Memoria del Encuentro
ORGANIZACiÓN
Comision organizadora
Omar Ruz Aguilera, Coordinador Comité Latinoamericano y Caribeño de
organizaciones profesionales de Trabajo Social/Servicio Social COLACATS
presidente Colegio de Asistentes Sociales de Chile A.G.
Malvina Ponce de León Nuñez, secretaria Comité Latinoamericano y
Caribeño de organizaciones profesionales de Trabajo Social / Servicio Social
COLACATS secretaria nacional Colegio de Asistentes Sociales de Chile A.G.,
presidente Comité Organizador Primer Encuentro Latinoamericano y del
Caribe: 'Escenarios del Debate Contemporáneo del Trabajo Social y sus
Proyecciones Regionales: Tendencias y Desafíos.
Laura Acotto, presidenta región Latinoamérica y Caribe Federación
Internacional de Trabajo Social, representante de FAAPSS - Argentina.
Rodolfo Martínez (Uruguay) miembro vocal región Latinoamérica y Caribe
Federación Internacional de Trabajo Social, presidente ADASU - Uruguay)
Comision científica
Ornar Ruz Aguilera
Teresa López Vázquez
Malvina Ponce de León N
Violeta Flores Flores
Daniela Sánchez Stumer
Sonia Zapata Donoso.
Colegio De Asitentes Sociales De Chile A.G
Colegio De Asitentes Sociales De Chile A.G
Colegio De Asitentes Sociales De Chile
Universidad Valparaiso
Universidad Cardenal Silva Henríquez.
Universidad Arturo Prat
Comision finanzas
Verónica Valenzuela M.
Paola López López
Colegio De Asitentes Sociales De Chile A.G
Colegio De Asitentes Sociales De Chile A.G
Comision logística
Alicia Yañez Merino
Colegio De Asitentes Sociales De Chile A.G
Secretaría ejecutiva y gestión administrativa
Jeanette Ruiz Oliva
Convocatoria
El Colegio de Asistentes/Trabajadores Sociales de Chile A,G., y el Comité
Latinoamericano y Caribeño de Organizaciones Profesionales de Trabajo
Social/Servicio Social COLACATS, con el auspicio del Consejo Económico
para América Latina (CEPAL) de las Naciones Unidas, invitan a todos los
trabajadores sociales latinoamericanos al Primer Seminario Latinoamericano y
del Caribe: "Escenarios del Debate Contemporáneo del Trabajo Social y sus
Proyecciones Regionales: Tendencias y Desafíos, a realizarse en Santiago de
Chile, entre el 24 al 26 de abril de 2014.
Propósitos.
Generar las bases de una agenda de Trabajo Social de América Latina y el
Caribe que recoja la revisión y análisis críticos de los escenarios del debate
contemporáneo del Trabajo Social y sus proyecciones regionales, tanto en la
formación como ejercicio y práctica profesional; e identificando sus tendencias
y desafíos en el corto, mediano y largo plazo.
Fundamentación.
En junio de 2010 en Hong Kong, más de tres mil profesionales de trabajo
social, educadores y cooperantes al desarrollo se reunieron, discutieron y
generaron las bases para un gran movimiento mundial de Trabajo Social, con
el desafío de levantar una Agenda Global de Trabajo Social y Desarrollo Social,
considerada como el camino hacia una agenda de compromisos que debería
contemplar la movilización de trabajadores sociales, educadores de trabajo
social, actores políticos y cooperantes al desarrollo para un cambio social':
Este movimiento global debería hacer frente a los retos más importantes de
nuestras sociedades, por ello, los delegados convinieron que las tres
organizaciones más importantes deberían tener un rol protagónico y
pronunciarse con claridad acerca de nuestras experiencias en las cuestiones
relacionadas con la sociedad en general. Insistieron en la necesidad de centrar
su atención en las cuestiones sociales centrales y relevantes que estén
relacionadas directa e indirectamente con la profesión, considerando además,
el acuerdo de una serie de aspectos de relevancia global para futuras
deliberaciones y desarrollos. Enfatizaron que, la Agenda Global, debería servir
como fundamento para la enseñanza, la investigación y la acción profesional:
para aclarar las direcciones futuras de la profesión; para dar apoyo a los actos
de defensa y promoción, así como a otras campañas que permitan hacer
realidad nuestros valores más preciados. Para conseguir el compromiso tanto
de todos aquellos que forman parte de la profesión como de aquellos que sin
ser parte, participan y aportan.
Tomando como base la decisión alcanzada en la conferencia de Hong Kong, el
liderazgo de las tres organizaciones internacionales (la Federación
Internacional de Trabajadores Sociales (FITS), la Asociación Internacional de
Escuelas de Trabajo Social (AIETS) y el Consejo Internacional del Bienestar
Social (CIBS), las que representan a escala mundial el más amplio espectro de
las prácticas de Trabajo Social, de la formación en Trabajo Social y de las
labores de desarrollo social. Se aspira a que todos sus miembros participen en
el desarrollo de esta Agenda Global conjunta.
Así, en esta misma agenda se plantea a modo de reflexión que, los mandatos
básicos de la profesión incluyen facilitar el cambio social, el desarrollo social, la
cohesión social y el fortalecimiento y la liberación de las personas, a través del
reconocimiento de los factores históricos, socioeconómicos, culturales,
espaciales, políticos y personales que interconectados sirven como
oportunidades y / o barreras para el bienestar humano y el desarrollo.
Por otro lado, dichos mandatos se fundan en los principios que guían el
quehacer profesional, entre los cuales se cuentan el respeto al valor y dignidad
de la persona humana; no hacer daño,; respetar la diversidad; actuar en la
defensa de los derechos humanos y la justicia social. "La promoción y defensa
de los derechos humanos y la justicia social es la motivación y la justificación
para el Trabajo Social. La profesión de Trabajo Social reconoce que los
derechos humanos tienen que coexistir con la responsabilidad colectiva. La
idea de la responsabilidad colectiva pone de manifiesto la realidad de que los
derechos humanos individuales sólo se pueden realizar en el día a día si las
personas asumen la responsabilidad por los demás y la importancia de crear
relaciones de reciprocidad dentro de las comunidades. Por lo tanto, un aspecto
importante del trabajo social es abogar por los derechos de las personas en
todos los niveles, con el propósito de asegurar que ellas asuman la
responsabilidad de su bienestar y comprendan y respeten la interdependencia
entre persona y medio ambiente.
En conformidad a lo señalado, la mencionada Agenda Global suscrita por los 3
organismos más importantes del Trabajo Social Mundial, constituye los pilares
básicos de esta propuesta a través de los cuales se nutre y justifica este
Encuentro que pretende a través de la construcción participativa de una
agenda programática por los trabajadores sociales de esta región, contribuir a
ella desde la peculiaridad de nuestros países de la región de América Latina y
el Caribe, asumiendo los principios, fundamentos y contenidos globales y
considerando los actuales escenarios políticos, económicos, sociales e
interculturales que vive y enfrenta, los debates que nos unen, tensionan,
articulan y caracterizan, se hace necesario considerarlos o incluidos como
elementos relevantes de la formación de los trabajadores sociales.
Al respecto entonces, nos surgen numerosas interrogantes, que guían nuestra
reflexión y que pretendemos revisar, debatir, concluir y aportar entre los cuales,
cabe mencionar:
¿Es posible identificar en los actuales escenarios los principios y valores por lo
cual aboga el Trabajo Social, que se constituyan en efectivos derechos sociales
para la población latinoamericana en general?, ¿Cuáles son los escenarios
políticos, sociales, culturales y económicos que enfrenta el Trabajo Social
latinoamericano y del Caribe?
¿Qué escenarios específicos tenemos hoy para hacer frente e intervenir en
diferentes contextos sociales y culturales, que permitan la promoción y defensa
de los derechos humanos y la apreciada justicia social? ¿Qué herramientas
políticas, formativas y metodológicas tenemos que nos exigen estos
escenarios?
¿Cuáles son los debates globales y específicos del trabajo social al respecto?
¿Qué cuestiones sociales nos interpelan y cuáles son nuestras propuestas
especificas y globales, corporativas y colegiadas? ¿Siguen siendo la
educación, la vivienda y salud, las necesidades y problemáticas asociadas, las
de mayor demanda de la población y de respuesta profesional. ¿Cuáles son las
categorías emergentes más relevantes en nuestro ejercicio y formación
profesional?
OBJETIVOS.
Objetivo General I
Propiciar el debate activo y refiexivo de los principales escenarios de los
debates de Trabajo Social en el ámbito de la formación e intervención
profesional a nivel de Latinoamérica y el Caribe.
Objetivo Especifico 1.1: Identificar los escenarios y debates del trabajo social
latinoamericano y del caribe en cuanto a la formación profesional.
Objetivo Especifico 1.2: Identificar los escenarios y debates del trabajo social
latinoamericano y del caribe en cuanto al ejercicio y práctica profesional.
Objetivo Especifico 1.3: Revisar e Identificar nudos críticos de los escenarios,
áreas y debates del trabajo social latinoamericano y del caribe en cuanto a la
formación y ejercicio profesional.
Objetivo General II
Generar una agenda política y programática latinoamericana del trabajo social
en relación a los principales escenarios y debates en la formación y práctica
profesional.
Objetivo específico 2.1: Levantar propuestas políticas y programáticas de los
trabajadores sociales participantes en relación a ejes y escenarios prioritarios
en relación a la formación profesional.
Objetivo específico 2.3: propiciar el consenso sobre criterios y aspectos
básicos a considerar en una agenda política y programática en relación al
ejercicio profesional y en relación a la formación e intervención profesional
según áreas y programas.
Los temas propuestos a tratar en este Encuentro, son los siguientes:
•
El mundo global zado y la formación de los Trabajadores Sociales en el marco
de la cuestión social. Encuentros y desencuentros.
•
Discusión política del Trabajo Social y su aporte al proyecto de Sociedad:
direccionalidad, sentido de Proyectos ético-político del Trabajo Social.
•
Aportes desde el perfil, la formación y la práctica profesional a la construcción
de la democracia, Estado y ciudadanía.
•
La Política latinoamericana y del Caribe como respuesta de la cuestión social y
su relación con los aportes de la intervención profesional situada.
•
La Institucionalidad de COLACATS: Tendencias y desafíos. "Desde la acción
transformadora a la dignificación profesional"
PROGRAMA OFICIAL
Jueves 24 de abril de 2014
9.00 hrs. REUNION COLACATS
Lugar sede: COLEGIO DE ASISTENTES SOClALE S DE CHILE A.G.
Dieciocho 45 oficina 401, Santiago.
Bienvenida
Comienzo reunión con integrantes de COLACATS:
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Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social
FAAPSS
Conselho Federal de Serviço Social- CFESS
Asociación de Asistentes Sociales de Uruguay - ADASU
Colegio de Asistentes Sociales y Trabajadores Sociales de Chile - CATSC
Colegio de Profesionales de Trabajo Social de Puerto Rico - CPTSPR
Colegio de Trabajadores Sociales de Costa Rica - CTS
Colegio de Trabajadores Sociales de Perú - CTSP
Federación Colombiana de Trabajadores Sociales - FECTS
Asociación Dominicana de Profesionales de Trabajo Socíal-ADOPTRASOC
Asociación Nicaragüense de Trabajadores Sociales Mildred Abauza- ANTS
Asociación de Trabajadores Sociales Mexicanos A.C - ASMACT
Sociedad Cubana de Trabajadores Sociales de la Salud - SOCUTRAS
Coordinación:
Sr. Omar Ruz Aguilera, Presidente Nacional Colegio Asistentes Sociales de
Chile A..G., y Coordinador Comité Latinoamericano y Caribeño de
Organizaciones Profesionales de Trabajo Social/Servicio Social COLACATS.
Objetivos:
1) Consolidar el Comité a través de la elección de Coordinación y la aprobación
del Plan de trabajo para el período siguiente. 2) Fortalecer los compromisos de
trabajo con las organizaciones de Trabajo Social: F1TS y ALAIETS. 3)
Propuesta de COLACATS para Agenda Global 20l4, para ser presentada en
Reunión Internacional de FITS en Melbourne, en Julio 2014.
Programa:
1. Acreditación
2. Bienvenida
3. Lectura y aprobación Acta Fundacional, Sra. Malvína Ponce de León.
4. Elección de Secretaria para Reunión Constitución.
5. Lectura de Estatutos
6. Informe de las Organizaciones Profesionales Integrantes de COLACATS
7. Informe FITS y Agenda Global por Laura Acotto y Rodolfo Martínez
.
8. Posición de COLACATS ante FITS.
9. Presentación de candidaturas de Organizaciones Integrantes para coordinación
y Secretaria COLACATS
10. Elección de Coordinador /a y secretario/a
13.00 A 14.00 HRS. ALMUERZO.
2ª Parte reunión y finalización.
Firma Declaración de Santiago
DECLARACIÓN DE SANTIAGO
Reunidos en Santiago de Chile, los días 24, 25 Y 26 de abril de 2014, las
organizaciones gremiales que conforman la Comité Latinoamericano y
Caribeño de Organizaciones Profesionales de Trabajo Social/Servicio Social
(COLACATS), iniciamos el proceso de trabajo y convocatoria a las
organizaciones del continente bajo las siguientes consideraciones:
Conscientes de que el modelo neoliberal acelera los procesos de
empobrecimiento, pauperización y mercantilización de las relaciones sociales,
nuestra acción profesional debe constituirse en una estrategia para garantizar
los derechos en todos los sentidos.
Como gremios de Trabajadores Sociales, debemos hacer escuchar nuestros
análisis críticos y propuestas a favor de los sujetos sociales en mayor situación
de vulnerabilidad, quienes a pesar de todo se movilizan por la defensa de los
derechos y libertades individuales y sociales.
Las luchas de indígenas y campesinos, de jóvenes y mujeres; las distintas
agendas ciudadanas; los procesos unitarios de diálogo desde lo local, lo
sectorial y regional. Ellos representan desafíos que nos interpelan.
Las y los trabajadores sociales no debemos ser ajenos al debate social,
económico y político; a la defensa de nuestros recursos y nuestro patrimonio
ambiental, histórico y cultural, y mucho menos a la necesidad de construir la
posibilidad de la justicia social sustantiva. Hoy tenemos la oportunidad de
incidir, junto con otros actores, en la construcción de una nueva sociabilidad.
Nos corresponde trabajar en el fortalecimiento de la ciudadanía y los sujetos
sociales de nuestra intervención profesional, para impulsar su participación en
la vida pública y cotidiana, con una perspectiva de integralidad y en diálogo
franco con otras disciplinas.
Ello implica no ceder nuestro objeto de intervención y materia de trabajo a otros
profesionales, sino articular trabajo y formación académica profesional de
trabajadores sociales. Hacemos énfasis en la importancia de integrar a la
formación gremial y académica el posicionamiento Ético-político de Trabajo
Social, que impulse nuestra intervención profesional.
Nos comprometemos a convocar a las Y los trabajadores sociales a través de
las organizaciones gremiales, colegios y asociaciones de las distintas
procedencias, generaciones y trayectorias a compartir sus experiencias y
saberes para la construcción de espacios gremiales dialogantes, críticos y
propositivos.
Estamos llamados a constituirnos en actor social colectivo y renovado, que
tenga un posicionamiento claro, una agenda de interés público y mecanismos
de comunicación y articulación de iniciativas locales y regionales.
Es la apuesta por intentar demostrar y demostrarnos que "otro mundo social es
posible" y que su construcción lleva el aporte del Trabajo Social
Latinoamericano y del Caribe.
Por estas razones, convocamos a la articulación gremial y el intercambio
profesional como dos ejes que favorecen la integración de los ámbitos
locales, regionales e internacionales que den cabida a un frente común.
Reafirmamos el compromiso con la valoración del ejercicio profesional de las y
los trabajadores sociales y la defensa de sus condiciones' laborales.
18.00 A 19.00 HRS. ACREDITACION, INSCRIPCION.
19.00 HRS.INAUGURACION
1° SEMINARIO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE "ESCENARIOS DEL
DEBATE CONTEMPORANEO DEL TRABAJO SOCIAL Y SUS
PROYECCIONES REGIONALES: TENDENCIAS Y DESAFIOS':
Bienvenida
Sr. OMAR RUZ AGUILERA, Presidente Colegio de Asistentes Sociales de
Chile A.G.
SRA. LAURA ACOTTO, Presidenta Región Latinoamérica y Caribe Federación
Internacional de Trabajo Social.
Palabras de saludo a los participantes del Seminario del Sr. JORGE BAEZA
CORREA, Rector Universidad Cardenal Silva Henríquez.
Conferencia: Orador Principal.
SR. LUIS RIFFO PÉREZ, Investigador, Área de Desarrollo Regional y Local,
ILPES-CEPAL Título de la exposición: "Globalización, desigualdades y
migraciones. Tendencias y desafíos'. Investigador de CEPAL para las Naciones
Unidas.
Discurso de Bienvenida de Omar Ruz, presidente Colegio de Asistentes
Sociales de Chile
Con enorme satisfacción, el Colegio de Asistentes Sociales de Chile y el
Comité Latinoamericano y Caribeño de Organizaciones Profesionales de
Trabajo Social y Servicio Social (COLACATS), inauguramos hoy el Primer
Seminario Latinoamericano y Caribeño de esta naciente organización, fundada
en Montevideo el 29 de mayo de 1013, con la participación de representantes
de once países de la región a los que brindamos nuestro cordial y fraternal
saludo.
Este Seminario no habría sido posible sin el apoyo solidario de las instituciones
y empresas que nos han brindado su auspicio y patrocinio, a quienes
expresamos nuestro sincero agradecimiento por su confianza y reconocimiento
a la labor que realizan los Trabajadores Sociales de la región.
De manera especial, deseamos expresar en la persona de su Rector, Sr. Jorge
Baeza Correa, nuestra gratitud a la Universidad Católica Silva Henríquez,
institución con la compartimos los anhelos de justicia social, compromiso con
los derechos humanos y elevación de la calidad de la formación de los
Trabajadores Sociales, lo que nos ha permitido mantener una fructífera relación
que hoy nos posibilita realizar nuestros trabajos y reflexiones en su sede
central.
Estimadas y estimados colegas:
El tema central del Seminario “Escenarios del Debate Contemporáneo del
Trabajo Social y sus proyecciones regionales: Tendencias y Desafíos”, invita a
los trabajadores sociales del continente a reflexionar sobre los obstáculos que
limitan el ejercicio profesional en el marco de un mundo globalizado,
economías abiertas y sociedades marcadas por la desigualdad y la exclusión
social.
El Congreso pretende debatir con una mirada gremial crítica y desde la
diversidad de realidades nacionales y de enfoques profesionales,
las
formulaciones que intentan dar cuenta del actual estado del Trabajo Social y
visibilizar las acciones profesionales más eficaces para enfrentar la actual
coyuntura.
Nuestra región vive un momento en que las promesas no cumplidas del modelo
de la economía de mercado, basada en la exacerbación del consumo y la
mercantilización de todas la esferas de la sociedad, han provocado la irrupción
de movimientos sociales que exigen un nuevo pacto social que nos permita
vivir en una sociedad donde los derechos ciudadanos a la educación, la salud,
la vivienda, la educación, un medio ambiente no contaminado, por mencionar
sólo algunos, sean una realidad efectiva y no meras mercancías distribuidas de
manera desigual, en concordancia con el poder adquisitivo de las personas.
En nuestros países los movimientos sociales están impulsando una nueva
agenda social con la convicción de que otro mundo es posible, pasando de la
denuncia de la desigualdad, la exclusión y la pobreza al anuncio y la propuesta
de nuevas formas de articulación del rol del Estado, de formulación de las
políticas públicas y de distribución de la riqueza, lo que –ante la perplejidad de
la clase política- dibuja un escenario de reformas ineludibles en todos los
campos de la sociedad, las que surgirán más temprano que tarde por el
impulso y la presión sostenida de esos mismos movimientos, los que se han
convertido en un sujeto colectivo que reclama su lugar y exige ser parte de
esas transformaciones sociales.
El Trabajo Social no puede estar ausente de esta nueva coyuntura regional que
se expresa en todos los países y por ello, al igual que en la década de los
sesenta, debe concretar su compromiso ético y político con los sectores
populares en una reflexión colectiva tendiente a la creación de una plataforma
de lucha nacional y continental que ponga en el centro de la acción la defensa
y ampliación de los derechos de nuestros usuarios, junto a las demandas
reivindicativas del gremio.
Sabemos que las estructuras dominantes y su consiguiente carga valórica de
individualismo y desconfianza hacia las organizaciones gremiales y sindicales,
junto a las prácticas de los gobiernos y empresarios para deslegitimar y frenar
su surgimiento y accionar, también han permeado a nuestras organizaciones
profesionales, pero también sabemos, que a pesar de todo ellas siguen siendo
un referente y una instancia de articulación de las luchas sociales y gremiales
de los Trabajadores Sociales.
No deseamos un ejercicio de nostalgia, pero es inevitable recordar la re
conceptualización del Trabajo Social,
que constituyó un movimiento
profesional que corresponde a un momento histórico especial de América
Latina y del Caribe. Una etapa en la que, al igual que hoy, la democracia y la
aspiración de cambio se instalan en la región como un reflejo de corrientes
renovadoras del orden social, lo que permite la irrupción de movimientos
estudiantiles, obreros, campesinos y de sectores populares, lo que configura
una percepción generalizada que todo tiene que cambiar.
Al calor de ese movimiento se consolida una conciencia y una práctica
profesional de pertenencia regional, que más allá de las características y
enfoques propios prevalecientes en cada país debido a sus condiciones
particulares, fue capaz de articular un proceso de integración continental en los
sucesivos encuentros que, bajo el nombre de Seminario Regional
Latinoamericano de Servicio Social se efectúan desde el año 1968 en
diferentes países. Por ello, a éste encuentro lo denominamos Seminario y
eludimos el nombre de Congreso que se les atribuye en forma habitual.
No pretendemos ni posible revivir ese movimiento, pero sí es posible
apropiarnos de la apertura epistemológica, la conceptualización teórica y la
innovación metodológica con que abordó los problemas de su tiempo y hacer
un esfuerzo por crear una nueva actitud profesional, con la misma mirada
abierta para realizar lecturas de la realidad que permitan la elaboración de
estrategias y modelos de intervención con sólidos sustentos teóricos y
significativas pruebas empíricas, buscando recuperar su capacidad para
imaginar métodos y modelos técnicos.
Entendemos que en clave del tiempo presente, COLACATS, se orienta en esa
misma perspectiva, como queda de manifiesto en su acta fundacional de mayo
del 2013, en la que en forma textual se afirma:
Que en este momento histórico que viven nuestros países, como Trabajadores
Sociales y Asistentes Sociales estamos convocados a trabajar por la
construcción de formas de vida y organización social más justas e igualitarias,
luchando por la democratización de las relaciones sociales y de poder, la
distribución más justa de la riqueza, el ejercicio efectivo de la ciudadanía, el
respeto irrestricto de los derechos humanos, el reconocimiento de la diversidad
étnica, cultural, sexual y religiosa, contribuyendo de esta manera a los
procesos emancipatorios de nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños.
Para ello, la misma declaración sostiene:
Que las organizaciones profesionales de Servicio Social/Trabajo Social
tenemos la oportunidad histórica de ser protagonistas de estos procesos de
cambio , aportando nuestra particular mirada como profesión, nuestro bagaje
de competencias teórico-metodológicas y nuestro compromiso con los sectores
más vulnerables y desprotegidos de nuestros países.
Invitamos a los trabajadores sociales a incorporarse a esta reflexión colectiva
tendiente a la creación de una plataforma de lucha nacional y continental que
nos invita a unirnos a un proyecto profesional que nos haga parte de los
movimientos sociales que pugnan por un mundo mejor.
Palabras de saludo a los participantes del Encuentro Latinoamericano
Escenarios del debate contemporáneo del Trabajo Social y sus
proyecciones regionales: Tendencias y desafíos. Jorge Baeza Correa,
Rector Universidad Católica Silva Henríquez
Mis primeras palabras son para agradecer el que pensaran en esta institución
para realizar este encuentro tan importante. Si bien acontecen a diario muchas
actividades dentro de esta Universidad, siempre es un honor y una alegría que
nuestra Casa de Estudios pueda ser espacio para el encuentro del mundo
académico; más aún, si en dicha actividad están presentes personas de
distintos puntos de América Latina.
Los salesianos dicen, y nosotros somos una universidad salesiana, que sus
instituciones deben ser “casas que acogen, centros formativos que educan
para la vida, parroquias que evangelizan y patio para encontrarse con los
amigos”. Si dos de estas cuatro, o tres y, más feliz aún, si las cuatro se
cumplen, más contentos estamos de acogerlos.
Quienes me invitaron a decir unas palabras no sólo cometieron un error al no
decirme cuánto tiempo tenía, sino el error más grande es haber invitado a un
sociólogo, que difícilmente se va limitar a entregar un saludo protocolar a
colegas trabajadores sociales que estima y valora y que se reúnen, además, a
debatir sobre tendencias y desafíos contemporáneos.
Permítanme compartir algunas ideas al respecto:
Existe una gran coincidencia entre los autores que analizan la realidad actual,
de que vivimos en una sociedad de una gran incertidumbre. Una Sociedad
Líquida, dice Zygmunt Bauman; una Sociedad del Riesgo, señala Ulrich Beck;
en una Era del Vacío, afirma Gilles Lipovestky o en un mundo de Corrosión del
Carácter, agrega Richard Sennett.
Hoy a los hombres y mujeres no les toca vivir en una sociedad donde se
avanza de acuerdo con patrones graduales y preestablecidos (en gran medida
lineales y determinados desde afuera del individuo), sino que se ven
enfrentados a diversos caminos, lo que les genera una permanente tensión.
Además, no se está en una sociedad de logros permanentes: ya que los
estudios no son para toda la vida; el trabajo es inestable y difícilmente único y
la ciudad que se habita ya no se proyecta hasta la muerte. Pero más aún, se ha
vivido una transformación en los referentes vitales y en el horizonte cultural que
abre a lo desconocido. Las culturas han dejado de ser cuerpos compactos y
homogéneos. Prima lo que se ha denominado “culturas híbridas”, donde
conviven manifestaciones diversas -y a veces contrapuestas- en un mismo
espacio. Por otro lado, un signo de la época es la paradoja de un avance
inconmensurable en redes de comunicación, pero, a su vez, de grandes
ciudades pobladas de seres anónimos.
Para muchos esta realidad social resulta demasiado compleja e imposible de
controlar y se viene sobre sí en forma angustiante, con lo cual se sienten
insignificantes, sin injerencia alguna en los acontecimientos. Esta es la razón
por la cual muchos estudiosos de nuestra época han sostenido que la realidad
ha traído aparejada una crisis de sentido. No esos múltiples sentidos parciales
que cada uno puede encontrar en las acciones que realiza, sino al sentido que
da unidad a todo lo que existe.
Aquí ya hay un gran tema de debate: cómo ayudar a construir sentido para
superar esta sociedad de incertidumbre y fragmentación.
La preocupación por la construcción de sentido no es algo filosófico, sino que
está presente o mejor dicho, ausente, en los más diversos campos.
En Chile la política de los consensos, al salir de la dictadura, nos llevó a discutir
sólo temas en que sabíamos que podríamos llegar a acuerdo; por el contrario,
los que sabíamos que nos pondrían en posiciones diferentes, no los
enfrentamos. Hoy Chile está viviendo la consecuencia de ello. En el campo de
la educación, discutimos sobre qué enseñar y cómo enseñar; nunca para qué
enseñar. Sabíamos que para unos se debía enseñar para profundizar en los
Derechos Humanos, para otros instruir para competir en los mercados
internacionales. No discutimos sobre el sentido de la educación, no discutimos
con ello sobre el modelo social que queríamos como sociedad y la tarea de la
educación dentro de ese modelo.
Pero no sólo vivimos una sociedad de incertidumbre y fragmentación, pareciera
que estamos viviendo, como indica más de un autor, el tránsito de un modelo
cultural a otro, desde uno basado en la razón social a otro fundado en la
autorrealización autónoma. Desde aquel donde lo legítimo es lo útil a la
colectividad, a otro donde lo genuino es aquello que el individuo juzga bueno
para su desarrollo personal. Donde lo principal ya no es lo mejor para todos,
sino lo mejor para mí. Con lo cual la vida se transforma en una crónica del yo,
donde todo logro es sólo esfuerzo personal.
La ética de primacía de la realización personal y del triunfo individual es el
resultado de una sociedad altamente diferenciada, que facilita e invita a vivir
una vida propia. Una sociedad, donde es necesaria una gestión cada vez más
activa de sí mismo para conducir la propia vida. Una sociedad, por lo demás,
donde la relación con los pares y en especial con los pares desconocidos, es
una relación de desconfianza. Lo que se acrecienta con la interconexión entre
las sociedades y los procesos migratorios que caracterizan a las sociedades
interculturales actuales, donde la movilidad voluntaria y la forzada, la
experimentan a diario miles de personas.
La búsqueda de la propia realización olvidando a los demás, cuando es llevada
a un extremo, genera una desconfianza extrema. Aparece con ello un nuevo
estado del individualismo: el narcisismo. El surgimiento de un perfil inédito del
individuo en sus relaciones con él mismo y su cuerpo, con los demás, el mundo
y el tiempo. “Si la modernidad se identifica con el espíritu de empresa, con la
esperanza futurista --señalo Lipovetsky, G. (1983) en “La era del vacío”- está
claro que por su indiferencia histórica el narcisismo inaugura la
posmodernidad…”.
En este marco de exagerado egoísmo individualista, que acrecienta la
desigualdad, para autores latinoamericanos como Jesús Martín-Barbero,
hemos dejado de vivir en el modelo de integración social y estamos en un
modelo de sociedad dual -de integrados y excluidos- en la que el mercado
pone las lógicas y mueve las claves de la conexión/desconexión,
inclusión/exclusión, social.
Los datos más recientes de América Latina sobre la materia siguen siendo
preocupantes. En el Informe Panorama Social de América Latina 2013 de la
CEPAL, se indica que el 28,2% de la población de América Latina es pobre,
mientras que la indigencia llega un 11,3%. Esto significa que 164 millones de
personas son pobres, de las cuales 66 millones viven en una pobreza extrema.
Pero el dato resulta aún más grave, cuando se aprecia en América Latina que
el quintil más pobre, es decir el 20% de los hogares de menos ingreso, toman
en promedio un 5% de los ingresos totales; mientras que el quintil más rico,
logran para sí un 47% en promedio.
La desigualdad está en la base de cientos protestas que claman por el respeto
a la dignidad, la justicia social y por el bien común. Ello es lo que está en el
discurso de indignación de los miles de jóvenes que protestan a gritos y, en
ocasiones, con violencia en las plazas y calles de todo el mundo; pero también
está en las voces silenciosas e invisibles de los enfermos que no encuentran
salud y en las quejas de los ancianos con pensiones de miseria, porque los
Estados han traspasado esta responsabilidad a los privados y no tienen como
pagarla. Es ello, por lo demás, lo que se conversa a diario entre los obreros,
que sólo encuentran trabajos con sueldos de pobreza; mientras ven que otros
ganan en un día, lo que ellos no lograrán reunir en toda su vida laboral.
Hoy nos toca vivir en una sociedad que nos pide que construyamos sentido,
como camino para superar la sociedad de incertidumbre y fragmentación en
que vivimos. En una sociedad que nos desafía a trabajar en la construcción de
fraternidad, como camino para la superación del individualismo y la
desigualdad.
Estas son a mi juicio, modestamente, las tendencias y desafíos que nos
presentan la sociedad en que vivimos.
Permítanme concluir hablando del hombre del cual llevamos su nombre como
Universidad: El Cardenal Raúl Silva Henriquez.
Para cualquier chileno, el Cardenal Silva es sinónimo de respeto y de trabajo
por los Derechos Humanos. Todos sabemos que sus obras y acciones son
múltiples, pero todas ellas tenían un centro la dignidad de la persona:
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Cuando el pueblo tuvo hambre, él creó organizaciones para entregar alimentos
a los necesitados.
Cuando las familias sufrían por la ausencia de viviendas, él generó
cooperativas y construyó poblaciones para los más pobres.
Cuando los más pobres entre los pobres, los campesinos chilenos, vivían y
sufrían el inquilinaje, él entregó las tierras de la Iglesia a la reforma agraria.
Cuando Chile vivió los momentos más negros de su historia, cuando miles de
personas fueron detenidas, torturadas, hechas desaparecer; él fundó la Vicaría
de la Solidaridad.
Cuando las universidades fueron ocupadas por lo militares, creó está institución
como un espacio de libertad, para que aquí trabajaran los académicos que por
discrepar de la dictadura resultaban expulsados de sus cátedras universitarias.
Aquí llegaron, también, cientos de jóvenes para terminar sus estudios, ya que
estaban siendo perseguidos por pensar diferente al régimen. Aquí también
encontraron, y siguen encontrando, un espacio miles de jóvenes que son
excluidos de universidades que confunden los talentos para la vida universitaria
con un puntaje de una prueba, que no mide otra cosa, que el capital cultural
asociado al nivel socioeconómico de origen. Aquí otros muchos han encontrado
una educación que busca fomentar en cada joven su máximo potencial y no
obtener la máxima ganancia económica, transformando la educación en un
negocio.
Al Cardenal Silva, como hombre de su época, le correspondió actuar en lo que
algunos han llamado los derechos humanos de primera generación, los
derechos civiles y políticos centrados en el principio de la libertad. Pero hoy, en
una sociedad más compleja y globalizada (con las tendencias y desafíos antes
identificados), seguramente el Cardenal Silva estaría abogando también por los
derechos sociales, culturales y económicos, basados ya no sólo en la libertad
sino también en la igualdad. Más aún, estaría también preocupado por los
derechos de tercera e incluso de cuarta generación. Hoy los derechos
humanos han unido a los principios de libertad e igualdad el principio de la
solidaridad; desde este último principio, nacen las exigencias a la fraternidad y
la responsabilidad con las próximas generaciones.
No nos ha tocado un tiempo fácil para vivir, pero todo tiempo posee su
complejidad y está en nosotros convertir las amenazas en oportunidades, en
identificar las tendencias y los desafíos, y en agruparnos para su mejor
identificación; pero, por sobre todo, para enfrentarlas como un sólo colectivo,
que es capaz de animarse unos a otros para afrontar estas tendencias y
desafíos con un realismo esperanzado.
Una vez más les doy la bienvenida a Chile y a nuestra Casa de Estudios.
Espero que tengan una excelente estadía junto a nosotros y un fructífero
trabajo durante estos días.
Muchas gracias.
Conferencia de Sr. LUIS RIFFO PÉREZ, Investigador, Área de Desarrollo
Regional y Local, ILPES-CEPAL Título de la exposición: "Globalización,
desigualdades y migraciones. Tendencias y desafíos'. Investigador de
CEPAL para las Naciones Unidas.
Compartimos la presentación exhibida durante la conferencia.
Vino de Honor
Viernes 25 de abril de 2014.
Lugar: Salón" Don Bosco", Universidad Católica Cardenal Silva Henríquez,
Carmen 350. Santiago.
8.30 HRS. ACREDiTACION PARTICIPANTES:
Inscripciones., credenciales, documentación.
9.30 HRS. PRESENTACION DEL 1° Encuentro latinoamericano Escenarios
del Debate contemporáneo del Trabajo Social y sus proyecciones
regionales: Tendencias y Desafíos.
Sra. Malvina Ponce de León Núñez, Secretaria Nacional, Colegio de Asistentes
Sociales de Chile A.G., y Secretaria Coordinadora, Comité Latinoamericano y
Caribeño de Organizaciones Profesionales de Trabajo Social/Servicio Social,
COLACATS.
10.00 HRS. 1º PANEL
• El mundo globalizado, la formación de los Trabajadores Sociales en el
marco de la cuestión social. Encuentros y desencuentros.
• Formación universitaria y no universitaria de trabajo social, pública y/o
privada del Trabajo Social, Laica y de Fundaciones religiosas.
• Perfil profesional del trabajador social, demandas y desafíos del mundo
moderno
• Currículos formativos de trabajo social, temáticas, extensión y características
comparativas etc
Moderador de Panel: Rodolfo Martínez (uruguay) Miembro vocal Región
Latinoaméricana y Caribe, Presidente ADASAU –Uruguay)
Panelistas:
1.
2.
3.
4.
Enilda Lemos (Brasil)
Silvana Martínez (Argentina)
Patricia Castañeda . (Chile)
Teresa Matus (Chile)
11.15 HRS. COFFE BREAK.
11.45 HRS. 2º PANEL
Discusión Política del Trabajo Social y su aporte al proyecto de Sociedad.
Moderador de Panel: Esterla Barreto (Puerto Rico)
Panelistas:
1.
2.
3.
4.
Paula Fonseca Do Nascimiento (Brasil)
Mirla Cisnes (Uruguay)
Marcelo Torres (Chile)
María Gregoria Carvajal (México)
13.30 A 14.30 HRS. DESCANSO.
15.00 HRS. TRABAJO EN MESAS DE DEBATE
Mesas por Eje Temático y Distribución en Salones Universidad.
Inscripción en acreditación .Cupos limitados por Mesa.
MESA 1 . El mundo globalizado, la formación de los Trabajadores Sociales en
el marco de la cuestión social. Encuentros y desencuentros .
Coordinador: Rosemarie Richardson
Nombre Ponencia
Práctica profesional en la formación de
los y las trabajadoras sociales: desafíos
y experiencia en los escenarios de
complejidad social”
Formação Profissional do assistente
social e a comunidade negra: uma
revisão bibliográfica
Globalização, formação Professional e
questão social: Implicações para o
serviço social brasileiro. 2. A extensão
universitaria como potencial para a
formação do assistente social.
Política social e serviço social: os
rumos do debate, tendéncias e
perspectivas sob a égide do
neoliberalismo
Aporte desde el perfil profesional, desde
la formación y práctica profesional en la
construcción de la democracia, Estado y
ciudadanía. 2.- Trabajo social y
sustentabiliadad,etc
Discriminación del género masculino en
el aprendizaje del trabajo social, una
realidad naturalizada en los discursos y
aulas
A atuação do serviço social frente á
informalizaçao do processo de trabalho
e a superexploração do trabalho
Nombre/s
Jorge Ariel Jofré Alfaro
País
Chile
Maria Luisa da Costa
Fogari
Brasil
Maria da Graças rodrigues
mendes; Ana Karina da Silva
Alves; Erica María Santiago;
Flávia Rebecca Fernández
Rocha; Irineia Raquel Vieira;
Sara Rebeca da Mota Sales
Hiago Trinidade de Lira Silva
Brasil
Nelson Arellano Escudero
Chile
Javier Becerra y Oscar
Javier Gutierrez
Colombia
Claudia Sombrìo Fronza
Brasil
Brasil
MESA 2· Discusión Política del Trabajo Social y su aporte al proyecto de
Sociedad.
Coordinador: Lenin Fuentes
Nombre Ponencia
Trabajo Social y prácticas profesionales
Nombre/s
Victoria del Carmen Flores Roa
País
Chile
1.- Bienestar Laboral, industria e
identidad de trabajo social
latinoamericano: el caso chileno desde
una perspectiva histórica . 2.Participación Social en la evaluación y
monitoreo de programas sociales
Desafíos para el Trabajo Social: análisis
de indicadores de desempeño, el caso
chileno 1006-2013
Desde el Trabajo Social, protocolo que
reglamente acciones y funciones de
intervención para el acompañamiento en
el proceso de aceptación homosexual de
hombres y mujeres
El Trabajo Social en el mundo
postmoderno: tensión entre la
especialización y los límites en la
intervención
¿Por qué se hace necesaria la teoría
social crítica en los procesos
investigativos e interventivos del trabajo
social profesional del siglo XXI?
Semánticas de la vejez en situación de
desastre socionatural, una observación
desde las distinciones de funcionarios
públicos en la región del Libertador
Bernardo O´Higgins
Contexto Laboral de los/as profesionales
miembros del Colegio de Asistentes
Sociales, Provincial Linares
Condiciones laborales en Trabajo Social
Nelson Arellano Escudero
Chile
Magdalena Pilar Calderón
Orellana
Chile
Apresentar o debate sobre ejercicio
profissional do assistente social na
área sociojuridica
Serviço Sociale desafios da atualidade
no cénario brasileiro
El desafío de los movimientos juveniles
locales
Ignacio Antonio Meriño Montero Chile
Alexis Bustos Villarroel
Chile
María Fernanda Gómez
Gómez; Yudy Judith Méndez
Esparza; Clara Inés Santander
Dueñas
Francisco Javier Jaramillo
Álvarez
Colombia
Emilia Gutiérrez Encina
(Consejo Provincial Linares,
Colegio de Asistentes Sociales)
Teresa Dornell Bachs; Sphir
Stemphelet; Romina Mauros
Cintia Aparecida da Silva
Chile
Simone Albieri Bordonal
Brasil
Francisco Xavier Ramírez
Varela
Chile
Chile
Uruguay
Brasil
Sábado 26 de abril de 2014.
Lugar Sede: Centro de Extensión y Servicios, Universidad Cardenal Si/va
Henríquez, Carmen 340. Santiago
9.30 HRS. 3ER. PANEL
Direccionalidad, sentido de Proyectos ético-político del Trabajo Social.
•
•
•
Enfoques y dimensiones éticos y/ o políticos del trabajo social
Proyectos y estrategias éticos políticos de trabajo social
Aportes constructivos y desconstructivos de trabajo social al proyecto de
sociedad y los derechos sociales
Moderador de Panel: Teresa López (Chiíe) vicepresidenta Colegio de
Asistentes Sociales de Chile A.G.
Panelistas:
1.
2.
3.
4.
5.
Jaqueline Quintana (México)
Alba Marín Rengifo (Colombia)
Patricía Kriegger Grosi (Brasil)
Andrea Comelin Fornes (Chile)
Cristian Ovando Santana (Chile)
11.15 hrs. COFFE BREAK.
11.45 HRS. 4TO. PANEL
La Política latinoamericana y del Caribe como respuesta de la cuestión social y
su relación con los aportes a la construcción de la democracia, estado y
ciudadanía
•
•
•
La política latinoamericana respecto a la cuestión social
Actores y sujetos de la política latinoamericana en cuanto a la cuestión social
La intervención situada de trabajo social, características, tensiones, y logros.
Moderador de Panel: Judy Méndez Esparza (Colombia)
Panelistas:
1. Víctor Yáñez (Chile)
2. Elaine Narcizo (Brasil)
3. Laura Accoto, (Argentina)
13.30 A 14.30 hrs. DESCANSO.
15.00 hrs. TRABAJO EN MESAS DE DEBATE
Mesas por Eje Temático y Distribución en Salones Universidad.
Inscripción por Eje Temático, en Oficina de Inscripciones del Evento.
Cupos limitados por Mesa.
•
•
•
•
•
•
El mundo global izado, la formación de los Trabajadores Sociales en el
marco de la cuestión social. Encuentros y desencuentros.
Discusión Política del Trabajo Social y su aporte al proyecto de Sociedad.
Direccionalidad, sentido de Proyectos ético-político del Trabajo Social.
La Política latinoamericana y del Caribe como respuesta de la cuestión social y
su relación con los aportes a la construcción de la democracia, estado y
ciudadanía.
Políticas Públicas y Sociales.
MESA 3· Direccionalidad, sentido de Proyectos ético-político del Trabajo
Social.
Nombre Ponencia
Nombre/s
País
Aportes desde la formación a los
comunitario ; propiedad horizontal como
escenario emergente a la construcción
de ciudadanía
1.- Trabajo Social: práctica profesional e
investigación social aplicada, entre el
practicismo y la perspectiva histórica
crítica
Alcances preliminares del entorno laboral
y ético de los trabajadores sociales de
Valparaíso
Situación de los Derechos Humanos en
Puerto Rico: un acercamiento a los
derechos sociales
Trabajo Social y decolonialismo
Trabajo Social de Alteridad
Laura Victoria Carillo Rojas
Colombia
Jorge Yaitul Strormansen
Chile
Violeta Flores Flores
Chile
Mable Llopez Ortiz y Jessenia
Ribera
Puerto
Rico
Alex Rubén Cea Cea
Bonnie Xyomara Velásquez
Rodríguez; Humberney
Ramírez Cepeda
Tiagio Barbosa do Santos
Chile
Colombia
Jeovana Nuñez
Brasil
Everton Souza de Aruaujo
Brasil
O que foi feito é preciso contecer,para
melhor prosseguir: a afirmação do
projecto ético-político so serviço social,
o revigoramento das abordagens “`psi” e
as novas roupagens do conservadorismo
O trabalho sazonal da colheita decafé e
as condições do trabalho rural
O conjunto CFESS/CRESS e a vontade
colectiva
Brasil
MESA 4· La Política latinoamericana y del Caribe como respuesta de la
cuestión social y su relación con los
aportes a la construcción de la
democracia, Estado,ciudadanía, políticas públicas y sociales.
Coordinador: Teresa López Vazquez
Nombre Ponencia
Nombre/s
Território e a possibilidade do trabalho
social com familias nos centros de
referencia de asistencia social
Analisar pratica do Assistente Social a
partir dos parámetros para atuação na
área saúde
Cassia María Carloto y Tatiana Brasil
Olivera
Práctica social forense
1.- Pobreza, asistencialismo y
ciudadanía: las paradojas del ingreso
ético familiar en Chile. 2.Configuraciones ideológicas y Trabajo
Social: análisis y reflexiones sobre
relación indispensable para la formación
profesional.
Modelos de atención para adultos
mayores desde Trabajo Social en el
estado de Colima, México. Un estudio
de caso
Estela Mary Lima Martins
Soares; Maxciene da Penha
dos Anjos; Silmara Gomes da
Silva; Tania María de Araujo
Paola Rojas: Iván Cisternas
Brasil
Rodrigo Marcelo Cortés
Mancilla
Chile
Mireya Patricia Arias Soto;
Claudia Angélica Alcaraz
Munguía; Susana Aurelia
Preciado Jimenez; Jesús
David Amador Anguiano
Análisis de las políticas sociales en Tierra Rodolfo Cárdenas; Carmen
del
Fuego
(Chile): Sekoulovic
aproximándonos a un enfoque de
derechos
O direito aos benefícios eventuais:
algumas considerações em debate.
Género, Trabajo Social y Política
educativa: análisis de las percepciones
sociales y el contexto escolar
Las reformas estructurales en México y la
ciudadanía Mexico
Chile
Brasil
Carla Escobar Gómez
Chile
Norma Angélica Gómez Ríos
México
Coordinación de Plenaria: Violeta Flores (Chile)
ACTO MUSICAL
Chile
Gisella Aparecida Bovolenta
14.00 HRS. CIERRE DE MESAS Y EXPOSICION EN PLENARIA
16.30 HRS. CIERRE DEL SEMINARIO
País
PONENCIAS
PANELES
Panel Nº I
Tema: “El mundo globalizado y la formación de los trabajadores sociales en el
marco de la ‘cuestión social’. Encuentros y Desencuentros.”
Moderador : Rodolfo Martínez de Uruguay.
Panelistas : Enilda María Lemos
Silvana Noemí Martínez
Patricia Castañeda
Teresa Matus
Brasil
Argentina
Chile
Chile (no hay ponencia esxrita)
Fecha: 24 de abril de 2014 10:00 horas
TRABALHO AMBIENTAL E O ASSISTENTE SOCIAL
Enilda Maria Lemos
Profa. Dra. Célia Maria David
∗
∗∗
RESUMO
Este estudo tem por objeto o espaco sócio-ocupacional do assistente social na
questáo ambiental, tendo sido motivado pela seguinte pergunta: em que ancora
o assistente social pode se apoiar para exercer a sua prática na questáo
ambiental? Tem, ainda, a intencáo de buscar elementos que configuram a
questáo ambiental como uma demanda para o Servico Social. A investiqacáo
foi realizada a partir de uma pesquisa bibliográfica que deu suporte para
compreender a questáo ambiental como uma das expressóes da questáo
social. Discute-se o uso da natureza no projeto da burguesia vigente, que se
orienta pela "razáo instrumental", e, em decorréncia, o Estado e as lutas
ambientalistas, pois que compartimentam a questáo ambiental. Numa direcáo
contrária, as Diretrizes Curriculares do Curso de Servico Social fornecem
elementos que configuram o espaco socio-ocupacional do Servico Social na
questáo ambiental.
Palavras-Chave: Servico Social, questáo social e questáo ambiental, Meio
Ambiente. I
Doutoranda do Programa de Pós-Graduacáo em Servic;:o Social da Faculdade de Ciencias
Humanas e Sociais da Universidade Estadual Paulista "Júlio de Mesquita Filho" (Unesp-FCHSFranca-SP), Av. Eufrásia Monteiro Petráglia, 900Bairro: Jd. Dr. Antonio Petráglia CEP 14409160, Telefone: (16) 3706-8700 (16) 3706-8700 Fax: (16) 3706-8740 Franca, Sáo Paulo, Brasil,
sob orientacáo da profa. Dra. Célia Maria David. [email protected]
∗
Prof Adjunta do DECSPIFCHS-Unesp-Franca-SP, docente e orientadora do Programa de
Pós- qraduacáo em Servtco Social da Universidade Estadual Paulista "Júlio de Mesquita Filho"
(FCHS- Unesp-Franca-SP). [email protected]
∗∗
1 INTRODUÇÃO
Os estragos que o capital vem causando à natureza nos dias atuais têm
se constituído em desafios para a sociedade. Obrigatoriamente, os desafios
ambientais têm mobilizado as áreas profissionais, entre elas a área do Serviço
Social, que neste estudo motivou a seguinte pergunta: em que âncora o
assistente social pode se apoiar para exercer a sua prática na questão
ambiental? A partir daí, definiu-se como objeto deste estudo o espaço sócioocupacional do assistente social na questão ambiental, pois que seu intento é
buscar elementos que configuram a questão ambiental como uma demanda
para o Serviço Social.
Se o foco deste estudo é o trabalho do assistente social na questão
ambiental, é necessário conhecer a distinção entre o projeto de sociedade
vigente, que segue a “razão instrumental”, e o projeto original da burguesia,
que segue a “razão dialética”. Somente nesse entendimento será possível
verificar em que âncora o Serviço Social pode se apoiar na prática ambiental.
Orientado pela “razão instrumental”, o Estado fragmenta a questão social, o
que acaba refletindo também nas lutas ambientalistas.
Outro ponto a refletir é que a destruição da natureza fatalmente remete
para a ciência e para as tecnologias de ponta, as quais viabilizam as
monoculturas que ocupam extensões longínquas de terra, sendo que os
grandes empreendimentos são implantados tanto no ambiente rural como no
ambiente urbano. O que se observa vê é que tais empreendimentos pouco se
importam com as características dos recursos naturais e com as necessidades
humanas. Isso fez com que se buscasse em pesquisadores que discutem o
Serviço Social na sociedade capitalista, elementos para subsidiar o assistente
social nas demandas ambientalistas, lembrando que a urgência dessas
demandas engloba o conjunto da sociedade. Estando a raiz dos problemas
ambientais localizada no processo de produção capitalista, desta a análise
ambiental não pode desobrigar-se.
Cabe então mencionar os pesquisadores que referenciam este texto:
Marilda Villela Iamamoto; Raul de Carvalho; Carlos Nelson Coutinho; Carlos
Montaño; Maria Lúcia Duriguetto; Yolanda Guerra; Karel Kosic; István
Mészáros.
2 A EXPLORAÇÃO DA NATUREZA NO PROJETO DO CAPITAL
A natureza foi percebida pelos seres humanos sob diversos pontos de vista
que foram definindo o seu uso contemplativo, exploratório, entre outros. O que
domina nos dias de hoje é a exploração da natureza e a exploração humana
pelo capital cujos estragos fazem ecoar vozes abafadas que clamam por outros
tipos de convivência. Entretanto, a mídia mostra, em tempo real, catástrofes
ambientais que ocorrem nos diversos pontos do planeta sem a preocupação de
descobrir as determinações do capital. O modo de tratar a natureza e o ser
humano está vinculado ao projeto de sociedade que é hegemônico. E este não
é o projeto original da burguesia.
Para Coutinho (1972, p.7), o projeto original da burguesia, baseado na razão
moderna, nasceu entre o renascimento e Hegel, época em que, para Netto
(1994, p. 28), “[...] a burguesia expressa [...] os valores mais avançados e altos
do conjunto da sociedade” e para Coutinho (1972, p. 8), “[...] a burguesia era o
porta-voz do progresso social [...].” Pela razão moderna, diz Guerra (2011,
p.41), “[...] foi possível ao homem libertar-se das concepções religiosas
fundamentadas na razão divina, encetando uma nova maneira de conceber o
mundo.” A “razão dialética”, segundo Guerra (2011, p. 44), “[...] desaliena,
desmistifica, nega o dado na sua aparência e é capaz de engendrar ações que
ultrapassem a dimensão manipulatória e instrumental.” Para Kosic (1976, p.
96), essa razão é “[...] um processo universal e necessário, destinado a
conhecer e a plasmar a realidade [...].”
Entre “1830-1848”, diz Coutinho (1972, p. 7), a burguesia rompeu “[...] com as
conquistas do período anterior [...]” e criou o projeto de sociedade que segue a
“razão instrumental”. Guerra (2013, p. 14, on-line) a entende “[...] limitada a
operações formal-abstratas e a práticas manipuladoras e instrumentais,
fragmentadas, descontextualizadas e segmentadas [...].” Ressalta que “[...] por
isso ela é funcional à reprodução social da ordem burguesa.” Kosik (1976, p.
92) diz: “O ponto de partida da razão racionalista é o indivíduo atomizado.”
Desde então, é esse o projeto de sociedade que impera.
A “razão dialética” ajuda a decifrar as ações ideológicas do capital e a articular
processos de resistência – à exploração da natureza e à exploração humana –
assim como, a formar sujeitos históricos, buscando representações que
emanam da realidade. A “razão instrumental” não questiona e não explica o
fato no movimento do capital e, por conseguinte, orienta ações interventivas e
educativas remodeladoras. Ao projeto de sociedade em vigor, vinculam-se
práticas sociais e ambientais que o referenciam.
Na sequência, serão colocados alguns pontos que tratam da gestão ambental
na ordem burguesa.
3 ESTADO, MEIO AMBIENTE E TECNOLOGIAS NA ORDEM BURGUESA
Para entender a prática que a burguesia vem desenvolvendo em relação
aos homens e à natureza, serão destacados elementos que tratam do Estado
de classe e que tratam do Estado liberal, intervencionista e neoliberal.
Sobre o Estado de classe, Coutinho (1996, p. 18) diz que para Marx “[...]
o Estado tem sua gênese nas relações sociais [..]” e “[...] em nome de um
suposto interesse geral, defende os interesses comuns de uma classe
particular.” Essa é a concepção restrita do Estado. Segundo Coutinho (1996,
p. 53), Gramsci incorpora “[...] o caráter de classe e o momento repressivo de
todo poder do Estado [...]”, mas também detecta na superestrutura a esfera da
“sociedade civil” e a da “sociedade política”, as quais formam o Estado
ampliado.
Quanto ao Estado liberal, Montaño e Duriguetto (2011, p. 64-65) afirmam
que o liberalismo econômico (século XVIII e XIX) dava liberdade ao mercado e
minimizava o poder do “[...] Estado monárquico, absolutista, dono do destino de
todos os seus súditos.” No pós-guerra, segundo esses autores (2011, p. 57),
Keynes substituiu “[...] a ‘“mão invisível do mercado’” [...] e o laissez-faire [...]
pela regulação estatal do mercado, pela intervenção do Estado na economia
[grifo do autor] [...].” Os autores (2011, p. 60) concluem: “[...] Keynes quis
enfrentar a crise capitalista com a intervenção estatal na esfera do consumo,
quando o problema surge na esfera da produção.” Nos anos de 1970, Hayek
implantou o projeto neoliberal para acabar com o intervencionismo estatal.
Ainda segundo Montaño e Duriguetto (2011, p. 65), o neoliberalismo encontra
“[...] um Estado que, para além da sua função essencial para com o capital,
contém conquistas históricas dos trabalhadores [...].” Como se vê, o liberalismo
clássico, o intervencionismo estatal e o neoliberalismo defendem a manutenção
da sociedade burguesa.
Pode-se tirar daí que, na prática, o Estado utiliza instrumentos de gestão
ambiental para alcançar o desenvolvimento sustentável: o planejamento, a
intervenção, a participação da comunidade e a tecnologia. Acerca disso, são
criadas leis e políticas que não expressam interesse pela natureza e pelo
trabalhador, pois o que importa é a mais valia e a exploração da natureza. As
medidas ambientais com tecnologias aplicadas em empreendimentos quase
sempre vêm acompanhadas de materiais educativos ideológicos para justificar
tal empreendimento. Eles não deixam brechas para um trabalho de formação
política, pois o que predomina é a ideia de que a vida humana e a natureza
podem ficar para depois. Em função do privilégio que a técnica vem dando ao
capital, é bom lembrar que os problemas ambientais merecem ser discutidos
também pelo assistente social. Cabe agora buscar âncoras na formação
profissional que legitime o Serviço Social nas práticas ambientalistas.
4 O SERVIÇO SOCIAL E A QUESTÃO AMBIENTAL
Para discutir o Serviço Social na questão ambiental é bom recorrer às
Diretrizes Curriculares para o Curso de Serviço Social que indicam uma
formação profissional que traduza a questão social na sociedade capitalista.
De acordo com Iamamoto e Carvalho (2006, p. 77), a questão social se
manifesta “[...] no cotidiano da vida social, da contradição entre o proletariado e
a burguesia, a qual passa a exigir outros tipos de intervenção mais além da
caridade e repressão.” A questão social, diz Iamamoto (2006, p. 62), é “[...] a
matéria prima ou o objeto do trabalho [...]” do assistente social. Ela “[...]
provoca a necessidade da ação profissional junto à criança e ao adolescente,
ao idoso, a situações de violência contra a mulher, a luta pela terra etc.” Numa
direção oposta à fragmentação, as Diretrizes organizaram os conteúdos no
“núcleo de fundamentos teórico-metodológicos”, no “núcleo de fundamentos da
formação sócio-histórica da sociedade brasileira” e no “núcleo de fundamentos
do trabalho profissional”. (DIRETRIZES CURRICULARES PARA O CURSO DE
SERVIÇO SOCIAL, 2002, s.p., on-line).
A seguinte competência e habilidade que constam das Diretrizes
Curriculares para o Curso de Serviço Social (2002, s.p., on-line) aponta para a
“[...] identificação de demandas presentes na sociedade, visando a formular
respostas profissionais para o enfrentamento da questão social, desvelando as
possibilidades de ação contidas na realidade [...].” Já é comum a sociedade se
deparar com coisas que antes não eram notadas. Contribuem para isso as
inovações tecnológicas que, aliadas à exploração do homem e da natureza,
vêm produzindo novas expressões da questão social. Muitas delas requisitam o
assistente social.
O Estado trata a questão social “[...] fragmentando-a e recortando-a em
questões sociais a serem atendidas pelas políticas sociais [...]”, como a
assistência social, a educação, a saúde, entre outras, é o que indica Guerra
(2013, p. 5, on-line). As políticas sociais focalizadas retiram a possibilidade de
o assistente social apreender o problema social do usuário e a sua prática nas
determinações do capital o que reduz o trabalho profissional a procedimentos
instrumentais operativos (GUERRA, 2013, p. 5-6, on-line). Por outro lado, a
demanda institucional cobra um trabalho polivalente, o que torna ainda mais
exaustiva a tarefa do assistente social, em relação, especialmente, aos
problemas “insolucionáveis” (calcados na estrutura social).
Um dos problemas “insolucionáveis” é o ambiental. O capital tem sido
impotente para corrigir os estragos que ele mesmo provoca na natureza ainda
que tendo a ciência e a técnica a seu dispor. Sobre isso, Mészáros (2003, p.
51) cita a “[...] produção dos alimentos geneticamente modificados por gigantes
transnacionais americanos [...].” No campo, por exemplo, a ciência e a técnica
se articulam e acabam com as culturas de subsistência. De acordo com
Roussef (2014, 11 fev., s.p., on-line), a presidenta Dilma Roussef afirmou, em
Lucas do Rio Verde (MT), na “[...] abertura oficial da colheita da safra
2013/2014, que a produção recorde é uma vitória do agronegócio.” E
acrescentou: “Quero comemorar com vocês a fartura da safra em Lucas do Rio
Verde (MT) e no Brasil.” Essa notícia mostra que o Brasil prioriza a soja e a
cana-de-açúcar e não a produção de alimentos.
Tanto a soja como a cana-de-açúcar, e outras lavouras produzidas em
escala, causam enormes prejuízos para o ambiente, seja ele da natureza ou
humano. No entanto, a agricultura não é organizada, apenas, no âmbito
governamental, muito menos no local; ela é definida no âmbito internacional.
Por isso, nessa sociedade, a questão ambiental é “insolucionável”. Mészáros
(2002, p. 95) é certeiro quando declara: “[...] nenhuma ‘”questão única”’ pode,
realisticamente, ser considerada a ‘”única questão’”.” Se no capitalismo a
‘”única questão’” é a questão social, a questão ambiental deve ser tratada
como uma das expressões da questão social. Isso quer dizer que os problemas
ambientais devem ser discutidos no processo de produção capitalista e que o
trabalho ambiental deve ser discutido por todas as áreas profissionais e não só
pela geografia, pela biologia etc.
Com base em Mészáros (2002, p. 95), o assistente social numa
campanha ambientalista poderá aliar a resistência à formação política porque a
campanha por si só não consegue decifrar as mediações do capital. Ela é
essencial na mobilização para a resistência, mas, ela pode e deve se somar à
formação política. A campanha se baseia no imediato, na aparência e tende a
deformar o conteúdo da luta.
O conhecimento imediato remete para o que Mészáros (2003, p. 48) chama de
“[...] slogan pense globalmente e aja localmente.” Segundo ele (2003, p. 48),
“[...] não é possível negar a importância potencial da ação local adequada [...]”;
contudo, o realce às ações locais, em geral, atribui às pessoas uma
responsabilidade que elas não podem cumprir. As ações ambientalistas locais
não vão além da aparência e não vislumbram o protagonismo dos sujeitos.
Considerando a importância da resistência que os ambientalistas vêm fazendo,
é certo que as ações calcadas no imediato não conseguem ultrapassar as
formas manipuladoras de consciência social. As ações ambientalistas, então,
percebem a luta ambientalista na “razão instrumental’ e não na “razão
dialética”.
Nisso, a formação teórico-metodológica e a ético-política podem ajudar o
estudante a compreender a questão social e o Serviço Social, como também, a
orientar a sua prática futura para decifrar as mediações do capital no meio
ambiente. Como bem diz Kosik (1976, p. 9), “[..] a ‘coisa em si’ não se
manifesta imediatamente no homem.” Se o profissional focar somente no
problema e na política ambiental, fatalmente terá seu trabalho reduzido a
procedimentos operativos. Não é essa a prática prevista no arcabouço teórico e
metodológico das Diretrizes Curriculares do Curso de Serviço Social.
Na imediaticidade dos problemas, a política ambiental e as ONGs desenvolvem
ações focalizadas, por exemplo, na campanha. Não há espaço e nem tempo
para trabalhar elementos de fundo da produção capitalista. Isso resulta em que,
quase sempre, ao término de uma campanha, cessa também a luta. O que se
percebe é que o assistente social, ao discutir os problemas ambientais no
âmbito da produção capitalista, estará fortalecendo a direção dada pelo seu
projeto ético-político.
CONSIDERAÇÕES FINAIS
Como se viu, as Diretrizes Curriculares para o Curso de Serviço Social indicam
uma formação que tem por base uma rica bibliografia fundamentada nos
clássicos. Ocorre que nem todos os cursos privilegiam essa formação, pois
uma coisa é : subsidiam o assistente social para atuar nos problemas
ambientais, tendo por base uma rica bibliografia fundamentada nos clássicos.
Ocorre que nem todos os Cursos privilegiam esta formação: uma coisa é seguir
as Diretrizes Curriculares como mera formalidade, outra coisa é oferecer uma
formação profissional em acordo com o projeto ético-político da profissão
hegemônico. Também não dá para focar a discussão somente no Ensino à
Distância (EaD), pois muitos cursos presenciais seguem a lógica existente no
mercado, ou seja a lógica do lucro.
Os problemas ambientais estão aí e o assistente social é um profissional
que possui em sua formação elementos para refletir coletivamente sobre a
destruição ambiental, aliando-se a grupos de resistência à destruição do
capital. Entre os desafios, está o enfrentamento da lógica mercadológica do
ensino que vem penalizando estudantes e professores. Cabe lembrar a
resistência à educação mercadológica que vêm fazendo a Associação
Brasileira de Ensino e Pesquisa em Serviço Social (ABEPSS), o conjunto do
Conselho Federal de Serviço Social (CFESS) e do Conselho Regional de
Serviço Social (CRESS), a Executiva Nacional dos Estudantes de Serviço
Social (ENESSO) e outras entidades. O que as Diretrizes e a direção
hegemônica do Serviço Social apontam é um trabalho ambiental a partir da
questão social.
REFERÊNCIAS
COUTINHO, Carlos Nelson. O problema da razão na filosofia burguesa. In: O
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UNA APROXIMACIÓN A LOS PROCESOS DE POLITIZACIÓN DE LAS
ORGANIZACIONES PROFESIONALES DE TRABAJO SOCIÁL EN
ARGENTINA DESDE MEDIADOS DE LA DÉCADA DE 1960 A LA
ACTUALIDAD.
Silvana Noemí Martínez
Juan Omar Agüero
Mario Eduardo Villarreal
Carina Érica Núñez
Carlos Alberto Pascanán
María Inés Scívoli.
Universidad Nacional de Misiones
Email
[email protected]
SÍNTESIS
En esta ponencia se expone un avance del estudio de los procesos de
politización de las organizaciones profesionales de Trabajo Social en Argentina,
en el marco del Proyecto de Investigación PICTO-2011-0120 que se viene
realizando en la Universidad Nacional de Misiones. En los diversos textos
sobre la historia del Trabajo Social en Argentina, se observa que los procesos
de construcción de identidades profesionales, de legitimación como profesión y
de construcción de sentido de pertenencia a las organizaciones profesionales,
no son abordados en profundidad por los autores y esto no permite conocer las
disputas de sentido acerca de la importancia de la asociatividad, los intereses
en juego y las concepciones político-ideológicas acerca de la profesión,
vigentes en diversos momentos históricos. El método utilizado es cualitativo y
los resultados que se exponen en esta ponencia corresponden a la lectura y
análisis de las actas de la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales
de Servicio Social
(FAAPSS).
Palabras clave: organizaciones profesionales; trabajo social; política
Desarrollo
En esta ponencia exponemos un avance del estudio de los procesos de
politización de las organizaciones profesionales de Trabajo Social en Argentina,
que venimos realizando en el marco del Proyecto de Investigación PICTO2011-0120 de la Universidad Nacional de Misiones. Observamos que en
diversas publicaciones que tratan sobre la historia del Trabajo Social en
Argentina, los autores no abordan en profundidad los procesos de construcción
de identidades profesionales, de legitimación como profesión y de construcción
de sentido de pertenencia a las organizaciones profesionales. Esto no permite
conocer, por ejemplo, las disputas de sentido que se fueron dando en distintos
momentos históricos sobre la asociatividad de los profesionales, los intereses
en juego y las concepciones político-ideológicas acerca de la profesión. En esta
ponencia, nos referimos a estos procesos, en base al análisis que hemos
hecho de las actas de la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales
de Servicio Social (FAAPSS) y algunas entrevistas realizadas a informantes
claves. En la primera parte nos referimos conceptualmente a los procesos de
politización y las organizaciones profesionales, en la segunda exponemos
algunos datos sobre la FAAPSS a modo de contextualización y en la tercera
nos referimos a los hallazgos de nuestra investigación en cuanto a los procesos
de politización.
1. Los procesos de politización y las organizaciones profesionales
¿Qué entendemos por procesos de politización y por organizaciones
profesionales? Ante todo, tenemos que referirnos a la política y lo político. En
general, se trata de dos inscripciones distintas de la política como fenómeno
humano. Por un lado, la acción, la lucha, la discusión de ideas y la
confrontación
de
intereses,
que
desencadena
un
proceso
de
institucionalización que se denomina lo político. Por el otro, el resultado de la
acción, la forma civilizada de resolver el conflicto de intereses entre los seres
humanos, que se denomina la política, y que se expresa en un conjunto de
instituciones en forma de soluciones, pactos, acuerdos, normas jurídicas, entre
otras. En consecuencia, estamos hablando de dos caras de una misma
moneda: lo instituyente y lo instituido (Martínez, S. y Agüero, J., 2008).
¿Cómo entender hoy la política? Para Hannah Pitkin, es “la actividad a
través de la cual grupos relativamente grandes y permanentes de personas
deciden lo que harán colectivamente, establecen cómo van a vivir juntos y
deciden su futuro, cualquiera que sea la medida en que esté en su poder
hacerlo” (Pitkin, H., 1981:343). Para Roberto Unger, se refiere a “la lucha por
los recursos y acuerdos que fijan los términos básicos de nuestras relaciones
prácticas y pasionales. Es preeminente en estos acuerdos el contexto
institucional e imaginario de la vida social” (Unger, R., 1987:145).
Para estos autores, la política aparece claramente identificada con el poder
de decisión de la forma de vida colectiva, incluyendo esto la disputa por los
recursos y los acuerdos institucionales. La vida social, en esta concepción,
tiene un fuerte contenido político, cualquiera fuere la participación de los
actores. En base a ello, Iris Young sostiene que “la política abarca todos los
aspectos de la organización institucional, la acción pública, las prácticas y
hábitos sociales y los significados culturales, en la medida en que están
potencialmente sujetos a la evaluación y toma de decisión colectiva” (Young, I.,
2000:23).
La autora taxativamente rechaza la identificación de la política sólo con las
actividades de gobierno o con las organizaciones formales que defienden
intereses de grupo. Se refiere, obviamente, a los partidos políticos. Por el
contrario, reivindica expresamente la necesidad de politizar la vida institucional,
social y cultural, para contrarrestar la acción del neoliberalismo, que busca
precisamente lo inverso, despolitizar la vida pública. En este mismo orden,
critica las prácticas que definen la política como territorio de los expertos y
reducen el conflicto a la negociación sobre la distribución de los beneficios
sociales entre grupos de interés.
La política es, por lo tanto, una cuestión de participación y poder para decidir
los asuntos colectivos de una sociedad. Tanto el significado como el valor de la
política radican en el hecho de ser el ámbito en el cual se decide quiénes
construyen qué orden, para quiénes, con qué finalidad y con qué recursos. La
política necesariamente afecta la vida de los sujetos sociales, sin diferenciar
entre espacios privados y públicos, entre vida íntima y vida pública. La vida en
sociedad es esencialmente de naturaleza política.
No se puede prescindir de la política, ya que si de todas maneras alguien va
a decidir sobre nuestras vidas y nuestro futuro, resulta evidente y de estricto
sentido común la necesidad de participar en la toma de decisiones. Por lo
tanto, cuanto más politizada esté una sociedad, más poder político tendrán sus
miembros, mayor capacidad de resistencia y mayor conciencia política. No
resulta fácil doblegar a un pueblo politizado y consciente de sus derechos y de
su poder político. En consecuencia, cuando hablamos de politización estamos
aludiendo a procesos de formación y concientización política, construcción de
sujetos y subjetividades políticas, desarrollo de actividades con sentido político
y ejercicio del poder.
Por otra parte, tenemos que referirnos a las organizaciones profesionales.
Toda organización es un agrupamiento humano construido intencionalmente
para algo. Lo que distingue a una organización de otra es justamente esta
intencionalidad, este para qué. El para qué define a su vez el cómo, es decir los
recursos, las estrategias, las actividades y las formas organizacionales. Hay
muchas formas de organización, algunas son más dinámicas y otras más
estáticas, algunas son más flexibles y otras más rígidas, algunas son más
abiertas y otras más cerradas. ¿De qué depende esto? Entre otros factores, del
contexto donde se inscriben las organizaciones, de las características de sus
miembros, de los recursos que tengan y de las estrategias que adopten.
Las organizaciones profesionales también pueden adoptar diversas formas,
según para qué son constituidas: a) Los sindicatos o gremios de profesionales
se constituyen para defender los derechos laborales de sus miembros; b) Las
asociaciones de profesionales se constituyen para el crecimiento y el desarrollo
profesional, para nuclear y sumar fuerzas, para construir poder, para tener
presencia como profesión, para ser reconocidos socialmente y para representar
a los profesionales que la integran, entre otras razones; c) Las cooperativas de
profesionales se constituyen para prestar servicios a terceros y a sus propios
miembros; d) Los colegios o consejos profesionales son organizaciones
paraestatales creadas por legislaciones locales para regular la matrícula,
controlar el ejercicio profesional y ejercer la representación de los matriculados;
e) Las federaciones son organizaciones de segundo grado conformadas por
organizaciones de primer grado: sindicatos, asociaciones, cooperativas,
colegios o consejos profesionales y f) Las confederaciones son organizaciones
de tercer grado conformadas por federaciones.
A su vez, estas organizaciones tienen distintos ámbitos de actuación, ya que
pueden ser locales, nacionales, regionales e internacionales. Cualquiera fuere
la forma que adopten, las organizaciones profesionales son instrumentos muy
valiosos para la acción colectiva. Su poder se funda precisamente en esta
acción colectiva, basada en la asociatividad de sus miembros y por eso tienen
un valor en sí mismas que va más allá de éstos.
2. La Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio
Social (FAAPSS)
La FAAPSS es una entidad de segundo grado que nuclea a los Colegios,
Consejos y Asociaciones Profesionales de Servicio Social o Trabajo Social de
Argentina. Estas organizaciones de primer grado se encuentran en las
Provincias y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde tienen jurisdicción
y
competencia
para
el
control
del
ejercicio
profesional
de
los/as
Trabajadores/as Sociales. El antecedente histórico más remoto de la FAAPSS
es la Federación Argentina de Asistentes Sociales (FAAS), creada en 1948 por
la asistente social italiana Carmen Bellavita. Si bien fue creada como
federación, era una entidad de primer grado integrada de manera individual por
asistentes sociales y no por organizaciones de asistentes sociales.
En 1967 la asistente social Sela Sierra retoma la idea y propone la
refundación de FAAS, pero constituida por organizaciones y no por miembros
individuales. En 1981 se constituye formalmente la FAAPSS y en 1982 se
aprueba el estatuto y asume la primera comisión directiva presidida por Sela
Sierra. Desde entonces, la FAAPSS ha tenido continuidad institucional, como lo
prueban las actas de reuniones y asambleas y la sistemática organización y
desarrollo de las Jornadas Nacionales de Servicio Social, luego transformadas
en Congresos Nacionales de Trabajo Social. El 24 de Marzo de 1999 obtiene la
personería jurídica por Resolución Nº 049 “A” de la Dirección de Personas
Jurídicas de la provincia de Córdoba. Actualmente la Federación está integrada
por 24 organizaciones profesionales de todo el país.
3. Los procesos de politización en la FAAPSS
Para el estudio de los procesos de politización de la FAAPSS, en la
investigación se utilizan como indicadores: a) el análisis del contexto político,
social y económico, ya sea a nivel internacional o nacional, b) el uso de
términos con significado político, c) los pronunciamientos sobre cuestiones
políticas y d) los temas propuestos para las jornadas o congresos nacionales.
En base a estos indicadores, podemos distinguir diversos momentos en
relación a los procesos de politización.
Un primer momento se da entre 1967 y 1972, esto es, en una etapa que
podemos denominar de organización de la Federación y que coincide con el
período denominado de reconceptualización del Trabajo Social. Esto se
evidencia, por ejemplo, en los resúmenes y conclusiones de los encuentros y
jornadas nacionales que existían en esa época. En las VI Jornadas Nacionales
de Servicio Social, realizadas en Posadas, Misiones, en 1972, una de las
conclusiones decía textualmente: “nos hallamos en una situación de
colonialismo y dependencia de polos hegemónicos internacionales y de los
grupos dominantes locales que apoyan la misma, a través de una política
antinacional e imperialista”.
Podemos advertir aquí la clara conciencia histórica que ya manifestaban los
Trabajadores Sociales de aquella época, que identificaban nítidamente los
verdaderos motivos que causaban la situación de colonialismo y dependencia:
en primer lugar, el colonialismo español, caracterizado por la posesión
territorial, política y militar; en segundo lugar, el neocolonialismo británico que
reemplazó al español, caracterizado por la dominación de las estructuras de
poder económico a través de personeros ingleses y, en tercer lugar, el
imperialismo norteamericano que se expande luego de la Primera Guerra
Mundial generando un nuevo tipo de dependencia caracterizado por la
dominación política y económica utilizando personeros nativos a su servicio.
También señalaban los Trabajadores Sociales de entonces que esta
subordinación
configura
una
ruptura
de
nuestra
identidad
nacional
latinoamericana, que trae como consecuencia la dependencia económica,
política, social, cultural, científica y tecnológica.
Otra de las conclusiones de aquellas Jornadas se refería a la integración
latinoamericana
y
decía
textualmente:
“abandonamos
este
sistema
interamericano que nos tiene atrapados, tan extraño a nosotros, pensado y
decidido para defender otros intereses que no son los nuestros. Por integración
entendemos que es la lucha de todos los iberoamericanos por la liberación a
través de un proceso revolucionario que abarque todos los aspectos y que
tenga por protagonista al pueblo. El modelo que creemos debe proponerse
será protagonizado por los sectores oprimidos. Ello no significa que otros
sectores conscientes de la sociedad no puedan incorporarse al proceso de
liberación por los trabajadores”.
A partir de estas conclusiones, entre otras, los Trabajadores Sociales
reunidos en estas Jornadas reconocen la necesidad de propiciar un modelo
socialista, humanista y nacional para el Trabajo Social Argentino, y aclaran el
significado de cada uno de estos términos. Socialista: porque apunta a eliminar
el régimen de explotación capitalista, fundado en la propiedad privada de los
medios de producción y la riqueza social. Humanista: porque coloca al hombre
como objetivo esencial del desarrollo social. Nacional: porque apunta a un
modelo original de sociedad que tenga en cuenta la particularidad nacional y no
sea una burda copia o traslación mecánica de otras experiencias históricas.
A su vez, en esta época también se reflejaban en los debates la conciencia
de clase trabajadora y la necesidad de agremiación. Respecto a esto último, en
las conclusiones de las Jornadas de 1972, la mayoría de los grupos de trabajo
expresaba “la necesidad de agremiación para la defensa de nuestros derechos
profesionales, pero esto sólo lo lograremos cuando tengamos bien definidos
nuestros objetivos, siendo uno de ellos la defensa y amparo de los asistentes
sociales en todos aquellos problemas que puedan surgir en su lucha por la
liberación del hombre”.
Respecto a la conciencia de clase trabajadora en las mismas Jornadas se
concluye: “Pensamos que a los trabajadores sociales no nos resulta fácil
agremiarnos por una actitud individualista que viene arrastrándose desde
nuestra formación profesional a través de algunas escuelas de servicio social.
Para que el asistente social pueda llegar a realizar el trabajo que se propone,
tiene que sentirse un trabajador más y participar en la defensa de los derechos
de todos los trabajadores. El trabajador social está mal remunerado, a veces
debe tener más de un trabajo, sintiéndose solo frente a las situaciones de
conflicto que puedan presentarse en su quehacer profesional. La acción de la
agremiación debe extenderse a los alumnos de las escuelas de servicio social
tratando de formar en ellos una conciencia gremial”.
Este proceso de construcción de conciencia de clase trabajadora y de lucha
de clases es claramente un proceso de politización que existió efectivamente
en el Trabajo Social Argentino de entonces y que se trunca por la dictadura
cívico-militar que se inicia en 1976, donde precisamente muchos profesionales
y estudiantes de Trabajo Social, que encarnaban y lideraban esta construcción,
son torturados, asesinados u obligados a exiliarse del país para salvar sus
vidas.
Un segundo momento se da entre 1983 y 1989, esto es, en una etapa que
podemos denominar de institucionalización de la Federación y que coincide con
el período de recuperación definitiva de la democracia en Argentina. Algunos
hechos que dan cuenta de los procesos de politización en este momento son,
por ejemplo, el posicionamiento de FAAPSS sobre la necesidad de formación
universitaria de los profesionales. Al respecto, se reconoce expresamente a la
universidad como único ámbito de formación profesional. Asimismo, se reclama
la reapertura de departamentos y unidades académicas de Trabajo Social, que
habían sido cerrados por la dictadura cívico-militar y la reincorporación de
profesores cesanteados. También se pide la liberación de presos políticos en
Chile.
Por
otra
parte,
se
solicita
la
incorporación
en
el
2º
Seminario
Latinoamericano de Trabajo Social de temas como la deuda externa y el
bienestar social en América Latina, la pobreza como modo de violación de los
derechos humanos y el derecho a la tierra, entre otros. Se decide incluir en
todas las reuniones como tema un análisis de la coyuntura política y social. Se
envía notas a funcionarios provinciales obteniendo la reincorporación de
Trabajadores Sociales cesanteados.
Hacia fines de la década de 1980 se realizan análisis críticos de la coyuntura
nacional en las reuniones de FAAPSS. Se discute acerca del proceso de
despolitización y desideologización que se da en Argentina a partir de 1976, el
vaciamiento de historia y memoria de los jóvenes, la desmovilización que
provoca la pobreza, el impacto de la tecnología, la brecha entre pobres y ricos,
el desarraigo popular de la clase política y la necesidad de que el Trabajo
Social sea el gran movilizador político, no en sentido partidario sino de
concientización política y democratización del poder.
Un tercer momento se da a partir del 2006 en adelante, esto es, en una
etapa que podemos denominar de consolidación de la Federación y que
coincide con el período de recuperación económica, ampliación de derechos,
reparación social y repolitización de la sociedad argentina, en el marco de la
consolidación de la democracia como forma de vida y sistema de gobierno.
Comienza a visibilizarse en los debates de FAAPSS la dimensión política e
ideológica de la profesión. Precisamente, los Congresos Nacionales del 2007 y
2010 tienen como lemas, respectivamente, la dimensión política del Trabajo
Social y los aportes del Trabajo Social a los procesos de emancipación social.
A partir del 2010 se inicia un proceso de construcción de la FAAPSS como
actor político. Se crea una comisión de pronunciamientos sobre temas
significativos no sólo para la profesión, sino para la vida política del país. En
una decisión histórica, se cambia el día del Trabajador/a Social en Argentina,
pasando del 2 de Julio al 10 de Diciembre de cada año, aquella fecha vinculada
a la liturgia católica y esta última inscripta en la conmemoración del día
internacional de los Derechos Humanos. Esto denota un fuerte cambio de
posicionamiento ideológico de la Federación, ya que abandona su sentido
religioso conservador, para asumir una clara postura de defensa y
reivindicación de los Derechos Humanos.
Otro hecho altamente revelador del proceso de politización de FAAPSS es la
elaboración, discusión y aprobación de un Anteproyecto de Ley Federal de
Trabajo Social con vigencia en todo el territorio nacional, que recupera no sólo
la impronta gremial de la Federación y el histórico sueño de contar con una ley
nacional que sirva de marco jurídico institucional para el ejercicio profesional,
sino que recupera también el carácter de trabajadores de los profesionales. El
impulso de este anteproyecto de ley genera contactos y reuniones con
dirigentes políticos nacionales que a su vez posibilitan por primera vez
espacios de trabajo en conjunto con la FAAPSS.
Conclusiones
En los procesos de politización de la FAAPSS podemos identificar
claramente dos elementos o dimensiones fundamentales de los mismos: por un
lado, el contexto histórico y, por otro lado, los liderazgos de quienes han
ejercido la conducción de la Federación en distintos momentos. El contexto
tiene que ver con las condiciones históricas que posibilitan, propician o
favorecen los procesos de politización. En la investigación que se viene
llevando a cabo aparece muy claramente esta vinculación entre condiciones del
contexto y procesos de politización de la FAAPSS.
Así, en un primer momento, que ubicamos hacia fines de la década de 1960
y principios de la década de 1970, la politización de la FAAPSS se vincula con
los procesos revolucionarios que se vivían en América Latina y El Caribe, el
tercermundismo, la educación popular y la reconceptualización en el Trabajo
Social. En un segundo momento, que se da en la década de 1980, se vincula
con los procesos de recuperación de la democracia como forma de vida y
sistema de gobierno que se dan en los países latinoamericanos y en Argentina.
En un tercer momento, que se inicia a mediados de la década de 2000, se
vincula con la recuperación de la política como instrumento de transformación
social y con los procesos de emancipación que se desarrollan en varios países
latinoamericanos.
El segundo elemento o dimensión de los procesos de politización son los
liderazgos de quienes han ejercido la conducción de la FAAPSS en distintos
momentos. Estos liderazgos muestran a los sujetos sociales que están detrás o
por debajo del dispositivo institucional y que son los que impulsan, promueven
y sostienen los procesos de politización. Estos sujetos sociales tienen ciertos
rasgos que los caracterizan, entre los cuales se destacan una fuerte formación
política, compromiso social y profesional, carisma para la conducción y
capacidad de generar adhesión. Esto se combina a su vez con una mirada
aguda de la realidad y la capacidad de análisis necesaria para identificar los
grandes ejes por donde transita el cambio social.
Bibliografía
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Madrid.
UNGER, Roberto (1987) Social Theory: Its Situation and Its Task.
Cambridge, Cambridge University Press.
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Theory, Nº 9, p. 327-352, Agosto 1981.
MARTÍNEZ, Silvana y AGÜERO, Juan (2008) La dimensión políticoideológica del Trabajo Social. Claves para un Trabajo Social emancipador.
Buenos Aires, Dunken.
TRABAJO SOCIAL CHILENO Y FORMACIÓN PROFESIONAL. ANÁLISIS Y
ALCANCES DE UNA FRACTURA FORMATIVA. PERÍODO 1973-2013.
Patricia Castañeda Meneses
Ana María Salamé Coulon
∗
∗∗
RESUMEN
A partir del Golpe Militar de 1973, el Trabajo Social chileno se vio forzado a
realizar un viraje metodológico de fuerte raigambre positivista, en donde la
objetividad y la neutralidad valórica asociadas a las metodologías de
investigación social y planificación social normativa contribuyeron a blindar la
formación social y a tornarla menos vulnerable en su discurso profesional,
considerando el marco histórico político que enfrentaba. Asimismo, la
implementación del modelo económico neoliberal, consolidó un Estado
subsidiario y regulador que abandonó progresivamente sus funciones históricas
de protección social, validando el cobijo tecnocrático de contingencia en el que
se había albergado el Trabajo Social, impulsando la profesionalización de su
tarea principalmente desde modelos de raigambre positivista. Dicho perfil
formativo característico de las décadas de 1970 y 1980 ha perdurado como
núcleo identitario predominante de la profesión hasta la actualidad,
fortaleciendo la profesión a nivel instrumental, pero afectando sus reales
oportunidades de reflexión social crítica y de desarrollo disciplinario.
Palabras claves: Trabajo Social – Formación Profesional
∗
Trabajadora Social y Licenciada en Trabajo Social, Universidad de Valparaíso. Doctora en
Ciencias de la Educación. Universidad de Barcelona. Académica e Investigadora. Escuela de
Trabajo Social. Universidad de Valparaíso
∗∗
Trabajadora Social. Pontificia Universidad Católica de Chile Doctora en Ciencias de la
Educación. Universidad de Barcelona. Académica e Investigadora. Departamento de Trabaio
Social. Universidad de La Frontera
PRESENTACIÓN
Para Chile, el período histórico comprendido entre el 11 de Septiembre de 1973
y el 10 de Marzo de 1990 se inicia con el traumático quiebre de la
institucionalidad democrática del país a través de un Golpe de Estado, seguido
por un gobierno militar dictatorial de facto, que impulsa transformaciones
económicas estructurales en el marco de acciones represivas que afectaron la
Dignidad y los Derechos Humanos de vastos sectores de la población
(Informede la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, 1996; Informe de
la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, 2004).
Durante este período, la represión ejercida hacia las diversas formas de
expresión social, cultural, artística y política, tuvo una de sus más potentes
manifestaciones en la censura y cuestionarniento ideológico de la formación
universitaria en las áreas disciplinares de humanidades, artes y ciencias
sociales. En este difícil contexto, Trabajo Social debió transitar por adversos
derroteros en la búsqueda de su sobrevivencia profesional, junto con la
realización de sus esfuerzos más encomiables, para mantener vigente su
compromiso explícito con los sectores más vulnerables de la sociedad
(Castañeda y Salamé; 2012, p 26). Por lo tanto, a 40 años del aciago evento
fundacional del período, se hace necesario valorizar los aprendizajes
heredados y los efectos que las decisiones asumidas en contingencia han
tenido para el desarrollo en las décadas posteriores para el Trabajo Social
chileno.
En dicho marco, la presente ponencia producto de una investigación
interuniversitaria, tiene por objetivo caracterizar la formación y el ejercicio
profesional de Trabajo Social chileno en el período 1973-1990, proyectando los
efectos de dicho período en los procesos formativos y de trabajo profesional
desarrollados en las décadas posteriores. Las estrategias de recolección de
información que sirven de respaldo a este trabajo, corresponden a entrevistas
con enfoque biográfico a estudiantes, equipos académicos y profesionales en
ejercicio durante el período, junto con análisis documental en escuelas
universitarias tradicionales y en instituciones y fundaciones vigentes en la
época de interés del estudio.
RESULTADOS
Durante los años inmediatamente anteriores al Golpe de Estado, Trabajo Social
se encontraba realizando profundos procesos de redefinición y cuestionamiento
profesionales,
evento
recordado
en
la
literatura
especializada
como
Reconceptualización. En ese marco, su reflexión le permitía reconocer la
existencia de una abierta tensión entre un ejercicio profesional histórico
definido desde las estabilidades sociales requeridas por la funcionalidad de la
sociedad mayor o una redefinición de su rol profesional desde la. clásica
asistencialidad, hacia estrategias de promoción social expresadas en un
compromiso explícito con los sectores más desposeídos de la sociedad. El
efervescente contexto socio político de la época facilitaba la exploración de
estrategias de intervención de mayor cuestionamiento social, en donde la
academia asumía un rol de liderazgo a través de su estamento estudiantil,
permitiendo
la
consolidación
de
un
nuevo
nivel
de
intervención,
correspondiente a Organización y Desarrollo Comunitario, que venía a sumarse
a los históricos niveles Caso/Familia y Grupo. Este nuevo referente teórico
metodológico se tradujo en prácticas profesionales y procesos de
formación insertos en contextos de participación social en poblaciones,
sindicatos, comunidades indígenas y predios agrícolas afectos a la Reforma
Agraria, entre las más recurrentes experiencias referidas desde el período.
Asimismo, la incorporación de bibliografías de mayor espectro político, fue
permeando progresivamente la formación y aportando mayores contrapuntos a
la interpretación social de la realidad nacional revisada en las aulas.
El Golpe Militar detuvo abruptamente estos procesos. La profesión fue
cuestionada y declarada bajo sospecha. Durante los años inmediatamente
posteriores a Septiembre de 1973, las Escuelas de Trabajo Social que
constituían el núcleo histórico de la formación fueron duramente diezmadas.
Según registros del Colegio de Asistentes Sociales de Chile A.G. nueve
profesionales y nueve estudiantes de Trabajo Social fueron víctimas directas de
la represión política en calidad de detenidos desaparecidos o ejecutados
políticos. En ese marco, se cerraron las escuelas de Trabajo Social de la
Universidad de Chile, dependientes de las sedes La Serena, Chillán y Osorno y
la escuela dependiente de la Universidad del Norte en Arica. Las escuelas de
1
Trabajo Social de la Universidad de Chile de las sedes de Antofagasta ,
2
3
4
Valparalso , Santiago , Talca y Ternuco junto con las escuelas de la Pontificia
5
Universidad Católica de Chile, Universidad Católica de Valparaíso y
Universidad de Concepción, continuaron funcionando bajo fuerte control y
censura. Los años inmediatamente siguientes al Golpe Militar no hubo ingreso
de nuevas generaciones a la carrera. Las generaciones estudiantiles que
cursaron estudios entre los años 1970 a 1973, debieron volver a estudiar su
carrera, en planes de estudios transitorios que se redefinieron desde las tareas
clásicas del ejercicio de la profesión.
No obstante, no todo el estamento estudiantil regresó a las aulas, dado que se
expulsaron por razones políticas a un número indeterminado de estudiantes y
se establecieron fuertes restricciones para quienes fueron autorizados a volver,
incorporando como condición de continuidad de estudios una renuncia explícita
a la pertenencia a organizaciones políticas o a la realización de actos con dicha
connotación, a riesgo de la cancelación de la matrícula. Los cuadros
académicos fueron fuertemente mermados. Se sucedieron las expulsiones,
despidos, sumarios, renuncias y abandono voluntario de los cargos debido al
exilio o la clandestinidad. Los nuevos cuadros se conformaron con quienes
1
2
Actual Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Antofagasta
Actual Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Valparaíso
3
En la Reforma Universitaria de 1980, la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Chile fue
transferida al Instituto Profesional de Santiago, fracción institucional desprendida de la Universidad de
Chile y que concentró a un conjunto de carreras que no fueron definidas con rango universitario en
aquella oportunidad. Posteriormente en 1990, el Instituto Profesional de Santiago fue refundado como la
Universidad Tecnológica Metropolitana.
4
5
Escuela cerrada actualmente en la Universidad de Talca.
Actual Escuela de Trabajo Social de la Universidad de La Frontera.
fueron autorizados a permanecer en la universidad junto a nuevas
contrataciones. Las autoridades delegadas reorganizaron las universidades en
general y las escuelas de Trabajo Social en lo particular, exigiendo garantías
de una posición de asepsia ideológica explícita.
Frente a la permanente amenaza de cierre definitivo de la carrera, la profesión
realiza un fuerte viraje hacia modelos teóricos y concepciones metodológicas
de raigambre positivista, apoyándose en los núcleos históricos de formación
vinculados a las ciencias sociales, la planificación social y la investigación
social cuantitativa. Este viraje en coyuntura, que busca revestir a la profesión
de un repertorio tecnológico para la intervención social expresado en un
lenguaje técnico no contingente, se instala en el núcleo histórico formativo
como única opción posible de implementar en la realidad social, permeando
transversalmente los niveles de intervención profesionales históricos e
identitarios correspondientes a Caso/Familia, Grupo y Comunidad que habían
orientado el desarrollo de la profesión en las décadas anteriores. Durante los
17 años de gobierno militar, el ciclo metodológico heredado del modelo de
planificación social normativo característico de la década de 1960 y expresado
en las etapas de diagnóstico, programación, ejecución y evaluación, se
consolida como lenguaje tecnocrático universal del Trabajo Social chileno.
Debió ser aprendido por los equipos docentes, y en forma simultánea,
transmitido al estamento estudiantil, los que fueron conformando nuevos
cuadros profesionales egresados con esta impronta metodológica de
sobrevivencia profesional. Como consecuencia, las reflexiones académicas
respecto de la realidad social que forzadamente omitían la contingencia, se
comienzan a adscribir con fuerza a la coherencia metodológica del proceso de
intervención social, como eje principal del debate.
Como contrapunto, el colectivo profesional de Trabajo Social que ejerce en el
sector público y que sobrevive a los procesos de exoneración política de los
primeros años, enfrenta las vicisitudes derivadas de la implementación del
modelo de desarrollo del país, ajustado a una economía de mercado a ultranza
en forma traumática. Como resultado, el Estado comienza a abandonar o
disminuir su presencia en diversas áreas económicas y sociales, ocasionando
una ostensible baja en la demanda de profesionales de Trabajo Social en
diversas
reparticiones
públicas.
Paralelamente,
al
imponerse
fuertes
restricciones a la organización social, las intervenciones profesionales
distintivas en los niveles de Grupo y Comunidad resultan prescindibles,
desvalorizándose la experticia profesional en esas materias. Las intervenciones
profesionales
en
la
dimensión
Caso/Familia
se
mantienen
vigentes,
fuertemente asociadas a temáticas de asistencialidad. Se produce un
importante desplazamiento de profesionales desde cargos históricos, perdiendo
la exclusividad del ejercicio de las jefaturas de bienestar de diversos
organismos y empresas. En medio de sucesivas crisis económicas que afectan
a Chile a fines de la década de 1970 y en gran parte de la década de 1980, los
recursos destinados a salud, educación, vivienda y previsión son severamente
restringidos, debiendo el colectivo profesional ajustar épicamente el acceso a
los derechos básicos de la población, desde el límite crítico y el interlineado de
la norma. En medio de esta adversa situación, la profesión logra reinventarse
en la coyuntura, al comenzar a implementarsela dimensión subsidiaria de la
economía de mercado, que requiere de un aval profesional para la asignación
de beneficios concebidos bajo ese carácter, alineando de esa manera la
experticia histórica del manejo de la asistencialidad con los requerimientos de
equipos técnicos e instrumentos especializados para la medición de la pobreza.
Es en esta realidad de servicios públicos, que el Trabajo Social universitario
ancló sus procesos de formación teóricos, metodológicos y prácticos,
potenciando su formación tecnocrática al alero de los criterios impacto,
cobertura, eficacia y eficiencia característicos de la implementación de las
políticas sociales subsidiarias del período y que han trascendido en los años
posteriores como lógicas predominantes de la intervención social generada del
Estado.
En forma simultánea, se reconoce la existencia durante este período de un
colectivo profesional de Trabajo Social que ejerce en las organizaciones no
gubernamentales, instituciones que funcionaron fuera de los marcos formales
de la institucionalidad pública, apoyadas por la Cooperación Internacional; la
Iglesia Católica y otros credos; Fundaciones; grupos políticos y aportes de
compatriotas en el exilio. El ejercicio del Trabajo Social en esta vertiente,
contribuye a contener los efectos de la represión política y las consecuencias
económicas y sociales derivadas del impacto de la reconversión productiva del
país en aras del modelo de libre mercado. Los equipos profesionales insertos
en este tipo de organizaciones, contribuyeron a la contención y a la reparación
de las víctimas de las violaciones a los Derechos Humanos, resignificando los
niveles de Caso/Familia y Grupo en intervenciones inéditas que configuraron
repertorios específicos en contingencia, para apoyar los efectos derivados del
crítico contexto de atropellos a las libertades individuales y sociales que se
vivía el país.
Asimismo, en los dolorosos ajustes sociales del nuevo modelo de desarrollo expresados en sucesivas y desoladoras crisis económicas, altos índices de
desempleo y progresivo derrumbe de la actividad industrial y agrícola nacional
tradicional - Trabajo Social contribuyó junto a otras profesiones, al desarrollo de
estrategias de sobrevivencia asociadas a alimentación, salud, tecnologías
alternativas y procesos de generación de inqresos en el nivel de subsistencia
en diversos contextos urbanos y rurales.
En esta tarea, la profesión resignificó sus niveles de intervención de Grupo y
Comunidad y sus saberes en torno a la promoción social, a través de la
revalorización de la educación popular, las metodologías activo participativas y
la animación socio cultural; apoyando decididamente desde este acervo la
recomposición de los procesos de participación social que habían sido
severamente dañados por la represión ejercida en la dirigencia y membresía de
organizaciones poblacionales, políticas, sindicales y gremiales. La búsqueda de
financiamiento de las organizaciones no gubernamentales para enfrentar las
múltiples necesidades existentes, reconoció en el Trabajo Social el liderazgo
metodológico asociado a la formulación de proyectos sociales, unidad clave
para el respaldo de los flujos de financiamiento de las acciones realizadas.
Asimismo, los códigos de registro, rescate y análisis de las intervenciones
profesionales
alternativas
transitaron
en
la
búsqueda
de
enfoques
comprensivos, subjetivos y sociocríticos, que fueran capaces de devolver la voz
y el protagonismo social al Chile silenciado. Las experiencias profesionales
comienzan a reconocer en los enfoques cualitativos y en la sistematización sus
aliados metodológicos en el rescate y la transmisión de los aprendizajes
obtenidos durante estas dolorosas décadas.
Sin embargo, como resultado de una estricta autocensura, asociada al riesgo
permanente del cierre de la carrera, la academia no compone una relación
explícita con esta segunda vertiente del ejercicio profesional. La formación
recogerá
informalmente
estos
aprendizajes
a
partir
del
testimonio
comprometido en el café universitario y la fotocopia clandestina circulando
entre apuntes estudiantiles. Su entrada formal al aula ocurrirá a través de
experiencias puntuales que serán acogidas sólo en las postrimerías del
régimen militar.
REFLEXIONES FINALES: LA BÚSQUEDA DE UNA SÍNTESIS.
La información presentada devela que durante el período 1973-1990, Trabajo
Social se enfrentó a una fractura formativa, en donde la academia cauteló la
amenazada existencia de la profesión en las aulas universitarias, incorporando
en contingencia una impronta metodológica tecnocrática, basada en modelos
teóricos y concepciones de raigambre positivista, que se transformó
progresivamente en un sello identitario de la formación profesional, que ha
respaldado la empleabilidad de Trabajo Social, en los organismos públicos del
país, a todo evento.
Enfrentando una amenaza de cierre nunca superada totalmente, la academia
concentró su diálogo con el ejercicio profesional en organizaciones
gubernamentales, alineando la pertinencia de su formación. tecnocrática con
las demandas sociales del Chile oficial y resguardando con ello la potencial
empleabilidad de las diezmadas nuevas generaciones. Los aportes del ejercicio
profesional en organizaciones no gubernamentales no llegaron a ser
considerados formalmente en los contenidos ni en las prácticas de la
academia. Tampoco formaron parte de una coordinación explícita regular con
el colectivo profesional de las organizaciones gubernamentales. Sin embargo,
se advertía su presencia desde una ausencia forzada, ya que aportaba en
forma velada con nuevos aprendizajes y repertorios en la formación y con
nuevas fuentes de recursos y estrategias de trabajo en la intervención social.
La coordinación profesional entre acciones oficiales y alternativas se realizaba
mediada por los sujetos de atención y no por una relación directa entre
profesionales.
Superada progresivamente la situación de Chile en estado de excepción a
contar de Marzo de 1990, es posible observar que a cuatro décadas del Golpe
Militar y a dos décadas del retorno formal de la democracia, la formación
profesional de Trabajo Social continúa anclada en la lógica tecnocrática como
sello distintivo. Las iniciativas que se generan desde enfoques comprensivos,
subjetivos y sociocríticos se han incorporado de manera complementaria, sin
tener aún la capacidad de desplazar el eje formativo ni resiqniticar el
desempeño profesional cotidiano desde nuevos modelos o enfoques
profesionales. Los principales respaldos a la lógica tecnocrática formada en las
aulas universitarias del Trabajo Social, se encuentran en la impronta subsidiaria
del modelo económico vigente, que garantiza la empleabilidad profesional. Los
actuales repertorios profesionales avanzados en torno a estrategias de
intervención social, gestión social y gerencia social, han sido fortalecidos
durante cuatro décadas de formación tecnocrática y han dotado al Trabajo
Social de procesos y procedimientos caracterizados por una sólida calidad
técnica funcional al modelo de desarrollo definido para el país.
Por tanto, en los procesos formativos actuales, prevalece como preocupación
central la coherencia y consistencia metodológica de las propuestas de trabajo,
por sobre los procesos reflexivos y críticos en torno a los sujetos, los contextos
y los conflictos del mundo social y las condiciones estructurales y contingentes
que impulsan, redefinen y resignifican los procesos de cambio y de
transformación social del Chile contemporáneo.
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Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación. (4a Edición)
Santiago de Chile: Andros Impresores.
Panel Nº II
Tema: “Discusión Política del
sociedad”
trabajo social
y su aporte al proyecto de
Moderadora: Esterla Barreto de Puerto Rico
Panelistas:
Paula Fonseca do Nascimento Viudes
Mirla Cisnes
Marcelo Torres
María Gregoria Carvajal
Fecha: 25 de abril de 2014 12:00 hrs.
Brasil
Uruguay (no hay ponencia escrita)
Chile
México
TERRITÓRIO: CONCEITO CHAVE NA VIGILÁNCIA SOCIOASSISTENCIAL E
V POLíTICA PÚBLICA DE ASSISTENCIA SOCIAL BRASILEIRA
Paula Fonseca do Nascimento Viudes
∗
RESUMO
O presente artigo tem como tema central apresentar os marcos em que se dá
hoje, no Brasil, o desafio da elaboração de uma política pública focada no
enfrentamento da diferentes e complexas desigualdades sociais e
socioespaciais. Mais especificamente, trata-se aqui de colocar em evidência a
definição legal de vigilância socioassistencial, em primeiro lugar. Tomando-a
como ponto de partida, questiona-se em que medida esta definição legal, como
parte constitutiva da Política Nacional da Assistência Social somente pode
ganhar sentido se pensada e problematizada a partir de uma clara concepção a
respeito da reflexão acumulada sobre o conceito de território na Geografia
brasileira. Assim, em segundo lugar, é trabalhado o conceito de território e
território usado, a partir das contribuições de Milton Santos e outros autores. O
objetivo é o de, ao final, ser possível a proposição de uma síntese que articule
as proposições deste rico debate acadêmico ao esforço da formulação e
implementação da política pública.
Palavras-chave: Território, Território usado, Vigilância socioassistencial,
Política pública.
∗
Mestranda em Geografia pela Universidade Estadual Paulista – UNESP
[email protected]
Introdução
Atualmente no Brasil, o desenho institucional da Política de Assistência
Social pauta-se no Sistema Único da Assistência Social (SUAS), que regula e
organiza, em todo território nacional, serviços, programas, projetos e benefícios
socioassistenciais, por meio de um sistema descentralizado e participativo.
Esse sistema de caráter federalista, supõe a habilitação de todos os municípios
brasileiros, cujas responsabilidades são também atribuídas à gestão regional
dos Estados, do Distrito Federal, além da União como instância federal
(SPOSATI, 2001).
O Sistema Único de Assistência Social (SUAS) apresenta-se como uma
das possibilidades de expansão e ampliação dos direitos de proteção social
não contributiva. Aprovado em 2005, e mais recente em 2012 com algumas
alterações,
o
SUAS
define
e
organiza
os
elementos
essenciais
e
imprescindíveis à execução da política de assistência social, buscando, sob
sua responsabilidade, dar respostas a três funções: Proteção Socioassistencial,
Defesa Social e Institucional e Vigilância Social.
Nosso trabalho terá como foco a função da Vigilância Social que
consideramos como uma ferramenta estratégica no desenvolvimento da
capacidade e de meios de gestão assumidos pelo órgão público gestor da
assistência social para conhecer a presença das formas de vulnerabilidade
social da população, no território pelo qual é responsável (SUAS, 2005, p.21).
Além desta introdução, nosso trabalho está dividido em outras cinco
seções:
A
primeira
faremos
uma
análise
da
função
da
vigilância
socioassistencial enquanto estratégia de gestão e uma das funções da
Assistência Social; Na segunda seção apresentamos os marco normativos da
Vigilância Socioassistencial; Na terceira seção expusemos sobre os três
principais conceitos da Vigilância Socioassistencial; Na quarta seção
discutimos sobre o conceito de território usado, e principalmente, nas
contribuições de Milton Santos; E por último, na quinta seção apresentamos
nossas considerações sobre o que foi tratado no decorrer do nosso trabalho.
Vigilância Socioassistencial: estratégia de gestão da Política de
Assistência Social Brasileira
No atual estágio de desenvolvimento do SUAS tornam-se cada vez mais
visíveis os desafios referentes ao fortalecimento da gestão e qualificação dos
serviços; desafios estes cujo enfrentamento pressupõe a organização efetiva
da Vigilância Socioassistencial. O desenvolvimento de capacidades de
planejamento e gestão torna-se crucial para o amadurecimento da assistência
social como política pública setorial, a qual compete garantir ou mediar o
acesso a direitos sociais específicos. Nesse contexto, os processos de
produção, análise e utilização de informações ganham relevância na medida
em que possibilitam qualificar a intervenção dos agentes públicos de forma que
suas ações produzam processos e resultados mais condizentes com as
expectativas e necessidades da população em geral e, em particular, dos
segmentos sociais mais vulneráveis (BRASIL, 2014).
A Norma Operacional Básica do SUAS aprovada em 2012 – NOB 2012 em seu artigo 1º afirma a Vigilância Socioassistencial como uma função da
política de assistência social, conjuntamente com a Proteção Social e a Defesa
de Direitos. Essas três funções possuem fortes relações entre si, e em certo
sentido, podemos afirmar que cada uma delas só se realiza em sua plenitude
por meio da interação e complementariedade com as demais.
A partir da aprovação da NOB em 2012 a Vigilância Socioassistencial
para a ser obrigatória sua implementação e deve ser realizada por intermédio
da produção, sistematização, análise e disseminação de informações
territorializadas, e trata:
I – das situações de vulnerabilidade e risco que incidem
sobre famílias e indivíduos e dos eventos de violação de
direitos em determinados territórios;
II – do tipo, volume e padrões de qualidade dos serviços
ofertados pela rede socioassistencial. (BRASIL, 2012,
p.40)
Neste
trabalho
vamos
evidenciar
e
focar
nas
situações
de
vulnerabilidade e risco social e nos eventos de violação de direitos no território.
De acordo com as determinações da NOB/SUAS (2012) a Vigilância
Socioassistencial deve estar estruturada e ativa:
Em nível municipal, estadual e federal, contribuindo com
as áreas de proteção social básica e de proteção social
especial por meio da elaboração de estudos, planos e
diagnósticos capazes de ampliar o conhecimento sobre a
realidade dos territórios e as necessidades da população,
e auxiliando no planejamento e organização das ações
realizadas nesses territórios. Deve, ainda, contribuir com
a própria Gestão – em sentido amplo – auxiliando a
formulação, planejamento e execução de ações que
induzam à adequação da oferta às necessidades da
população. Para isso, faz-se necessário que também
sejam produzidas e analisadas informações sobre o
financia- mento; sobre o tipo, volume, localização e
qualidade das ofertas; bem como das condições de
acesso aos serviços, benefícios, programas e projetos
(BRASIL, 2014, p.9).
Já o Caderno 3 do CapacitaSUAS (BRASIL, 2013) a Vigilância deve
responder não só pela identificação das situações de vulnerabilidade e risco
que incidem sobre as famílias que vivem no território, mas também deve
permitir compreender porque e como se configuram territorialmente as
necessidades e demandas por seguranças socioassistenciais. Somente assim
poderá produzir uma visão territorializada e interligada entre as demandas e
respostas de proteção social (BRASIL, 2013, p.26).
Ou seja, é preciso identificar as famílias, onde estão essas famílias no
território e também qual a sua necessidade de proteção social para que a
assistência social possa atuar na intervenção.
Marco Normativo da Vigilância Socioassistencial
Apresentamos a seguir a redação dos documentos normativos da
Assistência Social que se referem à Vigilância Socioassistencial, a fim de
resgatar a completude do Marco Normativo da área e analisá-los mais
detidamente. A Vigilância ganhou um importante aliado com a redação da
Norma Operacional Básica (NOB) 2012, que reitera a importância dada à
Vigilância na Lei Orgânica de Assistência Social (LOAS) e na Política Nacional
de Assistência social (PNAS). Estes três documentos ajudam a dar concretude
às atividades próprias da Vigilância e mostram como este tema é necessário
para alavancar a agenda do SUAS no país.
A LOAS, afirma em seu artigo 2o que:
A assistência social tem por objetivos:
social,
I
-
a
proteção
que
visa à garantia da vida, à redução de danos e à prevençã
o da incidência de riscos, especialmente: (...); II - a
vigilância socioassistencial, que visa a analisar
territorialmente a capacidade protetiva das famílias e nela
a ocorrência de vulnerabilidades, de ameaças, de
vitimizações
e
danos;
III
a defesa de direitos, que visa a garantir o pleno acesso a
os direitos no conjunto das provisões socioassistenciais.
(Lei nº 8.742, de 1993, segundo redação dada pela Lei nº
12.435, de 20111).
Esta redação aponta para a importância da Vigilância Socioassistencial
como objetivo da política da Assistência Social, no mesmo patamar que as
proteções sociais e a defesa dos direitos, ao mesmo tempo que, estabelece o
que é de responsabilidade da Vigilância realizar: analisar territorialmente a
capacidade protetiva das famílias e nela a ocorrência de vulnerabilidades, de
ameaças, de vitimizações e danos (BRASIL, 2014).
A PNAS, desde 2005, também estrutura assertivas sobre a Vigilância
Socioassistencial. Assim, se inicia o difícil trabalho de dar materialidade a
Vigilância Socioassistencial, ligando-a à produção, sistematização das
informações, indicadores e índices territorializados, apontando assim para o
campo de atuação da Vigilância.
A partir da NOB/SUAS 2012 - em seu artigo 87 e seguintes - cria-se a
obrigação de instituir a área da vigilância socioassistencial vinculada aos
órgãos gestores da política de assistência social, dispondo de recursos de
incentivo à gestão para sua estruturação, desenvolvimento de atividades,
manutenção e delimita as responsabilidades dos entes. A citada norma traz o
amadurecimento da área nos últimos anos, materializando quais são, de fato,
as atividades que a Vigilância deve executar.
A NOB clarifica a relação entre Vigilância Socioassistencial e a gestão
da informação (art.95 a 98), o monitoramento (art. 91 e art.99 a 104) e a
avaliação (art.105 a 108) no SUAS. Mesmo que estas atividades sejam
realizadas por núcleos específicos que não são exclusivos do SUAS, mesmo
que sejam realizadas por organizações externas, ou que existam atividades
realizadas em outras áreas ou proteções, é responsabilidade da Vigilância
Socioassistencial traduzir e organizar estrategicamente estas informações para
1
Disponível em: < http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/_Ato2011-2014/2011/Lei/L12435.htm>
a linguagem do SUAS e para a tomada de decisão. A Vigilância é a gestora
das informações no âmbito do SUAS e deve se responsabilizar pelas
informações do e para o sistema.
