ENVEJECIMIENTO, MEMORIA COLECTIVA Y CONSTRUCCIÓN DE FUTURO. Memorias del II Congreso Iberoamericano y I Congreso Uruguayo de Psicogerontología Las opiniones expresadas en este libro, son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de las instituciones involucradas. El análisis y las recomendaciones normativas de esta publicación no reflejan necesariamente las opiniones del Fondo de Población de las Naciones Unidas, su Junta Directiva y los Estados miembros. Los criterios expresados, las recomendaciones formuladas y los términos empleados en esta publicación no reflejan necesariamente los criterios ni las políticas actuales de la OPS/OMS ni de sus Estados Miembros. El análisis y las recomendaciones normativas de esta publicación no reflejan necesariamente las opiniones del Banco de Previsión Social. © Servicio de Psicología de la Vejez, Facultad de Psicología Copy Right de esta edición: Psicolibros universitario Tristán Narvaja 1671 Tel: 401 6657 E-mail: [email protected] Montevideo - Uruguay Diseño y diagramación: Patricia Carretto Tel: 309 7417 / Cel: 099 509 483 E-mail: [email protected] Se terminó de imprimir en el mes de noviembre de 2007 ISBN 978-9974-7802-8-6 Hecho el depósito que marca la ley. Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción parcial o total de cualquier medio gráfico o informático sin previa autorización del editor. Autoridades Presidente del Congreso: Prof. Adj. Psic. Robert Pérez Presidenta Honoraria: Dra. Virginia Viguera. Vicepresidenta: Prof. Myriam Lima (Brasil) Comité Organizador: Secretaria: Lic. Psic. María Carbajal Tesorera: Lic. Psic. Rita Amaral Comisión Finanzas: Lic. Psic. Rita Peralta Lic. Psic. Solange Binder Arte y Cultura: Prof. Adj. Psic. Mónica Lladó Lic. Psic. Adriana Rovira Vocales: Soc. Ricardo Alberti Lic. Psic. Serrana Banchero Secretaría Administrativa: Lic. Psic. Alejandra Bentancor —— Comité Científico Presidente: Prof. Adj. Psic. Fernando Berriel Miembros: Prof. Psic. David Amorín (Uruguay) Doctor Honoris Causa Juan Carlos Carrasco (Uruguay) Prof. Dra. Delia Catullo Goldfarb (Brasil) Prof. Dr. Lluís Conde Sala (España) Prof. Dra. Alicia Kabanchik (Argentina) Prof. Mag. Luis Leopold (Uruguay) Prof. Adj. Psic. Alejandra López (Uruguay) Dra.Lic. Psic. Miriam Martinovic (Uruguay) Prof. Lic. Juan Mila (Uruguay) Dr. Clever Nieto (Uruguay) Prof. Dr. Susumu Nisizaki (Uruguay) Dra. Mariana Paredes (Uruguay) Prof. Lic. Raumar Rodríguez (Uruguay) Prof. Luis María Sánchez (Argentina) Prof. Lic. Eduardo Triana (Cuba) Prof. Dra. Virginia Viguera (Argentina) Prof. Dra. Graciela Zarebski (Argentina) —— Nota de Bienvenida Estimadas/os amigas/s: A través de la presente, tenemos el placer de darles la bienvenida al II Congreso Iberoamericano y I Congreso Uruguayo de Psicogerontología, que se llevará a cabo los días 7, 8 y 9 de noviembre de 2007 en Montevideo, Uruguay. El Grupo Iberoamericano de Psicogerontología ha encomendado a nuestro Servicio de Psicología de la Vejez, Facultad de Psicología, Universidad de la República, la organización de este importante evento, del cual aspiramos que puedan participar todos nuestros amigos y colegas. Mucho nos honra poder ser anfitriones en nuestra casa de estudios y nuestra capital. Profundizando la propuesta de la Psicogerontología como un campo de encuentro de saberes, esperamos desarrollar en este evento una perspectiva amplia, inclusiva y reflexiva, con la finalidad de construir alternativas para mejorar la calidad de vida de nuestras poblaciones. Vivimos hoy en un mundo que en los últimos 80 años ha realizado unas enormes transformaciones en cuanto a lo tecnológico. Tantas cosas han cambiado en ese tiempo y, sin embargo, tantas cosas siguen igual. Mientras la actual velocidad cotidiana, la imagen y la saturación repetitiva y acrítica de escenas, la globalización de la pobreza y exclusión, están produciendo varios cambios en el imaginario social y en la subjetividad, la injusticia social, la fuerza de los hegemonismos, se mantiene incambiada. En ese contexto, en nuestra región, recién comienzan a moverse algunos velos que se han querido imponer desde el poder a la memoria social, respecto a las secuelas que han dejado las dictaduras de los años 70 y 80 y sus impunidades. Como no queremos ni podemos ser ajenos a estos desafíos de la historia, es que hemos elegido como tema central del Congreso la relación entre envejecimiento, memoria colectiva y construcción de futuro. Nos interesa especialmente exponer y debatir los aportes científicos y políticos que puede realizar la Psicogerontología a estas problemáticas, con una proyección hacia el futuro. Pero también nos interesa conocer los más recientes aportes a la producción de conocimientos que se están dando en otros campos de la Psicogerontología, compartiendo y discutiendo las recientes investigaciones científicas sobre diferentes aspectos que hacen a la producción subjetiva y a la salud mental en el campo del envejecimiento. En ese sentido, queremos que este evento se constituya en un nuevo lugar de encuentro, debate y crecimiento colectivo. Con la alegría y el placer de recibirlos en la primavera de Montevideo 2007, en nombre del Comité Organizador, les trasmito un afectuoso saludo, Robert Pérez Fernández Presidente del Congreso —— Prólogo Nos es grato presentar al lector este volumen de Memorias del Segundo Congreso Iberoamericano, y Primero Uruguayo, de Psicogerontología. El mismo es el resultado de un complejo proceso de presentación por parte de los autores y de selección por parte del Comité Científico que llevó en total varios meses. Creemos no equivocarnos si planteamos que la publicación de estas memorias representa un paso importante en la consolidación de la Psicogerontología y los estudios sobre el envejecimiento humano. El volumen y la calidad de los textos que siguen han superado ampliamente las expectativas que teníamos cuando empezamos los trabajos de organización del Congreso, cuando definimos sus ejes temáticos, las modalidades de presentación y empezamos a integrar compañeros al Comité, a diseñar la imaginación, si cabe, dándole forma en coordenadas de tiempo y espacio. La preocupación por conocer las características del envejecimiento en nuestras sociedades contemporáneas, por relacionar este abordaje con nuestras raíces culturales, por profundizar el conocimiento sobre la enfermedad, por buscar nuevas formas de abordarlas, por promover la participación, el protagonismo, la red y la integración social de todas las generaciones, todos esos intereses encontrará el lector reflejados en este libro. Además, esta es una de esas publicaciones que nos vincula y nos conecta con la riqueza Latinoamericana, en su vinculación con la Península Ibérica. En ella se encuentran contribuciones provenientes desde la Patagonia hasta México, desde el Mediterráneo hasta el Pacífico. Esta rica diversidad y ligazón cultural desborda en una potencia teórico – metodológica que sorprende. Estamos ante lo que representa tal vez el momento más importante hasta ahora en lo relativo al encuentro de todo el mundo de habla hispana y portuguesa en torno a la producción científica y académica sobre los problemas del envejecimiento y la subjetividad. Queremos, en nombre de todo el Comité Científico, agradecer a todos los que han contribuido con la publicación de estas Memorias y con la realización del Congreso. En lo personal quiero agradecer a las compañeras y los compañeros del Comité, quienes no sólo han prestigiado el Congreso, sino que lo han hecho posible con su trabajo exigente. Invitamos al lector, entonces, a recorrer las páginas de estas Memorias con la voluntad de continuar el debate y la interrogación sobre el envejecimiento en su dimensión subjetiva. Ese, multiplicarse en la reflexión, ha sido el motivo del Congreso. Fernando Berriel Presidente del Comité Científico —— Índice Capítulo 1 Las conferencias:actualización en psicogerontología - La psicogerontología hoy. Graciela Zarebski.............................................................. 17 - Dimensión psicosocial del sufrimiento psíquico: desamparo, depresión y demencia. Goldfarb, D. C. .................................................. 29 - Resultados de la psicoterapia en personas con demencias tipo alzheimer. Robert Pérez Fernández y Fernando Berriel Taño..................................................... 36 - Intervención en grupos de los adultos mayores en la ciudad de montevideo: espacios públicos y construcción de identidad. Mónica Lladó...................................... 45 - La vejez como producción subjetiva. Representación e imaginario social. Fernando Berriel............................................... 59 Capítulo 2 Envejecimiento y subjetividad Producción y Representación Social del Envejecimiento - La producción social del envejecimiento: la perspectiva biográfica. Maria de las Mercedes Ruiz............................................... 71 - ¿Cómo ven las personas jóvenes y mayores el envejecimiento? Mas, C., Medinas, M., Viñas, N. y Cabezuelo, Á........................................................ 77 - Vieja vida vivida: la edad en perspectiva. Mariana Paredes....................................... 84 - Economía y sociedad en el envejecimiento. Aromando, Jorge ................................. 91 Transformación Social y Perspectiva Intergeneracional - Memoria colectiva: un instrumento social. Teitelman, Fany y Calvo, Mónica............. 97 - Curso-taller abordando la vejez: mitos, realidades, actitudes y sentimientos frente a la vejez de nuestros padres. Anita Steiger y Sylvia Korotky........................ 102 - Abuelos en el jardín de infantes: cantos, cuentos y encuentros intergeneracionales. Bentacor, Alejandra.................................................................. 108 Mediana Edad y Envejecimiento - O mestre em gerontologia de meia-idade e a perspectiva da própria velhice Calderoni, S. Z. y Lopes, R. G. C.............................................................................. 114 - Posibles nexos evolutivos entre la adultez media y la vejez. David Amorín............. 121 - Grupo+50: espaço de construção da autonomia de universitários com idade mais de 50 anos. Maria Regina Morales dos Santos y Suzana Hübner Wolff...................................... 129 - Aportes a la construcción de una imagen social positiva del envejecimiento Delmar Rodríguez Ravera; Yvonne Raquel Cruz; Graciela Andreoli; Hilda Martínez Camusso; Alberto Gentini; Ilda Villar................................................. 137 —— Género y Generaciones en la producción del envejecimiento - Recuerdos de mujeres. Irma Mabel Cepeda y Stella Maris Herrera......................... 140 - La viudez en las mujeres ¿una crisis vital?. Esther L. Moncarz............................... 147 - Haciendo memoria. Ferreira Alicia, Mallol Susana y Werthein Silvia........................ 154 - Ser idoso – “um possível de ser”. “Ditos” sobre o idoso: “um possível de se dizer”. Lodovici, Flamínia M.M. e Mercadante, Elisabeth F........ 161 Proyecto de vida y Envejecimiento - Acontecimientos vitales en el reconocimiento del propio envejecer en ancianos rurales en mexico y españa. Quintanar O. F......................................... 166 - Memória autobiográfica e formação – um percurso de reconhecimento Vera Maria Antonieta Tordino Brandão..................................................................... 179 - Visualizando la muerte a través de la vida de los 65-80 años Ana Delgado Ramos y María Aurora Arvizu Salgado............................................... 186 - Participación y envejecimiento activo: análisis de las percepciones de personas mayores implicadas en tareas de gestión en asociaciones de mayores. Silvia Martínez, Juan Francisco López, . ............................................. 198 Imanol Amayra, Ignacio Gómez, José Javier Miguel................................................ 198 Cuerpo y Envejecimiento - Calatonia em idosos: um trabalho voluntário se transforma num modelo clínico institucional nos processos de envelhecimento e responsabilidade social Benevides, M.L.S.; Bruno, V. B. S.; Goellner, M.B.; Limongi e França, A.C.; Lopes, R.G.C...................................................................... 206 - El bastón interno. Estela Guadalupe Moro y Cesar A. T. Franchisena .................... 213 - Programa de potenciación creativa (ppc). Un valioso instrumento para el adulto mayor. Nora Farina de Luna......................... 219 - A sexualidade do idoso: uma responsabilidade social Marisa Margaret Feriancic y Maria Elvira Marengo Gotter....................................... 223 La Dimensión Subjetiva del Envejecimiento en Contextos de Exclusión Social - Contribuições da psicologia ao enfrentamento dos desafios do envelhecimento nos países da américa latina. Anita Liberalesso Neri............................................... 228 - La percepción de las personas de edad bolivianas, sobre su condición de pobreza. M. Mercedes Zerda C............................................ 234 - Subjetividad y exclusión psicosocial. Viejos en situación de calle en montevideo. Robert Pérez Fernández..................... 237 Capítulo 3 Envejecimiento activo Recreación, Estímulo y Tiempo Libre en el Envejecimiento - Construyendo redes sociales en la tercera edad. Matías Cáceres, Romina Cáceres, Soledad Barreto y Rosana Borini...................... 247 - Modalidades no tradicionales de intervención interdisciplinaria con adultos mayores en comunidad. Alberti Pose, Ana María, Alvarez, Virginia y Pippo Pena, Noelia.............................. 253 - Calidad de vida de los adultos mayores: aporte de las políticas públicas recreativas al bienestar psicosocial del adulto mayor. Ricardo Manuel Pérez......... 259 — 10 — - El ocio en la vejez: prevención de la dependencia y propiedades terapéuticas Silvia Martínez . ........................................................................................................ 266 Educación y Envejecimiento - Investigación educativa y experiencias universitarias con adultos mayores: articulación y proyecciones. Tamer, Norma Liliana................................................... 274 - Utopía y educación permanente: la experiencia uni 3. Alondra Bayley.................... 281 - Proyectos mayores experiencia basada en un recurso psicopedagógico Romero, Marcela....................................................................................................... 288 - Importancia del componente psicogerontológico en el modelo alfager para alfabetización gerontológica. Eduardo A. Triana Álvarez y Teresa Reyes Camejo................................................. 296 Grupos, Organizaciones y Participación de los Adultos Mayores - Generatividad y motivaciones para el voluntariado en adultos mayores. Nicasio de Cordoba, Mercedes; Urrutia, Andrés Ignacio y Moisset de Espanés, Gastón - Asistencia técnica familiar y grupal para la tercera edad de la ciudad de Neuquén Andrea Lungo, Cecilia Beitía, Romina Álvarez ........................................................ 319 - Andares de una intervención universitaria Andina, Mariela; Bruno Leonor; Ferreira Karen; Kalafatis Laura ............................. 323 - Redes organizacionales como estrategia de desarrollo social en los adultos mayores. Wilma Ferreira y Stella Larrosa.......................................... 329 Memoria y Envejecimiento. Abordajes Psicogerontológicos - Memória e Envelhecimento: Uma Experiência, com grupos da Terceira Idade Sônia Regina dos S. P. Bacellar................................................................................ 336 - Estimulación cognitiva de adultos mayores sin deterioro: efectividad de un programa para la mejora de la memoria y el cambio de actitudes sobre el declive asociado a la edad.................................. 342 Mas, C., Medinas, M., Cabezuelo, Á, Viñas, N. y Martorell, L.................................. 342 - Programa psicosocial de prevención de los trastornos de memoria (ppptm). Peculiaridades de una intervención. María Carbajal................................................. 349 - O processo da oficina de memória autobiográfica: possível recurso de intervenção para idosos com suspeita de depressão Patrícia Kok Geribello de Ferreira Cabral, Rita Duarte do Amaral y Vera Maria Antonieta Tordino Brandão.................................................................. 355 Capítulo 4 Política públicas Estudios culturales Estudios Culturales sobre el Envejecimiento - Beneficios psicológicos de la representación social de la muerte en población anciana: el caso de la ofrenda de muertos mexicana. Quintanar O. F...................... 365 - El aporte de los indígenas viejos a la psicología social comunitaria en bolivia Mercedes Zerda C.................................................................................................... 376 - Envejecimiento en y desde los pueblos originarios. Lilia Mendoza Martínez........... 380 - Envelhecimento saudável: acompanhamento comunitário na saúde pública Iannarelli, M.J.; Lorenzetto, M.G............................................................................... 385 — 11 — Políticas Socio Sanitarias - Políticas públicas para idosos e conselhos de participação: a experiência da cidade de são paulo. Siqueira, Luiz Eduardo Alves de.................. 391 - Políticas de vejez y evaluación participativa. Mariana Paredes................................ 396 Capítulo 5 Fundamentos psicogerontológicos Fundamentos y Aportes del Abordaje Psicogerontológico del Envejecimiento - Fundamentos epistemológicos del campo de la Psicogerontología Graciela Zarebski...................................................................................................... 405 - O entrelaçamento de dimensões na explicação de ser velho. A interdisciplinaridade na gerontologia Elisabeth F. Mercadante y Flamínia M. M. Lodovici.................................................. 413 Formación en Psicogerontología - Tecnicatura en psicogerontología. Formación de recursos humanos. Abordaje interdisciplinario en salud mental Segalle, Mirta; Puglisi, Alejandra; Cosenza, Mónica; Cabrol, Daniela...................... 417 - La formación de psicomotricistas en el campo del envejecimiento y vejez. Interfases necesarias. Rosario Tuzzo; Juan Mila...................................................... 422 La Psicogerontología en los equipos y servicios de salud - Abrindo brechas em instituições de longa permanência para idosos: possibilidades de intervenção. Rita Duarte doAmaral.............................................. 430 - La psicogerontología en los equipos gerontologicos del PROSAM: “Un desafío cotidiano en los centros de salud y acción comunitaria de un hospital público de la ciudad de Bs. As.” Perla Bronstein.................................. 436 - Hogares de día: hacia nuevas formas de integración comunitaria Medina H. M., Pérez O. G., Bonza M. L., Pavolotzky A.M........................................ 445 - Impacto del perfil psicológico en la asistencia odontológica del adulto mayor Susumu Nisizaki........................................................................................................ 453 Capítulo 6 Aportes de la psicogerontología al abordaje del sufrimiento psicosocial en el envejecimiento Vejez Fragilizada - Fragilidad, salud y envejecimiento. Goldfarb, D.C. .................................................. 463 - Viejos alcohólicos en situación de calle: una impronta social Martín Meoqui y Carlos Merlo................................................................................... 467 - Características do luto de cuidadoras de idosos dependentes por acidente vascular encefálico, já falecidos Karsh, U., Mazeto, I., Oliveira B., Oliveira I., Salimene A......................................... 474 - Prevención de suicidios en adultos mayores. Amaral, Rita...................................... 482 - Velhice avançada – possíveis intervenções. Patrícia Kok Geribello de Ferreira Cabral................................................................. 489 — 12 — Cuidado y Atención de la Vejez Fragilizada - Estrategias en la atención de la salud del adulto mayor Delmar Rodríguez; Yvonne R. Cruz; Graciela Andreoli; .......................................... 496 Hilda Martínez Camusso; Ilda Villar; Alberto Gentilini............................................... 496 - Reflexões sobre o acompanhamento terapêutico com uma idosa Carolina Guimarães de Baptista .............................................................................. 500 - Vida atual de cuidadoras de idosos dependentes por acidente vascular encefálico, já falecidos Karsch, U.; Salimene, A.; Oliveira, B.; Mazeto, I.; Oliveira, I..................................... 507 Respuestas a la Victimización del Adulto Mayor - Repercussão da violência urbana na saúde dos idosos. O caso da metrópole de são paulo - brasil. Beltrina Côrte....................................... 514 - Prevención del abuso y maltrato hacia los adultos mayores Lilia Mendoza Martínez............................................................................................. 521 - Abordaje interdisciplinario sobre abuso y maltrato en la vejez Rita Amaral; Mario Di Filippi; Rosalía Panza; Silvia Tron; Carmen Tulio; Ariel Vázquez.................................................................. 526 - La ancianidad y la salud mental. El régimen legal argentino sobre incapacidad y la necesidad de reformas. Dabove, María Isolina; Spósito, María Angélica y Di Tullio Budassi, Rosana G....... 533 Centros y Servicios Gerontológicos - Acompañamiento telefónico a mayores (atm). ¿Qué escuchan los mayores de quienes están sólo angustiados o en crisis? Urrutia, Andrés Ignacio y Urrutia, Marcela M............................................................ 542 - Autopercepción de bienestar asociado a procesos de participación del adulto mayor en hogares de día Mangino Noelia Gimena; Ruiz María Dolores y Wortman Susana .......................... 552 - Ancianos en situación de internación geriátrica. María Cecilia Beitía....................... 557 - Significados de velhice, envelhecimento e suas implicações na prática de cuidado em uma instituição asilar Natália Alves Barbieri y Cynthia Andersen Sarti....................................................... 564 - Acerca de una experiencia de intervención psicológica en un residencial de ancianos. Rosa Martínez Pujado, Elena Ortega Apolinario y Edelweis Suberbié Rodríguez................................................................................ 570 Psicoterapia - Intervenções psicoterapêuticas em grupo para idosos Lopes, R. G. C; Calderoni, S. Z................................................................................ 576 - Psicoterapia na terceira idade: experiência de atendimento domiciliar, trabalhando o sofrimento e as necessidades de organizar em vida a própria morte. Santos, E.R.P y Lopes, R.G.C.......................................... 583 - Títeres y adultos mayores: una mirada sistémica. Lucía Aranda Kilian.................... 588 - A música como terapia para a vida. Lodovici Neto, Pedro........................................ 594 — 13 — Instrumentos y Deterioro Cognitivo - Batería de diagnostico de la conservación cognitivo intelectual en el anciano Karp, David M........................................................................................................... 600 - Sindrome frontal. Escala de evaluacion cuantitativa motora y congitivo-comportamental. Buzó, R., de Medina, O., Ventura, R., Aljanatti, R., Scaramelli, A., Dieguez E., Salinas D., Amorín I ................................. 605 - La funcionalidad de los reconocimientos sensoriales como indicador biológico en la detección del proceso de dementización llamado alzheimer Sastre SR; Sosa C; Ojeda A.C., Stehle, NR............................................................. 615 Aportes sobre las Demencias - El des-velamiento de un hipotético mecanismo de la recuperación de eventos vividos a partir del fenómeno “alzheimer” Martínez G.A.; Gómez Salgado J.; Molina Ruiz D.; Sánchez L.M............................ 621 - “La olvidadiza”, 84 años, recuperada del alzheimer: hechos e intrigas. Ferrari ED; Leites MA; Santa Cruz NE; Sosa C........................................................ 627 Perspectivas sobre las Demencias - Falsos alzheimer: la punta de un iceberg? Jalife MA, Santa Cruz NE, Stehle NR, Sastre SR..................................................... 633 - La naturaleza de los vínculos en el proceso de dementización tipo alzheimer desde la perspectiva psicosocial. Leites MA, Ferrari ED, Martínez GA ........................................................................ 641 - Evaluación de necesidades y apoyo social en adultos mayores con demencia que viven en sus hogares Miranda C, Galboda K, Olojudba C, Oomman y Orrell M......................................... 646 Abordajes Psicogerontológicos de las Demencias - Bases conceptuales de la prevencion del llamado alzheimer Gómez Salgado J, Molina Ruiz D, Jalife MA, Ojeda AC, Sánchez LM..................... 653 - Gestão gerontológica domiciliar - possíveis configurações do cuidado no cenário das demências Ana Lúcia Marques de Souza, Ruth Gelehrter da Costa Lopes y Delia Catullo Goldfarb............................................................................................ 660 - El tratamiento psicológico en la enfermedad de alzheimer Fernando Berriel y Robert Pérez Fernández............................................................ 667 — 14 — Capítulo 1 Las conferencias: actualización en psicogerontología La psicogerontología hoy Graciela Zarebski Introducción Para referirme al tema que se me solicitó para esta conferencia inaugural, acerca de la Psicogerontología hoy, deberé hacer referencia, teniendo en cuenta la memoria y la construcción de futuro, a lo que era la Psicogerontología ayer y a lo que avisoro para el mañana. Cuando inauguraba el Primer Congreso decía: “Nos proponemos que este encuentro permita progresar en la constitución del campo de la Psicogerontología en Iberoamérica, generando un intercambio enriquecedor. Comenzar por Iberoamérica nos lleva también a recuperar nuestras raíces, algo de nuestra identidad, de nuestros orígenes, de una historia compartida. Implica también el replanteo de sojuzgamientos a pensamientos hegemónicos y la inclusión de nuestro contexto socio-económico-cultural como productor de subjetividad, en aras de rearmar y reafirmar la continuidad identitaria —tema central en el envejecer— de nuestros pueblos. Uds. son los hacedores cotidianos de la psicogerontología. Los consideramos representantes de lo que se hace, se avanza, pero también se duda, se discute, se cuestiona, cotidianamente en el trabajo, la asistencia, la investigación, con sujetos envejecientes.” Escuela de Gerontología, Universidad Maimónides. [email protected] Doctora en Psicología (UBA). Directora de la Carrera de Postgrado de Especialización y Maestría en Psicogerontología de la Universidad Maimónides y Directora de la Carrera de Grado: Licenciatura en Gerontología en esa Universidad. Profesora Titular de la Cátedra de Gerontología en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, Licenciatura en Psicomotricidad. Fue Profesora Adjunta de la Cátedra “Psicología de la Vejez” de la Facultad de Psicología de la UBA e Investigadora en esa Casa de Estudios. Presidenta del Primer Congreso Iberoamericano de Psicogerontología (Buenos Aires, noviembre 2005). Se desempeña en el Programa de Salud para Adultos Mayores del Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad de Bs. As. como Directora del “Curso de Gerontología en Atención Primaria” y como organizadora de la Red de Gerontología de los Hospitales Públicos. Ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas y es autora de: Lectura Teórico – Cómica de la Vejez (1990) y La Vejez ¿es una Caída? (1994), ambas de Editorial Tekné (actualmente, acceso libre a ambos en: http://weblog.maimonides.edu/gerontología2007/ Hacia un Buen Envejecer (1999), de Editorial Emecé, re-editado por Edit. Universidad Maimónides (2005) El Curso de la Vida: Diseño para Armar, Edit. Universidad Maimónides (2005), Padres de mis hijos ¿Padres de mis padres?, Edit. Paidós (en prensa) y co-compiladora de Viejos Nuevos - Nuevos Viejos (2001) de Editorial Tekné. En el ámbito de las instituciones ha participado en la coordinación docente de los Programas Preventivos del PAMI (1992-1996) y ha coordinado la capacitación de sus profesionales a través de la Universidad George Washington (USA) (1997-1998). — 17 — Pasaron dos años exactos. ¿Qué mejor definición de lo que es la Psicogerontología hoy, que la presencia de tantos profesionales mostrando interés por presentar y discutir los temas que aquí se proponen. La cantidad y calidad de trabajos nos llena de satisfacción porque es la confirmación de que la Psicogerontología, con esta concepción que le damos desde el Grupo Iberoamericano que impulsa este movimiento, era necesaria. Uds. sabrán que ayer, hace pocos años —en la década de los ´90 podríamos decir— no se había desarrollado aún como denominación de este campo científico y casi no existían ámbitos de formación especializados. De lo que se hablaba era de la Psicogeriatría, ubicada en el campo de la Geriatría, es decir, asentada totalmente en los fundamentos biológicos —más que de la salud mental— de las patologías mentales del envejecer. Como muestra de que ésta sigue siendo hoy la tendencia prevalente en este campo, hace unos días se celebró en Osaka, Japón, el XIII º Congreso de la Asociación Internacional de Psicogeriatría con un predominio absoluto de temas médicos. No dudo de su nivel científico ni de lo auspicioso de que se celebren este tipo de eventos, pero no podríamos afirmar que representen al campo de la salud mental en el envejecimiento, porque están concebidos desde la mirada de una sola disciplina hegemónica y los temas son, mayoritariamente, específicos de psicogeriatras. Si pensamos que la salud mental es interdisciplinaria y que en el envejecimiento no podría ser de otra forma, la realidad es que, en la práctica, se pretende cubrir desde la psicogeriatría todos los requerimientos referidos a la salud mental en el envejecer. Fíjense, por ejemplo, un artículo que nos llega de España acerca de la Reunión de la Sociedad Española de Psicogeriatría donde se presentó una ponencia a favor “del abordaje multidisciplinar… El objetivo es que la colaboración entre los profesionales de la medicina y de los servicios sociales sea, por fin, una realidad. Se viene hablando mucho de esto en foros de debate y medios de comunicación pero no acaba de producirse esa colaboración, sobre todo porque los profesionales pertenecemos a estructuras distintas, que toleran que nos coordinemos pero que no nos obligan a ello.” No debemos esperar que las instituciones nos manden a hacer interdisciplina, debemos capacitarnos para ir imponiéndola, superando los esquemas simplistas que nos hacen suponer que basta con sumar a los médicos con los profesionales del área social, para cambiar la modalidad de atención a nivel de la salud mental. Debemos formarnos en el enfoque de la complejidad, el cual hoy ya no se puede soslayar. A esto me voy a referir en el panel de capacitación psicogerontológica, al abordar los fundamentos epistemológicos de este campo. Para ver lo que es la Psicogerontología hoy, al menos en Iberoamérica, basta revisar nuestro programa. ¿Qué nos están indicando estos temas? Que todos son los que componen el campo de la Psicogerontología en el mismo nivel de importancia. Lo único que podría determinar la mayor importancia de un tema sobre otro es el caso por caso, el caso particular que hará predominar una temática por sobre otra en su manifestación aparente, pero que una vez que se comienza a abordarlo, muestra su interrelación con todos los demás. Lo que nos lleva a un punto fundamental de lo que está mostrando la Psicogerontología hoy: su carácter interdisciplinario. “Las enfermedades mentales en personas mayores se encuentran infradiagnosticadas. “Fuente: Diario Médico. Jun 2007. — 18 — Factores que posibilitaron el surgimiento de la Psicogerontología El cambio de paradigma en la salud mental en el envejecer recién se está produciendo hoy. Ayer, hasta los ´80 ó los ´90, predominaba un enfoque deficitario del envejecimiento. Ya sea desde corrientes psicoanalíticas como cognitivas, se suponía que habría una curva de declive inevitable a nivel psíquico y que los maltratos sociales llevaban necesariamente al achatamiento subjetivo. Los únicos abordajes posibles, salvo excepciones, eran los tratamientos farmacológicos y otras terapias a cargo de psicogeriatras. Se justificaba la denominación de “Psicogeriatría “a este campo disciplinario, porque fue iniciado por gerontopsiquiatras y/o psicogeriatras. La atención era exclusivamente asistencialista. A nivel de la salud mental, se atendía a los mayores cuando ya las depresiones o las dementizaciones estaban tan instaladas y avanzadas que sólo cabía medicar o derivar al geriátrico. Había menos opciones y los límites entre las edades estaban más marcados. Hoy en día estamos viviendo cambios culturales y científicos que, al poner sobre el tapete la complejidad del ser humano, develan su riqueza y la apertura de nuevas posibilidades, aún en el envejecimiento, generando nuevos y más variados motivos de consulta que permiten una intervención más temprana. Ayer no había representantes de otras disciplinas formados y especializados en atender las cuestiones atinentes a la salud mental en el envejecimiento y los pocos que había no realizaban en su mayor parte un trabajo interdisciplinario. (Zarebski, G. 1999) Considero que el cambio hacia la concepción actual, que propone integrar a la Psicogeriatría dentro del campo amplio de la Psicogerontología, viene de la mano de diversas condiciones y nuevos fenómenos que aparecieron en años relativamente recientes: 1. La especialización por parte de profesionales de disciplinas relativamente más nuevas (terapia ocupacional, psicología, psicopedagogía, musicoterapia, psicomotricidad) que vienen aportando otros enfoques, nuevas miradas y herramientas diagnósticas y de intervención. Vayan como ejemplo del aporte de cada una, las técnicas de multiestimulación y el trabajo con la memoria por parte de la terapia ocupacional, que muestra el efecto preventivo y de enlentecimiento en procesos de deterioro cognitivo, las intervenciones gerontagógicas de las ciencias de la educación, demostrando las posibilidades del aprendizaje en el envejecimiento, las intervenciones preventivas y psicoterapéuticas de los psicólogos con el viejo y su familia, las herramientas de la musicoterapia y las técnicas psicomotrices con mayores (Zarebski, G. 2002). 2. El avance del paradigma de la complejidad en ciencias —que plantea el estudio del objeto científico desde el entramado de interrelaciones— y su consecuencia: el requerimiento de trabajo en equipos interdisciplinarios que puedan dar cuenta de esta complejidad. (Morin, E. 1998) 3. Paralelamente, el lento pasaje que vamos comprobando, en el campo de la salud pública, desde el enfoque de los factores de riesgo y abordaje centrado en las patologías al enfoque de factores protectores y abordaje centrado en la prevención y la resiliencia. 4. El avance teórico en la distinción conceptual entre el envejecimiento normal y el patológico, lo cual permite evitar intervenciones en los casos que no lo requieren, respetando su curso normal y la detección, orientación e intervención en los casos en los que se justificaría hacerlo. Desde esta distinción conceptual y diagnós— 19 — tica, se amplía el campo de la salud mental en el envejecimiento abarcando, de manera integrada, la tarea preventiva, asistencial y de rehabilitación. 5. Simultáneamente, el desarrollo de nuevas teorías psicogerontológicas (Yuste Rossell et all, 2004) como la del Curso de la Vida o del Ciclo Vital Dinámico, la Teoría de la Continuidad o la de Selección, Optimización y Compensación (SOC), que destacan la importancia de estudiar el envejecimiento en todo su proceso a fin de entender las distintas vejeces alcanzadas. En este sentido, la consideración del trabajo psíquico anticipado que va realizando el sujeto durante el curso de su envejecimiento debería ocupar un lugar que aún no tiene. (Zarebski, G. 2005). 6. Como consecuencia de lo anterior, el cambio ya no sólo en la salud mental, sino en el campo global de la gerontología, que deja de considerar exclusivamente a los adultos mayores para pasar a investigar e intervenir en todo el proceso, especialmente desde la considerada mediana edad de la vida, también ésta una tarea pendiente en la psicogerontología de hoy. 7. Finalmente, como la consecuencia más importante de estos cambios de enfoque: la apertura de un amplio campo de intervención: la perspectiva preventiva en la salud mental en el envejecimiento. Innumerables experiencias comunitarias e institucionales, talleres de todo tipo (de aprendizaje, de memoria, expresivos, reflexivos, de multiestimulación, de recreación, etc.) que, además de demostrar su eficacia en la mejora de la calidad del envejecimiento, constituyen ámbitos propicios para la detección temprana y la derivación oportuna, así como para el armado de redes de apoyo y el trabajo con las familias, operando de este modo como verdaderos recursos socio-sanitarios promotores de salud y preventivos de patologías (mentales, entre otras). Trabajo Psíquico en el Envejecer En la Psicogerontología hoy, no está desarrollado el trabajo anticipado del envejecer, no se tomó la posta precursora de Bernice Neugarten (1999), quien planteaba: “¿Por qué algunos viven la vejez como crisis y otros no?” Dado que éste ha sido mi tema de investigación a lo largo de mi carrera, junto con el desarrollo de los factores de riesgo psíquico de envejecimiento patológico —ya que hasta ayer sólo se hablaba de factores de riesgo social y sanitario— es inevitable que, al referirme a la Psicogerontología de hoy, le dedique un espacio a cómo veo hoy este tema específico desde una visión crítica de cómo aparece en los trabajos de investigación a los que pude tener alcance. A lo largo de mis escritos y de mi enseñanza, vengo teorizando acerca de los mecanismos psíquicos que se ponen en juego en el envejecer conduciendo a un envejecimiento normal o bien, patológico (Zarebski, 2005). En síntesis, se trata del camino de construcción de la propia identidad a partir de la imagen de cuerpo fragmentado anterior al estadío del espejo y la amenaza, siempre solapada, de regresar a ese estadío ante todo acontecimiento que haga zozobrar los referentes identificatorios. La anticipación del envejecer y la metamorfosis que implica para el yo, representan ese riesgo de vuelta a la fragmentación y al desamparo. De acuerdo a H. Bianchi (1987): “la vejez, así como su anticipación, interroga al yo en sus referencias identificatorias”. Es por eso que lograr sostener la propia integridad será el eje que desde Erikson caracterizará al buen envejecimiento (Erikson, E. 2000). Para entender los mecanismos en que se basa este proceso deberemos recurrir a la modalidad del narcisismo, normal o patológico y, desde la llamada Tercera Tópica (Zukerfeld, Zonis de Zukerfeld, 1999), ubicaremos al envejecimiento patológico en el campo del narcisismo nirvánico, es decir, del — 20 — predominio y cristalización de lo escindido, de lo siniestro que, en tanto oculto producto de lo desmentido, en la vejez se presentificará como profecía autocumplida. Por el contrario, el envejecer saludable tendrá que ver con la flexibilidad ante los cambios que permitirá no aferrarse a una personalidad unívoca, aceptar las transformaciones propias y ajenas, construir proyectos y recrearlos, romper con rutinas rígidas, probar, innovar, realizar actividades nunca antes exploradas, cuestionar y autocuestionarse, condiciones todas que se sostienen en el predominio de un mundo representacional propio del inconciente reprimido. Sobre la base de estas características de funcionamiento psíquico, se logrará realizar la elaboración anticipada y gradual del envejecimiento. De lo que nos van a hablar las distintas posiciones anticipadas que se adopten, es de los grados de riqueza o pobreza del campo representacional, el modo en que esté resolviendo el sujeto su trabajo identificatorio y de historización, su posición con relación al transcurso del paso del tiempo y qué anticipa o qué resignifica en su historia el hacerse viejo. En síntesis, nos hablará de, en qué medida, el llegar a serlo forma parte o no de un proyecto autónomo, con mayor o menor posibilidad de diferenciarse y de cuestionar las creencias, los mitos y los prejuicios acerca del envejecer que desde su medio cultural lo constituyen. El predominio y cristalización de lo escindido estará asentado en aquello que le dé al sujeto una supuesta consistencia, por no encontrarse en condiciones de soportar la incertidumbre del vivir, las fallas y faltas, la inconsistencia. A lo largo de este proceso, sobre todo desde la mediana edad, se anticipan imágenes de la posible vejez propia, que producirán efectos formativos en el presente joven, promoviendo, cuando se dan las condiciones adecuadas, un trabajo psíquico de elaboración anticipada que generará un proyecto de vejez, el cual irá guiando el propio trayecto vital hacia el desenlace deseado. Esta imago anticipada del llegar a viejo condicionará así el modo de armado de la propia vejez, punto desde el cual se resignificará el trayecto previo, idas y vueltas que subyacen al tiempo lineal de la cronología. Estas idas y vueltas, que refieren a la temporalidad inconciente de anticipaciones y resignificaciones muestran, por otro lado, un aporte que hace la psicogerontología al psicoanálisis, al incorporar la eficacia del futuro sobre el presente (trabajo anticipado) además de la eficacia del pasado sobre el presente (trabajo de resignificación). El enfrentamiento con los ´temas´ del envejecer develará, en estos casos, el desamparo originario, que no fue tramitado simbólicamente ni en forma suficiente desde el campo representacional, sin posibilidades de pasaje —a través de la operatoria simbólica de la castración— del Yo Ideal a los ideales del Yo. — 21 — Factores de riesgo psíquico de envejecimiento patológico Las condiciones psíquicas mencionadas que operan durante el curso de la vida, determinan la vulnerabilidad emocional que se pondrá en juego ante los temas del envejecimiento y los significarán como situaciones de adversidad. Podríamos sintetizarlas del siguiente modo: Sucesos o temas del envejecer que se viven como traumáticos (tocan con el desamparo). Vacío: o todo lo perdido o nada. Modos patológicos de apego a los objetos como intento de llenar el vacío. Vínculos dependientes o sobreadaptados. Bastón único, sentido único (Yo Ideal). (Ej: trabajo, pareja, hijos, imagen). Historia de duelos no elaborados. Carencia de red de apoyo familiar o social. Achatamiento del mundo representacional: escasa mentalización. Tendencia a la descarga somática o comportamental. Empobrecimiento imaginario-simbólico y emocional. Estas condiciones de vulnerabilidad emocional —y por el contrario, las condiciones de resiliencia— se ponen de manifiesto en el discurso y las conductas del sujeto desde edades jóvenes —lo que nos permitirá su trabajo preventivo— tanto en ámbitos de abordaje individual como grupal, a través de factores detectables de riesgo psíquico de envejecimiento patológico. Estos factores de riesgo son, entonces, la manifestación del narcisismo patológico o nirvánico (predominio y cristalización de lo escindido) generador de distorsiones cognitivas y problemáticas vinculares, y que detectaremos a través de las dificultades para acceder a: • Aceptar pensar o reflexionar anticipadamente respecto a la propia vejez. • Incluir al envejecer entre los ideales a alcanzar (expectativas positivas de longevidad). • Aceptar que se replantee la imagen, el rol, la función actual, joven. • Elaborar gradualmente las marcas del envejecer. • Ser flexible. • Tener disposición a los cambios. • Ser reflexivo. • Cuestionar los prejuicios (propios y ajenos). • Adaptarse a la disminución del rendimiento. • Tener en cuenta las limitaciones, enlentecimientos, etc. • Hacerse cargo del autocuidado en la salud y en la enfermedad. • Mantenerse autoválido, seguir “funcionando “a pesar de patologías. • Aceptar elementos protéticos. • Poder ubicarse como un punto en la cadena de generaciones. • Contribuir al logro de la continuidad entre generaciones. • Desarrollar la generatividad. • Poseer un proyecto diario que organice la vida alrededor de cierta rutina. • Incorporar la finitud. • Vivir hasta y no hacia la muerte. • Desarrollar el sentido de la trascendencia. — 22 — • • • • • • • • • • • • • • • • Poner las angustias en palabras. Poder autocuestionarse. Poder relativizar (no regirse por el: “todo o nada “). Poder compensar pérdidas con ganancias. Aceptar verdades ocultas que la vejez devela, incorporando imágenes nuevas de sí. Replantearse una identidad unívoca (“yo soy así “). Replantear mecanismos de desmentida (“de eso no se habla “). Dialectizar el plano de la interioridad con el de la imagen exterior Asentar la autoestima en el presente, no en el pasado. Recordar al modo reminiscente (aferrado al presente, con proyección al futuro), no nostálgico (aferrado al pasado). Seguir conectado con el afuera, con el entorno. Diversificar los apoyos (familia, estudio, trabajo, otras funciones, otros ideales). Poder discriminarse de otros (modelos de identificación positivos o negativos) Revisar el modo narcisista de ejercer la sexualidad y la abuelidad Aceptar incorporarse a grupos o redes sustitutivas. Acceder a: soñar, fantasear, imaginar, jugar, desear, reírse de sí. Estas características de vulnerabilidad emocional y los factores de riesgo psíquico de envejecimiento patológico, son las condiciones psicológicas que darán lugar —ante los ´temas´ del envejecer— al colapso narcisista, con sus manifestaciones clínicas, somáticas y comportamentales desajustadas (como ser las caídas frecuentes) cuando la identidad férreamente —aunque en realidad, frágilmente— sostenida, se derrumba. De ahí a las psicopatologías prevalentes en el envejecer, como son las depresiones y las demencias. Respecto a las depresiones, los vínculos narcisistas y ambivalentes que sabemos desde Freud, son la condición de los duelos patológicos, se encuadran dentro de las condiciones psíquicas apuntadas. Del mismo modo, la descompensación de caracteropatías es la regla en el envejecer, teniendo en cuenta la patología narcisista que implican estas estructuras. Dos temas de la Psicogerontología hoy Hay dos temas candentes en la actualidad concernientes al envejecimiento psíquico, uno determinado por factores culturales, el otro, por factores biológicos y los dos atravesados por las condiciones de vulnerabilidad emocional señaladas. En primer lugar, los ideales culturales de eterna juventud y de exaltación del consumo, que condicionan malestares diversos ante los cambios en la imagen y producen gran cantidad de efectos a nivel de la subjetividad, en su mayor parte depresiones de todo tipo. En segundo lugar, la principal amenaza que se anticipa con horror respecto al paso de los años y que constituye hoy en día uno de los temas más acuciantes de investigación: el deterioro cognitivo y el Alzheimer. Dos temas que, tratados desde una perspectiva exclusivamente biologista determinarán consecuencias en el abordaje totalmente opuestas a las que se obtendrían desde una concepción interdisciplinaria centrada en la complejidad del fenómeno. Respecto al primero y apoyada en el rechazo al envejecimiento, se ha montado una —así llamada— medicina anti-age, anti-edad, que se propone ayudar a ocultar al máximo el paso del tiempo. — 23 — La perspectiva psicogerontológica, por el contrario, propone valerse de los adelantos científicos y tecnológicos y también de los recursos comunitarios para mejorar la calidad de vida, pero con la lucidez que permita aprovechar las ventajas que, paradójicamente, también se pueden extraer del contexto cultural actual, sin tener que negar el paso del tiempo. El envejecer pone en jaque la identidad al cuestionar la propia imagen en todos sus órdenes. Frente a esto hay dos caminos posibles: reforzar la máscara, fijarla cada vez con más ahínco, adherirse a una imagen única, o aprender a diversificar las máscaras, a jugar con ellas desde joven, a diversificar los apoyos y a buscar la eternidad por otros caminos un tanto más sólidos. Respecto al otro tema, el Alzheimer, tenemos mucho que decir respecto a este fantasma de las sociedades desarrolladas, que viene a reafirmar el carácter inquietante y horroroso con que se anticipa el envejecimiento. Su instalación como tema dominante, sirvió más para dejar de entender que para entender. La falta de capacitación de los profesionales está produciendo en Gerontología un nuevo modo de anular a los viejos: la etiqueta que los condena a lo descartable, sin mediar un proceso diagnóstico adecuado. La mala noticia es que de este congreso no saldrá seguramente el descubrimiento de su causa ni de su cura. La buena, es que estamos bien encaminados: sólo comprendiendo la complejidad del fenómeno, de su gestación, lograremos entenderlo y aún, en gran parte, prevenirlo, como ya seguramente lo estamos haciendo a través de diversas intervenciones que aquí se muestran. Nuestro desafío, hoy, es que hay que demostrarlo. El mayor desafío en la Psicogerontología hoy, es la aplicación de estas condiciones de vulnerabilidad emocional al desencadenamiento de las demencias. En este sentido, las investigaciones que se están realizando en distintas latitudes en los últimos años, sobre todo en DTAlzheimer, coinciden con varias de las características mencionadas de vulnerabilidad emocional. Cada vez es más evidente que una vida de pobreza psíquica, afectiva y de vínculos presagia en mayor medida que la pobreza material, un envejecimiento patológico. Someterse, por diversas circunstancias, a una vida de autómata, sin autocuestionamientos, con estímulos ambientales pobres, creencias rígidas y cristalizadas, excesiva seguridad y monotonía, es lo que va generando las condiciones para la depresión y la demencia cuando las circunstancias vitales del envejecer sorprenden al sujeto sin la preparación mental, afectiva y vincular adecuada para sostener un cambio ante situaciones de adversidad. De la vulnerabilidad a la resiliencia La Psicogerontología hoy, a través de la creación de redes sustitutivas en ámbitos comunitarios, está demostrando la posibilidad de pasaje de la vulnerabilidad a la resiliencia. Estos espacios, a través de vínculos significativos con otros que otorgan reconocimiento, permiten re-considerar momentos que se viven como de vacío mental. Poder soportarlos como oportunidades de crecimiento, al adueñarse de esas vacilaciones del sentido como espacios de creación junto con otros, es lo que dará fuerzas para no obturarlos con los objetos —fetiche que nos propone la cultura actual y que prometen una completud ilusoria que finalmente se mostrará efímera. Participando en ámbitos sociales se adquieren formas de comprender y comprenderse, habilidades cognitivas y destrezas. Se logra el des-centramiento, salir de la esfera propia y familiar abriéndose a otras realidades e incorporando la óptica de la diferencia — 24 — a través de visiones alternativas que dan los otros. Se aprende a soportar fluctuaciones e incertidumbres, momentos de desorden y pensamientos no-lineales, en un proceso de auto-construcción al mismo tiempo que se construye con otros. Implica re-crearse al mismo tiempo que se cuestiona e interroga una realidad que ya no es evidente. Investigaciones actuales acerca de los factores de riesgo psíquico Frente a este desarrollo y conceptualización que propongo desde la Psicogerontología actual, ¿qué encontramos habitualmente en las investigaciones acerca de este tema? (Bayarre Vea, H., 2003), González Morales R. M., Velazquez Zuñiga, G. A. (2002). Señalaré características comunes a la mayoría de ellos: Presentan un error conceptual y metodológico: no alcanza con estudiar factores de riesgo en personas de edad avanzada para responder al enfoque preventivo, el cual requiere estudiar esos factores antes de la vejez, a lo largo del curso de la vida. Lo que se detecta habitualmente en mayores es el daño ya instalado. Ej: aislamiento, pérdida del papel que ocupaba en la familia, el trabajo y la sociedad. Situaciones de crisis vital frente a la jubilación, la viudez, etc. Vaya como ejemplo, el estudio Psicotard (psicopatología de aparición tardía) (Olivera Pueyo F. J. et all, 2006) que, si bien lo enfocan desde la atención primaria, se proponen detectar, como variables: viudez reciente, alteraciones sensoriales, presencia o no de aislamiento social, mala salud autopercibida, insomnio y cambio reciente de domicilio. Se registran, además: deterioro cognoscitivo, presencia o no de depresión, ansiedad, ideación paranoide, alucinaciones u otros delirios. Como se ve, la patología ya instalada. Se plantean las pérdidas como factor de riesgo. En realidad éste es un ´tema´ del envejecer, el riesgo radicará en los modos desadaptados de afrontamiento de las pérdidas. Nivel superficial de las preguntas para evaluar factores psicológicos de riesgo: apuntan a la opinión manifiesta acerca de cómo le está afectando ya la viudez, la jubilación, etc. A modo de ejemplo, el grado en el cual una persona cree que es competente en una situación determinada y es capaz de controlar su propia vida, no dice nada respecto a los omnipotentes, a los que creen en demasía en su competencia, como es el caso de caracterópatas, personas autosuficientes, que pueden caer del todo a la nada, llevando a un quiebre en su identidad frente a las limitaciones del envejecer. Modo muy pobre de incluir habitualmente la dimensión psicológica, confundida aún con los factores sociales. Se refieren a: estilos de vida, modo de vida, causas ambientales. En un interesante trabajo de Berdullas M. y Chacón F. (2002), hacen referencia a conceptos que se estudian habitualmente, como: bienestar, satisfacción en la vida, calidad de vida subjetiva, capacidad cognitiva, el sentirse útil y la participación en actividades en la vejez, pero nada dicen acerca de cuáles son las condiciones psicológicas que permiten lograrlos. Incluyen, como “probables determinantes psicológicos del envejecimiento activo: estilos de vida —actividad física, alimentación, no fumar y consumo moderado de alcohol—.” Se refieren también a los estilos de afrontamiento del estrés, pero sin aludir a los rasgos de personalidad de los cuales esos estilos serían consecuencia. — 25 — El estrés es un tema que se viene investigando en sus conexiones con la longevidad. En este sentido, Pérez Díaz R. (2006), dice acertadamente que “las investigaciones sobre el envejecimiento se han basado más en evaluar los aspectos cognitivos que los aspectos de la personalidad y… a su vez, las investigaciones sobre centenarios en el mundo han destacado la importancia que en el proceso de envejecimiento tienen algunas variables psicológicas relacionadas con el estrés: autopercepción de tensión, de eventos vitales y estilos de afrontamiento que el individuo ha desarrollado a lo largo de su vida en el que juegan un papel fundamental algunos moduladores del estrés como el apoyo social, actitudes ante el envejecimiento y otros aspectos personológicos… ausencia de un proyecto de vida… falta de motivación para desarrollar nuevos intereses y pérdida de contactos sociales “. Respecto a los estudios sobre las características de personalidad relacionadas con el estrés, es interesante observar algunas limitaciones conceptuales de las referencias a las personalidades tipo A, B y C en que se asientan (Slipak O. E., 2003), que quedan en lo descriptivo, mientras que podríamos encontrar su correspondencia con los factores de riesgo psíquico que vimos, propios del narcisismo patológico: “Los sujetos a los que se los denomina A corresponden a perfiles psicológicos donde predomina una respuesta excesiva. Exhiben hiperactividad, irritabilidad, son ambiciosos, agresivos, hostiles, impulsivos, impacientes crónicos, tensos y competitivos, ya sea con su medio ambiente como con ellos mismos, y sus relaciones interpersonales son problemáticas y con tendencia a la dominancia “en una clara descripción de las mencionadas caracteropatías. En “el patrón de conducta tipo C se presenta en sujetos introvertidos, obsesivos, que interiorizan su respuesta al estrés, pasivos, resignados y apacibles, extremadamente cooperadores, sumisos y conformistas, siempre controlando las expresiones de hostilidad y deseosos de aprobación social “podemos encontrar la correspondencia con lo que llamaríamos “narcisismo patológico por defecto “, es decir: autoestima baja, melancolías, personalidades sobreadaptadas. “Los sujetos con patrón de conducta tipo B son en general tranquilos, confiados, relajados, abiertos a las emociones, incluidas las hostiles. Podemos ver cómo se acerca esta descripción a las características señaladas propias del envejecimiento normal, capaces de autocuestionamiento, reflexivas y flexibles. Finalmente, respecto a las investigaciones actuales acerca de los factores de riesgo de deterioro cognitivo y Alzheimer, más allá de los estudios netamente biologistas, se está notando un cambio interesante para nuestra perspectiva psicogerontológica. Vemos aparecer resultados que provienen de centros de investigación de California y Chicago, por ejemplo, que encuentran que las personas propensas a sufrir angustia tienen más riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer que aquellas que no lo son tanto. Según un estudio, publicado en la revista científica ‘Neurology’, aquellos que, con más frecuencia experimentaban emociones negativas, como depresión y ansiedad, tienen el doble de riesgo de desarrollar esta patología. Por otro lado, investigaciones acerca del riesgo de Alzheimer en personas solas concluyen que “El impacto biológico de la soledad puede influir en nuestros procesos internos más básicos”, aseguró el biólogo de la Universidad de California, Steve Cole. — 26 — “Esto puede provocar enfermedades cardíacas, arteriales y Alzheimer, entre otras enfermedades “. Si bien predominan las tradicionales recomendaciones acerca de “dieta saludable para el cerebro, mantenerse mentalmente activo a través de ejercicios, hacer gimnasia de manera regular, mantener la vida social, dormir bien, controlar el estrés, etc., la ´ neuróbica ´, la ´gimnasia cerebral ´, ´ pilates para el cerebro ´, lo que no se alcanza a explicar es por qué brillantes científicos, ajedrecistas e intelectuales que cumplen con estos requisitos, llegan al Alzheimer. Por qué algunas personas aceptan participar y otros no en programas de aprendizaje y estimulación, con lo cual faltaría correlacionar la plasticidad neuronal con otras plasticidades. Parecería que no se trata simplemente de lo cognitivo, cobra importancia también la flexibilidad personal y otros aspectos emocionales que se entretejen en el curso de la vida. La fragilidad de la vida: toda ella pende, no de un hilo, sino de varios El mundo humano es complejo: complejidad de los vínculos, del entramado de significados y de significantes, de múltiples fuerzas que nos gobiernan de distinto sentido, diversos universos de discurso y de tramas temporales. Debemos funcionar en consonancia: se requiere de la flexibilidad, la plasticidad neuronal, emocional, corporal, para armar el propio mundo, renovar permanentemente el tejido, enlazado, sin tironeos, sin cortes, por el contrario, seguir entretejiéndose con nuevos hilos y nuevos colores. En síntesis, una vida de riqueza representacional y abierta a la complejidad, a la incertidumbre, a las fluctuaciones, al desorden y a pensamientos no-lineales, capaz de soportar frustraciones, desilusiones, cuestionamientos y autocuestionamientos, de realizar un trabajo psíquico de anticipaciones y resignificaciones. Éstas serán las condiciones psíquicas que se podrán ir construyendo en el curso de la vida como antídotos que harán soportables las adversidades a fin de no quebrarse. La brújula, el sentido que guíe en esta tarea, que permita mantener los hilos enlazados, es eros, amor en sus múltiples manifestaciones. Se trata de devenir un ser humano, construirse en un espacio entre: entre lo interno y lo externo, entre pasado, presente y futuro. Ahí me tejo. La Psicogerontología del mañana ¿Hacia dónde vamos? ¿Quién hubiera pensado respecto al Alzheimer, que aparecerían investigaciones de institutos universitarios del llamado Primer Mundo que no buscan sólo el mecanismo biológico, o que el desarrollo de las neurociencias vendría a demostrar la validez del psicoanálisis. Cabe predecir que nuestro enfoque se va a ir imponiendo por sí solo, como lo demuestra esta gran convocatoria internacional. Si no fuera así —el tema es de suficiente complejidad como para no presumir de visionarios— estaríamos ante un grave problema. Si siguiera predominando el enfoque biologista y simplificador, sería un mal síntoma respecto de en que se iría transformando el ser humano. Asumamos cada uno, en su lugar de trabajo, la responsabilidad que le cabe para dignificar nuesta vida. Para finalizar en alusión a nuestra construcción de futuro: “Urge pues sustituir uno u otro de tales “centrismos”, de inspiración hegemónica, con el diálogo fecundo entre saberes y culturas. Pero “diálogo” implica la actitud abierta a-aprender-del-otro, el reconocimiento de que el otro tiene algo que enseñarnos, y viceversa.” “Pero, ¿qué hacer? — 27 — ¿Cómo hacer? Aquí Derrida tiene su entrada, y su argumento es radical. Afirma: ¿Qué hacer? Pensar lo que viene (Derrida, 1997: 29). Aquí, el horizonte de duda se abre, la interrogación es invitación. Mientras que su respuesta es reto, acogida: lo que debemos hacer es pensar.” “En términos de los procesos de investigación, esto es lo mínimo y único que se le puede pedir a —y que se debe esperar de— quien se asume como investigador y, en tal sentido, aspira a producir conocimiento.” “Claro, el reto no está tanto en pensar lo que ya nos ha sido dado, revelado, sino lo que viene, sea esto el futuro, nuestro problema de investigación, la perspectiva teórica que estamos construyendo, nuestra andadura investigativa; es ello lo que viene siendo, por lo que no se presenta de forma transparente y requiere nuestro trabajo de pensamiento para deconstruirlo y mostrar lo que no es, pero que da lugar a algo que es.” (Díaz Gómez A., 2006: 7-9). Referencias bibliográficas Bayarre Vea, H. (2003): Prevalencia y Factores de Riesgo de Discapacidad en ancianos. Ciudad de La Habana y Las Tunas. La Habana: Minist. de S. Pública. Esc. Nac. de S. Púb. Berdullas M., Chacón F. (2002): Contribución de la Psicología al Conocimiento de los Procesos de Envejecimiento. I Congreso de Psicología del Envejecimiento. Colegio Of. de Psicólogos de Andalucía Oriental. Marzo 2002. Granada Bianchi H. (1987): Le Moi et le Temps. París: Dunod. Derrida, J. (1997): El Tiempo de una Tesis. Barcelona: Paidós. Díaz Gómez A. (2006): Formación Compleja en Humanidades en el Ámbito de la Educación Superior, en: Sotolongo Codina; Delgado Díaz (comp.): La Revolución Contemporánea del Saber y la Complejidad Social. Hacia unas Ciencias Sociales de Nuevo Tipo. 7-9. (En prensa). http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/campus/soto/capituloIV.pdf Erikson, E. (2000): El ciclo vital completado, Barcelona: Paidós Ibérica. González Morales, R. M. y Velazquez Zuñiga, G. A. (2002): Comprensión socio-psicológica en la tercera edad. Correo Científico Médico de Holguín, 2002; 6. Holguín. Morin, E. (1998): Epistemología de la Complejidad. En: Fried Schnitman, Dora (compiladora) Nuevos paradigmas, cultura y subjetividad. Bs. As.: Paidós. Neugarten, B. (1999): Los significados de la edad. Barcelona: Herder. Olivera Pueyo, F. J. et all, (2006): Detección de factores relacionados con el desarrollo de trastornos mentales en la población geriátrica (Psicotard).Atención Primaria.Oct 2006;38, 6. Huesca Pérez Díaz, R. (2006): Estrés y Longevidad. Reflexiones acerca del tema desde una perspectiva psicológica. En: Geroinfo. RNPS. 2110. Vol. 1. Nº 3: 5-7. La Habana. CITED Slipak, O. E. (2003): Estrés y perfiles de personalidad. Alcmeon, 16. http://www.alcmeon.com.ar Yuste Rossell, N. y Rubio Herrera, R. (2004): Aleixandre Rico M.: Introducción a la Psicogerontología. Madrid: Pirámide. Zarebski, G. (1999): Psicogerontología. En: Hacia un Buen Envejecer, Bs. As.: Emecé - Planeta, Re-edic. Univ. Maimónides, 2005. ————— (2002): ¿Por qué una Especialización en Psicogerontología? En: Rev. Psico- Logos, Tucumán: Publ. Univ. Nac. de Tucumán. ————— (2005): El Curso de la Vida: Diseño para Armar. Bs. As.: Univ. Maimónides. Zukerfeld, R. y Zonis Zukerfeld, R. (1999): Psicoanálisis, Vulnerabilidad somática y Tercera tópica. Bs. As.: Lugar. — 28 — Dimensión psicosocial del sufrimiento psíquico: desamparo, depresión y demencia Goldfarb, D. C. Resumen Em este texto partimos de la comprobación em la clínica de la depresión y de la demencia de factores psicosociales presentes em su causalidad. A partir de la teoría psicoanalítica analizaremos algunos determinantes que ayuden a ampliar el campo investigativo actual para estos cuadros clínicos. Abordaremos aspectos de los cuadros psicopatológicos mas frecuentes durante el proceso de envejecimiento a la luz de la problemática social y cultural considerando las vicisitudes de la contemporaneidad e sus efectos especialmente sobre la vida de los Adultos Mayores Palabra clave: series complementares, duelo, envejecimiento, cultura, sufrimiento. Siempre cuento un ejemplo que me conmovió profundamente. Aproximadamente 6 meses después de que el presidente Collor asume el gobierno del Brasil, en 1990, y confisca los depósitos en libretas de ahorro, la búsqueda por grupos de apoyo a familiares de portadores, de la Asociación Brasilera de Alzheimer crece de forma alarmante. Una cirugía que no puede ser realizada, un viaje que no puede más ser soñado, la casa que no será comprada. Rabia, vacío, desesperanza, depresión. Crece el diagnóstico de demencias. En julio de 2002, siete meses después del corralito, de los panelazos y de la entrada de la Argentina en sus más dramáticos niveles de miseria, recibo en San Pablo, COGEAE-PUC-SP - Coordenadoria geral de extensão, aperfeiçoamento e especialização da Pontifícia Universidade Católica de São Paulo GER-AÇÕES Centro de pesquisas e ações em Gerontologia São Paulo. Brasil Delia Catullo Goldfarb. Psicoanalista com especialización em Gerontologia (SBGG e FLACSO). Doctora en Psicologia (IP-USP). Coordinadora y Profesora del curso: “Psicogerontologia: fundamentos e perspectivas”, e profesora del curso de “Especialização em Gerontologia” no COGEAEPUC-SP. Autora de Corpo, tempo e envelhecimento y Demências, ambos publicados por la Editora Casa do Psicólogo, São Paulo y diversos artículos en publicaciones científicas en el Brasil y en el exterior. Directora da GER-AÇÕES – Centro de pesquisas e ações em Gerontologia. Miembro de NEPE-PUC-SP y del Grupo Ibero-americano de Psicogerontología — 29 — dos llamados de personas preocupadas con el diagnóstico de demencia dados a sus familiares en Bs. As. Las dos situaciones tienen en común el hecho de acontecer en un período de recesión económica y de eliminar los proyectos a corto plazo que dependían de los ahorros de los ciudadanos. Para los más jóvenes, a pesar del sufrimiento, esto pudo no haber pasado de una postergación de sus sueños, pero para los más viejos fue como la constatación de que su tiempo ya se acabó. El fin de la esperanza. Es de ese sufrimiento engendrado en las catástrofes sociales que quiero hablar hoy. Podemos reconocer que la situación de los adultos mayores cambió mucho en los últimos años, pero todavía persiste una imagen desvalorizada. Además podemos ver cómo son afectados por peligros como la usurpación de sus derechos, el aumento de la violencia urbana, el progresivo empobrecimiento y tantos otros que sin duda tienen un efecto en la subjetividad y en la salud mental. Los adultos mayores, además de tener que abandonar sus lugares de reconocimiento narcisístico, tienen dificultad para ocupar otros, pues el modelo social cambia de forma radical, violenta y extremadamente rápida, en un momento de la existencia donde ya no hay tanto tiempo disponible de vida como para operar una transformación muy significativa en el proyecto de vida. No habiendo promesa de futuro, se pierde el sentido de la vida, no habría más motivos para luchar. En “Psicología de las masas y análisis del yo”, de 1921, Freud nos enseña que la historia individual es una historia social. Es impensable la construcción del sujeto psíquico sin el otro, no puede haber historización en el aislamiento. Freud pone el tema de la socialización del ser humano en el centro de la cuestión entre psicoanálisis y lo social, formulando así una teoría psicoanalítica de la cultura. En ese verdadero tratado sobre la felicidad humana que se llama “El malestar en la cultura” de 1929 (año paradigmático para comprender el sufrimiento de la modernidad), Freud nos dice que la cultura propone algunas estrategias para aliviar el sufrimiento que ella misma provoca al reprimir la posibilidad de la plena satisfacción. De esa manera, la felicidad sería inalcanzable como estado permanente y, en su búsqueda, podemos poner en acción varias substituciones, pero el conflicto permanecerá. Por otro lado, las formas de sufrimiento producidas por la cultura cambian siempre. No buscamos los mismos placeres ni sufrimos de la misma manera (aunque pueda ser por los mismos motivos) en todas las épocas históricas ni en todas las clases sociales. Y tampoco podemos olvidar que esa búsqueda de realización es lo que mueve al deseo. Si pensamos en la América Latina de las últimas décadas, con hiperinflación, desempleo, pobreza, terror de estado, terror económico, etc., veremos que se provocaron situaciones traumáticas colectivas, un cuadro de verdadera penuria social de alto impacto en la salud mental de la población donde el yo de cada ciudadano se enfrenta con un estado de desprotección que le roba toda posibilidad de pensar en el futuro como en un tiempo donde la satisfacción sea posible. Ante estas catástrofes, todo un sistema de valores basado en el esfuerzo del grupo, en el trabajo como forma de llegar a un futuro mejor, los proyectos individuales y las expectativas en las transformaciones sociales se derrumban, dejando lugar a un enorme vacío de esperanzas y a un individualismo de sobrevivencia desolador. Soledad, aislamiento, hastío, típicos sentimientos del hombre de la modernidad, favorecen las desinvestiduras del mundo y de la realidad. Habrá entonces una desconexión de los vínculos ínter subjetivos, vía regia para la Pulsión de Muerte. — 30 — Vemos también que, en estas circunstancias, la red simbólica intra e ínter subjetiva necesaria para la elaboración de las vivencias de desamparo y desprotección suelen culminar en una actitud medicalizadora a través de diagnósticos de depresión o diversos síndromes neuropsicológicos sin que el trabajo de duelo pueda ser accionado y la pérdida reconocida. La nostalgia del objeto perdido y el reencuentro con el sentido de la posible substitución no tendrían sentido, lo que traería como efecto la eliminación de la historia, el sentimiento de continuidad temporal del yo y la evaporación de la memoria. O sea, que cuando pensamos la temporalidad a partir del psicoanálisis, podemos considerar básicamente dos aspectos: los vínculos ínter subjetivos y el proceso de historización y formación de la memoria, y no podemos analizar estos aspectos sin abordar el concepto de desamparo. Ya en 1895, Freud pone el tema del desamparo en el origen del sujeto que al nacer y por mucho tiempo, no puede autoprotegerse. Ese estado en que el bebé se encuentra por causa de su inmadurez biológica crea una situación de fragilidad, desprotección, indefensión. O sea, un estado en que si el bebé no recibe los cuidados necesarios, morirá. Un estado que lo somete a la omnipotencia materna de quien va a depender totalmente. Vemos que el desamparo deja de ser sólo una cuestión de inmadurez psicomotriz del bebé para constituir un modelo en relación al otro; un modelo que se va a poner en acción cada vez que surja una amenaza de peligro, y va a responder de acuerdo a esto y a su singular configuración psíquica del momento. Ahora hay aquí un tema esencial para quien trabaja en Gerontologia, especialmente con la problemática cuidado-cuidadores, porque este modelo del desamparo originario, lo que inaugura es una modalidad de cuidados y el tipo de cuidados recibidos en aquel primer momento de dependencia absoluta, va a ayudar a definir el tipo de vínculo posterior cada vez que precisemos dar o recibir cuidado y protección. Y cuando alguien entra en situación de dependencia y debe recibir cuidados, el tema de la confianza es fundamental. En El malestar en la cultura, Freud habla de tres amenazas básicas para la felicidad humana: la más importante es la pérdida del amor del Otro que nos deja en el peor desamparo y sufrimiento; el cuerpo condenado a la decadencia y a la muerte y las fuerzas de la naturaleza que nunca conseguimos dominar totalmente. Estos serían los tres grandes factores que ponen en jaque la omnipotencia humana y manifiestan su fragilidad ente la vida. Para enfrentar los sufrimientos de la vida, Freud propone algunas alternativas como la religiosidad, el amor por la ciencia, el uso de substancias embriagadoras que nos tornen insensibles, el goce de la belleza, del arte, del amor, los vínculos, el trabajo y la sublimación en general. En fin, diferentes maneras que la cultura propone para mitigar el dolor que ella misma provoca limitando la plena satisfacción. Formas diferentes de protegerse del desamparo, superar el miedo. Pero los tiempos cambian y estos factores siempre presentes adquieren connotaciones diferentes en las diferentes fases de la historia de la humanidad. Lo que vemos ahora es que el futuro no está más garantizado que como estaba en las sociedades tradicionales. Nuevas formas de expresión de la sexualidad, nuevos conceptos de familia, de adolescencia y de vejez nos sorprenden cambiando la trama de nuestras significaciones en relación a cosas tan fundamentales como el amor y la muerte. Y en esta trama no nos posicionamos como observadores sino como sujetos productores y productos de la misma. — 31 — Como sujeto incluido en la trama social, el hombre contemporáneo está lejos de una vida sin ideales y aunque estos no sean los mismos ideales sublimes del romantismo, dominan nuestra existencia y los diferentes modos de producción subjetiva. Los ideales de la contemporaneidad están determinados por el fin de las utopías como posibilidad de proyección hacia el futuro, anulación de proyectos a largo plazo y presentificación de la vida en un aquí y ahora. En el centro del tema del desamparo en la actualidad está la falta de garantías para la existencia humana que ninguna ciencia logra solucionar. Tendríamos entonces una fragilidad estructural del sujeto que se encuentra a merced de la finitud de la vida, de las amenazas de la naturaleza y de las difíciles vicisitudes de los vínculos humanos. Y, tal vez, nadie sea mas consciente de su finitud, ni esté mas en situación de fragilidad ante las amenazas de la naturaleza y de la cultura y sufriendo las dificultades de la corporalidad que el sujeto que envejece. Todo lo que fue dejado para después, se hace presente de manera urgente e imperiosa, simplemente porque el presente no existe o es muy breve. Ante el fin inminente, el apelo no existe, el socorro no llega. La muerte se enfrenta siempre en soledad. Sin lugar a dudas, el progreso tecnológico colaboró para la transformación de los conceptos relacionados con las diferentes fajas de edad, especialmente para los que se refieren al proceso de envejecimiento. Conceptos que nacen a la luz del aumento de la longevidad, de la calidad de vida y del incremento de la población de los adultos mayores. Pero además del progreso científico, la producción conceptual de cualquier área del conocimiento es regulada por valores sociales y condiciones históricas que regulan su operacionalidad. En este sentido podemos observar que el concepto de vejez es bastante reciente. El evolucionismo darwinista del s XIX y su consecuente separación de la vida humana en fajas de edad, introdujo el concepto de degeneración como fundamental para el saber biológico, lo que nos llevó a ver la vejez como un “locus” privilegiado de todo lo que se refiere a decrepitud y decadencia. Por otro lado, los valores de producción y consumo relacionados con el modo de producción capitalista, también pusieron la vejez en un lugar marginalizado, cargado de valores sociales negativos, siempre en contraposición con los positivos de la juventud de fuerza, belleza, capacidad de trabajo, reproducción y producción de bienes. El lugar del viejo seria un “no lugar” pues, aunque son incluidos en el panorama social actual (sería imposible no incluir el grupo poblacional que más crece) los viejos todavía son excluidos de la plena ciudadanía. Claro que esto no es un proceso de mano única. En esta dialéctica inclusión-exclusión, vemos como el propio sujeto anciano se auto excluye para evitar conflictos que su inclusión en todo los niveles de la vida cultural terminaría generando. Cuando alguien dice: “Ya no valgo nada, ya estoy muy viejo” o “viejo no sirve para nada” está denunciando justamente esta posición subjetiva de desvalorización y se corresponden a frases del otro lado como: “¿que más quiere él ahora? Ya vivió todo lo que tenía que vivir”, o “déjalo hacer lo que quiere… ya es tan viejo el pobre”. Frases que tienen un poder más destructor y arrasador que varias bombas de última generación. Salir de esta posición exigirá un nivel de combatividad, al menos tan poderoso como el prejuicio que lo provoca, exige entrar en una lucha que no puede ser realizada individualmente. Esto es una cuestión fundamentalmente de políticas públicas. Los efectos negativos de esta posición subalterna se hacen evidentes en los discursos infantilizados, depresivos, hostiles o rígidos de quienes de alguna manera re- — 32 — nuncian a la vida antes de la hora. Tomar conciencia de la finitud de la vida, no puede significar acelerar la hora de la muerte. Pero para que la muerte nos sorprenda vivos, afectos y proyectos deben ser posibles y realizables. A partir de esta premisa, podemos pensar en una psicopatología del envejecimiento fundamentada en el “no-lugar” social de la inactividad forzosa, en la imposibilidad de una temporalización del sujeto psíquico, en el fracaso anticipado de cualquier proyecto de futuro y en el choque con la muerte inevitable que siempre llega antes de lo esperado. Un psicoanalista brasileño, Joel Birman, habla de tres formas paradigmáticas de presentación psíquica del adulto mayor, que no se refieren a cuadros clínicos sino a estilos psíquicos que marcan las diferentes maneras de enfrentar esta situación. La forma depresiva la encontramos cuando, sin poder rectificar el pasado ni proyectarse hacia el futuro, el sujeto se cierra a cualquier forma de presente posible y se articula sólo en virtud de las pérdidas. En la forma paranoide, predomina el resentimiento contra todos los que supone responsables por lo que le falta, y por último, en la manía, se niega el presente de proximidad con la muerte que puede llevar a la creación de verdaderas caricaturas de ancianos usando ropas y actitudes adolescentes. A estas tres formas propuestas por Birman, propongo agregar una cuarta: la forma demencial, que más que una forma autónoma sería un derivado de la depresión. Una forma de articulación por la cual se huye de la depresión y se niega el pasado a través del olvido de todo lo relacionado al dolor insoportable de las pérdidas. En estos casos, la depresión sería tan insoportable y el vacío tan infinito que no aceptarían ninguna forma de elaboración y llevan a una situación de la cual parece no haber salida a no ser a través de un retorno a una situación de abandono y dependencia. Si la muerte es inevitable y su proximidad angustiante, el nivel de sufrimiento que esto provoca es también responsabilidad social. Cuando se privilegia la idea de juventud o se excluye la idea de muerte, las personas mas viejas son empujadas a abandonar lo que parece ser una lucidez insoportable, son obligados a reducir al mínimo y hasta a anular drásticamente todos los contactos con un mundo especialmente hostil del cual prefieren no participar porque no les ofrece un lugar digno. Muerte simbólica para conservar la vida biológica a la que es imposible renunciar totalmente. No me parece correcto atribuir los procesos demenciales únicamente a factores psicosociales – sería tan incorrecto como atribuirlos únicamente a factores neurológicos y caeríamos en los errores de la monocausalidad. Como Freud dice: “En el cultivo de la ciencia, hay un expediente muy socorrido: se escoge una parte de la verdad, se la sitúa en el lugar del todo y, en aras de ella, se pone en entredicho todo lo demás, que no es menos verdadero” (Freud 1916, p. 315) Freud utiliza el concepto “series complementares” para explicar la multiplicidad de factores que dan origen a las neurosis y superar la falsa elección entre factores internos y externos, que lejos de oponerse, se complementan. Básicamente dice que mientras una serie de factores predomina, otra disminuye en importancia para la aparición de la neurosis. Así: la disposición constitucional, las experiencias de los 5 primeros años de vida y las circunstancias actuales constituyen los tres pilares básicos para el camino de la formación de síntomas. A partir de este pensamiento, no será difícil entender que la angustia provocada por la proximidad de la muerte provoca un fenómeno vivido de forma singular por cada sujeto en particular y que la reacción ante esta angustia dependerá de la forma como — 33 — cada uno maneje la frustración ante la pérdida de la propia vida, de su historia y de las condiciones socioculturales de su existencia. Jean Maisondieu, en la nueva edición de “El crepúsculo de la razón” (2001) retoma su antigua preocupación con el tema de las demencias y las identifica con un “naufragio senil” que como todo naufragio puede tener diferentes causas. Entre ellas, tal vez la más relevante sea la “tempestad existencial” a la que la vejez está sometida por causa del enfrentamiento con la muerte y por las difíciles condiciones de la vida actual. La tempestad existencial dejaría el sujeto a la deriva, sin puerto seguro, sin parámetros para pensar y sin ganas de hacerlo. Como condenados a muerte que no soportan la idea de perder la vida, prefieren perder la cabeza Entre los demenciados hay muchos portadores de daños orgánicos neuronales que provocan diferentes efectos sobre su funcionamiento psíquico y otros cuyos cerebros no presentan ningún daño neurológico. Sólo este dato ya sería suficiente para no erigir la demencia como una entidad patológica única, y sí como un conjunto de síntomas de causas múltiples. Esta línea de pensamiento nos lleva a preguntarnos sobre el mito de la incurabilidad y sobre lo que llamo “diagnóstico condenatorio” que tendría como función limitar el campo sobre el que es posible pensar este fenómeno, obstruyendo el libre curso de las ideas y reprimiendo la posibilidad de la duda. Esta posición de una cierta provocación, busca desmitificar el discurso biologizante sobre las demencias, abrir el campo de estudios a este respecto y, especialmente, bloquear el diagnóstico y el pronóstico fatal. No se trata, para mi, de negar las posibles alteraciones neurológicas, sino de ampliar el punto de vista de las investigaciones que se centralizan en el estudio del cerebro y no consideran factores subjetivos y sociales. En la clínica de las demencias, podemos observar que mientras muchos pacientes entran en este proceso después de haber sufrido una pérdida altamente significativa, otros lo hacen sin que nada muy importante haya ocurrido, por lo menos a los ojos de los observadores, nada que represente una pérdida irreparable. Pero tenemos que considerar el duelo por la propia vida que está próxima al fin como un factor desencadenante. Es un duelo por anticipación, duelo por un objeto que todavía no se perdió pero que está condenado. Si no logramos abordar el sufrimiento sólo nos queda la enfermedad. Y abordar el tema del sufrimiento humano es esencial para la comprensión de las demencias. Una de las escenas más frecuentes en la clínica con sujetos en proceso de envejecimiento, es el de personas que a pesar de saludables, manifiestan el miedo de sufrir un accidente vascular o algún otro tipo de deterioro senil que los deje en situación de dependencia o el miedo de adquirir alguna enfermedad degenerativa que los prive del pleno dominio de sus facultades mentales. En 1937, después de la muerte de su amiga Lou Andréas Salomé, Freud le escribe a su también amigo Arnold Zweig: “No me gustaría durar más porque todo a mi alrededor se está tornando más sombrío y amenazador y la conciencia de mi propia situación de desamparo más aguda. El miedo de que el proceso de envejecimiento traiga la pérdida de partes importantes de mi personalidad todavía intacta, es un factor para que mi deseo de verlo se torne más urgente” (Schur, p 57) Otro tema a considerar es el de la pulsión de muerte con su fuerza de desligamiento y destructividad. A partir de los años veinte, Freud va a considerar esta pulsión como la consumación de determinadas fuerzas internas propias de la vida, una pulsión — 34 — que produce el retorno a lo inanimado, al silencio. Así, todos los fenómenos vitales derivan de la acción conjugada y antagónica de estas dos fuerzas. Freud también nos enseña que el conflicto pulsional es algo que tiene más que ver con un fragmento de pulsión agresiva libre que con la cantidad de libido disponible. Este dato es muy interesante cuando se piensan las patologías del envejecimiento frecuentemente adjudicadas a la poca cantidad de libido disponible. Vemos que la disminución de la libido no es necesariamente “cosa de viejos” y que a pesar de la carga libidinal no sea la misma de la juventud y su aspecto dinámico sea diferente no necesariamente tiene que provocar cuadros patológicos. Ahora podemos pensar a partir del concepto de “fusión pulsional” de esta unión entre pulsión de vida y pulsión de muerte. Podemos pensar el fenómeno demencial como un triunfo de la pulsión de muerte que separada de la pulsión de vida destruye los lazos, los vínculos, la historia y todo el mundo simbólico construido a lo largo de una vida de constitución del sujeto psíquico. Si pensamos en la dinámica del mundo actual no nos será difícil ver que provoca, especialmente en las personas de más edad, una especie de desapropiación subjetiva de papeles sociales y una ruptura de la alianza narcisista con el mundo de los objetos. En el Adulto mayor la desinvestidura se alía a una fuerte pérdida de autoestima y la libido, así liberada, ahora flotante, deja el campo libre a la pulsión de muerte. Cuando las dos tendencias permanecen equilibradas, gracias a la propia estructura del sujeto y a los cuidados que la cultura debe tener con aquellos que están saliendo de la vida, puede alcanzarse una vejez serena, lúcida, elaborada y especialmente, digna. Ese es nuestro gran objetivo. Bibliografía Aulagnier, P. (1998): O aprendiz de historiador e o mestre feiticeiro. São Paulo: Escuta. ————— (1994): Nacimiento de un cuerpo, origen de una historia. In: Hornstein, L. Cuerpo, historia e interpretación. Buenos Aires, Paidós. ————— (1988): Se construire um passé Impreso del do Congreso de Mónaco sobre Narcisismo y Adolescência realizado entre los dias 29 de setiembre y 2 de ocutubre de 1988. Birman, J. (1995): O futuro de todos nós. In: Veras, R. (org.) Um envelhecimento digno para o cidadão do futuro. Rio de Janeiro: Relume-Dumará. ————— (2000): Mal-estar na atualidade. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira. Freud, S. (1998): Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu. Goldfarb, D. C. (2004): Demências.San Pablo, Ed. Casa do Psicólogo. Maisondieu, J. (2001): Lê crépuscule de la raison. Paris, Bayard, (4ta ed.). — 35 — Resultados de la psicoterapia en personas con demencias tipo alzheimer Robert Pérez Fernández Fernando Berriel Taño Resumen Se presenta la investigación“Factores afectivos, cognitivos, funcionales y psicosociales en la evolución de la Enfermedad de Alzheimer”. Partiendo de un modelo teórico multidimensional de las Demencias Tipo Alzheimer, se analiza la incidencia de estos factores en la evolución de la Enfermedad de Alzheimer (EA). Se trata de un estudio psicológico, de diseño cuasi – experimental, con un grupo de intervención y un grupo de control, realizado en la Universidad de la República (Uruguay), en conjunto entre el Servicio de Psicología de la Vejez, Facultad de Psicología y el Departamento de Geriatría de la Facultad de Medicina. Metodología: Los sujetos fueron seleccionados por características comunes, definidas a partir de la aplicación de pruebas baremadas. En el grupo de intervención, constituido por 15 sujetos con EA y sus cuidadores, durante 13 meses se aplicó un tratamiento psicoterapéutico no farmacológico que constó de las siguientes instancias: a) Psicoterapia psicodinámica individual (paciente y cuidador); b) Programa grupal de desarrollo de los procesos creativos y rehabilitación cognitiva (pacientes); c) apoyo psicoterapéutico grupal y psicoeducación (cuidadores); d) Intervención psicoterapéutica familiar. El grupo control mantuvo únicamente los tratamientos médicos disponibles en nuestro medio. Se realizó una evaluación de los sujetos de ambos grupos al inicio, a los 8 meses y al finalizar. Servicio de Psicología de la Vejez, Facultad de Psicología, Comisión Sectorial de Investigación Científica, Universidad de la República. Conferencia dictada por Robert Pérez de presentación del trabajo de investigación de ambos autores. Robert Pérez Fernández Psicólogo, egresado de la Universidad de la República (UdelaR) Estudios de Maestría en Salud Mental en UdelaR.. Es Psicoterapeuta de adultos, parejas y familias. En el ámbito sociocomunitario trabaja con personas y colectivos en situación de extrema vulnerabilidad social. Profesor Adjunto Efectivo en el Servicio de Psicología de la Vejez de la Facultad de Psicología, UdelaR, responsable de la “Clínica Psicológica de Trastornos Cognitivos”. Investigador de la UdelaR. Fundador y ex coordinador de la Red Temática sobre Envejecimiento y Vejez. Coautor y coordinador de diferentes proyectos de Extensión Universitaria. Ha publicado diversos trabajos científicos y de divulgación en el ámbito nacional e internacional. [email protected] — 36 — Resultados: 1) La mayoría de los sujetos que recibieron el tratamiento presentan mejoría en los diferentes aspectos tratados, respecto a los sujetos del grupo control que tienden a empeorar; 2) el dispositivo psicoterapéutico combinado de intervención implementado, produce efectos claramente positivos en los sujetos tratados, tanto en los aspectos cognitivos, afectivos, funcionales y psicosociales de los pacientes, como en los aspectos afectivos y de sobrecarga de los cuidadores; 3) Factores afectivos, cognitivos, funcionales y psicosociales inciden en la evolución de la EA y en el proceso de deterioro; 4) La validez del modelo teórico multidimensional de las demencias y la utilidad de la intervención desde el mapa de ruta de la enfermedad. Palabras Clave: Alzheimer, Tratamiento no farmacológico, Psicoterapia Introducción En los últimos años se ha dado un gran desarrollo de la investigación científica en las áreas de las neurociencias y genética aplicadas a la Enfermedad de Alzheimer (EA). Sin embargo, a pesar de la enorme inversión de recursos en este campo, desde la perspectiva biomédica, si bien se ha producido un importante conocimiento descriptivo, poco se ha avanzado en cuanto a la etiología de la enfermedad o sobre cómo detener su avance. Por su parte, desde el campo de la Psicogerontología, en la última década se han desarrollado algunas investigaciones que señalan la importancia de factores psicológicos y sociales en la etiología y evolución de la EA (Berriel, Leopold y Pérez, 1998; Kabanchik, 1999; Conde, 2001; Catullo, 2004; Zarebski, 2005; Sánchez, 2006). Estos estudios, son congruentes con una serie de hallazgos desde las neurociencias que, desde una perspectiva amplia del cerebro humano, han señalado el relevante papel de los afectos y emociones, a la hora de conocer el mismo (por ej. los trabajos de Damasio, 1996). Desde el punto de vista psicológico, la EA se presenta cómo una desorganización de orden cognitivo y psicoafectivo, que hace que paulatinamente se vayan deteriorando diferentes funciones psicológicas. Las funciones cognitivas superiores, se van perdiendo en un sentido contrario a como se han adquirido. Afectivamente se da una desorganización emocional, donde al ir disminuyendo el control yoico que permite una comunicación compartida a partir del manejo de determinados códigos y universo simbólico socio-cultural, irrumpe con mayor fuerza la dimensión afectiva y el proceso primario (Pérez, 2004 y 2005). De esta forma, desde la perspectiva psicológica concebimos a las demencias degenerativas de tipo Alzheimer (DTA) como una patología multicausal y multidimensional, que impregna los procesos biológicos, psicológicos y sociales, dónde el curso de la enfermedad dependerá mayoritariamente de cómo se conjuguen estos procesos entre sí. Esta forma de concebir la patología, toma distancia de la concepción de enfermedad individual, para plantear que lo que enferma no es sólo el SNC, sino que enferman también la vida anímica, los vínculos, las relaciones, la red social y las instituciones de sostén. Basándonos en este enfoque que hemos denominado modelo multidimensional, construimos un dispositivo de intervención psicológica a partir de la confección de un mapa de ruta de la enfermedad (Pérez, 2005 y 2006). Lo que sigue a continuación, es el diseño, los resultados y las principales conclusiones de la investigación “Factores afectivos, cognitivos, funcionales y psicosociales en — 37 — la evolución de la Enfermedad de Alzheimer”. Basada en el modelo multidimensional y en el mapa de ruta de la intervención, desarrolla un conjunto de psicoterapias combinadas en personas con EA y sus cuidadores, comparando los resultados en la evolución de la patología con otro grupo de personas con características similares que no reciben tratamiento psicológico. Metodología Se trata de un estudio psicológico, de diseño cuasi – experimental, con un grupo de intervención y un grupo de control, realizada en la Universidad de la República, en conjunto entre el Servicio de Psicología de la Vejez, Facultad de Psicología y el Departamento de Geriatría, Facultad de Medicina. Los sujetos fueron seleccionados por características comunes, definidas a partir de la aplicación de pruebas baremadas. La muestra fue constituida por sujetos con EA y sus cuidadores principales. El criterio de inclusión para los pacientes fue de EA diagnosticada por estudios neuropsicológicos, psicológicos y médicos, con un nivel de evolución de grado 4 y 5 en la escala GDS de Reisberg. En el grupo de intervención, durante 13 meses se aplicó un tratamiento psicoterapéutico no farmacológico para pacientes y cuidadores. Por su parte, el grupo de control, sólo fue evaluado en las instancias definidas. Los sujetos pertenecientes a este grupo, continuaron con los tratamientos habituales del medio en el caso de la EA (control médico, fármacos en los casos indicados, etc.), pero no recibieron ningún tratamiento psicológico. Sujetos Los criterios de inclusión fueron los siguientes: a) tener diagnóstico clínico neuropsicológico de EA, apoyado con diagnóstico imagenológico (TAC y/o SPECT); b) Aquellos pacientes medicados con inhibidores de la acetilcolinesterasa, para ser incluidos deben tener un período de medicación continua de por lo menos 6 meses, de modo que los cambios no sean por el efecto del fármaco, sino por la intervención no farmacológica; c) nivel de escolaridad mínimo de 3 años, que hayan accedido al código de la lectoescritura; d) No presentar una afasias. A los efectos del análisis, el grupo de intervención lo dividiremos a su vez, en dos grupos: 1) Grupo de intervención propiamente dicho, compuesto por nueve pacientes y nueve cuidadores que participaron del tratamiento psicológico la mayor parte del tiempo (entre 8 y 13 meses); y 2) Grupo de intervención parcial, compuesto por seis pacientes y seis cuidadores que participaron tratamiento psicológico por un período breve (entre uno y tres meses) y abandonaron el tratamiento. El tercer grupo - grupo control - estuvo integrado por once pacientes y once cuidadores que no participaron del tratamiento psicológico. En total participaron del estudio 26 pacientes y 26 cuidadores principales. Fueron evaluados al inicio, a los 8 meses y al finalizar la investigación. Investigadores responsables: Intervención psicológica e informe: Prof. Adj. Psic. Fernando Berriel y Prof. Adj. Psic. Robert Pérez. Servicio de Psicología de la Vejez, Facultad de Psicología. Evaluación y datos: Asist. Psic. Ana Charamelo. Departamento de Geriatría, Facultad de Medicina. — 38 — Instrumentos En la evaluación de los pacientes con EA de ambos grupos, se aplicó la siguiente batería de pruebas: - Aspectos cognitivos: Mini Escala de Estado Mental de Folstein (MMSE) y Alzheimer´s Disease Assessment Scale (Subescala Cognitiva: ADAS - Cog). - Aspectos funcionales: Índice de Barthel - Aspectos Afectivos y Síntomas Psicológicos y Conductuales de las Demencias (SPCD): Escala de Depresión de Yesavage y Neuropsychiatric Inventory Questionnaire (NPI-Q) - Aspectos psicosociales: NPI - Q (estrés) y Escala de Sobrecarga del cuidador de Zarit, ambas aplicadas a los cuidadores de ambos grupos. Para la intervención psicológica se aplicó un dispositivo combinado para pacientes y cuidadores. El mismo implicó una concurrencia de ambos dos veces por semana a los consultorios de la Facultad de Psicología, lugar dónde se desarrolló la intervención. Se conformaron dos equipos de trabajo. Uno de ellos, integrado por una Psicóloga y una Médica Geriatra fue el encargado de las diferentes evaluaciones de los tres grupos, así como del control médico y farmacológico. Trabajó en el Hospital de Clínicas, en el Departamento de Geriatría y funcionó en forma independiente de las intervenciones psicoterapéuticas. El otro equipo estuvo integrado por siete psicoterapeutas Licenciadas en Psicología y cuatro docentes. Para supervisar el trabajo clínico de las psicoterapeutas, se conformaron dos grupos, cada uno de ellos supervisado por uno de los investigadores responsables. Cada grupo de supervisión funcionó con una frecuencia de una vez por semana, durante dos horas. Los sujetos con EA, participaron de una sesión semanal de 50 minutos de psicoterapia psicodinámica individual, y otra sesión semanal grupal de 75 minutos, de desarrollo de los procesos creativos y rehabilitación cognitiva. La psicoterapia individual fue realizada por las Lic. en Psicología. La actividad grupal estuvo a cargo de dos docentes. Los cuidadores principales tuvieron una sesión individual semanal de 50 minutos de psicoterapia psicodinámica y una sesión grupal semanal, de 75 minutos, de apoyo psicoterapéutico y psicoeducación. La psicoterapia individual fue realizada por las Lic. en Psicología y la actividad grupal estuvo a cargo de otros dos docentes. Intervenciones familiares: En función de las necesidades planteadas por las situaciones clínicas, se realizaron intervenciones psicoterapéuticas familiares con los pacientes que integraron en forma estable el grupo de intervención. Esta actividad estuvo a cargo de las psicoterapeutas y de docentes. Asist. Psic. Ana Charamelo y Asist. Dra. Miriam Ceppi. Licenciadas en Psicología: Ma. Noel López, Ana Lucía Parma, Adriana Rovira, Sandra Silveira, Leticia Vallarino, Rosana Rodríguez Perlas y Rosana Viglione. Prof. Adj. Psic. Robert Pérez y Asist. Psic. Carmen De Los Santos. Prof. Adj. Psi. Fernando Berriel y Asist. Psic. Rita Amaral. — 39 — Resultados A los efectos de esta conferencia, presentaremos únicamente las medias obtenidas en las tres evaluaciones para el conjunto de sujetos de cada grupo. 1 - Mini Escala de Estado Mental de Folstein (MMSE): El grupo de pacientes que siguieron todo el curso de la intervención (grupo 1) presenta una estabilidad con tendencia a una mejora al final, el grupo 2 una estabilidad con una leve caída al final y el grupo control empeora progresivamente su rendimiento en las tres evaluaciones. 2 - Alzheimer´s Disease Assessment Scale (ADAS - Cognitivo): El grupo de pacientes que siguieron todo el curso de la intervención (grupo 1) es el único que presenta una mejoría. Si bien los otros dos grupos empeoran, el grupo control es el que presenta la evolución más negativa. Es de destacar que el Grupo 1 es el que presenta los peores valores en la primera evaluación y que, al final de la intervención invierte esta relación, obteniendo un mejor rendimiento tanto respecto a sí mismo como en relación a los otros dos grupos. 3 - Índice de independencia de Barthel: El grupo de pacientes que siguieron todo el curso de la intervención (grupo 1), es el único que presenta una mejoría, manteniéndose un gran porcentaje de ellos dentro del máximo índice de independencia funcional. Por su parte los otros dos grupos presentan una progresiva disminución funcional en el tiempo, siendo más acentuado el descenso en el grupo control. — 40 — 4 - Escala de Depresión de Yesavage: La Escala de Yesavage no muestra indicadores significativos de depresión para el conjunto de la muestra. Sólo dos sujetos, uno perteneciente al grupo uno y otro al de control presentan indicadores de depresión. 5 - Neuropsychiatric Inventory Questionnaire NPI-Q: El grupo de pacientes que siguieron todo el curso de la intervención (grupo 1), presenta una clara disminución de la gravedad de los SPCD. Esta disminución es muy acentuada entre la primera y segunda evaluación (los primeros 8 meses del tratamiento psicoterapéutico), aumentando algo al final. Por su parte, el Grupo Control, si bien presenta una leve mejora en los 8 primeros meses (posiblemente debido al tratamiento médico sistemático, que incluyó el uso de psicofármacos), finaliza casi con el mismo puntaje inicial. Un hecho a señalar es la variabilidad que presenta el grupo control respecto a los grupos que recibieron al menos una parte del tratamiento psicológico. Esto nos estaría señalando el papel de sostén y continentación emocional de la psicoterapia, tanto para los pacientes con EA, como para sus cuidadores. 6 - Escala de Sobrecarga del Cuidador de Zarit: El grupo de pacientes que siguieron todo el curso de la intervención (grupo 1), a pesar de ser el grupo que inicialmente presentaba una mayor sobrecarga, es el que presenta una clara disminución en la misma, finalizando muy por debajo de los otros dos grupos. — 41 — 7 - Neuropsychiatric Inventory Questionnaire NPI-Q Estrés: El grupo de pacientes que siguieron todo el curso de la intervención (grupo 1), es el que presenta una mayor y más homogénea disminución del estrés de los cuidadores. El grupo control también obtiene una disminución del estrés, algo menor que el grupo 1. En cambio, el grupo 2 es el único que presenta un claro aumento en el estrés de los cuidadores. Conclusiones Los resultados obtenidos permiten concluir que: 1 - La mayoría de los sujetos del grupo que recibió la totalidad del tratamiento psicológico, presenta mejoría en los diferentes aspectos tratados, respecto a los sujetos del grupo control que tienden a empeorar. 2 - Los resultados permiten afirmar que el dispositivo psicoterapéutico combinado de intervención implementado, produce efectos claramente positivos en los sujetos tratados, tanto en los aspectos cognitivos, afectivos, funcionales y psicosociales de los pacientes, como en los aspectos afectivos y de sobrecarga de los cuidadores. Esto se expresa no sólo en la comparación de la evolución de los sujetos tratados en comparación con el Grupo Control, sino también en la mejoría que presentan los pacientes que siguieron todo el curso del tratamiento respecto a sí mismos, en algunos aspectos que están muy comprometidos con el propio cuadro demencial, tales como los aspectos cognitivos o funcionales: 2.1 - A nivel cognitivo siete de los nueve sujetos con EA que recibieron tratamiento (78 %) muestran una mejoría global tanto evaluados con el MMSE como con la ADAS. Mientras tanto, el Grupo Control, como era de esperar, evoluciona — 42 — con un avance del deterioro cognitivo en diez de los once casos que lo componen. 2.2 - En el plano de lo funcional, de acuerdo al índice de Barthel, siete de los nueve sujetos del Grupo 1 mejoran progresiva y sostenidamente su estado. El Grupo Control, por su parte, muestra un progresivo y sostenido deterioro. 2.3 - En cuanto a los aspectos afectivos y conductuales se constata una mejoría en el grupo de sujetos tratados psicoterapéuticamente. 2.4 - Respecto a la sobrecarga y estrés del cuidador, los resultados obtenidos tanto por la Escala de Sobrecarga del Cuidador de Zarit, como por el NPI - Q - estrés, demuestran una significativa y sostenida disminución del estrés de los sujetos que participaron de todo el proceso psicoterapéutico. Por su parte, el grupo control, si bien también presenta una disminución del estrés en el correr del tiempo, esta es, en el NPI - Q - estrés, muy menor respecto al grupo uno, siendo casi inexistente en los resultados de la Escala de Zarit. 3 - La perspectiva teórica y de intervención de este estudio se basó en el tratamiento psicoterapéutico de factores afectivos y vinculares, y no en el tratamiento conductual de los síntomas o en el abordaje cognitivo como método principal. Teniendo en cuenta esto, los resultados nos permiten sostener la incidencia de factores afectivos, cognitivos, funcionales y psicosociales en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. El control de los mismos permitió disminuir los efectos negativos y de deterioro de la EA en estas dimensiones, al menos por el tiempo que duró este estudio. 4 - La presente investigación desarrolló su modelo de intervención en personas que ya tenían una EA. Teniendo en cuenta que, como veíamos anteriormente, el tratamiento de factores psicológicos ha demostrado una mejora en diferentes planos de la EA, tanto en los pacientes como en sus cuidadores, se abre una nueva pregunta respecto a el papel que juegan estos factores en las condiciones de producción de la EA. Esto debería ser investigado específicamente en futuros estudios. 5 - Finalmente, el presente estudio deja planteada la validez y utilidad del modelo multidimensional de las demencias y la intervención desde el mapa de ruta de la enfermedad, como una contribución que permita ampliar la forma en que se ha venido conceptualizando e interviniendo en la EA. Referencias bibliográficas Berriel, F, ; Leopold, L, y Pérez, R. (1998): Factores afectivos y vinculares en la enfermedad de Alzheimer. Revista de investigación de Facultad de Psicología, Universidad de la República. Noviembre; 1 (1): 73-82. Catullo, D. (2004): Demências. Clínica Psicanalítica. São Paulo: Casa do Psicólogo. Conde, J. L. (2001): Factores de riesgo y personalidad premórbida en la Enfermedad de Alzheimer. Tesis doctoral. Universidad de Barcelona, Facultad de Psicología; Disponible en URL: http://www.tdx.cesca.es/TESIS_UB/AVAILABLE/TDX-0403102-095159/TOL5601.pdf (citado 6 de abril de 2007) (76 p.) Damasio, A. (1996): El error de Descartes. La razón de las emociones. 1. ed. Santiago de Chile: Andrés Bello. Kabanchik, A. (1999): Factores Psicológicos Asociados a la Aparición de las Demencias Degenerativas Primarias. Tesis Doctoral. Universidad de Bs. As. mat. mim. Pérez, R. (2005): Modelo Multidimensional de las Demencias. Mapa de ruta de la intervención. Revista de Psicogerontología Tiempo (revista electrónica) noviembre de 2005 (citado el — 43 — 13 de setiembre de 2007), (17): (11 pantallas). Disponible en: http://www.psicomundo.com/ tiempo/tiempo17/perez.htm.————— (2004): La intervención familiar dentro del dispositivo de abordaje psicológico combinado de las demencias. En: Berriel, F. (compilador) Grupos y Sociedad. Intervención psicosocial y discusiones actuales. Montevideo: Nordan; 2004. Sánchez, L. M. (2006): Modelo teórico hipotético de base factual de articulación de factores de comportamiento y déficit sensoriales identificatorios que llevan al encapsulamiento o Alzheimer. Revista electrónica psiquiatria.com. vol. 10 nº 3- Sep 2006 (citado el 6 de abril de 2007) Disponible en URL: http://www.psiquiatria.com/psiquiatria/revista/183/24777/ Zarebski, G. (2005): El curso de la vida: Diseño para armar. Trabajo psíquico anticipado acerca de la propia vejez. Mecanismos y efectos en el modo de envejecer. Tesis doctoral. 1ra. Edición, Bs. As.: Universidad Maimónides Científica y Literaria. — 44 — Intervención en grupos de los adultos mayores en la ciudad de montevideo: espacios públicos y construcción de identidad. Mónica Lladó Introducción Esta comunicación intentará sintetizar la experiencia del trabajo en grupos con adultos mayores realizado por el Servicio de Psicología de la Vejez (SPV) de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República (de Uruguay) y desde esa síntesis profundizar respecto del lugar del adulto mayor en el espacio que abre el dispositivo grupal y permite analizar el lugar del viejo en el discurso social. La intervención psicológica que se viene llevando adelante desde el año 1989 nos enseña la necesidad de implementar dispositivos (Berriel y Lladó, 2004) de trabajo con los mayores que nos permitan explorar y entender las relaciones de los mayores con otras generaciones, entre ellos y con ellos mismos. El dispositivo grupal del que hablamos supone el análisis de las ideas naturalizadas sobre el envejecer que tienen los adultos mayores y tiene el resto de la población que participa y acciona políticamente con su participación en los distintos ámbitos de la sociedad. Para contextuar desde donde nos ubicamos a trabajar con mayores, debería reconocer primero que vivimos en una sociedad que elogia la libertad de consumo (olvidando los efectos de la exclusión de amplias zonas de la red social para muchos sujetos), donde la experiencia vital se vuelve fragmentadora y a la vez homogenizante. Esto comportaría una falla de la generatividad, según Erikson (1974, p. 112) “la generatividad constituye la preocupación por afirmar y guiar a la generación siguiente”. Para Erikson, el encuentro con el otro, en estas condiciones, supondría la expansión de los intereses del yo y la producción de proyectos. Cuando este encuentro no se produce, predomina en las personas “una necesidad obsesiva de seudointimidad, acompañada con frecuencia de un profundo sentimiento de estancamiento, aburrimiento y empobrecimiento interpersonal” (Erikson, 1974, p.113). Si bien este concepto lo encontramos siempre Algunos fragmentos de este trabajo forman parte de mi proyecto de tesis sobre Representaciones de los Adultos Mayores de los espacios públicos en la Ciudad de Montevideo para la Maestría de Antropología Social de la Facutlad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UdelaR. Mónica Lladó Olivera. Licenciada en Psicología. Prof. Adj. del Servicio de Psicología de la Vejez, Facultad de Psicología de la Universidad de la República (UDELAR). Psicóloga de la Unidad de Psicología del Centro de Asistencia del Sindicato Médico del Uruguay. Maestranda de Antropología de la Cuenca del Plata de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UDELAR. Actualmente es Secretaria General de la Coordinadora de Psicólogos del Uruguay — 45 — asociado a la vejez en la bibliografía relacionada, quisiera recordar que es aplicable a los adultos en general. Cuando hablamos de prejuicios por la vejez, deberemos estar atentos a develar cómo ellos generan en los viejos con los que coexistimos, en nosotros mismos, y por lo tanto en los viejos que seremos, sutiles efectos siniestros (Zarebski, 1999) en el psiquismo. Resumiento, esperamos conseguir con nuestro programa de investigación avanzar en el conocimiento de las representaciones y ejercicios de la ciudadanía de los adultos mayores en los espacios públicos que ocupan. Estimando cuan lejos y cuan cerca están de los prejuicios, miedos, y problemas que acarrea la vejez. Antecedentes de trabajo con grupos de adultos mayores del SPV A continuación se mencionarán los principales antecedentes que conforman la trayectoria de reconocimiento e interrogación sobre los sentidos que la participación social tiene para el adulto mayor (a.m.) desde la experiencia de trabajo en el SPV. La experiencia del SPV conlleva reconocer algunas proposiciones implícitas en el encuentro con los a.m.: la importancia de la red social, la importancia de la participación y la actividad, la autopercepción de salud en relación al protagonismo (social o familiar, determinante de la salud subjetiva y de la valoración de autoestima), el problema del viejismo. Del trabajo del SPV con a.m. organizados en modalidades de grupos, clubes u otras organizaciones, tomaremos algunas observaciones a considerar: - Que se trabaja con una población de a.m. muy heterogénea desde el punto de vista social (nivel socio económico y educativo) y predominantemente femenina (cerca de un 90%). Ajustándose a la tendencia demográfica de feminización del envejecimiento, tendencia que se agudiza respecto a la participación social de los mayores. Cuando hablamos de efectos siniestros nos referimos al sentido psicoanalítico de siniestro u ominoso, es decir aquello conocido que se vuelve desconocido y nos genera ansiedad y/o miedo, siendo algo intrínseco a nosotros mismos, pero que opera desde lo inconsciente (Freud, 1919). La creación del Servicio de Psicología de la Vejez (SPV) de la Facultad de Psicología de la UDELAR en 1994, se ajusta a un programa de investigación sobre la problemática de la vejez desde la perspectiva psicológica en el Uruguay (Berriel, F., Leopold, L., Lladó, M., Pérez, R., 1993); que se propone desarrollar investigación original en el campo del envejecimiento, así como construir y profundizar un discurso psicológico en el campo del envejecimiento y la vejez, entendiendo el abordaje de la problemática del envejecimiento como campo de producción de subjetividades. El mero hecho de utilizar la palabra encuentro refiere a un posicionamiento metodológico y ético en el trabajo con una población que se reconoce y reconocemos afectada por la discriminación por vejez o viejismo (traducción que hace Salvarezza (1996) del termino que acuñara Butler en 1973 (en Salvarezza, 1996) de ageism. El prejuicio sobre la vejez, conocido por “viejismo”, se trata del “conjunto de prejuicios y discriminaciones que se aplican a los viejos simplemente en función de su edad” (Salvarezza, 1996) Por efectos de estos prejuicios y negaciones, lo temido se proyecta en otros, se vuelve extraño. Lo feo, lo malo, lo temido equivalen a No Yo. Los viejos son otros. Esto funciona a manera de profecía auto-cumplidora. Que en la cotidianeidad del viejo, opera a nivel psíquico, corporal y vincular, construyéndose así un imaginario social respecto a la vejez. — 46 — - Se constata a partir de una muestra representativa de los mayores de 65 años de la ciudad de Montevideo un 20% aproximadamente de participación en algún tipo de actividad social (fuera de su casa y de su familia). - De acuerdo a la bibliografía consultada, podría afirmarse que la escasa participación en actividades colectivas deja en situación de vulnerabilidad a los a.m. - También la dificultad de elaborar estrategias para afrontar cambios futuros, deja en situación de vulnerabilidad a los a.m. - A partir de la investigación a la que hacíamos referencia (Berriel y Pérez, 2002), se observa cómo los a.m. se sienten exigidos por la sociedad a cumplir el papel asignado a los viejos (papel adherido a posiciones reaccionarias y/o puritanas y podríamos también decir signados por una lógica subalterna: viejos sin sexo, sin futuro, habituados al sacrificio) y esto repercute en su autovaloración, viviendo la necesidad de “sentirse útiles” (fundamentalmente para su familia) como principal y muchas veces único sentido vital. - En el caso de las mujeres estos aspectos se ligan con sentimientos de vergüenza, de autocensura y censura social respecto de expresar sus emociones positivas y eróticas por ej. “por respeto a la nueva generación tenemos que tener cuidado, controlar nuestras acciones, retener nuestras emociones, para que no se avergüencen del abuelo” y respecto a la imagen corporal de los mayores, encontramos que “el cuerpo es altamente valorado como instrumento útil fundamentalmente ante necesidades y deseos de los demás”. - Heterogeneidad en las formas de organización de los grupos de a.m. - Problemas comunes a la gran mayoría de los a.m.: carencias de orden afectivo (soledad, falta de motivación, necesidad de sentirse útiles) y de orden económico (baja jubilación, pobreza, etc.), el tema del relacionamiento intergeneracional. - El grupo como estrategia para combatir la soledad - Problemas sociales que impactan en cada persona singularmente: dificultades económicas y sociales actuales, así como su impacto en las familias (pobreza, emigración, falta de trabajo, seguridad, entre otros). Considerando la relevancia de contar con la integración social de las personas mayores, a partir de la afirmación (ampliamente difundida en el ámbito gerontológico) de que la participación social (Berriel, F y Lladó, M, 2004; OPS, 1994; Pszemiarower, N. y Pszemiarower, S. 1992; Rodriguez Sedano, 2001) se vuelve un elemento clave en la configuración de las condiciones de vida de las personas y por ende estimar la necesidad de un sujeto de transformación para revertir una modalidad hegemónica de envejecimiento aún vigente. En función de como enunciamos el problema de los dispositivos grupales en relación al espacio público y la participación del adulto mayor en la sociedad, se hace necesario precisar que en este trabajo vamos a utilizar dos acepciones de espacio público. Por un lado el espacio público como espacio de representación político-social, que implica una participación social más o menos organizada y virtualizada. Por otro el espacio público como espacio a habitar, relacionado con lo urbano y que implica también Según datos de la Investigación Envejecimiento, cuerpo y subjetividad, a caro de los Prof. Psic. Fernando Berriel y Robert Pérez, publicada en la Revisita Universitaria de Psicología -2ª época. Nº 1 -junio 2002. Ídem. — 47 — un grado de participación social y de virtualidad. Si bien implican nociones diferentes y encares diferentes quiero de esta manera dejar expresa la complejidad de la idea de espacio público según desde dónde se aborde y la articulación conceptual que implica sin obligarnos en esta instancia a profundizar en ello. Referentes nacionales Desde el punto de vista demográfico, Uruguay, para el año 2000 contaba con un porcentaje de 17.3% de población mayor de 60 años (para ese entonces era el país de mayor edad de América) y una esperanza de vida al nacer de 70 años para los hombres y 78 para las mujeres (CEPAL, 2000). Estrictamente desde esta perspectiva, el país tiene un perfil poblacional similar al de los países desarrollados (Pérez, 1999). Respecto a su distribución territorial, el 90% de la población anciana reside en la zona urbana. Mientras que a nivel económico, el 86% de los ancianos recibe un ingreso monetario por concepto de jubilación, pensión, o renta; el 14% restante viven sin ingresos propios por debajo de la línea de pobreza (Leopold, 1999). Demográficamente nos encontramos en el concierto mundial siendo participes de los cambios más significativos: el aumento en número y proporción de la población de mayores de 60 años y el aumento de la esperanza de vida (Sánchez, 2005). La ONU estudia una proyección de crecimiento más acelerado de la población mayor en los países en vías de desarrollo (Naciones Unidas, 1982) (especulando con estos números macros, está por verse, si al 2025, nos mantendremos en la proporción actual o se habrá incrementado más, según podamos colocarnos en la perspectiva de país en vías de desarrollo o nos mantengamos en la singular proporción de país desarrollado). Teniendo en cuenta estas observaciones demográficas es de esperar repercusiones políticas, económicas y culturales. Ante un fenómeno así es esperable pensar que tener tantos viejos es un problema. Podríamos convencernos de que es así, teniendo en cuenta la inteligencia de las corrientes economicistas predominantes, y efectivamente lo será si no se resuelve de otra manera el sutil equilibrio económico de nuestra pequeña nación, y no menos cierto, sino consideramos otras perspectivas de la cuestión. Pues, considero que se podría pensar en los a.m. como capital humano y social, y hacer valer a tanta gente preparada, con experiencia y con tiempo disponible. Contemplando esto, tal vez las erogaciones en pensiones, salud, vivienda y accesibilidad podrían considerarse de otra manera10. Otros antecedentes nacionales relacionados, tanto desde las disciplinas del área de la salud como las disciplinas del área social que atienden problemas de salud, desarrollan estudios que describen las características de las personas mayores desde diferentes ópticas (imagen corporal, subjetivad, factores de riesgo, satisfacción de necesidades, autopercepción, etc.). Todos ellos demuestran la eficacia de la participación de 10 No quiere decir que los ingresos que reciben en la mayoría de las veces sean suficientes. (SERPAJ, 1997) http://www.serpaj.org.uy/inf97/indice.htm Expreso esta idea a riesgo de caer en el error de especular por los adultos mayores. Por otra parte no hay estudios que planteen la relación económica o el peso para la sociedad de tales desequilibrios demográficos, considerando algunos aspectos como: la mayor parte de la población mayor del Uruguay cobra jubilación y esto implica para muchas familias la entrada fija principal, asimismo los ingresos que puedan significar las jubilaciones europeas que cobran algunos inmigrantes afincados en el país o las remesas que se envían del exterior para sostener a nuestros viejos. — 48 — los adultos mayores en las propuestas sociales participativas, como una estrategia de salud y de enriquecimiento de la calidad de vida. Si bien las observaciones corroboran este aspecto, dejan entrever las tensiones de sostener una imagen de salud y satisfacción, que se reflejan en el propio cuerpo o en la imagen que tienen de si mismos los a.m. (Algazi y, Dubourdieu, 2001) (Berriel, F. y Pérez, R., 2001). En esta línea se presentan variados estudios a nivel nacional que refrendan la importancia de programas sociales, con actividades para los a.m. y que cuenten con su participación, como elemento de prevención en salud, fortaleciendo los aspectos de salud físicos y psíquicos de los adultos mayores y los vínculos más cercanos (fundamentalmente familiares), (Nisisaki, S. y Pérez, R., 2004), (Leopold, L., 2000), (Berriel, F.; Lladó, M., 2004), (Algazi y, Dubourdieu, 2001), (Berriel, F. y Pérez, R., 2001). (Berriel, F., 2004), (Netto, 2003). En los últimos años, los efectos de la acumulación de experiencia de un colectivo de adultos mayores más activos y participativos empiezan a ofrecer la posibilidad de pensar en un sujeto productivo y asociado al cambio. (Berriel, F.; Lladó, M., 2004) (CICAM, 2004) Se podría decir que coexisten y predominan dos modelos paradigmáticos de la vejez, uno que representa lo más conservador en las diferentes representaciones sociales de los mayores y sostiene un modelo de deterioro y otro que busca romper con este. Por otro lado de acuerdo también a investigaciones recientes (Berriel y Perez, 2001) y (López Gómez, A. et Alt., 2006) se constataría cierta vulnerabilidad y agregamos nosotros desinstrumentalización para poder ejercer todos su derechos y en particular generar otras modalidades de presencia en el espacio público. Así como también reconocer el papel que juegan las organizaciones sociales y las políticas públicas para revertir esa situación. En función de esto, interesará saber cómo estos modelos construyen un ideal identitario y determinan la presencia de los adultos mayores en el espacio público. Protagonismo social y Formas de organización En relación a las iniciativas políticas públicas, se puede encontrar a nivel nacional que existen diferentes organizaciones que fomentan la participación de los adultos mayores, de diferentes clases. A nivel estatal11 existen programas de promoción de la asociación y facilidades de recursos para el desenvolvimiento social de los mayores a través de dependencias del Banco de Previsión Social (BPS), Área de Promoción Social, desde 1986, y de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) Secretaría del Adulto Mayor, desde el año 1990. Estas líneas de promoción están en estrecha coordinación con organizaciones sociales gremiales como la Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay (ONAJPU) que realiza actividades gremiales tendientes a la reivindicación de los derechos de los adultos mayores12. Estas organizaciones se preocupan fundamentalmente de los temas de la seguridad social, la vivienda y la salud de los adultos mayores. También existen otras organizaciones 11 12 Solo se hará referencia a los recursos a nivel de la ciudad de Montevideo, más allá que el apoyo del BPS sea a nivel nacional. En relación al apoyo de las intendencias a este colectivo es variado en los distintos Departamentos, encontrando grandes diferencias, desde algunos que cuentan con tantos recursos como en la capital, hasta otros que prácticamente no fomentan ningún tipo de recursos sociales. Además de considerar que la ONAJPU recoge la experiencia de una clase obrera organizada, también se nutre de una herencia nacional signada por una política de estado benefactor, que se refleja, podríamos decir, en la participación activa de los jubilados en el BPS (con voz y voto) y que resulta así un impulso organizador y promotor de las organizaciones de jubilados. — 49 — sin fines de lucro de mayor o menor envergadura que por citar alguna, mencionaremos dentro de las más reconocidas la iniciativa de la UNI3 (Universidad de la Tercera Edad) que funciona desde 1983 en nuestro país y procura satisfacer las necesidades de los adultos motivados en el aprendizaje y crecimiento personal, ofreciéndole herramientas para enfrentarse a los cambios personales, sociales y culturales. Con algunas semejanzas, el Centro Interinstitucional de Colaboración con el Adulto Mayor (CICAM), fundado en 1991. Dentro de este tipo, existen un sinnúmero de organizaciones barriales, o asociadas a colectividades étnicas o religiosas que ofrecen una profusa gama de servicios sociales de tenor recreativo, que en ocasiones llegan a promover acciones sociales y políticas que atienden variados problemas sociales generando alternativas beneficiosas (este tipo de organizaciones pueden ser fundadas hasta hace más de 20 años). Organizaciones y acciones hacia el colectivo de mayores tuvieron su despegue en todo sentido con la promoción estatal por las recomendaciones internacionales de la Organización de Naciones Unidas en la 1ª Asamblea Mundial para el envejecimiento en el año 1982 y más tarde con las pautas de promoción para la campaña de1999, “Año Internacional de las personas de edad” (en estas estrategias ha sido fundamental el apoyo de las organizaciones sociales de a.m.). De este relevamiento de antecedentes se plantea la cuestión de convertirse el a.m. en un actor social que transforme su realidad y la de su entorno. ¿Cuál sería el rol de los profesionales que trabajamos en el tema? ¿Que redes, apoyos, alianzas, etc. con el contexto social, cultural y político-económico habría que fortalecer? ¿Cómo se juegan los roles del estado y la sociedad civil respecto a la participación social del a.m.? ¿Qué incidencia tiene la participación social de los a.m. para la sociedad? ¿Cómo entran en conflicto los discursos sociales respecto a la vejez, y las relaciones intergeneracionales en el contexto actual de cambios vertiginosos a nivel tecnológico y de la información? Espacios urbanos Se consideran aquí algunos aportes de algunos investigadores que han avanzado ya en una perspectiva interdisciplinaria en la investigación urbana. Dichos autores argumentan el abordaje interdisciplinario y trabajan la idea de espacio intensivo que permite incluir diferentes dimensiones (social, subjetiva e histórica) para trabajar la idea de reapropiación y producción colectiva de los espacios vitales comunes (Raggio y otros, 1998). Otro elemento que aportan los planteos de Raggio (2001) es que en la sociedad actual el problema de la estabilidad o variabiliad de la identidad cultural de los colectivos humanos quede desplazado por el problema de “la velocidad de los procesos de cambio respecto de las posibilidades de asimilación de sus actores” (Idem, pag. 7). En este sentido relacionado a la cuestión del lugar del adulto mayor en la sociedad y su capacidad de adaptación transformadora a ella requerirá de espacios sociales que habiliten las condiciones colectivas para elaborar la avalancha de cambios tecnológicos y culturales con el resto de la sociedad a velocidades saludables. Recordamos a su vez el efecto morigerador que ofrecerían los mayores en esos procesos colectivos, recordando a Speier (1990). Relacionado a los aspectos psicosociales de habitar distintos espacios en la ciudad, el trabajo de Susana Rudolf (2002) realiza un aporte en que articula las nociones de identidad y las necesidades de participación