Literatura Brasileña
Orígenes
El estudio sobre los orígenes de la literatura brasileña debe hacerse teniendo en
cuenta dos vertientes: la histórica y la estética. El punto de vista histórico está
orientado en el sentido de que la literatura brasileña es una expresión de cultura
generada en el seno de la literatura portuguesa. Como hasta hace muy poco
tiempo eran muy pequeñas las diferencias entre la literatura de los dos países, los
historiadores acabaron por enaltecer el proceso de la formación literaria brasileña,
a partir de una multiplicidad de coincidencias formales y temáticas.
La otra vertiente (la que destaca la estética como punto de partida para el análisis
literario brasileño) realza las divergencias que desde el primer instante se
acumularon en el comportamiento (como nativo y colonizado) del hombre
americano, influyendo en la composición de la obra literaria. En otras palabras,
considerando que la situación del colono tenía que resultar en una nueva
concepción de la vida y de las relaciones humanas, con una visión propia de la
realidad, la corriente estética valora el esfuerzo por el desarrollo de las formas
literarias en Brasil, en busca de una expresión propia, lo más original posible.
En resumen: establecer la autonomía literaria es descubrir los momentos en que
las formas y artificios literarios se prestan a fijar la nueva visión estética de la nueva
realidad. Así, la literatura, en vez de períodos cronólogicos, deberá dividirse, desde
su principio, de acuerdo con los estilos correspondientes a sus diversas fases, del
Quinientismo al Modernismo, hasta la fase de la contemporaneidad.
Dos eras - La literatura brasileña tiene su historia dividida en dos grandes eras,
que acompañan la evolución política y económica del país: la Era Colonial y la Era
Nacional, separadas por un período de transición, que corresponde a la
emancipación política de Brasil. Las eras representan subdivisiones llamadas
escuelas literarias o estilos de época.
La Era Colonial abarca el Quinientismo (de 1500, año del descubrimiento, a 1601),
el Seiscentismo o Barroco (de 1601 a 1768), el Sietecentismo (de 1768 a 1808) y el
período de Transición (de 1808 a 1836). La Era Nacional, a su vez, incluye el
Romanticismo (de 1836 a 1881), el Realismo (de 1881 a 1893), el Simbolismo (de
1893 a 1922) y el Modernismo (de 1922 a 1945). A partir de entonces, lo que está
en estudio es la contemporaneidad de la literatura brasileña.
El Quinientismo
Esta expresión es la denominación genérica de todas las manifestaciones literarias
ocurridas en Brasil durante el siglo XVI, correspondiendo a la introducción de la
cultura europea en tierras brasileñas. No se puede hablar de una literatura "de"
Brasil, como característica del país en ese período, sino de literatura "en" Brasil una literatura vinculada a Brasil, pero que denota las ambiciones y las intenciones
del hombre europeo.
En el Quinientismo, lo que se demostraba era el momento histórico vivido por la
Península Ibérica, que abarcaba una literatura informativa y una literatura de los
jesuitas, como principales manifestaciones literarias en el siglo XVI. Los que
producían literatura en dicho período estaban con los ojos dirigidos hacia las
riquezas materiales (oro, plata, hierro, madera etc.) mientras que la literatura de los
jesuitas se preocupaba con el trabajo de catequesis.
Con excepción de la carta de Pero Vaz de Caminha, considerada el primer
documento de la literatura en Brasil, las principales crónicas de la literatura
informativa datan de la segunda mitad del siglo XVI, un hecho comprensible, ya que
la colonización sólo puede ser contada a partir de 1530. La literatura jesuítica, por
su lado, también caracteriza el final del Quinientismo, pues esos religiosos
solamente pisaron el suelo brasileño en 1549.
La literatura informativa, también llamada de literatura de los viajeros o de los
cronistas, un reflejo de las grandes navegaciones, se empeña en hacer un registro
de la Tierra Nueva, de su flora, fauna, de su gente. Es, por lo tanto, una literatura
meramente descriptiva y, como tal, sin un gran valor literario.
La principal característica de esa manifestación es la exaltación de la tierra,
resultante del asombro del europeo, que venía de un mundo templado y se
encontraba ante el exotismo y la exhuberancia de un mundo tropical. Con relación
al lenguaje, el loor a la tierra aparece en el uso exagerado de adjetivos, casi
siempre utilizados en el superlativo (bello es bellísimo, lindo es lindísimo etc).
El mejor ejemplo de la escuela quinientista brasileña es Pero Vaz de Caminha. Su
"Carta a El Rei Dom Manuel sobre o achamento do Brasil", además de un
inestimable valor histórico, es un trabajo de buen nivel literario. El texto de la carta
muestra claramente el doble objetivo que, según Caminha, impulsaba a los
portugueses hacia las aventuras marítimas, es decir, a la conquista de los bienes
materiales y a la dilatación de la fe cristiana.
Literatura jesuita - Consecuencia de la Contrarreforma, la principal preocupación
de los jesuitas era el trabajo de catequesis, un objetivo que determinó toda su
producción literaria, tanto en la poesía como en el teatro. Aún así, desde el punto
de vista estético, fue la mejor producción literaria del Quinientismo brasileño.
Llamado por los indios de "Gran Piahy" (supremo guía espiritual blanco), Anchieta
llegó a Brasil en 1553 y, en el año siguiente, fundó un colegio en el altiplano
paulista, a partir del cual surgió la ciudad de São Paulo.
Al realizar un agotador trabajo de catequesis, José de Anchieta dejó una fabulosa
herencia literaria: la primera gramática tupí-guaraní, insuperable cartilla para la
enseñanza de la lengua de los nativos; varios poemas en el estilo del verso
medieval; y diversos autos, según el modelo dejado por el poeta portugués Gil
Vicente, que agrega a la moral religiosa católica las costumbres indígenas, siempre
con la preocupación de caracterizar los extremos, como el bien y el mal, el ángel y
el diablo.
El Barroco
El Barroco en Brasil tiene su hito inicial en 1601, con la publicación del poema
épico "Prosopopéia", de Bento Teixeira, que introduce definitivamente el modelo
de la poesía camoniana en nuestra literatura. Se extiende por todo el siglo XVII y
principios del XVIII.
Aunque el Barroco brasileño sea datado de 1768, con la fundación de la Arcadia
Ultramarina y la publicación del libro "Obras", de Claudio Manuel da Costa, el
movimiento de academicismo adquirió fuerza a partir de 1724, con la fundación de
la Academia Brasílica dos Esquecidos (Academia Brasileña de los Olvidados).
Este hecho señala la decadencia de los valores defendidos por el Barroco y la
ascensión del movimiento arcádico. El término barroco denomina genéricamente
todas las manifestaciones artísticas de los años 1600 y principio de los años 1700.
Además de la literatura, él se extiende a la música, pintura, escultura y arquitectura
de la época.
Antes del texto de Bento Teixeira, las señales más evidentes de la influencia de la
poesía barroca en Brasil surgieron a partir de 1580 y empezaron a crecer en los
años siguientes al dominio español en la Península Ibérica, ya que España es la
responsable de la unificación de los reinos de la región, el principal foco irradiador
del nuevo estilo poético.
El cuadro brasileño se completa en el siglo XVII, con la presencia cada vez más
fuerte de los comerciantes, con las transformaciones habidas en el Nordeste, como
consecuencia de las invasiones holandesas y, por último, con el apogeo y la
decadencia de la caña de azúcar.
Una de las principales referencias del barroco brasileño es Gregorio de Matos
Guerra, poeta de Bahía que cultivó con la misma belleza tanto el estilo culterano
como el conceptista (el culteranismo es marcado por el lenguaje rebuscado,
extravagante, mientras el conceptismo se caracteriza por el juego de ideas, de
conceptos. El primero valora el pormenor, mientras que el segundo sigue un
razonamiento lógico, racionalista).
En la poesía lírica y religiosa, Gregorio de Matos deja claro un cierto idealismo
renacentista, puesto al lado del conflicto (como era hábito en esa época) entre el
pecado y el perdón, buscando la pureza de la fe, pero teniendo, al mismo tiempo,
necesidad de vivir la vida mundana. Contradicción que lo ubicaba con perfección en
la escuela barroca de Brasil.
Antônio Vieira - Si por un lado Gregorio de Matos tocó las estructuras morales y la
tolerancia de mucha gente - como del administrador portugués, del propio rey, del
clero y de las costumbres de la propia sociedad de Bahía del siglo XVII - por otro,
nadie ganó tantas críticas e enemistades como el "impío" Padre Antônio Vieira,
detentor de un envidiable volumen de obras literarias, inquietantes para los
modelos de la época.
Políticamente, Vieira tenía contra él a la pequeña burguesía cristiana (por defender
el capitalismo judaico y los cristianos-nuevos); a los pequeños comerciantes (por
defender el monopolio comercial); y a los administradores y colonos (por defender a
los indios). Esas posiciones, principalmente la defensa de los cristianos-nuevos, le
costaron a Vieira una condenación de la Inquisición, por lo que estuvo preso de
1665 a 1667.
La obra del Padre Antonio Vieira se puede dividir en tres tipos de trabajos:
Profecías, Cartas y Sermones.
Las Profecías constan de tres obras: Historia del Futuro, Esperanzas de Portugal y
Clavis Prophetarum. En ellas se notan el sebastianismo y las esperanzas en que
Portugal se volvería el "quinto imperio del Mundo". Según él, ese hecho estaba
escrito en la Biblia. Aquí él demuestra su estilo alegórico de interpretación bíblica
(una característica casi constante de los religiosos brasileños íntimos de la
literatura barroca). Además, claro, de revelar un nacionalismo megalómano y una
servidumbre fuera de lo común.
Lo grueso de la producción literaria del Padre Antonio Vieira está en sus
aproximadamente 500 cartas. Éstas tratan de las relaciones entre Portugal y
Holanda, de la Inquisición y los cristianos nuevos y de la situación de la colonia,
transformándose en importantes documentos históricos.
Lo mejor de su obra, sin embargo, está en los 200 sermones. De estilo barroco
conceptista, totalmente opuesto al Gongorismo, el predicador portugués juega con
las ideas y los conceptos, según las enseñanzas de retórica de los jesuitas. Uno de
sus principales trabajos es el Sermón de la Sexagésima, pronunciado en la
Capilla Real de Lisboa, en 1655. La obra también quedó conocida como "La
palabra de Dios". Polémico, dicho sermón resume el arte de predicar. Con él,
Vieira trató de tocar a sus adversarios católicos, los gongorinos dominicanos,
analizando en el sermón ""Por qué no Fructificaba la Palabra de Dios en la
Tierra", atribuyéndoles la culpa.
El Arcadismo
El Arcadismo en Brasil empieza en 1768, con dos hechos marcados: la fundación
de la Arcadia Ultramarina y la publicación de Obras, de Claudio Manuel da Costa.
La escuela sietecentista, por cierto, se desarrolló hasta 1808, con la llegada de la
Familia Real a Río de Janeiro, que, con sus medidas político-administrativas,
permite la introducción del pensamiento prerromántico en Brasil.