O três principais conceitos da Vigilância Socioassistencial
Em sua dimensão teórico-conceitual, a concepção de Vigilância
Socioassistencial instituída pela PNAS está ancorada em um conjunto
integrado de conceitos e categorias que buscam instituir uma abordagem
específica para a produção de conhecimentos aplicados ao planejamento e
desenvolvimento da política de assistência social.
Como apontado nos artigos 1º e 6º da LOAS, a Vigilância evoca a
apropriação e utilização de três conceitos-chave, a saber risco, vulnerabilidade
e território, que inter-relacionados propiciam um modelo para análise das
relações entre as necessidades de proteção social no âmbito da assistência
social, de um lado; e as respostas desta política em termos de oferta de
serviços e benefícios à população, de outro (BRASIL, 2014).
Seguindo a perspectiva do Ministério de Desenvolvimento Social e
Combate a Fome - MSD a operacionalização do conceito de risco visa
identificar a probabilidade ou a iminência de um evento acontecer e,
consequentemente, está articulado com a disposição ou capacidade de
antecipar-se para preveni-lo, ou de organizar-se para minorar seus efeitos,
quando não é possível evitar sua ocorrência. Sendo assim, a aplicação do
conceito de risco está necessariamente associada à pré-definição de um
evento (ou de um certo conjunto de eventos), tendo em vista a peculiaridade de
cada área (BRASIL, 2014).
Então, para a operacionalização do conceito risco exige a definição do
conjunto de acontecimentos e compete desenvolver diretamente esforços de
prevenção ou de enfrentamento para redução de seus agravos.
Em relação a tais acontecimentos é necessário desenvolver estudos que
permitam algum tipo de mensuração e monitoramento da sua incidência ou da
probabilidade de sua ocorrência. Desta maneira, com base na PNAS é possível
definir que, no âmbito de atuação da Assistência Social, constituem situações
de riscos a incidência, ou a probabilidade de ocorrência.
O segundo conceito-chave da Vigilância Socioassistencial é o de
vulnerabilidade. Segundo a PNAS (2004) a vulnerabilidade se constitui em
situações ou ainda em identidades que podem levar a exclusão social dos
sujeitos. Estas situações se originam no processo de produção e reprodução
de desigualdades sociais, nos processos discriminatórios e aqueles que
segregam, gerados nas construções social e históricas e privilegiam alguns em
relação a outros.
Kaztman e Filgueira (2006) têm trabalhado com o conceito de
vulnerabilidade social e afiançam :
[...] chamamos de vulnerabilidade ante a pobreza ou a
exclusão social as situações que surgem quando as
configurações de recursos que controlam e podem
movimentar os municípios não são suficientes para
aproveitar as estruturas de oportunidade de acesso ao
bem estar (KAZTMAN E FILGUEIRA, 2006, p.71).
A abordagem da vulnerabilidade social mostra-se relacionada ao acesso
ao bem estar social que os autores acima citados denominam de “estruturas de
oportunidade de acesso ao bem estar”.
E por fim, o terceiro conceito-chave da Vigilância é território. Segundo
Souza (1995, p.75) território é "fundamentalmente, um espaço definido e
delimitado por e a partir de relações de poder". Tal poder só se exerce "com a
referência a um território e, muito frequentemente, por meio de um território"
(SOUZA, 2013, p. 87).
Couto (2010) destaca que o território é também o terreno das políticas
públicas, onde se concretizam as manifestações da questão social e se criam
os tensionamentos e as possibilidades para seu enfrentamento.
Assim sendo, pensar as políticas públicas na ótica do território e dos
vínculos sociais não significa buscar a homogeneização das condições sociais
e das realidades cotidianas, mas buscar uma visão estratégica para a
otimização dos esforços públicos.
Vale a pena destacar que a noção de território ultrapassa os limites
geográficos e deve ser baseada no reconhecimento das capacidades criadas
coletivamente no território enquanto espaço de vivência com características
políticas, econômicas e culturais.
Ao atentarmos para o conceito de território, consideramos a perspectiva
trazido por Milton Santos mais adequada para a discussão da Vigilância.
Partimos para esta categoria de análise pois suscita a depuração dos
usos pelos sujeitos, individual ou coletivamente, em grupos organizados ou
não, e revela a realidade no presente e seu movimento.
O território usado permite a elaboração de trabalhos que lidem com a
complexidade do período histórico atual, por sua vez, caminhe para a
compreensão do movimentos do mundo. Para Santos (2007a) o território
usado, visto como uma totalidade, é um campo privilegiado para a análise, na
medida em que, de um lado, nos revela a estrutura global da sociedade e, de
outro lado, a própria complexidade do seu uso.
O território usado
Santos (1998) destaca que vivemos com uma noção de território
herdada da Modernidade incompleta e do seu legado de conceitos puros,
tantas vezes atravessando séculos praticamente intocados. É o uso do
território, e não o território em si mesmo, que faz dele o objeto da análise social
(SANTOS, 1998, p. 15). Santos (1996) ainda defende que ao atentarmos para
o uso do território poderemos desvendar os diferentes interesses dos diversos
agentes sociais que, relacionando-se entre si, atuam na formação dos
territórios.
Milton Santos (1998) expôs que o "território são formas, mas território
usado são objetos e ações, sinônimo de espaço humano, espaço habitado"
(SANTOS, 1998, p. 16).
Santos (2007) nos apresentou o significado do território:
O território tem que ser entendido como o território usado,
não o território em si. O território usado é o chão mais a
identidade. A identidade é o sentimento de pertencer
àquilo que nos pertence. O território é o fundamento do
trabalho; o lugar da residência, das trocas materiais e
espirituais e do exercício da vida (SANTOS, 2007b, p.22).
Nesta citação, Milton Santos elucida o valor de um território, pois
relaciona a identidade e o sentimento de pertencer a tal local, deixando clara a
relação de uso do território.
Koga (2003) apresenta sua definição de território e afirma:
O território também representa o chão do exercício da
cidadania, pois cidadania significa vida ativa no território,
onde se concretizam as relações sociais, as relações de
vizinhança e solidariedade, as relações de poder. É no
território que as desigualdades sociais tornam-se
evidentes entre os cidadãos, as condições de vida entre
moradores de uma mesma cidade mostram-se
diferenciadas, a presença/ausência dos serviços públicos
se faz sentir a qualidade destes mesmos serviços
apresentam-se desiguais (KOGA, 2003, p.33).
Consideramos a contribuição de Koga importante quando afirma que o
território representa o chão do exercício da cidadania, onde se materializa a
presença/ausência dos serviços públicos, sendo que essa presença/ausência
não significa (simplesmente) o acesso a todos os serviços e com qualidade.
Segundo PNAS é necessário considerar a alta densidade populacional
do Brasil e, ao mesmo tempo, seu alto grau de heterogeneidade e
desigualdade socioterritorial presentes nos mais de 5.560 municípios
brasileiros.
A análise da adequação entre as necessidades da população e as
ofertas dos serviços e benefícios socioassistenciais, vistos na perspectiva do
território, deve constituir-se como objeto central e de permanente reflexão da
Vigilância Socioassistencial. Esta visão de totalidade, integrando necessidades
e ofertas, permite traçar melhores ações e estratégias para prevenção e para
redução de agravos, contribuindo para o planejamento, gestão e execução da
política de assistência por meio de seus serviços e benefícios, objetivando
sempre o fortalecimento da função de proteção social do SUAS.
Considerações finais
A partir do reconhecimento de que o conceito de território usado é mais
adequado para nossa discussão, apresentamos uma síntese que, desejamos,
ser capaz de articular as proposições do debate acadêmico ao esforço da
formulação e implementação da Vigilância Socioassistencial.
É inegável e vale destacar as contribuições e reflexões acumuladas pela
Geografia Brasileira sobre o conceito de território e território usado. Essas
contribuições, e principalmente a partir da perspectiva de Milton Santos,
serviram como base na construção da própria PNAS em 2004 e tais discussões
vem avançando e embasando formulações e implementações de políticas
públicas.
A Vigilância Socioassistencial tem sido, e ainda será, um grande desafio
na materialização da PNAS e do SUAS, mas que vem se consolidando no
decorrer dos anos e, principalmente, a partir da NOB 2012 se tornando uma
obrigação sua implementação nos municípios e nos estados.
Assim sendo, pensar as políticas públicas (e principalmente a Política de
Assistência Social tratada neste trabalho) na ótica do território e dos vínculos
sociais não significa buscar a homogeneização das condições sociais e das
realidades cotidianas, mas buscar uma visão estratégica para a otimização dos
esforços públicos e uma visão de totalidade.
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ESCENARIOS SOCIOPOLÍTICOS Y SUS INFLUENCIAS EN EL TRABAJO
SOCIAL CHILENO
∗
Marcelo Torres Fuentes
∗∗
RESUMEN
La presente investigación se enmarcó dentro de lo que se conoce en
investigación como metodología cualitativa, esta se desprende del paradigma
teórico/epistemológico Interpretativo de las Ciencias Sociales. Por eso la
verdad no es única, sino que surge como una configuración de los diversos
significados que las personas le dan a una cierta situación (Briones G, 1999).
De esta manera se pretendió descubrir el significado de las y los trabajadores
sociales a través de sus vivencias, historias de vida y percepciones de cómo el
trabajo social desde su construcción histórica política ha ido situándose en
estos escenarios y como a partir de esos contextos se ha desarrollado la
disciplina al interior de las ciencias sociales. Por ello los objetivos que busco
éste trabajo estuvieron orientados a describir las dimensiones sociopolíticas
que han configurado el desarrollo de la profesión, y conocer las nuevas
configuraciones de la profesión en los escenarios sociopolíticos emergentes.
Palabras claves: trabajo social
profesional - escenarios emergentes
-escenarios
soclopolíticos-
Identidad
Ese artículo surge en el contexto de un proyecto de investigación que está en desarrollo y que
∗
es financiado por el concurso de Investigación de Ciencias Básicas y Aplicadas de la
Universidad Central de Chile año 2012. En este contexto se dará a conocer los principales
temas que ocupan y preocupan al equipo investigativo ( Investigador Responsable Marcelo
Torres.y Co- Investigadores: Diego Palma, Adolfo Castillo e Ignacio Monsalve)
∗∗
Chileno. Trabajador Social. Doctor en Análisis de Problemas Sociales de la Facultad de
Sociología y Ciencias Políticas de la Universidad de Granada España, Magíster en Políticas
Sociales y Gestión Local. Universidad ARCIS. Académico Escuela de Trabajo Social,
Universidad Central de Chile, Correo electrónico [email protected]
1 2 TRABAJO SOCIAL DESDE LAS DIVERSAS CONFIGURACIONES
SOCIOPOLíTICAS
Los diversos contextos sociopolíticos del país, han tensionado el desarrollo
disciplinar del Trabajo Social Chileno, pues los diferentes regímenes políticos
han permeado el desarrollo de la profesión en sus diferentes dimensiones, en
este escenario el Estado en su funciones reguladoras de orden y de control
social ha establecido en su marco jurídico y político normativas que han
definido tanto el crecimiento como el desarrollo del país.; los diversos proyectos
políticos a lo largo de la historia han permitido que el Trabajo Social se haya ido
desarrollando
desde
diversas
perspectivas
ideológicas,
éticas,
epistemológicas, teóricas y metodológicas que han tensionado los actuales
escenario de la profesión.
Según Matus nos señala que profundizar en las formas en que Trabajo Social
accede al conocimiento de la realidad,
implica sin lugar a dudas una
reconstrucción histórica. No se trata, por tanto de presentar exhaustivamente
los diferentes momentos históricos del Trabajo Social dado que en la literatura
existen diversas apreciaciones que dan cuenta de ello y que están abordada en
su amplia profundidad. Sin embargo dicha reconstrucción histórica nos permite
adentrarnos en la problemática de la identidad y en los desafíos de un Trabajo
Social contemporáneo.
Situar el contexto histórico de la profesión necesariamente debe de hacerse
conociendo las diversas variables estructurales que se dan en un contexto, en
este sentido la historia del Trabajo Social es una historia política, económica,
cultural, social y ahora además tecnológica, es decir, para descubrir y entender
al Trabajo Social en su historia, se necesitan de elementos de contexto, sin
aquellos difícilmente se puede hacer una comprensión histórica del desarrollo
de la profesión. Sin estos elementos se dificulta la posibilidad de valorar la
importancia de los
trabajadores sociales quienes son los que han ido
generando aquellos aprendizajes, sus resignificaciones de los procesos
históricos y como éstas han influido en las actuales discusiones respecto las
formas de entender la profesión.
Como dice Michel Chauvière (Bec et al., 1994), la profesionalización del
Trabajo Social es compleja y no unívoca. Se forja en el tiempo; es una
construcción que se hace progresivamente, alimentándose de diversas
corrientes, utilizando numerosas estrategias, inscribiéndose en el conjunto de
los hechos sobresaliente de la época. Es pues algo socialmente e
históricamente construido. Pues bien, cuando la Enciclopedia de Trabajo Social
de la NASW se plantea el tema de la historia y la evolución de la práctica del
Trabajo Social afirma taxativamente que el Trabajo Social se desarrolló como
disciplina especializada desde la mitad del siglo XVIII al final del XIX, a partir de
las sociedades organizadas para la asistencia a los pobres.
Hoy en día la formación del Trabajo Social es el resultado de toda su historia
pasada. Principalmente, es la identidad profesional la que ha adquirido un
carácter particular, según, Mario Quiroz señala que la identidad se edifica con
fundamento en la historia, depende del pasado donde surgen las primeras
identificaciones que dan origen a la profesión, y a partir de esta se va
enriqueciendo y modificando en función de las demandas sociales. Dentro de
esto también se encuentra el nacimiento de nuevos roles aumentando su
caudal de conocimiento y la reflexión sobre su propia práctica.
Para Mario Quiroz, es primordial a la hora de hablar sobre el Trabajo Social de
hoy, acerca del mito fundacional. Lo que trata de decir es que el Trabajo Social
edifica su propia leyenda, en base a una historia que una vez tuvo sentido y
que le fue funcional: la caridad y la filantropía, pero esto actualmente, desde
una perspectiva crítica, está en discusión y es negada rotundamente. “La
esencia del Trabajo Social está en su historia, en la profundidad de sus raíces,
es decir, en su conciencia histórica”(Quiroz M. , 1990).De acuerdo a lo anterior
se presenta una descripción de los diversos momentos sociopolíticos y como
el Trabajo Social se ha situando.
ESCENARIOS SOCIOPOLÍTICOS Y SUS INFLUENCIAS EN EL TRABAJO
SOCIAL EN CHILE: 1920 - 2010
Desde su aparición como profesión, en la década de los años 20 del siglo XX,
el Trabajo Social ha ido manifestando un progresivo cambio, la cual está
estrechamente
relacionada
con
el
contexto
en
que
tiene
lugar
su
desenvolvimiento. Sus fundamentos y orientaciones prácticas se han basado
durante su trayectoria, en los elementos de realidad que se presentan, al
empleo de los avances en las ciencias, a un desarrollo endógeno de la
reflexividad disciplinar resultante del contexto político y social y a las relaciones
de poder que en la sociedad se van expresando en el decurso histórico.
Para la historiadora Angélica Illanes es Estado chileno en el siglo XX es “como
una construcción netamente histórica, esto es, se configura en torno a los
desafíos sociales y económicos del período, los cuales exigirán del Estado
asumir un creciente protagonismo” (Illanes, 1993: 16) y llega se ser una “figura
subsidiaria del movimiento popular, se levanta a nombre del Pueblo,
convirtiendo a éste en objeto central de su política” (Idem: 16). En efecto, las
luchas populares de décadas del movimiento social obrero, había logrado que
la clase política gobernante acogiera e integrara demandas sociales
largamente exigidas desde las bases populares.
Este periodo está marcado por la creación de la primera escuela de Trabajo
Social en Chile y en América Latina, fue una iniciativa del Dr. Alejandro del Rio,
nace con una orientación paramédica y parajurídica, motivado por una acción
filantrópica y apostólica. Esta escuela fue denominada “Escuela de Servicio
Social de Beneficencia”. Es en este contexto que se define el Trabajo Social de
la época como una modalidad benéfico asistencial, no solo se trata de una
prolongación de la etapa pre profesional sino que es el estilo dominante de las
primeras asistentes sociales en América Latina: siendo definido como un
técnico
de la caridad. Los problemas sociales se
considerarlos como problemas individuales
circunscribían a
que necesitan asistencia,
atribuyéndoles causas muy diversas enfermedad, raza, apatía falta de espíritu
emprendedor… Dejando de lado o no considerando la relación entre los
problemas individuales con los problemas estructurales de la sociedad. (AnderEgg, 1995).
Durante la segunda mitad del siglo pasado el Estado se constituyó en el
escenario de la polarización global, lo cual también se reflejó en el campo del
movimiento asociativo. El conflicto entre capital y trabajo se proyectó a toda
forma de organización, y en el marco de la sociedad de masas que emergió
junto con el desarrollo capitalista chileno, contribuyó a escindir aún más ambas
dimensiones del conflicto contemporáneo. Ese tejido asociativo que nació bajo
el impulso de un Estado fuerte, centralista, heredero de la tradición borbónica,
no tuvo, al menos durante la mayor parte del siglo XX, la autonomía suficiente
para intervenir en la esfera pública y construir procesos de participación y
empoderamiento ciudadano. La matriz histórica de articulación sociopolítica se
estructuró en torno al Estado.
La marginalidad y la pobreza son una causa del capitalismo de la dominación
de clases lucrativas insensibles a los problemas de estos sectores de la
sociedad. Un jesuita, Roger Vekemans escribió que la marginalidad era un
fenómeno histórico estructural no originado en el desarrollismo sino en el
dualismo estructural del mundo latinoamericano por lo que cabía una estrategia
civilizatoria. Esta tesis fue la base para montar la política de Promoción Popular
durante el gobierno de Frei. Lo que vino después fue una forma de populismo
donde se generan dualidad de poderes, y la clase política fue incapaz de
encontrar formas de dialogo con el movimiento social popular.
En contraposición al Servicio Social Tradicional surge LA CONCEPCIÓN
DESARROLLISTA donde no solo hay que resolver los problemas individuales,
sino que también hay que contribuir al funcionamiento de la sociedad. La
concepción desarrollista proviene de los estudios presentados por la CEPAL,
que estimulan la participación del Servicio Social en las iniciativas de
encaminar la región hacia el desarrollo. Dicha concepción fue un paso
importante para el desarrollo de nuestra profesión, dado que genera una nueva
mirada en un contexto global. El Asistente Social pasa a intervenir en la
realidad con el objetivo de modificarla, teniendo presente que la realidad es
dinámica con un sin número de variables que influyen en la conformación de
los procesos.
El Servicio Social ya no puede seguir desarrollándose como un agente
repetitivo de acciones sin sustento teórico, en esta lógica hace sentido el
esquema conceptual referencial operativo (ECRO), de Pichón Riviere, instalado
por Trabajadores Sociales Argentinos en 1965. Desde esta fecha se comienza
a realizar la búsqueda de una teoría que sustente a la profesión en América
Latina. Pues hasta los sesenta el Servicio Social era un instrumento de los
sectores
dominantes
para
mantener
un
sistema
que
perpetuo
las
desigualdades sociales.
Desde lo anterior la Reconceptualización seria fruto de las condiciones
históricas, sumado a la incapacidad que tendría el Servicio Social para dar
respuestas efectivas a las demandas del medio social cambiante sobre el cual
desarrolla su accionar. Llevado a cabo por profesionales de la época que
realizaron críticas a la profesión, planteando la necesidad de elaborar teorías
que dieran sustento a la praxis profesional.
Durante los años 1973-1989 Gobierno autoritario e impuesto “de facto”. Estado
represor que limita las garantías individuales, viola los derechos humanos y, en
general, recorta la condición y el derecho de la ciudadanía. En algún sentido
los cambios generados por el golpe de Estado de 1973, provocaron una
profunda reestructuración entre Estado y sociedad. El resultado impactó la
sociedad civil despedazando las redes comunitarias, los vínculos sociales, los
mecanismos de protección, por lo que se puso en marcha el escenario de la
incertidumbre, de la privatización de la vida, de la crisis del espacio público”.2
El proyecto que atravesó el periodo fue la instalación, consolidación y
desarrollo, en todos los aspectos de la vida económica, social y en la cultura,
2 Portantiero, Juan Carlos., “La sociedad Civil en América Latina: entre autonomía descentralización”, en Sociedad y Política en América latina: Representación de Intereses y Gobernabilidad., Hengstenberg, Peter y otros.FES, Ed. Nueva Sociedad, Venezuela, 1999. Pág. 33. de un “orden” inspirado en la doctrina neo liberal. El Estado se resta de
intervenir en aquellas cuestiones que, teóricamente, podría solucionar la
iniciativa privada a través de los mercados (estado subsidiario) y siempre va a
intervenir, con fuerza, frente a situaciones sociales y políticas (pasa a ser lo
mismo) que obstaculizan el libre funcionamiento de las fuerzas en los
mercados (de allí la proscripción de los partidos y el descabezamiento de las
organizaciones).
En definitiva en éste periodo se vive un periodo de restricción de los derechos
políticos, el rol del Estado es subsidiario, abandonando el Estado de bienestar,
se disminuye el gasto público por lo cual se restringe el campo profesional, se
suma a ello la expulsión del país sufrida por varios profesionales, mientras que
los (as) Trabajadores (as) Sociales que permanecían en el país debían
adaptarse a una nueva situación. En este contexto el Trabajo Social vuelve a
retomar el asistencialismo, tan cuestionado anteriormente.
La década de los noventa constituye para los actores y movimientos sociales
de Chile, un escenario de experimentación, innovación y despliegue de
creatividad ciudadana, no obstante las dificultades y severos déficit de
modernidad e integración a los mercados y al orden democrático observable en
las periferias del mundo local y regional. El resultado de los cambios en el
Estado en el tránsito de la dictadura militar a los gobiernos democráticos post
1990, generaron transformaciones en su sociedad civil, alterando el patrón o
matriz Estado céntrica, que se reflejó en la redefinición del modo en que las
políticas públicas son desarrolladas por el Estado, particularmente, la manera
en que las organizaciones de la sociedad civil van interactuando con las
agencias de gobierno.
Así, durante la dictadura, existieron trabajadores sociales que trabajaron en las
políticas focalizadas y asistenciales del estricto neo liberalismo más aún, hubo
trabajadores sociales que se creyeron el cuento del mercado como
solucionador de la cuestión social) y, en ese mismo período, otros/as criticaron
esos enfoques y prefirieron incorporarse a las ONGs e impulsar “experiencias
piloto”
junto
a
las
organizaciones
subalternas.3.
Durante
la
primera
Concertación, estaban aquellos/as profesionales que instalaron democracia
cumpliendo fielmente con incrementar la eficacia de la acción social oficial y
con ampliar las coberturas de los servicios sociales y aparecieron aquellos/as
quienes, sin negar la necesidad de lo anterior, buscaron ir más allá e
impulsaron formas innovativas en los programas, especialmente en espacios
más liberados respecto del aparato estatal central, como son los municipios.4
Los profesionales conforme a los principios de equidad y justicia social,
comienzan a combinar lo asistencial con lo promocional, aportando al proceso
de planificación de las políticas sociales, la labor de los profesionales es de
mediadores entre la sociedad y el Estado. En síntesis en Chile, A lo largo del tiempo que aquí consideramos, desde
19395 , hasta la actualidad, el estado en Chile ha sido ocupado por sucesivos
gobiernos, de distinto signo ideológico, pero que, a lo largo de esta etapa han
mantenido ciertos rasgos básicos comunes: el estado siempre apoyó el orden
económico capitalista (incluso durante los tres años de la Unidad Popular), el
régimen político siempre fue presidencialista y el carácter político administrativo
se mantuvo siempre bajo la forma “unitaria” (con énfasis hacia el centralismo).
En este sentido éste proyecto de investigación se sitúo desde el escenario
nacional considerando aquellos momentos históricos relevantes y que han
marcado su desarrollo con la intención de tensionar y conocer las nuevas
visiones acerca de la disciplina y sus aportes a las ciencias sociales.
Antecedentes que fueron profundizados en el desarrollo de esta investigación a
partir del relato de los principales actores de ésta historia: Trabajadoras y
Trabajadores Sociales como sujetos constructores de nuestra profesión ,es
3 Cabe mencionar al Colectivo de Trabajo Social que, en ese período se propuso “reflexionar sobre la profesión en términos alternativos” y que pudo sostener, durante todo ese período, una revista de bastante circulación. 4Así surgieron los primeros “Fondos Concursables” en la antigua comuna de Conchalí o la desconcentración de los servicios municipales que se ensayó en la comuna de Rancagua. 5 La elección de Pedro Aguirre Cerda, a finales de 1938, marcó un parte aguas en la historia política de Chile, ya que, por primera vez, la coalición triunfante (el Frente Popular) no incorporó ni a la oligarquía terrateniente ni a la burguesía minero financiera: así se marcaba el fin de la “dominación oligárquica”, un proceso que se había iniciado en 1920 con el triunfo electoral del presidente Arturo Alessandri.. decir, iinteresó como objetivo de trabajo conocer, describir y resignificar desde
la voz de los propios actores las visiones tradicionales desde donde nace la
profesión y como está en su transitar sociopolítico ha ido desarrollándose en
las
diversas
complejidades
sociales
situadas
históricamente.
Este
planteamiento permitirá entender la visión actual del Trabajo Social, es decir un
Trabajo Social crítico y situacional donde a partir de la incapacidad del Estado
en abordar las diversas demandas sociales y con una emergente sociedad civil
que organizadamente ha ido planteando en estos últimos años sus
necesidades ha requerido que las ciencias sociales y específicamente el
Trabajo Social desarrollen una discusión pertinente a las dinámicas actuales.
La discusión queda abierta y los aportes de ésta investigación se publicaran
oportunamente para aportar a la comprensión de la profesión.
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Portantiero, Juan Carlos, (1999) “La sociedad Civil en América Latina: entre
autonomía
descentralización”,en Sociedad y Política en América
latina: Representación de Intereses y Gobernabilidad.,
Hengstenberg, Peter y otros.FES, Ed. Nueva Sociedad, Venezuela,
COMPETENCIAS QUE DESARROLLA EL ESTUDIANTE DE LA
LICENCIATURA EN TRABAJO SOCIAL, EN SU PRÁCTICA ACADÉMICA,
EN UN MODELO CENTRADO EN EL APRENDIZAJE.
Ma. Gregoria Carvajal Santillán
Marisa Mesina Polanco
Catalina Suarez Dávila
Sergio Wong de la Mora
∗
∗∗
∗∗∗
∗∗∗∗
RESUMEN
Para que el Trabajador Social, responda a las necesidades sociales del mundo
globalizado, las escuelas y facultades de Trabajo Social, deben ofrecer
estrategias de formación en los alumnos, que les proporcione elementos que
promuevan un cambio social. De ahí que la Facultad de Trabajo Social, de la
Universidad de Calima, en Colima, México, ha implementado desde hace 10
años un modelo de enseñanza centrado en el aprendizaje, una de las razones
que se han argumentado, es que éste permite realizar un recorrido por el
aprendizaje, de manera inversa al que se ha seguido tradicionalmente, además
de que propicia de manera consciente el trabajo colaborativo, puesto que una
estrategia didáctica utilizada, son los grupos pequeños, en los que se propicia
que los estudiantes compartan la experiencia de aprendizaje, desarrollen
habilidades de observación y reflexión, además de propiciar un acercamiento
directo entre profesor-alumnos, alumnos-alumnos. Con este breve antecedente
de busca, Conocer cuáles son las competencias y habilidades, que desarrolla
el estudiante de la licenciatura en Trabajo Social, en su práctica académica, en
un modelo centrado en el aprendizaje.
El presente estudio, es de corte cualitativo y presenta un recorrido por tres
generaciones de alumnos de la licenciatura en Trabajo Social, por medio de
una revisión a las memorias presentadas, al finalizar su intervención en
escenarios reales.
Palabras clave: Competencias, práctica académica, modelo centrado en el
aprendizaje
∗
∗∗
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
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Introducción
En los últimos años, los cambios sociales, políticos y económicos, demandan
una dinámica educativa desde una perspectiva diferente, la cual debe
responder a los nuevos escenarios globales, de ahí que las instituciones de
educación superior deben preparara profesionistas que atiendan estas nuevas
exigencias sociales.
El profesional del Trabajo Social, debe estar inmerso en estas
transformaciones, debido a que permanentemente está enfrentándose con
problemas de diversa índole, lo que conduce a prepararse con
competencias laborales, al ser
nuevas
una profesión de servicio, cuyo campo de
acción son las necesidades sociales, las labores principales de este
profesionista son la gestión social, educación informal, investigación, buscando
ante todo, propiciar un cambio de actitudes en las personas, para que puedan
enfrentar con mayores posibilidades de éxito las situaciones problemáticas que
le generan conflictos.
El Plan de Estudios de la licenciatura en Trabajo Social, en la Universidad
de Colima, sufrió reestructuración teniendo ahora un Modelo Centrado en el
Aprendizaje, caracterizado por incorporar un conjunto de objetivos, estrategias
y recursos orientados a lograr aprendizajes significativos y enfatizar la actividad
autónoma del alumno de aprender a aprender, se fundamenta en las teorías
constructivistas del aprendizaje, en los principios del aprendizaje de los adultos
y en el desarrollo de modelos andragógicos, que tiene el propósito de ayudar a
los estudiantes a desarrollar habilidades para dirigir su propio aprendizaje.
Los contenidos se agruparon considerando al eje del ciclo vital y la teoría
de sistemas, de tal forma que se revisan contenidos desde la perspectiva
micro, meso y macro; a la vez se clasifican en grupos de edades : niñez,
adolescencia, adultez (los primeros tres semestres), familia grupos y sociedad
(de cuarto a sexto) y campos profesionales (séptimo y octavo) contando con
cuatro modalidades didácticas: tutorial, disciplinar, integrativa y crecimiento
personal en las que se propicia el trabajo colaborativo y permite a los
estudiantes compartir experiencias de aprendizaje, así como desarrollar las
habilidades de observación y reflexión.
La modalidad de la práctica integrativa, es un pilar fundamental, en la
formación del licenciado en Trabajo Social,
se busca que el estudiante
combine la teoría con las habilidades técnicas, que comprenda que los
conocimientos, habilidades y capacidades, que se desarrollan en las demás
modalidades, que conforman el plan de estudios, son parte de un todo que le
dará elementos para conocer e intervenir en problemáticas específicas. En el
plan de estudios la Práctica Integrativa, está programada en cuatro cursos,
que se ubican del cuarto al séptimo semestre, teniendo como propósito
principal, que alumnos organizados en equipos de máximo 15 alumnos y
asesorados por un profesor, se sitúan en un escenario de intervención real, en
áreas tradicionales o emergentes
Desarrollo
El Aprendizaje Basado en Problemas (ABP), es una herramienta metodológica
de enseñanza aprendizaje, que ha tomado importancia en las instituciones de
educación superior en los últimos años, nace en los campos clínicos del área
de ciencias de la salud, a finales de los sesentas, en McMaster Canadá, esta
metodología, busca desarrollar actitudes de aprendizaje para la adquisición de
conocimientos, hábitos de auto aprendizaje, capacidades de resolución de
problemas, así como fomentar el trabajo en equipo.
Trabajar con la metodología ABP, un proceso de enseñanza
aprendizaje,
es
trabajar
en
pequeños
grupos,
aunque
también
hay
universidades que hacen adaptaciones a esta propuesta, como el caso de las
Universidades de Maaastrich para grupos de 25-30 estudiantes o Hong Kong
en grupos de 50-70 estudiantes, estas variaciones permiten atender las
necesidades específicas de cada país. La experiencia de trabajo en grupos
orientado a la solución del problema, es una de las características distintivas
del ABP. En estas actividades grupales los alumnos toman responsabilidades y
acciones que son básicas en su proceso formativo.
En la modalidad tutorial, los estudiantes deberán demostrar con su
participación activa y permanente dentro de las sesiones, su comprensión por
elementos teóricos, conceptuales, filosóficos, éticos, metodológicos que le
permitan construir un marco de referencia teórico – conceptual de la disciplina
de Trabajo Social. El profesor a su vez, deberá propiciar la discusión, reflexión,
análisis y generación de hipótesis, procurando el desarrollo integral del proceso
de enseñanza-aprendizaje. Para lograr lo anterior, los estudiantes deberán, leer
y analizar el problema, discutir en el grupo los puntos necesarios para
establecer un consenso, sobre cómo se percibe problema propuesto, pasa a
identificar cuáles son los objetivos de aprendizaje que se pretenden cubrir con
el problema que el profesor - tutor les ha planteado, cuando se cuenta con los
objetivos planteados se jerarquizan y en cada sesión, los alumnos traen
información necesaria para dar cumplimiento a los objetivos planteados. Todo
el grupo debe participar en este proceso, de tal modo que cada miembro tenga
la capacidad de responder a cualquier duda sobre los resultados. La
retroalimentación debe ser constante a lo largo de todo el proceso de trabajo
del grupo, de tal manera que sirva de estímulo a la mejora y desarrollo del
mismo, se recomienda dejar un espacio de tiempo al final de cada sesión para
la retroalimentación grupal. A lo largo del proceso el grupo debe estar atento a
retroalimentar en tres diferentes coordenadas de interacción:
- La relación de grupo con el contenido de aprendizaje.
- La relación de los miembros dentro del grupo.
- La relación de los miembros con el tutor del grupo.
El modelo de enseñanza centrado en el aprendizaje de la Facultad de
Trabajo Social (MECAFTS) busca estar acordes con los principios propuestos
por la UNESCO, en el informe Delors (Los cuatro pilares de la educación):
1) Aprender a conocer: en el cual, la institución debe propiciar que los
estudiantes conozcan y dominen los instrumentos y métodos del conocimiento;
aspecto que se vincula con la modalidad tutorial.
2) Aprender a hacer: se busca que los estudiantes se preparen para hacer
aportaciones a la sociedad, así como el propiciar las competencias para el
trabajo en equipo, colaborativo, desarrollar habilidades, destrezas, ejecutar
procedimientos, técnicas, métodos, entre otros; relacionado con la modalidad
disciplinar.
3) Aprender a convivir: aspecto trascendental en la formación de recursos
humanos, pues destaca el elemento de la diversidad, bajo este criterio la
educación en valores es uno de los principales componentes para propiciar las
actitudes que se orientan al desarrollo armónico y pleno de las personas, a la
convivencia solidaria; la promoción de los derechos humanos; así como la
erradicación de los llamados antivalores; principio que corresponde con las
modalidades integrativas y disciplinarias.
4) Aprender a ser: la que conjunta el desarrollo total y máximo posible de cada
persona. La educación integral de la que se viene hablando desde finales del
siglo XIX y comienzos del XX; aquella del pensamiento autónomo (Delors
1996), que se asocia con la modalidad de crecimiento personal
Tutorial
Disciplinar
Aprender:
A conocer,
A hacer
Convivir
Integrativa
A convivir, y
Crecimiento personal
A ser
En este sentido, el MECAFTS propone un esquema integrador de elementos,
procesos y estructuras cognitivas (uso de estrategias educativas, ejes
articuladores del conocimiento, procesos de integración teórica-práctica) y
metacognitivas (motivación, identidad personal, expectativas, evaluación) que
mediante la comprensión, discusión, reflexión, análisis, toma de decisiones y
acción de los fenómenos sociales, derivará en la construcción (reconstrucción)
de referentes teóricos que en Trabajo Social se han ido acumulando.
Las competencias que se busca desarrollar en los estudiantes de la Facultad
de Trabajo Social son:
1. Competencia conceptual.
Constituida por el dominio y la pericia que el alumno debe mostrar sobre
los fundamentos teóricos de la disciplina, tanto en el ámbito de la
formación básica como en el de la formación específica del área en la
que se desenvuelve.
2. Competencia metodológica.
Está constituida por el dominio y la pericia que el alumno debe mostrar
en la comprensión y utilización de los fundamentos que subyacen a las
estrategias, procedimientos e instrumentación empleados para resolver
demandas planteadas en los campos de aplicación profesional.
3. Competencia técnica.
Dominio y pericia que el alumno debe mostrar para seleccionar y aplicar
procedimientos e instrumentación psicológica, así como para interpretar
y comunicar los resultados derivados de su función profesional.
4. Competencia contextual.
Constituida por el dominio y la pericia que el alumno debe mostrar sobre
la pertinencia de su práctica profesional con relación a la realidad social,
regional y nacional.
5. Competencia integrativa.
Dominio y pericia que el alumno debe mostrar para combinar la teoría de
las habilidades técnicas en la práctica profesional.
6. Competencia adaptativa.
Dominio y pericia que el alumno debe mostrar para anticipar y ajustarse
a cambios importantes que afecten su quehacer profesional.
7. Competencia ética.
Dominio que el alumno debe mostrar de los valores profesionales.
Desarrollo de la Práctica integrativa:
Los
escenarios,
son
espacios
públicos,
y
organizaciones
no
gubernamentales, en el que los alumnos organizados en equipos, ponen en
práctica los conocimientos y buscan desarrollar competencias. La elección de
los escenarios de intervención, es un factor clave en la formación profesional,
ya que la improvisación en la selección de este espacio, frustra a docentes,
alumnos y a las propias personas involucradas en el área de trabajo, ya que no
se logra el objetivo deseado.
La práctica integrativa, tiene asignadas 12 horas semana/mes, dos horas se
trabajan en el aula en formato de taller y las otras diez en escenarios reales. El
escenario es trabajado por dos años que inician con el Diagnóstico Social. En
Trabajo Social, la adquisición de conocimientos, es sólo una parte de su
objetivo, ya que es necesario que éstos se lleven a la práctica, buscando que
ésta, sea una actividad transformadora del hombre y de la sociedad, que
responda a necesidades concretas, nada puede modificarse o cambiarse sin
tener conocimiento de lo que se pretende transformar; es por esto, que el
diagnóstico, tiene como objetivo, otorgar los elementos básicos y suficientes
que indiquen, cómo es una realidad y que se adquieran elementos para la
formulación de proyecto de intervención, con acciones comunitarias, grupales
y familiar.
La definición del Modelo de Intervención, se realizará de acuerdo con los
problemas detectados y las necesidades por atender, cuidando que se tomen
en cuenta los planteamientos de quien requiere el apoyo.
Todo proyecto de intervención, es creado para ejecutarlo y es precisamente en
este momento del proceso, que el alumno conocerá la eficacia y eficiencia de lo
que propuso para la resolución de la situación problema. Será aquí cuando
llevará a cabo, junto con el o los usuarios, las acciones propuestas y podrá
identificar si fueron las más adecuadas.
En el caso de Trabajo Social, no es posible esperar hasta tener un diagnóstico
y un proyecto para intervenir, de manera simultánea se realizan acciones de
forma permanente, ya que surgen necesidades que deben ser atendidas
inmediatamente; así como ser flexibles ante la presencia de situaciones
imprevistas no contempladas en el proyecto, las cuales tendrán que
solucionarse.
El alumno de Trabajo Social, necesita conocer lo que requiere el usuario y para
ello es primordial que evalúe sus acciones para identificar aquellos elementos
no funcionales y que precisen cambios para el éxito del ejercicio profesional,
por lo que debe estar preparado para proponer las estrategias adecuadas. Es
necesario que la evaluación sea permanente.
La evaluación de la intervención de los estudiantes requiere criterios
específicos para medir su aprendizaje y rendimiento, por lo que se elaboró un
instrumento de forma colegiada que es la base para que los SupervisoresMaestros responsables, registren los avances semanales de cada uno de los
alumnos, con relación a los criterios de: puntualidad, participación, iniciativa,
creatividad, metodología aplicada, modelo de intervención que fundamenta su
práctica, capacidad del alumno para integrar la teoría con la práctica y la
rigurosidad con la cual sistematiza.
En la práctica académica, la experiencia y la comunicación profesor-alumno es
muy significativa, ya que es el primer acercamiento a la sociedad, porque aquí
se establecen las bases sobre las que el joven interactuara en su vida laboral,
mucho depende, de la experiencia del profesor para motivar y desarrollar
aprendizajes en los jóvenes, ya que los conceptos, la metodología, la técnica,
la integración de procesos, la ética, estrategias de comunicación, y tolerancia,
son detonantes para la adquisición de aprendizajes, también sucede que los
jóvenes requieren que el profesor escuche lo que el alumno/a le cuente. Todo
es importante. Cada alumno/a, es una persona con un potencial individual.
Todas las personas tienen capacidades innatas que pueden desarrollar. Hay
que intentar conocerlas, definirlas y potenciarlas. Esto hará que se sientan
valorados y que comprendan que, aunque todos somos diferentes, con
distintas capacidades, formamos parte de un colectivo y se nos reconoce el
trabajo realizado.
Se ha observado que profesores con menos de diez años de experiencia
impartiendo la materia y sin una formación de profesores de carrera, les cuesta
trabajo aplicar, aunque dispongan de teoría, porque en ocasiones no basta con
conocer teorías sino aplicarlas, saber dónde y con quien, esta aseveración
parte de que se observa que es este grupo de profesores, los que más se
conflictuan con los alumnos, en el sentido que repiten esquemas, a todos los
alumnos por igual.
La muestra observada, la conforman 102 alumnos, organizados en 10 equipos,
que se ubican
4 en el area educativa, 2 en el area penitenciarias 2 en
desarrollo comunitario o desarrollo rural y 2 en Organizaciones no
gubernamentales. El
75% se ubica en escenarios tradicionales del trabajo
social.
Las competencias que desarrollan según las evidencias estudiadas, es que el
100% de los alumnos, realizan procedimientos ya establecidos en los
escenarios, es decir Aplican la competencia técnica, los estudiante describe y
propone actividades de enlace entre la comunidad, la familia y las instituciones
publicas de apoyo.
Planea y ejecuta las diferentes tipos de entrevistas.
Acompaña la observación como elemento complementario de la entrevista.
Planea y ejecuta visitas domiciliarias.
Registra y documenta acciones
La competencia que se ve sutilmente dibujada es la conceptual, ya que los alumnos
solo son operativos de acciones ya establecidas, que según Rosa María Cifuente,
corresponde a una propuesta instrumental-funcionalista, que se ubica en el marco de
la modernidad; en ella los (as) profesionales se especializan para hacer una
intervención racional, técnicista con base positivista.
Conclusiones
El desempeño docente se ve influenciado por las estructuras
académicas, las actividades, se centran en segmentos que no promueven un
desarrollo integral del alumno, pareciera que dos años de prácticas con 12
horas a la semana fuera tiempo suficiente para desarrollar el cumulo de
competencias que debe poseer el profesional del trabajo social, que forma la
Universidad de Colima, lo cierto que es, que como está organizado la practica,
en tiempo real se reduce a un semestre y en actividades en su mayoría
asistencialistas, de aquí que el profesor debe contar con elementos necesarios
para aprovechar al máximo este espacio, en la generación y aplicación del
conocimiento.
El profesor de la práctica requiere detenerse en el análisis de los procesos, que
implementa en su modelaje del proceso enseñanza aprendizaje y realizar un
diagnóstico de sus alumnos, que le permita ver las habilidades del grupo y de
cada uno de los alumnos para que las promueva y el alumno se sienta
motivado por hacer lo que él sabe hacer.
Debemos integrar en los procesos de enseñanza-aprendizaje, lo cognitivo, lo
afectivo, lo procedimental y lo conductual. No es insuficiente entrenar alumnos
sólo
en
estrategias
cognitivas
y
en
la
adquisición
de
destrezas
procedimentales, se debe pasar de la mera acumulación de información,
habilidades y competencias, a una concepción que incluya el desarrollo de la
sensibilidad y los afectos la motivación, los valores, las conductas y los modos
de ser y hacer trabajo social.
A nivel institucional se debe trabajar en la intencionalidad No se puede
comprender la intervención profesional al margen, pues quedaría reducida a
una mera expresión técnica, operativa o instrumental.
Susana García diferencia los objetivos externos, configurados a partir de las
políticas sociales e institucionales, de los objetivos específicos de Trabajo
Social, referidos a modificaciones que se buscan con los actores sociales,
desde el saber especializado y que corresponden a la concepción teórica,
ética, y metodologica para la intervención.
Para comprenderlas, es importante relacionar los contextos y propuestas
institucionales
(su
desarrollo
histórico,
nivel
de
legitimación
e
institucionalización), con las personales y profesionales del Trabajo Social,
correspondientes al saber especializado, que se materializa en las acciones
cotidianas; en tal sentido Susana García propone establecer objetivos
explícitos, generales y particulares, verbalizados y actuados, en relación con
las problemáticas, los sujetos, los recursos y los portadores de recursos como
proyección de ese saber. Lo cual dará dirección y sentido a la acción, en
cualquiera de las áreas de intervención.
Bibliografía
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1999. Plan de estudios de la licenciatura en Psicología”. Universidad de
Colima.
Panel Nº III
Tema: “Direccionalidad, sentido del proyecto ético político del
trabajo social”
Moderadora: Teresa López V. de Chile
Panelistas:
Jacqueline Quintana Muñoz
Chile
Alba Marín Rengifo
Colombia
Patricia Krieger Grossi
Brasil
Andrea Comelin Fornes
Chile
Cristian Andrés Ovando Santana Chile
Fecha: 26 de abril 9,30 hrs.
MUJERES DE ATENCO: UN DESAFÍO PARA LA ACCIÓN
TRANSFORMADORA EN EL QUEHACER DEL TRABAJO SOCIAL.
Jacqueline de Lourdes Quintana Muñoz
RESUMEN
El 22 de octubre de 2001, el gobierno federal, encabezado por el presidente
Vicente Fox, anunció en el diario oficial diecinueve decretos expropiatorios
mediante los cuales se planeaba la construcción de una nueva terminal aérea
en la zona de Texcoco, Estado de México. Con esta decisión gubernamental se
verían afectados los municipios de Texcoco, Ateneo y Chimalhuacán, con sus
respectivos trece núcleos ejidales. La Policía del Estado de México y la Policía
Federal Preventiva entran fuertemente armados al poblado de San Salvador
Ateneo. En el operativo, más de 3 mil elementos policíacos enfrentan la
resistencia de un reducido grupo del Frente de Pueblos. "La lucha no terminó
allí, los días 3 y 4 de mayo de 2006 el gobierno ejecutó su venganza traducida
en el ingreso de la policía a nuestros pueblos, entrando a viviendas sin órdenes
de cateo, golpeando y torturando, dejando más de 200 compañeros detenidos,
más de cuarenta compañeras violadas y dos jóvenes asesinados, Javier Cortés
de 14 años y Alexis Benhumea.
Palabras claves: Mujeres, conflicto social y participación
El municipio de Atenco está ubicado al oriente del Estado de México y de la
cuenca lacustre del Valle de México, es uno de los ciento veintidós municipios
Mexiquenses. (Sánchez; 1999,17). Por su configuración geológica, Atenco
cuenta en su gran mayoría con suelos salinos, propensos acumular salitre, así
como con
que se caracterizan por ser también salinos
y cuya utilización
agrícola es variada y productiva (Sánchez; 1997, 17 y 18).
Atenco desde su especificidad sociopolítica, cultural e histórica, junto con
Acuexcomac, Nexquipaac, Santa Isabel Ixtapan y otros más, han sido una
materialización a nivel regional, de algunos de los más relevantes procesos
históricos que fueron perfilando la sociedad y el Estado Mexicano. Desde la
conquista, pasando por las leyes de Desamortización, la revolución mexicana
y llegando hasta la actual dinámica capitalista (Tesis, Edith, 2008). Sin
embargo, en el caso concreto del Estado de México, entre 1856 y 1910 la
mayoría de los pueblos habían sido despojados de sus tierras, gran parte
pertenecieron a los Jesuitas. Con la Revolución de 1910, se plantea la libertad
municipal, la cual quedó garantizada en la Constitución de 1917 al quedar
abolidas las prefecturas políticas y al estipularse la libertad municipal en el
artículo 115 constitucional.
El 22 de octubre de 2001, el gobierno federal, encabezado por el presidente
Vicente Fox, anunció en el diario oficial diecinueve decretos expropiatorios
mediante los cuales se planeaba la construcción de una nueva terminal aérea
en la zona de Texcoco, Estado de México. Con esta decisión gubernamental se
verían afectados los municipios de Texcoco, Atenco y Chimalhuacán, con sus
respectivos trece núcleos ejidales, decisión basada en “la integración creciente
de la economía mexicana a la economía mundial ha venido incrementando
sustancialmente los flujos de mercancías y de personas; y, en razón de ello, la
cantidad de rutas y vuelos hacia el aeropuerto internacional de la ciudad de
México” (Alcayaga; 2002,23). Al respecto, el entonces subsecretario de
Comunicaciones, Aarón Dycther, comentó que entre los grupos mexicanos
interesados en la construcción del nuevo aeropuerto se encontraban ICA, de
Bernardo Quintana; Gutsa, de la familia Gutiérrez Cortina; y el Grupo Martínez
Hermanos. Además, en cuanto a los grupos interesados en lograr la concesión
para la operación aeroportuaria, se encontraban el British Airport y el
aeropuerto de Francfort. (Ríos, 2001).
El
aeropuerto
propuesto
contaría
además
con
tres
pistas
paralelas
secundarias, que duplicarían la capacidad del aeropuerto actual y reducirían
significativamente retrasos y cancelaciones. Se afirmaba que se designaría al
área del lago de Texcoco como zona de protección ecológica, lo que evitaría el
riesgo de la especulación.
A partir del mes de marzo de 2001, diferentes organizaciones civiles y
ambientalistas a nivel nacional e internacional así como diversas universidades
elaboraron estudios con el propósito de evaluar las dos posibles sedes
aeroportuarias: Texcoco o Tizayuca. De acuerdo a los distintos estudios
técnicos una de las principales razones en favor de Texcoco se vinculaba con
la optimización de recursos económicos y de infraestructura. La zona de
Texcoco se ubica solo a 26 kilómetros de la ciudad de México, mientras que
Tizayuca se encuentra a 73 kilómetros. La demanda de vuelos sería cubierta
por Texcoco hasta el año 2050, en tanto en Tizayuca hasta el 2035. De igual
forma, Texcoco contaba con una superficie que posibilitaba la realización de
las operaciones en un solo aeropuerto, mientras que en Tizayuca se debía
dividir las operaciones en dos terminales aéreas. (Javier, 2001, TESIS)
Según el Consejo Nacional de Población (CONAPO), señala que ser Texcoco
la nueva sede aeroportuaria, existiría el peligro
de generar una estructura
urbana fragmentada, la degradación del entorno urbano, el descontrol en el uso
del suelo, además del riesgo permanente de inundaciones y el daño de
recursos naturales y del medio ambiente en general. Según la CONAPO, la
decisión federal sobre la nueva terminal aérea no podía circunscribirse a
razones técnicas, aeronáuticas o financieras; sino también,
era preciso
considerar los factores demográficos y urbanos. Bajo esa lógica, esta instancia
proyectaba
que el impacto del nuevo aeropuerto en Texcoco y los seis
municipios aledaños, absorberían alrededor del cincuenta por ciento de
incremento poblacional total de la zona metropolitana, y con las consecuencias
que ello implica. “El terreno donde se pretende construir el aeropuerto
internacional de la ciudad de México alberga 117 especies de aves migratorias,
incluyendo aquellas de peligros de extinción” (Alcayaga; 2002,79).
Por otra parte, el Programa Universitario del Medio Ambiente (PUMA) por
instrucciones del entonces Rector Dr. Juan Ramón de la Fuente de la
Universidad Nacional Autónoma de México, “… participa en la elaboración de
los estudios del programa universitario de medio ambiente (PUMA), para
decidir el lugar del nuevo aeropuerto de la ciudad de México en coordinación
con la Secretaría del Medio Ambiente y recursos naturales” (Alcayaga, 2002;
51). Si bien, los resultados de esta evaluación no se inclinaban a favor de
ninguna de las alternativas, sí se señaló que Texcoco implicaría un mayor
riesgo de desequilibrio ecológico.
Es así que otros actores sociales expresaron su preocupación, específicamente
un grupo de ambientalista mexicanos señaló que la edificación del aeropuerto
en Texcoco implicaba la urbanización de un área de restauración ecológica
donde arriban anualmente 100 mil aves migratorias, de forma específica
argüían que esta zona mexiquense es el reducto avifaunístico más importante
de la región, por lo que el aeropuerto constituía un enorme riesgo para la
supervivencia de dichas especies, además del peligro latente de colisiones
entre aviones y aves.
Otro de los argumentos para la no construcción del aeropuerto en Texcoco fue
referido por los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH), pues refirieron que
miles de restos de animales prehistóricos
quedarían enterrados en zonas que se distinguían por su vasta riqueza
paleontológica, como lo es la localidad de Tocuila, en donde desde años atrás
se habían encontrados restos óseos de mamuts, caballos, aves, camellos,
bisontes y conejos (Salinas, 2001).
El 4 de diciembre del 2001 al término de una larga jornada, los campesinos
frente al palacio nacional dejan un recordatorio “el pueblo unido jamás será
vencido”, “demostraremos al pueblo de México que no somos gente irracional
que tenemos conciencia y que nuestra lucha es justa y se basa solo en la
defensa de la tierra”, fue la consigna de cientos de ejidatarios de los pueblos
de Atenco y Texcoco en su marcha desde el ex vaso de Texcoco hacia el
Zócalo. (Alcayaga; 2002, 70). El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra
(FPDT), surgió en protesta del decreto expropiatorio que afectaba el patrimonio
de 4 mil 375 familias, y estaba constituido por un pequeño grupo de ejidatarios,
que se movilizó contra la expropiación por “causa de utilidad pública”, la cual
devaluaba
el
valor
de
la
tierra,
pues
el
gobierno
federal
ofrecía
indemnizaciones de 7.20 pesos por cada metro cuadrado de temporal y 25
pesos en las tierras de riego. (González, 2008). El secretario de
comunicaciones y transportes, Pedro Cerisola afirmó que “las indemnizaciones
por la expropiación de las tierras donde se construiría el aeropuerto de Texcoco
se ajustarían al avalúo gubernamental entre seis y diez pesos, por metro
cuadrado aunque ofreció otras formas de compensación para los ejidatarios
afectados por el decreto” (Alcayaga; 2002, 63). La propuesta no fue aceptada,
gestándose así el conflicto por la tierra; “En dicha visión, la tierra representa
mucho más que un bien económico enajenable
y susceptible de
comercialización: representa el asiento indispensable de una tradición cultural
de corte comunitario, forjada y preservada al paso de muchas generaciones”.
(Alcayaga; 2002,28). Pues es importante identificar el contexto de “ser
campesino /a” como un actor plural, constituido –debido a su vínculo con su
territorio- por individuos rurales vinculados al campo y la ciudad, que son
hombres, mujeres, ancianos y niños: campesinos, tamaleros, costureros,
neveros, merengueros, loneros, obreros, maquiladoras, productores de fajas,
estudiantes, amas de casa, comerciantes, profesionistas, etc., mejor conocidos
en las comunidades como “los talibanes” y en el país como “los macheteros de
Atenco”, “los de Atenco”, o “los y las atenquenses (Carmacho,2008,Tesis). Por
tanto, la defensa del territorio, corresponde en si mismo a una identidad, una
cultura, y un legado histórico, donde el territorio es producido a partir del
espacio y que su representación, la tierra es el resultado de una acción que se
apropia de una abstracción espacio y las relaciones producidas en todo este
proceso conducen a la “territorialidad” (GIT, 2001: 29), lo que se traduce en una
dimensión cósmica y geográfica.
El día 11 de julio se informa la posible entrada del ejército y de la policía
federal preventiva, quienes en la noche tendrían rodeado al pueblo de San
Salvador de Atenco diversas organizaciones sociales proveniente de Oaxaca,
Yucatán, guerrero y Michoacán entre otras se dirigían al
pueblo. (Pineda;
111,2008). La movilización por parte del pueblo de Atenco, y su oposición a la
construcción del aeropuerto, constituye el eje central del conflicto, provocando
costos significativos para los y las actores sociales atenquenses, y cuando
hablamos de un costo nos referimos principalmente a la insoslayable
vulneración y violación a los Derechos Humanos, pues “En ese panorama se
incrusta el caso de Atenco… desencadenaría una larga historia cubierta de
sufrimientos, muertes, encarcelamientos, y distanciamiento familiar, pero
también lecciones contundentes como; la organización, y el trabajo colectivo
que pueden revertir y anular las determinaciones gubernamentales. (César
Brito; 2011, Tesis).Destacar que fue asesinado el compañero José Enrique
Espinosa Juárez. Como
respuesta al
organización, permitiendo otorgar
brutal ataque fue la resistencia y
libertad a los presos políticos de ese
entonces.
El 2 de agosto de 2002 se destruye el decreto expropiatorio que despojaba de
las tierras, raíces y costumbres a los y las ejidatarios/as de SSA. El gobierno
federal anunció la cancelación del proyecto aeroportuario, argumentando que
“vuelven el proyecto incompatible con la preservación del orden y la paz social
y, en consecuencia, la superficie de que se trata no ha sido utilizada para
cumplir con el objeto de la expropiación” (Cesar Brito; 2011, Tesis).
El segundo hito del conflicto se presenta después del anuncio de la Sexta
Declaración de la Selva Lacandona, lanzada por el Ejército Zapatista de
Liberación Nacional (EZLN) en junio de 2005, el Frente de Pueblos manifiesta
su adhesión a la Sexta y su incorporación a La Otra Campaña. Es decir, se
compromete junto a los zapatistas en la construcción de otra forma de hacer
política, de un programa nacional de lucha y una nueva Constitución. En el año
2006 desde su conformación el FPDT se involucra solidariamente en las luchas
y resistencias de esta zona del Estado de México y de otras regiones del país,
entre ellas la de los floricultores de Texcoco, que comercian sus productos en
la vía pública, fuera del mercado. La venta en la vía pública es una de las
principales fuentes de ingresos y de subsistencia de los campesinos en esta
región, pero les era impedida por las autoridades municipales de Texcoco. El 3
de mayo un grupo de floricultores se oponen a dejar su puesto de venta, siendo
desalojados por policías municipales. Transcurre todo el día en tensión. Se
organizan bloqueos en la carretera Lechería-Texcoco y se enfrentan con la
policía fuertemente armada para evitar el desalojo de los mismos. Empiezan
las detenciones y la policía asesina de un disparo a un adolescente de 14 años
de edad. El FPDP mantiene en el auditorio Emiliano Zapata a 11 policías
retenidos.
La Policía del Estado de México y la Policía Federal Preventiva entran
fuertemente armados al poblado de San Salvador Atenco. En el operativo, más
de 3 mil elementos policíacos enfrentan la resistencia de un reducido grupo del
Frente de Pueblos. “La lucha no terminó allí, los días 3 y 4 de mayo de 2006 el
gobierno ejecutó su venganza traducida en el ingreso de la policía a nuestros
pueblos, entrando a viviendas sin órdenes de cateo, golpeando y torturando,
dejando más de 200 compañeros detenidos, más de cuarenta compañeras
violadas y dos jóvenes asesinados, Javier Cortés de 14 años y Alexis
Benhumea de 21.
En este sentido y frente al grave acto realizado por el Estado de México con
las
mujeres de Atenco, y las condenas a los principales líderes por una
cantidad de años incalculables, fortalece la participación femenina declarando
en sus marchas “Atenco no se vende, la tierra se ama y se defiende”.
Observar el caso Atenco y la influencia de las mujeres, nos permite indagar e
investigar el actuar colectivo para con la defesa de la tierra, presentado un
ejemplo de transformación social de la vida cotidiana, pues en sus historias de
vida la mayoría de las actoras sociales no presentan una influencia política en
su cotidianeidad, pero las circunstancias de la vida , o más bien las injusticias y
las vulneraciones de derechos a la que se vieron sometidas, fortalecieron su
lucha primero en exigir su derecho a participar junto a sus compañeros, y por
otro lado al derecho de la tierra que en ese entonces el Estado de México
pretende despojar, promoviendo una acción social donde “los actos humanos
están socialmente condicionado según su esencia, el individuo solo aprende a
actuar según los actos de los otros hombres. Los actos de los demás, la
consecuencia de estos actos y la lengua socializan además la conciencia del
hombre normal, en la medida en que sus actos también están socialmente
determinados… podemos dirigirnos especialmente a ese tipo importante de
acción en que se erige, se sostiene y se transforma una sociedad; la acción
social es en sentido estricto, social es una acción cuyo sentido subjetivo se
dirige a otros hombres o a sus actos.”(Luckmann; 1992,97).Pensar
la
participación, y el actuar de las mujeres frente a la defensa de su tierra,
revindica el rol y poder
visualizado, pues
de las mujeres
que
anteriormente no estaba
generalmente la participación se desarrolla desde lo
marginal, es decir, las mujeres cocinan, las mujeres abren y cierran el salón
donde realizan las asambleas, con una escasa participación en la toma de
decisiones, pues esta se encuentra asociada principalmente a los hombres,
por lo que este hecho constituye un quiebre de paradigmas en el rol de la mujer
Las preguntas de investigación son:
-¿Cómo fue el proceso de participación de las mujeres de Atenco en el conflicto
social de Atenco?
-¿Cómo las mujeres de Atenco significan su participación en el conflicto social
de Atenco?
Objetivos de Investigación
Objetivo general
Analizar el significado que otorgan las mujeres
a su participación en
el
conflicto social de Atenco
Objetivos Específicos
Conocer las características de las mujeres atenquenses que participaron en el
conflicto social de Atenco.
Describir el proceso de participación de las mujeres en el conflicto social de
Atenco.
Conocer el significado que otorgan las mujeres a su participación en el conflicto
social de Atenco.
METODOLOGIA DE LA INVESTIGACION
El enfoque de este estudio es cualitativo. El paradigma o nivel epistemológico
corresponde al Paradigma Interpretativo o Hermenéutico, el que resultó
pertinente, en tanto observa la realidad desde los sujetos estudiados, en el
sentido que ésta es construida a partir de los propios sujetos y su contexto, en
este caso, las mujeres de Atenco. En palabras de Beuchot “la hermenéutica es
el arte y ciencia de interpretar textos, entendiendo por textos aquellos que van
más allá de la palabra o enunciado (2000:15).
El método a utilizar es de caso, el que permitirá conocer las características
individuales y la
descripción de la realidad específica de cada una de las
mujeres que participaron en el conflicto de Atenco, intentando reflejar una
imagen de esta situación en particular (Pérez Serrano, 1998).
Selección de informantes, las mujeres que participarán en esta investigación
tienen como principal característica haber participado en el
en el conflicto
social de Atenco y ser originarias de San Salvador de Atenco utilizando la
entrevista a profundidad.
Categorías de análisis
Como se señaló anteriormente, el tema central de esta investigación esta
orientado a saber el proceso de participación de las mujeres en el conflicto
social de Atenco y el significado que estas mujeres le otorgan a esta
participación; por ello las dimensiones a explorar a través de la entrevista a
profundidad son:
Participación: “participar es influir, responsabilizarse. La participación es un
proceso que ensalza necesariamente a los sujetos y los grupos, la participación
de alguien en algo, relacionan a ese uno con los otros también involucrados.
Ser participante implica ser coagente, cooperante, coautor, corresponsable”
(Giménez 2002,25). Lo relevante de conocer la participación radica en primera
instancia en conocer los procesos del actuar de las mujeres y posteriormente el
involucramiento de ellas en el conflicto social de Atenco.
Significados: “los hombres comparten significados acerca de las cosas. El
significado es algo creado por el hombre y que reside en las reacciones de los
hombres. (Sáez 1988,26).
Conflicto Social: Lo que significa una lucha con respecto a valores y derechos
sobre estados, poderes y recursos escasos, lucha en el cual el propósito es
neutralizar, dañar o eliminar sus rivales”. (Coser; 1961,8). La presente
categoría remite a la revisión del conflicto social de Atenco a partir del año
2001, pues lo que radica en la presente investigación es conocer el
involucramiento de las mujeres desde el origen del problema en el pueblo de
san salvador de Atenco.
La vida cotidiana: Es heterogénea en los sentidos y aspectos más diversos. Y
esta es la razón por la que su centro solo puede ser el particular, en el cual
aquellas esferas, formas de actividad etc., decididamente heterogéneas se
articulen en una unidad (Héller1987, 87).
Acción social: los actos humanos están socialmente condicionado según su
esencia, el individuo solo aprende a actuar según los actos de los otros
hombres. Los actos de los demás, la consecuencia de estos actos y la lengua
socializan además la conciencia del hombre normal, en la medida en que sus
actos
también
están
socialmente
determinados…
podemos
dirigirnos
especialmente a ese tipo importante de acción en que se erige, se sostiene y
se transforma una sociedad; la acción social es en sentido estricto, social es
una acción cuyo sentido subjetivo se dirige a otros hombres o a sus
actos.”(Luckmann; 1992,97)
El análisis de la información se realizará a través del análisis de contenido,
según Krippendorff (1990, p 28) define el análisis de contenido como “una
técnica de investigación destinada a formular, a partir de ciertos datos,
inferencias reproducibles y válidas que puedan aplicarse a su contexto”.
El trabajo social contemporáneo debe reconfigurar su actuar , pensar, hacer y
ser desde la praxis a la teoría, y no se debe encontrar ajeno a la realidad
social contemporánea, por tanto el desafío es definir cuál es esa realidad social
contemporánea como objeto de nuestro actuar y transformar, pero un
transformar coherente en conjunto con las nuevas comunidades
que a mi
parecer se encuentran en las calles, en las marchas, pues son los espacios
donde se visualiza la organización y acción colectiva, que como en el caso de
Atenco lograron cambios y la abolición del decreto expropiatorio. Desde esta
perspectiva es necesario presentarnos con un compromiso ético –político con
las luchas sociales, y teorizar desde sus propias prácticas que nos permitirán
rediseñar nuevas estrategias de organización y participación, pues como ya
entendemos
en palabras de Paulo Netto la política social interviene no en las
causas sino en las consecuencias, en las refracciones, en las secuelas de la
cuestión social, estas recortadas
como problemáticas particulares(el
desempleo, hambre, carencia habitacional , la falta de escuelas, etc) y así
enfrentadas, tal segmentación opera en ethos individualistas que transfigura
los problemas sociales en problemas personales, en una clara psiciologizacion
de la problemática que tanto deseconomiza y deshistoriza la cuestión social,
presentando una autorresponsabilización de los propios sujetos individuales
por sus problemas, por tanto las Políticas Sociales como instrumentos tanto de
preservación de la fuerza de trabajo y en nivel estrictamente político, operan
como un vigoroso soporte del orden socio-político y es ahí que nos surge otro
desafío ¿Es posible unir el Estado y la nueva realidad social contemporáneo
en la que el trabajo social se presente como un actor social movilizador de las
luchas sociales?
Finalmente pensar en la acción transformadora del trabajo social, es el desafío
constante que debemos revisar, pues en la sociedad se encuentran los y las
actores sociales, en este sentido la acción social y colectiva debe ser situarse
en las temáticas sociales que afectan a la sociedad, pues pensar en
movimiento social no solo es pensar en los cambios estructurales que estos
pueden generar, sino también como en micro-espacios constituyen conciencia
frente
a una
equidad de género, eliminando practicas reproductoras de
desigualdad en hombres y mujeres, fortaleciendo actoras sociales que con la
misma coherencia que exigen la no vulneración de sus derechos ante un
Estado, son capaces de exigirlo al interior de sus hogares.
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Universidad de Deusto; Bilbao España. 2003.
PRÁCTICAS FUNDAMENTADAS EN EL PROGRAMA DE TRABAJO
SOCIAL: UNA APUESTA A LA CONSOLIDACiÓN DEL PROYECTO ÉTICO POLíTICO PROFESIONAL
Alba Lucia Marín Rengifo
Jhon Sebastián Aquirre
Sandra Vallejo González
∗∗
∗∗∗
∗∗∗∗
Resumen
1. Resumen
La reflexión obedece al interés por sistematizar el proceso de enseñanza y
aprendizaje de las prácticas académicas en el programa de Trabajo Social
de la Universidad de Caldas, entendiendo que estas configuran apuestas
personales, sociales, éticas, políticas, académicas trascendentales en la
formación de los futuros profesionales.
Las prácticas académicas se desarrollan en contextos institucionales en los
cuales confluyen diversos actores (estudiantes, población, orientadores de
práctica, profesores de sistematización y coordinadores institucionales) que
contribuyen a la configuración de las intencionalidades profesionales en el
marco de la inclusión, justicia, equidad, igualdad, dignidad y protección de los
derechos humanos. En este sentido, se considera relevante aportar a la
compresión de las prácticas fundamentadas en el Programa de Trabajo social,
a partir de los procesos de enseñanza y aprendizaje entre estudiantes,
orientadores de práctica, asesores institucionales y profesores de
sistematización y al mismo tiempo identificar los aportes al proyecto éticopolítico profesional.
Palabras claves
Trabajadora social, magister en estudios de familia y desarrollo: Correo:
∗∗
[email protected]
∗∗∗
Trabajador social, magister
en
Correo: [email protected]
∗∗∗∗
Trabajadora
social, candidata
Correo: sandravallejogonzales@hottnai:.com
educación
a
y desarrollo
magister
humano:
en ciencias sociales.
2. Provocación inicial
El Programa de Trabajo Social de la Universidad de Caldas viene
implementando a partir del año 2008 un proceso de transformación curricular
liderado por estudiantes, profesores y administrativos, con el fin de fortalecer
los procesos formativos en torno a tres retos de la profesión en la actualidad.
El primero de ellos, la consolidación de la práctica de los trabajadores sociales
como un proceso fundamentado6, mediado por la reflexión y la construcción de
conocimiento para consolidar sus presupuestos epistémicos, teóricos y
metodológicos como campo profesional ubicado en las ciencias sociales.
El segundo, consolidar la relación de la intervención y la investigación como
acciones articuladas a la práctica de los profesionales, para que las
capacidades, modelos y técnicas de la investigación social, orienten el
desarrollo de alternativas a las problemáticas de la realidad socio-ambiental.
El tercero, contribuir a la construcción de un proyecto ético-político de los
profesionales, comprendiendo la multiplicidad de actores y de intereses
implicados en sus intervenciones, que hacen necesario reflexionar los impactos
de sus decisiones en los derechos humanos, la construcción de la democracia,
la interculturalidad, las relaciones de convivencia y el ejercicio de la ciudadanía.
Estos retos conllevan a realizar una mirada atenta a las prácticas académicas
en trabajo social, no solo por las características del objeto-sujeto, sino por el
vínculo que establece, entre la formación y el ejercicio profesional, ya que las
actuaciones y las relaciones que establecen los estudiantes con otros actores
se transforman
en lugares de producción de saber fundamentales en la
formación.
Las prácticas académicas en el Programa de Trabajo Social configuran un
lugar trascendental en la formación, por tres razones: El primero, la confluencia
de
diversos
actores,
estudiantes,
orientadores
de
práctica,
asesores
6
La práctica fundamentada se entiende como un proceso en donde se pueden identificar las diferentes
dimensiones que movilizaron la acción, en consecuencia esta transversalida por un proceso reflexivo de
principio a fin respaldada por los tipos de investigación aplicada: diagnóstico, sistematización y
evaluación.
institucionales y de sistematización con diferentes perspectivas del proceso,
concepciones de mundo y por tanto intereses que nutren o limitan la finalidad
de la práctica.
El segundo aspecto, se asocia con la ubicación de las prácticas en el contexto
formativo e institucional. Esta situación puede potencializar la formación del
estudiante, comprendiendo las apuestas profesionales en lo que respecta la
inclusión social, la justicia, la equidad y los derechos humanos, no obstante
puede suscitar limitaciones en la medida que los intereses institucionales se
contrapongan a los formativos, tanto en su concepción como en su manera de
abordarlas.
El tercer y último aspecto, es la relación entre práctica e investigación. En la
práctica se realizan ejercicios de investigación aplicada como el diagnóstico, la
sistematización y la evaluación, que dan fundamento a su estructura,
posibilitando acciones reflexivas y movilizando las capacidades investigativas
de los estudiantes en la comprensión y transformación de la realidad.
Esta manera de incorporar la investigación en las prácticas académicas, ha
generado una discusión constante entre los actores que participan en ella, pues
si bien hay claridad frente a la importancia de la investigación, no siempre se
encara el oficio investigativo desde la formación y la práctica con las exigencias
necesarias, generando
actitudes de mecanización, de aplicación y de
reificación de modelos, sin tener en cuenta el contexto histórico, cultural y
social del escenario de práctica. Estos aspectos contextúan las situaciones en
las que se configuran las prácticas académicas en el Programa de Trabajo
Social en la Universidad de Caldas, emergiendo el siguiente interés
investigativo:
¿Cómo se construyen prácticas fundamentadas en el Programa de Trabajo
social, a partir de un proceso de enseñanza y aprendizaje entre estudiantes,
orientadores
de
práctica,
asesores
institucionales
y
profesores
de
sistematización, que aporte a la consolidación de un proyecto ético político
profesional?
Esta pregunta surge con la intención de generar conocimiento frente a este
proceso formativo por medio de la co-creación un escenario de reconstrucción
de la experiencia vivida para el aprendizaje colaborativo, en el que la reflexión
crítica de las acciones y apuestas que sustentan los procesos sociales llevados
a cabo por los futuros profesionales en dialogo con “los otros y las otras”
coadyuve a enfrentar las realidades latinoamericanas, colombianas y de la
región cafetera, dónde se sitúa la propuesta.
Continuando con los aportes del proceso de sistematización de la práctica, se
puede señalar el valor de la investigación en la reflexión curricular. Sin duda, el
currículo requiere de indagación constante, para confrontar sus presupuestos,
con las situaciones generadas en su implementación7. Ello además de
acercarlo a las situaciones reales en las que se materializa, permite que la
comunidad académica que se reúne alrededor de este, pueda conocer su papel
y aporte, teniendo en cuenta sus capacidades, apuestas y propósitos
personales, profesionales y sociales.
Por otra parte, producir conocimientos frente a las prácticas académicas en
Trabajo Social en el marco de la transformación curricular que se viene
gestando en el programa, permite profundizar la comprensión de la relación
teoría y práctica, un tema de vital interés en las comunidades académicas de
las ciencias sociales latinoamericanas, encaminadas a situar los conocimientos
en el contexto de las comunidades, comprendiendo la relevancia de su saber y
la necesidad de construir alternativas a las problemáticas a partir de los
contextos de aplicación. (Gibbons, Limoges, Nowotny, Schwartzman, Scott,
Trow, 1997)
1. Un panorama de las prácticas y la formación profesional
La práctica ha sido un tema de constante reflexión para el trabajo social, no
solo por las características de su objeto, sino por el papel que ha tenido en la
7
El currículo en el Programa de Trabajo Social en la Universidad en mención se considera como un proceso inacabado
y en constante construcción. Currículo de Trabajo Social2012
configuración de las relaciones de la profesión, con las disciplinas de las
ciencias sociales, el estado y los actores sociales.
Galeano, Rosero y Velásquez (2011) expusieron que la práctica en las ciencias
sociales se ha estudiado e incorporado, desde diversos paradigmas8,
demarcado concepciones reduccionistas o integrales al valor de este concepto.
La práctica vista desde las miradas integrales, adquiere un papel de igual o
mayor importancia con relación a la teoría, demarcando rumbos de acción,
orientando posibles fines a alcanzar y constituyendo un lugar de regreso, en el
que la teoría nunca podría ser la misma, después del contacto con la realidad.
Esta situación adquiere mayor complejidad al ubicar la mirada en una práctica
intencionada a la transformación/ cambio, como la realizada por el trabajador
social, pues este proceso al estar mediado por capacidades cognitivas y no
cognitivas, influidas por actores sociales, contextos sociales e históricos,
espacios geográficos, configura rutas y finalidades cambiantes y dinámicas, de
acuerdo a la incertidumbre de la realidad.
Por otra parte, cuando se discute la relación construida entre Trabajo Social y
política social, a través de la práctica, es necesario tener en cuenta los
antecedentes históricos de esta, en lo que se ha llamado intervención, surgida
del propósito del Estado por mantener cohesionada la sociedad “Lo social en
términos de intervención remite, entonces, a la idea de conjuntos de
dispositivos de asistencia y de seguros en función de mantener el orden o la
cohesión de lo que denominamos sociedad9” (Carballeda, 2002)
La práctica del trabajador social en términos de la integración de la sociedad,
se torna cada vez más compleja en la medida que emergen diferentes
intereses contrapuestos, (libertad económica Vs igualdad en los derechos
humanos, crecimiento económico Vs bienestar integral, inclusión social Vs
exclusión social entre otras) demarcando otros caminos para concebir la
integración. En consecuencia se configuran modos de hacer la práctica, que
8
Paradigmas comprensivos, explicativos, socio crítico (clasificación concebida en el marco de
los análisis de los planteamientos de la Escuela de Frankfurt).
9
La cursiva es del autor
son el resultado de orientaciones teóricas, metodológicas y conceptuales,
decisiones ético políticas, historias de vida, maneras de ser y de actuar,
determinando formas de abordar las demandas de la sociedad.
En cuanto a la última relación propuesta al iniciar el texto, los actores sociales
establecen expectativas frente a las prácticas del trabajador social, situación
que estructura diferentes tipos de relaciones del profesional y los actores
sociales: colaborativas, de dependencia, de independencia, entre otras. Y al
mismo tiempo orientan la finalidad de la práctica, por medio de demandas y
exigencias al Estado, en donde el trabajador social aparece como un mediador
entre ambas partes. Es por esto que la dimensión ético política de la práctica,
se tensiona por situaciones que desbordan las construcciones contextuales de
lo que podría ser su ejercicio profesional.
Estas relaciones históricas que confluyen alrededor de la práctica del
trabajador social, hacen que este concepto adquiera relevancia investigativa,
aportando a la construcción de un saber profesional que lo particulariza en el
escenario de las ciencias sociales y en la contribución a la discusión ya
histórica de la relación teoría y práctica, en lo que Souza Santos (2010, p17)
nombra como “relación fantasmal entre teoría y práctica” o Zemelman (2005),
como la disonancia entre la práctica y la teoría.10
En lo que respecta al conocimiento práctico en Trabajo Social Ordoñez (2011,
p154) comenta:
Prácticas que tienen como escenario el mundo de la vida donde convergen y
se entrecruzan los diversos saberes y trayectorias históricas de los sujetos
que hacen presencia en la intervención, de tal manera que aunque nos
anteceda una formación conceptual y metodológica como profesionales, lo
que acontece en la práctica supera lo previsible y nos reta continuamente a
buscar y gestionar nuevos caminos en permanente interacción, diálogo y
10
Ambos autores hacen referencia a la tensión que se presenta en la relación teoría y práctica, por las dificultades que
ha tenido la primera para dar cuenta de la segunda, específicamente por situaciones de trasplantación de conceptos de
contextos eurocéntricos a no eurocéntricos, en los cuales los sujetos quedan atiborrados por los datos teóricos,
olvidando las condiciones coyunturales en las que están situados.
negociación con los sujetos con quienes llevamos a cabo la intervención y las
apuestas y utopías que la sustentan.
En este sentido, surge el interés por sistematizar las prácticas académicas en
el Programa de Trabajo Social de la Universidad de Caldas, ya que se espera
recuperar un conocimiento, a menudo invisibilizado por las nociones teóricas y
metodológicas tomadas a manera de pasos, técnicas e instrumentos11 para
desarrollar la práctica, en detrimento de las decisiones tomadas por el
estudiante ante los problemas que el escenario de práctica le impone.
De acuerdo con los razonamientos presentados, surgen las siguientes
preguntas ¿Cómo hacer prácticas académicas fundamentadas en trabajo
social? Y ¿Qué papel tienen cada uno de los actores, que intervienen en la
construcción
de
prácticas
fundamentadas?
Práctica
fundamentada,
comprendiendo los aporte de Aquin citada por Acevedo y Peralta (2011), quién
la diferencia de una práctica indiscriminada, ya que en esta última el estudiante
por la ausencia de cuestionamiento, no puede justificar los factores ideológicos,
científicos, de militancia, de voluntariados, que la estructuraron.
Para hacer claridad se entiende por práctica académica:
La práctica académica es considerada un proceso integral que involucra
elementos administrativos y formativos, la cual se sustenta en un enfoque
diferencial que propende por el respeto a las diferentes formas de vida, en un
escenario de diversidad y pluralidad, con la perspectiva, de contribuir a la
construcción democrática, respeto y reconocimiento de los derechos
humanos, convivencia y ciudadanía y la transformación de la realidad social
en los contextos locales, regionales y nacionales (Currículo de Trabajo Social
2012, p 99)
En el Programa de Trabajo Social de la Universidad de Caldas se le asigna
especial importancia a la práctica académica, puesto que allí los estudiantes
confrontan los objetivos profesionales como la democracia, los derechos
11
Lo que Schon (1992, p1) referencia como la “racionalidad técnica”
humanos, la inclusión, entre otros. Con los intereses institucionales, sociales e
individuales. En esta misma línea Cifuentes (2005) expresa que la práctica
académica es el lugar donde se entrecruzan los saberes formativos, los retos
éticos y políticos, no solo del profesional, sino de la universidad con el contexto.
Si bien la práctica académica en el Programa de trabajo social, no se considera
una fase final del proceso formativo y más teniendo en cuenta que previamente
a este proceso el estudiante lleva cabo ejercicios prácticos de acercamiento a
los escenarios de intervención. Es en ella donde se ponen en juego las
diferentes capacidades, apuestas y concepciones desarrolladas por el
profesional en formación, comprendiendo situaciones reales enmarcadas en
intencionalidades institucionales, demandas sociales e individuales y objetivos
profesionales.
En la práctica del Programa de Trabajo Social cobra especial importancia la
figura de los asesores institucionales, orientadores de práctica y asesores de
sistematización. Los primeros entendidos como enlace institucional,
se
encargan de contextualizar a los estudiantes en las necesidades de esta y
llevar a cabo los procesos de inducción. Su papel se vuelve trascendental en la
medida que se transforman en el soporte para la complejidad del proceso de
inserción en el campo de práctica. En el contexto de la formación de
profesores, el cual es similar al Trabajo Social por las características de su
objeto profesional, Marcelo citado por Romero y Maturana (2012, p 656)
plantean las dificultades de la inserción de practicantes al contexto laboral:
Ahora bien, el proceso de inserción es complejo porque requiere una red de
apoyo que propugne relaciones de colaboración y no de supremacía entre la
universidad y la escuela, al tiempo que los profesores en formación se
benefician de la discusión con otros compañeros principiantes, con profesores
de la escuela y con profesores de la universidad.
El ingreso de los estudiantes a las prácticas académicas requiere de una red
de relaciones generadas por la construcción de significados compartidos, entre
las instituciones y la Universidad y para ello adquieren vital importancia, tanto
los asesores institucionales como los orientadores de práctica.
Los orientadores de práctica, son profesores del programa de trabajo social,
que tienen roles en la formación; en lo referente a las características reflexivas
del proceso de construcción del objeto de práctica; el asesoramiento en las
fundamentaciones teóricas y metodológicas en coherencia con formas de ser y
hacer de los estudiantes para intervenir la realidad; en su inducción a las
condiciones de la práctica a nivel normativo, expectativas institucionales,
proyección; en la coordinación de los contactos con la institución del inicio
hasta el final del proceso; en el desarrollo de estrategias de investigación
aplicada para generar conocimiento con el fin de hacer un seguimiento a la
práctica. Para sintetizar, el orientador de práctica busca configurar un entorno
pedagógico para que el estudiante aprehenda y apropie la práctica académica
como proceso de formación profesional.
Tanto asesor institucional como orientador de práctica, se transforman en
actores fundamentales en los procesos de enseñanza y aprendizaje, puesto
que al final ambos buscan materializar intereses que deberían ser
complementarios, pero que constantemente presentan pocas afinidades en lo
que requieren unos y otros de la práctica.
Por último, el asesor de sistematización pretende generar un ambiente de
dialogo y discusión a través de la materialización de tres momentos, el primero
donde el estudiante pueda apropiar, las apuestas profesionales de acuerdo con
los soportes teóricos, metodológicos y de contexto que sustentan el proyecto
de práctica,
el segundo, se encamina a elaborar una propuesta de
sistematización en la que el estudiante pueda interpelar la intervención, y el
tercero, relacionado con la implementación de la propuesta y socialización de
los resultados, evidenciando el trayecto recorrido, las decisiones tomas y los
saberes colectivos recreados.
El ejercicio de recuperación reflexiva del conocimiento o sistematización,
posibilita el encuentro de fuerzas y contrafuerzas que tensionan el trasegar
“normal de la práctica”12, por esto el estudiante empieza a develar la marcha,
los caminos propios que toma el proceso, y las decisiones, que la mayoría de
veces no corresponden a los presupuestos de inicio. Situación generadora de
complejidades, teniendo en cuenta los requerimientos institucionales y las
finalidades trazadas en el proceso, por medio del proyecto social.
Este contexto, genera un cuestionamiento fundamental para el proyecto de
sistematización aquí propuesto ¿Cómo es la relación entre orientadores de
práctica, asesores institucionales, asesores de sistematización y estudiantes en
los procesos pedagógicos que se llevan cabo en las prácticas académicas? Y
al mismo tiempo obliga a plantearse otra pregunta ¿De qué manera estas
relaciones formativas, potencian o limitan los objetivos propuestos desde la
práctica, frente a las necesidades de los actores sociales?
Estas relaciones pedagógicas construidas alrededor del estudiante en práctica
académica, configuran el entorno del aprendizaje, materializado en el
desarrollo de competencias situadas en la estructura curricular del Programa,
de interés constante en investigaciones o sistematizaciones de las prácticas
académicas, como lo evidencian los trabajos de Ordoñez (2011) Torres y
Zapata (2002, p9), estas últimas expresan:
A manera de síntesis la competencia se concibe como un conocimiento que
se manifiesta en un saber hacer o una actuación frente a la práctica que
plantea
exigencias
específicas.
Supone
conocimientos,
saberes
y
desempeños que emergen en la interacción entre el estudiante y una
determinada situación, fenómeno o problema.
Las competencias en el Programa de Trabajo social, se materializan a medida
que el estudiante transita por la práctica académica, presentándose exigencias
que van desde la construcción del objeto de intervención; en primer nivel, la
elaboración de una propuesta teórico metodológica para la práctica, segundo
nivel, su implementación y la obtención de resultados esperados, tercer nivel.
Todo este proceso es transversalizado por la sistematización de la práctica.
12
Las comillas son del autor
Esta última cuestión, establece una relación con la investigación realizada por
Corominas y García (2010) sobre las prácticas académicas en psicología,
identificando en lo respectivo a la opinión de los actores sociales y los
estudiantes, una mayor contribución a los aprendizajes formativos, que a la
resolución de las problemáticas,
objeto de la práctica. En consecuencia
emergen diversas preguntas por la dimensión ético política de las prácticas
académicas en el Programa de Trabajo Social ¿Quién y cómo se define el
objeto de la práctica? ¿Sobre qué se debe intervenir en la práctica? ¿Cuál es la
finalidad de la práctica en términos de la formación profesional, las
necesidades institucionales y las demandas sociales, en el marco de los
derechos humanos, la construcción democrática, la convivencia y la
ciudadanía?
Las preguntas anteriores abren la posibilidad de clarificar la manera en que se
entiende la dimensión ética y política en las prácticas académicas. La ética y lo
moral según, Cortina y Martínez citados por Cazzaniga (2006, p9), se
diferencian en que la primera se pregunta ¿Para qué debemos hacerlo? Y la
segunda, ¿Qué debemos hacer? De allí que la ética sea el proceso reflexivo
acontecido a las decisiones profesionales, las cuales siempre son políticas
teniendo en cuenta su intención de generar cambios o transformaciones en las
problemáticas socio ambientales de los sujetos, grupos y comunidades,
insertos en tradiciones históricas y contextuales de nivel macro y micro.
El Programa en su definición de la práctica académica, como se evidenció en
un párrafo anterior, propone explícitamente
su interés de la construcción
democrática, el respeto a la pluralidad y el reconocimiento de los derechos
humanos. Estas apuestas, entran en contradicción continuamente, con las
concepciones de los estudiantes sobre la práctica y los lineamientos
institucionales. En coherencia con Tamayo (2005, p 106) al referirse al caso de
las prácticas académicas de Trabajo Social en el contexto laboral, expone:
La motivación interinstitucional, el mejoramiento del clima organizacional y el
establecimiento
de
relaciones
empáticas
y
colaborativas
entre
los
trabajadores y entre estos y las diferentes dependencias de la organización,
son objetivos de los proyectos de los estudiantes, los cuales se convierten en
mediadores de intereses, necesidades y expectativas, entre colaboradores de
las planta, operarios y el ente administrativo.
Se resalta en la cita anterior, la complejidad del entorno en el que se ubican los
estudiantes en la práctica académica y su protagonismo en el proceso
formativo, comprendiendo la trascendencia de sus decisiones para los actores
sociales, la profesión, y su configuración como sujeto. En consecuencia,
cuestionar la profesión desde las dimensiones ético políticas que se estructuran
en la formación profesional se vuelve una tarea ineludible, en la medida que allí
emerge el papel de la reflexividad de los estudiantes y los actores que hacen
parte del proceso, movilizando la discusión con respecto a los principios y
finalidades no en el sentido de homogenizar sino el de establecer acuerdos del
proyecto de sociedad a la que se quiere aportar.
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VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN LAS ZONAS RURALES DE RIO
GRANDE DO SUL , BRASIL Y LOS DESAFÍOS PARA LAS POLÍTICAS
PÚBLICAS
Patricia Krieger Grossi
Ana Rita Costa Coutinho
Geovana Prante Gasparotto
Monique dos Santos Vieira
Clarete Nespolo David
Madalena Leite
PUCRS
RESUMEN
Este artículo tiene como objetivo identificar la violencia contra las mujeres que
viven en zonas rurales en Rio Grande do Sul, Brasil, en sus múltiples
expresiones y los desafíos de las políticas públicas para garantizar sus
derechos. Se realizaron entrevistas con los representantes de los
movimientos campesinos, administradores públicos y coordinadores de las
políticas para las mujeres de la ciudad y las del campo y los datos fueron
sometidos a análisis de contenido. Se encontró que las mujeres
rurales tienen un conocimiento parcial de la ley María da Penha y dificultad
para acceder a las políticas de protección pública. Los resultados de las
entrevistas apuntan a la invisibilidad de la violencia en las zonas
rurales, la necesidad de actuar para romper con la cultura patriarcal y las
políticas públicas para la promoción de la autonomía y el empoderamiento de
las mujeres.
Palabras clave: Violencia de Género, Mujer Rural, Políticas Públicas.
1 INTRODUCIÓN
La violencia contra la mujer es un fenómeno universal que cruza las
fronteras de raza/etnia, edad, orientación sexual, religión y países. Entretanto,
existen algunos segmentos de mujeres más vulnerables que otras y con menor
acceso a las políticas públicas de protección. Los resultados del Censo 2010
apuntan que 759.365 mujeres gauchas vivían en la zona rural, correspondiendo
a 47,6% da población rural y 13,8% del total de mujeres en comparación a la
urbana. Según la Pesquisa Nacional por Amuestra de Domicilios, realizada en
2009 por IBGE, cerca de 7,5 mil de estas mujeres con 10 años o más de edad
fueron
víctimas
de
agresión
física.
Levantamiento
realizado
por
la
Confederación de Trabajadoras Rurales (CONTAG) en 2008, reveló que las
trabajadoras rurales sufren agresiones domésticas rutineramente. Escolaridad
e encajamiento en movimientos sociales no fueron considerados factor de
protección. Un dato evidenciado por el estudio de CONTAG es que la
independencia financiera de la mujer parece no ser una variable relevante en el
cuadro de violencia. De las entrevistadas, 81,5% no dependían del marido para
sobrevivir, siendo que 61,2% se declararon como jefes de familia. Otro factor
preocupante, identificado es que dentro de 529 mujeres de las diversas
regiones del país, 55,2% sufrieron algún tipo de violencia doméstica y familiar.
De estas 27,6% sufrieron amenazas de muerte, 11,9%, estupro marital y 4,3%
cárcel privado y casi 50% de las entrevistadas informaron la inexistencia de
atención a las mujeres en situación de violencia. (BAGATINI et. al., 2013,
p.27).
Delante de esta realidad, fue creada la Portaría n° 85, en 10 de agosto
de 2010, editada por la Secretaria Especial de Políticas para las Mujeres de la
Presidencia de la República que instituya Directrices de Enfrentamiento a
Violencia contras las Mujeres del Campo y de Floresta, visando la garantía de
condiciones para el cumplimiento, en el campo y en la floresta, de las
recomendaciones previstas en los tratados internacionales en la área de
violencia contra las mujeres. A través de esta Portaría, también está prevista la
implementación de acciones que dejen de construir los estereotipos de género
y que cambien los padrones sexistas, perpetuadores de las desigualdades de
poder entre hombres y mujeres y de la violencia de género,
de forma a
contemplar las especificidades del campo y de la floresta. Además de esto,
visa la creación de condiciones para la implementación de la Ley María de la
Peña en el campo y en la floresta y la garantía de acceso de estas mujeres al
sistema de justicia y de seguridad pública. Este documento, por sí solo, nos
muestra que fue detectado por el gobierno una vulnerabilidad de esta población
específica. Dentro de la realidad de Rio Grande do Sul (RS), mientras los datos
del site de la Secretaria de Política para las Mujeres de RS nos demuestran la
existencia de 16 comisarias, 27 puestos de atención a mujer y 21 Centros de
Referencia de la Mujer, muchos municipios predominantemente rurales en RS
no disponen de esta red de servicios y acceso al CRAS y CREAS, cuando
existentes, es dificultado debido a las largas distancias. Esto nos llevó a
cuestionar hasta qué punto está resguardado el derecho a dignidad de la mujer
rural y como las políticas públicas y los movimientos de mujeres campesinas
tienen enfrentado a la cuestión de violencia contra este segmento poblacional.
2 PROCEDIMIENTOS METODOLÓGICOS
La encuesta tuvo como objetivo general identificar el alcance y eficacia
de la red de protección en la garantía de la integridad física de la mujer del
campo en Rio Grande do Sul. Cuanto a la metodología se optó por la pesquisa
cualitativa, con la perspectiva histórico-estructural, cuyas categorías teóricas
centrales son totalidad, contradicción e historicidad. Los procedimientos y
instrumentos de coleta de datos fueron : a) aplicación de formulario con
cuestiones cerradas y abiertas enfocando en las características sociodemográficas de las mujeres rurales ; b) grupos focales con las mujeres
rurales; c) entrevistas con las coordinadoras de las Regionales de Mujeres
Trabajadoras Rurales de FETAG; d) Gestores de los Centros de Referencia de
las Mujeres, coordinador de las Mujeres y profesionales de la red de protección
a la mujer ; e) representantes de movimientos sociales
campesinos y
mapeamiento de la red de servicios ofrecidos en los municipios de Rio Grande
do Sul de las 9 Regiones Funcionales. Para los datos cualitativos fue utilizado
el análisis temático de contenido de Bardin (1977).
Fueron seleccionados los municipios polos de la red de atención a mujer en
RS,
totalizando 30 municipios. Los
municipios polo definidos para la
implementación de las acciones focalizadas al enfrentamiento de la violencia
contra las mujeres están en consonancia con la política de la región del Estado
y con los criterios establecidos por el Pacto Nacional por el Enfrentamiento a la
Violencia contra las Mujeres.
3 POLÍTICAS PÚBLICAS PARA MUJERES Y EL ENFRENTAMIENTO DE LA
VIOLENCIA
Muchas acciones han sido realizadas con el intuito de minimizar esta
realidad mundial vivida por mujeres que sufren violencia, sin embargo supimos
que estamos lejos de erradicarla totalmente. Tratando de las políticas públicas
de atención a la mujer en situación de violencia doméstica, se constata que
históricamente, siempre hubo un retroceso, un descaso en relación a estas
situaciones.. Desde los años 80, se observa en Brasil que la acción del Estado
se restringió básicamente a protección policial y al encaminamiento jurídico de
los casos, visando la
punición del agresor y reparación a la víctima.
(CAMARGO; AQUINO, 2003, p. 12).
Un primero avanzo que se puede verificar en este periodo fue la
implementación de las Comisarias de Atención a Mujer. La primera fue creada
en São Paulo, en agosto de 1985, debido a la presión del movimiento de
mujeres y del Consejo Estadual de Condición Femenina. Después, otra 152
fueron instaladas, siendo que más de la mitad de ellas en el Estado de São
Paulo e las demás principalmente en las capitales. Este avanzo posibilitó una
mayor visualización de la violencia contra la mujer, en aumento de las
denuncias, bien como, sus límites. Otro avanzo significativo, a partir de los
años 80, se dio con la creación de las Coordinadorias de la Mujer en diversos
gobiernos Municipales
y Estaduales; campañas publicitarias nacionales
discutiendo la violencia contra la mujer y la iniciativa de proponer la creación de
la
Secretaria Especial de Políticas Públicas para la Mujer
(CAMARGO;
AQUINO, 2003).
Dentro los diferentes eventos realizados en los años 90 se destacan la
IV Conferencia Mundial Sobre a Mujer (1995) y la Convención de Belém del
Pará – Convención Interamericana para Prevenir, Punir y Erradicar la Violencia
Contra la Mujer (1994), que trataron directamente del tema de la violencia
sexual, violencia de género y de todas las formas de discriminación contra la
mujer, incluso cuanto a su autonomía y derechos. (MOREIRA, 2002).
En enero de 2003 fue constituida la Secretaria Especial de Políticas para las
Mujeres (SPM), de la Presidencia de la República. Explican Camargo y Aquino
(2003) que el mismo tuve status de Ministerio, como referencia gubernamental
de elaboración de políticas y articulaciones de igualdad de género en el
gobierno federal, destacando el compromiso con el Programa de Prevención,
Asistencia y Combate a Violencia contra la Mujer.
En 2004, a partir das
directrices definidas en la I Conferencia Nacional de Políticas para las Mujeres
(CNPM), fue elaborado el Plano Nacional de Políticas para las Mujeres
(PNPM) que proponía
la promoción de igualdad de género, tiendo como
destaque la cuestión del enfrentamiento a violencia domestica contra la mujer y
en 2007, el II Plano Nacional de Políticas para las Mujeres donde fueron
incluidos seis nuevos ejes estratégicos de intervención.
Otro avanzo que se observó fue no campo legislativo, con la Ley 11.340 de 07
de agosto de 2006, intitulado como la Ley María de la Peña, en vigor desde el
día 22 de septiembre de 2006. Son creados Juzgados Especiales contra la
Violencia Doméstica y Familiar, con competencia civil y criminal. Así, la queja
desencadenará
tanto acción civil como penal, debiendo el juez adoptar de
oficio medidas que hagan cesar la violencia: el retiro del agresor de la casa;
impedirlo que se aproxime de la casa; evitar que se comunique con la familia o
encaminar la mujer y los hijos a abrigos seguros. Esta legislación, entretanto,
no obtuvo tutelar de una forma amplia a mujer en territorio brasileño,
principalmente a las mujeres que residen y trabajan fuera de la zona urbana y
que tienen acceso a comisarias bastante restricto. Cabe resaltar que, en Rio
Grande do Sul, las Comisarias de la Mujer son limitadas por la falta de recursos
financieros,
por
falta
de
personal
capacitado
para
la
atención
y
acompañamientos.
Para Daron (2012), el enfrentamiento a la violencia contra las mujeres
del campo y de la floresta es una reivindicación de los movimientos y
organizaciones de las mujeres y vienen haciendo parte de la agenda política de
la Secretaria de Políticas para las Mujeres de la Presidencia de la República,
por lo medio de estudios, de la creación del Disque 180, del Fórum Nacional
de Enfrentamiento a Violencia contra la Mujer del Campo y de la Floresta, de la
campaña “Mujeres dueñas de sus vidas”, el
Pacto de Enfrentamiento a
Violencia y los instrumentos para la implementación de la Ley María de la
Peña. Sin embargo, hay mucho por hacer para que las mujeres del campo y de
la floresta tengan la plenitud de sus derechos asegurados. El Rio Grande do
Sul fue el
último Estado del Brasil a firmar el
Pacto Nacional por el
Enfrentamiento a Violencia contra las Mujeres en 2011. Este Pacto destina
recursos para la inversión en acciones de enfrentamiento a violencia a ser
ejecutados
por
diversos
ministerios
y
secretarias
especiales
con
la
coordinación de la Secretaria de Políticas para las Mujeres. En el Estado del
Rio Grande do Sul, se resalta también el Plano Estadual de Políticas Públicas
para las Mujeres, denominado “RS Mujer”, lanzado en octubre de 2008, como
resultado da III Conferencia Estadual de Políticas Públicas para las Mujeres.
Dentro los ejes temáticos, que siguen el Plano Nacional, el Enfrentamiento a
Violencia contra la Mujer gana el destaque. Otra conquista importante para la
garantía de los derechos de las mujeres en RS fue la creación de la Secretaria
de Políticas para las Mujeres a través de ley nº. 13.601, de 1º de enero de
2011. Uno de los grandes desafíos de la Secretaria de Políticas para las
Mujeres consiste en la ampliación de la red de atención a mujer debido a
insuficiencia de servicios en la
zona rural, que dificulta la denuncia de la
violencia sufrida por la mujer, entre otros factores que mostraremos a seguir.
4 LAS MÚLTIPLAS EXPRESIONES DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
RURAL
A partir de los años 90, aparecieron las primeras casas-abrigo
reivindicadas por el
movimiento de mujeres y apoyadas por las propias
comisarias, una vez que las providencias policiales y jurídicas eran burladas
por los agresores y, muchas veces las denunciantes sufrían violencia mayor
como castigo por su iniciativa (CAMARGO; AQUINO, 2003). En Rio Grande do
Sul existen 496 municipios y solamente 12 casas-abrigos, con capacidad para
atender, en promedio, 10 mujeres y sus hijos dependientes hasta 12 años. La
dificultad de acceso a las mujeres que residen en zonas rurales a estos
equipamientos y otros de la red pública, además de la falta de información y del
propio reconocimiento de la situación fue evidenciado en nuestra pesquisa
conforme las narrativas a seguir:
“Tienen toda esta dificultad de hacer la denuncia porque no hay
comisaria especial, no tienen CRAS, no tienen
mujer
que
va
tener
que
andar
sesenta,
[...] una
ochenta,
doscientos quilómetros, van hacer denuncia en un lugar de
estos, entonces, esta falta de red en general, las mujeres
del campo, falta hasta donde denunciar, tienen miedo de
llegar en la propia comisaria. [...]” (Líder de Movimiento
Rural).
“Para empezar, la mujer rural, ella tiene una dificultad mucho grande en
denunciar. Yo creo que, una mayor demanda, según
nosotros levantamos en conferencia, es llevar información
a zona rural. Entonces la mayor demanda de ellas es el
conocimiento al respecto de la ley, a respecto de la red de
atención”.. (Coordinadora de Políticas para Mujeres).
“Yo creo que la mayor dificultad es la mujer asumir que ella sufre
violencia, e entonces cuando mira para la violencia parece
que es solamente cuando alguien le da una bofetada, un
tirón, no sé lo que, y todas las otras violencias, la
prohibición toda de salir de casa, de estudiar, de pensar
que puede decidir, de hablar lo que quiere (...) “(Líder del
Movimiento Campesino).
Estudio reciente desarrollado por Costa (2012) en 08 municipios del
RS enfocando en violencia contra las mujeres rurales, en las prácticas
profesionales de salud y en las agendas públicas municipales en relación al
enfrentamiento de esta violencia, concluyó que la violencia contra la mujer en el
ambiente rural es considerada como “destino de género”. En la habla de los
profesionales y gestores de la salud, esta mujer es visualizada con la óptica de
“subordinación” y de “obediencia”, de la responsabilidad exclusiva por la
reproducción biológica, tareas domésticas e de la agricultura, con poca o
ninguna legitimidad para disconformidades. En la dimensión política, la
fragilidad de la gestión de las políticas e de los recursos atestan la falta de
preparo de los municipios para conducir el proceso de gestión pautado en las
directrices y principios del SUS y de la
inexistencia de agenda local
direccionada a violencia contra las mujeres rurales y la falta de responsabilidad
y compromiso de gestión local frente a este fenómeno. Para Sagot (2007,
p.31), en algunas comunidades, sobre todo las rurales, “por razones de
aislamiento y cultura, los agresores tienen más facilidad para privar las mujeres
de libertad o separarlas del grupo familiar o social, en lo cual podrían encontrar
algún tipo de apoyo”. Una de las estratégicas de los gestores es la busca activa
y la disponibilización de transporte para posibilitar el acceso al servicio.
“Yo creo que ellas tienen dificultad de acceso, entonces en este sentido,
lo que hicimos? La gente va hasta la zona rural, no es
hacer un llamado de mujeres y tener trescientas y ochenta
mujeres como nosotros tenemos acá en la zona urbana. En
zona rural, hay que tener disponibilidad de transporte para
estas mujeres, hay mujeres que llegan a vivir en una
distancia de 50 quilómetros de locales donde la gente se
reúne . [...] “(Coordinadora de Centro de Referencia a Mujer
).
Otro factor también relacionado a no denuncia es la propia naturalización
de la violencia y no identificación de la misma. A pesar de grande divulgación
de la realización de algunas políticas públicas para cohibir diferentes tipos de
violencia, las mujeres residentes en áreas rurales (campesinas) todavía hacen
parte de un grupo de victimas que ni llegan a las estadísticas. Esto puede ser
debido al fato de que la mujer del campo está inserida en un contexto de
anonimato e
invisibilidad, sin información y acceso a las redes de apoyo.
Todavía Lorenzoni (2007) afirma que su peculiaridad de vida familiar, de cultura
y de clase trabajadora (y en este caso) en el campo, sus necesidades en el
cotidiano, sus problemas, mucho raramente son citados. Cuando aparecen en
los medios de comunicación, es por consecuencia de sus propias
organizaciones y de sus luchas, que acaban llamando la atención pública.
Organizaciones como la FETAG, CONTAG y otras asociaciones de
trabajadoras insertan la cuestión de violencia en el campo como uno de sus
temas del movimiento y reafirman la importancia de dar visibilidad al fenómeno.
“Yo creo que se hace mas denuncia porque antes esta
cosa quedaba mucho mas velado, y es tan difícil de decir si
la violencia aumentó, los números indican que ella aumentó
porque hay un poco mas de posibilidad, creo que
impulsada por la Ley María da Peña de hacer más
denuncias y decir no, usted me pegó, usted es el agresor y
va ser punido. En la cabeza de las mujeres ni siempre
ellas quieren que ellos vayan presos, pero, voy hacer la
denuncia
para
asustar.
[...]”
(Líder
del
Movimiento
Campesino).
Además de la violencia domestica, existe la presencia de la violencia
institucional, porque las mujeres rurales cuando llegan a efectiva la denuncia
en la comisaria, no raro son cuestionadas sobre el motivo de ter sufrido la
agresión, como la entrevistada de la investigación revela “se tu está así
morada, marcada, alguna cosa tú hiciste, una acusación es lo que se mas
escucha de esta mala atención que es muy fuerte acá en el Estado, ellos
(policiales) medio que dicen, si aconteció esto es porque alguna cosa hiciste”.
La violencia institucional se revela en la aplicación u omisión en la gestión y
ejecución de políticas públicas, en las instituciones donde son reproducidas las
relaciones de poder, autoridad y dominio. Esta violencia es reproducida en las
instituciones públicas y privadas, siendo una agresión política, en nivel macro
(MINAYO, 2004). Se materializa cotidianamente en la vida de las mujeres
rurales, sujetas de nuestro estudio, que constituyen también la clase
trabajadora e, de alguna manera, son
sometidas a prejuicio de género o
discriminación en el acceso a sus derechos, especialmente en el acceso a los
órganos de deberían protegerla.
5 CONCLUSIONES
Entre los factores identificados en nuestra investigación que contribuyen
para la invisibilidad de la violencia contra la mujer rural están el miedo, la
dependencia económica del agresor, la distancia de los locales para hacer
efectiva la denuncia, falta de apoyo familiar e falta de políticas públicas, como
se refiere una de las entrevistadas “La propia ley (Ley María da Peña ) es un
avanzo bastante grande, se reconoce esto, pero ella no se efectiva en políticas
públicas cuando no tiene estructura” (Líder Campesina). Aliado a estos
factores, compartimos la posición de Daron (2012) de que para enfrentarnos la
violencia contra la mujer del campo, tenemos que enfrentar la cultura patriarcal
opresora que se entrelaza con el capitalismo y la violencia que se refleja en la
exploración del trabajo de la mujer del campo, en la división sexual del trabajo y
la discriminación en todas las esferas, pública y privada. Solamente así,
podemos mente visionar la posibilidad de vivir en una sociedad centrada en la
vida, en justicia y en dignidad. Esto implica también romper con la cultura
patriarcal
y
patrimonialista
de
las
políticas
públicas.
REFERENCIAS
BAGATINI, N. et. al. Violência Doméstica. Revista das Mulheres. RS: FETAG,
ano XVI, nº 16, março de 2013, p.26-27.
BARDIN, L. Análise de Conteúdo. Edições Lisboa, 1977.
BRASIL. II Plano Nacional de Políticas para Mulheres. Secretaria Nacional
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CAMARGO, M; AQUINO, S. de. Redes de cidadania e parceriasEnfrentando a rota crítica. In:Secretaria Especial de Políticas para as
Mulheres. Programa de prevenção, assistência e combate à violência contra a
mulher- plano nacional.Brasília Secretaria, 2003.
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do óbvio. Tese de Doutorado. Programa de Pós graduação em Enfermagem da
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DARON, Vanderleia. Entrevista fornecida a Thamiris Magalhães. “O reconhecimento
das mulheres trabalhadoras rurais” Revista do Instituto Humanitas. UNISINOS, IHU
Online.
Nº387
Ano
XII,
26.03.2012
http://www.ihuonline.unisinos.br/index.php?option=com_content&view=article&id=4319
&secao=387. Acesso em 05/04/2013.
IBGE. Pesquisa Nacional por Amostra de Domicílios. Indicadores sociais
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MINAYO, M.C.Violência contra idosos: o avesso de respeito à experiência e
à sabedoria. Brasília: Secretaria Especial dos Direitos Humanos, 2004.
Disponível
em:
<http://www.observatorionacionaldoidoso.fiocruz.br/biblioteca/_manual/4.pdf>,
acesso em jun./2011.
MOREIRA, V. A Experiência Vivida do Estigma: Um Estudo sobre Gênero
no Nordeste do Brasil. Projeto de Pesquisa, Mestrado em Psicologia,
Universidade de Fortaleza, Fortaleza. 2002.
SAGOT, Montserrat. “A Rota Crítica da violência intrafamiliar em países latinoamericanos”. In: Stella Nazareth Meneghel (org.). Rotas Críticas: Mulheres
Enfrentando a Violência. São Leopoldo: Editora Unisinos, 2007, p.23-50.
¿BUENAS PRÁCTICAS LABORALES CON EQUIDAD DE GÉNERO?: UN
ANÁLISIS DEL PROGRAMA IGUALA BASADO EN LA MATRIZ PARA LA
IDENTIFICACIÓN DE POLÍTICAS JUSTAS DE IGUALDAD DE GÉNERO DEL
OIG DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE - CEPAL
Andrea Comelin Fornés"
Clave: Política Social – Igualdad de Género - Evaluación
Abstract:
Las Políticas Públicas en la Región Latinoamericana deben responder a
problemas sociales en un contexto cada vez más complejo. Identificar las
causas y respuestas para los mismos se hace difícil dada la tensión de los
diversos actores sociales claves que intervienen en ellas. La visibilización de
derechos de los actores que presentan mayor desigualdad impone la
necesidad de integrar parámetros e indicadores de igualdad y justicia social.
Uno de ellos es la Igualdad de Género. Este trabajo consiste en un análisis del
Programa “IGUALA”, política de Buenas Prácticas Laborales con equidad de
género, bajo los criterios establecidos en la Matriz de Análisis para la
Identificación de Políticas Justas de Igualdad de Género del OIG de CEPAL,
con el objetivo de conocer cómo promueve en su formulación, implementación
y evaluación- control parámetros de justicia distributiva, de reconocimiento y
de representación en la relación mujer, trabajo y familia.
En un Estado de Derecho las Políticas Públicas pasan a ser la herramienta no
solo política, sino que administrativa y de gestión para que los gobiernos
puedan dar respuesta a problemas sociales que se han definido como
prioritarios dentro de la agenda pública. Sin embargo de un tiempo a esta parte
con la conjunción de los Estados Democráticos en la Región, ya no sólo basta
dar respuesta a las demandas sociales, si no que la forma en que ello se haga
es relevante en el momento de proponer respuestas que permitan garantizar
los derechos de todos y todas, permitiendo mayor cercanía a principios como la
equidad, la igualdad y la justicia social. La adscripción a tratados
internacionales entre las naciones y con organizaciones representativas de la
Región así lo confirma.
Uno de los principios trasversales sobre los que los tratados internacionales
han establecido lineamientos claves es el de la igualdad de género, la que pasa
a ser no sólo un derecho, sino que un eje clave para la gestión democrática de
una nación. Lo anterior implica que se debe considerar las diferencias que se
presentan entre hombres y mujeres, en el estudio de un problema social, como
también las consecuencias que implica la toma de medidas para ambos. La
necesidad de incorporar la perspectiva de género en las políticas públicas
radica en “que ni el Estado ni las políticas son neutrales, si no que reflejan y
reproducen valores, normas y sesgos vigentes en la sociedad en que están
inmersos, incluidas las percepciones sobre lo femenino y lo masculino”
(Batthyány, K. 2012: 21-22).
