“CURAS” PARA UNA ENFERMEDAD QUE NO EXISTE
Las supuestas terapias de cambio de orientación sexual
carecen de justificación médica y son éticamente inaceptables
homosexualidad una “desviación” o una opción que
se puede modificar con “fuerza de voluntad” o con
supuestos “apoyos terapéuticos”.
Introducción
Innumerables seres humanos en el mundo viven
rodeados de rechazo, maltrato y violencia porque
son percibidos como “diferentes”. De entre ellos,
millones de personas son víctimas de actitudes de
recelo, desdén y odio irracional por causa de su
orientación sexual. Estas expresiones de homofobia
se cimientan tanto en la intolerancia derivada del
fanatismo ciego como en una displicencia
pseudocientífica que etiqueta los comportamientos
sexuales no heterosexuales y no procreativos como
“desviaciones” o resultados de “defectos en el
desarrollo”.
En varios países y localidades de la región de las
Américas se ha constatado la promoción continuada,
por parte de supuestas “clínicas” o “terapeutas”
individuales, de servicios de “cura” de la orientación
sexual no heterosexual, enfoque conocido como
“terapia reparativa” o de “reconversión”.1 Es más
inquietante que estos servicios muchas veces se
presten no sólo fuera de la escena pública, sino
además de manera clandestina. Desde los puntos de
vista de ética profesional y de derechos humanos
protegidos por tratados y convenciones regionales y
universales tales como la Convención Americana
sobre Derechos Humanos y su Protocolo Adicional
(“Protocolo de San Salvador”) 2, se trata de prácticas
injustificables que deben ser denunciadas y
sometidas a las sanciones que correspondan.
Sean cuales fueren sus orígenes y manifestaciones,
la homofobia siempre tiene efectos negativos sobre
la persona, sobre sus familiares y allegados, y sobre
la sociedad en general. Abundan las historias y
testimonios de sufrimiento; de sentimientos de
culpa y vergüenza; de descalificación social; de
amenazas e injurias; de personas brutalizadas y
torturadas al punto de causarles lesiones y cicatrices
permanentes e incluso la muerte. En consecuencia,
la homofobia es un problema de salud pública que
necesita ser enfrentado de manera enérgica.
La homosexualidad como
natural y no patológica
variación
Cualquier esfuerzo dirigido a cambiar la orientación
sexual no heterosexual carece de justificación
médica, ya que la homosexualidad no se puede
considerar como una condición patológica. 3 Existe
un consenso profesional en que la homosexualidad
representa una variación natural de la sexualidad
humana sin ningún efecto intrínsecamente dañino
para la salud de la persona o la de sus allegados. En
ninguna de sus manifestaciones individuales es un
trastorno o enfermedad y por eso no requiere cura.
Por esa razón, hace ya varias décadas la
Cualquier expresión de homofobia es lamentable,
pero los daños que por prejuicios, ignorancia e
intolerancia pueda causar un profesional de la salud
son absolutamente inaceptables y deben ser
evitados bajo cualquier circunstancia. No sólo es de
fundamental importancia dar un trato digno y
respetuoso a toda persona que utiliza los servicios
de salud; también es crítico prevenir la aplicación de
teorías y modelos que pretenden hacer de la
1
homosexualidad fue removida de los sistemas de
clasificación de enfermedades.4
sus familias. En algunos casos, las victimas fueron
internadas y privadas de su libertad, llegándose a
veces al extremo de mantenerles incomunicadas
La ineficacia y el carácter dañino de las
durante varios meses.6 Los testimonios dan cuenta
de tratos degradantes, humillaciones extremas,
supuestas “terapias de reconversión”
violencia física, condicionamiento aversivo con
Además de carecer de indicación médica, no existe
choques eléctricos o sustancias eméticas e inclusive
evidencia científica de que los supuestos esfuerzos
acoso sexual e intentos de violación “reparativa”,
de cambio de orientación sexual sean eficaces.
