ARQUEOLOGIA Y SOCIEDAD 4 Publicación trimestral del Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Diciembre de 1970. HOMENAJE AL DR. SEIICHI IZUMI1 E l Dr. Seiichi Izumi nació en 1915 en Tokio, como su padre era funcionario del Gobierno se trasladó a Corea juntamente con él. En Corea el Dr. Izumi estudió en la Universidad del Estado, primero Filosofía y después Antropología. En su vida de estudiante se interesó mucho en el estudio etnológico de Corea y comenzó a trabajar recogiendo materiales en el campo, aprovechando de sus vacaciones, y días feriados; perteneció, además al Club de Alpinismo en la Universidad donde estudiaba, dedicándose a escalar en los montes de Correa. Cuando salió de la Universidad ya se había entusiasmado mucho por el estudio de la antropología. Después fue nombrado Asistente en la Universidad de Corea y comenzó a dedicarse al trabajo etnológico de campo en Manchuria, Mongolia y Asia Central. Durante la Segunda Guerra Mundial el Ministerio Naval de Japón envió al Dr. Izumi como miembro de la expedición promotora para indagar materia prima en Nueva Guinea, a su regreso al Japón presentó un trabajo sobre morfología de la tribus primitivas de Nueva Guinea; al mismo tiempo fue nombrado en otra Universidad, Catedrático Asistente. Cuando hacía estudios en Mongolia para profundizar los trabajos antropológicos de campo, obligada por la guerra, la misión científica dirigida por el Dr. Izumi tuvo que regresar y como Japón perdió la guerra quedaron frustrados los sueños del Dr. Izumi para acabar los estudios antropológicos del continente asiático. Concluida la Guerra Mundial, la Universidad de Tokyo, distinguió al Dr. Izumi. La UNESCO lo envió a Brasil para hacer trabajos sociológicos; desde entonces el profesor Izumi decidió dedicarse al continente americano. Desde los estudios sociológicos de la colonia japonesa en Brasil y Perú, bajo los auspicios del Ministerio de Relaciones Exteriores del Japón, se interesó mucho en la arqueología andina. En 1957 regresó al Japón desde Brasil, pasando por el Perú, donde hizo pequeños trabajos en el Valle de Chancay. En esta oportunidad, el Profesor Izumi, se puso en contacto con el Museo de Arqueología y Etnología del Universidad Nacional Mayor de San Marcos, haciéndose acompañar con los estudiantes Rosa Fung y Luis G. Lumbreras, que trabajaban en el Museo. En 1958 participó como Vice-Presidente de la Expedición Científica de la Universidad de Tokio e hizo estudio de las antiguas culturas peruanas, con la participación 1 Las informaciones bibliográficas del profesor Izumi han sido obtenidas de las Necrologías leídas por el señor Yasushi Miyazaki y el Director del Museo, en oportunidad del homenaje que el Museo hizo a su memoria el día miércoles 25 de noviembre de 1970. 5 Arqueología y Sociedad 4 de varios estudiantes de arqueología de la Universidad de San Marcos; ese mismo año formó el Instituto Andino. En 1963, 1966 y 1969 volvió para terminar sus trabajos en las ruinas de Kotosh, iniciados en 1960. Como miembro del Directorio de la Sociedad Etnológica del Japón y de la Asociación Promotora de Etnología japonesa, cumplió con todos sus proyectos, resolviendo sus problemas. El año 1970 asumió la Dirección del Instituto de Cultura. Justamente, una semana antes de que ocurriera su sensible fallecimiento, el doctor Seiichi Izumi asistía, como de costumbre, al Congreso Nacional de Antropología y Etnología. El 15 de noviembre de 1970 el mismo día de su muerte, planeaba la construcción de un Museo Antropológico de tipo mundial. 6 ARQUEOLOGÍA DE ÑAUPAS J. E. González Carré y Carlos Chahud INTRODUCCIÓN nocidos como Atún Ñaupas y Uchuy Ñaupas, nombres dados por los mismos lugareños y que Ñaupas es un yacimiento arqueológico ubica- aluden al tamaño y antigüedad de cada uno de do en las cercanías del pueblo de Paqcha, den- los conjuntos. Ñaupas se refiere al que se entro del distrito de Vinchos en el departamento cuentra “adelante” o mas “antiguo”; Atún sirde Ayacucho, sierra central del Perú. ve para denominar un lugar extenso y Uchuy a un sitio pequeño y reducido. Culturalmente Ñaupas representa una unidad, por el conjunto de evidencias que hemos Hatun Ñaupas se encuentra a unos 8 Kms. encontrado, pero se trata de dos conjuntos cer- Al nor este de Paqcha, siendo visible desde canos de estructuras que nos demuestran haber este pueblo. Es un cerro cuya, altura es de sido parte integrante de una población esparcida 3,700 m.s.n.m. Las faldearías de este cerro, depositaria de una tradición cultural común. presentan en sus cuatro lados gran cantidad Desde la ciudad de Ayacucho existe comu- de enormes rocas lo que dificulta su acceso. nicación por carretera con el distrito de Vin- Limita al O con la gran quebrada de Hatun chos, pero a partir de este lugar se debe utilizar Ñaupas Wayqu; al S.O. con Quchapata; akl un camino de herradura para llegar a Paqcha Sur con Lliwa; al E. con Muqupampa; al S.E. pudiendo hacerse el viaje a pie o en acémila con la casa comunal de Chichirayuq y con Curachayoq Muq; al N:O con Aqumarca Qasa y durante horas. al Norte con Qarwachayoq. Paqcha es un pueblo etimológicamente Uchuy Ñaupas, ubicado al E. de Paqcha importante por tratarse de un grupo humano cuyas costumbres difieren notablemente de sus y muy cerca de Huatun Ñaupas. Limita al N. similares que se encuentran en el área tenien- con Ñaupa Chaka; al N.O. con Hatun Ñaudo poco contacto con la ciudad de Ayacucho y pas; al Sur con el cerro Antasol; por el ÇO. desarrollar una vida de aislamiento voluntario Con Paqcha Waiju y por el E. con el río Ñaufrente al avance de la modernización. pa Chaka. El pueblo de Paqcha se encuentra aproximadamente a unos 15 Km. al nor este del pueblo de LAS ESTRUCTURAS Vinchos y tiene una altitud de 3500 m.s.n.m. La unidad arqueológica que hemos denominado Ñaupas, se compone de dos sitios co- Hatun Ñaupas presenta un conjunto de habitaciones, en número aproximado de 400, en 7 Arqueología y Sociedad 4 buen estado de conservación y que albergaría casos que se han podido comprobar la entrada se encuentra ubicada al norte. a una considerable población. Las casas son de forma circular, unas son más grandes que otras y el conjunto no responde a una clara planificación, teniendo evidentes semejanzas a los sitios de Pilluco y Aukimarca en la Hoya del río Pampas en la región Cangallo, Departamento de Ayacucho. Para su construcción se han empleado piedras de forma irregular, colocadas formando un parejo constituido de dos hileras de piedras unidas con argamasa de barro en algunos casos. El ancho de los muros varia entre 0.40 y 0.70 cms. el paramento no tiene revoque y las piedras presentan aristas y salientes. En Uchuy Ñaupas las construcciones que pueden ser identificadas son pocas en numero y no llegan a un centenar las que se encuentran en buenas condiciones de conservación, ya que la mayoría se encuentra derruidas debido a que el terreno es utilizado para realizar sombríos de cebada. Uchuy Ñaupas es relativamente más pequeño, pero se debe tener en cuenta la gran cantidad de muros derruidos cuyos materiales han sido utilizados en la construcción de cercos para corrales contemporáneos. La destrucción y los restos de estructuras que existen en el lugar hacen difícil precisas el numero de No se han encontrado evidencias de los habitaciones con exactitud sin haber realizado materiales y la forma del techo que utiliza- previamente una limpieza en el sector. ron en estas construcciones circulares, pero Las características arquitectónicas y los es posible que haya sido la forma cónica y el principios de organización de las edificaciones material básico habría sido la paja natural de las zonas altas conocidas como Ichu; ya que de Uchuy Ñaupas son totalmente similares a actualmente, los grupos de pastores q2ue vi- las que se presentan en Hatun Ñaupa lo que ven en las zonas altas de la región continúan nos lleva a pensar que ambos sitio eran simpleconstruyendo en forma circular y utilizando el mente dos sectores de un solo conjunto poblacional. tipo de techo que mencionamos. Las casas están dispuestas sin ningún orden y las distancias entre una y otras presentan variaciones de 4 mts., 3 mts.; 2.50 mts. y 1m.; presentándose casos en que dos construcciones se encuentren completamente unidas. Las habitaciones siguen siendo circulares, tanto el aparejo como el paramento de los muros tienen similares características al Hatun Ñaupas. El espesor de los muros varia entre 0.50 y 0.68 cms., el radio de las habitaciones varia entre 5.70, 6.50 y 3.50 mts. E radio tomado a partir del centro de las habitaciones. Como hemos dicho, las construcciones, en general, pueden ser tipificadas como circulares En ambos sectores no ha sido posible prea primera vista, pero presentan ligeras deforcisar con exactitud la altura de los muros por maciones que dan lugar a que no formen un círculo perfecto, para adecuarse a los acciden- no encontrarse completos, pero se encuentra una variación entre las medidas tomadas que tes del terreno. va de 70 cm. a 1.32 mts. de altura y el anchos Tomando aproximadamente el centro, he- de las puertas también varia entre 86 cms. A mos constatado que se presentan las siguientes 1.32 mts. en ambos sectores. variaciones en las dimensiones: 3.35 x 2.60mts. Los sitios que describimos se encuentran de radio; 3.90 x 3.90 mts. De radio, plenamenen lugares estratégicos, en alturas desde las te circular, 4.70 x 4.20 mts. De radio y 6.10 x cuales es posible observar amplios sectores. En 5.50 mts. De radio. las falderías y pendientes que rodean ambos siLos vanos de acceso, en una gran mayoría, tios se encuentran restos de lo que podrían ser no tienen muy notoria su exacta ubicación por tipificadas como una arquitectura funeraria de encontrarse totalmente derruida la parte de características muy peculiares que desarrollalos muros donde estaban ubicados, Pero en los ron estos grupos humanos. 8 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM En las falderías este un conjunto de abrigos rocosos naturales que ha sido aprovechados como lugares de enterramientos múltiples. En estos abrigos se ha construido `pequeños muros a manera de contención en unos casos y en otros en forma de nichos de gran tamaño en el interior de los cuales se encuentran gran cantidad de restos humanos con diferentes deformaciones, todo ello asociados con restos de cerámica fragmentada. El método de manufactura empleado ha sido el modelado. Los bordes son de labios aplanados de forma recta, doblados al exterior en algunos casos y ligeramente ensanchados. La abertura de los bordes es de 26, 14 y 18 cm. El espesor de los fragmentos varía entre 3 y 7 mm hasta 1 cm. Las asas son cintadas con una hendidura en el centro y su ancho es de 5 y 3 cm. Las bases son planas y mamiformes. LA CERAMICA La exploración superficial realizada nos ha permitido recolectar un pequeño conjunto de 4 fragmentos en toda el área del yacimiento de Ñaupas en número de 350. Tomando como base esta pequeña muestra superficial hemos intentado una clasificación preliminar logrando diferencias los siguientes tipos: 1. Ñaupas Rojo Pintado. 2. Ñaupas Naranja alisado. 3. Ñaupas Ante 4. Ñaupas Tosco 5. Ñaupas Ante Claro 6. Ñaupas Gris. 1. Ñaupas Rojo Pintado. 2. Ñaupas Naranja Alisado La pasta tiene como desgrasante la mica y el cuarzo en cantidades proporcionales, no presenta porosidades y es de una textura regular con apariencia compacta. Su color varía de un ante claro a rojizo y su cocimiento es de oxidación completa. La superficie exterior es alisada y de color naranja pálido sin ningún tipo de pintura o engobe. El interior de los fragmentos tiene las mismas características. El método de factura es el modelado. Los bordes son rectos, de labios redondeados y con engrasamiento en algunos casos. Las aberturas varía entre 10 14 cm y su espesor de los fragmentos va desde 7 mm hasta a 1.5 cm. Las asas son cintadas de 2.3 y 3 cm de ancho y las bases son mamiformes. La pasta presenta algunas variaciones por el tipo de desgrasante utilizado, pudiendo observar la utilización de cuarzo en gran proporción; también existe una mezcla de cuarzo y mica de fina apariencia y una tercera variante de combinar mica y cuarzo pero presenta porosidades 3. Ñaupas Ante en a pasta. La pasta está compuesta de gran cantidad de El color de la pasta tiene distintas tonalida- cuarzo y algunas incrustaciones de mica con des que van de un naranja claro al gris, ya que asperezas y porosidades. El color varía de un si el conocimiento ha sido por atmósfera oxi- ante pálido al naranja y gris claro. El cocimiendante esta se ha realizado en forma totalmente to es de una oxidación incompleta. El método de factura es el modelado. incompleta. La superficie exterior es de color rojo ligeramente diluido y el tratamiento aplicado es el alisado. El interior de los fragmentos tiene el mismo color rojo pero en algunos casos es de color ante, el tratamiento es también alisado auque en algunos casos se aplica el brochado. La superficie exterior es de un alisado irregular, erosionada y deleznable al tacto notándose las partículas de desgrasante. El color es ante claro y oscuro. El interior es de un alisado menos uniforme, también hay fragmentos brochados siendo el color también ante. 9 Arqueología y Sociedad 4 Los bordes son de labios redondeados, de forma recta, en algunos casos ligeramente expandidos al exterior y con pequeño engrosamiento. La abertura es de 2, 18 y 10 cm. El espesor de los tiestos varía entre 1 cm y 8 mm. Las bases son planas y las asas cintadas, algunas con hendiduras al centro y el ancho varía entre 2 y 4 cm. abertura varía entre 18 y 24 cm, las bases con mamiformes y el espesor de los tiestos es de 10 y 15 mm. Las asas son cintadas, toscas y su grosor varía entre 3 y 3.5 cm. Existen dos fragmentos que corresponden a cuellos de vasijas con una decoración de bandas verticales incisos parecidas la decoración de lo que se conoce como Argalla. La pasta tiene como desgrasante básico al cuarzo con algunas incrustaciones de mica, la mezcla no es homogénea y su color varía de ante a negro y gris, el cocimiento es de oxidación incompleta. El método de manufactura es el modelado. 4. Ñaupa Tosco Exteriormente la superficie es alisada de color gris oscuro en el interior los fragmentos son alisados y también existen algunos brochados. El desgrasante se compone de cuarzo y mica, formando una mezcla áspera y porosa, el color es de varias tonalidades que van de negro a gris. El cocimiento es de una oxidación incompleta. El método de factura es el modelado. La superficie exterior es de color ante claro con alisamiento irregular notándose el temperante. Interiormente se utiliza el alisado más uniforme y también el brochado. 6. Ñaupas Gris Los bordes son ligeramente doblados hacia fuera y también expandidos de labios redondeados. Las bases son mamiformes y las asas cintadas, con un ancho que varía los 2 y 5 cm. La abertura de los bordes presenta variaciones que van de los 16 a los 20 cm y el espesor de los fragmentos tiene 5 y 8 mm. Los bordes son de labios redondeados y en Todos los fragmentos presentan en la sualgunos casos aplanados, ligeramente expandi- perficie manchas de carbón y restos de partídos y también rectos. La abertura varía entre culas de ceniza, tomando coloraciones grises y 18, 28 y 30 cm. El espesor de los fragmentos es negras, que son producto de la utilización de de 7 mm hasta los 13 mm. los recipientes en tareas domésticas. La base es de tipo mamiforme y las asas cintadas y toscas de 3 y 4 cm de ancho. MATERIAL LÍTICO Hemos recolectado dos tipos de artefactos de piedra de diferente utilización y características. La pasta en algunos casos tiene preponderancia Los artefactos líticos se encuentran fracturade cuarzo y en otros se presenta en combina- dos y es posible colectar en el lugar diferentes ción con mica, el color marrón oscuro al negro. fragmentos producto de roturas como también La cochura es de una oxidación incompleta y pedazos de artefactos que no han sido terminados de elaborar. el método de manufactura es el modelado. 