Medir la desigualdades de género para generar diagnósticos que sustenten
estas políticas es un desafío que los indicadores de igualdad de género
diseñados por comunidades académicas como la CEPAL, han permitido
hacerlo hoy con mayor precisión, permitiendo develar las brechas que afectan
a las mujeres en relación a los hombres en lo familiar, social, económico y
cultural (CEPAL, 2010. Pág 42). Sin embargo un desafío mayor es alcanzar la
medición de los logros de estas políticas mediante indicadores para la
medición de su proceso y resultados. Instrumentos con tal objetivo no habían
sido formulados integralmente hasta el 2012, en que la CEPAL propone la
Matriz de Análisis para la Identificación de Políticas Justas de Igualdad de
Género, en la que se proponen parámetros para conocer si éstas políticas
responden desde su formulación hasta su evaluación en la promoción y avance
hacia la justicia distributiva o económica; a la justicia de reconocimiento,
aquella que rescata la valorización de las diferencias y especificidad del género
dentro de una cultura y, la justicia de representación de las mujeres a nivel
político para visibilizar sus derechos.
Los parámetros propuestos permiten evaluar cada fase de la política. En su
fase de identificación y definición del problema público se plantea necesario
conocer si la política contó con un conocimiento de la realidad del problema a
la luz del enfoque de derechos, reconociendo interpretaciones de género e
identificando las desigualdades que puedan existir. En su fase de formulación y
diseño se deben observar planteamiento de objetivos definidos, marcos
normativos y marcos políticos sociales de sustento, siendo inclusivas en su
diseño de los grupos representativos de las mujeres o actores sociales
relevantes y no sólo producto de las acciones de técnicos del Estado. En la
fase de implementación debe contar con una descripción general de los
mecanismos de accesibilidad física y económica a sus beneficios, incluyendo
difusión de los derechos, medidas preventivas y acciones positivas en el ámbito
administrativo y operativo de la misma. Debe articular distintos sectores,
formalizando acuerdos entre los organismos públicos, privados y la sociedad
civil, generando alianzas y consensos en pro de la consolidación de procesos
democráticos y de justicia de género. Además debe presentar sostenibilidad es
decir contar con recursos administrativos y recursos financieros explícitos y en
ejecución. En su última fase la de Evaluación, control y vigilancia es relevante
la presencia de mecanismos establecidos de seguimiento que den cuenta
diferenciadamente del impacto general y en las mujeres, como también
dispositivos que aseguren la difusión pública de esta información a través de
información estadística confiable, con mecanismos que permitan el diálogo
sociedad civil y Estado para velar por el cumplimiento de la política, rescatando
aquellos temas pendientes que la política no pudo abordar en temas de
equidad de género.
La política analizada: Programa de Buenas Prácticas Laborales con
Equidad de Género- Sello Iguala. Conciliación entre la vida Laboral,
Familiar y Personal
I.- Un poco de Historia
El año 2006 por mandato presidencial de Bachelet se forma una comisión,
liderada por SERNAM, el Servicio Civil y la OIT, cuyo objetivo es poder formar
un Código de Buenas Prácticas Laborales para generar directrices en materias
relativas al acceso al empleo digno. Este Código establece 07 dimensiones
para trabajar las buenas prácticas laborales: Procesos de reclutamiento y
selección, Desarrollo de carrera y acceso a la capacitación, Representación
equilibrada entre hombres y mujeres en los cargos de jefatura y de
responsabilidad directiva, Condiciones de Trabajo, Protección de los derechos
de
maternidad
y
responsabilidades
parentales,
Conciliación
de
responsabilidades laborales con obligaciones familiares, Prevención y sanción
del acoso laboral y/o sexual en el trabajo.
En un inicio SERNAM fue el encargado de llevar a cabo la implementación del
Código en los Servicios Públicos, lo que se instauró a través de un Diagnóstico
y acciones establecidas en sus planes operativos anuales (POA), que se
reflejaba en el cumplimiento de metas de mejoramiento de gestión (PMG) de
cada Servicio. El año 2008 SERNAM evalúa que si bien se ha logrado una
gestión alentadora de este programa en el ámbito público estatal, aún en el
ámbito de la empresa Privada no se ha introducido el Código, dejando espacios
de desigualdades de género sin trabajar, por lo que surge el Programa IGUALA
para instalarse en empresas privadas que postulen a esta certificación.
II.-Programa de Buenas Prácticas Laborales con Equidad de Género- Sello
Iguala.
El objetivo principal de este programa es “Contribuir a promover e instalar
buenas prácticas laborales en las organizaciones, relacionadas a propiciar la
reducción de brechas, mejorar la incorporación femenina y desarrollo de
carrera de las mujeres, así como contribuir al aumento de la productividad y
competitividad de las organizaciones, a través de la implementación de
acciones que promueven igualdad de oportunidades entre hombres y
mujeres”. Implica promover la conciliación vida laboral, familiar y personal para
hombres y mujeres en una lógica de co-responsabilidad, como lo establece su
segundo objetivo específico declarado
El Programa trabaja tres grandes líneas: Certificación de empresas públicas
y privadas que instalen voluntariamente acciones, planes y programas de
buenas prácticas laborales con equidad de género; la intermediación laboral
cuyo objetivo es ayudar a las mujeres a buscar empleo en trabajos con bajo
índice de reclutación femenina, incentivando a las empresas a abrir estos
espacios; Apoyo al resto de las reparticiones públicas en el cumplimiento del
Código de Buenas Prácticas Laborales (BPL) sobre No Discriminación para la
Administración Central del Estado.
Respecto a la primera línea con empresas privadas, la que analizaré, trabaja
mediante la adscripción voluntaria de las empresas privadas que deseen
obtener el sello iguala de buenas prácticas laborales, lo que a las empresas les
significa contar con estándares de calidad en esta materia para posicionarse
mejor a nivel internacional. El trabajo consiste en establecer un referente de
SERNAM con una contraparte de la empresa, generalmente del área de
recursos humanos, para desarrollar primeramente un análisis de las políticas
de contratación, información y de recursos humanos de las empresas aplicando
una matriz que contiene las 7 dimensiones del código. Para cada dimensión se
analizan las acciones informativas que la empresa ejecuta para socializar
esa dimensión con sus trabajadores, las acciones y políticas concretas que
se han desarrollado en el ámbito según el marco legal chileno y las acciones
positivas que se traduce en medidas diseñadas e implementadas por la
empresa que sobrepasen las exigencias legales nacionales en la materia. De
acuerdo a los resultados se evalúan los aspectos por mejorar para llegar al
óptimo de un puntaje preestablecido. Si la empresa lo desea se establece un
Plan de Acción con remediales y nuevas propuestas surgidas desde la
empresa. Este plan se monitoriza posteriormente con reuniones de
coordinación y revisión de reportes, en vistas a obtener en un plazo de dos
años la Certificación con el Sello de Calidad de Equidad de Género.
Respecto a evaluaciones que se hayan realizado al Programa, una efectuada
por el SERNAM el año 2012, cuyos resultados se encuentran publicados en la
página web del MAM, se desarrolló como un análisis más bien cuantitativo,
mostrando preferentemente datos duros, destacando que el año 2012 hubo 43
empresas distinguidas con el sello (41 privadas y 2 públicas), seis más que el
2010. Las empresas distinguidas abarcan todas las regiones del país. No se
observan resultados estadísticos declarados por dimensión que estén como
información disponible, ni estudios oficiales de percepción de beneficiarios, en
el portal del SERNAM, lo que puede responder al manejo reservado de la
información interna de las empresas privadas.
III.- El Programa IGUALA bajo la óptica de la Matriz de análisis para la
identificación de políticas justas de igualdad de género
El análisis se realiza en base a las dimensiones propuestas en la matriz de
análisis para la identificación de políticas justas de igualdad de género, del
Observatorio de Igualdad de Género de AL y el Caribe (CEPAL, 2012):
•
Dimensiones de la
Matriz
Identificación y
definición de los
problemas públicos a
que responde:
Marco de sentido
Realidad Observada
•
La política no está sustentada sobre un marco
de derechos, como garantía estatal, toda vez que
queda al arbitrio y voluntad de la empresa el
adscribirse el él y proponer medidas de mejora. No
hay obligatoriedad por no ser ley.
•
•
Identificación del
problema
Identificación de
injusticias de genero
Formulación y Diseño
(objetivos
y
resultados
esperados,
marco
normativo y marco
político institucional)
Implementación
(Descripción general,
transversalidad,
relación
sistemas
políticos,
sistemas
administrativos y Soc.
civil, información y
•
El problema a que responde es las prácticas
laborales inadecuadas o pugnar por el trabajo
decente, en base a la perspectiva de igualdad de
género. En ese sentido se fundamenta en la baja
tasa de inserción laboral femenina chilena, en la baja
tasa de mujeres ocupando puestos de jefatura o
directivos, en las estadísticas de acoso laboral, en la
falta de medidas que permitan conciliar la vida
laboral y familiar a hombres y mujeres, el
cumplimiento
de
legislación
de
maternidad/paternidad. Todo esto apunta a reducir
las
brechas
de
género
y
facilitar
la
corresponsabilidad entre hombres y mujeres.
•
Se basa en identificar las injusticias de género
ya señaladas, que de no abordarse aumentarían las
brechas de desigualdad de género de nuestro país,
no respondiendo a los tratados firmados por Chile en
la materia.
•
El objetivo explícito de la política apunta a
reducir las brechas de igualdad de oportunidades de
inserción laboral de las mujeres, en las empresas
públicas y privadas. En ese sentido busca aumentar
la inclusión de la mujer en el mundo productivo,
mediante la facilitación de medidas de conciliación
trabajo y familia para hombres y mujeres,
favoreciendo la corresponsabilidad, como también
trabajando barreras culturales de ocupación de
cargos directivos por mujeres, acceso a campos
laborales tradicionalmente masculinos y acoso
laboral.
•
El marco normativo es muy débil, ya que es
sólo un programa voluntario para el mundo
empresarial privado, no se sustenta en ley, por
cuanto no permite garantización de derechos. No
presenta obligatoriedad para la empresa
•
El marco político institucional, es restringido a
la institucionalidad pública estatal. Solo participan un
Servicio Público, SERNAM. Se puede destacar la
OIT como organismo internacional. No existe
participación de la sociedad civil, ni de los afectados
(agrupaciones de mujeres, sindicatos, etc), en la
elaboración. Tampoco participación de grupos
académicos.
En cuanto a la implementación se observa:
•
Los responsables de la implementación son el
MAM y la contraparte de la empresa privada o
pública. Respecto a ello no hay participación explicita
de otras autoridades o actores que permitan
asegurar
su
cumplimiento
(seguimiento
y
cumplimiento de remediales, o debilidades de este
difusión,
sostenibilidad,
desarrollo
competencias)
plan). En este sentido los medios para asegurar el
cumplimiento no obligan a la empresa (depende de
de su voluntariedad y compromiso). Se basan en un
acuerdo firmado y en el monitoreo de esos acuerdos
que llevan a la certificación. Una investigación13
muestra que cuando no se cumplía algún parámetro
las empresas en vez de modificar sus prácticas o
lineamientos, determinaban que no aplicaban a su
realidad y proponían medidas “comodines que se
ajustaban a sus propias políticas” (Comelin y Leiva,
2010) El mismo estudio muestra que no existía una
regularidad en la participación de otros actores
relevantes tanto en el diagnóstico, como en la fase
de propuesta y seguimiento de remediales, como lo
son sindicatos, grupo de mujeres contratadas, etc.
Sin embargo la comunicación SERNAM y
Contraparte era fluida y ordenada.
•
a mayoría de las medidas señaladas y
propuestas en el programa, que se observaron
en el estudio señalado, apuntan más a
aumentar la incorporación laboral de la mujer
en el mundo laboral que hacia la
corresponsabilidad de género. Se observó
cumplimiento de leyes de maternidad e incluso
acciones positivas al respecto que respondía al
carácter transnacional de las empresas
estudiadas, lo que no podría generalizarse por
no contar con datos oficiales. Aún con déficit es
un avance en cuanto a la disminución de las
brechas de género en el ámbito estatal, y sobre
todo del mundo privado. Dentro del instrumento
diseñado para el Diagnóstico y seguimiento de
acuerdos, se explicitan acciones de difusión del
programa y temáticas de género asociadas, lo
que permite socializar con los actores
beneficiarios, funcionarios administrativos y
directivos este ámbito. El estudio señalado
observó difusión por amplios medios escritos y
la web, sin embargo no existían medios de
información cara a cara con los beneficiarios.
•
La sostenibilidad del programa es alta, ya que
existen recursos diseñados en el MAM para tal
efecto, como en las empresas distinguidas, tanto
administrativos como financieros. De hecho han
aumentado las empresas con sello desde el 2010 al
2012. En la pág.WEB del MAM se explicita como
13
Proyecto de Investigación Interno: “CONCILIACIÓN ENTRE VIDA FAMILIAR Y LABORAL
EN UNA EMPRESA MINERA EN LA REGION DE TARAPACA” Comelin, A y Leiva, S (2010).
Universidad Arturo Prat. Iquique. Chile
L
Evaluación
(Monitoreo,
producción
de
información
estadística,
resultados en base a
objetivos, avance en
justicia
para
las
mujeres,
temas
pendientes)
programa permanente.
•
Permite el desarrollo de competencias en los
funcionarios del MAM sobre el enfoque de género.
Sin embargo este es limitado en la empresa privada,
ya que quien lo aplica y es interlocutor válido es una
sola persona, quien se capacita. Los demás solo
aplican medidas o miden resultados, pero sin
capacitación.
•
Existe un mecanismo establecido de
monitoreo respecto a las metas del programa,
llamado plan de remediales con cada empresa sobre
el cual hay un protocolo de seguimiento a realizar.
Sin embargo no está establecido dialogar con los
grupos claves de mujeres, sindicatos, solo con la
contraparte administrativa y jefatura.
•
Dentro de la estructura del programa no se
establece la tarea de producción de información
estadística. Esto debe responder a la privacidad de
la información, ya que la mayoría de las empresas
distinguidas son del ámbito. Solo se cuenta con la
información del número y localización de las
empresas distinguidas con el sello.
•
Respecto a los objetivos, pareciera tener un
resultado positivo en cuanto han aumentado las
empresas distinguida el 2012, respecto del 2010. En
el estudio citado se pudo apreciar que la mayoría de
las medidas implementadas correspondían a
medidas para facilitar la incorporación de la mujer al
trabajo y conciliar vida laboral y familiar, una sola
medida de difusión estaba dirigida a fomentar
corresponsabilidad.
•
Esta política ha sido un avance en cuanto a
fomentar la igualdad de oportunidades de inserción
laboral de hombres y mujeres, en cuanto refuerza
medidas legales y positivas en este ámbito,
sobretodo mediante la conciliación. Sin embargo
adolece de participación directa de las mujeres en su
evaluación y reformulación, como también no se
observan dimensiones en la matriz del IGUALA
dirigidas a formar en corresponsabilidad, lo que se
observa solo en medidas de difusión, problemática
pendiente en esta política.
IV.-Conclusiones:
1.
La política analizada es una política que propende a desfamiliarizar,
(Esping Andersen, 2000, citado por Pautassi, 2010), en el sentido que involucra a
otros actores proveedores del cuidado, como lo son el Estado y el mercado
(empresa privada), no asignando toda la responsabilidad a la familia. Lo
anterior propende a la igualdad de oportunidades de incorporación al mundo
laboral de mujeres, disminuyendo brechas de género en base a facilitar la
conciliación entre el mundo laboral y familiar, de hombres y mujeres.
2.
Sin embargo la mayoría de las medidas están diseñadas bajo la lógica
de que es la mujer mayoritariamente quien debe hacerse cargo de las tareas
de cuidado, ya que tanto las medidas legales, como las positivas van dirigidas
a ello, al igual que el objetivo general que busca “alivianar” esta carga a las
mujeres para facilitar su ingreso al mundo laboral, más que formar a hombres y
mujeres en la corresponsabilidad. (Caro, P 2007, Pág. 35 -36). Así a pesar de
ser un avance en ámbito de disminuir brechas de género, no ataca en la
formación cultural de reformular la división sexual del trabajo.
3.
El mayor problema de esta política es la imposibilidad de garantizar
derechos de género a los destinatarios, ya que no cuenta con el marco
normativo para exigirlo (es un programa, no una ley), quedando a voluntariedad
de las empresas adscritas el cumplimiento de las propuestas de remediales y la
incorporación de acciones que disminuyen los sesgos de género. El otro gran
problema es la participación de los actores sociales relevantes, tanto en su
formulación, aplicación y evaluación. Esto conlleva a que la aplicación del
proceso de la política pública sea lineal y no con una perspectiva de
mejoramiento, entendiendo que los ciclos de las políticas sociales (subirats y
otros 2008; Cepal 2012) no contemplan etapas rígidas.
4.
Las mejoras propuestas en forma congruente serían: Propender a que se
establezca como ley y no solo como programa voluntario para permitir garantización de
derechos, establecer espacios participativos para los actores beneficiarios y generar
programas educativos que apunten a provocar el cambio cultural de la
corresponsabilidad de género.
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18 de Agosto de 2013
LAS APROPIACIONES SIMBÓLICAS DEL ESPACIO FRONTERIZO
TARAPAQUEÑO: APORTES DESDE LA MIRADA DEL TRABAJO SOCIAL
HACIA LA INVESTIGACIÓN REGIONAL.
Cristian Ovando Santana
Romina Ramos Rodríguez
∗
∗∗
RESUMEN
Nuestra intención es problematizar lo referido a la pugna por la significación del
espacio tarapaqueño, cuestión que nos permitirá interpretar la vigencia que
presentan las referencias nacionales. en desmedro de territorios basados en
una historicidad particular- local. Por ello, el objetivo de/ este trabajo es
interpretar el contenido de los imaginarios geográficos que exponen algunos
habitantes presentes en este territorio, particularmente el Estado representado
por funcionarios que se apropian simbólicamente de aquel, a partir de
dispositivos y prácticas utilizadas por ellos en el Paso Fronterizo de Colchane.
Paralelamente, también nos referiremos a los habitantes y migrantes que
forman parte de estos asentamientos y a cómo se ven afectados por esta
imposición de sentido. Conjeturamos que actualmente la presencia estatal,
reeditada por la seguridad en torno al contrabando y el narcotráfico, ha
transformado la organización espacial de las relaciones sociales en que se
desenvuelven los espacios locales tarapaqueños.
Palabras claves: Región de Tarapacá-Transfronterizo-Estado.
∗
Máster y Doctorando en Estudios Internacionales, Universidad del País Vasco, Leioa, España. Becario
CONICYT y Académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Arturo Prat, Iquique,
Chile. Contacto: [email protected]. Dirección postal: Avenida Arturo Prat 2120, Casilla 121 ,Iquqiue,
Chile.
∗∗
Trabajadora Social de la Universidad Arturo Pral. Máster y Doctoranda en Modelos y Áreas de
investigación en Ciencias Sociales, Universidad del País Vasco, Leioa, España. Académica de la Facultad
de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Arturo Prat, Iquique, Chile. Contacto:
[email protected]. Dirección postal: Avenida Arturo Prat 2120, Casilla 121 ,Iquqiue, Chile
Introducción
La región de Tarapacá, ubicada en el extremo norte de Chile, dentro de sus
características destaca por constituirse como un territorio marginal, ubicado
muy distante de su centro político. A su vez, como toda zona anexada
tardíamente al territorio nacional, también se caracteriza por estar subordinada
a un Estado nación en consolidación que, desde una representación espacial
oficial, impuso y normalizó durante buena parte del siglo XX un espacio
fronterizo, caracterizado como conquistado, vacío y desprovisto de toda
sociabilidad que no fuere promovida por dicha ocupación (Nuñez et. al, 2013).
Estas formas normalizadoras del espacio, históricamente, han promovido
valores y prácticas que en general afectan las formas de sociabilidad previa a
la emergencia de lo nacional como demarcador, delimitando el sentido que
cada actor le da al espacio habitado. Nos referimos particularmente a los
habitantes Aymaras de dicha franja fronteriza y a los cruzadores de frontera.
En respuesta a esta imposición de sentido, en estas fronteras complejas
surgen procesos de alienación territorial, los que "suscitan la movilización de
crecientes fracciones poblacionales" (Machado, 2009:77), respondiendo de
distintas formas a la invasión de sus espacios intersubjetivos de cotidianeidad.
Sostenemos que el Estado chileno ha apostado por nuevas tendencias
globales tendientes a la securítízacíón (Dammert y Bailey, 2005) de los
territorios1 considerando que la región de Tarapacá históricamente ha sido un
territorio con una fuerte presencia estatal y militar. Ésta surge como una región
conquistada militarmente, por tanto padece los efectos de guerras, asonadas
fronterizas y dispositivos nacionalizadores como fueron la educación fiscal y la
mirada geopolítica del espacio. Aún más, esta memoria colectiva se reedita a
partir de los actuales conflictos de límites que confrontan a Chile, Perú y
Bolivia. A partir de estos procesos vemos como paulatinamente durante las
últimas tres décadas, el espacio nortino se ve imbuido en realidades múltiples
1
Ejemplo de esta dinámica es la puesta en marcha del El Plan Frontera Norte por parte del gobierno del
presidente de Chile, Sebastián Piñera
con sus propias valoraciones. Éstas van desde un Estado que vela por su
seguridad y desarrollo con una herencia nacionalista que perdura, hasta una
comunidad local de carácter histórico que habita la frontera prescindiendo de
alguna manera de aquélla.
En efecto, la frontera tarapaqueña, desde mediados del 2000, comienza a ser
conocida a través de los medios de comunicación a partir del constante
trasiego por el "Paso Colchane. Ésta, comienza a identificarse con atributos
que la asocian con un extendido contrabando y el narcotráfico (Corder y RuizTagle, 2013); se considera además una frontera con una presencia estatal
fuerte en torno a barreras fitosanitarias y aduaneras (Ovando, Álvarez, 2011).
Por otro lado, se la vincula con un espacio tradicional, marcado por el habitar
transfronterizo de comunidades locales (Tapia y Ramos, 2013) y municipios
rurales, con una extendida red de relaciones transfronterizas emprendidas en
pos de su desarrollo (Rouviere, 2009; Tapia y Ovando 2013); finalmente,
debemos mencionar el constante trasiego de migrantes fronterizos que van
dejando su huella como portadores de territorio (Tapia, 2012).
En suma, pese a la pluralidad de actores e imaginarios espaciales (Zulzman,
2013) presentes en este espacio, la tendencia ha sido a construir
representaciones desde la hegemonía y uniformidad, a partir del peso de los
imaginarios nacionales (Giménez, Beliveau, 2011), nuestra problematización
permite comprender de qué manera los actores que transitan y habitan tienen
su propia mirada del espacio a través de diversas prácticas cotidianas. Lo
anterior, se analiza discutiendo la tensión que surge en el espacio cotidiano
desde la representación oficial del territorio tarapaqueño y sus prácticas
históricas y permanentes como "Estado-nación" y, a su vez, tomando en cuenta
a los sujetos que la resignifican.
Tarapacá: De una frontera en transición a una Franja fronteriza.
Las características de Tarapacá la hacen un territorio complejo, en el que se
superponen dinámicas y discursos contradictorios, que dejan en evidencia una
serie de cuestiones silenciadas y otras sobre valoradas.
Un ejemplo de discursos soberanistas en torno a la seguridad, es la creación
del Plan Frontera Norte. Creado en el año 2010 en Chile por los Ministerios de
Defensa e Interior. Este plan propone fortalecer el combate fronterizo al
narcotráfico en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta
aumentando los controles y cautelando la frontera con mayores recursos y
tecnología. Si bien no contempla ninguna medida legalmente amparada que
afecte el flujo migratorio, en la práctica se han implementado medidas,
informalmente, que afectan su desarrollo (Ovando, 2012). Es el caso de la
decisión por parte de la Gobernación Provincial de Iquique de Tarapacá de
retener autobuses para realizar controles de identidad, en sectores no previstos
por la legislación vigente, en concreto fuera de los controles fronterizos. Se
consideró por algunos sectores de la opinión pública como una medida
arbitraria e inconstitucional2. En suma, se estima que en el marco del Plan
Frontera Norte, estas prácticas se reeditan o dan cuenta de patrones culturales
de larga duración presente en la región, que se engarzan con el marco de la
compleja historia de la estructuración fronteriza de todos los Estados
sudamericanos (Fernandois, 2005, pp. 68-83).
Identidad en franja fronteriza de Tarapacá: a un lado y otro.
Como se ha señalado, por otro lado en la franja fronteriza tarapaqueña de
Chile, se han mantenido permanentes prácticas de cooperación, una cultura
ancestral común, una convivencia histórica producto de su contigüidad
territorial y sus trayectorias espaciales, con un "fuerte y reconocible perfil
cultural" (Marteles, 2010). Estos rasgos culturales se han manifestado desde
antes de la formación de los Estados y de manera sostenida desde finales del
2 Pues la medida afectaba el libre tránsito. En efecto el "Diario e121" (Marzo 28, 2011,18:37) señala: "En
medio de la polémica por la idea de introducir un decreto, por parte de la Subsecretaría de Transportes y
Telecomunicaciones para restringir el ingreso de vehículos de transporte internacional de Bolivia entre la
medianoche y las ocho de la mañana, así como la incorporación de una segunda fiscalización para éstos
en Huara".
siglo XIX hasta la actualidad. Un rasgo relevante ha sido la existencia de una
lengua común. Palominos señala tajantemente a propósito de este elemento
identitario clave, "el habla es también una nación Aymara por encima de la
fronteras territoriales" (Palomino: 1994. Citado por Paredes, 2011; 206). Así el
componente étnico común Aymara de los poblados limítrofes chilenosbolivianos se ha convertido en el integrador natural del territorio alto-andino.
Por tanto, se observa una articulación supranacional y subnacional de espacios
regionales, que muestran cómo los procesos tienden y oscilan al mismo tiempo
entre la dimensión local y la global. En efecto, este marco cultural, ha permitido
instaurar el proyecto "Fronteras Abiertas" con la cooperación de actores
subnacionales, es el caso de la "Alianza Estratégica Aymaras sin Fronteras"3
considerado, sin lugar a dudas, como un factor clave para decidir poner en
marcha proyectos de más largo alcance4. Rouviére (2007), indica que la
consolidación de este espacio de diálogo subregional, promueve el desarrollo
económico del espacio transfronterizo y permite la inserción de éste en el
mercado global por medio de la cooperación política.
A pesar de que a nivel de cancillerías5 aún no se han resuelto muchos de los
conflictos de territorialidad y límites fronterizos ligados a un proceso histórico no
resuelto, igualmente se está dando un interesante proceso de integración,
construido desde abajo y donde el componente étnico común Aymara es clave.
3 Este proyecto, Alianza Estratégica Aymaras Sin Fronteras, se ha convertido en una plataforma política
de carácter trifronterizo e innovador, que ha sido capaz de generar un discurso integrador ligado a un
territorio con identidad Aymara, que reside e interacciona con regularidad en la zona alto-andina de
Bolivia, Chile y Perú, más allá de los límites fronterizos de estos tres países. En los últimos tres años, la
Alianza Estratégica Aymaras Sin Fronteras se ha consolidado notoriamente de forma que ha sido capaz
de atraer y captar la atención de numerosos actores internacionales, convirtiéndose en destinataria de
abundantes fonqos de la cooperación internacional o bien como caso de estudio por su carácter
innovador (Marteles, 2010).
4 SEI objetivo estratégico principal del Proyecto Fronteras Abiertas consiste en fortalecer las relaciones y
las capacidades de los actores subnacionales (intermedios y locales), activando procesos virtuosos de
intercambio (norte-sur y sur-sur) para el desarrollo territorial de las áreas de frontera en América Latina.
Las primeras actividades del Proyecto Fronteras Abiertas se remontan indirectamente al estudio de
factibilidad, realizado por el CeSPI (Centro Studi Politica Internazionale) en el último tercio de 2006, de la
promoción de la cooperación descentralizada italiana con los gobiernos subnacionales que conforman los
corredores bioceánicos de América del Sur. Es, precisamente, en esta Triple Frontera de Bolivia-ChilePerú donde se iniciaron las primeras relaciones con algunos actores nacionales, regionales y locales 113
de estos tres países, que más tarde se convertirían en socios estratégicos del Proyecto Fronteras Abiertas
que empezó a ejecutarse en julio de 200? (Marteles, 2010)
5 La cancillería, es un ministerio o centro diplomático desde el cual se dirige la política exterior del país.
Este componente, consolida una cultura propia, ligada a la identidad Aymara,
que va más allá de las características culturales de cada uno de los países que
configuran el territorio (González, 2005). Esto se ve manifestado por ejemplo,
en que la franja fronteriza de Tarapacá con Bolivia, siga manteniendo su
autonomía con respecto al idioma oficial, conservando el uso de dos lenguas
como es el castellano y el Aymará, lengua que se hablaba desde tiempos
precoloniales. Esto indica que en este espacio se comparte una cultura desde
tiempos previos a la colonización, lengua que se mantiene hasta nuestros días
(Marteles, 2010) Y a su vez, se convive con prácticas oficiales impulsadas por
los mecanismos de la globalización y, entre ello, un histórico conflicto
soberano. Estos conflictos han afectado históricamente las distintas soberanías
que
configuran
esta
región
natural
supranacional
y
han
impactado
ideológicamente en las comunidades materializando por un lado, un discurso o
acciones nacionalistas de determinados grupos. Y, por otro lado, como
dispositivos de reproducción cultural (Althusser, 2003) y prácticas cotidianas de
los habitantes que han manteniendo desde antiguos tiempos.
Para ilustrar esta antagonía, se recoge una entrevista que se emite en el mes
de Abril del presente año en el periódico La Tercera, en donde se refleja dicha
forma antagónica de la vida cotidiana de la franja fronteriza, y cómo los
actores oficiales la representan:
"Un grupo de carabineros sale a patrullar ( ... ) ya nadie sale sin un policía que
conozca muy bien la zona y los límites de la frontera. No podemos arriesgarnos
a pasarnos ni un metro hacia el lado boliviano". Cada carabinero en la frontera
ocupa fusiles de guerra, en caso de que las cosas se compliquen. El camino
llega a su fin. A un lado hay cerros chilenos y al otro lado, el salar, que es casi
totalmente boliviano. Un poco más allá de uno de los hitos que marca la línea
imaginaria de la frontera hay un puesto de avanzada del Ejército boliviano con
capacidad para unas 12 personas, según los carabineros. A diferencia de
Chile, donde es la policía la que se encarga del patrullaje fronterizo, en Bolivia
los encargados de esta tarea son los militares. El teniente Tapia y el cabo Cofré
avanzan hasta el hito para asegurarse de que no haya sido movido.
¡Hasta ahí no más! -les grita el teniente coronel Hugo Zenteno, quien mira
atento que nadie salga del refugio militar boliviano. (Bázán, 2013: 19).
Estas prácticas reflejan la creciente percepción de la frontera por parte de las
policías que la controlan como un lugar soberano, el que hay que "cuidar".
La gubernamentalidad dice Foucault, (2006) "designará todo un entramado de
formas de hacer y pensar que tiene por objeto, sobre la base de la economía
política y de una serie de dispositivos de seguridad, el ordenamiento de la
población, donde adquiere una relevancia importante ordenar el espacio. Por
ello, Mendiola, hace hincapié en analizar de forma crítica las violencias
simbólicas en los espacios que la regulan y analizar también, las posibilidades
de articular otras movilidades que se despojen de las lógicas de domesticación
(Mendiola, 2012:5). Siguendo esta mirada entonces, desde la otra perspectiva,
se encuentran los habitantes de la franja. Que, a través de actividades
comerciales informales reflejan una vida cotidiana marcada por la inexistencia
de fronteras políticas. Asimismo en este sentido, reflejan el sentimiento de
abandono que sufren debido al distanciamiento de sus respectivos Estados.
Este abandono se evidencia en siguiente relato:
"Colchane no es más que un grupo de casas al final del altiplano chileno. El
pueblo se sostiene por el pastoreo de llamas y la plantación de quínoa,
cebollas y papas. La calle principal es la carretera que llega hasta a Bolivia,
donde se alinean la municipalidad, el liceo, el retén y un par de hoteles. El
aislamiento se siente en temas como la electricidad, la que únicamente se da
entre las 20 horas y la medianoche a través de generadores. La gente se
abastece de mercadería al otro lado, en Pisiga Bolívar, [Bolivia] que es tres
veces el tamaño de Colchane, [Chile]. Sábado por medio se hace una gran
feria en el pueblo boliviano, donde se vende prácticamente de todo" (Bázán,
2013: 19).
El relato muestra la representación del espacio no oficial que tienen los
Aymaras,
una
representación
del
habitar
transfronterizo
donde
el
abastecimiento y la sobrevivencia se encuentra allende la frontera y viceversa.
En efecto, el abandono y el habitar transfronterizo también se percibe desde
Bolivia, sobre todo en las posibilidades de educarse al otro lado de la frontera:
"En Colchane dicen que es como ir al mal!. El intercambio se da hacia el lado
chileno también. Son 10 los niños bolivianos que cruzan la frontera de Lunes a
Viernes para ir al colegio. Ángela Soto, la directora del liceo, dice que es
porque la educación es mejor: "Se les da útiles escolares, tienen
computadores, acceso a internet. Por eso vienen, y no hay problemas ( ... ) "Al
otro lado de la frontera, Pisiga Bolívar funciona como pueblo-aduana. Son
varios los camiones apostados sobre la carretera esperando pasar al lado
chileno. Y a pesar de que el pueblo es más grande que Colchane, también da
la sensación de un descuido mayor: las calles no están pavimentadas y muy
cerca de la frontera proliferan puestos de comercio más bien precarios.
Tampoco es raro ver gente de raza negra, colombianos o dominicanos,
esperando su oportunidad para cruzar a Chile. La base militar, encargada de
vigilar la frontera, se encuentra varios kilómetros hacia Bolivia, camuflada
estratégicamente por un cerro. Nadie en Pisiga admite problemas con Chile.
Una mujer aimara [sic] dice que los problemas se dan porque nadie sabe bien
dónde está la frontera" (Bazán, 2013: 19-20).
Al poner de manifiesto ambas percepciones (la oficial y la del abandono)
acerca del territorio fronterizo tarapaqueño, podemos pensar que la movilidad
es el hacerse y deshacerse del espacio en el modo en que se practica, las
formas en las que se ordena, las conexiones que se trazan. (Mendiola, 2012).
Por tanto, se debe tener en cuenta que la movilidad lleva una huella de otros
espacios y cómo las personas se posicionan en ese espacio, responde a
procesos sociohistóricos, dejando entre ver que la presunta idea de que hay un
"supuesto espacio que corresponde habitar" se vuelve falaz (Mendiola, 2012:3).
Cuando se afirma que la concepción de la vida cotidiana está basada
fundamentalmente en desplegar aquellos mecanismos de los que se valen los
individuos y grupos para satisfacer sus necesidades materiales básicas (León,
1999; Arpal, 2007; Legarreta, 2012). Se esgrime que lo cotidiano es también
cargar de sentidos y significados a las experiencias de vida. La satisfacción de
necesidades, no supone la simple subsistencia, sino que conlleva también dar
sentido a la existencia. Ambas dimensiones se encuentran ineludiblemente
entrelazadas, puesto que subsistir necesita un universo concreto de
significados que dotan de sentido la experiencia cotidiana (Arpal, 2007). Así los
habitantes trasfronterizos, conscientes del abandono y de sus necesidades,
cruzan la frontera de manera permanente y construyen su vida en virtud de las
oportunidades que se les manifiesta a uno y otro lado. Las redes de
cooperación entre ambos países suponen una concepción común a la hora de
instaurar territorio.
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cordillera de Los Andes como espacialidad socio-cultural, Andrés Núñez Rafael Sánchez - Federico Arenas (edit),lnstituto de Geografía, Pontificia
Universidad Católica de Chile, RIL, Santiago.pp:243-274. 2013.
ZULZMAN "La geografía histórica, la imaginación y los imaginarios
geográficos" Revista de Geografía Norte Grande, 54: 51-66 (2013)
Panel Nº IV
Tema: “la Política Latinoamericana y del Caribe como respuesta a la ‘cuestión
social’ y su relación con los aportes a la construcción de la democracia,
estado y ciudadanía”.
Moderador: Judy Méndez Esparza de Colombia
Panelistas: Víctor Yáñez
Chile
Elaine Narcizo Brasil
Laura Accoto, Argentina
Fecha: 26 de abril de 2013 12:00 hrs
NOTAS SOBRE LA COMPLEJIDAD DEL TRABAJO SOCIAL:
“develación de la densa trama entre observaciones, gramaticalidades y
debates disciplinarios”14.
Profesor, Víctor R. Yáñez Pereira15
RESUMEN
En este artículo partimos de la base que la realidad se va formando como una
trama que urde gráficas con palabras, tras una densa y expansiva matriz de
relaciones capaz de armar, a nivel de la conciencia y del lenguaje, una
gramaticalidad y semántica que concatena un corpus de vivencias, a través de
las cuales se hacen traslucir y se trasparentan nuestras más diversas
experiencias. Estas últimas, exigen ser enfrentadas a complejas distinciones
que, mediante una observación que supere el nivel basal, se comprometan con
el momento y las consecuencias en que lo exterior, los fenómenos, entran en
nuestra subjetividad; pero, en la modalidad de situaciones que, en un
determinado tiempo y espacio, otorgan sentido al saber que rodea nuestro
pensamiento, permitiéndonos aprendizajes, conocimientos, sabiduría para su
uso en la convivencia social cotidiana. Desde allí parte nuestra responsabilidad
y promesa ético – política de articular observaciones de segundo orden,
gramaticalidades y debates de segunda generación, que nos permitan traducir
situaciones en problematizaciones, sobre aquellos asuntos que ubican a los y
las Trabajadores y Trabajadoras Sociales en algún topos de la realidad del
mundo fenoménico, con base en códigos lingüísticos particulares a la
disciplina, así como de cruce común con las ciencias sociales; claro que,
siempre, en atención a ciertas condiciones y circunstanciasque cualifican
nuestros atributos y pertinencias de investigación/intervención en lo social.
Palabras Clave: Trabajo Social, Complejidad, Observaciones de Segundo
Orden, Gramáticas, Semánticas, Debates Disciplinarios.
14
Esta ponencia recoge algunos planteamientos desarrollados con mayor profundidad en: Yáñez
Pereira, Víctor R. (2013). Trabajo Social en Contextos de Alta Complejidad: reflexiones sobre el pensum
disciplinar. Editorial espacio, Buenos Aires, Argentina.
15
Asistente Social y Licenciado en Servicio Social de la Universidad de Concepción. Diplomado
en Mediación e Intervención Familiar en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Magíster en Trabajo
Social y Políticas Sociales en la Universidad de Concepción. Doctorando en Ciencias de la Educación en
la Universidad de Sevilla, España. Actualmente es Profesor Asociado y Director de la Carrera de Trabajo
Social en la Universidad Autónoma de Chile, Sede Talca. Además, es Director del Programa de Magíster
en Trabajo Social con mención en Intervención Social y Director del Centro de Estudios y Gestión Social
del Maule, en la misma Casa de Estudios Superiores. Ha oficiado como profesor Invitado en Programas
de Pre y Post Grado a nivel nacional e internacional. Email: [email protected].
PRESENTACIÓN.
Pensar en la complejidad implica asumir una especie de locus dialógico,
recursivo y holográmico entre las diversas dimensiones que componen lo
social, así como de este espacio con la ciencia, la filosofía y su fundamento
material en la sociedad. De este modo, la complejidad(del latín complectere),
comporta el proceso de asociar, enlazar o mantener unido aquello que
aparenta ser dual, estar separado o fragmentado. Por lo tanto, parafraseando a
Edgar Morin (2001, P. 14), será complejo todo cuanto va tejido junto
(complexus), o sea, lo que se
mantiene hermanado, donde se incluye,
además, el sentido de lo contrapuesto y no sólo de lo que es concurrente y/o
complementario.
Dicha cuestión, por cierto, no anula el valor de independencia de los
componentes dentro de una totalidad, sino que, más bien, relativiza su
dependencia en una relación de autonomía-heteronomía. Entonces, asumir la
existencia de la complejidad conlleva, primeramente, asimilar la presencia de
un tejido
“de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados”
(Morin, E.: 2003, P.17), donde podemos descubrir y revelar los enlaces entre
eventos, acciones, interacciones, retroalimentaciones, determinaciones y
acontecimientos, a través de los cuales se va armando, una y otra vez, nuestro
mundo fenoménico.
De ahí que la complejidad del Trabajo Social expresa dentro de sus lógicas, los
perturbadores
trazos de desorientación, ambigüedad e incertidumbre de la
propia realidad social de la que, también, forma parte. Ahí radica nuestra
obligación de alcanzar una más adecuada apropiación, conducción y manejo
del conocimiento, en cuanto multi-referenciada construcción del pensamiento
disciplinar.
Ello posibilitará que las observaciones de los Trabajadores y las Trabajadoras
Sociales conciban el orden en el desorden de los fenómenos, para que sus
gramaticalidades aporten a comprender lo que se manifiesta confuso y sus
debates ofrezcan elocuencia, distinción y selección a la identidad disciplinaria,
como diferenciada y significativa variación de sus procesos de investigación/
intervención en lo social. En este contexto vemos, nosotros, que el mundo
fenoménico representa aquellas propiedades que la realidad de las cosas
manifiestan como apariencias, como aquello que se pone frente a nuestra
conciencia (phenomena) y que reconocemos como experiencia de contacto
fáctico y formal.
En rigor constituye la realidad de ese mundo, aquella que construimos por
medio de los sentidos y el lenguaje, por lo cual para conseguir que este mundo
de los fenómenos pueda mutar a la realidad de situaciones sociales
aprehensibles para nosotros, el mismo debe volverse hacia la comunicación
pública, toda vez que su contenido se suscita y expone en una comunalidad de
lenguaje y discurso compartido, desde el cual se articula la intencionalidad e
intereses de hablantes y oyentes dispuestos a la comprensión social. Eso los
hace capaces de poner en epojé, entre paréntesis, sus ideologías socionormativo-culturales, para alcanzar un entendimiento interpretativo que les sea
inteligible, recto, veraz y racional, ofreciéndole a cada cual las mismas
posibilidades para exhibir sus mejores argumentaciones ante la cuestión en
discusión.
Eso justifica la pertinencia de constelar la realidad situacional a través de la
aperturidad a la crítica de los otros, con miras a buscar el mejor argumento
entre los desplegados en la escena comunicativa, lo que a nivel disciplinario
exige de los Trabajadores y las Trabajadoras Sociales
la exploración y el
encuentro del fundamento de las mismas, en aquello que se ha logrado
consensuar por medio de razones y no sólo de motivos, pues se orienta hacia
la observación y no hacia la percepción. Nos referimos a la capacidad de
representar imaginando desde un segundo orden, que nos permite argumentar
sobre la acción de relacionarnos con el mundo fenoménico, tras debatirlo y
hacerlo transitar entre quienes observan y lo que observan, pues “[…] nacen,
se desarrollan y desaparecen según leyes que les son propias […]” (Satre, J.:
1964, P. 18), o sea, producen un lazo donde la razón simbólica urde los hilos
para argumentar la acción (sus productos y consecuencias), por medio de
signos y códigos socialmente compartidos.
Es eso lo que nos conecta con lo inmediato a la empiri, fundando potenciales y
genealógicos episodios de comprensión sobre el mundo subjetivado y
objetivado; pero ahora desde un encadenamiento de regímenes de la mirada,
en el cual es factible distinguir una diversidad de perspectivas dispuestas a
contrastarse con la experiencia. El mundo fenoménico se desenfrena en
nuestra edificación de su realidad, sus estados y contenidos de verdad,
convirtiéndonos en observadores, privilegiadamente, incluidos en el campo de
observación que se configura en torno a lo cotidiano, por medio de cartografías
de entendimiento que, pensadas como meta-códigos de sentido, nos permiten
percibir, identificar, describir, explicar, interpretar
e intervenir sobre una
multiplicidad de objetos constitutivos de ese mismo mundo.
Parte Primera. Desarrollo de Observaciones de Segundo Orden en
Trabajo Social: trascendencia de las interacciones basales, el primer reto
a la complejidad disciplinaria.
Tengamos presente que es en la fuerza de la reinvención disciplinar (Yáñez, V.
& cols.: 2009 Pp., 57 – 66), donde se nos ofrece una redención renovadora en
nuestras observaciones sobre la realidad cotidiana y lo real de las cosas del
mundo fenoménico, pues nos conduce fuera del nihilismo negativo del
pensamiento, posibilitándonos ser autores de nuestro propio texto en lo social.
Observar implica asumir decisiones y elecciones, fruto de una voluntad de
verdad capaz de crear el presente como futuro, no involucra capturar la
realidad cerrándola en un instante precario, sino comprender que aquello que
sucedió no es o se quedó en el pasado inmediato, sino que es un abismo de
posibilidades para el conocimiento.
De lo contrario, la procesualidad histórica de lo social se instituiría como un
espacio lejano, inerte y vacío, algo que solamente fue; por lo mismo, cuando
observamos volvemos una y otra vez a incorporarnos en la realidad, a ser en
ella, sin un sentido de continuo, sucesión o final, sino que más bien iniciando la
originalidad del “[comprender] sin categorías preconcebidas y juzgar sin aquel
conjunto de reglas consuetudinarias que constituyen la moralidad” (Arendt, H.:
1995, P. 44). Eso implica transitar desde la zona basal hacia el segundo orden,
en una búsqueda de fundamentos sobre lo que nos funda y sobre lo que
fundamos en lo contemporáneo.
Toda observación de segundo orden (Yáñez, V.: 2007 [1], Pp., 198 – 210) u
observación de orden segundo, es aquella capaz de incluir y sobrepasar los
umbrales de las miradas inmediatas, propias de la actitud natural, es una
especie de observación análoga, una suerte de observación de observaciones.
Conlleva una superación de la mera apariencia de los hechos, datos e
información, es un rebasamiento de los nichos de conocimiento cerrados en sí
mismos, una especie de “[…] ser objeto de creación por parte del querer”
(Vattimo, G.: 2002, P. 53).
Eso supone que
la observación siempre se formule incluyéndose en ella
misma, lo que nos indica que no puede librarse de lo que cada profesional y el
Trabajo Social, en su globalidad, es e implica; pero, siempre en su relación de
diferencia con aquellas innumerables experiencias que enfrentamos cuando
construimos los objetos de investigación/intervención. Se pone en duda aquello
que el conocimiento acusa como real, ya que dicha observación alberga en su
seno una complejidad interna, esto es, sus propios medios, códigos
y
operaciones, dentro de un ámbito de todas las vinculaciones posibles.
Complejizar nuestras observaciones es, más bien, una alternativa de actitud
crítica y heurística, que nos ofrece el pensamiento comprensivo y deliberativo
(das Denken), para desatarnos de la tradición pragmático – empirista y del
determinismo funcionalista, recuperando “las coyunturas conceptuales de que
depende el sentido nuevo […]” (Cordua, C.:1999. P. 11). Ello exige superar la
falacia de primacía de la teoría sobre la experiencia o de la práctica sobre las
conjeturas y reflexiones, ya que observar complejamente comporta la fusión
entre lo teórico y lo empírico, formando un saber praxiológico que nos
posiciona en la premisa de que conocer implica “pasar de la marca visible a lo
que se dice a través de ella y que, sin ella, permanecería como la palabra
muda adormecida entre las cosas” (Foucault, M.: 1995, P. 40).
Esta construcción de la observación compleja escapa del sujetamiento a la
noción de verdad como objetividad, ayudándonos a “[…] distinguir entre lo que
en ella es fundamental e irremediable y lo que, por el contrario, se puede
todavía corregir […]” (Vattimo, G.: 2002. Pág., 99), pues lo que se propone es
rescatar la sensible racionalidad del discurso, no sobre cómo pensar en
Trabajo Social, sino sobre qué pensar, o sea, sobre lo que acontece. Lo mismo
quiebra el curso unidireccional que va del ego cogitans a la res-extensa, que
determina
una
mono-causalidad
en
nuestros
procesos
de
investigación/intervención, emprendiendo la penetrante necesidad de crear una
praxis que devenga tanto conjetural como auto-refutable, apoderándonos de la
eventualidad, de lo efectual de la experiencia vivida, en tanto únicos
indicadores confiables para ser sometidos a la indagación e indignación del
pensamiento y la acción.
Allí nos acercamos a la realidad del mundo fenoménico, hermanando los
propósitos de observación con los de transformación estructurante y cambio
situado, modificando nuestros modos de ver las cosas, en una re-significación
de totalidades concretas dentro de totalidades abstractas, circunscritas a un
cierto tiempo y espacio (Bachelard, G.: 2003). Es así que la teoría excita la
actitud consciente del o la Trabajador y Trabajadora Social, no sólo para
iluminar sus cuestionamientos, sino, además, para poner en tensión sus ideas
con la intuición y a esta última con lo azaroso de la empirí, como lo avizoraron
Arquímedes, Galileo, Pascal o Einstein, quienes nos demuestran que “[…] la
percepción viva de los problemas no es más que una fase preliminar de la
invención” (Laloup, J.: 1964. P. 244).
Tales procesos han de venir mediados por la capacidad de interrogar, pero, no
con el fin último de buscar respuestas que se acomoden a nuestras propias
preguntas, sino que más bien para rescatar la riqueza en el despliegue de las
contestaciones, ya que cada pregunta en medida alguna conduce hacia un
único agregado de respuestas coherentes y alineadas, sino que nos encaminan
hacia la dialéctica y conversacional verdad oculta, en cuanto espacio
provocador de cambios y bifurcaciones. Aludimos al despertar de una profunda
zona de comprensión en torno a la realidad de las situaciones, agentes y
contextos de nuestra investigación/intervención, que han de ser fortalecidos a
través del quiebre con aquellas nociones de la conciencia común, presentes
en nuestras opiniones primeras sobre el mundo fenoménico, las cuales “se
presentan como una colección falsamente sistematizada de juicios de uso
alternativo” (Bourdieu, P. & otros: 1999, P. 28).
Entonces, la eventualidad de la observación que se gesta desde el segundo
orden, va unida a la voluntad que es creadora, redefine, reorganiza y
reconfigura, emancipatoriamente,
lo que está vigente, trayendo una nueva
necesidad de conocimiento, al reducir el mero carácter cíclico y reproductor de
lo aprendido como supuestamente verdadero. Dicho asunto, nos permite
pensar y comprender la realidad en su ligazón a una serie de categorías de
entendimiento, que superan su atomización y su desagregación en partes
inconexas, como por ejemplo ha ocurrido y sigue ocurriendo con la lógica
instrumental-estratégica y la modalidad operativa que define al método básico
en Trabajo Social, todavía popularmente empleado por amplios colectivos de
profesionales.
A la inversa, el segundo orden de la observación “al menos, afianza el interés
cognoscitivo emancipatorio a constelaciones históricas azarosas y, con ello, la
autorreflexión toma relativistamente la posibilidad de una fundamentación de su
pretensión de validez [ante la realidad situacional]” (Habermas, J.: 1998, P. 25).
De este modo, hacemos la advertencia de que la certidumbre, la verificación y
la objetividad pasan a ser una ilusión, toda vez que el azar, lo improbable y la
intersubjetividad son la fuente del descubrimiento, así como la posibilidad de la
adveración y la creación, que superan la evidencia, seguridad, confirmación y
apaciguamiento de la rutina y el conformismo, siempre amenazante, en los
procesos de investigación/intervención.
De esta manera, nuestras observaciones reflejarían un incesante diálogo entre
sujeto y objeto, un puente de sentido entre lo subjetivo y su objetivación, entre
el misterio de la complejidad y la oscuridad del saber. Lo mismo, proclama una
nueva trama en la connotación sintética y la denotación analítica de nuestras
propuestas y apuestas, permitiendo demarcar, seleccionar, focalizar y
objetualizar la realidad de diversas situaciones incluidas en lo social, que es
desde donde el campo de observación se torna problemático y pertinente a la
razón de ser de la disciplina (Yáñez, V.: 2007 [1], Pp. 208 – 210).
Ello nos exige dejar de entender el concepto de racionalidad bajo un criterio
que asigna orden frente al caos, desajuste, ilogicidad que, intrínsecamente,
define lo social como la anarquía de las alternativas (Bauman, Z.: 2007, P. 77),
esto es, en su convivir con lo contemporáneo, con aquello que cada vez se
asemeja y se confunde más con nosotros mismos. Estamos planteando que la
complejidad de esta forma de concebir las fuentes de nuestra observación
radica en la necesidad de comprender, pero, partiendo de la multivocidad de
signos que atraviesan la conexión entre significantes y significados.
Por lo mismo, esta tarea reclama de los y las Trabajadores y Trabajadoras
Sociales comenzar por una indagación abierta sobre las estructuras y
dinámicas simbólicas, contenidas en los discursos y narrativas de los agentes
imbricados en
nuestros diversos procesos de investigación/intervención,
confrontando los estilos de explicación e interpretación en juego y revisando
con criticidad reflexiva los contenidos argumentativos que dotan de diversidad a
los textos y relatos en desarrollo. Así, pues, emerge la necesidad de que
nuestra disciplina haga proliferar lo que, en otro texto, llamamos lenguaje
significante, el que asume
“la comprensión en el sentido amplio de la
inteligencia de los signos […]” (Ricoeur, P.: 2008, P. 10).
Aludimos a una observación que se está haciendo y que se torna manifiesta en
la construcción de nuestro discurso disciplinar, donde se envuelve una “serie
de acontecimientos” (Foucault, M.: 1999, P. 61), dados en relación con otros
acontecimientos discursivos. Aquí el o la Trabajador o Trabajadora Social,
mediante una suerte de <<arqueología del saber>> (Foucault, M.: 2003), sale
del lugar de los meros espectadores para colocarse en la zona de los agentes
que piensan su acción que, a la vez, activa su pensamiento, tras una voluntad y
un juicio razonado-razonable sobre lo que vendrá y lo que ya está instaurado,
encaminándonos hacia la emancipación de nuestra
autenticidad creadora.
autonomía con
Parte Segunda. Gramaticalidades del Trabajo Social: la cualidad
semántica y el atributo de nombrar, el segundo reto a la complejidad
disciplinar.
Trabajo Social junto con dar cuenta de la realidad deber ser capaz de
desarrollar un activo proceso de creación de significados sobre ella, gestado a
nivel
del espíritu disciplinar, el cual mediado por el lenguaje promueva
incidencias semánticamente relevantes en el mundo fenoménico, transfiriendo
sentido a los actos instrumentales, respecto de los cuales se requiere un
profundo esfuerzo de interpretación y explicación para que dejen de ser,
simplemente, datos disponibles en un momento y lugar determinado. Ello
involucra transitar hacia un sistema discursivo apto para atrapar la posibilidad
de lo real, a través de expresiones colmadas de la aristotélica hermeneia, que
nos librade la creencia, tan entronizada en las conciencias de los y las
Trabajadores y Trabajadoras Sociales, de que comprender nace y culmina en
supuestas impresiones respecto de las cosas en sí mismas.
Es este intento de elucidación, nos llama a reconocer ese atributo y talento
que debemos desarrollar los y las Trabajadores y Trabajadoras Sociales para
explicar interpretando. Nos referimos a ofrecer un sentido significativo a aquello
que pensamos y expresamos mediante nuestro lenguaje y acción, pues la
comprensión es hermana del saber y conocimiento que somos capaces de
construir a lo largo de nuestra existencia, ya que “[…] el comprender no tiene
término y no puede, por tanto, producir resultados definitivos […]” (Arendt, H.:
2010, P. 15).
Se alude a un juego intelectual, que va más allá de la explanación sobre las
cosas que aparecen en nuestro diario vivir, para aproximarnos a los contenidos
de verdad que poseen los fenómenos de la cotidianeidad, obligándonos a
revisar nuestras categorías de entendimiento, puntos y niveles de observación,
así
como
las
preguntas
de
entrada
a
los
procesos
de
investigación/intervención, hasta llegar a unos umbrales que trasciendan la
pura identificación y descripción de hechos, vistos
como aquello que
simplemente es y existe, como una realidad que es absolutamente inexcusable
e incuestionable. Lo mismo exige efectuar un permanente esfuerzo por
descifrar y traducir el fundamento discursivo con que los demás y nosotros nos
damos a conocer, nos ponemos en presencia, en definitiva a través de los
cuales unos ante otros nos presentamos en la esfera política de la
comunalidad.
Ello representa un intercambio lingüístico que asegura el potencial de
integración de significados, mediante “el uso de signos que no son cosas, sino
que valen por cosas […] en la interlocución […]” (Ricoeur, P.: 2009, P. 33). Lo
que en el plano de las gramáticas de nuestra investigación/intervención deja a
la luz conjuntos socio-culturales mediante los cuales se aportan visiones de
mundo, que se entrecruzan entre quienes designan referentes - los hablantes-,
y, quienes desentrañan conceptos referidos – los oyentes.
Ahora bien, al valor legatario de la traducción le cabe una responsabilidad de
relectura y revisitación permanente que, además, pueden efectuar terceros.
Así, pues, el paradigma de la traducción constituye, también, una apuesta
ético-política para el Trabajo Social, ya que se erige en la dialéctica de lo propio
con lo foráneo, esto es, en el brío por atravesar la experiencia de lo que está
fuera de mí, y que comporta diversidad y pluralidad.
Eso responde al hecho de que el mundo no es una infraestructura estática, sino
un producto que nace en la complejidad del pensamiento y conocimiento del
observador que, incluido en aquello que observa, permanentemente, lo
construye, de-construye
y reconstruye. Por tanto, como miembros de una
congregación disciplinar, inmersa en el universo cognoscente y cognoscible de
las ciencias humanas y sociales, debemos hacer frente a aquella tendencia
que nos induce a seguir respondiendo a las demandas de lo social, a través de
códigos, medios y operaciones que, pese a nombrar de manera diferente, no
han evolucionado y aún se encuentran rígidamente rutinizadas en nuestros
discursos y acciones.
Lo importante es re-aprender a situarnos en
el interior de aquello que
nombramos, penetrando en el discurrir de la verdad de su contenido, lo cual no
implica mera nominación o notificación de algo, sino que exige un brío de
reconciliación y de pertenencia con lo que queremos decir cuando expresamos
algo (Israel, Ricardo, M., R. & Yáñez, V.: 2011. Pp., 105-110). Es un intento por
pensar sin límites sobre lo que, realmente, estamos diciendo cuando referimos
a objetos de discurso, capturándolos con un nombre y no con otro, ya que al
nombrar preñamos las cosas de manifestaciones lingüísticas, de una carga
simbólica, respecto de un determinado estado de situación temática y de
densos procesos argumentativos.
El acto de nombrar lo reconocemos mediado por un complejo proceso de
interacción comunicativa, donde se van estableciendo diálogos entre lo de
adentro de la connotación y lo de afuera de la denotación, creándose lazos
sígnicos de subjetivaciones y objetivaciones, dadas dentro de ciertas zonas de
experiencia
y
contextos
de
realización,
gramaticales
y
semánticos,
particularizados en nuestras investigaciones/intervenciones. Es allí donde
tomamos
las
nuevas
experiencias
por
medio
de
las
palabras
que
desencadenan nombres, los cuales, a su vez, albergan ideas, nociones,
conceptos y concepciones preliminares y por lo tanto conectan lo emergente
con lo previamente conocido.
Las gramáticas (grammatĭca)
nos acercan al corpus de reglas, normas
y
principios que regulan el uso del lenguaje significativo en Trabajo Social, pues
organizan la construcción de las narrativas y la formación de los discursos
disciplinarios, en un sentido que no es meramente prescriptivo o regulatorio,
sino que, además, da cuenta de las modalidades y los métodos con que se
desarrolla la acción comunicativa de los y las Trabajadores y Trabajadoras
Sociales, de acuerdo al contexto-situación, tanto lingüística como extralingüística, que abren los horizontes de la gramaticalidad a la realidad viviente
del propio lenguaje. Tal apertura exige de nuestras semánticas (semantikos)
provocar y acoger todo lo que tiene un significado relevante en la configuración
de lo social, al otorgar tangibilidad expresiva al corpus de imágenes mentales
que sobre ello poseemos
y constituimos tras el encadenamiento de un
conjunto de talantes conceptuales asociadas a unos significantes externos.
En definitiva, nuestras constelaciones gramaticales y semánticas se originan en
las construcciones de la memoria y en sus elocuciones significantes dentro de
un tiempo y espacio, las cuales están ceñidas a la pragmática de determinadas
circunstancias y contextos de elucidación y exégesis. Explanación y
esclarecimiento comprensivo que reclama una constructiva des-construcción,
respecto
de
nuestros
dilemas
ético-políticos
y
problematización
epistemológicas, en torno al proceso de nombrar la realidad, así como respecto
de la congruencia y consistencia de los debates que desarrollamos sobre los
objetos de investigación/intervención. Solo así podremos aportar tanto
variación como re-estabilización a dichos procesos y sus propuestas de cambio
y/o transformación, validados por la contingente, transitoria y flexible búsqueda
de respuestas ante las tupidas y cada vez más ascendentes irritaciones de lo
social.
Tales exigencias a nuestros modos de ser, pensar y hacer se fundamentan en
la
inevitabilidad de la contingencia, no sólo de la filosofía, la ciencia y la
técnica, sino ante todo de los momentos históricos y las concepciones de
mundo que se correlacionan con el desarrollo del propio Trabajo Social en la
sociedad. Ahí emana la otredad como un alter – ego, oficiando al modo de
una inacabable e indeterminada creación de figuras, formas e imágenes, a
partir de las cuales atendemos aquello que nombramos como realidad de lo
social, las cuales actuan como representaciones generales sobre ciertas
propiedades empíricas, asociadas a referentes concretos de realidad.
Es en dichos espacios sociales del mundo fenoménico, donde la disciplina
erige y desarrolla asuntos polémicos y controversiales, susceptibles de
promover posturas diversas ante encuentros dialógicos, en cuyo acontecer se
exponen las razones que validan una diversidad de posiciones argumentativas,
formuladas con miras hacia el consenso. Entonces bien, dado que somos
capaces de argumentar nuestros modos de ver la realidad, así como las
propuestas que elaboramos para contribuir al cambio y transformación social,
somos, conjuntamente, portadores de atributos discursivos compuestos por
dimensiones lógicas, dialécticas y retóricas, asociadas a dimensiones
epistemológicas, teóricas, metódicas y metodológicas, así como ontológicas,
deontológicas y axiológicas, que orientan nuestra capacidad para construir
intersubjetivamente lo cotidiano del mundo fenoménico, en cuanto escenario
donde se legitima la existencia del otro que, junto a nosotros, es también
acreedor de un lugar en ese mundo.
Parte Tercera. En la construcción de Debates en Trabajo Social: rupturas
y continuidades con los actos enunciativos y proposicionales, el tercer
reto a la complejidad disciplinaria.
Los y las Trabajadores y Trabajadoras Sociales transferimos luminosidad a los
hechos inexpresivos, pues cuando decimos algo realizamos actos de habla que
nos posibilitan reiniciar la provisión de sentido y de
organización de la
experiencia de constituir nuestros debates (debattuĕre). Dicho proceso está
formado por cuerpos elásticos de expresiones y códigos lingüísticos, cuyas
urdiembres
persiguen incorporar concepciones que nos involucran con el
mundo fenoménico, dentro de un horizonte simbólico, sobre el que las palabras
cumplen su labor de nombrar en narrativas, bien sean hiladas como textos y/o
como relatos temporalizados.
Entonces, cuando alzamos la voz en el proceso de debatir, nos ocupamos de
ilustrar una realidad o parte de una realidad, atrapada en una sensibilidad
emergente y discontinua, donde radica el desafío de encontrar nuevos puntos
de vista, conceptos y signos, mediante los cuales elaboramos conjeturas y les
procuramos atención refutativa a la apertura y el cambio proposicional en torno
a lo social. Contexto en el cual el debate se entiende como el espacio por
medio del que se exteriorizan categorías de entendimiento, paralelas al mundo
real fenoménico, organizado por condiciones espacio – temporales que es
donde se habitúa y tipifica la vida cotidiana.
Aludimos a la zona donde surgen nuestros objetos discursivos, de investigación
e intervención, relevando los imaginarios individuales y colectivos como, al
mismo tiempo, lo que es singular y trans-histórico a ellos (Castoriadis, C.: 1999,
P. 246), ya que el debate ostenta una voluntad propia, en la medida que entra
en fricción con los y las profesionales que, a su vez, se incorporan en la
dinámica dialogante que es propia a él, sin dejarse guiar, solamente, por
quienes exponen. Se generan desvíos y fracturas en su desarrollo, que
demandan
ligaduras
entre
argumentos
oficiales
y
otros
que
surgen
alternativamente, allí donde es posible potenciar el encuentro de los agentes
con sus propias preguntas y cuestionamientos, donde el debate no surte de
soluciones sino que más bien testimonia y problematiza.
Ahí se evidencia el poder del lenguaje sobre los hablantes y oyentes, así como
sobre la sucesión de sus coloquios, el recorrido de sus textos, la narrativa de
sus relatos y el ritmo de sus pensamientos en marcha, ya que las fuerzas
devenidas del debate interpelan como “algo [que] aparece puesto en medio, y
[donde] los interlocutores participan de ello y se participan entre sí sobre ello”
(Gadamer,
H.: 2004, P. 13). Se va formando, entonces,
una especie de
puentes de comprensión, como una forma de asociar a los dialogantes en un
espacio no sólo de diferencias, sino que, además, de compromiso reflexivo y
de atributos de concurrente expresividad.
Por vía de nuestros debates disciplinarios modelamos el pensamiento y su
encarnación en realidades concretas, como a su vez nos dejamos impregnar
por sus propuestas y aseveraciones, formando representaciones cognitivas y,
además, expresivas, que nos posibilitan calar tanto en los lugares de la
conciencia como en la estructura socio-política a la que pertenecemos como
agentes. Ello nos relaciona con los propósitos incorporados en nivel eidético,
ahora, expuesto por actos de habla, lo que de una u otra manera nos lleva a
un conflicto de interpretaciones y explicaciones, permitiéndonos captar la densa
conexión y lazo de identidad entre el pensamiento y la realidad.
En esa manifestación del debate, los aspectos denotativos y referenciales del
lenguaje se unen con los elementos connotativos y poéticos, ya que la misma
es compleja en su ineludible situalidad al interior de los contextos, así como en
su tangible contacto con las audiencias, esto es, con los otros a quienes se
dirige el proceso de acción comunicativa. Por lo mismo, el campo gramatical y
semántico, como factor analítico y significativo de su complejidad, no puede
concebirse simplemente como reflejo de la realidad, sino que más bien
constituye un constructo con validez científica y sentido disciplinar, en torno a
los asuntos y objetos del mundo fenoménico.
Ahora bien, el carácter de constructo que asumen nuestros debates no implica,
únicamente, un texto y relato totalizador, una función epistemológica absoluta o
un modelo teórico unitario, sino que el mismo se demarca, selecciona, focaliza
y objetualiza de cara a un espacio empírico, desde el cual deriva su potencial
realización. Ello respecto de la experiencia sensible sobre lo social, donde
fluyen las incertezas y los errores, donde las decisiones se visibilizan como
prácticas discursivas, toda vez que nuestros argumentos enlazan fundamentos
a fenómenos y estos a situaciones, tras un curso de reflexión hablada
delimitado y tematizado desde variados lugares de interpelación, de registro y
de devolución de experiencias, que somos capaces de traducir teórica y/o
conceptualmente, por medio de categorías de entendimiento.
Hacemos ver que, a través de sus debates, el Trabajo Social presenta una
imagen de sí mismo en inclusión con la permeabilidad de factores históricos e
ideológicos, lo cual posibilita desenmascarar la contingencia de las figuraciones
que, lingüísticamente, transmitimos a través de él. De esta manera, dejamos
ver la naturaleza constructiva y deconstructiva de nuestro discurso disciplinar,
así como su separación de aquella dicotomía que mutuamente excluye los
ejes interpretativos de los explicativos, logrando, en definitiva, poner en
concordancia el sentido con la referencia.
El sentido de las referencias se crea en función de un mundo donde las cosas
existen en alianza con sus propias características, son pues creaciones ex
nihilo, donde tutela un discurso que se nutre no sólo de oficialidad, sino que,
además, de
realidades cotidianas marginadas (Castoriadis, C.: 1989).
Tengamos presente que el debate busca, por un lado, poner en presencia
presente cuestiones tematizadas, y, por otro, convencer razonada y
razonablemente acerca de la validez enunciativa y proposicional que se
sostiene sobre aquello que problematizamos, concitando una especie de
resistencia a la fragmentación entre lo interior y lo exterior, haciendo notar que
nuestras gramáticas y semánticas se cruzan con las ajenas, ahí donde las
palabras son capaces de perturbar los estados de realidad.
En definitiva, cada debate deja correr el saber narrativo, conceptuando criterios
pertinentes y admisibles para los agentes de lenguaje que se involucran en tal
proceso, según sus respectivas posturas de interlocución y en cuyos textos y
relatos se van tejiendo argumentos que no solamente se disponen a cumplir
funciones enunciativas pues, además, y, sobre todo, determinan qué se debe
plantear para ser oído, así como lo que hay que oír para poder hablar. Allí se
genera la intersección entre el espíritu que fundamenta la praxis y la revuelta
de una acción discursiva, concebida “[…] como facultad de puro inicio, como
vida que no se instala en lo creado sino en el principio de la pura creación”
(Bárcena, F.: 2006, P. 35), pues escapa de la mera estabilidad, del statu quo,
de la invariabilidad.
El memento nascendi constituye la procura del novum, que nos encauza hacia
el ímpetu de lo extraordinario, radicado en las posibilidades de originalidad del
pensamiento, los diálogos y las acciones sobre la realidad misma, en tanto
empuje para la comprensión y reconciliación del Trabajo Social con el mundo
fenoménico. Por lo mismo, consideramos que debatir, en alguna medida, es
encontrar la entrega y valentía para continuar diciendo sobre nuestra realidad
y sobre la realidad de lo social, de la cual también nosotros somos parte y
donde al tiempo que nos arrojamos a lo plural, singularizamos nuestras propias
oportunidades de desarrollo.
En consecuencia, configurar nuestros debates en las ciencias humanas y
sociales, ha de evitar la enajenación del Trabajo Social por el dominio de la
totalización del discurso generalista, y, además, diluirse en los a prioris de la
cotidianidad. Su destinación es hacia
la explanación y exploración de las
cuestiones humanas y los asuntos sociales instituyentes de un mundo común,
esto es, la conditio política de aludir a todo aquello que es realizado o puede
realizarse en la esfera pública, haciendo emerger la libertad como nuevo
comienzo.
Así pues, al debatir no sólo dejamos palabras pronunciadas, sino que legamos
contenidos, en los cuales se habrá de hurgar sobre lo que los y las
Trabajadores y Trabajadoras Sociales sabemos, conocemos, imaginamos y
pensamos respecto de lo social. Su importancia radica en lograr comprender,
en Trabajo Social, el “uso del lenguaje” (Wittgenstein, L.: 1989, P. 87), dentro
de una trama argumentativa que, a la vez, podemos des-construir y reconstruir,
al momento en que nos planteamos sobre objetos de discurso, de investigación
e intervención, así como indagamos en torno a posibilidades para su abordaje.
Dicha posibilidad de construir des-construyendo emerge con las “preguntas que
enfatizan la significación ético-política [de nuestros debates]” (Berrios, V. &
Rodríguez, N.: 2005, P. 54), que es donde se hace fecundo aprehender lo
misterioso de la realidad, a través de la runa y la objetivación que hacemos de
los fenómenos, sucesos y/o hechos que la constituyen, atrapándolos como
objetos de discurso y acción. Surge una especie de batalla asentada en la
búsqueda de respuestas, al formular interrogantes que cuestionan y se
cuestionan, haciendo discurrir dialécticas que se manifiestan como contratendencias, ante las maneras instituidas de conocer y hablar sobre lo social,
“pues en realidad quien habla es el lenguaje” (Heidegger, M.: 1994, P. 141).
Esa es la manera en que se manifiesta el uso público del debate, que es donde
los y las Trabajadores y Trabajadoras Sociales nos arrojamos hacia las
cuestiones de estos tiempos, sus polémicas y asombros, lo cual, siguiendo a
Habermas, sin duda implica asumir “[…] una idea general de la concepción de
la verdad teórica y práctica propia de la ética del discurso […]” (Habermas, J.:
2006, P. 13). Consiguientemente, lo que deben perseguir nuestros debates
disciplinarios es la comprensión del riesgo y la oportunidad que ofrecen los
contemporáneos escenarios sociales, para la definición de alternativas y la
formulación de propuestas complejas de interpelación, tras el permanente
aprendizaje que se gesta en las discontinuidades del pensamiento, así como
en las rupturas con los nichos de conocimiento acumulativo que, únicamente,
niegan la divergencia como parte de la realidad del mundo fenoménico.
Reflexiones Finales. La Necesidad de Resituar la complejidad disciplinar:
el
Trabajo Social en lo complejos de los escenarios sociales
contemporáneos.
Hemos de hacer elocuencia sobre la necesidad, o, quizá sea mejor decir, la
obligación de que nuestro Trabajo Social, para poder comprender y potenciar
sus actuales procesos de investigación/intervención, reclama de un cambio de
lógica que no es formal, sino una expresión dialéctica y dialógica de lo
contemporáneo contenido y expresado en la disciplina. Cuestión que, por
cierto, requiere revisar los procesos de cambio que han enfrentado y enfrentan
los actuales escenarios sociales, esos que hoy debemos ver como espacios de
alta complejidad, producto de las contradicciones y ambivalencias entre las
cuales se movilizan las relaciones sociales.
Tales relaciones nacen mediadas por formas de articulación entre discursos y
praxis, son además concebidas como objeto universal de nuestra investigación
e intervención, cuya riqueza es eminentemente simbólica (Yáñez, V.: 2007 [1].
Pp., 294 – 305), en tanto manifestación del caos que, desde el siglo XX,
acuñan los rostros del Mundo Moderno. Nos referimos a los rostros duros de la
modernización y no estamos aludiendo sólo a la pobreza, sino a todas las
formas de exclusión y desigualdad
que, claro está, no son únicamente
económicas.
Ello nos obliga a resituarnos, buscar los lugares tanto empíricos como no
empíricos
desde los cuales podamos comenzar a movernos en esos
complejos escenarios,
que logramos concebir como una expresión de la
disipativa organización de la vida moderna. Esa es una modalidad de inclusión
del orden en el desorden, dinamizando de otra manera el horizonte temporal y
espacial del presente, al reemplazar la imaginaria simetría de lo social, por la
explicita asimetría einestabilidad estructural de su realidad (Prigogine, I. y
Stengers, I.: 1994, P. 202).
Tal consideración nos da a entender que son los fenómenos y nos los hechos,
la cualificación y no la cosificación de la realidad, aquello a lo que debemos
enfrentarnos en nuestros procesos de investigación/intervención. Es allí donde
adquiere sentido el análisis y la interpretación de los datos que, como formas
de lenguaje,
están enormemente repartidos, pero, muchas veces ocultos
detrás del ruido, de lo que simplemente distorsiona.
Debemos re-aprender a trabajar con las evidencias, para darles un significado
trascendente, para
escuchar los sonidos del silencio y para conocer las
oportunidades de igualdad, justicia y libertad desde dentro, desde el propio
Trabajo Social en su compromiso ético – político y teórico – metodológico con
lo social. Así por ejemplo, los más de 82 días que, a contar del 12 de julio del
año 2010, 23 comuneros mapuches -en prisión preventiva- de Concepción,
Lebu y Temuco pasaron sin comer, como medida de presión para cambiar la
ley antiterrorista, dejará de ser concebida, unidireccionalmente, como una
huelga de hambre, para leerse como una lucha política reivindicatoria.
Dicha capacidad de traducción nos posibilita, como Trabajadores Sociales,
tomar una posición de incidencia respecto de aquello que acontece
históricamente en nuestra realidad, ya que las demandas sociales sólo operan
como irritaciones de lo otro (los entornos y contextos) sobre la disciplina, por lo
cual
hemos
de
reemplazar
nuestra
sobrecarga
valorativa
o
sobre-
semantización en torno a lo social, por criterios de distinción que releven
categorías de entendimiento aptas para contrastar las zonas de realidad
construidas como situaciones concretas pensados. Así, desnaturalizaremos
las convenciones y las creencias, bases de una racionalidad mítica que nos
aferra a lo inauténtico, para, por el contrario encontrarnos con el propio
fundamento del Trabajo Social que, en rigor, es lo esencial a sus procesos de
investigación/intervención en lo contemporáneo.
Únicamente desde este quebrantamiento podremos posicionarnos en los
actuales escenarios sociales de alta complejidad, que implican des-regular,
primeramente, aquel espejismo de la modernidad sólida que, de acuerdo a
Bauman (2007), nos instaba
hacia la concepción de un orden social
predefinido que, junto a Durkheim, vimos manifiesto en una suerte de
estructura instalada por sobre los comportamientos individuales. Planteamos, al
contrario, que lo contemporáneo es la manifestación de una vida líquida, la
cual representa esa “[…] desaparición de las utopías centradas en la sociedad
y, en general, de la idea misma de la <<sociedad buena>>” (Bauman, Z.: 2006,
P. 21), dispositivos que, por el aprendizaje de la repetición y de la procedencia,
se traducen en la petrificación del discurso instituido sobre el discurso
instituyente (Foucault, M.: 1992, Pp., 24 – 27).
Tales prácticas discursivas se exteriorizan en lo que los y las Trabajadores y
Trabajadoras Sociales hacemos cuando reducimos los aleas de la condición
humana -labor, trabajo y acción- a patrones pre-formados de organización y
desarrollo. Corresponde, entonces, a lo que provocamos cuando seguimos
nombrando cuestiones y cosas distintas como homólogas y que son producto
de
la ficción de la metáfora, aquella poderosa estrategia política
contemporánea de modernización, que comporta
semántica, una
una especie de inversión
analogía que expresa el otro figurado, o sea, significados
distintos a los del contexto en el cual se emplea.
Entonces, nuestro esfuerzo por rebasar la estrategia hegemónica de la
metáfora, que ahora vemos como lo incorporado por mecanismos externos,
bien sean las políticas públicas o los dispositivos de consumo de la falsa
necesidad,
como
les
denomino
Marcuse,
nos
exige
revisitar
las
contemporáneas demandas sociales. Eso también incluye la “desacralización”
de la teoría y categorías sociológicas propias de la tradición viejo europea, que
tan fuertemente han calado en nuestra razón, trayéndonos unos modos de
pensar mecánicos y causalistas, que nos llevaron a concebir los fenómenos
sociales como hechos problemáticos.
Podemos aludir como ejemplo de este caso, a la idea de patología (lo funcional
y lo disfuncional, lo normal y lo anormal, lo sano y lo enfermo) propia deuna
racionalidad estratégica, o, a la materialización de la diada medio – fin (costo –
beneficio), centrada en una racionalidad teleológica. Ambas perspectivas
residuales y limítrofes que, por cierto, hemos de entender superadas, por el
sólo hecho de asumir el reto de la complejidad.
Ello nos exige desarraigarnos de códigos binarios y restrictivos, para
encontrarnos con las indispensables mediaciones y diálogos entre el
pensamiento, la voluntad y el juicio. No olvidemos que la complejidad de estos
tiempos emerge como desorden, como antinomia, como contraste ante las
restricciones del razonamiento cartesiano – newtoniano, poniéndonos en
presencia de lo improbable, de aquello que emana en las casualidades que
perturban a los fenómenos y donde “[…] el horizonte de predicciones resulta
impredecible” (Vivanco, M.: 2010, P. 6).
Lo improbable surge en el creciente indeterminismo interno del mundo
fenoménico, donde se pierden las distinciones y claridades en las identidades,
donde la heterogeneidad restringe el trazo de lo dominante y lo normativo,
ampliando
áreas de mayor plasticidad e irregularidad social. Con ello, se
presenta una inevitable exigencia de re-aprender a observar y volver a nombrar
aquellos preceptos que nosotros mismo hemos perpetuado, como parte de una
tradición monolítica, lo cual imbrica un acto de síntesis entre tesis y antítesis,
donde Trabajo Social funda la investigación con la intervención, trascendiendo
la ideología de un pasado construido como ideológico.
Ello perfila las formas y los fondos de la época en que se incorpora la
disciplina, afrontando la emergencia y ebullición de aquellos escenarios donde
emanan complejos fenómenos para la investigación/intervención, pues los
mismos acusan una dinámica desequilibrante que despierta el desafío de
asumir la excepcionalidad de lo nuevo e inédito. En tal medida, tenemos que
reorganizar las tesis fundamentales de nuestro pensamiento sobre la realidad
de lo social, en honor a lo que es coyuntural y eventual en el mundo
fenoménico, donde nos jugamos una permanente reinvención, como principio
que
ilustra
el
complejo
ensamblaje
entre
nuestras
observaciones,
gramaticalidades y debates, en una especie de lenguaje de segunda
generación, desde el cual se funda la
composición praxiólogica del Trabajo
Social.
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O FORTALECIMENTO DO PROJETO ÉTICO POLÍTICO DO SERVIÇO
SOCIAL BRASILEIRO: a contribuição da arte para a interlocução com os
Movimentos Sociais.
Elaine Cristina Narcizo
∗
Raquel Santos Sant’ ana
∗∗
RESUMO
O presente artigo discute a utilização da arte na atuação do serviço social
voltada para o fortalecimento dos movimentos sociais. A potência da arte e
sua capacidade de fortalecimento dos sujeitos são discutidas a partir das
contribuições de Luckács, principalmente a partir de elemento apresentados
em sua obra Estética (1970). O texto procura fornecer elementos para reflexão
do que no Brasil se convencionou chamar como projeto ético político do serviço
social e os caminhos que o profissional pode se utilizar no sentido de fortalecer
os sujeitos coletivos, em especial aos movimentos sociais utilizando-se das
vivencias estéticas.
PALAVRAS CHAVE: serviço social; movimentos sociais, arte.
∗
∗∗
Universidade Estadual Paulista “Julio de Mesquita Filho – UNESP [email protected]
Universidade Estadual Paulista “Julio de Mesquita Filho – UNESP [email protected]
INTRODUÇÃO
O presente artigo discute a utilização da Arte na atuação do Serviço
Social voltada para o fortalecimento dos Movimentos Sociais. A potência da
Arte e sua capacidade de fortalecimento dos sujeitos são discutidas a partir das
contribuições de Lukács, principalmente a partir de elementos apresentados
em sua obra Estética (1970). O texto procura fornecer elementos para reflexão
do que no Brasil se convencionou chamar como projeto ético político do
Serviço Social e os caminhos que o profissional pode se utilizar no sentido de
fortalecer os sujeitos coletivos, em especial aos Movimentos Sociais utilizandose das vivências estéticas.
O projeto profissional do Serviço Social foi construído no contexto
histórico
de
transição
dos
anos
1970
aos
1980,
período
este
de
redemocratização da sociedade brasileira. O objetivo e esforço principal do
projeto profissional era re-dimensionar os aspectos conservadores que
compunham a profissão. No entanto, o amadurecimento do projeto se efetiva
na década de 1990, período de profundas transformações societárias oriundas
da esfera da produção, marcadas pelo modelo de acumulação flexível e pelo
neoliberalismo.
O Projeto Ético Político, possui uma estrutura básica e uma dimensão
política que subsidia esta estrutura e que pode ser expressa nos seguintes
termos: reconhecimento da liberdade como valor central; compromisso
ineliminável com a autonomia, a emancipação e a plena expansão dos
indivíduos sociais e vinculação a um projeto societário que propõe a construção
de uma nova ordem social. Política e ideologicamente o projeto postula-se
radicalmente democrático, defendendo a socialização da participação política e
da riqueza socialmente produzida. Por isso, posiciona-se a favor da eqüidade e
da justiça social, na perspectiva da universalização e, portanto, da ampliação e
consolidação da cidadania.
Na afirmação do Projeto ético-político da profissão, é reforçado que a
superação da desigualdade social somente é viável através da socialização da
riqueza e da emancipação humana, com a conquista de melhores condições
materiais e subjetivas de vida, perspectiva esta acampada por determinados
Movimentos Sociais.
Portanto, a necessidade de maior apropriação teórica e ampliação do
trabalho profissional, junto aos Movimentos Sociais, é uma reflexão que desafia
todos os assistentes sociais a defender, com radicalidade, estes movimentos
na perspectiva do enfrentamento de todas as formas de exploração e de
opressão, potencializando os Movimentos Sociais como espaços concretos de
construção, luta e de afirmação do próprio projeto ético-político da profissão.
Os Movimentos Sociais trabalham com temáticas integrantes das
expressões da questão social, que é também objeto de trabalho do serviço
social; podemos citar neste sentido a propriedade privada, as opressões e
explorações que advém das questões de raça, gênero, etnia, entre outras.
Entretanto, a discussão acerca da necessidade de alcançar sujeitos
coletivos, por parte do Serviço Social, ainda mostra-se consideravelmente
escassa, o que de certa forma, aponta um hiato entre o que anuncia o projeto
profissional e o que se efetiva na realidade objetiva. Somando-se a este
aspecto, observamos ainda que, a reflexão que contemple a articulação entre a
construção da perspectiva da coletividade, Movimentos Sociais e Serviço
Social, tem sido um dos temas menos debatidos no interior do Serviço Social.
A análise dos processos históricos que conformam o Serviço Social,
aponta que um dos requisitos para que o projeto ético político da profissão
pudesse se afirmar e se fortalecer, foi a organização e potencialização dos
Movimentos Sociais junto a sociedade. Haja vista que, os Movimentos Sociais,
até hoje, representam para o Serviço Social, espaço privilegiado para a
realização da transposição das demandas particulares, em demandas
coletivas, e portanto, na superação de propostas focalistas e utilitaristas.
Levando-se em consideração os limites que circunscrevem o Serviço
Social, enquanto profissão inserida na divisão sócio-técnica do trabalho, mas,
também, observando a contribuição que este pode fornecer, a partir de seu
acúmulo teórico-prático, podemos avaliar que, transcender as demandas
imediatas, alocadas no espaço do cotidiano a fim de, perseguir a perspectiva
da totalidade, pode servir a construção de possibilidades de luta e
enfrentamento social, o que passa necessariamente pela capacidade de
apropriar-se de mecanismos e estratégias fundados em bases teóricometodológicas sólidas, que partam dos direitos já conquistados mas que,
almejem uma transformação, sendo precisamente esta a contribuição que a
Arte pode fornecer, como veremos a seguir.
MOVIMENTOS
SOCIAIS
E
SERVIÇO
SOCIAL:
um
diálogo
a
ser
aprofundado
Como já exposto acima, desde o final da década de 1970, o Serviço
Social brasileiro vem arquitetando seu projeto profissional comprometido com
os interesses das classes trabalhadoras.
No entanto, o avanço e
aprofundamento do projeto profissional do Serviço Social encontram-se hoje
intensamente tensionados pelos rumos neoliberais que compõem o contexto
atual da sociedade, e seus rebatimentos no interior da profissão. Rebatimentos
estes que condicionam uma fragilização da apreensão por parte dos
assistentes sociais, dos Movimentos Sociais.
No início do século XXI os espectros que compõem os
mecanismos da ideologia dominante se espraiam para todos os
interstícios da vida social e ganham formas de ser
naturalizadas que tentam diluir os embates entre as classes e
as opressões advindas das dominações de gênero e
raça/etnia; vão criando mecanismos que consolidam
representações fragmentárias da vida social onde o indivíduo
passa a não identificar-se como sujeito coletivo. Vários são os
canais existentes para a consolidação das idéias dominantes
como idéias dominantes para o conjunto da sociedade: os
meios de comunicação de massa, a educação, as novas
formas de gestão do trabalho, as proposições de organização
sindical advindas do novo sindicalismo. (SANT´ANA, 2011, p.
2)
E esta configuração individualizante da realidade, fundada em modo de
produção da vida fragmentado e superficial, que se veicula por diversos meios,
desde os canais de televisão, passando pela educação, e fundamentando a
atual organização sindical tem sob medida a manutenção da ordem capitalista.
O assistente social, que tem como principal (mas não única) protoforma de
trabalho a política social de assistência, não foge a esta realidade.
O papel do Estado para garantir as condições sociais,
econômicas e políticas necessárias à manutenção da ordem é
essencial: por meio de políticas públicas, especialmente as
sociais, constrói-se os mecanismos de consenso necessários à
reprodução da ideologia dominante; este processo de
reprodução, porém, é contraditório: é possível pensar estas
políticas também como espaços não só de efetivação de
direitos, como de difusão de um discurso contra ideológico
questionador das relações instituídas. [...]Daí a importância do
discurso questionador nos interstícios da vida social como no
caso do trabalho educativo e desmistificador do serviço social.
(SANT´ANA, 2011, p. 2)
Diante disto, faz-se necessário e urgente combater práticas autoritárias,
que possuem como pano de fundo a luta de classe. No caso dos meios de
comunicação em massa, por exemplo, estes são concessões públicas e estão
nas mãos das elites, o que, coloca obstáculos ao direito de difundir idéias,
manifestar pensamentos, agir de forma organizada e divulgar informações por
parte dos Movimentos Sociais.
Portanto, é diante deste contexto, onde a luta dos Movimentos Sociais
sofre uma profunda deslegitimação por parte da mídia de massa e
conservadora e, diante de um contexto neoliberal que aprofunda as
desigualdades sociais, que devemos vislumbrar formas de efetivar a
perspectiva da coletividade. O que não se mostra uma tarefa fácil.
A efetivação do projeto ético político do Serviço Social no atual contexto
exige capacitação teórica metodológica na efetivação das políticas públicas na
área social, mas também para contribuir com o fortalecimento dos sujeitos
coletivos e, em especial, com os Movimentos Sociais. Por isso o Serviço
Social, em sua ação cotidiana, tem que saber analisar e discutir as formas de
resistência instituídas no território onde atua e, também, e ter claro o seu papel
no fortalecimento da luta dos trabalhadores e dos Movimentos Sociais.
O Serviço Social, como profissão inscrita na divisão sócio-técnica do
trabalho, cada vez mais tem sido alocado para a operacionalização de políticas
públicas segmentadas e para a viabilização de benefícios focalizados, esses
utilizados como estratégia de diminuição da pobreza extrema em toda a
América Latina. A sobrecarga e a precarização do trabalho, associadas às
restrições das políticas sociais tem feito com que os profissionais convivam
com manifestações cada vez mais graves da questão social e, com uma
situação de impotência permanente.
Transcender as demandas imediatas alocadas no espaço do cotidiano, a
fim de perseguir a perspectiva da totalidade pode servir a construção de
possibilidades concretas para que se recupere a possibilidade de luta e
transformação social. Para isto é necessário ter a capacidade de apropriar-se
de mecanismos e estratégias fundados em bases teórico-metodológicas
e
ético políticos e que permitam identificar aquilo que é possível para o Serviço
Social fazer, mesmo em condições institucionais limitadas. É preciso apreender
que os determinantes do trabalho profissional são decorrentes das condições
objetivas materializadas pelo espaço sócio ocupacional, mas são também do
posicionamento assumido pelo profissional, decorrente do seu referencial
teórico metodológico e da sua opção ético política.
O compromisso profissional com os sujeitos coletivos e em especial com
os Movimentos Sociais é fundamental no sentido de constituir-se como espaço
privilegiado para a realização da transposição das demandas particulares, em
demandas coletivas. A ação educativa do Serviço Social pode materializar-se
diretamente junto aos Movimentos Sociais ou, mediada pelas políticas públicas.
A Arte pode contribuir, no cotidiano institucional, para novas abordagens e
apreensões sobre as ações resultantes das lutas de classe de maneira a criar
possibilidades de fortalecimento dos sujeitos; pode facilitar que os usuários se
identifiquem com as ações dos sujeitos coletivos que lutam e resistem na
sociabilidade atual.
SERVIÇO SOCIAL E A UTILIZAÇÃO DA ARTE PARA UMA APROXIMAÇÃO
COM OS MOVIMENTOS SOCIAIS
A vivência propiciada pela Arte provoca um enriquecimento do sujeito e
de sua personalidade. A fruição, a contemplação, a criação, categorias
fundantes da arte, são em potencial o último território livre, onde se firma a
humanização do homem, sua ontologia, e o fazer teleológico.
A Arte, na
contramão de um mundo que glorifica o produto e visa dispensar o produtor,
valoriza o criador e não só a criação. (LUKÁCS ,1966)
Na relação estética o homem apreende o mundo de maneira direta e
total; a consciência apreende a realidade sem as regras e preconceitos do
cotidiano, que são suspensos e assim, há o rompimento com uma estrutura
gigantesca de condicionamentos e ampliação do horizonte perceptivo, o que
auxilia na problematização da prática das pessoas em sua realidade.
(LUKÁCS, 1966)
Sendo assim, alcançar a consciência humano-genérica é alcançar a
humanização do homem, como aponta Netto:
“A consciência humano-genérica (...) só se dá quando o indivíduo
pode superar a singularidade, quando ascende ao comportamento no
qual joga todas as suas forças, mas não toda a sua força numa
objetivação duradoura (...). Trata-se então, de uma mobilização
anímica que suspende a heterogeneidade da vida cotidiana – que
homogeneíza todas as faculdades do indivíduo e direciona num
projeto em que ele transcende a singularidade numa objetivação na
qual se reconhece como portador de consciência humano-genérica.
Nesta suspensão (...) o indivíduo se instaura como particularidade,
espaço de mediação entre o singular e o universal e comporta-se
como inteiramente homem” (NETTO, 1996, p.28).
Partimos do pressuposto de que “a arte como conhecimento da
realidade pode nos revelar um pedaço do real, não em sua essência objetiva,
tarefa específica da ciência, mas em relação com a essência humana”
(LUKÁCS, 1966, p. 311).
Assim, refletir sobre a Arte e o Serviço Social com o objetivo de construir
processos de identificação dos movimentos sociais como sujeitos fundamentais
da luta política no atual contexto é parte do esforço para o fortalecimento a
direção política que a profissão tem assumido nos últimos 30 anos no Brasil.
Segundo Lukács, é inerente a Arte a passagem do indivíduoindividualidade ao indivíduo genérico humano, e os Movimentos Sociais, como
espaços que surgem, via de regra, impulsionados pela necessidade de
transformação, podem ser o espaço objetivo onde se passa e concretiza esta
gradação humana nos sujeitos por meio da Arte. Trata-se, portanto, de
entender os Movimentos Sociais como chão objetivo de sujeitos movidos
esteticamente, sendo que, esta articulação – sujeito esteticamente movido e
Movimentos Sociais – tem por objetivo canalizar a potência das forças que se
passam no movimento indivíduo versus generidade, para que estas não se
dispersem por não encontrarem na realidade objetiva um instrumento de
assimilação que auxilie a realização das mediações necessárias.
O Serviço Social em seu cotidiano de trabalho pode reproduzir o
ideário vigente que invisibiliza os Movimentos Sociais, ou pelo contrário,
destacar seu papel fundamental no processo de luta e resistência. Os
assistentes sociais tem contato direto com os trabalhadores usuários das
políticas sociais públicas e, em diversos espaços sócio ocupacionais
promovem grupalização e debates sobre diversos temas. A direção social dada
pelo Serviço Social brasileiro pressupõe um direcionamento crítico para esse
trabalho que reforça a perspectiva educativa da profissão. E o profissional pode
fazer todo um processo de desconstrução da ideologia dominante promovendo
reflexões sobre mundo do trabalho, preconceito, os fundamentos das
desigualdades, tudo isso mediado por temas do cotidiano dos usuários.
Neste sentido, a Arte pode oferecer um arsenal teórico-prático,
elencado nas diversas técnicas que a compõem – teatro, poesia, fotografia,
música, literatura, dança – ao Assistente Social, no sentido de enriquecer e dar
amplitude ao seu trabalho profissional. O que implica, necessariamente, dada a
potência da arte nos termos lukacsianos de produzir no sujeito uma vivência
universalizante, o que é intrinsecamente a própria vivência estética. No limite, o
trabalho com Arte, portanto, é também uma forma de perseguir e alcançar a
perspectiva da totalidade.
Diante disto, o Assistente Social pode lançar mão da Arte como medida
desfitichizadora da realidade reificada, que coloca os Movimentos Sociais,
como disposto acima, em uma invisibilidade e descrédito produzidos pela
ideologia dominante, e muitas vezes, reproduzidos pelos próprios assistentes
sociais.
A fim de elucidar esta proposta, e a título de uma prévia introdução às
possibilidades infinitas que a articulação Arte - Movimentos Sociais - Serviço
Social, pode oferecer, destacaremos alguns exemplos. É importante salientar
que não se trata de um modus operandi, mesmo porque toda práxis deve partir
de uma análise de conjuntura que sempre desvelará elementos que
conectados entre si expressarão uma particularidade que necessitará de uma
objetivação prática única.
O Teatro do Oprimido formulado por Augusto Boal, como forma de
enfrentamento da injustiça e desigualdade social, tem por objetivo, transformar
o teatro em verdadeiros fóruns sociais. Através de jogos teatrais que visam
transformar o espectador em espec-ator de sua história, ou seja, indivíduos em
sujeitos, o Teatro do Oprimido torna-se uma poderosa arma estética de
enfrentamento social, porque postula uma busca de entendimento das causas
das opressões e preconceitos. Aqui, então o teatro poderia auxiliar o assistente
social na desmistificação dos Movimentos Sociais, na medida em que, colocase em movimento um processo de elucidação da formação, constituição e
atuação dos movimentos, não apenas através de uma mera representação do
real, mas antes, de uma experimentação e criação estética que desnudasse o
papel e alcance dos Movimentos Sociais hoje.
Podemos, neste sentido, também apontar a Fotografia como forma de
re-significar a realidade. Em uma sociedade imagética, grande parte da
ideologia dominante se difunde por meio da produção incessante e massificada
de imagens. São nos jornais, revistas e programas de televisão que vemos
estampadas as imagens que inundam e formam a concepção cotidiana dos
indivíduos. São nestes mesmo meios que, como já apontamos, há uma clara e
intencional criminalização dos Movimentos Sociais. Um trabalho com produção
de imagens, por parte dos usuários da política de assistência, que tenham
como conteúdo as questões sociais que atravessam a vida dos indivíduos,
facilmente, apresentará um paralelo com as temáticas dos Movimentos Sociais.
Exatamente porque, os Movimentos Sociais são fruto de uma captação coletiva
destas demandas. Esta posto aqui, um evidente meio de extrapolar os limites
institucionais, que amiúde, assolam a prática dos assistentes sociais, já que,
esta produção desfitichizadora de imagens apreende as demandas individuais
e as re-alocam na esfera coletiva, o que em si, tanto é um modo de formação
de Movimentos Sociais como, de divulgação positiva dos já existentes.
No cotidiano institucional, o Serviço Social pode promover a troca
experiências entre os usuários das políticas e os sujeitos participantes dos
Movimentos Sociais. Só para ilustrar: o trabalho sócio educativo com grupos de
programas sociais
como aqueles destinados a geração de renda em
municípios de pequeno porte, ao invés de promover o discurso global do
empreendedorismo, pode trazer um assentado para socializar sua experiência.
A percepção por parte do usuário das condições vivenciadas pelo assentado e
o acesso a moradia, trabalho e dignidade pode despertá-lo para a participação
e envolvimento com as propostas coletivas dos movimentos e com isso
fortalecê-los. Nos debates realizados com grupos, o Assistente Social pode
trazer outras versões sobre os Movimentos Sociais que não aquelas veiculadas
pela mídia; pode mostrar a necessidade da luta por moradia, por terra, por
direitos.
E esta possibilidade pode ser enriquecida pela posterior produção de
contos e poesia a cerca do encontro, já que, a poesia e a literatura são canais
humanos de criação de mundos e sonhos inéditos. Neste caso, a arte, através
do conto e da poesia, partiria da realidade objetiva, ou seja, da aproximação
concreta de entre sujeitos que acreditam e lutam por uma outra sociabilidade e
os usuários da assistência, para estimular a criação poética, mas objetiva, de
como a partir de sua realidade, o usuário pode conceber um mundo diferente
do que está posto.
CONSIDERAÇÕES FINAIS
A proposta de aproximação entre Arte – Serviço Social, fundamentada
nas reflexões estéticas trazidas por Lukács, apresenta-se como uma forma de
afirmar o Projeto Ético-Político profissional, primeiro por enraizar ainda mais
uma perspectiva filosófica crítica no âmbito de Serviço Social, porque ao nos
remetermos a Estética de Lukács, falamos de uma estética marxista, e por
consequência, aprofundamos o debate sobre a teoria social de Marx, o que se
mostra um elemento fundamental quando pretende-se a defesa do projeto. Um
segundo ponto que deve ser considerado, é que, diante dos desafios postos
pela realidade hoje, a articulação entre Serviço Social e Movimentos Sociais,
representa, uma possibilidade de não subjugar o alcance do trabalho
profissional, aos férreos limites institucionais, isto porque, esta articulação parte
do pressuposto que a luta pela efetivação de direitos realizada no bojo das
políticas sociais, pode apresentar-se não como um fim em si mesmo, mas
antes, como um meio de perseguir a construção de novas possibilidades
sociais, tendo para tanto, os Movimentos Sociais como sujeito desta
construção.
O Projeto Ético Político do Serviço Social possui, claramente, uma
dimensão coletiva que precisa ser re-dimensionada e que não pode ser
esquecida, porque isto implica na verdade, no tensionamento negativo do
próprio projeto. Significa, portanto, uma implosão do projeto, realizada a partir
de uma apreensão do mesmo, que não leva em consideração aquilo que o
conecta de forma coletiva as demandas da sociedade. Desta forma, lançar mão
da Arte, para fortalecer os Movimentos Sociais, tem por objetivo a realização
de uma luta que dê a possibilidade de experimentação, vivência e construção
concretas de outras formas de sociabilidade. Porque a constituição de uma
nova ordem social, deve ser criada a partir da realidade dada, os Movimentos
Sociais são sujeitos que expressam isso, e a Arte, pode auxiliar na
potencialização e fortalecimento disto.
REFERÊNCIAS
BOAL, A. Teatro do Oprimido e Outras Poéticas Políticas. Rio de Janeiro:
Editora Civilização Brasileira, 1980.
LUKÁCS, Georg. Estética, La peculiaridad de lo estético – Problemas de La
mímesis. Tradução: Manuel Sacristán. Vol 2. Barcelona: Grijalbo, 1966.
NETTO, J. P. Transformações Societárias e Serviço Social: notas para
uma análise prospectiva da profissão no Brasil. In Revista. Serviço Social &
Sociedade, N° 50, São Paulo, 1996.
SANT’ANA, Raquel. Ex cortadores de cana e trabalhadores integrantes
do MST: diferentes trajetórias que colocam a questão agrária para o
serviço social.
LA INTERVENCIÓN PROFESIONAL DEL TRABAJO SOCIAL
LATINOAMERICANO Y EL CARIBE. IDENTIDAD PROPIA. AVANCES Y
DESAFÍOS
Mgter. Laura Elizabeth Acotto
(Mendoza - Argentina)
∗
Palabras clave:
EJE TEMATICO:
La Política Latinoamericana y del Caribe como respuesta de la cuestión social y
su relación con los aportes de la intervención profesional situada.
El desarrollo de la política en America Latina y Caribe ha ido mutando de la
homogenización de los noventa dónde la irrupción de la nueva cuestión social
en los noventa, producto del desmantelamiento del Estado Social y la
consolidación de la
instauración
del neoliberalismo
impuesto merced a
mandatos del capitalismo mundial, ha una heterogeneidad que incluye una
multiplicidad de políticas que van de las políticas focalizadas y reproducidas en
los diversos países hasta las políticas universales en perspectiva de derechos.
No obstante esta diversidad el Trabajo Social regional a partir de sus
asociaciones profesionales ha podido construir en identidad que en los últimos
años se ha consolidado y ha involucrado posicionamientos éticos políticos que
han marcado la diferencia en términos de desarrollo profesional y han colocado
en debate el ser y el quehacer profesional, propiciando una disciplina situada,
Magíster en Política y Planificación Social. Licenciada en Trabajo Social. Presidenta Regional America Latina y
Caribe de la FITS (Federación Internacional de Trabajo Social). Docente nivel terciario y universitario. Universidad
Católica de San Juan, Carrera Licenciatura en Trabajo Social. Directora de Carrera Tecnicatura Superior en
Organizaciones de la Sociedad Civil en ISTEEC. Representante de Dirección General de Escuelas en el Consejo
Provincial de Niñez y Adolescencia de Mendoza-Argentina. Presidenta de la FEDEM (Federación De Entidades de
Niñez y Adolescencia de Mendoza.). E-mails: [email protected]
∗
en función de la proponer respuestas comprometidas teórica, metodológica,
ideológica y éticamente. El declararse como una profesión históricamente
situada, le da una impronta muy cercana a la realidad por la que transitan sus
pueblos.
·
El Trabajo Social preponderantemente a lo largo de su historia se ha dedicado
a la administración y ejecución de Políticas Públicas, hacemos aquí referencia
al conjunto de acciones, servicios, prestaciones, normativas, instituciones que
el Estado como administración de los bienes públicos socialmente producidos
instrumenta para satisfacer las necesidades y demandas societales. En este
sentido hemos sido testigos privilegiados de cómo se fue enfrentando la
cuestión social y como se fue consolidando primero con el neoliberalismo la
política focalizada y luego las políticas de derecho.
En este sentido las mismas son producto de
un modelo de sociedad
determinado, son una construcción colectiva, cuentan con una determinada
planificación para utilizar o no utilizar
los recursos disponibles para satisfacer
problemas públicos. Esto implica que se encarga de la ejecución de acciones
que dan respuestas a cuestiones sociales que han sido valorizadas como
prioritarias y deja de dar respuestas aquellas cuestiones que no considera de
interés del Estado.
Así entonces
se encolumna con modelos societales determinados que
provocan respuestas puntuales a las necesidades societales, así entonces
identificar claramente el modelo socio-económico en el que se enmarque un
proyecto de política publica nos posibilitara ver cual es su capacidad y
potencialidad real de transformación social.
Esto también nos posibilitara ver hasta donde llega su efectivización, su
capacidad de humanización de los servicios y prestaciones y hasta dónde se
puede desde los diversos modelos societales y de gestión afrontar
exitosamente mecanismos de equidad e inclusión social..
Dentro de las políticas públicas se encuentran el área de competencia más
específica del Trabajo Social, las denominadas políticas sociales. La política
social es un conjunto de prácticas orientadas a instrumentar respuestas a las
necesidades sociales (económicas, culturales, productivas, etc.) de los
ciudadanos, que contribuyen a equilibrar los desajustes estructurales y
coyunturales productos de las consecuencias de los desequilibrios del modelo
hegemónico capitalista vigente en nuestras sociedades. Expresa María Lorena
Molina16 “que cuando hacemos referencia a Política Social debemos tomar en
consideración en el desarrollo teórico “categorías claves para la comprensión la
protección y su expresión en la política social”. Entre estas categorías están el
bienestar y la justicia social, el Estado; la Sociedad Civil, las Necesidades
Sociales y mínimos sociales; la concepción de estos que se priorice nos
impone un proyecto de sociedad”17
“Las políticas de bienestar hoy devenidas en políticas sociales en la sociedad
actual, en que ha desaparecido la sociedad salarial y su protección social
vinculada al empleo, constituyen un instrumento para la reproducción y
conservación de la gobernabilidad, el bienestar y la integración social. Existen
dos orientaciones básicas en la política social: en primer lugar garantizar a los
ciudadanos políticas de protección, frente a emergencias, situaciones que
ponen en riesgo al individuo y sus familias, ejemplo: enfermedades,
incapacidad laboral, vejez, etc. Y en segundo lugar están orientadas a dar
respuestas a condiciones de carencia que afectan a grupos poblacionales,
asociados a la satisfacción de necesidades básicas, ejemplo: alimentación,
vivienda, integración social, suelen sintetizarse en indigencia y exclusión”18.
Si se vincula la política social también con la Justicia Social, dice María Lorena
Molina, en el mismo artículo acerca de la justicia social
19
“Citando a Borón
(2001:255) y éste a Platón…que la justicia es la virtud suprema de la
política…La justicia exige que la política se oriente por parámetros de
distribución que estén de acuerdo con el derecho, no con el mérito o
16
MOLINA, María Lorena. (2011). Protección Social (asistencia y seguridad social) - Justicia Social. Los fundamentos
ético-políticos de la protección y la (des) protección social. En XI Congreso Nacional de Trabajo Social. Primera
Conferencia Latinoamericana de Bienestar Social y Trabajo Social. Montevideo Uruguay. Asociación de Asistentes
Social de Uruguay.
17
ACOTTO, Laura Elizabeth (2013) Clientelismo social, patronato y organizaciones de la sociedad civil individuales y
colectivas (redes) de trabajo con niños, niñas y adolescentes (Estudio de los últimos 10 años en el Gran Mendoza,
debates y propuestas para su transformación). Tesis. Maestría en Política y Planificación Social. Universidad Nacional
de Cuyo. Mendoza. Argentina.
18
ACOTTO, Laura Elizabeth (2013) Op. Cit.
19
MOLINA, María Lorena. (2011).
privilegio… difiere del perfil clásico de satisfacer necesidades sociales para
colocar la centralidad de acceder al derecho. Este criterio se identifica con el
principio de igualdad…El concepto de justicia distributiva está relacionado con
los conceptos de igualdad, equidad, libertad y necesidades sociales gestados
al final del siglo XIX y consolidados en el siglo XX”.
La nueva cuestión social, determinada por el desmoronamiento de la Sociedad
Salarial, representado en el desempleo masivo, la precarización del trabajo y
los sistemas clásicos de protección, provocó
en los individuos desafiliación,
perdida de identidad, vulnerabilidad y al dejar de existir el trabajo como soporte
privilegiado de la estructura social, impuso
fracturas considerables en la
cohesión social, repliegue al individualismo
de masas y retroceso en la
solidaridad, todo esto acompañado de la perdida de la protección y la
subsidiariedad del estado, como regular de las relaciones sociales y la
satisfacción de las necesidades sociales.
A lo largo de los últimos veinte años, Latinoamérica paso a ostentar la pobreza,
al inequidad y la distribución injusta más profunda de su historia y ha liderar a
nivel mundial los países con mayor grado de desequilibrio
en
protección
social, llegando en su momento a supera la pobreza y la indigencia al 50% de
la población de varios países, para ello se instrumentaron primeros políticas
enlatadas del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco
interamericano de Desarrollo, que sirvieron para palear las dificultades peor no
lograron detener la emergencia de la cuestión social ni volver a implementar
políticas de generación de empleo que de laguna manera restablecieron el piso
de protección que había regido durante la sociedad salarias. Se creció en
índices macro económicos, se contuvo la pobreza y una década después de
los noventa la combinación con políticas en perspectiva de derechos en
algunos países se provoco una baja significativa en los niveles de indigencia y
pobreza.
El Trabajo Social siendo una profesión institucionalizada a través del Estado y
en él encontró su fuente laboral preponderante, ante el repliegue del Estado en
de Bienestar paso por un proceso de desestabilización y búsqueda de nuevos
rumbos,
en
esta
búsqueda
se
circunscribieron
algunas
experiencias
noventistas de gerenciamiento social, marketing social, tecnocracia extrema y
el
quehacer
profesional
puesto
en
lo
instrumental
y
metodológico.
Paradójicamente en esta misma etapa, tras el fracaso del derrame y todas las
recetas del consenso de Washington rebrota el espíritu sesentista de la
reconceptualización y las asociaciones profesionales impulsan el debate por el
proyecto ético político que se va consolidando como desafío en los 2.000.
Detenernos en la cuestión social y cómo esta atraviesa al Trabajo Social en su
existencia y en el ejercicio profesional, implica poder definir algunas precisiones
iniciales, sin las cuáles el análisis quedaría ambiguo:
 la utilización del término ha sido tan manipulado que en cierto modo pierde el
sentido y trasciende como sinónimo de problemas social, de pobreza, de
exclusión, de efectos del neoliberalismo, etc.
 Tal como expresa Estela Grassi
20
“ la cuestión social no refiere a cualquier
cuestión ni a problemas indiferenciados, sino a la puesta en escena de la
problemática social en las sociedades capitalistas modernas, en las cuales el
trabajo se realiza en una relación de subordinación directa o de articulación
subordinada al dominio del capital..............El trabajo siendo la variable de
inclusión social más tangible y con mayor nivel de impacto positivo, fortalece el
tejido social, posibilita que el sujeto se encuentre protegido a través de la
seguridad social, le otorga identidad adulta, etc.
 la nueva cuestión social que surge como producto de las formas de relación
entre capital/trabajo en el capitalismo moderno, pone en vigencia
el viejo
problema de cohesión social y la capacidad de la sociedad para enfrentarlas
como conjunto integrado de relaciones sociales.
 Tener en cuenta, cómo plantea Marilda Iamamoto, la cuestión social como
generadora de desigualdades y resistencia, es prioritario para comprender la
vinculación de la profesión y los mecanismos utilizados históricamente para la
resolución de la misma.
20
GRASSI; Estela - El eje del trabajo en la cuestión social y en la política social. Algunos problemas y acciones
políticas necesarias.

