho", Franca, S13.o Paulo, Brasil. E-mail: [email protected]. Assistente Social Judiciário - Tribunal de Justica de Santa Rita do Passa Quatro - SP/Brasil. INTRODUÇÃO “Não caçamos pretos, no meio da rua, a pauladas, como nos Estados Unidos. Mas fazemos o que talvez seja pior. A vida do preto brasileiro é toda tecida de humilhações. Nós tratamos com uma cordialidade que é o disfarce pusilânime de um desprezo que fermenta em nós, dia e noite” Nelson Rodrigues (FERREIRA, 2002, p. 2). Este texto foi elaborado, enquanto processo avaliativo para a disciplina: “Formação Profissional em Serviço Social: elementos constitutivos”, ministrada pela profa Dra. Cirlene Aparecida Hilário da S. Oliveira, no ano de 2012, cursada pela doutoranda do Programa de Pós-Graduação em Serviço Social da Faculdade de Ciências Humanas e Sociais, da Universidade Estadual Paulista-UNESP/Franca - SP. Perante os conteúdos programáticos propostos pela disciplina e, em consonância com o objeto de estudo da tese a ser apresentada para a renomada instituição educacional, elaboramos este artigo, que terá como enfoque central, estudar a questão da comunidade brasileira e a formação de assistentes sociais no Brasil do século XXI. Diante das observações apresentadas, está revisão bibliográfica versará sobre a importância da desconstrução da visão reducionista dos negros brasileiros, que ainda são acometidas pelas ações negligentes por parte do Estado. O precedente histórico ainda se faz presente nas ações cotidianas destinadas à população em estudo. Diante do exposto, qual é a importância desta temática para a formação profissional em Serviço Social? O que se propõe? 1-COMUNIDADE NEGRA E FORMAÇÃO DO PROFISSIONAL ASSISTENTE SOCIAL Com a introdução do trabalho escravizado no Brasil colonial e os reflexos deste cenário dramático para os africanos e afro-brasileiros é que a temática proposta se faz necessária na fase formativa do assistente social, para que recebam uma base teórica que os levem a refletir sobre os precedentes históricos e a realidade contemporânea da comunidade negra brasileira. “Nessa perspectiva, o conjunto de conhecimentos e habilidades adquiridos pelo Assistente Social ao longo de seu processo formativo são parte do acervo de seus meios de trabalho.” (IAMAMOTO, 2004, p. 63). Entende – se que os “descasos/omissões” decorrentes nos acontecimentos retrógrados repercutem na prática do profissional assistente social na contemporaneidade, inclusive quando se necessita fazer a interlocução destas negações com os direitos conquistados pelos afrobrasileiros, no decorrer dos séculos. Segundo exposto acima, institutos de pesquisa, como o IPEA (2009), apontam que em vários âmbitos os negros encontram-se em detrimento/desfavorecimento, nas políticas públicas destinadas à sua etnia. Entende–se que os dados apontados discorrem sobre a necessidade de se “criar, propor, proceder e enfim, prevenir” tais insultos sociais, culturais, econômicos e políticos. Quando se refere a insultos, demonstra-se que são “insultos” sim, quando após mais de um século da assinatura da “Lei Áurea (1888)”, ainda têm-se dados gritantes, frente à sociedade “dita moderna”. Neste ângulo, envolvendo a problemática em destaque com a produção de conhecimento para a formação profissional, Iamamoto (2007, p. 317) apreende que o assistente social atua no enfrentamento das expressões da questão social “[...] por meio das políticas públicas, das políticas de formação e gestão de recursos humanos – nas instâncias da produção material, na circulação de mercadorias e distribuição da riqueza – e dos processos de luta e resistência das classes subalternas.” Desta forma, o bacharel em Serviço Social deverá ser portador de conhecimentos sobre as políticas públicas existentes para a questão racial brasileira, pois ao concluir o curso e, posteriormente, na prática interventiva será o interlocutor das informações a serem perpassadas para a comunidade negra. Estas ações poderão legitimar ou embargar os direitos sociais, políticos e culturais apreendidos pela população em estudo. Entende-se que muitos deles ainda desconhecem seus direitos e a maneira de acessá-los. Assim, qual é o papel do assistente social, frente a está demanda? Segundo, a estudiosa Marilda V. Iamamoto, (2007, p. 222): Pensar o projeto profissional supõe articular uma dupla dimensão: de um lado, as condições macrossocietárias, que estabelecem o terreno sócio-histórico em que se exerce a profissão, seus limites e possibilidades; e, de outro, as respostas sócio-históricas, éticopolíticas e técnicas de agentes profissionais a esse contexto, as quais traduzem como esses limites e possibilidades são analisados, apropriados e projetados pelos assistentes sociais. Parafraseia-se Iamamoto ao reportar à importância do construto histórico, do estudo, da compreensão da dimensão política, social, econômica e cultural construída ao longo do tempo para o exercício e sistematização da prática profissional, sendo está dotada de criticidade à realidade da população brasileira; ao polarizar que a profissão rebate concepções exploratórias presentes na égide capitalista, que impõe a tendência da premissa neoliberal, cogitando o individualismo, a competição, a privatização, as ações meramente fragilizadas e reificadas. Porém, é notório informar que: A regulamentação legal do projeto da profissão se materializa no Código de Ética Profissional do Assistente Social (1993), na Lei da Regulamentação da Profissão de Serviço Social (Lei n.8662/93) e na proposta das Diretrizes Curriculares para a Formação Profissional em Serviço Social (ABEPSS, 1996; MEC-SESu/CONESS, 1999) apud, (IAMAMOTO, 2007, p. 224). A formação profissional respalda-se no projeto da profissão, que possui aparatos legais que dão suporte formal/legal ao trabalho interventivo dos assistentes sociais brasileiros. A Lei nº. 8.662/93, que regulamenta a profissão, é considerada a base, o cerne, que sustenta, concede visibilidade e credibilidade ao desempenho da prática profissional do assistente social, o Código de Ética impõe respeito ao usuário do Serviço Social e as Diretrizes Curriculares uniformizam e padronizam a formação dos profissionais brasileiros. Assim, o assistente social deverá pespontar sua atuação prática/teórica coesa as definições dispostas para os negros brasileiros, previstas na Lei 8.662/93 (CODIGO DE ÉTICA DO/A ASSISTENTE SOCIAL, 2012), se detendo no artigo 4º que retrata as competências profissionais. A propósito entende-se que o assistente social, ao término da graduação, está apto para atender as mais diversificadas expressões da questão social, realizando avaliações socioeconômicas e propondo estratégias que dêem autonomia social e política aos usuários. Diante de tal entendimento, lançaremos nas próximas linhas o Código de Ética e as Diretrizes Curriculares, demonstrando que o projeto ético político do assistente social atenta para as questões sobre “pluralidade e diversidade”, sendo estes prementes na vida cotidiana dos afro-brasileiros. O Código de Ética dos assistentes sociais aprovado em 1993 determina quais condutas são permitidas na relação assistente social e usuário. Seus capítulos e artigos normatizam a prática profissional, porém digo que todos os princípios fundamentais se atêm a temática, devendo ser a base para o atendimento em questão. A exemplo do Código de Ética, a versão das Diretrizes gerais para o Curso em Serviço Social de 1996 foi oficializada e proposta pela Associação Brasileira de Ensino de Serviço Social (ABESS) que paramenta, tece os elos que são indissociáveis dos itens já explicitados, que coesos aos Projetos Pedagógicos das Unidades de Ensino protagonizarão ensino de qualidade, abarcando conteúdos que lhes sejam inerentes. Este documento expressa que o processo formativo do assistente social deverá estar articulado à contemporaneidade, segundo sistematizações que busquem a qualidade do ensino em Serviço Social no Brasil. Entretanto, como pensar a formação profissional? Deve pensá–la a partir do projeto pedagógico, e/ou da formação inicial. O projeto pedagógico define, portanto, as ações educativas e as características necessárias ao cumprimento dos propósitos e intencionalidades do curso, tendo a ver, assim tanto, com a organização do curso como um todo, como do trabalho pedagógico na globalidade. É projeto político porque estabelece e dá sentido ao compromisso com a formação do cidadão e da pessoa humana para um tipo de sociedade, revelando portanto, a intencionalidade da formação com os compromissos deste profissional com um tipo de sociedade (SILVA, 1998, p. 21). Os compromissos e a intencionalidade da formação decorreram do “Movimento de Reconceituação”, das discussões, no rompimento das barreiras institucionais, articulada aos planejamentos dos cursos de graduação em Serviço Social. Deve-se, levar em consideração, o resultado desta base formativa. Será uma formação autônoma? Retrógrada? Democrática? O que desejamos? Competência profissional? Este desenho ou projeção profissional correspondem às ações préestipulas pela Associação Brasileira de Ensino em Serviço Social e Centro de Documentação e Pesquisa em Políticas Sociais e Serviço Social (ABESSCEDEPSS), órgão inspirador das normatizações de ensino e pesquisa em Serviço Social no Brasil. A ABESS em 1993 “[...] deliberou sobre os encaminhamentos da revisão do currículo mínimo vigente desde 1982 (Parecer CFE nº412, de 4/8/1982 e Resolução nº6, de 23.9.82).” (ASSOCIAÇÃO BRASILEIRA DE ENSINO DE SERVIÇO SOCIAL, 1997, p. 58). Iamamoto (2004, p.169) ao se referenciar a revisão do currículo mínimo destaca-se que houve uma preocupação com a qualidade na formação, segundo os debates contemporâneos, que sejam capazes de se construir um diálogo crítico, capaz de formular propostas profissionais no campo das políticas sociais. A preocupação perpassa pelo movimento histórico premente a partir de 1973, que desestruturou o modelo Keynesiano de regulação da economia, diante do processo de acumulação do capital. Momento este que “acolhe” a entrada da ideologia neoliberal, que trouxe vários reflexos negativos para a categoria trabalho. Diante da necessidade da introdução do currículo mínimo, os pressupostos da formação profissional, se expressam em tópicos, que redundam em itens que demonstram a base interventiva do assistente social, a relação do Serviço Social com a questão social e o agravamento desta. Para (IAMAMOTO, 2000, p.203) “[...] o desafio pedagógico central está em articular elementos teórico-metodológicos e históricos, transmitidos e aprofundados no decorrer de várias disciplinas do curso, resgatando-os e aprofundando-os em função da explicação e do encaminhamento práticos de situações particulares e singulares [...]”. Segundo o tema em estudo, dos onze princípios que fundamentam a profissão (ABESS, 1997, p.61-62) destaca-se o item que mais se aproxima da discussão sobre a comunidade negra no processo formativo, sendo: “[...] 9. Exercício do pluralismo como elemento próprio da natureza da vida acadêmica e profissional, impondo-se o necessário debate sobre as várias tendências teóricos, em luta pela direção social da formação profissional, que compõem a produção das ciências humanas e sociais; [...]” As diretrizes curriculares (ABESS, 1997, p.62) definem a capacitação teórico-metodológica, ético-política e técnico-operativa para se ter uma: 1.Apreensão critica do processo histórico como totalidade; 2. Investigação sobre a formação histórica e os processos sociais contemporâneos que conformam a sociedade brasileira [...] 3. Apreensão do significado social da profissão [...] 4. Apreensão das demandas – consolidadas e emergentes – postas ao Serviço Social via mercado de trabalho, visando a formular respostas profissionais que potenciem o enfrentamento da questão social [...] 5. Exercício profissional cumprindo as competências e atribuições previstas na legislação profissional em vigor. Os debates ideológicos deste artigo estão articulados a preocupação com a prática interventiva, prevista nos (ABESS, 1997, p.63) “[...] núcleos de fundamentação constitutivos da formação profissional. São eles: 1.núcleo de fundamentos teóricos metodológicos da vida social; 2. núcleo de fundamentos da formação sócio-histórica da sociedade brasileira; 3. núcleo de fundamentos do trabalho profissional.” José B. da Silva (2004, p.58) em sua pesquisa de mestrado na Universidade Federal Fluminense buscou coletar dados sobre a formação do assistente social, segundo a questão do negro na realidade brasileira, questionando: Como os discentes lidam com este assunto? Para (SILVA, 2004) de 1948-2002, dos 1.237 trabalhos de conclusão de curso defendidos na UFF, apenas 06 discutiram a situação dos negros. Em sua dissertação, o pesquisador demonstra uma citação referente a um trabalho de conclusão de curso que define a fragilidade entre a questão do negro e a formação profissional na UFF. “[...] Nessa trajetória, percebi que o assistente social trabalha com a população negra sem ao menos ter conhecimento de sua história, de sua cultura e dos seus problemas... (PINTO, ob.cit., p.23), apud (SILVA, 2004, p.58)”. Ainda neste estudo, o pesquisador (SILVA, 2004, p.58) discorre que mesmo os discentes demonstrando nos tcc’s que estudaram variados assuntos, estes não compreendem a questão racial enquanto causa para os objetos de suas pesquisas. Neste óbice questionamos: Como introduzir está temática para a formação profissional? 2-POLÍTICAS PÚBLICAS, AFROBRASILEIROS ASSISTENTE SOCIAL: APREENSÕES E ATUAÇÃO DO Assim, declaramos que a temática sobre a comunidade negra faz-se importante para a formação dos profissionais assistentes sociais, pois se sabe que os africanos foram e continuam sendo indissociáveis do construto histórico, econômico, cultural, social e político deste país. O coro, a voz desta população transparece através dos movimentos sociais, das reivindicações que os acompanharam desde o desembarque dos navios negreiros até atualidade. “[...] Enquanto escravos, porém, eles construíam a única força oposta ao sistema que, exercendo uma ação subversiva constante, exigia a reação permanente de um aparato repressivo. [...] (RIBEIRO, 1995, p.278).” O Movimento Negro é uma organização política que cumpre o papel de explicar a contradição étnica no cenário brasileiro. Assim, também é uma forma de organização social que luta e procura articular o desenvolvimento da democracia e da cidadania da sociedade brasileira, bem como a formação de cidadãos conscientes e questionadores das desigualdades sociais e étnicas. (GOMES & JÚNIOR CUNHA, 2008, p.38) Estas manifestações que visualizaram a introdução dos direitos sociais eclodem, sendo expressos: o Estatuto da Igualdade Racial, a Seppir, as Conferências/Conselhos de Participação da Comunidade Negra (Federal, Estaduais e Municipais), a Lei 10.639, cota de ações afirmativas para universidades e concursos públicos. Entendemos que estas abordagens devam ser estudadas, analisadas e observadas ainda na formação acadêmica, pois são instrumentos entendidos enquanto políticas públicas reparatórias para os negros brasileiros. O profissional ao compreender que tais documentos contêm meios que podem “emancipar/libertar” os afro-brasileiros despirá do olhar paliativo desdenhado nos programas sociais. Comprometido com o projeto ético político profissional, os assistentes sociais deverão compreender que no desenrolar do processo histórico os negros conquistaram direitos; direitos que não estão sendo incutidos teoricamente aos discentes nos cursos regulares de Serviço Social. Neste óbice, propõem-se que os alunos tenham acesso a compreensão das conquistas, apontando que o Estatuto da Igualdade Racial equipara-se ao ECA – Estatuto da Criança e Adolescente, ao Estatuto do Idoso e etc. Compreende–se que o graduando terá acesso aos rebatimentos contemporâneos que os norteiem para o princípio da “democracia racial”. Segundo Jaccoud apud (THEODORO, 2008, p.58) em 2003 institui-se a SEPPIR – Secretaria Especial de Políticas de Promoção da Igualdade Racial, órgão público responsável pela proposição de políticas públicas para os afrobrasileiros. Na esfera federal, tem-se: [...] i) Programa de Combate ao Racismo Institucional (PCRI); ii) ações afirmativas de promoção de acesso ao Ensino Superior; iii) ações de implementação da Lei no 10.639/2003, que estabelece a obrigatoriedade da inclusão no currículo do Ensino Básico do estudo da História e da Cultura Afro-Brasileira; iv) Programa de Promoção da Igualdade de Oportunidades para Todos, do Ministério Público do Trabalho (MPT)(JACCOUD, apud, THEODORO, 2008, p.140-141). Ainda orientados pela busca pela igualdade racial, em 2011 o governo federal em parceria com a ONU (Organização das Nações Unidas) lança a Guia de Orientação das Nações Unidas no Brasil, que traz em suas quarenta e três páginas orientações para denúncias de preconceitos, sendo uma conquista do povo negro. Compreende-se que estas conquistas vieram para “corrigir” os erros cometidos pelos nossos antepassados no final do século XIX, quando se lançou nas ruas um contingente populacional, como disse Fernandes (1965), despreparado para integrar-se à sociedade de classes. “[...] Os senhores foram eximidos da responsabilidade pela manutenção e segurança dos libertos, sem que o Estado, a Igreja ou outra qualquer instituição assumissem encargos especiais, que tivessem por objeto prepará-los para o novo regime de organização da vida e do trabalho [...]” (FERNANDES, 1965, p.01). Em 2011 Paulo Daniel no texto: “A população negra brasileira” segundo o (Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada) que publicou uma pesquisa intitulada: A Dinâmica Demográfica da População Negra Brasileira, com bases no Censo 2010, aponta que mesmo após a introdução de políticas públicas, a ascensão dos negros encontra-se em processo, devido à perpetuação da ausência de oportunidades no mercado de trabalho. O autor considera que: Na medida em que o debate da identificação racial ganha às páginas dos jornais e a sociedade vê que é um tema legítimo; na medida em que negros são apresentados nas telenovelas como personagens poderosos e não apenas empregados domésticos; na medida em que negros são vistos, como por exemplo, compondo o Supremo Tribunal Federal e ocupando os mais diversos cargos na política; na medida em que o Movimento Negro sai da marginalidade e ocupa espaços no debate político, a identidade negra sai fortalecida, não é que o Brasil esteja tornando-se uma nação de negros, mas, está se assumindo como tal. (DANIEL, 2011, p. 02). Ao término deste artigo, que traduz a importância do assistente social receber uma formação atrelada à realidade social brasileira, de acordo com os dados coletados, que primam pelo estudo étnico racial, indagamos: “Outra realidade é possível?” 3-CONSIDERAÇÕES FINAIS Conclui-se que outra realidade é possível, considerando-se as propostas curriculares oriundas da ABESS; lembrando-se que também é matéria do Serviço Social informar o usuário sobre seus direitos e, dinamizar as formas de acessá-los. Compreende-se que o projeto ético político do assistente social ainda prevê a participação dos profissionais em movimentos sociais, Conselhos/Conferências nos três âmbitos gestores, para buscar a interlocução com outros setores e profissionais em prol da minimização das injustiças entre as minorias sociais, inclusive dos afro-brasileiros. Precisam-se oferecer conteúdos sobre contexto histórico precedente e contemporâneo dos negros já na fase formativa do bacharel em Serviço Social, a exemplo da introdução da Lei 10.639/2003 (BRASIL, 2003, online) que prevê a inclusão da História da África e cultura dos afrodescendentes em todo currículo escolar do ensino fundamental e médio. Enfim, espera–se desmarginalizar nosso olhar e o da sociedade sobre as condições do negro, através de debates que reflitam sobre a desconstrução do “mito da democracia racial”, segundo o provérbio português: “quem muito fala, pouco faz26, que se perfaz numa imagem “deformada” do negro, considerando-o “inerte”, em detrimento aos direitos adquiridos, nutrindo-se a importância do assistente social para a temática. 4 - REFERÊNCIAS ASSOCIAÇÃO BRASILEIRA DE ENSINO DE SERVIÇO SOCIAL. Formação Profissional: trajetórias e desafios. São Paulo: Cortez, 1997. (Cadernos ABESS, 7). BRASIL. Lei 10.639 de 09 de janeiro de 2003. Diário Oficial da República Federativa do Brasil, Brasília, DF, 09 de janeiro CÓDIGO DE ÉTICA DO/A Fonte: Disponível em: <http://www.quemdisse.com.br/frase.asp?f=quem-muitofala-pouco-faz&a=proverbio-portugues&frase=64710>. Acesso em: 10 fev. 2014. 26 ASSISTENTE SOCIAL. Lei 8.662/93 de regulamentação da profissão. - 10ª. ed. rev. e atual. - [Brasília]: Conselho Federal de Serviço Social, [2012]. DANIEL. Paulo. A população negra brasileira. 2011. Disponível em: <http://www.cartacapital.com.br/economia/a-populacao-negra-brasileira> Acesso em 27 de out. de 2012. FERNANDES, Florestan. A integração do negro na sociedade de classes. São Paulo: Dominus, 1965. FERREIRA, Ricardo Franklin. O brasileiro, o racismo silencioso e a emancipação do afro-descendente.Psicol.Soc. [online].2002, vol.14, n.1, pp. 69-86.ISSN 1807-0310. http://dx.doi.org/10.1590/S0102-71822002000100005. GOMES, Ana Beatriz Sousa & JÚNIOR, CUNHA Henrique. A prática pedagógica do movimento negro. 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RESUMO: Este artigo prop5e reflex5es sobre a forrnacáo profissional em servíco Social no Brasil e a questáo social no cenário de transtormacóes societárias no processo de qlobalizacáo do capital. A questáo social enquanto eixo central da torrnacao profissional em Servic;o Social no Brasil requer compreender tais processos, por trazer para a profissáo novas demandas as práticas profissionais, aos processos da torrnacao profissional e a orqanizacáo dos sujeitos da profissáo, Utilizamos como aportes metodológicos a abordagem qualitativa, e as pesquisas bibliográfica e documental. Os tópicos abordam o processo de qlobalizacáo e as transforrnacñes nas sociedades contemporáneas: a torrnacáo profissional dos assistentes sociais no Brasil e a questáo social e as trnplicacoes para o servíco Social brasileiro na opcao política da categoria profissional em seu projeto profissional e societário. Palavras-chave: Globalizac;ao. Profissional. Questño Social. servíco Social brasileiro. Formação * Assistentes Sociais, mestrandas em servíco Social, Trabalho e Questáo Social pela UNIVERSIDADE EST ADUAL DO CEARÁ (UECE) e bolsistas da Coordenacác de Aperteicoamento de pessoal de nível superior (CAPES) e Fundacáo Cearense de Apoio ao Desenvolvimento Científico e Tecnológico FUNCAP. E-mails:[email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected] 1.- INTRODUÇÃO 1. Introdução O Brasil é afetado diretamente pelos processos de globalização dos mercados e o avanço do Neoliberalismo. O país vive um momento de redefinição, aprofundaram decorrente ainda dos mais rearranjos as diferenças políticos e internacionais, desigualdades que incidindo principalmente o mundo do trabalho, com a reestruturação produtiva e os altos índices de desemprego que flexibilizam e precarizam os vínculos de trabalho. Observamos também a redução das responsabilidades do Estado sobre a Seguridade Social e os direitos sociais da população, um Estado mínimo para o social e máximo para o capital. O presente artigo pretende fazer uma reflexão teórica acerca das categorias Globalização, Formação profissional e Questão Social, como temáticas intensamente discutidas no Serviço Social, objeto de formulação teórica, metodológica e política da profissão. A questão social enquanto eixo central da formação profissional em Serviço Social no Brasil requer o estudo e esforço de compreender a articulação destes processos haja vista sua incidência sobre os processos da formação profissional e à organização dos sujeitos da profissão na realidade brasileira. Utilizamos para elaboração deste texto, a abordagem qualitativa, e as pesquisas bibliográfica e documental. 2. O processo de globalização e as transformações nas sociedades contemporâneas. Nos processos de globalização um dos traços marcantes, por exemplo, desta nova configuração da economia é a primazia total das empresas multinacionais como agentes do “mercado global” (SOUSA SANTOS, 1997). A Globalização, como conceito sociológico e/ou categoria utilizada pelas ciências sociais para entendimento dos novos processos e formas de organização das relações sociais em esfera mundial, é muito recente. Pode ser datada nos anos 80 e 90, como prática e evidencia transformações e metamorfoses intensas no pós-guerra fria27. Assim, a globalização constitui-se num fenômeno amplo de padronização de valores, de costumes e de consumo em esfera mundial; com isso, o que Ianni (1997) denominou de produção e reprodução socialmente contraditória, desigual e combinada do capital e dos valores culturais e espirituais em esfera global se concretiza. Há uma concepção de trocas, fixos e fluxos, submete o Estado aos interesses transnacionais, sejam produtivos ou especulativos, em nome da “modernização do país”. A intensificação do capital em um determinado espaço, artificializando as relações sociais e excluindo mais do que incluindo populações vulneráveis28, nos leva à reflexão de que em um mundo globalizado marcado e fundamentado na informação como império, temos no processo histórico (contemporâneo). Santos (1999). Desta forma haveria a coexistência de três mundos possíveis em um só: o da aparência, que tomou forma de “verdades”, dada a repetição (mais midiática nas nações do mundo) com representações simbólicas de “grande aldeia”, sob domínio do inglês. O segundo seria o mundo materialmente dado, com as grandes disparidades da globalização na perda da qualidade de vida e no aumento da pobreza; e por fim, temos o terceiro: o mundo com seu potencial, ou seja, a globalização possível ou outra globalização condicionada ao assentamento de outros paradigmas econômicos, político-institucionais e éticos, lastreados por uma autêntica cultura de paz (SANTOS, 1991). Dentro da perspectiva econômica, Cano (2000) afirma que a globalização está ligada a uma orientação neoliberal que traria o aumento da dependência financeira da economia nacional. Para os autores, o neoliberalismo como uma orientação política reinante na década de 90, tanto 27 Esse processo de integração econômica e cultural em esfera global tem sido um fator preponderante em todo o século XX, porém alguns marcos merecem destaque, um deles é o já mencionado no texto supra e o outro para nos atermos a apenas dois destes momentos é o fim da Guerra Fria com a dissolução do bloco soviético e a intensificação e extensão do desenvolvimento capitalista. 28 Esse processo foi marcado historicamente pela base territorial como o espaço no qual o homem se insere ao mesmo tempo de forma harmoniosa e conflituosa com a natureza. Nesse sentido, o longínquo e o próximo, o mundial e o local passariam a compor a nova redefinição das relações sociais de subordinação e/ou hegemonia no espaço e no tempo (SANTOS, 1999). nos países centrais, quanto nos periféricos, é um mal distribuidor de riqueza e mau gerador de emprego29: Dentre as alterações geradas pelo processo de globalização bem como seus desdobramentos político-econômicos, o caso da influência do neoliberalismo na América Latina temos como marco o “Consenso de Washington” 30 . A América Latina, nos anos de 1990, tornou-se bastante disponível para a expansão dos fluxos internacionais de bens, serviços e capital; para o acirramento da concorrência nos mercados internacionais e para a maior integração entre os sistemas econômicos nacionais, (GONÇALVES, 1998). Mas, a América Latina se constituiu em um espaço cuja história colocou limitações e podemos destacar: a vulnerabilidade externa, o atraso tecnológico, ausência de uma infraestrutura, a crise fiscal do Estado e o alto endividamento externo etc. (AYERBE, 1998). Para o Brasil, em particular, as estratégias recomendadas no Consenso de Washington foram estas: a) a rápida privatização das empresas estatais (federais e estaduais), principalmente as de caráter estratégico (tais como telecomunicações e energia) para compor “caixa” para o pagamento das dívidas externa e interna; b) as reformas constitucionais – sobretudo na área fiscal – para redução dos impostos sobre os capitais privados; c) a desregulamentação dos aspectos econômicos em todas as instâncias; d) a flexibilização dos direitos trabalhistas; e) a redução dos investimentos estatais em políticas públicas básicas, e 29 Mais de oitenta por cento da população mundial vivem em condições de pré-modernidade nos países do Sul periférico. Por outro lado, menos de vinte por cento da população planetária vivem nos países centrais, que detêm aproximadamente vinte por cento da renda. No caso da América do Sul, o montante de transferência de renda é da ordem aproximada de 14 bilhões de dólares-ano. Eis o quadro da impossibilidade histórica de uma solução democrática dentro das leis do mercado capitalista, fato que aumenta a complexidade do dilema democrático (PACHECO, 1997, p. 116). 30 Esse foi um plano de ajustamento das economias periféricas, endossado pelo FMI e pelo BIRD para ser adotado nos países do Sul (FIORI, 1995). f) as reformas no aparato burocrático do Estado, a fim de reduzir gastos em geral, incluindo aquelas em recursos humanos (SAUER, 2002). As Reformas implicaram em novos arranjos político-institucionais, para se ajustarem a novos desafios, visando à sinergia maior com as orientações econômicas internacionais e redefinindo o ‘mundo’ do trabalho no final do século XX. Tais fatores influíram diretamente na integração dos mercados, agora numa lógica espacial multilateral de um “Estado mínimo” 31. Esse cenário para Dowbor (1995) acresce a interpretação acerca do que ele denomina de “barbárie da acumulação” desse período, ou seja, a capacidade de aumentar a acumulação e a concentração da miséria, acirrando mais ainda as diferenças entre a miséria/pobreza e a riqueza concentrada, elementos que vão dar um caráter cada vez mais multifacetado à questão social. 3. A formação profissional dos assistentes sociais no Brasil, a questão social e as implicações para o Serviço Social brasileiro, na opção política da categoria profissional em seu projeto profissional e societário. Enquanto proposta consolidada pela categoria, o projeto de formação profissional do assistente social é um dos documentos que expressam o projeto ético-político, resultado de um longo movimento de construção coletiva da categoria profissional. O surgimento do Serviço Social como profissão está vinculado, desde o seu princípio, à questão social oriundas da contradição entre capital e trabalho32. 31 A ideia do “Estado mínimo”, requeria uma nova forma de atração das Economias Satélites às nações hegemônicas, com redefinições no papel do Estado, nos aspectos institucionais e regulatórios. Configurou-se a exigência de um “Estado mínimo, porém forte”, ou seja, um mínimo de intervenção e com uma forte atuação reguladora com a formulação de arranjos institucionais (dentre os quais, os de caráter político partidário) para incentivar o mercado. 32 A primeira expressão da questão social advém do pauperismo decorrente dos impactos da primeira onda industrializante (NETTO, 2001), com destaque a partir do último quartel do século XIX, período em que o capitalismo experimenta profundas modificações no seu ordenamento e na sua dinâmica econômica, com incidência na estrutura social e nas instâncias políticas das sociedades o desenvolvimento do capitalismo imperialista visava à urgência de viabilizar um objetivo primário: o acréscimo dos lucros capitalistas através de controles de mercado. (NETTO, 1992). Segundo Netto (2001), há cinco momentos historicamente importantes para compreender a questão social. Dessa maneira, a primeira delas é que a expressão “questão social” surge para dar conta do pauperismo decorrente dos impactos da primeira onda industrializante, e relacionava-se diretamente aos seus desdobramentos sociopolíticos, a partir da metade desse século, de acordo com a segunda nota do autor, a expressão “questão social” entra para o vocabulário do pensamento conservador33. A terceira nota destaca que foi apenas em 1867 com o livro “O capital”, de Karl Marx, que se produziu uma compreensão teórica acerca do processo de produção do capital, relevando a anatomia da questão social. Na quarta nota Netto expõe que no período do Welfare State (1945-1970), período dos trinta anos gloriosos, a questão social e suas manifestações pareciam remeterse ao passado, e apenas os marxistas insistiam em assinalar que as melhorias das condições de vida dos trabalhadores não alteravam a essência exploradora do capitalismo34. Por fim, na última nota, Netto defende que não se trata de uma nova questão social uma vez que a emergência de novas expressões da questão social35 é decorrente da ordem do capitalismo. Em consonância a esse pensamento, Iamamoto (2010) aponta que a questão social é indissociável da sociabilidade capitalista e que esta condensaria então o conjunto das desigualdades e lutas sociais, produzidas e reproduzidas no movimento contraditório das relações sociais, tendo alcançado a plenitude de suas expressões e matizes em tempo de capital fetiche. 33 Com o caráter de urgência para manutenção e a defesa da ordem burguesa, a questão social perde paulatinamente sua estrutura histórica determinada e é crescentemente naturalizada, tanto pelo pensamento conservador laico como no do confessional, no primeiro as manifestações da questão social eram vistas como características inelimináveis, de toda e qualquer ordem social e para amenizá-las e reduzi-las era preciso uma intervenção política limitada, enquanto que para o segundo, a gravitação da questão social só era possível com uma exacerbação da vontade divina. Assim, para ambos, a questão social é objeto de ação moralizadora, o enfrentamento de suas manifestações deve ser função de um programa de reformas que preserve a propriedade privada dos meios de produção. 34 Já a partir da década de 1970, com o esgotamento da onda longa expansiva, o capitalismo mostrou que não havia nenhum compromisso social, e a intelectualidade acadêmica descobriu uma nova questão social. 35 Robert Castel, sociólogo e filosofo francês, em seu texto “As metamorfoses da questão social”, de 1998, assinala que a “questão social” é uma aporia fundamental sobre a qual uma sociedade experimenta o enigma de sua coesão e tenta conjurar o risco de sua fratura. Numa mesma linha de pensamento, Rosanvallon (1998) ressalta que as transformações contemporâneas decorrentes da crise da década de 1970, fez surgir uma nova questão social, em suas análises dos sistemas seguradores, e do Estado-providência que quase conseguiu vencer a antiga insegurança social e vencer o medo do futuro. A formação profissional enquanto processo permanente de qualificação e atualização deve ser um projeto elaborado coletivamente, articulado, e comprometido com a definição de que profissional se pretende formar; para que formar e para quem formar (Abepss/Cedepss, 1997). Nessa perspectiva, as pesquisas sobre a formação profissional necessitam ser fortalecidas no contexto em que as metamorfoses no mundo do trabalho incidem para além de competência técnica em lidar com a questão social. O projeto de formação aqui tratado coloca a sua responsabilidade, contemporaneidade e potencialidade face aos desafios que emergem para a graduação em Serviço Social36. Para Abramides (2006) as Diretrizes Curriculares de 1996 são a referência da formação profissional articulada ao exercício profissional e buscam a direção estratégica da profissão, que implica em mediações políticas, teóricas, culturais, éticas e técnico-operativas que articulem o projeto profissional à conjuntura nacional e ao mercado de trabalho, onde se efetivam as reais condições de trabalho do assistente social. Essa perspectiva que articula a profissão à realidade envolve a definição da questão social como eixo central da formação profissional, pois isso pressupõe compreender a vinculação da profissão com as novas configurações da questão social, no interior do processo de reprodução da relação entre capital e trabalho” (ABESS/CEDEPSS, 1996, p.149). Assim, o trabalho do assistente social é a expressão de movimento que articula conhecimentos, luta por espaços no mercado de trabalho, competências e atribuições privativas, com base nos marcos regulatório do exercício profissional (regulamentação profissional, Código de Ética, Diretrizes Curriculares da formação profissional), e o projeto ético‑político é o aporte que configura a direção social ao trabalho profissional pois, inserida na divisão do trabalho, a profissão Serviço Social atua nos âmbitos da produção material e reprodução ideológica da vida social e intervêm de forma continuada e estratégica sobre os reflexos da questão social. 36 Podemos dizer que na formação profissional, o que se põe em discussão é o próprio perfil do profissional que se pretende assegurar: um técnico treinado para intervir num campo de ação determinado com a máxima eficiência operativa, ou um intelectual que, habilitado para operar numa área particular, compreende o sentido social da operação e a significância da área no conjunto da problemática social (NETTO, 1996, p.125-6). 4. Conclusões. Sobre a globalização, como um processo determinado historicamente, pode-se afirmar que por meio dela muitas evidências foram levantadas para que as lideranças políticas no Brasil pactuassem com os atores e grupos hegemônicos da sociedade brasileira, a fim de incorporarem as reformas por ela veiculadas, dentre elas, a privatização dos setores de infraestrutura, por exemplo. O desenvolvimento do Serviço Social no Brasil, no Século XX, representa indiscutivelmente um giro de seu projeto profissional na direção de uma tradição de pensamento fundada no materialismo histórico enquanto referencial teórico hegemônico, que indubitavelmente requisita uma prática política contestatória e crítica. O Serviço Social, enquanto profissão, se constitui a partir das dimensões [indissociáveis] técnica e teórico-metodológica, que se articula a seu caráter interventivo no trato das expressões da questão social, o que implica também uma orientação ético-política articulada a uma práxis social crítica pautada no projeto ético-político (o projeto profissional). Sendo assim, a direção social que foi construída ao longo desse processo tem que ser cotidianamente defendida e (re)afirmada como uma opção política e teórico-metodológica por seus sujeitos. Para Barroco (2008) a defesa dos princípios que balizam o projeto éticopolítico do Serviço Social não podem assumir um caráter liberal conservador ou interpretações ideologizadas e frequentemente utilizadas para justificar um reformismo social, pois, para o pensamento liberal, princípios como liberdade, justiça social e democracia significam considerar a igualdade entre os indivíduos como mero fundamento jurídico, em detrimento da contradição das relações sociais fundadas na exploração do trabalho. 5. Bibliografia AYERBE, L. F. Neoliberalismo e política externa na América Latina. São Paulo: Fundação Editora da UNESP, 1998. BARROCO, Maria Lúcia S. Ética: fundamentos sócio históricos. São Paulo: Cortez, 2008. (Biblioteca básica do Serviço Social, v. 4). ______. Ética e Serviço Social: fundamentos ontológicos. 6. Ed. São Paulo: Cortez, 2008b. CANO, W. Soberania e Política Econômica na América Latina. São Paulo. Editora UNESP, 2000. CASTEL, R. 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Resumo o presente artigo propõe uma reflexáo sobre a extensáo universitária como espaco de tormacao articulada com a prática profissional. Usamos como experiencia o Programa de Educa<;ao pelo Trabalho para a Saúde - PETSaúde, este se caracteriza como instrumento de qualificacáo em servico para estudantes dos cursos de qraduacao da área da saúde. Apresentaremos as acoes do PET -Saúde realizadas pelos docente e discente da Universidade Estadual do Ceará em parceria com a Coordenadoria de Gestao do Trabalho e Educacáo na Saúde (Cogets). Esse programa se apresenta como espaco de articulacáo entre ensino, servico e comunidade na busca de mudanca na torrnacáo dos profissionais ainda em torrnacao e aquele já graduados. O objetivo é socializar a experiencia vivencia da por estes estudantes através da insercáo precoce nos servicos de saúde e nas comunidades fortalecidos pelo processo de ensino-aprendizagem em servico, A metodologia utilizada foi abordagem qualitativa, observacao participante e pesquisas bibliográfica e documental. Palavras Chaves: Interdisciplinaridade. Servico Social. Saúde. Forrnacao profissional. * Assistentes Sociais, mestrandas em servíco Social, Trabalho e Questáo Social pela UNIVERSIDADE EST ADUAL DO CEARÁ (UECE); bolsistas da Coordenacáo de Apertelcoarnento de pessoal de nível superior (CAPES) e Fundacáo Cearense de Apoio ao Desenvolvimento Científico e Tecnológico FUNCAP.E-mails:[email protected]; [email protected] ; [email protected]; [email protected] [email protected]; [email protected] ; [email protected] O Sistema Único de Saúde constitui-se a partir da promulgação da Constituição Federal Brasileira em 1988. Além de reconhecer a saúde como um direito de todos e dever do estado determinou que este fosse o responsável pela formação dos seus recursos humanos. O Programa Nacional de Reorientação da Formação Profissional em Saúde (Pró-Saúde) constitui-se como uma iniciativa do Ministério da Saúde, da Secretaria de Gestão do Trabalho e da Educação na Saúde (SGTES) em parceria com o Ministério da Educação, com o Instituto Nacional de Estudos e Pesquisas educacionais Anísio Teixeira (INEP) e apoio da Organização PanAmericana de Saúde (OPAS) na direção de atender aos preceitos constitucionais de reorientar a formação para o SUS e fazendo-o ainda na graduação. O referido programa tem como objetivo integrar ensino-serviço, reorientando a formação profissional por meio de uma abordagem integral do processo saúde-doença, nos três eixos: orientação teórica, cenários de prática e orientação pedagógica com ênfase na atenção primária (BRASIL, 2007). O programa acima referendado foi regulamentado pela Portaria Interministerial MS/MEC nº 2.101, de 03 de novembro de 2005, contemplando, inicialmente, os cursos de graduação das profissões de nível superior que compõem as equipes de Saúde da Família e de Saúde Bucal da Estratégia de Saúde da Família, que são: Enfermagem, Medicina e Odontologia. Com a publicação da Portaria Interministerial MS/MEC nº 3.019, de 27 de novembro de 2007, o programa ampliou-se para os demais cursos de graduação da área da Saúde. Em consonância com o pensamento de Ceccim; Feuerwerker (2004), observamos que apesar das iniciativas de mudanças a formação dos profissionais de nível superior ainda segue modelos “essencialmente conservadores”. Ainda em consonância com esses autores, reconhecemos que Ministério da Saúde percebe a necessidade de reorientação da formação de saúde, para a qualificação da gestão, da atenção e do controle social. Acrescentamos que a referida instituição vem implantando estratégias de superação desse modelo de formação ultrapassado e que não atende as necessidades do SUS. O Programa de Educação pelo Trabalho para a Saúde, o PET-SAÚDE, caracteriza-se como instrumento de qualificação em serviço para estudantes dos cursos de graduação, que precocemente tem contato com o sistema público de saúde podendo assim orientar sua formação para o mesmo e de forma a atender suas demandas. O Programa de Educação pelo Trabalho para a Saúde – PET foi implementado em 2009 através da Portaria Interministerial nº 1.802 de 26 de agosto de 2008. O mesmo tem como uma das propostas promover a formação de grupos e equipes de aprendizagem para o desenvolvimento de áreas estratégicas no âmbito da política de saúde, mas para potencializar a relação ensino-aprendizagem faz-se necessário uma importante ferramenta: a interdisciplinaridade. Esse programa é executado no modelo de extensão universitária complementando o tripé ensino e pesquisa da graduação. A Extensão tem o papel de fazer o aluno ultrapassar os muros da Universidade e conhecer a realidade na qual irá atuar após sua formação. Na Cidade de Fortaleza, as ações do PET-Saúde são realizadas através da parceria entre as seguintes instituições: Universidades Estadual do Ceará UECE; Universidade Federal do Ceará - UFC; e da Universidade de Fortaleza – UNIFOR, com a Coordenadoria de Gestão do Trabalho e Educação na Saúde (Cogets) é um órgão da Secretaria Municipal de Saúde, no entanto nos deteremos à experiência da UECE, pois é a única dentre as três instituições de ensino que tem o curso de graduação em Serviço Social. Fortaleza anteriormente ao Pet-Saúde vivenciou outra experiência que se assemelhava em diversos aspectos que foi A Liga de Saúde da Família. Essa experiência se desenvolveu nas duas Universidades Públicas da cidade. Nestes dois momentos os estudantes e professores puderam de forma evidente experimentar um modelo de formação com um diferencial e potencial incomparável para a formação dos estudantes. Dentre os diferenciais que esse modelo formativo pode ofertar ao educando, podemos destacar os seguintes aspectos: a inserção precoce no serviço de saúde e no território; a construção dos conhecimentos mediados pela prática e sua relação com a teoria que eles já conheciam ou se motivam a conhecer a partir do contato com a realidade; e a atuação em equipes multidisciplinares que favorece a troca de saberes, a interdisciplinaridade articula-se com a clínica ampliada. Para Vasconcelos (1997, p. 141) a interdisciplinaridade se caracteriza pela horizontalidade das relações entre os sujeitos que compõe as equipes e grupos, o objetivo é a troca de conhecimentos entre as diferentes disciplinas. Ortiz (2011, p. 195) concorda e ressalta, “(...) uma atuação interdisciplinar é, portanto, aquela que possibilita a interlocução horizontal entre os diversos saberes e práticas, sem desconsiderar as particularidades de cada profissão, nem a natureza da contribuição de cada um dos sujeitos envolvidos”. O aluno aprovado no processo seletivo para compor as equipe eram agrupados em equipes com um representante de cada uma das categorias profissionais integrantes do programa daquela Universidade. Esse era para a grande maioria o primeiro momento em equipe multiprofissional que podiam experimentar. Suas atividades eram divididas entre atividades no serviço de saúde, que englobava atividade dentro da instituição de saúde em si e no território, ou seja, na comunidade, fazendo atividades coletivas de saúde, como: promoção da saúde; educação e ou assistência domiciliar. Outras atividades também compunham o processo formativo, são elas: as reuniões gerais; as rodas de categoria; as reuniões de equipe. A primeira era um momento coletivo de planejamento do “grupão”, onde se fazia os encaminhamentos gerais do programa. O segundo consistia em um olhar mais apurado para o fazer da sua categoria na Estratégia de Saúde da Família - ESF, buscando referências de como atuar e que inflexões eram possíveis sobre a prática da sua profissão naquele espaço. No caso do Serviço Social buscou-se referências principalmente nas experiências de profissionais da área no campo da ESF, bem como referenciais teóricos que subsidiassem a discussão fundante que é a atuação profissional, suas especificidades na área da saúde e no saúde da família. A última consistia em uma reunião da equipe para planejamento, discussão de caso, problematização de situações de saúde e também afinamento do relacionamento interpessoal, pois o convívio às vezes gerava conflito e o mesmo precisava ser resolvido pelo conjunto para que essas divergências não atrapalhasse o desenvolvimento do grupo, bem como aquele também pudesse ser um momento formativo. Eles estavam trabalhando a partir de uma mudança de paradigma, não havia um “chefe” na equipe e sim uma relação horizontal e percebiam que o conhecimento adquirido em anos na graduação não seria suficiente para solucionar todas as demandas que chegariam e por isso precisariam articularse com os demais colegas e esse processo é lento e precisa ser potencializado cotidianamente. Contudo, possibilitar essa “horizontalidade” é o principal desafio quando se fala em interdisciplinaridade, isso porque nas relações entre equipes e grupos o “Saber” ainda é considerado como um “Saber-Poder”, centrado na figura de um sujeito prioritário, que toma decisões e define as estratégias de ação sem considerar as outras formas de conhecimento. Sampaio (1989) deixa claro que a interdisciplinaridade “deve ser uma comunicação entre os domínios do Saber” (SAMPAIO, 1989, p. 83). Os atores envolvidos devem ter a clareza de que suas formas de conhecimento apresentam limites de acordo com as particularidades de seus objetos de estudo e intervenção profissional. É preciso conhecer minimamente o objeto de intervenção de cada profissional que integra as equipes e grupos, logicamente que isso só será possível a partir do estabelecimento de uma relação dialógica e respeitosa do ponto de vista ético entre os profissionais, para somente assim, identificar os possíveis pontos de intercessão no trabalho a ser realizado. (ORTIZ, 2011, p. 194). É comum os profissionais e atores envolvidos nos processos de aprendizagem e espaços socioocupacionas confundirem a interdisciplinaridade com conceitos semelhantes como multidisciplinaridade37; transdisciplinaridade38 e pluridisciplinaridade39. Os sujeitos comumente trocam informações sobre os casos, e definem essa troca como “interdisciplinar”. Na concepção de Ortiz (2011, p. 194) é insuficiente conversar sobre a demanda. “Às vezes qualifica-se uma reunião como trabalho interdisciplinar outra tendência completamente diferente, na qual se faz uma reunião, em que todo 37 O trabalho acontece de forma isolada, geralmente com troca e cooperação mínima entre as disciplinas. As disciplinas se agrupam de forma justaposta, cada sujeito toma as decisões de forma isolada. 39 Propõe-se a criação de um campo de autonomia teórica, disciplinar e operativa. 38 mundo emite uma opinião, debatem sobre determinado assunto e fazem um relatório.” Incentivar práticas interdisciplinares nos espaços de formação profissional como o PET implica em capacitar os sujeitos para socialização do conhecimento, para a convivência e para o exercício da aprendizagem diante da pluralidade de saberes. (...) a interdisciplinaridade, favorecendo o alargamento e a flexibilização no âmbito do conhecimento, pode significar uma instigante disposição para os horizontes do saber. (...) Penso a interdisciplinaridade, inicialmente, como postura profissional que permite se pôr a transitar o “espaço da diferença” com sentido de busca, de desenvolvimento da pluralidade de ângulos que um determinado objeto investigado é capaz de proporcionar, que uma determinada realidade é capaz de gerar, que diferentes formas de abordar o real podem trazer. (RODRIGUES, 1998, p. 156) Não se espera que a promoção da interdisciplinaridade seja um campo de relações harmoniosas entre os sujeitos, pois historicamente a fragmentação do saber desenvolveu uma cultura do trabalho individual e disciplinar, no qual as decisões foram tomadas de modo isolado. Se as ações do PET pressupõem ações coletivas, nada mais coerente do que fomentar a interdisciplinaridade com o objetivo de contemplar as múltiplas dimensões presentes nas questões e demandas da saúde, aliando saberes científicos à possibilidade de transformação da realidade. Os estudantes de Serviço Social da Universidade Estadual do Ceará estiveram presentes e puderam compartilhar práticas e saberes nesse processo formativo, bem como essa experiência trouxe um diferencial para suas formações. Muitos foram os aprendizados forjados nesses encontros, muitas tecnologias leves foram construídas, mas o mais importante se formaram profissionais que futuramente conseguiram articular os princípios do Sistema Único da Saúde com o Projeto Ético-político da profissão e saberão com atuar em equipe superando a dimensão da multiprofissionalidade e trabalhando verdadeiramente de forma interdisciplinar. Bibliografia BRASIL. Ministério da Saúde/ Ministério da Educação. Programa de reorientação da formação profissional em saúde- Pró-Saúde: objetivos, implementação e desenvolvimento potencial. Brasília: Ministério da Saúde, 2007. CECCIM, RB.; FEUERWERKER, LCM. O Quadrilátero da Formação para a Área da Saúde: Ensino, Gestão, Atenção e Controle Social. PHYSIS: Rev. Saúde Coletiva, Rio de Janeiro, 14(1):41- 65, 2004. ORTIZ, F.S.G. Interdisciplinaridade e Assistência Social. In: O trabalho do Assistente Social no SUAS. Brasília: CFESS, 2011. RODRIGUES, M.L. O Serviço Social e a perspectiva interdisciplinar. In: O uno e o múltiplo nas relações entre as áreas do saber. São Paulo: Cortez: 1998. SAMPAIO, C.C: Interdisciplinaridade em questão: análise de uma política voltada à mulher. In: Serviço Social e interdisciplinaridade. São Paulo: Cortez, 1989. VASCONCELOS, E.M. Serviço Social e interdisciplinaridade: o exemplo da saúde mental. Revista Serviço Social e Sociedade. São Paulo: Cortez, n. 54, 1997. POLÍTICA SOCIAL E SERVIÇO SOCIAL NO BRASIL: OS RUMOS DO DEBATE, TENDENCIAS E PERSPECTIVAS SOB A ÉGIDE DO NEOLIBERALISMO Hiago Trindade de Lira e Silva* José Whellison Brito dos Santos ** Resumo O modelo de políticas sociais do Estado neoliberal demanda um perfil profissional adequado as prerrogativas do grande capital, direcionando, assim, a intervencáo do Assistente Social a psicoloqlzacao, tocalizacáo e seletividade. Tendo em vista esta premissa, o objetivo deste texto é problematizar o debate que vem se delineando sobre a intervencáo profissional no Brasil, bem como apresentar algumas tendencias e perspectivas que a conformam, diante dos rebatimentos da crise estrutural do capitalismo e suas inflexóes nas diversas dirnensóes da sociedade. Para tanto, realizamos uma pesquisa bibliográfica e documental, que analisa as producoes sobre esta temática nas publicacóes da revista "Servico Social e Sociedade", no lastro dos anos 2012 e 2013. Palavras-Chave: lntervencáo Profissional. Pesquisa. Política Social * Universidade Federal do Rio Grande do Norte (UFRN) [email protected] ** Universidade Estadual da Paraíba (UEPB) [email protected] 1. lntroducáo: Este artigo consiste no resultado parcial de duas pesquisas de mestrado, realizadas nos Programas de Pós-Graduação em Serviço Social da Universidade Federal do Rio Grande do Norte (UFRN) e Universidade Estadual da Paraíba, financiadas pelo Centro de Aperfeiçoamento de Pessoal de Ensino Superior (CAPES). O objetivo da publicação foi discutir as principais tendências presentes nas pesquisas sobre a intervenção profissional do Assistente Social no Brasil, tomando como principal referência as publicações da revista “Serviço Social e Sociedade”, enquanto um dos principais meios de divulgação das pesquisas na área. Para tanto, realizamos uma discussão sobre o sentido da pesquisa para a categoria dos assistentes sociais, retomando alguns aspectos históricos que marcam o desenvolvimento da produção do conhecimento no Serviço Social, seguida da apresentação dos resultados da pesquisa, traçando um debate com outras produções na área. 1. Serviço Social, Pesquisa e construção do conhecimento: A pesquisa sobre a intervenção profissional do Assistente Social segue por um percurso histórico, político e social que fornece elementos para fugirmos de equívocos já anteriormente vistos e avançarmos na construção do conhecimento que baliza a intervenção. O desenvolvimento e ampliação da pesquisa no Brasil e na América Latina a partir da década de 1970, somada ao seu constante amadurecimento nas três décadas posteriores, mostra um jovem campo de pesquisa que já possui muitas contribuições para as ciências sociais aplicadas, mas que ainda desfruta de muitas possibilidades. Este processo instaurado na década de 1970 significa uma profunda dinâmica de transformação endógena da profissão, que por sua vez, rima com as transformações ocorridas no Brasil e no mundo nessa época, como se sabe, pelo importante significado desse momento, o início da abertura democrática no declínio da ditadura militar e processo de crise capitalista que pressupõe sua nova reconfiguração. O denominado “movimento de renovação” (NETTO, 2009) marcou uma ruptura com o antigo paradigma Norte-Americano e Europeu que predominava no Serviço Social brasileiro. Como todo processo de transformação social, não ocorre um salto qualitativo que gera algo novo, gradualmente rompe-se com a busca do método da prática, com a incorporação de metodologias da ação profissional, com a aplicação de teorias, questiona-se os antigos paradigmas positivistas e fenomenológicos presentes na profissão (NETTO, 2009). Esse novo momento é marcado pelo início da construção da sua “maioridade intelectual” e do seu Projeto Ético Político Profissional. Essas denominações tentam sintetizar os acontecimentos históricos que desdobram na atual configuração da cultura profissional, no âmbito acadêmico, consistem no reconhecimento do campo do Serviço Social na área das ciências sociais aplicadas pelos órgãos nacionais de pesquisa como o Centro de Aperfeiçoamento de Pessoal de Ensino Superior (CAPES) e pelo Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico (CNPq), a criação de programas de Pós Graduação e a consequente ampliação do desenvolvimento de pesquisas na área (SPOSATI, 2007). Para além da discussão se o Serviço Social seria ou não uma ciência, o trabalho que vem sendo realizado desde esse período, como também o já construído nas duas décadas anteriores, mostrou que independe da denominação somos um campo de construção do conhecimento com muitas contribuições já realizadas e com muitas a dar. De forma abrangente, o fator que desenha essa nova fase é o pensamento coletivo da categoria profissional, de forma consciente, sobre sua posição na divisão social do trabalho, do seu lugar na estrutura da sociabilidade capitalista. As manifestações da categoria demostram e consolidam essa forma de pensar e agir, alguns dos momentos históricos que ratificam isso, é a realização do “Congresso da Virada”40 em 1979, seguido de aprovação do Código de Ética do Assistente Social em 1993 e das Diretrizes Curriculares da ABEPSS em 1996, sendo esta última uma preocupação na 40 Um debate mais abrangente sobre o assunto pode ser encontrado na publicação do Conselho Federal de Serviço Social (CFESS), de 2012, intitulada “Seminário Nacional: 30 anos do Congresso da Virada”. forma de pensar uma formação profissional qualificada, voltada já aos novos princípios que norteiam a profissão. Tendo como principal influência o pensamento crítico da teoria social de Marx os ideais de emancipação humana, liberdade e igualdade passam a predominar como princípios que direcionam a ação e o pensamento da categoria (NETTO, 2009). Essa vertente, predominante nas produções acadêmicas, torna-se a principal linha de pensamento que influência os estudos na área, desdobrando em importantes publicações, consideradas clássicas para o Serviço Social. Sem dúvida, uma das mais significativas contribuições foi a percepção do sentido político da profissão, de sua ação dentro de uma sociedade de classes, proporcionando sua visão de trabalhador a serviço da classe trabalhadora. Implicando a consciência de ser ao lado do sentido caro de para quem servir, construindo hoje o que chamamos de Projeto Ético Político (IAMAMOTO et al, 2008). A pesquisa mostra-se como uma importante forma de produzir conhecimento sobre a realidade e subsidiar a ação, avançando na compreensão do modelo de sociedade capitalista, na sua organização de Estado, nas políticas que construímos e objetivamos, no nosso modo de fazer. Tornando-se uma importante ferramenta da qual não podemos mais nos desvincular, tendo em vista o sentido dinâmico de crescimento que propicia. Instrumento de nossa análise, um dos resultados e símbolo desse processo de amadurecimento foi a criação da revista “Serviço Social e Sociedade”, esta, assim como outras, tornou-se um importante espaço de socialização da produção do conhecimento na área, um meio de tornar público e disseminar resultados das pesquisas na área e afins, sobre questões de interesse da categoria e do público em geral. A “Serviço Social e Sociedade” foi criada em 1979 e é reconhecida como a primeira revista de circulação nacional na área e manteve-se ativa desde então, com um fluxo regular e já chegou a mais de 100 publicações. Conta com um denso Conselho Editorial composto por pesquisadoras reconhecidos na área, dentre elas Maria Carmelita Yazbek, Maria Inês de Sousa Bravo e Raquel Raichelis, autoras com uma densa bibliografia publicada sobre diversas temáticas e que são atores participes da história do Serviço Social no Brasil. Tem classificação A1 no padrão nacional do “Sistema Qualis Periódicos da Capes/MEC” o que mostra, não só por isso, mas também pelo seu histórico, o reconhecimento enquanto uma revista qualificada e de leitura recomendada para profissionais, pesquisadores e estudantes, através da qual é possível estudar e debater o que vem se discutindo sobre o Serviço Social e as mais variadas questões de interesse geral e da categoria. Em números, a versão online completa tem mais de 990.495 acessos em seus artigos41, partindo da premissa que esse número de leitores esteja espalhado por todo o país, temos também o efeito do que já está sendo difundido nos distintos espaços. Analisar a discussão sobre a intervenção profissional presente na revista nos últimos dois anos, permite analisar quais as principais tendências e perspectivas apresentadas ao público através de uma síntese do que esta sendo estudado sobre o tema. 2. Política Social e Serviço Social no Brasil: os rumos do debate: Analisar o exercício profissional é sempre uma tarefa difícil. Para compreendê-lo, numa perspectiva que consiga captar sua complexidade e essência, é necessário situá-lo na totalidade da produção e reprodução capitalista, percebendo os “fios invisíveis” que compõe o processo de trabalho da categoria profissional. Neste sentido apesar de compreendermos as contribuições presentes na revista “Serviço Social e Sociedade” a primeira constatação do nosso estudo é que ainda precisamos avançar nesse debate. Corroborando com alguns estudiosos do Serviço Social que discorrem sobre a dimensão interventiva da profissão, a exemplo de Guerra (2011), fazem-se necessárias as produções da categoria se debruçarem amplamente sobre o conhecimento do exercício profissional. 