social, desde una perspectiva comunitaria y de la psicología ambiental. — 50 — Desde la perspectiva sociológica, resulta ordenador, a la hora de pensar la sociedad urbana, el trabajo de Danilo Veiga (2000). Allí se plantean algunas reflexiones sobre procesos sociales emergentes respecto a las desigualdades sociales, a las políticas públicas, a las transformaciones urbanas y a los elementos estratégicos para definir una agenda de investigación sobre procesos sociales en las ciudades. El trabajo sistematiza los referentes teóricos y políticos que permiten pensar estos problemas frente a los cambios estructurales de las sociedades latinoamericanas. Nos parece interesante destacar algunos temas que serán comunes para el estudio que aquí nos concierne, fundamentalmente en relación a la reestructuración demográfica, a las configuraciones de nuevas pautas de “cultura urbana”, los impactos de la globalización y la emergencia de problemas sociales y de vulnerabilidad en las ciudades. Enfatizando así la complejidad cultural al interior de las sociedades. Concluirá Veiga, entre otras cosas en la necesidad de estudios comparativos e interdisciplinarios, y de proyección de escenarios de futuro para nuestra sociedad (Veiga, 2000). En una primera revisión de la bibliografía nacional nos encontramos que hay poca investigación que articule la participación social del adulto mayor en el espacio público, por lo menos lo más cercano sería un estudio desde una perspectiva sociológica en relación participación social/uso de los espacios públicos abiertos en la ciudad de Montevideo13. Dentro de las excepciones econtramos la investigación “Indicadores Urbanos de género. Instrumentos para la gobernabilidad urbana” realizada por un equipo de investigadoras de la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) en coordinación con Red Mujer y Hábitat de América Latina y la Comisión de la Mujer de la IMM. Así como la investigación de Filardo. V. et alt. (2005) que trabaja el problema del uso y apropiación de los espacios urbanos desde una persepctiva de clases de edad más centrado en la juventud. Participación social del adulto mayor La investigadora Adriana Fassio (2001) trabaja sobre la emergencia de las organizaciones de adultos mayores en la sociedad civil como alternativa de participación ciudadana. Su investigación describe y explica el fenómeno de Centros de Jubilados/ Asociaciones de la Tercera Edad existentes en la Ciudad de Buenos Aires. Supone que las organizaciones de adultos mayores (OAM) son una tentativa de respuesta a las formas de exclusión del colectivo de las personas de edad (sobre la idea de reconocimiento de identidades plurales que toma de Duschantzky (2000). Aunque va más allá, aportando una visión crítica de las OAM, en las que si bien ve en ellas una estrategia de inclusión de la población mayor, les reconoce ciertas debilidades compartidas con el resto de las organizaciones de la sociedad civil. Aún así la investigación resalta que pese a esas debilidades organizacionales fundamentalmente en relación a la capacidad de gestión, las OAM evidencian potencial para desarrollar proyectos sociales. En una misma línea de trabajo pero con otro nivel de cuestionamiento, Patricio Rey (2000), advierte de la invisibilidad del adulto mayor como ciudadano. En este sentido el autor busca pararse desde una perspectiva epistemológica y metodológica que 13 Se trata de un estudio comparado 5 ciudades del MERCOSUR. El equipo de investigadoras uruguayas pertenece al Área de Género del Departamento de Sociología de la FCS, y lo integran: la Soc Rosario Aguirre, la Dra. Karina Batthyany, y las Soc. Lorena Alesina y Lucia Scuro. Dicha información es obtenida a partir del Seminario Regional “Mujeres y varones en los espacios públicos de la ciudad”, realizado en la IMM el 14 de mayo de 2004. — 51 — permita profundizar determinados temas como: el ejercicio de los derechos humanos de los a.m. en particular en los contextos de exclusión, la relación del ejercicio de esos derechos y las organizaciones sociales de a.m., así como el papel del estado. Estas preocupaciones giran en torno a una redefinición del espacio público, en el que el estado ya no juega el papel de protector y en el que la sociedad civil produce diversos y parciales focos de acción social (Rey, 2000). Desde esta perspectiva, Rey (2000) ensayará una suerte de genealogía de cómo el adulto mayor se convierte en un sujeto social, discutirá sobre la gestión social y relevará en profundidad las características de los actores de dicha gestión para la sociedad chilena. Concluyendo su estudio, precisa la diferencia entre sujeto social y actor social (esto último en el sentido de ejercicio de ciudadanía), cuestionándose sobre cuales serían las mejores estrategias para lograrlo y que lugar tendrá el estado y las otras generaciones en relación a la acción social de los mayores. Llegando así a conclusiones similares a las que se llegaron en el análisis desde la experiencia de participación social de los a.m. en Uruguay. Accesibilidad en los espacios urbanos Un capitulo importante de la gerontología y puente para articulación con disciplinas como la arquitectura y el urbanismo, es la problemática de la accesibilidad en las ciudades actuales para la vejez, así como el diseño accesible de su hábitat. Desde la perspectiva de la arquitectura, el tema de la vejez en las ciudades preocupa en relación al creciente envejecimiento poblacional, haciendo necesario pensar como favorecer la adaptabilidad de las personas a su entorno inmediato y las condiciones urbanas, considerando sus progresivos deterioros físicos y/o mentales. De esta manera, (la arquitectura) comienza a plantearse, generar ámbitos estimulantes de la actividad física y mental, también en la vejez. Esta postura busca trascender las habituales de la arquitectura, preocupadas solo en los requerimientos de seguridad y eliminación de barreras para un desempeño senil adecuado. Buscan así, pensar proyectos que además de contemplar las limitaciones físicas o cognitivas, puedan promover curiosidad y disfrute, intentando eludir las barreras, en este caso del propio modelo deficitario de la vejez (Escudero, 2003). Si bien intentan una visión que contemple las necesidades de buena parte de la población mayor e intentan una postura menos prejuiciosa de la vejez, todavía no han dado el salto de pensar espacios de interacción del viejo con otras generaciones (que requerirá a su vez un abordaje interdisciplinario). Del estudio de Escudero (2003) se desprenden algunas cuestiones que adquieren mayor relevancia en la relación del a.m. con su ambiente físico inmediato (casa, barrio). Dentro de los que constan: la identidad y la permanencia, la necesidad y la resistencia del cambio de vivienda, así como la procedencia de los a.m. de estructuras familiares tradicionales. Por otra lado la autora reflexiona acerca de cómo serán las próximas generaciones de viejos que deberán lidiar con la tendencia actual de familia mononuclear, con el aumento de movilidad urbana, la inestabilidad del empleo y la incidencia de los medios masivos de comunicación (Escudero, 2003). Para el caso uruguayo, ya se registran hoy en los mayores, porcentajes elevado de gente que vive sola, fundamentalmente mujeres (INE, 1996) (esto en parte por la mayor expectativa de vida de las misma y por los efectos migratorios registrado con mayor fuerza en los últimos años). También hay profusa bibliogafía sobre el tema de lo urbano en relación a la accesibilidad. Donde se corre el reisgo de perder las perspectivas psicosocial y cultural, restringiendo el problema de la accesibilidad al deterioro y la discapacidad. Estos auto- — 52 — res de diferentes disciplinas por lo general quedan atrapados en una perspectiva medicalizada de la sociedad y en particular cuando se trata de la problemática de la vejez. De todas maneras no sería un punto menor ya que ciertas limitaciones funcionales en la vejez generan una gran inseguridad. Podría decirse que existe en este punto una paradoja, por un lado se medicaliza la vida cotidiana (Mainetti, 2006) (Frigeiro, A., 1997) y eso incluye a la vejez como forma de mejorar la calidad de vida y ganar en salud, y por otro, la misma medicalización contribuye a la valoración negativa de la vejez. Así se termina esperando la fuente de la eterna juventud, pero esta vez depositado en el mito del avance de la tecnología médica, y finalmente evitando y negando la vejez. En la búsqueda de accesibilidad y bienestar para el adulto mayor se pueden apreciar algunas experiencias, a nuestro entender de ghetización de los a.m. (Lladó, 2000). Como se puede encontrar en EE.UU., que ha decretado por Ley Federal, la promoción de pueblos de viejos, en los que no puede haber residentes menores de 18 años, sólo un 20% de casas de mayores de 43 años y el resto ocupadas por mayores de 55 años (Otchet, 1999). De estas experiencias se pueden apreciar ventajas y desventajas, por un lado la convergencia de intereses y por otra la falta de diversidad en edades, nivel social y raza, señala Otchet (1999), teniendo en cuenta que se trata de comunidades privadas accesibles sí, pero solo para un sector de la población de adultos mayores. Estrategias de integración El incremento de la expectativa de vida acarrea el problema de darle sentido a la misma, especialmente en una sociedad en que pese a los anuncios finalistas, el trabajo sigue siendo central y organizador de las vidas de las personas. Siendo la jubilación el paso a la condición de pasivos y por ende el rotulo de improductividad cae pese a todo sobre la representación del jubilado. Sumado a esto, se han promovido dentro de las políticas de salud (OMS, 1993) consignas respecto a las políticas sociales y de salud que promueven la idea de darle vida a los años. Siendo así se han desarrollado en el mundo pero fundamentalmente en los países desarrollados sistemas de prevención social que contemplan redes de apoyo para los a.m., programas que estimulan estrategias de adaptación e integración a la comunidad, promoción de organizaciones formales e informales autogestionadas por a.m., programas de apoyo comunitario a la familia del a.m., programas de intercambio intergeneracional. Programas que estimulen el desarrollo de proyectos e iniciativas productivas, culturales o educativas. (Gracia, 1997) Desde el aspecto de promover la integración social del adulto mayor, Predominan en el enfoque de la intervención comunitaria, la educación que promueva cambios en las actitudes sociales hacia la vejez, por un lado y por otro la elaboración de políticas públicas que beneficien a los a.m. (Sánchez, 2005). Respecto a las políticas públicas a su vez se abre una gama de valoraciones que marcan importantes diferencias respecto a como abordar la problemática de la vejez (Lloyd-Schelock, 1999). Por otro lado, Sánchez (2005) plantea algunas recomendaciones de lo que debieran contemplar las políticas publicas para los a.m. entre ellas: que los servicios sociales para los mayores consideren y fortalezcan la integración del a.m. a su familia y su comunidad, evitar las instituciones y programas sociales segregacionistas, promover la integración de los a.m. a la sociedad, fortalecer económicamente a los a.m. como forma de conservar su independencia, capacitar al personal que se ocupa de los a.m. — 53 — Otras estrategias de integración tienen que ver con desarrollar el potencial de adaptación, creatividad y producción de los a.m. en este sentido las investigaciones de José Yuni (2000, 2005), abordan la problemática de la educación para adultos mayores como campo emergente que refuta a las políticas neoliberales. Desde esta línea se investiga y contribuye al desarrollo de la educación para mayores, se observa como las instituciones del sector público tanto como organizaciones de la sociedad civil se procuran el acceso a recursos educativos que en ocasiones llegan a constituir proyectos autogestionados por las últimas (sin dejar de considerarlos con una visión crítica y exhaustiva, que se tendrá en consideración para futuros análisis). Estos proyectos pueden producir una serie de impactos a nivel social así como contribuyendo a la adaptación de los mayores como a su capacidad de transformar y transformarse. De esta manera Yuni (2000) afirma que este tipo de experiencias, como fenómenos de naturaleza política, tienden a la constitución de sujetos políticos y en este sentido a la construcción de nuevas subjetividades sobre la vejez. La identidad y los grupos Al plantear la coexistencia de las tensiones de una identidad cuestionada por una imagen desvalorizada de la vejez Partimos de la idea que el problema de la identidad implica la coexistencia de tensiones que en le caso de las personas que envejecen se les suma la imagen desvalorizada que repercute en cada sujeto y por las exigencias sociales de productividad. De esta manera la identidad se encuentra tironeada por las exigencias de un mundo cada vez más acelerado y exigente en el que el proyecto colectivo se vuelve más complejo. Identidad que también se ve diezmada ante la falta de reconocimiento interpersonal y también institucional, en la medida que mayoritariamente las instituciones no contemplan ni consideran a las personas en general ni a los a.m. en particular, como sujetos autónomos, políticos y deseantes (Touraine, 1998) (Castoriadis, 1991, 1997). La noción de sujeto que propone Alain Tourain permite articular de esta manera en el sujeto, su identidad individual y colectiva. ¿Pero qué pasa cuando la sobremodernidad empuja al sujeto a un vaciamiento de sentido, aun repliegue individualista en el que se pierde él y el otro? Lo previo al objeto que planteara Augé (1998), lo pensamos reconociendo las relaciones que incluyen al sujeto en una red de significados y conflictos. De ahí que el dispositivo grupal sea el que nos resulta más apropiado para trabajar desde estas perspectivas. La temporalidad distorsionada por los efectos de los medios masivos, el tiempo que se comprime, nos permite vivir en simultáneo, en forma virtual. Genera distorsiones imaginarias respecto al paso del tiempo, y si el tiempo sirve es sólo para ser coleccionista de cuanta cosa pueda circular por ahí, la vejez se evita con cirugías plásticas, tratamientos rejuvenecedores, e implantes genéticos. Aún así no podemos resolver la angustia que provoca el envejecimiento, en eso que tiene de cuestionador desde lo corporal, y nos increpa desde el espejo, y desde el encuentro en el espacio público ¿quien sos ahora? ¿qué haces? ¿de dónde venís? ¿a dónde vas? Así, algo hay de la vejez o del trabajo con viejos que nos enfrenta al cuestionamiento de nosotros mismos, y a su vez nos compromete como intelectuales y como sujetos. Al abordar el tema del envejecimiento en los grupos procuramos considerar el trabajo existencial de los hombres, que al decir de Castoriadis consistiría en aceptar que — 54 — “la vida contiene e implica la precariedad del sentido en continuo suspenso, la precariedad de los objetos investidos, la precariedad de las actividades investidas y del sentido del que las hemos dotado” (Castoriadis, 1993). Desde esta perspectiva sería posible considerar un proyecto de vida posible en la vejez, al aceptar la precariedad de todos los proyectos, en todas las edades. Y a la vez aceptar el potencial transformador de los proyectos colectivos. (Berriel, Lladó, Pérez, 1995) Desde una perspectiva cultural, la cuestión de lo diferente y lo mismo, se convierte en un punto de encuentro para pensar la identidad como algo en construcción y no como algo dado de una vez y para siempre. Consideramos pecando de extrapolar, que esta afirmación es válida tanto para los procesos personales como colectivos. Por otra parte, el problema de la vejez no debería quedar sólo en un problema de ignorancia y de prejuicios, si fuera así igual sería consecuencia de relaciones de poder, que no son lineales que son atravesadas y enredadas en todas las relaciones sociales, y por lo tanto también en las posibilidades de enunciación de cada colectivo. El desafío en el grupo y en el colectivo será cómo abordaremos estos aspectos, que hacen a las constantes vitales de las personas, y a la posibilidad de trabajar sobre la desarticulación de las construcciones subjetivas que dejan marcas en el cuerpo y determinan lugares sociales. ¿En qué espacios simbólicos de la sociedad quedan los viejos? En el contexto de las sociedades actuales, que Augé (2004) nomina de sobremodernidad, en función de los “excesos” (la superabundancia de acontecimientos, la superabundancia espacial y la individualización de las referencias). En este sentido, el autor incorpora la necesidad de pensar cómo estos cambios “han afectado a las grandes categorías a través de las cuales los hombres piensan su identidad y sus relaciones recíprocas” (Augé, 2004, p16). Si consideramos entonces como los efectos de la sobremodernidad impactan en las identidades y en los modelos relacionales e identificatorios, nos lleva a pensar en que diferentes maneras de posicionarse ante la realidad y la participación social se agencian los adultos mayores. Esto es críticamente central en el envejecimiento, dando lugar a opciones por la participación, pero también a posicionamientos pasivo – dependientes concordantes con una modalidad hegemónica de envejecer que, aunque cada vez más cuestionada, se mantiene aún vigente en nuestra sociedad. Esta última alternativa, además, encastra y se ve reforzada por cierto tipo de medicalización del envejecimiento, configurando un escenario en el que por un lado se aborda de forma asistencialista a los adultos mayores y, por otro, estos últimos, depositan, canalizan hacia el sistema de salud una serie de necesidades, expectativas y problemas que éste no podrá resolver, o lo intentará recurriendo a alguna de las herramientas de las que dispone. Concluyendo, a la hora de trabajar en grupos y colectivos nos encontramos con obstáculos para la participación. Más arriba señalabamos los contextos sociales e imaginarios que obstaculizan la participación de las personas en general y de las personas mayroes en particular. En otro trabajo planteabamos que no sólo estamos sometidos a esas condiciones sino que también las deseamos, en este sentido nosotros mismos tendremos que superar nuestras propias contradicciones o por lo menos ser concientes de ellas. (Berriel, Lladó, 2004) El dispositivo de trabajo grupal nos permite centrarnos en el análisis y en la cuestión de las lógicas prácticas, e intentar producir instancias donde ejercitar colectivamente prácticas instituyentes. Pero recordamos que no sólo las personas envejecen, también la capacidad instituyente envejece, a riesgo de clausurar el potencial transformador. — 55 — Bibliografía Algazi, I. y Dubourdieu, M. (2001): Motivación y Salud para los Adultos Mayores. Ed. F/D. Montevideo. Augé, M. (1998) 1994: Hacia una Antropología de los mundos contemporáneos. Ed. Gedisa, Barcelona. ————— (2004) 1992: Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad. Ed. Gedisa. Barcelona. Berriel, F. (2004): El grupo en el curso de las intervenciones. Un espacio táctico de articulación. En: Berriel, F. (comp., 2004) Grupos y Sociedad. Intervención Psicosocial y debates actuales. Montevideo: Nordan, pp. 204-209 Berriel, F., et alt. (2005): Plan de desarrollo académico del Servicio de Psicología de la Vejez. Período 2005-2006. Montevideo. Facultad de Psicología. Mat.mim. Berriel, F., Leopold, L., Lladó, M. y Pérez, R. (1993): Proyecto de Servicio de Psicología de la Vejez. Montevideo, Facultad de Psicología. Mat. Mim. Berriel, F. y Lladó, M. (2004): “La participación de los Adultos Mayores: vicisitudes en la construcción de sujetos de cambio”, En Facultad de Psicología (2004) VII Jornadas de Psicología Universitaria. Montevideo: Tradinco. ————— (2003): El potencial de los colectivos de Adultos Mayores. Ponencia en la Intendencia Municipal de Montevideo en el marco de las actividades del “Programa social – comunitario de abordaje de problemáticas y construcción de estrategias en el campo del envejecimiento y la vejez en el Uruguay”, financiado por CSEAM-UDELAR. Berriel, F.; Lladó, M. y Pérez, R. (1995): Por los viejos tiempos. Reflexiones de la Práctica Psicológica en el campo de la vejez. En: Facultad de Psicología. UDELAR: Publicación de las Segundas Jornadas de Psicología Universitaria. Agosto 1995. Montevideo Berriel, F. y Pérez, R. (2001): Adultos Mayores Montevideanos: Imagen del cuerpo y red social. En: Universidad de la República. Facultad de Psicología (2002) Revista Universitaria de Psicología. 2. 1. Castoriadis, C. (1997): El avance de la insignificancia. Eudeba. Bs. As. ————— (1971): El mundo fragmentado. Ed. 1993. Nordam. Montevideo. ————— (1991): Poder, política y autonomía. En: El lenguaje libertario 2. Filosofía de la protesta humana. Christian Ferrer (Comp.). Nordan.Montevideo. CEPAL - Comisión Económica yos. Montevideo. para América Latina y el Caribe (2000): Cómo envejecen los urugua- CICAM - Centro Interinstitucional de Colaboración con el Adulto Mayor. (2004): Siempre. Revista de CICAM. Nº 2 junio 2004. Montevideo Duschatzky, silvia (Comp.) (2000): Tutelados y asistidos. Programas sociales, políticas y subjetividad. Paidos. Bs. As. Delgado, M. (1999): El animal público. Anagrama. Barcelona. Erikson, E. (1974): Identidad, juventud y crisis. Ed. Paidós. Bs. As. Escudero, J. M. (2003): Los viejos en su casa, en su ciudad. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2003, vol. VII, núm. 146 (203). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-146 (103).htm> [ISSN: 1138-9788] Fassio, A.: Redes Solidarias Entre Pares. ¿Una Alternativa De Inclusión Social Para Las Personas De Edad? Ponencia presentada en el III Encuentro de la Red Latinoamericana y del Caribe de la Sociedad Internacional de Investigación del Tercer Sector, Buenos Aires, 12 al 14 de septiembre de 2001.http://www.lasociedadcivil.org/new_index.phtml?ac=ciberteca&querys tr=&querycampo=c.autor&querycat=7&x=14&y=8. — 56 — Filardo, V. et Alt. (2005): Las clases de edad y el uso de los espacios urbanos. Análisis de cinco grupos de discusión. Documento de Trabajo. http://www.rau.edu.uy/fcs/soc/Publicaciones/ Documentos/DocTrab75.doc. Frigerio, A. (1997): Modernos, racionales y excluyentes: Medicalizacion y temas culturales Ponencia presentada en el V Congreso Argentino de Antropología Social COMISION: ANTROPOLOGIA Y SALUD. Universidad Nacional de La Plata La Plata, 29 de julio al 1 de agosto de 1997 http://www.naya.org.ar/ Gracia, E. (1997): El apoyo social en la intervención comunitaria. Paidos. Barcelona Freud, S. (1919): Lo siniestro. En Obras Completas. Biblioteca Nueva. Ed. 1974. Madrid. Krzemien, D. (2002): Consideraciones generales sobre el concepto de salud en la vejez http://psicomundo.com/tiempo/ Rev.Tiempo Junio 2002 Número 10 - (agosto, 2002). Leopold, L. (2005): El trabajo: producción y consumo de las relaciones. En: Trabajo y Subjetividad, Schvarstein, L. y Leopold, L. comp., Paidós, Buenos Aires. ————— (2000): Gerontología Latinoamericana. Teoría y práctica. Ed. Multiplicidades. Montevideo. ————— (1999): Formación Profesional. El caso de la Gerontología. Estudio de necesidades y aportes para un diseño curricular. Ed. Multiplicidades. Montevideo. Lévi-Strauss, C. (1981) 1977, Seminario. La identidad, Ed. Petrel, Barcelona. Lladó, M. (2004) ¿Qué entendemos cuándo se habla de factores que favorecen un buen envejecimiento? En: Pérez, R. (Comp.) Gerontología en Uruguay. Una construcción hacia la interdisciplina. Ed. Tradinco. Montevideo. ————— (2000): Las Edades de Hércules. En LEOPOLD, L. Gerontología Latinoamericana. Teoría y práctica. Ed. Multiplicidades. Montevideo. Lloyd-Sherlock, P. (1999): Ancianidad y pobreza en el mundo en desarrollo. Centro Interdisciplinario para el Estudio de las Políticas Publicas. Madrid López Gómez, A. (Coord.) (2006): Proyecto Género y generaciones. Reproducción biológica y social de la población uruguaya. Ed. Trilce. Montevideo Mainetti, J. A. (2006): La medicalización de la vida. http://electroneubio.secyt.gov.ar/medicalizacion_de_la_vida.doc. Electroneurobiología 2006; 14 (3), pp. 71-89; URL <http://electroneubio.secyt.gov.ar/index2.htm> Naciones Unidas (1982): Informe de la Asamblea Mundial sobre el envejecimiento de la población, Conferencia 31, Viena. Netto, C. (2003): Redes sociales, salud y participación. Un análisis crítico. En: Sosa, A. y otros, La salud de todos: desde el proyecto a la acción. La experiencia de Montevideo. Montevideo: IMM /UE/IDH. Nisisaki, S. y Pérez, R. (Ed.) (2004): Gerontología en Uruguay. Una construcción hacia la interdisciplina. Montevideo: Psicolibros. OMS – Organización Mundial de la Salud (1993): Salud para todos. Objetivos de la estrategia regional europea de la salud para todos. Copenhague: OMS. O.P.S.: La Atención de los Ancianos: Desafío para los años noventa. Washington 1994. Otchet, A. (1999): Estados Unidos ¡que siga la fiesta!. En: Rev. El Correo de la UNESCO, Enero 1999. Pérez, R. (2005) “Adultos Mayores: Participación e Inclusión Social” - Proyecto presentado al Llamado a Proyectos de Extensión Universitaria bienio 2005-2006 de la Comisión Sectorial de Extensión y Actividades en el Medio. ————— (2005): Adultos Mayores: Participación e Inclusión Social. Un recorrido de 11 años en extensión universitaria. Red Latinoamericana de Gerontología Sitio WEB. Octubre de 2005. — 57 — Disponible en URL: http://www.gerontologia.org/portal/archivosUpload/concursoRLG/ organizaciones/Adultos_Mayores_Participacion_e_Inclusion_Social.pdf ————— (1999): Una experiencia de extensión universitaria en el campo de la gerontología. Algunos aspectos teóricos y metodológicos. Revista electrónica de Psicogerontología Tiempo, Nº 3 (setiembre de 1999): http://www.psiconet.com/tiempo Pszemiarower, N. P. y Pszemiarower S. N.: Calidad de Vida y Desarrollo en la Vejez. En Revista Geriátrica, 1992; 8 (1): 33-37. Raggio, A. (2001): Cultura, identidad y lógicas identificatorias. Trabajo inédito. Raggio, A., Laumann, I. y Larocca, A. (1998): Notas para un programa de investigaciones urbanas. De la complejidad a la interdisciplinariedad. En: Revista de Investigación, Nº 1, U.A.I., Montevideo: Facultad de Psicología -UdelaR. Rey, P. (2000): Adulto mayor, ¿con traje de ciudadano?. En: Leopold, L. Gerontología Latinoamericana. Teoría y práctica. Ed. Multiplicidades. Montevideo. Rodríguez Sedano, A. (2001): Entorno a la socialización de la tercera edad. Departamento de Educación. Universidad de Navarra. Curso de Gerontología. Marzo 2001. http://www.unav.es/ educacion/sociedu1/textos/socializacion_tercera_edad.rtf Rudolf, S. (2002): Vivir en un asentamiento: ¿problema para la psicología? Aspectos psicosociales vinculados a la calidad de vida. En: Universidad de la República. Facultad de Psicología (2002) Revista Universitaria de Psicología. 2. 1. Salvarezza, L. (Comp.) (1998): La Vejez. Una mirada gerontológica actual. Paidós. Bs. As. Salvarezza, L. (1996): Psicogeriatría. Teoría y clínica. (3º ed.). Paidós. Bs. As. Sánchez, C. (2005) 2000: Gerontología Social. Espacio. Bs. As. Serpaj (1997): Los Adultos Mayores en el Uruguay http://www.serpaj.org.uy/inf97/indice.htm Speier, N. (1990): Comunicación trigeneracional y prevención. Su función en la infancia y juventud. Espacio web de la Federación Latinoamericana de Psicoterapia Analítica de Grupo. web site: www.flapag.com Touraine, A. (1998) 1997: ¿Podremos vivir juntos? Ed. Fondo de cultura Económico. Bs. As. Vargas, J.H. (2000): Los procesos participativos como construcción social en las personas mayores http://psicomundo.com/tiempo/ Rev.Tiempo Número 6 - Noviembre 2000 (febrero, 2001) Veiga, D. (2000): Hacia una agenda de investigación sobre procesos emergentes en la sociedad urbana. Documentos de Trabajo. www.rau.edu.uy/fcs/soc Yuni, J. (2000): El mito del eterno retorno. Educación, subjetividad y adultos mayores. En: Tutelados y asistidos. Programas sociales, políticas y subjetividad. Duschatzky, Silvia (Comp.) Paidos. Bs. As. Yuni, J. y Urbano, C. (2005): Educación de adultos mayores. Teoría, investigación e intervenciones. Brujas. Córdoba-Argentina Zarebski, G. (1999): Hacia un buen envejecer. Ed. Emecé. Bs. As. — 58 — La vejez como producción subjetiva. Representación e imaginario social. Fernando Berriel Resumen El presente texto aborda las representaciones actuales del envejecimiento y la vejez en los propios Adultos Mayores. Parte de algunas consideraciones teóricas sobre el lugar que los viejos han ocupado en la Modernidad. Luego comunica algunos de los resultados obtenidos en un estudio cualitativo desarrollado en la ciudad de Montevideo. De estos resultados se siguen dos líneas de conclusiones: Unas referidas a la elaboración de políticas sociales para los Adultos Mayores y el envejecimiento. Otras directamente centradas en las perspectivas de la Psicogerontología en su afán de aportar conocimientos y prácticas profesionales. Se desarrolla la concepción de clínica del autor. Se concluye que las prácticas clínicas, consideradas en un sentido muy amplio, con adultos mayores, deben incorporar en forma central el trabajo con las representaciones sociales y las producciones imaginarias sobre la vejez y el envejecimiento. Introducción Seguramente pasará mucho tiempo antes de que hablar de las representaciones sociales sobre el envejecimiento y la vejez no constituya un esfuerzo por develar, digámoslo directamente, procesos de dominación, discriminación y segregación, que se inscriben en el campo de la producción de sentido, pero también en el universo de las pasiones y de los deseos, anudados muchas veces al poder a través de complejos mecanismos discursivos y extradiscursivos. Esta exposición sobre las representaciones sociales de la vejez, el imaginario social y el envejecimiento no se orienta, sin embargo, hacia el conocimiento de los significados que un colectivo amplio adjudicaría a un grupo más restringido de personas o a un proceso humano por vivir, en este caso el envejecimiento. Por el contrario, en esta comunicación pretendemos compartir algunos nuevos conocimientos sobre las representaciones sociales del envejecimiento que hemos estudiado con otros compañeros en los propios adultos mayores montevideanos, para luego considerar algunos aspectos Servicio de Psicología de la Vejez, Facultad de Psicología, Universidad de la República. Fernando Berriel. Psicólogo. Psicoterapeuta. Profesor Adjunto del Servicio de Psicología de la Vejez y Responsable de la Unidad de Apoyo a la Investigación de la Facultad de Psicología, Universidad de la República. Ha completado sus estudios de Maestría en Psicología Social en la Universidad Nacional de Mar del Plata. [email protected] — 59 — de la relación que este universo dinámico de significados guarda con la subjetividad de esos mismos sujetos. Tradicionalmente, el medio académico, social y político ha reconocido sin demasiadas dificultades las actitudes prejuiciosas que las sociedades modernas tienen respecto a la vejez. En el Río de la Plata es ineludible la referencia a los desarrollos conceptuales de Leopoldo Salvarezza (1993). Este autor, muy importante para nosotros, acuña el término “viejismo” como equivalente de la expresión “ageism” de R. N. Butler, y designa así al “conjunto de prejuicios, estereotipos y discriminaciones que se aplican a los viejos simplemente en función de su edad” (p. 23). Por sus efectos, resulta comparable a otros prejuicios y discriminaciones aplicadas a otros grupos de personas en función de su sexo, su orientación sexual, el color de su piel, su religión, etc., lo que ya implica una dimensión política sobre la que luego volveremos. Lo distinto radica en que en este caso no se trata de personas que nacen en una supuesta condición diferencial, sino que llevan determinado tiempo de vida. Esto último tiene dos derivaciones importantes. En primer lugar se discrimina en función de un rasgo que, si se vive lo suficiente, se terminará por detentar. En segundo término, el rasgo en el que, en un proceso de tipo metonímico, se asentará el prejuicio, será identificado en gran medida a través del reconocimiento del cuerpo. Esta última derivación nos ha llevado a la investigación de la imagen del cuerpo en el envejecimiento y también en otras franjas etarias (Berriel y Pérez, 2006, 2005 y 2002; Berriel, 2007, 2004, 2003, 2003b). Estos estudios, así como la investigación teórica, nos ha señalado el hecho de que la perspectiva conceptual del prejuicio y el estereotipo presenta una serie de limitaciones para abordar el tema que nos ocupa. En ello pagan tributo a su pertenencia teórica al campo de las ciencias de la conducta. A pesar de los esfuerzos de articular estos fenómenos con algunos desarrollos psicoanalíticos, estos constructos teóricos no nos permiten exceder los límites de los seres humanos entendidos como sujetos de comportamiento. Si pretendemos un abordaje más comprensivo del fenómeno, se hace necesario recurrir a otros conceptos. Uno de ellos es el de las representaciones sociales del envejecimiento, la vejez y los viejos. Se ha definido al enfoque en el estudio de las representaciones sociales como una “epistemología del sentido común” (Banchs, 1986). Así, las representaciones sociales de la vejez constituirían un sistema lógico no científico, construido en y a través de la interacción “cara a cara” con los miembros de los grupos que nos dan una identidad social y le dan un sentido a la realidad. La “fuerza” de las representaciones sociales como formas de conocer el mundo radica justamente en su cualidad de “atajo” para acceder a fenómenos complejos y en lo que en cuanto a identidad, pertinencia y pertenencia social aportan (Moscovici et al., 1991). Monchietti y Lombardo (2000), por ejemplo, han estudiado desde esta perspectiva los discursos dominantes sobre la vejez., destacando que predominan las representaciones de naturaleza negativa. También concluyen que “la representación de sí que el anciano tiene en cuanto tal, se ve influida por la representación que, de la vejez, circula en el discurso de un grupo social determinado” y establecen que “las significaciones generalmente asignadas son casi equivalentes a agresiones explícitas o solapadas; “chochea”, “viejo verde”, “resentido”, etc..” (p.1). Una conclusión clara que podemos extraer de estos aportes es que estas representaciones sociales, estos prejuicios y estereotipos, al dar lugar a valoraciones jerárquicas (cuerpo joven > cuerpo viejo) y a discriminaciones, encierran una dimensión política. — 60 — El poder se define, con Spinoza, como la capacidad de afección que, en el marco de una relación entre formaciones subjetivas, tiene un término respecto a otro, tanto en dimensiones macro como micro sociales (Fernández, 1994). Para Foucault (1989), el funcionamiento y la reproducción del poder exige enunciados, normas, sistemas de legitimación, sanciones de las conductas no deseables (discursos del orden). Pero también (cf. Marí, 1993) necesita de prácticas extradiscursivas, a partir “de soportes mitológicos, emblemas, rituales que hablen a las pasiones y, en consecuencia, disciplinen los cuerpos” (Fernández, 1994, p. 240), requiere de un universo de significaciones que más que a la razón interpele a las emociones, a los sentimientos, dando lugar a rituales que regulen comportamientos de agresión, de miedo, de amor, que anuden los deseos al poder. En tal sentido es que aludimos a lo que Castoriadis (1987, 1993) denomina imaginario social efectivo o instituido, el que “suministra esquemas repetitivos, crea marcos de preceptos y pone en conexión regularidades de los comportamientos con los fines y las metas del poder” (Fernández, 1994, p. 241). La Institución Imaginaria de la Vejez ¿Qué instituye una sociedad? Esta puede ser una formulación de la pregunta de investigación de Castoriadis, y ésta su hipótesis de trabajo: instituye significaciones. Siguiendo esta idea, el conjunto de significaciones relacionadas con el envejecimiento y la vejez se van a relacionar con la propia institución de una sociedad. Bauman (1998, 1999) considera que la Modernidad, como proyecto, se ha regido por dos formaciones de sentido que le han sido muy preciadas: “el sueño de la pureza” y el “afán del orden”. Desde estas bases la Moderninad elaboró los ideales de belleza, orden, higiene, y se esforzó en configurar complejos dispositivos orientados a limpiar lo sucio y a ordenar el desorden. Necesitó para ello dar una nueva estructura al mundo. Se buscó entonces preservar el orden y, con él, la inteligibilidad del ambiente. Esto abarcó también, por supuesto, a las personas y a las poblaciones, en tanto constituían una de las mayores “fuentes y corporizaciones de lo sucio”. Esta perspectiva de lo humano fue particularmente así en relación a determinados grupos, categorías de personas que alterarían el orden del ambiente. Desde este pensamiento único, estos obstáculos para la perfección constituyen una nueva categoría: los otros. Los viejos han formado parte de esta pléyade de sucios, feos y malos, de locos, de pobres y de viejos. Ese conjunto de cristalizaciones de sentidos y de repetición de prácticas discursivas y extradiscursivas articuladas que constituyen el imaginario social efectivo o instituido propio de la modernidad, no admite otro orden que el de sus propias significaciones, antes que posibilitar otras organizaciones lo que produce son los otros de un orden tomado como único posible, adecuado y correcto. Los otros son también el afuera del orden, los fuera del orden que, como tales, deben ser eliminados: adecuarse o desaparecer, ser retirados de los espacios reservados a los normalizados. El mundo se torna administrable, las personas pasan a ser vistas como gobernables y aquéllos que deben ser incluidos en los sistemas normativos y normalizadores de esa sociedad recibirán una especial atención. Bajo la convicción del control y del ordenamiento del mundo por la racionalidad, el pensamiento moderno embebió también el campo de las ciencias del comportamiento, en la búsqueda de un sujeto universal y, de hecho lo construyó, determinando para él, entre otras prescripciones, etapas de desarrollo y modos de existencia adecuados desde el punto de vista psicológico. Un ejemplo de ello lo constituye el modelo deficitario — 61 — del envejecimiento, en especial la teoría de la desvinculación de Cummings y Henry, magistralmente desmenuzada y criticada hace veinte años, a partir de múltiples aportes previos, por Leopoldo Salvarezza (1993). Entonces, esa institución imaginaria que constituye el viejo, y de ahí el envejecimiento y la vejez, sólo puede desarticularse desde una práctica crítica radical de ese Sujeto Universal del racionalismo y humanismo modernos (Ema, 2004), sobre todo agenciándonos a partir de dos fenómenos importantes de la sociedad actual: 1) La proliferación de demandas singulares en nombre de algún tipo de diferencia que no se reconoce en la supuesta naturaleza universal de un sujeto humano único que, hoy lo vemos claro, consiste en realidad en un particular hegemónico (hombre, blanco occidental, adulto joven…). Por el contrario, hoy asistimos a mayores niveles de visibilidad de nuevas posiciones de sujeto de transformación y/o resistencia. 2) Las fronteras que separan lo humano y lo no humano se han difuminado. La promiscuidad de estas relaciones ha producido entidades híbridas irreconocibles en ninguna categoría pura. Esta subversión de algunas dicotomías modernas (social/natural; natural/artificial; social/individual) nos va dejando cada vez más en claro lo difícil que resulta pensar la acción como algo producido por un humano individual que sería su único origen o fuente, por más conflictos “intrapsíquicos” que lo complejizaran. El actuar, la práctica, la acción, puede ser vista como la producción debida a la articulación entre entidades muy diversas (humanas y no humanas). Una Generación Bisagra En el año 2006 se publicó el Estudio Cualitativo del Proyecto Género y Generaciones sobre la reproducción biológica y social de la población uruguaya (López Gómez, A., 2006). El informe de la investigación cualitativa del componente Adultos Mayores en el marco de ese estudio se denominó: Sedimentos y Transformaciones en la Construcción Psicosocial de la Vejez (Berriel, Pérez y Paredes, 2006). Este estudio muestra, entre otras cosas, algunas características importantes de la expresión del imaginario social sobre la vejez en los propios adultos mayores uruguayos. En primer término, señalaremos que aún hoy, y a pesar de todo lo producido desde las disciplinas científicas y desde las políticas socio-sanitarias, existe una visión negativa del envejecimiento asentada en algunas cristalizaciones de sentido: La asimilación de la vejez a la enfermedad - ¿Pero entonces la vejez es para Ud. deterioro? - Deterioro físico, y si uno se deteriora físicamente, ya corta las oportunidades porque uno tiene que vivir cuidando su salud y no tiene aspiraciones a hacer muchas cosas que quisiera desarrollar (María Emilia) - Y yo lo que pienso es estar bien y no estar postrado… no estar mal para no dar trabajo a nadie. (Roberto) Autoexclusión de la vejez - … Y yo ya estoy en la tercera edad, … bueno yo no me veo vieja, pero me (silencio) no me siento vieja, pero me veo al espejo y me doy cuenta que estoy vieja, pero yo no me siento … y bueno yo qué sé, no, no te sé explicar lo que es la vejez. (Alicia) — 62 — - No, no ahora no, al contrario yo me siento joven, me siento joven. (Roberto) Correlación entre envejecimiento y pasividad - … O sea que mientras uno pueda valerse por sí mismo y pueda desempeñarse, hacer toda la actividad que pueda, no es viejo. (Omar) - Lo primero que uno piensa es no estar postrado, no estar mal para no dar trabajo a nadie … tratar de ser lo más bueno, lo más tranquilo que uno pueda para no darle problema a los demás y para pasar una vejez tranquila. (Roberto) La vejez vinculada a la dependencia - No enfermarse eso es lo que me temo, me amarga decir “uno está enfermo, tenés dependencia de otros, eso no me gusta”. (Edison) - No me gusta ser vieja, a nadie le gustará ser vieja supongo, pero envejecer, envejecer, lo que yo no quisiera es pasar mal, yo quisiera poder caminar y poder seguir andando en bicicleta… (Alicia) La pérdida de autonomía y las ideas muerte en los varones - … cuando llegamos a viejos pensamos pa’ qué voy a vivir sino puedo hacer nada. (Jorge) - … a mí no me dejen llegar así vegetativo … Yo siempre dije, cuando yo llego a eso yo voy a tratar de solucionarme, de autoeliminarme pa’ no darle problema a la sociedad, ni a la familia … (Edison) La vejez como fallas en el cuerpo considerado como instrumento - … Esto es la vejez entonces, … que uno se levanta más tarde de mañana, que me cuesta moverme… todas esas cosas. (Esther) - Sí, no tengo la fuerza que tenía antes, antes me ponía tres bolsas de Pórtland arriba del hombro, sí, tenía mucha fuerza, … pero ahora … (Edison) La vejez como pérdida de atributos estéticos - … con el tiempo se da cuenta que empiezan las arrugas y el estado físico no es tan aparente entonces ya trata de ser un poco más anónimo, no tratar de destacarse mucho precisamente. (María Emilia) - … no nos miran ni los perros que pasan por la calle. (Juan Miguel) La vejez como una soledad temida - … es que ahora otra no me queda, no me queda otra, yo tengo que adaptarme, acostumbrarme a que tengo que vivir sola aunque me duela” (Mónica) Pero también aparecen contenidos vinculados a un paradigma emergente de significación del envejecimiento, articulados en torno a ciertos enunciados: La vejez conlleva más libertad para la mujer - … porque si ahora empezara otra vez a pensar en mis hijas y mandarlas al colegio me daría pereza …todo ese trabajo que pasé, mi esposo que tomaba un poco también y venía mareado … todas esas cosas, todo ese trabajo que pasé… Ahora lo bueno es que soy libre, soy libre, la libertad es divina ¿no? (Alicia) — 63 — La actitud subjetiva hacia la vejez puede incidir en ella - La vejez es negativa cuando la persona digamos se amilana, ¿no? (Omar) La buena vejez: la mayor cantidad de actividad posible - … si nosotros estamos en actividad... todas las arterias, los músculos, todo está en movimiento y eso es lo que no deja envejecer ¿no? (Omar) Virtudes tradicionales de la vejez - Ahora que uno es viejo es más tolerante y es más sabio, y menos tonto (se ríe) (Juan Miguel) - … y como que logré cierta paz que no tenía antes… Sí, me noto mejor. (Jerónimo) Calidad de la vejez relacionada con la calidad de la información - No sé si es porque tengo información y algo preparado estoy pero no noto un cambio físico así como negativo. (Walberto) - Y estar informada y poder hablar con la gente joven… (Grupo Mujeres) La red social y vincular como panacea para el envejecimiento - Si hubieran cientos de grupos de adultos mayores … si todos se metieran en un grupo … (Grupo Varones) Se debe estar bien en la vejez - La vejez debería ser sabiduría y estar bien, pero yo me siento una vieja imberbe y estúpida cuando subo al ómnibus y el conductor me tiene que arrimar al cordón y me cuesta subir por mi frac … por mi problema de columna. (Grupo Mujeres) En este estudio concluíamos que la representación social del envejecimiento y la vejez que tienen los propios adultos mayores merece la definición de compleja. Ya no habría una representación más o menos única, simple, dada en forma casi exclusiva por el modelo tradicional de envejecimiento y por una directa y simple vinculación del envejecimiento con la pasividad, el declive y la enfermedad. Este modelo tradicional no ha perdido aun probablemente su condición de hegemónico, sin embargo, coexiste con un nuevo paradigma con contenidos casi inversos. Las percepciones que encontramos en los sujetos toman elementos de ambos modelos, son producciones contaminadas de ambos paradigmas. Sin embargo los contenidos que componen estas producciones, las formas en las que los mismos se combinan y se manifiestan no se dan en forma meramente caótica, sino que en su complejidad dejan entrever algunos mecanismos que permiten profundizar en las principales características que adopta la producción y reproducción de la vejez y el envejecimiento en el Uruguay de comienzos del siglo XXI, y especialmente el registro subjetivo de estos procesos de producción y reproducción por parte de los adultos mayores, lo que nos permite reflexionar en la eficacia de esta percepción subjetiva en la producción de prácticas concretas. Tomemos en cuenta que la gran mayoría de nuestros viejos han nacido en la década de 1930 y el comienzo de los ’40. Diversos fenómenos macrosociales atraviesan su historia. A partir de los elementos recogidos en el estudio de Género y Generaciones, podemos destacar los siguientes: el pasaje, aun no definitivamente culminado, de una “cultura bárbara” a una “sensibilidad civilizada” (Barrán, 1990); la transición demográfica — 64 — del Uruguay ligada a la experiencia de una economía del ahorro y su transición a una economía de consumo; la integración masiva de la mujer al mundo laboral; el surgimiento, apogeo y deterioro de la integración (interclases) y la movilidad social, ligada a una clase media trabajadora como eje de una sociedad organizada en torno al trabajo. Si enumeramos los elementos que surgen como centrales en la caracterización que, en el estudio referido, hacen los adultos mayores de los escenarios en los cuales se forman como sujetos, se nos presenta un conjunto articulado de instancias y dinámicas que dan lugar a verdaderas condiciones de producción de las subjetividades propias de una época: sistemas jerárquicos rígidos, fundamentalmente instaurados e internalizados en un cierto tipo de institución familiar, la que proporciona modelos identificatorios estables (Berriel, 2003). Marcada escisión de los ámbitos y los roles sociales, determinando especialmente marcadas diferencias para hombres y mujeres, inscribiéndolos, de acuerdo a su pertenencia a estas construcciones de género concebidas como universales, en estructuras jerárquicas (hombre>mujer) desde las que el envejecimiento masculino y femenino serán significados y vividos. Una fuerte incitación a buscar y creer en el progreso social e individual, sostenida desde una cierta manera de transitar las sucesivas inscripciones sociales e institucionales (familiares, laborales, culturales, sanitarias, políticas, gremiales, académicas, etcétera) que jalonarán emblemas identificatorios centrales para la construcción del proyecto identificatorio (Aulagnier, 1994) y para el sentido que el envejecimiento adoptará en su marco. Si nos centramos ahora en los cambios que se describen en estas condiciones de producción subjetiva, se puede percibir una sociedad que transita de una a otra formación histórica: los sistemas jerárquicos se esfuman gradualmente en sus visibilidades, flexibilizándose su estilo despótico, aunque no varíen sustancialmente en su fondo autoritario; los modelos identificatorios se tornan cada vez más lábiles, intercambiables, móviles, hasta prescindibles en su identidad (Berriel, 2003b); los ámbitos, la distribución de los espacios físicos e imaginarios se transforma, dando la sensación de mayores niveles de visibilidad (particularmente de los cuerpos), mayor permeabilidad a la luz, mayor transparencia, aunque acompañada en verdad de nuevas opacidades, sentimientos de sobreexposición y sensaciones de peligrosidad de los entornos públicos, que ya no están tan limitados por prohibiciones y vergüenzas pero implican nuevos riesgos; la ligazón antes incuestionable entre progreso individual y colectivo (progresismo histórico) comienza tenue y gradualmente a ser desplazada. Generación en tránsito de una sociedad disciplinaria a una sociedad de control (Deleuze, 1990). El referido capítulo que redactáramos junto a Mariana Paredes y Robert Pérez concluye con algunas recomendaciones en torno a políticas sociales. En primer lugar establecía la necesidad de admitir que en el Uruguay, y en general en las sociedades actuales, los adultos mayores “constituyen un colectivo que no sólo es insuficientemente atendido por las políticas sociales, sino que es discriminado, infravalorado y segregado socialmente” (p.117). Además, junto a Robert Pérez (2002) hemos destacado el hecho de que, en Uruguay, este grupo etario presenta un alto nivel de autovalidez, autonomía funcional y disposición de sus capacidades físicas e intelectuales. Es claramente falso el difundido prejuicio que asimila vejez a enfermedad y se establece claramente que en esa población se encuentran importantes recursos para el desarrollo social. Sin embargo, uno de los principales problemas que el estudio de Género y Generaciones nos mostró que existe para movilizar ese recurso, radica en el imaginario social instituido respecto a la vejez y el envejecimiento. Decía el referido texto en su parte final: “Un elemento a considerar sería la implementación de políticas de sensibilización — 65 — y crítica de las concepciones imperantes en nuestra sociedad sobre el envejecimiento, de una manera que, desmarcada del modelo tradicional (prejuicioso y segregacionista) y del modelo emergente “políticamente correcto” (centrado en un activismo acrítico), incorpore a los propios adultos mayores junto a otros sectores sociales en la construcción de nuevas significaciones y prácticas significativas. Esta integración social de los adultos mayores es uno de los desafíos más importantes y de mayor impacto. Sin embargo, nuestro país presenta tres características que han conspirado durante décadas contra esta integración, a saber: escasa integración etaria; retiro laboral abrupto y pretendidamente total; políticas sociales y sanitarias específicas asistencialistas, pasivizantes y fragmentadas” (p. 117). Cualquier política de estado articulada con la sociedad civil que se pretenda efectiva, debería abordar estas debilidades estructurales del abordaje que hasta el momento se hace de los temas relacionados con la vejez y el envejecimiento. Lamentablemente, luego de un año largo de publicado aquél estudio es poco lo que se ha avanzado concretamente en ese sentido. No perdemos, sin embargo la esperanza, y sabemos de algunos esfuerzos por comenzar a andar más decididamente. Las Implicaciones Clínicas del Imaginario Social Tenemos una concepción de clínica que excede el abordaje desde una única perspectiva teórica. Y creemos que esto permite también exceder los sedentarismos a los que, inevitablemente, la autorreferencia teórica y documental por un lado y la estandarización de los abordajes estratégicos por otro, pueden conducir al encuentro clínico. También dejamos sentado que la clínica es, ante todo, una perspectiva que busca la emergencia de la singularidad y la multiplicidad y que, entonces, la clínica que practicamos en y con los equipos por los que transitamos incluye a los individuos, pero también a los grupos, a las familias, a las instituciones, a las comunidades. Se trata de una clínica móvil (Rodríguez Nebot, 2004). Quien asiste a un encuentro clínico en el marco del cual humildemente buscamos intervenir, se encuentra ante una tensión relacionada a la (im) posibilidad de una acción. La acción se produce en la emergencia de un acontecimiento que trae novedad al mundo, ante un trasfondo de sedimentaciones que funcionan como su condición de posibilidad. Así, quien nos consulta, ya sea una persona, una pareja, una familia, está atrapado entre la imposibilidad de existir como expresión de esa sustancia “viejo” cristalizada en el imaginario social efectivo que la produce con atributos de necesaria y clausurada, aún cuando cabalga los dos paradigmas aludidos, y la existencia como una urgencia por ser de alguna manera, no necesaria, no definitiva, sino contingente, perecedera y cambiante, aunque no arbitraria. El exceso de sentido que el imaginario social necesita sostener sobre la vejez y el envejecimiento da lugar a una progresiva pérdida de sentido dada por la clausura de la interrogación (y en esto las perspectivas organicistas de la subjetividad son claramente cómplices) o por un exceso de respuestas. De allí se sale, en palabras de Castoriadis, a través de la producción de un imaginario radical o instituyente, dando lugar a nuevos procesos de subjetivación por la única vía posible: la de las prácticas, la de la articulación. Articular lo desarticulado, desarticular lo cristalizado tanto en el plano discursivo (y principalmente de los enunciados, como en el extra discursivo, de las visibilidades, de las percicibilidades. — 66 — Cuanta más experiencia clínica vamos desarrollando, gracias a la confianza de los adultos mayores que nos consultan y nos formulan sus problemas, y a los compañeros que nos “soportan” en los equipos por los que transitamos, más convencidos estamos de algo que ya empezamos a avizorar hace unos años: Las especificidades del trabajo clínico con adultos mayores no son muchas, y la principal es la capacidad crítica de los profesionales para abordar la eficacia simbólica del imaginario social instituido, el carácter preformativo de los discursos sobre la vejez. La mayoría de las situaciones clínicas que debemos abordar se relacionan en algún nivel con cierta producción de realidad a partir de este imaginario hecho acto o narrativa. Un ejemplo de ello es el fenómeno de la identidad unívoca (“yo siempre he sido el mismo y no voy a cambiar”), señalado por Graciela Zarebski (2005) como un claro factor de riesgo psicológico en el envejecimiento. Es claro que las narrativas en las que se sostiene esta producción de una identidad unívoca se vinculan a lo aludido en cuanto a la atribución de esencialidad como una de las características del imaginario social. Sólo para ilustrar la relevancia que esto tiene, tengamos en cuenta que hemos podido determinar (Berriel y Pérez, 2007) que entre los elementos de lo que desde algunos enfoques se denomina “personalidad premórbida” en los casos de enfermedad de Alzheimer, tienen una importante presencia tanto la visión negativa del envejecimiento y la vejez como la presencia de características propias de una identidad unívoca. Por ello, la práctica clínica, tal como la entendemos ha de posibilitar hacer visible la contingencia que nos define, es decir, nuestro modo concreto de existencia, situado, , no necesario, no natural, no esencial. Y debe dar lugar a la incorporación de novedad, tal que subvierta un orden dado y se proponga fijar otros. ¿Está la Psicogerontología en condiciones de plantearse esta apuesta y, de este modo, realizar aportes sustantivos a un imaginario ya no sólo emergente, sino radical, instituyente del envejecimiento? Creemos que sí. Referencias Bibliográficas Aulagnier, P. (1994): La violencia de la interpretación. Buenos Aires: Amorrortu Banchs, M. A. (1986): Concepto de representaciones sociales. Análisis comparativo. Revista Costarricense de Psicología, 8 pp. 27-40 Barrán, J. P. (1990): Historia de la sensibilidad en el Uruguay. Tomos I y II. Montevideo: EBO/FHCE. Bauman, Z. (1999): Modernidad líquida. Buenos Aires. FCE. ————— (1998): Modernidad y Holocausto. Madrid. Sequitur. 1998. Berriel, F. (2007): Psicoterapia, vida y devenir. Fragmentos de la lucha entre el cuerpo y el organismo. En Pérez, R. Cuerpo y subjetividad en la sociedad contemporánea. Montevideo: Psicolibros (en imprenta al momento de esta publicación). ————— (2004): Imagen del cuerpo, modelos y emblemas identificatorios en los adultos mayores montevideanos (comunicación parcial de tesis de maestría). En: Nisisaki, S.; Pérez, R.. (Edit., 2004) Gerontología en Uruguay. Una construcción hacia la interdisciplina. Montevideo: Psicolibros/Narciso. 77-98. ————— (2003): Imagen del cuerpo, modelos y emblemas identificatorios en los adultos mayores. Tesis de Maestría. Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Mat. mim. ————— (2003b): Aportes para una genealogía del cuerpo en Uruguay (comunicación de resultados de una historia de vida grupal). VI Jornadas de Psicología Universitaria. Montevideo: Psicolibros. 211-216. — 67 — Berriel, F y Pérez, R. (2007): Psicoterapia de las demencias. Clínica e investigación. Montevideo: Psicolibros. ————— (2006): Imagen del cuerpo y producción de sentidos. Estudio con adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores de la ciudad de Montevideo, Uruguay. Revista Iberoamericana de Psicomotricidad y Técnicas Corporales. Nº 23. Vol. 6 (3) Agosto de 2006: 65 – 82 ————— (2005): Imagen del cuerpo en diferentes franjas etarias. En: Universidad de Bs. As., Facultad de Psicología (2005) Memorias de XII Jornadas de Investigación y Primer Encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur: Avances, nuevos desarrollos e integración regional. Bs. As.: Ediciones de la Facultad de Psicología de la UBA. ————— (2002): Adultos Mayores Montevideanos: Imagen del cuerpo y red social. En: Revista Universitaria de Psicología. 2ª Época -Nº 1 -Junio 2002. Universidad de la República. Facultad de Psicología. Berriel, F; Paredes, M. y Pérez, R. (2006): Sedimentos y transformaciones en la construcción psicosocial de la vejez. En: López Gómez, A. (Coord.) Proyecto Género y Generaciones. T1. Estudio Cualitativo. Reproducción biológica y social de a población uruguaya. Montevideo: Trilce/UNFPA. Castoriadis, C. (1987): La institución imaginaria de la sociedad. Barcelona: Tusquets. ————— (1993): El mundo fragmentado. Montevideo: Nordam. Deleuze, G. (1990): ¿Qué es un dispositivo? En Deleuze et al. Michel Foucault filósofo. Barcelona: Gedisa. Ema, J. E. (2004): Del sujeto a la agencia (a través de lo político). Athenea Digital, 5, 1-24. Disponible en http://antalya.uab.es/athenea/num5/ema.pdf Fernández, A. M. (1994): La mujer de la ilusión. Pactos y contratos entre hombres y mujeres. Bs. As.: Paidós. Foucault, M. (1989): Vigilar y Castigar. Bs. As.: Siglo XXI. Marí, E. (1993): Lecturas y usos de Castoriadis. Zona Erógena, 15, IV. Pp. 14 – 15. Monchietti, A. y Lombardo, E. (2000): Representación social de la vejez y su influencia sobre el aislamiento social y la salud de quien envejece. Revista Tiempo, 4. http://www.psiconet. com/tiempo. Moscovici, S.; Mugny, G. Anthropos. y Pérez, J.A. (1991): Influencia social inconsciente. Barcelona: Rodríguez Nebot, J. (2004): Clínica móvil: el socioanálisis y la red. 1ª ed. Montevideo: Psicolibros-Narciso. Salvarezza, L. (1993): Psicogeriatría, teoría y clínica. Bs. As.: Paidós. Zarebski, G. (2005): El curso de la vida: Diseño para armar. Trabajo psíquico anticipado acerca de la propia vejez. Mecanismos y efectos en el modo de envejecer. Tesis doctoral. 1ra. Edición, Bs. As.: Universidad Maimónides Científica y Literaria. — 68 — Capítulo 2 Envejecimiento y subjetividad Produccion y Representacion Social del Envejecimiento. Transformacion Social y Perspectiva Intergeneracional Mediana Edad y Envejecimiento Genero y Generaciones en la produccion del envejecimiento Proyecto de Vida y envejecimiento Cuerpo y envejecimiento Dimension Subjetiva del Envejecimiento en Contextos de Exclusion Produccion y Representacion Social del Envejecimiento La producción social del envejecimiento: la perspectiva biográfica Maria de las Mercedes Ruiz A) Introducción 1. El uso de la metodología cualitativa. Quisiera iniciar estas páginas con algunas consideraciones vinculadas con el método, las relaciones sujeto-objeto de estudio, las prácticas de los sujetos, el énfasis del nivel socio-simbólico en la construcción social de la realidad, en tanto espacio constituido por unas tramas no completamente determinadas. Prefiero pensar en términos de unas culturas cualitativas, en tanto vienen produciendo un nuevo espacio de la investigación en las Ciencias Sociales, donde no sólo hay una renovación del aparato conceptual y metodológico, sino también una reorientación de los procedimientos de observación, dejando de lado restricciones como el principio de objetividad y neutralidad axiológica. Podríamos mencionar entre dichas culturas metodológicas de la investigación cualitativa a: la Fenomenología, la Hermenéutica, la Etnografía y la Investigación-acción. La hermenéutica, como teoría de la interpretación, es de uso relativamente recientemente en las Ciencias Sociales. La lógica y las metodologías de las Ciencias Sociales, tienen que ver básicamente con la inteligibilidad de la acción humana y para captar por qué los seres humanos actúan como lo hacen, debemos comprender el significado de su actividad. Quiero decir, comprender en tanto que captar, porque los actores siguen haciendo aquello que hacen. No se trata de un análisis causal, sino una orientación interpretativa o hermenéutica. Es interesante utilizar esta herramienta para un análisis interpretativo y examinar el porqué de cada una de las opiniones, creencias, comentarios y saberes que aparecen en forma de enunciados en diferentes sujetos de la enunciación. El proceso de mediatización ha posibilitado que lo “vívido”, se transforme en una mercancía de uso corriente y quien ha producido los testimonios de lo vivido, ha sido la entrevista, mediante el uso de la técnica de la grabación. Escuchamos la vida de la gente. Se percibe un retorno biográfico, el sujeto insiste en relatar-se, narrar-se. A los propósitos del presente trabajo, utilizo la entrevista de historia oral mediante la que intento recuperar la experiencia vivida y la percepción que la entrevistada Universidad Nacional de Santiago del Estero. IRGE. CICYT. Argentina. [email protected] — 71 — tiene del entorno del que forma parte, de aquellas prácticas pasadas y presente que configuran permanentes aprendizajes y la forma como produce su proyecto vital. Desde esta posición se reivindica lo autobiográfico, el relato del quehacer personal como método extraño a cualquier esquema hipótesis-verificación. Esta modalidad propone tratar al hombre ordinario no ya como un objeto a observar y medir, sino como un “informante”, y por definición, como un informante mejor calificado que quien lo interroga. Uno de los aspectos que quisiera destacar respecto del procedimiento biográfico se refiere al proceso interactivo del investigador con el sujeto. El investigador está radicalmente implicado con el sujeto de la investigación. En consecuencia, se produce un proceso de retroalimentación circular que, lejos de resultar pasivo, va a modificar continuamente tanto el comportamiento del sujeto, como el del investigador, transformando cualquier presunción de conocimiento objetivo en algo simplemente imposible. La interacción da lugar a una serie de mediaciones que surgen en el relato, dando cuenta del sí (self) y la percepción de sí, del que narra y de lo narrado, donde todo presume la existencia de unos significados en permanentes acuerdos y tensiones entre ellos y en donde todo vale: los lapsos, los interrogantes, los silencios, los gestos, el lenguaje facial, corporal, como el uso de las reiteraciones. El enfoque o la perspectiva biográfica, es ante todo una elección ideológica del investigador que valoriza la subjetividad, el lenguaje, la evocación y las formas de contar. Aquí la subjetividad no es una determinación exterior, sino que refiere a la naturaleza misma del sujeto. Se refiere a cómo el sujeto construye los significados que en gran parte son el resultado de la relación con el mundo social. El proyecto en donde inscribe el presente trabajo, amerita todas estas condiciones para su elección. ¿Quién es este sujeto? ¿Qué es lo que hace que nuestro sujeto sea importante de conocer? En realidad lo que interesa del sujeto, es la manera en que otorga significados a sus prácticas, (y en cuanto toda práctica es social) a las relaciones que estas suponen. El transcurrir de su vida, le permite descubrir los significados de los significados recibidos, a la vez que ha llenado los significados recibidos con su propia experiencia personal, constituyendo de esta manera, una ingeniería de aprendizajes que le permiten re-significar su vida presente y futura. 2. La micro-historia y la perspectiva biográfica como herramientas. A partir de las décadas de 1970-80 comienza una revisión crítica de los paradigmas en Ciencias Sociales con el propósito de encontrar nuevas maneras de teorizar. Las contribuciones de la historia oral, una de las herramientas del trabajo antropológico clásico, irrumpen con nueva fuerza, además de una mayor autoconciencia de sus posibilidades y límites. Daniel Bertaux, propone el recogido de las historias de vidas no sólo como una nueva práctica empírica sino como una redefinición paso a paso de la totalidad de las aproximaciones a la práctica sociológica. Introduce la expresión “perspectiva biográfica” en lugar del método de los relatos de vida y en tal sentido propone que: “el investigador que comienza a recoger relatos de vida, creyendo tal vez que utiliza una nueva técnica de observación dentro de unos marcos conceptuales y epistemológicos inmutables, se — 72 — verá paulatinamente llevado a cuestionar, uno tras otro, dichos marcos”. Se trata no de la simple adopción de una nueva técnica, sino de la construcción progresiva de una nueva práctica sociológica que, entre otras cosas, permita reconciliar observación y socioanálisis. Considero aquí la entrevista como un encuentro entre actores, que narración mediante, adquiere paulatinamente un fuerte carácter perfomativo en tanto que incorpora otra/as dimensión/es al encuentro. Me refiero a la construcción de un saber, un entendimiento y de una realidad, a veces compartida. Me interesa entender los significados que establece el otro sobre los aspectos que previamente se establecen en orden de un proyecto previo y que por tanto establece un marco para la interpretación. No obstante, no se puede dejar de considerar que la entrevista aporta un importante plus en orden a la: construcción de significados comunes, de un entendimiento de las rutinas cotidianas y del sentido de la propia vida, sobre todo en las edades de los sujetos en cuestión. La entrevista genera motivos de identificación y ello vincula con la manera como uno se inventa y reinventa permanentemente, con lo que se es y el vínculo con los demás. Sentido de pertenencia y diferenciación al mismo tiempo. Desearía extenderme más en este tema, pero a los fines de la presentación, no es el propósito del presente trabajo. Con el consentimiento de mi entrevistada, decidí utilizar un seudónimo. La experiencia me dicta que dicha elección, no es tan azarosa como pretende. La elección del sobrenombre a veces cubre o encubre significados que la/el entrevistadora/r asigna al sujeto entrevistado y con ello, unas representaciones, unos modos de concebir y significar, no exentos de prejuicios y preconceptos. Un modo de darle mayor transparencia a la decisión, fue intercambiar opiniones y acordar con la entrevistada el nombre o el seudónimo que se empleará en lo sucesivo. En nuestro caso acordamos el nombre de Margot. Los diferentes aspectos contemplados en la entrevista (seleccionados previamente en el proyecto marco) constituyen una suerte de ordenador temático y los detallo a continuación: Referencias personales. Historia familiar. Itinerarios de formación. Escenarios laborales y de vida del presente y futuro. Utilización del tiempo libre. A continuación iremos deslizando el producto de nuestros encuentros, utilizando en la escritura el criterio de la sucesión temporal de los mismos. Por otro lado, la descripción de experiencias vividas según ella relata y de los contextos en los cuales se inscribieron. Esto sería lo que Bertaux, refiere al “relato de prácticas”. Me propongo establecer una conexión entre datos y referencias objetivas, con las estructuras subjetivas de la entrevistada y la entrevistadora. La idea es tratar de contextualizar sus prácticas en: • en 1º lugar, en relación con el ordenador temático arriba propuesto por el proyecto marco, • en 2º lugar, en relación a datos observados y contrastados en la labor de campo, • en 3º lugar, en relación al contexto socio-cultural más amplio, pasado o presente, según sea necesario. BERTAUX D.: “Desde el abordaje de la historia de vida hacia la transformación de la práctica sociológica”, en La Historia de Vida. Cap. II. S/ref. y en BERTAUX D. (1997) Los relatos de vida. Natham. París. Francia. Bertaux D. (1997) op.cit. — 73 — B) Relato biográfico e interpretación del conocimiento producido. En este apartado se describe todo lo concerniente a los aspectos biográficos previamente pautados en el proyecto de origen. Concretamente a los indicadores mencionados más arriba. Se genera una “descripción densa” de lo narrado por mi entrevistada, a tiempo que se introducen aproximaciones de interpretación en el marco de los tres niveles de contexto arriba propuestos. Dadas las características de esta presentación, solo se mencionarán algunos rasgos a título de ejemplo. Margot es una activa mujer de 76 años, la que conocí fortuitamente a causa de compartir la afinidad por la natación. En sucesivos veranos e inviernos nos encontramos y en nuestros descansos, intercambiamos ideas y opiniones que están más allá de nuestra pasión por éste deporte. Es de baja estatura, rubia de ojos claros y de una contextura física típica de quien practica ese deporte. Alegre, comunicativa e inquieta con frecuencia pregunta y se pregunta: ¿a vos te parece? Puede sonar a una muletilla, pero las observaciones efectuadas, parecen indicar que interroga a quienes ella respeta intelectualmente, en una suerte de condescendencia. Algo llama la atención en esta mujer: su curiosidad. Exhibe un afán permanente, casi obsesivo por lo que ella denomina el “conocimiento y el saber”. Pareciera no tener fronteras las temáticas que abarca. Es una mujer de verborragia, de un dialogar fluido y enérgico. Se sentía halagada con poder relatar su vida y es así como facilitó información de: • Lugares donde vivió y vive. A partir de allí se produjo una historiografía a largo de su vida, donde se anudan o intersectan los aspectos más relevantes de su personal y social. • Ámbito familiar nuclear. Fue miembro de una familia del interior de la provincia que como muchas, enviaban a sus hijos/as a estudiar a la ciudad capital con el fin de darles un mejor porvenir. Incluye la narrativa sobre sus padres. • Su nuevo núcleo familiar. Incluye la adaptación que implicó acomodarse a un nuevo estilo de vida, pautado por la vida urbana y por su nueva condición civil. Se une a un hombre separado, en una época que socialmente fue reprobable y el precio que debió pagara en la vida laboral y social, pasada. Incluye a su pareja y la hija de ambos. • Trayectoria escolar. Narrativa acerca como Margot se traslada a esta ciudad, inicia el itinerario escolar, el que transcurre entre un colegio confesional y posteriormente dos laicos, en los que finalmente define su horizonte laboral: el magisterio. Como muchas para su época, el papel asignado a la educación estuvo vinculado con proceso de movilidad social y estrategias familiares garantizaran a las hijas un pasar económico más seguro. Todo indica que significó un “ascenso de categoría” tal como lo menciona en un tramo de la entrevista. La cuestión de la movilidad y visibilidad social no fueron un asunto de menor importancia. Para P. Bourdieu, el sistema escolar produce una división o enclasamiento según el origen social de los alumnos. El mismo instituye “fronteras sociales análogas a Geertz, Clifford (1973-1995) y (1974). — 74 — aquellas que separaron a la gran nobleza de la pequeña nobleza, y a ésta de los simples plebeyos” Interesa señalar que Margot forja en su discurso, estrechos vínculos entre su formación académica, laboral y social. Pareciera un triángulo que en el pasado como en el presente, organiza y constituye un núcleo relacional básico de experiencias de aprendizaje que sostienen un formato de vida y de convivencia. Sería interesante en un estudio posterior, poder contrastar opiniones y experiencias con el resto de los que la acompañaron su trayectoria. Trayectoria escolar y laboral conforman una estrecha relación que deja profundas huellas en su vida presente, en el modo de entenderla y en la manera de continuar proyectando su futuro. Quiero remarcar el fuerte carácter vinculante que tienen las actividades que despliega con el proceso de aprendizaje, con el tono experiencial que reviste y abarca a toda su persona. Estas prácticas que desarrolla, implica mucho más que las destrezas intelectuales y manuales. Están indicando un compromiso del orden de la vida psicoemocional y social. Aspectos de la vida vinculados con la autoestima, la autocomprensión, el sentido de posibilidad, de relacionarse en el mundo y con el mundo, desde las propias condiciones de posibilidad. Este carácter experiencial, la torna un sujeto productivo en tanto ejercita en sus múltiples prácticas, un poder que le es propio. Esta posibilidad es la que le permite crear y recrear su entorno, insertarse en él, comprometerse, gestar un proyecto, de tal suerte de darle un sentido a su vida. Estas prácticas, entrañan un potencial productivo que es operado por el “sentido práctico” y “táctico” de sus acciones y por el ejercicio de un poder que le es propio, entendido éste en tanto condición de posibilidad. • Tiempo libre y ocio. Se muestra en éste apartado las actividades que lleva a cabo en el intento de vivir de un modo más sano su envejecimiento. Se hace hincapié en temas como la memoria, fuentes motivadoras de actividad intelectual y la capacidad de interesarse como centrales a nivel de la comprensión del proceso de envejecimiento. En cuanto pertenece a varios grupos, tiene organizado un día en el mes para el encuentro con cada uno de ellos. Estos grupos son: compañeros de promoción, dos de natación (de veranos y de inviernos), ex colegas, el de gym pilates y el familiar. En éste apartado se consideró también la actividad física y las representaciones que tiene de la misma. ¿Qué hago? Que hago... significa en este momento, mantenerme en movimiento físico, amo el movimiento físico, si no me muevo... camino, corro… todo el día. Es obsesivo… nadar en forma continua... Debe ser... aproximadamente desde mi viudez, hace catorce años, cuando me preguntaba qué hago?... Presumo que el movimiento está ligado a la vida y que cada interrogante, representa un momento de re aprendizaje donde se cuestiona el rumbo a seguir. Redefinir el mismo, implica experimentar la vejez como una etapa diferente de la vida, plena de posibilidades. Asimismo implica situarse en el medio de una tensión entre las regulacio- Bourdieu Pierre (2003: 110) Capital cultural, escuela y espacio social. Siglo XXI. Editores. Argentina. Bourdieu, P: 1991: 40 De Certeau M.: 1996: 43. Para éste autor, la táctica “es el sentido de la ocasión.” Foucault, M: 1983: 47 — 75 — nes que el tiempo produce en su estado físico y espiritual por una parte, y lo que ella aporta como protagonista de su tiempo y del uso de sus temporalidades, dando a su vida el ritmo y la dirección que desea y que vincula con la potencialidad que tienen los sujetos de convertirse en sus propios artífices. Su enfoque sobre el envejecimiento, dista bastante de las concepciones dominantes vinculadas con el deterioro y la decadencia, provengan del campo de la vida cotidiana, como del profesional. En todo caso está haciendo hincapié en poder decidir el dominio sobre el propio cuerpo y la propia vida; en establecer vínculos de afecto y cariño de un modo más perdurable. En tanto reconoce las asociaciones socialmente impuestas respecto del ideal de belleza y juventud, invierte parte de su tiempo en la práctica de gimnasia y deportes como forma de alcanzar las metas autoimpuestas, vinculadas con su ideal de vida, en una suerte de carrera contra el cuerpo que envejece. Bibliografía Bertaux, D.: “Desde el abordaje de la historia de vida hacia la transformación de la práctica sociológica”, en La Historia de Vida. Cap. II. S/ref. ————— (1997): Los relatos de vida.Natham. París. Francia. Bruner, J. y Weisser, S. (1998): “La invención de yo: la autobiografía y sus formas” en Cultura escrita y oralidad. David R. Ohon y Nancy Forrance. Comp. Editorial Gedisa. Barcelona. BOURDIEU, Pierre (1985): ¿Que significa hablar? Editorial Akal. Barcelona ————— (1991): El Sentido Práctico. Ed. Taurus. Madrid. ————— (2003): Capital cultural, escuela y espacio social. Siglo XXI. Editores. Argentina. Bourdieu, Pierre y Wacquant, Loïc (1995): Respuestas. Por una antropología reflexiva. Ed. Grijalbo. México. De Certeau, M. (1996): La invención de lo cotidiano. Tomo 1. Edit. Minuit. Paris. Foucault, Michel (1983): El discurso del poder. Folios ediciones. Mexico. Geertz, Clifford (1973-1995): La Interpretación de la Cultura. Ed. Gedisa. Barcelona. España.---(1974): Conocimiento local Ediciones Paidos. Bs. As. Giddens, Anthony (1992): La Constitución de la Sociedad. Ediciones Amorrortu, Bs. As. Argentina. Motta, Domingo (2006): “Las políticas del tiempo”. En Temporalidades. Díaz Larrañaga Nancy. Editorial Universidad Nacional de la Plata. 2006. Ruiz, Maria de las Mercedes (2002): “La Construcción Social de la Escuela Secundaria. Los procesos de identificación en los estudiantes de quinto año. Un abordaje socio-antropológico”. Tesis de Maestría. Trabajo inédito. CICYT. UNSE. ————— (2007a): “La universidad como espacio público. Un lugar para los adultos mayores”. Trabajo inédito. CICYT. IRGE. UNSE. Motta Domingo. 2006. P: 42 — 76 — Produccion y Representacion Social del Envejecimiento ¿Cómo ven las personas jóvenes y mayores el envejecimiento? Mas, C., Medinas, M., Viñas, N. y Cabezuelo, Á. Resumen El envejecimiento de la población suscita gran interés y preocupación de cara al siglo XXI, dado que tiene y tendrá consecuencias en todos los ámbitos de la vida diaria. Todos estos cambios se reflejan y reflejarán de alguna manera en la percepción social del envejecimiento. Nuestro objetivo fue estudiar la percepción de la vejez desde diferentes ángulos en un grupo de jóvenes universitarios (media de edad= 19.14) y en un grupo de personas mayores participantes en el programa universitario para mayores (media de edad= 62.4). Concretamente, analizamos las diferencias entre grupos de edad en los siguientes cinco aspectos: visión de la vejez en general, opinión sobre la visión social de la vejez, visión de la propia vejez, visión de las personas de su edad y visión de uno mismo/a. Para ello se elaboró un diferencial semántico compuesto por 30 pares de adjetivos con un polo positivo y un polo negativo. Los resultados muestran diferencias entre los dos grupos de edad en la visión que tienen de las personas mayores o de la vejez en general. Estas diferencias van en la línea de que las personas jóvenes tienen una visión más positiva de las personas mayores que las propias personas mayores, excepto en lo referente a la sexualidad. Ello podría reflejar un cambio en la visión social de la vejez que las generaciones más jóvenes ya están interiorizando. Además, ambos grupos coinciden en que la visión social de la vejez es el aspecto con una puntuación más baja. Palabras clave: percepción social, vejez, personas mayores, personas jóvenes. Introducción El envejecimiento de la población es un fenómeno que suscita enorme interés y preocupación de cara al siglo XXI, dado que tiene y tendrá consecuencias y repercusiones en todos los ámbitos de la vida diaria de hombres y mujeres. En la economía, el envejecimiento de la población afecta y afectará al crecimiento económico, al ahorro, las inversiones y el consumo, los mercados laborales, las pensiones, los impuestos y la transferencia de capital y propiedades, así como a la asistencia prestada por una generación a otra. El envejecimiento de la población seguirá afectando a la salud y la aten- Universidad de las Islas Baleares. Palma de Mallorca. España. [email protected] — 77 — ción médica, la composición y organización de la familia, la vivienda y las migraciones. En el plano político, el envejecimiento de la población despierta interés en los países desarrollados puesto que incide en el voto y la representación. Todos estos cambios se reflejan y reflejarán de alguna manera en la visión social del envejecimiento. La concepción sobre la vejez ha ido cambiando en el transcurso de la historia. Según la época histórica y el lugar geográfico se atribuyen a la vejez rasgos y valoraciones incluso contrapuestos. Hay que decir en primer lugar, que la edad es un concepto elástico, difícil de precisar, ya que no se mide simplemente a lo largo de una línea temporal (Bazo y Maiztegui, 1999). Como señalan Morales, Arias y Molero (2004), las ciencias sociales se han esforzado por demostrar que muchas de las divisiones que la sociedad establece entre seres humanos, por ejemplo, en función del sexo y de la raza, no son tan “naturales” como se tiende a creer. Por eso, hoy se habla más de género que de sexo, de etnia o etnicidad más que de raza. Esta duplicidad de términos es un reconocimiento del papel de aspectos propiamente sociales, como los aprendizajes o experiencias previas de la persona, frente a la herencia y la dotación biológica. No existe un término comparable para la edad. Las ciencias sociales no han sido capaces de acuñar una palabra que pueda cumplir una función similar a la de género y etnia o etnicidad. No obstante, como señala Vincent (2003) se puede justificar, al menos en principio, el establecimiento de distinciones entre la edad del calendario, la edad biológica, la edad social y la edad psicológica. Los mayores no son una población homogénea y existen muchas formas de envejecer. Al igual que en la mayoría de los países industrializados, la vejez ha dejado de identificarse en España con la pobreza. Las previsiones indican que las personas mayores del futuro, además de representar un porcentaje importante de nuestra sociedad, presentarán características muy diferentes a la cohorte generacional actual: gozarán de mayor nivel de vida, poseerán un nivel cultural claramente superior, serán más participativos y tendrán mayor concienciación sobre la vejez y preparación para la misma (Muñoz, 2002). Pero, aunque cada vez sea más habitual este nuevo perfil de personas mayores, autónomas, preocupadas por su calidad de vida y que conservan cierto grado de actividad y creatividad adaptado a su edad, nuestra sociedad mantiene muchos prejuicios y estereotipos sobre la vejez. Sigue existiendo la imagen de la vejez como una carga, lo que favorece actitudes de rechazo hacia el colectivo (Alberdi, 1995). Los estereotipos actúan a modo de clichés en la comprensión de un fenómeno, objeto o grupo social. A menudo, además, influyen en la conducta de los grupos juzgados, que tienden a comportarse según dichas predicciones. En el caso de las personas mayores resulta especialmente interesante acercarse a la visión que otros grupos sociales tienen de ellos, puesto que se encuentran en un proceso de transformación social importante y las condiciones sociales y comportamentales consideradas apropiadas son una fuente básica de atribución (Binstock y George, 1990; Fernández Ballesteros, 1992; Jonson y Slater, 1993). Este proceso de adaptación se enfrenta, además, a una situación caracterizada por la escasez e inadecuación de modelos: se tienen que aprender nuevos roles y redefinir qué quiere decir “ser viejo”, ya que nos encontramos ante las primeras generaciones que deben adoptar unos roles adaptados a las nuevas etapas del ciclo vital. En cuanto a la percepción social de la vejez, parece que la sociedad considera a los mayores sabios, serenos, moderados, pero también está de acuerdo en que el envejecimiento es una combinación de deterioro físico y mental, y que uno de los principales problemas de este colectivo es la mala imagen. La opinión general de los europeos de — 78 — todas las edades es que los medios de comunicación no tratan adecuadamente a las personas mayores, siendo los porcentajes mayores en Italia, Francia y Bélgica (CCE, 1993). Otros estudios estadounidenses muestran también como el prejuicio hacia las personas mayores está muy extendido. Por ejemplo, Perdue y Gurtman (1990) encuentran que las personas tienden a retener la información negativa sobre las personas mayores y a descartar la positiva, y que lo contrario ocurre cuando la información a retener se refiere a jóvenes. Por último, cabe señalar que, según Marín, Troyano y Vallejo (2001), la percepción social de la vejez que cada uno de nosotros mantiene no es estática, sino que va modificándose en función de la edad. Según Villar (1996), a medida que la persona comienza a experimentar en sí misma algunos cambios ligados al proceso de envejecimiento sus percepciones sobre la vejez mejoran, quizá como medio para adaptarse mejor a dichos cambios. Método: Objetivo: Nos planteamos estudiar la visión de la vejez desde diferentes ángulos en un grupo de jóvenes y en un grupo de personas mayores. Concretamente, en este trabajo presentamos los resultados sobre diferencias en función del grupo de edad en los siguientes aspectos: visión de la vejez en general, opinión sobre la visión social de la vejez, visión de la propia vejez, visión de las personas de su edad y visión de uno mismo/a. Participantes: La muestra estaba formada por 72 personas, divididas en dos grupos en función de la edad: - Grupo de jóvenes: estaba formado por 36 estudiantes (31 chicas y 5 chicos) de primero de Pedagogía de la Universitat de les Illes Balears (UIB), de edades comprendidas entre los 18 y los 22 años (M = 19.14; DE = 1.17). - Grupo de mayores: estaba formado por 36 personas (25 mujeres y 11 hombres), todas ellas estudiantes del programa universitario para mayores de la UIB. Las edades oscilaban entre los 51 y los 77 años, con una media de 62.4 (DE = 6.88). La mayoría estaban jubilados/as o prejubilados/as (61.1%), además de un 19.4% que se categorizaron como amas de casa, un 11.1% que se mantenía en activo y un 8.4 que presentaba otras situaciones laborales. En cuanto al estado civil, el 75% estaban casados/as, el 16.7% viudos/as, el 5.6% separados/as o divorciados/as y el 2.7% solteros/as. Instrumentos y procedimiento: Se elaboró un diferencial semántico compuesto por 30 pares de adjetivos (ver anexo). Los/las participantes debían señalar la puntuación en una escala de 7 puntos según el extremo al que creían que se acercaba la visión u opinión que tenían sobre el concepto de que se trataba. Los conceptos sobre los que debían opinar fueron los siguientes: - visión de la vejez (“¿cómo ve usted la vejez o a las personas mayores en general?”), - visión social de la vejez (“¿cómo cree usted que ve la vejez la sociedad en general?”), - mi vejez (“¿cómo ve o imagina su propia vejez?”), — 79 — - las personas de mi edad (“¿cómo ve a las personas de su edad, por ejemplo, a sus compañeros/as de clase?”) y - yo mismo (“¿cómo se ve a sí mismo/a?”). Cada par de adjetivos tenía un polo positivo y uno negativo. A la hora de presentar los adjetivos a los/las participantes, 17 de los pares de adjetivos tenían el polo positivo situado en la columna de la izquierda y 13 el polo negativo. Para el análisis de los datos se llevó a cabo una recodificación de las variables, de manera que en todos los casos, el polo negativo queda situado en la columna izquierda (puntuación más baja) y el polo positivo en la derecha (puntuación más alta) (así se muestran en el anexo). Una vez recodificadas las puntuaciones en los pares de adjetivos, se calculó el sumatorio para cada uno de los conceptos evaluados, de manera que una alta puntuación indica una visión positiva y una baja puntuación una visión más negativa del concepto en cuestión. Resultados Se llevó a cabo un análisis por vía no paramétrica mediante el estadístico U de Mann-Whitney para el estudio de las diferencias entre ambos grupos de edad en la suma calculada para cada uno de los conceptos. U de Mann-Whitney SUMA “LA VEJEZ” 319.500 SUMA “VISIÓN SOCIAL DE LA VEJEZ” 631.000 SUMA “MI VEJEZ” 645.500 SUMA “LAS PERSONAS DE MI EDAD” 543.000 -3.701 SUMA “YO MISMO/A” 604.500 Z Sig. asintót. (bilateral) Media jóvenes -.192 -.028 -1.183 -.490 <.001 .848 .978 .237 .624 137.89 106.42 146.75 151.08 151.11 Media mayores 121.56 105.67 147.00 149.03 150.28 Tabla 1. Diferencias en función del grupo de edad en la puntuación global en cada concepto y estadísticos descriptivos para cada uno. Como puede verse, sólo se producen diferencias significativas entre ambos grupos de edad en la visión de la vejez en general, siendo ésta más positiva en el caso del grupo de personas jóvenes (M = 137.89; DE = 16.78) que en el de personas mayores (M = 121.56; DE = 19.2). Cabe resaltar, sólo a nivel descriptivo y aunque no es el objetivo principal de los datos presentados en este trabajo, que se puede observar que ambos grupos coinciden en puntuar mucho más bajo que los demás conceptos la visión social de la vejez. Es decir, tanto personas jóvenes como mayores perciben la visión social de la vejez como el aspecto más negativo. A continuación pasamos a estudiar los resultados obtenidos para cada par de adjetivos en el concepto “la vejez”, al ser en este concepto en el que hallamos diferencias significativas entre los grupos. Se aplicó la prueba U de Mann-Whitney, obteniéndose diferencias significativas en 19 de los pares de adjetivos. En las tablas siguientes se presentan las medias y desviaciones estándar para cada uno de los grupos en los pares en los que se han hallado diferencias significativas. Se indica con * los casos en los que la significación estadística es menor que 0.05 y con ** los casos en que es menor que 0.001: — 80 — GRUPO Adjs: jóvenes Media DE mayoMedia res DE 5.03 4.97 5.31 5.42 3.69 Poco inteligente –muy inteligente (V9) ** 5.53 .94 1.28 1.09 1.36 .79 .88 4.39 3.64 4.28 4.61 2.92 4.64 1.32 1.33 1.39 1.7 1.25 .96 Fríocálido (V1) * Desagradable Inquieto- Impulsivo- Enfermo – agradable plácido reflexivo –sano (V2) ** (V3) ** (V4) * (V8) ** Tabla 2a. Medias para los pares con diferencias significativas. GRUPO Adjs: jóvenes Media DE mayoMedia res DE No erótico –erótico (V16) * Miedosoatrevido (V17) ** 2.56 4.36 5 5.28 1.36 1.18 1.15 1.22 1.32 4.53 3.64 3.5 3.33 3.75 4.08 1.25 1.25 1.73 1.33 1.57 1.75 Tensorelajado (V10) * Malobueno (V13) ** Tristealegre (V15) * 4.97 5.56 4.56 1.06 1.08 4.22 1.68 Indigno Ansioso–digno calmado (V18) ** (V20) * Tabla 2b. Medias para los pares con diferencias significativas. GRUPO Adjs: jóvenes Media DE mayoMedia res DE 5.56 5.67 4.86 Problemático- no problco. (V26) ** 5.01 1.08 1.37 1.46 4.61 4.89 1.55 1.69 No amigable Irresponsable Inseguro –amigable –responsable –seguro (V21) * (V22) * (V23) * Antipático Incapaz –simpático –capaz (V28) * (V29) * 5.36 4.78 1.23 1.07 1.31 3.89 3.56 4.56 4.03 1.86 1.42 1.58 1.44 Tabla 2c. Medias para los pares con diferencias significativas. Discusión y conclusiones A modo de resumen de los resultados podemos decir que las personas del grupo de jóvenes tienen una visión de las personas mayores como personas más cálidas, agradables, plácidas, reflexivas, sanas, inteligentes, relajadas, buenas, alegres, atrevidas, dignas, calmadas, amigables, responsables, seguras de sí mismas, no problemáticas, simpáticas y capaces que las personas del grupo de más edad. Es decir, las personas jóvenes tienen una visión más positiva de la vejez o de las personas mayores en general que las propias personas mayores. Hay que señalar que se produce una excepción en esta tendencia en uno de los ítems: las personas jóvenes consideran a las personas mayores como poco eróticas, mientras que el grupo de personas mayores califica este ítem en particular en un punto medio entre no erótico y erótico. ¿Cómo podemos explicar estos resultados? Hemos visto que, según Villar (1996) sería esperable que las personas mayores presentasen una visión más positiva sobre la — 81 — vejez como medio para adaptarse a los cambios que comienzan a experimentar en sí mismas. Nuestros resultados no corroborarían esta idea, aunque, teniendo en cuenta la media de edad de nuestra muestra de personas mayores (62.4 años), lo que podría estar ocurriendo es que los integrantes de nuestra muestra no se consideren a sí mismos como “personas mayores” y se resistan a identificarse con el dicho grupo, ya que, como hemos visto anteriormente, su papel en la sociedad está desvalorizado, constituyendo el grupo de edad menos apreciado socialmente (Bazo 1990, 1992b; Centro de Investigaciones de la Realidad Social, 1992c).Esta falta de identificación con el grupo de “personas mayores” podría considerarse un mecanismo adaptativo ante esta visión social negativa de su condición.. También podrían estar reflejándose en los resultados los efectos de la diferencia generacional y de los cambios producidos en la visión que se tiene de las personas mayores. Los estereotipos sobre mayores están cambiando y la generación más joven ya lo está interiorizando. En cambio, los mayores, al pertenecer a una generación en la que se ha tenido una visión negativa de la vejez, aún la perciben de manera más negativa. Aunque hay que destacar que, en algunos aspectos, como en el ámbito de la sexualidad, la generación más joven sigue manteniendo los estereotipos negativos sobre el tema. Sea como fuere, nuestros resultados son alentadores, en el sentido de que muestran que se están produciendo cambios en la percepción social del envejecimiento, aunque, como hemos visto, se sigue percibiendo que la imagen social de la vejez es el aspecto más negativo. Referencias bibliográficas Alberdi, I. (1995): Informe sobre la situación de la familia en España. Madrid: Ministerio de Asuntos Sociales. Bazo, M. T. (1990): La sociedad anciana. Madrid: CIS. ————— (1992): La vejez como construcción cultural. Revista de Gerontología, 4, 237-242. Bazo, M. T. y Maiztegui, C. (1999): Sociología de la vejez. En M.T. Bazo (coord.), Envejecimiento y sociedad: una perspectiva internacional. Madrid: Editorial Médica Panamericana. Binstock, R. H. y George, L. (1990): Handbook of aging and the social sciences. San Diego: Academic Press. Centro de Investigaciones Madrid: CIRES. sobre la realidad social (1992): La realidad social en España, 1990-91. Commission des Communautés Européenes (1993): Les attitudes face au vieillissement. Principaux résultats d’une enquête de l’Eurobaromètre. Luxemburgo : CCE. Fernández Ballesteros, R. (1992): Mitos y realidades sobre la vejez y la salud. Madrid: Fundación Caja Madrid. Johnson, J. y Slater, R. (1993): Ageing and Later Life. Londres: Sage. Marín, M., Troyano, Y. y Vallejo, A. (2001): Percepción social de la vejez. Revista Multidisciplinar de Gerontología, 11 (2), 88-90. Morales, J. F., Arias, A. V. y Molero, F. (2004): Aspectos sociológicos y psicosociales del envejecimeitno. En S. Ballesteros (ed. y coord.), Gerontología: un saber multidisciplinar. Madrid: Ed. Universitas S.A. (UNED). Muñoz, J. (2002): Psicología del envejecimiento. Madrid: Pirámide. Perdue, C.W. y Gurtman, M.B. (1990): Evidence for the automaticity of ageism. Journal of Experimental and Social Psychology, 26, 199-216. Villar, F. (1996): Actitudes hacia el envejecimiento: Evaluación y relación con la edad. Revista de Gerontología, 6, 199-202. Vincent, J. (2003): Old Age. Londres: Routledge. — 82 — Anexo 1 frío 1 2 3 4 5 6 7 cálido 2 desagradable 1 2 3 4 5 6 7 agradable 3 inquieto 1 2 3 4 5 6 7 plácido 4 impulsivo 1 2 3 4 5 6 7 reflexivo 5 tímido 1 2 3 4 5 6 7 asertivo 6 pasivo 1 2 3 4 5 6 7 activo 7 feo 1 2 3 4 5 6 7 atractivo 8 enfermo 1 2 3 4 5 6 7 sano 9 poco inteligente 1 2 3 4 5 6 7 muy inteligente 10 tenso 1 2 3 4 5 6 7 relajado 11 débil 1 2 3 4 5 6 7 fuerte 12 repulsivo 1 2 3 4 5 6 7 seductor 13 malo 1 2 3 4 5 6 7 bueno 14 lánguido 1 2 3 4 5 6 7 animado 15 triste 1 2 3 4 5 6 7 alegre 16 no erótico 1 2 3 4 5 6 7 erótico 17 miedoso 1 2 3 4 5 6 7 atrevido 18 indigno 1 2 3 4 5 6 7 digno 19 indeciso 1 2 3 4 5 6 7 decidido 20 ansioso 1 2 3 4 5 6 7 calmado 21 no amigable 1 2 3 4 5 6 7 amigable 22 irresponsable 1 2 3 4 5 6 7 responsable 23 inseguro 1 2 3 4 5 6 7 seguro de sí mismo 24 excitante 1 2 3 4 5 6 7 aburrido 25 en declive 1 2 3 4 5 6 7 en crecimiento 26 problemático 1 2 3 4 5 6 7 no problemático 27 dependiente 1 2 3 4 5 6 7 independiente 28 antipático 1 2 3 4 5 6 7 simpático 29 incapaz 1 2 3 4 5 6 7 capaz 30 rígido 1 2 3 4 5 6 7 flexible — 83 — Produccion y Representacion Social del Envejecimiento Vieja vida vivida: la edad en perspectiva Mariana Paredes Resumen ¿Qué es ser viejo? Esta pregunta puede tener distintas respuestas según su formulación en tiempos históricos y contextos geográficos distintos. La extensión de la vida humana es una tendencia mundial así como lo es el envejecimiento poblacional. Este proceso tiene su correlato no sólo en el aumento proporcional de la población vieja sino también en el descenso correlativo de la población joven. A modo de ejemplo y según las proyecciones demográficas en el año 2040 en Uruguay, los menores de 15 años serán en Uruguay el mismo porcentaje de población que los mayores de 65 años. Esto supone una serie de desafíos en lo que a equidad intergeneracional refiere. La relación entre viejos y jóvenes no es la misma en función de la proporción que cada grupo etáreo tiene en la población. Lo que pretende este trabajo es ubicar, a nivel regional y mundial, la situación de Uruguay en relación al envejecimiento poblacional y lo que esto significa para definir la vejez en términos relativos. Los números no definen sentido, ni lo proporcionan, pero si pueden ayudar a contextualizar la percepción subjetiva que cada quien puede tener de su vida. ¿Cuánto más queda por vivir cuando se llega a los 60 años? ¿Cuántos serán los que hoy son jóvenes cuando sean parte de la población vieja? ¿Se es viejo cuándo hay más viejos? Los desafíos que supone el alargamiento de la vida tienen efectos distintos en las generaciones que sucesivamente vayan llegando a la vejez. También vivirán de manera diferente hombres y mujeres su vejez: las mujeres viven más que los hombres y por lo pronto feminizan el proceso de envejecimiento. Tanto desde la perspectiva de equidad intergeneracional como de equidad de género este trabajo pretende apuntar reflexiones sobre la base de determinados ejes que ayudan a pensar la cuestión de la edad. Palabras clave: vejez, edad, generaciones, estructura de edades. Programa de Población - Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de la República (Montevideo, Uruguay). [email protected] — 84 — Mourir cela n’est rien Mourir la belle affaire Mais vieillir... ô vieillir! Jaques Brel, Vieillir ¿Hasta cuándo se vive? Los límites de la vida y la extensión de la vejez En el año 1711 en Inglaterra cuando una persona nacía era de esperar que viviera unos 36 años. Un siglo después esta cifra había aumentado 1 o 2 años pero dos siglos después la diferencia alcanzaba a 12 años. Entre uno y otro punto del tiempo, tuvo lugar el proceso que los demógrafos suelen denominar transición demográfica, por el cual los indicadores relativos a la fecundidad y a la mortalidad pasan de niveles altos a niveles bajos. Esto quiere decir, por un lado, que nace menos gente pero también que la gente se muere menos y sobretodo que tiene más años de vida por vivir. En el último medio siglo, entre 1950 y 2005 aproximadamente, la esperanza de vida de la población mundial aumentó 20 años y aumentará otros 9 años en similar lapso de tiempo. En el año 2050 lo que probablemente suceda es que cuando una persona nace le queden por vivir 75 años si tomamos como referencia la población mundial toda. En las regiones más desarrolladas la cifra alcanzará a 80 años y será de 70 años en las zonas menos desarrolladas. Paralelamente, y como consecuencia de este proceso, también aumenta la proporción de personas que vive la vejez. En el mundo los mayores de 60 años alcanzaban a ser un 8% de la población mundial en el año 1950 y un siglo después esta cifra aumentará al 22% por lo que habrá 2.000 millones de personas viejas en el planeta en cuatro décadas. Haciendo uso de la historia se puede afirmar que estamos en una era “protagónica” en lo que a transformaciones en la extensión de la vida refiere. En efecto en ningún otro momento de la historia las poblaciones han estado tan envejecidas como ahora. Y en ningún otro momento los cambios en la proporción de los diferentes grupos etáreos en la población han sido de tal magnitud. Este fenómeno ha llevado a dividir la historia de las poblaciones en relación con su estructura de edades en un Antes y un Después. El siglo que acabamos de finalizar es, efectivamente, el momento en que ocurre una transformación radical en relación a este tópico. A modo de ejemplo, en tanto que la expectativa de vida pasa de 50 a 80 años en países como Inglaterra, Suiza y Francia entre 1900 y 1990 aproximadamente, la proporción de personas mayores de 60 años se verá acentuada paulatinamente pero con mayor intensidad a partir de 1950 pasando de 10% a 20% en los mismos países. En catorce siglos de historia no se experimenta un cambio de tal magnitud y no existe otro cambio comparable de similares características. Si bien esta referencia se realizaq en relación al mundo occidental (básicamente a países de Europa, Estados Unidos y Japón) este fenómeno sigue apareciendo como único en la historia. En función de las tendencias demográficas propias de una transición demográfica finalizada en casi todas las partes del mundo es altamente probable que este fenómeno alcance una La demografía histórica –y en particular Peter Laslett (1995) denomina a este cambio “The secular shift in aging” — 85 — magnitud universal. Como tal traerá aparejado, no sólo una forma diferente de entender la vida, sino también un corrimiento de las fronteras de las diferentes edades y etapas, así como la longitud de la vida misma. Es en este sentido que se hace necesario reconsiderar las etapas de la vida tal como están planteadas tradicionalmente: infancia, juventud, adultez y vejez. El sentido, la construcción y la experiencia de la vejez no se plantea de la misma manera cuando se vive en cinco o diez años que en veinte o en veinticinco. También es necesario plantearse estas cuestiones a nivel social. Estamos viviendo un mundo enteramente diferente en lo que a longitud de la vida y experiencia de vivir refiere que el que vivieron nuestros ancestros, tanto como individuos como colectividad social. ¿Qué es ser viejo? Varias son las dualidades, dicotomías y oposiciones que disocian juventud y vejez como realidades contrapuestas. La productividad, la actividad, la sanidad, la utilidad son conceptos asociados a la juventud como etapa de la vida y a su culminación en la adultez. La etapa de la vejez se asocia a la pasividad, la inutilidad, la enfermedad. Estas asociaciones se producen a su vez porque la trayectoria biográfica del individuo cuando llega a la vejez está marcada por cambios en dos instituciones esenciales de la vida: el trabajo y la familia. En el ámbito laboral lo que marca el hito de la vejez es el retiro del mercado de trabajo o la jubilación. Este primer concepto –cuando denominamos pasivos a los jubilados- empieza a penetra la idea de que quien no está inserto en la vida económicamente activa es necesariamente pasivo, conexión no necesariamente certera. En el ámbito familiar lo que suele marcar la vejez es el “abuelazgo”, es decir la presencia de una tercera generación de sucesión en la familia. En efecto, la presencia de nietos no sólo suele dar sentido a la vida en la vejez -cuestión acentuada en el caso mujeres por su papel en el cuidado de los nietos- sino que marca esta etapa de la vida. Tan asociada está la idea de vejez que muchas veces, y en forma coloquial, se suele llamar abuelos a viejos que ni siquiera lo son. Sin embargo la vejez está lejos de reducirse a estas dos esferas ni de ser una etapa pasiva e improductiva de la vida. Muy por el contrario se la podría asociar a una etapa de plenitud, de creatividad y de realización. Pero esta concepción depende, no sólo de cambios culturales, sociales y económicos sino también de la cantidad de viejos que haya en una sociedad y del papel adjudicado a los mismos. Para dar sentido subjetivo a la vida al ser viejo, es necesario también que la construcción social que de la vejez se hace cambie. También la posibilidad de reactivar la vida en la vejez se relaciona con las oportunidades que el viejo tenga de inserción y desarrollo en la vida social. Y esto se vincula a la proporción que en una población representan los viejos en número. ¿Se es viejo cuando hay más viejos? La relación entre viejos y jóvenes Llegar a la vejez implica muchas veces tener una actitud conservadora y una reticencia al cambio. En la medida en que uno admite los cambios como parte inseparable de la vida, éstos se constituyen en posibilidad real. Admitir cambios significa resignarse a cambiar. Pero en un contexto biográfico de mucha vida vivida, cuando se llega a la vejez la negación a cambiar es fuerte, sobretodo por lo que esto implica en la vinculación con el propio pasado personal. El envejecimiento implica muchas veces la negación al — 86 — cambio, lo cual es en apariencia un rechazo a este proceso aunque en realidad no hace más que confirmarlo. Por lo tanto un mayor peso de los viejos en la sociedad puede implicar una tendencia a mantener lo que ya se conoce y a no innovar. En la medida en que los viejos aumentan también su presencia en el poder, esto puede implicar la consolidación de la gerontocracia y por lo tanto la disminución del ritmo de cambio en las distintas esferas de la vida social. Si el aumento de la proporción de viejos implica una paralización de los cambios, probablemente los jóvenes no hallan lugar como grupo social. Este tipo de problema se refleja en la posibilidad de convivencia entre varias generaciones y por lo tanto de equidad intergeneracional. En el mundo la proporción de viejos en el año 2007 representa al 11% de la población total. Esta cifra asciende a 21% si nos referimos a las regiones más desarrolladas y desciende al 8% en las menos desarrolladas. La edad mediana alcanza a los 28 años, lo cual quiere decir que la mitad de la población mundial tiene menos de esa edad y la otra mitad más. En África la edad mediana es de 13 años y en Europa de 39 años. En América Latina esta cifra alcanza los 26 años de edad lo cual nos podría llevar a afirma que la mitad de la población del continente es joven. En efecto, la población mayor de 60 años alcanza al 9%. Pero Uruguay es el país más envejecido de América Latina junto con Cuba y la edad mediana de su población alcanza a 32 años, menos que en Europa pero bastante más que el promedio del continente. Los problemas de la equidad intergeneracional La proporción de personas viejas alcanza en Uruguay actualmente al 17% de la población total. Esta proporción superará en el año 2030 el 20% y llegará a 26% 20 años más tarde. Pero el aumento de esta proporción no sería tan alarmante si no fuera porque a mitad de este período la proporción de viejos va a empezar a superar a pasos agigantados a la de jóvenes. Como podemos observar en el gráfico en el año 2005 en Uruguay el grupo etáreo de 15 a 29 años abarca a un 22% de la población total, cifra que descenderá hasta el 20% en 2030 y a 18% a mediados de este siglo. En ese momento la proporción de personas mayores de 60 años será bastante superior abarcando a más de la cuarta parte de la población. Peso proporcional de los jóvenes y los viejos - Uruguay 2005-2050 Fuente: elaboración propia, con datos de proyecciones demográficas (NNUU; 2007). — 87 — Esto implica un desafío a gran escala. No sólo en lo que refiere a la situación de la vejez -población que en número podrá alcanzar a más del millón de habitantes en el país y en lo que a calidad de vida que este grupo etáreo demandará específicamentesino también en relación a la población toda y a los grupos de edad que en ella se distribuyen. A partir del año 2040 en el país habrá igual cantidad de niños que de viejos y esta relación empezará a descender a favor de los últimos. Diez años más tarde, no sólo habrá más viejos que niños sino también más mujeres que varones entre la población más vieja. Proporción de menores de 14 años y mayores de 64 por sexo. Uruguay 2000 y 2050. Fuente: elaboración propia, con datos de proyecciones demográficas (NNUU; 2007) Como podemos observar en el gráfico la relación se invierte tanto en el aspecto de equidad intergeneracional como de equidad genérica incluso tomando a la vejez a partir de los 65 años y un mayor lapso de diferencia como es medio siglo exacto. En cincuenta años la población uruguaya variará cualitativamente la relación de los extremos de la escala etárea. Los menores de 14 años descenderán de 26 a 17% en la población masculina y de 24 a 16% en la femenina. En tanto entre los viejos los varones pasarán a ser del 11% de la población al 18% pero serán bastante menos que las mujeres mayores de 65 años que alcanzarán al 23% de la población femenina. El envejecimiento no sólo plantea problemas en lo que a equidad intergeneracional refiere sino también en relación con la equidad genérica. Para ese entonces el perfil de la población uruguaya será más similar al del resto del continente de lo que es actualmente. En América Latina y el Caribe la proporción de mujeres mayores de 65 años será del 20% y la de hombres del 16% en lo que mediará de este siglo. Los problemas de la equidad genérica: habrá muchas más viejas. Las mujeres viven más que los hombres y siempre ha sido así. Nacen poco más de varones que de mujeres pero la sobrevivencia femenina es superior en todas las eda— 88 — des como se puede observar a través de la evolución de la esperanza de vida al nacer a lo largo de un siglo. Esperanza de vida al nacer por sexo. Uruguay 1950-2050 Fuente: elaboración propia a partir de datos del CELADE. Boletín Demográfico Nº 72. Las mujeres siempre llevan unos 7 años en promedio de diferencia. Por lo tanto en el contexto de vida femenino la vida es inevitablemente más larga. Esto genera grandes desequilibrios por sexo en la población adulta mayor. Actualmente en Uruguay existen aproximadamente 70 hombres mayores de 60 años cada 100 mujeres pero si tomamos la población mayor de 80 años esta cifra desciende a 49 varones cada 100 mujeres. Es decir que no sólo hay cada vez más viejos sino que, en la medida en que la población aumentará en las edades más altas, habrá cada vez más viejas. La proporción de mujeres mayores de 80 años se duplicará en 40 años pasando a ser el 8% de la población total; en el caso de los varones, si bien el porcentaje sigue la misma tendencia la cifra es de la mitad y alcanzará al 5% de la población masculina en el año 2050. Población adulta mayor por grupos de edad y sexo. Uruguay 2050 Fuente: elaboración propia a partir de datos del CELADE. Boletín Demográfico Nº 72 — 89 — Como podemos observar en al gráfico a partir de la distribución de los distintos grupos de edad en la población vieja, la mencionada tendencia se hace más clara. Tanto en la población femenina como en la masculina el peso de la población mayor de 80 años aumentará cualitativamente y disminuirá correlativamente el peso de la población sexagenaria que al comenzar el siglo abarcaba aproximadamente la mitad de la población adulta mayor. Conclusiones Sin ánimo de abrumar con datos, ni de explayarnos largamente en elucubraciones derivadas y contextualizadas por los números, como conclusión de este breve trabajo podemos afirmar: - que el envejecimiento es un proceso irreversible en el mundo y se acentuará en las próximas décadas en la región - que Uruguay es el país más envejecido de América Latina, y como tal, que mantiene los porcentajes más altos de población adulta mayor, fenómeno que se acentuará en los próximos años - que este fenómeno afecta a la sociedad toda poniendo en jaque las relaciones intergeneracionales y el peso de los distintos grupos etáreos de la población - que el envejecimiento afectará mayormente a la población femenina que a la masculina, dado que las mujeres seguirán viviendo más y por lo tanto duplicarán a los hombres en las edades superiores. - que este fenómeno obliga a replantearse la significación social que atribuimos a la edad, la extensión de la vida y las etapas de la misma. Bibliografía utilizada Alba, Víctor (1992): Historia social de la vejez. Laertes. Barcelona. Berriel, F.; Paredes, M. y Pérez, R.: “Sedimentos y transformaciones en la construcción psicosocial de la vejez” en Proyecto Género y Generaciones (coord. A. López). UNFPA. 