5. Ñaupas Ante Claro Ambas superficies son alisadas y de un color ante muy claro que tiende a un blanco grisáceo. Los bordes son rectos y ligeramente expandidos, de labios aplanados y redondeados. La 10 Un tipo es el conocido como Maqanas, que son artefactos circulares con un orificio central, evidentemente con un fin de introducir un mango. El espesor de los artefactos varía entre 2.5 y 3 cm en igual forma que la abertura del orificio central. Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM 11 Arqueología y Sociedad 4 Un segundo tipo, las formas determinadas hachas, que son artefactos laminados que en uno de sus bordes presentan un afilado uniforme. Estas láminas tienen un espesor de 8 mm y 1 cm. Ambos artefactos presentan un pulido superficial, conseguido a través de la abrasión. CONSIDERACIONES GENERALES Por el conjunto de evidencias recogidas y las comparaciones con materiales similares de la Sierra Central, el sitio arqueológico de Ñaupas es un lugar de ocupación tardía que proporcionará mayores elementos para el estudio de lo que hoy, y en forma tentativa, se ha venido identificando culturalmente con el nombre de Chankas. que los Incas y contemporáneos con ellos” (1958 p. 228): lo cual es importante para la ubicación en el tiempo de este grupo, ya que si Vilcashuamán es un yacimiento típico incaico y la posición del material Chanka estratigráficamente es anterior y contemporáneo a la vez, la etapa del Intermedio Tardío y los primeros momentos del Horizonte Incaico sería el momento en el que se desarrollaron las manifestaciones Chankas. Esta afirmación no es hipotética pues la hacemos en base a evidencias recogidas en el campo. En cuanto a la arquitectura y los patrones de asentamiento, las características de las construcciones de Ñaupas nos permiten establecer relaciones homólogas con los rasgos encontrados en los sitios arqueológicos de Caballoyuq, Pillucho, Arqalla, Ayataki, Lawirasqa, Aukimarca y otros. En general las construcciones son circulares ubicadas en las cumbres de los cerros y dispuestas en forma desordenada. La ubicación en lugares altos y abruptos obedecería a una estrategia defensiva, tal como lo afirma Duccio Bonavia en su informe sobre sus investigaciones en Caballoyuq: “todos obedecen al mismo patrón de ocupación consistente en construir en las puntas de los cerros, evitando las laderas y las partes bajas. Es una medida estratégica Por las excavaciones realizadas en Vilcas- de protección: en determinados lugares hay eshuamán y en Pillucho durante 1965 por el Ins- tructuras de defensa” (1964 p. 51). También es tituto de Antropología de la Universidad de frecuente encontrar en una misma área, consHuamanga, se ha comprobado que los mate- trucciones circulares junto con construcciones riales que son denominados actualmente como incaicas, y aún más en la actualidad, este tipo Chankas se encuentran estratégicamente en habitacional tiene similitud con el usado entre posición anterior al material cultural reconoci- grupos de pastores andinos contemporáneos. do como incaico, a la vez, en algunos casos hay cierta contemporaneidad en la ubicación de lo Los muros circulares que encontramos en Chanka con lo Inca. Evidentemente que las Ñaupas como los otros sitios ya mencionados, evidencias recogidas hasta el momento, permi- coinciden con la descripción de Lumbreras que. ten con mayor seguridad precisar la ubicación Al referirse a la técnica y a los materiales usados temporal de lo conocido como Chanka. anota que “la estructura está dada por piedras de forma irregular, generalmente canteadas y uniPor la comparación hecha entre los ma- das, una veces con barro mientras que en otras teriales de Ñaupas, Vilcashuamán y Pillucho, es de simple mampostería” (1958, p. 232). notamos la existencia de rasgos similares tanto en lo que a cerámica se refiere, como también El material lítico procedente de Ñaupas a los restos de su estructura y material lítico. es característico y está formado por artefactos Esto viene a corroborar lo que Luis Lumbreras catalogados por nosotros como hachas y maanota en su trabajo ya mencionado, al decir- qanas. Este tipo de hacha es algo diferente a lo nos que “Los Chankas inmediatamente antes conocido hasta el momento como tal. Ñaupas debe ser incluido en la lista de sitios arqueológicos correspondiente a la etapa de Estados Regionales o Intermedio Tardío, consignada por Luis Lumbreras en un trabajo al II Congreso Nacional de Historia del Perú (1958); trabajo que es el resultado de sus exploraciones en las hoyas de los ríos Cachi y Pampas en el departamento de Ayacucho. 12 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM Este artefacto n mención lo ha ubicado Lumbreras en sitios Chankas y nos dice que son “artefactos de piedra achatada en forma de hachas y que algunos creen que han sido instrumentos de labranza y otros hacha” (1958, p. 233). En lo que se refiere a cerámica hemos logrado diferenciar seis sitios, todos caracterizados por presentar evidencias de una mala manufactura, que si bien no es incipiente, se aleja de todas las técnicas usuales en el área andina que durante esta etapa ya habían alcanzado un alto desarrollo, es decir, es una cerámica tosca en comparación con otras cronológicamente anteriores y posteriores. Tecnológicamente la cerámica nos demostraría que loa grupos humanos que la fabricaron no contaban con los medios y las condiciones adecuadas para producir una alfarería fina y bien elaborada, teniendo en cuenta que los pueblos andinos dominaban y conocían plenamente la técnica alfarera, presentándose el caso Chanka como una “regresión” en dicha actividad. La razón de este fenómeno debe buscarse no en la cerámica misma sino en las condiciones sociales y económicas que la generaron. El tipo que hemos denominado Ñaupas Rojo, presenta similitudes con la descripción que hace Lumbreras de tipos ubicados por él en yacimientos semejantes. “La cerámica pintada tiene como elemento principal un engobe rojo de poca consistencia y diluido. Es un rojo semejante al que se conoce con el nombre de rojo ladrillo. Hay unos cuantos fragmentos con un engobe rojo consistente y bruñido” (1958, p. 234). temperante utilizado (1964, pp. 30, 31, 32). El estudio sobre lo que hasta el momento se viene denominando Chanka, se encuentra en sus momentos iniciales. Excavaciones que en el futuro puedan hacerse, tanto en Ñaupas, Caballoyuq y en los otros sitios ubicados por Lumbreras, permitirán completar el conocimiento de un pueblo de singular importancia. Las informaciones que nos proporcionan las fuentes documentales sobre los Chankas, unidas a las evidencias de la cultura material, pueden permitir en el futuro resolver el problema que plantea la demostración que si los Chankas que lucharon contra los ejércitos incaicos, fueron el mismo pueblo que vivió en el tipo de poblados como Ñaupas y son los productores de una cultura material rudimentaria a la cual se denomina actualmente “Chanka”. APÉNDICE En la prospección superficial en el distrito de Vinchos, hemos registrado la existencia de varios sitios arqueológicos no estudiados hasta el momento y de los cuales damos noticia: 1.- RITKRA: Situado al S.O. de Vinchos en donde se han ubicado una serie de abrigos rocosos con huesos humanos y fragmentos de cerámica de tipo Huarpa y Cruz Pata. 2.- PUKRUPATA: Situado al N. del pueblo de Paqcha, donde existen construcciones derruidas que, al parecer, son chullpas incaicas que contienen huesos y cráneos humanos. Las otras características de las cerámica de Ñaupas como son: base mamiforme, asas cintadas con hendiduras al centro y decoración 3.- AYAPATA: incisa, también han sido halladas por Lumbreras en los lugares que él visitó (1958, p. 234). Situado a 5 km al N.O. de Paqcha, donde se observan construcciones circulares de 6 m de El tipo que denominamos Ñaupas Ante, diámetro, con muros de piedra de dos hileras que lo hemos comparado con muestras de unidos con barro de 0.50 cm de ancho. Caballoyuq, analizadas por Bonavia, presenta evidente relaciones en sus características con Un segundo tipo de construcciones de forel tipo denominado por él, Ante A y B, espe- ma rectangular con el mismo tipo de aparejo cialmente en el tratamiento de la superficie y y además varias cuevas funerarias protegidas 13 Arqueología y Sociedad 4 con muros que contienen huesos y cráneos de niños en gran cantidad. Por último, se encuentran chullpas con muros de piedra unidos con barro, en igual forma que las construcciones circulares. Lo interesante son las cornisas de lajas grandes y la forma de las puertas que son trapezoidales y el dintel monolítico que son típicamente incaicos. En estas chullpas se observan también huesos y cráneos humanos deformados y con trepanación. BIBLIOGRAFÍA BONAVIA, Duccio “Caballoyuq. Investigaciones arqueológicas en la ceja de selva de Ayacucho”. Lima. Arqueológicas Nº 6. Museo Nacional de Antropología. 1964. CHAHUD, Carlos “Investigaciones arqueológicas en Vilcashuamán”- Huamanga. Informe presentado a la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga. 1965. La cerámica que se encuentra no es incaica sino de tipo Arqalla, propia de los lugares GONZÁLEZ CARRÉ, J. E. “Investigaciones arqueológicas e ÑawimpuChankas. kio”. Huamanga. Informe presentado a la Uni4.- WARIPIRQA: versidad Nacional San Cristóbal de Huamanga. 1965. Ubicado muy cerca del lugar anterior, presenta estructuras cuadradas y circulares, edificada LUMBRERAS, Luis con los materiales y técnicas descritas. “Sobre los Chancas”. Lima. Acta del II Congreso de Historia del Perú. Vol. I. pp. 211-242. La cerámica que se encuentra en este sitio, es 1958. de tipo Huarpa, Cruzpata, Caja, Inca y Arqalla. 5.- MUYU URQU: Al Sur Oeste de Paqcha. Es un montículo donde existe una gran cantidad de variedad de restos cerámicos como Chavinoide negro, tipo Wichqana; Tunasniyuq, Rancha, Huarpa, Caja, Ocros, diversos fragmentos Wari, Arqalla, Inca y contemporánea. Por otra parte, se recogieron algunos restos líticos como raspadores, puntas de proyectil, hachas con hombros y otros artefactos. 14 BREVES NOTAS ACERCA DE PACHACAMAC Arturo Jiménez Borja y Alberto Bueno Mendoza Pachacamac ofrece una larga historia de ocupación humana. La más antigua, lo constituyen unas gentes portadoras del tipo de materiales culturales que denominamos Maranga. Estas gentes hacían edificios ceremoniales complicados, la base de adobitos pequeños modelados a mano y dispuestos en forma vertical para formar muros. Frente a las instalaciones del Museo de Sitio y Cafetería, se excavó en 1964-65, una de las varias estructuras Maranga que hay en el sitio. El resultado fue la aparición de un templete con un recinto rectangular central, que presentaba una especie de terraza, donde estaban implantados unos maderos, quizás para sostener una ramada. Este recinto central se comunicaba con el exterior por un pequeño vano que fungía de puerta. Le rodean depósitos hacia el Este y hacia el Oeste un patio central dividido por un muro central. Uno de los espacios presenta una doble hilera de maderos implantados en el piso, colocados uno frente al otro; éstos también deben haber sostenido un techo. Los enlucidos de muros y pisos son magníficos, conservándose un buen ejemplo de ellos. La cerámica recuperada presenta una forma novedosa y también las ya conocidas en otros centros del mismo estilo en el Valle del Rímac: “San Marcos”, “Juliana”, “Catalina Huanta”, “Cajamarquilla I”, etc. La decoración tricolor y tonalidades del rojo, negro y blanco son características de los motivos pictóricos, diseñados geométricamente en superficies externas y el exterior de platos abiertos de bordes simples. El edificio fue excavado por “pisos”, hallando durante los trabajos seis “pisos” de ocupación sucesiva, que fueron considerados como estratos. Cada uno de ellos arrojaron a su tiempo una fase estilística de cerámica. Así tenemos, cerámica Maranga de este edificio, desde la fase 4 hasta la 9, teniendo como referencia la seriación hecha por Thomas Carl Patterson, que publica en su libro “Pattern and Process in the Early Intermediate Period Pottery of the Central COSAT of Peru”, 1966. Hemos utilizado la cerámica para tratar de fechar relativamente el edificio. Así, consideramos que la gente Maranga ocupó por primera vez el estilo hacia el 400 d. C. y se mantuvo hasta más o menos el 800 d.C., en que empezaron a llegar influencias extrañas al sitio y a la costa central en general. En que empezaban los tiempos Wari en la costa central lo que trataremos más adelante. Otros sectores del sitio con ocupación Maranga lo hemos detectado debajo de Mamacuna (edificio más tardío); en Urpi Wachak, estructura arquitectónica circular completamente sepultada en la actualidad. También pensamos que los Maranga deben haber empezado a construir el templo redondo preinca de Pachacamac, se le siguió construyendo durante el efímero periodo de la vigencia Wari y seguramente fue completado en el periodo Reynos y Confederaciones, Futuras exploraciones nos permitirán comprobar estas hipótesis, que ahora son sólo variables de trabajo. 15 Arqueología y Sociedad 4 Habíamos dicho líneas atrás que la gente Wari empieza su influencia en el sitio a partir del 800 d.C. Esta influencia debe haberse ejercido a través de la gente maranga, desde el sitio de Cajamarquilla ubicado en el valle del Rímac; inferimos esto debido a que la cerámica Maranga del valle del Rímac, acusa contactos con la Sierra Central desde los tiempos pre-Wari. El comercio inter-regional por otro lado, se acrecentó enormemente durante la expansión Wari y Cajamarquilla era colonia Wari en la Costa Central a partir del 800 d.C. Los comerciantes Wari de Cajamarquilla habrían venido al Valle de Lurín fomentando su comercio y como la gente Maranga habitaba estos valles, tuvieron necesariamente que verse impactados y poco a poco absorbidos por las ideas y modos culturales de esta corriente serrana. Desde el punto de vista arqueológico la presencia Wari en Pachacamac sólo está presente en tumbas que excavó Uhle al pie del templo, preinca de Pachacamac. Estas tumbas estaban ubicadas sobre otras anteriores conteniendo muertos y materiales Maranga que al arqueólogo alemán llamó Proto Lima. Justamente el hecho de que el cementerio más viejo de todo el sitio contenga esta superposición de tumbas, hace sospechar que por lo menos una parte de la edificación se haya empezado desde tiempos Maranga. Este edificio ceremonial servia seguramente de elemento gregario en derredor del cual se congregaba la gente Maranga del valle. Los comerciantes Wari apreciarían su importancia y consideraron lugar apropiado para sus enterramientos. La gente Wari no debe haber hecho edificios en Pachacamac, sino más bien en Cajamarquilla, que era su centro. De este modo vemos claros dos cosas: por un lado, la ceremonialidad ha sido una característica propia del sitio desde los primeros tiempos de su ocupación y por otro, el auge constructivo de estructuras arquitectónicas empezó bien tarde. es el tiempo que la burocracia dirigente del culto en el templo inconcluso de Pachacamac, debe haber empezado a predicar la necesidad de continuar la obra, a la vez que propalaban las seguridades que otorgaban para su prosecución. Para esto recurrieron a la invención de la deidad, basándose en un “epígono” de antiguos cultos andinos, pero con atributos novedosos. Surgió así el culto al ídolo de Pachacamac, los sacerdotes, hombres que a lo largo de toda la humanidad se autotitulan intérpretes de la voluntad de los dioses, lo rodearon del misterio, atributos y símbolos necesarios para su omnipotente funcionamiento y autoridad. El ídolo es de madera (¿llonque?); mide 2.10 metros de altura. En algunas figuras de los motivos representados puede verse su antigua filiación a los tiempos Wari, pero en forma reinterpretada. Su nombre preincaico será “IRMA”, deidad tutelar del valle de Irma. Pachacamac, es su nombre inca en quechua, y se lo pusieron al incluirlo en su relación de dioses. Ahora se le llama con su nombre quechua, así como también