NIVEL III AIDIS Comparación de Mecanismos de Reparación Microbiana con Lámparas UV de Baja y Mediana Presión Por Jon McClean Introducción Es de común conocimiento que las bacterias y otros microorganismos pueden reparar su ADN tras haber sido dañados por la radiación ultravioleta (UV). Conocida como “reactivación”, algunos microorganismos necesitan luz visible para emprender la reparación (“fotorreactivación”), mientras que otros pueden reparar su ADN sin luz (“reparación a oscuras”). Esta capacidad de autorreparación plantea problemas evidentes cuando se utiliza la tecnología de desinfección UV para tratar agua potable, agua de piscinas u otros líquidos que entran en contacto con seres humanos. Existen dos clases principales de tecnología de desinfección UV: de baja presión y de mediana presión. Las lámparas UV de baja presión contienen gas de mercurio a una presión Fotoreactivación enzimática baja (<10 torr) que, cuando es estimulado por una carga eléctrica, emite luz UV a 254 nm. Las lámparas de mediana presión contienen gas de mercurio a presiones mucho más elevadas (~1000 torr). Estas lámparas producen UV de mayor intensidad y en una gama de longitudes de onda más amplia que las lámparas de baja presión. Investigaciones recientes que compararon la fotorreactivación de ADN microbiano tras la exposición al UV de lámparas de baja y mediana presión demostraron que el ADN del E. coli se reparaba tras la radiación de baja presión, pero no después de la exposición al UV de mediana presión. Estos resultados son muy importantes y podrían tener una gran influencia en las decisiones que deben tomar los especificadores al elegir equipos UV. Según Von Sonntag (1986), el ADN tiene su máxima absorción a 200 nm y 265 nm. La máxima absorción no se produce a 254 nm, la longitud de onda producida por lámparas de baja presión. A 200 nm, la mayor parte de la absorción se lleva a cabo en la “columna vertebral” del ADN, en las moléculas de ribosa y fosfato. A 265 nm, la absorción de UV se produce, principalmente, en las bases de nucleótidos: adenina, guanina, citosina y timina (y uracilo en el caso del ARN). Los productos más comunes que resultan del daño causado por la radiación UV son los dímeros de timina, que se forman cuando dos moléculas de timinas adyacentes se fusionan. La formación de estos dímeros y otros fotoproductos evita que el ADN pueda replicarse y mata la célula de manera efectiva. Además del ADN y el ARN, el UV también origina reacciones fotoquímicas en proteínas, enzimas y otras moléculas dentro de la célula. La absorción en las proteínas llega a un máximo de 280 nm y se produce cierta absorción en el enlace peptídico (-CONH-) dentro de las proteínas en longitudes de onda por debajo de los 240 nm. Otras moléculas biológicas con enlaces no saturados también pueden sufrir cierta destrucción por UV—entre los ejemplos se encuentran las coenzimas, las hormonas y los transportadores de electrones. La capacidad que posee el UV de afectar todas las moléculas excepto las de ADN y ARN es particularmente interesante en el caso de microorganismos más grandes, como hongos, protozoarios y algas. En estos microorganismos, aunque el UV sea incapaz de llegar a penetrar el ADN, aun puede producir un efecto letal dañando otras moléculas. Efectos de la luz UV en el ADN y otras biomoléculas Recuperación del daño UV La sección de UV del espectro electromagnético está dividida en tres gamas de longitud de onda principales que producen distintos efectos en el ADN, el ARN y otras moléculas, como enzimas, dentro de la célula. Los espectros principales de UV que tienen un efecto perjudicial son los UV-C (200-280 nm), UV-B (280-315 nm) y UV-A (315-400 nm). Las lámparas UV de baja presión tienen una salida máxima de 254 nm, mientras que las lámparas de presión mediana cuentan con una salida más amplia, de entre 185 y 400 nm, aproximadamente. La necesidad de recuperarse de un daño UV, o bien de repararlo, es común en casi todos los microorganismos de la naturaleza que se exponen a la luz UV con regularidad. Conocido como reactivación, el proceso puede desarrollarse tanto a la