Literatura Brasileña Orígenes El estudio sobre los orígenes de la literatura brasileña debe hacerse teniendo en cuenta dos vertientes: la histórica y la estética. El punto de vista histórico está orientado en el sentido de que la literatura brasileña es una expresión de cultura generada en el seno de la literatura portuguesa. Como hasta hace muy poco tiempo eran muy pequeñas las diferencias entre la literatura de los dos países, los historiadores acabaron por enaltecer el proceso de la formación literaria brasileña, a partir de una multiplicidad de coincidencias formales y temáticas. La otra vertiente (la que destaca la estética como punto de partida para el análisis literario brasileño) realza las divergencias que desde el primer instante se acumularon en el comportamiento (como nativo y colonizado) del hombre americano, influyendo en la composición de la obra literaria. En otras palabras, considerando que la situación del colono tenía que resultar en una nueva concepción de la vida y de las relaciones humanas, con una visión propia de la realidad, la corriente estética valora el esfuerzo por el desarrollo de las formas literarias en Brasil, en busca de una expresión propia, lo más original posible. En resumen: establecer la autonomía literaria es descubrir los momentos en que las formas y artificios literarios se prestan a fijar la nueva visión estética de la nueva realidad. Así, la literatura, en vez de períodos cronólogicos, deberá dividirse, desde su principio, de acuerdo con los estilos correspondientes a sus diversas fases, del Quinientismo al Modernismo, hasta la fase de la contemporaneidad. Dos eras - La literatura brasileña tiene su historia dividida en dos grandes eras, que acompañan la evolución política y económica del país: la Era Colonial y la Era Nacional, separadas por un período de transición, que corresponde a la emancipación política de Brasil. Las eras representan subdivisiones llamadas escuelas literarias o estilos de época. La Era Colonial abarca el Quinientismo (de 1500, año del descubrimiento, a 1601), el Seiscentismo o Barroco (de 1601 a 1768), el Sietecentismo (de 1768 a 1808) y el período de Transición (de 1808 a 1836). La Era Nacional, a su vez, incluye el Romanticismo (de 1836 a 1881), el Realismo (de 1881 a 1893), el Simbolismo (de 1893 a 1922) y el Modernismo (de 1922 a 1945). A partir de entonces, lo que está en estudio es la contemporaneidad de la literatura brasileña. El Quinientismo Esta expresión es la denominación genérica de todas las manifestaciones literarias ocurridas en Brasil durante el siglo XVI, correspondiendo a la introducción de la cultura europea en tierras brasileñas. No se puede hablar de una literatura "de" Brasil, como característica del país en ese período, sino de literatura "en" Brasil una literatura vinculada a Brasil, pero que denota las ambiciones y las intenciones del hombre europeo. En el Quinientismo, lo que se demostraba era el momento histórico vivido por la Península Ibérica, que abarcaba una literatura informativa y una literatura de los jesuitas, como principales manifestaciones literarias en el siglo XVI. Los que producían literatura en dicho período estaban con los ojos dirigidos hacia las riquezas materiales (oro, plata, hierro, madera etc.) mientras que la literatura de los jesuitas se preocupaba con el trabajo de catequesis. Con excepción de la carta de Pero Vaz de Caminha, considerada el primer documento de la literatura en Brasil, las principales crónicas de la literatura informativa datan de la segunda mitad del siglo XVI, un hecho comprensible, ya que la colonización sólo puede ser contada a partir de 1530. La literatura jesuítica, por su lado, también caracteriza el final del Quinientismo, pues esos religiosos solamente pisaron el suelo brasileño en 1549. La literatura informativa, también llamada de literatura de los viajeros o de los cronistas, un reflejo de las grandes navegaciones, se empeña en hacer un registro de la Tierra Nueva, de su flora, fauna, de su gente. Es, por lo tanto, una literatura meramente descriptiva y, como tal, sin un gran valor literario. La principal característica de esa manifestación es la exaltación de la tierra, resultante del asombro del europeo, que venía de un mundo templado y se encontraba ante el exotismo y la exhuberancia de un mundo tropical. Con relación al lenguaje, el loor a la tierra aparece en el uso exagerado de adjetivos, casi siempre utilizados en el superlativo (bello es bellísimo, lindo es lindísimo etc). El mejor ejemplo de la escuela quinientista brasileña es Pero Vaz de Caminha. Su "Carta a El Rei Dom Manuel sobre o achamento do Brasil", además de un inestimable valor histórico, es un trabajo de buen nivel literario. El texto de la carta muestra claramente el doble objetivo que, según Caminha, impulsaba a los portugueses hacia las aventuras marítimas, es decir, a la conquista de los bienes materiales y a la dilatación de la fe cristiana. Literatura jesuita - Consecuencia de la Contrarreforma, la principal preocupación de los jesuitas era el trabajo de catequesis, un objetivo que determinó toda su producción literaria, tanto en la poesía como en el teatro. Aún así, desde el punto de vista estético, fue la mejor producción literaria del Quinientismo brasileño. Llamado por los indios de "Gran Piahy" (supremo guía espiritual blanco), Anchieta llegó a Brasil en 1553 y, en el año siguiente, fundó un colegio en el altiplano paulista, a partir del cual surgió la ciudad de São Paulo. Al realizar un agotador trabajo de catequesis, José de Anchieta dejó una fabulosa herencia literaria: la primera gramática tupí-guaraní, insuperable cartilla para la enseñanza de la lengua de los nativos; varios poemas en el estilo del verso medieval; y diversos autos, según el modelo dejado por el poeta portugués Gil Vicente, que agrega a la moral religiosa católica las costumbres indígenas, siempre con la preocupación de caracterizar los extremos, como el bien y el mal, el ángel y el diablo. El Barroco El Barroco en Brasil tiene su hito inicial en 1601, con la publicación del poema épico "Prosopopéia", de Bento Teixeira, que introduce definitivamente el modelo de la poesía camoniana en nuestra literatura. Se extiende por todo el siglo XVII y principios del XVIII. Aunque el Barroco brasileño sea datado de 1768, con la fundación de la Arcadia Ultramarina y la publicación del libro "Obras", de Claudio Manuel da Costa, el movimiento de academicismo adquirió fuerza a partir de 1724, con la fundación de la Academia Brasílica dos Esquecidos (Academia Brasileña de los Olvidados). Este hecho señala la decadencia de los valores defendidos por el Barroco y la ascensión del movimiento arcádico. El término barroco denomina genéricamente todas las manifestaciones artísticas de los años 1600 y principio de los años 1700. Además de la literatura, él se extiende a la música, pintura, escultura y arquitectura de la época. Antes del texto de Bento Teixeira, las señales más evidentes de la influencia de la poesía barroca en Brasil surgieron a partir de 1580 y empezaron a crecer en los años siguientes al dominio español en la Península Ibérica, ya que España es la responsable de la unificación de los reinos de la región, el principal foco irradiador del nuevo estilo poético. El cuadro brasileño se completa en el siglo XVII, con la presencia cada vez más fuerte de los comerciantes, con las transformaciones habidas en el Nordeste, como consecuencia de las invasiones holandesas y, por último, con el apogeo y la decadencia de la caña de azúcar. Una de las principales referencias del barroco brasileño es Gregorio de Matos Guerra, poeta de Bahía que cultivó con la misma belleza tanto el estilo culterano como el conceptista (el culteranismo es marcado por el lenguaje rebuscado, extravagante, mientras el conceptismo se caracteriza por el juego de ideas, de conceptos. El primero valora el pormenor, mientras que el segundo sigue un razonamiento lógico, racionalista). En la poesía lírica y religiosa, Gregorio de Matos deja claro un cierto idealismo renacentista, puesto al lado del conflicto (como era hábito en esa época) entre el pecado y el perdón, buscando la pureza de la fe, pero teniendo, al mismo tiempo, necesidad de vivir la vida mundana. Contradicción que lo ubicaba con perfección en la escuela barroca de Brasil. Antônio Vieira - Si por un lado Gregorio de Matos tocó las estructuras morales y la tolerancia de mucha gente - como del administrador portugués, del propio rey, del clero y de las costumbres de la propia sociedad de Bahía del siglo XVII - por otro, nadie ganó tantas críticas e enemistades como el "impío" Padre Antônio Vieira, detentor de un envidiable volumen de obras literarias, inquietantes para los modelos de la época. Políticamente, Vieira tenía contra él a la pequeña burguesía cristiana (por defender el capitalismo judaico y los cristianos-nuevos); a los pequeños comerciantes (por defender el monopolio comercial); y a los administradores y colonos (por defender a los indios). Esas posiciones, principalmente la defensa de los cristianos-nuevos, le costaron a Vieira una condenación de la Inquisición, por lo que estuvo preso de 1665 a 1667. La obra del Padre Antonio Vieira se puede dividir en tres tipos de trabajos: Profecías, Cartas y Sermones. Las Profecías constan de tres obras: Historia del Futuro, Esperanzas de Portugal y Clavis Prophetarum. En ellas se notan el sebastianismo y las esperanzas en que Portugal se volvería el "quinto imperio del Mundo". Según él, ese hecho estaba escrito en la Biblia. Aquí él demuestra su estilo alegórico de interpretación bíblica (una característica casi constante de los religiosos brasileños íntimos de la literatura barroca). Además, claro, de revelar un nacionalismo megalómano y una servidumbre fuera de lo común. Lo grueso de la producción literaria del Padre Antonio Vieira está en sus aproximadamente 500 cartas. Éstas tratan de las relaciones entre Portugal y Holanda, de la Inquisición y los cristianos nuevos y de la situación de la