A principios del siglo XVIII empieza la decadencia del pensamiento barroco, para lo
que contribuyeron varios factores, entre ellos, el cansancio del público con la
exageración de la expresión barroca y del llamado arte cortesano, que se desarrolló
desde el Renacimiento y alcanza, a mediados del siglo, una etapa estacionaria (y
hasta decadente), perdiendo terreno para el subjetivismo burgués; el problema de
la ascensión burguesa superó el problema religioso; surgen las primeras arcadias,
que buscan la pureza y la simplicidad de las formas clásicas; los burgueses, como
forma de combate al poder monárquico, empiezan el culto al "buen salvaje", en
oposición al hombre corrompido por la sociedad.
Gusto burgués - Así, la burguesía alcanza una posición de dominio en el campo
económico y pasa a luchar por el poder político, entonces en las manos de la
monarquía. Eso se refleja claramente en el campo social y de las artes: el antiguo
arte ceremonial de las cortes cede su lugar al poder del gusto burgués.
Se puede decir que la falta de substitutos para el Padre Antonio Vieira y Gregorio
de Matos, que murieron en los últimos cinco años del siglo XVII, también fue un
aspecto motivador del surgimiento del Arcadismo en Brasil. De cualquier manera,
sus características en el país siguen la línea europea: el retorno a los modelos
clásicos de la Antigüedad y del Renacimiento; la simplicidad; la poesía bucólica,
pastoral; el fingimiento poético y el uso de pseudónimos. En cuanto al aspecto
formal, la escuela se ve marcada por el soneto, los versos decasílabos, la rima
optativa y la tradición de la poesía épica. El Arcadismo tiene como nombres
principales: Claudio Manuel da Costa, Tomás Antonio Gonzaga, José de Santa Rita
Durão y Basílio da Gama.
El Romanticismo
El Romanticismo empieza en Brasil en 1836, cuando Gonçalves de Magalhães
publica en Francia la "Niterói - Revista Brasiliense", y en el mismo año lanza un
libro de poemas románticos intitulado "Suspiros poéticos e saudades".
En 1822, Don Pedro I consolida un movimiento que ya se sentía, de forma más
inmediata, desde 1808: la independencia de Brasil. A partir de ese momento, el
nuevo país necesita insertarse en el modelo moderno, acompañando a las
naciones independientes de Europa y América. La imagen del portugués
conquistador debería barrerse. Existía la necesidad de autoafirmación de la patria
que se estaba formando. El ciclo de la minería había dado condiciones para que las
familias más acaudaladas mandaran sus hijos a Europa, particularmente a Francia
e Inglaterra, donde buscan soluciones para los problemas brasileños. El Brasil de
entonces no llegaba ni siquiera cerca de la formación social de los países
industrializados de Europa (burguesía/proletariado). La estructura social del pasado
cercano (aristocracia/esclavo) aún prevalecía. En ese Brasil, según el historiador
José de Nicola, "el ser burgués todavía no constituía una posición económica y
social, sino un mero estado de espíritu, norma de comportamiento".
Hito final - En ese período, Gonçalves de Magalhães viajaba por Europa. En 1836,
él funda la revista Niterói, de la cual circularon solamente dos números, en París.
En ella, él publica el "Ensayo sobre la historia de la literatura brasileña",
considerado nuestro primer manifiesto romántico. Esa escuela literaria sólo tuvo su
hito final en 1881, cuando fueron lanzadas las primeras novelas de tendencia
naturalista y realista, como "O mulato", de Aluízio Azevedo, y "Memórias
póstumas de Brás Cubas", de Machado de Assis. Manifestaciones del
movimiento realista, por cierto, ya estaban ocurriendo bastante antes del principio
de la decadencia del Romanticismo, como, por ejemplo, el liderado por Tobías
Barreto desde 1870, en la Escuela de Recife.
El Romanticismo, como se sabe, se define como un modismo en las letras
universales a partir de los últimos 25 años del siglo XVIII. La segunda mitad de ese
siglo, con la industrialización modificando las antiguas relaciones económicas, lleva
Europa a una nueva composición del cuadro político y social, que tanto había
influenciado los tiempos modernos. A eso se debe la importancia que los
modernistas dieron a la Revolución Francesa, tan exaltada por Gonçalves de
Magalhães. En su "Discurso sobre la historia de la literatura de Brasil", él dice:
"... He aquí como Brasil dejó de ser colonia y fue después elevado a la categoría de
Reino Unido. Sin la Revolución Francesa, que tanto esclareció a los pueblos, ese
paso tan pronto no se daría..."
La clase social se esboza en dos clases distintas y antagónicas, aunque haya
actuado paralelamente durante la Revolución Francesa: la clase dominante, ahora
representada por la burguesía capitalista industrial, y la clase dominada,
representada por el proletariado. El Romanticismo fue una escuela burguesa de
carácter ideológico, a favor de la clase dominante. Es por eso que el nacionalismo,
el sentimentalismo, el subjetivismo y el irracionalismo - características marcadas
del Romanticismo inicial - no se pueden analizar separadamente, sin hacer una
referencia a su carga ideológica.
Nuevas influencias - En Brasil, el momento histórico en el que ocurre el
Romanticismo tiene que verse a partir de las últimas producciones arcádicas,
caracterizadas por la sátira política de Gonzaga e Silva Alvarenga. Con la llegada
de la Corte, Río de Janeiro pasa por un proceso de urbanización, volviéndose un
campo propicio a la divulgación de las nuevas influencias europeas. La colonia
marchaba hacia la independencia.
Después de 1822, crece en el Brasil independiente el sentimiento de nacionalismo,
se busca el pasado histórico, se exalta la naturaleza patria. En realidad,
características que ya eran cultivadas en Europa, y que se encajaron
perfectamente en la necesidad brasileña de ofuscar profundas crisis sociales,
financieras y económicas.
De 1823 a 1831, Brasil vivió un período conturbado, como reflejo del autoritarismo
de Don Pedro I: la disolución de la Asamblea Constituyente; la Constitución
otorgada; la Confederación del Ecuador; la lucha por el trono portugués contra su
hermano Don Miguel; la acusación de haber mandado asesinar a Líbero Badaró y,
finalmente, la abolición de la esclavitud. Sigue el período de la Regencia y la mayor
edad prematura de Pedro II. Es en este ambiente confuso e inseguro que surge el
Romanticismo brasileño, cargado de lusofobia y, principalmente, de nacionalismo.
En el final del Romanticismo brasileño, a partir de 1860, las transformaciones
económicas, políticas y sociales conducen a una literatura más cercana de la
realidad; la poesía refleja las grandes agitaciones, como la lucha abolicionista, la
Guerra del Paraguay, el ideal de República. Es la decadencia del régimen
monárquico y la aparición de la poesía social de Castro Alves. En el fondo, una
transición hacia el Realismo.
El Romanticismo presenta una característica inusitada: revela nítidamente una
evolución en el comportamiento de los autores románticos. La comparación entre
los primeros y los últimos representantes de esa escuela muestra rasgos peculiares
a cada fase, pero discrepantes entre sí. En el caso brasileño, por ejemplo, hay una
distancia considerable entre la poesía de Gonçalves Dias y la de Castro Alves. A
eso se debe la necesidad de dividir el Romanticismo en fases o generaciones. En
el Romanticismo brasileño podemos reconocer tres generaciones: la generación
nacionalista o indianista; la generación del "mal del siglo" y la "generación
condorera".
La primera (nacionalista o indianista) es marcada por la exaltación de la
naturaleza, la vuelta al pasado histórico, medievalismo, creación del héroe nacional
en la figura del indio, de donde surgió la denominación "generación indianista". El
sentimentalismo y la religiosidad son otras características presentes. Entre los
principales autores se destacan Gonçalves de Magalhães, Gonçalves Dias y Araújo
Porto.
Egocentrismo - La segunda (del mal del siglo, también llamada de generación
byroniana, de Lord Byron) es impregnada de egocentrismo, negativismo bohemio,
pesimismo, duda, desilusión adolescente y tedio constante. Su tema preferido es la
fuga de la realidad, que se manifiesta en la idealización de la infancia, en las
vírgenes soñadas y en la exaltación de la muerte. Los principales poetas de esa
generación fueron Álvares de Azevedo, Casimiro de Abreu, Junqueira Freire y
Fagundes Varela.
La generación condorera, caracterizada por la poesía social y libertaria, refleja las
luchas internas de la segunda mitad del reinado de Don Pedro II. Esa generación
sufrió intensamente la influencia de Víctor Hugo y de su poesía político-social, por
eso es conocida como generación hugoniana. El término condorerismo es una
consecuencia del símbolo de libertad adoptado por los jóvenes románticos: el
cóndor, águila que habita la parte más alta de la Cordillera de los Andes. Su
principal representante fue Castro Alves, seguido por Tobías Barreto y
Sousândrade.
Otras dos variaciones literarias del Romanticismo merecen realce: la prosa y el
teatro romántico. José de Nicola demostró cuales eran las explicaciones para la
aparición y el desarrollo de la novela en Brasil: "La importación o simple traducción
de novelas europeas; la urbanización de Río de Janeiro, transformado, entonces,
en Corte, creando una sociedad consumidora representada por la aristocracia rural,
profesionales liberales, jóvenes estudiantes, todos en busca de entretenimiento; el
espíritu nacionalista en consecuencia de la independencia política que exigía un
"color local" para los argumentos; el periodismo viviendo su primer gran impulso y
la divulgación masiva en folletines; el avance del teatro nacional." Las novelas
respondían a las exigencias de ese público lector; giraban alrededor de la
descripción de las costumbres urbanas, o de amenidades de las zonas rurales, o
de imponentes salvajes, presentando personajes idealizados por la imaginación e
ideología románticas, con los cuales el lector se identificaba, viviendo una realidad
que le convenía. Un pequeño número de obras, sin embargo, huyó de ese modelo,
como "Memórias de um Sargento de Milícias", de Manuel Antônio de Almeida, y
hasta "Inocência", del Vizconde de Taunay.
Cuando se considera la mera cronología, la primera novela brasileña fue "O Filho
do pescador", publicado en 1834, escrita por Teixeira de Souza (1812-1881). Pero
se trataba de una novela sentimentalista, de argumento confuso, que no sirve para
definir las líneas que la novela romántica seguiría en la literatura brasileña.
Es por ello, sobre todo por la aceptación obtenida del público lector, precisamente
por haber modelado el gusto de dicho público o correspondido a sus expectativas,
que se convencionó adoptar la novela "A Moreninha", de Joaquim Manuel de
Macedo, publicada en 1844, como la primera novela brasileña.
Entre las características básicas de la prosa romántica se destacan, además de
Joaquim Manuel de Macedo, Manuel Antônio de Almeida y José de Alencar.
