VOL.
3
CONFERENCIA DE COLEGIOS
DE DEFENSA
IBEROAMERICANOS
La primera reunión se realizó en
1999 organizada por España,
la XIV se efectuó en Uruguay
el 2013 y la XV en Chile el año
2014.
Esta obra, producto de la XV Conferencia de Colegios de Defensa Iberoamericanos, se centra en el escenario que hoy se presenta a la ética y la moral del
soldado. Teniendo en cuenta que para cumplir su función primordial, que es la
defensa de la patria, la formación de las Fuerzas Armadas y de sus integrantes
requiere la adhesión a un sistema de valores con base en la tradición y el espíritu de cuerpo y la sujeción a un código de honor que son los sustentos de la
profesión militar.
Diversos estudios demuestran que la sociedad atraviesa por un importante proceso de transformación que también afecta a los integrantes de las instituciones
armadas, que por ser parte de ella, no están ajenos a estos problemas y muchos
pueden sufrirlos directa o indirectamente; esto necesariamente orienta a reforzar los valores y virtudes que los militares deben profesar.
Este escenario implica un esfuerzo especial por parte de las instituciones castrenses hacia su personal, en el sentido de un reforzamiento de los valores y
virtudes, así como en los procesos de fortalecimiento educacional para enfrentar estos cambios y que ellos no tengan un impacto grave al interior de estas
instituciones.
Este libro se ha realizado con los aportes de académicos y Colegios de Defensa
de los siguientes países:
Argentina – Bolivia – Brasil – Chile – Colombia – Ecuador – España – México –
Perú – Portugal - República Dominicana – Uruguay.
ANEPE
Eliodoro Yáñez 2760 - Providencia - 27510361 Santiago, Chile
Teléfono: (56-2) 2598 1000
Fax: (56-2) 2598 1043
Página web: www.anepe.cl
Correos Electrónicos: [email protected]
[email protected]
LA ÉTICA DEL SOLDADO DEL SIGLO XXI
Los orígenes de la Conferencia
de Directores se remontan a la
VII Cumbre de Jefes de Estado
y Gobierno realizada en Oporto, Portugal, en 1998. En esa
oportunidad se resuelve que a
partir de 1999, en el marco de
la cooperación y entendimiento
en materias de Defensa, los países iberoamericanos iniciarían
reuniones periódicas con los
organismos académicos encargados de estos estudios.
2014
LA ÉTICA DEL SOLDADO
DEL SIGLO XXI
XV conferencia de colegios de defensa iberoamericanos
academia nacional de estudios políticos y estratégicos Chile 2014.
La Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos
(ANEPE) fue creada por el Decreto Supremo SSG. Nº 538 del
26 de diciembre de 1974, como
Academia Superior de Seguridad Nacional. El DS Nº 657 del
16 de agosto de 1982 cambió
a su actual denominación, con
la misión de desarrollar actividades de docencia, investigación y extensión, destinadas a
incrementar los conocimientos
en materias de Seguridad y Defensa del personal de las Fuerzas
Armadas, de Orden y Seguridad
Pública, de la Administración del
Estado y del sector privado.
La Ley 19.584, “Orgánica Constitucional de Enseñanza”, reconoce a la Academia como organismo de educación superior,
autorizándola para otorgar todo
tipo de grados académicos.
LA ÉTICA DEL SOLDADO
DEL SIGLO XXI
Copyright 2014 by: Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE)
Octubre de 2014
Edita ANEPE
Editores responsables: Julio E. Soto Silva
Iván Rojas Coromer
Registro de Propiedad Intelectual Nº: 245.422
ISBN: 978-956-8478-30-8
Sello Editorial: Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (956-8478)
Diseño Portada: Secretaría Ejecutiva Consejo Editorial ANEPE
Colaboración: Nicolás Soto Tabach
Impreso en los talleres de Ediciones e Impresiones Copygraph que solo actúa como
impresor
Derechos Reservados
Impreso en Chile / Printed in Chile
LA RESPONSABILIDAD POR TEXTOS, OPINIONES Y AFIRMACIONES CONTENIDAS
EN LAS CONTRIBUCIONES DE ESTA PUBLICACIÓN ES EXCLUSIVAMENTE DE SUS
AUTORES. LA ANEPE REALIZA LA COMPILACIÓN REPRODUCIENDO TEXTUALMENTE
LOS ESCRITOS PRESENTADOS.
NO ESTÁ PERMITIDA LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL DE ESTE LIBRO, NI SU
TRATAMIENTO INFORMÁTICO, NI LA TRANSMISIÓN DE NINGUNA FORMA O POR
CUALQUIER MEDIO, YA SEA ELECTRÓNICO, MECÁNICO, POR FOTOCOPIA, POR
REGISTRO U OTROS MÉTODOS, NI SU PRÉSTAMO, ALQUILER O CUALQUIER OTRA
FORMA DE CESIÓN DE USO DEL EJEMPLAR, SIN EL PERMISO PREVIO Y POR ESCRITO
DE LOS TITULARES DEL COPYRIGHT.
Presentación
ÍNDICE
Presentación ...................................................................................................... 7
REPÚBLICA ARGENTINA
El soldado como líder público: reflexiones a partir
del caso argentino ...................................................................................... 15
ESTADO PLURINACIONAL
DE
BOLIVIA
Ética del soldado en el siglo XXI a partir de la
concreción del “ethos militar boliviano; Ajayu” ....................................... 27
REPÚBLICA FEDERATIVA
DEL
BRASIL
O Direito Internacional dos Conflitos Armados e a ética
profissional militar nas pequenas frações: instrumentos
fundamentais da força terrestre para o combate do século XXI
El Derecho Internacional de los Conflictos Armados
y la ética militar profesional en fracciones pequeñas:
instrumentos fundamentales de la fuerza terrestre
para el combate del siglo XXI .................................................................... 39
REPÚBLICA
DE
CHILE
La ética militar en tiempos de cambio ...................................................... 77
REPÚBLICA
DE
COLOMBIA
La ética militar en el siglo XXI. Particularidades colombianas ............... 139
REPÚBLICA
DEL
ECUADOR
La ética del militar en el siglo XXI ........................................................... 161
REINO
DE
ESPAÑA
La ética militar en el siglo XXI .................................................................. 187
5
La Ética del Soldado del Siglo XXI
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Ética militar contemporánea: consideraciones para una
formación castrense adecuada al contexto del mundo actual .............. 223
REPÚBLICA
DEL
PERÚ
La ética del soldado en el siglo XXI, la visión del Perú .......................... 247
REPÚBLICA
DE
PORTUGAL
A ética do militar no século XXI
La ética del soldado en el siglo XXI ........................................................ 259
REPÚBLICA DOMINICANA
Una visión de la ética en el soldado de este tiempo ............................. 293
REPÚBLICA ORIENTAL
DEL
URUGUAY
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa ......................... 321
6
Presentación
PRESENTACIÓN
En la XV Conferencia de Directores de Colegios de Defensa
Iberoamericanos se ha querido testimoniar este encuentro con la publicación
del libro “La Ética del Soldado del Siglo XXI”, compendio de ideas que sobre
el tema plantean representantes de la mayoría de los colegios intervinientes
en esta conferencia.
Podemos iniciar su presentación señalando que a través de los siglos
grandes filósofos han planteado la importancia de la ética en el desempeño
profesional y en la cotidianidad humana. La ética como esencia humana es
inseparable de la moral. En el tránsito del hombre a través de la ética y la
justicia es obligado a asumir los paradigmas morales, discernir entre el bien y
el mal, desarrollar la tendencia hacia el bien, fortalecer la actitud que le permita
el cumplimiento de su deber; del mismo modo, la justicia que es un aspecto
de la moral permite tener una valoración de equidad y de los parámetros para
juzgar lo que la sociedad asume como bien.
Hoy en tiempos en que estamos enfrentados a una serie de cambios que
afectan al sistema internacional, a los Estados, a sus sociedades, sus sistemas
políticos, al hombre común y corriente y a los soldados, genéricamente
hablando, resulta necesario revisar las virtudes, valores y la ética en general,
pues sus efectos no solo lo alcanzan cultural y tecnológicamente, sino que
también, la operacionalidad de las fuerzas armadas, siendo este el contenido
principal que nos entrega este libro desde diferentes ópticas y realidades y
que constituye la edición número tres de las publicaciones de las Conferencias
de Directores.
En este campo tenemos que tomar en cuenta que una de las
primeras tareas de cualquier grupo social y, en particular para este caso, las
organizaciones militares, es definir su propósito y luego el marco sociocultural,
religioso, valórico que sustentará su futuro accionar y regulará las relaciones
entre sus miembros. En otras palabras, definir qué aspectos serán los que
7
La Ética del Soldado del Siglo XXI
construirán la base valórica que apoyará su esfuerzo colectivo e individual
en el logro de sus objetivos y que además le permitirá distinguirse de otros.
Estos aspectos derivados de todo el bagaje cultural, tradicional, histórico y
moral que reunidos, como principios y valores, sustentan a la organización y
conforman el cuerpo reglamentario y legal que sirva de marco regulador para
su actuar como institución y, particularmente, como individuo dentro de ella.
En consecuencia, las cualidades del campo ético y moral deben
caracterizar al soldado de este tiempo, ya que el ejercicio de la profesión militar
precisa de altas dosis de honor y de templanza. La ética es la inspiración de
esta profesión, en razón de que su compromiso es muy demandante porque
el militar está conminado a la preservación de los valores fundamentales que
son consustanciales al Estado-Nación. La sustentación ética del soldado se
basa en la construcción honorable de los valores inculcados y fortalecidos en
la familia. Su profesionalización es un aspecto eminentemente ético, ya que
involucra un elemento inseparable de los deberes vinculados con la probidad,
efectividad e idoneidad.
En este contexto es posible citar al teniente general de la Fuerza Aérea de
los Estados Unidos de América y presidente de la National Defense University,
Bradley C. Hosmer, quien al prologar el libro “Ética Militar, reflexiones sobre
sus principios, la profesión de las armas, el liderazgo militar, la ética en la
práctica, guerra y moralidad y la educación del soldado ciudadano”, dijo:
“Todos respondemos de varias maneras a las creencias y valores
de nuestra familia, nuestra comunidad y nuestro país. Sin embargo, los
integrantes de las Fuerzas Armadas deben hacer algo más que responder a
nuestras creencias comunes: deben estar dispuestos a arriesgar la vida para
defenderlas. En consecuencia, los militares nunca son ajenos a los problemas
cruciales de la ética y la moralidad”.
Claramente el general Hosmer nos indica la importancia radical que
tienen la ética y la moral para la profesión militar, transformados en principios,
virtudes, códigos morales y doctrinas que van plasmando esos etéreos
conceptos en valores fácilmente aplicables, entendibles y de conocimiento
general, hecho que a través de las páginas de este libro se ilustra desde
variadas perspectivas, por lo que no entraré en detalles en lo que cada
exponente señala en los artículos que se desarrollan en esta obra.
Recordando a Platón, se puede decir que los servicios militares
constituyen una profesión desde el punto de vista histórico; ahora si lo
analizamos desde la perspectiva analítica, tenemos que la sociedad reconoce
8
Presentación
que la profesión militar es crucial y necesaria por las siguientes razones:
primero, porque el ingreso a la actividad militar exige de un adoctrinamiento
y un entrenamiento, además de aptitudes muy específicas; y segundo, porque
debe contar con códigos de justicia militar que le son propios, que proponen
responsabilidades éticas que deben ser respetadas a través de cortes y jueces
de jurisdicción especial, así como la existencia de ordenanzas, reglamentos y
otras disposiciones que le dan una especificidad propia del ámbito militar y de
las circunstancias en que deben desempeñar su profesión.
Siendo la profesión militar el monopolio legítimo de la violencia
organizada “única e indivisible” y considerando las ideas de un autor de la
Sociología Militar, Omar Gutiérrez Valdebenito, podemos señalar que la cultura
militar es también única en tanto las instituciones militares son organizaciones
totales con un “sistema distintivo de valores, creencias, actitudes y normas
que caracterizan la idiosincrasia militar e imagen propia tanto de oficiales
como del personal”.
Ahora bien, este autor nos señala que “siendo la guerra o el conflicto
armado, la variable fundamental para la existencia de las fuerzas armadas,
entonces la profesión militar tiene como función organizar a los hombres para
vencer sus miedos y sus fallas innatas, lo que requiere cooperación, resaltar
la importancia del grupo frente al individuo; someter los intereses y deseos
personales a las necesidades del servicio; etc. El logro de estos requerimientos
no se alcanza por medio de alicientes tangibles; no se puede adquirir ni por
estímulos materiales ni por incentivos positivos, sino mediante la adhesión
a un sistema de valores con base en la tradición y el espíritu de cuerpo y la
sujeción a un código de honor”.
Estos son los sustentos de la profesión militar. Pero en los tiempos
actuales diversos estudios demuestran que la sociedad atraviesa por un
importante proceso de transformación; sumándole que la interdependencia
y la tendencia a la globalización mundial han potenciado el pluralismo, han
variado los modos de vida y han llevado a la coexistencia de personas que
responden a una diversidad de motivaciones culturales y políticas, junto con
una relativa pérdida de centralidad del Estado en el monopolio de lo público.
Hoy vemos que la ciudadanía, y en especial ciertos grupos de presión,
abogan más por sus derechos que por sus deberes y exigen que sean
considerados en igualdad de condiciones; así la diversidad, el trato igualitario,
la no discriminación ha dado pie, por ejemplo, que a partir de años atrás se
haya terminado el proceso de incorporación efectiva de la mujer a las Fuerzas
9
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Armadas casi sin exclusiones, más allá de las que, por su condición de género,
le impidan igualarse a la de un soldado varón.
La inclusión de otras situaciones derivadas del trato igualitario, las
tendencias en la relativización de factores tales como la familia, el matrimonio,
el culto, la enseñanza de la historia sin una visión partidista, la falta de
educación cívica, como asimismo de la historia y de los hechos patrióticos, las
formalidades propias de la sociedad y el uso y tráfico de drogas ilícitas, entre
otras, implica un esfuerzo especial por parte de las instituciones de las Fuerzas
Armadas hacia su personal, así como para los miembros de la sociedad desde
donde recluta su gente, en el sentido de un reforzamiento de los valores y
virtudes, así como en los procesos de fortalecimiento educacional para poder
enfrentar estos cambios y que ellos no tengan un impacto grave al interior de
las instituciones.
Los integrantes de las Fuerzas Armadas, por ser parte de la sociedad,
no están ajenos a estos problemas y muchos de ellos pueden sufrirlos directa
o indirectamente; ello necesariamente orienta a reforzar los valores y virtudes
que cada miembro de ellas debe profesar.
A estos cambios debemos agregar otros elementos que tensionan los
valores y virtudes de los militares, tales como la ampliación de sus funciones en
situaciones diferentes a sus tareas primordiales, como lo son las operaciones
diferentes a la guerra, por ejemplo, las operaciones de paz multinacionales
y otras en que sus roles tienden a parecerse más a funciones policiales tanto
en el ámbito internacional como dentro de su propio país, realidad que se
presenta en algunas naciones de nuestro continente, con todos los desafíos
que para la formación y los valores propios de un soldado pueden resultar
contradictorios.
Finalmente, otro aspecto que incide en estos valores es la incorporación
paulatina de ingenios electrónicos y robóticos que pasan a compartir tareas
con soldados. Aquí surgen temas valóricos para “hacer la guerra” en un
futuro no muy lejano y en algunos casos ya presente, donde soldados toman
decisiones sobre la vida y la muerte de adversarios desde miles de kilómetros
de distancia y desde la seguridad de una instalación donde no pueden recibir
la amenaza de una respuesta. Gran tema valórico que se está presentando ya
con el uso de estos ingenios.
Entonces el panorama es muy amplio, y nos presenta interrogantes para
el soldado del siglo XXI. ¿Debemos instaurar una nueva serie de valores y
fundamentos éticos para reformarlos y conducirlos en un conflicto armado,
10
Presentación
que puede ser muy diferente a aquel para el cual fueron entrenados? o bien,
simplemente hacer un esfuerzo en reforzar los valores decimonónicos que
desde mucho tiempo sustentan las virtudes y la ética de un soldado cualquiera
sea su nacionalidad o institución, ya que en general ellos son muy similares.
Como ustedes verán a través de esta obra, los desafíos son grandes ya
que todos los países, y por ende sus Fuerzas Armadas, se ven enfrentados
a situaciones que si no son bien manejadas se traducirían en una serie de
problemas que podrían afectar a su formación, operacionalidad y aislamiento
del contexto de la sociedad, a la cual los militares se deben. Este es el valor de
esta obra y que seguramente una vez que sea leída impondrá nuevas tareas a
todos aquellos que tenemos algo que decir o hacer al respecto.
Eduardo Mann Pelz
General de Brigada Aérea (A)
Director de la Academia Nacional de
Estudios Políticos y Estratégicos
11
REPÚBLICA
ARGENTINA
Escuela de Defensa Nacional
EL SOLDADO COMO LÍDER PÚBLICO:
REFLEXIONES A PARTIR DEL CASO
ARGENTINO
JULIO BURDMAN*
1.
ÉTICA MILITAR Y RELACIONES CÍVICO-MILITARES EN ARGENTINA
La ética militar, en otras latitudes, suele girar en torno a los valores
y principios que se aplican a la guerra. Los trabajos de Walzer o Ignatieff,
por citar algunos ejemplos, se inscriben en una tradición de interrogantes
acerca de cuáles son las guerras moralmente justificables1. La cuestión
de la “guerra justa” busca establecer, para los Estados y los organismos
intergubernamentales, una doctrina de la intervención internacional, y para
los soldados, un código de conducta.
Pero en la América Latina contemporánea las preguntas acerca de qué
es lo moral en el mundo militar y de la defensa parecieran pasar por otro lado.
La nuestra es una de las regiones más pacíficas del mundo, con un entramado
denso de cooperación entre los países que la componen. La guerra interestatal
es, por lo tanto, un fenómeno extraño para nosotros. El desarrollo militar, como
muestra la experiencia, se produjo hacia adentro de los Estados. Las Fuerzas
Armadas intervinieron por la fuerza en política, derrocando presidencias
*
Doctor en Ciencia Política en el Institut d’Études Politiques (París, Francia). Licenciado en
Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Es profesor y secretario de Relaciones
Institucionales de la Escuela de Defensa Nacional (EDENA), dependiente del Ministerio de
Defensa de la Nación Argentina. Se desempeña también como profesor de la Facultad de
Ciencias Sociales de la UBA y director de investigaciones de la Universidad Metropolitana para
la Educación y el Trabajo (UMET). Sus áreas de especialización son la política latinoamericana,
las relaciones internacionales y el análisis geopolítico.
1
V.g. WALZER, M. Guerras justas e injustas. Un razonamiento moral con ejemplos históricos.
Barcelona, Paidós, 2001 e IGNATIEFF, M. Guerra virtual: más allá de Kosovo. Barcelona, Paidós,
2003.
15
La Ética del Soldado del Siglo XXI
democráticas y órdenes constitucionales, y operaron militarmente en sus
propios territorios. Ello ocurrió a lo largo del siglo XX en casi todos los
países latinoamericanos. Con esos antecedentes, muchos gobiernos de
la región a partir de los años ochenta, embarcados en la superación de
este pasado de autoritarismo e inestabilidad y en la construcción de la
democracia, priorizaron la tarea de subordinar a los militares al control civil.
Como consecuencia de ello, durante varios años ya, en diferentes países
los asuntos militares y de la defensa se concibieron a partir de esa agenda.
Las doctrinas y los aspectos valóricos subyacentes se derivaron, en buena
medida, también de la compleja relación entre civiles y militares que se había
configurado por este devenir de la historia: la instauración del gobierno político de
la defensa dio lugar a nuevas interrogantes y problemas. Por ejemplo, la paradoja
del déficit de expertise, que han trabajado diferentes autores: los gobiernos
democráticos de Argentina y otros países se esforzaron por reformar el sector, pero
lograron resultados institucionales débiles como consecuencia de sus capacidades
insuficientes, en términos de recursos y conocimientos técnicos, para gestionar un
tema que les resultaba relativamente desconocido. Este déficit de expertise se
explica por una condición histórica, que produjo una sociedad poco interesada
por las cuestiones militares, y por la distancia que toman los expertos en gobierno
y ciencias sociales –por cuestiones ideológicas, o por la creencia de que se trata
de un campo inalcanzable para los civiles respecto de los temas de la defensa–2.
En Argentina suele considerarse que la subordinación de las Fuerzas
Armadas al control civil está consolidada, y que se encuentra en uno de los
niveles más altos de América Latina. Esto suele atribuirse a las características
de su proceso de transición a la democracia, durante el cual las fuerzas de la
representación política impusieron las condiciones y procedimientos del cambio
de régimen y, a diferencia del resto de los países de la región, juzgaron a los
militares responsables de cometer violaciones a los derechos humanos durante
la dictadura (1976-1983). Pero esta combinación de consolidación política
2
Según Mayer y Khademian, tanto los politólogos latinoamericanos como estadounidenses
demuestran poco interés en el estudio de los temas relativos a la defensa por motivos
ideológicos; también, sostienen que incide la creencia de que la organización de la defensa es
muy diferente de otras organizaciones públicas, con códigos y vericuetos indescifrables para
un académico civil y extraño a sus pasillos, y conllevando el temor de que los conocimientos
aprendidos en la academia no sean aplicables. Ver MAYER, K. y KHADEMIAN, A. Bringing
Politics Back in: Defense Policy and the Theoretical Study of Institutions and Processes. Public
Administration Review, 1996, Vol. 56, No. 2 (Mar. - Apr.), pp. 180-190.
16
El soldado como líder público: reflexiones a partir del caso argentino
ARGENTINA
y capacidades técnicas insuficientes de los nuevos gobiernos civiles para
institucionalizar el control, determinó nuevos interrogantes acerca del tipo de
autonomía que se podía estar gestando. Para Trinkunas, la doble condición del
“bajo nivel de amenaza externa” y el “alto nivel de autonomía en sus Fuerzas
Armadas” determinaba la mencionada ausencia de expertos civiles3. Mientras
tanto, otros autores buscaron explicar la autonomía en términos más estructurales.
Para García Covarrubias, por ejemplo, la autonomía militar se originaría en la
configuración histórica del rol de las Fuerzas Armadas en el Estado argentino4.
En cualquiera de los casos, la peculiaridad del control civil en el Cono
Sur fue que su agenda estuvo más determinada por la política doméstica –la
cuestión de los derechos humanos– que por la aparición de nuevos desafíos
relevantes en el campo de la defensa nacional: el país mantuvo la mencionada
doble condición. Las capacidades civiles se fortalecieron poco en los últimos
treinta años de democracia, aunque su debilidad haya sido compensada por
otras áreas de gobierno con “mayores capacidades de gestión”5. El análisis de
la persistencia de las dificultades que enfrentan los gobiernos y de sus posibles
soluciones requiere investigaciones sobre procesos políticos e institucionales
domésticos, y sobre este aspecto existe, a su vez, otro déficit en el área de
estudios de la defensa. Las investigaciones sobre relaciones cívico-militares, una
temática con un debate teórico propio pero que tiende a aislarse6, en general se
concentran en las intersecciones de poder entre soldados y Estados, y no tanto
en los procesos y comportamientos políticos dentro de cada una de las esferas.
Otra perspectiva muy arraigada, la de los especialistas en aspectos
técnicos militares –muchas veces, miembros de las fuerzas o vinculados a ellas–
considera en general al proceso político como una variable independiente
y exógena al funcionamiento de los sistemas de defensa. Como también lo
hacen los estudiosos de las relaciones internacionales que, al analizar el “factor
3
Ver TRINKUNAS, H. Crafting Civilian Control of the Military in Venezuela: A Comparative
Perspective. Chapel Hill, University of North Carolina Press, 2005.
4
Este autor sostiene que los ejércitos fueron “fundacionales de la Nación” y que ese hecho se
proyecta al presente en América Latina. Ver GARCÍA Covarrubias, J. El futuro del sector de
defensa en Latinoamérica. En Isabel Stanganelli (comp.), Seguridad y defensa en el Cono Sur.
Mendoza, Caviar Bleu-Editora Andina Sur, 2004.
5
Ver PION-BERLIN, D. Civil-Military Relations in Latin America: New Analytical Perspectives.
Chapel Hill, The University of North Carolina Press, 2001.
6
Ver BATTAGLINO, J. Algunas precisiones sobre el origen de la teoría de las relaciones cívicomilitares. POSTData, 5, noviembre, 1999.
17
La Ética del Soldado del Siglo XXI
militar” como un instrumento del poder de los Estados y la estructura del
sistema internacional, subestiman también la política doméstica. En el caso de
las políticas de defensa, se han hecho trabajos sobre el proceso presupuestario,
los parlamentos o la estructura de los ministerios del área, que utilizan enfoques
de la ciencia política y el análisis institucional para indagar en la generación de
políticas en este campo, pero se ha escrito poco sobre los que sucede durante
el proceso, como las relaciones entre instituciones, la agenda legislativa de la
defensa, los mecanismos de incidencia de las fuerzas en las políticas públicas
del sector, el desarrollo de recursos humanos por parte de los partidos políticos,
el tratamiento de la cuestión en la competencia electoral, o el desempeño de la
burocracia especializada en la materia.
A la luz de lo anterior, podemos decir que en las últimas décadas buena
parte de las preguntas concernientes a la regulación de las actividades y los
comportamientos, tanto de los militares como de los gestores políticos de la
defensa, se enmarcaron dentro de una agenda históricamente determinada
de complejas relaciones cívico-militares. La demarcación de la autoridad, las
responsabilidades del mando y la obediencia o la legitimación del conocimiento
especializado, por mencionar solo algunas de las dimensiones en las que
emitimos juicios de valor, estuvieron atravesadas por esta coyuntura. Y se han
caracterizado, como veíamos, por poca producción académica sobre cómo se
construyen las decisiones que configuran la organización de la defensa, donde
los diferentes actores civiles y militares de la defensa conviven cotidianamente.
2.
EL VALOR PÚBLICO EN LA ORGANIZACIÓN DE LA DEFENSA
En este contexto, uno de los debates más explícitos sobre la ética
militar que se dio en Argentina giró alrededor de la posibilidad de objeción de
conciencia en el funcionamiento interno de las mismas durante los “años de
plomo”. La objeción de conciencia es la frontera álgida de la ética del soldado,
porque se refiere a la contradicción moral entre la orden recibida y el derecho
individual del receptor a rechazarla. En general, en todas las fuerzas armadas
del mundo no acatar una orden es entendido como desobediencia y es pasible
de sanción, pero la ausencia total de juicio propio y reparo moral ante la orden
por parte del subordinado es entendida como una falla estructural grave de
la organización, porque implica que este no participa del sentido colectivo de
las Fuerzas Armadas. Y que no hay un Código Ético, o que este no es conocido
(o compartido) por los miembros que la componen.
18
El soldado como líder público: reflexiones a partir del caso argentino
ARGENTINA
El caso concreto que motivó la controversia acerca de si el soldado
posee la potestad de la objeción de conciencia fue una de las llamadas “leyes
de perdón” o “de impunidad”, la 23.521, de Obediencia Debida, sancionada
durante el gobierno de Raúl Alfonsín en el año 1987, luego derogada en 1998
por la ley 24.932 y finalmente anulada por la ley 25.779 del año 2003. Esa
anulación, que contó con un amplio consenso parlamentario, fue una de las
columnas legales de la prosecución de los crímenes de lesa humanidad a lo
largo de los años del kirchnerismo. La ley de 1987, subsecuente de la ley 23.492
“de punto Final” de 1986, sostenía que en el ámbito militar los subordinados
están exentos de responsabilidades cuando obedecen a sus superiores. Más
precisamente, en el artículo 1 decía que las personas alcanzadas por dicha
excepción –oficiales jefes, oficiales subalternos, suboficiales y personal de
tropa de las Fuerzas Armadas, de seguridad, policiales y penitenciarias–,
“obraron en estado de coerción bajo subordinación y en cumplimiento de
órdenes sin facultad o posibilidad de inspección, oposición o resistencia a
ellas en cuanto a su oportunidad y legitimidad”. En la historia del derecho
penal, el concepto de obediencia debida o jerárquica ha sido objeto de varios
debates7, materia en la que no ahondaremos. En los juicios de Núrenberg
se adoptó un criterio fundamental y muy influyente desde entonces en
el tratamiento de los crímenes imprescriptibles, que dice que obrar según
instrucciones no exime a nadie de responsabilidades, aunque la situación de
obediencia puede determinar diferentes grados (en este caso, menores) de
responsabilidad, y por ende de sanción8.
Pero este debate sobre mando y obediencia, que nos retrotrae a una
ética militar en el plano del ejercicio de la violencia, debe diferenciarse de la
ética de la responsabilidad que emana de la construcción colectiva del valor
público, un proceso más cercano a las preocupaciones contemporáneas de la
organización de la defensa. En términos de enfoque, es necesario distinguir
entre el de valor público (o de liderazgo público) de otros paradigmas de
la organización pública, en lo que respecta al perfil de sus agentes. El de
la administración pública enfatiza el rol de la burocracia y el funcionariado
público; el de la gerencia pública vislumbra una conducción de la organización
que moviliza los recursos disponibles para maximizar la utilidad –”el gerente
7
Para una breve reseña de los mismos, ver ZÚÑIGA Rodríguez, L. La obediencia debida:
consideraciones dogmáticas y político-criminales. Nuevo Foro Penal, Nº. 53, pp. 331–349, 1991.
8
Ibid., p. 331.
19
La Ética del Soldado del Siglo XXI
maneja el capital”–; y el del liderazgo público sostiene que los gestores deben
motivar a quienes administran y operan, en nombre de los objetivos de la
organización, para proveer mejores servicios y valores.
Este último enfoque se propone encontrar un modelo de liderazgo
para las organizaciones estatales. Según Brookes y Grint es “una práctica
de liderazgo colectivo en la que entes y organizaciones públicas colaboran
para lograr una visión compartida, basada en objetivos y valores compartidos,
que se distribuye a través de cada organización en una forma colegiada
que promueve, influye y provee un mejor valor público, que se evidencia a
partir de un sostenido bienestar económico, social y ambiental dentro de un
contexto complejo y cambiante”9. Esto quiere decir que el liderazgo en las
organizaciones públicas es de naturaleza colectiva, no individual, porque está
comprendido por diferentes sectores, y que se basa en la defensa del valor
público, entendido este como el máximo valor de los servicios públicos, que
se logra cuando los líderes públicos logran identificar los objetivos sociales de
los mismos, que surgieron de los derechos ciudadanos y fueron instituidos en
un proceso democrático.
Utilizando esta definición de liderazgo, los agentes de las organizaciones
públicas evalúan su desempeño tomando en consideración los objetivos
fundacionales de la institución, y el sujeto ante quienes deben rendir cuentas.
El líder público no está definido por la investidura de una posición superior, no
es una personalidad, y no persigue metas individuales, puesto que la función
pública se orienta a producir resultados colectivos y ello es posible gracias a
la agregación de la mayor cantidad de contribuciones.
El del liderazgo público es un enfoque que describe los desafíos de los
mandos medios. Y en el marco de un Estado compuesto por diferentes niveles
organizacionales, esta categoría podría aplicarse también a los responsables
de unidades de gestión. Los oficiales que ocupan la cima jerárquica en las
Fuerzas Armadas o de seguridad suelen ser fuente última de decisión en
cuestiones de funcionamiento interno de sus unidades, pero operan también
como mandos medios cuando las decisiones las toman las autoridades
políticas, democráticamente elegidas, a las que la autoridad militar responde.
En las estructuras burocráticas, los mandos medios suelen obrar como
administradores de las tensiones que se producen entre las políticas de los
9
Ver BROOKES, S. y GRINT, K. The New Public Leadership Challenge. London, Palgrave
Macmillan, 2010, p. 1 (la traducción es nuestra).
20
El soldado como líder público: reflexiones a partir del caso argentino
ARGENTINA
representantes, que encarnan la legitimidad democrática, y los procesos que
siguen los funcionarios de carrera. En esa posición, enfrentando restricciones
que emanan desde arriba y desde abajo, son quienes establecen los objetivos
posibles, proveen el apoyo financiero para las estructuras, evalúan los
resultados y deben comprometer a la tropa.
Otra tensión recurrente es la que se produce del encuentro entre las
políticas de los sucesivos gobiernos democráticos y la planificación a largo
plazo de la organización. Los gobiernos cambian periódicamente, y con ellos
sus políticas, pero el funcionariado es estable. Las llamadas “Políticas de
Estado” lucen como una ilusión llamada a aliviar esa tensión. Pero las mismas
rara vez son posibles, toda vez que un Estado democrático y plural supone
la alternancia de partidos políticos diferenciados, y por ende, de programas
políticos diferentes. En el ámbito militar esa tensión se da con particular
intensidad, ya que las Fuerzas Armadas profesionales son organizaciones
públicas altamente estructuradas y estables, en las que la separación entre
los cuadros estables –las fuerzas– y los funcionarios políticos –los “civiles”–
es indudablemente mayor que en otras áreas del Estado; las relaciones civilmilitares son, de hecho, una temática, casi una subdisciplina dentro de los
estudios de la defensa.
El oficial general que ejerce el liderazgo, aun con rango y uniforme,
está habitualmente ubicado en una posición que trasciende a la institución
castrense a la que pertenece y con la que muy probablemente se identifique.
Es un articulador entre la tradición de su unidad y el contexto político, que con
frecuencia busca someterla a cambios. En ese proceso identifica los propósitos
de la política, los transforma en prácticas, los conjuga con la visión compartida
en las fuerzas, y resuelve los problemas que se generan por el conflicto de
valores. La comunicación hacia la tropa es una herramienta puesta al servicio
de estos cuatro desafíos. Y cuando lo que hay que comunicar es complejo,
o implica cambiar cosas, el oficial general debe hacerlo desde el ejemplo y
las acciones concretas. Y a partir de ese instante, cuando se convierte con su
comportamiento en un símbolo de este particular proceso organizacional, se
convierte en un líder público de la defensa.
Este enfoque, de raíz constructivista, busca dar cuenta de una dimensión
de la organización de la defensa que habitualmente no es capturada por
autores más concentrados por los objetivos del gobierno político de la
defensa. Es cierto que, en la mayoría de los países suramericanos, el gran
desafío de la defensa tras la ola de democratización que se esparció por la
21
La Ética del Soldado del Siglo XXI
región en los años ochenta consistió en reducir la autonomía de las Fuerzas
Armadas y de seguridad, e institucionalizar el control civil de la defensa a
partir de los ministerios correspondientes. Y que, como mencionábamos al
principio, este proceso de institucionalización está plagado de dificultades, de
las cuales el déficit de expertise civil es solo una. Pero esta preocupación por
la institucionalización y la legitimidad de los Ministerios de Defensa –es decir,
por la formación de una burocracia weberiana no militar especializada en
defensa– peca tal vez de un excesivo apego al viejo modelo de la administración
pública, según el cual los programas políticos compiten en elecciones, y las
burocracias los implementan. Las políticas públicas y los servicios que estas
proveen, sin embargo, están insertas en un gobierno en red, conformado por
diferentes niveles territoriales y el aporte de actores legítimos en la materia,
todos los cuales contribuyen a la construcción de una visión común.
3.
CONCLUSIÓN
A medida que se ha consolidado el gobierno político de la defensa en
Argentina y la región, se abre una nueva agenda de investigación acerca de
cómo militares y civiles construyen, en forma colaborativa, la organización de
la defensa. El soldado, si es portador de los valores de unas Fuerzas Armadas
insertas en un régimen democrático con valores sociales compartidos, y si
comprende que los objetivos de la organización de la defensa contribuyen
al valor colectivo, es un actor que construye el valor público pacífico de la
sociedad a la que sirve. Por esa razón el tipo de “inspección, oposición o
resistencia” a la orden recibida que podría emanar desde una interpretación del
enfoque del liderazgo público difiere de la objeción de conciencia, entendida
esta como la contradicción entre una orden impartida por la superioridad y
los valores morales que podría profesar, en forma individual, una persona. De
esta agenda constructivista surge una ética de la organización de la defensa,
distinta de la ética militar definida por las categorías de la guerra, en la que el
soldado opina, participa, objeta y defiende valores y conceptos en el trabajo
conjunto cotidiano, sin que ello implique o modifique las estructuras diseñadas
en el marco del control civil de las Fuerzas Armadas.
22
El soldado como líder público: reflexiones a partir del caso argentino
ARGENTINA
BIBLIOGRAFÍA
ANZELINI, L. y POCZYNOK, I. De la política militar a la política de Defensa: el
ciclo de planeamiento (2007-2011) como punto de inflexión. Perspectivas
sobre el Estado, las políticas públicas y la gestión, año 2, número 2, 2014.
BATTAGLINO, J. Algunas precisiones sobre el origen de la teoría de las relaciones
cívico-militares. POSTData, 5, noviembre, 1999.
BEKKERS, V., EDELENBOS, J. y BRAM, S. Innovation in the Public Sector: Linking
Capacity and Leadership. London, Palgrave Macmillan, 2011.
BROOKES, S. y GRINT, K. The New Public Leadership Challenge. London,
Palgrave Macmillan, 2010.
CHARTERIS-BLACK, J. The Communication of Leadership. London, Taylor &
Francis, 2008.
CIGLER, B. Public Administration and the Paradox of Professionalization. Public
Administration Review, Vol. 50, No. 6 (Nov. – Dec.), pp. 637-653, 1990.
COLLIER, P. y CHAUVET, L. The Security Challenge in Conflict-Prone Countries.
Copenhagen Consensus Center, 2008.
GARCÍA Covarrubias, J. El futuro del sector de defensa en Latinoamérica. En
Isabel Stanganelli (comp.), Seguridad y defensa en el Cono Sur. Mendoza,
Caviar Bleu-Editora Andina Sur, 2004.
GARRE, N. Hacia una Política de Estado para la Defensa. Discursos 2006-2007.
Ministerio de Defensa, Presidencia de la Nación, 2007.
HOBSON, J. Military and Defense Lobbying: A Case Study. En JOHNSON, D.
Routledge Handbook of Political Management. New York, Routledge,
2009.
HUNTINGTON, S. El soldado y el Estado. Teoría y política de las relaciones
cívico-militares. Buenos Aires, GEL, 1995.
IGNATIEFF, M. Guerra virtual: más allá de Kosovo. Barcelona, Paidós Ibérica,
2003.
JANOWITZ, M. The Professional Soldier: A Social and Political Portrait. Glencoe,
The Free Press, 1960.
JANOWITZ, M. Military Institutions and Citizenship in Western Societies. Armed
Forces & Society, 2, pp. 185-204, 1976.
MARCH, J. y WEIL, T. On Leadership. Oxford, Blackwell Publishing, 2005.
MAYER, K. y KHADEMIAN, A. Bringing Politics Back in: Defense Policy and the
Theoretical Study of Institutions and Processes. Public Administration
Review, Vol. 56, No. 2 (Mar. - Apr.), pp. 180-190, 1996.
23
La Ética del Soldado del Siglo XXI
MERLIGEN, M. y OSTRAUSKAITĖ, R. European Security and Defense Policy: an
Implementation Perspective. London, Routledge, 2008.
PION-BERLIN, D, Civil-Military Relations in Latin America: New Analytical
Perspectives. Chapel Hill, The University of North Carolina Press, 2001.
RAINEY, H. Understanding and Managing Public Organizations. New Jersey,
Jossey – Bass, 2010.
SINGH, R. Beyond military expenditure and arms control: promoting democratic
governance of the security sector. Disarmament Forum, Nº 3, 2005.
TRINKUNAS, H. Crafting Civilian Control of the Military in Venezuela: A
Comparative Perspective. Chapel Hill, University of North Carolina Press,
2005.
WALZER, M. Reflexiones sobre la guerra. Barcelona: Paidós, 2004.
WALZER, M. Guerras justas e injustas. Un razonamiento moral con ejemplos
históricos. Barcelona, Paidós, 2001.
ZÚÑIGA Rodríguez, L. La obediencia debida: consideraciones dogmáticas y
político-criminales. Nuevo Foro Penal, Nº. 53, pp. 331-349, 1991.
24
ESTADO
PLURINACIONAL DE
BOLIVIA
Escuela de Altos Estudios Nacionales
“Coronel Eduardo Avaroa Hidalgo”
ÉTICA DEL SOLDADO EN EL SIGLO XXI A
PARTIR DE LA CONCRECIÓN DEL “ETHOS
MILITAR BOLIVIANO, AJAYU”
LUIS FERNANDO LUJÁN FLORES*
PEDRO VALCARCE TORRICO**
I.
INTRODUCCIÓN
El presente artículo pretende efectuar un acercamiento teórico conceptual
al perfil ético del soldado boliviano del siglo XXI desde la perspectiva de su
identidad, basado y reconocido en nuestra cosmovisión como el “Ajayu”,
fundamentado en elementos sustantivos de nuestra historia, realidad y
proyección, llegando a concretarse desde la perspectiva ideofilosófica de la
Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia en la multiculturalidad,
como el rasgo característico del proceso de descolonización de las FF.AA. del
Estado y consecuentemente del soldado boliviano en su proyección al siglo XXI.
En el ámbito de las Fuerzas Armadas, la existencia de ciertos valores
morales tiene un carácter especial que se distingue del resto de las actividades
profesionales, conocidas como virtudes o valores militares; en este entendido
deben darse prioridad a los principios ético-morales que, enraizados en
nuestra tradición, responden a una profunda exigencia de la que sus miembros
harán una forma de vida. Actualmente, la preparación del soldado para la
guerra no puede amoldarse a los procedimientos que eran de uso corriente
en el pasado, donde se pensaba que con la imposición autoritaria, los medios
coercitivos y el temor al castigo, era posible disponer de hombres que podrían
cumplir sus deberes a conciencia.
*
**
Vicealmirante, Director Nacional de la Escuela de Altos Estudios Nacionales. Maestría en
Seguridad, Defensa y Desarrollo, Post grado en Liderazgo, Egresado de la Facultad de Ciencias
Jurídicas de la Universidad Loyola.
CNL. DAEN. Comando y Estado Mayor. Doctor en Seguridad, Defensa y Desarrollo de las FF.AA.
egresado de la Escuela de Altos Estudios Nacionales. Maestría en Estrategia Nacional y Militar.
27
La Ética del Soldado del Siglo XXI
La transformación profunda que sufren las Fuerzas Armadas del Estado
a la par de los cambios políticos, sociales, culturales y económicos en el orden
mundial, regional y local, exigen del soldado un alto grado de responsabilidad,
un honroso deber y derecho de contribuir a la seguridad, defensa y desarrollo,
bajo nuevos conceptos doctrinarios del Estado Plurinacional de Bolivia.
No basta contar con soldados aptos y diestros en el manejo de armamento
y las tácticas de combate, no es suficiente que el soldado tenga una aparente
disciplina, sino, es de imperiosa necesidad que todos los miembros que forman
parte de las FF.AA. del Estado, estén poseídos de los valores éticos morales,
del deseo más ferviente de trabajar por y para la patria, convencidos de que
ello es indispensable para la vida del pueblo donde nacimos. Cuando se cuente
solamente con ciudadanos animados por tales sentimientos, será posible
exigirles todos los sacrificios que la guerra impone; así tendremos soldados
que con abnegación soportarán todos los peligros, y que con resignación
esperarán la muerte, orgullosos de ofrecer su sangre en pro de la patria.
Compréndase la trascendencia de las fuerzas morales, pues esos elevados
sentimientos y virtudes representan para el hombre un valor incalculable de
energía, que le hará aprender de manera fácil y consistente cuando le sea
necesario; la disciplina, pilar fundamental, virtud esencial e indispensable de
las Fuerzas Armadas se manifestará con firmeza. La exaltación de las fuerzas
morales acrecientan el valor de las fuerzas materiales, perdiendo estas toda su
eficacia si aquellas no se han desarrollado debidamente.
Los oficiales, suboficiales y sargentos, que tienen a su cargo el importante
y casi único deber, en la paz, de transformar los hombres en soldados,
están obligados a dedicar sus esfuerzos y conceder la máxima atención a
la educación moral y ética; porque así no solo formarán soldados, sino que
realizarán una misión social de alta importancia, por cuanto esos ciudadanos,
al volver a sus hogares, si llevan bien arraigados en sus corazones los valores
morales, contribuirán poderosamente a inculcar y difundir las virtudes entre
sus hijos y entre sus conciudadanos.
Como institución fundamental de la patria, sus miembros que la
componen tienen la obligación de educar y practicar permanentemente
los valores morales basados en una ética profesional coherente; solo una
educación sólida y consciente acrecentará la preparación del soldado y, por
ende, de las Fuerzas Armadas del Estado.
28
Ética del soldado en el siglo XXI a partir de la concreción del “ethos militar...
BOLIVIA
II.
JUSTIFICACIÓN FILOSÓFICA DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL PARADIGMA DE
LA UNIDAD, EQUILIBRIO Y COMPLEMENTARIEDAD
A.