colonia, transformándose en importantes documentos históricos. Lo mejor de su obra, sin embargo, está en los 200 sermones. De estilo barroco conceptista, totalmente opuesto al Gongorismo, el predicador portugués juega con las ideas y los conceptos, según las enseñanzas de retórica de los jesuitas. Uno de sus principales trabajos es el Sermón de la Sexagésima, pronunciado en la Capilla Real de Lisboa, en 1655. La obra también quedó conocida como "La palabra de Dios". Polémico, dicho sermón resume el arte de predicar. Con él, Vieira trató de tocar a sus adversarios católicos, los gongorinos dominicanos, analizando en el sermón ""Por qué no Fructificaba la Palabra de Dios en la Tierra", atribuyéndoles la culpa. El Arcadismo El Arcadismo en Brasil empieza en 1768, con dos hechos marcados: la fundación de la Arcadia Ultramarina y la publicación de Obras, de Claudio Manuel da Costa. La escuela sietecentista, por cierto, se desarrolló hasta 1808, con la llegada de la Familia Real a Río de Janeiro, que, con sus medidas político-administrativas, permite la introducción del pensamiento prerromántico en Brasil. A principios del siglo XVIII empieza la decadencia del pensamiento barroco, para lo que contribuyeron varios factores, entre ellos, el cansancio del público con la exageración de la expresión barroca y del llamado arte cortesano, que se desarrolló desde el Renacimiento y alcanza, a mediados del siglo, una etapa estacionaria (y hasta decadente), perdiendo terreno para el subjetivismo burgués; el problema de la ascensión burguesa superó el problema religioso; surgen las primeras arcadias, que buscan la pureza y la simplicidad de las formas clásicas; los burgueses, como forma de combate al poder monárquico, empiezan el culto al "buen salvaje", en oposición al hombre corrompido por la sociedad. Gusto burgués - Así, la burguesía alcanza una posición de dominio en el campo económico y pasa a luchar por el poder político, entonces en las manos de la monarquía. Eso se refleja claramente en el campo social y de las artes: el antiguo arte ceremonial de las cortes cede su lugar al poder del gusto burgués. Se puede decir que la falta de substitutos para el Padre Antonio Vieira y Gregorio de Matos, que murieron en los últimos cinco años del siglo XVII, también fue un aspecto motivador del surgimiento del Arcadismo en Brasil. De cualquier manera, sus características en el país siguen la línea europea: el retorno a los modelos clásicos de la Antigüedad y del Renacimiento; la simplicidad; la poesía bucólica, pastoral; el fingimiento poético y el uso de pseudónimos. En cuanto al aspecto formal, la escuela se ve marcada por el soneto, los versos decasílabos, la rima optativa y la tradición de la poesía épica. El Arcadismo tiene como nombres principales: Claudio Manuel da Costa, Tomás Antonio Gonzaga, José de Santa Rita Durão y Basílio da Gama. El Romanticismo El Romanticismo empieza en Brasil en 1836, cuando Gonçalves de Magalhães publica en Francia la "Niterói - Revista Brasiliense", y en el mismo año lanza un libro de poemas románticos intitulado "Suspiros poéticos e saudades". En 1822, Don Pedro I consolida un movimiento que ya se sentía, de forma más inmediata, desde 1808: la independencia de Brasil. A partir de ese momento, el nuevo país necesita insertarse en el modelo moderno, acompañando a las naciones independientes de Europa y América. La imagen del portugués conquistador debería barrerse. Existía la necesidad de autoafirmación de la patria que se estaba formando. El ciclo de la minería había dado condiciones para que las familias más acaudaladas mandaran sus hijos a Europa, particularmente a Francia e Inglaterra, donde buscan soluciones para los problemas brasileños. El Brasil de entonces no llegaba ni siquiera cerca de la formación social de los países industrializados de Europa (burguesía/proletariado). La estructura social del pasado cercano (aristocracia/esclavo) aún prevalecía. En ese Brasil, según el historiador José de Nicola, "el ser burgués todavía no constituía una posición económica y social, sino un mero estado de espíritu, norma de comportamiento". Hito final - En ese período, Gonçalves de Magalhães viajaba por Europa. En 1836, él funda la revista Niterói, de la cual circularon solamente dos números, en París. En ella, él publica el "Ensayo sobre la historia de la literatura brasileña", considerado nuestro primer manifiesto romántico. Esa escuela literaria sólo tuvo su hito final en 1881, cuando fueron lanzadas las primeras novelas de tendencia naturalista y realista, como "O mulato", de Aluízio Azevedo, y "Memórias póstumas de Brás Cubas", de Machado de Assis. Manifestaciones del movimiento realista, por cierto, ya estaban ocurriendo bastante antes del principio de la decadencia del Romanticismo, como, por ejemplo, el liderado por Tobías Barreto desde 1870, en la Escuela de Recife. El Romanticismo, como se sabe, se define como un modismo en las letras universales a partir de los últimos 25 años del siglo XVIII. La segunda mitad de ese siglo, con la industrialización modificando las antiguas relaciones económicas, lleva Europa a una nueva composición del cuadro político y social, que tanto había influenciado los tiempos modernos. A eso se debe la importancia que los modernistas dieron a la Revolución Francesa, tan exaltada por Gonçalves de Magalhães. En su "Discurso sobre la historia de la literatura de Brasil", él dice: "... He aquí como Brasil dejó de ser colonia y fue después elevado a la categoría de Reino Unido. Sin la Revolución Francesa, que tanto esclareció a los pueblos, ese paso tan pronto no se daría..." La clase social se esboza en dos clases distintas y antagónicas, aunque haya actuado paralelamente durante la Revolución Francesa: la clase dominante, ahora representada por la burguesía capitalista industrial, y la clase dominada, representada por el proletariado. El Romanticismo fue una escuela burguesa de carácter ideológico, a favor de la clase dominante. Es por eso que el nacionalismo, el sentimentalismo, el subjetivismo y el irracionalismo - características marcadas del Romanticismo inicial - no se pueden analizar separadamente, sin hacer una referencia a su carga ideológica. Nuevas influencias - En Brasil, el momento histórico en el que ocurre el Romanticismo tiene que verse a partir de las últimas producciones arcádicas, caracterizadas por la sátira política de Gonzaga e Silva Alvarenga. Con la llegada de la Corte, Río de Janeiro pasa por un proceso de urbanización, volviéndose un campo propicio a la divulgación de las nuevas influencias europeas. La colonia marchaba hacia la independencia. Después de 1822, crece en el Brasil independiente el sentimiento de nacionalismo, se busca el pasado histórico, se exalta la naturaleza patria. En realidad, características que ya eran cultivadas en Europa, y que se encajaron perfectamente en la necesidad brasileña de ofuscar profundas crisis sociales, financieras y económicas. De 1823 a 1831, Brasil vivió un período conturbado, como reflejo del autoritarismo de Don Pedro I: la disolución de la Asamblea Constituyente; la Constitución otorgada; la Confederación del Ecuador; la lucha por el trono portugués contra su hermano Don Miguel; la acusación de haber mandado asesinar a Líbero Badaró y, finalmente, la abolición de la esclavitud. Sigue el período de la Regencia y la mayor edad prematura de Pedro II. Es en este ambiente confuso e inseguro que surge el Romanticismo brasileño, cargado de lusofobia y, principalmente, de nacionalismo. En el final del Romanticismo brasileño, a partir de 1860, las transformaciones económicas, políticas y sociales conducen a una literatura más cercana de la realidad; la poesía refleja las grandes agitaciones, como la lucha abolicionista, la Guerra del Paraguay, el ideal de República. Es la decadencia del régimen monárquico y la aparición de la poesía social de Castro Alves. En el fondo, una transición hacia el Realismo. El Romanticismo presenta una característica inusitada: revela nítidamente una evolución en el comportamiento de los autores románticos. La comparación entre los primeros y los últimos representantes de esa escuela muestra rasgos peculiares a cada fase, pero discrepantes entre sí. En el caso brasileño, por ejemplo, hay una distancia considerable entre la poesía de Gonçalves Dias y la de Castro Alves. A eso se debe la necesidad de dividir el Romanticismo en fases o generaciones. En el Romanticismo brasileño podemos reconocer tres generaciones: la generación nacionalista o indianista; la generación del "mal del siglo" y la "generación condorera". La primera (nacionalista o indianista) es marcada por la exaltación de la naturaleza, la vuelta al pasado histórico, medievalismo, creación del héroe nacional en la figura del indio, de donde surgió la denominación "generación indianista". El sentimentalismo y la religiosidad son otras características presentes. Entre los principales autores se destacan Gonçalves de Magalhães, Gonçalves Dias y Araújo Porto. Egocentrismo - La segunda (del mal del siglo, también llamada de generación byroniana, de Lord Byron) es impregnada de egocentrismo, negativismo bohemio, pesimismo, duda, desilusión adolescente y tedio constante. Su tema preferido es la fuga de la realidad, que se manifiesta en la idealización de la infancia, en las vírgenes soñadas y en la exaltación de la muerte. Los principales poetas de esa generación fueron Álvares de Azevedo, Casimiro de Abreu, Junqueira Freire y Fagundes Varela. La generación condorera, caracterizada por la poesía social y libertaria, refleja las luchas internas de la segunda mitad del reinado de Don Pedro II. Esa generación sufrió intensamente la influencia de Víctor Hugo y de su poesía político-social, por eso es conocida como generación hugoniana. El término condorerismo es una consecuencia del símbolo de libertad adoptado por los jóvenes románticos: el cóndor, águila que habita la parte más alta de la Cordillera de los Andes. Su principal representante fue Castro Alves, seguido por Tobías Barreto y