41 Informações disponibilizadas pelo endereço eletrônico dessa revista, encontrado em: http://scielo-log.scielo.br/scielolog/scielolog.php?script=sci_journalstat&lng=pt&pid=01016628&app=scielo&server=www.scielo.br O levantamento das publicações dos 2012 e 2013 da revista “Serviço Social e Sociedade” evidencia um grupo de pesquisas que tratam sobre o fazer profissional em espaços sociocupacionais específicos, sendo eles: educação, empresas e o sociojurídico. Assim como, estudos sobre aspectos que compõem a intervenção profissional, como a inserção dentro dos atuais modelos de proteção social, a dimensão da pesquisa e configurações de trabalho. Além disso, é perceptível a predominância das análises dentro do campo da teórica crítica marxista, perceptível pelos aspectos de metodologia e categorias de analise. No entanto não podemos deixar de considerar que, tendo como referência o lastro dos dois anos estudados, as publicações que tratam especificamente sobre o fazer profissional ainda são tímidas. Das 8 edições, contendo 61 artigos, 14 abordavam sobre o fazer profissional, dos quais, apenas dois tratavam a temática de forma mais abrangente e universalizada, discutindo a intervenção como um todo, para além de seus desdobramentos em políticas específicas. Desta forma, realizamos uma analise ampliada com as contribuições presentes nessas edições, dando foco a temática da intervenção como um todo. Seguindo na discussão, partimos do pressuposto que a análise da intervenção profissional não pode ser desenvolvida se descolada de uma análise das determinações e transformações societárias que embalam a sociedade na exata medida em que elas trazem rebatimentos para as diversas profissões e, mais particularmente, para o Serviço Social. Estamos querendo chamar atenção, para a necessidade de encontrar a chave a nos balizar neste estudo, a partir da análise da realidade tendo em vista a conformação das relações sociais que a dinamizam, ou seja, pelo modo como os homens e mulheres se organizam para produzir e reproduzirem-se num determinado tempo histórico. Isso porque, de um lado esses acontecimentos precisam ser historicizados a fim de que não visualizemos a realidade como eterna e imutável e, de outro, porque fazem emergir situações com as quais precisamos, enquanto profissionais, nos posicionar, ou de maneira intelectual, ou mesmo através de alguma prática interventiva, atentando-se para o fato de que, em nossa compreensão, não há dissociação entre estas duas esferas (teoria e prática), ou seja, para nós, elas fazem parte de uma mesma totalidade. Parece ser consensual, entre as diversas publicações, que o período compreendido entre o final da década de 1970 e começo da década seguinte foi responsável por operar modificações substantivas na realidade, impactando fortemente todas as dimensões da vida social, tanto as subjetivas, quanto as objetivas. E esse período é central, na exata medida em que carrega o germe da crise responsável por abalar as bases de acumulação capitalista e expor ao mundo as contradições e antagonismos inerentes ao sistema de metabolismos de segunda ordem. Realmente, a chamada crise estrutural do capital (MÉSZÁROS, 2010) não teve precedentes na história e sua imersão modificou substancialmente a realidade, para pior. Suas formas de enfrentamento incidiram sobre as artes, a literatura, no circuito produtivo de mercadorias, entre tantas outras esferas. Nossa pretensão, contudo, é chamar atenção para as transformações ocorridas no âmbito do Estado, das Políticas Sociais e consequentemente do Serviço Social. As saídas do capitalismo pra conseguir reerguer-se ocorrem com a instauração de seu reconfigurado e novo molde de ação, o neoliberalismo, que caracteriza-se pela retomada do liberalismo clássico, visto principalmente no início das primeiras décadas do século XX, na ideia de “mão invisível do mercado” através da qual teríamos a total independência do mercado e a retração de poder do Estado regulador (MÉSZÁROS, 2010). O seu molde reconfigurado, conta com respaldo estatal para retração de direitos trabalhistas, aliada a ampliação da precarização do trabalho, e, tocando especificamente no ponto que mais nos interessa para o foco deste artigo, a reestruturação produtiva no próprio aparelho do Estado e a redução dos denominados “gastos sociais”, enxugar os gastos com políticas sociais que, de forma precária e privatizante, passam a ser de principal responsabilidade da “sociedade civil”. O Assistente Social é afetado duplamente por essas transformações, por fazer parte da classe mais afetada por esse processo, a trabalhadora, e sofrer com as características gerais de precarização dos seus meios de reprodução social, e, por ser uma profissão em sua maioria vinculada a instituições públicas que objetivam políticas sociais cada vez precarizadas direcionadas a uma classe cada vez mais pauperizada. O Estado estabelece a dinâmica de investimento num modelo de proteção social que prioriza a garantia de mínimos sociais ao mesmo que precariza a prestação de políticas sociais mais estruturantes, como saúde, educação, emprego e previdência. Como afirma Mota (2007, p. 129), discutindo especificamente o caso das políticas sociais que compõem a seguridade social, [...] longe de formarem um amplo e articulado mecanismo de proteção, adquiriram a perversa posição de conformarem uma unidade contraditória: enquanto a mercantilização da saúde e da previdência precariza o acesso aos benefícios e serviços, a assistência social se amplia, transformando-se num novo fetiche de enfrentamento à desigualdade social. . Particularmente, depois que o neoliberalismo é aceito como sistema sócio-econômico e político – nos países de capitalismo central por volta de 1970/80 e, no Brasil, em 1990 – passa a determinar o modo pelo qual devem ser desenvolvidas as políticas sociais. Nesse contexto, merece atenção dois aspectos: a perda do caráter civilizatório do capitalismo, acompanhado da instauração de uma nova fase, na qual não é mais possível conjugar, em nenhuma medida, crescimento econômico com a dimensão social. Estas relações estabelecem impactos para a categoria profissional. A forma do Estado de intervir nas expressões da “Questão Social” propõe um determinado direcionamento para a intervenção profissional, ou seja, o formato dos serviços sociais e/ou políticas sociais assim como sua forma de organização influenciam na intervenção profissional. O rearranjo do conjunto das relações sociais impõe novas requisições e demandas a categoria profissional. Estas demandas, segundo Mota (1997, p. 52), constituem [...] requisições técnico-operativas que através do mercado de trabalho incorporam as exigências dos sujeitos demandantes. Em outros termos elas comportam uma teleologia dos requisitantes a respeito das modalidades de atendimento de suas necessidades. Tendo em vista que o trabalho profissional não fica ileso as mudanças ocorridas nas políticas sociais, estas demandas, por sua vez, suscitam respostas a serem desenvolvidas pelos/as Assistentes Sociais nesta conjuntura. Para tanto, [...] se as demandas, com as quais trabalhamos são saturadas de determinações (econômicas, políticas, culturais, ideológicas), então elas exigem mais do que ações simples, repetitivas, instrumentais, de rápida execução, de resolução imediata, de decisões tomadas em caráter de urgência, isentas de conteúdos ético-políticos. Elas implicam em intervenções emanadas de escolhas ético-políticas, que passem pelos condutos da razão dialética e das escolhas conscientemente refletidas, inscritas no capo dos valores universais. (GUERRA, 2005, p. 25). A discussão sobre a intervenção profissional é essencial para a categoria profissional neste momento, cabe problematizar qual a direção que a intervenção profissional segue diante da atual conjuntura de crise. O Projeto Ético Político do Serviço Social, conquistado por um longo processo de articulação e luta, fundamenta a intervenção profissional e afirma sua vinculação com o projeto societário dos trabalhadores em contraposição à hegemonia burguesa. Diante disso, uma problemática instaura-se, [...] corre-se o risco de um retrocesso da profissão às suas origens, de operarmos a redução pscicologista do projeto profissional. Em outras palavras, à medida que a ambiência cultural atual é bastante propicia a deixar os indivíduos a cargo de si mesmos, a regatar as soluções individuais, a enfatizar os rebatimentos e as soluções interpessoais, a criatividade, a razão subjetivista instrumental, a concepção da sociabilidade individualista do ‘salve-se quem puder’, o projeto profissional fica refém das investidas na sua psicologização (GUERRA, 2005, p. 26). As transformações societárias ocorridas, sobretudo, no final dos séculos XX e no início do século XXI, redimensionam aspectos sociais ocasionando desafios para diversas práticas sociais, nas quais estão inclusas as atividades profissionais (MOTA, 1997). No que se refere ao Serviço Social, tem-se desafios expressos em dois planos: [...] um, mais visível e imediato, relaciona-se com questões que afetam diretamente o exercício profissional, como é o caso das alterações no mercado de trabalho e nas condições de trabalho; o outro, mais amplo e complexo, refere-se tanto no surgimento de novas problemáticas que podem ser mobilizadoras de competências profissionais estratégicas, como à elaboração de proposições teóricos, políticas, éticas e técnicas que, levando em conta as particularidades do Serviço Social, apresentem-se como respostas qualificadas no enfrentamento de questões que lhe são postas (MOTA, 1997, p. 51). Todo esse universo das políticas sociais cerca a atuação profissional do Assistente Social, na exata medida em que a materialização dessas políticas fornecem a base para o profissional intervir nas expressões multifacetadas da questão social, que constituem seu objeto ou, como diz Netto (referência), sua “razão de ser”. As configurações que elas assumem num determinado tempo histórico, portanto, trazem rebatimentos para a prática profissional. Reforçamos o argumento de que o estudo sobre a dinâmica da intervenção profissional é fundamental para a profissão conseguir compreender os processos nos quais está inserida atualmente. Portando, a pesquisa sobre a realidade constitui o meio pelo qual o Serviço Social pode abstrair sobre sua ação e, composto na mesma relação, agir de forma consciente. Referências CFESS. Seminário Nacional: 30 anos do congreso da virada. Brasilia, 2012. GUERRA, Y. Condições de trabalho e projeto ético político do Serviço Social. In: Seminário Nacional: o trabalho do Assistente Social no SUAS. Brasília: CFESS, 2011. __________. O Serviço Social frente à crise contemporânea: demandas e perspectivas. In Revista Ágora: Políticas Sociais e Serviço Social. nº 3. Rio de janeiro: UFRJ, 2005. IAMAMOTO, M. V. Relações Sociais e Serviço Social no Brasil: esboço de uma interpretação teórico metodológica. São Paulo: Cortez, 2008. __________. As transformações no mundo do trabalho e seus desafios para o Serviço Social. In: O Social em Questão Nº 1, Rio de Janeiro: PUC-Rio, 1997. MÉSZÁROS, I. A crise estrutural do capital. São Paulo: Boitempo, 2009. MOTA, A. E. Serviço Social e Seguridade Social: uma agenda recorrente e desafiante. Revista em Pauta, nº20. Rio de Janeiro: UERJ, 2007. NETTO, J. P. Ditadura e Serviço Social: uma análise do serviço social no pós-64. São Paulo: Cortez, 2009. SPOSATI, A. Pesquisa e produção do conhecimento no campo do Serviço Social. In: Revista Katálises. Florianópolis, 2007. DISCRIMINACIÓN DEL GÉNERO MASCULINO EN EL APRENDIZAJE DEL TRABAJO SOCIAL, UNA REALIDAD NATURALIZADA EN LOS DISCURSOS Y EN LAS AULAS* Javier Leonardo Becerra Pava ** Oscar Javier Gutiérrez Jorge Enrique Aponte Otalvaro*** Resumen La inclusión, la discriminación, la participación, equidad e igualdad, entre muchos otros, son temas comunes a los trabajadores sociales en el mundo. Por y con ellos se encuentra a diario en la academia, en la práctica y en la investigación. Sin embargo, pareciera que este discurso se ha quedado en el papely resulta contradictorio para quienes en caminamos nuestra formación profesional en una carrera que pareciera naturalizada como exclusivo patrimonio femenino. El ejercicio investigativo que se presenta, se fundamentó a partir del paradigma emergente con un enfoque cualitativo usando como método la narrativa. Esta labor fue realizada por dos alumnos para la asignatura: "Identidad Cultural y Representaciones Sociales" entre agosto y noviembre de 2013 en la Fundación Universitaria Monserrate (Bogotá-Colombia). Sus resultados, no pretenden convertir en norma los prejuicios y estereotipos encontrados en un contexto en el que la relación hombre-mujeres de 50 a 1 sino, dejar sobre la mesa el asunto como aporte a la construcción del marco teórico y práctico de la profesión. Palabras claves: Trabajo Social; genero; discriminación; feminismo; narrativas; cualitativo. * Investigación realizada entre agosto y noviembre de 2014, como parte del trabajo en el Aula de clase, para la asignatura: IDENTIDAD CULTURAL Y REPRESENTACIONES SOCIALES, perteneciente al pensum de V Semestre de formación de Trabajo Social. ** Estudiantes VI Semestre Jornadas Diurna y Nocturna, respectivamente. Dirección: UNIVERSITARIA MONSERRATE Calle 72 No. 11-41PBX: [email protected] [email protected] 57 12494959 FUNDACiÓN Bogotá, Colombia *** Docente, Licenciado en educación básica con énfasis en ciencias sociales de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Magister en estudios sociales de la Universidad Pedagógica Nacional Desarrollo del Documento Los cambios en el discurso de las Ciencias Sociales han dejado como gran legado la creación de nuevos paradigmas, esos que llamamos emergentes y que son solo una postura más, una forma alternativa de acercarnos a la realidad diferente a la propuesta por el positivismo clásico. Las investigaciones no lineales en las que la escritura dialógica y narrativa se convierten en herramientas para la producción científica han ganado terreno en los últimos años y hoyes común encontrar artículos de esta índole en revistas especializadas. La narrativa se ha convertido en objeto de diversos análisis discursivos desde el paradigma emergente que en su fin concentra su atención en la subjetividad, en esa posibilidad inherente al ser de crear a partir de su experiencia personal, de su relatividad y de su multicausalidad; ese mismo paradigma que entiende al hombre no como un sujeto individual sino como sujeto social, que en su vivencia diaria y relación con el entornoconstruye discursos desde la cotidianidad construye conocimiento, un conocimiento que no pretende medir ni racionalizar los fenómenos sociales sino más bien propende por la liberación y emancipación1. Desde allí, desde la construcción a partir de la narración de la vivencia personal parte esta historia, nuestra historia que ahora será la de muchos más que podrán a partir de ella construir, analizar, discutir y un sinfín más de acciones, todas con un solo propósito: el conocimiento. Estaba ahí sentado, no en la primera fila, no lo acostumbro; me parece un atrevimiento de mi parte con tan distinguido cuerpo colegiado que suele ser el que ocupa generalmente estas sillas, y a la vez, lo considero demasiado banal. Debo reconocer que a muchos de estos encuentros académicos asisto más que por interés formativo para mi vida profesional, por esa leve morbosidad que me causa el conocer la experiencia académica de otros colegas en formación. 1 Retomando el Concepto del Paradigma Emergente propuesto por Carlos Angarita, Docente e Investigador Social de la Pontificia Universidad Javeriana y expuesto en el artículo: "Apuntes de Carácter Epistemológico y Metodológico para la Investigación Social" en Comunicación preparada para el taller sobre "Nuevos paradigmas de la investigación social y su incidencia en el estudio de la administración pública", organizado por la Facultad de Investigaciones de la Escuela Superior de Administración Pública, ESAP, Bogotá, 23 de septiembre de 2004 Siempre me ha gustado comparar, soy un fanático del benchmarkinq2. En otras ocasiones también lo hago impulsado por lo que se escucha de este o aquel autor o ponente, por lo que se dice sobre la poca producción literaria y científica del trabajo social, por la discusión de si es o no una ciencia social con conocimiento propio o si se lo está arrebatando a la Sociología y en ultimas por tener una referencia que me sirva en el posicionamiento de mi hoja de vida. Al final para eso estudiamos, para laborar, para devengar, para vivir bien. Estuve ahí sentado sin importar la temática, todos al fin y al cabo se relacionan entre cóncavo y convexo con la profesión, aquí en Bogotá3 en Cali4 e incluso, en Cartagena ó Medellín5, ciudades en donde encontrándome por cosas de trabajo, no del social sino de aquel que me permite solventar los gastos de mi educación y otros tantos, o simplemente en un pasillo cualquiera o en las aulas de mi universidad, resultó que sin importar el tema tratado o el lugar que bien tuviera por nicho la charla, las conclusiones involucraron siempre al principio o al final, de frente o por un ladito, con ánimo conciliador o expiatorio, el estadístico informe sobre la cantidad de hombres y mujeres presentes como asistentes, no así como ponentes. Algo molesto e intimidado por la situación comente en el momento con varios docentes mi inquietud sobre la pertinencia de cerrar un Congreso Nacional con un efusivo discurso de marcada tendencia feminista, basado no en las cualidades o calidades del movimiento tan luchado por aquellas mujeres trabajadores, sino en la mera comparación burda sobre cual genero ocupaba más sillas que el otro, en un escenario muy similar al de una competencia ganadera, en donde lo que se busca y se premia es a aquel ejemplar que produzca más carne o leche. Perdonarán el símil, pero es que hasta perdimos la decencia que si acompaña a nuestros ancianos cuando desean contarnos en número para repartir un dulce o un postre, mi abuela siempre decía: "Con la 2 Benchmarking; El benchmarking es una forma de determinar qué tan bien se desempeña una empresa (o una unidad de esta), comparado otras empresas (o unidades). 3 XIV Congreso Colombiano de Trabajo Social, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, Agosto 14 al 16 de 2013. 4 IV Encuentro Nacional sobre Familia, Universidad del Valle, Cali. Agosto 28 al 30 de 2013 5 Simposio Nuevas Reglamentación en Salud Ocupacional. Mintrabajo, Cartagena, Medellín. Noviembre de 2012. venia de Dios, perdonen ustedes los cuento". Buscando en la "Enciclopedia Salvat" de nuestros días, es decir en "Google", encontré varios blogs y páginas con comentarios escritos por hombres y mujeres de diversas nacionalidades, españoles, chilenos ó argentinos, en donde se trata el tema de la diferencia de género entre los y las trabajadoras sociales y que no voy a referir bibliográficamente porque no deseo viciar esta conversación, por lo cual prefiero dejar a su libre decisión consultarlos para verificar el credo de mi afirmación. Con los hombres como protagonistas en el papel estelar de víctimas o victimarios ya sea desde la angustia que genera ingresar al estudio de una profesión referida como propia de mujeres o de aquel que denuncia machismo en el ejercicio laboral de alguna institución en la que los hombres son alejados del seguimiento a casos de abuso sexual en menores, o simplemente de aquel que como yo, se siente agredido en público por el conteo de una mayoría, por el saludo de la docente en clase a sus congéneres, o por el retiro obligado sobre el seguimiento de un caso por la amenaza de una grave acusación por acoso sexual de una exasperada madre que no encuentra ningún otro accionar ante el delicado estado de su hija que ahora y después de la bulimia ha descubierto ella, se auto inflige con las cuchillas de un tajalápiz en sus piernas de manera consciente y metódica, la escritura en estos espacios de la red, pareciera no más que una cuestión de género sin explicación contundente a alguna diferente del fervor de las hormonas o del resentimiento del modelo patriarcal de sus autores. Gilberto Giménez hace una diferencia entre la distinguibilidad de las cosas y la distinguibilidad de las personas a partir de la identidad, una diferencia causada en un segundo participante que observa y que no requiere un reconocimiento o aprobación al referirnos a "cosas", pero si al tratarse de otro, de otra persona. (Giménez, 1996). Para el autor, basado en las teorías de Habermas, no basta que las personas sean percibidas como distintas bajo algún aspecto, sino que deben ser además reconocidas por el otro, lo que llama: reconocimiento social. En ese reconocimiento del otro, se pudiera establecer que el imaginario social ha querido encaminar el estudio y práctica del trabajo social como eminentemente apta y exclusiva para mujeres, es decir, guiar a ese otro de manera forzada a reconocer el quehacer del oficio como una cuestión de género, viable para unas y no para otros. Resulta tan contradictorio este ejercicio como irónico si tenemos en cuenta los mismos valores que promueve el trabajo social y que deberían ser motivo suficiente para contradecir y eliminar esta situación o presunción de manera inmediata. Sin embargo y haciendo caso al refrán popular, en la casa de los trabajadores sociales al parecer el azadón es de palo6 Más allá del reconocimiento social que cada quien debiera labrar por su actuar profesional y en el que hombres y mujeres debieran competir en virtud del conocimiento y por el compartir del mismo en pro de la educación y no del odio como escribiera Freire: "La educación que no reconoce un papel altamente formador en la rabia justa, en la rabia que protesta contra las injusticias, contra la deslealtad, contra el desamor, contra la explotación y la violencia, está equivocada. Lo que la rabia no puede es, perdiendo los límites que la confirman, perderse en -un rabiar que corre siempre el riesgo de resultar en odio." (1997:41). Teniendo en cuenta lo anterior, el estereotipo de la mujer como dueña y señora de lo social y todo lo que le atañe y que no podemos negar, le fue encomendado en los comienzos asistencialistas del Trabajo Social y otras muchas profesiones. Se visibiliza más como la reivindicación o revancha por una batalla perdida en otros campos de la igualdad y el acceso a oportunidades que por el resultado de algún estudio anatómico o cognitivo sobre las condiciones más favorables de uno u otro género en la realización especifica de la praxis del trabajo social. Pudiera ser también y atendiendo los discursos de algunos miembros de grupos feministas como en el caso de Juanita Barrero7, quien ha llamado la atención sobre este asunto en conferencias y seminarios, la clara intención de hacer visible y naturalizar de manera arbitraria lo referente a lo social, al prójimo, al cambio, entre otros pilares del trabajo social, como dependientes en su análisis y actuación solo desde una perspectiva de género. 6 De la Cultura popular y tradicional: "En casa de herrero, azadón de palo 7 Juanita Barreto es hoy una de las representantes más destacadas de la lucha femenina en Bogotá. Fue asesora para la Política Pública de Mujer y Géneros de la Alcaldía Mayor y, se le reconoce el incluir en el Plan de Desarrollo de la capital las propuestas de las mujeres en torno a la planeación de la ciudad y unas metas específicas para hacer posible el Plan de Igualdad de Oportunidades. Trabajadora Social de la Universidad Nacional de Colombia, docente y recurrente expositora sobre temas de equidad de género Algunos me dirán con entonado aliento que esta es una discusión a la que el gobierno, por lo menos en Colombia, le ganó la batalla hace mucho tiempo cuando siguiendo los lineamientos de alguna política de igualdad, acuñó el forzado uso del símbolo "arroba" que explicaré más adelante, cosa que de paso me recuerda un mal chiste pastuso8 que recitaba a diario Justino Guaical, quien fuera mi profesor de química por allá en mis años dorados de la secundaria escolar, quien con la sabiduría premonitoria que marcó a aquella generación, con un gesto alegre al iniciar su clase nos decía: "buenos días a todas!", a lo que después de una pausa agregaría: "a todas las personas!", dejando así por el piso, cualquier malhumorado comentario sobre si saludaba solo a las mujeres de la clase y de paso dejando en el ambiente una gran enseñanza, al fin y al cabo, más allá de hombres ó mujeres, resultamos siendo personas. En mi agitado y entusiasta, corto y a la vez muy interesante paso por los salones de clase de la Fundación Universitaria Monserrate me he encontrado con algunas situaciones muy similares pero a las que no les acompaña el chiste o la broma y ese pequeño asunto marca una gran diferencia. En esta academia, que desde su creación se ha caracterizado por orientar la formación de personas comprometidas con el desarrollo personal, familiar y social, inicialmente con los programas de preparación para el hogar y posteriormente con programas profesionales y de formación posgraduadal donde actualmente adelanto mis estudios en trabajo social desde hace tres años, he podido notar que en un 90 los programas curriculares cuya docencia es encargada a mujeres corresponde a las temáticas propias de la carrera, como por ejemplo, campos de acción I y 11, procesos históricos, aproximación a la realidad, sentido y estructura de la familia, asesoría y educación familiar, trabajo social individual y familiar, comunidad9, entre otras. Contrario a lo anterior, para las áreas relacionadas con la formación en contexto, con materias como por ejemplo, modelos socioeconómicos, sentido del hombre, organización de la sociedad, sujeto individual, entre otras, la cifra se invierte, y pareciera ser 8 En Colombia, se reconoce la expresión "Chiste pastuso" como aquellos que recrean las vivencias de los habitantes de Pasto, capital del Departamento de Nariño, ubicado en el suroccidente del país en los límites con Ecuador. Sus gentes se reconocen por su extrema ingenuidad que es ridiculizada para causar gracia 9 Cifra según la carga asignada a docentes durante el segundo semestre del año 2014. propiedad intelectual casi que exclusiva de hombres10. Los grupos de clase están compuestos en su gran mayoría por mujeres y en algunos casos su presencia es exclusiva. Debo referirme también y como complemento a lo anterior a lo percibido en los eventos académicos en los que priman las ponentes femeninas que además, en sus consultas bibliográficas por lo menos con referentes colombianos, resultan ser en su mayoría igualmente del género femenino pero no así cuando refieren escritores internacionales, donde priman los del género masculino cuando estos se refieren en ambos casos, a textos relacionados con temáticas propias del trabajo social. Lo anterior indicaría que si bien en la formación de los futuros profesionales se lee a hombres y mujeres en cuanto a autores internacionales se refiere, en el caso de la consulta nacional resultan ser más libros con autoría femenina y en la docencia por lo menos en la FUM, se encomienda a las mujeres los contenidos propios de la praxis profesional, mujeres que a su vez y seguramente de manera involuntaria, resultan ignorando en cosas tan elementales como el saludo a los pocos hombres que toman asiento en su clase. Si bien se vienen produciendo cambios en las últimas décadas, sigue estando presente en los imaginarios sociales que las actividades relacionadas con el mundo privado son esencialmente para mujeres, como por ejemplo el cuidado y la orientación o consejería, o aquellas que van estrictamente relacionadas a lo social, a lo afectivo. Repasemos un poco la historia. En El Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario11, cuya misión era armonizar la caridad y la justicia social, se crea la primera escuela de servicio social colombiana en octubre 22 de 1936, que inicia labores el 3 de abril de 1937. La escuela nace sin la autorización del Ministerio de Educación, ya que era difícil elevar a nivel universitario a una mujer para quién aún no existía el bachillerato, y menos tratándose de graduar profesionales en una profesión poco conocida en el país (Martínez; 1981). 10 Análisis hecho durante el mismo periodo. 11 Institución Universitaria de gran tradición en el país llamada hoy Universidad del Rosario, fundada en 1653 y de la cual han salido egresados grandes personajes ilustres y presidentes del país y de la cual fue catedrático, entre muchos otros celebres, José Celestino Mutis, Francisco José de Caldas y Camilo Torres. Dieciocho meses después, los primeros diplomas serian firmados por el entonces Ministro, Jorge Eliécer Gaitán, quien les confería el título de Visitadoras Sociales a quienes cumplían con los requisitos mínimos. En ese primer plan de estudios, era notoria la incidencia del género masculino en la creación de un programa exclusivo para mujeres, más no pareciera así si se consulta aquel primer pensum: Religión, ética y filosofía, psicología, sociología, economía política; biología, anatomía, derecho civil, administrativo, laboral; bacteriología, parasitología y epidemiología; Higiene general de la mujer, enfermería y primeros auxilios, contabilidad y técnicas de oficina, beneficencia y asistencia pública, organización de obras sociales, Servicio técnico social; y para el segundo nivel: Religión, liturgia, doctrina social y ética; psicología infantil, pedagogía; economía doméstica, puericultura, dietética, higiene de la mujer; estadística, técnica en encuesta de las visitas sociales y demografía; ante lo anterior no creo que exista quien pueda afirmar con certeza que las anteriores están destinadas a unos u otras, pero si el título que se otorgaba: visitadora. No existió la figura, por lo menos en esos primeros años, del visitador social. Esta concepción parece encajar perfectamente en los orígenes asistencialistas del trabajo social, desarrollado por las damas de la caridad y en el campo de la salud por las enfermeras. Las características más sobresalientes de esta primera escuela responden a las condiciones de la época, teniendo en cuenta además que surge bajo el impulso del sector privado y de la iglesia católica con su apoyo financiero-, el Estado no tenía las condiciones económicas necesarias, razón por la cual los programas sociales fueron, desde su nacimiento, acordes con los intereses de las clases dominantes (y traducidos en aspectos importantes de lo que se conoce como la política social), ejemplarizado en la cita textual de uno de ellos: "Educar a las mujeres de hogar para que los oficios domésticos cumplieran eficazmente la función social de crear las condiciones de reproducción de la fuerza de trabajo presente y futura" (Escobar, 2010).12 12 TRABAJO SOCIAL, REFLEXIONES SOBRE LA FORMACiÓN PROFESIONAL Y LAS HERRAMIENTAS DE INTERVENCiÓN SOCIAL. john Beltrán Escobar. Doctorando del Programa Interinstitucional en Educación, Universidad Distrital, 2013. Magister en Educación de la Universidad Nacional de Colombia, 2010. Trabajador Social de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Docente UNICOLMAYOR programa de Trabajo Social. [email protected] Sin embargo, podemos aducir lo mismo a otras carreras en sentido contrario como en el caso de las ingenierías, en donde el estereotipo del hombre fuerte, el casco y las botas han menguado la posibilidad de considerar a la mujer ingeniera como procedente para dicha labor. La educación pareciera en Colombia, estar enmarcada no en una elección de aptitudes, vocación, intereses o capacidades, sino en el señalamiento de lo permitido o no para este u aquel género. Tenemos profesiones para mujeres, tenemos profesiones para hombres en un país que desde su Constitución y contradictoriamente con lo anterior, nos considera a todos como iguales. Volviendo al comienzo de esta reflexión, en la pasada versión XIV del Congreso Colombiano de Trabajo Social, realizado en la Universidad El Externado, una de las ponentes invitadas a cerrar el encuentro fue la Sra. Juanita Barrero13, Trabajadora Social egresada de la Javeriana14 y quien se ha merecido el reconocimiento en el sector por su participación en la formulación de las políticas públicas distritales de género y por sus posturas intelectuales netamente feministas. Así, y como es su costumbre, esta vez su ponencia no podía iniciar de una manera distinta a la consulta de los datos de inscripción. La cifra no resultó tan contundente como ella hubiera podido esperar, su tono de asombro fue evidente:800 asistentes, de los cuales 300 resultaron ser hombres; claramente esta cifra indica un cambio en el rumbo de la profesión, por lo menos en cuanto a la que se refiere a la participación masculina, debo repetir y resulto reincidente con mi concepción de que si bien esta inculcado en el imaginario colectivo que el trabajo social es una profesión para mujeres, esto no tiene razón alguna, por lo menos no desde la investigación científica. Resulta más un concepto construido desde lo político, lo cultural, lo histórico y hasta lo humorístico. Aunque esta cifra y su comparación pueda resultar para algunos desafiante, para otros insípida y para algunos más hasta apresurada, fue la misma Barrero quien después de haber prendido la hoguera intento apagarla con un llamado 13 ídempág. 4. 14 La Pontificia Universidad Javeriana es una universidad privada que pertenece a la Compañía de-jesús en Colombia, fue fundada en 1604, con más de 400 años de historia, es una de las más antigua del país y con mayor tradición. de atención a la mujer para retomar el control, para recuperar el protagonismo pero no desde lo académico sino al parecer desde la asistencia masiva; un grito desesperado que no llama a la integración, a la construcción conjunta del saber, a la eliminación de aquellos estereotipos con los que a diario convivimos los hombres en algunos salones de clase donde el artículo "las" parece etiqueta obligada que aliena a mujeres y disipa a los hombres como trabajadores sociales en una especie de "matoneo" que arranca con la omisión semántica del artículo, es decir, a un nuevo feminismo que contrario a lo cual emergió, pareciera más bien caer en un "machismo" con tetas. Las diferencias de género no han sido exclusivas de las profesiones. La sexualidad ha marcado el desarrollo de la misma idea de Estado, de las políticas que amparan a sus habitantes y de los miles de conceptos que la regulan. Desde hace algunos años, apareció en el común de textos y de los grafos cotidianos la utilización del símbolo "@" como herramienta de inclusión, más como un modismo que evita en la escritura de la frase los adjetivos de género y reduce su extensión, que como un verdadero cambio en la concepción de igualdad. Se ha convertido el @ en una frase más del himno nacional que nos pretende a todos iguales pero que en la práctica social está lejana de su fin, más en una carrera que las mujeres reclaman como propia o por lo menos eso pretenden, pero que si así fuera, de manera consciente y responsable, estarían inundadas las bibliotecas de textos e investigaciones trascendentales sobre los temas de la profesión escritos por mujeres y los hombres no estaríamos tratando en este momento de reclamar un espacio que ellas mismas nos hubieran brindado hace mucho tiempo, acordes con su creencia y formación profesional, con su carácter de mujer pensante que históricamente ha tenido que reivindicar sus derechos y lejos de cualquier concepción de las que ellas mismas han sido víctimas, entendiendo el trabajo social como un producto exclusivo de su vientre materno y para la cual, debemos estar alejados por estar pre destinados a otro tipo de labores, de formación, a la ingeniería o la economía, por ejemplo, o mejor aún, a ser el destinatario eterno de sus atenciones y cuidados, al retorno perenne del asistencialismo de caridad. En Cali, en el Encuentro Nacional de Familia realizado en el pasado mes de agosto del 2013 y solo quince días después del encuentro en Bogotá, curiosamente el caso fue similar, eso sí, con diferentes protagonistas. El panel de conclusiones del certamen tuvo a bien iniciar su discurso haciendo alusión al número de hombres y mujeres presentes, allí la diferencia fue abismal ante la muy escasa participación masculina y el llamado el mismo, a reclamar lo que pareciera solo suyo: "Un aplauso para las mujeres que hoy demostramos una vez más, que este número de asistentes no es una coincidencia", (2013)y aquí no voy a referir el autor de esta frase en un intento de ser responsable con mi propio discurso. Al parecer somos solo una cifra o nos medimos así, es decir, queremos escribir las Ciencias Sociales desde lo cualitativo pero nos seguimos viendo desde el cuantitativo. Así comenzó y cerró un encuentro nacional sobre familia, desdibujando nuestra subjetividad y convirtiéndonos en una cifra, en un nuevo llamado a la mayoría, a esa que va como Vicente va, para donde va la qente15. Así las cosas, seguiremos sentados intentando demostrar el equívoco o acoplándonos a una diferencia de género que en una labor que llama a la inclusión social, desconoce en su mismo acontecer que todos somos iguales. Un concepto que se ha construido desde la práctica profesional estereotipada del trabajo social, pero que en ningún caso justifica o institucionaliza que dicha situación no esté sujeto al cambio. Las identidades culturales regulan las prácticas sociales, esa identidad que el género femenino ha encontrado hacia la profesión justificada en la historia, en la práctica asistencialista influenciada por la iglesia, en la normatividad que ellas mismas denunciaron y ante la cual exigieron un cambio y que ahora parecieran desconocer cuándo pasan de víctimas a victimarias; una identidad que les ha permitido construir un imaginario en el colectivo un estereotipo sobre la idoneidad que a la vez le permite la exclusividad sobre el ejerció del trabajo social y que gracias a los discursos estadísticos ahora pretenden normalizar, al final la Estadística todo lo puede. Reflexión o no, valida o no, interesante o no, cada quien podrá elaborar su análisis y acompañar o no este discurso. Lo que sí es claro, es que el accionar del trabajo social está nuevamente cada día más cercano al asistencialismo y más lejano a la promoción social y así, pareciera que por el mismo discurso 15 Refrán popular. "¿Para donde va Vicente?, para donde va la gente!". que le sirvió de pretexto al estado machista para crear la profesión, las mujeres quisieran que el hombre perdiera cualquier interés o el mero impulso para participar en una labor que ellas reclaman como suya lastimosamente desde una percepción a la que durante muchos años le hicieron el quite pero que hoy, les sirve de espada en una guerra que enfrentan solas, sin contendor alguno porque los hombres se dedicarán a las cosas de hombres y las mujeres a las cosas de mujeres. Bibliografía. Angarita, E. (2004). Apuntes de Carácter Epistemológico y Metodológico para la Investigación Social. Bogotá: Escuela Superior de Administración Pública, ESAP. Escobar, J. (2010). Trabajo social, reflexiones sobre la formación profesional y las herramientas de intervención social. Bogotá. Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca. Giménez, G. (1996). La identidad social o el retorno del sujeto en sociología. Materiales para una teoría de las Identidades Sociales. México: Instituto Investigaciones Sociales UNAM Freire, P. (1997). Pedagogía de la autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa Cambio. Bogotá: Editorial América Latina. Martínez, M; (1981). Historia del Trabajo Social en Colombia.1900-1975. Bogotá: Cuadernos Universitarios. A INFORMALIZAÇÃO E A SUPEREXPLORAÇÃO DO TRABALHO: um grande desafio na contemporaneidade Claudia Sombrio fronza * RESUMO A crise contemporánea de acumulacáo e a rnundializacáo do capital imprimem inúmeras transforrnacóes no mundo de trabalho e o agravamento de suas contradicñes, manifestas num complexo de formas de absorcao da torea de trabalho, necessários a rnanutencao do modo de producáo e de reproducáo relacóes sociais capitalistas. Essa dinámica de acurnulacáo de capital apresenta várias irnplicacóes ao agravamento da questáo social e importantes preocupacóes teóricas e práticas ao Servic;o Social, entre elas: a desreqularnentacáo dos direitos sociais, a fraqilizacáo da orqanizacáo coletiva e política dos trabalhadores e o fetiche da realidade de superexploracáo do trabalho. A tónica do momento é flexibilizar, tercerizar e informalizar associada aos processos de valorizacáo do capital e de rnanutencáo da sociedade de classes. Neste contexto adverso, o profissional de servíco Social é desafiado a defender os direitos sociais e contribuir no processo de orqanizacáo política e coletiva da clase do trabalho para o enfrentamento das desigualdades sociais. Palavras – chave: * Estudante de Doutorado do curso de Pós-‐Graduacáo em Servic;o Social Universidade Federal de Santa Catarina Florianóplis -‐ Santa Catarina -‐ Brasil e-‐mail: [email protected] 1 - INTRODUÇAO Ao longo do século XX e XXI e do processo de industrialização se identificou que “onde o capital vai o conflito vai a atrás” (SILVER, 2004, p.53). As dimensões essenciais para mensuração dessas contradições, os movimentos grevistas e as expressões de insatisfação, como por exemplo: os protestos, as ocupações de fábricas e as revoltas por subsistência. A viabilização das transformações no mundo do trabalho continua diretamente associada a capacidade dos trabalhadores reivindicarem e resistirem as injusticas e as desigualdades provenientes das relações políticas, econômicas e sociais vivenciadas na sociedade capitalista. A dinâmica de exploração e de valorização do capital no século XXI apresenta várias implicações para o agravamento das desigualdades sociais e importantes preocupações ao Serviço Social, entre elas: a constante perda dos direitos sociais, a criminização da pobreza, fragilização da organização política do coletivo de trabalhadores e o fetiche da realidade de superexploração do trabalho. Essas mudanças favorecidas, segundo David Harvey pelos processos de acumulação flexível e de acordo com Francisco de Oliveira e a informalização do processo de trabalho, que imprimem relações distintas a assalariada para a venda da força de trabalho. Para dimensionar essa realidade, no Brasil, a Pesquisa Nacional por Amostra de Domicílio do Instituto Brasileiro de Geografia e Economia (20092010) indica que a População Economicamente Ativa, neste referido período era de aproximadamente 101 milhões de pessoas e que 92,7 milhões encontram-se ocupadas e 8,4% sem ocupação, mas em busca de um emprego. Dos ocupados, 41,4% encontram-se empregado; 58.6% encontramse trabalhando e sem proteção social, ocupados como: 7,8% trabalhadores domésticos; 20,5% trabalhadores por conta própria; 4,3% empregadores; 4,6% não renumerados; 4,1% trabalhadores na produção para consumo própria; 10,1% trabalhadores em atividade de construção para o próprio uso. (grifos nossos). Além destas informações, em 2011, verificou-se o aumentou da participação dos ocupados de 59,0% para 61,3% e dos trabalhadores por conta própria de 20,7% para 21,2%. Por outro lado, houve redução de 7,8% para 7,1% nos trabalhadores domésticos e de 4,4% para 3,4% nos empregadores. O contingente de ocupados cresceu 5,2% nos setores de serviços (41,5 milhões de pessoas), 1,9% no comércio e reparação (16,5 milhões) e 13,6% na construção (7,8 milhões), de 2009 para 2011, enquanto foram registradas quedas de -7,3% no setor agrícola (14,1 milhões) e –8,0 % na indústria (12,4 milhões). Diante desses números, cabe o questionamento de quais são “novas” relações estabelecidas entre os capitalistas e os trabalhadores e quais os impactos na condição de vida e de viver das pessoas. Para problematizar essa realidade apresentou-se algumas informações sobre a condição do trabalhador no setor têxtil-vestuário de Blumenau e elementos para reflexão das relações e das condições de trabalho na contemporaneidade. Por fim, realizou-se uma breve reflexão sobre as dificuldades de atuação do assistente social frente as transformações em curso no mundo do trabalho e na defesa dos direitos civis, sociais e políticos das classes trabalhadoras 2 – A SUPEREXPLORAÇÃO DO TRABALHO NO SETOR TÊXTILVESTUÁRIO EM BLUMENAU O município de Blumenau, até a década de 1990, foi conhecido como um dos principais pólos fabris brasileiros, por concentrar grandes indústrias têxteis e vestuaristas, como por exemplo: Hering, Artex, Sul Fabril, Cremer, Teka, Altenburg, Karsten, Dudalina, entre outras, geradoras de mais 50% do total de empregos microrregionais. Entretanto, após esse período, vários estudos apontam evidências de crises de desenvolvimento, ocasionados pela concentração monoindustrial, pouca diversificação de atividades produtivas, abertura do mercado mundial, aumento da competividade e introdução de novas tecnologias (SIMÃO, 2000; RAUD, 2000; THEISS e ZENI, 2000) . No setor têxtil e vestuário essas crises concentram-se, especialmente, entre 1995 e 2002. Desde então, os trabalhadores blumenauenses vivenciam inúmeras transformações na relação capital-trabalho, como: a redução dos grandes parques produtivos, uma forte tendência a informalização do processo trabalho, a emergência de inúmeras empresas prestadoras de serviço de médio e pequeno porte, bem como, a constante substituição do emprego pela ocupação em tempo parcial ou sem jornada de trabalho definida. Essas mudanças sentidas pela classe trabalhadora, por meio da redução no número de trabalhadores nas indústrias, o crescente desemprego e a redução salarial. No setor têxtil entre 1995-2001 a evolução de empregos não ultrapassou 0,8% com perdas salariais de até 24,8%. No setor do vestuário esta evolução foi negativa (-30,05%) e o achatamento salarial atingiu (-42,4%). Contudo, no mesmo período, houve a ampliação de 30% dos trabalhadores no setor de serviços, em particular, de trabalhadores atuando em facções, associações, cooperativas e de trabalhadores considerados “autônomos” (FRONZA, 2006). Os trabalhadores, neste setor, deixam de ser empregados para serem autônomos, trabalhadores por conta própria; trabalhadores em domicílio; cooperados; empreendedores; contudo, mantendo relações de subordinação e de dependência as empresas contratantes. As empresas contratantes, por muitas vezes, é quem oferece a materia-prima, define o preço da mercadoria e controla o ritmo da produção. Nesta condição os trabalhadores parecem ser livres, contudo não são, pois o tempo do trabalho é executado mediante a obrigação de resultados e sobre rigoroso controle. Essa realidade nos sinaliza alteram-se e intensificam-se as formas de exploração da força de trabalho, por meio da proliferação de inserções ocupacionais distintas da relação salarial regulamentada, não regida pelas garantias devidas do contrato formal e sem proteções efetivas. Generaliza-se no Brasil, e em vastos setores da classe trabalhadora em âmbito mundial, a superexploração, que manifesta uma forma mais intensa e extensiva da exploração, nesse caso, uma forma de exploração da força de trabalho que não respeita seu valor de sua reprodução. Ao não respeitar o valor da força de trabalho, que é determinado pelos meios necessários à subsistência, se modifica a lógica de satisfação das necessidades dos trabalhadores, uma vez que o valor da força de trabalho deveria corresponder um valor específico a determinadas necessidades básicas suficientes para reproduzirem-se a si e a sua família, conforme valores materiais sancionados e simbólicos adquiridos (PAIVA, 2011, p.20). Na sociabilidade capitalista a extorsão do tempo de trabalho, na sua forma assalariada como mercadoria, consome o tempo de vida pessoal e familiar, ocorrendo a destruição de espaços valiosos de sociabilidade humana e social. Aprendemos que o tempo é o campo de desenvolvimento humano. Por isso, a tarefa de libertá-lo da medida do dinheiro é a nossa luta do presente (PAIVA, 2011, p.24). Por mais que a indignação com a desigualdade e injustiça seja metamorfoseada em resignação, por mais que o limite de reproduzir a vida não gere condições automáticas para conscientização e mobilização, capazes de nutrir de convicção e estímulo organização política dos trabalhadores, neste instante se faz urgente e necessário o trabalho do assistente social como mediador para compreensão crítica da realidade social, em sua dinâmica estrutural e conjuntural, bem como propulsor da luta contra a desigualdade e a favor da garantia de direitos sociais plenos e universais (PAIVA, 2011). 3. CONSIDERAÇÕES FINAIS As transformações econômicas, sociais, políticas, das últimas décadas, tornaram mais difíceis à reprodução material da grande maioria da população superexplorada, assim como a organização política dos trabalhadores, diante das “novas” formas de trabalho, das dificuldade de construir uma identidade coletiva e de se reconhecer como classe social. A precarização expandiu-se para todos os espaços, relações e de diversas formas, como se fossem uma “fantasmagoria”, ou melhor, “ornotorinco”, um animal difícil de identificar o que é e de descrever. Neste mesmo período, O Serviço Social brasileiro, em especial, após a década de 90, com a definição de seu Código de Ética, afiança o compromisso com a defesa do trabalho e dos trabalhadores e com a opção por um projeto profissional vinculado ao processo de construção de uma nova ordem societária, que condene qualquer forma de preconceito, de discriminação, de desigualdade e de injustiça. Entretanto, questiona-se como colocar esse projeto em prática? Sabe-se que viabilizar esse projeto não algo simples e que a responsabilidade não pertence a uma única profissão, aqui em destaque, os assistentes sociais, mas, porém é necessário pensar como trilhar esse caminho. Conforme já nos dizia Bertolt Brech “a realidade precisa ser conhecida para ser mudada”. Desafio que esta posto aos assistentes sociais e todo o conjunto de trabalhadores que vendem sua força de trabalho de forma assalariada e se sentem injustiçados com as relações estabelecidas na sociedade capitalista. Algo é certo a constestação desta realidade nasce do inconformismo e do desejo de transformação, bem o fortalecimento da capacidade resistir, contestar e reinvidicar mudanças REFERÊNCIA ANTUNES, Ricardo. Mundo do trabalho e teoria do valor: as formas de vigência do trabalho material e imaterial. In: Os sentidos do trabalho: ensaio sobre a afirmação e a negação do trabalho. São Paulo: Boitempo Editorial, 2001. (p. 119 - 134) FRONZA, Claudia Sombrio. As forças do trabalho no setor têxtil e vestuário. A Fino Toque Cooperativa. Dissertação em Sociologia Política, UFSC, 25/08/2006. HARVEY, David. Condição pós-moderna. São Paulo: editora Loyola, 2000, 12ª edição. IBGE. Pesquisa Nacional por Amostra a Domicílio 2001. http://www.ibge.gov.br/home/presidencia/noticias/noticia_visualiza.php?id_notic ia=2222&id_pagina=1 IPS/FURB. Relatório de Análise do Mercado de Trabalho Sindicato Vestuário, 2003. LESSA, Sergio. Trabalho e proletariado no capitalismo contemporâneo. São Paulo: Cortez, 2008. OLIVEIRA, Francisco de. Crítica à razão Dualista – O Ornitorrinco. São Paulo: Boitempo Editorial, 2003. PAIVA, Beatriz Augusto. Trabalhadores Sociais do SUAS: qual agenda a construir. Caderno de Textos VIII Conferencia Nacional de Assistência Social, Brasília: CNAS, 2011 MARINI, Ruy Mauro. Dialética da Dependência. Petrópolis, Rio de Janeiro: Vozes, 2000. MARX, Karl. O capital: critica da economia politica. 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Reflexiones y Conclusiones Mesa 1 El Mundo Globalizado y la formación de los Trabajadores Sociales en el Marco de la cuestión social. Encuentros y des encuentros Coordinadora de la Mesa: Rosemarie Richardson, Directora Carrera de Trabajo Social del IP Santo Tomas. Relator: Luis Cáceres Hidalgo, Asistente Social, Coordinador de la Corporación Ayún. Frente a las preguntas formuladas por la organización del Seminario, se aportaron las siguientes reflexiones y propuestas. ¿Cuáles son los enfoques y/o paradigmas que subyacen en la formación de los Trabajadores Sociales? En el debate se recogieron algunos conceptos entregados en el Panel de la mañana del viernes 25: Existen, a lo menos, dos paradigmas que se perciben como antagónicos y contradictorios en la formación de los Trabajadores Sociales. Uno, por llamado así, Tradicional, anclado en el positivismo Comtiano; que se traduce actualmente en una formación de un Trabajador Social tecnocrático con intervenciones sociales focalizadas y con una orientación neo liberal. Cabe destacar, que es el paradigma predominante en nuestras escuelas u centros de formación. El otro, crítico anclado en la tradición de la reconceptualización, teniendo como base la pedagogía de la autonomía de Paulo Freire, la escuela crítica de Frankfurt, la cosmovisión indígena, que se traduce en un Trabajo Social Autónomo, crítico, transformador, comprometidos con los sujetos de los cambios radicales y constructor de la democracia participativa. Educador de la emancipación humana y respetuosa de la Madre Tierra. Este paradigma es criticado y atacado por las estructuras de poder; pero se ha ido consolidando en los países que han ido profundizando los cambios radicales y de orientación eco-humanista. ¿Cuáles son los debates globales y específicos del Trabajo Social al respecto? Se discutió la legitimidad del concepto "Cuestión Social", en la medida que se recogen los argumentos aportados por la colega del Uruguay en el panel de la mañana. Podríamos hablar del Buen Vivir en armonía con el medioambiente, concepto que está muy enraizado en la cultura de los Pueblos Originarios. Esto implica trabajar por una riqueza social, lo que significa enfrentar el problema de la pobreza, desigualdad y justicia social. No hay consenso para caracterizar el mundo que nos toca vivir. Hablar de sociedad globalizada es recoger sólo la visión neoliberal. Hablar de Capitalismo Mundial Integrado (Guattari), es otra visión; de Sistema-Mundo Capitalista (Wallerstein), Tercera Revolución Capitalista o Economía Global (André Gunder Frank) son algunas visiones que requieren mayor análisis de parte nuestra. ¿Cuáles son los debates globales y específicos del trabajo social al respecto? 1. Enfrentar la pobreza en el continente, la redistribución de la riqueza social y generar justicia social. 2. Defender el medioambiente frente a la voracidad neo liberal y resguardar el AMAZONAS como el pulmón del planeta. 3. tener una formación que permita trabajar las migraciones en el Continente. 4. Ayudar a resolver los problemas energéticos del continente (Agua, petróleo) 5. Ayudar a resolver el problema planteado con los derechos y dignidad de los Pueblos Originarios de Nuestra América. 6. Contribuir a formar un profesional que pueda desempeñarse en éstas problemáticas en el ámbito en Nuestra América. ¿ Cuáles son las categorías emergentes más relevantes que configuran el currículo formativo del Trabajador Social? Cada escuela en su realidad, configura en el currículo formativo las categorías emergentes más relevantes. El paradigma que sustenta esta postura lo podemos formular como que es importante la construcción de la unidad en la homogeneidad. Esto significa, que se hace necesario crear las instancias de coordinación académicas para discutir y construir propuestas innovadoras que den cuenta de los nuevos desafíos. Se coincidió que existe transposición, tanto en Chile como en Colombia, acerca del rol y significación del Trabajador Social, del Asistente Social y Técnico en Bienestar Social. Todo indica que el capital busca abaratar los costos de la mano obra. Se hace necesario una nueva lectura y re formulación del Trabajo Social. ¿Es posible distinguir hitos históricos en la formación del Trabajador Social? Siguiendo la exposición de Patricia Castañeda podemos hablar de: 1925 hasta la segunda guerra mundial, se construye un Servicio Social asistencialista para hacer frente a la crisis de la economía mundial. 1946 a 1960 con la descolonización de África, con el triunfo de la revolución cubana, se genera una profesión, que sin dejar el asistencialismo busca formas en grupo y la organización y desarrollo de la comunidad. Frente al desafío que representa larevolución cubana, en particular para los Estados Unidos, este conflicto fue resuelto mediante la intervención de las fuerzas armadas y el apoyo activo de las oligarquías nativas y de Estados Unidos, mediante cruentos y brutales golpes de estado. 1990 en adelante, se construyen procesos para recuperar la democracia en nuestro continente, lo que lleva a formar un profesional tecnocrático con énfasis en la focalización y sectorización de la intervención social. Encuentros y Desencuentros en la formación curricular del Trabajo Social. Hay encuentro, en que es necesario desarrollar una conciencia y cultura de la integración de Nuestra América que vaya perfilando la construcción de una ciudadanía americanista; lo que permitirá asumir los desafíos que enfrenta el continente con este nuevo paradigma. Hay desencuentro y poca claridad en cómo lograrlo. Hay acuerdo, de que es necesario dinamizar las estructuras académicas existentes de coordinación a nivel del continente para abrir el debate y lograr avances en los acuerdos para enfrentar los desafíos actuales. No hay claridad de cómo hay que seguir este camino. Es posible de que la escuálida participación en este seminario corresponda a que estos eventos ya no están respondiendo a las actuales necesidades y expectativas. Finalmente se rinde homenaje a los/as estudiantes y profesionales que entregaron su viva en aras de su compromiso con nuestros pueblos por su verdadera emancipación de la explotación e injusticia social. Sin: memoria histórica no hay futuro emancipador y de plena autonomía. MESA 2 Discusión Política del Trabajo Social y su aporte al proyecto de Sociedad. Relator Lenin Fuentes 1. 2. 3. 4. 5. 6. Victoria del Carmen Flores Roa Chile Nelson Arellano Escudero Chile Magdalena Pilar Calderón Orellana Chile Ignacio Antonio Meriño Montero Chile Alexis Bustos Villarroel Chile María Fernanda Gómez Gómez Colombia Yudy Judith Méndez Esparza Clara Inés Santander Dueñas 7. Francisco Javier Jaramillo Álvarez Chile 8. Emilia Gutiérrez Encina Chile Consejo Provincial Linares, Colegio de Asistentes Sociales 9. Teresa Dornell Bachs Uruguay Sphir Stemphelet Romina Mauros 10. Cintia Aparecida da Silva Brasil 11. Simone Albieri Bordonal Brasil 12. Francisco Xavier Ramírez Varela Chile "TRABAJO SOCIAL Y PRÁCTICAS PROFESIONALES: LOS SIGNIFICADOS QUE REFIEREN LOS ESTUDIANTES DEL PROCESO DE PRÁCTICA DE LA CARRERA DE SERVICIO SOCIAL, AÑO 2010, DE LA UNIVERSIDAD DE ANTOFAGASTA" Victoria Flores Roa ∗ Resumen La investigación está desarrollada en el contexto de las prácticas profesionales de la carrera de Servicio Social de la Universidad de Antofagasta planteando como problema de investigación ; ¿ Cuáles son los significados que refieren los estudiantes del proceso de práctica profesional de la Carrera de Servicio Social, año 2010, de la Universidad de Antofagasta? El objetivo es describir e interpretar los significados generados por los estudiantes del proceso de práctica profesional, la investigación es de tipo descriptiva- interpretativa con estrategia metodológica cualitativa, utilizando la técnica de recolección de la información "entrevista en profundidad" y como sustento teórico la Teoría de la Significatividad de Schütz, siendo los sujetos de investigación los estudiantes que han realizado sus prácticas en los distintos centros. Entre los hallazgos se destacan tópicos relativos al proceso de supervisión académica y los aprendizajes logrados en los espacios de intervención profesional integrando la teoría y la práctica, generando conocimientos de relevancia que aportan a la formación como al perfil profesional. Palabras claves: Trabajo Social, Prácticas profesionales. Universidad de Antofagasta, Académica Carrera Trabajo Social E-mail: ∗ [email protected]ón: Campus Coloso: Avda. Universidad de Antofagasta 02800. Chile Antofagasta Desarrollo del documento El interés de dicha investigación está centrado en los cambios que se vienen produciendo a nivel de reestructuración de currículums académicos y las consecuentes orientaciones en materia de desarrollo de competencias personales y profesionales que rigen el modelo educativo de la Universidad de Antofagasta, teniendo en cuenta que los procesos de praxis de los alumnos adquieren cada vez mayor importancia, la que radica en la inserción profesional que se produce en los distintos centros de práctica, instancia que favorece la integración teórico-práctica permitiendo la obtención de nuevos saberes, producto de la problematización que implica reflexionar y comprender la realidad social en la que entran en tensión las teorías sociales y la vida cotidiana, convirtiéndose en el espacio que va conformando el perfil profesional de los futuros Trabajadores Sociales. En el desarrollo de las prácticas profesionales están presentes diversos actores sociales; alumnos en práctica, centros de práctica, supervisores académicos y de terreno, docentes, personas, familias, grupos y comunidades; todos los cuales conforman el escenario en el cual los estudiantes de Servicio Social, desarrollan sus aprendizajes prácticos que los aproximan a la realidad social, la que está contenida en los significados que refieren y que constituyen el principal objetivo de esta investigación, cual es, Describir los significados que refieren los estudiantes del proceso de práctica profesional de la carrera. Dicha investigación es abordada desde un enfoque cualitativo, sustentada en la teoría de la Significatividad del autor Alfred Schütz. La utilización y aplicación de esta teoría permitió describir, analizar e interpretar a partir del discurso de los propios actores sociales; alumnos y alumnas en práctica profesional de la Carrera de Servicio Social de la Universidad de Antofagasta, los significados que refieren respecto del desarrollo de este proceso conforme a sus vivencias particulares. En relación a la estrategia metodológica utilizada para recolección de la información se utilizó la entrevista en profundidad logrando en sucesivos encuentros cara a cara un adecuado rapport entre la investigadora y los informantes. Para el desarrollo del análisis de los datos obtenidos durante el proceso de investigación, se utilizó el denominado Análisis Categorial, Taylor y Bogdan (1996) derivando en la definición de Tópicos y Subtópicos los que a partir del discurso de los propios sujetos de investigación fueron interpretados por la investigadora dando con ello lugar a los hallazgos, conclusiones y sugerencias. Entre los tópicos relevados se destacan Proceso Práctico Profesional, Aprendizajes Logrados, Proceso de Supervisión. En el contexto del marco teórico y referencial , los discursos permiten interpretar los significados que generan los alumnos respecto del ejercicio del rol profesional como parte de sus aprendizajes logrados durante el período de práctica profesional , en sus distintos niveles, haciendo especial mención a que es en el espacio de práctica donde les hace sentido la elección de la profesión, donde el actuar genera resultados y logros que están vinculados al rol educador, concienciador, que ejercen en sus procesos de intervención profesional. Refieren que en el ejercicio práctico es donde surgen los mayores aprendizajes y que éstos no se aprenden en el aula , por tanto, en este espacio resignifican la valoración de la carrera de Trabajo Social, la importancia del rol que cumple el profesional en las distintos ámbitos e instituciones centros de práctica y como lo visualizan los sujetos de intervención y los profesionales con los cuales se vinculan, situación significada como el “Aquí y Ahora” donde son vistos como verdaderos profesionales, donde sus proyectos y roles son interpretados intersubjetivamente en un contexto de trabajo que los reconoce como trabajadores sociales y en consecuencia genera expectativas de su rol, lo que asumen en una definición de objetivos cuyos horizontes de acción incluyen la toma de decisiones, la planificación de sus acciones, el cumplimiento de metas y objetivos que forman parte importante del ejercicio práctico profesional. Referencias Bibliográficas: Colomer, Monserrat y Domenech Rosa. (1987). La supervisión en Trabajo Social. B.Aires. Editorial Hvmanitas. Fernández Barrera, Josefina. (1997). La supervisión en el trabajo social. Buenos Aires. Ed. Paidos. Schütz, Alfred.(1993).La construcción significativa del mundo social. Barcelona Ed. Paidos. Taylor, S. Bogdan, B.(1996).Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Barcelona. Editorial Paidos. Documento Resumen de Foros de Discusión, II CONGRESO NACIONAL DE TRABAJO SOCIAL y Encuentro Latinoamericano de Profesionales, Docentes y Estudiantes de Trabajo Social Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Argentina TANDIL, 19 al 21 de Septiembre de 2007” Las prácticas en la formación y en el ejercicio profesional del Trabajo Social”. Revista de Trabajo Social. Facultad de Ciencias Humanas Carrera de Trabajo Social. UNCPBA. Tandil, Año 1 Nº 1, p. 142 – 150. Diciembre de 2008 – ISSN 1852-2459. Recuperado de: http://plazapublica.fch.unicen.edu.ar. BIENESTAR LABORAL, INDUSTRIA E IDENTIDAD DEL TRABAJO SOCIAL LATINOAMERICANO: EL CASO CHILENO DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA Nelsón ArelLano Escudero Magdalena Calderón ∗ ∗∗ Resumen: La relación Trabajo Social e industria en Chile es una dimensión de la profesión que ha convocado atención intermitente durante el siglo XX y XXI Y que desde los últimos 30 años ha transformado su identidad, orientándose hacia las empresas y configurándose desde teorías de gestión de personas y seguridad social. Con todo, se pretende reflexionar acerca del momento actual del trabajo social en el ámbito laboral, desde el pasado reciente de esta dimensión de la profesión y desde distintas memorias que se hacen parte de la configuración identitaria del Trabajo Social en el área laboral. Para cumplir lo anterior, se presenta el contexto industrial de Chile desde fines delsiglo XIX, como escenario de la configuración de la profesión en el área, y se revisan vivencias laborales de las primeras egresadas de Trabajo Social, para releer una dimensión de la profesión. Palabras claves: bienestar laboral, industria, historia del trabajo social ∗ ∗∗ Profesor media jornada, Escuela de Trabajo Social UNAB, Viña del Mar. narel/[email protected] Profesora media jornada, Escuela de Trabajo Social UNAB, Viña del Mar. [email protected] Existe una visión habitual sobre Chile, como la de un país que jamás desarrolló industria pesada. Sin embargo, teniendo en cuenta que hoy en día los modelos de industrialización están en cuestión, parece recomendable revisar esta apreciación general para ponderarla con una medida diferente. 1 Lo anterior, porque en el curso de unas cuantas décadas se montó un complejo tecno-institucional a nivel planetario, 2 cuyas características y alcances rompieron con las escalas conocidas y exigió la creación de dispositivos de producción que rediseñaron los cánones que se habían establecido desde fines del siglo XVIII. Se cultivaba y cosechaba así el proyecto modernizador, con sus afanes de progreso, el gusto por la estandarización y esmero por el control del tiempo, entre otras tantas de sus aristas. 3 En Chile el censo industrial en 1895 permitió apreciar la relevancia que había 4 cobrado el proyecto del ministro y luego presidente de la República, José Manuel Balmaceda, pero que evidentemente trascendía su persona y su 5 partido político. La industrialización era la cara visible del proyecto que quería hacer de Chile un país moderno. No obstante, en este encuadre ideológico hubo cabida para orientaciones y principios valóricos de variado origen, por lo que en el ámbito industrial se combinaron postulados del humanismo tanto cristiano como laico, propuestas social-demócratas y otras tantas combinaciones permeadas por enfoques Kirsch, Henry (1977) Industrial Development in a Traditional Society: The Conflict of Entrepreneurship and Modernization in Chile, Miami, University Presses of Florida, 210 1 Hughes, Thomas (2000) "The Evolution of Large technological Systems", 51-82, en: Bijker, Hughes & Pinch (1987) The Social Construction ofTechnological Systems, MIT, Mass. USA. 2 Tipps, Dean C. (1973) "Modernization Theory and the Comparative Study of National Societies: A Critical Perspective", Comparative Studies in Society and History, 15, 199-226 3 Sociedad de Fomento Fabril, Boletín de la estadística industrial de la República de Chile 1894-1895, W 1 - 20, publicados entre 1885 y 1887. 4 Sagredo Baeza, Rafael (2012) "¿Por qué Chile necesita ser industrial a fines del siglo XIX?", lx-xxv, en Espech, Román (2012) La Industria fabril en Chile. Estudio sobre el fomento de la industria nacional presentado al Ministerio de Hacienda {1883}, Santiago, Biblioteca Fundamentos de la Construcción de Chile. 5 higienistas, filantrópicos o caritativos, cuando no darwinistas; con todo ello se instituyeron los Servicios de Bienestar para los/as trabajadores/as en las En cierta medida, en los inicios del siglo XX, el Bienestar laboral o el trabajo social industrial comenzaron a ser un eslabón más dentro de la cadena de la productividad industrial y dejó, muchas veces, una honda huella en las prácticas culturales de la intervención social, que se hace necesario estudiar. Respecto al bienestar laboral, conviene detenerse en el problema del acceso a la vivienda, que ha sido una de las complejidades de mayor cuantía desde mediados del siglo XIX, especialmente vinculado a las fases de crecimiento del desarrollo industrial y su colateral más conocido: el crecimiento urbano 6 Por ello no es de extrañar que en el ámbito industrial se haya entendido como parte de los incentivos a los/as trabajadores/as la provisión de vivienda y que el trabajo social haya tenido un rol preponderante en esta tarea. Aún más, desde la perspectiva del Bienestar, cuando la industria no entregó directamente la vivienda a los/as trabajadores/as y sus familias, colaboró en su construcción o bien facilitó las condiciones para que se activaran procesos de autoconstrucción. 7 Se materializaban así una serie de requisitos de carácter ideológico, en los que se sumaron principios higienistas y lógicas del darwinismo social imperante 8 durante el siglo XIX. La relevancia alcanzada por Vicuña Mackena en los diseños de ciudades como Santiago y Viña del Mar nos permite enlazar las influencias que él recogiera en su período de exilio en Estados Unidos y Europa que manifestaran el expreso La Transformación de los Barrios Pobres l. Santiago, 28 de Abril de 1872, Editorial del Ferrocarril. Reproducido en Grez Toso, Sergio (1995) La cuestion social en Chile. Ideas y debates precursores (18041902). Santiago, Ediciones de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, 211. Arellano Escudero, Nelson (2005) "Historia local del acceso popular al suelo. El caso de la ciudad de Viña del Mar", INVI, 54, 20, 56-84. 6 7 Leyton, César y Huertas, Rafael (2012) "Reforma urbana e higiene social en Santiago de Chile. La tecnoutopía liberal de Benjamín Vicuña Mackenna (1872-1875)", Dynamis, 32 (1): 21-44. 8 deseo de oponer la idea de civilización a la de barbarie. Así, una amplia gama de industriales en Europa adoptaron ópticas que justamente se proponían disolver las exclusiones; por ejemplo, en Francia varios propietarios de industria financiaron la construcción de villas para obreros con un cierto modelo urbanístico: la ciudad jardín." En Cataluña el destacado industrial Eusebi Güell 9 (1846-1918) comisionó al arquitecto Antonio Gaudí para el diseño de "Colonia Güell", ciudad obrera que estaría ligada a la industria textil de su propiedad motivada por su traslado en 1890 desde Barcelona a Santa Coloma de Cervelló. Entre estos casos encontramos un pionero, Robert Owen (1771-1858), galés, industrial y dirigente socialista, que financió la construcción de los proyectos New Lanark y New Harmony. Hay aquí una síntesis entre la idea de la ciudad ideal y la ingeniería social que se espera conseguir a través de la instauración de una reforma que implicaba mejorar la educación de los/as trabajadores/as al punto que su proyecto abrió la primera escuela infantil del Reino Unido en 1816, tanto como limitó la venta de bebidas alcohólicas. 10 Desde luego, Chile era parte de la cadena productiva mundial mayormente centralizada por las metrópolis europeas y, en otra medida, por los centros productivos de los Estados Unidos. Con ello, el país también era parte de la circulación de las ideas que se divulgaban en el siglo XIX. Por ello no es de extrañar que se constituyeran poblaciones para trabajadores/as en la oficina salitrera de Humberstone o en la explotación de cobre de Sewell de la Compañía Braden Copper CO. que en 1918 contaba con un Servicio de 11 Bienestar que atendía los temas de alimentación, entretenimiento, primeros 12 auxilios y, también, vigilaba el cumplimiento de la ley seca que la compañía impuso dentro de su faena. Dorel-Ferré, Gracia (2008) "Architectures du travail et nouvelle société dans les villages et cités de I'industrie (1780-1930)", en Daumas J.c. et Chouquer G. (dir) Autour de ledoux, architecture, vil/e et utople, Presses Universitaires de Franche-Comté. 9 Trincado, Estrella & Santos-Redondo, Manuel (2012) "Bentham and Owen on entrepreneurship and social reforrn", The European Journal of the History of Economic Thought, 19, 4, 1-26 Dorel-Ferré, Gracia (2008) op. cit. Fuenzalida Grandón, Alejandro (1919) El Trabajo y la vida en el mineral "El Teniente", Santiago de Chile, Imprenta-Litografía Barcelona. 211 10 11 12 Este era el marco general para el trabajo social y la historiadora María Angélica Illanes estableció que la primera incursión del Servicio Social profesional en la industria se llevó a cabo en 1927 en el rubro minero de la extracción del Carbón, con la acción profesional de Berta Hecabarren. Entre 1929 y 1935 13 once grandes industrias tomaron la misma iniciativa. A lo largo del siglo XX este modo de vinculación entre trabajadores/as y empresa fue mutando hasta llegar al punto de inflexión de la crisis de 1982 14 donde ocurre un episodio de transformación económico-productivo refundacional que le cambiará la dirección a la trayectoria de las estrategias de desarrollo, bienestar y seguridad social. La irrupción y hegemonía de la 15 mentalidad liberal económica alcanzó su cenit a inicios de la década de 1980 cuando los procesos de privatización abarcaron todas las áreas estratégicas de la esfera económica: tanto los derechos de agua, como las reclamaciones mineras, los sistemas de salud y los sistemas previsionales adoptaron las formas de empresas con fines de lucre. 