Ethos
El ethos en el contexto del conocimiento humano es comprendido como
el “punto de partida”, “inclinación” y a partir de ello la “personalidad” que
significa “teoría de la vida”, término del que emanó el concepto castellano
“ética”, por ello para la Real Academia Española esta acepción es definida
como “Conjunto de rasgos y modos de comportamiento que conforman el
carácter o identidad de una persona o una comunidad”. Por otra parte, y
desde nuestra cosmovisión, en la cultura andina este término está relacionado
con el vocablo aimara “Ajayu” que significa “principal espíritu del hombre”,
relacionado con su “conciencia”, “razonamiento” y con su “fuerza vital”. En
consecuencia, esta expresión desde la perspectiva “ética de la identidad” está
conformada por la esencia, carácter, hábitos, modo de ser, valores, conciencia,
profesionalismo, razonamiento, fuerza vital, espíritu, que configuran la
personalidad, constituyendo los rasgos de comportamiento individual,
institucional y social del hombre. Por tanto, se concluye que, el ethos militar
determina éticamente el modo de comportamiento militar, garantizando
la continuidad y legitimidad de la institución castrense, definiendo las
responsabilidades y roles del soldado, contribuyendo a configurar y legitimar
la identidad militar con respecto a otras personas, representando el espíritu
que vincula los rasgos del soldado boliviano, mediante un sistema de valores
morales y éticos, vinculados a los atributos de: responsabilidad, pericia e
identidad.
B.
Origen
El origen como primer pilar del ethos se sustenta en el poderío
económico y militar de Tiwanaku, el mismo que está basado en actividades
sobresalientes para su época, elementos emergentes de su sabiduría ancestral,
el desarrollo diverso y conocimiento científico, representados en la “chakana1”
1
La chakana posee una antigüedad mayor de 4 mil años, según el arquitecto Carlos Milla, autor
del libro Génesis de la Cultura Andina. Hoy en día, la cultura aimara sigue reproduciendo el
gráfico de la chakana en sus telas. Igualmente, los aimaras aún conservan el calendario lunar de
29
La Ética del Soldado del Siglo XXI
así como su tradición guerrera, evidencian su evolución en cuatro periodos
de desarrollo tecnológico que lograron espectaculares avances en todos los
campos del conocimiento; dada esta trascendencia, esta cultura conocedora
del conocimiento de la energía cósmica y telúrica, el dominio del equilibrio y
la armonía, el conocimiento de la geografía, astronomía y geodesia, posibilitó
el contar unas fuerzas guerreras que protegían su cultura, aspectos que
delinearon el desarrollo de una tradición guerrera.
Este guerrero, capaz y organizado, contó con fuerzas organizacionales
equipadas y preparadas que se sintetizan en la simbología de los chachapumas
o chachacóndores, como guardianes de su imperio, con armas de bronce
y vestuarios impresionantes, que infundieron terror a sus enemigos, siendo
expertos en operaciones militares, que desde luego infundían respeto a
los pueblos americanos. Este hecho significativo expresa la exaltación de la
defensa de su territorio y desarrollo comunal.
A través del cálculo geográfico perfecto de la chakana, lograron el
control y comunicación de las culturas que desde la cordillera de los Andes,
la Amazonía, el Chaco hasta los Valles y dado su alto nivel de conocimientos
pudieron convivir en armonía y equidad.
C.
Naturaleza
La naturaleza de las FF.AA. tiene connotaciones de carácter filosófico,
ancestral, sociológico y jurídico, considerados en el pilar referido al origen; en
este pilar por lo tanto se consolida nuestra naturaleza desde el punto de vista
del profesionalismo que representa el factor sustantivo de nuestra esencia, en
el que sintetiza la base epistémica, cultural, doctrinaria, tecnológica, científica
e innovadora de la cualidad profesional militar, que manifiesta el “modo de
comportamiento militar”, a partir de nuestro objeto de ciencia “la seguridad,
defensa y desarrollo”, basados en el fiel cumplimiento de nuestros axiomas
constitucionales, la pluralidad, entendida como la “macroidentidad” de
nuestro Estado, del que emerge nuestra identidad militar como componentes
de una institución dotada de alta efectividad para el cumplimiento de nuestra
13 meses con 28 días cada mes, empleado por los antepasados: 13 por 28 resulta 364, el día 365
era considerado el día cero, algo así como una especie del inicial del año nuevo andino. Ese día
es el 3 de mayo, que es cuando la Cruz del Sur adquiere la forma astronómica (geométrica) de
una cruz latina perfecta” (nota de los autores).
30
Ética del soldado en el siglo XXI a partir de la concreción del “ethos militar...
BOLIVIA
misión constitucional; finalmente soldados dotados de un sólido sistema de
valores éticos y morales que conforman el sustento axiológico militar boliviano,
concretando nuestra naturaleza vencedora.
D.
Horizonte
El horizonte, como tercer pilar del ethos, implica una construcción
basada en la naturaleza vencedora del ser militar, sustentado en el componente
axiológico que guía las acciones individuales y colectivas de los miembros de
nuestra institución, determinando consecuentemente nuestra proyección hacia el
futuro, basada en la visión institucional, con la finalidad de concretar su acción en
el deber ético, es decir, un cambio de comportamiento para “hacer lo correcto”.
El horizonte como proyección institucional hacia el futuro refleja
fundamentalmente el compromiso que tiene el soldado boliviano para
desarrollar eficientemente las actividades más simples, hasta las más complejas,
vislumbrando la conquista de aquellos objetivos más elevados para con la
institución y fundamentalmente para el Estado, con una conciencia crítica,
conocedor de sus raíces guerreras, orgulloso de las glorias y victorias de nuestras
FF.AA. y, finalmente, dotado de capacidad visionaria que proactivamente
prevea el futuro, haciendo que sus acciones estén coherentemente articuladas
en la búsqueda y conquista de nuestro destino, como unas FF.AA. con soldados
guerreros, vencedores y ávidos de gloria, que garanticen la seguridad del Estado,
mediante la eficiente ejecución de las acciones de defensa, contribuyendo de
modo efectivo y activo al desarrollo nacional.
III.
EL NUEVO PARADIGMA DE LA ÉTICA DEL SOLDADO BOLIVIANO PARA EL SIGLO XXI
La orientación del Servicio Militar Obligatorio (SMO) debe reflejar
objetivamente la filosofía del Estado Plurinacional, basado en los siguientes
conceptos:
“Nuestra reflexión2 (con respecto al Servicio Militar Obligatorio) invitaba
a preocuparnos más sobre su dimensión política y democrática tomando en
cuenta que se trataba más bien de la cualidad ciudadana del soldado y por lo
2
QUINTANA, J., SELMESKI, B. Democracia, multiculturalidad y Fuerzas Armadas: los desafíos de
la seguridad humana. Editorial Artes Gráficas. Primera Edición. La Paz, marzo de 2009.
31
La Ética del Soldado del Siglo XXI
mismo requería valorarse la legitimidad estatal en su ámbito militar. Interpelar
la legitimidad estatal a partir de modelo civilizatorio y monocultural que había
no solo el SMO, sino, en las propias FF.AA. de una sociedad multicivilizatoria
y multicultural. La cuestión que planteábamos está dirigida a conocer cuán
compatible era para la democracia y su calidad institucional poseer unas FF.AA.
en cuyo epicentro doctrinario, filosófico y pedagógico reposaba un repertorio
ajeno y contrario al reconocimiento de la diversidad cultural de sus soldados
en una sociedad multicultural. Ofrecimos una propuesta de trabajo basado en
el enfoque de la multuculturalidad militar como herramienta teórica y como
estrategia institucional para su dominio en la implantación de lógicas y prácticas
civilizatorias dentro de las FF.AA. pero en especial en el SMO, con fuerte irradiación
en la sociedad. El SMO había sufrido diversas transformaciones sustantivas, entre
ellas, se había convertido en una máquina civilizatoria y dominante, dependiente
de las FF.AA. orientada, directa o indirectamente a disciplinar una parte importante
de la sociedad-pueblos indígenas, en la economía política de la obediencia y el
temor reverencial al Estado. Así pues el cuartel sirvió históricamente como un
arma de dominación cultural institucionalizada convirtiendo este espacio público
en un instrumento ideológico dirigido a lograr la uniformidad cultural –mestizaje–
a partir de la disolución de las diferencias y especificidades étnicas y culturales.
Uniformidad, disciplinamiento y monoculturalidad como antítesis al ejercicio
ciudadano de la diversidad e identidad étnica constituyeron los ejes de un orden
colonial militar que colocó a los ejércitos, desde la creación de la república, como
tutores culturales de la sociedad que luego devinieron en tutelaje político”.
Bajo el paraguas del nuevo modelo del Estado Plurinacional de
Bolivia, definido como “un Estado Unitario, Social, de Derecho Plurinacional
Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural,
descentralizado y con autonomías, fundada en la pluralidad y pluralismo
político, económico, jurídico, cultural y lingüístico dentro el proceso integrador
del país”3, y basado fundamentalmente en los principios, valores y fines del
Estado, actualmente enunciados en nuestra Constitución Política del Estado,
definiremos la ética del soldado boliviano:
El militar boliviano debe estar preparado fundamentalmente para
contribuir en el esfuerzo de la consecución pacífica de los fines del Estado,
en busca de lograr el fin supremo del vivir bien, entendiéndose por tal, el
3
Estado Plurinacional de Bolivia, Constitución Política del Estado, Art. 1.
32
Ética del soldado en el siglo XXI a partir de la concreción del “ethos militar...
BOLIVIA
respeto a la diversidad e identidad cultural, y el encuentro entre pueblo y
comunidades, significa también vivir bien entre nosotros, es una convivencia
comunitaria con interculturalidad y sin asimetrías de poder, es vivir con armonía
y equilibrio con la madre tierra, con los ciclos de la naturaleza, el cosmos,
la vida, la historia y además con toda forma de existencia, es la expresión
cultural que condensa la forma de entender la situación compartida de las
necesidades humanas, más allá del ámbito de lo material y económico, este fin
supremo del Estado Plurinacional de Bolivia, orienta con claridad la conducta
ética del militar boliviano, garantizando la seguridad, la defensa y además de
su participación activa en el desarrollo integral del Estado, actualmente, al
margen de su misión constitucional, se le asignan nuevos roles tales como:
la participación activa en la lucha contra el contrabando, el narcotráfico,
erradicación de la hoja de coca excedentaria, apoyo a Defensa Civil contra
los desastres naturales, control de nuestros recursos naturales, pago de bonos
Juana Azurduy de Padilla, renta dignidad, Juancito Pinto, acción cívica y otros,
tareas muy delicadas y sensibles desde el punto de vista de la seguridad
interna de nuestro Estado; por tanto, es importante ponderar la aplicación de
los valores ético–morales en el cumplimiento fiel de la misión constitucional
encomendada, donde el Estado Plurinacional de Bolivia rescata principios
ancestrales que fueron la base de las culturas Tiwanacota e Incaica, asumiendo
y promoviendo como principios ético–morales en la sociedad plural: el Ama
Qhella (no seas flojo), Ama Llulla (no seas mentiroso), Ama Suwa (no seas
ladrón); asimismo, el Estado se sustenta en los valores entendidos como
un conjunto de normas o cualidades que orientan y norman la conducta de
una sociedad concreta, constituyen cualidades de carácter social y personal,
que promueven a cada componente del Estado a desarrollar sus actividades
enmarcadas en ellos y con base en la filosofía del vivir bien, estos valores están
descritos en la Constitución Política del Estado: “unidad, igualdad, inclusión,
dignidad, libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad,
armonía, transparencia, equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social
y de género en la participación, bienestar común, responsabilidad, justicia
social, distribución y redistribución de los productos y bienes sociales para
vivir bien”4.
4
Ibidem. Art. 8.
33
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Por otra parte, el Estado Plurinacional de Bolivia “es pacifista, promueve
la cultura de la paz, así como la cooperación entre los pueblos de la región y
del mundo, a fin de contribuir al conocimiento mutuo, al desarrollo equitativo
y a la promoción de la interculturalidad, con pleno respeto a la soberanía
de los Estados”5. “Asimismo, Bolivia rechaza toda forma de agresión como
instrumento de solución a los diferendos y conflictos entre Estados y se
reserva el derecho a la legítima defensa en caso de agresión que comprometa
la independencia y la integridad del Estado”6.
Entonces, haciendo un análisis de los fines, principios y valores constitucionales, las Fuerzas Armadas del Estado Plurinacional de Bolivia internaliza en su
nueva doctrina plural, aplicando y reorientando su accionar a través de la práctica
real en procura de una formación integral del soldado, para que esté al servicio
de su pueblo fundamentalmente, sin ninguna influencia foránea, coadyuvando al
Estado en el desarrollo, garantizando la seguridad y defensa, imbuidos de los principios y valores supremos del Estado citados líneas arriba.
La educación entendida como un proceso de desarrollo integral
(biopsicosocial) trascendente o espiritual y no como la simple transmisión de
datos y conocimientos, juega un papel de gran importancia en el desarrollo de la
conciencia y, por ende, en la formación de valores; los seres humanos a medida
que vamos adquiriendo el uso de la razón diferenciamos de manera natural
entre lo bueno y lo malo, la verdad y la falsedad, lo correcto y lo incorrecto;
sin embargo, es importante en el ser humano seguir enseñando y aprendiendo.
Nuestra formación ética debe ser constante y de toda la vida; es un proceso
continuo que nunca termina, por ello es importante la enseñanza permanente
de la ética, y para que tenga un efecto positivo, el superior necesita ser íntegro,
dar el ejemplo y ser el modelo de excelencia, de tal forma que su conciencia
ética afecte al subordinado en cada acto u orden. Vivimos en una sociedad
donde la práctica de los valores éticos tanto en la vida personal como profesional
son considerados en un segundo plano de nuestro cotidiano vivir, por ello es
indispensable seguir cultivándolos, a objeto de preservar la integridad moral
individual y colectiva del hombre; la posibilidad de practicar estas normas de
conducta, costumbres y formas de vida vinculadas con el bien, se presentan
como obligatorias, son valiosas y orientan la actividad humana y profesional.
5
Ibidem. Art. 10.
6
Ibidem. Art. 10, parag. II.
34
Ética del soldado en el siglo XXI a partir de la concreción del “ethos militar...
BOLIVIA
Hay valores que se incorporan a los principios y convicciones personales
en la vida de los individuos desde edades tempranas y tienen sus reajustes en el
transcurso de la vida, de acuerdo al desenvolvimiento casuístico de cada persona
y de las condiciones y características de cada periodo histórico; por ello tienen
un carácter dinámico de cambio, varían de una época a otra, de una región a
otra, de una institución a otra, en su contenido y jerarquía de los mismos.
La aplicación práctica de los valores ético morales, descritos en el presente
artículo, por el soldado boliviano, le permitirá actuar con la confianza basada en una
recompensa en la vida, por aquello que practica y sabe que es correcto; tal actitud
le permitirá entonces encontrar la fortaleza y la templanza que necesitará en los
momentos de mayores dificultades, permitiéndoles tomar la resolución más acertada
ante una decisión crítica, y por ende estará dispuesto a dar la vida por algo superior.
Además de tomar en cuenta los principios y valores que demanda
nuestra Constitución Política del Estado, como base fundamental de nuestra
conducta, las Fuerzas Armadas del Estado Plurinacional de Bolivia enseñan y
practican los valores militares que a continuación se detallan:
HONOR
VALOR
PATRIOTISMO
HONESTIDAD
ESPÍRITU DE CUERPO
CAMARADERÍA
ESPÍRITU GUERRERO
ENTUSIASMO
EMULACIÓN
FE
CONFIANZA
DISCIPLINA
INICIATIVA
LEALTAD
INTEGRIDAD
JUSTICIA
CONOCIMIENTO
PORTE MILITAR
RESISTENCIA
DEBER
35
La Ética del Soldado del Siglo XXI
IV.
CONCLUSIÓN
•
La ética del soldado boliviano desde la perspectiva de su identidad se
manifiesta a través de nuestra cosmovisión aimara, por el “Ajayu”, que
contiene elementos sustantivos de nuestra historia, realidad y proyección,
concretándose desde la perspectiva ideofisiológica de nuestra Constitución Política del Estado, en la multiculturalidad del soldado boliviano, con
arraigados principios y valores ancestrales.
•
Las Fuerzas Armadas del Estado Plurinacional de Bolivia, con una
conciencia ética basada en los principios y valores rectores descritos en
nuestra Constitución Política del Estado y los valores propios de nuestra
institución militar, constituyen el cimiento sólido que nos permite actuar
con fortaleza y templanza en los momentos de mayores dificultades.
36
REPÚBLICA
FEDERATIVA
DEL BRASIL
Escuela Superior de Guerra
O DIREITO INTERNACIONAL DOS CONFLITOS
ARMADOS E A ÉTICA PROFISSIONAL MILITAR
NAS PEQUENAS FRAÇÕES: INSTRUMENTOS
FUNDAMENTAIS DA FORÇA TERRESTRE PARA O
COMBATE DO SÉCULO XXI
EL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS
CONFLICTOS ARMADOS Y LA ÉTICA
MILITAR PROFESIONAL EN FRACCIONES
PEQUEÑAS: INSTRUMENTOS
FUNDAMENTALES DE LA FUERZA
TERRESTRE PARA EL COMBATE DEL SIGLO
XXI
MÁRCIO RICARDO GRALA∗
REJANE PINTO COSTA∗∗
I.
INTRODUÇÃO
A guerra sempre foi e continuará sendo uma realidade. Na história, os
séculos de guerra superam, e muito, os de paz. Ao longo dos anos, as técnicas
e as táticas de guerra foram evoluindo, e agregando os avanços tecnológicos
*
Oficial do Exército da arma de Artilharia e do Quadro Estado-Maior. Foi instrutor da Academia
Militar das Agulhas Negras. Mestre em Ciências Militares pelo Instituto Meira Matos da Escola
de Comando e Estado-Maior do Exército, no Rio de Janeiro, com ênfase em Ética Profissional
Militar e Direito dos Conflitos Armados. [email protected]
**
Oficial do Exército do Quadro Complementar de Oficiais- Magistério/língua inglesa. Professora
e pesquisadora no Centro de Estudos Estratégicos da Escola Superior de Guerra (ESG), Rio de
Janeiro, Brasil. Pós-doutoranda pela Universidade Federal do Rio de Janeiro, com ênfase nos
estudos para a paz e no multiculturalismo. [email protected]
39
La Ética del Soldado del Siglo XXI
das ciências. Em paralelo, tornou-se cada vez maior o número de mortes tanto
de combatentes, como de não combatentes, em conflitos armados1.
Em todas as épocas e em todas as culturas, há indícios de regras
relativas às guerras, no sentido de se criar limites que diminuíssem massacres
desnecessários, principalmente de crianças e mulheres2.
Numa investigação histórica, encontram-se referências às “Leis da
Guerra” no Extremo Oriente, na América Pré-Colombiana, no mundo
Greco-Romano e na Idade Média. Entretanto, a história moderna do Direito
Internacional dos Conflitos Armados (DICA) nasce no século XIX, quando são
registrados os primeiros esforços de codificação internacional3.
Analistas descrevem um futuro mais belicoso, pautado pelo aumento
da violência e da exclusão de massas humanas na proporção da escassez de
recursos naturais. Em virtude disso, evidenciam-se várias mudanças no âmbito
da sociedade internacional e, em especial, como resposta às atrocidades
praticadas em relação aos seres humanos, uma contrarresposta coordenada: a
valorização da pessoa humana4.
O surgimento do DICA está bastante associado ao esforço de Henri
Dunant, um empresário suíço, que durante uma viagem ao norte da Itália
testemunhou a Batalha de Solferino5, a qual deixou um saldo de 40.000 vítimas
no campo de batalha, entre mortos e feridos, sem qualquer ajuda ou socorro6.
Entretanto, tem-se que destacar o esforço paralelo dos Estados Unidos
da América (EUA), que, no contexto da Guerra de Secessão, entre 1861 e
1865, elaboraram instruções sobre o comportamento dos exércitos dos EUA
em campanha. O documento ficou conhecido como Código Lieber, por ter
sido elaborado por Francis Lieber7. Esse manual apresentava regras sobre
1
MELLO, Celso D. de Albuquerque. Direitos Humanos e Conflitos Armados. Rio de Janeiro, RJ:
Renovar, 1997.
2
BORGES, L. Estrela. O Direito Internacional Humanitário. Belo Horizonte: Del Rey, 2006.
3
KOLB, Robert. Lus in bello.
Helbing&Lichtenhahn, 2003.
4
PRONER, Carol; GUERRA, Sidney; e Colaboradores. Direito Internacional Humanitário e a
proteção internacional do individuo. Porto Alegre, Brasil: Sérgio Antonio Fabris Editor, 2008.
5
A Batalha de Solferino foi entre piemonteses e franceses contra austríacos, encerrando-se no dia
24 de junho de 1859.
6
GUERRA, Sidney. Direito Internacional dos Direitos Humanos. São Paulo: Saraiva, 2011.
7
Francis Lieber era um jurista e professor da Columbia College de Nova York (FERNANDES,
2006). Ele criou, a pedido do Presidente Lincoln, um sistema normativo de regras de conduta
destinado às tropas em campanha na Guerra de Secessão, o famoso Código Lieber, cujo
Le droit international des conflits armés. Bruxelles:
40
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
todos os aspectos da condução da guerra terrestre, com o objetivo de evitar
sofrimentos desnecessários e limitar o número de vítimas em um conflito8.
O DICA tornou-se de extrema relevância para o planejamento das operações
militares por conta da assinatura do Tratado de Roma, em 1998. Esse tratado criou o
Tribunal Penal Internacional (TPI), cuja atuação iniciou em 2003. Com esse Tribunal,
os crimes de guerra, denunciados pela comunidade internacional, passaram a ser
investigados, ganhando repercussão na mídia internacional9.
Por conta desse Tratado, hoje, os comandantes de operações militares
podem ser indiciados por crimes de guerra cometidos por sua tropa, o que destaca
a importância dos soldados atuarem dentro dos limites do DICA e da EPM.
A repressão penal é considerada uma das formas mais eficientes para
proporcionar efetividade ao direito. Em razão disto, o TPI é um importante ator
na implementação do DICA, pois impõe aos Estados a obrigação de processar e
julgar os crimes previstos não só no DICA, como também no Direito Internacional
dos Direitos Humanos (DIDH). Além disso, o Tratado de Roma prevê que o TPI
atuará quando os Estados que fazem parte do Tratado não cumprirem bem a sua
obrigação de processar e julgar as violações ao DICA e DIDH10.
O combate do século XXI apresenta uma série de tendências das quais
se podem destacar: a urbanização dos eventos, afetando diretamente a
população civil; a crescente participação de atores não estatais; e a presença
da mídia, organismos humanitários e Organizações Não Governamentais
(ONG) como elementos indissociáveis do moderno campo de batalha.
Tais tendências provocam a sobreposição, no tempo e no espaço, dos
aspectos políticos, estratégicos e táticos, que permeiam toda a estrutura de
comando, até os menores escalões, surgindo o termo “cabos estratégicos”,
uma vez que o resultado das operações dependerá das decisões tomadas por
líderes de pequenas frações11.
nome oficial era “Instructions for the Government of Armies of the United States in the Field”,
publicado em 1863.
8
BORGES, L. Estrela. Loc. cit.
9
JANKOV, Fernanda Florentino F. Direito Internacional Penal: mecanismo de implementação do
Tribunal Penal Internacional. São Paulo: Saraiva, 2009.
10
PALMA, Najla Nassif. Direito Internacional Humanitário e Direito Penal Internacional, Rio de
Janeiro: Fundação Trompowsky, 2010.
11
KRULAK, Charles C. The strategic corporal: leadership in the three block war. Marines Magazine,
january 1999. Disponível em: <http://www.au.af.mil/au/awc/awcgate/usmc/strategic_corporal.
htm>. Acesso em 15 fev. 2012.
41
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Com isso, as ações das pequenas frações adquirem repercussão política
e divulgação global. Os soldados passam a ter necessidade de avaliar a
situação, decidir e agir por conta própria. Para tanto, os modernos dispositivos
portáteis de apoio ao combatente, as viaturas blindadas de última geração,
as técnicas mais avançadas de tiro coletivo e o poder destrutivo das armas
portáteis contribuem menos para o sucesso da missão do que o conhecimento,
por parte de todos combatentes, das normas, que regem a atuação militar, e
do comportamento ético de cada soldado em operações12.
Atualmente, as operações militares realizadas pelos estadunidenses no
Iraque e Afeganistão representam o maior desafio dos doutrinadores. Essas
guerras, decorrentes dos atentados do 11 de Setembro de 2001, mostram ao
meio militar como serão os conflitos do século XXI. A grande surpresa que
se observa é a dificuldade que o maior exército do mundo tem para obter
sucesso em suas operações militares.
A população local nessas guerras assume um papel relevante, tornandose o centro de gravidade das operações. A desconsideração deste fator,
no início das operações nesses dois países, revelou aos estadunidenses a
importância dos exércitos terem um treinamento específico para evitar danos
colaterais, que são explorados pelo inimigo para colocar a população contra
as forças militares, imobilizando as tropas em operações13.
De todo esforço do Exército Americano no combate ao terrorismo, o
que mais foi noticiado e explorado foi o emprego de técnicas exageradas de
interrogatório em Guantánamo. Outras notícias veiculadas na mídia foram: a
matança em Mahmudiyah, ocasião em que cinco soldados estupraram uma
menina iraquiana de 14 anos e assassinaram sua família; o massacre de Kunduz,
no qual centenas de talibãs morreram ao serem transportados em contêineres
fechados; ou ainda, a história de um comandante de pelotão que, no Iraque,
não interferiu quando seu pelotão se entregou ao comportamento violento.
O jovem tenente, ao invés de frear o comportamento dos seus liderados, foi
transformado pela subcultura imoral de sua tropa14.
12
PRYER, Douglas A. Controlar a fera interior: a chave do sucesso nos campos de batalha do
século XXI. Military Review, Fort Leavenworth, pp. 02-13, maio-junho. 2011.
13
STRINGER, Kevin D. Formação do cabo para o desempenho de atividades estratégicas (“O
Cabo Estratégico”): Uma mudança de paradigma. Military Review, Fort Leavenworth, pp. 02-12,
janeiro-fevereiro. 2010.
14
PRYER, Douglas A. Loc. cit.
42
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
Quanto à realidade brasileira, os exemplos não são diferentes. Não
há como se esquecer do tenente do Exército Brasileiro (EB) que entregou,
influenciado por seus subordinados, em 2008, três jovens a uma comunidade
rival no Rio de Janeiro, provocando a morte destes civis15.
O EB já encontra alguns desafios do combate do século XXI. Uma Força
de Paz encontra-se desdobrada no Haiti desde 2004, no qual alguns grupos
armados atuavam sob o escudo da população civil; uma Força de Pacificação
se encontrava, nos anos de 2011 e 2012, em Operações de Garantia da Lei e da
Ordem (GLO), na região de Complexo do Alemão, na cidade do Rio de Janeiro,
ambiente congestionado16 e difuso17 e uma Força de Pacificação está desdobrada
no complexo da Maré, também no Rio de Janeiro, desde abril de 2014.
Diante desta realidade, este artigo pretende verificar se os fundamentos
do DICA e da EPM podem agregar alguma capacidade ao EB nas operações
militares visualizadas para este século, se esse arcabouço normativo será útil
ou representa, apenas, mais uma imposição política que limitará a liberdade
de manobra dos militares e, particularmente, quais os impactos sobre o
emprego das pequenas frações18.
O estudo pretende reunir argumentos para responder a essas questões,
a partir de embasamento teórico capaz de explicar os motivos que tornam
o respeito ao DICA e a adoção de um comportamento ético profissional nas
operações militares, um diferencial para as tropas que atuarão no combate do
século XXI.
A resposta a ser obtida poderá contribuir para transformar a maneira
como os jovens oficiais e sargentos visualizam o DICA e a EPM, apresentandoos como ferramentas que oferecem vantagens às tropas, particularmente nos
seus menores escalões e ao soldado como ser humano.
15
JORNAL DO BRASIL. Tenente que entregou jovens a traficantes da Mineira chora na Justiça., Rio
de Janeiro, jul 2008. Acesso em 11 de mar. 2012.
16
Ambiente congestionado trata-se de uma área urbana de grande densidade demográfica com
população civil e insurgentes convivendo num mesmo ambiente.
17
Ambiente difuso é o ambiente em que há dificuldade em identificar os combatentes, o que
favorece o dano colateral.
18
Consideram-se pequenas frações os Pelotões (Pel), compostos por cerca de 30 (trinta) homens,
e os Grupos de Combate (GC), compostos por nove homens. As pequenas frações, que serão
o foco deste trabalho, têm como características a pequena experiência de seus comandantes,
normalmente militares recém-formados das Escolas de Oficiais e/ou Sargentos.
43
La Ética del Soldado del Siglo XXI
II.
COMBATE DO SÉCULO XXI
Para caracterizar o combate do século XXI, tomar-se-á, por base,
o Projeto de Força do Exército Brasileiro (BRASIL, 2012), que descreve as
principais tendências dos conflitos armados do futuro, a saber:
1)
Em ambiente de elevado grau de incertezas, é essencial a contínua avaliação
das ameaças. [...].
8)
Torna-se cada vez mais amplo o universo de possíveis adversários, “estatais”
ou “não-estatais”, pois o acesso a uma ampla diversidade de meios,
incluindo os da dimensão do ciberespaço, está extremamente facilitado,
o que potencializa a possibilidade de ataques serem realizados por nações
ou grupos específicos, inclusive terroristas.
9)
Os ambientes estratégicos serão disputados (luta por liberdade de ação);
congestionados (áreas urbanas, população civil); difusos (dificuldade em
identificar os combatentes – dano colateral); interligados (redes) e de ação
restrita (normas que limitam as ações).
10) Redução da vantagem tecnológica em virtude do ambiente operacional
e das características das operações, que tendem a requerer substanciais
efetivos para seu desenvolvimento.
11) A atuação simultânea com agentes e agências não-militares será a tônica,
tais como: Organizações Não-Governamentais (ONG), Organizações
de Ajuda Humanitária (OAH) e agências supranacionais (da ONU ou
organizações regionais).
Antes de continuar tratando das características essenciais do combate
do século XXI, é importante entender por que a população civil passou a ser
interpretada como o centro de gravidade das operações militares.
Nas sociedades contemporâneas, as pessoas recebem informações
e formam sua opinião política essencialmente por intermédio da mídia,
principalmente pela televisão (TV), uma vez que a TV é considerada a fonte de
informação de maior credibilidade19.
Pelo fato de o governo precisar de reeleição ou eleição, ele fica
dependente da avaliação diária do impacto potencial de suas decisões. Sendo
os meios de comunicação audiovisual as principais fontes de alimentação das
mentes das pessoas, torna-se cada vez mais comum a existência do repórter
19
CASTELLS, Manuel. O poder da identidade. Tradução de Klauss Brandini Gerhardt. 6. ed. São
Paulo: Paz e Terra, 2008. (A Era da Informação: Economia, sociedade e cultura, v.2)
44
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
junto aos combates, inspecionando a conduta das tropas, que agem em nome
do governo20.
Decorrem disso duas importantes implicações:
-
-
Torna-se relevante o desenvolvimento dos atributos da área afetiva
durante a preparação e o adestramento das tropas. O combate
moderno, particularmente em localidade, exige que a liderança e a
iniciativa sejam desenvolvidas em todos os escalões21.
No que se refere à conquista de uma determinada localidade, mesmo
que, para cumprimento dessa missão, seja designada uma brigada ou
batalhão, serão os pelotões e, mais especificadamente, os grupos de
combate que, ao conquistarem seus objetivos, determinarão o sucesso
da missão. Nesse sentido, aumenta a importância do adestramento
das pequenas frações, uma vez que, atuando, na maioria das vezes,
isoladas, deverão estar aptas ao cumprimento de suas missões sem
depender de ordens dos seus superiores imediatos22.
Desta forma, a preparação desses líderes deve ser aperfeiçoada quando
comparada aos das pequenas frações do passado, conforme se pode constatar
na citação do General dos EUA Krulak:
As lições inevitáveis da Somália e de outras operações tradicionais, de assistência
humanitária e de manutenção da paz mais recentes, mostra que os resultados
dependeram das decisões tomadas por líderes de pequenas frações. [...] Suas
ações afetaram diretamente o resultado da operação como um todo. Eles são
meios estratégicos23.
A importância que as pequenas frações adquiriram no combate exige
que seu treinamento inclua uma preparação intelectual e emocional e que
se estabeleça uma sintonia entre os aspectos táticos das operações com os
objetivos estratégicos e políticos. Como há um interesse político e estratégico
20
Ibidem.
21
FARÍAS, Rafael. O ambiente operacional do Iraque e suas implicações na evolução da arte da
guerra. Revista do Exército Brasileiro, Rio de Janeiro, pp. 57-59, v. 146, 1º quadrimestre, 2009.
22
Ibidem.
23
KRULAK, Charles C. Loc. cit.
45
La Ética del Soldado del Siglo XXI
de respeito à população local é necessário refletir acerca das contribuições do
DICA e da EPM para o comportamento dessas pequenas frações.
Entretanto, é importante oferecer argumentos aos militares das pequenas
frações que mostrem a importância de se agir de acordo com o DICA e a
EPM para o seu trabalho e, também, para a manutenção das suas condições
emocionais de permanência em combate, em virtude da persistência dos
conflitos. E, o mais importante, vincular a sua conduta em combate ao retorno
à vida em sociedade, após retornarem de um conflito armado.
A maioria dos líderes militares acredita que crimes de guerra nunca
ocorreriam em suas frações, mas as histórias apareceram uma após a outra
nos noticiários que divulgam os acontecimentos do Iraque e Afeganistão24.
Os líderes militares agora se perguntam se esses problemas podem
ocorrer de novo. Parte da resposta a esta pergunta pode ser encontrada nos
documentos de uma investigação, conduzida há mais de 40 anos, acerca de
outro evento lamentável e trágico na história militar dos EUA, o Massacre de
MyLai, na Guerra do Vietnã25.
As investigações sobre o Massacre de MyLai foram conduzidas pelo
General William Peers26, e ficou conhecido como Inquérito Peers.
O Inquérito Peers concluiu que os comandantes das pequenas frações
se identificavam mais com seus soldados do que com os comandos superiores.
Os jovens oficiais queriam ser aceitos pelos seus soldados. Desta forma, os
tenentes não tomavam ações positivas para corrigir as injustiças cometidas
pelos seus subordinados27.
Entre as causas principais do massacre de MyLai está o fato de que os
valores e as normas de uma unidade coesa toleraram a prática de crimes de
guerra e também asseguraram a lealdade do grupo em vez do compromisso
com a instituição exército28.
24
RIELLY, Robert. A tendência para os crimes de guerra. Military Review, Fort Leavenworth, pp.
58-65, janeiro-fevereiro. 2010.
25
Ibidem.
26
O General William Peers era o Chefe do Gabinete dos Componentes da Reserva. Serviu no
Vietnã como comandante da 4ª Divisão de Infantaria e comandante da I Field Force, que tinha
a missão de exercer o controle operacional sobre as forças americanas e aliadas na Zona Tática
do II Corpo de Exército (RIELLY, 2010).
27
RIELLY, Robert. Loc. cit.
28
Ibidem.
46
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
Os últimos incidentes no Iraque ensinam que os crimes de guerra ainda
podem acontecer, até em uma força militar profissional e disciplinada, o que
pressupõe a necessidade de uma vigilância sustentada e um treinamento específico
que ajude os comandantes a evitar que soldados cometam crimes de guerra29.
Pelo exposto nesta seção, podem ser apresentados o DICA e a EPM
como ferramentas para adequar as ações das pequenas frações aos interesses
e às necessidades da opinião pública, centro de gravidade dos novos conflitos.
III.
DIREITO INTERNACIONAL DOS CONFLITOS ARMADOS (DICA)
As sociedades modernas têm demonstrado o desejo de respeito
incondicional aos diversos campos temáticos do DICA. Não se aceita mais atos
de crueldade contra seres humanos em nome de uma causa ou de um ideal.
O conhecimento de violações sistemáticas às leis de guerra tende a retirar
substancialmente o respaldo da opinião pública às operações militares30.
A seguir serão apresentados os principais fundamentos do DICA a fim
de verificar sua eficiência como ferramenta para preparação das pequenas
frações para o combate do século XXI.
A literatura jurídica possui muitas definições sobre o DICA, das quais se
pode destacar a seguinte:
O DIH [Direito Internacional Humanitário] é um corpo de normas internacionais,
de origem convencional ou consuetudinária, especificamente destinado a ser
aplicado nos conflitos armados, internacionais ou não internacionais, que limita
o direito das partes em conflito a escolher livremente os métodos e os meios
utilizados na guerra, ou que protege as pessoas e os bens afetados, ou que podem
estar afetados pelo conflito31.
Desta forma, como se pode verificar pelo exposto acima, a função do
DICA ou DIH32 é regulamentar o direito de guerra – jus in bello – o que não
29
Ibidem.
30
COSTA, Marcos de Sá Affonso da. O Direito Internacional Humanitário e seus Reflexos no
Combate Moderno. Rev. A Defesa Nacional. Rio de Janeiro: Biblioteca do Exército, n° 793; 2002.
31
JARDIM, Tarciso Dal Maso. O Brasil e o Direito Internacional dos Conflitos Armados. Tomo I.
Porto Alegre: Sergio Antonio Fabris Editor, 2006, p. 14.
32
O DICA é conhecido no ambiente acadêmico e diplomático como Direto Internacional
Humanitário (DIH). Neste trabalho, utilizou-se a termologia DICA porque visa atingir o público
militar, mais precisamente os jovens militares integrantes das pequenas frações.
47
La Ética del Soldado del Siglo XXI
se confunde com a limitação ou proibição do direito de recorrer a guerra – jus
ad bellum.
O DICA não tem por objetivo identificar se um conflito é lícito ou não.
Sua finalidade primordial é:
Tentar fazer ouvir a voz da razão em situações em que as armas obscurecem a
consciência dos homens e lembrar-lhes de que um ser humano, inclusive o inimigo,
continua sendo uma pessoa digna de respeito e compaixão33.
Hoje, a literatura militar que trata do DICA procura identificar seus
fundamentos não apenas com um conjunto de normas jurídicas internacionais
a serem obedecidas, mas procura tornar seus preceitos mais adequados ao
linguajar militar, identificando sua aplicabilidade e utilidade para a guerra,
conforme citação a seguir:
[...] um exército [quando] é, contumaz e historicamente, guardião de práticas
guerreiras compatíveis com as leis da guerra, pode [agregar] poder de combate
[...]. Alguns exemplos históricos corroboram esta afirmação. Durante a 2ª Guerra
Mundial, uma divisão alemã inteira [...] depois de cercada e intimidada a renderse, escolheu as tropas brasileiras como destinatárias de seu pedido de rendição
[...] provavelmente porque, em meio ao emaranhado de notícias do front, a
informação de que as tropas brasileiras dispensavam um tratamento condigno
aos prisioneiros circulou como alvissareira possibilidade de uma rendição sem
represálias ou barbaridades34.
Essa ideia não destaca nenhuma vantagem operacional que explique
a necessidade da inserção do DICA para as pequenas frações. Entretanto,
não se pode negar que a conduta da Força Expedicionária Brasileira (FEB)
era coerente com os anseios da sociedade civil da época, na medida em
que evitava um grande massacre de vidas desnecessário para consecução
dos objetivos dos Aliados, sendo, portanto, uma vantagem importante a ser
considerada no nível estratégico ou político.
33
SWINARSKI, Christophe. Introdução ao direito internacional humanitário. Brasília: CICV, 1996. p.5.
34
CINELLI, Carlos. F.Direito Internacional Humanitário: ética e legitimidade na aplicação da força
em conflitos armados. Curitiba: Juruá, 2011, p. 169.
48
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
O Manual de Direito Internacional Humanitário das Forças Armadas do
Canadá (2003) trata como vantagem operacional o respeito irrestrito ao DICA,
valendo-se do princípio da reciprocidade que, segundo aquele manual,
[...] refere-se ao pressuposto de que todos devem ser tratados como gostariam de
ser tratados. O cumprimento do DIH não é apenas exigido por lei, mas também
está ligado a nossa vantagem operacional. Se, por exemplo, você cometeu uma
violação ao DIH, o resultado provavelmente será:
a. o inimigo poderá cometer a mesma violação contra suas forças;
b. o inimigo poderá cometer todos os tipos de violações contra sua força;
c. em quaisquer situações, você fortalecerá a vontade de lutar do inimigo até um
final sofrível. [tradução nossa]
A ideia acima transcrita representa uma vantagem operacional a ser considerada
num estudo de situação. O princípio da reciprocidade, utilizado de forma estanque,
embora não represente uma concepção de emprego da força terrestre, apresenta, em
nível tático, algumas vantagens, quando as operações são conduzidas de acordo com
o DICA. Entretanto, essas vantagens muitas vezes não são perceptíveis às pequenas
frações, que, em razão disso, desconsideram este princípio.
Entretanto, hoje, se verifica que os conflitos armados não são conduzidos
apenas entre Estados. Nesse sentido, o combate do século XXI caracterizase por uma grande assimetria, ou seja, muitas vezes grandes exércitos são
empregados contra organizações que encontram grandes oportunidades de
sucesso justamente ao conduzirem ações violando as normas do DICA.
Neste contexto, faz-se necessário voltar às origens do pensamento
militar. Sun Tzu, em A arte da guerra, embora não fizesse menção as Leis da
Guerra, já se mostrava adepto de alguns dos seus fundamentos, como se
pode observar na citação extraída abaixo:
Os soldados capturados devem ser tratados e mantidos com bondade. A isso se
chama usar o inimigo para aumentar nossas forças. [...]
Na prática da arte da guerra, a melhor coisa de todas é tomar o país inimigo por inteiro
e intacto; danificar e destruir não é muito bom. Assim, também, é melhor capturar um
regimento, um destacamento ou uma companhia inteiros do que aniquilá-los35.
35
TZU, Sun. A arte da guerra: Os 13 capítulos originais. Tradução de Henrique Amat Rêgo
Monteiro. São Paulo: Ciclo, 2011. pp. 49 e 55.
49
La Ética del Soldado del Siglo XXI
O pensamento de Sun Tzu não apresenta um argumento que evidencie
aos soldados uma vantagem na condução das operações ao tratar com bondade
os soldados capturados. Os benefícios desse tratamento diferenciado aos
soldados capturados seriam colhidos num nível mais elevado, talvez no nível
político, tornando mais fácil a consecução dos objetivos de colonizar, explorar
economicamente ou anexar território. Desta forma, a pesquisa prosseguiu a
procura de vantagens para os soldados ao agirem de acordo com o DICA.
Basta ao inimigo descobrir um único massacre para que milhares de
seus homens jurem jamais se renderem e se transformarem em combatentes
extremamente duros. Exatamente como aconteceu com as tropas norteamericanas nas Ardenas, quando se espalhou a notícia de que os alemães
estavam fuzilando prisioneiros. Além do mais, essa é desculpa de que o
inimigo precisa para matar os companheiros capturados36.
O Exército Americano, apesar de todas as dificuldades que enfrenta no
Afeganistão e no Iraque, é o maior e mais experimentado Exército do mundo
atual. Assim, essa experiência foi estudada para se levantar argumentos que
pudessem responder à problemática da pesquisa37.
Entretanto, os EUA não assinaram o Tratado de Roma, de 1998. Dessa forma,
não reconhecem o TPI, e não utilizam operacionalmente a terminologia do DICA
para os seus estudos doutrinários. Mas isto não significa que os estadunidenses
não se preocupem com as “Leis da Guerra”, muito pelo contrário.
Os estadunidenses consideram que foram os idealizadores das “Leis
da Guerra”38, pois as mesmas foram feitas com base no Código Lieber, já
mencionado.
Nesse contexto, existe no Exército Americano um interesse em resgatar
sua história militar, aspectos que o aproximem dos mais nobres valores éticos
e morais. Sem se referir ao DICA, por razões políticas, divulgam o que de
melhor sua literatura militar produziu sobre o assunto39.
36
GROSSMAN, Dave. Matar! Um estudo sobre o ato de matar. Tradução de Ulisses Lisboa Perazzo
Lannes. Rio de Janeiro: Biblioteca do Exército, 2007.
37
BATOULI, F. O. Sawaf. O direito internacional dos conflitos armados e sua influência no processo
de planejamento conjunto das forças armadas. Projeto de Pesquisa (Doutorando em Ciências
Militares). Escola de Comando e Estado-Maior do Exército, Rio de Janeiro, 2010.
38
Para PRYER (2011), os soldados estadunidenses de hoje podem afirmar, com razão e com
orgulho, que os EUA não foram apenas os primeiros a codificar a “Lei da Guerra”, como também
ajudaram a definir a forma final dada a essa lei, mediante tratado internacional.
39
PRYER, Douglas A. Loc. cit.
