EFECTO DEL ESTRÉS HÍDRICO APLICADO EN DISTINTOS PERIODOS
DE DESARROLLO DE LA VID CVAR. CABERNET SAUVIGNON EN LA
PRODUCCIÓN Y CALIDAD DEL VINO.
Effect of Water stress applied at different development periods on cabernet Sauvignon
grapevine on production and wine quality.
Raúl Ferreyra E. [1], Gabriel Selles V.2 , Jose Peralta A2 ., Loreto Burgos R 2 ., y Jorge
Valenzuela B2
ABSTRACT
Water stress treatments were applied to cabernet sauvignon vines during the 1994/95 and
95/96 season at La Platina Research Center, Santiago (33º 34 ' S; 70º 38 ' O). Treatments
were 100% (check) (T1) and 40% of the Crop evapotranspiration (ETc) factor during the
entire season (T2), No irrigation from budbursting to veraison, followed by 100% ETc till
harvest (T3), 100% ETc from budbursting to veraison and no water till harvest (T4).Water
stress reduction reduced vegetative growth, weight and size (diameter) of berries therefore
yield, mainly in the treatment where the water stress was applied amoyg budbursting and
veraison. Also floral induction was effected by this treatment the second growing season.
Color, phenols and anthocyanin concentration were higher in all water stress treatments
while acidity was increased when water stress was applied among veraison and harvest.
This treatment also, increased the overall quality of the wine. The stem water Potential
(SWP) and the Plant Water Stress Index (CWSI) were good indicators of the plant water
status. Plants with or without appropriate supply of water were –0.6 Mpa at sunrise and –
0.5 Mpa at noon time. Non stressed plants showed SWP larger than –0.35 Mpa at sunrise
and –1.0 Mpa at noon times. Normally watered vines showed CWSI lower than 0.2.
Among 0.2 – 1.0 when submitted to a partial deficit and larger than 1.0 when were not
irrigated in some phenological period.
INTRODUCCION
En Chile, la vid (Vitis vinifera L.) destinada a producción de vino ocupa aproximadamente,
una superficie de 81.256,4 ha (INE 1997). Entre las variedades tintas, Cabernet Sauvignon
ocupa el primer lugar en cuanto a superficie plantada, representando el 57% del total de
dichas variedades.
La regulación del riego en la viña es un buen método de control del rendimiento y de la
calidad. Hay numerosas investigaciones que afirman que un déficit hídrico produce
cambios significativos en el crecimiento vegetativo (Schultz y Matthews, 1993; Poni et al
(1993), Ussahatanonta et al, 1996) y en la composición química de las bayas (Reynolds y
Naylor, 1994; Jackson y Lombard, 1993). Por lo tanto, un déficit hídrico influye también en
la calidad del vino producido. Sin embargo diferentes investigaciones realizadas han
mostrado resultados contradictorios cuando se restringe el suministro hídrico. Existe
acuerdo en que un déficit hídrico produce una mejora de la calidad del vino, al disminuir el
crecimiento vegetativo y favorecer la iluminación de los racimos, lo que aumentando la
producción de fenoles y mejora la relación cutícula/pulpa. Sin embargo, el periodo
fenológico más apropiado para la restricción hídrica aún no está claro.
Investigaciones realizadas en Cabernet Sauvignon por Prichard (1995) en California,
indican que reducciones del suministro hídrico cercanas al 70% hasta antes de pinta
producen un vino de mejor color y pH en comparación con vino proveniente de vides
sometidas a estrés similar después de dicho periodo o de vides que no sufrieron estrés
hídrico. Bravdo y Naor (1997) en estudio s realizados en Israel, encontraron vinos de mejor
calidad en vides que fueron sometidas a déficit ligeros durante toda la temporada. Otros,
indican que un déficit hídrico entre pinta y cosecha sería más beneficioso porque
incrementa significativamente la producción de antocianinas lo que implica un mejor color
en variedades tintas, (Matthews et al, 1990; Nadal y Arola, 1995;). Además, se debe
considerar que la falta de agua durante el período de inducción floral (que ocurre entre
floración y pinta) puede afectar de manera considerable la floración de la temporada
siguiente (Matthews y Anderson, 1989).