16 En aquel tiempo se revirtió un proceso que comenzara en la década de 1920 y se consolidara en 1952 al mismo tiempo que en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su trigésimo quinta reunión suscribió el CONVENIO OIT 102 conocido como "Convenio sobre la seguridad social (norma mínima), 1952 17 En el devenir de la historia de las ideas que se entrelazaron el oficio de la visitación social, luego asistencia social y hoy en día Trabajo Social, fue demarcando sus propios derroteros. IIlanes, María Angélica (2001) "Ella en Lota-Coronel: poder y domesticación: el primer servicio social industrial de América Latina", Santiago de Chile, Mapocho, 49, 1, 141-148; 13 Lira, Robinson (1996) "Modelo de relaciones industriales y orientación sindical. El caso de la refinería de azúcar de Viña del Mar, 1930-1973", Santiago de Chile, Proposiciones, 27, 186-201. Montaner Herrera, Lorena (2005) Compañía de Refinería de Azúcar de Viña del Mar CRAV: Icono y ejemplo de industria nacional durante su desarrollo.1970-1981, Viña del Mar, tesis para optar al grado de Licenciado en Historia y Licenciado en Educación, Universidad de Valparaíso, 162. Soto, Mauricio (2007) "The Chilean pension reform: 25 years later", Pensions, 12,98-106. Von Gersdorff, Hermann (1984) "El sistema previsional chileno durante los diez últimos años", Estudios de Economía, 11,87-116. 14 15 16 17 Con todo, los antecedentes recabados establecen que la lógica del bienestar laboral, a través de servicios de bienestar, se formalizó incluso antes que se crearan las primeras escuelas de servicio social en el país. En efecto, como se ha mencionado anteriormente, la Compañía Braden Copper Co. en Sewell ya en 1918 contaba con un Servicio de Bienestar, situación que se condice con la puesta en vigencia de las llamadas leyes sociales en 1924, lapso en el que las empresas salitreras crearon sus propios Departamentos de Bienestar. B En la 18 misma época se instituyen las primeras escuelas de Servicio Social: en 1925 la Escuela Doctor Alejandro del Río y en 1929 la Escuela Elvira Matte de Cruchaga de la Universidad Católica. El ambiente sociopolítico y cultural articuló un escenario en que empresas e industrias demandaban una profesional que se integrara a sus filas para aportar al mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores y de alguna manera, para prevenir el crecimiento de los sindicatos. 19 Es en ese ambiente que una profesional universitaria formada en Servicio Social se integró a trabajar en el área de Bienestar Laboral en 1927. Ella era Berta Recabarren, quien ingresó a la Compañía Minera e Industrial de Lota en el cargo de "Visitadora Social", 20 desarrollando la primera experiencia de servicio social industrial en Latinoamérica. Si bien, la práctica profesional de Berta se desarrolla casi 10 después de la instalación del Servicio de Bienestar de la Minera Braden Copper Co.(la primera en Chile), la experiencia de la visitadora social se configura como precursora, toda vez que se realiza desde el espacio de la profesión del Servicio Social, poniendo a disposición de su quehacer los conocimientos que obtuvo en la Escuela Doctor Alejandro del Río. Luego de esta primera experiencia, el espacio de acción para las visitadoras sociales en las industrias se comienza a multiplicar. El trabajo que realizaban las Visitadoras sociales en los orígenes de la práctica profesional en esta área era diverso y amplio tal como es presentado por la Visitadora Social de la Empresa de Ferrocarriles del Estado: "El Servicio Social que debo efectuar en 18 Monckeberg Pardo, Isabel (sin fecha) Illanes, María Angélica (2007) Cuerpo y Sangre de la Política: La Construcción Histórica de Las Visitadoras Sociales, Chile, 1887-1940, Santiago de Chile, LOM, 497. Illanes (2001) op cit 19 20 mi labor de Visitadora Social en los Ferrocarriles es una actividad de Bienestar Industrial en muchos de sus aspectos, pues, se dedica como ésta a mejorar las condiciones de vida de los obreros ayudándoles a levantarse en el sentido espiritual, moral y económíco 21 El carácter regulador y de adecuación que ejerció la visitadora también se puede reconocer en otros testimonios: "Empecé mi trabajo en la Fábrica de Cemento de "El Melón"; el16 de octubre de 1933. El primer tiempo lo dediqué a visitar los hogares de los obreros, con el fin de imponerme de sus condiciones de vida e hice las correspondientes encuestas familiares. Marqué con señas de colores los diferentes los diferentes problemas que había que solucionar, como por ejemplo: legalizar uniones ante la iglesia y el Civil, hijos que inscribir, analfabetos, ya sea entre los obreros o familia de estos, niños que por dejación no concurrían a la escuela, enfermos que necesitaban asistencia médica, los dueños de las mejoras y en cuanto estaban avaluadas éstas y los terrenos que ocupan, el grado de aseo, cultura, religión, moralidad, etc. etc. " 22 La moral, la regulación, la legalización, fueron temas claves en el ejercicio del trabajo social en industrias que, con el paso de los años, se fue fortaleciendo como una dimensión del quehacer profesional; a estos efectos, la Escuela de Servicio Social Elvira Matte de Cruchaga de la Universidad Católica de Chile crea en 1936 un organismo que preparaba a las estudiantes para desarrollar su prácticas en las empresas, consolidando un espacio laboral que ya en 1952 se 23 define como Servicio Social industrial, el cual integra entre sus funciones las siguientes labores: labor económica (tramitación de pensiones, cobro de subsidios, ahorro), labor médica, labor cultural, trabajo con centros sociales, Reveco, Ivonne (1938:8) Mi labor como Visitadora Social de los Ferrocarriles del Estado, Memoria para obtener el título de Visitadora Social, Escuela Elvira Matte de Cruchaga. Valenzuela, Apolonia (1934:4) Trabajo efectuado durante mi estadía de práctica como Visitadora Social en la Fábrica de Cemento El Melón, Memoria de Prueba para optar al título de Visitadora Social. Memoria de 10 años de la Escuela Elvira Matte de Cruchaga, Archivo de PUCCH 21 22 23 sala cuna, organización de fiestas y biblioteca; labor deportiva y acción católica. 24 Esta caracterización de lo que era el Servicio Social Industrial hacia la década de los 50' demuestra de alguna manera, la consolidación de un espacio de acción de profesional en el área y la instalación de un enfoque de la práctica profesional que se ha mantenido en las principales definiciones, hasta la actualidad. El péndulo de cambio y continuidad tiende a balancearse más del lado de la continuidad respecto a las temáticas, mientras que en lo metodológico pueden suponerse ciertas modificaciones al igual que en el supuesto ético - político. Ahora bien, al igual que los sistemas de seguridad social, el marco que sostenía al servicio social industrial fue puesto en crisis en base a las reformas privatizado ras que se dieron en Chile desde comienzo de la década de 1980. De esta manera, los cambios en los sistemas de seguridad social, que superan la dimensión solidaria y se instalan en un paradigma de cotizaciones individuales, impactaron en la gestión social en las organizaciones productivas. La instalación de políticas neoliberales en el país, impacta directamente el ejercicio del trabajo social en el espacio laboral. Si bien, la trayectoria de la profesión en el área ha mantenido temáticas, espacios de acción y eventualmente metodologías, el contexto cambió y transformó el ejercicio profesional en el área. Dado lo anterior, es necesario revisar esta historia, conocer experiencias y vivencias de visitadoras, asistentes y trabajadoras sociales; para de esta manera reconfigurar enfoques y perspectivas en trabajo social laboral, que permitan reconocer la complejidad del contexto y las demandas articuladas desde el derecho al trabajo decente. Rivera, Filomena (1952) El Servicio Social Industrial Comparado, Memoria para optar al título de Asistente Social, Pontificia Universidad Católica de Chile, Escuela de Servicio Social. 24 BIBLIOGRAFíA Arellano Escudero, Nelson (2005) "Historia local del acceso popular al suelo. El caso de la ciudad de Viña del Mar", INVI. Avendaño, Pilar; Berner, Laura y otros (2008) Trabajadores Sociales de empresa; sus competencias profesionales. Un estudio para la Asociación de Trabajadores Sociales de Empresa, Estudio de Finalización de Carrera de la Escuela de Trabajo Social, PUC, Santiago, Chile. Dorel-Ferré, Gracia (2008) "Architectures du travail et nouvelle société dans les villages et cités de I'industrie (1780-1930)", en Daumas J.C. et Chouquer G. (dir) Autour de Ledoux, architecture, ville et utopie, Presses Universitaires de Franche-Comté. Fuenzalida Grandón, Alejandro (1919) El Trabajo y la vida en el mineral "El Teniente", Santiago de Chile, Imprenta-Litografía Barcelona. Hughes, Thomas (2000) "The Evolution of Large technological Systems", 5182, en: Bijker, Hughes & Pinch (1987) The Social Construction of Technological Systems, MIT, Mass. USA. IIlanes, María Angélica (2001) "Ella en Lota-Coronel: poder y domesticación: el primer servicio social industrial de América Latina", Santiago de Chile. IIlanes, María Angélica (2007) Cuerpo y Sangre de la Política: La Construcción Histórica de Las Visitadoras Sociales, Chile, 1887-1940, Santiago de Chile.LOM Kirsch, Henry (1977) Industrial Development in a Traditional Society: The Conflict of Entrepreneurship and Modernization in Chile, Miami, University Presses of Florida. Leyton , César y Huertas, Rafael (2012) "Reforma urbana e higiene social en Santiago de Chile. La tecno-utopía liberal de Benjamín Vicuña Mackenna (1872- 1875)", Dynamis. Lira, Robinson (1996) "Modelo de relaciones industriales y orientación sindical.El caso de la refinería de azúcar de Viña del Mar, 1930-1973", Santiago de Chile, Proposiciones. Memoria de 10 años de la Escuela Elvira Matte de Cruchaga, Archivo de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Monckeberg Pardo, Isabel (2009) Modelos para el análisis de la gestión de bienestar en organizaciones laborales, y evaluación de la gestión social, Santiago de Chile, Universidad Santo Tomás. Monckeberg Pardo, Isabel (sin fecha) Gestión De Bienestar En Instituciones Y Empresas; Operatoria De Las Unidades De Bienestar En La Administración De Servicios Y Beneficios, Escuela Trabajo Social, PUC Montaner Herrera, Lorena (2005) Compañía de Refinería de Azúcar de Viña del Mar CRAV: Icono y ejemplo de industria nacional durante su desarrollo. Silencios, memorias y verdades de su quiebra. 1970-1981, Viña del Mar, tesis para optar al grado de Licenciado en Historia, Universidad de ValpaReveco, Ivonne (1938:8) Mi labor como Visitadora Social de los Ferrocarriles del Estado, Memoria para obtener el título de Visitadora Social, Escuela Elvira Matte de Cruchaga. Rivera, Filomena (1952) El Servicio Social Industrial Comparado, Memoria para optar al título de Asistente Social, Pontificia Universidad Católica de Chile, Escuela de Servicio Social. Sagredo Baeza, Rafael (2012) "¿Por qué Chile necesita ser industrial a fines del siglo XIX?", ix-xxv, en Espech, Román (2012) La Industria fabril en Chile. Estudio sobre el fomento de la industria nacional. Ministerio de Hacienda {1883}, Santiago, Biblioteca Fundamentos de la Construcción de Chile. Sandoval, Juan y Arellano, Nelson (2005) "Trayectorias laborales, desempleo y ciudadanía: el caso de Viña del Mar", Ultima Década. Sociedad de Fomento Fabril , Boletín de la estadística industrial de la República de Chile 1894-1895, N o 1 - 20, publicados entre 1885 y 1887. Tipps, Dean C. (1973) "Modernization Theory and the Comparative Study of National Societies: A Critical Perspective", Comparative Studies in Society and History. Valenzuela, Apolonia (1934:4) Trabajo efectuado durante mi estadía de práctica como Visitadora Social en la Fábrica de Cemento El Melón, Memoria de Prueba para optar al título de Visitadora Social. PROPUESTA DE PROTOCOLO PARA EL ACOMPAÑAMIENTO EN EL PROCESO DE ACEPTACION HOMOSEXUAL Ignacio Antonio Meriño Montero ∗ Resumen La presente ponencia se aboca a la necesidad de proponer, desde el Trabajo Social, protocolo que reglamente acciones y funciones de intervención para el acompañamiento en el proceso de aceptación homosexual de hombres y mujeres. El perjuicio hacia la comunidad LGBTI; evidenciado en una sociedad que discrimina, que violenta por orientación sexual, que niega derechos fundamentales y genera, implícitamente, ciudadanía de segunda clase, disminuye las potencialidades de individuos que atraviesan por situaciones desbordantes. La pertinencia del Trabajo Social en esta área recala su fuerza en el ámbito de la casuística, contribuyendo como eje temático a la discusión política del Trabajo Social y su aporte al proyecto de sociedad. La propuesta nace a partir de una investigación cualitativa realizada a jóvenes homosexuales que componen, principalmente, parte del voluntariado de Fundación Iguales, institución que se llevó a cabo el presente trabajo, inspiradas ante la lógica de modelos de intervención en crisis. Palabras claves homosexual, Homosexualidad, Aceptación Intervención Universidad de Valparaíso.: [email protected] ∗ en Crisis. Protocolo, Desarrollo del documento El presente trabajo se aboca a la necesidad de proponer intervenciones referentes a temáticas de diversidad sexual, específicamente al proceso de aceptación homosexual. Dicho proceso constituye uno de los hechos más significativos que pueda experimentar una persona. El reconocimiento de la propia orientación homosexual de un ser humano es la aceptación de si mismo, es la declaración de la definición de identidad, el cual constituye, de este modo, un afrontamiento libre de sesgos y de prejuicios que atentan contra el propio individuo. El encause de este proceso acepta y asume la diversidad, rechazando un modelo único de vida heterosexual que se superpone ante el resto como un modelo de vida mejor en comparación con distintas orientaciones sexuales e identidades de género. Por lo tanto, y en concordancia con lo expuesto, el concepto de diversidad sexual “rompe con lo que se conoce como heteronormatividad que supone considerar la heterosexualidad como un modelo hegemónico, superior y “normal” frente a otras realidades sexuales” (Stockmeyer, 2011). Sin embargo, las barreras culturales existentes han propiciado una sociedad que excluye, discrimina y violenta a sus miembros a causa de su orientación sexual, donde estas expresiones de homofobia “se cimientan tanto en la intolerancia derivada del fanatismo ciego como en una displicencia pseudocientífica que etiqueta los comportamientos sexuales no heterosexuales y no procreativos como “desviaciones” o resultados de “defectos en el desarrollo” (OPS, 2013) siendo éstos focos de actitudes fuertemente negativas, afrontando un estigma que atenta contra la integridad moral, física, psicológica y social de hombres y mujeres. La pertinencia del Trabajo Social en esta área, si bien ha sido poco abordada desde la disciplina, recala su fuerza en el desarrollo de la actividad profesional en el ámbito de la casuística, el cual contribuye al desarrollo integral del ser humano centrado en el trabajo desde la persona y hacia la persona, buscando nuevos espacios de acción que permitan mejorar la calidad de vida de las personas a través de procesos de intervención en crisis. En este sentido, la complejidad de la realidad social y el quehacer del Trabajo Social, se configura como un elemento significativo a la hora de abordar la temática, considerando a su vez los aportes que pueden surgir de las intervenciones profesionales con el sujeto de atención en el acompañamiento del proceso de aceptación homosexual del individuo. Fundación Iguales, institución patrocinante del presente que cobijó gran parte de las entrevistas realizadas, y del trabajo desplegado, en la búsqueda de respuestas adecuadas para realizar y proponer una serie de procedimientos que permitieran a jóvenes llevar de manera adecuada el proceso de “salida del closet”, entendiendo éste último no solo como el compartir con terceros su propia homosexualidad, sino también para llevar de manera óptima su proceso interno. Para la consecución de lo mencionado en los párrafos anteriores, y lograr conocer a cabalidad cada una de las etapas vividas en el proceso de aceptación homosexual, y así lograr dar procedimientos lógicos de intervención, fue trazado como objetivo general el “Proponer protocolo que reglamente acciones y funciones de intervención para el acompañamiento en el proceso de aceptación homosexual del individuo”. Sumado a lo anterior, el segundo objetivo general que dice relación con el proceso investigativo fue “Conocer las etapas vividas en el proceso de construcción de identidad homosexual durante la adolescencia de jóvenes gays, lesbianas y bisexuales de la Región Metropolitana de Santiago de Chile”, los que delinearon el encause del estudio. En relación a la metodología utilizada, el tipo de enfoque fue de corte cualitativo, los que permitieron aproximarse a los discursos que relataron el proceso de construcción de identidad homosexual, siendo el tipo de estudio exploratorio – descriptivo. La investigación se presenta como semi emergente y no experimental, al ser modificado durante el curso del mismo y al no manipular las variables. Para ello, las entrevistas en profundidad se utilizaron como técnica de reproducción de datos para recabar las perspectivas de sus vidas. En relación al universo y muestra, se conformó por un total de 13 personas; 8 gays, 3 lesbianas y 2 bisexuales. Por lo tanto, fueron considerados como criterios de inclusión: a) Jóvenes homosexuales, de entre 20 y 29 años b) Construcción de identidad homosexual durante la adolescencia c) Proceso de construcción de identidad homosexual como desencadenante de crisis identitaria d) Homosexuales que no sean padres ni madres. Por otro lado, se reconoce que la diversidad sexual se compone por la comunidad LGBTI (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales), sin embargo para los propósitos del estudio, se consideraron solo a Lesbianas, Gays y Bisexuales, ya que la inclusión de Transexuales e Intersexuales desborda los propósitos de la investigación. Gracias a las aportaciones teóricas de intervención, principalmente la Intervención de Primer Orden, o Primera Ayuda Psicológica (PAP), de Slaikeau (1996) se desarrolla una sistematización para la atención del sujeto en situación desbordante, homologando los componentes del PAP para la propuesta de protocolo: 1. Contacto Psicológico 2. Examinar dimensiones de Problema 3. Explorar posibles Soluciones 4. Ayudar a optar la Acción Concreta 5. Garantizar el posterior Seguimiento De acuerdo a esta mixtura, y a lo anterior mencionado, es que se presenta la siguiente propuesta. Propuesta de protocolo Ante la presencia de jóvenes que enfrentan periodos de crisis producto de su orientación sexual homosexual, es de suma importancia una atención oportuna para acompañar dicho proceso. El desequilibrio por el cual atraviesa la persona no le permite visualizar con claridad la situación que está viviendo, adquiriendo connotaciones negativas de su ser que no le dejan estar en paz consigo mismo. En este sentido, el individuo está en un proceso conocido comúnmente como “salir del closet”, cuyo proceso, en este caso, da cuenta de una “salida” para sí, vale decir, una resignificación propia de su orientación sexual. Estas situaciones de crisis requieren de un acompañamiento en el proceso de construcción de identidad sexual homosexual que permita generar y/o potenciar recursos en dicho momento. Frente a la situación: 1) Escuche atentamente lo que el o la joven quieren decir. Es importante propiciar espacios de diálogos adecuados mediante una postura empática, atenta y cordial (verbal y gestual). En este primer encuentro, genere disposiciones de dialogo que permitan al individuo desahogarse y contar su situación. Indague sobre sus miedos y concepciones que tiene respecto a la homosexualidad. Evite en todo momento dar opiniones y juicios de valor al respecto, por el contrario, utilice preguntas abiertas para que el individuo pueda desarrollar sus ideas, contar sus experiencias, sentimientos y emociones. 2) Utilice un vocabulario adecuado, inclusivo y claro. Evite referirse con términos como “minorías sexuales” o aquellas que posean alguna carga negativa que desvalorice la homosexualidad. Es importante mantener un lenguaje que rescate la diferencia como elemento positivo y que no pase a llevar ni a herir algún tipo de sensibilidades. La sutileza del lenguaje permitirá afrontar de mejor manera este tipo de situaciones. 3) No actúe forzadamente. Resulta importante enfrentar la situación de forma natural, la persona no esta viviendo “nada del otro mundo”. El individuo no busca un trato especial sino que sentirse comprendido, valorado y aceptado. Actuar de otro modo podría generar un clima de victimización y de no valorar las propias fortalezas que él mismo posea. El trato diferencial lo vive a través de la exclusión, del bullying e indiferencia. Hágale saber, a través de su trato y explícitamente con sus palabras, que él no está solo y puede contar con Ud. 4) Desmitifique concepciones erradas. No de por hecho lo que pueda parecer obvio. Es importante aclarar conceptos básicos sobre la homosexualidad, el individuo puede estar altamente cargado en creencias basadas en mitos y prejuicios. Este proceso de deconstrucción propiciará a reducir culpabilidad y temor en el sujeto. 5) Facilite canales de información. Es importante que la persona que se ve envuelta en esta situación posea la mayor cantidad de referencias que le permitan aclarar su situación (folletos, páginas web, libros, etc. especializados en el tema). Darle a conocer el trabajo realizado a lo largo del tiempo por distintas personas e instituciones que han pasado por su misma situación y que trabajan por una causa común permitirá crear un ambiente en el cual no se sienta solo. Es importante que en caso de que el o la joven presente evidentes muestras de comportamientos autodestructivos, o que Ud. tenga sospecha de posibles autoagresiones, indagar sobre los hechos y, en caso de menoscabo físico, asegure la adecuada derivación a centros médicos, enfermerías, entre otros según corresponda. La “salida del closet” se produce también con su entorno mas cercano. El o la joven, al saber y estar claro de su propia orientación sexual homosexual, buscará las formas de decirlo y el momento apropiado para contarlo. Si bien no hay “recetas” que indiquen el instante y lugar para hacerlo, bien pueden buscarse estrategias necesarias para que dicho instante sea el más adecuado. Frente a estas situaciones: 1. Tener en consideración que la “salida del closet” no es una tarea que se haga solo una vez y para siempre. Hombres y mujeres homosexuales se verán enfrentados a lo largo de sus vidas a este proceso. Serán ellos y ellas, precisamente, los que tomarán la decisión a quienes contarles y a quienes no, considerando que, más que un secreto con el cual deban vivir, es una intimidad la cual desean compartir. 2. El hecho de contar su orientación sexual homosexual es una decisión exclusivamente personal. Este momento no puede ser dado por exigencias y/o recomendaciones de terceros en base a lo creen que es oportuno y lo que no. La decisión debe ser tomada a conciencia por la persona que está enfrentando la situación de acuerdo a sus propias necesidades y creencias al sentirse seguro de su identidad y tranquilo de lo que es. Nadie más que la persona que pasa por este periodo sabe cuando enfrentarlo y abordarlo con el resto. El que busque apoyo en terceros responde a la necesidad de examinar estrategias, pero estas deben ser tomadas considerando siempre la autodeterminación del individuo. 3. Contar con recursos - materiales e inmateriales – que permitan, en el peor de los escenarios, hacer frente a la situación. En muchos casos, producto una formación conservadora y envestidos de una carga valórica y cultural homófaba que poseen los padres, echan de sus casas a sus hijos e hijas a causa de su homosexualidad. Frente a esta situación, es importante contar con apoyo necesario, ya sea de amigos o familiares a los cuales acudir. 4. Al momento de revelar la homosexualidad, deben hacerlo con confianza, orgullosos de su orientación, mostrarse tranquilos y contentos consigo mismo. Esto permite entregar seguridad a la persona que se le está contando. Por el contrario, decir que se está confundido, o que no sabe lo que le está pasando, despierta en el otro inseguridades y creencias de que la situación es pasajera y que su identidad constituye un problema que deba ser solucionado. Transmitir que su homosexualidad es motivo de alegría y felicidad y no de aversión en su vida, permitirá naturalidad frente a la situación y su homosexualidad. Hacer hincapié en que su orientación no es solo la parte sexual sino que también forman parte importante sus sentimientos, el cariño, respeto y amor que se tiene a personas de su mismo sexo. 5. Entender que el proceso que él o ella vivió ahora corresponde que lo vivan los padres. Si bien nunca se está preparado para escuchar insultos, palabras crudas por parte de los padres o integrantes de un círculo cercano, estas provienen de la homofobia que ha generado la sociedad machista, heteronormativa y patriarcal. Los padres, en muchas ocasiones, no poseen los recursos necesarios para poder ser empáticos frente a la situación, por ello, el proceso de aceptación que se vivió en un comienzo y que fue difícil para él, lo es ahora para su entorno. Muchas veces, en distintas ocasiones, dirán cosas que realmente no sienten por temor a enfrentarse ante un escenario totalmente nuevo. 6. Valorar la situación que se vive como una oportunidad. Revelar la homosexualidad a personas significativas representa alivianar una carga y dejar atrás el peso de ocultar una parte importante de lo que es la vida de jóvenes gay, lesbianas y bisexuales. Contar su homosexualidad generará sentimientos de libertad y desahogo y atenuará posibles malestares que se presentaban en un comienzo. De aquí en adelante la persona visualizará opciones y oportunidades que antes no existían y que ahora puede contar con ellas. Bibliografía 1. Ituarte, A. (1992) Procedimiento y proceso en Trabajo Social Clínico, Siglo XXI. Madrid. 2. Slaikeu, K. (1996) Manual de Intervención en Crisis, manual moderno. México D.F. Linkografía 3. Stockmeyer, V. (2013) Conceptos básicos sobre diversidad sexual, consultado el 18 de marzo, desde http://iguales.operativelab.net/wp-content/uploads/2011/09/Conceptosb%C3%A1sicos.pdf 4. OPS (2013) “<Curas>” para una enfermedad que no existe”, consultado el 18 de marzo, desde http://www.iguales.cl/wp-content/uploads/2012/10/OPS-TR.pdf 5. ONU (2013) “Declaración Universal de derechos humanos”, consultado el 10 de marzo, desde http://www.un.org/es/documents/udhr/ EL TRABAJO SOCIAL EN EL MUNDO POSTMODERNO: TENSIÓN ENTRE LA ESPECIALIZACIÓN TI Y LOS LÍMITES EN LA INTERVENCIÓN. Alexis Bustos Villarroel ∗ Resumen El Trabajo Social en el Mundo Postmoderno: Tensión entre la Especialización y los Límites en la Intervención. El título antes mencionado, supone la existencia de varias problemáticas relacionadas con el Trabajo Social y los campos de acción inherentes a ello. La primera de ellas es la necesidad de especialización, la cual cumple un rol fundamental en la páxis profesional y la segunda se relaciona con los límites profesionales o disciplinares que existen en correspondencia con otras profesiones (Psicología, Derecho, Sociología, etc). Para abarcar dicha problemática se ha efectuado la recopilación bibliográfica como principal método de recolección de información. Siendo el objetivo principal: Reflexionar y problematizar aspectos de la metodología de intervención en Trabajo Social Familiar, en relación con los distintos espacios interventivos (Caso, Grupo y Comunidad) Para concluir en la revisión de la Terapia Narrativa, propuesta por el Trabajdor Social Australiano Michael Withe y el Antropólogo Neozelandés David Epston (1990). Palabras Clave: Ciencias Sociales, Epistemología, Desarrollo, Modelos de Intervención en Trabajo Social, Trabajo Social Familiar, Terapia Narrativa. Chileno. Asistente Social, Licenciado en Trabajo Social, Postitulo en Psicología Familia y Derecho, Postitulo en Psicología Jurídica al Servicio de la Investigación Forense y Criminal, Terapeuta Familiar Sistémico. Docente en AIEP en las carreras de Trabajo Social y Técnico en Trabajo Social, efectúa cátedras de Familia y Sociedad, Taller de Intervención Social Fundada, Taller de Intervención Social con Personas y Elaboración y Evaluación de Proyectos Sociales. Adscrito a la Red Comunal Por La No Violencia Valparaíso, Actualmente Trabajador Social en Programa de Reparación de Maltrato Grave y Abuso Sexual, PRM CAVAS Regional de Valparaíso, convenio SENAME-PDI. Mail: [email protected] ∗ 1. Epistemología y Ciencias Sociales. 1.1. Desarrollo de las C.C.S.S. El Trabajo Social en el mundo contemporáneo y postmoderno supone la necesidad de comprender los fenómenos que ocurren en la sociedad Chilena actual, cuyos fenómenos pueden ser considerados productos o resultados de este complejo proceso denominado globalización, la cual hace referencia no sólo a la transculturalidad inherente a ella, sino también que es un proceso complejo, complejo porque los “mecanismos de globalización son irreversibles”42, esto quiere decir y en relación con el Trabajo Social, que la mecánica del actuar profesional, debe, necesariamente estructurarse en el presente. (Teresa Matus, 1999, p. 18-19). Respecto del fenómeno estudiado y en relación con la generación de conocimiento, podemos informar que, la historia de la humanidad y el desarrollo de las formas de conocer y explicar los fenómenos, han estado caracterizadas por tres epistemologías que han permeado en menor o mayor grado las ciencias sociales en general, de esta manera lo lineal-causalista (positivista), lo sistémico-circular (teoría general de sistemas) y lo cibernético (constructivista), obedecen a cambios de paradigmas al interior de un cuerpo de conocimientos sistematizados, los cuales podríamos llamar ciencia, profesión o teorías (Demicheli, 1995). Respecto de la cibernética, existe consenso en admitir que fue el matemático y filósofo Norbert Wiener, quien acuño este concepto, el cual, inicialmente se preocupó de los problemas de la organización y los procesos de control, retroalimentación y comunicación específicamente (Rodríguez y Arnold, 2007; Demicheli, 1995). El segundo momento importante en el desarrollo de la cibernética, es la se ha denominado de segundo orden, en la cual, entran en escena personajes como H. Von Foerster, H. Maturana, F. Varela, entre otros. En esta etapa, se orienta el desarrollo de la cibernética al fenómeno del conocer y “los distintos modos de organización del sistema nervioso en seres humanos y seres vivos en general, más allá de las aplicaciones al ámbito de la 42 Teresa Matus Sepúlveda. Propuestas Contemporáneas en Trabajo Social, Hacia una Intervención Polifónica. Editorial Espacio, Buenos Aires, , 1999. Pág. 15. ingeniería, la computación y la física”43. Es en este momento la cibernética desborda su desarrollo inicial, vinculado a la matemática y permea campos tan disímiles como la inteligencia artificial y robótica de Von Neumann, comunicación de Weaber, en psiquiatría con Ashby, en economía con Beer (teoría de los juegos) y en macroeconomía con Lange, neurología con Mc Culloch y por supuesto Maturana y Varela (Autopoiesis, el primero y teoría biológica del conocimiento entre ambos). Luego de ello, el paradigma tradicional de ciencia objetiva fue fuertemente cuestionado, en donde, no se contaría con el mundo, sino, con nuestras experiencias en el mundo, posición contraria que plantea la ciencia “objetiva” la existencia de un mundo real, objetivo e independiente de quien lo observa (Rodríguez y Arnold, 2007). La invalidación de la objetividad como argumento teleológico inamovible, ya no se posiciona como la verdad absoluta, al integrar esta la concepción de realidad dependiente de quien la observa, también se hace relevante la posición del observador que distingue, ya que “Cada vez que un observador trae a la mano una entidad, sea ésta objeto, idea, concepto o noción, hace una operación de distinción en la que lo distinguido y su dominio de existencia aparecen (…) El observador hace distinciones en el lenguaje que es su dominio de existencia tal”44. 1.1. Modernidad y Postmodernidad. Entonces, las ideas centrales de la modernidad o el pensamiento moderno, tenemos que “Lo que sostiene es que en la medida que se abra en la modernidad la noción de macrosujeto (…) La idea de salvaguardar la concepción de lo real como un todo unívoco (…) En efecto, el privilegio de una visión omnicomprensiva conduce a la imperfección de las partes, a la necesidad de existencia de un orden que les otorgue sentido” (T. Matus, p. 108 y 109, 1999). Las ideas anteriormente expuestas se relacionan con un orden establecido, una realidad observable, medible, cuantificable, verdades absolutas y universales. En este sentido, las teorías se aplicarían indefectiblemente a los fenómenos estudiados, dejando de lado, la importancia del contexto y la historia en las cuales están inmersos esos fenómenos. En otro 43 Demicheli, G. (1995) Comunicación en Terapia Familiar Sistémica, bosquejo de una epistemología cibernética, Valparaíso, Ed. Universidad de Valparaíso, p. 37. 44 Maturana, H. (2003) Desde la Biología a la Psicología, Santiago, Lumen, p. 87. sentido y siguiendo los planteamientos de Bertrando (2011) la modernidad supone la carencia de la perspectiva política y las influencia de los distintos tipos de poderes que pueden –o no-, influir en la vida de las personas. Por perspectiva política, el autor hace referencia a la autonomía de la persona en dirigir sus actos de forma deliberada, no influenciada por alguna teoría, creencia o mandato. Por otra parte, las ideas postmodernas vienen a contravenir a su antecesora modernidad. De esta forma, las influencias de grandes pensadores como Lyotard (1979), Derrida (1984), Foucault (1971), Butler (1993) entre otros. Han aportado con serias críticas al modernismo, destacando la noción de “realidad” no es una construcción unívoca o universal, por el contrario, dicha concepción de realidad, debe ser considerada estrictamente como una construcción social. Las teorías no son más que un sistema de metanarrativas, como cualquier narrativa o metanarrativa que pueda esgrimir una persona, científico o vendedor. Argumentan que, “los sistemas globales que se posicionan a sí mismos como absolutos y “verdaderos”” (Bertrando, 2011) Deben ser altamente cuestionados e incluso rechazados, la importancia del conocimiento no yace en las teorías, sino, en los microrelatos de las personas, sus contextos, su cultura y su política. 2. El Trabajo Social y su relación con el desarrollo de las C.C.S.S. De esta forma, autores como Aylwin y Solar, sostienen que el trabajo social se ha nutrido de este desarrollo científico y teórico, es más, el trabajo social se ha desarrollado en paralelo con los cambios epistemológicos en la física, la biología, la filosofía, la lingüística, la antropología, la sociología, la psicología y en casi todo el campo del conocimiento social y científico (Aylwin y Solar, 2002, p.108). Luego de ello, comienza a gestarse la crisis intelectual y teórica que culmina en la reconceptualización y como los antiguos “modelos” heredados del positivismo, del análisis fragmentario de la realidad social, de la cuantificación y la búsqueda de explicaciones universales, comenzaban a perder sentido. Finalmente, el trabajo social se relaciona con la postmodernidad sumándose a los planteamientos de Derrida, Lyotard y Foucault, entre otros. Donde la premisa fundante del postmodernismo es la desconfianza de “relatos metanarrativos de valor universal y cuestiona la capacidad de alcanzar una verdad que no sea relativa en un contexto parcial y localizado” (Matus, 1999, p. 128). 2.1. Desarrollo de los modelos de intervención en trabajo social. Modelos Clásicos de Intervención en Caso-Familia: Psicosocial: (1937 y ss) inmerso en el Casework. Resolución de Problemas: (1940). Intervención en Crisis: (1950). Terapia Familiar: (1950 y ss). Centrado en Tareas: (1965 y ss). Ecológico: (1980 y ss). Modelos Contemporáneos de Intervención en CasoFamilia: Modelos de primera Onda; Sistémico y Fenomenológico. Modelos de segunda Onda; Enfoque Social-Sistémico: Ralph E. Anderson e Irl Carter. Servicio Social y Modelo Sistémico: Anna María Campanini45 y Francesco Luppi46, influencias del modelo de Millán. Trabajo Social Clínico: Amaya Ituarte Tellaeche47. Terapia Familiar: Joseph Pérez48. Proceso de Cambio: Peggy Papp49. La Voz Terapéutica: Olga Silverstein50. Proceso de validación Humana: Virginia Satir51. Intervención Familiar en Trabajo Social: Vesna Tomic52. La Red Invisible: Marianne Walters53 Modelos Emergentes en Trabajo Social de Caso-Familia: Narrativo: Michael Withe54 y David Epston55. Cibernético de primera Onda, Cibernético de Segunda Onda (Constructivista) y Construccionista Social: Los autores han llamado, el paradigma de la complejidad, para referirse a la Cibernética, Constructivismo y Construccionismo. Se han efectuado trabajos a nivel metateórico, según lo investigado, no existen aún propuestas o modelos de intervención que oscilen en estas teorías. 3. Terapia Narrativa 45 Asistente Social y Terapeuta Familiar Italiana. Psicólogo y Terapeuta Familiar Italiano. 47 Trabajadora Social Española. 48 Trabajador Social, Psicólogo Clínico y Terapeuta Familiar Estadounidense. 49 Trabajadora Social y Terapeuta Familiar Estadounidense. 50 Trabajadora Social y Terapeuta Familiar Estadounidense. 51 Trabajadora Social y Terapeuta Familiar Estadounidense. 52 Trabajadora Social y Terapeuta Familiar Chilena. 53 Trabajadora Social y Terapeuta Familiar Estadounidense. 54 Asistente Social y Terapeuta Familiar Australiano. 55 Licenciado en Antropología y Sociología, Certificado de Capacitación en Trabajo Social Neozelandés. 46 La Terapia Narrativa es propuesta por el Asistente Social Australiano Michael White y el Antropólogo y Terapeuta Familiar Neozelandés56 David Epston, quienes en 1980 formalizaron sus ideas en un libro llamado “Medios Narrativos para fines terapéuticos”. Ambos autores, por separado y luego en conjunto, se encontraban trabajando con ideas “poco ortodoxas”57 en el campo de la terapia familiar. 3.1. Analogía del Texto. Desde la práctica narrativa, la persona es considerada como una posibilidad de cambio constante, en tanto, no estaría definida ni por sus condicionantes biológicos, sociales o culturales, sino, la persona estaría íntimamente relacionada con su historia y las historias que cuentan de él o ella. De igual forma, como esas historias moldean su vida. Este sujeto histórico-contextual ha de ser considerado como un texto, como posibilidad abierta de ser leída, releída, escrita y rescrita. Ello posibilita la revisión histórico-vital del ser, en la cual, se encuentran otras versiones de sí mismo, las historias no dichas o “irrelevantes”, las cuales ocupan un lugar secundario en la historia dominante del ser y posibilitan el ejercicio de reautoria o de rescribir la vida (Withe, M. 2004; Morgan, A. 2000). “La estructuración de una narración requiere la utilización de un proceso de selección por medio del cual dejamos de lado, de entre el conjunto de los hechos de nuestra experiencia, aquellos que no encajan en los relatos dominantes que nosotros y los demás desarrollamos acerca de nosotros mismos” Withe y Epston, 1993. 56 Si bien, David Epston posee nacionalidad Neozelandesa, es originario de Canadá. Por ideas “poco ortodoxas” se hace referencia, en primera instancia a las disciplinas que representan David Epston y Michael White, quienes no pertenecen al campo de la psicología o psiquiatría, quienes históricamente han desarrollado modelos, técnicas y teorías en el campo de la terapia familiar. Si bien, tanto en Australia como en Nueva Zelanda, existe apertura a quienes quieran perfeccionarse como terapeutas familiares, las propuestas en dicha área, se caracterizaba –hasta ese entonces-, por profesionales de la psicología y la psiquiatría. En segunda instancia, las ideas propuestas por David Epston se relacionaban con los ritos de pasaje, propuestos por Van Gennep trabajados por el antropólogo Victor Turner, la comprensión de los fenómenos de Clifford Geertz (Antropólogo). Por su parte Michael Withe estuvo interesado en la epistemología de Gregory Bateson (Antropólogo) los planteamientos generales del Sociólogo Michel Foucault, los planteamientos de Jerome Brunner (Psicólogo y Pedagogo) respecto de su teoría en general, Jacques Derrida Filósofo, de quien retoma los planteamientos acerca de la deconstrucción y la critica textual. Como se aprecia, los autores basales en los que se apoyan Epston y White, se relacionan con campos de acción distintos de la psicología y la psiquiatría, disciplinas dominantes hasta el momento, en terapia familiar. “Poco ortodoxas” por el hecho de incluir aspectos socioculturales, contextuales y políticos al espacio terapéutico y sobre todo, por distanciarse del positivismo (el problema es la persona) de las teoría de sistemas (el problema es la relación) y quedarse en el postmodernismo-constructivismo (el problema es el problema). 57 3.2. Relato, Conocimiento y Poder. En este sentido, el ser o la persona, experimenta ciertas situaciones en la vida a través del tiempo, a las cuales les otorga significado y comienzan a engrosar una trama o historia dominante (Morgan, A. 2000) la cual será preponderante al explicarse quien se es, en la actualidad. Teniendo presente ello, existen también, historias secundarias o dotadas de menor significado e importancia, las cuales, no se encuentran disponibles en la historia dominante. En este sentido, es importante destacar que, la historia dominante o la historia secundaria, se encuentra enraizada en los aspectos culturales y sociales, los cuales contribuyen a generar soportes para dicha historia. Las historias moldean las vidas de las personas, ello es posible, en tanto el conocimiento y poder se encuentran indefectiblemente relacionados, por lo tanto, son los efectos de ese poder-conocimiento los que van moldeando lentamente a las personas. Los efectos experimentados no son los que comúnmente podríamos argumentar, los efectos descalificadores, limitantes, negadores o coactivos (White, 1990). Por el contrario, son los efectos positivos los que afectan a la persona, los efectos de “verdades normalizadoras” las cuales configuran las vidas de las personas y las relaciones de ésta. “Estas “verdades”, a su vez se constituyen o producen en el funcionamiento del poder (Foucault, 1979, 1980, 1984a. citando en White y Epston, 1990). 3.3. La Imposibilidad de Acceder a la Realidad. El primer aspecto epistemológico fundamental en terapia narrativa, retrotrae los aportes de Gregory Bateson, en relación a la imposibilidad de conocer o tener acceso a una realidad “objetiva”, ya que, todo conocimiento requiere un acto de interpretación (White, M. 1993). A este respecto la posición del sujeto que conoce no se encuentra fuera del sistema observado, por el contrario, se encuentra inmerso en las observaciones y distinciones que realiza, en las cual, participa activamente de la construcción del objeto observado (Keeney, B. y Ross, J. 1993). 3.4. Reflexiones finales La práctica narrativa58 expone que el término “terapia” es un concepto inadecuado para describir el trabajo que se realiza desde esta práctica. En el entendimiento que, el concepto de terapia aduce al tratamiento de enfermedades, desórdenes, defecto, etc., En la práctica narrativa, no se entienden los problemas en términos de enfermedades, defectos o déficits y no se cree en nada que pueda relacionarse con una “curación” (White, 1990). Existe una visión despatologizadora, no centrada en el diagnóstico. Lo que no quiere decir que se invalide o se desconozca lo anteriormente mencionado, sino, que el diagnóstico o la patología, es parte de una historia más amplia y en ningún caso, la patología o el diagnóstico va a definir a la persona. Entonces aparece la estrategia fundamental en Narrativa, la externalización. La externalizar el problema es la técnica terapéutica central usada por Michael White para ayudar a las personas a comenzar a definir sus problemas como separados de sus identidades. Para ello desarrolla un estilo particular de entrevista, preguntando acerca de cómo el problema ha estado afectando la vida de la persona y sus relaciones. Lo cual posibilita la identificación de los aspectos problemáticos y cuando se ha tenido el control sobre ellos. De igual forma, otorga el control a la persona sobre el problema y no a la inversa, que el problema es quien gobierna sus vidas. Lo que se busca como fin último es la recuperación de la agencia personal. Respecto de la posición de las personas como agentes en sus propias vidas, Michael White y David Epston realizan una comparación acerca de la representación del modo lógico científico y del modo narrativo acerca de esta visión del ser humano. Para estos autores el modo lógico científico representa a la persona como pasivo/a frente a fuerzas internas y externas que moldean sus vidas (Impulsos, impactos, transferencias, etc). En cambio el modo narrativo sitúa a la persona como protagonista de su propio mundo o historia. Es un mundo interpretativo en donde re contar una historia es contar una historia nueva, generando nuevos significados a medida que la 58 La terapia narrativa inicialmente es conocida como un enfoque, luego se posiciona como terapia y posteriormente es denominada como práctica narrativa (White, 2007) persona con sus semejantes van re-escribiendo y moldeando sus vidas y relaciones (White, M. Epston, D. 1993). Otro aspecto central en la práctica narrativa, es la posición y rol de las disciplinas. Al mismo respecto, las disciplinas profesionales –independiente cual sea ésta-, contribuyen a generar el mantenimiento del discurso dominante. En este sentido, no es el poder en sí mismo la herramienta que posibilita la mantención y reproducción de un conocimiento tal, sino, son los sujetos los que posibilitan dicha reproducción (Carassale, S y Vitale, A. 2010). “Esta revisión ética (…) se dirige enseguida a los riesgos de privilegiar el micromundo de la terapia por encima de los macrocontextos de las vidas de las personas” (White, 2002) hace referencia a las formas y tiempos de atención, por lo general breves en su duración, con exigencias de logros exitosos y márgenes de error exiguos, sobre ello, la idea de acción efectiva, se vincula directamente con la ética del control (White, M. 2002). Otro aspecto fundamental de los aspectos micropolíticos en Pakman, se relaciona con lo esperado en el espacio psicoterapéutico, lo que se relaciona con la trasmisión de una praxis imperturbable, la cual se sostiene en los discursos profesionales y en las pretensiones de verdad en la relación psicoterapeuta-consultante (Withe, M. 2002) sobre ello, Pakman realiza una crítica sobre la praxis profesional del psicoterapeuta en relación con otras disciplinas, ello tiene relación con “la tradición de la psicoterapia no están muy bien vistas, porque se piensa que pertenecen a lo que tiene que hacer un trabajador social y no una persona del mundo "Psi". Es decir, tradicionalmente lo que se supone que es legitimo de un terapeuta es trabajar sobre lo estrictamente mental, pero resulta que buena parte de lo que es mental son cuestiones sociales y políticas que tienen que ver con definiciones de la realidad sobre las cuales hay que operar de algún modo. Por tanto, este aspecto micropolítico es un intento de legitimar como parte genuina del trabajo terapéutico que hacer todas esas cosas es parte de lo que debemos hacer y, a la vez, un reclamo para evitar caer en algo en lo que lo que se cae con frecuencia, que es decir: "bueno, yo sabría hacer muchas cosas en esta situación, pero lamentablemente no puedo, porque hay problemas contextuales que me impiden hacer lo que debería hacer como psicoterapeuta que soy””59 La mantención de un saber encapsulado en una disciplina tal, posibilita la disección entre “lo mental” y “lo social” teniendo presente que, ambos términos se encuentran indefectiblemente relacionados. Al mismo respecto, mantenerse en la posición de trabajar sobre lo mental o lo social, conlleva a fragmentar al ser humano, descontextualizarlo y efectuar un trabajo psicoterapéutico fraccionado. Bibliografía Aylwin, N. y Solar, O. (2002) Trabajo Social Familiar, Santiago de Chile, ediciones universidad católica de Chile. Bateson, G. (1976) Pasos Hacia una Ecología de la Mente, Buenos Aires, Carlos Lohlé. Berger, T. y Luckmann, P. (1968) La Construcción Social de la Realidad, Buenos Aires, Amorrortu. Camparini, A y Luppi, F. (1991) Servicio Social y Modelo Sistémico, Una nueva Perspectiva Para La Práctica. Barcelona, España, Paidós. Demichelli, G. (1995) Comunicación en Terapia Familiar Sistémica, Valparaíso, Universidad de Valparaíso. Durrant, M. y Withe, Ch. (2006) Terapia del Abuso Sexual, Barcelona, Gedisa, 2° Reimpresión. Epston, D. y White, M. (1993) Medios Narrativos para fines Terapéutico, Barcelona, Paidós. Entrevista a Marcelo Pakman, realizada por Alicia Moreno en la Universidad P. Comillas de Madrid, en febrero de 2006, después de que impartiese un taller organizado por el Master en Terapia Familiar y de Pareja. Gálvez, F. Compilador Formación en y para una Psicología Clínica, Colección Praxis Psicológica, Serie Obras de Programas. Hernández, J. (2004) Trabajo Social en la posmodernidad, Zaragoza – España, Libros certeza. 59 Entrevista a Marcelo Pakman, realizada por Alicia Moreno en la Universidad P. Comillas de Madrid, en febrero de 2006, después de que impartiese un taller organizado por el Master en Terapia Familiar y de Pareja Johansen, O. (2008) Introducción a la Teoría General de Sistemas, Balderas, México, Limusa. Keeney, B. (1994) Estética del Cambio, Buenos Aires, Paidós. Maturana, H. y Varela, F. (2008) De Máquinas y Seres Vivos, Autopoiesis: La Organización de lo Vivo, Santiago, Universitaria. Maturana, H. y Varela, F. (2009) El Árbol del Conocimiento, Universitaria. Santiago, Maturana, H. (2011) La Objetividad, Un Argumento para Obligar, Santiago, J.C. Sáez. Maturana, H. (2003) Desde la Biología a la Psicología, Buenos Aires, Lumen. Matus, T. (1999) Propuestas Contemporáneas en Trabajo Social, Hacia una Intervención Polifónica., Buenos Aires, Editorial Espacio. Moya, M.; Rebolloso, E.; Huici, C.; Pérez, J. 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(2007) Maps of Narrative Practice, New York, Editorial Norton. ¿POR QUÉ SE HACE NECESARIA LA TEORÍA SOCIAL CRÍTICA EN LOS PROCESOS INVESTIGATIVOS E INTERVENTIVOS DEL TRABAJO SOCIAL PROFESIONAL DEL SIGLO XXI? María Fernanda Gómez Górnez , Yudy Judith Méndez Esparza , Clara Inés Santander oueñas ∗ ∗∗ ∗∗∗ Resumen El trabajo se basa en visibilizar la importancia que debiera representar la teoría social crítica en los procesos investigativos e interventivos de la profesión de Trabajo Social en el siglo XXI; los elementos de la teoría social crítica, generan cuestionamientos ante el papel que la profesión del Trabajo Social ha desarrollado a lo largo de su historia y el que actualmente desempeña; este paradigma permite además, contribuir a la reflexión crítica, reflexiva y propositiva sobre sujetos, objetos e intencionalidades en los procesos investigativos e interventivos de la profesión. La ponencia se centra, en primer lugar, en presentar aproximaciones históricas de la profesión; en segunda medida, se problematiza en torno a las consecuencias que ha acarreado la no contemplación de la teoría social crítica en Trabajo Social; finalmente, se presenta la construcción de un marco de reflexiones en torno a la relevancia de la teoría social crítica en la profesión del siglo XXI. Palabras claves: Trabajo Social - Trabajo Social crítico - intervención. Estudiante de Trabajo Social; Universidad Industrial de Santander -UIS-, Bucaramanga, Colombia, [email protected] Estudiante de Trabajo Social; Universidad Industrial de Santander -UIS-, Bucaramanga, Colombia, [email protected] Estudiante de Trabajo Social; Universidad Industrial de Santander -UIS-, Bucaramanga, Colombia, [email protected] ∗ ∗∗ ∗∗∗ Como Trabajadoras Sociales en formación, abordar el tema de la influencia de la teoría social crítica en los procesos investigativos e interventivos del Trabajo Social profesional, se constituye en un verdadero desafío, en primer lugar porque no poseemos argumentos suficientes, o los que conocemos resultan ser muy escasos, de pronto, no hemos logrado trascender del sentido común al juicio razonado; o como diría (Rodríguez, 2009) no estamos acostumbrados a tener una voz propia frente al concierto de las voces de la tradición; en segundo lugar, porque no existe una postura definida del Trabajo Social frente al sentido de su práctica. En su proceso histórico la profesión del Trabajo Social se ha desarrollado en constantes ires y venires que han permitido evidenciar la relación dilemática entre ideología, teoría y práctica, sus necesidades de transformación y su conceptualización como profesión. Consideramos importante establecer algunas aproximaciones en torno a la historia del Trabajo Social, desde tres momentos: el periodo clásico, el periodo del movimiento de la reconceptualización, el periodo contemporáneo. Haciendo referencia al periodo clásico de la profesión del Trabajo Social, coincidimos con (Torres, 1987) en que la etapa clásica de la profesión correspondería al Trabajo Social tradicional, que, consolidado como profesión y equipado con los tres métodos tradicionales de caso, grupo y comunidad, se desempeña en diversos campos gubernamentales y no gubernamentales, teniendo como foco de interés las necesidades humanas y las políticas sociales; y con (Quiroz Martin, 1976), quién plantea que el Servicio Social nació y se desarrolló en los países capitalistas desarrollados, con una intencionalidad clara de curar las heridas y atenuar contradicciones que este modo de producción generaba. El Trabajo Social llega a América Latina por penetración europea, inicialmente al cono sur, creándose las primeras escuelas de Trabajo Social en torno a 1925, y, posteriormente se ramifica por todo el continente estableciéndose por influencia norteamericana. En Latinoamérica, el Servicio Social crece y se multiplica como un producto de la intención de beneficencia de los grupos dominantes, los que buscaban sanar las patologías que producían sus privilegios sin cambiar el sistema que generaba esas ventajas. Como productor social esta profesión acepta espontáneamente y sin ninguna duda los objetivos y tareas que el sistema le adjudica. El desarrollo de la reconceptualización, según (Parra, 2001) se dio bajo circunstancias históricas y políticas en el mundo, tales como: el fin de la II Guerra Mundial y una nueva configuración geopolítica internacional, la hegemonía absoluta de los Estados Unidos en el mundo capitalista, el desarrollo de la guerra fría, un nuevo marco regulatorio de las políticas sociales a través del Welfare State, el surgimiento de importantes movimientos culturales, feministas, raciales y estudiantiles, así como un nuevo papel de la Iglesia Católica producto del Concilio Vaticano II. A nivel latinoamericano, la revolución cubana, las propuestas de Alianza para el Progreso como reacción de los Estados Unidos ante posibles futuras revoluciones, las teorías desarrollistas impulsadas principalmente por la CEPAL (Comisión económica para América Latina y el Caribe), la teoría de la dependencia, la organización de nuevos partidos de izquierda y la lucha armada, las comunidades eclesiales de base y la teología de la liberación, las brutales y sanguinarias dictaduras militares. Las décadas de 1960 y 1970 implicaron para el Trabajo Social intentos de ruptura con la concepción asistencialista y adaptativista de la profesión, planteando cambios a nivel teórico, ideológico y metodológico e insertándola críticamente en la realidad socioeconómica, cultural, y política para buscar así la transformación social en las luchas de explotación y dominación y construir una nueva sociedad. Dentro de las características de la reconceptualización planteadas por (Quezada Venegas, 2001) encontramos: análisis de las realidades nacionales y latinoamericanas a la luz de la emergente teoría de la dependencia como factor explicativo de los desequilibrios del modelo de desarrollo urbano–industrial; esfuerzo por integrar elementos analíticos socioeconómicos para entender e integrar la profesión a la realidad de nuestros países; intentos de crear una teoría del Trabajo Social latinoamericano; abordaje del método científico por oposición a la “metodología” entendida como simple suma de técnicas (caso, grupo y comunidad); adecuación de técnicas a nuevos objetivos trazados por el Trabajo Social, como técnicas de concientización, participación popular y movilización popular, acción, reflexión, etc.; énfasis en el estudio de la teoría del conocimiento, dentro de la concepción dialéctica materialista, lo que significa también reflexión sobre el alcance transformador de la práctica profesional y la práctica social en general; acentuación de la variable política en el Trabajo Social; intentos de que las prácticas profesionales concreten los principios liberadores asumidos por los trabajadores sociales. Según (Vélez Restrepo, 2003) Las propuestas de acción que conforman los denominados Modelos Críticos o Radicales se inspiran en la Educación Popular y en la Sociología Crítica, y las directrices y procedimientos por ellos utilizados están metodológicamente soportados en la Investigación Temática (Concientización) y en la IAP (Investigación Acción Participativa). Aunque los Modelos Radicales permitieron establecer una ruptura importante con las tradiciones positivistas presentes en la profesión, y, aportaron elementos de valor para la consolidación teórica de la misma (bajo el amparo de las Ciencias Sociales), las demandas y necesidades que el conocimiento y la situación social le imponen hoy al Trabajo Social obligan a cuestionar el alcance y pertinencia de tales modelos en el momento actual. Modelos Contemporáneos: Conjunto de propuestas de acción social (unas más consolidadas que otras), que se instalan en el concierto de la profesión como alternativas contemporáneas de actuación compartiendo su preocupación por las interacciones de las personas con su entorno social desde una perspectiva integral, holística y global e insinúan el posible camino a recorrer en lo que sería la reconfiguración metodológica de la profesión, en este nuevo siglo. Están inspirados en la Teoría General de Sistemas y en un conjunto de teorías sociológicas y escuelas de pensamiento que como el Interaccionismo Simbólico, la Fenomenología, el Construccionismo, la Hermenéutica, la Teoría de la Complejidad y la Cibernética de Segundo Orden se abren paso actualmente y permiten direccionar la actuación profesional colocando especial atención en la centralidad de la subjetividad como constitutiva de lo social en los procesos de comunicación que mediatizados por el lenguaje configuran la acción social, en la interacción y percepción como componentes sustanciales de las relaciones sociales, en la reflexividad, en el mundo de la vida y en la cotidianidad, entre otros. Son modelos dinámicos, abiertos, flexibles, y como tales están en proceso de permanente construcción y deconstrucción. Su aplicación está atravesada por la dimensión individual y colectiva, estableciendo un sano equilibrio entre ambas. Según (Viscarret Garro, 2007) el Trabajo Social crítico surge hasta finales de los sesenta y principios de los setenta en el Reino Unido, Canadá, Australia y Estados Unidos. Los antecedentes intelectuales del Trabajo Social critico son muy diversos y recogen un amplio conjunto de teorías sociales, que van desde las teorías feministas, el marxismo, el desarrollo comunitario, la teoría radical de la educación (Freyre), la antipsiquiatría, la sociología radical hasta las teorías críticas sobre la raza y el carácter étnico y la teología de la liberación. Según señala (Healy, 2001) todas las teorías sociales criticas tienen sus fundamentos en el ideal de la ilustración de una sociedad basada en la igualdad y libertad humana. Igualmente, se pueden encontrar en ellas una serie de fundamentos teóricos básicos que han sido relevantes para la práctica del Trabajo Social. Los enfoques críticos radicales buscan explicar el orden social y su transformación; no desprecian el conflicto porque lo conciben como un elemento básico de la estructura social, una estructura social que se encuentra dividida en opresores -que defienden sus intereses para mantener la opresión dentro del sistema capitalista- y oprimidos -los individuos que están sujetos a las determinaciones que los opresores le imponen- . Para transformar la realidad social es indispensable la concientización y el análisis crítico de las ideologías dominantes por parte de los dominados ya que el enfoque crítico radical no concibe una transformación de la realidad sin la participación activa de estos. Según (Piotti, 2007) una ciencia social crítica busca producir una reflexión en la conciencia de quiénes están afectados por las relaciones verticales de poder y por las naturalizaciones que la historia de dominación y las ideologías la signan. Esta reflexión está ligada a la noción intelectual orgánico de Gramsci que se define como la parte activa de las clases de la sociedad civil en la lucha por la hegemonía; responsable de crear una concepción nueva e integral del mundo y añadimos nosotras, que dé respuesta a las necesidades de democracia, justicia y dignidad humana de los diferentes movimientos sociales. Situación muy distinta a la del intelectual tradicional o postmoderno que no busca cuestionar los sistemas de significados hegemónicos sino adaptarse y adaptar los sujetos de la intervención a ellos, a veces con el doble juego de sus discursos y sus prácticas profesionales. El proyecto emancipador del Trabajo Social crítico se va a oponer a una visión individualista de la intervención social, tal y como hacia el psicoanálisis que atendía a individuos concretos porque entendían sus problemas como problemas originados en ellos mismos y aislados de los demás. Los enfoques críticos radicales y en este sentido los trabajadores sociales críticos lo que van a hacer es trabajar allí donde los problemas sociales producen problemas a las personas, por lo tanto, van a entender que no pueden trabajar con individuos aislados, pues trabajar de esa forma lo único que provocaría sería fortalecer a los sistemas opresores que les mantienen oprimidos. Por lo tanto el Trabajo Social critico lo que hace es trabajar con las personas para que tomen conciencia, también trabaja con la sociedad para que se produzcan los necesarios cambios para su transformación. En este orden de ideas la finalidad del Trabajo Social no puede ser adaptar al individuo al medio social en el que vive, muy al contrario el Trabajo Social crítico y el Trabajo Social crítico radical está a favor de los desposeídos, de los oprimidos, de los inadaptados y los desahuciados de la sociedad, se pone a su lado para intentar que ellos mismos tomen conciencia de su situación y cambien y transformen la sociedad en la cual viven generando para ellos un proceso de liberación personal. El Trabajo Social critico basa su intervención en un carácter pedagógico; el autor que mejor lo plantea es Paulo Freyre, cuándo se refiere a lo pedagógico como un enseñarle a las personas a tomar conciencia de las situaciones en las cuales viven y ofrecerles instrumentos, herramientas y apoyo para que inicien y generen de manera activa la transformación de la sociedad a la cual están sometidos, buscando que se den cuenta de quienes son y cómo se puede cambiar el mundo material por medio de sus capacidades, para dejar así el camino de la alienación. Por lo tanto el proyecto emancipador del Trabajo Social critico se centrará además del individuo, en la propia transformación de la sociedad, en los grupos y en lo comunitario; el Trabajo Social critico va a cuestionar al Trabajo Social tradicional y lo va a cuestionar porque cree que este lo único que hace es ofrecer recetas estándar para las personas desde las instituciones, pero ya de por sí estas instituciones son dependientes de un sistema que mantiene el statu quo que oprime a las personas, por lo tanto, van a criticarle que lo único que hace es mantener el control social sobre los oprimidos al mantenerlos dentro del sistema de opresión que controla a los oprimidos dentro de la sociedad. El trabajador social debe darse cuenta de cuál es su rol, dentro del sistema; para el Trabajo Social crítico si el trabajador social no se da cuenta que trabaja para el sistema, que mantiene el statu quo, en donde hay oprimidos y opresores, el trabajador social se va a convertir él mismo en un instrumento de control social; por lo tanto el trabajador social critico debe politizar, siendo él mismo un agente de cambio, que este trabajando por la promoción de la justicia social más que por un profesionalismo aséptico, exento de valores, que en definitiva por omisión lo que hace es reproducir los valores existentes de opresión y de desigualdad social. Al realizar este breve recorrido por los diferentes procesos que la profesión del Trabajo Social ha experimentado a lo largo de su historia, retomamos la pregunta objeto de nuestro análisis, una pregunta que sin duda alguna, remueve las concepciones e ideologías más profundas del espíritu de un profesional en Trabajo Social ¿Por qué se hace necesaria la teoría social crítica en los procesos investigativos e interventivos del Trabajo Social profesional del siglo XXI? A nuestro parecer, son necesarios los elementos de la teoría social crítica en los procesos investigativos e interventivos del Trabajo Social profesional en el siglo XXI, pues son los que generan el cuestionamiento ante las lógicas de dominación imperantes; ante el papel que la profesión del Trabajo Social ha jugado a lo largo de su historia; este paradigma permite además contribuir a la reflexión crítica, analítica y propositiva sobre contextos, propuestas y objetos de la profesión. En Trabajo Social, no concebimos la intervención e investigación sin comprender el por qué, para qué y sobre qué se actúa, haciéndose necesaria la utilización de distintos referentes teóricos y la relación entre intervención y comprensión es insustituible entre intervención y sistema de comprensión social -generados por la teoría social crítica-, haciendo que la investigación se configure como una de las formas posibles de desarrollar los procesos de comprensión social. A continuación se presentan algunos apartados textuales de la conferencia del Docente Juan Manuel Latorre Carvajal realizada el día 10 de Abril de 2013 en una de las aulas de la Universidad Industrial de Santander, consideramos de suma importancia plasmarla en el ensayo, ya que sintetiza a nuestro parecer la tesis planteada. “La experiencia que dentro de mi vida he vivido dentro de Trabajo Social, es una experiencia, tengo que decirlo aquí, totalmente dinámica, comprometida con movimientos sociales de 24 horas sin parar, trabajando por y para la gente. Mi generación y algunas generaciones posteriores a la mía, logramos mantener una estructura organizacional de Trabajo Social que era envidiable a los ojos de muchos profesionales a fines y no a afines… …La experiencia que he vivido me lleva a pensar que como vamos, vamos mal… …Ninguna profesión en el planeta tierra había logrado los niveles organizacionales de Trabajo Social… … Muchos pensamos, lo mío es estudiar Trabajo Social y obtener un título y botarme a una sociedad del sálvese quien pueda, con esa mentalidad, cualquier individuo en esa lógica es presa fácil de la manipulación… …Con el importaculismo estamos dejando morir la profesión. No crean ustedes que no se sufren, y cuando hablo de esta manera es porque he vivido la frustración de ver un potencial humano importante como el potencial humano del colectivo de trabajadores sociales sometidos a muchos tipos de esclavitud, con una absoluta incapacidad, por falta de mirada, por falta de compromiso con la profesión y con la sociedad. Con ese importaculismo estamos dejando morir la profesión, y eso es una total desgracia… … Hablamos de una profesión que habla todos los días de organización, de participación, una profesión que se cree la dueña de los procesos organizativos de las poblaciones. No hagamos en el pulpito el papel del pederasta que se para y habla en contra de esta cuando es un pederasta. Hablamos de participación y ni siquiera participamos de un evento familiar, hablamos de democracia y somos no demócratas en nuestra vida cotidiana. ¿Para que hablamos de responsabilidad en procesos si somos irresponsables?, irresponsables frente a nosotros mismos, irresponsables frente al momento que la vida nos ofreció como oportunidad para formarnos como trabajadores sociales. A muchos les importa un comino lo que están haciendo, con gente así como puede esperar un futuro promisorio para la profesión, como vamos, vamos mal, esto no es exclusivo de esta escuela, está en todas las escuelas de Latinoamérica… …Por ese camino no podemos pensar en una profesión que se vaya a mantener en el mundo… …Debemos unirnos en torno a una intencionalidad, comprometernos en unos valores, en unos principios, en unos objetivos por cumplir con distintos grupos de población, debiéramos ser un colectivo organizado para pensar no solamente su profesión sino la sociedad, ese si es un colectivo que será respetado, valorado y requerido socialmente… …En la actualidad lo que le interesa al profesional en Trabajo Social es hacer bien lo que le manden a hacer. Son muy pocos los profesionales comprometidos que propongan lo que deben proponer en las organizaciones. ¿No podemos hacer acaso contrapropuestas? ¿A lo que me dice el jefe o el alcalde?... …Debiéramos estar en la prensa, en la radio, divulgando comunicados, dando a conocer un colectivo profesional para pensar una sociedad, para proponer una nueva sociedad, para criticar la sociedad, eso sí sería un gremio respetable de trabajadores sociales… (Latorre Carvajal, 2013). Bibliografía Latorre Carvajal, J. M. (10 de 04 de 2013). Bucaramanga, Colombia. Cifuentes Gil, R. M. (2004). Conceptos para "leer" la intervención de Trabajo social, aporte a la construcción de identidad. XIII Seminario Latinoamericano de Escuelas de Trabajo Social. San José. Healy, K. (2001). Trabajo Social: perspectivas contemporáneas. Madrid: Morata. Parra, G. (2001). APORTES AL ANÁLISIS DEL MOVIMIENTO DE RECONCEPTUALIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA. Buenos Aires: Espacio. Piotti, M. (2007). Formación en el Trabajo Social Crítico desde la cuestion latinoamericana. In C. d. Córdoba, Trabajo Social Prácticas Universitarias y Proyecto Profesional Critíco (pp. 193-210). Buenos Aires: Espacio. Quezada Venegas, M. (2001). El contexto social de los 70. In M. Quezada Venegas, T. Matus Sepúlveda, N. Rodríguez Soto, L. Oneto Piazze, D. Paiva Zuaznábar, & M. Ponce de León Nuñez, Perspectivas Metodológicas en Trabajo Social (pp. 14-15). Buenos Aires: Espacio. Quiroz Martin, T. (1976). Análisis crítico de los métodos tradicionales del servicio social y el movimiento de reconceptualización en América Latina Volumen 7 de Avances de investigación. Costa Rica: Universidad de Costa Rica, Facultad de Ciencias Sociales, Instituto de Investigaciones Sociales. Rodríguez, F. V. (2009). Pregúntele al ensayista. Bogotá: Kimpres Ltda. Torres, J. (1987). Historia del Trabajo Social. Buenos Aires: Humanitas. Vélez Restrepo, O. L. (2003). Modelos contemporáneos de actuación profesional. In Reconfigurando el Trabajo Social: Perspectivas y Tendencias Contemporáneas. Buenos Aires: Espacio. Viscarret Garro, J. J. (2007). El modelo crítico/radical. In J. Viscarret Garro, Modelos y métodos de intervención en Trabajo Social (pp. 205-234). Madrid: Alianza. SEMÁNTICAS DE LA VEJEZ EN SITUACIÓN DE DESASTRE SOCIONATURAL. UNA OBSERVACIÓN DESDE LAS DISTINCIONES DE FUNCIONARIOS PÚBLICOS EN LA REGIÓN DEL LIBERTADOR BERNARDO O'HIGGINS" Francisco Javier Jaramillo Álvarez ∗ Resumen Los desafíos planteados en relación al envejecimiento de 'Ia población chilena, es relevante tematizar otro elemento significativo de las sociedades modernas, y que es la ocurrencia de desastres naturales, y como estos al igual que los procesos de envejecimiento, también refieren a la autoproducción de las sociedades modernas, es decir, la manifestación del desastre tiene un origen natural, pero hoy en día se generan distinciones respecto a la posibilidad de que la consecuencia de los mismos, como también las causas puedan referir a elementos no naturales. La centralidad de la investigación se encuentra en la posibilidad de descripción de un espacio de observación de la vejez como proceso altamente contingente, desde espacios relevantes de intervención social y en relación a la respuestas que se desarrollan en situaciones de desastres socionaturales. Palabras claves: Riesgo/peligro, Vejez, Vulnerabilidad, Desastre, socionatural Centro de Investigación en Vulnerabilidades y Desastres Socionaturales, CIVDES. Universidad de Chile. Iniciativa Científica Milenio Ministerio de Economía, Fomento y Turismo. Correo electrónico: [email protected] ∗ Desarrollo: Los desafíos planteados en relación al envejecimiento de la población chilena, es relevante tematizar otro elemento significativo de las sociedades modernas, y que es la ocurrencia de desastres naturales, y como estos al igual que los procesos de envejecimiento, también refieren a la autoproducción de las sociedades modernas, es decir, la manifestación del desastre tiene un origen natural, pero hoy en día se generan distinciones respecto a la posibilidad de que la consecuencia de los mismos, como también las causas puedan referir a elementos no naturales. La centralidad de la investigación se encuentra en la posibilidad de descripción de un espacio de observación de la vejez como proceso altamente contingente, desde espacios relevantes de intervención social y en relación a la respuestas que se desarrollan en situaciones de desastres socionaturales. 