especialmente hacia mujeres lesbianas. Estas
Mientras que algunas personas logran limitar la
intervenciones violan la dignidad y los derechos
expresión de su orientación sexual en su
humanos de las personas, independientemente de
comportamiento,
su
orientación
misma
que su efecto “terapéutico” sea nulo e incluso
generalmente aparece como aspecto integral
contraproducente. En estos casos, el derecho a la
individual que no puede ser cambiado. Al mismo
salud no ha sido protegido de acuerdo a las
tiempo, abundan los testimonios sobre los daños a la
obligaciones
regionales
e
internacionales
salud mental y física que produce
establecidas en el Protocolo de
la represión de la orientación
San Salvador y el Pacto
sexual. En 2009, la Asociación
Internacional
de
Derechos
La larga historia de psicopatologización
Psicológica Americana condujo
Económicos,
Sociales
y
una evaluación de 83 casos de
Por siglos, las personas zurdas sufrieron
Culturales.
porque se vinculaba el uso de la mano
personas
sometidas
a
izquierda (“la siniestra”) con averías y
intervenciones
de
Conclusión
5
desastres,
lo que hacía que se las mirara
“reconversión”. No solamente
como portadoras de infortunio y de un
no se han podido demostrar
Un profesional de salud que se
“defecto constitucional”. Hasta hace no
cambios en su orientación
presta
a
hacer
“terapia
mucho tiempo, se buscaba “tratar” o
sexual, sino que se ha observado
reparativa”
se
está
alineando
“corregir” este supuesto defecto, lo que
que el intento de cambiar se
con
prejuicios
sociales
y
causó a estas personas sufrimiento,
asocia con depresión, ansiedad,
mostrando una ignorancia crasa
humillación, dificultades en el
aprendizaje y en la adaptación a su vida
insomnio, sentimientos de culpa
en materia de sexualidad y salud
cotidiana.
y vergüenza e inclusive se han
sexual. Al contrario de lo que
reportado ideaciones e intentos
mucha gente cree o presume, no
de suicidio. En vista de esta
existe ninguna razón – excepción
evidencia, imbuir en un paciente la idea de que tiene
hecha del estigma resultante de estos prejuicios –
un “defecto” y de que debe cambiar, constituye una
por la cual las personas homosexuales no puedan
violación al primer principio ético de la atención de
gozar de una vida plena y satisfactoria. La función de
la salud: “lo primero es no causar daño”. Esto afecta
los profesionales de la salud es la de no causar daño
el derecho a la integridad personal y a la salud, sobre
y ofrecer apoyo al paciente para reducir sus quejas y
todo en su esfera psicológica y moral.
problemas y no para hacerlos más severos. Un
terapeuta que juzga a un paciente no heterosexual
Reportes de violaciones a la integridad
de tener comportamientos “desviados”, además de
personal y otros derechos humanos
lastimarle, agrava sus problemas. Las llamadas
“terapias de reconversión” o “reparativas” carecen
Como factor agravante, las “terapias de
de indicación médica y representan una grave
reconversión” se deben considerar como amenazas
amenaza a la salud y a los derechos humanos de las
al derecho a la autonomía y a la integridad personal.
personas afectadas. Son prácticas injustificables que
Existen varios testimonios de adolescentes que
deben ser denunciadas y sometidas a las debidas
fueron sujetos a intervenciones de “reparación” de
sanciones y penalidades.
manera involuntaria, muchas veces por iniciativa de
2
Recomendaciones
A nivel de los gobiernos:
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El maltrato homofóbico consumado por profesionales de la salud o cualquier miembro de los equipos de trabajo
en servicios de atención sanitaria es violatorio de las obligaciones de derechos humanos establecidas en tratados
universales y regionales. Es inaceptable y no debe ser tolerado.
Las terapias de “reconversión” o “reparativas” y las clínicas que las ofrezcan deben ser vetadas y denunciadas
para la aplicación de sanciones que correspondan.