Por lo anterior, en el Centro regional de Investigación (CRI) La Platina del Instituto de
Investigaciones Agropecuarias (INIA), se realizó un estudio, durante las temporadas 94/95
y 95/96, con el fin de evaluar el efecto del déficit hídrico aplicado antes y después de pinta,
sobre el crecimiento vegetativo, producción, calidad del vino, relacionándolos con el estado
hídrico de la planta.
METODOLOGÍA
El experimento se realizó en un viñedo cultivar Cabernet Sauvignon, plantadas en agosto de
1988, a tres por dos metro, ubicado en el Centro regional de Investigación (CRI) “La
Platina”, del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), en la Región Metropolitana
(33º 34 ' S; 70º 38 ' O). El clima es semiárido, con temperatura máxima de enero de 28,2ºC
y una mínima de julio de 4,4ºC. El período libre de heladas es de 231 días, con un
promedio seco de ocho meses. El suelo de origen aluvial, moderado a ligeramente
profundo, de textura franco arenoso fino, con topografía plana, bien drenado y
permeabilidad rápida.
El ensayo estuvo constituido por 600 con un diseño experimental de bloques al azar con
cuatro tratamientos y tres repeticiones. Los tratamientos aplicados se indican a
continuación:
T1:
T2:
T3:
T4:
Riego con 100% de la evapotranspiración del cultivo (ETc) durante toda la
temporada.
Riego con un 40% de la evapotranspiración del cultivo (ETc) durante toda la
temporada.
Sin riego hasta pinta, se repuso un 100% de ETc durante el resto de la temporada.
Riego con 100% de la ETc de brotación hasta pinta y sin riego durante el resto de
la temporada.
Las necesidades de agua de riego del cultivo, se estimaron a partir de la evapotranspiración
del cultivo (ETc), ajustándose con un lisímetro volumétrico (1,5 m de ancho, 2,4 m de
largo y 1 m de profundidad) ubicado en el tratamiento T1. El agua fue aplicada a través de
un equipo de riego por goteo compuesto por dos emisores de 4 l/h por planta.
Estado hídrico del suelo. Se realizaron mediciones de potencial mátrico de suelo en forma
diaria a través de tesiómetros (Soilmoisture), ubicados a 30 cm de profundidad, en cada
repetición.
Estado hídrico de la planta. Se realizaron mediciones de potencial hídrico xilemático en
forma semanal durante el periodo de crecimiento de la vid en la madrugada (SWP s) y/o a
medio día (SWP n), usando una cámara de presión (Soil Moisture Equipment Corp., Santa
Bárbara, California). Se midieron 9 hojas por tratamiento, las que fueron cubiertas por un
film plástico y uno metálico al menos dos horas antes de realizar la medición. Se eligieron
hojas maduras del tercio medio de la planta. Se realizaron seguimiento del ciclo diario del
potencial hídrico xilemático, con mediciones a partir de las 5:30 A.M. Para la
determinación de la temperatura de las hojas se utilizó una pistola de termometría infrarroja
(marca Cole Parmer modelo L-08406-3). Para tomar las lecturas la pistola se ubicó
aproximadamente a 1,5 m de distancia del follaje con exposición solar directa. Las
mediciones se realizaron una vez por semana a las 14 horas, y se tomó un promedio de 15
lecturas en cada parcela. Paralelamente a la determinación de la temperatura del follaje, se
realizó la medición de la temperatura del aire y humedad relativa con un psicrómetro
ventilado. Con esta información de acuerdo a la metodología desarrollada por Idso et al.
1981 se determino el índice de estrés hídrico del cultivo (PWSI)
Crecimiento y producción del árbol.. Al momento de la cosecha se seleccionaron tres
plantas por cada repetición a las cuales se les determinó el número de racimos por planta;
el peso de racimos; el número de bayas por racimo, el peso de bayas, la acidez total y los
sólidos solubles.
Análisis químicos del vino. El mosto, obtenido de cada tratamiento, fue sometido a una
microvinificación, para posteriormente realizar el análisis químico del vino. Los
componentes químicos del vino fueron determinados de acuerdo a los métodos descritos
por Ureta (1984).