50
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
O DICA tem por objetivo restringir os meios e os métodos de combate
e proteger quem não participa das hostilidades (os feridos e os prisioneiros de
guerra). Em virtude desses dois objetivos fundamentais, o Direito Internacional
dos Conflitos Armados possui duas vertentes de atuação que didaticamente
facilitam a compreensão e o estudo desse Direito. Esse artifício é empregado
para facilitar a apresentação dos conceitos mais relevantes do DICA40.
A primeira vertente, que trata do objetivo de restringir os meios e
métodos de combate, visa disciplinar e controlar o nível de hostilidades entre
os contentores. Essa vertente é conhecida como Direito de Haia e baseia-se
no princípio da limitação, sendo direcionada aos combatentes.
Já a segunda vertente trata das pessoas que não participam das
hostilidades ou estão fora de combate por motivos de ferimentos, doenças,
naufrágios ou detenção pelo inimigo. Essa vertente é conhecida como Direito
de Genebra e baseia-se no princípio da humanidade, sendo direcionada aos
não combatentes.
No âmbito das Forças Armadas, estabelecer uma divisão entre Direito de
Haia e Direito de Genebra é extremamente interessante para os comandantes
militares, pois separa de maneira simples e objetiva as imposições do DICA
que os militares devem seguir na fase inicial do combate, e as obrigações, da
fase final do combate41.
Para esse autor, na fase inicial dos combates, quando ocorrem as ações
de planejamento e execução das operações, ressalta-se o Direito de Haia.
Após o cumprimento da missão, com a conquista dos objetivos, têm relevância
diversas medidas administrativas após o combate, quando se sobressai o
Direito de Genebra, estabelecendo regras para o tratamento de Prisioneiros
de Guerra (PG), feridos e civis envolvidos nos combates.
Resumidamente, pode-se afirmar que as quatro Convenções de
Genebra de 1949, com os seus dois Protocolos Adicionais de 1977, junto as
Conferências de Haia de 1877 e 1907, representam a essência do DICA.
Após apresentar os conceitos que orientam o DICA, destacando a
ocasião em que foram elaborados e passaram a fazer parte do ordenamento
jurídico internacional, há que se destacar que esse Direito não tem a pretensão
40
PALMA, Najla Nassif. Loc. cit.
41
GRALA, Márcio R. O direito internacional humanitário: Panorama atual e possibilidades
de implementação no ensino profissional do Exército Brasileiro. TCC (Pós-Graduação de
Especialização em Direito Militar). Centro de Estudos de Pessoal, Rio de Janeiro, 2011.
51
La Ética del Soldado del Siglo XXI
de fazer da guerra uma situação humana (BORGES, 2006). O DICA se propõe,
sim, a impedir que as partes em conflito armado atuem com crueldade
implacável e a proporcionar a proteção fundamental que os mais diretamente
afetados pelo conflito necessitam42.
IV.
ÉTICA PROFISSIONAL MILITAR (EPM)
Os argumentos apresentados para explicar a EPM baseiam-se em
aspectos da filosofia moral. Assim, buscamos algumas definições atuais acerca
dos termos filosóficos utilizados43.
Segundo o referido autor, frequentemente, todo ser humano se depara
com situações nas quais a sua decisão depende daquilo que considera bom,
justo ou moralmente correto. Toda vez que isso ocorre, ele fica diante de uma
decisão que envolve um julgamento moral, a partir do qual vai orientar sua
ação44.
Desta forma, o ser humano age no mundo de acordo com valores. Isso
significa que as coisas e as ações que se realizam podem ser hierarquizadas
de acordo com as noções de bem e de justo compartilhadas por um grupo de
pessoas, em um determinado momento. Em outras palavras, o ser humano é
um ser moral, pois avalia sua conduta a partir de valores morais45.
Embora os termos, ética e moral, por vezes, sejam usados como
sinônimos, é possível fazer uma distinção entre eles. A palavra moral se refere
ao conjunto de normas que orientam o comportamento do ser humano tendo
como base os valores próprios a uma dada comunidade ou cultura. Como
as comunidades humanas são distintas entre si, tanto no espaço, quanto no
tempo, os valores podem ser distintos de uma comunidade para outra, o que
origina códigos morais diferentes46.
Esse autor informa que a palavra ética, por sua vez, se aplica à disciplina
filosófica que investiga os diversos sistemas morais elaborados pelos
homens, buscando compreender a fundamentação das normas e proibições
42
KALSHOVEN, F.; ZEGVELD, L. Restricciones a laconducción de la guerra. Buenos Aires: CICR,
2003.
43
COTRIM, Gilberto. Fundamentos da filosofia: história e grandes temas.São Paulo: Saraiva, 2006.
44
Ibidem.
45
Ibidem.
46
Ibidem.
52
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
(interdições), próprias a cada um e, assim, explicar seus pressupostos, ou seja,
as concepções sobre o ser humano e a existência humana que os sustentam47.
Apesar de haver essa distinção entre ética e moral, atualmente, o termo
ética é utilizado como sinônimo de moral. Observa-se, na mídia, que a utilização
do termo ética é muito maior do que o termo moral. Basta destacar as Comissões
de Ética, constantemente instaladas no Congresso e os diversos Códigos de Ética
que são divulgados pelas diversas categorias, tais como Advogados, Médicos,
Dentistas e várias outras, para se observar que o termo ética não é usado para se
referir a uma disciplina, mas sim a normas que em seu conjunto forma a moral.
Destaca-se que existem diferenças fundamentais entre a ética e o
direito. As normas morais são cumpridas a partir da convicção pessoal de
cada indivíduo, enquanto as normas jurídicas devem ser cumpridas sob pena
de punição do Estado em caso de desobediência. A punição, no campo
do direito, está prevista na legislação, ao passo que, no campo da moral, a
sanção eventual pode variar bastante, pois depende fundamentalmente da
consciência moral do sujeito que infringe a norma48.
O autor aponta, ainda, que a esfera moral é mais ampla, atingindo
diversos aspectos da vida humana, enquanto a esfera do direito se restringe a
questões nascidas da interferência de condutas sociais. O direito costuma ser
regido pelo seguinte princípio: tudo é permitido que se faça, exceto aquilo
que a lei expressamente proíbe. Já na esfera moral nem tudo que a lei não
proíbe pode ser feito.
Dessa forma, a moral não se traduz em um código formal, enquanto o
direito sim. O direito mantém uma relação estreita com o Estado, enquanto a
moral não apresenta essa vinculação.
Do exposto, verifica-se que as normas morais de determinado grupo
deve englobar todas as normas jurídicas as quais o grupo está sujeito. Quando
isso deixa de ocorrer, o grupo social em estudo pode ser considerado doente,
pois o grupo poderá ter normas jurídicas, o direito, que não fazem parte de
suas normas morais, a ética.
Quando isso ocorre, um determinado indivíduo do grupo pode ser
enquadrado por uma norma jurídica, que não faz parte de suas normas
morais. Nessas situações se estabelece um ambiente propício ao surgimento
47
Ibidem.
48
Ibidem.
53
La Ética del Soldado del Siglo XXI
de infrações ao direito. Quanto às diferenças entre moral e direito, também,
se destaca:
De todas essas diferenças [entre a moral e direito], talvez uma mereça maior
destaque: a coercibilidade da norma jurídica, que conta com a força e a repressão
potencial do Estado (através da ação da Justiça e da polícia) para ser obedecida
pelas pessoas. Já a norma moral não é sustentada pela coerção do Estado, isso
implica que ela depende, de certo modo, da aceitação de cada individuo para ser
cumprida49.
Um grande desafio, quando se trata da ética nos dias atuais, vem a
ser que as diferentes culturas têm diferentes códigos morais. Entretanto, o
fenômeno da Globalização50 e a grande disseminação do uso da internet
aumentaram consideravelmente a interação entre diferentes culturas, vindo
a provocar tensões principalmente quando interesses econômicos são
envolvidos no problema.
A realidade atual mostra que há um movimento de padronização de
costumes, principalmente das sociedades ocidentalizadas que vivem de
maneira mais intensa o fenômeno da globalização. Entretanto, ao mesmo tempo
em que se observa uma tendência à homogeneização de práticas e costumes,
observa-se que essa mesma globalização, que intensificou as interações entre
povos, aumentou consideravelmente, também, as possibilidades de tensões
entre eles, aflorando diferenças, até então desconhecidas, e um efeito curioso
de valorização de tradições locais que estavam adormecidas.
Esse ambiente multicultural exige normatização e codificação de
condutas e procedimentos, que, previamente estabelecidas por consenso,
evita tensões e choques entre indivíduos de culturas diferentes. O DICA e a
EPM vão ao encontro dessa tendência ao estabelecer normas de atuação dos
exércitos em conflitos armados.
49
Ibidem, p. 245.
50
A Globalização, segundo Melo (2013), é um dos processos de aprofundamento da integração
econômica, social, cultural, política, que teria sido impulsionada pelo barateamento dos meios
de transporte e comunicação dos países do mundo no final do século XX e início do século XXI.
É um fenômeno gerado pela necessidade dinâmica do capitalismo de formar uma aldeia global
que permita maiores mercados para os países centrais, ditos desenvolvidos, cujos mercados
internos já estão saturados.
54
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
4.1. Ética Militar
A ética militar existe porque algumas escolhas realmente são melhores
do que outras, mesmo em relações internacionais e de guerra. Dito de outra
forma, a ética militar procura entender que tipo de boas razões podem ser
oferecidas para apoiar uma linha de ação como sendo preferível a outra.
Geralmente, as razões oferecidas serão de apoio a algum valor – algo que
vale a pena defender51.
A Lei Nº 6.880, de 09 de dezembro de 1980, Estatuto dos Militares,
procura traduzir aqueles elementos essenciais do que seriam as referências a
serem seguidas nas condutas militares pessoais. A referida legislação explicita
na Seção II, Capítulo I, Título II um Código de Ética Militar, estabelecendo em
seu artigo 28 que o sentimento do dever, o pundonor militar e o decoro da
classe impõem, a cada um dos integrantes das Forças Armadas, conduta moral
e profissional irrepreensíveis. O citado artigo também destaca a observância
de vários preceitos de ética militar, dos quais os mais importantes para o
assunto são:
-
amar a verdade e a responsabilidade como fundamento de dignidade
pessoal;
exercer, com autoridade, eficiência e probidade, as funções que lhe
couberem em decorrência do cargo;
respeitar a dignidade da pessoa humana;
zelar pelo preparo próprio, moral, intelectual e físico e, também, pelo
dos subordinados, tendo em vista o cumprimento da missão comum;
proceder de maneira ilibada na vida pública e na particular;
garantir assistência moral e material ao seu lar e conduzir-se como
chefe de família modelar; e
zelar pelo bom nome das Forças Armadas e de cada um de seus integrantes,
obedecendo e fazendo obedecer aos preceitos da ética militar.
As normas gerais de conduta dos militares relacionadas acima estão
voltadas basicamente ao exercício de suas atividades na caserna em situações
de paz e no convívio junto à sociedade brasileira. Entretanto, nosso enfoque
51
RHODES, Bill. An introduction to military ethics: A reference handbook. Santa Barbara: ABCCLIO, 2009.
55
La Ética del Soldado del Siglo XXI
incide nos aspectos que envolvem a ética nas operações militares, dentro de
um quadro característico do combate do século XXI, o qual vem ganhando
importância dentro da força terrestre brasileira.
Em 2011, o Estado-Maior do Exército (EME) publicou o novo manual de
Liderança Militar, que dedicou um capítulo ao estudo da Ética, Moral, Crenças,
Valores e Normas.
Em 2012, o COTER 52 do EB organizou e aplicou o 1º Estágio de EPM
com ênfase em Direitos Humanos, que tinha por objetivo geral proporcionar
aos estagiários: o conhecimento necessário das Convenções, Tratados,
Acordos e decisões internacionais sobre Direitos Humanos relacionados
ao Brasil e à jurisprudência pertinente à legislação nacional correlata e os
fundamentos do DICA, bem como identificar a sua aplicação no exercício
da profissão militar 53.
4.1.1. Ética Profissional Militar (EPM): a experiência dos EUA
Em estudo mais abrangente54, analisamos as experiências estadunidense
e colombiana a respeito da EPM. Entretanto, neste estudo focalizamos tão
somente como os EUA lidam com esse tema, por se tratar do Exército com
maior experiência em combate da atualidade.
Os EUA não se submetem a grande parte dos acordos internacionais
que limitam o emprego das suas Forças Armadas. Entretanto, nos combates
que veem enfrentando no Iraque e Afeganistão ressentem-se da necessidade
de aumentar a legitimidade de suas ações por meio da implementação das
Leis da Guerra.
Atualmente, verifica-se que o Exército Americano promove o respeito às
Leis da Guerra por meio da valorização da EPM, que se encontra em processo
de formalização, tal como se pode verificar na citação, transcrita abaixo:
52
COTER é a sigla que designa o Comando de Operações Terrestre do EB. É o órgão do EB
responsável pela preparação e emprego da Força Terrestre.
53
ESTÁGIO DE ÉTICA PROFISSIONAL MILITAR COM ÊNFASE EM DIREITOS HUMANOS, 1., 2012,
Brasília. Anais... Brasília: COTER, 2012.
54
GRALA, Márcio R.O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar nas
pequenas frações: instrumentos fundamentais da força terrestre para o combate do século XXI.
Dissertação (Mestrado em Ciências Militares). Escola de Comando e Estado-Maior do Exército,
Rio de Janeiro, 2013.
56
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
Há muito o Exército [Americano] funciona sem uma expressão formal da sua
ética profissional. Entretanto, várias pessoas ligadas à profissão das Armas têm
questionado abertamente se é prudente, ou mesmo possível, tentar formalizar
uma EPM. É justamente isso, porém, que o Exército vem se empenhando em fazer.
Ele tem promovido esforços para expressá-la, incentivando o debate aberto sobre
o tema com indagações sobre a natureza e o conteúdo da ética profissional militar
norte-americana55.
A função fundamental de uma EPM é proporcionar uma orientação formal
para as ações de todos os integrantes do Exército. Essa orientação deve enriquecer
lhes a compreensão em relação às suas obrigações morais. Deve ajudá-los a
determinar o que é moralmente exigido em seu papel específico e descrever a
ação certa no contexto da profissão militar. E o mais importante, uma EPM deve
unir a profissão em torno de um propósito inteligível, para isto não deve diferir
radicalmente do código moral que os militares já estão acostumados a obedecer56.
Pode-se identificar que há, nas escolas militares das Forças Armadas
dos EUA, uma tradição no estudo teórico da ética profissional militar, dentro
da matéria filosofia57.
Verifica-se uma primeira abordagem no sentido de tornar este estudo
mais ligado às atividades operacionais, ao nível dos soldados, conforme
transcrito abaixo:
A componente ética busca em cada nível de análise responder questões como “o
que oficiais e soldados deveriam fazer?” e “qual tipo de líder o exército deveria ter?”
A resposta a estas questões estabeleceriam normas de comportamento individual
e coletivo, conduta de ação, e efeito que o oficial está obrigado a buscar; na soma,
eles constituem uma EPM. Nós aceitamos a definição de “ética” como “o corpo de
princípios morais ou valores governamentais de uma cultura particular ou grupo”.
[...] esta componente pode ser analisada das perspectivas da sociedade americana,
da instituição militar, ou do soldado individual. (tradução nossa)58.
55
IMIOLA, Brian; CAZIER Danny. Articulando nossa ética profissional. Military Review, Fort Leaven
worth, p.28-35, novembro-dezembro. 2010, p. 29.
56
Ibidem.
57
FICARROTTA, J. Carl. Lições aprendidas de manueldevenport. Disponível em: <http:// www.
airpower.maxwell.af.mil/apjinternational/apj-p/2007/4tri07>. Acesso em 15 fev. 2012.
58
SNIDER, Don M.; NAGL, John A.; PFAFF, Tony. Army professionalism, the military ethic and
officership in the 21st century. Strategic Studies Institute, 1999, p. 34.
57
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Entretanto, quando se observam os fatos marcantes dos diversos
conflitos que ocorreram nos últimos anos, verifica-se uma clara dissociação
do interesse dos grandes escalões operacionais com a realidade vivenciada
nos pequenos escalões. Ao se verificar os problemas causados por militares
de baixa patente do Exército dos EUA em Abu Ghraib, Mahmudiyah ou
Kunduz, fica notório que as pequenas frações não compartilham das mesmas
preocupações dos altos escalões59.
Os soldados americanos saem da instrução básica com um
entendimento completo dos valores militares, mas, ao serem designados para
as Unidades, acabam ingressando na cultura interna de sua subunidade, que
não corresponde ao que desejam os escalões superiores. Uma subcultura
potencialmente perigosa resulta de um ou mais formadores de opinião,
denominados por ele de insurgentes morais. Esses militares, com mais tempo
no pelotão, acabam convertendo os novatos60.
Como os soldados mais novos querem rapidamente se inserir no grupo,
geralmente se amoldam a esses insurgentes. E, não raro, os oficiais e sargentos
recém-formados acabam se influenciando, também, por esses insurgentes morais.
Após detectar o problema descrito, o Exército Americano vem utilizando
duas estratégias para proporcionar aos líderes das pequenas frações ferramentas
para adequar a cultura interna dos pelotões à realidade do combate do século
XXI. A primeira medida foi revisar a doutrina militar, tornando-a mais firme,
coerente e clara. Outra medida foi aprimorar o ensino de ética no treinamento
básico, por meio da criação de um Centro de Profissão e Ética Militar, com o
propósito de estudar, definir e divulgar a ética profissional militar61.
Abu Ghraib, o exemplo mais extremo de uma tropa liderada por
insurgentes morais, está longe de ser o único. De fato, não é nenhum exagero
dizer que todas as grandes derrotas que os EUA sofreram, até agora, na guerra
contra o terrorismo envolveram subculturas nocivas, em diferentes graus. Para
evitar futuras derrotas, o Exército dos EUA reconhece que, primeiro, deve
corrigir a conduta dentro das pequenas frações62.
59
PRYER, Douglas A. Loc. cit.
60
COUCH, Dick. A tactical ethics: moral conduct in the insurgent battle space. Annapolis,
Maryland: Naval Institute Press, 2010.
61
PRYER, Douglas A. Loc. cit.
62
COUCH, Dick. Loc. cit.
58
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
Deve ser implementado, pelo Exército dos EUA, no intuito de melhorar
sua EPM, o treinamento sobre valores do Exército, a Lei da Guerra e as
regras de engajamento. Esses assuntos precisam ser de responsabilidade do
comando. O impacto desse treinamento sobre a tropa assume outra magnitude
quando ele é conduzido pelo comandante ou por outro oficial combatente da
Unidade; completamente diferente do que ocorre quando ele é ministrado por
um assessor jurídico. Os advogados devem ajudar a desenvolvê-lo e podem
até apresentar parte do assunto. Entretanto, nas Unidades Operacionais deve
ser obrigatório que o comandante, o chefe do estado-maior ou o oficial de
operações conduza o treinamento63.
O Exército dos EUA deve enfatizar o treinamento ético nos escalões
mais baixos. O comandante ou alguém entre os combatentes mais antigos
da Unidade deve liderar as discussões iniciais sobre ética, dando o tom para
que se sucedam debates posteriores, no âmbito das frações subordinadas.
Os comandantes dos pelotões e dos grupos de combate devem liderar suas
frações nesses debates em separado64.
Os oficiais do Exército dos EUA, em geral, recebem treinamento em
ética nas suas escolas de formação na Academia Militar dos EUA em West
Point ou no Curso de Formação de Oficiais da Reserva do Exército dos EUA.
Entretanto, um tenente de 22 anos, recém-formado, talvez tenha a mesma
dificuldade que teria um recruta da mesma idade em resistir a uma subcultura
imoral de seu pelotão, mesmo sendo seu comandante. Para promover boas
práticas entre os oficiais é preciso se concentrar mais em treinamentos que
os ajudem a manter seu entendimento e seu compromisso ético no exercício
de suas funções. O fortalecimento da EPM deverá ser a espinha dorsal do
Programa de Desenvolvimento Profissional dos Oficiais.
Como se pode perceber, o Exército dos EUA enfatiza o desenvolvimento
da sua EPM, por meio da valorização do preparo de seus líderes, sendo nítido
que visualiza nos jovens oficiais e sargentos a responsabilidade por conduzir
seus soldados.
Atualmente, há a certeza de que todas as batalhas no Iraque e no
Afeganistão foram ganhas pelos norte-americanos. Entretanto, é questionável
qualquer opinião acerca do resultado desses dois conflitos.
63
PRYER, Douglas A. Loc. cit.
64
Ibidem.
59
La Ética del Soldado del Siglo XXI
O motivo fundamental para essa frustração é a trágica sucessão de derrotas
morais que os norte-americanos sofreram nesses dois campos de batalha. Essas
derrotas vergonhosas, conhecidas como Abu Ghraib, Mahmudiyah ou Kuduz,
reforçam a determinação dos inimigos, ao mesmo tempo em que enfraquecem
a vontade do povo norte-americano em alcançar a vitória65.
Para derrotar esse insurgente moral, a cultura operacional das pequenas
frações precisa aprender que a conduta correta no campo de batalha importa
mais do que qualquer outra coisa. A boa conduta não é, por si só, capaz de
conquistar a paz, que depende muitas vezes de condições estratégicas fora
do controle dos soldados. Contudo, a conduta correta no campo de batalha,
aliada aos objetivos e às táticas corretas marginaliza os insurgentes morais66.
V.
O SOLDADO EM SITUAÇÃO DE COMBATE
O Dr Valladares67, em palestra realizada na Escola de Comando e
Estado-Maior do Exército, em 2013, disse que era importante o soldado ter
conhecimento do DICA porque passaria a conhecer os seus direitos num
conflito armado, da mesma forma que tomaria conhecimento dos direitos dos
soldados inimigos, principalmente, após estes saírem de combate. Isso os
tornaria mais preparados para enfrentar as adversidades de um conflito.
Com essa observação, o Dr Valladares sinalizou para a necessidade
do estudo do soldado em situação de combate, suas reações e os principais
aspectos que motivam seu comportamento.
Nessa direção, o livro Homens ou fogo?, escrito pelo Gen Samuel
Lyman Atwood Marshall68 (1900-1977), militar que acompanhou de perto, com
olhos de quem sabe ver e coração de quem sabe sentir, mais de mil combates
e escaramuças na II Guerra Mundial, reúne valiosas informações69.
65
PRYER, Douglas A. Loc. cit.
66
Ibidem.
67
O Dr Gabriel Pablo Valladares é o Assessor Jurídico da Delegacia Regional do Comitê
Internacional da Cruz Vermelha para a Argentina, Brasil, Chile, Paraguai e Uruguai desde 1998.
68
O General Samuel L. A. Marshall (1900-1977) foi historiador militar. Na I Guerra Mundial
combateu na França, inicialmente como sargento e, posteriormente, comissionado como
Segundo-Tenente. Participou da II Guerra Mundial como membro da recém-criada Divisão de
História dos estados-maiores. Após o término da guerra, especializou-se como conferencista.
Em sua longa carreira de escritor militar, escreveu e publicou mais de trinta obras.
69
Nota escrita pelo tradutor da obra Homens ou Fogo?, o Gen Div R/1 Moziul Moreira Lima, na
apresentação desse livro.
60
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
Segundo Dyer, citado em Grossman, o negócio da guerra é matar: uma
verdade admitida que orienta o desenvolvimento doutrinário e tecnológico
das forças armadas de todo mundo70.
A maioria dos combatentes, no momento da verdade, quando o inimigo
poderia e deveria ser morto, descobre que se opunha conscientemente ao uso
de armas71.
Há mais de 100 anos, Ardant Du Picq escreveu Battle studies, obra na qual
integrou dados da Antiguidade com resultados de pesquisas feitas com oficiais
franceses, lançando as bases para o estudo do que percebia ser uma tendência de
não participação efetiva dos soldados no combate. Observava-se que os soldados
esquivavam-se de atirar para matar o inimigo, envolvendo-se em atividades menos
importantes e até mesmo desnecessárias, como repetir o manejo do armamento72.
O General Marshall relata que, durante a II Guerra Mundial, entrevistou
muitos soldados, no final das operações militares, inclusive no famoso
desembarque do Dia D, concluindo que somente 25% dos soldados realmente
utilizavam seu armamento73.
Além disso, as observações dos antigos, realizadas por Ardant Du Picq,
conforme já abordado; os relatos de Holmes e Keegan a respeito de tiros
disparados a esmo; os dados coletados por Griffith, mostrando o número baixo
de mortes provocadas pelos regimentos napoleônicos; a reconstituição de
batalhas históricas feitas pelo Exército Inglês, com auxilio de lasers; os estudos
do Federal Bureau Information (FBI) sobre o percentual de policiais incapazes
de atirar, nas décadas de 1950 e 1960; tudo isso confirma a conclusão alcançada
pelo General Marshall. Desta forma, ao longo da História, a maioria dos
combatentes, no momento da verdade, quando o inimigo poderia e deveria
ser morto, descobriu que se opunha conscientemente ao uso de armas74.
De forma distinta, das baixas taxas de abertura de fogo na II Guerra
Mundial, foram altos os percentuais alcançados na Guerra do Vietnã. Esse
fenômeno, resultante da aplicação de modernas técnicas de instrução e
condicionamento, também pode ser constatado nas observações feitas
70
GROSSMAN, Dave. Loc. cit.
71
MARSHALL, S. L. A. Homens ou fogo? Tradução de Moziul Moreira Lima. 2. ed. Rio de Janeiro:
Biblioteca do Exército Editora, 2003.
72
Ibidem.
73
Ibidem.
74
GROSSMAN, Dave. Loc. cit.
61
La Ética del Soldado del Siglo XXI
por Holmes sobre o percentual de abertura de fogo pelas tropas inglesas
nas Malvinas e nos dados do FBI relativos às operações policiais a partir da
introdução de novas metodologias de instrução, no final da década de 196075.
Esse autor ressalta, ainda, que, no caso dos soldados, a instrução de
tiro ensina o jovem a fazer uso da arma. Entretanto, em combate, o soldado
tradicionalmente esbarra na resistência existente no ser humano em matar,
que serve como um pino de segurança. Esse pino de segurança é, portanto, o
simples e demonstrável fato de que existe, no âmago da maioria dos homens,
uma intensa resistência a tirar a vida de seu semelhante. Uma resistência tão
forte que, em muitas situações, os soldados no campo de batalha morrerão
antes de conseguir vencê-la76.
O autor aponta, também, que o Exército dos EUA levou muito a sério as
descobertas de Marshall e que várias técnicas de instrução foram adotadas em
decorrência das sugestões apresentadas. Segundo estudos realizados pelo
próprio Marshall, essas inovações fizeram a taxa de abertura de fogo chegar a
55% na Coréia e 90 a 95% no Vietnã77.
Outra informação relevante que o referido autor assinala é que os
métodos de instrução responsáveis por elevar as taxas de abertura de fogo
são denominados, por alguns veteranos de guerra, como programação ou
condicionamento e, aparentemente, representam uma variante do clássico
e operacional condicionamento do cão de Pavlov e dos ratos de Skinner,
apresentados com alguns pormenores.
O autor assinala que três foram os métodos utilizados para conseguir
esse notável sucesso: a dessensibilização, o condicionamento e a rejeição dos
mecanismos de defesa. O método da dessensibilização do ato de matar em
combate pode ser entendido pelo depoimento de um sargento do Corpo de
Fuzileiros Navais dos EUA, citado por Gwynne Dyer, em sua obra War:
Ao tempo do Vietnã, a coisa, você sabe, esse negócio de matar, atingiu o auge.
Quando corríamos, no treinamento físico matinal, cada vez que o pé esquerdo
tocava o solo nós gritávamos: “Mate, mate, mate, mate”... Aquilo era incutido em
nossa mente, de tal maneira que, quando chegava a hora, você não se incomodava
75
Ibidem.
76
Ibidem.
77
Ibidem.
62
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
nem um pouco, sabe? Não há dúvida de que a primeira vez incomoda, mas depois
fica mais fácil – não exatamente mais fácil, porque, você sabe, matar de verdade
sempre aborrece um pouco e você sabia que tinha matado78.
Autores como Dyer e Holmes pesquisaram o desenvolvimento do
endeusamento do ato de matar e constataram que ele era praticamente
desconhecido na I Guerra Mundial, raro na II Guerra Mundial, crescentemente
usado na Coréia e inteiramente institucionalizado no Vietnã79.
Em 1904, I. P. Pavlov formulou o conceito de condicionamento e associação
aplicados a cães. Em sua expressão mais simples, o que Pavlov fez foi acionar uma
campainha imediatamente antes de fornecer alimento a um cão. Com o tempo,
o animal aprendeu a associar o som do instrumento ao recebimento de alimento
e passou a salivar sempre que o ouvia, mesmo na falta de comida. A campainha
era o estímulo condicionador e a resposta, a salivação: o cão fora condicionado a
sempre salivar, ao toque da campainha. A técnica de associar uma recompensa a
determinado tipo de comportamento constitui o fundamento para as mais bemsucedidas formas de adestramento de animais80.
O método adotado na instrução dos soldados no tempo do Vietnã,
e ainda hoje, consiste, simplesmente, na aplicação das técnicas de
condicionamento empregadas para desenvolver a capacidade reflexiva de tiro
rápido. Ao invés do soldado tomar a posição de tiro num estande gramado,
com alvos numerados e atirar calmamente, o mesmo soldado é colocado num
ambiente o mais próximo do que ele vai encontrar em um conflito armado,
e em intervalos variados, um ou dois alvos, de forma humana e pintados de
verde-oliva, aparecem subitamente e por pouquíssimo tempo à sua frente, e o
homem deve, instantaneamente, fazer pontaria e atirar contra ele81.
Essa capacidade de atirar instintiva e instantaneamente e a precisa
recriação do ato de matar no moderno campo de batalha também estão sendo
ensinados nesse ambiente. Em termos comportamentais, a forma humana que
surge repentinamente no campo de tiro do soldado corresponde ao estimulo
condicionado; o imediato engajamento é o comportamento diante do alvo; o
reforço positivo aparece na forma da resposta imediata oferecida pela queda
78
GROSSMAN, Dave. Op. cit., p. 311.
79
Ibidem.
80
Ibidem.
81
Ibidem.
63
La Ética del Soldado del Siglo XXI
do alvo, quando atingido; e, como em uma economia simbólica, os acertos
valem distintivos de perícia no tiro, normalmente associados a alguma forma
de recompensa (elogios, reconhecimento público, dispensas etc.)82.
Outro aspecto dessa técnica de instrução que merece menção é o
desenvolvimento do mecanismo de defesa pela negação. Mecanismos de
negação e de defesa são métodos inconscientes utilizados para lidar com
experiências traumáticas. Pacotes de mecanismos de defesa pela negação
constituem notável contribuição dos modernos métodos de instrução do
Exército dos EUA.
Basicamente, de tanto ensaiar o ato na instrução, ao matar de verdade
em combate, o soldado consegue negar a si mesmo que de fato tirou a vida
de outro ser humano. O cuidadoso ensaio e a realista imitação do ato de
matar permitem ao combatente convencer-se de ter, apenas, engajado outro
alvo, como nos treinamentos. Um veterano inglês da campanha das Malvinas,
adestrado segundo as modernas técnicas descritas acima, declarou que
“imaginava o inimigo como nada mais do que alvos do tipo figura II, em forma
de homem”83.
A incrível eficácia das modernas técnicas de instrução pode ser
comprovada nos desproporcionais números resultantes da comparação entre
as mortes pelo fogo aproximado, causadas pelas forças inglesas, adestradas
pelas mais modernas técnicas, e argentinas, instruídas pelos antigos padrões
da II Guerra Mundial, na campanha das Malvinas84.
Conforme abordado pelo referido autor, a dessensibilização, o
condicionamento e a rejeição dos mecanismos de defesa contornaram a
resistência natural do ser humano em tirar a vida de semelhante.
Apresentados os aspectos conceituais mais relevantes do ato mais
complexo realizado pelo combatente em guerra, que vem a ser matar, chegase o momento de relacioná-los com o DICA e a EPM para verificar até que
ponto estas ferramentas podem influenciar o combate do século XXI85.
Um aspecto extremamente relevante a ser considerado para estudo do
combate do século XXI vem a ser o grande número de veteranos de guerra do
Vietnã que sofrem de síndrome de distúrbio pós-traumático em consequência
82
Ibidem.
83
Ibidem. p. 315.
84
Ibidem.
85
GROSSMAN, Dave. Loc. cit.
64
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
daquele conflito. Cerca de 1,5 milhões de veteranos enfrentam esse problema,
número muito superior aos veteranos da II Guerra Mundial. Por que esta
diferença?
A diferença entre as duas guerras foi o condicionamento psicológico
para o ato de matar, utilizado nos combatentes do Vietnã. Esse aumento,
porém, cobra um preço não declarado. Quando salvaguardas psicológicas de
tal magnitude são eliminadas, graves traumas mentais passam a se constituir
uma clara possibilidade nos soldados. O condicionamento psicológico foi
aplicado em larga escala a uma massa de combatentes que, em conflitos
anteriores, havia demonstrado relutância ou incapacidade de matar. Quando
retornaram, já abalados em seu íntimo pelas situações em que tiveram que
matar e percebendo-se condenados e atacados por sua própria nação, em
virtude das atrocidades que cometeram, divulgadas pela própria impressa
americana, os veteranos do Vietnã foram traumatizados psicologicamente,
apresentando danos psíquicos permanentes86.
Basicamente, a reação ao ato de matar em combate se decompõe nas
seguintes fases: preocupação; execução; euforia; remorso; e racionalização
(justificação) e aceitação. Em geral, essas fases ocorrem de maneira sequencial,
mas, necessariamente, não se fazem presentes em todos os indivíduos. Desse
modo, determinadas pessoas podem omitir determinadas fases, ou fundilas, ou experimentá-las de modo tão fugaz que nem mesmo são capazes de
reconhecer sua existência87.
Holmes citado em Grossman88 revela que uma das primeiras respostas
emocionais do combatente ao ato de matar se traduz na fase da preocupação.
Nessa fase, o soldado quer saber se, no momento da verdade, será capaz
de matar o inimigo ou se cristalizará e deixará os companheiros à própria
sorte. Todas as entrevistas e pesquisas feitas por esse autor comprovam a
profundidade e a sinceridade dessas preocupações, presentes na maioria dos
combatentes.
Na fase da execução, normalmente, o ato de matar em combate
realiza-se no fragor da batalha. Para o combatente moderno, adequadamente
condicionado, matar em tais condições é ato realizado de maneira inteiramente
86
Ibidem.
87
Ibidem.
88
Ibidem.
65
La Ética del Soldado del Siglo XXI
reflexiva e inconsciente. Engatilhar e destravar arma é um processo complexo,
mas, uma vez completado, a ação de puxar o gatilho é rápida e simples89.
Na fase da euforia, segundo Thompson, ocorre a excitação provocada
pelo ato de matar. No combate, essa excitação pode ser muito amplificada e
tornar-se predominante, especialmente quando o inimigo é morto a médias
e grandes distâncias. Essa fase fica bem caracterizada na declaração do
Marechal-de-Campo Slim, depois de, pessoalmente, matar um turco na I
Guerra Mundial: “Sei que é brutal, mas senti enorme satisfação quando vi o
infeliz rodopiar em direção ao solo”90.
Após a fase da euforia, vem a fase do remorso, quando um intenso
sentimento de remorso e de repulsa decorrente do ato de matar assola o
indivíduo.
Nessa fase, alguns veteranos sentem uma profunda identificação
ou empatia com o caráter humano de sua vítima. Alguns se mostram
psicologicamente dominados por essas emoções e normalmente tomam a
decisão de nunca mais matar ninguém, ficando, assim, incapacitados para o
combate91.
A fase seguinte, a mais importante para saúde do combatente, é a fase
da racionalização (justificação) e aceitação, que consiste em um processo
que perdurará pelo resto da vida, por meio do qual o indivíduo que matou
tenta justificar e aceitar o ato praticado. Um processo passível de permanecer
inconcluso para sempre. Quem mata nunca consegue esquecer por completo
todo o sentimento de culpa e remorso, mas, normalmente, é capaz de aceitar
o seu ato como algo necessário e correto92.
Sendo a morte desnecessária, o soldado não consegue passar pela fase
da justificação e aceitação do ato de matar, sendo um forte candidato a passar
o resto da vida sofrendo dos danos colaterais da Síndrome de Distúrbios Póstraumáticos. Problema mental este que, além de incapacitá-lo para outros
combates, inviabiliza um convívio social até mesmo com sua família93.
Segundo o autor, identificar sua vítima como combatente é importante
para o processo de justificação que ocorre após o ato de matar. Quando o militar
89
Ibidem.
90
GROSSMAN, Dave. Op. cit., p. 294.
91
Ibidem.
92
Ibidem.
93
Ibidem.
66
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
mata uma criança, uma mulher ou qualquer outra pessoa que não representa
ameaça potencial, ele entra no terreno do assassinato (ao contrário do ato,
legítimo e autorizado, de matar no combate), e o processo de justificação
torna-se muito difícil.
Apresentados alguns aspectos relativos ao processo de justificação e
aceitação, processo este que dura a vida inteira e que, mal sucedido, redundará
em estresse de combate pós-traumático, observa-se o quanto é importante
para o militar possuir legitimação para as suas ações, principalmente para o
ato de matar. O fracasso da fase de justificativa e aceitação nos combatentes
americanos que foram ao Vietnã, bem como o subsequente impacto sobre
a nação, demonstra que faltou uma preparação intelectual que lhes dessem
condições de superar essa fase do ato de matar.
Historicamente, o processo de justificação do ato de matar nos soldados,
após o término de um conflito, é legitimado por rituais tradicionais que
incluem solenidades, desfiles militares na presença da população, concessão
de medalhas, construção de monumentos e a edição de reportagem e livros
enaltecendo os seus feitos.
Pela instrução, por intermédio do condicionamento, como já abordado,
pode-se aumentar a capacidade de matar do combatente médio, mas a que
preço? O custo final da contagem de corpos no Vietnã foi, e continua a ser,
expresso em moeda que engloba muito mais que dólares ou vidas94.
No Vietnã, o Exército dos EUA condicionou seus soldados a matar. Ao
fazê-lo, entretanto, não os preparou para lidar com a carga emocional e social
decorrente do ato de tirar vidas humanas. Agora, faz-se necessário considerar
as consequências decorrentes desse condicionamento, ou seja, entre 400 mil
e 1,5 milhões de veteranos sofrem da síndrome de distúrbios pós-traumáticos
em consequência da Guerra do Vietnã95.
Além de prestar assistência aos veteranos que sofrem de distúrbios póstraumáticos, esse autor sugere que as instruções para o combate das tropas
americanas devam ser acompanhadas de orientações de ordem moral e por
diretrizes filosóficas fundamentadas na mais absoluta compreensão de todos
os fatores em jogo96.
94
GROSSMAN, Dave. Loc. cit.
95
Ibidem.
96
Ibidem.
67
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Desta forma, o condicionamento que melhorou consideravelmente a
eficiência do combatente individual, deve ser complementado por instrução
ou orientação que faça com que o soldado consiga obter sucesso na fase da
racionalização (justificação) e aceitação do ato de matar.
Qual seria a orientação ou aceitação?
Pelo exposto na seção que tratou sobre o DICA, esta ferramenta oferece
ao soldado uma gama de subsídios teóricos que o ajudarão a vencer com
sucesso a fase da justificação e aceitação do ato de matar.
Ao mesmo tempo em que o soldado aprende o DICA, com o objetivo
de preservar sua saúde social e emocional, acaba por assimilar os princípios
fundamentais deste direito, o que fará desse militar uma pessoa mais preparada
a não participar de atrocidades desnecessárias. Além de ser um indivíduo que
não compactuará com desvios de conduta imorais. Com isto, o DICA passa a
ter finalidade e importância para o soldado dentro de sua individualidade, não
sendo mais uma simples imposição do combate do século XXI.
Ao identificar que o soldado possui uma resistência natural em tirar a
vida do inimigo e cometer atrocidades e conhecendo que tal resistência é
superada pela instrução, por meio das técnicas já citadas, é importante instruir
esse soldado sobre as fases do ato de matar.
Deve-se destacar que a fase da justificação é importante para saúde
social e emocional do soldado e que para superá-la deve-se agir de acordo com
o direito, pois este apresentará a sua consciência os argumentos necessários
para se ultrapassar essa fase, evitando os danos colaterais do estresse de
combate pós-traumático ou síndrome de distúrbio pós-traumática. Com isto,
o soldado mais consciente da sua legitimidade tem melhores condições de
canalizar seu esforço final contra o inimigo, agindo com maior confiança e com
melhor estabilidade emocional.
Tal constatação pode ser encontrada em um depoimento colhido em
pesquisa de campo realizada, por meio de questionário aplicado a um oficial
que comandou o Destacamento de Operações Especiais Brasileiro no Haiti97:
Sim, acredito que o DICA, a Ética e as regras de engajamento precisas permitem
que um soldado mate um ser humano e tenha em sua consciência o cumprimento
do dever e não o peso típico de um homicídio. Todas as ações com morte, eu, como
97
Por questões éticas da pesquisa o nome do entrevistado foi omitido.
68
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
comandante, respondia um “Board of Inquire”, uma espécie de IPM feito pela
polícia militar gualtemateca, [...]. As inquirições eram feitas por oficiais brasileiros.
Em uma ocasião, um caçador do Destacamento foi chamado de assassino por
um capitão médico brasileiro, mesmo ele estando amparado pelo DICA e pelas
regras de engajamento. Isso desestabilizou meu atirador e tive [...] que afastálo dos trabalhos de campo, pois estava sob estafa [...] para que ele voltasse a
acreditar no seu trabalho.
VI.
CONCLUSÃO
Evitar que futuros líderes das pequenas frações evidenciem um
comportamento antiético contra a população civil é a maior contribuição que
esse artigo pretende oferecer.
Com a transformação apontada neste estudo, os lideres das pequenas
frações deixariam de considerar o DICA como uma imposição dissociada do
combate, mas como uma ferramenta que pode oferecer vantagens às tropas,
particularmente aos seus menores escalões.
As guerras convencionais, pelo menos aquelas envolvendo democracias
maduras como EUA e Brasil, devem ser travadas de acordo com princípios
éticos. Isso porque todas as ações operacionais estarão sendo monitoradas
por plataformas portáteis de tecnologia da informação que, em segundos,
têm capacidade de divulgar ao mundo, pela internet e por meio das redes
sociais, qualquer comportamento incompatível com a dignidade da pessoa
humana.
Desta forma, os exércitos cujos militares não pautem suas ações pela
correção de atitudes, pela ética, e pelo fiel cumprimento ao DICA fornecem
motivos para a mídia colocar toda a opinião pública, local ou internacional,
contra os seus interesses e objetivos.
As tecnologias têm se mostrado ferramentas de transformação e
nivelamento de todas as formas de combate, diminuindo, ou até mesmo
tornando desnecessárias e obsoletas as grandes estruturas militares do
passado. Nesse contexto, as tecnologias da informação e da comunicação
(TICs) passaram a impor uma conduta socialmente aceitável no campo de
batalha, fruto da exposição dos atores envolvidos no cenário operacional.
A tecnologia da informação, responsável pela revolução nos combates
do século XXI, é formada por uma gama de equipamentos que possibilitam
a realização de muitos feitos, entretanto, da mesma forma como a atividade
69
La Ética del Soldado del Siglo XXI
militar se beneficia dos avanços tecnológicos, também sofre as conseqüências
desse progresso. Por exemplo, um celular que tire fotos e tenha condições de
remetê-las já é o suficiente para a mídia obter dados necessários à divulgação
de atos antiéticos cometidos por militares à opinião pública.
Essa nova realidade tornou a população local o centro de gravidade da
maioria dos conflitos armados do século XXI. Os exércitos ocidentais falam
hoje em terreno humano para salientar a importância da população civil nos
combates do século XXI. Por essa razão, o estrategista militar deve dispensar o
mesmo cuidado com a população civil que o estrategista da II Guerra Mundial
dispensava às peculiaridades do terreno, o qual permitia, restringia ou impedia
o movimento das tropas. O terreno era o senhor dos combates no passado.
Hoje, a população civil tem as mesmas condições de permitir, restringir ou
impedir a liberdade de manobra das tropas. Por tal razão é conhecida por
terreno humano, como uma nostalgia à guerra convencional.
Destaca-se que a opinião pública, por sua vez, é formada e
continuadamente atualizada pela mídia que tem a capacidade de unir as
informações do ambiente operacional (a realidade) com o conhecimento
científico e histórico-cultural da comunidade acadêmica, produzindo um
conjunto de convicções e ideais que proporciona a essa opinião pública as
condições necessárias para diferenciar as ações corretas dos comportamentos
inadequados, o certo do errado, o correto do inadequado ou reprovável.
Desta forma, a mídia é responsável por “construir” os valores morais da
opinião pública, conferindo à mesma, uma identidade, que pode variar de
acordo com o estágio de desenvolvimento humano de cada país.