Almeida, por cierto, con las Memórias de um Sargento de Milícias, realizó una obra
totalmente innovadora para su época, exactamente cuando Macedo dominaba el
ambiente literario. Las peripecias de un sargento descritas por él pueden
considerarse como la verdadera novela de costumbres del Romanticismo brasileño,
pues abandona la visión de la burguesía urbana y retrata al pueblo con toda su
simplicidad.
"Casamiento" - José de Alencar, a su vez, aparece en la literatura brasileña como
el consolidador de la novela; un ficcionista que cae en el agrado popular. Su obra
es un retrato fiel de sus posiciones políticas y sociales. Él defendía el casamiento
entre el nativo y el europeo colonizador, en un intercambio de favores: unos
ofrecían la naturaleza virgen, un suelo espléndido; otros, la cultura. De la suma de
esos factores resultaría un Brasil independiente. "O guarani" es el mejor ejemplo,
cuando se observa la relación del principal personaje de la obra, el indio Peri, con
la familia de Don Antônio de Mariz.
Este juego de intereses entre el indio y el europeo, propuesto por Alencar, aparece
también en "Iracema" (un anagrama de la palabra América), en la relación de la
india con el portugués Martim. Moacir, hijo de Iracema y Martim, es el primer
brasileño fruto de ese casamiento.
José de Alencar diversificó tanto su obra que hizo posible una clasificación por
modalidades: novelas urbanas o de costumbres (retratando a la sociedad carioca
de su época - el Río del II Reinado); novelas históricas, dos, en realidad, volcadas
en el período colonial brasileño ("As minas de prata" y "A guerra dos
mascates"); novelas regionales ("O sertanejo" y "O gaúcho"); novelas rurales
("Til" y "O tronco do ipê"); y novelas indianistas, que trajeron una mayor
popularidad al escritor ("O Guarani", "Iracema" y "Ubirajara").
Realismo y Naturalismo
"El Realismo es una reacción contra el Romanticismo: el Romanticismo era la
apoteosis del sentimiento - el Realismo es la anatomía del carácter. Es la crítica del
hombre. Es el arte que nos pinta ante nuestros propios ojos - para condenar lo que
había de malo en nuestra sociedad". Al acuñar este concepto, Eça de Queiroz
sintetizó la visión de vida que los autores de la escuela realista tenían del hombre
durante e inmediatamente después de la declinación del Romanticismo.
Este estilo de época tuvo una anterior: los románticos Castro Alves, Sousândrade y
Tobías Barreto, aunque hicieran una poesía romántica en la forma y en la
expresión, utilizaban temas dirigidos hacia la realidad político-social de la época
(fines de la década de 1860). Asimismo, algunas producciones de la novela
romántica ya apuntaban hacia un nuevo estilo en la literatura brasileña, como
algunas obras de Manuel Antônio de Almeida. Franklin Távora y Vizconde de
Taunay. Empezaba a abandonarse el Romanticismo, mientras surgían las primeras
señales del Realismo.
En la década de los 70 surge la llamada Escuela de Recife, con Tobías Barreto,
Silvio Romero y otros, acercándose a las ideas europeas vinculadas al positivismo,
al evolucionismo y, principalmente, a la filosofía. Son los ideales del Realismo que
encontraban eco en el conturbado momento histórico vivido por Brasil, bajo el signo
del abolicionismo, del ideal republicano y de la crisis de la Monarquía.
En Brasil se considera 1881 como el año inaugural del Realismo. De hecho, ese
fue un año fértil para la literatura brasileña, con la publicación de dos novelas
fundamentales, que modificaron el curso de nuestras letras: Aluízio Azevedo
publica "O mulato", considerada la primera novela naturalista de Brasil: Machado
de Assis publica "Memórias Póstumas de Brás Cubas", la primera novela realista
de nuestra literatura.
En la división tradicional de la historia de la literatura brasileña, el año considerado
como fecha final del Realismo es 1893, con la publicación de "Missal" y
"Broquéis", ambos de Cruz e Sousa, obras inaugurales del Simbolismo, pero no el
fin del Realismo y de sus manifestaciones en la prosa - con las novelas realistas y
naturalistas - y en la poesía, con el Parnasianismo.
"Príncipe de los poetas" - Asimismo, el principio del Simbolismo, en 1893, no
representó el fin del Realismo, porque algunas obras realistas fueron publicadas
después de esa fecha, como "Dom Casmurro", de Machado de Assis, en 1900, y
"Esaú e Jacó", del mismo autor, en 1904. Olavo Bilac, llamado "príncipe de los
poetas", obtuvo esta distinción en 1907. La Academia Brasileña de Letras, templo
del Realismo, también fue inaugurada posteriormente a la fecha-hito del fin del
Realismo: 1897. En realidad, en los últimos veinte años del siglo XIX y en los
primeros del siglo XX, tres estéticas se desarrollan paralelamente: el Realismo y
sus manifestaciones, el Simbolismo y el Premodernismo, que sólo conocen el golpe
fatal en 1922, con la Semana de Arte Moderno.
El Realismo refleja las profundas transformaciones económicas, políticas, sociales
y culturales de la segunda mitad del siglo XIX. La Revolución Industrial, iniciada en
el siglo XVIII, entra en una nueva fase, caracterizada por la utilización del acero, del
petróleo y de la electricidad; al mismo tiempo, el avance científico conduce a
nuevos descubrimientos en los campos de la física y de la química. El capitalismo
se estructura en moldes modernos, con la aparición de grandes complejos
industriales, aumentando la masa obrera urbana, y formando una población
marginada, que no participa de los beneficios del progreso industrial, sino que, al
contrario, es explotada y sujeta a condiciones subhumanas de trabajo.
Brasil también pasa por cambios radicales, tanto en el campo económico como el
político-social, en el período comprendido entre 1850 y 1900, aunque con
profundas diferencias materiales, si se comparan con las de Europa. La campaña
abolicionista se intensifica a partir de 1850; la Guerra del Paraguay (1864/1870)
tiene como consecuencia el pensamiento republicano (el Partido Republicano fue
fundado en el año en que terminó esa guerra); la Monarquía vive una vertiginosa
decadencia. La Ley Áurea, de 1888, no resolvió el problema de los negros, pero
creó una nueva realidad: el fin de la mano de obra esclava y su substitución por la
mano de obra asalariada, representada, en la época, por los grupos de inmigrantes
europeos que venían a trabajar en el cultivo cafetalero, lo que dio origen a una
nueva economía dirigida hacia el mercado externo, pero ahora ya sin la estructura
colonialista.
Raúl Pompéia, Machado de Assis y Aluízio Azevedo se transformaron en los
principales representantes de la escuela realista en Brasil. Ideológicamente, los
autores de ese período son antimonárquicos, asumiendo una defensa clara del
ideal republicano, como en las novelas "O mulato", "O cortiço" y "O Ateneu",
que niegan la burguesía a partir de la familia. La expresión Realismo es una
denominación genérica de la escuela literaria, que contiene tres tendencias
distintas: "novela realista", "novela naturalista" y "poesía parnasiana".
La novela realista fue ampliamente cultivada en Brasil por Machado de Assis. Se
trata de una narrativa más preocupada con el análisis psicológico, haciendo la
crítica a la sociedad a partir de la conducta de determinados personajes. Para tener
una idea, vemos que las cinco novelas de la fase realista de Machado de Assis
presentan nombres propios en sus títulos ("Brás Cubas", "Quincas Borba",
"Dom Casmurro", "Esaú e Jacó", y "Aires"). Esto revela una clara preocupación
con el individuo. La novela realista analiza la sociedad por arriba. En otras
palabras: sus personajes son capitalistas, pertenecen a la clase dominante. La
novela realista es documentaria, retrato de una época.
Naturalismo
La novela naturalista, a su vez, fue cultivada en Brasil por Aluízio Azevedo y Júlio
Ribeiro. Aquí también puede incluirse a Raul Pompéia, pero su caso es muy
particular, pues su novela "O Ateneu" a veces presenta características
naturalistas, otras veces realistas, y otras impresionistas. La narrativa naturalista es
marcada por el fuerte análisis social, a partir de grupos humanos marginados,
valorando lo colectivo. Los títulos de las obras naturalistas presentan casi siempre
la misma preocupación: "O mulato", "O cortiço", "Casa de pensão", "O
Ateneu".
El Naturalismo presenta novelas experimentales. La influencia de Charles Darwin
se deja sentir en la máxima, según la cual el hombre es un animal; por lo tanto,
antes de usar la razón se deja llevar por los instintos naturales, no pudiendo ser
reprimido en sus manifestaciones instintivas, como el sexo, por la moral de la clase
dominante. La constante represión conduce a taras patológicas, tan del gusto del
Naturalismo. En consecuencia, esas novelas son más osadas y equivocadamente
tachadas, por algunos, de pornográficas, presentando descripciones minuciosas de
actos sexuales, tocando, incluso, en temas prohibidos, como el homosexualismo tanto masculino ("O Ateneu"), como femenino ("O cortiço").
El Parnasianismo
La poesía parnasiana se preocupa con la forma y la objetividad, con sus sonetos
alejandrinos perfectos. Olavo Bilac, Raimundo Correia y Alberto de Oliveira forman
la trinidad parnasiana. El Parnasianismo es la manifestación poética del Realismo,
dicen algunos estudiosos de la literatura brasileña, aunque ideológicamente no
mantenga todos los puntos de contacto con los novelistas realistas y naturalistas.
Sus poetas estaban al margen de las grandes transformaciones de fines del siglo
XIX y principios del siglo XX.
Culto a la forma - La nueva estética se manifiesta a partir del final de la década de
1970, prolongándose hasta la Semana de Arte Moderno. En algunos casos llegó a
pasar del año de 1922 (no considerando, claro está, el neoparnasianismo).
Objetividad temática y culto a la forma: he ahí la receta. La forma fija representada
por los sonetos; la métrica de los versos alejandrinos perfectos; la rima rica, rara y
perfecta. Todo esto como negación de la poesía romántica de los versos libres y
blancos. En suma, el endiosamiento de la forma.
El Simbolismo
Es común entre críticos e historiadores afirmar que Brasil no tuvo un momento
típico para el Simbolismo, siendo esa escuela literaria la más europea entre las que
tuvieron seguidores nacionales, comparada con las demás. Por eso fue llamada de
"producto de importación". El Simbolismo en Brasil empieza en 1893 con la
publicación de dos libros; "Missal" (prosa) y "Broquéis" (poesía), ambos del poeta
catarinense Cruz y Souza, y se extiende hasta 1922, cuando se realizó la Semana
de Arte Moderno.
El inicio del Simbolismo no se puede entender como el fin de la escuela anterior, el
Realismo, pues a fines del siglo XIX y principios del siglo XX existen tres
tendencias que marchan paralelas: Realismo, Simbolismo y Premodernismo, con el
aparecimiento de algunos autores preocupados en denunciar la realidad brasileña,
entre ellos, Euclides da Cunha, Lima Barreto y Monteiro Lobato. Fue la Semana de
Arte Moderno la que marcó el fin de todas las estéticas anteriores y trazó, de forma
definitiva, nuevos rumbos para la literatura de Brasil.