Características sensoriales de los vinos. Se evaluaron por medio de un panel de ocho
enólogos las características sensoriales de los vinos obtenido de cada tratamiento. La
evaluación sensorial se realizó de acuerdo con una ficha de degustación propuesta por el
Instituto de Fermentaciones Industriales de Madrid, España
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Efectos generales del déficit hídrico. La reducción del suministro hídrico en las diferentes
etapas resultó en un ahorro de agua total que fue desde un 39%, en el tratamiento T2, hasta
un 62% en el tratamiento T4 respecto al testigo (Cuadro 1). En el tratamiento con déficit
después de pinta (T4) la economía se produce entre mediados de Enero hasta fines de
Marzo de 1995 y 1996, con un ahorro de agua del orden del 40%. El tratamiento con
déficit hídrico antes de pinta (T3) presento una economía de agua equivalentes al 60% del
testigo.
Cuadro 1. Volumen de agua aplicado en vid, cultivar Cabernet Sauvignon.
Table 1. Volume of water applied to grape, cv Cabernet Sauvignon
VOLUMEN DE AGUA APLICADO
m3 /ha
TRATAMIENTO
94/95
95/96
T1
4480
4414
T2
1763
1775
T3
1709
1712
T4
2699
2701
Evolución del estado hídrico del suelo. Las lecturas de potencial mátrico del suelo
estuvieron directamente relacionadas con el régimen de riego establecido (figura 1).
Durante los periodos en que se repuso el 100% de las necesidades de riego, el potencial del
suelo se mantuvo entre -10 y -15 Kpa, valores muy superiores a los que se encontraron con
déficit parcial (T2), los cuales llegaron hasta -65 Kpa; y con déficit total (T3 antes de
Pinta y T4 después de dicho período), cuyo potencial mátrico llegaron cerca de los -75
KPa. Resultados similares obtuvieron Poni et al (1993) y Stevens y Harvey (1996), quienes
utilizaron tensiómetros para estimar el estado hídrico del suelo frente a un determinado
régimen hídrico y encontraron, en periodos de estrés total, potenciales mínimos en el suelo
de -80 Kpa, que fueron alcanzados al final de cada periodo.
Figura 1 Potenciales mátricos del suelo en los diferentes tratamiento de riego a lo largo de la
temporada de riego 1994/95
Figure 1 Seasonal matrix potentials of irrigation treatments 1994/95.
Evolución del estado hídrico de la planta. Los valores de potencial hídrico xilemático,
obtenidos tanto al medio día como en la madrugada, disminuyen conforme el suministro
hídrico es menor (figura 2 y 3), encontrándose los menores valores de potenciales al final
de los periodos sin suministro hídrico, concordante con la menor disponibilidad de agua en
el suelo. Antecedentes similares reportaron Winkel y Rambal (1993) y Schultz y Matthews
(1993).
Las mediciones de potencial hídrico xilematico realizadas durante madrugada (figura 2)
indicaron, que los períodos sin déficit de riego, se caracterizaron por presentar valores de
SWP s del orden de los -0,3 MPa. Estos valores disminuyeron hasta -0,5 MPa al aplicar
el 40% de la ETc y hasta –0.9 Mpa, en promedio, en los periodos de suspención del riego
(T3 y T4).
Figura 2. Potenciales hídricos xilematicos medido al amanecer (SWP s) 1994/95.
Figure 2. Stem water potential measured at sunrise (SWP s) 1994/95.
SWP showed differences among no irrigation treatments and checke aster 2 weeks
without water
Además, en la figura 2 se puede observar que cuando se usó el riego, después de un largo
periodo de déficit, (T3), los valores de potencial hídrico xilematico demoraron
aproximadamente 40 días en ser similares al del testigo (T1).
Los potencial hídrico xilemático, medido a la hora de máxima radiación solar (figura 3),
presentaron un comportamiento similar a los medidos en la madrugada. Estos resultados
coinciden con los de Schultz y Matthews (1993).
Figura 3. Potenciales hídricos xilematicos medido al medio día (SWP n) 1994/95.
Figure 3. Stem water potential measured at noon time (SWP n) 1994/95.
SWP showed differences among no irrigation treatments and checke aster
2 weeks without water
Las mediciones de potencial hídrico xilematico realizadas a medio día (SWP n) indican,
que los períodos sin déficit de riego los valores disminuyen hasta -1.0 MPa (figura 3).
Estos valores disminuyeron a - 1.4 MPa cuando se repuso el 40% de la ETc y a –-1.5 Mpa
en promedio cuando se suspende completamente el riego.