7.- Desarrollo: Los efectos de los desastres de origen natural en el mundo presentan diversas características, que dependen del tipo de desastre, la preparación de la sociedad, los grados de vulnerabilidad, la intensidad, por lo tanto de un desarrollo previo a este, que se traduce en una serie de decisiones, que amplifican o reducen los daños. Pero también es posible realizar distinciones que permitan aportar al conocimiento de los desastres y a su conceptualización como socionaturales, es decir, producto de decisiones previas, durante y posterior al evento. Los desastres tal como lo define Andrew Maskrey (1993), no son naturales, existen unas serie de elementos que configuran la posibilidad de que un fenómeno natural se convierta en un desastre socionatural. En este sentido podemos advertir una red de decisiones, que previo al desencadenamiento de un fenómeno natural, facilitan que este se transforme en riesgo directo para la población. En este sentido se considera que los desastres naturales, producen importantes modificaciones en las sociedades en las cuales se producen, es decir son elaborados como elementos externos que generan irritaciones lo suficientemente significativos para impulsar cambios. Dado lo anterior, se produce un tránsito semántico en la conceptualización de los desastres naturales a desastres socionaturales, la distinción de una comunicación externa que produce cambios al sistema, se tiende a diluir, dado que el efecto de las irritaciones traducidas en daños, son efectos principalmente de las redes desicionales del propio sistema, es decir son autocuasadas. En el tránsito semántico es posible comprender los desastres de origen natural, como fenómenos que acompañan la evolución de la humanidad, desde los inicios de esta. Encontramos referencias en diversas culturas y tiempos distintos, desde la Biblia, el Corán, los diálogos de Platón (el hundimiento de la Atlántida), mitos mapuches, pascuenses, mayas, aztecas, incas, uros, kawesqar, guaraní, entre otras, que comparten referencias en la historia escrita y oral respecto a desastres naturales. En general es posible apreciar como elemento común a las referencias señaladas la asociación entre desastres naturales y castigo de origen divino. La conducta moral de los humanos, es la causa en general del desencadenamiento de estos fenómenos. En este sentido el diluvio es la forma mayormente generalizable en la cual se desencadena el castigo. La presencia del mito sobre el diluvio ha sido identificada en Babilonia, Grecia Antigua, India, Oriente, Archipiélago Índico, Australia, Nueva Guinea, Melanesia, Polinesia, Micronesia, Suramérica, América Central, América del Norte y África (Frazer 1986, citado en Taipe, 1999). En cada una de estas regiones, la forma de los mitos varía según se trate de una u otra etnia; no obstante, éstos se erigen sobre una misma estructura. La Biblia (génesis, capítulo 6 al 9), define como consecuencia el progresivo alejamiento de las leyes sagradas. Similar explicación se encuentra en los diálogos de Platón respecto a la Atlántida (Platón, trad. S.f.), donde los dioses deciden castigar a los atlantes por la soberbia. Los relatos orales del pueblo mapuche hacen referencia a las luchas entre las serpientes Treng Treng Vilu (protectora de los hombres) y Caicai Vilu (enemiga del hombre) (Pino, 2008). En ella Treng Trebg Vilu avisa sobre la intensión de Caicai Vilu de inundar las tierras y así exterminarlos. Solo algunos hacen caso a las advertencias y se refugian en tierras altas, comenzando posteriormente un nuevo ciclo con quienes sobrevivieron. También es posible encontrar referencias en la mitología Quechua (Taipe, 1999), donde una raza de gigantes (que contaba con poderes sobrenaturales) habitaba la tierra en conjunto con la humanidad, pero en el camino de su evolución se vuelven codiciosos, desencadenando el castigo de la divinidad en forma de diluvio. Es posible apreciar la presencia de elementos similares entre las referencias de la antigüedad, donde el agua, la desobediencia o conflicto con divinidades y el inicio de nuevos ciclos posteriores al desastre, marcan puntos de encuentro entre los distintos mitos. Con la evolución de los procesos societales, en especial la creciente secularización y la incipiente racionalización, los desastres de origen natural comienzan a generar una génesis explicativa distinta, en la cual, las referencias a la conducta moral y la relación con el castigo de parte de la divinidad, se transforman principalmente a referencias de carácter natural, y al azar. Desde esta perspectiva la posibilidad de intervenir o anticiparse a los efectos son prácticamente nulos, dada la concepción azarosa de los mismos, como también por el escaso conocimiento de los fenómenos. Con la profundización de la racionalización de los procesos societales y la creciente especialización de sistemas parciales, en particular el sistema ciencia, se comienza a generar una nueva aproximación a los fenómenos de origen natural. En este sentido se desarrollan distinciones respecto a las decisiones (red de decisiones), que permitirían la posibilidad de amplificar o disminuir las consecuencias de desastres de origen natural. Se avanza también en sistemas predictivos (para algunos fenómenos de origen natural, principalmente tornados, tormentas, huracanes, y en menor medida maremotos y erupciones volcánicas) que facilitan la prevención de daños y entregan elementos para la planificación del riesgo. De acuerdo a los elementos revisados, es posible conceptualizar el tránsito semántico del concepto desastre natural, desde concepciones que sustentan la relación entre el comportamiento moral y fuerzas externas (divinos), hasta la forma actual, donde se puede apreciar una síntesis entre manifestaciones naturales, que en su producción se transforman en desastres socionaturales, dado el alcance que hoy en día presentan las decisiones del sistema sociedad. Un posible análisis respecto al tránsito semántico, tiene relación con la posibilidad de la autoproducción. En el actual desarrollo de la forma semántica se conceptualiza, que el daño ocasionado se relaciona con redes decisionales que pueden amplificar o disminuir el daño. En la forma desarrolla en la antigüedad, también es posible distinguir espacios de autoproducción, aun cuando se asocia principalmente a elementos de carácter moral y al devenir de las decisiones del mundo divino, pero aun así se aprecian posibilidades de autoproducción, presentes también en la actualidad, principalmente referidas a procesos de racionalización. A pesar de que en la actualidad se conceptualiza el concepto ligado a manifestaciones de la naturaleza, la autoproducción de los mismos comienza a correr el alcance del mundo social, sobre el mundo natural, dado que factores ya no solo ligados a los daños ocasionados una vez producido el desastre, sino que se discute en la actualidad la posibilidad del incremento de manifestaciones de la naturaleza producto de procesos desarrollados por el sistema social, como por ejemplo el cambio climático. Por lo tanto es relevante abrir la reflexión a la posibilidad de nuevas conceptualizaciones, que puedan incorporar la complejidad actual. Un elemento que se debe considerar en el análisis de la complejidad actual es la relación que se establece en los procesos de envejecimiento, como en los desastres socionaturales, los cuales responden principalmente a efectos evolutivos de los sistemas sociales, donde el aumento de la esperanza de vida, los avances en la medicina, el aumento de la población, el crecimiento exponencial de equipamiento e infraestructura, sin la adecuada gestión del riesgo terminan por adiccionar elementos desagregados, que terminan por complejizar los logros alcanzados. El desafío que se establece como posibilidad de reducción de la complejidad autocausada, es la necesidad de profundizar el conocimiento de ambos factores, para poder generar las necesarias adecuaciones al sistema, y de esta forma efectivamente no se transformen en efectos no deseados de la complejidad. En la sociedad chilena se seguirá probabilizando el envejecimiento y los desastres socionaturales se seguiran produciendo tanto como manifestación de la naturaleza, como también por redes desicionales propias del sistema sociedad. En este sentido es necesario abordar la gestión del riesgo como posibilidad de reducción de complejidad, dado que se entiende que la eliminación total del riesgo no es un objetivo factible, en una sociedad denominada como de riesgo. En este sentido la construcción de semánticas de la vejez en situaciones de vulnerabilidad (como desastres socionaturales) en sujetos que se diluye la relación interventor-afectado dada la amplitud del daño, en una sociedad que no ha desarrollado elementos adecuados para abordar los procesos de envejecimiento y desastres socionaturales, se define como el elemento significativo de la investigación, y que pretende aportar al conocimiento de ambos temas y de la posibles relaciones que se produce entre procesos. Antecedentes del envejecimiento en Chile La conformación y situación de la población en Chile, presenta en la actualidad características significativas de análisis. Es posible apreciar importantes cambios demográficos, por ejemplo, la esperanza de vida al nacer ha crecido sostenidamente en el país, alcanzando en la actualidad cifras similares a la de los países desarrollados, proceso asociado a la transición demográfica avanzada, definida por una baja tasa de natalidad y de mortalidad, que se traduce en un crecimiento natural bajo (año 2004: 1%) (Revista chilena de obstetricia y ginecología, 2007). También se ha modificado la tasa global de fecundidad, llegando en la actualidad a un promedio de 1,9 hijos por mujer (DEIS, 2010), el cual se encuentra bajo la tasa de renovación de la población que se estima en 2.1 hijos (INE, 2013). Estos hechos han comenzado a cambiar la estructura de la población en el país, transformando algunos elementos significativos, tales como los índices de reemplazo de la población y simultáneamente ha comenzado un envejecimiento paulatino pero sostenido, cambiando las proyecciones de la estructura etaria, con la posibilidad cada vez más cierta que el segmento de personas mayores de 60 años se transforme en un elemento de un peso relevante en una serie de definiciones en la estructura social del país. En este sentido, la esperanza de vida en Chile, ha sufrido importantes cambios, desde mediados del siglo XX a la actualidad. En la tabla que se presenta se puede apreciar que en el periodo que va desde 1950-1955 al periodo proyectado 2010-2015 la esperanza de vida ha aumentado en 24,3 años, lo cual representa un crecimiento levemente superior a 4 años por decenio (4,05). Tabla 1 esperanza de vida al nacer (en años) por periodo y sexo. Chile, 1950-2025 Periodo 1050-1955 1955-1960 1960-1965 1965-1970 1970-1975 1975-1980 1980-1985 1985-1990 1990-1995 1995-2000 2000-2005 2005-2010 2010-2015 2015-2020 2020-2025 Ambos sexos 54,80 56,20 58,05 60,64 63,57 67,19 70,70 72,68 74,34 75,71 77,74 78,45 79,10 79,68 80,21 Hombres Mujeres 52,91 53,81 55,27 57,64 60,46 63,94 67,38 69,59 71,45 72,75 74,80 75,49 76,12 76,68 77,19 56,77 58,69 60,95 63,75 66,80 70,57 74,16 75,89 77,35 78,78 80,80 81,53 82,20 82,81 83,36 Tabla construida con datos del INE (2004) Otro elemento a considerar tiene relación con la tasa de recambio poblacional. Las proyecciones hacia el 2050 muestran una inversión en la estructura de la conformación poblacional del país. En la actualidad el grupo de adultos mayores es el de menor peso en el total 13,1% (Naciones Unidas, 2010), siendo los menores de 14 años el segmento más significativo 22,3% (INE, 2010). Hacia el 2050 según proyecciones de las Naciones Unidas los mayores de 60 años serán los de mayor peso en la estructura poblacional, reduciéndose significativamente el segmento de 0 a 4 años, pero representando en el total del país (bajo la actual normativa) las personas económicamente no activas (es decir mayores de 65 para hombre y 60 para mujeres y menores de 14) el mayor porcentaje en el total del país. Esta posibilidad se enfrenta a la pregunta respecto a la preparación actual y proyectada para enfrentar cambios significativos en la estructura poblacional, pero también a como ésta se encuentra configurada, dada las condiciones de formulación de políticas públicas y las formas predominantes de intervención social. Lo anterior se complementa con la idea de que puede crear la paradoja del aumento de la población mayor dados los avances técnicos, de salud, en el contexto de la evolución de la sociedad, pero que estas poblaciones que presentan mayores grados de autonomía con una mejor capacidad de llegar a viejos, puedan encontrarse empobrecidos, y bajo políticas públicas mayormente asistencialistas o con la ausencia de las mismas, como también con mayores grados de desvinculación de sus familias traducidas en redes primarias. De acuerdo a las estadísticas del caso chileno (Terremoto y maremoto 2010) es posible apreciar la siguiente distribución de fallecidos: Tabla 2, distribución de fallecidos por rango de edad Rango de edad (años) 0-2 2- 9 10-18 18-30 30-45 45-60 60- y mas Sin información Número fallecidos 9 38 21 49 68 103 193 5 de Porcentaje 1,8% 7,8% 4,3% 10% 13,9% 21,1% 39,7% 1% Tabla construida según datos del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (2010) En la Tabla 2, es posible apreciar que el grupo etario, que presenta la mayor cantidad de fallecidos, es la de adultos mayores, representando aproximadamente un 39% del total. De acuerdo al estudio Características epidemiológicas de los fallecidos durante el terremoto y maremoto de Chile 2010 (Revista Med Chile 2012;140:732-739), se aprecia una significativa prevalencia en la concentración de fallecidos en grupo de mayores de 60 años. En específico es significativa la diferencia que se establece en la tasa de fallecidos por cada 100.000 mil habitantes en la población mayor de 80 años: Tabla 3 Tasa de fallecidos por rango de edad (por 100.000 habitantes) Rango de edad 0a9 10 a 19 20 a 29 30 a 39 40 a 49 50 a 59 60 a 69 70 a 79 80 y mas Tasa de fallecidos 2,09% 1,34% 1,72% 2,03% 2,25% 3,66% 5,53% 7,74% 22,64% Tabla construida a partir de datos aportados por Revista Med Chile (2012) La mayor concentración de fallecidos por rango de edad, resulta un elemento relevante de análisis respecto a la concentración del daño en grupos que presenten mayor vulnerabilidad. Este elemento encuentra su correlato en experiencias de otros de desastres de origen natural. En el caso de Nueva Orleans es posible apreciar la disminución sostenida de la población, que en el caso del huracán Katrina se vio mermada en un 64% cinco meses después. Se estima que la mitad de los residentes de Nuevas Orleáns vivía en casas o departamentos arrendados. Los residentes evacuados viajan o se trasladaron a otras ciudades, y dentro de un mes, los refugiados de Nueva Orleans se pueden encontrar en todos los Estados. La amplia cobertura de los medios compartió el fracaso de la evacuación completa, la situación de los que permanecen en la ciudad, y la posterior emigración con una audiencia global. La carga de estos fracasos más pesado cayó sobre los miembros afroamericanos, pobres, ancianos y enfermos de la población. Cuatro meses después de Katrina, la población se estimaba en 158.353, sólo el 37% del preKatrina. (R. W. Kates, 2006). La población afectada principalmente (75%) es afro-americana y el 29% pobres. De los muertos un poca más de la mitad eran enfermos y adultos mayores. Nueva Orleáns es definida como una de las ciudades más pobres de Estados Unidos (R. W. Kates, 2006). Ambos casos referidos (Terremoto y maremoto, Chile 2010 y Huracan Katrina, Estados Unidos 2005) presentan similitudes respecto a la concentración del daño en poblaciones principalmente vulnerables y con significativos elementos de exclusión. Pero uno de los elementos de mayor relevancia para la investigación en relación a los desastres socionaturales, tiene que ver con la pregunta sobre ¿Quién es el dañado y quién no?, es posible entonces delimitar con claridad quienes son los llamados intervenir en desastres socionaturales de gran amplitud entendiendo que el efecto puede también alcanzar a quienes son llamados a intervenir en situaciones de emergencia. Particularmente relevante resulta la experiencia del huracán Katrina en Nueva Orleans, según estimaciones realizadas, el 80% de Nueva Orleans fue afectada por Huracán. Se rescata el análisis realizado en torno a los equipos profesionales públicos como privados presentes en la ciudad de Nueva Orleáns. Se define la idea que la amplitud de la catástrofe afectó a gran parte de la población, como también a la infraestructura que sustenta en muchos casos el trabajo de los equipos. Por lo tanto es necesario tener en consideración la contingencia que se presenta en estos casos. Por una parte se definen como los equipos convocados a dar apoyo las víctimas en situaciones de desastres, pero a la vez también son víctimas del mismo evento (Lynn, 2006) En este sentido se diluyen significativamente las diferencias, y se genera la necesidad de desarrollar la gestión del riesgo como estrategia planificada para la reducción de los efectos de desastres socionaturales, como también en la intervención posterior a un desastre. 8.- Bibliografía: Arnold, M. (2003). Autoproducción de la Amenaza Ambiental en la Sociedad Contemporánea. Revista MAD, 9, 1-31. Extraído el 10 de octubre de 2012 desde http://www.facso.uchile.cl/publicaciones/mad/09/index.html Beck, U. (1998), La sociedad del Riesgo. Hacia una nueva modernidad, Barcelona, Paidos. Cuervo, I. (2001) El modelo de gestión del forec: balance y perspectivas del fondo para la reconstrucción económica y social del eje cafetero, después del terremoto de 1999 en Colombia. Monografía de Magister no publicada, Departamento de Ingeniería Industrial, Universidad de Chile. Fernández, V (2008). Reconstrucción integral en aceh tras el tsunami (indonesia). Extraído el 17 de mayo de 2012 desde http://habitat.aq.upm.es/dubai/08/bp2247.html Kates, R, Colten, C, Laska, S, Leatherman, S. (2006), Reconstruction of New Orleans after hurricane Katrina: a research perspective. Proceedinds of the National Academy of Sciences of the United States of América, 40 1465314660. Extraído el 6 de junio de 2012 desde http://www.pnas.org/content/103/40/14653.full.pdf+html Luhmann, N. (1992) Sociología del Riesgo, Guadalajara, Universidad Iberoamericana/Universidad de Guadalajara. Osorio, P. (2006), La longevidad: más allá de la biología. Aspectos socioculturales. Papeles del CEIC, nº 22, CEIC (Centro de Estudios sobre la Identidad Colectiva), Universidad del País Vasco. Extraído el 5 de mayo de 2013 desde http://www.ehu.es/CEIC/papeles/22.pdf Pino, Y, (2008), Cuentos mapuches chilenos. Santiago, Copesa. Platón. (s,f), Diálogos. Madrid, Medina y Navarro editores. Senama, Magister en Análisis Sistémico Aplicado a la Sociedad (2011). Arnold, M. Thumala, D. Urquiza, A. Abusleme, M. Massad, C, García, C, Retamal, M. Segunda Encuesta Nacional. Inclusión y Exclusión Social del Adulto Mayor en Chile. Taipe, G (1999), El diluvio en los mitos quechuas contemporáneos. Revista de Investigaciones Folclóricas, Volumen 14. Extraído el 20 de marzo de 2013, desde http://www.naya.org.ar/ifa/publicaciones/rif_index.htm Université Catholique de Louvain-Brussels, Belgium, Centre for Research on the Epidemiology of Disasters (CRED) Institute of Health and Society (IRSS). Annual Disaster Statistical Review 2011, The numbers and trends. Extraído el 1 de octubre de 2012, desde http://www.cred.be/sites/default/files/ADSR_2011.pdf CONTEXTO LABORAL DE LOS/AS PROFESIONALES MIEMBROS DEL COLEGIO DE ASISTENTES Emita Gutiérrez Encina María de los Ángeles Oyarzún Farías José Sazo Bustos ∗ ∗∗ ∗∗∗ RESUMEN El Consejo Provincial Linares, dependiente del Colegio de AASS de Chile y que acoge a alrededor de 50 Trabajadores y Asistentes Sociales se constituye en una instancia para promover el perfeccionamiento profesional y reflexionar respecto a la formación y práctica que permita enfrentar los cambios y desafíos que establece la realidad social actual. En este contexto, durante el año 2013, se desarrolló un estudio preliminar de carácter cualitativo, cuyo objetivo era conocer la realidad en la que se desempeñan estos profesionales colegiados, todo esto a través de grupos de discusión en donde participaron socios que realizan labores en diversas áreas de la comuna, analizándose aspectos como la situación laboral, formación académica y ejercicio profesional. Siendo una investigación preliminar, se espera a futuro llevar a cabo un análisis respecto a los hallazgos encontrados y generar conclusiones en busca de un mejoramiento continuo de la profesión. Palabras claves: Trabajo Social, Situación Laboral, Ejercicio Profesional, Formación Académica. Trabajadora Social, Magíster en Ciencias Sociales, I miembro Colegio AASS de Chile, Provincial Linares, ∗ Profesional Dirección Desarrollo Comunitario, Ilustre Municipalidad de Linares, correo electrónico: [email protected] ∗∗ Trabajadora Social, Magíster en Ciencias Sociales, miembro Colegio AASS de Chile, Provincial Linares, Jefe Carrera Trabajo Social Universidad Santo Tomás, Sede Talca, correo electrónico: [email protected] ∗∗∗ Trabajador Social, miembro Colegio AASS de Chile, Provincial Linares, profesional Centro Comunitario de Salud Familiar (CESCOF) Luis Navarrete Carvacho de Linares, correo electrónico: [email protected] INTRODUCCiÓN: Alrededor del año 1995 surge en la ciudad de Linares el interés de conformar una organización dependiente del Colegio de Asistentes Sociales de Chile, de esta forma, nace la Delegación Provincial que agrupó en un comienzo a aproximadamente 15 Trabajadores y Asistentes Sociales. En la actualidad, y luego de modificados los estatutos de los Consejos Regionales de la citada Asociación Gremial, opera el Consejo Provincial Linares dependiente del Colegio de AASS de Chile. Linares es una ciudad y comuna capital de la provincia de Linares, Región del Maule, Chile. Esta ciudad cuenta con alrededor de cien mil habitantes y constituye un importante centro urbano de la Región junto a las ciudades de Talca y Curicó. OBJETIVOS: Objetivo General: “Identificar el contexto laboral en el que se desempeñan los/as miembros del Colegio de Asistentes Sociales, Provincial Linares”. Objetivos Específicos: “Conocer la situación laboral en la cual se desenvuelven los/as miembros del Colegio de Asistentes Sociales, Provincial Linares”. “Describir la injerencia de la formación académica en la práctica profesional de los/as miembros del Colegio de Asistentes Sociales, Provincial Linares”. “Detectar nudos críticos presentes en el ejercicio profesional los/as miembros del Colegio de Asistentes Sociales, Provincial Linares”. METODOLOGÍA: El presente trabajo corresponde a un estudio preliminar con un Enfoque Cualitativo, presentando un diseño de carácter exploratorio descriptivo. La técnica de recolección de información empleada fue el grupo focal, desarrollándose dos grupos, con una asistencia de 10 miembros del Colegio de Asistentes Sociales, Provincial Linares en cada uno de éstos, para cada grupo se elaboraron guiones temáticos que orientaron el diálogo entre los participantes. La información audiograbable de cada grupo de discusión fue transcrita para su posterior análisis. El análisis de los datos se está desarrollando de acuerdo al procedimiento de análisis de datos cualitativos propuesto Hernández, Fernández y Baptista (2010), el cual contempla una serie de pasos, organizando el análisis en dos niveles. Los resultados que se presentan en este trabajo corresponden al primer nivel en el cual se realizó la codificación de las unidades de análisis constituyendo las categorías teóricas e in vivo. PRINCIPALES HALLAZGOS: TEMA 1 “SITUACIÓN LABORAL”: 1.1.ÁREAS DE TRABAJO: en esta categoría se presenta el análisis respecto a los programas, servicios, instituciones u organismos en los que se desempeñan los/as Trabajadores y Asistentes Sociales. A continuación se exponen los principales resultados: -‐ Se desempeñan en diversas áreas, tanto públicas como privadas reconociéndose un amplio campo laboral. No obstante, se identifican áreas de trabajo que son propias de la profesión pero que son ocupadas por otros profesionales. -‐ Los profesionales se reconocen como expertos en lo Social, desempeñándose en distintos programas y/o proyectos principalmente en la ejecución de los mismos. -‐ El Estado sigue siendo el gran empleador y continúa el desafío de incursionar más en el área privada, como por ejemplo en el tema de Recursos Humanos. No obstante, se reconoce que en el ámbito privado es difícil de ejercer, ya que las empresas sólo buscan “producción”, sin importarles de sobre manera el recurso humano. -‐ Finalmente, se expresa la importancia de “conservar” la inserción que ya se ha logrado en áreas no tradicionales como la docencia. 1.2. TIPO DE CONTRATOS/SUELDOS: se hace referencia a la realidad contractual que viven los/as profesionales (planta, contrata, honorarios, código del trabajo, entre otros) y nivel de remuneraciones o rentas que se perciben, encontrándose los siguientes hallazgos: -‐ Se reconoce que se han impulsado políticas sociales de muy “corto plazo” que consideran lo cuantitativo por sobre los procesos profundos que realmente provocarían cambios a nivel cultural, esas condiciones de corto plazo hacen que las contrataciones de los profesionales también sean de esa manera, principalmente de carácter a honorarios, con la consiguiente inestabilidad laboral. -‐ Paralelo a ello, los/as Trabajadores y Asistentes Sociales no se motivan a participar en el Colegio de AASS, por lo que disminuye la influencia que esta entidad pueda tener para visibilizar estos temas u otros, como por ejemplo, la baja remuneración al momento de jubilar. 1.3 DIFICULTADES DE LA REALIDAD LABORAL: en esta categoría se identifican obstáculos de diversa índole que inciden negativamente en el desarrollo de la actividad laboral, reconociéndose los siguientes: -‐ En algunas áreas muy específicas se encuentran marcos institucionales que no permiten que el TS se inserte o realice acciones innovadoras, así también se reconocen dificultades relacionadas con los marcos organizativos, principalmente en cuanto a la estructura, destacándose la burocracia presente en la mayoría de los servicios públicos. -‐ Como consecuencia del modelo económico y político, se evidencia que el TS se mueve en un contexto competitivo, evidenciándose comportamientos poco solidarios entre colegas, como por ejemplo: falta de cooperación/compañerismo, percepción de amenaza del colega nuevo. -‐ Se presenta una contradicción en lo que el/la Trabajador y Asistente Social piensa y hace, se promueve el trabajo en equipo, la participación social; sin embargo, en la realidad con los otros profesionales o compañeros de trabajo no se dan esas acciones. -‐ Influye de forma negativa en la situación laboral la gran oferta de Trabajadores, Asistentes y Técnicos Sociales, lo cual va en desmedro del nivel de remuneraciones y posibilidad de insertarse laboralmente. -‐ La realidad institucional muchas veces desmerece la postura o desempeño de los/as Trabajadores y Asistentes Sociales, quedando en un nivel más bajo en comparación a otros profesionales, por ejemplo, en los Centros de Salud Familiar los funcionarios de la salud, como médicos, enfermeras u otros, se consideran por sobre la acción de los/as Trabajadores y Asistentes Sociales. -‐ La variable política también influye en la permanencia de los/as Trabajadores y Asistentes Sociales en el puesto de trabajo, muchas veces se continúa en éste dependiendo si se comparte o no la misma tendencia política con el jefe o autoridad. -‐ No obstante lo señalado, los profesionales reconocen que se puede hacer más allá de lo solicitado por la institución, superando las limitantes de los recursos y condiciones propias de su organización. Además en este esfuerzo influyen fuertemente los costos que ello implica: tiempo personal, perjuicio en la salud, entre otros. 1.4. CAPACITACIONES/PERFECCIONAMIENTO: hace referencia al acceso, participación e impacto de actividades como seminarios, cursos, talleres u otros de similares características. Los hallazgos encontrados son: -‐ En general, los/as Trabajadores y Asistentes Sociales no presentan grandes cambios/impactos laborales productos de las capacitaciones, muchas veces se asiste a variadas acciones de este tipo, pero de baja calidad en lo que a contenidos se refiere. -‐ Se reconoce la existencia de colegas que no se interesan por participar en capacitaciones y perfeccionamientos, quedándose con los elementos básicos de su formación de pregrado para desempeñar el puesto de trabajo. -‐ En lo habitual, las capacitaciones se buscan como una forma de desarrollar de mejor forma el trabajo pero también tiene un carácter instrumental ya que permite a los/as profesionales mejorar su calidad de vida. TEMA 2 “FORMACIÓN ACADÉMICA”: 2.1 CALIDAD: entendiéndose por propiedades y características de la formación académica que reciben los/as Trabajadores y Asistentes Sociales y que permiten responder o no a los desafíos, funciones y responsabilidades de dichos profesionales. En este punto se encontraron los siguientes aspectos relevantes: -‐ Se estima que la calidad en la formación de los/as Trabajadores y Asistentes Sociales se ha visto afectada considerando el gran número y diversidad de planes de estudio en este ámbito. -‐ Se da cuenta que en el año 2010 existían aproximadamente 140 planes de estudio de Trabajo Social (en sus distintos niveles) a nivel nacional. En todo esto influye la gran cantidad de instituciones que imparten dichos programas, muchos de ellos sin encontrarse acreditados. -‐ En este sentido también, se analiza que no hay claridad respecto a un plan de estudios consensuado y con una única formación central para todos los organismos a nivel país. Es tanta la diversidad de programas que algunos podrían no considerar elementos fundamentales para la formación y el posterior ejercicio de la profesión. -‐ Dentro del ámbito de la formación académica es importante destacar la falta de rigurosidad o exigencia a la hora de evaluar el ingreso de estudiantes a esta carrera, ya que en algunas casas de estudios de carácter privado, no presentan o establecen bajas exigencias en cuanto a competencias de entradas de los alumnos (Prueba de Selección Universitaria). -‐ Asimismo, se observa de parte de las instituciones de educación superior una preocupación por la retención de alumnos, lo que lleva a disminuir en algunas ocasiones los niveles de exigencia de aprobación de asignaturas, incidiendo de forma directa en la calidad del programa y de los futuros Trabajadores y Asistentes Sociales. -‐ En cuanto a la calidad de la formación profesional, se reconoce como relevante el proceso de Acreditación, ya que un gran número de instituciones de educación superior y programas de Trabajo Social no están acreditados, por lo que no se dan garantías de contar con los mínimos básicos para su funcionamiento. -‐ Hay que reconocer que existen Trabajadores y Asistentes Sociales preocupados por la baja calidad de algunos programas, por lo que no estarían dispuestos a participar de acciones de docencia, sin embargo, se presenta la realidad de que hay profesionales disponibles para aquello apelando a una necesidad económica (ante una cesantía y un segundo trabajo para aumentar los bajos ingresos). -‐ Por otro lado, es importante destacar que el proceso de acreditación es un proceso “voluntario” para las casas de estudios, siendo el principal objetivo para participar, el hecho de que sus alumnos puedan ser receptores de beneficios estatales (Crédito con Aval del Estado –CAE-, Becas). En cuanto a las carreras, a excepción de aquellas del área de educación y salud, es también un proceso voluntario. -‐ Se reconoce que dentro de las motivaciones de ingreso a la carrera están aquellas relacionadas con el fácil acceso a ésta y las bajas exigencias en el transcurso de la formación de pregrado, lo cual permitiría la obtención de un título profesional de carácter más bien instrumental, y no por una real vocación hacia el Trabajo Social. -‐ Por otro lado, existen personas que por un interés de beneficios instrumentales (como por ejemplo ascensos laborales, obtención de incentivos económicos u otros) se matriculan en programas de Trabajo Social de baja o “dudosa” calidad. 2.2 POSGRADOS y DIPLOMADOS: hace referencia al acceso, participación e impacto de programas que entregan un grado académico posterior a la formación de pregrado u obtención del grado de licenciado; también se analizan en este punto los diplomados. En este apartado se destacan los siguientes hallazgos: -‐ Para cursar estudios de posgrado existe desmotivación en algunos profesionales debido a que bastaría con la formación de pregrado para la inserción y mantención laboral, sin existir exigencias posteriores, ni beneficios en el aumento de remuneraciones y menos una incidencia en el ascenso dentro de una institución. -‐ Si bien el posgrado no tiene un impacto en la realidad laboral actual, sin duda incide en la competitividad laboral pensando en futuras postulaciones de trabajo, mejorando las oportunidades de obtener otros puestos laborales. -‐ Respecto a las motivaciones para desarrollar un posgrado los/as profesionales reconocen por un lado un interés “personal”, en la búsqueda del efectivo crecimiento y desarrollo profesional y por otra parte, fines instrumentales como acceder a los beneficios económicos que ofrece un determinado empleador. -‐ Se reconoce como un obstaculizador para la realización de posgrados la falta recursos económicos debido a la realidad laboral anteriormente descrita y el alto de costo los mismos. 2.3 NIVELES EN LA FORMACIÓN (TÉCNICO/ASISTENTE/TRABAJADORES SOCIALES): DE PROGRADO en este punto se presenta un análisis en torno a las relaciones que se establecen en el ejercicio laboral de quienes desarrollan funciones como Técnicos en Trabajo Social (o similares), Asistentes Sociales y Trabajadores Sociales. Destacándose los siguientes hallazgos: -‐ Se reconoce una falta de diferenciación clara respecto a las funciones que le competen al profesional y al técnico. No se vislumbra adecuadamente la complementariedad y el apoyo que se debería dar entre estos profesionales, así como se da en otras áreas. -‐ Por otra parte, la percepción negativa de los profesionales hacia la labor técnica estaría favorecida por el hecho de que las instituciones en algunas oportunidades privilegian la contratación de técnicos por un valor más bajo en la remuneración, entregándoles funciones y responsabilidades muy similares a las del profesional. TEMA 3 “EJERCICIO PROFESIONAL” 3.1 VINCULACIÓN TEORIA-PRÁCTICA: este punto hace referencia a los aspectos fundamentales que se originan producto de la relación entre la teoría vinculada al Trabajo Social y la práctica concreta que desarrolla el profesional. En este sentido, se presentan los siguientes resultados: -‐ En general, las políticas sociales que implementan los Trabajadores y Asistentes Sociales se diseñan en instancias superiores y la función de estos profesionales se limita a la ejecución de las mismas. Esto contribuiría a que exista sólo preocupación por desarrollar los programas y proyectos sociales sin reflexionar en lo teórico que otorga sustento a estas intervenciones. -‐ Lo anterior, se vincula con el hecho de que algunos profesionales no se motivan por el perfeccionamiento, dejando cada vez más de lado el ejercicio de vincular la teoría con la praxis. -‐ Sumado a esto, se aprecia una directa relación en que a mayor cantidad de años de ejercicio profesional se presenta una mayor dificultad para articular lo teórico con lo práctico, debido a la rutinización de las acciones por el hecho de que habitualmente se aplican programas y proyectos en lo que está todo predeterminado (modelos teóricos, actividades, técnicas, etc.) -‐ Sin embargo, igualmente se presentan realidades en donde sí se percibe una vinculación entre lo teórico y lo práctico, buscando mejorar las intervenciones desde la teoría y determinando las mejores estrategias de acción según los paradigmas sociales. -‐ Se detecta que en algunas realidades institucionales se prefiere que los/as profesionales tengan una menor capacidad crítica frente a las diversas intervenciones propuestas desde niveles superiores. 3.2 LIMITANTES INSTITUCIONALES: entendiéndose por variables negativas que se desprenden de la realidad institucional en la cual se insertan los/as Trabajadores y Asistentes Sociales, entre éstas se destacan las siguientes: -‐ La primera gran limitante institucional que se presenta, se refiere a la contingencia política, vista como una dificultad que impide desarrollar ciertas acciones profesionales. En algunas circunstancias existe una manipulación de las decisiones técnicas para implantar decisiones políticas o simplemente la autoridad impone sus intereses por sobre lo técnico. -‐ El modelo económico y político imperante da espacios al ejercicio de otros profesionales, sobre todo en el ámbito de la administración y economía que invaden áreas sociales que debieran ser ocupadas por Trabajadores y Asistentes Sociales. -‐ También es visible el hecho de que se desarrollan políticas sociales que dan relevancia a lo cuantitativo en perjuicio de lo cualitativo, desconociendo los procesos y las relaciones con los usuarios y dando énfasis a indicadores cuantitativos. BIBLIOGRAFÍA: Castañeda, Patricia y Salamé, Ana María, Artículo: “Competencias Profesionales de Trabajo Social: tradición y transformación” en Revista de Trabajo Social Nº 72, Pontificia Universidad Católica, 2003. FLORES, R. Observando observadores: Una Introducción a las Técnicas Cualitativas de Investigación Social. 1¨ ed. Santiago, Chile. Ediciones Universidad Católica de Chile. 2009. 39 p. ISBN Nº 978-956-14-1094-7. Hernández, R., Fernández, C. y Baptista, P. (2010). Metodología de la investigación. McGraw-Hill. México, D.F. SERRANO, G. investigación cualitativa. Retos e interrogantes. 4°ed. Madrid, La Muralla, 2007. 102 p. ISBN 978-84-7133-629-3 Valles, M. (1999). Técnicas cualitativas de investigación social. España, Editorial Síntesis. España. CONDICIONES LABORALES EN TRABAJO SOCIAL Teresa Dornell Sacho Saphir Stemphelet mina Mauros ∗ Resumen El contexto social se ha visto influenciado por cambios generados en las últimas décadas: un mercado laboral con nuevas lógicas de regulación, complejidades familiares sin correlación con las Políticas Sociales y el interés de procesos de inclusión con participación y accesibilidad a bienes y servicios, forjan una suerte de "saturación" en el rol del Trabajo Social. Profesión que se encuentra inmersa en una infinidad de condicionantes que por su naturaleza social la delimitan y la hacen sensible ante factores estresantes siendo muy difícil discernirlos en la cotidianidad del ejercicio profesional. La acción social por sí, ya es un factor adverso para la salud del trabajador, por eso lograr establecer fronteras de autocuidado, y un clima organizacional generador de intervenciones interdisciplinarias, contribuirían al diálogo en pro de estrategias que favorezcan no sólo al ciudadano con el cual se involucra, sino también al profesional. Palabras clave: Trabajo Social - Actividad Laboral- Factores estresantes ∗ Profesora, Licenciada en Trabajo Social. Contacto: teresadornell@hotmail,com Introducción La determinación trabajo es considerada una necesidad humana, con un valor incalculable para el individuo, el cual más allá de permitirle percibir una remuneración económica para su sustento diario, lo habilita al crecimiento y desarrollo personal, desplegando asimismo la capacidad de cambio, creación y transformación; al tiempo que genera un espacio donde el individuo pueda establecer nuevas relaciones sociales. "Así pues muchos de los ingredientes esenciales de satisfacción, salud y bienestar en la vida están intrínsecamente vinculados con el trabajo y la profesión". (Kalima, R. et al. 1988:6) De manera que el trabajo representa aquella actividad objetiva a través de la cual "(. . .) el Hombre crea su realidad, el trabajo tiene un sentido ontológico o fisiológico. (. . .) es una forma de praxis, y la praxis es la esfera del ser Humano. Sin praxis no hay realidad Humana (. .. )". (Kosik, K; 1988:6) Sin embargo, en algunas circunstancias las condiciones de trabajo originan riesgos y situaciones desfavorables para la salud de los individuos y en determinados contextos puede provocar estados hostiles para los mismos. El Hombre cuenta con capacidades físicas e intelectuales que le asignan un lugar preponderante respecto al resto de los animales que habitan este universo. La inteligencia del Ser Humano lo habilita a poner en práctica y dar origen a esa actividad llamada trabajo, por medio de la cual pone en ejercicio todos sus sentidos, aptitudes físicas, destrezas y habilidades. La actividad del trabajo es presteza del Hombre entero poniendo en acción todas sus potencialidades físicas y mentales, acrecentando el autoestima, porque el resultado del mismo es producido y producto de su propia actividad. El trabajo forma parte del diario vivir de todo individuo y es parte esencial de la sociedad, otorgándole al hombre (en sentido genérico) un papel de prestigio y suma importancia. Es "(, . .) la reproducción del particular, es reproducción del hombre concreto es decir, que en una determinada sociedad ocupa un lugar determinado en la división social del trabajo". (Heller, A; 2002:37) La sociedad globalizada ha desarrollado un gran entusiasmo e interés por el impulso de la producción, la economía y la tecnología con el fin de aumentar la productividad y ganancia económica, subestimando el desarrollo de las capacidades de los individuos, creatividad individual y por sobre todo la propia Salud. El mundo actual ha abierto las puertas a los cambios en la producción exigiendo a los individuos la tecnificación constante y la readaptación a los instrumentos tecnológicos y sociales. Generando "( ... ) el más formidable desafío jamás planteado a la familia: la más peligrosa de las injusticias. Una cruel selección de los más aptos para la competitividad y la supervivencia". (Eroles, C.; 2006:191) De manera que la sociedad de la cual formamos parte se vuelve un "enemigo" del individuo, su vida y trabajo, representando un riesgo para la salud del trabajador. 1.- Trabajo como valor de uso y como valor de mercancía La sociedad actual presenta un doble desafío para las personas que la integran, lograr un lugar dentro del mercado laboral y por otra parte, permanecer en él. IIAdentrarnos en las transformaciones en el mundo del trabajo, hoy, implica necesariamente, no solamente reflexionar sobre la verdadera mutación tecnológica, instituciona/, laboral, cibernética, sino también comprender que el Liberalismo y el neo liberalismo vivido a nivel macro, tiene sus repercusiones en la vida cotidiana, en la intimidad más profunda, en la construcción y de-construcción de subjetividades". (Araújo, A.M. et al.; 2008:11) Esta realidad ejerce un poder invaluable en el individuo, adentrándose en todas sus esferas. El trabajador pone al servicio de su labor su propia esencia y vida misma, en medio de las exigencias que requiere el mercado. En incansables oportunidades se ha hablado de la importancia del trabajo para la vida de todo individuo, sin embargo en los últimos tiempos también hemos escuchado del lado "oscuro" del mismo: 11(. . .) pérdida de trabajo o falta de trabajo o lo que se denomina desocupación, desempleo masivo". (Sarachu, G.; 2003:11) El trabajo debe considerarse en relación al mercado, es decir, toda actividad laboral tiene un fin, por tanto no se lo puede concebir fuera de las leyes del mercado, dinero y de las necesidades de los individuos. El valor del trabajo como mercancía reside en el uso dado por los otros, aquellos que hacen uso del resultado del trabajo. Colson sostiene que: 11(. . .) el trabajo es el empleo que el hombre hace de sus fuerzas físicas y morales para la producción de riquezas o de servicios". (1963:13) De manera tal que la actividad del trabajo está delimitada teleológicamente, respondiendo de algún modo a la ecuación: trabajo igual a mercancía; la cual ha de responder a un determinado uso. Al considerar la actividad del trabajo, no podemos evitar hablar del valor del trabajo para el individuo, más allá de la importancia que adquiere para la sociedad toda, como actividad humana, sino que también debemos considerarlo en su valor monetario, en el valor que adquiere por medio del salario. El trabajo, como se ha dicho en varias oportunidades, tiene una fuerte correlación con la salud, ya que por intermedio del salario el trabajador adquiere los bienes necesarios para la subsistencia diaria. El lugar que ocupe dentro de la división socio-técnica del trabajo representa un fuerte componente en su bienestar tanto físico como psicológico. Plantea Dejours. "(,..) hay que volver a dibujar la historia de la Salud de los trabajadores (. . .) Surge así un frente de protección al cuerpo; resguardarlo de los accidentes, prevenir enfermedades profesionales e intoxicaciones y asegurarle adecuado cuidado y tratamiento". (2008:11). La salud laboral manifiesta la concordancia entre las condiciones y medio ambiente de trabajo, en correspondencia con la salud del individuo/trabajador a través de los factores de riesgo a nivel físico, social y/o psíquico. Un lugar de trabajo (sobre todo aquel al que un individuo dedicó tiempo para su adecuada capacitación) que cuente con las condiciones ambientales y físicas adecuadas, ha de ser generador de un clima propicio para el ejercicio de la actividad. 2.- Condiciones de Trabajo y su acercamiento a la profesión del Trabajo Social En medio de cambios tecnológicos, de la mercantilización del trabajo y la globalización, la población trabajadora se enfrenta a los retos de la exclusión de la actividad laboral. El campo de la salud, presenta dos situaciones diferentes: por un lado, los desempleados que enfrentan la realidad de verse excluidos de un bien tan preciado para la sociedad actual, y por otra parte los que sí poseen un trabajo pero que son presos de la "nuevas" exigencias laborales, a fin de mantenerse "en el ruedo", ya que si el trabajador "(. . .) se involucra verdaderamente en el trabajo, la empresa puede asegurarle una hermosa carrera". (Dejours, C. 2006:46) La falta de trabajo, por la razón que lo genere, (sea por enfermedad, vejez, desocupación) inmediatamente se convierte en padecimiento, y no sólo ello, sino que trae aparejado un sentido de vergüenza al ser portadora del abandono de la actividad laboral: "Si uno está enfermo, es porque es perezoso". "Cuando se está enfermo, uno se siente juzgado por los otros". (Dejours, C.; 1990: 32) Como consecuencia se genera el silencio ante la presencia de la enfermedad, con ello se evita el rechazo, el juzgamiento y la vergüenza. "El bienestar y las enfermedades de los individuos no son vistas ordinariamente como resultados organizacionales, ni siquiera en parte. " (Katz, O; Kahn, R; 1992: 11) "Los posibles mecanismos que vinculan el estrés y la enfermedad con la dedicación sin alegría a un trabajo arduo están relacionados con las reacciones cognoscitivas, emocionales, de conducta y fisiológicas". (Kalimo, R. et al; 1988:77) Desde la jerga popular en incansables oportunidades hemos escuchado decir (y hemos dicho): "una persona bajo presión funciona mejor". El estado de estrés bajo su concepción científica denominada "eustrés", respondería de alguna manera a ello, generando en el individuo un rendimiento óptimo en cuanto a su tarea. Sin embargo, si consideramos la situación en la que el individuo no pueda hacer frente a las demandas que se le presentan, el estado de estrés ha de fundar en él consecuencias de índole negativa, sumergiéndolo en condiciones de depresión, agotamiento, angustia y sentimiento de no dar más de sí; este estado ha recibido el nombre de "distrés". "Acción, trabajo y sufrimiento están indefectiblemente unidos, aunque cada uno de los términos sea irreductible a los otros dos". (Dejours, C.; 2006: 150). La psicopatología del trabajo utiliza el término sufrimiento a fin de hablar de la inestabilidad mental que puede atravesar el individuo en el medio laboral. "El sufrimiento (. . .) implica entonces una confrontación entre los factores patógenos provenientes de la organización del trabajo y los procedimientos defensivos elaborados por los mismos trabajadores." (Dejours, C.; 1990: 182) Si bien no existe una clara definición y una única clasificación de los factores de estrés y sobre todo del significado específico de "estrés ocupacional" ha sido posible (de acuerdo a algunos autores) establecer una clara clasificación sobre algunas situaciones de acuerdo a la rama laboral en la cual se desempeñe el individuo diferenciando entre: estresores de rol, de desarrollo de la carrera, de sobrecarga cualitativa, y otros de carácter social; o estresores tales como: ruidos, temperatura, contaminación (condiciones de ambiente físico) monotonía y falta de control sobre el trabajo. Las condiciones y medio ambiente de trabajo (CyMAT) están referidas a la organización de trabajo tiempo y áreas de descanso higiene espacio físico, remuneración, entre otros. Los factores de riesgo del medio ambiente de trabajo son considerados como la posibilidad de padecer un daño a la Salud causando cargas laborales con fuertes consecuencias sobre las capacidades de los trabajadores. Dentro de las condiciones y medio ambiente de trabajo específicamente en lo que refiere al Trabajo Social debe considerarse como factor preponderante el nivel de respaldo con que cuenta el profesional dentro de la organización en la cual está inserto. El resultado final de la carga laboral es producto de la articulación de: factores físicos, mentales y psíquicos. Sin embargo, las consecuencias sobre los individuos han de depender de las características individuales de los trabajadores, su capacidad de adaptación y resistencia a los factores agresivos. La actual realidad de los trabajadores es consecuencia directa de los cambios sociales con repercusión en el ámbito laboral: recorte de recursos, falta de autonomía, disyuntivas éticas, instancias conflictivas y una nueva realidad sobre los usuarios y sus características y demandas. Estos últimos han pasado de ser "simples usuarios" a ser sujetos de con capacidad de decisión y complejas demandas acompañadas por diversas realidades. El alto intercambio de contacto directo e interacción con los usuarios y sus diversas realidades hacen del Trabajador Social un individuo en contacto con diversos conflictos. Por otra parte, el Trabajador Social se encuentra inmerso en una serie de transformaciones producto de cambios políticos y sociales: relaciones efímeras con los usuarios, sobrecarga de funciones que van más allá de su realidad social y desvalorización de la profesión. Estos han generado asimismo una especie de incógnita y confusión de los límites de la profesión. Todo ello en enlace, impide un adecuado contacto e interlocución entre el Trabajo Social y el usuario a fin de interiorizarse en su historia de vida y dar una adecuada repuesta a su problemática. Pero cuestionémonos, ¿qué sucede con la población usuaria ante los cambios que se producen en el Trabajador Social ante la falta de respuesta? Ellos son individuos que concurren en busca de soluciones de contención; la falta (o ausencia) de apoyo y respuesta por parte del profesional han de repercutir también en su propio estado, generando incertidumbre, desamparo y por qué no frustración en su propio plan de vida. La falta de autonomía y participación en las decisiones son elementos adversos al individuo. El Trabajador Social como profesional inserto en el todo de una organización, forma parte de la misma y por ende de su planificación y desarrollo. Durante su formación académica se le instruye sobre la elaboración y planificación de proyectos, por lo cual puede considerase que esta tarea forma parte de su "naturaleza profesional". En este aspecto puede surgir un desencadenante de estrés (como resultado de dicha contradicción) formando parte así de una falta de control extrínseco del individuo. La falta de oportunidad para poner de manifiesto nuevas habilidades es un fuerte factor generador de estrés. La importancia que adquiere poner en ejercicio nuevas actividades, propuestas y soluciones, evita caer en la aburrida monotonía, adaptándose al mismo tiempo a nuevas realidades. Los individuos tienen características, historias, realidades y vivencias distintas, por lo cual se necesitan respuestas distintas. Si el profesional no logra superar dicha realidad, ha de caer en una suerte de monotonía que le impedirá desarrollarse profesionalmente y no logrará la emancipación de los propios afectados; lo cual se conjugará en una ausencia de entusiasmo por la labor. El Trabajador Social por naturaleza de la profesión debe desenvolverse en el seno de las relaciones laborales, en constante interacción con el resto del equipo a fin de contar con soluciones adecuadas. La carencia de confianza y cooperación puede respaldar la aparición de estresares. Ahora bien, dentro de todo grupo existen determinadas expectativas hacia cada uno de sus miembros por parte de los demás, lo cual también forma parte de una fuente de estrés, llevando muchas veces al individuo a deshacerse de sus propias convicciones y motivaciones para proseguir el ritmo "normal" de la organización. Entre ellos debemos considerar la calificación profesional y la capacidad de poner en práctica dicha formación. Es decir, la formación educativa con la que cuenta el individuo, experiencia, destrezas, y las posibilidades de articular dicha formación con las imposiciones del medio laboral. La actividad del Trabajador Social requiere una importante actividad mental, comúnmente combinada por la recurrencia al mecanismo de la memoria, sea ésta a corto, mediano o largo plazo (más allá de los registros escritos con los que cuente). Un ejemplo: la memoria referente a detalles de historias de vida, y sus principales características, más aún ante la presencia de un usuario que no ha frecuentado el Servicio Social, así como los requisitos necesarios para la adopción de una Política Social que remita a una respuesta inmediata. Freidson sostiene: "(, . .) una profesión se considera una ocupación, "que ha asumido una posición predominante en la división del trabajo, en el sentido que logra el control sobre la determinación de la esencia de su propio trabajo", "y es autónoma o independiente". "Así alega ser la autoridad más confiable en la naturaleza de la realidad que trata" Por lo tanto, el análisis de una profesión implica pensar en los dos significados que la palabra tiene: en tanto tipo especial de ocupación y como voto o profesión de fe. De allí que la profesionalización como ocupación, mantiene el estatuto especial, porque promete sobre la integridad de sus miembros, tanto en la práctica científica como por la adhesión a un código ético" (2008: 25) El desarrollo de la profesión es funcional al sistema ¿pero cuál es límite? ¿hasta dónde el accionar es autónomo? "La acción profesional en esos espacios no es sencilla, ya que la misma se enfrenta permanentemente a un modelo autoritario. El riesgo que se corre es el de que el propio profesional termine siendo transformado por el sistema que se propone transformar (. .. )" (Casas, A. et al.; 2008: 171 - 172) La naturaleza de la misma exige cierta direccionalidad desde la misma realidad social, en esta se enlazan ideas, saberes doctrinas distintas con las que el profesional debe aprender a trabajar. La profesión de Trabajo Social parece encontrarse "amenazada" o tal vez "invadida" por otras profesiones, ante las cuales en vez de lograr una adecuada articulación en pro de los individuos entran en competencia, limitando el espacio de cada uno y con ello las capacidades de ejercicio de la profesión. El Trabajo Social se encuentra en una instancia de cambio, al cual aún parece no adaptarse. El contexto en el cual se desarrolla le imprime de sobrecarga de demandas, no sólo a nivel social sino también político. El Estado está enfrentando una serie de cambios, entre los cuales se encuentran el rumbo a tomar de las Políticas Sociales, principal herramienta del Servicio Social, las cuales en su nuevo alcance son de tipo focalizadas siendo dirigidas a las poblaciones de menores recursos generando en cierta forma aumentar las desigualdades. El Servicio Social a lo largo de su historia ha ido sufriendo una serie de modificaciones desde la naturaleza de la profesión, las cuales también han conllevado cambios a nivel social. Desde las "Hermanas de la Caridad", las visitadoras sociales dependientes del poder médico hegemónico, al movimiento de reconceptualización de los años '70 que se extiende hasta hoy, parecen dar cuenta de las innumerables actividades a desarrollas por esta profesión y hasta en ocasiones, parecen confundirse los roles con otras disciplinas. "(. . .) El ser profesional se trata de una construcción permanente en la que los diversos perfiles se interpelan mutuamente y constituyen el campo de posibilidades de desarrollo de la profesión. La pregunta no es qué es lo específico de la profesión, sino a qué demanda podemos dar respuestas y cómo ampliamos nuestro repertorio teórico - práctico para que dichas respuestas sean creativas y generadoras de nuevas posibilidades ampliando así los campos de actuación protesionel". "Es posible la búsqueda de un Servicio Social no alienado, que intente superar su lugar de subordinación y de mero instrumento administrativo y pase a asumir los desafíos que supone intervenir en una compleja contextualidad, analizarla críticamente y dar respuestas creativas para la solución de los problemas con los que se debate". (Bentura J.P; Sarachu, G.; 1972: 74) Con los cambios generados durante los '90, los problemas sociales generados en medio de un Estado que hecha la suerte al libre mercado, lo social adquiere soporte bajo las manos de los cientistas sociales. Estos últimos se enfrentan a duras demandas bajo políticas focalizadas y sectoriales. Asimismo este profesional adquiere nuevos lugares donde desarrollar su trabajo, producto (en los últimos años) de nuevos programas destinados a diferentes problemáticas, los cuales suelen ser de corta duración, lo cual genera incertidumbre en el individuo. Acompañado de nuevas fuentes de empleo, que si bien el Estado ha sido y sigue siendo el principal empleador, nuevas instituciones privadas han dado lugar a este profesional. En síntesis, el mundo laboral actual se enfrenta a grandes desafíos de diversa índole: tecnológica, geográfica, física. El Trabajo Social no escapa a dicha realidad, por el contrario, se encuentra inmerso en una infinidad de factores que por su naturaleza social la delimitan como profesión fuertemente potenciadora de la aparición procesos de desgaste laboral, si bien no es la única propensa a padecerlo. La naturaleza de la profesión la delimitan como profesión sensible ante factores de estrés y desgaste profesional siendo muy difícil discernirlos en el transcurso diario del ejercicio técnico. Sin embargo, la acción social por sí ya se vuelve un factor adverso para la Salud del trabajador, motivo por el cual se hace más compleja aún la situación para evadir los factores generadores de daño. La esencia de la profesión requiere enfrentarse a situaciones complejas con emotivas y angustiosas situaciones de vida de las cuales el profesional debe aprender a separarse. El ambiente donde se desenvuelve generalmente el Trabajador Social responde a ciertas situaciones de vulnerabilidad social. La contradicción ejercicio profesional - herramientas (políticas sociales) remiten a la compleja realidad que enfrenta diariamente el profesional en el ejercicio de su rol; en medio de su interés y esmero por generar cambios en la realidad que se le presenta encuentra además "vallas" que saltar en medio de la política institucional y la acción del propio actor social. En la actualidad la profesión está logrando un reconocimiento de vital importancia a nivel social ganado espacios en cuestiones antes impensadas; esto ha conllevado un aumento en las demandas todo lo cual repercute en un aumento de la actividad laboral, se hace preponderante entonces la articulación entre espacio laboral y tiempo libre, porque un factor no menos importante es el fin de la jornada laboral, el equilibrio entre vida profesional y vida personal; el disfrute de tiempo libre, actividades recreativas, buen descanso, son fuertes generadores de bienestar y funcionan como "como "aislantes de problemas". Por eso, cabe preguntarse si ¿la ausencia de bienestar en el ejercicio de la profesión ha de repercutir negativamente en el desempeño de la función? y si ¿.Ias complejas situaciones a las cuales se enfrenta el profesional y la falta de herramientas indispensables para la actuación han de generar un sentimiento negativo en la Salud del profesional? "(. . .) la angustia provocada por los riesgos profesionales no siempre se manifiesta en lo que dicen los trabajadores. Ha de buscarse bajo actitudes defensivas (. . .) IJ. (Kalima, R. et al. 1988:69) Al respecto resulta importante cuestionarse ¿cómo lo oculta un Trabajador Social? ¿Cuál es su acto defensivo? Así como, ¿qué sucede a medida que nos vamos haciendo "experientes" en el medio profesional y en el ámbito laboral?, ¿disminuyen o se acentúan los factores de estrés laboral en Trabajo Social? Bibliografía Araújo, A.M. et al. (2008). El impacto de las transformaciones del mundo del trabajo en la vida cotidiana de la sociedad uruguaya actual. En lo social, la salud, lo jurídico y lo simbólico. Ed. UdelaR. Uruguay. shapeType75fBehindDocument1pWrapPolygonVertices8;4;(21496,0);(0,0);(0,2 1499);(21496,21499)posrelh0posrelv0pib Bentura J.P; Sarachu, G. (1972) ¿Hacia dónde va el Servicio Social? Anotaciones para una crítica de la formación profesional. En: Revista de Trabajo Social. Selecciones de Servicio Social. Año XV. N° 23. Tercer cuatrimestre. Ed. Hvmanitas. Argentina. Casas, A. et all. (2008) Proyectos ético - político, profesionales y proyectos societarios: reflexiones y desafios a partir de algunos aportes de José Luis Rebellato. En: XO Congreso Nacional de Trabajo Social. Trabajo Social en un contexto de cambio: una mirada hacia nuestro quehacer profesional. Uruguay . Colson En: Friedman, G; Naville, P. (1963). Tratado de sociología del trabajo. Tomo 1. Ed. Fondo de Cultura Económica. México. Dejours, C. (1990). Trabajo y desgaste mental. Una contribución a la psicopatología del trabajo. Ed. Hvmanitas. Argentina. Dejours, C. (2006). La Banalización de la Injusticia Social. Ed. Topia. Argentina. Dejours, C. (2008) en: Silveira Rondán, N. Un modelo de triangulación cuali cuantitativa. Estrés, satisfacción y Burnout en médicos y enfermeras del Hospital de Clínicas "Dr. Manuel Quintela". Ed. Psicolibros. Uruguay. Eroles, C. (2006). Familia(s) estallido puente y diversidad: una mirada interdisciplinaria de derechos humanos. Editorial Nuevo Espacio. Argentina. Freidson (2008) En: Silveira Rondán, N. Un modelo de triangulación cuali cuantitativa. Estrés, satisfacción y Burnout en médicos y enfermeras del Hospital de Clínicas "Dr. Manuel Quintela". Ed. Psicolibros. Uruguay. Heller, A. (2002). Sociología de la Vida Cotidiana. Ed. Península. España. Kalima, R. Et al. (1988). Los factores psicosociales en el trabajo y su relación con la salud. Ed. Organización Mundial de la salud. Suiza. Katz y Kahn (1992) en: Peiró JM. Desencadenantes del estrés laboral. Ed. Eudema Psicología. España. Kosik, K. (1963). Dialéctica de lo concreto. Ed. Grijalbo. México . Sarachu, G. (2003). Cambios en el mundo del trabajo. Desafíos para la intervención profesional. En: Seminario- taller. Los debates actuales en trabajo Social y su impacto a nivel regional. UdelaR. Uruguay. COMO O SERVÍCO SOCIAL VEM DEBATENDO O EXERCÍCIO PROFISSIONAL NA ÁREA SOCIOJURÍDICA: UM ESTUDO A PARTIR DOS EVENTOS NACIONAIS DO SOCIOJURÍDICO. Cíntia Aparecida da Silva ∗ Resumo Este trabalho objetiva apresentar o debate sobre o exercício profissional do assistente social na área sociojurídica por meio da análise de dois eventos nacionais realizados pelas entidades da categoria profissional (Conselho Federal de Servi90 Social e Conselhos Regionais de Servico Social): I Encontro Nacional Sociojurídico ocorrido em 2004 e " Seminário Nacional "O Servico Social no campo sociojurídico na perspectiva da concretizacáo de direitos" realizado em 2009. A OP9ao pela análise acerca das torrnulacóes decorrentes dos dois eventos em epígrafe decorreu do entendimento de que a realizacáo desses abriu uma imensa gama de possibilidades de pensar e repensar coletivamente o exercício profissional nas mstituicoes que cornpóern a área sociojurídica. Destarte, verifica-se a necessidade de retomar na agenda profissional a realizacáo desses eventos. Assim, pretende-se discorrer conceitualmente a escolha pelo termo área sociojurídica e os principais desafios postos aos assistentes sociais que atuam em instituicóes como Ministério Público, Tribunal de Justica, dentre outros. Palavras-Chave: área sociojurídica; servico social; trabalho profissional. Doutoranda em servíco Social Pontifícia Universidade Católica de Sao Paulo- PUC-SP. Mestre em Servico Social pela Universidade Estadual Paulista UNESP Franca-SP. Assistente Social do Ministério Público do Estado de Sáo Paulo. [email protected] ∗ INTRODUCÁO Este texto tem por objetivo apresentar como está o debate sobre o trabalho profissional do assistente social na área sociojurídica. Para tanto, optou-se por analisar os documentos finais produzidos no I Encontro Nacional Sociojurídico realizado nos dias 03 e 04 de setembro de 2004 na cidade de Curitiba – Paraná e no II Seminário Nacional “O Serviço Social no campo sociojurídico na perspectiva da concretização de direitos” realizado nos dias 29 e 30 de outubro de 2009 na cidade de Cuiabá – Mato Grosso. Ressalta-se que somente foram realizados estes dois eventos em âmbito nacional até o momento que tratavam especificamente do trabalho profissional na área supramencionada. Os eventos supracitados ocorreram em virtude de deliberação dos Encontros Nacionais do Conjunto CFESS/CRESS60. O primeiro contou com a participação de cerca de 180 pessoas, dentre assistentes sociais atuantes na área, estudantes de serviço social e convidados. Já o segundo evento teve a participação de 500 pessoas, entre profissionais e estudantes de serviço social. Além disso, este último teve transmissão online. Verifica-se que é utilizado nos eventos o termo “campo sociojurídico”, todavia, far-se-á uso do termo “área sociojurídica”, em entendimento do avanço sobre o conceito, tendo como referencial os estudos de Elisabete Borgianni (2013). Para esta autora, o espaço institucional do Ministério Público, Tribunal de Justiça, Defensoria Pública, Fundação Casa, Sistema Penitenciário, serviços de acolhimento institucional de crianças e adolescentes, constituem-se em instituições da área sociojurídica e locais de área de atuação da profissão que possibilitam por meio da reflexão sobre o fazer profissional, a produção de conhecimentos sobre o trabalho desenvolvido. Sobre o primeiro encontro, como resultado das discussões, foi deliberada uma agenda política, já do segundo encontro foi elaborado um documento final, cujos textos referem-se a integralidade das falas dos palestrantes. Portanto, serão desses dois documentos que as análises a seguir incidirão. 