2006. Ediciones Trilce. Montevideo. CELADE (2003): Boletín Demográfico. Núm. 72. CEPAL, NNUU. Santiago. Laslett, P. (1995): “Necessary Knowledge: Age and Aging in the Societies of the Past” in Aging in the past. Demography, society and old age Kertzer, D and Laslett, P. (eds). University of California Press Laslett, P. (1996): A fresh map of life. The emergence of the third age. 2ª ed. London. McMillan. Lefrançois, Richard (2004): Les nouvelles frontiers de l’âge. Les Presses de l’Université de Montreal. United Nations (2007): World Population Ageing 2007. DESA. New York. — 90 — Produccion y Representacion Social del Envejecimiento Economía y sociedad en el envejecimiento Aromando, Jorge Resumen El resultado del ciclo de vida de los individuos y de la regulación económica lleva a desequilibrios macroeconómicos inquietantes dentro de la lógica del sistema. Analizar la posición económica de los ancianos no puede ser resuelta sólo mediante el análisis de la distribución de la renta en función de la edad de los sujetos. No es posible imaginar ninguna estabilidad política o crecimiento económico sin que el bienestar se extienda a la sociedad en su conjunto, es decir, sin que las coberturas de salud y las oportunidades sociales sean equitativas. La economía de la salud integra las teorías económicas, sociales y epidemiológicas a fin de estudiar los mecanismos y factores que determinan y condicionan la producción, distribución, consumo y financiamiento de los servicios de salud. Su aplicación práctica, basada en la noción de que las personas de edad deben recibir la atención necesaria para mantener su salud, está orientada hacia la profundización del principio de eficiencia y racionalidad en el uso de los fármacos con el consiguiente ahorro en los gastos de salud. La condición implícita de la vejez está determinada por un hecho importante: la posibilidad de satisfacción es inversamente proporcional al alcance del mercado en la sociedad, que inevitablemente siempre lleva consigo menor bienestar global para un sector de la población que, por definición, está excluido de las relaciones de mercado. Palabras clave: economía, envejecimiento, financiamiento, protección, gobiernos. Universidad Nacional de San Martín, Red Desarrollo de Adultos Mayores, Buenos Aires - Argentina. [email protected] / [email protected] / [email protected] Formación académica: Economista. Universidad de Buenos Aires (Argentina); Master en Gestión Cultural. Universidad de Barcelona (España); Postgrado en Gerontología. FLACSO (Sede Académica Argentina) Cargos, funciones y membresías: Director de la Red para el Desarrollo de Adultos Mayores; Profesor Ordinario Titular de Economía. Universidad Nacional de San Martin. Par Evaluador de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU). Miembro del Instituto de Desarrollo Económico y Social; la Sociedad Argentina de Escritores (SADE); la Sociedad Andaluza de Bioética y la International Union for Health Promotion and Education (UIPES) Ha sido asesor del Fondo Financiero de la Cuenca del Plata; del Instituto de Integración de América Latina (INTAL-BID); del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) — 91 — Envejecimiento y economía como desafío El enfoque de la economía positiva, basado en maximizar los beneficios y en minimizar los costos, modeliza el hecho generalizado de la disminución de la demanda de recursos humanos generada por el alza de productividad debida a la introducción masiva de la tecnología moderna. La resultante natural es la destrucción de puestos de empleo, aumento inexorable de la edad para el cese de actividad junto con la mayor esperanza de vida de los adultos mayores. Bajo tal prisma, el resultado del ciclo de vida de los individuos y de la regulación económica lleva a desequilibrios macroeconómicos inquietantes dentro de la lógica del sistema. Analizar la posición económica de los ancianos en un momento y lugar determinados es una cuestión compleja que, desde luego, no puede ser resuelta sólo mediante el análisis de la distribución de la renta en función de la edad de los sujetos. Los individuos situados en un momento determinado del tiempo en los distintos grupos de edades son portadores de comportamientos y bagajes generacionales difíciles de identificar. Además, la institución de la jubilación interviene de forma decisiva en su posición económica, con su correlato de abandono de la actividad a cambio de una renta sustitutiva de sus rentas de activo, o compensatoria, ante el riesgo de carencia de fuente alguna de ingresos. De cualquier forma, la posición económica de los Adultos Mayores dependerá de una compleja combinación de factores que interactúan entre sí, constituyendo un entramado difícil de desentrañar. Estos son: a) elementos externos a las generaciones, como la historia social, política y económica de las sociedades que van atravesando; b) el efecto de períodos de crisis económica o de desarrollo; c) el momento en que esos períodos se han vivido y d) elementos internos a las propias generaciones, como su tamaño y composición Asimismo deben tenerse en cuenta las características de los sistemas de protección social de las sociedades que van atravesando a lo largo del tiempo y en el momento en que los sujetos alcanzan la vejez. Hay que tener en cuenta, además, que la vejez no es un compartimiento estanco, sino que es un proceso en el que los individuos continúan dialogando con la estructura social en la que están insertos, y también con la estructura económica. Incluso, aunque dependan sólo de las transferencias públicas, es posible que intenten ahorrar una parte para hacer frente a situaciones imprevistas. Su vida económica tampoco transcurre de una manera uniforme a lo largo del tiempo de vejez. Habrá que afrontar gastos inesperados como consecuencia de diversas circunstancias, especialmente las enfermedades; se producirán mermas en los ingresos derivados de las jubilaciones en caso de viudez, especialmente las mujeres, que los sistemas de pensiones establezcan. Dinámica económica y social de la población El mundo está viviendo las últimas etapas de una larga transición demográfica, de un patrón predominante de alta mortalidad - alta fertilidad a un patrón de baja mortalidad - baja fertilidad. La mejoría a nivel mundial de la esperanza de vida y los descensos de — 92 — los índices de fertilidad son la razón fundamental del rápido aumento de la edad media de la población. Las previsiones medias de las variantes sobre el crecimiento de la población calculan que para el año 2050, el 16% de la futura población mundial de 9.000 millones de personas será mayor de 65 años. Las consecuencias sociales y económicas de esta transición sobre las proporciones de personas dependientes serán enormes. De acuerdo con estas mismas previsiones, una de cada cuatro personas de las zonas más desarrolladas del mundo tendrán más de 65 años en el año 2050, y la proporción en las zonas menos desarrolladas se triplicará hasta alcanzar el 15% en el mismo período. La población de personas muy mayores, los de más de 79 años, constituye una proporción relativamente pequeña de la población actual, pero hoy en día es el segmento de población de crecimiento más rápido. Los países del norte, oeste y sur de Europa tienen las mayores proporciones de personas muy mayores (casi el 4, 8% de la población total de Suecia), mientras que China tiene el mayor número total de personas muy mayores: 10, 5 millones. La proporción hombre - mujer se reduce significativamente a medida que aumenta la edad: 55 hombres por cada 100 mujeres entre los octogenarios; 35 hombres por cada 100 mujeres entre los nonagenarios; y sólo 26 hombres por cada 100 mujeres entre los centenarios. Los porcentajes de población de avanzada edad y de las esperanzas de vida específicas de cada género variarán a lo largo de las próximas décadas tanto en países desarrollados como en países en vías de desarrollo. China (199 millones), India (108 millones) y la Unión Europea (37 millones) tendrán las mayores poblaciones de personas de 65 años y más en el año 2010, pero el país con la mayor proporción de hombres mayores será Japón (el 26% del total de la población masculina), mientras que la Unión Europea tendrá un 20%. En los países desarrollados se prevé que el equilibrio será mayor para el año 2025, pero en los países en vías de desarrollo aumentará el desequilibrio, con menos hombres mayores en relación al número de mujeres. Incluso en el seno de cada país, la esperanza de vida puede variar considerablemente según la región. Las estructuras de esperanza de vida para países desarrollados o para países en vías de desarrollo son ahora bastante diferentes, pero tenderán a parecerse más en el futuro pues la esperanza de vida media aumenta a mayor velocidad en los países en vías de desarrollo. Estas estadísticas de población plantean importantes preguntas sobre la provisión de asistencia sanitaria para estas poblaciones que envejecen en países desarrollados y en países en vías de desarrollo, y sobre la situación económica de estas mismas personas. Este reto se ve incrementado por el cambio demográfico de los índices de fertilidad y de las poblaciones en edad de trabajar. Estos índices y poblaciones están descendiendo, lo que significa que la ayuda social necesaria para reubicar a un grupo de edad cambiante puede ser insuficiente. Una mayor población de personas mayores y dependientes impondrá mayores exigencias económicas sobre la población trabajadora y los presupuestos estatales. Éste será el caso especialmente en los países menos desarrollados, los cuales habrán tenido un período de tiempo mucho menor en el que adaptarse y reubicar a una población de avanzada edad. Es imposible entender envejecimiento y salud sin una perspectiva de género. Tanto desde el punto de vista fisiológico como psicosocial, los determinantes de salud a medida que envejecemos están relacionados con el género. Aunque las mujeres sufren mayores cargas de morbilidad y discapacidad, los hombres mueren antes. La rapidez — 93 — con la que está envejeciendo la población exige un enfoque acertado sobre temas de género si se quieren desarrollar planes de acción válidos. Sin embargo el género en el contexto de la salud se utiliza únicamente con temas relativos a la mujer. Protección sanitaria. Correlato económico y financiero La economía tiene como objeto estudiar las elecciones que orientan la asignación de recursos y la distribución de la riqueza, atendiendo a qué, cómo y para quién producir bienes y servicios, así como a la necesidad de lograr beneficios máximos con un mínimo de riesgos económicos y sociales. La salud es un bien escaso cuya obtención y mantenimiento exigen trabajo y dinero. Lograrla implica satisfacer necesidades expresadas en forma de demanda, más el costo de oportunidad que encierra renunciar a otros bienes. Requiere de una función de producción que combine los recursos de un modo eficiente a fin de obtener el mayor impacto social, y que sirva de instrumento para alcanzar la equidad La investigación enfrenta obstáculos a los que no escapan los estudios en el campo de la economía de la salud. Estos obstáculos pueden estar relacionados con factores tales como la falta de un plan de investigaciones, la falta de motivación para los profesionales y de reconocimiento de esta actividad. Todo ello, sumado a la insuficiente aplicación y difusión de los resultados obtenidos que limitan el desarrollo de este proceso. Para ello es necesario adoptar medidas que permitan lograr una continua retroalimentación del proceso de investigación como elemento de evaluación. Se observa en el sector sanitario un creciente interés por la economía de la salud, prueba de la importancia otorgada a la interrelación objetiva de los conceptos de salud y economía. No es posible imaginar ninguna estabilidad política o crecimiento económico sin que el bienestar se extienda a la sociedad en su conjunto, es decir, sin que las coberturas de salud y las oportunidades sociales sean iguales para todos. La introducción del análisis económico en el sector de la salud ha permitido incorporar los conceptos de eficiencia y eficacia en la gestión integral de los recursos, analizar los procesos y los costos de producción y evaluar los resultados obtenidos de un modo efectivo en función del costo según su impacto no solo sobre la morbilidad y mortalidad, sino también sobre la calidad de la vida. La economía de la salud integra las teorías económicas, sociales y epidemiológicas a fin de estudiar los mecanismos y factores que determinan y condicionan la producción, distribución, consumo y financiamiento de los servicios de salud. La evaluación económica de los medicamentos constituye un instrumento de trabajo útil para aprovechar al máximo los recursos materiales y financieros que se destinan a los servicios de salud. Su aplicación práctica, basada en la noción de que las personas de edad deben recibir la atención necesaria para mantener su salud, está orientada hacia la profundización del principio de eficiencia y racionalidad en el uso de los fármacos con el consiguiente ahorro en los gastos de salud. Envejecer en una nueva economía Se sabe que la pobreza y la salud están vinculadas, siendo evidente que los pobres tienen más problemas de salud. Si se eliminaran las condiciones sanitarias insalubres que afectan a los sectores pobres, la productividad de estos mejoraría. En la medida en que aumente el ingreso, la esperanza de vida también aumentaría y las — 94 — tasas de mortalidad infantil se reducirían. Se ha comprobado que no es solo el ingreso absoluto lo que importa, sino también su distribución en la sociedad, factor que tiene un profundo impacto sobre los indicadores de salud. Esto que puede parecer una obviedad, no obstante es relevante: una economía que no puede proporcionar satisfacción a quien no tiene recursos suficientes o a quienes intervienen en las relaciones de mercado, deja inevitablemente fuera de la satisfacción a una parte significativa de población como las personas de edad. Para disponer de los bienes y servicios que requiere la vida material o social, los adultos mayores deben disponer de recursos que sólo pueden provenir de dos fuentes: a) un fondo de recursos ahorrado a lo largo de la vida activa, que en términos económicos se denomina un fondo de pensiones por via de capitalización, formado por aportes que se van capitalizando en la medida que sean invertidos por instituciones que tratan de obtener rentabilidad y, b) disfrutar de un ingreso proveniente de un sistema de prestaciones previsionales de reparto, que consisten que los trabajadores van aportando una parte de sus salarios a un fondo desde donde se destinan recursos a los trabajadores que ya están fuera del sistema laboral como jubilados, bajo el supuesto a futuro que los trabajadores harán lo mismo para que otros agentes económicos se jubilen. Las prestaciones por la via de la capitalización están sujetas a la inestabilidad intrínseca del capitalismo, a la situación empresaria y financiera - que absorbe en beneficio propio parte del ahorro generado - y además es instrumento poco efectivo para garantizar el futuro. Por otra parte, sucede que el mantenimiento de un sistema de reparto está comprometido por las condiciones económicas generales y las decisiones dominantes de un momento dado. Es decir que los altos niveles de desempleo implican menos cotizantes, o si los salarios son bajos llevan consigo una base de cotización reducida. Ambas circunstancias dan lugar a que los recursos del sistema sean cada vez menores en tanto que los adultos mayores y jubilados sean más numerosos a medida que transcurre el tiempo. Por otra parte, la condición implícita de la vejez está determinada por un hecho importante: se trata de una situación humana que precisa un tipo de servicios y atención especializados, desde los sanitarios a los de cuidados, ocio, culturales, etc. Puede decirse que la posibilidad de satisfacción es inversamente proporcional al alcance del mercado en la sociedad, que inevitablemente siempre lleva consigo menor bienestar global para un sector de la población que, por definición, está excluido de las relaciones de mercado Crisis del modelo vigente Las sociedades capitalistas, inclusive las menos desarrolladas, son conscientes del problema y han creado mecanismos en cierta forma efectivos de solidaridad. La actual sociedad capitalista, en un marco neoliberal, no sólo no ha logrado resolver el problema, a pesar de que los países más desarrollados han podido alcanzar niveles sociales avanzados, sino que es peor aún: no puede resolverlo. La condición intrínseca de la vejez determina que su posibilidad de satisfacción dependa siempre de decisiones ajenas al mercado, mecanismo sobre el que se pretende hacer descansar las decisiones sociales y económicas en esta materia. — 95 — La satisfacción de las necesidades de las personas mayores no puede depender de la existencia de suficiente beneficio privado. Una de las graves contradicciones de nuestra época es el discurso neoliberal que ha desmantelado los mecanismos de protección social para depositar en intereses privados enormes volúmenes de recursos financieros que estaban bajo control estatal. El problema de la vejez en la sociedad capitalista no es un problema de cuentas que no se concilian, de déficit o ajustes macroeconómicos. Si la competitividad y maximización del beneficio son las bases sobre las que basamos nuestras relaciones sociales, no deberá extrañarnos que quienes no dispongan de recursos necesarios para la etapa final de sus vidas sean considerados y tratados como material sobrante, como una carga. Bibliografía Del Prete, S. (2000): Economía y salud en tiempos de reformas. Buenos Aires: Editorial Universidad Nacional de La Plata. Arredondo, A. (1999): Economía de la salud para América Latina: un marco para el análisis y la acción en sistemas de salud. Lima: Editorial Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Brundtland, G. H.: Seminario “Las enfermedades que causan pobreza”. Presentado en el Foro Económico Mundial celebrado en Davos, Suiza, el 29 de enero de 2001. Matus, C. (1987): Política, planificación y gobierno. Washington, D.C.: Organización Panamericana de la Salud, Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y Social. Drummond, M. F.; O’Brien, B. J.; Stoddard, G. L. y Torrance, G. (1997): Methods for the economic evaluation of health care programmes. Second edition. London: Oxford University Press. Vernengo, M. J.: Control oficial de medicamentos. Washington, D. C.: Organización Panamericana. Sacristán, J.; Badia, X. y Rovira, J. (1995): Farmacoeconomía: evaluación económica de medicamentos. Madrid: Editores Médicos. — 96 — Transformacion Social y Perspectiva Intergeneracional Memoria colectiva: un instrumento social Teitelman, Fany y Calvo, Mónica Resumen La transmisión de generación en generación de costumbres, hechos, leyendas, creencias ha mantenido “viva” la identidad de los pueblos. El adulto mayor es sin duda uno de los principales protagonistas en esta cadena de transmisión de saberes, recuperando verdades internalizadas en cada uno como tesoros invalorables. Rescatar esos relatos implica trascender hechos de vida individuales o sociales, dando hoy, a la luz de la revisión y resignificación, una validez que los amerita como testigos de una época y de una comunidad. En Santa Fe, Argentina, en una institución dedicada a la educación permanente de los adultos mayores, llamada Proyecto 3, se trabajó en los talleres de “Memoria”, buscando recuperar hechos del pasado guardados íntimamente en los mayores como patrimonio de esa sociedad. Estando entre pares, los relatos, reflexiones e investigaciones fueron motivadores de mayor número de recuerdos, comenzando a tomar vida a través de las palabras o de los escritos. La recuperación de hechos que se creían olvidados estimuló a los integrantes de este grupo, adultos mayores cuyas edades están comprendidas entre los 63 y 87 años, a transmitir este patrimonio a hijos, nietos y conocidos como historias vivas que quedarán en las generaciones venideras. Introducción La transmisión de generación en generación de costumbres, hechos, sucesos, leyendas, creencias ha mantenido “viva” la identidad de los pueblos. El adulto mayor es sin duda uno de los principales protagonistas en esta cadena de transmisión de saberes, recuperando verdades internalizadas en cada uno como un tesoro invaluable. Rescatar esos relatos a través de la reflexión, el estudio, la investigación implica trascender hechos de vida individuales o sociales, dando hoy, a la luz de la revisión y resignificación, una validez que los amerita como testigos intangibles, en algunos casos, tangibles en otros, de una época, de un período de la historia, de una comunidad, de un país, de una identidad. PROYECTO 3. Santa Fe, Argentina. Adherido a la RUA –Red de Universidades Abiertas – UNI 3. [email protected] / PROYECTO 3. Santa Fe, Argentina. Adherido a la RUA –Red de Universidades Abiertas – UNI 3. [email protected] — 97 — No es el contenido el que concede a la memoria su naturaleza individual o colectiva, sino el que sea compartida por una colectividad, el que haya podido ejercer una influencia sobre el sistema de creencias o actitudes sociales, el que se haya concretado en un acto, rito, monumento o tradición que sirva de excusa para la comunicación, una conmemoración capaz de identificar a las personas como pertenecientes a un grupo o a una colectividad. (Blanco, 1997) Objetivos A través de los talleres de “Memoria” buscamos recuperar hechos del pasado que están guardados en la intimidad de los mayores y que al revivirlo con sus pares vuelven a tomar vida, estimulándolos luego para que sean transmitidos a hijos, nietos, conocidos y que queden así como verdaderos patrimonios para las generaciones venideras. Rescatar los relatos vividos por los propios protagonistas, expresados verbalmente o a través del testimonio escrito, pone a la luz sentimientos secretos, vivencias cargadas de emotividades que han quedado guardadas como improntas de una época, de un espacio, de una generación, y en algunos casos, como hechos sociales y políticos que no se quieren volver a repetir. Al rescatar el pasado del olvido y restituirlo en referente de la identidad comunitaria convierte la rememoración en un deber necesario para la afirmación grupal. Se contrapone la vivencia y emoción de la memoria colectiva a la fría objetividad de la historia. (Halbwachs, 1968). La tradición se convierte en leyenda que va pasando de generación a generación, siglo tras siglo hasta acabar formando parte de la conciencia social. La leyenda se difunde en la literatura, quedando como parte de las historia de los pueblos. Frente a esto, la memoria colectiva tiene, como deber de primer orden, el mostrar a las generaciones venideras hechos gratificantes en el crecimiento socio-cultural, como así también ciertos acontecimientos dolorosos. Es así que la memoria se yergue contra el engañoso poder de la historia, la frialdad de sus fechas, el número de sus muertos, la parafernalia de sus celebraciones, cuando ésta es relatada sólo por los “victoriosos”. Los recuerdos de los que lo vivieron en primera persona son preciosos, porque le dan a los hechos un sabor y un significado, los ponen en una óptica humana y les dan una dimensión que puede escapar a los documentos y a las interpretaciones del historiador (Oliverio, 2000). Nuestra inquietud fue compartir con dos grupos de adultos mayores experiencias, costumbres, anécdotas, personajes, para hacerlos tomar conciencia del rol que cumplían como transmisores a las generaciones más jóvenes del lugar. Estas personas, con un promedio de edad que oscila en los 74 años, concurren semanalmente durante el ciclo 2007 a una institución dedicada a la educación no formal -Proyecto 3- en Santa Fe, Argentina, a dos talleres llamados “Memoria Colectiva” y “Juegos para la Memoria”. Para preservar la propia identidad, se buscó estimular la integración reconociendo lo propio y lo ajeno, despertando el sentido de pertenencia, potenciando la real participación y facilitando el que ese universo sea vivido como algo de todos y para todos. Metodología Se trabajó con una población de 23 adultos mayores, cuyas edades estaban comprendidas entre 63 y 87 años, todos de sexo femenino. — 98 — El ámbito de trabajo fueron los dos talleres antes mencionados, los que se realizan semanalmente. Algunas de las personas asisten a ellos este año por primera vez; otros, en cambio, hace 6 años que concurren. Previamente se efectuaron tareas de motivación, estimulando la comunicación, trabajándose en grupos de distribución aleatoria. Los temas tratados, que respondieron a la propia inquietud de las participantes, fueron: costumbres, personajes pintorescos del lugar, medios de transporte, patrimonio cultural, y hechos políticos. Resultados De las actividades realizadas rescatamos algunos recuerdos contados por los propios protagonistas, que hacen a las características propias de su tiempo y lugar: Santa Fe, Argentina, entre los año 1920 a 1970 aproximadamente. La memoria del adulto mayor con sus tiempos, nos conduce del pasado al futuro, garantiza la continuidad e induce a reflexionar sobre el significado individual y colectivo de los recuerdos. (Oliverio, 2000). Primer Tema: ¿Cómo se vestían hace mucho tiempo? A los varones recién le ponían pantalones largos al llegar a la adolescencia -15 ó 16 años- y las mujeres comenzábamos a usar nuestros primeros “tacos”. (Ramona, 77 años). En los años 40, el luto era riguroso, todos nos vestíamos de negro, con sombreros con velo que tapaban nuestro rostro. Los hombres usaban el brazalete. (Ana, 67 años). A la iglesia siempre íbamos de mangas largas y mantilla.Para la escuela siempre usábamos zapatos y medias tres cuarto, las zapatillas solo eran para las gimnasias. (Elena, 69 años). A la playa íbamos con mallas enterizas, al principio con piernita y polleritas. (Esilda, 78 años) La formalidad en los señores estaba dada por el riguroso cuello duro y corbata y las señoras por su trajecito con guantes y medias de nylon con raya. (Noemí, 66 años). Segundo Tema: ¿Qué recuerda de los medios de movilidad? Cuando era chica viajábamos en volanta o en sulky en mi pueblo. Me gustaba ir a la ciudad porque allí estaban los tranvías. (Olga, 78 años) El mejor paseo de los domingo era ir a dar vueltas en los “mateos” que había en las plazas. (Iris, 67 años) Recuerdo que mi padre trabajaba en una farmacia céntrica y nos contaba que iba a caballo y lo ataba en la puerta. Pensar que hoy allí tenemos la intersección de uno de los principales bulevares de la ciudad y una avenida, y la legendaria botica se transformó en un “supermercado de medicamentos”. (Irma, 69 años) Es increíble como uno se va olvidando de las cosas del pasado, pero al tratar de recordar vienen a mi memoria el lechero, el verdulero, el panadero, el que vendía las gallinas vivas –te las degollaba en tu presencia-; todos venían con sus carros a caballo. (Norma, 68 años) — 99 — Tercer Tema: ¿Cómo eran las costumbres de su lugar? Lo primero que me viene a la mente es cómo jugábamos: a las rondas (Arroz con leche, La farolera), a la “payada” con los carozos de damasco; los niños jugaban a las bolitas, remontaban barriletes hechos por ellos mismos y era “la escondida” nuestro mayor deleite. Las muñecas eran de trapo y los camioncitos de madera ¡ cuantas historias que encierran estos recuerdos!. (Esmeralda, 63 años). La ciudades eran completamente distintas, las calles eran de tierra, algunas adoquinadas. Los autos todos negros y muy parecidos, en las calles principales estaba el policía sobre la garita, dirigiendo el transito con su silbato. (Clelia, 72 años). Recuerdo que a los que fallecían los velaban en sus casas y era un carruaje con muchos caballos el que lo venía a buscar; también recuerdo que si el que fallecía era un niño el carruaje con sus caballos eran muy blanco. (Zunilda, 83 años). Cuarto Tema: ¿Recuerda algún personaje de su ciudad? El “Doctor” Leoni. Verdaderamente un cocoliche, un payaso, un pobre ser humano cuyos sueños de ser doctor se vieron frustrados por su mente algo enferma. Soñaba con ser político, radical. Llevaba siempre un banquito que le servía de tarima y en el centro o en la plaza España se subía y comenzaba a dar peroratas políticas en forma encendida, atrayendo la atención del público quien mezclaba aplausos con risotadas. Lo más llamativo de todo era su vestimenta: traje verde escocés, galera alta, una gran flor y su bastón. (Ana, 87 años). El “loco” Rafael. Era un hombre inofensivo, vivía en la calle, siempre andaba con una canasta vendiendo empanadas. Los niños le teníamos mucho miedo, porque decían que se los robaba. (Esmeralda, 81 años). El “negro” Arigós, infaltable en los Corsos de los Carnavales; se paseaba en un carruaje, imbuido en su poderoso papel de rey. Lo seguía por detrás la murga con máscaras y tambores. Era tan pintoresco el cuadro que, año a año, eran los ganadores indiscutibles de los magros pesos que repartían entre todos. (Raquel, 65 años). Quinto Tema: ¿Qué hechos recuerda que formen parte del patrimonio cultural? Un amigo de mi papá fue uno de los sobrevivientes del Barco Princesa Mafalda, que allá por el año 1903 traía mármoles de Carrara para hacer la fachada de la Iglesia Corazón de Jesús que sería la Catedral Nueva. Como éstos nunca llegaron, la iglesia quedó con ladrillos vistos como se la ve actualmente. (Olga, 80 años). “Antes cocinábamos a leña, usábamos braceros para calentarnos y para mantener las cosas frías comprábamos barras de hielo. El vino y el aceite venían sueltos; los fideos, el azúcar, la yerba te las envolvían en papel con un moñito hecho con el mismo papel a cada lado. ¡Ah, y siempre te daban la “yapa”! (Zunilda, 83 años). Sexto Tema: Crónica de hechos histórico-político vividos Se planteó trabajar sobre temas histórico-político locales al comenzar a ocuparse sobre Memoria Colectiva. Los integrantes expresaron que preferían no hablar de dichos temas, ya que eran muy tratados por los medios y les producía mucho dolor. A medida que fueron saliendo los otros contenidos pudimos volver a plantear la propuesta original y esto es lo que expresaron. — 100 — Corría el año 1955 cuando un golpe militar derrocó al Presidente Perón; yo tenía 13 años y estaba en la escuela cuando nos desobligaron porque se decía que en la Capital Federal se estaban produciendo ataques aéreos y terrestres contra la casa de Gobierno. Más que eso no pudimos saber, ya que la “radio a galena” que escuchábamos pasaba muy poca información y a los niños nos mandaban a jugar, aislados de la realidad.” (Ana, 87 años). En 1963 voté por primera vez ¡ que emoción!. En el año 1966 se produce otro golpe militar y comienzan los años “negros” para la Argentina, con la aparición de grupos guerrilleros. A partir de allí los hechos se suceden en forma confusa, 3 presidentes peronistas en 3 años y la aparición clara de grupos antagónicos guerrilla-grupos parapoliciales”. (Esmeralda, 63 años). Un hecho que recuerdo con claridad es la intervención de la Iglesia y los curas “tercermundistas”; nos motivaban realmente en defensa de la “doctrina social” y arengaban a los jóvenes al trabajo por el prójimo. Lástima que muchos se confundieron”. (Raquel, 65 años). A manera de proyección… Al recuperar estos hechos que se creían olvidados, rearmando historias de una época compartida, los integrantes de estos grupos se sintieron motivados a valorar lo vivido y a revalorizarse como protagonistas de su tiempo. Surgió entonces la inquietud de contar estas vivencias como “patrimonio vivo” a hijos, nietos y conocidos. Estos recuerdos formaran parte de una dimensión de la memoria autobiográfica que permite poner en orden los hechos significativos de la vida y “darles sentido”, ayudando al proceso de construcción de la identidad, en el ahora. (Oliverio, 2000). Conclusiones Los recuerdos de nuestros antepasados, los valores que les asignamos, nos construyen y sostienen, determinan nuestro modo de ser en el mundo, así como también el modo como imaginamos personal y colectivamente el futuro de quienes nos continúan. A través de la estimulación de la memoria colectiva hemos intentado construir ese vínculo con el pasado, que sirve de sostén para que las personas revaloren sus propias experiencias, estimulando su autoestima y participación e intentando facilitar el fortalecimiento de las relaciones intergeneracionales. Recordar, rememorar, bucear en la “memoria colectiva” abren puertas insospechadas en la que “todos” quedamos estrechamente ligados. Bibliografía Blanco, A. (1997): Los afluentes del recuerdo: la memoria colectiva. Madrid. Ed. Trotta. Compilación: Ruiz Varga, J. Pág. 83-102. Halbwachs, M. (1994): Les Cadres Sociaux de la Mémoire París. Ed. Albin Michel. Pág. 38. Oliverio, A. (2000): El arte de recordar. Madrid. Ed. Alianza. Pág. 200 y 204. — 101 — Transformacion Social y Perspectiva Intergeneracional Curso-taller abordando la vejez: mitos, realidades, actitudes y sentimientos frente a la vejez de nuestros padres Anita Steiger y Sylvia Korotky Resumen A partir de la práctica profesional cotidiana se detectan situaciones complejas y conflictivas entre los integrantes de la familia que experimentan el impacto que genera la vejez de los padres. Esto afecta fundamentalmente a los hijos adultos, quienes a la vez transitan por una etapa de desafíos y demandas a muchos niveles. Al mismo tiempo, los padres están cursando una etapa vital difícil de constantes transformaciones y pérdidas. Estas diferencias en las situaciones vitales afecta a ambas generaciones de distinta manera y pueden comprometer la relación y por lo tanto la calidad de vida en la vejez de los padres. Atendiendo a estas situaciones surge la propuesta “Abordando la vejez”, una experiencia piloto en el marco del Departamento de Trabajo Social de la Comunidad Israelita del Uruguay. El objetivo fue brindar un espacio de información, re- Comunidad Israelita del Uruguay. Anita Steiger. Licenciada en Trabajo Social egresada de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República y Terapeuta Familiar Sistémica egresada de la escuela de la Asociación de Terapia Sistémica. Asistente Social en: Comunidad Israelita del Uruguay; Departamento de Becas de la Embajada de Israel; Escuela No. 31 Complejo Varela. Coordinadora del Programa de “Promoción en Salud” del Instituto Ariel Hebreo Uruguayo En la Comunidad Israelita del Uruguay dirige los programas Servicio de Auxiliares Gerontológicos (S.A.G.) y Servicio de Asistentes Personal (S.A.P.) para personas con discapacidad física. Fue creadora y coordinadora del Club Hatikva de adultos mayores. Socia fundadora y prosecretaria del Centro de Estudios e Investigaciones Gerontológicas del Uruguay (CEIGU). Socia fundadora de la Asociación de Terapeutas Familiares Sistémicas (ATEFAS). Asesoró técnicamente a hogares residenciales de adultos mayores y fue docente de “Recursos de la Comunidad” en la Escuela Universitaria de Servicio Social. [email protected] Comunidad Israelita del Uruguay. Sylvia Korotky. Licenciada en Psicología - UDELAR (1989). Master en Gerontología Social. Universidad Autónoma de Madrid - Imserso (2002-2005). Diploma en Educación Universitaria - Universidad Católica del Uruguay (1998-1999). Integrante del Programa de Gerontología Social de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Católica del Uruguay (1996 a la fecha). Docente de cursos para adultos mayores del Programa de Gerontología Social de la Facultad de Ciencias Humanas - Universidad Católica del Uruguay. Ha realizado actividad docente y como conferencista sobre aspectos psicosociales del envejecimiento en distintas organizaciones e instituciones. Participó en congresos presentando trabajos sobre temas de gerontología. Coautora del libro: Korotky, S.; Blanc, L.; Martin, H. “Aportes a la preparación para una vida longeva”. Universidad Católica del Uruguay, Montevideo, 2003. [email protected] — 102 — flexión, intercambio, orientación y contención a hijos adultos que tienen padres mayores. La población usuaria del curso era heterogénea en situación socio económica y cultural, pero muy similar en situación de vida familiar (padres mayores). • Metodología: charlas participativas sobre temas relevantes de la vejez, alternando con talleres de intercambio que propician la reflexión y el apoyo a partir de la información recibida y las propias experiencias y vivencias. • Evaluación: Participaron en forma sostenida veinte personas, 80% de las cuales manifestaron que la propuesta había tenido gran impacto en su vida (se enfrentaron a realidades que antes no podían ver o entender), el 73% experimentaron cambio en sus actitudes y sentimientos frente a sus padres (pudieron verlos, sentirlos y entenderlos con otra óptica), el 93% de los asistentes afirmaron querer continuar la experiencia, abordando otros temas. • Conclusión: la propuesta satisfizo los objetivos buscados, por lo cual se plantea su continuidad en forma anual, generando un espacio anteriormente inexistente y relevante para la calidad de vida de ambas generaciones involucradas. Palabras clave: vejez, padres, mitos, realidades. Introducción El presente trabajo pretende compartir los resultados de una experiencia piloto generada en el Departamento de Trabajo Social de la Comunidad Israelita del Uruguay, realizada entre los meses de mayo y junio de 2007. Está focalizado en el análisis de los mitos, realidades, sentimientos y actitudes de los hijos adultos que tienen a su cargo a padres mayores. Se trata de un abordaje intergeneracional de la vejez, brindando un espacio de reflexión para los hijos adultos con dos modalidades de trabajo: 1) instancias informativas mediante charlas de especialistas sobre temas puntuales y preocupantes para la generación más joven y 2) talleres de intercambio entre los participantes y la coordinación, acerca de los temas desarrollados en las charlas. La experiencia fue propuesta, diseñada, implementada, coordinada y evaluada por dos profesionales capacitadas en el área de la gerontología, que trabajan en programas que abordan el tema del envejecimiento y la vejez desde distintos aspectos. A partir de la práctica profesional cotidiana, se detectaron situaciones complejas y conflictivas entre los integrantes de la familia -especialmente los hijos adultos- que experimentan un alto impacto en distintas áreas de su vida al enfrentarse a la tarea de hacerse cargo de sus padres mayores. Por otra parte, se constata la carencia -salvo excepciones puntuales- de espacios grupales o sociales que apoyen a los hijos adultos en esta situación. Este proyecto se creó con la aspiración de que un espacio de esta naturaleza contribuiría a mejorar la calidad de vida de ambas generaciones en esta importante etapa del ciclo familiar. Fundamentación El aumento de la longevidad humana se traduce en muchos casos en la existencia de familias de tres o cuatro generaciones, situación que genera muchas veces dificultades en las relaciones intergeneracionales y problemas en el desempeño de múltiples roles, sobre todo cuando la generación más vieja necesita de la asistencia de las generaciones más jóvenes. — 103 — Esto afecta fundamentalmente a los hijos adultos, quienes transitan por una etapa de desafíos y demandas en muchos niveles, debiendo enfrentar las exigencias del trabajo, de la familia (dependiendo de cada caso, pueden tener a la vez padres mayores, hijos adolescentes, hijos casados y nietos) y de la economía familiar, entre otras. Al mismo tiempo, los padres mayores están cursando una etapa vital difícil, de constantes transformaciones y pérdidas. Si bien la vejez es una construcción personal afectada por factores biológicos, psicológicos, sociales y/o históricos, que puede cursarse en forma normal, patológica o exitosa, en la mayoría de los casos, y sobre todo en edades avanzadas, aparecen distintos grados de limitaciones que conducen a los hijos adultos a la necesidad de asistir a sus padres u otros familiares mayores (tíos, suegros, ex suegros, etc.), en distintos aspectos. La instalación puntual o crónica de situaciones adversas o patológicas en los niveles funcional orgánico, psicológico, social y económico generan tanto en los hijos como en los padres sentimientos y actitudes variadas. La familia y en especial los hijos son en general en nuestra cultura los cuidadores principales de los adultos mayores en situación de limitación o enfermedad. Cantor en 1983 ha documentado lo que llama un “sistema de soporte jerárquico” en cuanto a la asunción de esta responsabilidad, que comienza con los familiares más cercanos como cuidadores principales: el esposo o esposa, luego los hijos adultos (mayormente las hijas), y puede alcanzar círculos de redes sociales más amplios como parientes lejanos, vecinos y institucional estatal o privada (citado en Schaie y Willis, 1991). Los cuidados más frecuentes que brindan los hijos adultos consisten en soporte emocional, servicios como compras, trámites, transporte, acompañamiento en el cuidado de la salud. En situaciones de patologías o limitaciones mayores, pueden hacerse cargo de cuidados en la vida cotidiana, tales como higiene, alimentación, medicación, apoyo económico, etc. Satisfacer estas necesidades de los padres mayores puede agotar los recursos emocionales de los hijos, ya que dicha situación, con la inversión de roles que provoca genera emociones y conflictos internos debido a la preocupación por la salud y seguridad de sus padres. También experimentan limitaciones prácticas en su vida cotidiana: deben ocupar tiempo en estas actividades, que restringen el tiempo libre del que disponen, dificultad para tomarse vacaciones y conflictos con las demandas de sus restantes roles como padres, abuelos, amigos/as, trabajadores, entre otras. La dificultad en aceptar los cambios que produce el envejecimiento de los padres y el sentirse demandados y sobrecargados, generalmente conllevan sentimientos de rabia, impotencia, culpa y angustia, que expresados directa o indirectamente comprometen la calidad de la relación. Por otra parte, …“en condiciones similares, cada familia manifiesta un estilo propio de interrelación con sus padres mayores.” (Zingman, 2003). Aunque perfectamente visible en la práctica cotidiana, dicha autora clasifica las distintas actitudes en cuatro grupos: 1) Familias que son sensibles a las necesidades de sus mayores, brindándole los cuidados necesarios, con una actitud de respeto y protección, a la vez que dándole aliento para hacer lo que pueden y desean. 2) Familias que los tratan como imposibilitado o inepto y lo sobreprotegen, anulando así la posibilidad de activar sus recursos potenciales y su resiliencia. (Staudinger, Marsiske, Baltes, 1995). 3) Familias que son abandónicas y/o insensibles a las dificultades de sus mayores, excluyéndolos. En estos casos, más frecuentes de lo que se piensa, la actitud se justifica en base a una mala relación paternal-filial anterior. Sin embargo, la expe- — 104 — riencia muestra que la relación anterior no siempre predice la respuesta del hijo a la vejez de su padre o madre. Hay casos en que uno o todos los hijos abandonan al padre o madre hasta su muerte y casos en que a pesar de las dificultades anteriores el hijo o hija pueden asumir la tarea de cuidador. 4) Familias que niegan o minimizan las limitaciones naturales de la vejez, exigiéndoles a los mayores la asunción de roles o tareas inadecuadas o iatrogénicas. Por otra parte, los adultos mayores pueden sentirse desplazados, ignorados, incomprendidos, sobreprotegidos o abandonados por sus hijos y/o nietos. La dificultad de compartir con los hijos adultos los sentimientos, vivencias y proyectos de vida, los margina de poder cursar una vejez más digna, independiente y constructiva. Schaie y Willis (op.citp.) sostienen que “parecería haber una discrepancia entre las expectativas de las personas mayores en relación a la asistencia que esperan de sus hijos y lo que los hijos adultos sienten que deberían brindar a sus padres mayores”. El desconocimiento de recursos sociales disponibles (clubes, actividades culturales, programas de intercambio entre pares e intergeneracionales, voluntariado, etc.) se constituye en una limitante que no solamente conduce al aislamiento, sino también a la disminución progresiva de la autoestima, todo lo cual aumenta la demanda del adulto mayor sobre su familia. La falta de espacios de intercambio, información, reflexión y contención y orientación para los hijos, limita la elaboración de las dificultades que suelen surgir con mucha frecuencia. Atendiendo estas situaciones vinculares para un abordaje integrado, es que surge la propuesta de este curso-taller, pensada para hijos adultos que tienen a su cargo a padres y/o otros familiares mayores. Objetivos Generar un espacio de información, reflexión, intercambio, orientación y contención a hijos adultos que tienen padres mayores a su cargo. Propiciar otra mirada de las actitudes y demandas de los padres, apuntando a otro ángulo de aceptación. Nos referimos a las situaciones más frecuentemente generadoras de conflictos en la relación intergeneracional: • Padres que aún cursando una vejez normal, manifiestan distintos grados de dependencia y lo expresan con variado nivel de demanda a sus hijos. • Padres cursando una vejez patológica lo cual incluye la posible situación de institucionalización, frecuentemente temida y/o rechazada por una o ambas partes. • Padres cursando una enfermedad terminal, que provoca muchas veces no solo tristeza y desgaste, sino mecanismos defensivos de negación, de enojo, de autocuestionamiento, sumados a la sensación de culpa por no poder cambiar la situación. Siendo la muerte un tema tabú en la sociedad, la mayoría de las personas pierden la oportunidad de realizar una preparación para este momento de despedida final y/o elaborar un buen proceso de duelo posterior al fallecimiento del familiar. Metodología de trabajo Charlas participativas sobre temas relevantes de la vejez, a cargo de un equipo docente especializado, sobre temas puntuales y de reiteración frecuente, tales como las — 105 — transformaciones psicosociales, orgánicas y funcionales en la vejez; impacto en la familia frente a distintos tipos de deterioro cognitivo hasta los cuadros de mayor gravedad, como las demencias y en especial el mal de Alzheimer; ancianos en situación terminal y el apoyo de y a la familia; valores, familia, relaciones intergeneracionales; enfoque de la vejez dentro del judaísmo. Las charlas informativas se intercalaron con talleres de intercambio entre los asistentes que propiciaban la reflexión y el apoyo a partir de la información recibida, a la luz de las propias experiencias y vivencias, para facilitar su asimilación en la práctica. Intercalar las charlas y los talleres, fue una estrategia metodológica, de manera que la información se complementara con el compartir de la experiencia y la apertura a otros temas relacionados con las charlas. También para contener emocional y psicológicamente a los participantes en caso de que algún tema hubiera sido de fuerte impacto emocional. Los talleres facilitaron la interrelación entre los participantes, que conociendo distintas experiencias, encontraron en el espejo de los otros lo común y lo diferente en sus situaciones. Otra estrategia metodológica fue la participación de las coordinadoras en los talleres no sólo desde su rol profesional sino también como personas que habían debido afrontar diferentes experiencias en cuanto a la vejez y/o fallecimiento de sus padres con el padecimiento y el aprendizaje que dichas experiencias les aportaron. Esto favoreció la cohesión grupal y la creación de un clima cálido entre iguales, más allá de la heterogeneidad grupal. El curso-taller se desarrolló en siete encuentros de frecuencia semanal de dos horas de duración cada uno, en horario nocturno. Resultados Se conformó en grupo de veinte participantes, cuya asistencia fue continuada. En el último encuentro se aplicó a los participantes una pauta de evaluación por escrito. De los datos recogidos en la misma se desprende que: • Impacto personal: El 80% de los participantes definió que el impacto personal del taller había sido mucho y 20% lo consideró como bastante. Al preguntar por las razones de ese impacto las respuestas fueron diversas. Las más frecuentes fueron poder entender cómo hablar y escuchar a las personas mayores y comprender mejor sus acciones, actitudes, necesidades. Manifiestan percibir la relación con los mayores con más atención y detalle, pudiendo cambiar alguna de sus actitudes en dicha relación. Dicen haberse sentido aliviados por poder hablar en un ámbito grupal temas de difícil expresión, como la muerte, la situación de demencia de un familiar, etc. Para muchos participantes el impacto consistió en re significar situaciones del pasado, mirar con otra perspectiva el presente y adquirir una actitud de previsión en cuanto al futuro de sus mayores y su propia vejez. • Aludiendo al subtítulo del taller, se preguntó si habían experimentado cambios en los mitos, realidades, actitudes y sentimientos frente a la vejez de los padres. 73% contestó “sí”, 13% “no” y 13% no contestaron la pregunta. El cambio mayor se verificó en la transformación de actitudes, destacando dedicar más tiempo a la compañía de los mayores, apertura en la comunicación (destacando una mejor escucha), tener más tolerancia y poder ajustarse en mayor medida a las necesidades de los padres. Manifiestan que este cambio de actitud se generalizó a la comprensión de las diferencias entre las generaciones en general (sus hijos, nietos, etc.). En algunos casos, se destacó poder tomar distancia de algunas acti- — 106 — tudes de los padres que resultaban conflictivas. En cuanto a los sentimientos, los cambios manifestados fueron la conciencia de las dificultades y la exploración de las posibilidades de manifestar afecto en la relación. • Los participantes sugieren en la encuesta la extensión de la propuesta, que consideraron de corta duración. El 93% de los participantes manifiesta querer seguir como grupo abordando otros temas en los que les gustaría profundizar, en forma inmediata, lo cual por distintas circunstancias no fue posible. Los temas a profundizar mencionados incluyen: la muerte, los cuidados paliativos y la elaboración del duelo; relaciones intergeneracionales, en especial como facilitar la relación abuelo-nieto; la agresividad en el adulto mayor y cómo abordarla; comunicación humana. Conclusiones La participación sostenida de los asistentes es un indicador de que la propuesta fue oportuna, dado que a nivel institucional había un vacío para la reflexión, información, contención y orientación acerca de la vejez de los padres y el abordaje de la misma. La metodología resultó satisfactoria, aunque se demanda la extensión en el tiempo de la propuesta. Se comprobó que pueden abordarse temas de alta carga emocional como la muerte, las demencias, las limitaciones en la vejez, etc. en un grupo de corta duración. Utilizando metodología grupal adecuada y estableciendo las normas de respeto y confidencialidad desde el principio, los participantes pudieron expresarse en temas íntimos, lográndose un clima de confianza, intimidad y calidez. A través de esta experiencia piloto, las coordinadoras pudimos darnos cuenta que la formación de este tipo de instancias grupales es necesaria, ya que resultó satisfactoria y clarificante para los participantes. Se constata la necesidad de recibir información sobre la vejez, ya que muchos de los temas planteados no eran conocidos para los participantes. En especial, la falta de información sobre las patologías asociadas a la vejez resultaban en desentendimiento y conflictos de los hijos hacia los padres. Entender que cierta actitud de un padre o madre mayor era producto de una enfermedad y no una intención deliberada y contar con herramientas para enfrentarlas resultó de gran utilidad. Los participantes pudieron ampliar sus miras hacia la complejidad de las relaciones intergeneracionales en la familia y la necesidad de conocimiento y capacidad de comprensión para mantener una buena relación afectiva, con menor grado de conflicto. Sorprende una vez más la desinformación a nivel social en cuanto a temas de vejez y envejecimiento, lo cual permite constatar la necesidad de propuestas educativas a lo largo del ciclo vital, para que se cumpla el lema del año 1999, “Una sociedad para todas las edades”. Dicha falta de formación e información sobre la vejez constituye una de las fuentes de sufrimiento e insatisfacción en la relación hijo adulto-padre o madre mayor. En virtud de que la propuesta satisfizo los objetivos buscados, se plantea su continuidad en forma anual, generando un espacio que apunta a mejorar la calidad de vida de ambas generaciones. Referencias bibliográficas Schaie, K. y Willis, S (1991): “Adult Development and aging”. New York: HarperCollins Publishers. Staudinger, U.; Marsiske, M. y Baltes, P. (1995): “Resiliencia e níveis de capacidade de reserva na velhice: perspectivas da teoria de curso de vida”. En Liberalesso Neri, A. (org) (pp. 195228). Campinas: Papirus Editora . Zingman de Galperín, C. (2003): “Psicología de las familias tri y cuatri-generacionales” Ponencia presentada en el III Mercoseti Encontro do Mercosul Sobre A Terceira Idade. Brasilia. Agosto 2003. — 107 — Transformacion Social y Perspectiva Intergeneracional Abuelos en el jardín de infantes: cantos, cuentos y encuentros intergeneracionales Bentacor, Alejandra Resumen Es nuestro interés presentar una forma de integración intergeneracional en centros educativos que se sustenta en 4 años de experiencia del Proyecto “Los abuelos del Jardín” que se desarrolla en el Jardín de Infantes Publico Nº 213 Enriqueta Compte y Riqué. Las elaboraciones teóricas de diferentes autores han presentado la importancia que tiene en el desarrollo psíquico de los niños y jóvenes la comunicación con sus abuelos o adultos mayores cercanos a su cotidianidad. Este proyecto es una experiencia de encuentro entre niños, maestros, familia, abuelos y comunidad y a mostrado que desde un esfuerzo sostenido y con un mínimo de inversión es posible dar cuerpo a las consideraciones teóricas que nos envuelven y que nos respaldan. Ha incluido el trabajo con la historia personal, con la historia institucional y social, ha permitido un disfrute de todos sus integrantes desde formatos artísticos, didácticos y recreativos. Nos manejamos desde la concepción de abuelos comunitarios por lo que esta experiencia también permite a los niños que no tienen abuelos o referentes mayores, para poder pensar en el rol de estos en la sociedad y para con ello, puedan vivenciar este vinculo. Hoy nos encontramos frente a una investigación que pretende evaluar los aportes perceptibles en este breve pero fructífero tiempo de trabajo. Los datos nos permitirán considerar la expansión de la experiencia. Palabras Clave: Promoción, Envejecimiento, Encuentro, Intergeneracional, Educación. Comenzaré citando a la Lic. Nora Spier Fernández que en su trabajo Comunicación trigeneracional y prevención su función en la infancia y juventud dice: “…la genera- Servicio de Psicología de la Vejez, Facultad de Psicología, Universidad de la República. Alejandra Beatriz Bentancor Bruzzone. Licenciada en Psicología Facultad de Psicología de la UdelaR 2006; Colaboradora Honoraria Curso de Psicología Grupal e Institucional Área de Psicología Social Facultad de Psicología 2005-2006. Investigadora Asociada del Servicio de Psicología en la Vejez Facultad de Psicología 2007. Investigadora Responsable del “Estudio comparativo sobre la incidencia que la integración intergeneracional en centros educativos tiene respecto a la percepción del proceso de envejecimiento” UdelaR - CSIC. [email protected] — 108 — ción en crecimiento - los niños, adolescentes y jóvenes- necesita para su sano desarrollo psicológico mantener una amplia comunicación con los adultos mayores o sea los ancianos, los abuelos y bisabuelos. A su vez la salud psicológica de los mayores se incrementa cuando reconocen que su generación cumple una función esencial en la sociedad debido justamente a que son los mayores (y no “a pesar” de serlo como suele pensarse generalmente) ” (Spier Fernandez 1991). Es que de esto se trata nuestro proyecto. Nos basamos en lo que Zarebski presenta como la función de la generatividad (Erikson 1974) para poder promover una vejez saludable en los adultos mayores que participan de ella y en la promoción de salud desde el trabajo con los prejuicios de los jóvenes, que no solo puede facilitar la comunicación con los viejos de hoy, sino que también les permiten proyectarse a los viejos que serán, sin perder la autoestima que genera la desvalorización de esta etapa. De nada sirve hablar de la vejez solo con los viejos. El proyecto de “Los abuelos del Jardín” desarrollado en el Jardín N° 213 Enriqueta Compte y Riqué desde el 2004, pretende generan un trabajo de integración intergeneracional en este centro educativo, como forma de promoción de una visión integral de la vida que permita la percepción de la vejez como una etapa mas de crecimiento y comunicación de las diferentes experiencias. El centro donde se desarrolla esta experiencia ha sido el primer jardín de infantes del Uruguay siendo referencia para toda Latinoamérica, promueve desde sus comienzos el impulso innovador de programas pedagógicos y comunitarios. Es a partir de esta posibilidad que comenzamos este emprendimiento en el junio del 2004 con un grupo de abuelos que pasa a funcionar dentro de la organización del jardín, con reuniones semanales durante todo el año. Este grupo tiene como tarea central generar actividades recreativas, didácticas y/o artísticas a partir de los intereses presentados por sus integrantes, y una comunicación y coordinación permanente con la dirección y el equipo técnico de la escuela. Se han realizado de esta forma lectura y/o creación de cuentos, juegos, talleres de plástica, danzas y representaciones. ¿Abuelos en el Jardín de Infantes? Hemos recorrido algunos caminos en busca de antecedentes de proyectos de integración como este, y hemos encontrado variadas experiencias donde se trabaja la temática desde talleres o encuentros puntuales donde los abuelos son citados a participar de diferentes instancias. Entre ellos Mónica Lladó ha trabajado ampliamente la temática desde el servicio de Psicología en la Vejez de la Facultad de Psicología de nuestra Universidad integrando a diferentes generaciones a talleres de reflexión. Desde Israel se ha implementado un sistema de integración que nos parece importante comentar, en donde los abuelos pasan a integrarlas clases del jardín de infantes funcionando como auxiliares en determinadas ocasiones. Para ello las maestras han sido formadas en algunos aspectos de la psicogerontología y los abuelos participan, a su vez, de formación para poder atender las actividades que les son habilitadas. En este caso el reclutamiento de voluntarios se realiza desde los sistemas de previsión social o centros médicos. Es importante plantear aquí algunas diferencias que presenta este proyecto y justificar que aspectos nos parecen centrales. Este proyecto permite una integración de abuelos al funcionamiento escolar desde una forma más independiente. Los abuelos se reúnen como grupos para proponer y planificar las actividades que mensualmente realizan con los niños del jardín. Esto permite una identidad del grupo en el centro y de sus — 109 — integrantes en el grupo. La posibilidad que tiene este espacio propio permite a su vez dar lugar a la discusión de aspectos propios y promover la reflexión sobre su objetivo y la función que cumplen en el centro. Los abuelos son convocados en primer término por formar parte de las familias de los niños del jardín y estamos en este momento integrando la participación de vecinos de la zona. Respecto a la posibilidad de que la integración sea por medio de derivaciones de otros organismos si bien la consideramos viable aún no hemos pensado en su implementación. Cambio Poblacional y Alternativas de Vida Para la Vejez Las nuevas tecnologías y los avances científicos han permitido que la expectativa de vida haya aumentado notoriamente en las últimas décadas. De esta forma la población mayor de 60 años ha visto un crecimiento cada vez mas visible (Mezzera) Pero a su vez, esto ha cuestionado la calidad de vida que se brinda a estos viejos. El prejuicio de pasividad, de enfermedad y de improductividad compromete la posibilidad de una vejez saludable y valorada. El cese de actividades laborales parecen habilitar a la identificación de un cese en otros aspectos de la vida en cuanto a: aprendizajes, agrupaciones, participación social, recreación, etc. Es por esto que este trabajo nos compromete a aportar herramientas y sentidos para los viejos de hoy, para los viejos que seremos y para los viejos que serán quines hoy están naciendo. Partimos de la concepción de Moreno (1961) quien plantea que la vida es creatividad, es acción espontánea, es la posibilidad de generar a partir de la confluencia de lo vivido y la sorpresa de lo nuevo, es alegría de ser y hacer en el aquí y ahora con un encuentro cara a cara, intenso y corporal. La muerte es la no acción la perdida de espontaneidad, el desencuentro, la conserva que sumerge al individuo en la repetición sin pensamiento. La inmovilidad obtura la capacidad de crecer, de vivir en crecimiento constante, creando y descubriendo a cada paso, generando nuevos objetivos proyectos para nuestra vida. Varios estudios han derivado en teorías que pretenden dar luz a las dificultades que esta etapa vital presenta. La teoría del Desapego de E Cummings y de W E Henry propone una causa natural y evolutiva para la reducción del interés de actividades sociales, que acompañaría el retraimiento psíquico de la vejez fortaleciendo una condición narcisista propia de la etapa. Pero esta teoría desconoce las condiciones sociales que sostienen que el envejecimiento se produzca en estas condiciones, sosteniendo que este proceso no solo es esperable sino buscado. Desde esta visión se ha promovido las condiciones que favorecen un exilio social y psicológico donde se prepara al individuo para la muerte y por ende genera una muerte anticipada, una muerte social que antecede a la muerte biológica. De esta forma se renuncia a vivir una etapa de la vida tan rica como cualquiera de las anteriores pero que es negada en su potencial creativo identificándola desde el sistema mercantil capitalista como improductiva. En relación a esto E. Erikson nos plantea que la crisis de la vejez, se considera casi nunca resuelta positivamente ya que a dificultad de integrar el deterioro como una variable dentro del desarrollo humano hace perder la identidad y convertirse en la población improductiva que la sociedad espera sin posibilidad de efectuar acción creativa y desconociendo el crecimiento en esta ultima etapa de la vida. Es en relación a esto que presenta el concepto de generatividad (Erikson 1974) por la cual se presenta la preocupación por afirmar y guiar a las siguientes generaciones promoviendo una expansión de intereses. De esta forma la trascendencia se alcanza por medio del legado que se transmite. Podemos — 110 — decir entonces que el desapego sería la expresión de la falla en la generatividad. Se promueve desde esta visión una función social que los compromete en el colectivo social. El rol del abuelo se identifica con un compromiso desde diferentes facetas en niveles actitudinal, conductual, emocional y simbólico. En el grupo de abuelos sus integrantes se constituyen como abuelos comunitarios ejerciendo aspectos de este rol con todos los niños del jardín aportando un contacto sumamente valorado para ambos (niño-abuelo) en ocasiones ausente en la dinámica familiar y beneficiándose a su vez con la alegría de la compañía de los niños. El tiempo aparece como un analizador fundamental del proceso de envejecimiento. Parece representarse como una fuga inevitable y en tanto se “cosifica” (es decir se tiene mas o menos tiempo) y es tomado como un bien de consumo. La pérdida del tiempo de vida nos haría por lo tanto cada vez mas pobres. Deberíamos poder pensar en que la idea del tiempo cuantificable no deja de ser una construcción socio-histórica que introduce en a sociedad moderna la industrialización. ¿Es posible entonces pensar en el tiempo como una ganancia y no como un crédito que se agota? Vivimos sin tiempo, obligados a hacer sin pensar, a correr tras las cosas sin espacio para reflexionar. Pero el tiempo nos trasciende no somos dueños del tiempo, ni en la vejez, ni en la juventud. Estamos inmersos en un mundo vertiginoso donde las constantes desaparecen frente al cambio continuo, por momentos parecen no haber referencias y la posibilidad del intercambio con las generaciones que nos anteceden permiten dar sentido desde la unidad histórica a la que pertenecemos. Una de las experiencias de los abuelos en el jardín ha sido poder compartir con los niños anécdotas de su infancia donde la diferencia y el cambio integran sin embargo la posibilidad de sentir intereses compartidos cor aquellos niños y los de hoy, como la valoración del esfuerzo personal, la dificultad de enfrentar algunos desafíos, los miedos frente a situaciones de exposición, la amistad, etc En la comunicación intergeneracional es que podemos ver como hay temas que han centrado la atención desde siempre que nos han comprometido en el pensamiento y en el sentir y que aún no hemos podido responder. Esas preguntas tal vez sean nuestro impulso, la falta que promueve la acción en busca de aquello que nos complete. De esta forma también el proyecto de vida (Berriel, Lladó, Pérez 1995) nos permite buscar herramientas es necesario poder comprender la vulnerabilidad del proyecto vital en cualquiera del as etapa de l vida para poder entender que el proyecto nos impulsa a ir mas allá que una vez alcanzado solo puede existir otro, que al sustituirlo permita seguir avanzando. La muerte es un factor posible en todo momento no por eso quedamos inmóviles. La posibilidad de integrar el trabajo intergeneracional apunta a la producción de generatividad y a la valoración del rol del viejo dentro de la organización social Existe una serie de prejuicios y estereotipos que generan discriminación desde un funcionamiento racista que aísla y perjudica el posible relacionamiento de los viejos con el resto de la sociedad. Este rechazo junto a heridas narcisistas generadas desde la imposibilidad de adatarse a las condiciones de la vejez promueve lo que se relaciona con un conflicto intergeneracional. El vejo puede caer en el rechazo de los jóvenes y de todo tipo de novedad a partir de la defensa frente a la angustia que le genera encontrarse con su propio prejuicio sobre la vejez. Al decir de Salvarezza (1988) los prejuicio son adquiridos espacialmente en la infancia y van afirmándose a lo lago de la vida en lo que conceptualiza como Viejismo. Es por esto que el trabajo sobre el envejecimiento comienza en el jardín de infantes porque la construcción del prejuicio (viejismo) no solo imposibilita la comunicación con los viejos sino que obtura a posibilidad de alcanzar un envejecimiento saludable. Para pode pensarse como viejo primero hay que dejar de — 111 — negar esta etapa y pensar en ella como una proyección posible de crecimiento y disfrute Quien haya podido integrar la inconsistencia y la incertidumbre de vivir que acompaña toda la vida sin duda, contara con mayores herramientas para enfrentarla. En relación a esto Zarebski (1999) plantea que el envejecimiento normal se alcanza cuando uno es capaz de reconocer su angustia pero cuenta con recursos para superarlo. Por esto hablamos de poder discriminar la nostalgia de la reminiscencia en cuanto esta última integra lo vivido como bagaje que le permite ser y hacer en este aquí y ahora mientras que en la nostalgia se quedó paralizado en la contemplación de lo que ya pasó. La aceptación de la vejez debe permitir la integración del deterioro pero no transformarlo en una enfermedad que aísle o condicione la posibilidad de crecimiento. La interrelación con niños permite ver como algunas limitaciones que los niños tienen como parte de su desarrollo no son vividas con angustia sino que forman parte de su realidad y por lo tanto aceptadas como tal, lo que no sucede habitualmente en a vejez donde el cambio de las capacidades genera la angustia de la pérdida sin poder reconocer las potencialidades que se mantienen y las ganancias que el transcurso de la vida les ha brindado. Tal vez sea difícil poder pensar en la aceptación de la propia vejez mientras la sociedad nos sigue promocionando formulas y técnicas para evitar los signos de envejecimiento y desconociendo el valor propio de esta etapa. En esta sociedad en busca constante de la eterna juventud los viejos cargan con la evidencia de la finitud de la vida y eso hace que se confundan con el tabú que encubre el tema de la muerte pasan a ser objeto de exclusión de las dinámicas sociales. Proyectos como este podrán permitir desde los centros educativos la generación de espacios que tiendan a una educación para la comprensión de la vida en forma integral y dando sentido al ciclo vital. El tabú perturba el crecimiento social hacia un entendimiento de la ancianidad como parte de la vida y no como antesala de la muerte. El deterioro significativo del organismo no puede impedir la resolución positiva de la crisis de la vejes (Erikson, 1974) en tanto pueda rescatar el sentido de toda la existencia. Es difícil a veces reconocer por los viejos su derecho a ser y vivir cubriendo sus propias necesidades. Muchas veces quedan atrapados de una dinámica familiar en la que están al servicio de los demás. La comunicación intergeneracional debe respetar los espacios y necesidades del viejo. En el desarrollo de esta experiencia hemos encontrado quienes deben enfrentar la dificulta de hacer entender a sus hijos la necesidad de contar con un tiempo de uso personal para una tarea de recreación. En ocasiones hemos visto que a pesar del interés en la participación no son capaces de considerar el derecho a disponer de su agenda sin prever las necesidades de sus hijos o nietos. El viejo queda en lugar de alguien que tiene tiempo disponible pero no para si mismo sino para los demás, quedando por momentos aprisionados o agotados por lo que se pierde el disfrute del encuentro y el cuidado de los nietos, pasando a hacer una obligación sin la posibilidad de una verdadera comunicación. Si su autoestima y auto confianza están disminuidos, la rivalidad con sus hijos que pasan a tomar su papel dentro de la sociedad y la dificultad de asumir el envejecimiento generan una relación difícil de sostener y que puede alcanzar altos grados de violencia. Es necesaria la educación desde la infancia para no tener que recordar que las Naciones Unidas declaran Principios a favor de las Personas de Edad y que debemos atender a acciones políticas que los respalden. Los niños deben poder recibir la imagen de los viejos siendo dueños de su vida, comunicando la experiencia obtenida y apoyando a las nuevas generaciones para promover un mejor entendimiento. La independencia, la participación, los cuidados, la autorrealización y la dignidad deberán ser defendidas no por los viejos de hoy sino por todos, para nuestro — 112 — bien y el de las generaciones venideras. Para los abuelos participantes la posibilidad de compartir la experiencia vivida, de escuchar y ser escuchados, de sentir y compartir lo que sentimos sostenidos desde la dimensión grupal, genera encuentros que en si mismos aportan a cada uno de ellos. A su vez revalorizar el papel de los abuelos favorece a la construcción de nuestra propia historia, a partir de la herencia cultural que estos transmiten y es una necesidad desde el interés de los niños por conocer sus orígenes. Este proyecto promueve encuentros donde podamos reconocernos como parte de un todo que nos trasciende y nos integra a un proyecto como sociedad. Cabe señalar que en este momento nos abocamos a la realización de una investigación que pretende la evaluar la incidencia que experiencias como esta provocan en la población que participa de ellas, comprendiendo niños maestros y abuelos, a través de una estudio comparativo del cual obtendremos los primeros resultados a fines del 2008. Es nuestro objetivo sentar las bases para la realización de programas que enmarcan este trabajo y posibiliten su difusión e implementación en una mayor cantidad de centros. Bibliografía Berriel, F.;Lladó, M. y Pérez, R. (1995): Por los viejos tiempos. Reflexiones sobre la práctica psicológica en el proceso de envejecimiento. En: Universidad de la Republica, Facultad de Psicología (1995) 2das Jornadas de la Psicología Universitaria Montevideo: Ediciones Multiplicidades pp. 12-19. Casco, M (2004): Prevenir para una vejez saludable En: Pérez, R. (2004) Gerontología del Uruguay Una construcción hacia la ínter disciplina Montevideo: Psicolibros pp. 79-91 Erikson, E. (1974): Identidad, juventud y crisis Buenos Aires: Paidós. Laforest, J. (1991): Introducción a la gerontología El arte de envejecer. Barcelona: Hender. Lladó, M. (2004): ¿Qué entendemos cuando se habla de factores que favorecen un buen envejecimiento? En Pérez R (2004) Gerontología en Uruguay Una construcción hacia la ínter disciplina Montevideo: Psicolibros, pp. 99-111. Mezzera, J. (----): Envejecimiento Hacia la formulación de políticas En Importante pero urgente Políticas de población en Uruguay Montevideo: Moreno, J. (1961): Psicodrama Buenos Aires: Hormé. Nisizaki, S. y Pérez, R. (Editores 2004): Gerontología en Uruguay Una construcción hacia la ínter disciplina Montevideo: Psicolibros. Salvarezza, L. (1988): Psicogeriatría Teoría y clínica Buenos Aires: Paidos. Speier Fernández, N. (----): Comunicación Trigeneracional y Prevención su Función en la Infancia y Juventud Buenos Aires: Ponencia. Viguera, V. G. de (2000): La educación para el envejecimiento: Promoción de Salud Mental En Leopold, L. (2000) Gerontología Latinoamericana Teoría y Práctica Montevideo: Multiplicidades Zarebski, G. (1999): Hacia un buen envejecer Buenos Aires: Emecé. — 113 — Mediana Edad y Envejecimiento O mestre em gerontologia de meia-idade e a perspectiva da própria velhice Calderoni, S. Z. y Lopes, R. G. C. Resumo O contato com a velhice do outro mobiliza conteúdos pessoais naqueles que se encontram na meia-idade e trabalham com idosos, o que repercute sobre suas vidas. Foi realizada uma pesquisa para verificar como os Mestres em Gerontologia pensam e sentem o próprio processo de envelhecimento e futura velhice à luz de seu percurso pessoal e profissional. Entrevistamos Mestres, titulados pelo Programa de Pós Graduação em Gerontologia da PUC-SP, que atuam na área da Gerontologia e se situam na faixa etária entre 40 e 60 anos. Numa abordagem qualitativa, utilizamos entrevistas abertas, organizadas numa leitura matricial para posterior interpretação. O estudo revelou que o contato dos entrevistados com o envelhecimento do outro e a perspectiva da sua própria velhice constitui-se em fonte de tensão. Reconhecem em si sinais de envelhecimento, mais não percebem restrições em seus cotidianos, embora a metade dos entrevistados refira sensação de incômodo diante dessa consciência. O percurso pessoal e profissional, as crises e sofrimentos vividos, permeiam visões que os Mestres em Gerontologia, na meia-idade, têm em relação ao próprio envelhecimento e futura velhice. Paradoxalmente, imaginam-se idosos, até longevos, mas sem as limita- Grupo de Estudos de Psicogerontologia (GEP) e Grupo de pesquisa “Saúde, Cultura e Envelhecimento” pertencentes ao Programa de Estudos Pós Graduados em Gerontologia da Pontifícia Universidade Católica (PUC), São Paulo, Brasil. SILA ZUGMAN CALDERONI: Mestre em Gerontologia pela Pontifícia Universidade Católica de São Pulo (PUC-SP); psicóloga especialista em psicologia clínica; pesquisadora do Grupo de Estudos de Psicogerontologia (GEP), do Núcleo de Estudo e Pesquisa do Envelhecimento (NEPE) e do Grupo de pesquisa “Saúde, Cultura e Envelhecimento” pertencentes ao Programa de Estudos Pós-Graduados em Gerontologia da PUC-SP. E-mail: [email protected] Grupo de Estudos de Psicogerontologia (GEP) e Grupo de pesquisa “Saúde, Cultura e Envelhecimento” pertencentes ao Programa de Estudos Pós Graduados em Gerontologia da Pontifícia Universidade Católica (PUC), São Paulo, Brasil. RUTH GELEHRTER DA COSTA LOPES – Doutora em Saúde Pública (USP). Vice-coordenadora e docente do Programa de Estudos Pós-Graduados em Gerontologia da PUC-SP. Líder do grupo de pesquisa CNPq “Kalahó”, pesquisadora do Grupo de Estudos de Psicogerontologia (GEP), “Saúde, Cultura e Envelhecimento”-CNPq e “Núcleo de Estudo e Pesquisa do Envelhecimento (NEPE) ”CNPq. Psicóloga Supervisora do Atendimento em Grupo a Idosos-Clínica/PUC-SP. Autora do livro Saúde na Velhice. As interpretações sociais e os reflexos no uso do medicamento. São Paulo: Educ, 2000. E-mail: [email protected] — 114 — ções da idade avançada. Trabalhar com idosos e estudar a temática do envelhecimento levou os Mestres a refletirem sobre o que está por vir em suas vidas e a adotarem condutas, em relação ao presente, com a finalidade de interferir em sua futura velhice. Palavras-chaves: envelhecimento; psicogerontologia; futura velhice; meia-idade. Introdução E Objetivo Nosso objetivo na pesquisa foi verificar como os Mestres em Gerontologia pensam e sentem o próprio processo de envelhecimento e futura velhice à luz de seu percurso pessoal e profissional. As orientações teóricas adotadas neste trabalho, são essencialmente postulações da Psicologia Analítica de Carl Gustav Jung e o entendimento de que a velhice e o processo de envelhecimento são resultados de um fenômeno bio-psico-social. Ao longo de nossa experiência clínica, desde o início dos anos 80, sempre nos intrigou o lapso, que aparece na vida dos pacientes, entre as disjuntivas saber/conhecer e tornar-se/agir. No caso dos profissionais que trabalham com idosos essa questão é relevante uma vez que são eles responsáveis por orientar vidas alheias. É necessário ocupar-se consigo mesmo para não contaminar ou restringir o que se pode fazer pela outra pessoa. Além do mais os Mestres em Gerontologia titulados pela PUC/SP, em sua maioria, são profissionais multiplicadores de conhecimento e formadores de opinião, uma vez que lecionam em faculdades e/ou ocupam cargos importantes (por exemplo: coordenar equipes de trabalho em hospitais, na Prefeitura ou no Governo do Estado). Preocupadas em buscar conhecimento para uma gerontologia que tenha como meta a promoção da saúde e a prevenção, e que não seja somente remediativa, é que nos voltamos para o antes. Para nós interressou o que ocorre na fase anterior, no período considerado antes da velhice, na geração assim dita “sanduíche”. O que mobiliza naqueles que tem entre 40 e 60 anos de idade o contato com a velhice do outro? O contato com a velhice do outro nos prepara para o nosso próprio envelhecimento? Procedimentos Metodológicos A amostra constituiu-se de 12 pessoas, tituladas como Mestres em Gerontologia pelo Programa de Pós-Graduação da PUC-SP, na faixa etária entre 40 e 60 anos, que trabalham com idosos e estudam as questões do processo de envelhecimento e da velhice, residentes na cidade de São Paulo. Fizemos a opção pela pesquisa qualitativa, pois incentiva cada depoente a mergulhar em sua individualidade, com o objetivo de apreender a questão pesquisada dentro do contexto da sua subjetividade. Como estratégia, procuramos tornar os encontros “conversas com finalidade”, não formulando indagações diretas. Perguntas diretas e questões fechadas podem conduzir a respostas elaboradas racionalmente, que tendem a afastar emocionalmente o entrevistado da situação e resultar na impossibilidade da obtenção de dados relevantes que a espontaneidade poderia ensejar. Para selecionar a amostra da pesquisa buscamos os arquivos da secretaria do curso de Pós-graduação e constatamos a existência de 51 mestres que atendiam às condições estabelecidas. Conseguimos o endereço eletrônico de 38 ex-alunos. Obti- — 115 — vemos a concordância de 14 que residiam em São Paulo, e que foram entrevistados. Fomos obrigadas a descartar duas das entrevistas realizadas, pois não preenchiam exatamente as condições para compor a amostra. Os resultados não têm, necessariamente, significado estatístico. Não buscamos estudar uma amostra e dela derivar conclusões para o universo dos Mestres em Gerontologia. Ainda assim, observamos regularidades, similaridades, divergências e/ou registramos o sentido da freqüência de ocorrência, no conjunto das entrevistas realizadas, de respostas, atitudes ou posturas que estavam sob investigação. Adotamos uma abordagem matricial na análise e interpretação dos conteúdos expressos nas entrevistas. A abordagem matricial tem caráter individual e temático: A) Individual porque focaliza a entrevista de cada um dos sujeitos segundo um conjunto de temas selecionados a partir da organização do material coletado e da orientação teórica, já citada, adotada neste trabalho. B) Temático porque abrange as entrevistas com uma visão de conjunto, buscando identificar, em cada tema, as regularidades e singularidades nas vivências dos distintos sujeitos. Foram selecionados seis eixos temáticos sintetizados, com suas categorias de análise no Quadro abaixo: Eixos Temáticos E Categorias De Análise EIXO TEMÁTICO 1 A CRISE DA MEIA-IDADE 2 O MODELO DE VELHICE CONSTITUÍDO NA HISTÓRIA DE VIDA 3 A PRÓPRIA VELHICE 4 A PREPARAÇÃO PARA A PRÓPRIA VELHICE 5 6 A ESCOLHA DO CURSO DE PÓS-GRADUAÇÃO EM GERONTOLOGIA A MODIFICAÇÃO DA COMPREENSÃO DA VELHICE E DO PROCESSO DE ENVELHECIMENTO CATEGORIAS DE ANÁLISE Idade em que ocorreu; Motivo desencadeante; Resolução; Conseqüência; Considerações Paradigma; Conotação valorativa; Observações; Considerações Reconhecimento de sinais; Conotação valorativa; Idade que se vê aparentando; Conseqüências para o hoje; Como se vê velho; Medos É necessário preparar-se? O que faço para preparar-me; Problemas de saúde atuais; O que deveria fazer e não faço; Considerações O caminho para o Pós-Graduação; justificativa para a escolha; Conseqüências Modificação a partir do curso de pós-graduação; Destaques Para subsidiar a análise e interpretação dos conteúdos expressos nas entrevis tas, à luz dos referenciais teóricos já especificados, adotamos quatro eixos temáticos auxiliares que nos ajudaram na caracterização e compreensão de vivências no contexto de vida mais amplo dos entrevistados que são: Histórico Profissional e/ou Pessoal; Situação dos Pais; A Problemática que se Revela; Lazer. Síntese Dos Resultados e Conclusões Apresentamos, resumidamente, as principais conclusões do trabalho, no intuito de oferecer visão ampla dos resultados mais importantes, obtidos por informações dire- — 116 — tas, dados coligidos, ou interpretações e análises realizadas. Os objetivos da pesquisa foram operacionalmente traduzidos em um conjunto de questões inter-relacionadas: A) A gerontologia preventiva não é uma utopia: é necessário e possível preparar-se para a velhice. Todos os entrevistados, sem exceção, consideram ser necessário preparar-se para a velhice revelando posicionamento pela Gerontologia preventiva e não apenas remediativa. As atitudes que tomam e que mais aparecem relacionam-se ao cuidar do corpo, enfatizando os exercícios físicos, exames preventivos e alimentação saudável. Vale salientar que o Mestre em Gerontologia está conseguindo separar doença e velhice. Ressaltaram que para melhor viverem os dias atuais e prepararem-se para a velhice buscam o contato consigo mesmos, procurando identificar o que gostam e desejam para si. Procuram desenvolver a capacidade de se ajustar às novas situações a fim de rever papéis sociais e familiares. Na tentativa de evitar a solidão no futuro, atualmente investem em aproximar-se da família e/ou em ampliar e cultivar relações com amigos. Os entrevistados já se engajaram em planos de previdência privada. Acreditam que o indivíduo deve assumir a responsabilidade, pois o Estado não o faz de forma suficiente. B) O modelo de velhice constituído na história de vida ocorre na infância e recebe valoração positiva A maioria dos mestres em Gerontologia (praticamente 60% do total) tomou como paradigma, para formar o modelo de velhice, familiares idosos com quem se relacionaram quando crianças. Atribuiu valor positivo às experiências que tiveram com essas pessoas e as transferem para o seu futuro. Aqueles que, quando crianças, não conviveram com avós e nem tios idosos ficaram com o modelo da velhice dos próprios pais, e assim trazem a associação da velhice com o sofrimento, pois os que representavam “um porto seguro” em suas vidas, agora, se encontram enfraquecidos e necessitando de cuidados. Dentre os demais, a minoria, 25% dos entrevistados, atrelou a imagem que constituiu, sobre a velhice, a referenciais externos à família. C) O Mestre Em Gerontologia de meia–idade reconhece em si mesmo sinais de envelhecimento Os Mestres em Gerontologia de meia-idade reconhecem sinais de envelhecimento. Praticamente todos, (11 do total de 12 entrevistados), o fazem ressaltando: uso dos óculos para leitura; cansaço; diminuição da memória; impacto na estética. A metade do total, atribui conotação negativa às marcas do envelhecimento que percebem em si e imprime a essa percepção carga afetiva de raiva ou sofrimento. D) A idade cronológica e a idade vivencial são percebidas com disparidade Praticamente a metade dos entrevistados, acredita que aparenta menos idade do que realmente possui. Essa crença esta baseada no fato de que apesar de sentirem que já viveram muitos anos, ainda não se vêem com os desconfortos que imaginam que a velhice ocasionará. Há de se considerar, também, que na meia-idade sabe-se que a — 117 — próxima fase é a da velhice, e a disparidade entre a idade cronológica e a vivencial pode ser entendida como barreira ao medo do futuro. E) O Mestre Em Gerontologia antevê a velhice como continuidade do presente. Os Mestres em Gerontologia, em sua maioria, conseguem se imaginar velhos e o fazem projetando a continuidade de como vivem atualmente, como se não visualizassem grandes mudanças. Importante ressaltar que aparecem casos, em sua minoria, mas ainda sim em quantidade relevante (25%), que não conseguem se visualizar velhos, tamanho o impacto afetivo negativo que isso ocasiona. Um deles usou a expressão “detesto me ver velho”. Foram destacadas as seguintes questões com relação a planos para a velhice: Desejo de continuar ativo: praticamente a metade dos entrevistados ressalta esse desejo. Dentre estes, praticamente a totalidade especifica querer continuar lecionando. Curiosamente aparece em destaque como atividade a dança, que a principio pressupõe desempenho físico. Segundo os entrevistados que a citam, oferece a possibilidade da socialização, exercita o organismo e dá alegria por causa da música. Planos concretos: os Mestres em Gerontologia vêem em sua velhice a continuidade das atividades atuais. Somente um dos entrevistados visualiza, muito concretamente, mudanças significativas em seu dia a dia na vivência de sua velhice. A solidão: a antevisão da solidão é assustadora e ressaltada constantemente como preocupação na futura velhice. Para combatê-la manifestam o desejo de realizar trabalho voluntário, com o intuito de permanecer inseridos na comunidade. A boa saúde: a questão da boa saúde é referida por apenas um dos entrevistados, o que nos leva a supor ser esse um requisito tão obvio que não necessita ser sublinhado. F) Os Mestres em Gerontologia sentem medos diante da perspectiva da velhice, mas já tomam atitudes para minimizá-los. Em sua maioria nomeiam medos, mas já tomam atitudes no sentido de aparelharem-se para enfrentá-los futuramente. Os medos nomeados pelos entrevistados foram os seguintes: antevisão da solidão; dificuldades financeiras; falta de maleabilidade psicológica e rigidez de personalidade; problemas de saúde e dependência; perda da auto-estima devido ao preconceito social. As atitudes que adotam são: cuidados com a saúde; aproximação da família, ampliação de relacionamentos sociais ou amizades e manter-se inserido em uma comunidade; obtenção do título de Mestre com a finalidade de lecionar na velhice; engajamento em plano de previdência privada a fim de completar a renda; conscientização de seus problemas e desejos aceitando mudanças de papéis familiares ou sociais. G) Foi possível identificar a Crise da Meia-Idade no percurso de vida do Mestre em Gerontologia, a qual teve impacto sobre a escolha do curso de pós-graduação em gerontologia. Na expressiva maioria dos casos (75%) pode-se identificar uma crise da meiaidade como postula Jung em sua Psicologia Analítica. — 118 — Entre esses, majoritariamente (77, 8%, ou seja sete num total de nove) se revela ligação direta entre a ocorrência da crise na meia-idade, o direcionamento ao trabalho com idosos, e também a busca do curso de Pós-Graduação em Gerontologia. A insatisfação e sofrimento levaram aos auto-questionamentos: “quem sou eu? o que eu quero para mim? o que me satisfaz? como será o meu futuro”. Casamentos foram desfeitos e houve e revisão de papéis familiares. A crise abriu a possibilidade de reavaliação da vida, e os entrevistados foram em busca de novas possibilidades pessoais e profissionais. Elegeram o curso de Pós-Graduação em Gerontologia a fim de adquirir conhecimentos, obter a titulação de mestre, ampliar relacionamentos e, buscar entendimento daquilo que virá: a velhice. Além disto, a minoria que não trabalhava com idosos passou a fazê-lo. H) O Mestre Em Gerontologia modificou a compreensão que tinha sobre a velhice e o próprio processo de envelhecimento em função de ter cursado o Pós-Graduação Praticamente todos os entrevistados notaram reflexos positivos na sua vida profissional e mesmo transformações em suas vidas pessoais em decorrência de modificações na maneira de ver o processo de envelhecimento e a velhice. O aspecto mais destacado foi a aceitação da consciência de que “a velhice virá e não adianta fugir”. Foi ressaltada a percepção da própria responsabilidade no sentido de se adotar ações preventivas em relação à saúde e ampliação da socialização. I) O hiato entre o saber e o agir Os entrevistados, em sua maioria, durante o período que cursaram o Pós-Graduação em Gerontologia incorporaram conhecimentos e vivenciaram mudanças. “Agora consigo fazer por mim o que antes repetia para os outros fazerem”. Constata-se, a existência da relação entre o “saber e o agir”. J) O Mestre Em Gerontologia que cuida da velhice dos pais está sujeito a desgastes pessoais intensos e essa vivência o faz entrar em contato com a perspectiva da própria futura velhice. Cuidar da velhice dos próprios pais idosos, mesmo para os Mestres em Gerontologia, não é tarefa fácil. “Eu pude assumir, tendo fundamentos, decisões pesarosas e difíceis de serem tomadas no processo de doença de meu pai”. Apesar de ter o conhecimento teórico para entender o que se passa, e conhecer os recursos técnicos disponíveis às necessidades que cada caso requer, ficou evidente o desgaste pessoal a que está sujeito o filho cuidador. Os Mestres em Gerontologia que cuidam ou cuidaram da velhice dos pais passaram a refletir sobre a própria futura velhice e tomar atitudes, agora na meia-idade, no sentido de tentar aparelhar-se para enfrentar situações semelhantes às de seus pais que, por ventura, poderão ocorrer em suas vidas. — 119 — Conclusão Ver-se atualmente, focalizando as marcas do próprio envelhecimento, atribuir valoração ao que identifica e realizar uma prospecção de sua futura velhice constituem o espaço para o qual confluem os impactos de toda a história de vida do indivíduo, não só dos elementos conscientes, mas também dos inconscientes. Nesse esforço, as cargas afetivas constituídas por vivências marcantes traumáticas se mobilizam, e são acionados mecanismos de defesa psíquica, que têm a finalidade de erigir barreiras para absorver o impacto emocional e a dor. Aparecem “rastros” dos elementos inconscientes norteando respostas e posições. Dessa forma, racionalizações e, inclusive, contradições, são identificadas em respostas dos entrevistados, que puderam ser notadas através de uma leitura psicanalítica, apesar do curto tempo de contato. Referências Bibliográficas Debert, B. G. (1999): A Reinvenção da Velhice. São Paulo. Edusp. Goldfarb, D. C. (1998): Corpo, Tempo e Envelhecimento. São Paulo. Casa do Psicólogo. Jung, C. G. (1875-1961): A Dinâmica do Inconsciente. In: Obras Completas de ————— (1991): V.8. Petrópolis. Vozes. ————— (1991): O Desenvolvimento da Personalidade. In: Obras Completas de C.G. Jung. V.17. Petrópolis. Vozes. ————— (2003): Fundamentos da Psicologia Analítica. In: Obras Completas de C.G. Jung. 11. ed. Petrópolis. Vozes. Levinson, D. et al. (1978): The Seasons of a Man’s Life. New York. Ballantine. Lopes, R. G. C. (2000): Saúde na Velhice. São Paulo. Educ. Zal, H. M. (1992): A Geração Sanduíche: entre Filhos Adolescentes e Pais Idosos. Lisboa. Difusão Cultural. — 120 — Mediana Edad y Envejecimiento Posibles nexos evolutivos entre la adultez media y la vejez David Amorín Resumen Se problematiza la relación entre la elaboración de la crisis evolutiva de la adultez media y la crisis de la vejez, a la luz de algunos de los hallazgos surgidos del Proyecto de Investigación: “Género Masculino y Crisis de la Mitad de la Vida”. Palabras clave: Psicología evolutiva; género masculino; adultez media. Posibles nexos evolutivos entre la adultez media y la vejez. En un rincón del tiempo queda lo que pudo ser y fue tan sólo nada y mucho. De esas historias que nadie contará porque no fueron carne ni dolor ni ensueño está también hecha la vida. Perduran en un futuro de otro tiempo en un espacio de otro espacio en el pedacito de alma forjado por esperas y en un mundo de ilusión fantasmas e interiores. (“Palabras de vida y muerte”, fragmento. David Amorín. Inédito) Mucho se ha planteado acerca de lo que, inicialmente, se denominó “crisis de la mitad de la vida” (c.m.v.) (Jacques, 1965), desde su primera conceptualización a mediados de la década de los 60, pasando por re-definiciones que le otorgan el estatus de Área de Psicología Evolutiva y Cátedra Libre en Salud Reproductiva, Sexualidad y Género de la Facultad de Psicología. Universidad de la República. David Amorín. Psicólogo. Profesor Titular del Área de Psicología Evolutiva de la Facultad de Psicología. Investigador en la Cátedra Libre en Salud Reproductiva, Sexualidad y Género de la Facultad de Psicología. Universidad de la República. [email protected] — 121 — “travesía de la mediana edad” (Montero, 2005), hasta nuestros días, donde propongo abordarla como crisis evolutiva de la adultez media (Amorín, 2007) . Algunos de sus componentes dinámicos centrales se han mantenido, y otros han sufrido inevitables transformaciones a la luz de las vicisitudes evolutivas que sufren los embates de los cambios epocales a lo largo de todo el ciclo vital. Debemos a Elliott Jacques (1917-2003), psicoanalista estrechamente vinculado a la obra de M. Klein y a la de W. Bion, quien también trabajó en el campo de la psicología social referida a las organizaciones y a la empresa, la inclusión de este concepto en el campo científico de inspiración psicoanalítica. Publica en el Libro Anual de Psicoanálisis del año 1965 su célebre artículo “La muerte y la crisis de la mitad de la vida”, el que fuera traducido y publicado un año más tarde en la Revista de Psicoanálisis de A.P.A. Volumen XXIII. Jacques ubica este fenómeno alrededor de los 35 años, como transición que abarca algunos años según variaciones individuales, y llama “adultez temprana” a la fase anterior y “adultez madura” a la posterior. Alude a la expresión “climaterio masculino” relacionada a la reducción de la intensidad de la conducta sexual, término que hoy se considera inadecuado y que se trabaja más bien relacionado al síndrome de “andropenia”). Allí realiza un ejercicio de psicoanálisis aplicado a la vida de grandes genios y alguna de sus obras. Parte de la constatación de “ (…) una marcada tendencia hacia la crisis en el trabajo creador de grandes hombres en la mitad y final de la década de los 30 años” (Jacques, ob. cit: 402). Toma una muestra al azar de unos 310 pintores, compositores, poetas, escritores y escultores, encontrando que, promedialmente, la incidencia de la muerte presenta un marcado aumento entre los 35 y los 39 años, ubicándose por encima del promedio normal de muertes. Propone tres formas de expresión diferente de la c.m.v.: • La tarea artística creadora puede simplemente finalizar. • La capacidad creadora comienza a expresarse por primera vez. • Puede presentarse un cambio dramático en la calidad y contenido de la creatividad. Dichos cambios en el trabajo creador, según las biografías relevadas serían: a) En la modalidad del trabajo. “La creatividad de la veintena y del comienzo de la treintena tiende a ser una creatividad exaltada. Es intensa y espontánea y aparece con facilidad (...). La mayor parte del trabajo parece producirse inconscientemente. La producción consciente es rápida (...) la creatividad del final de la treintena y los años posteriores es una creatividad escultórica (...) hay un gran paso entre la primera efusión de la inspiración y el producto creado terminado. (...) La inspiración inicial debe ser primero externalizada en su estado elemental [y luego] elaboración y reelaboración” (ídem: 404). b) Calidad y contenido de la creatividad, que transita “[de] un contenido más característicamente lírico y descriptivo (...) [a la] emergencia de un contenido trágico y “En nuestro caso preferimos otra alternativa que consiste en definir concretamente ‘una crisis evolutiva de la adultez media’, que no es accidental, sino que implica específicos dinamismos psico-sociales (en estrecha interacción con el sexo, la condición étnico-racial, filiación religiosa y la pertenencia a uno u otro sector socio-económico, e incluso en relación a si se trata de poblaciones rurales o urbanas) en general compartidos por todos los/as sujetos alrededor de los 40 años en adelante” (ídem). — 122 — filosófico, que luego se convierte en serenidad (...). El idealismo y el optimismo de la adolescencia tardía y la adultez temprana, acompañados por el odio disociado y proyectado, son abandonados y reemplazados por un pesimismo más contemplativo” (ídem: 406) Propone que en la adultez temprana operan fuertes mecanismos defensivos inconscientes maníacos y, fundamentalmente, la negación ante la condición inevitable de la muerte eventual, y frente a la existencia de sentimientos de odio e impulsos destructivos dentro de cada persona. Para Jacques, la superación de la c.m.v. depende del “ (…) reconocimiento explícito de estos dos rasgos y el traerlos a la luz (…) ” (ídem: 407), exigiendo una reelaboración de la posición depresiva y una “resignación constructiva”. Entiende dicha crisis como generadora de depresión, o de efectos inherentes a las dinámicas de las defensas contra la ansiedad depresiva, “ (…) tal como se refleja en los mecanismos maníacos, la hipocondría, los mecanismos obsesivos, o la superficialidad y el deterioro del carácter” (ídem: 407). Su ocurrencia se debe a un inédito conglomerado de vicisitudes existenciales externas, como ser el comienzo más franco del envejecimiento; el hecho de que ya se ha constituido la familia propia y la inserción laboral; el envejecimiento de los padres; la adolescencia de los hijos. La muerte, la propia mortalidad real y más cercana, pasa a constituirse en un verdadero problema personal, despertando ansiedades depresivas inconscientes. (…) la reacción (…) [frente] a la propia muerte eventual -ya sea la capacidad para enfrentar esta realidad, o la negación de la misma- se encuentra intensamente influida por la relación inconsciente infantil que se posea con la muerte (…) que depende (…) de la posición depresiva. Si prevalecen ansiedades paranoides fallan los mecanismos reparatorios y la síntesis, hay una prevalencia del pecho malo persecutorio “ (…) y el yo mismo se siente despedazado. La situación interna caótica que se experimenta es el equivalente infantil de la noción de muerte (ídem: 410-411). Acuerda con la perspectiva freudiana de que en el inconsciente no existe un conocimiento de la muerte per se, y hace alusión a los cambios psicológicos en la mitad de la vida y a su importante relación con modificaciones fisiológicas, proponiendo que la libido -la energía resultante de la pulsión sexual, ligada al impulso creador de vida- sufriría una disminución, con el corolario de una mayor incidencia de la pulsión de muerte. Estos fenómenos, obligan a un trabajo psíquico para que la idea de muerte pueda ser tolerada en el pensamiento consciente y no rechazada mediante identificación proyectiva. La mayor incidencia de la prueba y el principio de realidad movilizan una sensación de duelo que debe comenzar a ser procesado: se trata del duelo por la propia muerte futura. Resumiendo, se desprende del texto que la elaboración de esta crisis (que Jacques, a diferencia de Montero, no adjetiva como “relativa”), está asociada a: 1. Adquisición de mayor serenidad y actitud contemplativa con carácter de tono pesimista. 2. Tolerancia consciente frente a la propia muerte y no identificación proyectiva. 3. Adecuado manejo de la prueba de realidad frente a estos aspectos. 4. Tramitación paulatina del duelo por la propia muerte. 5. Nueva elaboración de la posición depresiva. — 123 — 6. “Resignación y desprendimiento constructivos” (ídem: 421) que permiten sustituir la fantasía de inmortalidad por la ilusión de mantener nuestra continuidad (que propongo denominar “ilusión de trascendencia”) a través de los hijos/as, objetos investidos con afecto, obras propias, etc. 7. Superación de los mecanismos inconscientes maníacos y de negación. 8. Relevancia de aspectos reparatorios y sublimatorios. 9. Aceptación del odio y de los aspectos destructivos propios y ajenos. 10. Adquisición de una cierta perspectiva trágica de la vida tomada con tolerancia y aceptación. Otro autor, el argentino Licenciado en Psicología y Psicoanalista Guillermo Julio Montero (fundador en 1989 y Presidente de la Fundación Travesía -Psicoanálisis para la transición y crisis de mediana edad-), publica en el año 2005 su libro “La travesía por la mitad de la vida. Exégesis psicoanalítica” (ob.cit), en donde compila sus trabajos sobre el tema hasta el momento. De allí destacamos, en resumen, los siguientes aportes: • Prefiere el término Mediana edad y la ubica entre los 40 y 50 años. • Entiende que se trata de un momento de verdadera individuación, centrado en el trabajo psíquico que demanda la transitoriedad de la vida individual, y la elaboración del trauma por la propia muerte futura, implicando la tramitación psíquica de la aceptación de que la muerte propia acontecerá en algún momento futuro • El logro de dicho trabajo psíquico posibilitará la continuidad de la individuación, merced al establecimiento del organizador psíquico adulto, producto de la tramitación (relativa) del “trauma por la propia muerte futura” (ídem: 50), y sería la inscripción psíquica de la transitoriedad • Características de la crisis de la mitad de la vida según este autor: miedo a la muerte, las enfermedades y la vejez; alternancia entre estados de depresión y euforia; en el varón: fantasías de la disminución de la potencia sexual; sensaciones de miedo indiscriminado; temores frente a la soledad; excesiva preocupación por los aspectos físicos del envejecimiento; competencia y rivalidad con los hijos/as; temores hipocondríacos; necesidad de comparar el rendimiento físico con otros/ as; crisis de pareja; nuevos intereses y necesidades; afloran deseos infantiles reprimidos que hoy serían realizables; revisión y revalorización de los momentos vividos; activación de la problemática edípica; aumento de ansiedades de abandono; duelo y resignificación, en particular de los duelos de la adolescencia, con la posible cancelación de fantasías de eterna juventud. Montero es enfático cuando afirma: (…) propongo definir la mediana edad como el momento de cada vida individual en el que la persona se ve precisada a la tramitación de su propia transitoriedad individual, a partir de ciertas señales inequívocas que fundamentalmente provienen desde el propio cuerpo pulsional. Desde esta perspectiva estoy proponiendo un universal que se activará en cada persona de acuerdo con su propia historia y con sus recursos específicos, desestimando aquellas conceptualizaciones que pretenden dar universalidad a fenómenos que no son necesariamente — 124 — universales y que tampoco estarían siendo comprendidos psicoanalíticamente (síndrome de ‘nido vacío’, muerte de los propios padres, etcétera (ídem: 68) . Re-define la crisis de la mediana edad, entendiéndola como “ (…) la imposibilidad de promover la individuación y una evidencia del estancamiento en la psicopatología a partir de la dificultad o imposibilidad del establecimiento del organizador psíquico adulto” (ídem: 81), entendiéndola como el polo crítico de un eje que admite, en su otro extremo, un polo de transición (si bien el propio autor va a hablar de diferentes proporciones de mezcla de ambos extremos). Su propuesta puede esquematizarse como sigue: Polo de transición - - - (continuum) - - - Polo de crisis. Desde mi perspectiva, el polo de transición se trata de la crisis evolutiva de la adultez media propiamente tal, y el polo de crisis consiste en dicha crisis evolutiva cuando ha resultado mal elabora y, en algunos casos, traumática. Por otra parte, prefiero la idea de complejidad a la de continuum, en tanto permite problematizar el fenómeno incluyendo las categorías de perspectiva sistémica, causalidad circular o recursividad, perspectiva hologramática, perspectiva dialógica, y ocurrencia de propiedades emergentes. He tenido la posibilidad de dirigir, durante un lapso de dos años, el proyecto de investigación: “Género Masculino y Crisis de la Mitad de la Vida”. El mismo contó con el financiamiento de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (Programa Investigación + Desarrollo) de la Universidad de la República y su diseño se enmarcó dentro del paradigma de investigación cualitativa, desde un enfoque de género y estudios de masculinidad (es), en el marco de profundización en Psicología Evolutiva con énfasis en adultez. Los objetivos específicos del proyecto fueron: 1) Acceder a una mayor comprensión del momento evolutivo de la adultez. 2) Problematizar el concepto de crisis de la mitad de la vida. 3) Aportar elementos al campo de la psicología clínica. 4) Contribuir a los estudios de género centrados en las nuevas masculinidades. 5) Visualizar con más precisión aspectos relativos a las relaciones de poder inter-géneros e inter-generaciones. 6) Establecer contrastes diferenciales entre las distintas etapas de la adultez, perfilando dinamismos propios para el adulto medio en relación al adulto joven y al adulto tardío. La pregunta general que explicita su propósito y finalidad es la siguiente: “¿Qué elementos significativos se observan en la crisis de la mitad de la vida de los varones uruguayos?” Las hipótesis subyacentes -formuladas como preguntas orientadoras- son: 1). “Los cambios acontecidos en la subjetividad de los varones: ¿plantean la necesidad de redefinir evolutivamente los conceptos de adultez y de crisis de la mitad de la vida?” 2). “¿Cuáles son los aspectos psicológicos mas relevantes en la percepción que tienen de sí mismos los varones adultos en la edad media de la vida?” Es evidente que, según cómo se simbolice en la cultura el cuerpo, la sexualidad, los distintos momentos evolutivos, etc., este período será más o menos crítico. Podría pensarse como una exigencia de trabajo elaborativo que el cuerpo imprime al psiquismo. — 125 — 3). “¿Qué nuevos psico-dinamismos inciden en las relaciones inter-géneros e intergeneracionales de los varones en el momento evolutivo de la adultez media?” Los conceptos operativos implicados en estas formulaciones son: a) Género masculino; b) Crisis de la mitad de la vida; c) Adultez. El conjunto de variables incidentes en este tema comprende: los dinamismos de la crisis evolutiva de la mitad de la vida; las transformaciones sufridas en las formas tradicionales de subjetivación de los varones (nuevas masculinidades) y los cambios socio-históricos que impactaron e impactan en la cultura de la mano de la llamada revolución científico-tecnológica, y lo que se definió en su momento como posmodernidad. Algunos resultados generales que pueden aportar a la búsqueda de nexos entre adultez media y vejez, presentados en formato de respuesta a las preguntas orientadoras del estudio, son: (…) el centro evolutivo crítico de las dinámicas psicológicas en el adulto medio está inscripto en la articulación inédita que, en ese momento del ciclo vital, adquieren los componentes: finitud, percepción del paso del tiempo y conciencia de la propia muerte. De todos modos el estado actual de la cultura confiere a estas realidades significados diferentes respecto de tiempos pasados, obligándonos a revisar el sentido presente de su vigencia y a buscar estrategias científicas para comprender las nuevas formas en que son transitados. Asimismo, la crisis de la adultez media hoy se asume a su vez en un contexto crítico que exige a los varones destinar recursos anímicos para sobrellevar los embates de tanta realidad movilizante. Una hipótesis a seguir trabajando que sugerimos al respecto es que, si bien el núcleo duro de esta crisis evolutiva sigue estando en la redefinición y resignificación del anudamiento que en esta época de la vida se da entre finitud, percepción del paso del tiempo y conciencia de la propia muerte, el mismo se vive subjetivamente -debido a cambios en la cultura- de manera menos dramática y, al parecer, con menor impacto. Además, parece que la interferencia de otras variables críticas inéditas para el adulto varón de esta época (nuevos estereotipos masculinos; nuevas lógicas en las relaciones intergéneros e intergeneracionales; nuevas formas en los agrupamientos familiares; inestabilidad en el mundo del trabajo; exigencias sociales de ideales juveniles; etc.), alterara el pasaje por la crisis evolutiva de la adultez media, restándole su centralidad y significación o, por lo menos, obligándola a compartir sus dinamismos con otros componentes que afectan al sujeto en forma contundente. Es como si pudiésemos suponer que, hasta hace algunas pocas décadas, el escenario intrapsíquico del varón en este momento del ciclo vital tenía más “espacio” para las vicisitudes evolutivas en comparación con el que dispone actualmente, dada la tramitación de las nuevas e intensas ansiedades a que nos enfrenta la vida hoy. (…) Grosso modo, los adultos medios actuales se perciben aún “jóvenes”, con capacidades para enfrentar las exigencias de la vida presente y se sienten confiados en que también contarán con recursos para enfrentar las vicisitudes que les depare el futuro. No presentan temor manifiesto hacia la vejez y sus quejas se centran en especial en la poca disponibilidad de tiempo para sí mismos. Se sienten capaces de afrontar y promover cambios importantes si fuese necesario. Se permiten flexibilidad en la expresión de sus afectos y de las emociones inherentes al malestar emocional. Consideran que han cambiado de forma importante, contundente y positivamente en relación a la generación de sus padres, sobre todo en referencia a las formas — 126 — de comunicación y vínculo con sus parejas y sus hijos/as, y en general respecto de la manera de encarar la existencia. (…) No aparecen evidencias de una mayor necesidad de balances reflexivos existenciales en este momento de sus vidas. (…) (Amorín, ob. cit.: 302 y ss.). En cuanto a las importantes transformaciones que sufre, en esta época de la vida, la percepción subjetiva del paso del tiempo, encontramos respuestas que podemos categorizar de la siguiente manera: a) Sensación contundente de irreversibilidad. La variable tiempo adquiere una innegable connotación de irreversibilidad, que es vivida como no recuperable. b) Finitud. El tiempo es limitado y “se gasta”. Esto conlleva la necesidad de seleccionar y priorizar tareas y actividades, a diferencia de los años juveniles en los que las cosas se percibían de otra manera. c) Sensación de estar ubicado temporalmente en un punto vital medio. Esta vivencia se corresponde con la definición dada clásicamente para este momento de la vida. d) Imposibilidad de realizar determinados deseos y expectativas. En este sentido, se percibe la anulación de la posibilidad de concreción de algunas aspiraciones personales, lo que nos lleva a suponer un proceso de renuncias a nivel psicológico. e) Aceleración subjetiva del paso del tiempo. Psicológicamente el tiempo cobra “velocidad” en la conciencia trastocando significativamente la percepción temporal, vivencia que conlleva elementos de angustia y displacer. f) El paso del tiempo se impone como algo que no puede dejar de percibirse. g) El cambio en la percepción subjetiva del tiempo es tan significativo que altera la experiencia presente. Respecto de la proyección a futuro no aparecen temores significativos relativos al envejecimiento y la involución, se auto-perciben a sí mismos con buena capacidad para llevar adelante nuevos proyectos y aspiraciones, así como para realizar expectativas postergadas. Parece que los avances en medicina y farmacología constituyen elementos tranquilizadores a este respecto. En relación al significado de la muerte, se aprecia en este estudio que dicho tema cobra un sentido claramente diferente en esta época de la vida, volviéndose, además, más presente y recurrente: En este tópico, se constata que se producen formalmente dos tipos bien diferenciados de respuesta (por ende dos tipos generales de actitud de estos varones ante el impacto de la pregunta que coloca un tema por demás sensible): respuestas muy armadas, estructuradas, con definiciones contundentes como buscando controlar defensivamente la reacción emocional concomitante; o respuestas desordenadas con notorias contradicciones internas, por momentos sin poder centrarse en el tema en forma auto-referencial, dando cuenta manifiestamente de la importante movilización afectiva que se produce (ídem: 271). La complejidad del devenir evolutivo, forjado en la interacción dialógica entre estructura y predisposición biológica inmanente y ambiente, entrelazada a diversos efectos subjetivantes, deja un interesante margen para la eclosión de propiedades emergentes que nos permiten cuestionar una visión lineal, unicausal y determinista del desarrollo. Asimismo, si concebimos distintos momentos de separación individuación al cabo del ciclo vital, debemos asumir que dichas instancias de desestructuración y re-estructuración conllevan un nexo cronológico y lógico entre sí, y se articulan bajo los efectos de la resignificación y de una pre-definición teleológica no rígida, en un dinámico marco epigenético que aporta un hilo conductor a los cambios inherentes al desarrollo ontoge- — 127 — nético. En virtud de lo anterior, dejo planteada la suposición de que, la forma cómo se transite y elabore la crisis evolutiva de la adultez media, tendrá complejas interacciones, habilitantes y/o obstaculizantes, respecto de la elaboración de la crisis de la vejez y, a su vez, será re-significada por ésta. Estudios evolutivos longitudinales, constituirían un gran aporte a estas cuestiones. Bibliografía Amorín, D. (2007): Adultez y masculinidad, La crisis después de los 40. Psicolibros-Waslala. Montevideo. Jacques, E. (1966): “La muerte y la crisis de la mitad de la vida”. En Revista de Psicoanálisis, tomo IV nº 4, APA. 401-423. Buenos Aires. Montero, G. (2005): La travesía por la mitad de la vida. HomoSapiens Ediciones. Buenos Aires. — 128 — Mediana Edad y Envejecimiento Grupo+50: espaço de construção da autonomia de universitários com idade mais de 50 anos. Maria Regina Morales dos Santos y Suzana Hübner Wolff Resumo Este estudo pretende refletir sobre o Grupo+50, formado por estudantes da graduação, com mais de 50 anos de idade da Universidade do Vale dos Rios dos Sinos – UNISINOS, instituição jesuíta, localizada no município de São Leopoldo, estado do Rio Grande do Sul, Brasil. O referido grupo totaliza 301 alunos (março de 2007), sendo que a UNISINOS possui um total aproximado de 24 mil estudantes de graduação e pós-graduação. O Grupo+50 integra um projeto, onde as questões relativas ao processo ensinoaprendizagem na formação universitária e envelhecimento humano são articuladas; um espaço de encontro onde esses alunos possam compartilhar processos e pró-recursos, conhecer as dificuldades enfrentadas por alunos mais velhos na Universidade, estimulando a reflexão sobre o envelhecimento bem-sucedido, autonomia, qualidade de vida e sua relação com o meio social. A metodologia de ação do grupo sustenta-se em encontros grupais quinzenais, na sala do Projeto Maior-Idade (PRÓ-MAIOR) no Câmpus da Universidade, coordenados por uma psicóloga. Nos encontros realizados durante os anos de 2004, 2005, 2006 e 2007 os participantes destacaram que as realizações psicológicas da velhice estão em relação direta com as qualidades existenciais de cada sujeito; que existe ainda nesta fase da vida a possibilidade de mudança, de autonomia e principalmente o exercício da prática cidadã. As conclusões parciais evidenciam que sair destas posições é efeito de um processo de subjetivação; sujeitos capazes de se apropriarem dos seus desejos, de se tornarem mais sujeitos de suas vidas, promovendo com autonomia uma aprendizagem ao longo de toda a vida. Palavras-chave: envelhecimento humano, educação, autonomia. Universidade do Vale do Rio dos Sinos – UNISINOS. São Leopoldo – Rio Grande do Sul / Brasil. Psicóloga Clínica de Adultos e Adultos Maiores Psicóloga Voluntária do Projeto Vivendo e Aprendendo, onde exerce Docência da Disciplina de Gerontologia; Coordena os Encontros Grupais do Projeto Grupo+50 ambos integrantes do Programa Maior-idade – PRÓ-MAIOR da Diretoria de Ação Social e Filantropia da UNISINOS – Área do Envelhecimento Humano - Universidade do Vale do Rio dos Sinos/São Leopoldo/RS- Brasil. [email protected] Correspondência para: Maria Regina Morales dos Santos. Avenida: João Corrêa, 991 sala 603. São Leopoldo/RS - Brasil. CEP: 93020-690 Universidade do Vale do Rio dos Sinos – UNISINOS. São Leopoldo – Rio Grande do Sul / Brasil. [email protected] — 129 — 1. Introdução Crescentes e profundas transformações caracterizam a sociedade na contemporaneidade. A humanidade vive um período novo, em razão da globalização, do mundo pós-industrial e pós-moderno. O mundo que se transformou numa imensa e complexa rede, em constante conectividade, resultando na chamada sociedade da informação, do conhecimento, ou sociedade aprendente (MARTINS DE SÁ, 2004: 345). Estudos de Camarano (2002) demonstram que o aumento da população de pessoas com idade igual ou superior a 60 anos, iniciado nos países desenvolvidos no começo do século passado, a partir de 1950 transformou-se em um fenômeno mundial contínuo, também, nos países em desenvolvimento. O Brasil com uma população de idosos atingindo, em 2050, cerca de 33, 4 milhões ocupará o sexto lugar em população idosa no mundo (FREITAS, 2004). Um desafio mundial gerador, de muitas demandas políticas, sociais, econômicas educacionais voltadas para o envelhecimento e de escassas pesquisas educacionais com idosos. Em nossos dias, cada vez mais, a educação ocupa espaço na vida das pessoas idosas, não só significa uma renovação cultural, mas é uma exigência nova de autonomia. Segundo Delors (1999) uma experiência que se desenvolve ao longo de toda a vida, em toda sua plenitude. Muitas universidades contam com estudantes regulares com mais de 50 anos, pessoas que estão em pleno vigor, físico e mental. Essa crescente demanda por educação cria um mercado que está sendo explorado pelas instituições educacionais com sucesso (VALENTE, 2001). Este artigo apresenta uma reflexão sobre o Grupo+50, grupo formado por estudantes da graduação, com mais de 50 anos de idade da Universidade do Vale dos Rios dos Sinos – UNISINOS, instituição jesuíta, localizada no município de São Leopoldo, estado do Rio Grande do Sul - Brasil. Onde as questões relativas ao processo ensino-aprendizagem na formação universitária e envelhecimento humano são articuladas; apontando indicativos, que possam vir a contribuir na construção de um projeto políticopedagógico na área de envelhecimento humano na Universidade, estimulando com isso a reflexão sobre o envelhecimento bem-sucedido, qualidade de vida e sua relação com o meio social. Um olhar sobre o envelhecimento como uma fase de crescimento; sobre os idosos chamados novos velhos, os que hoje procuram manter suas capacidades funcionais, cognitivas e sua juventude; que representam uma nova experiência de envelhecer que buscam nas universidades o aprender permanente capaz de romper com o antigo paradigma – velhice é declínio. 2. Envelhecimento Diferentes e variados enfoques dificultam a tarefa de conceituar o termo envelhecimento. Neste trabalho envelhecimento é um processo natural, dinâmico, progressivo, particular, inevitável e irreversível, não uma doença (NETTO, 1999; DIAS, 2004). É o percurso de vida, um vir a ser enfatizado pela relação geracional, pela pluralidade de inscrições culturais e institucionais e pela resignificação das perdas; um momento propício às novas conquistas orientado pela busca de prazer, pela realização de projetos adiados, de sonhos e de satisfação pessoal (DEBERT, 1999; PALMA, 2000). — 130 — O envelhecimento também é uma questão de desenvolvimento. No Brasil, segundo Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística: IBGE, (1999) o número de idosos era de 145 milhões sendo que um terço ainda trabalhador ativo e destes, 3 milhões aposentados. Homens e mulheres saudáveis, com duplo salário – da pensão e do trabalho – são colocados numa confortável posição economicamente (PAVON, 2001). Existe, entretanto, importante contradição no envelhecimento, que merece ser destacada: - de um lado mais expectativa de vida, progresso, possibilidade de intervir no processo de envelhecimento com autonomia e independência: o envelhecimento ativo; - do outro lado: quem encontra dificuldades em se adaptar às condições de vida atuais, por limitações físicas, psíquicas, sociais, econômicas, culturais e espirituais; está fora do mercado de trabalho, da família, da sociedade em geral, numa marginalização assumida por ele próprio sem condições de superação: o envelhecimento dependente necessitando de cuidados. Qualidade de vida, bem estar subjetivo, envelhecimento satisfatório ou bem sucedido são expressões tidas como equivalentes, formando um construto global diferenciado a diversos pontos de vista sobre o envelhecimento como um fato individual ou social. Envelhecimento bem sucedido ou ter uma boa velhice (...) não é atributo ou responsabilidade pessoal única. Dependem sim, da interação entre o indivíduo e o seu contexto, ambos em constante transformação (NÉRI, 1993, p.13). 3. Educação /Universidade A longevidade pode significar uma nova perspectiva para a redescoberta do potencial humano, do viver e aprender. Muitas universidades hoje contam com estudantes com mais de 50 anos, e eles sabem que devem estar se aprimorando constantemente, como forma de se manterem atualizados e de vencerem novos desafios. Neste sentido voltar a estudar, concluir um novo curso apresenta-se como uma condição necessária. Continuar aprender, mesmo depois de formado tem sido tônica do mercado produtivo, crescente demanda que está sendo explorada pelas instituições educacionais com sucesso. (VALENTE in KACHAR 2001). O idoso desenvolvendo seus potenciais começa a pensar e agir diferenciado como também a exigir tratamento diferente. Este novo ator, protagonista de sua história e de seus desejos aprende a enfrentar obstáculos que antes lhe pareciam intransponíveis, tal como o exercício de sua cidadania. Ele reclama com argumentação, propõe soluções antes não pensadas e adquire capacidade de planejar a curto, médio e longo prazo como alcançar seus objetivos (DEBERT, 1999). Nesse sentido a educação universitária pode se integrar no novo paradigma da velhice bem sucedida, fazendo valer a longevidade. Muitas universidades oferecem programas educacionais para idosos, ultrapassando os limites da educação formal, possibilitando oportunidades de educação ao longo de toda a vida. Por outro lado, a presença dos idosos nas universidades vem rompendo com a educação circunscrita à periodização da vida, apresentando-se como um dos mais novos desafios para as organizações de ensino e profissionais da educação. A construção de um saber para o cidadão idoso proporciona-lhe o máximo de autonomia política e cultural, mantendo-o num movimento contínuo e necessário de estar — 131 — sempre ligado ao futuro. Educação que possa preparar idosos para a vida num mundo de crescentes e aceleradas mudanças, um mundo que consome idéias sem limites de tempo e espaço sem certezas (SILVA D’ALENCAR, 2001, p.6). 4. Caracterização do Grupo + 50 O Grupo+50 é o espaço formado por estudantes de graduação de + de 50 anos da Universidade do Vale do Rio dos Sinos - UNISINOS, São Leopoldo, estado do Rio Grande do Sul, Brasil. Totaliza 301 alunos (março de 2007) sendo que a UNISINOS possui aproximadamente um total de 24 mil estudantes de graduação e pós-graduação. Um colegiado constituído por cinco estudantes de diferentes cursos, integra o Programa Maior-idade – PRÓ-MAIOR, onde envelhecimento e educação sustentam um binômio para importantes estudos. O Grupo+50 busca oportunizar um espaço de encontro grupal, onde esses alunos voluntariamente possam trocar experiências e compartilhar processos e pró-recursos. Pretende conhecer as dificuldades encontradas por alunos mais velhos da UNISINOS, sinalizando indicativos, que possam vir a contribuir na construção de um projeto políticopedagógico na área de envelhecimento humano na Universidade, estimulando com isso a reflexão sobre o envelhecimento bem-sucedido, qualidade de vida e sua relação com o meio social, no caso a Universidade. No Grupo+50, entende-se que, conforme Ávila (2001, p.28), é “um espaço de construção e de desenvolvimento da subjetividade... um privilegiado espaço socializador”, e conforme Tatagiba e Filártiga (2001), onde se oportuniza um universo de experiências para o desenvolvimento e crescimento das pessoas, bem como, o crescimento das relações humanas. Durante os encontros grupais, alunos de diferentes cursos apontaram as seguintes dificuldades: desconhecimento de novas tecnologias – computador; utilização da Internet; provas que exigiam apenas a memorização; desconhecimento das transformações que ocorrem na velhice, por parte dos professores e deles próprios, dificuldades nas relações professor-aluno; dificuldade em fazer parte de um grupo identificado com as questões da velhice; insatisfação pela falta de uma política universitária voltada para os idosos. Destacaram também, que as realizações psicológicas da velhice estão em relação direta com as qualidades existenciais de cada sujeito; que existe ainda nesta fase da vida a possibilidade de mudança, o direito de ir e vir e principalmente o exercício da prática cidadã; que sair destas posições é efeito de um processo de subjetivação, em que os sujeitos se tornem capazes de se apropriarem dos seus desejos, de sejam mais sujeitos de suas vidas, promovendo com autonomia uma aprendizagem ao longo de toda a vida. Quanto à freqüência aos encontros grupais destaca-se nos anos de 2004, 2005 e 2006 a média de 13 alunos, enquanto que em 2007 foi 2 alunos por reunião. A presença por gênero foi predominantemente masculina. 5. Metodologia A metodologia de ação do grupo sustenta-se em encontros grupais quinzenais: as quartas-feiras das 18h às 19h (do ano de 2004 ao de 2007), na sala do Programa Maior Idade (PRÓ-MAIOR) no Câmpus da Universidade do Vale do Rio dos Sinos – UNISINOS, coordenados por uma psicóloga voluntária do Projeto, ex-aluna e ex-estagiária maior de 50 anos da Instituição. — 132 — A proposta metodológica apontada objetiva aprender/viver a temática do envelhecimento articulada à educação na universidade. A coleta de dados foi pautada exclusivamente nos temas registrados nas atas das reuniões do Grupo+50 e os dados fornecidos pela UNISINOS/2007 - setor de Regência de Registros Acadêmicos. 6. Resultados Os dados fornecidos pela UNISINOS no ano de 2007 possibilitaram a organização dos gráficos apresentados à seguir, que contribuíram para o delineamento do perfil do grupo +50. Gráfico 1 – Faixa de Idade Fonte: UNISINOS/2007 – Regência de Registros Acadêmicos Percebe-se através do gráfico 1 que em 2007 ocorreu o maior ingresso de alunos com mais de 50 anos na UNISINOS, totalizando 301 alunos; a seguir em 2005, com 293 alunos; depois em 2006 com 274 alunos e 2004 com 217 alunos. Quanto à idade, neste estudo, consideraram-se como idosas pessoas com mais de 60 anos de idade, conforme a definição da Organização Mundial da Saúde (OMS) para países em desenvolvimento, embora o grupo +50 se constitua por alunos a partir de 50 anos de idade. Analisando os dados por faixa de idade constatou-se que na faixa de 50-59 anos de idade em 2007 foram 275 alunos; seguidos de 266 alunos em 2005; depois 219 alunos em 2006, finalizando 188 em 2004; na faixa de idade de 60-69 anos de idade em 2006 foram 42 alunos; 2004 foram 25 alunos, seguidos de 23 alunos de 2005 e 22 alunos em 2007; na faixa de idade 70-80, em 2006 foram 12 alunos, nos anos de 2004, 2005 e 2007, 4 alunos respectivamente. Conclui-se que o Grupo +50 é constituído de 87, 5% de alunos na faixa de 50-59 anos de idade; 10, 3% na faixa de 60-69, e 2, 2% na faixa de 70-80. — 133 — Gráfico 2 - Sexo Fonte: UNISINOS/2007 – Regência de Registros Acadêmicos Observa-se no gráfico 2 por sexo que em 2004 foram 123 homens e 94 mulheres; em 2005, 117 homens e 176 mulheres; em 2006, 160 homens e 113 mulheres; em 2007, 136 homens e 165 mulheres. Nos quatro anos há a maioria feminina, 51% sexo feminino e 49% sexo masculino. Segundo Camarano (1999) a predominância da população feminina entre idosos é comprovada internacionalmente, tanto em participação nos grupos de convivência, como na apropriação dos espaços educacionais, especialmente após a viuvez. O Grupo+50 totalizou de 2004 a 2007 um total de 536 homens e 548 mulheres, portanto bastante equilibrada a procura de formação educacional na UNISINOS, por sexo. Gráfico 3 – Cursos mais procurados Fonte: UNISINOS/2007 – Regência de Registros Acadêmicos No gráfico 3 dos cursos mais procurados nos anos de 2004 a 2007, destacam-se os cursos: Direito, Pedagogia, Letras, Administração, História, Filosofia e Psicologia. Observa-se a preferência dos homens pelo curso de Direito e as mulheres pela Pedagogia. — 134 — O grupo totaliza 1084 alunos de 2004 à 2007; 536 homens e 548 mulheres interessados na formação universitária, especialmente nos cursos de Direito e Pedagogia respectivamente. Apresentam bom desempenho e baixo índice de reprovação. Ingressaram mediante vestibular e como portadores de curso superior em sua maioria. 6. Conclusão Falou-se da educação, do envelhecimento, significando falar de vida, de existência de plenitude. Possibilidades de ação e reflexão, de valorização de saberes, experiências interiores às questões do existir do idoso, espaços que ampliam a qualidade de vida do idoso que apreende, que considere aspectos éticos, afetivos e espirituais de prazer e alegria de viver. Por conseguinte, os desafios que o cotidiano nos apresenta ainda são amplos, pois nos defrontamos com a realidade acadêmica de supervalorização do jovem e das inadequações pedagógicas e curriculares, dificuldades de acessibilidade, de convívio intergeracional, entre outros. A existência do Grupo+50, sua organização e continuidade de encontros durante os anos de sua existência, embora pouco representativo no universo maior da Universidade expressa, por outro lado, um espaço de conquistas e de enfrentamento das adversidades do contexto. Para os participantes, o grupo pode vir a ser uma referência de possibilidades de convivências e de trocas, onde possam estar se preparando para a vida, para um mundo em constantes mudanças sem limites de tempo, de espaço, sem certezas. Referências ÁVILA, M. F.: Porque el grupo en la Psicologia Social? Revista Cubana de Psicología. Havana: Universidad de la Habana, v.18, n1, 2003. Camarano, Ana Amélia. (2002): Envelhecimento da População Brasileira: uma contribuição demográfica. In Freitas, Elizabete Viana et al. Tratado de geriatria e gerontologia. Rio de Janeiro: Guanabara Koogan. Debert, G. G.: A Reinvenção da Velhice: socialização e processos de reprivatização do envelhecimento. São Paulo: Editora da Universidade de São Paulo; Fapesp, 1999. DELORS, J.: Relatório para a Unesco da Comissão Internacional sobre Educação para o Século XXI, 3. ed. São Paulo: Cortez, 1999. Dias, José Francisco: Os Novos Tempos da Velhice: reflexões, críticas e propostas. Santa Maria: O Autor, 2004. Freitas, Elizabete Viana de: Demografia e Epidemiologia do Envelhecimento. In: Tempo de Envelhecer: percursos e dimensões sociais. Ligia Py (et al.). Rio de Janeiro: NAU Editora, 2004. Jordão Netto, Antonio: Universidade Aberta para a Terceira Idade: uma avaliação crítica. Mundo da Saúde. São Paulo, v. 21, n. 4, jul. - ago., 1997. Martins de Sá, Jeanete Liasch: Educação e Envelhecimento. In: Tempo de Envelhecer: percursos e dimensões sociais. Ligia Py (et al.). Rio de Janeiro: NAU Editora, 2004. Neri A, L: Qualidade de Vida e Idade Madura. Campinas – SP: Papirus, 1993. Palma, Lucia Teresinha Saccomori: Educação Permanente e Qualidade de Vida: indicativos para uma velhice bem sucedida. Passo Fundo: UPF Editora, 2000. Py, Ligia. Envelhecimento e Subjetividade: In: Tempo de Envelhecer: percursos e dimensões sociais. Ligia Py (et al.). Rio de Janeiro: NAU Editora, 2004. — 135 — Silva D`Alencar, Raimunda: Ensinar a Viver, Ensinar a Envelhecer: desafios para a educação de idosos. In Estudos Interdisciplinares sobre o envelhecimento, v.4, (2002). Porto Alegre: Núcleo de Estudos Interdisciplinares sobre o Envelhecimento da PROREXT/UFRGS, 2002. Tatagiba, M. C. y Filártiga, V.: Vivendo e Aprendendo com Grupos: uma metodologia construtivista de dinâmica de grupo. Rio de Janeiro: DP&A, 2001. Valente, José Armando: Aprendizagem continuada ao longo da vida: o exemplo da terceira idade. In: KACHAR, Vitória (Org.). Longevidade: um novo desafio para a educação. São Paulo: Cortez, 2001. Wolff, Suzana Hübner: A Universidade como espaço promotor do envelhecimento bem-sucedido: um estudo de caso. UNISINOS. Tese de Doutorado. 