Las instituciones que al margen del sector de la salud ofrezcan este tipo de “tratamientos” deben ser
consideradas infractoras del derecho a la salud por usurpar funciones que corresponden al sector de la salud y
además por causar daños al bienestar individual y comunitario.7
Las personas víctimas de maltrato homofóbico deben ser debidamente atendidas de acuerdo a protocolos que los
apoyen en la recuperación de su dignidad y autoestima, para tratar cualquier lesión física o daño emocional y
para proteger sus derechos humanos, en especial su derecho a la vida, a la integridad personal, a su salud y a su
igualdad ante la ley.
A nivel de instituciones académicas:
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Las instituciones públicas responsables por la formación de profesionales de la salud deben incluir en sus
esquemas curriculares cursos de sexualidad humana y salud sexual con enfoques de respeto a la diversidad y de
eliminación de actitudes de patologización, rechazo y odio hacia personas no heterosexuales. La participación de
estas últimas en actividades docentes contribuye a desarrollar modelos positivos y a eliminar estereotipos
comunes acerca de las comunidades y poblaciones no heterosexuales.
La conformación de grupos de apoyo de personal docente y comunidad estudiantil dentro de las instituciones
académicas contribuye a reducir el aislamiento y a promover la solidaridad y la formación de vínculos de amistad
y respeto entre los miembros de esos grupos. Mejor aún sería la conformación de alianzas de personas de la
diversidad sexual que incluyan a personas heterosexuales.
El acoso o maltrato homofóbico consumado por personal docente o estudiantil es inaceptable y no debe ser
tolerado.
A nivel de colegios, asociaciones y otras agrupaciones profesionales:
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Las agrupaciones profesionales deben diseminar entre sus miembros documentos y resoluciones de instituciones
y agencias nacionales e internacionales en las que se hace un llamamiento a despsicopatologizar la diversidad
sexual y a prevenir el uso de intervenciones dirigidas a cambiar la orientación sexual.
Las agrupaciones profesionales deben adoptar posicionamientos definidos y claros en materia de protección de la
dignidad de las personas y definir acciones necesarias para prevenir y controlar la homofobia como problema de
salud pública que tiene efectos nocivos en el goce de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.
La utilización de las llamadas “terapias de reconversión” o “reparativas” debe ser considerada fraudulenta y
violadora de los principios éticos de la atención de la salud. Los individuos o instituciones que la realicen deben
ser sometidos a las sanciones que correspondan.
A nivel de medios de comunicación:
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La representación de grupos, poblaciones o individuos no heterosexuales en los medios se recomienda hacerla
con el respeto que merece cualquier persona, evitando estereotipos o humor que se preste al escarnio, maltrato
y lesiones a la dignidad y bienestar individual y colectivo.
La homofobia, en cualquiera de sus manifestaciones y expresada por cualquier persona sin distinciones ni fueros,
debe ser expuesta como un problema de salud pública, de atentado a la dignidad y a los derechos humanos.
3
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El uso de imágenes positivas de personas y grupos no heterosexuales, lejos de promover la homosexualidad (en
virtud de que la orientación sexual no puede ser cambiada), contribuye a crear una visión más humana y más
cercana de la diversidad, disipando temores infundados y promoviendo sentimientos de solidaridad con el
prójimo.
La publicidad que incite a la intolerancia homofóbica deberá ser denunciada en virtud de que contribuye a
aumentar un problema de salud pública y riesgos para el derecho a la vida, con múltiples facetas siendo las más
pronunciadas el sufrimiento emocional crónico, la violencia física y los crímenes de odio.
La propaganda de “terapeutas”, “centros de atención” o cualquier instancia que ofrezca servicios para cambiar la
orientación sexual debe ser considerada ilegal y consecuentemente debe denunciarse a las autoridades
competentes.
A nivel de organizaciones de la sociedad civil:
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2
3
4
5
6
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Las organizaciones de la sociedad civil pueden desarrollar mecanismos de vigilancia ciudadana para reconocer
violaciones de los derechos humanos de personas no heterosexuales y denunciarlas a las autoridades
correspondientes. Igualmente pueden reconocer la existencia de personas y instituciones que realicen las
llamadas “terapias de reconversión” o “reparativas” y denunciarlas.