21
”Tomar la “cuestión social” como directriz teórica de la formación es asumir
un camino teórico- metodológico que permita comprender, interpretar y
resignificar las particularidades que asume en vinculación a la mirada de los
actores, sólo así se podrá generar dispositivos profesionales que trasciendan el
carácter inmediatista que ha caracterizado históricamente a la profesión” ... “la
cuestión social como manifestación de las desigualdades y antagonismos
políticos, económicos y culturales anclada en las contradicciones propias del
desarrollo capitalista y poniendo en jaque el poder hegemónico de la
burguesía, atentando contra el orden social establecido generó múltiples
estrategias del poder instituido para enfrentarla, callarla, naturalizarla,
disminuirla o incorporarla”.
En los años noventa en plena expansión
de la cuestión social años la
profesión ingreso en una meseta configurada por
instrumental.
la excelencia teórica-
La tecnocratización y la metodologización constante y
ascendente dieron como producto una inserción más plasmable del trabajo
social entre los cientistas sociales y lo alejo del compromiso con las clases
populares
que
habían
sido
productos
de
la
etapa
anterior
de
la
reconceptualización.
A su vez el proceso de desarrollo de la denominada cuestión social, atravesó y
condiciono nuestro accionar en la época neoliberal, entre sus impactos en
dicha época podemos señalar: La subordinación del quehacer profesional a la
sobrevivencia laboral, la necesidad de mantener la fuente de sustento diario fue
y es tan fuerte que termina en muchos casos condicionando la no interpelación ético política del ejercicio profesional; el letargo en las
confrontaciones ideológicas con las instituciones; la aceptación de condiciones
indignas de atención para los ciudadanos; la aceptación de reglas liberales en
torno a los servicios sociales (privatización); el desvío de
la mirada ante
prácticas clientelares; la aceptación de la caridad en lugar de la justicia social y
la equidad; la solidaridad de carácter compensatoria (promovida desde afuera)
en lugar de la perspectiva de la solidaridad basada en el sentido de comunidad
21
ROZAS PAGAZA, Margarita, SIEDE Virginia, BENEGAS Marcela (Versión actualizada diciembre 2003) Propuesta
de las directrices teóricas para la Reformulación del Plan de Estudios de la Carrera de Trabajo Social de Facultad de
Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
(promovida desde adentro); la ambivalencia desde lo ideológico, la no
explicación de los contenidos políticos de nuestro accionar, etc.
En los noventa surgen en las asociaciones profesionales de trabajo social de la
región una fuerte confrontación con el neoliberalismo y el modelo focalizado de
política
social. Todas las declaraciones públicas de las mismas estaban
orientadas a denunciar lo que el modelo provocaba en el deterioro en las
condiciones de vida de las poblaciones. No obstante no se
visualizaban
caminos para salir de la crisis, al menos desde la propia disciplina, con lo cuál
los debates eran más contestatarios que propositivos. Esto comenzó a mutar
en los 2.000, dónde claramente se comienza a producir documentos tanto a
nivel Regional como mundial de enfrentamiento disciplinar a la cuestión social.
Se empieza a configurar propuestas que luego constituyen los principios éticos
políticos del Comité
Mercosur de asociaciones profesionales, la nueva
definición regional de Trabajo Social impulsada por las
asociaciones
profesionales miembros de FITS de la Región y la Agenda Global Mundial.
Se avanza significativamente en términos de defensa de la profesionalización
del trabajo social, impulsándose la formación universitaria como mecanismo de
desarrollo de la categoría profesional, se amplia considerablemente la
producción teórica y bibliográfica
y se debate en toda la región
los
lineamientos de un posible proyecto ético político para el trabajo social
Latinoamericano y Caribeño.
Asimismo
la
profesión
se
aleja
de
los
mandatos
funcionalistas
e
instrumentalizas (aséptico y desideologizado), y se acerca nuevamente a los
procesos de ideologización y politización de la disciplina.
Entre tanto en varios de los países que integran la región se desarrolla también
un cambio político e ideológico, que provoca una transición en las formas de
gobernar (con más autonomía con relación a los organismos internacionales),
más cercanos a sus clases populares, con un enfrentamiento abierto contra los
sectores económicos y comunicacionales que defienden el status quo
neoliberal. También esto va de la mano de una nueva generación de políticas
publicas que utilizan como transición a los programas de transferencia
condicionada que en la etapa anterior impulsaron los organismos de
cooperación internacional, para arribar a propuestas neo universales que se
acompañan con legislaciones encolumnadas en perspectiva de derechos.
Algunos países continúan en las políticas de transferencia condicionadas y en
otros que se encolumnan en lo universal se erige una profunda contradicción
en términos de dos grandes tendencias:
 por un lado el creciente desarrollo jurídico y administrativo en términos de leyes
y políticas publicas que dan paso a la perspectiva de derechos, la cuál incluye
medidas que son de corte neo-universalista,
territorializado, que abarca la
mayor cantidad de individuos posibles a los que les afecte una determinada
necesidad, o requieran satisfacer un determinado derecho;
 por otro lado se profundizan algunas desigualdades que se sostienen de
manera
persistente
y
que
reproducen
condiciones
de
subsistencias
encaramadas en la violación sistemática de accesibilidad a los derechos. Esto
se expresa especialmente en los sectores urbanos.
22
“Las
políticas
en
perspectiva
de
derechos,
se
vinculan
con
la
conceptualización de justicia, la cuál posee varias interpretaciones, por un
lado, apela a los derechos del ciudadano y señala al Estado como garante de
su satisfacción y por otro lado posee un carácter de provisión material que
apela a lo distributivo. Así decimos que hay injusticia y esta se refleja en
desigualdad cuando esta se expresa en su
condición distributiva y
asegurativa”.
Las políticas para hacer realidad la justicia distributiva deben responder a lo
que Franco23 sostiene que constituyen las funciones básicas de la política
social:
22
ACOTTO, Laura (2013) Desafíos para las organizaciones sociales en un contexto configurado por desigualdades persistentes, políticas en perspectiva de derechos y co-­‐responsabilidades. Seminario Internacional Desigualdades Urbanas en la infancia y la adolescencia: derechos y políticas sociales urbanas. Universidad de 3 de febrero. Buenos Aires. Argentina. 23
FRANCO, Rolando (2002) Grandes temas del desarrollo social en América Latina y el Caribe, en Desarrollo social en América Latina: temas y desafíos para las políticas públicas. FLACSO-­‐Banco Mundial.  Inversión en capital humano (calidad de los servicios de educación y salud, así
como de inversiones en infraestructuras, invertir en la formación de habilidades
y capacidades, consolidación de habilidades políticas y culturales).
 Compensación social (redes de protección social de caracteres permanentes y
enmarcadas institucionalmente).
 Cohesión social. Que resulte en una sociedad integrada. Donde haya sentido
de unión entre los actores que las ejecutan y los ciudadanos que las utilizan.
La disposición de capital humano y social impacta en la mejora de condiciones
de integración social.
Las políticas sociales en todo momento responden a concepciones de Estado y
se sostienen sobre la base distributiva que cada Nación se impone para si.
Tal como he expresado en varios trabajos anteriores, las nuevas políticas para
encolumnarse en la perspectiva de derechos que es: universalista (alcanza a
todos los individuos); descarta la condición para el acceso (el sujeto no
necesita ser “merecedor”, ni entregar nada a cambio, es acreedor por el solo
echo de ser ciudadano); establece obligación política y legal del Estado;
garantizar el Acceso; señala responsabilidades; establece reconocimiento
de Derechos; Indaga las causas de los problemas(no los síntomas); concibe
a las personas como sujetos de derechos (no como objetos de intervención,
lo que lo coloca en condición de incapaz, habilita la inconsulta, la no
participación); posee metas globales (abarca todos los derechos para todas
las personas); es irrenunciable; reconoce habilidades y capacidades y
desde estas construye respuestas; posee progresividad y no regresividad
(aumenta los grados de cobertura, calidad, impacto, etc.); propicia la
Participación de los destinatarios; establece igualdad y no discriminación;
pone en vigencia recursos (movilizar todos los esfuerzos posibles para el
logro de la efectivización de derechos especialmente los derechos sociales,
educativos, económicos y culturales); establece exigibilidad.
Si tomamos en consideración todos estos parámetros y analizamos las
políticas sociales vigentes en la Región veremos que si bien hay una tendencia
a intentar la neo-universalización, esta todavía en la mayoría de los países no
supera lo neo. Aunque ha habido un avance en términos jurídicos del enfoque
de derechos que va señalando las bases para la futura universalización.
El Enfoque de Derechos parte por hacer un reconocimiento a los sujetos como
titulares de derechos y dicha titularidad impone al Estado la obligatoriedad de
hacerlos cumplir. Trabaja en garantizar mínimos que constituyan una base para
la integración e inclusión social.
Se sustenta en el compendio Acuerdos, Convenciones, Tratados, Pactos,
Protocolos, Principios, documentos y directrices, construidos por el compendio
de Derechos Humanos emanados de los organismos internacionales que
constituyen un marco teórico conceptual consensuado por la comunidad
internacional.
Dicho marco propone guías de actuación, adjudica
responsabilidades, En algunos países configura un compendio jurídico que
regula lo administrativo.
A su vez se hace efectiviza
en la justicia, no en la caridad.24“Tanto
reconocimiento, como reparto son las dimensiones fundamentales de la
Igualdad de derechos. La noción de reparto se refiere básicamente al acceso a
los servicios y activos que caracterizan el producto y el grado de desarrollo en
que se encuentra una sociedad específica…reconocimiento se refiere a la
visibilidad que obtienen los diversos agentes sociales”. Este expresa una
dimensión política y se vincula a la noción de ciudadanía. Ambos derechos de
reconocimiento y reparto se vinculan y retroalimentan”
En este sentido las políticas en perspectiva de derechos nos aleja del control
social y los acerca a la emancipación social, anhelo ampliamente manifestado
por la profesión en los últimos años. Aun con el riesgo de provocar una
deslegitimación de la profesión en términos sociales ante sociedades que le
otorgaban al trabajo social que le daba legitimidad a través de considerarlo el
24
ERAZO, Ximena, ABRAMOVICH; Víctor y ORBE ,Jorge (Edit.) (2008) Políticas Públicas para un Estado Social de
Derechos. El paradigma de los Derechos Universales, Volumen 2. Capítulo Derechos, reconocimiento y reparto frente
a actores discriminados. Autores HOPENHAYN, Martín; GUTUERREZ, Verónica. Santiago de Chile. Fundación Henry
Dunant America Latina.
profesional que certificaba condiciones de accesibilidad y permanencia en los
programas sociales.
A su vez si bien el Trabajo Social es complejo por la diversidad que lo
constituye, el que se desarrolla en la Región Latinoamérica y Caribe, lo es aún
más, dado que hace más de 40 años inicio un recorrido de construcción de
identidad que lo diferencia del resto del trabajo social mundial y ha marcado
una tendencia que junto con la seguida hoy por movimientos de colegas a nivel
mundial de la corriente denominada trabajo social radical colocan un desafío
renovador que entra en contradicción y discute la construcción del Trabajos
Social tradicional, poniendo en debate toda suerte de cuestiones, inclusive el
origen disciplinar, además de sus parámetros éticos, sus producciones
teóricas, metodologías y especialmente sus posicionamientos ideológicos,
políticos y éticos.
En la siguiente síntesis podemos observar algunas de estas heterogeneidades:
Es indudable que para poder en medio de esta diversidad viabilizar proyectos
colectivos superadores del rol que tradicionalmente la sociedad nos asignara
de “controladores de lo social y certificadores de la cuestión social” , se
requiere de procesos de construcción colectiva constantes, fundamentados y
cuyos frutos sean socializados a todos y todas los Trabadores y Trabajadoras
sociales.
Otro desafío esta dado por el echo que para conducir dichos procesos hacen
falta organizaciones fuertes, con habilidad política para incidir en las políticas
publicas; con capacidad de incidir en el contexto social en el que se
desarrollan; con habilidad para conducir procesos de transformación social y
liderar cambios profundos en las practicas disciplinares para trocar los resabios
de acciones “controladoras”, “asistencialistas”, “paternalistas” y “clientelares”,
en acciones que efectivicen Derechos mediante la promoción , protección y
restitución de los mismos y sea un vehiculo de configuración de participación y
desarrollo de ciudadanía emancipada. Y en este camino se encuentran hoy las
asociaciones profesionales de la región, fruto de ello es que hoy estamos en
este encuentro.
Así mediante la construcción del trabajo social colectivo de la región, primero
impulsado en cada país por las asociaciones nacionales, luego por el Comité
Mercosur, después por el encuentro de las asociaciones integrantes de FITS
Región Latinoamérica y Caribe y hoy por la COLACATS, indudablemente esto
redunda en un trabajo social situado en la convergencia de lo que desea ser
como profesión y d elo que acontece en la realidad socio histórica de nuestros
países.
Por supuesto que la construcción que se viene dando no es homogénea, ni
despojada de contradicciones y tiene todavía un largo camino por recorrer para
consolidar un proyecto ético político para el trabajo social regional, peor los
avances son muchos y palpables.
Sería utópico pensar que no van a existir dilaciones, marcha sy contramarchas
y luchas internas por la supremacía ideológica, ya que el trabajo social en si
mismo representa esto.
Tal como lo expresauna definición de Susana Cazzaniga,
25
si consideramos
que el Trabajo Social es un campo disciplinar, entendiendo como campo a la
constelación de sentidos que expresan una multiplicidad de miradas sobre las
prácticas. Dentro de esta concepción de campo, se puede definir que existe en
el mismo tensiones, fuerzas en juego, que expresan en el mismo la tensión
permanente entre lo conservador y lo transformador, y que sus límites tienen
una redefinición histórica.
La profesión nació y se legitimo en nuestros países a partir de la instauración
del control social, paramédico y para jurídico, encarno en todas su primera
conformación el modelo normativo.
El Trabajo Social es una profesión contextualizada
social e históricamente y
por ende reproduce las condiciones de contexto que se dan con determinadas
matrices y variables que configuran el contexto en determinado tiempo y
espacio.
Las organizaciones de Trabajadores Sociales han seguido las tendencias de
épocas que se dan en las construcciones colectivas. Tanto las organizaciones
gremiales, como las académicas a lo largo de los últimos 50 años se ha dado
de la siguiente manera:

entre los 60/70 se produce la creación de varias organizaciones, tanto a nivel
nacional, como regional. Producto esto de la Reconceptualización y con ella el
nacimiento de la corriente critica. Este pensamiento alcanzó un alto nivel en
desarrolló metodológico y teórico que dio a América Latina y Caribe una
identidad diferente al resto del Trabajo Social mundial, la cuál hoy se mantiene.
Se puede decir que esta fue nuestra gesta de concepción y nacimiento, como
disciplina diferencial y regional. (Surge la ALAETS, el CELATS, en lo nacional
las federaciones y asociaciones nacionales)
25
SALERA, Marisel (2005) El Trabajo Social en el Contexto de las Nuevas Relaciones de Poder y la Diversidad
Cultural – IV Jornadas de Producciones Escritas de Trabajadores Sociales Locales – Consejo Profesional de
Asistentes Sociales de Formosa – Argentina.

80 comienzo de las crisis. Ante la disminución “forzada” de la ideología y la
política al interior de la disciplina, resurge el posicionamiento
normativo,
funcionalista que pretende mantener el status quo. Se cambia el modelo de
asociación de derecho privado a institución de derecho publico, se pasa de
asociación a colegio profesional.

90 imperio de la crisis. De la mano de la instauración del modelo neoliberal. Se
constituye el imperio de la tecnologización, comienzan nuevamente a
fortalecerles al interior de la disciplina las fuerzas críticas. Surgen algunas
organizaciones
regionales
(COMITÉ
MERCOSUR
DE
ASOCIACIONES
PROFESIONALES DE SERVICIO SOCIAL, RELATS, Comisión refundadora de
ALAETS- ALAIETS-)

2000 se consolida el resurgimiento ya sea por refundación o por creación de
las organizaciones de Trabajadores Sociales, ó por que las existentes toman
un rumbo más claro en cuanto a la conformación, modelo de organización,
clarificación de misión y objetivos y diseño de proyectos de corte más ético
político e ideológico que teórico práctico. Este resurgimiento en parte es
motivado por la crisis provocada por la precarización laboral que mediante la
implementación del neoliberalismo de los noventa, hace mella en el trabajo
social de toda la región, unirse es una forma de combatir la globalización
capitalista, los efectos nefastos del neoliberalismo, el pensamiento post
moderno, la supuesta muerte de las utopías y de la ideología, etc. Se da una
suerte de fuerte exposición pública, se acompaña con la socialización de la
información mediante la utilización de la revolucione en las comunicaciones
que impone al Internet.

En 2010, se consolidan nuevos espacios, se articula sistemáticamente en las
asociaciones profesionales y las académicas, se impulsa una fuerte presencia
en las organizaciones internacionales de trabajo social. Se desarrolla la primer
investigación regional de condiciones laborales, se produce una definición para
el trabajo social
consensuad por 14 países. (Comité Latinoamericano y
Caribeño de Organizaciones Profesionales de Trabajo Social/Servicio Social –
COLACATS-y Asociación Latinoamérica de Enseñanza e Investigación en
Trabajo Social –ALAEITS-)

)
Esta forma de ser Trabajador/a Social latinoamericano/a, marca la diferencia,
en algunos momentos cuando uno debate sobre la disciplina con profesionales
de otras latitudes del mundo, podría decirse que hasta hablamos de dos
disciplinas diferentes, una orientada a la resolución de problemas prácticos,
que cuenta con métodos, instrumentos y herramientas específicas, mas
cercanas
a
la
gerencia
social,
preponderantemente
vinculada
dimensiones teórico, metodológicas de la profesión y otra
a
las
basada en la
reflexión, la criticidad de los acatos propios y ajenos, dónde las recetas son
puestas aprueba cotidianamente, dónde las metodologías y las teorías están
en permanente reciclado y auto cuestionamiento y dónde la dimensión política,
ideológico y ética son determinantes del actuar.
Ambas formas de ser Trabajadores Sociales pueden o no cumplimentarse,
uno puede hacerle “acciones cosméticas” a las consecuencias de la pobreza y
a la distribución injusta y concentración de la riqueza; o puede intentar” hacer
cirugía de raíz” eliminando las causas del sometimiento de los pueblos
latinoamericanos creando conciencia colectiva de Derechos; o puede aplicar el
primero mientras promueve ciudadanía y exigibilidad.
Ahora bien
muchas
veces se excluyen una a otra, así asumimos papeles sociales diferenciados:
somos gerentes, planificadores tradicionales, brindamos asistencia social, nos
centramos en el “caso” o el grupo ò en otro posicionamiento y desde otra visión
de la profesión interactuamos y acompañamos las luchas de los movimientos
sociales oprimidos de América Latina y nos centramos en el trabajo
comunitario,
en
el
empoderamiento,
en
el
desarrollo
de
ciudadanía
emancipada, en la incidencia para la reforma de políticas públicas, siendo esta
última posición la más difícil de sostener, porque en general las instituciones y
los políticos defienden nuestro rol de “apagadores de incendios” y ello no
demanda reflexión, sólo acción.
Estos debates de lo ideológico, lo ético y lo político en el quehacer cotidiano y
la formación académica del Trabajo Social se han venido incrementando
fuertemente en los últimos años, tal vez por el fracaso de la instauración de la
región del modelo neoliberal, tal vez por la pobreza que se acrecentó en los
inicios del 2.000, tal vez porque el espíritu de la reconceptualizaciòn (que
cumplía 30 años) se reavivó, o tal vez porque era el momento evolutivo
adecuado para que esto pasara, lo importante es que este resurgimiento ha
promovido construcciones colectivas interesantes no solo al interior de la
disciplina, sino también con la vinculación con otros actores, tanto el estado,
como las organizaciones sociales los movimientos populares.
Entre estas construcciones podemos señalar algunas que están en pleno
proceso de afirmación y que a futuro pueden llegar a cambiar el
posicionamiento del Trabajo Social latinoamericano o por lo menos a unificarlo
y mostrar un frente común más sólido que el que actualmente sostenemos.
Arriesgo aquí un concepto que se me ocurre debería definir lo que el proyecto
ético político para el trabajo social debería ser: “Conjunto de principios éticos
políticos, basados la efectivizacion de los derechos humanos, la justicia,
equidad e inclusión social, que promuevan organización,
movilización,
construcción colectiva y emancipación en los sujetos sociales que atraviesan
situaciones de vulnerabilidad social, para que logren la transformación social, a
través de la puesta en acción de opciones ideológicas, políticas, éticas,
teóricas, metodológicas y practicas en consonancia con
los principios
expuestos”, dicho de esta forma entonces no se centra en el sujeto los males y
las capacidades y habilidades para resolverlos, sino en una sociedad injusta y
en la organización colectiva las propuestas de resolución.
El Trabajo Social actual en America Latina y Caribe es así producto de varios
aspectos que emanan de las construcciones del trayecto histórico que le da
sentido:
 los
debates profundos que a 40 años de la reconceptualización han
configurado un proceso de profesionalización del Trabajo Social en la Región;
 los vaivenes societales que enmarcan lo histórico político en la Región donde
el enfrentamiento entre el modelo capitalista y el
que posee tendencias
socialistas han marcado constantes condicionantes para el modelo de
intervención social;
 la consolidación de modelos económicos en disputa que constituyen un mix
que oscila entre el modelo de mercado (oficial en las economías nacionales y
tendencia de la globalización a nivel regional y mundial) y el modelo de la
economía social (subterráneo, de subsistencia entre las clases populares);
 las tendencias en las políticas públicas que a su vez desarrollan condiciones
propicias para un Trabajo Social más tecnocrático, más humanizado, ó más
cercano a la efectivización de derechos;
 los acuerdos llevados a cabo por las construcciones colectivas del Trabajo
Social en las asociaciones regionales que nuclean a las y los colegas y la
articulación de estas construcciones con las que a nivel mundial se establecen
;
 la construcción de proyectos éticos políticos que contienen contradicciones
intrínsecas.
A nivel regional en Latinoamérica y Caribe la agenda asume además otros
compromisos:
 Impulsar la reforma de la Definición Internacional del Trabajo Social. El Debate
por la definición internacional de Trabajo Social en America Latina y Caribe
viene trabajándose desde hace más de 10 años impulsando el cambio en la
definición, dado que la misma no da cuenta del desarrollo de la profesión en
nuestra región, para desarrollar este trabajo se realizaron debates nacionales
que fueron puestos en común en el Workshops sobre la Definición de Trabajo
Social de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS) Región
Latinoamérica y Caribe de Río de Janeiro, Brasil en marzo de 2012. En los
diversos debates y deliberaciones desarrolladas en Río se contó con la
presencia de autoridades internacionales y regionales de FITS (Federación
Internacional de Trabajo Social), y autoridades internacional y regional de las
Escuelas, de AIETS (Asociación Internacional de escuelas Trabajo Social) y de
ALAIETS (Asociación Latinoamericana de Investigación y Escuelas en Trabajo
Social) y representantes de las Asociaciones Nacionales de Trabajo Social. Allí
se construyo una sola propuesta por la Región que fue elevada conjuntamente
por 13 países para provocar el debate a nivel internacional. Hoy contamos con
un miembro de la región en el comité internacional que trabaja la reforma y la
definición trabajada en America Latina ha sido adoptada como propia por el
más reciente espacio de construcción regional la COLACATS (Comité
Latinoamericano y Caribeño de Organizaciones Profesionales de Trabajo
Social/Servicio Social).
Trabajo Social como
La definición propuesta en la Región reconoce al
“una profesión que se inserta en el ámbito de las
relaciones entre sujetos sociales y entre estos y el Estado, en los distintos
contextos socio históricos de actuación profesional. Desarrolla una praxis social
y un conjunto de acciones socioeducativos, que inciden en la reproducción
material y social de la vida con una perspectiva de transformación social
comprometida con la democracia y el enfrentamiento de las desigualdades
sociales, fortaleciendo la autonomía, la participación y el ejercicio de la
ciudadanía, en la defensa y conquista de los derechos humanos y la justicia
social”.
 Hacer efectivo un ejercicio profesional encolumnado en los principios éticopolíticos desarrollados por el Comité Mercosur de Asociaciones Profesionales
de servicio Social en el año 2000 y adoptados por la COLACATS.
 El desarrollo de objetivos comunes para todo el Trabajo Social mundial y
regional.
 Fortalecer la colaboración entre las organizaciones de trabajo social, sus
líderes y sus miembros para perseguir objetivos comunes de promoción en
relación con la práctica, la educación y el desarrollo de políticas.
 Ser inspiración para los trabajadores sociales prácticos y educadores.
 Movilizar a los trabajadores sociales y los profesionales del mundo del trabajo
social participando activamente en la política, el desarrollo de políticas y la
acción social, con énfasis en el uso estratégico del poder.
 Aumentar la competencia y el valor que demostramos en nuestro ejercicio
profesional.
 Empíricamente demostrar la competencia y el valor del trabajo social y los
profesionales de la política social a la sociedad.
 Fortalecer la influencia del trabajo social.
 Fortalecer la capacidad de trabajo social internacional y organizaciones de
desarrollo social para identificar y articular claramente, con una sola voz, los
temas de importancia para la profesión.
 Abordar el impacto del racismo y otras formas de opresión, la injusticia social, y
otras violaciones de los derechos humanos a través de la educación del trabajo
social, desarrollo social y la práctica.
 Promover el desarrollo de las intervenciones de trabajar de manera más
culturalmente relevantes social y metodologías de investigación en las áreas de
justicia social y el bienestar social, e identificar y articular los resultados de
costo-beneficio.
 Fortalecer la capacidad de trabajo social y el desarrollo social para influir en el
panorama empresarial y político a nivel local, nacional y mundial.
 Asegurar la excelencia en las cualificaciones y competencias en todos los
niveles del trabajo de desarrollo social la educación, práctica, investigación y
social, especialmente en el envejecimiento.
 Tecnologías de la integración. Integrar las tecnologías que sirven a la práctica
del trabajo social y la educación y el desarrollo social de una manera ética,
práctica y responsable.
 Enriquecer
la
práctica
en
Trabajo
Social
y
Desarrollo
Social
Desarrollar modelos éticos, sostenibles y prácticas de gestión en el trabajo
social y la elaboración de políticas en los entornos sociales.
 Adoptar la iniciativa de Piso de Protección Social como parte de una visión
común en el desarrollo de la política social.
 Desarrollar la capacidad de la sociedad civil de participar activamente con los
gobiernos nacionales.
 Incluirnos en las representaciones ante los organismos
en los cuáles la
Federación es consultor permanente tales como (ONU, Anmesty Internacional,
Organización Internacional del Trabajo; Organización Mundial de la Salud entre
otros); En la Región la aspiración es ser consultor permanente de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Esta prevista un
encuentro conjunto entre las asociaciones miembros de FITS y CEPAL en
Chile en abril de 2014.
 Respetar la Autodeterminación de los pueblos, tema discutido a partir del
pedido de inclusión de Puerto Rico como asociación independiente en la
Federación Internacional de Trabajo Social. Puerto Rico llevaba varios años
intentando incluirse en la FITS como asociación independiente de la asociación
norteamericana, situación que era postergada en su debate, luego de impulsar
en America Latina un trabajo de apoyo a dicha inclusión el tema finalmente se
debatió en Estocolmo en julio del 2012 y Puerto Rico fue incluido como
Asociación Independiente de Estados Unidos.
 Hacer efectivo un Estudio Regional sobre Condiciones Laborales de los/las
Trabajadores/ras Sociales
El Trabajo Social en Latinoamérica y Caribe, posee una identidad propia, que
es ha ido configurando en los últimos cincuenta años.
Ha desarrollado competencias teóricas posicionadas ideológicamente, ha
creado metodologías que hoy orientan las prácticas especificas de varias
disciplinas sociales y ha expresado un fuerte compromiso ético político con las
causas de los pueblos de la Región.
Y ha podido posicionarse de manera situada enfrentando la cuestión social con
estos avances, es una pieza del engranaje de transformaciones societales que
America Latina y sus gobiernos han emprendido, peor es una pieza relevante
para la transformación social.
En definitiva los espacios Regionales sustentan lo que esta presente en el acta
fundacional de COLACATS:
Valores de emancipación humana, libertad, justicia social, solidaridad y
participación, y en su acción defiende con firmeza los siguientes principios
éticos políticos:
 Defensa de los derechos humanos sociales, políticos, civiles, culturales y
económicos de todas las personas sin discriminación de ningún tipo.
 Ampliación y la consolidación de la democracia en cuanto constitutiva del
Estado, reafirmando la independencia de los poderes Legislativo, Ejecutivo y
Judicial.
 Conformación de nuevos espacios públicos de participación y colectivización
de la riqueza socialmente producida.
 Apoyo a la promoción a iniciativas que amplíen la integración de la región de
América Latina y el Caribe.
 Búsqueda y ampliación de formas de acceso real de todas las personas a los
bienes y servicios materiales y culturales producidos socialmente, y a la
participación social en las decisiones referentes a las cuestiones colectivas en
su condición de ciudadanos.
 Defensa del mantenimiento y ampliación de la responsabilidad del Estado en
dar respuestas a la cuestión social a través de las políticas sociales universales
con la
participación de la sociedad civil organizada en su formulación,
implementación y control.
 Respeto
a
la
autodeterminación
de
los
pueblos,
personas,
grupos,
organizaciones, expresiones y movimientos populares.
 Contribuir a mantener la memoria colectiva de los pueblos.
 Ejercicio profesional competente (teórica y técnicamente) y comprometido
(ética y políticamente) con las demandas sociales, garantizando la calidad de
los servicios prestados.
 La creación, defensa y consolidación de la regulación legal de la profesión, de
códigos de ética y de la formación profesional con bases comunes en la región,
a partir de principios decididos en forma colectiva, autónoma y democrática,
que garanticen el libre ejercicio de la profesión, con derechos y obligaciones
asegurados de acuerdo a los marcos jurídicos y en situación de reciprocidad
legal.
 La garantía del pluralismo a través del respeto a las corrientes teóricas y
políticas democráticas existentes en el ámbito de la profesión.
 Fiscalización del ejercicio profesional y de los títulos habilitantes, que de
acuerdo con los principios éticos reafirmados, puedan responsabilizar a los
profesionales por las consecuencias éticas que surjan de su intervención
profesional.
 Formación profesional permanente y la inclusión de la ética en las currículas o
planes de estudio de las unidades académicas de formación específica en cada
país.
 Garantía de condiciones dignas y adecuadas de trabajo en el ejercicio
profesional (ingreso, seguridad social, ambiente laboral, funciones, etc.) y
respeto a la autonomía técnico profesional.
REFLEXIONES PRO ACTIVAS:
En un principio estuve tentada de colocar a esta parte reflexiones finales, pero
en realidad cada uno de los interrogantes que propongo tiene como humilde
pretensión convocar a nuevas deliberaciones y desoíos para la rica
construcción que el Trabajo social aporta a la construcción social. De allí que
van en forma de interrogantes.
¿El trabajo social regional lograra mantenerse a la altura de las profundas
transformaciones que están impulsando algunos gobiernos progresista de la
región’
¿lograremos profundizar la dimensión política de la
profesión intentando
impactar significativamente mediante la incidencia en las políticas publicas,
pasando de ser meros ejecutores a diseñadores actores protagonistas de
definiciones?
¿El trabajo social esta preparado a la universalización de políticas en
perspectivas de derechos que se impulsan hoy en varios países de la región?.
Tomando en consideración que el modelo
universalista
no requiera de
nuestra determinación acerca de quienes son los “merecedores” de soluciones
y nos corre de varios sectores donde se ejerce el control social desde la
distribución de recursos.
¿La identidad de la profesión en la Región continuara consolidándose?
¿Los avances producidos en las construcciones colectivas regionales de los
últimos años impactaran en una profesión altamente calificada, profundamente
comprometida con la realidad social de su pueblo y claramente posicionada
ideológicamente?
Me encantaría responder a estos interrogantes con un si rotundo, pero solo la
voluntad activa de cada uno de los trabajadores y trabajadora sociales de
Latinoamérica y Caribe harán posible un mañana donde la valoración social de
la profesión sea producto de nuestra asertividad para situarnos en cada
contexto societal en el que desarrollemos nuestro quehacer profesional,
nuestra competencia para intervenir
fundamente en las expectativas y
necesidades sociales y nuestro compromiso ético político con la inclusión y la
igualdad social.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
ACOTTO, Laura y SALERA, Maricel (2005) -¿Qué implica la profesionalización
del Trabajo Social en el contexto de las transformaciones sociales, políticas,
económicas y culturales?. Encuentro Latinoamericano de Trabajo Social - La
profesionalización del Trabajo Social en el siglo XXI:”Rupturas y continuidades
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Trabajadores Sociales (FITS), Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo
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las directrices teóricas para la Reformulación del Plan de Estudios de la
Carrera de Trabajo Social de Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad
de Buenos Aires. (Versión actualizada diciembre 2003)
SALERA, Marisel - El Trabajo Social en el Contexto de las Nuevas Relaciones
de Poder y la Diversidad Cultural – IV Jornadas de Producciones Escritas de
Trabajadores Sociales Locales – Consejo Profesional de Asistentes Sociales
de Formosa - Argentina- junio 2005
MESAS
Mesa 1
El mundo globalizado la formación de trabajadores sociales en el marco
de la cuestión socila. Encuentros y desencuentros
Coordinadora: Rosemarie Richardson
Relator: Luis Cáceres
Panelistas:
1. Jorge Ariel Jofré Alfaro
2. Maria Luisa da Costa Fogari
3. Maria da Graças rodrigues mendes
Ana Karina da Silva Alves
Erica María Santiago
Flávia Rebecca Fernández Rocha
Irineia Raquel Vieira
Sara Rebeca da Mota Sales
4. Hiago Trinidade de Lira Silva
5. Nelson Arellano Escudero Chile
6. Javier Becerra y Oscar Javier Gutiérrez
7. Claudia Sombrío Fronza
Chile
Brasil
Brasil
Brasil
Colombia
Brasil
PRÁCTICA PROFESIONAL EN LA FORMACIÓN DE LOS Y LAS
TRABAJADORAS SOCIALES: DESAFÍOS Y EXPERIENCIAS EN LOS
ESCENARIOS DE COMPLEJIDAD SOCIAL.
Jorge Ariel Jofré Alfaro *
Rosa Estela Villarroel Valdés**
RESUMEN
En los nuevos escenarios, la acción y formación en Trabajo Social se ve
enfrentada a nuevos desafíos. El Trabajo Social requiere desarrollar una
comprensión social compleja de estas nuevas configuraciones, generando
propuestas de formación e intervención innovadoras. De allí la necesidad de
mirar permanentemente los procesos de formación de trabajadores sociales,
principalmente en el reconocimiento de aspectos relevantes de la práctica
profesional.
El objeto de la investigación estuvo orientado a reconocer los aspectos
relevantes de la práctica profesional en la formación de los y las trabajadores
sociales en Chile. Una experiencia desde la carrera de Trabajo Social de la
Universidad Andrés Bello de Viña del mar. Ello a través del análisis cualitativo
del proceso de práctica profesional entre los años 2012- 2013. Para ello se
analizaron los discursos de los estudiantes plasmados en las evaluaciones
semestrales del proceso, los perfiles de ingreso y egreso de los estudiantes,
así como documentación académica referida a la práctica profesional.
Palabras Claves:
*
Psicólogo, Magister en Políticas sociales, Docente Escuela de Trabajo Social, Universidad Andrés Bello,
Viña del Mar. [email protected]
** Asistente Social, Magister en Ciencias Sociales Universidad ARCIS, Docente, Escuela de Trabajo
Social Universidad Andrés Bello, Viña del Mar. [email protected]
1.- APROXIMACIÓN TEÓRICA:
La intervención social en Trabajo Social y los desafíos en la formación
Profesional
Los contextos y escenarios cambiantes que caracterizan a nuestras sociedades
globalizadas, plantean una serie de nuevas interrogantes y desafíos en lo que
respecta la intervención social, particularmente en el ámbito del trabajo social
en tanto disciplina y profesión. La complejidad de estos nuevos escenarios se
encarna en la familia, el barrio, la escuela, la universidad o el trabajo; instancias
de socialización que dan cuenta de un conflicto de los espacios de construcción
de subjetividad, de transmisión de pautas, de códigos, de identidades y de
pertenencia. En este contexto, las problemáticas sociales, están atravesadas
por componentes que tienen su propia representación tanto en la esfera del
sujeto, su grupo de pertenencia, así como de su red social. Las
representaciones de los problemas sociales, como construcción simbólica, se
recrean en las interacciones con la propia sociedad, las instituciones, las
prácticas que se ejercen sobre ella y los propios sujetos de intervención
(Carballeda, 2002), abriendo permanentemente espacios dinámicos de
significación
que
requieren
de
profesionales
aptos
para
desarrollar
evaluaciones pertinentes que aporten a mejorar dichas problemáticas. Se
presentan así, nuevas expresiones de la “cuestión social”, caracterizada por la
complejidad de los problemas sociales y su impacto en la sociedad.
En estos nuevos escenarios, la acción y la formación en trabajo social se ve
enfrentada a nuevas interrogantes y desafíos, puesto que para alcanzar el
horizonte ético político de transformación, constitutivo de la intervención
profesional, el Trabajo Social requiere desarrollar una comprensión social
compleja de estas nuevas configuraciones, de modo de generar propuestas de
formación e intervención innovadoras, que recojan y contengan esta
complejidad (Matus, 1999). En este sentido, la intervención en trabajo social,
implica un proceso de conocimiento, problematización y propuestas de
solución, que se desarrollan siempre desde un lugar teórico y epistemológico.
Se trata así de una acción racional, intencional, fundada en el conocimiento
científico, que tiene por objeto desencadenar procesos de cambio social Es
intencional, dado que tiene su inicio, acontece en un punto del presente, pero
tiene un pasado que constituyó una situación problema en la que tiene lugar la
acción; y tiene un futuro en el que el problema habrá sido modificado, En este
sentido, es una acción racional que rompe con el acontecer dado, lo modifica y
hace la diferencia. Lo que implica abordar la situación problema, definirla y
darle un significado (De Robertis & Pascal, 1994). En este contexto, surgen
desafíos en la formación profesional de los trabajadores sociales, puesto que
para intervenir en los nuevos y diversos escenarios sociales se requiere
“resignificar el concepto de Trabajo Social. Situarlo en un horizonte de
intervención que tenga como fundamento una rigurosa y compleja comprensión
social, recapturando la tensión existente entre teoría y praxis” (Matus, 1999).
La formación académica en Trabajo Social
La formación académica no remite exclusivamente a un proceso de enseñanza
que se orienta a la construcción de conocimiento por parte de los estudiantes.
A través del proceso educativo se trasmiten además maneras de aprender, de
pensar y de hacer. “El hecho educativo, como hecho histórico y concreto debe
acompañar la urgencia de formar personas críticas, conscientes, con una
capacidad
intelectual
que
garantice
la
participación
activa
en
las
transformaciones sociales. Esto significa una referencia permanente a la
práctica profesional y a las necesidades del contexto” (Cazzaniga, 1993, pág.
33). Esta referencia al contexto, en el caso de la formación en Trabajo Social,
se desarrolla principalmente en las Pasantías y Prácticas Profesionales,
modalidades formativas que se transforman en un espacio que permite a los y
las estudiantes intervenir en contextos sociales reales y donde se entrecruzan
diversas formas de aprendizaje que permiten el desarrollo de la acción
profesional. Se constituye así, en una experiencia de trabajo guiada y
programada, donde se pretende que los y las estudiantes puedan anticipar su
actuación profesional y sean capaces de integrar teoría y práctica.
En la actualidad la mayoría de los programas de formación de trabajadores
sociales en Latinoamérica, se orientan a una formación de profesionales
capaces de intervenir en la complejidad de lo social y por ende, no reducen la
formación a la entrega de herramientas metodológicas, sino que rescatan la
necesidad de intencionar procesos formativos que atienda la complejidad de
los entornos en los cuales se desarrolle el trabajo. (Cazzaniga,S, 2011)
La formación de profesionales de calidad, preparados para ejercer en contextos
cambiantes y dinámicos, ha venido a validar la práctica profesional como un
espacio formativo y evaluativo fundamental para el desarrollo del Trabajo
Social, lo que permite a los y las estudiantes intervenir en contextos sociales,
pudiendo observar la consolidación de habilidades propias del quehacer
profesional. La relevancia de la Práctica Profesional en el proceso formativo,
radica en que se configura como “un proceso de aprendizaje original, con una
identidad propia, un proceso complementario e integrador respecto al
aprendizaje teórico” (Domínguez, 2006, pág. 4), que pone de manifiesto un
conjunto visiones y habilidades. Así mismo, se configura en un proceso donde
dialogan diversos actores sociales, que constituyen el contexto de desempeño
profesional, caracterizado por el encuentro de miradas y expectativas diversas
sobre el estudiante en práctica y el ejercicio de la profesión.
El período de práctica profesional, según Pelpel, 1989 (Correa, 2009), presenta
tres características esenciales para el estudiante:
• Una zona intermedia de experiencia entre su mundo interno (ideas, teorías,
representaciones, etc.) y el mundo externo (realidad laboral);
• La confrontación con la realidad al permitir la articulación de la satisfacción e
insatisfacción y las expectativas que los y las estudiantes llegan a la
experiencia práctica.
• La defensa contra la angustia o frustración de deber abandonar sus antiguas
certezas para exponerse a la realidad del mundo externo.
La práctica profesional se transforma en un espacio de enriquecimiento en la
formación de los y las trabajadoras sociales, donde puede descubrir si posee o
no las competencias requeridas para funcionar en ese medio profesional.
(MEQ, 1994; Pelpel, 1989, Correa, 2009). Frente a esta experiencia, parece
relevante entender cuándo las pasantías y prácticas se transforman en
experiencia provechosas y enriquecedoras para los y las estudiantes, cuándo
responde satisfactoriamente como experiencias de aprendizaje, es decir es
necesario tener claridad qué es lo que el estudiante está aprendiendo, si esas
experiencias están vinculadas al objetivo de la formación profesional y en qué
medidas ésas experiencias permiten estimular positivamente las habilidades y
capacidades de los estudiantes (Feiman-Nemser et Buchmann,1985; Correa
2009). Es decir qué aprenden, como se integran las experiencias a la formación
y como esas experiencias estimulan nuevas experiencias.
En este proceso resulta relevante el rol de la Supervisión Académica como
parte del proceso formativo y la Supervisión Institucional, como un proceso de
acompañamiento y evaluación progresiva de las prácticas del trabajo social,
entendiéndose esta como un espacio de aprendizaje y reflexión donde se
propicia la relación entre teoría y práctica, muchas veces dicotómica para el
trabajo social. Este espacio permite a los estudiantes en proceso formativo
resolver dificultades, plantear interrogantes y fortalecer las habilidades y
competencias propias del ejercicio profesional.
Para Reynolds, 1965 (Fernandez, 2006) “supervisar es la necesidad de una
flexible y enriquecedora asociación de mentes capaces tanto de análisis como
de la síntesis; de la sensibilidad hacia las personas, la habilidad de expresar
sentimientos y ponderar los factores positivos y negativos de las situaciones…”
Ello implica que el espacio de supervisión se transforma en
un modelo
pedagógico de aprendizaje, en el cual se enseña, en función de la práctica de
lo cotidiano la aplicación de los principios del trabajo social, con la finalidad de
conseguir estudiantes preparados para su ejercicio profesional.
Es entonces en el contexto de las prácticas profesionales donde los
estudiantes asumen un protagonismo relevante en la formación como
profesionales, estableciéndose una relación de interacción y cooperación tanto
con el supervisor académico, como con la institución en la que se inserta y con
los sujetos a los que debe atender e intervenir. Todo este contexto se configura
relevante en la adquisición de la identidad profesional del trabajador social que
se adquiere a partir del aprendizaje de su rol profesional en un contexto real.
Para Bunk (La transmisión de competencias de la formación de la R.F.A, 1994)
la formación profesional debe estar orientada al fortalecimiento de diversas
competencias, que marcarían el desarrollo integral de los estudiantes, estas
competencias estarían ligadas a cuatro ámbitos: competencias técnicas,
competencias
metodológicas;
competencias
sociales
y
competencias
participativas. Las competencias técnicas están asociadas a los conocimientos,
destrezas y aptitudes necesarias para el ejercicio profesional; las competencias
metodológica se refieren a los procedimientos utilizados por el profesional para
resolver los problemas, capacidad de adaptación, planificación, etc; las
competencias sociales están asociadas a la capacidad de los estudiantes de
socializar y de relacionarse con los otros en el contexto de práctica profesional,
así como todas aquellas características que configuran la ética profesional; las
competencias participativas están referidas a la participación activa de los
estudiantes en su proceso de práctica y a las formas en que este organiza el
trabajo.
La relevancia de la práctica radica en que se configura como “un proceso de
aprendizaje original, con una identidad propia, un proceso complementario e
integrador respecto al aprendizaje teórico” (Domínguez, 2006, pág. 3). Ello
queda de manifiesto en que en los programas de formación académica se
dedique un número importante de horas para su desarrollo, situación que se ve
reflejada en las mallas curriculares vigentes para la carrera de Trabajo Social,
tanto en la Universidad Andrés Bello, como en otros espacios académicos.
2.-
ANÁLISIS
CUALITATIVO
DE
LAS
EXPERIENCIAS
DE
LOS
ESTUDIANTE DE TRABAJO SOCIAL, UNIVERSIDAD ANDRÉS BELLO EN
EL PROCESO DE FORMACIÓN Y LAS PRÁCTICAS PROFESIONALES:
El análisis de la información se realizó desde un enfoque cualitativo, a través
de Análisis de Discurso, que consideró la organización del material generado
por la evaluación semestrales de las prácticas profesionales, de los años 2012
y 2013. Esta información es producto de grupos focales con estudiantes en
proceso de práctica, las que son sistematizadas y analizadas preliminarmente
por otros estudiantes que realizan dicho proceso. También es parte del análisis,
la documentación de los perfiles de ingreso y egreso que forman parte de los
programas de estudio. Por último se incluye otra documentación administrativa
referida la organización y síntesis del proceso de práctica.
Metodológicamente se realiza un análisis axial descriptivo, donde confluyen
categorías originadas desde los referentes teóricos y conceptuales, descritos
anteriormente y las categorías que se observan preponderantes en los
discursos de los sujetos, a partir de la relevancia que atribuyen así como a la
reiteración presente en las distintas fuentes.
Una de las categorías de análisis que aparece en el discurso, es la gradualidad
en la secuencia de las diferentes actividades prácticas, que se plantean y son
percibidas desde una estructura coherente e integradora. La gradualidad de las
pasantía macro-meso-micro social, descrita en los perfiles de ingreso y egreso,
no se manifiesta en los discursos como un aspecto determinante, pero sí
facilitador del proceso formativo, es vista como la exigencia de problematizar,
desarrollando una flexibilidad epistemológica y conceptual, dentro de una lógica
ético-política: “este curso está relacionado con todos los cursos anteriores… es
poner en práctica todo lo que hemos aprendido”.
Respecto a que las prácticas constituyen un espacio de confrontación con la
realidad, destaca la relevancia dada a la supervisión, validada como el eje
indiscutido en ese proceso formativo: “se percibe un compromiso por parte de
los estudiantes en su proceso educativo, expresado en su alta asistencia y
dedicación en su proceso de práctica profesional, como en su motivación por
aprender más y mejorar sus aspectos débiles”. Sin embargo surgen tensiones
en las expectativas y necesidades de las practicas con la estructura y los
tiempos curriculares: “Se propone una mayor duración de las pasantías en
todos sus niveles (con una duración mínima de 6 meses), y en especial en la
práctica profesional”; el reconocimiento de procesos que demandan mayor
tiempo o que están determinados por ritmos diferentes a los tiempos
curriculares afecta negativamente a las expectativas de las practicas. Por otro
lado es concordante la tensión que se genera cunado coinciden las prácticas y
el desarrollo de las tesis: “efectuar ambos procesos juntos, dificulta el
aprendizaje y los logros en ambos contextos, pese a que estos pueden estar
interrelacionados o complementarse, se requiere separarlos para desarrollarlos
por separado y de mejor manera”. A pesar de que las actividades están
determinadas por sus respectivas cargas curriculares, en los hechos es
descrito como que las practica resultan afectadas por la demanda del trabajo
de tesis o en otros casos la doble exigencia juega en desmedro de un mejor
aprovechamiento de ambas: “yo creo que en cuanto a las evaluaciones el profe
espera más de nosotros, pero como estamos en la tesis no nos queda tiempo
para hacer algo mejor…”; “se pueden hacer es hacer la práctica sola o que la
tesis sea más tiempo… porque la práctica pasa a un segundo plano y no
debería…”.
El espacio de supervisión, demanda un activo rol del supervisor académico,
quién debe articular la confluencia de diferentes procesos, tanto académicos
como formativo-profesionales, aunque es reconocido como un actor más de
este espacio, los diferentes discursos lo relevan su rol como catalizador de
procesos más complejos a nivel individual y grupal. Desde una dimensión más
subjetiva: “se valora la existencia de una enseñanza más personalizada, en
donde la contención de emociones en todo este transcurso lo hace más
cercano (docente) y afectivo, desempeñando un rol esencial en todo el
proceso”; “se evidenciaron muchos temores en un principio destacando que
ellos fueron desapareciendo con el trabajo en conjunto con el profesor,
mediante el dialogo y contención que este proporciona ante las dificultades
presentadas en la praxis, señalando que ha sido esencial debido a su
experiencia como profesional y el conocimiento de este”. El Supervisor
Académico, por lo tanto es parte activa de ese proceso permite integrar las
experiencias de los estudiantes, pero también permite la modulación de las
dinámicas subjetivas y discursivas que se desarrollan en el espacio de
supervisión, donde también es parte. Debe posibilitar contextos reflexivos para
resignificar conceptos en Trabajo Social y los proceso identitarios de la
disciplina, articulando distintas dimensiones que muchas veces están en
tensión: “Nosotros hacemos trabajo social en la práctica….” “… los
aprendizajes más significativos es aprender del profe como de tus compañeros
de la constante retroalimentación…”.
Otras líneas discursivas que aparecen, en cuanto a definir la supervisión como
una instancia multidimensional compleja, considera a los pares como un
referente significativo para la retroalimentación y la evaluación: “Que se
incorpore una auto y co-evaluación para aumentar los aprendizajes de la
práctica profesional”, validando la creación de ese espacio con los pares: “que
la metodología sea como taller igual nos ayuda a todos porque se comparte la
experiencia de todos…siempre hay tutorías antes y después de un informe y te
retroalimenta”.
Por otro lado el rol del Supervisor Institucional no parece tan relevante, se
plantea mayor demanda por la continuidad que se espera de su función, lo que
implica un rol más activo por parte de este supervisor: acompañando y
retroalimentando durante el proceso. En este mismo sentido, un académico,
denominado “evaluador externo”, que participa de la evaluación en comisión,
es valorado como una fuente de retroalimentación: “la ausencia del evaluador
externo... se visualiza como un obstaculizador al permitir una retroalimentación
limitada...”. En ambos casos la importancia está dada por la por constituir una
posibilidad de retroalimentación.
Por lo tanto es posible señalar que la centralidad de la supervisión como eje
articulador de la formación profesional en el Trabajo Social, conlleva a
considerar los distintos niveles que van más allá de la problematización de los
fenómenos y las demandas curriculares, sino que también implican proceso de
subjetivación en los distintos actores de ese espacio: estudiantes, supervisores
y sujetos.
3.- CONCLUSIONES:
Se reconoce la relevancia de la práctica profesional en la formación académica
de los profesionales del trabajo social, proceso tensionado por las exigencias y
la complejidad de lo social, como de los tiempos y estructura curricular.
La práctica surge estrechamente asociada a la noción de supervisión, que
además de incluir los aspectos técnicos-metodológicos, platea las dimensiones
ético-políticas y releva la dimensión subjetiva y emocional de la experiencia.
Se releva fundamentalmente el proceso de supervisión académica, por sobre la
institucional, que se transforma en un espacio no solo de evaluación, sino que
de contención emocional, de resolución de
problemas, de reflexión y
cuestionamiento de las experiencias vividas en la práctica profesional.
Se
configura como un espacio de aprendizaje recíproco.
La práctica profesional, no está exenta de tensiones que es necesario relevar
para trabajar en un modelo de acompañamiento y supervisión que rescate los
aprendizajes significativos de los actores vinculados en este proceso. Se
realzan las tensiones
en cuanto al rol de supervisores y las demandas
cambiantes del trabajo en la realidad social. Ello nos lleva a concluir que los
supervisores a cargo de las asignaturas de práctica profesional deben ser
capaces de conocer la realidad social, desde la práctica no solo
académicamente, de modo de promover la vinculación de lo teórico-práctico. El
rol del supervisor se configura
así, desde la mirada de una supervisión
pedagógica, como guía, apoyo y contención
de los estudiantes de trabajo
social. El rol del supervisor académico, constituye un referente identitario y
apoyo técnico.
En este contexto, es importante rescatar la dimensión fundamental de las
prácticas profesionales, en cuanto a su capacidad de producir procesos
simbólicos de problemáticas sociales, en estrecha concordancia con el
desarrollo
discursivo
de
subjetividades
que
construyen
las
identidad
profesional, identidad que implica co construir una estructura significativa que le
dé sentido a la profesión en una relación tripartita entre estudiante, supervisor
académico y los distintos sujetos sociales en los que se interviene.
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FORMAÇÁO PROFISSIONAL DO ASSISTENTE SOCIAL E A COMUNIDADE
NEGRA: URNA REVISÁO BIBLIOGRÁFICA
Maria Luisa da Costa Fogari*
RESUMO:
Este texto foi elaborado, para a disciplina: “Formação Profissional em Serviço
Social: elementos constitutivos”, oferecida pelo Programa de Pós-Graduação
em Serviço Social da UNESP/Franca-SP. Este artigo versará sobre a
importância da desconstrução da visão reducionista dos negros brasileiros, que
foram e, ainda são acometidos pelas ações negligentes por parte do Estado.
Apreende-seque a temática aqui proposta é intrínseca na fase formativa do
assistente social, que deverá receber uma base teórica e reflexiva sobre este
assunto. “Nessa perspectiva, o conjunto de conhecimentos e habilidades
adquiridos pelo Assistente Social ao longo de seu processo formativo são parte
do acervo de seus meios de trabalho.” (IAMAMOTO, 2004, p. 63). Propomos
que ao final do curso, os alunos conheçam os direitos e as legislações
vigentes. Espera – se, assim desmascarar os discursos sobre o mito da
democracia racial.
Palavras - chave: Formação Profissional. Afro-brasileiros. Assistente Social
* Graduada em Serviço Social, Doutoranda no Programa de Pós- Graduacáo em Serviço Social da
Universidade Estadual Paulista "Júlio de Mesquita Filho", Franca, S13.o Paulo, Brasil. E-mail:
[email protected]. Assistente Social Judiciário - Tribunal de Justica de Santa Rita do Passa Quatro
- SP/Brasil.
INTRODUÇÃO
“Não caçamos pretos, no meio da rua, a pauladas,
como nos Estados Unidos. Mas fazemos o que talvez
seja pior. A vida do preto brasileiro é toda tecida de
humilhações. Nós tratamos com uma cordialidade que
é o disfarce pusilânime de um desprezo que fermenta
em nós, dia e noite” Nelson Rodrigues (FERREIRA,
2002, p. 2).
Este texto foi elaborado, enquanto processo avaliativo para a disciplina:
“Formação Profissional em Serviço Social: elementos constitutivos”, ministrada
pela profa Dra. Cirlene Aparecida Hilário da S. Oliveira, no ano de 2012,
cursada pela doutoranda do Programa de Pós-Graduação em Serviço Social
da Faculdade de Ciências Humanas e Sociais, da Universidade Estadual
Paulista-UNESP/Franca - SP.
Perante os conteúdos programáticos propostos pela disciplina e, em
consonância com o objeto de estudo da tese a ser apresentada para a
renomada instituição educacional, elaboramos este artigo, que terá como
enfoque central, estudar a questão da comunidade brasileira e a formação de
assistentes sociais no Brasil do século XXI.
Diante das observações apresentadas, está revisão bibliográfica
versará sobre a importância da desconstrução da visão reducionista dos
negros brasileiros, que ainda são acometidas pelas ações negligentes por parte
do Estado.
O precedente histórico ainda se faz presente nas ações cotidianas
destinadas à população em estudo. Diante do exposto, qual é a importância
desta temática para a formação profissional em Serviço Social? O que se
propõe?
1-COMUNIDADE NEGRA E FORMAÇÃO DO PROFISSIONAL ASSISTENTE
SOCIAL
Com a introdução do trabalho escravizado no Brasil colonial e os
reflexos deste cenário dramático para os africanos e afro-brasileiros é que a
temática proposta se faz necessária na fase formativa do assistente social,
para que recebam uma base teórica que os levem a refletir sobre os
precedentes históricos e a realidade contemporânea da comunidade negra
brasileira. “Nessa perspectiva, o conjunto de conhecimentos e habilidades
adquiridos pelo Assistente Social ao longo de seu processo formativo são parte
do acervo de seus meios de trabalho.” (IAMAMOTO, 2004, p. 63).
Entende
–
se
que
os
“descasos/omissões”
decorrentes
nos
acontecimentos retrógrados repercutem na prática do profissional assistente
social na contemporaneidade, inclusive quando se necessita fazer a
interlocução destas negações com os direitos conquistados pelos afrobrasileiros, no decorrer dos séculos.
Segundo exposto acima, institutos de pesquisa, como o IPEA (2009),
apontam
que
em
vários
âmbitos
os
negros
encontram-se
em
detrimento/desfavorecimento, nas políticas públicas destinadas à sua etnia.
Entende–se que os dados apontados discorrem sobre a necessidade de se
“criar, propor, proceder e enfim, prevenir” tais insultos sociais, culturais,
econômicos e políticos. Quando se refere a insultos, demonstra-se que são
“insultos” sim, quando após mais de um século da assinatura da “Lei Áurea
(1888)”, ainda têm-se dados gritantes, frente à sociedade “dita moderna”.
Neste ângulo, envolvendo a problemática em destaque com a
produção de conhecimento para a formação profissional, Iamamoto (2007, p.
317) apreende que o assistente social atua no enfrentamento das expressões
da questão social “[...] por meio das políticas públicas, das políticas de
formação e gestão de recursos humanos – nas instâncias da produção
material, na circulação de mercadorias e distribuição da riqueza – e dos
processos de luta e resistência das classes subalternas.”
Desta forma, o bacharel em Serviço Social deverá ser portador de
conhecimentos sobre as políticas públicas existentes para a questão racial
brasileira, pois ao concluir o curso e, posteriormente, na prática interventiva
será o interlocutor das informações a serem perpassadas para a comunidade
negra. Estas ações poderão legitimar ou embargar os direitos sociais, políticos
e culturais apreendidos pela população em estudo. Entende-se que muitos
deles ainda desconhecem seus direitos e a maneira de acessá-los. Assim, qual
é o papel do assistente social, frente a está demanda? Segundo, a estudiosa
Marilda V. Iamamoto, (2007, p. 222):
Pensar o projeto profissional supõe articular uma dupla dimensão: de
um lado, as condições macrossocietárias, que estabelecem o terreno
sócio-histórico em que se exerce a profissão, seus limites e
possibilidades; e, de outro, as respostas sócio-históricas, éticopolíticas e técnicas de agentes profissionais a esse contexto, as quais
traduzem como esses limites e possibilidades são analisados,
apropriados e projetados pelos assistentes sociais.
Parafraseia-se Iamamoto ao reportar à importância do construto
histórico, do estudo, da compreensão da dimensão política, social, econômica
e cultural construída ao longo do tempo para o exercício e sistematização da
prática profissional, sendo está dotada de criticidade à realidade da população
brasileira; ao polarizar que a profissão rebate concepções exploratórias
presentes na égide capitalista, que impõe a tendência da premissa neoliberal,
cogitando o individualismo, a competição, a privatização, as ações meramente
fragilizadas e reificadas. Porém, é notório informar que:
A regulamentação legal do projeto da profissão se materializa no
Código de Ética Profissional do Assistente Social (1993), na Lei da
Regulamentação da Profissão de Serviço Social (Lei n.8662/93) e na
proposta das Diretrizes Curriculares para a Formação Profissional em
Serviço Social (ABEPSS, 1996; MEC-SESu/CONESS, 1999) apud,
(IAMAMOTO, 2007, p. 224).
A formação profissional respalda-se no projeto da profissão, que possui
aparatos legais que dão suporte formal/legal ao trabalho interventivo dos
assistentes sociais brasileiros. A Lei nº. 8.662/93, que regulamenta a profissão,
é considerada a base, o cerne, que sustenta, concede visibilidade e
credibilidade ao desempenho da prática profissional do assistente social, o
Código de Ética impõe respeito ao usuário do Serviço Social e as Diretrizes
Curriculares uniformizam e padronizam a formação dos profissionais
brasileiros. Assim, o assistente social deverá pespontar sua atuação
prática/teórica coesa as definições dispostas para os negros brasileiros,
previstas na Lei 8.662/93 (CODIGO DE ÉTICA DO/A ASSISTENTE SOCIAL,
2012), se detendo no artigo 4º que retrata as competências profissionais.
A propósito entende-se que o assistente social, ao término da
graduação, está apto para atender as mais diversificadas expressões da
questão social, realizando avaliações socioeconômicas e propondo estratégias
que dêem autonomia social e política aos usuários. Diante de tal entendimento,
lançaremos nas próximas linhas o Código de Ética e as Diretrizes Curriculares,
demonstrando que o projeto ético político do assistente social atenta para as
questões sobre “pluralidade e diversidade”, sendo estes prementes na vida
cotidiana dos afro-brasileiros.
O Código de Ética dos assistentes sociais aprovado em 1993 determina
quais condutas são permitidas na relação assistente social e usuário. Seus
capítulos e artigos normatizam a prática profissional, porém digo que todos os
princípios fundamentais se atêm a temática, devendo ser a base para o
atendimento em questão.
A exemplo do Código de Ética, a versão das Diretrizes gerais para o
Curso em Serviço Social de 1996 foi oficializada e proposta pela Associação
Brasileira de Ensino de Serviço Social (ABESS) que paramenta, tece os elos
que são indissociáveis dos itens já explicitados, que coesos aos Projetos
Pedagógicos das Unidades de Ensino protagonizarão ensino de qualidade,
abarcando conteúdos que lhes sejam inerentes.
Este documento expressa que o processo formativo do assistente
social deverá estar articulado à contemporaneidade, segundo sistematizações
que busquem a qualidade do ensino em Serviço Social no Brasil. Entretanto,
como pensar a formação profissional? Deve pensá–la a partir do projeto
pedagógico, e/ou da formação inicial.
O projeto pedagógico define, portanto, as ações educativas e as
características necessárias ao cumprimento dos propósitos e
intencionalidades do curso, tendo a ver, assim tanto, com a
organização do curso como um todo, como do trabalho pedagógico na
globalidade. É projeto político porque estabelece e dá sentido ao
compromisso com a formação do cidadão e da pessoa humana para
um tipo de sociedade, revelando portanto, a intencionalidade da
formação com os compromissos deste profissional com um tipo de
sociedade (SILVA, 1998, p. 21).
Os compromissos e a intencionalidade da formação decorreram do
“Movimento de Reconceituação”, das discussões, no rompimento das barreiras
institucionais, articulada aos planejamentos dos cursos de graduação em
Serviço Social. Deve-se, levar em consideração, o resultado desta base
formativa. Será uma formação autônoma? Retrógrada? Democrática? O que
desejamos? Competência profissional?
Este desenho ou projeção profissional correspondem às ações préestipulas pela Associação Brasileira de Ensino em Serviço Social e Centro de
Documentação e Pesquisa em Políticas Sociais e Serviço Social (ABESSCEDEPSS), órgão inspirador das normatizações de ensino e pesquisa em
Serviço Social no Brasil. A ABESS em 1993 “[...] deliberou sobre os
encaminhamentos da revisão do currículo mínimo vigente desde 1982 (Parecer
CFE nº412, de 4/8/1982 e Resolução nº6, de 23.9.82).” (ASSOCIAÇÃO
BRASILEIRA DE ENSINO DE SERVIÇO SOCIAL, 1997, p. 58).
Iamamoto (2004, p.169) ao se referenciar a revisão do currículo mínimo
destaca-se que houve uma preocupação com a qualidade na formação,
segundo os debates contemporâneos, que sejam capazes de se construir um
diálogo crítico, capaz de formular propostas profissionais no campo das
políticas sociais. A preocupação perpassa pelo movimento histórico premente a
partir de 1973, que desestruturou o modelo Keynesiano de regulação da
economia, diante do processo de acumulação do capital. Momento este que
“acolhe” a entrada da ideologia neoliberal, que trouxe vários reflexos negativos
para a categoria trabalho.
Diante da necessidade da introdução do currículo mínimo, os
pressupostos da formação profissional, se expressam em tópicos, que
redundam em itens que demonstram a base interventiva do assistente social, a
relação do Serviço Social com a questão social e o agravamento desta. Para
(IAMAMOTO, 2000, p.203) “[...] o desafio pedagógico central está em articular
elementos teórico-metodológicos e históricos, transmitidos e aprofundados no
decorrer de várias disciplinas do curso, resgatando-os e aprofundando-os em
função da explicação e do encaminhamento práticos de situações particulares
e singulares [...]”.
Segundo o tema em estudo, dos onze princípios que fundamentam a
profissão (ABESS, 1997, p.61-62) destaca-se o item que mais se aproxima da
discussão sobre a comunidade negra no processo formativo, sendo: “[...] 9.
Exercício do pluralismo como elemento próprio da natureza da vida acadêmica
e profissional, impondo-se o necessário debate sobre as várias tendências
teóricos, em luta pela direção social da formação profissional, que compõem a
produção das ciências humanas e sociais; [...]”
As diretrizes curriculares (ABESS, 1997, p.62) definem a capacitação
teórico-metodológica, ético-política e técnico-operativa para se ter uma:
1.Apreensão critica do processo histórico como totalidade; 2.
Investigação sobre a formação histórica e os processos sociais
contemporâneos que conformam a sociedade brasileira [...] 3.
Apreensão do significado social da profissão [...] 4. Apreensão das
demandas – consolidadas e emergentes – postas ao Serviço Social via
mercado de trabalho, visando a formular respostas profissionais que
potenciem o enfrentamento da questão social [...] 5. Exercício
profissional cumprindo as competências e atribuições previstas na
legislação profissional em vigor.
Os debates ideológicos deste artigo estão articulados a preocupação
com a prática interventiva, prevista nos (ABESS, 1997, p.63) “[...] núcleos de
fundamentação constitutivos da formação profissional. São eles: 1.núcleo de
fundamentos teóricos metodológicos da vida social; 2. núcleo de fundamentos
da formação sócio-histórica da sociedade brasileira; 3. núcleo de fundamentos
do trabalho profissional.”
José B. da Silva (2004, p.58) em sua pesquisa de mestrado na
Universidade Federal Fluminense buscou coletar dados sobre a formação do
assistente social, segundo a questão do negro na realidade brasileira,
questionando: Como os discentes lidam com este assunto? Para (SILVA, 2004)
de 1948-2002, dos 1.237 trabalhos de conclusão de curso defendidos na UFF,
apenas 06 discutiram a situação dos negros.
Em sua dissertação, o pesquisador demonstra uma citação referente a
um trabalho de conclusão de curso que define a fragilidade entre a questão do
negro e a formação profissional na UFF. “[...] Nessa trajetória, percebi que o
assistente social trabalha com a população negra sem ao menos ter
conhecimento de sua história, de sua cultura e dos seus problemas... (PINTO,
ob.cit., p.23), apud (SILVA, 2004, p.58)”.
Ainda neste estudo, o pesquisador (SILVA, 2004, p.58) discorre que
mesmo os discentes demonstrando nos tcc’s que estudaram variados
assuntos, estes não compreendem a questão racial enquanto causa para os
objetos de suas pesquisas. Neste óbice questionamos: Como introduzir está
temática para a formação profissional?
2-POLÍTICAS PÚBLICAS, AFROBRASILEIROS
ASSISTENTE SOCIAL: APREENSÕES
E
ATUAÇÃO
DO
Assim, declaramos que a temática sobre a comunidade negra faz-se
importante para a formação dos profissionais assistentes sociais, pois se sabe
que os africanos foram e continuam sendo indissociáveis do construto histórico,
econômico, cultural, social e político deste país. O coro, a voz desta população
transparece através dos movimentos sociais, das reivindicações que os
acompanharam desde o desembarque dos navios negreiros até atualidade.
“[...] Enquanto escravos, porém, eles construíam a única força oposta ao
sistema que, exercendo uma ação subversiva constante, exigia a reação
permanente de um aparato repressivo. [...] (RIBEIRO, 1995, p.278).”
O Movimento Negro é uma organização política que cumpre o papel de
explicar a contradição étnica no cenário brasileiro. Assim, também é
uma forma de organização social que luta e procura articular o
desenvolvimento da democracia e da cidadania da sociedade
brasileira, bem como a formação de cidadãos conscientes e
questionadores das desigualdades sociais e étnicas. (GOMES &
JÚNIOR CUNHA, 2008, p.38)
Estas manifestações que visualizaram a introdução dos direitos sociais
eclodem, sendo expressos: o Estatuto da Igualdade Racial, a Seppir, as
Conferências/Conselhos de Participação da Comunidade Negra (Federal,
Estaduais e Municipais), a Lei 10.639, cota de ações afirmativas para
universidades e concursos públicos.
Entendemos que estas abordagens devam ser estudadas, analisadas e
observadas ainda na formação acadêmica, pois são instrumentos entendidos
enquanto políticas públicas reparatórias para os negros brasileiros. O
profissional ao compreender que tais documentos contêm meios que podem
“emancipar/libertar” os afro-brasileiros despirá do olhar paliativo desdenhado
nos programas sociais.
Comprometido com o projeto ético político profissional, os assistentes
sociais deverão compreender que no desenrolar do processo histórico os
negros conquistaram direitos; direitos que não estão sendo incutidos
teoricamente aos discentes nos cursos regulares de Serviço Social. Neste
óbice, propõem-se que os alunos tenham acesso a compreensão das
conquistas, apontando que o Estatuto da Igualdade Racial equipara-se ao ECA
– Estatuto da Criança e Adolescente, ao Estatuto do Idoso e etc.
Compreende–se que o graduando terá acesso aos rebatimentos
contemporâneos que os norteiem para o princípio da “democracia racial”.
Segundo Jaccoud apud (THEODORO, 2008, p.58) em 2003 institui-se a
SEPPIR – Secretaria Especial de Políticas de Promoção da Igualdade Racial,
órgão público responsável pela proposição de políticas públicas para os afrobrasileiros. Na esfera federal, tem-se:
[...] i) Programa de Combate ao Racismo Institucional (PCRI); ii) ações
afirmativas de promoção de acesso ao Ensino Superior; iii) ações de
implementação da Lei no 10.639/2003, que estabelece a
obrigatoriedade da inclusão no currículo do Ensino Básico do estudo da
História e da Cultura Afro-Brasileira; iv) Programa de Promoção da
Igualdade de Oportunidades para Todos, do Ministério Público do
Trabalho (MPT)(JACCOUD, apud, THEODORO, 2008, p.140-141).
Ainda orientados pela busca pela igualdade racial, em 2011 o governo
federal em parceria com a ONU (Organização das Nações Unidas) lança a
Guia de Orientação das Nações Unidas no Brasil, que traz em suas quarenta e
três páginas orientações para denúncias de preconceitos, sendo uma conquista
do povo negro.
Compreende-se que estas conquistas vieram para “corrigir” os erros
cometidos pelos nossos antepassados no final do século XIX, quando se
lançou nas ruas um contingente populacional, como disse Fernandes (1965),
despreparado para integrar-se à sociedade de classes. “[...] Os senhores foram
eximidos da responsabilidade pela manutenção e segurança dos libertos, sem
que o Estado, a Igreja ou outra qualquer instituição assumissem encargos
especiais, que tivessem por objeto prepará-los para o novo regime de
organização da vida e do trabalho [...]” (FERNANDES, 1965, p.01).
Em 2011 Paulo Daniel no texto: “A população negra brasileira” segundo
o (Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada) que publicou uma pesquisa
intitulada: A Dinâmica Demográfica da População Negra Brasileira, com bases
no Censo 2010, aponta que mesmo após a introdução de políticas públicas, a
ascensão dos negros encontra-se em processo, devido à perpetuação da
ausência de oportunidades no mercado de trabalho. O autor considera que:
Na medida em que o debate da identificação racial ganha às páginas
dos jornais e a sociedade vê que é um tema legítimo; na medida em
que negros são apresentados nas telenovelas como personagens
poderosos e não apenas empregados domésticos; na medida em que
negros são vistos, como por exemplo, compondo o Supremo Tribunal
Federal e ocupando os mais diversos cargos na política; na medida em
que o Movimento Negro sai da marginalidade e ocupa espaços no
debate político, a identidade negra sai fortalecida, não é que o Brasil
esteja tornando-se uma nação de negros, mas, está se assumindo
como tal. (DANIEL, 2011, p. 02).
Ao término deste artigo, que traduz a importância do assistente social
receber uma formação atrelada à realidade social brasileira, de acordo com os
dados coletados, que primam pelo estudo étnico racial, indagamos: “Outra
realidade é possível?”
3-CONSIDERAÇÕES FINAIS
Conclui-se que outra realidade é possível, considerando-se as propostas
curriculares oriundas da ABESS; lembrando-se que também é matéria do
Serviço Social informar o usuário sobre seus direitos e, dinamizar as formas de
acessá-los. Compreende-se que o projeto ético político do assistente social
ainda prevê a participação dos profissionais em movimentos sociais,
Conselhos/Conferências nos três âmbitos gestores, para buscar a interlocução
com outros setores e profissionais em prol da minimização das injustiças entre
as minorias sociais, inclusive dos afro-brasileiros.
Precisam-se oferecer conteúdos sobre contexto histórico precedente e
contemporâneo dos negros já na fase formativa do bacharel em Serviço Social,
a exemplo da introdução da Lei 10.639/2003 (BRASIL, 2003, online) que prevê
a inclusão da História da África e cultura dos afrodescendentes em todo
currículo escolar do ensino fundamental e médio.
Enfim, espera–se desmarginalizar nosso olhar e o da sociedade sobre
as condições do negro, através de debates que reflitam sobre a desconstrução
do “mito da democracia racial”, segundo o provérbio português: “quem muito
fala, pouco faz26, que se perfaz numa imagem “deformada” do negro,
considerando-o “inerte”, em detrimento aos direitos adquiridos, nutrindo-se a
importância do assistente social para a temática.
4 - REFERÊNCIAS
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26
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<http://unesdoc.unesco.org/images/0021/002140/214091por.pdf> Acesso em
27 de out. de 2012.
GLOBALlZAÇÃO, FORMAÇÃO PROFISSIONAL E QUESTAO SOCIAL:
IMPLlCAÇÓES PARA O SERVIÇO SOCIAL BRASILEIRO.
Maria das Graças Rodrigues Mendes*
Ana Karina da Silva Alves
Érica Maria Santiago
Flávia Rebecca Fernandes Rocha
Irinéia Raquel Vieira
Sara Rebeca da Mota Salesl.
RESUMO:
Este artigo prop5e reflex5es sobre a forrnacáo profissional em servíco Social
no Brasil e a questáo social no cenário de transtormacóes societárias no
processo de qlobalizacáo do capital. A questáo social enquanto eixo central da
torrnacao profissional em Servic;o Social no Brasil requer compreender tais
processos, por trazer para a profissáo novas demandas as práticas
profissionais, aos processos da torrnacao profissional e a orqanizacáo dos
sujeitos da profissáo, Utilizamos como aportes metodológicos a abordagem
qualitativa, e as pesquisas bibliográfica e documental. Os tópicos abordam o
processo de qlobalizacáo e as transforrnacñes nas sociedades
contemporáneas: a torrnacáo profissional dos assistentes sociais no Brasil e a
questáo social e as trnplicacoes para o servíco Social brasileiro na opcao
política da categoria profissional em seu projeto profissional e societário.
Palavras-chave: Globalizac;ao.
Profissional. Questño Social.
servíco
Social
brasileiro.
Formação
* Assistentes Sociais, mestrandas em servíco Social, Trabalho e Questáo Social pela UNIVERSIDADE
EST ADUAL DO CEARÁ (UECE) e bolsistas da Coordenacác de Aperteicoamento de pessoal de nível
superior (CAPES) e Fundacáo Cearense de Apoio ao Desenvolvimento Científico e Tecnológico FUNCAP.
E-mails:[email protected];
[email protected];
[email protected];
[email protected];
[email protected];
[email protected]
1.- INTRODUÇÃO
1. Introdução
O Brasil é afetado diretamente pelos processos de globalização dos
mercados e o avanço do Neoliberalismo. O país vive um momento de
redefinição,
aprofundaram
decorrente
ainda
dos
mais
rearranjos
as
diferenças
políticos
e
internacionais,
desigualdades
que
incidindo
principalmente o mundo do trabalho, com a reestruturação produtiva e os altos
índices de desemprego que flexibilizam e precarizam os vínculos de trabalho.
Observamos também a redução das responsabilidades do Estado sobre a
Seguridade Social e os direitos sociais da população, um Estado mínimo para o
social e máximo para o capital.
O presente artigo pretende fazer uma reflexão teórica acerca das
categorias Globalização, Formação profissional e Questão Social, como
temáticas intensamente discutidas no Serviço Social, objeto de formulação
teórica, metodológica e política da profissão. A questão social enquanto eixo
central da formação profissional em Serviço Social no Brasil requer o estudo e
esforço de compreender a articulação destes processos haja vista sua
incidência sobre os processos da formação profissional e à organização dos
sujeitos da profissão na realidade brasileira. Utilizamos para elaboração deste
texto, a abordagem qualitativa, e as pesquisas bibliográfica e documental.
2. O processo de globalização e as transformações nas sociedades
contemporâneas.
Nos processos de globalização um dos traços marcantes, por exemplo,
desta nova configuração da economia é a primazia total das empresas
multinacionais como agentes do “mercado global” (SOUSA SANTOS, 1997). A
Globalização, como conceito sociológico e/ou categoria utilizada pelas ciências
sociais para entendimento dos novos processos e formas de organização das
relações sociais em esfera mundial, é muito recente. Pode ser datada nos anos
80 e 90, como prática e evidencia transformações e metamorfoses intensas no
pós-guerra fria27. Assim, a globalização constitui-se num fenômeno amplo de
padronização de valores, de costumes e de consumo em esfera mundial; com
isso, o que Ianni (1997) denominou de produção e reprodução socialmente
contraditória, desigual e combinada do capital e dos valores culturais e
espirituais em esfera global se concretiza. Há uma concepção de trocas, fixos e
fluxos, submete o Estado aos interesses transnacionais, sejam produtivos ou
especulativos, em nome da “modernização do país”.
A intensificação do capital em um determinado espaço, artificializando as
relações sociais e excluindo mais do que incluindo populações vulneráveis28,
nos leva à reflexão de que em um mundo globalizado marcado e fundamentado
na informação como império, temos no processo histórico (contemporâneo).
Santos (1999). Desta forma haveria a coexistência de três mundos possíveis
em um só: o da aparência, que tomou forma de “verdades”, dada a repetição
(mais midiática nas nações do mundo) com representações simbólicas de
“grande aldeia”, sob domínio do inglês. O segundo seria o mundo
materialmente dado, com as grandes disparidades da globalização na perda da
qualidade de vida e no aumento da pobreza; e por fim, temos o terceiro: o
mundo com seu potencial, ou seja, a globalização possível ou outra
globalização
condicionada
ao
assentamento
de
outros
paradigmas
econômicos, político-institucionais e éticos, lastreados por uma autêntica
cultura de paz (SANTOS, 1991).
Dentro da perspectiva econômica, Cano (2000) afirma que a
globalização está ligada a uma orientação neoliberal que traria o aumento da
dependência
financeira
da
economia
nacional.
Para
os
autores,
o
neoliberalismo como uma orientação política reinante na década de 90, tanto
27
Esse processo de integração econômica e cultural em esfera global tem sido um fator
preponderante em todo o século XX, porém alguns marcos merecem destaque, um deles é o já
mencionado no texto supra e o outro para nos atermos a apenas dois destes momentos é o fim
da Guerra Fria com a dissolução do bloco soviético e a intensificação e extensão do
desenvolvimento capitalista.
28 Esse processo foi marcado historicamente pela base territorial como o espaço no qual o
homem se insere ao mesmo tempo de forma harmoniosa e conflituosa com a natureza. Nesse
sentido, o longínquo e o próximo, o mundial e o local passariam a compor a nova redefinição
das relações sociais de subordinação e/ou hegemonia no espaço e no tempo (SANTOS, 1999).
nos países centrais, quanto nos periféricos, é um mal distribuidor de riqueza e
mau gerador de emprego29:
Dentre as alterações geradas pelo processo de globalização bem como
seus
desdobramentos
político-econômicos,
o
caso
da
influência
do
neoliberalismo na América Latina temos como marco o “Consenso de
Washington”
30
. A América Latina, nos anos de 1990, tornou-se bastante
disponível para a expansão dos fluxos internacionais de bens, serviços e
capital; para o acirramento da concorrência nos mercados internacionais e para
a maior integração entre os sistemas econômicos nacionais, (GONÇALVES,
1998).
Mas, a América Latina se constituiu em um espaço cuja história colocou
limitações e podemos destacar: a vulnerabilidade externa, o atraso tecnológico,
ausência de uma infraestrutura, a crise fiscal do Estado e o alto endividamento
externo etc. (AYERBE, 1998). Para o Brasil, em particular, as estratégias
recomendadas no Consenso de Washington foram estas:
a) a rápida privatização das empresas estatais (federais e estaduais),
principalmente as de caráter estratégico (tais como telecomunicações
e energia) para compor “caixa” para o pagamento das dívidas externa
e interna;
b) as reformas constitucionais – sobretudo na área fiscal – para
redução dos impostos sobre os capitais privados;
c) a desregulamentação dos aspectos econômicos em todas as
instâncias;
d) a flexibilização dos direitos trabalhistas;
e) a redução dos investimentos estatais em políticas públicas básicas,
e
29 Mais de oitenta por cento da população mundial vivem em condições de pré-modernidade
nos países do Sul periférico. Por outro lado, menos de vinte por cento da população planetária
vivem nos países centrais, que detêm aproximadamente vinte por cento da renda. No caso da
América do Sul, o montante de transferência de renda é da ordem aproximada de 14 bilhões de
dólares-ano. Eis o quadro da impossibilidade histórica de uma solução democrática dentro das
leis do mercado capitalista, fato que aumenta a complexidade do dilema democrático
(PACHECO, 1997, p. 116).
30
Esse foi um plano de ajustamento das economias periféricas, endossado pelo FMI e pelo
BIRD para ser adotado nos países do Sul (FIORI, 1995).
f) as reformas no aparato burocrático do Estado, a fim de reduzir
gastos em geral, incluindo aquelas em recursos humanos (SAUER,
2002).
As Reformas implicaram em novos arranjos político-institucionais, para
se ajustarem a novos desafios, visando à sinergia maior com as orientações
econômicas internacionais e redefinindo o ‘mundo’ do trabalho no final do
século XX. Tais fatores influíram diretamente na integração dos mercados,
agora numa lógica espacial multilateral de um “Estado mínimo” 31.
Esse cenário para Dowbor (1995) acresce a interpretação acerca do que
ele denomina de “barbárie da acumulação” desse período, ou seja, a
capacidade de aumentar a acumulação e a concentração da miséria, acirrando
mais ainda as diferenças entre a miséria/pobreza e a riqueza concentrada,
elementos que vão dar um caráter cada vez mais multifacetado à questão
social.
3. A formação profissional dos assistentes sociais no Brasil, a questão
social e as implicações para o Serviço Social brasileiro, na opção política
da categoria profissional em seu projeto profissional e societário.
Enquanto proposta consolidada pela categoria, o projeto de formação
profissional do assistente social é um dos documentos que expressam o
projeto ético-político, resultado de um longo movimento de construção coletiva
da categoria profissional. O surgimento do Serviço Social como profissão está
vinculado, desde o seu princípio, à questão social oriundas da contradição
entre capital e trabalho32.
31 A ideia do “Estado mínimo”, requeria uma nova forma de atração das Economias Satélites às
nações hegemônicas, com redefinições no papel do Estado, nos aspectos institucionais e
regulatórios. Configurou-se a exigência de um “Estado mínimo, porém forte”, ou seja, um
mínimo de intervenção e com uma forte atuação reguladora com a formulação de arranjos
institucionais (dentre os quais, os de caráter político partidário) para incentivar o mercado. 32 A primeira expressão da questão social advém do pauperismo decorrente dos impactos da
primeira onda industrializante (NETTO, 2001), com destaque a partir do último quartel do
século XIX, período em que o capitalismo experimenta profundas modificações no seu
ordenamento e na sua dinâmica econômica, com incidência na estrutura social e nas instâncias
políticas das sociedades o desenvolvimento do capitalismo imperialista visava à urgência de
viabilizar um objetivo primário: o acréscimo dos lucros capitalistas através de controles de
mercado. (NETTO, 1992).
Segundo Netto (2001), há cinco momentos historicamente importantes
para compreender a questão social. Dessa maneira, a primeira delas é que a
expressão “questão social” surge para dar conta do pauperismo decorrente dos
impactos da primeira onda industrializante, e relacionava-se diretamente aos
seus desdobramentos sociopolíticos, a partir da metade desse século, de
acordo com a segunda nota do autor, a expressão “questão social” entra para o
vocabulário do pensamento conservador33.
A terceira nota destaca que foi apenas em 1867 com o livro “O capital”,
de Karl Marx, que se produziu uma compreensão teórica acerca do processo
de produção do capital, relevando a anatomia da questão social. Na quarta
nota Netto expõe que no período do Welfare State (1945-1970), período dos
trinta anos gloriosos, a questão social e suas manifestações pareciam remeterse ao passado, e apenas os marxistas insistiam em assinalar que as melhorias
das condições de vida dos trabalhadores não alteravam a essência exploradora
do capitalismo34. Por fim, na última nota, Netto defende que não se trata de
uma nova questão social uma vez que a emergência de novas expressões da
questão social35 é decorrente da ordem do capitalismo.
Em consonância a esse pensamento, Iamamoto (2010) aponta que a
questão social é indissociável da sociabilidade capitalista e que esta
condensaria então o conjunto das desigualdades e lutas sociais, produzidas e
reproduzidas no movimento contraditório das relações sociais, tendo alcançado
a plenitude de suas expressões e matizes em tempo de capital fetiche.
33
Com o caráter de urgência para manutenção e a defesa da ordem burguesa, a questão social
perde paulatinamente sua estrutura histórica determinada e é crescentemente naturalizada,
tanto pelo pensamento conservador laico como no do confessional, no primeiro as
manifestações da questão social eram vistas como características inelimináveis, de toda e
qualquer ordem social e para amenizá-las e reduzi-las era preciso uma intervenção política
limitada, enquanto que para o segundo, a gravitação da questão social só era possível com
uma exacerbação da vontade divina. Assim, para ambos, a questão social é objeto de ação
moralizadora, o enfrentamento de suas manifestações deve ser função de um programa de
reformas que preserve a propriedade privada dos meios de produção.
34
Já a partir da década de 1970, com o esgotamento da onda longa expansiva, o capitalismo
mostrou que não havia nenhum compromisso social, e a intelectualidade acadêmica descobriu
uma nova questão social.
35
Robert Castel, sociólogo e filosofo francês, em seu texto “As metamorfoses da questão
social”, de 1998, assinala que a “questão social” é uma aporia fundamental sobre a qual uma
sociedade experimenta o enigma de sua coesão e tenta conjurar o risco de sua fratura. Numa
mesma linha de pensamento, Rosanvallon (1998) ressalta que as transformações
contemporâneas decorrentes da crise da década de 1970, fez surgir uma nova questão social,
em suas análises dos sistemas seguradores, e do Estado-providência que quase conseguiu
vencer a antiga insegurança social e vencer o medo do futuro.
A formação profissional enquanto processo permanente de qualificação
e atualização deve ser um projeto elaborado coletivamente, articulado, e
comprometido com a definição de que profissional se pretende formar; para
que formar e para quem formar (Abepss/Cedepss, 1997). Nessa perspectiva,
as pesquisas sobre a formação profissional necessitam ser fortalecidas no
contexto em que as metamorfoses no mundo do trabalho incidem para além de
competência técnica em lidar com a questão social. O projeto de formação aqui
tratado coloca a sua responsabilidade, contemporaneidade e potencialidade
face aos desafios que emergem para a graduação em Serviço Social36.
Para Abramides (2006) as Diretrizes Curriculares de 1996 são a
referência da formação profissional articulada ao exercício profissional e
buscam a direção estratégica da profissão, que implica em mediações políticas,
teóricas, culturais, éticas e técnico-operativas que articulem o projeto
profissional à conjuntura nacional e ao mercado de trabalho, onde se efetivam
as reais condições de trabalho do assistente social.
Essa perspectiva que articula a profissão à realidade envolve a definição
da questão social como eixo central da formação profissional, pois isso
pressupõe compreender a vinculação da profissão com as novas configurações
da questão social, no interior do processo de reprodução da relação entre
capital e trabalho” (ABESS/CEDEPSS, 1996, p.149). Assim, o trabalho do
assistente social é a expressão de movimento que articula conhecimentos, luta
por espaços no mercado de trabalho, competências e atribuições privativas,
com base nos marcos regulatório do exercício profissional (regulamentação
profissional, Código de Ética, Diretrizes Curriculares da formação profissional),
e o projeto ético‑político é o aporte que configura a direção social ao trabalho
profissional pois, inserida na divisão do trabalho, a profissão Serviço Social
atua nos âmbitos da produção material e reprodução ideológica da vida social e
intervêm de forma continuada e estratégica sobre os reflexos da questão
social.
36 Podemos dizer que na formação profissional, o que se põe em discussão é o próprio perfil
do profissional que se pretende assegurar: um técnico treinado para intervir num campo de
ação determinado com a máxima eficiência operativa, ou um intelectual que, habilitado para
operar numa área particular, compreende o sentido social da operação e a significância da
área no conjunto da problemática social (NETTO, 1996, p.125-6).
4. Conclusões.
Sobre a globalização, como um processo determinado historicamente,
pode-se afirmar que por meio dela muitas evidências foram levantadas para
que as lideranças políticas no Brasil pactuassem com os atores e grupos
hegemônicos da sociedade brasileira, a fim de incorporarem as reformas por
ela veiculadas, dentre elas, a privatização dos setores de infraestrutura, por
exemplo.
O desenvolvimento do Serviço Social no Brasil, no Século XX,
representa indiscutivelmente um giro de seu projeto profissional na direção de
uma tradição de pensamento fundada no materialismo histórico enquanto
referencial teórico hegemônico, que indubitavelmente requisita uma prática
política contestatória e crítica. O Serviço Social, enquanto profissão, se
constitui a partir das dimensões [indissociáveis] técnica e teórico-metodológica,
que se articula a seu caráter interventivo no trato das expressões da questão
social, o que implica também uma orientação ético-política articulada a uma
práxis social crítica pautada no projeto ético-político (o projeto profissional).
Sendo assim, a direção social que foi construída ao longo desse processo tem
que ser cotidianamente defendida e (re)afirmada como uma opção política e
teórico-metodológica por seus sujeitos.
Para Barroco (2008) a defesa dos princípios que balizam o projeto éticopolítico do Serviço Social não podem assumir um caráter liberal conservador ou
interpretações ideologizadas e frequentemente utilizadas para justificar um
reformismo social, pois, para o pensamento liberal, princípios como liberdade,
justiça social e democracia significam
considerar a igualdade entre os
indivíduos como mero fundamento jurídico, em detrimento da contradição das
relações sociais fundadas na exploração do trabalho.
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desenvolvimento. São Paulo: Paz e Terra, 2002, p.117-226.
SOUSA SANTOS, B. Pela mão de Alice: o social e o político na pósmodernidade. São Paulo: Cortez, 1997.
A EXTENSAO UNIVERSITÁRIA COMO POTENCIAL PARA A FORMAÇAO
DO ASSISTENTE SOCIAL.
Maria das Gracas Rodrigues Mendes*
Ana Paula Silveira de Morais Vasconcelos
Eveline de Sousa Landim
Jéssica Araújo de Carvalho;
Régia Maria Prado Pinto
Thacyana Karla de Araújo Ferreira
Thais Cristine de Queiroz Costal.
Resumo
o presente artigo propõe uma reflexáo sobre a extensáo universitária como
espaco de tormacao articulada com a prática profissional. Usamos como
experiencia o Programa de Educa<;ao pelo Trabalho para a Saúde - PETSaúde, este se caracteriza como instrumento de qualificacáo em servico para
estudantes dos cursos de qraduacao da área da saúde. Apresentaremos as
acoes do PET -Saúde realizadas pelos docente e discente da Universidade
Estadual do Ceará em parceria com a Coordenadoria de Gestao do Trabalho e
Educacáo na Saúde (Cogets). Esse programa se apresenta como espaco de
articulacáo entre ensino, servico e comunidade na busca de mudanca na
torrnacáo dos profissionais ainda em torrnacao e aquele já graduados. O
objetivo é socializar a experiencia vivencia da por estes estudantes através da
insercáo precoce nos servicos de saúde e nas comunidades fortalecidos pelo
processo de ensino-aprendizagem em servico, A metodologia utilizada foi
abordagem qualitativa, observacao participante e pesquisas bibliográfica e
documental.
Palavras Chaves:
Interdisciplinaridade.
Servico
Social.
Saúde.
Forrnacao
profissional.
* Assistentes Sociais, mestrandas em servíco Social, Trabalho e Questáo Social pela UNIVERSIDADE
EST ADUAL DO CEARÁ (UECE); bolsistas da Coordenacáo de Apertelcoarnento de pessoal de nível
superior (CAPES) e Fundacáo Cearense de Apoio ao Desenvolvimento Científico e Tecnológico FUNCAP.E-mails:[email protected];
[email protected]
;
[email protected]; [email protected]
[email protected];
[email protected] ; [email protected]
O Sistema Único de Saúde constitui-se a partir da promulgação da
Constituição Federal Brasileira em 1988. Além de reconhecer a saúde como
um direito de todos e dever do estado determinou que este fosse o responsável
pela formação dos seus recursos humanos.
O Programa Nacional de Reorientação da Formação Profissional em
Saúde (Pró-Saúde) constitui-se como uma iniciativa do Ministério da Saúde, da
Secretaria de Gestão do Trabalho e da Educação na Saúde (SGTES) em
parceria com o Ministério da Educação, com o Instituto Nacional de Estudos e
Pesquisas educacionais Anísio Teixeira (INEP) e apoio da Organização PanAmericana de Saúde (OPAS) na direção de atender aos preceitos
constitucionais de reorientar a formação para o SUS e fazendo-o ainda na
graduação.
O referido programa tem como objetivo integrar ensino-serviço,
reorientando a formação profissional por meio de uma abordagem integral do
processo saúde-doença, nos três eixos: orientação teórica, cenários de prática
e orientação pedagógica com ênfase na atenção primária (BRASIL, 2007).
O programa acima referendado foi regulamentado pela Portaria
Interministerial MS/MEC nº 2.101, de 03 de novembro de 2005, contemplando,
inicialmente, os cursos de graduação das profissões de nível superior que
compõem as equipes de Saúde da Família e de Saúde Bucal da Estratégia de
Saúde da Família, que são: Enfermagem, Medicina e Odontologia. Com a
publicação da Portaria Interministerial MS/MEC nº 3.019, de 27 de novembro
de 2007, o programa ampliou-se para os demais cursos de graduação da área
da Saúde.
Em consonância com o pensamento de Ceccim; Feuerwerker (2004),
observamos que apesar das iniciativas de mudanças a formação dos
profissionais de nível superior ainda segue modelos “essencialmente
conservadores”. Ainda em consonância com esses autores, reconhecemos que
Ministério da Saúde percebe a necessidade de reorientação da formação de
saúde, para a qualificação da gestão, da atenção e do controle social.
Acrescentamos que a referida instituição vem implantando estratégias de
superação desse modelo de formação ultrapassado e que não atende as
necessidades do SUS.
O Programa de Educação pelo Trabalho para a Saúde, o PET-SAÚDE,
caracteriza-se como instrumento de qualificação em serviço para estudantes
dos cursos de graduação, que precocemente tem contato com o sistema
público de saúde podendo assim orientar sua formação para o mesmo e de
forma a atender suas demandas.
O Programa de Educação pelo Trabalho para a Saúde – PET foi
implementado em 2009 através da Portaria Interministerial nº 1.802 de 26 de
agosto de 2008. O mesmo tem como uma das propostas promover a formação
de grupos e equipes de aprendizagem para o desenvolvimento de áreas
estratégicas no âmbito da política de saúde, mas para potencializar a relação
ensino-aprendizagem faz-se necessário uma importante ferramenta: a
interdisciplinaridade.
Esse programa é executado no modelo de extensão universitária
complementando o tripé ensino e pesquisa da graduação. A Extensão tem o
papel de fazer o aluno ultrapassar os muros da Universidade e conhecer a
realidade na qual irá atuar após sua formação.
Na Cidade de Fortaleza, as ações do PET-Saúde são realizadas através
da parceria entre as seguintes instituições: Universidades Estadual do Ceará UECE; Universidade Federal do Ceará - UFC; e da Universidade de Fortaleza
– UNIFOR, com a Coordenadoria de Gestão do Trabalho e Educação na
Saúde (Cogets) é um órgão da Secretaria Municipal de Saúde, no entanto nos
deteremos à experiência da UECE, pois é a única dentre as três instituições de
ensino que tem o curso de graduação em Serviço Social.
Fortaleza anteriormente ao Pet-Saúde vivenciou outra experiência que
se assemelhava em diversos aspectos que foi A Liga de Saúde da Família.
Essa experiência se desenvolveu nas duas Universidades Públicas da cidade.
Nestes dois momentos os estudantes e professores puderam de forma
evidente experimentar um modelo de formação com um diferencial e potencial
incomparável para a formação dos estudantes.
Dentre os diferenciais que esse modelo formativo pode ofertar ao
educando, podemos destacar os seguintes aspectos: a inserção precoce no
serviço de saúde e no território; a construção dos conhecimentos mediados
pela prática e sua relação com a teoria que eles já conheciam ou se motivam a
conhecer a partir do contato com a realidade; e a atuação em equipes
multidisciplinares que favorece a troca de saberes, a interdisciplinaridade
articula-se com a clínica ampliada.
Para Vasconcelos (1997, p. 141) a interdisciplinaridade se caracteriza
pela horizontalidade das relações entre os sujeitos que compõe as equipes e
grupos, o objetivo é a troca de conhecimentos entre as diferentes disciplinas.
Ortiz (2011, p. 195) concorda e ressalta, “(...) uma atuação interdisciplinar é,
portanto, aquela que possibilita a interlocução horizontal entre os diversos
saberes e práticas, sem desconsiderar as particularidades de cada profissão,
nem a natureza da contribuição de cada um dos sujeitos envolvidos”.
O aluno aprovado no processo seletivo para compor as equipe eram
agrupados em equipes com um representante de cada uma das categorias
profissionais integrantes do programa daquela Universidade. Esse era para a
grande maioria o primeiro momento em equipe multiprofissional que podiam
experimentar.
Suas atividades eram divididas entre atividades no serviço de saúde,
que englobava atividade dentro da instituição de saúde em si e no território, ou
seja, na comunidade, fazendo atividades coletivas de saúde, como: promoção
da saúde; educação e ou assistência domiciliar.
Outras atividades também compunham o processo formativo, são elas:
as reuniões gerais; as rodas de categoria; as reuniões de equipe. A primeira
era um momento coletivo de planejamento do “grupão”, onde se fazia os
encaminhamentos gerais do programa.
O segundo consistia em um olhar mais apurado para o fazer da sua
categoria na Estratégia de Saúde da Família - ESF, buscando referências de
como atuar e que inflexões eram possíveis sobre a prática da sua profissão
naquele
espaço.
No
caso
do
Serviço
Social
buscou-se
referências
principalmente nas experiências de profissionais da área no campo da ESF,
bem como referenciais teóricos que subsidiassem a discussão fundante que é
a atuação profissional, suas especificidades na área da saúde e no saúde da
família.
A última consistia em uma reunião da equipe para planejamento,
discussão de caso, problematização de situações de saúde e também
afinamento do relacionamento interpessoal, pois o convívio às vezes gerava
conflito e o mesmo precisava ser resolvido pelo conjunto para que essas
divergências não atrapalhasse o desenvolvimento do grupo, bem como aquele
também pudesse ser um momento formativo.
Eles estavam trabalhando a partir de uma mudança de paradigma, não
havia um “chefe” na equipe e sim uma relação horizontal e percebiam que o
conhecimento adquirido em anos na graduação não seria suficiente para
solucionar todas as demandas que chegariam e por isso precisariam articularse com os demais colegas e esse processo é lento e precisa ser potencializado
cotidianamente.
Contudo, possibilitar essa “horizontalidade” é o principal desafio quando
se fala em interdisciplinaridade, isso porque nas relações entre equipes e
grupos o “Saber” ainda é considerado como um “Saber-Poder”, centrado na
figura de um sujeito prioritário, que toma decisões e define as estratégias de
ação sem considerar as outras formas de conhecimento. Sampaio (1989) deixa
claro que a interdisciplinaridade “deve ser uma comunicação entre os domínios
do Saber” (SAMPAIO, 1989, p. 83).
Os atores envolvidos devem ter a clareza de que suas formas de
conhecimento apresentam limites de acordo com as particularidades de seus
objetos de estudo e intervenção profissional. É preciso conhecer minimamente
o objeto de intervenção de cada profissional que integra as equipes e grupos,
logicamente que isso só será possível a partir do estabelecimento de uma
relação dialógica e respeitosa do ponto de vista ético entre os profissionais,
para somente assim, identificar os possíveis pontos de intercessão no trabalho
a ser realizado. (ORTIZ, 2011, p. 194).
É comum os profissionais e atores envolvidos nos processos de
aprendizagem e espaços socioocupacionas confundirem a interdisciplinaridade
com
conceitos
semelhantes
como
multidisciplinaridade37;
transdisciplinaridade38 e pluridisciplinaridade39. Os sujeitos comumente trocam
informações sobre os casos, e definem essa troca como “interdisciplinar”. Na
concepção de Ortiz (2011, p. 194) é insuficiente conversar sobre a demanda.
“Às vezes qualifica-se uma reunião como trabalho interdisciplinar outra
tendência completamente diferente, na qual se faz uma reunião, em que todo
37
O trabalho acontece de forma isolada, geralmente com troca e cooperação mínima entre as disciplinas.
As disciplinas se agrupam de forma justaposta, cada sujeito toma as decisões de forma isolada.
39
Propõe-se a criação de um campo de autonomia teórica, disciplinar e operativa.
38
mundo emite uma opinião, debatem sobre determinado assunto e fazem um
relatório.”
Incentivar
práticas
interdisciplinares
nos
espaços
de
formação
profissional como o PET implica em capacitar os sujeitos para socialização do
conhecimento, para a convivência e para o exercício da aprendizagem diante
da pluralidade de saberes.
(...) a interdisciplinaridade, favorecendo o alargamento e a
flexibilização no âmbito do conhecimento, pode significar
uma instigante disposição para os horizontes do saber.
(...) Penso a interdisciplinaridade, inicialmente, como
postura profissional que permite se pôr a transitar o
“espaço da diferença” com sentido de busca, de
desenvolvimento da pluralidade de ângulos que um
determinado objeto investigado é capaz de proporcionar,
que uma determinada realidade é capaz de gerar, que
diferentes formas de abordar o real podem
trazer.
(RODRIGUES, 1998, p. 156)
Não se espera que a promoção da interdisciplinaridade seja um campo
de relações harmoniosas entre os sujeitos, pois historicamente a fragmentação
do saber desenvolveu uma cultura do trabalho individual e disciplinar, no qual
as decisões foram tomadas de modo isolado.
Se as ações do PET pressupõem ações coletivas, nada mais coerente
do que fomentar a interdisciplinaridade com o objetivo de contemplar as
múltiplas dimensões presentes nas questões e demandas da saúde, aliando
saberes científicos à possibilidade de transformação da realidade.
Os estudantes de Serviço Social da Universidade Estadual do Ceará
estiveram presentes e puderam compartilhar práticas e saberes nesse
processo formativo, bem como essa experiência trouxe um diferencial para
suas formações.
Muitos foram os aprendizados forjados nesses encontros, muitas
tecnologias leves foram construídas, mas o mais importante se formaram
profissionais que futuramente conseguiram articular os princípios do Sistema
Único da Saúde com o Projeto Ético-político da profissão e saberão com atuar
em equipe superando a dimensão da multiprofissionalidade e trabalhando
verdadeiramente de forma interdisciplinar.
Bibliografia
BRASIL. Ministério da Saúde/ Ministério da Educação. Programa de
reorientação da formação profissional em saúde- Pró-Saúde: objetivos,
implementação e desenvolvimento potencial. Brasília: Ministério da Saúde,
2007.
CECCIM, RB.; FEUERWERKER, LCM. O Quadrilátero da Formação para a
Área da Saúde: Ensino, Gestão, Atenção e Controle Social. PHYSIS: Rev.
Saúde Coletiva, Rio de Janeiro, 14(1):41- 65, 2004.
ORTIZ, F.S.G. Interdisciplinaridade e Assistência Social. In: O trabalho do
Assistente Social no SUAS. Brasília: CFESS, 2011.
RODRIGUES, M.L. O Serviço Social e a perspectiva interdisciplinar. In: O
uno e o múltiplo nas relações entre as áreas do saber. São Paulo: Cortez:
1998.
SAMPAIO, C.C: Interdisciplinaridade em questão: análise de uma política
voltada à mulher. In: Serviço Social e interdisciplinaridade. São Paulo: Cortez,
1989.
VASCONCELOS, E.M. Serviço Social e interdisciplinaridade: o exemplo da
saúde mental. Revista Serviço Social e Sociedade. São Paulo: Cortez, n. 54,
1997.
POLÍTICA SOCIAL E SERVIÇO SOCIAL NO BRASIL: OS RUMOS DO
DEBATE, TENDENCIAS E PERSPECTIVAS SOB A ÉGIDE DO
NEOLIBERALISMO
Hiago Trindade de Lira e Silva*
José Whellison Brito dos Santos **
Resumo
O modelo de políticas sociais do Estado neoliberal demanda um perfil
profissional adequado as prerrogativas do grande capital, direcionando, assim,
a intervencáo do Assistente Social a psicoloqlzacao, tocalizacáo e seletividade.
Tendo em vista esta premissa, o objetivo deste texto é problematizar o debate
que vem se delineando sobre a intervencáo profissional no Brasil, bem como
apresentar algumas tendencias e perspectivas que a conformam, diante dos
rebatimentos da crise estrutural do capitalismo e suas inflexóes nas diversas
dirnensóes da sociedade. Para tanto, realizamos uma pesquisa bibliográfica e
documental, que analisa as producoes sobre esta temática nas publicacóes da
revista "Servico Social e Sociedade", no lastro dos anos 2012 e 2013.
Palavras-Chave: lntervencáo Profissional. Pesquisa. Política Social
* Universidade Federal do Rio Grande do Norte (UFRN) [email protected]
** Universidade Estadual da Paraíba (UEPB) [email protected]
1. lntroducáo:
Este artigo consiste no resultado parcial de duas pesquisas de mestrado,
realizadas nos Programas de Pós-Graduação em Serviço Social da
Universidade Federal do Rio Grande do Norte (UFRN) e Universidade Estadual
da Paraíba, financiadas pelo Centro de Aperfeiçoamento de Pessoal de Ensino
Superior (CAPES).
O objetivo da publicação foi discutir as principais tendências presentes
nas pesquisas sobre a intervenção profissional do Assistente Social no Brasil,
tomando como principal referência as publicações da revista “Serviço Social e
Sociedade”, enquanto um dos principais meios de divulgação das pesquisas na
área. Para tanto, realizamos uma discussão sobre o sentido da pesquisa para a
categoria dos assistentes sociais, retomando alguns aspectos históricos que
marcam o desenvolvimento da produção do conhecimento no Serviço Social,
seguida da apresentação dos resultados da pesquisa, traçando um debate com
outras produções na área.
1.
Serviço Social, Pesquisa e construção do conhecimento:
A pesquisa sobre a intervenção profissional do Assistente Social segue
por um percurso histórico, político e social que fornece elementos para
fugirmos de equívocos já anteriormente vistos e avançarmos na construção do
conhecimento que baliza a intervenção. O desenvolvimento e ampliação da
pesquisa no Brasil e na América Latina a partir da década de 1970, somada ao
seu constante amadurecimento nas três décadas posteriores, mostra um jovem
campo de pesquisa que já possui muitas contribuições para as ciências sociais
aplicadas, mas que ainda desfruta de muitas possibilidades.
Este processo instaurado na década de 1970 significa uma profunda
dinâmica de transformação endógena da profissão, que por sua vez, rima com
as transformações ocorridas no Brasil e no mundo nessa época, como se sabe,
pelo importante significado desse momento, o início da abertura democrática
no declínio da ditadura militar e processo de crise capitalista que pressupõe
sua nova reconfiguração. O denominado “movimento de renovação” (NETTO,
2009) marcou uma ruptura com o antigo paradigma Norte-Americano e
Europeu que predominava no Serviço Social brasileiro. Como todo processo de
transformação social, não ocorre um salto qualitativo que gera algo novo,
gradualmente rompe-se com a busca do método da prática, com a
incorporação de metodologias da ação profissional, com a aplicação de teorias,
questiona-se os antigos paradigmas positivistas e fenomenológicos presentes
na profissão (NETTO, 2009).
Esse novo momento é marcado pelo início da construção da sua
“maioridade intelectual” e do seu Projeto Ético Político Profissional. Essas
denominações tentam sintetizar os acontecimentos históricos que desdobram
na atual configuração da cultura profissional, no âmbito acadêmico, consistem
no reconhecimento do campo do Serviço Social na área das ciências sociais
aplicadas
pelos
órgãos
nacionais
de
pesquisa
como
o
Centro
de
Aperfeiçoamento de Pessoal de Ensino Superior (CAPES) e pelo Conselho
Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico (CNPq), a criação de
programas de Pós Graduação e a consequente ampliação do desenvolvimento
de pesquisas na área (SPOSATI, 2007). Para além da discussão se o Serviço
Social seria ou não uma ciência, o trabalho que vem sendo realizado desde
esse período, como também o já construído nas duas décadas anteriores,
mostrou que independe da denominação somos um campo de construção do
conhecimento com muitas contribuições já realizadas e com muitas a dar.
De forma abrangente, o fator que desenha essa nova fase é o
pensamento coletivo da categoria profissional, de forma consciente, sobre sua
posição na divisão social do trabalho, do seu lugar na estrutura da
sociabilidade capitalista. As manifestações da categoria demostram e
consolidam essa forma de pensar e agir, alguns dos momentos históricos que
ratificam isso, é a realização do “Congresso da Virada”40 em 1979, seguido de
aprovação do Código de Ética do Assistente Social em 1993 e das Diretrizes
Curriculares da ABEPSS em 1996, sendo esta última uma preocupação na
40
Um debate mais abrangente sobre o assunto pode ser encontrado na publicação do
Conselho Federal de Serviço Social (CFESS), de 2012, intitulada “Seminário Nacional: 30 anos
do Congresso da Virada”.
forma de pensar uma formação profissional qualificada, voltada já aos novos
princípios que norteiam a profissão.
Tendo como principal influência o pensamento crítico da teoria social de
Marx os ideais de emancipação humana, liberdade e igualdade passam a
predominar como princípios que direcionam a ação e o pensamento da
categoria (NETTO, 2009). Essa vertente, predominante nas produções
acadêmicas, torna-se a principal linha de pensamento que influência os
estudos na área, desdobrando em importantes publicações, consideradas
clássicas para o Serviço Social. Sem dúvida, uma das mais significativas
contribuições foi a percepção do sentido político da profissão, de sua ação
dentro de uma sociedade de classes, proporcionando sua visão de trabalhador
a serviço da classe trabalhadora. Implicando a consciência de ser ao lado do
sentido caro de para quem servir, construindo hoje o que chamamos de Projeto
Ético Político (IAMAMOTO et al, 2008).
A pesquisa mostra-se como uma importante forma de produzir
conhecimento sobre a realidade e subsidiar a ação, avançando na
compreensão do modelo de sociedade capitalista, na sua organização de
Estado, nas políticas que construímos e objetivamos, no nosso modo de fazer.
Tornando-se uma importante ferramenta da qual não podemos mais nos
desvincular, tendo em vista o sentido dinâmico de crescimento que propicia.
Instrumento de nossa análise, um dos resultados e símbolo desse
processo de amadurecimento foi a criação da revista “Serviço Social e
Sociedade”, esta, assim como outras, tornou-se um importante espaço de
socialização da produção do conhecimento na área, um meio de tornar público
e disseminar resultados das pesquisas na área e afins, sobre questões de
interesse da categoria e do público em geral.
A “Serviço Social e Sociedade” foi criada em 1979 e é reconhecida como
a primeira revista de circulação nacional na área e manteve-se ativa desde
então, com um fluxo regular e já chegou a mais de 100 publicações. Conta com
um denso Conselho Editorial composto por pesquisadoras reconhecidos na
área, dentre elas Maria Carmelita Yazbek, Maria Inês de Sousa Bravo e Raquel
Raichelis, autoras com uma densa bibliografia publicada sobre diversas
temáticas e que são atores participes da história do Serviço Social no Brasil.