Sousândrade. Otras dos variaciones literarias del Romanticismo merecen realce: la prosa y el teatro romántico. José de Nicola demostró cuales eran las explicaciones para la aparición y el desarrollo de la novela en Brasil: "La importación o simple traducción de novelas europeas; la urbanización de Río de Janeiro, transformado, entonces, en Corte, creando una sociedad consumidora representada por la aristocracia rural, profesionales liberales, jóvenes estudiantes, todos en busca de entretenimiento; el espíritu nacionalista en consecuencia de la independencia política que exigía un "color local" para los argumentos; el periodismo viviendo su primer gran impulso y la divulgación masiva en folletines; el avance del teatro nacional." Las novelas respondían a las exigencias de ese público lector; giraban alrededor de la descripción de las costumbres urbanas, o de amenidades de las zonas rurales, o de imponentes salvajes, presentando personajes idealizados por la imaginación e ideología románticas, con los cuales el lector se identificaba, viviendo una realidad que le convenía. Un pequeño número de obras, sin embargo, huyó de ese modelo, como "Memórias de um Sargento de Milícias", de Manuel Antônio de Almeida, y hasta "Inocência", del Vizconde de Taunay. Cuando se considera la mera cronología, la primera novela brasileña fue "O Filho do pescador", publicado en 1834, escrita por Teixeira de Souza (1812-1881). Pero se trataba de una novela sentimentalista, de argumento confuso, que no sirve para definir las líneas que la novela romántica seguiría en la literatura brasileña. Es por ello, sobre todo por la aceptación obtenida del público lector, precisamente por haber modelado el gusto de dicho público o correspondido a sus expectativas, que se convencionó adoptar la novela "A Moreninha", de Joaquim Manuel de Macedo, publicada en 1844, como la primera novela brasileña. Entre las características básicas de la prosa romántica se destacan, además de Joaquim Manuel de Macedo, Manuel Antônio de Almeida y José de Alencar. Almeida, por cierto, con las Memórias de um Sargento de Milícias, realizó una obra totalmente innovadora para su época, exactamente cuando Macedo dominaba el ambiente literario. Las peripecias de un sargento descritas por él pueden considerarse como la verdadera novela de costumbres del Romanticismo brasileño, pues abandona la visión de la burguesía urbana y retrata al pueblo con toda su simplicidad. "Casamiento" - José de Alencar, a su vez, aparece en la literatura brasileña como el consolidador de la novela; un ficcionista que cae en el agrado popular. Su obra es un retrato fiel de sus posiciones políticas y sociales. Él defendía el casamiento entre el nativo y el europeo colonizador, en un intercambio de favores: unos ofrecían la naturaleza virgen, un suelo espléndido; otros, la cultura. De la suma de esos factores resultaría un Brasil independiente. "O guarani" es el mejor ejemplo, cuando se observa la relación del principal personaje de la obra, el indio Peri, con la familia de Don Antônio de Mariz. Este juego de intereses entre el indio y el europeo, propuesto por Alencar, aparece también en "Iracema" (un anagrama de la palabra América), en la relación de la india con el portugués Martim. Moacir, hijo de Iracema y Martim, es el primer brasileño fruto de ese casamiento. José de Alencar diversificó tanto su obra que hizo posible una clasificación por modalidades: novelas urbanas o de costumbres (retratando a la sociedad carioca de su época - el Río del II Reinado); novelas históricas, dos, en realidad, volcadas en el período colonial brasileño ("As minas de prata" y "A guerra dos mascates"); novelas regionales ("O sertanejo" y "O gaúcho"); novelas rurales ("Til" y "O tronco do ipê"); y novelas indianistas, que trajeron una mayor popularidad al escritor ("O Guarani", "Iracema" y "Ubirajara"). Realismo y Naturalismo "El Realismo es una reacción contra el Romanticismo: el Romanticismo era la apoteosis del sentimiento - el Realismo es la anatomía del carácter. Es la crítica del hombre. Es el arte que nos pinta ante nuestros propios ojos - para condenar lo que había de malo en nuestra sociedad". Al acuñar este concepto, Eça de Queiroz sintetizó la visión de vida que los autores de la escuela realista tenían del hombre durante e inmediatamente después de la declinación del Romanticismo. Este estilo de época tuvo una anterior: los románticos Castro Alves, Sousândrade y Tobías Barreto, aunque hicieran una poesía romántica en la forma y en la expresión, utilizaban temas dirigidos hacia la realidad político-social de la época (fines de la década de 1860). Asimismo, algunas producciones de la novela romántica ya apuntaban hacia un nuevo estilo en la literatura brasileña, como algunas obras de Manuel Antônio de Almeida. Franklin Távora y Vizconde de Taunay. Empezaba a abandonarse el Romanticismo, mientras surgían las primeras señales del Realismo. En la década de los 70 surge la llamada Escuela de Recife, con Tobías Barreto, Silvio Romero y otros, acercándose a las ideas europeas vinculadas al positivismo, al evolucionismo y, principalmente, a la filosofía. Son los ideales del Realismo que encontraban eco en el conturbado momento histórico vivido por Brasil, bajo el signo del abolicionismo, del ideal republicano y de la crisis de la Monarquía. En Brasil se considera 1881 como el año inaugural del Realismo. De hecho, ese fue un año fértil para la literatura brasileña, con la publicación de dos novelas fundamentales, que modificaron el curso de nuestras letras: Aluízio Azevedo publica "O mulato", considerada la primera novela naturalista de Brasil: Machado de Assis publica "Memórias Póstumas de Brás Cubas", la primera novela realista de nuestra literatura. En la división tradicional de la historia de la literatura brasileña, el año considerado como fecha final del Realismo es 1893, con la publicación de "Missal" y "Broquéis", ambos de Cruz e Sousa, obras inaugurales del Simbolismo, pero no el fin del Realismo y de sus manifestaciones en la prosa - con las novelas realistas y naturalistas - y en la poesía, con el Parnasianismo. "Príncipe de los poetas" - Asimismo, el principio del Simbolismo, en 1893, no representó el fin del Realismo, porque algunas obras realistas fueron publicadas después de esa fecha, como "Dom Casmurro", de Machado de Assis, en 1900, y "Esaú e Jacó", del mismo autor, en 1904. Olavo Bilac, llamado "príncipe de los poetas", obtuvo esta distinción en 1907. La Academia Brasileña de Letras, templo del Realismo, también fue inaugurada posteriormente a la fecha-hito del fin del Realismo: 1897. En realidad, en los últimos veinte años del siglo XIX y en los primeros del siglo XX, tres estéticas se desarrollan paralelamente: el Realismo y sus manifestaciones, el Simbolismo y el Premodernismo, que sólo conocen el golpe fatal en 1922, con la Semana de Arte Moderno. El Realismo refleja las profundas transformaciones económicas, políticas, sociales y culturales de la segunda mitad del siglo XIX. La Revolución Industrial, iniciada en el siglo XVIII, entra en una nueva fase, caracterizada por la utilización del acero, del petróleo y de la electricidad; al mismo tiempo, el avance científico conduce a nuevos descubrimientos en los campos de la física y de la química. El capitalismo se estructura en moldes modernos, con la aparición de grandes complejos industriales, aumentando la masa obrera urbana, y formando una población marginada, que no participa de los beneficios del progreso industrial, sino que, al contrario, es explotada y sujeta a condiciones subhumanas de trabajo. Brasil también pasa por cambios radicales, tanto en el campo económico como el político-social, en el período comprendido entre 1850 y 1900, aunque con profundas diferencias materiales, si se comparan con las de Europa. La campaña abolicionista se intensifica a partir de 1850; la Guerra del Paraguay (1864/1870) tiene como consecuencia el pensamiento republicano (el Partido Republicano fue fundado en el año en que terminó esa guerra); la Monarquía vive una vertiginosa decadencia. La Ley Áurea, de 1888, no resolvió el problema de los negros, pero creó una nueva realidad: el fin de la mano de obra esclava y su substitución por la mano de obra asalariada, representada, en la época, por los grupos de inmigrantes europeos que venían a trabajar en el cultivo cafetalero, lo que dio origen a una nueva economía dirigida hacia el mercado externo, pero ahora ya sin la estructura colonialista. Raúl Pompéia, Machado de Assis y Aluízio Azevedo se transformaron en los principales representantes de la escuela realista en Brasil. Ideológicamente, los autores de ese período son antimonárquicos, asumiendo una defensa clara del ideal republicano, como en las novelas "O mulato", "O cortiço" y "O Ateneu", que niegan la burguesía a partir de la familia. La expresión Realismo es una denominación genérica de la escuela literaria, que contiene tres tendencias distintas: "novela realista", "novela naturalista" y "poesía parnasiana". La novela realista fue ampliamente cultivada en Brasil por Machado de Assis. Se trata de una narrativa más preocupada con el análisis psicológico, haciendo la crítica a la sociedad a partir de la conducta de determinados personajes. Para tener una idea, vemos que las cinco novelas de la fase realista de Machado de Assis presentan nombres propios en sus títulos ("Brás Cubas", "Quincas Borba", "Dom Casmurro", "Esaú e Jacó", y "Aires"). Esto revela una clara preocupación con el individuo. La novela realista analiza la sociedad por arriba. En otras palabras: sus personajes son capitalistas, pertenecen a la clase dominante. La novela realista es documentaria, retrato de una época. Naturalismo La novela naturalista, a su vez, fue cultivada en Brasil por Aluízio Azevedo y Júlio Ribeiro. Aquí también puede incluirse a Raul Pompéia, pero su caso es muy particular, pues su novela "O Ateneu" a veces presenta características naturalistas, otras veces realistas, y otras impresionistas. La narrativa naturalista es marcada