60 Conselho Federal de Serviço Social/Conselho Regional de Serviço Social Ressalta-se ainda que as reflexões sobre os dois eventos têm por objetivo apontar a necessidade de retomar na agenda profissional a realização de encontros nacionais para discussão do trabalho profissional na área sociojurídica, pois entende-se que o exercício profissional nesse âmbito apresenta particularidades que precisam ser debatidas pelos profissionais que a compõem, bem como a realização de interlocução com profissionais que atuam nas áreas da saúde, assistência social, habitação, previdenciária, porém para tanto, é necessário que os assistentes sociais da área sociojurídica tenham conhecimentos dos processos de trabalho aos quais estão inseridos e produzam estudos sobre eles, a fim de qualificar a sua atuação profissional. Desenvolvimento Um dos primeiros pontos a respeito do trabalho profissional na área sociojurídica é sobre o fato de que a inserção do assistente social nesse âmbito não é recente em todas as instituições que compõem a área sociojurídica, pois em estudos como de Alapanian (2004), Fávero (2013), têm-se que a inserção do assistente social nos tribunais de justiça datam da década de 1930 no país. Ainda sobre este tema, Iamamoto e Carvalho relatam no livro Relações Sociais e Serviço Social de 1982 que o Juízo de Menores do Rio de Janeiro, foi um dos primeiros espaços de trabalho de assistentes sociais na área estatal. Sobre o trabalho profissional no Sistema Penitenciário, com a aprovação da Lei de Execuções Penais (LEP), em 1984, o Serviço Social é provocado a desenvolver produções sobre a inserção profissional no âmbito do sistema penitenciário com o objetivo de conhecer como seu deu esse processo e a repensar sua prática profissional. Verifica-se que com a nova lei, em muitos aspectos, ocorreu a descaracterização da trajetória profissional nessas instituições. A respeito da inserção no Ministério Público, esta instituição já existia anteriormente à Constituição Federal de 1988 e contava esporadicamente com a atuação de assistentes sociais, sendo o trabalho realizado de modo particular por cada profissional, que comumente era funcionário público municipal e era requerido a atuar na instituição, sem a elaboração de um plano de trabalho. Sobre isso, Sâmya Rodrigues Ramos em sua fala na mesa “Serviço Social no campo sociojurídico: possibilidades e desafios na consolidação do projeto ético-político profissional” no II Seminário Nacional relata pesquisa realizada por orientando da graduação para elaboração de trabalho de conclusão de curso na Universidade Estadual do Rio Grande do Norte – UERN com o tema sobre as condições de trabalho, demandas e desafios na atuação do Serviço Social no Ministério Público na cidade de Mossoró (RN), que constatou a ausência de cargo de assistente social e de concurso público para a contratação dos profissionais, e demonstrou que todas as assistentes sociais que trabalharam na instituição em questão, no período de 2001 a 2009 foram cedidas de outras instituições de caráter público. A inserção formal dos assistentes sociais no MP, por meio da criação de cargos, concursos públicos ocorre somente a partir dos anos 2000 e ainda não apresenta unificação para todos os Ministérios Públicos Estaduais. A esse respeito, a inserção do assistente social no estado de São Paulo decorre por meio de concurso pela primeira vez em 2005 e pela segunda vez em 2012, quando desta segunda vez, há a contratação de um número significativo de profissionais. Ademais, foi constatado no IV Encontro Nacional dos Assistentes Sociais no Ministério Público ocorrido no ano de 2012, que apesar dos profissionais lotados no estado do Rio de Janeiro apresentarem-se como o maior contingente profissional em uma unidade do Ministério Público, a maioria desses profissionais não são concursados, mas foram contratados por meio de cargos comissionados e/ou contratos temporários. Uma das teses acerca do aumento considerável de assistentes sociais atuando nas unidades do Ministério Público pelo país decorre da promulgação da Constituição Federal de 1988, que passa a atribuir à instituição função na defesa dos direitos difusos e coletivos. A inserção nas Defensorias Públicas também ocorre nos anos 2000, porém esta instituição apresenta diferenciação, pois ela é a mais jovem dentre as instituições que compõem o universo (Tribunal de Justiça, Ministério Público e Defensoria Pública), sua criação data da promulgação da Constituição Federal de 1988. E desse modo, verifica-se que o trabalho do assistente social nesta instituição apresenta diversos desafios aos profissionais, sendo um deles, para os assistentes sociais que atuam nas unidades da Defensoria Pública Estadual e da União no estado de São Paulo, o direito à carga horária de 30 horas semanais, conforme a Lei 12.317 de 26 de agosto de 2010 que altera o artigo 5º da Lei 8663/1993 – Lei de Regulamentação da Profissão. Considerando essa breve explanação sobre a inserção do serviço social nas instituições que compõem a área sociojurídica, o objetivo era apresentar que por mais que se tenha uma evidência sobre o trabalho profissional na área sociojurídica se dado a partir dos anos 2000, a inserção profissional nessas instituições não é algo recente e já ocorreram algumas reflexões sobre o exercício profissional. Desse modo, a opção por realizar análises acerca das agendas e formulações decorrentes dos dois encontros em epígrafe, decorreu do entendimento que a realização desses eventos abriu uma imensa gama de possibilidade de pensar e repensar coletivamente o exercício profissional nas instituições que compõem a área sociojurídica. Pontua-se a importância da realização de debates sobre o trabalho profissional em instituições que compõem a área sociojurídica com o objetivo de conhecer, debater, analisar e refletir sobre a atuação profissional nestas instituições que são permeadas por estruturas e culturas organizacionais fortemente hierarquizadas, práticas com forte cunho autoritário, encarregadas da preservação da ordem, do status quo, de sustentação do capitalismo e das desigualdades da sociedade capitalista. Para Borgianni (2009) em sua fala de encerramento do II Encontro Nacional, “a esfera do jurídico é aquela da resolutividade dos conflitos pela impositividade, que é o que a diferencia das outras esferas. E mais: ao mesmo tempo em que esse é o campo da proteção jurídica dos direitos, ele é também o campo onde se ergue um sistema de responsabilização judicial, dimensão da qual não é possível escapar. Faz parte dessa totalidade que estamos chamando de campo sociojurídico. Trabalhamos, portanto, no interior dessa polaridade. Vejamos isso com alguns exemplos: o Judiciário, quando acionado em um caso de agressão contra uma criança, tem que, com sua ação, proteger os interesses dessa criança, mas também irá responsabilizar o réu, ou o/a possível agressor/a. O Ministério Público desenvolve seu trabalho, buscando a proteção e, ao mesmo tempo, responsabilizando alguém, alguma instituição ou entidade pela falha naquela proteção. A Defensoria Pública protege os interesses dos que necessitam de defesa, perante o Estado ou a sociedade, ao mesmo tempo em que busca a responsabilização ou aponta quem faltou com essa proteção. (p. 167/168) Considerando o exposto, é de suma importância refletir acerca das tensões vivenciadas cotidianamente pelo assistente social, por um lado seu trabalho é tensionado pelas condições institucionais e, por outro, pelas demandas postas pelos usuários, que se apresentam nestas instituições de modo diferenciado como nos serviços da rede de saúde e socioassistencial. Pois, quando se dirigem a uma unidade do Ministério Público, Defensoria Pública ou são encaminhados para o Tribunal de Justiça, a demanda que apresentava-se inicialmente pela necessidade de acesso a algum serviço da rede, apresenta-se em condição de extrema precariedade e de não acesso aos direitos de cidadania, e passa a ser judicializada. Desse modo, apresenta-se para o assistente social que atua em uma das instituições da área sociojurídica supramencionadas a reflexão acerca da realização do trabalho na perspectiva da garantia dos direitos fundamentais, na análise pelo assistente social das condições estruturais da sociedade capitalista que tem por objetivo a transformação em mercadoria de direitos adquiridos, tais como o acesso a educação, saúde, dentre outros. Desse modo, cabe retomar como apontado na introdução a opção por “área sociojurídica” e não mais “campo sociojurídico”. Verifica-se um avanço na concepção dos termos “área” e “campo” e quem aprofunda essa análise é Borgianni (2013)61. A autora afirma que campo jurídico é um conceito formulado por Pierre Bordieu, que o define como o determinado espaço social no qual os chamados “operadores do direito” – magistrados, promotores de justiça, defensores públicos e advogados – “concorrem pelo direito de dizer o Direito” (Bordieu apud Shiraishi Neto, 2008, p. 83; Gaglietti, 1999, p. 84-85). Ainda segundo Borgianni (2013) quando se trabalha na área sociojurídica é possível observar o debate pelos sujeitos supramencionados pela busca de elementos que melhor permitam a cada um, dizer o Direito, diante dos conflitos jurídicos. 61 Verifica-se em análise do documento final do II Encontro que Borgianni ainda fazia uso do termo “campo sociojurídico”. “não seria “campo”, naquele sentido de Bourdieu, porque não estamos disputando (corporativamente) com magistrados, promotores ou advogados, nesse espaço ou nessa área, o direito de dizer o direito (ainda que seja o direito social). Antes, é preciso ver tais operadores ou especialistas do direito como trabalhadores que, tal qual os assistentes sociais, psicólogos, educadores, etc, estão subordinados à mesma lógica do assalariamento de suas atividades, ainda que com diferenças bastante acentuadas” . (p. 423) Partindo dessas considerações, e em análise dos dois documentos decorrentes dos encontros nacionais, temos uma agenda política como resultado final do I Encontro Nacional Sociojurídico, onde este elenca algumas ações que deveriam ser realizadas de modo mais amplo62, a saber: 1. Necessidade de continuidade de realização de eventos regionais e nacional referente a área de atuação; 2. Fomento à incorporação das temáticas da área no âmbito do ensino, pesquisa e extensão; 3. Necessidade de realização de concursos públicos para assistentes sociais no Ministério Público, Defensoria Pública; Referente ao II Encontro, que apresenta maior sistematização quanto às discussões ocorridas, verifica-se inicialmente como ponto para reflexão a necessidade de participação mais ativa de assistentes sociais que atuam na área para debater os desafios enfrentados no cotidiano profissional. Pois, algumas palestras e mesas foram apresentadas por teóricos de referência no Serviço Social, mas que não possuíam experiência de trabalho profissional na área sociojurídica e em determinados momentos suas análises distanciam das situações vividas cotidianamente pelos assistentes sociais do Ministério Público, Tribunal de Justiça, Defensoria Pública, dentre outros. Assim, apresenta-se a necessidade de estudar e pensar sobre o trabalho profissional na área sociojurídica, dos assistentes sociais que a compõem realizarem análises da inserção profissional, das formas de contratação, das atribuições, da dinâmica do trabalho profissional, das estratégias para enfrentamento às condições postas pelas instituições empregadoras do sociojurídico considerando seus limites e possibilidades. Não 62 Além destes pontos foram levantadas demandas específicas para atuação em penitenciárias, unidades de acolhimento, medidas socioeducativas, dentre outros. desconsiderando que tais espaços apresentam um forte viés conservador, integram o aparelho ideológico do Estado burguês servindo para manutenção da ordem vigente, não incidindo no cenário atual de judicialização das expressões da questão social e de criminalização da pobreza. O trabalho nestas instituições pautam-se principalmente pela realização de ações pontuais, mas que não são capazes de alterar a estrutura social vigente, pois este não é objetivo. Ou seja, há um imenso desafio ao assistente social que atua em instituições onde se criminaliza a classe trabalhadora, portanto, contrapondo-se ao projeto ético-político do Serviço Social. Considerações Compreende-se que os desafios postos aos assistentes que atuam nessas instituições que têm o seu trabalho permeado pela esfera do jurídico, e que apresenta como mediação principal a resolução dos conflitos pela impositividade do Estado é o desvendamento do real por trás das situações aparentes. Cabe ao assistente social que atua em instituições dessa área a capacidade de propor ações diferenciadas das que já estão postas com o objetivo de materializar um trabalho que contribua para a efetivação dos direitos sociais e que se insere no reconhecimento de que o espaço institucional é permeado por contradições, impondo determinados limites à ação profissional e que perpassa o tempo todo a ambiguidade de proteger os direitos do indivíduo social, mas também de responsabilizá-lo criminalmente. Referências ALAPANIAN, Silvia. A formação do serviço social no poder judiciário: reflexões sobre o direito, o poder judiciário e a intervenção do serviço social no tribunal de justiça do estado de São Paulo 1948- 1988. Tese (Doutorado em Serviço Social). Programa de Estudos Pós-Graduados em Serviço Social – PUC, São Paulo, 2004. ARANTES, Rogério Bastos. Ministério Público e Política no Brasil. Doutorado (Ciência Política). Faculdade de Filosofia, Letras e Ciências Humanas. USP. 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SERVÍCO SOCIAL E DESAFIOS DA ATUALIDADE NO CENÁRIO BRASILEIRO Simone Albieri Bardonal ∗ Resumo: o presente trabalho tem par objetivo apresentar alguns aspectos presentes no cenário atual do capitalismo mundial e, mais especificamente no Brasil, em interface com alguns apontamentos relacionados ao Servi<;o Social, enquanto profissional partícipe na divisáo sócio-técnica do trabalho, apresentando alguns elementos que emergem do chao do trabalho da categaria, assim como alguns enfrentamentos postos no momento pelo movimento da realidade, cuja conñquracáo é tributária de uma conjuntura mundial e local fartemente impelida pelos ideários capitalistas, em todas as esferas do tecido social e demanda res postas sempre mais qualificadas e alicercadas em bases teórico-metodológicas e técnico-operativas, sem detrimento da necessidade de participacáo coletiva na definicáo dos rumos de história, cujo processo e resultado sáo fundamentalmente intrínsecas a realízacao do ser social, enquanto parte da natureza. Palavras-chave: Capitalismo - servíco Social - Trabalho - Sociedade Participacáo Social ∗ [email protected] 1.- Serviço Social: desafios e possibilidades A fragmentação profissional vivenciada no cotidiano de trabalho do Serviço Social traduz sua inserção num cenário econômico-político sustentado por ideologias de matiz neoliberal e subjetivistas, comprometidas com a manutenção e ampliação do domínio do capital, desvinculadas de qualquer tipo de responsabilidade que se traduza em controle social dos recursos gerados coletivamente, dado que são privatizados em poucas mãos. Nesse rumo, caminham também as políticas públicas que, voltadas para as mais diversas áreas e que, em princípio, denotariam as necessidades emergentes das populações às quais seriam direcionadas, caracterizadas por ações e propostas segmentadas e não raro distantes na prática da realidade social à qual deveria corresponder. Há, portanto, um constante discurso de crise do capital sem a percepção de que a realidade é movida pela contradição e, nesse sentido, aquilo que emerge como uma ameaça à reprodução do capitalismo, na realidade, torna-se uma forma de retroalimentação. Sem dúvida que o capital está em crise, dado que ele já nasceu em crise, justificado e movido por ela. A crise do capital traz subjacente o apontamento constante da responsabilidade de cada indivíduo no seu enfrentamento, não com vistas à sua superação por outro modo de produção, ao contrário, faz com que todos forçosamente assumam uma parcela de culpa pela fome, a miséria, o desrespeito aos direitos fundamentais do homem, inclusive o maior deles: a vida. E assim todos passam a ter uma resposta pronta para a causa de todas as problemáticas sociais que, embora contemporâneas, carregam embutidas suas raízes no bojo da história. Ou seja, tudo passa a ser culpa da crise e todos são responsáveis por ela, inclusive aqueles que vendem sua força de trabalho para sobreviver, sujeitos a engordar o sistema responsável pela sua miséria e supressão de sua realização humano-social, enquanto ser social, parte da natureza que constantemente se faz instrumento de destruição para enriquecimento alheio. Sem embargo, é possível falar em uma espécie de globalização da crise e da fatura dessas contas, no cenário de mundialização do capital e de suas mazelas, inclusive dos países mais pobres. Todavia, o capital é gerador de necessidades, ilusões e pseudorealizações, de modo a fantasiar realidades como o desemprego, falseando o concreto pensado e apresentando um véu a turvar a visão do real e que, entretanto, não deixa de ser experimentada como um verdadeiro massacre no cotidiano do trabalhador. Uma catástrofe crescente, nos termos de Mészaros (2002), sobretudo ao considerar-se que toda a existência material e social (em seus aspectos mais amplos) é resultado do trabalho humano, ou seja, há um dilaceramento do ser social em sua base, naquilo que lhe é mais intrínseco, desumanizando no sentido mais profundo do termo a própria humanidade. Ainda com Mészaros: [...] os grandes avanços produtivos são realizados pelo sistema do capital por meio da criação histórica de necessidades sociais e da transferência de condições da produção em todas as indústrias para fora dele, para o contexto geral, transcendendo as restrições originais – pois “necessidade natural é suspensa” – graças ao impacto produtivo de um círculo imensamente maior de necessidades e carências reunidas na troca geral por intermédio do mercado mundial. (MÉSZAROS, 2002, p.257). O contraditório, no entanto, porta consigo a oposição, o movimento, o descontentamento, logo, a possibilidade de transformação. A impossibilidade de conviver com tamanha desumanidade partilha da luta por direitos coletivos, da mesma forma que pode engendrar novas formas de organização e de busca de estabelecimento de uma ordem societária correspondente à escolha de cada sociedade, em oposição às forças hegemônicas sustentadas pelo poder econômico-político contrárias àqueles que na realidade a formam. E nesse sentido, o mundo tem assistido manifestações que indicam a necessidade dos povos de participação responsável e coletiva no trato das questões de interesse geral, ainda que muitas vezes tais movimentos sejam abalados e descaracterizados de seus ideais mais originais por forças contrárias ou simplesmente desprovidas do entendimento de seu real objetivo. No caso do Brasil, é possível afirmar que, recentemente, o país iniciou um processo de luta pela conquista de determinadas necessidades imediatas de grupos de trabalhadores que, nas ruas, juntamente com tais demandas, questionam temas fundamentais na agenda do país, como a corrupção, a falta de transparência e direcionamento correto nos gastos do dinheiro público e a precariedade na viabilização de políticas públicas consideradas essenciais, como saúde, educação e segurança, dentre outras. Jovens e velhos, empregados ou não, liberais e funcionários públicos, categorias diversas, populações que experimentam diversas formas de violência, manifestas na condição da falta, ausência de condições dignas de vida sob os mais variados aspectos, mas que em determinado momento da história pararam avenidas e gritaram das ruas sua indignação diante do descaso político. Na palavra de muitos, é como se o país tivesse acordado de um longo sono (processo esse que precisa ser entendido a partir de diversos elementos e que fogem ao objetivo desse trabalho, mas que ajudam a pensar a respeito de problemáticas importantes). Ao mesmo tempo, o país continua a atravessar um momento particular no âmbito da construção e viabilização no que concerne às políticas sociais públicas. E aqui é necessário lembrar que o entendimento do que sejam as Políticas Públicas, sua trajetória constitutiva e sua relação com o Serviço Social é de fundamental importância tendo em vista o descortinamento de aspectos no que diz respeito ao contexto sócio histórico, assim como dos jogos de forças presentes e atuantes. Tal perspectiva conduz ao fato de que as Políticas Públicas emergem em um determinado momento histórico, como mecanismo de resposta à Questão Social. Destarte, sair às ruas e gritar por mudanças é, sem dúvida, fundamental ao processo que forceja por respostas às demandas da população, ao mesmo tempo em que questiona as bases existentes, levando as forças sociais em tensão à busca de outros caminhos. Sem equívoco, a trajetória para tal não é tranquila como parecem as palavras, ao contrário, é turbulento e muitas vezes violento, sobretudo ao choque de interesses. Mas, o capital jamais voltaria a atenção às demandas da classe trabalhadora não fossem as constantes pressões dessa. Mas, o trabalho “é um ato de pôr consciente” (LUKÁCS,1978), o que impõe a necessidade de conhecimento autêntico de suas determinações, de seus elementos constitutivos e de sua finalidade, pois, na medida em que as ações humanas se tornam abstrusas, igualmente as contradições e os conflitos emergem, se radicam, e somente mediante a consciência desses fenômenos há a possibilidade de neles se inserir através da luta e da resistência. É possível afirmar que se trata de um momento histórico repleto de desafios a todos os trabalhadores e, portanto, ao Serviço Social, enquanto profissão inserida na divisão sociotécnica do trabalho. Não há espaços para ilusões. Ao mexer nos fios que dão manutenção ao padrão societário atual, os trabalhadores de todas as esferas vêm sofrendo ao longo das últimas décadas, sobretudo no último decênio, o avanço de uma lógica autoritária, muito aquém do discurso democrático que sustenta, e tributária de padrões neoliberais, balizados por matizes dos padrões fordista-taylorista e do toyotismo. É crescente o avanço de padrões de desempenho estipulados e medidos a partir de metas quantitativas. Há uma inversão nos nortes do arcabouço do saberfazer profissional, forçada pelas demandas institucionais, de modo que vincular rendimentos a metas numéricas atingidas e não à qualidade dos serviços prestados, embora essa terminologia nunca deixe os discursos. Ao mesmo tempo, aumentam as formas de controle do tempo, através de diversos mecanismos, inclusive informacionais. Nesse sentido, todo o tempo deve ser preenchido com alguma tarefa, porém, o pensar, o refletir, o teorizar ou ainda, o pensar a realidade enquanto concreto pensado, nesse caso, prescinde de tempo, pois, não há tempo para tais atividades, tendo em vista que, pensar e sistematizar o savoir-faire, sob essa lógica, não são considerados trabalho. Em seu lugar, emergem demandas que constrangem o trabalhador a realizar ações distantes da sua formação profissional ou a assumir várias tarefas que se sobrepõem e que não raro conduzem ao risco de se tornar um mero tarefeiro, traduzindo a mais nova tendência de funções ampliadas, com nomenclaturas generalizadas e que apenas incluem a profissão como uma característica a mais do cargo, tornado então multifuncional e formalizado juridicamente, motivo não raro para o não cumprimento da jornada de trabalho estabelecida para a categoria após muitos embates. Da mesma forma, o profissional é distanciado do processo de construção de novos projetos alinhados com a sua formação e com as demandas da população, reforçando um papel mero executor de políticas sociais, mas de certa forma esgotado em suas potencialidades de pensador e propositor de outros construtos sociais em conjunto com a população que atende. O cotidiano de trabalho, envolto das contradições postas pelo movimento da realidade é de certa forma violentado pela sombra constante da reificação - coisificação sob vários aspectos: o profissional que incentivado a trabalhar como máquina de produção de metas acaba mecanizando sua ação; a precarização das relações e das condições de trabalho intensamente vivenciadas pela classe trabalhadora continua presente no cotidiano do trabalho profissional do Serviço Social, não raro desprovido de condições adequadas ao exercício profissional; o usuário atendido no contexto de políticas sociais fragmentadas que se sente quase sempre na prática excluído delas; as políticas sociais já focalizadas se realizam na contramão do que deveriam ser os seus aspectos inerentes, ou seja, de maneira discriminada e discriminadora, subjetivista e individualista, segmentária, ou quando não, simplesmente não existente enquanto tal, mas apenas como mais uma via de controle social por parte do capital e aí se entendem também aquelas instituições por ele orientadas e cuja maior manifestação pode ser encontrada no Estado moderno. Novamente, trata-se da desumanização do próprio homem, seja ele o trabalhador social, seja ele o seu usuário. Não é de estranhar tais alinhamentos, que melhor seriam designados como desalinhamentos, das políticas públicas nem que assumam tais fisionomias, distanciadas das reais demandas da classe trabalhadora, quando se considera que o capital estende seus tentáculos pelos espaços de poder e, portanto, do Estado, contaminando tudo ao seu redor com a lógica da mercadoria e assim tudo e todos se tornam mercadorias. As políticas públicas não raro se revelam formas de facilitação dos mecanismos de reprodução e ampliação do domínio do capital, o qual também as entende em muitos momentos como maneiras viáveis de movimentação da economia e de desoneração de muitas das suas responsabilidades para com o trabalhador, a quem além de vender o seu trabalho para a manutenção da sua própria reprodução é demandado que também seja um consumidor (incrivelmente daquilo que ele mesmo produziu): Sob o comando do capital, o sujeito que trabalha não mais pode considerar as condições de sua produção e reprodução como sua própria propriedade. Elas não mais são os pressupostos autoevidentes e socialmente salvaguardados do seu ser, nem os pressupostos naturais do se eu como constitutivos da “extensão externa de seu corpo”. [...]. O “ter” domina o “ser” em todas as esferas da vida. Ao mesmo tempo, o eu real dos sujeitos produtivos é destruído por meio da fragmentação e da degradação do trabalho à medida que eles são subjugados às exigências brutalizantes do processo de trabalho capitalista. Eles são reconhecidos como “sujeitos” legitimamente existentes apenas como consumidores manipulados de mercadorias. Na verdade, eles se tornam tanto mais cinicamente manipulados como fictícios “consumidores soberanos” – quanto maior a pressão da taxa decrescente de utilização. (MÉSZAROS, 2002, p.611). Em conformidade com o ideário capitalista, processos de precarização tornam-se cada vez mais disseminados também no âmbito da formação profissional e também nas condições de exercício da docência, através do incremento de instituições de ensino à distância, desprovidos de momentos necessários à construção do conhecimento científico e de uma formação profissional alicerçada em bases mais densas e sólidas, na contramão de propostas críticas de algumas academias, sustentadas ainda que com dificuldade, sobretudo para reunir não apenas acadêmicos como também profissionais inseridos em outros espaços sócio-ocupacionais, como os grupos de pesquisa e estudos, oficinas, seminários, dentre outros. O momento atual traz questionamentos a respeito de uma crise de legitimidade e reconhecimento, sobretudo em alguns espaços sócioocupacionais do Serviço Social, o qual não raro enfrenta embates cotidianos no sentido de revelar e fortalecer suas especificidades, cujas inflexões não podem ser confundidas ou diluídas face às demandas dos cargos e funções ampliadas ou mesmo diante de expectativas equivocadas sobre a profissão e seu conteúdo ético-político, teórico-metodológico e técnico-operativo. Sem equívoco que diante de tantas ambiguidades e desafios, questões no âmbito da ética ecoam de maneira latente e muitas vezes tensa no cotidiano profissional, justamente em decorrência de seu posicionamento, cuja leitura do real depende do entendimento da singularização do universal através da mediação, categoria fundamental para a análise crítica do movimento da realidade. De acordo com essa perspectiva: [...] a mediação aparece neste complexo categorial como um alto poder de dinamismo e articulação. É responsável pelas moventes relações que se operam no interior de cada complexo relativamente total e das articulações dinâmicas e contraditórias entre estas várias estruturas sócio-históricas. Enfim, a esta categoria tributa-se a possibilidade de trabalhar na perspectiva de Totalidade. Sem a captação do movimento e da estrutura ontológica das mediações através da razão, o método, que é dialético, se enrijece, perdendo, por conseguinte, a própria natureza dialética. (PONTES, 2008, p. 81). Todavia, ninguém muda nada sozinho. Não existe neutralidade. Ao considerar que o ser humano é antes de tudo um ser que dá respostas (LUKÁCS, 1969), é preciso levantar alguns questionamentos: Quais respostas vêm sendo demandadas e quais de fato precisariam ser respondidas no bojo da luta pela realização de todas as potencialidades humanas? O Serviço Social é um trabalho situado no marco de um cenário que envolve posições completamente antagônicas e, de certa forma e por várias razões, vinculada a ambas, de modo que possui direcionamento sociopolítico, norteado por sua visão de homem-mundo. Pensar criticamente é parte do processo de transformação, pois é assim que se torna consciente o real, contudo, é absolutamente insuficiente e alienado quando se torna isolado e esvaziado da participação de outros na construção de tal processo. Entende-se que os momentos de discussão conjunta com outros profissionais, sobretudo através das instituições da categoria, assim como o estabelecimento de canais mais próximos e flexíveis de consulta aos órgãos colegiados, como os conselhos, dado o seu papel também consultivo e orientador, mas do qual muitas vezes o profissional se afasta, somados, conforme já mencionado, a espaços de diálogo e de reflexão em conjunto com as universidades, seja através de momentos mais amplos e definidos como naqueles propícios à formação continuada, como os grupos de estudos. Possivelmente, no momento atual, a grande questão é quem move os rumos de uma história que não deve ser privatizada por um ou alguns grupos, dado ser coletiva. Ao emergir a consciência de que a realidade é produto de todos há a possibilidade de fortalecimento da participação social, caminho necessário para a mudança dos rumos sociais, econômicos e políticos, cujos desdobramentos também aportam as bases dos valores ético-morais e, sobretudo, humanos, lançando as bases para um projeto de sociedade da qual todos sejam parte não por conta de conceitos escritos, mas por sê-lo de fato e em verdade. Sob esse aspecto, a construção de espaços de discussão e articulação coletivos, ainda que voltados a problemáticas imediatas, podem se revelar momentos profícuos na busca de respostas a elas, ao mesmo tempo em que, ao deixarem de ser percebidas como individuais, mas antes ampliadas a inúmeras pessoas e grupos, sinalizam para o exercício da participação social, responsável e coletiva. Não é possível refletir ou sistematizar dados da realidade sem pisar o chão dela com aqueles que dela fazem parte, trabalhadores usuários, profissionais de outras áreas, conselhos. Trata-se da busca da realização de um projeto ético-político comprometido com a constituição de um projeto de sociedade, cuja materialidade transcende o próprio projeto profissional, tendo em vista que o enfrentamento e a superação da alienação nos processos de produção humanos só são possíveis por meio de uma prática humana autoconsciente e vinculada ao movimento da realidade. - Considerações Finais O Serviço Social, enquanto especialização do trabalho inserido na divisão sócio-técnica do trabalho e, portanto inserido no espaço sócioeconômico balizado pelo ideário capitalista, enfrenta em seu cotidiano de trabalho tendências e movimentos próprios desse cenário, cujos rebatimentos dizem respeito a toda classe trabalhadora da qual também é parte. Da mesma forma, as políticas públicas obedecem à necessidade do capital, afirmando-se cada vez mais de modo segmentário e focalizado. Tais aspectos afetam tanto os espaços de atuação profissional quanto a própria formação profissional, manifestas nas tendências de cargos e funções ampliadas, sobreposição do quantitativo em detrimento do qualitativo, avanço da privatização do ensino, assim como da Educação à Distância, distanciamento entre acadêmica e os espaços sócio-ocupacionais do Serviço Social, dentre outras. Todavia, algumas ações são entendidas enquanto possibilidade de enfrentamento dessas e de outras questões no sentido de forcejar e tencionar as próprias contradições que emergem do cotidiano profissional, no sentido de encontrar coletivamente alternativas diante da brutalidade posta à cabo pela lógica do capital: os momentos de discussão conjunta com outros profissionais, o estabelecimento de canais mais próximos e flexíveis de consulta aos órgãos colegiados, o fortalecimento de espaços de diálogo e de reflexão em conjunto com as universidades, assim como a construção de espaços de discussão e articulação coletivos em conjunto com a população. Trata-se da busca da realização de um projeto ético-político comprometido com a constituição de um projeto de sociedade por meio de uma prática humana autoconsciente e vinculada ao movimento da realidade. - Referências Bibliográficas ANTUNES, Ricardo. 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Palabras Claves: Glocalización, Cibercultura, Socialización Tribal 1.- Movimientos Sociales y Juventud La siguiente reflexión surge paralelamente a la realización de las investigación sobre la formas de participación y socialización virtual de los jóvenes, donde se realiza un estudio de caso del movimiento estudiantil en Chile del año 2011; imprescindible destacar que dicho movimiento reflejo las transformaciones, que indudablemente son parte de un proceso de las formas de organización, de comunicación y los elementos creativos que canalizan el malestar estudiantil. Si bien es cierto no me centrare en el fondo de las razones que fundamentan la movilización estudiantil, no se puede obviar las razones de peso que moviliza a los estudiantes, las que tienen su principio en la calidad y acceso de la educación, sin embargo como veremos esta tiene diferentes aristas qua revisaremos en el desarrollo de estas paginas. Para entender las formas de participación y socialización de los jóvenes en el movimiento estudiantil, hay que entenderlos dentro de los contextos de los nuevos movimientos sociales, entendiendo estos como los actores organizados con propósitos definidos quienes determinen sus acciones para la consecución de ellos, conforme a sus propias características, las que nos van variando, no solo en base a los contextos donde ubicaremos a los movimientos sociales, sino que también bajo los grupos generacionales que lo conformaran. Hay que recordar que dentro del estudio de los movimientos sociales, si bien estos fueron vinculados a inicios del siglo pasado sobre todo al movimiento obrero, no es sino recién en los años 60 que la juventud pasa a ser un protagonista activo de ellos, convirtiendo la década en un referente mítico de los movimientos juveniles (Feixa, 2000), como se ha hecho recurrentemente referencia en cuanto en los estudios de juventud en America Latina, ubicando de esta manera una pauta en cuanto a la distinción generacional de la época, referente que permite explicar las generaciones posteriores desde esta perspectiva. Si bien es cierto se caracteriza a la juventud al utilizar el concepto de generación, también “ha servido para construir algunos estereotipos sobre la gente joven de determinada época” (Alpizar, 2003). Es de esta forma que las diferentes generaciones extienden las características de la juventud acorde a su contexto y a sus elementos diferenciadores, las que se construyen a partir de su inserción social, en base a sus formas de participación y socialización. Hay que recordar eso si, que las generaciones no son estructuras cerradas inalterables, sino solo referentes simbólicos que apoyan a identificar a los actores socializados en unas mismas coordenadas temporales (Feixa, 2000). En ese sentido la historia del siglo XX puede verse como la sucesión de diferentes generaciones de jóvenes que irrumpen en la escena pública para ser protagonistas en la reforma, la revolución, la guerra, la paz, el rock, el amor, las drogas, la globalización o la antiglobalización. Sin embargo diferentes estudios realizados o ensayos, en vías de clasificar y describir características generacionales, en su gran mayoría parten desde primeramente una visión adultocéntrica, que al enfocar la mirada generacional, es desde una mirada desde el “mundo de los adultos”, que refleja la visión de pasividad e inactividad de la juventud, esto por que, por lo general se realiza la comparación de las generaciones propias. En segundo, las visiones generacionales, tienden a una descripción basada en criterios eurocentristas, en función de características históricas influyentes y cultura predominantes, muchas veces alejada de su propia realidad. Los nuevos paradigmas no solo epistemologicamente, posiciona hoy una generación que pasa a ser actores de su propia construcción, si no que también desde los procesos de socialización y la participación en movimientos sociales, empiezan a ser constructores de nuevas realidades, surgiendo nuevos factores movilizadores de esta generación, los cuales se enmarcan en nuevos contextos, claramente influenciado por fenómenos globalizantes, con especial énfasis con las nuevas tecnologías de la información y comunicación. El transcurso de este siglo, no solo marca fuertemente esta construcción de lo juvenil, desde la propia generación, sino que nos enfrenta que los jóvenes hoy adaptan y absorben elementos de la globalización, dentro de sus propias realidades locales. La participación política de los y las jóvenes ha tenido cambios profundos en la última década, acompañando los cambios de los que intentamos dar cuenta, en comparación del termino del pasado Siglo, donde existía una gran desilusión acerca de su participación partidaria o política. Entre la desconfianza y el desencanto, miles de jóvenes elegían otras formas de participación, más puntual, específica y local (Croce, 2012). Si bien es cierto adquieren elementos culturales y comunicacionales, vertidos por la globalización, estos son reflejados a su manera en los espacios locales. Los jóvenes se movilizan desde una perspectiva global, pero con sus intereses locales bien marcados, reflejandose en los movimientos juveniles de la primera etapa del siglo XXI, donde las transformaciones sociales se manifiestan en espacios muy localizados, pero que han conseguido trascender las fronteras locales y nacionales (Feixa, 2009). Es indispensable tener en cuenta para ello la incorporación de las nuevas tecnologías a sus mecanismos de participación, donde, ayudados por las innovaciones tecnológicas, la participación juvenil actual está teniendo fuerte capacidad articuladora a niveles nacionales, regionales y globales. Los jóvenes que están comprometidos con una causa local, conocen bastante de cerca lo que sucede en otros lugares y no pocas veces tienen relaciones directas con otros jóvenes que luchan por causas similares en otros puntos de América Latina y del planeta (Croce, 2012). En este sentido la presente generación ha encontrado nuevos modos de movilizarse, donde se saben en los medios de comunicación, hay, por decirlo así, una “consciencia mediática” arraigada en ellos (Cuadra, 2012). Esto nos lleva a enfrentarnos a la construcción de una nueva generación, la que podemos desarrollar como la Generación Glocal. 2. Paradigma de lo glocal Si hablamos de la inserción de los jóvenes como una Generación Glocal, debemos partir con adentrarnos en la búsqueda del contenido conceptual de la globalización, como una palabra que se utiliza en todo tipo de contextos y en algunos casos usada de tal modo que parece atribuir todo lo que ocurre en la sociedad y la economía a este fenómeno, en otros contextos se reduce simplemente a un aspecto o una dimensión. Wallerstein (1999), hace hincapié “que la globalización es un slogan, es una etiqueta con la que uno puede clasificar o desclasificar los productos, fenómenos y/o sociedades actuales”. Es por este medio que la conceptualización de globalización parte por la primera imagen que se nos viene a la cabeza, el de la economía, el del que tienen más puede abarcar más a nivel mundial, pero este no es el único aspecto de la globalización, aunque si bien es la más fuerte, impositiva e injusta en nuestras economías nacionales y locales. Desde el punto de vista de muchos la globalización es el culpable de todos los males de la sociedad actual, junto con su fiel acompañante el neoliberalismo, esto se debe a que son términos sobreutilizados con acepciones positivas y negativas, por lo que si bien esta claro que la globalización ha existido un empoderamiento de las políticas económicas neoliberales. Pero cuando se piensa en globalización, no se debe solo pensar en que esta es de carácter económico, este concepto transciende fronteras físicas, concierne a diversos sectores; contienen en si un conjunto de características que predominan en las relaciones económicas, políticas, sociales y culturales, denotando el acercamiento y la profundización de las relaciones e instituciones a través del espacio y tiempo, en tal forma que las diversas actividades diarias son influidas por sucesos en la otra parte del globo. La globalización, más que seguir tratando de conceptualizarla, hay que revisarla en las tres dimensiones o aspectos fundamentales que la integran, el primero de ello obviamente tendrá relación con el ámbito económico, pero también están las dimensiones políticas y socioculturales. Todo ello con un eje transversal de vital importancias que son las tecnologías y la información. Los diversos aspectos de la globalización se ven cruzados con el crecimiento incesante de las tecnologías y la información, donde la globalización ha abierto, facilitado y dinamizado los procesos donde se desarrollan los adelantos tecnológicos, que a la vez permiten una mayor fluidez en los diversos aspectos de la información, contribuyentes al crecimiento de las diferentes relaciones dentro de la globalización, convirtiendo a los jóvenes, como los principales usuarios de Internet, en los protagonistas de la globalización. La globalización es un proceso histórico por su capacidad para generar su propia historia; y sobre todo hoy, no hay una delimitación de la influencia de la globalización, pero si existe un reflejo claro que tiene su principal connotación en el ámbito local, donde por el efecto de la globalización surten secuelas, beneficios y consecuencias; por ende lo que es un fenómeno global se convierte en una realidad local. Es de esta manera donde surge un elemento esencial en la comprensión de la globalización, en las nuevas formas de interacción entre los actores globales y locales. Al respecto Robertson (1992) acuñó el término de glocalización, el cual ha venido tomado fuerza en las ciencias sociales en el último tiempo, que se asocia a la globalización de los fenómenos, pero al mismo tiempo a la localización de sus relaciones económicas y políticas. Es asi que el neologismo glocalización, alude a las relaciones que se vienen entretejiendo entre dos esferas: la local y la global. Es en este entramado de lo glocal que se ve representada la generación de jóvenes del ultimo decenio; pensando que la globalización es un proceso que persiste en la vida diaria y en la concepción de la cotidianeidad de nuestras sociedades, donde más que un concepto y un proceso, es una realidad que gravita sobre ella; llevando con ella los procesos glocales, convirtiendo a la glocalización en una realidad cotidiana. Una realidad que se ve reflejada en las prácticas de las personas, pero con mayor énfasis en la población joven, incorporándolas en su cotidianidad, en su expresión cultural, pero también en sus formas de asociatividad, generando un cambio en la generación de sus necesidades sociales y sus formas participativas. Estos los cambio socioculturales de la glocalización se han visto reflejados en la formas de socialización y participación de los jóvenes, nos sirven de base para entender el movimiento estudiantil universitario del año 2011 en Chile, esto sobre todo a manera de estudio de caso - si se permite el libertinaje del uso del término- ya que elementos similares han estado presente en los diferentes movimientos juveniles en los últimos años, dándose con realce, con los movimientos de los indignados en diferentes latitudes del mundo, en especial aquellos países dícese desarrollados, así como con el movimiento estudiantil mexicano “#soy132”, en torno a la polémicas elecciones de ese país o los estudiantes colombianos; por dar algunos ejemplos. 3. Raíz de una tesis de la Generación Glocal Se da un cambio en las formas de participación de los jóvenes universitarios, en una primera instancia aquí analizada, por medio de la inserción de elementos culturales característicos de la generación, que trascienden la participación informal, insertándose y adoptándose estás dentro de las estructuras de la participación organizada, es así como el movimiento estudiantil, se ve impregnado de nuevas formas de participación, las que resultan innovadoras y que rompen el esquema tradicional. Para ejemplificar la tesis a proponer, partiré por uno de los hechos gatillantes de la misma, el cual se presenta en una de las manifestaciones vivenciadas durante el movimiento estudiantil en el año 2011, bajo el llamado a la realización de un “Genkidama por la Educación”. Es por medio de una convocatoria virtual, generada dentro del movimiento juvenil, que se citan en la Plaza de Armas de la capital a más de tres mil jóvenes para realizar esta particular manifestación. Si bien es cierto realizaron una coreografía poco entendible para la gran mayoría de adultos que observaban en las calles de la ciudad, está guardaba un gran significante para la población joven, no solamente por el apoyo y convocatoria que tuvo dentro del movimiento, sino por lo transversal que resulto desde la organización formal, la inserción de elementos de socialización cultural propios. Es que el “Genkidama”, es una representación de una forma de lucha ocupada por la seria japonesa animada Dragón Ball, que consiste en cómo se puede aplicar una técnica de lucha teniendo el “corazón limpio”, canalizando la energía de la tierra. El simbolismo implícito de esta representación está en la forma representativa de la lucha desde la pureza de la base que da sentido al movimiento estudiantil, que dice en función de lo básico que debe ser una educación con calidad y gratuidad. Pero no se queda en ello el discurso de este movimiento, sino que refleja la forma de participar y organizarse a través de una representación del sentimiento de una generación de estudiantes universitarios, que crecieron asociados al programa televisivo del anime japonés de Dragón Ball. La representación de este anime se puede asociar a elementos representativos de la cultura juvenil, donde los participantes se aglutinan por una demanda educativa, pero también por características socioculturales que les son comunes y que son movilizadores dentro de la juventud. Sin la necesidad de pertenecer a una tribu urbana determinada, hay un factor característico sociocultural que es transversal a ellos y que guardó un significante por medio de la manifestación de este “Genkidama” por la educación. No es solamente el ejemplo del Genkidama de la educación, sino que también podemos hacer mención a los diferentes “flashmobs” (acciones instantáneas y organizadas) convocados durante el movimiento, ya sea en base a representación musical como el “Thriller por la educación”, el «Gagazo por la educación», bailes masivos de axé y hasta una versión orquestada de "El baile de los que sobran", todos ellos con acento a los elementos culturales de los jóvenes, así como aquellos convocados en representaciones puntuales, donde se observaron la representación de un suicidio simbólico por la educación realizado en diferentes puntos estratégicos del país, la representación de vacaciones veraniegas en los frontis de las universidades, o las altas convocatorias a cicletadas y skaters por las avenidas principales. Ligado a aquello se dan los Cosplay (representaciones en base a disfraces) representado peleas de superhéroes y villanos, o la marcha de los 300 espartanos por la educación. No podemos dejar de lado manifestaciones como la besatón o los cacerolazos presentes a lo largo del movimiento estudiantil. De la misma forma se observa en como se empoderan de los apelativos con que desde los medios se caracterizaron las diferentes manifestaciones, así una marcha mientras llovía copiosamente, se denomino como la «Marcha de los paraguas», por el uso masivo de este implemento; de igual forma sucedió con una marcha familiar organizada por los dirigentes estudiantiles, esta vez en el Parque O’higgins de Santiago, el que por la alta asistencia de niños con sus padres, el encuentro fue llamado también como ”Marcha de los remolinos”, por el colorido juguete tradicional que llevaban los menores. En todos los casos, el uso de redes sociales fueron no solamente características básicas, si no que también fundamentales para poder promover y coordinar dichas acciones; como para su difusión y socialización por los estudiantes, de esta forma podemos observar que en el ejemplo referido del evento del “Genkidama” de la educación, esté fue promovido por medio de las redes sociales virtuales ocupadas por los jóvenes, donde haciendo un recuento rápido vislumbramos cerca de doce mil confirmaciones de asistencia al “evento” convocado por la red social “Facebook”, así como el mismo se ramificó a las diversas regiones del país. Luego de la manifestación propiamente tal, esta se siguió difundiendo y adquiriendo adherentes, como se puede observar por las redes sociales para compartir videos, en lugares como “Youtube”, donde se encuentran cientos de videos de la manifestación mencionada y miles de visita a los mismos con los enlaces y comentarios respectivos, reflejando la característica de participación informal de esta generación de jóvenes universitarios, como es a través de la socialización virtual. De esta forma, Internet se convirtió en uno de los más importantes aliados del movimiento estudiantil. Acorde a lo afirmado por Mielli (2012) “del megáfono a la Internet, en cada momento histórico la juventud es el segmento de la sociedad que busca utilizar de forma más creativa las modernas herramientas comunicacionales para expresarse”. Los elementos descritos que distinguen estos movimientos juveniles, que caracterizan a esta generación, es posible entenderlos desde dos características contextuales en los jóvenes, los cuales son manifestación de los procesos de glocalización en que están insertos, que son la cibercultura juvenil y la socialización tribal. 4. Hacia la cibercultura juvenil. Es un echo innegable el avance de la Tecnologías de de Información y Comunicación (TIC), posesionándose en todos los espacios públicos y sociales, haciendo que nos movamos bajo un eje tecnológico que traspasa las fronteras de lo productivo económico, a los diversos ámbitos de la sociedad, asistimos no solo a un cambio en el paradigma de lo tecnológico, si no que a su vez cambios paradigmáticos en lo social, comunicacional y lo cultural. Es necesario aclarar que si bien las nuevas tecnologías han sido los dispositivos fundamentales para la reestructuración del capital, lo que aparece en el horizonte es una reconfiguración del orden simbólico y de los lazos sociales, así como las relaciones de fuerza implícitas en ellas (Cuadra, 2008). Los cambios tecnológicos han reconfigurado las relaciones sociales, y los espacios; dando pie a nuevas formas comunicacionales que nos transforman el quehacer cotidiano. Esta interconexión, trae consigo nuevos códigos y simplismos en la socialización de los individuos, que se vierten sobre las relaciones sociales nuevos espacios donde llevar las practicas sociales, ya sea para socializar, informar y/o comunicar, cambiando los territorios reales por espacios virtuales de encuentro de los individuos. Pierre Lévy (2001) describe las nuevas prácticas sociales, bajo el concepto de cibercultura, entendiendo en ella los nuevos paradigmas tecnológicos y digitales, y el surgimiento de nuevos valores, racionales y fenómenos subculturales, que se manifiestan en nuestra sociedad. La cibercultura basa su sentido en la universalidad, que se da gracias a un desarrollo del ciberespacio dentro de la sociedad, lo cual es entendido por, bajo premisas básicas: “Desde lo más elemental hasta lo más elaborado, fueron tres los principios que orientaron el crecimiento inicial del ciberespacio, la interconexión, la creación de comunidades virtuales y la inteligencia colectiva” (Lévy, 2001). Estas premisas básicas del ciberespacio, y sus características puntuales en los jóvenes, nos permitirán entender el posible desarrollo de una cibercultura juvenil. a. Interconexión Si partimos de la premisa que “una de las impulsiones más fuertes al origen del ciberespacios es la interconexión. Para la Cibercultura, la conexión siempre es preferible al aislamiento” (Lévy, 2001). Al realizar un breve análisis de esta interconexión, encontramos que lo más representativo dentro del uso del ciberespacio, es el Internet. Si bien es cierto el uso de Internet, aun no da cobertura todos los pobladores, dentro de lo cual existe un porcentaje que no conoce su existencia o funcionamiento; llegando a ser su acceso en algunos sectores exclusiva y elitista. Pero aun con lo anteriormente mencionado, no debemos de ignorar que la gran mayoría de población joven, hoy se encuentra conectada, reflejando una brecha digital, que en si será una brecha generacional, siendo los jóvenes una generación “nativa digital”, que le da una nueva utilización a las tecnologías, incorporándolas en sus proceso de participación y socialización. Diversos estudios reflejan la penetración y el alto uso de Internet en Chile, esto no solamente con los usuarios con acceso a la conexión fija, sino que también con la penetración de Internet por medio de la conexión móvil. Sin embargo se puede ver la disparidad que alcanzan los usuarios de Internet diferenciados por grupos etáreos, haciendo énfasis en la población juvenil. Es así que si separamos la población joven casi la totalidad de ella usa habitualmente Internet, en contraposición de un porcentaje menor que no puede ocupar las funciones en Internet. Este dato es inversamente proporcional respecto al rango de edad correspondiente de la población adulta, sobre todo mayor de los 60 años. Aun así no debemos caer en la confusión, dándole todos los créditos a Internet, como base para las nuevos movimientos sociales y juveniles, hay que partir del principio que no es Internet el que transforma, sino las personas que, utilizando esta herramienta comunicacional –y otras más tradicionales- pueden transformar la realidad (Mielli, 2012). b. Comunidades virtuales Con el desarrollo de las tecnologías, no solo se abre espacio para el mejoramiento de las formas comunicacionales, si no que también resurge la necesidad del ser humano de establecer relaciones sociales con quien se comunica. En este sentido se reafirma la idea de que aunque la tecnología es una facilitadora de las formas de producción, también atraviesa la cotidianidad, y con fuerza en la cotidianidad de las relaciones sociales. El informe de Desarrollo Humano de PNUD (2006), menciona que “La difusión de las nuevas plataformas tecnológicas de integración global no sólo crea un espacio de nuevo tipo para la acción, sino también para los vínculos sociales. La red, sin embargo, también hace posibles algunas formas nuevas de acción colectiva.” Estas socializaciones y acciones colectivas se dan a través de las llamadas comunidades virtuales. Pierre Levy (2001), entiende que la comunidad virtual, “se construye sobre afinidades de interés, de conocimientos, el compartir proyectos, en un proceso de cooperación o de intercambio y ello independientemente de las proximidades geográficas y de las pertenecías institucionales”. No esta demás decir, por obvio que sea, que como menciona el autor, el desarrollo de las comunidades virtuales se apoya en la interconexión. Al estar conectados nos insertamos en un mundo virtual tan amplio, que nos lleva centrar la conexión en los intereses individuales, encontrándonos en ellos con diversos individuos con los que encontramos la afinidad, de donde surgen procesos comunicacionales que se podrán conformar en comunidades virtuales; guardando como característica que en su proceso “los participantes de las comunidades virtuales han desarrollado una moral social fuerte, un conjunto de leyes consuetudinarias – no escritas – que rigen sus relaciones” (Lévy, 2001) Es de esta manera que Lévy (2001) nos reafirma que “con la Cibercultura, se expresa la aspiración a construir una sociabilidad que no estaría fundada ni en la pertinencia a un territorio ni en relaciones institucionales ni tampoco en las relaciones de poder, sino entorno a centros comunes de interés, en el juego, en compartir el saber, en el aprendizaje cooperativo, en procesos abiertos de colaboración”. El ciberespacio ha abierto las posibilidades de desplazamiento virtual, ampliando los límites más allá de lo imaginable a principios de siglo, del alcance de las relaciones y redes sociales. Gracias a las redes globales, han aumentado los medios de acción disponibles, hay una mayor cantidad de espacios para aplicarlos y una mayor pluralidad en los fines que justifican y orientan su uso. (PNUD, 2006). Todo ello potenciándose con la irrupción de nuevas formas de socialización en Internet, que potencia la participación del individuo, bajo premisas de lo colaborativo, donde destaca la creación de redes sociales virtuales en torno de objetivos organizacionales comunes, potenciando aun mas las comunidades virtuales. Es importante la participación de los usuarios de Internet en muchas de estas redes, no es menor el como varios estudios muestran el crecimiento de usuarios jóvenes en redes sociales, donde se interrelacionan con amistades, trabajo u opinión, entre otras cosas; siendo de gran influencia los lugares colaborativos en el ciberespacio. Si realizamos una mirada rápida al uso que se da a Internet entre la juventud, podemos ver que un las mayores frecuencias de uso de Internet y las acciones que más desarrollan son búsqueda de información, enviar y recibir e-mails y chatear con amigos o participar en charlas interactivas, y con fuerza en el uso de las diversas redes sociales lo que indica el alto uso de Internet, como herramienta de socialización y comunicación para los jóvenes. c. Inteligencia Colectiva Como se ha descrito anteriormente la interconexión lleva a la interrelación de las personas conformando comunidades virtuales, pero estar involucradas en estas está fijada por el satisfacer y lograr objetivos, que son comunes a los integrantes de una determinada comunidad. Para cumplir con esto es que dentro de las comunidades se da el intercambio de información y conocimiento que colaborativamente se va conformando en lo que se puede entender con Inteligencia Colectiva. Pierre Levy (2001) entiende al respecto que los grupos humanos se constituyen en comunidad virtual para acercarse a lo ideal colectivo inteligente, más imaginativo, mas rápido, con mejor capacidad para aprender e inventar; donde el ciberespacio solo es el indispensable desvió técnico en el camino hacia la inteligencia colectiva. Es claro entonces que los procesos de la conformación de la inteligencia colectiva, esta dada por el trabajo mancomunado y organizado de los individuos, al conformar una organización y/o comunidad de cualquier índole, pero que en este contexto tenga el plus de contar con el ciberespacio aparece como la herramienta de organización, pero también como el instrumento que permite la articulación entre si de los colectivos inteligentes. Asociado a lo anterior es el crecimiento exponencial de la cantidad de información circulante, la cual es proporcional al crecimiento de la interconectividad al ciberespacio, donde no solo se da el proceso de la inteligencia colectiva, por medio del intercambio de información, si no que parte de ella es el acceso a la información, que permite incorporar nuevos elementos a su cotidianidad. Las transformaciones en la vida cotidiana que se manifiestan a raíz de la inteligencia colectiva, se pueden ver ejemplificadas en el entorno de la educación y de la participación ciudadana. Donde no solo se ha transformado los sistemas educacionales, desde el apoyo mediático y de información existente en el ciberespacio, hasta las formas pedagógicas de llevar la educación hacia los espacios que antes no alcanzaba; generándose a la vez el intercambio colaborativo de enfoques teóricos, metodológicos y prácticos de las diversas ciencias, siendo un resorte en la discusión académica de hoy. Por otro lado la inteligencia colectiva se refleja en la participación ciudadana, donde también las alternativas de información y los nuevos canales de comunicación, ha permitido, por un lado, al ciudadano acercarse y ser parte dentro de las políticas públicas sociales, pudiendo ser parte de su entorno social y los entes estatales que lo involucran. Pero este empoderamiento que ofrece el ciberespacio, permitiendo acceder a lo publico, también inserta a los usuarios no solo a los entes estatales, si no que la inteligencia colectiva se ha reflejado también en la participación social de las personas, entorno de movilizaciones sociales, manifiestos sectoriales y/o políticas sociales y locales desde la sociedad civil, donde podemos fundamentar entonces que la inteligencia colectiva, muchas veces se presenta proactiva, a partir de la información y la comunicación alcanzada en el ciberespacio. Es de esta manera que podemos sin duda aseverar que la cibercultura ha ido generando nuevas formas de socialización en los jóvenes, ampliando lo global, generando como hemos visto nuevas practicas sociales, influyentes en un cambio cultural dentro de los jóvenes en sus espacios locales. 