Tem classificação A1 no padrão nacional do “Sistema Qualis Periódicos
da Capes/MEC” o que mostra, não só por isso, mas também pelo seu histórico,
o reconhecimento enquanto uma revista qualificada e de leitura recomendada
para profissionais, pesquisadores e estudantes, através da qual é possível
estudar e debater o que vem se discutindo sobre o Serviço Social e as mais
variadas questões de interesse geral e da categoria. Em números, a versão
online completa tem mais de 990.495 acessos em seus artigos41, partindo da
premissa que esse número de leitores esteja espalhado por todo o país, temos
também o efeito do que já está sendo difundido nos distintos espaços.
Analisar a discussão sobre a intervenção profissional presente na revista
nos últimos dois anos, permite analisar quais as principais tendências e
perspectivas apresentadas ao público através de uma síntese do que esta
sendo estudado sobre o tema.
2. Política Social e Serviço Social no Brasil: os rumos do debate:
Analisar o exercício profissional é sempre uma tarefa difícil. Para
compreendê-lo, numa perspectiva que consiga captar sua complexidade e
essência, é necessário situá-lo na totalidade da produção e reprodução
capitalista, percebendo os “fios invisíveis” que compõe o processo de trabalho
da categoria profissional. Neste sentido apesar de compreendermos as
contribuições presentes na revista “Serviço Social e Sociedade” a primeira
constatação do nosso estudo é que ainda precisamos avançar nesse debate.
Corroborando com alguns estudiosos do Serviço Social que discorrem sobre a
dimensão interventiva da profissão, a exemplo de Guerra (2011), fazem-se
necessárias as produções da categoria se debruçarem amplamente sobre o
conhecimento do exercício profissional.
41
Informações disponibilizadas pelo endereço eletrônico dessa revista, encontrado em:
http://scielo-log.scielo.br/scielolog/scielolog.php?script=sci_journalstat&lng=pt&pid=01016628&app=scielo&server=www.scielo.br
O levantamento das publicações dos 2012 e 2013 da revista “Serviço
Social e Sociedade” evidencia um grupo de pesquisas que tratam sobre o fazer
profissional em espaços sociocupacionais específicos, sendo eles: educação,
empresas e o sociojurídico. Assim como, estudos sobre aspectos que
compõem a intervenção profissional, como a inserção dentro dos atuais
modelos de proteção social, a dimensão da pesquisa e configurações de
trabalho. Além disso, é perceptível a predominância das análises dentro do
campo da teórica crítica marxista, perceptível pelos aspectos de metodologia e
categorias de analise.
No entanto não podemos deixar de considerar que, tendo como referência
o lastro dos dois anos estudados, as publicações que tratam especificamente
sobre o fazer profissional ainda são tímidas. Das 8 edições, contendo 61
artigos, 14 abordavam sobre o fazer profissional, dos quais, apenas dois
tratavam a temática de forma mais abrangente e universalizada, discutindo a
intervenção como um todo, para além de seus desdobramentos em políticas
específicas. Desta forma, realizamos uma analise ampliada com as
contribuições presentes nessas edições, dando foco a temática da intervenção
como um todo.
Seguindo na discussão, partimos do pressuposto que a análise da
intervenção profissional não pode ser desenvolvida se descolada de uma
análise das determinações e transformações societárias que embalam a
sociedade na exata medida em que elas trazem rebatimentos para as diversas
profissões e, mais particularmente, para o Serviço Social. Estamos querendo
chamar atenção, para a necessidade de encontrar a chave a nos balizar neste
estudo, a partir da análise da realidade tendo em vista a conformação das
relações sociais que a dinamizam, ou seja, pelo modo como os homens e
mulheres se organizam para produzir e reproduzirem-se num determinado
tempo histórico.
Isso
porque,
de
um
lado
esses
acontecimentos
precisam
ser
historicizados a fim de que não visualizemos a realidade como eterna e
imutável e, de outro, porque fazem emergir situações com as quais
precisamos, enquanto profissionais, nos posicionar, ou de maneira intelectual,
ou mesmo através de alguma prática interventiva, atentando-se para o fato de
que, em nossa compreensão, não há dissociação entre estas duas esferas
(teoria e prática), ou seja, para nós, elas fazem parte de uma mesma
totalidade.
Parece ser consensual, entre as diversas publicações, que o período
compreendido entre o final da década de 1970 e começo da década seguinte
foi responsável por operar modificações substantivas na realidade, impactando
fortemente todas as dimensões da vida social, tanto as subjetivas, quanto as
objetivas. E esse período é central, na exata medida em que carrega o germe
da crise responsável por abalar as bases de acumulação capitalista e expor ao
mundo as contradições e antagonismos inerentes ao sistema de metabolismos
de segunda ordem. Realmente, a chamada crise estrutural do capital
(MÉSZÁROS, 2010) não teve precedentes na história e sua imersão modificou
substancialmente a realidade, para pior.
Suas formas de enfrentamento incidiram sobre as artes, a literatura, no
circuito produtivo de mercadorias, entre tantas outras esferas. Nossa
pretensão, contudo, é chamar atenção para as transformações ocorridas no
âmbito do Estado, das Políticas Sociais e consequentemente do Serviço Social.
As saídas do capitalismo pra conseguir reerguer-se ocorrem com a
instauração de seu reconfigurado e novo molde de ação, o neoliberalismo, que
caracteriza-se pela retomada do liberalismo clássico, visto principalmente no
início das primeiras décadas do século XX, na ideia de “mão invisível do
mercado” através da qual teríamos a total independência do mercado e a
retração de poder do Estado regulador (MÉSZÁROS, 2010). O seu molde
reconfigurado, conta com respaldo estatal para retração de direitos trabalhistas,
aliada a ampliação da precarização do trabalho, e, tocando especificamente no
ponto que mais nos interessa para o foco deste artigo, a reestruturação
produtiva no próprio aparelho do Estado e a redução dos denominados “gastos
sociais”, enxugar os gastos com políticas sociais que, de forma precária e
privatizante, passam a ser de principal responsabilidade da “sociedade civil”.
O Assistente Social é afetado duplamente por essas transformações, por
fazer parte da classe mais afetada por esse processo, a trabalhadora, e sofrer
com as características gerais de precarização dos seus meios de reprodução
social, e, por ser uma profissão em sua maioria vinculada a instituições
públicas que objetivam políticas sociais cada vez precarizadas direcionadas a
uma classe cada vez mais pauperizada.
O Estado estabelece a dinâmica de investimento num modelo de proteção
social que prioriza a garantia de mínimos sociais ao mesmo que precariza a
prestação de políticas sociais mais estruturantes, como saúde, educação,
emprego e previdência. Como afirma Mota (2007, p. 129), discutindo
especificamente o caso das políticas sociais que compõem a seguridade social,
[...] longe de formarem um amplo e articulado mecanismo de
proteção, adquiriram a perversa posição de conformarem uma
unidade contraditória: enquanto a mercantilização da saúde e
da previdência precariza o acesso aos benefícios e serviços, a
assistência social se amplia, transformando-se num novo
fetiche de enfrentamento à desigualdade social.
. Particularmente, depois que o neoliberalismo é aceito como sistema
sócio-econômico e político – nos países de capitalismo central por volta de
1970/80 e, no Brasil, em 1990 – passa a determinar o modo pelo qual devem
ser desenvolvidas as políticas sociais. Nesse contexto, merece atenção dois
aspectos: a perda do caráter civilizatório do capitalismo, acompanhado da
instauração de uma nova fase, na qual não é mais possível conjugar, em
nenhuma medida, crescimento econômico com a dimensão social.
Estas relações estabelecem impactos para a categoria profissional. A
forma do Estado de intervir nas expressões da “Questão Social” propõe um
determinado direcionamento para a intervenção profissional, ou seja, o formato
dos serviços sociais e/ou políticas sociais assim como sua forma de
organização influenciam na intervenção profissional.
O rearranjo do conjunto das relações sociais impõe novas requisições e
demandas a categoria profissional. Estas demandas, segundo Mota (1997, p.
52), constituem
[...] requisições técnico-operativas que através do mercado de
trabalho incorporam as exigências dos sujeitos demandantes.
Em outros termos elas comportam uma teleologia dos
requisitantes a respeito das modalidades de atendimento de
suas necessidades.
Tendo em vista que o trabalho profissional não fica ileso as mudanças
ocorridas nas políticas sociais, estas demandas, por sua vez, suscitam
respostas a serem desenvolvidas pelos/as Assistentes Sociais nesta
conjuntura. Para tanto,
[...] se as demandas, com as quais trabalhamos são saturadas
de
determinações
(econômicas,
políticas,
culturais,
ideológicas), então elas exigem mais do que ações simples,
repetitivas, instrumentais, de rápida execução, de resolução
imediata, de decisões tomadas em caráter de urgência, isentas
de conteúdos ético-políticos. Elas implicam em intervenções
emanadas de escolhas ético-políticas, que passem pelos
condutos da razão dialética e das escolhas conscientemente
refletidas, inscritas no capo dos valores universais. (GUERRA,
2005, p. 25).
A discussão sobre a intervenção profissional é essencial para a
categoria profissional neste momento, cabe problematizar qual a direção que a
intervenção profissional segue diante da atual conjuntura de crise. O Projeto
Ético Político do Serviço Social, conquistado por um longo processo de
articulação e luta, fundamenta a intervenção profissional e afirma sua
vinculação com o projeto societário dos trabalhadores em contraposição à
hegemonia burguesa. Diante disso, uma problemática instaura-se,
[...] corre-se o risco de um retrocesso da profissão às suas
origens, de operarmos a redução pscicologista do projeto
profissional. Em outras palavras, à medida que a ambiência
cultural atual é bastante propicia a deixar os indivíduos a cargo
de si mesmos, a regatar as soluções individuais, a enfatizar os
rebatimentos e as soluções interpessoais, a criatividade, a
razão subjetivista instrumental, a concepção da sociabilidade
individualista do ‘salve-se quem puder’, o projeto profissional
fica refém das investidas na sua psicologização (GUERRA,
2005, p. 26).
As transformações societárias ocorridas, sobretudo, no final dos séculos
XX e no início do século XXI, redimensionam aspectos sociais ocasionando
desafios para diversas práticas sociais, nas quais estão inclusas as atividades
profissionais (MOTA, 1997). No que se refere ao Serviço Social, tem-se
desafios expressos em dois planos:
[...] um, mais visível e imediato, relaciona-se com questões que
afetam diretamente o exercício profissional, como é o caso das
alterações no mercado de trabalho e nas condições de
trabalho; o outro, mais amplo e complexo, refere-se tanto no
surgimento de novas problemáticas que podem ser
mobilizadoras de competências profissionais estratégicas,
como à elaboração de proposições teóricos, políticas, éticas e
técnicas que, levando em conta as particularidades do Serviço
Social, apresentem-se como respostas qualificadas no
enfrentamento de questões que lhe são postas (MOTA, 1997,
p. 51).
Todo esse universo das políticas sociais cerca a atuação profissional do
Assistente Social, na exata medida em que a materialização dessas políticas
fornecem a base para o profissional intervir nas expressões multifacetadas da
questão social, que constituem seu objeto ou, como diz Netto (referência), sua
“razão de ser”. As configurações que elas assumem num determinado tempo
histórico, portanto, trazem rebatimentos para a prática profissional.
Reforçamos o argumento de que o estudo sobre a dinâmica da intervenção
profissional é fundamental para a profissão conseguir compreender os
processos nos quais está inserida atualmente. Portando, a pesquisa sobre a
realidade constitui o meio pelo qual o Serviço Social pode abstrair sobre sua
ação e, composto na mesma relação, agir de forma consciente.
Referências
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DISCRIMINACIÓN DEL GÉNERO MASCULINO EN EL APRENDIZAJE DEL
TRABAJO SOCIAL, UNA REALIDAD NATURALIZADA EN LOS
DISCURSOS Y EN LAS AULAS*
Javier Leonardo Becerra Pava **
Oscar Javier Gutiérrez
Jorge Enrique Aponte Otalvaro***
Resumen
La inclusión, la discriminación, la participación, equidad e igualdad, entre
muchos otros, son temas comunes a los trabajadores sociales en el mundo.
Por y con ellos se encuentra a diario en la academia, en la práctica y en la
investigación. Sin embargo, pareciera que este discurso se ha quedado en el
papely resulta contradictorio para quienes en caminamos nuestra formación
profesional en una carrera que pareciera naturalizada como exclusivo
patrimonio femenino.
El ejercicio investigativo que se presenta, se fundamentó a partir del paradigma
emergente con un enfoque cualitativo usando como método la narrativa. Esta
labor fue realizada por dos alumnos para la asignatura: "Identidad Cultural y
Representaciones Sociales" entre agosto y noviembre de 2013 en la Fundación
Universitaria Monserrate (Bogotá-Colombia). Sus resultados, no pretenden
convertir en norma los prejuicios y estereotipos encontrados en un contexto en
el que la relación hombre-mujeres de 50 a 1 sino, dejar sobre la mesa el asunto
como aporte a la construcción del marco teórico y práctico de la profesión.
Palabras claves: Trabajo Social; genero; discriminación; feminismo; narrativas;
cualitativo.
* Investigación realizada entre agosto y noviembre de 2014, como parte del trabajo en el Aula de clase,
para la asignatura: IDENTIDAD CULTURAL Y REPRESENTACIONES SOCIALES, perteneciente al
pensum de V Semestre de formación de Trabajo Social.
** Estudiantes VI Semestre Jornadas Diurna y Nocturna, respectivamente. Dirección:
UNIVERSITARIA MONSERRATE Calle 72 No. 11-41PBX:
[email protected] [email protected]
57
12494959
FUNDACiÓN
Bogotá, Colombia
*** Docente, Licenciado en educación básica con énfasis en ciencias sociales de la Universidad Distrital
Francisco José de Caldas, Magister en estudios sociales de la Universidad Pedagógica Nacional
Desarrollo del Documento
Los cambios en el discurso de las Ciencias Sociales han dejado como gran
legado la creación de nuevos paradigmas, esos que llamamos emergentes y
que son solo una postura más, una forma alternativa de acercarnos a la
realidad diferente a la propuesta por el positivismo clásico. Las investigaciones
no lineales en las que la escritura dialógica y narrativa se convierten en
herramientas para la producción científica han ganado terreno en los últimos
años y hoyes común encontrar artículos de esta índole en revistas
especializadas. La narrativa se ha convertido en objeto de diversos análisis
discursivos desde el paradigma emergente que en su fin concentra su atención
en la subjetividad, en esa posibilidad inherente al ser de crear a partir de su
experiencia personal, de su relatividad y de su multicausalidad; ese mismo
paradigma que entiende al hombre no como un sujeto individual sino como
sujeto social, que en su vivencia diaria y relación con el entornoconstruye
discursos desde la cotidianidad construye conocimiento, un conocimiento que
no pretende medir ni racionalizar los fenómenos sociales sino más bien
propende por la liberación y emancipación1. Desde allí, desde la construcción a
partir de la narración de la vivencia personal parte esta historia, nuestra historia
que ahora será la de muchos más que podrán a partir de ella construir,
analizar, discutir y un sinfín más de acciones, todas con un solo propósito: el
conocimiento.
Estaba ahí sentado, no en la primera fila, no lo acostumbro; me parece un
atrevimiento de mi parte con tan distinguido cuerpo colegiado que suele ser el
que ocupa generalmente estas sillas, y a la vez, lo considero demasiado banal.
Debo reconocer que a muchos de estos encuentros académicos asisto más
que por interés formativo para mi vida profesional, por esa leve morbosidad que
me causa el conocer la experiencia académica de otros colegas en formación.
1 Retomando el Concepto del Paradigma Emergente propuesto por Carlos Angarita, Docente e
Investigador Social de la Pontificia Universidad Javeriana y expuesto en el artículo: "Apuntes de Carácter
Epistemológico y Metodológico para la Investigación Social" en Comunicación preparada para el taller
sobre "Nuevos paradigmas de la investigación social y su incidencia en el estudio de la administración
pública", organizado por la Facultad de Investigaciones de la Escuela Superior de Administración Pública,
ESAP, Bogotá, 23 de septiembre de 2004
Siempre me ha gustado comparar, soy un fanático del benchmarkinq2. En otras
ocasiones también lo hago impulsado por lo que se escucha de este o aquel
autor o ponente, por lo que se dice sobre la poca producción literaria y
científica del trabajo social, por la discusión de si es o no una ciencia social con
conocimiento propio o si se lo está arrebatando a la Sociología y en ultimas por
tener una referencia que me sirva en el posicionamiento de mi hoja de vida. Al
final para eso estudiamos, para laborar, para devengar, para vivir bien.
Estuve ahí sentado sin importar la temática, todos al fin y al cabo se relacionan
entre cóncavo y convexo con la profesión, aquí en Bogotá3 en Cali4 e incluso,
en Cartagena ó Medellín5, ciudades en donde encontrándome por cosas de
trabajo, no del social sino de aquel que me permite solventar los gastos de mi
educación y otros tantos, o simplemente en un pasillo cualquiera o en las aulas
de mi universidad, resultó que sin importar el tema tratado o el lugar que bien
tuviera por nicho la charla, las conclusiones involucraron siempre al principio o
al final, de frente o por un ladito, con ánimo conciliador o expiatorio, el
estadístico informe sobre la cantidad de hombres y mujeres presentes como
asistentes, no así como ponentes.
Algo molesto e intimidado por la situación comente en el momento con varios
docentes mi inquietud sobre la pertinencia de cerrar un Congreso Nacional con
un efusivo discurso de marcada tendencia feminista, basado no en las
cualidades o calidades del movimiento tan luchado por aquellas mujeres
trabajadores, sino en la mera comparación burda sobre cual genero ocupaba
más sillas que el otro, en un escenario muy similar al de una competencia
ganadera, en donde lo que se busca y se premia es a aquel ejemplar que
produzca más carne o leche. Perdonarán el símil, pero es que hasta perdimos
la decencia que si acompaña a nuestros ancianos cuando desean contarnos en
número para repartir un dulce o un postre, mi abuela siempre decía: "Con la
2 Benchmarking; El benchmarking es una forma de determinar qué tan bien se desempeña una empresa
(o una unidad de esta), comparado otras empresas (o unidades).
3
XIV Congreso Colombiano de Trabajo Social, Universidad Externado de Colombia, Bogotá,
Agosto 14 al 16 de 2013.
4
IV Encuentro Nacional sobre Familia, Universidad del Valle, Cali. Agosto 28 al 30 de 2013
5 Simposio Nuevas Reglamentación en Salud Ocupacional. Mintrabajo, Cartagena, Medellín. Noviembre
de 2012.
venia de Dios, perdonen ustedes los cuento". Buscando en la "Enciclopedia
Salvat" de nuestros días, es decir en "Google", encontré varios blogs y páginas
con comentarios escritos por hombres y mujeres de diversas nacionalidades,
españoles, chilenos ó argentinos, en donde se trata el tema de la diferencia de
género entre los y las trabajadoras sociales y que no voy a referir
bibliográficamente porque no deseo viciar esta conversación, por lo cual
prefiero dejar a su libre decisión consultarlos para verificar el credo de mi
afirmación. Con los hombres como protagonistas en el papel estelar de
víctimas o victimarios ya sea desde la angustia que genera ingresar al estudio
de una profesión referida como propia de mujeres o de aquel que denuncia
machismo en el ejercicio laboral de alguna institución en la que los hombres
son alejados del seguimiento a casos de abuso sexual en menores, o
simplemente de aquel que como yo, se siente agredido en público por el conteo
de una mayoría, por el saludo de la docente en clase a sus congéneres, o por
el retiro obligado sobre el seguimiento de un caso por la amenaza de una grave
acusación por acoso sexual de una exasperada madre que no encuentra
ningún otro accionar ante el delicado estado de su hija que ahora y después de
la bulimia ha descubierto ella, se auto inflige con las cuchillas de un tajalápiz en
sus piernas de manera consciente y metódica, la escritura en estos espacios
de la red, pareciera no más que una cuestión de género sin
explicación contundente a alguna diferente del fervor de las hormonas o del
resentimiento del modelo patriarcal de sus autores.
Gilberto Giménez hace una diferencia entre la distinguibilidad de las cosas y la
distinguibilidad de las personas a partir de la identidad, una diferencia causada
en un segundo participante que observa y que no requiere un reconocimiento o
aprobación al referirnos a "cosas", pero si al tratarse de otro, de otra persona.
(Giménez, 1996). Para el autor, basado en las teorías de Habermas, no basta
que las personas sean percibidas como distintas bajo algún aspecto, sino que
deben ser además reconocidas por el otro, lo que llama: reconocimiento social.
En ese reconocimiento del otro, se pudiera establecer que el imaginario social
ha querido encaminar el estudio y práctica del trabajo social como
eminentemente apta y exclusiva para mujeres, es decir, guiar a ese otro de
manera forzada a reconocer el quehacer del oficio como una cuestión de
género, viable para unas y no para otros.
Resulta tan contradictorio este ejercicio como irónico si tenemos en cuenta los
mismos valores que promueve el trabajo social y que deberían ser motivo
suficiente para contradecir y eliminar esta situación o presunción de manera
inmediata. Sin embargo y haciendo caso al refrán popular, en la casa de los
trabajadores sociales al parecer el azadón es de palo6 Más allá del
reconocimiento social que cada quien debiera labrar por su actuar profesional y
en el que hombres y mujeres debieran competir en virtud del conocimiento y
por el compartir del mismo en pro de la educación y no del odio como
escribiera Freire:
"La educación que no reconoce un papel altamente formador en la rabia justa,
en la rabia que protesta contra las injusticias, contra la deslealtad, contra el
desamor, contra la explotación y la violencia, está equivocada. Lo que la rabia
no puede es, perdiendo los límites que la confirman, perderse en -un
rabiar
que corre siempre el riesgo de resultar en odio." (1997:41).
Teniendo en cuenta lo anterior, el estereotipo de la mujer como dueña y señora
de lo social y todo lo que le atañe y que no podemos negar, le fue
encomendado en los comienzos asistencialistas del Trabajo Social y otras
muchas profesiones. Se visibiliza más como la reivindicación o revancha por
una batalla perdida en otros campos de la igualdad y el acceso a oportunidades
que por el resultado de algún estudio anatómico o cognitivo sobre las
condiciones más favorables de uno u otro género en la realización especifica
de la praxis del trabajo social. Pudiera ser también y atendiendo los discursos
de algunos miembros de grupos feministas como en el caso de Juanita
Barrero7, quien ha llamado la atención sobre este asunto en conferencias y
seminarios, la clara intención de hacer visible y naturalizar de manera arbitraria
lo referente a lo social, al prójimo, al cambio, entre otros pilares del trabajo
social, como dependientes en su análisis y actuación solo desde una
perspectiva de género.
6
De la Cultura popular y tradicional: "En casa de herrero, azadón de palo
7 Juanita Barreto es hoy una de las representantes más destacadas de la lucha femenina en Bogotá. Fue
asesora para la Política Pública de Mujer y Géneros de la Alcaldía Mayor y, se le reconoce el incluir en el
Plan de Desarrollo de la capital las propuestas de las mujeres en torno a la planeación de la ciudad y
unas metas específicas para hacer posible el Plan de Igualdad de Oportunidades. Trabajadora Social de
la Universidad Nacional de Colombia, docente y recurrente expositora sobre temas de equidad de género
Algunos me dirán con entonado aliento que esta es una discusión a la que el
gobierno, por lo menos en Colombia, le ganó la batalla hace mucho tiempo
cuando siguiendo los lineamientos de alguna política de igualdad, acuñó el
forzado uso del símbolo "arroba" que explicaré más adelante, cosa que de
paso me recuerda un mal chiste pastuso8 que recitaba a diario Justino Guaical,
quien fuera mi profesor de química por allá en mis años dorados de la
secundaria escolar, quien con la sabiduría premonitoria que marcó a aquella
generación, con un gesto alegre al iniciar su clase nos decía: "buenos días a
todas!", a lo que después de una pausa agregaría: "a todas las personas!",
dejando así por el piso, cualquier malhumorado comentario sobre si saludaba
solo a las mujeres de la clase y de paso dejando en el ambiente una gran
enseñanza, al fin y al cabo, más allá de hombres ó mujeres, resultamos siendo
personas.
En mi agitado y entusiasta, corto y a la vez muy interesante paso por los
salones de clase de la Fundación Universitaria Monserrate me he encontrado
con algunas situaciones muy similares pero a las que no les acompaña el
chiste o la broma y ese pequeño asunto marca una gran diferencia. En esta
academia, que desde su creación se ha caracterizado por orientar la formación
de personas comprometidas con el desarrollo personal, familiar y social,
inicialmente con los programas de preparación para el hogar y posteriormente
con programas profesionales y de formación posgraduadal donde actualmente
adelanto mis estudios en trabajo social desde hace tres años, he podido notar
que en un 90 los programas curriculares cuya docencia es encargada a
mujeres corresponde a las temáticas propias de la carrera, como por ejemplo,
campos de acción I y 11, procesos históricos, aproximación a la realidad,
sentido y estructura de la familia, asesoría y educación familiar, trabajo social
individual y familiar, comunidad9, entre otras. Contrario a lo anterior, para las
áreas relacionadas con la formación en contexto, con materias como por
ejemplo, modelos socioeconómicos, sentido del hombre, organización de la
sociedad, sujeto individual, entre otras, la cifra se invierte, y pareciera ser
8 En Colombia, se reconoce la expresión "Chiste pastuso" como aquellos que recrean las vivencias de los
habitantes de Pasto, capital del Departamento de Nariño, ubicado en el suroccidente del país en los
límites con Ecuador. Sus gentes se reconocen por su extrema ingenuidad que es ridiculizada para causar
gracia
9
Cifra según la carga asignada a docentes durante el segundo semestre del año 2014.
propiedad intelectual casi que exclusiva de hombres10. Los grupos de clase
están compuestos en su gran mayoría por mujeres y en algunos casos su
presencia es exclusiva. Debo referirme también y como complemento a lo
anterior a lo percibido en los eventos académicos en los que priman las
ponentes femeninas que además, en sus consultas bibliográficas por lo menos
con referentes colombianos, resultan ser en su mayoría igualmente del género
femenino pero no así cuando refieren escritores internacionales, donde priman
los del género masculino cuando estos se refieren en ambos casos, a textos
relacionados con temáticas propias del trabajo social.
Lo anterior indicaría que si bien en la formación de los futuros profesionales se
lee a hombres y mujeres en cuanto a autores internacionales se refiere, en el
caso de la consulta nacional resultan ser más libros con autoría femenina y en
la docencia por lo menos en la FUM, se encomienda a las mujeres los
contenidos propios de la praxis profesional, mujeres que a su vez y
seguramente de manera involuntaria, resultan ignorando en cosas tan
elementales como el saludo a los pocos hombres que toman asiento en su
clase.
Si bien se vienen produciendo cambios en las últimas décadas, sigue estando
presente en los imaginarios sociales que las actividades relacionadas con el
mundo privado son esencialmente para mujeres, como por ejemplo el cuidado
y la orientación o consejería, o aquellas que van estrictamente relacionadas a
lo social, a lo afectivo.
Repasemos un poco la historia. En El Colegio Mayor de Nuestra Señora del
Rosario11, cuya misión era armonizar la caridad y la justicia social, se crea la
primera escuela de servicio social colombiana en octubre 22 de 1936, que
inicia labores el 3 de abril de 1937. La escuela nace sin la autorización del
Ministerio de Educación, ya que era difícil elevar a nivel universitario a una
mujer para quién aún no existía el bachillerato, y menos tratándose de graduar
profesionales en una profesión poco conocida en el país (Martínez; 1981).
10
Análisis hecho durante el mismo periodo.
11 Institución Universitaria de gran tradición en el país llamada hoy Universidad del Rosario, fundada en
1653 y de la cual han salido egresados grandes personajes ilustres y presidentes del país y de la cual fue
catedrático, entre muchos otros celebres, José Celestino Mutis, Francisco José de Caldas y Camilo
Torres.
Dieciocho meses después, los primeros diplomas serian firmados por
el
entonces Ministro, Jorge Eliécer Gaitán, quien les confería el título de
Visitadoras Sociales a quienes cumplían con los requisitos mínimos. En ese
primer plan de estudios, era notoria la incidencia del género masculino en la
creación de un programa exclusivo para mujeres, más no pareciera así si se
consulta aquel primer pensum: Religión, ética y filosofía, psicología, sociología,
economía política; biología, anatomía, derecho civil, administrativo, laboral;
bacteriología, parasitología y epidemiología; Higiene general de la mujer,
enfermería y primeros auxilios, contabilidad y técnicas de oficina, beneficencia
y asistencia pública, organización de obras sociales, Servicio técnico social; y
para el segundo nivel: Religión, liturgia, doctrina social y ética; psicología
infantil, pedagogía; economía doméstica, puericultura, dietética, higiene de la
mujer; estadística, técnica en encuesta de las visitas sociales y demografía;
ante lo anterior no creo que exista quien pueda afirmar con certeza que las
anteriores están destinadas a unos u otras, pero si el título que se otorgaba:
visitadora. No existió la figura, por lo menos en esos primeros años, del
visitador social.
Esta concepción parece encajar perfectamente en los orígenes asistencialistas
del trabajo social, desarrollado por las damas de la caridad y en el campo de la
salud por las enfermeras. Las características más sobresalientes de esta
primera escuela responden a las condiciones de la época, teniendo en cuenta
además que surge bajo el impulso del sector privado y de la iglesia católica con su apoyo financiero-, el Estado no tenía las condiciones económicas
necesarias, razón por la cual los programas sociales fueron, desde su
nacimiento, acordes con los intereses de las clases dominantes (y traducidos
en aspectos importantes de lo que se conoce como la política social),
ejemplarizado en la cita textual de uno de ellos:
"Educar a las mujeres de hogar para que los oficios domésticos cumplieran
eficazmente la función social de crear las condiciones de reproducción de la
fuerza de trabajo presente y futura" (Escobar, 2010).12
12 TRABAJO
SOCIAL, REFLEXIONES SOBRE LA FORMACiÓN PROFESIONAL Y LAS
HERRAMIENTAS DE INTERVENCiÓN SOCIAL. john Beltrán Escobar. Doctorando del Programa
Interinstitucional en Educación, Universidad Distrital, 2013. Magister en Educación de la Universidad
Nacional de Colombia, 2010. Trabajador Social de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.
Docente UNICOLMAYOR programa de Trabajo Social. [email protected]
Sin embargo, podemos aducir lo mismo a otras carreras en sentido contrario
como en el caso de las ingenierías, en donde el estereotipo del hombre fuerte,
el casco y las botas han menguado la posibilidad de considerar a la mujer
ingeniera como procedente para dicha labor. La educación pareciera en
Colombia, estar enmarcada no en una elección de aptitudes, vocación,
intereses o capacidades, sino en el señalamiento de lo permitido o no para este
u aquel género. Tenemos profesiones para mujeres, tenemos profesiones para
hombres en un país que desde su Constitución y contradictoriamente con lo
anterior, nos considera a todos como iguales.
Volviendo al comienzo de esta reflexión, en la pasada versión XIV del
Congreso Colombiano de Trabajo Social, realizado en la Universidad El
Externado, una de las ponentes invitadas a cerrar el encuentro fue la Sra.
Juanita Barrero13, Trabajadora Social egresada de la Javeriana14 y quien se ha
merecido el reconocimiento en el sector por su participación en la formulación
de las políticas públicas distritales de género y por sus posturas intelectuales
netamente feministas. Así, y como es su costumbre, esta vez su ponencia no
podía iniciar de una manera distinta a la consulta de los datos de inscripción.
La cifra no resultó tan contundente como ella hubiera podido esperar, su tono
de asombro fue evidente:800 asistentes, de los cuales 300 resultaron ser
hombres; claramente esta cifra indica un cambio en el rumbo de la profesión,
por lo menos en cuanto a la que se refiere a la participación masculina, debo
repetir y resulto reincidente con mi concepción de que si bien esta inculcado en
el imaginario colectivo que el trabajo social es una profesión para mujeres, esto
no tiene razón alguna, por lo menos no desde la investigación científica.
Resulta más un concepto construido desde lo político, lo cultural, lo histórico y
hasta lo humorístico.
Aunque esta cifra y su comparación pueda resultar para algunos desafiante,
para otros insípida y para algunos más hasta apresurada, fue la misma Barrero
quien después de haber prendido la hoguera intento apagarla con un llamado
13
ídempág. 4.
14 La Pontificia Universidad Javeriana es una universidad privada que pertenece a la Compañía de-jesús
en Colombia, fue fundada en 1604, con más de 400 años de historia, es una de las más antigua del país y
con mayor tradición.
de atención a la mujer para retomar el control, para recuperar el protagonismo
pero no desde lo académico sino al parecer desde la asistencia masiva; un
grito desesperado que no llama a la integración, a la construcción conjunta del
saber, a la eliminación de aquellos estereotipos con los que a diario convivimos
los hombres en algunos salones de clase donde el artículo "las" parece
etiqueta obligada que aliena a mujeres y disipa a los hombres como
trabajadores sociales en una especie de "matoneo" que arranca con la omisión
semántica del artículo, es decir, a un nuevo feminismo que contrario a lo cual
emergió, pareciera más bien caer en un "machismo" con tetas.
Las diferencias de género no han sido exclusivas de las profesiones. La
sexualidad ha marcado el desarrollo de la misma idea de Estado, de las
políticas que amparan a sus habitantes y de los miles de conceptos que la
regulan. Desde hace algunos años, apareció en el común de textos y de los
grafos cotidianos la utilización del símbolo "@" como herramienta de inclusión,
más como un modismo que evita en la escritura de la frase los adjetivos de
género y reduce su extensión, que como un verdadero cambio en la
concepción de igualdad. Se ha convertido el @ en una frase más del himno
nacional que nos pretende a todos iguales pero que en la práctica social está
lejana de su fin, más en una carrera que las mujeres reclaman como propia o
por lo menos eso pretenden, pero que si así fuera, de manera consciente y
responsable, estarían inundadas las bibliotecas de textos e investigaciones
trascendentales sobre los temas de la profesión escritos por mujeres y los
hombres no estaríamos tratando en este momento de reclamar un espacio que
ellas mismas nos hubieran brindado hace mucho tiempo, acordes con su
creencia y formación profesional, con su carácter de mujer pensante que
históricamente ha tenido que reivindicar sus derechos y lejos de cualquier
concepción de las que ellas mismas han sido víctimas, entendiendo el trabajo
social como un producto exclusivo de su vientre materno y para la cual,
debemos estar alejados por estar pre destinados a otro tipo de labores, de
formación, a la ingeniería o la economía, por ejemplo, o mejor aún, a ser el
destinatario eterno de sus atenciones y cuidados, al retorno perenne del
asistencialismo de caridad.
En Cali, en el Encuentro Nacional de Familia realizado en el pasado mes de
agosto del 2013 y solo quince días después del encuentro en Bogotá,
curiosamente el caso fue similar, eso sí, con diferentes protagonistas. El panel
de conclusiones del certamen tuvo a bien iniciar su discurso haciendo alusión
al número de hombres y mujeres presentes, allí la diferencia fue abismal ante
la muy escasa participación masculina y el llamado el mismo, a reclamar lo que
pareciera solo suyo: "Un aplauso para las mujeres que hoy demostramos una
vez más, que este número de asistentes no es una coincidencia", (2013)y aquí
no voy a referir el autor de esta frase en un intento de ser responsable con mi
propio discurso. Al parecer somos solo una cifra o nos medimos así, es decir,
queremos escribir las Ciencias Sociales desde lo cualitativo pero nos seguimos
viendo desde el cuantitativo. Así comenzó y cerró un encuentro nacional sobre
familia, desdibujando nuestra subjetividad y convirtiéndonos en una cifra, en un
nuevo llamado a la mayoría, a esa que va como Vicente va, para donde va la
qente15.
Así las cosas, seguiremos sentados intentando demostrar el equívoco o
acoplándonos a una diferencia de género que en una labor que llama a la
inclusión social, desconoce en su mismo acontecer que todos somos iguales.
Un concepto que se ha construido desde la práctica profesional estereotipada
del trabajo social, pero que en ningún caso justifica o institucionaliza que dicha
situación no esté sujeto al cambio.
Las identidades culturales regulan las prácticas sociales, esa identidad que el
género femenino ha encontrado hacia la profesión justificada en la historia, en
la práctica asistencialista influenciada por la iglesia, en la normatividad que
ellas mismas denunciaron y ante la cual exigieron un cambio y que ahora
parecieran desconocer cuándo pasan de víctimas a victimarias; una identidad
que les ha permitido construir un imaginario en el colectivo un estereotipo sobre
la idoneidad que a la vez le permite la exclusividad sobre el ejerció del trabajo
social y que gracias a los discursos estadísticos ahora pretenden normalizar, al
final la Estadística todo lo puede.
Reflexión o no, valida o no, interesante o no, cada quien podrá elaborar su
análisis y acompañar o no este discurso. Lo que sí es claro, es que el accionar
del trabajo social está nuevamente cada día más cercano al asistencialismo y
más lejano a la promoción social y así, pareciera que por el mismo discurso
15
Refrán popular. "¿Para donde va Vicente?, para donde va la gente!".
que le sirvió de pretexto al estado machista para crear la profesión, las mujeres
quisieran que el hombre perdiera cualquier interés o el mero impulso para
participar en una labor que ellas reclaman como suya lastimosamente desde
una percepción a la que durante muchos años le hicieron el quite pero que hoy,
les sirve de espada en una guerra que enfrentan solas, sin contendor alguno
porque los hombres se dedicarán a las cosas de hombres y las mujeres a las
cosas de mujeres.
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A INFORMALIZAÇÃO E A SUPEREXPLORAÇÃO DO TRABALHO:
um grande desafio na contemporaneidade
Claudia Sombrio fronza *
RESUMO
A crise contemporánea de acumulacáo e a rnundializacáo do capital imprimem
inúmeras transforrnacóes no mundo de trabalho e o agravamento de suas
contradicñes, manifestas num complexo de formas de absorcao da torea de
trabalho, necessários a rnanutencao do modo de producáo e de reproducáo
relacóes sociais capitalistas. Essa dinámica de acurnulacáo de capital
apresenta várias irnplicacóes ao agravamento da questáo social e importantes
preocupacóes teóricas e práticas ao Servic;o Social, entre elas: a
desreqularnentacáo dos direitos sociais, a fraqilizacáo da orqanizacáo coletiva
e política dos trabalhadores e o fetiche da realidade de superexploracáo do
trabalho. A tónica do momento é flexibilizar, tercerizar e informalizar associada
aos processos de valorizacáo do capital e de rnanutencáo da sociedade de
classes. Neste contexto adverso, o profissional de servíco Social é desafiado a
defender os direitos sociais e contribuir no processo de orqanizacáo política e
coletiva da clase do trabalho para o enfrentamento das desigualdades sociais.
Palavras – chave:
* Estudante de Doutorado do curso de Pós-­‐Graduacáo em Servic;o Social Universidade Federal de Santa Catarina Florianóplis -­‐ Santa Catarina -­‐ Brasil e-­‐mail: [email protected] 1 - INTRODUÇAO
Ao longo do século XX e XXI e do processo de industrialização se
identificou que “onde o capital vai o conflito vai a atrás” (SILVER, 2004, p.53).
As
dimensões
essenciais
para
mensuração
dessas
contradições,
os
movimentos grevistas e as expressões de insatisfação, como por exemplo: os
protestos, as ocupações de fábricas e as revoltas por subsistência. A
viabilização das transformações no mundo do trabalho continua diretamente
associada a capacidade dos trabalhadores reivindicarem e resistirem as
injusticas e as desigualdades provenientes das relações políticas, econômicas
e sociais vivenciadas na sociedade capitalista.
A dinâmica de exploração e de valorização do capital no século XXI
apresenta várias implicações para o agravamento das desigualdades sociais e
importantes preocupações ao Serviço Social, entre elas: a constante perda dos
direitos sociais, a criminização da pobreza,
fragilização da organização política do coletivo de trabalhadores e o fetiche da
realidade de superexploração do trabalho. Essas mudanças favorecidas,
segundo David Harvey pelos processos de acumulação flexível e de acordo
com Francisco de Oliveira e a informalização do processo de trabalho, que
imprimem relações distintas a assalariada para a venda da força de trabalho.
Para dimensionar essa realidade, no Brasil, a Pesquisa Nacional por
Amostra de Domicílio do Instituto Brasileiro de Geografia e Economia (20092010) indica que a População Economicamente Ativa, neste referido período
era de aproximadamente 101 milhões de pessoas e que 92,7 milhões
encontram-se ocupadas e 8,4% sem ocupação, mas em busca de um
emprego. Dos ocupados, 41,4% encontram-se empregado; 58.6% encontramse trabalhando e sem proteção social, ocupados como: 7,8% trabalhadores
domésticos; 20,5% trabalhadores por conta própria; 4,3% empregadores; 4,6%
não renumerados; 4,1% trabalhadores na produção para consumo própria;
10,1% trabalhadores em atividade de construção para o próprio uso. (grifos
nossos).
Além destas informações, em 2011, verificou-se o aumentou da
participação dos ocupados de 59,0% para 61,3% e dos trabalhadores por conta
própria de 20,7% para 21,2%. Por outro lado, houve redução de 7,8% para
7,1% nos trabalhadores domésticos e de 4,4% para 3,4% nos empregadores.
O contingente de ocupados cresceu 5,2% nos setores de serviços (41,5
milhões de pessoas), 1,9% no comércio e reparação (16,5 milhões) e 13,6% na
construção (7,8 milhões), de 2009 para 2011, enquanto foram registradas
quedas de -7,3% no setor agrícola (14,1 milhões) e –8,0 % na indústria (12,4
milhões).
Diante desses números, cabe o questionamento de quais são “novas”
relações estabelecidas entre os capitalistas e os trabalhadores e quais os
impactos na condição de vida e de viver das pessoas.
Para problematizar essa realidade apresentou-se algumas informações
sobre a condição do trabalhador no setor têxtil-vestuário de Blumenau e
elementos para reflexão das relações e das condições de trabalho na
contemporaneidade. Por fim, realizou-se uma breve reflexão sobre as
dificuldades de atuação do assistente social frente as transformações em curso
no mundo do trabalho e na defesa dos direitos civis, sociais e políticos das
classes trabalhadoras
2 – A SUPEREXPLORAÇÃO DO TRABALHO NO SETOR TÊXTILVESTUÁRIO EM BLUMENAU
O município de Blumenau, até a década de 1990, foi conhecido como
um dos principais pólos fabris brasileiros, por concentrar grandes indústrias
têxteis e vestuaristas, como por exemplo: Hering, Artex, Sul Fabril, Cremer,
Teka, Altenburg, Karsten, Dudalina, entre outras, geradoras de mais 50% do
total de empregos microrregionais. Entretanto, após esse período, vários
estudos apontam evidências de crises de desenvolvimento, ocasionados pela
concentração monoindustrial, pouca diversificação de atividades produtivas,
abertura do mercado mundial, aumento da competividade e introdução de
novas tecnologias (SIMÃO, 2000; RAUD, 2000; THEISS e ZENI, 2000) .
No setor têxtil e vestuário essas crises concentram-se, especialmente,
entre 1995 e 2002. Desde então, os trabalhadores blumenauenses vivenciam
inúmeras transformações na relação capital-trabalho, como: a redução dos
grandes parques produtivos, uma forte tendência a informalização do processo
trabalho, a emergência de inúmeras empresas prestadoras de serviço de
médio e pequeno porte, bem como, a constante substituição do emprego pela
ocupação em tempo parcial ou sem jornada de trabalho definida.
Essas mudanças sentidas pela classe trabalhadora, por meio da
redução no número de trabalhadores nas indústrias, o crescente desemprego e
a redução salarial. No setor têxtil entre 1995-2001 a evolução de empregos não
ultrapassou 0,8% com perdas salariais de até 24,8%. No setor do vestuário
esta evolução foi negativa (-30,05%) e o achatamento salarial atingiu (-42,4%).
Contudo, no mesmo período, houve a ampliação de 30% dos trabalhadores no
setor de serviços, em particular, de trabalhadores atuando em facções,
associações, cooperativas e de trabalhadores considerados “autônomos”
(FRONZA, 2006).
Os trabalhadores, neste setor, deixam de ser empregados para serem
autônomos, trabalhadores por conta própria; trabalhadores em domicílio;
cooperados; empreendedores; contudo, mantendo relações de subordinação e
de dependência as empresas contratantes. As empresas contratantes, por
muitas vezes, é quem oferece a materia-prima, define o preço da mercadoria e
controla o ritmo da produção. Nesta condição os trabalhadores parecem ser
livres, contudo não são, pois o tempo do trabalho é executado mediante a
obrigação de resultados e sobre rigoroso controle.
Essa realidade nos sinaliza alteram-se e intensificam-se as formas de
exploração da força de trabalho, por meio da proliferação de inserções
ocupacionais distintas da relação salarial regulamentada, não regida pelas
garantias devidas do contrato formal e sem proteções efetivas.
Generaliza-se no Brasil, e em vastos setores da
classe trabalhadora em âmbito mundial, a
superexploração, que manifesta uma forma mais
intensa e extensiva da exploração, nesse caso, uma
forma de exploração da força de trabalho que não
respeita seu valor de sua reprodução. Ao não
respeitar o valor da força de trabalho, que é
determinado pelos meios necessários à
subsistência, se modifica a lógica de satisfação das
necessidades dos trabalhadores, uma vez que o
valor da força de trabalho deveria corresponder um
valor específico a determinadas necessidades
básicas suficientes para reproduzirem-se a si e a sua
família, conforme valores materiais sancionados e
simbólicos adquiridos (PAIVA, 2011, p.20).
Na sociabilidade capitalista a extorsão do tempo de trabalho, na sua
forma assalariada como mercadoria, consome o tempo de vida pessoal e
familiar, ocorrendo a destruição de espaços valiosos de sociabilidade humana
e social. Aprendemos que o tempo é o campo de desenvolvimento humano.
Por isso, a tarefa de libertá-lo da medida do dinheiro é a nossa luta do presente
(PAIVA, 2011, p.24).
Por mais que a indignação com a desigualdade e injustiça seja
metamorfoseada em resignação, por mais que o limite de reproduzir a vida não
gere condições automáticas para conscientização e mobilização, capazes de
nutrir de convicção e estímulo organização política dos trabalhadores, neste
instante se faz urgente e necessário o trabalho do assistente social como
mediador para compreensão crítica da realidade social, em sua dinâmica
estrutural e conjuntural, bem como propulsor da luta contra a desigualdade e a
favor da garantia de direitos sociais plenos e universais (PAIVA, 2011).
3. CONSIDERAÇÕES FINAIS
As transformações econômicas, sociais, políticas, das últimas décadas,
tornaram mais difíceis à reprodução material da grande maioria da população
superexplorada, assim como a organização política dos trabalhadores, diante
das “novas” formas de trabalho, das dificuldade de construir uma identidade
coletiva e de se reconhecer como classe social. A precarização expandiu-se
para todos os espaços, relações e de diversas formas, como se fossem uma
“fantasmagoria”, ou melhor, “ornotorinco”, um animal difícil de identificar o que
é e de descrever.
Neste mesmo período, O Serviço Social brasileiro, em especial, após a
década de 90, com a definição de seu Código de Ética, afiança o compromisso
com a defesa do trabalho e dos trabalhadores e com a opção por um projeto
profissional vinculado ao processo de construção de uma nova ordem
societária, que condene qualquer forma de preconceito, de discriminação, de
desigualdade e de injustiça. Entretanto, questiona-se como colocar esse
projeto em prática?
Sabe-se que viabilizar esse projeto não algo simples e que a
responsabilidade não pertence a uma única profissão, aqui em destaque, os
assistentes sociais, mas, porém é necessário pensar como trilhar esse
caminho. Conforme já nos dizia Bertolt Brech “a realidade precisa ser
conhecida para ser mudada”. Desafio que esta posto aos assistentes sociais e
todo o conjunto de trabalhadores que vendem sua força de trabalho de forma
assalariada e se sentem injustiçados com as relações estabelecidas na
sociedade capitalista. Algo é certo a constestação desta realidade nasce do
inconformismo e do desejo de transformação, bem o fortalecimento da
capacidade resistir, contestar e reinvidicar mudanças
REFERÊNCIA
ANTUNES, Ricardo. Mundo do trabalho e teoria do valor: as formas de vigência
do trabalho material e imaterial. In: Os sentidos do trabalho: ensaio sobre a
afirmação e a negação do trabalho. São Paulo: Boitempo Editorial, 2001. (p.
119 - 134)
FRONZA, Claudia Sombrio. As forças do trabalho no setor têxtil e vestuário. A
Fino
Toque
Cooperativa.
Dissertação
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Sociologia
Política,
UFSC,
25/08/2006.
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edição.
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Domicílio
2001.
http://www.ibge.gov.br/home/presidencia/noticias/noticia_visualiza.php?id_notic
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2003.
LESSA, Sergio. Trabalho e proletariado no capitalismo contemporâneo. São
Paulo: Cortez, 2008.
OLIVEIRA, Francisco de. Crítica à razão Dualista – O Ornitorrinco. São Paulo:
Boitempo Editorial, 2003.
PAIVA, Beatriz Augusto. Trabalhadores Sociais do SUAS: qual agenda a
construir. Caderno de Textos VIII Conferencia Nacional de Assistência Social,
Brasília: CNAS, 2011
MARINI, Ruy Mauro. Dialética da Dependência. Petrópolis, Rio de Janeiro:
Vozes, 2000.
MARX, Karl. O capital: critica da economia politica. São Paulo: Nova Cultural,
1988.
NETTO, Jose Paulo e BRAZ, Marcelo. Economia política: uma introdução
crítica. São Paulo: Cortez, 2006.
RAUD, Cecile. As dinâmicas territoriais do desenvolvimento: reflexões teóricas
e aplicação à analise do pólo têxtil-vestuário de Blumenau. . In: THEIS, Ivo M.
et al. Novos olhares sobre Blumenau: Contribuições críticas sobre seu
desenvolvimento recente. Blumenau: Edifurb, 2000.
SIMÃO, Vilma M. Desemprego e Sobrevivência: alternativas de trabalho.
Blumenau: Edifurb, 2000.
TAVARES, Maria Augusta. Os fios (in)visíveis da produção capitalista:
informalidade e precarização do trabalho. São Paulo: Cortez, 2004.
THEIS, Ivo M.; ZENI, Gerson A. Manus manum lavat? Dilemas do
desenvolvimento do Médio Vale do Itajaí. In: THEIS, Ivo M. et al. Novos olhares
sobre Blumenau: Contribuições críticas sobre seu desenvolvimento recente.
Blumenau: Edifurb, 2000.
Reflexiones y Conclusiones Mesa 1
El Mundo Globalizado y la formación de los Trabajadores Sociales en el
Marco de la cuestión social. Encuentros y des encuentros
Coordinadora de la Mesa: Rosemarie Richardson, Directora Carrera de
Trabajo Social del IP Santo Tomas.
Relator: Luis Cáceres Hidalgo, Asistente Social, Coordinador de la
Corporación Ayún.
Frente a las preguntas formuladas por la organización del Seminario, se
aportaron las siguientes reflexiones y propuestas.
¿Cuáles son los enfoques y/o paradigmas que subyacen en la formación de los
Trabajadores Sociales?
En el debate se recogieron algunos conceptos entregados en el Panel de la
mañana del viernes 25:
Existen, a lo menos, dos paradigmas que se perciben como antagónicos y
contradictorios en la formación de los Trabajadores Sociales.
Uno, por llamado así, Tradicional, anclado en el positivismo Comtiano; que se
traduce actualmente en una formación de un Trabajador Social tecnocrático
con intervenciones sociales focalizadas y con una orientación neo liberal. Cabe
destacar, que es el paradigma predominante en nuestras escuelas u centros de
formación.
El otro, crítico anclado en la tradición de la reconceptualización, teniendo como
base la pedagogía de la autonomía de Paulo Freire, la escuela crítica de
Frankfurt, la cosmovisión indígena, que se traduce en un Trabajo Social
Autónomo, crítico, transformador, comprometidos con los sujetos de los
cambios radicales y constructor de la democracia participativa. Educador de la
emancipación humana y respetuosa de la Madre Tierra. Este paradigma es
criticado y atacado por las estructuras de poder; pero se ha ido consolidando
en los países que han ido profundizando los cambios radicales y de orientación
eco-humanista.
¿Cuáles son los debates globales y específicos del Trabajo Social al respecto?
Se discutió la legitimidad del concepto "Cuestión Social", en la medida que se
recogen los argumentos aportados por la colega del Uruguay en el panel de la
mañana.
Podríamos hablar del Buen Vivir en armonía con el medioambiente, concepto
que está muy enraizado en la cultura de los Pueblos Originarios. Esto implica
trabajar por una riqueza social, lo que significa enfrentar el problema de la
pobreza, desigualdad y justicia social.
No hay consenso para caracterizar el mundo que nos toca vivir. Hablar de
sociedad globalizada es recoger sólo la visión neoliberal. Hablar de Capitalismo
Mundial Integrado (Guattari), es otra visión; de Sistema-Mundo Capitalista
(Wallerstein), Tercera Revolución Capitalista o Economía Global (André
Gunder Frank) son algunas visiones que requieren mayor análisis de parte
nuestra.
¿Cuáles son los debates globales y específicos del trabajo social al respecto?
1. Enfrentar la pobreza en el continente, la redistribución de la riqueza social y
generar justicia social.
2. Defender el medioambiente frente a la voracidad neo liberal y resguardar el
AMAZONAS como el pulmón del planeta.
3. tener una formación que permita trabajar las migraciones en el Continente.
4. Ayudar a resolver los problemas energéticos del continente (Agua, petróleo)
5. Ayudar a resolver el problema planteado con los derechos y dignidad de los
Pueblos Originarios de Nuestra América.
6. Contribuir a formar un profesional que pueda desempeñarse en éstas
problemáticas en el ámbito en Nuestra América.
¿ Cuáles son las categorías emergentes más relevantes que configuran el
currículo formativo del Trabajador Social?
Cada escuela en su realidad, configura en el currículo formativo las categorías
emergentes más relevantes. El paradigma que sustenta esta postura lo
podemos formular como que es importante la construcción de la unidad en la
homogeneidad. Esto significa, que se hace necesario crear las instancias de
coordinación académicas para discutir y construir propuestas innovadoras que
den cuenta de los nuevos desafíos.
Se coincidió que existe transposición, tanto en Chile como en Colombia, acerca
del rol y significación del Trabajador Social, del Asistente Social y Técnico en
Bienestar Social. Todo indica que el capital busca abaratar los costos de la
mano obra. Se hace necesario una nueva lectura y re formulación del Trabajo
Social.
¿Es posible distinguir hitos históricos en la formación del Trabajador Social?
Siguiendo la exposición de Patricia Castañeda podemos hablar de: 1925 hasta
la segunda guerra mundial, se construye un Servicio Social asistencialista para
hacer frente a la crisis de la economía mundial. 1946 a 1960 con la
descolonización de África, con el triunfo de la revolución cubana, se genera una
profesión, que sin dejar el asistencialismo busca formas en grupo y la
organización y desarrollo de la comunidad. Frente al desafío que representa
larevolución cubana, en particular para los Estados Unidos, este conflicto fue
resuelto mediante la intervención de las fuerzas armadas y el apoyo activo de
las oligarquías nativas y de Estados Unidos, mediante cruentos y brutales
golpes de estado.
1990 en adelante, se construyen procesos para recuperar la democracia en
nuestro continente, lo que lleva a formar un profesional tecnocrático con énfasis
en la focalización y sectorización de la intervención social. Encuentros y
Desencuentros en la formación curricular del Trabajo Social.
Hay encuentro, en que es necesario desarrollar una conciencia y cultura de la
integración de Nuestra América que vaya perfilando la construcción de una
ciudadanía americanista; lo que permitirá asumir los desafíos que enfrenta el
continente con este nuevo paradigma. Hay desencuentro y poca claridad en
cómo lograrlo.
Hay acuerdo, de que es necesario dinamizar las estructuras académicas
existentes de coordinación a nivel del continente para abrir el debate y lograr
avances en los acuerdos para enfrentar los desafíos actuales. No hay claridad
de cómo hay que seguir este camino. Es posible de que la escuálida
participación en este seminario corresponda a que estos eventos ya no están
respondiendo a las actuales necesidades y expectativas.
Finalmente se rinde homenaje a los/as estudiantes y profesionales que
entregaron su viva en aras de su compromiso con nuestros pueblos por su
verdadera emancipación de la explotación e injusticia social. Sin: memoria
histórica no hay futuro emancipador y de plena autonomía.
MESA 2
Discusión Política del Trabajo Social y su aporte al proyecto de Sociedad.
Relator Lenin Fuentes
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Victoria del Carmen Flores Roa
Chile
Nelson Arellano Escudero
Chile
Magdalena Pilar Calderón Orellana
Chile
Ignacio Antonio Meriño Montero
Chile
Alexis Bustos Villarroel
Chile
María Fernanda Gómez Gómez
Colombia
Yudy Judith Méndez Esparza
Clara Inés Santander Dueñas
7. Francisco Javier Jaramillo Álvarez
Chile
8. Emilia Gutiérrez Encina
Chile
Consejo Provincial Linares, Colegio de Asistentes Sociales
9. Teresa Dornell Bachs
Uruguay
Sphir Stemphelet
Romina Mauros
10. Cintia Aparecida da Silva
Brasil
11. Simone Albieri Bordonal
Brasil
12. Francisco Xavier Ramírez Varela
Chile
"TRABAJO SOCIAL Y PRÁCTICAS PROFESIONALES: LOS SIGNIFICADOS
QUE REFIEREN LOS ESTUDIANTES DEL PROCESO DE PRÁCTICA DE LA
CARRERA DE SERVICIO SOCIAL, AÑO 2010, DE LA UNIVERSIDAD DE
ANTOFAGASTA"
Victoria Flores Roa
∗
Resumen
La investigación está desarrollada en el contexto de las prácticas profesionales
de la carrera de Servicio Social de la Universidad de Antofagasta planteando
como problema de investigación ; ¿ Cuáles son los significados que refieren los
estudiantes del proceso de práctica profesional de la Carrera de Servicio
Social, año 2010, de la Universidad de Antofagasta?
El objetivo es describir e interpretar los significados generados por los
estudiantes del proceso de práctica profesional, la investigación es de tipo
descriptiva- interpretativa con estrategia metodológica cualitativa, utilizando la
técnica de recolección de la información "entrevista en profundidad" y como
sustento teórico la Teoría de la Significatividad de Schütz, siendo los sujetos de
investigación los estudiantes que han realizado sus prácticas en los distintos
centros. Entre los hallazgos se destacan tópicos relativos al proceso de
supervisión académica y los aprendizajes logrados en los espacios de
intervención profesional integrando la teoría y la práctica, generando
conocimientos de relevancia que aportan a la formación como al perfil
profesional.
Palabras claves: Trabajo Social, Prácticas profesionales.
Universidad de Antofagasta, Académica Carrera Trabajo Social E-mail:
∗
[email protected]ón: Campus Coloso: Avda. Universidad de Antofagasta 02800. Chile Antofagasta
Desarrollo del documento
El interés de dicha investigación está centrado en los cambios que se vienen
produciendo a nivel de reestructuración de currículums académicos y
las
consecuentes orientaciones en materia de desarrollo de competencias
personales y profesionales que rigen el modelo educativo de la Universidad de
Antofagasta, teniendo en cuenta que los procesos de praxis de los alumnos
adquieren cada vez mayor importancia,
la
que radica en la inserción
profesional que se produce en los distintos centros de práctica, instancia que
favorece la integración teórico-práctica permitiendo la obtención de nuevos
saberes, producto de la problematización que implica reflexionar y comprender
la realidad social en la que entran en tensión las teorías sociales y la vida
cotidiana,
convirtiéndose en el espacio que va conformando el perfil
profesional de los futuros Trabajadores Sociales.
En el desarrollo de las prácticas profesionales están presentes diversos
actores sociales; alumnos en
práctica, centros de práctica, supervisores
académicos y de terreno, docentes, personas, familias, grupos y comunidades;
todos los cuales conforman el escenario en el cual los estudiantes de Servicio
Social, desarrollan sus aprendizajes prácticos que los aproximan a la realidad
social, la que está contenida en los significados que refieren y que constituyen
el principal objetivo de esta investigación, cual es, Describir los significados
que refieren los estudiantes del proceso de práctica profesional de la
carrera.
Dicha investigación es abordada desde un enfoque cualitativo, sustentada
en la teoría de la Significatividad del autor Alfred Schütz.
La utilización y
aplicación de esta teoría permitió describir, analizar e interpretar a partir del
discurso de los propios actores sociales;
alumnos y alumnas en práctica
profesional de la Carrera de Servicio Social de la Universidad de Antofagasta,
los significados que refieren respecto del desarrollo de este proceso conforme
a sus vivencias particulares.
En relación a la estrategia metodológica utilizada para recolección de la
información se utilizó la entrevista en profundidad logrando en sucesivos
encuentros cara a cara un adecuado rapport entre la investigadora y los
informantes.
Para el desarrollo del análisis de los datos obtenidos durante el proceso
de investigación, se utilizó el denominado Análisis Categorial, Taylor y Bogdan
(1996) derivando en la definición de Tópicos y Subtópicos los que a partir del
discurso de los propios sujetos de investigación fueron interpretados por la
investigadora dando con ello lugar a los hallazgos, conclusiones y sugerencias.
Entre los tópicos relevados se destacan Proceso Práctico Profesional,
Aprendizajes Logrados, Proceso de Supervisión.
En el contexto del marco teórico y referencial , los discursos permiten
interpretar los significados que generan los alumnos respecto del ejercicio del
rol profesional como parte de sus aprendizajes logrados durante el período de
práctica profesional , en sus distintos niveles, haciendo especial mención a
que es en el espacio de práctica donde les hace sentido la elección de la
profesión, donde el actuar genera resultados y logros que están vinculados al
rol educador, concienciador, que ejercen en sus procesos de intervención
profesional. Refieren que en el ejercicio práctico es donde surgen los mayores
aprendizajes y que éstos no se aprenden en el aula , por tanto, en este espacio
resignifican la valoración de la carrera de Trabajo Social, la importancia del rol
que cumple el profesional en las distintos ámbitos e instituciones centros de
práctica y como lo visualizan los sujetos de intervención y los profesionales con
los cuales se vinculan, situación significada como el “Aquí y Ahora” donde son
vistos como verdaderos profesionales, donde sus proyectos y roles son
interpretados intersubjetivamente en un contexto de trabajo que los reconoce
como trabajadores sociales y en consecuencia genera expectativas de su rol, lo
que asumen en una definición de objetivos cuyos horizontes de acción incluyen
la toma de decisiones, la planificación de sus acciones, el cumplimiento de
metas y objetivos que forman parte importante del ejercicio práctico profesional.
Referencias Bibliográficas:
Colomer, Monserrat y Domenech Rosa. (1987). La supervisión en Trabajo
Social. B.Aires. Editorial Hvmanitas.
Fernández Barrera, Josefina. (1997).
La supervisión en el trabajo social.
Buenos Aires. Ed. Paidos.
Schütz, Alfred.(1993).La construcción significativa del mundo social. Barcelona
Ed. Paidos.
Taylor, S. Bogdan, B.(1996).Introducción a los métodos cualitativos de
investigación. Barcelona. Editorial Paidos.
Documento Resumen de Foros de Discusión, II CONGRESO NACIONAL DE
TRABAJO SOCIAL y Encuentro Latinoamericano de Profesionales, Docentes y
Estudiantes de Trabajo Social Universidad Nacional del Centro de la Provincia
de Buenos Aires. Argentina TANDIL, 19 al 21 de Septiembre de 2007” Las
prácticas en la formación y en el ejercicio profesional del Trabajo Social”.
Revista de Trabajo Social. Facultad de Ciencias Humanas Carrera de Trabajo
Social. UNCPBA. Tandil, Año 1 Nº 1, p. 142 – 150. Diciembre de 2008 – ISSN
1852-2459. Recuperado de: http://plazapublica.fch.unicen.edu.ar.
BIENESTAR LABORAL, INDUSTRIA E IDENTIDAD DEL TRABAJO SOCIAL
LATINOAMERICANO: EL CASO CHILENO DESDE UNA PERSPECTIVA
HISTÓRICA
Nelsón ArelLano Escudero
Magdalena Calderón
∗
∗∗
Resumen:
La relación Trabajo Social e industria en Chile es una dimensión de la profesión
que ha convocado atención intermitente durante el siglo XX y XXI Y que desde
los últimos 30 años ha transformado su identidad, orientándose hacia las
empresas y configurándose desde teorías de gestión de personas y seguridad
social. Con todo, se pretende reflexionar acerca del momento actual del trabajo
social en el ámbito laboral, desde el pasado reciente de esta dimensión de la
profesión y desde distintas memorias que se hacen parte de la configuración
identitaria del Trabajo Social en el área laboral. Para cumplir lo anterior, se
presenta el contexto industrial de Chile desde fines delsiglo XIX, como
escenario de la configuración de la profesión en el área, y se revisan vivencias
laborales de las primeras egresadas de Trabajo Social, para releer una
dimensión de la profesión.
Palabras claves: bienestar laboral, industria, historia del trabajo social
∗
∗∗
Profesor media jornada, Escuela de Trabajo Social UNAB, Viña del Mar. narel/[email protected]
Profesora media jornada, Escuela de Trabajo Social UNAB, Viña del Mar. [email protected]
Existe una visión habitual sobre Chile, como la de un país que jamás desarrolló
industria pesada. Sin embargo, teniendo en cuenta que hoy en día los modelos
de industrialización están en cuestión, parece recomendable revisar esta
apreciación general para ponderarla con una medida diferente.
1
Lo anterior, porque en el curso de unas cuantas décadas se montó un complejo
tecno-institucional a nivel planetario,
2
cuyas características y alcances
rompieron con las escalas conocidas y exigió la creación de dispositivos de
producción que rediseñaron los cánones que se habían establecido desde fines
del siglo XVIII. Se cultivaba y cosechaba así el proyecto modernizador, con sus
afanes de progreso, el gusto por la estandarización y esmero por el control del
tiempo, entre otras tantas de sus aristas.
3
En Chile el censo industrial en 1895 permitió apreciar la relevancia que había
4
cobrado el proyecto del ministro y luego presidente de la República, José
Manuel Balmaceda, pero que evidentemente trascendía su persona y su
5
partido político.
La industrialización era la cara visible del proyecto que quería hacer de Chile
un país moderno.
No obstante, en este encuadre ideológico hubo cabida para orientaciones y
principios valóricos de variado origen, por lo que en el ámbito industrial se
combinaron postulados del humanismo tanto cristiano como laico, propuestas
social-demócratas y otras tantas combinaciones permeadas por enfoques
Kirsch, Henry (1977) Industrial Development in a Traditional Society: The Conflict of Entrepreneurship
and Modernization in Chile, Miami, University Presses of Florida, 210
1
Hughes, Thomas (2000) "The Evolution of Large technological Systems", 51-82, en: Bijker, Hughes &
Pinch (1987) The Social Construction ofTechnological Systems, MIT, Mass. USA.
2
Tipps, Dean C. (1973) "Modernization Theory and the Comparative Study of National Societies: A Critical
Perspective", Comparative Studies in Society and History, 15, 199-226
3
Sociedad de Fomento Fabril, Boletín de la estadística industrial de la República de Chile 1894-1895, W 1
- 20, publicados entre 1885 y 1887.
4
Sagredo Baeza, Rafael (2012) "¿Por qué Chile necesita ser industrial a fines del siglo XIX?", lx-xxv, en
Espech, Román (2012) La Industria fabril en Chile. Estudio sobre el fomento de la industria nacional
presentado al Ministerio de Hacienda {1883}, Santiago, Biblioteca Fundamentos de la Construcción de
Chile.
5
higienistas, filantrópicos o caritativos, cuando no darwinistas; con todo ello se
instituyeron los Servicios de Bienestar para los/as trabajadores/as en las
En cierta medida, en los inicios del siglo XX, el Bienestar laboral o el trabajo
social industrial comenzaron a ser un eslabón más dentro de la cadena de la
productividad industrial y dejó, muchas veces, una honda huella en las
prácticas culturales de la intervención social, que se hace necesario estudiar.
Respecto al bienestar laboral, conviene detenerse en el problema del acceso a
la vivienda, que ha sido una de las complejidades de mayor cuantía desde
mediados del siglo XIX, especialmente vinculado a las fases de crecimiento del
desarrollo industrial y su colateral más conocido: el crecimiento urbano
6
Por ello no es de extrañar que en el ámbito industrial se haya entendido como
parte de los incentivos a los/as trabajadores/as la provisión de vivienda y que el
trabajo social haya tenido un rol preponderante en esta tarea. Aún más, desde
la perspectiva del Bienestar, cuando la industria no entregó directamente la
vivienda a los/as trabajadores/as y sus familias, colaboró en su construcción o
bien
facilitó
las
condiciones
para
que
se
activaran
procesos
de
autoconstrucción.
7
Se materializaban así una serie de requisitos de carácter ideológico, en los que
se sumaron principios higienistas y lógicas del darwinismo social imperante
8
durante el siglo XIX.
La relevancia alcanzada por Vicuña Mackena en los diseños de ciudades como
Santiago y Viña del Mar nos permite enlazar las influencias que él recogiera en
su período de exilio en Estados Unidos y Europa que manifestaran el expreso
La Transformación de los Barrios Pobres l. Santiago, 28 de Abril de 1872, Editorial del Ferrocarril.
Reproducido en Grez Toso, Sergio (1995) La cuestion social en Chile. Ideas y debates precursores (18041902). Santiago, Ediciones de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, 211.
Arellano Escudero, Nelson (2005) "Historia local del acceso popular al suelo. El caso de la ciudad de
Viña del Mar", INVI, 54, 20, 56-84.
6
7
Leyton, César y Huertas, Rafael (2012) "Reforma urbana e higiene social en Santiago de Chile. La tecnoutopía liberal de Benjamín Vicuña Mackenna (1872-1875)", Dynamis, 32 (1): 21-44.
8
deseo de oponer la idea de civilización a la de barbarie. Así, una amplia gama
de industriales en Europa adoptaron ópticas que justamente se proponían
disolver las exclusiones; por ejemplo, en Francia varios propietarios de
industria financiaron la construcción de villas para obreros con un cierto modelo
urbanístico: la ciudad jardín." En Cataluña el destacado industrial Eusebi Güell
9
(1846-1918) comisionó al arquitecto Antonio Gaudí para el diseño de "Colonia
Güell", ciudad obrera que estaría ligada a la industria textil de su propiedad
motivada por su traslado en 1890 desde Barcelona a Santa Coloma de
Cervelló.
Entre estos casos encontramos un pionero, Robert Owen (1771-1858), galés,
industrial y dirigente socialista, que financió la construcción de los proyectos
New Lanark y New Harmony. Hay aquí una síntesis entre la idea de la ciudad
ideal y la ingeniería social que se espera conseguir a través de la instauración
de una reforma que implicaba mejorar la educación de los/as trabajadores/as al
punto que su proyecto abrió la primera escuela infantil del Reino Unido en
1816, tanto como limitó la venta de bebidas alcohólicas.
10
Desde luego, Chile era parte de la cadena productiva mundial mayormente
centralizada por las metrópolis europeas y, en otra medida, por los centros
productivos de los Estados Unidos. Con ello, el país también era parte de la
circulación de las ideas que se divulgaban en el siglo XIX. Por ello no es de
extrañar que se constituyeran poblaciones para trabajadores/as en la oficina
salitrera de Humberstone o en la explotación de cobre de Sewell de la
Compañía Braden Copper CO. que en 1918 contaba con un Servicio de
11
Bienestar que atendía los temas de alimentación, entretenimiento, primeros
12
auxilios y, también, vigilaba el cumplimiento de la ley seca que la compañía
impuso dentro de su faena.
Dorel-Ferré, Gracia (2008) "Architectures du travail et nouvelle société dans les villages et cités de
I'industrie (1780-1930)", en Daumas J.c. et Chouquer G. (dir) Autour de ledoux, architecture, vil/e et
utople, Presses Universitaires de Franche-Comté.
9
Trincado, Estrella & Santos-Redondo, Manuel (2012) "Bentham and Owen on entrepreneurship and
social reforrn", The European Journal of the History of Economic Thought, 19, 4, 1-26
Dorel-Ferré, Gracia (2008) op. cit.
Fuenzalida Grandón, Alejandro (1919) El Trabajo y la vida en el mineral "El Teniente", Santiago de Chile,
Imprenta-Litografía Barcelona. 211
10
11
12
Este era el marco general para el trabajo social y la historiadora María Angélica
Illanes estableció que la primera incursión del Servicio Social profesional en la
industria se llevó a cabo en 1927 en el rubro minero de la extracción del
Carbón, con la acción profesional de Berta Hecabarren. Entre 1929 y 1935
13
once grandes industrias tomaron la misma iniciativa.
A lo largo del siglo XX este modo de vinculación entre trabajadores/as y
empresa fue mutando hasta llegar al punto de inflexión de la crisis de 1982
14
donde ocurre un episodio de transformación económico-productivo refundacional que le cambiará la dirección a la trayectoria de las estrategias de
desarrollo, bienestar y seguridad social. La irrupción y hegemonía de la
15
mentalidad liberal económica alcanzó su cenit a inicios de la década de 1980
cuando los procesos de privatización abarcaron todas las áreas estratégicas de
la esfera económica: tanto los derechos de agua, como las reclamaciones
mineras, los sistemas de salud y los sistemas previsionales adoptaron las
formas de empresas con fines de lucre.
16
En aquel tiempo se revirtió un proceso que comenzara en la década de 1920 y
se consolidara en 1952 al mismo tiempo que en la Organización Internacional
del Trabajo (OIT) en su trigésimo quinta reunión suscribió el CONVENIO OIT
102 conocido como "Convenio sobre la seguridad social (norma mínima), 1952
17
En el devenir de la historia de las ideas que se entrelazaron el oficio de la
visitación social, luego asistencia social y hoy en día Trabajo Social, fue
demarcando sus propios derroteros.
IIlanes, María Angélica (2001) "Ella en Lota-Coronel: poder y domesticación: el primer servicio social
industrial de América Latina", Santiago de Chile, Mapocho, 49, 1, 141-148;
13
Lira, Robinson (1996) "Modelo de relaciones industriales y orientación sindical. El caso de la refinería de
azúcar de Viña del Mar, 1930-1973", Santiago de Chile, Proposiciones, 27, 186-201.
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Von Gersdorff, Hermann (1984) "El sistema previsional chileno durante los diez últimos años", Estudios
de Economía, 11,87-116.
14
15
16
17
Con todo, los antecedentes recabados establecen que la lógica del bienestar
laboral, a través de servicios de bienestar, se formalizó incluso antes que se
crearan las primeras escuelas de servicio social en el país. En efecto, como se
ha mencionado anteriormente, la Compañía Braden Copper Co. en Sewell ya
en 1918 contaba con un Servicio de Bienestar, situación que se condice con la
puesta en vigencia de las llamadas leyes sociales en 1924, lapso en el que las
empresas salitreras crearon sus propios Departamentos de Bienestar. B En la
18
misma época se instituyen las primeras escuelas de Servicio Social: en 1925 la
Escuela Doctor Alejandro del Río y en 1929 la Escuela Elvira Matte de
Cruchaga de la Universidad Católica. El ambiente sociopolítico y cultural
articuló un escenario en que empresas e industrias demandaban una
profesional que se integrara a sus filas para aportar al mejoramiento de las
condiciones de vida de los trabajadores y de alguna manera, para prevenir el
crecimiento de los sindicatos.
19
Es en ese ambiente que una profesional universitaria formada en Servicio
Social se integró a trabajar en el área de Bienestar Laboral en 1927. Ella era
Berta Recabarren, quien ingresó a la Compañía Minera e Industrial de Lota en
el cargo de "Visitadora Social",
20
desarrollando la primera experiencia de
servicio social industrial en Latinoamérica. Si bien, la práctica profesional de
Berta se desarrolla casi 10 después de la instalación del Servicio de Bienestar
de la Minera Braden Copper Co.(la primera en Chile), la experiencia de la
visitadora social se configura como precursora, toda vez que se realiza desde
el espacio de la profesión del Servicio Social, poniendo a disposición de su
quehacer los conocimientos que obtuvo en la Escuela Doctor Alejandro del Río.
Luego de esta primera experiencia, el espacio de acción para las visitadoras
sociales en las industrias se comienza a multiplicar. El trabajo que realizaban
las Visitadoras sociales en los orígenes de la práctica profesional en esta área
era diverso y amplio tal como es presentado por la Visitadora Social de la
Empresa de Ferrocarriles del Estado: "El Servicio Social que debo efectuar en
18
Monckeberg Pardo, Isabel (sin fecha)
Illanes, María Angélica (2007) Cuerpo y Sangre de la Política: La Construcción Histórica de Las
Visitadoras Sociales, Chile, 1887-1940, Santiago de Chile, LOM, 497.
Illanes (2001) op cit
19
20
mi labor de Visitadora Social en los Ferrocarriles es una actividad de Bienestar
Industrial en muchos de sus aspectos, pues, se dedica como ésta a mejorar las
condiciones de vida de los obreros ayudándoles a levantarse en el sentido
espiritual, moral y económíco
21
El carácter regulador y de adecuación que ejerció la visitadora también se
puede reconocer en otros testimonios:
"Empecé mi trabajo en la Fábrica de Cemento de "El Melón"; el16 de octubre
de 1933. El primer tiempo lo dediqué a visitar los hogares de los obreros, con el
fin de imponerme de sus condiciones de vida e hice las correspondientes
encuestas familiares. Marqué con señas de colores los diferentes los diferentes
problemas que había que solucionar, como por ejemplo: legalizar uniones ante
la iglesia y el Civil, hijos que inscribir, analfabetos, ya sea entre los obreros o
familia de estos, niños que por dejación no concurrían a la escuela, enfermos
que necesitaban asistencia médica, los dueños de las mejoras y en cuanto
estaban avaluadas éstas y los terrenos que ocupan, el grado de aseo, cultura,
religión, moralidad, etc. etc. "
22
La moral, la regulación, la legalización, fueron temas claves en el ejercicio del
trabajo social en industrias que, con el paso de los años, se fue fortaleciendo
como una dimensión del quehacer profesional; a estos efectos, la Escuela de
Servicio Social Elvira Matte de Cruchaga de la Universidad Católica de Chile
crea en 1936 un organismo que preparaba a las estudiantes para desarrollar su
prácticas en las empresas, consolidando un espacio laboral que ya en 1952 se
23
define como Servicio Social industrial, el cual integra entre sus funciones las
siguientes labores: labor económica (tramitación de pensiones, cobro de
subsidios, ahorro), labor médica, labor cultural, trabajo con centros sociales,
Reveco, Ivonne (1938:8) Mi labor como Visitadora Social de los Ferrocarriles del Estado, Memoria para
obtener el título de Visitadora Social, Escuela Elvira Matte de Cruchaga.
Valenzuela, Apolonia (1934:4) Trabajo efectuado durante mi estadía de práctica como Visitadora Social
en la Fábrica de Cemento El Melón, Memoria de Prueba para optar al título de Visitadora Social.
Memoria de 10 años de la Escuela Elvira Matte de Cruchaga, Archivo de PUCCH
21
22
23
sala cuna, organización de fiestas y biblioteca; labor deportiva y acción
católica.
24
Esta caracterización de lo que era el Servicio Social Industrial hacia la década
de los 50' demuestra de alguna manera, la consolidación de un espacio de
acción de profesional en el área y la instalación de un enfoque de la práctica
profesional que se ha mantenido en las principales definiciones, hasta la
actualidad. El péndulo de cambio y continuidad tiende a balancearse más del
lado de la continuidad respecto a las temáticas, mientras que en lo
metodológico pueden suponerse ciertas modificaciones al igual que en el
supuesto ético - político.
Ahora bien, al igual que los sistemas de seguridad social, el marco que
sostenía al servicio social industrial fue puesto en crisis en base a las reformas
privatizado ras que se dieron en Chile desde comienzo de la década de 1980.
De esta manera, los cambios en los sistemas de seguridad social, que superan
la dimensión solidaria y se instalan en un paradigma de cotizaciones
individuales, impactaron en la gestión social en las organizaciones productivas.
La instalación de políticas neoliberales en el país, impacta directamente el
ejercicio del trabajo social en el espacio laboral. Si bien, la trayectoria de la
profesión en el área ha mantenido temáticas, espacios de acción y
eventualmente metodologías, el contexto cambió y transformó el ejercicio
profesional en el área.
Dado lo anterior, es necesario revisar esta historia, conocer experiencias y
vivencias de visitadoras, asistentes y trabajadoras sociales; para de esta
manera reconfigurar enfoques y perspectivas en trabajo social laboral, que
permitan reconocer la complejidad del contexto y las demandas articuladas
desde el derecho al trabajo decente.
Rivera, Filomena (1952) El Servicio Social Industrial Comparado, Memoria para optar al título de
Asistente Social, Pontificia Universidad Católica de Chile, Escuela de Servicio Social.
24
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Valenzuela, Apolonia (1934:4) Trabajo efectuado durante mi estadía de
práctica como Visitadora Social en la Fábrica de Cemento El Melón, Memoria
de Prueba para optar al título de Visitadora Social.
PROPUESTA DE PROTOCOLO PARA EL ACOMPAÑAMIENTO EN EL
PROCESO DE ACEPTACION HOMOSEXUAL
Ignacio Antonio Meriño Montero
∗
Resumen
La presente ponencia se aboca a la necesidad de proponer, desde el Trabajo
Social, protocolo que reglamente acciones y funciones de intervención para el
acompañamiento en el proceso de aceptación homosexual de hombres y
mujeres.
El perjuicio hacia la comunidad LGBTI; evidenciado en una sociedad que
discrimina, que violenta por orientación sexual, que niega derechos
fundamentales y genera, implícitamente, ciudadanía de segunda clase,
disminuye las potencialidades de individuos que atraviesan por situaciones
desbordantes.
La pertinencia del Trabajo Social en esta área recala su fuerza en el ámbito de
la casuística, contribuyendo como eje temático a la discusión política del
Trabajo Social y su aporte al proyecto de sociedad.
La propuesta nace a partir de una investigación cualitativa realizada a jóvenes
homosexuales que componen, principalmente, parte del voluntariado de
Fundación Iguales, institución que se llevó a cabo el presente trabajo,
inspiradas ante la lógica de modelos de intervención en crisis.
Palabras claves homosexual,
Homosexualidad, Aceptación
Intervención
Universidad de Valparaíso.: [email protected]
∗
en
Crisis.
Protocolo,
Desarrollo del documento
El presente trabajo se aboca a la necesidad de proponer intervenciones
referentes a temáticas de diversidad sexual, específicamente al proceso de
aceptación homosexual. Dicho proceso constituye uno de los hechos más
significativos que pueda experimentar una persona. El reconocimiento de la
propia orientación homosexual de un ser humano es la aceptación de si mismo,
es la declaración de la definición de identidad, el cual constituye, de este modo,
un afrontamiento libre de sesgos y de prejuicios que atentan contra el propio
individuo.
El encause de este proceso acepta y asume la diversidad, rechazando un
modelo único de vida heterosexual que se superpone ante el resto como un
modelo de vida mejor en comparación con distintas orientaciones sexuales e
identidades de género. Por lo tanto, y en concordancia con lo expuesto, el
concepto de diversidad sexual “rompe con lo que se conoce como
heteronormatividad que supone considerar la heterosexualidad como un
modelo hegemónico, superior y “normal” frente a otras realidades sexuales”
(Stockmeyer, 2011).
Sin embargo, las barreras culturales existentes han propiciado una sociedad
que excluye, discrimina y violenta a sus miembros a causa de su orientación
sexual, donde estas expresiones de homofobia “se cimientan tanto en la
intolerancia
derivada
del
fanatismo
ciego
como
en
una
displicencia
pseudocientífica que etiqueta los comportamientos sexuales no heterosexuales
y no procreativos como “desviaciones” o resultados de “defectos en el
desarrollo” (OPS, 2013) siendo éstos focos de actitudes fuertemente negativas,
afrontando un estigma que atenta contra la integridad moral, física, psicológica
y social de hombres y mujeres.
La pertinencia del Trabajo Social en esta área, si bien ha sido poco abordada
desde la disciplina, recala su fuerza en el desarrollo de la actividad profesional
en el ámbito de la casuística, el cual contribuye al desarrollo integral del ser
humano centrado en el trabajo desde la persona y hacia la persona, buscando
nuevos espacios de acción que permitan mejorar la calidad de vida de las
personas a través de procesos de intervención en crisis.
En este sentido, la complejidad de la realidad social y el quehacer del Trabajo
Social, se configura como un elemento significativo a la hora de abordar la
temática, considerando a su vez los aportes que pueden surgir de las
intervenciones profesionales con el sujeto de atención en el acompañamiento
del proceso de aceptación homosexual del individuo.
Fundación Iguales, institución patrocinante del presente que cobijó gran parte
de las entrevistas realizadas, y del trabajo desplegado, en la búsqueda de
respuestas adecuadas para realizar y proponer una serie de procedimientos
que permitieran a jóvenes llevar de manera adecuada el proceso de “salida del
closet”, entendiendo éste último no solo como el compartir con terceros su
propia homosexualidad, sino también para llevar de manera óptima su proceso
interno.
Para la consecución de lo mencionado en los párrafos anteriores, y lograr
conocer a cabalidad cada una de las etapas vividas en el proceso de
aceptación
homosexual,
y
así
lograr
dar
procedimientos
lógicos
de
intervención, fue trazado como objetivo general el “Proponer protocolo que
reglamente acciones y funciones de intervención para el acompañamiento en el
proceso de aceptación homosexual del individuo”.
Sumado a lo anterior, el segundo objetivo general que dice relación con el
proceso investigativo fue “Conocer las etapas vividas en el proceso de
construcción de identidad homosexual durante la adolescencia de jóvenes
gays, lesbianas y bisexuales de la Región Metropolitana de Santiago de Chile”,
los que delinearon el encause del estudio.
En relación a la metodología utilizada, el tipo de enfoque fue de corte
cualitativo, los que permitieron aproximarse a los discursos que relataron el
proceso de construcción de identidad homosexual, siendo el tipo de estudio
exploratorio – descriptivo. La investigación se presenta como semi emergente y
no experimental, al ser modificado durante el curso del mismo y al no manipular
las variables. Para ello, las entrevistas en profundidad se utilizaron como
técnica de reproducción de datos para recabar las perspectivas de sus vidas.
En relación al universo y muestra, se conformó por un total de 13 personas; 8
gays, 3 lesbianas y 2 bisexuales. Por lo tanto, fueron considerados como
criterios de inclusión:
a) Jóvenes homosexuales, de entre 20 y 29 años
b) Construcción de identidad homosexual durante la adolescencia
c) Proceso
de
construcción
de
identidad
homosexual
como
desencadenante de crisis identitaria
d) Homosexuales que no sean padres ni madres.
Por otro lado, se reconoce que la diversidad sexual se compone por la
comunidad
LGBTI
(Lesbianas,
Gays,
Bisexuales,
Transexuales
e
Intersexuales), sin embargo para los propósitos del estudio, se consideraron
solo a Lesbianas, Gays y Bisexuales, ya que la inclusión de Transexuales e
Intersexuales desborda los propósitos de la investigación.
Gracias a las aportaciones teóricas de intervención, principalmente la
Intervención de Primer Orden, o Primera Ayuda Psicológica (PAP), de Slaikeau
(1996) se desarrolla una sistematización para la atención del sujeto en
situación desbordante, homologando los componentes del PAP para la
propuesta de protocolo:
1. Contacto Psicológico
2. Examinar dimensiones de Problema
3. Explorar posibles Soluciones
4. Ayudar a optar la Acción Concreta
5. Garantizar el posterior Seguimiento
De acuerdo a esta mixtura, y a lo anterior mencionado, es que se presenta la
siguiente propuesta.
Propuesta de protocolo
Ante la presencia de jóvenes que enfrentan periodos de crisis producto
de su orientación sexual homosexual, es de suma importancia una atención
oportuna para acompañar dicho proceso.
El desequilibrio por el cual atraviesa la persona no le permite visualizar con
claridad la situación que está viviendo, adquiriendo connotaciones negativas de
su ser que no le dejan estar en paz consigo mismo. En este sentido, el
individuo está en un proceso conocido comúnmente como “salir del closet”,
cuyo proceso, en este caso, da cuenta de una “salida” para sí, vale decir, una
resignificación propia de su orientación sexual.
Estas situaciones de crisis requieren de un acompañamiento en el proceso de
construcción de identidad sexual homosexual que permita generar y/o
potenciar recursos en dicho momento.
Frente a la situación:
1) Escuche atentamente lo que el o la joven quieren decir. Es
importante propiciar espacios de diálogos adecuados mediante una
postura empática, atenta y cordial (verbal y gestual). En este primer
encuentro, genere disposiciones de dialogo que permitan al individuo
desahogarse y contar su situación. Indague sobre sus miedos y
concepciones que tiene respecto a la homosexualidad. Evite en todo
momento dar opiniones y juicios de valor al respecto, por el contrario,
utilice preguntas abiertas para que el individuo pueda desarrollar sus
ideas, contar sus experiencias, sentimientos y emociones.
2) Utilice un vocabulario adecuado, inclusivo y claro. Evite referirse con
términos como “minorías sexuales” o aquellas que posean alguna carga
negativa que desvalorice la homosexualidad. Es importante mantener un
lenguaje que rescate la diferencia como elemento positivo y que no pase
a llevar ni a herir algún tipo de sensibilidades. La sutileza del lenguaje
permitirá afrontar de mejor manera este tipo de situaciones.
3) No actúe forzadamente. Resulta importante enfrentar la situación de
forma natural, la persona no esta viviendo “nada del otro mundo”. El
individuo no busca un trato especial sino que sentirse comprendido,
valorado y aceptado. Actuar de otro modo podría generar un clima de
victimización y de no valorar las propias fortalezas que él mismo posea.
El trato diferencial lo vive a través de la exclusión, del bullying e
indiferencia. Hágale saber, a través de su trato y explícitamente con sus
palabras, que él no está solo y puede contar con Ud.
4) Desmitifique concepciones erradas. No de por hecho lo que pueda
parecer obvio. Es importante aclarar conceptos básicos sobre la
homosexualidad, el individuo puede estar altamente cargado en
creencias
basadas
en
mitos
y
prejuicios.
Este
proceso
de
deconstrucción propiciará a reducir culpabilidad y temor en el sujeto.
5) Facilite canales de información. Es importante que la persona que se
ve envuelta en esta situación posea la mayor cantidad de referencias
que le permitan aclarar su situación (folletos, páginas web, libros, etc.
especializados en el tema). Darle a conocer el trabajo realizado a lo
largo del tiempo por distintas personas e instituciones que han pasado
por su misma situación y que trabajan por una causa común permitirá
crear un ambiente en el cual no se sienta solo.
Es importante que en caso de que el o la joven presente evidentes
muestras de comportamientos autodestructivos, o que Ud. tenga
sospecha de posibles autoagresiones, indagar sobre los hechos y, en caso
de menoscabo físico, asegure la adecuada derivación a centros médicos,
enfermerías, entre otros según corresponda.
La “salida del closet” se produce también con su entorno mas cercano. El o la
joven, al saber y estar claro de su propia orientación sexual homosexual,
buscará las formas de decirlo y el momento apropiado para contarlo. Si bien no
hay “recetas” que indiquen el instante y lugar para hacerlo, bien pueden
buscarse estrategias necesarias para que dicho instante sea el más adecuado.
Frente a estas situaciones:
1. Tener en consideración que la “salida del closet” no es una tarea
que se haga solo una vez y para siempre. Hombres y mujeres
homosexuales se verán enfrentados a lo largo de sus vidas a este
proceso. Serán ellos y ellas, precisamente, los que tomarán la decisión a
quienes contarles y a quienes no, considerando que, más que un
secreto con el cual deban vivir, es una intimidad la cual desean
compartir.
2. El hecho de contar su orientación sexual homosexual es una
decisión exclusivamente personal. Este momento no puede ser dado
por exigencias y/o recomendaciones de terceros en base a lo creen que
es oportuno y lo que no. La decisión debe ser tomada a conciencia por
la persona que está enfrentando la situación de acuerdo a sus propias
necesidades y creencias al sentirse seguro de su identidad y tranquilo
de lo que es. Nadie más que la persona que pasa por este periodo sabe
cuando enfrentarlo y abordarlo con el resto. El que busque apoyo en
terceros responde a la necesidad de examinar estrategias, pero estas
deben ser tomadas considerando siempre la autodeterminación del
individuo.
3. Contar con recursos - materiales e inmateriales – que permitan, en
el peor de los escenarios, hacer frente a la situación. En muchos
casos, producto una formación conservadora y envestidos de una carga
valórica y cultural homófaba que poseen los padres, echan de sus casas
a sus hijos e hijas a causa de su homosexualidad. Frente a esta
situación, es importante contar con apoyo necesario, ya sea de amigos o
familiares a los cuales acudir.
4. Al momento de revelar la homosexualidad, deben hacerlo con
confianza, orgullosos de su orientación, mostrarse tranquilos y
contentos consigo mismo. Esto permite entregar seguridad a la
persona que se le está contando. Por el contrario, decir que se está
confundido, o que no sabe lo que le está pasando, despierta en el otro
inseguridades y creencias de que la situación es pasajera y que su
identidad constituye un problema que deba ser solucionado. Transmitir
que su homosexualidad es motivo de alegría y felicidad y no de aversión
en su vida, permitirá naturalidad frente a la situación y su
homosexualidad. Hacer hincapié en que su orientación no es solo la
parte sexual sino que también forman parte importante sus sentimientos,
el cariño, respeto y amor que se tiene a personas de su mismo sexo.
5. Entender que el proceso que él o ella vivió ahora corresponde que
lo vivan los padres. Si bien nunca se está preparado para escuchar
insultos, palabras crudas por parte de los padres o integrantes de un
círculo cercano, estas provienen de la homofobia que ha generado la
sociedad machista, heteronormativa y patriarcal. Los padres, en muchas
ocasiones, no poseen los recursos necesarios para poder ser empáticos
frente a la situación, por ello, el proceso de aceptación que se vivió en
un comienzo y que fue difícil para él, lo es ahora para su entorno.
Muchas veces, en distintas ocasiones, dirán cosas que realmente no
sienten por temor a enfrentarse ante un escenario totalmente nuevo.
6. Valorar la situación que se vive como una oportunidad. Revelar la
homosexualidad a personas significativas representa alivianar una carga
y dejar atrás el peso de ocultar una parte importante de lo que es la vida
de jóvenes gay, lesbianas y bisexuales. Contar su homosexualidad
generará sentimientos de libertad y desahogo y atenuará posibles
malestares que se presentaban en un comienzo. De aquí en adelante la
persona visualizará opciones y oportunidades que antes no existían y
que ahora puede contar con ellas.
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el 18 de marzo, desde http://www.iguales.cl/wp-content/uploads/2012/10/OPS-TR.pdf
5. ONU (2013) “Declaración Universal de derechos humanos”, consultado
el 10 de marzo, desde http://www.un.org/es/documents/udhr/ EL TRABAJO SOCIAL EN EL MUNDO POSTMODERNO: TENSIÓN ENTRE
LA ESPECIALIZACIÓN TI Y LOS LÍMITES EN LA INTERVENCIÓN.
Alexis Bustos Villarroel
∗
Resumen
El Trabajo Social en el Mundo Postmoderno: Tensión entre la Especialización y
los Límites en la Intervención. El título antes mencionado, supone la existencia
de varias problemáticas relacionadas con el Trabajo Social y los campos de
acción inherentes a ello. La primera de ellas es la necesidad de
especialización, la cual cumple un rol fundamental en la páxis profesional y la
segunda se relaciona con los límites profesionales o disciplinares que existen
en correspondencia con otras profesiones (Psicología, Derecho, Sociología,
etc). Para abarcar dicha problemática se ha efectuado la recopilación
bibliográfica como principal método de recolección de información. Siendo el
objetivo principal: Reflexionar y problematizar aspectos de la metodología de
intervención en Trabajo Social Familiar, en relación con los distintos espacios
interventivos (Caso, Grupo y Comunidad) Para concluir en la revisión de la
Terapia Narrativa, propuesta por el Trabajdor Social Australiano Michael Withe
y el Antropólogo Neozelandés David Epston (1990).
Palabras Clave: Ciencias Sociales, Epistemología, Desarrollo, Modelos de
Intervención en Trabajo Social, Trabajo Social Familiar, Terapia Narrativa.
Chileno. Asistente Social, Licenciado en Trabajo Social, Postitulo en Psicología Familia y Derecho,
Postitulo en Psicología Jurídica al Servicio de la Investigación Forense y Criminal, Terapeuta Familiar
Sistémico. Docente en AIEP en las carreras de Trabajo Social y Técnico en Trabajo Social, efectúa
cátedras de Familia y Sociedad, Taller de Intervención Social Fundada, Taller de Intervención Social con
Personas y Elaboración y Evaluación de Proyectos Sociales. Adscrito a la Red Comunal Por La No
Violencia Valparaíso, Actualmente Trabajador Social en Programa de Reparación de Maltrato Grave y
Abuso Sexual, PRM CAVAS Regional de Valparaíso, convenio SENAME-PDI. Mail:
[email protected]
∗
1. Epistemología y Ciencias Sociales.
1.1.
Desarrollo de las C.C.S.S.
El Trabajo Social en el mundo contemporáneo y postmoderno supone la
necesidad de comprender los fenómenos que ocurren en la sociedad Chilena
actual, cuyos fenómenos pueden ser considerados productos o resultados de
este complejo proceso denominado globalización, la cual hace referencia no
sólo a la transculturalidad inherente a ella, sino también que es un proceso
complejo,
complejo
porque
los
“mecanismos
de
globalización
son
irreversibles”42, esto quiere decir y en relación con el Trabajo Social, que la
mecánica del actuar profesional, debe, necesariamente estructurarse en el
presente. (Teresa Matus, 1999, p. 18-19).
Respecto del fenómeno estudiado y en relación con la generación de
conocimiento, podemos informar que, la historia de la humanidad y el
desarrollo de las formas de conocer y explicar los fenómenos, han estado
caracterizadas por tres epistemologías que han permeado en menor o mayor
grado las ciencias sociales en general, de esta manera lo lineal-causalista
(positivista), lo sistémico-circular (teoría general de sistemas) y lo cibernético
(constructivista), obedecen a cambios de paradigmas al interior de un cuerpo
de conocimientos sistematizados, los cuales podríamos llamar ciencia,
profesión o teorías (Demicheli, 1995).
Respecto de la cibernética, existe consenso en admitir que fue el matemático y
filósofo Norbert Wiener, quien acuño este concepto, el cual, inicialmente se
preocupó de los problemas de la organización y los procesos de control,
retroalimentación y comunicación específicamente (Rodríguez y Arnold, 2007;
Demicheli, 1995). El segundo momento importante en el desarrollo de la
cibernética, es la se ha denominado de segundo orden, en la cual, entran en
escena personajes como H. Von Foerster, H. Maturana, F. Varela, entre otros.
En esta etapa, se orienta el desarrollo de la cibernética al fenómeno del
conocer y “los distintos modos de organización del sistema nervioso en seres
humanos y seres vivos en general, más allá de las aplicaciones al ámbito de la
42
Teresa Matus Sepúlveda. Propuestas Contemporáneas en Trabajo Social, Hacia una Intervención
Polifónica. Editorial Espacio, Buenos Aires, , 1999. Pág. 15.
ingeniería, la computación y la física”43. Es en este momento la cibernética
desborda su desarrollo inicial, vinculado a la matemática y permea campos tan
disímiles como la inteligencia artificial y robótica de Von Neumann,
comunicación de Weaber, en psiquiatría con Ashby, en economía con Beer
(teoría de los juegos) y en macroeconomía con Lange, neurología con Mc
Culloch y por supuesto Maturana y Varela (Autopoiesis, el primero y teoría
biológica del conocimiento entre ambos). Luego de ello, el paradigma
tradicional de ciencia objetiva fue fuertemente cuestionado, en donde, no se
contaría con el mundo, sino, con nuestras experiencias en el mundo, posición
contraria que plantea la ciencia “objetiva” la existencia de un mundo real,
objetivo e independiente de quien lo observa (Rodríguez y Arnold, 2007). La
invalidación de la objetividad como argumento teleológico inamovible, ya no se
posiciona como la verdad absoluta, al integrar esta la concepción de realidad
dependiente de quien la observa, también se hace relevante la posición del
observador que distingue, ya que “Cada vez que un observador trae a la mano
una entidad, sea ésta objeto, idea, concepto o noción, hace una operación de
distinción en la que lo distinguido y su dominio de existencia aparecen (…) El
observador hace distinciones en el lenguaje que es su dominio de existencia
tal”44.
1.1. Modernidad y Postmodernidad.
Entonces, las ideas centrales de la modernidad o el pensamiento moderno,
tenemos que “Lo que sostiene es que en la medida que se abra en la
modernidad la noción de macrosujeto (…) La idea de salvaguardar la
concepción de lo real como un todo unívoco (…) En efecto, el privilegio de una
visión omnicomprensiva conduce a la imperfección de las partes, a la
necesidad de existencia de un orden que les otorgue sentido” (T. Matus, p. 108
y 109, 1999). Las ideas anteriormente expuestas se relacionan con un orden
establecido, una realidad observable, medible, cuantificable, verdades
absolutas y universales. En este sentido, las teorías se aplicarían
indefectiblemente a los fenómenos estudiados, dejando de lado, la importancia
del contexto y la historia en las cuales están inmersos esos fenómenos. En otro
43
Demicheli, G. (1995) Comunicación en Terapia Familiar Sistémica, bosquejo de una epistemología
cibernética, Valparaíso, Ed. Universidad de Valparaíso, p. 37.
44
Maturana, H. (2003) Desde la Biología a la Psicología, Santiago, Lumen, p. 87.
sentido y siguiendo los planteamientos de Bertrando (2011) la modernidad
supone la carencia de la perspectiva política y las influencia de los distintos
tipos de poderes que pueden –o no-, influir en la vida de las personas. Por
perspectiva política, el autor hace referencia a la autonomía de la persona en
dirigir sus actos de forma deliberada, no influenciada por alguna teoría,
creencia o mandato.
Por otra parte, las ideas postmodernas vienen a contravenir a su antecesora
modernidad. De esta forma, las influencias de grandes pensadores como
Lyotard (1979), Derrida (1984), Foucault (1971), Butler (1993) entre otros. Han
aportado con serias críticas al modernismo, destacando la noción de “realidad”
no es una construcción unívoca o universal, por el contrario, dicha concepción
de realidad, debe ser considerada estrictamente como una construcción social.
Las teorías no son más que un sistema de metanarrativas, como cualquier
narrativa o metanarrativa que pueda esgrimir una persona, científico o
vendedor. Argumentan que, “los sistemas globales que se posicionan a sí
mismos como absolutos y “verdaderos”” (Bertrando, 2011) Deben ser
altamente cuestionados e incluso rechazados, la importancia del conocimiento
no yace en las teorías, sino, en los microrelatos de las personas, sus contextos,
su cultura y su política.
2. El Trabajo Social y su relación con el desarrollo de las C.C.S.S.
De esta forma, autores como Aylwin y Solar, sostienen que el trabajo social se
ha nutrido de este desarrollo científico y teórico, es más, el trabajo social se ha
desarrollado en paralelo con los cambios epistemológicos en la física, la
biología, la filosofía, la lingüística, la antropología, la sociología, la psicología y
en casi todo el campo del conocimiento social y científico (Aylwin y Solar, 2002,
p.108).
Luego de ello, comienza a gestarse la crisis intelectual y teórica que culmina en
la reconceptualización y como los antiguos “modelos” heredados del
positivismo, del análisis fragmentario de la realidad social, de la cuantificación y
la búsqueda de explicaciones universales, comenzaban a perder sentido.
Finalmente, el trabajo social se relaciona con la postmodernidad sumándose a
los planteamientos de Derrida, Lyotard y Foucault, entre otros. Donde la
premisa fundante del postmodernismo es la desconfianza de “relatos
metanarrativos de valor universal y cuestiona la capacidad de alcanzar una
verdad que no sea relativa en un contexto parcial y localizado” (Matus, 1999, p.
128).
2.1. Desarrollo de los modelos de intervención en trabajo social.
Modelos Clásicos de Intervención en Caso-Familia: Psicosocial: (1937 y ss)
inmerso en el Casework. Resolución de Problemas: (1940). Intervención en
Crisis: (1950). Terapia Familiar: (1950 y ss). Centrado en Tareas: (1965 y ss).
Ecológico: (1980 y ss). Modelos Contemporáneos de Intervención en CasoFamilia: Modelos de primera Onda; Sistémico y Fenomenológico. Modelos de
segunda Onda; Enfoque Social-Sistémico: Ralph E. Anderson e Irl Carter.
Servicio Social y Modelo Sistémico: Anna María Campanini45 y Francesco
Luppi46, influencias del modelo de Millán. Trabajo Social Clínico: Amaya Ituarte
Tellaeche47. Terapia Familiar: Joseph Pérez48. Proceso de Cambio: Peggy
Papp49. La Voz Terapéutica: Olga Silverstein50. Proceso de validación Humana:
Virginia Satir51. Intervención Familiar en Trabajo Social: Vesna Tomic52. La Red
Invisible: Marianne Walters53
Modelos Emergentes en Trabajo Social de Caso-Familia: Narrativo: Michael
Withe54 y David Epston55. Cibernético de primera Onda, Cibernético de
Segunda Onda (Constructivista) y Construccionista Social: Los autores han
llamado, el paradigma de la complejidad, para referirse a la Cibernética,
Constructivismo y Construccionismo. Se han efectuado trabajos a nivel
metateórico, según lo investigado, no existen aún propuestas o modelos de
intervención que oscilen en estas teorías. 3. Terapia Narrativa
45
Asistente Social y Terapeuta Familiar Italiana.
Psicólogo y Terapeuta Familiar Italiano.
47
Trabajadora Social Española.
48
Trabajador Social, Psicólogo Clínico y Terapeuta Familiar Estadounidense.
49
Trabajadora Social y Terapeuta Familiar Estadounidense.
50
Trabajadora Social y Terapeuta Familiar Estadounidense.
51
Trabajadora Social y Terapeuta Familiar Estadounidense.
52
Trabajadora Social y Terapeuta Familiar Chilena.
53
Trabajadora Social y Terapeuta Familiar Estadounidense.
54
Asistente Social y Terapeuta Familiar Australiano.
55
Licenciado en Antropología y Sociología, Certificado de Capacitación en Trabajo Social Neozelandés.
46
La Terapia Narrativa es propuesta por el Asistente Social Australiano Michael
White y el Antropólogo y Terapeuta Familiar Neozelandés56 David Epston,
quienes en 1980 formalizaron sus ideas en un libro llamado “Medios Narrativos
para fines terapéuticos”. Ambos autores, por separado y luego en conjunto, se
encontraban trabajando con ideas “poco ortodoxas”57 en el campo de la terapia
familiar.
3.1. Analogía del Texto.
Desde la práctica narrativa, la persona es considerada como una posibilidad de
cambio constante, en tanto, no estaría definida ni por sus condicionantes
biológicos, sociales o culturales, sino, la persona estaría íntimamente
relacionada con su historia y las historias que cuentan de él o ella. De igual
forma, como esas historias moldean su vida. Este sujeto histórico-contextual ha
de ser considerado como un texto, como posibilidad abierta de ser leída,
releída, escrita y rescrita. Ello posibilita la revisión histórico-vital del ser, en la
cual, se encuentran otras versiones de sí mismo, las historias no dichas o
“irrelevantes”, las cuales ocupan un lugar secundario en la historia dominante
del ser y posibilitan el ejercicio de reautoria o de rescribir la vida (Withe, M.
2004; Morgan, A. 2000).
“La estructuración de una narración requiere la utilización de un proceso de
selección por medio del cual dejamos de lado, de entre el conjunto de los
hechos de nuestra experiencia, aquellos que no encajan en los relatos
dominantes que nosotros y los demás desarrollamos acerca de nosotros
mismos” Withe y Epston, 1993.
56
Si bien, David Epston posee nacionalidad Neozelandesa, es originario de Canadá.
Por ideas “poco ortodoxas” se hace referencia, en primera instancia a las disciplinas que representan
David Epston y Michael White, quienes no pertenecen al campo de la psicología o psiquiatría, quienes
históricamente han desarrollado modelos, técnicas y teorías en el campo de la terapia familiar. Si bien,
tanto en Australia como en Nueva Zelanda, existe apertura a quienes quieran perfeccionarse como
terapeutas familiares, las propuestas en dicha área, se caracterizaba –hasta ese entonces-, por
profesionales de la psicología y la psiquiatría. En segunda instancia, las ideas propuestas por David
Epston se relacionaban con los ritos de pasaje, propuestos por Van Gennep trabajados por el antropólogo
Victor Turner, la comprensión de los fenómenos de Clifford Geertz (Antropólogo). Por su parte Michael
Withe estuvo interesado en la epistemología de Gregory Bateson (Antropólogo) los planteamientos
generales del Sociólogo Michel Foucault, los planteamientos de Jerome Brunner (Psicólogo y Pedagogo)
respecto de su teoría en general, Jacques Derrida Filósofo, de quien retoma los planteamientos acerca de
la deconstrucción y la critica textual. Como se aprecia, los autores basales en los que se apoyan Epston y
White, se relacionan con campos de acción distintos de la psicología y la psiquiatría, disciplinas
dominantes hasta el momento, en terapia familiar. “Poco ortodoxas” por el hecho de incluir aspectos
socioculturales, contextuales y políticos al espacio terapéutico y sobre todo, por distanciarse del
positivismo (el problema es la persona) de las teoría de sistemas (el problema es la relación) y quedarse
en el postmodernismo-constructivismo (el problema es el problema).
57
3.2. Relato, Conocimiento y Poder.
En este sentido, el ser o la persona, experimenta ciertas situaciones en la vida
a través del tiempo, a las cuales les otorga significado y comienzan a engrosar
una trama o historia dominante (Morgan, A. 2000) la cual será preponderante al
explicarse quien se es, en la actualidad. Teniendo presente ello, existen
también, historias secundarias o dotadas de menor significado e importancia,
las cuales, no se encuentran disponibles en la historia dominante. En este
sentido, es importante destacar que, la historia dominante o la historia
secundaria, se encuentra enraizada en los aspectos culturales y sociales, los
cuales contribuyen a generar soportes para dicha historia.
Las historias moldean las vidas de las personas, ello es posible, en tanto el
conocimiento y poder se encuentran indefectiblemente relacionados, por lo
tanto, son los efectos de ese poder-conocimiento los que van moldeando
lentamente a las personas. Los efectos experimentados no son los que
comúnmente podríamos argumentar, los efectos descalificadores, limitantes,
negadores o coactivos (White, 1990). Por el contrario, son los efectos positivos
los que afectan a la persona, los efectos de “verdades normalizadoras” las
cuales configuran las vidas de las personas y las relaciones de ésta. “Estas
“verdades”, a su vez se constituyen o producen en el funcionamiento del poder
(Foucault, 1979, 1980, 1984a. citando en White y Epston, 1990).
3.3. La Imposibilidad de Acceder a la Realidad.
El primer aspecto epistemológico fundamental en terapia narrativa, retrotrae los
aportes de Gregory Bateson, en relación a la imposibilidad de conocer o tener
acceso a una realidad “objetiva”, ya que, todo conocimiento requiere un acto de
interpretación (White, M. 1993).
A este respecto la posición del sujeto que conoce no se encuentra fuera del
sistema
observado,
por
el
contrario,
se
encuentra
inmerso
en
las
observaciones y distinciones que realiza, en las cual, participa activamente de
la construcción del objeto observado (Keeney, B. y Ross, J. 1993).
3.4. Reflexiones finales
La práctica narrativa58 expone que el término “terapia” es un concepto
inadecuado para describir el trabajo que se realiza desde esta práctica. En el
entendimiento que, el concepto de terapia aduce al tratamiento de
enfermedades, desórdenes, defecto, etc., En la práctica narrativa, no se
entienden los problemas en términos de enfermedades, defectos o déficits y no
se cree en nada que pueda relacionarse con una “curación” (White, 1990).
Existe una visión despatologizadora, no centrada en el diagnóstico. Lo que no
quiere decir que se invalide o se desconozca lo anteriormente mencionado,
sino, que el diagnóstico o la patología, es parte de una historia más amplia y en
ningún caso, la patología o el diagnóstico va a definir a la persona.
Entonces aparece la estrategia fundamental en Narrativa, la externalización. La
externalizar el problema es la técnica terapéutica central usada por Michael
White para ayudar a las personas a comenzar a definir sus problemas como
separados de sus identidades. Para ello desarrolla un estilo particular de
entrevista, preguntando acerca de cómo el problema ha estado afectando la
vida de la persona y sus relaciones. Lo cual posibilita la identificación de los
aspectos problemáticos y cuando se ha tenido el control sobre ellos. De igual
forma, otorga el control a la persona sobre el problema y no a la inversa, que el
problema es quien gobierna sus vidas. Lo que se busca como fin último es la
recuperación de la agencia personal.
Respecto de la posición de las personas como agentes en sus propias vidas,
Michael White y David Epston realizan una comparación acerca de la
representación del modo lógico científico y del modo narrativo acerca de esta
visión del ser humano. Para estos autores el modo lógico científico representa
a la persona como pasivo/a frente a fuerzas internas y externas que moldean
sus vidas (Impulsos, impactos, transferencias, etc).
En cambio el modo narrativo sitúa a la persona como protagonista de su propio
mundo o historia. Es un mundo interpretativo en donde re contar una historia es
contar una historia nueva, generando nuevos significados a medida que la
58
La terapia narrativa inicialmente es conocida como un enfoque, luego se posiciona como terapia y
posteriormente es denominada como práctica narrativa (White, 2007)
persona con sus semejantes van re-escribiendo y moldeando sus vidas y
relaciones (White, M. Epston, D. 1993).