Transición - El Simbolismo, en términos genéricos, refleja un momento histórico
sumamente complejo, que marcaría la transición al siglo XX y la definición de un
nuevo mundo, consolidado a partir de la segunda década de este siglo. Las últimas
manifestaciones simbolistas y las primeras producciones modernistas son
contemporáneas de la Primera Guerra Mundial y de la Revolución Rusa.
En este marco de conflictos e insatisfacciones mundiales (que provocó el
aparecimiento del Simbolismo) era natural que se imaginara que no había motivos
para que Brasil desarrollara una escuela de época como esa. Pero es interesante
notar que los orígenes del Simbolismo brasileño nacieran en una región marginada
por la élite cultural y política: el Sur - que fue la que sufrió más con la oposición a la
recién nacida república, aún impregnada de conceptos, teorías y prácticas militares.
La República de entonces no era la que se deseaba. Y Río Grande del Sur, donde
la insatisfacción fue más intensa, se tranformó en el escenario de luchas
sangrientas que empezaron en 1893, el mismo año del inicio del Simbolismo.
La Revolución Federalista (1893 a 1895), que empezó como una disputa regional,
adquirió dimensión nacional al oponerse al gobierno de Floriano Peixoto,
generando escenas de violencia y crueldad extremas en Río Grande del Sur, Santa
Catarina y Paraná. Además, surgió la Revuelta de la Armada, un movimiento
rebelde que exigió la renuncia de Floriano, en la que combatió principalmente la
Marina brasileña. Al lograr dominar a los rebeldes, el presidente consiguió
consolidar la República.
Ese ambiente probablemente representó el origen del Simbolismo, señalado por
frustraciones, angustias, falta de perspectivas, rechazando el hecho y privilegiando
al sujeto. Y esto es importante, pues la principal característica de dicho estilo de
época fue precisamente la negación del Realismo y sus manifestaciones. La nueva
estética niega el cientificismo, el materialismo y el racionalismo. Además, valora las
manifestaciones metafísicas y espirituales, o sea, el extremo opuesto del
Naturalismo y del Parnasianismo.
"Dante Negro - Es imposible referirse al Simbolismo sin reverenciar a sus dos
grandes exponentes: Cruz e Souza y Alphonsus de Guimarães. Por cierto, no sería
exageración afirmar que ambos fueron el propio Simbolismo. Especialmente el
primero, llamado, entonces, de "cisne negro" o "Dante negro". Siendo la figura más
importante del Simbolismo brasileño, los especialistas dicen que sin él no habría
estética en Brasil. Como poeta, tuvo solamente un volumen publicado en vida:
"Broquéis" (los otros dos volúmenes de poesía son póstumos). Tuvo una carrera
muy rápida, a pesar de ser considerado uno de los mayores nombres del
Simbolismo universal. Su obra presenta una evolución importante: a medida que
abandona el subjetivismo y la angustia iniciales, avanza a posiciones más
universalizantes - su producción inicial habla del dolor y del sufrimiento del hombre
negro (comentarios personales, pues era hijo de esclavos), pero evolucionó al
sufrimiento y a la angustia del ser humano.
Ya Alphonsus de Guimarães prefirió mantenerse fiel a un "triángulo" que
caracterizó toda su obra: misticismo, amor y muerte. La crítica lo considera el poeta
más místico de nuestra literatura. El amor por la novia, que murió en la víspera del
casamiento, y su profunda religiosidad y devoción por la Virgen María provocó, y no
podría dejar de ser así, un misticismo que llegaba al borde de la exageración. Un
ejemplo es el "Setenário das dores de Nossa Senhora", en donde él da
testimonio de su devoción por la Virgen. La muerte aparece en su obra como un
único medio de alcanzar la sublimación y acercarse a Constancia - la novia muerta
- y a la Virgen. Por eso el amor aparece siempre espiritualizado. La propia decisión
de aislarse en Mariana, ciudad del Estado de Minas, que él mismo consideró su
"torre de marfil", es una actitud simbolista.
El Premodernismo
Lo que se acordó llamar de premodernismo en Brasil no constituye una escuela
literaria. Premodernismo es, en verdad, un término genérico que designa toda una
vasta producción literaria, que caracteriza los primeros veinte años de este siglo.
En él se encuentran las más variadas tendencias y estilos literarios - desde los
poetas parnasianos y simbolistas, que seguían produciendo, hasta escritores que
empezaban a desarrollar un nuevo regionalismo, algunos preocupados con una
literatura política, y otros con propuestas realmente innovadoras. Es grande la lista
de los autores que pertenecieron al premodernismo, pero indiscutiblemente
merecen realce: Euclides da Cunha, Lima Barreto, Graça Aranha, Monteiro Lobato
y Ausgusto dos Anjos.
Así, se puede decir que esa escuela empezó en 1902, con la publicación de dos
libros: "Os sertões", de Euclides da Cunha, y "Canaã", de Graça Aranha, y se
extiende a 1922, hasta la realización de la Semana de Arte Moderno.
Pese a que el premodernismo no constituya una escuela literaria, presentando
individualidades muy fuertes, con estilos a veces antagónicos - como en el caso,
por ejemplo, de Euclides da Cunha y Lima Barreto - se notan algunos puntos en
común entre las principales obras premodernistas; a) eran obras innovadoras, que
planteaban una ruptura con el pasado, con el academicismo; b) se distinguían por
la denuncia de la realidad brasileña, negando el Brasil literario, heredado del
Romanticismo y del Parnasianismo. El gran tema del premodernismo es el Brasil no
oficial del campo agreste nordestino, de los caboclos del interior, de los suburbios;
c) acentuaban el regionalismo, con lo que los autores acabaron por montar un gran
mosaico brasileño: el Norte y el Nordeste en las obras de Euclides da Cunha, el
Valle del Río Paraíba y el interior paulista en los textos de Monteiro Lobato, el
Estado de Espíritu Santo, retratado por Graça Aranha, o el suburbio carioca,
temática invariable de la obra de Lima Barreto; d) difundieron los tipos humanos
marginados, cuyo perfil, desconocido hasta entonces, o despreciado cuando era
conocido, fue ampliado - el habitante del sertão nordestino, el campesino, los
empleados públicos, el mulato; e) trazaron un vínculo entre los hechos políticos,
económicos y sociales contemporáneos, acercando la ficción a la realidad.
Esos escritores acabaron por producir un redescubrimiento de Brasil, más cerca de
la realidad, y pavimentaron el camino para el período literario siguiente, el
Modernismo, iniciado en 1922, que acentuó definitivamente la ruptura con lo que
hasta entonces se conocía como literatura brasileña.
La Semana de Arte Moderno
El Modernismo, como tendencia literaria o estilo de época, tuvo su prenuncio con la
realización de la Semana de Arte Moderno en el Teatro Municipal de São Paulo, los
días 13, 15 y 17 de febrero de 1922. Idealizada por un grupo de artistas, la Semana
pretendía colocar a la cultura brasileña al tanto de las corrientes de vanguardia del
pensamiento europeo, al mismo tiempo en que predicaba la toma de conciencia de
la realidad brasileña.
El Movimiento no debe verse solamente desde el punto de vista artístico, como
recomiendan los historiadores y críticos especializados en historia de la literatura
brasileña, sino también como un movimiento político y social. El país estaba
dividido entre lo rural y lo urbano. Pero el bloque urbano no era homogéneo. Las
principales ciudades brasileñas, particularmente São Paulo, conocían una rápida
transformación como consecuencia del proceso industrial. La Primera Guerra
Mundial fue la responsable del primer brote de industrialización y consecuente
urbanización. Brasil contaba con 3,358 industrias en 1907. En 1920, ese número
saltó a 13,336. Eso significó el surgimiento de una burguesía industrial cada día
más fuerte, pero marginada por la política económica del gobierno federal, volcada
en la producción y exportación de café.
Inmigrantes - Al mismo tiempo, el número de inmigrantes crecía
considerablemente, especialmente los italianos, distribuyéndose entre las zonas
productoras de café y las zonas urbanas, donde estaban las industrias. De 1903 a
1914, Brasil recibió nada menos que 1,5 millón de inmigrantes. En los centros
urbanos se creó una capa de población considerable, presionada por los barones
del café y la alta burguesía, por un lado, y por la clase obrera, por el otro. Surge
una pequeña burguesía industrial, formada por empleados públicos, comerciantes,
profesionales liberales y militares, entre otros, creando una masa políticamente
"ruidosa" y reivindicatoria.
La falta de homogeneidad en el bloque urbano tiene origen en algunos aspectos del
comportamiento de la clase obrera. Los inmigrantes de origen europea traen sus
experiencias de lucha de clases. Por lo general, esos trabajadores eran
anarquistas, y sus acciones resultaban, casi siempre, en huelgas y tensiones
sociales de todo tipo, entre 1905 y 1917. Un año después, cuando ocurrió la
Revolución Rusa, los artículos en la prensa sobre ese tema se volvieron cada vez
más comunes. El partido comunista sería fundado en 1922. Desde entonces, se
daría la declinación de la influencia anarquista en el movimiento obrero.
De esta manera, circulaban por la ciudad de São Paulo, en una misma acera, un
barón del café, un obrero anarquista, un padre, un burgués, un nordestino, un
profesor, un negro, un comerciante, un abogado, un militar, etc., formando, de
hecho, una "paulicéia desvairada" [ciudad de São Paulo desatinada] (título de
una célebre obra de Mário de Andrade). Ese desfile inusitado y variado de tipos
humanos sirvió de escenario ideal para la realización de un evento que mostraría
un arte innovador que rompería con las viejas estructuras literarias vigentes en el
país.
El Modernismo - (primera fase)
El período de 1922 a 1930 es el más radical del movimiento modernista,
precisamente como consecuencia de la necesidad de definiciones y de la ruptura
con todas las estructuras del pasado. A eso se debe el carácter anárquico de esta
primera fase modernista y su fuerte sentido destruidor.
Al mismo tiempo en que busca lo moderno, lo original y lo polémico, el
nacionalismo se manifiesta en sus múltiples facetas: un retorno a los orígenes, a la
investigación de las fuentes quinientistas, a la búsqueda de una lengua brasileña
(lengua hablada por el pueblo en las calles), las parodias, en un intento de repensar
la historia y la literatura brasileñas, y a la valoración del indio verdaderamente
brasileño. Es el tiempo de los manifiestos nacionalistas del Pau-Brasil (el
Manifiesto del Pau Brasil [palo Brasil], escrito por Oswald de Andrade en 1924,
propone una literatura sumamente vinculada a la realidad brasileña) y de la
Antropofagia, dentro de la línea liderada por Oswald de Andrade. Pero también
había los manifiestos del Verde-Amarelismo y el del Grupo da Anta, que traen la
semilla del nacionalismo fascista encabezado por Plínio Salgado.
A fines de la década de los 20, la postura nacionalista presenta dos vertientes
distintas: de un lado, un nacionalismo crítico, consciente, de denuncia de la realidad
brasileña e identificado políticamente con las izquierdas; del otro, el nacionalismo
ufano, utópico, exagerado, identificado con las corrientes políticas de extrema
derecha.