5. Las nuevas formas de socialización Y es que el fenómeno de la socialización no es ajeno de cualquier reflexión acerca de lo social, de lo humano, de lo relacional, siendo un conjunto de procesos complejos de interacciones sociales, encontrando dimensiones significativas de las relaciones sociales en que se desenvuelven procesos específicamente determinantes de la vida juvenil. Estos procesos de socialización se van desarrollando en diferentes ámbitos pero con énfasis en los jóvenes en los grupos de pares y los de referencia; los cuales refieren a las relaciones dadas en espacios horizontales de iguales, de relaciones cotidianas donde l pueden reconocerse y ser reconocidos, donde suelen adscribir a dinámicas culturales, que les brindan identidad. Es en estos ámbitos que se empiezan a detonar la selección de los referentes culturales, a los cuales van expresando conformidad y apropiación a sus formas de vida. Esta manera de manifestar intereses particulares y de seleccionar aquellos, es lo que muchos denominan “cultura juvenil”. Las que un sentido amplio, las culturas juveniles refieren el conjunto de formas de vida y valores, expresadas por los grupos de referencia “en respuesta a sus condiciones de existencia social y material”(Feixa, 1995); quienes se ven afectados por el acceso generacional a la diversidad cultural que existe, acrecentada por los rasgos de la modernidad y la globalización, son los que afectan a las relaciones sociales, antes descritas como generación, en que la mayoría de la población que transita por la juventud se ve expuesto a la diversidad de practicas sociales. Pero es en el ámbito de las relaciones en los grupos de referencia, que los jóvenes irán “optando” las practicas que para ellos sean representativas, de esta forma reflejaran estilos y actitudes, por ellos elegidos y con los cuales se sientan identificados. Estos mismos rasgos se ven atravesados por la irrupción de las nuevas tecnologías tal como se analizaba anteriormente, generando características propias de una “cibercultura juvenil”, siendo los jóvenes no solamente los mayores conectados a la red, sino que también se encuentran fuertemente empoderados dentro de las diferentes comunidades virtuales y en el intercambio de conocimientos y de trasmisión de elementos socioculturales. En ese sentido, Maffesoli (1990), habla de una complejidad de la cultura dentro de los jóvenes, llevándolos a un proceso de tribalización de la sociedad moderna, donde se da el surgimiento de, las por él denominadas, «tribus urbanas»; termino referido desde las ciencias sociales pero sobreutilizado por los medios masivos de comunicación, llegando a influir en la construcción de un imaginario sobre las mismas, alejándolas de su sentido primario. Estas formas de socialización, de las tribus urbanas, se dan con fuertes particularidades y con afinidad a características específicas por parte de sus integrantes, que reflejan las distinciones entre los grupos de referencia. Estas características son muchas veces observables en factores movilizadores de estos jóvenes como son por ejemplo la música – en los grupos de hip-hop, metaleros o los cumbieros -, o bien por su vestimenta – góticos, punk -, a como puede ser el deporte – los skaters, a través de clubes deportivos del barrio o las barras bravas -, a como también en factores de carácter fuertemente ideológico - como es el caso de los mensajes antisistema de los graffiteros o los skinhead -; los jóvenes manifiestan así diferentes practicas sociales, que van adquiriendo su especificidad, dentro de una sociedad compleja, lo cual marca un estilo que se convierte en lo distintivo de las culturas juveniles. Como menciona Feixa (1995) se da la «manifestación simbólica de las culturas juveniles, expresadas en un conjunto más o menos coherente de elementos materiales e inmateriales que los jóvenes consideran representativos de su identidad como grupo». Si bien es cierto se generaliza y se estigmatiza toda actitud sociocultural de la juventud en función de la pertenencia a determinada tribu urbana, llegando a distinguirse características que bordean los límites de la discriminación y la exclusión, aun dentro de los mismos jóvenes. Aun así no podemos agrupar a todo joven dentro de una tribu urbana determinada, mas aun bajo determinados rasgos y características socioculturales puntuales, como las tribus paradigmáticas (Costa, 1996) mas reconocidas y cuya identidad no solo es dentro de sus espacios de cotidianidad, sino que también establecen fronteras identitaria muy claras; sin embargo existe una apropiación de los elementos simbólicos, que van siendo adaptados por los mismos grupos acorde a sus propias realidades, en un proceso de socialización tribal. En la socialización tribal dentro de sus grupos de referencia, los jóvenes se empoderan de los elementos brindados por esa diversidad cultural, adoptando aquellos que lo identifiquen y adaptándolos a sus espacios definidos. De esta manera podemos ejemplificar que los grupos afines a las practicas definidas como hip-hop, quienes no solo se identifican con un estilo de vestimenta, si no estilos expresivos a través de la música, la cual podrán tener un ritmo de carácter global, pero el contenido de sus letras, tal como lo expresan diversos estudios a nivel mundial, van a ir acorde con realidades y situaciones de vivencias de los jóvenes en sus espacios locales. Vemos entonces una suerte de hibridación cultural (García Canclini, 1989) dado por procesos globales dentro de los jóvenes, teniendo a modo de ejemplo cortes de pelo punk en Santiago, graffitis hiphoperos en México y hooligans transformados en barras bravas de Buenos Aires, de las que se trata de entender su presencia en nuestras sociedades modernas; todo ello potenciado como ha de inferirse por la cibercultura juvenil, teniendo mayora acceso no solo a la información, sino que también a los simbolismos culturales implicados en esta socialización tribal, todo ello dado es en sus propios espacios, delimitados por sus prácticas sociales particulares en cada grupo de referencia, donde se manifiesta la hibridez cultural. En este sentido, las manifestaciones de las prácticas sociales de los jóvenes, por lo general no es una sola forma de expresar esa “cultura juvenil”, si no es un híbrido cultural, que utilizan los jóvenes en búsqueda de su propia identidad. En lo híbrido los símbolos adquieren nuevos significados, haciendo alusión a los fenómenos de la cultura que han sido absorbidos indistintamente para la formación de una nueva cultura (García Canclini, 1989). Las juventudes siempre han sido clasificadas como contestatarias y rebeldes a los sistemas políticos y estatales, siendo como hemos visto, una respuesta a la instauración de modelos modernistas; en este sentido, “las Tribus Urbanas podrían constituir una cristalización de tensiones, encrucijadas y ansiedades que atraviesan a la(s) juventud(es) contemporánea(s). Son la expresión de una crisis de sentido a la cual nos arroja la modernidad, pero también constituyen la manifestación de una disidencia cultural o una “resistencia” ante una sociedad desencantada por la globalización (Zarzuri, 1999). Si bien las ideas y concepciones sobre lo tribal, pueden sonar como recientes, enfatizando sus estudios y sobre todo la clasificación en las ultimas décadas; no podemos abstraernos de la idea que la modernidad, ha sido permanentemente acompañada por una respuesta subjetiva a la potenciación de los espacios locales, respuesta que se ha expresado más fuertemente con un empoderamiento de la juventud en la modernización; donde, sin embargo, poco se ha debatido sobre las formas de incorporación de los jóvenes en las sociedades modernas y su inclusión en las políticas publicas. Los jóvenes en América Latina, no han sido ajenos hacia las formas denominadas como tribus urbanas, si bien es cierto estas se han visto manipulados por los medios y su inserción en un mundo globalizado, donde los estilos podrían decir que se han ido imitando, pero no cabe duda que es también la respuesta comunitaria local de los jóvenes latinoamericanos. 6. Los Movimientos Glocales Podemos observar, acorde a lo revisado anteriormente, que los elementos asociados a la cibercultura juvenil y a la socialización tribal son característicos de la Generación Glocal, los que se encuentran presentes en su actuar cotidiano, pero sobre todo presentes como un elemento diferenciador en sus manifestaciones asociativas, en función de construir movimientos sociales. Es así que hacemos énfasis como los movimientos juveniles, tienen en su gran mayoría, su inicio en elementos y contextos locales, que luego tendrán una repercusión macro y global. A diferencia de lo que en otras épocas observábamos, los jóvenes militantes de las primeras décadas del Siglo XXI no se plantean construir “movimientos juveniles” u “organizaciones juveniles”, no se plantean un cambio radical de sistema como pudieron platearse generaciones anteriores; su perspectiva es intergeneracional, enfocados en espacios o situaciones locales, salvo situaciones muy particulares, como lo es el caso de los movimientos estudiantiles quienes proponen un cambio sustancial al sistema educativo vigente (Croce, 2012). Pero aun estos últimos, como fue sucedido con el movimiento estudiantil chileno, tuvo muchos de sus factores gatillantes en elementos locales, ya sea problemas de reconstrucción post-terremoto de algunos recintos educacionales, problemas con becas escolares o con el sistema transporte. La diversidad de movimientos sociales, hoy confluyen entre si en diversos aspectos y tienen muchos de los aspectos antes descritos, se observa en los movimientos indigenistas a lo largo del continente, como puede ser el reconocimiento de loa lucha del pueblo mapuche a un nivel global y como dejar de mencionar los Zapatistas en Chiapas, que marca una pauta innegable en cuanto a movimientos glocales, que merecería un capitulo aparte de reflexión. Así mismo se dan las agrupaciones medioambientalistas, que parten desde una realidad específica y se globalizan en sus alcances, como puedes ser el movimiento “Patagonia Sin Represas” o la defensa de la amazonía; pero aun así es la juventud que mejor refleja, estos nuevos movimientos, dadas las características glocales mencionada anteriormente. Y es que los jóvenes no solo saben el manejo de las herramientas y tecnologías, sino que saben aprovecharlas, masificando sus expresiones en el ciberespacio, donde no solo vemos su cotidianidad, si no que es parte de ella en la convocatoria a una manifestación, las imágenes de una protesta o los blog de opinión libre sobre los hechos que les acontecen. Los movimientos sociales juveniles y sus expresiones, son un manifiesto de esta glocalidad, confundidas desde miradas conservadoras y adultocéntricas, cayendo en el discurso fácil de juventud apática, relacionada con elementos perversos de la globalización y alienantes; sin caer en cuenta en que es una juventud que rompe con los esquemas tradicionales de la asociatividad y de la participación, planteándose elementos irrumptivos, incluyendo nuevas formas de entender y hacer la política desde sus propios ámbitos. Lo que hace falta es voltear las miradas a entender a la juventud desde sus propias formas de construir su realidad, quienes plantean elementos en permanente dinámica, desde sus propios espacios, pero con una mirada propia dentro de la globalización. Los movimientos glocales juveniles, son parte la expresión de una nueva ciudadanía, empoderada de su espacio, participando en el entorno local, pero manifestándose globalmente; siendo en si una ciudadanía con derechos que son globales, pero con un fuerte compromiso con sus deberes locales. Bibliografía - Alpízar, L; Bernal, M. (2003) La Construcción Social De Las Juventudes Ultima Década Nº19, Cidpa Viña Del Mar, Noviembre 2003. García Canclini, N. (1989). Culturas híbridas: Estrategias para entrar y salir de la modernidad. México: Grijalbo Costa, PO. (1996). Tribus Urbanas. El ansia de identidad juvenil. Paidos. Buenos Aires, Argentina. - Croce, A. (2012) Nuevas realidades juveniles en América Latina Revista América en Movimiento. Alainet, Nº 477, Julio 2012 año XXXVI, II Epoca - Cuadra, Á. (2008). Hiperindustria Cultural. Universidad ARCIS, Chile. - Cuadra, Á (2012) Manifestaciones estudiantiles en Chile Cultura de la protesta: Protesta de la cultura. En: Revista América en Movimiento. Alainet, Nº 477, Julio 2012 año XXXVI, II Época - Feixa, C. (1995). “Tribus urbanas & chavos banda. Las culturas juveniles en Cataluña y México” en Nueva Antropología. UAM-ACIESAS, vol. XIV, Marzo. - Feixa, C. (2000). Generación @ la juventud en la era digital. En: Rev. Momadas, Num 13, Octubre 2000. Universidad Central, Colombia. Pp 75 – 91 - Feixa, C. (2008) De Jóvenes, Bandas y Tribus. Editorial Ariel, Barcelona, España. - Feixa, C y Nilan, P. (2009) ¿Una juventud global? Identidades híbridas, mundos plurales. Educación Social, núm. 43, p75-89. - Lévy, P (2001). Cibercultura. Ed. Dolmen. Chile. - Maffesoli, M. “El tiempo de las tribus” Icaria editorial S.A. España, 1990 - Mielli Renata (2012) Brasil: Protagonismo juvenil ocupa las calles y las redes. En: Revista América en Movimiento. Alainet, Nº 477, Julio 2012 año XXXVI, II Epoca PNUD. (2006) Informe de Desarrollo Humano en Chile 2006 “Las nuevas tecnologías: ¿un salto al futuro?” PNUD, Chile. - Robertson, R. (1992) Globalization. Social Theory and Global Culture, Sage, London, UK. - Wallerstein, E. (1999) A ruina do capitalismo; Diario Folha de Sao Paulo, edición No 25.774, Brasil. - Zarzuri, R. (2002) Culturas Juveniles, Narrativas Minoritarias y Estéticas del Descontento. Ediciones UCSH. Reflexiones y consideraciones MESA 2 “Política de Trabajo Social y su aporte al proyecto de sociedad” Como grupo, valoramos altamente la realización de este Encuentro que permite profundizar los lazos de unidad del Trabajo Social latinoamericano y del Caribe. Este tipo de eventos se hace muy necesario en el contexto de tensión que une nuestro continente que comienza a desprenderse de la dominación neoliberal que ha controlado la vida por décadas, con su estela de miseria, desigualdades abismantes y el Imperio del individuo por sobre el bien común. Nuestros valores y principios nos indican un camino, el eje humanitario, sin embargo, nuestro hacer choca con el muro neoliberal y muchas veces, absorbidos por elmodelo de sociedad que nos rige y actuamos meramente a nivel de control social. En el esperanzador escenario de cambios, debemos profundizar el debate, generar propuestas desde nuestros espacios laborales. No podemos permitirnos ser tan sólo aplicadores de una u otra política social. El contexto actual exige interactuar con los sujetos de intervención. Esdecir, debemos consultar como llega nuestra acción y desde allí, promover los cambios si es necesario. En la Academia se debe trabajar conlos estudiantes, se deb concer sus inquietudes,promover la discusión y análisis de la realidad. Desarrollando proyectos colectivos que permitan la integración teórico-práctico. Como lo hemos señalado anteriormente, la falta de humanidad, el hambre, la desigualdad en que vive nuestro continente nos interpela, nos exige actuar y para ello debemos `profundizar en laidentidad de nuestros pueblos y desde allí, trabajar un proyecto de sociedad del Trabajo Social latinoamericano. El proyecto ético y político del Trabajo Social está en construcción permanente, lo que nos obliga a definir nuestra relación con el poder. No podemos influir en los procesos de cambio si seguimos atomizados en pequeños mundos laborales. Proponemos una alianza estratégica entre la academia y el gremio y desde allí, la interpelación al poder para promover el cambio. Finalmente, nuestro reconocimiento a los colegas que presentan sus experiencias en nuestra mesa de trabajo. Sus exposiciones nos muestran que el Trabajo Social esta vivo y se proyecta en el tiempo. Felicitaciones también a los Comisión Organizadora de este Encuentro, el que debe realizarse con mayor regularidad y contribuir así a la identidad del Trabajo Social latinoamericano y caribeño. MESA 3 Direccionalidad, Sentido de Proyecto ético Político del Trabajo Social Relator: Everton Souza de Araujo Ponentes: Laura Victoria Carillo Rojas Jorge Yaitul Strormansen Violeta Flores Flores Mabel López Ortiz Alex Rubén Cea Cea Bonnie Xyomara Velásquez Rodríguez Tiagio Barbosa do Santos Jeovana Nuñez Everton Souza de Aruaujo Colombia Chile Chile Puerto Rico Chile Colombia Brasil Brasil Brasil APORTES DESDE LA FORMACiÓN A LO COMUNITARIO; PROPIEDAD HORIZONTAL COMO ESCENARIO EMERGENTE A LA CONSTRUCCiÓN DE CIUDADANíA Laura Victoria Carrillo Rojas Bibiana Paola Marin Zambrano ∗ ∗∗ RESUMEN El ámbito comunitario es comprendido por el Trabajo social como un espacio en donde los sujetos sociales son reunidos en favor de intereses colectivos, compartiendo características comunes, generando gran incidencia en la ciudadanía; Sin embargo, aparecen nuevos concepciones de territorialidad (propiedad horizontal) que dejan de lado los fenómenos colectivos individualizando las necesidades e incluso generando controversia en relación a la construcción de ciudadanía dado que logran transformar procesos participativos. Esta investigación pretende dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿Cómo incide la interacción del Trabajador social en las nuevas formas de lo comunitario (propiedad horizontal)?, siendo éste un escenario emergente de intervención comunitaria que está demandando un actuar comprometido y fundamentado en el contexto y la realidad social, en cual, el Trabajo Social busca identificar nuevas formas metodológicas y prácticas para atender la transformación de la comunidad en los escenarios locales que proporcionan el reconocimiento de la crisis del tejido social. PALABRAS CLAVE: Trabajo Social, Comunidad, Propiedad Horizontal, Ciudadanía. Semillero Prácticas, Diálogos & Saberes Corporación Universitaria Minuto De Dios Facultad de Ciencias Humanas y Sociales Programa de Trabajo SocialBogotá, Colombia lauracarri 110007 @hotmail.com ∗ ∗∗ kach i [email protected] El siguiente documento pretende relacionar las nuevas formas de intervención comunitarias para el Trabajo Social por ello se abordará el tema de la propiedad horizontal en la construcción de ciudadanía como un escenario emergente. El documento inicia retomando el concepto de comunidad desde su evolución histórica enlazando lo anterior con los recientes cambios de las formas de organización comunitaria y cómo la globalización es un factor determinante en estos. A partir de lo anterior, se comienza a analizar cómo desde esta crisis surgen nuevas formas de entender y crear los territorios, es allí donde aparece lo que se denomina propiedad horizontal y que actualmente en Colombia predomina como una innovadora manera de organización territorial. Para continuar se realiza un acercamiento a lo que es ciudadanía y cómo se desarrolla este ejercicio desde lo comunitario, consecuentemente se hará una descripción de la metodología que se pretende emplear para desarrollar esta investigación (Investigación Acción Participativa) finalizando con algunos aportes que surgieron a partir de esta propuesta de investigación que actualmente se encuentra en curso. El trabajo social comunitario es uno de los métodos tradicionales en la intervención profesional, numerosos autores y estudios han desarrollado teoría alrededor de la organización comunitaria y de los procesos comunitarios, estas situaciones son tan antiguas como la misma historia, la cual enseña que desde el origen de los tiempos los seres humanos se han agrupado de diversas formas y con variados motivos. Uno de ellos y bajo el precepto anterior en el que cobra sentido la afirmación de Zygmunt Bauman cuando relaciona la palabra comunidad con la sensación que produce en los seres humanos, una buena sensación, pues la comunidad es asociada con un lugar cálido con seguridad. Sin embargo para Bauman esa seguridad que presta el vivir en comunidad implica necesariamente la pérdida de libertad, representada en la autonomía, en el derecho a la autoafirmación y al derecho de ser uno mismo. Pensamiento que puede ser relacionado directamente con la globalización y el pensamiento individualista del modelo neoliberal actual, este modelo en pocas palabras consiste en la ausencia de un Estado y la reproducción de la pobreza. La comunidad nace en un contexto de conflicto en el que se dio “la invasión de todas las esferas de la realidad social por parte del capitalismo” (Torres. 2013. P. 14), esto trajo consigo un miedo generalizado, que puede entenderse como la desarticulación del tejido social, es por ello que se dan las nuevas formas y tendencias de asociación y agrupación humana como también novedosas formas y hábitos en la vida cotidiana. Es así como la internacionalización de la economía y la caída de las barreras63 “han dado origen a un modo diverso de considerar el territorio con una creciente atención a nivel local, los cambios generalizados impuestos por la globalización han tenido efectos o impactos territoriales” (Dematteis- Governa. 2005. P. 35), es relevante relacionar los cambios del territorio con lo que es la comunidad hoy en día, además que desde la posguerra se empieza a posicionar un discurso de desarrollo64 que establece por sí mismo una relación de poder y jerarquía en el mundo, los países que se encuentran en la periferia, uno de esos Colombia, tienen desde esa época la meta de alcanzar el tan anhelado “Desarrollo” Para comprender estas nuevas formas de vida que han venido de la mano con la globalización y la mundialización de los bienes y servicios, lo que a su vez desarrolla nuevas formas de asociación agrupación y vida en comunidad, es preciso comprender lo que tradicionalmente se ha entendido por comunidad y lo que la experiencia y la teoría tradicional ha enseñado sobre la misma. Para Ezequiel Ander- Egg la comunidad se entiende como: “algo” que se inscribe en un espacio o territorio delimitado. Se trata de la utilización del término para designar a las personas y relaciones que se 63 “Para que el poder fluya, el mundo debe estar libre de trabas, barreras, fronteras fortificadas y controles. Cualquier trama densa de nexos sociales, y particularmente una red estrecha con base territorial implica un obstáculo que debe ser eliminado” (Bauman. 2000. P. 15) 64 Se ha tratado de convencer al mundo de esta promoción del desarrollo y convencerlos de su situación de inferioridad, todo este modelo implantado ha sido a través de convencer por medio de la violencia. establecen entre los que viven en un determinado espacio o territorio: barrio, pueblo, aldea, etc., que constituye una entidad identificable e individualizable por límites geográficos precisos. Ander-egg pág. 30 Principales elementos o dimensiones de la comunidad según Ezequiel AnderEgg • Agrupación o conjunto de personas. • Que habiten en un espacio geográfico delimitado y delimitable. • Cuyos miembros tienen conciencia de pertenencia o identificación de algún símbolo local. • Interacción entre si más intensamente que en otro contexto. • Operando en redes de comunicación, de interés y apoyo mutuo dentro de la misma. (Ander- Egg P.P. 33-34-35) El Trabajo Social en la actualidad se enfrenta a un reto en el cual se busca indagar y proponer nuevas teorías propias, que permitan implantar modelos alternativos para la intervención con individuos, grupos y comunidades, dando orientación a las problemáticas que se generan en el mundo actual. Más precisamente si se habla de comunidades, y de las reacciones que se producen en las interacciones actuales, de las personas para la construcción de un bienestar común. Con el fin de abordar el tema de los nuevos escenarios de intervención profesional para el Trabajo Social, se hace necesario partir del hecho de las nuevas formas vivenciales y de organización para la satisfacción de las necesidades, que han adoptado los seres humanos en los últimos tiempos, por ello, es preciso mencionar el interés de interactuar en campos no tradicionales, con nuevas estrategias que desde la interdisciplinaridad proponen fortalecer el actuar profesional del Trabajador Social del siglo XXI. Teniendo en cuenta que Colombia es un país principalmente agrícola y de tradición campesina, en donde las familias se caracterizaban por ser extensas y se tenía un manejo menos racionalizado del espacio en el que se habitaba; contrastando con la actualidad, en donde se ha reducido el número de miembros de la familia, lo que conlleva a crear territorios que racionalizan el espacio, siendo más prácticos y propuestos para satisfacer las necesidades actuales. En la grades ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, el desarrollo urbano acelerado implica el aumento de las viviendas en propiedad horizontal pues la optimización del uso del suelo en ciudades en donde la población crece rápidamente debe ser acorde a esta situación, sin embargo este fenómeno comienza a trasladarse a pueblos y a ciudades más pequeñas, lo cual debe cuestionar al trabajo social Colombiano en relación a los métodos, metodologías y a la misma actuación del profesional en el trabajo social comunitario, ya que la construcción de nuevos territorios trae consigo nuevas formas de territorialidad.65 De acuerdo a lo mencionado anteriormente se propone como campo innovador de actuación, un abordaje a la comunidad desde el fundamento de la propiedad horizontal, teniendo en cuenta que la propiedad horizontal, hace referencia a: LEY 675 DE 2001. Artículo 3, párrafo 2. Régimen de Propiedad Horizontal: Sistema jurídico que regula el sometimiento a propiedad horizontal de un edificio o conjunto, construido o por construirse. La institución jurídica vinculada a la división y organización de los inmuebles resultantes de la segregación de una construcción común. Dicha propiedad reglamenta la manera en que se divide el inmueble y su relación con el resto de los bienes privados y comunes del edificio., (http://definicion.de/propiedad-horizontal/, párr.4) Siendo así, un espacio para propender a la organización comunitaria, que armonice la convivencia de quienes se encuentran inmersos en estos espacios de residencia, y contribuya al desarrollo de óptimos niveles de vida. Como estrategia para avanzar en la construcción de nueva teoría fundamentada en la práctica, se formula implementar desde el campo de práctica profesional de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, una alianza interinstitucional con una constructora, quienes desarrollan proyectos de vivienda, dentro de los cuales se pretende implementar labores propias de 65 “La territorialidad es un conjunto de relaciones que nacen en un sistema tridimensional sociedad-espacio-tiempo con el propósito de alcanzar la mayor autonomía posible compatible con los recursos del sistema” (Raffestin) Trabajo Social con la comunidad que allí reside, dando cuenta de nuevas áreas de intervención que requieren metodologías, técnicas y herramientas innovadoras, las cuales beneficien tanto a la constructora, que hace parte del sector privado, como a la comunidad que adquiere el producto, en este caso su vivienda. Para el actuar profesional del Trabajador Social, es indispensable desarrollar labores en conjunto con instituciones u organizaciones, que propicien espacios de intervención social, por ello, con el objetivo de retomar la experiencia que fundamentará teóricamente el actuar profesional en el campo de la propiedad horizontal, el Trabajador Social en formación, se encontrará vinculado a la constructora, con la cual se pretende desarrollar proyectos de convivencia vecinal en el que como trabajadores sociales se deben formular una propuesta pedagógica, desde la educación y formación en cultura ciudadana que concientice a la apropiación del territorio y así mismo garantice la sana convivencia, facilitando un acompañamiento entorno al proceso de transición a la vida en propiedad horizontal. Otro de las propuestas de intervención es acudir a la creación de redes y alianzas interinstitucionales, cuyo fin consiste en solventar las necesidades de los residentes generando un portafolio de servicios que facilite el acceso y el uso de instituciones de acuerdo a los intereses de la comunidad, generando la apropiación de los distintos servicios que se ofrecen desde lo local, evitando un impacto negativo a estas nuevas formas de organización territorial, que en algunas ocasiones no posibilitan el acceso cercano a lo institucional y comercial. Es así como el tema de ciudadanía, es fundamental para construir una forma de actuar político desde lo individual hacia lo colectivo, cómo lo mencionan Will Kymlicka y Wayne Norman, “El concepto de ciudadanía está íntimamente ligado, por un lado, a la idea de derechos individuales y, por el otro, a la noción de vínculo con una comunidad particular.” (1997). En donde el Trabajo Social debe incidir con estrategias que promuevan la ciudadanía, detectando como pilar, la implementación de una escuela de formación social que promueva el control social, incorporando criterios e iniciativas al desarrollo local en los entornos en donde transcurre la vida cotidiana. El reto del actuar profesional consiste en interpretar la comunidad, a partir de las acciones de cada uno de los individuos que la componen, atravesar las barreras de la subjetividad e interactuar en una construcción conjunta de empoderamiento, no se trata de imponer soluciones, sino por lo contrario de construirlas, así como menciona Hernández No somos indicadores en el camino hacia un lugar o meta, más bien somos como señales de vías y caminos distintos hacia metas o objetivos distintos, que el viandante debe elegir, nos podemos convertir en acompañantes en el camino trazado o buscado por el cliente. Nuestra tarea no es decirle al cliente lo que tiene o tendría que hacer, sino más bien que descubra y proyecte sus propios objetivos, poner al vivo sus recursos y en su caso acompañarles en la realización de los mismos”. (Hernández, 2008, P. 10). Por ello, en la formulación de nuevos escenarios de intervención, la expectativa consiste en la innovación de estrategias de orientación para solidificar los potenciales de la misma comunidad. Es de vital importancia volcar la mirada a esas trasformaciones a la cuales la profesión debe responder asertivamente y cuestionarse ¿Qué se trasforma al vivir en propiedad horizontal? Un acercamiento a la respuesta de esta pregunta consiste en decir que la transformación con mayor impacto es la forma de ejercer la ciudadanía, por cuanto se convive en espacios comunes, los cuales exigen el cumplimiento de normas para una convivencia armoniosa, potenciando así, las habilidades y competencias que cada uno de los habitantes debe poner en práctica para mejorar su calidad de vida y de las personas con las que interactúa en la comunidad, es decir que cuando se menciona la intervención del Trabajo Social en propiedad horizontal, indiscutiblemente se debe hacer referencia a las relaciones sociales desde el ejercicio de ciudadanía como prevención de los conflictos vecinales. Por lo anterior se comprende que la mejor forma de abordar este escenario emergente y desde la perspectiva de ciudadanía es la investigación acción participativa principalmente por la relación que le permite al trabajo social un papel subsidiario como lo afirma el colectivo Ioé en su texto: Investigación acción participativa: propuesta para un ejercicio activo de la ciudadanía. El papel subsidiario del trabajo social implicara directamente permitirle a la comunidad florecerse en su formación ciudadana sin dependencia del profesional y esto a su vez le demanda al profesional adaptarse al ritmo y lenguaje de la comunidad en una actitud de dialogo y escucha permanente. Incluyendo en su ejercicio profesional la potenciación de recursos materiales y humanos propios de la comunidad siempre priorizando las demandas y expectativas de la misma, creando así una relación armoniosa entre la reflexión y la acción o la teoría y la praxis. ¿Cuáles son esos elementos que tradicionalmente se ha entendido como básicos en la formación de una comunidad, y sí esos mismos se requieren para que exista comunidad en propiedad horizontal? Profe se podría concluir con esta pregunta… REFERENCIAS Dematteis, G. – Governa, F. (2005) Territorio y territorialidad en el desarrollo local. la contribución del modelo SLOT. Boletín de la A.G.E. N° 39. Colectivo Ioé. (s.f ) Investigación acción participativa: propuesta para un ejercicio activo de la ciudadanía. Lineas básicas de IAP. Ezequiel Ander- Egg (1998) Metodología y Practica del Desarrollo de la Comunidad, Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, Santa Fe de Bogotá, Colombia. Editorial Precolombi- David Reyes. Kymlicka, W. Norman W. (1997). El retorno del ciudadano. Una revisión de la producción Reciente en teoría de la ciudadanía. Universidad de Otawa. Canadá Torres, A. (2013) El retorno a la comunidad: problemas, debates y desafíos de vivir juntos. Ed. El Búho.Colombia. Zygmunt, B. (2003) COMUNIDAD en busca de seguridad en un mundo hostil, siglo XXI de España editores S.A, Madrid Español. Traducción: Jesus Albores WEB GRAFÍA Definición.de Definición de propiedad horizontal. http://definicion.de/propiedad-horizontal/ http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=4162 Ley 675 de 2001 HERNÁNDEZ A. (2008) Retos y desafíos de la postmodernidad al trabajo social. Recuperado de http://www.gingko.es/archivos/articulo%20retos%20en%20la%20postmo dernidad.pdf TRABAJO SOCIAL: PRÁCTICA PROFESIONAL E INVESTIGACION SOCIAL APLlCADA. ENTRE EL PRACTICISMO y LA PERSPECTIVA HISTORICOCRITIC0 1 2 Jorge Rodrigo Yaitul Stormansan ∗ Resumen El objetivo del trabajo, en primer lugar y de modo general, trata del sentido y significado que se le da a la investigación social y a la práctica profesional en Trabajo Social. Un segundo propósito, es plantear una serie de reflexiones que permiten advertir la necesidad de hacer investigación a partir de diseños más integradores y comprensivos (Falla, 2009). Y por último, recoger, de cierto modo, el debate histórico que en la profesión se ha dado acerca de la generación de conocimiento, por una parte, enfatizado en la búsqueda de especificidad, que se relaciona con el practicismo, y por otra, por los argumentos planteados desde la opción histórico-crítico. En suma, se trata de una discusión de naturaleza teórica, que busca desde un lugar teórico específico (practicismo e histórico-crítico) responder la pregunta por el quehacer investigativo del Trabajo Social. Palabras Clave: Trabajo Social, investigación social, práctica profesional. Usamos la significación práctica profesional en cuanto al quehacer cotidiano de los trabajadores (as) sociales en el 1 ámbito de su ejercicio profesional. Asimismo, utilizamos el término investigación social aplicada, en el sentido de que la investigación que se desarrolle, se oriente en torno a un uso concreto que tienda a modificar las condiciones sociales iniciales de una persona, familia o de una comunidad. De este modo, en adelante en el texto usaremos la denominación de nvestigación social cuando nos refiramos a investigación social aplicada. 2 El artículo es un producto del PROYECTO ULA 0806/MECESUP2I2010-2012, denominado "Rediseño curricular de la carrera de Trabajo Social de la Universidad de Los Lagos, centrado en aprendizajes de los estudiantes, competencias y necesidades del medio sociolaboral." Además, en el marco del mismo proyecto, es resultado de la estancia corta de especialización en la Facultad de Trabajo Social (FTS) de la Universidad de Jaén (UJA), Jaén, Andalucía/España, entre el 25 de octubre al 19 de noviembre del 2010. Académico jornada completa del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Los Lagos (ULA), Osorno. Correo electrónico: [email protected] ∗ Investigación Social, Trabajo Social y Práctica Profesional Como bien sabemos, la investigación social no se da en abstracto. Por el contrario, se verifica bajo circunstancias históricas específicas y se apropia como un proceso concreto de carácter socio-histórico. De esta forma, el problema de la investigación social se relaciona con quien conoce y lo que es cognoscible. En definitiva, “se trata de la naturaleza, el carácter y las propiedades específicas de la relación cognoscitiva, así como de las particularidades de los elementos que intervienen en esta relación y de sus avances y desarrollos” (Falla, 2009, p. 317). En este orden, se exige que la selección de los “sujetos/problemas de estudio,” como los diseños, los “productos” o sus resultados, se encuentren en función de intereses sociales, personales, como institucionales/académicos. Ello persigue que las derivaciones de los trabajos de investigación social, en el mediano o largo plazo alcancen un uso sociopolítico, es decir, ser aplicados para transformar las condiciones de vida de las personas. El (la) trabajador (a) social como ser histórico implicado políticamente, como observador involucrado en términos de Maturana, parte de un campo experiencial, y en conjunto con los sujetos envueltos en la problemática,66 indaga desde su presente y su pasado para explicar su devenir. Precisamente, la pretendida neutralidad científica queda sujeta a “la presencia de intereses intra-teóricos y extra-teóricos en la persona que investiga, está determinando las preguntas de investigación, así como el abordaje metodológico, teórico y epistemológico que asuma, pero también va a determinar el tipo de respuestas que dé y las propuestas innovadoras que este en capacidad de aportar” (Falla, 2009, p. 314). Para el Trabajo Social, el reconocimiento del acoplamiento práctica profesional e investigación social son de significado esencial, por cuanto le permite a la disciplina generar preguntas de investigación desde una 66 En otros términos: “¿Cómo es posible que yo mismo pueda dar cuenta de las regularidades y variaciones perceptuales de mi propio mundo, incluyendo el surgimiento de explicaciones sobre ellas, siendo que no tengo manera de situarme “fuera” de mis propias percepciones? Es decir, que en este caso, en vez del triángulo clásico: observador-organismo-ambiente, lo que hay es un círculo con el observador al centro, donde el observar es solo un modo de vivir el mismo campo experiencial que se desea explicar. El observador, el ambiente, y el organismo observado, forman ahora un solo e idéntico proceso operacional-experiencialperceptual en el ser del ser observador. ¿Cómo podemos, en tales condiciones hablar “objetivamente” de nuestros procesos de conocimiento?, qué criterio explicativo cabe aquí” (Behncke, 2005, XIX). perspectiva interdisciplinaria, las cuales, van a depender de la firmeza de sus argumentos y propuestas para establecer una corriente de pensamiento con capacidad de instituir un espacio de trabajo intelectual que reclame la confluencia de las ciencias del conocimiento. En este orden, planteamos algunas vías posibles por donde avanzar en el progreso de la especificidad profesional. En primer lugar, y siguiendo a Falla (2009), instituir una línea de trabajo de carácter disciplinar, que articule la investigación básica o teórica, en conjunto con los profesionales que se despliegan en el “mundo real y concreto” de las problemáticas sociales y a los de ejercicio en el mundo académico. En segundo lugar, establecer una línea de trabajo donde la investigación social asuma la demanda de los problemas sociopolíticos, económicos, de la naturaleza y en general, de las necesidades de la sociedad, integrando enfoques metodológicos de diversas disciplinas. Del mismo modo, desde un sentido amplio, la investigación social debe ser comprendida en términos bidimensionales, es decir: como investigación propiamente tal y como intervención a partir de la identificación y solución de los problemas sociales. Con todo, para el Trabajo Social “la investigación es un proceso que se da en un contexto en el cual tiene lugar una serie de relaciones y en el que confluyen intereses, actores, valores y como lo mencionan Gartner, tiene que ver con factores institucionales, del mismo sujeto que investiga, de la comunidad en la que está inmerso, del interlocutor y la misma disciplina o profesión que la vienen a caracterizar” (Falla, 2009, p.323). En este sentido, no se puede abandonar la riqueza histórica de la profesión, dilapidando los aportes y acervos que tributa la tradición prácticatécnica que sin duda constituyen una fortaleza. Más aún, con la potenciación de la investigación científica, es posible fortalecer la construcción del conocimiento a partir de lo que se denomina un saber reflexivo. Práctica Profesional e Investigación Social: Entre el practicismo y el enfoque histórico-crítico, anverso y reverso del Trabajo Social Desde sus orígenes como profesión el Trabajo Social ha visto ligado su desarrollo con el de la sociedad. Sin embargo, con los años no se ha logrado consenso sobre su objeto consgnoscible y, más aún, tal inquietud se ha extendido por definir su campo de actuación. De esta manera, es preciso reconocer que el ejercicio de la profesión ha estado caracterizada por una relativa ausencia de enfoques teóricos propios que guíen u orienten su devenir (Falla, 2009). Igualmente, toda identificación o reconocimiento del Trabajo Social, ha estado ligado a la “postura ecléctica fragmentaria y la práctica operativa, no pluralista y crítica, que, en un desorden conceptual, escinde su praxis (Duque, 2002: 20)” (Falla, 2009, p.317).67 Lo anterior, se ha traducido en una preocupación por superar tal frontera que no sólo se centra en los ámbitos específicos del ejercicio profesional, si no también de su identidad. Igualmente se ha unido a la necesidad de reconocer si se posee o no un cuerpo teórico que se reconozca como propio. Con todo, se debe señalar que el llamado cuerpo teórico identificado como del Trabajo Social, se encuentra a nuestro juicio en construcción, impregnado por insumos teóricos de otras disciplinas.68 En este orden, podemos plantearnos algunas preguntas relacionadas con los fundamentos de nuestra disciplina. Por lo pronto tres: ¿Qué enfoques epistemológicos, sistemas teóricos, conceptuales y referentes metodológicos fundamentan el Trabajo Social? ¿Cómo afecta la teoría del Trabajo Social a su práctica?, y ¿Cómo se manifiesta la intervención en el trabajo cotidiano? (Peñaherrera-León, 2010). Aquí, advertimos algunos autores que han intentado dar respuesta a estas interrogantes, como Malagón, 1999; De Robertis, 2003 y Carrillo, 2006, 67 “Praxis social (Social Praxis, Praxis sociale) Práctica en donde se tienen en cuenta las interconexiones globales, a nivel socio-económico-estructural, de la situación problema, a fin de dar respuestas que produzcan algunas modificaciones en la situación general, en la cual se encuentra inserto el hombre” (Montoya, Zapata y Cardona, 2002, p.105-106, en Díaz, 2006, p. 252). 68 Como sabemos “el surgimiento y el desarrollo del Trabajo Social se fundamenta teórica y metodológicamente en las aportaciones de otras disciplinas sociales, en el contexto social de cada período histórico por la que ha pasado esta disciplina, en los cambios y dinámicas sociales, los problemas y necesidades que se originan en el seno de la sociedad, todo ello configuran también la intervención en trabajo social” (Peñaherrera-León, 2010, p. 125). entre otros. Estos reconocen que el Trabajo Social integra no sólo el objeto de estudio-intervención, sino los sujetos, la intencionalidad, la metodología y métodos. En este sentido cobra relevancia la generación de conocimiento crítico desde el accionar práctico y no sólo sistematizarlo, es decir, recoger el conocimiento práctico a través de la perspectiva histórico-crítico. Esta mirada del Trabajo Social, surge posterior a la reconceptualización,69 “básicamente a partir de la década de los ochenta (80) principalmente en el contexto brasileño y es sostenida de maneras diversas por algunos Trabajadores Sociales brasileños como Marilda Iamamoto, Maria Lúcia Martinelli, José Paulo Netto, Vicente de Paula Faleiros, Manuel Manrique Castro, Carlos Montaño, quienes aportan..(…)… un nuevo camino de análisis, en contraposición al practicismo dado en Trabajo Social referido a la investigación desde y para la práctica directa” (Díaz, 2006, p. 253). La visión histórico-crítico, plantea que el Trabajo Social genera conocimiento a partir de la investigación científica sin la intencionalidad de un estatuto teórico propio. En este orden, el enfoque parte de la base de que son las condiciones del contexto económico, político, cultural, entre otras, las que influyen en la conciencia de la humanidad. Por ende, "la profesión elabora teoría de lo social, lo que hace parte del conocimiento teórico sobre la realidad y no teorías propias, ya que la profesión para producir conocimiento se debe basar en la investigación científica, y no, como se plantea desde el practicismo, a partir de la práctica inmediata." (Díaz, 2006, p.255). Paralelamente, bajo tal perspectiva la producción de conocimiento se realiza con una mirada de totalidad, por cuanto se reconoce que frente la existencia de una sociedad compleja, los problemas que se presentan no se pueden afrontar, como tampoco “resolver descomponiéndolos en pequeñas partes que parecen fáciles de manejar analíticamente, sino más bien abordando estos problemas a los seres humanos y a la naturaleza, en toda su complejidad y en sus interrelaciones” (Wallerstein, 2001, p. 87 en Díaz, 2006, p. 253). En cuanto al practicismo en Trabajo Social, una construcción conceptual desarrollada en la escuela de Brasil, plantea que tal accionar refiere al estatuto 69 La reconceptualización es un: “Movimiento profesional iniciado a finales de la década del 60, que fue la expresión del gran cúmulo de inconformidades que se fueron recogiendo en el correr histórico del trabajo social y en el inicio de la búsqueda de nuevas alternativas para operar en la realidad, con el objeto de redimensionar la acción profesional” (Montoya, Zapata y Cardona, 2002, p.110, en Díaz, 2006, p. 249). teórico y metodológico propio de la profesión, el cual se caracteriza por una serie de componentes. Estos elementos son cinco: la especificidad de la prestación de servicios dirigidos a los sectores empobrecidos y carentes de la población; a su tipo de investigación social, la cual aparece como orientada para la acción, contrariamente a las demás disciplinas sociales; a su metodología de intervención; a sus objetivos profesionales como “específicos” del Servicio Social, y por último, al reconocer un sujeto “específico” propio de la profesión: “los “pobres”, los carentes o, en la mejor de las hipótesis, los asistidos por las políticas sociales donde trabajan estos profesionales” (Montaño, 2000ª, p. 42-43 en Díaz, 2006, p.249). A la par, el practicismo parte del supuesto de que la práctica o la intervención directa es la fuente generadora de conocimientos teóricos. Del mismo modo, se indaga para descubrir el aporte de la experiencia, y a partir de allí, plantear el mejoramiento de la intervención y la consolidación de un marco teórico para el Trabajo Social. Lo anterior, y desde un cierto nivel, se plasma en la sistematización de experiencias, la cual se concibe como un “proceso permanente y acumulativo de creación participativa de conocimientos, a partir de las experiencias de intervención en una realidad social determinada, como un primer nivel de teorización sobre la práctica (Parola, 1997:116)” (Díaz, 2006, p. 250). En este orden, recordemos que a través de los años al pensar en la producción de conocimiento desde el Trabajo Social y durante el período de la reconceptualización, se plantea la inquietud por la generación de conocimiento en razón de que se observaba que la profesión se asentaba en un nivel supeditado al ámbito político y científico. Fruto de las discusiones de la época, y en particular de las políticas, la profesión se despliega y se legitima en su evolución como un quehacer volcado para la intervención en la realidad (Díaz, 2006). De esta manera, se estigmatiza a la profesión definiéndola como una de carácter auxiliar, que ejecuta acciones directas que emanan desde la Política Pública, y en particular, la Política Social. Más aún, se le atribuye de que la práctica profesional del Trabajo Social no sea pensada en la dimensión ideológica y/o política (Restrepo, 2002 en Díaz, 2006), “por cuanto al profesional se le forma para desempeñar actividades, alejándole del hecho de cuestionar ¿por qué? y ¿para quién? se ejecutan las políticas sociales” (Montaño, 2000a en Díaz, 2006, p. 249). Asimismo, en los años de la reconceptualización desde la academia se exponía la situación relativa o condición epistemológica del Trabajo Social, en cuanto a no ser “ciencia básica ya que carece de objeto teórico propio, y por ende, es tecnología porque aplica ciertos discursos teóricos de diferentes disciplinas para elaborar metodologías de intervención” (Díaz, 2006, p. 249). Asimismo, “se ha centrado el interés en determinar el método antes que el objeto, sin darse cuenta que el objeto es el que determina el método (…) y no al objeto de estudio e intervención de Trabajo Social” (Díaz, 2006, p. 249, en referencia a Montaño, 2000b). Al mismo tiempo, durante este período se reconoce que la subalternidad del Trabajo Social se relaciona con dos factores que condicionan su desarrollo y que son asimismo constituyentes de la misma. Por una parte, el hecho político de que la profesión ejecuta las decisiones del Estado y, por otra, el aspecto científico, en donde se pone en práctica los conocimientos de otras profesiones (Díaz, 2006). Trabajo Social, Práctica Profesional e Investigación Social: Ideas y Desafíos En este punto, debemos tener presente ciertas limitaciones para la integración de la investigación social e incorporación de las elaboraciones desde la práctica profesional. La superación de estos obstáculos, que implica necesariamente el ejercicio de procesos de investigación, permitiría edificar una epistemología del Trabajo Social. En este orden, podemos señalar al menos cuatro elementos que caracterizan al Trabajo Social profesional en la construcción de una epistemología propia. Primero, su originario énfasis práctico, focalizado en el hacer en detrimento de la reflexión teórica y conceptual (orientación empíricapragmática); segundo, el acopio de fundamentos teóricos, metodológicos y operativos de otros campos del conocimiento; tercero, el omitir la reflexión y problematización de la experiencia como una forma de construir conocimiento (sistematización más investigación); y cuarto, el fragmentar el Trabajo Social de acuerdo a campos de acción o grupos poblacionales, perdiéndose de vista la especificidad (Aquin, 1996). Así, la profesión se obliga a incorporar la investigación social en el campo de actuación profesional, ya que de ella dependen las actualizaciones conceptuales, como de la generación de nuevas categorías analíticas de la disciplina. Igualmente, es de exigencia básica el tener presente que el ejercicio profesional no existe sin un nivel mínimo de interpretación y comprensión de las condiciones de la praxis, junto a su sistematización (ya sea, desde el practicismo al enfoque histórico-critico) que facilite la configuración de un saber científico, y que el reflexionar en torno a la identidad y especificidad profesional (objeto de intervención), contribuyen a la discusión epistemológica. Con todo, el desarrollar procesos de investigación científica, permiten sustentar a la propia profesión, como a las otras disciplinas sociales (Falla, 2009). De igual manera, en la historia del Trabajo Social se hace patente el recorrido “por diferentes enfoques epistemológicos, tales como el positivismo, el interaccionismo simbólico, la teoría estructuralista, la praxis social y la teoría crítica y el neopositivismo, entre otras” (Falla, 2009, p. 319). Del mismo modo, y a partir de ello, se busca “ampliar los espacios de diálogo y quehacer científico del trabajador social, desde paradigmas tales como el empírico-analítico, histórico-hermenéutico o crítico-social, de tal manera que se generen investigaciones de corte cuantitativo y cualitativo” (Falla, 2009, p. 319-320).70 De la misma forma, los procesos de investigación social que son paralelos al desarrollo de las prácticas profesionales, se evidencian como dos componentes del sistema disciplinar. Tal cualidad se constata desde los singulares contextos de la práctica profesional, la cual permite una mejor comprensión de los problemas sociales a partir de los sujetos sociales. En este sentido, “la investigación aplicada a la manera de investigación diagnóstica, evaluativa y sistematización de experiencias constituyen tipologías de 70 En este sentido, “en el marco político y normativo, el Trabajo Social ha jugado un papel histórico en dos sentidos. Uno de ellos, es el desarrollo de acciones encaminadas al alcance de logros del proyecto moderno orientados principalmente en la consolidación del estado-nación respondiendo a las necesidades de poblaciones marginadas del proyecto modernizador, a la comprensión, análisis y atención de los sectores socio-económicamente desfavorecidos. El segundo, ha jugado un papel crítico del mismo proyecto haciendo énfasis en las consecuencias negativas a nivel social de dicho proyecto y evidencia política y éticamente la existencia de la diferencia, el respeto del otro, el empoderamiento de los grupos sociales en situación de exclusión de los escenarios de toma de decisiones y definición de los ordenes culturales, sociales y económicos y ambientales a distintas escalas espaciales y temporales” (Medrano, 2006, p. 87 en Falla, 2009, p. 318). indagación estrechamente vinculadas con la práctica del Trabajador Social y, por consiguiente, con los procesos de desarrollo humano y social propios de su ejercicio profesional” (Gartner, 2006, p. 34 en Falla, 2009, p. 319). En este sentido, toda práctica profesional se debe a un marco de referencia axiológico, máxime si hablamos de la dialéctica individuo-sociedad. Encontrar el equilibrio a ambas cuestiones requiere de una intervención capaz de transformar y mejorar la calidad de vida de la persona (caso) y su familia, grupo, comunidad y organizaciones/instituciones las que, por lo demás, se encuentran en múltiples contextos. Más aún, las intervenciones sociales siguen ciertos modelos que responden a diferentes teorías y enfoques de desarrollo del ser humano, y que son base para los trabajadores sociales al realizar sus actuaciones profesionales. De este modo, se acude por ejemplo al modelo psicodinámico, de intervención en crisis, centrado en la tarea, conductual-cognitivo, humanista y existencial, crítico-radical, gestión de casos, sistémico.71 Así entonces, en el ámbito de la formación profesional debemos promover con fuerza la cooperación de docentes y estudiantes en ejercicios teóricoprácticos que superen las tradicionales maneras de “aprender a investigar” y de “hacer investigación”, incorporando a ello técnicas novedosas que permitan aprender a “investigar investigando” (Falla, 2009), lo que implica, por de pronto, reconceptualizar los currículos hacia nuevas estrategias de aprendizajes que admitan la incorporación activa de los actores en el proceso educativo. En estas condiciones, es obligación continuar con la reflexión en torno al papel que ocupa la investigación social en la formación de los trabajadores sociales, además de fortalecer la práctica profesional con el trabajo interdisciplinario y la investigación disciplinaria. De esta manera, es importante impulsar al interior de las escuelas de formación profesional -en particular universitarias- el desarrollo de la investigación social como una práctica 71 Un profesional trabajador social debe disponer de distintas herramientas que le permita sistematizar, organizar y gestionar adecuadamente su trabajo. Existen diversos instrumentos y fuentes documentales que un profesional debe hacer uso en su labor. Es el caso de: la historia social, la ficha social y el informe social, por lo demás, todos de gran riqueza conceptual. En este punto se sugiere revisar, entre otros, el libro Fundamentos del trabajo social coordinado por el profesor Tomás Fernández García (2009), Alianza Editorial, Madrid, España. frecuente, que contribuya en la construcción de entornos sociales menos vulnerables. Igualmente, las nuevas dinámicas relacionales desde diferentes esferas de intervención tendrán que formar parte de los nuevos currículos para generar mayores niveles de comprensión de esas realidades específicas, por cierto complejas, tanto entre los estudiantes y los docentes, como en los lugares de ejercicio profesional. En este sentido, la formación de los trabajadores sociales se debe nutrir en la investigación social, en sólidos fundamentos teóricos y en integrar la experiencia de la práctica profesional, que por lo demás se funda en el vínculo de dos factores claves. Por una parte el cuerpo docente y, por otra, los supervisores colaboradores trabajadores sociales de los centros o unidades de práctica. El acoplamiento de estos dos elementos es básico, y en último caso, es esencial para la retroalimentación de la formación académica. A modo de ejemplo, que el cuerpo docente de las universidades al menos un mes al año, se empape de las condiciones y de las dinámicas del ejercicio profesional fuera del ámbito académico, en cualquier área, ello permitiría “reciclarse” desde la experiencia concreta, con las problemáticas sociales, de cómo se enfrentan y resuelven, para llevar esa experiencia al paraninfo, reconociendo con esta acción un diálogo de saberes que permita robustecer la formación profesional.72 Lo anterior implica que en los planes de estudio se incluyan aspectos que permitan "hacer converger la reflexión teórica, el análisis de contexto y técnico alternativo, centrando el enfoque interdisciplinario a la luz del Trabajo Social” (CONETS73, 2004, p. 62 en Falla, 2009, p. 321). En tal sentido podemos plantear algunos elementos como: tener en cuenta el contexto social en sus dimensiones políticas, económicas y culturales; incorporación de teorías y enfoques de desarrollo humano; defensa de una estructura histórica y epistemológica del Trabajo Social; construcción y validación metodológica propia e interdisciplinaria; ejercicio de una metodología 72 Este ejercicio se puede realizar en los mismos centros de prácticas profesionales junto a los estudiantes, o bien, en el trabajo en clínicas sociales comunitarias. Por ejemplo, en centros de mediación (familiar, de justicia vecinal), que son a la vez atención de casos derivados por tribunales o bien público en general, y centros de prácticas profesionales para estudiantes de niveles intermedios o superiores. 73 Consejo Nacional para la Educación en Trabajo Social de la República de Colombia, (CONETS). profesional que contenga formación investigativa y práctica, y por último, que responda a las problemáticas que se vayan planteando e integren conocimiento (Falla, 2009). De este modo, la relación práctica profesional e investigación social, arranca desde un enfoque epistemológico que permite no sólo aportar conocimientos nuevos, sino desarrollar un pensamiento crítico, problematizador y creativo frente a los problemas sociales (Falla, 2009). Un ejemplo de lo anterior es el empleo en el Programa de Trabajo Social de la Universidad de Los Lagos de la metodología de taller, una estrategia pedagógica para algunos, para otros una técnica.74 En este punto, detengámonos un momento. El taller es “aparentemente simple, que por su metodología de aprender haciendo en grupo, permite construir sentido a esos «alguien» que participan en él con el fin de aprehender y conocer «algo», desde la inserción integral en el proceso (…)” (Andrade y Muñoz, 2004, p. 254).75 El taller, concebido como un lugar pedagógico es conformado por 15 a 22 estudiantes, que son parte de "un espacio físico y simbólico para la interacción de actores similares o diferentes que, a través de reflexión y debate, facilitados por técnicas de dinámica grupal, arriban a un producto común donde se pueden marcar diferencias o consensos. Se distinguen de otras modalidades, como las reuniones grupales o el seminario, porque mezcla aspectos educativos y de interacción social con la obtención de un producto concreto que puede ser aplicado inmediatamente en la práctica cotidiana de trabajo” (Nirenberg, Brawerman y Ruíz, 2003, pp. 118-119). A modo de ilustración, podemos mencionar cinco tipos de taller, entre los cuales distinguimos: taller con aplicación de cuestionarios; taller de confrontación; taller de análisis de articulación organizacional; taller de análisis 74 “Etimológicamente, taller es una palabra que llega al español del francés, atelier. Es sinónimo de ouvroir. Lugar donde se trabaja una obra de manos. La Real Academia de la Lengua Española (2002) lo define también, en sentido figurado, como escuela o seminario de ciencias y, en bellas artes, como el conjunto de colaboradores de un maestro. Por asimilación, define la obra de taller como la realizada por los discípulos, bajo la dirección del maestro” (Andrade y Muñoz, 2004, p. 254). 75 Además, “el taller consiste en la reunión de un grupo de personas que desarrollan funciones o papeles similares, para estudiar y analizar problemas y producir reflexiones, conclusiones o soluciones de conjunto, lo cual implica que éste combina actividades tales como trabajo de grupo, sesiones generales, la elaboración y presentación de actas e informes, organización y ejecución de trabajos en comisiones, investigaciones y preparación de documentos” (Andrade y Muñoz, 2004, p. 254). de procesos decisorios (Nirenberg, Brawerman y Ruíz, 2003). Asimismo, podemos agregar el taller crítico (Facione, 2001; Facione y Facione, 1992). 76 La educación problematizadora que resulta en el taller, por lo demás beneficiosa en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la investigación social y de construcción del conocimiento, demanda “el ser creativa e innovadora donde la actitud del docente este permeada por un acompañamiento respetuoso a los estudiantes, en procesos de apropiación crítica y transformación creativa de la realidad y de sí mismos…..” (Falla, 2009, p. 321).77 Del mismo modo, la práctica pedagógica se piensa como un saber teórico-práctico donde la acción pedagógica es un proceso de reflexión-acción de los actores involucrados en el acto pedagógico, en que la condición del docente sea la de generador y acompañante del proceso de construcción, creación e innovación de la formación, con una relación docente-estudiante de comunicación dialógica y horizontal. Asimismo, junto al taller es apropiado motivar la organización y desarrollo de núcleos investigativos conformados por docentes y estudiantes de pre y postgrado de diferentes disciplinas, lo que permita una mirada transdisciplinaria y comprehensiva de la realidad social. Estos núcleos, son llamados a abordar problemas específicos de la realidad más próxima a través de líneas de investigación.78 Más aún, el nuevo orden mundial obliga dotar a la profesión de propuestas metodológicas y modelos de formación, que enlacen la exigencia del 76 En este último caso, “el adjetivo crítico que se vincula a la palabra taller, alude a uno de los objetivos rectores de la educación y es el de lograr que los estudiantes desarrollen un pensamiento capaz de cuestionar, evaluar y valorar para construir nuevos sentidos en el proceso de aprendizaje, de tal manera que en su ejercicio se promueva la capacidad de reflexionar sobre la validez del trabajo en equipo, el respeto por los puntos de vista de los otros a la luz del conocimiento y del aprender a ser y construir saber, haciendo” (Andrade y Muñoz, 2004, p. 254). 77 De esta manera, el modelo pedagógico de la universidad se puede concebir, “como un conjunto de posibilidades que integra diferentes componentes en una trama articulada y compleja en la que la misión de la institución tenga en cuenta aspectos como una vida saludable, los derechos humanos, la democracia real, la convivencia pacífica y la participación ciudadana, permitiría entonces, llevar a la práctica una educación integral que abordaría criterios como: Filosófico-antropológico: identidad y dignidad del ser humano; Ético-pedagógico: criterios de juicio que enmarca el quehacer pedagógico; Histórico-cultural: ubica en el tiempo y en el espacio; Social-participativo: reconocimiento recíproco en la interacción social” (Falla, 2009, p.321). 78 A modo de ejemplo, debemos señalar que en la Universidad de Los Lagos, desde el 2011 se implementa un Programa de Núcleos de Investigación. Este programa entre sus bases establece que debe incorporar estudiantes, sean tesistas o no, a formar parte de un grupo de investigación en función de un objeto de estudio específico. El programa de núcleos considera la presencia de investigadores titulares, asociados, en iniciación y estudiantes de pre y/o postgrado. Es un programa bi-anual y actualmente existen 11 núcleos de investigación aprobados (Decreto Universitario/ULA Nº 2.825, del 14 de septiembre de 2011). operar tecnológico, con adherencia al pensamiento complejo y de carácter transdisciplinaria. Igualmente, para provocar procesos investigativos desde el estímulo de una cultura investigativa que observe su pertinencia con el entorno, se requieren de políticas, objetivos y estrategias, en las que se promueva la calidad de los procesos de formación e indagación en el sistema de formación profesional. Esto es, lograr enraizar una serie de interacciones, valores, actitudes y comportamientos que impulsen el gusto y el deseo por participar en procesos de investigación, bien sea, como investigadores iniciales, como coinvestigadores o como investigadores principales (Falla, 2009). De la misma forma, los programas académicos deben constituirse en espacios de imaginización (Morgan, 1999), que fomenten la investigación y la creación, sin abandonar una concepción de educación humanizante y participativa, siendo concebidos estos espacios como nuevas maneras de ver, organizar y dirigir los programas de formación, que a menudo se encuentran atrapados por las imágenes que tienen ellos sobre sí mismos. En este sentido debemos formular preguntas y posibilidades nuevas, ver problemas antiguos desde un ángulo nuevo. Bibliografía 1. Andrade, M. C. y Muñoz, C. (2004). El Taller Critico: Una propuesta de trabajo interactivo, Tabula Rasa. Bogotá-Colombia, UCMC, Nº 2, enero-diciembre, 25126. 2. 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(2009). “Reflexiones sobre la investigación social y el Trabajo Social,” Tabula Rasa. Bogotá-Colombia, UCMC, Nº10, enero-junio 2009, pp. 309-325. 8. Gartner, L. (2000). La investigación en la formación de trabajadores sociales: su proyección y su condiciones de posibilidad http://www.fts.uner.edu.ar/publicaciones/invest_ts/invest_ts_index.htm. 9. Gartner. L. (2006). “Modelo Gerencial para la formación investigativa en trabajo Social”. Cali: Colombia: CONETS, Memorias del Encuentro Nacional Sobre Formación Investigativa en Trabajo social. 10. Morgan, G. (1999). Imagin-I-zación. Una nueva aptitud crucial para la conducción y el management en un mundo en movimiento y cambio. Barcelona, España: Ediciones Granica S.A. 11. Nirenberg, O.; Brawerman, J. y Ruiz, V. (2003). Evaluar Para la Transformación. Innovaciones en la evaluación de programas y proyectos sociales. Buenos Aires, Argentina: Paidós Tramas Sociales. 