luz como en la oscuridad y se lo denomina fotorreactivación y reparación a oscuras, respectivamente. La capacidad de reactivación depende, en gran medida, del tipo de daño UV provocado y del nivel de organización biológica del microorganismo. El mecanismo de reparación no es universal y no existen características 12 A G U A L A T I N O A M É R I C A volumen 6, número 4 bien definidas que determinen qué especies pueden repararse a sí mismas y cuáles no. Las partes de las células más vulnerables al daño UV son el ADN y el ARN. Esto se debe, en parte, a su función exclusiva como depositarios del código genético de la célula y, también, a la alta complejidad de su estructura y gran tamaño. Por lo tanto, no es sorprendente que todos los mecanismos de reparación molecular conocidos hayan evolucionado para actuar sobre ácidos nucleicos macromoleculares, en particular, el ADN. En la fotorreactivación, la reparación se lleva a cabo por una enzima denominada fotoliasa, que revierte el daño provocado por el UV, mientras que en el caso de la reparación a oscuras, se produce mediante una compleja combinación de más de una docena de enzimas. Para comenzar la reactivación (tanto a la luz como a oscuras), estas enzimas primero deben ser activadas por una fuente de energía—en la fotorreactivación esta energía es suministrada por luz visible (300-500 nm) y en la reparación a oscuras, proviene de nutrientes dentro de la célula. En ambos casos, la reactivación se logra mediante enzimas que reparan el ADN dañado y que permiten que el proceso de replicación Canal cerrado vuelva a comenzar. Las cepas más comunes del E. coli contienen alrededor de 20 enzimas de fotoliasa, capaces de reparar hasta cinco dímeros de timina por minuto cada una—esto significa que, en una sola célula, pueden reparase hasta 100 dímeros por minuto. 1mJ/cm2 de UV produce, aproximadamente, 3,000-4,000 dímeros (Oguma, 2002), por lo tanto, en teoría, el daño provocado por 1mJ/cm2 de UV puede repararse en sólo 30 minutos. localmente en línea Reparación tras la exposición a lámparas UV de baja y mediana presión estas longitudes de onda se producen en abundancia por lámparas UV de mediana presión. Zimmer (2002) y Oguma (2001) compararon los efectos del UV de baja y mediana presión en la capacidad que tienen los microorganismos de reparar su ADN. En las pruebas, compararon la capacidad del E. coli de recuperarse en la luz de fotorreactivación tras ser expuestos a distintos grados de UV de baja y mediana presión. Se utilizó E.coli en el estudio ya que es un útil “indicador biológico” de la eficacia de desinfección en los sistemas de agua. Los resultados de ambos estudios demostraron una diferencia significativa en la fotorreactivación tras una radiación de baja y mediana presión. Si bien se observaron altos niveles de fotorreparación tras una irradiación de baja presión, con una reparación máxima producida después de 2-3 horas, prácticamente no hubo fotorreparación tras el tratamiento de mediana presión. Este fue el caso, en particular, en reducciones de concentraciones más elevadas (concentración 3 y mayores). (Consulte Tabla 1). Zimmer y sus colaboradores propusieron varias razones por las cuales el UV de mediana presión ocasiona daños irreparables, mientras que el UV de baja presión no lo hace. Una hipótesis es que existe un efecto sinérgico entre las numerosas longitudes de onda emitidas por lámparas de mediana presión que ocasiona daños irreparables al ADN. Otra explicación posible es que las mismas enzimas de reparación se dañan. Harm (1980), por ejemplo, ha demostrado que la absorción de las proteínas en las regiones de UV-B y UV-C equivale a la absorción de ADN a 265 nm. Según Zimmer, si bien se considera que la absorción de UV de proteínas es de poca importancia para las células, cualquier daño para reparar enzimas será crítico debido al hecho de que hay demasiado pocas presentes en la célula. Todos estos estudios concluyeron que la radiación UV de mediana presión policromática es más efectiva que el UV de baja presión monocromática al causar daños permanentes e irreversibles en el ADN del