Entre los principales nombres de esa primera fase del Modernismo, que
continuarían produciendo en las décadas siguientes, se destacan Mário de
Andrade, Oswald de Andrade, Manuel Bandeira, Antônio de Alcántara Machado,
además de Menotti del Picchia, Cassiano Ricardo, Guilherme de Almeida y Plínio
Salgado.
El Modernismo - (segunda fase)
El período de 1930 a 1945 registró el estreno de algunos de los nombres más
significativos de la novela brasileña. Reflejando el mismo momento histórico y
presentando las mismas preocupaciones de los poetas de la década de los 30
(Murilo Mendes, Jorge de Lima, Carlos Drummond de Andrade, Cecília Meireles y
Vinicius de Moraes), la segunda fase del Modernismo presenta autores como José
Lins do Rego, Graciliano Ramos, Rachel de Queiroz, Jorge Amado y Érico
Veríssimo, que producen una literatura de carácter más constructivo, de madurez,
aprovechando las conquistas de la generación de 1922 y su prosa innovadora.
Efectos de la crisis - En la década de los 30, el país estaba pasando por grandes
transformaciones, fuertemente marcadas por la revolución del 30 y el
cuestionamiento de las oligarquías tradicionales. No había cómo dejar de sentir los
efectos de la crisis económica mundial, los choques ideológicos que conducían a
posiciones más definidas y comprometidas. Todo ello formó un campo propicio al
desarrollo de una novela caracterizada por la denuncia social, verdadero
documento de la realidad brasileña, alcanzando un elevado grado de tensión en las
relaciones del individuo con el mundo.
En esa búsqueda del hombre brasileño "dispersado por los más lejanos rincones
de nuestra tierra", en las palabras de José Lins do Rego, el regionalismo adquiere
una importancia nunca antes alcanzada en la literatura brasileña, llevando al
extremo las relaciones del personaje con el medio rural y social. Realce especial
merecen los escritores nordestinos que viven el paso de un Nordeste medieval a
una nueva realidad capitalista e imperialista. Y, en ese aspecto, el bahiano Jorge
Amado es uno de los mejores representantes de la novela brasileña, cuando retrata
el drama de la economía del cacao, desde la conquista y uso de la tierra, hasta la
transferencia de sus productos a las manos de los exportadores. Pero tampoco se
puede olvidar a José Lins do Rego, con sus regiones de caña, los bangüês (una
especie de camilla de bejuco trenzado para transportar el bagazo verde de caña del
molino al depósito) y los ingenios de azúcar siendo devorados por las modernas
fábricas.
La primera novela representantiva del regionalismo nordestino, que tuvo su punto
de partida en el Manifiesto Regionalista de 1926 (este manifiesto, elaborado por el
Centro Regionalista del Nordeste, trata de desarrollar el sentimiento de unidad del
Nordeste dentro de los nuevos valores modernistas y propone trabajar en pro de
los intereses de la región en sus aspectos diversos - sociales, económicos y
culturales), fue "A bagaceira", de José Américo de Almeida, publicada en 1928.
Un verdadero hito en la historia literaria de Brasil, su importancia se debe más a la
temática (sequía, los retirantes (campesinos nordestinos que emigran a otras
regiones del país huyendo de la sequía), el ingenio de azúcar) y al carácter social
de la novela que a los valores estéticos.
Postmodernismo
El Postmodernismo se inserta en el contexto de los extraordinarios fenómenos
sociales y políticos de 1945. Fue el año que presenció el fin de la Segunda Guerra
Mundial y el principio de la Era Atómica, con las explosiones de Hiroshima y
Nagasaki. El mundo empieza a creer en una paz duradera. Se establece la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) y enseguida se publica la Declaración
de los Derechos del Hombre. Pero, luego después empieza la Guerra Fría.
Paralelamente a todo eso, Brasil vive el final de la dictadura de Getúlio Vargas. El
país inicia un proceso de redemocratización. Se convoca una elección general y se
legalizan los partidos. A pesar de eso, se abre un nuevo tiempo de persecuciones
políticas, ilegalidades y exilios.
La literatura brasileña también pasa por profundas alteraciones, con algunas
manifestaciones representando grandes avances; otras, un retroceso. El periódico
"O Tempo", excelente crítico literario, se encarga de hacer la selección.
Intimismo - La prosa, tanto en las novelas como en los cuentos, profundiza la
tendencia ya seguida por algunos autores de la década de los 30 en busca de una
literatura intimista, de sondeo psicológico, introspectiva, con realce para Clarice
Lispector.
Al mismo tiempo, el regionalismo adquiere una nueva dimensión con la producción
fantástica de João Guimarães Rosa y su reproducción creativa de las costumbres y
del habla campesina, penetrando profundamente en la psicología del jagunço
(pistoleros o guardaespaldas rurales) del Brasil central.
En la poesía, a partir de 1945, gana importancia una generación de poetas que se
opone a las conquistas e innovaciones de los modernistas de 1922. La nueva
propuesta fue defendida, inicialmente, por la revista Orfeu, cuyo primer número es
lanzado en la "Primavera de 1947" y que afirma, entre otras cosas, que "una
generación sólo empieza a existir el día en que no cree en las que la precedieron, y
sólo existe realmente el día que deja de creer en ella".
Esa generación de escritores negó la libertad formal, las ironías, las sátiras y otras
"bromas" modernistas. Los poetas de 45 parten hacia una poesía más equilibrada y
"seria", distante de lo que ellos llamaban de "primarismo desabonador" de Mário de
Andrade y Oswald de Andrade. La preocupación primordial era en cuanto al
restablecimiento de la forma artística y bella; los modelos vuelven a ser los
maestros del Parnasianismo y del Simbolismo.
Ese grupo, llamado de Generación de 45, estaba formado por Lêdo Ivo, Péricles
Eugênio da Silva Ramos, Geir Campos y Darcy Damasceno, entre otros poetas. El
final de los años 40, sin embargo, reveló a uno de poetas más importante de
nuestra literatura, no afiliado estéticamente a cualquier grupo y profundizador de las
experiencias modernistas anteriores: nadie menos que João Cabral de Melo Neto.
Contemporáneos a él, y con algunos puntos de contacto con su obra, se destacan
Ferreira Gullar y Mauro Mota.
La producción contemporánea
Por producción contemporánea debe entenderse el conjunto de las obras y
movimiento literarios surgidos en las décadas de los 60 y los 70, y que reflejaron un
momento histórico caracterizado, inicialmente, por el autoritarismo, por una rígida
censura y autocensura arraigada. Su período más crítico se dió entre los años de
1968 a 1978, durante la vigencia del Acto Institucional no 5 (AI-5). Tanto que, luego
después de la extinción del Acto, se verificó una progresiva mormalización en el
país.
Las adversidades políticas, sin embargo, no sumergieron el país en un
estancamiento cultural. Al contrario, las décadas de los 60 y los 70 vieron una
producción cultural bastante intensa en todos los sectores.
En la poesía se nota la preocupación por mantener una temática social, un texto
participante, con la permanencia de nombres consagrados, como Carlos
Drummond de Andrade, João Cabral de Melo Neto y Ferreira Gullar, al lado de
otros poetas que aún "limaban las rebabas" en sus producciones.
Visual - El inicio de la década de los 60 presentó algunos grupos en lucha contra lo
que llamaron "esquemas analítico-discursivos de la sintaxis tradicional". Al mismo
tiempo, esos grupos buscaban soluciones en el aprovechamiento visual de la
página en blanco, en la sonoridad de las palabras y en los recursos gráficos. El
síntoma más importante de dicho movimiento fue la aparición de la Poesía
Concreta y de la Poesía Praxis. Paralelamente, surgía la poesía "marginal" que se
desarolla fuera de los grandes esquemas industriales y comerciales de producción
de libros.
En la novela, al lado de la última producción de Jorge Amado y Érico Veríssimo, y
de las obras "lacrimosas" de José Mauro de Vasconcelos ("Meu pé de LaranjaLima", "Barro Blanco"), de mucho éxito con el gran público, se ha mantenido el
regionalismo de Mário Palmério, Bernardo Élis, Antônio Callado, Josué Montello y
José Cândido de Carvalho. Entre los intimistas se destacan Osman Lins, Autran
Dourado y Lygia Fagundes Telles.
En la prosa, las dos décadas citadas presenciaron la consagración de las narrativas
cortas (crónica y cuento). El desarrollo de la crónica está íntimamente vinculado al
espacio que se abrió para ese género en la gran prensa. Hoy, por ejemplo, no hay
un gran periódico que no incluya en sus páginas crónicas de Rubem Braga,
Fernando Sabino, Carlos Heitor Cony, Paulo Mendes Campos, Luís Fernando
Veríssimo y Lourenço Diaféria, entre otros. Se debe hacer una mención especial a
Stanislaw Ponte Preta (Sérgio Porto), que con sus bien humoradas y cortantes
sátiras político-sociales, escritas en la década de los 60, ha servido de maestro
para muchos cronistas.
El cuento, por otro lado, analizado en el conjunto de las producciones
contemporáneas, se ubica en una posición privilegiada, tanto en calidad como en
cantidad. Entre los cuentistas más significativos se destacan Dalton Trevisan.
Moacyr Scliar, Samuel Rawet, Rubem Fonseca, Domingos Pellegrini Jr. y João
Antônio.
La Producción Literaria en Brasil
Principales autores y Obras
Quiñentismo
Literatura informativa de origen ibérica
Ambrosio Fernandes Brandão - Diálogo
das grandezas do Brasil
Gabriel Soares de Sousa (1540? – 1591)
– Tratado Descritivo do Brasil
Pero Lopes e Sousa - Diário de
Navegação
Pero de Magalhães Gândavo – Tratado
da Terra do Brasil, História de Santa Cruz
a que vulgarmente chamamos Brasil
Frei Vicente de Salvador (1564-1639) –
História da Custódia do Brasil.
Literatura informativa de autores no ibéricos
André de Thevet – As singularidades da
França Antártica.
Antonil Giovanni Antonio Andreoni
(1650-1716?) – Cultura e opulência do
Brasil
Hans Staden – Meu cativeiro entre os
selvagens do Brasil.
Jean de Lery – História de uma viagem
feita às terras do Brasil
Literatura de los Catequistas
Fernão Cardim – Tratado da Terra e da
gente do Brasil
José de Anchieta (1534-1597) – Cartas,
nformaciones, fragmentos históricos y
sermones: De gentis Mendis de Sá, De
beata Virgine dei Matre Maria, Arte da
gramática da língua mais usada na costa
do Brasil; e os autos: Auto da pregação
universal, Na festa de São Lourenço, Na
visitação de Santa Isabel
Manuel da Nóbrega – Cartas do Brasil,
Diálogo sobre a conversão do gentio
Barroco
Bento Teixeira (1561-1600) –
Prosopopéia
Gregorio de Matos Guerra (1623-1696) –
Poesía sacra, Poesia lírica, Poesia satírica
( 2 volúmenes), Últimas.