a la ciudad que ahora desconocemos su nombre original. Los tiempos post Wari fueron de paz en el mundo andino, al parecer, por lo menos en la Costa Central. Es cuando “IRMA” se desarrolla grandemente, gracias al culto que ganaba en prestigio y a la casta sacerdotal dirigente que usufructuaba su beneficio. Los tiempos post Wari, denominados Reynos y Confederaciones, que Pachacamac crece y se expansiona arquitectónicamente. Las edificaciones fueron apareciendo en forma espontánea por los cuatro rumbos de la ciudad, sólo teniendo cuidad que se establezcan a la vera de los cuatro caminos principales que cruzan la ciudad de Norte a Sur, de Oeste a Este y de Este a Oeste. Todas las grandes estructuLa vigencia Wari en Pachacamac debe ha- ras de la parte baja que son de este periodo, berse diluido al mismo tiempo que se abando- los consideramos “Templos Provinciales”, ésnaba Cajamarquilla y toda esta gente empezó tos repiten monótonamente el mismo patrón de nuevo a acomodarse en lugares aptos para constructivo, con distintas dimensiones. Alela vivienda, el trabajo y el aprovechamiento de daños a ellos hay canchones cercados, al parecursos naturales. Desocupada Cajamarquilla recer parcelas listas para ser entregados a nuela gente empezó a establecerse en “pequeños vas provincias costeñas que solicitaban tener lugarejos de corta vecindad”: nacieron en- un templo en la ciudad, pues ello acrecentaba tonces Campoy, Puruchuco, Pariachi, Ceres, enormemente su prestigio regional. Los diriOrión, Gloria, etc. todos seguramente por el gentes del culto asegurándose que los nuevos 1300 d.C. En los que respecta a Pachacamac, inquilinos tengan solvencia económica como 16 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM para mantener regularidad en la tributación, pues detrás del culto existía una verdadera organización económica, cuyos comerciantes eran los sacerdotes en exclusividad. Fue una de las cosas que Wari aportó y difundió por los Andes: el comercio organizado; mucha gente, antaño de origen Wari debe haberse arraigado en la Costa Central haciéndose pronto vecinos importantes y tomando la dirección del culto en Pachacamac. Más adelante Veremos que los cronistas españoles encuentran funcionando, pero muy disminuidos por la presencia inca, a la organización pre incaica. edificio Inca del estilo, sí parece haber tenido para su construcción mano de obra cuzqueña, pues paramentos líticos denuncian el estilo de cantería Cuzco, así como el ensamble sin mordiente de las piedras utilizadas. Mamacuna fue explorado, limpiado y reconstruido en un comienzo por el Dr. Julio C. Tello en 1941-42 y terminado por sus discípulos. Actualmente está cual lo dejaron sus descubridores. En el Templo del Sol nosotros hemos excavado, limpiado y consolidado la esquina Norte y el frente Oeste parcialmente, durante los años 1965-67. Así mismo, en 1963, el Dr. Arturo Jiménez Borja exploró y limpió un sector de la Las Costa Central fue conquistada por los verdadera escalera de acceso al edificio; esta Incas más o menos por el año 1470, en Pacha- es en zigzag con descansos, y los muros que la camac hallan gente que hablan un dialecto enmarcan muy pintados con amarillo y rojo. El aymaroide muy localizado; la cerámica que mismo Dr. Jiménez Borja había trabajado desde usaban era atípica, afectando formas y motivos 1958 hasta 1962, uno de los edificios provindecorativos imitados de los estilos Chancay, lo ciales de la parte bajan que fue bautizado por que hace suponer que este valle era su princi- Hans Horkheimmer como “JB” por su peculio pal tributario y varios señores de aquella pro- trataba de hacer arqueología en este sitio a la vincia deben haber tenido edificios ceremonia- sazón ya cuasi abandonado. les en Pachacamac. El modelo arquitectónico de los edificios de este sitio se repiten mucho Durante la segunda mitad del año 1967 y en Chancay, sirvan como ejemplos: Lumbra y todo 1968 hemos excavado y limpiado el palaPisquillo Chico, sitio visitado por los autores. cio de Tauri Chumbi curaca orejón que goberEn el valle de Rímac, el modelo se repite con naba políticamente Pachacamac a la llegada de exactitud, pero en pequeñas dimensiones, en el los españoles, los materiales están en estudio y sitio de Huaquerones III, km 8 de la carretera serán publicados oportunamente, Este edificio central. En general todos los pueblos aledaños lo denominamos Grupo Tauri Chumbi ahora a Pachacamac deben haber sido tributarios, si todavía no puede ser visitado porque falta trabien no en productos y/o especias, pero sí en bajo, en la misma situación está el Grupo “JB”. trabajos personal y comunal. Para sintetizar todo lo dicho, arquitectónica de los edificios, así como de su ubicación cultural: Los incas al llegar a posesionarse de la ciudad respetaron el templo de la antigua deidad, Arquitectura Inca: pero consideraron al lugar saturado de misticis- Templo del Sol mo, viendo que podía utilizarse ello para servir - Mamacuna a sus intereses; de manera que permitieron que - Plaza de los Peregrinos continuara el orden anterior, pero su dirección. - Grupo Tauri Chumbi Edificado el Templo al Sol, la tributación se - Edificio pintado encaminaba no ya a las capillas provinciales de Pachacamac, sino a las calles construidas en las Arquitectura Pre Inca: -E)Calles: Norte-Sur; Oeste-Este; Esteterrazas del edificio inca. Cobo dice que tenía Oeste muchos aposentos, estos deben ser los depósi-D)Templo de Pachacamac tos ica de los cuales salían la tributación para -C)Palacios periféricos ir a servir en la expansión del imperio. El tem-B)Capillas provinciales po del Sol de Pachacamac como su similar del -A)Edificios Maranha: valle de Pativilca (Paramonga) son fñabricas o Urpi Wachak inca pero utilizando mano de obra costeña por o Cercanías de Mamacuna eso difieren arquitectónicamente, de los edificios cuyo obraje fue quechua. Mamacuna, otro o Templete adobitos 17 Arqueología y Sociedad 4 Los edificios mayores son el templo Pre Inca de Pachacamac y el templo Inca del Sol. Mamacuna estuvo rodeado de sembríos en la antigüedad, que eran parcelas del Sol y Tello puso en evidencia una serie de canales servidos por napa freática, para almacenarla en reservorios de piedra. A continuación presentamos un estudio a base de crónicas, que son testimonios algunos directos y otros indirectos de lo que los españoles pudieron aprehender en Pachacamac. stando preso en Cajamarca el Príncipe Atahualpa ofrece a sus captores como precio por su vida dos estancias casi colmadas de oro y plata. Aceptado el rescate comienzan a llegar tesoros desgajados de templos y palacios. Muchas de las piezas eran de tamaño temerario y demandaban tiempo y esfuerzo para su transporte. Conocedor de la prisa que tenían los conquistadores porque tal riqueza se reúna, Atahualpa sugiere se recoja de los bienes que atesora Pachacamac. Era este un lugar famoso asiento de una antigua deidad del mismo nombre venerada por las naciones que habitaban los llanos a la orilla del mar. Francisco Pizarro se sorprende cómo siendo tan gran dios este Pachacamac se le iba a quitar lo suyo. Atahualpa responde con agudeza notable. Testigo del diálogo es un paje y pariente del Gobernador, quien años más tarde sería el cronista Pedro Pizarro. En su vejez recuerda este episodio y lo trasmite en su crónica “Relación del Descubrimiento y Conquista del Perú”: “Has de saber señor, dijo Atahualpa, que estando mi padre malo en Quito, le envió a preguntar que haría para su salud; dijo que lo sacasen al sol, y en sacándole murió, Huascar mi hermano le envió a preguntar quién había de vencer, y dijo que él, y vencí yo; cuando vosotros vinisteis yo le envié a preguntar quien había de vencer, vosotros y yo, enviome a decir que yo y vencisteis vosotros. Así que es mentiroso y no Dios, pues miente”. Pachacamac es un nombre quechua. Quiere decir Dios Creador. Según el Vocabulario de 1608 compuesto por Diego Gonzales de Holguín la palabra Pacha equivale a decir: tiempo o lugar y Camac Dios Creador. Considerando que la conquista del litoral central fue acome18 tida por los Incas en el siglo XV, resulta entonces el nombre Pachacamac relativamente reciente. Su nombre arcaico debe haber sido Irma. Según la Relación Origen, Descendencia Política y Gobierno de los Incas, escrito por el licenciado Fernando Santillán, estando en gestación Topa Inca habló en el vientre de su madre diciendo: “que el Hacedor de la tierra estaba en los yungas, en el valle de Irma”. El cronista aclara “dicho valle de Irma que agora se llama Pachamama” o sea el actual valle del río Lurín en una de cuyas márgenes están las ruinas del templo dedicado al Dios Pachacamac. Lo dicho concuerda con el nombre de un lugar próximo llamado Arma Tambo. Quizá en la antigüedad se le conoció como Irma Tambo; vale decir Tambo o Parador del Dios Irma. Aun hoy es posible ver allí importantes construcciones prehispánicas. Un nombre aun más antiguo pudo haber sido Kon. El padre Ávila gran extirpador de idolatrías informa de un dios muy venerado en las altas montañas de Yauyos y Huarochirí en el siglo XVII, llamado Con Iraya. Francisco López de Gómara trae una importante noticia acerca de lo mismo. Aparece en la primera parte de la “Historia General de las Indias” e el capítulo “Opinión que tiene acerca del diluvio y primeros hombres”. Allí se puede leer “Dice que a los comienzos del mundo vino de la parte septentrional un hombre que se llamó Con, el cual no tenía huesos” (referencia metafórica a cu condición de espíritu). Prosigue Gómara: “llenó la tierra de hombres y mujeres que crió”. “Pero sin embargo, enojado por lo que algo no le hicieron, volvió la buena tierra que les había dado en arenales secos y estériles, como son las de la costa y les quitó la lluvia, pues nunca más desde entonces volvió a llover allí”. Aparece entonces en el relato, en forma dramática, el Dios Pachacamac. “Sobreviene Pachacamac que significa creador y desterró a Con”. El mito describe muy bien el teatro de los acontecimientos, arenales secos y estériles, y pone en evidencia el orden de aparición de las divinas personas. Reinando el Emperador Topa Inca Yupanqui (1471-1494) lleva a cabo la conquista del litoral y Pachacamac pasó a formar parte del Estado Inca. Los conquistadores españoles llegaron a Lima en 1533. El tiempo entre una y otra ocupación no es grande, por tanto el gobierno Inca no pudo cambiar gran cosa la fisonomía Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM de Pachacamac. El grueso de los edificios que los conquistadores vieron eran de origen preinca, siendo los edificios incas más sobresalientes, el Templo dedicado al Sol y otra fábrica en dónde funcionaba la institución femenina llamada Mamacuna. Tan grandes instalaciones, como hasta ahora se ve, tomaron del gobierno Inca gran importancia de su tiempo. Volviendo al principio del nuestra historia, el Gobernador ordenó a su hermano Hernando se encamine hacia Pachacamac en procura de cuanto atesoraba la ciudad sagrada. Pizarro advierte por el camino que la tributación de los valles marítimos la recaudaba Pachacamac: “toda esta tierra de los llanos y más adelante no tributa al Cuzco, sino a la mezquita” dice en carta escrita a los oidores de Santo Domingo. La tributación en el antiguo Perú era compleja. Se tributaba, en general, aquello que más abundaba en el lugar. Materias primas como maíz, sal, algodón, tinturas, etc.; manufacturas como ovillos de algodón hilado, mantas, ropa, etc.; mano de obra como olleros, carpinteros, músicos, etc. La tributación por excepción era oro y plata. Todos estos valores se atesoraban en Pachacamac de modo tal que el sitio venía a ser una suerte de Banco de las Naciones que vivían en los llanos. Los valores que se guardaban en este repositorio no coincidían, como es natural, con la idea que los valores tenían los conquistadores españoles. El cuerpo sacerdotal componía un cuadro subalternos y ejecutivos encargado de llevar cuentas de lo atesorado y de cuanto salía de los depósitos en beneficio del pueblo o del culto de Dios. El cronista Miguel de Estete que acompañó a Hernando Pizarro desde Cajamarca a Lima y que vio a Pachacamac funcionando bajo la administración Inca, recoge esta impresión: “Debe ser cosa muy antigua, porque hay edificios caídos y han sido cercados el pueblo, aunque al presente lo más de la cerca está caída”. Este deterioro, correspondía probablemente al antiguo sector preinca, cuyo esplendor había declinado hacía años, en beneficio del nuevo culto solar y las instituciones incas. Los trabajos arqueológicos han puesto en valor esta observación de Estete, pues se ha hallado edificios preincas que estuvieron dedicados al culto transformados en basureros. Como muchos de ellos no tenían ninguna función religiosa que cumplir, pues el ceremonial tenían ahora otros escenarios; fueron entonces lentamente abandonados y se acumuló allí gran cantidad de desechos de la población inca. Miguel de Estete refiere también que los indígenas le información acerca de las funciones del dios Pachacamac expresando, que “los cría y sostiene” y “que les puede hundir si le enojan”. Como los griegos y muchos otros pueblos de la antigüedad, los peruanos se imaginaban quizá que el mundo era plano y sostenido por los lomos de la deidad. Esta creencia hall justa expresión al decir los indígenas “que les puede hundir si se le enojan”, pues se entiende que de faltar el principio se sustentación el mundo se había de hundir y siendo la costa tierra de temblores, abona a favor de lo dicho. Corrobora todo esto, un acontecimiento que sucede a Hernando Pizarro y a los suyos a las puertas del templo de Pachacamac. Lo refiere Miguel de Estete “Acaecionos una cosa muy donosa, una noche antes que llegáramos a él en un pueblo junto a la mar, que nos tembló la tierra de un recio temblor y los indios que llevábamos que muchos de ellos iban tras nosotros a vernos, huyeron aquella noche de miedo diciendo que Pachacamac se enojaba porque íbamos allá y todos habíamos de ser destruidos”. A través de estos testimonios es fácil advertir el diseño majestuoso de la divinidad sustentadora del mundo antiguo y como la buena marcha de las cosas de la tierra dependían de la quietud y bondad de Dios. Antes que los Incas conquistaran el litoral, el tributo estaba dirigido al Dios Pachacamac. El cuerpo sacerdotal adscrito a él lo recibía y administraba, De cada cantón costeño partía probablemente, según su tiempo, el curaca local acompañado de una corte de servidores con ofrendas que se almacenaban en “casas de depósito” como los llama Estete y Hernando Pizarro. Estas casas eran en cierto modo templos provinciales. En Pachacamac los hay de muchas clases, mas todas ellas muy parecidas. Constan de un gran patio delantero o atrium luego un edificio en forma de pirámide trunca en cuyo tope hay unas pocas cámaras sagradas. Rampas muy ceremoniosas permiten ascender a la pirámide. Tras todo esto, enormes depósitos. Mirando uno de estos edificios, con 19 Arqueología y Sociedad 4 los ojos del espíritu, se puede volver a revivir el pasado. Es posible ver a los curacas locales, acompañados por músicos, bailarines y portadores, presentar los tributos en los grandes patios y sacerdotes desde lo alto de las pirámides, dando majestuosamente su aceptación. Este tributo bendecido y grato era entregado a los servidores del templo que lo guardaban y contabilizaban. Cada uno de estos templos provinciales recibía ofrendas de una comunidad muy señalada, Año a año recibía casi siempre lo mismo: algodón, maíz, pescado, etc aquello que más abundaba en la localidad. Era un rubro conocido y sobre la base de él giraban las operaciones del templo. Al llegar la época de recolección, cada unidad-templo almacenaba un repertorio monótono. Más considerando la ciudad en conjunto con sus muchos templos-almacenes, la diversidad era muy grande. Probablemente cada grupo sacerdotal realizaba operaciones para diversificar su riqueza trocando lo que tenía en abundancia por aquello que le faltaba. Quizá esperaba que llegasen a su templo devotos o tratantes a solicitar aquello que sabían constituía la especialidad del templo. En suma la ciudad recibía una riqueza que sin duda no quedaba estática, sino que circulaba y se transformaba. Esta complicada dinámica estaba dirigida por el cuerpo sacerdotal. Así las cosas la ciudad no era sólo un centro religioso, sede del Dios Pachacamac, sino también un emporio de riqueza, de valores que acrecentaba su prestigio y su poder. Con la llegada de los Incas cambia el rumbo de los tributos. Ahora en lugar de henchir los depósitos del gran Dios Pachacamac y de sus servidores. El grueso de ellos se dirige al templo del Sol y a los almacenes de las instituciones Incas. La vieja maquinaria Pre-Inca vendrá a menos poco a poco y los funcionarios de Pachacamac se transforman en pobres vergonzantes. No obstante el Dios sigue en funciones, Huayna Capac le pregunta sobre sus males, el Inca Huascar le pide opinión sobre su suerte en la guerra con su hermano y Atahualpa pide también consejo. Y, sin embargo, ya se duda mucho de él y se le llama mentiroso descaradamente. Y el gran Dios, como si estuviese resentido, de respuestas contrarias, una y otra vez, como silo hiciera de intento. 