E. coli. Las lámparas UV de baja presión, por lo general se utilizan en plantas de tratamiento de agua debido a que su salida de UV a 254 nm coincide con la absorción máxima de las bases de ADN a 265 nm. No obstante, varios estudios han demostrado que el ADN microbiano es capaz de realizar fotorreactivación tras haber sido expuesto a UV de baja presión (Sommer et al, 2000; Hu et al, 2005). Debido a estos hallazgos, y al incremento en el uso de lámparas UV de mediana presión en Tabla 1. Reparación logarítmica efectiva promedio de E. coli bajo condiciones de incubación por luz el tratamiento del agua y de vertidos, recientes Log UFC/ml Tiempo para Reparación investigaciones comenzaron a analizar si el UV (promedio ± SD) después de: logarítmica Dosis de UV reparación de mediana presión puede inactivar el ADN de por peso Tipo de máxima efectiva Exposición a microorganismos de manera permanente. Se ha 2 a UV luz reactivante (mJ/cm ) Lámpara UV (min) promedio indicado que las longitudes de onda más amplias 5 Presión baja 120 6.1 ± 0.12 6.8 ± 0.18 0.7 emitidas por lámparas de mediana presión no 5 Presión mediana 120 3.8 ± 0.90 3.9 ± 0.71 0.1 sólo son perjudiciales para el ADN sino que 8 Presión baja 180 3.6 ± 0.38 6.2 ± 0.03 2.6 también causan daños en otras moléculas, 8 Presión mediana 180 3.4 ± 0.32 3.5 ± 0.44 0.1 haciendo cada vez más difícil que las células puedan reparar su ADN. Se sabe que el UV-A 10 Presión baja 180 3.0 ± 0.24 5.7 ± 0.25 2.8 afecta las membranas y sus funciones, mientras 10 Presión mediana 180 3.1 ± 0.17 3.1 ± 0.18 0.0 que se ha demostrado que el UV-B y UV-C son a Calculada como log UFC por mililitro después de su exposición a la luz – log CFU por mililitro después de UV. (Cifras obtenidas de Zimmer et al (2002). absorbidos por proteínas (Jagger, 1985). Todas volumen 6, número 4 A G U A L A T I N O A M É R I C A 13 Consecuencias de los hallazgos 4. Jagger, J. (1985). Solar-induced actions on living cells, pp. 10-74. Praeger Publishers, New Las implicancias de estos hallazgos son York, NY. extensas. En cualquier industria donde se 5. Kalisvaart, B. F. (2001). Photobiological effects utiliza UV para desinfectar agua o vertidos, of polychromatic medium pressure UV lamps. el operador debe asegurarse de que el Water, Science & Technology, 43, 191-197. tratamiento sea permanente. En especial, en 6. Linden, K. G. (2001). Comparative effects of el caso de los líquidos tratados que luego UV wavelengths for the inactivation of se expondrán a la luz. Zimmer sugirió que Cryptosporidium parvum oocysts in water. el UV de mediana presión podría, por lo Water, Science & Technology, Vol. 34, No. 12, 171-174, IWA Publishing. tanto, proporcionar una mejor protección Limpiador contra la fotorreactivación si el tratamiento 7. Oguma, K., Katayama, H. & Ohgaki, S. (2001). de cámara ultravioleta Determination of pyrimidine dimers in the UV se produce antes de cualquier unidad genomic DNA of Escherichia coli during photoreactivation following inactivation de proceso en la que el agua se exponga a la luz, incluso durante un by medium-pressure UV lamp. Department of Urban Engineering, University corto período (30-180 minutos). Según el estudio, “El uso de UV de of Tokyo. baja presión en este tipo de situaciones debería evitarse, ya que la 8. Oguma, K., Katayama, H. & Ohgaki, S. (2002). Effects of wavelengths of reparación se produce rápidamente tras la exposición a la luz”. inactivating UV light on photoreactivation of Escherichia coli. Department of Las aplicaciones afectadas por estos hallazgos incluyen todas en Urban Engineering, University of Tokyo. las que el agua o vertidos tratados se expongan posteriormente a la 9. Oguma, K., Katayama, H. & Ohgaki, S. (2002). Photoreactivation of luz. Entre los ejemplos podemos mencionar aguas residuales, el agua Escherichia coli after low- or medium-pressure UV disinfection determined by an endonuclease sensitive site assay. Applied & Environmental Microbiology, embotellada, la industria pesquera y las piscinas. También deben Vol. 68, No. 12, 6029-6035. destacarse, debido a su posibilidad de realizar reparación a oscuras, el 