por el fuerte análisis social, a partir de grupos humanos marginados, valorando lo colectivo. Los títulos de las obras naturalistas presentan casi siempre la misma preocupación: "O mulato", "O cortiço", "Casa de pensão", "O Ateneu". El Naturalismo presenta novelas experimentales. La influencia de Charles Darwin se deja sentir en la máxima, según la cual el hombre es un animal; por lo tanto, antes de usar la razón se deja llevar por los instintos naturales, no pudiendo ser reprimido en sus manifestaciones instintivas, como el sexo, por la moral de la clase dominante. La constante represión conduce a taras patológicas, tan del gusto del Naturalismo. En consecuencia, esas novelas son más osadas y equivocadamente tachadas, por algunos, de pornográficas, presentando descripciones minuciosas de actos sexuales, tocando, incluso, en temas prohibidos, como el homosexualismo tanto masculino ("O Ateneu"), como femenino ("O cortiço"). El Parnasianismo La poesía parnasiana se preocupa con la forma y la objetividad, con sus sonetos alejandrinos perfectos. Olavo Bilac, Raimundo Correia y Alberto de Oliveira forman la trinidad parnasiana. El Parnasianismo es la manifestación poética del Realismo, dicen algunos estudiosos de la literatura brasileña, aunque ideológicamente no mantenga todos los puntos de contacto con los novelistas realistas y naturalistas. Sus poetas estaban al margen de las grandes transformaciones de fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Culto a la forma - La nueva estética se manifiesta a partir del final de la década de 1970, prolongándose hasta la Semana de Arte Moderno. En algunos casos llegó a pasar del año de 1922 (no considerando, claro está, el neoparnasianismo). Objetividad temática y culto a la forma: he ahí la receta. La forma fija representada por los sonetos; la métrica de los versos alejandrinos perfectos; la rima rica, rara y perfecta. Todo esto como negación de la poesía romántica de los versos libres y blancos. En suma, el endiosamiento de la forma. El Simbolismo Es común entre críticos e historiadores afirmar que Brasil no tuvo un momento típico para el Simbolismo, siendo esa escuela literaria la más europea entre las que tuvieron seguidores nacionales, comparada con las demás. Por eso fue llamada de "producto de importación". El Simbolismo en Brasil empieza en 1893 con la publicación de dos libros; "Missal" (prosa) y "Broquéis" (poesía), ambos del poeta catarinense Cruz y Souza, y se extiende hasta 1922, cuando se realizó la Semana de Arte Moderno. El inicio del Simbolismo no se puede entender como el fin de la escuela anterior, el Realismo, pues a fines del siglo XIX y principios del siglo XX existen tres tendencias que marchan paralelas: Realismo, Simbolismo y Premodernismo, con el aparecimiento de algunos autores preocupados en denunciar la realidad brasileña, entre ellos, Euclides da Cunha, Lima Barreto y Monteiro Lobato. Fue la Semana de Arte Moderno la que marcó el fin de todas las estéticas anteriores y trazó, de forma definitiva, nuevos rumbos para la literatura de Brasil. Transición - El Simbolismo, en términos genéricos, refleja un momento histórico sumamente complejo, que marcaría la transición al siglo XX y la definición de un nuevo mundo, consolidado a partir de la segunda década de este siglo. Las últimas manifestaciones simbolistas y las primeras producciones modernistas son contemporáneas de la Primera Guerra Mundial y de la Revolución Rusa. En este marco de conflictos e insatisfacciones mundiales (que provocó el aparecimiento del Simbolismo) era natural que se imaginara que no había motivos para que Brasil desarrollara una escuela de época como esa. Pero es interesante notar que los orígenes del Simbolismo brasileño nacieran en una región marginada por la élite cultural y política: el Sur - que fue la que sufrió más con la oposición a la recién nacida república, aún impregnada de conceptos, teorías y prácticas militares. La República de entonces no era la que se deseaba. Y Río Grande del Sur, donde la insatisfacción fue más intensa, se tranformó en el escenario de luchas sangrientas que empezaron en 1893, el mismo año del inicio del Simbolismo. La Revolución Federalista (1893 a 1895), que empezó como una disputa regional, adquirió dimensión nacional al oponerse al gobierno de Floriano Peixoto, generando escenas de violencia y crueldad extremas en Río Grande del Sur, Santa Catarina y Paraná. Además, surgió la Revuelta de la Armada, un movimiento rebelde que exigió la renuncia de Floriano, en la que combatió principalmente la Marina brasileña. Al lograr dominar a los rebeldes, el presidente consiguió consolidar la República. Ese ambiente probablemente representó el origen del Simbolismo, señalado por frustraciones, angustias, falta de perspectivas, rechazando el hecho y privilegiando al sujeto. Y esto es importante, pues la principal característica de dicho estilo de época fue precisamente la negación del Realismo y sus manifestaciones. La nueva estética niega el cientificismo, el materialismo y el racionalismo. Además, valora las manifestaciones metafísicas y espirituales, o sea, el extremo opuesto del Naturalismo y del Parnasianismo. "Dante Negro - Es imposible referirse al Simbolismo sin reverenciar a sus dos grandes exponentes: Cruz e Souza y Alphonsus de Guimarães. Por cierto, no sería exageración afirmar que ambos fueron el propio Simbolismo. Especialmente el primero, llamado, entonces, de "cisne negro" o "Dante negro". Siendo la figura más importante del Simbolismo brasileño, los especialistas dicen que sin él no habría estética en Brasil. Como poeta, tuvo solamente un volumen publicado en vida: "Broquéis" (los otros dos volúmenes de poesía son póstumos). Tuvo una carrera muy rápida, a pesar de ser considerado uno de los mayores nombres del Simbolismo universal. Su obra presenta una evolución importante: a medida que abandona el subjetivismo y la angustia iniciales, avanza a posiciones más universalizantes - su producción inicial habla del dolor y del sufrimiento del hombre negro (comentarios personales, pues era hijo de esclavos), pero evolucionó al sufrimiento y a la angustia del ser humano. Ya Alphonsus de Guimarães prefirió mantenerse fiel a un "triángulo" que caracterizó toda su obra: misticismo, amor y muerte. La crítica lo considera el poeta más místico de nuestra literatura. El amor por la novia, que murió en la víspera del casamiento, y su profunda religiosidad y devoción por la Virgen María provocó, y no podría dejar de ser así, un misticismo que llegaba al borde de la exageración. Un ejemplo es el "Setenário das dores de Nossa Senhora", en donde él da testimonio de su devoción por la Virgen. La muerte aparece en su obra como un único medio de alcanzar la sublimación y acercarse a Constancia - la novia muerta - y a la Virgen. Por eso el amor aparece siempre espiritualizado. La propia decisión de aislarse en Mariana, ciudad del Estado de Minas, que él mismo consideró su "torre de marfil", es una actitud simbolista. El Premodernismo Lo que se acordó llamar de premodernismo en Brasil no constituye una escuela literaria. Premodernismo es, en verdad, un término genérico que designa toda una vasta producción literaria, que caracteriza los primeros veinte años de este siglo. En él se encuentran las más variadas tendencias y estilos literarios - desde los poetas parnasianos y simbolistas, que seguían produciendo, hasta escritores que empezaban a desarrollar un nuevo regionalismo, algunos preocupados con una literatura política, y otros con propuestas realmente innovadoras. Es grande la lista de los autores que pertenecieron al premodernismo, pero indiscutiblemente merecen realce: Euclides da Cunha, Lima Barreto, Graça Aranha, Monteiro Lobato y Ausgusto dos Anjos. Así, se puede decir que esa escuela empezó en 1902, con la publicación de dos libros: "Os sertões", de Euclides da Cunha, y "Canaã", de Graça Aranha, y se extiende a 1922, hasta la realización de la Semana de Arte Moderno. Pese a que el premodernismo no constituya una escuela literaria, presentando individualidades muy fuertes, con estilos a veces antagónicos - como en el caso, por ejemplo, de Euclides da Cunha y Lima Barreto - se notan algunos puntos en común entre las principales obras premodernistas; a) eran obras innovadoras, que planteaban una ruptura con el pasado, con el academicismo; b) se distinguían por la denuncia de la realidad brasileña, negando el Brasil literario, heredado del Romanticismo y del Parnasianismo. El gran tema del premodernismo es el Brasil no oficial del campo agreste nordestino, de los caboclos del interior, de los suburbios; c) acentuaban el regionalismo, con lo que los autores acabaron por montar un gran mosaico brasileño: el Norte y el Nordeste en las obras de Euclides da Cunha, el Valle del Río Paraíba y el interior paulista en los textos de Monteiro Lobato, el Estado de Espíritu Santo, retratado por Graça Aranha, o el suburbio carioca, temática invariable de la obra de Lima Barreto; d) difundieron los tipos humanos marginados, cuyo perfil, desconocido hasta entonces, o despreciado cuando era conocido, fue ampliado - el habitante del sertão nordestino, el campesino, los empleados públicos, el mulato; e) trazaron un vínculo entre los hechos políticos, económicos y sociales contemporáneos, acercando la ficción a la realidad. Esos escritores acabaron por producir un redescubrimiento de Brasil, más cerca de la realidad, y pavimentaron el camino para el período literario siguiente, el Modernismo, iniciado en 1922, que acentuó definitivamente la ruptura con lo que hasta entonces se conocía como literatura brasileña. La Semana de Arte Moderno El Modernismo, como tendencia literaria o estilo de época, tuvo su prenuncio con la realización de la Semana de Arte Moderno en el Teatro Municipal de São Paulo, los días 13, 15 y 17 de febrero de 1922. Idealizada por un grupo de artistas, la Semana pretendía colocar a la cultura brasileña al tanto de las corrientes de vanguardia del pensamiento europeo, al mismo tiempo en que predicaba