2003. — 136 — Mediana Edad y Envejecimiento Aportes a la construcción de una imagen social positiva del envejecimiento Delmar Rodríguez Ravera; Yvonne Raquel Cruz; Graciela Andreoli; Hilda Martínez Camusso; Alberto Gentini; Ilda Villar. Envejecimiento humano El transcurso del tiempo provoca modificaciones progresivamente acumulativas que integran inevitablemente el proceso de la vida. Se trata de una serie continua de cambios que reconoce una fuerte influencia genética y en el cual el propio devenir cronológico tiene un determinismo inmodificable. Factores modificables de envejecimiento Para mejorar las condiciones de vida en la vejez y aún, posiblemente, incidir en la supervivencia es preciso considerar la manipulación de otros factores precisamente “modificables” de envejecimiento. Las estrategias de intervención sobre ellos fundamentan las modernas tendencias en gerontología: promoción y prevención. La adopción de hábitos saludables de vida, la incidencia sobre el entorno familiar y socioeconómico, el adiestramiento en la aceptación y adaptación individual armónica a los cambios propios del correr del tiempo, la participación en los esfuerzos constructivos de la sociedad para el cambio de sus estructuras de asistencia gerontológica, son algunos de los múltiples campos de trabajo donde todas las generaciones tienen el imperativo ético de actuar coordinadamente. La educación como herramienta de cambio Resulta imprescindible entonces potenciar las intervenciones terapéuticas clínicas y paraclínicas clásicas de la medicina. Pero sin descuidar las herramientas educativas aplicadas desde y para todas las edades referidas a la adopción de hábitos saludables de vida y la concepción constructiva del envejecimiento. Por otra parte, el concepto de que “nunca es tarde” para adoptar costumbres de protección de la salud, no es fácilmente compartido, tanto por jóvenes, como por los propios mayores. La generación que actualmente sobrepasa los sesenta años de edad posiblemente haya recibido una impronta educativa en su juventud que no priorizaba la Instituto de Formación Gerontológica-Uruguay. [email protected] — 137 — prevención, y además definía la vejez como decrepitud y declinación psicofísica y social inevitable. Es saludable la comprensión y aceptación (emocional y racional) de los cambios propios del correr del tiempo y no es contradictorio con la adopción de medidas de protección y fortalecimiento de la salud. El envejecimiento y la enfermedad son procesos diferentes, que pueden o no desarrollarse simultáneamente. Y precisan abordajes diferentes. Sin temores y con responsabilidad individual y colectiva. La imagen social del envejecimiento Es preocupación permanente en el mundo entero trabajar sobre el tema de la construcción de una imagen social positiva del envejecimiento. Se recogen las iniciativas y ponencias de diferentes foros de ONGs y organismos internacionales que han jerarquizado este tema, tanto desde una óptica de género, como de protección de derechos humanos, como de prevención del maltrato, como de protección del derecho a ser diferente, o típicamente desde una visión sanitaria (ONU, de de la OMS-OPS, de la UNESCO, de Cruz Roja, Internacional Asociation of Gerontology, UNITAGE). Se trata de estructurar científicamente una imagen de la vejez definida desde sus aspectos positivos, intentando desactivar la construcción errónea imperante que la define desde el énfasis en sus perfiles deficitarios. Y desarrollar programas de sensibilización y educativos que contribuyan a hacer penetrar esta visión en el ideario colectivo. En caso contrario, exigir que se defina también por sus aspectos negativos a todas las edades de la vida y sus respectivas situaciones biológicas y sociales. El aporte a la construcción de una imagen social positiva del envejecimiento y la vejez corre por cuenta de la toma de conciencia intergeneracional del aporte colectivo en la sedimentación y crecimiento del desarrollo colectivo. Sin el aluvión de nuestros mayores y las múltiples generaciones precedentes, en el acierto y en el error, no habría presente, ni habrá futuro. El progreso es real si es construido por todos y distribuido entre todos. Sin discriminación ni inequidades. Tampoco en razón de edad. A modo de ejemplo, podría ser sorprendente analizar los resultados de las líneas de investigación desarrolladas hacia: - las horas de trabajo y su equivalente en dinero aportadas voluntariamente por las mujeres de edad avanzada en las tareas del seno del hogar: limpieza, cocina, vigilancia. - el mismo caso en referencia a la crianza de los nietos, no sólo en la infancia, con el agravante de la enorme responsabilidad social y educativa que implica - al aporte cuando se produce un quebranto de salud en algún miembro del núcleo familiar o de allegados: administración de dinero, mandados, cuidado de enfermos, vínculo con el personal de salud - actividades desarrolladas en situaciones de reorganización afectiva y familiar (separaciones, divorcios, modificación de situación laboral) en que hijos/as y nietos/ as quedan bajo la responsabilidad de los mayores - participación y sostén de diversos núcleos de la comunidad: clubes (entre otros de baby fútbol), instituciones culturales, académicas, religiosas - aporte económico para el desarrollo de proyectos de vida de parejas jóvenes de la familia: casamiento, pago de cuota de vivienda, iniciativas profesionales o empresariales, mantenimiento de necesidades básicas en caso de desempleo, pasaporte y pasaje para emigración — 138 — - contribución en la enseñanza informal de oficios a habilidades de utilidad familiar, laboral y comunitaria: desde cambiar un fusible hasta tocar guitarra - conservación y transmisión intergeneracional de cultura, usos y costumbres, como instrumento indispensable en relación a la globalización transcultural. La idea no es agotar el tema, sino por lo contrario que actúe como incentivo al emprendimiento de nuevas líneas de investigación y sensibilización que contribuyan al cambio social sugerido. Propuesta Fortalecer la intervención social educativa como herramienta de cambio cultural que contribuya a mejorar las condiciones de vida también en la vejez. Entre los múltiples planteos sobre objetivos, metodologías y contenidos nos permitimos recordar aquellos referidos a hacer visible los aspectos positivos del envejecimiento, la vejez y el mayor. Las acciones educativas en lo formal, no formal e informal podrán transmitir una visión equilibrada en lo individual, en el aula o en los medios masivos de comunicación. Formar a los educadores y comunicadores es también una tarea pendiente. Nosotros seguiremos trabajando en el tema y fortaleciendo un espacio de participación y educación permanente. Respetamos y valoramos todas las iniciativas en marcha e insistiremos en coordinar con diversas organizaciones sociales que aportan visiones desde ópticas muy variadas. Porque la construcción comunitaria es, precisamente, colectiva. Aportamos nuestra voluntad de continuar articulando acciones que a través de esta tarea contribuya a mejorar las condiciones de vida de los mayores. Los de hoy y los del futuro. Algunas referencias bibliográficas MSP. CEPAL. FISS. (2000): Cómo Envejecen los Uruguayos. Montevideo. ONU (2002): Segunda Asamblea Mundial sobre Envejecimiento. Madrid. Rodríguez Ravera, D. (1978): La salud del Anciano. En Introducción a la Medicina Familiar de D´Ibarboure, H. y col. Montevideo. UDELAR. Revista de HepAge (2003): Tercera Edad y Desarrollo. Sept. OPS (2003): Guía Clínica para Atención Primaria a las Personas Mayores. CASMU: Publ. Equipo Gerontología Preventiva. Amate, A. (2006): Discapacidad. Lo que todos debemos saber. Capítulo sobre el adulto mayor: Rodríguez Ravera, D, Alfonso, L. OPS. — 139 — Genero y Generaciones en la produccion del envejecimiento Recuerdos de mujeres Irma Mabel Cepeda y Stella Maris Herrera Resumen Esta es una investigación cualitativa donde se han recuperado retazos de historia de mujeres institucionalizadas. Su objetivo es realizar un aporte a la constante construcción de la memoria colectiva, indagando qué lectura hacen las protagonistas de sus propias experiencias. Se realizó un muestreo estratificado de 20 mujeres mayores de 75 años, aplicándose la técnica de entrevista para colectar datos que, analizados y sistematizados fueron agrupados en tres ejes: - Niñas que recuerdan - Mujercitas y sus amores - Mujeres trabajadoras Las niñas recuerdan familias inclusivas, donde la función materna/paterna tuvo fuerte presencia, familias criollas o inmigrantes donde la cultura del trabajo se vivenciaba cotidianamente y las reglas se imponían “con una mirada”. La sana alimentación formó niñas fuertes y vivaces que disfrutaban sus juegos, de las tareas domésticas y/o agrícolas. Tras una corta adolescencia de bailes en clubes o familiares con los vecinos del campo, eligieron con quien casarse, después de un noviazgo formal reglamentado por los padres. Las mujeres urbanas trabajaron fuera de su casa desde solteras; las “del interior”, ya casadas, cuando sus familias se radicaron “en el pueblo”. La conciencia de ciudadanía y pertenencia a la clase trabajadora aparece con la mención de Eva Perón. Hogar de Ancianos “Dr. Alejandro A.Raimondi”. GCBA-Necochea –Pcia. de Bs. As. - República Argentina. [email protected] Hogar de Ancianos “Dr. Alejandro A.Raimondi”. GCBA-Necochea –Pcia. de Bs. As. - República Argentina. Stella Maris Herrera: Licenciada en Psicología Social- Universidad CAECE – Buenos Aires –Argentina. Profesora de Filosofía y Pedagogía – Instituto Sagrado Corazón-Buenos Aires-Argentina. Operadora en Psicología Social – Escuela de Psicología Social del Sur-Buenos Aires-Arg. Coordinadora de Grupo XI Encuentro Regional de Mujeres del Sudeste de la Pcia.Bs. As. Coordinadora Talleres de Reflexión p/cuidadores de ancianos – Hogar Raimondi Coordinadora del Primer Curso de Aux. de Geriatría c/orientación a la atención Domiciliaria (Ex IMPS-Bs. As realizado en Necochea). Coordinadora Talleres Curso “Cuidadores Institucionales” – Hogar Raimondi Coordinadora Taller “Nuevos Vecinos” p/ingresantes a Residencias Permanentes A.M. Docente Curso “La Tercera Edad y su abordaje desde la Psicología Social” Docente Curso “Cuidadores Institucionales – Hogar Raimondi. [email protected] — 140 — Concluyendo: provenientes de una infancia que transcurrió en una sociedad argentina inclusiva, son mujeres fuertes, urbanas y del campo, que recorriendo diversos caminos convergen en una institución que hoy contiene su vulnerabilidad social. Flamantes ciudadanas accedieron a la clase trabajadora en un contexto socio-político novedoso en el siglo pasado. Palabras clave: vida cotidiana, ciudadanía, memoria colectiva, inclusión social, vulnerabilidad social. Como profesionales trabajadoras en el Hogar de Ancianos “Dr. Alejandro A. Raimondi” de Necochea, decidimos encarar un proyecto de investigación cualitativa para recuperar el pasado potencialmente disponible de un segmento etáreo de mujeres mayores de 75 años, con la finalidad de conservar retazos reales de historias cotidianas vividas y relatadas por las propias protagonistas, que realizan de este modo un aporte a la construcción de la memoria colectiva., y que a nuestro criterio legan constancias ya intangibles pero no por ello menos preciosas de sus propias vidas, sumando caudal y nuevo potencial a la continuidad del río de la historia. Estas mujeres, en pleno ejercicio de sus derechos como ciudadanas, provenientes de Capital Federal o de poblados del interior, hoy están contenidas en un sistema de Hogares permanentes que sostiene tanto su inclusión social como la fragilidad propia de la edad, frente al incremento del riesgo imperante en las sociedades contemporáneas. Construir y vivir en un permanente intercambio con el pasado, con el medio y con los otros hasta el último día de vida, es el planteo al que adherimos más allá de conceptos rígidos acerca de qué es “salud”, “éxito”, “fracaso” y/o “felicidad” y por ello compartimos el decir de Ander Egg “El sujeto del conocer está implicado en la realidad y de ella no puede separarse ni por la especulación científica ni por la especulación filosófica. El hombre que se constituye en la historia y en la praxis está inmerso en una realidad cuya totalidad forma parte también como sujeto cognoscente”: (Ander-egg año: 1980 - pág.21/22). Las veinte mujeres entrevistadas ingresaron a la institución entre el mes de marzo de 1989 y julio del 2006, a veces por propia decisión otras por desencuentros o disfunciones familiares, las más por soledades o por pérdidas irreparables, la mayoría de ellas están alfabetizadas y poseen experiencias laborales. El hoy que les toca vivir es un hito, que atravesado por la finitud de la estructura temporal de las protagonistas, determina situaciones únicas e irrepetibles como el nacer o el morir y al mismo tiempo es esa misma estructura temporal y cotidiana la que proyectándose construye futuro historizando vida. Este muestreo estratificado de veinte mujeres, entre setenta y cinco y noventa y seis años, fue elegido para asegurar la representatividad de un grupo etáreo específico respecto de una población total de cincuenta y nueve mujeres a junio del 2007, con la expectativa de recuperar y resguardar las historias vividas en el decir de las propias protagonistas. Como pasos para el ordenamiento de la tarea se optó en primera instancia como fuentes secundarias, por la recopilación documental de publicaciones de acontecimientos con relevancia periodística para sostener un lineamiento histórico, destacados investigadores en el campo de lo social y como fuentes primarias las entrevistas elaboradas no como protocolo estructurado sino con la flexibilidad necesaria para asegurar que los temas claves sean explorados sirviendo las mismas, además, para recordar al entrevis- — 141 — tador la prevalencia de ciertos temas, también las entrevistas personalizadas brindaron la posibilidad de visualizar el espacio de interacción verbal y no verbal, dando cabida a la intensidad emocional en los registros. En las entrevistas se indagó sobre: - Recuerdos de la infancia: vida en familia, juegos, correctivos, saberes formales y no formales, alimentación y prácticas religiosas; estos datos se agruparon en el eje: “Niñas que recuerdan” - El segundo eje “Mujercitas y sus amores” agrupa datos en relación a la primera menstruación, pautas de higiene personal, amistades, primeros amores, modas, diversiones para terminar con la formación de la propia familia. - En Mujeres trabajadoras se visualiza la vida laboral, la independencia económica, la identidad legal y ciudadana. Se constata en las respuestas una fuerte incidencia del “hoy” en la vida de las entrevistadas evidenciando el permanente intercambio con lo circundante. Los datos recogidos fueron clasificados por unidades de sentido y agrupados aquellos que por asociación y coherencia respondían a la descripción de los ejes citados. Las profesionales intervinientes en esta tarea, pertenecemos a disciplinas que comparten un mismo campo “lo social”, espacio donde se realiza el encuentro y la construcción de lo humano. Tanto el Trabajo Social como la Psicología Social aportan soportes y encuadres para el despliegue de lo tratado, en el primer caso, el Humanismo dialéctico sella, como principio el acercamiento hacia los otros como personas, afirmando la dignidad humana y la comunidad favorecedora para la construcción de sujetos, sujetos que vistos como unidades bio/psico/sociales constituyen formas “concretas” de “ser humano”, en relación permanente con el hábitat, con una organización social determinada, en un tiempo determinado, con su propia modalidad de “producción” dando como resultado tanto lenguaje como ciencia, alimento o cobijo y subjetividad de allí que la vida cotidiana se entienda como “ un modo de organización material y social de la experiencia humana en un contexto histórico social determinado” (Ana P. De QuirogaJosefina Racedo año: 1990 – pág. 11); asimismo, concordando con el pensamiento de P. L. Berger y T.Luckmann: la estructura temporal de la persona proporciona la historicidad que determina su situación en el mundo: nacer en una determinada fecha, asistir a tal escuela o morir en un momento y no en otro; esas fechas están ubicadas dentro de una historia mucho más amplia señalando que la estructura temporal de la vida cotidiana no solo impone secuencias preestablecidas en la agenda de un día cualquiera sino que se impone en la biografía de todo sujeto. La situación “cara a cara”, en la que se desarrollan las entrevistas, favorece el despliegue del lenguaje capaz de trascender “el aquí y el ahora” tendiendo puentes dentro de la realidad de lo relatado, integrándola en un todo significativo y dador de sentido. Por medio del lenguaje se puede trascender el espacio inmediato, se puede sincronizar la secuencia del tiempo biográfico con el tiempo de los otros, abrir el espacio para otros sujetos individuales o colectivos que no están presentes en el “aquí y ahora”. El lenguaje es capaz de “hacer presente”, patentizar, lo ausente de manera temporal y espacial; en cualquier momento puede actualizarse todo, a través del lenguaje que hace presentes no sólo a los sujetos que están físicamente ausentes, sino también a los protagonistas y acontecimientos del pasado recordado o reconstruido. Esas “presencias” aportan permanente significado a la realidad continua de la vida cotidiana. — 142 — El hilván de los recuerdos Las mujeres entrevistadas, con las que nos sentimos profundamente agradecidas, se presentan desde sus orígenes, María Ángela, 96 años nacida en Vela, Pcia. de Bs. As., María Teresa, 83 años, oriunda de la Capital Federal, Emilia, 86 años, originaria de Ayacucho, Pcia. de Bs. As., Elvira, 88 años de Nicanor Olivera, Pcia. de Bs. As., Herminia, 86 años, Necochea, Pcia. de Bs. As., Dora, 82 años, Villaguay, Entre Ríos, Nélida, 84 años, de Necochea, Pcia. de Bs. As., Esther, 87 años y Mercedes, 79 años, ambas de Capital Federal, Ana, 77 años, Bella Vista, Pcia. de Corrientes, Olga, 80 años, de Capital Federal, Dina, 90 años, Bahía Blanca, Pcia. de Bs. As., Edelmira, 90 años, Necochea, Pcia. de Bs. As., Aureliana, 75 años, Concepción, Pcia. de Corrientes, María Esther, 75 años, San Miguel, Pcia. de Bs. As., María Rosa, 78 años, San Cayetano, Pcia. de Bs. As., Sara Esther, 75 años, Tandil, Pcia. de Bs. As., Ernesta, 86 años, Bragado, Pcia. de Bs. As., Adela, 76 años, Andalgalá, Pcia. de Catamarca, Nieves, 80 años, Tacuarembó, República Oriental del Uruguay. Estas niñas, provienen, en su mayoría de familias numerosas, en las que madres biológicas, abuelas, hermanas mayores y madrastras ejercieron la función materna, formándolas vivaces, donde la infancia fue tiempo de juegos y de juguetes: la rayuela, las bolitas, el rescate, la soga, las muñecas, la mancha, la carrera de embolsados, aparecen en todas las historias junto a mascotas y Reyes Magos, el patio o la vereda escenarios repetidos para este “tiempo de jugar”. La excepción es María Rosa (78), quien desde muy pequeña debió cuidar animales, ordeñar vacas y “después repartir leche”. En estas familias, la cultura del trabajo era base fundamental. En ámbitos rurales se criaron entre sembradíos de cereales, plantaciones frutales, quintas y crianza de animales de granja sobre todo para el consumo familiar. Las madres trabajaban a la par que sus parejas, “mi mamá era como un hombre para el trabajo” dice María Ángela (96). En zonas urbanas los padres fueron pequeños comerciantes, empleados del Estado, cuentapropistas o trabajadores a destajo “hasta que pusieron horarios en época de Perón”, expresa Mercedes (79) refiriéndose a la reglamentación del Trabajo de los “destajistas” en la década del 40. Algunos padres decían “esto se hace, esto no se hace”, otros “vayan para afuera que viene gente”, pero los más no necesitaban decir nada, “con una mirada bastaba”, la presencia del “rebenque” o tan solo de “una escoba” era suficiente para “portarse bien”, este relato acerca de las medidas correctivas en el ámbito familiar es compartido por todas las entrevistadas, y las travesuras se filtran fortaleciendo esa mirada de la infancia como tiempo de juegos, vehiculizadas por el lenguaje que las traslada al hoy para deleite de quienes relatan y quienes escuchan. Adela (76) con regocijo cuenta que en su casa (la Estancia “El Espinillo” en Catamarca) el abuelo hacía vino casero que era colocado en barriles en “la pieza de las comidas”; a la hora de la siesta, cuando los adultos dor- Las autoras de “Recuerdos de Mujeres” cuentan con la autorización necesaria de las entrevistadas para la publicación total o parcial de las entrevistas realizadas, como así también para la exposición y/o proyección de las fotos de quienes accedieron a ser fotografiadas. Cabe destacar que las entrevistadas se alojan en el Hogar de Ancianos “Dr. Alejandro A. Raimondi”, institución con una población estable de 300 personas, situación que genera, según nuestra experiencia laboral, uno de los padecimientos más frecuentes en los residentes que resulta ser: el proceso de despersonalización e invisibilización. Este proceso, registrado por los profesionales abocados a la tarea de contención y acompañamiento, encuentra en el mantenimiento de la “identidad” un atenuante y sostén durante el tiempo de vida en la institución de quienes allí residen”. — 143 — mían, ella, se acostaba en el piso y “abría la canillita del barril, nunca me pescaron”, dice, sin ocultar la risa. Del total de las entrevistadas, solo una es analfabeta, el resto ha recibido distintos niveles de educación formal. Las del interior, en su mayoría no han completado el nivel primario fundamentalmente por la dificultad para trasladarse a la escuela, cuando la misma se ubicaba lejos de la casa, situación a la que en otros casos se sumaba la necesidad familiar de que las niñas ayudaran en las tareas domésticas y en la crianza de sus hermanos. Es notable la incidencia de la figura paterna cuando las niñas no querían alejarse de sus casas, así Elvira (88) rememora, “yo estaba pupila, lloraba porque extrañaba y mi papá me vino a buscar.” Las niñas criadas en la Capital Federal completaron el nivel primario, algunas ingresaron al secundario y otras, como era normal en la época estudiaron “cosas de oficina en la Pitman”, como recuerda Mercedes (79) haciendo referencia a la dactilografía y contabilidad. También estudiaron piano, y “un poco de inglés y francés”. María Teresa (83) recuerda que aprendió a leer y escribir en la libretita de su tía que era modista, ahí le anotaba las palabras que ella quería aprender: luna, flor, luz, palabras que hasta hoy están presentes en sus poesías. Los saberes informales fueron, en general transmitidos por las mujeres que ejercieron la función materna, aunque María Teresa (83) recalca que “aprendí a cocinar mirando a mi abuelo que era español, cocinaba pescados y yo miraba desde un banquito, la cocina tiene fantasía” concluye. Estas mismas niñas recibieron sana y variada alimentación: fariña a la sartén para comer con carne, facturas de cerdo, huevos, verduras de la quinta, pollos, patos, pescados, arroz con mariscos, puchero con “la pilota” (albóndiga grande), menciona Olga (76), alcauciles rellenos y “puchero los lunes y fideos con tuco los domingos” cuenta Esther (87). El lugar que ocupaba en esta dieta “lo dulce” era relevante, tortas de cumpleaños, panes dulces, arroz con leche, flanes, panqueques, berlinesas, dulces de elaboración casera. Emilia (86) se reconoce en el relato como la destinataria privilegiada de las tortas italianas que hacía su madre. Tanto María Teresa (83) como Mercedes (79) cierran el cuadro de la vida cotidiana en el ámbito culinario; la primera relata: “los viernes se hacían las tortas y los postres en cantidad, teníamos la cocina económica que se encendía todos los días con carbón.....también se usaba para el agua caliente”, en tanto que la segunda rememora “teníamos una heladera de madera, se levantaba la tapa y se echaba el hielo, venía el hielero a casa”. Refiriéndose a las prácticas religiosas, si bien el catolicismo aparece como la religión heredada no tiene incidencia directa en el quehacer cotidiano, en la mayoría de los casos la relación con Dios es naturalizada y personalizada “me di cuenta que Dios estaba en mi corazón, me hice a mi misma mi religión” María Teresa (83) otro ejemplo: “tengo relación directa con Dios, agradezco todos los días que amanece (…) no tengo que estar descontenta con Dios, me ha dado 2 hijos, 6 nietos, 22 bisnietos y para agosto viene el último” dice Elvira (88), resumiendo el sentir y pensar de las entrevistadas; solo dos de las mismas interiorizan sobre prácticas religiosas específicas, así Ernesta (86) recuerda “a la iglesia no íbamos, con mi mamá rezábamos el Bendito y a trabajar, a la noche decíamos: mamá que amanezca bien, la bendición y a la mañana lo mismo”, Aureliana (75) con humor señala “el primer marido de mi tía me enseñó a rezar, incate de rodillas...el Bendito, el Alabado...yo no se”. La atención sanitaria se dividía proporcionalmente entre el médico y la curandera lugareña, dice María Ángela (96): “íbamos según lo que teníamos a la curandera o al doctor”, es destacable el recuerdo de una niñez sana “Por ser sana no conocí ni hospitales ni curandera” recalca Ana (77). — 144 — El cambio de etapa que marca la primera menstruación encontró a las entrevistadas en general sin preparación y llama la atención que tanto la información al respecto como todo lo orientado a las pautas de higiene personal surgiera no de las madres sino de otras figuras femeninas que rodeaban a estas niñas como las hermanas mayores, las abuelas, tías y sobre todo las maestras, así a María Rosa (78) la abuela le aclara “ Ojo! El día que andés así no te vas a mojar ni lavar la cabeza (…) después ya te podés bañar” y Esther (87) no olvida que su maestra le enseñó a todas las alumnas que “esto lo tenemos todas las mujeres”. En los poblados la vida social transcurría entre reuniones familiares o con los vecinos y como prolongación de las mismas los bailes en el Club “Social y Deportivo”, las mujercitas asistían de 21 a 24hs. María Ángela (96) recuerda “usaba taquito carretel, poca pintura, pelo cortito, vestido con falda a la rodilla”. Las reuniones en lo de los vecinos ocupaban gran parte del tiempo de esparcimiento: “se jugaba a la lotería...iban todos...radio no teníamos, sí tenía un vecino que también tenía un fonógrafo y muchos discos”, dice Nélida (84). Los bailes en la Capital Federal se desarrollaban en el mismo horario. “Se bailaba de todo” menciona Ana (77) “tango, vals, fox-trots, boggie-boogie, jazz”, y en este ámbito se conocerán y elegirán los futuros esposos. En la constitución de sus propias familias aparece fuertemente marcado su rol de “madre” con exclusión de la presencia masculina en todo lo referente a la planificación familiar y a la crianza, muy claro es el planteo de María Ángela (96) “tuve dos hijos, yo no quería más, los hacía perder....mi marido sabía que algo iba a hacer, tengo coraje y sabía que dolía”. Entre los 20 y 25 años nuestras entrevistadas fueron atravesadas por las conquistas sociales que se extendieron en el país, así se convirtieron en ciudadanas con derecho a voto en el año 1951 por aplicación de la ley 13010/47 y participan entusiastas “El librito viejo lo tengo lleno de votos” dice Aureliana (75), “Votaría hasta los 90 años, es una forma de defender al país” señala Mercedes (79), “comencé a votar cuando apareció Evita y salió mi opinión en un diario de lo que significaba votar, el diario era Democracia” relata María Teresa (83). En lo referente a la independencia económica, estas mujeres manejaron no solo sus ingresos y la administración hogareña, sino también acompañaron en actividades comerciales y/o productivas a sus parejas “mi marido me dijo: si querés trabajar, andá, yo no te mando” Emilia (86), “mi marido cobraba y yo manejaba el dinero” Nélida (84), “a mi marido le daban todas las obras, yo tomaba la gente como contratista” Ernesta (86). Hasta aquí testimonios recortados que nos permiten recuperar retazos de historias personales con nombre y apellido, que dan cuenta de construcciones sociales originantes y resultantes, modificadoras y generadoras del quehacer y ser cotidianos. Estas mujeres mayores, quienes desde el hilván de sus recuerdos se autorretratan y también retratan épocas, costumbres, sabores y sinsabores de días vividos, aparentemente sin mayores trascendencias pero que en el tapiz de la vida tejido día a día, construyen nuestras raíces, nuestros propios imaginarios; esos con los que hoy, nosotras: mujeres de 50, nos identificamos, rechazamos, nos asustamos, nos preguntamos y este es en última instancia el sentido del trabajo realizado: abrir puertas poder seguir preguntando, nosotras y quienes nos siguen, ya que la curiosidad abre caminos, recoge hilos sueltos, anuda sueños, teje futuro, sin olvidarnos que recordar proviene del latín RECORDARI, Las entrevistas completas y los datos clasificados estarán disponibles en CD. — 145 — derivado de COR: corazón (Joan Corominas: 1974 – Vol.III – Pág.1043) y que “ el recuerdo es un rescoldo para el alma” (Julia Elena Ávalos, folklorista argentina). Bibliografía Ander-egg E. (1983): Técnicas de Investigación Social. Madrid: El Cid Editor. Berger P. y Luckmann T. (1979): La Construcción Social de la Realidad.Bs. As: Amorrortu. Collingwood, R. (1984): Idea de la Historia. México: Edit. F.C.E. Corominas, J. (1974): Diccionario Crítico Etimológico-Vol.III. Madrid: Gredos. Diario Clarín – Edición Especial – (2005, 28 de Agosto): 60 Años 60 Hechos. Diario La Razón – Edición Especial – (1966, 7 de Julio): Historia Viva. Malaspina, E. (1992): Recuerdos de Enrica. La Plata: Edit.Universitaria. Sainz de Robles, F. (1979): Diccionario Español de Sinónimos y Antónimos.Madrid: Aguilar. Taylor, S. y Bogdan, R. (1986): Introducción a los Métodos cualitativos de Investigación. México: Paidos. Quiroga, A. y Racedo, J. (1990): Crítica de la Vida Cotidiana. Buenos Aires: Ediciones Cinco. — 146 — Genero y Generaciones en la produccion del envejecimiento La viudez en las mujeres ¿una crisis vital? Esther L. Moncarz Resumen Las viudas constituyen un grupo invisibilizado. Suelen estar ausentes en las estadísticas y raramente se las menciona en los informes de pobreza, desarrollo, salud o derechos humanos. En Argentina el 50, 26% de las mujeres adultas de más de 65 años son viudas (Censo 2001) y entre ellas se hallan las mujeres más pobres. La viudez supone transitar una profunda crisis, y en el campo de la salud mental crisis alude a un quiebre en la continuidad, a una ruptura del equilibrio que afecta las dimensiones intrasubjetivas e intersubjetivas, que suele poner en jaque la organización de la subjetividad y toda la vida. En este trabajo intentaré caracterizar algunos de los modos como esta crisis suele afectar los apuntalamientos y la identidad, la cotidianeidad y los vínculos de las mujeres que transitan por ella. Asimismo, me referiré al trabajo que realizo con grupos de reflexión de mujeres viudas como recurso clínico para el procesamiento de esta crisis. Esta presentación es producto del trabajo clínico que vengo realizando en mi consultorio con mujeres en duelo por viudez y de mi trabajo realizado en un Centro de atención para la recuperación de personas en duelo. A partir de mi experiencia en la coordinación de grupos de mujeres sobre diversos temas ha sido una decisión que los grupos estuvieran integrados exclusivamente con mujeres viudas, mayores de 60 años. El trabajo en los grupos constituye un ámbito a jerarquizar en la tramitación de los duelos a la vez que espacio facilitador de la construcción de nuevos significados a la identidad de viudas, a la vez que promotor de recursos de resiliencia. Palabras clave: Viudez, mujeres, crisis, identidad, grupos, En el campo de la salud mental el término crisis alude a un quiebre en la continuidad, a una ruptura del equilibrio que afecta las dimensiones intrasubjetivas e intersubjetivas, que suele poner en jaque la organización de la subjetividad y toda la vida de quien la atraviesa. Las crisis también son peligro y oportunidad: peligro, referido a la situación que es necesario procesar y oportunidad, de realizar cambios. Para que esto sea posible, para las mujeres es necesario posicionarse como sujeto activo, criticante del equilibrio anterior Burin. M. (1987). F. Moujan (1989) caracterizan a las crisis vitales como momentos del proceso de búsqueda de la identidad. Desde mi perspectiva en esa búsqueda se construye y se reconstruye la identidad de quien atraviesa la crisis. Psicóloga. Psicoterapias y grupos de reflexión focalizados en recuperación de duelos. Docente. [email protected] — 147 — En este trabajo intentaré caracterizar algunos de los modos como esta crisis afecta los apuntalamientos y la identidad de las mujeres que transitan por ella así como las representaciones que van teniendo de su condición de viudas. Por último me referiré al grupo de reflexión como recurso clínico para su procesamiento Esta presentación es producto del trabajo clínico que vengo realizando en mi consultorio con mujeres en duelo por viudez y de mi trabajo realizado en un Centro de atención para la recuperación de personas en duelo. A partir de mi experiencia en la coordinación de grupos de mujeres sobre diversos temas ha sido una decisión que los grupos estuvieran integrados exclusivamente con mujeres viudas, mayores de 60 años. Aspectos sociales Las viudas constituyen un grupo invisibilizado. Suelen estar ausentes en las estadísticas y raramente se las menciona en los informes de pobreza, desarrollo, salud o derechos humanos. Así lo considera un exhaustivo estudio del tema realizado por Naciones Unidas (WOMEN 2000, 2001), especialmente referido a la situación de las mujeres viudas en los países “en desarrollo”. El estudio asevera que en muchos de los países se desconoce el número de viudas, sus edades así como las características sociales y económicas en las que transcurren sus vidas. Esta invisibilización oculta su vulnerabilidad, tanto socioeconómica como psicológica. El estudio estima que entre el 7% y el 16% de la población adulta femenina de todos los países está constituido por viudas, y que entre ellas se encuentra el porcentaje más elevado de mujeres pobres en el mundo. En Argentina es muy marcada la desproporción existente entre varones y mujeres adultos pertenecientes a esta categoría. Las viudas constituyen el 10.72% de la población femenina adulta mientras que los varones solo el 0, 02% de la población masculina adulta. (Censo 2001). Suele explicarse el bajo porcentaje de viudez entre los varones por una combinación de factores: tienen índices de mortalidad más altos, sus esposas suelen ser más jóvenes y por lo general, vuelven a casarse si quedan viudos. Para las casadas, tanto para las de mediana edad como para las mayores es alta la probabilidad de transitar la viudez: tienen una expectativa de vida mayor que la de los hombres y sus esposos suelen ser mayores que ellas. En Argentina son viudas el 50, 26% de las mujeres adultas de más de 65 años (Censo 2001) La viudez suele ser calificada como uno de las situaciones más difíciles y estresantes en la vida de las personas y uno de los acontecimientos que va a demandar de los mayores esfuerzos en la ardua tarea de reconstruir la propia vida. Es necesario diferenciar distintas momentos en el proceso de enviudar, ya que este tendrá ciertas características para las viudas recientes (de alrededor de menos de un año) y otras para las de tiempo extenso (un año o más), cuando transitando el proceso de duelo van hallando nuevos modos de organizar sus vidas. Para las viudas recientes el trabajo de duelo, los cambios en la cotidianeidad, las variaciones en la situación económica que muchas veces se transforma en una fuente de verdadero agobio, la soledad, la pérdida de otros vínculos –parejas de amigos y/o familia política-, los cambios en la relación con los/as hijos/as son solo algunos de las circunstancias que deberá afrontar. Las viudas mayores de 70 años muestran una tendencia diferente. En ellas, muchas veces, al comienzo cuando la pérdida es reciente, suele ser mayor la negación de la pérdida y manifiestan una menor respuesta emocional al duelo. — 148 — Sin embargo, esta supresión no significa la ausencia de duelo sino más bien la puesta en juego de un mecanismo de auto-suficiencia que las hace sostener una posición de relativo optimismo.. Sin embargo, esta perspectiva optimista sobre el futuro se hace difícil de mantener para ellas cuando: 1) se reconoce el paso del tiempo (y que mucha vida ha sido ya vivida). 2) cuando se reconoce que la salud física puede estar afectada (también la mental). 3) estar sola no significa necesariamente privación pero sí, el temor por la seguridad personal (y el reconocimiento de estar al propio cargo). Una observación producto del trabajo clínico es que a los problemas que padecen muchas veces las mujeres mayores en proceso de duelo por viudez, se suma el duelo asociado al proceso de envejecimiento: los temores mayores son a las enfermedades crónicas, al sufrimiento y al aislamiento. Todos estos constituyen verdaderos desafíos que si bien para muchas pueden transformarse en factores de riesgo tanto para su salud física como para su salud psíquica, para otras también podrá ser una etapa de sus vidas en la que poner en juego recursos insospechados de resiliencia y creatividad que le posibilitará hallar nuevos lugares sociales y nuevos vínculos. Acerca de los significados de la viudez en las mujeres Uno de las primeras realidades que me sorprendieron en mi trabajo psicoterapéutico con mujeres que han enviudado, fue el rechazo generalizado que encontré en ellas a ser identificadas como viudas. Carole Barret (1979) sostiene que “la mayoría de las viudas odian esta nominación porque la gente reacciona ante ellas como si padecieran una enfermedad contagiosa”. Un primer sentido a este rechazo es posible darlo recordando que Freud en “Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte” (1915) señalaba como nos conducimos con una “patente inclinación a prescindir de la muerte, a eliminarla de la vida. Hemos intentado silenciarla... como si en el fondo, nadie creyera en su propia muerte o lo que es lo mismo, en el inconciente todos estamos convencidos de nuestra inmortalidad”. Ph. Aries (1982) afirma que “hoy resulta vergonzoso hablar de la muerte y sus quebrantos, igual que antaño resultaba vergonzoso hablar del sexo y sus placeres. Según el, por considerarla morbosa, la gente habla de la muerte como si no existiera. La única evidencia es la muerte de las personas, de las que nadie habla – y de las que quizás hablemos más tarde, cuando hayamos olvidado que han muerto”. Sin embargo, es necesario reconocer que a pesar de los intentos de negación, cuando muere un ser querido, la muerte con su poder arrasador, adquiere existencia para siempre. Para las que han enviudado a esta realidad siempre penosa, se añade que en el nombre viuda, parece quedar la identidad inextricablemente unida, sellada a la muerte del esposo fallecido. Para los otros –quienes pueden seguir sosteniendo la negación de la muerte- se crea la ilusión de lograr ponerse a salvo de este destino final. Se pretende desconocer que a menos que la pareja fallezca al mismo tiempo, la viudez de uno de los integrantes es la conclusión inevitable de todos los matrimonios que no terminan en divorcio. ¿Qué es ser viuda para uds.? fue una pregunta formulada en una reunión grupal. “Vieja, sola, soledad, desamparo, ser como una huérfana, palabra terrible, me cae mal, soledad de vieja, viuda y vieja es lo mismo, para mí es mi hija menor que no tiene un — 149 — papá que la lleve a ninguna parte”. La unanimidad que encontré en estas representaciones que enfatizan el desamparo, la soledad, la vejez representando la carencia, la falta, la ausencia, así como el rechazo generalizado a identificarse con ellas, es lo que me llevó a la reflexión. Para este grupo de mujeres es la identidad profundamente conmocionada, la que queda cristalizada en una representación carente: viuda, la que perdió al marido. Para ellas, la desidentificación de la identidad que otorgaba el “nosotros” de la pareja pone al descubierto lo ilusorio de aquel sentimiento de completud. Es una representación regresiva que las instala en un lugar de desprotección, que no aceptan. “Yo no soy así” dirán algunas con fuerza. No decirlo las expondría a quedar entre “las carentes”. Es como si la condición “viuda” pusiera más en evidencia que se trata de una crisis vital que quien la atraviesa no solo debe tramitar la pérdida de un objeto amoroso o de un rol, sino que es la pérdida de una estructura – la matrimonial – que hasta ese momento la contenía, la determinaba y le brindaba una identidad narcisizada. Perder esa estructura las expone a quedar encerradas en representaciones signadas por la carencia y la desnarcisización. El lenguaje también acorrala: se es viuda. Se pasa de estar casada a ser viuda. No se dice está viuda: más bien es viuda o quedó viuda. Y existe una diferencia sustancial entre los dos verbos: estar alude a algo transitorio, se puede estar en un lugar u otro, se puede estar de un modo u otro. Ser alude a algo que permanece, a un atributo del sujeto. Es como si el sentido de esta nominación también fuera un obstáculo al lento trabajo de duelo “gracias al cual el yo deshace pacientemente lo que había anudado en una urgencia bajo el impacto de la pérdida. El duelo es deshacer lentamente lo que se había cristalizado precipitadamente”. (Nasio, Juan 1996) Sin embargo estas mujeres en pleno proceso de crisis identitaria critican y rechazan esa identidad asignada. ¿Viuda también es un estado civil? Se preguntaba entre asombrada y angustiada una viuda mientras me contaba su asombro y su rechazo cuando al comprar una propiedad le dijeron que correspondía inscribirla figurando como viuda de. Por ej. sería Alcira Perez viuda de González. Ella decía: “si yo nunca usé mi apellido de casada, te parece que ahora tenga que firmar como viuda de....”. Es de subrayar que para esta mujer, los lugares sociales que deben haber estado totalmente naturalizados para generaciones anteriores, hoy para ella están rotundamente cuestionados y puestos en crisis. La identidad “viuda de”, que incluía el luto y el medio luto en la vestimenta y en las costumbres, en los modos de relación y también en cierto forma de clausura de la vida y de la sexualidad, pero que otorgaba status social a las mujeres de otras generaciones, es cuestionada y rechazada por muchas de las viudas actuales. En esta crisis parecen quedar más al descubierto y al mismo tiempo, más cuestionados ciertos estereotipos de la condición femenina, y así surgen preguntas como: ¿qué se es siendo sin un hombre? ¿qué se es siendo alguien con una identidad que no incluye a la pareja como una de las posesiones narcisizadas? ¿Qué se es sintiéndose en este estado que parece condenarla a que el muerto forme parte de su identidad? Cuando se instaura una crisis vital las identificaciones establecidas inician un proceso de desprendimiento. Los mecanismos de desprendimiento del yo (Bibring E, 1943) son operaciones yoicas que apuntan a la realización de las posibilidades, aún a costa del aumento de la tensión.). En este sentido, en las representaciones sociales y en el lenguaje la nominación viuda parece oponerse al desprendimiento, al desasimiento, como si de algún modo estuvieran clausuradas las salidas y el duelo y la pérdida debie- — 150 — ran quedar constituyendo la identidad. También es necesario considerar el conflicto de ambivalencia a que da lugar apelar a estos mecanismos: la lucha entre desear retener al objeto amado, perdido y desear desprenderse de él están especialmente entrelazados. Las representaciones sociales y subjetivas enfatizan que alguien sigue existiendo mientras viva en la memoria de quien/es lo evocan, complejizando aún más este proceso. Es que al utilizar estos mecanismos deberá también lidiar con la culpa que hacerlo puede generarle. El grupo de reflexión de mujeres que han enviudado El grupo de reflexión es un espacio que estas mujeres privilegian por posibilitarles el encuentro con otras atravesando su misma crisis. De las diversas funciones que cumple quiero destacar especialmente dos.: 1) el lugar de reidentificación que ofrece a sus integrantes. La cohesión, la reflexión que suele darse en los grupos opera promueve la resignificación de sucesos, ideales y deseos y con ella un espacio para la reidentificación con otras representaciones de mujer. Cuando esto ocurre será posible investir otros ideales del yo como propios del género, por ej. ideales más ligados al hacer que al ser, a la autonomía que a la dependencia, Paradójicamente, el proceso de desidentificación propio del duelo también brinda la oportunidad de la desidentificación con modelos de género estereotipados que han encerrado a las mujeres en lo que se ha denominado el cautiverio del género: y son todas aquellas situaciones, relaciones, representaciones consideradas propias de un género u otro, que determinan opciones sin alternativa para mujeres y varones. En este sentido ser una mujer viuda podrá reconocerse en la multiplicidad de significados que conlleva y no solamente mujer carente que encarna la falta. Y así será posible el logro de posiciones de auto-sustentación, apuntando a una afirmación de la identidad, una posibilidad de avance hacia posiciones de mayor autonomía en relación a la dependencia y a la vez, a la posibilidad de establecer vínculos de mayor paridad con los otros. Se promueve en el grupo de reflexión la revisión de mitos y estereotipos que contribuye a incrementar las capacidades resilientes. Los factores resilientes son las que tiene el ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas” (Grotberg, E.1998), e intervienen en el componentes subjetivos, situacionales y sociales, que actúan ejerciendo un efecto conjunto y traen como resultado no solo la atenuación de los efectos de las circunstancias adversas y de los eventos estresantes sino también la posibilidad de cambiarlos. Es una capacidad que no se adquiere “naturalmente” sino que es necesario desarrollarla y promoverla, siendo producto de la interacción de un/a sujeto con otros/as y especialmente con su entorno. Y un factor que contribuye a fomentar la resiliencia en las mujeres, es el desarrollo de estrategias que generen mayor empoderamiento y sin dudas, el grupo de mujeres es un recurso para lograrlo. 2) El lugar del grupo como facilitador del empoderamiento. se refiere al proceso de adquisición de poder por el cual las mujeres adquieren el control sobre sus propias vidas y la capacidad para tomar sus decisiones y ser activas respecto del medio social al que pertenecen. En el plano de la subjetividad, un recurso facilitador de posiciones de empoderamiento lo constituye el ejercicio del juicio crítico. Es un tipo de juicio que posibilita cuestionar valores, ideales deseos y creencias, desde una posición de sujeto criticante. Aunque existen diferencias entre ellas, para las que han enviudado y transi- — 151 — tan por la crisis el grupo es un facilitador de la adquisición de esta posición de sujetos criticantes, Estas mujeres están en pleno proceso: una ha tomado algunas decisiones económicas importantes cuando esto lo hacía siempre el marido, otra ha encarado un trabajo que le posibilita generar sus propios ingresos y otra ha organizado un grupo para realizar una actividad, mientras todas se debaten entre desprenderse y aferrarse en distintos momentos del devenir grupal. Para muchas la viudez es una crisis y aunque conlleva peligro, es también la primera oportunidad de formularse preguntas acerca de su condición de mujeres, las que han sido y las que quieren ser. De esta manera junto al procesamiento del conflicto, que en el marco psicoterapéutico les facilita la reflexión y el juicio crítico, es posible hallar nuevas identidades, nuevos deseos y nuevas significaciones Conclusiones La viudez es una crisis, que aunque puede representar un peligro también es una oportunidad para las mujeres mayores. Es que en esta crisis, como ocurre en otras, distintos aspectos de la identidad y de la vida pueden ser resignificados tales como: ¿qué es ser mujer?, ¿se es mujer sin un hombre que garantice la identidad? ¿se puede ser viuda y sentirse viva? También plantea la posibilidad y el desafío de hallar las diferencias entre ser y hacer, de descubrir recursos propios, muchas veces inéditos hasta esta etapa de la vida Además, la pertenencia a grupos de pares – en este caso el grupo de reflexión para mujeres viudas – facilita el tránsito por esta crisis vital, así como el laborioso trabajo de hallar nuevos significados a la propia vida y descubrir y encontrar el placer en la tarea conjunta realizada en un grupo de mujeres. Sin embargo, quedan por ser investigados muchos otros aspectos de esta crisis y que no han sido contemplados todavía en este trabajo. Entre ellos la articulación de este duelo con otros duelos propios del envejecimiento o en otra dimensión las expresiones que adquiere la sexualidad y el erotismo, los significados otorgados a la soledad o las representaciones del propio cuerpo. También sería interesante realizar un estudio comparativo que permitan establecer semejanzas y diferencias con la viudez en los varones, para mencionar solo algunas lineas de trabajo posibles. Este trabajo con sus hallazgos y sus falencias pretende contribuir a la tarea – imprescindible - de visibilización de este grupo social, para que sea posible hallar nuevas representaciones, significados y abordajes que las designen y las comprendan. Bibliografía Ariès; Philippe (1977): La muerte en occidente.. Barcelona. 1982. Argos Vergara. Barret, Carol (1979): “La mujer en la viudez” en Mujer, Locura y Femi nismo. Madrid. Dédalo. Bleichmar, Emilce (1985): El feminismo espontáneo de la histeria. Madrid. ADOTRAF. Bibring, E. (1943): “The conception of the repetition compulsion”, Psycoanalitic Quaterly, vol. XII, nº 4. Burin, Mabel y col. (1987): Estudios sobre la subjetividad femenina. Buenos Aires. Grupo Editor Latinoamericano. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas. (2001): INDEC. 2001. Fernández Mouján, Octavio (1989): Crisis Vital. Buenos Aires. Nueva Visión. — 152 — Freud, Sigmund (1915): Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte. Obras Completas. Biblioteca Nueva. Madrid. 1948. Grotberg. E. (1998): “La resiliencia en acción”, trabajo presentado en el Seminario Internacional sobre Aplicación del Concepto de Resiliencia en Proyectos Sociales, Universidad Nacional de Lanús. Nasio, Juan D. (1996): El libro del dolor y del amor. Barcelona. 1998. Gedisa Editorial. WOMEN 2000 (2001): “Widowhood: invisible women, secluded or excluded. Division for the Advancement of Women. United Nations. — 153 — Genero y Generaciones en la produccion del envejecimiento Haciendo memoria Ferreira Alicia, Mallol Susana y Werthein Silvia Resumen Envejecer es un proceso complejo, por eso el objetivo de nuestro trabajo fue la organización, capacitación y participación jerarquizada en la comunidad de mujeres mayores de 60 años y el estímulo de las relaciones intergeneracionales. Es posible proporcionar herramientas para que este sector de la población acceda a disfrutar de una mejor calidad de vida y mostrar a las generaciones siguientes modelos diferentes y más satisfactorios y dignos de envejecer. El proyecto se llevó a cabo en el Centro de Gestión y Participación Nº 13 de la ciudad de Buenos Aires: En el primer módulo se realizaron 2 talleres de reflexión y un ciclo de cine-debate de 14 reuniones. Las películas seleccionadas suscitaron la reflexión sobre las contingencias actuales de su vida y también los recuerdos y las anécdotas que les permitieron recobrar las características de la vida cotidiana en las décadas de 1940-1960. Asociación de Especialistas Universitarias en Estudios de las Mujeres (ADEUEM). Buenos Aires, Argentina. Alicia Ferreira. Médica, Carrera de Especialización de Postgrado en Estudios de la Mujer, Universidad de Bs. As. Participante de la mesa Coordinadora de la Red Nacional por la Salud de la Mujer, 1992-2002. Coordinadora de los programas de Medicina preventiva de la Secretaría de Salud y Acción Social, Municipalidad de Tigre, 1989-2004. Docente adjunta de la Carrera de Trabajo Social, Universidad Nacional de La Matanza, 1999-2002. Trabaja el tema del envejecimiento en las mujeres desde 1990. Coordinadora –con S. Mallol y S-. Werthein del proyecto “Haciendo memoria” financiado por la Dirección General del Voluntariado, Ministerio de Desarrollo Social, Bs. As 2007. [email protected] Ha publicado: - “Según pasan los años, para mujeres de más de 50 ” (con S. Mallol) Cartilla metodológica para capacitadoras, Buenos Aires, 2003 - “Mujeres llegando a los 50 “ (con S. Werthein, S. Mallol, y T. Azcárate), en Hecho en Red, publicación de la Red Nacional por la Salud de la Mujer, editorial Dunken, 2001 - “De las paradojas de la madurez” con S. Werthein, T. Azcarate y S. Mallol, Revista de la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, Nº4, 1999 - Elaboración (con equipo de ADEUEM) del video “Calidad de vida de las mujeres después de los 50.” Financiado por MamaCash, Holanda, 1999 Asociación de Especialistas Universitarias en Estudios de las Mujeres (ADEUEM). Buenos Aires, Argentina. [email protected] Asociación de Especialistas Universitarias en Estudios de las Mujeres (ADEUEM). Buenos Aires, Argentina. [email protected] — 154 — Las integrantes del grupo escribieron historias sobre sus experiencias de esa época. Al término de este módulo se organizó una exposición con fotografías, objetos significativos para las participantes, afiches, propagandas, diarios y revistas de la época. En el segundo módulo, alumnos de la Escuela primaria Nº 9 del barrio, escucharon los relatos de infancia y adolescencia contados por las protagonistas. Contribuimos así a lograr un mejor envejecer, con proyectos concretos que añadan vida a los años, a la vez que una comunicación intergeneracional que promueva las relaciones entre adultos mayores y niños. Palabras clave: envejecimiento, mujeres, relaciones intergeneracionales “La compensación de llegar a viejo... es simplemente ésta: que las pasiones persisten tan fuertes como siempre, pero hemos ganado ¡por fin! el poder que agrega el supremo sabor a la existencia, el poder de apropiarnos de la experiencia, de tomarla entre las manos, despacio, en la luz...” Virgina Woolf (La señora Dalloway) Introducción No es fácil envejecer en nuestros días, cuando tradicionalmente la ancianidad fue considerada como la etapa del retiro de la vida activa, cuando la edad marca un límite que segrega, cuando se idolatra la juventud, la imagen fresca, lozana y atlética, como única opción para ser considerada como persona, para ser tenida en cuenta como parte de la sociedad. Simone de Beauvoir decía que debemos tratar de comprender como vive cada uno su vejez, como envejece cada uno. (de Beauvoir S.“La vejez”, 1970) ¿En qué se convierte en la vejez la relación del individuo con su cuerpo y su imagen; su relación con el tiempo, la historia, la praxis; su relación con los demás y el mundo? Envejecer es un proceso complejo, quizás mucho más actualmente, con los cambios socioeconómicos tan significativos que han ocurrido y siguen ocurriendo. José Yuni señala que en la dinámica sociocultural de la modernidad pesa sobre los viejos el estigma de la improductividad y la obsolescencia. (Yuni. J: “Envejecimiento y cambio cultural: tramas y configuraciones emergentes”, 2006). La circulación de nuevos saberes, en especial en el campo de la tecnología, y la importancia de los medios masivos de comunicación, hacen que no se reconozcan los conocimientos y las experiencias de los mayores, quienes pierden así visibilidad social. La pobreza, la pertenencia al género femenino y la falta de una jubilación o pensión que permita llevar una vida digna pueden ser circunstancias agravantes de la ancianidad. En las mujeres de edad avanzada es además frecuente la soledad, por viudez, por separación u otras causas. Los problemas de clase, la falta de acceso a la información y a la educación, la inserción discontinua de las mujeres en el mercado laboral y la dedicación de todas sus energías a la supervivencia familiar, en especial a la crianza de los hijos y posteriormente al cuidado de los nietos o de los miembros enfermos de la familia, hacen que muchas mujeres mayores no conozcan sus derechos y no puedan por lo tanto ejercerlos y, lo que es peor aún, carezcan de la posibilidad de formular e in- — 155 — cluso formularse sus propios deseos. Estas desventajas son una consecuencia evidente de las desigualdades de clase y de género que contribuyen a la exclusión social de las mujeres mayores. En los sectores de escasos recursos esto se agudiza y es allí donde ellas más necesitan encontrar su voz, valorar su experiencia y empoderarse para poder así ejercer sus derechos como ciudadanas plenas. A pesar de la escasez de oportunidades, muchas mujeres de esta edad y de diversos sectores sociales tienen capacidades y habilidades que merecen reconocimiento y valoración. En los sectores medios podemos observar una mayor disposición y mayores posibilidades de disfrutar de actividades culturales, del cuidado del cuerpo y de paseos de fácil acceso. Más allá de las diferencias de clase, en el proceso de envejecimiento la historia personal es fundamental. Envejecer es algo totalmente personal, que tiene que ver con la manera en que se ha vivido hasta entonces y con la connotación que ser viejo tiene para cada uno. Pero si la sociedad nos impone una permanente desvalorización, será difícil salir del estereotipo. Es posible sin embargo trabajar para brindar a quienes envejecen instrumentos que les permitan disfrutar de la vida; trabajar con carácter preventivo, para que puedan anticipar su vejez en lugar de sentirla como algo inesperado, como señalaba Goethe: “la edad te toma por sorpresa” y no tiene necesariamente que ser así. Estos esfuerzos contribuyen a la solidaridad entre las generaciones y las mujeres que se encuentran en esta etapa pueden desempeñar el importante papel de transmisoras de mejores modelos de envejecer. Cuando a principios de la década de 1990 comenzamos en nuestra institución a trabajar sobre la menopausia y posteriormente sobre el envejecimiento, se trataba de cuestiones que no se mencionaban o que se hablaban en secreto entre amigas, pero no figuraban en ninguna agenda pública. Hoy en día hay conciencia del envejecimiento paulatino de la población, pero las políticas son fragmentarias, en general destinadas a la asistencia y no a la prevención y con poca continuidad. No obstante lentamente se está tomando conocimiento y ofreciendo nuevas oportunidades. Algunas actividades se desarrollan ya hace años, como los programas para la 3a edad en las universidades y centros culturales, que han contribuido a modificar las representaciones culturales de la vejez, así como las autorepresentaciones de los mismos viejos. Pero, si bien los sectores medios pueden apropiarse de estos recursos que les permiten continuar con proyectos que amplían su visión y la recrean, los sectores menos favorecidos no acceden a ellos. Es sabido que se está produciendo un envejecimiento progresivo de la población mundial y que es en las mujeres en quienes más ha aumentado la esperanza de vida. Más de la mitad de las personas de entre 60 y 69 años y el 65% de las personas de 80 y más, son mujeres. Es decir que cada vez habrá una porción más importante de la población femenina en tránsito hacia la vejez, merecedora de una calidad de vida digna en esta etapa. Frente a esta feminización de la vejez se torna imperiosa la necesidad de ocuparse y generar espacios y políticas, con y para este sector de la población. Durante los años en que venimos trabajando el tema, organizamos varios talleres y cursos con mujeres mayores. Coordinamos grupos en el partido de Tigre, en un Centro de Jubilados, con mujeres de sectores de escasos recursos. Trabajamos también con — 156 — mujeres de sectores medios en una biblioteca popular del partido de San Martín y en una ONG de mujeres de Rosario. (INSGENAR). Objetivos Este proyecto, eje del trabajo que presentamos, fue desarrollado con mujeres de clase media en la ciudad de Buenos Aires y.tuvo como objetivos: - Promover la formación de grupos de mujeres mayores de 60 años para contribuir al mejoramiento de la calidad de vida a través de impulsar su organización, capacitación y participación jerarquizada en su comunidad. - Favorecer las relaciones intergeneracionales Población La convocatoria se hizo desde el Centro de Gestión y Participación Nº 13 de Nuñez, Bs. As. Se trata de un barrio con población de clase media. El grupo fue de 17 mujeres, de entre 60 y 82 años. Tres eran menores de 70 años, 9 tenían entre 70 y 79años y 5 tenían 80 ó más. En cuanto a la ocupación, 5 eran empleadas jubiladas, 1 psicóloga social, 1 artista plástica, 5 docentes jubiladas, 1 profesora de corte y confección, 1 comerciante jubilada., 3 pensionadas. Una de las participantes tenía estudios terciarios completos, otra estudios universitarios incompletos, 5 tenían secundario completo y el resto secundario incompleto, con algunos estudios complementarios, como folklore, secretariado o arte y declamación. Todas, salvo 2 o 3, eran viudas. Algunas descubrieron al enviudar que podían tener una vida independiente y así se lo hicieron saber a sus hijos. La mayoría vivían solas, y algunas tenían hijos que migraron a otros países o que vivían en otras ciudades del país. El ejercicio de la abuelidad era acotado a sus posibilidades y necesidades. A pesar de ser jubiladas o pensionadas, ninguna manifestó preocupaciones económicas y aparentemente todas se autoabastecían y eran autónomas. El resto de las preocupaciones que expresaron, sin embargo, fue similar al de las mujeres de sectores populares: la pérdida de la memoria, la poca comunicación con la familia, la salud física y mental, la soledad. Pero para este grupo se agregó la necesidad de tener proyectos, de encontrar espacios para actividades, de tener una vida propia, de comunicarse con sus pares y de tener disposición para comprender a los demás. Fue universal sin embargo, su resistencia a las nuevas tecnologías: ninguna sabía manejar una computadora ni sentía que podría tener capacidad para ello. Metodología Se trata de un proyecto que realizamos con mujeres mayores de 60 años y que se cumplió en dos módulos. En el primero, se realizaron 2 talleres de reflexión y un ciclo de cine debate de 14 reuniones. Las películas seleccionadas actuaron como disparadores de la reflexión sobre el envejecimiento y de la recuperación de las características de la vida cotidiana en las décadas de 1940-1960. Tratamos de resaltar en cada película un tema determinado, que reforzamos con entrega posterior de bibliografía, a fin de ordenar el trabajo. Al mismo tiempo, promovimos la búsqueda por parte de ellas de fotos y objetos de la época para la preparación de una exposición. Cada participante eligió una temática dentro de las trabajadas, escribieron historias sobre sus experiencias y recordaron distintos aspectos de la su vida cotidiana. — 157 — Al término de este módulo organizamos en el CGP Nº 13, donde trabajamos, una exposición con fotografías, objetos significativos, affiches, propagandas, diarios y revistas de la época, en la que ellas participaron activamente. En el segundo módulo las participantes concurrieron a una escuela pública de la zona a fin de relatar las memorias de la vida cotidiana en su niñez y adolescencia a los alumnos de 6º y 7ºgrado y ser entrevistadas por ellos para recabar información sobre sus antepasados, inmigrantes o migrantes del interior y el impacto de las migraciones en sus vidas. Resultados En sus inicios, la convocatoria fue bastante amplia. Después el grupo se fue desgranando, por motivos de salud, de viajes, de horarios, de frío, de incompatibilidad con sus compañeras, de falta de compromiso. Quedaron finalmente 17 mujeres, muy participativas y comprometidas de manera entusiasta con la tarea. Yuni señala que la vejez y el envejecimiento no pueden ser definidos en nuestros días como algo que es, sino como aquello que está siendo, como una realidad sociocultural que está atravesada por las enormes transformaciones producidas en el siglo XX. Efectivamente, estas mujeres muestran un modelo nuevo de envejecer, que es muy diferente al que la mayoría de nosotras recordamos de nuestras abuelas, pero es también diferente al de las mujeres actuales de menores recursos con las que trabajamos en un centro de jubilados. La clase social determina en gran parte el estado de salud, la economía y el capital cultural con el que se llega a esta edad. Ellas no sólo permanecen en sus casas tejiendo o mirando televisión. Son muy activas dentro de su familia y en la comunidad y todas buscan actividades y espacios de encuentro con otros. Practican yoga, asisten a talleres literarios y cursos de arte En los recuerdos surgidos después de ver las películas, observamos que si bien no son tantos años mayores que nosotras, tuvieron una educación mucho más estricta. Muchas sufrieron castigos físicos, palizas, sopapos y el puntero en la escuela. No podían salir solas con el novio, aún se estilaban los días de visita y el pedido de mano, a alguna la hicieron ir de viaje para que olvidara un amor que “no le convenía”. Otra que quiso desarrollar actividades no bien vistas para la época, como estudiar teatro, tuvo que hacerlo clandestinamente, a escondidas de la familia. En el grupo no se habló mucho de la sexualidad, pero la mayor parte de ellas acató los modelos impuestos y se casaron vírgenes, de lo que algunas manifestaron estar arrepentidas. Casi todas expresaron cierta tendencia a pensar “que todo tiempo pasado fue mejor” y a seguir sin ningún cuestionamiento los roles de género tradicionales. La sistematización de los temas tratados a partir de las películas y la bibliografía preparada para cada ocasión nos permitieron a nosotras y a ellas profundizar cada uno de los ejes, para que no quedaran sólo como anécdotas personales, que, aunque valiosas, limitan su alcance. Los temas fueron: la vida cotidiana, la evolución de los transportes, la historia de la radio, las danzas y sus transformaciones en esas décadas, los cambios de la moda, la escuela, la salud y sus adelantos, el barrio con sus vendedores ambulantes, sus negocios tradicionales, los conventillos, la inmigración, las fotos familiares de la comunión, los casamientos y los carnavales. — 158 — A modo de conclusión Nuestra experiencia, con este grupo y con los otros que mencionamos, puso en evidencia la necesidad de las mujeres mayores de espacios propios, de compartir lo que les pasa, de darse cuenta de que sus vivencias, angustias, depresiones y problemas, conciernen a la mayoría de las mujeres en esa época de la vida. Se demostró también la posibilidad de formular algunos cambios positivos a partir de lo trabajado en los grupos. A partir de este trabajo contribuimos a visualizar e instrumentar las capacidades de las mujeres mayores para ser útiles a sí mismas y a los demás. Yuni señala que en la actualidad se favorece el agrupamiento de las personas en función de su edad. El entramado social promueve el encuentro y la interacción entre pares y acota los espacios para el intercambio intergeneracional. Es importante por eso, que, con la actividad que las participantes desarrollaron en la escuela lograron establecer puentes intergeneracionales y contribuyeron a una mirada nueva y distinta de los niños sobre la historia de la vida cotidiana de las décadas pasadas y a subvertir los discursos de la cultura, desentrañando los mitos y prejuicios vigentes sobre los viejos, incluso en la actualidad. Las películas activaron los recuerdos de las participantes y las movilizaron. La exposición fue muy exitosa, contó con mucha concurrencia, fomentó la autoestima y la cohesión del grupo y las entusiasmó para las actividades ulteriores. La experiencia en la escuela y la realización de la exposición estimularon sus capacidades y permitieron la valorización de la experiencia acumulada. Los recuerdos felices o desdichados ayudaron a una mejor salud mental porque los pudieron elaborar y así combatir la fragilización de la vejez, compartir en el grupo sus conocimientos y recuperar la historia personal y social con las nuevas generaciones, aumentando la autonomía de estas personas mayores. Analizamos también con las participantes temas de actualidad como la abuelidad, la estructuración de sus familias en este momento y una mirada hacia el futuro como un eterno presente. Las maestras en la escuela trabajaron con los niños sobre las migraciones en nuestro país y los prepararon para efectuar entrevistas con las personas mayores del curso. Esto permitió cerrar el círculo de interés por ambas partes. En síntesis, en el intercambio entre las generaciones, cada uno tiene algo para aportar y algo para recibir. Las mujeres mayores, especialmente las que se encuentran en la vejez temprana, es decir entre los 60 y los 80 años, pueden ser ayudadas a encontrar maneras de reapropiarse de su experiencia individual y colectiva, para aportarla a los más jóvenes, y también aprender de ellos, en una dinámica de enseñanza-aprendizaje que contribuya a borrar la asimetría entre las generaciones Bibliografía Ariés, P (2000): ¿Una historia de la vejez?”, Archipiélago 44, Barcelona. de Beauvoir, S, (1970): “La vejez” Editorial Sudamericana, Bs. As. Bobbio, N, (1997): “De senectute”, Editorial Taurus, Madrid. Cáceres, V (1999): ”El maltrato de las personas de edad avanzada desde una perspectiva biopsicosocial”, en La revolución de las canas, revista de la RSMLAC, Nº 4. Brown Doress P y Laskin Siegal D, (1993): “Envejecer Juntas”, Editorial Paidós, Barcelona. — 159 — Coria, C, Freixas, A, Covas, S, (2005): “Los cambios en la vida de las mujeres”, Editorial Paidós, Bs. As. Ferreira, A.; Mallol, S.; Azcárate, T. y Werthein, S. (2001): “Según pasan los años: Mujeres llegando a los 50”en Hecho en RED, Red nacional por la Salud de la Mujer, Editorial Dunken, Bs. As. Habichayn, H, (mayo 2005): “Género, edad avanzada y pobreza”, en Zona franca, Universidad. de Rosario Nº 14. Iacub, R. (2006): “Erótica y vejez, Perspectivas de occidente”, Editorial Paidós, Bs. As. Mallol, S. (noviembre 2002): “Según pasan los años”, Ponencia presentada en el Congreso de Sociología, Bs. As. Petris, G. (2006): “El envejeciente en el mundo actual; nuevos interrogantes, viejos problemas. Una mirada desde la psicología”mimeo, Fundación Navarro Viola, Bs. As. Rodríguez López, J. (2000): “El futuro del pasado, notas sobre sociología de la vejez”, en Archipiélago 44, Barcelona. Salvarezza, L. (1998): La vejez, Editorial Paidós, Bs. As. Tamer, N. (2006): “A las puertas de la longevidad ¿Autonomía o dependencia? Reflexiones y alternativas desde la educación, mimeo, Fundación Navarro Viola, Bs. As. Vasquez-Bronfman, A. (2006): “Amor y sexualidad en las personas mayores”, Editorial Gedisa, Barcelona. Werthein, S.; Mallol, S.; Ferreira, A. y Azcárate, T. (1999): “De las paradojas de la madurez, en La revolución de las canas, Red Nacional de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, Nº 4. Yuni, J. (2006): “Envejecimiento y cambio cultural: tramas y configuraciones emergentes, mimeo, Fundación Navarro Viola, Bs. As. Zarebski, G. (1999): “Hacia un buen envejecer”, Emecé Editores, Bs. As. ————— (2005) “El curso de la vida”, Universidad Maimónides, Bs. As. — 160 — Genero y Generaciones en la produccion del envejecimiento Ser idoso – “um possível de ser”. “Ditos” sobre o idoso: “um possível de se dizer” Lodovici, Flamínia M.M. e Mercadante, Elisabeth F. Este texto começou a ser escrito em encontros entre mim e Elisabeth Mercadante, quando, a propósito do que se diz, tradicional e equivocadamente sobre “ser velho”, do que é a velhice, do que é o envelhecimento, do que representa a longevidade e outras questões afins, eu evocava um lugar privilegiado para manifestações sobre esse tema: os aforismos ou máximas milenares ditas por grandes nomes da história e repetidas sempre pelas gerações que se sucedem sob a simplicidade da rubrica ditados populares. É exemplar nesse sentido André Malraux, para quem “Toute vieillesse est un aveu”, ‘Toda velhice é uma confissão (de culpa) ’. Interrogar uma estrutura congelada como essa, cuja simetria significado/significante compondo uma suposta unidade aforística vai ser dita pelo estruturalismo canônico como não permitindo outro sentido que não o unívoco, aquele instituído socialmente, leva-me, interrompida/corrompida minha leitura por um afluxo de idéias que me assaltam, a arriscar dizer que se trata de uma expressão que pode receber uma leitura alternativa àquela consagrada aos aforismos ou ditados populares. Trata-se de uma expressão que diz muito da relação língua-fala-falante (neste caso, o idoso). Pretende, pois, o estudo empreendido no projeto maior, apenas indiciado por este texto, abordar algumas palavras da natureza dessa questão aforística e a relação que, por meio dela, reclama reflexão: o jogo entre o universal do funcionamento lingüístico (Saussure, 1916/1970) e as singularidades de tais manifestações. Neste texto, o espaço não permite que se inclua uma revisão crítica da literatura sobre o tema, que pudesse discutir as controvérsias que marcam o seu estudo, mas permite que digamos, de início, da circunscrição do problema no âmbito de duas áreas do conhecimento: a da Lingüística e a da Gerontologia. Para isso, é preciso que tentemos formular de modo adequado as convergências entre ambas as áreas que se interfaciam nesse campo do envelhecimento, cada qual com seu aporte teórico: de um lado, a Linguagem/Lingüística, com foco nos efeitos de sentido da linguagem/comunicação sobre as pessoas. De outro lado, a Gerontologia, com foco nas formas de um tratamento interdisciplinar e diferenciado de algumas de suas questões ligados ao idoso. Não deixando de reconhecer, porém, a diferença entre os dois campos, cujo problema está em situá-la no seu devido lugar, considerando que há efeitos possíveis da linguagem para os estudos [email protected] [email protected] — 161 — gerontológicos e vice-versa, embora tais efeitos antes que regidos por afinidade conceitual aparente, são-no pela força da interrogação e conseqüente deslocamento que a linguagem promove em um discurso, como o midiático sobre o idoso e questões afins. Voltando aos aforismos em foco, eu diria que esses significantes sob sua suposta cristalização, se fazem transitam inter-cadeias; portanto, parece-me que os efeitos de sentido dessa expressão são tão diversos a cada falante que muitos dizeres sobre o idoso são possíveis de serem levantados a partir dessa estrutura imaginariamente congelada. Muitos “possíveis de se dizer” podem ser gerados a partir desse ditado popular e muitos “possíveis de ser”. Dessa fixidez imaginária, o sujeito encontra um ponto seguro a partir do qual ele pode subverter sentidos. Até porque esse lugar traz àquele que fala confortáveis efeitos de desresponsabilização, ou seja, a ilusão de que não é ele que pode ser responsabilizado pelo que diz, pois esse é lugar comum. E ele ainda pode se arvorar como autor do dizer. Sobre esses ditados populares, então, eu me debruçava para pensar no idoso, no seu percurso por esse discurso que lhe vem de outros que o interpretam, ou a partir de uma escuta do que diz a sociedade e que vai funcionando de forma diversa em qualquer falante. A partir de uma escuta do que diz a sociedade, cuja escuta é oferecida por uma pessoa, na qual se configura, e se configura na própria sociedade, a imagem de alguém que, ao introjetar tais dizeres, envelhece ainda que sem se dar conta disso. Localizarse-ia aí a origem do processo de envelhecimento através do qual uma pessoa se torna idosa?, a pergunta que se poderia colocar. Foi a lembrança dessas observações e encontros breves de idéias que nos levou a escrever este texto inicial de uma pesquisa que vai se desenvolver durante o ano de 2008, envolvendo graduandos de iniciação científica que, enquanto reflexão sobre o que é ser idoso, poderá permitir que se explicite, sob as várias camadas do imaginário de várias épocas, dizeres para um “possível de ser” e um “possível de dizer” além do biológico, do psicológico, do filosófico... Ao incluirmos no título da pesquisa, os dois possíveis, é porque vamos tentar reconstituir o que torna um indivíduo um idoso, no desejo de encontrar as pistas do que nos torna idosos que desejam entender o que é ser um idoso. O discurso ainda existente na sociedade do século XXI sobre o envelhecimento, e temas afins, inclusive incluindo-se aí os dizeres ditos cristalizados, de senso comum, evocam, na maior parte das vezes, um triste e solitário fim de vida, distanciado da realidade, a ponto de se afirmar: “Le vieillard vit dans le passé: il a été”, correspondendo em português a “O velho vive no passado”. Se como ouvinte, efeitos de sentido me levam a interpretar como referindo uma pessoa que se abstrai do presente por não aceitar sua atual condição de idoso, decorre a continuidade do ditado: “Ele já era!”. Por outro lado, se sou levado a interpretar como referindo uma pessoa que atualiza o passado no presente, que vive nesse passado-presente para tirar dele, de suas experiências, o melhor para superar as questões vigentes, tal epíteto “ele já era!” não faria sentido evidentemente. Esse efeito de fixidez trazido pela estrutura fixa, aforística, faz decorrer, pois, efeito outro que o esperado, com o deslizamento de sentidos (cf. Lodovici, 2007). Problematizar as concepções presentes no discurso sobre o idoso, refletir sobre elas enfim, no sentido de marcar a necessidade de sua superação ou antes que isso, uma leitura outra, é o propósito desta pesquisa. E tal deve ser feito, acreditamos, antes do início de pesquisas sob outros aspectos afins do envelhecimento, em cuja subjacên— 162 — cia podem habitar concepções teóricas equivocadas sobre o que é o próprio sujeito, sobre sua condição ou estado de vida, determinantes que são, assim, à orientação dessas pesquisas. Recentemente, porém, concepções outras, contrapostas radicalmente, vão se manifestando nos novos dizeres midiáticos, inclusive sendo esses dizeres assumidos pelos próprios idosos que, a nosso ver, podem estar equivocados ou insuficientes na sua interdição às evidências, vez que tentam ignorar ou apagar o próprio do sujeitoidoso, sua particular condição orgânico-subjetiva e estado de vida outro que não o de jovem (cf. Côrte, 2002), como ocorre no seguinte dizer: “Idade não é coisa que se diga!”. Uma homogeneização etária, tão intolerante quanto aquela da expressão epíteta “...já era!”, parece movimentar tal ideário contemporâneo de vida quando idosos querem se igualar a jovens. Problematizar o estatuto equivocado de muitos idosos, do lugar equivocado que se situam na sociedade é de muita importância que se o faça, a nosso ver, até para poder verificar as concepções sobre questões afins subjacentes à escrita midiática e literária, objeto das pesquisas aqui previstas. Nossa hipótese é a de que discursos do/sobre o idoso equivocados na sua interpretação circulam na sociedade, de geração a geração, sem que as pessoas se questionem sobre seus usos, e nem mesmo se dêem conta do ponto de vista subjacente a suas categorias conceituais. A mídia jornalística e publicitária parece representar o lócus em que mais acontece tal equívoco. E como se manifestaria a literatura contemporânea sobre o idoso, como por exemplo nos idosos-escritores Manoel de Barros e Mário Quintana? Coincidiria com o discurso midiático ou subverteria tal ponto de vista? Objetiva-se, na pesquisa, refletir, de um lado, sobre as ‘formas de significar’ o idoso e questões afins..., a partir de formas que estão sedimentadas, presentes, na sociedade. Ou seja, qual o entendimento possível dos “ditos” sobre o idoso? E mostrar que há “um possível de ser dito”. De outro lado, verificar as formas de como o próprio idoso ‘se significa’ ou ‘qual é seu lugar na língua’ ou ‘como ele está na cultura’. Ou seja, como é “um possível de ser idoso”. O referencial teórico é o do interacionismo dialógico para interpretar tais concepções da área da linguagem e o aporte interdisciplinar da gerontologia quanto a certas especificidades do tema. Em segunda etapa desta pesquisa, quando serão coletados dados midiáticos e da literatura sobre o idoso, usar-se-á o ferramental da teoria da variação, para orientar essa coleta de dados: - os objetivos delimitados aos discursos midiáticos, em contraponto, relativos a alguns veículos; os de subjetividade, a partir de gravação de entrevistas e filmagem em situação natural com os próprios idosos acolhidos em projetos em nossa universidade. Diferentes discursos sobre a velhice podem ser depreeendidos na sociedade. São possíveis, portanto, esses discursos. Causam efeitos de sentido os mais variados a um sujeito. E como definir esse sujeito? Não em uma perspectiva filosófica ou biológico-médica... O idoso visto sob uma dessas concepções é que tem motivado uma interpretação não-feliz dos aforismos existentes desde o tempo dos gregos antigos. Define-se aqui o sujeito: o de acordo com uma concepção filosófica, o sujeito epistêmico que sabe tudo, mas que mostra nada saber de si quando não se vê e não se quer idoso. O idoso, para ele, não pode ser ele. Ele se olha no espelho e não se reconhece; aquele corpo só pode ser de outro. Um fragmento de poema desconcerta tal leitura logocêntrica: “Por acaso, — 163 — surpreendo-me no espelho: quem é esse / Que me olha e é tão mais velho do que eu?/ Porém, seu rosto... é cada vez menos estranho.../ Meu Deus, meu Deus... Parece meu velho pai - que já morreu!” (“Como pude ficarmos assim?”, Mário Quintana, 2006). O confronto com a velhice ou com a doença traz, muitas vezes, inclusive ao idoso dizeres em que ele próprio anuncia sua refutação à condição da velhice; ele próprio não reconhece quem é aquele “eu” que está no espelho diferente ao corpo a que ele está ligado. A esse corpo especular idoso, ele fica cheio de horror de ser obrigado a viver nele; esse corpo especular lembra que a ordem interna do corpo não pertence àquele que o habita. Muitas vezes, esse idoso manifesta sua refutação a esse corpo que ele não sente seu, mas o faz de forma disfarçada, como que ironizando sua situação: “De velho chega eu!” ou “Temer a morte é morrer duas vezes”. (esta última afirmação inclusive, com tradução para o latim: Crudelius est quam mori semper mortem timere, o que mostra a longevidade dessa irônica forma de se interpretar ou dizer da finitude. De forma similarmente jocosa, mas na verdade disfarçando um preconceito outra forma de se dizer da velhice: “Velhice, segunda meninice”, Senectus est velut altera pueritia. Podemos dizer que uma leitura outra das manifestações aforísticas, pode indicar nosso distanciamento relativamente ao modo como a problemática suscitada por elas tem sido tratada no âmbito de outras áreas. Esse possível distanciamento tem relação com a necessária inclusão de uma noção de língua enquanto funcionamento e os desdobramentos de tal postulação no âmbito mesmo da Lingüística. Foi esse o ponto de partida para abordar a complexa questão da “unidade” aforística que circula desproblematizada nos estudos sobre esse domínio. Entendemos, em nossas discussões iniciais sobre esse tema, que não seria possível encaminhar uma reflexão que contemplasse o que mesmo nesses estudos já se atestava: que o efeito de sentido produzido por tais acontecimentos lingüísticos não resultava da combinatória de sentidos de seus elementos constituintes, tomados como um “em-si”. De fato, reconheceu-se muito antes que um terceiro se produzia no encontro de um ou mais termos. Mas, o problema esteve em que se tomou a combinatória entre eles como um “em-si”. Note-se que a abordagem é a mesma daquela que coloca em cena a relação fixa entre uma forma verbal e um sentido, com o acréscimo de que essa forma poderia ter uma extensão maior que a palavra. Esse nosso ponto de partida possibilitou, também, fazer um outro movimento que não propriamente o das pesquisas reunidas no campo acima referido, qual seja: incluir a fala e, conseqüentemente, o falante, no rol de nossas proposições problemáticas. Dizemos isso porque, de um lado, não nos deixamos levar pelo impulso de “analisar” uma fala apenas para fazer operar um aparato descritivo ou taxonômico: nosso objetivo não poderia ser meramente aplicativo. Assim, não se pode furtar de discutir a oposição entre o universal e as particularidades que se verificam em um episódio verbal ainda que a partir de uma escrita, com a presença de manifestações aforísticas. A análise de algumas dessas manifestações nos deixa ver que os aforismos são mesmo um fato de língua, ou seja, que eles resultam de um jogo combinatório no qual seu efeito de unidade se configura. Ora, o que estamos dizendo é que o que recolhemos dos episódios aforísticos aqui incluídos é que eles se delimitam no fluxo da fala “em ato”. Isso significa que não se pode propriamente prever seu sentido antes que ele se atualize numa determinada fala, oral ou escrita. Nós nos opomos, portanto, à idéia de que os aforismos comportariam um sentido fixo ou uma fixidez sintática. — 164 — Outro aspecto aqui não trabalhado mas que será razão de outro trabalho, e que aqui apenas anunciamos: que eles também estão sujeitos a operações de composição/ recomposição que renovam seu modo de fazer presença nos dizeres. Isso cabe mesmo levando em consideração que sentidos relativos a enunciados aforísticos podem estabilizar-se no uso, mas o que importa é que estabilização não é sinônimo de fixidez. Falamos até o momento em favor da hipótese de que expressões aforísticas se comportam como outras quaisquer no sistema lingüístico. Nossa investigação nos indicou é que essas “formas de significar” comportam sentido variado: diz-se uma coisa para dizer outra/s. A princípio, nossa tendência foi tomar essa característica como diferencial dos outros elementos da língua. Mas, o que se nos impôs foi reconhecer que esse é mesmo o destino de todo dizer. Ora, mas insiste para nós que os aforismos devem exibir uma diferença, que se vinculam a sua natureza essencialmente metafórica e que, por sua vez, respondem pela produção de, muitas vezes, um inesperado efeito significativo a falante/ouvinte. Nas manifestações aforísticas, acontece o deslizamento recíproco de significante e significado, com surpreendentes ou inesperados efeitos de sentido a falante/ouvinte. Dessa concepção de aforismo resulta sua definição neste trabalho: é particular “forma de significar” da língua, cuja manifestação congelada na fala é/pode ser lugar de reflexão sobre esse modo significante de dizer uma coisa e permitir leituras outras, motivado pela articulação língua-fala-falante. No que diz respeito ao sujeito-falante, a leitura de aforismos leva-nos a um encontro incontornável: não parece mesmo tratar-se de um modo de presença, tal como tem sido proposto em outras áreas quando, nesses estudos, faz-se referência a ele. Como vimos antes, o aporte semântico ou semântico-sintático apaga o sujeito e um filósofo ou um pesquisador cognitivista subsumiria a presença do sujeito epistêmico. Atestamos, ao contrário, que é outro o sujeito que está em causa na fala, em cena aforística, ou não. Como indicamos, ele não pode controlar o jogo combinatório da língua e, tampouco, os sentidos que emanam do fluxo significante de sua fala. Entendemos que, neste momento, temos que nos restringir a tal constatação. Mas, reconhecemos aí uma questão instigante que, certamente, responderá pela continuidade do projeto a que este texto se liga. Referências Bibliográficas Côrte, Beltrina: “Qualidade de vida: os anos a mais que vivemos hoje são melhores ou piores do que os poucos anos que tínhamos tempos atrás?” (Resenha). Revista Kairós. Gerontologia. São Paulo: Educ-NEPE/PUC-SP, vol.5, n.°2, 2002: 213-220. Lodovici, Flamínia M. M.: O idiomatismo como lugar de reflexão sobre o funcionamento da língua. [tese de doutorado]. Campinas, Unicamp, 2007. Mucida, Ângela: O sujeito não envelhece. Belo Horizonte: Autêntica, 2004. Quintana, Mario: “Do mal da velhice”. Quintana de bolso. Porto Alegre, L&PM, 2006: 40. Tarallo, Fernando: A pesquisa sociolingüística. São Paulo: Ática, 1985. — 165 — Proyecto de Vida y envejecimiento Acontecimientos vitales en el reconocimiento del propio envejecer en ancianos rurales en mexico y españa Quintanar O. F. El término “acontecimientos vitales” se refiere a un conjunto de sucesos que marcan significativamente el curso de la vida de una persona y la orientan a tomar decisiones, a integrar sus representaciones sociales, o asumir formas de comportamiento con las cuales construye su vejez. El estudio de los eventos significativos ha sido uno de los temas que más atención ha tomado en los últimos años pero se ha centrado en el efecto de dichos eventos en el estrés y sucesos psicológicos penosos o en sentimientos de zozobra sin abordar el impacto que tienen en la concepción del envejecimiento. Algunos de los eventos que se reportan en la literatura como los que más se asocian a problemas de depresión son los que se presentan en el ciclo vital e incluyen el matrimonio, nacimiento, divorcio, retiro, viudez y enfermedad. Estos eventos han sido evaluados mediante historias de vida y afectan de diferente manera a las relaciones familiares en tres generaciones pero son comunes a los integrantes de dichas generaciones. Los eventos asociados a la madurez abarcan algunos aspectos como: a) La forma como se asume la relación temporal de la persona (presente, pasado y futuro). b) La relación entre lo aprendido y lo nuevo c) La relación entre la estabilidad y el cambio d) El reconocimiento de la interacción entre los cambios biológicos, psicológicos y sociales. Los eventos significativos no necesariamente se asocian a situaciones de crisis y en la literatura se les reporta más vinculados al ciclo vital (Hurwics, Chorn, Boyd-Davis, 1992; Medrano, Cortés y Aierbe, 2004), y en el caso de que los eventos importantes se relacionen con la depresión eso dependerá de la intensidad del evento, del momento en que sucede y del estatus socioeconómico (Hammen, Mayol, deMayo y Marks, 1986). Tanto los eventos significativos como los eventos de la vida diaria, en relación al contexto y los estilos de vida, se han investigado para identificar los cambios de humor y depresión de las personas mayores; pero en particular a los eventos de la vida diaria se les relaciona más con la salud física y con el grado de dominio que se tenga sobre ellos, estos son los que permiten los diferentes modos de adaptación de las personas UNAM Iztacala México. — 166 — ancianas y el desarrollo de sus estilos de vida y patrones de conducta (Lawton, DeVoe y Parmele, 1995). Sin embargo la investigación gerontológica pocas veces ha tratado este tema en relación a sus implicaciones prácticas, y en la mayoría de los reportes se ha trabajado con población institucionalizada o semi cautiva. Parece que la tendencia principal es a buscar una definición general y más clara de conceptos como satisfacción de vida, moral, y otros que puedan ser aplicados principalmente al estudio del bienestar subjetivo o satisfacción. La investigación sobre la dinámica de cambio en los pueblos ha demostrado que la vida tardía comúnmente va acompañada de un número de transiciones comunales que se encuentran asociadas a las transiciones de las experiencia en el hogar tales como el envejecimiento del cuerpo, el envejecimiento social, el lugar de los recuerdos, y la conciencia de la muerte. En el caso de la cultura americana el significado del ambiente en el hogar significa tres tipos de procesos, los que se relacionan a cuestiones psicoculturales, los que se refieren al cuerpo, y los que se refieren al curso de la vida personal. Los cambios histórico-sociales incluyen eventos, tales como las crisis económicas en los medios rurales, que se interiorizan a lo largo de la vida de los residentes en los pueblos, transformando los aditamentos y vivencias del hogar a través del tiempo de vida; esto es lo que da el sentimiento de control y sentido en su medio. Whitbeck, Hoyt y Tyler (2001) plantean que en las relaciones de las personas ancianas y sus hijos se evocan imágenes de sí mismos y de otros en sus relaciones basadas en sus experiencias de relaciones significativas que son llevadas a situaciones que generan expectación y sentimientos de aceptación o rechazo; se perciben obligaciones mutuas que pueden ser negativas o positivas, si las primeras relaciones entre padres e hijos se presentan con padres activos y autosuficientes las aproximaciones generacionales serán más positivas. El compartir acontecimientos vitales ayuda a construir sentimientos comunes y cambia la dinámica de las relaciones familiares. Cuando el anciano se traslada a vivir al domicilio de su hijo/a aporta los problemas correspondientes a su ciclo vital personal y familiar (enfermedad, pérdida o separación) a los de la familia de hijo/a que lo acoge, que a su vez puede estar viviendo crisis familiares (hijos adolescentes, salida de los hijos del hogar) o individuales (desempleo, jubilación, menopausia, ancianidad, pérdidas entre otros). En el caso en que la familia incorpora un nuevo miembro éste debe adaptarse a las reglas, pero además el antiguo sistema familiar debe reorganizarse para incluir al nuevo integrante y en ocasiones modificar alguna de sus normas. Existe una tendencia a mantener las antiguas pautas de comportamiento familiar lo cual puede crear estrés en el anciano, sobre todo si tenemos en cuenta la dificultad para el cambio del anciano y el miedo a realizarlo. Es un acontecimiento vital estresante tanto para el anciano como para la familia que lo acoge, independientemente de que esta incorporación puede ser o no voluntaria, y aún siéndolo puede no ser unánimemente deseada por todos los miembros de la familia. De la adaptabilidad de esta familia y de cómo resuelvan esta situación dependerá que la nueva incorporación contribuya a su crecimiento y el de sus componentes o genere una inadaptación que desemboque en conflictos y quizás en enfermedad. En el caso del anciano rural hay que ubicar el impacto de los cambios según salga del pueblo, o de su granja, la que generalmente está más aislada. En ocasiones el anciano no se traslada al domicilio de un hijo sino a todos los domicilios de forma rotatoria, se convierte en el abuelo maleta o abuelo golondrina y no termina por sentirse perteneciente a un lugar pues pierde el control sobre él. El abuelo — 167 — tiene que adaptarse a una nueva casa, a un nuevo barrio, a un nuevo centro de salud y en ocasiones a una nueva ciudad, que le va a impedir o dificultar el crear una red social más amplia que la de la familia. Dada la importancia de los acontecimientos vitales en la vida de cualquier persona, es necesario diferenciar aquellos que son propios de estilos o formas de vida urbanas en comparación con los que caracterizan la vida rural. La naturaleza de los escenarios en los que se vive marca en buena medida lo que se pueda llamar un acontecimiento vital o lo significativo de un evento. Los acontecimientos vitales toman sentido por la forma en que suceden y el momento en que se dan, pero muchos de ellos son considerados como vitales a partir de la presión del grupo social; un ejemplo de esto lo encontramos en la idea de soledad a la que se le asocia con abandono y descuido familiar. Pocas veces se reconoce que la soledad también es una forma de vida conscientemente elegida y con una razón de ser. Esto debería dar la pauta para poder pensar en otras formas de relación social que puedan ser benéficas para todas las personas y no solamente para quienes ya son ancianas. Muchos eventos significativos, o acontecimientos vitales, tales como la muerte de la pareja o los hijos, la migración masiva de grupos generacionales o la pérdida de bienes y propiedades, llevan a las personas a vivir en una soledad no deseada ni esperada. Lo drástico de la aparición de estos eventos altera de tal forma el estilo de vida que también influye deteriorando la calidad de ésta. Esa calidad disminuida se ve con claridad en la falta de oportunidades para disfrutar el tiempo libre, la recreación y las convivencias intergeneracionales. Con lo revisado hasta el momento, podemos deducir que el sentimiento de soledad es el que más interfiere negativamente, tanto en forma directa como indirecta, en los diversos aspectos que podrían contribuir a favorecer el bienestar de las personas. Según Havens, Hall y Jivan (2004) la influencia de la soledad es menor en las ideas, actitudes y valores en los que se considera a la familia como un espacio de correspondencias filiales o se considera a la vejez como bella o decadente. La soledad tiene mayor influencia cuando se asocia a formas de comportamiento tales como convivencia, visitas, vacaciones, introspección y exploración de lugares objetos y experiencias, incluso podríamos pensar que favorece conductas de riesgo para la salud (alimentación, bebida, pasividad y tabaquismo). Hay factores que inciden directamente en la soledad, pero también hay otros que repercuten de manera indirecta en la soledad de las personas mayores tales como las características demográficas o de la región. METODOLOGIA Planteamiento del problema En el desarrollo humano una de las etapas más difíciles de reconocer y/o aceptar para muchas personas adultas es la que se refiere a la vejez o ancianidad. Tanto la práctica clínica como la variedad de investigaciones geronto-geriátricas sobre el tema cuentan con variedad ejemplos que muestran las diferentes formas de reaccionar que tienen las personas al respecto. El reconocimiento del momento en que se ha llegado a la vejez es un momento crítico que puede ser entendido en dos niveles, el individual y el social. En el primer caso cada persona debe definir qué hacer con su vida y reconocer los cambios que en ella se han dado; pero en el segundo caso se presenta la necesidad de diseñar programas que — 168 — atiendan las demandas que se generen de los grupos de personas mayores, es decir, se llega a la necesidad de planear y desarrollar programas de asistencia social para grupos de una edad definida. Pero al comparar el avance de la investigación gerontológica, tanto en México como en España se puede notar que hay un desfasamiento entre estos dos países en la producción de literatura especializada en temas de vejez, sobre todo en psicología. La revisión de la literatura psicogerontológica muestra que la mayor parte de los estudios reportados se han centrado en el desarrollo de estrategias y en los procesos operativos de la atención a la población. Hay que tomar en cuenta que toda la literatura consultada se asumía implícitamente que las personas ancianas que participaron en las investigaciones se reconocían como personas que ya eran viejas, los investigadores no se preguntaban qué pensaban de sí mismas sus participantes. De hecho se ignora si se tiene la misma idea de vejez o ancianidad y cómo se ha llegado a la que se tiene actualmente. Se requiere investigar qué elementos, sucesos o experiencias son reconocidos por las personas para aceptar que han llegado a la vejez Por lo anterior la cuestión principal que abordaré en este estudio es identificar cuales son los eventos significativos, en las áreas personal, familiar y social que permiten el reconocimiento del propio envejecimiento en ancianos de comunidades rurales en México y España. Pregunta de investigación A partir de lo anterior es posible formular la pregunta ¿qué eventos significativos ponen en evidencia que han llegado a la vejez, a personas ancianas rurales de dos comunidades diferentes en Axichintla del Municipio de Taxco en México y Miranda del Castañar en Salamanca, España? Hipótesis. Los integrantes de las dos comunidades investigadas asocian el reconocimiento de su vejez a distinto tipo de eventos significativos. Indicadores (Variables de estudio). Los indicadores se obtendrán del contenido de las entrevistas, retomando los reportados en la literatura, y se considerarán los siguientes. • Acontecimientos vitales o eventos significativos. Conjunto de sucesos considerados como aquellos que más importancia o impacto han tenido para la persona mayor en su vida o para su comunidad. • Ambiente rural. Escenario en el que se vive cotidianamente, en proceso de cambio caracterizado por un estilo de vida principalmente agrícola o ganadero, complementado por actividades artesanales o turísticas, con una baja densidad de población y una distribución generalmente dispersa con población menor a los 2500 habitantes. • Concepción de vejez. Conjunto de ideas y opiniones que las personas mayores de 60 años tienen de lo que llaman envejecimiento. • Participación social. Realización de actividades de conviviencia y en beneficio de su comunidad. • Roles personales en familia y comunidad. Funciones definidas de la persona mayor en correspondencia con sus familiares y grupos de su comunidad clarificando reglas y límites en la familia o con otros. — 169 — • Soledad. Manifestación explícita de un sentimiento de abandono y falta de compañía para los entrevistados aun y cuando vivan con otras personas. Diseño de investigación Se trabajó con dos comunidades rurales, una llamada Miranda del Castañar que pertenece al Ayuntamiento de Salamanca y que se encuentra localizada en la Comarca de Castilla y León en España; la otra es el poblado de Axichintla que pertenece al Ayuntamiento de Taxco del Estado de Guerrero en México. Miranda del Castañar tiene una población estimada en 650 habitantes y cada día disminuye más su población. Axichintla tiene una población cercana a 1200 habitantes pero, a diferencia de Miranda del Castañar, se encuentran ligeramente dispersos en un territorio definido e igualmente va disminuyendo su población por la migración de los jóvenes. En cada comunidad se abordaron los grupos sociales naturalmente creados, en Miranda del Castañar se trabajó en el centro comunitario de la tercera edad, y en Axichintla se trabajó con el grupo que se reúne en el centro de salud de la comunidad, que también se llegan a reunir en la iglesia. Se incluyó a los participantes localizados en los recorridos comunitarios hasta formar dos grupos, uno por comunidad, con 37 integrantes cada uno llegando a formar una población de 74 participantes para las dos comunidades, de ambos sexos, funcionales y con un mínimo de 60 años. Método Se contactaron las dos comunidades para la investigación y se realizaron los trámites necesarios. Se buscó que las dos comunidades compartieran características similares en términos de actividades de la población, organización geográfica y disponibilidad de la población. Participantes La cantidad de sujetos con los que se realizó la investigación dependió de la disposición de la población, del tiempo disponible, de lo reportado en la literatura, los recursos que se disponían para utilizar y la posibilidad de traslado a los espacios para las entrevistas. Considerando lo anterior se trabajó con los ancianos de 60 años o más que vivan en el área de influencia tanto de Taxco como cabecera municipal como de Salamanca en la Comarca de Castilla y León. Se eligió a la población que es funcional, que se le puede considerar como “anciano saludable”, y no se encuentra afectada de sus facultades mentales. En total 74 personas ancianas, tanto hombres como mujeres, aceptaron participar voluntariamente en las entrevistas divididos en dos grupos de 37 personas para la comunidad de Miranda del Castañar y 37 para la comunidad de Axichintla. Para definir la cantidad de sujetos incluidos en este estudio se retomaron los datos demarcados por lo que reporta la literatura especializada, en la que se presenten investigaciones realizadas con un enfoque cualitativo, y considerando criterios de inclusión (los que sean originarios del poblado investigado y que hayan vivido regularmente en el mismo), exclusión (los que han regresado a su comunidad después de varios años de vivir fuera dedicados a tareas urbanas), y eliminación (quedan fuera de la investigación los casos en los que se detecte que se cambiaron datos o no se han completado los rubros marcados en el instrumentos utilizado). — 170 — Instrumentos o aparatos Para el trabajo de campo se utilizaron una grabadora, diario de campo y cámara fotográfica o de video. Además se diseñó un cuestionario con versiones a aplicar en las dos poblaciones y sus respectivos formatos de registro; el contenido del cuestionario se elaboró a partir de tres fuentes, una fue la información obtenida en visitas previas a las dos comunidades rurales que se iban a investigar y se complementaron con observaciones tomadas de poblaciones rurales en Oaxaca y Querétaro; otra fue lo que se reportaba en la literatura y la última fuente fue el banco de información que se tiene a partir de investigaciones realizadas en la Maestría en Gerontología en la Universidad de Salamanca. La versión final del cuestionario es un instrumento mixto pues incluye varios apartados clasificados en: a) Ficha de identificación. b) Datos demográficos y generales. c) Un registro sobre acontecimientos vitales. d) Un registro general sobre relaciones familiares y satisfacción con ellas. Procedimiento Se trabajó en dos comunidades rurales, la primera es el poblado de Miranda del Castañar en la Comarca de Castilla y León en Salamanca en España. El segundo espacio es el pueblo de Axichintla en el Municipio de Taxco en el Estado de Guerrero en México. 1. Se realizó un análisis etnográfico en diferentes periodos del año y de manera inicial a las entrevistas. Se eligieron comunidades para ser visitadas y se realizó un recorrido en lugares clave así como de los más abandonados o menos recorridos considerando tanto el pueblo como las rancherías. 2. Después de proporcionarles la información se les pidió autorización para visitarlos y hacer un seguimiento de sus condiciones. Si se detectaba alguna necesidad que requiriera atención se les canalizó y orientó tanto a ellos como a su familia, se consideró la posibilidad de hacer valoraciones gerontológicas básicas, o talleres, para corresponder a la autorización para realizar la entrevista. 3. Al reunir a la población se realizó un trabajo de entrevistas abiertas en casos individuales para identificar condiciones en que se ubican como personas adultas mayores y las que los hacen verse como tales. 4. Se aplicó el formato de cuestionario previamente probado y elaborado para la población rural. Los talleres se impartieron de forma gratuita y se retomaron diferentes temas pero siempre se procuró que se pudieran discutir grupalmente aspectos que permitieran trabajar las preguntas anteriores abordándolas mediante grupos focales. En los talleres se desarrollaron temas sobre salud, familia, depresión, alimentación, relaciones generacionales y apoyo social. 5. Al contar con la información de las entrevistas y grabaciones se procedió a realizar un análisis de contenido de los comentarios y reportes de cada uno de los participantes Resultados Es común suponer que llegar a la vejez lleva a una vida rica en experiencias y acontecimientos importantes, en este apartado se presentarán los resultados correspondientes a acontecimientos vitales para las dos comunidades investigadas. — 171 — En la figura 1 se reporta el porcentaje de casos que han tenido una mudanza importante en su vida adulta. En general se observa que la mayoría de los participantes en ambos grupos nunca se han movido de su lugar de origen; pocos son quienes lo hicieron de lugar pero no de ambiente, es decir cambiaron de un pueblo a otro. En la muestra española se movieron más que en el grupo mexicano; solamente dos casos de Miranda vivieron un tiempo en Barcelona, uno por servir al ejército y otro por trabajo pero siempre que podían regresaban a Miranda del Castañar pues sus esposas prácticamente vivieron solas un tiempo. En la figura 2 se muestran los porcentajes con mudanza por grupos de edad y se observa en ambos grupos de edad no hubo movilidad. Los motivos de mudanza de las personas ancianas han cambiado con el tiempo, antes los cambios de los mayores de 75 años se debían a los conflictos sociales y muchos pertenecieron a las fuerzas armadas; en cambio para los de 60 a 74 años los cambios se debieron a cuestiones de trabajo. — 172 — En la figura 3 se muestran los porcentajes de casos que se mudaron según el sexo. Los porcentajes se encuentran relativamente equilibrados pues para ambas comunidades la mayoría de hombres y mujeres no se han mudado; el resto de los participantes se cambiaron en algún momento a otro pueblo. Si bien las proporciones de hombres y mujeres son muy parecidas en su mayoría se mudaron de forma independiente unos de otros. Uno de los acontecimientos vitales más importantes es el nacimiento de un nieto y en la figura 4 se muestra los porcentajes para este evento. La mayoría de los casos en ambas comunidades no han experimentado este suceso, en los casos que han llegado a tener el nacimiento de algún nieto la mayoría se dio en Miranda. Dado el tamaño de las poblaciones en las localidades, casi 600 habitantes en Miranda del Castañar, y menos de 1 200 en Axichintla, es de llamar la atención que la comunidad mexicana tiene el menor número de casos sin nietos; esto corresponde a lo reportado en la literatura en la cual se menciona que hay una tendencia a disminuir las tasas de natalidad y se incrementa más la proporción de ancianos tanto en México como en España. Esto permite — 173 — comprender la frecuencia en la que se encuentran las personas mayores de vivir solos en sus localidades. En la figura 5 se observa que tomando como referencia el sexo se tiene que la proporción de hombres y mujeres que no tienen nietos supera ligeramente el 70%. Lo interesante de estos datos es que ponen en evidencia el cambio de las mujeres en la relación de maternidad y abuelidad. Estos resultados se corresponden a la primera sección de la figura 8 en la que se reportan los porcentajes más altos para quienes viven solos o con una persona. Otro evento considerado importante es la jubilación y en la figura 6 se muestra que la mayor parte de los participantes no han tenido una jubilación, pero en el grupo español reciben pensión simplemente por la edad que tienen. Casi el doble de los casos españoles, en comparación con la muestra mexicana, cuentan con jubilación por haber realizado trabajo para el gobierno. Dado el efecto de depresión que se suele relacionar con la jubilación se puede suponer que esta población no se ve notablemente afectada por este padecimiento, pero esto no invalida los sentimientos de soledad e insatisfacción que de hecho se encontraron y que se comentarán en el análisis cualitativo. — 174 — Los acontecimientos vitales más frecuentes son los que se encuentran vinculados al nacimiento, muerte y salud de personas cercanas; los menos frecuentes son los relacionados a pérdidas de bienes y eventos colectivos. Análisis cualitativo Al realizar el presente análisis pude observar que hay una serie de indicadores que se generan desde la misma población entrevistada y desde ellos es donde se generan las demandas sociales que no siempre son sentidas pero que pueden ser anticipadas. Varios de los reactivos del instrumento se complementaban con preguntas abiertas que ayudaban a aclarar y completar la información obtenida en los datos cuantitativos. ¿En general, qué situaciones se deben dar para decir que una persona ha llegado a la vejez? En este caso se detectaron expresiones o comentarios que permitían forman categorías peculiares, distintas a las propuestas por Ruiz y colaboradores (op. cit.), pero que tenían sentido dentro del contexto general del discurso de los entrevistados. Algunas de las situaciones se pueden identificar como de naturaleza socioeconómica y otros de naturaleza subjetiva personal. Miranda del Castañar Las expresiones más claramente localizadas en los discursos de los entrevistados fueron salud, soledad, retiro, pensión, cambios en la familia, comparación con los niños, auto-percepción, reconocimiento de la disminución de las actividades y las propiedades, cambios en el hogar, derechos sociales, “no saber que”, “el ser así” que conformaron un total de trece rubros. En general estas expresiones hacen referencia a cuestiones psicológicas, de salud, de beneficios sociales y otras. Llama mucho la atención que en el caso de Miranda resaltan aspectos negativos en cuanto a la dinámica social, pero no se refiere a cuestiones de deterioro a pesar de que en la población en general hay mucha discapacidad asociada a la edad; también resalta más el reconocimiento de llegar a la edad en la que se ya tienen los derechos sociales. En este caso los datos no se incluyeron en las entrevistas reportadas en este estudio, pero al hablar con personas de la comunidad que tenían alguna discapacidad ellas reportaban que tener derecho a la pensión y a servicios de salud, gratuitos y de calidad, era un motivo de tranquilidad a pesar de que buena parte de estas personas viven solas. Es de llamar la atención que las expresiones de Miranda del Castañar parecen reflejar mayor referencia a las posibilidades socio-políticas y económicas por los cambios en la familia, las pensiones y los derechos sociales y la disminución de actividades. Axichintla Las expresiones identificadas en Axichintla fueron menos variadas y correspondían a imposibilidad para trabajar, no poder comer, soledad, impedimentos para salir, perder actividad, reconocimiento de la dependencia, enfermedad, y “no saber”, que conformaron un total de ocho rubros. En el caso de Axichintla se identificaron menos rubros pero en su mayoría se referían a que la vejez se reconoce en cuestiones de deterioro físico independientemente de la edad que se tenga. — 175 — En Axichintla se percibe una mayor tendencia a la salud y lo psicológico que reflejan un temor a la inutilidad. La idea de “no poder comer” hace referencia tanto a la falta de piezas dentales como a la carencia de alimentos y recursos para obtenerlos. Esta idea se repetía en varias de las entrevistas pero me costó trabajo entender el sentido que le daban, esto se aclaró cuando comentaban las dificultades para obtener alimentos en el caso de que no exista trabajo que puedan realizar. Hubo un caso en particular donde esto era evidente pues uno de ellos era un señor de 71 años que vivía solo y sin hijos, trabajaba limpiando sanitarios y cañerías, él comentaba “estoy cansado… no sé qué hacer ya. Toda mi vida he estado en la mierda… de eso vivo, en eso trabajo…ya me cansé y no sé a donde ir. Hay veces que para comer tengo que ir al monte, pero si todo está seco…pues…ni modo, me amarro la tripa y me aguanto”. En el caso de Axichintla la idea de no poder comer, ya sea consiguiendo sus propios alimentos o no poder consumirlos, se relaciona con la idea de dependencia y la sensación de desamparo, es decir, se teme llegar a una posición de dependencia y no contar con nada ni con nadie que lo ayude. Hay que señalar que llegados a este punto es cuando era más frecuente escuchar expresiones como “Dios mediante”, “gracias a Dios”, “Dios dirá”, “yo le pido a Dios”, “Dios sabrá” y otras por el estilo. Pero en estas expresiones no se identifican conceptos que muestren que las personas reconocieran parte de la responsabilidad por su vida. Lo interesante de los resultados de este reactivo es que aparecen una serie de ausencias de temas que en general se les considera muy asociados a la vejez. En ningún caso se hace referencia a los diferencias entre generaciones en temas sobre cambios sociales y tecnología, a estos últimos las personas mayores parecen verlos muy ajenos o lejanos a ellas. En ningún momento se reconoce que se llega a la vejez cuando el escenario cotidiano se caracteriza por el uso de recursos tecnológicos que no pueden usar con soltura y seguridad como es el uso de hornos de micro-hondas, controles remotos de aparatos eléctricos y otros para los cuales no se encuentran habilitados. En ambos grupos aparece la presencia del hambre en algún momento de la vida. En Miranda se presentó esta idea vinculada a la participación, del esposo o hermanos, en las fuerzas armadas del franquismo. En Axichintla se le encuentra asociada a la falta de atención a las comunidades en las que vivían. ¿Ha pasado usted por alguna de estas situaciones en algún momento? Los resultados de este reactivo han permitido reconocer que existen acontecimientos vitales individuales y colectivos así como momentáneos y a largo plazo pero también mostraron que muchas veces lo difícil no es el vivir un acontecimiento vital en aislado, sino la combinación de ellos y las complicaciones que generan en conjunto. Para cada una de las comunidades estudiadas se tuvieron los siguientes temas o acontecimientos. Miranda del Castañar Los principales temas fueron no poder trabajar sus terrenos por diferentes motivos, reconocer o tomar conciencia de la movilización de los jóvenes, reconocer que se recupera la presencia personal, irse desprendiendo de sus propiedades y animales. Muchos acontecimientos vitales son considerados así según la dinámica de la comunidad en la que se vive, y toman el sentido de ser vitales por las relaciones que se tienen con la comunidad y por marcar cambios en una etapa avanzada de la vida que no tienen comparación con experiencias anteriores. En Miranda del Castañar un suceso — 176 — que se convierte en acontecimiento vital es la movilidad de los jóvenes que se van a la ciudad y deciden ya no regresar pues se quedan a vivir ahí; otro suceso que se convierte en un evento significativo vital es el reconocimiento de lo que se pueda hacer con las tierra cuando se tienen. En Miranda se busca preparar jaleas o mermeladas de fresa y zarzamora para el propio consumo y a veces para la venta, pero llega el momento en que esta actividad se hace cansada, sobre todo para las mujeres solas. Axichintla. En este caso los temas encontrados fueron llegar a ser cuidador de nietos y enfermos, reconocer efectos del tiempo y el clima (los jumiles se mueren en el campo), accidentes, enfermedades del ganado. En Axichintla la movilidad de los jóvenes también se toma como algo muy importante, pero en este caso los jóvenes se van del país por buscar mejores condiciones de vida. De hecho un acontecimiento significativo es el aumento o disminución de frutos, insectos o plantas en el monte según los cambios del clima, esto se debe a que estos recursos son complemento de la alimentación diaria con mucha historia culinaria tras ellos y en lo posible se transforma en un pretexto para la convivencia con otros al salir a recolectarlos. En el caso de Axichintla la expresión “pérdida del ganado” se refiere a que por diferentes motivos la gente se fue quedando sin la posibilidad de contar con animales como una forma de propiedad familiar. Las enfermedades, el costo de la vida y, en su momento, lo aislado de la comunidad no permitió que la gente conservara sus vacas, borregos o cerdos. Las personas se fueron quedando sin animales conforme los vendían y no los podían recuperar; la venta era una forma de perder su patrimonio por atender situaciones emergentes. En esta comunidad la presencia de acontecimientos vitales es menos común de lo que se esperaba, son menos y de otro tipo a los considerados en el cuestionario. En este caso el efecto del clima tiene resultados más evidentes pues muchas personas de la comunidad se dedican a la recolecta de manera complementaria a sus actividades diarias y de alimentación; en Miranda del Castañar se tiene la cultura de la despensa y de las conservas, pero no así en Axichintla en donde no se tiene este recurso pues mucho de lo que se consume es obtenido de manera inmediata en el monte. Conclusiones Se corroboró la hipótesis de investigación; realmente las personas se reconocen como ancianas tomando como referentes distintos acontecimientos vitales que varían de comunidad a comunidad. No todos los acontecimientos vitales son negativos y muchos de ellos se modifican con el tiempo. También es evidente que la información cuantitativa toma diferente sentido cuando se complementa con información cualitativa. Los acontecimientos vitales son un buen referente para reconocer en qué momentos se es viejo, pero es necesario que en próximas investigaciones se considere la diferencia que hay en el reconocimiento de la vejez entre investigadores y entre los sujetos investigados. — 177 — Bibliografía Hammen C., Mayol A., deMayo R. and Marks T. (1986): Initial symptom level and the life-event-depression relationship. Journal of Abnormal Psychology. Vol. 95, No. 2. 114-122. Havens B., Hall M, Sylvestre G. and Jivan T. (2004): Social isolation and loneliness: differences between older rural and urban Manitobans. Canadian Journal on Aging 23 (2): 129-140. Hurtwics M., Chorn Dirham Ch., Boyd-Davis S. (1992): Salient Life Events in Theree-Generation Families. Journal of Gerontology. PSYCHOLOGICAL SCIENCES. Vol. 47, No. 1: P11-13. Lawton M Powell.De Voe Marlene Ruth, Parmelee Patricia. (1995): Relationship of Events and Affect in the Daily Life of an Elderly Population. Pshychology and Aging, Vol. 10, No. 3. p. 469-477. Medrano Concepción, Cortés Alejandra Aierbe Ana. (2004): Los relatos de experiencias en la edad adulta: un estudio desde un enfoque narrativo. Anuario de Psicología., Vol. 35, No. 3, 371-397. Whitbeck L., Hoyt D. and Tyler K. (2001): Family relationship histories, intergenerational relationships quality, and depressive affect among rural elderly people. The Journal of Applied Gerontology, June, Vol, 20 No. 2, 214-229. — 178 — Proyecto de Vida y envejecimiento Memória autobiográfica e formação – um percurso de reconhecimento. Vera Maria Antonieta Tordino Brandão Resumen Introdução: Este trabalho apresenta o resultado de pesquisa qualitativa que analisou o conteúdo das avaliações finais das Oficinas de formação e educação continuada Memória Autobiográfica – Teoria e Prática, sistematizadas por Brandão e realizadas pelo NEPE-PUCSP, desde o ano 2000. As Oficinas são dirigidas a profissionais das áreas da Saúde, Educação e Ciências Sociais com atuação e pesquisas nos temas: longevidade e envelhecimento humano. Objetivos: selecionar 50, do total de 150, avaliações finais das oficinas realizadas; analisar os discursos investigando: seu potencial formador; as mudanças dos projetos de vida-trabalho de prospectivos para projetivos; verificar a construção de sentido da trajetória, por meio de um percurso de reconhecimento. Metodologia: A pesquisa qualitativa, com base na antropologia interpretativa (Geertz, 1989), baseou-se em amostra selecionada aleatoriamente, que foi avaliada seguindo os procedimentos de análise de conteúdo (Bardin, 2002), investigando a existência de interfaces entre o trabalho de formação por meio das Oficinas Memória Autobiográfica – Teoria e Prática e a construção de um percurso de reconhecimento, sistematizado por Ricouer (2006). Resultados. As análises indicaram que o processo de formação autobiográfica, de reflexão e escritura de si, e heterobiográfico na reciprocidade das escutas narrativas partilhadas no grupo, promovem: a revisão e análise crítica dos projetos construídos ao longo das trajetórias de vida; a (re) apropriação do poder de (auto) formação e o reconhecimento das competências pessoais; a passagem do reconhecimento de si para o reconhecimento mútuo, entre os participantes, promovendo o fortalecimento das suas potencialidades projetivas visando ações consistentes nas práticas gerontológicas. Palavras-chave: memória autobiográfica; formação; gerontologia; metodologia. Núcleo de Estudo e Pesquisa do Envelhecimento do Programa de Estudos Pós-Graduados em Gerontologia da Pontifícia Universidade Católica de São Paulo. Brasil. Vera Maria Antonieta Tordino Brandão. Pedagoga – USP. Mestre e Doutora em Ciências Sociais – Antropologia. PUC/SP. Docente e Pesquisadora do Núcleo de Estudo e Pesquisa do Envelhecimento (NEPE) do Programa de Estudos Pós-Graduados em Gerontologia - PUC/SP. Docente do Cogeae - PUC/SP. Pesquisadora do Grupo de Estudos e Pesquisas Interdisciplinares (GEPI) do Programa de Estudos Pós-Graduados em Educação – Currículo - PUC/SP. Idealizadora e docente da Oficina: Memória Autobiográfica – Teoria e Prática. Editora - assistente da Revista Kairós do PEPGG – PUC/SP. Membro da equipe mantenedora do Portal do Envelhecimento – PEPGG – PUC/SP. www.portaldoenvelhecimento.net / e-mail: [email protected] — 179 — Introdução Este trabalho apresenta o resultado de pesquisa qualitativa que analisou o conteúdo de 50 avaliações finais, de um total de 150, das quatorze Oficinas de Formação e Educação continuada Memória Autobiográfica – Teoria e Prática, sistematizadas por Brandão, e realizadas pelo NEPE-PUCSP - no período de 2000 a 2007 - e com número médio de 10 pessoas por grupo. As Oficinas tem como público alvo os profissionais das áreas da Saúde, Educação e Ciências Sociais com atuação e pesquisas nos temas: longevidade e envelhecimento humano. Os objetivos das Oficinas são: reavaliar os projetos de vida-trabalho dos profissionais, por meio da narrativa e escrita autobiográfica; rearticular os saberes interprofissionais, visando a (auto) formação e a educação continuada, com apoio de subsídios teóricos; sensibilizar e preparar, de modo dinâmico, para a escuta sensível das narrativas, o potencial dos trabalhos envolvendo a memória social autobiográfica e as escritas de si; ouvir e incorporar os conhecimentos e práticas expressas nas narrativas, para construção de um saber ampliado, sobre as questões sócio - gerontológicas; estabelecer fundamentos teóricos para docência e pesquisa nos eixos temáticos: memória social e escrita autobiográfica; educação continuada e (auto) formação em gerontologia. Gostaríamos de marcar como reflexão inicial o significado dos termos Oficina e Avaliação, aqui empregados. Utilizamos habitualmente o termo Oficina, de formação ou educação continuada, no sentido de espaço de (re) construção, reformulação e transformação, tomando como ponto de partida o acervo de conhecimentos e práticas já adquiridos e utilizados pelos profissionais cotidianamente. Estes trazem ao grupo suas competências, muitas vezes camufladas por dúvidas, inseguranças, dificuldades e, em alguns casos, (auto) desvalorização. Buscam o espaço das Oficinas para reflexão, renovação e atualização em um mundo de progresso e mudanças aceleradas, no qual a longevidade se mostra, cada vez mais, como uma complexa realidade a ser compreendida e que demanda ações consistentes e criativas. Estes profissionais encontram no processo de reconhecimento de si e do reconhecimento mútuo - por meio da narrativa e escrita autobiográfica - uma perspectiva renovada para a passagem, não sem dificuldades, do projeto-busca – prospectivo -, ao projeto-obra - projetivo (Passeggi, 2006), que inclui uma revisita à matriz profissional e sua ligação com os temas longevidade e envelhecimento. O termo Avaliação, no contexto das Oficinas, não tem o caráter tradicional de aferição de resultados mensuráveis e conhecimentos. São avaliados os resultados percebidos no processo de formação autobiográfico - de reflexão e escrita de si - e heterobiográfico - na reciprocidade de escutas narrativas partilhadas, e seu impacto na revisão dos projetos de vida-trabalho dos profissionais participantes. Ao longo desses anos de estudo e pesquisa coletamos suas avaliações finais, nas quais eram relatadas as dúvidas em relação à própria Oficina - sua metodologia e dinâmicas -; a frustração por não encontrarem uma técnica a ser ensinada e apreendida; o desafio do próprio processo de reflexão teórica e, simultaneamente, a revisita ao passado e às figuras marcantes da trajetória pessoal, aos projetos realizados ou não; a crítica e o cuidado no desvelamento pessoal e, finalmente, o encontro com as questões ligadas ao envelhecimento, do qual, inicialmente, pareciam excluídos enquanto indivíduos. Apesar destas dificuldades e resistências referentes, especialmente, aos estágios iniciais do trabalho, encontrávamos uma indicação clara da importância e impacto do processo de revisão e escrita de si, do trabalho do grupo e da mediação profissional, — 180 — e seu resultado final na direção de um percurso de reconhecimento individual e coletivo, e suas perspectivas projetivas. Essas avaliações finais, por seu caráter subjetivo, constituíram-se durante estes anos, simultaneamente, um incentivo à continuidade do projeto e um desafio teórico importante na busca de consolidação do seu arcabouço teórico e metodológico, e da explicitação dos resultados observados. O exercício inicial de exploração e apresentação desse material de pesquisa é o objetivo desta comunicação. Objetivos Procuramos analisar os discursos, trazidos nas avaliações finais, investigando: o potencial formador da narrativas e escritas de si, e as recíprocas ressonâncias nos indivíduos e nos grupos; as mudanças observadas no processo auto e heterobiográfico da revisita aos projetos de vida-trabalho; a passagem desses projetos prospectivos – do que foi realizado ou não - para projetivos – o que podemos e desejamos realizar no futuro; a matriz da construção de sentidos das trajetórias, por meio de um percurso de reconhecimento de si e do reconhecimento mútuo; o impacto dos processos narrativos, e da escrita e escuta sensível, na construção de uma perspectiva renovada dos saberes e ações gerontológicas. Metodologia A metodologia da pesquisa, de cunho qualitativo, está fundada na Antropologia, em sua vertente interpretativa (Geertz, 1989), complementada pela abordagem de análise de conteúdo proposta por Bardim (2002) e na sistematização de Ricouer (2006) sobre a construção de um percurso de reconhecimento, a partir das narrativas e escritas de si. Nesta perspectiva, a análise das avaliações evidenciou que a expressão pela palavra, das escolhas realizadas ao longo da trajetória de vida, resulta das experiências pessoais, objetivas e subjetivas, contextualizadas em meio a uma teia de relações sociais. Esta teia de relações constitui o perfil identitário dos indivíduos - em determinado tempo e lugar – espelhando a cultura em seu sentido semiótico, como indicado por Geertz. Este autor afirma que “o homem é um animal amarrado a teias de significados que ele mesmo teceu” e, neste sentido, a cultura seria essa teia e sua análise. Deste modo, sua compreensão não poderia ser apoiada em leis, como em uma ciência experimental, mas em uma ciência interpretativa, que busca significados nas teias das relações sociais, por meio de um olhar interno, antropológico. Buscamos, seguindo estas premissas, vislumbrar por meio das avaliações o processo de construção das identidades, no tempo-espaço de uma cultura específica, expressos nos projetos prospectivos e projetivos, materializados na linguagem. Essa abordagem ressalta a questão das subjetividades envolvidas, inerentes aos discursos construídos pelos profissionais participantes, e a análise de conteúdo. Esta, mesmo rigorosa e bem fundamentada, sem dúvida carrega a marca da subjetividade do mediador dos grupos que, neste trabalho, analisa suas avaliações. No entanto essas intersubjetividades não devem impedir a tentativa de análise proposta, se mantivermos o espírito crítico, explicitando-as e buscando atingir a finalidade a que se propõe um sério trabalho acadêmico. — 181 — A análise de conteúdo proposta por Bardin (2002), na leitura das avaliações expressas pela palavra, falada e escrita, complementa adequadamente a perspectiva antropológica. A linguagem é o elemento nobre de nossa constituição como sujeitos da cultura, em seu sentido semiótico, e a autora compara o analista ao arqueólogo, que trabalha com vestígios, procurando manter uma dupla perspectiva: compreender os significados evidentes sem descuidar de outros significados e mensagens, nem sempre claramente explícitos. Afirma Bardin que a análise de conteúdo utiliza e trabalha a palavra de emissores identificáveis, ou seja, os significados expressos por indivíduos (re) conhecidos e contextualizados em tempo e lugar, evidenciando: quem, de onde, do que e para quem fala o sujeito do discurso. Deparamo-nos de modo concreto com a subjetividade destas análises e com os desafios de uma ciência interpretativa que tem, simultaneamente, o desejo de rigor e o desejo da descoberta, buscando o que não se mostra, e que pode estar além da palavra expressa. A análise de conteúdo fica sujeita, desse modo, a uma reinvenção constante, tendo em vista o sujeito que fala, o contexto sócio-histórico no qual se insere, bem como sua análise. Nesta comunicação não poderemos abordar muitos dos aspectos da investigação realizada, entre os quais o universo de significados implícitos, de inquestionável importância para a análise, na qual ficaria mais evidente a “respiração” ou a latência da narrativa. Uma análise aprofundada deste material, articulando também as reflexões teóricas com trechos mais longos e consistentes das avaliações, é nosso projeto futuro. Propomos aqui um exercício inicial de leitura e análise do material pesquisado, com a certeza da impossibilidade de traduzir a complexidade que se “esconde” nas avaliações finais das Oficinas, resultado de um processo intensamente vivido e expresso subjetivamente. Buscamos igualmente investigar as interfaces entre o trabalho de formação, por meio das Oficinas Memória Autobiográfica – Teoria e Prática, e a construção de um percurso de reconhecimento. Nas Oficinas os grupos são formados por indivíduos adultos e profissionais, com idades que variaram, até o momento, de 21 a 80 anos. Como afirma Josso (2006), os adultos que retornam aos trabalhos de formação ou educação continuada têm objetivos, sonhos e projetos resultados da dinâmica das experiências já vividas. Nestes casos, o papel do professor como transmissor de conhecimentos sistematizados cede lugar a um profissional com experiência em mediação. Este deve acompanhar o processo de integração dos conhecimentos teóricos e metodológicos a lógicas singulares - lógicas de vida - favorecendo a articulação dos conhecimentos teóricos já existentes, ou a serem propostos, com as experiências e as práticas profissionais. A apropriação da própria história e de seu poder de formação, materializados nas narrativas e escritas autobiográficas, afirma os indivíduos como atores responsáveis por sua formação, e seu poder agir sobre os projetos de descoberta e re-invenção de si e, reescrevendo sua história, encontrar o sentido e o significado dos projetos passados e futuros, em uma perspectiva existencial. Consideramos que o projeto existencial é constituído de pequenos e grandes projetos de vida (planos) e de trabalhos, mas, ao contrário dos últimos, não tem um fim e nem um tempo determinado, são projetos em processo com um significado e sentido mais amplo, e não necessariamente instrumental. (Boutinet, 1996). É no processo de revisão das trajetórias e dos projetos - por meio das narrativas e escritas de si - que pesquisamos, por meio das avaliações, a possibilidade da constru- — 182 — ção de um percurso de reconhecimento, como processo de construção identitária. Segundo Ricouer, os processos de reconhecimento de si e do reconhecimento mútuo, que formam as bases das culturas, surgem das inter-relações e reciprocidades estabelecidas entre os indivíduos e os grupos, nos atos de dar e receber as narrativas de si. Observamos que este “dom” da troca - tão bem estudada pelos antropólogos, com o qual deparamos nos trabalhos das memórias individuais, coletivas e históricas, é pleno de sentidos ligados aos valores éticos, morais e jurídicos, princípios que regem e organizam a vida social - raiz de nossas identidades - e que são inerentes à partilha das narrativas e escritas de si. Na perspectiva metodológica que abordamos, e buscamos analisar, a construção do percurso de reconhecimento, por meio da narrativa e escrita autobiográfica materializa-se em textos que trazem latentes um caráter formador e relacional, porque estabelecem as inter-ligações e relações eu - outro. Resultados As análises indicaram que o processo de formação autobiográfica, de reflexão e escrita de si, e heterobiográfico, na reciprocidade das escutas narrativas partilhadas no grupo, têm o potencial de restabelecer o poder do diálogo pela palavra socializada - falada e escrita - e pela intermediação do grupo nos trabalhos de escuta e leitura mútuos. Neste processo os indivíduos passam de um reconhecimento-identificação – momento individual e solitário de reconhecimento de si – e que na Oficina situa-se no plano de projeto-busca autobiográfico, para um reconhecimento mútuo - estabelecido nas relações de reciprocidade das escritas de si e nas escutas sensíveis, heterobiográficas. Compartilhar os projetos-busca possibilita a passagem aos projetos-obra, que surgiram da revisita à matriz profissional e sua (possível) ligação com os temas longevidade e envelhecimento. Alguns trechos exemplificam essas afirmações: “Pude constatar que a rememoração favorece a ressignificação, reforça a sensação de pertinência a um grupo de origem e destino (...) o que levou a uma revisão e reafirmação da minha própria identidade, pois estava meio “perdida” sem saber que caminho trilhar”. (psicóloga, 36a.) “Por trás das “histórias da gente”, fomos enxergando a delicada trama de uma reflexão sobre a brevidade e vulnerabilidade, mas também a grandeza da vida, sobre o envelhecer, sobre as virtudes da memória: individual, coletiva, escondida, revelada, seqüestrada, esquecida”. (pedagoga, 60a.) “Para me aproximar dos segredos dos outros, precisei me aproximar de mim mesma e encarar conflitos e alegrias, reestruturando minha vida (...) ao compartilhar as experiências passamos a viver uns nos outros”. (pedagoga, 50 a.) Verificamos também que, apesar dos desafios, a Oficina abre espaço de compreensão e reconhecimento mútuos, pois a palavra autobiográfica socializada, proferida neste contexto, com seu potencial formador, e de articulação dos diferentes momentos do projeto-busca e do projeto-obra, pode encaminhar para novos projetos de trabalho, existenciais e de reinserção. “Ensaios biográficos (...) o primeiro rascunho foi difícil de realizar, pois o falar de si é uma tarefa ou ação de reflexão pouco explorada. Mas foi um desafio superado e concretizado com o segundo rascunho e o ensaio autobiográfico – relato de minha pequena trajetória profissional e pessoal com o anseio de novos projetos e conquistas”. (terapeuta ocupacional, 28a) — 183 — “As discussões sobre os textos teóricos, muitos ligados às áreas de humanas, foram mais difíceis para mim, que venho de outra área. Aprendi muito com os colegas, e fiquei estimulada a estudar mais os temas abordados”. (fisioterapeuta, 32 a.) Ficou evidenciado os diferentes estímulos gerados no interior do grupo, no qual se encontram e convivem projetos objetivos e subjetivos, e a construção de uma rede de inter-relações solidárias que confirma a força da partilha desse “nó” de desejos objetivos e conscientes, e subjetivos inconscientes. Esta rede ligou, manteve e regeu o processo de re-descoberta de si e do outro e, por meio das narrativas e das escritas, impulsionando as mudanças e a elaboração de diferentes projetos, muitos dos quais emergem no interior do grupo no processo vivido. “Em cada um vislumbrei algo meu, como se todos contassem a mesma história. História-teia tramada no viver intenso, nas cores dos sentimentos fortes, na agilidade das dúvidas, no medo de ser surpreendido, na coragem do arrependimento do não feito, não escolhido, de discorrer sobre a palavra não dita”. (pedagoga, 50 a.) “Poder compartilhar minha história e poder ouvir a dos componentes do grupo me ajudou a desmistificar alguns “pré-conceitos” que tinha em relação às pessoas bem sucedidas profissionalmente”. (psicóloga, 36a.) Importante ressaltar que esse projeto de “reinvenção de si” é um dispositivo de atuação na (inter) mediação de formação para públicos diversos, e não é terapia, no sentido psicoterapêutico reparatório. Os mediadores devem estabelecer e manter esta fronteira clara desde o início dos grupos, porque o formador-mediador não é terapeuta e todos os participantes devem compartilhar a responsabilidade dessa situação, que se apresenta na partilha dos projetos existenciais. No processo de formação por meio da narrativa e escrita autobiográfica somos consciência e emoção, e devemos cuidar para que esta última não o desvirtue. Esse processo pode ser considerado terapêutico pelas possibilidades de revisão e partilha, geradas nos encontros, e no estabelecimento de um espaço dialógico, mas não há interpretação, sugestões ou orientações, entre os componentes incluindo o mediador. No espaço que se abre, de escuta solidária e escrita, é estabelecido um acordo de sigilo e respeito, base ética que rege os encontros e fornece a segurança da partilha dos projetos, ou nas referências a sua falta. Podemos afirmar que a análise de conteúdo das avaliações reforçam a perspectiva humanística, interdisciplinar e solidária deste trabalho de (auto) formação e educação continuada voltado para profissionais, de diferentes áreas do conhecimento, que têm como área de interesse a gerontologia, nos temas longevidade e envelhecimento. Verificamos que para uma atuação competente e criativa é fundamental a revisita a própria trajetória identitátia, raiz dos projetos de vida-trabalho, processo intermediado pelo diálogo – encontro do eu e o (s) outro (s) – seres humanos grupais com responsabilidades éticas, sócio-históricas e políticas. Muitos são os desafios e as possibilidades que permearam os encontros entre indivíduos de gêneros, idades, formações, histórias, projetos e momentos de vida específicos - e que utilizaram a narrativa e escrita autobiográfica como possibilidade de (auto) formação e educação continuada - que surgiram neste primeiro momento de análise. Diante da riqueza e da complexidade, apenas entrevista nesta abordagem inicial, resta o desafio de prosseguir, na busca de sentidos na formação, educação continuada e pesquisa sobre longevidade e envelhecimento. “Hoje vejo que somos todos tão diferentes em nossas trajetórias, mas tão iguais em nossa perplexidade diante dos fatos da vida”. (psicóloga, 50 a.) — 184 — Bibliografia Bardin, L. (2002): Análise do Conteúdo. Lisboa: Edições 70. Brandão, V.M.A.T. (2006): “Memória (auto) biográfica como prática de formação”. In Anais do II Congresso Internacional sobre Pesquisa (Auto) Biográfica – Tempos, Narrativas e ficções: a invenção de si. PPEduC – UNEB /CAPES / INEB. Souza, E.C. (org) Salvador. EDUNEB (impressa p. 383 / versão completa em CD-ROM). Boutinet, J-P. (1996): Antropologia do Projeto. Lisboa: Instituto Jean Piaget. Geertz, C. (1989): A Interpretação das Culturas. Rio de Janeiro: Zahar. Josso, M.C. (2006): “Os relatos de histórias de vida como desvelamento dos desafios existenciais da formação e do conhecimento: destinos sócio-culturais e projetos de vida programados na invenção de si”. In Souza, E.C; Abrahão, M.H. (orgs.). Tempos, narrativas e ficções: a invenção de si. Porto Alegre: EDIPUCRS: EDUNEB, 7-13. Passeggi, M.C. (2006): “A formação do formador na abordagem autobiográfica. A Experiência dos memoriais de formação”. In Souza, E. C; Abrahão, M. H. (orgs.). Tempos, narrativas e ficções: a invenção de si. Porto Alegre: EDIPUCRS: EDUNEB, 203-218. Ricouer, P. (2006): Percurso do Reconhecimento. São Paulo: Loyola. — 185 — Proyecto de Vida y envejecimiento Visualizando la muerte a través de la vida de los 65-80 años Ana Delgado Ramos y María Aurora Arvizu Salgado I. Antecedentes. Vivir en una época donde los adelantos en ciencia y salud han sido impresionantes y los cambios en tecnología están a la orden del día, parecería que los humanos a los que nos ha tocado vivirla no tendríamos ningún problema al desarrollarnos en ella, sin embargo, la rapidez con la que vivimos nos enajena en muchas ocasiones de los suceso y personas que están a nuestro alrededor, a esto hay que agregarle el culto que a la juventud y belleza nuestra sociedad rinde, hecho que podemos constatar en los adelantos en estética como tintes y cremas que ayudan a que las personas se vean más jóvenes e impiden que salga a la luz su verdadera edad Fisiológica; y a pesar de estos adelantos existe una edad en la que por más cremas y tintes que usemos nuestro organismo comienza a tener una serie de modificaciones inevitables e irreversibles contra los que nos es difícil luchar tiempo al que llamamos tercera edad (la OMS considera que inicia a los 60ª y en México se establece a partir de los 65a); en esta fase evolutiva la vitalidad comienza a disminuir y junto con ella expectativas, ilusiones, nivel socioeconómico, planes en la vida que ya no pueden realizarse porque nuestro organismo ya no responde como en la juventud; época en la que haciendo una comparación figurativa con los cambios en tecnología como es el caso de los celulares que los vamos desechando por anticuados, porque no tiene fotos, vídeos, internet, etc. Y no les es posible luchar con las exigencias actuales porque ya pasó su tiempo de fama, así los ancianos experimentan sentimientos de minusvalía, marginación, soledad, porque van perdiendo su ímpetu a través del paso de los años. Para explicar estas modificaciones han surgido diferentes teorías Fisiológicas y de personalidad; entre las fisiológicas tenemos la teoría autoinmunitaria, teoría del uso y consumo, la teoría nerviosa, etc. De las teorías de la personalidad tenemos la de la desvinculación (Cumblings and Henrry 1955) en la que consideran el envejecimiento como una separación mutua e inevitable del individuo de la sociedad y de la sociedad del individuo; la teoría de la actividad en la que consideran que la gente que permanece activa en las ocupaciones de la edad madura se adapta mejor a la vejez1 y así como estas, existen otras tantas teorías que nos tratan de explicar el por qué nuestro organismo llega a envejecer. Facultad de Enfermería de Irapuato, Universidad de Gto. Manuel Mendivil. [email protected] — 186 — Otro hecho significativo durante esta edad es la muerte, un tema que ha sido difícil de abordar a lo largo de la historia de la humanidad, estas personas no sólo asumen que su muerte es más cercana, también viven la muerte del cónyuge, hermanos, amigos o personas significativas, suceso que según H. Strydom es una experiencia común de la madurez 2 Vivir con las pérdidas asociadas al envejecimiento y enfrentarse a la muerte inminente son factores de estrés potenciales que lo puede llevar a la ansiedad, la cual podemos definir como una sensación incómoda que se produce como respuesta al miedo a perder algo valioso. Existen diferentes niveles de ansiedad dentro de los cuales puede encontrarse una persona: • Leve o mínimo: donde la persona se siente calmada, no preocupada, y puede tener sueños durante el día, fantasías, etc. • Moderado: puede haber temblores finos de las manos, aumento de la salida verbal más durante las discusiones, preocupado por lo que pueda ocurrir, se siente nervioso y tímido. • Grave: movimientos espasmódicos con notables sacudidas de las manos, habla demasiado y a veces no es con claridad, teme lo que pueda ocurrir, se siente inseguro, disminuye su concentración y se le dificulta tomar decisiones. • Pánico. Temblores grandes del cuerpo, habla constante, con voz chillona y al nivel del grito, puede huir o golpear a otros, teme la muerte inminente, siente terror y desamparo3. Esta clasificación es de acuerdo a una ansiedad en general, sin embargo para fines de nuestro estudio la enfocaremos hacia la ansiedad que ocasiona la muerte en los ancianos y la mediremos con una escala de ansiedad propuesta por Thorson y Powel4. La muerte por la que todos pasaremos tarde o temprano es una de las mas significativas transiciones personales de la fase de la madurez5 al parecer los más jóvenes somos quienes le tememos por que con ella, terminan nuestras ilusiones, proyectos en la vida y abandonamos a los seres que más amamos. Algunas investigaciones aseguran que las personas mayores tienen menos miedo a morir por que se encuentran en una fase más cercana a la aceptación de la muerte6, aunque otros articulistas dicen que no es así, que solo hablan de su muerte con cierta naturalidad aparente7. Las investigadoras Emilia Serra y Mari Carmen Abengózar8, concluyen que los sujetos de 60-65 años son menos religiosos y con menores concepciones trascendentales acerca de la muerte y la tienen mayor temor, tal vez esto se deba a que existe una mejor vinculación con la sociedad y son más activos (según la teoría de la desvinculación y actividad), por lo contrario en los ancianos de 71-75 años que son más religiosos y transcendentales tienen menos temor a la muerte. Tal escritor en su libro the psychology of death and dying9 menciona los miedos específicos conectados con el proceso de morir que son: • Miedo aun proceso de morir doloroso. • Miedo a un proceso de morir indigno. • Miedo a ser una carga para otros. • Miedo de perder la vida. • Miedo de requerir ayuda después de la muerte. — 187 — Estos miedos en muchas veces son ocasionados por el desconocimiento de lo que pasará después de morir; existen diferentes religiones que han intentado dar respuesta a esté respecto entre ellas: •Para los cristianos, la resurrección de Jesucristo provocó que sus seguidores tengan fe y esperanza en un mundo más trascendente, en el cual hay paz y el hombre vive en armonía y al cual llegará después de su muerte. •Respecto a los budistas, creen que la muerte es el paso que tiene el alma al ser liberada del cuerpo. •Los judíos esperan un encuentro con Yavé10. •Los hindúes: la muerte es aceptada en su justa dimensión de final, de cambio radical. Las personas están preparadas para la muerte, porque participan vivamente de sus rituales, observan con claridad como el cuerpo de su difunto es consumido por las llamas y asciende en el humo su atman (alma) al creador. A diferencia de nosotros los occidentales los que a veces no somos siquiera capaces de participar en un funeral11. Todas ellas nos dan la certeza de lo que pasará después de nuestra muerte, quizás esa sea la razón por la cual los ancianos buscan en la religión un refugio. Carlos A. Reyes-Ortiz, M.D.12 asegura que los ancianos viven dos tipos de religiosidad la intrínseca que incluye un compromiso de vida y una relación más íntima con Dios, son personas que tienen un mayor compromiso con la comunidad religiosa a la que pertenecen y las que practican una religiosidad extrínseca que participan en grupos de oración y rituales, no tan estrechamente como los anteriores. Este estrecho vínculo con su Dios según Reyes les favorece en muchos aspectos: aumenta su autoestima, promueve los mecanismo psicológicos adaptativos ante el envejecimiento, enfermedades y sufrimiento, provee de esperanza y sentido de trascendencia entre la vida y la muerte. Otros investigadores como Thorson y Powell13 mencionan que la religiosidad intrínseca cuando es mayor la persona presenta menor temor a la muerte y ansiedad. Aunque otros investigadores como Kai Kuen Leug14 y colaboradores que trabajaron con una comunidad china encontraron que los chinos usan la religión como un remedio a vencer la soledad y el vació, más que como una solución a la muerte o para satisfacer una necesidad espiritual. Este hecho biológico normal en todo ser vivo que nace, crece, se reproduce y muere, tiene una forma particular de pensarse (concepción) nuestro entendimiento forma ideas (concepto) y así crea diferentes conceptos alrededor de esta palabra es considerada como el final de una etapa detrás de la cual no hay nada, o al menos nada conocido, en general se acepta como algo cotidiano pero que cuando atañe a lo personal, siempre parece lejana, no nos es fácil pensarla en nuestra mente como un hecho cercano, al menos cuando se piensa en la familia la muerte no se considera un algo cercano. Cada uno de nosotros aceptamos que un día moriremos pero evitamos a toda costa que esto suceda, tal es el caso de los ancianos que dicen “no creo que pase este año”, sin embargo en el momento en que se enferman buscan al doctor para evitar a toda costa la muerte. Salvarezza15 comenta que la manera de entender y conceptuar la muerte variará según se plantee la muerte como un fenómeno existencial (el fin), que la piense como un fenómeno natural (la terminación de un ciclo), que la piense como muerte de los demás (la pérdida o vacío) o que esa muerte sea planteada como un fenómeno personal, como la muerte propia, como pérdida de todo lo que se es y se tienen para cambiarlo por algo. — 188 — Otros autores como Thorson and Powel16 (1988) dicen que los significados de la muerte para los ancianos son diferentes, por lo tanto podemos concluir que “existen tantas maneras de conceptuar la muerte como individuos”. Debido a que surgen circunstancias que afectaran su concepción respecto a ésta. Bien decía Unamuno “, dos entes vivos diferentes en cuanto a la vida de ellos es distinta y como vivir no es los mismo para dos, tampoco el morir (que por lo pronto es dejar de vivir) significa lo mismo”17. Estos cambios de concepción de la muerte los podemos observar a través de la historia, la que aún siendo universal y única se ha interpretado de diferentes maneras; en el mundo antiguo, para la civilizaciones mesopotámicas lo sobrenatural era omnipresente y todopoderoso, y cada acontecimiento alarmante en el campo de la naturaleza representaba un presagio especial enviado para servir de advertencia o de estímulo. En Egipto el hombre era tratado como un todo. Quizás, precisamente por eso, al comprender que con la muerte y la putrefacción del cuerpo se rompía la unidad de éste y el alma pretendieron enfrentar esta disolución con el embalsamamiento. En la edad media (ss V al XV) coexistieron tres grandes culturas mediterráneas: Europa Occidental, el Imperio Bizantino y los Califatos Árabes, la Europa occidental se vio influenciada por el cristianismo, en la cual su máximo exponente Jesús de Nazareth invitaba a apiadarse del los más pobres y enfermos. Contrario a las civilizaciones mesopotámicas que creían que la enfermedad y la muerte eran ocasionadas por un castigo, para los cristianos la muerte significaba la liberación al goce eterno al lado de su Dios18. En nuestro México existieron grandes civilizaciones como los aztecas, zapotecas y mayas, los primeros dos pensaban que la muerte era el paso a un sitio en algunas ocasiones mejor, dependiendo de cuales hubiesen sido sus actos en la tierra, los grandes guerreros que morían en batalla y las mujeres que morían en el parto iban a “Ilhuicatltonatiuh” (la casa del sol), que era el Señor de la Gloria. El siguiente lugar para los muertos era el “Chichihuacuahco”, allí iban los niños muertos que se alimentaban de gotitas de leche que brotaba de un frondoso árbol. El tercer lugar era el “Tlalócan”, donde iban los muertos de accidentes o de enfermedades que demuestren signos evidentes de falta de vitalidad. Esta era la mansión de la Luna y tenía las condiciones ideales ya que era agradable, fresco y ameno. Estaba ligado con el agua y la luz que son la fuente de la vida en este planeta. El último lugar era la nada, la muerte sin consecuencias ni trascendencias, producto de una vida estéril. Esta zona era el “Mictlán” gobernada por dos señores que obligaban a los residentes a hacer un largo y tortuoso camino para llegar finalmente a convertirse en nada19. Los mayas tenían una concepción diferente de lo que era la muerte, para ellos no era la aniquilación total inherente a los seres vivos, sino un cambio de estado, una vivencia distinta a la que transcurre entre el nacimiento y el deceso. La muerte no es más que una forma de vida diferente en la que los difuntos continúan con sus actividades diarias e incluso se burlaban y hacían daño a los hombres20. Actualmente a los mexicanos se nos categoriza como una cultura que no tiene miedo a la muerte por la festividad que tenemos del día de muertos y la forma en la que nos mofamos de ella pero ¿continuará siendo así en nuestros ancianos? Ahora que hemos sido influenciados por las ideas del cristianismo y no tenemos tanto contacto con la muerte como nuestros antepasados. Y en verdad no tenemos contacto cercano con alguien que muere debido a que en el siglo pasado la medicina tuvo un auge muy importante y en lugar de que nuestros enfermos murieran en casa, como tradicionalmente era, comenzaron a ser llevados a hospitales donde morían sin la presencia de sus familiares. Durante esta época se hizo creer a todos que la muerte era algo sin importancia, se relegó y consideró algo insignificante; creo que a la mayoría de las personas que hemos tenido la oportunidad de — 189 — estar en un hospital ya sea prestando un servicio o como clientes del mismos hemos experimentado la frialdad del personal de salud al momento de que alguien se muere y esto no es culpa de ellos justamente sino que, por desconocimiento no son capaces de manejar ni el proceso de morir ni la muerte de las personas. A esta necesidad respondieron personas como Elizabeth Kubbler Ross quien con ayuda de cuatro seminaristas comenzara a trabajar con los moribundos. Se dio cuenta de los fenómenos psicológicos que acompañan a los enfermos en fase terminal durante el proceso de muerte, define la TANATOLOGíA como una instancia de atención a los moribundos. Ella en diferentes contactos que tubo con estas personas descubrió que para llegar a la muerte se pasa por una serie de etapas que son las siguientes: 1. Negación: la persona se convence de que hay un error, que lo que le está pasando no puede ser posible. 