Sabe-se que a mídia está sempre exercendo a fiscalização de todas as
ações e de todos os comportamentos dos integrantes dos exércitos. Sabe-se,
também, que a população civil julgará esses atos de acordo com os seus valores
morais, ou seja, de acordo com a ética. Portanto, torna-se imprescindível para
o exército o estudo da Ética Profissional Militar, uma vez que ela deverá estar
adequada e em sintonia com a opinião pública internacional, identificando as
idiossincrasias da população, ou do ambiente no qual está operando.
Anos atrás, quando as ferramentas de comunicação eram mais restritas
e os deslocamentos mais demorados, a opinião pública não dispunha de
meios para manter-se informada com oportunidade.
Entretanto, com a popularização da televisão, a globalização da
economia e, mais recentemente as grandes inovações da tecnologia da
informação, como computadores, internet, celular, redes sociais, smartphones
70
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
e tablets, a opinião pública tornou-se mais participativa, investigativa,
informada e intolerante a desvios éticos.
Não basta ensinar a jovens militares todos os conceitos do DICA e da EPM,
além de outras disciplinas consideradas importantes para o entendimento da
conjuntura internacional do momento com reflexos nas operações militares.
Deve-se deixar claro para esses jovens lideres o porquê é importante o
respeito ao DICA e à EPM na execução das operações, proporcionando o
devido conhecimento sobre o pensamento estratégico do escalão superior. A
comunicação entre os escalões torna-se, portanto, ainda mais essencial.
Entretanto, uma situação real de combate é muito dinâmica e coloca,
muitas vezes, as pequenas frações na luta pela sobrevivência ou num
descontrole tal que cada combatente só terá condições, ou forças para
realizar ações, as quais tenha certeza de que trarão benefícios ou vantagens
no desenrolar das suas ações.
Ao identificar na fase de racionalização do ato de matar em combate,
a razão pela qual os soldados desenvolvem o estresse de combate póstraumático, concluiu que se o soldado não encontra uma justificativa para
matar, passará a sofrer desse distúrbio.
Com esta constatação, concluímos que o DICA e a EPM oferecem os
argumentos de que o soldado necessita para justificar seu ato de matar na
fase de racionalização. Entretanto, para que isso ocorra, deverá respeitar o
DICA e a EPM durante o combate.
O fato de o soldado ter de compreender e cumprir o DICA e os preceitos
da EPM para não vir a sofrer, pelo resto da vida, de uma doença psíquica trará
maiores motivações para eles se adequarem ao DICA e à EPM.
Esse argumento tem força para promover uma transformação social
dentro da Força, de tal forma que os soldados passem a considerar o DICA e
a EPM como ferramentas que irão garantir sua saúde mental e legitimar suas
ações de combate, trazendo, ainda, uma vantagem considerável às pequenas
frações.
71
La Ética del Soldado del Siglo XXI
REFERÊNCIAS
BATOULI, F. O. Sawaf. O direito internacional dos conflitos armados e sua
influência no processo de planejamento conjunto das forças armadas.
Projeto de Pesquisa (Doutorando em Ciências Militares). Escola de
Comando e Estado-Maior do Exército, Rio de Janeiro, 2010.
BORGES, L. Estrela. O Direito Internacional Humanitário. Belo Horizonte: Del
Rey, 2006.
BRASIL. Exército. Estado-Maior. Liderança Militar. Brasília, DF, 2011.
______. Projeto de força do exército brasileiro. Brasília, 2012.
______. Presidência da Republica. Lei Nº 6.880 – Estatuto dos Militares. Brasília:
PR, 1980.
CANADÁ. Defesa Nacional. Estado-Maior. B-CG-005-104/FP – 021: Law of
armed conflict at the operational and tactical level. Otawa: National
Defence Headquarters, 2003. Disponível em: <http://www.forces.gc.ca/
jag/publications/oplaw-loiop/loac-ddca-2004-eng.pdf>. Acesso 05 fev.
2012.
CASTELLS, Manuel. O poder da identidade. Tradução de Klauss Brandini
Gerhardt. 6. ed. São Paulo: Paz e Terra, 2008. (A Era da Informação:
Economia, sociedade e cultura, v.2).
CINELLI, Carlos. F. Direito Internacional Humanitário: ética e legitimidade na
aplicação da força em conflitos armados.Curitiba: Juruá, 2011.
COMITÊ INTERNACIONAL DA CRUZ VERMELHA. Normas Fundamentais das
convenções de genebra e de seus protocolos adicionais. Genebra: CICV,
1983.
COSTA, Marcos de Sá Affonso da. O Direito Internacional Humanitário e seus
Reflexos no Combate Moderno. Rev. A Defesa Nacional. Rio de Janeiro:
Biblioteca do Exército, n° 793; 2002.
COTRIM, Gilberto. Fundamentos da filosofia: história e grandes temas.São
Paulo: Saraiva, 2006.
COUCH, Dick. A tactical ethics: moral conduct in the insurgent battle space.
Annapolis, Maryland: Naval Institute Press, 2010.
ESTÁGIO DE ÉTICA PROFISSIONAL MILITAR COM ÊNFASE EM DIREITOS
HUMANOS, 1., 2012, Brasília. Anais... Brasília: COTER, 2012.
FARIAS, Rafael. O ambiente operacional do Iraque e suas implicações na
evolução da arte da guerra. Revista do Exército Brasileiro, Rio de Janeiro,
p.57-59, v. 146, 1º quadrimestre, 2009.
72
O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar...
BRASIL
FERNANDES, Jean Marcel. A Promoção da Paz pelo Direito Internacional
Humanitário. Porto Alegre: Sergio Antonio Fabris Editor, 2006.
FICARROTTA, J. Carl. Lições aprendidas de manueldevenport. Disponível em:
<http:// www.airpower.maxwell.af.mil/apjinternational/apj-p/2007/4tri07>.
Acesso em 15 fev. 2012.
GRALA, Márcio R. O direito internacional humanitário: Panorama atual e
possibilidades de implementação no ensino profissional do Exército
Brasileiro. TCC (Pós-Graduação de Especialização em Direito Militar).
Centro de Estudos de Pessoal, Rio de Janeiro, 2011.
______. O direito internacional dos conflitos armados e a ética profissional militar
nas pequenas frações: instrumentos fundamentais da força terrestre para
o combate do século XXI. Dissertação (Mestrado em Ciências Militares).
Escola de Comando e Estado-Maior do Exército, Rio de Janeiro, 2013.
GROSSMAN, Dave. Matar! Um estudo sobre o ato de matar. Tradução de Ulisses
Lisboa Perazzo Lannes. Rio de Janeiro: Biblioteca do Exército, 2007.
GUERRA, Sidney. Direito Internacional dos Direitos Humanos. São Paulo:
Saraiva, 2011.
IMIOLA, Brian; CAZIER Danny. Articulando nossa ética profissional. Military
Review, Fort Leaven worth, pp. 28-35, novembro-dezembro. 2010.
JANKOV, Fernanda Florentino F. Direito Internacional Penal: mecanismo de
implementação do Tribunal Penal Internacional. São Paulo: Saraiva, 2009.
JARDIM, Tarciso Dal Maso. O Brasil e o Direito Internacional dos Conflitos
Armados. Tomo I. Porto Alegre: Sergio Antonio Fabris Editor, 2006.
JORNAL DO BRASIL. Tenente que entregou jovens a traficantes da Mineira chora
na Justiça., Rio de Janeiro, jul 2008. Acesso em 11 de mar. 2012.
KALSHOVEN, F.; ZEGVELD, L. Restricciones a laconducción de la guerra. Buenos
Aires: CICR, 2003.
KOLB, Robert. Lus in bello. Le droit international des conflits armés. Bruxelles:
Helbing&Lichtenhahn, 2003.
KRULAK, Charles C. The strategic corporal: leadership in the three block war.
Marines Magazine, january 1999. Disponível em: <http://www.au.af.mil/au/
awc/awcgate/usmc/strategic_corporal.htm>. Acesso em 15 fev. 2012.
MARSHALL, S. L. A. Homens ou fogo? Tradução de Moziul Moreira Lima. 2. ed.
Rio de Janeiro: Biblioteca do Exército Editora, 2003.
MELLO, Celso D. de Albuquerque. Direitos Humanos e Conflitos Armados. Rio
de Janeiro, RJ: Renovar, 1997.
73
La Ética del Soldado del Siglo XXI
MELO, Demétrio Costa de. A Globalização. Disponível em: <http:// www.http://
melo-geografia.blogspot.com.br/p/sobre-globalizacao.html>. Acesso em
15 set. 2013.
OLIVEIRA, Américo Salvador. Ética. In: ESTÁGIO DE ÉTICA PROFISSIONAL
MILITAR, 2012, Brasília. Anais... Brasília: COTer, 2012.
PALMA, Najla Nassif. Direito Internacional Humanitário e Direito Penal
Internacional, Rio de Janeiro: Fundação Trompowsky, 2010.
PRYER, Douglas A. Controlar a fera interior: a chave do sucesso nos campos de
batalha do século XXI. Military Review, Fort Leavenworth, pp. 02-13, maiojunho. 2011.
PRONER, Carol; GUERRA, Sidney; e Colaboradores. Direito Internacional
Humanitário e a proteção internacional do individuo. Porto Alegre, Brasil:
Sérgio Antonio Fabris Editor, 2008.
RHODES, Bill. An introduction to military ethics: A reference handbook. Santa
Barbara: ABC-CLIO, 2009.
RIELLY, Robert. A tendência para os crimes de guerra. Military Review, Fort
Leavenworth, p.58-65, janeiro-fevereiro. 2010.
SNIDER, Don M.; NAGL, John A.; PFAFF, Tony .Army professionalism, the military
ethic and officership in the 21st century. Strategic Studies Institute, 1999.
SWINARSKI, Christophe. Introdução ao direito internacional humanitário.
Brasília: CICV, 1996.
STRINGER, Kevin D. Formação do cabo para o desempenho de atividades
estratégicas (“O Cabo Estratégico”): Uma mudança de paradigma. Military
Review, Fort Leavenworth, pp. 02-12, janeiro-fevereiro. 2010.
TZU, Sun. A arte da guerra: Os 13 capítulos originais. Tradução de Henrique
Amat Rêgo Monteiro. São Paulo: Ciclo, 2011.
VALLADARES, Gabriel Pablo. A Contribuição do Comitê Internacional da
Cruz Vermelha (CICV) aos Últimos Avanços Convencionais do Direito
Internacional Humanitário. In: PRONER, Carol; GUERRA, Sidney;
e Colaboradores. Direito Internacional Humanitário e a proteção
internacional do individuo. Porto Alegre, Brasil: Sérgio Antonio Fabris
Editor, 2008.
74
REPÚBLICA
DE
CHILE
Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos
LA ÉTICA MILITAR EN TIEMPOS DE
CAMBIO
JULIO E. SOTO SILVA*
“EN EL CAMPO DE BATALLA, LA MAYOR PRESIÓN
ES EL MIEDO A LA MUERTE, Y LA TENTACIÓN ES HUIR...
PERO EL HOMBRE VALEROSO RESISTE”.
ARISTÓTELES.
INTRODUCCIÓN
Hoy en tiempos en que se está enfrentado a una serie de cambios que
afectan al sistema internacional, a los Estados, a sus sociedades, sus sistemas
políticos, al hombre común y corriente y a los soldados, genéricamente
hablando, resulta necesario revisar las virtudes, valores y la ética en general,
pues sus efectos no solo lo alcanzan cultural y tecnológicamente, sino que
también, en el caso de las fuerzas armadas, operacionalmente.
El propósito de este trabajo es entregar una visión sobre los cambios
que estamos experimentando en nuestra sociedad, en las tareas, misiones y
funciones de las fuerzas armadas, así como el efecto que podrían tener los
*
Coronel en retiro, Licenciado en Ciencias Militares, Máster en Ciencias (MSc NSS) en “Estrategia
de Seguridad Nacional”, National War College, de la National Defense University, U.S.A. y
Diplomado en “Educación Profesional Militar (MPE) en Política y Estrategia de Seguridad
Nacional” en el Center for Defense Leadership and Management Program, en la misma
universidad. Magíster en “Ciencias Militares” en “Planificación y Gestión Estratégica”, Oficial de
Comando y Estado Mayor del Ejército de Sudáfrica y Especialista en Guerra Conjunta Superior
del Colegio de Defensa de las FF.AA. sudafricanas. Posee los títulos de Profesor de Academia
de Táctica y Operaciones, y de Historia Militar y Estrategia además del de Profesor de Seguridad
Nacional otorgado por la ANEPE. Se desempeña actualmente como Jefe del Departamento
de Postgrado en la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos de Chile (ANEPE),
donde además imparte cursos de Política de Defensa, Planificación Estratégica y Seguridad
Nacional en los programas de Postgrado y Pregrado. Es Jefe de la Sección Publicaciones,
Director y Editor de la Revista Política y Estrategia y de la Colección de Libros de Investigación
de la ANEPE. [email protected]
Este artículo es un extracto del trabajo de investigación del autor “SIGLO XXI. LOS DESAFÍOS
PARA LA ÉTICA MILITAR EN EL CAMPO DE LAS OPERACIONES MILITARES”.
77
La Ética del Soldado del Siglo XXI
avances tecnológicos en el desarrollo de las operaciones militares y cómo
deberían adaptarse a ellos el conjunto de valores, virtudes, y los principios
éticos y morales que sustentan el “ser” militar. Todo esto desde el prisma
nacional y de la forma en que se han regulado los aspectos valóricos de la
profesión militar.
LOS VALORES Y VIRTUDES MILITARES
Una de las primeras tareas de todo grupo social y en nuestro caso las
organizaciones militares, es definir su propósito y luego el marco sociocultural,
religioso, valórico, que sustentará su futuro accionar y regulará las relaciones
entre sus miembros. En otras palabras, definir qué aspectos serán los que
construirán la base valórica que apoyará su esfuerzo colectivo e individual
en el logro de sus objetivos y que además le permitirá distinguirse de otros.
Estos aspectos derivados de todo el bagaje cultural, tradicional, histórico y
moral, que reunidos como principios y valores, sustentarán a la organización
y también deberán conformar el cuerpo reglamentario y legal que sirva de
marco regulador para su actuar como institución y particularmente como
individuo dentro de ella.
El teniente general de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos de
América y Presidente de la National Defense University, Bradley C. Hosmer, al
prologar el libro “Ética Militar, reflexiones sobre sus principios, la profesión de
las armas, el liderazgo militar, la ética en la práctica, guerra y moralidad y la
educación del soldado ciudadano”, dijo:
“Todos respondemos de varias maneras a las creencias y valores de nuestra familia,
nuestra comunidad y nuestro país. Sin embargo, los integrantes de las Fuerzas
Armadas deben hacer algo más que responder a nuestras creencias comunes:
deben estar dispuestos a arriesgar la vida para defenderlas. En consecuencia, los
militares nunca son ajenos a los problemas cruciales de la ética y la moralidad”1.
Claramente Hosmer nos indica la importancia radical que tienen la
ética y la moral para la profesión militar, transformados en principios, virtudes,
1
DAVENPORT, Manuel M, STOCKDALE, James B, et al.: “Ética Militar, reflexiones sobre sus
principios, la profesión de las armas, el liderazgo militar, la ética en la práctica, guerra y moralidad
y la educación del soldado ciudadano.” Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1989, p. 7.
78
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
códigos morales y doctrinas que van plasmando esos etéreos conceptos, en
valores fácilmente aplicables, entendibles y de conocimiento general, pero
que tal como lo expresa la Ordenanza General del Ejército, este conjunto de
virtudes pueden ser discernidas y desarrolladas por todo ciudadano, pero
al militar le son demandables por la sociedad, sus autoridades y la jerarquía
militar, pues si carece de ellas no está en condiciones de cumplir con su deber2.
Por otra parte, a través de estos estudios se puede entender la
complejidad de los valores personales, comunitarios y nacionales que pesan
sobre el cumplimiento de las obligaciones. Por ello Hosmer recalca que sin
la constante revisión de los principios éticos, la Defensa Nacional correría el
riesgo de responder a las amenazas militares solo en términos de conveniencia,
ganancia o mera eficacia3.
LA DEFENSA NACIONAL Y LA PROFESIÓN MILITAR
Iniciemos este análisis recordando lo que Platón nos señala en su obra
la República cuando sostiene que la sociedad debe estar constituida por tres
clases de ciudadanos: Los gobernantes-filósofos, los guerreros-defensores
y los trabajadores-productores. De este planteamiento podemos inferir que
desde los tiempos más remotos, todas las sociedades han sentido la necesidad
de que un grupo de sus miembros se organice para proporcionar al conjunto,
seguridad para su desarrollo y defensa ante el ataque de pueblos extraños. A
este grupo se le denominó guerreros4.
Así surgiría la función Defensa Nacional, que adquiriría mayor alcance
y sentido con el estado westfaliano, como una función del Estado. Tal
como lo expresara Max Weber, el monopolio de la fuerza sigue siendo un
atributo del Estado indiscutible. Por tanto, expresiones como “privatización”
o “desregulación” no tienen cabida en la “propiedad” o “gestión” de los
ejércitos o de los sistemas de armas5.
2
EJÉRCITO DE CHILE R.A. (P) 110 – A “Reglamento Administrativo “Ordenanza General del
Ejército de Chile”, Santiago, Chile 2006, p. 68.
3
DAVENPORT, op. cit., 1989, p. 7.
4
EJÉRCITO DE TIERRA ESPAÑOL: “Refuerzo de la Profesionalidad Militar del Soldado”. Mando
de Adiestramiento y Doctrina, p. 8.
5
SOTO Silva, Julio:”Seguridad Nacional, Politica de Defensa y Fuerzas Armadas, Una Visión”.
Memorial del Ejército de Chile, Edición N° 469, Santiago, Chile, 2002, p. 33.
79
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Cada Estado en la búsqueda del cumplimiento el Bien Común dirige
sus esfuerzos a desarrollar de la forma más completa posible los elementos
que constituyen su Poder Nacional, en el orden político, económico, social y
militar que le permitan obtener y mantener los objetivos e intereses nacionales
que marcan su existencia y proyección. Esta visión tiene plena expresión en
la Primera Guerra Mundial, puesto que la aparición de poderosos ingenios
militares, como el torpedo, el submarino, el tanque y el avión ampliarían los
efectos de la guerra, incluso con el bombardeo a ciudades lejanas afectando
también a la población civil. De ahí surge la teoría de la estrategia moderna,
donde ya no se considera solo a la fuerza militar como la única para solucionar
un conflicto entre Estados, sino que también se considera a los medios
diplomáticos, psicosociales y económicos6.
Sin embargo, solo a través del logro de un grado adecuado de seguridad,
tanto interna como externa, el Estado puede alcanzar la estabilidad necesaria
para lograr un desarrollo integral. Lo anterior se debe a que esa seguridad
importa el prevenir y afrontar los eventuales conflictos de intereses que se le
pueden presentar7.
Partiendo de esa premisa conceptual, el Estado de Chile define que la
función defensa existe para dar seguridad externa al país, bien que alcanza a
todos los miembros de la comunidad nacional. Una vez producida, nadie lo
obtiene en desmedro de otros. Para garantizar este efecto, es necesario que
se satisfagan las siguientes condiciones:
•
•
•
•
Que el monopolio de la fuerza legítima pertenezca al Estado.
Que el Estado la organice, la dote de medios y le asigne objetivos con un
sentido nacional.
Que el Estado realice esta tarea de manera continua en el tiempo, ya sea en
la paz o en la guerra.
Que el ejercicio de la función abarque la suma de actividades de los
organismos del Estado necesarios para la defensa, ya que su ámbito excede
los límites de lo estrictamente militar8.
6
BEAUFRE, André: “Introducción a la Estrategia”. Institutos de Estudios Políticos de Madrid,
Gráficas Aragón S.A., Madrid, 1965, pp. 29 y 41.
7
SOTO, op. cit., p. 26.
8
MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL. “Libro de la Defensa Nacional 2010”. MDN, Santiago,
2010, p. 108.
80
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
Nace, entonces, la necesidad de contar con fuerzas militares que bajo
la dirección del Estado tengan la tarea primordial de la defensa externa del
Estado, en especial su territorio, su población, su soberanía y sus objetivos e
intereses nacionales. Dentro del conjunto de medios que actúan en la defensa,
las fuerzas armadas son su principal componente, para lo cual su primordial
recurso, el humano, debe integrarse a ella a través de la profesión militar.
Ahora bien, si quisiéramos comprender la profesión militar, debiéramos
ver con dos enfoques a la ética profesional, tal como lo señala Manuel
Davenport. Primero, siguiendo un enfoque histórico habría que formular la
siguiente pregunta: ¿Este trabajo se reconoce como profesión en la historia
de la civilización? Y segundo, desde el enfoque analítico: ¿Satisface esta
ocupación los lineamientos actualmente aceptados para una profesión?9.
De ello se pueden establecer las siguientes pautas:
•
•
•
Se reconoce públicamente que el trabajo realizado por los miembros de
esta ocupación es crucial y necesario.
Para ingresar en este trabajo se deben satisfacer ciertos requerimientos
mínimos específicos.
Los miembros de esta ocupación proponen y respetan un código de
responsabilidades éticas.
Recordando a Platón, se puede decir que los servicios militares
constituyen una profesión, desde el punto de vista histórico; ahora bien, desde
el prisma analítico, la sociedad reconoce que la profesión militar es crucial y
necesaria, por diferentes razones que se explican a continuación:
•
•
9
El ingreso a la actividad militar exige de un adoctrinamiento y un
entrenamiento además de aptitudes muy específicas.
Debe contar con códigos de justicia militar que le son propios, que
proponen responsabilidades éticas que deben ser respetadas a través
de cortes y jueces de jurisdicción especial, así como la existencia de
ordenanzas, reglamentos y otras disposiciones que le dan una especificidad
propia del ámbito militar y de las circunstancias en que deben desempeñar
su profesión.
DAVENPORT, op. cit., 1989, p. 13.
81
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Según Davenport, los miembros de todas las profesiones, sean médicos,
ingenieros, docentes o miembros de las fuerzas armadas, comparten ciertas
responsabilidades u obligaciones éticas comunes. Su mayor preocupación es
promover la seguridad y el bienestar de la especie humana. Están, además,
obligados a usar todas sus competencias, aptitudes y conocimientos al
servicio de sus clientes y al mismo tiempo, deben promover la dignidad y
jerarquización de su profesión10.
Refiriéndonos a la profesión militar, Davenport señala que primero
habría que definir quién es el cliente. Para otras profesiones es relativamente
fácil distinguir a los usuarios del público o la humanidad en general, porque
en la mayoría de las profesiones estos son un subconjunto selecto del público
o de la humanidad. Así por ejemplo los pacientes buscan un médico, quien
eventualmente puede negarse a tratarlos. Pero en la profesión militar es muy
difícil distinguir a los clientes de la humanidad o al público en general.
Entonces, colocando al cliente en el centro de atención de la profesión,
se puede deducir que cada profesión enfrenta problemas éticos específicos,
ya que en cada una de ellas la relación con el cliente varía según el tipo
de servicio que el cliente busca y que al mismo tiempo, el profesional está
preparado para brindar.
No obstante, las leyes de la guerra establecen que el militar profesional
debe distinguir entre sus clientes y la humanidad. Ellas sostienen que los
delitos contra la humanidad no se justifican simplemente porque el ofensor
actuó bajo las órdenes de un superior. Este principio, según Davenport, se ha
afianzado profundamente en la ley militar de los EE.UU. de América, a partir
de los juicios de Núremberg de 194511.
De ahí que el deber principal del militar profesional consiste en promover
la seguridad y el bienestar de la humanidad, y este deber tiene precedencia
sobre las obligaciones hacia los clientes, quienes en cuanto conciudadanos
son solo una parte de la humanidad. Ello entonces explicaría los contenidos
del Derecho de Gentes, de las Convenciones de Ginebra y de las regulaciones
del conflicto armado y del Derecho Internacional Humanitario, en cuanto
precisamente regula el empleo de la fuerza en relación con la seguridad de
las personas, culturas y tradiciones de los países envueltos en conflictos y
10
Ibid., p. 14.
11
Ibid., 1989, p. 15.
82
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
el surgimiento de la “Responsabilidad de Proteger”, lo que ha obligado a
darle un énfasis muy particular a los valores y virtudes que deben poseer los
profesionales de las armas, cuando pareciera que la población civil está más
envuelta en los efectos de los conflictos armados de hoy.
En concordancia con esta perspectiva teórica, Marina Malamud en su
artículo “La Medición de los “Valores” y Motivaciones Profesionales en las
Fuerzas Armadas”12, cita a Omar Gutiérrez, quien plantea que “la estructura
de las instituciones de defensa es determinada por los requerimientos
funcionales” siendo la función militar del monopolio legítimo de la violencia
organizada “única e indivisible”. En ese sentido Gutiérrez plantea que la cultura
militar es también única en tanto las instituciones militares son instituciones
totales con un “sistema distintivo de valores, creencias, actitudes y normas
que caracterizan la idiosincrasia militar e imagen propia tanto de oficiales
como del personal”13.
Siendo la guerra o el conflicto armado, la variable fundamental para la
existencia de las fuerzas armadas, Gutiérrez establece que “la profesión militar
tiene como función organizar a los hombres para vencer sus miedos y sus fallas
innatas, lo que requiere cooperación, resaltar la importancia del grupo frente
al individuo; someter los intereses y deseos personales a las necesidades
del servicio, etc. El logro de estos requerimientos no se alcanza por medio
de alicientes tangibles; no se puede adquirir ni por alicientes materiales ni
por incentivos positivos, sino mediante la adhesión a un sistema de valores
con base en la tradición y el espíritu de cuerpo y la sujeción a un código de
honor”14.
En cuanto a un ejemplo empírico actual de valores que guían la institución
militar, Malamud presenta un trabajo realizado en Malasia por especialistas
en la materia donde se conforma un cuadro comparativo con similares
situaciones en Estados Unidos y Gran Bretaña15. Kamarul Zaman Ahmad,
Mej Azlan Muhammad y Mej Zunaidi Hassan exponen los resultados de una
investigación con trabajo de campo realizado en Malasia sobre una muestra
12
MALAMUD, Marina: “La Medición de los “Valores” y Motivaciones Profesionales en las Fuerzas
Armadas”. Revista Política y Estrategia Nº 122 junio-diciembre 2013, ANEPE, Santiago Chile,
p. 83.
13
GUTIÉRREZ, Valdebenito, Omar. Sociología Militar. La profesión Militar en la sociedad
democrática. Santiago. Editorial Universitaria. 2002, p. 33.
14
Ibid., p. 172.
15
MALAMUD, op. cit., 2013, p. 88.
83
La Ética del Soldado del Siglo XXI
de 214 oficiales de las fuerzas armadas donde se analiza la jerarquía de valores
y la conformidad con la pertenencia a la institución; la franja etaria tomada fue
entre 20 y 54 años sin embargo, la mayor incidencia de respuesta a la encuesta
se concentró en oficiales de entre 26 y 35 años. En cuanto al género, un 88.8%
de los encuestados fueron hombres y el restante 11.2% mujeres (manifestando
de paso, la predominancia masculina en el ejército)16. En cuanto a nuestra
realidad regional, en el marco de lo que aquí se representa, el autor no ha
querido entrar en detalles, ya que los otros artículos que acompañan este
trabajo seguramente darán cuenta de esto.
Allí señalan, entre otras cosas, que las fuerzas militares invierten un
largo tiempo en asegurar que sus soldados compartan la misma jerarquía
de valores que la organización y que principalmente los valores estimados
socialmente como propios del ámbito militar son la disciplina y espíritu de
cuerpo. Paralelamente, de acuerdo con los resultados obtenidos sobre los
oficiales encuestados, los valores más destacados como resultado del estudio
han sido en primer lugar la creencia religiosa, luego la disciplina, la lealtad, el
sacrificio, el espíritu de cuerpo, la integridad, y finalmente el coraje17.
En Chile las instituciones de la defensa nacional deben contar
con personas que les permitan desarrollar eficientemente sus funciones
específicas, logrando su pleno desarrollo espiritual y material como fin último
en el ambiente vocacional de la profesión militar. Para ello, adquieren gran
importancia los rasgos valóricos –que no pertenecen en exclusividad a esta
profesión y tampoco se muestran diferentes a los valores que profesan los
integrantes de la sociedad, pues provienen esencialmente de ella– elemento
indispensable para el ejercicio de una función que requiere de un marcado
espíritu de servicio público, entrega, abnegación, compromiso y genuino amor
a la Patria, tal como lo señaló Bernardo O’Higgins, al fundar la Escuela Militar
de Chile en 1817: “Para ser Oficial de Ejército no se exigen más pruebas de
nobleza que las verdaderas que forman el mérito, la virtud y el patriotismo”18.
16
ZAMAN Ahmad, Kamarul, AZLAN Muhamad Mej y ZUNAIDI Hassan, Mej.: Aligning Military and
Soldiers´ Value Hierarchy. International Journal of Business and Management. Canadian Center
of Science and Education. (5): 62-69. Marzo 2010.
17
MALAMUD, op. cit. 2013, p. 88.
18
Esta frase se encuentra en el frontispicio de uno de los Edificios de la Escuela Militar del
Libertador Capitán General Bernardo O´Higgins Riquelme (Nota del autor).
84
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
De esta forma surge el profesional militar, que debe reunir determinadas
competencias, explicitadas por un conjunto de aptitudes, conocimientos y
habilidades que lo haga idóneo para servir en las Fuerzas Armadas19.
Las bases fundamentales de la profesión militar, entonces, integran
criterios que determinan una sólida formación moral, un dominio del
conocimiento que permita incorporar adecuadamente los cambios que
paulatinamente la ciencia y la tecnología van introduciendo en el quehacer
de la profesión y el desarrollo de habilidades y competencias que se logran
a través de un permanente complemento entre la teoría y la práctica. Pero,
sobre todo y quizás lo que marca la diferencia con otras profesiones es el
sentimiento de abnegación que junto a la voluntad de servicio llevan a
renunciar a aspiraciones personales que para otros estamentos pueden ser
legítimas.
De acuerdo a la ordenanza del Ejército de Chile, la profesión de las
armas se desarrolla básicamente en tres dimensiones: moral, intelectual y
física20.
El conflicto bélico como hecho político de acuerdo a Beaufre, importa
un enfrentamiento de voluntades que emplean la fuerza para dirimir sus
discrepancias o conflictos de intereses. Para quienes deben participar en este,
compartir el ideal que motiva a la sociedad para apelar a la violencia, en la
convicción de que el uso de la fuerza es necesario y responde a una causa
justa, forja una fuerza moral que explica la disposición anímica y la voluntad
de entregar hasta la propia vida en pos de ese ideal.
Su dimensión intelectual deriva de la necesidad que los militares
dominen un amplio espectro de conocimientos y tecnologías cada vez más
complejas, acumulado a través de la evolución de la historia de la humanidad.
Finalmente, su dimensión física se inscribe en el hecho cierto que la
vida militar importa una gran resistencia humana en sus dimensiones física y
psicológica, pues demanda de cada persona un gran despliegue de energía
en las distintas áreas y actividades en que le corresponde actuar.
En nuestro caso, este acervo se remonta a nuestros conquistadores y
colonizadores y su cultura judeo–occidental a la cual se le fueron agregando
los valores propios que han individualizado a la nación chilena desde sus
19
EJÉRCITO DE CHILE: op. cit., p. 43.
20
Ibid., pp. 47, 48.
85
La Ética del Soldado del Siglo XXI
albores. Nuestros procesos de colonización, independencia y nación libre así
como la forma en que cada uno de estos momentos impactó la vida de los
chilenos, fueron conformando ese acervo que ha caracterizado a la nación
chilena. De igual forma, la creación de sus institutos armados en diferentes
etapas de su desarrollo, y su temprana participación en gestas guerreras
fueron otorgándoles el matiz único que las identifican y que han transmitido
a sus congéneres más jóvenes empapándolas de las costumbres, valores,
virtudes y tradiciones más caras que moldearon su esencia y les otorgaron su
identidad única.
Por otra parte, aquellos que asumen la profesión de las armas guiados
por su vocación, tal como lo presenta Alberto Zanchetta, saben que entre
sus múltiples obligaciones está el empeñar su palabra de modo público;
y que además está dispuesto a profesar este compromiso de acuerdo con
los principios, usos, costumbres y prácticas reglamentarias aceptadas
disciplinadamente21. Ello lo manifiesta cada integrante de las fuerzas armadas
chilenas al “jurar a la bandera” acto del más profundo significado, que refleja
en sí mismo la particularidad propia del soldado chileno y de su formación y
tradición. Este hecho como lo veremos más adelante, recoge en un texto todo
el sentimiento valórico, ético, moral, de la formación militar y del gran bagaje
histórico–cultural que importan nuestras tradiciones como nación libre.
VALORES
Y PRINCIPIOS QUE SUSTENTAN EL ACCIONAR DE LOS HOMBRES DE
ARMAS
En las fuerzas armadas chilenas los valores y virtudes de cada institución
están reflejados en las respectivas ordenanzas institucionales, así como en
forma general algunos aspectos de ellos se encuentran dispuestos en el
Reglamento de Disciplina para las Fuerzas Armadas; veremos a continuación
cómo ellos se detallan en cada una de las instituciones.
Ejército de Chile
La Ordenanza General tiene su origen en la tradición de la Corona
española de dotar de una regulación orgánica explícita el servicio de sus
21
ZANCHETTA Alberto A.: “El Desafío Profesional y Ético de la Vida Militar”, Boletín del Centro
Naval Número 817 mayo/agosto de 2007.
86
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
huestes y tripulaciones. Para dicho cometido se dictaron “Ordenanzas
Militares” que fueron normando y dando forma al régimen, gobierno y
servicios de las fuerzas castrenses, mediante disposiciones explicitadas en
textos especialmente redactados para este fin. Ellas reglaron al Ejército en lo
tocante a sus dotaciones, regulaciones internas, normas de comportamiento
en la paz o en la guerra, virtudes militares, respeto a las autoridades, disciplina
y jerarquía, entre otros aspectos22.
Entre los rasgos característicos y distintivos de la profesión militar la
Ordenanza señala que las instituciones de la defensa nacional deben contar
con personas que les permitan desarrollar eficientemente las funciones
propias, logrando su pleno desarrollo espiritual y material como fin último en
el ambiente vocacional de la profesión militar23.
Cuando habla de la vocación militar, establece que ella se define como
una llamada imperativa a un Estado, profesión o carrera. Una profesión que,
en los momentos de mayor exigencia involucra el sacrificio de la propia
vida es, por definición, eminentemente vocacional. La profesión militar, en
consecuencia, supone la presencia de una disposición íntima a la vida militar,
la cual fortalece y ayuda al profesional a superar los momentos difíciles.
La vocación militar, como todas las vocaciones, implica un afán de
servicio, una renuncia y, en definitiva, la aceptación de un sacrificio. El atractivo
de la vida militar está en la entrega que supone, en ponerse al servicio de la
sociedad educando a los ciudadanos como soldados, entrenándolos en las
unidades encargadas de mantener la paz o, si no fuera posible, de defender a
la Patria en caso de guerra24.
La Defensa en tanto una función de Estado, y de acuerdo con la antigua
división de la cual nos habla Platón, impone a los ejércitos la necesidad
de estar preparados para enfrentar la guerra, dispuestos a luchar, pero
íntimamente persuadidos que son el medio eficaz para evitarla y que, en su
fortaleza y preparación, está la garantía de seguridad y paz. Lógicamente
que todos aquellos que abrazan la carrera de las armas y consecuentemente
dedican su vida a la profesión militar, han considerado la posibilidad de
ser parte en un conflicto armado, porque la profesión de las armas exige y
22
EJÉRCITO DE CHILE: op. cit., 2006, p. 13.
23
Ibid., p. 43.
24
Ibid., p. 50.
87
La Ética del Soldado del Siglo XXI
motiva la preparación para esa circunstancia. Esto no es sinónimo de que el
militar desee la guerra, muy por el contrario, por ser los que más conocen
de los horrores que la envuelven, precisamente pasa a ser su gran desafío
profesional, espiritual y vocacional: prepararse permanentemente e instruir a
otros para algo que no desea que ocurra.
¿Produciría esta situación una frustración en el espíritu de todo
militar? Se estima que no, ya que en primer término, la preparación para la
guerra, el vivir intensa y plenamente la vida militar, el ejercicio del mando, la
formación de soldados, el estudio y la aplicación de las tecnologías y sistemas
de combate, constituyen el aporte personal para evitar que la guerra tenga
lugar y, en consecuencia, que el Estado Nación y su sociedad puedan crecer
y desarrollarse en pos del bien común en un clima de tranquilidad y paz. En
segundo término, porque la preparación y entrenamiento son precisamente
las herramientas que entregan a las Fuerzas Armadas la fortaleza y las
capacidades necesarias, las que junto a otras propias del poder nacional le
confieren al Estado el porte estratégico necesario para disuadir a posibles
adversarios, que resulta indispensable para evitar un conflicto bélico, por ello
es acertado el viejo término “Si Vis Pacem Parabellum” o sea: “Si quieres la
Paz, prepárate para la Guerra”.
En la actualidad, la evolución de los medios y procedimientos de combate,
las particularidades que cualquier acontecimiento bélico ofrece y, ante todo, la
gigantesca carga moral y humana que pesa sobre los ejércitos, hacen que las
ideas de paz, seguridad y defensa comprometan entrañablemente a quienes
han asumido su vocación militar, los cuales son conscientes que la guerra es
un recurso extremo no deseable y que un militar es ante todo un profesional
que privilegia la paz. Solo así puede comprenderse el sentido trascendente de
una vocación basada en principios y valores espirituales, muy lejos por tanto
de la destrucción, el daño y la barbarie que la guerra en sí misma entraña. Esa
perspectiva es inspiradora para llevar la paz a lugares donde hay ausencia de
ella25.
En cuanto a los valores militares, esta Ordenanza señala que constituyen
orientaciones que deben regir la conducta de los militares tanto en la paz
como en la guerra. Para el profesional militar actuar conforme a los valores
fundamentales constituye una obligación permanente, cuyo cumplimiento
25
Ibid., p. 52.
88
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
lo debe transformar en una persona virtuosa. El “espíritu militar”, motor
y expresión de la vocación militar, demanda a quienes integran el Ejército
un compromiso personal para hacer suyas, conscientemente, las siguientes
virtudes:
•
Disciplina: Es el dominio de sí mismo que mueve a la persona al cumplimiento
del deber, supeditando su propia voluntad al bien colectivo. La disciplina es
esencial para un ejército, dado que es un bien insustituible que lo fortalece
y lo preserva26.
•
Lealtad: Fidelidad al orden formativo legítimo, a las autoridades
republicanas, al Ejército, a la organización a la cual se pertenece, a los
superiores, camaradas, subordinados y subalternos.
•
Honor: Virtud sintetizadora de todos los valores cívicos y militares que
mueven a una persona a actuar siempre con la verdad, dignidad, sinceridad,
rectitud, honestidad y en coherencia con los principios que dan sustento a
sus actos. En definitiva, el honor se sintetiza en ser una persona digna de
confianza.
•
Valor: Fuerza moral y física que lleva a acometer resueltamente grandes
desafíos, enfrentando de manera consciente el peligro y la adversidad.
•
Espíritu de cuerpo: Afecto común. Aquel que, sin caer en corporativismos,
deben sentir todos los soldados por la unidad a la que pertenecen y sus
integrantes, que lleva a trabajar armoniosamente y en comunidad de
propósitos y fines.
•
Abnegación: Disposición a subordinar los propios intereses al cumplimiento
del deber.
•
Cumplimiento del deber militar: Acción voluntaria y predisposición positiva
para cumplir las obligaciones inherentes al servicio, poniendo en primer
lugar el amor a la Patria. Puede llevar hasta el sacrificio de la propia vida, de
ser necesario.
•
Integridad: Probidad, honradez, honestidad y rectitud que llevan a actuar
permanentemente con honor, conforme a la verdad e inspirados en valores
éticos.
•
Respeto: Llevar la propia actuación valorando los derechos, condición y
circunstancias de los demás, sin discriminación ni marginación de ninguna
especie.
26
EJÉRCITO DE CHILE: “Reporte de Responsabilidad Social año 2009”, pp. 26-27.
89
La Ética del Soldado del Siglo XXI
•
•
Espíritu de servicio: Disposición a ofrecer voluntaria y activamente su
trabajo en beneficio de la unidad y la cohesión social.
Subordinación al Derecho: Sujeción de quienes tienen la potestad legal
del uso de las armas al orden normativo que la sociedad legítimamente les
ha dado y que tiene su máxima expresión en la Constitución Política de la
República.
La Ordenanza aclara sí que este conjunto de virtudes pueden ser
practicadas y desarrolladas por todo ciudadano, pero particularmente al militar
le son demandables por la sociedad, sus autoridades y la jerarquía militar,
pues si carece de ellas no está en condiciones de cumplir con su deber27.
Armada de Chile
Por su parte, la Ordenanza de la Armada (O.A.), según lo señala en su
artículo primero, es un texto en el cual se encuentran establecidas las normas
de doctrina, de procedimiento, y los deberes y atribuciones fundamentales de
todos los miembros de la Armada, con el propósito de que, conociendo cada
cual sus atribuciones, responsabilidades, deberes y obligaciones y las que
conciernen a las personas con las cuales deba mantener relación en el servicio,
este se desenvuelva armónicamente, sin desorientaciones que afecten a la
eficiencia y la disciplina de la Institución y de esta forma se obtenga el mayor
rendimiento del personal y del material, para el cumplimiento de la Misión28.
En su Art. 156 señala que todo hombre lleva una ley escrita por Dios en
su interior y que ha sido comúnmente llamada “Ley Natural” de donde surge
y tiene su fundamento el valor moral. De los dictados de la Ley Natural nace
para cada uno de los miembros de la Armada el deber de dar a los “valores
morales” la importancia capital que merecen; los que siempre y con creciente
influencia han jugado un decisivo papel en la vida de los pueblos tanto en la
paz como en la guerra29. Así este documento identifica claramente el origen
de los valores que ella practica con una fuerte impronta religiosa y cristiana,
muy propia de una institución que nace con los albores de la Patria.
27
EJÉRCITO DE CHILE: op. cit., 2009, p. 27.
28
ARMADA DE CHILE: “Ordenanza de la Armada”, Santiago, Chile, 1988, p. 1.
29
Ibid., p. 53.
90
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
Agrega en el Art. 158 que es necesario para cualquier hombre formarse
moralmente, adquiriendo las virtudes básicas, pues solo de esta manera
puede tener dominio sobre sí mismo y ordenar su conducta a los fines que
dan verdadero sentido a la vida humana. Por esto mismo, esta formación
es indispensable en un hombre de armas, cuya misión está definida por el
deber de justicia para con la patria, por la prudencia en la dirección de la
propia conducta y en el ejercicio del mando, por la fortaleza implicada en
la subordinación de todos los bienes naturales, incluida la vida, al bien de la
patria, y por la sobriedad y austeridad en la ordenación de su vida privada,
según corresponde a quien es amo y no esclavo de su cuerpo ni de bienes
corporales30.
En relación con los valores morales señala los siguientes31:
Justicia: La virtud de la justicia tiene su forma más alta en aquella por
la cual se debe dar a la Patria lo que es suyo, es decir, su honor y la defensa
eficaz contra todos sus enemigos, sean externos, o internos. Esta virtud, cuya
definición clásica es “voluntad perpetua y constante de dar a cada cual lo
suyo”, tiene además otras formas particulares, que son aplicaciones de su
forma principal o general a objetos también particulares. Nadie puede cumplir
eficazmente con la forma principal de la justicia si descuida o desprecia sus
formas particulares, pues la formación de esta virtud constituye un todo
que deja de existir si faltan algunas de sus partes. Por esto, todo aquel que
pertenezca a la Armada debe formarse rigurosamente en la práctica de esta
virtud, aún en aquellos aspectos que no tengan relación directa con su misión
principal de defender el honor y la integridad espiritual y material de la patria.
Prudencia: Todo el personal de la Armada debe ser prudente. Lo cual
significa que debe saber cómo debe actuar, cualquiera sea la circunstancia
en que se encuentre. Para ello debe formar en él las siguientes disposiciones
o hábitos: debe saber reconocer en lo que su propia experiencia y la historia
le enseñen, cuáles son las líneas en la vida de los hombres y de las naciones,
de tal modo que evite ser ingenuo al encarar las situaciones en que él debe
actuar; debe saber descubrir qué principios y valores se hallan en juego en
las circunstancias concretas en que debe actuar, para así ser siempre fiel a
30
Ibid.
31
Ibid., pp. 55, 57.