Manuel Botelho de Oliveira (1636-1711)
– Música do Parnaso.
Frei Manuel de Santa María Itaparica
(1704 - ?) – Descrição da cidade da Ilha de
Itaparica, Estáquidos.
Padre Antônio Vieira (1608-1697) – Obra
compuesta de sermones (15 volumenes),
cartas y profecías (las principales: Sermão
pelo bom sucesso das almas de Portugal
contra as de Holanda, Sermão da
sexagésima, Sermão da primeira domings
da Quaresma, Sermão de Santo Antônio
aos peixes; y las profecías: Histórias do
futuro y clavis profhetarum.
Arcaísmo
Alvarenga Peixoto (1748-1793) – Enéias
no Lácio e obra poética esparsa
Basílio da Gama - (1740-1795) – O
Uruguai
Cláudio Manuel da Costa- (1729-1789) –
Obras, Vila Rica. Fábula do Ribeirão do
Carmo.
Santa Rita Durão - (1722-1784) –
Caramuru
Silva Alvarenga - (1749-1814) – Obras
poéticas, Glaura, O Desertor
Sousa Caldas (1762-1814) – Obra
esparsa (poemas, traducciones, cartas)
Tomás Antônio Gonzaga (1744-1810) –
Marilia de Dirceu, Cartas Chilenas, Tratado
de Direito Natural
Romanticismo (Poesía)
Primera generación
Gonçalves Dias – (1823-1864) –
Primeiros cantos, Segundos cantos,
Terceiros cantos, Os timbiras, Sextilhas de
Frei Antão (poesía); Leonor de Mendonça,
Beatriz Cenci, Patkull (teatro); Brasil y
Oceanía, Dicionário da língua tupi
Gonçalves de Magalhães – (1811-1882)
– Poesías: Suspiros poéticos y saudades,
A Confederación dos Tamoios (poesía);
Amância (romance); Antônio José ou O
poeta e a inquisição, Olgiato (teatro)
Manuel de Araújo Porto Alegre – (18061879) – Brasilianas, Colombo
Segunda generación
Álvares de Azevedo – (1831-1852) – Lira
dos vinte anos, O conde Lopo (poesía);
Noite na Taverna, O livro de Fra
Gondicario (prosa); Macário (teatro)
Casimiro de Abreu – (1839 -1860) – Las
primaveras (poesía); Camões e o Jaú
(teatro)
Fagundes Varela - (1841-1875) – Vozes
da América, Estandarte Auriverde, Cantos
do ermo e da cidade, Cantos religiosos,
Diário de Lázaro, Anchieta ou O evangelho
nas selvas
Junqueira Freire – (1832-1855) –
Inspirações do claustro
Tercera generación
Castro Alves – (1847-1871) – Espumas
flutuantes, os escravos, A cascata de
Paulo Afonso, Hinos do Equador (poesia),
Gonzaga ou A Revolução de Minas (teatro)
Soussândrade (Joaquim de Sousa
Andrade, 1833-1902) – Obras poéticas:
Harpa selvagem, Guesa errante
Tobias Barreto (1837-1889) – Dias e
noites
ROMANTICISMO (Prosa)
Bernardo Guimarães – (1825-1884) – O
ermitão de Muquém, Lendas e romances,
O garimpeiro, O seminarista, O índio
Afonso, A escrava Isaura, O pão de ouro,
Rosaura, a enjeitada, Jupira (romances),
Cantos da solidão (poesia)
Franklin Távora – (1842-1888) – A trindad
maldita, Os índios do Jaguaribe, A casa de
palha, Um casamento no arrabalde, O
cabelera, O matuto, Lourenço
Joaquim Manuel de Macedo – (18201882) – A moreninha, O moço loiro, Os
dois amores, Rosa, Vicentina, A carteira do
meu tio, A luneta mágica, As vítimas
algozes, Nina, A Namoradeira, Mulheres
de matilha, Um noivo e duas noivas
José de Alencar – (1829-1877) – Cinco
munitos, A viuvinha, Sonhos d’ouro,
Encarnação, Senhora, Diva, Lucila, A pata
da gazela (romances urbanos); As minas
de prata, A guerra dos mascates,
Alfarrábios (romances históricos), O
Sertanejo, O gaúcho (romances
regionalistas); Til, O tronco do Ipé
(romances rurales); Iracema, O Guarani,
Ubirajara (romances indigenistas), A noite
de São João, O crédito, Demônio familiar,
Verso e reverso, As asas de um anjo, Mãe,
O jesuíta (teatro)
Manuel Antônio de Almeida – (18311861) – Memórias de um sargento de
milícias
Visconde de Taunay (Alfredo
D’Escragnolle Taunay – 1843-1899) –
Inocência, A retirada da laguna, Lágrimas
do coraão, Histórias brasileiras
Teixeira de Souza – (1812-1861) –Os
filhos do pescador, Tardes de un pintor
ROMANTICISMO (teatro)
Martins Pena - (1815-1848) – O juiz de
paz na roça, O cinto acusador, A família e
a festa da roça, Os dois ou O inglês
maquinista, Judas em Sábado de Aleluia,
O diletante, O noviço, As casadas
solteiras, O cigano, Os ciúmes de um
pedestre, O usuário, A barriga do meu tio,
As desgraças de uma criança
Paulo Eiró – (1836-1871) – Sangue limpo
REALISMO
Artur Azevedo – (1855-1908) – Amor por
anexins, O dote, A princesa dos cajueiros,
O liberato, A moscote na roça, O tribofe,
Revelação de um segredo, A fantasia, A
capital Federal (teatro)
Machado de Assis - (1839-1908) –
Primera fase: Ressurreição, A mão e a
luva, Helena, Iaiá Garcia (romances);
Contos fluminense, Histórias da meia-noite
(cuentos); Crisálidas, Falenas, Americanas
(poesía). Segunda fase: Memórias
póstumas de Brás Cubas, Dom Casmurro,
Esaú e Jacó (romances); Várias histórias,
Páginas recolhidas, Relíquias de Casa
Velha (cuentos); Ocidentais (poesía); Hoje
avental, amanhã luva, Desencantos, O
caminho da porta, Quase ministro, Os
deuses de casaca , Uma ode de
Anacreonte, Tu, só tu, puro amor, Não
consultes médico (teatro). Póstumas:
Contos recolhidos, Contos esparsos,
Histórias sem data, Contos avulsos,
Contos esquecidos, Contos e crônicas,
Crônicas de Lélio, Outras relíquias, Novas
relíquias, A semana, Crítica teatral, Crítica
literária
Raul Pompéia – (1863-1895) – O Ateneu,
Uma tragédia no Amazonas, Agonia, As
jóias da Coroa (romances), Microscópicos
(cuentos), Canções sem metro (poesía)
NATURALISMO
Adolfo Caminha – (1867-1897) – A
normalista, O bom crioulo, Tentação
(romances); Judith, Lágrimas de um crente
(cuentos), Cartas literárias (crítica)
Aluísio Azevedo – (1857-1913) – Uma
lágrima de mulher, O mulato, Mistérios da
Tijuca, Casa de pensão, O cortiço, A
mortalha de Alzira, Memórias de um
condenado, Filomena Borges, O homem,
O coruja, O livro de uma sogra (romances);
Demônios (cuentos); O bom negro
(crónicas).
Domingos Olímpio – (1850-1906) –
Luzia-homem
Inglês de Sousa – (1853-1918) – O
cacaulista, Histórias de um pescador, O
coronel sangrado, O missionário
(romances); Cenas da vida amazônica
(cuentos)
Júlio Ribeiro – (1845-1890) – A carne,
Padre Belchior de Pontes.
Manuel de Oliveira Paiva - (1861-1892) –
Dona Guidinha do Poço, A afilhada
PARNASIANO
Alberto de Oliveira – (1857-1937) –
Canções românticas, Meridionais, Sonetos
e poemas, Poesias escolhidas, Versos e
rimas
Francisca Júlia – (1874-1920) –
Mármores, Esfinges
Olavo Bilac – (1865-1918) – Panóplias,
Sarças de fogo, Via láctea, Poesias
infantis, Alma inquieta, Tarde (poesía),
Crônicas e novelas (prosa) e Tratados de
Literatura
Raimundo Correia – (1859-1911) –
Primeiros Sonhos, Sinfonias, Versos e
versões, Aleluia, Poesias
Vicente de Carvalho – (1866-1924) –
Relicário, Rosa, rosa de amor
SIMBOLISMO
Alphonsus de Guimarães – (1870-1921)
– Septenário das dores de Nossa Senhora,
Dona mística, Kyriale, Pauvre lyre,
Pastoral aos crentes do amor e da morte,
Escada de Jacó, Pulves, Câmara ardente,
Salmos da noite
Cruz y Sousa – (1863-1898) – Broquéis,
Missal, Faróis, Evocação, Últimos sonetos
PRE-MODERNISMO
Augusto dos Anjos – (1884-1914) – Eu
(poesía)
Coelho Neto – (1864-1934) – A capital
federal, O rajá de Pendjab, O morto, O
paraíso, Tormenta, Esfinge (romances);
Rapsódias, Badadilhas, Álbum de Calibã,
Vida Mundana, Contos da vida e da morte
(cuentos).
Euclides da Cunha – (1866-1909) – Os
sertões, Contrastes e confrontos, Peru
versus Bolívia, A margem da história,
Canudos – diário de uma expedição
(ensayos historicos)
Graça Aranha – (1868-1931) – Canaã, A
viagem maravilhosa (romances); Malazarte
(teatro); A estrela da vida, Espírito
moderno, Futurismo (ensayos)
Lima Barreto – (1881-1922) –
Recordações do escrivão Isaías Caminha;
Triste fim de Policarpo Quaresma; Numa e
a ninfa, Vida e morte de M. J. Gonzaga de
Sá, Bagatelas, Os Bruzundangas, Clara
dos Anjos (romances); Coisas do reino de
Jambon (sátira); Feiras de Mafuás, Vida
urbana, Marginália (articulos y crónicas);
Diário íntimo, Cemitério dos vivos
(memorias); Impressões de leitura (crítica)
Monteiro Lobato – (1882-1948) – Urupês,
Cidades Mortas, Negrinha, O macaco que
se fez homem, O presidente negro, Idéias
de Jeca Tatu (prosa); Reinações de
Narizinha, O paço do Visconde, As
caçadas de Pedrinho (literatura infantil)
Raul de Leoni – (1895-1926) – Luz
mediterrânea (poesía)
MODERNISMO – Primera Fase
Antônio de Alcântara Machado – (19011935) – Pathé Baby, Brás, Bexiga e Barra
Funda, Laranja da China, Mana Maria,
Cavaquinho e saxofone (prosa)
Cassio Ricardo – (1895-1974) – Dentro
da noche, A flauta de Pã, Martim-Cererê.