2. Ira: cuando acepta su realidad se revela contra ella, nada le parece bien y su condición la inunda de odio y rencor. 3. Pacto o negociación: asumen su condición, pero aparece la tentativa de negociar el tiempo. 4. Depresión: aparece cuando se da cuenta que todos los intentos anteriores por mejorar su condición de vida fracasaron. 5. Aceptación: la persona en paz y después de arreglar sus asuntos pendientes espera el momento final. 21 Estas etapas aunque son características de las personas moribundas también suelen experimentarse en aquellas que mueren por viejos y no por enfermedad, esto comenzará en el momento que sea conciente de que ha comenzado un proceso de pérdidas físicas, psíquicas, de rol, económicas y del futuro22. II. Justificación Ayudar a un anciano en su proceso de morir no es fácil está experimentando pérdidas física y personales irreversibles además, desconocimiento de lo que pasará con él una vez que muera lo provoca gran ansiedad la que trata de calmar buscando un refugio en la religión la cual es la única que le da una respuesta específica a lo que pasará después de que muera, a esto hay que agregarle el hecho de que no tiene un concepto específico de la muerte por lo que no nos es posible identificar cual es la mejor forma de abordarlo, pienso que al tener claro como se manifiestan estas tres variables en los ancianos podremos proporcionar actividades que ayude a llevar con éxito el proceso de duelo de los ancianos.. III. Formulación del problema ¿Las personas ancianas son más religiosas, presentan menos ansiedad ante la muerte y su concepción de ella es como un fenómeno personal? IV. Hipótesis Las personas ancianas son religiosas, tienen menos ansiedad ante la muerte y la conceptualizan como un fenómeno personal — 190 — V. Objetivo general Identificar si las personas ancianas son religiosas y si esta religiosidad los lleva a tener menos ansiedad ante la muerte y a conceptualizarla como un fenómeno personal. VI. Objetivos específicos 6.1 Determinar si las personas ancianas son religiosas. 6.2 Identificar si las personas religiosas en verdad conciben la muerte como un fenómeno personal. 6.3 Identificar si las personas religiosas tienen menos ansiedad ante la muerte. VII. Consideraciones éticas ART. 13. En toda investigación en la que el ser humano sea sujeto de estudio, deberá prevalecer el criterio de respeto a su dignidad y la protección de sus derechos y bienestar. ART. 14. La investigación que se realice en seres humanos deberá desarrollarse conforma las siguientes bases: I. se ajustará a los principios científicos y éticos que la justifique. II. Se deberá realizar sólo cuando el conocimiento que se pretenda producir no pueda generarse por otro método. ART. 100. La investigación en seres humanos se desarrollará conforme a las siguientes bases: III. Podrá realizarse solo cuando el cumplimiento que se pretende producir no pueda obtenerse por otro método idóneo. Título V Frac. IV. Vigilar el cumplimiento de las leyes, reglamento y normas técnicas que se refieren a la investigación11. VIII. Material y métodos Se trata de una investigación de tipo descriptiva, transversal. Nuestra muestra constó de 150 individuos, se eligió esta cantidad basándonos en investigaciones anteriores19, para obtener una muestra representativa, debido a que nuestra población era muy grande. Estos sujetos fueron elegidos por conveniencia y los criterios de inclusión que se usaron para que participaran en nuestra investigación fueron: •Edad de 65-80 años. •Sexo indistinto. •Religión indistinta. En los de exclusión se considerará a todas aquellas personas que no quieran participar en el presente estudio y padezcan alguna enfermedad terminal. Para el logro de nuestros objetivos se utilizaron dos cuestionarios el primero mide la ansiedad ante la muerte consta de 20 ítems cada uno se evalúa en una escala del 1-4 donde 1 tiene un valor de 10 2 y 3 de 20 y 4 de 30; excepto en las preguntas 4, 10, 13 y 17 donde la escala se maneja al contrario: dando un total de 600 puntos, esto quiere decir que quien obtenga una puntuación1-200 maneja una baja ansiedad ante la muerte, de 201-400 un nivel medio de ansiedad y de 401-600 alto nivel de ansiedad. — 191 — El segundo cuestionario se encarga de medir el nivel de religiosidad intrínseca y consta de 10 ítems, también se evalúa en una escala del 1-4, el 1 tiene un valor de 10 2-3 de 20 y 4 de 30, excepto en los ítems 8, 9 y 10 donde se maneja al contrario, dando un total de 300 puntos y así del 1-100 tienen un nivel bajo de religiosidad; del 101-200 una religiosidad media y del 201-300 un alta religiosidad. Para obtener el concepto de la muerte se utilizaron 4 ítems que hacen referencia a la forma en cómo Salvarezza menciona que los ancianos conceptualizan la muerte y también se valoró con una escala del 1-4, donde 1 tiene un valor de 10 2y3 de 20 y 4 de 30, y cada ítems se analizó de forma individual. La obtención de los datos se realizará mediante una entrevista, debido a que muchas de las personas de la tercera edad no saben leer ni escribir. Para tabular los resultados de estos cuestionarios se utilizaron cuadros y gráficas que se realizaron en el programa de excell 2000 y para analizar la relación entre las variables se utilizó el coeficiente de correlación de Pearson. IX. Resultados 1. Religiosidad baja. 2. Religiosidad media. 3. Alta religiosidad. Se muestra que el 0.8% tiene una religiosidad baja, el 14.6% una media y el 84.6% tienen un alta religiosidad intrínseca. — 192 — 1. Nivel medio de ansiedad ante la muerte. 2. Alto nivel de ansiedad. Aquí podemos observar que la mayoría de las personas presenta un nivel medio de ansiedad ante la muerte, presentando solo un 30% alto nivel de ansiedad y nadie presenta un bajo nivel de ansiedad ante la muerte. Se observa que la mayoría de nuestros ancianos conceptualizan la muerte como un fenómeno natural y como un fenómeno personal. — 193 — Al aplicar el coeficiente de pearson a las variables de religiosidad intrínseca que es la independiente y la ansiedad ante la muerte nos dio como resultado un r = 0.22142019 con una significancia de t = 2.762256 y en lo que corresponde a las variables de religiosidad y concepto de muerte fue de r = 0.37816015 con una significancia de t = 4.9695. X. Discusión Antes de discutir mis resultados creo que es preciso aclarar que durante la aplicación de los cuestionarios, nos topamos con algunos inconvenientes, entre ellos, la falta de compresión de algunas preguntas por lo que en muchas ocasiones fue necesario explicarlas, mas no es suficientemente confiable el que me halla dado a entender con los sujetos de estudio y en ocasiones quienes sabían leer y escribir no preguntaban dudas y sólo contestaba el cuestionario. Después de esta aclaración es importante resaltar como nuestros resultados concordaron con varias investigaciones una de ellas es la de Emilia Serra en la que llegan a la conclusión de que a mayor edad menor temor a la muerte, en la presente investigación podemos observar que 105 de nuestros 150 ancianos tienen un nivel medio de ansiedad ante la muerte. Otra investigación con la que concordamos es la de A. Reyes Ortiz, él menciona que a mayor religiosidad menor temor a la muerte, nosotros llegamos a la conclusión de que de nuestros 150 ancianos, 127 que corresponde al 85% tienen una religiosidad intrínseca alta y 105 que son el 70% manejan una ansiedad media ante la muerte. Por lo anterior la presente investigación difiere de la de Kai Kuen Leung el cual menciona que estas personas usan la religiosidad sólo para satisfacer una necesidad espiritual, tal vez pueda deberse a la diferencia cultural, pero al menos en nuestra investigación al parecer es usada para disminuir el temor ante la muerte. En lo que respecta al concepto sobre la muerte el más relevante como pudimos observar fue el fenómeno natural, por las pláticas que logré tener con estas personas ellas mismas me dieron la respuesta de porque elegían esta opción, ellos me comentaban que era para ellos la más segura porque a través de sus vidas lo habían observado “todo lo que tiene vida llega a morir” me comentaban ellos, y el concepto como fenómeno personal, algunos no se atrevían a decírmelo porque ellos decían que “aún nadie ha venido a decirnos como es la otra vida y si de verdad existe”, y pocos son los que creen que con la muerte todo termina, al parecer lo seres humanos normalmente pensamos en trascender tal vez hacia algo mejor o simplemente para seguir nutriendo la naturaleza. Después de lo encontrado en mis resultados, pienso que como Licenciadas en enfermería que atendemos a la persona como un ser biosicosocial, debemos tomar un poco más en cuenta la parte espiritual de la persona, que en muchas ocasiones dejamos de lado por cuidar que la parte física se encuentre en buen estado, sería excelente que como enfermeras pudiéramos proveer el cuidado espiritual que necesita nuestro cliente, sin embargo como es difícil que esto sea posible por lo menos brindar los espacios y oportunidades de que la gente practique sus ritos religiosos y así atender esta parte que por nuestras convicciones nos es difícil abordar. — 194 — ANEXO 1. Instrumento de recolección de datos. Datos generales. Edad: _____ Religión que profesa ________ Sexo: F () M () Escala de religiosidad intrínseca Valore del 1-4 su nivel de desacuerdo-acuerdo con las siguientes afirmaciones. 1 2 3 4 Totalmente en desacuerdo. Neutral. 1. Su fe involucra toda su vida 2. Durante su vida ha experimentado la presencia de Dios. 3. Usted cree que uno debería buscar la guía de Dios siempre que tomemos una decisión importante 4. Su fé algunas veces limita sus acciones 5. Nada es tan importante para usted como servir a Dios como usted sabe hacerlo 6. Ha tratado de involucrar mucho su religión en todas las demás acciones de su vida. 7. Sus creencias religiosas son lo que realmente 8. No le importan demasiado sus creencias mientras lleve una vida guiada por la moral. 9. Usted se rehúza a permitir que las consideraciones religiosas influyan en sus asuntos cotidianos. 10. Usted siente que existen cosas más importantes en la vida que la religión Totalmente de acuerdo. 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 Fuente: James A. Torzón and F. C. Powell. Meanings of Death and Intrinsic religiosity Concepto de muerte 1. Cree en una vida después de la muerte. 2. Cree que con la muerte todo se acaba y no hay nada después de ella. 3. Considera que la muerte es parte de un ciclo natural. 4. Se siente capaz de manejar la muerte de otros seres cercanos a usted. — 195 — 1234 1234 1234 1234 Escala de ansiedad a la muerte 1 2 3 4 Totalmente en desacuerdo. Neutral. Totalmente de acuerdo. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. Le tiene miedo a una muerte agonizante y llena de dolor. El no saber que hay en una siguiente vida le crea problemas. Le asusta el saber que ya no podrá pensar después de mi muerte. No le preocupa el saber que sucederá con su cuerpo una vez enterrado. El ataúd le pone ansioso. Odia perder el control de sus negocios después de que muera. Estar totalmente inmóvil después de morir le molesta. Le asusta el solo hecho de pensar en una cirugía. El hecho de la vida después de la muerte le crea grandes problemas. No le tiene miedo a una muerte muy larga y lenta. Usted no concibe la idea de estar encerrado en un ataúd cuándo muera. Odia la idea de ser ayudado una vez que muera. No le interesa el si hay o no una vida después de la muerte. Le molesta el hecho de ya no sentir nada después de la muerte. El dolor involucrado en la muerte le espanta. Usted está viendo hacia una nueva vida después de la muerte. No le preocupa el hecho de estar siempre desamparado. Le causa problema el saber que su cuerpo se va a descomponer en el ataúd. El sentimiento de que estará ausente después de su muerte me inquieta. Le preocupa el que le pasará después de morir. 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 1234 Fuente: James A. Torzón and F. C. Powell. Meanings of Death and Intrinsic religiosity — 196 — Bibliografía 1. Carnevali, Doris: Tratado de Geriatria y Gerontología, Edit. Interamericana, México 1988. 2.H. Strydom: Perceptions and Attitudes towards aging in two culturally diverse groups of aged males: A South African Experence. P. 86 3. J.S. Cook, K.L. Fontaine: Enfermería psiquiátrica, Edit. Interamericana, Madrid 1993. 4. James A.: Thorson and F. C. Powell, Meanings of death and insinsic religiosity, p. 385 5.H. Strydom: perceptions and attitudes towards aging in two culturally diverse groups of aged males: A South African Experence. p. 86 6. Reflexiones acerca del final de la vida: Un estudio sobre las representaciones sociales de la muerte en los mayores de 65 años. ttp: //www.nexusediciones.com/pdf/gero2004_1/g-141-004.pdf#search=%22estudios%20sobre%20la%20muerte%22, revisado 15-09-2006 7. Muerte en la vejez: http://www.querencia.psico.edu.uy/revista_nro1/edgardo_korovsky.htm revisado 06-09-2006 8. Emilia Serra Desfilis, Mari Carmen Abengózar Torres: Ancianidad y preparación para la muerte. www.um.es/analesps/2006. revisado 21-09-2006 9. the psychology of death and dying 10. Uribe-María, Uribe-Lucio: La enfermera ante la muerte del enfermo terminal. Roll enfermeria.2006;14 (8): 326-329 11. http://ultimotabu.iespana.es/estuvimos4.htm. Revisado 13-02-2007 12. Carlos, A. Reyes-Ortiz, M.D.: Importancia de la religión en los ancianos. http://scielo.sld. cu/scielo.php?pid=S0864-0319200300030000&SCRIPT=sci_arttext 13. James A. Torzón and F. C. Powell: Meanings of Death and Intrinsic religiosity, p. 388. 14.Kai-Kuen Leung, En-Chang Wu, Bee-Horng Lue, Li-Yu Tang: The use of focus groups in evaluating quality of life components among elderly Chinese people. 15. Salvarezza-Leopoldo: La vejez, una mirada gerontológico actual. México: Ed. Paidos, 2000. p380-403. 16. James A. Torzón and F. C. Powell: Ibid. 17. Salvarezza-Leopoldo: Ibíd. 18. María del Carmen Amaro Cano: Consideraciones históricas-culturales y éticas acerca de la muerte del ser humano, E-mail: [email protected]. revisado 13-02-2007 19. http://www.lector.net/vermar00/mejico2.htm#. Revisado 14-02-2007 20. http://www.uady.mx/sitios/mayas/articulos/pixan2.html. Revisado 14-02-2007 21. Percepción de Toc82429629. la muerte en los ancianos: 22. Muerte en 1053978399 la vejez: http//www.bioética.org/bioética/muerte17htm#_ http:/foros.kaliman.com.mx/discus/messages/4196/5540html? — 197 — Proyecto de Vida y envejecimiento Participación y envejecimiento activo: análisis de las percepciones de personas mayores implicadas en tareas de gestión en asociaciones de mayores. Silvia Martínez, Juan Francisco López, Imanol Amayra, Ignacio Gómez, José Javier Miguel. Resumen Introducción: La promoción de un envejecer activo parece ser el mejor recurso para mejorar la calidad de vida y prevenir la dependencia. Por esa razón se hace necesario el desarrollo de estrategias que impulsen una forma de envejecer activa e implicada, a través del fortalecimiento de personas y comunidades. A pesar de que hay importantes diferencias entre las asociaciones que agrupan a personas mayores, casi todas ellas tienen en común el ofrecer a los participantes la posibilidad de enrolarse en una gama de actividades de ocio variadas y, por lo general, en los procesos de gestión de la entidad, constituyendo un grupo de referencia y pertenencia para el mayor. Objetivos: Nos proponemos comprender mejor los procesos de participación en las asociaciones u organizaciones de personas mayores y analizar sus percepciones sobre el envejecimiento activo. Metodología: La muestra esta formada por personas mayores que participan en juntas directivas de asociaciones de mayores de Vizcaya (España). Se ha utilizado una metodología cualitativa consistente en entrevistas en profundidad y grupos de discusión. Resultados: Los resultados obtenidos se pueden sintetizar en dos: la participación en puestos de responsabilidad en la asociación proporciona una importante percepción de satisfacción y es valorada como recurso de calidad de vida personal; se entiende que las asociaciones de mayores son un potencial recurso para promover el envejecimiento activo, sin embargo, se observan algunas limitaciones que dificultan la implicación activa Dra. Silvia Martínez. Profesora en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Deusto. Directora del Curso de Especialización en Gerontología y miembro del Equipo de Investigación en Gerontología de la Universidad de Deusto. De 1995 a 2005 directora del Programa de Formación Permanente de Adultos “Ocio Cultural Universitario”. Líneas de investigación actual en gerontología: Desarrollo de hábitos de ocio saludables en las personas mayores y prevención de la dependencia. Impacto de los programas de formación permanente. Variables moduladoras del estrés del cuidador. Equipo de investigación en Gerontología. Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación. Universidad de Deusto. Vizcaya (España). [email protected] — 198 — en las mismas que deben ser subsanadas (p.e. el peso de las inercias en la gestión o la promoción de un modelo receptivo pasivo en los asociados). Palabras clave: envejecimiento activo, ocio, participación, organizaciones de mayores. Envejecimiento activo: puntos de partida A pesar de la gran difusión que ha alcanzado en los últimos años, el de envejecimiento activo es un concepto relativamente novedoso. Es en los Estados Unidos donde encontramos sus orígenes al inicio de los años 60, época en la que Havighurst y Albretch (1953, 1954, 1963) proponen su reputada “teoría de la actividad” según la cual mantener en la vejez los patrones de actividad de la edad adulta constituye el medio por excelencia para envejecer óptimamente. En los años 90 y auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1999), emerge una nueva concepción de envejecimiento activo que vincula la actividad a la salud y resalta el valor de la participación e implicación de las personas mayores en la comunidad. Con esta nueva concepción el envejecimiento activo es productividad mucho más allá de lo laboral, extendiéndose a lo social y comunitario (Walker, 2002), se entiende como recurso de calidad de vida y bienestar físico y psicológico (Avramov y Maskova, , 2003; Boulton-Lewis, Buys y Lovie-Kitchin, 2006; Burnett-Wolle, Godbey y Parr, 2005) y supone, sobre todo, un estilo de vida implicado que según cada persona, cobra una significación especial que hace que se viva (se sea “activo”) de diferentes maneras. La participación en asociaciones de mayores A pesar de que hay importantes diferencias entre las asociaciones que agrupan a personas mayores, casi todas ellas tienen en común el ofrecer a los participantes la posibilidad de enrolarse en una gama de actividad variada y, por lo general, en los procesos de gestión de la entidad, constituyendo un grupo de referencia y pertenencia para el mayor que contribuye a preservar la propia identidad, proporcionar satisfacción, evitar la invisibilidad social y reforzar la percepción de seguridad (Pillemer, Moen, Wethington & Glasgow, 2000). Participar en actividades con valor y significación permite la consecución de objetivos concretos y proporciona un sentimiento de competencia que refuerza la autoconfianza y motiva para seguir participando en dichas actividades y así permanecer “activo” (Hendricks y Cutler, 2004). Como ya determinara Csikszentmihalyi (1998), las personas experimentan satisfacción cuando están completamente involucradas en la realización de una actividad desafiante y esto les hace desear mantenerse adheridas a su práctica. Esta participación activa sostenida en procesos significativos, además de satisfactoria, ha sido ampliamente confirmada en la literatura gerontológica como un valioso recurso de salud física y psíquica en la vejez, con capacidad para prevenir la dependencia y para la rehabilitación (Dupuis y Smale, 1995; Shaw, Krause, Liang y Bennett, 2007; Lidon y Zanna, 1990; Le Carret, Lafont, Lettenneur, Dartigues, Mayo y Fabrigoule, 2003; Verghese et al. 2006; Wang at al., 2006; Phinney, Chaudhury y O’Connor, 2007, Nimrod, 2007, Greenfield y Marks, 2004). Con todo, a pesar de las bondades de la participación, no son muchos los trabajos que abordan el tema de la implicación de las personas mayores en el tejido asociativo comunitario. Pueden destacarse los estudios de Perren, Arber y Davidson (2003) y el de — 199 — Matthew, Blackwood, Louis, Fielding, Mavor, Morton O’Brien, Paasonen Smith y White (2006) que estudian cómo variables sociodemográficas (en concreto la salud, ingresos y estado civil) o de personalidad (específicamente la percepción de eficacia) impulsan la participación en este tipo de agrupaciones. Tomar la decisión de participar en una actividad y de mantener cierto grado de implicación en ella depende de variables personales y también de las características del entorno, como el ambiente físico, las características del grupo con el que se desarrolla o desarrollaría la actividad, el clima de seguridad psicológica que se percibe, etc (Wandersman et al., 2000; Omoto y Snyder, 1995; Csikszentmihalyi, 1998). Otro factor influyente son las líneas políticas, valores y concepciones imperantes entre los responsables políticos y técnicos de las administraciones públicas que, con sus actuaciones y directrices, pueden contribuir a fomentar la creación de asociaciones y grupos comunitarios dirigidos por personas mayores (OMS, 1999). El tipo e intensidad de la participación de la persona mayor en las actividades de la asociación puede variar a lo largo del tiempo pero el hecho de participar puede ser, además de una oportunidad de disfrute, un medio para la sensibilización, la experimentación personal y el fortalecimiento personal y, por extensión, comunitario. Según Montero (2004) este empowerment o fortalecimiento se consigue, entre otras cosas, a través de: la participación y la toma de conciencia; la autogestión e implicación de los ciudadanos y la comunidad en sus propios procesos de transformación; el compromiso personal y comunitario unida a la propia evolución y maduración; y el fortalecimiento de la identidad personal y de sentido de comunidad. Asumiendo la diversidad del colectivo de personas mayores no debemos ignorar que la vivencia singular de la actividad da lugar a diferentes “itinerarios” o estilos de participación a lo largo del tiempo. Teniendo en cuenta que muchas personas permanecen vinculadas a su asociación durante años, es posible que se experimente un proceso y evolución en la forma de participación. Como resalta Mena (1990) la participación en las asociaciones no se produce como un todo o nada, sino que es un proceso en el que pueden encontrarse grados de implicación que van, desde la utilización de servicios e instalaciones por parte de los miembros de la asociación, hasta la participación en las actividades de planificación, gestión y evaluación de la actividad, pasando por un nivel intermedio de implicación que supone la cooperación con las iniciativas planificadas por la asociación. Según Rodríguez y Ortí (1996) la crisis que vivieron durante la década de los años ochenta los movimientos asociativos ya está superada y el progreso observado en los últimos años nos hace tener esperanza de lograr un movimiento asociativo maduro y articulado. Sin embargo la superación de esta crisis supone un cambio en el modelo asociativo que permita enfrentar los nuevos problemas con soluciones novedosas y creativas. En ese proceso de cambio parecen hallarse inmersas numerosas asociaciones de personas mayores en toda España tal y como puede extraerse de trabajos como el Libro Verde de las Pequeñas y Medianas Asociaciones de personas mayores (2007). Estas agrupaciones, especialmente sus juntas directivas y asociados más críticos, parecen ser perfectamente conscientes de las potencialidades del movimiento asociativo que Jarre (1991) ya concretaba hace años y, aunque no siempre se explicite, desean medir su impacto social y encontrar cauces de mejora. Jarre (1991) atribuía a las asociaciones funciones relacionadas con: - La creación de programas novedosos o experimentales que no pudiendo ser asumidos por los estados, sí pueden surgir desde las estructuras asociativas, que son más flexibles y al estar en contacto directo con la realidad son capaces de — 200 — detectar mejor necesidades emergentes (como por ejemplo la de favorecer procesos de envejecimiento activo); - La prestación de servicios, entre los que se encuentra la oferta de actividades de ocio y participación social que mejoren la calidad de vida de los asociados y favorezcan su autonomía y su salud física, social y mental. - Actuar como defensor del colectivo y favorecer la satisfacción de sus necesidades y en especial las de los miembros más vulnerables. - Garantizar la presencia de los valores de la solidaridad y la participación promoviendo para ello estructuras que la favorezcan y ser una estructura mediadora entre la comunidad y las administraciones públicas capaz de canalizar las relaciones fluidas entre ambos. Objetivos del estudio Partiendo precisamente de que las asociaciones de personas mayores tienen la potencialidad de promover la participación y contribuir al desarrollo en la sociedad de una forma de envejecer más activa e implicada y del momento de sensibilidad crítica que plantean sus asociados y, especialmente, sus juntas directivas, nos proponemos conocer con más detenimiento su realidad. Para ello resulta fundamental el acercamiento a asociaciones de mayores como es el caso de Nagusiak, Federación de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas de Vizcaya con tradición de décadas, que agrupa a 134 asociaciones y más de 50.000 socios. Su preocupación, según reza en sus estatutos es convertir los centros de mayores en espacios activos, participativos y atractivos con el fin de fomentar la sociabilidad, prevenir el aislamiento y mantener preservadas las capacidades físicas e intelectuales de las personas mayores. Esta sensibilidad manifestada nos permite proponernos los siguientes objetivos de trabajo: - Conocer las opiniones y valoraciones de personas mayores que participan en juntas directivas con responsabilidad en la gestión de la asociación de mayores sobre el envejecimiento activo. Entendemos que sin una valoración positiva y correcta comprensión de dicho concepto por parte de los socios con responsabilidad en la orientación y dinámicas de las asociaciones, éstas pueden verse vinculadas a un estilo receptivo-pasivo en el que el asociado es mero destinatario de actividades organizadas. - Comprender las percepciones de los asociados con alguna responsabilidad en la gestión y dinamización de la asociación en cuanto a la potencialidad de la asociaciones en la promoción del envejecimiento activo y su nivel de compromiso actual. - Contribuir a un análisis crítico interno sobre la realidad de las asociaciones de mayores de la provincia de Vizcaya Metodología Se ha considera adecuada la realización de un estudio de carácter cualitativo que Denzin y Lincoln (2000, P.231) definen como “el conjunto de prácticas interpretativas que hacen al mundo visible y que intentan....llegar al sentido o interpretar esos fenómenos en términos del significado que las personas le dan”. En concreto, se ha optado por un enfoque de Investigación Acción Participativa (Balcazar, 2003) que favorecerá que — 201 — las personas de la muestra desarrollen cierto grado de autoconciencia sobre su propia realidad. Nos hemos servido de entrevistas en profundidad y grupos de discusión. La muestra ha estado constituida por miembros con diferente grado de responsabilidad de las asociaciones más importantes de Bizkaia y con la federación de asociaciones, Nagusiak, que aglutina a una gran parte de ellas. En total se han mantenido dos grupos de discusión y 18 entrevistas en profundidad que se desarrollaron a lo largo de tres meses con personas voluntarias o cuya colaboración se solicitó expresamente por parte de Nagusiak. Una vez realizadas las entrevistas se analizaron los temas y estructuraron en categorías (actitud hacia el envejecimiento activo, función de la asociación en relación con el envejecimiento activo y barreras o situaciones que se consideran como problemáticos en la asociación). Una vez recopilados los datos y tras la realización de análisis preliminares se mantuvo un nuevo encuentro con Nagusiak con objeto de contrastar y completar los análisis realizados y suscitar un proceso de reflexión interna. Principales resultados obtenidos Por lo que se refiere a la Actitud hacia el envejecimiento activo, una de las categorías analizadas, es observable que las personas mayores que pertenecen a juntas directivas de asociaciones de personas mayores tienen una sensibilidad especial hacia el hecho de envejecer activamente. Esto es visible en sus apreciaciones sobre el tema pero, sobre todo, en su personal comportamiento implicado (tal vez no siempre en forma de esfuerzos bien orientados para conseguir sus objetivos, pero si comprometido). La totalidad de las personas entrevistadas valoran la “actividad” (que en este caso se organiza en torno a su asociación) como un elemento de calidad de vida y de significación. A pesar del esfuerzo que pueda conllevar su actividad como responsables de sus asociaciones, ésta les reporta satisfacción, percepción de competencia y pertenencia y les ayuda a fijarse metas que les hacen seguir en “activo”. Por lo que se refiere a la Función de las asociaciones en relación con el envejecimiento activo, decir que se asume como propia y principal responsabilidad la tarea de diseñar “actividades” para el resto de los asociados. Aunque inicialmente había una tendencia a asociar la actividad con algo puramente manipulativo o físico, en la etapa conjunta de análisis de los datos recogidos se evolucionó hacia una concepción más completa de actividad. En relación con esta responsabilidad de las asociaciones de ser generadoras de actividad, todos los entrevistados viven con preocupación dos cosas: que los socios no participen más activamente en actividades (más allá de las tradicionales: excursiones y juegos de cartas) y el desinterés de jubilados más jóvenes que “renueven” las asociaciones en dichas actividades. Los mayores niveles de sensibilización con la necesidad de cuestionar y modificar formas de hacer y pensar sobre el tema del envejecimiento se han hallado en los sujetos entrevistados vinculados más activamente a la federación Nagusiak que aglutina y coordina a una buena parte de asociaciones vizcaínas, tal ver impulsados por una percepción de responsabilidad y un sentimiento de compromiso hacia todas ellas. Evidentemente esta actitud en una federación de asociaciones es muy valiosa para facilitar una progresiva implantación (en las asociaciones y sus asociados) de las dinámicas que conduzcan a la implantación progresiva de un envejecimiento productivo, activo y saludable. En cuanto a la Percepción sobre la situación actual de las asociaciones los datos recopilados permiten observar que las asociaciones se hallan en un proceso de — 202 — tránsito y, según la asociación de que se trate, en diferentes etapas de dicho proceso. Algunas asociaciones están reorientando su actividad e interpelándose sobre su función social, otras asumiendo o deseando hacerlo, su responsabilidad como recurso comunitario para el envejecimiento activo de otros mayores, otra simplemente reorganizando las actividades para su propio disfrute sin mayor proyección externa. En cualquier caso en la mayor parte de las asociaciones se percibe como problemático la imagen social negativa de las asociaciones de mayores (que hace que, a su entender, no sean consideradas por los mayores más jóvenes como algo deseable) y la falta de compromiso en las juntas directivas y órganos de gobierno. En todo caso parece existir una positiva actitud hacia la formación de los socios lo cual es considerado un recurso valioso para motivar y cualificar a nuevos socios en la asunción de estos roles. Estos y otros aspectos quedan recogidos sintéticamente en la tabla que se presenta a continuación; se presentan como las debilidades y fortalezas actuales de las asociaciones vizcaínas de mayores en cuanto recurso para el envejecimiento activo: PUNTOS DÉBILES • • • • • • • • PUNTOS FUERTES Las asociaciones viven con preocupación el hecho de que no son consideradas como “deseables” por parte de los mayores más jóvenes lo cual está dando lugar a un envejecimiento progresivo de las mismas, dificultando la normalización y dificultando la renovación de las juntas directivas. Los socios más veteranos a medida que pierden autonomía abandonan la entidad porque no encuentran actividades adaptadas en las que seguir participando, sin que esto sea tema de interés en la agenda de las juntas directivas. Las responsabilidades en la asociación corren al cargo de sólo unos pocos. Se observa cierto agotamiento en socios más activos y comprometidos con la gestión de la asociación por la falta de relevo en las tareas (que se atribuye al desinterés de nuevas generaciones de mayores por incorporarse a las asociaciones) Ausencia de recursos (formación, asesoramiento) que orienten los procesos que viven las juntas directivas (cierta orfandad no siempre explicitada) En general, se considera que las asociaciones de mayores son el recurso por excelencia para el envejecimiento activo desconsiderándose, tal vez, la participación normalizada del mayor en otro tipo de asociaciones (riesgo de asociación como ghetto) Las motivaciones de algunas de las personas con cargos en las juntas directivas dificultan la normal evolución de las juntas y las asociaciones. Se asume el cargo más por el estatus que confiere que desde una vocación de servicio a la asociación (mecanismo compensador de autoestima mermada por causa de la jubilación) Peso de las inercias en la gestión (las renovaciones no son tales -se cumplen los plazos pero no se cambian las personas (fundamentalmente por el “deseo de poder” de algunos socios y, en ocasiones, por cierta politización de la asociación y presiones municipales). • • • • • • • • • Valoración extremadamente favorable del concepto de “envejecimiento activo” (aunque no se comprenda en toda su complejidad) Se asume la responsabilidad de las asociaciones de mayores en propiciar el envejecimiento activo. Se observa gran implicación y compromiso personal en una parte de los asociados que asumen responsabilidades en juntas directivas. Algunas personas pertenecientes a juntas directivas de asociaciones han llegado a tener cierto nivel de formación (a menudo autodidacta) reforzado por su compromiso asumido y vinculación con los objetivos de la asociación (lo cual puede favorecer sus procesos de mejora). En general se observa una buena disposición para la autocrítica (como asociación) entre los miembros más comprometidos en tareas de gestión, que es requisito imprescindible para que se involucren en procesos de mejora. Existe consciencia sobre algunos de los factores que condicionan la participación activa en las asociaciones y la llegada de nuevos socios: estereotipos negativos y falta de interés de las actividades que se ofrecen (a pesar de que sea un análisis incompleto permite empezar a “trabajar” por algún sitio). Bastante confianza en el apoyo que pueden ofrecer instituciones públicas para favorecer el envejecimiento activo (no sólo –aunque también- en el plano económico). Disposición favorable en general a asumir compromisos con instituciones y otros agentes implicados en favorecer procesos de envejecimiento activo. Percepción de necesidad de herramientas (y disposición favorable a recibir ayudas) que mejoren su reflexión y les ayuden a formular medidas concretas de mejora de su situación. — 203 — Conclusiones En el apartado anterior quedan explicitadas algunas de las carencias (básicamente relacionadas con la inercia que puede llegar a implantarse en toda asociación y la falta de socios que se implican en los procesos de gestión) pero sobre todo algunas fortalezas que pueden ser sólidas bases sobre las que anclar una acción pro-envejecimiento activo y entre las que cabe resaltar: 1) su valoración positiva del envejecimiento activo y 2) el compromiso de implicarse en los procesos de cambio necesarios para dinamizar la participación activa en la asociación aunque eso suponga recibir apoyos externos de orientación y formación, y participar activamente en estudios como el presente. El estudio cuyos resultados se han presentado nos ha hecho darnos cuenta de la necesidad de conocer con mayor detalle al colectivo de personas que actualmente participa en asociaciones de mayores de Vizcaya, sus motivaciones para participar, sus percepciones sobre los beneficios que le reporta la participación en la asociación y las variables que inciden en que esto sea así, nos proporcionará información útil para comprender mejor los detonantes de la participación y la adherencia a ella (la participación continuada, no esporádica) en el tiempo. También nos parece crucial analizar en futuros estudios si el hecho de participar de manera asidua, no esporádica, en las diversas actividades y tareas de las asociación de mayores, tiene la potencialidad de crear un hábito o estilo de envejecer más activo que se extrapola a todas las esferas de la vida. Si partimos de la base de considerar que la actividad (independientemente de que pueda materializarse en acciones y realizaciones con gran nivel de concreción) es, sobre todo, un posicionamiento vital implicado y el mecanismo a través del cual la persona asume las riendas de su vida en un hacer pro-activo y no meramente receptivo-pasivo, este “ser activo” se reflejará en una mayor responsabilidad de la persona hacia el cuidado de su propia salud, en una inserción participativa más implicada en la realidad social e incluso en el desarrollo de un proyecto o plan vital personal que contribuya a articular y conferir sentido (Lawton, Moss, Winter, Hoffman, 2007). Bibliografía Avramov D. y Maskova, M. (2003): Active ageing in Europe. Council of Europe Publishing. Balcazar, F. E. (2003): La investigación acción participativa en la psicología comunitaria: principios y retos. Apuntes de Psicología, 21, 3, pp. 419-435. Boulton-Lewis, G; Buys, L; Lovie-Kitchin, J.: Learning and Active Aging. Educational Gerontology 32 (4): 271-282, 2006. Burnett-Wolle, S., Godbey, G., & Parr, M. (2005): Active Aging 101. Parks & Recreation 40[3], 30-40. Csikszentmihalyi, M. (1998): Creatividad: el fluir y la psicología del descubrimiento y la invención. Barcelona: Paidós. Denzin, N. & Lincoln, Y. (2000): Introduction: the discipline and the practice of qualitative research. En Denzin, N. & Lincoln, Y. (Eds.) Handbook of qualitative research. Thousand oaks: Sage. Dupuis, S.L. & Smale, B.J.A. (1995): An examination of relationship between psychological well-being and depression and leisure activity participation among older adults. Loisir et Société, vol. 18, n.1, pp. 67-92. Greenfield, E.A. & Marks, N. (2004): Formal volunteering as a protective factor for older adults’ psychological well-being. Journal of Gerontology: Social Sciences. Vol. 59B, S258-S264. — 204 — Havighurst, R.J. & Albrecht, R.E. (1953): Older people. New York: Longmans, Green & Co. Hendricks, J. & Cutler, S. J. (2004): Volunteerism and socioemotional selectivity in later life. Journal of gerontology. 59B, 5, S251-257. Jarre, D. (1991): La iniciativa social y comunitaria en Europa Occidental. En VV.AA. Las entidades no lucrativas de carácter social y humanitario. Madrid: Editorial La Ley. Lawton, M.P., Moss, M.S., Winter, L. y Hoffman, C. (2007): Motivation in later life: personal projects and wellbeing. Psychology and aging, 17, 4, 539-547. Le Carret, N., Lafont, A., Letenneur, L., Dartigues, J., Mayo, W. y Fabrigoule, C. (2003): The effect of Education on cognitive performances and its implication for the constitution of the cognitive reserve. Developmental Neuropsychology, 23 (3), pp. 317-337. Lydon, J.E. y Zanna, M.P (1990): Commitment in the face of adversity: a value affirmation approach. Journal of personality and social psychology, 58, 1040-47. Matthew, H.J., Blackwood, L., Louis, W., Fielding, K., Mavor, K., Morton, T., O’Brien, A., Paasonen, K., Smith, J. & White, K.M. (2006): Why do people engage in collective action? Revisiting the role of perceived effectiveness. Journal of applied social psychology. 36 (7). 1701-1722. Mena, B. (1990): Participación social y desarrollo comunitario. Documentación social, 80. Montero, M. (2004): El fortalecimiento de la comunidad, sus dificultades y alcance. Intervención psicosocial, 13, 1, pp. 5-19. NAGUSIAK (2006): Actas de las Jornadas sobre Envejecimiento Activo y reactivación de las asociaciones. En colaboración con Bai60 y Diputación Foral de Bizkaia. (Documento no publicado) Nimrod, G. (2007): Retirees’s leisure: activities, benefits, and their contribution to life satisfaction. Lesiure studies, 26, 1, pp. 65-80. Omoto, A.M. y Snyder, M. (1995): Basic research in actino: volunteerins and society’s response to AIDS. Personality and social psychology Bulletin, 16, pp. 152-165. Organización Mundial de la Salud (2002): Envejecimiento activo: un marco político. Revista Española de Geriatria y Gerontologia 37[S2], 74-105 Perren, K., Arber, S. y Davidson, K. (2003): Men’s organizational affiliations in later life: the influence of social class and marital status on informal group membership. Age and ageing, 23, 1, pp. 69-83. Phinney, A., Chaudhury, H., O’Connor, D. (2007): Doing as much as I can do: the meaning of activity for people with dementia. Aging and mental health. 11 (4): 384-393. Pillemer, K., Moen, P.Wethington, E & Glasgow, N. (2000): Social integration in the second half of life. Baltimore: Johns Hopkins University Press. Rodríguez, G. y Ortí, A. (1996): Institucioonalización del sector asociativo en España: estratificación motivacional e ideológica y diferenciación y complementariedad entre el sector público y entidades sociales. En VV.AA. Las entidades voluntarias en España. Institucionalización, estructura económica y desarrollo asociativo. Madrid: Ministerio de Asuntos Sociales. Shaw, B.A., Krause, N., Liang, J. y Bennett, J. (2007): Tracking changes in social relations throughout late life. Journals of gerontology Series B, 62, pp. s90-s99. Verghese, J., Lipton, R.B., Katz, M.J., Hall, C.B., Derby, C.A., Kuslansky, G. Aambrose, A.F., Sliwinski, M. y Buschke, h. (2003): Leisure activities and the risk of dementia in the elderly. New England Journal of Medicine, vol. 348, n. 25, pp. 2508-2518. VV.AA. (2007): Libro Verde de las PYMAs de personas mayores. Madrid: Dykinson Walker, A.: Ageing in Europe: policies in harmony or discord? International Journal of Epidemiology 31[4], 758-761. 2002. Wang, J.Y.J., Zhou, D.H.D., Li, J., Zhang, M., Deng, J., Tang, M., Gao, C., Li, J., Lian, y Chen, M. (2006): Leisure activity and risk of cognitive impairment: the Chongquin aging study. Neurology, 66, pp. 911-913. — 205 — Cuerpo y envejecimiento Calatonia em idosos: um trabalho voluntário se transforma num modelo clínico institucional nos processos de envelhecimento e responsabilidade social Benevides, M.L.S.; Bruno, V. B. S.; Goellner, M.B.; Limongi e França, A.C.; Lopes, R.G.C. Tratava-se inicialmente de um trabalho voluntário de aplicação do método da Calatonia num grupo de idosos moradores da Instituição de Longa Permanência (ILP) “A Mão Branca”. Diante da receptividade deste grupo e da riqueza dos dados obtidos, houve uma formalização do trabalho, com adoção de procedimentos metodológicos que viabilizassem análises de natureza cientifica. O trabalho se transformou então numa pesquisa acadêmica exploratória: foi constituída uma equipe de professoras doutoras, psicólogas especialistas e psicólogas recém formadas no Núcleo de Integração Psicofísica da Faculdade de Psicologia da PUC-SP. A heterogeneidade deste grupo de trabalho Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (PUC-SP) e Universidade de São Paulo (USP), São Paulo, [email protected] Valda Bernardes de Souza Bruno Psicóloga Clinica – Graduação- Pontifícia Universidade Católica de São Paulo Ano 1977. Mestre em Gerontologia Social – Pontifícia Universidade Católica de São Paulo. Formação em Psicologia Médica-Psicossomática – Instituto de Estudos e Pesquisas em Gastroenterologia –São Paulo 1984/1986 Formação em Cinesiologia Psicológica - Calatonia e Toques Sutis – Instituto Sedes Sapientiae. São Paulo. Dr.Petho Sándor 1984/1991 Coordenadora do Projeto: “Convivendo com Idosos” – Núcleo de Estudo e Pesquisa do Envelhecimento - Pontifícia Universidade Católica de São Paulo, no Asilo de Inválidos de Santos 2000/2002 Líder do Projeto – “Calatonia em idosos: A Construção de um modelo clinico Institucional nos processos de envelhecimento e responsabilidade Social” – Grupo de Pesquisa Khalaó PUC/SP – USP. Profissional – Atuação em Consultório, atendendo adultos e idosos. Psicologia Analítica de Carl Gustav Jung, Distúrbio Psicossomáticos. Calatonia e Toques Sutis. Integra o Grupo de Estudos de Psicogerontologia (GEP) e Grupo de pesquisa “Saúde, Cultura e Envelhecimento: Estudo do Acompanhamento Terapêutico para idosos” do Programa de Estudos Pós Graduados em Gerontologia da Pontifícia Universidade Católica (PUC), São Paulo, Brasil. [email protected] Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (PUC-SP) e Universidade de São Paulo (USP), São Paulo, Brasil. [email protected] Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (PUC-SP) e Universidade de São Paulo (USP), São Paulo, Brasil. [email protected] Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (PUC-SP) e Universidade de São Paulo (USP), São Paulo, Brasil. [email protected] — 206 — mostrou-se bastante rica. Às psicólogas especialistas, com ampla experiência clínica no uso do método Calatonia, coube a coordenação e supervisão em campo do trabalho das pesquisadoras. Às professoras doutoras couberam orientação nos procedimentos e análise dos dados da pesquisa. Este trabalho envolveu também o intercâmbio dos saberes das áreas de Psico gerontologia, Integração Psicofísica, Bem-estar e Qualidade de vida. O método da Calatonia foi desenvolvido pelo Dr.Pethö Sándor durante a Segunda Guerra Mundial, no atendimento aos feridos e refugiados que necessitavam mais do que cuidados médicos. O contato bi-pessoal potencializado pelo método, revelou-se como uma forma eficaz de diminuir o sofrimento das pessoas amputadas, congeladas e deprimidas. A Calatonia tem sido utilizada em âmbito clínico há mais de cinqüenta anos, tendo-se revelado como extremamente benéfica para a saúde psicofísica daqueles que a recebem. Palavras-chave: Calatonia, envelhecimento, responsabilidade social e qualidade de vida. Introdução Inicialmente tratava-se de um trabalho voluntário de aplicação do método da Calatonia num grupo de idosos moradores da Instituição “A Mão Branca”, Instituição de Longa Permanência (ILP). Diante da receptividade deste grupo e da riqueza dos dados obtidos, houve uma formalização do trabalho, com a adoção de procedimentos metodológicos que viabilizassem análises de natureza científica. Para tanto, foi constituída uma equipe de professoras doutoras, psicólogas especialistas e psicólogas recém-formadas no Núcleo de Integração Psicofísica da Faculdade de Psicologia da PUC-SP. Este trabalho também envolveu o intercâmbio de saberes das áreas de Gerontologia, Integração Psicofísica, Bem-estar e Qualidade de Vida. Estudos na área da Psicogerontologia são cada vez mais necessários na medida que o envelhecimento da população é um fenômeno mundial. “ O Brasil, jovem ontem, é hoje um Brasil envelhecendo e será o sexto país com maior população idosa em 2025 em comparação a outros países”. (ONU – The World Agend Situation apud Goldman, 1999: 28). A Calatonia, por suas características de sutileza e acolhimento é especialmente adequada ao trabalho com pessoas idosas e/ou doentes, que tanto necessitam desse cuidado diferenciado. Diversos motivos levam idosos ao amparo de uma Instituição, entre eles, sem dúvida, estão dois quadros clínicos limitantes, um resultante de Acidente Vascular Cerebral (AVC) e outro, a doença de Alzheimer. São patologias típicas desta faixa etária que inviabilizam a vida independente do idoso, contribuindo assim, para a sua institucionalização. O envelhecimento normal ou patológico sempre se remete ao corpo. Montagu (1986), discorre longamente a respeito da importância da estimulação táctil e sua atuação nos âmbitos psicológico e psiconeuroimunológico. Como referencial teórico foram utilizados a perspectiva analítica de Carl Gustav Jung, fundamentos sobre Integração Psicofísica, fundamentos sobre saúde em Gerontologia e fundamentos sobre Qualidade de Vida e Bem-estar dentro dos parâmetros de análises biopsicossociais. — 207 — Fundamentação Teórica O método da Calatonia foi desenvolvido por Pethö Sándor (1982) durante a Segunda Guerra Mundial, em seu trabalho como médico em hospitais da Cruz Vermelha. Segundo o próprio Prof. Sándor (1982, p.92), Calatonia é uma expressão que: “Indica um tônus descontraído, solto, mas não apenas do ponto de vista estático e muscular. No original grego o verbo khalaó indica relaxação e também alimentação, afastar-se do estado de ira, fúria, violência, abrir uma porta, desatar as amarras de um odre, deixar ir, perdoar aos pais, retirar todos os véus dos olhos, etc.”. Portanto, podemos dizer que a Calatonia, enquanto método de relaxamento visa promover efeitos de soltura e/ou distensão muscular, ou seja, a “regulação” do tônus. Mas sua atuação vai além do nível apenas muscular, promovendo também “reorganizações psico-fisiológicas” em vários níveis, tais como biológico, psicológico e social. Compõe-se de uma série de toques sutis que, valendo-se das características especiais da sensibilidade tátil, favorecem ampla vivência multisensorial e psíquica. A Calatonia promove a ampliação da consciência, abertura e desenvolvimento de possibilidades criativas (Sándor, 1982). Atua também reorganizando ritmos neuropsicofisiologicos de sono e vigília (Gorodscy, 1987). A Calatonia cria um espaço receptivo para a expressão da psique tanto consciente quanto inconsciente, tanto em sua dimensão física – vivência multisensorial - quanto psíquica - imagens, pensamentos e fantasias (Benevides, 2004). Tem se revelado uma metodologia de trabalho de longo alcance no atendimento psicológico, hospitalar e institucional. A perspectiva analítica de C. G. Jung enfatiza a importância do intercâmbio entre a consciência e o inconsciente na promoção da saúde integral e nos enfrentamentos da segunda metade da vida. Segundo Jung (2003: 5): “A consciência é, sobretudo, o produto da percepção e orientação no mundo externo, que provavelmente se localiza no cérebro e sua origem seria ectodérmica. No tempo de nossos ancestrais essa mesma consciência derivaria de um relacionamento sensorial da pele com o mundo exterior”. Os fundamentos da Integração Psicofísica têm como idéia básica a unidade entre psique e corpo. “Uma abordagem muito mais satisfatória seria considerar o homem como um todo, em vez de considerar suas várias partes” (Jung apud McGuire e Hull 1982: 349). Neste estudo, adotamos a definição de Qualidade de Vida construída com base em estudos anteriores Limongi-França (2002: 74): “Conjunto das escolhas de bem-estar mediadas por hábitos saudáveis, valorização da auto-estima e prática de valores da história individual e da Instituição em que o idoso está inserido”. Toda pessoa é um complexo biopsicossocial, isto é, tem potencialidades biológicas, psicológicas e sociais que respondem simultaneamente às condições de vida. Estas respostas apresentam variadas combinações e intensidades nestes três níveis e podem ser mais visíveis em um deles, embora todos sejam sempre interdependentes. Esta conceituação é descrita por Limongi-França (2004) como resgate de uma visão mais ampla do conceito de saúde, que tem sido a tendência nas últimas décadas. A saúde não é apenas ausência de doença, mas também o completo bem-estar biológico, psicológico e social. Esta conceituação, adotada pela Organização Mundial de Saúde (OMS), em 1986, abre um campo significativo para a compreensão dos fatores biopsicossociais na vida moderna. — 208 — Metodologia Trata-se de uma pesquisa qualitativa no que diz respeito à obtenção de dados descritivos, mediante contato direto e interativo do pesquisador com o pesquisado. Amostra: Total de quinze idosos que compreendiam a faixa etária de setenta e quatro a noventa e três anos. Sendo: dez idosos independentes (que não possuíam comprometimento psicofísico), dois idosos com diagnóstico de AVC (Acidente Vascular Cerebral) e três idosos com diagnóstico de Alzheimer. Instrumentos: Anamnese: levantamento do histórico do participante, que consta de dados de identificação, histórico do paciente na Instituição e dados médico-clínicos; Método da Calatonia; Contato bi-pessoal; Registro das observações feitas pelas psicoterapeutas-pesquisadoras antes, durante e após a aplicação da Calatonia; Registro fotográfico da face frontal utilizando máquina digital e máquina comum: antes da primeira aplicação do método da Calatonia, depois da 15ª aplicação e depois da 30ª aplicação; Dados de observações obtidos através do contato contínuo com os cuidadores dos idosos. Procedimento: A Calatonia foi apresentada aos residentes da “A Mão Branca” através de uma palestra e demonstração. Após a mesma, um grupo de idosos se ofereceu para participar e receber suas aplicações. Este é o grupo que denominamos independentes. Por indicação da equipe de enfermagem que havia observado mudanças significativas nos idosos independentes desde o início dos atendimentos, três idosos com diagnóstico de Alzheimer e dois idosos com diagnóstico de Acidente Vascular Cerebral (AVC) passaram a integrar a amostra da pesquisa. Devido a este histórico peculiar, o grupo dos idosos independentes possui oito sessões a mais que o grupo dos idosos dependentes que iniciaram as sessões de Calatonia posteriormente. Atendendo às exigências referentes à pesquisa com seres humanos, o projeto foi enviado ao Comitê de Ética do Programa de Estudos Pós-Graduados em Gerontologia da PUC-SP para sua apreciação e foi por ele aprovado. Além disso, os idosos independentes assinaram um Termo de Consentimento Livre e Esclarecido referente à participação na pesquisa. O Termo de Comprometimento Livre e Esclarecido dos idosos dependentes, foi assinado pelo responsável pelo idoso perante a Instituição. A Calatonia foi utilizada na forma da seqüência básica original tal como descrita por Sándor (1982), ou seja: dez toques suaves, sendo os cinco primeiros nos artelhos, seguidos por dois toques na região plantar, um toque na região dos tornozelos, um toque na panturrilha, finalizando com um toque na cabeça. Cada toque tem duração de três minutos, aproximadamente. Foram realizados trinta atendimentos de trinta minutos para cada participante independente e vinte e dois atendimentos de trinta minutos para cada participante dependente. As sessões foram realizadas uma vez por semana. Após a sessão a psicoterapeuta-pesquisadora registrava as observações realizadas. As psicoterapeutas-pesquisadoras alternavam-se aleatoriamente com cada idoso. Procurou-se assim, neutralizar a variável pessoal e privilegiar a observação da atuação do método da Calatonia para além das características individuais das psicoterapeutas-pesquisadoras. Para a análise das fotos, verificamos que inúmeros estudos têm demonstrado a existência de um vocabulário facial inato de sinais emocionais ao expressar as emoções básicas de tristeza, alegria, nojo, raiva, medo e surpresa. A face humana fala uma lin- — 209 — guagem universal. Paul Ekman (1984) as denomina “emoções básicas”. Elas não são aprendidas e estão presentes em todas as culturas já pesquisadas. Estas emoções são facilmente reconhecidas através das expressões faciais, pois os movimentos musculares da face que envolvem certas emoções são comuns a todas as pessoas. Com base nestes conceitos, a análise das fotos foi feita pelas próprias psicoterapeutas-pesquisadoras de forma subjetiva. Resultados Não só os idosos participantes foram beneficiados pelas aplicações da Calatonia. Este serviço voluntário também beneficiou indiretamente funcionários e cuidadores. Percebeu-se a possibilidade da construção de um modelo clínico institucional de atendimento a idosos residentes em Instituição, modelo este que permitiria a expansão da experiência adquirida na “A Mão Branca” para outras instituições de amparo aos idosos. A seguir destacamos os dados relativos a três idosos que apresentam quadros biopsicossociais bastante freqüentes na população de idosos institucionalizados e que foram selecionados pela sua representatividade. Nome: X. (grupo dos independentes). Sexo: M. Idade: 93 anos. Na anamnese não consta nenhum problema de saúde além da pressão arterial e dores nas pernas. X. relatou sofrer de labirintite∗ e artrose nas mãos. Quando começamos o trabalho na Instituição, observamos que o idoso X. estava deprimido e triste. Havia se mudado para lá há cerca de três meses. Raramente conversava com outros idosos e ficava a maior parte do tempo recluso em seu quarto. No decorrer das aplicações da Calatonia, notamos que X. começou a se relacionar mais com os outros idosos da Instituição. A espera para as sessões de Calatonia transformou-se em ocasião para a socialização. Passou a partilhar conosco seu gosto pela música, pondo a tocar e comentando a respeito das músicas de sua preferência. Percebemos também que a postura corporal de X. começou a ficar mais ereta. Ao final da série de aplicações, estava mais aberto, receptivo e feliz. Estava também mais comunicativo e integrado às atividades da Instituição e à comunidade dos seus residentes. Nome: Y. (grupo dos dependentes - Alzheimer). Sexo: F. Idade: 77 anos Y. apresenta um quadro de Doença de Alzheimer em estágio moderado. É visível a perda cognitiva e o comprometimento da memória. Mesmo tarefas diárias básicas como calçar sapatos não são executadas com facilidade devido à esta perda. “Reconhecia” as psicoterapeutas-pesquisadoras como pessoas que lhe pareciam familiares, mas não recordava seus nomes, nem tampouco o que faziam ali. Em relação à Y., o registro das fotos, que revelam sua crescente descontração, vitalidade e alegria foi fundamental para percebermos os efeitos das aplicações da Calatonia, já que sua capacidade de auto observação encontra-se comprometida por seu quadro médico-clínico. Med. inflamação do labirinto, parte do ouvido interno (1979). Caracteriza-se por vertigem intensa. Neste idoso observa-se estados emocionais alterados como tristeza e apatia. ∗ — 210 — Além disso, o relato da enfermagem foi para nós surpreendente, na medida em que revelou comportamentos de agressividade e irritação da idosa, que nunca haviam sido por nós testemunhados. Comportamentos estes que, segundo o mesmo relato, foram positivamente modificados pelas aplicações da Calatonia. Nome: Z. (grupo dos dependentes - AVC). Sexo: F. Idade: 91 anos. Z. sofreu o primeiro Acidente Vascular Cerebral em abril de 1992, aos setenta e sete anos e em julho de 1992 teve seu segundo AVC. Neste mesmo ano, veio residir na Instituição. Apresenta seqüelas do lado direito do corpo e não fala. Sua filha A., relata que ela é capaz de alguma compreensão. Observamos que Z. teve melhoras significativas com as aplicações de Calatonia: ficou mais calma, dormindo melhor. Passou a se comunicar mais, articulando algumas palavras, fazendo gestos e expressando mais as emoções. Observamos também movimentos no braço e perna direita, paralisados pelo AVC. Algumas observações de outros idosos participantes: - C.Z. – sexo: F – 84 anos. 3ª aplicação – “Guardo muito rancor e o trabalho da Calatonia está ajudando a me livrar desse rancor”. - H.C. – sexo: M – 92 anos. 16ª aplicação “O trabalho que vocês fazem faz uma transformação nos pensamentos, fica mais em ordem”. - C.M. - sexo: F – 94 anos. 12ª aplicação – “Tentei não dormir durante a aplicação, pois gosto de prestar atenção no meu corpo”. - C.C.M. – sexo: M - 70 anos. 8ª aplicação – “Senti muito a região do estômago e ao redor está muito pesado. Vi minha vida passar por meus olhos, minha infância e tudo mais”. - R.F. –sexo: F - 71 anos. 8ª aplicação – “Antes eu dormia como um conta gotas, acordava direto, agora durmo até de manhã”. Considerações Finais Os dados obtidos foram claros e evidentes. Na maioria dos idosos pudemos observar regularização do sono, melhoras na disposição, no humor, no cuidado com a higiene do corpo, no lidar com situações de tristeza e perda e também no incremento da comunicação e no desenvolvimento das relações sociais. Este estudo revelou que o método da Calatonia é um instrumento eficaz para obtenção de bem estar psicofísico e social. O presente estudo apresentou dados consistentes no sentido de indicar a utilidade da Calatonia em duas patologias freqüentes nesta faixa etária (AVC e Alzheimer). Os dados observados de Y. e Z. são importantes não apenas em termos destas duas idosas em particular, mas pelo que sugerem como possibilidades de atuação da Calatonia em quadros de difícil intervenção. A Calatonia também se revelou útil no quadro de depressão pós institucionalização apresentado por X. Concluindo, a utilização do Método da Calatonia em idosos residentes em uma ILP (Instituição de Longa Permanência) mostrou-se de grande utilidade e capaz de con- — 211 — tribuir para um melhor Bem-estar e Qualidade de Vida dos idosos pesquisados. A Calatonia pode ter importante papel na promoção de Bem-estar e Qualidade de Vida de idosos moradores em Instituição. Referências Bibliográficas Benevides, M. L. S. (2004): A calatonia de Pethö Sándor e sua aplicação em psicossomática. São Paulo. Monografia do curso de Especialização em Psicossomática, FACIS/IBEHE. Dicionário Enciclopédico KOOGAN – LAROUSSE – Seleções (1979): Rio de Janeiro: ed. Larousse do Brasil LTDA. Ekman, Paul. (1984): Approaches to emotion. Berkley: Erlbaum, Field, T., Hernandez-Reif, M., Quintino, O., Scchenberg, S.& Kuhn, C. (1996): Elder retired volunteers bene.fit from giving massage therapy to infants. Journal of Applied Gerontology, 17, 229-239. Goldman, S. N. (1999): Universidade para terceira idade: uma lição de Cidadania. Doutorado em Serviço Social. Pontifícia Universidade Católica de São Paulo. Gorodscy, R.C. (1987): Calatonia: uma experiência clínica. Revista Temas, junho-dezembro, p.181-194 Jung, C. G. (2003): Fundamentos de Psicologia Analítica. Petrópolis: ed. Vozes 11ª ed. Limongi-França, A.C. (2004): Qualidade de Vida no Trabalho – práticas e conceitos na sociedade pós-industrial. São Paulo: Editora Atlas, 2ª. Edição. Limongi-França, A. C; Rodrigues, A. L. (2002): Stress e trabalho: uma abordagem psicossomática. São Paulo. Ed. Atlas, 3ª ed. Mcguire, W. e Hull, R. F. (1982): C. C. G Jung: Entrevistas e Encontros. São Paulo. Cultrix. Montagu, A. (1988): Tocar – O Significado Humano da Pele. São Paulo: Summus Editorial. Pethö, Sándor et al. (1982): Técnicas de Relaxamento. 4ª ed. São Paulo: Vetor. — 212 — Cuerpo y envejecimiento El bastón interno Estela Guadalupe Moro y Cesar A. T. Franchisena Resumen El permanente aumento de la expectativa de vida, crea en los seres humanos el gran desafío de conseguir que esa prolongación se haga desarrollando y potenciando las posibilidades naturales del propio organismo. El ser humano comienza a envejecer en el instante mismo de la concepción y cada sujeto en el transcurso de la vida elabora su propio camino al envejecimiento.El cuerpo es el más fiel registro de la historia de nuestra vida. Alegrías y desventuras están allí grabadas. Como un buen libro es necesario leerlo y descifrarlo, comprendiendo, los porque, los como y los cuando. En el movimiento paulatino y gradual se despiertan nuevas posibilidades y se logra desplegar potencialidades, que aún pujan por emerger y ser vividas en plenitud, disfrutando de la aceptación del mismo, en un proceso de grata transformación. “Un cuerpo flexible en un ser humano flexible” para alcanzar esta premisa y sostenerla, se propone desarrollar apoyos físicos, logrando consecuentemente el fortalecimiento de aspectos psíquicos y emocionales en una combinación armónica. Este aporte basado en una experiencia de quince años de trabajo, con adultos mayores, sintetiza la búsqueda y el encuentro de lo que hemos dado en llamar “El bastón interno” que anida en cada ser. Su desarrollo y utilización permitirá alcanzar un estado mental de calma contribuyendo a un envejecimiento saludable. Esta pedagogía permite escuchar las manifestaciones del cuerpo en movimiento brindándole una correcta atención, en un medio adecuado, para que se expandan las fuerzas y emerjan potencialidades aún latentes. Palabras clave: Apoyos fiscos, mentes sostenidas Universidad Nacional de Córdoba Argentina. Universidad Libre de Córdoba. Profesora de Yoga. Bioquímica UNC. Magíster en Gerontología UNC. Docente en la Cátedra de Microbiología de la Facultad de Cs. Químicas de la UNC. JTP en la Cátedra de Microbiología de la Facultad de Ingeniería de la UNNE. Diversas publicaciones en medios nacionales e internacionales. Profesora en el PUAM (Programa Universitario de Adultos Mayores). Profesora de la ULAM (Universidad Libre de Adultos Mayores). Coordinadora de los talleres de capacitación y presidenta de CREDEHUM (Asoc. Civel para el Crecimiento y Desarrollo Humano). [email protected] Asociación Civil para el Crecimiento y Desarrollo Humano. Instituto San Miguel. Córdoba. Argentina. [email protected] Prof. de la Cátedra “Deporte y su Enseñanza”. Instituto San Miguel. Córdoba. Argentina. [email protected] — 213 — Introducción El siguiente trabajo, trata de ser un aporte para todas aquellas personas que realicen actividades físicas con adultos mayores (AM). Para proporcionar al AM de una actividad apropiada a sus necesidades y capacidades de movimiento, es menester de un conocimiento físico-psico-social de los mismos y de una planificación adecuada. Tener los conocimientos necesarios llevara la tarea hacia un camino sin riesgos y por ende a un saber hacer gustoso. Desarrollo Trabajar con AM permite rescatar elementos que formaron parte del desarrollo madurativo y que vuelven a aparecer en la vejez por diversas circunstancias. Al nacer los huesos están en formación y todavía no son estructuras lo suficientemente fuertes para lograr la posición bípeda (erecta); en el viejo generalmente sucede lo contrario, los huesos van perdiendo consistencia agregándose dolencias articulares y posturales (osteoporosis, artritis, entre otros), así mismo el equilibrio, los músculos... todo el cuerpo se va desgastando, esto genera disminución en la capacidad de movimiento y dolor, llevando a situaciones de angustia y desánimo, elevando el sedentarismo, situación esta que nos abocamos a revertir. Sedentarismo: causas internas y externas. Causas internas: son las reacciones personales que llevan al sujeto a una falta de motivación, perjudicial para el plano motor y el socio-afectivo. “No puedo. Nunca hice gimnasia. Ya eso no es para mí. Estoy vieja y me duele todo. A lo mejor mas adelante ”. Esta son las exclamaciones más frecuentes y señalan en quienes lo proclaman prejuicios sobre la vejes, convicciones erróneas sobre los movimientos, buscando la perfección de los mismos y no los beneficios que estos generan. Suponiendo que la gimnasia es solo para jóvenes, además la baja autoestima y la postergación sumada a la desvalorización de los beneficios de las cosas simples que se realizan en forma permanente y constante.Causas externas: las condiciones ambientales contextuales que rodean al AM pueden generar implícita o explícitamente un geronte postrado. “Carlitos no seas bruto no juegues así con el abuelo, no ves que esta viejo no puede moverse mucho”. Los mitos y preconceptos sobre la vejes traen como consecuencia en algunos casos un entorno de sobreprotección invalidante que lo desvaloriza como persona con nuevas posibilidades o la idea que al fin de su vida productiva el sujeto no tiene cabida como entidad vital en el seno familiar o en la sociedad. Dos situaciones claras que reflejan el SEDENTARISMO y nos ponen ante un desafío: lograr acercar al AM a una gimnasia apropiada que permita un envejecer saludable. Objetivo del trabajo Este trabajo pretende poner énfasis en restituir el equilibrio físico-psíquico- emocional y social del AM a través de un Método Educativo no Formal realizado en forma sistemática y a lo largo del tiempo. — 214 — La falta de equilibrio genera inseguridad y muchos riesgos para la salud del AM, la actividad propuesta trata que el AM descubra los apoyos necesarios que se encuentran en el propio cuerpo con el objeto de disminuir los riesgos, desarrollar la prevención, evitando accidentes y permitiendo una actividad normal de los sujetos en su vida particular y social. El apoyo esta íntimamente relacionado con la seguridad. El poder tomarse de un elemento proporciona tranquilidad, mas aún si ese apoyo lo proporciona el propio cuerpo éste brinda elementos para salvar situaciones donde es necesario contar con apoyos para alcanzar el equilibrio. El trabajo con el AM requiere tiempo, dedicación, acompañamiento y acabado conocimiento del mismo por ende debe insertarse en un marco gerontológico que permita un abordaje bio-psico-social del envejecimiento. Las actividades y elementos simples ayudaran al geronte a realizar tareas sencillas que alimentarán el gusto por el movimiento llevando el reencuentro con el propio cuerpo y enriqueciendo el repertorio motriz del viejo alcanzando la concordia entre lo que se siente lo que se aparenta y lo que se es estimulando la capacidad de asombro y poniéndolo en disposición de aceptar los cambios y continuar con la ilusión de seguir haciendo camino El trabajo permite tomar confianza y seguridad en los movimientos más sencillos, aunque lo sepa realizar se practican durante un tiempo necesario para incorporarlo, pero sobre todo para desarrollar la confianza que le da este. Seguidamente se pasa a otro similar pero más complejo, con igual procedimiento y así sucesivamente, alcanzando con el tiempo, plasticidad, flexibilidad, equilibrio pero sobre todo seguridad en sí mismo por que sabe que puede solo, seguridad social, por que se destierra la vergüenza del no poder hacer delante de sus pares, seguridad emocional por que siente y experimenta que puede superarse. La propuesta se basa en realizar un trabajo “pausado”, posibilitando deslizamientos sin perder los apoyos adaptando el ritmo a las posibilidades de los participantes. Este trabajo nos proporciona un saber hacer más dinámico, sin riesgos y con la premisa de que al trabajar apoyos, equilibrio y desplazamientos, pone al mayor en situaciones de seguridad y tranquilidad sin olvidar todas las situaciones emocionales que influyen en la actividad del geronte. Es necesario proponer siempre actividades adecuadas a sus particularidades, acciones que promuevan un enriquecimiento motriz e intelectual y emocional. El trabajo con el AM requiere tiempo, dedicación, acompañamiento y acabado conocimiento del mismo por ende debe insertarse en un marco gerontológico que permita un abordaje bio-psico-social. Metodología No se trata de obligar al A.M a esfuerzos físicos desagradables o con posterior secuelas de dolor, se busca aquietar la mente, sentir y descifrar los mensajes del cuerpo. Alegrías y desventuras están allí grabadas. Los encuentros se desarrollan, evitando horarios extremos. Estos se realizan entre las 8, 30 hs y las 19 hs. para permitir el desplazamiento con luz diurna, propiciando la autonomía e independencia. El salón de clases debe ser amplio y desprovisto de muebles, limpio con buena ventilación, alfombrado y con colchonetas (para aquellas personas que las necesiten). En las cuatro estaciones la temperatura debe mantenerse — 215 — en niveles medios evitando el frío o el calor excesivo, luz tenue, con música suave. El ambiente debe ser ameno y cordial, dando al AM el ámbito para que se viva en distensión y seguridad, se establecerán normas de convivencia, de funcionamiento y el tiempo de cada encuentro. Los ejercicios están adaptados al AM, siendo lentos, suaves y progresivos. Dentro de los encuentros se mantiene un esquema básico, siempre se realizan ejercicios en posición erecta, cúbito ventral, lateral derecho e izquierdo, sentado y cúbito dorsal. En el proceso se toma gradualmente conciencia de los límites físicos y desde allí se decide qué se practica, cómo se llega a las posturas indicadas y cuánto tiempo se permanece en ella; en todo momento la consigna es: “se hace lo que el cuerpo permite, hasta donde lo permite sin causar dolor, no esforzarse ni aguantar, solo el tiempo y la práctica constante llevaran a los logros deseados. el que va mas lento llega más rápido”. Resultados A lo largo de quince años de trabajo se observó que quienes practican este método en forma sistemática y a lo largo del tiempo mejoran sensiblemente a través de la recuperación del cuerpo, desarrollando confianza en si y en sus posibilidades, integrándose a un grupo de pertenencia y elevado sus niveles de autoestima. Conclusión El trabajo con el AM exige un conocimiento acerca de éste y sus características, la tarea a desarrollar implica además de conocer el cuerpo del anciano también las capacidades socio-afectivas e intelectuales. Los prejuicios internos y externos producen aislamiento y sedentarismo en el viejo, “combatir” estos factores nocivos es el gran desafío al que nos enfrentamos. Poder vivenciar la tarea con el AM, abre un camino de posibilidades a diversas experiencias que se suscitan tanto dentro como fuera del sujeto enriqueciendo el trabajo. Teniendo en cuenta además que quien imparte la instrucción debe sentirse consustanciado con el proceso que vive el educando y el propio, realimentando su espíritu con los logros alcanzados. Bibliografía Adams, D. (1969): “Analysis of a Life Satisfaction Index” Journal of Gerontology, Vol. 24 N° 4, 470474, . Aréchiga, H. y Cereijido, M. (coordinadores) (1999): “El envejecimiento: sus desafíos y esperanzas”. Ed. Siglo Veintiuno. Madrid. Béland, F. y Zunzunegui, M. V. (1995): “El perfil de las incapacidades funcionales en las personas mayores”. Facultad de Medicina, Universidad de Canadá. Béland, F. y Zunzunegui, M. V. (1995): “La ayuda recibida por las personas mayores”. Facultad de medicina Universidad de Montreal. Bertherat, T. (1987): “El Cuerpo tiene sus razones”. Ed. Paidos. Bs. As. ————— (1987): “Las Estaciones del Cuerpo”. Ed. Paidos. Bs. As. (2002): “La Guarida del tigre”. Ed. Paidos. Bs. As. Chiapponi, F. (2001): “Yoga Teoría y Práctica”. Ed. El Ateneo Libsa. Bs. As. Chopra, D. (2001): “Cuerpo sin edad mente sin tiempo”. Ed. Vergara. Bs. As. — 216 — Coleman, V. (1984): “El poder autocurativo del cuerpo”. Ed. Martínez Roca. Barcelona. Comfort, A. (1991): “La edad dorada. Guía para entender y disfrutar la vejez”. Ed. Grijalbo. Bs. As. Cornachione Larrinaga, M. A. (1999): “Psicología evolutiva de la vejez.” Ed. Brujas. Córdoba, Argentina. Cuevas Sosa, A. y Vera Alcocer, A. (1993): “¿Que hago con mis abuelos? - Los conflictos de la familia con el anciano”. Ed. Pax. México. Desikachar, T. K. V. (1994): “Yogasutra de Patanjali”. Ed. Edaf. Madrid. Devi, I. (1988): “Yoga por siempre joven, por siempre sano”. Ed. Javier Vergara Editores. Bs. As. Elichiry, N. (1986): “Importancia de la articulación interdisciplinaria para el desarrollo de metodologías transdisciplinarias”.Ed. De Nueva Visión. Bs. As. Erikson, E. (1985): “El ciclo vital completado”. Ed. Paidos Studio. Bs. As. García Salve, F. (1987): “Yoga para vivir en plenitud”. Ed. El Mensajero Bilbao. España. Isnardi, A. L. y Belloli, V. (1997): “Yoga un camino a la salud”. Ed. María E. Barrara. Bs. As. Katz de Armoza, M. (1994): “Técnicas corporales de la tercera edad” Ed Paidos. Barcelona. Laforest, J. (1991): “Introducción a la gerontología, el arte de envejecer”. Ed. Herder. Barcelona. Landoni, A., Faraile, N., del Rincón R. y Laube, G. (1996): “Los niños de otrora psicología en los procesos de la tercera edad” Ed. ECUA. Bs. As. Lawton, M. P. (1989): “Medio Ambiente y Satisfacción de necesidades en el envejecimiento”. Ed. Martínez Roca. Barcelona. Moragas Moragas, R.: “Gerontología Social: Envejecimiento y Calidad de Vida”. Ed. Herder. Barcelona, 1991. Morales, M. M. (1992): “Aspectos Subjetivos de Salud y Satisfacción de Vida”. Tesis de la Maestría en Gerontología. Facultad de Ciencias Médicas. UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA, 1992. Mounbourquette, J. (2003): “Autoestima y cuidado del alma”. Ed. Bonum, Bs. As. Neri, A. L. (1999): “Desenvolvimiento y envelhecimento”: “Perspectivas biológicas, psicológicas e sociológicas”. Ed. Papirus editora. SAN PABLO. Neugarten, B.L.; Havighurst, R.J. y Tobin, S.S. (1961):“The Mensurament of Live Satisfaction”. Journal of Gerontology 16, (134, 143). Percívale, A. (2001): “El Yoga de las cuatro estaciones”. Ed. Norma. Bs. As. Percívale, A. (1999): “Recuperar el paraíso “. Ed. Norma. Bs. As. ————— (1998): “Manual de yoga Contemporáneo”. Ed. Ameghino. Bs. As. Pitkin, W. B. (1984): “Viva feliz después de los cincuenta”. Ed. Central. Bs. As. Prabhupada, A. C. y Bhaktivedanta Swami: “La Perfección del Yoga”. Ed. Fondo Editorial Bhaktivedanta. Bs. As., 1982. Rajhavara, Z. (1995): “Yoga para todos”. Ed. Aymi. Bs. As. Rechinni De Lattes, Z. (2000): “Situación sociodemográfica de la población adulta mayor”. En: Informesobre la tercera edad en Argentina, Secretaria de Tercera Edad y Acción Social Bs. As. Rogers, C. (1965): “El proceso de convertirse en persona”. Ed. Paidos. Bs. As. Rolla, E. (1991): “Senescencia. Ensayos Psicoanalíticos sobre la Tercera Edad”. Ed. Galerna. Bs. As. Salvarezza, L. (1998): “La vejez una mirada gerontológica actual”. Ed. Paidos. Bs. As. ————— (1991): “Psicogeriatria”. Ed. Paidos. Bs. As. Tarzibachi, G. L. (1998): “Mi primer día de Yoga”. Ed. Kier. Bs. As. — 217 — Thomsen, U. (1995): “Yoga”. Ed. Falken. Cap. Federal. Van Lysebeth, A. (1988): “Aprendo Yoga”. Ed. EMECE - URANO. Bs. As. ————— (1995): “Perfecciono mi Yoga”. Ed. EMECE - URANO. Bs. As. Varena, C. (1999): “Iniciación a la meditación”. Ed. Polígrafo del Plata. Bs. As. Wallnofer, H. y Von Rottausher A. (1980): “Todos los métodos de curación chinos”. Ed. Martínez Roca. Barcelona. Yogui Ramacharaca (1987): “Ciencia Indo Yogui de la respración”. Ed. IBIS. Barcelona. Yuni, J. A. (2001): ”La construcción de la gerontagogía en el marco de las tensiones socio-culturales del cambio global y de las políticas neoliberales”. Ed. Unísinos. octubre (17-19). Yuni, J. A. y Urbano, C. A. (2001): “ Mirarme otra vez – Madurescencia femenina – Alternativas y desafíos de ser mujer mayor” Ed. Mi Facu. Córdoba. Yuni, J. A. y Urbano, C. A. (2004): “Calidad de vida satisfacción vital y bienestar subjetivo en la vejez”. UNC Fac. de Ciencias Medicas. Magister en Gerontología. Programa de formación de recursos humanos gerontológicos. Córdoba. Yuni, J. A. y Urbano, C. A. (2005): “Educación de adultos mayores. Teoría Investigación e Intervenciones.”, Ed. Brujas. Córdoba. Yuni, J. A., Urbano, C. A. y Arce de Blanco, M. del C. (2003): “Discursos sociales sobre el cuerpo, la estética y el envejecimiento.”, Ed. Brujas. Córdoba. Zarebski, G. (1994): “La Vejez ¿es una caída?”. Ed. Tekné. Bs. As. ————— (1999): “Hacia un buen envejecer”, Ed. EMECE editores S.A. Bs. As. ————— (1995): “La caída en un viejo”. Revista Argentina de Gerontología y Geriatría 15, 20, Bs. As. — 218 — Cuerpo y envejecimiento Programa de potenciación creativa (ppc). Un valioso instrumento para el adulto mayor Nora Farina de Luna Resumen El Programa de Potenciación Creativa (P.P.C) fue creado por el Mag. en Educación y Músico Chileno Edigio Contreras. El objetivo es encontrar en el Arte, recursos y herramientas para el logro de un desarrollo integral que permita una mejoría y mantenimiento en la calidad de vida de la persona. El marco teórico se sustenta en tres aportes fundamentales: 1) Georges Balan, músico que diseña una modalidad original de escucha, concentrada en la música “Escucha Creadora”.2) Georgi Lozanof, identifica en determinadas músicas clásicas del período Barroco y Clásico, estímulos que favorecen el desarrollo de la memoria.3) Alfredo Tomatis, médico otorrinolaringólogo que a través de profundos estudios del oído humano, llega a definir que este constituye un verdadero rector de procesos neurosensoriales y cognitivos en el individuo.Sobre estos principios, Contreras crea una serie de recursos metodológicos que apuntan a la obtención de mejores logros en el área cognitiva en lo referente a potenciación de la memoria – desarrollo progresivo de la atención sostenida en el presente y concentración. Así como aumento de la autoestima y niveles de creatividad. La herramienta básica es la “Escucha Musical Interactiva”, que estimula procesos de integración neurosensorial mediante el entrenamiento sistemático de habilidades auditivas que favorecen el proceso de concentración y memorización.Inicialmente en Uruguay, México, Chile y Colombia en contextos de aula (primaria, secundaria y terciaria) y a nivel individual en DCM y al adulto mayor.Se ilustrará con una experiencia. Palabras clave: Música, atención, memoria y creatividad. Objetivo de la Ponencia Dar a conocer un recurso innovador para el Adulto Mayor que apunta a mejorar la calidad de vida personal y vincular. Centro Interinstitucional de Colaboración com el Adulto Mayor (CICAM). Montevideo, Uruguay. [email protected] — 219 — Introducción El PPC fue creado hace una década por el Magíster en educación y Músico chileno Edigio Contreras. En este tiempo se viene aplicando y desarrollando en Instituciones educativas, de salud y empresas en aproximadamente 250 ciudades latinoamericanas de Chile, Colombia, México y Uruguay.- Objetivo General del PPC Encontrar recursos dentro del arte que colaboren al desarrollo integral de la persona para mejorar su calidad de vida.- Objetivo específico del PPC Encontrar recursos dentro de la música que se conviertan en potenciadores de procesos cognitivos y de creatividad.- Marco Teórico del PPC Está integrado por el aporte de Científicos y Músicos. • George Balan: musicólogo rumano que crea una original modalidad de escucha que llamó "Escucha Consciente" que permite acceder a una nueva dimensión de escucha en formación de la cual el lenguaje musical se clarifica paulatinamente favoreciendo el desarrollo natural de habilidades de concentración. • Georgi Lozanof: nacido en Bulgaria y psicoterapeuta quien al frente de un equipo de científicos descubre el efecto que puede producir la música en el aprendizaje. Crea el método de aprendizaje acelerado para adultos que el llama SUGESTOPEDIA basado en el principio de que la capacidad de aprender y recordar del ser humano es prácticamente ilimitada en razón del funcionamiento conjunto de los dos hemisferios. Trabaja también sobre el perfeccionamiento de la memoria. • El tercer aporte teórico, básico es el del Dr. Alfredo Tomatis, otorrinolaringólogo francés dados por los estudios sobre el oído que llevan al desarrollo del Método Tomatis que se aplica en alrededor de 250 centros Tomatis en el mundo. Los estudios del Dr. Tomatis se centran en la neurofisiología del proceso auditivo. Escuchar, no oír, es la función primaria del oído- oír es un proceso pasivo, escuchar es un proceso activo que requiere el deseo de dar un adecuado uso al oído.Tomatis señala que hay otras dos funciones básicas del oído además de la audición. Una de ellas es la vestibular que controla la postura, coordinación y permite el desarrollo de la imagen corporal. La otra función se realiza a través de la cóclea que permite actúa como un enlace de comunicación entre el S.N. y el cerebro. El oído se puede comparar con un dinamo que transforma las estimulaciones que recibe en energía. Los sonidos de alta frecuencia proporcionan energía al cerebro mientras que las frecuencias graves drenan esa energía. Tomatis señala que cuando el cerebro está bien energizado se facilita la concentración, atención, memoria, imaginación y creatividad. — 220 — Metodología El recurso metodológico empleado es la Escucha Musical Interactiva que aplicada en forma SISTEMÁTICA estimula procesos de integración neurosensorial a partir de la percepción auditiva buscando obtener mayores niveles de atención, concentración memoria y creatividad.Lo interactivo refiere a organización, coordinación y eventualmente integración de la diversidad en la unidad. Nos referimos a la coordinación de estímulos auditivos, visuales y motores a partir de determinadas partituras musicales seleccionadas que la persona traduce y expresa en movimientos gestuales. Desde múltiples lugares se confirma que un hecho cognitivo desarrollado en un contexto multisensorial interactivo acelera la respuesta creativa. El instrumento en que se apoya el proceso de escucha es la Partitura de escucha.- Esta es un respaldo visual realizado a partir de criterios objetivos (altura- intensidad - timbre y duración) y criterios subjetivos a través de representaciones de gráficas no tradicionales para clarificar la forma en que la melodía se organiza dentro de una obra musical.- Acerca de la música: La música tiene una presencia permanente en nuestra vida cotidiana. Cada uno se siente atraído por un género musical pero no podemos sustraernos a su influencia. Desde la más remota antigüedad se conocen los efectos de la música sobre los seres vivos.- En el hombre está comprobada la influencia sobre los ritmos respiratorios, circulatorios, cardíaco, la tensión muscular, la temperatura corporal, regulación de las endorfinas, cambios en la percepción espacial, sentido del tiempo por mencionar algunos aspectos. Pero también la música actúa sobre los procesos cognitivos y la esfera emocional. La música que se utiliza en el PPC es la denominada clásica y pertenece a los períodos Barroco, Clásico y Romántico.Las condiciones que hacen apropiada la música para los objetivos del PPC son los siguientes: - ordenada - contrastante - recursos repetitivos - simple - melodías de alta frecuencia - ritmo entre 55/65 f/minuto. - equilibrio entre ritmo y melodía - tratamiento armónico Aplicación del PPC en el trabajo con Adultos Se realiza en dos niveles: • Personal: donde se instruye para la aplicación en forma sistemática de la EMI con determinadas partituras especialmente seleccionadas. • Grupal: donde de un modo holístico sobre la base de una partitura se ensamblan distintos recursos (pintura, danza, creación de diálogos, visualización de situaciones, etc.). — 221 — Efectos reportados en la aplicación del programa • • • • • • • • Desarrollo progresivo de la concentración y atención sostenida en el presente. Disminución de las conductas negativas. Potenciación de las habilidades de percepción auditiva. Potenciación de la memoria y comprensión lectora. Reenfoque positivo de la autoestima personal. Surgimiento de indicadores de Creatividad. Incremento de la motivación y entusiasmo. Incremento de la participación e interés en los vínculos. A manera de conclusión Considero que el PPC, como lo expreso en el título de esta ponencia constituye una propuesta, un instrumento muy interesante para el Adulto Mayor. Es también un desafío a trabajar e investigar en esta dirección. Partiendo del concepto inicial de la percepción auditiva como conducta esencial para el desarrollo de hábitos de atención, memoria y concentración apuntando a la búsqueda y despliegue de ese potencial creativo de todos y cada uno.Aquietados los requerimientos personales, familiares y laborales es esta la edad del rescate y reencuentro con lo recóndito, lo postergado, lo desconocido de cada uno.Creemos que hay acá un camino. “Todos tenemos una isla que habitar, un Nuevo Mundo que descubrir, un Viernes por conocer ” …“Prefiero tener proyectos y no recuerdos” M. Béjart Referencias Bibliográficas Balan, George: ABC de la Escucha Creadora Musicosofía. Editorial Presencia – Colombia. Béjart, Maurice. (1982): Un instante en la vida ajena. Editorial Emecé. Campbell, Dan. (1998): El efecto Mozart para niños. Ediciones Urano. Contreras, Edigio. (1996): Programa de Potenciación Creativa de Escucha Musical Interactiva, 1er, 2do y 3er nivel de Capacitación Docente. Artesofía Internacional. Gumila, O. y Soriano, M. (1999): Aula Mágica. Editorial Fin de Siglo. Tomatis, Alfredo: 9 meses en el paraíso. Editorial Bibliaria. Barcelona. — 222 — Cuerpo y envejecimiento A sexualidade do idoso: uma responsabilidade social Marisa Margaret Feriancic y Maria Elvira Marengo Gotter Este trabalho surgiu a partir da realização de um curso sobre sexualidade do idoso, cujo público alvo eram os conselheiros eleitos que representam o Grande Conselho Municipal do Idoso, órgão vinculada à Prefeitura Municipal de São Paulo – Brasil. Esses conselheiros coordenam trabalhos com grupos de idosos em suas unidades regionais. A necessidade do curso foi manifestada pelos próprios conselheiros /coordenadores de grupo pela dificuldade de lidar com a demanda ligada às questões sexuais com os grupos dos quais trabalham. Nos últimos anos ocorreram mudanças significativas, especialmente no que diz respeito à concepção e prática da sexualidade; mudanças associadas, por exemplo, ao fato de que a atividade sexual deixou de ter funções apenas reprodutoras, assumindo significados ligados ao prazer e à realização pessoal em todas as idades. Isto repercutiu também nos segmentos mais idosos da população. O objetivo do curso foi instrumentalizar os conselheiros e conscientizá-los de seu papel como multiplicador em saúde e responsabilidade sexual, por meio de uma escuta atenta diante das problemáticas afetivo-sexual dos membros de seu grupo. O curso foi realizado por meio de aulas expositivas, oficinas vivenciais e elaboração de um pré-projeto, afim de que os coordenadores refletissem sobre esses temas com seus grupos de trabalho. A dificuldade de o grupo abordar o tema da sexualidade da pessoa idosa ocorria por falta de informação, preconceito e vergonha. Na medida em que foi se estabelecendo um laço de confiança entre os participantes, prevaleceu a necessidade de informações e o desejo de desvendar o tema. Palavras-chave: sexualidade, idosos, responsabilidade sexual, afetividade. Programa de Estudos Pós Graduados em Gerontologia da Pontifícia Universidade Católica (PUC), São Paulo, Brasil. Marisa Margarete Feriancic. Bióloga – USP/ SP. Especialista em Sexualidade Humana -Faculdade de Medicina do ABC. Mestre em Gerontologia Social –PUC / SP. Psicanalista (Centro de Estudos Psicanalíticos- C.E.P) Participante do Grupo de Pesquisa “Saúde, Cultura e Envelhecimento”: Estudo do Acompanhamento Terapêutico para Idosos. E do Grupo de Estudos de Psicogerontologia do PEPGG-PUC-SP. Professora do Curso de Especialização em Gerontologia Clinica da UNISANTA Universidade Santa Cecília / S.P. Ministra Cursos de Capacitação na área de Gerontologia em Instituições de Longa Permanência e outras entidades. Membro da equipe do web site www. portaldoenvelhecimento.net / e-mail: [email protected] Programa de Estudos Pós Graduados em Gerontologia da Pontifícia Universidade Católica (PUC), São Paulo, Brasil. [email protected] — 223 — Introdução Este trabalho surgiu a partir da realização de um curso sobre sexualidade do idoso, cujo público alvo eram os conselheiros eleitos que representam o Grande Conselho Municipal do Idoso, órgão vinculada à Prefeitura Municipal de São Paulo – Brasil. Esses conselheiros coordenam trabalhos com grupos de idosos em suas unidades regionais. A necessidade do curso foi manifestada pelos próprios conselheiros /coordenadores de grupo pela dificuldade de lidar com a demanda ligada às questões sexuais com os grupos dos quais trabalham. Nos últimos anos ocorreram mudanças significativas, especialmente no que diz respeito à concepção e prática da sexualidade; mudanças associadas, por exemplo, ao fato de que a atividade sexual deixou de ter funções apenas reprodutoras, assumindo significados ligados ao prazer e à realização pessoal em todas as idades. Isto repercutiu também nos segmentos mais idosos da população. Em uma sociedade como a nossa, que vai envelhecendo gradativamente, a sexualidade deveria constituir uma dimensão afetiva, sentimental e relacional para todo o curso da existência, no que diz respeito ao corpo e a todos os aspectos da vida. Paradoxalmente, um fato paralelo - o advento da AIDS - instaurou a possibilidade de discussões mais amplas sobre a sexualidade e tem levado ao desenvolvimento de novos conhecimentos. Tanto a mulher como o homem, são muito mais do que um corpo. A sexualidade humana não se reduz a genitalidade. A sexualidade afeta a experiência psíquica, as relações interpessoais e o papeis sociais. O sexo é uma linguagem de profundo sentido humano, com seus códigos, e signos próprios; é uma comunicação e uma forma máxima de expressão através do corpo. A sexualidade, o amor e a afetividade, enaltecidos na adolescência, não desaparecem na velhice. Numa época em que o contato físico é cada vez mais raro, esses afetos são cada vez mais importantes como fator protetor dos sintomas depressivos. A psicologia do envelhecimento além do campo da análise, abrange também o campo da intervenção, indicando diversas ações segundo as necessidades do indivíduo no processo de envelhecimento, utilizando definições de outros campos do saber (Tortosa- Mote, 2000). Sendo assim, utilizamos no curso de capacitação, a seguinte definição de sexualidade: “Sexualidade é a maneira como uma pessoa expressa seu sexo. É como a mulher vivencia e expressa o ser mulher e o homem ser homem. Através dos gestos, da postura, da fala, do andar, da voz, das roupas, dos enfeites, do perfume, enfim, de cada detalhe do indivíduo. Confunde-se muito sexualidade com relação sexual. A relação sexual é um componente da sexualidade e ao contrario que muita gente pensa não é apenas a relação pênis – vagina, mas sim a troca de sons, cheiros, olhares, toques, secreções e carícias.” (Ribeiro, 1996: 125). Tivemos como fundamento para a elaboração deste curso a afirmação de Kaplan “O potencial para o prazer erótico parece começar com o nascimento e não deve extinguir-se até a morte.” (Kaplan, 1997: 112) Atualmente, ocorre um aumento no número de pessoas que chega a idades mais avançadas com plenas condições físicas e psíquicas para exercerem a sexualidade. São idosos que, sem renunciar à sexualidade, sentem-se constrangidos ao falar sobre esse assunto. Muitos cuidadores e coordenadores de grupos de idosos, não só ignoram — 224 — a sexualidade destes, como também não querem falar sobre isso, por dificuldade de lidar com a própria sexualidade. O coordenador propicia caminhos para que sejam alcançados novos níveis de percepção, de conhecimento e ação. (Lima, 2001), entre essas ações está a orientação sexual que é um processo de intervenção sistemática que promove a reflexão sobre a sexualidade de uma forma clara e objetiva, cuja finalidade é o bem estar sexual das pessoas favorecendo a vivência da sexualidade de forma prazerosa e responsável. (Peres et al, 2001) A intervenção e a orientação sexual dos idosos se faz necessária quando sabemos que o índice de AIDS está aumentando nessa população. De acordo com a diretora do Programa Nacional de DST e Aids Mariângela Simão, a crescente contaminação das pessoas com mais de 50 anos sucede por um lado pela resistência do idoso de usar preservativo e por outro lado pelo aumento no uso de medicamentos que beneficiam a vida sexual do idoso (Simão, M.2006) Segundo o Ministério da Saúde: “Nas últimas pesquisas de 2006, observa-se a tendência de crescimento da epidemia. nas pessoas com 50 anos ou mais. Entre 1996 e 2005, na faixa etária de 50-59 anos, a taxa de incidência entre os homens passou de 18, 2 para 29, 8; entre as mulheres, cresceu de 6, 0 para 17, 3. No mesmo período, há aumento da taxa de incidência entre indivíduos com mais de 60 anos. Nos homens, o índice passou de 5, 9 para 8, 8. Nas mulheres, cresceu de 1, 7 para 4, 6” Estes dados se encontram Boletim Epidemiológico 2006 (Ministério de Saúde 2006) Hoje contamos com inúmeros avanços nas pesquisas científicas que favorecem a qualidade de vida do idoso, concomitantemente a atividade sexual faz parte também deste bem estar. Entre os temas abordados nos grupos de terceira idade, o que mais desperta interesse é são os referentes à sexualidade. (Ribeiro, 1999), Sendo assim, se faz necessário construir junto com os coordenadores, projetos que incluam o tema da sexualidade idosa, fornecendo-lhes ferramentas que possam auxiliá-los a refletir também sobre seu envelhecimento e sua sexualidade. Os coordenadores de grupo de idosos, na maioria das vezes, têm dificuldade de aceitar o próprio envelhecimento, algumas vezes porque ele mesmo é um idoso ou porque sendo jovens tem que lidar com figuras parentais idosas. Além das muitas outras dimensões que envolvem a sexualidade idosa, consideramos que ela deve ser igualmente pensada como sinônimo de saúde. Como saúde sexual que, respeitando as singularidades, não obedecem a normas fixas de conduta, nem a padrões rígidos a serem seguidos. As ações da sociedade e da cultura não se esgotam no que é, no corpo, mais externo; elas invadem a interioridade dos corpos, atuando fortemente sobre a sexualidade. Assim, nossa sociedade forjou uma imagem de velhice na qual se encontram intimamente entrelaçadas as idéias de improdutividade, de dependência, de doença e de desprazer, ou etapa assexuada da vida. São essas representações que o adulto leva para sua velhice. Nestas condições o idoso fecha-se, isola-se e sente-se como se não prestasse para mais nada. Instala-se a solidão e o vazio existencial. Os desejos vão embora e a depressão é o caminho freqüentemente percorrido. — 225 — Objetivo O curso, de 20 horas aula, teve como objetivo a capacitação dos coordenadores de grupos de idoso para lhes auxiliar na identificação e na redefinição da cultura local sobre saúde, responsabilidade sexual e na reflexão sobre os tabus que cercam tal assunto. Metodologia Para alcançar este objetivo o curso foi realizado por meio de dinâmicas grupais e aulas expositivas nas quais foram abordados temas sobre: envelhecimento, afetividade, sexualidade, DST (doenças sexualmente transmissíveis) e AIDS. Foi exigida a elaboração de um pré-projeto, a fim de que os coordenadores refletissem sobre esses temas com seus grupos de trabalho e facilitasse a comunicação e as estratégias pedagógicas. A dificuldade de o grupo abordar o tema da sexualidade da pessoa idosa ocorria por falta de informação, preconceito e vergonha. Na medida em que foi se estabelecendo um laço de confiança entre os participantes, prevaleceu a necessidade de informações e o desejo de desvendar o tema. Utilizando uma escuta atenta e uma metodologia dialógica, durante o desenvolver do curso constatamos a falta de informação no que diz respeito a AIDS e conseguimos re-elaborar e re-ordenar os conhecimentos, crenças e valores, dos coordenadores, referidos à sexualidade do idoso. Foi realizada uma avaliação final, por meio de um questionário, onde relataram positivamente uma nova forma de abordar os temas e lidar com as dificuldades de conversar sobre sexualidade com seus grupos de idosos. Considerações Finais Com o crescimento populacional da pessoa idosa, torna-se necessário criar planos de ação para esta faixa etária, dentre eles os que dizem respeito à vida sexual do idoso, vinculado a uma responsabilidade sexual com qualidade de vida e autonomia. Entendemos que a sexualidade do idoso pode e deve ser objeto de esclarecimento, desmistificação e orientação, mas não de pressupostos apriorísticos, expressos através de “certo” ou “errado”. É ao idoso que cabe a opção de exercê-la ou, até mesmo, de negá-la. Entretanto, esta é uma área sistematicamente afastada dos olhos e do pensamento, havendo quem não a considere como um problema. Como tema, é preterido ou enterrado, às pressas, debaixo de alusões irônicas ou de falso moralismo; alusões que tendem a exorcizar um problema marcado não só pela ignorância como por um certo mal estar. Inúmeras pesquisas têm revelado que a não ser em casos patológicos, não existem obstáculos para a atividade sexual de qualquer indivíduo que chega à Terceira Idade e mesmo aquele que atinge idades mais avançadas. O comportamento sexual é bastante complexo, envolvendo o corpo, a mente e as emoções. Como os demais órgãos, os sexuais também envelhecem; o que não significa que parem de funcionar. Na velhice, é comum que apenas o corpo físico seja objeto da atenção dos familiares e dos agentes de saúde. A consulta ao médico transforma-se, via de regra, em — 226 — forma quase exclusiva de contato social e de lócus de escuta; o toque do fisioterapeuta apresenta-se, muitas vezes, como o único contato físico que resta ao idoso. A sexualidade é uma forma de expressão que está presente em todo ser humano e não deveria ser diferente na velhice. A sexualidade não é só o ato sexual, ela é um momento de intimidade em que deve ser vivenciada pelo idoso usufruindo a experiência no curso da vida. (Capodieci 1998) Precisamos incentivar projetos como este, porque o mito da velhice assexuada ainda forma parte do imaginário social. O Direito à educação e saúde sexual é um processo que inicia no nascimento e dura toda a vida, e que deveria envolver todas as instituições sociais. O cuidado com a saúde sexual deve estar disponível para a prevenção e o tratamento de todos os problemas, inquietações e transtornos sexuais em todas as faixas etárias. Os direitos sexuais são direitos humanos universais baseados na liberdade, dignidade e igualdade inerentes a todos os seres humanos. E uma vez que a saúde é um direito humano fundamental, a saúde sexual deve ser um direito humano básico. Por tratar-se de um assunto polêmico, de tema cercado de avaliações negativas e de objeto de ansiedade – porque diretamente associado às questões de vida e morte – a sexualidade da pessoa dosa, torna-se uma rede investigativa complexa e desafiadora Bibliografia Capodieci, S. (2000): A idade dos sentimentos – Amor e sexualidade após os 60 anos. São Paulo. Edusc. Feriancic, M. M. (2003): Sexualidade e Velhice: Um estudo das representações masculinas, 148f. Dissertação (Mestrado em Gerontologia) – Pontifícia Universidade Católica de São Paulo. São Paulo. Furlani, J. (1998): Mitos e Tabus da Sexualidade Humana: subsídios ao trabalho em Educação Sexual. Florianópolis. CEPEC Editora. Kaplan, H.S. (1997): A Nova Terapia do Sexo. Rio de Janeiro. Nova Fronteira. Lima, M.P. (2001): Gerontologia Educacional. São Paulo. Editora LTR. Ministério de Saúde (2006): http://www.agenciabrasil.gov.br/noticiasPeres et al. (2001): Fala Educador Educadora. São Paulo. Organon, São Paulo Atheneu. Simão, M. (2006): http://www.agenciabrasil.gov.br/noticias/2006 Tortosa, M.; Motte, C. (2002): Psicologia del Envejecimiento. Madrid. Pirámide. Vitiello, N. (1994): Reprodução e Sexualidade. Um manual para educadores, São Paulo, CEICH — 227 — Dimension Subjetiva del Envejecimiento en Contextos de Exclusion Contribuições da psicologia ao enfrentamento dos desafios do envelhecimento nos países da américa latina Anita Liberalesso Neri Resumo Envelhecimento populacional, aumento da longevidade, feminização da velhice, mudanças na estrutura familiar, pobreza e baixa escolaridade, agravados pelas perdas biológicas e pelas condições intrapsíquicas normativas e patológicas do envelhecimento são condições de risco à saúde e ao bem-estar da maioria dos idosos latino-americanos. A Psicologia pode intervir precoce e preventivamente no âmbito da educação, da saúde e do trabalho com o objetivo de implementar o potencial de envelhecimento saudável e de atualizar as reservas de desenvolvimento das pessoas que envelhecem. Pode atuar junto a idosos e familiares no diagnóstico e no tratamento dos déficits físicos e cognitivos, dos efeitos da fragilidade biológica sobre o bem-estar psicológico e no fortalecimento da resiliência psicológica dos idosos e de seus cuidadores. Pode ajudar no planejamento, na avaliação e na implementação de ambientes físicos, sociais e institucionais amigáveis aos idosos. No âmbito societal, tem papel importante na promoção de mudança de atitudes e no acompanhamento de políticas públicas em relação à velhice. Faz-se necessária mudança paradigmática na disciplina e na profissão, que considere a heterogeneidade das experiências de velhice e seu potencial de desenvolvimento, e que valorize a contribuição dos idosos à sociedade, com aumento da base de conhecimentos e redução nos preconceitos sociais e científicos dos psicólogos quanto à velhice e aos idosos. Ela deverá espelhar-se em mudanças curriculares, inclusão de perspectiva interdisciplinar e estímulo a novas alternativas de atuação profissional. Palavras-chave: idosos, resiliência psicológica, pobreza, Psicologia. Departamento de Psicologia Educacional. Programa de Pós-Graduação em Gerontologia. Universidade Estadual de Campinas - Unicamp. Campinas, Brasil. Psicóloga, Doutora em Psicologia pela Universidade de São Paulo, Livre Docente em Educação pela Universidade Estadual de Campinas e Professora Titular na Unicamp, onde ensina e pesquisa nos campos da Psicologia do Envelhecimento e da Gerontologia. Foi pesquisadora visitante no Max Planck Institute of Human Development and Education em Berlim em 1994 e 1998. Introduziu o paradigma life span no Brasil em 1995. Integra a Rede FIBRA, dedicada à investigação interdisciplinar sobre a fragilidade em idosos brasileiros. Suas áreas de interesse são: mecanismos de auto-regulação do self, bem-estar psicológico, atitudes em relação à velhice e fragilidade em idosos. Publica regularmente e faz parte de sociedades cientificas e conselhos editoriais no Brasil e no exterior. [email protected] — 228 — Introdução O envelhecimento populacional, o aumento da longevidade, a feminização da velhice, as mudanças na estrutura familiar, a pobreza e a baixa escolaridade, agravados pelas perdas biológicas normativas e patológicas do envelhecimento são condições de risco à saúde e ao bem-estar psicológico da grande maioria dos idosos latino-americanos. No entanto, isoladamente, o potencial dessas variáveis para afetar o envelhecimento é mais limitado do que comumente se pensa. Na verdade, é a interação das variáveis objetivas com as subjetivas determina o grau de atividade, envolvimento social e produtividade dos idosos, mesmo sob condições adversas associadas à fragilidade biológica e à vulnerabilidade social. As variáveis subjetivas responsáveis pela resiliência psicológica dos idosos, que tende a se manter a despeito das perdas, são os mecanismos de auto-regulação do self e o bem-estar psicológico. Mecanismos de auto-regulação do self, recursos sociais, bemestar psicológico e resiliência psicológica na velhice O self é um sistema multifacetado de estruturas que regulam e medeiam o comportamento orientado aos mundos interno e ao externo. Produto de um processo de construção social ao longo de toda a vida, o self é construtor da experiência pessoal, nela atuando de forma seletiva e criativa por meio da memória e das experiências de bem-estar psicológico e da resiliência psicológica (Brandstädter e Greves, 1994). Opera por meio de mecanismos de auto-regulação, que são estratégias e crenças aprendidas ao longo da vida, por meio dos quais as pessoas se adaptam às demandas ambientais e intrapsíquicas, quer atuando sobre elas, quer se modificando em busca de equilíbrio (Bandura, 1986). São exemplos de mecanismos de auto-regulação do self os processos de auto-descrição, que incluem o autoconceito; os processos de auto-avaliação. que incluem a comparação social e a auto-estima; o sistema de metas pessoais; os mecanismos de enfrentamento; as crenças pessoais de controle e de auto-eficácia e as estratégias de seleção, otimização e compensação. Os mecanismos de auto-regulação do self intervem na relação dos idosos com os recursos sociais. Os idosos colaboram ativamente na sua construção do seu sistema de suporte social informal, na medida em que o avaliam, atribuem-lhe significados e atuam sobre eles. Se acreditam que sua rede de relações sociais é insuficiente para atender às suas necessidades, podem comportar-se no sentido de amplia-la, sendo colaborativos, flexíveis e otimistas. Poderão sentir-se vítimas ou culpados por relações sociais insatisfatórias e por isso tender ao isolamento, à ansiedade e à depressão. Idosos onerados por cuidados prestados ao cônjuge ou pelas obrigações financeiras e afetivas em relação a filhos e netos podem de fato ser vítimas da falta de recursos e de solidariedade, mas também podem comportar-se por causa dos ganhos secundários de natureza psicológica e social envolvidos em parecer insubstituíveis. Por meio de transações com a rede informal de suporte social, cuja importância deriva mais das funções que desempenham do que do seu tamanho, os idosos oferecem e dão apoio material, psicológico e social a outros idosos e às gerações mais novas, mantém a identidade social, ganham senso de pertencimento, fortalecem as crenças de que são cuidados, amados e valorizados e são ajudados a avaliar e a interpretar a experiência e as próprias realizações, competências e expectativas. — 229 — As relações entre os mecanismos de auto-regulação do self, o bem-estar psicológico e a resiliência psicológica podem ser assim estabelecidas: a) Quanto mais rico e flexível é o self ao interpretar experiências e ao criar esquemas para lidar com o ambiente, quanto maior o cabedal de informações sobre si mesmo e sobre o mundo, quanto maior a capacidade de generalizar e de utilizar essa informação de maneira criativa, e quanto mais desenvolvidas e flexíveis as estratégias para lidar com os problemas, maior a resiliência e o bem-estar psicológico. b) Quanto mais estruturado o sistema de competências do self, melhor será a adaptação do idoso e melhor poderá lidar com a velhice. Quanto maior o número de papéis sociais e de perspectivas que o idoso for capaz de assumir (múltiplos selves), melhor seu ajustamento. c) Quanto mais estruturado o sistema social do self, que inclui sensos de aceitação, envolvimento e pertencimento, maior o bem-estar e a adaptação. d) A competência do self em avaliar a si mesmo e a própria experiência por meio de comparação temporal e social funciona como mecanismo interpretativo, protetor e promotor do desenvolvimento pessoal. Quanto maior a competência do self para realizar essas funções, melhor a adaptação (Brandstädter e Greves, 1994). Bem-estar psicológico: satisfação, equilíbrio entre afetos positivos e negativos e senso de ajustamento psicológico Na velhice, o senso de bem-estar psicológico reflete a dinâmica das relações entre a competência comportamental, a qualidade da experiência emocional positiva ou negativa associada à avaliação da qualidade de vida e o senso de ajustamento psicológico (Lawton, 1991). Pertence ao âmbito da experiência privada e é relativamente independente de saúde, conforto e riqueza, mas é afetado pela presença de comorbidades, dor e incapacidade. Em todas as faixas de idade, a maioria dos idosos preservam competência comportamental física e cognitiva compatível com a continuidade da atividade e do envolvimento social, mesmo na presença das mudanças normativas do envelhecimento e de doenças crônicas de maior prevalência nesse segmento etário (cardiovasculares, osteoarticulares, respiratórias e metabólicas, entre as quais o diabetes). O estudo multicêntrico SABE (Lebrão e Duarte, 2003), patrocinado pela Organização Panamericana de Saúde obteve dados populacionais representativos sobre competência comportamental para o desempenho de atividades básicas de vida duária (ABVDs, ligadas à sobrevivência e de atividades instrumentais de vida diária (AIVDs, indicativas de exercício de papéis sociais no ambiente imediato e de autonomia). Na cidade de São Paulo, 80, 7% dos idosos não apresentaram dificuldade em nenhuma das ABVDs; 13, 6% apresentaram dificuldade em uma ou duas, e 5, 6% em três ou mais. Os idosos com melhor funcionalidade eram os de 60 a 74 anos (81, 4% sem dificuldades, 69, 3% com 1 ou 2 e 47, 9% com 3 ou mais. Entre os de 75 anos e mais, 18, 6% eram completamente independentes 30, 7% dependentes para 1 ou 2 e 52, 1% para 3 ou mais ABVDs. Setenta e três por cento não tinham nenhuma incapacidade para AIVDs, 15, 6% tinham 1 ou 2 e 11%, 3 ou mais. Os de 75 anos e mais apresentaram mais incapacidade (25, 14% em 3 ou mais, 38, 2% em 1 ou 2 e 14, 4% em nenhuma) do que os de 60 a 74 anos (6, 98% em 3 ou mais, 61, 8% em 1 ou 2 e 85, 6% em nenhuma (Duarte, 2003). O bem-estar psicológico é especialmente afetado por eventos de vida estressantes, principalmente os incontroláveis e, entre eles, os que afetam os descendentes e a auto-definição da identidade e de papéis sociais por causa de doenças que causam incapacidade física. A pobreza, a baixa escolaridade e o baixo nível ocupacional — 230 — expõem os idosos ao estresse crônico derivado da exposição ao risco de sofrer maus tratos, negligência, abandono, violência urbana, acidentes, isolamento e discriminação por idade nos serviços públicos de saúde, seguridade social e transporte, inundações, deslizamentos a acidentes domésticos, no trânsito e no trabalho, entre outros eventos não-normativos e incontroláveis. Os efeitos desses estressores podem ser potencializados por doenças somáticas e dores crônicas, depressão, incapacidade física, déficits sensoriais e déficits cognitivos graves. Sob estas condições, diminuem suas possibilidades de atuação preventiva ou controladora dos efeitos dos eventos estressantes. Em conseqüência, aumenta a probabilidade de desenvolver-se um estado de desamparo aprendido e baixo senso de auto-eficácia, junto com vulnerabilidade social, fragilidade biológica e baixa resiliência psicológica (Neri e Fortes, 2006, Neri, 2007). Satisfação com a vida. O bem-estar psicológico inclui senso de satisfação derivado da avaliação global e referenciada a domínios específicos da qualidade de vida, tais como saúde física, memória, amizades e relações familiares. É dependente de mecanismos de comparação social lateral, para cima e para baixo, de comparação temporal com o passado e da perspectiva de futuro (Neri, 2002). A compreensão do bem-estar psicológico beneficia-se de dados comparativos sobre a satisfação com a vida, como os de Diener e Suh (1997) e de Diener, Oishi e Lucas (2003): a) Sob condições normais, o bem-estar subjetivo não declina com a idade, a despeito do declínio em recursos tais como saúde e renda; b) Os indivíduos e coletividades são mais afetados por mudanças súbitas no status econômico do que por pobreza e baixo status social permanentes; c) A desigualdade social prejudica mais o senso de bem-estar de indivíduos e coletividades do que a pobreza; d) Em nações ricas a avaliação do bem-estar é mais negativa do que em nações em desenvolvimento; e) Em culturas individualistas, o senso de satisfação com a vida é mais baixo do que nas coletivistas; f) Homens idosos, principalmente os casados, apresentam níveis de satisfação com a vida mais altos do que as mulheres; c) Adultos jovens são mais insatisfeitos com a vida do que os idosos. Afetos positivos e negativos. A satisfação com relação à vida como um todo ou à parte dela é colorida por emoções positivas e negativas. O equilíbrio entre elas e as tendências de buscar e responder a situações prazerosas são influenciadas pela socialização, mas dependem basicamente de fatores constitucionais da personalidade (por ex: nível de alerta, excitabilidade, intensidade e qualidade das respostas emocionais). Na velhice, ocorre diminuição normativa dos níveis de alerta e da intensidade das respostas emocionais e aumento da seletividade emocional. As emoções são menos intensas, moduladas, contrastantes e nítidas ao observador, e mais compatíveis com os recursos biológicos dos idosos. Elas se refletem inclusive no investimento em parceiros sociais que passam a ser menos numerosos e mais associados ao conforto emocional do que entre os jovens, entre os quais os parceiros servem para atender os objetivos de busca de conhecimentos e de afirmação de status (Carstensen, 1993/1995; Mather et al, 2004). Na velhice, a presença de doenças e de incapacidade que determinam restrições no acesso à estimulação prazerosa e ao envolvimento social determinam diminuição de afetos positivos e aumento dos afetos negativos. Estas relações são mais fortes entre idosos acima dos 85 anos, as mulheres, os mais doentes, os que têm mais dor e incapacidades físicas e os institucionalizados (Baltes e Smith, 2003). As mulheres costumam avaliar suas capacidades de forma mais negativa do que os homens (Neri, 2001). São mais oneradas por trabalhos domésticos e por prestar cuidados do que os homens. No entanto, entre a grande maioria dos idosos não atingidos por condições graves de — 231 — doenças, incapacidade, inatividade e falta de envolvimento social, ocorrem fortes discrepância entre as condições objetivas de saúde e funcionalidade e a avaliação subjetiva de qualidade de vida (Strawbridge, Walhagen e Cohen 2002). Senso de ajustamento psicológico. Relaciona-se às crenças pessoais sobre o cumprimento de normas e papeis sociais relacionadas ao gênero e à idade, ao reconhecimento e ao envolvimento social, ao domínio sobre o ambiente, ao valor das realizações, à auto-aceitação, ao cumprimento das metas de vida e a outros aspectos que permitem ao idoso sentir-se bem consigo mesmo e na comparação com os outros da mesma idade. O sendo de ajustamento pessoal tem forte relação com valores culturais, por exemplo a autonomia, a produtividade e a atividade, como ocorre hoje em vários países ocidentais (Ryff, 1989), ou a harmonia e a interdependência, como ocorre em países orientais ainda não tão afetados pelos valores ocidentais (Ingersoll-Dayton et al, 2004). A Psicologia diante dos desafios do envelhecimento na América Latina Mudanças paradigmáticas na Psicologia como ciência e profissão são necessárias para ajudar idosos socialmente vulneráveis a ter mais resiliência psicológica e a enfrentar melhor a fragilidade biológica. No longo prazo, é necessário que as sociedades invistam em educação fundamental universal de boa qualidade e em saúde maternoinfantil, mas também em políticas habitacionais, trabalhistas, ambientais, de segurança e previdência e em outras que melhorem a qualidade de vida da população do berço ao túmulo. A Psicologia deve estar presente nesses esforços. Para tanto, faz-se necessária a difusão do paradigma de desenvolvimento como processo de toda a vida (life-span), de uma perspectiva interdisciplinar, de velhice como fase sujeita à forte heterogeneidade e dos idosos como indivíduos que detém reservas de capacidade a serem ativadas pela cultura, para que possam enfrentar melhor seus limites e perdas. Isso precisa ser ensinado nos cursos de graduação e de educação continuada, assim como os fundamentos dos processos comportamentais característicos da velhice e as competências profissionais. Estas devem estar voltadas para: a) atender a clientela em suas necessidades de avaliação psicológica, reabilitação cognitiva, aconselhamento, educação em saúde, alfabetização, educação permanente, identificação e desenvolvimento de competências sociais e laborais, mudança de atitudes, enfrentamento de situações de risco pessoal e social e empoderamento; b) atuar junto a famílias cuidadoras, oferecendo informação, treino de habilidades e apoio emocional; c) atuar junto a profissionais que trabalham com idosos, ensinando sobre o envelhecimento e favorecendo sua saúde mental; d) integrar equipes multiprofissionais no campo da saúde da família e da saúde o idoso; e) atuar na avaliação e na implementação de ambientes físicos, sociais e institucionais amigáveis aos idosos; f) envolver-se em programas de mudança de atitudes sociais e dos próprios idosos em relação ao envelhecimento; g) acompanhar a implementação de políticas públicas em relação à velhice. Tais progressos são favorecidos pela redução de preconceitos sociais e científicos dos psicólogos quanto à velhice e aos idosos e na valorização de sua contribuição à sociedade e à própria Psicologia. Referências bibliográficas Baltes, P. B. and Baltes, M. M. (1990): Psychological perspectives on successful aging: The model of selective optimization with compensation. In: P. B. Baltes e M. M. Baltes (orgs.). Successful aging. Perspectives from behavioral sciences, pp.1-34. Cambridge: Cambridge University Press. — 232 — Baltes, P. B. and Smith, J. (2003): New frontiers in the future of aging: From successful aging of the young old to the dilemmas of the fourth age. Gerontologist, Vol. 49, 123-135. Bandura, A. (1986): Social foundations of thought and action. A social cognitive approach. Englewood Cliffs: Prentice Hall. Brandtstädter, J. e Greve, W. (1994): The aging self: Stabilizing and protective processes. Developmental Review, 14, 52-80. Carstensen, L. L. (1993): Motivation for social contact across the life-span: A theory of emotional selectivity. In J. E. Jacobs (Org.), Developmental Perspectives on motivation. Nebraska Symposium on Motivation, 40. Lincoln: University of Nebraska Press, 209-254 (In A. L. Neri, Psicologia do Envelhecimento, Campinas: Papirus, 1995, pp.111-144). Diener, E., and Suh, M. E. (1997): Subjective well-being and age: an international analysis. Annual Review of Gerontology and Geriatrics, 17, 304-324. Diener, E., Oishi, S., and Lucas, R. E. (2003): Personality, culture, and subjective well-being: emotional and cognitive evaluations of life. Annual Review of Psychology, 54, 403-425. Duarte, Y. A. O. (2003): Desempenho funcional e demandas assistenciais. In: Lebrão, M.L., Duarte, Y. A.O. O projeto SABE no município de São Paulo: uma abordagem inicial, pp. 183-200. Brasília: Organização Pan-Americana da Saúde, 2003. Gatz, M.: Questions that aging puts to preventionists. In A.Bond, S.J.Cutler, A.Grams (Eds.), Promoting successful and productive aging, pp. 36-50. Thousand Oaks, Cal.: SAGE, 1995. Guralnik, J. M., Fried, L. M. and Salive, M. E. (1996): Disability as a public health outcome in the aging population. Annual Review of Public Health, Vol. 17 (1), 25-46. Herzog, A R. and Markus, H. R. (1999): The self concept in life span and aging research. In V. L. Bengtson and K. Warner Schaie (Eds.), Handbook of theories of aging, pp. 227-252. New York: Springer. Ingersoll-Dayton, B., Saegtienchai, C., Kespichayawattana, J. and Aungsuroch, Y. (2004): Measuring psychological well-being: Insights from Thai elders. Gerontologist, 44 (4), 596-64. Lawton, M. P. (1991): A multidimensional view of quality of life in frail elderly. In J. E. Birren, J. E. Lubben, J. C. Rowe, and D. E. Deutchmann (Eds.). The concept and measurement of quality of life in the frail elderly, pp.3-27. San Diego: Acedemic Press. Lebrão, M. L. e Duarte, Y. A. O.: SABE. Saúde, bem-estar e envelhecimento. O Projeto SABE no município de São Paulo: uma abordagem inicial. Brasília: Organização Panamericana de Saúde, 2003. Mather, M., Canali, T.; English, T.; Whitfield, S.; Wais, P.; Ochsner, K; Gabriel, J. D. E. and Carstensen, L. L (2004): Amygdala responses to emotionally valenced stimuli in older and younger adults. Psychological Science, Vol. 15 (4), 259-263. Neri, A. L.: Velhice e qualidade de vida na mulher. In A. L. Neri (Org.) Desenvolvimento e envelhecimento, pp. 161-200. Campinas: Papirus, 2001. Neri, A L. (2002): Bienestar subjetivo en la vida adulta y en la vejez: hacia una Psicologia Positiva en la América Latina. Revista Latinoamericana de Psicologia, 34 (1-2), 55-74. Neri, A L. e Fortes, A.C. G. (2006): A dinâmica estresse e enfrentamento na velhice e sua expressão no prestar cuidados a idosos no contexo da família. In E. V. Freitas, L. Py, F. A. X. Cançado, J. Doll e M. L. Gorzoni (Eds) (2006). Tratado de Geriatria e Gerontologia, pp. 1277-1288, Rio de Janeiro: Guanabara Koogan, 2006, 2a edição revista e ampliada. Neri, A. L. (2007): Qualidade de vida na velhice e subjetividade. In A. L. Neri (org.). Qualidade de vida na velhice. Enfoque multidisciplinar, pp. 13-60. Campinas: Papirus. Ryff, C. D. (1989): Happiness is everything, or is it? Explorations on the meaning of psychological well-being. Journal of Personality and Social Psychology, 57 (6), 1069-1081. Strawbridge, W. J., Walhagen, M. L., & Cohen, R. (2002): Successful aging and well-being: Selfrated compared with Rowe e Kahn, The Gerontologist, Vol. 42 (No. 6), 727-733. — 233 — Dimension Subjetiva del Envejecimiento en Contextos de Exclusion La percepción de las personas de edad bolivianas, sobre su condición de pobreza M. Mercedes Zerda C. La pobreza es la condición social más relevante en la vida de las personas adultas mayores bolivianas. El 63% de esta población es pobre, habitando la mitad de ella el área rural en condición de indigencia. Esta característica económica hace que las personas de edad, desarrollen estrategias actitudinales destinadas a enfrentarla. La pobreza experimentada desde el punto de vista de una cultura indígena condiciona una percepción especial del proceso de envejecimiento y determina una manera propia de asumir la vejez. Lo que voy a presentar en esta oportunidad ha sido tomado de una investigación propiciada por HelpAge International y realizada el año 2003, la que permitió un acercamiento a la percepción que las personas de edad tienen de su propia pobreza y plantea propuestas de intervención acordes con la misma. La pobreza, siendo un fenómeno multidimensional, abarca todos los aspectos de la vida de las personas pobres y es en Bolivia un problema estructural. Podemos identificar algunas características de la pobreza específica de las personas adultas mayores en el país: 1. Las personas adultas mayores en Bolivia son pobres e indígenas y sienten que por ambas razones, siempre han sido marginadas por el estado boliviano, por ello afirman no sufrir demasiado la discriminación por edad. Esta conciencia de su marginación determina en ellos una necesidad de inclusión que ha emergido con fortaleza en la coyuntura política actual del país. 2. La población mayor pobre sobrevive gracias al apoyo familiar y comunitario. La red de apoyo familiar, tradicionalmente instituida por las culturas nativas, es la que sostiene a la persona de edad, pero perciben que ésta red se debilita permanentemente debido a la migración, que disgrega a las familias, las empobrece más y las somete a la imposición de modelos culturales individualistas. El apoyo comunitario resulta ser muy importante, pero solamente es efectivo donde existen comunidades indígenas, es decir, en áreas rurales. En las ciudades desaparece. 