91
La Ética del Soldado del Siglo XXI
ellos; debe tener la capacidad para inferir, en el orden práctico, cual sea la
relación de causas y efectos, para saber procurar o promover los efectos si
son positivos, y evitarlos si son negativos; debe tener la docilidad suficiente
como para aprender de otros lo que ellos puedan enseñarle, en todo lo que
se relaciona con el cumplimiento de sus deberes generales y específicos,
sabiendo pedir y recibir consejo cada vez que sea necesario; debe tener
la capacidad complementaria de la disposición anterior, para descubrir
por él mismo cuál es el consejo acertado, o a falta de este, cómo tomar
acertadamente una decisión; debe permanecer siempre atento a todos los
posibles factores o circunstancias nuevas que puedan alterar una situación, de
modo que sepa cambiar la dirección de la conducta o suspender su acción,
según como se presenten esos nuevos factores y circunstancias; debe saber
prever acontecimientos, en la medida en que sus causan sean conocidas, y
proveer lo necesario para encararlos convenientemente; debe, por último,
saber prever y sopesar los riesgos o peligros que hay que enfrentar o evitar,
según como se presenten.
Valentía o fortaleza: El marino como todo hombre de armas, debe
cultivar, en todos los aspectos de su vida, aun en los mínimos y aparentemente
intrascendentes, la virtud de la fortaleza. La fortaleza o valentía consiste en
el dominio habitual por la voluntad de todas las pasiones o reacciones que
espontáneamente se dan en el hombre frente a fines arduos o difíciles, como
la ira, el miedo, el odio, la envidia, etc., de modo que siempre actúe de
acuerdo a lo que la recta razón dicte, y no a lo que estas pasiones o reacciones
impongan. La fortaleza, como las demás virtudes morales, no surge en los
momentos cruciales si no ha sido cultivada en los actos cotidianos, en forma
repetitiva.
Formación de la fortaleza: Para la formación de la virtud de la fortaleza
o valentía, y sobre todo para que siempre se den en los actos decisivos de un
hombre de armas, hay que enseñarla con los ejemplos de nuestros héroes, en
cuanto nos han legado la obligación de imitarles, mostrando que sus actos
no han sido fruto de impulsos pasajeros, sino de toda una vida en que se ha
practicado esta virtud.
Sobriedad y austeridad: Es condición estrictamente necesaria, para que
en un hombre puedan darse íntegras las demás virtudes, que en su vida privada
sea sobrio y austero, cumpliendo con sus deberes familiares y manteniendo
invariable un criterio de conducta, cualquiera sean las circunstancias en que
se encuentre. Consiste esta virtud en el dominio habitual de la razón sobre los
92
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
apetitos de los sentidos, en especial sobre aquellos cuya fuerza está dada por
el placer ligado a la consecución de sus objetos. La virtud de la sobriedad,
austeridad o temperancia no anula esas apetencias, sino que les impone el
orden propio de la ley natural y de la razón.
Obediencia: El personal de la Armada debe saber practicar la
obediencia, no solo como sujeción externa al mando, sino principalmente
como virtud moral, de modo que el cumplimiento de las órdenes sea no solo
eficaz, sino también consciente y plenamente voluntario. La obediencia, como
virtud moral, nace de la justicia y de la prudencia: es, en efecto, una exigencia
de la subordinación de la persona a una finalidad común y a una Institución
que trasciende a sus capacidades e intereses particulares, y de la necesidad
de ordenar los propios actos según la prudencia. Es responsabilidad de cada
individuo conocer bien sus fines y objetivos.
Además, agrega que las virtudes morales fundamentales que deben
inspirar los actos de todo militar y que constituyen la base en que se apoya el
deber militar son: el patriotismo, el valor, el honor, la lealtad, la abnegación,
el espíritu de cuerpo, la subordinación, la disciplina, el entusiasmo, el
cumplimiento del deber, la iniciativa, el espíritu militar, espíritu religioso y de
cooperación, señalando a continuación que la mejor manera de difundirlas
y estimularlas, es poseerlas primero en la vida personal para ser luego
transmitidas en los actos de la vida diaria32.
Estas son:
•
•
32
Patriotismo: Es el amor y respeto a la Patria. Es decir, poseer el hábito que
nos impulsa a tributar a la Patria y a todo lo que se relacione con ella, el
honor y servicio debido, sin considerar los sacrificios que sea necesario
hacer.
Valor: Es aquella fuerza espiritual que posee el hombre, fundamentada
en ideales superiores, que impulsa al individuo a cumplir con su deber a
acometer resueltamente grandes empresas sin dejarse atemorizar ante
amenazas y peligros. Tiene su expresión máxima en la valentía y coraje que
muestra el héroe en el combate, la intrepidez y presencia de ánimo para
superar las situaciones de peligro, y la abnegación del que se sacrifica y
muere por la Patria, si ello es necesario.
Ibid. pp. 57, 64.
93
La Ética del Soldado del Siglo XXI
•
•
•
•
33
Honor: Es una cualidad moral que impulsa al hombre a comportarse de
manera tal que pueda conservar su propia estimación y ser merecedor de
la consideración y respeto de los demás. Él no solo debe impulsarnos a
defender nuestro nombre y prestigio personal, el de nuestra familia o el
de nuestro hogar, sino también y ante todo está para el hombre de armas
el honor de nuestra Patria, de su Bandera y de su Institución, sin dejar de
considerar al Ser Supremo y Creador que está por encima de todo y todos.
El honor del marino está escrito en el lema de la Armada: “Vencer o Morir”.
El marino combate hasta dar la vida si fuera necesario, pero no se rinde,
porque rendirse es deshonra de su Patria, de su Bandera y de sí mismo33.
Lealtad: Es la devoción sincera, voluntaria e infalible hacia una causa.
Representa la obligación moral de ser sincero para con el servicio y para
con las leyes de la fidelidad, del honor y de la hombría. Es una cualidad que
lleva en sí la franqueza, la hidalguía y la caballerosidad: el hombre leal es
franco, caballero y veraz. En toda agrupación de hombres que trabajan por
un fin, la lealtad es indispensable, sin ella no hay armonía ni éxito en la obra.
Abnegación: Consiste en el sacrificio de la voluntad, de los afectos o de los
bienes materiales en el cumplimiento del deber para con Dios, la Patria y
el Hogar sin considerar las ventajas o desventajas, el placer o el dolor que
estas obligaciones puedan causar. Para el marino, la abnegación significa
cumplir con su deber hasta el sacrificio de sí mismo si fuere necesario.
Espíritu de cuerpo: Es un sentimiento que hace al hombre guardar afecto
y cariño a todo aquello por lo cual él se sacrifica y también a todos cuantos
comparten con él sus éxitos y sus fracasos, sus pesares y sus alegrías,
conformando una colectividad fuertemente homogénea. Este sentimiento
MINISTERIO DE JUSTICIA: “Código de Justicia Militar”. Edición Oficial, XVI Edición Editorial
Jurídica de Chile, Santiago, 2001.
“
Art. 288. Será castigado con la pena de reclusión militar perpetua a muerte, previa degradación:
1. El militar que, habiendo recibido orden absoluta de conservar su puesto a toda costa, no lo
hiciere;
2. El Jefe que, sin agotar todos los medios de defensa que exigen las leyes del honor militar y
del deber para con la Patria, haya rendido al enemigo o entregado por medio de capitulación o
de otro modo no comprendido en el artículo 244, una plaza, puesto o fuerzas que tuviere bajo
su mando; y los Oficiales que hayan cooperado a la rendición o capitulación”.
“
Art. 289. Incurrirá en la pena de reclusión militar mayor en su grado medio a reclusión militar
perpetua, el jefe o comandante de una plaza, fuerte o puesto militar cualquiera que, estando
en peligro de ser atacado por el enemigo, no adoptare las medidas preventivas necesarias o
no reclamare los auxilios o recursos que fueren precisos para la defensa, si de su negligencia
resultare la pérdida de la plaza, fuerte o puesto que le estaba confiado”.
94
La ética militar en tiempos de cambio
•
•
•
•
CHILE
provoca en quien lo posee, el nacimiento de un estímulo para su fuerza
moral que se refleja en un mayor entusiasmo, en un mayor celo para cuidar
y defender, ya sea lo material o el prestigio moral del objeto distinguido por
su afecto.
Subordinación: Es la obediencia leal e inteligente que el subalterno le
debe al superior. Esta obediencia no solo es necesaria e indispensable
en las instituciones armadas, sino que en todas las actividades de la
vida. La subordinación militar se caracteriza por la obligación que tiene
todo militar de obedecer una orden relativa al servicio que, en uso de
atribuciones legítimas, le fuere impartida por un superior, siempre que no
haya impedimento derivado de fuerza mayor. Ella no solo se relaciona con
las personas sino que además con el quehacer de las leyes, reglamentos
y disposiciones que deben cumplirse. Lo que el reglamento exige no se
puede alterar ni se puede solicitar lo que este mismo prohíbe.
Disciplina: Es una ordenación de los deberes y atribuciones de los miembros
de una organización que tiende al bien común, llevada a la práctica bajo
la dirección de una autoridad preestablecida, que es responsable de sus
determinaciones y que debe ser respetada por el conjunto. La disciplina
está sujeta a normas permanentes y precisas que se establecen en la
Constitución, leyes y órdenes.
La disciplina es el sacrificio de las comodidades, inclinaciones, seguridad,
aun de la vida por valores e ideales que sobrepasan al individuo mismo.
Ella toma su fuerza de la jerarquía, no descansa en el uso desmedido de
la fuerza sino en el convencimiento; de aquí que se le considere como una
fuerza que suple la insuficiencia en el número.
Entusiasmo: Es la inspiración fervorosa que mueve a favorecer una causa
o empeño, una virtud a la cual se le asigna un elevado valor; posee la
importante particularidad de que crece solo junto a un ideal, en las
personalidades capaces de tenerlos y capaces de realizarlos. Sus efectos
se manifiestan por un impulso de acción efectivo e irresistible que no cesa
hasta la realización de este ideal.
Cumplimiento del deber: Es la obligación moral que afecta a cada
persona de obrar según los principios de la moral, la justicia o su propia
conciencia. Señala la forma como cada cual debe proceder. El deber se
impone con igual vigor en todas las jerarquías y nadie puede imaginarse
que a medida que sube en grado, puede desligarse de las obligaciones
95
La Ética del Soldado del Siglo XXI
•
•
•
•
•
morales o militares, que le conciernen, estén o no escritas. Debe cumplirse
con abnegación, aunque sea penoso y origine enemistades, venciendo
con energía y constancia las dificultades y los fracasos. El cumplimiento del
deber engrandece moralmente al hombre y satisface su conciencia.
Iniciativa: Es aquella cualidad de una persona que la impulsa a actuar por su
propia cuenta y riesgo, anticipándose a los demás, cuando considera que
su acción es útil y necesaria y no dispone de tiempo para esperar o pedir
órdenes. Debe ser estimulada por el superior, como una forma de reconocer,
premiar y aprovechar el talento de sus subordinados. Ello se logra mediante
la adopción y difusión de doctrinas, en las cuales se establezcan las normas
de conducta que el superior espera sean aplicadas, cuando sobre la materia
no existan disposiciones anteriores o superiores.
Espíritu militar: Es el amor a la profesión, el entusiasmo, la energía, el valor
y ambición de gloria para la Patria que debe poseer todo el personal. Es al
mismo tiempo, la abnegación que los miembros de la Institución colocan en
el cumplimiento de sus deberes militares, lo cual conlleva implícitamente el
sacrificio de dar toda su capacidad en aras de los objetivos de la Institución.
Espíritu religioso: Los miembros de la Institución por vocación y compromiso
personal están llamados a las realizaciones de los más grandes ideales. Tales
acciones no podrían llegar a su fin, si el hombre que las realiza no estuviese
impregnado de un profundo espíritu religioso. No es posible concebir un
buen marino, si, a la vez, no es un buen cristiano; puesto que Dios es la
fuente primera de todo cuanto existe.
Cooperación y confianza mutua: Se llama cooperación la acción en conjunto
de una agrupación para conseguir un fin. En las instituciones armadas es una
cualidad que debe estar en constante ejercicio, porque de ella depende en
gran parte el éxito de toda empresa. La mutua confianza entre superiores
y subalternos conduce a una más amplia y mejor cooperación y nos da a
conocer muchos errores o situaciones que en otras condiciones hubieran
pasado desapercibidas. Es pues un deber propender a la creación de esta
confianza, entre el superior y el subalterno, para que de ellas resulte un
mutuo entendimiento y comprensión.
Líder: Es aquel que por sus cualidades naturales, por su carácter y
personalidad, enmarcados dentro de los valores morales, tiene como
característica principal infundir positivamente en los hombres confiados bajo
su mando los sentimientos de: seguridad, confianza, lealtad, obediencia,
cooperación y respeto, y ante quienes se constituye como modelo.
96
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
El valor moral del líder se aprecia por la fuerza y la constancia con que lleva
a la práctica sus decisiones.
Derivado de estos valores, la Armada de Chile refleja en su Ordenanza
una serie de deberes inherentes a la moral en los que señala la forma en que
ellos deben manifestarse en el cumplimiento del servicio por los miembros de
esa institución34.
Fuerza Aérea de Chile
La Ordenanza de la Fuerza Aérea de Chile (OFA) tiene como propósito
fortalecer en los integrantes militares y civiles de la Fuerza Aérea, la unidad de
pensamiento y comportamiento, a través de la consolidación y estandarización
en aspectos de naturaleza doctrinaria y de organización como también de
códigos de conducta, apoyados en la normativa, tradiciones y costumbres de
la institución con el propósito de reforzar su Cultura Organizacional y optimizar
el cumplimiento de la misión de la Fuerza Aérea35.
En sus capítulos III y IV, destaca las características de la profesión y los valores
del aviador, que marcan el sello que esta institución le imprime a sus miembros.
Entre las características del aviador militar36, señala las siguientes37:
Disciplina: Es el dominio y control de la voluntad propia, que debe
mover a los integrantes de la institución al fiel cumplimiento de sus deberes
y obligaciones, por sobre sus intereses personales, en beneficio del conjunto.
En consecuencia, la considera como la base de la efectividad de la Fuerza
Aérea ya que facilita el trabajo en equipo y la toma de decisiones rápidas,
características propias de la profesión militar en el ámbito aéreo y esencial para
el equilibrio que debe existir entre el mando y la subordinación, agregando
que en una Unidad o Repartición, ella repercute directamente en su estado
de orden y obediencia y en el compromiso de sus integrantes para cumplir la
misión.
34
ORDENANZA DE LA ARMADA DE CHILE: pp. 65 a 67.
35
FUERZA AÉREA DE CHILE: Ordenanza de la Fuerza Aérea de Chile 2014 (OFA). Santiago, Chile,
2014, Cap. I, Art. 2.
36
La OFA considera como aviador militar a todos los integrantes de la Fuerza Aérea, sin distinción
de grados, especialidad, militares, alumnos civiles y reservistas de la institución.
37
FUERZA AÉREA DE CHILE: op. cit., 2014, Cap III, Arts. 71–97.
97
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Vocación de servicio: Es un llamado profundo en el interior de una
persona que, ya sea espontáneo o adquirido paulatinamente, puede llevarla a
sacrificar su comodidad, seguridad y bienestar personal por entregar su aporte
a una causa determinada38. Agrega que en el aviador militar, esta vocación se
manifiesta en su servicio a la Patria a través del arma aérea, estando y sintiéndose
disponible para este fin las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana.
En consecuencia, concluye, que para todos los efectos, su compromiso y
responsabilidad respecto de las normas y códigos de conducta que lo rigen, son
tan válidos dentro de las horas de servicio como fuera de ellas.
Patriotismo: Según la OFA, el concepto de patriotismo se refiere al
vínculo íntimo que una persona tiene con su país natal, al cual se siente ligada
por lazos jurídicos, históricos y/o afectivos, cuya intensidad puede llevarla a
grandes extremos en su vida y en su conducta. Es por ello que, debido a
la naturaleza de su profesión, el aviador militar debe profesar un profundo
patriotismo, traducido en su compromiso de entregar el máximo sacrifico
personal, incluso la vida si se requiere, para defender la soberanía de la
Nación, proteger a su población y asegurar su integridad territorial.
Resiliencia: Es la capacidad del aviador militar para afrontar la
adversidad con entereza, sobreponerse a ella y salir fortalecido para llegar
a un estado igual o mejor que el que tenía. Por lo tanto, este concepto se
centra en la valentía personal y demás atributos positivos del integrante de
la Fuerza Aérea. Concluye que ella debe hacerlo superar los problemas y salir
adelante con valentía, apoyado en sus valores y fortaleza espiritual, confiado
en su preparación profesional y asumiendo una actitud positiva para construir
sobre las dificultades, en pos de cumplir la misión asignada.
Integridad: Consiste en hacer lo correcto aunque nadie esté mirando, por
las razones correctas y del modo correcto. La lealtad, honradez, honestidad y
rectitud son componentes de este principio valórico, que debe ser inseparable
de la imagen del aviador militar y que es congruente con lo que la ciudadanía
espera de su condición. Actuar siempre con integridad, convierte al aviador
militar en una persona confiable, capaz de generar apoyo y adhesión, incluso
en situaciones extremas.
Ética: En la profesión de las armas, actúa como guía de la conducta
para el ejercicio de la profesión y le brinda la fuerza moral requerida para
38
Ibid., Art. 83.
98
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
su desempeño en cualquier condición. Tiene relación con los valores
fundamentales que una sociedad le asigna a la conducta humana, de acuerdo
a los cuales esta puede ser juzgada como correcta, por el contrario, impropia.
Estos valores inciden en la vida en sociedad y se reflejan en sus instituciones.
Concluye que el aviador militar debe asumir una actitud reflexiva y proactiva
en cuanto a su conducta personal, para transmitir a través de su ejemplo,
las virtudes cardinales, los valores institucionales y las características de la
profesión, de manera que este contenido se transforme en su fortaleza ética,
especialmente si ejerce el mando, para no dar lugar al abuso, la injusticia, la
deshonestidad y otras conductas impropias.
Trabajo en equipo: Se destaca que en la Fuerza Aérea se trabaja
esencialmente en equipo, por lo que la vida de sus integrantes, el estado del
material y el cumplimiento de la Misión, dependen de la disciplina y el respeto
a las normas y a las doctrinas, que son por esencia, de aplicación y cumplimiento
general. En este trabajo en equipo, no tienen cabida la discrecionalidad y el
individualismo. De esta forma, el esfuerzo tenaz, dedicado y profesional para
lograr este propósito común, genera espíritu de cuerpo, a la vez que refuerza
la disciplina.
En cuanto a los valores del aviador militar, la OFA en su capítulo IV Arts.
98 al 101, señala lo siguiente:
La misión que le entrega el Estado de Chile a sus Fuerzas Armadas se
enmarca dentro del monopolio del uso de las armas. Esta responsabilidad que
por ende recae en la Fuerza Aérea, debe estar respaldada en todo momento
por la más sólida convicción moral de sus integrantes y fortalecida en ellos por
las práctica de los valores del aviador militar, que le otorgan su sentido ético
al empleo de las armas, permitiéndole al aviador el dominio de sí mismo, y
tener como propósito de vida mantener una conducta correcta, transparente
e irreprochable.
Como complemento a los valores del aviador militar, al igual que como
lo establece la Ordenanza del Ejército para el profesional militar, es altamente
recomendable la observancia y el cultivo permanente de las virtudes cardinales: la
Prudencia, para discernir y distinguir lo que es debido de lo indebido; la Justicia,
para que cada persona reciba lo que le corresponde; la Fortaleza, para superar las
dudas y vulnerabilidades; y la Templanza, para someter las apetencias a la razón39.
39
Ibid., Art. 100.
99
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Los valores fundamentales de la Fuerza Aérea son los que se detallan a
continuación:
•
Lealtad: Es la obligación de fidelidad que el aviador militar le debe a la
Patria, al orden jurídico establecido, a la Fuerza Aérea, a sus superiores y a
todos los integrantes de la Institución. Conlleva un alto grado de adhesión
a la vida militar y a sus principios, a su trabajo y a la forma en que se debe
dar la relación de mando y de obediencia, especialmente en momentos de
peligro y combate, constituyendo la esencia de la profesión militar40.
La lealtad no obliga a la sumisión. Es leal aquel que con total apego
a las normas y bajo una estricta disciplina militar, es capaz de señalar a
un superior su punto de vista que puede no ser coincidente con aquel.
Igualmente es leal quien, habiendo tenido una opinión diferente, acata
con total disposición, la orden que finalmente se le imparte y apoya sin
reservas su cumplimiento. Esto es lo que se llama en el Ejército, así como
en las otras instituciones el “Concepto de Estado Mayor”, que señala que
luego de escuchar al Comandante emitir su Concepto para las operaciones,
pudiendo haber existido diferencias con la opinión de los miembros de su
Cuartel General, todos deben trabajar el Concepto que acaba de dictar su
comandante, buscando la mejor solución a su idea.
•
Honor: Es la cualidad moral que lleva al aviador militar al cumplimiento
de la responsabilidad de su cargo y obligaciones. Para él es una cuestión
de honor el respeto por la historia y tradición institucional, el correcto uso
del uniforme, la rigurosidad y disciplina en el trabajo diario, el trato justo y
digno a sus superiores, pares y subalternos, el contacto correcto y mesurado
con la ciudadanía en general, el cumplimiento de la palabra empeñada, el
asumir las propias responsabilidades, la justicia y prudencia en la toma de
decisiones, la discreción y mesura en su vida privada, la puntualidad, el
respeto por la dignidad de las personas, la no discriminación arbitraria y
fundamentalmente la honestidad.
•
Cumplimiento del deber: Es el sincero deseo del aviador militar en alcanzar el
logro de la misión. Lo anterior conforme a las normas, pero enriqueciéndolas
poderosamente con su voluntad. Las tareas se deben hacer en forma completa
y eficiente, no por temor a una sanción, sino por su propia convicción inspirada
en el deseo de servir a la Patria, con la mejor de sus capacidades.
40
Ibid., Art. 102.
100
La ética militar en tiempos de cambio
•
CHILE
Excelencia en el servicio: Consiste en cumplir las obligaciones propias
entregando conscientemente lo mejor de cada uno, a fin de minimizar las
posibilidades de fallas o errores, en todo ámbito de la gestión institucional
y con mayor énfasis en las operaciones de la Fuerza Aérea, considerando
la velocidad, flexibilidad y tiempos de reacción que le son propias.
Exige disponer de las capacidades personales propias que requieren las
tareas que se deben cumplir, debiendo desarrollar los conocimientos y
habilidades necesarias a través de la carrera, lo que obliga a plantearse
metas de desarrollo personal y profesional. Sin embargo, plantea esta
OFA que todos los integrantes de la Institución tienen el deber moral y
la responsabilidad de perfeccionarse en forma individual, sin esperar que
sea la propia Institución siempre la encargada de su desarrollo intelectual y
profesional, para mejorar sus capacidades y poder asumir cualquier cargo o
responsabilidad en su carrera profesional41.
FIGURA Nº 1
Cuadro resumen de valores y virtudes declarados en las
Ordenanzas de las Fuerzas Armadas chilenas42
VALOR /VIRTUD
EJÉRCITO
ARMADA
FUERZA AÉREA
Lealtad
X
X
X
Honor
X
X
X
Cumplimiento del deber
X
X
X
Patriotismo
X
Valor
X
X
Abnegación
X
X
Espíritu de cuerpo
X
X
Subordinación
Disciplina
X
X
X
Entusiasmo
X
Iniciativa
X
41
Ibid., Art. 107.
42
Generación del propio autor.
101
La Ética del Soldado del Siglo XXI
VALOR /VIRTUD
EJÉRCITO
ARMADA
Espíritu militar
X
Espíritu religioso
X
Cooperación
X
Integridad
X
Respeto
X
Espíritu de servicio
X
Subordinación al derecho
X
FUERZA AÉREA
Como corolario de este cuadro y resumen de los valores de cada
institución, podemos concluir lo siguiente:
La Armada de Chile es la única institución que considera al espíritu
religioso como un valor y virtud, ello a raíz que esa Institución tiene un fuerte
arraigo cristiano y particularmente católico, que lo considera un importante y
se podría decir fundamental basamento de sus valores y virtudes43.
Si bien hay varios valores explícitamente compartidos en las tres
instituciones, muchos de ellos están expuestos en forma explícita o implícita
dentro del desarrollo de cada valor en particular, en especial en el caso de la
Fuerza Aérea44.
La lealtad, el honor y el cumplimiento del deber, aparecen como los
valores rectores en todas las instituciones.
Como un elemento de prueba de la transversalidad de los valores y
virtudes de las Fuerzas Armadas chilenas se transcriben los artículos de la
Ordenanza de la Armada que se relacionan con lo expresado precedentemente
con respecto al “Juramento a la Bandera”:
“Art. 197º.- La ceremonia de juramento podrá ser pública o en las unidades y
reparticiones según lo disponga el Comandante de la Guarnición correspondiente,
debiendo el Comandante de la unidad o repartición, explicar en profunda y patriótica
alocución el significado del acto, haciendo uso de la palabra nuevamente al término del
juramento para explicar la seriedad del solemne compromiso contraído, disponiendo
una descarga de fusilería, en señal de fe que cada uno cumplirá con su deber.
43
ARMADA DE CHILE: op. cit. Art. 156, p. 53.
44
Ver el detalle de ellos en OFA, 2014, Cap III, Arts. 71–97.
102
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
Art. 198º.- La Armada para el juramento a la bandera se atendrá al siguiente texto:
“Yo (nombre y grado) juro por Dios y por esta bandera, servir fielmente a mi Patria,
ya sea en el mar, en tierra o en cualquier lugar, hasta rendir la vida si fuese necesario;
cumplir con mis deberes y obligaciones militares, conforme a las leyes y reglamentos
vigentes; obedecer con prontitud y puntualidad las órdenes de mis superiores y
poner todo mi empeño en ser un marino valiente, honrado y amante de mi Patria”45.
Las fechas de este juramento –cuyo texto es el mismo para todas las
instituciones– varían de acuerdo a cada una de ellas, realizándose en una
efeméride nacional que evoque principalmente la gesta heroica de soldados,
marinos y aviadores, donde su desempeño ha inmortalizado los valores y
virtudes más caros que representan al militar chileno.
También es necesario recalcar en esta parte del trabajo, que el
Reglamento de Disciplina para las Fuerzas Armadas, en todo su Capítulo
Primero “De los Deberes Militares”, de una u otra forma menciona a
los valores y virtudes propios de nuestras Fuerzas Armadas, como lo
demuestran, por ejemplo los artículos 12, 13, 14 y 21 del citado reglamento46.
Sin embargo, a raíz de lo que expresa el citado reglamento, y al hecho de
que nuestras fuerzas armadas han dado un importante paso hacia la ejecución
de la doctrina conjunta y empleo conjunto de las fuerzas, surge la pregunta
¿será conveniente, por las características Conjuntas de la Guerra y producto
de los desafíos éticos futuros cada vez más complejos, un “Código Conjunto”?
Respondiendo a esa interrogante se estima que sería necesario avanzar
y estudiar los valores y virtudes, con un prisma conjunto. Ello es primordial para
la ejecución de este tipo de conducción y de las operaciones consecuentes, ya
45
ARMADA DE CHILE: op. cit. p, 68.
46
MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL. “DNL 911 Reglamento de Disciplina para las Fuerzas
Armadas”. MDN.SSG. D.S. N° 1.445 del 14 de diciembre de 1951.
“
Art. 12. Los militares, de acuerdo con su jerarquía, tienen la responsabilidad del puesto que
ocupan, deben cumplir las prescripciones reglamentarías y las órdenes de sus superiores, y
hacer uso de iniciativa en aquellos casos no establecidos, pero que obedezcan a razones de
necesidad, dignidad u honor”.
“
Art. 13. Todo militar, sin distinción de grado, deberá tener acendrado culto por la verdad y la
practicará en todos los actos de su vida. La falta de veracidad es tanto o más grave cuanto mayor
sea la graduación del que la cometa. El lenguaje hablado o escrito del militar deberá ser claro,
preciso y conciso”.
“
Art. 14. El ejercicio del mando, en cualquier actividad militar debe llevar en sí el firme propósito
de cumplir la misión o tarea recibida, sin tratar de eludir responsabilidades. Art. 21. “El militar
que tuviere orden absoluta de conservar su puesto a toda costa, lo hará”.
103
La Ética del Soldado del Siglo XXI
que las fuerzas para lograr una mejor maniobra e interoperar adecuadamente,
necesitan de valores comunes que sustenten el “ethos conjunto”47.
Finalmente, el proceso de modernización de las fuerzas armadas
que visualiza en su horizonte, la posibilidad de transformarse en fuerzas
totalmente profesionales (con prescindencia del Servicio Militar Obligatorio)
deberá extremar la formación vocacional, moral y ética de sus integrantes o
futuros integrantes, para que mantengan el sentido original que le otorgan sus
especiales características y no se transformen en meras profesiones, que no
cultivan los caros valores y virtudes de aquellos que están dispuestos a los más
grandes sacrificios en defensa de la patria.
Pasos ya se han dado en esa dirección, tal como lo indica el Libro de
la Defensa Nacional 2010, que señala en lo relativo a la tropa profesional
que el sistema de defensa chileno dependió durante el último siglo de un
esquema mixto de personal profesional permanente y de soldados/marineros
conscriptos (reclutas temporales). Acorde con la tendencia mundial hacia
la profesionalización del total de las dotaciones militares, el año 2008 se
promulgó en Chile la ley N° 20.303 que crea la planta de tropa profesional en
cada una de las instituciones armadas, que permite a las instituciones contar
con soldados conscriptos profesionales por un lapso determinado y de paso,
mejorar la operacionalidad de la fuerza48.
LOS NUEVOS DESAFÍOS PARA LAS FUERZAS ARMADAS
Cambios sociales
Diversos estudios demuestran que en la actualidad la sociedad atraviesa
por un importante proceso de transformación. En estos nuevos tiempos, la
interdependencia y la tendencia a la globalización mundial han potenciado
el pluralismo, han variado los modos de vida y han llevado a la coexistencia
de personas que responden a una diversidad de motivaciones culturales y
políticas, junto con una relativa pérdida de centralidad del Estado en el
monopolio de lo público. El reconocimiento de la importancia de problemas
como la desertificación o el calentamiento global, así como de la necesidad
47
SOTO Silva, Julio. “La Interoperatividad, un desafío para las Fuerzas Armadas y su empleo en las
batallas del futuro”. Revista Política y Estrategia N° 94, ANEPE, 2004, pp. 66, 67.
48
MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL, LDN 2010, op. cit., p. 235.
104
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
de enfrentarlos colectiva y solidariamente, surgen hermanados a una renovada
valoración por el respeto a la persona humana, sin discriminación de raza,
sexo, creencia u opinión. Ha emergido, en suma, una situación donde cada
persona es un sujeto del derecho internacional, condición que antes solo se
refería a los Estados. Sin embargo, por otra parte, se puede apreciar otra arista
que afecta a las sociedades49.
Así, James B. Stockdale en su ensayo “Educación para el liderazgo y la
supervivencia: el papel de la olla a presión”50, nos señalaba ya en 1989, una
situación que se nos presenta hoy. En él expresa que “El peak de la sociedad
se logra cuando la ciudadanía encuentra el equilibrio entre dos ingredientes
esenciales: los derechos y los deberes. Cuando la idea de la ciudadanía pierde
firmeza, alguno de estos elementos se erosiona. O se pierden libertades, o se
pierde el sentido de deber y obligación. Vivimos en una época en que la idea
de la ciudadanía se ha debilitado seriamente. Tenemos un fuerte sentido de los
derechos de los ciudadanos, pero hemos perdido buena parte del sentido de los
deberes y obligaciones de la ciudadanía. Entretanto, el estado (sic) se comporta
de forma paradójica. Nos encontramos en lo que los filósofos llaman una situación
dialéctica. Respondiendo a la exigencia popular de igualdad y libertad, la
burocracia estatal, que ha alcanzado proporciones tremendas, aprueba baterías
de leyes y regulaciones para garantizar esa libertad e igualdad. Resultado: la
libertad del estado (sic) es jaqueada, al igual que la de los ciudadanos, como un
Gulliver gigantesco el Estado yace en el suelo, tratando de moverse pese a las
ligaduras que ha creado para garantizar la libertad y la igualdad”51.
Hoy vemos que la ciudadanía y en especial ciertos grupos de presión,
abogan más por sus derechos que por sus deberes y exigen sean considerados
en igualdad de condiciones; así la diversidad, el trato igualitario, la no
discriminación, ha dado pie, que por ejemplo, a partir de varios años atrás, se
haya terminado el proceso de incorporación efectiva de la mujer a las Fuerzas
Armadas casi sin exclusiones, más allá de las que, por su condición de género,
le impidan igualarse a la de un soldado varón. La inclusión de otras situaciones
derivadas del trato igualitario, las tendencias en la relativización de factores tales
como la familia, el matrimonio, el culto, la falta de educación cívica, la enseñanza
49
EJÉRCITO DE CHILE: op. cit., 2006, pp. 20-21.
50
DAVENPORT, op. cit., 1989, p. 216.
51
Ibid.
105
La Ética del Soldado del Siglo XXI
de la historia sin una visión partidista, además de la relativización de los hechos
patrióticos, las formalidades propias de la sociedad y el uso y tráfico de drogas
ilícitas, entre otras, implica un esfuerzo especial por parte de las instituciones de
las fuerzas armadas hacia su personal, así como para los miembros de la sociedad
desde donde recluta su gente, en el sentido de un reforzamiento de los valores
y virtudes, así como en los procesos de fortalecimiento educacional para poder
enfrentar estos cambios y que ellos no tengan un impacto grave al interior de las
instituciones.
Los integrantes de las fuerzas armadas, por ser parte de la sociedad, no
están ajenos a estos problemas y muchos de ellos pueden sufrirlos directa o
indirectamente. Ello necesariamente orienta a reforzar los valores y virtudes
que cada miembro de ellas debe profesar. Al mismo tiempo la sociedad debe
entender que estos procesos no pueden hacerse de un día para otro, sino
que requieren del tiempo necesario para madurarlo, educar y preparar a las
instituciones, así como a los miembros de la sociedad para asumir el cambio.
Redes sociales
El rápido y exitoso debut en los últimos años de las llamadas redes sociales
ha encendido las alarmas en los medios de comunicación tradicionales. El
nuevo fenómeno de las redes sociales suma audiencias millonarias, incrementa
su publicidad, logra la personalización de los usuarios y rompe con algunas
de las barreras de las viejas organizaciones mediáticas. Este nuevo medio de
comunicación se ha instalado ya en las pantallas de millones de internautas
como una de las principales fuentes de entretenimiento e información52.
Esta situación que se enmarca dentro del proceso de globalización e
interdependencia ha traído también consecuencias en el mundo militar; por
una parte, la necesidad de que los comandantes, especialmente durante operaciones de combate tengan la capacidad de respuesta a la instantaneidad
que impone el conocimiento del desarrollo de las operaciones de combate, los
cambios de situaciones y la información que fluye en sistemas que trabajan en
“”tiempo real”, debiendo separar claramente “los ruidos de las señales” para
52
CAMPOS Freire, Francisco (2008): “Las redes sociales trastocan los modelos de los medios de
comunicación tradicionales”, en Revista Latina de Comunicación Social, 63, pp. 287 a 293. La
Laguna (Tenerife): Universidad de La Laguna, recuperado el 23 de julio de 2014, de http://www.
revistalatinacs.org/_2008/23_34_Santiago/Francisco_Campos.html DOI: 10.4185/RLCS-63-2008767-287-293.
106
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
“bien resolver” o, en otras palabras, tomar buenas decisiones de mando ante
situaciones complejas, rápidas y donde muchas veces ello conlleva el riesgo
de las vidas humanas de sus subalternos y a veces de la población civil, lo que
obligatoriamente supone el cultivo especial de algunos de los valores como la
fortaleza, o la resiliencia, así como el don de mando. Antiguamente, y hasta no
mucho tiempo, las decisiones en el campo de batalla tenían un lapso de estudio, decisión y ejecución, donde el “tiempo real” no existía, o era muy relativo,
incluso en algunos ejércitos se hacían tablas para medir el tiempo en que se tomaban decisiones y poder así calcular los lapsos de preparación y ejecución del
combate. Por otra, los militares estaban viviendo su propia situación, encapsulados en sus teatros de operaciones, sin mucho contacto con el exterior, más
allá de las comunicaciones oficiales o la correspondencia personal, la que las
más de las veces eran censuradas. En ese contexto, los errores, las operaciones
y combates fallidos, las malas decisiones se demoraban mucho en llegar al
conocimiento de los superiores y más aún a los medios y al público en general.
La guerra de Vietnam, donde proliferó el uso de la televisión y los
corresponsales de guerra en el frente de combate, llevó rápidamente la guerra
a las salas de estar y de televisión de los ciudadanos al otro lado del Pacífico e
influyó directamente en el descontento popular de esa guerra, deformando el
triángulo virtuoso de la célebre “Trinidad” de Clausewitz, haciéndola altamente
impopular y llevando finalmente a los Estados Unidos a la derrota. La decisión
entre cumplir con su deber de informar o de cuidar el secreto militar, de alto
significado moral, muchas veces entró en conflicto y afectó directamente a la
conducción de las fuerzas, pero también permitieron conocer situaciones de
abusos y crímenes de guerra perpetrados en el transcurso de las operaciones,
como el tristemente célebre caso de la aldea de My Lai, donde justamente se da
cuenta de la pérdida de los valores de oficiales y soldados y el no acatamiento
de las “leyes de la guerra”53, para los cinéfilos, un caso similar se muestra en el
filme “Pelotón” de Oliver Stone, un veterano de esa guerra.
53
RAIMONDO, Tony: “La Masacre de My Lai: Estudio de un Caso”, Mayor, Auditor de Guerra
Programa de Derechos Humanos Escuela de las Américas, Fuerte Benning, Georgia. En este
estudio de caso se determinan varias posibles causas que habrían motivado esta masacre, casi
todas ellas relacionadas con la ética y la moral, como por ejemplo: Soldados con problemas
disciplinarios, órdenes ambiguas y mal ejercicio del mando y control, poca disciplina y cualidades
de liderazgo mediocres y adiestramiento sobre la ley de la guerra terrestre y las “órdenes
ilegales”, en este caso, la instrucción sobre las Convenciones de La Haya y de Ginebra fue
mínima, y apenas fue de cerca de una hora de duración. Cada soldado recibió esa instrucción
como parte del adiestramiento básico o avanzado. Esta instrucción se complementó en Vietnam.
107
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Entrando ya de lleno a las redes sociales, la proliferación del uso del
teléfono celular y la Internet también influye en el desarrollo del mando y de la
conducción de las operaciones. Con lo señalado en el párrafo anterior, el uso
del celular y particularmente de la Internet y de las redes sociales asociadas,
constituye un verdadero desafío para el mando militar. Surge la cuestión,
hasta dónde se puede restringir su derecho a uso, o simplemente negarlo,
sabiendo que en un sentido amplio, tal como lo señala Stockdale, estamos en
una sociedad donde importan más los derechos que los deberes.
Cual más cual menos, todos hemos sido testigos de cómo en las
guerras de Irak y Afganistán los medios y las redes sociales trastocaron los
sistemas y procedimientos del ejército americano; para demostrar ello baste
el ejemplo de una soldado mujer que falleció en combate, donde los padres
supieron de su deceso por los medios, antes de que llegara la comunicación
oficial por parte del ejército norteamericano, la que además está rodeada de
un gran simbolismo. Por otra parte ¿cómo se puede negar el uso de estas
redes a soldados que también tiene derechos, sobre todo cuando están
cumpliendo un servicio al otro lado del mundo y constituye una herramienta
de comunicación, que bien usada, robustece su moral? El problema entonces,
radica en cómo ese combatiente puede discernir sobre su uso apropiado o
no. Uno podría decir que bastarían los conceptos, valores y virtudes militares
que a cada uno de ellos se les enseña y se les inculca, pero las fotos que
circulan en internet, sobre maltrato o trato aberrante a prisioneros de guerra,
o de soldados con cadáveres, o filmaciones de tiradores emboscados dando
de baja a un adversario, son abundantes y precisamente hablan de esa falta a
los deberes y valores que estos cometen en el campo de combate, quienes,
aprovechándose del uso de cámaras digitales incrustadas en celulares y de
las redes sociales, las difunden rápidamente, incluso en forma anónima, a
espaldas de sus mandos.
De lo anterior podemos tempranamente deducir que hoy la guerra y las
operaciones en el campo de batalla están más sujetas al escrutinio público,
casi tanto como una ceremonia militar o un desfile, todos los detalles buenos y
malos saldrán a la luz pública más tarde o más temprano, si es que no existe un
escudo o coraza moral que lo impida, y esa no puede ser otra que la formación
moral y ética de los soldados, una labor titánica en la cual el mando no puede
escatimar esfuerzos, porque la dimensión del daño causado por una falta de
este tipo es escalable hasta un nivel global, y no solo los habitantes de un
pueblo perdido en el medio oeste norteamericano desde donde es oriundo el
108
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
militar, o su círculo más cercano de familiares o amigos lo sabrá… Muy por el
contrario, todo el mundo lo hará en cosa de segundos.
Lo anterior nos señala que el poder de las redes sociales puede debilitar
a una institución militar, tanto desde adentro, por la falta u omisión de atención
a los valores por parte de uno de sus integrantes, o bien, siguiendo el tenor de
las llamadas “Guerras de Cuarta Generación”, por un desconocido “hacker”
que usando esta herramienta puede llegar a trastocar los valores y virtudes
de los soldados mediante la entrega de información falsa y tendenciosa, para
minar la voluntad de lucha, lo que también se ha conocido como “Guerra
Psicológica”, logrando sin disparar un tiro, especialmente en los soldados
más débiles, quebrantar su esquema de valores y virtudes y conducirlo a la
derrota.
Operaciones diferentes a la guerra
Otra de las características de este nuevo siglo ha sido el incremento
sustancial de la participación de fuerzas militares en operaciones distintas a
la guerra (OOTW)54 que pueden definirse “como actividades militares durante
tiempos de paz y conflictos que no incluyen necesariamente enfrentamientos
armados entre dos fuerzas organizadas”55.
La línea de análisis de la cultura militar en la última década se ha
concentrado en indagar sobre las transformaciones de las pautas socioculturales
de desempeño militar a partir de la incorporación de las llamadas “misiones
de no guerra” como son las Operaciones de Paz. La preparación para la guerra
y la acción en la no guerra, como misión subsidiaria, plantea un nuevo debate
en la ética militar contemporánea56.
El general chileno en retiro del ejército, y ex académico de la ANEPE,
Humberto Julio Reyes nos indica en su ensayo ¿Hacia dónde se mueve la
Profesión Militar?57 que hace ya casi medio siglo Morris Janowitz, a quien
con justicia se le ha llamado el padre de la Sociología Militar, predecía que
54
OOTW:” Operations other than war” (original en inglés), Operaciones de no guerra, como son
conocidas a nivel internacional. (Nota del autor).
55
SOTO Silva, Julio. et al.: “La Conducción de la Defensa Nacional: Historia, Presente y Futuro”
Colección de Investigaciones ANEPE, libro Nº 26, ANEPE, Santiago, Chile 2012 p. 169.
56
MALAMUD, op. cit., 2013, p. 80.
57
JULIO Reyes, Humberto: ¿Hacia dónde se mueve la Profesión Militar? El escenario
latinoamericano. Columna de Opinión ANEPE, 2007.
109
La Ética del Soldado del Siglo XXI
en el futuro las fuerzas armadas tenderían cada vez más a cumplir roles
policiales. Frente a esta proposición no pocos reaccionaban con una mezcla
de desconfianza y descalificación. Se aducía, dada la nacionalidad del autor
que, probablemente ese era el rol que Estados Unidos procuraba imponer
a las fuerzas armadas de los países que se ubicaban dentro de su esfera de
influencia. También se tendía a pasar por alto la caracterización que Janowitz
daba al rol policial, asimilándolo a las funciones propias de cualquier policía y
asignándole al término un sentido peyorativo.
Se podría inferir que, frente a esa afirmación, claramente la participación
de las fuerzas militares en operaciones de cooperación internacional,
especialmente las de mantenimiento de la paz, conllevan ese riesgo.
Según Janowitz58, señala Julio, los conceptos que definían este rol,
parten de la tesis que el uso de la fuerza en las relaciones internacionales se
ha modificado tanto que resulta más adecuado hablar de fuerzas policiales
que militares, señalando que:
•
•
•
58
El concepto policial ofrece una continuidad con anteriores experiencias y
tradiciones militares, pero también una base para la adaptación radical de
la profesión. Esta afirmación tendría su sustento en la práctica generalizada
en muchas naciones de acudir al ejército como fuerza de policía antes de
que esta existiera o, después de contar con ella, de emplearlo para imponer
las leyes en situaciones conflictivas.