10. Sommer, R., Lhotsky, T., Haider, T. & Cabaj, A. (2000). UV inactivation, agua potable y las aplicaciones hidráulicas del proceso. liquid-holding recovery, and photoreactivation of Escherichia coli O157 and Zimmer y sus colaboradores recomendaron que se realizara una other pathogenic Escherichia coli strains in water. Journal of Food Protection, mayor investigación con mediana presión a fin de determinar 63, 1015-1020. precisamente qué longitudes de onda ocasionan el daño adicional y 11. Von Sonntag (1986). Disinfection of free radicals and UV-radiation. dónde se produce el daño. También recomiendan mayor investigación International Workshop on Water Disinfection, Compagnie Générale des Eaux, respecto de las plantas de tratamiento de aguas residuales. Mulhouse. Conclusión Muchos microorganismos pueden reparar el ADN dañado por UV con enzimas tanto en condiciones de luz como de oscuridad. La investigación que compara la fotorreactivación del ADN del E. coli tras una exposición a UV de baja y mediana presión ha demostrado que el ADN sufrió una fotorreparación de gran alcance tras una exposición a UV de baja presión, pero casi ninguno tras una exposición a UV de mediana presión. Aún no está claro qué longitudes de onda o combinación de longitudes de onda ocasionan esta desactivación permanente del ADN. No obstante, tal como sugieren Zimmer y sus colaboradores, lo que produce este efecto deseado es el mismo hecho de que las lámparas de mediana presión producen una amplia salida a través del espectro de luz UV. Los resultados iniciales de estos estudios indican que el UV de mediana presión ofrece una mejor protección contra la fotorreactivación que el UV de baja presión. Si existe alguna posibilidad de que el agua o vertidos tratados con UV sean expuestos a la luz—incluso por un corto período de media hora - es aconsejable que los operadores utilicen sistemas de lámparas UV de mediana presión en lugar de los de baja presión. Referencias 1. Harm, W. (1980). Biological effects of ultraviolet radiation, pp. 23-39. Cambridge University Press, New York, NY. 2. Hoyer, O. (1988). Testing performance and monitoring of UV systems for drinking water disinfection. Water Supply, 16 (1-2), 424-429. 3. Hu, J.Y., Chu, S.N., Ouek, P.H., Feng, Y.Y. & Tan, X.L. (2005). Repair and regrowth of Escherichia coli after low- and medium-pressure ultraviolet disinfection. Water Science and Technology: Water Supply, Vol. 5, No. 5, 101108, IWA Publishing. 14 A G U A 12. Waites (1988). The destruction of spores of Bacillus subtillis by the combined effects of hydrogen peroxide and ultraviolet light. Applied Microbiology, 7, 139-140. 13. Zimmer, J. L. & Slawson, R. M. (2002). Potential repair of Escherichia coli DNA following exposure to UV radiation from both medium- and low-pressure UV sources used in drinking water treatment. Applied & Environmental Microbiology, Vol. 68, No. 7, 3293-3299. Acerca del autor Jon McClean funge como Presidente de Aquionics, Inc. en los EE.UU. y además es Director Administrativo de División de las Compañías Halma UV, las cuales incluyen Berson UV-techniek en Holanda y Hanovia Limited en Gran Bretaña. Fue nombrado Presidente de Aquionics en 2005, y antes de ello fue Director Administrativo de Hanovia. Durante sus seis años con Hanovia, desarrolló nuevos mercados para la tecnología de desinfección UV y decloración de esta compañía en los sectores de agua de piscina y agua potable. Asimismo, el Sr. McClean ganó el Premio Queen’s (de la Reina) para Empresas, el premio más prestigioso de Gran Bretaña para el desempeño de los negocios. El Sr. McClean tiene 20 años de experiencia en la industria del agua, abarcando desde aplicaciones de reuso de aguas industriales y municipales hasta usos industriales de agua ultra pura. Tiene una licenciatura y maestría en Física de Imperial College en Londres, Gran Bretaña. Información de contacto: Aquionics Inc., 21 Kenton Lands Road, Erlanger, KY 41018 EE.UU. Tel: +1 859 341 0710; Fax: +1 859 341 0350; Correo electrónico: [email protected]; Sitio Web: www. aquionics.com L A T I N O A M É R I C A volumen 6, número 4