Los grupos de auto-apoyo que existan o que se formen en respuesta al acoso y hostigamiento de familiares y
allegados de personas no heterosexuales pueden facilitar la conexión con servicios de salud y sociales con el fin
de proteger la integridad física y emocional de personas maltratadas, además de denunciar abusos y violencia.
El fomento de las interacciones cotidianas respetuosas entre personas con diferentes orientaciones sexuales
enriquece a toda la gente y favorece la convivencia armónica, constructiva, saludable y pacífica.
Comité de Derechos Humanos (2008). Observaciones Finales sobre Ecuador (CCPR/C/ECU/CO/5), párrafo 12.
<http://www2.ohchr.org/english/bodies/hrc/docs/co/CCPR.C.ECU.CO.5_sp.doc>
Consejo de Derechos Humanos (2011). Leyes y Prácticas Discriminatorias y Actos de Violencia Cometidos contra Personas por su Orientación
Sexual e Identidad de Género (A/HRC/19/41), párrafo 56.
<http://www.ohchr.org/Documents/HRBodies/HRCouncil/RegularSession/Session19/A-HRC-19-41_sp.pdf>
Consejo de Derechos Humanos (2011). Report of the Special Rapporteur on the Right of Everyone to the Enjoyment of the Highest Attainable
Standard of Physical and Mental Health (A/HRC/14/20), párrafo 23.
<http://www2.ohchr.org/english/bodies/hrcouncil/docs/14session/A.HRC.14.20.pdf>
Asamblea General de las Naciones Unidas (2001). Note by the Secretary-General on the Question of Torture and Other Cruel, Inhuman or
Degrading Treatment or Punishment (A/56/156), párrafo 24. <http://www.un.org/documents/ga/docs/56/a56156.pdf>
Algunos derechos humanos que pueden verse afectados por estas prácticas incluyen el derecho a la vida, a la integridad personal, a la vida
privada, a la igualdad ante la ley, a la libertad personal, a la salud, a beneficiarse de los progresos de la ciencia, entre otros.
American Psychiatric Association (2000). Therapies Focused on Attempts to Change Sexual Orientation (Reparative or Conversion Therapies):
Position Statement. <http://www.psych.org/Departments/EDU/Library/APAOfficialDocumentsandRelated/PositionStatements/200001.aspx>
Anton, B. S. (2010). “Proceedings of the American Psychological Association for the Legislative Year 2009: Minutes of the Annual Meeting of
the Council of Representatives and Minutes of the Meetings of the Board of Directors”. American Psychologist, 65, 385–475.
<http://www.apa.org/about/governance/council/policy/sexual-orientation.pdf>
Just the Facts Coalition (2008). Just the Facts about Sexual Orientation and Youth: A Primer for Principals, Educators, and School Personnel.
Washington, DC. <http://www.apa.org/pi/lgbc/publications/justthefacts.html>
Organización Panamericana de la Salud (2003). CIE-10: Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con
la Salud (Décima Revisión).Washington, DC.
American Psychiatric Association (2000). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (4th ed., text revision). Washington, DC.
APA Task Force on Appropriate Therapeutic Responses to Sexual Orientation (2009). Report of the Task Force on Appropriate Therapeutic
Responses to Sexual Orientation. Washington, DC. <http://www.apa.org/pi/lgbt/resources/therapeutic-response.pdf>
Taller de Comunicación Mujer (2008). Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos: Informe Sombra.
<http://www.tcmujer.org/pdfs/Informe%20Sombra%202009%20LBT.pdf>
Centro de Derechos Económicos y Sociales (2005). Tribunal por los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Mujeres.
<http://www.tcmujer.org/pdfs/TRIBUNAL%20DESC%20ECUADOR%20MUJERES.pdf>
Ver Observación general 14 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales con relación a la obligación de respetar, proteger y
cumplir obligaciones de derechos humanos por parte de los Estados partes del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
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“Curas” para una enfermedad que no existe