20 La crónica “Historia General y natural de las Indias” escrita por Gonzáles Fernández de Oviedo escribe, en el capítulo X del tomo V, la vida del príncipe Atahualpa en prisión: “Sabía por los caciques e señores de aquellas provincias la ida del gobernador a Caxamalca e la presión de Atabaliba, muchos e de diversos pueblos vinieron e algunos aún desde bién lejos a ver al gobernador, de paces e algunos dellos eran señores de a veinte a treinta mil indios, e todos subjetos a Atabaliba la hacían grandísimo acatamiento, besándole los pies e las manos y él los recibía sin alzar los ojos aún a mirarlos, porque su gravedad o grandeza deste príncipe era muy grande e la obediencia de sus súbditos conforme a ella, e cada día le traían muchos presentes de la tierra”. ¡Así mismo, pasados sesenta días después de la prisión de Atabaliba, llegó un cacique del pueblo donde está aquella mezquita general de Pachamama, y el guardián Della. E llegados ante el gobernador, preguntó a Atabaliba quién eran. e dijo que se holgaba con su venida, porque pagarán las mentiras que le habían dicho; e pidió que le trajesen allí una cadena para echársela a aquél guardián, porque era un bellaco mentiroso que le había dicho e acnsejado que tuviese guerra con los cristianos, que su dios le había dicho que los mataría a todos, e que también dijo a su padre Guainacaba, cuando se quiso morir, que no moriría de aquella enfermedad, certificando que su dios lo decía”. El gobernador mandó traer la cadena a Atabaliba se la echó al guardián e dijo que no se la quitase hasta que trajese todo el oro que tenía en el dicho templo o mezquita para los españoles. E dijo Atabaliba que él lo quería dar a los cristianos, pues su dios de aquel mal sacerdote era mentiroso, e dijo así; Yo quiero ver agora tu saber, e como tu dios te quita desa cadena”. Hernando Pizarro se hallaba por aquel tiempo en Huanachuco, Allí recibe orden de encaminarse a Pachacamac. Un hidalgo llamado Miguel de Estete fue encargado de relatar el viaje. Desde Huamachuco se encaminan a través de las altas montañas hacia el sur, luego desviándose del camino real descienden al encuentro del camino de los llanos, junto al mar. Según Estete partieron de Cajamarca un miércoles 6 de enero de 1533 y llegaron a Pachacamac el 30 de enero del mismo año. AL entrar en la ciudad sagrada el día al parecer Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM declinaba, pues poco antes habían comido en Armatambo a las afueras de la actual ciudad de Chorrillos. No bien llegaron a Pachacamac, según Estete, “se fueron a aposentar a unos aposentos grandes que están a una parte de dicho pueblos”. Refiere luego cómo Hernando Pizarro comunicó al principal del pueblo llamado Tauri Chumbi “que el iba por mandato del señor gobernador por el oro que el cacique y obispo de aquella mezquita había mandado al dicho gobernador, e que luego a la hora lo juntasen e se lo diesen” “E juntos todos los señores del pueblo e principales e pajes de aquel ídolo que allí tenían dijeron que lo darían, e andovieron disimulando e dilatando: en conclusión que trajeron muy poco y dijeron que no había más”. clara de cómo eran los demás, que sólo se diferencian en proporciones. Estete dice que en estos edificios “se halló algún oro y muestras de haber alzado mucha cantidad dello”. El viaje de Hernando Pizarro a la ciudad sagrada hubiese resultado un fracaso de no mediar un notable acontecimiento. Poco a poco comenzaron a llegar a Pachacamac señores y príncipes del contorno. Presentaban su obediencia y con ella, conforme a la etiqueta, regalos de oro y plata. La lista de señores, poco firme en sus convicciones la ha transmitido Miguel de Estete. Estos son: Lincoto, señor de Mala; Allaucax, señor de Noax; Guaralla, señor de Huayco; Guagchapaicho, señor de Huarca; Ispillo, señor de Sulliscasmarca, y por Pachacamac era un grandioso repositorio. último Chumbiauca, señor de Chincha que se Hasta hoy quedan los inmensos depósitos, presentó con un brillante cortejo de diez cabadistribuidos por doquier, en número y tamaño lleros principales. verdaderamente abrumador. Por tanto llama la No puede quedar sin un comentario posatención la conducta de principales y sacerdotrero la valerosa conducta de los sacerdotes y tes, que tras dilatar la entrega trajeron poco y dijeron que no había más. Es probable que señores de Pachacamac. Se necesitó gran ena lo largo de los veinticuatro días de viaje de tereza para presentarse ante los españoles con Hernando Pizarro llegaron a Lima noticias de las manos vacías. las intenciones de los españoles. Quizá el sumo Se necesitó también valor grande para vasacerdote humillado y encadenado en Cajaciar los depósitos de la deidad y del pueblo, y marca ordenaría la conducta a seguir. destruir u ocultar lo atesorado y desmantelar Estete menciona unas “casas donde se los templos. echaba el tributo”. Estos edificios, qua aún esSin duda alguna, la realización de esta fortán en pie, los hemos llamado tentativamente “templos provinciales”. La limpieza de uno de midable tarea debió tomarlos muchos días de ellos ha proporcionado una idea más o menos trabajo y dolor inmensos. 21 CHAN CHAN: LA CIUDADELA “RIVERO” Lorenzo Alberto Samaniego R. Por Resolución Ministerial Nº 260 de fecha 15 de abril del presente año, la Casa de la Cultura del Perú mediante su Área de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural, se hizo cargo de los trabajos arqueológicos de las Ruinas de Chan Chan, inaugurando su programa para el año en curso con las excavaciones en la ciudadela “Rivero” el 26 de mayo. Chan Chan, la ciudad arqueológica más grande del Perú, está ubicada al Oeste y a 4 km más o menos de Trujillo, en la margen derecha del Río Moche; la ciudad está orientada de Sur a Norte, ocupando un área que comprende 5 km de largo y 3 km de ancho; empero, en el pasado debió haber tenido mayor extensión hoy disminuido por la acción depredadora de los agricultores. En el área urbana se puede distinguir con claridad; 1) Las Ciudadelas que son verdaderamente unidades urbanas monumentales de gran elaboración, estas son: “Martínez Compañión”, “Squier”, “Velarde”, “Gran Chimú”, “Laberinto”, “Bandelier”, “Uhle”, “Tello”, “Chayhuac”, “Tschudi” y “Rivero”; 2) Estructuras o construcciones anexas a las ciudadelas: pirámides de plataformas superpuestas, plazas, patios, grupos de habitaciones y depósitos reservorios de agua, etc.; y 3) Construcciones de casas pequeñas, aglutinadas, ubicadas en gran parte del lado occidental de la ciudad. Es indudable que esta diferenciación en la arquitectura se fundamenta en una clara estratificación de clases sociales condicionado por un sistema socioeconómico y político de explotación. LA CIUDADELA “RIVERO” Está ubicada al Sur-Oeste de la ciudad de Chan Chan, al occidente de la ciudadela “Tschudi” el parecido entre ambas es tal que podríamos afirmar que son gemelas; sólo que la primera es de menor extensión y está mejor conservada, factores que han permitido una adecuada planificación de los trabajos actuales y una mejor visión de conjunto para la interpretación. Su nombre fue conferido en honor al Ingeniero de Minas, Arequipeño, don Mariano Eduardo de Rivero y Ustariz “autor de numerosos tratados y ensayos científicos, alcanzó renombre junto a Juan Jacob Diego de Tschudi, con su Antigüedades Peruanas, el primer manual de arqueología andina” (1) M. E. de Rivero en el siglo XIX se interesó vivamente en nuestro pasado, era hombre de ciencia y de aguzado criterio, sus ideas brillantes traslucen en el siguiente párrafo escrito en 1828 “Los monumentos de Tiahuanaco, del Cuzco, sus grandes calzadas y acueductos, sus artes y sus leyes benéficas, hacen pensar con algún fundamento, en la existencia de un reino anterior a los datos de los cronologistas. Mas todos los escritores han consagrado sus plumas a pintarnos con colores exagerados su grandeza y magnanimidad; no habiendo ninguno querido tomarse el trabajo 23 Arqueología y Sociedad 4 de describir el grado de civilización a que habían llegado por las artes y las ciencias, objeto de grande interés para los conocimientos humanos” (2). piedras pequeñas, es decir, un tapial, de gran dureza y resistencia. La entrada, muy angosta y con hornacinas laterales que guardaban ídolos de madera, La planificación y construcción de “Rive- conduce a dos corredores laterales, rectanguro”, como las otras ciudadelas, obedecieron a lares, rodeados de poyos –otros prefieren los una nítida distinción de clases sociales en el términos de bancos o banquetas- el corredor lateral derecho comunica a la gran plaza públiReyno Chimú. ca o principal, de forma rectangular, con poyos Existe bastante similitud en el planeamien- laterales y con una plástica rampa en la parte to de la mayor parte de ellas; existe también la frontal que conduce al centro ceremonial. Los posibilidad de funciones diferentes de algunas, desniveles en la arquitectura de Chan Chan se agregándose a todo esto el problema de espacio solucionaron con planos inclinados o rampas, y tiempo, pues hay dos o tres de ellas que esta- lo que no indica desconocimiento de la escaban en proceso de construcción. Es necesario linata, ya que también la usaron aunque en considerar la Ciudad de Chan Chan con sus menor escala. La plaza principal debió haber problemas económicos, con la gran población tenido múltiples funciones tal como nuestras que albergaba con sus problemas políticos para Plazas de Armas. mantener en tranquilidad los valles conquisEl centro ceremonial lo componen salas de tados, con sus necesidades habitacionales que recibo, adoratorios y depósitos, todos comunihacían crecer la ciudad año tras año, en fin, ver Chan Chan con las mismas necesidades de cados por angostos y laberínticos pasajes. Las nuestras grandes ciudades, indudablemente, salas de recibo que se cruzan antes de pasar a los adoratorios, tienen forma rectangular, sus en otro nivel. paredes están exornadas con frisos modelados “Rivero” está dividido en tres sectores y un con motivos geométricos u hornacinas cuasub sector, a éste posiblemente más adelante dradas, que tienen dinteles de cañas delgadas se le considere como un cuarto sector, pero se amarradas con soga de totora y muy bien enlucidas con una capa delgada de barro. espera mejores evidencias. Los adoratorios de forma casi cuadrangular tiene un altar, cuyo plano es en forma de U, PRIMER SECTOR con hornacinas interiores siempre en número de seis que es posible dieron cabida a ídolos Delimita la ciudadela cuatro murallas orien- de madera tal como las hornacinas de la entadas de acuerdo a los puntos cardinales, con trada; cada adoratorio tiene anexa una o dos una entrada por el lado Norte, que fuera des- habitaciones pequeñas que debieron servir de cubierta por la Misión Arqueológica de la Uni- aposento al encargado del culto y de la preversidad de Harvard el año 1969. Paralelas a servación del lugar. Los adoratorios en general estas murallas, en el interior hay otras similares tuvieron techos de una sola agua, hechos de que forman en los flancos amplios y largos pa- cañas y encima de “torta” de barro, que eran sadizos que se denominan “ciegos” porque no sostenidos por columnas de algarrobo, que altienen salida ni comunican a otros comparti- gunas veces eran recubiertos con barro. Los mentos. depósitos que acompañan a los anteriores, sirvieron para recepcionar las ofrendas. Las murallas son de corte trapezoidal, anchas de base y delgadas hacia arriba; la base En el ángulo NE de este sector la Misión de está fabricada con enormes piedras de río uni- Harvard ha encontrado un cuarto amplio con das con mortero de barro y piedras pequeñas, residuos de alimentos y de cenizas que indican cuya consistencia recuerda el “concreto”; en- su función de cocina. cima se levanta el muro de adobes con barro o, en caso contrario, sólo con barro mezclado con Este sector está delimitado del segundo 24 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM 25 Arqueología y Sociedad 4 por dos murallas transversales que forman un corredor angosto comunicados por estrechas entradas. SEGUNDO SECTOR De la naturaleza del cementerio que en realidad es monumental, se puede derivar que eran exclusivamente para los dirigentes de la ciudad, es decir, tumbas señoriales. Desgraciadamente, todos los cementerios de las ciudades han sido saqueados durante más de cuatro siglos y las riquezas que se han extraído de ellas sólo la imaginación puede detallar. Posee una plaza de menor extensión y similar ala del primer sector; está rodeada de patios y de numerosos depósitos distribuidos en recintos cuadrados también con pequeños patios. Todos los depósitos tuvieron techos a dos aguas, la evidencia actual está en que los mu- SUB SECTOR ros laterales de éstos terminan en ángulo hacia Está ubicado al lado Sur de la Ciudadela, de arriba. forma rectangular, cubierto de abundante resEn este sector está generalmente un reser- tos de comida, huellas de fuego, evidencias de vorio de agua, tal como en Tschudi”, abaste- ligeras estructuras y con un pequeño reservocidos en el pasado con agua del subsuelo. Los rio d agua. Se piensa que éste debe haber sido reservorios son de formas cuadradas o rectan- vivienda del personal de servicio que atendía gular, con paredes en talud, impermeabilizados las necesidades de los “señores”. por cantos rodados engastados y unidos con barro; alcanzan generalmente de 4 a 5 m de profundidad, es decir, la profundidad está dada por el hallazgo del agua. Actualmente están EPÍLOGO secos los reservorios. De todo lo anterior, puede concluirse en la plaEste sector por los elementos que lo com- nificación convencionalizada de “Rivero” con ponen tiene evidentemente una función eco- sus tres sectores y un subsector, de funciones: nómica, dado que los demás son depósitos político-religioso, económico, funerario y de servicios respectivamente. donde se almacenaba la producción. TERCER SECTOR Dividido del anterior por una gran muralla trasversal, y comunicados por una angosta entrada. En el cementerio, de planta rectangular, orientado de Sur a Norte y delimitado por altos muros. Se ingresa por el lado Norte donde hay una entrada que da a un patio de regular extensión; enseguida aparecen sobre la superficie las tumbas que son verdaderos mausoleos, amplios y altos, distribuidos a manera de “rejilla” en un área grande, una vez que eran ocupadas se las sellaba, construyéndose encima otras; así “Rivero” tiene un cementerio de tres plataformas superpuestas y cada una tiene un número determinado de mausoleos. 