Otro aspecto central en la práctica narrativa, es la posición y rol de las
disciplinas. Al mismo respecto, las disciplinas profesionales –independiente
cual sea ésta-, contribuyen a generar el mantenimiento del discurso dominante.
En este sentido, no es el poder en sí mismo la herramienta que posibilita la
mantención y reproducción de un conocimiento tal, sino, son los sujetos los que
posibilitan dicha reproducción (Carassale, S y Vitale, A. 2010).
“Esta revisión ética (…) se dirige enseguida a los riesgos de privilegiar el
micromundo de la terapia por encima de los macrocontextos de las vidas de las
personas” (White, 2002) hace referencia a las formas y tiempos de atención,
por lo general breves en su duración, con exigencias de logros exitosos y
márgenes de error exiguos, sobre ello, la idea de acción efectiva, se vincula
directamente con la ética del control (White, M. 2002).
Otro aspecto fundamental de los aspectos micropolíticos en Pakman, se
relaciona con lo esperado en el espacio psicoterapéutico, lo que se relaciona
con la trasmisión de una praxis imperturbable, la cual se sostiene en los
discursos profesionales y en las pretensiones de verdad en la relación
psicoterapeuta-consultante (Withe, M. 2002) sobre ello, Pakman realiza una
crítica sobre la praxis profesional del psicoterapeuta en relación con otras
disciplinas, ello tiene relación con “la tradición de la psicoterapia no están muy
bien vistas, porque se piensa que pertenecen a lo que tiene que hacer un
trabajador social y no una persona del mundo "Psi". Es decir, tradicionalmente
lo que se supone que es legitimo de un terapeuta es trabajar sobre lo
estrictamente mental, pero resulta que buena parte de lo que es mental son
cuestiones sociales y políticas que tienen que ver con definiciones de la
realidad sobre las cuales hay que operar de algún modo. Por tanto, este
aspecto micropolítico es un intento de legitimar como parte genuina del trabajo
terapéutico que hacer todas esas cosas es parte de lo que debemos hacer y, a
la vez, un reclamo para evitar caer en algo en lo que lo que se cae con
frecuencia, que es decir: "bueno, yo sabría hacer muchas cosas en esta
situación, pero lamentablemente no puedo, porque hay problemas contextuales
que me impiden hacer lo que debería hacer como psicoterapeuta que soy””59
La mantención de un saber encapsulado en una disciplina tal, posibilita la
disección entre “lo mental” y “lo social” teniendo presente que, ambos términos
se encuentran indefectiblemente relacionados. Al mismo respecto, mantenerse
en la posición de trabajar sobre lo mental o lo social, conlleva a fragmentar al
ser humano, descontextualizarlo y efectuar un trabajo psicoterapéutico
fraccionado.
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59
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¿POR QUÉ SE HACE NECESARIA LA TEORÍA SOCIAL CRÍTICA EN LOS
PROCESOS INVESTIGATIVOS E INTERVENTIVOS DEL TRABAJO SOCIAL
PROFESIONAL DEL SIGLO XXI?
María Fernanda Gómez Górnez ,
Yudy Judith Méndez Esparza ,
Clara Inés Santander oueñas
∗
∗∗
∗∗∗
Resumen
El trabajo se basa en visibilizar la importancia que debiera representar la teoría
social crítica en los procesos investigativos e interventivos de la profesión de
Trabajo Social en el siglo XXI; los elementos de la teoría social crítica, generan
cuestionamientos ante el papel que la profesión del Trabajo Social ha
desarrollado a lo largo de su historia y el que actualmente desempeña; este
paradigma permite además, contribuir a la reflexión crítica, reflexiva y
propositiva sobre sujetos, objetos e intencionalidades en los procesos
investigativos e interventivos de la profesión. La ponencia se centra, en primer
lugar, en presentar aproximaciones históricas de la profesión; en segunda
medida, se problematiza en torno a las consecuencias que ha acarreado la no
contemplación de la teoría social crítica en Trabajo Social; finalmente, se
presenta la construcción de un marco de reflexiones en torno a la relevancia de
la teoría social crítica en la profesión del siglo XXI.
Palabras claves: Trabajo Social - Trabajo Social crítico - intervención.
Estudiante de Trabajo Social; Universidad
Industrial de Santander -UIS-, Bucaramanga, Colombia,
[email protected]
Estudiante de Trabajo Social; Universidad Industrial de Santander -UIS-, Bucaramanga, Colombia,
[email protected]
Estudiante de Trabajo Social; Universidad Industrial de Santander -UIS-, Bucaramanga, Colombia,
[email protected]
∗
∗∗
∗∗∗
Como Trabajadoras Sociales en formación, abordar el tema de la influencia de
la teoría social crítica en los procesos investigativos e interventivos del Trabajo
Social profesional, se constituye en un verdadero desafío, en primer lugar
porque no poseemos argumentos suficientes, o los que conocemos resultan
ser muy escasos, de pronto, no hemos logrado trascender del sentido común al
juicio razonado; o como diría (Rodríguez, 2009) no estamos acostumbrados a
tener una voz propia frente al concierto de las voces de la tradición; en
segundo lugar, porque no existe una postura definida del Trabajo Social frente
al sentido de su práctica.
En su proceso histórico la profesión del Trabajo Social se ha desarrollado en
constantes ires y venires que han permitido evidenciar la relación dilemática
entre ideología, teoría y práctica, sus necesidades de transformación y su
conceptualización como profesión.
Consideramos importante establecer algunas aproximaciones en torno a la
historia del Trabajo Social, desde tres momentos: el periodo clásico, el periodo
del movimiento de la reconceptualización, el periodo contemporáneo.
Haciendo referencia al periodo clásico de la profesión del Trabajo Social,
coincidimos con (Torres, 1987) en que la etapa clásica de la profesión
correspondería al Trabajo Social tradicional, que, consolidado como profesión y
equipado con los tres métodos tradicionales de caso, grupo y comunidad, se
desempeña en diversos campos gubernamentales y no gubernamentales,
teniendo como foco de interés las necesidades humanas y las políticas
sociales; y con (Quiroz Martin, 1976), quién plantea que el Servicio Social nació
y se desarrolló en los países capitalistas desarrollados, con una intencionalidad
clara de curar las heridas y atenuar contradicciones que este modo de
producción generaba. El Trabajo Social llega a América Latina por penetración
europea, inicialmente al cono sur, creándose las primeras escuelas de Trabajo
Social en torno a 1925, y, posteriormente se ramifica por todo el continente
estableciéndose por influencia norteamericana. En Latinoamérica, el Servicio
Social crece y se multiplica como un producto de la intención de beneficencia
de los grupos dominantes, los que buscaban sanar las patologías que
producían sus privilegios sin cambiar el sistema que generaba esas ventajas.
Como productor social esta profesión acepta espontáneamente y sin ninguna
duda los objetivos y tareas que el sistema le adjudica.
El desarrollo de la reconceptualización, según (Parra, 2001) se dio bajo
circunstancias históricas y políticas en el mundo, tales como: el fin de la II
Guerra Mundial y una nueva configuración geopolítica internacional, la
hegemonía absoluta de los Estados Unidos en el mundo capitalista, el
desarrollo de la guerra fría, un nuevo marco regulatorio de las políticas sociales
a través del Welfare State, el surgimiento de importantes movimientos
culturales, feministas, raciales y estudiantiles, así como un nuevo papel de la
Iglesia Católica producto del Concilio Vaticano II. A nivel latinoamericano, la
revolución cubana, las propuestas de Alianza para el Progreso como reacción
de los Estados Unidos ante posibles futuras revoluciones, las teorías
desarrollistas impulsadas principalmente por la CEPAL (Comisión económica
para América Latina y el Caribe), la teoría de la dependencia, la organización
de nuevos partidos de izquierda y la lucha armada, las comunidades eclesiales
de base y la teología de la liberación, las brutales y sanguinarias dictaduras
militares.
Las décadas de 1960 y 1970 implicaron para el Trabajo Social intentos de
ruptura con la concepción asistencialista y adaptativista de la profesión,
planteando cambios a nivel teórico, ideológico y metodológico e insertándola
críticamente en la realidad socioeconómica, cultural, y política para buscar así
la transformación social en las luchas de explotación y dominación y construir
una nueva sociedad.
Dentro de las características de la reconceptualización planteadas por
(Quezada Venegas, 2001) encontramos: análisis de las realidades nacionales y
latinoamericanas a la luz de la emergente teoría de la dependencia como factor
explicativo de los desequilibrios del modelo de desarrollo urbano–industrial;
esfuerzo por integrar elementos analíticos socioeconómicos para entender e
integrar la profesión a la realidad de nuestros países; intentos de crear una
teoría del Trabajo Social latinoamericano; abordaje del método científico por
oposición a la “metodología” entendida como simple suma de técnicas (caso,
grupo y comunidad); adecuación de técnicas a nuevos objetivos trazados por el
Trabajo Social, como técnicas de concientización, participación popular y
movilización popular, acción, reflexión, etc.; énfasis en el estudio de la teoría
del conocimiento, dentro de la concepción dialéctica materialista, lo que
significa también reflexión sobre el alcance transformador de la práctica
profesional y la práctica social en general; acentuación de la variable política en
el Trabajo Social; intentos de que las prácticas profesionales concreten los
principios liberadores asumidos por los trabajadores sociales.
Según (Vélez Restrepo, 2003) Las propuestas de acción que conforman los
denominados Modelos Críticos o Radicales se inspiran en la Educación
Popular y en la Sociología Crítica, y las directrices y procedimientos por ellos
utilizados están metodológicamente soportados en la Investigación Temática
(Concientización) y en la IAP (Investigación Acción Participativa).
Aunque los Modelos Radicales permitieron establecer una ruptura importante
con las tradiciones positivistas presentes en la profesión, y, aportaron
elementos de valor para la consolidación teórica de la misma (bajo el amparo
de las Ciencias Sociales), las demandas y necesidades que el conocimiento y
la situación social le imponen hoy al Trabajo Social obligan a cuestionar el
alcance y pertinencia de tales modelos en el momento actual.
Modelos Contemporáneos: Conjunto de propuestas de acción social (unas más
consolidadas que otras), que se instalan en el concierto de la profesión como
alternativas contemporáneas de actuación compartiendo su preocupación por
las interacciones de las personas con su entorno social desde una perspectiva
integral, holística y global e insinúan el posible camino a recorrer en lo que
sería la reconfiguración metodológica de la profesión, en este nuevo siglo.
Están inspirados en la Teoría General de Sistemas y en un conjunto de teorías
sociológicas y escuelas de pensamiento que como el Interaccionismo
Simbólico, la Fenomenología, el Construccionismo, la Hermenéutica, la Teoría
de la Complejidad y la Cibernética de Segundo Orden se abren paso
actualmente y permiten direccionar la actuación profesional colocando especial
atención en la centralidad de la subjetividad como constitutiva de lo social en
los procesos de comunicación que mediatizados por el lenguaje configuran la
acción social, en la interacción y percepción como componentes sustanciales
de las relaciones sociales, en la reflexividad, en el mundo de la vida y en la
cotidianidad, entre otros.
Son modelos dinámicos, abiertos, flexibles, y como tales están en proceso de
permanente construcción y deconstrucción. Su aplicación está atravesada por
la dimensión individual y colectiva, estableciendo un sano equilibrio entre
ambas.
Según (Viscarret Garro, 2007) el Trabajo Social crítico surge hasta finales de
los sesenta y principios de los setenta en el Reino Unido, Canadá, Australia y
Estados Unidos. Los antecedentes intelectuales del Trabajo Social critico son
muy diversos y recogen un amplio conjunto de teorías sociales, que van desde
las teorías feministas, el marxismo, el desarrollo comunitario, la teoría radical
de la educación (Freyre), la antipsiquiatría, la sociología radical hasta las
teorías críticas sobre la raza y el carácter étnico y la teología de la liberación.
Según señala (Healy, 2001) todas las teorías sociales criticas tienen sus
fundamentos en el ideal de la ilustración de una sociedad basada en la
igualdad y libertad humana. Igualmente, se pueden encontrar en ellas una serie
de fundamentos teóricos básicos que han sido relevantes para la práctica del
Trabajo Social.
Los enfoques críticos radicales buscan explicar el orden social y su
transformación; no desprecian el conflicto porque lo conciben como un
elemento básico de la estructura social, una estructura social que se encuentra
dividida en opresores -que defienden sus intereses para mantener la opresión
dentro del sistema capitalista- y oprimidos -los individuos que están sujetos a
las determinaciones que los opresores le imponen- .
Para transformar la
realidad social es indispensable la concientización y el análisis crítico de las
ideologías dominantes por parte de los dominados ya que el enfoque crítico
radical no concibe una transformación de la realidad sin la participación activa
de estos.
Según (Piotti, 2007) una ciencia social crítica busca producir una reflexión en la
conciencia de quiénes están afectados por las relaciones verticales de poder y
por las naturalizaciones que la historia de dominación y las ideologías la
signan.
Esta reflexión está ligada a la noción intelectual orgánico de Gramsci que se
define como la parte activa de las clases de la sociedad civil en la lucha por la
hegemonía; responsable de crear una concepción nueva e integral del mundo y
añadimos nosotras, que dé respuesta a las necesidades de democracia,
justicia y dignidad humana de los diferentes movimientos sociales. Situación
muy distinta a la del intelectual tradicional o postmoderno que no busca
cuestionar los sistemas de significados hegemónicos sino adaptarse y adaptar
los sujetos de la intervención a ellos, a veces con el doble juego de sus
discursos y sus prácticas profesionales.
El proyecto emancipador del Trabajo Social crítico se va a oponer a una visión
individualista de la intervención social, tal y como hacia el psicoanálisis que
atendía a individuos concretos porque entendían sus problemas como
problemas originados en ellos mismos y aislados de los demás. Los enfoques
críticos radicales y en este sentido los trabajadores sociales críticos lo que van
a hacer es trabajar allí donde los problemas sociales producen problemas a las
personas, por lo tanto, van a entender que no pueden trabajar con individuos
aislados, pues trabajar de esa forma lo único que provocaría sería fortalecer a
los sistemas opresores que les mantienen oprimidos. Por lo tanto el Trabajo
Social critico lo que
hace es trabajar con las personas para que tomen
conciencia, también trabaja con la sociedad para que se produzcan los
necesarios cambios para su transformación. En este orden de ideas la finalidad
del Trabajo Social no puede ser adaptar al individuo al medio social en el que
vive, muy al contrario el Trabajo Social crítico y el Trabajo Social crítico radical
está a favor de los desposeídos, de los oprimidos, de los inadaptados y los
desahuciados de la sociedad, se pone a su lado para intentar que ellos mismos
tomen conciencia de su situación y cambien y transformen la sociedad en la
cual viven generando para ellos un proceso de liberación personal.
El Trabajo Social critico basa su intervención en un carácter pedagógico; el
autor que mejor lo plantea es Paulo Freyre, cuándo se refiere a lo pedagógico
como un enseñarle a las personas a tomar conciencia de las situaciones en las
cuales viven y ofrecerles instrumentos, herramientas y apoyo para que inicien y
generen de manera activa la transformación de la sociedad a la cual están
sometidos, buscando que se den cuenta de quienes son y cómo se puede
cambiar el mundo material por medio de sus capacidades, para dejar así el
camino de la alienación. Por lo tanto el proyecto emancipador del Trabajo
Social critico se centrará además del individuo, en la propia transformación de
la sociedad, en los grupos y en lo comunitario; el Trabajo Social critico va a
cuestionar al Trabajo Social tradicional y lo va a cuestionar porque cree que
este lo único que hace es ofrecer recetas estándar para las personas desde las
instituciones, pero ya de por sí estas instituciones son dependientes de un
sistema que mantiene el statu quo que oprime a las personas, por lo tanto, van
a criticarle que lo único que hace es mantener el control social sobre los
oprimidos al mantenerlos dentro del sistema de opresión que controla a los
oprimidos dentro de la sociedad. El trabajador social debe darse cuenta de cuál
es su rol, dentro del sistema; para el Trabajo Social crítico si el trabajador
social no se da cuenta que trabaja para el sistema, que mantiene el statu quo,
en donde hay oprimidos y opresores, el trabajador social se va a convertir él
mismo en un instrumento de control social; por lo tanto el trabajador social
critico debe
politizar, siendo él mismo un agente de cambio, que este
trabajando por la promoción de la justicia social más que por un
profesionalismo aséptico, exento de valores, que en definitiva por omisión lo
que hace es reproducir los valores existentes de opresión y de desigualdad
social.
Al realizar este breve recorrido por los diferentes procesos que la profesión del
Trabajo Social ha experimentado a lo largo de su historia, retomamos la
pregunta objeto de nuestro análisis, una pregunta que sin duda alguna,
remueve las concepciones e ideologías más profundas del espíritu de un
profesional en Trabajo Social ¿Por qué se hace necesaria la teoría social
crítica en los procesos investigativos e interventivos del Trabajo Social
profesional del siglo XXI?
A nuestro parecer, son necesarios los elementos de la teoría social crítica en
los procesos investigativos e interventivos del Trabajo Social profesional en el
siglo XXI, pues son los que generan el cuestionamiento ante las lógicas de
dominación imperantes; ante el papel que la profesión del Trabajo Social ha
jugado a lo largo de su historia; este paradigma permite además contribuir a la
reflexión crítica, analítica y propositiva sobre contextos, propuestas y objetos de
la profesión.
En Trabajo Social, no concebimos la intervención e investigación sin
comprender el por qué, para qué y sobre qué se actúa, haciéndose necesaria
la utilización de distintos referentes teóricos y la relación entre intervención y
comprensión es insustituible entre intervención y sistema de comprensión
social -generados por la teoría social crítica-, haciendo que la investigación se
configure como una de las formas posibles de desarrollar los procesos de
comprensión social.
A continuación se presentan algunos apartados textuales de la conferencia del
Docente Juan Manuel Latorre Carvajal realizada el día 10 de Abril de 2013 en
una de las aulas de la Universidad Industrial de Santander, consideramos de
suma importancia plasmarla en el ensayo, ya que sintetiza a nuestro parecer la
tesis planteada.
“La experiencia que dentro de mi vida he vivido dentro de Trabajo Social, es
una experiencia, tengo que decirlo aquí, totalmente dinámica, comprometida
con movimientos sociales de 24 horas sin parar, trabajando por y para la gente.
Mi generación y algunas generaciones posteriores a la mía, logramos mantener
una estructura organizacional de Trabajo Social que era envidiable a los ojos
de muchos profesionales a fines y no a afines…
…La experiencia que he vivido me lleva a pensar que como vamos, vamos
mal…
…Ninguna profesión en el planeta tierra había logrado los niveles
organizacionales de Trabajo Social…
… Muchos pensamos, lo mío es estudiar Trabajo Social y obtener un título y
botarme a una sociedad del sálvese quien pueda, con esa mentalidad,
cualquier individuo en esa lógica es presa fácil de la manipulación…
…Con el importaculismo estamos dejando morir la profesión. No crean ustedes
que no se sufren, y cuando hablo de esta manera es porque he vivido la
frustración de ver un potencial humano importante como el potencial humano
del colectivo de trabajadores sociales sometidos a muchos tipos de esclavitud,
con una absoluta incapacidad, por falta de mirada, por falta de compromiso con
la profesión y con la sociedad. Con ese importaculismo estamos dejando morir
la profesión, y eso es una total desgracia…
… Hablamos de una profesión que habla todos los días de organización, de
participación, una profesión que se cree la dueña de los procesos organizativos
de las poblaciones. No hagamos en el pulpito el papel del pederasta que se
para y habla en contra de esta cuando es un pederasta. Hablamos de
participación y ni siquiera participamos de un evento familiar, hablamos de
democracia y somos no demócratas en nuestra vida cotidiana. ¿Para que
hablamos de responsabilidad en procesos si somos irresponsables?,
irresponsables frente a nosotros mismos, irresponsables frente al momento que
la vida nos ofreció como oportunidad para formarnos como trabajadores
sociales. A muchos les importa un comino lo que están haciendo, con gente así
como puede esperar un futuro promisorio para la profesión, como vamos,
vamos mal, esto no es exclusivo de esta escuela, está en todas las escuelas de
Latinoamérica…
…Por ese camino no podemos pensar en una profesión que se vaya a
mantener en el mundo…
…Debemos unirnos en torno a una intencionalidad, comprometernos en unos
valores, en unos principios, en unos objetivos por cumplir con distintos grupos
de población, debiéramos ser un colectivo organizado para pensar no
solamente su profesión sino la sociedad, ese si es un colectivo que será
respetado, valorado y requerido socialmente…
…En la actualidad lo que le interesa al profesional en Trabajo Social es hacer
bien lo que le manden a hacer. Son muy pocos los profesionales
comprometidos que propongan lo que deben proponer en las organizaciones.
¿No podemos hacer acaso contrapropuestas? ¿A lo que me dice el jefe o el
alcalde?...
…Debiéramos estar en la prensa, en la radio, divulgando comunicados, dando
a conocer un colectivo profesional para pensar una sociedad, para proponer
una nueva sociedad, para criticar la sociedad, eso sí sería un gremio
respetable de trabajadores sociales… (Latorre Carvajal, 2013).
Bibliografía
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SEMÁNTICAS DE LA VEJEZ EN SITUACIÓN DE DESASTRE
SOCIONATURAL. UNA OBSERVACIÓN DESDE LAS DISTINCIONES DE
FUNCIONARIOS PÚBLICOS EN LA REGIÓN DEL LIBERTADOR
BERNARDO O'HIGGINS"
Francisco Javier Jaramillo Álvarez
∗
Resumen
Los desafíos planteados en relación al envejecimiento de 'Ia población chilena,
es relevante tematizar otro elemento significativo de las sociedades
modernas, y que es la ocurrencia de desastres naturales, y como estos al
igual que los procesos de envejecimiento, también refieren a la
autoproducción de las sociedades modernas, es decir, la manifestación del
desastre tiene un origen natural, pero hoy en día se generan distinciones
respecto a la posibilidad de que la consecuencia de los mismos, como
también las causas puedan referir a elementos no naturales.
La centralidad de la investigación se encuentra en la posibilidad de descripción
de un espacio de observación de la vejez como proceso altamente
contingente, desde espacios relevantes de intervención social y en relación a
la respuestas que se desarrollan en situaciones de desastres socionaturales.
Palabras claves: Riesgo/peligro, Vejez, Vulnerabilidad, Desastre, socionatural
Centro de Investigación en Vulnerabilidades
y Desastres Socionaturales, CIVDES. Universidad de
Chile. Iniciativa Científica Milenio Ministerio de Economía, Fomento y Turismo. Correo electrónico:
[email protected]
∗
Desarrollo:
Los desafíos planteados en relación al envejecimiento de la población chilena,
es relevante tematizar otro elemento significativo de las sociedades modernas,
y que es la ocurrencia de desastres naturales, y como estos al igual que los
procesos de envejecimiento, también refieren a la autoproducción de las
sociedades modernas, es decir, la manifestación del desastre tiene un origen
natural, pero hoy en día se generan distinciones respecto a la posibilidad de
que la consecuencia de los mismos, como también las causas puedan referir a
elementos no naturales.
La centralidad de la investigación se encuentra en la posibilidad de descripción
de un espacio de observación de la vejez como proceso altamente contingente,
desde espacios relevantes de intervención social y en relación a la respuestas
que se desarrollan en situaciones de desastres socionaturales.
7.- Desarrollo:
Los efectos de los desastres de origen natural en el mundo presentan diversas
características, que dependen del tipo de desastre, la preparación de la
sociedad, los grados de vulnerabilidad, la intensidad, por lo tanto de un
desarrollo previo a este, que se traduce en una serie de decisiones, que
amplifican o reducen los daños. Pero también es posible realizar distinciones
que permitan aportar al conocimiento de los desastres y a su conceptualización
como socionaturales, es decir, producto de decisiones previas, durante y
posterior al evento.
Los desastres tal como lo define Andrew Maskrey (1993), no son naturales,
existen unas serie de elementos que configuran la posibilidad de que un
fenómeno natural se convierta en un desastre socionatural. En este sentido
podemos advertir una red de decisiones, que previo al desencadenamiento de
un fenómeno natural, facilitan que este se transforme en riesgo directo para la
población.
En este sentido se considera que los desastres naturales, producen
importantes modificaciones en las sociedades en las cuales se producen, es
decir son elaborados como elementos externos que generan irritaciones lo
suficientemente significativos para impulsar cambios.
Dado lo anterior, se produce un tránsito semántico en la conceptualización de
los desastres naturales a desastres socionaturales, la distinción de una
comunicación externa que produce cambios al sistema, se tiende a diluir, dado
que el efecto de las irritaciones traducidas en daños, son efectos
principalmente de las redes desicionales del propio sistema, es decir son
autocuasadas.
En el tránsito semántico es posible comprender los desastres de origen natural,
como fenómenos que acompañan la evolución de la humanidad, desde los
inicios de esta. Encontramos referencias en diversas culturas y tiempos
distintos, desde la Biblia, el Corán, los diálogos de Platón (el hundimiento de la
Atlántida), mitos mapuches, pascuenses, mayas, aztecas, incas, uros,
kawesqar, guaraní, entre otras, que comparten referencias en la historia escrita
y oral respecto a desastres naturales.
En general es posible apreciar como elemento común a las referencias
señaladas la asociación entre desastres naturales y castigo de origen divino. La
conducta
moral
de
los
humanos,
es
la
causa
en
general
del
desencadenamiento de estos fenómenos. En este sentido el diluvio es la forma
mayormente generalizable en la cual se desencadena el castigo.
La presencia del mito sobre el diluvio ha sido identificada en Babilonia, Grecia
Antigua, India, Oriente, Archipiélago Índico, Australia, Nueva Guinea,
Melanesia, Polinesia, Micronesia, Suramérica, América Central, América del
Norte y África (Frazer 1986, citado en Taipe, 1999). En cada una de estas
regiones, la forma de los mitos varía según se trate de una u otra etnia; no
obstante, éstos se erigen sobre una misma estructura.
La Biblia (génesis, capítulo 6 al 9), define como consecuencia el progresivo
alejamiento de las leyes sagradas. Similar explicación se encuentra en los
diálogos de Platón respecto a la Atlántida (Platón, trad. S.f.), donde los dioses
deciden castigar a los atlantes por la soberbia.
Los relatos orales del pueblo mapuche hacen referencia a las luchas entre las
serpientes Treng Treng Vilu (protectora de los hombres) y Caicai Vilu (enemiga
del hombre) (Pino, 2008). En ella Treng Trebg Vilu avisa sobre la intensión de
Caicai Vilu de inundar las tierras y así exterminarlos. Solo algunos hacen caso
a las advertencias y se refugian en tierras altas, comenzando posteriormente
un nuevo ciclo con quienes sobrevivieron.
También es posible encontrar referencias en la mitología Quechua (Taipe,
1999), donde una raza de gigantes (que contaba con poderes sobrenaturales)
habitaba la tierra en conjunto con la humanidad, pero en el camino de su
evolución se vuelven codiciosos, desencadenando el castigo de la divinidad en
forma de diluvio.
Es posible apreciar la presencia de elementos similares entre las referencias de
la antigüedad, donde el agua, la desobediencia o conflicto con divinidades y el
inicio de nuevos ciclos posteriores al desastre, marcan puntos de encuentro
entre los distintos mitos.
Con la evolución de los procesos societales, en especial la creciente
secularización y la incipiente racionalización, los desastres de origen natural
comienzan a generar una génesis explicativa distinta, en la cual, las referencias
a la conducta moral y la relación con el castigo de parte de la divinidad, se
transforman principalmente a referencias de carácter natural, y al azar. Desde
esta perspectiva la posibilidad de intervenir o anticiparse a los efectos son
prácticamente nulos, dada la concepción azarosa de los mismos, como
también por el escaso conocimiento de los fenómenos. Con la profundización de la racionalización de los procesos societales y la
creciente especialización de sistemas parciales, en particular el sistema
ciencia, se comienza a generar una nueva aproximación a los fenómenos de
origen natural. En este sentido se desarrollan distinciones respecto a las
decisiones (red de decisiones), que permitirían la posibilidad de amplificar o
disminuir las consecuencias de desastres de origen natural. Se avanza también
en sistemas predictivos (para algunos fenómenos de origen natural,
principalmente tornados, tormentas, huracanes, y en menor medida maremotos
y erupciones volcánicas) que facilitan la prevención de daños y entregan
elementos para la planificación del riesgo.
De acuerdo a los elementos revisados, es posible conceptualizar el tránsito
semántico del concepto desastre natural, desde concepciones que sustentan la
relación entre el comportamiento moral y fuerzas externas (divinos), hasta la
forma actual, donde se puede apreciar una síntesis entre manifestaciones
naturales, que en su producción se transforman en desastres socionaturales,
dado el alcance que hoy en día presentan las decisiones del sistema sociedad.
Un posible análisis respecto al tránsito semántico, tiene relación con la
posibilidad de la autoproducción. En el actual desarrollo de la forma semántica
se conceptualiza, que el daño ocasionado se relaciona con redes decisionales
que pueden amplificar o disminuir el daño. En la forma desarrolla en la
antigüedad, también es posible distinguir espacios de autoproducción, aun
cuando se asocia principalmente a elementos de carácter moral y al devenir de
las decisiones del mundo divino, pero aun así se aprecian posibilidades de
autoproducción, presentes también en la actualidad, principalmente referidas a
procesos de racionalización.
A pesar de que en la actualidad se conceptualiza el concepto ligado a
manifestaciones de la naturaleza, la autoproducción de los mismos comienza a
correr el alcance del mundo social, sobre el mundo natural, dado que factores
ya no solo ligados a los daños ocasionados una vez producido el desastre, sino
que
se
discute
en
la
actualidad
la
posibilidad
del
incremento
de
manifestaciones de la naturaleza producto de procesos desarrollados por el
sistema social, como por ejemplo el cambio climático.
Por lo tanto es relevante abrir la reflexión a la posibilidad de nuevas
conceptualizaciones, que puedan incorporar la complejidad actual.
Un elemento que se debe considerar en el análisis de la complejidad actual es
la relación que se establece en los procesos de envejecimiento, como en los
desastres socionaturales, los cuales responden principalmente a efectos
evolutivos de los sistemas sociales, donde el aumento de la esperanza de vida,
los avances en la medicina, el aumento de la población, el crecimiento
exponencial de equipamiento e infraestructura, sin la adecuada gestión del
riesgo terminan por adiccionar elementos desagregados, que terminan por
complejizar los logros alcanzados.
El desafío que se establece como posibilidad de reducción de la complejidad
autocausada, es la necesidad de profundizar el conocimiento de ambos
factores, para poder generar las necesarias adecuaciones al sistema, y de esta
forma efectivamente no se transformen en efectos no deseados de la
complejidad.
En la sociedad chilena se seguirá probabilizando el envejecimiento y los
desastres socionaturales se seguiran produciendo tanto como manifestación de
la naturaleza, como también por redes desicionales propias del sistema
sociedad. En este sentido es necesario abordar la gestión del riesgo como
posibilidad de reducción de complejidad, dado que se entiende que la
eliminación total del riesgo no es un objetivo factible, en una sociedad
denominada como de riesgo.
En este sentido la construcción de semánticas de la vejez en situaciones de
vulnerabilidad (como desastres socionaturales) en sujetos que se diluye la
relación interventor-afectado dada la amplitud del daño, en una sociedad que
no ha desarrollado elementos adecuados para abordar los procesos de
envejecimiento y desastres socionaturales, se define como el elemento
significativo de la investigación, y que pretende aportar al conocimiento de
ambos temas y de la posibles relaciones que se produce entre procesos.
Antecedentes del envejecimiento en Chile
La conformación y situación de la población en Chile, presenta en la actualidad
características significativas de análisis. Es posible apreciar importantes
cambios demográficos, por ejemplo, la esperanza de vida al nacer ha crecido
sostenidamente en el país, alcanzando en la actualidad cifras similares a la de
los países desarrollados, proceso asociado a la transición demográfica
avanzada, definida por una baja tasa de natalidad y de mortalidad, que se
traduce en un crecimiento natural bajo (año 2004: 1%) (Revista chilena de
obstetricia y ginecología, 2007). También se ha modificado la tasa global de
fecundidad, llegando en la actualidad a un promedio de 1,9 hijos por mujer
(DEIS, 2010), el cual se encuentra bajo la tasa de renovación de la población
que se estima en 2.1 hijos (INE, 2013).
Estos hechos han comenzado a cambiar la estructura de la población en el
país, transformando algunos elementos significativos, tales como los índices de
reemplazo
de
la
población
y
simultáneamente
ha
comenzado
un
envejecimiento paulatino pero sostenido, cambiando las proyecciones de la
estructura etaria, con la posibilidad cada vez más cierta que el segmento de
personas mayores de 60 años se transforme en un elemento de un peso
relevante en una serie de definiciones en la estructura social del país.
En este sentido, la esperanza de vida en Chile, ha sufrido importantes cambios,
desde mediados del siglo XX a la actualidad. En la tabla que se presenta se
puede apreciar que en el periodo que va desde 1950-1955 al periodo
proyectado 2010-2015 la esperanza de vida ha aumentado en 24,3 años, lo
cual representa un crecimiento levemente superior a 4 años por decenio (4,05).
Tabla 1 esperanza de vida al nacer (en años) por periodo y sexo.
Chile, 1950-2025
Periodo
1050-1955
1955-1960
1960-1965
1965-1970
1970-1975
1975-1980
1980-1985
1985-1990
1990-1995
1995-2000
2000-2005
2005-2010
2010-2015
2015-2020
2020-2025
Ambos sexos
54,80
56,20
58,05
60,64
63,57
67,19
70,70
72,68
74,34
75,71
77,74
78,45
79,10
79,68
80,21
Hombres
Mujeres
52,91
53,81
55,27
57,64
60,46
63,94
67,38
69,59
71,45
72,75
74,80
75,49
76,12
76,68
77,19
56,77
58,69
60,95
63,75
66,80
70,57
74,16
75,89
77,35
78,78
80,80
81,53
82,20
82,81
83,36
Tabla construida con datos del INE (2004)
Otro elemento a considerar tiene relación con la tasa de recambio poblacional.
Las proyecciones hacia el 2050 muestran una inversión en la estructura de la
conformación poblacional del país. En la actualidad el grupo de adultos
mayores es el de menor peso en el total 13,1% (Naciones Unidas, 2010),
siendo los menores de 14 años el segmento más significativo 22,3% (INE,
2010). Hacia el 2050 según proyecciones de las Naciones Unidas los mayores
de 60 años serán los de mayor peso en la estructura poblacional, reduciéndose
significativamente el segmento de 0 a 4 años, pero representando en el total
del país (bajo la actual normativa) las personas económicamente no activas (es
decir mayores de 65 para hombre y 60 para mujeres y menores de 14) el
mayor porcentaje en el total del país.
Esta posibilidad se enfrenta a la pregunta respecto a la preparación actual y
proyectada para enfrentar cambios significativos en la estructura poblacional,
pero también a como ésta se encuentra configurada, dada las condiciones de
formulación de políticas públicas y las formas predominantes de intervención
social.
Lo anterior se complementa con la idea de que puede crear la paradoja del
aumento de la población mayor dados los avances técnicos, de salud, en el
contexto de la evolución de la sociedad, pero que estas poblaciones que
presentan mayores grados de autonomía con una mejor capacidad de llegar a
viejos,
puedan
encontrarse
empobrecidos,
y
bajo
políticas
públicas
mayormente asistencialistas o con la ausencia de las mismas, como también
con mayores grados de desvinculación de sus familias traducidas en redes
primarias.
De acuerdo a las estadísticas del caso chileno (Terremoto y maremoto 2010)
es posible apreciar la siguiente distribución de fallecidos:
Tabla 2, distribución de fallecidos por rango de edad
Rango de edad
(años)
0-2
2- 9
10-18
18-30
30-45
45-60
60- y mas
Sin información
Número
fallecidos
9
38
21
49
68
103
193
5
de Porcentaje
1,8%
7,8%
4,3%
10%
13,9%
21,1%
39,7%
1%
Tabla construida según datos del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (2010)
En la Tabla 2, es posible apreciar que el grupo etario, que presenta la mayor
cantidad
de
fallecidos,
es
la
de
adultos
mayores,
representando
aproximadamente un 39% del total.
De acuerdo al estudio Características epidemiológicas de los fallecidos durante
el terremoto y maremoto de Chile 2010 (Revista Med Chile 2012;140:732-739),
se aprecia una significativa prevalencia en la concentración de fallecidos en
grupo de mayores de 60 años. En específico es significativa la diferencia que
se establece en la tasa de fallecidos por cada 100.000 mil habitantes en la
población mayor de 80 años:
Tabla 3 Tasa de fallecidos por rango de edad (por 100.000 habitantes)
Rango de edad
0a9
10 a 19
20 a 29
30 a 39
40 a 49
50 a 59
60 a 69
70 a 79
80 y mas
Tasa de fallecidos
2,09%
1,34%
1,72%
2,03%
2,25%
3,66%
5,53%
7,74%
22,64%
Tabla construida a partir de datos aportados por Revista Med Chile (2012)
La mayor concentración de fallecidos por rango de edad, resulta un elemento
relevante de análisis respecto a la concentración del daño en grupos que
presenten mayor vulnerabilidad. Este elemento encuentra su correlato en
experiencias de otros de desastres de origen natural.
En el caso de Nueva Orleans es posible apreciar la disminución sostenida de la
población, que en el caso del huracán Katrina se vio mermada en un 64% cinco
meses después. Se estima que la mitad de los residentes de Nuevas Orleáns
vivía en casas o departamentos arrendados. Los residentes evacuados viajan o
se trasladaron a otras ciudades, y dentro de un mes, los refugiados de Nueva
Orleans se pueden encontrar en todos los Estados. La amplia cobertura de los
medios compartió el fracaso de la evacuación completa, la situación de los que
permanecen en la ciudad, y la posterior emigración con una audiencia
global. La carga de estos fracasos más pesado cayó sobre los miembros afroamericanos, pobres, ancianos y enfermos de la población. Cuatro meses
después de Katrina, la población se estimaba en 158.353, sólo el 37% del preKatrina. (R. W. Kates, 2006).
La población afectada principalmente (75%) es afro-americana y el 29%
pobres. De los muertos un poca más de la mitad eran enfermos y adultos
mayores. Nueva Orleáns es definida como una de las ciudades más pobres de
Estados Unidos (R. W. Kates, 2006).
Ambos casos referidos (Terremoto y maremoto, Chile 2010 y Huracan Katrina,
Estados Unidos 2005) presentan similitudes respecto a la concentración del
daño en poblaciones principalmente vulnerables y con significativos elementos
de exclusión.
Pero uno de los elementos de mayor relevancia para la investigación en
relación a los desastres socionaturales, tiene que ver con la pregunta sobre
¿Quién es el dañado y quién no?, es posible entonces delimitar con claridad
quienes son los llamados intervenir en desastres socionaturales de gran
amplitud entendiendo que el efecto puede también alcanzar a quienes son
llamados a intervenir en situaciones de emergencia. Particularmente relevante
resulta la experiencia del huracán Katrina en Nueva Orleans, según
estimaciones realizadas, el 80% de Nueva Orleans fue afectada por Huracán.
Se rescata el análisis realizado en torno a los equipos profesionales públicos
como privados presentes en la ciudad de Nueva Orleáns. Se define la idea que
la amplitud de la catástrofe afectó a gran parte de la población, como también a
la infraestructura que sustenta en muchos casos el trabajo de los equipos. Por
lo tanto es necesario tener en consideración la contingencia que se presenta en
estos casos. Por una parte se definen como los equipos convocados a dar
apoyo las víctimas en situaciones de desastres, pero a la vez también son
víctimas del mismo evento (Lynn, 2006)
En este sentido se diluyen significativamente las diferencias, y se genera la
necesidad de desarrollar la gestión del riesgo como estrategia planificada para
la reducción de los efectos de desastres socionaturales, como también en la
intervención posterior a un desastre.
8.- Bibliografía:
Arnold, M. (2003). Autoproducción de la Amenaza Ambiental en la Sociedad
Contemporánea. Revista MAD, 9, 1-31. Extraído el 10 de octubre de 2012
desde http://www.facso.uchile.cl/publicaciones/mad/09/index.html
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Barcelona, Paidos.
Cuervo, I. (2001) El modelo de gestión del forec: balance y perspectivas del
fondo para la reconstrucción económica y social del eje cafetero, después del
terremoto de 1999 en Colombia. Monografía de Magister no publicada,
Departamento de Ingeniería Industrial, Universidad de Chile.
Fernández, V (2008). Reconstrucción integral en aceh tras el tsunami
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Extraído
el
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http://habitat.aq.upm.es/dubai/08/bp2247.html
Kates, R, Colten, C, Laska, S, Leatherman, S. (2006), Reconstruction of New
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Extraído
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desde
http://www.pnas.org/content/103/40/14653.full.pdf+html
Luhmann, N. (1992) Sociología del Riesgo, Guadalajara, Universidad
Iberoamericana/Universidad de Guadalajara.
Osorio, P. (2006), La longevidad: más allá de la biología. Aspectos
socioculturales. Papeles del CEIC, nº 22, CEIC (Centro de Estudios sobre la
Identidad Colectiva), Universidad del País Vasco. Extraído el 5 de mayo de
2013 desde http://www.ehu.es/CEIC/papeles/22.pdf
Pino, Y, (2008), Cuentos mapuches chilenos. Santiago, Copesa.
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Université Catholique de Louvain-Brussels, Belgium, Centre for Research on
the Epidemiology of Disasters (CRED) Institute of Health and Society (IRSS).
Annual Disaster Statistical Review 2011, The numbers and trends. Extraído el 1
de
octubre
de
2012,
desde
http://www.cred.be/sites/default/files/ADSR_2011.pdf
CONTEXTO LABORAL DE LOS/AS PROFESIONALES MIEMBROS DEL
COLEGIO DE ASISTENTES
Emita Gutiérrez Encina
María de los Ángeles Oyarzún Farías
José Sazo Bustos
∗
∗∗
∗∗∗
RESUMEN
El Consejo Provincial Linares, dependiente del Colegio de AASS de Chile y que
acoge a alrededor de 50 Trabajadores y Asistentes Sociales se constituye en
una instancia para promover el perfeccionamiento profesional y reflexionar
respecto a la formación y práctica que permita enfrentar los cambios y
desafíos que establece la realidad social actual. En este contexto, durante el
año 2013, se desarrolló un estudio preliminar de carácter cualitativo, cuyo
objetivo era conocer la realidad en la que se desempeñan estos profesionales
colegiados, todo esto a través de grupos de discusión en donde participaron
socios que realizan labores en diversas áreas de la comuna, analizándose
aspectos como la situación laboral, formación académica y ejercicio
profesional. Siendo una investigación preliminar, se espera a futuro llevar a
cabo un análisis respecto a los hallazgos encontrados y generar conclusiones
en busca de un mejoramiento continuo de la profesión.
Palabras claves: Trabajo Social, Situación Laboral, Ejercicio Profesional,
Formación Académica.
Trabajadora Social, Magíster en Ciencias Sociales, I miembro Colegio AASS de Chile, Provincial Linares,
∗
Profesional Dirección Desarrollo Comunitario, Ilustre Municipalidad de Linares, correo electrónico:
[email protected]
∗∗
Trabajadora Social, Magíster en Ciencias Sociales, miembro Colegio AASS de Chile, Provincial Linares,
Jefe Carrera Trabajo Social Universidad Santo Tomás, Sede Talca, correo electrónico:
[email protected]
∗∗∗
Trabajador Social, miembro Colegio AASS de Chile, Provincial Linares, profesional Centro Comunitario
de Salud Familiar (CESCOF) Luis Navarrete Carvacho de Linares, correo electrónico:
[email protected]
INTRODUCCiÓN:
Alrededor del año 1995 surge en la ciudad de Linares el interés de
conformar una organización dependiente del Colegio de Asistentes Sociales de
Chile, de esta forma, nace la Delegación Provincial que agrupó en un comienzo
a aproximadamente 15 Trabajadores y Asistentes Sociales. En la actualidad, y
luego de modificados los estatutos de los Consejos Regionales de la citada
Asociación Gremial, opera el Consejo Provincial Linares dependiente del
Colegio de AASS de Chile.
Linares es una ciudad y comuna capital de la provincia de Linares,
Región del Maule, Chile. Esta ciudad cuenta con alrededor de cien mil
habitantes y constituye un importante centro urbano de la Región junto a las
ciudades de Talca y Curicó.
OBJETIVOS:
Objetivo General:
“Identificar el contexto laboral en el que se desempeñan los/as miembros del
Colegio de Asistentes Sociales, Provincial Linares”.
Objetivos Específicos:
“Conocer la situación laboral en la cual se desenvuelven los/as miembros del
Colegio de Asistentes Sociales, Provincial Linares”.
“Describir la injerencia de la formación académica en la práctica profesional de
los/as miembros del Colegio de Asistentes Sociales, Provincial Linares”.
“Detectar nudos críticos presentes en el ejercicio profesional los/as miembros
del Colegio de Asistentes Sociales, Provincial Linares”.
METODOLOGÍA:
El presente trabajo corresponde a un estudio preliminar con un Enfoque
Cualitativo, presentando un diseño de carácter exploratorio descriptivo.
La
técnica de recolección de información empleada fue el grupo focal,
desarrollándose dos grupos, con una asistencia de 10 miembros del Colegio de
Asistentes Sociales, Provincial Linares en cada uno de éstos, para cada grupo
se elaboraron guiones temáticos que orientaron el diálogo entre los
participantes. La información audiograbable de cada grupo de discusión fue
transcrita para su posterior análisis.
El análisis de los datos se está desarrollando de acuerdo al
procedimiento de análisis de datos cualitativos propuesto Hernández,
Fernández y Baptista (2010), el cual contempla
una serie de
pasos,
organizando el análisis en dos niveles. Los resultados que se presentan en
este trabajo corresponden al primer nivel en el cual se realizó la codificación de
las unidades de análisis constituyendo las categorías teóricas e in vivo.
PRINCIPALES HALLAZGOS:
TEMA 1 “SITUACIÓN LABORAL”:
1.1.ÁREAS DE TRABAJO: en esta categoría se presenta el análisis respecto a
los programas, servicios, instituciones u organismos en los que se desempeñan
los/as Trabajadores y Asistentes Sociales.
A continuación se exponen los
principales resultados:
-­‐
Se desempeñan en diversas áreas, tanto públicas como privadas
reconociéndose un amplio campo laboral. No obstante, se identifican
áreas de trabajo que son propias de la profesión pero que son ocupadas
por otros profesionales.
-­‐
Los profesionales se reconocen como expertos en lo Social,
desempeñándose en distintos programas y/o proyectos principalmente
en la ejecución de los mismos.
-­‐
El Estado sigue siendo el gran empleador y continúa el desafío de
incursionar más en el área privada, como por ejemplo en el tema de
Recursos Humanos. No obstante, se reconoce que en el ámbito privado
es difícil de ejercer, ya que las empresas sólo buscan “producción”, sin
importarles de sobre manera el recurso humano.
-­‐
Finalmente, se expresa la importancia de “conservar” la inserción que ya
se ha logrado en áreas no tradicionales como la docencia.
1.2. TIPO DE CONTRATOS/SUELDOS: se hace referencia a la realidad
contractual que viven los/as profesionales (planta, contrata, honorarios, código
del trabajo, entre otros) y nivel de remuneraciones o rentas que se perciben,
encontrándose los siguientes hallazgos:
-­‐
Se reconoce que se han impulsado políticas sociales de muy “corto
plazo” que consideran lo cuantitativo por sobre los procesos profundos
que realmente provocarían cambios a nivel cultural, esas condiciones de
corto plazo hacen que las contrataciones de los profesionales también
sean de esa manera, principalmente de carácter a honorarios, con la
consiguiente inestabilidad laboral.
-­‐
Paralelo a ello, los/as Trabajadores y Asistentes Sociales no se motivan
a participar en el Colegio de AASS, por lo que disminuye la influencia
que esta entidad pueda tener para visibilizar estos temas u otros, como
por ejemplo, la baja remuneración al momento de jubilar.
1.3 DIFICULTADES DE LA REALIDAD LABORAL: en esta categoría se
identifican obstáculos de diversa índole que inciden negativamente en el
desarrollo de la actividad laboral, reconociéndose los siguientes:
-­‐
En algunas áreas muy específicas se encuentran marcos institucionales
que no permiten que el TS se inserte o realice acciones innovadoras, así
también se reconocen dificultades relacionadas con los marcos
organizativos, principalmente en cuanto a la estructura, destacándose la
burocracia presente en la mayoría de los servicios públicos.
-­‐
Como consecuencia del modelo económico y político, se evidencia que
el
TS
se
mueve
en
un
contexto
competitivo,
evidenciándose
comportamientos poco solidarios entre colegas, como por ejemplo: falta
de cooperación/compañerismo, percepción de amenaza del colega
nuevo.
-­‐
Se presenta una contradicción en lo que el/la Trabajador y Asistente
Social piensa y hace, se promueve el trabajo en equipo, la participación
social; sin embargo, en la realidad con los otros profesionales o
compañeros de trabajo no se dan esas acciones.
-­‐
Influye de forma negativa en la situación laboral la gran oferta de
Trabajadores, Asistentes y Técnicos Sociales, lo cual va en desmedro
del nivel de remuneraciones y posibilidad de insertarse laboralmente.
-­‐
La realidad institucional muchas veces desmerece la postura o
desempeño de los/as Trabajadores y Asistentes Sociales, quedando en
un nivel más bajo en comparación a otros profesionales, por ejemplo, en
los Centros de Salud Familiar los funcionarios de la salud, como
médicos, enfermeras u otros, se consideran por sobre la acción de los/as
Trabajadores y Asistentes Sociales.
-­‐
La variable política también influye en la permanencia de los/as
Trabajadores y Asistentes Sociales en el puesto de trabajo, muchas
veces se continúa en éste dependiendo si se comparte o no la misma
tendencia política con el jefe o autoridad.
-­‐
No obstante lo señalado, los profesionales reconocen que se puede
hacer más allá de lo solicitado por la institución, superando las limitantes
de los recursos y condiciones propias de su organización. Además en
este esfuerzo influyen fuertemente los costos que ello implica: tiempo
personal, perjuicio en la salud, entre otros.
1.4. CAPACITACIONES/PERFECCIONAMIENTO: hace referencia al acceso,
participación e impacto de actividades como seminarios, cursos, talleres u otros
de similares características. Los hallazgos encontrados son:
-­‐
En general, los/as Trabajadores y Asistentes Sociales no presentan
grandes cambios/impactos laborales productos de las capacitaciones,
muchas veces se asiste a variadas acciones de este tipo, pero de baja
calidad en lo que a contenidos se refiere.
-­‐
Se reconoce la existencia de colegas que no se interesan por participar
en capacitaciones y perfeccionamientos, quedándose con los elementos
básicos de su formación de pregrado para desempeñar el puesto de
trabajo.
-­‐
En lo habitual, las capacitaciones se buscan como una forma de
desarrollar de mejor forma el trabajo pero también tiene un carácter
instrumental ya que permite a los/as profesionales mejorar su calidad de
vida.
TEMA 2 “FORMACIÓN ACADÉMICA”:
2.1 CALIDAD: entendiéndose por propiedades y características de la formación
académica que reciben los/as Trabajadores y Asistentes Sociales y que
permiten responder o no a los desafíos, funciones y responsabilidades de
dichos profesionales. En este punto se encontraron los siguientes aspectos
relevantes:
-­‐
Se estima que la calidad en la formación de los/as Trabajadores y
Asistentes Sociales se ha visto afectada considerando el gran número y
diversidad de planes de estudio en este ámbito.
-­‐
Se da cuenta que en el año 2010 existían aproximadamente 140 planes
de estudio de Trabajo Social (en sus distintos niveles) a nivel nacional.
En todo esto influye la gran cantidad de instituciones que imparten
dichos programas, muchos de ellos sin encontrarse acreditados.
-­‐
En este sentido también, se analiza que no hay claridad respecto a un
plan de estudios consensuado y con una única formación central para
todos los organismos a nivel país. Es tanta la diversidad de programas
que algunos podrían no considerar elementos fundamentales para la
formación y el posterior ejercicio de la profesión.
-­‐
Dentro del ámbito de la formación académica es importante destacar la
falta de rigurosidad o exigencia a la hora de evaluar el ingreso de
estudiantes a esta carrera, ya que en algunas casas de estudios de
carácter privado, no presentan o establecen bajas exigencias en cuanto
a competencias de entradas de los alumnos (Prueba de Selección
Universitaria).
-­‐
Asimismo, se observa de parte de las instituciones de educación
superior una preocupación por la retención de alumnos, lo que lleva a
disminuir en algunas ocasiones los niveles de exigencia de aprobación
de asignaturas, incidiendo de forma directa en la calidad del programa y
de los futuros Trabajadores y Asistentes Sociales.
-­‐
En cuanto a la calidad de la formación profesional, se reconoce como
relevante el proceso de Acreditación, ya que un gran número de
instituciones de educación superior y programas de Trabajo Social no
están acreditados, por lo que no se dan garantías de contar con los
mínimos básicos para su funcionamiento.
-­‐
Hay que reconocer que existen Trabajadores y Asistentes Sociales
preocupados por la baja calidad de algunos programas, por lo que no
estarían dispuestos a participar de acciones de docencia, sin embargo,
se presenta la realidad de que hay profesionales disponibles para
aquello apelando a una necesidad económica (ante una cesantía y un
segundo trabajo para aumentar los bajos ingresos).
-­‐
Por otro lado, es importante destacar que el proceso de acreditación es
un proceso “voluntario” para las casas de estudios, siendo el principal
objetivo para participar, el hecho de que sus alumnos puedan ser
receptores de beneficios estatales (Crédito con Aval del Estado –CAE-,
Becas). En cuanto a las carreras, a excepción de aquellas del área de
educación y salud, es también un proceso voluntario.
-­‐
Se reconoce que dentro de las motivaciones de ingreso a la carrera
están aquellas relacionadas con el fácil acceso a ésta y las bajas
exigencias en el transcurso de la formación de pregrado, lo cual
permitiría la obtención de un título profesional de carácter más bien
instrumental, y no por una real vocación hacia el Trabajo Social.
-­‐
Por otro lado, existen personas que por un interés de beneficios
instrumentales (como por ejemplo ascensos laborales, obtención de
incentivos económicos u otros) se matriculan en programas de Trabajo
Social de baja o “dudosa” calidad.
2.2 POSGRADOS y DIPLOMADOS: hace referencia al acceso, participación e
impacto de programas que entregan un grado académico posterior a la
formación de pregrado u obtención del grado de licenciado; también se
analizan en este punto los diplomados.
En este apartado se destacan los
siguientes hallazgos:
-­‐
Para cursar estudios de posgrado existe desmotivación en algunos
profesionales debido a que bastaría con la formación de pregrado para
la inserción y mantención laboral, sin existir exigencias posteriores, ni
beneficios en el aumento de remuneraciones y menos una incidencia en
el ascenso dentro de una institución.
-­‐
Si bien el posgrado no tiene un impacto en la realidad laboral actual, sin
duda incide en la competitividad laboral pensando en futuras
postulaciones de trabajo, mejorando las oportunidades de obtener otros
puestos laborales.
-­‐
Respecto a las motivaciones para desarrollar un posgrado los/as
profesionales reconocen por un lado un interés “personal”, en la
búsqueda del efectivo crecimiento y desarrollo profesional y por otra
parte, fines instrumentales como acceder a los beneficios económicos
que ofrece un determinado empleador.
-­‐
Se reconoce como un obstaculizador para la realización de posgrados la
falta recursos económicos debido a la realidad laboral anteriormente
descrita y el alto de costo los mismos.
2.3
NIVELES
EN
LA
FORMACIÓN
(TÉCNICO/ASISTENTE/TRABAJADORES SOCIALES):
DE
PROGRADO
en este punto se
presenta un análisis en torno a las relaciones que se establecen en el ejercicio
laboral de quienes desarrollan funciones como Técnicos en Trabajo Social (o
similares), Asistentes Sociales y Trabajadores Sociales. Destacándose los
siguientes hallazgos:
-­‐
Se reconoce una falta de diferenciación clara respecto a las funciones
que le competen al profesional y al técnico. No se vislumbra
adecuadamente la complementariedad y el apoyo que se debería dar
entre estos profesionales, así como se da en otras áreas.
-­‐
Por otra parte, la percepción negativa de los profesionales hacia la labor
técnica
estaría favorecida por el hecho de que las instituciones en
algunas oportunidades privilegian la contratación de técnicos por un
valor más bajo en la remuneración, entregándoles funciones y
responsabilidades muy similares a las del profesional.
TEMA 3 “EJERCICIO PROFESIONAL”
3.1 VINCULACIÓN TEORIA-PRÁCTICA: este punto hace referencia a los
aspectos fundamentales que se originan producto de la relación entre la teoría
vinculada al Trabajo Social y la práctica concreta que desarrolla el profesional.
En este sentido, se presentan los siguientes resultados:
-­‐
En general, las políticas sociales que implementan los Trabajadores y
Asistentes Sociales se diseñan en instancias superiores y la función de
estos profesionales se limita a la ejecución de las mismas. Esto
contribuiría a que exista sólo preocupación por desarrollar los programas
y proyectos sociales sin reflexionar en lo teórico que otorga sustento a
estas intervenciones.
-­‐
Lo anterior, se vincula con el hecho de que algunos profesionales no se
motivan por el perfeccionamiento, dejando cada vez más de lado el
ejercicio de vincular la teoría con la praxis.
-­‐
Sumado a esto, se aprecia una directa relación en que a mayor cantidad
de años de ejercicio profesional se presenta una mayor dificultad para
articular lo teórico con lo práctico, debido a la rutinización de las
acciones por el hecho de que habitualmente se aplican programas y
proyectos en lo que está todo predeterminado (modelos teóricos,
actividades, técnicas, etc.)
-­‐
Sin embargo, igualmente se presentan realidades en donde sí se
percibe una vinculación entre lo teórico y lo práctico, buscando mejorar
las intervenciones desde la teoría y determinando las mejores
estrategias de acción según los paradigmas sociales.
-­‐
Se detecta que en algunas realidades institucionales se prefiere
que los/as profesionales tengan una menor capacidad crítica frente a las
diversas intervenciones propuestas desde niveles superiores.
3.2 LIMITANTES INSTITUCIONALES: entendiéndose por variables negativas
que se desprenden de la realidad institucional en la cual se insertan los/as
Trabajadores y Asistentes Sociales, entre éstas se destacan las siguientes:
-­‐
La primera gran limitante institucional que se presenta, se refiere a la
contingencia política, vista como una dificultad que impide desarrollar
ciertas acciones profesionales. En algunas circunstancias existe una
manipulación de las decisiones técnicas para implantar decisiones
políticas o simplemente la autoridad impone sus intereses por sobre lo
técnico.
-­‐
El modelo económico y político imperante da espacios al ejercicio de
otros profesionales, sobre todo en el ámbito de la administración y
economía que invaden áreas sociales que debieran ser ocupadas por
Trabajadores y Asistentes Sociales.
-­‐
También es visible el hecho de que se desarrollan políticas sociales que
dan relevancia a lo cuantitativo en perjuicio de lo cualitativo,
desconociendo los procesos y las relaciones con los usuarios y dando
énfasis a indicadores cuantitativos.
BIBLIOGRAFÍA:
Castañeda,
Patricia
y
Salamé,
Ana
María,
Artículo:
“Competencias
Profesionales de Trabajo Social: tradición y transformación” en Revista de
Trabajo Social Nº 72, Pontificia Universidad Católica, 2003.
FLORES, R. Observando observadores: Una Introducción a las Técnicas
Cualitativas de Investigación Social. 1¨ ed. Santiago, Chile. Ediciones
Universidad Católica de Chile. 2009. 39 p. ISBN Nº 978-956-14-1094-7.
Hernández, R., Fernández, C. y Baptista, P. (2010). Metodología de la
investigación. McGraw-Hill. México, D.F.
SERRANO, G. investigación cualitativa. Retos e interrogantes. 4°ed. Madrid, La
Muralla, 2007. 102 p. ISBN 978-84-7133-629-3
Valles, M. (1999). Técnicas cualitativas de investigación social. España,
Editorial Síntesis. España.
CONDICIONES LABORALES EN TRABAJO SOCIAL
Teresa Dornell Sacho
Saphir Stemphelet mina Mauros ∗
Resumen
El contexto social se ha visto influenciado por cambios generados en las
últimas décadas: un mercado laboral con nuevas lógicas de regulación,
complejidades familiares sin correlación con las Políticas Sociales y el interés
de procesos de inclusión con participación y accesibilidad a bienes y servicios,
forjan una suerte de "saturación" en el rol del Trabajo Social. Profesión que se
encuentra inmersa en una infinidad de condicionantes que por su naturaleza
social la delimitan y la hacen sensible ante factores estresantes siendo muy
difícil discernirlos en la cotidianidad del ejercicio profesional.
La acción social por sí, ya es un factor adverso para la salud del trabajador, por
eso lograr establecer fronteras de autocuidado, y un clima organizacional
generador de intervenciones interdisciplinarias, contribuirían al diálogo en pro
de estrategias que favorezcan no sólo al ciudadano con el cual se involucra,
sino también al profesional.
Palabras clave: Trabajo Social - Actividad Laboral- Factores estresantes
∗
Profesora, Licenciada en Trabajo Social. Contacto: teresadornell@hotmail,com
Introducción
La determinación trabajo es considerada una necesidad humana, con un valor
incalculable para el individuo, el cual más allá de permitirle percibir una
remuneración económica para su sustento diario, lo habilita al crecimiento y
desarrollo personal, desplegando asimismo la capacidad de cambio, creación
y transformación; al tiempo que genera un espacio donde el individuo pueda
establecer nuevas relaciones sociales.
"Así pues muchos de los ingredientes esenciales de satisfacción, salud y
bienestar en la vida están intrínsecamente vinculados con el trabajo y la
profesión". (Kalima, R. et al. 1988:6) De manera que el trabajo representa
aquella actividad objetiva a través de la cual "(. . .) el Hombre crea su realidad,
el trabajo tiene un sentido ontológico o fisiológico. (. . .) es una forma de
praxis, y la praxis es la esfera del ser Humano. Sin praxis no hay realidad
Humana (. .. )". (Kosik, K; 1988:6)
Sin embargo, en algunas circunstancias las condiciones de trabajo originan
riesgos y situaciones desfavorables para la salud de los individuos y en
determinados contextos puede provocar estados hostiles para los mismos. El
Hombre cuenta con capacidades físicas e intelectuales que le asignan un
lugar preponderante respecto al resto de los animales que habitan este
universo. La inteligencia del Ser Humano lo habilita a poner en práctica y dar
origen a esa actividad llamada trabajo, por medio de la cual pone en ejercicio
todos sus sentidos, aptitudes físicas, destrezas y habilidades. La actividad del
trabajo es presteza del Hombre entero poniendo en acción todas sus
potencialidades físicas y mentales, acrecentando el autoestima, porque el
resultado del mismo es producido y producto de su propia actividad.
El trabajo forma parte del diario vivir de todo individuo y es parte esencial de la
sociedad, otorgándole al hombre (en sentido genérico) un papel de prestigio y
suma importancia. Es "(, . .) la reproducción del particular, es reproducción del
hombre concreto es decir, que en una determinada sociedad ocupa un lugar
determinado en la división social del trabajo". (Heller, A; 2002:37) La sociedad
globalizada ha desarrollado un gran entusiasmo e interés por el impulso de la
producción, la economía y la tecnología con el fin de aumentar la
productividad y ganancia económica, subestimando el desarrollo de las
capacidades de los individuos, creatividad individual y por sobre todo la propia
Salud. El mundo actual ha abierto las puertas a los cambios en la producción
exigiendo a los individuos la tecnificación constante y la readaptación a los
instrumentos tecnológicos y sociales. Generando "( ... ) el más formidable
desafío jamás planteado a la familia: la más peligrosa de las injusticias. Una
cruel selección de los más aptos para la competitividad y la supervivencia".
(Eroles, C.; 2006:191) De manera que la sociedad de la cual formamos parte
se vuelve un "enemigo" del individuo, su vida y trabajo, representando un
riesgo para la salud del trabajador.
1.- Trabajo como valor de uso y como valor de mercancía
La sociedad actual presenta un doble desafío para las personas que la
integran, lograr un lugar dentro del mercado laboral y por otra parte,
permanecer en él. IIAdentrarnos en las transformaciones en el mundo del
trabajo, hoy, implica necesariamente, no solamente reflexionar sobre la
verdadera mutación tecnológica, instituciona/, laboral, cibernética, sino también
comprender que el Liberalismo y el neo liberalismo vivido a nivel macro, tiene
sus repercusiones en la vida cotidiana, en la intimidad más profunda, en la
construcción y de-construcción de subjetividades".
(Araújo, A.M. et al.;
2008:11) Esta realidad ejerce un poder invaluable en el individuo, adentrándose
en todas sus esferas. El trabajador pone al servicio de su labor su propia
esencia y vida misma, en medio de las exigencias que requiere el mercado.
En incansables oportunidades se ha hablado de la importancia del trabajo para
la vida de todo individuo, sin embargo en los últimos tiempos también hemos
escuchado del lado "oscuro" del mismo: 11(. . .) pérdida de trabajo o falta de
trabajo o lo que se denomina desocupación, desempleo masivo". (Sarachu,
G.; 2003:11) El trabajo debe considerarse en relación al mercado, es decir,
toda actividad laboral tiene un fin, por tanto no se lo puede concebir fuera de
las leyes del mercado, dinero y de las necesidades de los individuos. El valor
del trabajo como mercancía reside en el uso dado por los otros, aquellos que
hacen uso del resultado del trabajo.
Colson sostiene que: 11(. . .) el trabajo es el empleo que el hombre hace de
sus fuerzas físicas y morales para la producción de riquezas o de servicios".
(1963:13) De manera tal que la actividad del trabajo está delimitada
teleológicamente, respondiendo de algún modo a la ecuación: trabajo igual a
mercancía; la cual ha de responder a un determinado uso. Al considerar la
actividad del trabajo, no podemos evitar hablar del valor del trabajo para el
individuo, más allá de la importancia que adquiere para la sociedad toda,
como actividad humana, sino que también debemos considerarlo en su valor
monetario, en el valor que adquiere por medio del salario.
El trabajo, como se ha dicho en varias oportunidades, tiene una fuerte
correlación con la salud, ya que por intermedio del salario el trabajador
adquiere los bienes necesarios para la subsistencia diaria. El lugar que ocupe
dentro de la división socio-técnica del trabajo representa un fuerte
componente en su bienestar tanto físico como psicológico. Plantea Dejours.
"(,..) hay que volver a dibujar la historia de la Salud de los trabajadores (. . .)
Surge así un frente de protección al cuerpo; resguardarlo de los accidentes,
prevenir enfermedades profesionales e intoxicaciones y asegurarle adecuado
cuidado y tratamiento". (2008:11).
La salud laboral manifiesta la concordancia entre las condiciones y medio
ambiente de trabajo, en correspondencia con la salud del individuo/trabajador a
través de los factores de riesgo a nivel físico, social y/o psíquico. Un lugar de
trabajo (sobre todo aquel al que un individuo dedicó tiempo para su adecuada
capacitación) que cuente con las condiciones ambientales y físicas
adecuadas, ha de ser generador de un clima propicio para el ejercicio de la
actividad.
2.- Condiciones de Trabajo y su acercamiento a la profesión del Trabajo
Social
En medio de cambios tecnológicos, de la mercantilización del trabajo y la
globalización, la población trabajadora se enfrenta a los retos de la exclusión
de la actividad laboral. El campo de la salud, presenta dos situaciones
diferentes: por un lado, los desempleados que enfrentan la realidad de verse
excluidos de un bien tan preciado para la sociedad actual, y por otra parte los
que sí poseen un trabajo pero que son presos de la "nuevas" exigencias
laborales, a fin de mantenerse "en el ruedo", ya que si el trabajador "(. . .) se
involucra verdaderamente en el trabajo, la empresa puede asegurarle una
hermosa carrera". (Dejours, C. 2006:46)
La falta de trabajo, por la razón que lo genere, (sea por enfermedad, vejez,
desocupación) inmediatamente se convierte en padecimiento, y no sólo ello,
sino que trae aparejado un sentido de vergüenza al ser portadora del
abandono de la actividad laboral: "Si uno está enfermo, es porque es
perezoso". "Cuando se está enfermo, uno se siente juzgado por los otros".
(Dejours, C.; 1990: 32) Como consecuencia se genera el silencio ante la
presencia de la enfermedad, con ello se evita el rechazo, el juzgamiento y la
vergüenza. "El bienestar y las enfermedades de los individuos no son vistas
ordinariamente como resultados organizacionales, ni siquiera en parte. " (Katz,
O; Kahn, R; 1992: 11)
"Los posibles mecanismos que vinculan el estrés y la enfermedad con la
dedicación sin alegría a un trabajo arduo están relacionados con las reacciones
cognoscitivas, emocionales, de conducta y fisiológicas". (Kalimo, R. et al;
1988:77)
Desde la jerga popular en incansables oportunidades hemos escuchado decir
(y hemos dicho): "una persona bajo presión funciona mejor". El estado de
estrés bajo su concepción científica denominada "eustrés", respondería de
alguna manera a ello, generando en el individuo un rendimiento óptimo en
cuanto a su tarea. Sin embargo, si consideramos la situación en la que el
individuo no pueda hacer frente a las demandas que se le presentan, el
estado de estrés ha de fundar en él consecuencias de índole negativa,
sumergiéndolo en condiciones de depresión, agotamiento, angustia y
sentimiento de no dar más de sí; este estado ha recibido el nombre de
"distrés".
"Acción, trabajo y sufrimiento están indefectiblemente unidos, aunque cada uno
de los términos sea irreductible a los otros dos". (Dejours, C.; 2006: 150). La
psicopatología del trabajo utiliza el término sufrimiento a fin de hablar de la
inestabilidad mental que puede atravesar el individuo en el medio laboral. "El
sufrimiento (. . .) implica entonces una confrontación entre los factores
patógenos provenientes de la organización del trabajo y los procedimientos
defensivos elaborados por los mismos trabajadores." (Dejours, C.; 1990: 182)
Si bien no existe una clara definición y una única clasificación de los factores
de estrés y sobre todo del significado específico de "estrés ocupacional" ha
sido posible (de acuerdo a algunos autores) establecer una clara clasificación
sobre algunas situaciones de acuerdo a la rama laboral en la cual se
desempeñe el individuo diferenciando entre: estresores de rol, de desarrollo de
la carrera, de sobrecarga cualitativa, y otros de carácter social; o estresores
tales como: ruidos, temperatura, contaminación (condiciones de ambiente
físico) monotonía y falta de control sobre el trabajo.
Las condiciones y medio ambiente de trabajo (CyMAT) están referidas a la
organización de trabajo tiempo y áreas de descanso higiene espacio físico,
remuneración, entre otros. Los factores de riesgo del medio ambiente de
trabajo son considerados como la posibilidad de padecer un daño a la Salud
causando cargas laborales con fuertes consecuencias sobre las capacidades
de los trabajadores.
Dentro de las condiciones y medio ambiente de trabajo específicamente en lo
que refiere al Trabajo Social debe considerarse como factor preponderante el
nivel de respaldo con que cuenta el profesional dentro de la organización en la
cual está inserto. El resultado final de la carga laboral es producto de la
articulación de: factores físicos, mentales y psíquicos. Sin embargo, las
consecuencias sobre los individuos han de depender de las características
individuales de los trabajadores, su capacidad de adaptación y resistencia a
los factores agresivos.
La actual realidad de los trabajadores es consecuencia directa de los cambios
sociales con repercusión en el ámbito laboral: recorte de recursos, falta de
autonomía, disyuntivas éticas, instancias conflictivas y una nueva realidad
sobre los usuarios y sus características y demandas. Estos últimos han
pasado de ser "simples usuarios" a ser sujetos de con capacidad de decisión
y complejas demandas acompañadas por diversas realidades. El alto
intercambio de contacto directo e interacción con los usuarios y sus diversas
realidades hacen del Trabajador Social un individuo en contacto con diversos
conflictos.
Por otra parte, el Trabajador Social se encuentra inmerso en una serie de
transformaciones producto de cambios políticos y sociales: relaciones efímeras
con los usuarios, sobrecarga de funciones que van más allá de su realidad
social y desvalorización de la profesión. Estos han generado asimismo una
especie de incógnita y confusión de los límites de la profesión. Todo ello en
enlace, impide un adecuado contacto e interlocución entre el Trabajo Social y
el usuario a fin de interiorizarse en su historia de vida y dar una adecuada
repuesta a su problemática. Pero cuestionémonos, ¿qué sucede con la
población usuaria ante los cambios que se producen en el Trabajador Social
ante la falta de respuesta? Ellos son individuos que concurren en busca de
soluciones de contención; la falta (o ausencia) de apoyo y respuesta por parte
del profesional han de repercutir también en su propio estado, generando
incertidumbre, desamparo y por qué no frustración en su propio plan de vida.
La falta de autonomía y participación en las decisiones son elementos adversos
al individuo. El Trabajador Social como profesional inserto en el todo de una
organización, forma parte de la misma y por ende de su planificación y
desarrollo. Durante su formación académica se le instruye sobre la
elaboración y planificación de proyectos, por lo cual puede considerase que
esta tarea forma parte de su "naturaleza profesional". En este aspecto puede
surgir un desencadenante de estrés (como resultado de dicha contradicción)
formando parte así de una falta de control extrínseco del individuo.
La falta de oportunidad para poner de manifiesto nuevas habilidades es un
fuerte factor generador de estrés. La importancia que adquiere poner en
ejercicio nuevas actividades, propuestas y soluciones, evita caer en la
aburrida monotonía, adaptándose al mismo tiempo a nuevas realidades. Los
individuos tienen características, historias, realidades y vivencias distintas, por
lo cual se necesitan respuestas distintas. Si el profesional no logra superar
dicha realidad, ha de caer en una suerte de monotonía que le impedirá
desarrollarse profesionalmente y no logrará la emancipación de los propios
afectados; lo cual se conjugará en una ausencia de entusiasmo por la labor.
El Trabajador Social por naturaleza de la profesión debe desenvolverse en el
seno de las relaciones laborales, en constante interacción con el resto del
equipo a fin de contar con soluciones adecuadas. La carencia de confianza y
cooperación puede respaldar la aparición de estresares. Ahora bien, dentro de
todo grupo existen determinadas expectativas hacia cada uno de sus miembros
por parte de los demás, lo cual también forma parte de una fuente de estrés,
llevando muchas veces al individuo a deshacerse de sus propias convicciones
y motivaciones para proseguir el ritmo "normal" de la organización.
Entre ellos debemos considerar la calificación profesional y la capacidad de
poner en práctica dicha formación. Es decir, la formación educativa con la que
cuenta el individuo, experiencia, destrezas, y las posibilidades de articular dicha
formación con las imposiciones del medio laboral.
La actividad del Trabajador Social requiere una importante actividad mental,
comúnmente combinada por la recurrencia al mecanismo de la memoria, sea
ésta a corto, mediano o largo plazo (más allá de los registros escritos con los
que cuente).
Un ejemplo: la memoria referente a detalles de historias de vida, y sus
principales características, más aún ante la presencia de un usuario que no ha
frecuentado el
Servicio Social, así como los requisitos necesarios para la
adopción de una Política Social que remita a una respuesta inmediata.
Freidson sostiene: "(, . .) una profesión se considera una ocupación, "que ha
asumido una posición predominante en la división del trabajo, en el sentido que
logra el control sobre la determinación de la esencia de su propio trabajo", "y
es autónoma o independiente". "Así alega ser la autoridad más confiable en la
naturaleza de la realidad que trata" Por lo tanto, el análisis de una profesión
implica pensar en los dos significados que la palabra tiene: en tanto tipo
especial de ocupación y como voto o profesión de fe. De allí que la
profesionalización como ocupación, mantiene el estatuto especial, porque
promete sobre la integridad de sus miembros, tanto en la práctica científica
como por la adhesión a un código ético" (2008: 25)
El desarrollo de la profesión es funcional al sistema ¿pero cuál es límite?
¿hasta dónde el accionar es autónomo? "La acción profesional en esos
espacios no es sencilla, ya que la misma se enfrenta permanentemente a un
modelo autoritario. El riesgo que se corre es el de que el propio profesional
termine siendo transformado por el sistema que se propone transformar (. .. )"
(Casas, A. et al.; 2008: 171 - 172) La naturaleza de la misma exige cierta
direccionalidad desde la misma realidad social, en esta se enlazan ideas,
saberes doctrinas distintas con las que el profesional debe aprender a
trabajar.
La profesión de Trabajo Social parece encontrarse "amenazada" o tal vez
"invadida" por otras profesiones, ante las cuales en vez de lograr una adecuada
articulación en pro de los individuos entran en competencia, limitando el
espacio de cada uno y con ello las capacidades de ejercicio de la profesión. El
Trabajo Social se encuentra en una instancia de cambio, al cual aún parece
no adaptarse. El contexto en el cual se desarrolla le imprime de sobrecarga de
demandas, no sólo a nivel social sino
también político. El Estado está
enfrentando una serie de cambios, entre los cuales se encuentran el rumbo a
tomar de las Políticas Sociales, principal herramienta del Servicio Social, las
cuales en su nuevo alcance son de tipo focalizadas siendo dirigidas a las
poblaciones de menores recursos generando en cierta forma aumentar las
desigualdades.
El Servicio Social a lo largo de su historia ha ido sufriendo una serie de
modificaciones desde la naturaleza de la profesión, las cuales también han
conllevado cambios a nivel social. Desde las "Hermanas de la Caridad", las
visitadoras sociales dependientes del poder médico hegemónico, al
movimiento de reconceptualización de los años '70 que se extiende hasta hoy,
parecen dar cuenta de las innumerables actividades a desarrollas por esta
profesión y hasta en ocasiones, parecen confundirse los roles con otras
disciplinas. "(. . .) El ser profesional se trata de una construcción permanente en
la que los diversos perfiles se interpelan mutuamente y constituyen el campo
de posibilidades de desarrollo de la profesión. La pregunta no es qué es lo
específico de la profesión, sino a qué demanda podemos dar respuestas y
cómo ampliamos nuestro repertorio teórico - práctico para que dichas
respuestas sean creativas y generadoras de nuevas posibilidades ampliando
así los campos de actuación protesionel". "Es posible la búsqueda de un
Servicio Social no alienado, que intente superar su lugar de subordinación y
de mero instrumento administrativo y pase a asumir los desafíos que supone
intervenir en una compleja contextualidad, analizarla críticamente y dar
respuestas creativas para la solución de los problemas con los que se
debate". (Bentura J.P; Sarachu, G.; 1972: 74)
Con los cambios generados durante los '90, los problemas sociales generados
en medio de un Estado que hecha la suerte al libre mercado, lo social adquiere
soporte bajo las manos de los cientistas sociales. Estos últimos se enfrentan a
duras demandas bajo políticas focalizadas y sectoriales. Asimismo este
profesional adquiere nuevos lugares donde desarrollar su trabajo, producto
(en los últimos años) de nuevos programas destinados a diferentes
problemáticas, los cuales suelen ser de corta duración, lo cual genera
incertidumbre en el individuo. Acompañado de nuevas fuentes de empleo, que
si bien el Estado ha sido y sigue siendo el principal empleador, nuevas
instituciones privadas han dado lugar a este profesional.
En síntesis, el mundo laboral actual se enfrenta a grandes desafíos de diversa
índole: tecnológica, geográfica, física. El Trabajo Social no escapa a dicha
realidad, por el contrario, se encuentra inmerso en una infinidad de factores
que por su naturaleza social la delimitan como profesión fuertemente
potenciadora de la aparición procesos de desgaste laboral, si bien no es la
única propensa a padecerlo.
La naturaleza de la profesión la delimitan como profesión sensible ante factores
de estrés y desgaste profesional siendo muy difícil discernirlos en el
transcurso diario del ejercicio técnico. Sin embargo, la acción social por sí ya
se vuelve un factor adverso para la Salud del trabajador, motivo por el cual se
hace más compleja aún la situación para evadir los factores generadores de
daño.
La esencia de la profesión requiere enfrentarse a situaciones complejas con
emotivas y angustiosas situaciones de vida de las cuales el profesional debe
aprender a separarse. El ambiente donde se desenvuelve generalmente el
Trabajador Social responde a ciertas situaciones de vulnerabilidad social.
La contradicción ejercicio profesional - herramientas (políticas sociales) remiten
a la compleja realidad que enfrenta diariamente el profesional en el ejercicio de
su rol; en medio de su interés y esmero por generar cambios en la realidad
que se le presenta encuentra además "vallas" que saltar en medio de la
política institucional y la acción del propio actor social.
En la actualidad la profesión está logrando un reconocimiento de vital
importancia a nivel social ganado espacios en cuestiones antes impensadas;
esto ha conllevado un aumento en las demandas todo lo cual repercute en un
aumento de la actividad laboral, se hace preponderante entonces la
articulación entre espacio laboral y tiempo libre, porque un factor no menos
importante es el fin de la jornada laboral, el equilibrio entre vida profesional y
vida personal; el disfrute de tiempo libre, actividades recreativas, buen
descanso, son fuertes generadores de bienestar y funcionan como "como
"aislantes de problemas".
Por eso, cabe preguntarse si ¿la ausencia de bienestar en el ejercicio de la
profesión ha de repercutir negativamente en el desempeño de la función? y si
¿.Ias complejas situaciones a las cuales se enfrenta el profesional y la falta de
herramientas indispensables para la actuación han de generar un sentimiento
negativo en la Salud del profesional?
"(. . .) la angustia provocada por los riesgos profesionales no siempre se
manifiesta en lo que dicen los trabajadores. Ha de buscarse bajo actitudes
defensivas (. . .) IJ. (Kalima, R. et al. 1988:69) Al respecto resulta importante
cuestionarse ¿cómo lo oculta un Trabajador Social? ¿Cuál es su acto
defensivo? Así como, ¿qué sucede a medida que nos vamos haciendo
"experientes" en el medio profesional y en el ámbito laboral?, ¿disminuyen o
se acentúan los factores de estrés laboral en Trabajo Social?
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COMO O SERVÍCO SOCIAL VEM DEBATENDO O EXERCÍCIO
PROFISSIONAL NA ÁREA SOCIOJURÍDICA: UM ESTUDO A PARTIR DOS
EVENTOS NACIONAIS DO SOCIOJURÍDICO.
Cíntia Aparecida da Silva
∗
Resumo
Este trabalho objetiva apresentar o debate sobre o exercício profissional do
assistente social na área sociojurídica por meio da análise de dois eventos
nacionais realizados pelas entidades da categoria profissional (Conselho
Federal de Servi90 Social e Conselhos Regionais de Servico Social): I
Encontro Nacional Sociojurídico ocorrido em 2004 e " Seminário Nacional "O
Servico Social no campo sociojurídico na perspectiva da concretizacáo de
direitos" realizado em 2009. A OP9ao pela análise acerca das torrnulacóes
decorrentes dos dois eventos em epígrafe decorreu do entendimento de que a
realizacáo desses abriu uma imensa gama de possibilidades de pensar e
repensar coletivamente o exercício profissional nas mstituicoes que cornpóern
a área sociojurídica. Destarte, verifica-se a necessidade de retomar na
agenda profissional a realizacáo desses eventos. Assim, pretende-se discorrer
conceitualmente a escolha pelo termo área sociojurídica e os principais
desafios postos aos assistentes sociais que atuam em instituicóes como
Ministério Público, Tribunal de Justica, dentre outros.
Palavras-Chave: área sociojurídica; servico social; trabalho profissional.
Doutoranda em servíco Social Pontifícia Universidade Católica de Sao Paulo- PUC-SP. Mestre em
Servico Social pela Universidade Estadual Paulista UNESP Franca-SP. Assistente Social do Ministério
Público do Estado de Sáo Paulo. [email protected]
∗
INTRODUCÁO
Este texto tem por objetivo apresentar como está o debate sobre o
trabalho profissional do assistente social na área sociojurídica. Para tanto,
optou-se por analisar os documentos finais produzidos no I Encontro Nacional
Sociojurídico realizado nos dias 03 e 04 de setembro de 2004 na cidade de
Curitiba – Paraná e no II Seminário Nacional “O Serviço Social no campo
sociojurídico na perspectiva da concretização de direitos” realizado nos dias 29
e 30 de outubro de 2009 na cidade de Cuiabá – Mato Grosso. Ressalta-se que
somente foram realizados estes dois eventos em âmbito nacional até o
momento que tratavam especificamente do trabalho profissional na área
supramencionada.
Os eventos supracitados ocorreram em virtude de deliberação dos
Encontros Nacionais do Conjunto CFESS/CRESS60. O primeiro contou com a
participação de cerca de 180 pessoas, dentre assistentes sociais atuantes na
área, estudantes de serviço social e convidados. Já o segundo evento teve a
participação de 500 pessoas, entre profissionais e estudantes de serviço social.
Além disso, este último teve transmissão online.
Verifica-se que é utilizado nos eventos o termo “campo sociojurídico”,
todavia, far-se-á uso do termo “área sociojurídica”, em entendimento do avanço
sobre o conceito, tendo como referencial os estudos de Elisabete Borgianni
(2013). Para esta autora, o espaço institucional do Ministério Público, Tribunal
de Justiça, Defensoria Pública, Fundação Casa, Sistema Penitenciário,
serviços de acolhimento institucional de crianças e adolescentes, constituem-se
em instituições da área sociojurídica e locais de área de atuação da profissão
que possibilitam por meio da reflexão sobre o fazer profissional, a produção de
conhecimentos sobre o trabalho desenvolvido.
Sobre o primeiro encontro, como resultado das discussões, foi
deliberada uma agenda política, já do segundo encontro foi elaborado um
documento final, cujos textos referem-se a integralidade das falas dos
palestrantes. Portanto, serão desses dois documentos que as análises a seguir
incidirão.
60
Conselho Federal de Serviço Social/Conselho Regional de Serviço Social
Ressalta-se ainda que as reflexões sobre os dois eventos têm por
objetivo apontar a necessidade de retomar na agenda profissional a realização
de encontros nacionais para discussão do trabalho profissional na área
sociojurídica, pois entende-se que o exercício profissional nesse âmbito
apresenta particularidades que precisam ser debatidas pelos profissionais que
a compõem, bem como a realização de interlocução com profissionais que
atuam nas áreas da saúde, assistência social, habitação, previdenciária, porém
para tanto, é necessário que os assistentes sociais da área sociojurídica
tenham conhecimentos dos processos de trabalho aos quais estão inseridos e
produzam estudos sobre eles, a fim de qualificar a sua atuação profissional.
Desenvolvimento
Um dos primeiros pontos a respeito do trabalho profissional na área
sociojurídica é sobre o fato de que a inserção do assistente social nesse âmbito
não é recente em todas as instituições que compõem a área sociojurídica, pois
em estudos como de Alapanian (2004), Fávero (2013), têm-se que a inserção
do assistente social nos tribunais de justiça datam da década de 1930 no país.
Ainda sobre este tema, Iamamoto e Carvalho relatam no livro Relações Sociais
e Serviço Social de 1982 que o Juízo de Menores do Rio de Janeiro, foi um dos
primeiros espaços de trabalho de assistentes sociais na área estatal.
Sobre o trabalho profissional no Sistema Penitenciário, com a aprovação
da Lei de Execuções Penais (LEP), em 1984, o Serviço Social é provocado a
desenvolver produções sobre a inserção profissional no âmbito do sistema
penitenciário com o objetivo de conhecer como seu deu esse processo e a
repensar sua prática profissional. Verifica-se que com a nova lei, em muitos
aspectos, ocorreu a descaracterização da trajetória profissional nessas
instituições.
A respeito da inserção no Ministério Público, esta instituição já existia
anteriormente à Constituição Federal de 1988 e contava esporadicamente com
a atuação de assistentes sociais, sendo o trabalho realizado de modo particular
por cada profissional, que comumente era funcionário público municipal e era
requerido a atuar na instituição, sem a elaboração de um plano de trabalho.
Sobre isso, Sâmya Rodrigues Ramos em sua fala na mesa “Serviço Social no
campo sociojurídico: possibilidades e desafios na consolidação do projeto
ético-político profissional” no II Seminário Nacional relata pesquisa realizada
por orientando da graduação para elaboração de trabalho de conclusão de
curso na Universidade Estadual do Rio Grande do Norte – UERN com o tema
sobre as condições de trabalho, demandas e desafios na atuação do Serviço
Social no Ministério Público na cidade de Mossoró (RN), que constatou a
ausência de cargo de assistente social e de concurso público para a
contratação dos profissionais, e demonstrou que todas as assistentes sociais
que trabalharam na instituição em questão, no período de 2001 a 2009 foram
cedidas de outras instituições de caráter público.
A inserção formal dos assistentes sociais no MP, por meio da criação de
cargos, concursos públicos ocorre somente a partir dos anos 2000 e ainda não
apresenta unificação para todos os Ministérios Públicos Estaduais.
A esse respeito, a inserção do assistente social no estado de São Paulo
decorre por meio de concurso pela primeira vez em 2005 e pela segunda vez
em 2012, quando desta segunda vez, há a contratação de um número
significativo de profissionais. Ademais, foi constatado no IV Encontro Nacional
dos Assistentes Sociais no Ministério Público ocorrido no ano de 2012, que
apesar dos profissionais lotados no estado do Rio de Janeiro apresentarem-se
como o maior contingente profissional em uma unidade do Ministério Público, a
maioria desses profissionais não são concursados, mas foram contratados por
meio de cargos comissionados e/ou contratos temporários.
Uma das teses acerca do aumento considerável de assistentes sociais
atuando nas unidades do Ministério Público pelo país decorre da promulgação
da Constituição Federal de 1988, que passa a atribuir à instituição função na
defesa dos direitos difusos e coletivos.
A inserção nas Defensorias Públicas também ocorre nos anos 2000,
porém esta instituição apresenta diferenciação, pois ela é a mais jovem dentre
as instituições que compõem o universo (Tribunal de Justiça, Ministério Público
e Defensoria Pública), sua criação data da promulgação da Constituição
Federal de 1988. E desse modo, verifica-se que o trabalho do assistente social
nesta instituição apresenta diversos desafios aos profissionais, sendo um
deles, para os assistentes sociais que atuam nas unidades da Defensoria
Pública Estadual e da União no estado de São Paulo, o direito à carga horária
de 30 horas semanais, conforme a Lei 12.317 de 26 de agosto de 2010 que
altera o artigo 5º da Lei 8663/1993 – Lei de Regulamentação da Profissão.
Considerando essa breve explanação sobre a inserção do serviço social
nas instituições que compõem a área sociojurídica, o objetivo era apresentar
que por mais que se tenha uma evidência sobre o trabalho profissional na área
sociojurídica se dado a partir dos anos 2000, a inserção profissional nessas
instituições não é algo recente e já ocorreram algumas reflexões sobre o
exercício profissional. Desse modo, a opção por realizar análises acerca das
agendas e formulações decorrentes dos dois encontros em epígrafe, decorreu
do entendimento que a realização desses eventos abriu uma imensa gama de
possibilidade de pensar e repensar coletivamente o exercício profissional nas
instituições que compõem a área sociojurídica.
Pontua-se a importância da realização de debates sobre o trabalho
profissional em instituições que compõem a área sociojurídica com o objetivo
de conhecer, debater, analisar e refletir sobre a atuação profissional nestas
instituições que são permeadas por estruturas e culturas organizacionais
fortemente hierarquizadas, práticas com forte cunho autoritário, encarregadas
da preservação da ordem, do status quo, de sustentação do capitalismo e das
desigualdades da sociedade capitalista.
Para Borgianni (2009) em sua fala de encerramento do II Encontro
Nacional,
“a esfera do jurídico é aquela da resolutividade dos
conflitos pela impositividade, que é o que a diferencia das
outras esferas. E mais: ao mesmo tempo em que esse é o
campo da proteção jurídica dos direitos, ele é também o
campo onde se ergue um sistema de responsabilização
judicial, dimensão da qual não é possível escapar. Faz
parte dessa totalidade que estamos chamando de campo
sociojurídico. Trabalhamos, portanto, no interior dessa
polaridade. Vejamos isso com alguns exemplos: o
Judiciário, quando acionado em um caso de agressão
contra uma criança, tem que, com sua ação, proteger os
interesses dessa criança, mas também irá responsabilizar
o réu, ou o/a possível agressor/a. O Ministério Público
desenvolve seu trabalho, buscando a proteção e, ao
mesmo tempo, responsabilizando alguém, alguma
instituição ou entidade pela falha naquela proteção. A
Defensoria Pública protege os interesses dos que
necessitam de defesa, perante o Estado ou a sociedade,
ao mesmo tempo em que busca a responsabilização ou
aponta quem faltou com essa proteção. (p. 167/168)
Considerando o exposto, é de suma importância refletir acerca das
tensões vivenciadas cotidianamente pelo assistente social, por um lado seu
trabalho é tensionado pelas condições institucionais e, por outro, pelas
demandas postas pelos usuários, que se apresentam nestas instituições de
modo diferenciado como nos serviços da rede de saúde e socioassistencial.
Pois, quando se dirigem a uma unidade do Ministério Público, Defensoria
Pública ou são encaminhados para o Tribunal de Justiça, a demanda que
apresentava-se inicialmente pela necessidade de acesso a algum serviço da
rede, apresenta-se em condição de extrema precariedade e de não acesso aos
direitos de cidadania, e passa a ser judicializada.
Desse modo, apresenta-se para o assistente social que atua em uma
das instituições da área sociojurídica supramencionadas a reflexão acerca da
realização do trabalho na perspectiva da garantia dos direitos fundamentais, na
análise pelo assistente social das condições estruturais da sociedade
capitalista que tem por objetivo a transformação em mercadoria de direitos
adquiridos, tais como o acesso a educação, saúde, dentre outros.
Desse modo, cabe retomar como apontado na introdução a opção por
“área sociojurídica” e não mais “campo sociojurídico”. Verifica-se um avanço na
concepção dos termos “área” e “campo” e quem aprofunda essa análise é
Borgianni (2013)61. A autora afirma que campo jurídico é um conceito
formulado por Pierre Bordieu, que o define como o determinado espaço social
no qual os chamados “operadores do direito” – magistrados, promotores de
justiça, defensores públicos e advogados – “concorrem pelo direito de dizer o
Direito” (Bordieu apud Shiraishi Neto, 2008, p. 83; Gaglietti, 1999, p. 84-85).
Ainda segundo Borgianni (2013) quando se trabalha na área
sociojurídica é possível observar o debate pelos sujeitos supramencionados
pela busca de elementos que melhor permitam a cada um, dizer o Direito,
diante dos conflitos jurídicos.
61
Verifica-se em análise do documento final do II Encontro que Borgianni ainda fazia uso do
termo “campo sociojurídico”.
“não seria “campo”, naquele sentido de Bourdieu, porque
não estamos disputando (corporativamente) com
magistrados, promotores ou advogados, nesse espaço ou
nessa área, o direito de dizer o direito (ainda que seja o
direito social). Antes, é preciso ver tais operadores ou
especialistas do direito como trabalhadores que, tal qual
os assistentes sociais, psicólogos, educadores, etc, estão
subordinados à mesma lógica do assalariamento de suas
atividades, ainda que com diferenças bastante
acentuadas” . (p. 423)
Partindo dessas considerações, e em análise dos dois documentos
decorrentes dos encontros nacionais, temos uma agenda política como
resultado final do I Encontro Nacional Sociojurídico, onde este elenca algumas
ações que deveriam ser realizadas de modo mais amplo62, a saber:
1. Necessidade de continuidade de realização de eventos regionais e
nacional referente a área de atuação;
2. Fomento à incorporação das temáticas da área no âmbito do ensino,
pesquisa e extensão;
3. Necessidade de realização de concursos públicos para assistentes
sociais no Ministério Público, Defensoria Pública;
Referente ao II Encontro, que apresenta maior sistematização quanto às
discussões ocorridas, verifica-se inicialmente como ponto para reflexão a
necessidade de participação mais ativa de assistentes sociais que atuam na
área para debater os desafios enfrentados no cotidiano profissional.
Pois,
algumas palestras e mesas foram apresentadas por teóricos de referência no
Serviço Social, mas que não possuíam experiência de trabalho profissional na
área sociojurídica e em determinados momentos suas análises distanciam das
situações vividas cotidianamente pelos assistentes sociais do Ministério
Público, Tribunal de Justiça, Defensoria Pública, dentre outros.
Assim, apresenta-se a necessidade de estudar e pensar sobre o
trabalho profissional na área sociojurídica, dos assistentes sociais que a
compõem realizarem análises da inserção profissional, das formas de
contratação, das atribuições, da dinâmica do trabalho profissional, das
estratégias para enfrentamento às condições postas pelas instituições
empregadoras do sociojurídico considerando seus limites e possibilidades. Não
62
Além destes pontos foram levantadas demandas específicas para atuação em penitenciárias,
unidades de acolhimento, medidas socioeducativas, dentre outros.
desconsiderando que tais espaços apresentam um forte viés conservador,
integram o aparelho ideológico do Estado burguês servindo para manutenção
da ordem vigente, não incidindo no cenário atual de judicialização das
expressões da questão social e de criminalização da pobreza.
O trabalho nestas instituições pautam-se principalmente pela realização
de ações pontuais, mas que não são capazes de alterar a estrutura social
vigente, pois este não é objetivo. Ou seja, há um imenso desafio ao assistente
social que atua em instituições onde se criminaliza a classe trabalhadora,
portanto, contrapondo-se ao projeto ético-político do Serviço Social.
Considerações
Compreende-se que os desafios postos aos assistentes que atuam
nessas instituições que têm o seu trabalho permeado pela esfera do jurídico, e
que apresenta como mediação principal a resolução dos conflitos pela
impositividade do Estado é o desvendamento do real por trás das situações
aparentes.
Cabe ao assistente social que atua em instituições dessa área a
capacidade de propor ações diferenciadas das que já estão postas com o
objetivo de materializar um trabalho que contribua para a efetivação dos
direitos sociais e que se insere no reconhecimento de que o espaço
institucional é permeado por contradições, impondo determinados limites à
ação profissional e que perpassa o tempo todo a ambiguidade de proteger os
direitos do indivíduo social, mas também de responsabilizá-lo criminalmente.
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SERVÍCO SOCIAL E DESAFIOS DA ATUALIDADE NO CENÁRIO
BRASILEIRO
Simone Albieri Bardonal ∗
Resumo:
o presente trabalho tem par objetivo apresentar alguns aspectos presentes no
cenário atual do capitalismo mundial e, mais especificamente no Brasil, em
interface com alguns apontamentos relacionados ao Servi<;o Social, enquanto
profissional partícipe na divisáo sócio-técnica do trabalho, apresentando alguns
elementos que emergem do chao do trabalho da categaria, assim como alguns
enfrentamentos postos no momento pelo movimento da realidade, cuja
conñquracáo é tributária de uma conjuntura mundial e local fartemente impelida
pelos ideários capitalistas, em todas as esferas do tecido social e demanda res
postas sempre mais qualificadas e alicercadas em bases teórico-metodológicas
e técnico-operativas, sem detrimento da necessidade de participacáo coletiva
na definicáo dos rumos de história, cujo processo e resultado sáo
fundamentalmente intrínsecas a realízacao do ser social, enquanto parte da
natureza.
Palavras-chave: Capitalismo - servíco Social - Trabalho - Sociedade Participacáo Social
∗
[email protected]
1.- Serviço Social: desafios e possibilidades
A fragmentação profissional vivenciada no cotidiano de trabalho do
Serviço Social traduz sua inserção num cenário econômico-político sustentado
por ideologias de matiz neoliberal e subjetivistas, comprometidas com a
manutenção e ampliação do domínio do capital, desvinculadas de qualquer tipo
de responsabilidade que se traduza em controle social dos recursos gerados
coletivamente, dado que são privatizados em poucas mãos. Nesse rumo,
caminham também as políticas públicas que, voltadas para as mais diversas
áreas e que, em princípio, denotariam as necessidades emergentes das
populações às quais seriam direcionadas, caracterizadas por ações e
propostas segmentadas e não raro distantes na prática da realidade social à
qual deveria corresponder. Há, portanto, um constante discurso de crise do
capital sem a percepção de que a realidade é movida pela contradição e, nesse
sentido, aquilo que emerge como uma ameaça à reprodução do capitalismo, na
realidade, torna-se uma forma de retroalimentação. Sem dúvida que o capital
está em crise, dado que ele já nasceu em crise, justificado e movido por ela.
A crise do capital traz subjacente o apontamento constante da
responsabilidade de cada indivíduo no seu enfrentamento, não com vistas à
sua superação por outro modo de produção, ao contrário, faz com que todos
forçosamente assumam uma parcela de culpa pela fome, a miséria, o
desrespeito aos direitos fundamentais do homem, inclusive o maior deles: a
vida. E assim todos passam a ter uma resposta pronta para a causa de todas
as problemáticas sociais que, embora contemporâneas, carregam embutidas
suas raízes no bojo da história. Ou seja, tudo passa a ser culpa da crise e
todos são responsáveis por ela, inclusive aqueles que vendem sua força de
trabalho para sobreviver, sujeitos a engordar o sistema responsável pela sua
miséria e supressão de sua realização humano-social, enquanto ser social,
parte da natureza que constantemente se faz instrumento de destruição para
enriquecimento alheio. Sem embargo, é possível falar em uma espécie de
globalização da crise e da fatura dessas contas, no cenário de mundialização
do capital e de suas mazelas, inclusive dos países mais pobres.
Todavia,
o
capital
é
gerador
de
necessidades,
ilusões
e
pseudorealizações, de modo a fantasiar realidades como o desemprego,
falseando o concreto pensado e apresentando um véu a turvar a visão do real e
que, entretanto, não deixa de ser experimentada como um verdadeiro
massacre no cotidiano do trabalhador. Uma catástrofe crescente, nos termos
de Mészaros (2002), sobretudo ao considerar-se que toda a existência material
e social (em seus aspectos mais amplos) é resultado do trabalho humano, ou
seja, há um dilaceramento do ser social em sua base, naquilo que lhe é mais
intrínseco, desumanizando no sentido mais profundo do termo a própria
humanidade. Ainda com Mészaros:
[...] os grandes avanços produtivos são realizados pelo sistema do
capital por meio da criação histórica de necessidades sociais e da
transferência de condições da produção em todas as indústrias para
fora dele, para o contexto geral, transcendendo as restrições originais
– pois “necessidade natural é suspensa” – graças ao impacto
produtivo de um círculo imensamente maior de necessidades e
carências reunidas na troca geral por intermédio do mercado mundial.
(MÉSZAROS, 2002, p.257).
O contraditório, no entanto, porta consigo a oposição, o movimento, o
descontentamento, logo, a possibilidade de transformação. A impossibilidade
de conviver com tamanha desumanidade partilha da luta por direitos coletivos,
da mesma forma que pode engendrar novas formas de organização e de busca
de estabelecimento de uma ordem societária correspondente à escolha de
cada sociedade, em oposição às forças hegemônicas sustentadas pelo poder
econômico-político contrárias àqueles que na realidade a formam. E nesse
sentido, o mundo tem assistido manifestações que indicam a necessidade dos
povos de participação responsável e coletiva no trato das questões de
interesse geral, ainda que muitas vezes tais movimentos sejam abalados e
descaracterizados de seus ideais mais originais por forças contrárias ou
simplesmente desprovidas do entendimento de seu real objetivo.
No caso do Brasil, é possível afirmar que, recentemente, o país iniciou
um processo de luta pela conquista de determinadas necessidades imediatas
de grupos de trabalhadores que, nas ruas, juntamente com tais demandas,
questionam temas fundamentais na agenda do país, como a corrupção, a falta
de transparência e direcionamento correto nos gastos do dinheiro público e a
precariedade na viabilização de políticas públicas consideradas essenciais,
como saúde, educação e segurança, dentre outras. Jovens e velhos,
empregados ou não, liberais e funcionários públicos, categorias diversas,
populações que experimentam diversas formas de violência, manifestas na
condição da falta, ausência de condições dignas de vida sob os mais variados
aspectos, mas que em determinado momento da história pararam avenidas e
gritaram das ruas sua indignação diante do descaso político. Na palavra de
muitos, é como se o país tivesse acordado de um longo sono (processo esse
que precisa ser entendido a partir de diversos elementos e que fogem ao
objetivo desse trabalho, mas que ajudam a pensar a respeito de problemáticas
importantes).
Ao mesmo tempo, o país continua a atravessar um momento particular
no âmbito da construção e viabilização no que concerne às políticas sociais
públicas. E aqui é necessário lembrar que o entendimento do que sejam as
Políticas Públicas, sua trajetória constitutiva e sua relação com o Serviço Social
é de fundamental importância tendo em vista o descortinamento de aspectos
no que diz respeito ao contexto sócio histórico, assim como dos jogos de forças
presentes e atuantes. Tal perspectiva conduz ao fato de que as Políticas
Públicas emergem em um determinado momento histórico, como mecanismo
de resposta à Questão Social. Destarte, sair às ruas e gritar por mudanças é,
sem dúvida, fundamental ao processo que forceja por respostas às demandas
da população, ao mesmo tempo em que questiona as bases existentes,
levando as forças sociais em tensão à busca de outros caminhos. Sem
equívoco, a trajetória para tal não é tranquila como parecem as palavras, ao
contrário, é turbulento e muitas vezes violento, sobretudo ao choque de
interesses. Mas, o capital jamais voltaria a atenção às demandas da classe
trabalhadora não fossem as constantes pressões dessa.
Mas, o trabalho “é um ato de pôr consciente” (LUKÁCS,1978), o que
impõe a necessidade de conhecimento autêntico de suas determinações, de
seus elementos constitutivos e de sua finalidade, pois, na medida em que as
ações humanas se tornam abstrusas, igualmente as contradições e os conflitos
emergem, se radicam, e somente mediante a consciência desses fenômenos
há a possibilidade de neles se inserir através da luta e da resistência.
É possível afirmar que se trata de um momento histórico repleto de
desafios a todos os trabalhadores e, portanto, ao Serviço Social, enquanto
profissão inserida na divisão sociotécnica do trabalho. Não há espaços para
ilusões. Ao mexer nos fios que dão manutenção ao padrão societário atual, os
trabalhadores de todas as esferas vêm sofrendo ao longo das últimas décadas,
sobretudo no último decênio, o avanço de uma lógica autoritária, muito aquém
do discurso democrático que sustenta, e tributária de padrões neoliberais,
balizados por matizes dos padrões fordista-taylorista e do toyotismo. É
crescente o avanço de padrões de desempenho estipulados e medidos a partir
de metas quantitativas. Há uma inversão nos nortes do arcabouço do saberfazer profissional, forçada pelas demandas institucionais, de modo que vincular
rendimentos a metas numéricas atingidas e não à qualidade dos serviços
prestados, embora essa terminologia nunca deixe os discursos.
Ao mesmo tempo, aumentam as formas de controle do tempo, através
de diversos mecanismos, inclusive informacionais. Nesse sentido, todo o tempo
deve ser preenchido com alguma tarefa, porém, o pensar, o refletir, o teorizar
ou ainda, o pensar a realidade enquanto concreto pensado, nesse caso,
prescinde de tempo, pois, não há tempo para tais atividades, tendo em vista
que, pensar e sistematizar o savoir-faire, sob essa lógica, não são
considerados trabalho. Em seu lugar, emergem demandas que constrangem o
trabalhador a realizar ações distantes da sua formação profissional ou a
assumir várias tarefas que se sobrepõem e que não raro conduzem ao risco de
se tornar um mero tarefeiro, traduzindo a mais nova tendência de funções
ampliadas, com nomenclaturas generalizadas e que apenas incluem a
profissão como uma característica a mais do cargo, tornado então
multifuncional e formalizado juridicamente, motivo não raro para o não
cumprimento da jornada de trabalho estabelecida para a categoria após muitos
embates. Da mesma forma, o profissional é distanciado do processo de
construção de novos projetos alinhados com a sua formação e com as
demandas da população, reforçando um papel mero executor de políticas
sociais, mas de certa forma esgotado em suas potencialidades de pensador e
propositor de outros construtos sociais em conjunto com a população que
atende.
O cotidiano de trabalho, envolto das contradições postas pelo
movimento da realidade é de certa forma violentado pela sombra constante da
reificação - coisificação sob vários aspectos: o profissional que incentivado a
trabalhar como máquina de produção de metas acaba mecanizando sua ação;
a precarização das relações e das condições de trabalho intensamente
vivenciadas pela classe trabalhadora continua presente no cotidiano do
trabalho profissional do Serviço Social, não raro desprovido de condições
adequadas ao exercício profissional; o usuário atendido no contexto de
políticas sociais fragmentadas que se sente quase sempre na prática excluído
delas; as políticas sociais já focalizadas se realizam na contramão do que
deveriam ser os seus aspectos inerentes, ou seja, de maneira discriminada e
discriminadora, subjetivista e individualista, segmentária, ou quando não,
simplesmente não existente enquanto tal, mas apenas como mais uma via de
controle social por parte do capital e aí se entendem também aquelas
instituições por ele orientadas e cuja maior manifestação pode ser encontrada
no Estado moderno. Novamente, trata-se da desumanização do próprio
homem, seja ele o trabalhador social, seja ele o seu usuário.
Não é de estranhar tais alinhamentos, que melhor seriam designados
como desalinhamentos, das políticas públicas nem que assumam tais
fisionomias, distanciadas das reais demandas da classe trabalhadora, quando
se considera que o capital estende seus tentáculos pelos espaços de poder e,
portanto, do Estado, contaminando tudo ao seu redor com a lógica da
mercadoria e assim tudo e todos se tornam mercadorias. As políticas públicas
não raro se revelam formas de facilitação dos mecanismos de reprodução e
ampliação do domínio do capital, o qual também as entende em muitos
momentos como maneiras viáveis de movimentação da economia e de
desoneração de muitas das suas responsabilidades para com o trabalhador, a
quem além de vender o seu trabalho para a manutenção da sua própria
reprodução é demandado que também seja um consumidor (incrivelmente
daquilo que ele mesmo produziu):
Sob o comando do capital, o sujeito que trabalha não mais pode
considerar as condições de sua produção e reprodução como sua
própria propriedade. Elas não mais são os pressupostos autoevidentes e socialmente salvaguardados do seu ser, nem os
pressupostos naturais do se eu como constitutivos da “extensão
externa de seu corpo”. [...]. O “ter” domina o “ser” em todas as esferas
da vida. Ao mesmo tempo, o eu real dos sujeitos produtivos é
destruído por meio da fragmentação e da degradação do trabalho à
medida que eles são subjugados às exigências brutalizantes do
processo de trabalho capitalista. Eles são reconhecidos como
“sujeitos” legitimamente existentes apenas como consumidores
manipulados de mercadorias. Na verdade, eles se tornam tanto mais
cinicamente manipulados como fictícios “consumidores soberanos” –
quanto maior a pressão da taxa decrescente de utilização.
(MÉSZAROS, 2002, p.611).
Em conformidade com o ideário capitalista, processos de precarização
tornam-se cada vez mais disseminados também no âmbito da formação
profissional e também nas condições de exercício da docência, através do
incremento de instituições de ensino à distância, desprovidos de momentos
necessários à construção do conhecimento científico e de uma formação
profissional alicerçada em bases mais densas e sólidas, na contramão de
propostas críticas de algumas academias, sustentadas ainda que com
dificuldade, sobretudo para reunir não apenas acadêmicos como também
profissionais inseridos em outros espaços sócio-ocupacionais, como os grupos
de pesquisa e estudos, oficinas, seminários, dentre outros.
O momento atual traz questionamentos a respeito de uma crise de
legitimidade e reconhecimento, sobretudo em alguns espaços sócioocupacionais do Serviço Social, o qual não raro enfrenta embates cotidianos no
sentido de revelar e fortalecer suas especificidades, cujas inflexões não podem
ser confundidas ou diluídas face às demandas dos cargos e funções ampliadas
ou mesmo diante de expectativas equivocadas sobre a profissão e seu
conteúdo ético-político, teórico-metodológico e técnico-operativo.
Sem equívoco que diante de tantas ambiguidades e desafios, questões
no âmbito da ética ecoam de maneira latente e muitas vezes tensa no cotidiano
profissional, justamente em decorrência de seu posicionamento, cuja leitura do
real depende do entendimento da singularização do universal através da
mediação, categoria fundamental para a análise crítica do movimento da
realidade. De acordo com essa perspectiva:
[...] a mediação aparece neste complexo categorial como um alto
poder de dinamismo e articulação. É responsável pelas moventes
relações que se operam no interior de cada complexo relativamente
total e das articulações dinâmicas e contraditórias entre estas várias
estruturas sócio-históricas. Enfim, a esta categoria tributa-se a
possibilidade de trabalhar na perspectiva de Totalidade. Sem a
captação do movimento e da estrutura ontológica das mediações
através da razão, o método, que é dialético, se enrijece, perdendo,
por conseguinte, a própria natureza dialética. (PONTES, 2008, p. 81).
Todavia, ninguém muda nada sozinho. Não existe neutralidade. Ao
considerar que o ser humano é antes de tudo um ser que dá respostas
(LUKÁCS, 1969), é preciso levantar alguns questionamentos: Quais respostas
vêm sendo demandadas e quais de fato precisariam ser respondidas no bojo
da luta pela realização de todas as potencialidades humanas? O Serviço Social
é um trabalho situado no marco de um cenário que envolve posições
completamente antagônicas e, de certa forma e por várias razões, vinculada a
ambas, de modo que possui direcionamento sociopolítico, norteado por sua
visão de homem-mundo. Pensar criticamente é parte do processo de
transformação, pois é assim que se torna consciente o real, contudo, é
absolutamente insuficiente e alienado quando se torna isolado e esvaziado da
participação de outros na construção de tal processo.