Las mayores diferencias entre tratamientos se produjeron durante los períodos en que se
suprimió totalmente el riego (periodo anterior a pinta - 0,63 MPa entre T1 y T3; después de
pinta -0,7 MPa entre T1 y T4). Grimes y Williams (1990) obtuvieron resultados similares
al encontrar diferencias máximas en promedio de -0,7 MPa entre tratamientos con y sin
riego.
Cuando se repuso el riego en el tratamiento con déficit hídrico desde brotación hasta pinta
(T4), los valores de potencial fueron aumentando alcanzando diferencias mínimas entre
tratamientos, seis semanas después de pinta aproximadamente (02/03/95). La lenta
recuperación del potencial en plantas con déficit hídrico, una vez restablecido el volumen
de agua normal, podría deberse a que el periodo sin riego produjo la inactivación de
raíces en las capas superiores del suelo o bien por la disminución del flujo en el xilema
debido a la ruptura de la columna de agua en algunos vasos xilematicos. Además, la falta
de humedad en el suelo durante el período de déficit puede llegar a producir una fuerte
disminución de su conductividad hidráulica, lo que también podría contribuir a la lenta
restauración del contenido hídrico de las plantas una vez que se repuso el riego (Olalla y
Valero, 1993).
El “Indice de Estrés Hídrico del cultivo (PWSI)” se presenta en la figura 4. Los valores
menores del índice correspondieron a períodos en que se repuso la totalidad de las
necesidades de riego (T1 durante toda la temporada y T4 entre brotación y pinta. A medida
que disminuyó la disponibilidad de agua para la planta el índice aumentó (T2, T3 antes de
pinta y T4 después de pinta).
Los valores de índices de estrés (PWSI) fluctuaron entre -1,5 y 1,5. Los inferiores a 0,2
corresponden a plantas con un suministro hídrico normal; entre 0,2 y 1,0 estarían las plantas
con déficit parcial y superiores a 1,0 correspondieron a vides con déficit total de agua
(figura 4).
Figura 4 Indice de estrés hídrico del cultivo (PWSI) en los diferentes tratamiento a través de
la temporada de riego 1994/95.
Figure 4. Seasonal plant water stress index (PWSI) 1994/95.
Fructificación y rendimiento. Los rendimientos obtenidos en los distintos tratamientos
durante las temporadas de investigación se indican en el cuadro 2, donde se puede apreciar
una relación directa entre el déficit hídrico y la reducción del rendimiento: Cuando existió
un aporte del 100% de ETc, el tamaño de bayas y el número de bayas por racimo fue
mayor, lo que se vio reflejado en el rendimiento.
Cuadro 2. Efecto del déficit hídrico en el rendimiento de la vid cv Cabernet Sauvignon
Table 2. Effect of the water stress on the yield of grape cv Cabernet Sauvignon
Trat.
T1
T2
T3
T4
Rendimiento
(Ton/ha)
94/95
95/96
21.4a
22.6
16.5b
16.4
16.9b
11.8
15.2b
11.1
Nº racimos/
planta
94/95
95/96
71 a
57 a
72 a
48 b
75 a
36 c
73 a
33 c
Nº bayas/racimo
94/94
140 a
168 a
120 b
110 ab
95/96
223 a
119 b
137 c
190 b
Las diferencias en el rendimiento durante la primera temporada no están asociadas al
número de racimos, ya que se dejó una cantidad similar en todos los tratamientos, sino más
bien al peso de estos y el peso de bayas.
El efecto del déficit hídrico sobre la inducción floral se pudo observar sólo en la segunda
temporada, donde se encontró una significativa disminución del número de racimos y de
bayas, los que influyeron directamente en la reducción del rendimiento en el tratamiento T3
(sin riego entre brotación y pinta).
Análisis químicos del vino. El grado de madurez de la uva y el grado alcohólico del vino
no registraron diferencias entre tratamientos, debido a que la cosecha se realizó cuando la
uva alcanzó los 22 - 23 ºBrix. Sin embargo, en ambas temporadas el tratamiento con déficit
hídrico después de pinta (T3) alcanzó la madurez de cosecha aproximadamente 7 días antes
que el resto de los tratamientos. Goodwin y Macrae (1990), también encontraron un
adelanto de la maduración con déficit hídrico.