26 La fortificación de la Ciudadela y la dificultad para llegar a la entrada, pues hay que recorrer pasajes laberínticos exteriores, inclusive, los ídolos de madera que cuidaban la entrada como verdaderos “guardianes”, ponen de manifiesto la importancia y la crucial naturaleza de ella con respecto a la ciudad toda y, de las gentes que lo habitaban. “Rivero” parece ser una de las últimas Ciudadelas construidas, pues el material arqueológico es de estilo Chimú tardío y presenta mejor conservación. Estos breves apuntes son el resultado de los preliminares trabajos de prospección y excavación arqueológica en el sitio. FORMACIONES CULTURALES PREHISTÓRICAS DE LA REGIÓN CENTRO-SUR DE CHILE Bernardo Berdichewsky S. Contenido 1.Delimitación y características ecológicas del áreas 2.Historia de la Investigación 3.La problemática 4.Esquema del desarrollo cultural c.Red fluvial de Petorca y vecindades d.Red fluvial del Aconcagua y vecindades e.Red Fluvial del Maipo y vecindades 2ª Sub-zona = Rapel – Itata (Prov. O’Higgins, Colchagua, Curicó, Talca, Maule, Linares, Nuble) 1. DELIMITACIÓN Y CARACTERÍSTICAS ECOLÓGICAS DEL ÁREA a.área costera 1) Rapel – Lloca 2) Lloca – Dichato Las sub-áreas ecológico-culturales de la Región Centro-Sur (desde el Valle del Choapa hasta el Seno de Reloncaví) b.área cordillerana Límites: N = Región del Norte Chico; S = Chiloé y Patagonia; W = Océano Pacífico; E = Argentina. Se divide en dos grandes zonas: I.- Central (Choapa al Itala); II.- Sur (Itala-Reloncaví). c.red fluvial Rapel – Cachapoal y vecindades d.red fluvial Mataquito – Tinguiririca y vecindades e.red fluvial Maule y vecindades f. red fluvial Itata y vecindades II Zona Sur I.- Zona Central 1ª Sub-zona = Bío- Bío – Toltén 1ª Sub-zona= Petorca – Maipo 2ª Sub-zona = Toltén – Reloncaví 2ª Sub- zona = Rapel – Itata La sub-Zona = Bío-Bío – Toltén.- (Prov. Concepción, Arauco, Bío-Bío, Malleco, Cautín) 1ª Sub-zona = Petorca – Maipo.- (Prov. Aconcagua, Valparaiso). a.Área costera (Concepción-Arauco) b.Área cordillerana a.Área costera 1) La Ligua, Viña del Mar; 2) Laguna Verde, Punta Toro. c.Red fluvial del Bío-Bío y vecindades (Malleco – Bío-Bío) b.Área cordillerana d.Red fluvial del Imperial y Toltén (Cautín) 27 Arqueología y Sociedad 4 2ª Sub-zona = Toltén –Reloncaví (Prov. Valdivia, Osorno, Llanquihue) a.Área costera b.Red del Calle-Calle y región de los lagos Calafquén, Panguipulli y Riñihue (Valdivia) c.Red del río Bueno y región de los lagos Ranco, Puyehue y Rupanco (Osorno) d.Red del Maullin y región del lago Llanquihue y seno Reloncaví (Pto. Montt- Llanquihue) Resumen de las regiones geográficas La zona el Valle Central o longitudinal que se extiende por la región Centro-Sur del territorio nacional, ocupa prácticamente el centro de este largo país. Abarca desde la provincia de Santiago, por el Norte hasta la de Llanquihue, por el Sur, o sea, desde el Río Aconcagua y la Cuesta de Chacabuco hasta el canal de Chacao y el monte Tronador en el Sur, ocupando una superficie aproximada de 180.000 km2. Como lo hemos indicado puede dividirse en dos secciones con asl siguientes respectivas características: a.Zona Central: Desde la Cuesta de Chacabuco al Norte hasta el colcán Copahue, ríos Laja y y Bío-Bío, por el Sur. En ella las tres fajas características del relieve se distinguen claramente. Los Andes descienden gradualmente hacia el Sur y aparecen nuevamente los volcanes. Presenta numerosos ríos que riegan extensas y fértiles tierras, pero no apropiados para la navegación. El clima es muy saludable. Las aguas caen normalmente en invierno y aumentan gradualmente hacia el Sur. Es la región más poblada e importante del país por sus grandes ciudades, industrias y recursos. La agricultura predomina en importancia sobre la minería. llera a mar. Son en su mayoría navegables y, a excepción del Bío-Bío en su curso superior, ninguno forma valles longitudinales, como sucede con los ríos argentinos que corren frente a ellos al otro lado de la cordillera. Existe una gran abundancia de lagos, casi todos situados en el Valle Central y que comienzan en el sistema del río Toltén. Las lluvias aumentan hacia el Sur, caen durante todo el año y alcanzan su mayor intensidad en las provincias de Valdivia y Llanquihue. La vegetación es variada y abundante. Hay presencia de valiosos mantos carboníferos, especialmente en la provincia de Arauco. La agricultura, la ganadería, la explotación de los bosques y yacimientos carboníferos alcanzan gran desarrollo y proporcionan los mayores recursos económicos de la región. Más al Sur de nuestra región en estudios se extiende la zona austral o patagonia. Bibliografía CORFO.- Geografía Económica de Chile. Texto refundido Corp. Fome. Prod. Santiago, 1965. CUNILL, Pedro.- Geografía de Chile.- 2ª. Ed. Santiago, 1965. INSTITUTO GEOGRÁFICO MILITAR.- Atlas de la República de Chile.- Santiago 1966. KAPLAN C., Oscar.- Geografía de Chile, Santiago, 1956. PLATH, Oreste.- Guía Turística de Chile, 1967. Publicación Anual, Secc. Prop. Y Turismo. Empresa FF. CC. EE. Santiago, 1967. 2. Historia de la investigación Los clásicos de la Prehistoria Chilena, desde el abate Ignacio Molina en el siglo XVIII Diego Barros Arana y José Toribio Medina en el siglo XIX y Ricardo Latcham, Aureliano Ayarzún y La cordillera andina sigue aquí siendo vol- Tomás Guevara, a comienzos del siglo XX tracánica, pero comienza a perder su continuidad taron todos de dilucidar de alguna manera el por depresiones que la fragmentan. Los ríos problema del origen de los araucanos o, lo que son caudalosos y atraviesan el país de cordi- venía a ser más o menos lo mismo, el origen b.Zona Sur.- Se extiende desde el límite anterior hasta el canal de Chaco. 28 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM de los indios del reyno de Chile, desde la Serena hasta Chiloé. Por falta de investigación arqueológica suficiente se basaron mas que nada en datos de carácter etnohistóricos y etnológicos, de aquí la falta de asidero firme para muchas de sus elucubraciones. a.Carácter étnico de: unidad étnica y lingüística de los indios chileno-araucanos. b.Contenido cultural: de nivel bajo. c.Influencias culturales: todos los importantes avances culturales fueron introducidos por la conquista incaica, como ser metalurgia, textiles, agricultura, pastoreo y cerámica. El modelo más conocido y popular sobre el origen de los araucanos fue el de Letchman que postuló la llegada de los Mapuches o araucanos típicos, como venidos de allenJosé Toribio Medina (1882) de los Andes, en un período más bien tardío, precolombino y preincaico, portadores de una a.Carácter étnico: varias etnias diferentes en cultura simple de cazadores-recolectores que distintos periodos. habrían irrumpido sobre la región sur de Chile, asentándose en ella y transculturándose hacia b.Contenido cultural: tres niveles culturales en secuencia evolutiva desde inferior a sula forma de vida agrícola sedentaria de los poperior: varios milenos atrás culturas muy bladores primitivos de la región, con los que se primitivas (tipo paleolítico?): después las habrían mezclado; pero, sobre todo a quienes culturas de la “piedra pulimentada” (neohabrían expulsado y empujado hacia el Norte lítico) entre los cuales los araucanos. Por (un sector) y hacia el Sur (el otro sector), y se último la etapa de influencia Inca que coconstituyeron así las 3 etnias del grupo araurrespondería a la “Edad del Bronce” (Escano: a) los Mapuches, en el centro del área quema clásico europeo). que abarcaría la hoya hidrográfica del Bío-Bío y del Toltén; b) los Picunches hacia el Norte ocupando la zona central de Chile y c) los Huichilles hacia el Sur, hasta Chiloé. Tomás Guevara (1927) Con la mayor cantidad de investigaciones arqueológicas en las últimas décadas, nuevos a.Carácter étnico modelos sobre el origen y la prehistoria de los b.Contenido cultural: sigue más o menos a Medina araucanos Han sido elaborados basados esta vez no ya en datos etnohistóricos y etnológi- c.Influencias culturales: llegarían principalcos; sino básicamente en los arqueólogos. Los mente del norte, desde el altiplano; tammás significativos e importantes –y en el misbién para los “Neolíticos” araucanos. mo orden cronológicos- serían los (para la zona centro-sur en total o para su parte meridional solamente) de los investigadores Dillman S. Bullock, Oswaldo F. A. Menghin, Bernardo Ricardo E. Letcham (1928) Berdichewsky y Jorge Silva. Establece también periodos de distintos niveles, de los cuales el período neolítico agroalfarero tiene un desarrollo autónomo y largo Resumen de los Modelos Prehistóricos de (cultura de los Túmulos) y los araucanos sela zona Centro-Sur. rían pueblos nómades cazadores de las pampas argentinas que habían irrumpido sobre los Abate Molina (1776) agricultores locales dividiendo en tres etnias: ellos mismo (Mapuches), Norte (Picunches) y a.Carácter étnico de estos indios: Araucanos Sur (Huilliches). b.Contenido cultural: Andino de nivel alto c.Origen: en última instancia asiático, proba- La influencia incaica sería de menor importancia: blemente índico. Barros Arana (1874) Osvaldo F. A. Menghin (Zona Sur 1962) 29 Arqueología y Sociedad 4 a.Contenido étnico: trata de darle contenido a las culturas agro-alfareras de la región Sur tratando de ubicar a los araucanos y a los pre y proto araucanos. b.Contenidos culturales. Establece una secuencia de varios periodos en dos o tres niveles fundamentales: 1º Pre-cerámico con tres unidades culturales: epiprotolítico Riogalleguense, el Chanchanense epimiolítico como una manifestación local Ayampitinense y el paraneolítico talcahuanense. Todas culturas de cazadores o recolectores. 2º Neolítico agrícola, dividido en tres periodos: Pitrense, Tiruense y Vergelense (Pre, Proto y Paleo Araucano) 3º Neo-araucano o Valdiviense, dividido en tres periodos. Estos serían sucedidos por el Pacopiense y después la cultura araucana moderna. a.Influencias culturales: desde el norte de Chile, Noroeste argentino y zona Amazónica. Bernardo Berdichewsky (Zona Central) (1963, 1964) a.Contenido étnico: se trata de dar contenido étnico a las culturas agro-alfareras b.Contenidos culturales: Se establece una serie de periodos con diferentes contenidos culturales desde los precerámicos de recolectores y de cazadores-recolectores, respectivamente de tipos físicos dolicoides: 3 periodos agro-alfareros locales: Molloide primero de pescadores y primeros agricultores ya braquiodes, Molloide 2º posiblemente identificados con Paleo-Picunches y un tercero de horizonte local negro sobre naranja, identificado ya con los Picunches y que se continúa hasta la aculturación un periodo colonial de pescadores indígenas y mestizos (changos) c.Influencias desde el Norte Chico y de la Zona Central al Sur. una secuencia cultural de 5 periodos un precerámico con dos fases diferentes, un “Formativo” con una fase cerámica inicial, un periodo intermedio con tres tradiciones cerámicas (monocroma, bícroma y trícroma), un periodo incaico y otro colonial con una fase inicial de contacto hispánico. 3. La problemática En los modelos sobre la prehistoria de la zona centro-sur, indicados más arriba, especialmente en los últimos, el énfasis está dado en la elaboración de una secuencia cultural para la zona. En algunos de ellos se pretende también en forma menos enfática establecer el contenido étnico de algunas culturas arqueológicas, especialmente en lo que se refiere a una posible etnia araucana. Otro aspecto que se contempla también en estos modelos, aunque parcialmente, es la representación de una dinámica de las influencias culturales prehistóricas; como igualmente, en menor escala, un esquema del origen del doblamiento de la región, en especial en lo que se refiere al origen de los araucanos. Pero, el centro de gravedad de todos estos esquemas teóricos, descansa sobre las secuencias culturales y cronológicas. Naturalmente uno de los quehaceres básicos del arqueólogo es establecer cronologías y secuencias culturales en las cuales ordena verticalmente sus culturas y fases culturales. Esto está muy bien y un modelo teórico debe contemplarlas de manera preferente. También debe incluir los otros aspectos indicados, como ser, origen, dinámica humana y contactos, contenidos étnicos, etc. Aunque en algunas de las secuencias propuestas se evidencia más bien en carácter implícito, una evolución cultural en base a estadios de desarrollo, ellos son preferentemente secuencias cronológicas de periodos históricos. Justamente lo que hace falta para que estos modelos sean coherentes es que planteen y expliquen de manera explícita y orgánica una secuencia evolutiva de estadios o niveles socioculturales con una clara definición y caracterización de estos estadios como diferenJorge Silva O (1964) tes niveles de integración socio-cultural y disa.y b) No da contenidos étnicos y establece tintos tipos básicos de sociedades y grados de 30 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM evolución cultural. Este modelo debe contener también, definiéndolas y explicándolas, las variables que producen estos cambios básicos. A nuestro juicio, para que estos modelos sean coherentes estas variables deben corresponder esencialmente a los factores ecológico-económicos y de manera correlacionada los de la estructura social. de enterratorios. El modelo debe explicar de qué manera el desarrollo de las fuerzas productivas, incluyendo en estas los factores ecológicos al modificar las relaciones de producción condiciona el cambio de una formación en otra y de un nivel en el siguiente. Entre los primeros niveles y a la vez los más Pensamos que un modelo evolutivo coherente para la zona Centro-Sur de Chile debe primitivos, como ser 1) el de las Bandas cazacontemplar los siguientes estadios y etapas cul- doras-recolectoras pre-agro-alfareras y 2) el de turales: las sociedades tribales agro-alfareras basados ambos en una organización básicamente de Est. I) Paleo-indígena de Bandas recolectoras- parentesco, sin verdadera división del trabajo, cazadoras ni clases ni estratos sociales, las relaciones de Fase a) Paleo-indios cazadores sup. (Ta- producción continúan todavía esencialmente gua Tagua) semejantes; aunque se aprecia un importante Fase b) Recolectores Mariscadores (La aumento de las fuerzas productivas en la segunda. Corresponderían ambas a dos diferenRaspa Tagua Tagua II) tes niveles de la Formación Social de la así Fase c) Cazadores recolectores. llamada comunidad primitiva o sociedad gen1.Tipo Huentelauquén tilicia. Los cacicazgos, en cambio, representa2.Tipo Longotoma (anzuelo de concha) rían ya una sociedad de transición a una nueva Fase d) Nivel o etapa superior (Hipoté- Formación Social, la así llamada formación de tico) Agricultores incipientes? tipo asiático o civilización arcaica, como la civilización andina. Est. II)Agro-Alfarero-Tribal Etapa I)Temprano (molloide) Los cacicazgos picunches surgirían como Fase a) Influencia Molle Inicial producto del conflicto con la Sociedad IncaiFase b) Influencia Molle avanzado ca hasta ser incorporados a esta e integrados Etapa II)Tardío (cerámicas pintadas N/N como una periferia de ella con lo que pasarían de hecho a pertenecer la formación social de la etc.) Civilización Andina. Los Cacicazgos Mapuches Est. III) Agro-alfarero de Cacicazgos mucho menos integrados y más débiles y diluiEtapa 1. – Horizonte Incaico dos que los otros, surgirían del conflicto con la Etapa 2.- Colonial Temprano (Cacicaz- Sociedad Histórica, hasta integrarse posteriorgos: Picunches y Mapuches) mente en una formación capitalista, la Sociedad Est. IV) Agro-alfarero Colonial Chilena, en el marco de su clase campesina. 1.Valdiviano Neo-Mapuche 2.Araucano contemporáneo Este modelo evolucionista presupone es- 4.- Esquema del desarrollo cultural tablecer los tipos básicos de las formaciones a.Los niveles del desarrollo agro-alfarero y sus socioeconómicas de cada estadio y sus etapas principales fases culturales. y los respectivos niveles de integración sociocultural. Para cada uno de estos niveles debe b.Las fases culturales en las sub áreas ecológicas descubrirse un modelo de ajuste y adaptación ecológica y reconstruir su ecosistema. Es im- c.Relaciones y dinámica humana externas e portante en este empeño establecer también internas. los nichos ecológicos o micro ambientes y detectar las correlaciones ecológicas y económi- 1.