Entende-se que os momentos de discussão conjunta com outros
profissionais, sobretudo através das instituições da categoria, assim como o
estabelecimento de canais mais próximos e flexíveis de consulta aos órgãos
colegiados, como os conselhos, dado o seu papel também consultivo e
orientador, mas do qual muitas vezes o profissional se afasta, somados,
conforme já mencionado, a espaços de diálogo e de reflexão em conjunto com
as universidades, seja através de momentos mais amplos e definidos como
naqueles propícios à formação continuada, como os grupos de estudos.
Possivelmente, no momento atual, a grande questão é quem move os
rumos de uma história que não deve ser privatizada por um ou alguns grupos,
dado ser coletiva. Ao emergir a consciência de que a realidade é produto de
todos há a possibilidade de fortalecimento da participação social, caminho
necessário para a mudança dos rumos sociais, econômicos e políticos, cujos
desdobramentos também aportam as bases dos valores ético-morais e,
sobretudo, humanos, lançando as bases para um projeto de sociedade da qual
todos sejam parte não por conta de conceitos escritos, mas por sê-lo de fato e
em verdade.
Sob esse aspecto, a construção de espaços de discussão e articulação
coletivos, ainda que voltados a problemáticas imediatas, podem se revelar
momentos profícuos na busca de respostas a elas, ao mesmo tempo em que,
ao deixarem de ser percebidas como individuais, mas antes ampliadas a
inúmeras pessoas e grupos, sinalizam para o exercício da participação social,
responsável e coletiva. Não é possível refletir ou sistematizar dados da
realidade sem pisar o chão dela com aqueles que dela fazem parte,
trabalhadores usuários, profissionais de outras áreas, conselhos. Trata-se da
busca da realização de um projeto ético-político comprometido com a
constituição de um projeto de sociedade, cuja materialidade transcende o
próprio projeto profissional, tendo em vista que o enfrentamento e a superação
da alienação nos processos de produção humanos só são possíveis por meio
de uma prática humana autoconsciente e vinculada ao movimento da
realidade.

- Considerações Finais
O Serviço Social, enquanto especialização do trabalho inserido na
divisão sócio-técnica do trabalho e, portanto inserido no espaço sócioeconômico balizado pelo ideário capitalista, enfrenta em seu cotidiano de
trabalho tendências e movimentos próprios desse cenário, cujos rebatimentos
dizem respeito a toda classe trabalhadora da qual também é parte. Da mesma
forma, as políticas públicas obedecem à necessidade do capital, afirmando-se
cada vez mais de modo segmentário e focalizado. Tais aspectos afetam tanto
os espaços de atuação profissional quanto a própria formação profissional,
manifestas nas tendências de cargos e funções ampliadas, sobreposição do
quantitativo em detrimento do qualitativo, avanço da privatização do ensino,
assim como da Educação à Distância, distanciamento entre acadêmica e os
espaços sócio-ocupacionais do Serviço Social, dentre outras. Todavia, algumas
ações são entendidas enquanto possibilidade de enfrentamento dessas e de
outras questões no sentido de forcejar e tencionar as próprias contradições que
emergem do cotidiano profissional, no sentido de encontrar coletivamente
alternativas diante da brutalidade posta à cabo pela lógica do capital: os
momentos de discussão conjunta com outros profissionais, o estabelecimento
de canais mais próximos e flexíveis de consulta aos órgãos colegiados, o
fortalecimento de espaços de diálogo e de reflexão em conjunto com as
universidades, assim como a construção de espaços de discussão e
articulação coletivos em conjunto com a população. Trata-se da busca da
realização de um projeto ético-político comprometido com a constituição de um
projeto de sociedade por meio de uma prática humana autoconsciente e
vinculada ao movimento da realidade.

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LOS NUEVOS MOVIMIENTOS GLOCALES JUVENILES
Francisco Xavier Ramírez Varela"
Resumen
Los movimientos sociales juveniles se han visto caracterizadas por expresiones
y practicas culturales innovadoras y que rompen con lo tradicional, viéndose
influenciados por elementos relativos a la cibercultura juvenil y la socialización
tribal; ambos elementos fundamentales en la determinación de una nueva
Generación Glocal.
Palabras Claves: Glocalización, Cibercultura, Socialización Tribal
1.- Movimientos Sociales y Juventud
La siguiente reflexión surge paralelamente a la realización de las investigación
sobre la formas de participación y socialización virtual de los jóvenes, donde se
realiza un estudio de caso del movimiento estudiantil en Chile del año 2011;
imprescindible destacar que dicho movimiento reflejo las transformaciones, que
indudablemente son parte de un proceso de las formas de organización, de
comunicación y los elementos creativos que canalizan el malestar estudiantil.
Si bien es cierto no me centrare en el fondo de las razones que fundamentan la
movilización estudiantil, no se puede obviar las razones de peso que moviliza
a los estudiantes, las que tienen su principio en la calidad y acceso de la
educación, sin embargo como veremos esta tiene diferentes aristas qua
revisaremos en el desarrollo de estas paginas.
Para entender las formas de participación y socialización de los jóvenes en el
movimiento estudiantil, hay que entenderlos dentro de los contextos de los
nuevos movimientos sociales, entendiendo estos como los actores organizados
con propósitos definidos quienes determinen sus acciones para la consecución
de ellos, conforme a sus propias características, las que nos van variando, no
solo en base a los contextos donde ubicaremos a los movimientos sociales,
sino que también bajo los grupos generacionales que lo conformaran.
Hay que recordar que dentro del estudio de los movimientos sociales, si bien
estos fueron vinculados a inicios del siglo pasado sobre todo al movimiento
obrero, no es sino recién en los años 60 que la juventud pasa a ser un
protagonista activo de ellos, convirtiendo la década en un referente mítico de
los movimientos juveniles (Feixa, 2000), como se ha hecho recurrentemente
referencia en cuanto en los estudios de juventud en America Latina, ubicando
de esta manera una pauta en cuanto a la distinción generacional de la época,
referente que permite explicar las generaciones posteriores desde esta
perspectiva.
Si bien es cierto se caracteriza a la juventud al utilizar el concepto de
generación, también “ha servido para construir algunos estereotipos sobre la
gente joven de determinada época” (Alpizar, 2003). Es de esta forma que las
diferentes generaciones extienden las características de la juventud acorde a
su contexto y a sus elementos diferenciadores, las que se construyen a partir
de su inserción social, en base a sus formas de participación y socialización.
Hay que recordar eso si, que las generaciones no son estructuras cerradas
inalterables, sino solo referentes simbólicos que apoyan a identificar a los
actores socializados en unas mismas coordenadas temporales (Feixa, 2000).
En ese sentido la historia del siglo XX puede verse como la sucesión de
diferentes generaciones de jóvenes que irrumpen en la escena pública para ser
protagonistas en la reforma, la revolución, la guerra, la paz, el rock, el amor, las
drogas, la globalización o la antiglobalización. Sin embargo diferentes estudios
realizados o ensayos, en vías de clasificar y describir características
generacionales, en su gran mayoría parten desde primeramente una visión
adultocéntrica, que al enfocar la mirada generacional, es desde una mirada
desde el “mundo de los adultos”, que refleja la visión de pasividad e inactividad
de la juventud, esto por que, por lo general se realiza la comparación de las
generaciones propias. En segundo, las visiones generacionales, tienden a una
descripción basada en criterios eurocentristas, en función de características
históricas influyentes y cultura predominantes, muchas veces alejada de su
propia realidad.
Los nuevos paradigmas no solo epistemologicamente, posiciona hoy una
generación que pasa a ser actores de su propia construcción, si no que
también desde los procesos de socialización y la participación en movimientos
sociales, empiezan a ser constructores de nuevas realidades, surgiendo
nuevos factores movilizadores de esta generación, los cuales se enmarcan en
nuevos contextos, claramente influenciado por fenómenos globalizantes, con
especial énfasis con las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
El transcurso de este siglo, no solo marca fuertemente esta construcción de lo
juvenil, desde la propia generación, sino que nos enfrenta que los jóvenes hoy
adaptan y absorben elementos de la globalización, dentro de sus propias
realidades locales. La participación política de los y las jóvenes ha tenido
cambios profundos en la última década, acompañando los cambios de los que
intentamos dar cuenta, en comparación del termino del pasado Siglo, donde
existía una gran desilusión acerca de su participación partidaria o política. Entre
la desconfianza y el desencanto, miles de jóvenes elegían otras formas de
participación, más puntual, específica y local (Croce, 2012). Si bien es cierto
adquieren
elementos
culturales
y
comunicacionales,
vertidos
por
la
globalización, estos son reflejados a su manera en los espacios locales. Los
jóvenes se movilizan desde una perspectiva global, pero con sus intereses
locales bien marcados, reflejandose en los movimientos juveniles de la primera
etapa del siglo XXI, donde las transformaciones sociales se manifiestan en
espacios muy localizados, pero que han conseguido trascender las fronteras
locales y nacionales (Feixa, 2009).
Es indispensable tener en cuenta para ello la incorporación de las nuevas
tecnologías a sus mecanismos de participación, donde, ayudados por las
innovaciones tecnológicas, la participación juvenil actual está teniendo fuerte
capacidad articuladora a niveles nacionales, regionales y globales. Los jóvenes
que están comprometidos con una causa local, conocen bastante de cerca lo
que sucede en otros lugares y no pocas veces tienen relaciones directas con
otros jóvenes que luchan por causas similares en otros puntos de América
Latina y del planeta (Croce, 2012). En este sentido la presente generación ha
encontrado nuevos modos de movilizarse, donde se saben en los medios de
comunicación, hay, por decirlo así, una “consciencia mediática” arraigada en
ellos (Cuadra, 2012). Esto nos lleva a enfrentarnos a la construcción de una
nueva generación, la que podemos desarrollar como la Generación Glocal.
2. Paradigma de lo glocal
Si hablamos de la inserción de los jóvenes como una Generación Glocal,
debemos partir con adentrarnos en la búsqueda del contenido conceptual de la
globalización, como una palabra que se utiliza en todo tipo de contextos y en
algunos casos usada de tal modo que parece atribuir todo lo que ocurre en la
sociedad y la economía a este fenómeno, en otros contextos se reduce
simplemente a un aspecto o una dimensión. Wallerstein (1999), hace hincapié
“que la globalización es un slogan, es una etiqueta con la que uno puede
clasificar o desclasificar los productos, fenómenos y/o sociedades actuales”.
Es por este medio que la conceptualización de globalización parte por la
primera imagen que se nos viene a la cabeza, el de la economía, el del que
tienen más puede abarcar más a nivel mundial, pero este no es el único
aspecto de la globalización, aunque si bien es la más fuerte, impositiva e
injusta en nuestras economías nacionales y locales. Desde el punto de vista de
muchos la globalización es el culpable de todos los males de la sociedad
actual, junto con su fiel acompañante el neoliberalismo, esto se debe a que son
términos sobreutilizados con acepciones positivas y negativas, por lo que si
bien esta claro que la globalización ha existido un empoderamiento de las
políticas económicas neoliberales. Pero cuando se piensa en globalización, no
se debe solo pensar en que esta es de carácter económico, este concepto
transciende fronteras físicas, concierne a diversos sectores; contienen en si un
conjunto de características que predominan en las relaciones económicas,
políticas, sociales y culturales, denotando el acercamiento y la profundización
de las relaciones e instituciones a través del espacio y tiempo, en tal forma que
las diversas actividades diarias son influidas por sucesos en la otra parte del
globo. La globalización, más que seguir tratando de conceptualizarla, hay que
revisarla en las tres dimensiones o aspectos fundamentales que la integran, el
primero de ello obviamente tendrá relación con el ámbito económico, pero
también están las dimensiones políticas y socioculturales. Todo ello con un eje
transversal de vital importancias que son las tecnologías y la información.
Los diversos aspectos de la globalización se ven cruzados con el crecimiento
incesante de las tecnologías y la información, donde la globalización ha abierto,
facilitado y dinamizado los procesos donde se desarrollan los adelantos
tecnológicos, que a la vez permiten una mayor fluidez en los diversos aspectos
de la información, contribuyentes al crecimiento de las diferentes relaciones
dentro de la globalización, convirtiendo a los jóvenes, como los principales
usuarios de Internet, en los protagonistas de la globalización.
La globalización es un proceso histórico por su capacidad para generar su
propia historia; y sobre todo hoy, no hay una delimitación de la influencia de la
globalización, pero si existe un reflejo claro que tiene su principal connotación
en el ámbito local, donde por el efecto de la globalización surten secuelas,
beneficios y consecuencias; por ende lo que es un fenómeno global se
convierte en una realidad local. Es de esta manera donde surge un elemento
esencial en la comprensión de la globalización, en las nuevas formas de
interacción entre los actores globales y locales. Al respecto Robertson (1992)
acuñó el término de glocalización, el cual ha venido tomado fuerza en las
ciencias sociales en el último tiempo, que se asocia a la globalización de los
fenómenos, pero al mismo tiempo a la localización de sus relaciones
económicas y políticas. Es asi que el neologismo glocalización, alude a las
relaciones que se vienen entretejiendo entre dos esferas: la local y la global.
Es en este entramado de lo glocal que se ve representada la generación de
jóvenes del ultimo decenio; pensando que la globalización es un proceso que
persiste en la vida diaria y en la concepción de la cotidianeidad de nuestras
sociedades, donde más que un concepto y un proceso, es una realidad que
gravita sobre ella; llevando con ella los procesos glocales, convirtiendo a la
glocalización en una realidad cotidiana. Una realidad que se ve reflejada en las
prácticas de las personas, pero con mayor énfasis en la población joven,
incorporándolas en su cotidianidad, en su expresión cultural, pero también en
sus formas de asociatividad, generando un cambio en la generación de sus
necesidades sociales y sus formas participativas.
Estos los cambio socioculturales de la glocalización se han visto reflejados en
la formas de socialización y participación de los jóvenes, nos sirven de base
para entender el movimiento estudiantil universitario del año 2011 en Chile,
esto sobre todo a manera de estudio de caso - si se permite el libertinaje del
uso del término- ya que elementos similares han estado presente en los
diferentes movimientos juveniles en los últimos años, dándose con realce, con
los movimientos de los indignados en diferentes latitudes del mundo, en
especial aquellos países dícese desarrollados, así como con el movimiento
estudiantil mexicano “#soy132”, en torno a la polémicas elecciones de ese país
o los estudiantes colombianos; por dar algunos ejemplos.
3. Raíz de una tesis de la Generación Glocal
Se da un cambio en las formas de participación de los jóvenes universitarios,
en una primera instancia aquí analizada, por medio de la inserción de
elementos culturales característicos de la generación, que trascienden la
participación informal, insertándose y adoptándose estás dentro de
las
estructuras de la participación organizada, es así como el movimiento
estudiantil, se ve impregnado de nuevas formas de participación,
las que
resultan innovadoras y que rompen el esquema tradicional.
Para ejemplificar la tesis a proponer, partiré por uno de los hechos gatillantes
de la misma, el cual se presenta en una de las manifestaciones vivenciadas
durante el movimiento estudiantil en el año 2011, bajo el llamado a la
realización de un “Genkidama por la Educación”. Es por medio de una
convocatoria virtual, generada dentro del movimiento juvenil, que se citan en la
Plaza de Armas de la capital a más de tres mil jóvenes para realizar esta
particular manifestación. Si bien es cierto realizaron una coreografía poco
entendible para la gran mayoría de adultos que observaban en las calles de la
ciudad, está guardaba un gran significante para la población joven, no
solamente por el apoyo y convocatoria que tuvo dentro del movimiento, sino
por lo transversal que resulto desde la organización formal, la inserción de
elementos de socialización cultural propios.
Es que el “Genkidama”, es una representación de una forma de lucha ocupada
por la seria japonesa animada Dragón Ball, que consiste en cómo se puede
aplicar una técnica de lucha teniendo el “corazón limpio”, canalizando la
energía de la tierra. El simbolismo implícito de esta representación está en la
forma representativa de la lucha desde la pureza de la base que da sentido al
movimiento estudiantil, que dice en función de lo básico que debe ser una
educación con calidad y gratuidad. Pero no se queda en ello el discurso de este
movimiento, sino que refleja la forma de participar y organizarse a través de
una representación del sentimiento de una generación de estudiantes
universitarios, que crecieron asociados al programa televisivo del anime
japonés de Dragón Ball. La representación de este anime se puede asociar a
elementos representativos de la cultura juvenil, donde los participantes se
aglutinan por una demanda educativa, pero también por características
socioculturales que les son comunes y que son movilizadores dentro de la
juventud. Sin la necesidad de pertenecer a una tribu urbana determinada, hay
un factor característico sociocultural que es transversal a ellos y que guardó un
significante por medio de la manifestación de este “Genkidama” por la
educación.
No es solamente el ejemplo del Genkidama de la educación, sino que también
podemos hacer mención a los diferentes “flashmobs” (acciones instantáneas y
organizadas) convocados durante el movimiento, ya sea en base a
representación musical como el “Thriller por la educación”, el «Gagazo por la
educación», bailes masivos de axé y hasta una versión orquestada de "El baile
de los que sobran", todos ellos con acento a los elementos culturales de los
jóvenes, así como aquellos convocados en representaciones puntuales, donde
se observaron la representación de un suicidio simbólico por la educación
realizado en diferentes puntos estratégicos del país, la representación de
vacaciones veraniegas en los frontis de las universidades, o las altas
convocatorias a cicletadas y skaters por las avenidas principales. Ligado a
aquello se dan los Cosplay (representaciones en base a disfraces)
representado peleas de superhéroes y villanos, o la marcha de los 300
espartanos por la educación. No podemos dejar de lado manifestaciones como
la besatón o los cacerolazos presentes a lo largo del movimiento estudiantil.
De la misma forma se observa en como se empoderan de los apelativos con
que desde los medios se caracterizaron las diferentes manifestaciones, así una
marcha mientras llovía copiosamente, se denomino como la «Marcha de los
paraguas», por el uso masivo de este implemento; de igual forma sucedió con
una marcha familiar organizada por los dirigentes estudiantiles, esta vez en el
Parque O’higgins de Santiago, el que por la alta asistencia de niños con sus
padres, el encuentro fue llamado también como ”Marcha de los remolinos”, por
el colorido juguete tradicional que llevaban los menores.
En todos los casos, el uso de redes sociales fueron no solamente
características básicas, si no que también fundamentales para poder promover
y coordinar dichas acciones; como para su difusión y socialización por los
estudiantes, de esta forma podemos observar que en el ejemplo referido del
evento del “Genkidama” de la educación, esté fue promovido por medio de las
redes sociales virtuales ocupadas por los jóvenes, donde haciendo un recuento
rápido vislumbramos cerca de doce mil confirmaciones de asistencia al
“evento” convocado por la red social “Facebook”, así como el mismo se
ramificó a las diversas regiones del país. Luego de la manifestación
propiamente tal, esta se siguió difundiendo y adquiriendo adherentes, como se
puede observar por las redes sociales para compartir videos, en lugares como
“Youtube”, donde se encuentran cientos de videos de la manifestación
mencionada y miles de visita a los mismos con los enlaces y comentarios
respectivos, reflejando la característica de participación informal de esta
generación de jóvenes universitarios, como es a través de la socialización
virtual. De esta forma, Internet se convirtió en uno de los más importantes
aliados del movimiento estudiantil. Acorde a lo afirmado por Mielli (2012) “del
megáfono a la Internet, en cada momento histórico la juventud es el segmento
de la sociedad que busca utilizar de forma más creativa las modernas
herramientas comunicacionales para expresarse”.
Los elementos descritos que distinguen estos movimientos juveniles, que
caracterizan
a
esta
generación,
es
posible
entenderlos
desde
dos
características contextuales en los jóvenes, los cuales son manifestación de los
procesos de glocalización en que están insertos, que son la cibercultura
juvenil y la socialización tribal.
4. Hacia la cibercultura juvenil.
Es un echo innegable el avance de la Tecnologías de de Información y
Comunicación (TIC), posesionándose en todos los espacios públicos y
sociales, haciendo que nos movamos bajo un eje tecnológico que traspasa las
fronteras de lo productivo económico, a los diversos ámbitos de la sociedad,
asistimos no solo a un cambio en el paradigma de lo tecnológico, si no que a su
vez cambios paradigmáticos en lo social, comunicacional y lo cultural. Es
necesario aclarar que si bien las nuevas tecnologías han sido los dispositivos
fundamentales para la reestructuración del capital, lo que aparece en el
horizonte es una reconfiguración del orden simbólico y de los lazos sociales,
así como las relaciones de fuerza implícitas en ellas (Cuadra, 2008). Los
cambios tecnológicos han reconfigurado las relaciones sociales, y los espacios;
dando pie a nuevas formas comunicacionales que nos transforman el quehacer
cotidiano. Esta interconexión, trae consigo nuevos códigos y simplismos en la
socialización de los individuos, que se vierten sobre las relaciones sociales
nuevos espacios donde llevar las practicas sociales, ya sea para socializar,
informar y/o comunicar, cambiando los territorios reales por espacios virtuales
de encuentro de los individuos.
Pierre Lévy (2001) describe las nuevas prácticas sociales, bajo el concepto de
cibercultura, entendiendo en ella los nuevos paradigmas tecnológicos y
digitales, y el surgimiento de nuevos valores, racionales y fenómenos
subculturales, que se manifiestan en nuestra sociedad. La cibercultura basa su
sentido en la universalidad, que se da gracias a un desarrollo del ciberespacio
dentro de la sociedad, lo cual es entendido por, bajo premisas básicas: “Desde
lo más elemental hasta lo más elaborado, fueron tres los principios que
orientaron el crecimiento inicial del ciberespacio, la interconexión, la creación
de comunidades virtuales y la inteligencia colectiva” (Lévy, 2001). Estas
premisas básicas del ciberespacio, y sus características puntuales en los
jóvenes, nos permitirán entender el posible desarrollo de una cibercultura
juvenil.
a. Interconexión
Si partimos de la premisa que “una de las impulsiones más fuertes al origen del
ciberespacios es la interconexión. Para la Cibercultura, la conexión siempre es
preferible al aislamiento” (Lévy, 2001). Al realizar un breve análisis de esta
interconexión, encontramos que lo más representativo dentro del uso del
ciberespacio, es el Internet.
Si bien es cierto el uso de Internet, aun no da cobertura todos los pobladores,
dentro de lo cual existe un porcentaje que no conoce su existencia o
funcionamiento; llegando a ser su acceso en algunos sectores exclusiva y
elitista. Pero aun con lo anteriormente mencionado, no debemos de ignorar que
la gran mayoría de población joven, hoy se encuentra conectada, reflejando
una brecha digital, que en si será una brecha generacional, siendo los jóvenes
una generación “nativa digital”, que le da una nueva utilización a las
tecnologías, incorporándolas en sus proceso de participación y socialización.
Diversos estudios reflejan la penetración y el alto uso de Internet en Chile, esto
no solamente con los usuarios con acceso a la conexión fija, sino que también
con la penetración de Internet por medio de la conexión móvil. Sin embargo se
puede ver la disparidad que alcanzan los usuarios de Internet diferenciados por
grupos etáreos, haciendo énfasis en la población juvenil. Es así que si
separamos la población joven casi la totalidad de ella usa habitualmente
Internet, en contraposición de un porcentaje menor que no puede ocupar las
funciones en Internet. Este dato es inversamente proporcional respecto al
rango de edad correspondiente de la población adulta, sobre todo mayor de los
60 años.
Aun así no debemos caer en la confusión, dándole todos los créditos a Internet,
como base para las nuevos movimientos sociales y juveniles, hay que partir del
principio que no es Internet el que transforma, sino las personas que, utilizando
esta herramienta comunicacional –y otras más tradicionales- pueden
transformar la realidad (Mielli, 2012).
b. Comunidades virtuales
Con el desarrollo de las tecnologías, no solo se abre espacio para el
mejoramiento de las formas comunicacionales, si no que también resurge la
necesidad del ser humano de establecer relaciones sociales con quien se
comunica. En este sentido se reafirma la idea de que aunque la tecnología es
una facilitadora de las formas de producción, también atraviesa la cotidianidad,
y con fuerza en la cotidianidad de las relaciones sociales.
El informe de Desarrollo Humano de PNUD (2006), menciona que “La difusión
de las nuevas plataformas tecnológicas de integración global no sólo crea un
espacio de nuevo tipo para la acción, sino también para los vínculos sociales.
La red, sin embargo, también hace posibles algunas formas nuevas de acción
colectiva.” Estas socializaciones y acciones colectivas se dan a través de las
llamadas comunidades virtuales.
Pierre Levy (2001), entiende que la comunidad virtual, “se construye sobre
afinidades de interés, de conocimientos, el compartir proyectos, en un proceso
de cooperación o de intercambio y ello independientemente de las
proximidades geográficas y de las pertenecías institucionales”. No esta demás
decir, por obvio que sea, que como menciona el autor, el desarrollo de las
comunidades virtuales se apoya en la interconexión. Al estar conectados nos
insertamos en un mundo virtual tan amplio, que nos lleva centrar la conexión en
los intereses individuales, encontrándonos en ellos con diversos individuos con
los que encontramos la afinidad, de donde surgen procesos comunicacionales
que se podrán conformar en comunidades virtuales; guardando como
característica que en su proceso “los participantes de las comunidades
virtuales han desarrollado una moral social fuerte, un conjunto de leyes
consuetudinarias – no escritas – que rigen sus relaciones” (Lévy, 2001)
Es de esta manera que Lévy (2001) nos reafirma que “con la Cibercultura, se
expresa la aspiración a construir una sociabilidad que no estaría fundada ni en
la pertinencia a un territorio ni en relaciones institucionales ni tampoco en las
relaciones de poder, sino entorno a centros comunes de interés, en el juego, en
compartir el saber, en el aprendizaje cooperativo, en procesos abiertos de
colaboración”.
El ciberespacio ha abierto las posibilidades de desplazamiento virtual,
ampliando los límites más allá de lo imaginable a principios de siglo, del
alcance de las relaciones y redes sociales. Gracias a las redes globales, han
aumentado los medios de acción disponibles, hay una mayor cantidad de
espacios para aplicarlos y una mayor pluralidad en los fines que justifican y
orientan su uso. (PNUD, 2006).
Todo ello potenciándose con la irrupción de nuevas formas de socialización en
Internet, que potencia la participación del individuo, bajo premisas de lo
colaborativo, donde destaca la creación de redes sociales virtuales en torno de
objetivos organizacionales comunes, potenciando aun mas las comunidades
virtuales. Es importante la participación de los usuarios de Internet en muchas
de estas redes, no es menor el como varios estudios muestran el crecimiento
de usuarios jóvenes en redes sociales, donde se interrelacionan con
amistades, trabajo u opinión, entre otras cosas; siendo de gran influencia los
lugares colaborativos en el ciberespacio. Si realizamos una mirada rápida al
uso que se da a Internet entre la juventud, podemos ver que un las mayores
frecuencias de uso de Internet y las acciones que más desarrollan son
búsqueda de información, enviar y recibir e-mails y chatear con amigos o
participar en charlas interactivas, y con fuerza en el uso de las diversas redes
sociales lo que indica el alto uso de Internet, como herramienta de socialización
y comunicación para los jóvenes.
c. Inteligencia Colectiva
Como se ha descrito anteriormente la interconexión lleva a la interrelación de
las personas conformando comunidades virtuales, pero estar involucradas en
estas está fijada por el satisfacer y lograr objetivos, que son comunes a los
integrantes de una determinada comunidad. Para cumplir con esto es que
dentro de las comunidades se da el intercambio de información y conocimiento
que colaborativamente se va conformando en lo que se puede entender con
Inteligencia Colectiva. Pierre Levy (2001) entiende al respecto que los grupos
humanos se constituyen en comunidad virtual para acercarse a lo ideal
colectivo inteligente, más imaginativo, mas rápido, con mejor capacidad para
aprender e inventar; donde el ciberespacio solo es el indispensable desvió
técnico en el camino hacia la inteligencia colectiva.
Es claro entonces que los procesos de la conformación de la inteligencia
colectiva, esta dada por el trabajo mancomunado y organizado de los
individuos, al conformar una organización y/o comunidad de cualquier índole,
pero que en este contexto tenga el plus de contar con el ciberespacio aparece
como la herramienta de organización, pero también como el instrumento que
permite la articulación entre si de los colectivos inteligentes.
Asociado a lo anterior es el crecimiento exponencial de la cantidad de
información circulante, la cual es proporcional al crecimiento de la
interconectividad al ciberespacio, donde no solo se da el proceso de la
inteligencia colectiva, por medio del intercambio de información, si no que parte
de ella es el acceso a la información, que permite incorporar nuevos elementos
a su cotidianidad. Las transformaciones en la vida cotidiana que se manifiestan
a raíz de la inteligencia colectiva, se pueden ver ejemplificadas en el entorno de
la educación y de la participación ciudadana. Donde no solo se ha
transformado los sistemas educacionales, desde el apoyo mediático y de
información existente en el ciberespacio, hasta las formas pedagógicas de
llevar la educación hacia los espacios que antes no alcanzaba; generándose a
la vez el intercambio colaborativo de enfoques teóricos, metodológicos y
prácticos de las diversas ciencias, siendo un resorte en la discusión académica
de hoy.
Por otro lado la inteligencia colectiva se refleja en la participación ciudadana,
donde también las alternativas de información y los nuevos canales de
comunicación, ha permitido, por un lado, al ciudadano acercarse y ser parte
dentro de las políticas públicas sociales, pudiendo ser parte de su entorno
social y los entes estatales que lo involucran. Pero este empoderamiento que
ofrece el ciberespacio, permitiendo acceder a lo publico, también inserta a los
usuarios no solo a los entes estatales, si no que la inteligencia colectiva se ha
reflejado también en la participación social de las personas, entorno de
movilizaciones sociales, manifiestos sectoriales y/o políticas sociales y locales
desde la sociedad civil, donde podemos fundamentar entonces que la
inteligencia colectiva, muchas veces se presenta proactiva, a partir de la
información y la comunicación alcanzada en el ciberespacio.
Es de esta manera que podemos sin duda aseverar que la cibercultura ha ido
generando nuevas formas de socialización en los jóvenes, ampliando lo global,
generando como hemos visto nuevas practicas sociales, influyentes en un
cambio cultural dentro de los jóvenes en sus espacios locales.
5. Las nuevas formas de socialización
Y es que el fenómeno de la socialización no es ajeno de cualquier reflexión
acerca de lo social, de lo humano, de lo relacional, siendo un conjunto de
procesos complejos de interacciones sociales, encontrando dimensiones
significativas de las relaciones sociales en que se desenvuelven procesos
específicamente determinantes de la vida juvenil. Estos procesos de
socialización se van desarrollando en diferentes ámbitos pero con énfasis en
los jóvenes en los grupos de pares y los de referencia; los cuales refieren a las
relaciones dadas en espacios horizontales de iguales, de relaciones cotidianas
donde l pueden reconocerse y ser reconocidos, donde suelen adscribir a
dinámicas culturales, que les brindan identidad.
Es en estos ámbitos que se empiezan a detonar la selección de los referentes
culturales, a los cuales van expresando conformidad y apropiación a sus
formas de vida. Esta manera de manifestar intereses particulares y de
seleccionar aquellos, es lo que muchos denominan “cultura juvenil”. Las que un
sentido amplio, las culturas juveniles refieren el conjunto de formas de vida y
valores, expresadas por los grupos de referencia “en respuesta a sus
condiciones de existencia social y material”(Feixa, 1995); quienes se ven
afectados por el acceso generacional a la diversidad cultural que existe,
acrecentada por los rasgos de la modernidad y la globalización, son los que
afectan a las relaciones sociales, antes descritas como generación, en que la
mayoría de la población que transita por la juventud se ve expuesto a la
diversidad de practicas sociales. Pero es en el ámbito de las relaciones en los
grupos de referencia, que los jóvenes irán “optando” las practicas que para
ellos sean representativas, de esta forma reflejaran estilos y actitudes, por ellos
elegidos y con los cuales se sientan identificados. Estos mismos rasgos se ven
atravesados por la irrupción de las nuevas tecnologías tal como se analizaba
anteriormente, generando características propias de una “cibercultura juvenil”,
siendo los jóvenes no solamente los mayores conectados a la red, sino que
también se encuentran fuertemente empoderados dentro de las diferentes
comunidades virtuales y en el intercambio de conocimientos y de trasmisión de
elementos socioculturales.
En ese sentido, Maffesoli (1990), habla de una complejidad de la cultura dentro
de los jóvenes, llevándolos a un proceso de tribalización de la sociedad
moderna, donde se da el surgimiento de, las por él denominadas, «tribus
urbanas»; termino referido desde las ciencias sociales pero sobreutilizado por
los medios masivos de comunicación, llegando a influir en la construcción de
un imaginario sobre las mismas, alejándolas de su sentido primario.
Estas formas de socialización, de las tribus urbanas, se dan con fuertes
particularidades y con afinidad a características específicas por parte de sus
integrantes, que reflejan las distinciones entre los grupos de referencia. Estas
características son muchas veces observables en factores movilizadores de
estos jóvenes como son por ejemplo la música – en los grupos de hip-hop,
metaleros o los cumbieros -, o bien por su vestimenta – góticos, punk -, a como
puede ser el deporte – los skaters, a través de clubes deportivos del barrio o
las barras bravas -, a como también en factores de carácter fuertemente
ideológico - como es el caso de los mensajes antisistema de los graffiteros o
los skinhead -; los jóvenes manifiestan así diferentes practicas sociales, que
van adquiriendo su especificidad, dentro de una sociedad compleja, lo cual
marca un estilo que se convierte en lo distintivo de las culturas juveniles. Como
menciona Feixa (1995) se da la «manifestación simbólica de las culturas
juveniles, expresadas en un conjunto más o menos coherente de elementos
materiales e inmateriales que los jóvenes consideran representativos de su
identidad como grupo».
Si bien es cierto se generaliza y se estigmatiza toda actitud sociocultural de la
juventud en función de la pertenencia a determinada tribu urbana, llegando a
distinguirse características que bordean los límites de la discriminación y la
exclusión, aun dentro de los mismos jóvenes. Aun así no podemos agrupar a
todo joven dentro de una tribu urbana determinada, mas aun bajo determinados
rasgos
y
características
socioculturales
puntuales,
como
las
tribus
paradigmáticas (Costa, 1996) mas reconocidas y cuya identidad no solo es
dentro de sus espacios de cotidianidad, sino que también establecen fronteras
identitaria muy claras; sin embargo existe una apropiación de los elementos
simbólicos, que van siendo adaptados por los mismos grupos acorde a sus
propias realidades, en un proceso de socialización tribal.
En la socialización tribal dentro de sus grupos de referencia, los jóvenes se
empoderan de los elementos brindados por esa diversidad cultural, adoptando
aquellos que lo identifiquen y adaptándolos a sus espacios definidos. De esta
manera podemos ejemplificar que los grupos afines a las practicas definidas
como hip-hop, quienes no solo se identifican con un estilo de vestimenta, si no
estilos expresivos a través de la música, la cual podrán tener un ritmo de
carácter global, pero el contenido de sus letras, tal como lo expresan diversos
estudios a nivel mundial, van a ir acorde con realidades y situaciones de
vivencias de los jóvenes en sus espacios locales.
Vemos entonces una suerte de hibridación cultural (García Canclini, 1989)
dado por procesos globales dentro de los jóvenes, teniendo a modo de ejemplo
cortes de pelo punk en Santiago, graffitis hiphoperos en México y hooligans
transformados en barras bravas de Buenos Aires, de las que se trata de
entender su presencia en nuestras sociedades modernas; todo ello potenciado
como ha de inferirse por la cibercultura juvenil, teniendo mayora acceso no solo
a la información, sino que también a los simbolismos culturales implicados en
esta socialización tribal, todo ello dado es en sus propios espacios, delimitados
por sus prácticas sociales particulares en cada grupo de referencia, donde se
manifiesta la hibridez cultural.
En este sentido, las manifestaciones de las prácticas sociales de los jóvenes,
por lo general no es una sola forma de expresar esa “cultura juvenil”, si no es
un híbrido cultural, que utilizan los jóvenes en búsqueda de su propia identidad.
En lo híbrido los símbolos adquieren nuevos significados, haciendo alusión a
los fenómenos de la cultura que han sido absorbidos indistintamente para la
formación de una nueva cultura (García Canclini, 1989).
Las juventudes siempre han sido clasificadas como contestatarias y rebeldes a
los sistemas políticos y estatales, siendo como hemos visto, una respuesta a la
instauración de modelos modernistas; en este sentido, “las Tribus Urbanas
podrían constituir una cristalización de tensiones, encrucijadas y ansiedades
que atraviesan a la(s) juventud(es) contemporánea(s). Son la expresión de una
crisis de sentido a la cual nos arroja la modernidad, pero también constituyen la
manifestación de una disidencia cultural o una “resistencia” ante una sociedad
desencantada por la globalización (Zarzuri, 1999).
Si bien las ideas y concepciones sobre lo tribal, pueden sonar como recientes,
enfatizando sus estudios y sobre todo la clasificación en las ultimas décadas;
no
podemos
abstraernos
de
la
idea
que
la
modernidad,
ha
sido
permanentemente acompañada por una respuesta subjetiva a la potenciación
de los espacios locales, respuesta que se ha expresado más fuertemente con
un empoderamiento de la juventud en la modernización; donde, sin embargo,
poco se ha debatido sobre las formas de incorporación de los jóvenes en las
sociedades modernas y su inclusión en las políticas publicas.
Los jóvenes en América Latina, no han sido ajenos hacia las formas
denominadas
como tribus urbanas, si bien es cierto estas se han visto
manipulados por los medios y su inserción en un mundo globalizado, donde los
estilos podrían decir que se han ido imitando, pero no cabe duda que es
también la respuesta comunitaria local de los jóvenes latinoamericanos.
6. Los Movimientos Glocales
Podemos observar, acorde a lo revisado anteriormente, que los elementos
asociados a la cibercultura juvenil y a la socialización tribal son característicos
de la Generación Glocal,
los que se encuentran presentes en su actuar
cotidiano, pero sobre todo presentes como un elemento diferenciador en sus
manifestaciones asociativas, en función de construir movimientos sociales.
Es así que hacemos énfasis como los movimientos juveniles, tienen en su gran
mayoría, su inicio en elementos y contextos locales, que luego tendrán una
repercusión macro y global. A diferencia de lo que en otras épocas
observábamos, los jóvenes militantes de las primeras décadas del Siglo XXI no
se plantean construir “movimientos juveniles” u “organizaciones juveniles”, no
se plantean un cambio radical de sistema como pudieron platearse
generaciones anteriores; su perspectiva es intergeneracional, enfocados en
espacios o situaciones locales, salvo situaciones muy particulares, como lo es
el caso de los movimientos estudiantiles quienes proponen un cambio
sustancial al sistema educativo vigente (Croce, 2012). Pero aun estos últimos,
como fue sucedido con el movimiento estudiantil chileno, tuvo muchos de sus
factores gatillantes en elementos locales, ya sea problemas de reconstrucción
post-terremoto de algunos recintos educacionales, problemas con becas
escolares o con el sistema transporte.
La diversidad de movimientos sociales, hoy confluyen entre si en diversos
aspectos y tienen muchos de los aspectos antes descritos, se observa en los
movimientos indigenistas a lo largo del continente, como puede ser el
reconocimiento de loa lucha del pueblo mapuche a un nivel global y como
dejar de mencionar los Zapatistas en Chiapas, que marca una pauta innegable
en cuanto a movimientos glocales, que merecería un capitulo aparte de
reflexión. Así mismo se dan las agrupaciones medioambientalistas, que parten
desde una realidad específica y se globalizan en sus alcances, como puedes
ser el movimiento “Patagonia Sin Represas” o la defensa de la amazonía; pero
aun así es la juventud que mejor refleja, estos nuevos movimientos, dadas las
características glocales mencionada anteriormente. Y es que los jóvenes no
solo saben el manejo de las herramientas y tecnologías, sino que saben
aprovecharlas, masificando sus expresiones en el ciberespacio, donde no solo
vemos su cotidianidad, si no que es parte de ella en la convocatoria a una
manifestación, las imágenes de una protesta o los blog de opinión libre sobre
los hechos que les acontecen.
Los movimientos sociales juveniles y sus expresiones, son un manifiesto de
esta glocalidad, confundidas desde miradas conservadoras y adultocéntricas,
cayendo en el discurso fácil de juventud apática, relacionada con elementos
perversos de la globalización y alienantes; sin caer en cuenta en que es una
juventud que rompe con los esquemas tradicionales de la asociatividad y de la
participación, planteándose elementos irrumptivos, incluyendo nuevas formas
de entender y hacer la política desde sus propios ámbitos. Lo que hace falta es
voltear las miradas a entender a la juventud desde sus propias formas de
construir su realidad, quienes plantean elementos en permanente dinámica,
desde sus propios espacios, pero con una mirada propia dentro de la
globalización.
Los movimientos glocales juveniles, son parte la expresión de una nueva
ciudadanía, empoderada de su espacio, participando en el entorno local, pero
manifestándose globalmente; siendo en si una ciudadanía con derechos que
son globales, pero con un fuerte compromiso con sus deberes locales.
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Reflexiones y consideraciones MESA 2
“Política de Trabajo Social y su aporte al proyecto de sociedad”
Como grupo, valoramos altamente la realización de este Encuentro que permite
profundizar los lazos de unidad del Trabajo Social latinoamericano y del Caribe.
Este tipo de eventos se hace muy necesario en el contexto de tensión que une
nuestro continente que comienza a desprenderse de la dominación neoliberal
que ha controlado la vida por décadas, con su estela de miseria, desigualdades
abismantes y el Imperio del individuo por sobre el bien común.
Nuestros valores y principios nos indican un camino, el eje humanitario, sin
embargo, nuestro hacer choca con el muro neoliberal y muchas veces,
absorbidos por elmodelo de sociedad que nos rige y actuamos meramente a
nivel de control social.
En el esperanzador escenario de cambios, debemos profundizar el debate,
generar propuestas desde nuestros espacios laborales. No podemos
permitirnos ser tan sólo aplicadores de una u otra política social. El contexto
actual exige interactuar con los sujetos de intervención. Esdecir, debemos
consultar como llega nuestra acción y desde allí, promover los cambios si es
necesario.
En la Academia se debe trabajar conlos estudiantes, se deb concer sus
inquietudes,promover la discusión y análisis de la realidad. Desarrollando
proyectos colectivos que permitan la integración teórico-práctico.
Como lo hemos señalado anteriormente, la falta de humanidad, el hambre, la
desigualdad en que vive nuestro continente nos interpela, nos exige actuar y
para ello debemos `profundizar en laidentidad de nuestros pueblos y desde allí,
trabajar un proyecto de sociedad del Trabajo Social latinoamericano.
El proyecto ético y político del Trabajo Social está
en construcción
permanente, lo que nos obliga a definir nuestra relación con el poder. No
podemos influir en los procesos de cambio si seguimos atomizados en
pequeños mundos laborales. Proponemos una alianza estratégica entre la
academia y el gremio y desde allí, la interpelación al poder para promover el
cambio.
Finalmente, nuestro reconocimiento a los colegas que presentan sus
experiencias en nuestra mesa de trabajo. Sus exposiciones nos muestran que
el Trabajo Social esta vivo y se proyecta en el tiempo.
Felicitaciones también a los Comisión Organizadora de este Encuentro, el que
debe realizarse con mayor regularidad y contribuir así a la identidad del Trabajo
Social latinoamericano y caribeño.
MESA 3
Direccionalidad, Sentido de Proyecto ético Político del Trabajo Social
Relator: Everton Souza de Araujo
Ponentes:
Laura Victoria Carillo Rojas
Jorge Yaitul Strormansen
Violeta Flores Flores
Mabel López Ortiz
Alex Rubén Cea Cea
Bonnie Xyomara Velásquez Rodríguez
Tiagio Barbosa do Santos
Jeovana Nuñez
Everton Souza de Aruaujo
Colombia
Chile
Chile
Puerto Rico
Chile
Colombia
Brasil
Brasil
Brasil
APORTES DESDE LA FORMACiÓN A LO COMUNITARIO; PROPIEDAD
HORIZONTAL COMO ESCENARIO EMERGENTE A LA CONSTRUCCiÓN
DE CIUDADANíA
Laura Victoria Carrillo Rojas
Bibiana Paola Marin Zambrano
∗
∗∗
RESUMEN
El ámbito comunitario es comprendido por el Trabajo social como un
espacio en donde los sujetos sociales son reunidos en favor de intereses
colectivos, compartiendo características comunes, generando gran incidencia
en la
ciudadanía;
Sin embargo, aparecen nuevos concepciones de
territorialidad (propiedad horizontal) que dejan de lado los fenómenos
colectivos individualizando las necesidades e incluso generando controversia
en relación a la construcción de ciudadanía dado que logran transformar
procesos participativos. Esta investigación pretende dar respuesta a la
siguiente pregunta: ¿Cómo incide la interacción del Trabajador social en las
nuevas formas de lo comunitario (propiedad horizontal)?, siendo éste un
escenario emergente de intervención comunitaria que está demandando un
actuar comprometido y fundamentado en el contexto y la realidad social, en
cual, el Trabajo Social busca identificar nuevas formas metodológicas y
prácticas para atender la transformación de la comunidad en los escenarios
locales que proporcionan el reconocimiento de la crisis del tejido social.
PALABRAS CLAVE: Trabajo Social, Comunidad, Propiedad Horizontal,
Ciudadanía.
Semillero Prácticas, Diálogos & Saberes Corporación Universitaria Minuto De Dios Facultad de Ciencias Humanas y Sociales Programa de Trabajo SocialBogotá, Colombia lauracarri 110007 @hotmail.com
∗
∗∗
kach i [email protected]
El siguiente documento pretende relacionar las nuevas formas de intervención
comunitarias para el Trabajo Social por ello se abordará el tema de la
propiedad horizontal en la
construcción de ciudadanía como un escenario
emergente.
El documento inicia retomando el concepto de comunidad desde su evolución
histórica enlazando lo anterior con los recientes cambios de las formas de
organización comunitaria y cómo la globalización es un factor determinante en
estos. A partir de lo anterior, se comienza a analizar cómo desde esta crisis
surgen nuevas formas de entender y crear los territorios, es allí donde aparece
lo que se denomina propiedad horizontal y que actualmente en Colombia
predomina como una innovadora manera de organización territorial. Para
continuar se realiza un acercamiento a lo que es ciudadanía y cómo se
desarrolla este ejercicio desde lo comunitario, consecuentemente se hará una
descripción de la metodología que se pretende emplear para desarrollar esta
investigación (Investigación Acción Participativa) finalizando con algunos
aportes que surgieron a partir de esta propuesta de investigación que
actualmente se encuentra en curso.
El trabajo social comunitario es uno de los métodos tradicionales en la
intervención profesional, numerosos autores y estudios han desarrollado teoría
alrededor de la organización comunitaria y de los procesos comunitarios, estas
situaciones son tan antiguas como la misma historia, la cual enseña que desde
el origen de los tiempos los seres humanos se han agrupado de diversas
formas y con variados motivos.
Uno de ellos y bajo el precepto anterior en el que cobra sentido la afirmación de
Zygmunt Bauman cuando relaciona la palabra comunidad con la sensación que
produce en los seres humanos, una buena sensación, pues la comunidad es
asociada con un lugar cálido con seguridad.
Sin embargo para Bauman esa seguridad que presta el vivir en comunidad
implica necesariamente la pérdida de libertad, representada en la autonomía,
en el derecho a la autoafirmación y al derecho de ser uno mismo.
Pensamiento que puede ser relacionado directamente con la globalización y el
pensamiento individualista del modelo neoliberal actual, este modelo en pocas
palabras consiste en la ausencia de un Estado y la reproducción de la pobreza.
La comunidad nace en un contexto de conflicto en el que se dio “la invasión de
todas las esferas de la realidad social por parte del capitalismo” (Torres. 2013.
P. 14), esto trajo consigo un miedo generalizado, que puede entenderse como
la desarticulación del tejido social, es por ello que se dan las nuevas formas y
tendencias de asociación y agrupación humana como también
novedosas
formas y hábitos en la vida cotidiana.
Es así como la internacionalización de la economía y la caída de las barreras63
“han dado origen a un modo diverso de considerar el territorio con una
creciente atención a nivel local, los cambios generalizados impuestos por la
globalización han tenido efectos o impactos territoriales” (Dematteis- Governa.
2005. P. 35), es relevante relacionar los cambios del territorio con lo que es la
comunidad hoy en día, además que desde la posguerra se empieza a
posicionar un discurso de desarrollo64 que establece por sí mismo una relación
de poder y jerarquía en el mundo, los países que se encuentran en la periferia,
uno de esos Colombia, tienen desde esa época la meta de alcanzar el tan
anhelado “Desarrollo”
Para comprender estas nuevas formas de vida que han venido de la mano con
la globalización y la mundialización de los bienes y servicios, lo que a su vez
desarrolla nuevas formas de asociación agrupación y vida en comunidad, es
preciso comprender lo que tradicionalmente se ha entendido por comunidad y
lo que la experiencia y la teoría tradicional ha enseñado sobre la misma.
Para Ezequiel Ander- Egg la comunidad se entiende como:
“algo” que se inscribe en un espacio o territorio delimitado. Se trata de la
utilización del término para designar a las personas y relaciones que se
63
“Para que el poder fluya, el mundo debe estar libre de trabas, barreras, fronteras fortificadas
y controles. Cualquier trama densa de nexos sociales, y particularmente una red estrecha con
base territorial implica un obstáculo que debe ser eliminado” (Bauman. 2000. P. 15)
64
Se ha tratado de convencer al mundo de esta promoción del desarrollo y convencerlos de su
situación de inferioridad, todo este modelo implantado ha sido a través de convencer por medio
de la violencia.
establecen entre los que viven en un determinado espacio o territorio:
barrio, pueblo, aldea, etc., que constituye una entidad identificable e
individualizable por límites geográficos precisos. Ander-egg pág. 30
Principales elementos o dimensiones de la comunidad según Ezequiel AnderEgg
•
Agrupación o conjunto de personas.
•
Que habiten en un espacio geográfico delimitado y delimitable.
•
Cuyos miembros tienen conciencia de pertenencia o identificación de
algún símbolo local.
•
Interacción entre si más intensamente que en otro contexto.
•
Operando en redes de comunicación, de interés y apoyo mutuo dentro
de la misma. (Ander- Egg P.P. 33-34-35)
El Trabajo Social en la actualidad se enfrenta a un reto en el cual se busca
indagar y proponer nuevas teorías propias, que permitan implantar modelos
alternativos para la intervención con individuos, grupos y comunidades, dando
orientación a las problemáticas que se generan en el mundo actual. Más
precisamente si se habla de comunidades, y de las reacciones que se
producen en las interacciones actuales, de las personas para la construcción
de un bienestar común.
Con el fin de abordar el tema de los nuevos escenarios de intervención
profesional para el Trabajo Social, se hace necesario partir del hecho de las
nuevas formas vivenciales y de organización para la satisfacción de las
necesidades, que han adoptado los seres humanos en los últimos tiempos, por
ello, es preciso mencionar el interés de interactuar en campos no tradicionales,
con nuevas estrategias que desde la interdisciplinaridad proponen fortalecer el
actuar profesional del Trabajador Social del siglo XXI.
Teniendo en cuenta que Colombia es un país principalmente agrícola y de
tradición campesina, en donde las familias se caracterizaban por ser extensas
y se tenía un manejo menos racionalizado del espacio en el que se habitaba;
contrastando con la actualidad,
en donde se ha reducido el número de
miembros de la familia, lo que conlleva a crear territorios que racionalizan el
espacio, siendo más prácticos y propuestos para satisfacer las necesidades
actuales. En la grades ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, el desarrollo
urbano acelerado implica el aumento de las viviendas en propiedad horizontal
pues la optimización del uso del suelo en ciudades en donde la población crece
rápidamente debe ser acorde a esta situación, sin embargo este fenómeno
comienza a trasladarse a pueblos y a ciudades más pequeñas, lo cual debe
cuestionar al trabajo social Colombiano en relación a los métodos,
metodologías y a la misma actuación del profesional en el
trabajo social
comunitario, ya que la construcción de nuevos territorios trae consigo nuevas
formas de territorialidad.65
De acuerdo a lo mencionado anteriormente se propone como campo innovador
de actuación, un abordaje a la comunidad desde el fundamento de la propiedad
horizontal, teniendo en cuenta que la propiedad horizontal, hace referencia a:
LEY 675 DE 2001. Artículo 3, párrafo 2. Régimen de Propiedad
Horizontal: Sistema jurídico que regula el sometimiento a propiedad
horizontal de un edificio o conjunto, construido o por construirse.
La institución jurídica vinculada a la división y organización de los
inmuebles resultantes de la segregación de una construcción común.
Dicha propiedad reglamenta la manera en que se divide el inmueble y su
relación con el resto de los bienes privados y comunes del edificio.,
(http://definicion.de/propiedad-horizontal/, párr.4)
Siendo así, un espacio para propender a la organización comunitaria, que
armonice la convivencia de quienes se encuentran inmersos en estos espacios
de residencia, y contribuya al desarrollo de óptimos niveles de vida.
Como estrategia para avanzar en la construcción de nueva teoría
fundamentada en la práctica, se formula implementar desde el campo de
práctica profesional de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, una alianza
interinstitucional con una constructora, quienes desarrollan proyectos de
vivienda, dentro de los cuales se pretende implementar labores propias de
65
“La territorialidad es un conjunto de relaciones que nacen en un sistema tridimensional
sociedad-espacio-tiempo con el propósito de alcanzar la mayor autonomía posible compatible
con los recursos del sistema” (Raffestin)
Trabajo Social con la comunidad que allí reside, dando cuenta de nuevas áreas
de intervención que requieren metodologías, técnicas y herramientas
innovadoras, las cuales beneficien tanto a la constructora, que hace parte del
sector privado, como a la comunidad que adquiere el producto, en este caso su
vivienda.
Para el actuar profesional del Trabajador Social, es indispensable desarrollar
labores en conjunto con instituciones u organizaciones, que propicien espacios
de intervención social, por ello, con el objetivo de retomar la experiencia que
fundamentará teóricamente el actuar profesional en el campo de la propiedad
horizontal, el Trabajador Social en formación, se encontrará vinculado a la
constructora, con la cual se pretende desarrollar proyectos de convivencia
vecinal en el que como trabajadores sociales se deben formular una propuesta
pedagógica, desde la educación y formación en cultura ciudadana que
concientice a la apropiación del territorio y así mismo garantice la sana
convivencia, facilitando un acompañamiento entorno al proceso de transición a
la vida en propiedad horizontal. Otro de las propuestas de intervención es
acudir a la creación de redes y alianzas interinstitucionales, cuyo fin consiste en
solventar las necesidades de los residentes generando un portafolio de
servicios que facilite el acceso y el uso de instituciones de acuerdo a los
intereses de la comunidad, generando la apropiación de los distintos servicios
que se ofrecen desde lo local, evitando un impacto negativo a estas nuevas
formas de organización territorial, que en algunas ocasiones no posibilitan el
acceso cercano a lo institucional y comercial.
Es así como el tema de ciudadanía, es fundamental para construir una forma
de actuar político desde lo individual hacia lo colectivo, cómo lo mencionan Will
Kymlicka y Wayne Norman, “El concepto de ciudadanía está íntimamente
ligado, por un lado, a la idea de derechos individuales y, por el otro, a la noción
de vínculo con una comunidad particular.” (1997). En donde el Trabajo Social
debe incidir con estrategias que promuevan la ciudadanía, detectando como
pilar, la implementación de una escuela de formación social que promueva el
control social, incorporando criterios e iniciativas al desarrollo local en los
entornos en donde transcurre la vida cotidiana.
El reto del actuar profesional consiste en interpretar la comunidad, a partir de
las acciones de cada uno de los individuos que la componen, atravesar las
barreras
de la subjetividad e interactuar en una construcción conjunta de
empoderamiento, no se trata de imponer soluciones, sino por lo contrario de
construirlas, así como menciona Hernández
No somos indicadores en el camino hacia un lugar o meta, más bien
somos como señales de vías y caminos distintos hacia metas o objetivos
distintos, que el viandante debe elegir, nos podemos convertir en
acompañantes en el camino trazado o buscado por el cliente. Nuestra
tarea no es decirle al cliente lo que tiene o tendría que hacer, sino más
bien que descubra y proyecte sus propios objetivos, poner al vivo sus
recursos y en su caso acompañarles en la realización de los mismos”.
(Hernández, 2008, P. 10).
Por ello, en la formulación de nuevos escenarios de intervención, la expectativa
consiste en la innovación de estrategias de orientación para solidificar los
potenciales de la misma comunidad. Es de vital importancia volcar la mirada a
esas trasformaciones a la cuales la profesión debe responder asertivamente y
cuestionarse ¿Qué se trasforma al vivir en propiedad horizontal? Un
acercamiento a la respuesta de esta pregunta consiste en decir que la
transformación con mayor impacto es la forma de ejercer la ciudadanía, por
cuanto se convive en espacios comunes, los cuales exigen el cumplimiento de
normas para una convivencia armoniosa, potenciando así, las habilidades y
competencias que cada uno de los habitantes debe poner en práctica para
mejorar su calidad de vida y de las personas con las que interactúa en la
comunidad, es decir
que cuando se menciona la intervención del Trabajo
Social en propiedad horizontal, indiscutiblemente se debe hacer referencia a
las relaciones sociales desde el ejercicio de ciudadanía como prevención de los
conflictos vecinales.
Por lo anterior se comprende que la mejor forma de abordar este escenario
emergente y desde la perspectiva de ciudadanía es la investigación acción
participativa principalmente por la relación que le permite al trabajo social un
papel subsidiario como lo afirma el colectivo Ioé en su texto: Investigación
acción participativa: propuesta para un ejercicio activo de la ciudadanía.
El papel subsidiario del trabajo social implicara directamente permitirle a la
comunidad florecerse en su formación ciudadana sin dependencia del
profesional y esto a su vez le demanda al profesional adaptarse al ritmo y
lenguaje de la comunidad en una actitud de dialogo y escucha permanente.
Incluyendo en su ejercicio profesional la potenciación de recursos materiales y
humanos propios de la comunidad siempre priorizando las demandas y
expectativas de la misma, creando así una relación armoniosa entre la reflexión
y la acción o la teoría y la praxis.
¿Cuáles son esos elementos que tradicionalmente se ha entendido como
básicos en la formación de una comunidad, y sí esos mismos se requieren
para que exista comunidad en propiedad horizontal? Profe se podría concluir
con esta pregunta…
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TRABAJO SOCIAL: PRÁCTICA PROFESIONAL E INVESTIGACION SOCIAL
APLlCADA. ENTRE EL PRACTICISMO y LA PERSPECTIVA HISTORICOCRITIC0
1
2
Jorge Rodrigo Yaitul Stormansan
∗
Resumen
El objetivo del trabajo, en primer lugar y de modo general, trata del sentido y
significado que se le da a la investigación social y a la práctica profesional en
Trabajo Social. Un segundo propósito, es plantear una serie de reflexiones que
permiten advertir la necesidad de hacer investigación a partir de diseños más
integradores y comprensivos (Falla, 2009). Y por último, recoger, de cierto
modo, el debate histórico que en la profesión se ha dado acerca de la
generación de conocimiento, por una parte, enfatizado en la búsqueda de
especificidad, que se relaciona con el practicismo, y por otra, por los argumentos
planteados desde la opción histórico-crítico.
En suma, se trata de una discusión de naturaleza teórica, que busca desde un
lugar teórico específico (practicismo e histórico-crítico) responder la pregunta
por el quehacer investigativo del Trabajo Social.
Palabras Clave: Trabajo Social, investigación social, práctica profesional.
Usamos la significación práctica profesional en cuanto al quehacer cotidiano de los trabajadores (as) sociales en el
1
ámbito de su ejercicio profesional. Asimismo, utilizamos el término investigación social aplicada, en el sentido de
que la investigación que se desarrolle, se oriente en torno a un uso concreto que tienda a modificar las condiciones
sociales iniciales de una persona, familia o de una comunidad. De este modo, en adelante en el texto usaremos la
denominación de nvestigación social cuando nos refiramos a investigación social aplicada.
2
El artículo es un producto del PROYECTO ULA 0806/MECESUP2I2010-2012, denominado "Rediseño curricular de
la carrera de Trabajo Social de la Universidad de Los Lagos, centrado en aprendizajes de los estudiantes,
competencias y necesidades del medio sociolaboral." Además, en el marco del mismo proyecto, es resultado de la
estancia corta de especialización en la Facultad de Trabajo Social (FTS) de la Universidad de Jaén (UJA), Jaén,
Andalucía/España, entre el 25 de octubre al 19 de noviembre del 2010.
Académico jornada completa del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Los
Lagos (ULA), Osorno. Correo electrónico: [email protected]
∗
Investigación Social, Trabajo Social y Práctica Profesional
Como bien sabemos, la investigación social no se da en abstracto. Por el
contrario, se verifica bajo circunstancias históricas específicas y se apropia
como un proceso concreto de carácter socio-histórico. De esta forma, el
problema de la investigación social se relaciona con quien conoce y lo que es
cognoscible. En definitiva, “se trata de la naturaleza, el carácter y las
propiedades específicas de la relación cognoscitiva, así como de las
particularidades de los elementos que intervienen en esta relación y de sus
avances y desarrollos” (Falla, 2009, p. 317).
En este orden, se exige que la selección de los “sujetos/problemas de
estudio,” como los diseños, los “productos” o sus resultados, se encuentren en
función de intereses sociales, personales, como institucionales/académicos. Ello
persigue que las derivaciones de los trabajos de investigación social, en el
mediano o largo plazo alcancen un uso sociopolítico, es decir, ser aplicados
para transformar las condiciones de vida de las personas.
El (la) trabajador (a) social como ser histórico implicado políticamente,
como observador involucrado en términos de Maturana, parte de un campo
experiencial, y en conjunto con los sujetos envueltos en la problemática,66
indaga desde su presente y su pasado para explicar su devenir. Precisamente,
la pretendida neutralidad científica queda sujeta a “la presencia de intereses
intra-teóricos y extra-teóricos en la persona que investiga, está determinando las
preguntas de investigación, así como el abordaje metodológico, teórico y
epistemológico que asuma, pero también va a determinar el tipo de respuestas
que dé y las propuestas innovadoras que este en capacidad de aportar” (Falla,
2009, p. 314).
Para el Trabajo Social, el reconocimiento del acoplamiento práctica
profesional e investigación social son de significado esencial, por cuanto le
permite a la disciplina generar preguntas de investigación desde una
66
En otros términos: “¿Cómo es posible que yo mismo pueda dar cuenta de las regularidades y variaciones
perceptuales de mi propio mundo, incluyendo el surgimiento de explicaciones sobre ellas, siendo que no tengo
manera de situarme “fuera” de mis propias percepciones? Es decir, que en este caso, en vez del triángulo
clásico: observador-organismo-ambiente, lo que hay es un círculo con el observador al centro, donde el
observar es solo un modo de vivir el mismo campo experiencial que se desea explicar. El observador, el
ambiente, y el organismo observado, forman ahora un solo e idéntico proceso operacional-experiencialperceptual en el ser del ser observador. ¿Cómo podemos, en tales condiciones hablar “objetivamente” de
nuestros procesos de conocimiento?, qué criterio explicativo cabe aquí” (Behncke, 2005, XIX).
perspectiva interdisciplinaria, las cuales, van a depender de la firmeza de sus
argumentos y propuestas para establecer una corriente de pensamiento con
capacidad de instituir un espacio de trabajo intelectual que reclame la
confluencia de las ciencias del conocimiento. En este orden, planteamos
algunas vías posibles por donde avanzar en el progreso de la especificidad
profesional.
En primer lugar, y siguiendo a Falla (2009), instituir una línea de trabajo
de carácter disciplinar, que articule la investigación básica o teórica, en conjunto
con los profesionales que se despliegan en el “mundo real y concreto” de las
problemáticas sociales y a los de ejercicio en el mundo académico. En segundo
lugar, establecer una línea de trabajo donde la investigación social asuma la
demanda de los problemas sociopolíticos, económicos, de la naturaleza y en
general, de las necesidades de la sociedad, integrando enfoques metodológicos
de diversas disciplinas.
Del mismo modo, desde un sentido amplio, la investigación social debe
ser comprendida en términos bidimensionales, es decir: como investigación
propiamente tal y como intervención a partir de la identificación y solución de los
problemas sociales.
Con todo, para el Trabajo Social “la investigación es un proceso que se
da en un contexto en el cual tiene lugar una serie de relaciones y en el que
confluyen intereses, actores, valores y como lo mencionan Gartner, tiene que
ver con factores institucionales, del mismo sujeto que investiga, de la comunidad
en la que está inmerso, del interlocutor y la misma disciplina o profesión que la
vienen a caracterizar” (Falla, 2009, p.323).
En este sentido, no se puede abandonar la riqueza histórica de la
profesión, dilapidando los aportes y acervos que tributa la tradición prácticatécnica que sin duda constituyen una fortaleza. Más aún, con la potenciación de
la investigación científica, es posible fortalecer la construcción del conocimiento
a partir de lo que se denomina un saber reflexivo.
Práctica Profesional e Investigación Social: Entre el practicismo y el
enfoque histórico-crítico, anverso y reverso del Trabajo Social
Desde sus orígenes como profesión el Trabajo Social ha visto ligado su
desarrollo con el de la sociedad. Sin embargo, con los años no se ha logrado
consenso sobre su objeto consgnoscible y, más aún, tal inquietud se ha
extendido por definir su campo de actuación.
De esta manera, es preciso reconocer que el ejercicio de la profesión ha
estado caracterizada por una relativa ausencia de enfoques teóricos propios que
guíen u orienten su devenir (Falla, 2009). Igualmente, toda identificación o
reconocimiento del Trabajo Social, ha estado ligado a la “postura ecléctica
fragmentaria y la práctica operativa, no pluralista y crítica, que, en un desorden
conceptual, escinde su praxis (Duque, 2002: 20)” (Falla, 2009, p.317).67
Lo anterior, se ha traducido en una preocupación por superar tal frontera
que no sólo se centra en los ámbitos específicos del ejercicio profesional, si no
también de su identidad. Igualmente se ha unido a la necesidad de reconocer si
se posee o no un cuerpo teórico que se reconozca como propio. Con todo, se
debe señalar que el llamado cuerpo teórico identificado como del Trabajo Social,
se encuentra a nuestro juicio en construcción, impregnado por insumos teóricos
de otras disciplinas.68
En este orden, podemos plantearnos algunas preguntas relacionadas con
los fundamentos de nuestra disciplina. Por lo pronto tres: ¿Qué enfoques
epistemológicos, sistemas teóricos, conceptuales y referentes metodológicos
fundamentan el Trabajo Social? ¿Cómo afecta la teoría del Trabajo Social a su
práctica?, y ¿Cómo se manifiesta la intervención en el trabajo cotidiano?
(Peñaherrera-León, 2010).
Aquí, advertimos algunos autores que han intentado dar respuesta a
estas interrogantes, como Malagón, 1999; De Robertis, 2003 y Carrillo, 2006,
67
“Praxis social (Social Praxis, Praxis sociale) Práctica en donde se tienen en cuenta las interconexiones
globales, a nivel socio-económico-estructural, de la situación problema, a fin de dar respuestas que produzcan
algunas modificaciones en la situación general, en la cual se encuentra inserto el hombre” (Montoya, Zapata y
Cardona, 2002, p.105-106, en Díaz, 2006, p. 252).
68
Como sabemos “el surgimiento y el desarrollo del Trabajo Social se fundamenta teórica y metodológicamente
en las aportaciones de otras disciplinas sociales, en el contexto social de cada período histórico por la que ha
pasado esta disciplina, en los cambios y dinámicas sociales, los problemas y necesidades que se originan en el
seno de la sociedad, todo ello configuran también la intervención en trabajo social” (Peñaherrera-León, 2010, p.
125).
entre otros. Estos reconocen que el Trabajo Social integra no sólo el objeto de
estudio-intervención, sino los sujetos, la intencionalidad, la metodología y
métodos. En este sentido cobra relevancia la generación de conocimiento crítico
desde el accionar práctico y no sólo sistematizarlo, es decir, recoger el
conocimiento práctico a través de la perspectiva histórico-crítico.
Esta mirada del Trabajo Social, surge posterior a la reconceptualización,69
“básicamente a partir de la década de los ochenta (80) principalmente en el
contexto brasileño y es sostenida de maneras diversas por algunos
Trabajadores Sociales brasileños como Marilda Iamamoto, Maria Lúcia
Martinelli, José Paulo Netto, Vicente de Paula Faleiros, Manuel Manrique
Castro, Carlos Montaño, quienes aportan..(…)… un nuevo camino de análisis,
en contraposición al practicismo dado en Trabajo Social referido a la
investigación desde y para la práctica directa” (Díaz, 2006, p. 253).
La visión histórico-crítico, plantea que el Trabajo Social genera
conocimiento a partir de la investigación científica sin la intencionalidad de un
estatuto teórico propio. En este orden, el enfoque parte de la base de que son
las condiciones del contexto económico, político, cultural, entre otras, las que
influyen en la conciencia de la humanidad. Por ende, "la profesión elabora teoría
de lo social, lo que hace parte del conocimiento teórico sobre la realidad y no
teorías propias, ya que la profesión para producir conocimiento se debe basar
en la investigación científica, y no, como se plantea desde el practicismo, a
partir de la práctica inmediata." (Díaz, 2006, p.255).
Paralelamente, bajo tal perspectiva la producción de conocimiento se
realiza con una mirada de totalidad, por cuanto se reconoce que frente la
existencia de una sociedad compleja, los problemas que se presentan no se
pueden afrontar, como tampoco “resolver descomponiéndolos en pequeñas
partes que parecen fáciles de manejar analíticamente, sino más bien abordando
estos problemas a los seres humanos y a la naturaleza, en toda su complejidad
y en sus interrelaciones” (Wallerstein, 2001, p. 87 en Díaz, 2006, p. 253).
En cuanto al practicismo en Trabajo Social, una construcción conceptual
desarrollada en la escuela de Brasil, plantea que tal accionar refiere al estatuto
69
La reconceptualización es un: “Movimiento profesional iniciado a finales de la década del 60, que fue la
expresión del gran cúmulo de inconformidades que se fueron recogiendo en el correr histórico del trabajo social
y en el inicio de la búsqueda de nuevas alternativas para operar en la realidad, con el objeto de redimensionar
la acción profesional” (Montoya, Zapata y Cardona, 2002, p.110, en Díaz, 2006, p. 249).
teórico y metodológico propio de la profesión, el cual se caracteriza por una
serie de componentes.
Estos elementos son cinco: la especificidad de la prestación de servicios
dirigidos a los sectores empobrecidos y carentes de la población; a su tipo de
investigación social, la cual aparece como orientada para la acción,
contrariamente a las demás disciplinas sociales; a su metodología de
intervención; a sus objetivos profesionales como “específicos” del Servicio
Social, y por último, al reconocer un sujeto “específico” propio de la profesión:
“los “pobres”, los carentes o, en la mejor de las hipótesis, los asistidos por las
políticas sociales donde trabajan estos profesionales” (Montaño, 2000ª, p. 42-43
en Díaz, 2006, p.249).
A la par, el practicismo parte del supuesto de que la práctica o la
intervención directa es la fuente generadora de conocimientos teóricos. Del
mismo modo, se indaga para descubrir el aporte de la experiencia, y a partir de
allí, plantear el mejoramiento de la intervención y la consolidación de un marco
teórico para el Trabajo Social.
Lo anterior, y desde un cierto nivel, se plasma en la sistematización de
experiencias, la cual se concibe como un “proceso permanente y acumulativo de
creación participativa de conocimientos, a partir de las experiencias de
intervención en una realidad social determinada, como un primer nivel de
teorización sobre la práctica (Parola, 1997:116)” (Díaz, 2006, p. 250).
En este orden, recordemos que a través de los años al pensar en la
producción de conocimiento desde el Trabajo Social y durante el período de la
reconceptualización, se plantea la inquietud por la generación de conocimiento
en razón de que se observaba que la profesión se asentaba en un nivel
supeditado al ámbito político y científico. Fruto de las discusiones de la época, y
en particular de las políticas, la profesión se despliega y se legitima en su
evolución como un quehacer volcado para la intervención en la realidad (Díaz,
2006).
De esta manera, se estigmatiza a la profesión definiéndola como una de
carácter auxiliar, que ejecuta acciones directas que emanan desde la Política
Pública, y en particular, la Política Social. Más aún, se le atribuye de que la
práctica profesional del Trabajo Social no sea pensada en la dimensión
ideológica y/o política (Restrepo, 2002 en Díaz, 2006), “por cuanto al profesional
se le forma para desempeñar actividades, alejándole del hecho de cuestionar
¿por qué? y ¿para quién? se ejecutan las políticas sociales” (Montaño, 2000a
en Díaz, 2006, p. 249).
Asimismo, en los años de la reconceptualización desde la academia se
exponía la situación relativa o condición epistemológica del Trabajo Social, en
cuanto a no ser “ciencia básica ya que carece de objeto teórico propio, y por
ende, es tecnología porque aplica ciertos discursos teóricos de diferentes
disciplinas para elaborar metodologías de intervención” (Díaz, 2006, p. 249).
Asimismo, “se ha centrado el interés en determinar el método antes que el
objeto, sin darse cuenta que el objeto es el que determina el método (…) y no al
objeto de estudio e intervención de Trabajo Social” (Díaz, 2006, p. 249, en
referencia a Montaño, 2000b).
Al mismo tiempo, durante este período se reconoce que la subalternidad
del Trabajo Social se relaciona con dos factores que condicionan su desarrollo y
que son asimismo constituyentes de la misma. Por una parte, el hecho político
de que la profesión ejecuta las decisiones del Estado y, por otra, el aspecto
científico, en donde se pone en práctica los conocimientos de otras profesiones
(Díaz, 2006).
Trabajo Social, Práctica Profesional e Investigación Social: Ideas y
Desafíos
En este punto, debemos tener presente ciertas limitaciones para la
integración de la investigación social e incorporación de las elaboraciones desde
la práctica profesional. La superación de estos obstáculos, que implica
necesariamente el ejercicio de procesos de investigación, permitiría edificar una
epistemología del Trabajo Social.
En este orden, podemos señalar al menos cuatro elementos que
caracterizan al Trabajo Social profesional en la construcción de una
epistemología propia. Primero, su originario énfasis práctico, focalizado en el
hacer en detrimento de la reflexión teórica y conceptual (orientación empíricapragmática); segundo, el acopio de fundamentos teóricos, metodológicos y
operativos de otros campos del conocimiento; tercero, el omitir la reflexión y
problematización de la experiencia como una forma de construir conocimiento
(sistematización más investigación); y cuarto, el fragmentar el Trabajo Social de
acuerdo a campos de acción o grupos poblacionales, perdiéndose de vista la
especificidad (Aquin, 1996).
Así, la profesión se obliga a incorporar la investigación social en el campo
de actuación profesional, ya que de ella dependen las actualizaciones
conceptuales, como de la generación de nuevas categorías analíticas de la
disciplina. Igualmente, es de exigencia básica el tener presente que el ejercicio
profesional no existe sin un nivel mínimo de interpretación y comprensión de las
condiciones de la praxis, junto a su sistematización (ya sea, desde el
practicismo al enfoque histórico-critico) que facilite la configuración de un saber
científico, y que el reflexionar en torno a la identidad y especificidad profesional
(objeto de intervención), contribuyen a la discusión epistemológica. Con todo, el
desarrollar procesos de investigación científica, permiten sustentar a la propia
profesión, como a las otras disciplinas sociales (Falla, 2009).
De igual manera, en la historia del Trabajo Social se hace patente el
recorrido “por diferentes enfoques epistemológicos, tales como el positivismo, el
interaccionismo simbólico, la teoría estructuralista, la praxis social y la teoría
crítica y el neopositivismo, entre otras” (Falla, 2009, p. 319). Del mismo modo, y
a partir de ello, se busca “ampliar los espacios de diálogo y quehacer científico
del trabajador social, desde paradigmas tales como el empírico-analítico,
histórico-hermenéutico o crítico-social, de tal manera que se generen
investigaciones de corte cuantitativo y cualitativo” (Falla, 2009, p. 319-320).70
De la misma forma, los procesos de investigación social que son paralelos
al desarrollo de las prácticas profesionales, se evidencian como dos
componentes del sistema disciplinar. Tal cualidad se constata desde los
singulares contextos de la práctica profesional, la cual permite una mejor
comprensión de los problemas sociales a partir de los sujetos sociales. En este
sentido, “la investigación aplicada a la manera de investigación diagnóstica,
evaluativa y sistematización de experiencias constituyen tipologías de
70
En este sentido, “en el marco político y normativo, el Trabajo Social ha jugado un papel histórico en dos
sentidos. Uno de ellos, es el desarrollo de acciones encaminadas al alcance de logros del proyecto moderno
orientados principalmente en la consolidación del estado-nación respondiendo a las necesidades de
poblaciones marginadas del proyecto modernizador, a la comprensión, análisis y atención de los sectores
socio-económicamente desfavorecidos. El segundo, ha jugado un papel crítico del mismo proyecto haciendo
énfasis en las consecuencias negativas a nivel social de dicho proyecto y evidencia política y éticamente la
existencia de la diferencia, el respeto del otro, el empoderamiento de los grupos sociales en situación de
exclusión de los escenarios de toma de decisiones y definición de los ordenes culturales, sociales y
económicos y ambientales a distintas escalas espaciales y temporales” (Medrano, 2006, p. 87 en Falla, 2009,
p. 318).
indagación estrechamente vinculadas con la práctica del Trabajador Social y,
por consiguiente, con los procesos de desarrollo humano y social propios de su
ejercicio profesional” (Gartner, 2006, p. 34 en Falla, 2009, p. 319).
En este sentido, toda práctica profesional se debe a un marco de referencia axiológico, máxime si hablamos de la dialéctica individuo-sociedad.
Encontrar el equilibrio a ambas cuestiones requiere de una intervención capaz
de transformar y mejorar la calidad de vida de la persona (caso) y su familia,
grupo, comunidad y organizaciones/instituciones las que, por lo demás, se
encuentran en múltiples contextos.
Más aún, las intervenciones sociales siguen ciertos modelos que
responden a diferentes teorías y enfoques de desarrollo del ser humano, y que
son base para los trabajadores sociales al realizar sus actuaciones
profesionales. De este modo, se acude por ejemplo al modelo psicodinámico, de
intervención en crisis, centrado en la tarea, conductual-cognitivo, humanista y
existencial, crítico-radical, gestión de casos, sistémico.71
Así entonces, en el ámbito de la formación profesional debemos promover
con fuerza la cooperación de docentes y estudiantes en ejercicios teóricoprácticos que superen las tradicionales maneras de “aprender a investigar” y de
“hacer investigación”, incorporando a ello técnicas novedosas que permitan
aprender a “investigar investigando” (Falla, 2009), lo que implica, por de pronto,
reconceptualizar los currículos hacia nuevas estrategias de aprendizajes que
admitan la incorporación activa de los actores en el proceso educativo.
En estas condiciones, es obligación continuar con la reflexión en torno al
papel que ocupa la investigación social en la formación de los trabajadores
sociales, además de fortalecer la práctica profesional con el trabajo
interdisciplinario y la investigación disciplinaria. De esta manera, es importante
impulsar al interior de las escuelas de formación profesional -en particular
universitarias- el desarrollo de la investigación social como una práctica
71
Un profesional trabajador social debe disponer de distintas herramientas que le permita sistematizar,
organizar y gestionar adecuadamente su trabajo. Existen diversos instrumentos y fuentes documentales que un
profesional debe hacer uso en su labor. Es el caso de: la historia social, la ficha social y el informe social, por lo
demás, todos de gran riqueza conceptual.
En este punto se sugiere revisar, entre otros, el libro Fundamentos del trabajo social coordinado por el profesor
Tomás Fernández García (2009), Alianza Editorial, Madrid, España. frecuente, que contribuya en la construcción de entornos sociales menos
vulnerables.
Igualmente, las nuevas dinámicas relacionales desde diferentes esferas
de intervención tendrán que formar parte de los nuevos currículos para generar
mayores niveles de comprensión de esas realidades específicas, por cierto
complejas, tanto entre los estudiantes y los docentes, como en los lugares de
ejercicio profesional.
En este sentido, la formación de los trabajadores sociales se debe nutrir
en la investigación social, en sólidos fundamentos teóricos y en integrar la
experiencia de la práctica profesional, que por lo demás se funda en el vínculo
de dos factores claves. Por una parte el cuerpo docente y, por otra, los
supervisores colaboradores trabajadores sociales de los centros o unidades de
práctica. El acoplamiento de estos dos elementos es básico, y en último caso,
es esencial para la retroalimentación de la formación académica.
A modo de ejemplo, que el cuerpo docente de las universidades al menos
un mes al año, se empape de las condiciones y de las dinámicas del ejercicio
profesional fuera del ámbito académico, en cualquier área, ello permitiría
“reciclarse” desde la experiencia concreta, con las problemáticas sociales, de
cómo se enfrentan y resuelven, para llevar esa experiencia al paraninfo,
reconociendo con esta acción un diálogo de saberes que permita robustecer la
formación profesional.72
Lo anterior implica que en los planes de estudio se incluyan aspectos que
permitan "hacer converger la reflexión teórica, el análisis de contexto y técnico
alternativo, centrando el enfoque interdisciplinario a la luz del Trabajo Social”
(CONETS73, 2004, p. 62 en Falla, 2009, p. 321).
En tal sentido podemos plantear algunos elementos como: tener en cuenta
el contexto social en sus dimensiones políticas, económicas y culturales;
incorporación de teorías y enfoques de desarrollo humano; defensa de una
estructura histórica y epistemológica del Trabajo Social; construcción y
validación metodológica propia e interdisciplinaria; ejercicio de una metodología
72
Este ejercicio se puede realizar en los mismos centros de prácticas profesionales junto a los estudiantes, o
bien, en el trabajo en clínicas sociales comunitarias. Por ejemplo, en centros de mediación (familiar, de justicia
vecinal), que son a la vez atención de casos derivados por tribunales o bien público en general, y centros de
prácticas profesionales para estudiantes de niveles intermedios o superiores.
73
Consejo Nacional para la Educación en Trabajo Social de la República de Colombia, (CONETS).
profesional que contenga formación investigativa y práctica, y por último, que
responda a las problemáticas que se vayan planteando e integren conocimiento
(Falla, 2009).
De este modo, la relación práctica profesional e investigación social,
arranca desde un enfoque epistemológico que permite no sólo aportar
conocimientos nuevos, sino desarrollar un pensamiento crítico, problematizador
y creativo frente a los problemas sociales (Falla, 2009). Un ejemplo de lo
anterior es el empleo en el Programa de Trabajo Social de la Universidad de Los
Lagos de la metodología de taller, una estrategia pedagógica para algunos, para
otros una técnica.74 En este punto, detengámonos un momento.
El taller es “aparentemente simple, que por su metodología de aprender
haciendo en grupo, permite construir sentido a esos «alguien» que participan en
él con el fin de aprehender y conocer «algo», desde la inserción integral en el
proceso (…)” (Andrade y Muñoz, 2004, p. 254).75
El taller, concebido como un lugar pedagógico es conformado por 15 a 22
estudiantes, que son parte de "un espacio físico y simbólico para la interacción
de actores similares o diferentes que, a través de reflexión y debate, facilitados
por técnicas de dinámica grupal, arriban a un producto común donde se pueden
marcar diferencias o consensos. Se distinguen de otras modalidades, como las
reuniones grupales o el seminario, porque mezcla aspectos educativos y de
interacción social con la obtención de un producto concreto que puede ser
aplicado inmediatamente en la práctica cotidiana de trabajo” (Nirenberg,
Brawerman y Ruíz, 2003, pp. 118-119).
A modo de ilustración, podemos mencionar cinco tipos de taller, entre los
cuales
distinguimos:
taller
con
aplicación
de
cuestionarios;
taller
de
confrontación; taller de análisis de articulación organizacional; taller de análisis
74
“Etimológicamente, taller es una palabra que llega al español del francés, atelier. Es sinónimo de ouvroir.
Lugar donde se trabaja una obra de manos. La Real Academia de la Lengua Española (2002) lo define
también, en sentido figurado, como escuela o seminario de ciencias y, en bellas artes, como el conjunto de
colaboradores de un maestro. Por asimilación, define la obra de taller como la realizada por los discípulos, bajo
la dirección del maestro” (Andrade y Muñoz, 2004, p. 254).
75
Además, “el taller consiste en la reunión de un grupo de personas que desarrollan funciones o papeles
similares, para estudiar y analizar problemas y producir reflexiones, conclusiones o soluciones de conjunto, lo
cual implica que éste combina actividades tales como trabajo de grupo, sesiones generales, la elaboración y
presentación de actas e informes, organización y ejecución de trabajos en comisiones, investigaciones y
preparación de documentos” (Andrade y Muñoz, 2004, p. 254).
de procesos decisorios (Nirenberg, Brawerman y Ruíz, 2003). Asimismo,
podemos agregar el taller crítico (Facione, 2001; Facione y Facione, 1992). 76
La educación problematizadora que resulta en el taller, por lo demás
beneficiosa en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la investigación social y
de construcción del conocimiento, demanda “el ser creativa e innovadora donde
la actitud del docente este permeada por un acompañamiento respetuoso a los
estudiantes, en procesos de apropiación crítica y transformación creativa de la
realidad y de sí mismos…..” (Falla, 2009, p. 321).77
Del mismo modo, la práctica pedagógica se piensa como un saber
teórico-práctico donde la acción pedagógica es un proceso de reflexión-acción
de los actores involucrados en el acto pedagógico, en que la condición del
docente sea la de generador y acompañante del proceso de construcción,
creación e innovación de la formación, con una relación docente-estudiante de
comunicación dialógica y horizontal.
Asimismo, junto al taller es apropiado motivar la organización y desarrollo
de núcleos investigativos conformados por docentes y estudiantes de pre y
postgrado de diferentes disciplinas, lo que permita una mirada transdisciplinaria
y comprehensiva de la realidad social. Estos núcleos, son llamados a abordar
problemas específicos de la realidad más próxima a través de líneas de
investigación.78
Más aún, el nuevo orden mundial obliga dotar a la profesión de
propuestas metodológicas y modelos de formación, que enlacen la exigencia del
76
En este último caso, “el adjetivo crítico que se vincula a la palabra taller, alude a uno de los objetivos rectores
de la educación y es el de lograr que los estudiantes desarrollen un pensamiento capaz de cuestionar, evaluar
y valorar para construir nuevos sentidos en el proceso de aprendizaje, de tal manera que en su ejercicio se
promueva la capacidad de reflexionar sobre la validez del trabajo en equipo, el respeto por los puntos de vista
de los otros a la luz del conocimiento y del aprender a ser y construir saber, haciendo” (Andrade y Muñoz,
2004, p. 254).
77
De esta manera, el modelo pedagógico de la universidad se puede concebir, “como un conjunto de
posibilidades que integra diferentes componentes en una trama articulada y compleja en la que la misión de la
institución tenga en cuenta aspectos como una vida saludable, los derechos humanos, la democracia real, la
convivencia pacífica y la participación ciudadana, permitiría entonces, llevar a la práctica una educación integral
que abordaría criterios como: Filosófico-antropológico: identidad y dignidad del ser humano; Ético-pedagógico:
criterios de juicio que enmarca el quehacer pedagógico; Histórico-cultural: ubica en el tiempo y en el espacio;
Social-participativo: reconocimiento recíproco en la interacción social” (Falla, 2009, p.321).
78
A modo de ejemplo, debemos señalar que en la Universidad de Los Lagos, desde el 2011 se implementa un
Programa de Núcleos de Investigación. Este programa entre sus bases establece que debe incorporar
estudiantes, sean tesistas o no, a formar parte de un grupo de investigación en función de un objeto de estudio
específico. El programa de núcleos considera la presencia de investigadores titulares, asociados, en iniciación
y estudiantes de pre y/o postgrado. Es un programa bi-anual y actualmente existen 11 núcleos de investigación
aprobados (Decreto Universitario/ULA Nº 2.825, del 14 de septiembre de 2011).
operar tecnológico, con adherencia al pensamiento complejo y de carácter
transdisciplinaria.
Igualmente, para provocar procesos investigativos desde el estímulo de
una cultura investigativa que observe su pertinencia con el entorno, se requieren
de políticas, objetivos y estrategias, en las que se promueva la calidad de los
procesos de formación e indagación en el sistema de formación profesional.
Esto es, lograr enraizar una serie de interacciones, valores, actitudes y
comportamientos que impulsen el gusto y el deseo por participar en procesos de
investigación, bien sea, como investigadores iniciales, como coinvestigadores o
como investigadores principales (Falla, 2009).
De la misma forma, los programas académicos deben constituirse en
espacios de imaginización (Morgan, 1999), que fomenten la investigación y la
creación, sin abandonar una concepción de educación humanizante y
participativa, siendo concebidos estos espacios como nuevas maneras de ver,
organizar y dirigir los programas de formación, que a menudo se encuentran
atrapados por las imágenes que tienen ellos sobre sí mismos. En este sentido
debemos formular preguntas y posibilidades nuevas, ver problemas antiguos
desde un ángulo nuevo.
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SER PARTE Y TOMAR PARTE: DESDE EL TRABAJO SOCIAL,
ASOCIACIONISMO Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA. ESTUDIO DE CASO
EN CUATRO COMUNAS DE LA PROVINCIA DE
OSORNO, REGIÓN DE
LOS LAGOS: OSORNO, PURRANQUE, SAN PABLO Y RÍO NEGRO
1
Jorge Rodrigo Yaitul Stormansan
∗
.
Resumen
El trabajo entrega un avance del Proyecto de Investigación (PI) abajo
señalado.79 Este PI perseguía tres propósitos.
El primero, ser un estudio en profundidad sobre el asociacionismo y la
participación ciudadana (PC) para el desarrollo democrático sustentable en
Chile, el cual generaría información sobre la PC, sus relaciones de
interdependencia; asimismo de un conjunto de variables/factores intervinientes,
desde el estudio de caso local/comunal.
El segundo, consistía en dinamizar la PC de las comunas en cuestión,
impulsando procesos de análisis, debate y reflexión conjunta en las
asociaciones, entre ellas y otras organizaciones sociales y el municipio. Por
último, el tercero se centraba en promover la participación de los ciudadanos y
de las asociaciones en el diseño y desarrollo de la política municipal en materia
de PC.
Respecto al planteamiento metodológico, asumía un diseño plural que
combinaba técnicas de investigación complementarias de carácter cuantitativo,
cualitativo y participativo. Finalmente, en relación a las metas, la principal era
profundizar en el nivel de conocimiento en torno al estado del asociacionismo y
la PC en las comunas en cuestión.
Conjuntamente, se orientaba a establecer dos vías de investigación y
PC. Por una parte, un Seminario permanente de Estudios para la Intervención
Social denominado SEPIS, y por otra, la creación de un equipo
multidisciplinario de nivel nacional e internacional.
Palabras claves: Trabajo Social, asociacionismo y participación ciudadana
En esta comuna, por diversos obstáculos, no se llevó a cabo trabajo de campo durante el período 20121
2013. Para el 2014 se tiene previsto el desarrollo de tales actividades
Académico jornada completa del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Los
Lagos (ULA), Osorno. Correo electrónico: [email protected]
∗
79
Esta presentación es producto del Proyecto DIULA 08/2012 (mayo 2012-mayo 2014) " Asociacionismo y
participación ciudadana. Estudio de caso en cuatro comunas de la Provincia de Osorno: Osorno, Purranque, San
Pablo y Río Negro," del cual es investigador responsable el autor de la ponencia, y actúa como coinvestigador el
Dr. Patricio Valdivieso Fernández (CEDER-ULA).
De los fundamentos de la investigación
En la actualidad las grandes teorías contemporáneas de la democracia
(Macpherson, 1982; Held, 1991, entre otros) subrayan la necesidad de involucrar la
PC en las políticas públicas, como un medio para incrementar la calidad de los
sistemas democráticos y superar los síntomas de desencanto, apatía y desafección
de los ciudadanos frente a la política (Bardhan, 2002;
Blanco y Brewer-Carias,
1997; Finot, diversos años; entre otros).
De la misma forma, al igual que otros países de América Latina, Chile se
encuentra en pleno proceso de modernización del Estado y de profundización de su
sistema democrático (Ahumada, 2002; Bardhan, 2002; Borja, 1987; Cunill, 1991;
entre otros). Chile, por cierto, se caracteriza por el alto grado de centralización y un
híperpresidencialismo.
En este orden, la descentralización y la democratización van de la mano, en la
cual, la primera consiste en la transferencia de facultades, prerrogativas, servicios,
presupuesto a los niveles subnacionales: regiones, provincias, municipios (Finot,
diversos años; Orlansky, 1998; entre otros), y la segunda, en políticas públicas e
instrumentos que tienen el propósito de involucrar a los actores sociales y la
ciudadanía activamente en los procesos de desarrollo (Bardhan, 2002; Bennett,
1994; Blanco y Brewer-Carías, 1997; Burki, Perry y Dillinger, 1999; entre otros).
Sin embargo, en el caso de los municipios se observa que tienen numerosos
problemas
y
déficits
que
dificultan
las
políticas
de
descentralización
y
democratización. De este modo, urge encontrar caminos que ayuden a mejorar el
desempeño e incluir la PC en las políticas locales.
De esta manera, en línea con numerosos estudios que subrayan la
importancia del ámbito local, como unidad de análisis para el estudio de los
procesos de descentralización y democratización (Lechner, 1991; Zimmerman, 1992;
Mouffe, 1992; Cunill, 1997; Bobbio,1999b; Dastres, 2003; entre otros), en esta
investigación se estudian los instrumentos que permiten el asociacionismo y PC en
las comunas en cuestión, las cuales muestran diferencias en su grado de
urbanización y de ruralidad.80
Igualmente, esta iniciativa fue abordada por un equipo interdisciplinario, que en
virtud de los avances investigativos actuales, en particular los de P. Bourdieu, M.
Foucault, N. Chomsky, H. Arendt, E. Thompson y E. Said, entre otros, se determinó
integrar las siguientes disciplinas: Sociología, Economía y Ciencia Política, cada una
representada por especialistas. Lo anterior por la necesidad de trabajar
integralmente el estudio local/regional.
En cuanto a los supuestos, la investigación planteaba cuatro. El primero
basado en las indagaciones preliminares que han realizado los investigadores
responsables, en relación con la PC en las comunas, de que esta es más bien baja y
que existen numerosos factores adversos en los propios municipios que la
obstaculizan. Un segundo, que refería a que en los municipios chilenos existen
tensiones y contradicciones entre las metas del buen desempeño y de la legitimidad
(participación), y esto afecta los resultados de las políticas, planes, programas y
proyectos que apuntan a mejorar los niveles de PC.
Un tercer supuesto exponía que en los alcaldes y en las autoridades locales, la
PC tiene importancia como discurso políticamente correcto que justifica la
transferencia de recursos y poder. Finalmente, un cuarto supuesto esbozaba que la
PC es una bandera de lucha en las arenas electorales. Pero ese discurso no se
traduce en prácticas sustentables de participación que permean la estructura de la
toma de decisiones ni la marcha de los servicios municipales.
Lo anterior, obliga al rediseño de instrumentos de gestión en dirección de
racionalizar el funcionamiento de los servicios municipales y generar incentivos para
80
Estas comunas se seleccionaron, por cuanto: 1. representan en conjunto, un volumen de población del 87 por
ciento del total de habitantes de la provincia, es decir suman 203.108 habitantes de un universo de 232.476
habitantes (SINIM, 2010); 2. Igualmente, debemos consignar que las comunas escogidas, mantienen con la ULA
vínculos de trabajo, vía convenios marcos. Por ejemplo: carreras de pregrado como Trabajo Social, mantiene un
contingente de alumnos de cuarto y quinto año de su formación, a través de prácticas profesionales y del
desarrollo de seminarios de titulación, estos, en diferentes áreas de intervención comunal, como es el caso de
educación, salud, desarrollo rural y organizaciones comunitarias; 3. En conjunto, dos comunas (Osorno y
Purranque) representan, en términos promedio un 75,77 por ciento de población urbana, y las otras dos comunas
(Río Negro y San Pablo), un 63,5 por ciento de población rural, en relación al total de la población de la Provincia
de Osorno; 4. Las comunas se encuentran adyacentes a la carretera longitudinal norte-sur, totalmente
pavimentada y con facilidad de acceso al área urbana todo el año; y 5. Se encuentran a una distancia urbana, en
automóvil de menos de una hora: a Purranque 52 Km. sur, a Río Negro 36 Km. sur poniente, y San Pablo 27 Km.
Norte.
la participación, lo que ayudará a superar los desafíos, solo si se considera la
demanda ciudadana por participación, y se traduce en un sistema inclusivo de la
participación. El rediseño debe consistir en una reorganización de los vasos
comunicantes que conectan servicios públicos municipales, instrumentos y
programas con los actores comunales.
Del desarrollo de la iniciativa
Conforme a los propósitos planteadas en el PI y en concordancia con el
planteamiento metodológico, se armonizaron tres tipos de análisis: cuantitativo,
cualitativo y autodiagnóstico.
El primero, análisis cuantitativo, refería un trabajo de gabinete en torno a los
datos del Registro General de Asociaciones Comunitarias de las cuatro comunas;
del Registro de Asociaciones locales del Gobierno Regional; de los datos contenidos
en las guías de servicios y recursos sociales y económicos de diferentes entidades
comunales, provinciales y regionales.
Paralelamente, con el propósito de producir una adecuada caracterización, la
indagación comenzó sistematizando toda la información disponible sobre las cuatro
comunas y su municipios. Para ello, se obtuvo información del Servicio Nacional de
Información Municipal (www.sinim.cl) del INE, de las encuestas CASEN del
Ministerio de Desarrollo Social (antes MIDEPLAN, series 2003, 2006, 2009), las
cuentas municipales, las cuentas públicas anuales del alcalde.
De la misma forma, se analizó la oferta del municipio en materias sociales y de
PC, para ello se recopiló toda la información oficial pertinente. En relación con la
oferta municipal, se recabó información sobre los instrumentos legales y
administrativos, presupuestarios, y toda la información complementaria que dé
cuenta de canales que existen en el municipio para la PC. Esta información, más
tarde, se contrastó con los datos recabados en el trabajo de campo.
A estas acciones, se añadió la recopilación y análisis de información
cuantitativa y documental con entrevistas que se aplicaron a informantes calificados
de las cuatro comunas, las que incluyeron dirigentes sociales, funcionarios y
autoridades municipales. Del mismo modo, se diseñó y aplicó un cuestionario a
muestras representativas de actores de las cuatro comunas seleccionadas.
En segundo término, se llevó a cabo un análisis de las percepciones y de los
discursos de los distintos actores implicados, producidos mediante la aplicación de
una encuesta a informantes claves como un primer nivel (responsables políticos y
técnicos municipales y a miembros de asociaciones, directivos, socios, técnicos,
vecinos). Como segundo nivel, la aplicación de una entrevista en profundidad a una
muestra de los mismos, apuntando con ello a los temas que son más relevantes
para la PC. El propósito de las entrevistas era rescatar las percepciones y
valoraciones de sus experiencias en torno a la PC y la calidad de los instrumentos
municipales.
En tercer lugar, se realizó un autodiagnóstico por parte de las asociaciones en
el cual se analizaron temas centrales, devolución y contraste de la información
recogida y detección de necesidades mediante la realización de un Taller/Panel de
organizaciones sociales y comunitarias.
Paralelamente, el equipo de investigadores dictó un curso sobre este tema,
en el cual se capacitaron a estudiantes de cuarto año de Trabajo Social (TS) de la
ULA con el objeto de trabajar en la aplicación de encuestas y pautas de observación
en terreno, como también, en el análisis de información en base a la construcción
de un banco de datos. Las pautas fueron diseñadas para observar recurrencias en
los servicios que ofrece el municipio en terreno, tales como: oficinas de atención a
usuarios, rutinas en la atención, forma de ingresar demandas y procesarlas,
aplicación de instrumentos de participación, etc.
Al mismo tiempo, durante el desarrollo de la investigación el equipo realizó su
trabajo en los cuatro municipios, conjuntamente a las prácticas profesionales de los
estudiantes de TS de la ULA, en sus diferentes niveles. De la misma forma, tuvo el
apoyo de dos ayudantes de investigación, de nivel de postgrado, las cuales son
tituladas de TS de la ULA. Cabe consignar, que estas profesionales habían realizado
su seminario de título en el marco del proyecto interno DIULA 08/2012 y del proyecto
Fondecyt Nº 1110413 (2011-2014) que actúa como complementario.81 Asimismo, se
81
Proyecto “Factores Institucionales y Políticos en la Formación de Capital Social,” siendo investigador
responsable el Dr. Patricio Valdivieso Fernández.
debe señalar que estas ayudantes de investigación durante el período 2013-2014 se
encuentran cursando el Magister en Ciencias Sociales de la ULA.
Como se pudo advertir, en la investigación se consideraron tres tipos de
actores sociales que suministraron información de calidad sobre la PC en cada
comuna. Estos fueron entrevistados y se les aplicó un cuestionario compuesto de 58
Ítems con 41 preguntas. En este orden, tenemos los siguientes datos que se
muestran en el Cuadro n.° 1.
Cuadro n.° 1: Encuestas aplicadas por tipo de actor social, a nivel comunal
TIPO ACTOR SOCIAL
Número de
Comunas
encuestas aplicadas
Dirigentes de organizaciones territoriales: juntas de
vecinos; Dirigentes de organizaciones funcionales:
deportivas, adulto mayor, centros de madres, etc.
80
Osorno
45
Purranque
36
Río Negro
Autoridades municipales: alcaldes
3
Osorno; Purranque y Río
Negro
Concejales
9
Osorno; Purranque y Río
Negro
12
Osorno; Purranque y Río
Negro
Directivos superiores de la administración y gestión
municipal de áreas estratégicas, como: Administrador
municipal, Director departamento de salud y educación,
SECPLAN, DIDECO que incluye organizaciones
comunitarias, de desarrollo rural y económico, etc.
Fuente: elaboración propia en base a encuestas, proyecto DIULA N° 08/2012.
De igual modo, como parte del proyecto de investigación a fines de 2012 se da
inicio al Seminario de Estudios para la intervención Social (SEPIS). Este es un
seminario permanente de estudios y propuestas en el ámbito de la asociación y
participación ciudadana en el nivel comunal de la Región de Los Lagos. En la
actividad confluyen y dialogan formaciones diversas, entre otras: trabajo social,
economía, geografía, sociología, ciencia política, historia.
El SEPIS es una instancia en la cual participan alumnos de pre y postgrado
que,
junto a profesores de la ULA e invitados, construyen un espacio de
conocimiento. El SEPIS se desarrolla a través de Talleres, Charlas, Conferencias,
Exposiciones
y
Cursos
electivos.
Asimismo,
genera
artículos,
ponencias,
investigaciones aplicadas y propuestas de líneas de investigación, entre otras.
Si bien el seminario se origina a partir del proyecto de investigación
DIULA08/2012 la iniciativa se encuentra constituida en lo fundamental por 25
estudiantes de Trabajo Social de la Universidad de Los Lagos, provenientes de
diferentes niveles. De la misma forma, el seminario se articula con el área de
investigación de la carrera de TS.
El SEPIS durante 2012 y 2013 llevó a cabo 7 actividades principales, entre las
que se destacan: un encuentro-seminario; dos seminarios-talleres; un coloquio con
estudiantes; dos talleres de análisis específicos, y una escuela para dirigentes,
reuniendo en total a 232 participantes. Estas actividades se distribuyeron entre
octubre de 2012 y diciembre de 2013 en las comunas de Osorno y Río Negro, y en
las cuales participaron diversos profesionales invitados, tanto nacionales como
internacionales, los que trabajaron junto a estudiantes de TS de la ULA, dirigentes
sociales y comunitarios de las cuatro comunas.
Asimismo, durante la implementación del SEPIS se realizaron tres focus
groups con representantes de los estamentos que participaron de la investigación,
ello, con el propósito de debatir puntos críticos de las políticas, instrumentos y
prácticas de PC de las comunas.
De la misma forma, como señalamos más arriba, en el transcurso de la
investigación se fue constituyendo un equipo multidisciplinario de nivel nacional e
internacional, participando
investigadores de Chile, Brasil, Inglaterra, Colombia,
España y Suecia.
Conjuntamente, a partir de 2014 los logros y alcances del proyecto se
encontrarán en una sección habilitada para consulta de todo público en el sitio web
www.capital-social.com. Esta unidad contendrá los siguientes antecedentes por
comuna: bases de datos y análisis de resultados; publicaciones; documentos de
trabajo producidos durante la ejecución del proyecto, e información del SEPIS. 82
82
Del mismo modo, el presente proyecto se nutre de los resultados de las investigaciones realizadas en los
últimos cinco años por el Dr. Valdivieso que se encuentran en el sitio web www.capital-social.com, y en
particular, del proyecto Fondecyt Nº 1110413 (2011-2014).
Algunos antecedentes
Conforme al desarrollo de la investigación, se puede apreciar que no existe
una clasificación única o estandarizada de tipologías de asociaciones a nivel de las
comunas. Normalmente se realizan a partir de una diferenciación por actividades,
objetivos, formas de actuación, grupos de población a los que se dirige, etc.
Asimismo, estas tipologías son establecidas teniendo presente los cuerpos
legales relativos a la materia, como lo son la Ley N° 20.500 sobre Asociaciones y
Participación Ciudadana en la Gestión Pública del 16 de febrero de 2011; la Ley N°
19.418 que Establece normas sobre Juntas de Vecinos y demás Organizaciones
Comunitarias del 9 de octubre de 199583 y el texto refundido, coordinado y
sistematizado sobre la materia, consignado en el Decreto N° 58 del 20 de marzo de
1997.
Así entonces, siguiendo a Espadas y Alberich (2010), veamos a continuación
algunas formas de clasificación que podemos utilizar:
1. Por el contenido principal de las actividades: asociaciones de actividades de
cultura, entretenimiento, deportes, educación, solidaridad, ayuda mutua, etc.
2.Por los objetivos y la orientación sociopolítica: agrupaciones reivindicativas (por la
igualdad, por los derechos de…, por el desarrollo de un barrio, por el adelanto de un
sector, por la obtención de un servicio especifico, de una ciudad…), alternativas,
conservadoras, etc.
3. Por el grupo poblacional al que van dirigido: a. asociaciones de juventud, adulto
mayor, mujeres…. (grupos de población); b. asociaciones de estudiantes, padres y
madres, trabajadores, vecinos….. (grupos de según la actividad); c. otros.
4. Por el ámbito de actuación: territorial, de preferencia a nivel comunal, aunque
también provincial, sectorial o general.
En este orden, en tales términos podemos ordenar la existencia de las
diferentes asociaciones en una tipología como la que más adelante indicaremos, a
83
Esta disposición, promulgada por el Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, derogó la Ley N° 18.893 del 30 de
diciembre de 1989 Sobre Organizaciones Comunitarias Territoriales y Funcionales que había emitido el Capitán
General Augusto Pinochet Ugarte, la cual, a su vez, había derogado la Ley N° 16.880 del 7 de agosto de 1968 de
Organizaciones Comunitarias, que había sido promulgada por el Presidente Eduardo Frei Montalva.
partir de un conjunto de datos por comuna que obedecen a resultados de carácter
cuantitativo. Tal información recogida se presenta en el Cuadro n.° 2 siguiente.
Cuadro n.° 2: Número de organizaciones territoriales y funcionales por comunas
Comuna
Población Comunal (2012)
Total urbano/rural
Rio Negro
Purranque
Osorno
12.892
Organizaciones Comunitarias
Territoriales
1. Juntas de Vecinos:
a. urbanas
b. rurales
Funcionales
5
2
20.705
1. Juntas de Vecinos:
a. urbanas
b. rurales
164.370
1.Juntas de Vecinos:
a. urbanas
107
b. rurales
27
24
2
1.Comunidades Indígenas
2.Organizaciones de Adulto Mayor
3.Comité de Adelanto Vivienda, Agua
Potable y Agua predial
4.Clubes Deportivos
5. Otras denominaciones
76
63
76
1.Comunidades Indígenas
5
2.Organizaciones de Adulto Mayor
25
3.Comité de Adelanto Vivienda, Agua
Potable y Agua predial
72
4.Clubes Deportivos
73
5. Otras denominaciones
40
1. Comités diverso tipo
581
2. Talleres
56
3. Agrupaciones de Comerciantes
40
4. Agrupaciones de Padres y
121
Apoderados
5. Grupos de Beneficencia
139
6. Agrupaciones Culturales
180
7. Agrupaciones de DD.HH
6
8. Agrupaciones de Jubilados
7
9. Centros de Alumnos
19
10. Consejos de Desarrollo
9
11. Clubes de Adulto Mayor
89
12.Centros de Estudios
4
13. Agrupaciones de Jóvenes
41
14. Asociaciones Deportivas
569
15. Asociaciones de Rehabilitación
3
16.Grupos Scout
4
17. Agrupaciones Animalistas
2
18. Agrupaciones de Minusválidos
6
19. Asociaciones Religiosas
17
20. Agrupaciones Indígenas
18
21. Agrupaciones de ex Funcionarios
7
22. Asociaciones de Turismo
3
23. Agrupaciones de Victimas
2
24. Clubes Aéreos
3
25. Asociaciones de Mujeres
37
26.Campamentos
2
27. Agrupaciones de Funcionarios
26
28. Clubes Rehabilitación de Alcohólicos 6
29. Consejos Vecinales
3
30. Coordinadora de Infancia
1
31. Unión comunal de Comités de Seguridad
Ciudadana
1
32. Unión Comunal de Organizaciones de
Adultos Mayores
1
33. Unión comunal de Juntas de Vecinos
Sector Urbano
1
34. Unión comunal de Juntas de Vecinos
Sector Rural
1
Fuente: elaboración propia en base a Informe Secretaria Municipal de IMO, 2012; Informes diversos
comunas de Rio Negro y Purranque 2012-2013, y entrevistas con directivos municipales.
5
22
En Osorno se encuentran inscritas 134 organizaciones comunitarias
territoriales y 2.005 funcionales. En cuanto al número de miembros por organización
el municipio de Osorno no cuenta con dicha información; solo se puede hacer una
estimación. En este sentido, a nivel de cada organización territorial, se presume un
promedio de 200 socios, y en cada organización funcional, un promedio de 18.
En el caso de Río Negro, se tiene contabilizado 249 organizaciones
comunitarias, de las cuales 7 son territoriales y 242 funcionales. A nivel de cada
organización, el número de integrantes, va desde los 11 hasta los 370, con un
promedio que fluctúa entre 15 a 40. Respecto a Purranque, se tienen registradas
241 organizaciones comunitarios, de las cuales 26 son territoriales y 215
funcionales. En cuanto al número de miembros, las estimaciones oscilan para las
organizaciones funcionales urbanas con un mínimo de 15, mientras que las rurales
solo 10 personas, y las Juntas de Vecinos como mínimo están integradas por 100
personas.
En suma, como comentábamos podemos ordenar la existencia de las
diferentes asociaciones en una tipología, la cual se presenta a continuación en el
Cuadro n.° 3
Cuadro n.° 3: Tipología de asociaciones para las comunas
Denominación
1. Acción Social
2. Juntas de Vecinos
3.Consumo y Medio
Ambiente
4. Cultura
5.Deporte
6.Educación
7. Juventud
8. Mujer
9.Profesionales,
Sindicatos y
Empresarios
10.Religiosas
11.Salud y adiciones
Componentes
Discapacidad; defensa de minorías étnicas y del pueblo mapuche; adulto mayor; asociaciones
para protección de menores o que actúan con la infancia y menores; otras que incluyen a
organizaciones singulares como Cruz Roja o Cáritas; voluntariado, de acción o cooperación
internacional
Conforme a Ley N° 19.418
Consumidores. Asociaciones de defensa de los consumidores; Medio ambiente. Conservacionistas
y ecologistas
Asociaciones culturales y artísticas de todo tipo; folclor
Clubes, agrupaciones de ese fin
Asociaciones de padres; centros de padres y apoderados públicos como privados de todos
niveles básico y medio; asociaciones de estudiantes, mayoritariamente son asociaciones de
universitarios (con gran variación y renovación)
De todo tipo pero sólo las inscritas como tales asociaciones juveniles (no culturales, deportivas)
Igual criterio
Asociaciones profesionales, sindicatos, asociaciones de empresarios
Sólo se incluyen la asociaciones estrictamente o autodeterminadas como religiosas (no las
iglesias)
Salud, todas las entidades que trabajan en el ámbito de promoción de la salud y afectados por
enfermedades , grupos de ayuda mutua, etc. ( no discapacidad); dependencias y adicciones
(drogodependencias, alcoholismo…)
Fuente: elaboración propia en base a Espadas y Alberich, 2010.
Bibliografía
1. CASEN del Ministerio de Desarrollo Social (antes MIDEPLAN, series 2003, 2006, 2009).
Santiago, Chile: http://www.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/casen/bases_datos.html.
2. Cunill G., N. (1991). Repensando lo público a través de la sociedad. Nuevas formas de
gestión pública y representación social. Caracas, Venezuela: CLAD-Nueva Sociedad.