3. La pobreza es crónica y se agudiza con el envejecimiento y la viudez. La pobreza al igual que la riqueza, se hereda, es una condición de la que no se puede salir, según su percepción, además, a medida que envejecen, las personas pobres se Comunidad de Ancianas y Ancianos “Awicha”. (CAAP) La Paz, Bolivia. INE: Bolivia: Situación Sociodemográfica de la Población Adulto Mayor. UNFPA. 2003. Zerda, M: Vejez y Pobreza en Bolivia: La visión de las personas de edad. HAI. Comunidad Awicha, COSLAM. La Paz, Bolivia 2004. — 234 — empobrecen más, llegando a edades avanzadas en las peores condiciones de vida. La viudez, tanto en hombres como en mujeres hace que las condiciones de supervivencia disminuyan y por ello agudiza la pobreza. 4. La pensión no contributiva denominada Bonosol que está vigente en el país, es indispensable, pero es cada vez más difícil obtenerla. Se la percibe como un derecho irrenunciable y es para la mayoría su único ingreso seguro. 5. El Estado ha estado siempre al servicio de los ricos. Las personas adultas mayores consideran que desde que se fundó Bolivia, el Estado ha sido siempre manejado por los ricos para su beneficio, lo que ha producido la inequidad crónica, la corrupción y la ignorancia de los gobernantes sobre la situación de pobreza del pueblo, lo que les impide encontrar estrategias para combatirla. 6. Es imposible enfrentar la pobreza sin tomar en cuenta la realidad multicultural. Si comprendemos que cada cultura responde a una forma muy particular de entender el mundo, obviamente nos daremos cuenta que ante un panorama de diversidad cultural, no se puede enfrentar ningún problema estructural imponiendo una cultura sobre las otras. Las personas mayores pobres tienen una visión muy clara de lo que se debería hacer para cambiar la realidad de pobreza crónica del país, no solo para las personas de edad, sino para todos. Exigen programas de asistencia directa, sin intermediarios, para satisfacer las necesidades más urgentes, quieren que este apoyo llegue a sus comunidades de manera transparente y para programas que ellos consideran importantes. Quieren ser interlocutores directos con el gobierno, los municipios y los organismos de cooperación financiera. 1. Las estrategias para reducir la pobreza del adulto mayor, tienen que elaborarse a partir de la realidad de los adultos mayores pobres. Generalmente los “expertos” en pobreza no la conocen en su vivencia directa, por ello es importante elaborar las estrategias con los verdaderos expertos en pobreza, es decir los pobres más viejos. 2. Siempre se debe tomar en cuenta la diversidad étnica. Hay que cambiar la perspectiva de desarrollo que se tiene como país, plantearse nuevos conceptos, esto se traduce en nuevas metodologías de intervención. Tomar en cuenta a los indígenas, no significa simplemente “integrarlos” al estilo de vida de la civilización occidental, sino cambiar de una actitud arrogante de cultura dominadora a una actitud horizontal de cultura solidaria. 3. Se debe fortalecer las redes de apoyo familiar y comunal existentes. Debe elaborarse con urgencia programas para estimular la responsabilidad que tiene la comunidad indígena y la familia para con sus mayores, buscando que mantengan su tradición, apoyándolas para que lo hagan de manera más eficiente. Los programas de apoyo familiar no deben limitarse a promover la responsabilidad social, sino que deben proveer a las familias de herramientas para mejorar sus condiciones económicas. Los programas de apoyo alimentario o productivo no deberían ser individuales, sino para las familias, grupos organizados o comunidades aprovechando estos espacios para fortalecer la ayuda mutua. Del mismo modo, debería darse soporte a las comunidades rurales que se hacen cargo del cuidado de sus viejos, debería estudiarse los mecanismos de apoyo y conociéndolos mejorarlos y ampliarlos en vez de inventar nuevos mecanismos que impliquen gastos en infraestructura y personal. — 235 — 4. Los programas deben estar adecuados a las reales necesidades y capacidades de las personas de edad. Las personas adultas mayores con su experiencia y tomando en cuenta las limitaciones de sus capacidades exigen su participación en programas productivos. 5. Desarrollar mecanismos efectivos de control social para el seguimiento de los programas que se desarrollen 6. Contemplar alianzas estratégicas con el sistema educativo y los medios de comunicación para construir una cultura positiva de envejecimiento. 7. Garantizar el acceso universal a los beneficios a través de la documentación gratuita y sin burocracia de los mayores de 60 años. 8. Mecanismos de vinculación entre el gobierno central y las regiones. La elaboración de una estrategia coherente para afrontar los desafíos de la creciente población adulta mayor en el país, tiene que ser una tarea participativa que debe incluir mecanismos concretos de relación entre el gobierno central, los gobiernos regionales y locales. Las diferencias de género advertidas en la investigación muestran que de manera general hombres y mujeres mayores sufren de igual manera la pobreza aunque priorizan de forma diferente causas y efectos de la misma. A través de la investigación se observó que el tipo de desarrollo al que aspiran las personas pobres de nuestro país, no es necesariamente aquel que la globalización moderna está tratando de imponer. Los pobres son los mejores expertos en pobreza y desde hace siglos están combatiéndola, escuchándolos encontramos respuestas a interrogantes sobre métodos para reducirla que deberían ser mejor investigados, como: • la economía andina de reciprocidad, • las relaciones sociales de apoyo mutuo, • la relación cultural entre orfandad y pobreza, • el concepto andino de “suma qamaña” o bienestar general que implica no solamente elementos económicos, sino también sociales y culturales y que está siendo contrapuesto al concepto occidental de “calidad de vida” esencial en las definiciones de pobreza. La Paz, octubre de 2007. — 236 — Dimension Subjetiva del Envejecimiento en Contextos de Exclusion Subjetividad y exclusión psicosocial. Viejos en situación de calle en montevideo. Robert Pérez Fernández Resumen El presente artículo intenta sistematizar y transmitir una serie de reflexiones surgidas del trabajo psicológico con personas mayores de 60 años, en situación de calle en la ciudad de Montevideo. Se discute sobre diferentes perspectivas del término exclusión, para después centralizarse en el tema de la exclusión psicosocial. Se analizan algunos aspectos sociales e históricos de la población objetivo que hacen y han hecho al tema exclusión, para luego detenerse en algunos factores protectores o de riesgo, que hacen a los mecanismos subjetivos puestos en juego en estas realidades. Dentro de los primeros, entre otros, se señala la inscripción del trabajo en sus identidades. Dentro de los segundos, se identifican la ausencia de una red social, hechos traumáticos congelados afectivamente en el tiempo, las dificultades vinculares y la ausencia de narrativa. Finalmente se plantea una serie de estrategias de abordaje de estas problemáticas. Palabras Clave: Subjetividad / Exclusión social / Vejez / Situación de calle Introducción El presente artículo intenta sistematizar y transmitir una serie de reflexiones surgidas del trabajo psicológico con personas en situación de calle en la ciudad de Montevideo. Dentro de esa población, en este trabajo nos centraremos en el caso de personas de edad avanzada, tratando de analizar algunos aspectos de las producciones de subjetividad implicadas en estos procesos de exclusión, desde una perspectiva psicosocial. Servicio de Psicología de la Vejez, Facultad de Psicología, Universidad de la República. Robert Pérez Fernández. Psicólogo, egresado de la Universidad de la República (UdelaR) y tiene estudios de Maestría en Salud Mental. Psicoterapeuta de adultos, parejas y familias. En el ámbito sociocomunitario trabaja con personas y colectivos en situación de extrema vulnerabilidad social. Es Profesor Adjunto Efectivo en el Servicio de Psicología de la Vejez de la Facultad de Psicología, UdelaR, responsable de la “Clínica Psicológica de Trastornos Cognitivos”. Investigador de la UdelaR. Fundador y ex coordinador de la Red Temática sobre Envejecimiento y Vejez. Coautor y coordinador de diferentes proyectos de Extensión Universitaria. Ha publicado diversos trabajos científicos y de divulgación en el ámbito nacional e internacional. Coautor del libro Alzheimer y Psicoterapia. Clínica e investigación (Psicolibros, 2007). Compilador del libro Cuerpo y subjetividad en la sociedad moderna (Psicolibros, 2007) y co- editor del libro Gerontología en Uruguay. Una construcción hacia la interdisciplina. (Psicolibros, 2004). [email protected] — 237 — Mucho se ha escrito sobre el término y la dinámica exclusión - inclusión social, desde diferentes perspectivas (p.e. Sawaia, 2004; Cortés, 2006; Solano Lucas, 2007). Cuando uno revisa la literatura reciente sobre el tema, vemos que en general, el término exclusión social hace referencia a la pobreza y a un determinado colectivo que se ve imposibilitado de acceder a los bienes y servicios sociales, muy vinculado a ruptura de lazos y vínculos sociales (Besis, 1995; Sosa, 2001; Subirat, 2004; Bonet, 2006). Mientras algunos abordajes desde la perspectiva económica jerarquizan los aspectos asociados a la pobreza, otros, desde la perspectiva social, focalizan en el tema discriminación. Sin embargo, varias críticas ha merecido este concepto. Las más cuestionadoras, plantean la ambigüedad que puede llevar su generalización, pues cuando no se contemplan las condiciones de vida cotidiana y los aspectos subjetivos e históricos de la exclusión social, se corre el riesgo de terminar ocultando un tema que está en el fondo de estos asuntos: el de la injusticia social (Sawaia, 2004; Pérez Fernández, 2007). Estos aspectos, nos llevan a delimitar los alcances de nuestro abordaje conceptual del tema. Para ello utilizaremos el concepto de exclusión psicosocial, como forma de centrarnos en los aspectos de producción de subjetividad de estos fenómenos. Esto es, formas de significar y producir sentidos de la realidad, de producir deseo y acción, vinculado a la identidad y las dimensiones históricas - sociales. Cuando hablamos de procesos de exclusión psicosocial, nos referimos a toda una serie de fenómenos que implican singular y colectivamente una severa dificultad psíquica y social para resolver problemas vinculares, acceder a recursos disponibles, construir un proyecto de vida autónomo y una narrativa identitaria. Por lo tanto, hablar de exclusión psicosocial, implica hablar de los lugares asignados y asumidos colectivamente, de la dimensión afectiva, la capacidad de disfrute, las modalidades de afrontamiento de las problemáticas inherentes a la vida, los elementos de transmisión generacional, las modalidades vinculares, entre otras. Como dice Bader Sawaia, abordar la exclusión desde la perspectiva ética - psicosocial implica “analizarla como un proceso complejo, que no es en sí, ni objetivo ni subjetivo, individual ni colectivo, racional ni emocional” (2004: 8). Para nosotros implica un modo subjetivo de construir y operar en la realidad, producido social e históricamente. Nos interesa particularmente analizar como, en algunas personas y colectivos, se va construyendo una subjetividad de la exclusión, así como las lógicas psicológicas puestas en juego en los mismos. En el caso de la actual población mayor en situación de calle, hay dos factores que se potencian negativamente en esta producción subjetiva: vejez y vulnerabilidad social. Los desheredados de la Suiza de América Hasta la mitad del siglo pasado, nuestro país estuvo bajo la ilusión de ser “la Suiza de América”, como se lo llamaba por aquel entonces, debido a su desarrollo socio - económico. Los actuales viejos nacieron en ese tiempo y vivieron muy tempranamente varios cambios: la transición demográfica, el pasaje de una economía del ahorro a otra de consumo; la integración de la mujer al mundo laboral; el apogeo y fin de la integración social (Berriel, 2003). El trabajo era el gran organizador social y factor de movilidad social en esa época. En portugués en el texto original. Traducción libre del autor. — 238 — Sin embargo, esta bonanza económica del país, muy ligada a un estado de bienestar y a una situación mundial de guerra, invisibilizaba todo un sector de la población vinculado al medio rural y a las migraciones internas, que sobrevivía con escasos recursos culturales y bajo “capital social”, en condiciones de pobreza y vulnerabilidad, con trabajos precarios e informales. La bonanza económica de aquel entonces, permitía sobrevivir a estos sectores con condiciones mínimas de dignidad y de satisfacción de sus necesidades básicas. Es en este sector de la población con bajo capital social y sin mayores oportunidades de actualizarse, que los cambios tecnológicos, sociales y culturales de la segunda mitad del siglo XX impactó subjetivamente en forma negativa, haciéndose el actual mundo global un lugar cada vez más incomprensible. Hoy, sin duda, poco queda de aquel Uruguay. En un contexto mundial de cambios tecnológicos, políticos y sociales muy importantes, que han llevado a una globalización de las desigualdades y la pobreza, la aplicación sistemática de un modelo económico y político neoliberal en nuestro país, ha terminado drásticamente con aquel Uruguay “de las vacas gordas”. Dos aspectos han caracterizado a este modelo liberal: a) Disminuir la participación del estado en diferentes aspectos de la sociedad, principalmente en los que hace a la protección y derechos de las personas más vulnerables; b) ser aperturista a los mercados externos, desarrollando una “libre” competencia. En el plano político, para imponerlo, fue necesario eliminar cualquier vestigio de oposición y resistencia popular, por lo que se recurrió en la década de los 70 a la creación de dictaduras militares, que han dejado su huella sangrienta e impune en toda Latinoamérica. En nuestro país, la dictadura militar se consolida en el año 1973, señalándose al año siguiente como el del inicio de la aplicación de este modelo. En este punto, es necesario visualizar cómo se van montando algunos de los efectos históricos del neoliberalismo en la construcción de la situación social actual y su impacto en la subjetividad. En el plano social se produce una destrucción sistemática de los lugares de encuentro y de iniciativas colectivas y populares (sindicatos, cooperativas de vivienda de ayuda mutua, etc.). En el plano psicosocial, comienza a producirse un cambio en el imaginario social (Castoriadis, 1987). Este imaginario, compuesto por emblemas, mitos, cristalizaciones de sentido, que hacen que una sociedad se reproduzca a sí misma y regule sus comportamientos, produce roles y asigna lugares, en función de Kaztman plantea que “cada miembro de una comunidad tiene un Capital Social, cuyo monto es directamente proporcional tanto en su confianza en que los demás miembros ajustarán su comportamiento a ciertas normas básicas de convivencia, como al grado de legitimidad de sus expectativas de movilizar la voluntad de otros en su beneficio” (1997: 92). En el sentido que lo plantea Robert Castel (1992), refiriendo a aspectos de precariedad laboral, económica, educacional, vincular y afectiva, que se potencian entre sí, en un complejo proceso que da como resultado una situación de inseguridad para la persona. Esta inseguridad en cuanto al presente y futuro va paulatinamente inscribiéndose en el psiquismo, produciendo subjetividad y pautando, en gran medida, el relacionamiento vincular y afectivo, así como la representación del mundo (Pérez Fernández, 2007). Derechos como salud, educación, vivienda, pasan a ser regulados por las lógicas de oferta y demanda, manteniendo el estado un soporte mínimo y muy desvalorizado en estos aspectos. En el año 1974 comienza la reforma financiera (libre movilidad del dinero y liberalización de los precios). A comienzos de los años 90 se implementa la reforma comercial (baja significativa del arancel para los productos importados, intención de venta de empresas públicas) y reforma laboral (desregulación de relaciones laborales, apoyo a los grandes intereses económicos, ataques sistemáticos a los sindicatos de trabajadores, impulsando negociaciones individuales). Al respecto véase Pérez Fernández, 2007. — 239 — la ubicación social que cada uno ocupa. Esto determina, ya de por sí, una determinada subjetividad que produce efectos en los vínculos de las personas. El individualismo, el vínculo con el otro como competencia, la certeza de impunidad si se logra determinado lugar de poder, entre otros, comienzan a coexistir en este plano con los viejos valores solidarios y colectivos que caracterizó a un país con una gran población descendiente de emigrantes. Esto va produciendo un cambio en la subjetividad, generándose nuevos emblemas identificatorios que se asientan en el plano de la identidad de las personas, generando deseo (Pérez Fernández, 2007). La crisis económica del año 2002 ha agudizado esta situación de deterioro social, impactando fuertemente en los sectores más vulnerables de nuestra sociedad. En este contexto, varios de los jóvenes en situación de vulnerabilidad de aquel Uruguay del “Estado benefactor”, son actualmente parte de los viejos en condiciones de pobreza y exclusión psicosocial del “Uruguay neoliberal”. Dentro de este sector, las personas mayores en situación de calle es uno de los colectivos más vulnerables actualmente. Algunas características del proceso de exclusión psicosocial en los adultos mayores en situación de calle. Hasta aquí, hemos señalado una serie de aspectos macros (sociales, económicos, políticos, históricos) que han producido una serie de cambios en las condiciones de vida de la población, con sus consiguientes efectos en el plano de la subjetividad. Ahora bien: no todos aquellos jóvenes de la primera mitad del siglo pasado en situación de vulnerabilidad han llegado a la situación de ser hoy personas mayores en situación de calle. Cabe la pregunta entonces, respecto a qué mecanismos han operado en esa población para llegar a estas situaciones de exclusión psicosocial en esta etapa de su vida. Cómo en ellos, se han ido tejiendo las “artimañas de la exclusión” al decir de Bader Sawaia (2004). Teniendo presente los aspectos sociopolíticos e históricos anteriormente señalados, nos interesa ahora centrarnos en otra de las múltiples facetas de un tema altamente complejo, que refiere a las condiciones de producción subjetiva de la exclusión en estas personas. Nos interesa especialmente tratar de conocer algunos de estos aspectos, a los efectos de plantearse acciones de cambio en los mismos, a la vez que planificar estrategias de prevención en las generaciones más jóvenes. Lo que sigue a continuación, son algunos de los principales aspectos subjetivos que surgen y se repiten en las entrevistas mantenidas con más de 50 personas sin techo, mayores de 60 años de la ciudad de Montevideo, durante los años 2005, 2006 y 2007. Abordaremos algunos factores que, a nuestro juicio, tienen una mayor presencia subjeti- A fines de los años 80, recién retomada una tutelada democracia, hay un hecho que marca mucho la construcción de subjetividad en nuestro país y una derrota de los movimientos populares y colectivos. Se trata de la consolidación de una ley, nombrada popularmente como ley de impunidad, en función que afianza estos aspectos para los militares que violaron los Derechos Humanos en la dictadura. Esta ley, más allá de su validez jurídica muy discutible, tiene el efecto social de consagrar la razón de la fuerza ante la Justicia y los Derechos Humanos Crisis bancaria, devaluación de la moneda, etc. Esta crisis, corolario del modelo neoliberal, consolidó un enorme aumento en la pobreza, junto a una desproporcionada deuda externa, cuyo dinero se utilizó para salvar a sectores vinculados con el capital financiero. El aumento del desempleo, mayor precarización de los trabajos asalariados que se mantuvieron, mayor segmentación social, familias que pasan a vivir en situación de calle y a alimentarse de la mendicidad o de hurgar en la basura, fueron algunos de los efectos inmediatos de esta crisis. (Pérez Fernández, 2007) — 240 — va en estas personas, los cuales se han ido tejiendo a lo largo de su historia, vinculados muy fuertemente con los procesos de exclusión psicosocial. De vulnerables incluidos a desafiliados. Pseudoidentidades y proyecto de vida Un primer hecho a señalar, es que, salvo aquellos casos de personas con una cronicidad de calle de muchos años, la mayoría de estos adultos mayores sin techo son personas que, si bien han estado siempre en una situación de mucha vulnerabilidad social y precariedad del empleo, pertenecen a una generación que ha inscripto determinados valores en su identidad. El trabajo como forma de obtener ingresos, el respeto propio y del otro, etc., son algunos de los valores que permanecen en ellos en general. En estas generaciones mayores, esos aspectos se han inscripto en su psiquismo a modo de emblemas identificatorios, constituyendo un factor protector y primer eslabón a tener en cuenta a la hora de pensar estrategias de inclusión. Sin embargo, estos valores van quedando paulatinamente invisibilizados, ocultados por otras pseudoidentidades que van instalando el proceso de exclusión, haciendo a un determinado modo de estar en el mundo. Utilizamos el término pseudoidentidad para referimos a configuraciones y formas que toma el sí mismo, no a partir de un proceso yoico de distinción y semejanza, no a partir de la construcción de un yo futuro que habilite un proceso identificatorio que anude el deseo (Aulagnier, 1994), sino desde la instalación paulatina en el psiquismo de mecanismos y lógicas defensivas que terminan incorporándose al sí mismo del sujeto, pasando a ser parte de una especie de identidad “envolvente”, desde la que no existe mucha posibilidad de investir un proyecto identificatorio. De ahí la dificultad para construir un proyecto de vida y el acostumbramiento pasivo a las condiciones de existencia. Redes sociales y familiares Uno de los primeros elementos que se constata en esta población, es la ausencia de una red social o familiar de sostén. No es que estas personas no interactúen con otros o no conozcan personas. Pero en general se trata de interacciones sociales funcionales a la situación de exclusión. Existe una percepción subjetiva de “estar sólo en el mundo”, donde predominan los mecanismos psíquicos de aislamiento, como defensa a un medio hostil. La situación de calle lleva a que se utilicen determinadas estrategias de adaptación pasiva, al decir de Pichón Rivière (1985), donde es común apreciar una reproducción estereotipada de vínculos marcados por la desconfianza, la negatividad o la utilización del otro. Es común que aparezca una percepción del otro como un potencial enemigo y no como alguien con quién poder construir en conjunto. De esta forma, esta adaptación pasiva a las condiciones de vida, replica y amplifica un modelo individualista de ser humano, empobrecedor para la persona y su salud, que produce continuos movimientos de exclusión dentro de los excluidos. En investigaciones anteriores hemos señalado el peso que en los adultos mayores tiene la familia en la percepción del medio social (Berriel y Pérez, 2002 y 2006). A su vez, otros estudios han constatado la directa vinculación entre empobrecimiento de la En general vinculados a patologías psicológicas severas, tales como psicosis. — 241 — red social y aumento de enfermedades y muertes10, y otros, han señalado el tema de la vulnerabilidad relacional, como factor de riesgo de exclusión (Bonet, 2006). Esto, válido para la población de mayor edad en general, en el caso de los mayores en situación de calle pasa a constituirse en un factor de alto riesgo psicológico y vital. Se va así construyendo una determinada subjetividad colectiva (de quién se encuentra en situación de calle como de los otros sectores) que pauta fuertemente un determinado lugar social para el colectivo excluido. Se produce así una lógica de lo individual, una enorme dificultad para incluir al otro en el vínculo y contacto placentero. En muchos casos, esta ausencia de red y de vínculos satisfactorios, este “estar sólo en el mundo” produce una especie de efecto de “invisibilidad”. Invisibilidad de los cuerpos, que van perdiendo su sensualidad para pasar a ser objetos de sufrimiento, organismos dolientes que sólo pueden ser abordados por la medicina. Esto implica un nuevo paso en el proceso de exclusión, vinculado a procesos de desubjetivación. Hechos traumáticos encapsulados Otro aspecto que nos encontramos habitualmente, es con diferentes aspectos de la historia de vida de cada persona, que permanecen encapsulados y congelados en el tiempo, sin espacio para su tramitación psíquica. Refieren generalmente a situaciones de pérdidas reales (tales como fallecimientos) o simbólicas (pérdida de determinado rol, del trabajo, etc.) que han quedado en un estado de afecto congelado y por lo tanto, no han sido tramitadas psíquicamente. Es común que estos hechos marquen un quiebre en la historia de la mayoría de estas personas, pero que a su vez no puedan ser ubicados en una fecha precisa. En los casos más extremos, muchas veces parecen ocupar toda su vida, ubicando el mismo hecho en diferentes momentos vitales, y desde el cual se explica toda su situación actual. Cabe mencionar que esto no se debe a un trastorno cognitivo (una desorientación temporal o déficit en la memoria), sino a una percepción subjetiva que ocupa su historia. De esta forma, no es de extrañar la ausencia de narrativa sobre sí mismos. El no poder poner en palabras esto, hace que el trauma quede perdido en el tiempo y asentado en su identidad. Hace unos años, Bruner (2003) ponía de manifiesto el importante papel que juega la narrativa en la constitución de nuestra identidad. Somos las historias que nos narramos de nosotros mismos y las que nos narran los otros, sostiene este autor. En función de lo que venimos desarrollando hasta el momento: ¿cuáles son las narrativas que se construyen en estas personas?, cabría preguntarse. Se construye una narrativa de la exclusión, de lo individual, del estar solo en el mundo, del desamparo, de la invisibilidad, del sufrir. Estas narrativas pasan a constituirse en verdaderas pseudoidentidades que, a modo de acto performativo (Butler, 2001), envuelven el sí mismo de la persona. Puestas las cosas así, no es de extrañar el alto porcentaje de patologías psicológicas de esta población, posiblemente como salida de estas situaciones. 10 Por ejemplo, los estudios de Berkman y Syme; House y col.; Tibblin y col.; Spiegel y col.; todos ellos citados por Carlos Sluzki en 1996: 76 – 77 y 174. — 242 — Pensando estrategias de abordaje Sin duda, en situaciones tan complejas como la exclusión psicosocial, para producir estrategias de cambio sustentables en el tiempo, es necesario coordinar y articular toda una gama de recursos institucionales, sociales, políticos, económicos y psicológicos. Desde la perspectiva psicológica, en la población de mayor edad en situación de calle, una de las estrategias a desarrollar tiene que ver con romper las pseudoidentidades asociadas al proceso de calle, como forma de apoyar los valores de inclusión que aún permanecen en ellos. Desde esta perspectiva, uno de los primeros elementos a tener en cuenta es la necesidad imperiosa de producir nuevos elementos de subjetivación, construyendo una narrativa diferente de sí mismo. Todos los espacios que se puedan generar para que circulen las palabras, para que se nombren las cosas y personas, para que se construyan narrativas libres, implica avanzar en los procesos de subjetivación. Lo mismo sucede con la participación. Todos los espacios que pudiesen crearse para lograr la participación real, incluida la toma de decisiones, aporta en esa línea. De la misma manera, es necesario diseñar propuestas que problematicen el modelo individualista, que apuesten a lo colectivo y a la potencia de la grupalidad, a la “rehabilitación” de los vínculos, al intercambio con el otro “par”. Finalmente, estos cambios subjetivos deben ser acompañados por una red de recursos sociales e institucionales, que operen como una verdadera red de sostén y apoyo de estas problemáticas. Estas estrategias deberían ser implementadas con los actuales adultos mayores en situación de calle, pero simultáneamente con otras personas más jóvenes en situaciones de extrema vulnerabilidad psicosocial, como forma de comenzar a implementar estrategias de prevención. Montevideo, octubre de 2007.- Referencias bibliográficas Aulagnier, Piera (1994): Un intérprete en busca de sentido. México: Siglo XXI Berriel, F. (2003): Imagen del cuerpo, modelos y emblemas identificatorios en los adultos mayores. Tesis de Maestría. Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Mat. Mim. Berriel, F.; Pérez, R (2006): Imagen del cuerpo y producción de sentidos. Estudio con adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores de la ciudad de Montevideo, Uruguay. Revista Iberoamericana de Psicomotricidad y Técnicas Corporales. Nº 23. Vol. 6 (3) Agosto de 2006: 65 – 82 ————— (2002): Adultos Mayores Montevideanos: Imagen del cuerpo y red social. En: Universidad de la República. Facultad de Psicología (2002) Revista Universitaria de Psicología. 2. 1. Montevideo, agosto de 2002. Besis, S. (1995): De la exclusión social a la cohesión social. En: Gestión de las Transformaciones Sociales, Colección Políticas Sociales – Nº 2. París: UNESCO. Bonet Jordi (2006): La vulnerabilidad relacional: Análisis del fenómeno y pautas de intervención. REDES- Revista hispana para el análisis de redes sociales Vol.11, Nº 4 Diciembre 2006 Universidad Autónoma de Barcelona. Bruner, J. (2003): La fábrica de historias. Derecho, literatura, vida. Bs. As.: FCE. Traducción de Luciano Padilla. Butler, J. (2001[1990]): El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. México: Paidós. — 243 — Castel, R (1992): “De la exclusión como estado a la vulnerabilidad como proceso”. Texto publicado originalmente en Affichard, J y col. Justicie sociale et inelités. París: Esprit, pags. 135 – 148 Castoriadis, C. (1987): La institución imaginaria de la sociedad. Barcelona: Tusquets. Cortés, Fernando (2006): Consideraciones sobre la marginación, la marginalidad, marginalidad económica y exclusión social. En: Papeles de población. Revista de Universidad Autónoma del Estado de México. Enero – marzo de 2006. Nº 047. pp. 71 – 84 Kaztman, R. (1997): Marginalidad e integración social en el Uruguay. Revista de CEPAL Nº 62, Montevideo, pp. 91-115. Pérez Fernández, R. (2007): Desigualdad, Vulnerabilidad Social y Salud Mental. Vivir en situación de calle en Montevideo. En: Memorias del I Congreso Ecuatoriano de Psicología Comunitaria. Entre desesperanzas y utopías. Quito: Universidad Politécnica Salesiana, en prensa. Pichón Rivière, E (1985): El proceso grupal. Del Psicoanálisis a la Psicología Social. Bs. As.: Nueva Visión Sawaia, Bader (Org. 2004 [1999]): As artimanhas da exclusão. Análise psicossocial e ética da desigualdade social. 5ª Edição. Petrópolis: Vozes Sluzki, C. (1996): La red social. Frontera de la práctica sistémica. Barcelona: Gedisa. Solano Lucas, J. C. (2007): Una reflexión sobre la desigualdad, la pobreza y la exclusión. Elementos teóricos y analíticos. Intersticios: Revista Sociológica de Pensamiento Crítico Vol. 1 (1) 2007, pp. 274-287. Sosa Elízaga, R. (2006 [2001]): Exclusión y conocimiento social. Sociologías. Año 8 Nº.15 Porto Alegre Jan./June 2006 Subirat, J. (2004): Pobreza y exclusión social. Un análisis de la realidad española y europea. Barcelona: Fundación La Caixa. — 244 — Capítulo 3 Envejecimiento activo Recreacion Estimulo y Tiempo Libre en el Envejecimiento Educación y Envejecimiento Grupos Organizaciones y Participación de los AM Memoria y Envejecimiento Abordajes Psicogerontologicos Recreacion Estimulo y Tiempo Libre en el Envejecimiento Construyendo redes sociales en la tercera edad Matías Cáceres, Romina Cáceres Soledad Barreto y Rosana Borini. Resumen El presente trabajo constituye la labor que desde hace más de un año un grupo de alumnos y egresados pertenecientes a la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales-UADER lleva a cabo en el Hospital Enrique Fidanza, ex hospital destinado a tratar pacientes con mal de Hansen, y que en la actualidad funciona como geriátrico, albergando un total de 80 pacientes. El objetivo se centra en la creación de nuevas redes sociales que permitan una mayor interacción entre los adultos mayores y modos de relacionarse a través de actividades diversas. La metodología empleada fue la recolección de datos a partir de entrevistas y encuestas realizadas a los adultos mayores del hospital y que permitieron determinar cuales eran sus intereses e inquietudes respecto a la implementación de nuevas actividades. Los datos obtenidos arrojaron la implementación de talleres de Música y Artes Visuales, para lo cual se convocó como coordinadoras a alumnas de ambas carreras. Los resultados a más de un año de haber comenzado con este proyecto han superado ampliamente nuestras expectativas. Los talleres de Música y Artes no solo han posibilitado el descubrimiento de grandes talentos por partes de los asistentes, sino que permitieron un espacio en el cual pueden interactuar, intercambiar experiencias, relatos y que a su vez se han podido dar a conocer a la comunidad lo cual ha incrementado notablemente las redes sociales dando como resultado la creación de diversas actividades a partir de colaboradores que se han ido sumando al proyecto. Palabras clave: Redes Sociales, Adultos Mayores, Hospital Enrique Fidanza Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales. Universidad Autónoma de Entre Ríos. Cáceres Matías. Técnico en Psicogerontología. Alumno avanzado de la carrera de Licenciatura en Psicología. Universidad Autónoma de Entre Ríos. Auxiliar Docente Alumno de la carrera Psicología del Desarrollo III. Co Director y Autor del Proyecto de Extensión “Construyendo Redes Sociales en la Tercera Edad”, llevado a cabo en el Hospital Enrique Fidanza de Colonia Ensayo, Departamento Diamante desde hace más de un año. Distinguido por la Decana de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales- Universidad Autónoma de Entre Ríos, Profesora Tarulli Gloria, por ser el Primer Técnico en Psicogerontología Matriculado de la República Argentina. caceres_matias@ hotmail.com — 247 — Introducción Partir de un proyecto que tenia como principal objetivo la construcción de redes sociales en un alejado geriátrico de las afueras de la ciudad, representaba todo un desafío, sobre todo teniendo en cuenta las características particulares con la que contaba esta institución. El Hospital Enrique Fidanza fue creado en sus inicios como hospital para albergar pacientes con mal de Hansen (Lepra), con todo lo que hace 50 años atrás significaba esto, para quienes padecían esta enfermedad. En la actualidad este hospital ha sido reestructurado y funciona como geriátrico albergando alrededor de 70 pacientes, algunos de los cuales son pacientes curados de Hansen. Recalco esta parte de la historia del hospital porque estas características han creado alrededor del mismo un mito en cuanto a esta institución de forma tal, que aún hoy cuando contamos en donde estamos trabajando, muchos reconocen el lugar como “El Leprosario” o nos preguntan sino tenemos miedo de contagiarnos de lepra. Nuestro primer gran desafío, una vez que llegamos al hospital fue conocer a sus habitantes y a su vez darnos a conocer, pero ¿de que manera llegar a ellos, instalando algo del orden de su deseo?, comenzamos entonces a recorrer los distintos pabellones, junto con Romina, quien llevaba colgada en el hombro su guitarra. Solo caminábamos observando las características del lugar, y de pronto alguien desde lejos comenzó a cantar; nos acercamos, Romina sacó su guitarra y allí comenzó nuestro primer día de recorrido. Al cabo de una semana nuestra presencia se hacia cada vez más notoria, de a poco comenzaron a acercarse algunos por curiosidad, otros compartiendo la pasión por la música, también para contarnos acerca de sus vidas, sus historias, de cómo llegaron allí, la historia del lugar. Nosotros comenzamos a contarles a cerca de nuestra propuesta de trabajar a partir de diversas actividades que ellos mismo propusieran, fue así como surgió la creación de “Talleres de Música y Artes Visuales”. Definidas las actividades, solo quedaba concretar un día y un horario. Finalmente y teniendo en cuenta que los fin de semanas la actividad en el hospital era escasa se definió los sábados como el día de encuentro de los talleres. Talleres en marcha… El primer taller tuvo lugar el día 22 de julio de 2006, dadas las condiciones climáticas favorables, el mismo se desarrollo al aire libre. El personal de enfermería nos ayudó a colocar bancos formando un círculo y fueron avisando en cada pabellón de nuestra presencia. En este primer taller fueron 24 los asistentes, allí pedimos que cada uno se presentara, y luego Romina comenzó a cantar las canciones folclóricas que cada uno de los asistentes iban pidiendo. Casi finalizando el primer taller, se acercó a Romina Ismael, de 91 años, quien le contó que tenia guardada una guitarra que creía tenia unas cuerdas rotas, y que si se podía arreglar iba a traerla el siguiente sábado. Utilizo este concepto, ya que es uno de los que aun hoy se conserva en el decir de sus habitantes y que corresponde a cuando era hospital de mal de Hansen. Actualmente Ismael no ha dejado un sábado sin participar acompañándonos con su guitarra y sus cantos. — 248 — Conociendo…nos Al cabo de unas semanas los talleres se iban fortaleciendo, Soledad había comenzado a dar inicio al taller de Artes Visuales y Romina ya contaba con un acompañante de guitarra cada sábado. Los integrantes comenzaron sumarse. Los días calidos aprovechábamos para realizar los talleres al aire libre, en cambio los días frescos y lluviosos, se llevaban a cabo en el comedor del hospital. Poco a poco fuimos notando que muchos de los integrantes a los talleres no se conocían con sus pares, o habían tenido poco diálogo, pese a que muchos hacían varios años que estaban allí. Fue así como de a poco comenzaron a conocerse más entre ellos, e incluso a pasaban a buscarse para ir a los talleres juntos. Fue a partir de esta observación que decidimos trabajar una técnica denominada “El Ovillo”. El objetivo es la presentación. Los participantes se disponen en círculo. Se toma un ovillo de lana y se lo arroja hacia un miembro del grupo al azar que se presenta a sí mismo, cuando concluye, lo arroja a otro miembro reteniendo la punta del ovillo y así, hasta llegar al último. Se construye una red que une a todos los miembros. Luego, se inicia el proceso inverso siguiendo el camino que trazó el ovillo. Cuando cada participante recibe nuevamente la madeja, expresa sus expectativas respecto del grupo, la reunión o el tema mientras ovilla la lana que le han entregado. De esta forma, concluye la presentación cuando la red fue desarmada y el ovillo reconstruido. Sin dudas que esta técnica implementada, sirvió para que nos conociéramos, y se conocieran ellos mismos un poco más., primer paso este para el objetivo principal que era el de trabajar sobre la identidad de los talleres y sus asistentes. Este proceso llevo alrededor de dos meses y comenzamos comentándoles acerca de la idea de tener algún objeto que cada sábado indicara nuestra presencia en el hospital, ya que muchos nos contaban que les resultaba difícil recordar el día en que íbamos. Pedimos entonces que entre todos propusieran. De común acuerdo se eligió una bandera y el color elegido fue verde, pero no cualquier verde, sino un verde que según ellos diera vida. Al sábado siguiente la bandera verde colgada a las diez de la mañana en la entrada del comedor indicaba que los talleres estaban por comenzar. Poco a poco se fueron sumando integrantes que gustaban de escuchar y cantar canciones junto a Romina los cuales se bautizaron “El Grupo de Música de Fidanza”, quienes expresaban su gustos por las pinturas y aquellos a quienes les gustaba pasar el momento charlando y contando anécdotas. Y finalmente resurgió la “Esperanza” Un mes y medio había transcurrido desde el primer taller, y cada sábado se consolidaba más el grupo de asistentes, era hora ya de ir pensando un nombre que al igual que la bandera identificara este espacio de cada sábado. El proceso de elección del nombre se trabajo a lo largo de cuatro sábados, allí cada uno fue exponiendo el nombre elegido y dando los motivos de su elección. Se sucedieron un sin fin de nombres, entre ellos: “El Grupo de Amigos Incondicionales de la Tercera Edad”, por ser incondicionales con ellos, “Los Midachis” por el humor que le llevábamos cada sábado, “La dueña de la Música”, “Los amigos de Fidanza”, “Esperanza”.Finalmente y de común acuerdo el día 16 de septiembre de 2006 se bautizó como “Taller Esperanza” al espacio compartido cada sábado. Ahora ya no solo teníamos una bandera y un color que nos identificaba, sino también un nombre, que le daba identidad al grupo. — 249 — Esperanza fue pintado en la bandera y al sábado siguiente flameaba en la entrada del comedor anunciando nuestra presencia. Pero había un detalle más a tener en cuenta y que sin dudas serviría para generar más lazos entre los asistentes. Había que pensar en un dibujo, un logo que identificara al “Taller Esperanza” y esa fue una tarea que trabajamos a lo largo de varios talleres. Cada sábado se proponían ideas, las cuales íbamos recepcionando de que dibujo representaría a nuestro taller. Sin dudas que esta idea representó todo un desafío para los asistentes, parecía tarea bastante compleja, y sin embargo un sábado nos encontramos con que el taller contaba con un logo que lo identificaba: en el estaba representada la Música a través de una guitarra que hacia a la vez de tronco de árbol, el cual estaba cubierto por una inmensa copa compuesta por los diferentes dibujos realizados en el Taller de Artes Visuales. ¿Y que mejor para dar a conocer nuestra bandera, con su nombre su logo y a sus integrantes sino a través de una fiesta? El 10 de noviembre fue la fecha indicada, con motivo de festejar “El Día de la Tradición” Se confeccionaron tarjetas de invitación, las cuales fueron pintadas y distribuidas por los mismos asistentes. Cada uno se encargó de repartirlas en un área distinta, e incluso muchos avisaron a sus familiares del evento. Nosotros por nuestra parte queríamos aprovechar este evento para “Construir más redes sociales”, y fue así como se difundió a través de afiches, gacetillas, televisión, radio, acerca de la labor llevada a cabo en el hospital y se pidió colaboración a quienes quisieran participar de la fiesta. El día esperado llegó y el sol acompaño el festejo. El patio fue adornado con los dibujos pintados en el taller de Artes Visuales, para que todos pudieran apreciar el trabajo. Hubo actos folclóricos a cargo de Romina, Responsable del taller de Música junto a Marcelo Ledesma, quien actualmente es un colaborador e integrante del equipo de trabajo. Luego contamos con la presencia de bailarines de folclore, un violinista, una cantante de chamamé invitada por uno de los asistentes al taller, además los medios locales vinieron a cubrir el evento y para culminar el festejo, entre empanadas y jugos, Rosana Borini junto a Ismael de 91 años, entonaron algunas de las canciones que nos representan como taller Esperanza, entre ellas “Zamba de mi Esperanza”, canción que fue bautizada por los mismos asistentes como al canción principal del taller. De cómo las redes sociales ayudaron a Maria En el segundo taller llegó una enfermera trayendo en sillas de rueda a María, quien solo pedía irse a su cama y lloraba. Maria estaba pesando alrededor de 33 kilos cuando la conocimos, de aspecto desaliñado y cruzada de brazos, Maria casi no emitió palabras ese día. Estuvo toda la hora que duró el taller pero solo se limitaba a llorar. Nos acercamos y nos presentamos y le contamos a cerca de nuestra propuesta, ella asentía con la cabeza. Cuando los talleres finalizaron, llevamos a Maria a su habitación, allí nos despedimos y la invitamos a participar el siguiente sábado. Para nuestra sorpresa la semana siguiente Encontramos a Maria esperándonos en la puerta del pabellón clínico, nos Maria es el nombre ficticio elegido para dar cuenta de este caso. Allí se encuentran los pacientes en estado crítico. — 250 — saludo y nos pidió las trasladáramos al comedor para presenciar los talleres. Se sentó, pidió lápiz y papel y comenzó a dibujar. Su dibujo consistió en dos flores situadas una a cada lado de la hoja y el medio un corazón grande con el nombre de una mujer. Maria nos contó que se trataba de su única hija que había fallecido en un accidente, a raíz de tal tragedia ella había sido internada en el hospital, diagosnticada como melancólica grave y sin posibilidad de salir adelante. El sábado siguiente y todos los restantes Maria acudía a los talleres. Su llegada en silla de ruedas se convirtió un día en unos pasos lentos, acompañada de un bastón y un almohadón ya que según ella estaba tan delgada que no podía sentarse en la silla plana. Con el paso de los meses María comenzó a subir de peso, su andar se volvió más rápido y seguro y ya no necesitaba el bastón para llegar al los talleres, comenzó a cambiar su aspecto, pintaba y cantaba en cada taller, e incluso comenzó a relacionarse con sus pares y los invitaba a los talleres. Pasó de estar en el pabellón clínico al pabellón de mujeres. A cinco meses de haber comenzado asistir a los talleres, María había recuperado 33 kilos, ya estaba lista para volver a su casa. Actualmente sigue concurriendo, dos veces a la semana, lleva y cocina tortas y postres. Cuando vamos cada sábado encontramos mensajes que nos deja con otros asistentes. Ella fue la que propuso el nombre al taller: “Esperanza” “Por la esperanza que me han dado ustedes desde que los conocí” dijo….. Conclusiones finales Ha pasado un año y medio desde esta primer experiencia, en este tiempo, hemos realizado diferentes actividades: “Fiesta de los Cumpleaños”, “Fiesta de Fin de año”, actualmente a la par que se continúan con ambos talleres, se han incorporado nuevos dispositivos de trabajo: se está pintando en cada pabellón un mural, el cual representa y da cuenta las características de quienes allí residen. En cuanto a lo que Música refiere, se han sumado integrantes quienes a lo largo de este tiempo han vuelto a tocar instrumentos musicales: flauta, guitarra, armónica, y han surgido nuevos cantores, recitadores y bailarines folclóricos. También se ha creado por iniciativa de las mismas asistentes un nuevo taller de tejido y bordado. En cuanto a la comunidad, se ha incrementado notablemente el número de colaboradores, hoy en día el Hospital Enrique Fidanza, y particularmente el “Taller Esperanza” se ha dado a conocer en diferentes puntos del país y del mundo. Contamos con una página en Internet, en la cual se muestran las diferentes actividades realizadas, y hemos presentado un proyecto para la creación de un museo dentro del hospital, el cual permitiría que dicha institución entre dentro de uno de los corredores turísticos que hay en nuestra provincia, lo cual favorecía notablemente el número de visitantes al hospital e incrementaría más estas redes sociales que juntos estamos construyendo. Son cuatro pabellones destinados para los 70 adultos mayores que allí conviven. dos de varones, uno de mujeres y el cuarto es el pabellón clínico. a partir del mismo, se han rescatado piezas históricas de más de cincuenta años, y hemos logrado recuperar la disposición en la cual el hospital se transfiere de inmueble nacional a provincial, detalle no de poca importancia dado que a partir de allí se sucedieron varias cuestiones que marcaron un antes y un después dentro de la institución — 251 — Sabíamos desde un principio que iba a ser todo un desafío concretar nuestro proyecto en Fidanza, pero nunca lo vimos como algo imposible. Lo que le hemos brindado es insignificante comparado con todo el cariño y enseñanza que hemos recibido por parte de cada uno de los integrantes al “Taller Esperanza”. No hay dudas que sin ellos, nada de todo esto hubiese sido posible. Seguimos apostando a la construcción de redes sociales, porque sabemos que con la colaboración, el compromiso y la participación de cada uno de nosotros pueden ser posibles. Bibliografía Davas Elina (1993): “Red de redes” Buenos Aires Edición Paidós. Del Cueto Ana María. (1999): “Grupo, instituciones y comunidades”.Argentina. Lugar Editorial. Elena Ángel Mario (2004): “El adulto mayor”. Hacia una nueva categoría social Impresiones Módulos- Ciudad de Rosario Pichón Rivière Enrique (1997): “El Proceso Grupal” Editorial Nueva Visión Quinodoz, Marina: “El rol de los adultos mayores en la Argentina actual”. Trabajo monográfico para el 2° Curso Virtual Educación para el Envejecimiento. Schvarstein Leonardo (2002): “Psicología Social de las organizaciones” Argentina. Editorial: Paidós. Sluzki Carlos (2002): “La Red Social: Frontera de la práctica Sistémica” Editorial Gedisa Zarebski, Graciela. (1999): “Hacia un buen envejecer”. Editorial Científica Literaria. — 252 — Recreacion Estimulo y Tiempo Libre en el Envejecimiento Modalidades no tradicionales de intervención interdisciplinaria con adultos mayores en comunidad Alberti Pose, Ana María, Alvarez, Virginia y Pippo Pena, Noelia Resumen Los adultos mayores desafían hoy desde muchos y variados temas. Desde la mejora en calidad de vida nos planteamos las siguientes interrogantes: ¿Cómo llegar a este grupo etario, con propuestas de intervención más allá de las habituales? ¿Cómo trabajar sus temas en grupos (y que les resulte estimulante y placentero)? ¿Cómo prevenir el deterioro orgánico y psicológico? ¿Cómo transformar en propuestas interdisciplinarias? El Subprograma Adultos Mayores del Programa Apex-Cerro, en su Proyecto, contiene objetivos relacionados con la producción y transmisión de conocimientos. Por ello, el presente trabajo intentará abordar, desde la psicología, formas de intervención grupales con modalidades no tradicionales vinculadas al cine y actividad artística. Además, posee la singularidad de constituir un dispositivo interdisciplinario donde técnicos, estudiantes y los propios adultos mayores están involucrados. Se presentarán datos de encuesta sobre el cine (gustos, frecuencia de asistencia en el pasado y lo que se pretende en el presente). También se presentarán las características del taller de arte. Resultando un aporte a su calidad de vida y un desafío para nuestros adultos mayores, proporciona además a los profesionales un aprendizaje diario acerca de nuevas y mejores maneras de abordaje. Palabras clave: Intervención, adultos, mayores, comunidad Programa Apex Cerro. Subprograma Adultos Mayores. Universidad de la República. Ana María Alberti Pose. Psicóloga clínica. Docente del Subprograma Adultos Mayores. anaalber@ adinet.com.uy Del Programa Apex Cerro. Ex docente del Departamento de Psicología Médica para el Dpto. de Geriatría y Gerontología. Actualmente se desempeña como psicóloga clínica y coordinadora de los talleres de memoria para adultos mayores y del cine foro. Programa Apex Cerro. Subprograma Adultos Mayores. Universidad de la República. [email protected] Programa Apex Cerro. Subprograma Adultos Mayores. Universidad de la República. [email protected] Programa de extensión dependiente de la Universidad de la República en el cual interactúan varias disciplinas. Su población destinataria es la del barrio Cerro de Montevideo. — 253 — Introducción La clínica siempre nos interpela, desde el abordaje de la disciplina, las intervenciones, los grupos, la docencia, la comunidad, los adultos mayores. Una construcción interdisciplinaria que incluya los aspectos mencionados resulta muy ambiciosa, más, ¿de que otro manera se puede realizar? El Subprograma Adultos Mayores busca desde hace catorce años de ejercicio, no solo responder a estos interrogantes sino construir, re-construir, evaluar las metodologías empleadas. Por ello, las propuestas que se presentan quizá no resulten originales por ser ya conocidas, pero transformar estas “formas” en intervenciones con significado terapéutico, sin lugar a dudas que es uno de los mayores desafíos. Como señala Beatriz Dorfman Lerner: “…no toda modificación útil del yo tiene que ser resultado, no ya de un psicoanálisis sino siquiera de una psicoterapia formal…” (Dorfman Lerner, Beatriz: 2002, pág.171). Además de ello, la instancia de lo grupal, requiere de un esfuerzo más, el hecho de poder ejercer críticas, aportes, opinar en grupos, requiere también un compromiso que se va formando en la medida que se desarrollan las pertenencias grupales. Construir estos dispositivos interdisciplinarios ¿que implica? En primer lugar, se trata de una intervención psicológica, dentro de un contexto de interdisciplina, ya que el cine foro es una alternativa donde los técnicos coordinan, junto a los adultos mayores organizados (promotores) y donde los estudiantes-pasantes-becarios asisten como una forma también de participación e intervención como parte de sus currículos. Nuestro fin primero es llegar a los adultos mayores, implicados en el marco de un proyecto de un programa de extensión, y como tal estas prácticas y sus análisis son ejes fundamentales en la tarea. Pero además porque somos muy conscientes de que el estimulo cognitivo y anímico es una forma de abordar la salud mental de los adultos mayores y con ello estamos contribuyendo a mejorar su calidad de vida. A propósito de salud mental En Salud y Autogestión, Weinstein (1978) define la salud mental como un conjunto de capacidades bio-psico-sociales de un individuo o un colectivo. También como “un conjunto de capacidades desarrolladas en mayor o menor medida según la libertad del hombre para conquistar relaciones sociales adecuadas, equilibrio con la naturaleza y conocimiento y encauzamiento de sí mismo” (Weinstein, 1978: pág 173) Selecciona algunas de estas capacidades bio – psico - sociales: como la capacidad vital, capacidad de goce, de comunicación, capacidad de creatividad, capacidad de autocrítica, capacidad de crítica de la realidad, capacidad de autonomía, de la solidaridad, las capacidades prospectivas e integrativas. ¿Cómo asociamos estas capacidades con las investigaciones que confirman que ciertas “inteligencias” en la vejez se intensifican o se realzan? Un ejemplo de ello, son los trabajos en torno al tema (Horn, 1970; Belsky, 1996) dedicados al estudio de los tipos diferentes de inteligencias adultas. Distinguen la inteligencia cristalizada, que da cuenta de cómo incluimos la cultura con toda su información, y la inteligencia fluida, dependiente más del sistema nervioso, en una perspectiva de corte fisiológica. Estos dos tipos de inteligencias siguen formas distintas: la cristalizada permanece estable o aumenta a medida que los años transcurren, sobre todo en profesiones o quehaceres relacionados con la creatividad (ya sea arte, poesía); la fluida alcanza un punto culminante en la edad adulta para luego decaer. Apoyados en las concepciones de plasticidad neuronal, pensamos que las experiencias planteadas contribuyen de forma integral a que el adulto mayor se enriquezca con la información, — 254 — tenga la oportunidad de crear, de mostrar la originalidad personal y de descubrir mundos tal vez ignorados hasta ahora. La encuesta En el año 2006 se realizó una encuesta junto a la Unidad de Comunicación del Programa Apex Cerro, con el propósito básico de relevar el grado de satisfacción sobre la actividad de Cine Foro. La misma, denominada “Encuesta Para Adultos Mayores/ Cine Foro”, se basaba sobre dos ejes de referencia temporal (el recuerdo y lo actual) A continuación se da referencia de las preguntas y del resumen de respuesta sobre las mismas: El recuerdo ¿Hace cuanto tiempo que no iba al cine? Casi la mitad de la muestra refirió no ir al cine desde hacía años, un cuarto hacía meses y otro cuarto contestó que hacía mucho tiempo sin especificar cuánto. ¿Con quién concurrió la última vez al cine? Tres cuartos de los adultos mayores concurrieron acompañados al cine la última vez que fueron, de estos la mitad fue con su esposo/a y un cuarto con amigos. ¿Dónde? ¿En el barrio, en el centro, o en otro barrio? No existe diferencia entre los adultos mayores que asistieron al cine centro, al del barrio y al de otro barrio. ¿Por qué estima que dejó de concurrir al cine? De los entrevistados, un tercio dejaron de ir al cine por problemas económicos, casi otro tercio refirieron que al existir TV, videos y DVD prefieren quedarse en su casa, tres participantes por problemas de enfermedad de ellos o algún familiar. Hay un participante que no responde por que continúa concurriendo al cine. ¿Cuál es su último recuerdo de la situación de cine? La mitad de los participantes no recordaba cuál fue la última película que vio. El resto refería recordar en su mayoría películas de dibujos animados. Lo actual ¿Qué significa la experiencia de Cine Foro? A la mitad de los adultos mayores la experiencia le pareció muy buena. Al mismo número de personas la experiencia les pareció buena e interesante. Ningún entrevistado refirió que la experiencia fuese mala. ¿Qué diferencia encuentra entre ver películas en TV y en el Cine Foro? Todas las personas entrevistadas refirieron que mirar películas en el Cine-Foro era mejor que mirarlas en la TV. Los motivos mayormente mencionados fueron que en el Cine-Foro se comparte, se comenta y hay encuentro con gente, para pensar, no existen cortes, las películas son mejores, más verídicas y humanas. Solo dos personas no supieron contestar esta pregunta y no hubo personas que pensaran que era mejor mirar películas en TV. La dinámica del cine foro La dinámica incluye luego de la exposición de la película, la formación de un espacio de reflexión- discusión, donde lo fundamental es el grupo que se constituye, Como — 255 — señala Golstein, “los seres humanos, de todas las edades, necesitan tener relaciones satisfactorias con otras personas, y el centro para tales relaciones, es el grupo. El grupo como centro de recreación” (Golstein N, 2005, pág 292). El cine involucra una serie de actividades y tareas desde la ambientación del espacio físico, ensamblaje de aparatos, planificación de películas y del foro, la merienda, que determinó una organización que se dio en llamar “el dispositivo del cine foro” con responsables para cada tarea y donde todos están comprometidos: desde los estudiantes, los adultos mayores, los técnicos. La elección de las películas es realizada en el espacio del foro, atendiendo a las distintas preferencias, que varían desde los dramas, a las comedias livianas en contenidos ó clásicos de época. Congrega adultos mayores muy variados desde sus niveles educativos a sus diferencias sociales. A la hora del foro, las opiniones forman un cúmulo de riqueza de memorias vividas, que permite entre otras un trabajo de reminiscencias muy positivo. La propia experiencia del cine trasmite un efecto de “transporte” a otros mundos, el llegar hacia espacios de fantasía que la imagen propone, repercute en un transportarse al pasado con los contenidos de infancia, escuela, barrio, amigos, pareja, hijos, etc. En este espacio donde llegamos a confines muy variados, reforzamos y nos posicionamos en momentos vitales para estimularlos, para que no se conviertan en tan solo un detenerse en la memoria, con la posibilidad de ser trabajadas como reminiscencias. El espacio de taller de libre expresión El taller fue conformado con la idea de generar un espacio de encuentro a través de la libre expresión, estimulando la capacidad creativa del adulto mayor. Cuando hablamos de libre expresión hacemos referencia a un espacio en donde el adulto mayor pueda crear libremente enfatizando aquí el proceso y no el producto. Con este espacio buscamos promover la creatividad de los individuos facilitando el encuentro con ellos mismos y promoviendo el vínculo con los demás, favoreciendo las relaciones, las actividades y el contacto e integración social. El grupo se conforma mayoritariamente por el género femenino con un promedio de edad que oscila entre 60 y 85 años. Para la mayoría de los integrantes ha sido su primer contacto con este tipo de experiencias (por ejemplo algunos de ellos no habían trabajado antes con arcilla o plasticina) Los talleres contienen un primer momento de caldeamiento y sensibilización hacia los materiales, acompañados por la estimulación musical. Luego de esta primera etapa de sensibilización los participantes se disponen a encontrarse con los diversos materiales y trabajar en ellos dando lugar a la creatividad, la percepción, la sensibilidad y la diversidad de los mismos, llevándonos a la flexibilidad. Algunas de las técnicas utilizadas son: pintura, collage, encáustica y esculpido, entre otras. Al final del taller destinamos un espacio para compartir las diferentes experiencias que cada uno de los participantes vivieron. A continuación transcribimos algunos comentarios de los participantes: “No somos ni un número, ni uno más… nos sentimos personas.” “Me siento cómoda, puedo compartir.” “Me siento bien es un espacio dónde puedo ser yo” “Me siento bien, no me siento juzgada ni criticada” “Esta es una buena iniciativa para poder mover las neuronas a la edad nuestra” “Estoy toda la semana deseando que lleguen los miércoles” “Me encanta mirar y ver lo que hacen” — 256 — “Me siento relajada, me siento bien con mis compañeras, siento que puedo compartir” “Acá uno puede desenchufarse del trabajo y poder salir de lo de todos los días” “Me reí… acá se me va la vergüenza” “Me siento libre desinhibida” En los diversos talleres se vivió un clima agradable y de disfrute. La heterogeneidad del grupo no dificulta los objetivos del taller, sino que resulta enriquecedor para el mismo. Existiendo entre ellos un sentimiento de solidaridad, comprensión y aceptación a la diferencia. El contacto directo con los “viejos en general” y con cada viejo en “particular”, con sus necesidades, sus deseos, intereses, capacidades, fue enseñándonos la necesidad de trabajar juntos. Conjugando nuestros saberes disciplinarios (trabajo social, psicología) con nuestras inquietudes artísticas y los saberes y expectativas de los adultos mayores conformamos un ENCUENTRO que se configura como único e inédito. Reflexiones ¿Qué se produce en el taller de arte y en el cine foro que habilita este tipo de encuentros? ¿Por qué estos espacios provocan esos efectos terapéuticos? No existe una respuesta única y acabada, sino fragmentos que se van entrelazando en el encuentro y solo producen significado, cuando son pensados dentro de los propios dispositivos que los vieron surgir. No se trata de reunirnos “los técnicos” a teorizar sobre los efectos producidos, sino de buscar el significado que tienen estos espacios para los propios participantes. Un lugar en donde no son juzgados, donde pueden ser ellos mismos. ¿Cómo no caer en la violencia de la interpretación al intentar explicar esas palabras? ¿Qué características ofrece este espacio que otros no lo tienen? ¿Qué esta pasando afuera del taller y del cine que no pueden sentirse “libres”? Muchas veces ante este tipo de cuestionamientos (más allá de las características del trabajo) acabamos culpabilizando al individualismo y el consumismo, apareciendo “la globalización” como causante de todos aquellos sucesos que evaluamos como negativos. Si bien la misma unida a la política neoliberal es -a nuestro entender- la mayor promotora de desigualdades e injusticias, la relación entre capitalismo y globalización no siempre produjo los efectos existentes en la época contemporánea. ¿Qué particularidad tiene esta sociedad que no ofrece espacios para que los adultos mayores se sientan desinhibidos? Y es ahí donde debemos pensar juntos, generar condiciones para producir conocimiento. Nuestros modelos explicativos ya no resultan eficaces; no se trata solamente de analizar características de esta etapa de la vida (efecto cascada, profecía auto cumplida, viejismo) sino que debemos conjugar estas características, con las condiciones socio históricas y los dispositivos empleados al momento de intervenir; todo esto puesto a jugar en participantes y coordinadores configura una situación única, imposible de duplicar. El adulto mayor no solo debe enfrentar los cambios de su cuerpo (pliegues de saberes y creencias que denotan el pasaje del tiempo) sino también enfrentarse a una sociedad de la cual por momentos pareciera no ser parte. Transitamos el pasaje de un Estado benefactor (garante de la educación, el trabajo, el acceso a una vivienda propia), que buscaba brindar las condiciones para ser y proyectarse, hacia un Estado regulado por las leyes del mercado que ofrece, no promete nada, la oferta está dirigida para quien la puede tomar (la valoración de las cosas pasa por su uso presente y no orientado a una — 257 — perspectiva de progreso) “...El mercado se dirige a un sujeto que sólo tiene derechos de consumidor, y no los derechos y obligaciones conferidos al ciudadano. El consumo, entonces, no requiere la ley ni los otros, dado que es en la relación con el objeto y no con el sujeto donde se asienta la ilusión de satisfacción. Sabemos que el consumo no es un bien repartido equitativamente; no obstante, lo que importa subrayar es que el mercado instituye, para consumidores y no consumidores, un nuevo ideal del yo, un imaginario que produce, un nuevo lugar, el horizonte de aspiraciones, el espejo donde mirarse.” (Corea; Duschatzky, 2004, p.21). Pensar las condiciones del Estado, si bien se hace obligatorio al momento de intervenir éticamente, no es suficiente para comprender el efecto generado por estos dispositivos (taller y cine). Podemos pensar que estamos ante un “afuera” que no nos permite expresarnos libremente, sin temor a ser juzgados, criticados, ridiculizados… pero aún así, eso no constituye motivo suficiente para que el “adentro” sea un lugar cálido y de disfrute y mucho menos aún un lugar que garantice libertad. ¿Qué hace que estos lugares sean vividos de esa forma? Hay algo que se produce entre quienes coordinamos la actividad y quienes participan de la misma, que hace que ese espacio se configure como único e inédito; no solo los adultos mayores se sienten desinhibidos, sino también quienes coordinamos la actividad hacemos de ese espacio un momento de disfrute. El taller y el cine constituyen un espacio de encuentro, que invita a “despojarse” de certezas y bordear lo desconocido; no basta que un grupo de adultos mayores y un grupo de técnicos concurran a una actividad para que se produzca el encuentro, cada vez vamos a tener que hacer algo para poder sostenerlo. El vínculo no se sostiene por un anclaje dado de antemano sino por haberse encontrado y por cuidarse mutuamente; los modos que adoptan los vínculos son por cohesión y no por solidez (Lewkowicz, 2004), cada vez debemos hacer algo para poder encontrarnos. No tenemos la evidencia empírica de cuáles son los efectos producidos por estos dispositivos, pero podemos sostener que quienes concurren a esas instancias, además de vivenciar un espacio de reflexión y disfrute, son los verdaderos protagonistas del espacio, apropiándose de él. Creemos que el taller de libre expresión y el cine foro constituyen espacios de encuentro, en donde los adultos mayores logran hacen sonar su voz en la comunidad, haciendo un ejercicio permanente de la ciudadanía. Bibliografía Belsky Janet.K (1996): Psicología del envejecimiento, Barcelona: Masson S.A. Corea C. y Duschatzky S. (comp.) (2004): Chicos en banda: Los caminos de la subjetividad en el declive de las instituciones (2ª edición) Bs. As.: Paidós. Corea C. y Lewkowicz I. (2004): Pedagogía del aburrido: escuelas destituidas, familias perplejas. Bs. As.: Paidós. Dorfman Lerner, Beatriz (2002): Con que envejeciendo ¿eh? Bs As Lumen/tercer Milenio Goldstein, Nelson: “Más sabe por viejo... Temas de Psicogeriatría y Psicogerontología”, Editorial Psicolibros- Waslala, Montevideo, 2005. Lewkowicz Ignacio (2004): Pensar sin Estado: La subjetividad en la era de la fluidez. (1ª ed.) Bs. As.: Paidós. Weinstein, Luís: “Salud y Autogestión”, Edit. Nordan Comunidad – Tupac Ediciones, 1978. — 258 — Recreacion Estimulo y Tiempo Libre en el Envejecimiento Calidad de vida de los adultos mayores: aporte de las políticas públicas recreativas al bienestar psicosocial del adulto mayor Ricardo Manuel Pérez Resumen El trabajo presentado explora las características de las políticas públicas recreativas de la ciudad de Neuquén, en la norpatagonia Argentina, dirigidas a los Adultos Mayores y se enmarca en una tesis general que plantea la incidencia de dichas políticas en la calidad de vida de esta población. En tal sentido se propone un estudio de las políticas públicas basado en los siguientes ejes analíticos: 1) niveles programáticos y sus objetivos, 2) cobertura, 3) criterio de selección de los beneficiarios, 4) origen y tipo de recursos, 5) instituciones de ejecución y 6) seguimiento y evaluación. Mediante el presente trabajo de tesis se pretende abordar la problemática del Tiempo Libre en el Adulto Mayor y su correlato con la oferta de programas y actividades recreativas en las Organizaciones Gubernamentales y no Gubernamentales o de la Sociedad Civil. La inquietud por esta temática se sustenta en los siguientes supuestos: 1.- En tanto la etapa productiva de la vida del hombre se caracteriza por el culto al trabajo, la del Adulto Mayor debería caracterizarse por un culto al ocio. En tal sentido es indispensable encausar la utilización del tiempo libre a través de políticas público • • • • Universidad Nacional del Comahue. Facultad de Turismo. Maestría en Teorías y Políticas de la Recreación. Neuquén – Argentina. Ricardo Manuel Pérez. Licenciado en Turismo-Universidad Nacional del Comahue-Facultad de Turismo. 1990-1992, Ayudante de Cátedra en Universidad Nacional del Comahue-Facultad de Turismo. 1992, Asistente de Docencia-Universidad Nacional del Comahue-Facultad de Turismo y continúa. 1992-1995. Gobierno de la provincia del Neuquén-Instituto de Seguridad Social del Neuquén-Responsable del área de Turismo Social y Tercera Edad. 1995-1999. Universidad Nacional del Comahue-Facultad de Turismo-Secretario de Extensión. 1999-2003. Gobierno de la Provincia del Neuquén. Director provincial de Turismo. [email protected] 2003-2007. Gobierno de la provincia del Neuquén. Ministerio de Acción Social. Subsecretario de Desarrollo Local y Economía Social. Creador del Programa Recreativo Provincial “El Neuquén de los Grandes”. Ha participado en numerosos trabajos de Investigación y Extensión Universitaria. Amplia experiencia en la planificación de Programas Recreativos, especialmente dirigidos a la Tercera Edad. Actualmente se encuentra desarrollando el trabajo de tesis para acceder al título de postgrado de Master en Teorías y Políticas de la Recreación, con especialización en Tiempo Libre y Tercera Edad, en la Facultad de Turismo de la Universidad Nacional del Comahue. — 259 — privadas que aseguren la creación de espacios de articulación social que garanticen la identidad, aceptación, revinculación e integración social. 2.- La ocupación creativa del tiempo libre constituye un aspecto central en la definición de la calidad de vida del Adulto Mayor. He ahí la importancia del desarrollo de una oferta recreativa cualitativamente enriquecedora.Palabras clave: Tiempo Libre - Políticas Públicas Recreativas – Adulto Mayor – Calidad de Vida.- Introducción El trabajo presentado explora las características de las políticas públicas recreativas en la ciudad de Neuquén, en la norpatagonia Argentina, dirigida a los Adultos Mayores y se enmarca en una investigación más general que además explora la incidencia de dichas políticas en la calidad de vida de dicha población. En tal sentido se propone un estudio de las políticas públicas basado en los siguientes ejes analíticos: 1) niveles programáticos y sus objetivos, 2) cobertura, 3) criterio de selección de los beneficiarios, 4) origen y tipo de recursos, 5) instituciones de ejecución y 6) seguimiento y evaluación. Mediante el presente estudio se aborda la problemática del Tiempo Libre en el Adulto Mayor y su correlato con la oferta de programas y actividades recreativas de las Organizaciones Gubernamentales y no Gubernamentales o de la Sociedad Civil. Los supuestos sobre los que se sustenta esta aproximación son: 1.- En tanto la etapa productiva de la vida del hombre y la mujer se caracterizan por el culto al trabajo, la del Adulto Mayor debería caracterizarse por el culto al ocio. En tal sentido es indispensable encausar la utilización del tiempo libre a través de políticas público-privadas que aseguren la creación de espacios de articulación social que garanticen la identidad, aceptación, revinculación e integración social. 2.- Una adecuada interacción del adulto mayor con el medio y vínculos extra familiares se traducen en una mejor calidad de vida y mejores posibilidades de sobrevivencia. 3.- La ocupación creativa del tiempo libre constituye un aspecto central en la definición de la calidad de vida del Adulto Mayor. He ahí la importancia del desarrollo de una oferta recreativa cualitativamente enriquecedora.4.- La articulación entre las organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil es fundamental en el desarrollo de una oferta recreativa que de respuesta satisfactoria a la creciente demanda de los adultos mayores. Propósitos y Fundamentos El propósito general del estudio a desarrollar consiste en conocer si las políticas públicas relacionadas con el tiempo libre propician una práctica recreativa que garantice el desarrollo de un verdadero ocio creativo en los Adultos Mayores de la ciudad de Neuquén, con la finalidad de reorientar dichas acciones a fin de mejorar la calidad de vida de este sector de la sociedad. En tal sentido los interrogantes específicos que guiaron la tarea investigativa fueron siguientes: — 260 — 1.- ¿De que manera las variables estado de salud; nivel socio-cultural; residencia (céntrica o en los barrios) y nivel económico condicionan el significado y sentido subjetivo y la aceptación y práctica de las actividades recreativas propuestas? 2.- ¿Los Adultos Mayores consideran a la familia como un verdadero espacio de contención? 3.- ¿Los ámbitos recreativos ofrecidos por las Organizaciones Gubernamentales (Nacionales, Provinciales y Municipales) y no Gubernamentales, son concebidos por sus dirigentes como auténticos espacios de expresión e integración social? ¿Sus destinatarios perciben y vivencian dichos espacios como tales? 4.- ¿Puede la planificación de actividades recreativas fundamentarse unívocamente en las preferencias de los adultos mayores beneficiados o resulta necesario complementar este enfoque con las perspectiva profesional a fin de asegurar un verdadero ocio creativo? En la actualidad es un hecho ampliamente conocido que la población de los países industrializados de Europa y América del Norte está en proceso de envejecimiento, ya que el número y la proporción de personas mayores crece rápidamente. Los países del Sur, sin embargo cuentan ya con más de la mitad de la población mundial de personas de 60 o más años. En el año 2025 esta proporción habrá aumentado aproximadamente hasta un 70%. El crecimiento constante y sostenido de la población de la tercera edad, que ya plantea un gran reto en los países del Norte, también necesita ser reconocido como un asunto importante en el Sur, y como una cuestión que afectará profundamente a sus economías y sociedades. En general los países en desarrollo no han acusado verdaderamente el impacto de ese fenómeno demográfico, y muchos no están preparados y no tienen incluso conciencia del mismo. En la República Argentina la población mayor de 65 años representa el 18% de su población total. En nuestra región, en los últimos años la cantidad de neuquinos y rionegrinos de más de 65 años creció de manera notable hasta representar una proporción respecto de la población general que transforma a ambas provincias en sociedades, no ya jóvenes, sino maduras y hasta envejecidas. El incremento de mayores de 65 años en ambas provincias fue proporcionalmente mayor al crecimiento global de Neuquén y Río Negro, lo que demuestra la modificación que experimentaron las sociedades en las últimas décadas. La información surge de los datos recogidos en el censo de población y vivienda del año 2001 realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. El dato es revelador de un cambio en la sociedad, pero también indica hasta que punto se ha extendido la expectativa de vida en la zona y el país, y cómo cayó la tasa de fecundidad. Según las Naciones Unidas, con hasta un 4% de la población con más de 65 años una sociedad es “estructuralmente joven”, pero entre ese umbral y el 6% de habitantes por encima de esa edad se ubica la franja de las “poblaciones maduras”, tal el caso de Neuquén. Río Negro tiene una población “envejecida” porque superó el umbral del 6%. En 1991 sólo el 3, 6% de los neuquinos tenía más de 65 años. Eran casi 15.000 personas sobre una población total de 389.000. Diez años después ese grupo poblacional crecía hasta participar del total en un 5, 2% revelando un incremento del 36, 5%. Si se tomaran los datos del 2001 como actuales, podría decirse que en la provincia del Neuquén los mayores de 65 años son casi 25.000 personas. Como ya se especificara, el porcentaje de población de 65 años y más es el indicador básico para estudiar el envejecimiento demográfico de la población de un área. — 261 — Dentro de Patagonia, la única sociedad que permanece en condiciones que la hacen estructuralmente joven es Tierra del Fuego. Neuquén integra un grupo medio junto con Santa Cruz, Chubut, Misiones, Formosa, Jujuy, Salta, Chaco, La Rioja y Corrientes. En cambio la provincia de Río Negro está entre las restantes, con una proporción de habitantes mayores de 65 años superior al 6%. Está demostrado que la tercera edad no tiene necesariamente que ser un período de la vida en el que predomine o se haga inevitable un deterioro fatal de las capacidades físicas e intelectuales, ya que si los sujetos muestran la necesaria motivación y la intención de mantener un estilo de vida activo y productivo, y se les propician las condiciones para desenvolverse en un entorno rico y estimulante, en el cual se favorezcan experiencias de aprendizajes y se reconozcan y estimulen los esfuerzos por alcanzar determinados logros, en cuanto a participación en actividades de diversa índole, la senectud puede evitarse o demorarse. Un enfoque simplista del ocio y la recreación en la tercera edad, nos llevaría a considerarlas como una mera opción individual del tiempo libre, y dejaríamos de apreciar su carácter desarrollador, por los niveles de participación y de actualización que pueden generar; sobre todo si se les considera como recurso potenciador, herramientas de acción social que permitan elevar el bienestar y la calidad de vida de las personas de la tercera edad. Los sujetos que envejecen adecuadamente utilizan y disfrutan de todas las posibilidades que existen en su entorno social y en sus propias personas, y están preparados para aceptar, sin claudicar, las propias limitaciones, la disminución de sus fuerzas y la necesidad de recibir algún tipo de ayuda; pero no renuncian a mantener, dentro de rangos razonables y posibles, determinados niveles de independencia y autodeterminación. En la tercera edad, la actividad física-intelectual y el interés por el entorno canalizadas a través de actividades de recreación y ocio productivo, favorecen el bienestar y la calidad de vida de los individuos. Visto el problema desde éste ángulo, las estrategias para el desarrollo de programas de ocio y recreación con el adulto mayor, tendrían una función potenciadota de lo individual y lo social, ya que a diferentes niveles y en diferentes formas contribuirán a satisfacer necesidades individuales y actuarán como medio de integración social del adulto mayor. Método Empleado El diseño de investigación se encuadra en un estudio del tipo cualitativo-exploratorio. Se opto por esta estrategia metodológica en razón de que está especialmente orientada a conseguir una mayor familiarización con hechos no comprendidos y a generar nuevas ideas que permitan formular nuevas hipótesis o interrogantes. Como procedimiento de investigación se utilizó “el análisis de contenido”, cuyo objetivo consistió en lograr la emergencia del sentido latente que procede de las prácticas sociales. Los productos comunicativos (textos) analizados fueron: • Programa de recreación para Adultos Mayores- PAMI • Programa Provincial “El Neuquén de los Grandes” – Ministerio de Acción Social - Provincia del Neuquén. • Programa de Atención al Adultos Mayor – Municipalidad de la ciudad de Neuquén. — 262 — Análisis de las políticas públicas de ocio y recreación para adultos mayores en la ciudad de Neuquén Municipales: La Dirección de Adultos Mayores desarrolla actividades de promoción y prevención bajo la modalidad de talleres semanales. Se trabaja con los Centros de Jubilados en el desarrollo de actividades recreativas, capacitación comunitaria para buen envejecimiento y procesos grupales. También cuenta con el servicio de Turismo Social. El criterio de selección es el de la edad, al programa pueden acceder todos los Adultos Mayores de la ciudad mayores de 65 años. El Municipio efectúa un aporte económico en forma anual, lo cual en la mayoría de los casos no cubre la totalidad de los gastos que las actividades requieren, por lo cual muchas de ellas se desactivan durante el año. Provinciales: El Gobierno de la provincia del Neuquén, a través del Ministerio de Acción Social, implemento desde el año 2004 el Programa Provincial “El Neuquén de los Grandes”. Dentro de una política de descentralización, el programa llega a todos los municipios y comisiones de fomento de la provincia, como así también a Organizaciones no Gubernamentales involucradas con la calidad de vida de los Adultos Mayores, como por ejemplo centros de jubilados y clubes de la tercera edad; comisiones vecinales, entre otras. En dicho programa también se han hecho algunas experiencias con Adultos Mayores de las Comunidades Indígenas (Mapuches), de la zona cordillerana. El programa tiene como objetivo general: Mejorar la calidad de vida de los Adultos Mayores de la Provincia del Neuquén, a través del desarrollo de una política del tiempo libre y la recreación dirigida a la tercera edad, cuyos objetivos sean el bienestar social del Adulto Mayor y su inserción en la comunidad, bajo una concepción promocional y preventiva, dentro de un marco global en beneficio de la tercera edad y que abarque distintos aspectos de esta etapa vital. Dicho programa se subdivide en cuatro subprogramas: Deportivo, cultural, social y turístico-recreativo. En cuanto a la naturaleza de los fondos, el programa aporta todos los recursos necesarios para el desarrollo de las distintas actividades: talleres y sus coordinadores, como así también los materiales necesarios y en el caso de las actividades turístico-recreativas, el traslado, alojamiento y alimentación. El único criterio de selección de los beneficiarios es el de la edad, es decir 65 años en adelante. El programa cuenta en toda la provincia con aproximadamente 4.000 beneficiarios, de los cuales 1.200 corresponden a la ciudad de Neuquén. Nacionales: La delegación regional del PAMI dentro de las prestaciones que ofrece a sus beneficiarios, cuenta con una coordinación cuyo objetivo es la programación y el desarrollo de actividades recreativas. Estas actividades en teoría deberían llevarse a cabo en forma conjunta con los centros de jubilados y clubes de la tercera edad. Los relevamientos realizados han demostrado que dicho objetivo no se cumple y la causa principal es la falta de una decisión política firme para desarrollar este eje de trabajo con los Adultos Mayores y que se traduce fundamentalmente en la falta o magro presupuesto otorgado para tal fin. Esto trae como consecuencia la intermitencia y falta de continuidad de las actividades propuestas y por ende la desazón de los potenciales beneficiarios. Conclusiones Entre las principales conclusiones arribadas en esta primera parte del estudio se puede mencionar el indiscutible aporte realizado fundamentalmente a nivel provincial y en segundo término a nivel municipal en el desarrollo de políticas de ocio y recreación — 263 — tendientes a mejorar la calidad de vida de los Adultos Mayores de la ciudad de Neuquén, a través de la generación de espacios y actividades que involucren el amplio espectro de esta población. Resulta indiscutible la apropiación que hacen los beneficiarios no solo de los espacios creados sino también de las actividades propuestas por las Instituciones, en este sentido tanto unos como otros no solo son percibidos por los beneficiarios como espacios de encuentro, de interacción con sus pares y de expresión, sino también y en muchos casos funcionan como verdaderos espacios de contención para aquellos que se encuentran en condiciones de soledad y hasta de abandono por parte de sus familias. Lamentablemente la falta de coordinación a nivel nacional (PAMI), provincial y municipal hace que las acciones llevadas a cabo por cada una de las Instituciones no tenga el efecto potenciador que se merece este tipo de políticas. Lo anterior trae aparejada la superposición de acciones sobre la misma franja poblacional, lo cual impide en términos de aplicación de los recursos invertidos, una mayor diversificación en las propuestas, como así también el desarrollo de políticas a mediano y largo plazo. Bibliografía Arango, C.; Misutu, G. (1997): Apoyo Social y Autoestima: Su influencia en el bienestar de los ancianos. Colombia: Edit. Quindio. Brayne, C. (1995): La calidad de vida aún por definir. Foro Mundial de la Salud. Volumen 16. Washington: Organización Mundial de la Salud. Cuenca Cabeza, M. (2000): Ocio Humanista. Dimensiones y Manifestaciones actuales del Ocio. Bilbao: Universidad de Deusto. Instituto de Estudio de Ocio. Carvalho Marcellino, N. (1996): Políticas Públicas Setorais de Lazer. O Papel das Prefeituras. Campinas SP: Edit. Autores Asociados. Colciencias. (1993): Salud para la Calidad de Vida. Bases para un Plan del Programa Nacional de Ciencias y Tecnología en Salud. Bogota: Tercer Mundo Editores. Dumazedier, J. (1994): A Revolucao Cultural do Tiempo Livre. San Pablo: Servicio Social do Comercio (SESC). Dulcey, E. y Ruiz, E. (1993): Ciclo Vital, Envejecimiento y Vejez. Calidad de Vida y Derechos Humanos. Santafé de Bogota: Defensoría del Pueblo. Dulcey, E. (1991): Envejecimiento y Calidad de Vida. Santafé de Bogota: Centro de Psicología Gerontológico y Universidad Javeriana. Federación Internacional de la Vejez (FIV). (1992): Declaración sobre los Derechos y Responsabilidades de las Personas de Edad. Washington, D.C. Fernandez-Ballesteros, R. Madrid. y Macia, A.: Calidad de Vida en la Vejez. Intervención Psicosocial. Gonzalez, U.; Grau, J.; Amarillo, M. (1997): La calidad de Vida como Problema de Bioética. Sus Particularidades en la Salud Humana. La Habana: Acosta JR, Editores. Heller, A. (1991): Sociología de la Vida Cotidiana. Barcelona: Ediciones Península. Lawton, M. (1995): Medio Ambiente y Satisfacción de las Necesidades en el Envejecimiento. Madrid: Edit. Martinez Roca. Morgas Morgas, R. (1998): Gerontología Social. Envejecimiento y Calidad de Vida. Barcelona: Edit. Herder. Mishara, B.; Riedel, R. (1995): El Proceso de envejecimiento. Madrid: Ediciones Morata. Macedo Haddad, E. (1993): O Dereito à Belice: Os Aposentados e a Previdencia Social. San Plablo: Cortez Editora. — 264 — Munne, F. (1993): Psicosociología del Tiempo Libre (Un enfoque metodológico). México D.F.: Edit. Trillas. Universidad Nacional del Comahue: Facultad de Turismo. Maestría en Teorías y Políticas de la Recreación. Módulo “Políticas de la Recreación”. Neuquén. Universidad Nacional del Comahue: Facultad de Turismo. Maestría en Teorías y Políticas de la Recreación. Módulo “Psicosociología del Tiempo Libre”. Neuquén. Universidad Nacional del Comahue: Facultad de Turismo. Maestría en Teorías y Políticas de la Recreación. Módulo “Taller sobre Actividad Social y Recreativa”. Neuquén. Universidad Nacional del Comahue: Facultad de Turismo. Maestría en Teorías y Políticas de la Recreación. Módulo “ Psicología de la Vida Cotidiana”. Neuquén. Organización Mundial de la Salud. (1994): Salud Mundial: La Asistencia Sanitaria Vuelve al Hogar. Ginebra. Organización Mundial de la Salud. (1989): La salud de las Personas de Edad. Serie Informes Técnicos Nº 779. Ginebra. Organización Mundial de la Salud. (1986): Doce Indicadores de Salud. Ginebra. Prieto, O.; Vega, E. (1995): Temas de Gerontología. La Habana: Edit. Científico-Técnica. Quintero, G. (1996): Calidad de Vida y Envejecimiento. La Habana: Edit. Científico-Técnica. Sánchez Salgado, C. (1990): Trabajo Social y Vejez. Buenos Aires: Editorial Humanitas. Salvareza, L. (2001): El Envejecimiento, Psiquis, Poder, y Tiempo. Buenos Aires: Edit. Eudeba. — 265 — Recreacion Estimulo y Tiempo Libre en el Envejecimiento El ocio en la vejez: prevención de la dependencia y propiedades terapéuticas Silvia Martínez Resumen Desde hace décadas el ocio es considerado un factor de calidad de vida y un recurso de primera magnitud para estimular el desarrollo personal del sujeto. Además, son muchas las investigaciones que han puesto de relieve las posibilidades preventivas y terapéuticas del disfrute de experiencias de ocio. Los estudios son numerosos. Mientras que algunas de las investigaciones sobre este tema se refieren a las ventajas que la vivencia del ocio reporta a personas mayores que sufren alguna circunstancia o patología concreta como es el caso de la demencia y las enfermedades que cursan con dolor crónico, otras se centran en su valor preventivo y como mecanismo de adaptación positiva al cambio. La revisión de algunos de los hallazgos a los que llegan estos trabajos pueden ser útiles para orientar nuestros empeños profesionales e inspirar las políticas públicas que incidan en favorecer una mejor calidad del colectivo de personas mayores. Palabras clave: ocio, envejecimiento. Los beneficios del ocio en la vejez El ocio de las personas mayores viene siendo objeto de estudio desde los años 60 (Nimrod, 2003) coincidiendo con el concepto de envejecimiento satisfactorio desarrollado por Havighurst (1963). A partir de este momento se renueva el énfasis investigador sobre el tema de la salud, el bienestar y su relación con la utilización del tiempo libre. A pesar de ciertas inconsistencias en la investigación sobre los beneficios de la actividad (Litwin y Ahiovitz-Ezra, 2006) es posible generalizar sobre la incidencia favorable de un Equipo de investigación en Gerontología. Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación. Universidad de Deusto. Vizcaya, España. Profesora en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Deusto. [email protected] Directora del Curso de Especialización en Gerontología y miembro del Equipo de Investigación en Gerontología de la Universidad de Deusto. De 1995 a 2005 directora del Programa de Formación Permanente de Adultos “Ocio Cultural Universitario”. Líneas de investigación actual en gerontología: Desarrollo de hábitos de ocio saludables en las personas mayores y prevención de la dependencia. Impacto de los programas de formación permanente. Variables moduladoras del estrés del cuidador — 266 — ocio activo en la calidad de vida de las personas mayores. Mientras que algunas de las investigaciones sobre este tema se refieren a las ventajas que la vivencia del ocio reporta a personas mayores que sufren alguna circunstancia o patología concreta como es el caso de la demencia o las enfermedades que cursan con dolor crónico, otras se centran en su valor preventivo y como mecanismo de adaptación positiva al cambio. La revisión de algunos de los hallazgos a los que llegan estos trabajos pueden ser útiles para orientar nuestros empeños profesionales e inspirar las políticas públicas que incidan en favorecer una mejor calidad del colectivo de personas mayores. Ocio y prevención de la dependencia Entendido ya ampliamente desde los años 70 como una experiencia subjetiva caracterizada por la percepción de libertad e intrínsecamente motivada (Martínez y Gorbeña, 2006), se puede afirmar que, el ocio, cobra una especial relevancia para el colectivo de personas mayores. Cuando la actividad inherente al trabajo o la maternidad desaparecen o se reducen, queda mucho más tiempo libre y las actividades con las que éste se llena son las encargadas de proporcionar al sujeto nuevas referencias y significaciones (Vega y Bueno, 1995). Según Kelly y Steinkamp (1986) algunas de las motivaciones para el ocio en la tercera edad, que ayudan a la persona a hacer frente a los cambios que se produce en esta fase de la vida son: la interacción social, la autoexpresión, la percepción de competencia, llenar el tiempo y evitar el aburrimiento. Se ha estudiado que las personas mayores que disfrutan con cierta continuidad de experiencias de ocio que revisten cierto grado de complejidad, son personas más alerta desde un punto de vista intelectual (Schooler y Mulatu, 2001) y más implicadas socialmente y con su entorno (Iso-Ahola, Jackson y Dunn, 1994). Esta continuidad en las prácticas de ocio es uno de los atributos que conduce a Stebbins (2005) a hablar de un ocio serio y de un ocio basado en proyectos, que se caracterizan por requerir cierto esfuerzo y planificación (frente a un ocio casual, puntual y en absoluto organizado). Son cada vez más los estudio que ponen en evidencia la relación existente entre las prácticas de ocio en personas mayores (especialmente aquellas que requieren un posicionamiento más activo por parte del sujeto) con un mayor bienestar psicológico y menores índices de depresión (Dupuis y Smale, 1995; Rundek y Bennett, 2006).En este sentido, está recibiendo actualmente gran atención por parte de los investigadores en el ámbito de la gerontología el concepto de reserva cognitiva. La reserva cognitiva es la habilidad del cerebro para tolerar mejor los efectos de la demencia, y puede ser producto de la habilidad innata del sujeto o del impacto de las experiencias vividas (Rodríguez y Sánchez, 2004) como pueden ser la educación recibida, el trabajo desarrollado o las prácticas de ocio. De manera general, se entiende la reserva cognitiva como el efecto protector que ejercen esas experiencias vividas por el sujeto, y su efecto se está estudiando no sólo en el caso de la demencia tipo Alzheimer sino también en la demencia vascular, la enfermedad de Parkinson, el alcoholismo, el SIDA e incluso el deterioro cognitivo vinculado al envejecimiento normal (Verghese, Lipton, Katz, Hall, Derby, Kuslansky, Aambrose, Sliwinski, Buschke 2003). Son numerosos los estudios que hallan relaciones significativas entre el uso del tiempo libre y la incidencia de demencia, coincidiendo en que el ocio cumple una función protectora frente a ésta (Scarmeas, Levy, Tang, Manly, Stern, 2001; Scarmeas, Stern, 2003; Fritsch, Smyth, Debanne, Petot, Friedland, 2005). En concreto Scarmeas, Levy, Tang, Manly y Stern (2001), hallaron que la implicación en actividades de ocio reducía en cierta medida el riesgo de incidencia de demencia incluso en sujetos en los que se daban — 267 — otros problemas de salud, cerebrovasculares o depresión. Algunas investigaciones se han centrado en estudiar las características de las actividades de ocio y su relación con un mayor o menor efecto protector frente a la demencia. Aunque la mayor parte de estos trabajos evidencian que las actividades de ocio que implican un mayor desafío cognitivo al sujeto son las que parecen estar relacionadas con una mayor reserva cognitiva con la que afrontar los síntomas de la enfermedad, también se ha hallado que son positivas las actividades de tipo físico o social (Scarmeas y Stern, 2003). En este sentido Fritsch, Smyth, Debanne, Petot y Friedland (2005) también hallaron que, aunque las actividades que implicaban intercambio de ideas o encuentro con otros eran positivas en la conformación de una reserva cognitiva, son las actividades que implican una actividad cognitiva de búsqueda de nuevos estímulos las que estaban significativamente asociadas a una menor incidencia de Alzheimer. En relación con este hallazgo, también existen evidencias que relacionan una práctica de ocio sedentaria y popular entre los mayores, como es ver la televisión, con un mayor riesgo de desarrollo de esta patología (Lindstrom, Fritsch, Petot, Smyth, Chen, Debanne, Lerner, Friedland, 2005). Frente a esta evidencia empírica, aparecen los datos sobre la realidad de las prácticas de ocio de numerosos mayores que se caracterizan todavía por un importante grado de pasividad y sedentarismo. En España, según la encuesta de uso del tiempo libre de las personas mayores (IMSERSO, 2007) existe una tendencia de correlación inversa entre la edad y la realización de actividades, excepto en lo que podría denominarse como ocio pasivo que es la única actividad que aumenta con la edad. La actividad cultural y de ocio más practicada por los mayores de 65 años es asistir a centros comerciales que se puede catalogar como nueva ya que es en estos últimos años cuando han proliferado este tipo de construcciones. La práctica de actividad física regular más popular es el paseo (un 69, 4% de personas mayores entrevistadas lo ha practicado en las últimas cuatro semanas) y sólo una de cada cien personas mayores participa en alguna actividad de formación. ¿Cómo suscitar en las personas mayores el hábito de participar y el desarrollo de intereses que impulsen un estilo de envejecer activo y saludable? Tal y como se recoge en el informe de la Organización Mundial de la Salud sobre Envejecimiento activo (2002) es necesario crear las condiciones sociales necesarias para ello y promover el fortalecimiento –empowerment- y la sensibilidad de personas y comunidades. Para este fin resultará fundamental la puesta en marcha de procesos de sensibilización y educación para el ocio que contribuyan al desarrollo de una actitud favorable hacia el ocio, la eliminación de barreras que dificultan su práctica (no sólo arquitectónicas también personales) y, en especial, el desarrollo de nuevos intereses y redes de apoyo social que propicien un estilo de ocio activo y saludable. Propiedades terapéuticas del ocio Más allá de su potencialidad para prevenir situaciones no deseadas sobre la salud y el bienestar en general, el ocio puede cumplir una función terapéutica o rehabilitadora que contribuya a mejorar la calidad de vida de la persona cuando se produce una ausencia de las condiciones deseables de salud física y psíquica. Entendemos el “ocio terapéutico” como un proceso en el que se utilizan las experiencias de ocio para producir un cambio en la conducta de aquellos individuos con problemas o necesidades especiales (Monteagudo, 1996). Esta función terapéutica del ocio ha sido puesta de relieve por numerosos estudios a lo largo de las dos últimas décadas y en la actualidad siguen desarrollándose — 268 — investigaciones que intentan aportar nuevos elementos clarificadores. Muchos de estos trabajos se centran en las rehabilitación de los trastornos que sufre con mayor frecuencia el colectivo de personas ancianas, entre los cuales se hallan los accidentes cerebrovasculares de diferente gravedad, las patologías que cursan con dolor crónico (artrisits, cancer, fibromialgia, etc.) o la demencia. Estos trastornos constituyen una de las fuentes más importantes de discapacidad en las personas mayores de 65 años y afectan de manera considerable la calidad de vida de los pacientes que sobreviven dado que todos los ámbitos de desarrollo de la persona (familia, ocio, actividades de la vida diaria) se ven afectados. Disfrutar de experiencias de ocio en la vejez contribuye a aumentar la percepción de felicidad del sujeto y favorece además, el ajuste a circunstancias vitales estresantes (Katz, 2000) como es la vivencia de una repentina limitación de la propia autonomía y la discapacidad más o menos severa. Por este motivo, el ocio es una variable estudiada en numerosos trabajos. Uno de ellos es el realizado por Sveen, Thommessen, BaltusHolter, Wyller y Laake (2004) con pacientes mayores que habían sufrido un accidente cerebrovascular. Estos autores estudiaron el bienestar subjetivo de los componentes de una muestra a través de una versión adaptada del Cuestionario General de Salud (General Health Questionnaire GHQ) y su relación con el nivel de competencia mostrado para el desarrollo de actividades instrumentales de la vida diaria sirviéndose para esta última variable de la Escala de Actividades de la Vida diaria Nottingham (Nottingham Extended ADL Scale). Esta herramienta permite la medición de actividades instrumentales relacionadas con la movilidad (caminar fuera de casa, subir escaleras, entrar y salir del coche, cruzar calles, etc), cocinar (hacerse la propia comida, llevar una bebida caliente de una habitación a otra, lavar, etc), la realización de otras tareas domésticas (manejar dinero, lavar prendas de ropa pequeñas, hacer compras, etc.), y la realización de actividades de ocio (leer libros o periódicos, utilizar el teléfono, escribir cartas, salir con amigos, cuidar el jardín, etc.). El análisis de datos permitió concluir que la realización de actividades instrumentales de ocio era el principal predictor de bienestar subjetivo y estaba relacionado con el grado de satisfacción general de los pacientes con su vida. Por ello plantean, coincidiendo con Parker, Gladman y Drummond (1997), la necesidad de poner en marcha programas de rehabilitación que se sirvan del ocio e incluyan entre sus objetivos principales, ayudar al sujeto que ha padecido un accidente cerebrovascular a encontrar vías para su disfrute. Nour, Desrosiers, Gauthier y Carbonneau (2002) insisten en que este tipo de intervenciones debe servir de guía al anciano para el desarrollo de ciertas habilidad y actitudes hacia el ocio y estar perfectamente adaptados al paciente, siendo puestos en marcha en su casa, si esto fuera necesario. Se basan en los resultados de un estudio de Drummond y Walker (1995) sobre la eficacia de este tipo de programas. En concreto, los sujetos de la muestra utilizada en esta investigación fueron asignados aleatoriamente a tres grupos: un primer grupo experimental que participó en un programa de educación para el ocio; un segundo grupo experimental que fue destinatario de un programa de terapia ocupacional convencional (centrada en la práctica de actividades de vida diaria); y un tercer grupo que no fue objeto de ningún programa de rehabilitación. Los resultados mostraron que los sujetos que habían sido destinatarios del programa de educación para el ocio se percibían a si mismos significativamente más móviles y activos en relación con su ocio y con más energía que los sujetos de los otros dos grupos. Sin embargo el nivel de depresión de los sujetos de este grupo experimental no era estadísticamente diferente del de los otros grupos. — 269 — Otro de los usos habituales del ocio con finalidad terapéutica es el relacionado con el afrontamiento del dolor. El dolor es una experiencia subjetiva que si no se trata puede contribuir a que se desarrollen problemáticas asociadas como la depresión, el aumento de peso, las alteraciones del sueño, una disminución de la socialización y una reducción de la movilidad de la persona (Ferrell, Ferrell y Rivera, 1995; Warden, Hurley y Volicer, 2003).El dolor es un problema clínico entre las personas mayores que, por sus características, puede resultar complejo de diagnosticar y tratar. Se ha hallado que el desarrollo de actividades de ocio es un recurso útil para hacer frente a las situaciones derivadas de la vivencia de enfermedades crónicas (Hutchinson, Loy, Kleiber y Dattilo, 2003; Stevens-Ratchford y Lookingbill, 2004; Reynolds y Lim, 2007).Una de las primeras y más elementales funciones que puede cumplir la práctica de una actividad de ocio en estas personas es la distracción. Cuando el sujeto se involucra en una actividad placentera y entretenida, su dolor, aunque siga siendo evidente para ella, no es el foco principal de atención (Garden, 2004). Horgas (2003) alude a una investigación en la que se comparan los efectos del uso alternativo de terapias farmacológicas y no farmacológicas en el tratamiento del dolor de personas mayores con demencia. En dicho estudio se concluye que los síntomas dolorosos mejoraron en un 83.5% de los sujetos que recibieron medicación analgésica y en un 37% de aquellos que fueron destinatarios de una terapia alternativa de tipo físico y/o cognitivo-comportamental (capaz de modificar las percepciones de la persona y ofrecerle pautas de afrontamiento individual). A pesar de lo revelador de estos datos, parecen seguir siendo necesarios más estudios al respecto (Richeson, 2004). En lo que si parece existir cierto consenso es en la importancia de que las actividades de ocio que persiguen un fin terapéutico en los ancianos con dolor crónico deben ser actividades significativas para el sujeto, que distraigan su atención, que le ofrezcan apoyo social (Mobily, 1994; Kovach, Noonan y Griffie, 2001; Buettner, Fitszimmons, 2003; Shank y Coyles, 2002)y que refuercen su percepción de autoeficacia (Wise, 2004). Resumiento, el ocio y el desarrollo de la actividad continuada que éste implica permite a la persona con una dolencia crónicas una percepción de autocapacidad y expresión de la propia valía. El ocio se convierte así en un contexto en el que las personas se aceptan por lo que son, trascendiendo su enfermedad o discapacidad. Payne, Mowen y Montoro-Rodríguez (2006) sugieren a partir de sus trabajos con personas mayores con artritis que un repertorio amplio de ocio contribuye más positivamente al afrontamiento del dolor y a la mejora de la salud física percibida. En relación con esta potencial función del ocio como recurso para el afrontamiento de situaciones estresantes deben ser resaltados los trabajos de Iwasaki y Mannell (1998, 2000). Estos autores son los responsables del desarrollo de dos escalas que brindan a los estudiosos del tema nuevos recursos para la investigación; se trata de la Leisure Coping Belief Scale (que incluye dos dimensiones referidas a la autonomía en el ocio y las amistades de ocio), y la Leisure Coping Strategy Scale (que incluye tres dimensiones: leisure companionship, leisure palliative, leisure mood enhancement). Otros trabajos han abordando la significación del ocio para personas con un diagnóstico de demencia progresiva (Phinney, Chaudhury y O’Connor, 2007) o discapacidad (Santiago y Coyle, 2004) y han encontrado que la práctica de actividades de ocio contribuye a la aceptación de la enfermedad y a conferir sentido a la vida. Además el ocio tiene otras aplicaciones terapéuticas en personas con demencia relacionado con los posibles comportamientos de deambular, gritar o agredir físicamente. En concreto Kolanowski, Buettner, Costa y Litaker (2001) analizaron la eficacia de las actividades de ocio terapéutico en conseguir minimizar dichas conductas disruptivas. A pesar de las — 270 — limitaciones del estudio, derivadas fundamentalmente de la reducida muestra utilizada en el mismo, los autores introducen una consideración importante que puede ofrecer un criterio para la elección de las actividades de ocio. El criterio es el siguiente: las actividades deben ajustarse al sujeto en un doble sentido, el nivel de habilidad requerido para su realización y los intereses y personalidad del sujeto. Sólo así se conseguirá una continuidad en la actividad que permita la consecución de los objetivos perseguidos. Conclusiones Los efectos beneficiosos del ocio sobre el desarrollo personal, la prevención de patologías y, llegado el caso, la mejora de la calidad de vida en caso de enfermedad, justifican nuestra preocupación porque las personas mayores lleguen a desarrollar los recursos necesarios para disfrutar de experiencias de ocio variadas y saludables. Esto parece ser posible tanto en sujetos sanos como en aquellos que padecen alguna dolencia, en cuyo caso será necesaria la puesta en práctica de un programa de ocio terapéutico. Bibliografía Buettner, L. & Fitszimmons, S. (2003): Dementia practice guidelines for recreational therapy: treatment of disturbing behaviors. American Therapeutic recreation association 8-24.. Clarke PJ, Black SE, Badley EM, Lawrence JM, Williams JI.: Handicap in stroke survivors. Disability Rehabilitation 1999; 21:116-123. Drummond, A.E.R. & Walker, M.F. (1995): A randomised controlled trial of leisure rehabilitation after stroke. Clinical rehabilitation 9: 283-290. Dupuis, S. L., Smale, B.J.A. (1985): An examination of relationship between psychological well-being and depression and leisure activity participation among older adults. Loisir et Société 18(1): 67-92. Ferrell, B.A., Ferrell, B.R. & Rivera, L. (1995): Pain in cognitive impaired nursing home patients. Journal of Pain Symptom Manage 10(8): 591-598. Fritsch, T., Smyth, K.A., Debanne, S.M., Petot, G.J., Friedland, R.P. (2005): Participation in novelty-seeking leisure activities and Alzheimer’s disease. Journal of Geriatric Psychiatry and Neurology 18(3): 134-141. Ganden, A. M. (2004): Therapeutic recreation in palliative care. American Journal of Recreation Therapy 43-45. Gorbeña, S. & Martínez (2006): Psicología del ocio. En Cuenca, M. (coord.) Aproximación multidisciplinar a los estudios de ocio. Bilbao: Universidad de Deusto. Pp. 123-140. Havighurst, R.J. (1963): Succesfull aging. En Williams, R., Tibbitts, C. & Donahue, W. (eds.) Processes of aging. New York: Atherton. Pp. 299-320. Horgas, A. L. (2003): Pain management in elderly adults. J Infus Nurs 26 (3): 161-165. Hutchinson, S.L., Loy, D.P., Kleiber, D.A., Dattilo, J. (2003): Leisure as a coping resource: variations in coping with traumatic injury and illness. Leisure Sicences 25:143-161. IMSERSO (2007): Uso del tiempo entre las personas mayors. Boletín sobre el envejecimiento. Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Iso-Ahola, S. E., Jackson, E. & Dunn, E. (1994): Starting, ceasing and replacing leisure activities over the life-span. Journal of leisure research 26(3): 227-249. Iwasaki Y, Mannell RC. (2000): Hierarchical dimensions of leisure stress coping. Leisure Sciences 22:163-181. — 271 — Katz, S. (2000): Busy bodies: activity, aging, and the management of everyday life. Journal of Aging Studies 14(2): 135-153. Kelly, J. R., Steinkamp, M.W. (1986): Later life leisure: how they play in Peoria. The Gerontologist 26: 513-537. Kolanowski, A.M., Buettner, L., Costa, P.T. & Litaker, M.S. (2001): Capturing interests: therapeutic recreation activities for personas with dementia. Therapeutic recreation journal 35(3): 220-235. Kovach, C.R., Noonan, P. E., Griffie, J. et al. (2001): Use of the assessment of discomfort in dementia protocol. Applied Nursery Res. 14(4): 193-200. Le Carret N, Lafont A, Letenneur L, Dartigues J, Mayo W, Fabrigoule C.: The effect of Education on cognitive performances and its implication for the constitution of the cognitive reserve. Developmental Neuropsychology 2003; 23(3): 317-337. Lindstrom, H.A., Fritsch, T., Petot, G., Smyth, K.A., Chen, C.H., Debanne, S.M., Lerner, A.J. Friedland, R.P. (2005): The relationship between television viewing in midlife and the development of Alzheimer’s disease in a case control study. Brain and Cognition 58: 157-165. Litwin, H. & Shiovitz-Ezra, S. (2006): The association between activity and wellbeing in later life: what really matters? Ageing and Society 26, 225-242. Mobily, P. (1994): Nonpharmacologic interventions for the management of chronic pain in older women. Journal of Women Aging 6(4):89-109. Monteagudo, M.J. (1996): Ocio terapéutico. ADOZ, 32, pp. 16-19. Bilbao: Universidad de Deusto. Nimrod, G. (2003): Leisure after retirement: research review and mapping. Gerontology, 30, 29-46 Nour, K., Desrosiers, J., Gauthier, P. & Carbonneau, H. (2002): Impacto of a leisure educational program for older adults who have had a stroke (home leisure educational program) Therapeutic recreation journal 36(1): 48-64. Organización Mundial de la Salud (2002): Envejecimiento activo: un marco político. Revista Española de Geriatria y Gerontologia 37[S2], 74-105 Parker, C.J., Gladman, J.R., Drummond, A.E. (1997): The role of leisure in stroke rehabilitation. Disability Rehabilitation 19:1-5. Payne, L.L., Mowen, A.J. & Montoro-Rodriguez, J. (2006): The role of leisure style in maintaining the health of older adults with arthritis. Journal of leisure research 38 (1): 20-45. Phinney, A., Chaudhury, H. & O’Connor, D.L. (2007): Doing as much as I can do: The meaning of activity for people with dementia. Aging and Mental Health 11(4): 384-393. Reynolds, F & Lim, K.H. (2007): Contribution of visual art-making to the subjective well-being of women living with cancer: a qualitative study. The arts in psychotherapy, 34 (1):1-10. Richeson, N. E. (2004): Recreation therapy as a nondrug approach to pain management in older adults with dementia. American Journal of Recreation Therapy. 