No se encontraron diferencias en el pH, sin embargo la acidez total fue significativamente
superior cuando se suprimió el riego después de pinta (cuadros 3)
En el cuadro 4 se presenta los valores de fenoles, antocianinas, intensidad colorante y matiz
en el vino para los cuatro tratamientos de riego. Los compuestos fenólicos y antocianas
aumentaron significativamente en los tratamientos con estrés hídrico. Los fenoles
aumentaron en promedio en un 26% y 46% en relación con el testigo, durante la primera y
segunda temporada de estudio, respectivamente, encontrándose los mayores incrementos en
el tratamiento T3 . Las antocianas por su parte, aumentaron en promedio en un 14% y 24%,
en comparación con el tratamiento testigo (T1) durante la primera y segunda temporada de
estudio, respectivamente. Los mayores niveles de antocianinas se encontraron en el
tratamiento T4. Estos resultados son similares a los descritos por Puyo (1992); Bravdo et
al, (1985) y Matthews et al (1988) quienes estimaron además que el contenido de fenoles
aumenta, en un 30 y 15% con déficit antes y después de pinta respectivamente, en relación
con tratamientos con riego continuo. El aumento de los fenoles, puede estar relacionado
con el hecho que al disminuir el riego, los racimos quedarían expuestos a una mayor
luminosidad, la cual juega un papel importante en su formación (Crippen et al , 1986).
Cuadro 3. Efecto del déficit hídrico en el pH y acidez total
Table 3. Effect of the water stress on pH and total acidity
Tratamiento
pH
Acidez total
gramos ac. Sulf / litro de vino
94/95
95/96
94/95
95/96
T1
3,64 a1/
3,55 a
4,42 b
5,12 c
T2
3,59 a
3,47 a
4,47 ab
5,59 b
T3
3,70 a
3,44 a
4,34 b
5,64 b
T4
3,60 a
3,39 a
4,51 a
6,52 a
1/ Valores seguidos de igual letra no difieren estadísticamente, según la prueba de comparación
múltiple de Duncan.
Cuadro 4. Efecto del déficit hídrico en composición químicos del vino
Table 4. Effect of the water stress on chemical composition of the wine
Trat
Fenoles
totales
(D0 280nm)
Antocianinas
(mg/l)
94/95
95/96
94/95
T1
0,57 b1/
0,51 b
722 c
T2
0,72 a
0,74 a
T3
0,75 a
T4
0,68 a
95/96
Int Colorante
DO (420+520+
620 nm)
Matiz
DO 420/520
94/95
94/95
700 c
1,89 b
0,69 a
842 a
823 b
2,06 a
0,61 a
0,77 a
801 b
841 b
2,29 a
0,66 a
0,72 a
831 a
948 a
2,28 a
0,61 a
1/ Valores seguidos de igual letra no difieren estadísticamente, según la prueba de comparación
múltiple de Duncan.
Durante la primera temporada del ensayo, las diferencias descritas anteriormente no
afectaron al matiz del vino, pero si a la intensidad colorante, la cual fue significativamente
menor en tratamiento con riego continuo que en los tratamientos con déficit hídrico.
Matthews (1990) y Puyo (1992) tampoco encontraron diferencias en cuanto al matiz del
vino, pero observaron una mayor intensidad colorante en tratamientos con déficit antes de
pinta que con déficit después de dicho período y con riego continuo.
Características sensoriales de los vinos. Previo al análisis sensorial de los vinos se realizó
un test triangular entre repeticiones. En dicha prueba no se encontró diferencias
significativas, lo que quiere decir que los jueces consideraron homogéneas las repeticiones
de cada tratamiento, por lo tanto, se eligió un bloque al azar para realizar la degustación de
los vinos.
En la ficha de degustación utilizada se observaron las siguientes características: sensación
global, intensidad colorante, número de atributos y número de defectos.
En el cuadro 5 se indica un resumen del análisis sensorial. Con respecto a la sensación
global, en ambas temporadas, se observó un aumento significativo en tratamientos en los
cuales se restringió el aporte hídrico (T4, T3 y T2) con respecto al tratamiento sin déficit
hídrico (T1). Entre los tratamientos con déficit no se detectaron diferencias significativas,
sin embargo, el vino de mejor sensación global fue el proveniente del tratamiento sin riego
entre pinta y cosecha (T4), mientras que el peor tratamiento fue el que tuvo un 100% de
reposición de la evapotranspiración durante toda la temporada (T1). Estos resultados son
similares a los obtenidos por Goldfarb, (1995), quienes sostienen que un déficit hídrico
tiene un efecto indirecto sobre la calidad del vino debido probablemente a la reducción
del rendimiento.