Deixa estar, Jacaré, O sangue das horas,
Jeremias sem-chorar (poesía).
Guilherme de Almeida – (1890-1969) –
Nós, Messidor, Livro de horas de Sóror
Dolorosa, A flauta que eu perdi, A flor que
foi um homem, Raça (poesía)
Juó Bananère (Alexandre Ribeiro
Marcondes Machado) (1892-1933) – A
divina increnca (poesía)
Manuel Bandeira – (1886-1968) – Cinza
das horas, Carnaval, O rítmo dissoluto,
Libertinagem, Lira dos cinqüent’anos,
Estrela da manhã, Mafuá do malungo,
Opus 10, Estrela da tarde, Estrela da vida
inteira (poesía); Crônicas da província do
Brasil, Itinerário de Passárgada, Flauta de
papel (prosa)
Mário de Andrade – (1893-1945) –Há
uma gota de sangue em cada poema,
Paulicéia desvairada, Losango cáqui, Clã
do jabuti, Remate de males, Lira paulistana
(poesía); Macunaíma (rapsódia); Amar,
verbo intransitivo (romance); Belazarte,
Contos novos (cuentos); A escrava que
não é Isaura, Música, doce música,
Namoros com a medicina, O empalhador
de passarinho, Aspectos da literatura
brasileira, O baile das quatro artes
(ensayos); Os filhos da Candinha
(crónicas)
Menotti del Picchia – (1892-1988) – Juca
mulato, Moisés, Chuva de pedras (poesía),
O homem e a morte, Salomé, A tormenta
(romances)
Oswald de Andrade – (1890-1954) – PauBrasil, Primeiro caderno do aluno de
poesia Oswald de Andrade, Cântico dos
cânticos para flauta e violão (poesía),
Serafim Ponte Grande, Os condenados, A
estrela de absinto, A escada vermelha,
Memórias sentimentais de Jão Miramar,
Marco Zero (2 volúmenes) (romances), O
homem e o cavalo, A morta, O rei da vela
(teatro), Um homem sem profissão 1: sob
as ordens de mamãe (memorias).
Plínio Salgado - (1901-1975) – O
estrangeiro, O cavaleiro de Itararé
(romances).
Raul Bopp – (1898 – 1984) – Cobra
Norato, Urucungo (poesía)
Ronald de Carvalho - (1893-1935) – Toda
a América, Epigramas irônicos e
sentimentais, Luz gloriosa e sonetos
(poesía).
MODERNISMO (Segunda fase – Poesía)
Augusto Frederico Schmidt – (19061965) – Navio Perdido. Pássaro cego,
Desaparição da amada, Canto da noite,
Estrela solitária
Carlos Drummond de Andrade – (1902-
1987) – Alguma poesia, Brejo das Almas,
Sentimento do mundo, A rosa do povo,
Claro enigma, Viola de bolso, Fazendeiro
do ar, Viola de bolso novamente
encordoada, Lição de coisas, Versiprosa,
Boitempo, Reunião, As impurezas do
branco, Menino antigo, O marginal
Clorindo Gato, Corpo (poesía), Confissões
de Minas, O gerente, Contos de aprendiz
(prosa)
Cecília Meireles – (1901-1964) –
Espectros, Nunca mais, Metal rosicler,
Viagem, Vaga música, Mar absoluto,
Retrato natural, Romanceiro da
Inconfidência, Solombra, Ou isto ou aquilo
(poesía), Giroflê, giroflá, Escolha seu
sonho (prosa)
Jorge de Lima – (1895-1953) – XIV
alexandrinos, O mundo do menino
impossível, Tempo e eternidade (con
Murilo Mendes), Quatro poemas negros, A
túnica inconsútil, Livro de sonetos,
Anunciação, Encontro de Mira-Celi,
Invenção de Orfeu (poesía), Salomão e as
mulheres, Calunga, Guerra dentro do beco
(prosa)
Murilo Mendes – (1901-1975) – História
do Brasil, A poesia em pânico, O
visionário, As metamorfoses, Mundo
enigma, Poesia liberdade, Contemplação
de Ouro Preto (poesía), O discípulo dos
Emaús, A idade do serrote, Poliedro
(prosa)
Vinicius de Moraes – (1913-1980) - O
caminho para a distância, Forma e
exegese, Ariana, a mulher, Cinco elegias,
Para viver um grande amor (poesía), Orfeu
da Conceição (teatro)
MODERNISMO (Segunda fase – Prosa)
Cornélio Pena - (1896-1958) – Fronteira,
Repouso, A menina morta
Cyro dos Anjos - (1906) – O amanuense
Belmiro, Abdias, A montanha
Érico Veríssimo – (1905-1975) – Clarissa,
Música ao longe, Um lugar ao sol, Olhai os
lírios do campo, O resto é silêncio, Noite,
O tempo e o vento, (O continente, O
retrato e O arquipélago), O senhor
embaixador, Incidente em Antares
Graciliano Ramos – (1892-1953) –
Angústia, Caetés, São Bernardo, Vidas
secas, Infância, Insônia, Memórias do
Cárcere, Viagem
Jorge Amado – (1912) – O país do
Carnaval, Cacau, Suor, Capitães de Areia,
Jubiabá, Seara vermelha, Terras do semfim, São Jorge dos Ilhéus, O cavaleiro da
esperança, Gabriela, cravo e canela, Os
pastores da noite, Dona Flor e seus dois
maridos, Tenda dos milagres, Tieta do
agreste, Tereza Batista cansada de guerra,
Tocaia grande, O sumiço da santa
José Américo de Almeida – (1887-1980)
– A bagaceira, O boqueirão, Coiteros
José Lins do Rego – (1901-1957) –
Menino do engenho, Doidinho, Bangüê, O
moleque Ricardo, Usina, Pedra Bonita,
Fogo morto, Riacho doce, Pureza, Água
mãe, Eurídice
Lúcio Cardoso – (1913-1968) – Maleita,
Mãos vazias, O desconhecido, Crônica da
casa assassinada, O viajante
Marques Rebelo – ( 1907-1973) –
Oscarina, Marafa, A estrela sobe, O
espelho partido
Otávio de Faria – (1908-1980) – Tragédia
burguesa.
Patricia Galvão – (1910-1962) – Parque
industrial, A famosa revista (en
colaboración con Geraldo Ferraz).
Rachel de Queiroz – (1910) – O Quinze,
João Miguel, Caminho de Pedras, As três
Marias (romances), Lampião, A beata
Maria do Egito (teatro)
PÓS-MODERNISMO
Ariano Suassuna – (1927) – Auto da
compadecida, A pena e a lei, O santo e a
porca (teatro)
Clarice Lispector – (1925-1977) – Perto
do coração selvagem, O lustre, A maçã no
escuro, Laços de família, A legião
estrangeira, A paixão segundo G.H., Água
viva, A via crucis do corpo, a hora da
estrela, Um sopro de vida
Ferreira Gullar – (1930) – A luta corporal,
João Boa-Morte, Dentro da noite veloz,
Cabra marcado para morrer, Poema sujo
(poesía)
Geir Campos (1924) - Rosa dos rumos,
Canto claro, Operário do canto (poesía)
Guimarães Rosa – (1908-1967) –
Sagarana, Corpo de Baile, Grande sertão:
veredas, Primeiras estórias, Tutaméia,
Terceiras estórias, Estas estórias
João Cabral de Mello Neto – (1920) –
Pedra do sono, O engenheiro, Psicologia
da composição, Fábula de Anfion e
Antiode, O cão sem plumas, O rio, Morte e
vida severina, Uma faca só lâmina,
Quaderna, A educação pela pedra, Auto
do frade, Agrestes, Crime de la Calle
relator
Jorge Andrade - (1922 – 1984) A
moratória, Vereda da salvação, A escada,
Os ossos do barão, Senhora da boca do
lixo, Rastro atrás, Milagre na cela (teatro)
Lêdo Ivo – (1924) – O caminho sem
aventura, A morte do Brasil, Ninho de
cobra, As alianças, O sobrinho do general,
A noite misteriosa (poesía), Use a
passagem subterrânea (cuento)
Mauro Mota – (1912-1984) – Canto ao
meio, Elegias (poesía)
Nelson Rodrigues - (1912-1980) –
Vestido de noiva, Perdoa-me por me
traires, Álbum de família, Os sete gatinhos,
Viúva porém honesta, Bonitinha mas
ordinária, A falecida, Boca de ouro, Beijo
no asfalto, Toda nudez será castigada, A
serpente (teatro), O casamento (romance)
Periclés Eugênio da Silva Ramos –
(1919) – Sol sem tempo, Lamentação floral
(poesía)
PRODUCCIONES CONTEMPORANEAS
Adélia Prado – (1936) – Bagagem, O
coração disparado, Terra de Santa Cruz
(poesía), Cacos para um vitral, Os
componentes da banda (prosa)
Antônio Callado – (1917) – A madona de
cedro, Quarup, Reflexos do baile (prosa)
Augusto Boal – (1931) – Revolução na
América do Sul (teatro), Jane Spitfire
(prosa)
Augusto de Campos – (1931) – O rei
menos o reino, Caleidoscópio, Poemóbiles,
Poetamenos, Poesia completa, Ovonovelo,
Linguaviagem, Antologia Noigrandes
(poesía)
Autran Dourado – (1926) – A barca dos
homens, Ópera dos mortos, O risco do
bordado, Os sinos da agonia, Armas e
corações
Bernardo Élis – O tronco, Veranico de
janeiro (prosa)
Caio Fernando de Abreu – (1948-1996) –
Morangos mofados, Triângulo das águas
(prosa)
Chico Buarque de Holanda – (1944) –
Fazenda Modelo (prosa), Calabar (teatro
en colaboración con Ruy Guerra), Gota
d´água (teatro, en colaboración con Paulo
Pontes), Ópera do malandro (teatro),
Estorvo, Benjamin (prosa)
Dalton Trevisan – (1925) – O vampiro de
Curitiba, Desastres do amor, Guerra
Conjugal, A trombeta do anjo vingador,
Lincha tarado, Cemitério de elefantes
(cuentos)
Décio Pignatari - (1927) – O carrossel,
Rumo a Náusica, Poesia pois é poesia, O
rosto da memória
Dias Gomes – (1922) – O pagador de
promessas, O rei de Ramos, O santo
inquérito, Vargas (teatro), Odorico, o bem
amado (prosa)
Domingo Pellegrini Jr. – (1949) – Os
meninos, Paixões, As sete pragas, Os
meninos crescen (cuentos)
Eduardo Alves da Costa - (1936) - Poesia
viva, Salamargo (poesia), Fátima e o
velho, Chongas (prosa)
Edla Van Steen - Antes do amanhecer,
Cio, Memórias do medo, Corações
mordidos (prosa)
Esdras Do Nascimento - (1934) - Solidão
em família, Tiro na memória, Engenharia
do casamento, Paixão bem temperada,
Variante Gotemburgo, Os jogos da
madrugada (prosa)
Fernando Sabino - (1923) - O encontro
marcado, O grande mentecapto, O homem
nu, Deixa o Alfredo falar!, O gato sou eu
(prosa)
Geraldo Ferraz - (1906-1979) Doramundo, Km 63, (prosa)
Gianfrancesco Guarnieri - (1934) - Eles
não usam black-tie, Gimba, Arena conta
Zumbi y Arena conta Tiradentes (en
colaboración con Augusto Boal), Marta
Saré, Um grito parado no ar, Ponto de
partida (teatro)
Haroldo de Campos - (1929) - Auto do
processo, O âmago do ômega, Servidão
de passagem, Xadrez de estrelas, Poemas
em noites grandes, Galáxias (poesia)
Hilda Hilst - (1930) - Balada de Alzira,
Ode fragmentária, Sete cantos de poeta
para o anjo, Cantares de pedra e
predileção (poesía)
Ignácio de Loyola Brandão - (1937) Depois do sol, Bebel que a cidade comeu,
Pega eles, Silencio, Zero, Cães danados,
Cadeiras proibidas, Dentes ao sol, Não
verás país nenhum, É gol, Cabeças de 2ªfeira, O verde violentou o muro, O beijo
não vem da boca, A veia bailarina (prosa)
João Ubaldo Ribeiro - (1941) - Sargento
Getúlio, Vila Real, Viva o povo brasileiro
(prosa)
José Cândido de Carvalho - (1914) - O
coronel e o lobisomen (romance)
José Lino Grünewald - (1931) – Um e
dois (poesia)
José J. Veiga - (1915) - A hora dos
ruminantes, Os cavalinhos de platiplanto,
Sombras de reis barbudos (prosa)
José Mauro de Vasconcelos - (19201984) - Rosinha, minha canoa, Barro
blanco, As confissões de Frei Abóbora,
Meu pé de laranja-lima, Rua descalça
(prosa)
José Paulo Paes - (1916) - Poemas
reunidos, Anatomia da musa (poesia)
Josué Montello -(1917) - Janelas
fechadas, A luz da estrela morta, A décima
noite, Os tambores de São Luiz (prosa)
Lourenço Diaféria - (1933) - Um gato na
terra do tamborim, A morte sem colete
(prosa)
Luiz Fernando Veríssimo - (1936) - Amor
brasileiro, Pega pra Capitu, A mesa
voadora, Humor de sete cabeças, Ed Mort,
Sexo na cabeça, O analista de Bagé, O
gigolô das palavras, A velhinha de
Taubaté, O popular, A mãe de Freud, A
mulher do Silva (prosa)
Luiz Villela - (1943) - Tremor de terra,
Tarde da noite (cuentos).