12. Peñaherrera-León, M. (2010). Reseña libro Fundamentos del Trabajo Social, de Fernández García (ed.) (2009). Portularia, España, Vol. X, Nº 1, 125-126. SER PARTE Y TOMAR PARTE: DESDE EL TRABAJO SOCIAL, ASOCIACIONISMO Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA. ESTUDIO DE CASO EN CUATRO COMUNAS DE LA PROVINCIA DE OSORNO, REGIÓN DE LOS LAGOS: OSORNO, PURRANQUE, SAN PABLO Y RÍO NEGRO 1 Jorge Rodrigo Yaitul Stormansan ∗ . Resumen El trabajo entrega un avance del Proyecto de Investigación (PI) abajo señalado.79 Este PI perseguía tres propósitos. El primero, ser un estudio en profundidad sobre el asociacionismo y la participación ciudadana (PC) para el desarrollo democrático sustentable en Chile, el cual generaría información sobre la PC, sus relaciones de interdependencia; asimismo de un conjunto de variables/factores intervinientes, desde el estudio de caso local/comunal. El segundo, consistía en dinamizar la PC de las comunas en cuestión, impulsando procesos de análisis, debate y reflexión conjunta en las asociaciones, entre ellas y otras organizaciones sociales y el municipio. Por último, el tercero se centraba en promover la participación de los ciudadanos y de las asociaciones en el diseño y desarrollo de la política municipal en materia de PC. Respecto al planteamiento metodológico, asumía un diseño plural que combinaba técnicas de investigación complementarias de carácter cuantitativo, cualitativo y participativo. Finalmente, en relación a las metas, la principal era profundizar en el nivel de conocimiento en torno al estado del asociacionismo y la PC en las comunas en cuestión. Conjuntamente, se orientaba a establecer dos vías de investigación y PC. Por una parte, un Seminario permanente de Estudios para la Intervención Social denominado SEPIS, y por otra, la creación de un equipo multidisciplinario de nivel nacional e internacional. Palabras claves: Trabajo Social, asociacionismo y participación ciudadana En esta comuna, por diversos obstáculos, no se llevó a cabo trabajo de campo durante el período 20121 2013. Para el 2014 se tiene previsto el desarrollo de tales actividades Académico jornada completa del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Los Lagos (ULA), Osorno. Correo electrónico: [email protected] ∗ 79 Esta presentación es producto del Proyecto DIULA 08/2012 (mayo 2012-mayo 2014) " Asociacionismo y participación ciudadana. Estudio de caso en cuatro comunas de la Provincia de Osorno: Osorno, Purranque, San Pablo y Río Negro," del cual es investigador responsable el autor de la ponencia, y actúa como coinvestigador el Dr. Patricio Valdivieso Fernández (CEDER-ULA). De los fundamentos de la investigación En la actualidad las grandes teorías contemporáneas de la democracia (Macpherson, 1982; Held, 1991, entre otros) subrayan la necesidad de involucrar la PC en las políticas públicas, como un medio para incrementar la calidad de los sistemas democráticos y superar los síntomas de desencanto, apatía y desafección de los ciudadanos frente a la política (Bardhan, 2002; Blanco y Brewer-Carias, 1997; Finot, diversos años; entre otros). De la misma forma, al igual que otros países de América Latina, Chile se encuentra en pleno proceso de modernización del Estado y de profundización de su sistema democrático (Ahumada, 2002; Bardhan, 2002; Borja, 1987; Cunill, 1991; entre otros). Chile, por cierto, se caracteriza por el alto grado de centralización y un híperpresidencialismo. En este orden, la descentralización y la democratización van de la mano, en la cual, la primera consiste en la transferencia de facultades, prerrogativas, servicios, presupuesto a los niveles subnacionales: regiones, provincias, municipios (Finot, diversos años; Orlansky, 1998; entre otros), y la segunda, en políticas públicas e instrumentos que tienen el propósito de involucrar a los actores sociales y la ciudadanía activamente en los procesos de desarrollo (Bardhan, 2002; Bennett, 1994; Blanco y Brewer-Carías, 1997; Burki, Perry y Dillinger, 1999; entre otros). Sin embargo, en el caso de los municipios se observa que tienen numerosos problemas y déficits que dificultan las políticas de descentralización y democratización. De este modo, urge encontrar caminos que ayuden a mejorar el desempeño e incluir la PC en las políticas locales. De esta manera, en línea con numerosos estudios que subrayan la importancia del ámbito local, como unidad de análisis para el estudio de los procesos de descentralización y democratización (Lechner, 1991; Zimmerman, 1992; Mouffe, 1992; Cunill, 1997; Bobbio,1999b; Dastres, 2003; entre otros), en esta investigación se estudian los instrumentos que permiten el asociacionismo y PC en las comunas en cuestión, las cuales muestran diferencias en su grado de urbanización y de ruralidad.80 Igualmente, esta iniciativa fue abordada por un equipo interdisciplinario, que en virtud de los avances investigativos actuales, en particular los de P. Bourdieu, M. Foucault, N. Chomsky, H. Arendt, E. Thompson y E. Said, entre otros, se determinó integrar las siguientes disciplinas: Sociología, Economía y Ciencia Política, cada una representada por especialistas. Lo anterior por la necesidad de trabajar integralmente el estudio local/regional. En cuanto a los supuestos, la investigación planteaba cuatro. El primero basado en las indagaciones preliminares que han realizado los investigadores responsables, en relación con la PC en las comunas, de que esta es más bien baja y que existen numerosos factores adversos en los propios municipios que la obstaculizan. Un segundo, que refería a que en los municipios chilenos existen tensiones y contradicciones entre las metas del buen desempeño y de la legitimidad (participación), y esto afecta los resultados de las políticas, planes, programas y proyectos que apuntan a mejorar los niveles de PC. Un tercer supuesto exponía que en los alcaldes y en las autoridades locales, la PC tiene importancia como discurso políticamente correcto que justifica la transferencia de recursos y poder. Finalmente, un cuarto supuesto esbozaba que la PC es una bandera de lucha en las arenas electorales. Pero ese discurso no se traduce en prácticas sustentables de participación que permean la estructura de la toma de decisiones ni la marcha de los servicios municipales. Lo anterior, obliga al rediseño de instrumentos de gestión en dirección de racionalizar el funcionamiento de los servicios municipales y generar incentivos para 80 Estas comunas se seleccionaron, por cuanto: 1. representan en conjunto, un volumen de población del 87 por ciento del total de habitantes de la provincia, es decir suman 203.108 habitantes de un universo de 232.476 habitantes (SINIM, 2010); 2. Igualmente, debemos consignar que las comunas escogidas, mantienen con la ULA vínculos de trabajo, vía convenios marcos. Por ejemplo: carreras de pregrado como Trabajo Social, mantiene un contingente de alumnos de cuarto y quinto año de su formación, a través de prácticas profesionales y del desarrollo de seminarios de titulación, estos, en diferentes áreas de intervención comunal, como es el caso de educación, salud, desarrollo rural y organizaciones comunitarias; 3. En conjunto, dos comunas (Osorno y Purranque) representan, en términos promedio un 75,77 por ciento de población urbana, y las otras dos comunas (Río Negro y San Pablo), un 63,5 por ciento de población rural, en relación al total de la población de la Provincia de Osorno; 4. Las comunas se encuentran adyacentes a la carretera longitudinal norte-sur, totalmente pavimentada y con facilidad de acceso al área urbana todo el año; y 5. Se encuentran a una distancia urbana, en automóvil de menos de una hora: a Purranque 52 Km. sur, a Río Negro 36 Km. sur poniente, y San Pablo 27 Km. Norte. la participación, lo que ayudará a superar los desafíos, solo si se considera la demanda ciudadana por participación, y se traduce en un sistema inclusivo de la participación. El rediseño debe consistir en una reorganización de los vasos comunicantes que conectan servicios públicos municipales, instrumentos y programas con los actores comunales. Del desarrollo de la iniciativa Conforme a los propósitos planteadas en el PI y en concordancia con el planteamiento metodológico, se armonizaron tres tipos de análisis: cuantitativo, cualitativo y autodiagnóstico. El primero, análisis cuantitativo, refería un trabajo de gabinete en torno a los datos del Registro General de Asociaciones Comunitarias de las cuatro comunas; del Registro de Asociaciones locales del Gobierno Regional; de los datos contenidos en las guías de servicios y recursos sociales y económicos de diferentes entidades comunales, provinciales y regionales. Paralelamente, con el propósito de producir una adecuada caracterización, la indagación comenzó sistematizando toda la información disponible sobre las cuatro comunas y su municipios. Para ello, se obtuvo información del Servicio Nacional de Información Municipal (www.sinim.cl) del INE, de las encuestas CASEN del Ministerio de Desarrollo Social (antes MIDEPLAN, series 2003, 2006, 2009), las cuentas municipales, las cuentas públicas anuales del alcalde. De la misma forma, se analizó la oferta del municipio en materias sociales y de PC, para ello se recopiló toda la información oficial pertinente. En relación con la oferta municipal, se recabó información sobre los instrumentos legales y administrativos, presupuestarios, y toda la información complementaria que dé cuenta de canales que existen en el municipio para la PC. Esta información, más tarde, se contrastó con los datos recabados en el trabajo de campo. A estas acciones, se añadió la recopilación y análisis de información cuantitativa y documental con entrevistas que se aplicaron a informantes calificados de las cuatro comunas, las que incluyeron dirigentes sociales, funcionarios y autoridades municipales. Del mismo modo, se diseñó y aplicó un cuestionario a muestras representativas de actores de las cuatro comunas seleccionadas. En segundo término, se llevó a cabo un análisis de las percepciones y de los discursos de los distintos actores implicados, producidos mediante la aplicación de una encuesta a informantes claves como un primer nivel (responsables políticos y técnicos municipales y a miembros de asociaciones, directivos, socios, técnicos, vecinos). Como segundo nivel, la aplicación de una entrevista en profundidad a una muestra de los mismos, apuntando con ello a los temas que son más relevantes para la PC. El propósito de las entrevistas era rescatar las percepciones y valoraciones de sus experiencias en torno a la PC y la calidad de los instrumentos municipales. En tercer lugar, se realizó un autodiagnóstico por parte de las asociaciones en el cual se analizaron temas centrales, devolución y contraste de la información recogida y detección de necesidades mediante la realización de un Taller/Panel de organizaciones sociales y comunitarias. Paralelamente, el equipo de investigadores dictó un curso sobre este tema, en el cual se capacitaron a estudiantes de cuarto año de Trabajo Social (TS) de la ULA con el objeto de trabajar en la aplicación de encuestas y pautas de observación en terreno, como también, en el análisis de información en base a la construcción de un banco de datos. Las pautas fueron diseñadas para observar recurrencias en los servicios que ofrece el municipio en terreno, tales como: oficinas de atención a usuarios, rutinas en la atención, forma de ingresar demandas y procesarlas, aplicación de instrumentos de participación, etc. Al mismo tiempo, durante el desarrollo de la investigación el equipo realizó su trabajo en los cuatro municipios, conjuntamente a las prácticas profesionales de los estudiantes de TS de la ULA, en sus diferentes niveles. De la misma forma, tuvo el apoyo de dos ayudantes de investigación, de nivel de postgrado, las cuales son tituladas de TS de la ULA. Cabe consignar, que estas profesionales habían realizado su seminario de título en el marco del proyecto interno DIULA 08/2012 y del proyecto Fondecyt Nº 1110413 (2011-2014) que actúa como complementario.81 Asimismo, se 81 Proyecto “Factores Institucionales y Políticos en la Formación de Capital Social,” siendo investigador responsable el Dr. Patricio Valdivieso Fernández. debe señalar que estas ayudantes de investigación durante el período 2013-2014 se encuentran cursando el Magister en Ciencias Sociales de la ULA. Como se pudo advertir, en la investigación se consideraron tres tipos de actores sociales que suministraron información de calidad sobre la PC en cada comuna. Estos fueron entrevistados y se les aplicó un cuestionario compuesto de 58 Ítems con 41 preguntas. En este orden, tenemos los siguientes datos que se muestran en el Cuadro n.° 1. Cuadro n.° 1: Encuestas aplicadas por tipo de actor social, a nivel comunal TIPO ACTOR SOCIAL Número de Comunas encuestas aplicadas Dirigentes de organizaciones territoriales: juntas de vecinos; Dirigentes de organizaciones funcionales: deportivas, adulto mayor, centros de madres, etc. 80 Osorno 45 Purranque 36 Río Negro Autoridades municipales: alcaldes 3 Osorno; Purranque y Río Negro Concejales 9 Osorno; Purranque y Río Negro 12 Osorno; Purranque y Río Negro Directivos superiores de la administración y gestión municipal de áreas estratégicas, como: Administrador municipal, Director departamento de salud y educación, SECPLAN, DIDECO que incluye organizaciones comunitarias, de desarrollo rural y económico, etc. Fuente: elaboración propia en base a encuestas, proyecto DIULA N° 08/2012. De igual modo, como parte del proyecto de investigación a fines de 2012 se da inicio al Seminario de Estudios para la intervención Social (SEPIS). Este es un seminario permanente de estudios y propuestas en el ámbito de la asociación y participación ciudadana en el nivel comunal de la Región de Los Lagos. En la actividad confluyen y dialogan formaciones diversas, entre otras: trabajo social, economía, geografía, sociología, ciencia política, historia. El SEPIS es una instancia en la cual participan alumnos de pre y postgrado que, junto a profesores de la ULA e invitados, construyen un espacio de conocimiento. El SEPIS se desarrolla a través de Talleres, Charlas, Conferencias, Exposiciones y Cursos electivos. Asimismo, genera artículos, ponencias, investigaciones aplicadas y propuestas de líneas de investigación, entre otras. Si bien el seminario se origina a partir del proyecto de investigación DIULA08/2012 la iniciativa se encuentra constituida en lo fundamental por 25 estudiantes de Trabajo Social de la Universidad de Los Lagos, provenientes de diferentes niveles. De la misma forma, el seminario se articula con el área de investigación de la carrera de TS. El SEPIS durante 2012 y 2013 llevó a cabo 7 actividades principales, entre las que se destacan: un encuentro-seminario; dos seminarios-talleres; un coloquio con estudiantes; dos talleres de análisis específicos, y una escuela para dirigentes, reuniendo en total a 232 participantes. Estas actividades se distribuyeron entre octubre de 2012 y diciembre de 2013 en las comunas de Osorno y Río Negro, y en las cuales participaron diversos profesionales invitados, tanto nacionales como internacionales, los que trabajaron junto a estudiantes de TS de la ULA, dirigentes sociales y comunitarios de las cuatro comunas. Asimismo, durante la implementación del SEPIS se realizaron tres focus groups con representantes de los estamentos que participaron de la investigación, ello, con el propósito de debatir puntos críticos de las políticas, instrumentos y prácticas de PC de las comunas. De la misma forma, como señalamos más arriba, en el transcurso de la investigación se fue constituyendo un equipo multidisciplinario de nivel nacional e internacional, participando investigadores de Chile, Brasil, Inglaterra, Colombia, España y Suecia. Conjuntamente, a partir de 2014 los logros y alcances del proyecto se encontrarán en una sección habilitada para consulta de todo público en el sitio web www.capital-social.com. Esta unidad contendrá los siguientes antecedentes por comuna: bases de datos y análisis de resultados; publicaciones; documentos de trabajo producidos durante la ejecución del proyecto, e información del SEPIS. 82 82 Del mismo modo, el presente proyecto se nutre de los resultados de las investigaciones realizadas en los últimos cinco años por el Dr. Valdivieso que se encuentran en el sitio web www.capital-social.com, y en particular, del proyecto Fondecyt Nº 1110413 (2011-2014). Algunos antecedentes Conforme al desarrollo de la investigación, se puede apreciar que no existe una clasificación única o estandarizada de tipologías de asociaciones a nivel de las comunas. Normalmente se realizan a partir de una diferenciación por actividades, objetivos, formas de actuación, grupos de población a los que se dirige, etc. Asimismo, estas tipologías son establecidas teniendo presente los cuerpos legales relativos a la materia, como lo son la Ley N° 20.500 sobre Asociaciones y Participación Ciudadana en la Gestión Pública del 16 de febrero de 2011; la Ley N° 19.418 que Establece normas sobre Juntas de Vecinos y demás Organizaciones Comunitarias del 9 de octubre de 199583 y el texto refundido, coordinado y sistematizado sobre la materia, consignado en el Decreto N° 58 del 20 de marzo de 1997. Así entonces, siguiendo a Espadas y Alberich (2010), veamos a continuación algunas formas de clasificación que podemos utilizar: 1. Por el contenido principal de las actividades: asociaciones de actividades de cultura, entretenimiento, deportes, educación, solidaridad, ayuda mutua, etc. 2.Por los objetivos y la orientación sociopolítica: agrupaciones reivindicativas (por la igualdad, por los derechos de…, por el desarrollo de un barrio, por el adelanto de un sector, por la obtención de un servicio especifico, de una ciudad…), alternativas, conservadoras, etc. 3. Por el grupo poblacional al que van dirigido: a. asociaciones de juventud, adulto mayor, mujeres…. (grupos de población); b. asociaciones de estudiantes, padres y madres, trabajadores, vecinos….. (grupos de según la actividad); c. otros. 4. Por el ámbito de actuación: territorial, de preferencia a nivel comunal, aunque también provincial, sectorial o general. En este orden, en tales términos podemos ordenar la existencia de las diferentes asociaciones en una tipología como la que más adelante indicaremos, a 83 Esta disposición, promulgada por el Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, derogó la Ley N° 18.893 del 30 de diciembre de 1989 Sobre Organizaciones Comunitarias Territoriales y Funcionales que había emitido el Capitán General Augusto Pinochet Ugarte, la cual, a su vez, había derogado la Ley N° 16.880 del 7 de agosto de 1968 de Organizaciones Comunitarias, que había sido promulgada por el Presidente Eduardo Frei Montalva. partir de un conjunto de datos por comuna que obedecen a resultados de carácter cuantitativo. Tal información recogida se presenta en el Cuadro n.° 2 siguiente. Cuadro n.° 2: Número de organizaciones territoriales y funcionales por comunas Comuna Población Comunal (2012) Total urbano/rural Rio Negro Purranque Osorno 12.892 Organizaciones Comunitarias Territoriales 1. Juntas de Vecinos: a. urbanas b. rurales Funcionales 5 2 20.705 1. Juntas de Vecinos: a. urbanas b. rurales 164.370 1.Juntas de Vecinos: a. urbanas 107 b. rurales 27 24 2 1.Comunidades Indígenas 2.Organizaciones de Adulto Mayor 3.Comité de Adelanto Vivienda, Agua Potable y Agua predial 4.Clubes Deportivos 5. Otras denominaciones 76 63 76 1.Comunidades Indígenas 5 2.Organizaciones de Adulto Mayor 25 3.Comité de Adelanto Vivienda, Agua Potable y Agua predial 72 4.Clubes Deportivos 73 5. Otras denominaciones 40 1. Comités diverso tipo 581 2. Talleres 56 3. Agrupaciones de Comerciantes 40 4. Agrupaciones de Padres y 121 Apoderados 5. Grupos de Beneficencia 139 6. Agrupaciones Culturales 180 7. Agrupaciones de DD.HH 6 8. Agrupaciones de Jubilados 7 9. Centros de Alumnos 19 10. Consejos de Desarrollo 9 11. Clubes de Adulto Mayor 89 12.Centros de Estudios 4 13. Agrupaciones de Jóvenes 41 14. Asociaciones Deportivas 569 15. Asociaciones de Rehabilitación 3 16.Grupos Scout 4 17. Agrupaciones Animalistas 2 18. Agrupaciones de Minusválidos 6 19. Asociaciones Religiosas 17 20. Agrupaciones Indígenas 18 21. Agrupaciones de ex Funcionarios 7 22. Asociaciones de Turismo 3 23. Agrupaciones de Victimas 2 24. Clubes Aéreos 3 25. Asociaciones de Mujeres 37 26.Campamentos 2 27. Agrupaciones de Funcionarios 26 28. Clubes Rehabilitación de Alcohólicos 6 29. Consejos Vecinales 3 30. Coordinadora de Infancia 1 31. Unión comunal de Comités de Seguridad Ciudadana 1 32. Unión Comunal de Organizaciones de Adultos Mayores 1 33. Unión comunal de Juntas de Vecinos Sector Urbano 1 34. Unión comunal de Juntas de Vecinos Sector Rural 1 Fuente: elaboración propia en base a Informe Secretaria Municipal de IMO, 2012; Informes diversos comunas de Rio Negro y Purranque 2012-2013, y entrevistas con directivos municipales. 5 22 En Osorno se encuentran inscritas 134 organizaciones comunitarias territoriales y 2.005 funcionales. En cuanto al número de miembros por organización el municipio de Osorno no cuenta con dicha información; solo se puede hacer una estimación. En este sentido, a nivel de cada organización territorial, se presume un promedio de 200 socios, y en cada organización funcional, un promedio de 18. En el caso de Río Negro, se tiene contabilizado 249 organizaciones comunitarias, de las cuales 7 son territoriales y 242 funcionales. A nivel de cada organización, el número de integrantes, va desde los 11 hasta los 370, con un promedio que fluctúa entre 15 a 40. Respecto a Purranque, se tienen registradas 241 organizaciones comunitarios, de las cuales 26 son territoriales y 215 funcionales. En cuanto al número de miembros, las estimaciones oscilan para las organizaciones funcionales urbanas con un mínimo de 15, mientras que las rurales solo 10 personas, y las Juntas de Vecinos como mínimo están integradas por 100 personas. En suma, como comentábamos podemos ordenar la existencia de las diferentes asociaciones en una tipología, la cual se presenta a continuación en el Cuadro n.° 3 Cuadro n.° 3: Tipología de asociaciones para las comunas Denominación 1. Acción Social 2. Juntas de Vecinos 3.Consumo y Medio Ambiente 4. Cultura 5.Deporte 6.Educación 7. Juventud 8. Mujer 9.Profesionales, Sindicatos y Empresarios 10.Religiosas 11.Salud y adiciones Componentes Discapacidad; defensa de minorías étnicas y del pueblo mapuche; adulto mayor; asociaciones para protección de menores o que actúan con la infancia y menores; otras que incluyen a organizaciones singulares como Cruz Roja o Cáritas; voluntariado, de acción o cooperación internacional Conforme a Ley N° 19.418 Consumidores. Asociaciones de defensa de los consumidores; Medio ambiente. Conservacionistas y ecologistas Asociaciones culturales y artísticas de todo tipo; folclor Clubes, agrupaciones de ese fin Asociaciones de padres; centros de padres y apoderados públicos como privados de todos niveles básico y medio; asociaciones de estudiantes, mayoritariamente son asociaciones de universitarios (con gran variación y renovación) De todo tipo pero sólo las inscritas como tales asociaciones juveniles (no culturales, deportivas) Igual criterio Asociaciones profesionales, sindicatos, asociaciones de empresarios Sólo se incluyen la asociaciones estrictamente o autodeterminadas como religiosas (no las iglesias) Salud, todas las entidades que trabajan en el ámbito de promoción de la salud y afectados por enfermedades , grupos de ayuda mutua, etc. ( no discapacidad); dependencias y adicciones (drogodependencias, alcoholismo…) Fuente: elaboración propia en base a Espadas y Alberich, 2010. Bibliografía 1. CASEN del Ministerio de Desarrollo Social (antes MIDEPLAN, series 2003, 2006, 2009). Santiago, Chile: http://www.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/casen/bases_datos.html. 2. Cunill G., N. (1991). Repensando lo público a través de la sociedad. Nuevas formas de gestión pública y representación social. Caracas, Venezuela: CLAD-Nueva Sociedad. 3. Cunill G., N. (1991). Participación Ciudadana. Dilemas y perspectivas para la democratización de los estados latinoamericanos. Caracas, Venezuela: CLAD. 4. Espadas Alcázar, Ma. Á. y Alberich, T. N. (2010). Ser Parte y Tomar Parte. Análisis y propuestas sobre asociacionismo y participación ciudadana en la ciudad de Jaén. Jaén, España: Editorial Universidad de Jaén. 5. Held, D. (1997). La Democracia y el orden global. Del Estado Moderno al Gobierno cosmopolita. Barcelona, España: Editorial Paidós. 6. Lechner, N. (1991). "Modernización y democratización: un dilema del desarrollo chileno", EP, 70, 1998, 231-242. 7. SUBDERE, Subsecretaria de Desarrollo Regional y Administrativo. Santiago, Chile. Sistema Nacional de Información Municipal: www.sinim.cl. 8. Valdivieso F., P. (2011-2014) “Factores Institucionales y Políticos en la Formación de Capital Social." Proyecto FONDECYT Nº 1110413. Webgrafía 1. www.capital-social.com. APROXIMACIÓN PRELIMINAR AL ENTORNO LABORAL Y ETICO DE LOS TRABAJADORES SOCIALES DE LA COMUNA DEL VALPARAISO. Violeta Flores F . Patricia Mura Geraldine Vicencio ∗ ∗∗ ∗∗∗ RESUMEN El documento obedece a las principales reflexiones que se hacen tomando como base un estudio preliminar de campo en el marco de un seminario de título y grado de la Carrera de Trabajo Social de la Universidad de Valparaíso, guiado por la autora y que fue patrocinado por el Colegio de Asistentes Sociales de Chile. Se hace una caracterización del entorno laboral y ético de los trabajadores sociales de la Provincia de Valparaíso en el marco de los objetivos e intereses de la Agenda Global de Trabajo Social. Teniendo como referentes teóricos e ideológicos el entorno laboral asociado concepto de calidad del empleo y los valores y principios del código de ética profesional y laboral de Trabajo Social. Entre los resultados más relevantes cabe señalar ,que permitió tener un acercamiento exploratorio a la visión del entorno laboral de los trabajadores sociales de la provincia en cuanto a su cuantificación , áreas de desempeño , como asimismo la percepción que los mismos profesionales tienen de su contexto laboral, sus funciones , sus temores y desafíos ; que en términos comparativos difiere notablemente de las visiones gremiales en otros contextos nacionales , latinoamericanos e inclusive internacionales. Planteándose el desafío en el corto plazo de profundizar el sustento de dichas visiones y/o extender la experiencia en el contexto regional y nacional. Palabras Clave: Asistente Social UV -Magister en Educación con mención en Gestión de Calidad UMC Doctorante de ∗ Trabajo Social UNLP Docente Escuela de Trabajo Social Universidad de Valparaíso y Escuela de Trabajo Social Universidad Miguel de Cervantes. Asistente Social UV, Licenciada en Trabajo Social ∗∗∗ Asistente Social UV, Licenciada en Trabajo Social ∗∗ 1..-Introducción: La Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS), desde el año 2006, a través de uno de los documentos base que contribuyeron a la formulación de la Agenda Global para el Desarrollo del Milenio, ha manifestado la relevancia de conocer y tener en cuenta cómo los empleadores otorgan un entorno efectivo y ético al trabajo de los asistentes sociales en la práctica laboral cotidiana. Sus estudios identifican varios factores que contribuyen a crear el “ambiente de trabajo”, pero sin duda destacan la responsabilidad significativa que tienen los empleadores en los mismos. Conjuntamente con ello evidencian que existen tensiones entre algunas estrategias de gestión utilizadas, los valores profesionales y enfoques de las prácticas laborales y profesional, razones que fundamentan la elaboración de un proyecto de estudio serio. La preocupación y referencia planteada ilustran no solo la trascendencia del entorno laboral en donde se desarrollan las prácticas de los trabajadores sociales, sino que la necesidad de tener un conocimiento cualitativamente más profundo , que permita dimensionar su calidad y real importancia, y que a su vez favorezca el desarrollo de un trabajo eficaz y éticamente acorde con las problemáticas y necesidades sentidas y valores de las personas , grupos y comunidades objetivo de la intervención social de trabajo social. En conformidad a lo señalado y los objetivos de la agenda global del milenio, los países de la región se han propuesto realizar procesos de indagación y conocimiento de los entornos laborales y éticos de los trabajadores sociales. En esa línea , este documento se construye con el patrocinio del Colegio de Asistentes Sociales de Chile , como un estudio base , en el marco del resultado de un seminario de Titulo , a lo cual se le han agregado datos y antecedentes complementarios de esta situación; ha pretendido captar esta preocupación a través de un primer acercamiento preliminar a la realidad de los trabajadores sociales de la Provincia de Valparaíso, el que no ha estado exento de limitaciones dado que se realizó entre Mayo y noviembre del 2013 y al menos 3 meses de este tiempo, los servicios e instituciones públicas del país tuvieron un prolongado paro de actividades , que afecto la metodología de recolección de información programada inicialmente y el espectro representacional de la población estudiada, lo que obligo a realizar los ajustes de rigor , que permitieran validar su proceso y resultados. 2.-Mercado laboral y Trabajo Social en la Región de Valparaíso: En el año 2005 el mercado laboral de Trabajo Social en la Quinta Región, podría estimarse entre 1.000 a 1200 Asistentes Sociales en ejercicio. La provincia que cuenta con un mayor número de Asistentes Sociales es Valparaíso, la que reúne aproximadamente un 40% del número total de ´profesionales seguido por la provincia de San Antonio y San Felipe con un 15% respectivamente, de lo cual se puede inferir que los Asistentes Sociales de la Quinta Región presentan una marcada tendencia de inserción laboral en la capital regional. (Astudillo Vicencio & Cofré Arredondo, 2005). En cuanto a los ámbitos institucionales del empleo y desempeño para asistentes sociales en la Quinta Región pueden señalarse los siguientes: (Astudillo Vicencio & Cofré Arredondo, 2005), que se asocian principalmente al sector público y en segundo lugar, al privado. Entre estos cabe mencionar: Municipio, Red de salud, Red SENAME: Gobierno Regional, Gendarmería, Educación, Fuerzas Armadas y de orden, Empresas, Consultoras, Justicia, JUNJI, SERVIU, IPS y ONG. 3.-Referentes teóricos, conceptuales, políticos y jurídicos: El Entorno laboral, se asocia al Ambiente Laboral; el que su vez se entiende como “…el entorno humano y físico en el que se desarrolla el trabajo cotidiano. Es el medio dentro del cual se establecen relaciones y se desenvuelve la dinámica habitual de una organización. Tiene impacto directo en los niveles de satisfacción laboral y de productividad” (GLINKA & RSE, 2007). Concepto que necesariamente nos refiere a tratar de entender que es “calidad de vida laboral”, el cual según los autores Poza & Prior, es “la forma en que se produce la experiencia laboral en condiciones objetivas como por ejemplo; seguridad e higiene laboral, trabajo, salud laboral, etc. y en condiciones subjetivas del trabajador en el sentido de cómo lo vive”. Lo cual alude a la bidimensionalidad y complejidad de éste. Un “buen lugar para trabajar” sería entonces aquel donde los trabajadores confían en sus superiores, trabajan sintiéndose seguros y respaldados, lo que a su vez les permita sentirse orgullosos de lo que hacen. Es importante también el trabajo en equipo y las relaciones humanas dentro del lugar de trabajo, donde se disfrute también compartiendo con los compañeros. Al respecto se señala que, una cultura enfocada en sus trabajadores, es de suma importancia para el logro de un buen ambiente laboral. Aquellas fuentes laborales que consideran a sus trabajadores como su mayor capital, son las que consiguen de éstos, “el mejor rendimiento. “….. El ambiente laboral es uno de los aspectos que diferencian a las empresas o trabajos exitosos, de las que no lo son. Garantizar un buen clima laboral es sin dudas uno de los desafíos más importantes para quienes lideran una organización y un aspecto ineludible de su responsabilidad social.” (GLINKA & RSE, 2007). Laura Acotto (2009) enfatiza que es el Estado de Chile quien debe asegurar las garantías del trabajo decente para sus empleados tanto del tercer sector y el sector privado, Con respecto a los Trabajadores Sociales la autora menciona: “En el caso de los Trabajadores Sociales cuyo gran empleador es el Estado, debe ser un tema a debatir, en tanto éste asume y firme acuerdos a cumplir y regular a instancias externas a sí mismo, pero muchas veces las condiciones en que se desempeñan los profesionales, están muy distantes de responder a los criterios de lo que se ha denominado Trabajo Decente”. (Acotto, 2009). El Entorno laboral y la satisfacción laboral han sido estudiados en relación a diferentes variables en un intento de encontrar nexos entre ellas. Diversos estudios han hallado correlaciones positivas y significativas entre satisfacción laboral y el buen estado de ánimo y actitudes positivas en la vida laboral y privada, con la salud física y psíquica de los sujetos. Por otra parte, la insatisfacción laboral converge de forma positiva con alteraciones psicosomáticas diversas, como estrés, ausentismo, rotación o retrasos”. (Opazo Morales, Pereira Figueroa, & Torrijo Guajardo, 2011). Una de las teorías más influyentes en la satisfacción laboral es la formulada por Herzberg la cual se denomina “Teoría Bifactorial”, que señala , lo contrario de la satisfacción, no es la insatisfacción, como tradicionalmente se ha pensado, ya que suprimir las características insatisfactorias de un trabajo no lo vuelve automáticamente satisfactorio. Se postula que los resultados se desprenden de la existencia de un continuo doble: lo opuesto de “satisfacción” es pues, “no satisfacción” y lo opuesto de “insatisfacción” es “no insatisfacción”. Así, los factores que producen satisfacción laboral son distintos de los que llevan a la insatisfacción. En consecuencia, Herzberg denominó “factores de higiene” a las condiciones de trabajo, relaciones con los demás y seguridad laboral. Cuando son adecuados, las personas no se sentirán insatisfechas, aunque tampoco satisfechas. Es preciso concluir, que son distintos e independientes los factores que contribuyen a la satisfacción y los que provocan insatisfacción. Se deduce por tanto que, estos sentimientos no son opuestos entre sí. Entre los factores de satisfacción o los motivadores que son intrínsecos al trabajo pueden concretarse en: Deseo de realización o logro, Estima ajena, Gusto por el trabajo, Responsabilidad y Promoción. Por lo contrario, los determinantes de la insatisfacción, llamados también factores higiénicos, son: Política de la compañía, Vigilancia excesiva, Salarios y Condiciones de trabajo”. (Layana Zamora, 2009).Así las características del cargo que influirían en las percepciones de las condiciones actuales de los trabajadores, son reto del trabajo, sistema de recompensas justas, condiciones de seguridad, condiciones físicas con supervisiones favorables, además contar con colegas que brinden apoyo, y por último que haya compatibilidad entre personalidad y puesto de trabajo. (Opazo Morales, Pereira Figueroa, & Torrijo Guajardo, 2011). En cuanto a la Ética y Ética Laboral, puede señalarse que la palabra ética proviene del griego “ethos”, la cual significa costumbre y a su vez está relacionada con la epistemología latina denominada “more”, que es morada, costumbre. Se puede entender como la “reflexión filosófica sobre la moral, las costumbres, los comportamientos del ser humano y la relación de esos comportamientos con sus posibles repercusiones“. (Hernández Baqueiro, 2006). La actuación de un individuo se puede evidenciar en cuanto a su modo de ser, desde la perspectiva del “bien” y el “mal”. Lo “bueno” en términos generales hace relación con valores morales, a su vez lo “malo” es el objeto de juicio moral negativo. A. Cortina (2003), señala que la ética va en la búsqueda del saber ser, tanto en la parte teórica como en la práctica, cuyo propósito será señalar lo que está bien, lo justo y en síntesis lo que es moral. En el desarrollo de la ética, sus características y en concreto, que es lo “bueno”, influye en el comportamiento de las personas; esto orientado hacia el bien, de manera tal, que se vincule a la búsqueda de normas y principios con validez universal, que no se busque un interés personal. Esto deriva en el comportamiento moral, sus razones y justificaciones, se encuentra ligado con las necesidades y beneficios sociales. Así, es necesario decir que el comportamiento moral, es evaluado socialmente, lo que nos acerca a su vez a los valores. El comportamiento de cada sujeto, responde a razones personales y sociales, traduciéndose en hechos morales. La ética da a entender que los valores guían a la práctica moral de los seres humanos. El uso del término valor, que es aplicable a un proceso económico, puede ser extendido en distintos campos de la actividad humana. Pero en la ética es tomado desde el punto de vista histórico, para dar un valor a un objeto que se materializa en condiciones concretas de la existencia de los individuos, es decir, sus necesidades. El conjunto de estos principios y normas, que están destinados a regular las acciones de las personas en la sociedad, se le denomina moral y el vínculo que establece entre está y las personas es la conciencia moral, que valora las acciones con base en las normas que se conocen y reconocen como obligatorias. La moral será entonces la posibilidad de elegir entre distintos actos posibles a realizar por la persona y en este papel entra en juego la conciencia moral, en la que se incorporan normas y valores acordes con la moral vigente, estableciendo una relación dialéctica entre la conciencia autónoma y la conciencia heterónoma. Esto quiere decir que, solo el acto que comprende la elección de un valor elegido de forma libre y sin imposición puede considerarse inherente a la moral autónoma. La conciencia moral no se encuentra condicionada totalmente, ni tampoco sometida a un poder del todo externo. Ahora en relación a la Ética Profesional y laboral, se evidencia en el sentimiento de pertenencia en conjunto con la sociedad, el gremio de la profesión y a la institución para la cual se trabaje. Teniendo la virtud que al dotar al profesional de valores morales, lo torna más flexible, más fuerte, más comprometido, más experimentado, y más humano. Sin duda, mejor preparado para enfrentar y superar con éxito las contingencias que aparecen en el ámbito del trabajo. Aprender a decidir conforme a la ética profesional es asunto de la práctica, y no solamente de conocimientos, habilidades o destrezas en abstracto; esto quiere decir que tiene que ser la integración entre el saber, el saber hacer y el saber ser y en los últimos años se le ha agregado , “saber convivir “ . La práctica formaría el hábito y este se convierte en parte esencial de la personalidad del profesional. Ello lo vincula de tal forma con el mundo, que le brinda la oportunidad de ir creciendo y realizándose en sus acciones. Así, la libertad, la razón, la voluntad, la responsabilidad y la justicia orientan a los profesionales para que asuman que su ética, esencialmente depende de ellos mismos. Por lo tanto, quienes no optan por los valores morales, corren el riesgo de no reconocerse para sí, ni reconocer a los otros, a los demás. En esos términos, se puede decir que la propuesta de la ética profesional comparada con la ética general es más demandante, el razonamiento que requiere es más acucioso y los compromisos que ella impone son de un nivel moral más complejo. Por tanto, además de la aplicación de principios inherentes a la ética general, el profesional debe tener presente el principio de servicio en sus acciones hacia los otros, la institución que representa y la sociedad en su conjunto. En cuanto a la Ética Laboral y el Derecho Laboral en Chile, el Código del Trabajo Chileno, plantea aspectos que tienen que ver con reglamentos internos y modos de comportamiento para la permanencia de los trabajadores en su institución de trabajo y a su vez sus derechos y los deberes del empleador hacia ellos. El artículo 153 del Código del Trabajo chileno, plantea que las empresas, establecimientos, faenas o unidades económicas que ocupen normalmente diez o más trabajadores permanentes estarán obligados a realizar un reglamento interno de orden, higiene y seguridad, el cual debe contener las obligaciones y prohibiciones de los trabajadores, en relación con la permanencia, circulación en las dependencias de la empresa o establecimiento y sus labores dentro de ésta. Enfatizando que, se deberán estipular normas para tener un ambiente laboral digno, para el mutuo respeto entre los trabajadores. El articulo 157 plantea las sanciones a las cuales se verán expuestos los trabajadores que infringen las normas del reglamento interno, estableciendo tipos , montos y destino de las mismas .Puede citarse el artículo 160, referido al término del contrato trabajo sin indemnización, por el hecho de cometer algunas de las faltas graves estipuladas en el Código. Entre las conductas indebidas de carácter grave y que deben ser comprobadas: la Falta de probidad del trabajador en el desempeño de sus funciones; conductas de acoso sexual; vías de hecho ejercidas por el trabajador en contra del empleador o de cualquier trabajador que se desempeñe en la misma empresa; injurias proferidas por el trabajador al empleador; conducta inmoral del trabajador que afecte a la empresa donde se desempeña, y conductas de acoso laboral. También nombra como, abandono del lugar de trabajo, actos que perjudiquen la seguridad del establecimiento, incumplimiento de las obligaciones impuestas en el contrato de trabajo, entre otras. Así, el cumplimiento de normas éticas en el entorno laboral, se encuentra regulado por el código del trabajo de Chile, en el caso de los privados y en el sector público por las leyes orgánicas y estatutos administrativos, en donde la premisa ética es la generación de adecuados ambientes laborales y su vez la búsqueda del trabajo digno para las personas, para lo cual además establece los organismos que tienen competencia para ello. Por otro lado , para comprender la Ética y Trabajo Social, de mejor manera y su sentido, se considera prudente comenzar definiendo la ética, “La ética como filosofía moral; esto es: como una reflexión sistémica, como una indagación teórica acerca del modo más adecuado de actuar y vivir la vida para que esta sea “ buena”, es decir: lo más plenamente humano posible., en otras palabras una inequívoca vocación práctica; toda vez de lo que se trata no es tanto “ saber”, cuanto de “saber vivir”; de actuar “bien””. (Bermejo, 1996). Grazziosi, (1978). define al código de ética profesional como; “la ordenación sistemática de principios, normas y reglas establecidas por un grupo profesional o cuasiprofesional, para su propia vida, con el fin de regular y dirigir la conducta moral de sus miembros o sus relaciones mutuas”. Agregando que .“Los aspectos éticos que entrañan el ejercicio de la actividad profesional del asistente social, hacen a su integridad social y humano y tiene al mismo tiempo una seria proyección sobre la sociedad en que actúa. Las repercusiones directas en la vida social son, en el caso de esta profesión, mayores y más profundas que las que pueden tener otras ocupaciones. Se trata de un actuar directo sobre la vida social, y las conductas anti-éticas son creadoras de problemas psicosociales o sociales.” (Laura Grazziosi , (1978) “Códigos de Ética del Servicio Social”) . En cuanto a los Principios éticos del Trabajo Social, la Federación Internacional de Trabajadores Sociales señala que la ética profesional, es una parte relevante en la práctica de todo Trabajador Social, pero que esta misma debe diferenciarse según los aspectos culturales y políticos de los distintos países miembros de la Federación, por lo cual plantea una serie de principios cuya aplicación requieren de una formación continua de los profesionales , lo que aseguraría oficio en la intervención profesional. Los postulados éticos son para el ejercicio profesional normas de intervención. Pudiendo destacarse entre ellos : -Respeto a la dignidad, el cual Implica considerar a la persona por sobre todas las cosas, aceptarla tal cual es y en la situación que se encuentra, como sujeto con derechos per se a su condición humana. El trabajador social en su ejercicio debe evitar generar prejuicios frente a las personas que por diversos motivos se encuentran en situaciones de marginalidad económica, social y familiar; la actitud del profesional debe ser siempre de respeto, comprensión y apoyo incondicional. -Perfectibilidad humana: El ser humano es siempre capaz de crear, recrear y transformar. Lo cual nos interpela a no negar ni olvidar esa capacidad cualquiera sea su condición social, intelectual, biológica, etc. -Sociabilidad esencial de la persona: La persona a lo largo de su vida establece diferentes tipos de relaciones gracias a su capacidad de interacción interpersonal, por tanto, es fundamental entender, valorar y reforzar esta característica. Por otro lado, es pertinente mencionar algunos principios determinados en el Código internacional de Ética Profesional para el trabajo social, FITS año 1976, que señalan, que todo ser humano posee un valor único con independencia de su origen, edad, creencia, etnia y condición socioeconómica , El trabajador social tiene la responsabilidad de encausar sus conocimientos y capacidad hacían la ayuda de las personas como individuos o colectivo en el desarrollo de sus posibilidades y la resolución de sus conflictos. Y El trabajador social tiene como obligación suprema el servicio a los demás, lo cual debe primar sobre cualquier otro interés particular. (Leticia, Oblitas B., & Lucila, 2000). Ahora en el marco de los Derechos Humanos y Dignidad Humana, los trabajadores sociales deben defender la integridad y bienestar físico, psicológico, emocional y espiritual de cada persona. Es decir, Respetar el derecho a la autodeterminación, promover el derecho a la participación, Tratar a cada persona como un todo e identificar y desarrollar sus fortalezas. En relación a la Justicia Social, tienen el deber de promoverla, para con la sociedad en general, y de igual manera con las personas con las que trabajan. Esto significa: Desafiar la discriminación negativa, reconocer la diversidad, distribuir los recursos equitativamente, oponerse a las políticas y acciones injustas y trabajar en solidaridad. A juicio de este organismo, los trabajadores sociales deben estar preparados para dar cuenta de sus decisiones basadas en consideraciones éticas, y asumir la responsabilidad de sus elecciones y actuaciones.” Deben trabajar para generar condiciones, en las organizaciones donde trabajan y en sus países, donde los principios de esta declaración y los de sus códigos de ética nacionales (si los hay) sean debatidos, evaluados y defendidos”. (Sociales & Asociación, 2004). 4.- Caracterización preliminar del Entorno Ético y Laboral de los Trabajadores Sociales de la Provincia de Valparaíso: 4.1. De los sujetos de estudio: Del total de Trabajadores Sociales encuestados, es decir 163, 127 fueron mujeres lo que corresponde a un 77,91%, mientras que 36 son Hombres equivalente a un 28,08%. La muestra marca un evidente predominio de mujeres, superando en un 55,83 puntos porcentuales a los hombres, lo que confirma la tendencia de la comuna de Valparaíso, en la cual la profesión de Trabajo Social es mayoritariamente ejercida por mujeres, sumado a los datos del catastro realizado en el marco de la misma investigación, la que arrojo la existencia de 414 Asistentes y/o Trabajadores/as Sociales activos laboralmente, aproximadamente. En cuanto a institución de procedencia de formación, el 60% de los Profesionales Laboralmente activos de la Comuna, egresó de Universidades Publicas y de las Universidades Privadas un 39%. En lo relativo al ejercicio de la profesión, el 79% de los participantes realizan funciones tradicionales del Trabajo Social, mientras que un 9% NO realizan Funciones tradicionales de la Profesión y un 10% no ejerce la profesión). Tras el análisis de los datos, se detectó que existen profesionales que ejercen cargos como Directivos, Seremi, Gerente, entre otros. Sin embargo, estos realizan, de igual manera, funciones relacionadas con Trabajo Social. Ante la consulta si cuentan con otro trabajo, el 77,3% declaró no poseer otra actividad o fuente laboral, mientras que un 22,7% indica contar con otro empleo. 4.2.- Entorno Laboral: El Ambiente Físico, considerado en relación al tipo de oficina, condiciones de la misma y equipamiento , fue consultado en cuanto al nivel de satisfacción, distribuido en 5 dimensiones (nada satisfecho, poco satisfecho, medianamente satisfecho, satisfecho, muy satisfecho), arrojando que en su mayoría, los encuestados se encuentran “satisfechos/as” (38,03%), seguido de la opción de “muy satisfecho” con (26,38%) , “medianamente satisfecho” alcanzó un valor de 22,69%., y aproximadamente un 7,3% se sienten “poco o nada satisfechos”. En el ámbito Socio organizacional y específicamente, las relaciones laborales, se distingue la “relación con los grupos de Pares”, al respecto la mayoría de los Trabajadores Sociales se encuentran de Satisfechos (44,17%) y muy Satisfecho (31,9%) y sólo un 5,52% difieren de lo anterior y mencionan que están poco satisfechos. En el caso de la Jefatura, se da una situación similar a la relación con el grupo de pares, ya que, también los mayores porcentajes se encuentran en la opción “Satisfecho” y “muy Satisfecho” que con cifras similares , que en conjunto dan un 75,97%, y sólo un (3,68%) manifestó estar “poco satisfecho” .Por otra parte, casi la mitad de los encuestados se siente “muy satisfecho” (47,85%) con la relación que tiene con los usuarios y el 36,80% indica sentirse “Satisfecho” . Cabe destacar que en la opción “Poco Satisfecho” se obtiene un porcentaje que supera el 11%, en cuanto a su Grupo de Pares, Jefatura y Usuarios. En relación a las Pautas y políticas de la institución, se consideró el reglamento interno existente en alguna institución, porque indica las normas que todos los trabajadores deben seguir de igual manera. En cuanto al cumplimiento por parte del grupo de pares, se manifestaron “satisfechos/as”, un 49,07%, seguido de un 22,69%, que indicaron sentirse muy satisfechos/as. Es relevante mencionar que, se observó un porcentaje significativo de personas que se inclinaron por la opción “nada satisfecho/a”, es decir 14,11%. Con respecto al cumplimiento del reglamento por parte de la jefatura, los encuestados indicaron sentirse mayormente “satisfechos”, equivalente a (47,85%). A este porcentaje le sigue la categoría “muy satisfecho/a” con un 25,76%. Se repite un fenómeno similar al presentado con el “grupo de pares”, en lo que respecta a la opción “”nada satisfecho/a”, con un 13,49%. En el Desempeño laboral, se consultó por el Nivel de satisfacción y Tipo de contrato, lo cual nos da cuenta que los trabajadores sociales encuestados se halla en las categorías de Planta/contrato con un 38.03% y contrata/ honorario (cabe señalar, que esta última categoría no constituye una relación laboral contractual, solo de servicios) con un total de 30,67% cada una. Con respecto al nivel de satisfacción de quienes declararon ser planta/contrato, mencionaron sentirse mayormente “satisfechos” o “muy satisfechos” el 33,74%. Los profesionales que se hallan a honorarios, la mayoría de ellos se encuentra en la categoría “satisfecho/a” con un 8,58%. Sin embargo existe igual número de personas que no está de acuerdo o se siente “nada satisfecho” con esta modalidad de contrato. Aquellos que declararon su calidad de trabajo a contrata en su mayoría se encuentran “satisfechos”, equivalentes a un 11,65%. En cuanto a jornada laboral, la opción jornada completa, arroja una moda y mediana de 4,00 (horas) es decir, el 50% de los encuestados tiene esta jornada laboral. En el ámbito de las remuneraciones, su tipo y nivel de satisfacción, se observó que el 100% de los encuestados percibe su remuneración en dinero. Y quienes se distribuyen entre las categorías “satisfecho/a”, “muy satisfecho/a” y “medianamente satisfecho/a”. (41,7%), 32,52% y 19,01% respectivamente. Junto a ello hay un 6,74% de los encuestados, que se encuentra entre las categorías con menor “poco o nada satisfecho” con su remuneración. Solo el 6,13% indicó recibir “servicios” como parte de su remuneración, manifestándose “satisfecho” el 4,29%. La fecha de pago de la remuneración es un aspecto importante para el trabajador, así Los encuestados demostraron estar en su mayoría “muy satisfecho” (60,12% de los participantes) y un 20,85% de los/as sujetos establecieron estar “Satisfechos” y “Poco Satisfecho”... Ante la interrogante de las funciones que especificaba su cargo, los profesionales manifestaron estar “muy de acuerdo”, un 33,12% .Seguido a esto se observó un 26,38% “de acuerdo” .Un 18,40% declaró sentirse “poco de acuerdo” con lo indicado cifra cercana que se contrapone al anterior. Las categorías que concentran los porcentajes más bajos “medianamente de acuerdo” y “nada de acuerdo” con un 13,49% y 8,58% respectivamente. Otro aspecto importante a considerar dentro de la realización de funciones es el tiempo de permanencia en el lugar de trabajo y que se destina para estas, por lo que se consultó si consideraban que realizaban muchas funciones en su jornada laboral. Frente a esto, los aludidos presentaron una inclinación hacia las opciones “de acuerdo” (37,42%) y “muy de acuerdo” (26,99%), es decir que más de la mitad de ellos, un 64,41% consideran que realizan más funciones que su jornada laboral permite, pudiendo ser esto un factor negativo para la salud mental y física del Trabajador Social. Sin embargo, las opciones “medianamente de acuerdo” (20,24%) y “poco de acuerdo” (13,49%) obtienen también un valor significativo. Incentivos laborales, En cuanto a las gratificaciones el 71,16% cuenta con este incentivo, en cambio el 28,83% no tiene la posibilidad de éste. Cuentan con Bonos el 57,05%, mientras que (42,94%) NO reciben Bonos. Por último, en cuanto a los Otros Beneficios se da lo contrario a los dos casos anteriores, ya que el 66,87% NO cuenta con otros Beneficios, en cambio tan solo el 33,12% Si cuentan. Previsión social y de salud:, ambos ítems adquieren gran relevancia para los trabajadores en general, y porsupuesto para los trabajadores sociales, quienes se enfrentan a diario con esta temática orientando a personas. Es por ello, que se consultó a los profesionales su realidad con respecto al pago de sus cotizaciones y su nivel de satisfacción. Igual acción se realizó con respecto a la previsión en salud. Frente a esto, los aludidos obtuvieron los mismos valores en ambos ítems. Concentrando la mayoría de las preferencias en la opción siempre, es decir (66,25%) reciben el pago de ambas previsiones en la fecha que corresponde. Por otra parte (28,22%) declararon que sus cotizaciones “nunca” son pagadas en la fecha que corresponde, cifra que es de todos modos preocupante, pues tiene que ver con aspectos de vejez, sobrevivencia y salud. Finalmente, quienes optaron por la categoría “a veces” representan un 5,52% .Con respecto al nivel de satisfacción de las mismas, la mayoría de los participantes se ubica en la categoría “muy satisfecho/a” con un 52,76%, seguido un signficativo valor de la opción “nada satisfecho/a”, con un 22,08% Además la categoría satisfecho/a obtiene un 14,11% de las preferencias. Valoraciones contradictorias considerando, lo que implica estar desprotegido de dicho sistema de previsión y que los profesionales dedican gran parte de sus horas de atención a realizar trámites de personas y familias para acceder a sus derechos y pareciera naturalizarse el no contar con ello. Redes de emergencias: Como parte de la seguridad con que debe contar una institución que alberga a trabajadores, se contempla a las redes de atención ante emergencias complejas con que cuentan las instituciones. Es por ello, que se les consultó a los participantes su nivel de satisfacción. Según los análisis de las encuestas, es posible concluir que las opciones “medianamente satisfecho/a y satisfecho/a “concentran la mayoría de las preferencias con un 33,74% y 32,51%. Por otra parte las categorías, “muy satisfecho” y “poco satisfecho” alcanzaron iguales valores a pesar de lo opuesto de las opiniones representadas, equivalentes al 12,88% de los encuestados. Seguro de vida y accidente, en este ítem se preguntó a los encuestados si estos/as contaban con seguro de vida y accidentes, la alternativa Si alcanzo un 50,3% y No 49,69%, en el caso de que ocurra algún suceso imprevisto. Las diferencias que se establecen respecto a la respuesta positiva, están vinculadas a el grado de satisfacción con el seguro de Vida y Accidente, la mayoría de ellos opto por las opciones “medianamente satisfecho “(19,63%) y “satisfechos” (21,47%) lo que hace deducir que la mayoría no están conforme en su totalidad con el seguro que cuentan, pero sí un 11,04% logra estar “Muy satisfecho”. En el Autocuidado, la opción que se repite en los tres ítems es “algunos/a veces”, que perceptualmente va desde el 59% hasta el 67%, esto demostraría que gran parte de los/as encuestados/as no desarrollan a cabalidad conductas de autocuidado. En cuanto a los que Nunca realizan conductas de Autocuidado, en los tres ítems son los que cuentan con menores porcentajes. En el caso de factores de riesgo un 6% de los/as Profesionales NO conocen los factores de riesgos a los que se ve expuesto en el ejercicio profesional y/o en la institución que pertenece. En el caso de enfermedades profesionales, el 11% NO conocen las enfermedades profesionales que pueden desarrollar (Ej.: Síndrome de Burnout). Por otra parte, en cuanto al Estilo de Vida Saludable en porcentaje más bajo es de 10%. Se observa que en el ítem factores de riesgo, un tercio de los encuestados/as Sí conocen los factores que pueden afectar su desempeño laboral. En el caso de las enfermedades Profesionales que puede desarrollar el o la Trabajador/a Social, el 24% del total de los encuestados responden que Sí las conoce. Mientras que en la categoría de desarrollo de actitudes de estilo saludable el 20% aproximadamente las realizan. Esto demuestra que menos de la mitad de los profesionales desarrollan conductas de autocuidado, que les permiten desarrollar mejor su ejercicio profesional. Desarrollo profesional: Según los datos se evidencia que un 52,14% de los encuestados se capacita “a veces”, seguido a esto se encuentran el 34,96% en la opción de “siempre” y un 12,88% en la categoría de “nunca. Siendo las dos primeras, las más elegidas por los encuestados. La inclinación mayor de la categoría “a veces” está dada hacia la opciones “satisfecho/a” y “medianamente satisfecho/a”, lo que equivale a un 36,19%. Por otra parte la opción “siempre” se distribuye entre las categorías “satisfecho/a” y “muy satisfecho”, equivalente a un 25,15% .En general el “nivel de satisfacción” se puede ubicar entre las categorías “satisfecho” con un 30,06% y “medianamente satisfecho” con un 28,22%. Por otra parte, es importante mencionar que un 7,9% de los encuestados que eligieron la opción “nunca” se encuentran “nada satisfechos” con esta realidad, La capacitación en la vida profesional, es de vital importancia, ya que, permite al trabajador actualizar sus conocimientos sobre determinadas temáticas que favorecerán su quehacer profesional, por lo que, la gestión realizada por la institución tanto para realizar alguna capacitación interna como para permitir y facilitar que los trabajadores sociales asistan a las mismas dentro o fuera de la institución o región es de vital importancia para ellos como trabajadores. Por ello, se les consulto a los trabajadores sociales su nivel de satisfacción con respecto a las gestiones realizadas por sus instituciones frente a la capacitación. Al respecto, los trabajadores sociales se encuentran en su mayoría “medianamente satisfecho/a” con esta gestión siendo esto un 30,67%. Por otra parte, un 26,99% indicó sentirse satisfecho/a. Las opciones poco satisfecho/a y muy satisfecho/a obtuvieron valores similares con mínima, es decir que en la primera opción se encuentran un 14,11%, mientras que en la segunda el equivalentes al 17,17% de los profesionales. Cabe destacar que, la opción nada satisfecho obtuvo un porcentaje de 11,04%. En relación a lo profesional, el 54% de los profesionales, se encuentran “Muy Satisfechos” con la Profesión que tienen. El 14%, se representan por la opción “medianamente satisfecho”. Prosigue la alternativa Satisfecho con un 31% que ejercen su Profesión “Satisfactoriamente”. Es relevante mencionar, que la mayoría de los Profesionales marcaron las opciones de “Satisfecho y Muy Satisfecho”, esto quiere decir que, casi 70%, más que Satisfactoriamente ejerciendo la Profesión de Trabajadores Sociales. En lo relativo a la Conciliación ética personal/profesional, los encuestados en su mayoría indicaron sentirse “muy satisfechos” con esta conciliación, en un 56,44%. Por otra parte la opción “satisfecho/a” concentra también a un gran número de personas, 39%. Es importante mencionar que las opciones nada satisfechas y poco satisfechas no obtuvieron preferencias, lo que evidencia que no existen personas encuestadas que no se sientan satisfechas, con esta conciliación Habilidades y destrezas, para el ejercicio profesional el trabajador social requiere de múltiples habilidades y destrezas, las que deben ser trabajadas y perfeccionadas. A partir de esto, se consultó a los participantes el nivel de satisfacción al respecto, de cuyo análisis se desprende que en su mayoría las opciones elegidas se encuentran entre las categorías satisfecho/a (49,69%) y muy satisfecho (46,62%), respectivamente. Principios y valores: La profesión de trabajo social tiene principios y valores que sustentan su desempeño y relación laboral es por ello se consultó el nivel de satisfacción con los deberes y valores de la profesión .Ante este cuestionamiento, la mayoría de los encuestados indicaron sentirse “muy satisfechos/as” con su nivel de conocimiento, lo que corresponde a un 78,52% La opción “satisfecho” alcanza un 19,01%. Sin embargo existe una diferencia considerable entre ambas opciones, siendo estas positivas para el desarrollo de la ética. El 42,33% de los Profesionales Laboralmente activos de la Comuna, se encuentran Muy Satisfechos con la Valoración de su Profesión, en la Institución en donde ejercen y. Por otro lado, (11,40%) encuentran que la Profesión, en la Institución donde ejercen, se encuentra Medianamente Valorada. Mientras que un 4,29% y 1,84%, se ubican en Poco y Nada Valorada. Errores profesionales:, aquí los trabajadores sociales se encuentra mayoritariamente conformes con el hecho de poder asumir su errores profesionales , acorde con su ética profesional, ya que se define capaces de poder enfrentar y reconocer cuando han cometido una error en su ejercicio profesional. Sin embargo, el 44% declara estar “Satisfecho” con el cumplimiento de estos, mientras que el 49%, de ellos o ellas están “Muy Satisfechos”. Competencias profesionales: En este ítem se preguntó a los Trabajadores Sociales si son capaces de darse cuenta cuando no puede enfrentar un escenario al cual se ve expuesto/ha por no poseer las competencias necesarias o específicas. Al respecto se pudo observar que gran parte de los Profesionales se encuentra “Satisfecho/a” equivalente a un 53,37% de los encuestados. Le sigue a esta opción “Muy Satisfecho/a”, (38,65%) y la última categoría arroja 8% aproximadamente, los cuales manifiestan estar medianamente de acuerdo con esta pregunta. Se complementa con la pregunta anterior, la interrogante cuando un profesional se encuentra inhabilitado para poder enfrentar una situación. En este caso se muestra algo parecido al Ítem anterior, donde la mayoría de los encuestados expresan que se encuentran “Satisfecho” (54,6%) al ser capaz de poder declarar su inhabilidad al enfrentarse a una situación que no pueden desarrollar o intervenir y un 37,42% que optan por la opción “Muy Satisfechos”. Valoración del profesional: En cuanto a la valoración en la institución como profesional, se puede decir que la mayoría de los Trabajadores Sociales considera que es valorado como profesional en su lugar de trabajo, esto se puede inferir en los resultados con más altos porcentajes, en donde las alternativas Muy Satisfecho y Satisfecho concentran el mayor número de encuestados, es decir, 45,39% y 38,65, respectivamente. Los encuestados que están medianamente satisfecho corresponde (10,42%). Autodeterminación: La autodeterminación es uno de los pilares del trabajo social. Entendiéndola como el derecho a la toma de decisiones y libertad de elegir del usuario complementado con el deber del trabajador social de respetar este derecho. Es a raíz de la importancia de este concepto, que se consultó a los participantes si la institución en la que están laboralmente insertos, respeta la autodeterminación de los sujetos. A lo que ellos respondieron ubicando sus preferencias mayormente en la categoría satisfecho, 44,78%. Luego la opción muy satisfecho con un 26,99%. Con un porcentaje menor se ubica a la opción medianamente satisfecho (21,47%). Confidencialidad: El secreto profesional se configura como un derecho y un deber de los trabajadores sociales en el ejercicio de su profesión. Es la garantía establecida entre el trabajador social y la persona que atiende, de que se resguardara su intimidad, lo cual es un aspecto de relevancia para el ejercicio profesional. Es por ello que se preguntó a los trabajadores sociales de la comuna, con respecto al nivel de satisfacción sobre este principio, frente a ello, los profesionales se declararon mayormente “muy satisfechos”, equivalentes a un 49,69%. La segunda opción que obtuvo mayor puntaje fue la de Satisfecho/a con (36,80%). Ética organizacional: En cuanto a la posibilidad de creación y participación gremial por parte de los profesionales, el 50,3% de los Trabajadores Sociales de la Comuna de Valparaíso, en su Institución de Trabajo, pueden participar en alguna asociación gremial y se encuentran muy satisfechos con esta posibilidad. En cambio, están Nada de Acuerdo un 9,81, a los cuales en su institución no se les da la posibilidad... Con respecto a las prácticas laborales abusivas, se deduce que el 58,28% de los encuestados mencionan que NUNCA, en su institución de trabajo se han desarrollado este tipo de prácticas. En cambio el 39,87%, indican a que a veces se han cometido este tipo de prácticas en sus trabajos, referidas al nivel de satisfacción y la existencia de líneas de acción ante políticas injustas. Frente a lo cual indicaron que en sus lugares de trabajo SI existen líneas de acción ante políticas injustas, un alto porcentaje equivalente a 71,16%. Por otra parte, declararon que NO existen, un 28,8%. Con respecto al nivel de satisfacción, la opción SI se distribuye entre las categorías “medianamente conforme” con (29,44%), “muy conforme” con (21,47%) y “conforme” con (21,47%). Sin embargo, la opción NO se reparte entre las categorías “poco conforme” (1,84%), “medianamente conforme” con (4,90%) y “nada conforme” con (21,47%), siendo esta la más significativa esta opción. Reglamento interno: La existencia de un reglamento interno en la institución laboral, permite que los trabajadores se ajusten a un comportamiento similar, orientado a generar un entorno laboral que favorezca las relaciones y la ética laboral, ya que, este se relaciona con las normas y conductas que los trabajadores deben observar. Los trabajadores sociales encuestados indicaron sentirse “muy de acuerdo o de acuerdo “con el cumplimiento de las normas estipuladas en dicho reglamento, es decir, un 61,96% y 33,74%, respectivamente. Similares cifras se repiten con respecto al nivel de satisfacción o acuerdo con el reglamento interno de sus instituciones. Amabas mayorías vuelven a estar identificadas por las mismas opciones anteriormente descritas, de acuerdo con un 52,76% y muy de acuerdo con un 30,06%. Los datos expuestos reflejan las preferencias marcadas por los encuestados con respecto al conocimiento de sus deberes y derechos como trabajadores y el nivel de satisfacción de los mismos. La mayor parte de los participantes indico un conocimiento parcial de los derechos y deberes, es decir, (53,37%), (44,17%) con un alto conocimiento y (2,45%) indicando un nulo conocimiento de ellos. Confidencialidad jefatura: La confidencialidad es un aspecto importante en el trabajo social, ya que éticamente los trabajadores sociales deben ser capaces de mantener el secreto profesional, pero hay casos en donde es necesario solicitar ayuda de otro que pueda entregar las herramientas para intervenir una situación o caso. En esta pregunta, se les consulto a los profesionales en cuanto a la existencia de confidencialidad con la jefatura y en la institución en donde se encuentra inmerso. Acá se pudo observar que más de la mitad de los Trabajadores/as Sociales encuestados están conformes con la confidencialidad, ya que estos optaron en su mayoría por la categoría Muy de Acuerdo que representa a 53,37% de los encuestados, también en la categoría de Acuerdo un 31,9% de los participantes de este estudio, Alrededor de un 10,42% respondió que esta medianamente de acuerdo e inferior a ello estar Poco o Nada de acuerdo. Esto nos da a entender que la mayoría de los encuestados cuenta con la confidencialidad de la jefatura ante los casos tratados y que requieren de su cooperación. Las preferencias de los encuestados frente a la pregunta sobre si se sienten presionados por sus jefaturas para entregar algún beneficio o realizar alguna gestión similar, se puede apreciar que las opciones “De Acuerdo Y Muy de Acuerdo” es donde se encuentra el mayor número de Trabajadores Sociales, con un 80% aproximadamente que se encuentran presionados para la entrega de beneficios. Por otra parte, en cuanto a los resultados obtenidos en las otras opciones se observa que un 7% de los encuestados se encuentra medianamente presionado y un 2% de ellos se encuentra poco de acuerdo con esta opción. 