- Las fases precerámicas de las formaciocas con los patrones de doblamiento y los tipos nes de cazadores-colectores 31 Arqueología y Sociedad 4 Sólo a manera de antecedente necesario indicaremos brevemente nuestra versión con respecto a la época precerámica de la zona 2.- Las formaciones Tribales agro-alfareras Centro-Sur, puesto que este es tema de otra Hasta el momento el aparecimiento de cultuponencia en este mismo simposio. ras agro-alfarefas se presentan como dadas de Gracias a hallazgos de los últimos años (Ta- una vez y ya relativamente desarrolladas. No gua-Tagua) tenemos cierta certeza que el do- hay una evidencia de una evolución local parblamiento de nuestra zona se remonta a una tiendo de las culturas de cazadores-recolectoépoca tan antigua como a las que se conocía res hasta los aldeanos-agrícolas pasando por el para culturas de los extremos Norte y Sur, res- periodo transicional de la agricultura incipienpectivamente, es decir, de una cronología del te. Sin excluir esta posibilidad que aún no se orden de los 10,000 años o más de antigüe- ha descubierto, el cambio de nivel sociocultural del Estadio I de las Bandas cazadoras-recodad. lectoras al de los productores de alimentos del Tenemos entonces un verdadero periodo Estadio II de aldeanos agro-alfareros tribales, paleo-indígena (representando en el mencio- parece presentarse en la zona Centro-Sur del nado yacimiento) de cazadores superiores, evi- país de manera brusca y acabada. denciando –como era de suponer- en el inteNo nos cabe duda que las primeras culturas rior de la zona. agro-alfaferas de su etapa temprana han surHay otras fases culturales posteriores de gido en la zona central, como una influencia cazadores, ya no de grandes animales, y al directa de culturas del Norte Chico. Esto está parecer en una ecología tanto interior como bien evidenciado en el yacimiento EN AP 3 marítima, evidenciando especialmente en de la desembocadura del Valle de Aconcagua la parte más septentrional, con la cultura de en Con-Con que hemos trabajado nosotros, Huentelauquen ya usa piedras de moler y otro como también en otros sitios que hemos invesinstrumento lítico más variado, además de las tigado en la costa central, como ser, Horcón 4 (Los Jotes), Carabineros de Tabo, etc. Aparenpuntas de proyectil. temente parecen darse dos fases sucesivas de Una fase, paralela a la anterior, de caza- influencia Molloide, que corresponderían a la dores recolectores y de una ecología marítima acción de las Fases I y II de la Cultura Molle, solamente –relacionado de alguna manera a la respectivamente. Sin embargo, ni las dos fases cultura del anzuelo de concha del Norte- pa- Molloides de la zona central están suficienterece darse en la costa central de Chile desde mente evidenciadas, ni tampoco las propias el Petorca al Maipú. Esta está evidenciada en dos fases de la Cultura Molle en el Norte Chinuestros trabajos, en el yacimiento de Longo- co. Por lo tanto es necesario mayores hipótesis o en su defecto desecharlas. En todo caso, la toma. influencia de la cultura del Molle como una Una fase cultural distinta y al parecer tam- sola, o como dos fases está a nuestro juicio subién paralela a las últimas dos, de un género ficientemente clara, por lo menos para las subde vida aparentemente de recolectores puros, áreas de la red hidrográfica del Aconcagua y especialmente mariscadores, se ha podido evi- la costa central en su parte Septentrional del denciar también en la costa central de Chile; Choapa al Maipo. en nuestros trabajos a través del yacimiento de Con respecto a la cronología de dichas fases La Raspa en Zapallar, que parece darse tamculturales es difícil precisarla, pues no hay aún bién en el nivel II de Tagua-Tagua. datos de cronología absoluta, sino sólo relativa Una hipotética, pero no imposible última y sus correlaciones culturales con el Norte Chifase del periodo precerámico, como podría ser co. Pero, por desgracia la cronología de la culculturas de agricultores incipientes, no se ha tura de El Molle en dicha área es aún bastante evidenciado todavía en nuestra región de es- imprecisa. Hay una sola fecha del C14 por el tudio. momento, que permitiría ubicarla alrededor de 32 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM mediados del primer milenio de nuestra era y por lo tanto su proyección hacia la zona central no antes de la segunda mitad de dicho milenio. Fijar una cronología para la hipotética segunda fase de influencia Molloide en la zona central es aún más hipotético. Sin embargo, con una o con dos fases esa formación cultural se prolongó sin duda hasta los primeros siglos del segundo milenio donde sería reemplazada por una segunda etapa agro-alfarera de periodos cerámicos tardíos con cerámica pintada a diferencia de los anteriores que era lisas monocromas, grabadas o solamente con pintura de un solo color, negativa o figurativa. Aunque en el área meridional de nuestra región o zona Sur propiamente tal, las investigaciones arqueológicas con excavaciones controladas son más escasa que en la zona central, se evidencian también algunas fases culturales de una etapa agro-alfarera temprana que también parecen presentar una discontinuidad con respecto al precerámico. La fase Pitrense de Menghin y Pucara muestra con cerámicas lisas, grabadas y con decoración plástica antropo y zoomorfa y al parecer también con pintura fugitiva que se semejan a las cerámica de las fases Molloides de la zona central, parecen corresponder a ese periodo temprano. Eventualmente, el nivel inferior de la cueva de los Catalanes puede pertenecer también a este periodo. Las poblaciones de los pueblos agro-alfareros de esa etapa temprana (y las posteriores también) parecen diferenciarse de los delicoides cazadores-recolectores precerámicos, en que son fundamentalmente baraquiodes. Con respecto a su carácter étnico sería muy arriesgado sacar conclusiones. Creo que, en el mejor de los casos, en este sentido, como pre-araucanos o a lo más proto-araucanos. (poco abundantes) que después serán tan comunes entre los pueblos araucanos. Todo este material apunta en dirección a influencias, no sólo del Norte Chico, como lo hemos indicado, sino también del Noroeste argentino, como lo han señalado algunos investigadores, y hasta elementos de culturas amazónicas como lo ha indicado Menghin y otros. En la zona Central, por lo menos, tienen entierros generalmente semi flectados, dejados a veces en sus propias cabañas (Concón) con ofrendas de cerámica, conchas y restos de auquénidos. Las construcciones de sus habitaciones eran de material perecible, probablemente quincha o algo similar, las que parecen agruparse en pequeñas aldeas. Esto no es seguro para la zona Sur. La etapa II de los periodos tardíos se caracteriza especialmente por el apareamiento de estilos cerámicos de tipos pintados bi y tricolor. En la zona Central es característica la fase cultural de un horizonte local de cerámica Negro-Naranja, como ser en la costa central la de el Fundo el Peral (yacimientos del Potrero de la Viña y del Cerro Paraguas) y sobre todo en la región del Aconcagua, especialmente en la parte media y superior del Valle como en los yacimientos de Bellavista, Palomar, Ocoa, etc. No hay una discontinuidad total con la etapa anterior y algunos tipos de artefactos se continúan. Las hechas cilíndricas tan típicas de la cronología araucana se hacen abundantes. Los tipos de enterramientos má comunes son ahora los túmulos con diversos tipos de tumbas, como ser bóvedas y sobre todo, especie de cistas toscas de piedra. Metal, cobre se da un poco más abundante que en la etapa anterior donde era muy exiguo. En la zona Sur esta etapa estaría representada, al parecer, con las fases culturales como Además de la abundante cerámica y bien la de Tirua, estos horizontes locales, tanto de elaborada, estos pueblos usan variado instru- la zona central como de la zona Sur se prolonmental lítico, como metales, morteros (inclu- gan en la primera hasta el periodo Inca local yendo piedras tacitas), piedras horadadas y donde se transculturan y, en la segunda, direcpuntas de proyectil de preferencia triangulares tamente hasta un periodo colonial temprano, de base recta o cóncava. También se incluye dando paso con estas fases aculturadas a una en su utillaje tembetás de diversos materiales y nueva etapa la III de la evolución cultural de la hasta indicios de cobre, orejeras circulares, pi- región Centro-Sur, en que estas culturas locapas especialmente de forma de T invertida. Al les de sociedades tribales libres e independienparecer tenemos también hachas cilíndricas tes pasan a integrar de alguna manera el con33 Arqueología y Sociedad 4 texto de sociedades mayores como especie de subculturas o segmentos étnicos en el primer caso a la Civilización incaica y a través de esta posteriormente a la hispánica y en el segundo caso directamente a esta última aunque en forma periférica y marginal debido al constante conflicto con ella. BERDICHEWSKY S., Bernardo.- “Informe Preliminar de las excavaciones Arqueológicas en Concón”, Rev. Antropología Nº 2, pp. 65-86, Santiago, 1964. BERDICHEWSKY S., Bernardo.- “Arqueología de la desembocadura del Aconcagua y zonas vecinas de la Costa Central de Chile”. Congreso de Arqueología Chilena III en Viña del Mar, pp. 69-107, Santiago 1964. Con la etapa II, indicada más arriba, se habrían constituido ya, a nuestro juicio, en la región Centro-Sur las etnias propiamente araucanas, probablemente Picunches en la BERDICHEWSKY S., Bernardo.- “Escavaciozona Central y mapuches y Huilliches en la nes en la Cuenva de los Catalanes (Provincia de Malleco)”. Bol. Prehistoria de Chile, Nº 1, zona Sur. Santiago 1968. Las fases culturales del Vergolense en Algol, Valdiviense más al Sur, Lindan-Ray con ti- CALVO DE GUZMÁN, Mayo.- “Exploración pos cerámicos lisos policromados geométricos Arqueológica de la región Norte del lago Calay cerámica negra con incrustaciones corres- fquén”. Congreso de Arqueología Chilena III, pp. ponden en la zona Sur a periodos coloniales 178-180, Santiago, 1964. que se prolongan a veces incluso hasta el siglo GUEVARA S., Tomás.- Historia de Chile - Chipasado1. le Prehispánico, 2 tomos, Santiago, 1929. Estamos concientes que a pesar de las evidencias indicadas en la bibliografía, estas no LATCHAM, Ricardo E.- La prehistoria chilena, son del todo suficientes para nuestro empeño, Santiago, 1928. pero permiten esbozar un esquema y un mode- LATCHAM, Ricardo E.- La alfarería indígena lo teórico que sirva, por lo menos, como hipó- chilena, Santiago, 1928. tesis de trabajo para la investigación. MADRID, Jacqueline.- “Informe de la excavación de un cementerio de Tumulos en la Hacienda Bellavista (San Felipe)”. Boletín de la Bibliografía Sociedad Arqueológica Nº 3, Santiago, 1965. BARROS ARANA, Diego.- “Apuntes sobre la etnografía de Chile”, Anales de la Universidad MOSTNY, Greta.- “La Reina, un cementerio incásico en Chile Central”. Boletín del Museo de Chile XLVII, pp. 5-12, Santiago 1875. Nacional XXIII, pp. 17-41, Santiago, 1947. BARROS ARANA, Diego.- Historia General MOSTNY, Greta.- “La momia del Cerro El de Chile, Tomo I, Santiago, 1884. Plomo”. Boletín del Museo Nacional XXVIII, BERDICHEWSKY S., Bernardo.- “Cultural Santiago, 1957. Precolombinas de la Costa Central de Chile”, MOLINA, Ignacio (Abate).- Compendio de la Rev. Antropología Nº 1, pp. 17-33, Santiago. Historia Geográfica Natual y Civil del Reino de 1 En este resumen no podemos presentar en detalle las Chile. La edición italiana de 1776, Colección evidencias que nos hacen sustentar el esquema presentado, Historia de Chile, Vol. II, Santiago, 1878. pero este se basa en el resultado de alrededor de 12 excavaciones estratigráficas o de cementerios controlados realizadas en este región, especialmente por nosotros (Berdichewsky 1963, 1964a, 1964b, 1968), pero también por otros investigadores no menos confiables (Mostny 1942, Shaedel 1954, presentados en Berdichewsky 1964b; O. Menghin 1962 y Silva 1964). Véase también el interior del Valle de Aconcagua a Nuñez (1964) y Berdichewsky (a través de Madrid, 1965). 34 MENGHIN, Osvaldo F. A.- Estudios de Prehistoria Araucana. Buenos Aires, 1962. MEDINA, José Toribio.- Los aborígenes de Chile, Santiago, 1882. Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM NÚÑEZ, Lautaro.- “Bellavista Negro sobre Naranja”. III Congreso de Arqueología Chilena, Santiago, 1964. ternacional de Americanistas. II, pp. 113-123, Buenos Aires, 1934. OYARZUN, Aureliano.- Los Kjökkennmöddinger o Conchales de la Costa de Malipilla y Casablanca, Santiago, 1910. SILVIO O., Jorge.- “Investigaciones arqueológicas en la costa de la zona central de Chile”, III Congreso de Arqueología Chilena, Santiago, 1964. OYARZUN, Aureliano.- “El Trinacrio”. Revista Chilena de Historia y Geografía, Nº 5, pp. VERGARA, C.; VARGAS, R.; MEDINA, A.171-180, Santiago 1912. “Yacimientos arqueológicos en la cordillera de OYARZUN, Aureliano.- “Cultura Prehistótica la Provincia de Talca, Chile”. III Congreso de del Valle del Aconcagua”. XXV Congreso In- Arqueología de Chile. Santiago, 1964. 35 UM ESQUEMA INTERPRETATIVO DA ARQUEOLOGIA BRASILEIRA Fernando Altenfelder Silva Devido principalmente a pobreza das informações de que se dispunha até bem pouco tempo não contamos ainda com qualquer tentativa interpretativa da arqueologia brasileira que possa ser ajustada ao quadro geral americano. Já em 1962, durante e Congresso Americanista do México, Betty J. Meggers e o autor apresentaram um quadro do “Desenvolvimento Cultural no Brasil” baseado nas limitadas informações existentes, incluindo para análise duas grandes áreas a da Bacia Amazônica e a parte Central e Sul do Brasil. Em trabalho mais recentes, o autor tentou uma ampliação desse esquema apoiando se nas numerosas contribuições-que desde então se fizeram para a pré-história brasileira. Todavia a grande número de trabalhos realizados especialmente no Centro e Sul do Brasil, e as valiosas datações absolutas já obtidas para o Brasil pelo Carbono-14, exigem una revisão do quadro arqueológico Brasileiro bem como sugerem uma interpretação tipológica bem mais ampla. E o que, no intuito de contribuir para um melhor entrosamento da arqueologia sul americana, tentaremos apresentar aqui. quisas realizadas pelas Universidades de Santa Catarina y Paraná, com a valiosas colaboração de Wesley Hurt os trabalhos promovidos em São Paulo por Paulo Duarte em Rio Claro especialmente por Tom O. Miller Jr. e pelo autor, e ainda a atividade extremamente produtiva do Programa Nacional de Pesquisas, desenvolvido pelo Museu Paraense Emilio Goeldi com a colaboração da Smithsonian Intitution e com a orientação valiosa de Betty J. Meggers e Clifford Evans, contribuíram de maneira valiosa para uma modificação geral da perspectiva da arqueologia brasileira. Todavia, na medida em que se ampliam as informações sobre novos sítios arqueológicos aumentam também os problemas demandando novas pesquisas esclarecedoras. Possuíramse agora pelo menos meia centena de datações pelo Carbono-14, já divulgadas, permitindo situar cronologicamente, em parte, a distribuição das tradições das populações pré-colombianas no território brasileiro, de outro lado, as seriações que melhor poderiam responder a essas perguntas, tais como as de Marajó, Estiarão Comprido e Rio Claro não foram - ainda Entre os novos trabalhos e áreas de pesquisa totalmente ou em parte si quer, datadas as damelhor examinadas nos últimos oito amos, no tas que possuímos se referem ou a sítios cujas Brasil, merece especial menção a parte centro seriações ou não foram adequadamente traSul do Brasil onde as atividades do Instituto balhadas ou não existem em absoluto, como Anchietano de Pesquisas, orientado pelo Prof. por exemplo é o caso de sitio do Igarapé do Inácio Schmitz no Rio Grande do Sul, as pes- Caqueiro nas proximidades de Manaos. 37 Arqueología y Sociedad 4 Faz-se pois mister um grande cidade no estabelecimento das grandes linhas interpretativas as quais estarão sempre formuladas em caráter experimental e provisório. Estágios propostos 1.