31-36. Rodríguez, M., Sánchez, J.L. (2004): Reserva cognitiva y demencia. Anales de Psicología 20(2):175-186. Rundek, T. & Bennett, D.A. (2006): Cognitive leisure activities, but not watching TV, for future brain benefits. Neurology, 66: 794-795. Santiago, M.C. & Coyle, C.P. (2004): Leisure-time physical activity among women with mobility impairments: implications for health promotion and leisure education. Therapeutic recreation Journal 38(2): 188-205. Scarmeas, N., Levy, G., Tang, M.X., Manly, J., Stern, Y. (2001): Influence of leisure activity on the incidence of Alzheimer’s disease. Neurology 57 (12): 2236-2242. Scarmeas, N., Stern, Y. (2003): Cognitive reserve and lifestyle. Journal of clinical and experimental neropsychology 25(5): 625-633. — 272 — Schooler, C. & Mulatu, M. S. (2001): The reciprocal effects of leisure time activities and intellectual functioning in older people: a longitudinal analysis. Psychology and aging 16 (3): 466-482. Shank, J., Coyle, C. (2002): Therapeutic recreation in health promotion and rehabilitation. State College, PA:Venture Publishing, Inc. Stevens-Ratchford, R. & Lookingbill, J. (2004): Living well with arthritis: a phenomenological study of leisure occupations. Activities, adaptation and aging 28 (2): 35-55. Sveen, U., Thommessen, B., Baltus-Holter, E., Wyller, T.B., Laake, K. (2004): Well-being and instrumental activities of dalily living after stroke. Clinical Rehabilitation 18:267-274. Vega, J.L., Bueno, B. (1995): Desarrollo adulto y envejecimiento. Madrid: Sintesis Psicología. Verghese, J., Lipton, R. B., Katz, M. J., Hall, C.B., Derby, C. A., Kuslansky, G., Aambrose, A. F., Sliwinski, M., Buschke, H. (2003): Leisure activities and the risk of dementia in the elderly. New England Journal of Medicine 348 (25): 2508-2518. Warden, V., Hurley, A.C., Volicer, L. (2003): Development and psychometric evaluation of the pain assessment in advanced dementia scale. Journal of Woman Aging 6(4): 89-109. Wise, J.B. (2004): Self-efficacy: underlaying psychological structures and processes. American Journal of Recreation Therapy 37-40. — 273 — Educación y Envejecimiento Investigación educativa y experiencias universitarias con adultos mayores: articulación y proyecciones. Tamer, Norma Liliana Resumen Nuestra participación estará orientada a expresar avances de investigaciones teóricas y de prácticas con un colectivo tan diverso e intrínsecamente heterogéneo como lo es el de las personas mayores que participan en los Programas Universitarios. Se pondrá de manifiesto la experiencia recogida en el campo de la gerontagogía, particularmente comprometido a promover el aprendizaje continuo y a generar entornos saludables. Se presentarán, en particular, algunas alternativas de cambio y propuestas de mejora impulsadas desde el ámbito del Instituto Interdisciplinario Regional de Investigación y Estudios en Gerontología (IIRGe-FHCsSyS) en el cual se desarrollan programas de investigación en envejecimiento y vejez. Se incluirán algunos avances del Proyecto de Investigación actualmente en desarrollo: Biografía y aprendizaje en el proceso social del envejecimiento. Estudio cualitativo sobre los procesos de formación a lo largo de la vida en las personas mayores (2005-2007). Asimismo, se vincularán con las prácticas en educación de mayores del Programa Educativo de Adultos Mayores de la Universidad Nacional de Santiago del Estero. Tal programa, a lo largo de sus doce años de trayectoria, resulta un espacio universitario de construcción, producción y socialización de conocimiento válido para pensar y promover transformaciones educativas ante los mundos de posibilidades de los que nos toca formar parte. En consecuencia, basados en conocimientos y prácticas, presentaremos alternativas y estrategias potenciadoras de nuevos espacios para integrar y articular las accio- Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE). Instituto Interdisciplinario Regional de Investigación y Estudios en Gerontología (IIRGe). Facultad de Humanidades, Cs. Sociales y de la Salud – UNSE. Programa Educativo de Adultos Mayores (PEAM). Secretaría de Extensiuón Universitaria y Bienestar Estudiantil. Norma Liliana Tamer. Doctora en Educación. Magister Scientiae en Educación con énfasis en Educación de Adultos (U. de Costa Rica). Especializada en Gerontología Educativa. Docente-Investigadora Facultad de Humanidades, Cs.Sociales y de la Salud. Fundadora y Directora del Programa Educativo de Adultos Mayores (PEAM-UNSE). Directora del Instituto Interdisciplinario Regional de Investigación y Estudios en Gerontología (IIRGe). Facultad de Humanidades, Cs.Sociales y de la Salud. (FHCsSyS-UNSE). Es autora de numerosas publicaciones científicas y de divulgación en el país y en el exterior. [email protected] / [email protected] / [email protected] — 274 — nes educativas en torno a un proyecto socio-cultural colectivo que tienda a una fecunda convivencia intergeneracional. Palabras Clave: envejecimiento activo - adultos mayores - educación a lo largo de la vida - aprendizaje permanente. Introducción Las generaciones actuales somos testigos de una época histórica, sin precedecentes, en la que pueden advertirse la configuración de nuevas sociedades fruto del pluralismo étnico, cultural, religioso, de la diversidad de identidades nacionales y de la construcción de nuevas identidades etáreas. En este sentido, hoy muchos estudiosos e investigadores sociales están atentos e interesados por la longevidad tanto en cuanto hecho personal como en su perspectiva socio-cultural. Los significativos cambios en el ciclo vital y su alargamiento muestran ya importantes efectos no sólo sobre el estado y el número de personas mayores sino también sobre las instituciones y ámbitos sociales tales como la familia, el mercado laboral, la jubilación, el sistema educativo, el sistema sanitario y de pensiones, entre otros. Tales transformaciones nos alertan sobre la continuidad y diversidad de situaciones emergentes hacia el futuro. Ante ello, la investigación y la práctica gerontológica en sus múltiples dimensiones, intenta pensar y diseñar nuevas estrategias más equitativas, solidarias y menos costosas a las que puedan acceder un mayor número de envejecentes. Al mismo tiempo, el esfuerzo está dirigido a desarrollar el potencial del colectivo de mayores para mantenerlos como agentes activos de nuestra sociedad lo cual supone trabajar en distintos campos, de manera cooperativa, para lograr su resignificada identidad, su inclusión social y una saludable y creativa convivencia intergeneracional. Avances científicos y sus aportes a la gerontología Los avances en las ciencias médicas y las mejores condiciones sociales de vida de las personas, hacen de la longevidad uno de los cambios más drásticos en el ciclo vital (Neugarten, 1999). Esto constituye un nuevo fenómeno histórico y debe ser considerado como una de las adquisiciones y conquistas contemporáneas. Durante siglos, la gente creyó que avanzar en edad marca la pauta de los últimos años de la vida y que ésta evoluciona inevitablemente hacia el deterioro funcional. En las últimas décadas, estudios de comportamiento en los que se siguieron grandes grupos de personas ancianas, a lo largo del tiempo, han contribuido a modificar esta creencia. Por su parte, los avances de las neurociencias, en este campo de conocimiento, han reforzado la comprensión del complejo y singular proceso de envejecer. Lo que nos enseña hoy, claramente, la Neurociencia es que el cerebro de todo ser vivo, incluído naturalmente el del ser humano, cambia no sólo durante el desarrollo e infancia y juventud, sino también durante todo el arco vital, es decir, durante la vida adulta y el propio envejecimiento. El cerebro es, pues, una estructura con un infinito repertorio de mecanismos puestos en marcha pocos días después de la concepción que prosigue su construcción y reconstrucción, constantemente, sin alcanzar una forma o función estable y definitiva, proceso que sólo es detenido por la muerte. En este sentido, bien podemos preguntarnos qué da lugar a estos cambios de la estructura molecular del cerebro y por tanto a los cambios funcionales, mentales, y de la — 275 — conducta que experimentamos a lo largo de nuestra vida. Estudios recientes en neuroplasticidad nos muestran que todo aquello que signifique aprendizaje, memoria y olvido, cambia el cableado cerebral formando y reforzando nuevas conexiones neuronales o debilitando y eliminando las viejas, previamente formadas. Nuestro cerebro está operando, constantemente, en su interacción con el medio ambiente. Estas modificaciones se pueden crear, reforzar o perder, cambiando en una u otra dirección las conexiones ya existentes y creando así nuevas memorias, reforzando y potenciando las ya existentes o perdiendo las memorias que ya existían en ese cerebro. Es de esta manera que ese tráfico de moléculas (bioquímica) da lugar a cambios en la estructura (anatomía) y ésta a la función (fisiológica) del cerebro en un proceso constante e incesante que se expresa en la conducta de todo ser vivo. E. Kandel (2002), distinguido con el Premio Nobel de Medicina en el año 2000, junto a A. Carlsson y P. Greengard ha señalado recientemente acerca de los genes, conducta y mente que no hay cambios en la conducta que no se reflejen en el sistema nervioso, ni cambios persistentes en el sistema nervioso que no se reflejen como cambios estructurales de algún nivel de resolución. Asimismo, pone el énfasis en destacar que aprendizaje y memoria son procesos cruciales ya que son primordiales para la identidad misma: “somos quienes somos por obra de ellos”, asegura. Estas ideas inciden, fundamentalmente, no sólo en la psicología y la filosofía sino también en la propia medicina, en particular, en la gerontología y dan lugar a exploraciones multidimensionales, de interés interdisciplinario, con importantes proyecciones futuras. La inclusión de las personas mayores en la Universidad En los últimos años las personas mayores han encontrado en las aulas universitarias un espacio para poner en evidencia que cualquier edad es propicia para aprender, descubrir nuevos intereses y ampliar experiencias. Las propuestas, en este sentido, cada vez más presentes en las universidades públicas tienen como objetivo posibilitar un fecundo intercambio intergeneracional. Se responde así a una creciente y compleja demanda socio-cultural, en la que concurren una multiplicidad de factores y circunstancias. Entre ellas, cabe mencionar tanto la imposibilidad que para los ciudadanos de varias generaciones, en particular mujeres, supuso acceder a estudios universitarios como así también, la compleja evolución laboral de las últimas décadas, que ha ido generando la exclusión de personas de cincuenta años o más, con plenas capacidades y destacadas trayectorias de trabajo. Si se considera la ampliación de la esperanza de vida (75/80 años) se dan 15 ó 20 años “después de los 60” que no solo justifican sino que hacen imprescindible contar con espacios de participación para ese sector de la población (Tamer, 1995). Los Programas Universitarios de mayores (PUM) en el ámbito de la Universidad pública. Estos programas contribuyen a modificar ciertos estereotipos ligados a una concepción, erróneamente generalizada, de las personas mayores como “viejos, pobres y enfermos” (Salvarezza, 2001). Más bien, contribuyen a promover el envejecimiento activo y la longevidad extendida como una conquista de la humanidad que debe ser celebrada (Tamer, 2007). El inicio de los PUM en Argentina se dio con la creación del Programa de la Mediana y Tercera Edad de la Universidad de Entre Ríos (Marzo 1984), siguiendo las huellas de P. Vellas, a quien reconocemos como el visionario francés que inició la expe- — 276 — riencia en Toulouse, Francia en 1973 y desde allí se extendió por los países de Europa e Iberoamérica. Posteriormente, y a lo largo de más de dos décadas, en diferentes Universidades públicas argentinas, y a su tiempo fueron sucediéndose otras “fundaciones” de Programas para mayores. Cada uno con su estilo, identidad y tonalidad propia fueron pintando el mapa de las propuestas para Mayores en diferentes regiones de nuestro país. En el caso de la Universidad Nacional de Santiago del Estero - UNSE- el Programa Educativo de Adultos Mayores- PEAM - se inició, en 1995, como tantos otros en nuestro país, en una confluencia de intereses, inquietudes y propuestas desde distintos sectores e instituciones orientadas a atender y organizar necesidades y demandas de la población de personas mayores, ante la ausencia de políticas sociales, incluyentes y sostenidas, de promoción y calidad de vida. Así, con datos concretos, contextualizados en la realidad particular de las personas mayores de la provincia, se organizaron las condiciones para dar lugar a “una universidad abierta a todas las edades” y, en consecuencia, crear un espacio apropiado para la integración social y la inclusividad de los mayores, quienes se convirtieron en el núcleo central de una propuesta de educación y capacitación continua “entre” y “con” adultos en el mismo seno de la universidad pública con el objeto de generar vínculos intergeneracionales. Los resultados de avances teoría-práctica en el campo de estudio, expresan que esta experiencia educativa, a doce años de desarrollo, cumple con la intencionalidad de: - Aportar nuevas perspectivas en la teoría y la práctica educativa de adultos basadas en la resignificación de la educación a lo largo de la vida. - Despertar y/o incrementar en las personas mayores la conciencia de su propia situación vital. - Constituir un espacio para repensar el nuevo lugar de las personas mayores, fortaleciendo su autoestima y desterrando el estigma negativo con el que suele definirse. - Facilitar las condiciones de reinserción productiva de los Adultos Mayores en la sociedad actual. - Recomponer los lazos sociales con pares y con familiares, destacándose como beneficiarios directos la población de Adultos Mayores y como beneficiaros indirectos el contexto familiar y comunitario. - Ser un espacio organizado para el aprendizaje y la capacitación a lo largo de la vida - Conformar una estrategia educativa de participación con compromiso social. - Promover en la Universidad los vínculos intergeneracionales y estrategias inclusivas que la consolidan como una organización democrática. - Generar una red de vinculación e intercambio con equipos interdisciplinarios e interinstitucionales locales, del país y de Iberoamérica. - Impulsar la necesidad de formación gerontológico según nuevos perfiles técnicos y profesional que se correspondan con demandas de un campo ocupacional en franca perspectiva de crecimiento. El desarrollo de dicho programa permite fundamentar, cada vez con mayor rigurosidad, ciertos principios básicos del aprendizaje en las personas mayores con respecto a las disposiciones intelectuales, el meta-conocimiento, la memoria, la atención, el ritmo de aprendizaje, las motivaciones, los intereses, las diferencias individuales y los sistemas de comprensión cognitiva. — 277 — Con renovadas ganas de aprender y de vivir su realidad existencial, los Adultos Mayores del Programa se han convertido en precursores de una nueva forma de “ser mayor” que trasciende su situación personal para reflejar en la comunidad la necesidad de repensar su función en la sociedad de hoy. Longevidad y educación: vinculación investigación y práctica en contextos particulares El Programa Educativo de Adultos Mayores (PEAM-UNSE), en cuanto espacio de intervención educativa, mantiene una vinculación permanente con los Programas de Investigación orientados a la producción de conocimiento para la acción educativa, insertos en el Instituto Interdisciplinario Regional de Investigación y Estudios en Gerontología- IIRGe, dependiente de la Facultad de Humanidades, Cs. Sociales y de la Salud de la UNSE. En este sentido, la experiencia de aprendizaje de los adultos mayores ha sido el centro de interés de los diferentes proyectos desarrollados desde 1995, que dieron continuidad y fueron fortaleciendo una línea de investigación educativa: Posibilidades y condiciones de educación de personas mayores de Santiago del Estero (1995-1997); El aprendizaje orientado a la reinserción activa de los adultos mayores de Santiago del Estero (1998-2000); Estrategias de enseñanza y disposición al aprendizaje en la educación de adultos mayores (2001/2004). En 2005, consideramos la importancia de incluir la perspectiva de las historias de vida en educación de los adultos mayores que, para el caso de nuestro estudio, adopta una dimensión antropológica donde los elementos simbólicos aparecen como una mediación de sentido entre la propia persona y su ambiente físico y social (Requejo Osorio, 1996). Así, dimos comienzo al Proyecto de Investigación, Biografía y aprendizaje en el proceso social del envejecimiento. Estudio cualitativo sobre los procesos de formación a lo largo de la vida en las personas mayores en Santiago del Estero (2005-2007). Ya en los años noventa, la perspectiva biográfica en los estudios sobre el envejecimiento, emerge con mucha fuerza y aporta una visión amplia frente a la construcción social de la vejez. En este sentido, la preocupación gira en torno a la vida cotidiana de las personas mayores y la construcción social de la vejez está en relación directa con el sujeto que envejece y su interacción constante con la sociedad. Al decir de Neurgarten (1999), “tanto el estudio de las vidas individuales como el de los cambios sociales debe verse como una interrelación constante del tiempo de vida, el tiempo definido socialmente y el tiempo histórico”. Como resultado de la indagación exploratoria sobre el campo de conocimiento de nuestro proyecto, se pudo verificar que la mayor parte de las investigaciones realizadas en torno a la formación de adultos se orientan a indagar las carencias de ese grupo etario con finalidad de superarlas. En general, son estudios cuantitativos que, con frecuencia, dado el nivel de heterogeneidad interna, han generado más exclusión social que conocimiento científico. Por ello, la metodología utilizada en nuestra investigación en curso, centrada en los adultos mayores, es de carácter predominantemente cualitativo y enmarcada en la investigación-acción. A los fines de nuestro trabajo, optamos por el enfoque biográfico que centra su interés en la pregunta por el significado. Resulta una perspectiva más amplia, cualitativa, hermenéutica, experiencial y cultural del envejecimiento. Está, a su vez, entrecruzada por una visión del ciclo vital como una experiencia de vida reconstruída desde el relato del propio transcurso existencial inmerso en la si- — 278 — tuación histórico-social re-vivido y re-conocido para ser re-significado en el acontecer presente. Abordar el estudio desde las historias de vida, en particular las biografías educativas en las personas mayores, facilita el trabajo multidimensional e interdisciplinar dado que la metodología nos permite el uso descriptivo (fenomenológico y fenoménico), interpretativo, reflexivo y crítico, sistemático y sistémico de la comprensión o explicación del proceso de envejecimiento, al identificar los momentos críticos y los modos de percepción del curso de la vida. Ello nos posibilita una riqueza de significación e intencionalidad en las dimensiones de análisis que se trabajan. Con la investigación actualmente en ejecución, intentamos contribuir a la resignificación del proceso de aprendizaje, en AM, mediante la rememoración de sus vidas pasadas al reflexionar sobre sus experiencias como aprendientes. Nuestra hipótesis se orienta a sostener que la biografía educativa es una alternativa de significativo valor, en el caso de los adultos mayores, para reflexionar sobre cómo han aprendido de las experiencias de la vida con lo cual, y al mismo tiempo, les permite potenciar su pensamiento crítico para la búsqueda permanente de sentido, para hacer una interpretación cooperativa de su aprendizaje, y para prestar atención a influencias situacionales o contextuales. Sostenemos, que el sentido con el que se lee, se integra y se socializan los acontecimientos pasados resulta una de las claves, en las personas mayores, para dar cuenta de la significación que presentan los comportamientos cognitivos actuales. Escribir la propia vida es hacer la vida. Al escribir y compartir la historia de vida se van desarrollando habilidades para pensarla de otra manera, para valorarla, y de manera especial, se potencia la capacidad de reconstruirla. (P. Dominicè, 2000). La concepción adoptada nos da lugar a interpretar la vida como una totalidad y nos permite comprender el curso de la vida del nacimiento a la muerte como una dialéctica entre el sujeto y el entorno humano, ampliando la dimensión del contexto, que también es social e histórico. Desde esta perspectiva, el desarrollo y su trayectoria se vuelven menos predecibles porque entran en juego factores aleatorios. Tanto por el enfoque teórico como metodológico, estimamos que los avances en la investigación educativa que sostienen y se articulan nuestras prácticas, contribuyen a re-significar el imaginario social en torno a la vejez, las políticas públicas en educación y las perspectivas educativas orientadas a revertir el estigma negativo adscrito a la vejez y estimular la inclusión del grupo poblacional de las personas mayores en el conjunto de las redes sociales. Asimismo, sostenemos que el conocimiento logrado en este campo puede abrir diversos caminos para repensar la educación y el aprendizaje a lo largo de la vida y generar nuevas alternativas sobre perfiles de formación académica y profesional en los campos de las ciencias de la educación, ciencias de la salud y ciencias sociales. Referencias bibliográficas Bertaux D. (1997): Los relatos de vida. Natham. París. Francia. Dominicè, Pierre. (2000): Learning from Our Lives: Using Educational Biographies with Adults. San Francisco, Jossey-Bass Inc. Traducido para Uni-pluri/versidad por Zulma Rueda Vallejo. Universidad de Antioquia; con autorización de “Education Review”. Freire, Paulo. (1993): Pedagogía de la Esperanza. Un reencuentro con la Pedagogía del oprimido. México. Siglo XXI edit. — 279 — Kandel. E.R.; Schwartz J.H; Jessel, T.M. (1997): Neurociencias y conducta. Madrid. Prentice Hall ————— (Eds.) (2002): Principios de Neurociencias. Madrid. Mc Graw Hill Lemieux, A. (1997): Los Programas Universitarios para Mayores. Enseñanza e investigación. Ministerio de Trabajo y asuntos Sociales. Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (IMSERSO), Madrid. España. Neugarten, B.(1999): Los significados de la edad. Barcelona. Colección Albor-Herder. Nuñez, V. (2002): La educación en tiempos de incertidumbre: las apuestas de la Pedagogía Social, Barcelona, Gedisa. Ortega Esteban, J. (2005): Universidades reflexivas: una perspectiva filosófica. Barcelona. Alertes educ. Petriz, G. (compiladora) (2002): Nuevas dimensiones del envejecer. Teorizaciones desde la práctica. Universidad Nacional de La Plata. La Plata. Argentina. Requejo Osorio, A. y Cortizas Rodríguez, C. (1996): Las historias de vida en educación de adultos. En: López E. – Barajas Zayas. (1996). Las historias de vida y la investigación biográfica. Fundamentos y metodología. Madrid. UNED Sáez, J. (Coord.) (2002): Pedagogía Social y programas intergeneracionales. Educación de personas mayores. Archidona (Málaga). Aljibe. Salvarezza, L. (comp) (2001): El envejecimiento. Psiquis, poder y tiempo. Buenos Aires. Eudeba Tamer, N. (1995): El envejecimiento humano. Sus derivaciones pedagógicas. Washington. Interamer 51. Serie Educativa, OEA. ————— (1999): “Calidad y equidad en la Educación de Adultos Mayores. Exigencias y alcances de una demanda pendiente”. En: Escuela Abierta. Revista de Investigación Educativa del Centro de Enseñanza Superior - CEU- Fondo Editorial de la Fundación San Pablo. Nro.3 (págs.103-132) Sevilla, Andalucía ————— (2002): La educación de las personas mayores. Condiciones y alternativas para una construcción colectiva. En PETRIZ G: Nuevas dimensiones del envejecer. Teorizaciones desde la práctica. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Universidad Nacional de La Plata. Argentina (págs.81-110) ————— (2007): A las puertas de la longevidad: ¿autonomía o dependencia? Reflexiones y alternativas desde la educación. Seminario “Ver y Vivir la Ancianidad. Hacia el Cambio Cultural”. Fundación Navarro Viola. Bs.As. julio 2007. (págs.49-63) ————— (2007): Educación de Adultos: una mirada al futuro. En: Textos con el pretexto de habilitar el Debate en torno a la pedagogía en el Siglo XXI. Ferreira, H. (comp.) (en prensa). — 280 — Educación y Envejecimiento Utopía y educación permanente: la experiencia uni 3 Alondra Bayley Resumen Actualmente existe en cada país un alto porcentaje de adultos mayores para quienes no se han previsto la Educación que les permita integrarse a la cultura de su tiempo. A nivel universitario, falta un Programa de Formación de Educadores de Adultos basado en la Andragogía – Ciencia de la Educación de Adultos- que satisfaga la exigencia de capacitación del adulto, para asimilar los lenguajes de la ciencia, la tecnología, las artes y todas las manifestaciones de la cultura. Toda persona mayor debe poder integrarse a las actividades de producción de conocimiento, comercio, ciencia, arte, política, etc, si cuenta con la oportunidad de capacitarse a cualquier edad, con el tratamiento educativo que provee la Andragogía. La metodología andragógica permite recuperar el valor humano que representa cada adulto y favorece su integración social, económica, política y cultural. En Uruguay, UNI 3 – laica, gratuita y universal – intenta contribuir a la solución de ese problema desde su creación en 1983. Comenzamos con 56 participantes que hoy son 3000 en Montevideo y muchos miles más en toda la República. Disponemos de 71 aulastaller que surgieron a pedido de los participantes y 50 Animadores Socioculturales absolutamente honorarios. Asimismo hemos respondido a la demanda de países hermanos, colaborando en la organización de filiales e intercambio de experiencias y bibliografía. El sentido de esta experiencia UNI 3 es el de hacer justicia, en los hechos, al Derecho a Ser de los ciudadanos Adultos Mayores en la democracia. Palabras Clave: Andragogía – adultos mayores – envejecimiento – aprendizaje. Universidad Abierta UNI 3. Alondra Bayley Mendez. Maestra (Instituto Magisterio Superior; Montevideo- Uruguay).Especialización y diploma en educación de adultos (CREFAL, OEA-UNESCO; 1972). Directora y supervisora de escuelas de la capital. Licenciada en filosofía (Universidad de la Republica Oriental del Uruguay, 1984). Fundadora y Rectora en 1983 de la 1º Universidad Abierta UNI 3 del Uruguay para la Educación Permanente No Formal de Adultos. Fundadora y Presidente (pro tempore) de la Red Latinoamericana de Universidades Abiertas UNI 3 (R.U.A.) en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, México, Paraguay, Perú y Venezuela. Libros publicados:“Tercera Edad; Un Desafío”- 1984; “Vida y Obra de Clemente Estable” con Margarita Queirolo, publicado por la Universidad de la Republica; “Educación y Utopía: el Derecho a SER”; “Biografía del Poema”; “El Fuego era el Espejo” – Premio I.M.M.; “Las Puertas de la Tarde” y “Poemas del Tiempo Vertical”. Ensayos sobre Cooperativismo, Sociología Rural, Educación para Padres y Educación para la Comprensión Internacional. [email protected] — 281 — Historia El acontecimiento más importante en la Historia del Siglo XX fue la revelación para el mundo del adulto mayor protagonista. Los avances de las ciencias y la tecnología con su incidencia en la calidad de vida, salud, servicios sanitarios, comunicaciones y mejores condiciones de vivienda contribuyeron para prolongar la vida humana, más allá de la edad que establecían las estadísticas. En efecto, hasta fines del siglo XIX se consideró que una persona de 50 años podía considerarse un adulto mayor y resulta obvio afirmar que no todas las personas vivían tantos años, siendo las que vivían, naturalmente jubilados o retirados hasta el fin de sus días. Desde esta perspectiva, en una sociedad moderna, dinámica y cambiante los ancianos fueron quedando excluidos no solo del campo laboral sino de la vida social comprometida con los nuevos valores: velocidad, rendimiento económico, consumismo, competencia y juventud. La vejez fue vista como deterioro físico y mental insoslayable. Será la Asamblea Mundial sobre Envejecimiento, organizada por las Naciones Unidas la que plantee con criterio científico el problema del Envejecimiento, en Viena (1982) y podamos asistir al comienzo feliz de una nueva era en la consideración de la vejez como oportunidad. Debemos a la Medicina, a la Psicología, a todas las Ciencias del Hombre la conquista de una visión diferente, del proceso del envejecimiento, tan natural como propicio para la realización personal, el cultivo de la vocación, emprendimientos sociales, trabajo, estudio, investigación. Con antecedentes en la obra del venezolano Félix Adam, de Carl Rogers, Clemente Estable, Paulo Freire, Carlos Vaz Ferreira y tantos otros salimos un día en el Uruguay al rescate de tantos valores como representaba cada adulto mayor. Quisimos vivir la utopía de abrir una universidad para toda la gente que, por circunstancias de vida había postergado con dolor alguna vocación encendida desde la juventud y veía resignada su frustración. Éramos siete educadores vocacionales y nos preocupaba el adulto mayor para quienes no existían servicios de educación formal que ofrecieran las condiciones mínimas de aplicación de programas y métodos que contemplaran la realidad del adulto que descubría la ciencia: “Solo un 9, 5 % de los adultos puede presentar condiciones de salud que comprometan su capacidad para los aprendizajes”. La educación de adultos debe ofrecerse en ámbitos universitarios y en todos los casos valorar el caudal de su experiencia de vida. Y, volviendo a nuestra historia, un 22 de abril del año 1983, se abren las puertas del Instituto de Estudios Superiores, por generosa comprensión de su Director Profesor Leonardo Tuso y él mismo dicta una hermosa Conferencia sobre Ortega y Gasset en la que se adelantan conceptos sobre las edades de la vida y los caminos del Ser. A partir de ese día se inició la 1ª Universidad Abierta de América Latina UNI 3 con aulas-taller de Historia de la Cultura, Expresión Cultural, Canto, Dibujo y Pintura. Conferencia semanal y Té en Familia. Los docentes, denominados Animadores Socioculturales fueron y son aún HONORARIOS. Comenzamos con 56 participantes que hoy son 3.000 en Montevideo y muchos miles en todos los Departamentos de la República. Disponemos actualmente de 72 aulas-taller que surgieron a pedido de los participantes y 50 Animadores Socioculturales. Asimismo hemos respondido a la demanda de los países hermanos Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia, Perú, Venezuela, México y Chile, colaborando en la organización de filiales e intercambio de experiencias y bibliografía. Actualmente RUA (Red Latinoamericana de Universidades Abiertas UNI3) realiza, cada — 282 — dos años encuentros internacionales de afirmación andragógica y divulgación de conocimientos sobre el significado del envejecimiento como oportunidad. Principios y Valores UNI-3 URUGUAY UNIVERSIDAD ABIERTA EDUCACIÓN NO FORMAL DE ADULTOS Testimonio de una experiencia concreta de Educación Permanente que viven adultos y jóvenes comprometidos con el desarrollo de América Latina. LAICA GRATUITA UNIVERSAL UNI-3 URUGUAY Surgió en Montevideo el 22 de Abril de 1983 en el Instituto de Estudios Superiores que cedió su local con ese fin. UNI-3 URUGUAY Es Laica, Gratuita y Universal, dentro de los principios que informan toda la educación pública del Uruguay. UNI-3 URUGUAY Se inició como una réplica de la prestigiosa UNI-3 GINEBRA, institución modelo que funciona en la sala Piaget de la Universidad de Suiza. UNI-3 URUGUAY Tuvo en sus comienzos el carácter de una Universidad de la Tercera Edad. En la actualidad sus esquemas se han modificado en función de los criterios fundamentales de la Educación Permanente. UNI-3 URUGUAY Está abierta a todas las personas sin excepción. No existen limitaciones para el ingreso ni se exigen constancias de estudios previos. Su finalidad esencial consiste en reivindicar el derecho de todo adulto a SER, PARTICIPAR, CONTRIBUIR COMO PROTAGONISTA AL DESARROLLO DE LA COMUNIDAD, DAR Y RECIBIR, TOMAR DECISIONES, CULTIVAR NUEVAS AMISTADES, HACER MÁS RICA, DIGNA Y ARMONIOSA LA VIDA. Objetivos Se trata de recuperar para la sociedad el valor humano de sus Adultos Mayores, 17 % de la población del Uruguay, ya que no basta con otorgarles los beneficios económicos, sanitarios, de seguridad y de ocasional recreación que deberían gozar por elemental sentido de justicia, siempre. Se debería actuar con criterio de equidad para reconocerlos como ciudadanos de una democracia, en condiciones de participar en actividades acordes con sus capacidades, en beneficio de la comunidad. Actualmente la jubilación implica el retiro forzado de la militancia en el trabajo, que representa la vida misma para el hombre, ya que lo hace sentirse útil, compartir emociones con sus compañeros y en definitiva, significar como persona. — 283 — Desde el punto de vista de la salud y sus costos a nivel individual o para el Estado, el problema reviste especial importancia ya que la traducción orgánica del dolor, tristeza, frustración, soledad, sensación de pérdida del “sentido”, “el para qué” de la existencia es generalmente una depresión, seguida de enfermedades graves, que imponen aún mayores perjuicios a la persona y a su familia. A esta situación que todos conocemos, los médicos denominan: “síndrome de la jubilación” sus consecuencias penosas son innegables. La vejez, no significa hoy dignificación del Mayor como ocurría en las antiguas tradiciones culturales, en las cuales el abuelo presidía la mesa y era figura principal que todos reverenciaban. Actualmente el Adulto Mayor debe padecer una no declarada pero efectiva marginación. Por lamentable error se confunde envejecimiento con enfermedad, cuando, por el contrario, sólo la salud hace posible el envejecimiento, proceso natural que hace a la integración de la familia humana. Esto quiere decir que existe en el mundo moderno un desperdicio de valores humanos originales, irrepetibles, sagrados, que necesariamente debe corregirse para alcanzar la integración que reivindique el “Derecho a Ser”, en beneficio de la Sociedad toda. Entendemos que la reivindicación de un derecho, nunca ha resultado de la generosa dádiva de un ciudadano noblemente inspirado en la defensa de sus hermanos, ocasionalmente desamparados. No se trata de esperar ni aceptar beneficencia. Están en juego el honor y la dignidad. Toda persona mayor debe poder, si lo desea, integrarse a los cuadros de los que producen conocimiento, hacen comercio, industria, arte, actividad política, etc., si cuenta para ello con la oportunidad de capacitarse, a cualquier edad, con el tratamiento educativo adecuado a sus circunstancias, el que provee ya una Ciencia Nueva que llamamos Andragogía y que se practica en las UNI 3 de todo el mundo. Fundamentos Recurrimos a un ejemplo tomado de la Historia dela Educación. Allá por el año 1939 Federico Froebel fundaba el 1er. Jardín de Infantes de Europa. Él, como Pestalozzi, Herbart, Rousseau y tantos otros sabios descubrían a fines del Siglo XVIII y principios del Siglo XIX que el niño pequeño tenía un potencial de inteligencia, sensibilidad, imaginación, creatividad, memoria, sentido estético y mundos de emoción y afectos que durante siglos se había ignorado. Valga como expresión de ese hecho la sentencia que hacía del niño: “un hombre en miniatura” que debía ser aleccionado, sometido, incluso con castigos, para llegar a conducirse como las personas mayores, que ellas sí, eran el modelo. Los niños necesitaron para “ser” personas a los genios que intuyeron la magnitud del potencial inédito que cada uno representaba y el avance científico de los hombres como Piaget que profundizaron en la investigación de los procesos de enseñanza, o, en nuestro medio Rodolfo V. Talice que rescató para el programa de formación de los Educadores, el concepto de “imprinting”, fenómeno que se presenta a partir del nacimiento pero registra manifestaciones en la vida intrauterina que dejan huella imperecedera en la conciencia. El descubrimiento del infante como protagonista en la vida cultural: exposiciones de poesía infantil, dibujo, pintura, leyendas, etc., creadas por niños justifica ya el derecho a “ser” de la niñez en todos los medios civilizados. — 284 — El adulto mayor debió esperar más. Recién en 1973, un ilustre médico de Francia, Pierre Vellas, se preguntó cuántos adultos de los que transitaban frente a la Universidad de Toulouse, cumpliendo tareas tales como ir a comprar los comestibles, llevar los nietos a la escuela o pasar el tiempo vacío con la mirada lejana en algún banco de la avenida, cuántos de ellos hubieran deseado asistir a clases, estudiar, actualizar sus conocimientos, participar de los adelantos científicos, tecnológicos, artísticos, en fin, cuántos de ellos se habrían sentido más felices accediendo al mundo cultural de su tiempo, que es el de sus hijos y el de sus nietos; asimismo, cuantas personas vivirían el dolor de no haber podido realizar su vocación por circunstancias de vida difíciles e insuperables en su momento y hoy creen que ya pasó definitivamente su oportunidad. Pierre Vellas es un científico y su inquietud le condujo al experimento que consistirá en abrir de par en par las puertas de la Universidad a los Adultos que desearan ingresar sin el requisito de poseer antecedentes académicos. Fue tal el éxito de la convocatoria que una multitud de cabezas blancas colmó todos los espacios. Ahora sería preciso conocer las motivaciones personales de cada aspirante. Alguien que se interesaba por las plantas formaría el Taller de Botánica; otros que se preguntaban por los viajes interplanetarios irían a las aulas de Astronomía y así fueron surgiendo las aulas de Filosofía, Ciencias, Artes, Letras y muchas más que significaban la vía de respuesta, abierta ahora para todos. Será en Toulouse, el nacimiento de las llamadas Universidades de la 3era. Edad en 1973, verdadera gloria de la segunda mitad del Siglo XX. En Uruguay nació en 1983 la 1era. Universidad para Mayores, tomando como modelo la de Ginebra y como ella se denominó UNI 3 que significa “UNI” Universidad y “3” las edades de la vida, (juvenil, madura, de adultez mayor). La UNI 3 es Universidad por el nivel de la educación que imparte, pero no compite con las Instituciones universitarias que nacieron en la Edad Media, y que forman profesionales, dan diplomas y gozan de bien ganado prestigio secular. UNI 3 no forma profesionales, no ofrece cursos secuenciales ni establece niveles sobre la base de evaluaciones objetivas. No otorga ningún tipo de título o diplomas, ni calificaciones a la labor de los participantes. No obstante, promueve la investigación, produce conocimiento, edita material de estudio original, ofrece oportunidades al espíritu creador en talleres de música, plástica, coros, teatro, visitas culturales guiadas y cursillos de formación de Animadores Socioculturales, servicios de biblioteca, salud, educación cooperativa, educación a distancia, arte y comprensión internacional. En el Uruguay, miles de adultos mayores participan de esta experiencia ya próxima a los 25 años a través de UNI 3- URUGUAY y 24 filiales en toda la República. Los principios básicos que la sustentan: gratuidad, laicismo y universalidad viabilizan la participación de personas de la más variada extracción social, ya que el ámbito de UNI 3 es de tolerancia, afecto y cortesía. Métodos El planteo metodológico se basa en el concepto de horizontalidad en la relación que se establece en el aula-taller entre el Animador Sociocultural y el Participante; ambos son adultos cuyos roles son intercambiables, ambos son educandos y educadores. El adulto deja de ser el objeto de la enseñanza-aprendizaje para asumir el carácter de sujeto agente de su propia formación. — 285 — El vive en UNI 3 la aventura del conocimiento que proponen las Ciencias del Hombre que no tiene otro límite que la propia vida. Hablamos de la Educación Permanente; así consta en la documentación de UNESCO sobre el tema Autodidaxia desde las páginas de “Aprender a Ser” que actualizan con fuerza de imperativo categórico del Siglo XXI la Educación Permanente. La metodología UNI 3 difiere en absoluto de la que informa los criterios de la educación formal y apunta a la práctica de la investigación-acción; a manera de ejemplo agregamos una breve información sobre aspectos de la labor de las aulas-taller: 1- Equipos informales de voluntarios reunieron todos los cuadros y esculturas del artista Severino Pose y fundaron un museo dentro de la Universidad para hacer realidad el pensamiento y el propósito de la Educación por el Arte. 2- Equipos de voluntarios se capacitaron para crear y activar la biblioteca, que funciona con el Sistema Dewey. 3- Expresión corporal ofreció una demostración de Danzas Circulares en homenaje a una Delegación de Córdoba (Argentina) que nos visitara. 4- El Taller “Palabras y Silencios” publicó un trabajo en el año declarado por las Naciones Unidas como Año del Arroz. El mismo constituye exponente valiosísimo del espíritu que anima a UNI 3. 5- El Ministerio de Educación y Cultura visitó la Sede y pronunció un discurso sobre la Historia de las Universidades Abiertas y el pensamiento de Vaz Ferreira, eminente filósofo uruguayo, en esta materia. 6- El Taller de Educación Cooperativa realizó un ejercicio de simulación, conducente a la capacitación de los artesanos para organizarse en microempresas cooperativamente. Se denominó esta expresión: “Fiesta de las Colmenas”. Cada realización del aula se vive como logro de todos y desde cada uno se traduce en creciente autoestima. En UNI 3 no se compite, se comparte y se aprecia a medida de los resultados: 1. a través de la autoevaluación que hace y documenta espontáneamente cada persona; 2. por la inexistencia del problema de la deserción. Conclusiones La Institución UNI 3 prioriza el estímulo a los valores y la iniciativa, la participación y el desenvolvimiento de la persona, más allá de la función clásica de la Educación Formal que privilegia el conocimiento; es evidente que sus metas específicas hacen a la integración del hombre a la militancia en la sociedad como ciudadano de la Democracia, sin exclusiones. En consecuencia, cuando decimos Universidad Abierta estamos significando: Lugar de Todos, abierta a todos, nos remite al sentido político de la apertura a espacios integradores, advertimos que además ello alcanza a la familia toda y tiene gravitación necesaria a la vida de las sociedades. La propuesta que vamos a formular como conclusión fundamental tiene sólidas bases científicas que la confieren especial consistencia. La psiconeuroinmunoendocrinología advierte que la persona no declina ni padece deterioro inhabilitante a causa del proceso natural de envejecimiento. Bastaría el estímulo que representa el reconocimiento de sus valores y la evidencia de sus talentos — 286 — para movilizar el potencial guardado de posibilidades creadoras, para que todas las energías se pongan en marcha, en la dirección del proyecto humano y humanizante de reivindicar el Derecho a Ser. Cada persona, en UNI 3 recupera la fe en sí misma. Ahora no necesita andadores, camina sola y nada puede detenerla. No le inhibe la idea de no contar con las facilidades que otorga un diploma y el sabe que vale y que puede por lo que él o ella es. Dejó su situación anterior de marginado y es ahora el autodidacta que comparte con sus pares la aventura del conocimiento. Entendemos que es necesario y deseable proceder a la formación de Universidades Abiertas UNI 3, en todos los ámbitos sociales rurales o urbanos, para permitir que no se pierdan tantos preciosos valores humanos en este mundo de hoy, en que se reclama a voces la integración sobre bases de fraternidad verdadera, como fuente de luz y de Paz. El sentido de esta experiencia UNI 3 es el de hacer realidad, en la práctica, la teoría de la moderna Ciencia de la Educación de Adultos (ANDRAGOGÍA) integrándola al acervo epistemológico en áreas comprometidas con los Derechos Humanos y la necesidad apremiante del mundo actual y acaso futuro de asumir el cuidado de las fuentes de valor que representan sus adultos mayores: inteligencia, sensibilidad, voluntad, cordura y responsabilidad moral en la defensa de la vida que seguramente contribuirá a pronunciamientos cívicos vigorosos y efectivos contra el flagelo que significan las guerras. Estrechémonos en el abrazo solidario, seamos todos uno, como reza el Evangelio y vayamos juntos a compartir el pan y la alegría en la mesa tendida por todos y para todos por el amor de todos. Bibliografía Adam, Félix: “Andragogía” Ed. FIDEA. Caracas, Venezuela. (1996). Bayley, Alondra: “La Escuela y la Comunidad”Ed. UNESCO. (1950). —————: “Educación para la Comprensión Internacional”.1er Premio Naciones Unidas Ed. ONU.: Nueva York. (1954). —————: “Tercera Edad: Un Desafío” Ed. Dibujo´s Ltda. Montevideo, Uruguay.(1981). Con Prólogo de Margarita Queirolo. —————: “Ideas Pedagógicas de Clemente Estable” Ed. Extensión Universitaria de la República. (1983). —————: “El Derecho a Ser” Ed. Talleres Gráficos Impresión.Montevideo, Uruguay. (1994). Estable, Clemente: “El Reino de las Vocaciones” Ed. Medina. Montevideo, Uruguay. (1970). Freire, Paulo: “La Educación como práctica de la Libertad” Ed. Siglo XXI. Buenos Aires, Argentina (1960). —————: “Pedagogía del Oprimido”Ed. Siglo XXI. Buenos Aires, Argentina. (1970). Lasa, Julio: “Trascendencia y Actualidad del Pensamiento de Clemente Estable”. Ed. ANEP (Administración Nacional de la Educación Pública). Montevideo, Uruguay. (1989). Rogers, Carl: “El Proceso de convertirse en Persona” Ed. PAIDOS. Buenos Aires, Argentina, (1972). —————: “El Camino del Ser”. Ed. Kairos-Troquel. Impreso en la República Argentina, Industria Gráfica del Libro. (1992). Vaz Ferreira, Carlos: “Estudios Pedagógicos” Ed. Cámara de Representantes de la R.O.U. (1957). — 287 — Educación y Envejecimiento Proyectos mayores experiencia basada en un recurso psicopedagógico Romero, Marcela Resumen La vejez enfrenta a la persona a cambios de tareas, de roles, de espacios, brindando la oportunidad de replantearse antes de continuar. Este trabajo se fundamenta en el postulado que considera a la persona “sujeto de elecciones”, convocando a un sujeto proactivo, en interacción con “otros”: cultura, pares, familia, sociedad La construcción de un proyecto personal significativo se presenta como una alternativa para la promoción de un envejecimiento saludable, para que el adulto mayor transite la búsqueda de un nuevo lugar, preservando su autonomía y su continuidad identitaria, funcionando como organizador de tiempos y espacios. Objetivo: Contribuir a que los adultos mayores resignifiquen el actual momento vital redescubriendo intereses, conectándose con sus deseos, y recursos para reflexionar sobre un proyecto personal (individual o grupal), ampliando su mundo representacional, sustentándose en otras posibilidades. El recurso comprende 30 dibujos en blanco y negro de 15 por 21 cm, plastificados y dos protocolos que refieren a: 1) aprendizaje y 2) proyecto. Los gráficos representan personas realizando actividades distintas; en el orden ocupacional: actividades físicas, artísticas, intelectuales, domésticas, solidarias; en el orden social: escenas que refieren al cuidado de otros, actividades individuales, grupales, comunitarias. A través de estímulos organizados y objetivos planificados se propone actividades vehiculizadoras que faciliten el intercambio, la expresión y la reflexión. Se observa que los mayores adjudican un lugar preponderante a vínculos afectivos; manifiestan interés por continuar aprendiendo, así como sentimientos de satisfacción y bienestar en el aprender; valoración del espacio grupal y del proyecto; claridad en Grupo Psicopedagógico del Consudec. Buenos Aires, Argentina. Lic. en Psicopedagogía, Universidad del Salvador. Buenos Aires, Argentina. “Especialización en Psicogerontología ” Universidad Maimónides, 2006. Curso de Posgrado en Orientación Vocacional Ocupacional. Universidad Caece, 1999. Coordinadora Talleres para Adultos Mayores “Grupo Psicopedagógico”, del Consudec. Coordinadora del Centro de Día “Mi Encuentro” para jóvenes y adultos con discapacidad intelectual. Docente de la Universidad del Salvador, Facultad de Psicopedagogía, Cátedras Deontología y Psicología del Desarrollo III: Adultez y Vejez. Co-coordinadora de “caminos”, Talleres para Adultos Mayores. [email protected] — 288 — necesidades y deseos, cierta dificultad en la planificación, postergación de deseos por diversos motivos. Palabras clave: Vejez, proyectos mayores, psicopedagogía, calidad de vida Desarrollo del trabajo El propósito del trabajo consiste en la presentación de una actividad para el trabajo con adultos mayores basada en un recurso innovador denominado “Proyectos Mayores”. Para responder a este propósito se expone a continuación la fundamentación de la actividad y el desarrollo de conceptos claves como proyecto, elección y aprendizaje. Posteriormente se presenta el objetivo de la actividad y se describe el recurso para concluir con el esquema de la modalidad de trabajo y algunas apreciaciaciones sobre la tarea realizada. La vejez es una instancia más en el devenir de la vida, que se construyó y se construye con otros, con diversas experiencias, con recursos propios, y personas significativas. Etapa que enfrenta cambios: de tareas, de roles, de espacios. Tiempo de abordar los cambios, momento que ofrece la posibilidad de detenerse y preguntarse. En un marco de aceleradas transformaciones sociohistóricas y una realidad compleja y por momentos adversa, los adultos mayores deben atravesar cambios de orden biológico conjuntamente con cambios de roles, y pérdidas sociales que demandan una resignificación de los propios espacios. Puede ser una oportunidad para replantearse antes de continuar, para considerar aspectos de sí mismo que permiten la búsqueda de opciones con mayor libertad y favorecen la comprensión de las múltiples posibilidades por venir. Puede ser un tiempo para afirmar y reafirmar la propia identidad. La opción de llenar ese tiempo de significado es absolutamente personal y depende de cada uno. Este trabajo se fundamenta en el postulado que considera a la persona “sujeto de elecciones”, convocando a un sujeto proactivo, en interacción con “otros”: cultura, pares, familia, sociedad Enfoque que tiene implicancias filosóficas ya que postula una concepción de persona fundada en su valoración. Supone una búsqueda personal para renovar el protagonismo de la vida y encontrar un nuevo sentido que se abre al interjuego de posibilidades, deseos, inquietudes y limitaciones. Considerando el pro-yecto como anticipación temporal, que sostiene la idea de una temporalidad futura, se adhiere al concepto de E. Erikson quien afirma que a medida que se dan los encuentros entre el hombre y el ambiente se van actualizando las potencialidades (Erikson, 1971) En ese diálogo de posibilidades con el entorno la persona puede construir un proyecto, enriquecido por el bagaje experiencial de lo vivido, comprometiéndose y cristalizándolo en la acción. La construcción de un proyecto personal significativo se presenta como una alternativa para la promoción de un envejecimiento saludable, para que el adulto mayor transite la búsqueda de un nuevo lugar, preservando su autonomía y su continuidad identitaria, funcionando como organizador de tiempos y espacios. La elección de una actividad y el compromiso personal con lo elegido, cumple una función de encauzamiento de la angustia que acompaña los cambios, convirtiéndose en una alternativa posible de organización. Esto significa poder aceptarse a sí mismo, con el retiro de algunos roles sociales y el advenimiento de otros nuevos y posibles, instancia que invita más que nunca al disfrute en un momento donde los tiempos se pueden manejar con mayor libertad y en el que las obligaciones pasan también a flexibilizarse. — 289 — Una actividad social, artística, deportiva o recreativa puede constituirse en un proyecto personal significativo que funciona como organizador necesario en la vida de una persona, como alguna vez lo fue el trabajo fuera o dentro del hogar El proyecto posibilita pensarse a sí mismos como sujetos capaces de reflexionar, de hacer, de elegir; sujetos transformadores de sí mismos y de su entorno. La utilización de este recurso busca propiciar la reflexión, la elección y la toma de decisiones en un espacio compartido que, como afirma el Lic. Yuni, se constituye en espacio legítimo y legitimado socialmente para la práctica y la adquisición de recursos así como la resignificación de tiempos y oportunidades personales (Yuni y Urbano, 2005) Elegir y decidir es un proceso complejo que demanda un tiempo de reflexión, para identificar y evaluar los posibles caminos, optando finalmente por el que se considera mejor. Elegir implica hacer uso de la libertad personal de forma responsable y no sólo es decidirse por una actividad sino encontrar un sentido compatible con los valores y objetivos personales. Este respeto por sí mismo posibilita una elección reflexiva que no responda a deseos ajenos, desconociendo la impronta personal. No significa optar por respuestas que ofrece la sociedad de acuerdo a una visión general de las necesidades de la vejez. La elección es posible si cada uno en su singularidad se conecta con la pregunta, es decir con el deseo. Las respuestas que en ocasiones la sociedad impone anulan la capacidad de reflexión, obturando la posibilidad de preguntarse y obtener elecciones propias, fundadas en la singularidad de los deseos. Recuperar la capacidad de interrogarse puede contribuir a desarrollar la capacidad de estar a solas, descubrirse interesante, sorprenderse y ejercitar la autonomía de pensamiento para situarnos como autores de nuestra historia. Por ello, elegir resulta una oportunidad para renovar el protagonismo. La reflexión habilita la pregunta, el derecho a cuestionarse permite el crecimiento personal. Como sostiene Piera Aulagnier el reconocerse un derecho a pensar implica renunciar a encontrar en la escena de la realidad una voz que garantice lo verdadero y lo falso. Tener que pensar, dudar de lo ya pensado, verificarlo, son las exigencias que el yo no puede esquivar (Aulagnier, 1977) Las decisiones que son realizadas por propia voluntad, favorecen la consolidación del pensamiento crítico. La reminiscencia cumple una función fundamental en la reconstrucción de la historia| de vida de cada persona, en la articulación de las elecciones pasadas con las actuales y posibles de los adultos mayores para la construcción de un futuro próximo. Permite la revalorización de lo aprendido y su recuperación, para trasladarlo a elecciones actualizadas, plasmándolas en acciones posibles. Supone la capacidad de experimentarse en una continuidad temporal, espacial y social, permite la conciencia de permanecer a través de la propia historia, de la propia corporalidad y en una red de vínculos sociales y culturales. En síntesis, experimentarse uno mismo como una unidad más allá de los cambios y el tiempo. A partir de esta revisión el sujeto puede pensar un proyecto, entendido en su dimensión vital como motor de la vida humana. Proyecto, aquello que, en tanto elección personal orientada al futuro convoca el deseo y moviliza la acción, haciendo del presente un tiempo comprometido. Involucra el autoconocimiento y el conocimiento de la realidad, incluye un ser y un quehacer, así como la relación con otros: personas, objetos, actividades. Propone un aprendizaje entendido como la apropiación de la realidad para transformarla, estableciendo una relación dialéctica que demanda la propia transformación. “Proyectos Mayores” está planteado como un recurso psicopedagógico. Se parte de considerar a la psicopedagogía como disciplina que acompaña los aprendizajes de — 290 — las personas, tanto los aprendizajes formales como los no formales, a lo largo de toda la vida. Desde esta perspectiva incluye el abordaje de los aprendizajes de la población de mayores como cualquiera de los otros momentos del curso vital. La vejez como proceso de múltiples cambios en las diferentes dimensiones de la persona reclama tiempos y espacios para reorientar, encauzar y dar nuevo sentido dando lugar al desarrollo de recursos y potencialidades. Aprender es resignificar la realidad, para que nazcan nuevas apropiaciones de sentido. Se sostiene pues que la vejez le plantea al mayor una realidad distinta a la de otros momentos vitales, en la cual los cambios le demandan un proceso de aprendizaje para actualizar el sentido de la vida. Apropiarse de la realidad demanda flexibilizarse ante innumerables cambios biopsicosociales., conocer objetos de conocimiento disponibles, conjugarlos con la singularidad (personalidad, experiencias, deseos) para transformar y ser transformado, así pensar-se en sus recursos para ampliar su mundo representacional, sustentándose en otras posibilidades. El aprender nos conecta con la necesidad de “perder” algo viejo para crear algo nuevo. El aprendizaje es un proceso constructor de autoría de pensamiento en los sujetos, por esto se adhiere a lo expresado por la Lic. Alicia Fernandez quien sostiene que lo que convoca y nutre el pensar es la generación de un espacio que transforme los hechos e informaciones frías en situaciones pensables, que pueden ser interrogadas, significadas y modificadas (Fernández, 2000). Es el interjuego “entre” lo conocido y lo no conocido, entre la certeza y la duda, entre mi ser y los otros, entre mi saber y el de otros, entre el ayer y el hoy, entre el enseñar y el aprender lo que incita a que el sujeto tenga posibilidades de disponer de imágenes, palabras, recuerdos, para poder hacer uso del saber. Planteos de la actividad El objetivo de la actividad es contribuir a que los adultos mayores resignifiquen el actual momento vital redescubriendo intereses, conectándose con sus deseos, y recursos para reflexionar sobre un proyecto personal (individual o grupal), ampliando su mundo representacional, sustentándose en otras posibilidades. La actividad plantea situaciones, capaces de “provocar” dentro de las posibilidades de ese grupo, de esa persona, el detenerse, interrogarse para suscitar la generación de un pensamiento propio, la reflexión, el sentir y el hacer brindando la posibilidad que la persona se exprese con libertad, se apropie del texto y del contexto, y recree el sentido. El recurso a través de la imagen conjuntamente con ambos protocolos confronta al mayor con los propios deseos, posibilidades, intereses, temores, desafiándolo a reflexionar, invitando a un sujeto pensante y deseante, autor de su historia a continuar protagonizándola. La actividad permite que afloren las distintas modalidades de aprendizaje, o sea el modo de una persona de relacionarse con el conocimiento, esquema que utiliza a lo largo de su vida en diferentes situaciones de aprendizaje, en el que se encuentran elementos que se repiten y otros que cambian. Esta construcción está formada por una imbricada trama de significaciones, guiada por el modo en que el sujeto se ha relacionado con el objeto a conocer, cómo se ha reconocido como autor y protagonista de sus aprendizajes y cómo ha sido reconocido por los otros enseñantes, así como por todas las significaciones que en su núcleo primario le hayan dado al conocer. Así el abanico que los mayores despliegan puede oscilar entre un conocer inaccesible, peligroso, en — 291 — el que no hubo lugar para la pregunta, para la elección, y el conocer como sinónimo de desafío, bienestar y salud, favorecedor de crecimiento. Se trabaja sobre las secuencias, interrupciones, repeticiones que dan cuenta de los procesos de elaboración, de las modalidades de resolución, y los esquemas y estrategias utilizados. ¿Dónde el adulto mayor elige “enunciarse”?: en el silencio, en el “no sé”, en el “no puedo”, en el “no me relaciono con otros o lo hago desde la dependencia, el sometimiento, la transgresión”, siendo elementos fundamentales a tener en cuenta por el profesional. La Lic. Schlemenson sostiene que ofrecer la oportunidad de recuperar la diversidad de los movimientos de apropiación así como incorporar el placer como activador del deseo en la construcción de conocimientos, es aproximar el aprendizaje al encuentro de sentidos que lo transforman en significativo, cuestiones que se buscan despertar a través del trabajo con el recurso para que acompañe el proceso de resignificación (Schlemenson, 1996) Cabe mencionar brevemente el concepto de ocupación sobre el que se inscribe el conjunto de representaciones que conforma el material. Se define el concepto de ocupación en un sentido amplio, estrechamente ligado al “hacer” del mayor. Las ocupaciones son medios que permiten desplegar elecciones ajustadas a los gustos, intereses e inclinaciones por determinados objetos y no otros. Constituyen el “qué” de la elección. Por esto pueden ser consideradas como el objeto al que se dirige el sujeto, tanto en el presente como en el futuro. Al elegir algo se deja afuera todo el universo de alternativas. En la medida en que el sujeto elije, deja. Elegir requiere compromiso. Cuando hay deseo por algo se hace más fácil tolerar el dejar afuera lo no elegido. Después de haber transitado una historia de vida llena de elecciones al mayor se le presenta el desafío, una vez más, de poder ligar ciertos objetos de la cultura con su propio deseo. Esa ligazón cuando se produce conlleva entusiasmo, alegría, pasión. El sujeto pasa a adoptar una posición activa y se transforma en protagonista de su propio hacer. Presentación del recurso El material está compuesto por 30 dibujos en blanco y negro de 15 por 21 cm, plastificados y dos protocolos que refieren a: 1) aprendizaje y 2) proyecto. Los gráficos representan personas realizando actividades distintas en el orden ocupacional (actividades físicas, artísticas, intelectuales, domésticas, solidarias) y en el orden social (escenas que refieren al cuidado de otros, actividades grupales, comunitarias e individuales) Las imágenes son portadoras de posibilidades y el sujeto a través de la manipulación, clasificación, elección, establece un interjuego entre preferencias-rechazo, curiosidad-indiferencia, conocimiento, desconocimiento, que lo acerca a la posibilidad de ampliar su mundo representacional y apropiarse desde otro lugar. Simplemente a modo de presentación de las tarjetas se clasifican en áreas tales como: • El mayor y los afectos: relación con hijos, nietos, y pares que lo muestran en distintas actividades, cuidando una mascota. • El mayor y el arte: tocando el piano, escuchando a otro ejecutarlo, bailando, cantando en un coro, asistiendo a una exposición de cuadros • El mayor y la recreación: realizando actividad física, realizando manualidades, sacando fotos, yéndose de viaje, jugando a las cartas con amigos. — 292 — • El mayor y la cultura: compartiendo una lectura, recibiendo un diploma, hablando por micrófono para un grupo, usando una computadora, con pares en un aula. • El mayor y la vida diaria: cocinando, comiendo una torta, leyendo, mirando televisión • El mayor y la solidaridad: llevando ayuda solidaria a una familia necesitada, organizando y clasificando material en una campaña solidaria, en una situación enseñanza - aprendizaje con otro adulto También se presentan 3 imágenes que se consideran disruptivas, las cuales se denomina así porque no responden a las características que tiene el resto del material. No corresponden a personas mayores realizando una determinada actividad. Estas imágenes buscan promover la mirada y reflexión personal. • Tres generaciones (padre-hijo-nieto/ relación intergeneracional) • Fila de gente de diversas edades y ocupaciones (inserción del mayor, representada la sociedad en su conjunto) • Una señora frente al TV impresionada por noticias de droga, alcohol y violencia Modalidad de trabajo A continuación se presenta el trabajo desde un abordaje grupal a través de consignas claras que facilitan el intercambio, la expresión y la reflexión. Desde una mirada psicopedagógica el trabajo con dicho recurso se centró en el aprendizaje y la idea de proyecto, desarrollado en distintos momentos, respetando los tiempos de cada grupo en particular. 1. Apropiación del material. Presentación y exploración del material 2. Consigna de trabajo •“Aquí hay imágenes que representan actividades. Hay algunas que resultan conocidas y familiares, otras no. Agrupen las tarjetas en grupos pequeños, cuáles les parecen que pueden ir juntos?” •“Pongan un nombre a cada grupo” 3. Clasificación. Puesta en común según el criterio de clasificación elegido. Se invita a compartir qué suscitó el material observado. Expresión, comunicación de opiniones y sentimientos. 4. Utilización Protocolo 1 (Ver anexo adjunto) Se solicita a los integrantes completar individualmente las preguntas que tienen que ver con la historia de aprendizajes propios y que ayudarán a conectarse con el decir, el hacer y el sentir actual Se trabaja grupalmente lo que este disparador promovió, lo cual se puede retomar en instancias posteriores 5. Utilización Protocolo 2 (Ver anexo adjunto) Se solicita a los integrantes realizar individualmente las siguientes actividades y contestar lo solicitado con el fin de continuar reflexionando sobre los gustos e intereses actuales. Se recupera lo surgido a partir de esta actividad. Los protocolos que se proponen son disparadores que permiten la expresión de los mayores y de ninguna manera pretenden ser estructuras rígidas. Por el contrario se busca que el recurso se inscriba en un marco flexible de acuerdo a las particularidades del grupo y los objetivos planteados por el coordinador. Más allá del objetivo explicitado, subyace el trabajo de las funciones cognitivas, fundamentalmente la atención selectiva, organización de la información, clasificación del — 293 — material, ejercitación de la fluidez verbal y la reminiscencia. Asimismo se promueve el desarrollo de las habilidades sociales, resolución de situaciones, toma de decisiones, el diálogo y la cooperación. Cabe agregar que las ocupaciones representadas pueden abordarse también desde el aspecto informativo: en qué consiste la actividad, dónde se puede realizar, cómo acceder a ellas, qué características personales o cualidades creen necesitar para realizar dichas actividades lo cual permite trabajar no sólo la información sino los prejuicios y creencias. Para concluir se mencionan sencillas observaciones derivadas de la tarea que no pretenden ser más que eso, simples apreciaciones de campo y quizá posible punto de partida para futuras investigaciones. Los mayores, • adjudican un lugar preponderante a vínculos afectivos; • manifiestan interés por continuar aprendiendo, así como sentimientos de satisfacción y bienestar en el aprender; • significativa valoración del espacio grupal y del proyecto de vida actual, • reconocimiento claro de necesidades y deseos, • cierta dificultad en la planificación, • postergación de propios deseos, • necesidad de espacios y tiempos propios. La experiencia invita al adulto mayor a vivir el “protagonismo”, vocablo que la Real Academia define como “Afán de mostrarse como la persona más calificada y necesaria en determinada actividad, la que tiene la parte principal”. Nada más ni nada menos que eso: Vivir el proceso de envejecimiento con la certeza que cada uno es el más calificado y necesario para atravesarlo de la mejor manera posible, respetando las transformaciones propias del curso vital, apostando a la vida y honrando la longevidad. Bibliografía Áulagnier, P. (1977): La violencia de la interpretación. Buenos Aires, Ed. Amorrortu. Erikson, E. (1971): Identidad, juventud y crisis. Buenos Aires, Editorial Paidós. Fernández, A. (2000): Los idiomas del aprendiente. Buenos Aires, Ed. Nueva Visión. Müller, Marina (1994): Descubrir el camino. Buenos Aires, Ed Bonum. Schlemenson, S. (1996): El aprendizaje: un encuentro de sentidos. Buenos Aires, Kapelusz. Viguera, V. (2001): Pemyr. Programa de estimulación de la memoria y reminiscencia. Revista Virtual de Psicogerontología Tiempo Nº 8. Yuni, J. y Urbano, C. (2005): Educación de adultos mayores. Córdoba, Editorial Brujas. Zarebski, G.(2005): El curso de la vida. Diseño para armar. Buenos Aires, Ed. Maimónides. — 294 — ANEXO Protocolo 1 Recordamos…. Intento valerme de claves sensoriales, de asociaciones y buceo en mis recuerdos sobre el aprender... • Qué recuerdo de mi aprender cuando niño/a? • Hay algo de este espacio de aprendizaje que me recuerde otros tiempos de mi aprender? • En qué se parece mi aprender actual al de ayer? • En qué se diferencia? • Cómo me siento hoy cuando aprendo? • Imagine un símbolo que represente el aprender (puede ser un objeto, un dibujo, etc.) Protocolo 2 Elija y reflexione 1. Elija dos de las imágenes. Póngales un nombre a cada una 2. Por qué piensa que las eligió? De una causa para cada una. • Elección 1: • Elección 2: 3. Piense en la elección 1 Qué pasos tendría que realizar para poder lograrlo Elección 1 • • 4. Evalúe las ventajas y desventajas que le produciría realizarlo Ventajas Desventajas • • — 295 — Educación y Envejecimiento Importancia del componente psicogerontológico en el modelo alfager para alfabetización gerontológica Eduardo A. Triana Álvarez y Teresa Reyes Camejo Resumen El componente psicogerontológico se integra como parte importante en lo gerontológico teniendo mucha importancia para favorecer una longevidad satisfactoria. El objetivo de este trabajo fue evaluar la importancia del componente psicogerontológico en el modelo AlfaGer para alfabetización Gerontológica, este modelo se diseño de manera básica partiendo de los criterios de grupos de adultos mayores que residen en la comunidad unido a criterios objetivos de valoración funcional y criterio de expertos iberoamericanos relacionados con la temática. Se utilizó el método Delhi, la escala geriátrica de evaluación funcional, entrevistas en profundidad y análisis de contenidos. El análisis de contenido fue herramienta importante para considerar que los elementos psicogerontológicos más importantes se relacionaron con el proceso de memoria, el funcionamiento afectivo y los trastornos del sueño. Se concluyó que el componente psicogerontológico es de importancia vital en cualquier intervención educativa no solo dirigida a adultos mayores sino a adultos en general donde la organización de los contenidos, las motivaciones y las necesidades reales y sentidas son elemento básico para la acción. Introducción Presionado por diversos factores, como las tendencias demográficas hacia el envejecimiento, el sector de la salud sigue mostrando en todo el mundo un comportamiento poco alentador en lo que a sus tasas de crecimiento se refiere. Se prevé un aumento pronunciado de la demanda de dispensadores de servicios de salud en todos los países, sean ricos o pobres (Organización de Naciones Unidas, 2001). Los déficits de personal identificados parecerían insignificantes en comparación con los déficits totales que se obtendrían de proyectarse al futuro todas las demandas de recursos humanos sanitarios para todos los países. Los cambios demográficos que están experimentando Europa y el Japón son de tal magnitud que si la importancia porcentual del personal sanitario dentro de la fuerza de trabajo total se mantuviese sin cambios, la proporción de profesionales Universidad de Matanza, Cuba. [email protected] — 296 — de la salud por ciudadanos mayores de 65 años disminuiría entre un 38 % y un 40 % de aquí a 2030. (Organización Mundial de la Salud, 2006) Entre 2000 y 2050, la población mundial de 60 años o más se multiplicará por más de tres, pasando de 600 millones a 2000 millones. La mayor parte de ese aumento se producirá en países en desarrollo, donde pasarán de 400 a 1700 millones en ese mismo periodo. (OMS, 2006) Es un hecho que las sociedades envejecidas o en proceso de serlo están apareciendo en todos los continentes de la tierra, por lo que la escala, características y consecuencias de este fenómeno están dejando de ser una preocupación exclusiva de los países desarrollados para ocupar un lugar cada vez más relevante en las agendas de las naciones en desarrollo además de convertirse en uno de los temas globales, cuya atención requiere de acuerdos y acciones concertadas de la comunidad internacional. El envejecimiento demográfico está asociado y es resultado del avance de la transición demográfica, que está relacionad principalmente con la disminución de la natalidad y la mortalidad de la población (. Se vive en este comienzo del siglo XXI una situación de tránsito social, económico, político y cultural, donde dos sucesos se acrecientan con gran relevancia: la revolución informática y la demográfica, ambas resultan retos a las sociedades actuales y futuras por los cambios que ya hoy ocurren en diferentes ámbitos de la vida que de ellas se derivan. Como consecuencias de este proceso ya se habla de la sociedad del conocimiento y sociedad gris, esta última para hacer referencia al crecimiento de la proporción de la población envejecida. El envejecimiento demográfico es un logro; pero a su vez un reto para la sociedad del siglo XXI, donde se tendrán que buscar múltiples acciones multidisciplinarias y multisectoriales que no pueden olvidar tener presente las tecnologías de la información y las comunicaciones como herramienta informacional sin igual hasta el momento, que apoyará a todos los interesados en el proceso de envejecimiento y que se extiende y modifica la forma de vivir del hombre en los últimos años. Los nuevos paradigmas del acceso, disponibilidad e instantaneidad de la información han configurado lo que se denominó la “Sociedad del Conocimiento”, con la aparición de fenómenos como el trabajo virtual, la eliminación paulatina de las barreras geográficas, los tiempos y los intermediarios en la producción, clasificación y acceso a la información. Es importante la diseminación e intercambio de información sobre envejecimiento y vejez con la finalidad de colaborar con la necesidad de la incorporación de los Adultos Mayores como agentes económicos activos en las nuevas modalidades del mercado laboral y como consumidores de productos y servicios relacionados con la salud, el entretenimiento y el desarrollo cultural debe ser la nueva dirección en que se enfoquen los esfuerzos de las empresas que investigan constantemente las tendencias y comportamientos de los usuarios en general y de este segmento creciente en número e importancia en lo particular: el Adulto Mayor de cada una de nuestras naciones. Este cambio demográfico tiene varias repercusiones en todos los sectores de la población muy espacialmente en la salud pública. La buena salud es esencial para que las personas mayores mantengan su independencia y participen en la vida de la familia y de la comunidad. Las actividades de promoción de la salud y prevención de las enfermedades a lo largo de toda la vida pueden evitar o retrasar la aparición de enfermedades no transmisibles y crónicas, como las cardiopatías, los accidentes vasculares cerebrales y el cáncer. — 297 — Los servicios de atención primaria deben proporcionar una atención accesible, integrada y regular a las personas mayores que padecen estos trastornos. Las enfermedades crónicas requieren un seguimiento para reducir al mínimo las discapacidades asociadas y sus efectos negativos sobre la calidad de vida. La naturaleza continua de esa atención significa que será más eficaz si se presta en entornos basados en la comunidad, como los centros de atención primaria. Las acciones comunitarias pueden contar con las capacidades de las personas mayores. La creciente población mundial de personas mayores desempeña un papel fundamental, por ejemplo, en el voluntariado, la transmisión de experiencias y conocimientos, la ayuda a sus familias en la prestación de cuidados y su participación cada vez mayor en la fuerza laboral remunerada. Las comunidades virtuales son una forma de organización como resultado del avance de la tecnología y el aumento de los intereses de las personas por comunicarse sincrónicamente, fundamentalmente, mediante la ruptura de barreras geográficas. Evidentemente, esto sucede como resultado de determinados elementos que aparecieron en la historia especialmente el desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). (Castañeda, M., 2005) Las comunidades virtuales se forman como resultado de los intereses de las personas pero con el uso de un medio valioso: la computadora y sus posibilidades de interconexión, tanto a Internet como a redes interconectadas en el interior de una organización. A pesar de existir diferencias marcadas entre los términos comunidades virtuales y comunidades virtuales de conocimiento, algunos autores no reflejan distinciones entre ambos y se refieren indistintamente a cada uno con un mismo significado. No obstante, estas diferencias deben considerarse a la hora de utilizar, tanto uno como otro término. Cuando se habla de comunidad virtual “se trata de otra modalidad de organización que, a partir de ciertos elementos comunes, encuentra a la computadora como su centro de reunión, sea simultáneo o por medio de un tablero de anuncio u otro medio.” Una comunidad virtual “pone en contacto a un número ilimitado de usuarios interesados en temáticas de preferencia, lo más precisas posibles”. (Besnassini, 2003) En estas definiciones, se enfatiza en que deben tratarse temas específicos de preferencia, pero no se alude al hecho de potenciar e intercambiar conocimientos entre profesionales, o profesionalmente lo que ofrece un amplio campo de aplicación práctica, a esta forma de organización es oportuna utilizar a favor del proceso de alfabetización gerontológica. Aun son insuficientes los esfuerzos que hasta hoy se realizan con la finalidad de ofrecer accesos a información a la comunidad sobre envejecimiento en general y en Psicogerontología en particular tanto en el ámbito académico o comunitario. Mucho más olvidados son los currículos incorporados de manera planificada para llevar la información de manera ordenada. Existe temor a los programas pues las nuevas tecnologías nos ofrecen muchas posibilidades de personalización en la satisfacción de necesidades de aprendizaje pero tenemos que lograr diseñar elementos generales para que puedan servir de base a la personalización y ampliación de la información y que este pueda favorecer a la formación de conocimientos que contribuyan a la toma de decisiones en lo individual, lo grupal o lo social (Triana, E., 2006) que tenga como consecuencia el desarrollo humano el cual, según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), contiene 2 aspectos básicos: la formación de capacidades humanas y el uso que la gente le dé a esas capacidades adquiridas. (PNUD, 2005) — 298 — El objetivo básico del desarrollo humano es la creación y el mantenimiento de un ambiente propicio para que las personas puedan desarrollar todo su potencial y tener oportunidades razonables para llevar una vida productiva y creativa, conforme a sus necesidades e intereses. Las capacidades más básicas para que el ser humano pueda desarrollarse son: tener una vida larga y saludable, disponer de educación y tener acceso a los recursos necesarios para disfrutar de un nivel de vida digno. Otras capacidades incluyen la participación en la vida comunitaria y en la política de la sociedad. El transcurso del último decenio ha estado marcado por una creciente integración global donde el desarrollo de la informática ha tenido un papel muy importante. Estudios en Cuba del Grupo de Psicoactivación Computacional a La Tercera Edad (PCTE) con participación del Movimiento de los Joven Club de Computación y Electrónica, el Centro para el Desarrollo de la Informática en Salud Pública e INFOMED han demostrado la efectividad y las posibilidades de uso no solo en población joven y adulta sino en adulta mayor de las TIC, sin dejar de mencionar el trabajo de las Cátedras Universitarias del Adulto Mayor que unido a Joven Club han incrementado la cultura informática y la educación gerontológica de manera significativa. De lo anterior y coincidiendo con estudios internacionales, puede reflejarse la importancia que se ha demostrado de la aplicación de las TIC en la formación de capacidades en el trabajo con los adultos mayores. (Viguera V., 2001)(Triana, E., 1999)(Reyes, T., 2002)(Riudor, X., 1994) Las herramientas a las que hace referencia este trabajo estimulan la creación de una comunidad virtual formando capacidades a favor de la Alfabetización Gerontológica la cual consideramos como el proceso educativo sistémico con temas de envejecimiento y vejez, el cual ofrece información que contribuye a potenciar el desarrollo personal y social de sus usuarios en la satisfacción de la necesidad de aprendizaje. No se puede dejar de considerar que este tipo de alfabetización es esencialmente consecuencia de la alfabetización, como proceso, donde la familia y la comunidad local tienen un papel fundamental en hacer de esta un recurso necesario y gozoso, no sólo en la infancia sino durante toda la vida. Además de acceder a la escuela, es importante tener acceso a actividades culturales y espacios de recreación, a una cancha deportiva, a una biblioteca, a un museo, a un centro informático, a periódicos y otros medios masivos de comunicación. Todo ello contribuye a estimular el aprecio por el desarrollo de una cultura de aprendizaje permanente. (Torres, R.M., 2006) No es realista y puede considerarse un abuso demagógico en el campo de la política esperar que la alfabetización en general o la alfabetización gerontológica en particular per se cambie la vida de las personas, incidiendo sobre el ingreso, el empleo o la pobreza. De hecho, en América Latina, hoy, haber completado la educación básica no hace diferencia o hace una diferencia menor. Sin embargo saber leer y escribir mejora la calidad de vida de las personas de muchas y muy profundas maneras, no necesariamente de naturaleza económica. La alfabetización mantiene vínculos estrechos con la dignidad humana, la autoestima, la libertad, la identidad, la autonomía, el pensamiento crítico, el conocimiento, la creatividad, la participación, el empoderamiento, la conciencia y la transformación social, todos ellos importantes satisfactores humanos, más allá de las condiciones materiales de vida. En sus testimonios, los alfabetizandos adultos y de la tercera edad se refieren a la lectura y la escritura como “una compañía”, “un arma para combatir la soledad”, “una — 299 — manera de viajar, sin viajar”. La sustitución de la huella digital por la escritura del propio nombre es el acto más importante de dignificación para una persona analfabeta, por lo general afectada por la vergüenza y la baja autoestima. (Torres, R.M., 2006) Cultivar la lectura y la escritura también repercute sobre la salud mental y psicológica de las personas. La investigación neuropsicológica indica que las personas que cultivan una mente activa y compleja durante toda su vida –incluyendo un vínculo sólido con la lectura y la escritura, diferente por ejemplo de la actividad pasiva de ver la televisión– envejecen bien y están menos expuestas a enfermedades como el Alzheimer y la demencia senil. (Manly, J., 1999) Cuba es libre de analfabetismo y la expansión de la escolaridad en los últimos treinta años en los países del Sur, en particular en América Latina y el Caribe, ha ampliado la población alfabetizada, especialmente entre las generaciones más jóvenes. Por otro lado, la acelerada expansión de las modernas TIC, sobre todo los teléfonos celulares, las computadoras y la Internet, a partir de la década de 1990, ha estimulado y diversificado la necesidad y la práctica de leer y escribir entre millones de niños, jóvenes y adultos. (Torres, R.M., 2004) (UNESCO, 2006)(PNUD, 2002) En el mundo actual, leer y escribir comprensivamente no es suficiente. Usar la lectura y la escritura de manera productiva en la vida diaria, para fines personales y sociales, tampoco es suficiente. El ingreso a la “Sociedad de la Información” (SI) exige, más que nunca, que niños, jóvenes y adultos aprendan a relacionarse con la información y el conocimiento de manera razonada y crítica, que aprendan a producir su propio conocimiento, a investigar, a identificar, evaluar, seleccionar y usar la información a la que estamos expuestos en los medios masivos, en la calle, o en la Internet. (Manly, J., 1999) La alfabetización ya no puede concebirse como un aprendizaje terminal sino apenas como una puerta de entrada, ya no puede verse como una etapa de aprendizaje sino como un proceso de aprendizaje que pasa por diferentes momentos y niveles y que se instala como aprendizaje permanente. (UNESCO, 2006) Por otro lado, entre la persona considerada analfabeta y la persona considerada alfabetizada existen múltiples grados de dominio y uso de la lectura y la escritura. Términos tales como “alfabetización básica”, “alfabetización inicial”, “analfabetismo funcional”, “neoalfabetizados” o “semialfabetizados”, “postalfabetización”, entre otros, expresan de alguna manera la necesidad de ir más allá de la dicotomía simplista analfabeto/alfabetizado y de reconocer los vínculos estrechos entre alfabetización y aprendizaje a lo largo de toda la vida donde la educación en temas de envejecimiento y particularmente en temas de Psicogerontología son de gran importancia en la preparación y enfrentamiento a esta fase del ciclo vital que llamamos vejez. Esta tarea esta relacionada con una realidad social, el envejecimiento de la población, que es un logro y reto social por las implicaciones sociales, económicas, sanitarias que trae consigo. Es por todo lo anteriormente planteado que se propone como Problema científico: ¿Qué importancia tiene el componente psicogerontológico en un sistema básico de alfabetización gerontológica apoyado por nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones para satisfacer las principales necesidades de aprendizaje de adultos y adultos mayores del consejo Sur? — 300 — Objetivo general Determinar la importancia del componente psicogerontológico en un sistema básico de alfabetización gerontológica apoyado por nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones para satisfacer las principales necesidades de aprendizaje de adultos y adultos mayores del consejo Sur. Objetivos específicos •Identificar principales necesidades de aprendizaje relacionados con el proceso de envejecimiento en especial en lo psicogerontológico. •Diseñar los componentes del modelo educativo orientado a la comunidad apoyado en nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones que satisfaga principales necesidades y motivaciones de los usuarios. •Evaluar importancia de lo psicogerontológico en el sistema básico de alfabetización gerontológica apoyado en nuevas tecnologías propuesto. Metodología Esta investigación es de tipo descriptiva con elementos de investigación acción participativa por la amplia participación comunitaria en el diagnóstico y la intervención, además todo problema educativo identificado se le ofreció respuesta en el momento de ser identificado. El universo estuvo constituido por 1254 adultos, 2075 adultos mayores y 17 lideres comunitarios del consejo popular sur del municipio Colón. Se aplicaron métodos cualitativos y cuantitativos del nivel empírico como se describe a continuación: La Escala Geriátrica de Evaluación Funcional (EGEF) (Anexo 1): Es un instrumento validado en el Centro Iberoamericano de la Tercera Edad con la finalidad de que el personal de atención primaria de salud pueda contar con un instrumento para valorar el estado funcional global del adulto mayor y complemente la evaluación periódica de salud. El instrumento contribuirá a identificar al anciano frágil, el de más alto riesgo, para el que tendrá que diseñar, en conjunto con los Equipos Multidisciplinarios de Atención Gerontológica (EMAG), un plan especial para su manejo. En todos los casos los grados de deterioro se evalúan con respecto a las Actividades de la Vida Diaria, estas son aquellas que el individuo debe hacer por sí solo para considerarse independiente. De forma clásica, estas se han dividido en Actividades Básicas (ABVD), siendo las más elementales: bañarse, vestirse, ir al baño, movilizarse, la continencia, alimentación; y las Actividades Instrumentadas (AIVD), como hablar por teléfono, movilizarse fuera del hogar, comprar, prepararse los alimentos, hacer tareas hogareñas o manuales, tomar medicinas y manejar su dinero. •Entrevistas en profundidad: Se realizaron para profundizar en conocimiento de la problemática y su solución. En la entrevista en profundidad el entrevistado desea obtener información sobre determinado problema y a partir de él establece una lista de temas, en relación con los que se focaliza la entrevista quedando esta a la libre discreción del entrevistador sin sujetarse a una estructura formalizada de antemano. Su preparación requiere cierta experiencia para saber aquello que desea ser conocido; focalizando progresivamente a cuestiones cada vez más precisas para lo cual se necesita muchas veces varias entrevistas para cumplir su objetivo de profundizar en el — 301 — conocimiento sobre la temática en estudio. El temario se realiza a partir de información anterior pero puede ser modificado en el desarrollo de la misma. (Rodríguez, G., 2002) •Análisis documental: Con la finalidad de valorar las necesidades de aprendizaje y los problemas más reflejados en la literatura. Para ello se revisaron las principales bases de datos y publicaciones relacionadas con la temática del adulto mayor. Análisis de contenido: Con la finalidad de valorar la organización de los contenidos. (Zapata M, 2005): En el estadio más evolucionado, el análisis de contenidos proporciona criterios de secuenciación que tienen en cuenta tanto la estructura interna de los contenidos de enseñanza como los procesos cognitivos que intervienen en el aprendizaje significativo. Teniendo en cuenta estas consideraciones, según la técnica de análisis de contenidos el proceso a seguir para secuenciar un conjunto de contenidos de enseñanza consta de tres pasos: 1. Descubrir y destacar los ejes vertebradores de los contenidos que deben enseñarse a los alumnos. 2. Descubrir y destacar los contenidos fundamentales y organizarlos en un esquema jerárquico y relacional. 3. Proceder a la secuenciación según los principios de la organización psicológica del conocimiento. Grupos focales: Puede definirse como una discusión cuidadosamente planificada, diseñada para obtener expectativas en un área definida de interés en un ambiente permisible. Se realiza aproximadamente con unas siete o diez personas y un intermediario preparado. La discusión es relajada, confortable y permite a los participantes expresar sus ideas y opiniones. En realidad, puede considerarse como una modalidad de la entrevista grupal. Proviene de las aplicaciones de la mercadotecnia a esta actividad no son más que modalidades de la entrevista grupal. Se fomentan grupo de discusión, con el objetivo de unificar criterios y posiciones de trabajo que permitan crear las premisas para la elaboración de la estrategia de intervención. Consulta a expertos basado en el método Delphi: Este método se utilizo en dos rondas de envío a favor de obtener más información sobre las necesidades y categorizar las más comunes. Respecto al método Delphi se debe describir más a profundidad pues a pesar de que se refiere con frecuencia su uso en la literatura como método cualitativo de estudio no es de amplio conocimiento. Es una técnica que permite llegar a opiniones de consenso en un grupo, sobre cierto asunto específico. Consiste en una serie de preguntas repetidas, por lo general utilizando encuestas o cuestionarios, sobre el tema que se investiga a personas que se considera que conocen el tema. En otras palabras, se supone que el grupo que participa en un proceso de esta naturaleza es experto en el tema. Esta técnica permite recoger y decantar el conocimiento del grupo de expertos sobre el tema que se ha escogido. Permite la formación de consenso en un grupo y es útil como herramienta exploratoria para el pronóstico tecnológico o sobre la educación (sobre el desarrollo de la tecnología, por ejemplo, cómo serán utilizados los computadores dentro de 30 años). Esta herramienta permite producir información confiable para la toma de decisiones. También es útil en la educación. Esta herramienta permite a los investigadores y a los estudiantes obtener una visión más detallada y profunda acerca de los supuestos (y de las opiniones que existen) sobre un problema específico. — 302 — Plan de Análisis de Datos La valoración cualitativa con categorización de resultados será la principal herramienta de análisis de datos, se aplicó el análisis porcentual en el caso de las formas de informarse y en los resultados del EGEF. Análisis de los Resultados Es importante aclarar que los objetivos se fueron desarrollando de manera paralela donde la identificación de necesidades, el modelo educativo y la evaluación se realizó de manera paralela, en la medida que se identificaban las necesidades se implementaban las soluciones realizándose evaluaciones en el proceso de este trabajo que garantizaron menor esfuerzo en la evaluación final. El análisis de los resultados se organizará según objetivos propuestos comenzando por las necesidades de aprendizaje de adultos y adultos mayores las cuales se identificaron esencialmente con tres criterios: - de lideres comunitarios y adultos mayores del consejo sur, - de expertos iberoamericanos y - resultados de la Escala Geriátrica de Evaluación funcional. Criterios de líderes comunitarios y adultos mayores del consejo sur: En los grupos focales con adultos mayores realizados en el consejo Sur se diagnosticaron las necesidades de aprendizaje donde fueron punto de comienzo a la valoración de necesidades de aprendizaje con un 100 por ciento de las necesidades del grupo satisfechas y solución con el apoyo intersectorial a lagunas necesidades que se presentaron y fueron material para la selección de los contenidos gran parte de los cuales se encuentran en la propuesta general que se presenta del modelo al final del análisis de este objetivo y donde la categorización ofreció como principales demandas educativas el como: • trabajar con adultos mayores, • acceder a más información sobre envejecimiento, • tener formación continuada en el proceso de envejecimiento y la vejez. En las entrevistas a profundidad con la presidenta del consejo popular y líderes formales e informales de la comunidad con el objetivo de conocer en que medida el envejecimiento poblacional es un problema en el área seleccionada donde se corroboraron las necesidades de aprendizaje donde se incluían los lideres unido al resto de los estudiados. Se formaron grupos focales con la participación de equipos básicos de salud, directora de policlínico, delegados, adultos mayores presidentes de los círculos de abuelos, Equipo multidisciplinario de atención Gerontológica del policlínico, y Equipo de trabajo del CEGER) donde en la categorización se muestra de manera reiterada: • tener formación continuada en el proceso de envejecimiento y la vejez. • actividades básicas e instrumentadas de la vida diaria especialmente • Trastornos de la memoria. • Alteraciones del estado emocional. Resultados de la Escala Geriátrica de evaluación funcional (EGEF). La aplicación de este instrumento fue útil pues se valoró la salud desde lo funcional de una muestra representativa del consejo sur donde se evaluaron sus dificultades funcionales, la prueba fue realizada por estudiantes de la Escuela de trabajadores socia— 303 — les donde se identificaron los problemas y se dio respuesta a nivel comunitario a las principales necesidades especialmente las relacionadas con los objetivos de este trabajo. Los resultados según población que participo en el estudio se muestra en el anexo No. 4 donde la muestra se constituyo con alto equilibrio en relación al sexo con un 50, 83 en el sexo femenino y más del 40 por ciento en el sexo masculino, esta población es una población mayormente joven centrándose entre los 60 y 69 años lo cual ofrece amplias posibilidades de intervención educativa a la familia y al adulto mayor. En el anexo No. 5 se muestran los datos de los resultados objetivos de la funcionalidad que tuvieron la doble función de contribuir a solucionar los problemas detectados como valor agregado y diagnosticar las necesidades educativas desde la objetividad de la funcionalidad de los adultos mayores de la población blanco. Se realizó una discusión de los resultados de la prueba con los que aplicaron la prueba y el equipo multidisciplinario del área donde los problemas en el ámbito educativo se centraron en: • Trastornos del sueño. • Trastornos de la memoria. • Estado emocional. • Funcionalidad global. Criterios de expertos iberoamericanos. Relacionado con las principales necesidades de información o de aprendizaje a satisfacer por población adulta y adulta mayor según criterio de expertos en la temática al terminar las rondas con la aplicación del método Delphi y posterior a categorizar se pudo constatar que además de las temáticas incorporadas a partir de la aplicación de los instrumentos consideraron importante incorporar contenidos de uso general como: • Jubilación • Cambios normales en la vejez Este es un importante aporte pues no solo se incorpora en el sistema las necesidades percibidas por los usuarios directos sino de expertos que pueden identificar necesidades no percibidas por los usuarios y que son de importancia en el proceso de convertir el envejecimiento en un proceso De todos los criterios emergió el esquema general de necesidades que se muestra a continuación: - Necesidades en lo psicogerontológico: Se reitera el interés por dos áreas lo afectivo con la depresión y el duelo y lo cognitivo con la demencia Alzheimer y los trastornos de la memoria en la vejez. - Necesidades en funcional: Se relacionan con actividades básicas e instrumentadas de la vida diaria especialmente - Necesidades en lo biomédico: La hipertensión arterial, a diabetes y la artritis se repiten como necesidad, se reitera los trastornos en lo renal. - Necesidades en lo social: En esta temática se identifico como tema actual la jubilación y sus consecuencias. Necesidades en lo general: Se reiteran necesidades orientadas a los criterios de cambios normales en la vejez, desarrollo personal y social en la vejez, la sexualidad, el presente y futuro demográfico. — 304 — Las necesidades de aprendizaje identificadas se comportan como un proceso en el que del aprendizaje emergen nuevas necesidades que se incorporan a la base documental o informativa y se actualizan los contenidos que se presentan para lo cual se ha creado un grupo de investigación estudiantil orientado por el equipo de trabajo integrado de AlfaGer y la comisión municipal de envejecimiento. A partir de los tres criterios de la pesquisa realizada y el análisis de contenido el modelo de trabajo básico de AlfaGer esta basado en los elementos que se muestran a continuación los cuales satisfacen las necesidades de aprendizaje y cumple con las exigencias de la formación elemental relacionada con el adulto mayor: • Envejecimiento normal y patológico • Funcionalidad • Jubilación • Hipertensión arterial • Caídas o inmovilidad • Demencia, especialmente la demencia Alzheimer. • Depresión Según la forma de presentar los contenidos el modelo ofreció una base documental que se comporta como se describe: - Lecturas fáciles (LF): Es información comúnmente presentada en forma de plegable de fácil lectura que haga una orientación rápida haciendo énfasis en lo preventivo y la manera de llegar a más información. Se desarrollan según criterios de la biblioteca médica de los Estados Unidos - Preguntas y respuestas: Este es un material más ampliado con posibilidades de llegar a las preguntas más frecuentes en la temática que se aborda. - Materiales ampliados: Son los materiales más ampliados, comúnmente se incorpora bibliografía y formas de ampliar a nivel más especializado, su diseño se orienta a promotores o a la formación de grupos de autoayuda y ayuda mutua. - Glosario: Términos más usados o que pueden encontrarse en otros documentos y pueden fomentar dudas en los usuarios de AlfaGer. Se presentan los materiales donde el usuario puede seleccionar desde donde comenzar o que necesita acorde a sus necesidades de información. El sitio web, en desarrollo permanente, culmino esta etapa como se muestra en el organigrama respondiendo al currículo básico diseñado El objetivo fundamental del modelo básico es el fomento de promotores donde estos tienen conocimientos que son capaces de compartir no solo por su complejidad temática sino por su diversidad para compartir con otras áreas del conocimiento. — 305 — Gráfico No. 5 Organigrama AlfaGer Mapa del sitio Estructura lógica y evaluación del sitio AlfaGer. El diseño de este sitio Web consistió en la implementación de un grupo de herramientas informáticas sin complejidad tecnológica con vistas a poder acceder de manera fácil desde el sitio de hospedaje en la Red INFOMED o desde una máquina sin acceso a la red. Fue desarrollado el sitio básicamente en HTML y con organización de contenidos sobre diversos aspectos del envejecimiento especialmente el currículo básico propuesto. Análisis por áreas del sitio AlfaGer Área de apoyo - Documentos importantes: Enlaces a documentos útiles. - Consultoría AlfaGer: Servicio para solicitar asesoría o consultoría vía INTERNET - Enlaces necesarios: Enlace a sitios relacionados con la temática. - Accesibilidad: Elementos básicos de accesibilidad, especialmente colocados para desarrolladores. Área de gestión - Programa básico de AlfaGer: Contenidos básico que se plantea debe poseer un adulto o adulto mayor - Boletín AlfaGer: Boletín de las principales acciones realizadas en el semestre por AlfaGer - Lista GERO-L: Lista de discusión a través de correo electrónica, estas han evolucionado hacia los fórum pero a partir del desigual desarrollo informático, especialmente en lo relacionado al tipo de conexión disponible, con frecuencia por MODEM, se decidió hacerlo de esta manera. — 306 — - Chat: Servicios de Comunicación y conversación en línea. Comúnmente llamado “chat”, este servicio permite a los usuarios sostener conversaciones en tiempo real, tanto públicas como privadas, con otros usuarios de la red. Área de información temática - Lecturas fáciles: Enlace que presenta principales lecturas fáciles como elemento básico en el modelo propuesto. - Libro de las respuestas: Se presentan las peguntas y respuestas más frecuentes por temáticas. - InfoGen: Servicio que muestra Información ampliada sobre temas de interés. - Glosario: Significado de los términos más usados en el sistema o de interés en las temáticas del envejecimiento y la vejez. La consulta a experto se realizó a 15 expertos consultados, en la cual se muestran los resultados siguientes según estructura por países: 6 de Cuba, 1 de Costa Rica, 2 de Colombia, 1 de Argentina, 2 de Puerto Rico, 3 de España, 4 de México, 1 de Guatemala. Estos expertos trabajaron en la valoración de todos los objetivos con vistas a que los contenidos y el producto informático tengan el mínimo de calidad y posibilidad de satisfacer el objetivo general de este trabajo. La profesión que predomino fue la de gerontólogo con 11 Gerontólogos y 4 Geriatras, en todos los casos las edades superaron los 35 años y con más de 11 años de experiencia la totalidad de los encuestados. Los expertos informáticos fueron 15 cubanos web máster, administradores de red o programadores con más de 5 años de experiencia. Los expertos realizaron una evaluación del modelo final con varias rondas de sugerencias hasta llegar al producto propuesto en este trabajo. La evaluación del sitio según parámetros establecidos se comporto como sigue: Entre 70 y 80 % lo cual clasifica como suficiente para publicarse, las insuficiencias superiores se ubicaron en: • Sistema de búsqueda. • Presencia de metadatos básicos. • Presencia de metadatos de formato Dublín Core • Tipo de formato de los documentos. sitio. Preocupación por el mantenimiento e inclusión de nuevos conocimientos en el Ya se trabaja en los aspectos más comprometidos en la calidad del sitio, pero lo más un aspecto muy importante fue la confiabilidad de la información y su actualización donde no existe ningún problema. Esta herramienta, especialmente la informática debe hacerse publica a mediados del próximo año pues se continua trabajando en los agentes inteligentes del sistema tecnológico y se incrementa la consulta con especialistas nacionales e iberoamericanos donde pueden colaborar todos los interesados. Se ha incluido en este estudio un estudio de las posibilidades de acceso de adultos mayores y adultos mayores de 40 años a esta herramienta el cual será motivo de una próxima valoración. — 307 — En el momento de escribir el informe de investigación ya se ha demostrado disposición de interesados en la temática que han ofrecido sus esfuerzos como promotores, entre estas acciones tenemos: • Inclusión de contenidos a los estudiantes de la Escuela de Trabajo Social de Colón. • Contenido psicogerontológico se perfecciona en tesis de Diploma de estudiantes de Psicología. • Se amplían contenidos en tesis de maestría de Longevidad satisfactoria y Didáctica de la Educación Superior. • Base documental y metodológica de programa radial. • Programa de curso electivo en ingles para estudiantes de medicina • Se valora su inclusión en los materiales a ofrecer en los GeroClub. • Propuesta para publicación de libro. Conclusiones • Se identificaron las principales necesidades de información y de aprendizaje sobre envejecimiento en particular lo psicogerontológico demostrándose la importancia de lo psicogerontológico en sus dos grandes ejes vertebradores: la vejez y el envejecimiento. • Se logra diseño de un modelo de alfabetización gerontológica básico que combine herramientas a favor de una mejor satisfacción de necesidades y motivaciones de los usuarios. • Queda diseñado y evaluado portal Web AlfaGer para la gestión de la información y el conocimiento a favor de incrementar las potencialidades en adultos y adulto mayores sobre envejecimiento y vejez en temas psicogerontológicos. • Se logro identificar las principales necesidades de aprendizaje, diseñar y evaluar sistema de educación sobre estas temáticas lo cual sustento el desarrollo del sistema de alfabetización gerontológica apoyado en nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones. Recomendaciones • Continuar en su siguiente fase la investigación, la extensión, de manera que permita dimensionar estadísticamente las variables de investigación con el fin de estudiar su comportamiento en la gestión del conocimiento de la comunidad, a través del control de los accesos de los usuarios. • Perfeccionar el uso de las herramientas implementadas orientadas a la Web semántica. Referencias bibliograficas y bibliografia Abad-Santos, F…et al. (2002): Tratamiento del deterioro cognitivo leve: utilidad de la citicolina. REV NEUROL, [en línea] España No. 35, Vol.7, p. 675-682. Disponible en: http://www.revneurol. com Alarcón de Quesada, R.: Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información. 10-12/12/03 American Psychological Association (2004): Facts about depression in older adults. [en línea] Disponible en: http://www.apa.org/ppo/issues/olderdepressfact.html [consultado en noviembre 2004]. — 308 — Benassini, C. (2003): De las comunidades sociales a las ¿comunidades? Virtuales [en línea]. Disponible en: http://www.comminit.com/la/lasc/sld-4423.html [Consultado: 14 de julio del 2004]. Carnero-Pardo, C. (2000): Educación, demencia y reserva cerebral. REV NEUROL, [en línea] España No. 31, Vol. 6, p. 584-592. Disponible en: [http://www.revneurol.com Acceso el 23 de octubre del 2004. Calero, MD, …et al. (2000): Estudio de validez del Mini-Examen Cognoscitivo de Lobo et al para la detección del deterioro cognitivo asociado a demencia. Neurología. Rev. Atención Primaria, España. No. 15, p.33742. Castañeda, M. (2005): Aspectos teórico-conceptuales sobre las redes y las comunidades virtuales de conocimiento. Acimed, Cuba No. 6, Vol. 13. Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/ vol13_5_05/aci01505.htm [Consultado: 11 de julio del 2006]. Cañedo, A.R., Ramos, RE, y Guerrero, JC. (2005): La Informática, la Computación y la Ciencia de la Información: una alianza para el desarrollo. Acimed, Cuba No. 5, Vol. 13, Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol13_5_05/aci07505.htm Comisión de las Comunidades Europeas. (2006): Iniciativa 2010 – primer informe anual sobre la sociedad de la información europea. Com., 215 final. Bruselas, (19.5.2006) David, E.B. y David C. (2005): Global demographic change: dimensions and economic significance Program on the Global Demography of Aging Harvard School of Public Health. April, EEUU. Disponible en: http://www.globalhealth.harvard.edu/WorkingPapers.aspx Di Mario, S.E. (2005): Proyecto Redes Informáticas y Productivas de la Universidad Nacional de Gral. San Martín. Buenos Aires, Argentina. Red para el Desarrollo de Adultos Mayores. Gómez, N., et al. (2003): Caracterización clínica de pacientes con deterioro cognitivo. Rev Cubana Med. La Habana, Cuba, No. 1, Vol. 42, p. 12-7 Herlitz, A., y Yonker, J.E., (2002): Sex differences in episodic memory: the influence of intelligence. J Clin Exp Neuropsychol EEUU, No. 24, Vol 1, p.107-14. Lee, R.D. (2003): The demographic transition: three centuries of fundamental change. Journal of Economic Perspectives, No. 17, p.167–190. Lobo, A, …et al. (2001): Revalidación y normalización del Mini-Examen Cognoscitivo (primera versión en castellano del Mini-Mental Status Examination) en la población general geriátrica. Comunicación presentada en II Congreso Virtual de Psiquiatría. Disponible en: www.interpsiquis.com Loewy, M. (2004): La vejez en las Américas. Revista Perspectivas de Salud de la Organización Panamericana de la Salud. No. 19, Vol. 9, Disponible en: http://www.paho.org/Spanish/DD/ PIN/Numero19_articulo02.htm MANLY, Jennifer J. et.al. (1999): Effect of literacy on neuropsychological test performance in nondemented, education-matched elders, in Journal of the International Neuropsychological Society, Cambridge University Press., No. 5, p. 191-202 Martinez A.J. (2007): e-learning y los 7 pecados capitales. Gestión del conocimiento. com. En: http://www.gestiondelconocimiento.com/leer.php?colaborador=javitomar&id=340 [Consultado: 12 de marzo del 2007]. Meyer, JS, et al. (2002): Is mild cognitive impairment prodromal for vascular dementia like Alzheimer’s disease? Stroke, EEUU, No.8, Vol. 33, p. 1981-5. MINSAP: Programa de Atención al Adulto Mayor. Sistema de salud Cubano. En: http://www.sld. cu/sistema_de_salud/metodologica/eadulto-mayor.html Mirta Roses Periago: Calidad de vida y longevidad: un nuevo reto para la salud pública en las Américas. Rev Panam Salud Publica/Pan Am J Public Health 17(5/6), 2005. En: http://www. scielosp.org/pdf/rpsp/v17n5-6/26266.pdf Naciones Unidas. (2002): Plan de acción de Madrid para el envejecimiento. Ginebra. — 309 — Naturaleza y características de las comunidades virtuales de aprendizaje (CVA): y de los grupos en red (GR). 2004. [en línea] Disponible en: http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/biblioteca/articulos/pdf/naturaleza.pdf [Consultado: 23 de diciembre del 2004]. Núñez, M. (2002): Criterios para la evaluación de la calidad de las fuentes de información sobre salud en Internet. Acimed, Cuba, No. 5, Vol. 10. Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/ vol10_5_02/aci05502.htm [Consultado: 7 de enero del 2006]. Orihuela, JL. (2002): (Internet: Nuevos paradigmas de la comunicación. Chasqui. Revista Latinoamericana de Comunicación No. 77, Disponible en: http://chasqui.comunica.org/ [Consultado: 5 de marzo del 2005]. Organización de Naciones Unidas. (2004): National accounts statistics: main aggregates and detailed tables, 2001. Nueva York, NY, EEUU, Organización de las Naciones Unidas. OMS. (2006): Colaboremos por la salud. Informe sobre la salud en el mundo.Impreso en Francia. ———— (2006): Pregunta al experto Preguntas y respuestas en línea. ¿Qué repercusiones tiene el envejecimiento mundial en la salud pública? Diponible en: http://www.who.int/features/ qa/42/es/index.html Pérez, Y. y Coutín, A. (2005): La gestión del conocimiento: un nuevo enfoque en la gestión empresarial. Acimed, Cuba, No 6, Vol. 13, Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol13_5_ 05/aci01505.htm [Consultado: 5 de marzo del 2005] PNUD. (2002): Capacidad para el desarrollo. Nuevas soluciones a viejos problemas. Editorial Earthscan Publicación Ltd.. ———— (2005): Informe sobre desarrollo humano. Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. EEUU, Disponible en: hdr.undp.org/reports/global/2005/espanol/ [Consultado: 23 de diciembre del 2005] Reyes, T., et al. (2002): Salud en la tercera edad y calidad de vida. GERIATRIANET.COM. [en línea] No. 1, Vol. 4, España [Consultado: 23 de diciembre del 2004] Disponible en: www.geriatrianet.com/numero6/privado6/geriatriaarticulo2002 Riudor, X. (1994): Las nuevas tecnologías y la Tercera Edad: el caso Seniornet, Rev. Esp Geriatr Gerontol No. 6, Vol. 24, p. 373-377. Robert, C, Núñez, S. y Motola, D. (2006): Evaluación de sitios Web en Internet: propuestas para la evaluación de sitios Web de bibliotecas públicas y de salud. Acimed, Cuba No. 4, Vol. 4. Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol14_3_06/aci01306.htm [Consultado: 23 de enero de 2007] Rodríguez, G., Gil, J. y García, E. (2002): Metodología de la investigación cualitativa. Impreso en POLIGRAF. Santiago de Cuba. Rodríguez, K. y Ronda, R. (2006): El Web como sistema de información. Acimed, Cuba, No.1, Vol. 14. [en línea] Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol14_1_06/aci08106.htm [Consultado: 23 de enero de 2007] Roses, M., (2005): Calidad de vida y longevidad: un nuevo reto para la salud pública en las Américas. Rev Panam Salud Publica/Pan Am J Public Health [en línea]. EEUU, No. 5-6, Vol. 17, Disponible en: http://www.scielosp.org/pdf/rpsp/v17n5-6/26266.pdf Rosselli, D., .. et al. (2000): El examen mental abreviado (Mini-Mental State Examination) como prueba de selección para el diagnóstico de demencia: estudio poblacional colombiano. REV NEUROL, [en línea] España, No.30, Vol. 5, p. 428-432. Disponible en: [http://www. revneurol.com/3005/i050428.pdf] Salas, Ramón. (2003): La identificación de necesidades de aprendizaje. Rev Cubana Educ Med Super;17(1):25-38 Suárez, R. y Pescetto, C., (2005): Sistemas de protección social para el adulto mayor en América Latina y el Caribe. Rev Panam Salud Publica/Pan Am J Public Health [en línea] EEUU No 5-6, Vol. 17 Disponible en: http://www.scielosp.org/pdf/rpsp/v17n5-6/26279.pdf — 310 — Tane, P. (2003): Social histories of old age and aging. Journal of Social History [en línea] Disponible en: http://www.findarticles.com/p/articles/mi_m2005/is_1_37 [Consultado: 15 de octubre de 2005] Torres, R.M. (2006): Alfabetización y aprendizaje a lo largo de toda la vida. Revista Interamericana de Educación de Adultos, No. 1, [en línea] Disponible en: http://www.oei.es/alfabetizacion/AprendizajePermanenteESP.pdf [Consultado: 23 de diciembre del 2006] TORRES, R.M. (2004): Lifelong Learning in the South. Stockholm: Sida Studies nº 11. http://www. fronesis.org/libreriarmt.htm [Consultado: 23 de diciembre del 2004] Torres, R.M. (2005): Luego de la alfabetización, ¿la post-alfabetizacion? problemas conceptuales y operativos. Publicación de la Asociación de Estados Iberoamericanos [en línea] Disponible en: http:// www.oei.es/alfabetizacion/Postalfabetizacion.pdf Triana, EA y Reyes, T. (1999): Informática y Adulto Mayor. En: Informática y envejecimiento. Retos de un nuevo milenio: Especial ed. En CD-ROM. La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Médicas. Triana, E.A. (2006): La informática como herramienta de desarrollo personal de las personas mayores. INTERPSIQUIS. [en línea] Cuba, Disponible en: http://www.psiquiatria.com/articulos/psicogeriatria/25045/ [Consultado: 23 de diciembre del 2006]. Triana E. y Reyes T. (2001): Tecnologías de la información y la comunicación en la prevención de la discapacidad del adulto mayor. ASHIED. Jornadas Iberoamericanas de Telecomunicaciones y Sociedad. Ciudad de La Habana, Cuba. 2001. Turegano, J. (2003): Instalación de un Servidor de Prácticas de Tecnologías de Internet. (01-072003) [en línea] Disponible en: https://www.linuxalbacete.org/articulos/ta/ta1.htm UNESCO (2006): Informe de Seguimiento de la Educación de Adultos en el Mundo “La alfabetización: Un factor vital”. París, Francia [en línea] Disponible en:http://portal.unesco.org/education/es/ev.php-URL_ID=43009&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html [Consultado: 23 de diciembre del 2006] United Nations (2003): World ageing situation 2000 Division for Social Policy and Development.. UNESCO. (2005): Towards Knowledge Societies. United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization. Paris. Vásquez, Sergio (2006): Diseño e implementación de proyectos de e-Learning: “Una visión pedagógica y organizacional”. España. (Consultor e Learning professor in the European School of Management). París. Viguera V y Trevisan A. (2001): Los Adultos Mayores y su relación con Internet. Trabajo presentado en la Mesa de Psicogerontología del II Congreso Virtual de Psiquiatría. 1 / 2 al 7 / 3 de 2001. Y publicado en la Revista Tiempo Nº 8 del 2001. www.psicomundo.com/tiempo [Consultado: 23 de diciembre del 2004] Wagenaar, D.B… et al. (2002): Late-life depression and mental health services in primary care. Journal of geriatric psychiatry and neurology, EEUU No. 3, Vol. 15, p. 134-40. Wolf-Klein, G.P., (1989): Screening for Alzheimer´s disease by clock drawing. Journal of American Geriatric Society, EEUU, Vol. 37, p. 730-34. Zamarrón, M.D. (2006): El bienestar subjetivo en la vejez. Madrid, Portal Mayores, Informes Portal Mayores, nº 52. Lecciones de Gerontología, II [Fecha de publicación: 09/06/2006]. Disponible en: http://www.imsersomayores.csic.es/documentos/documentos/zamarron-bienestar-01.pdf Zapata, M. (2005): Secuenciación de contenidos y objetos de aprendizaje. RED. Revista de Educación a Distancia, No. monográfico II. Disponible en: http://www.um.es/ead/red/M2/zapata47.pdf [Consultado: 9 de febrero de 2005] Zuñiga, E. (2004): Congreso Internacional El Reto del Envejecimiento. El proceso de envejecimiento demográfico: situación y perspectivas (17 de Junio, México) INAPAM, México. Secretaria General del Consejo Nacional de Población. Secretaría de Relaciones Exteriores. — 311 — Grupos Organizaciones y Participación de los AM Generatividad y motivaciones para el voluntariado en adultos mayores. Nicasio de Cordoba, Mercedes; Urrutia, Andrés Ignacio y Moisset de Espanés, Gastón Resumen Este trabajo constituye una reflexión teórica y una exploración empírica sobre las relaciones entre la generatividad y las motivaciones de los mayores para trabajar voluntariamente. La “generatividad” supone el interés y compromiso por el bienestar de los otros en general y de las futuras generaciones en particular. Existen, según, M. Dávila y F. Chacón (2003), “múltiples potenciales motivos” que llevan a las personas a ser voluntarios. 113 personas mayores completaron un cuestionario sobre voluntariado y dos instrumentos: la Escala de Generatividad de Loyola y el Inventario sobre Motivaciones del Voluntario de Clary. Se halló una vínculo positivo con la organización, altos niveles de satisfacción (89.4 %) y la intención de permanecer un tiempo prolongado (84.7%). Quienes puntuaron más alto en generatividad (M = 37.67) tienen mayor grado de conciencia de sus “impulsos internos” (t = 2.8; p =.006), de sus deseos de colaborar; y además ya han participado con anterioridad en otros programas de voluntariado, o actualmente lo hacen Nicasio de Cordoba, Mercedes. Lic. En Psicología. Universidad Nacional de Córdoba. Ex Docente Titular de la Cátedra Psicología Evolutiva del Adulto y la Senectud, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba. Magíster en Gerontología. Facultad de Medicina. Universidad Nacional de Córdoba. Actual docente del programa Famac (Formación de Adultos Mayores Córdoba) de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba, que se desarrolla en CEPRAM (Centro de Promoción del Adulto Mayor). Cursos: “Cambios evolutivos en la segunda mitad de la vida”; “Fantasmas de la vejez”. Centro de Promoción del Adulto Mayor (CEPRAM). Ciudad de Córdoba, República Argentina. Urrutia, Andres Ignacio. Lic. En Psicología. Universidad Nacional de Córdoba. Especialista en Psicogerontología. Actual director y docente del programa Famac (Formación de Adultos Mayores Córdoba) de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba, que se desarrolla en CEPRAM (Centro de Promoción del Adulto Mayor). [email protected] Centro de Promoción del Adulto Mayor (CEPRAM). Ciudad de Córdoba, República Argentina. Moisset de Espanés, Gastón. Lic. En Psicología Universidad Nacional de Córdoba. Actual docente del programa Famac (Formación de Adultos Mayores Córdoba) de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba, que se desarrolla en CEPRAM (Centro de Promoción del Adulto Mayor). Cursos relacionados al entrenamiento cognitivo (memoria, inteligencia fluida, atención) y sobre “generatividad en el desarrollo de la vida”. Actual becario de la Secretaria de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Córdoba. Maestría en Gerontología (Tesis en preparación). [email protected] — 312 — en más de un programa (χ2= 11.03; p =.001 y χ2 = 4.07; p =.045 respectivamente). Además los voluntarios con mayor trayectoria en tal rol tienen puntuaciones más altas en generatividad (M = 35.49) que quienes recién se inician (M = 31.98) (t = 2.62; p =.010); y que aquellos que lo hacen en una sola organización o programa (M = 32.95; t = 2.39; p =.019). Las motivaciones más frecuentes fueron: la adhesión a valores altruistas y los conocimientos y aprendizajes que el voluntariado posibilita. La mejora del curriculum y la defensa del Yo fueron nada o poco importantes. Palabras clave: Voluntariado de mayores, generatividad, motivaciones. Introducción El presente trabajo constituye una reflexión teórica y una aproximación empírica sobre las relaciones entre la generatividad y las motivaciones de los adultos mayores para ser voluntarios en una organización de la sociedad civil. Los distintos programas de voluntariado en los que participan los adultos y adultos mayores de la organización (atención telefónica a personas en crisis, apoyo escolar a niños, equipo de solidaridad con niños de una escuela especial, grupos de narración, animadores culturales, etc.) tienen en todos los casos el fin último de promover el desarrollo en los voluntarios en tanto actores de la tarea y en los destinatarios de los programas. Al reflexionar sobre qué moviliza a un adulto mayor a donar su tiempo, consideramos que puede ser de utilidad en primer término revisar el concepto acuñado por Eric Erikson (1971) respecto de la “generatividad”. El autor propone que la crisis propia de la adultez consiste en la resolución entre la polaridad generatividad vs. estancamiento. La resolución positiva de dicha crisis provee al yo de una virtud, una fortaleza para el desarrollo: la capacidad de cuidado (del self y de los otros). Si bien Erikson no desarrolló en profundidad el concepto de generatividad, ha constituido un terreno fértil para posteriores investigaciones. John Kotre (1984) define a la generatividad como el investimiento del self en formas de vida y de trabajo que le sobrevivirán. Este autor hace hincapié en el deseo interno de “inmortalidad simbólica” en el sentido de que a través de nuestros empeños generativos anhelamos dejar una marca, una huella de nuestro paso por la vida, dejar un mundo mejor que el que hemos recibido. Y junto a este deseo de expansión del yo en forma poderosa y autónoma, el autor menciona también la tendencia a cuidar aquello que ha sido generado. McAdams y col. (1998) desarrollan un modelo teórico sobre la generatividad que incluye las motivaciones internas mencionadas por Kotre y a ellas le añade las demandas externas, sociales, que le exigen a los adultos tomar responsabilidades ligadas al desarrollo de los otros. Así, los deseos internos combinados con las demandas externas generarían en los adultos un interés por el desarrollo personal y de los otros que se actualizaría en conductas ligadas a la promoción del bienestar, crecimiento y cuidado de sí y de los demás. El desarrollo de la generatividad estaría en estrecha relación con un desarrollo saludable. Shin An & Conney (2006) han reportado una correlación positiva entre la generatividad y el bienestar psicológico (r =.43). Si bien la tarea prototípicamente generativa es la paternidad, la generatividad estaría relacionada con otros roles sociales tales como la educación, la atención de la salud, la participación ciudadana y el trabajo voluntario. De hecho, en el instrumento — 313 — desarrollado por McAdams y col. (1998) para mensurar el interés generativo, se incluyen ítem relacionados con este punto (“me ofrezco voluntariamente a trabajar en obras de caridad”, “tengo la responsabilidad de mejorar la comunidad en que vivo”, “en mi vida he asumido compromisos con diferentes tipos de personas, grupos y actividades”, etc). Desde esta perspectiva teórica sería esperable hallar diferencias respecto al voluntariado entre las personas que expresan un mayor interés generativo y aquellas que lo hacen en menor medida. Paralelamente al interés generativo, nos interesa con mayor puntualidad describir los motivos específicos para que adultos y adultos mayores participen en voluntariados. M. Dávila y F. Chacón (2003) suponen la existencia de “múltiples potenciales motivos” (o factores) que puedan llegar a explicarlo. Se trata no sólo de una preocupación teórica sino también práctica, ya que sería de gran utilidad conocer más sobre las motivaciones para las más adecuada y eficiente gestión de los programas de voluntariado. Hemos indagado en las motivaciones de los voluntarios adultos y adultos mayores a fin de construir un perfil del grupo. Utilizamos, para alcanzar tal objetivo un instrumento desarrollado por Clary y col. (1998), que atiende a seis motivaciones principales: Valores altruistas: la motivación reside en poder, a través del voluntariado, expresar valores a los cuales adhiere la persona, relacionados con el interés humanitario y altruista hacia los otros (ejemplos de ítem: Siento empatía por la gente que está necesitada; Siento que es importante ayudar a otros, etc.) Conocimiento: el voluntariado es una oportunidad para aprender de nuevas experiencias o para ejercitar conocimientos y habilidades ya adquiridas (ejemplos de ítem: El voluntariado me permite obtener una nueva perspectiva de las cosas; El voluntariado me permite aprender cosas a través de la experiencia directa, etc.). Mejora del estado de ánimo: la motivación principal es el desarrollo del yo y supone refuerzos positivos al mismo (ejemplos de ítem: El voluntariado incrementa mi autoestima; El voluntariado me hace sentir necesario, etc.). Relaciones sociales: el voluntariado ofrece oportunidades de estar con amigos o implica una actividad vista favorablemente por otras personas significativas (ejemplos de los reactivos incluidos: Tengo amigos que son voluntarios; Otras personas cercanas a mí dan un alto valor al servicio a la comunidad, etc.). Defensa del yo: la motivación para ser voluntario está en relación a proteger al yo de aspectos negativos de sí mismo, reducir culpas inconscientes, delimitar los propios problemas personales. Algunos de los ítem son: Por muy mal que me sienta el voluntariado me ayuda a olvidarlo; Con el voluntariado me siento menos solo, etc. Mejora del currículum: la motivación para participar en el voluntariado guarda relación con los beneficios que podría acarrear. Para indagar esta fuente motivacional se utilizan, por ejemplo, las siguientes expresiones: El voluntariado puede facilitarme el encontrar un puesto de trabajo; Mediante el voluntariado puedo hacer nuevos contactos que podrían beneficiarme en mi carrera profesional o en mis negocios, etc. Objetivos Describir el nivel de satisfacción y la intención de permanencia en el rol de voluntario. Analizar la relación entre el interés generativo y distintos aspectos relacionados a la tarea voluntaria (conciencia de impulsos internos para ser voluntario, intensidad en la participación en voluntariados, trayectoria en la participación en voluntariados). — 314 — Determinar las motivaciones más frecuentes para el voluntariado en adultos y adultos mayores. Metodología Instrumentos Escala de Generatividad de Loyola: La Escala de Generatividad de Loyola fue construida por McAdams y St. Aubin, en el año 1992 en la Universidad de Loyola, Chicago (Hart, H. y col., 2001). El fin del cuestionario es mensurar el interés generativo a través de 20 (veinte) ítems. Posee una alta consistencia interna (alfa =.83), una validez test-retest moderadamente alta (r =.73 con un intervalo de tres semanas). Inventario de Funciones del Voluntariado: El Volunteer Functions Inventory de Clary et al. (1998), concretamente la adaptación de Dávila y Chacón (2003) al voluntariado español, consta de 30 ítems, y para responderlos se utiliza una escala de siete puntos que va de 1 (no importante) a 7 (extremadamente importante). Se estructura en 6 escalas que coinciden con la teorización funcionalista propuesta por el mencionado autor del inventario. Respecto a la confiabilidad de la escala, Clary et al. (1998) y Dávila y Chacón (2003) obtuvieron valores para cada una de las escalas que oscilaban entre 0.89 y 0.80, y entre 0.91 y 0.58, respectivamente. Cuestionario sobre voluntariado: Se confeccionó específicamente para esta investigación y aborda distintos aspectos del voluntariado (Datos personales, experiencia y trayectoria en voluntariado, satisfacción con la tarea, proyección a futuro, motivaciones entre otras). Participantes La población en estudio estuvo constituida por los adultos y adultos mayores participantes en programas de voluntariado del Centro de Promoción del Adulto Mayor (CEPRAM), organización no gubernamental de la Ciudad de Córdoba, República Argentina. La muestra estuvo constituida por 113 sujetos (70% de la población de voluntarios). En primer lugar hay que mencionar que el voluntariado de CEPRAM es fundamentalmente femenino (95.6% mujeres, 4.4% varones). Los voluntarios tienen entre 47 y 84 años siendo la media de 63.28 años (s = 7.63). Respecto al estado civil hallamos un 51.4% casados, 23, 8% viudos, 16, 2% separados y 8, 6% solteros. Se trata además de un grupo con elevado nivel de instrucción (60.6% estudios terciarios completos, 12.8% terciarios incompletos, 25.7% secundarios completos y sólo un 9% tiene estudios secundarios incompletos o menor). Casi un cuarto de los encuestados (24.8% de los voluntarios) desempeña actualmente tareas de voluntariado en otra organización (el 75.2% restante sólo lo hace en CEPRAM). Y del total de voluntarios, el 52.2% afirma ya haber realizado tareas de voluntariado en el pasado en otras organizaciones. En los programas de voluntariado de CEPRAM hallamos personas que se han incluido hace pocos meses y otras que llevan cinco años (M = 1.67 años, s = 1.36). Las horas semanales que le dedican al voluntariado oscilan entre dos y cinco, según los programas; pero también hallamos personas que participan en más de un voluntariado y por lo tanto las horas semanales pueden llegar hasta doce (M = 4.63 horas; s = 1.59). — 315 — Resultados Satisfacción y permanencia proyectada. A partir de los datos provistos por el cuestionario hallamos en nuestra muestra que el 89.4% de las expresiones escritas brindadas por los voluntarios indican satisfacción o mucha satisfacción con su rol (“me encanta todo lo que estamos aprendiendo”, “satisfacción total, felicidad de poder dar algo, sea lo que sea”, “plena, siento que mi vida cambió en algunos aspectos”, “ es una actividad que me llena el alma”, “...nunca me imaginé que me iba a gustar tanto...”). El 10.6% restante incluye a las personas que consideran que todavía no pueden determinar su satisfacción porque hace poco tiempo que están en el voluntariado, y también a las personas que afirman sentirse satisfechas “a medias”. El menor grado de satisfacción se asocia a un sentimiento de carencia (“veo que todavía me falta mucho entrenamiento para cumplir mejor el rol asignado. Tampoco estoy seguro de tener las cualidades apropiadas”). En relación con el alto porcentaje hallado de satisfacción en el rol de voluntario, encontramos que el 84.7% de las personas afirma que es bastante probable que continuará en el programa de voluntariado de la organización “siempre” o “hasta que le den las fuerzas y la salud” (el 4.5% afirma que es bastante probable que continúe entre un año y dos; 7.2% es bastante probable entre seis meses y un año; 3.6% es bastante probable que continúe durante los próximos seis meses). Se encuentran diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de mayor y menor satisfacción respecto a sus intenciones de tiempo de permanencia en el voluntariado (t = 3, 93 para α =.000). La intención de permanecer más tiempo conforme están más satisfechos corrobora las hipótesis de que existe una sólida relación entre la experiencia de emociones positivas en el voluntariado y la intención de permanecer en la organización. Tal como lo indican M. Vecina y F. Chacón (2005), uno de los principales problemas que tienen las organizaciones de voluntariado actualmente es la permanencia de sus voluntarios. Generatividad y rol de voluntario Encontramos con claridad dos grupos de respuestas respecto a cuál ha sido la percepción subjetiva sobre la motivación. En un grupo mayoritario (80.7%) la clave ha sido su respuesta ante una invitación externa (“me motivé a partir de la invitación...”, “la inquietud surge cuando me la propone la organización”...). Por otro parte, hallamos a los voluntarios (19.3%) que afirman haber experimentado “desde siempre” el impulso interno, el interés de participar, las ganas de colaborar en tareas voluntarias (“desde siempre, he tenido tendencia y conciencia de que debía ayudar a los demás seres humanos”, “siempre he querido ayudar y colaborar con los demás”). Se hallan diferencias estadísticamente significativas en el puntaje de la Escala de Generatividad de Loyola cuando comparamos ambos grupos (los voluntarios de la categoría “impulso interno” puntúan más alto en generatividad (M = 37.67) que los voluntarios de la categoría “respuesta” (M = 32.92); t = 2.8; α =.006). Hallamos también otras relaciones significativas; los voluntarios de la categoría “impulso interno” tienden, en mayor proporción que los voluntarios de la categoría “respuesta”, a haber sido voluntarios en años anteriores, o ser actualmente voluntarios en otra organización (χ = 11.03, gl = 1 para α =.001 y χ = 4.07, gl = 1 para α =.045 respectivamente). — 316 — También en dirección a analizar la intensidad con la cual las personas se desempeñan o han desempeñado en tareas voluntarias, encontramos relaciones significativas entre la generatividad y el voluntariado. El grupo de personas que ha sido voluntario en el pasado tiene puntuaciones generativas más altas (M = 35.49) que el grupo que se inicia por primera vez en voluntariado (M = 31.98) (t = 2.62 para α =.010); también hallamos que las personas que son voluntarias simultáneamente en más de una organización, en promedio presentan puntuaciones generativas más altas (M = 36.76) que las personas que sólo desarrollan voluntariado en una (M = 32.95) (t = 2.39 para α =.019). Todos estos datos, complejos en apariencia, nos estarían indicando que hay una relación entre la generatividad y el voluntariado. Las personas más generativas es probable que tengan un mayor grado de conciencia de sus “impulsos internos”, de sus deseos de colaborar en tareas de voluntariado; con mayor probabilidad ya han participado en el pasado en programas de voluntariado o participan actualmente en más de una organización. Motivaciones para el voluntariado. Respecto a las motivaciones para el voluntariado, en la Tabla 1 se encuentran los estadísticos descriptivos para cada uno de los factores motivacionales y en el gráfico No. 1 se encuentran agrupados los valores obtenidos por el grupo de voluntarios en un continuo de “1” (nada o poco importante) hasta “6” (muy o extremadamente importante). Tabla 1. Estadísticos descriptivos de cada uno de los factores motivacionales o sub-escalas del Inventario de Clary. Motivación N Puntaje mínimo Valores Altruistas 107 107 13, 00 7, 00 Puntaje máximo 35, 00 35, 00 107 5, 00 107 6, 00 107 107 Conocimiento y Aprendizaje Estado de Ánimo Relaciones Sociales Defensa del Yo Mejora del Currículum 26, 19 25, 43 Desviación típica 5, 63 5, 97 35, 00 19, 99 6, 40 34, 00 17, 93 6, 80 5, 00 32, 00 13, 84 5, 43 5, 00 27, 00 8, 23 4, 36 Media Gráfico No. 1. Distribución del porcentaje para cada una de las motivaciones según puntajes de la prueba. — 317 — Como se puede apreciar a partir de la tabla y el gráfico, las motivaciones de mayor importancia de los voluntarios adultos y adultos mayores son aquellas ligadas a la adhesión a valores altruistas que el voluntariado les permite expresar y canalizar, y los conocimientos y aprendizajes que el voluntariado posibilita. También se observa que la mayoría de los voluntarios presenta como nada o poco importante las motivaciones ligadas a la mejora del currículum. La misma tendencia, aunque no tan marcada, encontramos en las motivaciones ligadas a la Defensa del Yo. Respecto a las motivaciones vinculadas con el estado de ánimo y las relaciones sociales, hallamos en el grupo una distribución más simétrica, en tanto algunos lo puntuaron como muy importante y para otros, estos motivos son insignificantes. Conclusiones Los datos hallados en el estudio confirman la relación ya conocida entre el nivel de satisfacción con la tarea de voluntario y la intención de permanecer en forma prolongada en la misma. Respecto a la generatividad hallamos que es un factor que correlaciona con la intensidad con que las personas se dedican a las tareas de voluntariado: las personas más generativas es probable que hayan participado desde edades más tempranas y que lo hagan en la actualidad en más de una organización. Asimismo, las personas más generativas presentarían un mayor grado de conciencia de sus impulsos internos (impulso generativo) que habitan en todas las personas y movilizan al encuentro enriquecedor y cuidadoso del otro. En las personas menos generativas creemos que no es que tal impulso no exista sino que se ha mantenido latente y una llamada o invitación desde el exterior es lo que ha permitido su expresión y actualización en la tarea voluntaria. Observamos también que las motivaciones para el voluntariado más frecuentes en los adultos y adultos mayores han sido las de adhesión a valores altruistas (cuidado de los otros) y los conocimientos y aprendizajes (expansión del self), precisamente las dos tendencias de la generatividad. Nada o poco importantes son las motivaciones ligadas a la mejora del currículo y la defensa del yo. Bibliografía Clary, E.C., y col. (1998): Understanding and assessing the motivations of volunteers: a functional approach. Journal of personality and social psychology, 74(6), 1516-1530. Dávila de León, M.C. y Chacón Fuertes, F. (2003): Adaptación del inventario de funciones del voluntariado a una muestra española. Encuentros en Psicología Social, 1 (2), 22-26. Erikson, E. (1971): Identidad, Juventud y Crisis. Ed. Paidos, Bs. As. Hart, H., McAdams, D., Hirsch. B., Bauer, J. (2001): Generativity and Social Involvement among African Americans and White Adults. Journal of Research in Personality, Number 35, 208-230. Kotre, John. (1984): Outliving the self. W.W. Norton & Companie. New York. McAdams, D., Hart, H., Maruna, S. (1998): The Anatomy of Generativity. En McAdams & De St. Aubin (Comp). Generativity and Adult Development. A.P.A. Shin An, J. & Conney, T. (2006): Psycholgical well-being in mid to late life: The role of generativity development and parent-child relationships across the lifespan. International Journal of Behavioral development. Vol. 30 (5), 410-421. Vecina, M. & Chacón, F. (2005): Positive emotions in Volunteerism. The Spanish Journal of Psychology, 8 (1), 30-35. — 318 — Grupos Organizaciones y Participación de los AM Asistencia técnica familiar y grupal para la tercera edad de la ciudad de Neuquén. Andrea Lungo, Cecilia Beitía, Romina Álvarez Resumen Se presenta la experiencia desarrollada en dos años de trabajo brindando Asistencia Técnica Supervisada a Grupos de la Tercera Edad de la ciudad de Neuquén. La experiencia es actualmente (Año 2007) financiada por la Universidad Nacional del Comahue, mediante el concurso de Proyectos de Extensión Universitaria. La actividad descripta incluye la tarea realizada con Grupos de Tercera Edad, se trata de grupos barriales promovidos por la Dirección de Adultos Mayores de la Subsecretaría de Acción Social de la Municipalidad de Neuquén. Existen en la zona un total aproximado de 30 grupos actualmente en actividad que convocan a más de 400 adultos mayores. De este total, se ha intervenido hasta el momento sobre 10 de ellos, implementando técnicas grupales referidas básicamente a intervenciones desde la función de facilitación, manteniendo una frecuencia de 8 encuentros semanales, lo que permitió un relevamiento y el logro de una base de datos significativa que sustenta el trabajo que aquí se presenta. El objetivo principal de este trabajo consiste en brindar asistencia técnica a los diferentes grupos de Adultos Mayores, a efectos de promover la identificación de obstácu- Universidad Nacional del Comahue. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Licenciatura en Servicio Social. Neuquén Capital. Provincia de Neuquén. Rep. Argentina. [email protected] Universidad Nacional del Comahue. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Licenciatura en Servicio Social. Neuquén Capital. Provincia de Neuquén. Rep. Argentina. María Cecilia Beitía. Licenciada en Servicio Social; Especialista en Planificación y Gestión Social con mención en Trabajo Social, recientemente culminó la entrega para corrección final de su Tesis de Maestría en Planificación y Gestión Social. Docente titular de la Universidad Nacional del Comahue, en la Carrera de Licenciatura en Servicio Social desde el año 1998 en el área grupal y familiar. Actualmente dirige el proyecto de extensión universitaria “Asistencia Técnica Familiar y Grupal para la Tercera Edad de la Ciudad de Neuquen”, aprobado y avalado por la Universidad Nacional del Comahue, teniendo a su cargo un grupo de estudiantes y graduados. Presentó trabajos acerca de la temática mencionada en Congresos Argentinos e internacionales de Geriatría y Gerontología. Ha escrito varios artículos en diarios locales. [email protected] Universidad Nacional del Comahue. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Licenciatura en Servicio Social. Neuquén Capital. Provincia de Neuquén. Rep. Argentina. [email protected] Alumnos Colaboradoras: Julieta Katkoff, Griselda Schschner, Gladis Mella, Reser Carolina, Lujan Avit y Pamela Campos. — 319 — los y núcleos problemáticos en cada grupo con el fin de implementar acciones concretas que permitan la elaboración de soluciones alternativas a los problemas identificados. Palabras clave: grupo – tercera edad – comunicación – decisión - integración Introducción Los destinatarios de las actividades del proyecto son adultos mayores solos o agrupados, de los Barrios de la ciudad de Neuquén; la mayoría de ellos bajo algún programa de asistencia de la Dirección de Adultos Mayores dependiente de la Municipalidad de Neuquén. Los Grupos están conformados por personas que oscilan entre los 60 y los 90 años, se trata de grupos heterogéneos, conformados de acuerdo a la pertenencia a un Barrio de esta Ciudad. En este momento funcionan en la ciudad de Neuquén, bajo la asistencia de la Dirección de Adultos Mayores de la Municipalidad de Neuquén, aproximadamente treinta y siete grupos de adultos mayores incluidos dentro del Programa de la mencionada Dirección. En su mayoría se trata de personas con necesidades básicas insatisfechas y que dependen de sus jubilaciones y pensiones para el sustento diario. Diagnóstico de la Situación Caracterización de la Situación Socio – Económica de la Población en Estudio En particular se atenderá a los sectores más desamparados, a los ancianos con ingresos económicos insuficientes, sin contención familiar y con necesidades básicas insatisfechas. Todo esto agravado por las condiciones de deterioro psicofísicas propias de la edad, en su mayoría con alto déficit alimentario y en situaciones de riesgo abandono y soledad. La especificidad de la demanda esta vinculada a la situación que viven actualmente muchos de los grupos de Tercera Edad que se encuentran atravesando situaciones de crisis que genera un estancamiento (definida por ellos como grave) con relación al cumplimiento de sus objetivos, y que por encontrarse involucrados en la situación y carecer de saberes teóricos en el tema, requieren de apoyo técnico externo. Objetivos Objetivo General Brindar asistencia técnica familiar y grupal a personas solas o agrupadas pertenecientes a grupos de Tercera Edad de la Ciudad de Neuquén. Objetivos Específicos 1. Seleccionar conjuntamente con la Dirección de Tercera Edad de la Municipalidad de Neuquén, los grupos en los cuales se realizará la experiencia de intervención. 2. Promover la identificación de obstáculos y núcleos problemáticos actuales por los que los grupos atraviesan. — 320 — 3. Facilitar el surgimiento y elaboración de soluciones alternativas a los problemas identificados. 4. Promover la planificación e implementación de las acciones correctoras seleccionadas conjuntamente con los beneficiarios. 5. Evaluación de cada proyecto en particular y de la experiencia en general Lineamientos Metodológicos de Trabajo En la mayoría de los grupos el trabajo consistió en la planificación de cada reunión previo a cada encuentro, ofreciendo actividades o técnicas grupales realizadas a partir del juego. Dichas técnicas están tendientes a fomentar la reflexión, a revisar y trabajar objetivos grupales, a ayudar al grupo a tomar conciencia de su situación, a aceptar al otro, a estimular aptitudes y habilidades de cada uno de los miembros del grupo, a distribuir responsabilidades, a fomentar y fortalecer la autonomía y la creatividad. • Propiciar la participación de los miembros reales y potenciales de los grupos en cuestión. • Favorecer el abordaje de la tarea elegida por el grupo, mediante la modalidad de taller. • Realizar lecturas y señalamientos que permitan la superación de obstáculos para el abordaje de la tarea. • Orientar para el análisis de conflictos intragrupales y toma de decisión respecto de los mismos. • Revalorizar la ancianidad como una etapa más del ciclo vital, ofreciendo un trabajo de contención familiar. Desarrollo de la Experiencia Nos interesa para este Congreso resaltar la incidencia positiva que encontramos en la inclusión de adultos mayores en grupos de pares, como una fuente significativa en el mejoramiento de la calidad de vida, fundamentalmente en tanto construcción de una red social y a partir de allí favorecer la definición del rol social del anciano por los propios actores. En términos generales la demanda realizada por los grupos de Tercera Edad, presenta cierta homogeneidad. Los grupos se encuentran con una clara sensación de soledad, desarticulación en la tarea cotidiana, por cuanto se trata de asistirlos grupalmente en aquellas situaciones conflictivas relacionadas con: la organización grupal, el aprendizaje de diferentes formas de comunicación, y el asesoramiento a través del juego para fomentar la cooperación y la participación grupal. Evaluación Parcial de la Experiencia Algunas expresiones de los miembros de los grupos a) En los inicios de los encuentros decían: “vine bien, a escuchar para aprender” “vine bien, esperando la charla” “espero para recibirlas, para ver que vamos a aprender de nuevo’ “vine a ver de que se trata” — 321 — b) Luego de implementar las técnicas las frases mas escuchadas son: “aprendimos que nos falta decisión” “estamos en camino” “salió una parte de los que queríamos” “pareciera que necesitábamos que vengan otros y nos empujen a trabajar” “la técnica del rompecabezas sirvió para aprender, para organizarse” “la pieza del rompecabezas ausente, es como lo que nos falta en el grupo” “nos dimos cuenta que falta mas unión” “fue un trabajo compartido” “estoy con expectativas para el próximo encuentro” “me voy con una buena impresión, sentí que hubo aprendizaje” “nos sirvió para pasar un rato divertido” “nos sirve para agilizar la mente” “al principio costo pero después nos animamos” “trabajar sin la mesa en el medio y en ronda nos sirvió para estar mas juntas” “es como volver a la niñez” “con los juegos aprendemos a comunicarnos” c) En las evaluaciones parciales o finales de cada experiencia dicen: “aprendimos a organizar cumpleaños” “aprendimos a comunicarnos mas” “aprendimos a organizar cosas nuevas, que no las habíamos pensado antes” “estamos mas unidas” “pasamos momentos lindos” “nos organizamos y presentamos los papeles para la obtención de la personería jurídica” “estamos mas unidos” “aprendimos a trabajar en conjunto” “antes hacia el trabajo uno solo ahora trabajamos en grupo” Referencias Bibliográficas Belart Ascensión; Ferrer Maria. (1998): “El Ciclo de la Vida. Una visión sistémica de la familia”. Editorial Bilbao. Cordero Liliana; Cabanallis Silvia. (2003): “Trabajo Social con Adultos Mayores”. Buenos Aires. Editorial Espacio. Giverti, Eva (2004): “La Familia a pesar de todo”. Buenos Aires 2005. Editorial. Noveduc. Moran Piña Marcelo: “Gerontologia Social Aplicada”. Buenos Aires. Espacio Editorial. Muchinik, Eva (2006): “Envejecer en el Siglo XXI”. Buenos Aires. Lugar Editorial. Quiroga, Ana de. (1999): “Enfoques y Perspectivas en psicología social”. Buenos Aires. Ediciones Cinco. Salgado Sánchez Carmen Delia (2000): “Gerontologia Social”. Buenos Aires. Editorial Espacio. Torrado, Susana (2004): “La Herencia del Ajuste. Cambios en la Sociedad y la Familia”. Buenos Aires. Capital Intelectual. Vargas, Laura (1997): “Técnicas participativas para la educación popular”. Buenos Aires Tomo I. 6º Edición. Editorial Lumen. Vargas Vargas, Laura (1997): “Técnicas participativas para la educación popular”. Buenos Aires Tomo II. 6º Edición. Editorial Lumen. Zolotow, David Mario. (2002): “Los devenires de la ancianidad”. Buenos Aires. Editorial Lumen. — 322 — Grupos Organizaciones y Participación de los AM Andares de una intervención universitaria Andina, Mariela; Bruno Leonor; Ferreira Karen; Kalafatis Laura Resumen El presente trabajo apunta a describir y problematizar el proceso de intervención en grupos de adultos mayores desde el Servicio de Psicología de la Vejez durante el año 2006, siendo éste el único ámbito de la facultad de intervención en temas relacionados con la vejez. Los grupos de reflexión son dispositivos artificiales de intervención donde se plantean lógicas particulares en las que se ponen en juego las diferentes subjetividades de los integrantes. Servicio Psicología de la Vejez. Facultad de Psicología. Universidad de la República. Uruguay. Mariela Andina Castro Licenciada en Psicología. Acompañante Terapéutico especializado en niños. Auxiliar de enfermería. Especialista IV Estadística de Administración Superior. Coordinación de grupos de escolares en Escuela 277, inserta en Programa de Maestros Comunitarios. Atención individual y grupal de adolescentes con situaciones de violencia intrafamiliar en Centro “El Faro”. Pasantía universitaria. Coordinación de grupos de tercera edad en Servicio de Psicología de la Vejez. [email protected] Servicio Psicología de la Vejez. Facultad de Psicología. Universidad de la República. Uruguay. Elizabeth Leonor Bruno Arias. Cursando Quinto Ciclo de Psicología en Facultad de Psicología de la Universidad de la República. Pasantía en el Servicio de Psicología de la Vejez, en el Programa: Intervenciones con Grupos y Organizaciones de Adultos Mayores. Curso de Metodología de la Investigación. Facultad de Psicología. Universidad de la República. Tecnicatura en Recursos Humanos. Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM). [email protected] Servicio Psicología de la Vejez. Facultad de Psicología. Universidad de la República. Uruguay. Karen Ferreira Delgado. Estudiante de 5° Ciclo de la Licenciatura en Psicología de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República.Técnica en Administración, egresada de la Escuela de Administración, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de la República. Pasantía en el Servicio de Psicología de la Vejez, en el Programa Intervenciones con Grupos y Organizaciones de Adultos Mayores, año 2006. Pasantía en el Servicio de Atención Psicológica a Niños y Adolescentes en Consultorios en Anexo Mercedes, de la Facultad de Psicología, cursando en 2007 Curso de Formación Docente para Capacitadores Empresariales (Asociación de Capacitadotes Argentina). [email protected] Servicio Psicología de la Vejez. Facultad de Psicología. Universidad de la República. Uruguay. Laura Kalafatis. Licenciada en Psicología. Egresada UdelaR, abril 2007. Tercer año aprobado. Facultad de Medicina, UdelaR. Curso de Voluntariado Social, ACJ. Recreadora. Proyecto “Escuelas Publicas Horario Completo”. Convenio ACJ / CODICEN. Pasante 4to ciclo en Facultad de Psicología en el Servicio “Unidad Operativa docente asistencial de especialización en el campo de la Consulta Psicológica”. Participación en la Investigación en Cambio Psíquico en pacientes psicoticos asistidos en psicoterapia psicoanalítica. Pasante 5to ciclo en Facultad de Psicología en el Servicio de Psicología de la Vejez, en el Programa Intervenciones con Grupos y Organizaciones de Adultos Mayores, año 2006. Especialización en Análisis Bioenergético Reichiano. En Taller de Estudios y Análisis Bioenergéticos (Teab). Psicoterapeuta Infantil y de Adolescentes. Médica Uruguaya. Desde Agosto 2007. Diagnóstico Neuropsicológico. Clínica Neurocentro, desde Mayo 2007. [email protected] — 323 — A partir de éstos se generan producciones de sentidos que van delineando enunciados que confluyen en los emergentes que afloran en cada encuentro, conformando dos modelos: uno basado en el concepto de “viejismo”, acuñado por Butler y otro producto de esos emergentes y que desde la coordinación de la intervención denominamos “juventismo”. Desde allí el propósito es exponer cómo se articulan estos dos modelos al momento de ponerse en marcha el dispositivo y la dinámica de funcionamiento tan particular que se genera, creando así, desde esta “segunda mirada” de la intervención un campo de problematizaciones. Palabras clave: Grupo de reflexión - Intervención - Viejismo - juventismo. Introducción El grupo de reflexión es un dispositivo artificial de intervención dónde se despliega el aprendizaje, con una actitud abstinente de la coordinación, centrándose la tarea en la elucidación de las significaciones sociales. (Bonano, 2001) Este dispositivo fue uno de los ejes de la intervención del 2006 en el Programa de Grupos y Organizaciones del Servicio de Psicología de la Vejez. En este trabajo hacemos una aproximación conceptual a un modelo que se perfila desde los emergentes grupales al que denominamos “juventismo”, considerado a partir del concepto de “viejismo” de Buttler. Objetivos del trabajo Analizar el encuentro/ confrontación que se provoca en los grupos de reflexión entre por lo menos dos grandes modelos Viejismo- juventismo. Realizar aproximación conceptual del modelo de “juventismo”. Dilucidar la producción de sentidos y significados de los grupos de reflexión en diferentes dimensiones. Metodología empleada Métodos cualitativos basados en: Aplicación de la técnica de grupo de reflexión, técnicas de análisis de contenido de los registros de las intervenciones en los grupos en cuestión, elucidación a través de los trabajos escritos fruto de la experiencia de coordinación de los grupos de reflexión, resignificación resultante del espacio de supervisión grupal que permitió la confrontación y colectivización de las experiencias habilitando el análisis. Discusión Krassoievitch en 1993 define la edad social como la que refiere a los roles sociales de un individuo en relación a las expectativas que tiene su entorno social para con los miembros de su grupo etario. En 1973 Butler introduce el concepto de ageism, traducido por Salvarezza (1988) como viejismo, este término define el conjunto de prejuicios, estereotipos y discriminaciones que se aplican a los viejos en función de su edad. — 324 — Reflexionando a partir de nuestra experiencia en el trabajo de campo, observamos que cuando los grupos implicados en la intervención se ven a sí mismos desde el modelo del viejismo, la producción queda entrampada en la reproducción de este modelo para “ver y aprehender”, cayendo en la generalización homogeinizante que impide la apreciación de la diversidad, operando como proceso de pensamiento obturante. Es así que detectamos como emergente de los grupos al momento de hablar- pensar a los jóvenes un modelo que nosotros visualizamos y enunciamos como “juventismo”. La tarea de transformación de estos enunciados categóricos (en el sentido kantiano) en campo de problemáticas, replanteándose la validez de lo ya estructurado o establecido, quebrando y analizando el proceso de conocimiento es el objetivo del grupo de reflexión como dispositivo de intervención. La naturalización de estos conceptos constituyéndolos como verdades, cristalizan el proceso de pensamiento y lo condenan a la repetición, la autonomía en el pensamiento se genera provocando fisuras que permitan el análisis de los procesos de construcción de los modelos. Dice Castoriadis que la construcción de modelos lleva implícita en su creación una “búsqueda de identidades”, un intento de respuesta hacia el interrogante básico de quienes somos cómo grupo y quienes somos en relación a los otros grupos que conforman el colectivo del que nos sentimos parte. La función de las significaciones imaginarias es proporcionar una respuesta que defina la “identidad” de una sociedad, su articulación, definiciones que permiten ordenar lo que de otro modo sería un caos indiferenciado. (Castoriadis, C, 1983) Siguiendo la línea propuesta por Castoriadis, dónde éste afirma que el imaginario no es “imagen de…” no existe a partir de la imagen en el espejo o de la mirada del otro, es la imagen, es el espejo, es el otro y su mirada. Podemos plantear que el grupo de “viejos” se refleja en el grupo de “jóvenes” creando para su comprensión modelos, constructos socio- históricos de “viejismo” y “juventismo” que son a la vez reflejo y reflejado, sujeto y objeto, mirada y espejo, en la búsqueda de respuestas para construcciones identitarias. Castoriadis define como elucidación al trabajo por el cual los hombres intentan pensar lo que hacen y saber lo que piensan, siendo también esto una creación socialhistórica, ya que este hacer y este representar- decir se instituyen también históricamente como hacer- pensante o pensamiento que se hace. Es promover este trabajo, el objetivo de los grupos de reflexión propuestos por la Pasantía del Servicio de Psicología de la Vejez., oficiando a su vez la supervisión grupal, como grupo de reflexión, provocando un trabajo de elucidación en lo que podríamos denominar “mirada de segundo orden”, o mirada sobre la mirada. Así se producirá un efecto semejante al fenómeno fractal1, en el sentido que a partir de un grupo de reflexión o una línea de análisis en esos grupos, abrirá otros campos de reflexión y análisis. En este espacio pudimos pensar sobre la acción viendo cómo se daba la confrontación de los modelos en cada grupo, provocada por el contacto entre un grupo de viejos y los coordinadores jóvenes, los movimientos, parálisis, flujos y cristalizaciones, repeticiones, creaciones que surgían de esta interacción y choque de paradigmas de interpretación. Ubicados en un devenir de espacio tiempo compartido: el presente, pero desde un pasado que planteaba una historización diferente. Pierre Bourdieu (1997: 25), expresa: “…la posición ocupada en el espacio social, es decir en la estructura de la distribución de las diferentes especies de ca- — 325 — pital…ordena las representaciones de este espacio y las tomas de posición en las luchas para conservarlo o transformarlo”. En la intervención es posible ver este fenómeno, donde no sólo se definen los lugares de coordinador y grupo, sino los de dos paradigmas que habitan la sociedad posmoderna: “viejismo” y “juventismo”. Horacio C. Foladori (2001: 58), parafraseando a Pichón-Riviére expresa que “los “contenidos emergentes” son manifiestos o “explícitos” que aluden a las “situaciones básicas o universales implícitas”(…) el emergente es un mensaje a ser decodificado en términos de los universales”. Entre los universales definidos por Pichón-Riviére se encuentran: los miedos básicos (miedo a la pérdida de la estrucutura conseguida y miedo al ataque en la nueva situación), el miedo al cambio y la resistencia al cambio. Emerge, producto de los grupos de reflexión, un modelo de cómo son los jóvenes para el grupo en cuestión, este conjunto de prejuicios que permiten clasificar para pensar a un grupo por su edad se hace muchas veces en contraposición. Cuando en el grupo se plantea cómo son los jóvenes lo hace contraponiéndolo a la idea que tienen los viejos actuales de cómo eran ellos de jóvenes. La problematización de estos temas en la reflexión grupal incentivada desde la coordinación abre fisuras que habilitan el pensamiento crítico sobre los fenómenos de idealización, generalización y negación. A medida que se van desarrollando los diálogos, surgen contradicciones, y es potenciando el análisis de estas contradicciones que se busca abrir visibilidades en un proceso de homogeinización que encubre la diversidad, y que debe ser analizado como producto del proceso del pensar y no como verdades acerca del objeto de análisis. Podemos vislumbrar que lo que traen los participantes a la reflexión grupal es un modelo de juventismo que más que hablar de los jóvenes actuales habla de los fantasmas y resignificaciones de su propia juventud, proyectando contenidos escindidos que se vuelven persecutorios. La organización de la defensa maníaca tiene por objetivo impedir la experiencia de los sentimientos de miedo a la pérdida, duelo, nostalgia y culpa. La relación maníaca con los objetos se caracteriza por una tríada de sentimientos: control, triunfo y desprecio. Segal, H. (1986). Serían los emergentes universales (en el sentido pichoniano) y las ideologías, los que actuarían en los grupos, que en un intento de preservarse tratan de desvalorizar a su “aparente oponente” y fallan. El traer estos mecanismos y contenidos inconscientes al plano manifiesto provoca una apertura al plano crítico habilitando la reflexión. Reflexiones finales La práctica universitaria expuesta en este trabajo, creemos confirma el valor académico y social de los grupos de reflexión como dispositivo de intervención a la hora de trabajar con adultos mayores. Estas “microexperiencias” promovidas desde el ámbito universitario nos permiten pensar y problematizar el lugar del adulto mayor en la sociedad uruguaya actual. Una mirada retrospectiva al proceso académico desarrollado nos permite ponernos en otro lugar y poder así visualizar esos dos modelos que, creemos, denuncian un proceso de pensamiento promotor de la construcción de identidades. — 326 — Las fisuras generadas en la producción de subjetividad por el dispositivo coadyuvan a la deconstrucción del proceso de envejecimiento y al corrimiento de los lugares asignados. La elucidación de los modelos para pensar-pensarse favorece la probabilidad de la construcción de una vejez deseada, pasible de ser habitada. Es así que nuestro propósito es que a partir de este trabajo se generen aperturas para problematizar este complejo tema. Bibliografía Bourdieu, Pierre (1997): Razones Prácticas: sobre la teoría a la acción. Editorial Anagrama. Barcelona. Castoriadis, C. (1989): en Colombo E. El imaginario social. Coedición de Tupac- ediciones, Buenos Aires y Editorial Nordan- Comunidad, Montevideo. Foladori, Horacio C. (2001): El Grupo Operativo Deformación. Universidad Bolivariana. Santiago. Krassoievitch, M. (1993): Psicoterapia Geriátrica. Colección de psicología, psiquiatría y psicoanálisis. México. Salvareza, Leopoldo (1988): Psicogeriatría. Teoría y clínica. Buenos Aires. Paidós. Segal, H.: Introducción a la obra de Melanie Klein. Ediciones Paidós. 1986. Internet Teoría de Fractales exraído de: www. fractovia.org Bonano, Osvaldo: Del grupo reflexivo a los procesos de subjetivación. Julio, 2001. Buenos Aires. Extraído de: http:/www.campogrupal.com/reflexivo.html. Fuentes Registros del Programa: Intervenciones con Grupos y Organizaciones del año 2006. Trabajos finales pasantía 2006: Andina, M: “Una piel habitada.” Bruno, L.: “Encuentros en un grupo de Adultos Mayores: una mirada desde el viejismo.” Ferreira, K.: “Lazos de amor e historia: abuelos y nietos.” Kalafatis, L.: “Grupo de reflexión crítica como espacio promotor de resiliencia. Una propuesta de intervención grupal.” Anexo Aquí transcribimos algunas de las frases que, surgiendo de la producción grupal, nos permitieron inferir el modelo de juventismo: “Las mujeres ahora, son distintas, antes éramos más aguantadora, ahora largan todo rápido, cuando yo entro a la cocina me pongo el delantal y me ensucio, hago la masa, la golpeo…” “Antes las muchachas quedaban embarazadas por ignorancia. Pero, ahora, ¿Por qué?” “Ahora las gurisas van a parir como si fueran a ir al baño…” “Antes se tenían más hijos, era otra época, ahora no se integra el grupo familiar, andan siempre con amigos…” “Antes aguantábamos más mi marido era muy machista, si yo salía tenía que estar en casa antes de que él regresara…” (Muchas ríen asintiendo) — 327 — “Ahora las chiquilinas tienen relaciones sexuales a los ocho días de salir.” “Ahora dicen: ‘mamá me voy’ y vuelven al otro día” “Sí, pero ahora se van un poco al extremo, ¿vieron como las embarazadas muestran las panzas? ¡qué asco! “Ahora la sociedad es consumista, cambian vida por cosas” “El trato de los jóvenes con los viejos se ha hecho difícil” “La juventud y las personas mayores congeniamos cada vez menos…antes tenían respeto por los mayores” “Todo cambia, no sé si será porque los años pasan. Lo jóvenes ya no saludan”. “No es por ofenderlas a ustedes, jóvenes, nosotros nos alimentábamos diferente. No tienen tiempo, compran cosas hechas, no cocinan”. “No sé si llamar evolución o involución en las diferentes etapas de la vida. Yo cuando era joven no pensaba que a esta edad iba a ir a excursiones.” “Las mujeres de ahora no se ensucian en la cocina” “Si, ahora se besan y más, en la esquina, muestran todo, yo vi en el parque como una muchacha estaba sentada arriba de un muchacho y abría un condón con la boca, y era de tarde!” (Comentan una noticia) “No te dejan razonar, y en lo que no estoy de acuerdo es en eso. Por ejemplo: Tienda Inglesa, comer y tragar, tanto te lo dicen…para nosotros no, pero para ustedes sí, que los atomizan” “Los jóvenes se integran que es una maravilla”. “A mí me gusta la juventud, son más amplios” “Yo pienso que a nosotros nos cuesta más acercarnos”. “Yo lo que lamento es de no haber sido joven más tarde, eso de agarrarle la mano al novio…” “Exponemos lo que nos hace daño a cada uno, pero ¿qué cara le ponemos a los muchachos jóvenes que llevan la caravana y se dan besos? Los criticamos. Entonces los chiquilines nos empujan y nos expulsan”. “La belleza en los jóvenes”. — 328 — Grupos Organizaciones y Participación de los AM Redes organizacionales como estrategia de desarrollo social en los adultos mayores Wilma Ferreira y Stella Larrosa Resumen Introducción: Quienes deben asumir un protagonismo para el alcance de una vejez bajo condiciones de calidad, es la población AM organizada. Las organizaciones de Maldonado y Rocha comienzan un proceso de generación de redes organizacionales, a partir del año 1999. En el 2005 se activa la Red del Este, con 44 organizaciones. Objetivos: Contribuir a la construcción de un sujeto participativo, activo, protagonista, apuntando a modificar la lógica de la tutela a una de derechos, desarrollando la capacidad de análisis y generando activos que le permitan su inclusión, con una actitud proactiva destacando la investigación y generando estrategias de intervención con relación a ella. Metodología: Se promueve que las organizaciones alcancen el abordaje comunitario que permita la contextualización de los AM como ciudadanos/as activos de una sociedad, buscando los espacios para la reinserción social (educativo, cultural, laboral, intergeneracional), utilizando los recursos comunitarios existentes e instancias formativas de la RED. Resultados. Autogestión de la RED; Capacitación organizacional y talleres laborales- productivos, autogestionados; Programa de Relaciones Intergeneracionales; Creación de centros, diurnos y estadía transitoria; Investigación participativa permanente sobre necesidades de los AM. Conclusiones. La RED del ESTE se enriquece en la diversidad de organizaciones representadas, en la heterogeneidad de experiencias y visiones, que pueden poten- Banco de Previsión Social. BPS, Maldonado y Rocha-Uruguay. Wilma Ferreira. Licenciada en Trabajo Social egresada de la UCUDAL. Año1986. Se desempeñó como Trabajadora Social en el INAC (1987-1994) Paralelamente se ha desempeñado en Consejo de Educación Secundaria y ONGs trabajando en Niñez, Adolescencia, Familia y Desarrollo Local. Ingresa al BPS en el año 1995 donde se desempeña hasta la actualidad, trabajando en el Área de la Salud y en Prestaciones Sociales en los Programas de Fortalecimiento a la Sociedad Civil Organizada en las áreas de adultos mayores y discapacidad y Programa de Capacitación. Cuenta con cursos de capacitación y especialización en las áreas de Familia, Desarrollo local, Adultos Mayores y Educación. [email protected] Banco de Previsión Social. BPS, Maldonado y Rocha-Uruguay. Stella Larrosa. Licenciada en Trabajo Social, egresa de la UDELAR. Año. 1983. Se desempeñó como Trabajadora Social en el Consejo de Educación Primaria, 1983–1985. CODICEN 1986 - 1997.- En BPS- Area de la Salud (1995) y en Prestaciones Sociales (2002), en los Programas de Fortalecimiento a la Sociedad Civil Organizada en las áreas de adultos mayores y discapacidad y Programa de Capacitación. Cuenta con cursos de capacitación y especialización en las áreas de Infancia, Adolescencia, Familia. Educación, Discapacidad y Adultos Mayores. [email protected] — 329 — ciar el trabajo en redes y obtener respuestas adecuadas, a problemas transversales de todo el colectivo. La capacitación se convirtió en una herramienta de trabajo permanente para optimizar sus niveles de gestión. Introducción Generando Redes los AM mejoran su calidad de vida Tanto en Uruguay como en el contexto global, la tendencia demográfica apunta al envejecimiento. Bajo esta realidad se torna imprescindible que tanto la sociedad civil en general y los gobiernos en particular, reflexionen y actúen en torno a la calidad y dignidad de vida que tendrán los adultos mayores. Dentro de este desafío, quienes deben asumir un protagonismo para el alcance de una vejez bajo condiciones de calidad, es la propia población adulta mayor y especialmente los adultos mayores organizados. La explicación de las redes como expresión de los nuevos arreglos organizacionales surgidos en la actualidad, indica el agotamiento de la capacidad de integración de las instituciones tradicionalmente representativas, de la eficacia de las organizaciones burocráticas y del modelo de planificación centralizado. Es así, que las organizaciones de Maldonado y Rocha comienzan un proceso de generación de redes organizacionales, a partir del año 1999 y en el año 2005 se activa la “Red del Este”, conformada por 44 organizaciones de ambos departamentos. El proceso de constitución de la Red del Este, se efectúa a partir del crecimiento y desarrollo que han tenido ambas redes departamentales y a la necesidad de poder instrumentar acciones en beneficio de los adultos mayores de ambos departamentos. El Banco de Previsión Social, a través de su equipo técnico, ha asesorado y capacitado a estas redes en su proceso de formación y consolidación. En el año 2005 luego de realizarse un diagnóstico situacional de las redes, se evaluó como necesario generar mayores espacios de capacitación, tomándose ésta como la herramienta fundamental de intervención. Objetivos Objetivo General: •Contribuir a la construcción de un nuevo sujeto participativo, un sujeto activo, protagonista, apuntando a modificar la lógica de la tutela a una lógica de derechos, desarrollando la capacidad de análisis de las diferentes situaciones y generando activos que le permitan su inclusión, con una actitud proactiva destacando la importancia de la investigación y generando estrategias de intervención con relación a ellas. Objetivos Específicos: •Potenciar el trabajo en redes para que los individuos, grupos y comunidades accedan a la inserción social, y la inclusión ciudadana, tomándolo como herramienta fundamental en el trabajo territorial. • Desarrollo de proyectos y servicios que contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida de los adultos mayores de ambos departamentos y de la región Este del país. •Capacitación permanente para propiciar espacios de reflexión y análisis sobre objetivos, integración, participación y funcionamiento de las REDES, mediante la difu- — 330 — sión del conocimiento de cada una de las organizaciones y el aporte de profesionales de Prestaciones Sociales del Banco de Previsión Social. •Acciones de promoción para la incorporación activa y participativa a la RED DEL ESTE, de todas las Organizaciones de Adultos Mayores de los departamentos involucrados. (Hogares, Clubes de Adultos Mayores, Asociaciones de Jubilados y Pensionistas, UNI3, Centros Diurnos y otras) •Fortalecimiento del nivel de funcionamiento, autogestión y organización de las instituciones de adultos mayores involucradas. •Promoción de actividades y servicios para los Adultos Mayores de ambos departamentos. •Desarrollar el trabajo intergeneracional, como herramienta para la concientización e inclusión social de los adultos mayores. •Sensibilización y difusión en relación al tema del envejecimiento y el adulto mayor. •Promover el empoderamiento de este grupo etario en la comunidad, mediante actividades de difusión, sensibilización y conquista de espacios de participación activa. Metodología Nuestra estrategia metodológica se basa en la participación activa de los adultos mayores en el proyecto, con un enfoque de género. Visualizamos a la vejez con una mirada integral, superando la idea de adultos mayores como pasivos y dependientes, entendiendo a esta etapa como el resultado de una construcción histórica y de un proceso social. Desde un enfoque de Ciclo de Vida, considerando a los adultos mayores como seres humanos iguales, con necesidades y subjetividades específicas, determinadas por su edad. Desde un nuevo paradigma en el que: - Se promueva el desarrollo integral y la participación del adulto mayor. - Se tenga en cuenta la diversidad de conductas y la heterogeneidad de los adultos mayores. - Apostar al desarrollo positivo mientras se reducen los factores de riesgo (aquellos que inciden en la vulnerabilidad del adulto mayor). Se procura una retro alimentación continua de la propuesta con insumos provenientes de la interrelación entre los técnicos y los dirigentes AM y, entre estos y los otros actores sociales; de sus experiencias, de sus saberes, sus sentires, su creatividad, apuntando a un pronto, efectivo y eficaz posicionamiento en la sociedad. Se fomenta la capacidad de resiliencia del ser humano, de reaccionar y recuperarse ante adversidades y confusiones en la etapa etárea en que se encuentran, que implica un cuantum de cualidades que promueven un proceso de adaptación exitosa y transformación a pesar de los riesgos y la adversidad. Redescubriendo esa zona “ luminosa” del ser humano (al decir de Eduardo Galeano en el Libro de Los Abrazos.1989) desde sus fortalezas, asumiendo la potencialidad de cada individuo, para desarrollarse a pesar de las circunstancias adversas. La metodología tiene un abordaje socioeducativo, de investigación-acción a través de un diagnóstico preliminar, mediante el análisis de fortalezas y debilidades, planificándose acciones a desarrollar, las que son evaluadas en forma sistemática. — 331 — Promoviendo factores protectores, como la creatividad y el humor, fomentando la autovaloración, resaltando aquellos aspectos positivos del adulto mayor, estos factores considerados como mitigadores de los factores de riesgo; fortalecimiento de las redes sociales con actividades en el ámbito individual, familiar, organizacional y comunitario. Desde lo grupal, mediante talleres y jornadas se busca la integración, promover la reflexión sobre derechos, responsabilidades, valores de reconocimiento del otro; que puedan recuperar y/o mejorar su historia personal, organizacional, en relación al resto de las organizaciones y a la comunidad. Los trabajos en talleres buscan fomentar el redescubrimiento de la capacidad, elevar la autoestima, la participación y el fortalecimiento organizacional. Tienen un enfoque promocional-educativo y apuntan a que los adultos mayores alcancen e incorporen, estilos de enfrentamiento efectivos a las adversidades. Se promueve que las organizaciones incorporen el abordaje comunitario que permita la contextualización de los adultos mayores como ciudadanos/as activos de una sociedad, buscando los espacios de reinserción comunitaria-social (educativo formal-no formal, cultural, laboral), utilizando los recursos existentes y las instancias formativas ofrecidas por el proyecto (talleres de capacitación y actividades productivas). Realizando un diagnóstico de situación se destacaron las variables FODA, donde se pudieron visualizar las necesidades reales para la capacitación y determinar la metodología a emplear. Cabe destacar que este diagnóstico fue elaborado por ambas REDES (Maldonado - Rocha) en las Organizaciones que la integran, centralizando la información el equipo responsable del programa; quien a partir de la misma, conjuntamente con los profesionales actuantes, elaboraron las propuestas de capacitación para dar respuesta a las necesidades detectadas. Esta capacitación tuvo dos niveles de abordaje: Interno Organizacional y RedesTerritorial. 1. Interno Organizacional. Tomando a la organización como un sistema con todos sus componentes y dinámica interna: misión, visión, políticas institucionales, administración del servicio y recursos, se elaboró un proyecto de capacitación con indicadores y evaluaciones para cada una de ellas, de manera de poder realizar medidas correctivas y retroalimentar el trabajo en RED. 2. Redes y Territorial. La capacitación de las organizaciones y su interacción con el medio a nivel local, permite proyectar acciones de impacto a nivel territorial, fortaleciendo la organización y su inserción al medio y a la heterogeneidad. Se incorporan herramientas que les permiten ser agentes multiplicadores y potenciar un trabajo en redes organizacionales, locales, departamentales y regionales. La metodología a utilizar se definió de acuerdo a la temática abordada, teniendo en cuenta que la misma fuera participativa, promoviendo la construcción de conocimientos por parte de las REDES y la interacción que permita la socialización de contenidos. Se proyectó que la misma fuera regular, permitiendo la incorporación de los conocimientos para una mejor gestión en REDES y Territorial. Con el fortalecimiento organizacional se promueve, la proyección a futuro de los adultos mayores, un proyecto de vida donde el trabajo, la educación, la formación, la comunicación y la alegría, puedan ser considerados como medio de sustento y progreso social. Otro aspecto a destacar desde el punto de vista metodológico es el intercambio y cooperación con las distintas organizaciones sociales, que atienden la misma población, optimizando el trabajo en redes. — 332 — Resultados Se adoptó una metodología de Investigación - Acción, a través de un diagnóstico preliminar, mediante el análisis de fortalezas y debilidades, planificándose acciones a desarrollar, las que son evaluadas en forma sistemática. Adquisición de nuevos “saberes” y capacitación para la gestión, siendo multiplicadores en el colectivo organizacional y social. Altos niveles de integración, desarrollo y autogestión de la RED y de las Organizaciones que la integran. Sensibilización de la población, que se observa a través de la conquista de nuevos espacios de participación y toma de decisiones. Desarrollo de un proyecto productivo mediante la creación de una Cooperativa Artesanal con adolescentes de INAU. Capacitación laboral y talleres productivos, autogestionados. Avances en instrumentación de proyectos de creación de refugios, centros diurnos y centros de estadía transitoria, para adultos mayores, en todas las localidades de los departamentos. Obtención de recursos en apoyo a los Hogares que integran la Red, mediante la articulación de Organizaciones publicas y privadas en actividades de sensibilización, difusión, planificación y ejecución. Ejecución del Programa de Relaciones Intergeneracionales, para la concientización de otros grupos etarios sobre la temática de los adultos mayores. Actividad sistemática desarrollada a nivel ínter organizacional: escuelas, liceos, Centros de INAU y organizaciones sociales. Logros en servicios para los adultos mayores en situación de vulnerabilidad: lentillas, boleto gratuito, coordinaciones con MSP, banco de prótesis y medicamentos. Investigación permanente sobre necesidades de los adultos mayores –con participación activa de éstos- para articular acciones a partir de las mismas. Programas de Turismo para Tercera Edad y creación de Centros Vacacionales por convenio. Las organizaciones de adultos mayores han logrado mejorar su gestión así como su integración a la comunidad, favoreciendo su imagen, adquiriendo un rol cada vez más activo y protagónico en relación a sus derechos como ciudadanos y a la conquista de mejores niveles de vida. Conclusiones Las redes sociales han permitido generar relaciones de colaboración, poner en común recursos, desarrollar actividades en beneficio de los participantes, ampliar y estrechar vínculos, crear sentido de pertenencia, socializar conocimientos, experiencias y saberes, reconstruir la confianza social, y establecer relaciones de intercambio y reciprocidad entre las organizaciones conformantes. Por otra parte han permitido obtener reconocimiento, espacios, recursos y beneficios. Unieron esfuerzos para crear un nivel de representación significativa y reconocido, teniendo elementos críticos para tener una interlocución válida con los organismos de poder. Uno de los activos de la RED del ESTE, está en la riqueza de la diversidad de organizaciones representadas, en la heterogeneidad de experiencias y visiones que pueden potenciar el trabajo en redes. — 333 — Si bien muchas veces tienen visiones y experiencias disímiles, existen temas y problemas transversales a todos los adultos mayores. Es mediante un trabajo conjunto, como logran obtener las respuestas adecuadas.Resultó necesario realizar un Programa que permitiera ordenar la capacitación para la RED del ESTE, de manera que se convirtiera en una herramienta de trabajo permanente para optimizar sus niveles de gestión. La mejor forma de reflejar lo acontecido en las Jornadas de Capacitación es trasmitiendo la experiencia, impresiones y opiniones de los delegados de las organizaciones, quienes rescataron y valoraron su activa participación en el desarrollo y resultados de las mismas. Consideran que no fueron meros receptores de información y contenidos, sino constructores y protagonistas en todo el proceso. Esto representa un logro en sí mismo, ya que refleja una actitud proactiva del Adulto Mayor, dando cuenta de la claridad de los dirigentes respecto a sus temas y el de sus organizaciones. Confluye en la necesidad de unir esfuerzos, para dar respuestas a las debilidades y demandas que como sector social los afecta. Podemos afirmar que en las Jornadas, los dirigentes construyeron un material teórico basado en su práctica, mediante un proceso reflexivo y proactivo, identificándose como grupo etario (Adulto Mayor) y como dirigentes de sus organizaciones, proponiendo caminos mediante un trabajo en REDES, para ver materializadas sus demandas, exigencias, y dando así satisfacción a sus necesidades. La consolidación y el fortalecimiento de las REDES, representan un paso fundamental, dirigido a cambiar la mirada sobre el fenómeno de la vejez, tanto en un sentido social como cultural, ya que significa un esfuerzo tendiente a posicionar al Adulto Mayor, como un actor social activo en el entramado social y en las políticas públicas que les competen. Alineándose la RED DEL ESTE a este concepto, es que va transitando el camino de empoderamiento de las Organizaciones que la integran, contribuyendo al mejoramiento de la calidad de vida de los Adultos Mayores. La continuidad de proyección del Trabajo de la RED DEL ESTE, se presenta como un espacio de coordinación potencial y a su vez como un desafío, en donde, la heterogeneidad de las Organizaciones representadas, debe ser por sobretodo respetada, ya que la Organización en RED debe cimentarse bajo los principios de horizontalidad y autonomía de las partes. El logro de un trabajo en conjunto y coordinado, depende de la capacidad de complementar la particularidad y diversidad bajo intereses y necesidades comunes, en donde debe quedar abierto el espacio a la integración de nuevos miembros, que aporten y refuercen los horizontes a alcanzar fijados por la RED. Bibliografía Amorrortu, G. (1997): “La resiliencia en acción”, trabajo presentado en el Seminario Internacional sobre Aplicación del Concepto de Resiliencia en Proyectos Sociales. Arias, C.(2001): Red de apoyo social y bienestar psicológico en las personas de edad. Tesis magíster en psicología social. Universidad de Mar del Plata. Atria, R.(2002): Capital social: concepto dimensiones y estrategias para su desarrollo. Barros Lezaeta, C. (2002): Relaciones e intercambios familiares del adulto mayor. Castells, M. (1999): La sociedad en red. Globalización e instituciones políticas en la nueva época de la información. Ponencia presentada en Seminario sobre “Sociedad y reforma do Estado Brasil. Sao Paulo, 1998. CEPAL (2001, 2002): Panorama social de América Latina -. — 334 — Dabas, E. (1998): Red de Redes. Las prácticas de la intervención en redes sociales. Editorial Paidos. Dabas, E. y Najmanovich, D. (1995): Redes sociales: El lenguaje de los vínculos. Hacia la reconstrucción y el fortalecimiento de la sociedad civil. Bs. As. Editorial Paidós. Fassio, A. (2002): Redes entre la exclusión y la inclusión, Organizaciones de Personas de Edad en la ciudad de Buenos Aires. Revista Perspectivas de Trabajo Social N°12. Sgo. de Chile. Informe sobre envejecimiento y desarrollo. Pobreza, Independencia y las personas mayores en el mundo. HAI (Help Age Internacional). Freud, S. (1976): El malestar en la cultura, O. C. Universidad Nacional de Lanús, Fundación Van Leer, 1997. Ham-Chande R. y otros. (2002): Calidad de Vida y redes de apoyo social en las personas en edades avanzadas. Krassoievitch, M. (1998): Redes sociales y Vejez. Loiola, E. y Moura S. (1996): Análisis de redes. “Una contribución a los estados organizacionales.” Río de Janeiro: Getúlio Vargas. Lomnitz, L. (1994): Redes sociales Cultura y Poder: ensayos de antropología latinoamericana México. Editorial Miguel Ángel Porrúa. Lynn Hoffman, A. (2002): Psicoanálisis, vulnerabilidad somática y resiliencia”, en Internet, página en Resiliencia, 2002. Mandel, M. (1997): La Gerencia Intergubernamental en Redes Interorganizacionales. Una perspectiva Revisada. Redes Sociales e Internacionales en la Construcción del estado y su permeabilidad”. Melillo. (2002): “Sobre la necesidad de especificar un nuevo pilar de la resiliencia”, en “Resiliencia y subjetividad - Los ciclos de la vida” (en prensa). Melillo, A.; Soriano, R.; Méndez, A. y Pinto, P.: “Salud comunitaria, salud mental y resiliencia”, en “Resiliencia y subjetividad - Los ciclos de la vida”. Mendaura, J.Monfanell, A. (1992): Técnicas Grupales y Aprendizaje Afectivo.- “Hacia un cambio de Actitudes”.Editorial Humanitas. Merino Fernández, J. (2004): Aprendizaje de los valores que implican participación. Metcalfe, L. (1997): Cotejando las capacidades gerenciales con las cambiantes necesidades de la integración. Revista del Clad. N.9. Montes de Oca, V. (2002): Participación, organización y significado de las redes de apoyo comunitario entre las mujeres adultas mayores. Revista de Trabajo Social México. Moura, S. (1997): La construcción de Redes públicas en una gestión local”. “Algunas tendencias Recientes” Revista de Administración Contemporánea. ANPAD Najmanovich, D. (1995): El lenguaje de los vínculos. De la independencia absoluta a la autonomía relativa, en Redes. El Lenguaje de los vínculos, Elina Dabas, compiladora Paidós. Najmanovich, D. (2002): Redes y Modelización Dinámica de la gestión. Palomba R. (2002): El concepto y medición de la calidad de vida en adultos mayores. Sánchez Ayendes, M. (1994): El apoyo social informal. La atención de los ancianos. Un desafío para los años 90. Scott A. y Werner (1996): Genero y Redes de Apoyo Social en la vejez. Relación entre género y envejecimiento: enfoque sociológico, Sara Arber y Jay Ginn. Madrid, Narcea S.A. Suárez Ojeda. N. (2001): Resiliencia. Descubriendo las propias fortalezas. Vargas, L. Bustillos, G. (1989): Técnicas Participativas para la Educación Popular. Editorial Humanitas. Walsh, F. (1998): “El concepto de resiliencia familiar: crisis y desafío, en Sistemas familiares”. — 335 — Memoria y Envejecimiento Abordajes Psicogerontologicos Memória e Envelhecimento: Uma Experiência, com grupos da Terceira Idade. Sônia Regina dos S. P. Bacellar Resumo Essa pesquisa originou-se a partir de observações diretas de nossa prática com grupos de idosos, durante encontros semanais das chamadas Oficinas de Memória. A crença de que o processo de envelhecimento está diretamente proporcional à chamada “perda de memória” nos instigou e funcionou como dispositivo capaz de pôr em análise os mitos e estereótipos produzidos no atual cenário social a cerca do processo de envelhecimento. Com isso, nossa investigação objetivou desconstruir e desestabilizar esses mitos, estereótipos e crenças existentes no próprio processo de envelhecimento, sempre relacionadas à anormalidade e ao desvio, enunciando os principais aspectos do campo social que atravessam e transversalizam o desempenho da memória, enfatizando uma reflexão teórico-crítica sobre as principais causas existentes na relação entre déficits de memória e envelhecimento saudável. Os referenciais teórico/técnicos de nossas observações foram a pesquisa-participante, bem como as técnicas de dinâmicas de grupo com base na teoria de grupo de Kurt Lewin. De acordo com a escolha de nosso referencial teórico, nossas discussões foram embasadas em uma análise crítica de nossas ações e os resultados foram conseqüências das intervenções grupais. Palavras-chave: Envelhecimento, Memória, Relação, Mitos. Sônia Regina dos S. P. Bacellar graduou-se no Curso de Psicologia da CEUCEL no ano de 1982 no Rio de Janeiro. No período de 1985 a 1989, cursou a formação em Psicodrama Triádico pela Sociedade Brasileira de Psicodrama – SOBRAP-RJ. Ingressou na carreira docente no ano de 1991 na CEUCEL como Supervisora de Estágio em Psicologia Escolar/ Social Institucional. Obteve o título de Especialista em Docência Superior “Lato Sensu” na FABHES em 1994. No ano de 1998, obteve o título de Mestre em Psicologia Social pela Universidade Gama Filho. Atualmente encontra-se em fase de final de monografia do curso de Pós-Graduação em Geriatria e Gerontologia na Universidade Estácio de Sá, também no Rio de Janeiro onde é docente em diversas disciplinas nos cursos de graduação em Comunicação e Psicologia desde 1994. Atuou por vários anos nos cursos livres na “Universidade da Maturidade” e no Instituto Sênior da Universidade Estácio de Sá. É palestrante em diversas instituições da área de saúde como a GEAP – Fundação de Seguridade Social e Fundação Nacional de Saúde. [email protected] — 336 — A Sociedade Moderna e Suas Exigências A dinâmica da sociedade moderna, tecnológica, capitalista e de consumo na qual estamos imersos produz cada vez mais subjetividades que estão a serviço de homogeineizar os sujeitos. Hoje estamos cada vez mais imbricados nos avanços tecnológicos que, por muitas vezes, nos remetem a condição de sujeitados a um modelo utópico de vida, no qual o sujeito deve permanecer ágil e belo mesmo com o passar do tempo. Para nos mantermos ágeis, dinâmicos, não no sentido de ativos, mas no sentido imposto pela ordem social, velozes, rápidos, capazes de acompanhar o ritmo frenético vigente da sociedade moderna, devemos nos manter sempre em movimento, e para tal somos impelidos pela força propulsora social a freqüentar grupos de atividades, tais como academias, danças para a terceira idade e outros tantos. Com isso, abandonamos o direito legítimo que a longevidade nos oferece de diminuir nosso ritmo, de não fazer nada quando não queremos e principalmente de pensar sobre nós mesmos. Segundo Messina (in Monteiro, 2004: 45) “os avanços tecnológicos instalam continuamente situações paradoxais que produzem efeitos psíquicos na subjetividade dos sujeitos, sem que isso resulte necessariamente numa plasticidade emocional ou num bem-estar psíquico para os mesmos”. Para nós, tais situações, acabam por criar um maior número de excluídos, já que, acompanhar os avanços tecnológicos e bio-tecnológicos, exige um esforço que vai de encontro a própria natureza do homem. Para manter-se aparentemente sempre jovem, em consonância com o modelo de juventude instituído, devemos recorrer as intervenções cirúrgicas, a cosmetologia de ponta e as intervenções medicamentosas de última geração, capazes de devolver a aparência perdida com os anos. Corpos musculosos, sarados, “corpos antenados”, lembrar de tudo, não esquecer de nada e com isso abrir mão da possibilidade de “esquecer” que é tão importante quanto lembrar. De acordo com Izquierdo: “esquecemos para poder pensar, esquecemos para não ficar loucos; esquecemos para poder conviver e para poder sobreviver”. (2004, p.22). A sociedade atual enaltece e reforça que só o belo é Ser. Temos, enquanto profissionais, a tarefa de mostrar que o envelhecimento é natural e que a vivência desse envelhecimento é que manterá viva, no interior de cada um de nós a “eterna juventude”. A idéia de que o processo de envelhecimento, seja saudável ou não, é diretamente proporcional a perda de memória foi, o que nos motivou a desenvolver essa análise, com base em nossa experiência com grupos de idosos, realizados em uma Universidade da rede privada no Rio de Janeiro. Nosso estudo tem como enfoque a desconstrução dos mitos, estereótipos e crenças existentes nas relações estabelecidas entre o processo de envelhecimento e a chamada “perda de memória”, a partir de observações diretas de nossa prática com grupos de idosos. A desestabilização de alguns paradigmas e mitos relacionados ao processo de envelhecimento constitui a alta relevância do tema proposto e visa produzir uma resignificação da longevidade e sua relação com a função memória. No decorrer desse estudo, não será nossa pretensão abordar todos os aspectos que envolvam o processo de envelhecimento. — 337 — Paradigmas, Mitos e Estereótipos do Envelhecer Inúmeras questões atravessam o processo de envelhecimento fazendo com que esse processo seja único e singular. A qualidade de vida, a herança genética, os estímulos – ritmos e estilos de vida - a cultura, e os papéis sociais desempenhados por estes idosos, certamente são alguns dos fatores que produzem as diferenças nos modos de envelhecer. Essas diferenças nos parecem importantes no tocante aos processos naturais de envelhecimento, porém, são totalmente desconsideradas pela modernidade. Em nosso percurso, nossas observações e reflexões sobre o envelhecer, trazem algumas indagações que nos provocam. - Quais os paradigmas construídos na sociedade moderna em relação ao processo de envelhecimento? - De que forma a sociedade moderna interfere no desempenho da memória? - Qual a relação entre os déficits de memória e o processo de envelhecimento saudável? Responder a estas questões não é uma tarefa fácil, tendo em vista que esse objeto de estudo – o processo de envelhecimento - sofre interferências sócio-históricas, políticas, econômicas e, além disso, nós enquanto observadores estamos totalmente imersos nesse processo. Também não temos a intenção nem a arrogância de darmos soluções através de verdades. Por em análise os paradigmas, mitos e estereótipos do processo de envelhecimento é uma tarefa árdua e perigosa, pois o sucesso da modernidade globalizada é alimentado pela expropriação da condição humana de ser idoso. De acordo com Sé (2005:85) alguns desses mitos são negativos no tocante à memória, tais como: “Todo o esquecimento é patológico, ninguém pode fazer nada para melhorar o bom funcionamento de sua memória, algumas pessoas têm muita sorte e tem uma ótima memória, a memória não está ligada a atenção e a outras funções da mente e só temos uma memória”. Esses entre outros mitos vêm contribuir para uma segregação do processo de envelhecimento que cria territórios cada vez mais isolados e de difícil interação entre o sujeito idoso e o seu meio social, ambos sempre em transformação. Se pensarmos em uma sociedade que elege o modelo de juventude como referencial de sujeito, estaremos fadados a cair nas armadilhas das “soluções mágicas” e da ilusão de “corpos estáveis”. Corpos modulados pelo modelo estético midiático, que se encarrega de ampliar o número de pessoas que recorrem às intervenções cirúrgicas, próteses, tratamentos reparadores e rejuvenescedores. Orjuela (in Freitas, 2002: 987) afirma que ”Não apenas os programas de TV, mas principalmente a publicidade, difundem representações distorcidas da velhice e sub-representam os idosos como grupo social”. Por outro lado, os avanços da Medicina proporcionam cada vez mais um adiamento do envelhecer, numa tentativa quem sabe de manter o pensamento paradoxal de permanência, tipicamente ocidental e vigente de uma sociedade consumista. Instala-se curiosamente, regredindo a uma medicina do século XVIII “Uma medicina privada, liberal, submetida aos mecanismos da iniciativa individual e às leis do mercado” (Foucault, 1979:193). — 338 — Segundo Morin (in Schnitman, 1996:50) “temos, inclusive, a ilusão de possuir uma identidade estável sem dar-nos conta de que somos muito diferentes segundo humores e paixões, segundo amemos e odiemos”. Ora, é através de nossa corporalidade e da interação dessa corporalidade com outras que construímos nossa auto-imagem. Quem somos, o que fizemos e fazemos torna-se visível através de nossos corpos. É a constituição de nossa imagem corporal. Essa visão e mais ainda o olhar que temos de nós mesmos pode trazer a tona sentimentos de mais ou menos valia, de inclusão e/ou de exclusão. Os Efeitos Da Vida Atual Em Nossa Memória Como vimos anteriormente, as constantes transformações e a velocidade das mudanças do mundo moderno, incidem sobre nós, produzindo demandas o tempo todo. Todos nós, jovens e idosos vivemos a incessante busca por nossa identidade e pertencimento. Busca essa permeada de conflitos e incertezas produzidas pelas desigualdades e relações de poder. Na velhice esses conflitos são mais intensos, na medida em que os idosos se deixam capturar pelos valores e demandas produzidas, na tentativa de pertencimento. Subjetividades produzidas nos fazem acreditar que ao envelhecer, necessariamente somos destituídos de nossas potencialidades e funções vitais e assim ficamos à mercê dos movimentos disciplinares das relações de poder, com o objetivo de incomodarmos o menos possível. Em um sentido mais filosófico a memória é nossa identidade, mas em um sentido biológico é mais uma de nossas funções, e como tal sujeita a falhas também como as outras. Izquierdo (2002: 9) afirma: “somos aquilo que recordamos, literalmente”. Já, em outra de suas obras, nos fala da importância de esquecer, chegando a nomear o esquecimento como uma arte. Segundo ele “A arte de esquecer é parte fundamental de nossa sobrevivência, e talvez de nossa própria vida. Só ela nos permite seguir adiante no meio de tantas adversidades e perigos”. (Izquierdo, 2004:111). Não é nossa intenção, negar, que naturalmente podemos perder ou ter diminuídas algumas de nossas funções com o advento do envelhecimento, mas sim desconstruir as crenças existentes em relação ao processo de envelhecer, sempre relacionadas a anormalidade e ao desvio. Grupos De Memória Em Ação Em março de 2000 iniciamos o trabalho de “oficina de Memória” na Universidade da Maturidade que em 2003 ganhou vigor como Instituto Sênior. Localizados no Rio de Janeiro, no espaço de uma Universidade da rede privada, nossos encontros se realizaram semanalmente, com duração de duas horas, em diversas unidades dessa Universidade com os chamados “grupos de Terceira Idade”, tendo como objetivo o aprimoramento da função memória. Em nossa prática, utilizamos como ferramenta principal as técnicas de dinâmica de grupo com base na leitura de Kurt Lewin. Os grupos eram formados por pessoas de mais de 50 anos, com um número mínimo de 10 participantes e máximo de 20. Ao serem interrogados quanto ao motivo pelo — 339 — qual estavam participando dos encontros, encontramos, entre outros, alguns relatos, que nos levaram a refletir, tais como: - “O primeiro motivo foi a participação de um grupo de pessoas com as mesmas motivações, com a mesma faixa etária que busca alternativas para enfrentar uma dentre várias, limitações da idade que é a baixa memória”. (Mulher 61 anos). - “Procurar ocupar o tempo. Desenvolver a memória, exercitar a memória”. (Homem 87 anos). - “As razões que me levaram a procurar o curso foram: 1º Por estar aposentada e estar ociosa. 2º Vontade de estar novamente em sala de aula, pois fui professora durante vinte e oito anos. 3º Por estar esquecendo muito”. (Mulher 57 anos). - “Falta de atividade na parte da tarde. Conhecer novas pessoas. Ativar a memória. Vou completar 75 anos”. - “O grande motivo é que estou me aposentando agora e tenho, constantemente ouvido, que ao idoso é necessário trabalhar a memória. Como no meu trabalho fazia uso freqüentemente da mesma, resolvi que não houvesse uma interrupção brusca. Posso citar também o gosto que tenho por aprender coisas novas e sinto que chegou a fase de me dedicar um pouco a mim mesma”. (Mulher 70 anos). - “Buscando um curso para melhorar a solidão”. (Homem 82 anos). - “Vim ao Curso de Memória porque minha memória está fraca, esqueço – ando triste por isto e não me conformo – acho que se treinar posso melhorar”. (Mulher 86 anos). - “Sou aposentado e estava procurando algo para fazer”. (Homem 62 anos). - “Decidi fazer este curso de memória, pois venho sabendo de vários amigos que, com a idade, vão se esquecendo das coisas. Eu ainda não estou me esquecendo muito; mas antes que aconteça”. (Mulher 58 anos). - “O motivo da vinda para o curso é porque na idade avançada a memória começa a falhar, e é necessário que procuremos adaptá-la ás necessidades”. (Homem, 68 anos). - “Acho importante conservar a memória e tenho visto amigas da minha idade, reclamando muito de esquecimentos e antes que eu entre para o “grupo” (grifos dela) das desmemoriadas, resolvi treinar a memória”. (Mulher, 70 anos) - “(motivo) Perda de Memória”. (Homem, 74 anos). - “Atualizar meus conhecimentos. Ativar meus neurônios. Ter convívio com pessoas da mesma faixa etária”. (Mulher, 66 anos). Como pudemos observar, nos relatos acima, a maioria dos idosos não tem conhecimento da importância de esquecer, mas carregam consigo o medo, a ansiedade, o temor de falhar. Como se toda a falha de memória fosse um sinal de adoecimento. Onde aprendemos isso? Para quê e a quê serve essa aprendizagem? Considerações Finais As palavras e expressões utilizadas como: Perda de memória, memória fraca, aposentada, ociosa, solidão, grupo das desmemoriadas, convívio com pessoas, nos instigam e nos levam a pensar: que velhices estão sendo produzidas e para quê? Podemos concluir que os mitos e estereótipos são construções e representações do imaginário social, que em sua maioria não estão relacionadas a dados objetivos, — 340 — construções essas que hipergeneralizam, categorizam e acabam por direcionar e definir uma forma de estar no mundo. Essa forma de estar, perceber e ser percebido pelo outro, é forjada pelos paradigmas que modelam, os mitos e estereótipos que instauram a naturalização de preconceitos no tocante ao envelhecimento. Sabemos que a memória é uma função cognitiva, e esta relacionada a outras de nossas funções e mecanismos mentais. Logo, o medo, as fantasias, as expectativas a cerca de si mesmo, o stress, a ansiedade, constituem fatores, entre outros, que causam efeitos capazes de interferir diretamente em nossa capacidade de reter e evocar informações. O envelhecimento é um processo natural. Assim como as passagens da infância, adolescência, juventude, e idade adulta, o envelhecimento deve ser considerado como um outro ciclo de vida, diferenciado pelo desgaste orgânico e fisiológico, que traz como conseqüência o declínio de algumas de nossas funções. É importante ressaltar que estamos falando de declínios e não de perdas. Declínios que podem ser compensados objetivando uma melhora de qualidade de vida durante esse processo. A crença de que o processo de memória, em especial a perda e os esquecimentos, está diretamente proporcional ao avanço da idade ou envelhecimento, é totalmente equivocada, pois desconsidera outros fatores que interferem nas falhas de memória, tais como: a atenção, o interesse, os estados emocionais, a auto-imagem, auto-estima e outros. Finalizamos esta pesquisa com um relato que nos chamou a atenção por sua vitalidade e intensidade ao apelo à vida: “Ação, É isto o que eu quero, sair, sair do casulo. Exercitar, memorizar. Ser curiosa, o que é? este encontro? só fazendo para saber”. (Mulher, 72 anos). Referências bibliográficas Focault, M. (1979): Microfísica do Poder. Rio de Janeiro: Edições Graal. Freitas, Elizabete V. et alii (2002): Tratado de Geriatria e Gerontologia. Rio de Janeiro: Editora Guanabara Koogan. Izquierdo, I. (2004): A arte de esquecer: Cérebro, Memória e Esquecimento. Rio de Janeiro: Editora Vieira & Lent. ————— (2002): Memória. Port Alegre: Editora Artmed. Monteiro, D. M. R. (Org). (2004): Dimensões do Envelhecer. Rio de Janeiro: Editora Revinter. Schnitman, D. F. (Org). (1996): Novos Paradigmas, Cultura e Subjetividade. Porto Alegre: Artes Médicas. Se, Elisandra V. G. (2005): Exercite sua mente: Guia prático para aprimoramento da memória, linguagem e raciocínio. São Paulo: Editora Prestigio. — 341 — Memoria y Envejecimiento Abordajes Psicogerontologicos Estimulación cognitiva de adultos mayores sin deterioro: efectividad de un programa para la mejora de la memoria y el cambio de actitudes sobre el declive asociado a la edad. Mas, C., Medinas, M., Cabezuelo, Á, Viñas, N. y Martorell, L. Resumen El envejecimiento de la población plantea nuevos objetivos para las ciencias sociales y de la salud. Es necesario prevenir y fortalecer a la persona para alejarla de ciertos riesgos asociados al envejecimiento. En esta línea se ha extendido la idea del ejercicio cognitivo como una forma de prolongar el bienestar mental y la calidad de vida a lo largo de los años y de prevenir el declive cognitivo asociado a la edad, lo que ha llevado al desarrollo de diversos programas de entrenamiento cognitivo. Este trabajo presenta los resultados del programa “Entrenemos el cerebro”, aplicado en el programa universitario para mayores de la Universidad de las Islas Baleares. Nuestro objetivo fue aplicar y evaluar un programa multifactorial de entrenamiento cognitivo, en el que, además de entrenar en el uso de estrategias de memoria para mejorar el rendimiento en ésta y prevenir el declive cognitivo asociado a la edad, trabajamos otros aspectos (autoeficacia, atribuciones, creencias sobre el envejecimiento cognitivo, pensamientos negativos sobre la propia capacidad y sobre la vejez, etc.) que, según la investigación actual, pueden influir en el rendimiento cognitivo. La muestra estaba formada por un grupo experimental, que siguió el programa de entrenamiento, y un grupo control. Antes y después de la intervención evaluamos en ambos grupos: rendimiento en memoria; expectativas, rendimiento percibido y atribuciones causales ante la prueba; quejas subjetivas sobre la memoria y creencias sobre el envejecimiento cognitivo, además de la satisfacción con la actividad del grupo experimental. Tras la intervención, el grupo experimental presentó mejoras significativas en todas las variables estudiadas, lo que reafirma la necesidad de desarrollar programas de este tipo para mejorar el funcionamiento mental y la calidad de vida de las personas mayores. Palabras clave: envejecimiento normal, entrenamiento cognitivo, memoria, expectativas y atribuciones. Universidad de las Islas Baleares. Palma de Mallorca. España. [email protected] — 342 — Introducción El punto de partida del trabajo se sitúa en el hecho de que el envejecimiento de la población es un fenómeno que plantea nuevas necesidades y nuevos retos teóricos y prácticos en Ciencias Sociales y de la Salud. Uno de los nuevos objetivos a perseguir debe ser prevenir y fortalecer a la persona para alejarla de ciertos riesgos asociados al envejecimiento, e, incluso, centrarse en desarrollar vías de intervención e instrumentos que permitan a las personas mayores aprovechar la posibilidad de crecimiento y ganancia que la mayoría de ellas conserva (Villar, 2003). En esta línea se ha extendido en los últimos años la idea del ejercicio cognitivo como una forma de prolongar el bienestar mental y la calidad de vida a lo largo de los años. La estimulación y entrenamiento cognitivos nos permiten mejorar las funciones mentales, mostrándose eficaces para ayudar a retrasar el inicio del declive cognitivo asociado al envejecimiento (Goldberg, 2001). En la última década han surgido diferentes programas a partir de esta premisa. En una revisión de las intervenciones diseñadas para mejorar la función cognitiva en adultos sin alteración cognitiva, McDougall (1999) concluye que deberían considerarse en ellas varios factores que influyen en el rendimiento cognitivo, como son las creencias de autoeficacia, y que debe enfatizarse para modificar las actitudes de los participantes sobre el declive de la memoria relacionado con la edad. Sin embargo, son escasos los estudios sobre la efectividad de programas multifactoriales de entrenamiento cognitivo que incluyan, además del entrenamiento en estrategias de memoria, intervenciones en reestructuración cognitiva y en controlabilidad y competencia en memoria, mediante el uso de autoinstrucciones y de reentrenamiento atribucional. En la línea de lo anteriormente expuesto, un estudio piloto realizado por nuestro grupo de investigación (Mas, Jiménez, Munar y Rosselló, 2004), evidencia la necesidad de considerar, en la elaboración y evaluación de programas de entrenamiento cognitivo para personas mayores, variables tales como el rendimiento percibido, las expectativas de autoeficacia, las atribuciones y otros factores psicosociales que pueden influir en estas personas a la hora de enfrentarse a tareas cognitivas y de valorar su funcionamiento cognitivo. Es fundamental que este tipo de programas incluyan técnicas dirigidas a modificar actitudes y creencias negativas acerca del propio funcionamiento mental y sobre los cambios cognitivos asociados al envejecimiento (especialmente en relación a la memoria, preocupación principal de los mayores), y que todos estos aspectos sean evaluados para determinar la efectividad de la intervención. Los resultados obtenidos en nuestro estudio piloto previo también ponen de manifiesto que es necesario, de cara a aumentar la motivación de los participantes y disminuir la ansiedad que manifiestan ante los fallos de memoria, que se dedique una amplia atención al entrenamiento en memoria y al cambio de actitudes y creencias respecto a la misma, pero sin limitarse en absoluto a ella. Un programa de entrenamiento cognitivo para personas mayores debe ser variado y cubrir una amplia gama de funciones cognitivas (atención, lenguaje, funciones ejecutivas...). Por último, hay que recalcar que los programas de estimulación cognitiva, además de estimular las funciones cognitivas y mejorar otros aspectos que pueden influir en el funcionamiento cognitivo, son una herramienta importante para la mejora de las relaciones sociales y la autoestima, contribuyendo al fin y al cabo al aumento del bienestar mental y la calidad de vida de nuestros mayores. — 343 — Objetivo Nuestro objetivo fue diseñar, aplicar y evaluar un programa preventivo multifactorial de entrenamiento cognitivo en el que, además de entrenar en el uso de estrategias de memoria para mejorar el rendimiento en ésta, se trabajen otros aspectos que, según la investigación actual, pueden influir en el rendimiento cognitivo, especialmente en el caso de las personas mayores. Ejemplos de estas otras variables a tener en cuenta, ya mencionadas, son las atribuciones realizadas ante los fallos de memoria, las expectativas de autoeficacia o las creencias sobre el envejecimiento cognitivo. En el presente trabajo presentamos las principales características del programa y un resumen de los resultados, relativos sobre todo a la satisfacción de los alumnos del programa universitario para mayores de la UIB (Universitat de les Illes Balears, Universidad de las Islas Baleares) tras participar en el mismo. Método Participantes Desde el curso 2003-2004 al curso 2006-2007, han participado en el taller “Entrenemos el cerebro” un total de 130 personas repartidas en 10 grupos, con edades comprendidas entre los 51 y los 83 años. Procedimiento a) Características generales del programa de memoria: • El programa se incluye en la oferta de talleres (modalidad de asignaturas optativas) del programa universitario para mayores de la UIB (UOM, Universitat Oberta per a Majors, Universidad Abierta para Mayores). • Esta estructurado en 8 sesiones de 2 horas de duración y se trabaja con grupos de 10-15 personas. • Se tomó como modelo y punto de partida el “Método UMAM de entrenamiento en memoria del Ayuntamiento de Madrid” (Montejo, Montenegro, Reinoso, De Andrés y Claver, 2001) y se adaptó a los objetivos perseguidos. Se tomaron algunos de los contenidos y ejercicios y se añadieron otros para trabajar objetivos no contemplados en dicho programa, además de realizar una adaptación, tanto del contenido como del formato, para adecuar el programa al marco del programa universitario para mayores. • El taller fue impartido por una profesora que contaba con el soporte de alumnos colaboradores de la facultad de Psicología que realizaban las funciones de monitores de apoyo en algunas actividades en el caso de que fuera necesario. • • • • b) Objetivos: Los objetivos del programa “Entrenemos el cerebro” fueron: Dar a conocer el funcionamiento de los procesos cognitivos trabajados: memoria, atención, lenguaje... Entrenamiento en estrategias de memoria. Estimulación de los procesos cognitivos: atención, lenguaje... Dotar de recursos para estimular y mejorar el funcionamiento cognitivo en la vida cotidiana. — 344 — • Cambiar creencias y actitudes negativas sobre la memoria y los cambios asociados al envejecimiento. • Disminuir la preocupación y ansiedad ante los fallos de memoria. • Mejorar la autoestima y la calidad de vida. • Fomentar las relaciones sociales y pasarlo bien. c) Metodología: Los objetivos planteados se trabajaron mediante el uso de las siguientes técnicas e instrumentos: • Explicaciones sobre los diferentes procesos o estrategias a trabajar (con apoyo de medios didácticos para presentar la información y utilizando ejemplos prácticos). • Ejercicios de lápiz y papel (individuales, por parejas o en grupo). • Juegos didácticos. • Reestructuración cognitiva y reentrenamiento atribucional. • Role-playing. • Debates y comentarios de texto. • Técnicas de control de la activación (entrenamiento en respiración controlada y respiración profunda). Los materiales necesarios para llevar a cabo el programa fueron: Transparencias, retroproyector y pizarra. Folios y bolígrafos para los ejercicios de lápiz y papel. Juegos de mesa y de ingenio. Dossier de fotocopias para cada uno de los participantes en el que se incluían todas las transparencias y ejercicios del programa. • Aula pequeña con disposición de seminario. • • • • Instrumentos 1) Cuestionario de satisfacción: Al final del taller se aplicó un cuestionario de valoración de la actividad de elaboración propia compuesto por 14 ítems. En los 6 primeros y en los ítems del 10 al 12 debían indicar su grado de acuerdo en una escala de 0 a 10 (0 significaba totalmente en desacuerdo y 10 totalmente de acuerdo) en relación a diferentes aspectos del programa. Los ítems 7, 8 y 9 eran ítems de elección múltiple y las preguntas 13 y 14 eran de formato abierto. El cuestionario era anónimo. Además, antes y después del programa, se midieron las siguientes variables: 2) Evaluación del rendimiento en memoria mediante de una lista de pares asociados (tomada de Montejo, Montenegro, Reinoso, De Andrés y Claver, 2001). La prueba consta de dos partes: recuerdo inmediato (RI) y recuerdo demorado (RD). 3) Antes y después de ambas partes de la prueba de memoria se registraron las expectativas (de 0 a 10) y el rendimiento percibido (de 0 a 10). 4) Tras la prueba, se registraron las atribuciones causales mediante una adaptación de la Escala de Dimensiones Causales (Manassero y Vázquez, 1995). 5) Cuestionario de fallos de memoria (MFE, Memory Failures Everyday de Sunderland, Harris y Gleave, 1984) sobre quejas de memoria en la vida diaria. 6) Cuestionario de creencias sobre el envejecimiento cognitivo (CEC, de elaboración propia). — 345 — Resultados En el cuestionario de valoración de la actividad en el que se media la satisfacción de los participantes con la misma, los resultados fueron los siguientes: 1) El contenido del taller me ha parecido interesante: Media=9, 12; SD (desviación estándar) =1, 04. 2) El espacio donde se ha realizado el taller ha sido el adecuado: Media=9, 1; SD=1, 14. 3) Los materiales de trabajo han sido adecuados: Media=9, 2; SD=1, 16. 4) El contenido del taller se ha ajustado a lo que me esperaba: Media=8, 9; SD=1, 18 5) La calidad del profesorado ha sido buena: Media=9, 7; SD=0, 6. 6) El ambiente de trabajo ha sido agradable: Media=9, 62; SD=0, 55 7) El nivel de dificultad de los ejercicios y explicaciones ha sido: •adecuado:64, 7%. •fácil: 29, 4%, la mayoría (80%) del grupo de edad más joven. •difícil: 5, 9%. 8) La duración de las sesiones es: •adecuada: 88, 2%. •corta: 8, 8%. •larga: 2, 9%. 9) La duración del taller ha sido: •adecuada: 64, 7%. •corta: 32, 4%. •larga: 2, 9%. 10) El taller me ha proporcionado instrumentos o estrategias que puedo utilizar en mi vida cotidiana: Media=9, 3; SD=0, 98. 11) Señale en que grado se han cumplido los siguientes objetivos: - Dar a conocer el funcionamiento de la memoria: Media=9, 2; SD=0, 83. - Fomentar las relaciones sociales: Media=8, 7; SD=1, 15. - Pasarlo bien: Media=9, 3; SD=0, 9. En este último ítem, aparecen diferencias significativas (p=0, 023) en función del grupo de edad: los mayores de 65 se muestran más de acuerdo en que se ha conseguido el objetivo de “pasarlo bien” (media=9, 6) que los participantes de entre 51 y 64 años (media=8, 9). 12) En general, el taller me ha gustado: Media=9, 6; SD=0, 74. En este ítem, se dan también diferencias significativas (p=0, 011) según el grupo de edad: el taller ha gustado más a los más mayores (media=9, 9) que al grupo de edad más joven (media=9, 3). 13) La participación en el taller, ¿ha influido de alguna manera en cómo valora usted sus capacidades cognitivas (o su funcionamiento mental)? Si es así, ¿en qué sentido? A continuación se presenta una selección de las respuestas a esta pregunta: “El taller me ha enseñado que no tengo tan mala memoria como creía, me estaba obsesionando con lo que me decían los de mi alrededor (mis hijos). Lo que he aprendido es que debo prestar más atención y procurar no estar tan ansiosa”. “Me ha servido para darme cuenta de que el problema no es la memoria, sino la atención y el querer hacer demasiadas cosas a un tiempo. He aprendido a ralentizar y a fijarme más. De esta forma “funciono” mucho mejor. Ahora estoy mucho más tranqui”. “El participar en el taller me ha ayudado mucho en la vida cotidiana, poniendo en práctica los consejos que nos han — 346 — dado y he podido aprovechar las estrategias que nos han enseñado”. “Creo que practicando puedo sacar buenos resultados”. “Me he dado cuenta de que funciono bastante bien mentalmente”. “A pesar de mis dificultades, con esfuerzo y técnica puedo mejorar y debo hacerlo”. “1- Me ha enseñado a utilizar algunas estrategias que me ayudan a no cometer algunos olvidos que antes cometía. 2- Me he dado cuenta que muchas cosas que se me olvidaban eran por falta de atención”. “Ahora pienso que al envejecer no forzosamente hemos de perder la memoria y que hemos de hacer un esfuerzo por conservarla”. “Me encuentro más abierta a todo y valoro todo lo que me rodea. Creo que me siento más fuerte mentalmente”. “Me ha influido positivamente. Lo más importante es que he podido valorar si las carencias que tengo son comunes a otras personas que han hecho el taller conmigo en igualdad de edad y conocimientos”. “Me ha servido para estar un poco más tranquila cuando algo no ha resultado como yo esperaba y controlar la situación, cosa que antes no hacía. Estoy más pendiente de mis acciones”. “Ha sido muy positivo para mí, he aprendido que lo que a veces yo pensaba de la memoria (pequeños fallos) son normales a mi edad. Me ha abierto mis campos de mira sobre estos temas que tan bien ha explicado la profesora”. “Este taller me ha servido para autoestimar lo que hago, poner más cuidado en ello, pensar mejor, saber valorar las cosas que se hacen, y sobre todo, que creo que no soy tan trasto como pensaba”. “El taller me ha proporcionado seguridad en mí misma, y me ha dado soluciones prácticas para resolver pequeños problemas cotidianos”. “Valoraré más lo que tengo y no me dedicaré a tantas cosas”. “Ha contribuido a afrontar un sentimiento personal negativo sobre la edad avanzada”. “Ha sido positivo. Ha mejorado mi autoestima”. “Me ha gustado mucho el ambiente y la comunicación”. 14) Observaciones y sugerencias: las respuestas a esta pregunta se refieren sobre todo a que debería aumentarse la duración del taller e incluir más ejercicios. En cuanto a los resultados referidos a la prueba de memoria y a los demás cuestionarios, se observó que, tras la intervención, se produjeron mejoras significativas en todas las variables estudiadas: - Se produce una mejora del rendimiento en ambas partes de la prueba de memoria verbal de pares asociados. - Aumentan significativamente las expectativas y el rendimiento percibido antes y después de ambas partes de la prueba, medidos en una escala de 0 a 10. - Se produce un cambio en el estilo atribucional, pasando de atribuir el éxito en la prueba mayoritariamente al interés de la tarea a atribuirlo al propio esfuerzo. - Disminuyen también las quejas de memoria y la preocupación y la ansiedad ante los fallos de memoria, medidas mediante el MFE (Memory Failures Everyday, de Sunderland, Harris y Gleave, 1984) y el cuestionario de elaboración propia. Discusión/conclusiones A partir de los datos obtenidos podemos extraer las siguientes conclusiones generales: El nivel de satisfacción con la actividad es muy alto y se han cubierto satisfactoriamente los objetivos planteados. Además de trabajar para mejorar la memoria de los mayores y enseñarles estrategias para mejorar su rendimiento, pretendíamos fomentar una actitud más positiva ante los problemas de memoria y parece que dicho objetivo se ha cumplido plenamente. Los participantes han aprendido a valorar mejor sus capacidades y limitaciones, han aprendido la importancia de prestar atención y mantener una — 347 — actitud activa, aunque a la vez relajada, ante su entorno, y han desarrollado pensamientos positivos ante los fallos de memoria y el declive asociado a la edad. Por otra parte, de los resultados se desprende que el contenido del taller y el ambiente y materiales de trabajo han sido los adecuados. Por último se muestran satisfechos con la calidad del profesorado y consideran que el taller les ha proporcionado herramientas que pueden aplicar a su vida cotidiana. Como sugerencias de mejora, hay que añadir las siguientes ideas: Sería conveniente aumentar el número de sesiones para poder profundizar más en algunos temas y poder hacer más cantidad de ejercicios prácticos. Si no se aumenta el número de sesiones, quizás convendría eliminar algunos contenidos para poder ampliar los ejercicios prácticos de los temas impartidos. Por último, cabe remarcar que el programa de entrenamiento mejoró tanto el rendimiento objetivo como las variables de tipo subjetivo, lo que reafirma la necesidad de desarrollar programas de este tipo para mejorar el funcionamiento mental y la calidad de vida de las personas mayores. Es importante seguir profundizando en el estudio de qué variables y factores deben tenerse en cuenta a la hora de diseñar y de evaluar la efectividad de los programas multifactoriales de entrenamiento cognitivo si queremos conseguir programas de intervención eficaces y adaptados a la población de que se trate. Referencias bibliográficas Goldberg, E. (2001): El cerebro ejecutivo. Barcelona: Crítica. Mas, C.; Jiménez, R.; Munar, E. y Rosselló, J. (2004): Consideraciones sobre las variables dependientes habituales en la investigación cognitiva del envejecimiento. Póster presentado en el I Congreso Internacional de Neurociencia del Envejecimiento Cognitivo, celebrado en Palma de Mallorca en octubre de 2004. McDougall, G.J.Jr. (1999): Cognitive Interventions Among Older Adults. Annu Rev Nurs Res, 17, 219- 240. Montejo Carrasco, P.; Montenegro Peña, M.; Reinoso García, A.I.; De Andrés Montes, M.E. y Claver Martín, M.D. (2001): Programa de Memoria. Madrid: Ayuntamiento de Madrid. Montejo Carrasco, P.; Montenegro Peña, M.; Reinoso García, A.I.; De Andrés Montes, M.E. y Claver Martín, M.D. (2001): Manual Práctico de Evaluación y Entrenamiento del Programa de Memoria. Madrid: Ayuntamiento de Madrid. Villar, F. (2003): Prólogo. En A. Puig, Programa de entrenamiento de la memoria, Madrid: CCS. — 348 — Memoria y Envejecimiento Abordajes Psicogerontologicos Programa psicosocial de prevención de los trastornos de memoria (ppptm). Peculiaridades de una intervención María Carbajal Resumen El Programa Psicosocial de Prevención de los Trastornos de Memoria (PPPTM) es un programa de intervención del Servicio de Psicología de la Vejez, de la Facultad de Psicología (UdelaR). Se enmarca dentro del “Programa de Investigación e Intervención sobre psicoterapias y trastornos cognitivos en el envejecimiento”. La población con la que trabajamos son Adultos Mayores que presentan quejas subjetivas de las funciones cognitivas y que solicitan participar del Programa. Desde una perspectiva de atención primaria en salud, se realiza diagnóstico y abordaje de los trastornos de memoria con un dispositivo combinado individual y grupal. En el presente trabajo intentaré plasmar algunas ideas que fundamentan nuestra praxis en los talleres y desde allí exponer como pensamos, reflexionamos y trabajamos con “las quejas subjetivas de memoria” Con esto nos referimos a que la mayoría de los Adultos Mayores que consultan presentan una autopercepción negativa del funcionamiento de su memoria, que no se constata en las pruebas realizadas. Entendiendo que la memoria es algo más que un simple mecanismo de almacenamiento y recuperación, la concebimos intrínseca a los procesos psicosociales; donde la queja es una forma de comunicación, habilitada socialmente, que establecen los Adultos Mayores para expresar sus conflictos. Frente a esta queja no damos una respuesta ya pre-establecida, no aplicamos “el manual”. Problematizamos, visualizamos los distintos factores puestos en juego en esos “problemas de memoria”.Cuando decimos problematizar, lo decimos en el sentido de desconstruir los supuestos hegemónicos que legitiman nuestro decir, nuestro actuar. A partir de esto proponemos el dispositivo de taller como ámbito privilegiado para poder trabajar todo lo relacionado a estas “quejas subjetivas de memoria”. Intentando multiplicar y hacer jugar todas las expresiones del deseo. Pensamos que las estrategias de expresión del deseo pueden cambiar, que la queja puede dejar de ser reproductora de lo estereotipado (depositando en el otro su demanda) para dar lugar a lo nuevo, a la apropiación de la capacidad de transformación. Palabras Clave: Quejas subjetivas de memoria – Taller – Adultos Mayores. Servicio Psicología de la Vejez, Facultad de Psicología. Universidad de la República. Uruguay. María Carbajal. Licenciada en Psicología (UdelaR). Psicoterapeuta. Docente del Servicio de Psicología de la Vejez, Facultad de Psicología, Universidad de la República. Ex Docente del Área de Psicopatología en Facultad de Psicología. [email protected] / [email protected] — 349 — Introducción El Programa Psicosocial de Prevención de los Trastornos de Memoria (PPPTM) es un programa de intervención del Servicio Psicología de la Vejez, de la Facultad de Psicología (UdelaR). Se enmarca dentro del “Programa de Investigación e Intervención sobre psicoterapias y trastornos cognitivos en el envejecimiento” (Berriel, F.; Pérez, R.; Amaral, R.; Carbajal, M., 2007) y en conjunto con el Equipo de intervención: Clínica Psicológica de Trastornos Cognitivos conforman el equipo de investigación que se encuentra trabajando en la investigación: “Incidencia de Factores Psicológicos en la Etiología de las Demencias Tipo Alzheimer” (Berriel, F.; Pérez, R.; Amaral, R.; Carbajal, M., 2007). El equipo de trabajo se encuentra conformado por un docente responsable y 6 estudiantes de grado (tres estudiantes pasantes de cuarto ciclo y tres estudiantes pasantes de quinto ciclo) y tiene como objetivo fundamental cumplir con los tres fines de la UdelaR: desarrollar docencia, investigación y extensión. La población con la que trabajamos son Adultos Mayores que presentan quejas subjetivas de las funciones cognitivas y que solicitan participar del Programa. Desde una perspectiva de atención primaria en salud, se realiza diagnóstico y abordaje de los trastornos de memoria con un dispositivo combinado individual y grupal. En primera instancia se realiza una evaluación individual donde jerarquizamos indagar las dimensiones neurocognitiva y psicoafectiva – vincular. Para ello combinamos la aplicación de una entrevista psicológica con la aplicación de técnicas específicas. La entrevista Psicológica tiene como objetivo privilegiado indagar sobre las áreas de las conductas y el comportamiento, la dimensión vincular y socio familiar y la dimensión psico – afectiva. Se aplican la Escala de Autopercepción Corporal EAPC (Berriel y Pérez, 2002), Test de Dibujo de la Figura Humana (K. Machover). La técnica que utilizamos para la evaluación de la dimensión neurocognitiva es Mini Mental State (MMS). A partir de esto intentamos visualizar las áreas potenciales así como posibles áreas comprometidas, esbozando un diagnóstico primario. Tomando en cuenta la evaluación que realizamos conformamos tres grupos que funcionaran una vez a la semana, con una duración aproximada de 1 hora y media, durante 18 reuniones en un dispositivo de taller. Al mes de finalizar los Talleres a cada participante se le realiza una nueva evaluación individual con los instrumentos ya aplicados con el objetivo de visualizar si se han producidos cambios en lo que respecta a las quejas mnésicas En el presente trabajo intentaré plasmar algunas ideas que fundamentan nuestra praxis en los talleres y desde allí exponer como pensamos, reflexionamos y trabajamos con “las quejas subjetivas de memoria” Peculiaridades de una Intervención Hay quienes imaginan el olvido como un deposito desierto/ una cosecha de la nada y sin embargo el olvido esta lleno de memoria Benedetti. M (1995) Docente responsable: Prof. Adj. Psic. Robert Pérez — 350 — Nuestra experiencia nos indica que la mayoría de los Adultos Mayores que consultan por “problemas de memoria” en el Servicio de Psicología de la Vejez, no poseen trastornos cognitivos sino que luego de realizados los estudios mencionados encontramos “quejas subjetivas de memoria” o “quejas de las funciones cognitivas”. Con esto nos referimos a que presentan una autopercepción negativa del funcionamiento de su memoria, que no se constata en las pruebas realizadas. Tampoco encontramos patologías de bases asociadas como pueden ser la depresión o demencias. Sí encontramos frecuentemente, elementos de ansiedad, conflictos vinculares, una reducida red social, miedos a desarrollar una demencia, problemas de atención, dificultades en atravesar distintos momentos vitales como pueden ser: pérdidas reales o simbólicas, problemas económicos, etc. O sea, todo una serie de conflictos vehiculizados a través de esta queja. Robert Pérez (2002) ya nos advertía de esto: “El ubicar el conflicto en esta función les permite expresarlo sin ser censurados, pues debido a las naturalizaciones y prejuicios (…), a nadie sorprende que ser viejo sea sinónimo de pérdida de memoria. Y esto, aunque sea de perogrullo, merece una aclaración: cuándo planteo que se ubica el conflicto en el área de la memoria, me estoy refiriendo a complejos mecanismos inconscientes de desplazamiento de los conflictos, y no algo que las personas realicen conscientemente, que sea de su voluntad” Es así, que a partir de una determinada concepción social prejuiciosa de la vejez “los viejos son enfermos y tienen problemas de memoria”, los conflictos vitales son traducidos a la queja de pérdida de memoria, pasando ésta a ser un factor de comunicación validado socialmente, manteniendo al viejo en el lugar de pasivo, de no conflicto y por lo tanto de no proyecto (Pérez y Berriel, 2000). Salvarezza (1988) nos advierte con respecto al “viejismo” como un prejuicio que se vuelve contra la propia persona. Por lo que estos prejuicios pueden llegar a convertirse en “profecías de autocumplimiento”. Algo así como “si creo desde ya que todos los viejos tienen problemas de memoria, seguramente los tendré”. Incluso llegaré a olvidar que “los olvidos” se producen durante toda la vida y que responden a motivaciones subjetivas; “olvidamos de manera inconsciente lo que no nos conviene recordar.” Donde mucha veces esto es una defensa con la que contamos para poder conservar determinado equilibrio psíquico. O siguiendo a Nietzsche podemos decir que se vuelve imprescindible para la Vida una Historie pautada por el olvido a partir de los afectos (Picos, G., 2006). La forma de sentirse, pensarse y actuar de los propios viejos y por que no, de los profesionales que trabajamos con ellos, está condicionada por estos y todos los prejuicios referidos a la vejez. Volviendo a la queja, J. Rodríguez (1994) plantea que la queja funciona como una forma de comunicación y nos dice: “…el contenido del enunciado de la queja funciona como un objeto frustrante; el tema revela una carencia, una falta; o dicho en otros términos; por allí circula un anhelo, un deseo que no es correspondido. Lo que aparece, entonces, es una actitud de espera, reflejando una cierta pasividad. (…) Por lo tanto, es un tipo particular de pensamiento que no problematiza, no analiza y no profundiza los temas tratados y tiene a una simplificación muy grande del entono social. (…) Esto produce un campo de subjetividades en donde todos esperamos que el otro accione ante nuestra demanda. De allí al inmovilismo hay un solo paso”. Ahora bien, ¿qué respuesta damos a esa queja–demanda los servicios sanitarios generalmente?. Es frecuente encontrar diferentes propuestas que apuntan al entrenamiento y estimulación cognitiva. Propuestas que toman a la memoria como un acto — 351 — mecánico del recordar, un proceso del SNC, por tanto individual y que su pérdida resulta intrínseca al envejecimiento. Solo podemos ejercitar como forma de “mantenernos en forma”. Creemos que estas propuestas dan respuesta a esta queja, desde el lugar de solidificarla y no de problematizarla. Algo así como decir “ustedes tienen estos problema de memoria tratemos de ver como lo mejoramos”. En esto pensamos que la queja al decir de J. Rodríguez (1994), “…se muda en algo quejumbroso y termina en una suerte de adaptación pasiva al medio social. El tema es como la queja se transforma en un mecanismo de anulación de la capacidad creadora de los hombres, grupos e instituciones.” No negamos ni desterramos estas propuestas sino que intentamos dar visibilidades a otros procesos que suceden en esa “queja subjetiva de memoria”. ¿Que respuesta damos nosotros a esta queja-demanda? No damos una respuesta ya pre-establecida, no aplicamos “el manual”. Problematizamos, visualizamos los distintos factores puestos en juego en esos “problemas de memoria”. Entendiendo que la memoria es algo más que un simple mecanismo de almacenamiento y recuperación. Es la que nos permite decir quienes somos, de donde venimos y hacia donde queremos ir. Ahora, este decir no es un decir individual, es un decir social. Es lo que conforma nuestra identidad (proceso en constante construcción) y permite pensarnos en un proyecto vital. Es por esto que concebimos a la memoria y a los procesos cognitivos básicos como procesos psicosociales. Cuando decimos problematizar, lo decimos en el sentido de desconstruir los supuestos hegemónicos que legitiman nuestro decir, nuestro actuar. Decir – actuar, en tanto el carácter performativo del lenguaje. O sea, el lenguaje que ejecuta acciones (Austin, 1971). Un enunciado performativo, es una formulación que equivale a una acción; no la describe, la constituye. Podemos pensar que cuando decimos “todos los viejos tienen problemas de memoria” constituye una acción, un acción que se cristaliza y se reproduce en si misma Ana. Ma. Fernández (1999), siguiendo a Foucault nos aporta a esta problematización en tanto plantea al análisis genealógico como otra herramienta que “permite encontrar los puentes entre las narrativas teóricas y los dispositivos histórico – sociales – políticos – subjetivos que sostienen. En tal sentido indaga sobre las condiciones de posibilidad, los principios de ordenamiento, las formas de enunciabilidad y los regímenes de verdad de sus producciones teóricas”. Para ello tratamos de que el taller no quede atrapado en un régimen de enunciación duro, restringido, molar, sino que apunte a enunciar líneas de tipo molecular que desplieguen múltiples efectos y se produzca en acontecimiento. Es así que hacemos trabajar la noción de Transversalidad definida como “…el fundamento de la acción instituyente de los agrupamientos……la transversalidad reside en el saber y en el no saber del agrupamiento acerca de su polisegmentaridad” (Lourau, R., 1994) Diagramar, cartografiar al decir de Deleuze y Guattari, F. (1988), trazar líneas que nos permitan visualizar los acontecimientos producidos en esa grupalidad. Líneas co- Siguiendo a Guattari y Rolnik (2005) tomamos la idea de molecular (en tanto “los flujos, los devenires, las transiciones de fase, las intensidades”) en contraposición a lo molar. “Siguiendo a A. Badiou tomamos la idea de acontecimiento como unidad histórica, como la intersección de una línea de actualidad, lo singular, irrepetible; y otra línea que refiere a la memoria, lo no singular, lo que ya ha sido representado, lo repetible, la repetición misma” (Chavez, J. 2006) — 352 — nectables en todas sus dimensiones, desmontables, alterables, susceptibles de recibir constantemente modificaciones. Otra herramienta que utilizamos es la que nos aporta Castoriadis (1983) con respecto al trabajo de elucidación. Con respecto a esto plantea “Lo que llamo elucidación es el trabajo por el cual los hombres intentan pensar lo que hacen y saber lo que piensan”. Siguiendo a Catoriadis (1989) no podemos dejar de mencionar sus aportes para entender la producción y reproducción social del “viejismo” a través de su conceptualización de “Imaginario social”; como un “magma de significaciones imaginarias sociales” que regula nuestro decir y orienta nuestras acciones, determinando tanto nuestra manera de sentir y desear como nuestra manera de pensar. A si mismo, el concepto de “Imaginario Radical”, como el potencial creativo y transformador de las personas que adquiere un poder instituyente. “Esta creación, apoyada en un imaginario radical con poder instituyente, se traduce en praxis: una acción que puede tomar apoyo en lo que es para hacer existir lo que queremos ser” (Carrizo, L. 1998). A partir de esto proponemos el dispositivo de taller como ámbito privilegiado para poder trabajar todo lo relacionado a estas “quejas subjetivas de memoria”. Trabajamos desde lo grupal, apuntando a recuperar la capacidad creadora multiplicando los recursos de registro y expresión (cuerpo, plástica, literaria, entre otras). Utilizando distintas técnicas que permiten un fluir tan necesario para la producción, que simbolice un recorrido desde la expresión, los afectos, la emotividad y la imaginación. Buscando con ello facilitar la expresión de eso que no es pasible de ser atrapado por lo decible. Para ello utilizamos técnicas de relajación, lúdico – corporales, dramatizaciones, de estimulación de los diferentes sistemas de memoria y demás funciones cognitivas (atención, concentración, razonamiento, etc.), técnicas de Taller (presentación, comunicación, análisis, planificación, evaluación, etc.), técnicas de grupo operativo, entre otras. Intentamos multiplicar y hacer jugar todas las expresiones del deseo. Deseo como potencia infinita que se define como pura producción. Ese deseo, que produce al mismo tiempo lo que desea y lo que es deseado, es también su propio objetivo: el de producir, incesantemente, nuevas realidades. Donde lo que cambia a medida que avanzan los años son las estrategias de expresión del deseo (Pérez, R y Berriel, F, 2000) Es por esto que pensamos que las estrategias de expresión del deseo pueden cambiar, que la queja puede dejar de ser reproductora de los estereotipado (depositando en el otro su demanda) para dar lugar a lo nuevo, a la apropiación de la capacidad de transformación. Bibliografía Amaral, R; Berriel, F.; Carbajal, M.; Leopold, L.; Lladó, M.; Pérez, R. (2004): Plan de desarrollo académico del Servicio de Psicología de la Vejez. Período 2007 - 2008. Montevideo: Facultad de Psicología, Universidad de República. Mat. Mim. Berriel, F.; Pérez, R.; Amaral, R.; Carbajal, M. (2007): Programa de Investigación e Intervención sobre psicoterapias y trastornos cognitivos en el envejecimiento. Montevideo: Facultad de Psicología, UdelaR, mat. mim Berriel, F.; Pérez, R.; Amaral, R.; Carbajal, M. (2007): ANEXO 2: Investigación “Incidencia de Factores Psicológicos en la Etiología de las Demencias Tipo Alzheimer” en Programa de Investigación e Intervención sobre psicoterapias y trastornos cognitivos en el envejecimiento. Montevideo: Facultad de Psicología, UdelaR, mat. Mim Austin, J.L. (1971): Palabras y acciones. Cómo hacer cosas con palabras. Bs. As. Ed. Paidós. — 353 — Benedetti M. (1995): El olvido esta lleno de memoria. Bs. As. Editorial Sudamericana. Badiou, A. (1999): El ser y el acontecimiento. Bs. As. Ed. Manantial Castoriadis, C. (1983, 1989): La institución imaginaria de la sociedad, volumen 1: Marxismo y teoría revolucionaria. Volumen 2: El imaginario Social y la Institución. Barcelona, Ed. Tusquets. Carrizo, L. (1998): El Filósofo de la Imaginación Social cornelius castoriadis (1922-1997) Separata de Revista de Educación y Derechos Humanos (SERPAJ) Cuadernos para docentes http:// www.magma-net.com.ar/castoriadisfilosofo.htm Deleuze, G., Guattari, F. (1988): Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia, España. Pretextos. Fernández, A. M. (1999): Instituciones Estalladas, Bs. As., Ed. Eudeba. Guattari, F. y Rolnik, S. (2005): Micropolítica. Cartografías del deseo. Bs. As. Ed. Tinta Limón. Chavéz, J. (2006): Prácticas Educativas y Producción de subjetividad en “Historia y Subjetividad: Modos de producción de ficciones universitarias”. Montevideo. Delamancha Editores. Lourau, R. (1994): El análisis institucional. Bs. As. A. E. Pérez, R. (2002): Protocolo de Investigación de Tesis: Memoria, Identidad, Deseo y Proyectos vitales en mujeres de edad avanzada. Montevideo, Universidad de la República, INDE. Mat.Mim Pérez, R. y Berriel, F. (2000): Informe de investigación: envejecimiento, cuerpo y subjetividad. Montevideo, informe de investigación a C.S.I.C., inédito Picos, G (2006): Sobre Genealogía e Historia en “Historia y Subjetividad: Modos de producción de ficciones universitarias”. Montevideo. Delamancha Editores. Rodríguez Nebot, J. (1994): Multiplicidad y subjetividad. Montevideo, Ed. Nordan. Salvarezza, L. (1988): Psicogeriatría. Teoría y clínica. Bs. As. Ed. Paidós. — 354 — Memoria y Envejecimiento Abordajes Psicogerontologicos O processo da oficina de memória autobiográfica: possível recurso de intervenção para idosos com suspeita de depressão Patrícia Kok Geribello de Ferreira Cabral, Rita Duarte do Amaral y Vera Maria Antonieta Tordino Brandão Resumo Esse trabalho originou-se da experiência em Oficinas de Memória Autobiográfica propostas no Centro de Convivência: Grupo Vida Barueri. Os resultados apresentados pelos participantes têm sido positivos: beneficiando a integração social, o re-conheci- Núcleo de Estudos e Pesquisa do Envelhecimento (NEPE) do Programa de Estudos Pós-Graduados em Gerontologia da PUC-SP e Grupo Vida - Barueri, São Paulo, Brasil. Patricia Kok Geribello de Ferreira Cabral Psicóloga, mestre em Gerontologia pela PUC/SP. Pesquisadora do GEM (Grupo de Estudos da Memória), do GEP (Grupo de Estudos de Psicogerontologia) ambos do Núcleo de Estudos do Envelhecimento (NEPE) do Programa de Estudos Pós Graduados em Gerontologia da Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (PUC/SP). Atividade profissional: atendimento domiciliar ao idoso com o projeto de resgate da memória autobiográfica na construção de um livro, desde 2000. patrí[email protected] Coordenação e execução dos projetos de oficinas de memória autobiográfica: Conversas no Pateo e no Largo: a memória viva de São Paulo e do Embu em 2003/04 e 2007 e no Grupo Vida Barueri, Sede e Mutinga em 2005/07. Núcleo de Estudos e Pesquisa do Envelhecimento (NEPE) do Programa de Estudos Pós-Graduados em Gerontologia da PUC-SP e Grupo Vida - Barueri, São Paulo, Brasil. Rita Duarte do Amaral Pedagoga, especialista em Gerontologia, pesquisadora do GEM - Grupo de Estudos da Memória, do GEP (Grupo de Estudos de Psicogerontologia) ambos do Núcleo de Estudos do Envelhecimento (NEPE) (PUC/SP). Atividade profissional: voluntária na Instituição de Longa Permanência “Lar Madre Regina” em Guarulhos, desde 2002; desenvolvendo junto aos idosos atividades de Dança Sênior, passeios culturais em São Paulo, projeto “Encontros autobiográficos” dos residentes do LMR. Profissional atuando em instituições de longa permanência para idosos. Coordenação e execução dos projetos de oficinas de memória autobiográfica: Conversas no Pateo e no Largo: a memória viva de São Paulo e do Embu em 2003/04 e 2007e no Grupo Vida Barueri, Sede e Mutinga em 2005/07. [email protected] Núcleo de Estudos e Pesquisa do Envelhecimento (NEPE) do Programa de Estudos Pós-Graduados em Gerontologia da PUC-SP e Grupo Vida - Barueri, São Paulo, Brasil. Vera Maria Antonieta Tordino Brandão. Pedagoga – USP. Mestre e Doutora em Ciências Sociais – Antropologia. PUC/SP. Docente e Pesquisadora do Núcleo de Estudo e Pesquisa do Envelhecimento (NEPE) do Programa de Estudos Pós-Graduados em Gerontologia - PUC/SP. Docente do Cogeae - PUC/SP. Pesquisadora do Grupo de Estudos e Pesquisas Interdisciplinares (GEPI) do Programa de Estudos Pós-Graduados em Educação – Currículo - PUC/SP. Idealizadora e docente da Oficina: Memória Autobiográfica – Teoria e Prática. Editora - assistente da Revista Kairós do PEPGG – PUC/SP. Membro da equipe mantenedora do Portal do Envelhecimento – PEPGG – PUC/SP. www.portaldoenvelhecimento.net / e-mail:[email protected] — 355 — mento de si e a preservação da saúde. Como é significativa a incidência de quadros depressivos, relacionados às perdas físicas ou psíquicas no envelhecimento, investigamos os resultados obtidos nos participantes das Oficinas com sintomas de estados depressivos. Objetivo: detectar alterações nos resultados obtidos na Escala de Depressão em Geriatria (GDS) em sujeitos participantes das Oficinas de Memória Autobiográfica; verificar os resultados pós-participação em casos com suspeita de depressão. Metodologia: Foram avaliados 65 sujeitos: idade média 70 anos; 10% sexo masculino e 90% feminino, participantes em 75% do total dos encontros. Foram aplicados dois instrumentos: MiniExame do Estado Mental (MEEM) no início das Oficinas, Escala de Depressão em Geriatria (GDS-15) aplicada antes e após a participação e um questionário de informações sócio-demográficas. Resultados: Nos sujeitos avaliados, 36% apresentaram suspeita de depressão antes das Oficinas e 21% mantiveram o mesmo quadro ao seu final. Foi constatado que 15% dos sujeitos apresentaram, na avaliação final, um GDS < 5, indicando melhora nos sintomas. Esses resultados objetivos coincidem com os subjetivos expressos oralmente, pelos participantes, na avaliação final das Oficinas. Conclusão: De acordo com esse estudo, não conclusivo, aferiu-se que as Oficinas de Memória Autobiográfica podem beneficiar os sujeitos com suspeita de depressão, como um possível recurso de intervenção. Palavras-chave: envelhecimento; depressão; memória autobiográfica; oficina. Introdução Ao tratar do envelhecimento abordamos um tema de estudo complexo e uma preocupação recente em nossa sociedade brasileira. Até então, o país sempre fora conhecido como jovem e somente há pouco se percebeu que essa “cara jovem” sofreu mudanças significativas. Os estudos demográficos apontam para o crescimento do segmento idoso, e esta é uma variável nova para a nossa sociedade. Berquó (1996:7) ao tratar essa questão, chama à atenção para essa parcela da população: “O crescimento da população idosa torna-se cada vez mais relevante porque ele já supera aquele da população total”. Por meio de projeções, a autora mostra que esse aumento da população dos idosos, em relação à população total, tende a continuar crescendo. Segundo ela, nesse novo século, o Brasil deve encontrar-se com 8.7 milhões de pessoas com sessenta e cinco anos ou mais, numa relação proporcional de um idoso para cada vinte brasileiros com a projeção para 2020, de um idoso para treze brasileiros. É importante esclarecer que para a definição de metas governamentais e de políticas públicas no Brasil, considera-se idoso aquele maior de 60 anos de idade. (Estatuto do Idoso, Lei n º 10.742, de 1º de outubro de 2003 – Título I, Art. 1o). O trabalho Oficina de Memórias Autobiográficas, que apresentamos, surgiu a partir do curso de formação Oficina Memória Autobiográfica - Teoria e Prática, idealizado pela profª Vera Brandão, que nos deu os subsídios teórico-práticos para a execução das oficinas com idosos em diferentes espaços, dando seqüência ao projeto Memória e Cultura, por ela iniciado em 1994. A partir da formação e, por uma necessidade de diálogo entre a teoria e a prática, também foi criado o Grupo de Estudos da Memória – GEM, que tem entre seus objetivos o aprofundamento dos estudos teóricos sobre o tema da memória autobiográfica; a troca de experiências sobre as práticas profissionais desenvolvidas pelos participantes — 356 — e a promoção de pesquisas relativas ao tema. Fazem parte do GEM profissionais exparticipantes do curso de formação que criaram um espaço de pesquisa, discussão e aprimoramento. O projeto aqui apresentado surgiu dos estudos, reflexões e trocas entre Cabral, psicóloga, e Amaral, pedagoga, pesquisadoras membros do GEM, e se realizaram em locais distintos. Entre 2003 e 2004 o projeto teve lugar no Pateo do Collegio, marco de fundação da cidade de São Paulo, hoje a mais populosa do Brasil. No ano de 2005 fomos convidadas a implantar o projeto em um centro de convivência para idosos na cidade de Barueri, situada a 40 quilômetros da capital. O centro de convivências chamado Grupo Vida – Barueri e é uma entidade civil sem fins lucrativos, que presta serviços aos residentes deste município, com idade igual ou maior que 60 anos. O Grupo Vida iniciou suas atividades em outubro de 1975 com 56 idosos, no centro de Barueri e em 2006, contava com 1.836 associados, em suas três unidades. O projeto de Oficinas de Memória Autobiográfica foi implantado nas unidades da Sede, no centro e do Jardim Mutinga, periferia de Barueri. As oficinas foram denominadas: Conversando no Grupo Vida: a memória viva de Barueri. Nas oficinas realizadas entre os anos de 2005 a 2007, os resultados apresentados pelos participantes mostraram que a intervenção teve efeitos positivos, propiciando a integração social, o reconhecimento de si e, como conseqüência, a preservação da saúde. O objetivo do trabalho, aqui apresentado, foi realizar uma sondagem de campo para averiguar se esse recurso de intervenção poderia ser benéfico em casos de suspeita de depressão. Sabemos que é grande a incidência de casos de depressão em idosos. A depressão é um estado de ânimo triste, uma alteração de humor, onde a tristeza é patológica, profunda abarcando a totalidade do ser (Santana et alii, 2006). Existem diversos tipos de depressão, e gostaríamos de atentar que esse estudo se deu durante o processo oficina, portanto avaliamos sujeitos com suspeita de depressão e não com diagnóstico clinico. Cabe ressaltar que o idoso usuário de um centro de convivência, nosso campo de trabalho, não apresenta sintomas depressivos impeditivos, pois têm que se deslocar de seu local de moradia até o centro de convivência. No entanto, percebemos um índice alto de queixas como: dificuldade de relacionamento familiar, solidão e doenças. O idoso deprimido perde o interesse e a vontade de viver, sentindo-se incapaz de realizar suas atividades. O centro de convivência surge como um ponto de encontro importante para estes idosos podendo inclusive ser fator de prevenção. A velhice é um momento de fragilidades e muitas perdas. Entre estas perdas podemos ressaltar a perda do trabalho com a aposentadoria, a morte do cônjuge ou ente querido; a perda de papéis sociais provocadas pelas mudanças na estrutura familiar quando os idosos passam a ter menor participação nesta dinâmica; a perda da saúde que pode ser um aspecto limitante para a autonomia, levando o idoso a uma dependência funcional. Tudo isso obriga cada idoso a uma reestruturação adaptativa que, dependendo das características de cada sujeito, terá maiores ou menores riscos de fracassar e gerar doenças como a depressão. (Santana et alii, 2006). Butler apud Selva, Postigo y Rodrigues (2005), pioneiro na utilização de revisão de vida usou diferentes métodos para despertar as lembranças a partir de estímulos tais como fotografias, textos, música. A maioria dos autores analisados para fins do presente estudo, aceita as premissas deste autor, ressaltando os benefícios das reminiscências para idosos. — 357 — Este é o cenário que encontramos no Grupo Vida Barueri: alguns idosos com suspeita de depressão, mas ainda com disponibilidade de procurar atividades. Nas Oficinas, onde o trabalho é realizado em grupos de até quinze participantes que se encontram semanalmente, propusemos um resgate da historia de vida através da técnica Oficina de Memória Autobiográfica (Brandão, 2002). Segundo Santos (2005:63) a Memória Autobiográfica é uma espécie de síntese complexa e dinâmica que contamos sobre nós mesmos e sobre nossa trajetória no mundo, história nas quais cremos com graus variáveis de certeza e que nos constituem tanto quanto são por nós constituídas. Objetivos Neste trabalho procuramos detectar as alterações nos resultados obtidos na Escala de Depressão em Geriatria (GDS) em sujeitos participantes das Oficinas de Memória Autobiográfica, verificando os escores antes e depois da participação nas Oficinas. Atentamos que esta pesquisa é uma sondagem de campo visto que não encontramos referências de trabalhos que utilizam a mesma metodologia. Material e Método Sujeitos: as oficinas de Memória Autobiográfica tiveram a participação de 113 idosos em oito grupos distintos, universo do qual extraímos a amostra para este trabalho e que contou com a participação ciente e voluntária de 65 sujeitos. Estes, além de freqüentarem as oficinas, foram submetidos à aplicação de dois instrumentos: Mini-exame do Estado Mental (MEEM) no início das oficinas e Escala de Depressão em Geriatria (GDS-15) aplicado antes e após a participação nas oficinas. Os sujeitos responderam a um questionário de informações sócio-demográficas que tinha como objetivo a obtenção de informações quanto à idade, sexo, estado civil, local de nascimento, escolaridade, profissão, fonte de renda e condições de moradia. O critério para inclusão neste estudo é que os sujeitos tivessem participado do processo de oficina de memória autobiográfica em 75% dos encontros programados. A amostra final contou com 65 sujeitos com média de idade de 70 anos e perfil conforme dados da tabela abaixo: Total Percentual 6 59 10% 90% 17 26% Ensino Básico (1ª a 4ª) Incompleto 15 23% Ensino Básico Completo 26 40% Ensino Fundamental (5ª a 8ª) Incompleto 2 3% Ensino Médio Completo 5 8% Gênero: Masculino: Feminino: Escolaridade: Analfabeto — 358 — Quanto ao gênero, os dados confirmam as estatísticas sobre o envelhecimento, nas quais se percebe uma porcentagem maior do sexo feminino, de acordo com o que ocorre nas pesquisas demográficas, onde desde 1950 às mulheres tem correspondido maior esperança de vida ao nascer, ou seja, lhes tem cabido um maior número de anos por viver. (Berquó, 1996:12). E também de acordo com os dados do IBGE (2000), 55% dos idosos brasileiros são mulheres que vivem sozinhas, e têm dificuldade de inserção no mercado de trabalho formal que, na maioria dos casos, está relacionada com a baixa escolaridade e escassa experiência profissional. (Bassit, 2004:138). Em relação à escolaridade os dados representam o perfil da população idosa brasileira, onde os índices do IBGE (2000) apontam que existem cerca de 5, 1 milhões de analfabetos veteranos no país. Estes somados aos que têm ensino básico incompleto e são considerados analfabetos funcionais correspondem a 59%. (Sá, 2004). Em nosso estudo obtivemos o índice de 26% analfabetos e 49% se somados aos idosos com no máximo três anos de estudo. Instrumentos: o Mini-Exame do Estado Mental (MEEM) foi aplicado com a intenção de rastrear algum declínio cognitivo que comprometesse os resultados dos outros instrumentos de pesquisa, visto que baixos escores podem ocorrer em outras condições, como delirium e depressão. O MEEM, publicado por Folstein e col. em 1975, é o teste mais usado para o rastreio de demência em todo mundo. É um teste simples e conciso, embora não haja dados definitivos do teste na população brasileira, com base em dado de estudo epidemiológico recente realizado em nosso meio, sugerem-se as seguintes notas de coorte: < 14 para analfabetos; < 18 para ensino fundamental completo; < 24 para ensino superior (Herrera et alii, 2002). Nesse estudo, a aplicação do MEEM foi realizada de forma individualizada e dirigida conforme as instruções do autor. Os dados referentes a suspeita de depressão foram medidos pela Escala de Depressão em Geriatria (GDS-15) abreviada de Yesavage (1986), na versão brasileira. Essa escala é um dos instrumentos mais utilizados para a detecção de depressão no idoso. Segundo Stiles e McGarrahan apud Almeida e Almeida (1999), diversos estudos demonstram que a GDS oferece medidas válidas e confiáveis para a avaliação de transtornos depressivos. Como o objetivo deste estudo estava inserido em um projeto, optamos pela GDS-15, por ser de fácil aplicação e específico para a população idosa. Optou-se pela aplicação em grupo, com a leitura das perguntas em voz alta de forma que os indivíduos não alfabetizados pudessem ser incluídos no estudo. Devido à baixa escolaridade da amostra, alguns sujeitos foram auxiliados no preenchimento da folha de respostas da escala e outros foram submetidos à aplicação da escala individualmente. A GDS-15 foi aplicada no segundo e último encontro, com uma média de seis semanas de intervalo entre uma aplicação e outra. Processo Oficina: a oficina utiliza a memória autobiográfica como método de resgate da história afetiva vivida, através da técnica de Oficinas Memória Autobiográfica: teoria e prática. Brandão (2002:181) afirma que “esta técnica tem se mostrado rica em possibilidades quando aplicada, seja em grupos de idosos, seja na atualização ou preparação de profissionais das áreas da saúde e educação que trabalham com as questões do envelhecimento humano”. As oficinas funcionaram em nove encontros de duas horas semanais, no período de dois meses. Foram utilizados recursos, como leituras, reflexões e dinâmicas de grupo, a partir de material adequado e pré-selecionado pelas coordenadoras. Esse material é usado como estímulo para iniciar as conversas evocativas. Segundo Izquierdo (2004:85) “de longe, e por enorme diferença, o melhor exercício para preservar e melho- — 359 — rar a memória é a prática da leitura.”(grifo do autor). As leituras eram realizadas por voluntários do próprio grupo ou pelas coordenadoras, mas sempre todos os participantes recebiam o texto que estava sendo lido. Os encontros foram planejados de modo a permitir a expressão espontânea de todos os seus participantes; para tanto, a função de controlar o tempo era exercida por uma das coordenadoras. E como “toda a memória é adquirida num certo estado emocional” (Izquierdo, 2005:36) quando trabalhamos na perspectiva da evocação de memórias autobiográficas, a continência e respeito pelas falas, e até mesmo os silêncios e esquecimentos dos par