4.3.. Ética profesional: Trato al usuario, es una parte fundamental en la relación profesional de los/as Trabajadores Sociales. Es por esto que se consultó a los profesionales si se encuentran conformes con el trato que entregan a sus usuarios. Según los datos arrojados en las encuestas, la gran parte de los participantes de este estudio selecciona la alternativa “Muy satisfecho/a “que representa a un 68,71% de estos y un 30,67% que se encuentran “Satisfecho/a” con el trato que entregan. Empatía con usuarios: En este ítem se preguntó a los encuestados si consideran que son empáticos con los usuarios. Acá se observa que un 69,32% se manifiesta Muy de Acuerdo con la empatía que desarrolla con los usuarios, luego en la categoría de Acuerdo, un 30,06%. Por otro lado, indicaron el 51,53% estar “muy de acuerdo” con la atención que entregan a los usuarios, es esta opción la que concentra un mayor número de personas, por otro lado, la Opción que tiene la mayoría en porcentaje (64%) que representa Muy Satisfechos, demuestra que gran parte de los trabajadores Sociales encuestados, se reconocen ser capaces de diferenciar sus necesidades con las de los usuarios que atiende. En cuanto a la atención, del total de los Trabajadores Sociales encuestados, un 50,92% se encuentran “Muy de acuerdo” con el acceso de la información que les entregan a los usuarios. En cambio un 26,38% consideran que están de Acuerdo y tan solo un 22,69% cree que entregan un acceso regular (medianamente). Participación Gremial: se muestra variación entre los distintos ítems de Participación Gremial, así, en el caso de Asociación Gremial, tan solo un 36,19% de los encuestados SI participa en este tipo de organizaciones. En cuanto al Colegio de Asistentes Sociales, la gran Mayoría de los Profesionales NO tiene participación .Por otra parte. La participación en Colectivos u Organizaciones, la gran mayoría NO participan en ellos, siendo un 77,30% de los encuestados los que mencionan esta opción. Vinculación y colaboración con Escuelas de Trabajo Social: Con respecto a este ítem, se aprecia que en los rangos menores (Nada Satisfecho y Poco Satisfecho) juntos suman 25% aproximadamente, lo que demuestra que en estos casos no existe una mayor vinculación con las Escuela de la orden. En cambio los encuestados que están medianamente conforme con esta opción, es una de los porcentajes más altos (36,19%). En los rangos mayores de Satisfecho y Muy Satisfecho, ambos porcentajes suman un 23,3%. Analizando los resultados se puede aseverar que es mínimo el porcentaje, es decir, 18% de los Trabajadores Sociales que se vinculan con dichas escuelas, tomando en cuenta este punto, esto se hace principalmente a través de alumnos en práctica , lo cual favorece su aporte a la formación y al mismo tiempo contribuye a su actualización y desarrollo profesional. La Promoción y debate ético, es parte de la ética profesional del Trabajo Social. Se puede decir que, un poco menos de un 20% de los encuestados afirmaron que esta práctica Si existe en su trabajo. De estos, la mitad se encuentran muy satisfechos con el tema. Mientras que las personas restantes se encuentran Satisfechas. Por otro parte, quienes contestaron que solo A veces, se realiza debate ético entre los profesionales, representan al 60% de los profesionales, de los cuales se encuentran Medianamente Satisfecho (51,5%) que es la opción mayor. Por otro lado, los restantes se consideran poco satisfechos con la realización de Debate ético. Por último, están los que Nunca tratan este tema en su lugar de trabajo, 25% de los Trabajadores/as Sociales y se encuentran Poco y Nada Satisfecho al respecto... Cumplimientos laborales: En cuanto al cumplimiento de las tareas y actividades programadas por los trabajadores Sociales, se puede deducir según los datos arrojados, que en su mayoría los profesionales se encuentran “Satisfechos/as y Muy Satisfechos/as “su cumplimiento, siendo porcentualmente muy cercanos, donde el primero corresponde a un 49,07% y el siguiente a un 47,85%. Por lo que se interpreta que en ambos casos los encuestados demuestran que están conformes con el cumplimientos de lo que programan demostrando su responsabilidad y compromiso para la realización de estas. La investigación y análisis previo a la formulación de un documento, son parte importantes del ejercicio profesional de los Trabajadores Sociales., gran parte de los encuestados se encuentra en el rango de Satisfecho y Muy Satisfecho, en el primero el 50% de los profesionales, consideran esta opción y en la siguiente el 42% se encuentra Muy Satisfecho con la realización de esta, lo que equivale a que 92% de las personas encuestadas realizan esta labor para la formulación de documentación. Se muestra también que un 7% aproximadamente considera que están Satisfechos y medianamente Satisfecho, lo cual evidencia, un segmento de Trabajadores Sociales que no tienen conformidad ética, pues no están realizando los pasos profesionales previos para formular documentos confiables y válidos. Sobre la evaluación del desempeño laboral del trabajador y el nivel de satisfacción con el mismo se puede indicar que, en su mayoría esta evaluación es realizada “siempre” por los lugares de trabajo es decir, un 77,3%, seguido por la opción “a veces” con un 22,69%.Por otra parte, indican sentirse “muy satisfecho” con esta práctica (43,55%) y declaran sentirse solo satisfechos, el 22,69%.Cabe recalcar que la opción “siempre” es la que obtuvo la mayor puntuación compuesta de las opciones muy satisfecho con 39,26% y satisfecho con 42,33%, valores muy cercanos entre sí. Los datos expuestos revelan que la mayoría de los trabajadores realizan siempre una autoevaluación de su trabajo, es decir, (58,89%), seguido, de quienes lo realizan A veces, con (39,87%) . En cuanto al nivel de satisfacción respecto de su autoevaluación, los participantes se declaran en su mayoría “satisfechos/as”, (53,37%), “muy satisfechos/as” (32,52%) y “medianamente satisfechos” (13,49%). El mayor valor del nivel de satisfacción es alcanzado por la opción “satisfecho” integrado por quienes lo realizan Siempre 9,44% y quienes lo llevan a cabo A veces, 23,31%. En su mayoría las personas declararon realizar “siempre” roles adscritos a la profesión, siendo esto un 83,43%, mientras que la opción a veces fue elegida por el (16,56%), Por otra parte el nivel de satisfacción indicó que un 38,6% se siente de acuerdo con el desempeño de roles de la profesión, mientras que un 36,19% se siente “muy de acuerdo” con ello, siendo estas las categorías con mayor preferencia, le sigue la opción de “medianamente de acuerdo” con un 15,3.Quienes declaran realizar siempre estos roles se distribuyen mayormente entre la opción muy de acuerdo (38,6) y la de acuerdo (36,2%) constituyendo las opciones más recurrentes. 5.-.Conclusiones: Según el catastro previo realizado al levantamiento de datos de campo, se puede concluir que existe un alto número de profesionales en la comuna de Valparaíso, desplegado en distintas instituciones, públicas y privadas. Dentro de lo cual se observó que la mayoría de ellos se encuentra trabajando en el sector público., aproximadamente 350 Asistentes Sociales. Por otro lado un número considerablemente menor se observó en el sector privado, alrededor de 64 profesionales. La distribución, dentro del sector público en la comuna de Valparaíso, está marcada principalmente en tres áreas, Salud, Municipalidad y Educación. En cuanto al sector privado, se encuentra una amplia gama de áreas; educación, recursos humanos, ONGs, fundaciones, etc., Por otra parte se observó que en muchas instituciones, se conserva la visión del Trabajo Social desde una perspectiva asistencialista, limitándose las funciones de los profesionales a la entrega de beneficios, dejando a un lado los roles y funciones asociados a la profesión como, gestión de redes, educador social informal, implementador de políticas públicas, entre otros. Además, fue posible comprobar que existen muchos profesionales, que siendo titulados de la carrera de Trabajo Social, ejercen labor de “administración de empresas”, siendo esta una de las visiones características del ámbito privado. Sin embargo, y a pesar del bajo número de instituciones privadas que cuentan con asistentes sociales dentro de su equipo de trabajo, existe un sector en donde la profesión es valorada de manera muy positiva, . 5.1.-Entorno laboral En conformidad a los resultados obtenidos mayoritariamente los trabajadores sociales reconocen tener un “Buen y regular ” entorno laboral, lo cual se asocia a factores higiénicos como los denomina Herzberg , ya que todos ellos cuentan con las condiciones físicas y de implementación necesarias para poder desempeñar su trabajo de una manera óptima, favoreciendo además, a los usuarios que atienden .Sin embargo, es relevante destacar que un número significativo de personas (59) cuenta con un lugar de trabajo que les ofrece medianamente las condiciones adecuadas para ejercer su trabajo. Lo cual se funda principalmente en la falta de privacidad que los Trabajadores Sociales tienen para desarrollar la atención social , pues la mayoría ocupa oficinas compartidas y/o que tienen múltiples interferencias, afectando negativamente su desempeño profesional y atención de las personas, además, estrechas, sin condiciones de aislamiento de ruidos y sistemas de resguardo y privacidad de la información... Por otro lado , es posible deducir que, lo que hace la diferencia en que un entorno sea bueno o no, también puede deberse también a los factores que Herzberg, denomina motivadores, relacionados principalmente con el entorno social y políticas de la empresa , dentro de lo cual se puede mencionar a la gestión de la jefatura en relación a capacitación y perfeccionamiento del recurso humano, frente a lo cual los encuestados declararon sentirse medianamente satisfechos, constituyéndose , por tanto, en un factor desmotivante y que desfavorece las posibilidades de actualización , reforzamiento de competencias y por tanto, el desarrollo profesional. 5.2.-Ética laboral A diferencia de la variable anterior, la realidad de la ética laboral de los trabajadores de la comuna de Valparaíso, es reconocida como positiva, y tiene por tanto, un buen nivel de aprobación , está en su mayoría entre las opciones Buena y Excelente. Esto indica que los Trabajadores conocen las características principales de la carrera que ejercen, sus principios y valores, manifiestan un alto compromiso laboral, entre otros. Reflejando , que en su mayoría, son profesionales que actúan por vocación , que los llevó a elegir esta carrera y ejercer profesionalmente el Trabajo Social; sin duda, quienes poseen valores y conformidad ética en el ejercicio profesional , están mejor preparados para enfrentar y superar con éxito las contingencias que se deriven en el ámbito del trabajo (Javier, 2013). Pese a lo anterior, cabe recalcar que los trabajadores sociales manifestaron tener un nivel medio de conocimiento respecto del código de ética de la profesión, aspecto que puede delimitar el marco comparativo sobre el cual realizar la autoevaluación, considerando que, manifestaron una tendencia mayoritaria de realizar un buen ejercicio del trabajo social desde la perspectiva ética laboral y su alta valoración de este aspecto. Al respecto, también llama la atención el bajo nivel de membresía y participación al colegio profesional, aun cuando manifiestan no tener restricciones institucionales para ello, considerando la prioridad y constantes esfuerzos que los profesionales realizan en los diferentes ámbitos profesionales por promover la organización y participación ciudadana. La realidad ética aludida anteriormente, se contrapone con lo señalado en los párrafos precedentes , por cuanto un grupo significativo de los encuestados manifiesta su mediana y poca satisfacción, en relación a factores higiénicos y motivadores, pues si bien es cierto, en ambos casos la tendencia mayoritaria es muy buena y buena , presentan déficit que se contradicen en relación a los principios y ética de la profesión; lo que de algún modo hace referencia, en cuanto a la relación critica del ejercicio de la profesión y los entornos laborales, la Federación Internacional de Trabajadores Sociales, en la Agenda Global del Milenio (2010). Por otro lado, es importante señalar, que los positivos resultados pudiese obedecer, a la dificultad de exponer sus diferencias, una mayor conformidad, y/o naturalización de entornos y/ contextos laborales adversos, por el reducido campo laboral en la comuna y el alto nivel de conflictividad que estaba atravesando el sistema público en los momentos que se desarrolló el levantamiento de datos, el cual inclusive afectó, el nivel de error de la muestra, debiendo reducirse y disminuir los trabajadores sociales encuestados al interior del Municipio, por la negación del acceso en la contingencia política. Aún cuando, Frente a los señalado , se puede concluir , que si bien es cierto , no existe un patrón único de entorno o ética laboral que globalice y/o generalice a los distintos países, ya que cada lugar cuenta con una realidad social, laboral, cultural y política peculiar, cuyas líneas de acción y características determinan modos distintos de ejercer el trabajo social , hay principios y premisas básicas que son comunes e ineludibles en cualquier contexto social , histórico y geográfico , de allí que surge el interés y necesidad , de reforzar los factores higiénicos y motivadores en la práctica del trabajo social en Valparaíso y sin duda, propender a favorecer la superación y /o modificación de aquellos factores que se constituyen en la actualidad como insatisfactores en el ejercicio del trabajo social en la comuna y/o adversidad de los entornos laborales y éticos, en la lógica y articulación de un trabajo social situado que favorezca del acceso efectivo a los derechos sociales y promueva la dignidad no solo de los sujetos de atención, sino que de los mismos trabajadores sociales, en el marco de un entorno laboral social y político garante de derechos . 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La brecha significativa entre el reconocimiento formal, el conocimiento-valoración que nuestra sociedad tiene sobre ellos, y la capacidad de reclamo individual/colectivo para hacer esos derechos una realidad, fundamenta la investigación auspiciada por el CPTSPR. La investigación explora la situación de los derechos sociales en el país, el conocimiento sobre ellos y la percepción sobre el desempeño del Estado para garantizarlos y protegerlos. Para la metodología se utilizó un cuestionario autoadministrado y un análisis descriptivo de los datos. Entre los hallazgos se identifica un conocimiento parcial sobre los derechos sociales e insatisfacción con su disfrute en la dimensión práctica. Esto representa implicaciones para el Trabajo Social en Puerto Rico y su proyecto profesional. Palabras Claves: Derechos Sociales; Trabajo Social; Puerto Rico MTS, Ph.D. [email protected] y Jessenia Rivera Ortega, Trabajadora Social, Magíster en Derechos Humanos y Doctoranda Ese. Graduada de Trabajo Social; [email protected]. Instituciones: Colegio de Profesionales del Trabajo Social de Puerto Rico, (CPTSPR); Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras, Departamento de Trabajo Social ∗ En los últimos años, el tema sobre los derechos humanos en Puerto Rico ha logrado mayor relevancia en el debate público. Eventos nacionales, que en ocasiones han llamado la atención del lente internacional, apuntan a una posible situación de violación sistemática de derechos fundamentales en el país, muy relacionadas con el irrespeto a la dignidad humana. A pesar de los grandes avances del derecho internacional y la evolución normativa de los derechos humanos, Puerto Rico enfrenta multiplicidad de problemas sociales y sufre cotidianamente los efectos de la desigualdad e injusticia. Esto denota una brecha significativa entre el reconocimiento formal de los derechos, el conocimiento y valoración que cada sociedad tiene sobre ellos, la capacidad de reclamo individual/colectiva para hacer de esos derechos una realidad y el disfrute pleno de los derechos humanos en la dimensión vivencia!. Aun cuando los temas relacionados con los derechos humanos, han logrado insertarse con regularidad en el debate público, continúa como un asunto poco estudiado en Puerto Rico. Contrario a otros países de la comunidad internacional, Puerto Rico no desarrolla informes oficiales que evidencien con regularidad la situación general de los derechos humanos en su territorio. Desde el año 1959, el gobierno no ha realizado una investigación formal que identifique dónde se encuentra el país respecto al reconocimiento, respeto y ejercicio de los derechos humanos en general, incluyendo los derechos económicos, sociales y culturales. Hoy, la ausencia de investigaciones y análisis recurrentes sobre la situación de los derechos en el país, niega el diseño y operacionalización de políticas sociales que respondan a los intereses, necesidades y aspiraciones de la sociedad puertorriqueña. Dada esta situación, se dificulta visibilizar el grado de satisfacción y cumplimiento de los derechos por parte del gobierno de Puerto Rico -generando como consecuencia que el ejercicio delegado de gobernar no pueda ser debidamente fiscalizado-, y se dificulta además, el desempeño de quienes tienen la obligación pública de actuar en función del bienestar y el cumplimiento de los derechos fundamentales para la vida. Asumiendo que los derechos humanos son inseparables de la teoría, los valores, la ética y la práctica del Trabajo Social, hay que defender y fomentar los derechos que responden a las necesidades humanas y encarnan la justificación y motivación de la práctica profesional (Organización de Naciones Unidas, 1995) .. Trabajo Social y los derechos sociales Para el Trabajo Social, la multiplicidad de problemas sociales se vinculan con la privación sistemática de los derechos; y la negación del derecho es en un sentido global lo que define el campo de actuación profesional (Eroles, 1997). Por eso, mejorar la acción profesional en función del reconocimiento, respeto y satisfacción de los derechos negados, requiere conocer la situación de los derechos humanos con los cuales se trabaja diariamente. Reconociendo entonces la relevancia de los derechos humanos para la profesión y la poca investigación sobre ello, el 31 de noviembre de 2009, mediante la Septuagésima Asamblea Anual del Colegio de Profesionales del Trabajo Social de Puerto Rico, se aprueba una Resolución para la promoción y elaboración de una Investigación sobre la Situación de los derechos humanos en el país. Desde ese momento, el Colegio Profesional asume el compromiso de incluir la investigación en su plan de trabajo; considerando que un mayor conocimiento y una mayor comprensión de los Derechos Humanos, mejorarán la actuación y las intervenciones de los y las Trabajadoras Sociales en beneficio de quienes necesitan sus servicios. La responsabilidad de realizar la Investigación, fue delegada a la entonces Comisión Permanente de Diversidad y Derechos Humanos -hoy nombrada Comisión Permanente de Acción Social y para la Defensa de los Derechos Humanos y la Inclusión-, quien acordó que el estudio debía ser producto de un esfuerzo colaborativo y participativo entre las diversas instituciones y organizaciones del país, vinculadas a los asuntos de derechos humanos. Los esfuerzos se iniciaron con la creación de un Comité Extendido que incluyó a integrantes de la Comisión de Diversidad y Derechos Humanos del Colegio de Profesionales del Trabajo Social de Puerto Rico y representación de la Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Abogados de Puerto Rico y Amnistía Internacional, Capítulo de Puerto Rico. Este esfuerzo no logró acciones contundentes en la realización de la investigación por lo que el CPTSPR asume el mismo. Es así como finalmente, se opta porque la investigación se concentre en la situación de los derechos humanos más pertinentes al Trabajo Social, entre ellos los derechos sociales. Tanto la investigación como el informe final esta investigación se realizó gracias al esfuerzo y colaboración de voluntades diversas: estudiantes del curso de Investigación Social y Trabajo Social de los Programas Graduado y Subgraduado de Trabajo Social de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras, la Comisión de Diversidad y Derechos Humanos, y otras personas que se sumaron a este proyecto de forma voluntaria. Los derechos sociales: la historia y presente Los derechos humanos son una construcción social dinámica-evolutiva, que han tenido como propósito transformar las relaciones entre gobiernos e individuos y obligar a las autoridades públicas a controlar y asumir con responsabilidad el ejercicio del poder político. Son "aquellas exigencias que brotan de la propia condición natural de la persona humana, y que por ende, reclaman su reconocimiento, su respeto e incluso su tutela y promoción por parte de todos y todas, pero especialmente de quienes están constituidas en autoridad" (Vergés Ramírez, 1997, p.16). Según la normativa internacional de los derechos humanos, el Estado es la institución responsable de velar por el respeto y la vigencia efectiva de estos derechos. Esto implica, que en materia de derechos humanos, "el Estado no es un fin en sí mismo, sino un medio, una herramienta para cumplir con su deber fundamental de respetarlos y hacerlos respetar" (Lizarazo & Salgada, 2008, p.46). Aun cuando el derecho internacional ha reconocido multiplicidad de derechos humanos y exhorta a los Estados que les incluya en su sistema normativo y constitucional como derechos fundamentales a garantizar, es un hecho que no en todas las sociedades se reconocen y disfrutan plenamente; ya sea ante la falta de reconocimiento formal por parte del Estado, el desconocimiento de una sociedad sobre la existencia del derecho, o la ausencia de condiciones y recursos para llevar a cabo la dimensión vivencial del derecho. Sea cual fuese la razón para el no disfrute, toda sociedad que aspira al buen vivir, debe procurar el reclamo, reconocimiento y ejercicio de los derechos fundamentales para conservar y mantener la vida; pues de lo contrario, tal y como plantea Uribe Arzate, si los derechos "no son ejercidos, éstos fácilmente enmohecen y mueren, y abren paso franco a todo tipo de abuso y ejercicio incontrolado del poder" (2011, p.1253). Específicamente en esta investigación, los derechos sociales se incluyen como variables o categorías a investigar, al ser los derechos con mayor dificultad para ser reconocidos como tales, ya sea por supuestas implicaciones económicas o interpretaciones ideológicas sobre la funcionalidad y alcance del Estado. Un Estado que se "compromete" con los derechos civiles y políticos, y los incluye en las leyes y la Constitución; pero no asume con igual compromiso jurídico los derechos sociales que se incluyen como variables de este estudio: la salud, la vivienda, el ambiente sano, la seguridad, la educación y el trabajo. En el caso particular de Puerto Rico, lo relacionado a los derechos humanos, no puede ser abordado sin considerar la situación política colonial con los Estados Unidos, pues ésta ha influenciado significativamente la forma en que se entienden, se definen e institucionalizan los derechos en el país. Con la Ley Jones del año 1917 -además de que se otorgara la ciudadanía estadounidense a residentes en Puerto Rico-, se aplicó a la isla una declaración de estadounidense. derechos Desde individuales ese basados entonces, en la Constitución comenzó a fortalecerse institucionalmente una concepción liberal de los derechos; esto quiere decir, una concepción clásica de los derechos, en la que se sobrevaloran los derechos y libertades individuales (derechos civiles y políticos) en comparación con derechos de carácter social (Rivera Ortega, 2012). Ya para el año 1952, con la creación del Estado Libre Asociado, también comienza a regir en el país la Constitución de Puerto Rico, la cual contiene en su Artículo 11, la Carta de derechos a ser garantizados a toda la población. En ese momento histórico, quienes elaboraron la Constitución tuvieron gran influencia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada en el año 1948, por la Organización de las Naciones Unidas. De acuerdo con Rivera Ramos, "los autores de la Constitución dejaron claro su intención de trascender la concepción de derechos liberales tradicionales y esbozaron una Sección que provee para ciertos derechos sociales [ ... ] Aun cuando el electorado puertorriqueño aprobó la Sección 20, junto al resto de la Constitución, el Congreso de los Estados Unidos la rechazó y la excluyó de la aprobación que autorizaba" (Citado en Guardiola, 2012, p.218). Esta decisión unilateral del Congreso de los Estados Unidos, implicó que los derechos sociales y económicos quedaran fuera del marco constitucional y no fueran reconocidos como derechos positivos que pueden ser reclamables en los tribunales u otras instituciones del país; tal y como pueden ser reclamados los derechos civiles y políticos. Otro de los aspectos importantes sobre los derechos económicos, sociales y culturales en el país, es que como consecuencia de la relación política con los Estados Unidos, Puerto Rico no ha logrado adherirse a la Organización de Naciones Unidas ONU) como un Estado soberano, no adopta los diferentes instrumentos internacionales en materia de derechos humanos y no forma parte de los países que conforman la Organización de Estados Americanos (Rivera Ortega, 2012). Esto genera como consecuencia que no se puedan utilizar los mecanismos de protección existentes que permiten denunciar la violación de estos derechos por parte del Estado. Como parte de los tratados de derechos humanos en la ONU, existe el Pacto Internacional de derechos económicos, sociales y culturales, vigente desde el año 1976, en el que se establecen las obligaciones del Estado para garantizar estos derechos en su territorio; y además, desde el año 2008, la comunidad internacional cuenta con un Protocolo facultativo de los derechos económicos, sociales y culturales, que permite la denuncia de violaciones a estos derechos e investigaciones por parte de la ONU. Poder tener alcance a estos mecanismos, requiere que el país participe de la comunidad internacional y ratifique esos tratados de derechos humanos. Al momento, Puerto Rico se mantiene como país "aislado" y desvinculado de toda iniciativa y recurso internacional que provea para ampliar la concepción y reconocimiento de tales derechos (Rivera Ortega, 2012). Ante la situación particular de los derechos económicos, sociales y culturales en Puerto Rico, es importante que desde el Trabajo Social se preste atención a las razones y consecuencias de que en el país, estos derechos no tengan rango constitucional, y no sean reclamados y tan apreciados como otros derechos humanos fundamentales. Como varios autores señalan, las formas en que la profesión aborda la multiplicidad de problemas sociales -que enfrenta hoy Puerto Rico- no debe ignorar ni escapar de la perspectiva de derechos humanos, pues los problemas sociales no son otra cosa que derechos humanos suprimidos, así que la meta y objetivo fundamental de nuestra profesión debe ser velar por el disfrute pleno de los derechos humanos (Alayon, 2008; Chinchilla & Villegas, 1995). Identificar entonces si esos derechos suprimidos constituyen en su mayoría derechos económicos, sociales y culturales, es una tarea indelegable en el país, con gran repercusión para el desarrollo y accionar del Trabajo Social. Los derechos sociales deben ser entendidos como parte fundamental de una sociedad democrática; en la que el Estado tiene el deber de asegurarlos mediante una política social que propicie el cumplimiento de los derechos y esté atenta a establecer el vínculo entre la ley, los derechos y las exigencias sociales (Guendel, 2003). Cada país tiene el derecho -y debería asumir la capacidad- de definir y crear los derechos humanos que interesa sean utilizados para organizar la vida en sociedad. Para ello, es importante identificar qué conocimiento tiene sobre los derechos, qué concepción maneja sobre ellos y cómo visualiza las funciones del Estado en relación a éstos. De acuerdo con Uribe Arzate (2011), la concepción que una sociedad tenga sobre los derechos humanos, influye y determina los alcances de su protección; así como configura y predetermina el tipo de intervención del Estado. Cuando la concepción de los derechos humanos en una sociedad es fragmentada, debilitada y vaga, es posible que el tipo de Estado predominante sea uno con actitud pasivo permisiva, que hace poco o nada en relación con la generación de escenarios y procesos a favor de la evolución de los derechos (Uribe Arzate, 2011). De otro lado, si la concepción de los derechos humanos es desde una visión holística, se entiende que los derechos deben acompañar a sus titulares en todo momento y en todo lugar. Al ser los derechos entendidos de esta forma, el tipo de intervención del Estado es proactiva. Esto quiere decir que el Estado se ocupa en generar condiciones óptimas para que sus habitantes puedan vivir sus derechos humanos sin pretextos, y se identifica a sí mismo como el principal motor y defensor de los derechos humanos (Uribe Arzate, 2011). Hacer referencia a la materialización de los derechos humanos desde una concepción holística, es entender al Estado con una actitud proactiva, que "sitúa en el centro de sus afanes a los seres humanos y que es capaz de llevar a cabo una reforma sustancial que catapulte la evolución de los derechos humanos a su plano más inmediato, es decir, a su vivencia, a su disfrute" (Uribe Arzate, 2011, p.1255). Metodología El propósito general de esta investigación fue realizar un estudio que pudiera ofrecer información descriptiva sobre la situación actual de los derechos sociales en Puerto Rico. Los objetivos específicos incluyeron: explorar los conocimientos que posee la población en Puerto Rico, en cuanto al tema de los derechos humanos, en particular sobre los derechos a la seguridad, la salud, la educación, el trabajo, la vivienda y un medio ambiente sano; explorar cómo en Puerto Rico se percibe el estado de los derechos humanos, en especial: el derecho a la seguridad, a la salud, a la educación, al trabajo, a la vivienda, y a un medio ambiente sano; conocer la percepción que tiene la población en Puerto Rico sobre las obligaciones del Estado en cuanto a respetar y garantizar los derechos humanos, en especial: el derecho a la seguridad, a la salud, a la educación, al trabajo, a la vivienda, ya un medio ambiente sano. El diseño de investigación fue uno no experimental transversal, con enfoque cuantitativo. En específico, se desarrolló un cuestionario autoadministrado por las investigadoras. La muestra encuestada fue no probabilística, por disposición y de carácter voluntario de personas residentes en Puerto Rico mayores de 21 años. Se cumplió con las condiciones éticas requeridas por el Código de Ética del CPTSPR, así como con estipulaciones nacionales y federales que requieren la discusión de la hoja del consentimiento informado, la protección de confidencialidad, el respeto a la voluntariedad en la participación, y la disminución de riesgo en la recogida de datos. Hallazgos En esta investigación participaron de forma voluntaria 291 personas de varios pueblos de la Isla. La mayor participación se conglomeró en el área metropolitana, entre: Bayamón, Río Piedras, Trujillo Alto y San Juan, con 90 personas, para un 30 de la muestra. El grupo mayor de edades representadas por el perfil de la muestra, fue entre 21 a 35 años con un 40 de la muestra, las otras personas se distribuyeron desde 36 a 81 años. Sobre el perfil de género de esta muestra, se refleja un rostro mayormente femenino con un 68 . En cuanto a la orientación sexual, un 88 se describen heterosexuales y solo 10 participantes se reconocen gay, lesbiana o bisexual. Conocimiento de los derechos, percepción de Estado como protección Esta muestra indica tener conocimiento de que toda persona posee derechos humanos en un 86 , pero solo el 50 reconoce que el Estado es responsable de velar por los derechos; cónsono con esto, la mayoría señala que es la persona la que debe ser responsable de defender sus derechos (80 ). Con relación al reconocimiento de los derechos de otras personas las respuestas apuntan a interpretar que los derechos propios no van sobre los de otros (67 ). Sobre los derechos civiles, la mitad de las personas mostraron conocimiento de que estos son derechos humanos (50 ), pero el resto de los participantes contestó estar indecisos (15 ) o en desacuerdo (18 ). En la defensa de los derechos civiles responsabilizan mayormente al Estado (79 ) Y un 63 está en desacuerdo y parcialmente en desacuerdo que estos derechos no poseen mayor valor que los derechos humanos. Cuando se exploró sobre la opinión con relación a que diversas poblaciones tuvieran los mismos derechos humanos, esta muestra consideró casi en su totalidad, que las personas pobres tienen los mismos derechos humanos que la población con mejores condiciones económicas (85 ). Sobre si el gobierno puede cambiar los derechos humanos de las personas, 76 estuvieron en total y parcial desacuerdo, Se exploró sobre el conocimiento de los derechos sociales en esta muestra, encontrando que más de la mitad los reconocen como derechos humanos (66), pero todavía unas 49 personas estaban indecisas al respecto y un 15 se expresó en desacuerdo con el reactivo. De igual forma cuando se preguntó si los derechos sociales y los civiles eran lo mismo, las personas indecisas aumentaron a 34, mientras que un 32 estuvo en desacuerdo y un 29 de acuerdo. Sobre los derechos humanos, civiles y sociales se preguntó si el gobierno cumplía con su protección, a lo que un 46 respondió estar de acuerdo y un 40 en desacuerdo, las respuestas se distribuyeron en mitades. Sobre el conocimiento de la existencia de acuerdos internacionales que obligan a los Estados a proteger los derechos consignados, un 81 respondió estar de acuerdo. Al aplicarse esa pregunta al caso de Puerto Rico, un 79 estuvo de acuerdo en que tales acuerdos también obligan al gobierno local. La muestra estuvo de acuerdo en un 76 con la afirmación de que todos los derechos humanos son importantes y no se puede considerar un derecho con mayor valor que otro. Se preguntó en específico si la salud física y mental, el trabajo, el ambiente sano, la vivienda, la educación, la seguridad y la buena calidad de vida son derechos humanos, encontrando una tendencia a estar de acuerdo. Discusión y Reflexiones Los resultados de esta investigación develan que existe un conocimiento parcial sobre los derechos humanos en Puerto Rico. Por un lado, las personas participantes pueden reconocer la existencia de los derechos humanos, pero desconocer, por ejemplo, el estatus jurídico de los derechos sociales y las implicaciones de ese estatus en la definición de funciones y obligaciones del Estado. A pesar de reconocer la existencia de los derechos, los datos sugieren insatisfacción de la población encuestada, en cuanto al disfrute de los derechos en la dimensión vivencial y práctica, así como a la función de protección del Estado de nuestros derechos. Específicamente con relación a los derechos sociales, la investigación priorizó en medir la percepción y conocimiento sobre éstos, por ser derechos poco discutidos y visibilizados. La investigación develó que existe poco conocimiento sobre los derechos sociales, reconocidos como derechos humanos, pero a su vez refleja que en Puerto Rico existe poco acceso y disfrute de esos derechos en general. Algunas de las personas pueden identificar los DESe como derechos humanos, pero en general, presentaron dificultad cuando se preguntó en particular si el trabajo, el ambiente sano y la salud física y mental eran derechos humanos. Se puede concluir de estos hallazgos, que el tema de los derechos sociales requiere mayor divulgación y análisis para que las personas puedan reconocerlos y asumirlos como derechos fundamentales. Promover que los derechos sociales en el país sean disfrutados plenamente como derechos humanos fundamentales para garantizar y sostener la vida individual y colectiva, requiere iniciar procesos de divulgación y educación nacional sobre el contenido de estos derechos, su situación jurídica en el país y las obligaciones indelegables que tiene el gobierno para garantizarlos. Aún en tiempos de significativas crisis económicas, el gobierno de Puerto Rico debe tener la apertura de evaluar cuál ha sido su posición histórica hacia los derechos sociales e identificar los factores que mantienen a la población insatisfecha e imposibilitada de disfrutar los derechos. Urge construir alternativas en conjunto, que permitan el uso responsable de los recursos económicos y humanos del país, sin sacrificar el respeto y garantía de los derechos sociales a la población en general. Esto requiere de voluntad política compartida entre la institución del Estado y la sociedad en Puerto Rico. En esta propuesta de divulgación y educación, el CPTSPR podría tener un rol y función importante, ya sea formando a sus colegiadas y colegiados en asuntos de derechos sociales a través de su Instituto de Educación Continuada, así como promoviendo que sus Comisiones y Capítulos integren la perspectiva de derechos en su accionar profesional y organizacional. Debido a que los hallazgos de la investigación develaron según las personas encuestadas, que el Estado incumple con la protección y viabilidad del acceso a los derechos sociales, yesos derechos están estrechamente vinculados con el quehacer del Trabajo Social diariamente, el CPTSPR debe mantenerse vigilante ante todo tipo de política, acción u omisión gubernamental, que implique violación al disfrute de los derechos sociales; así como participar activamente en el diseño e implantación de políticas o proyectos que procuren operacional izar estos derechos. Este estudio invita a sumar la mirada cualitativa sobre el tema, por lo que se recomienda continuar trabajando sobre los datos e iniciar nuevas investigaciones. El uso de estos hallazgos puede aportar al trabajo del CPTSPR en la planificación de futuras acciones y nuevas investigaciones con la colaboración de organizaciones interesadas en el tema de los derechos humanos, en especial los derechos sociales. Considerando el proyecto profesional asumido por el Colegio y su vínculo con la defensa de los derechos, esta investigación puede ser utilizada como referencia por la Comisión Permanente del Proyecto Profesional, para enmarcar parte de su trabajo presente y futuro. Referencias Alayón, N. (2008). Asistencia y asistencialismo. ¿Pobres controlados oerradicación de la pobreza? (4ta ed.). Editorial Lumen, Buenos Aires. Amnistía Internacional. (2010). El estado de los derechos humanos en el mundo. Amnistía Internacional: Autor. 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Siendo así como se configura el profesional en trabajo social como un ser racional, libre, justo y responsable, con una perspectiva ética que busca el mejor modo posible de su quehacer a través de una actitud permanentemente comprensiva y crítica frente a la realidad social y a la cuestión social. Este ejercicio permite describir las características del Trabajo Social con perspectiva de alteridad como fundamento de una propuesta ética, metodológica y técnica en la intervención profesional, desde una perspectiva hermenéutica, crítica y transdisciplinar con enfoque levinasiano. Esto permite realizar un recorrido por la trascendencia del campo de la ética en la profesión, seguido por el desarrollo de la ética como alteridad, haciéndose vital la definición del Otro como eje articulador de una propuesta sustentada en los valores del Trabajo Social y la definición de la intervención profesional desde la alteridad. Palabras Claves: Alteridad – Intervención profesional – Levinas – Otro – Hospitalidad Universidades: Fundación Universitaria Juan de Castellanos – Fundación Universitaria San Alfonso Correos electrónicos: [email protected] - [email protected] ∗ Desarrollo del documento: 1. IMPORTANCIA DE LA ÉTICA EN EL TRABAJO SOCIAL El hablar de ética nos remite a un contexto polisémico, donde el mundo de lo social se presenta de manera compleja y al articularse con la cultura, y por ende con aquel conjunto de principios, normas, valores, denominado moral (Cortina y Navarro, 1996, p.22), nos exige la toma de decisiones que afectan la vida del Otro. El quehacer profesional al convertirse en una práctica sistemática y metodológica, tiende a relegar la pregunta por la ética, ... llamamos Ética a esa disciplina filosófica que constituye una reflexión de segundo orden sobre los problemas morales. La pregunta básica de la moral sería entonces ¿qué debemos hacer?, mientras que la cuestión central de la Ética sería más bien ¿por qué debemos?, es decir, ¿qué argumentos avalan y sostienen el código moral que estamos aceptando como guía de conducta? (Cortina y Navarro, 1996, p.22). Estas preguntas, deberían subyacer al quehacer del Trabajo Social, permitiendo una constante reflexión sobre la acción, que es a su vez la dimensión de la intencionalidad, los alcances, las consecuencias, los juegos de intereses y por qué no formularlo, como la búsqueda constante del sentido de la acción. Los fundamentos deontológicos y éticos de la profesión se han acompañado por un conjunto de principios y valores que han guiado cada una de sus etapas, planteando constante un profundo compromiso por el mejoramiento de las condiciones de vida y el respeto hacia los otros. Cristina De Robertis al retomar los principios de la profesión elaborados por la Federación Internacional de Asistentes Sociales y Trabajadores Sociales (FIAS-FITS) en 1999 (De Robertis, 2003, p.180) ve que éstos guardan estrecha relación con la ética de la convicción y la responsabilidad, dado que conjugan las exigencias dadas por la moral, el seguimiento de los principios y el acto de racionalidad de cada una de las consecuencias y posibilidades del actuar, sin dejar atrás la reflexión en torno a las medios y fines. Sin embargo, este tipo de reflexiones deben ir mucho más allá. En el terreno de los deberes, se mira la asociación de la deontología del Trabajo Social y la articulación con los hechos cotidianos vistos desde la multiplicidad de factores que confluyen. Esta exigencia está dada por la dinamicidad de los hechos sociales, las problemáticas emergentes y por consiguiente la complejidad del mundo de la vida. Podríamos decir que aquello que ha de preexistir se ha de apoyar en el valor del otro, asumiendo el reconocimiento de las fronteras dadas por la institucionalidad, la primacía y consonancia con la realidad y la libertad de la persona, acto que ha de legitimar “la renovación del Trabajo Social pasando por un ideal de promoción de las personas, un proyecto emancipador y productor de cambios sociales” (De Robertis, 2003, p.182). 2. LA ÉTICA COMO ALTERIDAD Existen muchas perspectivas de ética de acuerdo a los enfoques filosóficos que sustenten la reflexión sobre lo moral. Existen éticas que son eudemonistas, otras ontológicas, algunas utilitaristas, otras hedonistas y para nuestro caso particular, algunas que apuntan al reconocimiento del otro como principio fundamental del quehacer humano. La FIAS-FITS plantea dentro de sus principios deontológicos una ética de convicción y responsabilidad planteada por Max Weber como principio de acción ética del (la) trabajador (a) social que piensa su práctica desde la perspectiva del otro que exige un cambio profundo de su ser y así mismo de su práctica por medio de la responsabilidad que tiene en la acción social. Las éticas de alteridad han sido muy importantes en las últimas éticas debido a las manifestaciones de barbarie que ha tenido la humanidad en los periodos de guerra en el siglo XX. En este contexto nace una nueva perspectiva bajo la propuesta de Emmanuel Levinas, que después de haber sufrido las inclemencias de la Segunda Guerra Mundial, encuentra en la ética la base que debe construir la humanidad para vivir en paz; una ética que se basa en principios de acción y no en principios ontológicos, tal como se había visto hasta el momento. Esta nueva ética pensará la relación con el Otro a partir de un Yo que exige apertura, “un cuestionamiento del Mismo –que no puede hacerse en la espontaneidad del Mismo- se efectúa por el Otro. A este cuestionamiento de mi espontaneidad por la presencia del Otro, se llama ética” (Levinas, 1997, p. 67). Pensar el trabajo social desde una perspectiva de alteridad es transformar la acción que busca los intereses personales por abrirse al otro en sus necesidades y en su llamado. Hablar de una ética en términos de alteridad exige para el trabajador social reflexionar acerca de esos fundamentos que se presentan estáticos y que ocupan en centro de su acción, fundamentos que se traslucen en una visión técnica de la profesión. A esta totalidad, como la llamaría Levinas, que indica una forma de intervención que piensa en términos de formatos y prácticas establecidas, se antepone otra que va a apuntar hacia el infinito, hacia la novedad, la transformación, el compromiso, propios de un ámbito de complejidad que vive el mundo de hoy, complejidad manifestada cada vez con mayor fuerza en las relaciones humanas y en el lugar que ocupa el otro en la vida de cada persona. Por eso “el infinito no tiene, pues, gloria si no es por medio de la subjetividad, por medio de la aventura humana del acercamiento al otro, por medio de la substitución del otro, por medio de la expiación para el otro” (Levinas, 1987, p. 225). Es pasar de una ética en términos de imperativos categóricos, que son vistos como totalidad, a pensar en una ética que, sobre el quehacer, reconoce al otro en todas sus dimensiones, proyectándose al infinito, porque siempre hay algo más y nuevo que reflexionar y sobre lo cual puede transformarse las prácticas profesionales. Es pasar de lo dicho, lo establecido, al campo de lo que está por decirse, de lo que hay que cambiar y que me pide contemplar al otro en su rostro, en su manifestación fenomenológica, que llama ante la presencia del trabajador social para decir “heme aquí”. “Pero el decir es el hecho de que ante el rostro yo no me quedo ahí a contemplarlo sin más: le respondo. El decir es una manera de saludar al otro, pero saludar al otro es ya responder de él” (Levinas, 1991, p. 82-83). Esta respuesta por el otro se convierte en la dimensión propia de lo que será hablar de alteridad en trabajo social, que permite reconocer al otro como alguien distinto que llama constantemente ante la presencia del profesional para reactivar el compromiso de la profesión y vuelva su mirada a sus fundamentos. Hablar de trabajo social de alteridad es recuperar un fundamento de la profesión que nace del llamado del otro ante la indiferencia de una sociedad y el (la) trabajador(a) social lo acepta gozoso (a) porque encuentra en esta relación el sentido de su accionar. Recuperar la dimensión del sujeto que adquiere una doble perspectiva, la del profesional sujeto y la del sujeto de intervención y, que en ambas, encuentra superar el individualismo, la felicidad propia por abrirse a lo que el otro mueve en el yo. “El sujeto es la experiencia del otro como totalmente otro, que se me impone pasivamente como algo único no deducible de ninguna categoría, que me hace responder de él sin permitirme que mi arbitrio decida aceptarlo o rechazarlo, que me hace responsable antes de que pueda responderle” (Levinas, 1987, p.27). Esta responsabilidad nace de un proceso de elección que no es personal, sino de un llamado que hace constantemente el otro, rompiendo la tranquilidad y estabilidad del yo. Es un Otro que irrumpe en la Mismidad, para exigir un compromiso del cual no puede abstraerse, ni sustituirlo, porque se convierte en una responsabilidad que hace del obrar del (la) trabajador(a) social una dimensión esencial que transforma su ser y que se abre al otro, no como un objeto con el que debe trabajar, sino como un auténtico otro que pide responsabilidad por encima del accionar, porque se convierte en presencia, acogida y hospitalidad. 3. ¿QUIÉN ES EL OTRO? La reflexión por la alteridad nos conduce necesariamente a la pregunta por el otro, ya no desde una dimensión ontológica que pregunta por la esencia del ser y del dasein (ser-ahí planteado por Heiddeger) sino desde una reflexión que personifica al sujeto y lo coloca en un contexto que exige ser interpretado a partir de sus diferentes manifestaciones fenomenológicas. Esta pregunta por el otro exige reflexionar en torno a la subjetividad que se siente interpelada por el otro y comienza a mirarse en términos de acogida y responsabilidad de alguien que es diferente pero que llama a la puerta e irrumpe la tranquilidad del Mismo. "La subjetividad es el Otro-en-el-Mismo, según un modo que también difiere de la presencia de los interlocutores, uno al lado del otro en un diálogo en el que están en paz y de acuerdo uno con el otro. El Otro en el Mismo de la subjetividad es la inquietud del Mismo inquietado por el Otro" (Levinas, 1987, p.72). Ya no es una subjetividad de corte individualista como se ha planteado desde Descartes que omite la relación del otro, es plantear un concepto de la subjetividad donde el otro hace presencia en el Mismo y dinamiza la existencia. No es una subjetividad estática, sino que se construye a medida que siente el llamado de aquel que es diferente e indefenso. Cuando el otro llama nace de la epifanía del rostro, que como manifestación fenomenológica, permite comprender el mundo desde la dimensión de alteridad, convirtiéndose en responsabilidad que pide y exige como primera manifestación la vida, por medio del llamado del "no matarás" en la cual la desnudez del otro se muestra en las condiciones de miseria, de huérfano, del desprotegido, del extranjero, del desplazado que pide ayuda (Levinas, 1997, p.9) y que frente al llamado y por la misma epifanía del rostro no queda más salida que responder. En este cara a cara se da la relación ética que supera cualquier reflexión sobre el ser, sobre el egoísmo y sobre cualquier subjetividad. Afecta la existencia y la transforma. Pero este rostro se tiene que entender como el llamado a ver la desnudez del otro, a no quedarse en lo superficial de la existencia. Ver el rostro para el (la) trabajador (a) social exige ser responsable con su profesión y con esa persona, familia, comunidad, grupo, que ha llegado a su existencia y pide ayuda porque se siente indefenso. Es la actitud de la persona desnuda que necesita de un abrigo para calentarse. Frente a la indefensión del otro, el trabajador social acoge y da seguridad frente a su existencia. Ya no es una intervención de forma simétrica, que se hace igual para todos. La relación con el otro desde la desnudez es asimetría, es dinámica y al mismo tiempo compleja. Un mundo nuevo comienza a invadir y a cambiar la estructura y la función de un (a) trabajador (a) social que se siente seguro frente a su quehacer profesional. Llamo rostro a aquello que en otro tiene que ver con el yo –le concierne- pues recuerda, tras la compostura que ofrece de sí mismo en su retrato, su abandono, su indefensión y su mortalidad, así como su apelación a mi antigua responsabilidad, como si fuera único en el mundo: el amado. Llamada del rostro del prójimo que, en su urgencia ética, aplaza o desplaza las obligaciones que el «yo interpelado» se debe a sí mismo y en la cual la inquietud por la muerte de otro puede importar al yo más que su propia muerte. (Levinas, 1993, p. 275) Cuando el otro llama y llega a la puerta del (la) trabajador (a) social, mostrándose como rostro, pide la atención inmediata, se siente comprometido y responsable con su existencia y pide una acción que desplaza las obligaciones de tipo asistencialistas y técnicas, por unas que llenan de sentido la humanidad y la intervención profesional. El (la) trabajador (a) social vuelve a su ser, a su fundamento, a sus orígenes. Su estrategia es la caricia, que interpela, que investiga y descubre las realidades no vistas por el ocultamiento de la existencia. La caricia permite indagar lo más profundo, es delicadeza, ternura y afecto, es humanidad en medio de un trabajo que cada vez es más inhumano. La caricia no apresa nada, no limita sus posibilidades, solicita lo oculto, busca y registra, es una marcha hacia lo invisible (Levinas, 1997, 267268). El otro para el (la) trabajador (a) social es aquel que llama a la puerta, desnuda su existencia por medio de su rostro, lo hace responsable, transforma su subjetividad y ve la humanidad del que se siente desprotegido, desvalido y huérfano. 4. VALORES DEL TRABAJO SOCIAL DESDE UNA PERSPECTIVA DE ALTERIDAD Esta reflexión por el otro lleva a la fundamentación de unos nuevos valores para la profesión, que desde esta perspectiva, deben convertirse en los principios y pilares de su ser y quehacer. Los principios deontológicos del Trabajo Social pensados desde una perspectiva de alteridad van a encontrar en la acogida, responsabilidad, hospitalidad, libertad y justicia, los aspectos básicos para cumplir su misión profesional. No se trata de hacer una escala con estos valores, todos tienen igual participación y cumplen una función fundamental para el trabajo social, sin embargo, el orden de estos valores muestra una estrategia de intervención desde una perspectiva de alteridad. El primer valor es la acogida, que nace a partir de la epifanía del rostro, desde su desnudez y el llamado que hace frente a la indefensión que encuentra. El cara a cara dice al (la) trabajador (a) social "no matarás" y la respuesta es la acogida, es el lugar donde "acojo al otro que se me presenta en mi casa al abrirle mi casa" (Levinas, 1997, p. 189). Abrir la casa es la apertura de la existencia, de su rol profesional y de su compromiso con la humanidad. Después que acoger a la persona viene la responsabilidad. El hecho de abrir la casa es mirar y hacer propia la situación que vive el otro, no es empatía, porque la empatía es pensar como el otro, pero no es ser el otro, esta es una dimensión en la cual la responsabilidad no se hace por obligación o por profesión, sino que se hace por el llamado, por la existencia, "desde el momento en que el otro me mira, yo soy responsable de él sin ni siquiera tener que tomar responsabilidades en relación con él… (Digo, ende otro modo que ser, que) la responsabilidad es inicialmente un para el otro" (Levinas, 1991, 90). La acogida y la responsabilidad se sintetiza en la actitud de la hospitalidad, en ella el (la) trabajador (a) social muestra su rasgo más humano, abriendo las puertas de la existencia. El trabajador social hospitalario siempre está atento a las necesidades del otro, sufre con el sufrimiento de la otra persona, indaga por el ser y se compromete en su transformación, llega a la casa y es capaz de ofrecerle techo, alimento, calor y comodidad, porque es interpelación y potenciación de su quehacer. Es la capacidad de trascender en su profesión y en sus prácticas, para darle paso al deseo del Otro, a su llamado y a sus necesidades que piden ser atendidas. Se es hospitalario no por obligación sino por vocación. Esta actitud de acogida lleva inmerso dos valores que fundamentan y hace posible la hospitalidad, el primero de ellos es la libertad, no se acoge al que no se quiere, al que se ve como diferente, al que es un otro que no siento su llamado, que no se deja ver en su rostro. La libertad es propia del (la) trabajador (a) social que ha dedicado su vida al servicio de los demás, que asume su rol con profesionalismo, que es capaz de dejar de lado sus intereses, su egoísmo y sus necesidades por abrirse al llamado que hace una humanidad cada vez más deshumanizada. "El hombre libre está consagrado al prójimo, nadie puede salvarse sin los otros" (Levinas, 1993a, p. 130). El (la) trabajador (a) social desde su elección profesional, lo hace desde la libertad y esa libertad implica el otro, no puede existir un trabajador social que piense su rol profesional en términos de esclavitud (a un estado, a unas políticas sociales, a un sistema económico, a un sistema moral, a unas prácticas culturales), su esclavitud es con el otro que nace de un llamado y de una opción libre. Esta libertad implica asumir la justicia como uno de los valores fundamentales del quehacer profesional. Se busca que la intervención se direccione a la construcción de una justicia social que supera las dimensiones de la inequidad, del maltrato, la violencia y la deshumanización, que observe la cuestión social, la reflexione, la critique y la pueda transformar en dinámicas que apunten a la dignidad de la persona, el bienestar social y la sociabilidad. La justicia asume que cada ser es único, que tiene una existencia propia, sus necesidades y ocuparse de ellas promueve un mundo más equitativo. La justicia desde la alteridad es personal, se sustenta en el derecho natural, no en el derecho positivo, busca afirmarse en los derechos humanos, no como declaración, sino como el rasgo del otro que llama a la existencia y a la humanidad 5. INTERVENCIÓN PROFESIONAL DE ALTERIDAD Los valores propuestos desde el trabajo social apuntan al ser del (la) trabajador (a) social, que se convierten en rasgos distintivos de su identidad profesional. Pero estos valores, fuera de asumirse y de convertirse en principios exigen hacerlos parte de la práctica profesional. De aquí que sea necesario hablar de unos principios básicos para la intervención desde una perspectiva de alteridad. Estos principios se convierten en unos criterios para tenerlos en cuenta al momento del hacer profesional, superando las dimensiones técnicas y asistencialistas para enfocarlas a una visión humanista e integradoras, buscando siempre la dignidad humana, el bienestar personal y social y la sociabilidad. El primer aspecto que se debe tener en cuenta es el amor, este principio para la intervención coloca al otro en una dimensión de sujeto que exige estar atento a sus necesidades y a su llamado. El amor como principio de intervención pide abrirse al otro, "amar es temer por otro, socorrer su debilidad" (Levinas, 1997, p. 266). En la intervención implica mirar que el otro socorre porque tiene una debilidad, que se hace manifestación a partir del llamado, un rostro que pide ser sensible frente a la realidad y a las condiciones que tiene cada persona, es la exposición al otro (Levinas, 1987, p.133) por medio de la apertura y de la confrontación de sus dinámicas personales, de su manera de vivir y la forma de afrontar lo social. Asumir el amor, con la ternura propia que exige el trabajo con lo social y la sensibilidad del que se siente llamado a ser responsable del otro, implica también tener la actitud de la escucha. La intervención parte de la posibilidad de dejar que el otro se manifieste por medio del lenguaje, como prolongación de su ser, esto facilita el diálogo, que evita dinámicas en la cual el otro es uno mismo por medio del poder que el discurso trae consigo, sino que desde la alteridad, el diálogo es la posibilidad que el otro sea. No es lineal, es variable, está mediado por sentimientos y emociones. El (la) trabajador (a) social está perdiendo la capacidad de escuchar, de dialogar; los tiempos y las exigencias del trabajo hacen que se piense en términos de eficiencia y eficacia más que de las necesidades del otro. Estas dimensiones que hace parte del ser, como condiciones de intervención, tienen que llevar a plantear una intervención desde, por y para los derechos humanos. No como unos principios para ser asumidos de forma normativa e imperativa, tal como se ha planteado en el derecho positivo, sino asumirlos desde la propia vivencia, desde la esencia del ser humano, desde el derecho natural que tiene como fundamento la dignidad humana. Pensar en términos de humanidad es reconocer la importancia del otro y del contexto que está viviendo, porque "para la defensa de los derechos humanos, no siempre es fácil -se trata de un problema práctico pero importante- establecer un orden de prioridad en estos derechos concretos. Este orden puede variar en función de las situaciones de hecho de cada país" (Levinas, 1993, p. 244). Por lo tanto, el (la) trabajador (a) social debe ser capaz de interpretar, analizar y criticar la sociedad para darle argumentos a su intervención, para descubrir las dinámicas ocultas que van moldeando el ser humano desde la política y la economía. El trabajador social debe aprender a hacer una hermenéutica social que dé sentido a su existencia y a la labor que está cumpliendo con su profesión. Estar atento de la realidad y ser capaz de leerla a partir de sus diferentes dinámicas permite pensar una intervención que lucha y asegura una justicia social que nace del amor. "El amor debe siempre vigilar a la justicia" (Levinas, 1993, p. 133). Este amor es una manifestación de un mundo más fraterno que ve en el otro una responsabilidad personal de su quehacer, que implica ver la justicia de forma restaurativa, no retributiva, que promueve la comunidad y un entorno de armonía y paz en medio de la guerra y el egoísmo. Hablar de justicia es superar las dinámicas individualistas del mercado y la política, buscando una ética de alteridad, donde el otro es importante. Una intervención que nace del amor, la ternura y la sensibilidad frente al otro, buscando colocar la dignidad humana en el lugar que le corresponde para crear un mundo más justo, permite centrar la profesión en su fundamento esencial, superando las dimensiones técnicas y asistencialistas que ha buscado el mundo económico y político, y comenzando a trascender al mundo, dándole un nuevo sentido. Sentido que es manifestación de un (a) trabajador (a) social que se abre al otro, que tiene rostro, tiene humanidad que invita a escuchar su miseria, su no posesión, su desplazamiento; que busca transformar la realidad haciéndola más justa, equitativa, fraterna y libre. Una intervención que rescata la dignidad humana y busca el bienestar en el encuentro con el otro al que le respondo "heme aquí". Bibliografía • Cortina, A., Orts, A. C., & Navarro, E. M. (1998). Ética (Vol. 4). Ediciones AKAL. • De Robertis, C. (2003). Fundamentos del trabajo social: Ética y metodología. Valencia: Nau Libres. Levinas, E. (1987). De otro modo que ser, o más allá de la esencia. Salamanca: Sígueme. • • ________. (1993). Entre nosotros: ensayos para pensar en otro. Valencia: Pre-textos. • ________. (1991). Ética e infinito. Madrid: Visor distribuciones. • ________. (1993a). Humanismo del otro hombre. México: Siglo Veintiuno editores. • ________. (1997). Totalidad e infinito: ensayo sobre la exterioridad. Salamanca: Sígueme. "O QUE FOI FEITO É PRECISO CONHECER, PARA MELHOR PROSSEGUIR": a afirmacáo do Projeto Ético-político do Servic;o Social, o revigoramento das abordagens "Psi" e as novas roupagens do conservadorismo SANTOS, Tiago Barbosa 84∗ RESUMO: Este artigo tem a finalidade de apresentar uma abordagem crítica sobre o revigoramento das práticas terapéuticas/clínicas (inscritas nos marcos do pensamento conservador), suas bases sincréticas e a tentativa de reatualizaIas no contexto do Servico Social brasileiro. Nossa arqurnentacáo perpassa pela crítica ao revigoramento do conservadorismo, calcado no pensamento pós-moderno, sendo apresentada com "novas" roupagens a partir das torrnulacóes do "Servi<;o Social Clínico" e na retomada de práticas terapéuticas no servíco Social Brasileiro, trilhando caminhos opostos ao projeto ético-político profissional. Palavras-Chave: Servico Social; Ético-Político; neoconservadorismo; Práticas Terapéuticas;Projeto ∗ Assistente Social formado pela Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (PUC-SP), Especialista em Serviço Social pela Universidade de Brasília (UNB/DF - Brasil). Email: [email protected] . APRESENTAÇAO Neste trabalho apresentaremos alguns resultados obtidos na monografia de especialização85, que pretendeu compreender os caminhos e fundamentos da reatualização das práticas terapêuticas no Serviço Social, como uma das expressões do pensamento conservador. Para tal, realizaremos um breve confronto analítico entre os posicionamentos acerca desta temática, analisando alguns documentos produzidos pela categoria profissional e dialogando com os argumentos que buscam “justificar” a reatualização das práticas terapêuticas e/ou clínicas no Serviço Social brasileiro. 2. O SERVIÇO SOCIAL CLÍNICO E AS PRÁTICAS TERAPÊUTICAS: sua base sincrética, o “caleidoscópio” de formulações e as novas roupagens do conservadorismo Iamamoto (2007) considera que nos últimos vinte anos, o Serviço Social brasileiro vivenciou basicamente duas movimentações opostas, de relevante envergadura. A primeira refere-se ao “processo de ruptura teórica e política, com o lastro conservador de suas origens” (idem: 222), inscrevendo a Renovação do Serviço Social filiado à vertente de Intenção de Ruptura com o conservadorismo, sinalizando um novo direcionamento social86 para a profissão. Na direção oposta, a segunda movimentação se expressa no “revigoramento de uma reação neoconservadora aberta e/ou disfarçada em aparências que a dissimulam” (ibidem:222). Nesta mesma linha, julgamos 85 Pesquisa intitulada: PRÁTICAS TERAPÊUTICAS E SERVIÇO SOCIAL: uma abordagem crítica sobre a (re) atualização do pensamento conservador no Serviço Social Brasileiro. (monografia de especialização), Universidade de Brasília-UNB. Brasília – DF, 2010. 86 Processo materializado nos instrumentos que norteiam o fazer profissional (Código de Ética – 1993; Lei de regulamentação da Profissão – 8.662/1993 e Diretrizes Curriculares da ABEPSS-1996), fortalecimento das entidades e fóruns da categoria e produções teóricas com base no pensamento marxiano e na tradição marxista. significativo sinalizar alguns prospectos trabalhados por Netto, ao tratar do desenvolvimento das vertentes teórico-profissionais: Registrar-se-á um novo alento de uma vertente de cariz tecnocrático, herdeira daquela que foi a “perspectiva modernizadora” dos anos sessenta e setenta [...] mas renovada pela ofensiva neoliberal e reciclada por outras teorias sistêmico-organizacionais [...] Verificar-seá o desenvolvimento de uma vertente neoconservadora, inspirada fortemente na epistemologia pós-moderna, afinadas com as tendências da moda das chamadas ciências sociais e tendo seu gume crítico apontado para a revisão dos substratos das conquistas anticonservadoras dos anos oitenta; muito provavelmente, essa vertente promoverá [...] uma reentronização das práticas tradicionais, oferecendo-lhes um discurso legitimador de natureza “cultural” (NETTO, 1996:126-127). Seguindo este raciocínio, Iamamoto situa o solo comum do “revigoramento conservador”, este apoiado no caldo da produção pós-moderna e da negação da sociedade de classes: é a negação do processo histórico enquanto totalidade [...] em favor dos fragmentos e particularismos na vida em sociedade, que é destituída das clivagens de classe, fazendo florescer influxos voluntaristas ou deterministas, condensados nos dilemas do fatalismo e do messianismo, ambos cativos de uma prática social esvaziada de historicidade (IAMAMOTO, 2007:222). Podemos dizer que a retomada de perspectivas “terapêuticas ou clínicas” via representações da categoria, dirigindo-se ao tratamento das expressões da questão social por meio de abordagens “psi”87, retomam, supostamente, a herança conservadora e as bases sincréticas na profissão justamente em um contexto de ofensiva conservadora de matrizes neoliberais e pós-moderna. O resgate de perspectivas que “reatualizam o Serviço Social Tradicional”, influenciada pelo legado norte-americano e do campo “psi”, visam legitimar a prática profissional no campo clínico, reinterpretando-a para os tempos atuais (novas roupagens das velhas experiências)88. Assim, Vale destacar: 87 Para Vasconcelos (2008), o chamado campo “psi” (psicologia, psiquiatria e psicanálise) no desenvolvimento do Serviço Social brasileiro, embasou-se nas linhas de atuação do Serviço Social Tradicional com enfoque nas abordagens de caso - marcadas, sobretudo no contexto das instituições psiquiátricas. 88 Importante situarmos: “O Serviço Social Clínico é terapia, na medida em que procura ajudar às pessoas que apresentam dificuldades em seus relacionamentos interpessoais. Propõe-se a ajudar o [...] nos percebemos neste momento histórico relendo e resignificando o Serviço Social de casos clínicos, no processo de evolução para o Serviço Social clínico (FREITAS, 2001). [...] Percebemos com satisfação, que são inúmeros, embora se mostrem poucos, os Assistentes Sociais que buscam formação na área psi [...] como um caminho de exercício profissional [...] No entanto, nos deparamos com a falta de reconhecimento dessa prática legítima do Assistente Social, embora a literatura a comprove desde Mary Richmond com o Serviço Social de Casos (BARBOSA, 2001). Sobre a gênese da profissão, Montaño aponta duas perspectivas que se constituem em teses antagônicas, a saber: a perspectiva endogenista que “sustenta a origem do Serviço Social na evolução, organização e profissionalização das formas ‘anteriores’ de ajuda, da caridade e da filantropia” (2009:19-20); e a perspectiva Histórico-Crítica, que compreende o surgimento do Serviço Social como, síntese dos projetos político-econômicos que operam no desenvolvimento histórico, onde se produz material e ideologicamente a fração da classe hegemônica, quando [...] o Estado toma para si as respostas à “questão social” (MONTAÑO, 2009:30). Importante situarmos que a crítica ao Serviço Social Tradicional89 tem suas bases calcadas no Movimento de Reconceituação90, sendo que este movimento político e social, favorecedor de rupturas, coexistiu com reações conservadoras advindas dos regimes militar-ditatoriais e repressivos instaurados nos países latino-americanos. cliente “a discernir a realidade do mundo exterior, quer ele a aceite ou não” (HAMILTON apud VASCONCELOS, 2008:53); “O Serviço Social de Casos [focaliza - JFV] a relação íntima entre a adaptação do indivíduo e o melhoramento das condições sociais [...] refere-se ao [...] processo pelo qual se desenvolve a personalidade, através de ajustamentos realizados conscientemente entre os indivíduos e o seu meio. O Serviço Social de Casos pode definir-se como a arte de ajudar as pessoas a ajudaremse a si mesmas, cooperando com elas a fim de beneficiá-las e, ao mesmo tempo, à sociedade em geral” (idem); “O Serviço Social Psiquiátrico é o Serviço Social de Casos (casework), baseado na compreensão psicológica do comportamento humano, praticado por Assistentes Sociais de casos que tiveram uma formação especial para lidarem com crianças e adultos que sofrem de doenças mentais, problemas de comportamento ou personalidade” (NOEL HUNNYBUN apud VASCONCELOS, 2008:53). 89 Nas palavras de Netto, podemos considerar o Serviço Social Tradicional como: “[...] a prática empirista, reiterativa, paliativa, burocratizada, orientada por uma ética liberal-burguesa, que, de um ponto de vista claramente funcionalista, visava enfrentar as incidências psicossociais da “questão social” sobre indivíduos e grupos, sempre pressuposta a ordenação capitalista da vida social como um dado factual ineliminável” (NETTO, 2005:06). 90 Trata-se de um movimento que ganha visibilidade no continente Latino-Americano a partir de 1965 (NETTO, 2005), avançando com significativo crescimento durante uma década. Tem co