Lía Luft - (1938) - As parceiras, A asa
esquerda do anjo, Reunião de família, O
quarto fechado (prosa), O lado fatal
(poesía)
Lygia Fagundes Telles - (1923) - Ciranda
de pedra, Verão no aquário, O jardin
selvagem, As meninas, Seminário dos
ratos, A disciplina do amor (prosa)
Márcio Souza - (1946) - Galvez, o
imperador do Acre, Mad Maria, A resistível
ascensão de Boto Tucuxi, A condolência
(prosa)
Marina Colassanti - (1937) - Eu sozinha,
E por falar de amor, A nova mulher, Mulher
daqui pra frente, Zoológico, A morada do
ser, Contos de amor rasgados, Uma idéia
toda azul (prosa)
Mário Chamie - (1936) - Lavra-Lavra,
Indústria, Now tomorrow mau,
Planoplenário (poesia)
Mário Palmerio - (1916) - Vila dos
Confins, Chapadão do Bugre (prosa)
Mário Quintana - (1906-1994) - Rua dos
cataventos, Sapato florido, O aprendiz de
feiticeiro, Apontamentos de história
sobrenatural, Canções, Caderno H
(poesia)
Mauro Gama - (1938) - Anticorpo, Corpo
verbal (poesia)
Millôr Fernandes - (1924) - Computa,
computador, computa. Trinta anos de mim
mesmo, Fábulas fabulosas, Compozissõis
infãtis, Que país é este? (prosa)
Moacyr Scliar - (1960) - O pirotécnico
Zacarias, O convidado (prosa)
Nélida Piñón - (1935) - A casa da paixão,
Sala de armas, A república dos sonhos
(prosa)
Oduvaldo Vianna Filho - (1936 - 1974) Chapetuba fútbol club, Corpo a corpo,
Rasga coração, Papa Highirte (teatro)
Osman Lins - (1924 - 1978) - Nove
novenas, O fiel e a pedra, Avalovara, A
rainha dos cárceres da Grécia
Paulo Leminski - (1944 - 1989) Caprichos e relaxos (poesia), Catatau
(prosa)
Paulo Mendes Campos - (1922) - A
palavra escrita, O domingo azul do mar, O
cego de Ipanema, Trinca de copas, O
cronista do morro (prosa)
Pedro Nava - (1903 - 1984) - Baú de
Ossos, Balão Cativo, O círio perfeito
(prosa)
Plínio Marcos - (1935) - Dois perdidos
numa noite suja, Navalha na carne, Abajur
lilás (teatro)
Renata Pallottini - (1931) - A casa, A faca
e a pedra, Noite a fora (poesia)
Ricardo Ramos - (1929) - Tempo de
espera, Os desertos, Toada para surdos,
As fúrias, O sobrevivente (prosa)
Ronaldo Azeredo - (1937) - Mínimo
múltiplo comum (poesia)
Rubem Braga – (1913-1990) – O homem
rouco, Ai de ti, Copacabana! (prosa)
Rubem Fonseca - (1925) – A coleira do
cão, Lúcia McCartney, Feliz ano novo, O
caso Morel, O cobrador, A grande arte, Os
prisioneiros, Bufo e Spallanzani (prosa)
Samuel Rawett - (1929 - 1984) - Contos
do imigrante, Os sete sonhos, O terreno de
uma polegada quadrada (prosa)
Stanislaw Ponte Preta (Sérgio Porto,
1923 – 1968) - Tia Zulmira e eu, Primo
Altamirando e elas, Rosamundo e os
outros, Febeapá - Festival de Besteiras
que assola o país (2 volúmenes), As
cariocas (prosa)
Thiago de Mello - (1926) - Narciso cego,
Vento geral, Faz escuro mas eu canto
porque a manhã vai chegar (poesia)
Principales fechas de la literatura brasileña
AÑO
HECHO
CONSECUENCIA
1500
Carta de Pero Vaz de Caminha.
Primera manifestación de la
literatura informativa.
1549
Cartas del jesuita Manoel da Nóbrega.
Primera manifestación de la
literatura de los jesuitas.
1601
Benito Teixeira publica "Prosopopéia".
Introducción de Brasil en la
poesía camoniana.
1633
Estreno del Padre Antônio Vieira en los
púlpitos de Bahía.
1705
Publicación de "Música do Parnaso" de
Manoel Botelho de Oliveira.
Primer libro impreso de autor
nacido en Brasil.
1768
Fundación de la Arcadia Ultramarina, en
Vil Ri
Mi
G i P bli
ió d
Inicio del Arcadismo.
1808
Llegada de la familia Real a Río de
Janeiro.
Inicio del período de
transición.
1836
Lanzamiento de la Revista "Niterói", en
P í
Inicio del Romanticismo.
1843
Gonçalves Dias escribe en Coimbra la
Canción del Exilio.
José de Alencar publica la novela
indianista "O Guarani"
1857
1857
José de Alencar publica la novela
indianista "O Guarani"
1868
Castro Alves escribe en São Paulo sus
principales poesías sociales, entre ellas:
"Estrofes do solitário", "Navio negreiro",
"Vozes d'África".
1870
Tobias Barreto lidera movimiento en la
Escuela de Recife.
Primeras manifestaciones
realistas.
1881
Publicación de "O mulato", de Aluizio de
Azevedo.
Primera novela naturalista de
Brasil
1881
Publicación de "Memórias Póstumas de
Brás Cubas", de Machado de Assis.
Primera novela realista de
Brasil e inicio del Realismo.
1893
Publicación de "Missal" (prosa) y
"Broquéis" (poesía), de Cruz e Souza.
Inicio del Simbolismo
1902
Publicación de "Os Sertões", de Euclides
da Cunha.
Inicio del Premodernismo.
Menotti del Pichia publica "Juca Mulato".
Manuel Bandeira publica "Cinzas das
horas"
Mário de Andrade publica "Há uma gota
de sangue em cada poema".
1917
Anita Malfatti hace su primera exposición
de pinturas.
Monteiro Lobato critica a la artista,y los
jóvenes que la defienden son los mismos
que, posteriormente, participaron en la
Semana de Arte Moderno.
1922
Realización de la Semana de Arte
Moderno, con tres espectáculos en el
Teatro Municipal de São Paulo, los dias
13, 15 y 17 de febrero. Mário de Andrade
recibe intensa rechifla al declamar
poesías de su libro "Paulicéia desvairada".
1930
Publicación de "Alguma Poesia", de
Carlos Drummond de Andrade.
Segunda generación del
Modernismo.
1945
La Generación de 45
Tercera generación del
Modernismo.
Relación de los miembros de la Academia Brasileña de Letras
Asiento Ocupantes
18 - Arnaldo Niskier (Presidente)
02 - Tarcísio Padilha (Secretario-General)
24 - Sábato Magaldi (Primero-Secretario)
08 - Antonio Olinto (Segundo-Secretario)
05 - Rachel de Queiroz (Tesorero)
31 - Geraldo França de Lima (Director de la Biblioteca)
40 - Evaristo de Moraes Filho (Director del Arquivo)
36 - João de Scantimburgo (Director de la Revista Brasileira)
27 - Eduardo Portella (Director de los Anales)
Miembros efectivos
30 - Nélida Piñon
33 - Afrânio Coutinho
17 - Antônio Houaiss
32 - Ariano Suassuna
20 - Aurélio de Lyra Tavares
06 - Barbosa Lima Sobrinho
01 - Bernardo Élis
35 - Cândido Mendes de Almeida
09 - Carlos Chagas Filho
04 - Carlos Nejar
11 - Celso Furtado
21 - Dias Gomes
15 - Padre Fernando Bastos de Ávila
03 - Herberto Sales
22 - Ivo Pitanguy
37 - João Cabral de Melo Neto
34 - João Ubaldo Ribeiro
23 - Jorge Amado
38 - José Sarney
29 - Josué Montello
10 - Ledo Ivo
12 - Dom Lucas Moreira Neves
16 - Lygia Fagundes Telles
19 - Marcos Almir Madeira
26 - Marcos Vinícius Vilaça
14 - Miguel Reale
28 - Oscar Dias Corrêa
39 - Roberto Marinho
07 - Sérgio Corrêa da Costa
13 - Sérgio Paulo Rouanet
25 - Alberto Venâncio Filho
Para informaciones adicionales:
Academia Brasileira de Letras
Av. Presidente Wilson, 203 - Centro
Rio de Janeiro, R.J. 20030-021
Tel.: (021) 220-5441
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