la toma de conciencia de la realidad brasileña. El Movimiento no debe verse solamente desde el punto de vista artístico, como recomiendan los historiadores y críticos especializados en historia de la literatura brasileña, sino también como un movimiento político y social. El país estaba dividido entre lo rural y lo urbano. Pero el bloque urbano no era homogéneo. Las principales ciudades brasileñas, particularmente São Paulo, conocían una rápida transformación como consecuencia del proceso industrial. La Primera Guerra Mundial fue la responsable del primer brote de industrialización y consecuente urbanización. Brasil contaba con 3,358 industrias en 1907. En 1920, ese número saltó a 13,336. Eso significó el surgimiento de una burguesía industrial cada día más fuerte, pero marginada por la política económica del gobierno federal, volcada en la producción y exportación de café. Inmigrantes - Al mismo tiempo, el número de inmigrantes crecía considerablemente, especialmente los italianos, distribuyéndose entre las zonas productoras de café y las zonas urbanas, donde estaban las industrias. De 1903 a 1914, Brasil recibió nada menos que 1,5 millón de inmigrantes. En los centros urbanos se creó una capa de población considerable, presionada por los barones del café y la alta burguesía, por un lado, y por la clase obrera, por el otro. Surge una pequeña burguesía industrial, formada por empleados públicos, comerciantes, profesionales liberales y militares, entre otros, creando una masa políticamente "ruidosa" y reivindicatoria. La falta de homogeneidad en el bloque urbano tiene origen en algunos aspectos del comportamiento de la clase obrera. Los inmigrantes de origen europea traen sus experiencias de lucha de clases. Por lo general, esos trabajadores eran anarquistas, y sus acciones resultaban, casi siempre, en huelgas y tensiones sociales de todo tipo, entre 1905 y 1917. Un año después, cuando ocurrió la Revolución Rusa, los artículos en la prensa sobre ese tema se volvieron cada vez más comunes. El partido comunista sería fundado en 1922. Desde entonces, se daría la declinación de la influencia anarquista en el movimiento obrero. De esta manera, circulaban por la ciudad de São Paulo, en una misma acera, un barón del café, un obrero anarquista, un padre, un burgués, un nordestino, un profesor, un negro, un comerciante, un abogado, un militar, etc., formando, de hecho, una "paulicéia desvairada" [ciudad de São Paulo desatinada] (título de una célebre obra de Mário de Andrade). Ese desfile inusitado y variado de tipos humanos sirvió de escenario ideal para la realización de un evento que mostraría un arte innovador que rompería con las viejas estructuras literarias vigentes en el país. El Modernismo - (primera fase) El período de 1922 a 1930 es el más radical del movimiento modernista, precisamente como consecuencia de la necesidad de definiciones y de la ruptura con todas las estructuras del pasado. A eso se debe el carácter anárquico de esta primera fase modernista y su fuerte sentido destruidor. Al mismo tiempo en que busca lo moderno, lo original y lo polémico, el nacionalismo se manifiesta en sus múltiples facetas: un retorno a los orígenes, a la investigación de las fuentes quinientistas, a la búsqueda de una lengua brasileña (lengua hablada por el pueblo en las calles), las parodias, en un intento de repensar la historia y la literatura brasileñas, y a la valoración del indio verdaderamente brasileño. Es el tiempo de los manifiestos nacionalistas del Pau-Brasil (el Manifiesto del Pau Brasil [palo Brasil], escrito por Oswald de Andrade en 1924, propone una literatura sumamente vinculada a la realidad brasileña) y de la Antropofagia, dentro de la línea liderada por Oswald de Andrade. Pero también había los manifiestos del Verde-Amarelismo y el del Grupo da Anta, que traen la semilla del nacionalismo fascista encabezado por Plínio Salgado. A fines de la década de los 20, la postura nacionalista presenta dos vertientes distintas: de un lado, un nacionalismo crítico, consciente, de denuncia de la realidad brasileña e identificado políticamente con las izquierdas; del otro, el nacionalismo ufano, utópico, exagerado, identificado con las corrientes políticas de extrema derecha. Entre los principales nombres de esa primera fase del Modernismo, que continuarían produciendo en las décadas siguientes, se destacan Mário de Andrade, Oswald de Andrade, Manuel Bandeira, Antônio de Alcántara Machado, además de Menotti del Picchia, Cassiano Ricardo, Guilherme de Almeida y Plínio Salgado. El Modernismo - (segunda fase) El período de 1930 a 1945 registró el estreno de algunos de los nombres más significativos de la novela brasileña. Reflejando el mismo momento histórico y presentando las mismas preocupaciones de los poetas de la década de los 30 (Murilo Mendes, Jorge de Lima, Carlos Drummond de Andrade, Cecília Meireles y Vinicius de Moraes), la segunda fase del Modernismo presenta autores como José Lins do Rego, Graciliano Ramos, Rachel de Queiroz, Jorge Amado y Érico Veríssimo, que producen una literatura de carácter más constructivo, de madurez, aprovechando las conquistas de la generación de 1922 y su prosa innovadora. Efectos de la crisis - En la década de los 30, el país estaba pasando por grandes transformaciones, fuertemente marcadas por la revolución del 30 y el cuestionamiento de las oligarquías tradicionales. No había cómo dejar de sentir los efectos de la crisis económica mundial, los choques ideológicos que conducían a posiciones más definidas y comprometidas. Todo ello formó un campo propicio al desarrollo de una novela caracterizada por la denuncia social, verdadero documento de la realidad brasileña, alcanzando un elevado grado de tensión en las relaciones del individuo con el mundo. En esa búsqueda del hombre brasileño "dispersado por los más lejanos rincones de nuestra tierra", en las palabras de José Lins do Rego, el regionalismo adquiere una importancia nunca antes alcanzada en la literatura brasileña, llevando al extremo las relaciones del personaje con el medio rural y social. Realce especial merecen los escritores nordestinos que viven el paso de un Nordeste medieval a una nueva realidad capitalista e imperialista. Y, en ese aspecto, el bahiano Jorge Amado es uno de los mejores representantes de la novela brasileña, cuando retrata el drama de la economía del cacao, desde la conquista y uso de la tierra, hasta la transferencia de sus productos a las manos de los exportadores. Pero tampoco se puede olvidar a José Lins do Rego, con sus regiones de caña, los bangüês (una especie de camilla de bejuco trenzado para transportar el bagazo verde de caña del molino al depósito) y los ingenios de azúcar siendo devorados por las modernas fábricas. La primera novela representantiva del regionalismo nordestino, que tuvo su punto de partida en el Manifiesto Regionalista de 1926 (este manifiesto, elaborado por el Centro Regionalista del Nordeste, trata de desarrollar el sentimiento de unidad del Nordeste dentro de los nuevos valores modernistas y propone trabajar en pro de los intereses de la región en sus aspectos diversos - sociales, económicos y culturales), fue "A bagaceira", de José Américo de Almeida, publicada en 1928. Un verdadero hito en la historia literaria de Brasil, su importancia se debe más a la temática (sequía, los retirantes (campesinos nordestinos que emigran a otras regiones del país huyendo de la sequía), el ingenio de azúcar) y al carácter social de la novela que a los valores estéticos. Postmodernismo El Postmodernismo se inserta en el contexto de los extraordinarios fenómenos sociales y políticos de 1945. Fue el año que presenció el fin de la Segunda Guerra Mundial y el principio de la Era Atómica, con las explosiones de Hiroshima y Nagasaki. El mundo empieza a creer en una paz duradera. Se establece la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y enseguida se publica la Declaración de los Derechos del Hombre. Pero, luego después empieza la Guerra Fría. Paralelamente a todo eso, Brasil vive el final de la dictadura de Getúlio Vargas. El país inicia un proceso de redemocratización. Se convoca una elección general y se legalizan los partidos. A pesar de eso, se abre un nuevo tiempo de persecuciones políticas, ilegalidades y exilios. La literatura brasileña también pasa por profundas alteraciones, con algunas manifestaciones representando grandes avances; otras, un retroceso. El periódico "O Tempo", excelente crítico literario, se encarga de hacer la selección. Intimismo - La prosa, tanto en las novelas como en los cuentos, profundiza la tendencia ya seguida por algunos autores de la década de los 30 en busca de una literatura intimista, de sondeo psicológico, introspectiva, con realce para Clarice Lispector. Al mismo tiempo, el regionalismo adquiere una nueva dimensión con la producción fantástica de João Guimarães Rosa y su reproducción creativa de las costumbres y del habla campesina, penetrando profundamente en la psicología del jagunço (pistoleros o guardaespaldas rurales) del Brasil central. En la poesía, a partir de 1945, gana importancia una generación de poetas que se opone a las conquistas e innovaciones de los modernistas de 1922. La nueva propuesta fue defendida, inicialmente, por la revista Orfeu, cuyo primer número es lanzado en la "Primavera de 1947" y que afirma, entre otras cosas, que "una generación sólo empieza a existir el día en que no cree en las que la precedieron, y sólo existe realmente el día que deja de creer en ella". Esa generación de escritores negó la libertad formal, las ironías, las sátiras y otras "bromas" modernistas. Los poetas de 45 parten hacia una poesía más equilibrada y "seria", distante de lo que ellos llamaban de "primarismo desabonador" de Mário de Andrade y Oswald de Andrade. La preocupación primordial era en cuanto al restablecimiento de la forma artística y bella; los modelos vuelven a ser los maestros del Parnasianismo y del Simbolismo. Ese grupo, llamado de Generación de 45, estaba formado por Lêdo