La institución militar se convierte en una fuerza policial cuando está
continuamente preparada para actuar, comprometida a ejercer un mínimo
de la fuerza y cuando aspira a establecer relaciones internacionales viables
y no se empeña en la victoria. Lo señalado presenta un contraste notable
con lo que habitualmente ha caracterizado a una fuerza militar y no requiere
mayor explicación, pudiendo asimilarse al empleo cada vez más frecuente
de fuerzas militares en subsidio de las policiales, tanto en el ámbito interno
como en el externo.
Ya no resulta viable operar con doble criterio, uno para tiempo de paz
y otro para tiempo de guerra. El concepto de fuerza policial elimina la
distinción entre la institución militar en tiempo de guerra o de tiempo de
paz. Efectivamente, podría decirse que la fuerza policial, por la naturaleza
JANOWITZ, Morris. El Soldado Profesional. Madrid, Ministerio de Defensa, 1990.
110
La ética militar en tiempos de cambio
•
CHILE
de sus funciones, vive permanentemente en tiempo de guerra, sea para
prevenir como para reprimir la delincuencia.
Sin embargo, el soldado profesional se resiste a identificarse con la policía;
el militar tiende a considerar las actividades policiales como menos
prestigiosas y honorables, y dentro de la institución militar la policía militar
tiene un estatus relativamente bajo.
Julio, a partir de Janowitz, nos demuestra en su trabajo, que en
Latinoamérica la prensa nos informa a diario de la participación de fuerzas
militares en actividades propias de la policía o empleando sus procedimientos.
Por otra parte, una de las actividades donde más se ha incrementado la
participación de fuerzas militares de Latinoamérica en los últimos años, ha sido
en el ámbito de las Operaciones de Paz, donde incluso las que corresponden
a Capítulo VII o Imposición de la Paz se rigen por parámetros muy similares a
los procedimientos policiales y en funciones fundamentalmente relacionadas
con el orden interno de los países donde están desplegadas.
Siguiendo esa línea y en concordancia con las políticas de Defensa y
de participación en Operaciones de Paz vigentes de Chile, nuestro país se
encuentra formando parte de las fuerzas que se encuentran en Haití. En ese
contexto, el Ejército que considera a la cooperación internacional como una
de sus áreas estratégicas59, cuenta con medios importantes desplegados en
conjunto con sus instituciones hermanas en ese país.
Respecto al empleo de fuerzas militares en subsidio de las policiales
para combatir el crimen organizado, Brasil parece presentar una situación
donde el gobierno ya ha recurrido repetidamente a este recurso extremo.
Asimismo, en México parte importante de las fuerzas armadas, en particular el
Ejército y la Armada, se encuentran empeñadas en la lucha contra los carteles
de la droga y el combate a la delincuencia organizada.
Otros países, como Uruguay, mantienen importantes medios desplegados en operaciones de paz en el mundo.
Ante estos hechos, donde hoy se debate sobre la integración de las
fuerzas armadas para actuar en situaciones de alteración del orden interior, como
se explicita en los párrafos anteriores, y con ejemplo más claro y reciente del uso
de fuerzas del Ejército de Brasil para brindar mayor seguridad durante el reciente
59
EJÉRCITO DE CHILE, op. cit., 2006, p. 36.
111
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Campeonato Mundial de Fútbol, nos lleva a la reflexión sobre las misiones y
funciones propias de la profesión militar, que están sustentadas por todo el
conjunto de valores y virtudes, de las cuales hemos hablado latamente a través
de este trabajo, orientados fundamentalmente hacia la defensa de la patria.
En ese sentido se podría estar de acuerdo con Janowitz cuando señala
que es probable que el soldado profesional resista identificarse con la policía,
y que no cabe duda que una persona que por vocación decida ser militar,
probablemente no se sienta motivado a cumplir funciones de carácter policial.
De igual forma, el Ejército español da cuenta de esta situación cuando
señala en el documento “Refuerzo de la Profesionalidad Militar del Soldado”,
dentro del párrafo sobre las Nuevas Misiones, que “la estructura diseñada
con el Plan Norte responde a una concepción nueva del Ejército, basada en la
defensa de los intereses nacionales allá donde se encuentren, así como en los
compromisos con nuestros aliados. Probablemente surgirán nuevas misiones
añadidas a las ya tradicionales de autodefensa, las que estarán determinadas
por las siguientes características:
•
•
•
•
Mayor internacionalidad de las mismas.
Empleo de la mínima fuerza necesaria.
No necesariamente de carácter bélico.
Previsible y mayoritariamente actuaciones fuera del territorio Nacional”60.
Por ello el Ejército español establece una serie de medidas y que
precisamente apuntan a superar estas falencias mediante el documento que
se ha citado anteriormente y otras tendientes a la profesionalización de la
fuerza y poder fortalecer al soldado.
En cuanto a las operaciones de paz, es importante resaltar uno de los
estudios que Malamud61 cita en su artículo, en cuanto a la motivación profesional
para participar en estas operaciones, señalando como ejemplo de esta
perspectiva, que el análisis de caso de las motivaciones de los soldados italianos
que participaron en las misiones de paz y humanitarias en Albania y Somalia, por
Fabrizio Battistelli62, dio como resultado una serie de nociones esquematizadas
60
EJÉRCITO DE TIERRA ESPAÑOL: op. cit., p. 4.
61
MALAMUD, op. cit., 2013, p. 92.
62
JUVAN, Jelena y VUGA, Janja. What Motivates Slovenian “Peacekeepers”? International
Peacekeeping. Vol. 18 (1): pp. 96-109. Febrero 2011.
112
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
en premodernas (vinculado al compromiso normativo); modernas (compromiso
instrumental) y posmodernas (nuevas experiencias y el deseo de aventura). Como
resultado, se destacan fundamentalmente aquellas vinculadas a las motivaciones
utilitarias como “adquirir capacidades y conocimientos útiles”; “hacer uso del
propio conocimiento y entrenamiento como militar”; “mejorar el conocimiento
de otros lenguajes”; “ganar dinero extra”; y “mejorar la imagen de su país en el
exterior”; entre los conceptos posmodernos aparecen “evitar la rutina en casa”;
“aprender a manejar problemas y situaciones de estrés”; “experimentar algo
vivificante” y “familiarizarse con otros países y culturas”.
Utilizando este estudio como modelo, las especialistas de la Universidad
de Ljubljana de Eslovenia, Jelena Juvan y Janja Vuga63 observan los resultados
de una muestra de 3.062 militares que participaron en Bosnia y Herzegovina,
y Kosovo. Sobre el total de los contingentes, un 17.7% de los encuestados
fueron suboficiales, 75.7% soldados y 6.6% oficiales; en un 96% hombres,
principalmente de entre 26 y 30 años (42%) siendo la segunda franja etaria
más importante entre 18 y 25 años (29%).
Una cuestión a destacar aquí es que se consideró la actitud presentada
hacia las operaciones de paz (OPAZ) antes y después del despliegue.
Estableciendo que un 70% de quienes no habían participado nunca en una
misión tenían una actitud positiva. El restante 30% había estado desplegado
previamente y presentó una visión negativa sobre estas operaciones. En
cuanto a las motivaciones principales se destacaron, al igual que en Italia,
las del tipo “modernas”. Entre ellas “adquirir capacidades militares y civiles”,
“ganar dinero extra” y “lograr un impacto favorable en la propia carrera”64.
Como reflexión general es interesante hacer notar que, a pesar de las
diferencias en los resultados que pueden aparecer según como sea elegida la
muestra, el momento histórico del país en que se hizo la encuesta, y si se hizo
antes o después del despliegue o a quienes no han participado aún, parecieran
haber puntos de contacto en cuanto a las motivaciones instrumentales en
ambos casos.
Del trabajo presentado por Malamud y su recopilación de antecedentes,
se podría inferir que las motivaciones de los soldados, oficiales y suboficiales
bajo determinadas circunstancias operativas, es un campo de trabajo que
63
MALAMUD, op. cit., 2013, p. 92.
64
Ibid., p. 93.
113
La Ética del Soldado del Siglo XXI
aunque más inmediato en su alcance y menos generalizable, permite de todas
maneras tener el pulso de los incentivos y actitudes positivas o negativas sobre
las tareas, condiciones y expectativas y que es necesario abordar, debido a la
tendencia de participación en este tipo de operaciones.
Como conclusión general, la presentación de los resultados de las
investigaciones en los distintos países realizadas en la última década, muestra que
uno de los debates principales en las fuerzas armadas, actualmente, es el balance
en la ética marcial vinculada al rol primordial de la actividad y la ética multicultural
introducida por las misiones subsidiarias como son las operaciones de no guerra.
Al mismo tiempo, en cuanto a las motivaciones individuales, se puede marcar un
posible debate entre el compromiso social amplio y el instrumentalismo65.
De ello podemos concluir que en el ámbito de las operaciones distintas
a la guerra, particularmente aquellas de mantenimiento de la paz, hay una
clara contradicción entre los valores y virtudes de soldados preparados para
el conflicto armado en defensa de la patria, y estas nuevas situaciones, que no
obstante estar consideradas, ahora como parte de las funciones de la profesión
militar, representan un tremendo desafío para la conducción de las fuerzas
armadas, dentro del marco ético, valórico y moral propio de instituciones que
tienen una misión trascendente en relación con la defensa de su país.
La incorporación de las misiones de no guerra como las OPAZ, tal
cual se ha mencionado, abre un signo de pregunta sobre la reflexión en
torno a la existencia de nuevas consideraciones respecto de la cultura militar
contemporánea en virtud del ejercicio sistemático de estas funciones. La
respuesta a este interrogante depende de cómo se considera la incorporación
de las OPAZ dentro de la organización militar de cada país. En algunos casos
se puede plantear que ocupa un lugar subsidiario no solamente en términos
normativos sino también operativos; en consecuencia, se podrá plantear que
no existe péndulo entre nociones típicamente marciales y el multiculturalismo.
En otros casos, dice Malamud, y según la percepción subjetiva de quien observe
estas funciones, puede puntualizar la existencia de un perfil profesional atado
a las premisas identificadas con el peacekeeper66.
65
Ibid.
66
Ibid., p. 96.
114
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
A lo anterior habría que agregar lo establecido en la resolución 1325 de
la ONU67. Ella llama a todos los países a permitir una mayor representación
de las mujeres en todos los niveles. El Secretario General de las Naciones
Unidas Kofi Annan pidió aumentar la participación de las mujeres en la toma
de decisiones en los niveles de resolución de conflicto y el proceso de paz,
designar a más mujeres como “Representantes Especiales” y ampliar su papel
en las operaciones de mantenimiento de la paz, especialmente entre los
observadores militares, policía, derechos humanos y el personal humanitario.
“Además expresa su voluntad de incorporar una perspectiva de género
en las operaciones de mantenimiento de la paz, e insta al Secretario General
a que vele porque, cuando proceda, las operaciones sobre el terreno incluyan
un componente de género”68.
Ello influirá en los contingentes masculinos en el cumplimiento de
misiones de OPAZ, ya que de no mediar un adiestramiento especial en
materias de género y de reforzamiento de valores y virtudes, así como de ética
y moral, pueden presentarse situaciones que hagan difícil el comportamiento
habitual entre hombres y mujeres, así como posibles casos de discriminación
en desmedro de lo que los soldados creen son sus derechos. En ese sentido,
valores tales como espíritu de cuerpo, trabajo en equipo y liderazgo adquieren
un papel fundamental en la solución a estos probables problemas69.
Concordando con lo expresado por Humberto Julio anteriormente,
quien establece70 que aun cuando Janowitz consideraba también como parte
de la función policial otras misiones, como las relacionadas con los controles
para asegurar la observancia de diversos tratados de limitación de armas,
pareciera que su visión ha resultado profética toda vez que, en mayor o menor
medida, las fuerzas armadas se han ido involucrando en misiones que se
alejan del enfoque tradicional de la defensa lo que ha implicado redefinir las
exigencias de la profesión, y con ello su ética, moral y valores, tal como lo
demuestra Malamud cuando cita el estudio de Batistelli.
67
ONU: “Resolución 1325 (2000”) Aprobada por el Consejo de Seguridad en su sesión 4213ª,
celebrada el 31 de octubre de 2000.
68
Ibid., p. 2.
69
Al respecto se recomienda leer: CASTRILLÓN, Liliana y VON CHRISMAR, Pía: “Mujer y fuerzas
armadas en el contexto sudamericano, una visión desde Chile”, Revista ESD, Depto. de
Investigación de la ANEPE, N° 2, Santiago, 2013. pp. 91-116.
70
JULIO, op. cit., p. 4.
115
La Ética del Soldado del Siglo XXI
No obstante que el tema central de este trabajo es la visión sobre los
valores y virtudes en el caso chileno, los adelantos de la tecnología militar
que afecta directamente a la ética y la moral en la guerra, así como en los
soldados del futuro, es que he decidido considerar dentro de los factores que
influirán en el cultivo de los valores y virtudes de las fuerzas militares el uso de
la robótica y, particularmente, de los aviones no tripulados y cómo su empleo
en misiones de reconocimiento y combate ya está creando un fuerte debate
académico, político y también militar.
Chile y otros países de la región ya están usando muchos de estos
ingenios, pero aún no se visualiza su empleo con fines coactivos, como ya
sucede en otras partes del mundo. Por ello esta parte, junto con describir lo que
está sucediendo con estos sistemas de armas autónomos y semiautónomos
pretende ilustrar sobre su operación, ciertas capacidades y las discusión sobre
la moralidad de su empleo así como las falencias que se observan en las leyes
de la guerra o en el Derecho Internacional.
LA ROBÓTICA, LOS INGENIOS ELECTRÓNICOS Y LOS DESAFÍOS ÉTICOS Y MORALES
QUE IMPLICAN SUS APLICACIONES EN EL ÁMBITO DE LA DEFENSA71
La llegada de los “drones” o aviones no tripulados (UAV por sus siglas
en inglés “unmanned aerial vehicle”) al teatro de guerra en los últimos años,
que podría ampliarse con exoesqueletos o retinas artificiales, da cuenta que en
el futuro cercano la tecnología dominará mucho más aún el campo de batalla
con sistemas de armas autónomos con poca o sin intervención humana.
El miércoles 10 de julio de 2013 el mundo pudo ver cómo el ala delta,
invisible a los radares, del avión no tripulado (UAV) X-47B, de Northrop
Grumman, despegaba y aterrizaba en el portaaviones estadounidense de la
clase Nimitz, USS George H. W. Bush, de manera autónoma, escenificando el
primer paso para que el país pueda vigilar y bombardear objetivos en todo
el globo de manera casi robótica antes del año 2020. El X-47B es uno de los
drones más avanzados a la fecha creado por el gigante Northrop Grumman
para combatir en el aire sin tripulación. Se estima que con esa demostración
71
SOTO Silva, Julio: “La robótica, los ingenios electrónicos y los desafíos éticos y morales que
implican sus aplicaciones en el ámbito de la defensa“. Columna de Opinión www.anepe.cl 29 de
julio de 2013. Disponible en: http://www.anepe.cl/category/opinion/page/5/, recuperado el 29
de julio de 2014. (Este apartado es un extracto de la columna de opinión del autor).
116
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
deja en evidencia que el próximo paso previo serán los aviones de combate
autónomos, es decir, sin piloto dentro ni remoto.
De hecho en esas pruebas, se completaron exitosamente otras exigencias,
propias de la operación desde un portaaviones, tales como, muchos aterrizajes,
operaciones en la cubierta de vuelo, lanzamiento con las catapultas de vapor,
reabastecimiento, incluso teniendo la capacidad para reabastecerse en el aire.
Esta exhibición a juicio de una fuente autorizada de la US Navy, “demuestra la
madurez adquirida por las tecnologías críticas para operaciones en el ambiente
de una fuerza de tareas de portaaviones, estableciendo el escenario apropiado
para que la Aviación Naval ilumine el rumbo para la ejecución de operaciones
de combate desde portaaviones en forma relevante y predominante”72.
Esta realidad, sin lugar a dudas, plantea tremendos desafíos éticos y
morales para los futuros comandantes y operadores/pilotos de artefactos
como robots y los ya conocidos UAV, que están siendo usados en diferentes
escenarios de conflictos bélicos en casi todo el mundo.
Sin ir más lejos, el ejército estadounidense está desarrollando una serie de
planes para integrar en forma más profunda los UAV en la estructura de su fuerza,
incluyendo la expansión de un nuevo tipo de Brigada de Aviación de Combate o
(CAB o “Combat Air Brigade”) diseñada sobre la base de la integración de UAV
con medios convencionales de aeronaves de combate pilotadas, o ¿deberíamos
ya empezar a acostumbrarnos a decir “con un piloto humano a bordo”? De hecho,
de acuerdo a fuentes oficiales del ejército estadounidense, se están estudiando
los informes sobre el desempeño de la 101ª Brigada de Aviación de Combate
(101st.CAB) que es la primera de full espectro en Afganistán, que operará
helicópteros piloteados junto al RQ-7 Shadow UAV, incluidos en su escuadrón de
reconocimiento, y a los UAV MQ-1 Gray Eagle, que es un elemento esencial del
Plan de Modernización de la Aviación del Ejército. Este último UAV, desarrollado
por la General Atomics Aeronautical Systems (GA-ASI), es un derivado innovativo
y tecnológicamente avanzado del modelo Predator ya probado en combate73.
Ello, junto al probable uso de robots en el futuro, trae cuestiones morales y
éticas que hay que atender. ¿Será posible mantener el control de los “cerebros”
de estos ingenios sin que ellos puedan desarrollar una inteligencia artificial (IA)
que los capacite de un momento a otro, para tomar sus propias decisiones?
72
Ibid., p. 2.
73
IHS Jane’s Defence Weekly, Vol 50, Issue 23.
117
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Algunos recordarán al computador HAL 9000 (proveniente de las siglas
en Inglés “Heuristically programmed Algorithmic computer”) que controlaba la
nave en misión a Júpiter en el clásico “2001 Odisea del Espacio”. HAL desarrolla
tanta inteligencia (lo que hoy conocemos como “Inteligencia Artificial” o IA),
que pasa a ser infalible y hace aflorar una inusitada conducta egocéntrica,
desafiando a la mente humana de los tripulantes, cambiando y alterando todo
el sistema de la nave con siniestros propósitos. A pesar de ser una fantasía, nos
sirve de ejemplo para tener una visión sobre el posible mal uso de la IA.
Hoy no es difícil que con el desarrollo alcanzado en el campo de la
Inteligencia Artificial (IA) puedan ocurrir casos semejantes, por ello es que existe
el desafío para los científicos en el campo de la Investigación y Desarrollo,
que busquen las fórmulas, para que ingenios electrónicos y/o robóticos,
diseñados para ayudar al ser humano, tengan incorporados ciertos módulos de
carácter ético y moral, para evitar que ellos, en el desarrollo de la IA, puedan
eventualmente transformarse en un peligro para sus dueños u operadores.
Pero el debate sobre cómo controlar a estos ingenios electrónicos y
cómo hacerlos amigables, sin riesgo de que puedan desarrollar un alto nivel de
IA que les permita razonar y actuar en contra de lo que se les ha programado,
está abierto. De igual forma, la cuestión de hasta qué punto es ético y moral
producir ingenios de este tipo que vaya, por ejemplo, a combatir contra otros
adversarios, incluso humanos, en un campo de batalla del futuro cercano es
otra cuestión que debe buscar basamentos éticos y morales sólidos que la
respalden, y que a la fecha, al menos en forma pública, no se conocen.
Hoy día, a esta hora, Rapers, Global Hawks, Predators, Gray Eagle y otros
UAV o drones más pequeños sobrevuelan los espacios aéreos, operando en
diferentes tareas y configuraciones, desde el apoyo a la agronomía, minería,
prevención de incendios forestales, pasando por el control de fronteras
“calientes” para controlar el tráfico ilegal de personas, el narcotráfico y otros
delitos asociados al crimen internacional, hasta su uso en el campo de batalla,
como elementos de reconocimiento, de ataque y de destrucción selectiva de
blancos y objetivos muy sensibles de los adversarios, incluso se ha acuñado
el verbo inglés “to drone”, que en español vendría a hacer más o menos
“atacar o destruir mediante un drone” o más fácil o creando una nueva palabra
“dronizar”74.
74
Nota del autor.
118
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
Los drones destacan por su capacidad de vigilancia y relativo bajo
costo. Sin embargo, los UAV más sofisticados son militares y pueden llegar a
costar millones; máquinas de guerra que antes eran controladas a distancia y
hoy son robots autónomos con capacidad de decisión, tal como lo demostró
recientemente el X-47B, que ya no necesita tener un piloto a distancia sentado
detrás de un joystick y una serie de pantallas, pues es totalmente autónomo.
De hecho en la última prueba de aterrizaje en la bahía de Baltimore, el propio
UAV decidió no aterrizar en la cubierta del portaviones, ya que se autodetectó
un problema en uno de sus sistemas y regresó a la Base Naval de Patuxent
River, desde donde había despegado.
Lo precedentemente expuesto nos indica claramente que estamos
viviendo tiempos para debatir acerca de ingenios robóticos y electrónicos que
decidirán quién vive y quién muere en el campo de batalla, en obediencia al
rigor matemático de la inteligencia artificial.
El desarrollo del X-47B marca el cambio de paradigma en la forma de
combatir, una variación que tiene repercusiones y consecuencias de gran
alcance e inimaginables. Junto con la habilidad del drone de volar en forma
autónoma dirigido por computadores que lleva a bordo, podría también
indicarnos el umbral a una era donde la muerte y destrucción pueden ser
resueltas por máquinas que operan casi independientemente.
No obstante que seres humanos programarán, por ejemplo, el plan
de vuelo de un UAV, y pueden eventualmente anularlo, la sola idea de ver a
un UAV fuertemente armado volando sin control del ser humano, inquieta a
muchos, sobre todo por el gran aumento de uso de estos aparatos. Los UAV,
pilotados remotamente, se han convertido en una de las armas principales de
la CIA y de las fuerzas armadas estadounidenses en sus campañas contra los
terroristas en el Medio Oriente. El Pentágono ha aumentado su inventario de
un puñado de drones que poseía antes del 11 de septiembre de 2001 a cerca
de 11.000 UAV, casi un tercio de todos sus aviones.
Todas las instituciones de las fuerzas armadas estadounidenses avanzan
hacia una mayor automatización en sus sistemas robóticos. Submarinos robot
navegarán un día en aguas enemigas, y tanques automatizados se enfrentarán
en combate con soldados en el futuro campo de batalla.
Esto permitirá desplegar menos medios estadounidenses en otros países,
logrando mayor seguridad nacional a un costo mucho menor, y lo más importante,
reduciendo drásticamente las bajas, tal como lo señala Simon Ramo en su libro
“Let Robots do the Dying” (“Dejen que los robots sean los que maten”).
119
La Ética del Soldado del Siglo XXI
En un informe de la USAF, sobre el uso futuro de drones, titulado
“Unmanned Aircraft Systems Flight Plan 2009-2047” (Plan 2009 -2047 Para el
vuelo de Sistemas aéreos no tripulados”) se señala que los drones autónomos
son elementos claves para reducir potencialmente costos, huella electrónica
avanzada y riesgos75, agregando que la visión de la USAF postula poseer
sistemas sin piloto (UAV) cada vez más automatizados, modulares, conectados
globalmente, sostenibles y multimisión, que resultará en una fuerza área más
liviana, más adaptable y eficiente, que maximice la contribución de la USAF a
las fuerzas conjuntas76. Tal como un maestro de ajedrez, rápidamente derrota a
un ajedrecista promedio, en el futuro, los drones serán capaces de reaccionar
mucho más rápido que lo que nunca podrá hacerlo un piloto humano.
De ahí surge el dilema, particularmente en los Estados Unidos, con la
cuestión de cuánto grado de control del campo de batalla, en este caso, están
dispuestos a entregárselos a los computadores.
De hecho, dentro de los diez supuestos que detalla este plan, para los
propósitos de este trabajo podemos mencionar:
•
•
•
El aumento de sistemas tripulados y no tripulados aumenta la capacidad en
todo el rango del espectro de las operaciones militares en el combate conjunto.
Los UAV se imponen cuando la fisiología humana limita la ejecución de
ciertas misiones, tales como persistencia, velocidad de reacción, ambiente
contaminado, etc.
El alcance, precisión y letalidad de las operaciones de combate del año 2047
necesitará un “sistema de sistemas” no tripulado, para mitigar el riesgo de
la misión y de las fuerzas y entregar una respuesta rápida de ejecución en la
línea de la percepción y la acción77.
No existe a la fecha en las fuerzas armadas estadounidenses –al
menos en el futuro cercano– voluntad para entregar la responsabilidad de
matar al X-47B u otro UAV autónomo, a pesar de que en el informe aludido
anteriormente, la USAF señala que solo es cuestión de tiempo, para que
ellos tengan la capacidad para decidir sobre la vida o la muerte mientras
75
USAF: “Unmanned Aircraft Systems Flight Plan 2009-2047”. Headquarters, United States Air
Force,Washington DC. 18 mayo 2009.
76
Ibid., p. 3.
77
Ibid., p. 14.
120
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
sobrevuelan el campo de batalla, no obstante que aún esos UAV tendrían un
monitoreo humano por parte de pilotos.
Con ello se podría decir que estamos en un mundo diferente al de
pocos años atrás, ya que hemos entrado al dominio de la ciencia ficción de
muchas maneras, por lo que se hace necesario que en la medida que aparezca
nueva tecnología, deben fijarse nuevas reglas y leyes, y eso sería un gran paso.
La primera pregunta que habría que responderse podría plantearse así:
ante el surgimiento y empleo de UAV o drones sin piloto, o autónomos, ¿quién
es entonces el responsable de su juicio ante la vida y la muerte?
Noel Sharkey, científico en computación y experto en robótica nos señala
que es difícil definir responsabilidades en un armamento de características
robóticas y apunta que, por ello las “acciones letales deben tener una línea de
responsabilidad muy clara”. El robot no puede ser definido como responsable
de sus acciones aunque haya desarrollado su IA. Entonces, ¿quién es? ¿Es el
comandante que dispuso su utilización? ¿El político que autorizó su uso? ¿El
proceso de adquisiciones militares que lo seleccionó y adquirió? ¿O finalmente
la empresa que lo fabricó que puede aducir “fallas en el material”?78.
Junto a Sharkey, hay otros que creen que los robots autónomos van a
forzar el tipo de diálogo que, por ejemplo, se generó después del uso del
gas mostaza en la I GM así como el desarrollo de armas nucleares. De hecho
el Comité Internacional de la Cruz Roja ya se encuentra estudiando esta
situación. Tal como lo señala Héctor López Arestegui en su trabajo “La guerra
justa y los UAV: ética y legalidad de su empleo”79, el Comisionado Especial
de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Philip Alston, apunta en
su informe a la Asamblea General sobre ejecuciones sumarias, extrajudiciales
y arbitrarias que “el uso de los drones (UAV) para asesinatos selectivos es
controvertido y, según algunos especialistas, prohibido por las normas del
derecho internacional humanitario pues originan –o tienen la capacidad de
provocar– el asesinato de civiles en la vecindad del sujeto blanco del ataque”80.
78
HENNIGAN, W.J.: “New drone has no pilot anywhere, so who’s accountable?” Los Ángeles
Times http://articles.latimes.com/2012/jan/26/business/la-fi-auto-drone-20120126, recuperado
el 25 de julio de 2014.
79
LÓPEZ Arestegui, Héctor: “La guerra justa y los UAV: ética y legalidad de su empleo.” paper
https://www.academia.edu/5025647/La_guerra_justa_y_los_UAV_etica_y_legalidad_de_su_
empleo, recuperado el 28 de julio de 2014.
80
ALSTON, Philip (2010, 28 de mayo):”Reporte del Comisionado Especial sobre ejecuciones
extrajudiciales, sumarias o arbitrarias. Estudio sobre los asesinatos selectivos”. Asamblea General
121
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Tal y como lo advierte el mayor general (r) Charles J. Dunlap (1950), ex
Auditor Adjunto de la Procuraduría General de la Fuerza Aérea de los Estados
Unidos y actual Director Ejecutivo del Centro de Estudios Jurídicos, Éticos y de
Seguridad Nacional de la Universidad de Duke, “todas las leyes, en especial
las leyes del conflicto armado, involucran necesariamente una subjetividad
implícita en el razonamiento humano que puede ser problemática para la
mentalidad técnica acostumbrada a la precisión de su actividad académica”81.
López, citando a Singer, expresa que lo acotado hasta el momento sobre
el despliegue de UAV armados genera temores en muchos especialistas sobre
la ruptura de los fundamentos de la legalidad internacional y de los principios
del sistema democrático82. Un Estado que autoriza el quebrantamiento del
principio de igualdad de los combatientes –origen de las restricciones de su
conducta en el campo de batalla83– rompe con más de centuria y media de
progreso de las normas sobre la conducción de la guerra.
Con ello podemos apreciar que la preocupación más importante en
relación al empleo de los UAV, es el marco regulatorio de carácter legal que se
suma a la ética y moralidad de su empleo, fundamentalmente, por la dinámica
de su funcionamiento, tanto en la legislación interna de los países como en el
Derecho Internacional84.
de las Naciones Unidas. http://www2.ohchr.org/english/bodies/hrcouncil/docs/14session/A.
HRC.14.24.Add6.pdf. Citado por Héctor López.
81
DUNLAP, Charles J. Jr. “Perspectives for Cyber Strategists on Law for Cyberwar”, 5 STRATEGIC
STUD. Q. 81, 82 (2011). Citado por Héctor López, p. 2.
82
SINGER, Peter “Do drones undermine democracy?”. The New York Times, 21 de enero de 2012,
citado por Héctor López, p. 2.
83
HERNÁNDEZ Maura, Santiago. “El asesinato del sheik Ahmed Yassin, ¿Acto de Guerra o
ejecución extrajudicial?”. Expreso 3 de abril de 2004, citado por Héctor López, p. 2.
84
LASEGUNDA.CL:”117 países debaten sobre los “robots asesinos” y su utilización cada vez
mayor. Se trata de las denominadas “armas completamente autónomas,” entre las cuales las
más conocidos son los aviones no pilotados (“drones”), pero que también pueden ser terrestres
y marinas, bajo formas muy diversas.
Ginebra.- El primer debate internacional entre gobiernos sobre el rol de los “robots asesinos”
y su utilización cada vez mayor empezó hoy en Ginebra, donde organizaciones civiles han
denunciado que las autoridades transfieren la decisión de matar a las máquinas.
Se trata de las denominadas -en lenguaje formal- “armas completamente autónomas,” entre las
cuales las más conocidos son los aviones no pilotados (“drones”), pero que también pueden ser
terrestres y marinas, bajo formas muy diversas.
Los 117 países firmantes de la Convención de las Naciones Unidas para la Prohibición de Armas
Inhumanas iniciaron hoy –hasta el viernes– la primera discusión sobre el impacto de este nuevo
tipo de armas, que existen desde hace tres décadas, pero cuya utilización se ha expandido en la
última, tanto para operaciones militares como de mantenimiento del orden.
122
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
Por otra parte los especialistas militares y en el Capitolio en este tipo
de armamento, reconocen que los legisladores deben discutir y enfrentar los
problemas éticos mucho antes que los UAV autónomos y letales entren en
servicio, que puede que esté tan cercano como en una década o un poco
más85.
Ello entonces nos debe señalar que deberán desarrollarse, a lo menos,
los siguientes esfuerzos para su control:
Al no existir una regulación internacional en la materia se carece de cifras globales sobre cuántas
unidades de “robots asesinos” hay en funcionamiento, pero sí existen datos fiables por países
y que presentan a Estados Unidos y China como algunos de sus principales productores y
consumidores.
EE.UU. es el líder en la robótica militar y tiene desplazados unos 11.000 vehículos aéreos no
pilotados y 12.000 robots terrestre, mientras que otros países, como China, Israel, Taiwán, Corea
del Sur, Reino Unido y Rusia, también producen este tipo de armamento.
Las proyecciones indican que se trata de un ámbito en plena expansión y en el que llegarán a
gastarse 7.500 millones de dólares en 2018, frente a 5.600 millones de dólares en 2012, según la
firma de investigación Global Industry Analysts.
Los tipos de “robots de combate” que se desarrollarán incluirán los que tendrán por misión
desactivar o hacer explotar bombas, vehículos submarinos para la vigilancia, y otros que pueden
transportar equipos en tierra, siempre de forma autónoma, sin presencia humana.
Las posibilidades de aplicación de la robótica en el terreno de la seguridad son muy amplias,
como también lo muestra el caso de Israel, que produce un vehículo terrestre autónomo que
patrulla sus fronteras y detiene eventuales infiltraciones.
Organizaciones defensoras de derechos humanos consideran que el uso no regulado a nivel
internacional de esa tecnología es una amenaza directa para los derechos fundamentales,
independientemente de su utilización en periodo de guerra o como herramienta en manos de
servicios del orden.
“
Los gobiernos deben rechazar las armas totalmente autónomas para cualquier propósito y
prohibirlas preventivamente ahora, antes de que sea demasiado tarde,” declaró un responsable
de la ONG Human Rights Watch, una de las entidades civiles que más trabaja en esta temática.
Las entidades civiles y otras que se oponen a los robots de combate defienden la adopción de
una legislación internacional que las prohíba totalmente, lo que muchos expertos consideran
improbable dada las fuertes inversiones que ya se han realizado en esta área”.
Asimismo, se teme que al ser totalmente autónomas, estos robots sean propensos a matar a
gente de forma ilegal debido a que no pueden ser programados para manejar cada situación.
Al inaugurar la reunión de expertos de hoy en la sede de la ONU en Ginebra, el director de esta
institución, Michael Moller, pidió a los delegados que actúen de manera responsable y con un
enfoque preventivo.
“
Demasiado frecuentemente, el derecho internacional solo responde a las atrocidades y al
sufrimiento una vez que estos han ocurrido. Ustedes tienen la oportunidad de tomar acciones
preventivas y asegurarse de que la última decisión para terminar con una vida está bajo control
humano,” señaló.
EFE martes, 13 de mayo de 2014. www.lasegunda.cl, Recuperada el 13 de mayo de 2014.
85
HENNIGAN, op. cit. 2012.
123
La Ética del Soldado del Siglo XXI
•
•
•
Ingenios electrónicos que puedan incrustar dentro de estos aparatos
controladores de carácter ético.
Un macizo cuerpo de normas legales que regule el empleo de ellos tanto
en el campo de batalla como en otras aplicaciones donde puedan usarse
como arma letal.
Un sistema de control que permita ingresar al cerebro del robot y denegar
acciones no deseadas para evitar encontrarnos con otro
“HAL”.
Acá, junto con el problema ético enunciado anteriormente, como
sería el envío de ingenios no tripulados a combatir en reemplazo de fuerzas
convencionales, lo que permitiría que se “economicen vidas humanas” de los
soldados o pilotos trae aparejado, por otra parte, otro problema moral y ético
que afecta a los operadores o “pilotos” a distancia de estos drones o UAV.
Efectivamente, hoy día cientos de drones son dirigidos desde
instalaciones militares secretas en Maryland, Nevada o Virginia, las que
operan en una intrincada red que une tomadores de decisiones, fuentes de
inteligencia, controles satelitales, y las unidades donde se encuentran, frente
a sus consolas, pilotos, asistentes y comandantes decidiendo qué hacer, de
acuerdo a las directivas del momento y los blancos por reconocer o abatir.
Cada día un equipo de experimentados pilotos de la Fuerza Aérea inicia
largas jornadas piloteando sus UAV desplegados al otro lado del océano, en zonas
de combate o de reconocimiento especial y estratégico. Más de alguno de ellos
tienen una misión no muy agradable: detectar un líder terrorista, y luego perseguirlo
desde el aire, a miles de kilómetros de distancia, hasta conocer exactamente su
rutina. Esta situación conlleva que ese piloto, a lo mejor acostumbrado a disparar
su armamento “stand off” o sea lejos del blanco y protegido de la aviación o las
armas antiaéreas del adversario, sin entrar en contacto directo ni menos visual con
su adversario, hoy entra en contacto diariamente con su blanco, cómodamente
desde su sillón frente a las consolas de control –cual joven frente a una consola
de videojuegos– conoce así, a través de los ojos del UAV que está pilotando,
el lugar donde vive, su familia, sus niños, sus mascotas, sus amigos. Sabe a qué
hora sale de casa, cuando va a hacer compras, cuando comparte con su familia,
cuando juega con sus hijos, cuando y con qué frecuencia se reúne con sus amigos
y cuando se dirige a reuniones con sus equipos de trabajo o combate. Reúne esa
rutina, y la sigue día y noche mientras, por otro lado, recibe inteligencia desde
el campo de batalla relacionada con la importancia de ese líder adversario, su
unidad, sus acciones y sus probables acciones futuras. Posteriormente le llega la
124
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
orden de ejecución, y debe elegir el momento más adecuado para hacerlo dentro
de los límites de tiempo que le han impuesto, ubicar el terreno para evitar el daño
colateral y cuando se encuentre con menos personas alrededor, normalmente
en un vehículo en un área desolada. Todo, con la carga emocional de “haberse
metido en la vida” de ese líder, al que debe eliminar. No es entonces para ese
piloto fácil disparar. La carga emocional, moral y sicológica dista mucho de ser
liviana, requieren entonces un fuerte apoyo moral, religioso y sicológico para
poder sobrellevar el peso que esas misiones implican.
Podemos entonces, usando el trabajo de Héctor López, dar cuenta de
los aspectos morales y éticos del uso de esta arma siguiendo parte de su
trabajo.
El aspecto ético: necesidad y causa justa86
Bradley Strawser87, analista de defensa y profesor adjunto de Filosofía de
la Escuela Naval de Postgraduados de Monterey, California, cree que en ciertas
situaciones el empleo de UAV armados es éticamente obligatorio. Se sustenta
en dos principios morales estructurales: el Principio de Riesgo Innecesario (PRI)
y el Principio de Derroche Innecesario de Recursos Escasos (PDIRE). El PRI es
un imperativo moral que obliga al individuo con autoridad, a no exponer a
sus subordinados a riesgos potencialmente letales e innecesarios para llevar
a cabo una acción justa en nombre de una causa de la misma calidad. En caso
que deba incurrirse en una situación peligrosa, esta debe justificarse por una
razón fundamentada. El PDIRE es la obligación de gastar la menor cantidad
de recursos comunes y escasos para la consecución de una empresa militar.
Ambos principios permiten que el Estado cuente con sistemas de armas de
control remoto en misiones de combate tenga la obligación ética de hacerlo.
Su empleo es parte de un justificado esfuerzo de guerra que cumple con los
criterios del jus in bello y del jus ad bellum.
86
Para poder investigar más sobre la ética moral y uso de UAV, sugiero revisar: STRAWSER,
Bradley Jay (2010): Moral Predators: The Duty To Employ Uninhabited Aerial Vehicles, Journal of
Military Ethics, 9:4, 342-368 http://dx.doi.org/10.1080/15027570.2010.536403 Uninhabited Aerial
Vehicles, recuperado el 29 de julio de 2014.
87
STRAWSER, Bradley Jay (2010): “Moral Predators: The Duty to Employ Uninhitated Aerial
Vehicle”. Journal of Military Ethics, 9:4, 342 – 368 http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/
15027570.2010.536403 Citado por Héctor López, p. 5.
125
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Strawser afirma que la doctrina de igualdad moral de combatientes
(MEC) por sus siglas en inglés de “Moral Equity of Combatants” no existe y
propone un nuevo sistema de categorización de las partes en conflicto basado
en una escala de responsabilidad y/o involucramiento del adversario.
Esta nueva escala permitirá el estudio y redacción de Reglas de
Enfrentamiento (ROE) que correspondan al nivel de amenaza que realmente
representa el adversario88. En el punto específico de la utilización de vehículos
tripulados armados en el campo de batalla responde a las objeciones o
argumentaciones (en negrita y cursiva) que le formulan sus detractores en los
siguientes términos:
1.
2.
3.
Es innoble e injusto matar a otro con medios tan dispares. “No veo el
problema ético en la materia. Lo que me interesa es que la causa sea justa.
Si los objetivos de la operación están justificados y se tiene el derecho de
actuar, la asimetría no existirá. La cuestión se reduce a una situación de
provecho y no de moral”.
El uso de UAV armados degrada el concepto tradicional de valor militar.
“Esta es una preocupación común a la opinión pública tanto como al
personal militar. Lo reconozco como un problema y he tenido la oportunidad
de conversar con los pilotos/operadores de estos vehículos… Muchos de
ellos tienen PTSD89. Piense lo que implica ver gente morir todos los días.
Hay que tener valor intelectual y moral para no perder la conciencia y creer
en la misión que se está realizando…No arriesgamos la vida de un soldado
cuando no hay necesidad de hacerlo, y si la causa es justa, esa fuerza
normativa es muy poderosa”.
Los ataques de UAV armados producen un gran daño colateral. “La calidad
moral de la política que encuadra la utilización de un armamento no hace
su tecnología ilegítima. Es irrelevante si se trata de UAV, rifles de precisión
o ballestas. Solo las armas nucleares y las químicas son inherentemente
malas porque no discriminan, tal y como sí ocurre con las UAV. El problema
88
STRAWSER, Bradley: “Walking the tightrope of just war”. Oxford Journals Humanities
Analysis Volume 71, Issue 3 pp. 533-544. http://analysis.oxfordjournals.org/content/71/3/533.
full?ijkey=4mcoWEGxCt4iqsz&keytype=ref, recuperado el 28 de julio de 2014.
89
Trastorno de Estrés Postraumático. Trastorno psicológico clasificado dentro del grupo de los
trastornos de ansiedad. Se caracteriza por la aparición de síntomas específicos tras la exposición
a un acontecimiento estresante, extremadamente traumático, que involucra un daño físico o es
de naturaleza extraordinariamente amenazadora o catastrófica para el individuo.
126
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
yace en la tentación de hacer el mal. No creo que sea el caso de los UAV
por su potencial de actuar con más justicia. Todas las acciones quedan
grabadas. Para tomar una decisión difícil el operador puede consultar con
otras personas. Hay más espacio para la supervisión y el control. Esa es para
mí una ganancia normativa”.
En otro de sus trabajos, el autor señala que los drones pueden constituir
un arma preferente si son capaces de discriminar más que otras armas que
son menos precisas y que exponen a sus operadores a mayores riesgos90. “Por
supuesto que matar es lamentable en cualquier lugar o tiempo, sea en guerra
o en otro contexto. Pero si una acción militar es moralmente justificable,
debemos también ser morales en asegurar que es llevada a cabo con el menor
daño posible a gente inocente”91.
Agrega que reconoce que algunos medios son errados en principio,
sin importar el fin que se persigue. “Mantengo esta posición por ejemplo en
la tortura. Y, por supuesto, existen muchas armas de combate que deben ser
clasificadas como moralmente inaceptables por principio, sean o no usadas
para una causa justa. Las minas antipersonales, por ejemplo, que no tienen la
habilidad para distinguir entre un soldado enemigo o un niño inocente están
dentro de esta categoría. También pienso que los drones autónomos –armas con
inteligencia artificial que pueden tomar decisiones por sí solas– son igualmente
erróneos en principio”92.
San Agustín, señala Strawser, es reconocido por haber escrito que en la
Guerra uno debe dejar a “la necesidad, y por lo tanto no a la propia voluntad,
matar al enemigo que uno enfrenta”. La idea es que tomar una vida humana
en forma intencional, aun cuando es justificada, constituye una acción que
es siempre lamentable, sombría y seria, que solo debe ejecutarse por una
razón moralmente necesaria. Pero esa necesidad puede aparecer en la guerra
moderna, particularmente en una causa justa contra aquellos que buscan
activamente matar inocentes.
90
STRAWSER, Bradley Jay (6 de agosto de 2012,): “The morality of drone warfare revisited”. The
Guardian
http://www.theguardian.com/commentisfree/2012/aug/06/morality-drone-warfarerevisited, recuperado el 28 de julio de 2014.
91
Ibid.
92
Ibid.
127
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Algunos piensan que la guerra nunca puede ser justificada bajo ninguna
circunstancia. Si uno tiene esa idea, la cuestión sobre si los drones son armas
moralmente permitidas, constituye un asunto debatible. Desde este punto de
vista, ningún arma debería ser usada para matar a otro ser humano. Dada
la historia de la guerra y sus atrocidades, este no es un tema cuestionable.
Pero creo, nos señala el autor, que “la guerra puede, en algunos casos
y bajo ciertas circunstancias, ser justificada. Si las condiciones de guerra
justa existen, es conveniente entonces, explorar si ciertas armas presentan
problemas morales especiales, o tienen ventajas potenciales morales sobre
otras armas alternativas. Los drones, concluye el autor, no obstante su actual
y posible mal uso, tienen el potencial para una tremenda mejoría moral sobre
los bombardeos aéreos de eras anteriores”93.
Ello nos lleva nuevamente a las preguntas: ¿Cuánto tiempo tendrá
que pasar para el uso de drones autónomos, y cuáles son los riesgos al
entregar esa capacidad de decidir, sin que estemos preparados para asumir
las responsabilidades éticas y morales para usar esa poderosa asimetría
que produce el enfrentamiento entre robots y seres humanos en el campo
de batalla ya apresuradamente más cercano? ¿Estamos dispuestos a correr
riesgos como el señalado en la Odisea del Espacio con HAL?