Cuadro 5. Efecto del déficit hídrico en características organolépticas del vino.
Table 5. Effect of the water stress on organoleptic characteristic on the wine
Sensación global
Color
Total
Atributos
94/95
95/96
94/95
95/96
94/95
95/96
T1
12,3b
12,6b
3,5b
3,8b
20b
19b
T2
18,8ab
19,3ab
4,9a
4,2a
23b
24b
T3
20,0a
21,1a
4,3a
4,5a
37a
38ab
T4
23,8a
24,3a
4,8a
4,8a
48a
53a
1/ Valores seguidos de igual letra no difieren estadísticamente, según la
múltiple para variables no paramétricas de Nemenji.
Total
Defectos
94/95
95/96
54a
51a
31a
31b
20ab
24ab
16b
17c
prueba de comparación
Con respecto al color, las diferencias encontradas en la Intensidad colorante también
fueron detectadas sensorialmente y la mayor intensidad estuvo asociada al mejor color. Los
jueces encontraron en los tratamientos con déficit hídrico un mejor color, siendo
estadísticamente superior el tratamiento sin riego entre pinta y cosecha (T4) y sin riego
entre brotación y pinta (T3). El vino con menor color se obtuvo en el tratamiento sin déficit
hídrico (T1). Resultados similares encontraron Matthews et al (1990), quienes sostienen
que esto se debe, seguramente, a la estimulación de la síntesis de antocianinas por el déficit
hídrico. Observaron además que para los jueces fue más fácil detectar diferencias
visuales en los distintos vinos que las asociadas al sabor y aroma.
Entre los atributos descritos (datos no presentados), los jueces detectaron más cualidades
aromáticas que gustativas en los vinos, las cuales fueron significativamente superiores en
tratamientos con déficit hídrico con respecto al testigo (T1). Resultados similares
encontraron Matthews et al (1990), quienes observaron que los jueces fueron capaces de
detectar más fácilmente características aromáticas que las relacionadas con el sabor. El
olor varietal más típico (pimiento y berries) y gusto franco se obtuvo en el tratamiento con
estrés hídrico después de pinta (T4), y el menor se obtuvo en tratamientos con 40% y 100%
de reposición de la ETc. durante toda la temporada (T1 y T2). Los tratamientos con estrés
(T2, T3 y T4) mostraron en general mayores sensaciones táctiles.
El menor número de defectos se encontró en el tratamiento sin riego entre pinta y cosecha
(T4), entre los se destaca el gusto a pámpanos, levadura, dejo a hierba encontrados por
gran parte de los jueces en los tratamientos T1 (sin déficit) y T2 (40% de reposición de la
evapotranspiración del cultivo durante toda la temporada).
CONCLUSIONES
•
•
•
•
•
[1]
La disminución del aporte hídrico redujo en forma significativa el crecimiento
vegetativo, el peso y diámetro de bayas, lo que se tradujo en una disminución del
rendimiento. El periodo comprendido entre brotación y pinta determinó las mayores
disminuciones de estas variables.
El estrés hídrico en brotación y pinta, disminuyó el N° de raciones por planta en la 2°
temporada (efecto en inducción floral).
Un déficit hídrico entre pinta y cosecha aumentó significativamente la acidez titulable
en el vino. La intensidad colorante, concentración de fenoles y antocianinas fueron
significativamente mayores en los tratamientos con déficit hídrico.
Los atributos y la calidad global del vino se vieron favorecidos con una disminución
del aporte hídrico, en especial un déficit después de pinta, por lo tanto, es recomendable
usar un riego deficitario en forma controlada, a partir de esta etapa fenológica, para
mejorar la calidad del vino Cabernet Sauvignon.
El potencial hídrico xilematico y el índice de estrés hídrico del cultivo (PWSI) son
indicadores adecuado del estado hídrico de las plantas y puede ser útil para controlar
estrés hídrico en vides viniferas.
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