Ivo, Péricles Eugênio da Silva Ramos, Geir Campos y Darcy Damasceno, entre otros poetas. El final de los años 40, sin embargo, reveló a uno de poetas más importante de nuestra literatura, no afiliado estéticamente a cualquier grupo y profundizador de las experiencias modernistas anteriores: nadie menos que João Cabral de Melo Neto. Contemporáneos a él, y con algunos puntos de contacto con su obra, se destacan Ferreira Gullar y Mauro Mota. La producción contemporánea Por producción contemporánea debe entenderse el conjunto de las obras y movimiento literarios surgidos en las décadas de los 60 y los 70, y que reflejaron un momento histórico caracterizado, inicialmente, por el autoritarismo, por una rígida censura y autocensura arraigada. Su período más crítico se dió entre los años de 1968 a 1978, durante la vigencia del Acto Institucional no 5 (AI-5). Tanto que, luego después de la extinción del Acto, se verificó una progresiva mormalización en el país. Las adversidades políticas, sin embargo, no sumergieron el país en un estancamiento cultural. Al contrario, las décadas de los 60 y los 70 vieron una producción cultural bastante intensa en todos los sectores. En la poesía se nota la preocupación por mantener una temática social, un texto participante, con la permanencia de nombres consagrados, como Carlos Drummond de Andrade, João Cabral de Melo Neto y Ferreira Gullar, al lado de otros poetas que aún "limaban las rebabas" en sus producciones. Visual - El inicio de la década de los 60 presentó algunos grupos en lucha contra lo que llamaron "esquemas analítico-discursivos de la sintaxis tradicional". Al mismo tiempo, esos grupos buscaban soluciones en el aprovechamiento visual de la página en blanco, en la sonoridad de las palabras y en los recursos gráficos. El síntoma más importante de dicho movimiento fue la aparición de la Poesía Concreta y de la Poesía Praxis. Paralelamente, surgía la poesía "marginal" que se desarolla fuera de los grandes esquemas industriales y comerciales de producción de libros. En la novela, al lado de la última producción de Jorge Amado y Érico Veríssimo, y de las obras "lacrimosas" de José Mauro de Vasconcelos ("Meu pé de LaranjaLima", "Barro Blanco"), de mucho éxito con el gran público, se ha mantenido el regionalismo de Mário Palmério, Bernardo Élis, Antônio Callado, Josué Montello y José Cândido de Carvalho. Entre los intimistas se destacan Osman Lins, Autran Dourado y Lygia Fagundes Telles. En la prosa, las dos décadas citadas presenciaron la consagración de las narrativas cortas (crónica y cuento). El desarrollo de la crónica está íntimamente vinculado al espacio que se abrió para ese género en la gran prensa. Hoy, por ejemplo, no hay un gran periódico que no incluya en sus páginas crónicas de Rubem Braga, Fernando Sabino, Carlos Heitor Cony, Paulo Mendes Campos, Luís Fernando Veríssimo y Lourenço Diaféria, entre otros. Se debe hacer una mención especial a Stanislaw Ponte Preta (Sérgio Porto), que con sus bien humoradas y cortantes sátiras político-sociales, escritas en la década de los 60, ha servido de maestro para muchos cronistas. El cuento, por otro lado, analizado en el conjunto de las producciones contemporáneas, se ubica en una posición privilegiada, tanto en calidad como en cantidad. Entre los cuentistas más significativos se destacan Dalton Trevisan. Moacyr Scliar, Samuel Rawet, Rubem Fonseca, Domingos Pellegrini Jr. y João Antônio. La Producción Literaria en Brasil Principales autores y Obras Quiñentismo Literatura informativa de origen ibérica Ambrosio Fernandes Brandão - Diálogo das grandezas do Brasil Gabriel Soares de Sousa (1540? – 1591) – Tratado Descritivo do Brasil Pero Lopes e Sousa - Diário de Navegação Pero de Magalhães Gândavo – Tratado da Terra do Brasil, História de Santa Cruz a que vulgarmente chamamos Brasil Frei Vicente de Salvador (1564-1639) – História da Custódia do Brasil. Literatura informativa de autores no ibéricos André de Thevet – As singularidades da França Antártica. Antonil Giovanni Antonio Andreoni (1650-1716?) – Cultura e opulência do Brasil Hans Staden – Meu cativeiro entre os selvagens do Brasil. Jean de Lery – História de uma viagem feita às terras do Brasil Literatura de los Catequistas Fernão Cardim – Tratado da Terra e da gente do Brasil José de Anchieta (1534-1597) – Cartas, nformaciones, fragmentos históricos y sermones: De gentis Mendis de Sá, De beata Virgine dei Matre Maria, Arte da gramática da língua mais usada na costa do Brasil; e os autos: Auto da pregação universal, Na festa de São Lourenço, Na visitação de Santa Isabel Manuel da Nóbrega – Cartas do Brasil, Diálogo sobre a conversão do gentio Barroco Bento Teixeira (1561-1600) – Prosopopéia Gregorio de Matos Guerra (1623-1696) – Poesía sacra, Poesia lírica, Poesia satírica ( 2 volúmenes), Últimas. Manuel Botelho de Oliveira (1636-1711) – Música do Parnaso. Frei Manuel de Santa María Itaparica (1704 - ?) – Descrição da cidade da Ilha de Itaparica, Estáquidos. Padre Antônio Vieira (1608-1697) – Obra compuesta de sermones (15 volumenes), cartas y profecías (las principales: Sermão pelo bom sucesso das almas de Portugal contra as de Holanda, Sermão da sexagésima, Sermão da primeira domings da Quaresma, Sermão de Santo Antônio aos peixes; y las profecías: Histórias do futuro y clavis profhetarum. Arcaísmo Alvarenga Peixoto (1748-1793) – Enéias no Lácio e obra poética esparsa Basílio da Gama - (1740-1795) – O Uruguai Cláudio Manuel da Costa- (1729-1789) – Obras, Vila Rica. Fábula do Ribeirão do Carmo. Santa Rita Durão - (1722-1784) – Caramuru Silva Alvarenga - (1749-1814) – Obras poéticas, Glaura, O Desertor Sousa Caldas (1762-1814) – Obra esparsa (poemas, traducciones, cartas) Tomás Antônio Gonzaga (1744-1810) – Marilia de Dirceu, Cartas Chilenas, Tratado de Direito Natural Romanticismo (Poesía) Primera generación Gonçalves Dias – (1823-1864) – Primeiros cantos, Segundos cantos, Terceiros cantos, Os timbiras, Sextilhas de Frei Antão (poesía); Leonor de Mendonça, Beatriz Cenci, Patkull (teatro); Brasil y Oceanía, Dicionário da língua tupi Gonçalves de Magalhães – (1811-1882) – Poesías: Suspiros poéticos y saudades, A Confederación dos Tamoios (poesía); Amância (romance); Antônio José ou O poeta e a inquisição, Olgiato (teatro) Manuel de Araújo Porto Alegre – (18061879) – Brasilianas, Colombo Segunda generación Álvares de Azevedo – (1831-1852) – Lira dos vinte anos, O conde Lopo (poesía); Noite na Taverna, O livro de Fra Gondicario (prosa); Macário (teatro) Casimiro de Abreu – (1839 -1860) – Las primaveras (poesía); Camões e o Jaú (teatro) Fagundes Varela - (1841-1875) – Vozes da América, Estandarte Auriverde, Cantos do ermo e da cidade, Cantos religiosos, Diário de Lázaro, Anchieta ou O evangelho nas selvas Junqueira Freire – (1832-1855) – Inspirações do claustro Tercera generación Castro Alves – (1847-1871) – Espumas flutuantes, os escravos, A cascata de Paulo Afonso, Hinos do Equador (poesia), Gonzaga ou A Revolução de Minas (teatro) Soussândrade (Joaquim de Sousa Andrade, 1833-1902) – Obras poéticas: Harpa selvagem, Guesa errante Tobias Barreto (1837-1889) – Dias e noites ROMANTICISMO (Prosa) Bernardo Guimarães – (1825-1884) – O ermitão de Muquém, Lendas e romances, O garimpeiro, O seminarista, O índio Afonso, A escrava Isaura, O pão de ouro, Rosaura, a enjeitada, Jupira (romances), Cantos da solidão (poesia) Franklin Távora – (1842-1888) – A trindad maldita, Os índios do Jaguaribe, A casa de palha, Um casamento no arrabalde, O cabelera, O matuto, Lourenço Joaquim Manuel de Macedo – (18201882) – A moreninha, O moço loiro, Os dois amores, Rosa, Vicentina, A carteira do meu tio, A luneta mágica, As vítimas algozes, Nina, A Namoradeira, Mulheres de matilha, Um noivo e duas noivas José de Alencar – (1829-1877) – Cinco munitos, A viuvinha, Sonhos d’ouro, Encarnação, Senhora, Diva, Lucila, A pata da gazela (romances urbanos); As minas de prata, A guerra dos mascates, Alfarrábios (romances históricos), O Sertanejo, O gaúcho (romances regionalistas); Til, O tronco do Ipé (romances rurales); Iracema, O Guarani, Ubirajara (romances indigenistas), A noite de São João, O crédito, Demônio familiar, Verso e reverso, As asas de um anjo, Mãe, O jesuíta (teatro) Manuel Antônio de Almeida – (18311861) – Memórias de um sargento de milícias Visconde de Taunay (Alfredo D’Escragnolle Taunay – 1843-1899) – Inocência, A retirada da laguna, Lágrimas do coraão, Histórias brasileiras Teixeira de Souza – (1812-1861) –Os filhos do pescador, Tardes de un pintor ROMANTICISMO (teatro) Martins Pena - (1815-1848) – O juiz de paz na roça, O cinto acusador, A família e a festa da roça, Os dois ou O inglês maquinista, Judas em Sábado de Aleluia, O diletante, O noviço, As casadas solteiras, O cigano, Os ciúmes de um pedestre, O usuário, A barriga do meu tio, As desgraças de uma criança Paulo Eiró – (1836-1871) – Sangue limpo REALISMO Artur Azevedo – (1855-1908) – Amor por anexins, O dote, A princesa dos cajueiros, O liberato, A moscote na roça, O tribofe, Revelação de um segredo, A fantasia, A capital Federal (teatro) Machado de Assis - (1839-1908) – Primera fase: Ressurreição, A mão e a luva, Helena, Iaiá Garcia (romances); Contos fluminense, Histórias da meia-noite (cuentos); Crisálidas, Falenas, Americanas (poesía). Segunda fase: Memórias póstumas de Brás Cubas, Dom Casmurro, Esaú e Jacó (romances); Várias histórias, Páginas recolhidas, Relíquias de Casa Velha (cuentos); Ocidentais (poesía); Hoje avental, amanhã luva, Desencantos, O caminho da porta, Quase ministro, Os deuses de casaca , Uma ode de Anacreonte, Tu, só tu, puro amor, Não consultes médico (teatro). Póstumas: Contos recolhidos, Contos esparsos, Histórias sem data, Contos avulsos, Contos esquecidos, Contos e crônicas, Crônicas de Lélio, Outras relíquias, Novas relíquias, A semana, Crítica teatral, Crítica literária Raul Pompéia – (1863-1895) – O Ateneu, Uma tragédia no Amazonas, Agonia, As jóias da Coroa (romances), Microscópicos (cuentos), Canções sem metro (poesía) NATURALISMO Adolfo Caminha – (1867-1897) – A