- A antiguidade comprovada dos sítios arqueológicos de Cerca Grande, em Lagoa Santa, e do Sambaqui de Maratúa no litoral do Estado Em sua crítica as interpretações culturais, de São Paolo, exige que se postule um estágio Steward menciona três requisitos para a for- Lítico Inferior, com inicio provável ao redor de mulação de regularidades culturais: uma trilo- 10,000 anos a.C. estendendo se até 4,000 a.C. gia das culturas, padrões e instituições o esta- capaz não só de incluir essas manifestações, belecimento de una inter-relação causal entre mas ainda mais, o possível horizonte lítico são os tipos estabelecidos; a formulação da recor- oriundas essas diferentes manifestações. rência sincrônica ao de seqüência em termos Tal estágio corresponde ao período das de causa e efeito. Os tipos que sugere, contu- extensas savanas que avançavam até a foz de do, não conviriam ao esquema brasileiro, pois Rio da Prata, e além da atual linha costeira. A somente três dos seus seis tipos se aplicariam a fauna, tipicamente pleistocênica, como o donossa arqueologia. cumentam as formações da praia marítima riograndense do sul. Caracteriza se este estágio, De outra parte o tipo “paleo-indios”, au- por uma indústria lítica predominantemente sente na tipologia de Steward, e mais con- de núcleos e lascas, obtidos pela técnica de veniente a nossa realidade pré-histórica. Ao percussão. Uma indústria característica de camesmo tempo, os estágios de Willey e Phillips çadores de grandes herbívoros. “lítico” e “arcaico” são bastante sugestivos e convenientes para a problemática brasileira. Este estágio lítico inferior vai ser substituído por um estágio marcado por um clima propicio Em um esquema interpretativo não cabe- ao desenvolvimento de grandes florestas. ria falar em horizontes arqueológicos para una área tão ampla como a brasileira e acreditamos que a expressão estágio, será mais adequada para una formulação tipológica. A utilização 2.- Lítico Superior ou Avançado da expressão “lítica” sugerida por Willey e Corresponde a um período de 5000 a.C. a 2000 Phillips a nosso ver seria sujeita a críticas coma.C. com uma invasão de florestas e um desaparáveis as que se poderiam fazer as de “pa- parecimento dos animais de grande porte. Há leo-indígenas”, uma vez que a tecnologia lítica uma mudança na tecnologia dos instrumentos subsistiu até períodos posteriores aos contatos líticos, que se tornam mais adequados ao trahispano-portugueses na América. Mas feitas balho em madeira. as necessárias ressalvas e com as dividas definições antecipadas, poderão os estágios “lítico” e “arcaico” serem de utilidade na esquematização da arqueologia brasileira, a semelhança de 3.- Arcaico que sugerem Gordon Willey e Phillip Phillips. Propomos, então, os estágios de Lítico Antigo, Este estágio corresponde ao inicio de uma fase ou (Paleo-indígena); Lítico Avançado (corres- migratória de caçadores e coletores ou de ocupondendo ao que anteriormente chamáramos pações, as vezes temporária, dos sambaquis cosda Arcaico, Arcaico, Cerâmico Antigo e Cerâ- teiros mais recentes. As populações ainda esparsas, apresentam diferentes formas de adaptação mico Recente. local. Estendem-se de 2000 a 500 a.C. Passaremos, em seguida, a definir cada um desses estágios e, depois de um rápido exame das áreas básicas de pesquisa arqueológica no 4. Formativo Brasil, tentaremos aplicar esses cinco estágios propostos ao panorama da arqueologia brasi- Corresponde este estágio, ao segundo estágio leira. proposto por Steward é na verdade, uma ten38 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM tativa de adaptação de “formativo” de Willey y Phillips, definido como a lenta revolução da agricultura, a presença de agricultura ou outro tipo de economia de eficiência comparável. E um período com um crescimento de população e início de tecnologias básicas, introduzidas pelo contato ou eventualmente desenvolvidas localmente. Apresenta-se aqui o inicio da cerâmica provavelmente recebida de empréstimo, correspondendo ao que anteriormente chamáramos de Horizonte Cerâmico Antigo. Estende-se de 500 a.C. até 500 d.C. A indústria lítica, com uma grande variedade de instrumentos, continua ainda neste estágio, prolongando se até o final do estágio seguinte. Aqui, como no estágio anterior, os sepultamentos apresentam-se freqüentemente com oferendas e revestimento do ocre vermelho. sambaquis; as Jazidas do Interior, incluindo a área de Rio Claro; a Área Sul do País. Área Amazônica: O que comumente se denomina de área Amazônica na arqueologia brasileira, alcança na verdade quase metade do território brasileiro. Embora de extraordinária importância para explicar os possíveis cominhos de penetração das migrações que aqui demandaram, ainda continua, em termos de conhecimentos arqueológico, quase que no mesmo ponto em que estava há 8 anos. Algumas pesquisas foram promovidas pelo Museu Goeldi e pela Faculdade de Filosofia de Belém, mas não houve una mudança básica no quadro anteriormente delineado por Evans e Meggers. Como parte das pesquisas promovidas pelo Programa Nacional de Pesquisas Arqueológicas (Ponapa) sob o patrocínio de Conselho Nacional de Pesquisas e em colaboração com 5. Estágio Recente a Smithsonian Institution, sob orientação de E o estágio final que se inicia ao redor de 500 Clifford Evans e Betty J. Meggers foram exad.C. e se entende até os primeiros contactos minados alguns sítios arqueológicos de Alto e Baixo Xingu, ao Norte do Estado de Mato com colonizadores hispano-lusitanos. Grosso, do qual nos dá noticias em 1967, em Os cinco estágios postulados são, eviden- publicação do Museu Goeldi. Os sítios examitemente, tipos conceptuais, que, embora base- nados apresentam artefatos de osso, pedra e ados na realidade arqueológica dos sítios bra- conchas, e uma cerâmica cuja decoração apresileiros, conhecidos, não representam nenhum senta engobe vermelho e pintura vermelha sodeles em particular, embora se aproximam ora bre branco. mais ora menor de todos. Esses estágios busEm um trabalho de campo realizado em cam, também, uma possível equivalência com os estágios correspondentes da seqüência an- 1967, Adélia de Oliveira e Eduardo Galvão dina, platina e do caribe, cujas ligações são fornecem descrições da atual cerâmica Juruna, muitas vezes postuladas por diferentes autores grupo lingüístico Tupi. Os autores acreditam encontrar nessa cerâmica, caracteres de pere deverão ser comprovadas futuramente. sistência de tradição Santarém. Não seria de utilidade propor outros estáInfelizmente não há ainda datações sugios mais avançados pois não há, na arqueoloficientes para tão ampla área. A mais antiga gia brasileira, correspondência aos seus homódata por C-14 obtida para a fase Ananatuba, logos de outras áreas. na Ilha de Marajó, revela a presença de cerâ Seria interessante, agora, examinar algumas mica na foz de Amazonas em 980-200 a.C. (SIrecentes ampliações do panorama arqueoló- 385). Isso corresponde a “Tradição Hachurada gico brasileiro ocorridas nestes últimos anos, Zonada”, onde a decoração principal além do bem como alguns problemas básicos que exi- engobe vermelho e do escovado é feita por largem reexame a maior ampliação de pesquisas. gas linhas incisas. Passaremos, pois, a considerar rapidamente os Segue-seuma “Tradição Borda Incisa” com diferentes sectores onde se desenvolveu a pesquisa arqueológica, em intensidades diferen- ênfase em “motivos incisos sobre largas bordas tes: Amazônia a Faixa Litorânea, incluindo os horizontais das tigelas. Na ilha de Marajó, a 39 Arqueología y Sociedad 4 fase Mangueiras. Datações por C-14 incluem A.D. 425 º 58 (P-406) para Manacapuru e A.D. 761 º (P-161) para a fase Nicarágua, no sul da Venezuela”. A “Tradição Policroma”, é caracterizada em Marajó pela fase Marajoara, com datas que se estendem de “A.D. 480’’200 (SI-386) a A.D. 690=200 (SI-199). as jazidas abertas do interior. De outra parte, o inventario mais cuidados dos restos encontrados em sambaquis revelaram uma tecnologia muito mais elaborada do que se supunha a principio. As datas obtidas para os níveis inferiores do Sambaqui de Maratúa, por exemplo, são de 7.327 ‘ 1300 e 7.083 ‘, eu 5000 a.C. A “Tradição Incisa Ponteada”, mais recente na área não conta aparentemente com datação ainda. E interessante observar que já em 1956, durante o XVIII Congresso Internacional de Geografia, realizado no Rio de Janeiro, Hilgrad O’Reilly Sternberg apresentava informes sobre datações de um sítio arqueológico do Igarapé do Caqueiro, nas proximidades de Manaos, a 1560 km de Belém obtidas a partir de dois lotes de cacos. O material analisado pelo Lamont Geological Observatory da Universidade do Columbia, oferece as datas respectivas de 2170=120 e 1100=130 (em 1953). Convertendo-se as datas obtemos 217 a.C. e 23 d.C. respectivamente. Infelizmente não houve por parte do autor a elaboração de uma seriação previa do material coletado, que foi apenas reunido na jazida. Todavia, o exame das reproduções de algumas dos cacos coletados oferecidos pelo autor em seu trabalho permitem localizados dentro da tradição “Huchurada Zonada”, que é caracterizada no Marajó, pela fase Ananatuba. A comparação das datas obtidas mostra claramente a contemporaneidade da “Tradição Huchurada Zonada” ao longo do Amazonas e sua ampla distribuição. Mas não se pode, ainda, garantir o sentido do caminhamento desta tradição cerâmica. Isso ressalta a enorme necessidade de pesquisas sistemáticas em toda a faixa extremamente ampla da Bacia Amazônica. O Sambaqui de Gunraguacú em Paranaguá, Estado de Paraná forneceu uma data de 4128=134 correspondendo ao 3º milênio a.C. Área da Faixa Litorânea: Tradicionalmente, na arqueologia brasileira esta é uma das áreas consideradas como melhor estudadas, sempre com ênfase nas manifestações dês Sambaquis. Todavia, semente nos últimos anos é que os trabalhos sistemáticos de Laming e Emperaire Hurt, Rauth e muitos outros, vieram ordenar, até o certo ponto, o caótico amontoado de dados de há muito acumulados. Numerosas datas pelo C-14 foram obtidas permitindo equacionar cronologicamente os Sambaquis e As datações dos Sambaquis vieram de certa forma conservara antiga hipótese de que os Sambaquis da Costa do Estado de São Paolo e Paraná eram mais antigos que os da área de Santa Catarina e Rio Grande do Sul. As datas obtidas para os sambaquis de Pontas das Almas, 1670=100 A.C. e Sambaqui Caieira, 1280=150 A.C., revelam uma ocupação relativamente antiga, comparável á das jazidas de Macedo bem como os de São João, Porto Maurício e Gomes, estes últimos ainda no Paraná, 40 No inventario dos sambaquis encontram-se: torturais feitos com bula timpânica, de baleia; berloques perfurados, feitos de valvas de ostras? Goivas? Agulhas; pontas; perfuradores e enterramentos com o emprego de ocre vermelho. O sambaqui de Maratúa, cuja base se encontra abaixo do nível do mar, sugere que sua construção foi iniciada quando o nível do oceano estava mais baixo do que o atual. De outra parte, no Sambaqui de Gomes, com uma datação de 2537 = 76 A.C. a 2540 = 136 A.C., encontram-se artefatos que incluem machados lascados, facas, raspadores e projeteis de osso e pedra, além de sepultamentos revestidos de ocre vermelho, tradição que Hurt acredita semelhante á Cerca Grande. Mas os sambaquis mais recentes, como o da Ilha dos Ratos, oferecem datações até de 410=150 A.D., e apresentando mesmo, nas camadas superiores, indícios de ocupação por grupos ceramistas. Esta continuidade de ocupação dos sambaquis, por mais de 10,000 anos é comparável a dos abrigos de Lagoa Santa que apresentam também tal extensão temporal de utilização humana. Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM e comparáveis também ao de Macedo. Uma série de datas obtidas para este último indicam de 2937=65 A.C. a 1321=48 A.C. De outra parte, os sambaquis das Almas, próximo a Florianópolis e o de Espinheira I, próximo a Joinville, ambos de Santa Catarina, forneceram respectivamente as datas C-14 de 2300 A.C. a 450 A.C., para o primeiro e de 970 A.C. a 270 A.C. para o segundo. Outro aspecto interessante é o ajustamento de tecnologia ás condições do material de sambaquis as condições ambientais. Assim é que a análise do material lítico de 14 sambaquis do litoral paulista, feitas por Luciano Isotta, revelou a utilização da matéria prima existente na área selecionada de acordo com a destinação desejada. Um número bastante grande de sambaquis localiza-se na orlam marítima do Estado de Guanabara embora ainda não tenha sido feito um trabalho sistemático de análise dos mesmos. Dias Junior faz referencia a dês jazidas de sambaquis, na maioria quase completamente destruídas mas não oferece tipologia. No litoral da Bahia, Calderon estudou o Sambaqui de Pedra Oca, com manifestações cerâmicas, para o qual foi obtida a data de 880 ± 130 a.C. reconhece, no abrigo 6, acima mencionado, 3 grandes unidades estratigráficas: os estratos inferiores, que forneceram a data de 8000 anos A.C., aproximadamente, contém indícios da presença do homem, através de enterramentos e de artefatos e um nível intermediário, bastante solidificado, apresenta ainda vestígios de ocupação humana; uma terceira unidade, superior, bastante seca, apresentava, ainda indícios de ocupação. Hunt calcula para a unidade A, de 8 a 5 mil anos A.C. para a unidade B, de 5 a 2500 anos A.C.; para a unidade C, de 2500 anos A.C. a 1850 A.D. E caracteriza o “complexo de Cerca Grande” pela presença abundante de fragmentos e lascas de cristais de quartzo não retocados e poderiam ter sido utilizado; há contudo lascas e fragmentos de cristais de quartzo definitivamente transformados em artefatos padronizados os machados manuas e machados com indícios de acabamento são também comuns. Ainda como parte de “complexo Cerca Grande” incluem-se –talhadores de várias formas, confeccionados por percussão, martelos de seixos ovóides, pedras polidas feitas de seixos pequenos, pontas de flexa de osso, sovelas, perfuradores, além de pontas de flexa de quartzo. A jazida José Vieira, no interior do Paraná oferece uma datação respeitável de 4723 ± 355 A.C. para o seu nível mais antigo. Nos níA Área do Interior: Sob esse título, de uma veis inferiores some te foi encontrado material maneira muito geral e pouco precisa, costuma- de pedra talhada. se reunir em um só grupo os sítios arqueológicos de Lagoa Santa, e, os Sul do Pais como os As camadas superiores (II e I) acusam pode Rio Claro, José Viera e os do Rio Grande rém a presença de cerâmica do tipo tupi-guado Sul. rani, foram obtidas as datas de 4723 ± 355 A.C., 3281 ± 306, 200 D.C. Em Minas Gerais, os trabalhos de Hunt e as numerosas e valiosas dotações por ele obtiLaming e Emperaire reconhecem uma indas em Cerca Grande, permitem recuar o pas- dústria de núcleos e uma indústria de lascas. sado pré-histórico brasileiro até 10.000 anos A primeira tem como instrumento mais caatrás. No abrigo Nº 6, de sítio arqueológico racterístico o “chopper”, trabalhado em uma de Cerca Grande, foram obtidas para sítios única face. As lascas retocadas são extraordiarqueológicos brasileiros. “O clima teórico de nariamente pouco numerosas. São mencionaregião, nessa época era aparentemente mais dos também raspadores. No nível mais inferior, frio e mais seco que em datas posteriores”, –es- contudo, foi encontrada uma ponta de flexa, creve Hunt. “Novamente o hipotético retor- bem trabalhada, com haste curta. no a condições mais secas e mais frias a cerca de 2500 A.C. pode ter estimulado um cresciA cerâmica de José Vieira sem dúvida timento da população em Lagoa Santa”. Hunt picamente tupi-guarani, pode ser atribuída a 41 Arqueología y Sociedad 4 cerca de 500 a 600 anos A.D., a área de Rio Claro, extraordinariamente rica em sítios arqueológicos não cerâmicos, com algumas jazidas cerâmica do tipo tupi-guarani não conta até o momento com um datação absoluta. Todavia, a análise geomorfológica da bacia de Rio Claro, sugere uma antiguidade bastante grande para os terraços, onde se encontram localizados muitos dos sítios arqueológicos, antiguidade comparável as de Lagoa Santa e de Maratúa, e a tipologia dos artefatos, feitas