3. Cunill G., N. (1991). Participación Ciudadana. Dilemas y perspectivas para la
democratización de los estados latinoamericanos. Caracas, Venezuela: CLAD.
4. Espadas Alcázar, Ma. Á. y Alberich, T. N. (2010). Ser Parte y Tomar Parte. Análisis y
propuestas sobre asociacionismo y participación ciudadana en la ciudad de Jaén. Jaén,
España: Editorial Universidad de Jaén.
5. Held, D. (1997). La Democracia y el orden global. Del Estado Moderno al Gobierno
cosmopolita. Barcelona, España: Editorial Paidós.
6. Lechner, N. (1991). "Modernización y democratización: un dilema del desarrollo chileno",
EP, 70, 1998, 231-242.
7. SUBDERE, Subsecretaria de Desarrollo Regional y Administrativo. Santiago, Chile.
Sistema Nacional de Información Municipal: www.sinim.cl.
8. Valdivieso F., P. (2011-2014) “Factores Institucionales y Políticos en la Formación de
Capital Social." Proyecto FONDECYT Nº 1110413.
Webgrafía
1. www.capital-social.com.
APROXIMACIÓN PRELIMINAR AL ENTORNO LABORAL Y ETICO DE LOS
TRABAJADORES SOCIALES DE LA COMUNA DEL VALPARAISO.
Violeta Flores F .
Patricia Mura
Geraldine Vicencio
∗
∗∗
∗∗∗
RESUMEN
El documento obedece a las principales reflexiones que se hacen tomando
como base un estudio preliminar de campo en el marco de un seminario de
título y grado de la Carrera de Trabajo Social de la Universidad de Valparaíso,
guiado por la autora y que fue patrocinado por el Colegio de Asistentes
Sociales de Chile. Se hace una caracterización del entorno laboral y ético de
los trabajadores sociales de la Provincia de Valparaíso en el marco de los
objetivos e intereses de la Agenda Global de Trabajo Social. Teniendo como
referentes teóricos e ideológicos el entorno laboral asociado concepto de
calidad del empleo y los valores y principios del código de ética profesional y
laboral de Trabajo Social.
Entre los resultados más relevantes cabe señalar ,que permitió tener un
acercamiento exploratorio a la visión del entorno laboral de los trabajadores
sociales de la provincia en cuanto a su cuantificación , áreas de desempeño ,
como asimismo la percepción que los mismos profesionales tienen de su
contexto laboral, sus funciones , sus temores y desafíos ; que en términos
comparativos difiere notablemente de las visiones gremiales en otros contextos
nacionales , latinoamericanos e inclusive internacionales. Planteándose el
desafío en el corto plazo de profundizar el sustento de dichas visiones y/o
extender la experiencia en el contexto regional y nacional.
Palabras Clave:
Asistente Social UV -Magister en Educación con mención en Gestión de Calidad UMC Doctorante de
∗
Trabajo Social UNLP Docente Escuela de Trabajo Social Universidad de Valparaíso y Escuela de Trabajo
Social Universidad Miguel de Cervantes.
Asistente Social UV, Licenciada en Trabajo Social
∗∗∗
Asistente Social UV, Licenciada en Trabajo Social
∗∗
1..-Introducción:
La Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS), desde el año
2006, a través de uno de los documentos base que contribuyeron a la
formulación de la Agenda Global para el Desarrollo del Milenio, ha manifestado
la relevancia de conocer y tener en cuenta cómo los empleadores otorgan un
entorno efectivo y ético al trabajo de los asistentes sociales en la práctica
laboral cotidiana. Sus estudios identifican varios factores que contribuyen a
crear el “ambiente de trabajo”, pero sin duda destacan la responsabilidad
significativa que tienen los empleadores en los mismos. Conjuntamente con
ello evidencian que existen tensiones entre algunas estrategias de gestión
utilizadas, los valores profesionales y enfoques de las prácticas laborales y
profesional, razones que fundamentan la elaboración de un proyecto de estudio
serio.
La preocupación y referencia planteada ilustran no solo la trascendencia del
entorno laboral en donde se desarrollan las prácticas de los trabajadores
sociales, sino que la necesidad de tener un conocimiento cualitativamente más
profundo , que permita dimensionar su calidad y real importancia, y que a su
vez favorezca el desarrollo de un trabajo eficaz y éticamente acorde con las
problemáticas y necesidades sentidas y valores de las personas , grupos y
comunidades objetivo de la intervención social de trabajo social.
En conformidad a lo señalado y los objetivos de la agenda global del milenio,
los países de la región se han propuesto realizar procesos de indagación y
conocimiento de los entornos laborales y éticos de los trabajadores sociales.
En esa línea , este documento se construye con el patrocinio del Colegio de
Asistentes Sociales de Chile , como un estudio base , en el marco del resultado
de un seminario de Titulo , a lo cual se le han agregado datos y antecedentes
complementarios de esta situación; ha pretendido captar esta preocupación a
través de un primer acercamiento preliminar a la realidad de los trabajadores
sociales de la Provincia de Valparaíso, el que no ha estado exento de
limitaciones dado que se realizó entre Mayo y noviembre del 2013 y al menos 3
meses de este tiempo, los servicios e instituciones públicas del país tuvieron un
prolongado paro de actividades , que afecto la metodología de recolección de
información programada inicialmente y el espectro representacional de la
población estudiada, lo que obligo a realizar los ajustes de rigor , que
permitieran validar su proceso y resultados.
2.-Mercado laboral y Trabajo Social en la Región de Valparaíso:
En el año 2005 el mercado laboral de Trabajo Social en la Quinta Región,
podría estimarse entre 1.000 a 1200 Asistentes Sociales en ejercicio. La
provincia que cuenta con un mayor número de Asistentes Sociales es
Valparaíso, la que reúne aproximadamente un 40% del número total de
´profesionales seguido por la provincia de San Antonio y San Felipe con un
15% respectivamente, de lo cual se puede inferir que los Asistentes Sociales
de la Quinta Región presentan una marcada tendencia de inserción laboral en
la capital regional. (Astudillo Vicencio & Cofré Arredondo, 2005).
En cuanto a los ámbitos institucionales del empleo y desempeño para
asistentes sociales en la Quinta Región pueden señalarse los siguientes:
(Astudillo Vicencio & Cofré Arredondo, 2005), que se asocian principalmente al
sector público y en segundo lugar, al privado. Entre estos cabe mencionar:
Municipio, Red de salud, Red SENAME: Gobierno Regional, Gendarmería,
Educación, Fuerzas Armadas y de orden, Empresas, Consultoras, Justicia,
JUNJI, SERVIU, IPS y ONG.
3.-Referentes teóricos, conceptuales, políticos y jurídicos:
El Entorno laboral, se asocia al Ambiente Laboral; el que su vez se entiende
como “…el entorno humano y físico en el que se desarrolla el trabajo cotidiano.
Es el medio dentro del cual se establecen relaciones y se desenvuelve la
dinámica habitual de una organización. Tiene impacto directo en los niveles de
satisfacción laboral y de productividad” (GLINKA & RSE, 2007). Concepto que
necesariamente nos refiere a tratar de entender que es “calidad de vida
laboral”, el cual según los autores Poza & Prior, es “la forma en que se produce
la experiencia laboral en condiciones objetivas como por ejemplo; seguridad e
higiene laboral, trabajo, salud laboral, etc. y en condiciones subjetivas del
trabajador en el sentido de cómo lo vive”. Lo cual alude a la bidimensionalidad
y complejidad de éste.
Un “buen lugar para trabajar” sería entonces aquel donde los trabajadores
confían en sus superiores, trabajan sintiéndose seguros y respaldados, lo que a
su vez les permita sentirse orgullosos de lo que hacen. Es importante también
el trabajo en equipo y las relaciones humanas dentro del lugar de trabajo,
donde se disfrute también compartiendo con los compañeros. Al respecto se
señala que, una cultura enfocada en sus trabajadores, es de suma importancia
para el logro de un buen ambiente laboral. Aquellas fuentes laborales que
consideran a sus trabajadores como su mayor capital, son las que consiguen
de éstos, “el mejor rendimiento. “….. El ambiente laboral es uno de los
aspectos que diferencian a las empresas o trabajos exitosos, de las que no lo
son. Garantizar un buen clima laboral es sin dudas uno de los desafíos más
importantes para quienes lideran una organización y un aspecto ineludible de
su responsabilidad social.” (GLINKA & RSE, 2007).
Laura Acotto (2009) enfatiza que es el Estado de Chile quien debe asegurar las
garantías del trabajo decente para sus empleados tanto del tercer sector y el
sector privado, Con respecto a los Trabajadores Sociales la autora menciona:
“En el caso de los Trabajadores Sociales cuyo gran empleador es el Estado,
debe ser un tema a debatir, en tanto éste asume y firme acuerdos a cumplir y
regular a instancias externas a sí mismo, pero muchas veces las condiciones
en que se desempeñan los profesionales, están muy distantes de responder a
los criterios de lo que se ha denominado Trabajo Decente”. (Acotto, 2009).
El Entorno laboral y la satisfacción laboral han sido estudiados en relación a
diferentes variables en un intento de encontrar nexos entre ellas. Diversos
estudios han hallado correlaciones positivas y significativas entre satisfacción
laboral y el buen estado de ánimo y actitudes positivas en la vida laboral y
privada, con la salud física y psíquica de los sujetos. Por otra parte, la
insatisfacción laboral converge de forma positiva con alteraciones
psicosomáticas diversas, como estrés, ausentismo, rotación o retrasos”.
(Opazo Morales, Pereira Figueroa, & Torrijo Guajardo, 2011).
Una de las teorías más influyentes en la satisfacción laboral es la formulada por
Herzberg la cual se denomina “Teoría Bifactorial”, que señala , lo contrario de
la satisfacción, no es la insatisfacción, como tradicionalmente se ha pensado,
ya que suprimir las características insatisfactorias de un trabajo no lo vuelve
automáticamente satisfactorio. Se postula que los resultados se desprenden de
la existencia de un continuo doble: lo opuesto de “satisfacción” es pues, “no
satisfacción” y lo opuesto de “insatisfacción” es “no insatisfacción”. Así, los
factores que producen satisfacción laboral son distintos de los que llevan a la
insatisfacción. En consecuencia, Herzberg denominó “factores de higiene” a las
condiciones de trabajo, relaciones con los demás y seguridad laboral. Cuando
son adecuados, las personas no se sentirán insatisfechas, aunque tampoco
satisfechas.
Es preciso concluir, que son distintos e independientes los factores que
contribuyen a la satisfacción y los que provocan insatisfacción. Se deduce por
tanto que, estos sentimientos no son opuestos entre sí. Entre los factores de
satisfacción o los motivadores que son intrínsecos al trabajo pueden
concretarse en: Deseo de realización o logro, Estima ajena, Gusto por el
trabajo, Responsabilidad y Promoción. Por lo contrario, los determinantes de la
insatisfacción, llamados también factores higiénicos, son: Política de la
compañía, Vigilancia excesiva, Salarios y Condiciones de trabajo”. (Layana
Zamora, 2009).Así las características del cargo que influirían en las
percepciones de las condiciones actuales de los trabajadores, son reto del
trabajo, sistema de recompensas justas, condiciones de seguridad, condiciones
físicas con supervisiones favorables, además contar con colegas que brinden
apoyo, y por último que haya compatibilidad entre personalidad y puesto de
trabajo. (Opazo Morales, Pereira Figueroa, & Torrijo Guajardo, 2011).
En cuanto a la Ética y Ética Laboral, puede señalarse que la palabra ética
proviene del griego “ethos”, la cual significa costumbre y a su vez está
relacionada con la epistemología latina denominada “more”, que es morada,
costumbre. Se puede entender como la “reflexión filosófica sobre la moral, las
costumbres, los comportamientos del ser humano y la relación de esos
comportamientos con sus posibles repercusiones“. (Hernández Baqueiro,
2006). La actuación de un individuo se puede evidenciar en cuanto a su modo
de ser, desde la perspectiva del “bien” y el “mal”. Lo “bueno” en términos
generales hace relación con valores morales, a su vez lo “malo” es el objeto de
juicio moral negativo. A. Cortina (2003), señala que la ética va en la búsqueda
del saber ser, tanto en la parte teórica como en la práctica, cuyo propósito será
señalar lo que está bien, lo justo y en síntesis lo que es moral.
En el desarrollo de la ética, sus características y en concreto, que es lo
“bueno”, influye en el comportamiento de las personas; esto orientado hacia el
bien, de manera tal, que se vincule a la búsqueda de normas y principios con
validez universal, que no se busque un interés personal. Esto deriva en el
comportamiento moral, sus razones y justificaciones, se encuentra ligado con
las necesidades y beneficios sociales. Así, es necesario decir que el
comportamiento moral, es evaluado socialmente, lo que nos acerca a su vez a
los valores. El comportamiento de cada sujeto, responde a razones personales
y sociales, traduciéndose en hechos morales. La ética da a entender que los
valores guían a la práctica moral de los seres humanos. El uso del término
valor, que es aplicable a un proceso económico, puede ser extendido en
distintos campos de la actividad humana. Pero en la ética es tomado desde el
punto de vista histórico, para dar un valor a un objeto que se materializa en
condiciones concretas de la existencia de los individuos, es decir, sus
necesidades.
El conjunto de estos principios y normas, que están destinados a regular las
acciones de las personas en la sociedad, se le denomina moral y el vínculo que
establece entre está y las personas es la conciencia moral, que valora las
acciones con base en las normas que se conocen y reconocen como
obligatorias. La moral será entonces la posibilidad de elegir entre distintos
actos posibles a realizar por la persona y en este papel entra en juego la
conciencia moral, en la que se incorporan normas y valores acordes con la
moral vigente, estableciendo una relación dialéctica entre la conciencia
autónoma y la conciencia heterónoma. Esto quiere decir que, solo el acto que
comprende la elección de un valor elegido de forma libre y sin imposición
puede considerarse inherente a la moral autónoma. La conciencia moral no se
encuentra condicionada totalmente, ni tampoco sometida a un poder del todo
externo.
Ahora en relación a la Ética Profesional y laboral, se evidencia en el
sentimiento de pertenencia en conjunto con la sociedad, el gremio de la
profesión y a la institución para la cual se trabaje. Teniendo la virtud que al
dotar al profesional de valores morales, lo torna más flexible, más fuerte, más
comprometido, más experimentado, y más humano. Sin duda, mejor preparado
para enfrentar y superar con éxito las contingencias que aparecen en el ámbito
del trabajo.
Aprender a decidir conforme a la ética profesional es asunto de la práctica, y no
solamente de conocimientos, habilidades o destrezas en abstracto; esto quiere
decir que tiene que ser la integración entre el saber, el saber hacer y el saber
ser y en los últimos años se le ha agregado , “saber convivir “ . La práctica
formaría el hábito y este se convierte en parte esencial de la personalidad del
profesional. Ello lo vincula de tal forma con el mundo, que le brinda la
oportunidad de ir creciendo y realizándose en sus acciones. Así, la libertad, la
razón, la voluntad, la responsabilidad y la justicia orientan a los profesionales
para que asuman que su ética, esencialmente depende de ellos mismos. Por lo
tanto, quienes no optan por los valores morales, corren el riesgo de no
reconocerse para sí, ni reconocer a los otros, a los demás. En esos términos,
se puede decir que la propuesta de la ética profesional comparada con la ética
general es más demandante, el razonamiento que requiere es más acucioso y
los compromisos que ella impone son de un nivel moral más complejo. Por
tanto, además de la aplicación de principios inherentes a la ética general, el
profesional debe tener presente el principio de servicio en sus acciones hacia
los otros, la institución que representa y la sociedad en su conjunto.
En cuanto a la Ética Laboral y el Derecho Laboral en Chile, el Código del
Trabajo Chileno, plantea aspectos que tienen que ver con reglamentos internos
y modos de comportamiento para la permanencia de los trabajadores en su
institución de trabajo y a su vez sus derechos y los deberes del empleador
hacia ellos. El artículo 153 del Código del Trabajo chileno, plantea que las
empresas, establecimientos, faenas o unidades económicas que ocupen
normalmente diez o más trabajadores permanentes estarán obligados a
realizar un reglamento interno de orden, higiene y seguridad, el cual debe
contener las obligaciones y prohibiciones de los trabajadores, en relación con la
permanencia, circulación en las dependencias de la empresa o establecimiento
y sus labores dentro de ésta. Enfatizando que, se deberán estipular normas
para tener un ambiente laboral digno, para el mutuo respeto entre los
trabajadores.
El articulo 157 plantea las sanciones a las cuales se verán expuestos los
trabajadores que infringen las normas del reglamento interno, estableciendo
tipos , montos y destino de las mismas .Puede citarse el artículo 160, referido al
término del contrato trabajo sin indemnización, por el hecho de cometer
algunas de las faltas graves estipuladas en el Código. Entre las conductas
indebidas de carácter grave y que deben ser comprobadas: la Falta de
probidad del trabajador en el desempeño de sus funciones; conductas de
acoso sexual; vías de hecho ejercidas por el trabajador en contra del
empleador o de cualquier trabajador que se desempeñe en la misma empresa;
injurias proferidas por el trabajador al empleador; conducta inmoral del
trabajador que afecte a la empresa donde se desempeña, y conductas de
acoso laboral. También nombra como, abandono del lugar de trabajo, actos
que perjudiquen la seguridad del establecimiento, incumplimiento de las
obligaciones impuestas en el contrato de trabajo, entre otras.
Así, el cumplimiento de normas éticas en el entorno laboral, se encuentra
regulado por el código del trabajo de Chile, en el caso de los privados y en el
sector público por las leyes orgánicas y estatutos administrativos, en donde la
premisa ética es la generación de adecuados ambientes laborales y su vez la
búsqueda del trabajo digno para las personas, para lo cual además establece
los organismos que tienen competencia para ello.
Por otro lado , para comprender la Ética y Trabajo Social, de mejor manera y
su sentido, se considera prudente comenzar definiendo la ética, “La ética como
filosofía moral; esto es: como una reflexión sistémica, como una indagación
teórica acerca del modo más adecuado de actuar y vivir la vida para que esta
sea “ buena”, es decir: lo más plenamente humano posible., en otras palabras
una inequívoca vocación práctica; toda vez de lo que se trata no es tanto “
saber”, cuanto de “saber vivir”; de actuar “bien””. (Bermejo, 1996).
Grazziosi, (1978). define al código de ética profesional como; “la ordenación
sistemática de principios, normas y reglas establecidas por un grupo
profesional o cuasiprofesional, para su propia vida, con el fin de regular y dirigir
la conducta moral de sus miembros o sus relaciones mutuas”. Agregando que
.“Los aspectos éticos que entrañan el ejercicio de la actividad profesional del
asistente social, hacen a su integridad social y humano y tiene al mismo tiempo
una seria proyección sobre la sociedad en que actúa. Las repercusiones
directas en la vida social son, en el caso de esta profesión, mayores y más
profundas que las que pueden tener otras ocupaciones. Se trata de un actuar
directo sobre la vida social, y las conductas anti-éticas son creadoras de
problemas psicosociales o sociales.” (Laura Grazziosi , (1978) “Códigos de
Ética del Servicio Social”) .
En cuanto a los Principios éticos del Trabajo Social, la Federación
Internacional de Trabajadores Sociales señala que la ética profesional, es una
parte relevante en la práctica de todo Trabajador Social, pero que esta misma
debe diferenciarse según los aspectos culturales y políticos de los distintos
países miembros de la Federación, por lo cual plantea una serie de principios
cuya aplicación requieren de una formación continua de los profesionales , lo
que aseguraría oficio en la intervención profesional. Los postulados éticos son
para el ejercicio profesional normas de intervención. Pudiendo destacarse entre
ellos :
-Respeto a la dignidad, el cual Implica considerar a la persona por sobre todas
las cosas, aceptarla tal cual es y en la situación que se encuentra, como sujeto
con derechos per se a su condición humana. El trabajador social en su ejercicio
debe evitar generar prejuicios frente a las personas que por diversos motivos
se encuentran en situaciones de marginalidad económica, social y familiar; la
actitud del profesional debe ser siempre de respeto, comprensión y apoyo
incondicional.
-Perfectibilidad humana: El ser humano es siempre capaz de crear, recrear y
transformar. Lo cual nos interpela a no negar ni olvidar esa capacidad
cualquiera sea su condición social, intelectual, biológica, etc.
-Sociabilidad esencial de la persona: La persona a lo largo de su vida establece
diferentes tipos de relaciones gracias a su capacidad de interacción
interpersonal, por tanto, es fundamental entender, valorar y reforzar esta
característica.
Por otro lado, es pertinente mencionar algunos principios determinados en el
Código internacional de Ética Profesional para el trabajo social, FITS año
1976, que señalan, que todo ser humano posee un valor único con
independencia de su origen, edad, creencia, etnia y condición socioeconómica ,
El trabajador social tiene la responsabilidad de encausar sus conocimientos y
capacidad hacían la ayuda de las personas como individuos o colectivo en el
desarrollo de sus posibilidades y la resolución de sus conflictos. Y El trabajador
social tiene como obligación suprema el servicio a los demás, lo cual debe
primar sobre cualquier otro interés particular. (Leticia, Oblitas B., & Lucila,
2000).
Ahora en el marco de los Derechos Humanos y Dignidad Humana, los
trabajadores sociales deben defender la integridad y bienestar físico,
psicológico, emocional y espiritual de cada persona. Es decir, Respetar el
derecho a la autodeterminación, promover el derecho a la participación, Tratar
a cada persona como un todo e identificar y desarrollar sus fortalezas. En
relación a la Justicia Social, tienen el deber de promoverla, para con la
sociedad en general, y de igual manera con las personas con las que trabajan.
Esto significa: Desafiar la discriminación negativa, reconocer la diversidad,
distribuir los recursos equitativamente, oponerse a las políticas y acciones
injustas y trabajar en solidaridad. A juicio de este organismo, los trabajadores
sociales deben estar preparados para dar cuenta de sus decisiones basadas
en consideraciones éticas, y asumir la responsabilidad de sus elecciones y
actuaciones.” Deben trabajar para generar condiciones, en las organizaciones
donde trabajan y en sus países, donde los principios de esta declaración y los
de sus códigos de ética nacionales (si los hay) sean debatidos, evaluados y
defendidos”. (Sociales & Asociación, 2004).
4.- Caracterización preliminar del Entorno Ético y Laboral de los
Trabajadores Sociales de la Provincia de Valparaíso:
4.1. De los sujetos de estudio:
Del total de Trabajadores Sociales encuestados, es decir 163, 127 fueron
mujeres lo que corresponde a un 77,91%, mientras que 36 son Hombres
equivalente a un 28,08%. La muestra marca un evidente predominio de
mujeres, superando en un 55,83 puntos porcentuales a los hombres, lo que
confirma la tendencia de la comuna de Valparaíso, en la cual la profesión de
Trabajo Social es mayoritariamente ejercida por mujeres, sumado a los datos
del catastro realizado en el marco de la misma investigación, la que arrojo la
existencia de 414 Asistentes y/o Trabajadores/as Sociales activos
laboralmente, aproximadamente.
En cuanto a institución de procedencia de formación, el 60% de los
Profesionales Laboralmente activos de la Comuna, egresó de Universidades
Publicas y de las Universidades Privadas un 39%. En lo relativo al ejercicio de
la profesión, el 79% de los participantes realizan funciones tradicionales del
Trabajo Social, mientras que un 9% NO realizan Funciones tradicionales de la
Profesión y un 10% no ejerce la profesión). Tras el análisis de los datos, se
detectó que existen profesionales que ejercen cargos como Directivos, Seremi,
Gerente, entre otros. Sin embargo, estos realizan, de igual manera, funciones
relacionadas con Trabajo Social. Ante la consulta si cuentan con otro trabajo, el
77,3% declaró no poseer otra actividad o fuente laboral, mientras que un 22,7%
indica contar con otro empleo.
4.2.- Entorno Laboral:
El Ambiente Físico, considerado en relación al tipo de oficina, condiciones de la
misma y equipamiento , fue consultado en cuanto al nivel de satisfacción,
distribuido en 5 dimensiones (nada satisfecho, poco satisfecho, medianamente
satisfecho, satisfecho, muy satisfecho), arrojando que en su mayoría, los
encuestados se encuentran “satisfechos/as” (38,03%), seguido de la opción de
“muy satisfecho” con (26,38%) , “medianamente satisfecho” alcanzó un valor
de 22,69%., y aproximadamente un 7,3% se sienten “poco o nada satisfechos”.
En el ámbito Socio organizacional y específicamente, las relaciones
laborales, se distingue la “relación con los grupos de Pares”, al respecto la
mayoría de los Trabajadores Sociales se encuentran de Satisfechos (44,17%) y
muy Satisfecho (31,9%) y sólo un 5,52% difieren de lo anterior y mencionan
que están poco satisfechos. En el caso de la Jefatura, se da una situación
similar a la relación con el grupo de pares, ya que, también los mayores
porcentajes se encuentran en la opción “Satisfecho” y “muy Satisfecho” que
con cifras similares , que en conjunto dan un 75,97%, y sólo un (3,68%)
manifestó estar “poco satisfecho” .Por otra parte, casi la mitad de los
encuestados se siente “muy satisfecho” (47,85%) con la relación que tiene con
los usuarios y el 36,80% indica sentirse “Satisfecho” . Cabe destacar que en la
opción “Poco Satisfecho” se obtiene un porcentaje que supera el 11%, en
cuanto a su Grupo de Pares, Jefatura y Usuarios.
En relación a las Pautas y políticas de la institución, se consideró el
reglamento interno existente en alguna institución, porque indica las normas
que todos los trabajadores deben seguir de igual manera. En cuanto al
cumplimiento por parte del grupo de pares, se manifestaron “satisfechos/as”, un
49,07%, seguido de un 22,69%, que indicaron sentirse muy satisfechos/as. Es
relevante mencionar que, se observó un porcentaje significativo de personas
que se inclinaron por la opción “nada satisfecho/a”, es decir 14,11%. Con
respecto al cumplimiento del reglamento por parte de la jefatura, los
encuestados indicaron sentirse mayormente “satisfechos”, equivalente a
(47,85%). A este porcentaje le sigue la categoría “muy satisfecho/a” con un
25,76%. Se repite un fenómeno similar al presentado con el “grupo de pares”,
en lo que respecta a la opción “”nada satisfecho/a”, con un 13,49%.
En el Desempeño laboral, se consultó por el Nivel de satisfacción y Tipo de
contrato, lo cual nos da cuenta que los trabajadores sociales encuestados se
halla en las categorías de Planta/contrato con un 38.03% y contrata/ honorario
(cabe señalar, que esta última categoría no constituye una relación laboral
contractual, solo de servicios) con un total de 30,67% cada una. Con respecto
al nivel de satisfacción de quienes declararon ser planta/contrato, mencionaron
sentirse mayormente “satisfechos” o “muy satisfechos” el 33,74%. Los
profesionales que se hallan a honorarios, la mayoría de ellos se encuentra en
la categoría “satisfecho/a” con un 8,58%. Sin embargo existe igual número de
personas que no está de acuerdo o se siente “nada satisfecho” con esta
modalidad de contrato. Aquellos que declararon su calidad de trabajo a
contrata en su mayoría se encuentran “satisfechos”, equivalentes a un 11,65%.
En cuanto a jornada laboral, la opción jornada completa, arroja una moda y
mediana de 4,00 (horas) es decir, el 50% de los encuestados tiene esta jornada
laboral. En el ámbito de las remuneraciones, su tipo y nivel de satisfacción, se
observó que el 100% de los encuestados percibe su remuneración en dinero. Y
quienes se distribuyen entre las categorías “satisfecho/a”, “muy satisfecho/a” y
“medianamente satisfecho/a”. (41,7%), 32,52% y 19,01% respectivamente.
Junto a ello hay un 6,74% de los encuestados, que se encuentra entre las
categorías con menor “poco o nada satisfecho” con su remuneración. Solo el
6,13% indicó recibir “servicios” como parte de su remuneración,
manifestándose “satisfecho” el 4,29%. La fecha de pago de la remuneración es
un aspecto importante para el trabajador, así Los encuestados demostraron
estar en su mayoría “muy satisfecho” (60,12% de los participantes) y un
20,85% de los/as sujetos establecieron estar “Satisfechos” y “Poco
Satisfecho”...
Ante la interrogante de las funciones que especificaba su cargo, los
profesionales manifestaron estar “muy de acuerdo”, un 33,12% .Seguido a esto
se observó un 26,38% “de acuerdo” .Un 18,40% declaró sentirse “poco de
acuerdo” con lo indicado cifra cercana que se contrapone al anterior. Las
categorías que concentran los porcentajes más bajos “medianamente de
acuerdo” y “nada de acuerdo” con un 13,49% y 8,58% respectivamente.
Otro aspecto importante a considerar dentro de la realización de funciones es
el tiempo de permanencia en el lugar de trabajo y que se destina para estas,
por lo que se consultó si consideraban que realizaban muchas funciones en su
jornada laboral. Frente a esto, los aludidos presentaron una inclinación hacia
las opciones “de acuerdo” (37,42%) y “muy de acuerdo” (26,99%), es decir que
más de la mitad de ellos, un 64,41% consideran que realizan más funciones
que su jornada laboral permite, pudiendo ser esto un factor negativo para la
salud mental y física del Trabajador Social. Sin embargo, las opciones
“medianamente de acuerdo” (20,24%) y “poco de acuerdo” (13,49%) obtienen
también un valor significativo.
Incentivos laborales, En cuanto a las gratificaciones el 71,16% cuenta con
este incentivo, en cambio el 28,83% no tiene la posibilidad de éste. Cuentan
con Bonos el 57,05%, mientras que (42,94%) NO reciben Bonos. Por último, en
cuanto a los Otros Beneficios se da lo contrario a los dos casos anteriores, ya
que el 66,87% NO cuenta con otros Beneficios, en cambio tan solo el 33,12%
Si cuentan.
Previsión social y de salud:, ambos ítems adquieren gran relevancia para los
trabajadores en general, y porsupuesto para los trabajadores sociales, quienes
se enfrentan a diario con esta temática orientando a personas. Es por ello, que
se consultó a los profesionales su realidad con respecto al pago de sus
cotizaciones y su nivel de satisfacción. Igual acción se realizó con respecto a la
previsión en salud. Frente a esto, los aludidos obtuvieron los mismos valores
en ambos ítems. Concentrando la mayoría de las preferencias en la opción
siempre, es decir (66,25%) reciben el pago de ambas previsiones en la fecha
que corresponde.
Por otra parte (28,22%) declararon que sus cotizaciones “nunca” son pagadas
en la fecha que corresponde, cifra que es de todos modos preocupante, pues
tiene que ver con aspectos de vejez, sobrevivencia y salud. Finalmente,
quienes optaron por la categoría “a veces” representan un 5,52% .Con respecto
al nivel de satisfacción de las mismas, la mayoría de los participantes se ubica
en la categoría “muy satisfecho/a” con un 52,76%, seguido un signficativo valor
de la opción “nada satisfecho/a”, con un 22,08% Además la categoría
satisfecho/a obtiene un 14,11% de las preferencias. Valoraciones
contradictorias considerando, lo que implica estar desprotegido de dicho
sistema de previsión y que los profesionales dedican gran parte de sus horas
de atención a realizar trámites de personas y familias para acceder a sus
derechos y pareciera naturalizarse el no contar con ello.
Redes de emergencias: Como parte de la seguridad con que debe contar una
institución que alberga a trabajadores, se contempla a las redes de atención
ante emergencias complejas con que cuentan las instituciones. Es por ello, que
se les consultó a los participantes su nivel de satisfacción. Según los análisis
de las encuestas, es posible concluir que las opciones “medianamente
satisfecho/a y satisfecho/a “concentran la mayoría de las preferencias con un
33,74% y 32,51%. Por otra parte las categorías, “muy satisfecho” y “poco
satisfecho” alcanzaron iguales valores a pesar de lo opuesto de las opiniones
representadas, equivalentes al 12,88% de los encuestados.
Seguro de vida y accidente, en este ítem se preguntó a los encuestados si
estos/as contaban con seguro de vida y accidentes, la alternativa Si alcanzo un
50,3% y No 49,69%, en el caso de que ocurra algún suceso imprevisto. Las
diferencias que se establecen respecto a la respuesta positiva, están
vinculadas a el grado de satisfacción con el seguro de Vida y Accidente, la
mayoría de ellos opto por las opciones “medianamente satisfecho “(19,63%) y
“satisfechos” (21,47%) lo que hace deducir que la mayoría no están conforme
en su totalidad con el seguro que cuentan, pero sí un 11,04% logra estar “Muy
satisfecho”.
En el Autocuidado, la opción que se repite en los tres ítems es “algunos/a
veces”, que perceptualmente va desde el 59% hasta el 67%, esto demostraría
que gran parte de los/as encuestados/as no desarrollan a cabalidad conductas
de autocuidado. En cuanto a los que Nunca realizan conductas de
Autocuidado, en los tres ítems son los que cuentan con menores porcentajes.
En el caso de factores de riesgo un 6% de los/as Profesionales NO conocen los
factores de riesgos a los que se ve expuesto en el ejercicio profesional y/o en la
institución que pertenece. En el caso de enfermedades profesionales, el 11%
NO conocen las enfermedades profesionales que pueden desarrollar (Ej.:
Síndrome de Burnout). Por otra parte, en cuanto al Estilo de Vida Saludable en
porcentaje más bajo es de 10%. Se observa que en el ítem factores de riesgo,
un tercio de los encuestados/as Sí conocen los factores que pueden afectar su
desempeño laboral. En el caso de las enfermedades Profesionales que puede
desarrollar el o la Trabajador/a Social, el 24% del total de los encuestados
responden que Sí las conoce. Mientras que en la categoría de desarrollo de
actitudes de estilo saludable el 20% aproximadamente las realizan. Esto
demuestra que menos de la mitad de los profesionales desarrollan conductas
de autocuidado, que les permiten desarrollar mejor su ejercicio profesional.
Desarrollo profesional: Según los datos se evidencia que un 52,14% de los
encuestados se capacita “a veces”, seguido a esto se encuentran el 34,96% en
la opción de “siempre” y un 12,88% en la categoría de “nunca. Siendo las dos
primeras, las más elegidas por los encuestados. La inclinación mayor de la
categoría “a veces” está dada hacia la opciones “satisfecho/a” y
“medianamente satisfecho/a”, lo que equivale a un 36,19%. Por otra parte la
opción “siempre” se distribuye entre las categorías “satisfecho/a” y “muy
satisfecho”, equivalente a un 25,15% .En general el “nivel de satisfacción” se
puede ubicar entre las categorías “satisfecho” con un 30,06% y “medianamente
satisfecho” con un 28,22%. Por otra parte, es importante mencionar que un
7,9% de los encuestados que eligieron la opción “nunca” se encuentran “nada
satisfechos” con esta realidad,
La capacitación en la vida profesional, es de vital importancia, ya que,
permite al trabajador actualizar sus conocimientos sobre determinadas
temáticas que favorecerán su quehacer profesional, por lo que, la gestión
realizada por la institución tanto para realizar alguna capacitación interna como
para permitir y facilitar que los trabajadores sociales asistan a las mismas
dentro o fuera de la institución o región es de vital importancia para ellos como
trabajadores. Por ello, se les consulto a los trabajadores sociales su nivel de
satisfacción con respecto a las gestiones realizadas por sus instituciones frente
a la capacitación. Al respecto, los trabajadores sociales se encuentran en su
mayoría “medianamente satisfecho/a” con esta gestión siendo esto un 30,67%.
Por otra parte, un 26,99% indicó sentirse satisfecho/a. Las opciones poco
satisfecho/a y muy satisfecho/a obtuvieron valores similares con mínima, es
decir que en la primera opción se encuentran un 14,11%, mientras que en la
segunda el equivalentes al 17,17% de los profesionales. Cabe destacar que, la
opción nada satisfecho obtuvo un porcentaje de 11,04%.
En relación a lo profesional, el 54% de los profesionales, se encuentran “Muy
Satisfechos” con la Profesión que tienen. El 14%, se representan por la opción
“medianamente satisfecho”. Prosigue la alternativa Satisfecho con un 31% que
ejercen su Profesión “Satisfactoriamente”. Es relevante mencionar, que la
mayoría de los Profesionales marcaron las opciones de “Satisfecho y Muy
Satisfecho”, esto quiere decir que, casi 70%, más que Satisfactoriamente
ejerciendo la Profesión de Trabajadores Sociales.
En lo relativo a la Conciliación ética personal/profesional, los encuestados
en su mayoría indicaron sentirse “muy satisfechos” con esta conciliación, en un
56,44%. Por otra parte la opción “satisfecho/a” concentra también a un gran
número de personas, 39%. Es importante mencionar que las opciones nada
satisfechas y poco satisfechas no obtuvieron preferencias, lo que evidencia que
no existen personas encuestadas que no se sientan satisfechas, con esta
conciliación
Habilidades y destrezas, para el ejercicio profesional el trabajador social
requiere de múltiples habilidades y destrezas, las que deben ser trabajadas y
perfeccionadas. A partir de esto, se consultó a los participantes el nivel de
satisfacción al respecto, de cuyo análisis se desprende que en su mayoría las
opciones elegidas se encuentran entre las categorías satisfecho/a (49,69%) y
muy satisfecho (46,62%), respectivamente.
Principios y valores: La profesión de trabajo social tiene principios y valores
que sustentan su desempeño y relación laboral es por ello se consultó el nivel
de satisfacción con los deberes y valores de la profesión .Ante este
cuestionamiento, la mayoría de los encuestados indicaron sentirse “muy
satisfechos/as” con su nivel de conocimiento, lo que corresponde a un 78,52%
La opción “satisfecho” alcanza un 19,01%. Sin embargo existe una diferencia
considerable entre ambas opciones, siendo estas positivas para el desarrollo
de la ética. El 42,33% de los Profesionales Laboralmente activos de la
Comuna, se encuentran Muy Satisfechos con la Valoración de su Profesión, en
la Institución en donde ejercen y. Por otro lado, (11,40%) encuentran que la
Profesión, en la Institución donde ejercen, se encuentra Medianamente
Valorada. Mientras que un 4,29% y 1,84%, se ubican en Poco y Nada
Valorada.
Errores profesionales:, aquí los trabajadores sociales se encuentra
mayoritariamente conformes con el hecho de poder asumir su errores
profesionales , acorde con su ética profesional, ya que se define capaces de
poder enfrentar y reconocer cuando han cometido una error en su ejercicio
profesional. Sin embargo, el 44% declara estar “Satisfecho” con el
cumplimiento de estos, mientras que el 49%, de ellos o ellas están “Muy
Satisfechos”.
Competencias profesionales: En este ítem se preguntó a los Trabajadores
Sociales si son capaces de darse cuenta cuando no puede enfrentar un
escenario al cual se ve expuesto/ha por no poseer las competencias
necesarias o específicas. Al respecto se pudo observar que gran parte de los
Profesionales se encuentra “Satisfecho/a” equivalente a un 53,37% de los
encuestados. Le sigue a esta opción “Muy Satisfecho/a”, (38,65%) y la última
categoría arroja 8% aproximadamente, los cuales manifiestan estar
medianamente de acuerdo con esta pregunta. Se complementa con la pregunta
anterior, la interrogante cuando un profesional se encuentra inhabilitado para
poder enfrentar una situación. En este caso se muestra algo parecido al Ítem
anterior, donde la mayoría de los encuestados expresan que se encuentran
“Satisfecho” (54,6%) al ser capaz de poder declarar su inhabilidad al
enfrentarse a una situación que no pueden desarrollar o intervenir y un 37,42%
que optan por la opción “Muy Satisfechos”.
Valoración del profesional: En cuanto a la valoración en la institución como
profesional, se puede decir que la mayoría de los Trabajadores Sociales
considera que es valorado como profesional en su lugar de trabajo, esto se
puede inferir en los resultados con más altos porcentajes, en donde las
alternativas Muy Satisfecho y Satisfecho concentran el mayor número de
encuestados, es decir, 45,39% y 38,65, respectivamente. Los encuestados que
están medianamente satisfecho corresponde (10,42%).
Autodeterminación: La autodeterminación es uno de los pilares del trabajo
social. Entendiéndola como el derecho a la toma de decisiones y libertad de
elegir del usuario complementado con el deber del trabajador social de respetar
este derecho. Es a raíz de la importancia de este concepto, que se consultó a
los participantes si la institución en la que están laboralmente insertos, respeta
la autodeterminación de los sujetos. A lo que ellos respondieron ubicando sus
preferencias mayormente en la categoría satisfecho, 44,78%. Luego la opción
muy satisfecho con un 26,99%. Con un porcentaje menor se ubica a la opción
medianamente satisfecho (21,47%).
Confidencialidad: El secreto profesional se configura como un derecho y un
deber de los trabajadores sociales en el ejercicio de su profesión. Es la
garantía establecida entre el trabajador social y la persona que atiende, de que
se resguardara su intimidad, lo cual es un aspecto de relevancia para el
ejercicio profesional. Es por ello que se preguntó a los trabajadores sociales de
la comuna, con respecto al nivel de satisfacción sobre este principio, frente a
ello, los profesionales se declararon mayormente “muy satisfechos”,
equivalentes a un 49,69%. La segunda opción que obtuvo mayor puntaje fue la
de Satisfecho/a con (36,80%).
Ética organizacional: En cuanto a la posibilidad de creación y participación
gremial por parte de los profesionales, el 50,3% de los Trabajadores Sociales
de la Comuna de Valparaíso, en su Institución de Trabajo, pueden participar en
alguna asociación gremial y se encuentran muy satisfechos con esta
posibilidad. En cambio, están Nada de Acuerdo un 9,81, a los cuales en su
institución no se les da la posibilidad...
Con respecto a las prácticas laborales abusivas, se deduce que el 58,28%
de los encuestados mencionan que NUNCA, en su institución de trabajo se han
desarrollado este tipo de prácticas. En cambio el 39,87%, indican a que a
veces se han cometido este tipo de prácticas en sus trabajos, referidas al nivel
de satisfacción y la existencia de líneas de acción ante políticas injustas. Frente
a lo cual indicaron que en sus lugares de trabajo SI existen líneas de acción
ante políticas injustas, un alto porcentaje equivalente a 71,16%. Por otra parte,
declararon que NO existen, un 28,8%. Con respecto al nivel de satisfacción, la
opción SI se distribuye entre las categorías “medianamente conforme” con
(29,44%), “muy conforme” con (21,47%) y “conforme” con (21,47%). Sin
embargo, la opción NO se reparte entre las categorías “poco conforme”
(1,84%), “medianamente conforme” con (4,90%) y “nada conforme” con
(21,47%), siendo esta la más significativa esta opción.
Reglamento interno: La existencia de un reglamento interno en la institución
laboral, permite que los trabajadores se ajusten a un comportamiento similar,
orientado a generar un entorno laboral que favorezca las relaciones y la ética
laboral, ya que, este se relaciona con las normas y conductas que los
trabajadores deben observar. Los trabajadores sociales encuestados indicaron
sentirse “muy de acuerdo o de acuerdo “con el cumplimiento de las normas
estipuladas en dicho reglamento, es decir, un 61,96% y 33,74%,
respectivamente. Similares cifras se repiten con respecto al nivel de
satisfacción o acuerdo con el reglamento interno de sus instituciones. Amabas
mayorías vuelven a estar identificadas por las mismas opciones anteriormente
descritas, de acuerdo con un 52,76% y muy de acuerdo con un 30,06%. Los
datos expuestos reflejan las preferencias marcadas por los encuestados con
respecto al conocimiento de sus deberes y derechos como trabajadores y el
nivel de satisfacción de los mismos. La mayor parte de los participantes indico
un conocimiento parcial de los derechos y deberes, es decir, (53,37%),
(44,17%) con un alto conocimiento y (2,45%) indicando un nulo conocimiento
de ellos.
Confidencialidad jefatura: La confidencialidad es un aspecto importante en el
trabajo social, ya que éticamente los trabajadores sociales deben ser capaces
de mantener el secreto profesional, pero hay casos en donde es necesario
solicitar ayuda de otro que pueda entregar las herramientas para intervenir una
situación o caso. En esta pregunta, se les consulto a los profesionales en
cuanto a la existencia de confidencialidad con la jefatura y en la institución en
donde se encuentra inmerso. Acá se pudo observar que más de la mitad de los
Trabajadores/as
Sociales
encuestados
están
conformes
con
la
confidencialidad, ya que estos optaron en su mayoría por la categoría Muy de
Acuerdo que representa a 53,37% de los encuestados, también en la categoría
de Acuerdo un 31,9% de los participantes de este estudio, Alrededor de un
10,42% respondió que esta medianamente de acuerdo e inferior a ello estar
Poco o Nada de acuerdo. Esto nos da a entender que la mayoría de los
encuestados cuenta con la confidencialidad de la jefatura ante los casos
tratados y que requieren de su cooperación.
Las preferencias de los encuestados frente a la pregunta sobre si se sienten
presionados por sus jefaturas para entregar algún beneficio o realizar
alguna gestión similar, se puede apreciar que las opciones “De Acuerdo Y
Muy de Acuerdo” es donde se encuentra el mayor número de Trabajadores
Sociales, con un 80% aproximadamente que se encuentran presionados para
la entrega de beneficios. Por otra parte, en cuanto a los resultados obtenidos
en las otras opciones se observa que un 7% de los encuestados se encuentra
medianamente presionado y un 2% de ellos se encuentra poco de acuerdo con
esta opción.
4.3.. Ética profesional:
Trato al usuario, es una parte fundamental en la relación profesional de los/as
Trabajadores Sociales. Es por esto que se consultó a los profesionales si se
encuentran conformes con el trato que entregan a sus usuarios. Según los
datos arrojados en las encuestas, la gran parte de los participantes de este
estudio selecciona la alternativa “Muy satisfecho/a “que representa a un
68,71% de estos y un 30,67% que se encuentran “Satisfecho/a” con el trato
que entregan.
Empatía con usuarios: En este ítem se preguntó a los encuestados si
consideran que son empáticos con los usuarios. Acá se observa que un
69,32% se manifiesta Muy de Acuerdo con la empatía que desarrolla con los
usuarios, luego en la categoría de Acuerdo, un 30,06%. Por otro lado, indicaron
el 51,53% estar “muy de acuerdo” con la atención que entregan a los usuarios,
es esta opción la que concentra un mayor número de personas, por otro lado,
la Opción que tiene la mayoría en porcentaje (64%) que representa Muy
Satisfechos, demuestra que gran parte de los trabajadores Sociales
encuestados, se reconocen ser capaces de diferenciar sus necesidades con las
de los usuarios que atiende. En cuanto a la atención, del total de los
Trabajadores Sociales encuestados, un 50,92% se encuentran “Muy de
acuerdo” con el acceso de la información que les entregan a los usuarios. En
cambio un 26,38% consideran que están de Acuerdo y tan solo un 22,69% cree
que entregan un acceso regular (medianamente).
Participación Gremial: se muestra variación entre los distintos ítems de
Participación Gremial, así, en el caso de Asociación Gremial, tan solo un
36,19% de los encuestados SI participa en este tipo de organizaciones. En
cuanto al Colegio de Asistentes Sociales, la gran Mayoría de los Profesionales
NO tiene participación .Por otra parte. La participación en Colectivos u
Organizaciones, la gran mayoría NO participan en ellos, siendo un 77,30% de
los encuestados los que mencionan esta opción.
Vinculación y colaboración con Escuelas de Trabajo Social: Con respecto
a este ítem, se aprecia que en los rangos menores (Nada Satisfecho y Poco
Satisfecho) juntos suman 25% aproximadamente, lo que demuestra que en
estos casos no existe una mayor vinculación con las Escuela de la orden. En
cambio los encuestados que están medianamente conforme con esta opción,
es una de los porcentajes más altos (36,19%). En los rangos mayores de
Satisfecho y Muy Satisfecho, ambos porcentajes suman un 23,3%. Analizando
los resultados se puede aseverar que es mínimo el porcentaje, es decir, 18%
de los Trabajadores Sociales que se vinculan con dichas escuelas, tomando en
cuenta este punto, esto se hace principalmente a través de alumnos en práctica
, lo cual favorece su aporte a la formación y al mismo tiempo contribuye a su
actualización y desarrollo profesional.
La Promoción y debate ético, es parte de la ética profesional del Trabajo
Social. Se puede decir que, un poco menos de un 20% de los encuestados
afirmaron que esta práctica Si existe en su trabajo. De estos, la mitad se
encuentran muy satisfechos con el tema. Mientras que las personas restantes
se encuentran Satisfechas. Por otro parte, quienes contestaron que solo A
veces, se realiza debate ético entre los profesionales, representan al 60% de
los profesionales, de los cuales se encuentran Medianamente Satisfecho
(51,5%) que es la opción mayor. Por otro lado, los restantes se consideran
poco satisfechos con la realización de Debate ético. Por último, están los que
Nunca tratan este tema en su lugar de trabajo, 25% de los Trabajadores/as
Sociales y se encuentran Poco y Nada Satisfecho al respecto...
Cumplimientos laborales: En cuanto al cumplimiento de las tareas y
actividades programadas por los trabajadores Sociales, se puede deducir
según los datos arrojados, que en su mayoría los profesionales se encuentran
“Satisfechos/as
y
Muy
Satisfechos/as
“su
cumplimiento,
siendo
porcentualmente muy cercanos, donde el primero corresponde a un 49,07% y
el siguiente a un 47,85%. Por lo que se interpreta que en ambos casos los
encuestados demuestran que están conformes con el cumplimientos de lo que
programan demostrando su responsabilidad y compromiso para la realización
de estas.
La investigación y análisis previo a la formulación de un documento, son parte
importantes del ejercicio profesional de los Trabajadores Sociales., gran
parte de los encuestados se encuentra en el rango de Satisfecho y Muy
Satisfecho, en el primero el 50% de los profesionales, consideran esta opción y
en la siguiente el 42% se encuentra Muy Satisfecho con la realización de esta,
lo que equivale a que 92% de las personas encuestadas realizan esta labor
para la formulación de documentación. Se muestra también que un 7%
aproximadamente considera que están Satisfechos y medianamente
Satisfecho, lo cual evidencia, un segmento de Trabajadores Sociales que no
tienen conformidad ética, pues no están realizando los pasos profesionales
previos para formular documentos confiables y válidos.
Sobre la evaluación del desempeño laboral del trabajador y el nivel de
satisfacción con el mismo se puede indicar que, en su mayoría esta
evaluación es realizada “siempre” por los lugares de trabajo es decir, un 77,3%,
seguido por la opción “a veces” con un 22,69%.Por otra parte, indican sentirse
“muy satisfecho” con esta práctica (43,55%) y declaran sentirse solo
satisfechos, el 22,69%.Cabe recalcar que la opción “siempre” es la que obtuvo
la mayor puntuación compuesta de las opciones muy satisfecho con 39,26% y
satisfecho con 42,33%, valores muy cercanos entre sí. Los datos expuestos
revelan que la mayoría de los trabajadores realizan siempre una
autoevaluación de su trabajo, es decir, (58,89%), seguido, de quienes lo
realizan A veces, con (39,87%) .
En cuanto al nivel de satisfacción respecto de su autoevaluación, los
participantes se declaran en su mayoría “satisfechos/as”, (53,37%), “muy
satisfechos/as” (32,52%) y “medianamente satisfechos” (13,49%). El mayor
valor del nivel de satisfacción es alcanzado por la opción “satisfecho” integrado
por quienes lo realizan Siempre 9,44% y quienes lo llevan a cabo A veces,
23,31%. En su mayoría las personas declararon realizar “siempre” roles
adscritos a la profesión, siendo esto un 83,43%, mientras que la opción a veces
fue elegida por el (16,56%),
Por otra parte el nivel de satisfacción indicó que un 38,6% se siente de acuerdo
con el desempeño de roles de la profesión, mientras que un 36,19% se
siente “muy de acuerdo” con ello, siendo estas las categorías con mayor
preferencia, le sigue la opción de “medianamente de acuerdo” con un
15,3.Quienes declaran realizar siempre estos roles se distribuyen mayormente
entre la opción muy de acuerdo (38,6) y la de acuerdo (36,2%) constituyendo
las opciones más recurrentes.
5.-.Conclusiones:
Según el catastro previo realizado al levantamiento de datos de campo, se
puede concluir que existe un alto número de profesionales en la comuna de
Valparaíso, desplegado en distintas instituciones, públicas y privadas. Dentro
de lo cual se observó que la mayoría de ellos se encuentra trabajando en el
sector público., aproximadamente 350 Asistentes Sociales. Por otro lado un
número considerablemente menor se observó en el sector privado, alrededor
de 64 profesionales. La distribución, dentro del sector público en la comuna de
Valparaíso, está marcada principalmente en tres áreas, Salud, Municipalidad y
Educación. En cuanto al sector privado, se encuentra una amplia gama de
áreas; educación, recursos humanos, ONGs, fundaciones, etc.,
Por otra parte se observó que en muchas instituciones, se conserva la visión
del Trabajo Social desde una perspectiva asistencialista, limitándose las
funciones de los profesionales a la entrega de beneficios, dejando a un lado los
roles y funciones asociados a la profesión como, gestión de redes, educador
social informal, implementador de políticas públicas, entre otros. Además, fue
posible comprobar que existen muchos profesionales, que siendo titulados de
la carrera de Trabajo Social, ejercen labor de “administración de empresas”,
siendo esta una de las visiones características del ámbito privado. Sin
embargo, y a pesar del bajo número de instituciones privadas que cuentan con
asistentes sociales dentro de su equipo de trabajo, existe un sector en donde la
profesión es valorada de manera muy positiva,
.
5.1.-Entorno laboral
En conformidad a los resultados obtenidos mayoritariamente los trabajadores
sociales reconocen tener un “Buen y regular ” entorno laboral, lo cual se
asocia a factores higiénicos como los denomina Herzberg , ya que todos ellos
cuentan con las condiciones físicas y de implementación necesarias para poder
desempeñar su trabajo de una manera óptima, favoreciendo además, a los
usuarios que atienden .Sin embargo, es relevante destacar que un número
significativo de personas (59) cuenta con un lugar de trabajo que les ofrece
medianamente las condiciones adecuadas para ejercer su trabajo. Lo cual se
funda principalmente en la falta de privacidad que los Trabajadores Sociales
tienen para desarrollar la atención social , pues la mayoría ocupa oficinas
compartidas y/o que tienen múltiples interferencias, afectando negativamente
su desempeño profesional y atención de las personas, además, estrechas, sin
condiciones de aislamiento de ruidos y sistemas de resguardo y privacidad de
la información...
Por otro lado , es posible deducir que, lo que hace la diferencia en que un
entorno sea bueno o no, también puede deberse también a los factores que
Herzberg, denomina motivadores, relacionados principalmente con el entorno
social y políticas de la empresa , dentro de lo cual se puede mencionar a la
gestión de la jefatura en relación a capacitación y perfeccionamiento del
recurso humano, frente a lo cual los encuestados declararon sentirse
medianamente satisfechos, constituyéndose , por tanto, en un factor
desmotivante y que desfavorece las posibilidades de actualización ,
reforzamiento de competencias y por tanto, el desarrollo profesional.
5.2.-Ética laboral
A diferencia de la variable anterior, la realidad de la ética laboral de los
trabajadores de la comuna de Valparaíso, es reconocida como positiva, y tiene
por tanto, un buen nivel de aprobación , está en su mayoría entre las opciones
Buena y Excelente. Esto indica que los Trabajadores conocen las
características principales de la carrera que ejercen, sus principios y valores,
manifiestan un alto compromiso laboral, entre otros. Reflejando , que en su
mayoría, son profesionales que actúan por vocación , que los llevó a elegir esta
carrera y ejercer profesionalmente el Trabajo Social; sin duda, quienes poseen
valores y conformidad ética en el ejercicio profesional , están mejor preparados
para enfrentar y superar con éxito las contingencias que se deriven en el
ámbito del trabajo (Javier, 2013).
Pese a lo anterior, cabe recalcar que los trabajadores sociales manifestaron
tener un nivel medio de conocimiento respecto del código de ética de la
profesión, aspecto que puede delimitar el marco comparativo sobre el cual
realizar la autoevaluación, considerando que, manifestaron una tendencia
mayoritaria de realizar un buen ejercicio del trabajo social desde la perspectiva
ética laboral y su alta valoración de este aspecto. Al respecto, también llama la
atención el bajo nivel de membresía y participación al colegio profesional, aun
cuando manifiestan no tener restricciones institucionales para ello,
considerando la prioridad y constantes esfuerzos que los profesionales
realizan en los diferentes ámbitos profesionales por promover la organización y
participación ciudadana.
La realidad ética aludida anteriormente, se contrapone con lo señalado en los
párrafos precedentes , por cuanto un grupo significativo de los encuestados
manifiesta su mediana y poca satisfacción, en relación a factores higiénicos y
motivadores, pues si bien es cierto, en ambos casos la tendencia mayoritaria
es muy buena y buena , presentan déficit que se contradicen en relación a los
principios y ética de la profesión; lo que de algún modo hace referencia, en
cuanto a la relación critica del ejercicio de la profesión y los entornos laborales,
la Federación Internacional de Trabajadores Sociales, en la Agenda Global del
Milenio (2010).
Por otro lado, es importante señalar, que los positivos resultados pudiese
obedecer, a la dificultad de exponer sus diferencias, una mayor conformidad,
y/o naturalización de entornos y/ contextos laborales adversos, por el reducido
campo laboral en la comuna y el alto nivel de conflictividad que estaba
atravesando el sistema público en los momentos que se desarrolló el
levantamiento de datos, el cual inclusive afectó, el nivel de error de la muestra,
debiendo reducirse y disminuir los trabajadores sociales encuestados al interior
del Municipio, por la negación del acceso en la contingencia política.
Aún cuando, Frente a los señalado , se puede concluir , que si bien es cierto ,
no existe un patrón único de entorno o ética laboral que globalice y/o generalice
a los distintos países, ya que cada lugar cuenta con una realidad social, laboral,
cultural y política peculiar, cuyas líneas de acción y características determinan
modos distintos de ejercer el trabajo social , hay principios y premisas básicas
que son comunes e ineludibles en cualquier contexto social , histórico y
geográfico , de allí que surge el interés y necesidad , de reforzar los factores
higiénicos y motivadores en la práctica del trabajo social en Valparaíso y sin
duda, propender a favorecer la superación y /o modificación de aquellos
factores que se constituyen en la actualidad como insatisfactores en el ejercicio
del trabajo social en la comuna y/o adversidad de los entornos laborales y
éticos, en la lógica y articulación de un trabajo social situado que favorezca del
acceso efectivo a los derechos sociales y promueva la dignidad no solo de los
sujetos de atención, sino que de los mismos trabajadores sociales, en el marco
de un entorno laboral social y político garante de derechos .
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SITUACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN PUERTO RICO: UN
ACERCAMIENTO A LOS DERECHOS SOCIALES
Mabel T. Lopez Ortiz,
∗
.
RESUMEN
Los derechos sociales son un tema poco estudiado en Puerto Rico y de gran
relevancia para la profesión de Trabajo Social, a pesar de los avances del
derecho internacional y la evolución normativa de los derechos humanos. La
brecha significativa entre el reconocimiento formal, el conocimiento-valoración
que nuestra sociedad tiene sobre ellos, y la capacidad de reclamo
individual/colectivo para hacer esos derechos una realidad, fundamenta la
investigación auspiciada por el CPTSPR. La investigación explora la situación
de los derechos sociales en el país, el conocimiento sobre ellos y la percepción
sobre el desempeño del Estado para garantizarlos y protegerlos.
Para la metodología se utilizó un cuestionario autoadministrado y un análisis
descriptivo de los datos. Entre los hallazgos se identifica un conocimiento
parcial sobre los derechos sociales e insatisfacción con su disfrute en la
dimensión práctica. Esto representa implicaciones para el Trabajo Social en
Puerto Rico y su proyecto profesional.
Palabras Claves: Derechos Sociales; Trabajo Social; Puerto Rico
MTS, Ph.D. [email protected] y Jessenia Rivera Ortega, Trabajadora Social, Magíster en
Derechos Humanos y Doctoranda Ese. Graduada de Trabajo Social; [email protected].
Instituciones: Colegio de Profesionales del Trabajo Social de Puerto Rico, (CPTSPR); Universidad de
Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras, Departamento de Trabajo Social
∗
En los últimos años, el tema sobre los derechos humanos en Puerto Rico ha
logrado mayor relevancia en el debate público. Eventos nacionales, que en
ocasiones han llamado la atención del lente internacional, apuntan a una
posible situación de violación sistemática de derechos fundamentales en el
país, muy relacionadas con el irrespeto a la dignidad humana. A pesar de los
grandes avances del derecho internacional y la evolución normativa de los
derechos humanos, Puerto Rico enfrenta multiplicidad de problemas sociales
y sufre cotidianamente los efectos de la desigualdad e injusticia. Esto denota
una brecha significativa entre el reconocimiento
formal de los derechos, el conocimiento y valoración que cada sociedad tiene
sobre ellos, la capacidad de reclamo individual/colectiva para hacer de esos
derechos una realidad y el disfrute pleno de los derechos humanos en la
dimensión vivencia!.
Aun cuando los temas relacionados con los derechos humanos, han logrado
insertarse con regularidad en el debate público, continúa como un asunto poco
estudiado en Puerto Rico. Contrario a otros países de la comunidad
internacional, Puerto Rico no desarrolla informes oficiales que evidencien con
regularidad la situación general de los derechos humanos en su territorio.
Desde el año 1959, el gobierno no ha realizado una investigación formal que
identifique dónde se encuentra el país respecto al reconocimiento, respeto y
ejercicio de los derechos humanos en general, incluyendo los derechos
económicos, sociales y culturales.
Hoy, la ausencia de investigaciones y análisis recurrentes sobre la situación de
los derechos en el país, niega el diseño y operacionalización de políticas
sociales que respondan a los intereses, necesidades y aspiraciones de la
sociedad puertorriqueña. Dada esta situación, se dificulta visibilizar el grado
de satisfacción y cumplimiento de los derechos por parte del gobierno de
Puerto Rico -generando como consecuencia que el ejercicio delegado de
gobernar no pueda ser debidamente fiscalizado-, y se dificulta además, el
desempeño de quienes tienen la obligación pública de actuar en función del
bienestar y el cumplimiento de los derechos fundamentales para la vida.
Asumiendo que los derechos humanos son inseparables de la teoría, los
valores, la ética y la práctica del Trabajo Social, hay que defender y fomentar
los derechos que responden a las necesidades humanas y encarnan la
justificación y motivación de la práctica profesional (Organización de Naciones
Unidas, 1995) ..
Trabajo Social y los derechos sociales
Para el Trabajo Social, la multiplicidad de problemas sociales se vinculan con la
privación sistemática de los derechos; y la negación del derecho es en un
sentido global lo que define el campo de actuación profesional (Eroles, 1997).
Por eso, mejorar la acción profesional en función del reconocimiento, respeto
y satisfacción de los derechos negados, requiere conocer la situación de los
derechos humanos con los cuales se trabaja diariamente.
Reconociendo entonces la relevancia de los derechos humanos para la
profesión y la poca investigación sobre ello, el 31 de noviembre de 2009,
mediante la Septuagésima Asamblea Anual del Colegio de Profesionales del
Trabajo Social de Puerto Rico, se aprueba una Resolución para la promoción
y elaboración de una Investigación sobre la Situación de los derechos
humanos en el país. Desde ese momento, el Colegio Profesional asume el
compromiso de incluir la investigación en su plan de trabajo; considerando
que un mayor conocimiento y una mayor comprensión de los Derechos
Humanos, mejorarán la actuación y las intervenciones de los y las
Trabajadoras Sociales en beneficio de quienes necesitan sus servicios.
La responsabilidad de realizar la Investigación, fue delegada a la entonces
Comisión Permanente de Diversidad y Derechos Humanos -hoy nombrada
Comisión Permanente de Acción Social y para la Defensa de los Derechos
Humanos y la Inclusión-, quien acordó que el estudio debía ser producto de un
esfuerzo colaborativo y participativo entre las diversas instituciones y
organizaciones del país, vinculadas a los asuntos de derechos humanos. Los
esfuerzos se iniciaron con la creación de un Comité Extendido que incluyó a
integrantes de la Comisión de Diversidad y Derechos Humanos del Colegio de
Profesionales del Trabajo Social de Puerto Rico y representación de la
Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Abogados de Puerto Rico y
Amnistía Internacional, Capítulo de Puerto Rico. Este esfuerzo no logró
acciones contundentes en la realización de la investigación por lo que el
CPTSPR asume el mismo. Es así como finalmente, se opta porque la
investigación se concentre en la situación de los derechos humanos más
pertinentes al Trabajo Social, entre ellos los derechos sociales.
Tanto la investigación como el informe final esta investigación se realizó
gracias al esfuerzo y colaboración de voluntades diversas: estudiantes del
curso de Investigación Social y Trabajo Social de los Programas Graduado y
Subgraduado de Trabajo Social de la Universidad de Puerto Rico, recinto de
Río Piedras, la Comisión de Diversidad y Derechos Humanos, y otras
personas que se sumaron a este proyecto de forma voluntaria.
Los derechos sociales: la historia y presente
Los derechos humanos son una construcción social dinámica-evolutiva, que
han tenido como propósito transformar las relaciones entre gobiernos e
individuos y obligar a las autoridades públicas a controlar y asumir con
responsabilidad el ejercicio del poder político. Son "aquellas exigencias que
brotan de la propia condición natural de la persona humana, y que por ende,
reclaman su reconocimiento, su respeto e incluso su tutela y promoción por
parte de todos y todas, pero especialmente de quienes están constituidas en
autoridad" (Vergés Ramírez, 1997, p.16). Según la normativa internacional de
los derechos humanos, el Estado es la institución responsable de velar por el
respeto y la vigencia efectiva de estos derechos. Esto implica, que en materia
de derechos humanos, "el Estado no es un fin en sí mismo, sino un medio,
una herramienta para cumplir con su deber fundamental de respetarlos y
hacerlos respetar" (Lizarazo & Salgada, 2008, p.46).
Aun cuando el derecho internacional ha reconocido multiplicidad de derechos
humanos y exhorta a los Estados que les incluya en su sistema normativo y
constitucional como derechos fundamentales a garantizar, es un hecho que no
en todas las sociedades se reconocen y disfrutan plenamente; ya sea ante la
falta de reconocimiento formal por parte del Estado, el desconocimiento de
una sociedad sobre la existencia del derecho, o la ausencia de condiciones y
recursos para llevar a cabo la dimensión vivencial del derecho. Sea cual fuese
la razón para el no disfrute, toda sociedad que aspira al buen vivir, debe
procurar el reclamo, reconocimiento y ejercicio de los derechos fundamentales
para conservar y mantener la vida; pues de lo contrario, tal y como plantea
Uribe Arzate, si los derechos "no son ejercidos, éstos fácilmente enmohecen y
mueren, y abren paso franco a todo tipo de abuso y ejercicio incontrolado del
poder" (2011, p.1253).
Específicamente en esta investigación, los derechos sociales se incluyen como
variables o categorías a investigar, al ser los derechos con mayor dificultad
para ser reconocidos como tales, ya sea por supuestas implicaciones
económicas o interpretaciones ideológicas sobre la funcionalidad y alcance
del Estado. Un Estado que se "compromete" con los derechos civiles y
políticos, y los incluye en las leyes y la Constitución; pero no asume con igual
compromiso jurídico los derechos sociales que
se incluyen como variables de este estudio: la salud, la vivienda, el ambiente
sano, la seguridad, la educación y el trabajo.
En el caso particular de Puerto Rico, lo relacionado a los derechos humanos,
no puede ser abordado sin considerar la situación política colonial con los
Estados Unidos, pues ésta ha influenciado significativamente la forma en que
se entienden, se definen e institucionalizan los derechos en el país. Con la
Ley Jones del año 1917 -además de que se otorgara la ciudadanía
estadounidense a residentes en Puerto Rico-, se aplicó a la isla una
declaración
de
estadounidense.
derechos
Desde
individuales
ese
basados
entonces,
en
la
Constitución
comenzó
a
fortalecerse
institucionalmente una concepción liberal de los derechos; esto quiere decir,
una concepción clásica de los derechos, en la que se sobrevaloran los
derechos y libertades individuales (derechos civiles y políticos) en
comparación con derechos de carácter social (Rivera Ortega, 2012).
Ya para el año 1952, con la creación del Estado Libre Asociado, también
comienza a regir en el país la Constitución de Puerto Rico, la cual contiene en
su Artículo 11, la Carta de derechos a ser garantizados a toda la población. En
ese momento histórico, quienes elaboraron la Constitución tuvieron gran
influencia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada
en el año 1948, por la Organización de las Naciones Unidas. De acuerdo con
Rivera Ramos, "los autores de la Constitución dejaron claro su intención de
trascender la concepción de derechos liberales tradicionales y esbozaron una
Sección que provee para ciertos derechos sociales [ ... ] Aun cuando el
electorado puertorriqueño aprobó la Sección 20, junto al resto de la
Constitución, el Congreso de los Estados Unidos la rechazó y la excluyó de la
aprobación que autorizaba" (Citado en Guardiola, 2012, p.218). Esta decisión
unilateral del Congreso de los Estados Unidos, implicó que los derechos
sociales y económicos quedaran fuera del marco constitucional y no fueran
reconocidos como derechos positivos que pueden ser reclamables en los
tribunales u otras instituciones del país; tal y como pueden ser reclamados los
derechos civiles y políticos.
Otro de los aspectos importantes sobre los derechos económicos, sociales y
culturales en el país, es que como consecuencia de la relación política con los
Estados Unidos, Puerto Rico no ha logrado adherirse a la Organización de
Naciones Unidas ONU) como un Estado soberano, no adopta los diferentes
instrumentos internacionales en materia de derechos humanos y no forma
parte de los países que conforman la Organización de Estados Americanos
(Rivera Ortega, 2012). Esto genera como consecuencia que no se puedan
utilizar los mecanismos de protección existentes que permiten denunciar la
violación de estos derechos por parte del Estado. Como parte de los tratados
de derechos humanos en la ONU, existe el Pacto Internacional de derechos
económicos, sociales y culturales, vigente desde el año 1976, en el que se
establecen las obligaciones del Estado para garantizar estos derechos en su
territorio; y además, desde el año 2008, la comunidad internacional cuenta
con un Protocolo facultativo de los derechos económicos, sociales y
culturales, que permite la denuncia de violaciones a estos derechos e
investigaciones por parte de la ONU. Poder tener alcance a estos
mecanismos, requiere que el país participe de la comunidad internacional y
ratifique esos tratados de derechos humanos. Al momento, Puerto Rico se
mantiene como país "aislado" y desvinculado de toda iniciativa y recurso
internacional que provea para ampliar la concepción y reconocimiento de tales
derechos (Rivera Ortega, 2012).
Ante la situación particular de los derechos económicos, sociales y culturales
en Puerto Rico, es importante que desde el Trabajo Social se preste atención
a las razones y consecuencias de que en el país, estos derechos no tengan
rango constitucional, y no sean reclamados y tan apreciados como otros
derechos humanos fundamentales. Como varios autores señalan, las formas
en que la profesión aborda la multiplicidad de problemas sociales -que
enfrenta hoy Puerto Rico- no debe ignorar ni escapar de la perspectiva de
derechos humanos, pues los problemas sociales no son otra cosa que
derechos humanos suprimidos, así que la meta y objetivo fundamental de
nuestra profesión debe ser velar por el disfrute pleno de los derechos humanos
(Alayon, 2008; Chinchilla & Villegas, 1995). Identificar entonces si esos
derechos suprimidos constituyen en su mayoría derechos económicos,
sociales y culturales, es una tarea indelegable en el país, con gran
repercusión para el desarrollo y accionar del Trabajo Social. Los derechos
sociales deben ser entendidos como parte fundamental de una sociedad
democrática; en la que el Estado tiene el deber de asegurarlos mediante una
política social que propicie el cumplimiento de los derechos y esté atenta a
establecer el vínculo entre la ley, los derechos y las exigencias sociales
(Guendel, 2003).
Cada país tiene el derecho -y debería asumir la capacidad- de definir y crear
los derechos humanos que interesa sean utilizados para organizar la vida en
sociedad. Para ello, es importante identificar qué conocimiento tiene sobre los
derechos, qué concepción maneja sobre ellos y cómo visualiza las funciones
del Estado en relación a éstos. De acuerdo con Uribe Arzate (2011), la
concepción que una sociedad tenga sobre los derechos humanos, influye y
determina los alcances de su protección; así como configura y predetermina el
tipo de intervención del Estado. Cuando la concepción de los derechos
humanos en una sociedad es fragmentada, debilitada y vaga, es posible que
el tipo de Estado predominante sea uno con actitud pasivo permisiva, que
hace poco o nada en relación con la generación de escenarios y procesos a
favor de la evolución de los derechos (Uribe Arzate, 2011). De otro lado, si la
concepción de los derechos humanos es desde una visión holística, se
entiende que los derechos deben acompañar a sus titulares en todo momento
y en todo lugar. Al ser los derechos entendidos de esta forma, el tipo de
intervención del Estado es proactiva. Esto quiere decir que el Estado se ocupa
en generar condiciones óptimas para que sus habitantes puedan vivir sus
derechos humanos sin pretextos, y se identifica a sí mismo como el principal
motor y defensor de los derechos humanos (Uribe Arzate, 2011). Hacer
referencia a la materialización de los derechos humanos desde una concepción
holística, es entender al Estado con una actitud proactiva, que "sitúa en el
centro de sus afanes a los seres humanos y que es capaz de llevar a cabo
una reforma sustancial que catapulte la evolución de los derechos humanos a
su plano más inmediato, es decir, a su vivencia, a su disfrute" (Uribe Arzate,
2011, p.1255). Metodología
El propósito general de esta investigación fue realizar un estudio que pudiera
ofrecer información descriptiva sobre la situación actual de los derechos
sociales en Puerto Rico. Los objetivos específicos incluyeron: explorar los
conocimientos que posee la población en Puerto Rico, en cuanto al tema de
los derechos humanos, en particular sobre los derechos a la seguridad, la
salud, la educación, el trabajo, la vivienda y un medio ambiente sano; explorar
cómo en Puerto Rico se percibe el estado de los derechos humanos, en
especial: el derecho a la seguridad, a la salud, a la educación, al trabajo, a la
vivienda, y a un medio ambiente sano; conocer la percepción que tiene la
población en Puerto Rico sobre las obligaciones del Estado en cuanto a
respetar y garantizar los derechos humanos, en especial: el derecho a la
seguridad, a la salud, a la educación, al trabajo, a la vivienda, ya un medio
ambiente sano.
El diseño de investigación fue uno no experimental transversal, con enfoque
cuantitativo. En específico, se desarrolló un cuestionario autoadministrado por
las investigadoras. La muestra encuestada fue no probabilística, por
disposición y de carácter voluntario de personas residentes en Puerto Rico
mayores de 21 años. Se cumplió con las condiciones éticas requeridas por el
Código de Ética del CPTSPR, así como con estipulaciones nacionales y
federales que requieren la discusión de la hoja del consentimiento informado,
la protección de confidencialidad, el respeto a la voluntariedad en la
participación, y la disminución de riesgo en la recogida de datos.
Hallazgos
En esta investigación participaron de forma voluntaria 291 personas de varios
pueblos de la Isla. La mayor participación se conglomeró en el área
metropolitana, entre: Bayamón, Río Piedras, Trujillo Alto y San Juan, con 90
personas, para un 30
de la muestra. El grupo mayor de edades
representadas por el perfil de la muestra, fue entre 21 a 35 años con un 40 de
la muestra, las otras personas se distribuyeron desde 36 a 81 años. Sobre el
perfil de género de esta muestra, se refleja un rostro mayormente femenino
con un 68 . En cuanto a la orientación sexual, un 88
se describen
heterosexuales y solo 10 participantes se reconocen gay, lesbiana o bisexual.
Conocimiento de los derechos, percepción de Estado como protección
Esta muestra indica tener conocimiento de que toda persona posee derechos
humanos en un 86 , pero solo el 50 reconoce que el Estado es responsable de
velar por los derechos; cónsono con esto, la mayoría señala que es la persona
la que debe ser responsable de defender sus derechos (80 ). Con relación al
reconocimiento de los derechos de otras personas las respuestas apuntan a
interpretar que los derechos propios no van sobre los de otros (67 ).
Sobre los derechos civiles, la mitad de las personas mostraron conocimiento de
que estos son derechos humanos (50 ), pero el resto de los participantes
contestó estar indecisos (15 ) o en desacuerdo (18 ). En la defensa de los
derechos civiles responsabilizan mayormente al Estado (79 ) Y un 63 está en
desacuerdo y parcialmente en desacuerdo que estos derechos no poseen
mayor valor que los derechos humanos.
Cuando se exploró sobre la opinión con relación a que diversas poblaciones
tuvieran los mismos derechos humanos, esta muestra consideró casi en su
totalidad, que las personas pobres tienen los mismos derechos humanos que
la población con mejores condiciones económicas (85 ). Sobre si el gobierno
puede cambiar los derechos humanos de las personas, 76 estuvieron en total
y parcial desacuerdo,
Se exploró sobre el conocimiento de los derechos sociales en esta muestra,
encontrando que más de la mitad los reconocen como derechos humanos (66),
pero todavía unas 49 personas estaban indecisas al respecto y un 15 se
expresó en desacuerdo con el reactivo. De igual forma cuando se preguntó si
los derechos sociales y los civiles eran lo mismo, las personas indecisas
aumentaron a 34, mientras que un 32 estuvo en desacuerdo y un 29 de
acuerdo.
Sobre los derechos humanos, civiles y sociales se preguntó si el gobierno
cumplía con su protección, a lo que un 46 respondió estar de acuerdo y un 40
en desacuerdo, las respuestas se distribuyeron en mitades. Sobre el
conocimiento de la existencia de acuerdos internacionales que obligan a los
Estados a proteger los derechos consignados, un 81
respondió estar de
acuerdo. Al aplicarse esa pregunta al caso de Puerto Rico, un 79 estuvo de
acuerdo en que tales acuerdos también obligan al gobierno local.
La muestra estuvo de acuerdo en un 76 con la afirmación de que todos los
derechos humanos son importantes y no se puede considerar un derecho con
mayor valor que otro. Se preguntó en específico si la salud física y mental, el
trabajo, el
ambiente sano, la vivienda, la educación, la seguridad y la buena calidad de
vida son derechos humanos, encontrando una tendencia a estar de acuerdo.
Discusión y Reflexiones
Los resultados de esta investigación develan que existe un conocimiento
parcial sobre los derechos humanos en Puerto Rico. Por un lado, las personas
participantes pueden reconocer la existencia de los derechos humanos, pero
desconocer, por ejemplo, el estatus jurídico de los derechos sociales y las
implicaciones de ese estatus en la definición de funciones y obligaciones del
Estado. A pesar de reconocer la existencia de los derechos, los datos
sugieren insatisfacción de la población encuestada, en cuanto al disfrute de
los derechos en la dimensión vivencial y práctica, así como a la función de
protección del Estado de nuestros derechos. Específicamente con relación a
los derechos sociales, la investigación priorizó en medir la percepción y
conocimiento sobre éstos, por ser derechos poco discutidos y visibilizados. La
investigación develó que existe poco conocimiento sobre los derechos sociales,
reconocidos como derechos humanos, pero a su vez refleja que en Puerto Rico
existe poco acceso y disfrute de esos derechos en general. Algunas de las
personas pueden identificar los DESe como derechos humanos, pero en
general, presentaron dificultad cuando se preguntó en particular si el trabajo,
el ambiente sano y la salud física y mental eran derechos humanos. Se puede
concluir de estos hallazgos, que el tema de los derechos sociales requiere
mayor divulgación y análisis para que las personas puedan reconocerlos y
asumirlos como derechos fundamentales.
Promover que los derechos sociales en el país sean disfrutados plenamente
como derechos humanos fundamentales para garantizar y sostener la vida
individual y colectiva, requiere iniciar procesos de divulgación y educación
nacional sobre el contenido de estos derechos, su situación jurídica en el país
y las obligaciones indelegables que tiene el gobierno para garantizarlos. Aún
en tiempos de significativas crisis económicas, el gobierno de Puerto Rico
debe tener la apertura de evaluar cuál ha sido su posición histórica hacia los
derechos sociales e identificar los factores que mantienen a la población
insatisfecha e imposibilitada de disfrutar los derechos. Urge construir
alternativas en conjunto, que permitan el uso responsable de los recursos
económicos y humanos del país, sin sacrificar el respeto y garantía de los
derechos sociales a la población en general. Esto requiere de voluntad política
compartida entre la institución del Estado y la sociedad en Puerto Rico.
En esta propuesta de divulgación y educación, el CPTSPR podría tener un rol y
función importante, ya sea formando a sus colegiadas y colegiados en asuntos
de derechos sociales a través de su Instituto de Educación Continuada, así
como promoviendo que sus Comisiones y Capítulos integren la perspectiva de
derechos en su accionar profesional y organizacional. Debido a que los
hallazgos de la investigación develaron según las personas encuestadas, que
el Estado incumple con la protección y viabilidad del acceso a los derechos
sociales, yesos derechos están estrechamente vinculados con el quehacer del
Trabajo Social diariamente, el CPTSPR debe mantenerse vigilante ante todo
tipo de política, acción u omisión gubernamental, que implique violación al
disfrute de los derechos sociales; así como participar activamente en el diseño
e implantación de políticas o proyectos que procuren operacional izar estos
derechos.
Este estudio invita a sumar la mirada cualitativa sobre el tema, por lo que se
recomienda
continuar
trabajando
sobre
los
datos
e
iniciar
nuevas
investigaciones. El uso de estos hallazgos puede aportar al trabajo del
CPTSPR en la planificación de futuras acciones y nuevas investigaciones con
la colaboración de organizaciones interesadas en el tema de los derechos
humanos, en especial los derechos sociales. Considerando el proyecto
profesional asumido por el Colegio y su vínculo con la defensa de los
derechos, esta investigación puede ser utilizada como referencia por la
Comisión Permanente del Proyecto Profesional, para enmarcar parte de su
trabajo presente y futuro.
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TRABAJO SOCIAL DE AL TERIDAD
Bonnie Xyomara Velásquez Rodríguez
Humberney Ramírez Pineda ∗
Resumen
En el Trabajo Social es un reto pensar la intervención profesional
trascendiendo la dimensión ética del ego para darle paso a la discusión del
alter-ego. Siendo así como se configura el profesional en trabajo social como
un ser racional, libre, justo y responsable, con una perspectiva ética que busca
el mejor modo posible de su quehacer a través de una actitud
permanentemente comprensiva y crítica frente a la realidad social y a la
cuestión social. Este ejercicio permite describir las características del Trabajo
Social con perspectiva de alteridad como fundamento de una propuesta ética,
metodológica y técnica en la intervención profesional, desde una perspectiva
hermenéutica, crítica y transdisciplinar con enfoque levinasiano. Esto permite
realizar un recorrido por la trascendencia del campo de la ética en la profesión,
seguido por el desarrollo de la ética como alteridad, haciéndose vital la
definición del Otro como eje articulador de una propuesta sustentada en los
valores del Trabajo Social y la definición de la intervención profesional desde la
alteridad.
Palabras Claves: Alteridad – Intervención profesional – Levinas – Otro –
Hospitalidad
Universidades: Fundación Universitaria Juan de Castellanos – Fundación Universitaria San Alfonso
Correos electrónicos: [email protected] - [email protected]
∗
Desarrollo del documento:
1. IMPORTANCIA DE LA ÉTICA EN EL TRABAJO SOCIAL
El hablar de ética nos remite a un contexto polisémico, donde el mundo de lo
social se presenta de manera compleja y al articularse con la cultura, y por
ende con aquel conjunto de principios, normas, valores, denominado moral
(Cortina y Navarro, 1996, p.22), nos exige la toma de decisiones que afectan la
vida del Otro.
El quehacer profesional al convertirse en una práctica sistemática y
metodológica, tiende a relegar la pregunta por la ética,
... llamamos Ética a esa disciplina filosófica que constituye una
reflexión de segundo orden sobre los problemas morales. La
pregunta básica de la moral sería entonces ¿qué debemos hacer?,
mientras que la cuestión central de la Ética sería más bien ¿por qué
debemos?, es decir, ¿qué argumentos avalan y sostienen el código
moral que estamos aceptando como guía de conducta? (Cortina y
Navarro, 1996, p.22).
Estas preguntas, deberían subyacer al quehacer del Trabajo Social,
permitiendo una constante reflexión sobre la acción, que es a su vez la
dimensión de la intencionalidad, los alcances, las consecuencias, los juegos de
intereses y por qué no formularlo, como la búsqueda constante del sentido de
la acción. Los fundamentos deontológicos y éticos de la profesión se han
acompañado por un conjunto de principios y valores que han guiado cada una
de sus etapas, planteando constante un profundo compromiso por el
mejoramiento de las condiciones de vida y el respeto hacia los otros.
Cristina De Robertis al retomar los principios de la profesión elaborados por la
Federación Internacional de Asistentes Sociales y Trabajadores Sociales
(FIAS-FITS) en 1999 (De Robertis, 2003, p.180) ve que éstos guardan estrecha
relación con la ética de la convicción y la responsabilidad, dado que conjugan
las exigencias dadas por la moral, el seguimiento de los principios y el acto de
racionalidad de cada una de las consecuencias y posibilidades del actuar, sin
dejar atrás la reflexión en torno a las medios y fines. Sin embargo, este tipo de
reflexiones deben ir mucho más allá. En el terreno de los deberes, se mira la
asociación de la deontología del Trabajo Social y la articulación con los hechos
cotidianos vistos desde la multiplicidad de factores que confluyen. Esta
exigencia está dada por la dinamicidad de los hechos sociales, las
problemáticas emergentes y por consiguiente la complejidad del mundo de la
vida.
Podríamos decir que aquello que ha de preexistir se ha de apoyar en el valor
del otro, asumiendo el reconocimiento de las fronteras dadas por la
institucionalidad, la primacía y consonancia con la realidad y la libertad de la
persona, acto que ha de legitimar “la renovación del Trabajo Social pasando
por un ideal de promoción de las personas, un proyecto emancipador y
productor de cambios sociales” (De Robertis, 2003, p.182).
2. LA ÉTICA COMO ALTERIDAD
Existen muchas perspectivas de ética de acuerdo a los enfoques filosóficos que
sustenten la reflexión sobre lo moral. Existen éticas que son eudemonistas,
otras ontológicas, algunas utilitaristas, otras hedonistas y para nuestro caso
particular, algunas que apuntan al reconocimiento del otro como principio
fundamental del quehacer humano. La FIAS-FITS plantea dentro de sus
principios deontológicos una ética de convicción y responsabilidad planteada
por Max Weber como principio de acción ética del (la) trabajador (a) social que
piensa su práctica desde la perspectiva del otro que exige un cambio profundo
de su ser y así mismo de su práctica por medio de la responsabilidad que tiene
en la acción social.
Las éticas de alteridad han sido muy importantes en las últimas éticas debido a
las manifestaciones de barbarie que ha tenido la humanidad en los periodos de
guerra en el siglo XX. En este contexto nace una nueva perspectiva bajo la
propuesta de Emmanuel Levinas, que después de haber sufrido las
inclemencias de la Segunda Guerra Mundial, encuentra en la ética la base que
debe construir la humanidad para vivir en paz; una ética que se basa en
principios de acción y no en principios ontológicos, tal como se había visto
hasta el momento. Esta nueva ética pensará la relación con el Otro a partir de
un Yo que exige apertura, “un cuestionamiento del Mismo –que no puede
hacerse en la espontaneidad del Mismo- se efectúa por el Otro. A este
cuestionamiento de mi espontaneidad por la presencia del Otro, se llama ética”
(Levinas, 1997, p. 67). Pensar el trabajo social desde una perspectiva de
alteridad es transformar la acción que busca los intereses personales por
abrirse al otro en sus necesidades y en su llamado.
Hablar de una ética en términos de alteridad exige para el trabajador social
reflexionar acerca de esos fundamentos que se presentan estáticos y que
ocupan en centro de su acción, fundamentos que se traslucen en una visión
técnica de la profesión. A esta totalidad, como la llamaría Levinas, que indica
una forma de intervención que piensa en términos de formatos y prácticas
establecidas, se antepone otra que va a apuntar hacia el infinito, hacia la
novedad, la transformación, el compromiso, propios de un ámbito de
complejidad que vive el mundo de hoy, complejidad manifestada cada vez con
mayor fuerza en las relaciones humanas y en el lugar que ocupa el otro en la
vida de cada persona. Por eso “el infinito no tiene, pues, gloria si no es por
medio de la subjetividad, por medio de la aventura humana del acercamiento al
otro, por medio de la substitución del otro, por medio de la expiación para el
otro” (Levinas, 1987, p. 225). Es pasar de una ética en términos de imperativos
categóricos, que son vistos como totalidad, a pensar en una ética que, sobre el
quehacer, reconoce al otro en todas sus dimensiones, proyectándose al infinito,
porque siempre hay algo más y nuevo que reflexionar y sobre lo cual puede
transformarse las prácticas profesionales. Es pasar de lo dicho, lo establecido,
al campo de lo que está por decirse, de lo que hay que cambiar y que me pide
contemplar al otro en su rostro, en su manifestación fenomenológica, que llama
ante la presencia del trabajador social para decir “heme aquí”. “Pero el decir es
el hecho de que ante el rostro yo no me quedo ahí a contemplarlo sin más: le
respondo. El decir es una manera de saludar al otro, pero saludar al otro es ya
responder de él” (Levinas, 1991, p. 82-83).
Esta respuesta por el otro se convierte en la dimensión propia de lo que será
hablar de alteridad en trabajo social, que permite reconocer al otro como
alguien distinto que llama constantemente ante la presencia del profesional
para reactivar el compromiso de la profesión y vuelva su mirada a sus
fundamentos. Hablar de trabajo social de alteridad es recuperar un fundamento
de la profesión que nace del llamado del otro ante la indiferencia de una
sociedad y el (la) trabajador(a) social lo acepta gozoso (a) porque encuentra en
esta relación el sentido de su accionar.
Recuperar la dimensión del sujeto que adquiere una doble perspectiva, la del
profesional sujeto y la del sujeto de intervención y, que en ambas, encuentra
superar el individualismo, la felicidad propia por abrirse a lo que el otro mueve
en el yo. “El sujeto es la experiencia del otro como totalmente otro, que se me
impone pasivamente como algo único no deducible de ninguna categoría, que
me hace responder de él sin permitirme que mi arbitrio decida aceptarlo o
rechazarlo, que me hace responsable antes de que pueda responderle”
(Levinas, 1987, p.27). Esta responsabilidad nace de un proceso de elección
que no es personal, sino de un llamado que hace constantemente el otro,
rompiendo la tranquilidad y estabilidad del yo. Es un Otro que irrumpe en la
Mismidad, para exigir un compromiso del cual no puede abstraerse, ni
sustituirlo, porque se convierte en una responsabilidad que hace del obrar del
(la) trabajador(a) social una dimensión esencial que transforma su ser y que se
abre al otro, no como un objeto con el que debe trabajar, sino como un
auténtico otro que pide responsabilidad por encima del accionar, porque se
convierte en presencia, acogida y hospitalidad.
3. ¿QUIÉN ES EL OTRO?
La reflexión por la alteridad nos conduce necesariamente a la pregunta por el
otro, ya no desde una dimensión ontológica que pregunta por la esencia del ser
y del dasein (ser-ahí planteado por Heiddeger) sino desde una reflexión que
personifica al sujeto y lo coloca en un contexto que exige ser interpretado a
partir de sus diferentes manifestaciones fenomenológicas. Esta pregunta por el
otro exige reflexionar en torno a la subjetividad que se siente interpelada por el
otro y comienza a mirarse en términos de acogida y responsabilidad de alguien
que es diferente pero que llama a la puerta e irrumpe la tranquilidad del Mismo.
"La subjetividad es el Otro-en-el-Mismo, según un modo que también difiere de
la presencia de los interlocutores, uno al lado del otro en un diálogo en el que
están en paz y de acuerdo uno con el otro. El Otro en el Mismo de la
subjetividad es la inquietud del Mismo inquietado por el Otro" (Levinas, 1987,
p.72). Ya no es una subjetividad de corte individualista como se ha planteado
desde Descartes que omite la relación del otro, es plantear un concepto de la
subjetividad donde el otro hace presencia en el Mismo y dinamiza la existencia.
No es una subjetividad estática, sino que se construye a medida que siente el
llamado de aquel que es diferente e indefenso. Cuando el otro llama nace de la
epifanía del rostro, que como manifestación fenomenológica, permite
comprender el mundo desde la dimensión de alteridad, convirtiéndose en
responsabilidad que pide y exige como primera manifestación la vida, por
medio del llamado del "no matarás" en la cual la desnudez del otro se muestra
en las condiciones de miseria, de huérfano, del desprotegido, del extranjero,
del desplazado que pide ayuda (Levinas, 1997, p.9) y que frente al llamado y
por la misma epifanía del rostro no queda más salida que responder. En este
cara a cara se da la relación ética que supera cualquier reflexión sobre el ser,
sobre el egoísmo y sobre cualquier subjetividad. Afecta la existencia y la
transforma.
Pero este rostro se tiene que entender como el llamado a ver la desnudez del
otro, a no quedarse en lo superficial de la existencia. Ver el rostro para el (la)
trabajador (a) social exige ser responsable con su profesión y con esa persona,
familia, comunidad, grupo, que ha llegado a su existencia y pide ayuda porque
se siente indefenso. Es la actitud de la persona desnuda que necesita de un
abrigo para calentarse. Frente a la indefensión del otro, el trabajador social
acoge y da seguridad frente a su existencia. Ya no es una intervención de
forma simétrica, que se hace igual para todos. La relación con el otro desde la
desnudez es asimetría, es dinámica y al mismo tiempo compleja. Un mundo
nuevo comienza a invadir y a cambiar la estructura y la función de un (a)
trabajador (a) social que se siente seguro frente a su quehacer profesional.
Llamo rostro a aquello que en otro tiene que ver con el yo –le
concierne- pues recuerda, tras la compostura que ofrece de sí
mismo en su retrato, su abandono, su indefensión y su mortalidad,
así como su apelación a mi antigua responsabilidad, como si fuera
único en el mundo: el amado. Llamada del rostro del prójimo que,
en su urgencia ética, aplaza o desplaza las obligaciones que el «yo
interpelado» se debe a sí mismo y en la cual la inquietud por la
muerte de otro puede importar al yo más que su propia muerte.
(Levinas, 1993, p. 275)
Cuando el otro llama y llega a la puerta del (la) trabajador (a) social,
mostrándose como rostro, pide la atención inmediata, se siente comprometido
y responsable con su existencia y pide una acción que desplaza las
obligaciones de tipo asistencialistas y técnicas, por unas que llenan de sentido
la humanidad y la intervención profesional. El (la) trabajador (a) social vuelve a
su ser, a su fundamento, a sus orígenes. Su estrategia es la caricia, que
interpela, que investiga y descubre las realidades no vistas por el ocultamiento
de la existencia. La caricia permite indagar lo más profundo, es delicadeza,
ternura y afecto, es humanidad en medio de un trabajo que cada vez es más
inhumano. La caricia no apresa nada, no limita sus posibilidades, solicita lo
oculto, busca y registra, es una marcha hacia lo invisible (Levinas, 1997, 267268).
El otro para el (la) trabajador (a) social es aquel que llama a la puerta, desnuda
su existencia por medio de su rostro, lo hace responsable, transforma su
subjetividad y ve la humanidad del que se siente desprotegido, desvalido y
huérfano.
4. VALORES DEL TRABAJO SOCIAL DESDE UNA PERSPECTIVA DE
ALTERIDAD
Esta reflexión por el otro lleva a la fundamentación de unos nuevos valores
para la profesión, que desde esta perspectiva, deben convertirse en los
principios y pilares de su ser y quehacer. Los principios deontológicos del
Trabajo Social pensados desde una perspectiva de alteridad van a encontrar
en la acogida, responsabilidad, hospitalidad, libertad y justicia, los aspectos
básicos para cumplir su misión profesional. No se trata de hacer una escala
con estos valores, todos tienen igual participación y cumplen una función
fundamental para el trabajo social, sin embargo, el orden de estos valores
muestra una estrategia de intervención desde una perspectiva de alteridad.
El primer valor es la acogida, que nace a partir de la epifanía del rostro, desde
su desnudez y el llamado que hace frente a la indefensión que encuentra. El
cara a cara dice al (la) trabajador (a) social "no matarás" y la respuesta es la
acogida, es el lugar donde "acojo al otro que se me presenta en mi casa al
abrirle mi casa" (Levinas, 1997, p. 189). Abrir la casa es la apertura de la
existencia, de su rol profesional y de su compromiso con la humanidad.
Después que acoger a la persona viene la responsabilidad. El hecho de abrir la
casa es mirar y hacer propia la situación que vive el otro, no es empatía,
porque la empatía es pensar como el otro, pero no es ser el otro, esta es una
dimensión en la cual la responsabilidad no se hace por obligación o por
profesión, sino que se hace por el llamado, por la existencia, "desde el
momento en que el otro me mira, yo soy responsable de él sin ni siquiera tener
que tomar responsabilidades en relación con él… (Digo, ende otro modo que
ser, que) la responsabilidad es inicialmente un para el otro" (Levinas, 1991, 90).
La acogida y la responsabilidad se sintetiza en la actitud de la hospitalidad, en
ella el (la) trabajador (a) social muestra su rasgo más humano, abriendo las
puertas de la existencia. El trabajador social hospitalario siempre está atento a
las necesidades del otro, sufre con el sufrimiento de la otra persona, indaga por
el ser y se compromete en su transformación, llega a la casa y es capaz de
ofrecerle techo, alimento, calor y comodidad, porque es interpelación y
potenciación de su quehacer. Es la capacidad de trascender en su profesión y
en sus prácticas, para darle paso al deseo del Otro, a su llamado y a sus
necesidades que piden ser atendidas. Se es hospitalario no por obligación sino
por vocación.
Esta actitud de acogida lleva inmerso dos valores que fundamentan y hace
posible la hospitalidad, el primero de ellos es la libertad, no se acoge al que no
se quiere, al que se ve como diferente, al que es un otro que no siento su
llamado, que no se deja ver en su rostro. La libertad es propia del (la)
trabajador (a) social que ha dedicado su vida al servicio de los demás, que
asume su rol con profesionalismo, que es capaz de dejar de lado sus intereses,
su egoísmo y sus necesidades por abrirse al llamado que hace una humanidad
cada vez más deshumanizada. "El hombre libre está consagrado al prójimo,
nadie puede salvarse sin los otros" (Levinas, 1993a, p. 130). El (la) trabajador
(a) social desde su elección profesional, lo hace desde la libertad y esa libertad
implica el otro, no puede existir un trabajador social que piense su rol
profesional en términos de esclavitud (a un estado, a unas políticas sociales, a
un sistema económico, a un sistema moral, a unas prácticas culturales), su
esclavitud es con el otro que nace de un llamado y de una opción libre.
Esta libertad implica asumir la justicia como uno de los valores fundamentales
del quehacer profesional. Se busca que la intervención se direccione a la
construcción de una justicia social que supera las dimensiones de la inequidad,
del maltrato, la violencia y la deshumanización, que observe la cuestión social,
la reflexione, la critique y la pueda transformar en dinámicas que apunten a la
dignidad de la persona, el bienestar social y la sociabilidad. La justicia asume
que cada ser es único, que tiene una existencia propia, sus necesidades y
ocuparse de ellas promueve un mundo más equitativo. La justicia desde la
alteridad es personal, se sustenta en el derecho natural, no en el derecho
positivo, busca afirmarse en los derechos humanos, no como declaración, sino
como el rasgo del otro que llama a la existencia y a la humanidad
5. INTERVENCIÓN PROFESIONAL DE ALTERIDAD
Los valores propuestos desde el trabajo social apuntan al ser del (la) trabajador
(a) social, que se convierten en rasgos distintivos de su identidad profesional.
Pero estos valores, fuera de asumirse y de convertirse en principios exigen
hacerlos parte de la práctica profesional. De aquí que sea necesario hablar de
unos principios básicos para la intervención desde una perspectiva de
alteridad. Estos principios se convierten en unos criterios para tenerlos en
cuenta al momento del hacer profesional, superando las dimensiones técnicas
y asistencialistas para enfocarlas a una visión humanista e integradoras,
buscando siempre la dignidad humana, el bienestar personal y social y la
sociabilidad.
El primer aspecto que se debe tener en cuenta es el amor, este principio para
la intervención coloca al otro en una dimensión de sujeto que exige estar atento
a sus necesidades y a su llamado. El amor como principio de intervención pide
abrirse al otro, "amar es temer por otro, socorrer su debilidad" (Levinas, 1997,
p. 266). En la intervención implica mirar que el otro socorre porque tiene una
debilidad, que se hace manifestación a partir del llamado, un rostro que pide
ser sensible frente a la realidad y a las condiciones que tiene cada persona, es
la exposición al otro (Levinas, 1987, p.133) por medio de la apertura y de la
confrontación de sus dinámicas personales, de su manera de vivir y la forma de
afrontar lo social.
Asumir el amor, con la ternura propia que exige el trabajo con lo social y la
sensibilidad del que se siente llamado a ser responsable del otro, implica
también tener la actitud de la escucha. La intervención parte de la posibilidad
de dejar que el otro se manifieste por medio del lenguaje, como prolongación
de su ser, esto facilita el diálogo, que evita dinámicas en la cual el otro es uno
mismo por medio del poder que el discurso trae consigo, sino que desde la
alteridad, el diálogo es la posibilidad que el otro sea. No es lineal, es variable,
está mediado por sentimientos y emociones. El (la) trabajador (a) social está
perdiendo la capacidad de escuchar, de dialogar; los tiempos y las exigencias
del trabajo hacen que se piense en términos de eficiencia y eficacia más que
de las necesidades del otro.
Estas dimensiones que hace parte del ser, como condiciones de intervención,
tienen que llevar a plantear una intervención desde, por y para los derechos
humanos. No como unos principios para ser asumidos de forma normativa e
imperativa, tal como se ha planteado en el derecho positivo, sino asumirlos
desde la propia vivencia, desde la esencia del ser humano, desde el derecho
natural que tiene como fundamento la dignidad humana. Pensar en términos de
humanidad es reconocer la importancia del otro y del contexto que está
viviendo, porque "para la defensa de los derechos humanos, no siempre es
fácil -se trata de un problema práctico pero importante- establecer un orden de
prioridad en estos derechos concretos. Este orden puede variar en función de
las situaciones de hecho de cada país" (Levinas, 1993, p. 244). Por lo tanto, el
(la) trabajador (a) social debe ser capaz de interpretar, analizar y criticar la
sociedad para darle argumentos a su intervención, para descubrir las
dinámicas ocultas que van moldeando el ser humano desde la política y la
economía. El trabajador social debe aprender a hacer una hermenéutica social
que dé sentido a su existencia y a la labor que está cumpliendo con su
profesión.
Estar atento de la realidad y ser capaz de leerla a partir de sus diferentes
dinámicas permite pensar una intervención que lucha y asegura una justicia
social que nace del amor. "El amor debe siempre vigilar a la justicia" (Levinas,
1993, p. 133). Este amor es una manifestación de un mundo más fraterno que
ve en el otro una responsabilidad personal de su quehacer, que implica ver la
justicia de forma restaurativa, no retributiva, que promueve la comunidad y un
entorno de armonía y paz en medio de la guerra y el egoísmo. Hablar de
justicia es superar las dinámicas individualistas del mercado y la política,
buscando una ética de alteridad, donde el otro es importante.
Una intervención que nace del amor, la ternura y la sensibilidad frente al otro,
buscando colocar la dignidad humana en el lugar que le corresponde para
crear un mundo más justo, permite centrar la profesión en su fundamento
esencial, superando las dimensiones técnicas y asistencialistas que ha
buscado el mundo económico y político, y comenzando a trascender al mundo,
dándole un nuevo sentido. Sentido que es manifestación de un (a) trabajador
(a) social que se abre al otro, que tiene rostro, tiene humanidad que invita a
escuchar su miseria, su no posesión, su desplazamiento; que busca
transformar la realidad haciéndola más justa, equitativa, fraterna y libre. Una
intervención que rescata la dignidad humana y busca el bienestar en el
encuentro con el otro al que le respondo "heme aquí".
Bibliografía
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Cortina, A., Orts, A. C., & Navarro, E. M. (1998). Ética (Vol. 4). Ediciones
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De Robertis, C. (2003). Fundamentos del trabajo social: Ética y
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Salamanca: Sígueme.
"O QUE FOI FEITO É PRECISO CONHECER, PARA MELHOR
PROSSEGUIR": a afirmacáo do Projeto Ético-político do Servic;o Social,
o revigoramento das abordagens "Psi" e as novas roupagens do
conservadorismo
SANTOS, Tiago Barbosa
84∗
RESUMO:
Este artigo tem a finalidade de apresentar uma abordagem crítica sobre
o revigoramento das práticas terapéuticas/clínicas (inscritas nos marcos do
pensamento conservador), suas bases sincréticas e a tentativa de reatualizaIas no contexto do Servico Social brasileiro.
Nossa arqurnentacáo perpassa pela crítica ao revigoramento do
conservadorismo, calcado no pensamento pós-moderno, sendo apresentada
com "novas" roupagens a partir das torrnulacóes do "Servi<;o Social Clínico" e
na retomada de práticas terapéuticas no servíco Social Brasileiro, trilhando
caminhos opostos ao projeto ético-político profissional.
Palavras-Chave: Servico
Social;
Ético-Político; neoconservadorismo;
Práticas
Terapéuticas;Projeto
∗
Assistente Social formado pela Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (PUC-SP), Especialista
em Serviço Social pela Universidade de Brasília (UNB/DF - Brasil). Email: [email protected] .
APRESENTAÇAO
Neste trabalho apresentaremos alguns resultados obtidos na monografia
de especialização85, que pretendeu compreender os caminhos e fundamentos
da reatualização das práticas terapêuticas no Serviço Social, como uma das
expressões do pensamento conservador.
Para
tal,
realizaremos
um
breve
confronto
analítico
entre
os
posicionamentos acerca desta temática, analisando alguns documentos
produzidos pela categoria profissional e dialogando com os argumentos que
buscam “justificar” a reatualização das práticas terapêuticas e/ou clínicas no
Serviço Social brasileiro.
2. O SERVIÇO SOCIAL CLÍNICO E AS PRÁTICAS TERAPÊUTICAS: sua
base sincrética, o “caleidoscópio” de formulações e as novas roupagens
do conservadorismo
Iamamoto (2007) considera que nos últimos vinte anos, o Serviço Social
brasileiro vivenciou basicamente duas movimentações opostas, de relevante
envergadura. A primeira refere-se ao “processo de ruptura teórica e política,
com o lastro conservador de suas origens” (idem: 222), inscrevendo a
Renovação do Serviço Social filiado à vertente de Intenção de Ruptura com o
conservadorismo, sinalizando um novo direcionamento social86 para a
profissão.
Na direção oposta, a segunda movimentação se expressa no
“revigoramento de uma reação neoconservadora aberta e/ou disfarçada em
aparências que a dissimulam” (ibidem:222). Nesta mesma linha, julgamos
85
Pesquisa intitulada: PRÁTICAS TERAPÊUTICAS E SERVIÇO SOCIAL: uma abordagem crítica sobre a
(re) atualização do pensamento conservador no Serviço Social Brasileiro. (monografia de especialização),
Universidade de Brasília-UNB. Brasília – DF, 2010.
86
Processo materializado nos instrumentos que norteiam o fazer profissional (Código de Ética – 1993; Lei
de regulamentação da Profissão – 8.662/1993 e Diretrizes Curriculares da ABEPSS-1996), fortalecimento
das entidades e fóruns da categoria e produções teóricas com base no pensamento marxiano e na
tradição marxista.
significativo sinalizar alguns prospectos trabalhados por Netto, ao tratar do
desenvolvimento das vertentes teórico-profissionais:
Registrar-se-á um novo alento de uma vertente de cariz tecnocrático,
herdeira daquela que foi a “perspectiva modernizadora” dos anos
sessenta e setenta [...] mas renovada pela ofensiva neoliberal e
reciclada por outras teorias sistêmico-organizacionais [...] Verificar-seá o desenvolvimento de uma vertente neoconservadora, inspirada
fortemente na epistemologia pós-moderna, afinadas com as
tendências da moda das chamadas ciências sociais e tendo seu
gume crítico apontado para a revisão dos substratos das conquistas
anticonservadoras dos anos oitenta; muito provavelmente, essa
vertente promoverá [...] uma reentronização das práticas tradicionais,
oferecendo-lhes um discurso legitimador de natureza “cultural”
(NETTO, 1996:126-127).
Seguindo
este
raciocínio,
Iamamoto
situa
o
solo
comum
do
“revigoramento conservador”, este apoiado no caldo da produção pós-moderna
e da negação da sociedade de classes:
é a negação do processo histórico enquanto totalidade [...] em favor
dos fragmentos e particularismos na vida em sociedade, que é
destituída das clivagens de classe, fazendo florescer influxos
voluntaristas ou deterministas, condensados nos dilemas
do
fatalismo e do messianismo, ambos cativos de uma prática social
esvaziada de historicidade (IAMAMOTO, 2007:222).
Podemos dizer que a retomada de perspectivas “terapêuticas ou
clínicas” via
representações da categoria, dirigindo-se ao tratamento das
expressões da questão social por meio de abordagens “psi”87, retomam,
supostamente, a herança conservadora e as bases sincréticas na profissão
justamente em um contexto de ofensiva conservadora de matrizes neoliberais e
pós-moderna.
O resgate de perspectivas que “reatualizam o Serviço Social
Tradicional”, influenciada pelo legado norte-americano e do campo “psi”, visam
legitimar a prática profissional no campo clínico, reinterpretando-a para os
tempos atuais (novas roupagens das velhas experiências)88. Assim, Vale
destacar:
87
Para Vasconcelos (2008), o chamado campo “psi” (psicologia, psiquiatria e psicanálise) no
desenvolvimento do Serviço Social brasileiro, embasou-se nas linhas de atuação do Serviço Social
Tradicional com enfoque nas abordagens de caso - marcadas, sobretudo no contexto das instituições
psiquiátricas.
88
Importante situarmos: “O Serviço Social Clínico é terapia, na medida em que procura ajudar às
pessoas que apresentam dificuldades em seus relacionamentos interpessoais. Propõe-se a ajudar o
[...] nos percebemos neste momento histórico relendo e resignificando
o Serviço Social de casos clínicos, no processo de evolução para o
Serviço Social clínico (FREITAS, 2001).
[...] Percebemos com satisfação, que são inúmeros, embora se
mostrem poucos, os Assistentes Sociais que buscam formação na
área psi [...] como um caminho de exercício profissional [...] No
entanto, nos deparamos com a falta de reconhecimento dessa prática
legítima do Assistente Social, embora a literatura a comprove desde
Mary Richmond com o Serviço Social de Casos (BARBOSA, 2001).
Sobre a gênese da profissão, Montaño aponta duas perspectivas que se
constituem em teses antagônicas, a saber: a perspectiva endogenista que
“sustenta
a
origem
do
Serviço
Social
na
evolução,
organização
e
profissionalização das formas ‘anteriores’ de ajuda, da caridade e da filantropia”
(2009:19-20); e a perspectiva Histórico-Crítica, que compreende o surgimento
do Serviço Social como,
síntese dos projetos político-econômicos que operam no
desenvolvimento
histórico,
onde
se
produz
material
e
ideologicamente a fração da classe hegemônica, quando [...] o
Estado toma para si as respostas à “questão social” (MONTAÑO,
2009:30).
Importante situarmos que a crítica ao Serviço Social Tradicional89 tem
suas bases calcadas no Movimento de Reconceituação90, sendo que este
movimento político e social, favorecedor de rupturas, coexistiu com reações
conservadoras
advindas
dos
regimes
militar-ditatoriais
e
repressivos
instaurados nos países latino-americanos.
cliente “a discernir a realidade do mundo exterior, quer ele a aceite ou não” (HAMILTON apud
VASCONCELOS, 2008:53); “O Serviço Social de Casos [focaliza - JFV] a relação íntima entre a
adaptação do indivíduo e o melhoramento das condições sociais [...] refere-se ao [...] processo pelo qual
se desenvolve a personalidade, através de ajustamentos realizados conscientemente entre os indivíduos
e o seu meio. O Serviço Social de Casos pode definir-se como a arte de ajudar as pessoas a ajudaremse a si mesmas, cooperando com elas a fim de beneficiá-las e, ao mesmo tempo, à sociedade em geral”
(idem); “O Serviço Social Psiquiátrico é o Serviço Social de Casos (casework), baseado na
compreensão psicológica do comportamento humano, praticado por Assistentes Sociais de casos que
tiveram uma formação especial para lidarem com crianças e adultos que sofrem de doenças mentais,
problemas de comportamento ou personalidade” (NOEL HUNNYBUN apud VASCONCELOS, 2008:53).
89
Nas palavras de Netto, podemos considerar o Serviço Social Tradicional como: “[...] a prática empirista,
reiterativa, paliativa, burocratizada, orientada por uma ética liberal-burguesa, que, de um ponto de vista
claramente funcionalista, visava enfrentar as incidências psicossociais da “questão social” sobre
indivíduos e grupos, sempre pressuposta a ordenação capitalista da vida social como um dado factual
ineliminável” (NETTO, 2005:06).
90
Trata-se de um movimento que ganha visibilidade no continente Latino-Americano a partir de 1965
(NETTO, 2005), avançando com significativo crescimento durante uma década. Tem co
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Memorias del Encuentro - Colegio de Trabajadores Sociales de Chile