Los desafíos morales y éticos en el arte de la guerra, así como la de los
soldados del futuro, que deberán convivir e incluso combatir contra ingenios
con IA, abre una arista que hay que explorar, junto con los estudios que
se están haciendo, con los actuales pilotos de drones o UAV, que ya están
causando bajas a miles de kilómetros de distancia, sin siquiera sentir los
efectos físicos de “estar en el campo de batalla”, pero sufriendo quizás otros
daños que se deben analizar, desde un punto de vista fisiológico, psicológico
y en lo que se refiere a nuestra preocupación de sus valores y virtudes, que les
fueron inculcados cuando abrazaron la carrera militar y que hoy pueden estar
en conflicto.
Nosotros estamos aún lejos de ese problema, pero nos debe preocupar,
pues a veces las tendencias y las necesidades de su uso pueden llegar más
temprano que tarde, y para ello debemos estar preparados.
93
Ibid.
128
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
CONCLUSIONES
Como se expresó al comienzo de este trabajo el propósito de este
es entregar una visión sobre los cambios que estamos experimentando en
nuestra sociedad, en las tareas, misiones y funciones de las fuerzas armadas,
así como el efecto que podrían tener los avances tecnológicos en el desarrollo
de las operaciones militares y cómo deberían adaptarse a ellos el conjunto de
valores, virtudes, y los principios éticos y morales que sustentan el “ser” militar.
Todo esto desde el prisma nacional y de la forma en que se han regulado los
aspectos valóricos de la profesión militar.
Consecuentemente podemos concluir que la profesión militar constituye
una respuesta a las necesidades que tiene un Estado Nación para satisfacer
su necesidad de defensa, donde él es responsable de proveerla a través de
las fuerzas armadas como su principal medio. De esta forma, estas constituyen
la síntesis del Estado Nación. Esta función como única razón de ser de las
instituciones debe ser por ley moral y por deber, siendo este último imperioso,
ya que no significa otra cosa que impedir la destrucción del ser nacional, de
ahí la importancia de la función de ellas y el consiguiente surgimiento de la
profesión militar.
Por su parte, la profesión militar, por las especiales características que
posee, por la gran responsabilidad que el Estado le exige, así como por
la naturaleza en que ella debe actuar en su expresión máxima como es la
guerra, impone que sus componentes tengan un alto valor ético y moral y se
impregnen de los valores y virtudes propias del “ser” militar, que le dan el
sustento para poder enfrentar exitosamente, de acuerdo a la Institución a que
pertenezca, las rigurosidades propias de operaciones militares y el combate,
hasta los sacrificios más caros que un ser humano puede rendir en defensa de
la Patria, como queda de manifiesto en el acto del juramento a la bandera que
cada soldado rinde al ingresar a las instituciones.
Tal como lo expresan las Ordenanzas en el caso chileno, los principales
valores son la lealtad, el honor y el cumplimiento del deber, las que son
consideradas en las tres instituciones, no obstante, hay instituciones que
consideran más valores dentro de los contenidos de las ordenanzas donde
ellas se encuentran representadas transversalmente.
El definitivo avance hacia lo conjunto en el caso de Chile, hace necesario
visualizar y estudiar los valores y virtudes con un prisma conjunto. Ello es
primordial para la ejecución de este tipo de conducción y de las operaciones
129
La Ética del Soldado del Siglo XXI
consecuentes, ya que las fuerzas, para lograr una mejor maniobra e interoperar
adecuadamente, necesitan de valores comunes que sustenten el “ethos
conjunto”.
El siglo XXI ha traído grandes cambios producto de la dinámica de la
globalización e interdependencia, donde las comunicaciones han contribuido
enormemente en las costumbres de la sociedad y de los seres humanos que la
componen. El efecto de estos cambios en la sociedad, como se ha descrito en
este trabajo, han llevado a una relativización de muchas costumbres, valores,
instituciones sociales, así como valores de carácter personal, lo que afecta a
los individuos que ingresan a las fuerzas armadas.
Los mandos de las instituciones deben estar atentos a estos cambios ya
que pueden influir en la moral de sus componentes, cuando, al integrarse a
las instituciones, ven que muchas de las costumbres que por la relativización
de la sociedad habían adoptado, hoy se encuentran restringidas por la
condición moral y ética propia de las instituciones castrenses, donde basan
parte de sus fortalezas. Por lo anterior, es necesario poner un gran impulso
en el fortalecimiento de los valores, así como la aplicación de medidas que el
mando determine para compensar estas supuestas pérdidas de derechos. Por
ello es que la formación de los oficiales y de su don de mando es fundamental
para educar, y entrenar a sus soldados en las técnicas propias del combate, así
como en el sólido cultivo de los valores, virtudes y principios éticos propios
de la institución a que pertenecen y su identificación, al mismo tiempo, con
aquellos valores propios del sentir nacional, que motivaron su ingreso a la
profesión militar.
El compartir tareas de género en instituciones que históricamente
fueron formadas solo por varones, es otro de los grandes cambios que se han
producidos en los últimos tiempos. La adaptación orgánica para el ingreso
de la mujer a las fuerzas armadas ha sido un proceso largo y de muchos años.
No obstante, aún restan algunos aspectos que estudiar para la inserción de
la mujer en todas las tareas propias de la profesión. Es necesario ver a otros
países que se han adelantado para observar los resultados de sus experiencias
en relación con la mujer en unidades de combate de primera línea, fuerzas
especiales, tripulaciones de submarinos y otras que aún no están consideradas
ser tripuladas con mujeres, pero que en algunos países existe esta experiencia,
tanto en relación con el comportamiento y respuesta de ellas, como por parte
de sus camaradas varones.
130
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
Podemos decir que en la realización de las operaciones de mantenimiento
de la paz hay una clara contradicción entre los valores y virtudes de soldados
preparados para el conflicto armado en defensa de la patria, y estas nuevas
situaciones, que no obstante estar consideradas, ahora como parte de las
funciones de la profesión militar, representan un tremendo desafío para la
conducción de las fuerzas armadas, dentro del marco ético, valórico y moral
propio de instituciones que tienen una misión trascendente en relación con la
defensa del país.
Por otra parte ellas dejan buenas y también malas experiencias, que
afectan a la ética profesional, especialmente cuando debido a la especificidad
de algunas funciones (un piloto de helicóptero o mecánico de aeronave, por
ejemplo) hace que las rotaciones son muy altas, donde se corre el riesgo
de que se trastroquen valores en el sentido de pasar de un funcionario con
sentido vocacional a uno ocupacional, con un considerable cambio de ellos.
Sería importante poder estudiar los inconvenientes valóricos que
tendrían para las fuerzas armadas chilenas participar en operaciones que
tienen más un sesgo policial que propiamente militar. Las definiciones sobre
la participación de fuerzas militares en tareas de orden interior, es un tema
altamente debatido a nivel regional, por lo que cualquier decisión sobre
participar en estas en el caso nacional, es “condicio sine qua non” un estudio
de los valores y ética de las fuerzas militares y de los efectos que estas nuevas
tareas tendrían sobre estos.
Estos estudios también deben alcanzar a la sociedad, de manera que
ella perciba que las situaciones y fenómenos que ocurren en su seno, algunas
de las cuales hemos descrito en relación a sus valores, tienen un impacto en
los militares y los valores y virtudes que profesan, cuestión que la sociedad
debiera entender y no presionar a las instituciones militares sobre algunos
valores que no necesariamente son compatibles entre ella y las instituciones
armadas, por su propia naturaleza.
También, es necesario avanzar en el cumplimiento a la resolución 1325 de
la ONU, particularmente en lo relacionado con operaciones de mantenimiento
de la paz, aunque pareciera que la incorporación de la mujer a estas tareas en
nuestro caso, ya es un tema superado.
Sin embargo, el impacto de estas situaciones, en muchos casos asumidas
y ya en plena ejecución, no obsta para hacer un reestudio de los valores y
principios que cultivan las instituciones y ver cómo ellos, sin perder el sentido
original pueden ampliarse para adaptarse a estos nuevos desafíos con el
131
La Ética del Soldado del Siglo XXI
objeto de mantener a las instituciones que tienen un carácter de permanentes
al compás de los tiempos, evitando que ellas se transformen en organizaciones
decimonónicas, y perseverando en el cultivo de los valores y virtudes que las
enriquecen. Sin embargo, estos cambios no son repentinos, deben ser fruto de
un largo y meticuloso estudio, y al mismo tiempo otorgar el tiempo prudente
para la adaptación de las instituciones, la sociedad y los individuos a él, a fin de
evitar que estos sean contraproducentes y se tornen difíciles de realizar.
En ese sentido, las Escuelas Matrices y los Centros de Formación, deben
incorporar en sus procesos formativos y de capacitación, respectivamente, una
educación ética basada en la realidad nacional e institucional, sobre hechos
que están ocurriendo pero de los cuales se evita comentar.
La integración a las formas de combatir de ingenios electrónicos
y sistemas casi autónomos, presentan otro desafío a las instituciones de la
defensa. A pesar de que en nuestro caso, aún estamos muy lejos de contar con
estos ingenios, es probable que su uso se generalice, y debemos preocuparnos
por la formación ética y moral de quienes comandan su empleo, como de
aquellos que los operan.
El uso de estos elementos ha generado una tremenda polémica
entre filósofos y otros eruditos así como militares sobre la responsabilidad
ética del uso de aviones no tripulados para atacar blancos, indefensos, y
a gran distancia; a pesar de que quienes defienden su uso alegan que es
una herramienta limpia y con menos daño colateral que los bombardeos,
tampoco están dispuestos a que ellos con el tiempo adquieran un grado de
inteligencia artificial que los transforme en autónomos y, por lo tanto, con la
autorización tácita de decidir entre la vida y la muerte de un ser humano; por
ello se estima que el ser humano no debe quedar fuera de este sistema de
carácter autónomo.
La carga de valores entonces va por una parte a los pilotos y operadores
del día de hoy de Rapers, Predators, Global Hawks o X-47B, algunos de los
cuales ya tienen sistemas incorporados que les permiten tomar decisiones por
sí solos, sin intervención de terceros, y por otra, para el estudio de aquellos
que deben legislar los actos de guerra y de empleo de la fuerza militar en
combate para regular el uso de armamentos que puedan tener alcances éticos
y morales más allá de los ya regulados, la comunidad internacional ya ha
empezado a preocuparse, como lo demuestra la noticia aparecida en el diario
digital lasegunda.cl el 13 de mayo de 2014 (ver nota al pie 84).
132
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
La tarea, entonces, es regular su uso en las operaciones, examinar las
leyes de la guerra y la justicia de ella; reforzamiento ético, moral y de valores
de aquellos que lo operan y que han adquirido una nueva dimensión en el
trato amigo-enemigo, ya que lo llegan a conocer en aspectos rutinarios y
familiares en muchos casos, por mucho tiempo, lo que altera bastante esa
visión del piloto que lanza su bomba sin conocer a su víctima o potenciales
víctimas.
Tal como se ha dicho, en nuestra región se ha expandido el uso de estos
aparatos ya sea de orden militar como civil, y las autoridades aeronáuticas
se encuentran ya abocadas a estudiar la forma de regularizar su empleo, en
cuanto al uso militar, sin haber muchos datos al respecto, hasta el momento
se usan en tareas de reconocimiento en el marco de sus tareas propias y en lo
policial, en la vigilancia de fronteras en el marco de la prevención de tráfico de
personas, contrabando y narcotráfico.
Este estudio no está terminado, hasta el momento solo se ha mostrado
una sinopsis del estado del arte y una visión del futuro; el rápido avance de la
tecnología, el posible advenimiento de la Inteligencia Artificial (IA), el empleo
de robots en el campo de batalla, el posible escenario de enfrentamiento
de soldados contra robots, la sucesión de conflictos armados en casi todo
el mundo, los cambios sociales que siguen transformando a las sociedades
–donde cada día se observa un mayor empoderamiento de los ciudadanos
frente al Estado en la lucha por sus derechos– permea a los integrantes de
las fuerzas armadas y les hace ver y replantearse la actualidad de los valores y
virtudes que profesan y que les inculcan en sus instituciones.
La implicancia del uso de estos nuevos sistemas de armas requiere,
entonces, que su estudio sobre el efecto en los valores comience ya desde los
primeros pasos en las instituciones matrices.
Ello nos lleva a persistir en el estudio de la ética, la moral y los aspectos
sociológicos, tecnológicos y de la legislación internacional que impactarán
en el soldado de este siglo y del venidero, ser previsores, mirar al futuro y
modelar los procesos de cambio.
133
La Ética del Soldado del Siglo XXI
BIBLIOGRAFÍA
Libros y artículos en revistas
ARMADA DE CHILE. “Ordenanza de la Armada”, Santiago, Chile, 1988.
BEAUFRE, André. “Introducción a la Estrategia”.Institutos de Estudios Políticos
de Madrid, Gráficas Aragón S.A., Madrid, 1965.
CASTRILLÓN, Liliana y VON CHRISMAR, Pía. “Mujer y fuerzas armadas en el
contexto sudamericano, una visión desde Chile”, Revista ESD, Depto. de
Investigación de la ANEPE, N° 2, Santiago, 2013.
DAVENPORT, Manuel M, STOCKDALE, James B., et al. “Ética Militar, reflexiones
sobre sus principios, la profesión de las armas, el liderazgo militar, la ética
en la práctica, guerra y moralidad y la educación del soldado ciudadano.”
Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1989.
DUNLAP, Charles J. Jr. “Perspectives for Cyber Strategists on Law for Cyberwar”,
5 STRATEGIC STUD. Q. 81, 82 (2011).
EJÉRCITO DE TIERRA ESPAÑOL. “Refuerzo de la Profesionalidad Militar del
Soldado”. Mando de Adiestramiento y Doctrina
EJÉRCITO DE CHILE. R.A. (P) 110–A “Reglamento Administrativo “Ordenanza
General del Ejército de Chile”, Santiago, Chile 2006.
EJÉRCITO DE CHILE. “Reporte de Responsabilidad Social año 2009”.
FUERZA AÉREA DE CHILE. “Ordenanza de la Fuerza Aérea de Chile 2014
(OFA)”. Santiago, Chile, 2014.
GUTIÉRREZ Valdebenito, Omar. “Sociología Militar. La profesión Militar en la
sociedad democrática.” Santiago. Editorial Universitaria. 2002.
HERNÁNDEZ Maura, Santiago. “El asesinato del sheik Ahmed Yassin, ¿Acto de
Guerra o ejecución extrajudicial?”. Expreso 3 de abril de 2004,
IHS Jane’s Defence Weekly, Vol. 50, Issue 23.
JANOWITZ, Morris. “El Soldado Profesional”. Madrid, Ministerio de Defensa,
1990.
JULIO Reyes, Humberto. “¿Hacia dónde se mueve la Profesión Militar? El
escenario latinoamericano”. Columna de Opinión ANEPE, 2007.
JUVAN, Jelena y VUGA, Janja. “What Motivates Slovenian “Peacekeepers”?
International Peacekeeping. Vol. 18 (1). Febrero 2011.
MALAMUD, Marina. “La Medición de los “Valores” y Motivaciones Profesionales
en las Fuerzas Armadas”. Revista Política y Estrategia Nº 122 juniodiciembre 2013, ANEPE, Santiago Chile.
134
La ética militar en tiempos de cambio
CHILE
MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL. “DNL 911 Reglamento de Disciplina para
las Fuerzas Armadas”. MDN.SSG. D.S. N° 1.445 de 14 de diciembre de 1951.
MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL. “Libro de la Defensa Nacional 2010”.
MDN, Santiago, 2010.
MINISTERIO DE JUSTICIA. “Código de Justicia Militar”. Edición Oficial, XVI
Edición Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2001.
ONU. “Resolución 1325 (2000)” Aprobada por el Consejo de Seguridad en su
sesión 4213ª, celebrada el 31 de octubre de 2000.
RAIMONDO, Tony. “La Masacre de My Lai: Estudio de un Caso”, Mayor, Auditor
de Guerra Programa de Derechos Humanos Escuela de las Américas,
Fuerte Benning, Georgia. USA.
SINGER, Peter. “Do drones undermine democracy?” The New York Times, 21 de
enero 2012
SOTO Silva, Julio.”Seguridad Nacional, Política de Defensa y Fuerzas Armadas,
Una Visión”. Memorial del Ejército de Chile, Edición N° 469, Santiago,
Chile, 2002.
SOTO Silva, Julio. “La Interoperatividad, un desafío para las Fuerzas Armadas y
su empleo en las batallas del futuro”. Revista Política y Estrategia N° 94,
ANEPE, 2004
SOTO Silva, Julio. “La Conducción de la Defensa Nacional: Historia, Presente
y Futuro”. Colección de Investigaciones ANEPE, libro Nº 26, ANEPE,
Santiago, Chile 2012.
USAF. “Unmanned Aircraft Systems Flight Plan 2009-2047”. Headquarters,
United States Air Force, Washington DC. 18 de mayo de 2009.
ZAMAN Ahmad, Kamarul, AZLAN Muhamad Mej y ZUNAIDI Hassan, Mej. “Aligning
Military and Soldiers´ Value Hierarchy”. International Journal of Business and
Management. Canadian Center of Science and Education. (5): marzo 2010.
ZANCHETTA, Alberto A. “El Desafío Profesional y Ético de la Vida Militar”,
Boletín del Centro Naval Número 817, mayo/agosto de 2007.
Páginas web
ALSTON, Philip.”Reporte del Comisionado Especial sobre ejecuciones
extrajudiciales, sumarias o arbitrarias. Estudio sobre los asesinatos
selectivos”. Asamblea General de las Naciones Unidas, 28 de mayo de
2010, http://www2.ohchr.org/english/bodies/hrcouncil/docs/14session/A.
HRC.14.24.Add6.pdf
135
La Ética del Soldado del Siglo XXI
CAMPOS Freire, Francisco (2008). “Las redes sociales trastocan los modelos
de los medios de comunicación tradicionales”, en Revista Latina de
Comunicación Social, 63, pp. 287 a 293. La Laguna (Tenerife). Universidad
de La Laguna, recuperado el 23 de julio de 2014, de http://www.
revistalatinacs.org/_2008/23_34_Santiago/Francisco_Campos.html DOI:
10.4185/RLCS-63-2008-767-287-293
HENNIGAN, W.J. “New drone has no pilot anywhere, so who’s accountable?”
Los Ángeles Times. http://articles.latimes.com/2012/jan/26/business/la-fiauto-drone-20120126, recuperado el 25 de julio de 2014.
SOTO Silva, Julio. “La robótica, los ingenios electrónicos y los desafíos éticos
y morales que implican sus aplicaciones en el ámbito de la defensa”.
Columna de Opinión www.anepe.cl del 29 de julio de 2013. Disponible en
http://www.anepe.cl/category/opinion/page/5/, recuperado el 29 de julio
de 2014.
STRAWSER, Bradley Jay (2010). “Moral Predators: The Duty to Employ
Uninhabited Aerial Vehicles”. Journal of Military Ethics, 9:4, 342-368 http://
dx.doi.org/10.1080/15027570.2010.536403 Uninhabited Aerial Vehicles,
recuperado el 29 de julio de 2014.
STRAWSER, Bradley. “Walking the tightrope of just war”. Oxford Journals Humanities
Analysis Volume 71, Issue 3Pp. 533-544. http://analysis.oxfordjournals.org/
content/71/3/533.full?ijkey=4mcoWEGxCt4iqsz&keytype=ref. recuperado
el 28 de julio de 2014.
STRAWSER, Bradley Jay (6 de agosto de 2012,). “The morality of drone
warfare
revisited”. The Guardian http://www.theguardian.com/
commentisfree/2012/aug/06/morality-drone-warfare-revisited, recuperado
el 28 de julio de 2014.
LA SEGUNDA DIARIO DIGITAL. “117 países debaten sobre los “robots asesinos”
y su utilización cada vez mayor.” www.lasegunda.cl recuperada el 13 de
mayo de 2014.
LÓPEZ Arestegui, Héctor. “La guerra justa y los UAV: ética y legalidad de su
empleo.” Paper https://www.academia.edu/5025647/La_guerra_justa_y_
los_UAV_etica_y_legalidad_de_su_empleo, recuperado el 28 de julio,
2014.
136
REPÚBLICA
DE
COLOMBIA
Escuela Superior de Guerra
LA ÉTICA MILITAR EN EL SIGLO XXI.
PARTICULARIDADES COLOMBIANAS
JAVIER FERNÁNDEZ LEAL*
I.
LA ÉTICA EN LOS ESCENARIOS NUEVOS DE LOS CONFLICTOS ARMADOS
¿Cuáles son los desafíos del soldado del siglo XXI? La guerra clásica, la
de los Estados nacionales, ya no domina en la actualidad. Un logro formidable
de la cultura de Occidente fue el intento de sujetar la guerra a derecho y
lograrlo, por lo menos parcialmente. A primera vista derecho y guerra son
antinómicos y eso hace más notable el desarrollo de un derecho (derecho
de gentes, derecho público europeo, derecho internacional de los conflictos
armados) para paliar algunos de los peores efectos de los enfrentamientos
armados. Hasta la enemistad, llevada al extremo de la matanza, podía ser
acotada. Pero la enemistad se soltó de los acotamientos y la tendencia de
la guerra a los extremos, bien anotada por Clausewitz, ha hecho saltar las
normas.
Una cosa fue la enemistad de los Estados nacionales, generalmente
fundada en intereses materiales y de poder. Otra cosa son las enemistades
que ponen en trance existencial a los contendores. Las luchas de poder
por intereses delimitables de manera clara pueden ser negociadas; las
que implican la posibilidad de una imposición en el campo de las visiones
del mundo, o la destrucción de las identidades y de las formas de vida,
trascienden a enemistades profundas porque ponen en juego el propio ser.
De ahí la crueldad de las guerras que llevan consigo diferencias ideológicas e
identitarias. El desafío de sujetarlas es supremo.
*
Mayor General del Ejército Nacional del arma de Caballería. A la par de la carrera militar adelantó
sus estudios en Economía. Realizó la especialización en Relaciones Internacionales en la Universidad
Jorge Tadeo Lozano; Maestría en Defensa y Seguridad de la Escuela Superior de Guerra y la Maestría
en Estrategia Internacional del Army War College (USA). Se ha desempeñado como Oficial de
Operaciones y Segundo Comandante del Grupo de Caballería Mecanizado No. 3 “Cabal”; Jefe de
Operaciones del Comando Especial Conjunto en la ciudad de Cali; Oficial de Logística en la Décima
Segunda Brigada en Florencia –Caquetá– Jefe de Desarrollo Humano del Ejército. Comandante
de la Octava División; Jefe de Inteligencia y Contrainteligencia Militar Conjunta entre otros cargos.
Actualmente se desempeña como Director de la Escuela Superior de Guerra.
139
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Las guerras de la segunda mitad del siglo veinte en adelante llevan,
en su mayor parte, el sello de las ideologías y de las identidades. No es
que desaparezcan los intereses materiales, pero se enfundan y justifican en
la ideología, o en la cultura, o en la etnia. La fuerza se aplica no solo para
vencer militarmente a un enemigo, sino para hacer daño más allá de las
regulaciones sobre los objetivos legítimos de la violencia estatal. Se entra en
grados crecientes a los terrenos del terrorismo. Conseguir beneficios para una
causa es posible por la vía del miedo extorsivo, o sea alcanzar concesiones
por suspender el daño, antes que por el desarme del contrincante. El otro
problema es la condición del combatiente. Cuando aparece el partisano como
constante y cuando se extiende a actores no estatales la titularidad del jus ad
bellum, la decisión sobre la regularidad se hace en medio de la pérdida de los
criterios que tuvo antes la calificación en derecho.
Se juntan entonces dos problemas que dificultan un uso previsible de
las normas del derecho. Uno es el de definir un objetivo militar legítimo en
los conflictos confusos, necesariamente confusos cuando una de las partes, o
todas, no se acoge a derecho. El otro es la tendencia a caer en el fenómeno
de la “identificación con el enemigo” (si él lo hace, yo tengo derecho a hacerlo
también) que rompe la disposición de la no reciprocidad en lo atinente a las
normas del Derecho Internacional Humanitario (DIH). En el siglo veinte y en
lo corrido del actual, para no ir más atrás, hasta los Estados en guerra con
otros Estados, han caído en la segunda práctica y baste con recordar los
bombardeos indiscriminados de ciudades en la Segunda Guerra Mundial o
los vaivenes del “ojo por ojo y diente por diente” (y no necesariamente en
esa proporción y esa simetría) de los conflictos del Medio Oriente. La delgada
línea de la frontera entre lo permitido por el Derecho y las prácticas del “fuera
de la ley”, la cruzan los Estados de derecho con las acciones, encubiertas o
francas, de retaliación.
La clasificación misma de las diferentes formas de violencia se torna
también confusa. Antes era muy clara la distinción entre la violencia intensa
de la guerra y las violencias esporádicas de la delincuencia. Hoy esa frontera
es porosa. Han aparecido formas de violencia originadas en actividades
delincuenciales que reproducen las maneras de actuar de las insurgencias
armadas que subvierten el orden jurídico de los Estados. Organizados al
modo militar como ciertas organizaciones armadas del narcotráfico (los Zetas
mexicanos son el mejor ejemplo) que operan en México, en Colombia, en
Centroamérica, en Afganistán y en Myanmar, o de piratería marítima como
140
La ética militar en el siglo XXI. Particularidades colombianas
COLOMBIA
en Somalia, obligan a los Estados a combatirlos también de modo militar.
La comunidad internacional empieza a verse implicada en decisiones que
ponen a prueba un derecho consolidado. El lenguaje, y no solo el coloquial,
sino también el oficial de los Estados confunde: se habla de “guerra contra el
narcotráfico” o de “guerra al tráfico de personas”. “Horrorosa pero ordenada,
la guerra era clara”, escribió un general francés1. Hoy es el reino de las
incertidumbres.
En ese panorama complejo los Estados enfrentan también el problema
del tratamiento jurídico que debe darse a los irregulares alzados en armas:
¿enemigo legítimo, sujeto del Derecho internacional, o delincuente? Y si
es delincuente ¿es un delincuente común o un delincuente político? (si es
que el Estado incorpora esta noción en su ordenamiento). La posibilidad
de exigirle al alzado en armas el cumplimiento de las normas del Derecho
Internacional Humanitario, introducida en 1977 por los protocolos adicionales
a los convenios de Ginebra, convirtió la figura del estatus de beligerancia en
un recurso olvidado y hoy es difícil que un Estado abandone la aplicación del
Derecho penal al rebelde en favor de la consideración de combatiente sujeto
del Derecho internacional. Por supuesto que este último dilema es también un
problema de poder. Si el desafío no es lo suficientemente fuerte en el plano
militar, como para que el Estado gane alguna protección para sus propias
tropas con el cambio de enfoque, se mantendrá la caracterización del rebelde
como delincuente.
Si el rebelde es un delincuente viene otro dilema. La tradición del ius
naturalismo católico lleva a la posibilidad de aceptar la existencia del delito
político. El Derecho anglosajón es reacio a esta figura, más propia de las
tradiciones continentales europeas. En el caso colombiano, el rebelde es un
delincuente político por el solo hecho de la rebelión, pero es un delincuente
común por los actos que cometa asimilables a figuras penales establecidas. En
ese sentido, por ejemplo, el guerrillero no mata en combate, ni es inimputable
por este hecho como el soldado regular, sino que asesina. El asunto de
adjudicar una responsabilidad general por actos delincuenciales en virtud
de la pertenencia a una organización rebelde se complica, si el crimen debe
ser probado individualmente. Estos y otros dilemas del Derecho son moneda
corriente en los conflictos confusos de la contemporaneidad.
1
LE BORGNE, Claude, La Guerra ha Muerto, Ediciones Ejército, Madrid, 1988, p. 13.
141
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Los dilemas son del Estado, pero el soldado en la batalla sufre las
indefiniciones que afectan las normas establecidas. La ética en tensión es una
presión muy grande sobre el combatiente que ya no tiene las certezas de la
guerra clásica entre Estados nacionales.
2.
CONSIDERACIONES GENERALES: MORAL GENERAL Y MORAL POSICIONAL
A lo largo de los siglos los soldados se han enfrentado a un problema
recurrente que puede condensarse en la pregunta ¿cuáles son los límites de
su actuación, en su calidad de portadores de las armas que les entrega la
sociedad respectiva? Esos límites aluden a todos los campos de las relaciones
políticas y sociales en los cuales se ven envueltos los militares: el campo de
la defensa de las asociaciones políticas, modernamente nacionales y, hoy en
día, también internacionales y supraestatales, el campo de la defensa de las
instituciones de su respectivo Estado, el campo de las relaciones entre los
militares y la población civil y el campo de las relaciones entre los propios
militares dentro de la vida organizacional.
Las reglas que rigen la conducta de los militares en los campos
mencionados son de naturaleza variada. Pueden ser normas de derecho
positivo o códigos de honor. Leyes, valores, costumbres, tradiciones y
rituales, que se entremezclan para formar el sistema normativo que preside el
pensamiento ético dominante y las reglas morales para la acción. Todo este
conjunto es lo que conforma “el sistema normativo relevante”2; y que es el
marco respecto del cual puede juzgarse la moralidad de una acción individual
o colectiva de los militares.
En los sistemas normativos se distinguen siempre dos planos: uno es
el de las normas generales, las que rigen todo el conjunto social y obligan
por igual a los miembros del mismo y el de las normas específicas que
rigen solamente a parte de los individuos por razón de las funciones que
desempeñan en la sociedad. Así, se habla de una moral general (algunos la
denominan “natural”, concepto que se evitará para no implicar posiciones
ideológicas sobre las fuentes de la moral) y de una moral “posicional” fundada
en la profesión, en los cargos que se detenten y en la autoridad ostentada.
2
GARZÓN Valdés, Ernesto, Acerca de Concepto de Corrupción, en: Revista CLAVES DE RAZÓN
PRÁCTICA, Madrid, Nº 56, octubre de 1995, pp. 26 a 38.
142
La ética militar en el siglo XXI. Particularidades colombianas
COLOMBIA
De esta manera un juez, un policía, un maestro, un militar, un político, un
médico, para referir el asunto a unos pocos ejemplos, tienen todos deberes
posicionales más exigentes que los de un ciudadano corriente que no tenga
capacidad de tomar decisiones importantes y hasta trascendentales, sobre el
destino de sus semejantes.
El militar, por causa de las misiones que cumple y especialmente por la
razón de ser parte de una institución que administra la fuerza del Estado, y que
puede traducir esa fuerza en violencia efectiva, tiene obligaciones posicionales
muy altas. Su capacidad para contener la voluntad individual, para refrenar
impulsos y para actuar conforme a reglas de obediencia son, entre otras muchas
exigencias, superiores a las que, en la misma materia, se les exigirían a ciudadanos
exentos de esas funciones. Tal es la razón para que, en el extenso universo de
las actuaciones que debe cumplir una institución militar, se reflexione, se defina
y se haga positiva una ética militar, materializada en códigos de conducta que
recojan la materialización de la ética en preceptiva moral.
3.
LOS
CAMPOS DE APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS ÉTICOS Y LAS REGLAS
MORALES
Se mencionó al comienzo que hay cuatro campos de aplicación de los
principios éticos y de las normas morales que responden a una distinción
analítica de las relaciones sociales y políticas en las cuales se ven envueltos los
militares, siendo los siguientes:
• El campo de la guerra, relacionado para efectos éticos y morales con
la existencia de un derecho de los conflictos armados. La guerra puede
ser hoy la clásica interestatal o la guerra interna y esta última implica
consideraciones de derecho diferentes, según la categoría jurídica
adjudicada al insurgente contra un gobierno establecido, por cuanto
implica al derecho interno de cada Estado puesto en situación de
afrontar fenómenos de rebeldía.
• El campo de la defensa de la institucionalidad estatal que se relaciona
con la normatividad desarrollada para regular las posibilidades de
intervención militar en las relaciones interiores y para regular la
intensidad de la misma. Es una situación que se presenta cuando se
percibe que un disturbio (no necesariamente político) sobrepasa la
143
La Ética del Soldado del Siglo XXI
capacidad de control de los medios propios del sector de interior y
justicia, y exige medidas de fuerza superiores.
• El campo de las relaciones entre las organizaciones militares y la
población civil. La institución militar por su especificidad funcional, y
por su carácter de apartamiento relativo, tiene condicionamientos de
relación distintos de los corrientes entre otros órdenes institucionales.
Este campo alude a las relaciones con el poder político, con las
organizaciones de la sociedad civil y con la sociedad en general.
• El campo de las relaciones entre los miembros de la propia institución.
Es este un campo complejo por causa del alto grado de ritualidad de
las relaciones interpersonales en un medio sumamente jerarquizado,
rígido en lo normativo y exigente, en sumo grado, del cumplimiento
de los deberes. Todo eso lo hace excepcional y diferente. La ética y la
moral tocan con el ejercicio del mando y su correlativo: la obediencia;
toca con los límites del honor específico de lo militar, con los límites
de la autonomía personal y hasta con asuntos menores de la vida
cotidiana, de una manera no pensable en otros mundos sociales.
• El campo de la administración pública en cuanto los militares manejan
y cuidan recursos, bienes nacionales y recursos financieros de carácter
público.
Los cinco campos enunciados son el marco para el desarrollo de las
posibilidades de avance del pensamiento ético militar, para el intento de
una codificación comprensiva de las normas que rigen la institución y para el
diseño de una educación ético-moral de los militares. Cada uno de los puntos
anteriores será desarrollado a continuación.
4.
LOS CINCO CAMPOS DE ESTUDIO Y FORMACIÓN
Los campos enunciados en el numeral anterior tienen diversos tipos de
entronque con el Derecho y con las moral general y posicional. Algunas de
esas relaciones exigen un examen de sus orígenes y desarrollo porque, de
otra manera, el lector se encontrará con prescripciones y prohibiciones de las
cuales se da por sentado que ya tiene un conocimiento anterior y suficiente.
En términos resumidos dado el tamaño y alcance del documento se puede
comentar lo siguiente:
144
La ética militar en el siglo XXI. Particularidades colombianas
COLOMBIA
4.1. La guerra y el Derecho de la guerra
El Derecho de la guerra, compuesto por dos corpus diferentes, el jus ad
bellum, conjunto de reglas que presiden la decisión de ir a la guerra y el jus in
bello, que se refiere a la conducción de la misma, tocan de manera diferente al
militar. Se ha repetido siempre que el jus ad bellum se le exige al gobernante y
el jus in bello al militar. Sin embargo, el jus ad bellum compromete también al
militar. Los militares en el alto mando tienen funciones de consejo y asesoría a
los dirigentes políticos y, en tal sentido, participan en el proceso de formación
de una voluntad política y en el de toma de decisiones sobre la resolución
final de acudir a la guerra o no hacerlo. Según la conformación política de
los Estados, los mandos militares tendrán más o menos influencia, pero
difícilmente dejarán de estar entre los decisores finales.
En la actualidad existe una aceptación muy elevada de las normas del
derecho de la guerra en términos de derecho positivo, porque casi todos los
Estados del mundo forman parte de Naciones Unidas y aceptan la Carta de esta
Organización. Otra cosa es que se cumplan siempre sus normas. Pero como
principio de legitimidad es universal. La Carta de la ONU refleja la evolución
de las tradiciones filosóficas y religiosas del mundo, de los preceptos de honor
de los guerreros y de las instituciones para el cuidado de los combatientes.
Michael Walzer ha denominado el conjunto de constructos, culturales y de
derecho, como “la Convención de la Guerra”3.
La Convención de la Guerra, para continuar con la denominación de
Walzer, incluye hoy en día una limitación a la soberanía excluyente de los
Estados para decidir sobre la guerra. La Carta de la ONU prohíbe la guerra
como medio para resolver disputas entre Estados. En caso de presentarse
una conflagración interestatal, el Consejo de Seguridad de la Organización
puede determinar al agresor y calificarlo como tal, y también puede decretar
sanciones para este. La Carta igualmente solo acepta la guerra defensiva.
El militar profesional de la contemporaneidad tiene responsabilidades
muy grandes frente a la decisión de la guerra, aunque no sea el decisor final.
El militar informa y aconseja. De su posición frente al tema y de la calidad de
la información, puede depender lo que haga su gobierno. Sin embargo, no es
este el plano principal de su actuación, es en el jus in bello del ejercicio bélico.
3
WALZER, Michael, Just and Unjust Wars: A Philosofical Argument with Historical Illustrations,
New York, Basic Books, 1977, p. 44.
145
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Lo que se exige del militar es el cumplimiento de las normas del ahora
llamado Derecho Internacional Humanitario (DIH) el cual recoge la tradición
del derecho de gentes, luego Ius Publicum europeo. El derecho de la guerra,
derecho básicamente consuetudinario, se hace positivo en los acuerdos de
Ginebra de 1949 y en los protocolos adicionales de 1977. El otro corpus del
derecho internacional de los conflictos armados, el denominado derecho de
La Haya, responde a la necesidad de regular los medios y métodos de hacer la
guerra y se ha desarrollado de modo convencional a lo largo del siglo veinte
y del presente.
Uno y otro derecho son fundamentales para estructurar una ética militar
y una educación acorde con las necesidades de las misiones posibles en un
mundo cambiante. Ética y educación, sustentadas ambas en el DIH, son clave
para mantener la legitimidad de las instituciones militares, cuando los valores
rectores de la guerra se ven confrontados por la progresiva irregularidad de
los conflictos y las violaciones, casi que rutinarias, de las normas civilizadoras.
La pérdida de los linderos que separaban la guerra de la barbarie genera
incertidumbres éticas. El fenómeno de la desregulación nace del hecho de no
ser ya los Estados nacionales los únicos titulares de la apelación a las armas,
porque se lo disputan toda suerte de grupos y asociaciones. Por otra parte,
los adelantos tecnológicos generan “lagunas” normativas que complican la
construcción progresiva del derecho de La Haya, tanto porque los acuerdos
no pueden sostener el paso veloz de los cambios, como porque los mismos
Estados vacilan, cuando de su supervivencia se trata, en la aplicación estricta
de las normas establecidas.
4.2. Los problemas de la intervención en asuntos de interior y justicia
Viejo y nuevo problema es el de los límites para la actuación militar
cuando esta es requerida para sostener el orden público interno. Este tipo
de intervención genera ambigüedades para los militares. Por una parte,
pueden sentir que ejecutan algo que no es su misión central. Por otra, puede
suscitar apetencias de poder en lo político interno y percibir como necesidad
el ejercicio de un poder hegemónico sobre el resto del aparato estatal de
seguridad. En América Latina han sido comunes las misiones de este tipo a lo
largo de la historia y por eso el tema es pertinente.
Los ejes éticos son, en este caso, la lealtad y la contención. La intervención
en lo interno, cuando es extensa y prolongada, pone a prueba el control civil
146
La ética militar en el siglo XXI. Particularidades colombianas
COLOMBIA
sobre el poder militar. En los Estados de derecho se ha considerado adecuado
separar las funciones ordinarias internas de policía de las funciones de defensa
general del Estado y solo se llama a los militares en auxilio de las policías
cuando la situación es extraordinaria. En las primeras épocas de los Estados
liberales se entendían estos llamamientos como episódicos. La realidad de las
nuevas amenazas en el presente hacen que las situaciones extraordinarias se
prolonguen y se produzcan, en consecuencia, intervenciones de larga duración
por el estilo de la presencia de militares británicos como principal factor de
control en Irlanda del Norte, o en Colombia, Filipinas, Perú, Guatemala, etc.
Cuando se producen situaciones como las mencionadas, el grado de
control institucional es clave y es correlativo a la conformación del poder en
una sociedad dada. Cuando el control no es suficiente, se dan posibilidades
de violar la normatividad. En una sociedad que requiera la presencia militar
en el orden público interno se pueden presentar fracturas entre la población
civil en torno a la legitimidad de las medidas que se tomen y mantengan, y
entre los militares y el resto de la institucionalidad tanto estatal como de la
sociedad civil.
La discusión sobre el papel de la ética y la moral se materializa en dos
campos: el del control civil de las Fuerzas Armadas y el de la educación militar.
Sobre este último punto vale anotar que hoy es una necesidad la formación
política del militar profesional (en el sentido de conocimiento de lo político)
La legitimidad de la institución lo exige.
4.3. Las relaciones civiles militares
Buena parte de lo dicho para las tareas militares en los dos puntos
anteriores vale para este tercero. Las relaciones civiles militares engloban tanto
relaciones con el Estado en su conjunto, como relaciones con las comunidades.
El primer nivel implica la instauración de un nicho institucional para las Fuerzas
Armadas que se expresa modernamente en un lugar constitucional y legal
claramente establecido. Es, en general, una dependencia del Ejecutivo, una
ubicación en un ministerio especializado y con una reglamentación establecida.
En un plano menos formal, la relación con otras partes del sistema político que
pueden fluir por canales menos institucionalizados, y con sectores relevantes
de la sociedad en lo económico, cultural y científico-tecnológico.
Las relaciones con la ciudadanía en general tienen componentes
emocionales menos estructurados. Sentimientos de afecto o de rechazo,
147
La Ética del Soldado del Siglo XXI
de confianza o desconfianza, al vaivén de los sucesos históricos que
modelen esa relación. Los conflictos armados, por ejemplo, tienen efectos
diferentes según se trate de externos o internos. En el primer caso generan
solidaridades irrestrictas y, en el segundo, pueden propiciar fracturas sociales
por el temor que producen los militares. Las guías éticas y morales para el
trato a las comunidades en situaciones como las del numeral anterior (de
intervención militar en lo interno) deben ser sumamente precisas y aplicadas
con decisión. En tiempos menos complejos, los aspectos por evaluar pueden
estar centrados en privilegios y ventajas o al revés en su ausencia y más bien
deméritos y carencias. El trámite de esas relaciones estará relacionado con el
arraigo de la institución en el imaginario social. Es en este aspecto cuando los
comportamientos percibidos cobran importancia para sumarse a los mitos y
leyendas consolidadas, a imágenes de actuaciones positivas o negativas, en
fin al legado impreso en las mentalidades colectivas.
El papel de los lineamientos morales cobra entonces un valor muy alto
como guía para las relaciones con la sociedad en general, sobre todo en una
época en la cual los fenómenos de opinión pública y la exposición mediática
que caracteriza la actualidad, cobran una importancia crucial.
4.4. Las relaciones humanas dentro de la institución
El campo de las relaciones internas es fértil en desarrollos alrededor
de pensamiento ético y pautas morales, dadas las interacciones permanentes
entre los miembros de una fuerza militar. Es una institución muy absorbente y
de actuar típicamente colectivo, en la cual las relaciones cara a cara (relación
primaria) son intensas. Además, y como se indicó al principio, es jerarquizada
lo que le da a las relaciones interpersonales una exigencia ética especial en
cuanto vínculos de subordinación. Buena parte de sus miembros tiene vivienda
institucional, factor adicional de contacto permanente.
La ética y la moral tocan con el ejercicio del mando y su correlativo: la
obediencia. Se rige por reglamentos prolijos que prevén casi toda situación
posible, pero también por normas no escritas de honor y estima específicas
de la cultura militar. Se viven con intensidad los límites de la autonomía
personal en todo tipo de acciones, sean estas grandes o pequeñas. Cuando
una fuerza está en operaciones reales de combate, esos límites llegan a un
punto de tensión extrema. En resumen tiene las características especiales de
las llamadas en Sociología “instituciones absolutas” o “instituciones voraces”.
148
La ética militar en el siglo XXI. Particularidades colombianas
COLOMBIA
La solidaridad, la cohesión y el respeto mutuo que se necesitan para que
una organización militar funcione, imponen códigos de conducta tan exigentes
como la propia vida institucional que regulan. En este campo hay problemas
candentes para la elaboración de una doctrina y una reglamentación, tales
como los desafíos que presenta el concepto de “obediencia debida” cuyos
límites son a menudo difusos y, por contrapartida, el establecimiento de las
responsabilidades de los mandos por lo que hagan o dejen de hacer los
subordinados4 también con límites igualmente difusos. Y como esos, también
se presentan situaciones problemáticas en escenarios menos notorios como
los que tocan, por ejemplo, con la vida cotidiana de las unidades militares.
4.5. El militar como administrador
El último de los campos enunciados es el de la ética propia del
funcionario que maneja recursos públicos. Las fuerzas militares de hoy son
aparatos sumamente complejos que integran multitud de conocimientos y
disciplinas de aplicación. Las tareas por realizar en los aspectos de logística y
administración exigen no solo habilidades de gestión sino una formación ética
superior: los recursos deben ser “sacralizados”, el bienestar de los miembros
de la institución debe ser una guía moral de primer orden junto con el cuidado
de materiales, instalaciones y recursos de toda índole.
5.