por Miller Jr., animaram aquele autor a propor para as fases mais antigas (Santa Rosa) entre 8 mil a 11 mil anos; e para as mais recentes (Monjolo Velho, Santo Antonio e Marchieri) respectivamente 6000 a 8000, 2500 a 4500 anos e de 2000 até a época atual. O que caracteriza o horizonte Santa Rosa descrito por Miller Jr., é o ambiente de savanas apresentado um ótimo para as condições de caça, e ainda intervalo tecnológico indicando uma adaptação ecológica a caça de porte médio e grande. Os instrumentos líticos são caracterizam por uma grande variedade de raspadores, facas bolas de pedra. A indústria é predominantemente de lascas rudes, unifacias, embora núcleos bifaces também estejam presentes. antiplástico de areia grosa, menos friável que a anterior e o tipo Chuí, com um antiplástico de areia de grossura média. São encontrados ainda nos cerritos, lascas de quartzo, machados de pedra, polidores e ponta de flexas. As casas de pedra ou casa subterrâneas se aprestam como uma “cratera de 2 a 13 m de diâmetro e de 30 a 60 m de profundidade”. Em uma das casas escavadas por Schmitz foram encontrados buracos de postes. Quanto ao material tecnológico, caracteriza-se ele por mãos de palao e cacos de cerâmica. Essa manifestação Casa Subterrânea ou Casa de Pedra, foi também estudada por Schmys no Paraná, com manifestações cerâmica de tradição não tupi-guarani. Para essa fase, fui obtida a data C-14 de 1150 ± 50 A.D. A chamada tradição tupi-guarani: Este e um dos aspectos mais estudados e tal vez ainda muito pouco conhecido de arqueologia brasileira. A jazida de Estirão Comprido, estudada em 1954 pelo autor, não possui até hoje infelizmente, uma datação absoluta, o que e aliás deplorável pois a sue seriação tipológica ainda é das mais satisfatórias. Muitas outras jazidas tupi-guaranis foram estudadas desde então no Brasil, entre as quais a de José Vieira (1957) por Laming e Emperaire. Durante os anos de São Lourenço, de outra parte, acusa uma 1965 a 1969 inúmeros jazidas tupi-guaranis, ao mudança de clima mais úmido com possível longo de toda a faixa costeira e no interior dos invasão de florestas. E o inventário dos instru- Estados de São Paolo, Rio de Janeiro, Bahia, mentos indica uma adaptação ao trabalho em Paraná, Santa Catarina e Rio Grande do Sul, foram estudados. Hoje são bastante numerosos madeira. os sítios tupi-guaranis para os quais já cerâmiQuanto as manifestações cerâmicos da re- ca tupi-guarani, identificada em todo Brasil gião elas serão mencionadas juntamente com principalmente pela sua decoração de pintura as considerações sobre chamada tradição tupi- negra sobre emgobe branco ou vermelho, ou guarani. Os numerosos sítios inventariados no mesmo simplesmente pelo emgobe branco, o Rio Grande do Sul especialmente a perspecti- ainda pela tradição corrugada e a presença de va arqueológica brasileira dois novos aspectos: urnas funerárias, corresponde em traços ferais os das casas de pedra e dos aterros. com as cerâmicas encontradas nas antigas reduções ou missões jesuítas e, principalmente a Os aterros eu cerritos são pequenas forma- cerâmica tupinanbá escrita por Metraux. ções artificiais com altura variando entre 30 cm até 3 m, com um diâmetro variável entre Não há um tipo de sitio que possa ser deno20 a 80 m levantados junto a banhados, arrois minado tupiguarani apenas pela sua localizaou lagoas. Examinados, revelam asses cerritos, ção. Ao contrario, a sua distribuição é indicio restos de mamíferos com ossos quebrados ou de uma adequada adaptação ecológica. E cocalcinados. A cerâmica neles encontrada se mum, contudo, encontraram se sítios arqueocaracteriza por três tipos: Cerritos, com anti- lógicos tupi-guaranis nas elevações a margem, plástico de areia fina; o tipo Palmares, com um das curvas de rios com amplo descortino de 42 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM áoz zagem, tal como em Estirão Comprido, Paraná, com indícios cios, de uma permanência e uso prolongados. Mas a mesma chamada cerâmica tupi-guarani é encontrável no faixa costeira, em sítios abertos a até nas chamadas “casas subterrâneas” ou “cãs de pedra”, e mesmo sambaquis. tipo ideal, independiente das manifestações locais, e tendo como ponto de partida, para as características arbitrarias que Lhevenm ser atribuídas, a manifestação tupi-guarani descrita pelos cronistas de contacto europeu. A tradição tupi-guarani representará então um tipo de adaptação que realmente ocorreu iniciando-se possivelmente no começo de nossa era e A ocorrência de artefatos uma vez que eles prolongado-se ate a período de contacto como são comuns em quase todas as jazidas e sua os colonizadores Europeus. tipologia ainda não foi devidamente estabelecida. Em Estirão Comprido predominavam os Esquema interpretativo proposto raspadores de muitas formas, machados de pedra almofarizes, polias, adornos, perfuradores, Acreditamos que um melhor entendimento da Arqueologia Brasileira será obtido não em e anzóes de osso. termos de sua análise, simplesmente baseada A ocorrência simultânea das tradições ce- na distribuição geográfica dos sítios, mas com râmicas pintadas corrugadas ao lado de uma o auxilio de conceitos de estágios ideais, que cerâmica lisa acompanhada muitas vezes de servirão de ponto de referencia, para uma uma cerâmica escovada e untulada sugerem a classificação das Jazidas e sua posterior comquestão da origem dessas tradições. As data- paração com outras jazidas fora do território ções obtidas pelos pesquisadores do Programa Brasileiro. Nacional de Pesquisas Arqueológicas para essas diferentes tradições parecem indicar caminha- Estágio Lítico Interior, com seu possível inímento no mesmo sentido mias de velocidade cio 10,000 A.C. e com uma duração até 5.000 diversa. Para a tradição pintada da cerâmica A.C. incluem as jazidas de Cerca Grande em tupi-guarani, foram obtidas as datas de C-14 Lagoa Santa, o sambaqui de Maratúa, na costa de 570 ± 150 A.D. para a fase Umuarama, no do Estado de São Paolo, em seus níveis mas Paraná, e 980=100 A.D. para a fase Itapicurú, antigos, a fase Santa Rosa, em Tio Claro, Esna Bahia, o que apontaria para um caminha- tado do São Paolo, e as camadas inferiores de mento do Sul em direção ao Norte. De outra José Vieira, Estado de Paraná. Caracteriza-se parte, a tradição corrugada, Maquinó, no Rio esse estágio por uma adaptação tecnológica a Grande do Sul, foi datada de 880 ± 110 A.D.; caça de mamíferos de porte médio e grande. a fase Mondí, em Santa Catarina, 1180 ± 100 Encontram-se pontas de projeteis de sílex eu e Sernambitiba no Rio de Janeiro 1380 ± 100. de osso, machados de pedras bifacias, talhaIsso indicaria, também um caminhamento em dores com acabamento parcial por percussão, bolas de pedra e machados manuais, Os enterdireção ao Norte. ramentos apresentam-se com oferendas e em A comparação das seriações obtidas em posição fetal e simifetal. Estirão Comprido e na área de Rio Claro permitiu afirmar que a tradição tupiguarani, nesta Estágio Lítico Superior: Com um inicio em ultima região, e mais recente que as manifesta- 5000 A.C. estendendo-se até 2000 A.C., cações similar ocorridas no Estado do Paraná, o racteriza-se por uma invasão de florestas na que, de certa forma parece confirmar-se agora. área das antigas savanas, devido a mudança Todavia, somente uma comparação sistemáti- para limais úmido. Houve um conseqüente ca das diferentes seriações em diferentes partes desaparecimento da caça de grande porte. Há do Brasil poderá resolver partes dos problemas também uma mudança na tecnologia dos insque vão se levantando em torno desta mani- trumentos líticos adaptados agora ao trabalho em madeira festação tupi-guarani. Incluem-se neste estágio a Unidade He de Somos de entender que as sítios tupi-guaranis, identificados pela cerâmica que recebeu Cerca Grande, os níveis médios de José Vieira, essa denominação, devem ser referidos a um a fase Monjolo Velho, de Rio Claro, os samba43 Arqueología y Sociedad 4 quis de Saquarema, Gomes, Mauricio e Guaraguacú. Estágio Arcaico: Estendendo-se de 2000 A.C. corresponde ao início de uma fase migratória de caçadores e coletores e de ocupação, as vezes temporária, dos sambaquis costeiros mais recentes, Incluem-se neste estágio os sambaquis de Macedo, Saquarema Superior, e de Ilha dos Ratos, bem como a Unidade C. de Cerca Grande as fases Santo Antonio e Marchiri em Rio Claro, e as camadas médio superior sem cerâmica de José Vieira. Neste estágio, com uma população esparsa, as diferentes fases se apresentam como adaptações locais. Pode-se, todavia considerar que a volta a um clima seco, e a intensificação da atividade migratória abrigou a uma readaptação tecnológica. Há uma redução no tamanho dos instrumentos e predominam novamente os raspadores, e laminas de tipos variados, bem como aparecessem também, em uma maior quantidade, as volas de pedras com sulcos. apreciável dos sítios tupi-guarani dos Estados do Paraná, Santa Catarina e Rio Grande do Sul podem ser incluídos neste estágio. Estágio Recente, de 500 A.D. até a época de contacto. Alcança fase de ampliação mais manifestações ceramistas mais completas e ima grande intensificação dos contactos das mais variadas tradições. Incluem-se neste estágio a maioria dos sítios tupi-guaranis do Estado de São Paolo e Rio de Janeiro, e tal vez manifestação cerâmicas de Santaram. O futuro conhecimento que certamente, obteremos da Bacia Amazônica, possibilitará tal vez a ampliação do esquema proposto com a inclusão do estágio cultista. Todavia, no momento, não teria sentido a sua proposição. Como consideração final seria interessante podermos relacionar cada um dos períodos propostos com os períodos equivalentes das áreas vizinhas o que deverá constituir uma tarefa a parte e tal vez o possível, resultado de este seminário. Incluem-se neste estágio as casas de pedra, encontrados no Rio Grande do Sul, Santa Catarina e Paraná. Os estágios propostos não implicam evidentemente em um abandono do estudo das razoes de contacto e linhas do difusão das diEstágio Formativo: Estende-se este estágio de ferentes tradições culturais presentes na área 500 anos A.C., até 500 de nossa era. Acom- Brasileira. Ao contrario. Significa uma tentapanha a revolução da agricultura e acusa um tiva de ordenações dos dados já bastante nugrande acréscimo de população e inicio de merosos que começam a se acumular nas prateleiras de nossa pré-história, e um convite a tecnologias básicas. Inicia-se a cerâmica e ensua análise. contra o seu maior desenvolvimento emfins do Estágio. A indústria lítica acompanha essa Rio Claro, julho de 1970 evolocao com uma variedade de instrumentos melhor elaborados incluem se neste estágio os níveis superiores dos sambaquis, em geral, os níveis superiores de José Vieira, os níveis in- Bibliografia feriores e médios de Estiro Comprimido (Paraná), a fase Arnatuba, em Marajó, as mani- Alterfelder Silva, F. festações cerâmicas registradas em Manaos, 1962 “Considerações sobre alguns sítios tupiguaranis no sul do Brasil”. Em Revista os sítios no Igarapé do Caqueiro, bem como o do Museu Paulista, Nova Serie, vol. XIII, Sambaqui da Pedra Oca, na Bahia. 1/1961/62, pp. 377-397. A não ser tal vez na área Amazônica, este estágio não alcança o seu completo desenvolvimento no Brasil. A manifestação tupi-guarani que se desenvolve neste estágio não evolui para o estágio seguinte que seria tal vez, o dos cultistas. Parte 44 1967a “Culturas pré-históricas do Brasil”. 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Oliveira, Adélia Engrácia de; Galvão, Eduardo 1969 “A cerâmica dos Índios Jurana (Rio Xingu)”. Em Boletim do Museu Paraense Emilio Goeldi, Nova Serie, Antropologia, Nº 41, pp. 40-48. Piazza, Walter 1966 Estudos de Sambaquis. Univ. Federal de Santa Catarina, Serie Arqueologia Nº 2. Schmitz, Inácio S.J. et al. 1968 “Casas subterrâneas de Planalto rio-grandense”. Em Pré-História Brasileira. Univ. São Paolo, pp. 167-172. “Prospecções arqueológicas na Campanha Rio Grandense”. Em Pré-História Brasileira. Univ. São Paolo, pp. 173-186. Schmyz, Igor 1969 “Pesquisas Arqueológicas no alto e médio Iguaçu”. Em Museu Goeldi, Programa Nacional de Pesquisas Arqueológicas, Public. Avulsas, Nº 13, Belém, Pará, pp. 129-152. Simões, Mario F. 1967 “Considerações preliminares sobre a arqueologia do Alto Xingu”. Em Em Museu Goeldi, Programa Nacional de Pesquisas Arqueológicas, Public. Avulsas, Nº 13, Belém, Pará, pp.129-152. 45 Arqueología y Sociedad 4 Sternberg, Hilgard O’Reilly 1960 “Radiocarbon Dating as Applied to a Problem of Amazonian Morphology” Reprinted from Comptes Rendus Du XVIII Congress International de Geographie, Rio de Janairo, 1956. Tome Second, Travaux des Sections I, II et III, Comitê National Du Brasil, Union Geographique Internacionale,pp. 399-424. 46 Steward, Julian H. 1948 “Cultural Casuality and Law: A trail formulation of the development of early civilizations”. Em American Anthropologist, vol. 51, Nº 1, pp. 1-27. Willey, Gordon R.; Phillips, Phillip 1958 Method and Theory in American Archaeology. The University of Chicago Press. Chicago. ACTIVIDADES DEL MUSEO CURSO DE INTRODUCCIÓN A LA ARQUEOLOGÍA PERUANA El 18 de diciembre de 1970 se clausuró el Curso de Introducción a la Arqueología Peruana, que venía dictándose en nuestro local desde el 16 de setiembre último. En esa oportunidad hizo uso de la palabra el Director del Museo, Dr. Luis G. Lumbreras, resaltando la importancia de las ciencias antropológicas y su necesaria difusión entre el público no especializado. En ese mismo acto se procedió a la entrega de Certificados de asistencia a quienres cumplieron con los requisitos establecidos en dicho Curso. HOMENAJE AL DR- SEIICHI IZUMI Considerando que era un deber de lealtad a uno de sus más distinguidos amigos y pioneros de la investigación científica japonesa en nuestro país, el Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, rindió homenaje póstumo al Dr. Seiichi Izumi, el 25 de noviembre de 1970. En la ceremonia de homenaje al ilustre antropólogo japonés, intervinieron el Director del Museo, Dr. Luis G. Lumbreras, Prof. Toribio Mejía Xesspe, Conservador del Archivo Tello y el Sr. Yasushi Miyazaki, miembro de la Expedición Científica de la Universidad de Tokyo, que dirigiera el Dr. Izumi en nuestro país. En el presente número publicamos una breve reseña de las cecrologías meidas en esa ocación MARTES HISTÓRICOS Para complementar los datos que sobre las investigaciones de nuestro pasado histórico se venían difundiendo en los Miércoles Arqueológicos, el Museo de Arqueología y Etnología, en coordinación con el Archivo Histórico de la Universidad, que dirige el Dr. Carlos Daniel Vacárcel, instituyó los Martes Históricos, los mismos que se han venido realizando quincenalmente, en su primera etapa. 47 Arqueología y Sociedad 4 Durante 1970 se programaron las siguientes sesiones: OCTUBRE 12: TAURO DEL PINO, Alberto.- Vidaurre en la Independencia Peruana NOVIEMBRE 3: VALCÁRCEL, Carlos Daniel.- Tupac Amaru, Revolucionario. 17: GUILLÉN GUILLÉN, Edmundo.- Documentos inéditos para el estudio de la visión peruana de la Conquista. DICIEMBRE 1: MACERA, Pablo.- La agricultura en los siglos XVII y XVIII MIÉRCOLES ARQUEOÓGICOS OCTUBRE 7: GONZÁLEZ CARRÉ, Jesús Enrique.- La Formación Aldeana en el Perú 14: ÁLVAREZ GHERSI, Juan F.- La fauna andina prehispánica 21: ANIVERSARIO DEL MUSEO: Programa especial NOVIEMBRE: 4: FUNG PINEDA, Rosa.- Inferencias económicas, sociales, políticas y religiosas del tejido en el antiguo Perú 11: LUMBRERAS, Luis G.- Investigaciones arqueológicas en Puno. El problema de la domesticación de los auquénidos 18: RADICATI, Carlos.- El estudio científico del Quipu 25: HOMENAJE AL DR. SEIICHI IZUMI - Palabras del Dr. Luis G. Lumbreras, Director del Museo. - Palabras del Prof. Toribio Mejía Xesspe. - Palabras del Sr. Yasushi Miyazaki, miembro de la Expedición Científica de la Universidad de Tokyo. DICIEMBRE 2: THOMPSON, Donald.- Notas preliminares sobre unos sitios tardíos en la cuencia del Alto Marañón 9: SAMANIEGO, Lorenzo.- Investigaciones arqueológicos en la Costa Norte 48