normalista, O bom crioulo, Tentação (romances); Judith, Lágrimas de um crente (cuentos), Cartas literárias (crítica) Aluísio Azevedo – (1857-1913) – Uma lágrima de mulher, O mulato, Mistérios da Tijuca, Casa de pensão, O cortiço, A mortalha de Alzira, Memórias de um condenado, Filomena Borges, O homem, O coruja, O livro de uma sogra (romances); Demônios (cuentos); O bom negro (crónicas). Domingos Olímpio – (1850-1906) – Luzia-homem Inglês de Sousa – (1853-1918) – O cacaulista, Histórias de um pescador, O coronel sangrado, O missionário (romances); Cenas da vida amazônica (cuentos) Júlio Ribeiro – (1845-1890) – A carne, Padre Belchior de Pontes. Manuel de Oliveira Paiva - (1861-1892) – Dona Guidinha do Poço, A afilhada PARNASIANO Alberto de Oliveira – (1857-1937) – Canções românticas, Meridionais, Sonetos e poemas, Poesias escolhidas, Versos e rimas Francisca Júlia – (1874-1920) – Mármores, Esfinges Olavo Bilac – (1865-1918) – Panóplias, Sarças de fogo, Via láctea, Poesias infantis, Alma inquieta, Tarde (poesía), Crônicas e novelas (prosa) e Tratados de Literatura Raimundo Correia – (1859-1911) – Primeiros Sonhos, Sinfonias, Versos e versões, Aleluia, Poesias Vicente de Carvalho – (1866-1924) – Relicário, Rosa, rosa de amor SIMBOLISMO Alphonsus de Guimarães – (1870-1921) – Septenário das dores de Nossa Senhora, Dona mística, Kyriale, Pauvre lyre, Pastoral aos crentes do amor e da morte, Escada de Jacó, Pulves, Câmara ardente, Salmos da noite Cruz y Sousa – (1863-1898) – Broquéis, Missal, Faróis, Evocação, Últimos sonetos PRE-MODERNISMO Augusto dos Anjos – (1884-1914) – Eu (poesía) Coelho Neto – (1864-1934) – A capital federal, O rajá de Pendjab, O morto, O paraíso, Tormenta, Esfinge (romances); Rapsódias, Badadilhas, Álbum de Calibã, Vida Mundana, Contos da vida e da morte (cuentos). Euclides da Cunha – (1866-1909) – Os sertões, Contrastes e confrontos, Peru versus Bolívia, A margem da história, Canudos – diário de uma expedição (ensayos historicos) Graça Aranha – (1868-1931) – Canaã, A viagem maravilhosa (romances); Malazarte (teatro); A estrela da vida, Espírito moderno, Futurismo (ensayos) Lima Barreto – (1881-1922) – Recordações do escrivão Isaías Caminha; Triste fim de Policarpo Quaresma; Numa e a ninfa, Vida e morte de M. J. Gonzaga de Sá, Bagatelas, Os Bruzundangas, Clara dos Anjos (romances); Coisas do reino de Jambon (sátira); Feiras de Mafuás, Vida urbana, Marginália (articulos y crónicas); Diário íntimo, Cemitério dos vivos (memorias); Impressões de leitura (crítica) Monteiro Lobato – (1882-1948) – Urupês, Cidades Mortas, Negrinha, O macaco que se fez homem, O presidente negro, Idéias de Jeca Tatu (prosa); Reinações de Narizinha, O paço do Visconde, As caçadas de Pedrinho (literatura infantil) Raul de Leoni – (1895-1926) – Luz mediterrânea (poesía) MODERNISMO – Primera Fase Antônio de Alcântara Machado – (19011935) – Pathé Baby, Brás, Bexiga e Barra Funda, Laranja da China, Mana Maria, Cavaquinho e saxofone (prosa) Cassio Ricardo – (1895-1974) – Dentro da noche, A flauta de Pã, Martim-Cererê. Deixa estar, Jacaré, O sangue das horas, Jeremias sem-chorar (poesía). Guilherme de Almeida – (1890-1969) – Nós, Messidor, Livro de horas de Sóror Dolorosa, A flauta que eu perdi, A flor que foi um homem, Raça (poesía) Juó Bananère (Alexandre Ribeiro Marcondes Machado) (1892-1933) – A divina increnca (poesía) Manuel Bandeira – (1886-1968) – Cinza das horas, Carnaval, O rítmo dissoluto, Libertinagem, Lira dos cinqüent’anos, Estrela da manhã, Mafuá do malungo, Opus 10, Estrela da tarde, Estrela da vida inteira (poesía); Crônicas da província do Brasil, Itinerário de Passárgada, Flauta de papel (prosa) Mário de Andrade – (1893-1945) –Há uma gota de sangue em cada poema, Paulicéia desvairada, Losango cáqui, Clã do jabuti, Remate de males, Lira paulistana (poesía); Macunaíma (rapsódia); Amar, verbo intransitivo (romance); Belazarte, Contos novos (cuentos); A escrava que não é Isaura, Música, doce música, Namoros com a medicina, O empalhador de passarinho, Aspectos da literatura brasileira, O baile das quatro artes (ensayos); Os filhos da Candinha (crónicas) Menotti del Picchia – (1892-1988) – Juca mulato, Moisés, Chuva de pedras (poesía), O homem e a morte, Salomé, A tormenta (romances) Oswald de Andrade – (1890-1954) – PauBrasil, Primeiro caderno do aluno de poesia Oswald de Andrade, Cântico dos cânticos para flauta e violão (poesía), Serafim Ponte Grande, Os condenados, A estrela de absinto, A escada vermelha, Memórias sentimentais de Jão Miramar, Marco Zero (2 volúmenes) (romances), O homem e o cavalo, A morta, O rei da vela (teatro), Um homem sem profissão 1: sob as ordens de mamãe (memorias). Plínio Salgado - (1901-1975) – O estrangeiro, O cavaleiro de Itararé (romances). Raul Bopp – (1898 – 1984) – Cobra Norato, Urucungo (poesía) Ronald de Carvalho - (1893-1935) – Toda a América, Epigramas irônicos e sentimentais, Luz gloriosa e sonetos (poesía). MODERNISMO (Segunda fase – Poesía) Augusto Frederico Schmidt – (19061965) – Navio Perdido. Pássaro cego, Desaparição da amada, Canto da noite, Estrela solitária Carlos Drummond de Andrade – (1902- 1987) – Alguma poesia, Brejo das Almas, Sentimento do mundo, A rosa do povo, Claro enigma, Viola de bolso, Fazendeiro do ar, Viola de bolso novamente encordoada, Lição de coisas, Versiprosa, Boitempo, Reunião, As impurezas do branco, Menino antigo, O marginal Clorindo Gato, Corpo (poesía), Confissões de Minas, O gerente, Contos de aprendiz (prosa) Cecília Meireles – (1901-1964) – Espectros, Nunca mais, Metal rosicler, Viagem, Vaga música, Mar absoluto, Retrato natural, Romanceiro da Inconfidência, Solombra, Ou isto ou aquilo (poesía), Giroflê, giroflá, Escolha seu sonho (prosa) Jorge de Lima – (1895-1953) – XIV alexandrinos, O mundo do menino impossível, Tempo e eternidade (con Murilo Mendes), Quatro poemas negros, A túnica inconsútil, Livro de sonetos, Anunciação, Encontro de Mira-Celi, Invenção de Orfeu (poesía), Salomão e as mulheres, Calunga, Guerra dentro do beco (prosa) Murilo Mendes – (1901-1975) – História do Brasil, A poesia em pânico, O visionário, As metamorfoses, Mundo enigma, Poesia liberdade, Contemplação de Ouro Preto (poesía), O discípulo dos Emaús, A idade do serrote, Poliedro (prosa) Vinicius de Moraes – (1913-1980) - O caminho para a distância, Forma e exegese, Ariana, a mulher, Cinco elegias, Para viver um grande amor (poesía), Orfeu da Conceição (teatro) MODERNISMO (Segunda fase – Prosa) Cornélio Pena - (1896-1958) – Fronteira, Repouso, A menina morta Cyro dos Anjos - (1906) – O amanuense Belmiro, Abdias, A montanha Érico Veríssimo – (1905-1975) – Clarissa, Música ao longe, Um lugar ao sol, Olhai os lírios do campo, O resto é silêncio, Noite, O tempo e o vento, (O continente, O retrato e O arquipélago), O senhor embaixador, Incidente em Antares Graciliano Ramos – (1892-1953) – Angústia, Caetés, São Bernardo, Vidas secas, Infância, Insônia, Memórias do Cárcere, Viagem Jorge Amado – (1912) – O país do Carnaval, Cacau, Suor, Capitães de Areia, Jubiabá, Seara vermelha, Terras do semfim, São Jorge dos Ilhéus, O cavaleiro da esperança, Gabriela, cravo e canela, Os pastores da noite, Dona Flor e seus dois maridos, Tenda dos milagres, Tieta do agreste, Tereza Batista cansada de guerra, Tocaia grande, O sumiço da santa José Américo de Almeida – (1887-1980) – A bagaceira, O boqueirão, Coiteros José Lins do Rego – (1901-1957) – Menino do engenho, Doidinho, Bangüê, O moleque Ricardo, Usina, Pedra Bonita, Fogo morto, Riacho doce, Pureza, Água mãe, Eurídice Lúcio Cardoso – (1913-1968) – Maleita, Mãos vazias, O desconhecido, Crônica da casa assassinada, O viajante Marques Rebelo – ( 1907-1973) – Oscarina, Marafa, A estrela sobe, O espelho partido Otávio de Faria – (1908-1980) – Tragédia burguesa. Patricia Galvão – (1910-1962) – Parque industrial, A famosa revista (en colaboración con Geraldo Ferraz). Rachel de Queiroz – (1910) – O Quinze, João Miguel, Caminho de Pedras, As três Marias (romances), Lampião, A beata Maria do Egito (teatro) PÓS-MODERNISMO Ariano Suassuna – (1927) – Auto da compadecida, A pena e a lei, O santo e a porca (teatro) Clarice Lispector – (1925-1977) – Perto do coração selvagem, O lustre, A maçã no escuro, Laços de família, A legião estrangeira, A paixão segundo G.H., Água viva, A via crucis do corpo, a hora da estrela, Um sopro de vida Ferreira Gullar – (1930) – A luta corporal, João Boa-Morte, Dentro da noite veloz, Cabra marcado para morrer, Poema sujo (poesía) Geir Campos (1924) - Rosa dos rumos, Canto claro, Operário do canto (poesía) Guimarães Rosa – (1908-1967) – Sagarana, Corpo de Baile, Grande sertão: veredas, Primeiras estórias, Tutaméia, Terceiras estórias, Estas estórias João Cabral de Mello Neto – (1920) – Pedra do sono, O engenheiro, Psicologia da composição, Fábula de Anfion e Antiode, O cão sem plumas, O rio, Morte e vida severina, Uma faca só lâmina, Quaderna, A educação pela pedra, Auto do frade, Agrestes, Crime de la Calle relator Jorge Andrade - (1922 – 1984) A moratória, Vereda da salvação, A escada, Os ossos do barão, Senhora da boca do lixo, Rastro atrás, Milagre na cela (teatro) Lêdo Ivo – (1924) – O caminho sem aventura, A morte do Brasil, Ninho de cobra, As alianças, O sobrinho do general, A noite misteriosa (poesía), Use a passagem subterrânea (cuento) Mauro Mota – (1912-1984) – Canto ao meio, Elegias (poesía) Nelson Rodrigues - (1912-1980) – Vestido de noiva, Perdoa-me por me traires, Álbum de família, Os sete gatinhos, Viúva porém honesta, Bonitinha mas ordinária, A falecida, Boca de ouro, Beijo no asfalto, Toda nudez será castigada, A serpente (teatro), O casamento (romance) Periclés Eugênio da Silva Ramos – (1919) – Sol sem tempo, Lamentação floral (poesía) PRODUCCIONES CONTEMPORANEAS Adélia Prado – (1936) – Bagagem, O coração disparado, Terra de Santa Cruz (poesía), Cacos para um vitral, Os componentes da banda (prosa) Antônio Callado – (1917) – A madona de cedro, Quarup, Reflexos do baile (prosa) Augusto Boal – (1931) – Revolução na América do Sul (teatro), Jane Spitfire (prosa) Augusto de Campos – (1931) – O rei menos o reino, Caleidoscópio, Poemóbiles, Poetamenos, Poesia completa, Ovonovelo, Linguaviagem, Antologia Noigrandes (poesía) Autran Dourado – (1926) – A barca dos homens, Ópera dos mortos, O risco do bordado, Os sinos da agonia, Armas e corações Bernardo Élis – O tronco, Veranico de janeiro (prosa) Caio Fernando de Abreu – (1948-1996) – Morangos mofados, Triângulo das águas (prosa) Chico Buarque de Holanda – (1944) – Fazenda Modelo (prosa), Calabar (teatro en colaboración con Ruy Guerra), Gota d´água (teatro, en colaboración con Paulo Pontes), Ópera do malandro (teatro), Estorvo, Benjamin (prosa) Dalton Trevisan – (1925) – O vampiro de Curitiba, Desastres do amor, Guerra Conjugal, A trombeta do anjo vingador, Lincha tarado, Cemitério de elefantes (cuentos) Décio Pignatari - (1927) – O carrossel, Rumo a Náusica, Poesia pois é poesia, O rosto da memória Dias Gomes – (1922) – O pagador de promessas, O rei de Ramos, O santo inquérito, Vargas (teatro), Odorico, o bem amado (prosa) Domingo Pellegrini Jr. – (1949) – Os meninos, Paixões, As sete pragas, Os meninos crescen (cuentos) Eduardo Alves da Costa - (1936) - Poesia viva, Salamargo (poesia), Fátima e o velho, Chongas (prosa) Edla Van Steen - Antes do amanhecer, Cio, Memórias do medo, Corações mordidos (prosa) Esdras Do Nascimento - (1934) - Solidão em família, Tiro na memória, Engenharia do casamento, Paixão bem temperada, Variante Gotemburgo, Os jogos da madrugada (prosa) Fernando Sabino - (1923) - O encontro marcado, O grande mentecapto, O homem nu, Deixa o Alfredo falar!, O gato sou eu (prosa) Geraldo Ferraz - (1906-1979) Doramundo, Km 63, (prosa) Gianfrancesco Guarnieri - (1934) - Eles não usam black-tie, Gimba, Arena conta Zumbi y Arena conta Tiradentes (en colaboración con Augusto Boal), Marta Saré, Um grito parado no ar, Ponto de partida (teatro) Haroldo de Campos - (1929) - Auto do processo, O âmago do ômega, Servidão de passagem, Xadrez de estrelas, Poemas em noites grandes, Galáxias (poesia) Hilda Hilst - (1930) - Balada de Alzira, Ode fragmentária, Sete cantos de poeta para o anjo, Cantares de pedra e predileção (poesía) Ignácio de Loyola Brandão - (1937) Depois do sol, Bebel que a cidade comeu, Pega eles, Silencio, Zero, Cães danados, Cadeiras proibidas, Dentes ao sol, Não verás país nenhum, É gol, Cabeças de 2ªfeira, O verde violentou o muro, O beijo não vem da boca, A veia bailarina (prosa) João Ubaldo Ribeiro - (1941) - Sargento Getúlio, Vila Real, Viva o povo brasileiro (prosa) José Cândido de Carvalho - (1914) - O coronel e o lobisomen (romance) José Lino Grünewald - (1931) – Um e dois (poesia) José J. Veiga - (1915) - A hora dos ruminantes, Os cavalinhos de platiplanto, Sombras de reis barbudos (prosa) José Mauro de Vasconcelos - (19201984) - Rosinha, minha canoa, Barro blanco, As confissões de Frei Abóbora, Meu pé de laranja-lima, Rua descalça (prosa) José Paulo Paes - (1916) - Poemas reunidos, Anatomia da musa (poesia) Josué Montello -(1917) - Janelas fechadas, A luz da estrela morta, A décima noite, Os tambores de São Luiz (prosa) Lourenço Diaféria - (1933) - Um gato na terra do tamborim, A morte sem colete (prosa) Luiz Fernando Veríssimo - (1936) - Amor brasileiro, Pega pra Capitu, A mesa voadora, Humor de sete cabeças, Ed Mort, Sexo na cabeça, O analista de Bagé, O gigolô das palavras, A velhinha de Taubaté, O popular, A mãe de Freud, A mulher do Silva (prosa) Luiz Villela - (1943) - Tremor de terra, Tarde da noite (cuentos). Lía Luft - (1938) - As parceiras, A asa esquerda do anjo, Reunião de família, O quarto fechado (prosa), O lado fatal (poesía) Lygia Fagundes Telles - (1923) - Ciranda de pedra, Verão no aquário, O jardin selvagem, As meninas, Seminário dos ratos, A disciplina do amor (prosa) Márcio Souza - (1946) - Galvez, o imperador do Acre, Mad Maria, A resistível ascensão de Boto Tucuxi, A condolência (prosa) Marina Colassanti - (1937) - Eu sozinha, E por falar de amor, A nova mulher, Mulher daqui pra frente, Zoológico, A morada do ser, Contos de amor rasgados, Uma idéia toda azul (prosa) Mário Chamie - (1936) - Lavra-Lavra, Indústria, Now tomorrow mau, Planoplenário (poesia) Mário Palmerio - (1916) - Vila dos Confins, Chapadão do Bugre (prosa) Mário Quintana - (1906-1994) - Rua dos cataventos, Sapato florido, O aprendiz de feiticeiro, Apontamentos de história sobrenatural, Canções, Caderno H (poesia) Mauro Gama - (1938) - Anticorpo, Corpo verbal (poesia) Millôr Fernandes - (1924) - Computa, computador, computa. Trinta anos de mim mesmo, Fábulas fabulosas, Compozissõis infãtis, Que país é este? (prosa) Moacyr Scliar - (1960) - O pirotécnico Zacarias, O convidado (prosa) Nélida Piñón - (1935) - A casa da paixão, Sala de armas, A república dos sonhos (prosa) Oduvaldo Vianna Filho - (1936 - 1974) Chapetuba fútbol club, Corpo a corpo, Rasga coração, Papa Highirte (teatro) Osman Lins - (1924 - 1978) - Nove novenas, O fiel e a pedra, Avalovara, A rainha dos cárceres da Grécia Paulo Leminski - (1944 - 1989) Caprichos e relaxos (poesia), Catatau (prosa) Paulo Mendes Campos - (1922) - A palavra escrita, O domingo azul do mar, O cego de Ipanema, Trinca de copas, O cronista do morro (prosa) Pedro Nava - (1903 - 1984) - Baú de Ossos, Balão Cativo, O círio perfeito (prosa) Plínio Marcos - (1935) - Dois perdidos numa noite suja, Navalha na carne, Abajur lilás (teatro) Renata Pallottini - (1931) - A casa, A faca e a pedra, Noite a fora (poesia) Ricardo Ramos - (1929) - Tempo de espera, Os desertos, Toada para surdos, As fúrias, O sobrevivente (prosa) Ronaldo Azeredo - (1937) - Mínimo múltiplo comum (poesia) Rubem Braga – (1913-1990) – O homem rouco, Ai de ti, Copacabana! (prosa) Rubem Fonseca - (1925) – A coleira do cão, Lúcia McCartney, Feliz ano novo, O caso Morel, O cobrador, A grande arte, Os prisioneiros, Bufo e Spallanzani (prosa) Samuel Rawett - (1929 - 1984) - Contos do imigrante, Os sete sonhos, O terreno de uma polegada quadrada (prosa) Stanislaw Ponte Preta (Sérgio Porto, 1923 – 1968) - Tia Zulmira e eu, Primo Altamirando e elas, Rosamundo e os outros, Febeapá - Festival de Besteiras que assola o país (2 volúmenes), As cariocas (prosa) Thiago de Mello - (1926) - Narciso cego, Vento geral, Faz escuro mas eu canto porque a manhã vai chegar (poesia) Principales fechas de la literatura brasileña AÑO HECHO CONSECUENCIA 1500 Carta de Pero Vaz de Caminha. Primera manifestación de la literatura informativa. 1549 Cartas del jesuita Manoel da Nóbrega. Primera manifestación de la literatura de los jesuitas. 1601 Benito Teixeira publica "Prosopopéia". Introducción de Brasil en la poesía camoniana. 1633 Estreno del Padre Antônio Vieira en los púlpitos de Bahía. 1705 Publicación de "Música do Parnaso" de Manoel Botelho de Oliveira. Primer libro impreso de autor nacido en Brasil. 1768 Fundación de la Arcadia Ultramarina, en Vil Ri Mi G i P bli ió d Inicio del Arcadismo. 1808 Llegada de la familia Real a Río de Janeiro. Inicio del período de transición. 1836 Lanzamiento de la Revista "Niterói", en P í Inicio del Romanticismo. 1843 Gonçalves Dias escribe en Coimbra la Canción del Exilio. José de Alencar publica la novela indianista "O Guarani" 1857 1857 José de Alencar publica la novela indianista "O Guarani" 1868 Castro Alves escribe en São Paulo sus principales poesías sociales, entre ellas: "Estrofes do solitário", "Navio negreiro", "Vozes d'África". 1870 Tobias Barreto lidera movimiento en la Escuela de Recife. Primeras manifestaciones realistas. 1881 Publicación de "O mulato", de Aluizio de Azevedo. Primera novela naturalista de Brasil 1881 Publicación de "Memórias Póstumas de Brás Cubas", de Machado de Assis. Primera novela realista de Brasil e inicio del Realismo. 1893 Publicación de "Missal" (prosa) y "Broquéis" (poesía), de Cruz e Souza. Inicio del Simbolismo 1902 Publicación de "Os Sertões", de Euclides da Cunha. Inicio del Premodernismo. Menotti del Pichia publica "Juca Mulato". Manuel Bandeira publica "Cinzas das horas" Mário de Andrade publica "Há uma gota de sangue em cada poema". 1917 Anita Malfatti hace su primera exposición de pinturas. Monteiro Lobato critica a la artista,y los jóvenes que la defienden son los mismos que, posteriormente, participaron en la Semana de Arte Moderno. 1922 Realización de la Semana de Arte Moderno, con tres espectáculos en el Teatro Municipal de São Paulo, los dias 13, 15 y 17 de febrero. Mário de Andrade recibe intensa rechifla al declamar poesías de su libro "Paulicéia desvairada". 1930 Publicación de "Alguma Poesia", de Carlos Drummond de Andrade. Segunda generación del Modernismo. 1945 La Generación de 45 Tercera generación del Modernismo. Relación de los miembros de la Academia Brasileña de Letras Asiento Ocupantes 18 - Arnaldo Niskier (Presidente) 02 - Tarcísio Padilha (Secretario-General) 24 - Sábato Magaldi (Primero-Secretario) 08 - Antonio Olinto (Segundo-Secretario) 05 - Rachel de Queiroz (Tesorero) 31 - Geraldo França de Lima (Director de la Biblioteca) 40 - Evaristo de Moraes Filho (Director del Arquivo) 36 - João de Scantimburgo (Director de la Revista Brasileira) 27 - Eduardo Portella (Director de los Anales) Miembros efectivos 30 - Nélida Piñon 33 - Afrânio Coutinho 17 - Antônio Houaiss 32 - Ariano Suassuna 20 - Aurélio de Lyra Tavares 06 - Barbosa Lima Sobrinho 01 - Bernardo Élis 35 - Cândido Mendes de Almeida 09 - Carlos Chagas Filho 04 - Carlos Nejar 11 - Celso Furtado 21 - Dias Gomes 15 - Padre Fernando Bastos de Ávila 03 - Herberto Sales 22 - Ivo Pitanguy 37 - João Cabral de Melo Neto 34 - João Ubaldo Ribeiro 23 - Jorge Amado 38 - José Sarney 29 - Josué Montello 10 - Ledo Ivo 12 - Dom Lucas Moreira Neves 16 - Lygia Fagundes Telles 19 - Marcos Almir Madeira 26 - Marcos Vinícius Vilaça 14 - Miguel Reale 28 - Oscar Dias Corrêa 39 - Roberto Marinho 07 - Sérgio Corrêa da Costa 13 - Sérgio Paulo Rouanet 25 - Alberto Venâncio Filho Para informaciones adicionales: Academia Brasileira de Letras Av. Presidente Wilson, 203 - Centro Rio de Janeiro, R.J. 20030-021 Tel.: (021) 220-5441 http://www.abl100anos.com.br