LA FORMACIÓN EN ÉTICA MILITAR: LOS CONTENIDOS FUNDAMENTALES
Se han descrito los problemas y las situaciones posibles en sus
aspectos más generales. Ahora bien, ¿cuáles son los temas éticos morales
correspondientes a cada uno de los campos establecidos para el análisis?
De la respuesta que se dé al interrogante se derivarán los contenidos
que, a su vez, informarán los currículos de los programas académicos en las
escuelas militares y los de entrenamiento en las propias unidades.
4
El general japonés Yamashita, condenado a muerte tras la 2ª. Guerra Mundial por el tribunal
de Tokio, por atrocidades cometidas por subordinados, de las cuales parece no haber tenido
mucho control ni información.
149
La Ética del Soldado del Siglo XXI
5.1. Los contenidos del primer campo: el Derecho Internacional de los
Conflictos Armados (DICA)
La formación ética para situaciones de guerra tiene una guía
axiológica clara: se trata del cuerpo entero del derecho de la guerra, tanto
del derecho establecido, el claramente positivado, como del estudio de
los nuevos desarrollos que imponen las guerras desreguladas de la época
contemporánea y los conceptos en construcción acerca de las intervenciones
bélicas humanitarias. Para efectos de formación, este primer campo se dividirá
en dos partes, así:
• La primera de tales contenidos versará sobre las tradiciones de la guerra
justa, tanto las de origen iusnaturalista como las de derecho positivo.
Se impone el estudio de las escuelas iusnaturalistas de Salamanca y
Lisboa de los siglos XVI y XVII (especialmente las obras de Vitoria y
Suárez) que tanto han influido en el mundo hispano y en el derecho
continental europeo. También la perspectiva kantiana que abrió la
posibilidad de un enfoque que no se apoyara en el derecho natural y el
realismo de Hobbes, quien se aparta radicalmente de la tradición del
iusnaturalismo católico hispano y lusitano.
• La segunda es el estudio y apropiación de las prescripciones del
derecho positivo moderno materializado en los derechos de Ginebra
(protección de los no combatientes) y de La Haya (medios y métodos
de hacer la guerra) y de la jurisprudencia que incluye la consideración
del iuscogens (normas imperativas de derecho internacional) en los
casos que se considere pertinente.
El énfasis en los contenidos de la segunda parte será puesto en todo el
corpus del jus in bello, sin que esto signifique dejar de lado el jus ad bellum
por las razones expuestas en el numeral 3.1 de este documento. El énfasis se
hará con mayor razón en los cuadros de mando inferiores y medios. Las tropas
tendrán contenidos casi exclusivos de Derecho Internacional Humanitario en
los aspectos de aplicación práctica.
150
La ética militar en el siglo XXI. Particularidades colombianas
COLOMBIA
5.2. Los contenidos del segundo campo: el Derecho Internacional de
los Derechos Humanos
El Derecho Internacional de los Derechos Humanos (en adelante
DD.HH.) cobra una importancia capital cuando de intervención en los asuntos
de interior y justicia se trata. En este campo, entonces, los DD.HH. irán
acompañados por las normas de Derecho interno que regulen la intervención
en materias de orden público y por las disposiciones específicas del derecho
operacional nacional. Si el disturbio interno escala a conflicto armado, el DIH,
estudiado en el primer campo, estará presente en la solución de problemas
álgidos como la definición de objetivos militares legítimos. Pero para el
caso de intervención en disturbios de entidad menor, la actuación tomará el
carácter de misión policial y, por lo tanto, el soldado deberá tener presente la
diferencia normativa.
5.3. Los contenidos del tercer campo: la prelación de normas
reglamentarias y directrices derivadas de políticas públicas
El campo de las relaciones entre los militares y la población civil, en
términos no referidos necesariamente a intervenciones de fuerza en el
orden interno, pero sí a contactos de mayor entidad que los ordinarios y
cotidianos generados por misiones de diverso tipo adelantadas por militares
(en Colombia por causa del conflicto los militares cumplen misiones de
apoyo a la consolidación del Estado en regiones con déficit institucional), los
comportamientos se rigen por la normatividad interna. Muchas de estas normas
salen de políticas de desarrollo social, de consolidación y de construcción de
democracia e implican a la ética y a la moral; en cuanto la actuación militar se
orienta al logro de credibilidad y legitimidad para la institucionalidad estatal.
En el caso colombiano, las Fuerzas Militares están comprometidas en
los programas de Acción Integral (en conjunto con otras entidades estatales)
que exigen un comportamiento ético superior en el trato a la población y en
el manejo de recursos materiales. Es una situación que en otros medios no
requeriría presencia militar, pero en un país con conflicto interno cobra una
dimensión muy importante. La formación en ética y moral se orienta en este
caso a las relaciones interpersonales, a la evitación de conductas de corrupción
y a las obligaciones de eficacia en la labor encomendada.
151
La Ética del Soldado del Siglo XXI
5.4. Los contenidos del cuarto campo: la ética y la moral en las
relaciones entre los miembros de las Fuerzas Armadas
Ya se explicó con anterioridad la intensidad y complejidad de las
interacciones entre lo militares en la vida cotidiana de la institución. El punto
de partida ético en este campo puede resumirse en la obligación de respeto
mutuo entre superiores y subordinados. El superior debe partir considerando
a sus subordinados como seres morales, merecedores de respeto, a quienes
solo se les puede exigir acciones honradas y a los cuales se les da un trato
acorde con las normas de dignidad de los seres humanos. El subordinado por
su parte, debe adquirir plena conciencia del significado de la disciplina en
una organización militar, de su obligación de obediencia y del respeto debido
al superior. Esa proposición sencilla encierra las normas posibles para unas
relaciones interpersonales morales en la institución.
6.
UN
DE
EJEMPLO
DE
EDUCACIÓN
ÉTICA: LA POLÍTICA
DERECHOS HUMANOS
FORMACIÓN
MILITAR
EN
INTERNACIONAL HUMANITARIO
COLOMBIANA
Y
DERECHO
El Ministerio de Defensa Nacional se propuso reestructurar el Sistema
Educativo de las Fuerzas Militares y, para el efecto, se hizo un trabajo intenso
sobre los currículos de las Escuelas de Formación, de Capacitación, y de los
Centros de Instrucción Militar y Entrenamiento y un programa de construcción
de pistas de entrenamiento en DDHH y DIH.
Se diseñó un Modelo Único Pedagógico –MUP– para el área de
Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, el cual contiene
manuales y guías para los instructores de las materias y guías para medición
de los impactos del programa. El modelo busca adecuar las normas de los
dos derechos en los programas de las Escuelas y Centros de Instrucción.
Contempla seis niveles jerárquicos de acuerdo con los grados militares y con
los grados de responsabilidad de quienes reciben la instrucción.
El propósito es orientar la toma de decisiones operacionales ajustadas
a la legalidad. El programa se realiza con intensidad desde el año 2009 y los
resultados son satisfactorios. En esta ponencia no cabe la descripción total del
modelo en sus aspectos pedagógicos y didácticos, pero sí es posible informar
sobre sus fundamentos en materia de DIH, lo que se considera a continuación.
152
La ética militar en el siglo XXI. Particularidades colombianas
COLOMBIA
6.1. Los principios del DIH y los estándares exigibles
El ámbito de aplicación del DIH, que es un derecho de excepción, de
urgencia, aplicable cuando se da una situación de ruptura del orden jurídico
internacional, se extiende a los conflictos internos a la luz de las disposiciones
del artículo 3° común de los Convenios de Ginebra (1949) y del Protocolo
adicional II de 1977. La aplicabilidad es directa cuando el conflicto cumple
con los niveles establecidos en los instrumentos citados y de manera indirecta
o por analogía, cuando no se cumple con dichos niveles y se da la situación
de disturbios interiores o la de tensiones interiores. El Derecho de La Haya
es aplicable a conflictos internos cuando exista reconocimiento de estado de
beligerancia (bastante en desuso hoy en día) entre las partes del conflicto.
Pero, a falta de este reconocimiento se aplican las normas del Derecho de
La Haya reconocidas universalmente como parte del derecho internacional
imperativo (jus cogens).
El ámbito temporal se define por el inicio y el fin de las hostilidades
activas. Sin embargo, hay reglas que por su objetivo jurídico trascienden la
finalización de la contienda hasta cuando se alcance el propósito de la regla.
Un ejemplo de esto es la búsqueda de personas desplazadas o desaparecidas
con la finalidad de preservar vínculos familiares y sociales de las víctimas del
conflicto.
El ámbito de la aplicabilidad personal es el de la protección de las
víctimas. Las personas protegidas por las disposiciones del primer convenio
de Ginebra son los heridos y los enfermos. En el Protocolo adicional I de
1977 se extendió esta protección a las víctimas civiles. El segundo Convenio
agrega una condición propia de la guerra naval, la de náufrago. Se protege
también al personal sanitario y religioso que esté dedicado exclusivamente a
los fines sanitarios y al ministerio religioso. En el cuarto Convenio se establece
la protección principal para la población civil. Algunos gozan de protección
especial como los extranjeros, los refugiados, los sin patria y la población que
sufra el internamiento civil.
El Derecho de La Haya está compuesto por 14 convenciones, en especial
las de 1899 y 1907, que regulan lo relativo a limitaciones o previsiones sobre
medios y métodos de hacer la guerra.
Este conjunto normativo obliga al Estado colombiano y es el marco de
referencia para establecer lo exigible a las autoridades sobre prohibiciones y
restricciones de armas, métodos y usos, en el conflicto interno del país. Son
153
La Ética del Soldado del Siglo XXI
el estándar internacional en materia de DIH, puesto que el Estado ha suscrito
estos instrumentos sin interposición de reserva alguna.
También, en cuanto a la concreción práctica de los estándares
internacionales, lo que puede ser asimilable a un patrón mínimo de
comportamiento tiene que ver principalmente con dos factores: conocimiento
de las normas y disciplina de los miembros de las fuerzas de seguridad de un
Estado, principalmente de las militares. En estos dos campos lo exigible, en
términos generales, sería:
-
-
-
La existencia de mecanismos de instrucción que aseguren el conocimiento
de las normas del DIH a todos los miembros de las fuerzas militares (y en el
caso colombiano a los miembros de la Policía Nacional) y especialmente a
quienes tengan mando. La instrucción debe cubrir las necesidades de cada
nivel de responsabilidad, incluidas las del soldado raso sin mando pero con
obligaciones de conducta sujeta a derecho para asegurar el respeto a no
combatientes, a bienes civiles, y para conocer las aplicaciones legítimas y
las posibilidades de las armas y elementos que porte.
Mecanismos disciplinarios que garanticen la vigilancia y el control de los
miembros de las fuerzas en las operaciones.
Mecanismos institucionales que ayuden a formar una cultura de respeto a
las normas del DIH.
La no incorporación de armas u otros medios y métodos de combate o de
protección que sean prohibidos por el Derecho internacional.
Reglamentación de las órdenes, para asegurar que quien las expide se
ajuste a la legalidad y quien las reciba pueda juzgar esa legalidad y saber
cuál es la conducta por seguir cuando no sean órdenes legales, de acuerdo
con las garantías que disponga el Estado para quien deba desobedecer.
La existencia de mecanismos de información que garanticen la conservación
y custodia de documentos que consiguen las órdenes de operación, y las
evaluaciones de las operaciones realizadas para contar con datos claros
sobre lo ordenado y sobre la manera como se cumple lo dispuesto.
Si se cubre esta gama de requerimientos, se puede esperar que las fuerzas
están dentro lo exigido por unos “estándares” que si bien no se han establecido
internacionalmente de manera formal, están implícitas en las exigencias del
Derecho y en las experiencias derivadas del estudio y de los procesos judiciales
adelantados en los casos, o sobre los casos, de infracciones a normas del DIH.
154
La ética militar en el siglo XXI. Particularidades colombianas
COLOMBIA
En el sentido de lo expresado, se puede afirmar que la política integral
formulada por el Ministerio de Defensa se ajusta a los estándares internacionales
y supera, en materia de instrucción, lo dispuesto en la gran mayoría de
Estados, incluidos los del llamado “primer mundo”. Una revisión del material
disponible en el plano internacional, que no es tan abundante como debería
ser, muestra que la instrucción militar en ética y Derecho no es intensiva. Se
tiene, por lo general, un curso de ética militar en las escuelas de formación
y cursos eventuales del DIH a lo largo de las carreras. La instrucción de los
soldados cubre el mínimo para la compresión de las reglas de enfrentamiento
y para conocer el estatus del prisionero de guerra, tanto si se trata de tomar
prisioneros como de la conducta propia si se es tomado por el adversario. El
programa colombiano puede calificarse de novedoso en su formulación. Si se
aplica adecuadamente es un avance en términos internacionales.
6.2. Los principios de los derechos humanos, su incorporación en la
Constitución y los estándares exigibles
El problema de la aplicación del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos tiene diferencias con el de la aplicación del DIH. Hay menos posibilidades
de zonas grises y diferencias de interpretación, pero hay niveles distintos de
posibilidades de materialización, según que se trate de los derechos subjetivos
(de primera generación) o de los derechos sociales y económicos (de segunda
generación) o de los colectivos y del medio ambiente (de tercera generación). Los
de primera generación son los más relacionados con las situaciones de conflicto
armado, por cuanto son los de la vida, la integridad personal y la dignidad
inherente a todo ser humano. La aplicación de los principios fundamentales no
admite matices, pero los derechos humanos pueden ser limitados en situaciones
de guerra. Una institución como el estado de excepción que aparece en muchas
constituciones políticas y los conceptos asociados a la legalidad marcial, a los
gobiernos militares de zonas de ocupación o de áreas de los países con conflictos
interiores, demuestran la existencia de un problema no resuelto completamente.
La Constitución colombiana, producto de una experiencia histórica muy marcada
por los largos períodos de “estado de sitio”, hace un aporte interesante a su
limitación y a su discriminación en cuanto a áreas de aplicación. La Constitución
limita el tiempo y separa los estados de excepción en tres campos, a saber: los
motivados por un conflicto externo, los que se refieren a perturbaciones interiores
y los debidos a emergencias de tipo económico, social o ecológico.
155
La Ética del Soldado del Siglo XXI
El Estado colombiano está obligado a proteger los derechos
fundamentales y esa obligación no se elimina en los estados de excepción. El
artículo 214 de la Constitución es claro: “los estados de excepción a que se
refieren los artículos anteriores se someterán a las siguientes disposiciones:
(…) No podrán suspenderse los derechos humanos ni las libertades
fundamentales”. La disposición es clara. No caben las limitaciones que el
Derecho admite para condiciones excepcionales.
De todas maneras, sin estados excepcionales, cuando se aplica el DIH,
como es el caso colombiano, los derechos humanos se pueden ver disminuidos
en cuanto a la posibilidad de protegerlos, promoverlos y respetarlos en su
máximo alcance. El concepto de “necesidad militar” preside el problema y si
bien el DIH autoriza el uso de la fuerza, contiene también restricciones para el
uso de la misma. Solo se usará esta para cumplir con los propósitos militares,
pero las “zonas grises” son una presencia constante, porque las fronteras son
difusas. Más todavía, los conflictos del tipo irregular abundan en situaciones
confusas que no permiten ver con claridad los criterios que diferencian los
objetivos y que permiten discriminar y aplicar la fuerza de manera proporcional.
Son conflictos signados por la sorpresa, el combate de encuentro, los
enemigos ocultos entre la población civil y, en fin, una variedad de situaciones
muy diferentes de las que se presentan en un conflicto convencional, en el
cual el mayor problema es el alcance y letalidad de las armas modernas que
con frecuencia alcanzan a la población civil, con intención o sin ella.
El dilema principal para cumplir simultáneamente con el DIH y los
DD.HH., es la imposibilidad real o falsamente percibida como tal, para
modular el principio de necesidad militar. Al militar se le exige la modulación
en las órdenes de operaciones, pero en los escenarios reales se dan muchas
eventualidades en las cuales no es posible modularlo porque se encontrarían
los mandos exponiendo las tropas a riesgos inaceptables y a la pérdida de
la eficacia operacional. Se puede escoger, entre varias alternativas, el medio
que con menos aflicción y daños ayude a obtener las mismas ventajas, pero
no se puede asegurar que, en situaciones de guerra, esto sea discernible
de manera clara. En el marco de los DD.HH. solo cuando la necesidad es
absoluta y en circunstancias claramente definidas es posible, de manera no
premeditada, hacer uso de la fuerza. No es lo mismo en el marco del DIH,
con el cual es posible siempre, en un contexto de hostilidades, hacerlo con
la observancia de los principios de necesidad, distinción, proporcionalidad,
precaución y humanidad. Cuando concurren ambos derechos, es inevitable
156
La ética militar en el siglo XXI. Particularidades colombianas
COLOMBIA
cierto grado de superposición y muchas veces, según circunstancias y azares,
hasta confusiones.
Algunos derechos no se pueden suspender bajo consideración alguna
de manera taxativa. El artículo 4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos señala que en situaciones excepcionales que pongan en peligro
la existencia de la nación, no podrán suspenderse los derechos a la vida, la
prohibición de torturas y penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, la
prohibición de la esclavitud y servidumbre, la prohibición de encarcelar por
obligación civil, el principio de legalidad, el derecho a la personalidad jurídica
y las libertades de pensamiento, conciencia y religión.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos señala en el
artículo 27, que en caso de guerra, de peligro público u otra emergencia que
amenace la independencia o seguridad del Estado, no podrán ser suspendidos
los derechos a la vida, la integridad personal, la prohibición de la esclavitud
y servidumbre, el principio de legalidad y de retroactividad, la libertad de
conciencia y de religión, la protección a la familia, el derecho al nombre, los
derechos de los niños, el derecho a la nacionalidad, los derechos políticos y
las garantías judiciales indispensables para la protección de tales derechos.
En el caso del derecho a la vida, la Corte Constitucional en la sentencia
C-355 de 2006, señala que “…a pesar de su relevancia constitucional la vida
no tiene el carácter de un valor o de un derecho de carácter absoluto y debe
ser ponderada con los otros valores, principios y derechos constitucionales”.
Tanto el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos como la Convención
Americana sobre DDHH señalan que “nadie podrá ser privado de la vida de
manera arbitraria” lo que “a contrario sensu” significa que puede haber
privaciones no arbitrarias, legítimas, de la vida. Pero ni la Constitución, ni el Pacto
y la Convención mencionados, hacen específicas esas circunstancias. En cambio,
y puede servir por analogía para esclarecer el punto, el Convenio Europeo para
la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales
establece que:… “la muerte no se considerará infligida en infracción del presente
artículo cuando se produzca como consecuencia de un recurso a la fuerza que
sea absolutamente necesario: a) en defensa de una persona contra una agresión
ilegítima; b) para detener a una persona conforme a derecho o para impedir la
evasión de un preso o detenido legalmente; o (c) para reprimir de acuerdo con
la ley, una revuelta o insurrección” (art. 2 del Convenio).
Las circunstancias de limitación legítima del derecho a la vida están
consagradas en el Código Penal. Las normas penales especifican cuándo
157
La Ética del Soldado del Siglo XXI
se obra en estricto cumplimiento de un deber legal o en legítima defensa.
También en el Derecho internacional se han tipificado casos en los cuales
se considera legítimo limitar el derecho a la vida y los instrumentos más
importantes son los emanados de las Naciones Unidas: el Código de Conducta
para Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley y los Principios Básicos
sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los Encargados de
Hacer Cumplir la Ley, aprobados por la Asamblea General de la ONU en 1979
y 1990, respectivamente.
Las normas militares para el empleo de las armas de fuego coinciden,
en general, con los principios internacionales y especialmente con los de
Naciones Unidas. Cuando dentro del territorio nacional se haga uso de las
armas en circunstancias que no alcancen la condición de hostilidades, ese uso
deberá enmarcarse en los estándares de uso de la fuerza para operaciones
de hacer cumplir la ley con el objetivo de mantener la seguridad. En términos
generales los estándares internacionales coinciden con los colombianos en
materia de protección del derecho a la vida y a la integridad personal.
Más allá del estricto derecho a la vida, pero en temas relacionados con
las instituciones encargadas de administrar la fuerza, hay derechos en los
cuales Colombia ha ido más allá de los estándares internacionales. Un buen
ejemplo es el de las disposiciones sobre el reclutamiento de menores para las
fuerzas armadas. La Convención sobre derechos de los niños estipula que no
se debe reclutar menores de 15 años. Colombia dispuso que no se reclutaran
menores de 18 años, es decir solo jóvenes en uso de la ciudadanía plena.
También en el campo de la incorporación de la mujer a las fuerzas armadas,
tanto la jurisprudencia como las normas de reclutamiento le permitan a las
mujeres incorporarse, no solo como oficiales y suboficiales de los servicios y
la administración, sino como combatientes, lo que resulta una innovación en
América Latina y en buena parte del mundo.
Finalmente, debe insistirse en que la Constitución Política de Colombia
recoge en su texto los principios esenciales de todo el andamiaje internacional
de los derechos humanos, y las disposiciones sobre derechos fundamentales
son tutelados de manera directa y efectiva por cualquier ciudadano.
158
REPÚBLICA
DEL
ECUADOR
Instituto Nacional de Defensa
LA ÉTICA DEL MILITAR
EN EL SIGLO XXI
INSTITUTO NACIONAL DE DEFENSA
INADE - ECUADOR*
INTRODUCCIÓN
La ética nació con el hombre, es tan vieja como la humanidad, es tan
importante como la conciencia, es la luz del obrar, es la fuerza interior que
conduce al militar a través de la historia a conquistar territorios en la época
imperial impulsados por el amor ciego y leal a la Corona, es el motor interior
del corazón que hizo a los criollos tener la esperanza de la independencia en
la era colonial y es la razón del ser militar actual que lo lleva a velar por la paz
como único destino para lograr la armonía y bienestar ciudadano.
Así como la ética nació con el hombre, los conflictos armados son
tan antiguos como la humanidad misma. En la guerra siempre existieron las
prácticas consuetudinarias, las mismas que en un inicio solo eran demostración
de fuerza, para luego, según analistas expertos, convertirse en estrategias, en
las guerras napoleónicas, en las cuales no solo se consideraban la conquista
de un objetivo, sino la actuación ética de las tropas.
“Los Estados empezaron a formular normas internacionales destinadas
a limitar los efectos de los conflictos armados por razones humanitarias solo
en los últimos 150 años. Los Convenios de Ginebra y los Convenios de La
Haya son los ejemplos principales de esas normas. Esta rama del derecho,
habitualmente denominada Derecho Internacional Humanitario (DIH), se
conoce también como derecho de la guerra o derecho de los conflictos
armados”1.
De este modo podemos visualizar la conjunción de la ética que nace
con el hombre, con los conflictos armados que nace con las relaciones entre
*
Trabajo de aula del XXXV Curso de Comando y Estado Mayor Conjunto, efectuado bajo la
Dirección del Instituto Nacional de Defensa.
1
Comité Internacional de la Cruz Roja, CICH, http:www.icrc.org/spa/war-and-law/, consultado el
18 de mayo del 2014.
161
La Ética del Soldado del Siglo XXI
los hombres; la evidencia de lo dicho se encuentra en las bases que siguen
siendo los Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales, que establecen
obligaciones jurídicas claras y consagran los principios humanitarios
fundamentales.
El militar históricamente ha contribuido al desarrollo de la ética a través
de la historia, a través de su conocimiento y su experiencia para materializar
ese natural sentimiento, motivando en los demás miembros la práctica de esta
ciencia filosófica recordando que en ella se van a afianzar corazones jóvenes
que se proyectan en el siglo XXI.
La sociedad en el siglo XXI ha sufrido diversos cambios, considerando
la evolución del tiempo, hay hechos que marcan los cambios en el desarrollo
de la humanidad como son la caída del Muro de Berlín, que dio fin a la Guerra
Fría, así como también la disolución de la Unión Soviética, entre los más
importantes; a esto se sumarían los avances tecnológicos como las tecnologías
de la información que derriban barreras ideológicas, sociales, económicas y
físicas del mundo.
Hay también otros fenómenos que determinan los cambios en la
actuación de las sociedades y estos son la globalización y la individualización;
la primera caracterizada por la desaparición de las fronteras físicas, debido a
que, con ayuda de la conectividad, se puede a grandes distancias tener acceso
inmediato a flujos de capital, flujo de bienes, información e ideas, visualizando
los principales efectos en el ámbito militar en lo que respecta, en la toma de
decisiones debido a la reducción de tiempo y espacio; en tiempo, porque la
información y los acontecimientos surgen casi en tiempo real acelerando los
procesos; en espacio, donde la interrelación generada hace que los sucesos
en una zona tengan consecuencias en otras distantes a escala global.
Además de los factores mencionados se encuentran también: la llamada
“Porosidad de las Fronteras”, en la cual a pesar de las fronteras cercanas
o lejanas se da la facilidad para las comunicaciones, lenguaje y tecnología;
la “Cooperación”, que basándose en los efectos anteriores da lugar a una
mayor interacción internacional entre las personas que participan; la aparición
de nuevos “actores transnacionales”, que se convierten en protagonistas
supranacionales y de gran importancia en las relaciones internacionales y
conflictos, con probable influencia en la actuación de las Fuerzas Armadas.
La individualización, por su parte, está relacionada a que los individuos
dentro de la globalización y en ese entorno buscan salir de lo tradicional con el
objeto de obtener su autonomía. Las características de la individualización son
162
La ética del militar en el siglo XXI
ECUADOR
las denominadas “biografía construida” en la que los individuos construyen su
propia historia en relación a sus propios preceptos y con influencia del entorno;
la escala propia de valores, donde los individuos toman sus propias decisiones
basándose en sus creencias y valores, lo que da como resultado disminución
de los principios morales; y por último el llamado individuo reflexivo, que en
un mundo de cambios reflexiona sobre el futuro entorno, cursos de acción,
riesgos, costos y beneficios. Así el individuo es más consciente y sensible con
la sociedad2.
Paradójicamente el militar del siglo XXI se presenta con la misma
cultura ética de siempre pero con mayor capacidad de análisis del entorno,
en el que el principio de humanidad es de suma importancia, exige que su
conducta se acople a las necesidades institucionales, y al cumplimiento de las
misiones encomendadas sobre la base de la legalidad y legitimidad nacional
e internacional.
Una de las formas que genera mayor impacto en la óptica de la
humanidad de todos los tiempos, es la muestra de principios y valores que se
reflejan en el accionar de las personas, instituciones y de la misma sociedad
en general. Se puede decir que es un conjunto de prácticas y hasta discursos
que describen una carta de presentación de un actor en el conflictivo mundo
plagado de relaciones, intereses y ante todo de prejuicios.
El hombre es el elemento constitutivo de la sociedad, razón por la que
su vida se resume a una permanente interacción con sus semejantes. Pese al
hecho de que es la especie dominante en el planeta, tiene deficiencias que
le dificultan subsistir como especie, así como coexistir con sus semejantes. La
convivencia en sociedad obliga al hombre a la práctica diaria de los principios
y valores que permitan la convivencia pacífica entre sus semejantes.
Si recordamos que nuestras Fuerzas Armadas provienen de la sociedad,
lo sirven y regresan a él, el presente ensayo procura describir, explicar,
recordar y por qué no motivar al lector el cultivo de los valores éticos en la
institución militar, proporcionando a cada uno de sus miembros, en cada
nivel de comando, la suficiente flexibilidad y dominio de los métodos,
procedimientos e instrumentos de la ética, eje fundamental de una institución
que históricamente ha sido un referente del tema. Además presentar un
análisis sobre la base de los actuales escenarios que podrían afectar la herencia
2
TORRES Horton, Alejandro, “Liderazgo Militar en el Siglo XXI, Desafío ante una nueva sociedad”,
Academia de Guerra Naval de Chile, 2012.
163
La Ética del Soldado del Siglo XXI
histórica, en la que de manera general las Fuerzas Armadas han conseguido y
mantenido un estatus de confianza y afecto con altos índices de credibilidad.
En este recorrido crítico se pretende demostrar cómo a pesar del paso del
tiempo la relación con la política, así como la presencia de varios factores y
actores impredecibles y cambiantes, la profesión militar se mantiene incólume
en la óptica de propios y extraños, más allá de ser considerado con un enfoque
dogmático que estudia deberes y derechos.
La ética tiene sin duda un papel prioritario, a diferencia de muchas
otras ciencias, puesto que es lo más aplicable a la vida, debido a su contenido
técnico-práctico, derivado de las propias costumbres y del comportamiento
humano, pudiendo ser perfeccionada por este, en vista que de manera
intrínseca ayuda a asegurar la realización como personas y el reconocimiento
del entorno; teniendo en cuenta qué fines vale la pena perseguir y bajo qué
condiciones vale la pena perseguirlos, en el contexto consuetudinario de
buscar siempre una realización personal.
El aspecto más importante de la formación y perfeccionamiento militar
constituye la práctica de los principios y valores que son la base de la ética
del militar, resaltando que los miembros de esta institución deben saber cómo
actuar de la forma correcta para poder ofrecer bienestar y brindar una buena
imagen tanto individual como institucional.
No se debe perder de vista que las Fuerzas Armadas son una organización
que tiene el poder de provocar destrucción y muerte o pelear porque no exista
este. “Para un militar, obrar en pos de un mundo mejor significa conciliar la
humanidad, y el mero hecho de su proceder”3.
PRINCIPIOS UNIVERSALES Y VALORES ÉTICOS
La profesión militar es de naturaleza única y exclusiva, por lo tanto
requiere que sus miembros desde su formación estudien detenidamente los
principios y valores universales que se derivan de la naturaleza misma de la
humanidad y los principios y valores específicos de las Fuerzas Armadas, que
le llevarán a dar su vida si fuese necesario en defensa de su patria.
Hablar de los principios y valores del ser humano es referirse al hombre
en su esencia misma, consideremos entonces que los principios y valores
3
BACHELET, Jean-René (2008) Una ética militar para un mundo mejor, Related themes: Evolution
of the role of the state Human security Rights Values and principles.
164
La ética del militar en el siglo XXI
ECUADOR
universales constituyen aquellas cualidades por las cuales una persona
despierta un mayor o menor grado de aprecio, consideración y estima con
respecto al resto de personas que lo rodean; en otras palabras los principios y
valores universales del hombre guían la conducta dentro de la sociedad.
Los principios universales tienen su cimiento en el estudio de la ética
desde la óptica teológica en la cual la humanidad cristiana basa sus fundamentos
en el cumplimiento fiel de los mandamientos. De estos mandatos espirituales
surgen los principios primarios de la humanidad, que deben ser parte del
alma de los combatientes a pesar del propio paradigma de “matar” como un
derecho legítimo en defensa de los Estados o naciones que han sido agredidas
por otros, y entre otros son: legitimidad, principio por el cual los militares
deben distinguir entre los intereses de los Estados y los de la humanidad que
son prioritarios; debido a ello deben conocer los principios de la humanidad
y los desarrollados por sus instituciones; humanidad, definida por Jean-René
Bachelet, dice: “Todos los hombres, de cualquier raza, nacionalidad, sexo,
edad, opinión, religión, pertenecen a una humanidad común, y todos ellos
tienen un derecho imprescriptible al respeto de su vida, de su integridad y de
su dignidad”; Derecho a la guerra, cuando un Estado haciendo uso legítimo de
la Fuerza se defiende de otro Estado que lo ha agredido violando su integridad
territorial y su independencia política; Derecho en la guerra, cuando se alivia
la condición de los militares heridos y de los prisioneros, expresado en la
Convención de Ginebra de 1949; Derecho después de la guerra, construcción
de una paz permanente y sostenible, apoyo a las víctimas, desmovilización
y reinserción de los combatientes, reconstrucción, conciliación, justicia;
discriminación, solo las personas consideradas combatientes identificadas
deben ser consideradas como objetivo militar no así los no combatientes;
la Defensa como bien público, la Defensa es parte de la vigencia de la
democracia, por tanto su diseño y construcción pertenece a la sociedad civil y
militar en su conjunto.
Al referirse a los valores universales debemos mirar inobjetablemente
a los éticos y morales, que son aquellas virtudes con las cuales las personas
guían su forma de proceder dentro de la sociedad y a su vez constituyen un
fuerte compromiso de su conciencia para actuar no solamente dentro del
núcleo social, sino también para juzgar su propia conducta y más aún la de los
demás. Los valores morales y éticos, pese a su intangibilidad, tienen relación
con la historia, la cultura, la idiosincrasia, con los mismos individuos y con
las circunstancias del medio que los rodea, por lo tanto ejercen una sólida
165
La Ética del Soldado del Siglo XXI
influencia en la forma de comportarse, de pensar y de decidir; los valores
éticos y morales constituyen también el medio a través del cual el hombre
decide y actúa para enfrentar situaciones definidas.
Es complicado definir cuáles son los valores universales que debe
cultivar el ser humano y el militar dentro de la sociedad, sin embargo se
puede manifestar que la persona debe tener siempre en mente estos valores
y principios como un conjunto de normas de convivencia válidas a lo largo
del tiempo, pudiendo establecerse como imprescindibles los siguientes:
la disciplina, el honor, la veracidad, honestidad, lealtad, equidad, justicia,
solidaridad, tolerancia, prudencia, amor propio, respeto a la vida, autoestima,
entre otros. Estos valores no tienen una preponderancia y no pueden ser
jerarquizados, puesto que ninguno tiene mayor importancia con respecto a los
otros, y en algunos casos se complementan unos con otros, y son considerados
como universales, puesto que su aplicación no reconoce fronteras, ni razas ni
culturas ni idiomas.
En otros países cuyas Fuerzas Armadas han adquirido una reputación
mundial de excelencia, ha obligado a una ardua reflexión permanente a sus
soldados y oficiales sobre los principios y valores. Esta reputación se deriva y
depende en alto grado de un compromiso sin ambigüedades, autosacrificio y
confianza mutua. Los valores son vitales para la efectividad operacional, son la
sangre que sostiene a las Fuerzas Militares. En consecuencia, tiene que haber
una coherente y efectiva traslación de esos valores en acciones que deben
penetrar en cada comando y organización hasta que estos se conviertan en
instintivos. Estos son: compromiso sin egoísmos, coraje, disciplina, integridad,
lealtad, respeto a otros.
Muchos países participan, durante la formación militar, en reflexiones
sobre la ética militar, siendo Francia un referente con su “Código del soldado”
que dice:
1.
2.
3.
4.
El soldado se consagra completamente al servicio de Francia, en todo
momento y lugar.
Cumple su misión con la voluntad de ganar y vencer, arriesgando su vida si
es necesario.
Respeta a su adversario y trata de poner de lado a la población civil,
mediante el dominio adecuado del uso de su propia fuerza.
Obedece órdenes, respetando las leyes, las costumbres de guerra y las
convenciones internacionales.
166
La ética del militar en el siglo XXI
ECUADOR
5.
6.
Muestra capacidad de iniciativa y se adapta a cualquier circunstancia.
Como soldado profesional, pone al día sus capacidades intelectuales y
físicas, y desarrolla su competencia y su fuerza moral.
7.
Como miembro de un equipo solidario y fraternal, actúa con honor,
franqueza y lealtad.
8.
Está atento a las necesidades de los otros y muestra determinación para
vencer las dificultades. Actúa en beneficio de la cohesión y el dinamismo de
su unidad.
9.
Está abierto al mundo y a la sociedad, y respeta sus diferencias.
10. Se expresa de forma reservada sobre temas filosóficos, políticos y religiosos,
para no atentar la neutralidad del ejército.
11. Se muestra orgulloso de su compromiso y es siempre y en todo lugar,
embajador de su regimiento, del Ejército de Tierra y de Francia.
ÉTICA, MORAL Y DEONTOLOGÍA
Para visualizar cómo se desarrolla el militar en el siglo XXI, es necesario
que definamos primeramente cuál es el significado de la Ética, de la Moral
y la Deontología y su relacionamiento con las tareas militares propias de las
Fuerzas Armadas.
¿Qué es Ética?: “es el campo del conocimiento o la ciencia que ocupa
del estudio de la moral; como rama de la filosofía, está considerada una
ciencia normativa de la conducta”4. En nuestro país se conoce como ética
militar al “conjunto ordenado de principios y normas establecidas, con el fin
de regular y dirigir la conducta moral del militar y sus relaciones internas y
externas, orientadas al cabal cumplimiento de su misión”5.
La ética militar para el soldado se concentra en la conciencia del
individuo para cumplir con la institución y la sociedad, siendo más una actitud
y un estado de ánimo, como resultado del carácter que se ha formado. La
profesión de las armas exige que el militar practique un código de ética, que
le permita cumplir con las operaciones militares, basado en principios y valores
para que sus actuaciones sean legales y legítimas.
4
RODRÍGUEZ, Olimpio (2010) “Ética, Deontología moral”.
5
Código de Ética de las Fuerzas Armadas (2013).
167
La Ética del Soldado del Siglo XXI
¿Qué es Moral?: “es lo relativo a las acciones o caracteres de las
personas, desde el punto de la bondad o malicia”6.
Para algunos analistas, la moral militar se la ha conceptualizado como
“el conjunto de reglas que enseñan al personal militar a no apartarse de las
normas y obligaciones que imponen el cumplimiento del deber y alejarse de
todo aquello que está en contra de la institución militar”7. Este concepto nos
parece apropiado y no se aparta de la definición general de la moral en cuanto
a que las acciones están relacionadas con el cumplimiento del deber, siendo
un estado mental por medio del cual se pueden diferenciar las actitudes
buenas o malas. Por tanto, uno de los elementos principales de la moral es la
verdad. El militar debe actuar siempre con la verdad para el desarrollo de su
profesión, haciendo que sus decisiones en lo posible sean las correctas.
Ante los cambios y adelantos del mundo actual la moral del militar en el
siglo XXI no debería verse influenciada por los factores externos; el cimiento
de lo bueno o lo malo de su accionar, basándose en valores debe conjugarse
con la verdad y honestidad de sus actos.
Se pueden mencionar algunas diferencias entre Ética y Moral, puesto
que la Moral tiene una base social, es un conjunto de normas establecidas
en el seno de una sociedad y como tal ejerce una influencia poderosa en la
conducta de cada uno de sus integrantes. En cambio la Ética surge como tal
en la interioridad de una persona, como resultado de su propia reflexión y su
propia elección.
¿Qué es Deontología?: “es una ciencia o tratado de los deberes que se
considera una rama de la ética, cuyo objeto de estudio son los fundamentos del
deber y normas morales, de un conjunto ordenado de deberes y obligaciones
morales que tiene los profesionales”8.
La deontología, como está definida, se relaciona al cumplimiento de
las obligaciones que un profesional tiene en el desempeño de su trabajo; en
el ámbito militar no se aparta de esto ya que están intrínsecas en sus labores
cotidianas.
Según la deontología, en la carrera militar la conducta se basa en la
obediencia y un alto concepto de honor, justicia y moral; así como el estricto
6
Ibidem.
7
TORRES Horton, Alejandro. Loc. cit.
8
Ibidem.
168
La ética del militar en el siglo XXI
ECUADOR
cumplimiento de los deberes que prescriben las leyes y reglamentos militares.
En general, los miembros de las Fuerzas Armadas cumplen sus deberes y
obligaciones en base a sus reglamentos de disciplina militar o sus similares de
acuerdo al país. En estos documentos claramente se detalla lo que el militar
debe hacer para cumplir correctamente sus funciones, acorde a su jerarquía y
en los diferentes cargos a los que hayan sido designados.
Una vez definidos estos términos es importante señalar que los tres
conceptos permanecen durante el tiempo, estos no son cambiantes, pero los
factores del entorno que hacen que las personas actúen bajo estos preceptos
son los que nos van a guiar para determinar cuál es la conducta que tomarán
los individuos en la sociedad y en el ejercicio de sus funciones.
PRINCIPIOS Y VALORES DE UN MILITAR
Los principios que sustentan el comportamiento del militar están
fundamentados en una cultura de paz, correspondiente a los más elevados
intereses de la defensa como un bien público, al servicio de la sociedad y del
Estado.
En cuanto al Ecuador, estos principios constan en el Código de Ética de las
Fuerzas Armadas catalogados como Constitucionales e Institucionales, porque
garantizan derechos, deberes, oportunidades, proponen transparencia en los
actos, solidaridad, colaboración, brindan servicios con efectividad y calidad.
Bajo estos principios las Fuerzas Armadas actúan según los fundamentos de
la democracia y los Derechos Humanos, sus integrantes son obedientes y no
deliberantes. Las FF.AA. se deben al Estado; no se identifican con ninguna
actividad política o ideológica y priorizan sus esfuerzos a los intereses de la
sociedad ecuatoriana.
Los valores militares se puede establecer que están vinculados con
el proceder y conciencia efectiva de una actitud acorde con el correcto
relacionamiento con el entorno en que convive la persona.
“Los valores, son las creencias que las adquirimos a través de la herencia,
entorno cultural y experiencia, concebidos como deseables, buenos y correctos;
por lo tanto, son elegidos y practicados en forma libre y consciente, e influyen
directamente en la toma de decisiones y en la construcción de hábitos”9.
9
Código de Ética de las Fuerzas Armadas (2013).
169
La Ética del Soldado del Siglo XXI
La práctica de estos valores militares crea una cohesión institucional,
un vínculo de unión, solidaridad y orgullo de pertenecer a la institución,
proporciona disciplina, sobre la base del respeto a la jerarquía y obediencia
racional y consciente, resalta la honradez, la nobleza del alma y el apego
permanente e íntegro a la verdad, establece lazos de fidelidad y franqueza
que permite un ambiente de confianza y seguridad en las relaciones entre los
miembros de la institución.
La práctica de estos valores dentro de las Fuerzas Armadas corresponden
al respeto del ordenamiento jurídico y a las instituciones democráticas, de
subordinación a la Constitución, a las leyes y a la autoridad civil legalmente
constituida, contribuye a la convivencia pacífica y a la relación armónica de
todos los sectores de la sociedad.
Las Fuerzas Armadas en la formación, entrenamiento, capacitación y
ejercicio de las actividades castrenses, practican principios y valores éticomorales y ético-profesionales que promueven la optimización y excelencia en
el rendimiento institucional, expuestos en la integridad, trasparencia y armonía
de las relaciones tanto internas como externas de sus miembros.
En su organización y actividades profesionales, el militar se rige a
los principios y valores establecidos que son el camino o direccionamiento
a seguir. Los valores institucionales constituyen esa poderosa fuerza motriz
que promueve las dimensiones humana, material y funcional de las Fuerzas
Armadas, impulsando a sus miembros a lograr los objetivos voluntaria y
conscientemente, tanto en la paz como en la guerra. La institución militar
se alimenta permanentemente de los valores institucionales; cultivarlos y
desarrollarlos es la obligación constante de un soldado.
El militar es parte integrante de la sociedad, y como tal tiene los mismos
deberes y obligaciones que sus semejantes, pero hay diferencias materialmente
intangibles, las que radican en la naturaleza del trabajo que realizan los
militares y las acciones extremas que llegarían a desarrollarse en aras de
la preservación de la vida de sus semejantes a los que ni siquiera conocen
físicamente, acciones relacionadas con salvaguardar la vida e integridad de
sus conciudadanos; esto los convierte en seres que necesariamente deben
cultivar estos principios y valores como parte de su liderazgo, de tal forma que
se constituyen en un ejemplo para sus subordinados y para la sociedad misma.
170
La ética del militar en el siglo XXI
ECUADOR
RELACIÓN DE LA ÉTICA MILITAR CON LA POLÍTICA
La sociedad y las instituciones fundamentales subsisten y progresan
cuando todos sus miembros profesan y comparten los principios y valores
éticos en beneficio de los altos intereses de un Estado. La práctica de valores
es la base primordial de los integrantes de una sociedad y se materializa en el
ejercicio permanente de las actividades de todos y cada uno de los individuos.
El comportamiento del ser humano está supeditado a lo que la experiencia, la
educación, y la práctica de principios y valores éticos le han permitido adquirir.
La política por ser una ciencia social, como herramienta para el ejercicio
del poder nacional, debería tener un alto contenido moral ya que se ocupa de
la actividad pública. Algunos autores consideran al uso legítimo de la fuerza
como una característica principal del ejercicio del poder nacional en busca de
un fin trascendente.
La ética militar, como elemento subyacente del ejercicio legítimo de
la fuerza, está formada por un conjunto de principios, valores, virtudes y
deberes, aspectos propios de la profesión de las armas. ¿Qué puede esperar
un ciudadano, si un militar no obra con ética? ¿En quién creería y en quién
confiaría? El militar representa la autoridad y debe actuar con honestidad,
rectitud, sinceridad, transparencia y legalidad, haciendo consistentes las
palabras con el ejemplo.
Como escribe el doctor Rodrigo Borja10 en su Enciclopedia de la
Política: “Usualmente la autoridad se basa en la ley pero esta no es su único
fundamento. La autoridad emana también del prestigio de una persona, de
la rectitud de su vida, de la eminencia de sus virtudes, de su sabiduría, de su
carisma. Todo esto la vuelve respetable. Y aquí reside la fuente primordial de
la autoridad. Esto se desprende del origen mismo de la palabra. “La autoridad
es el crédito de la majestad: con ella hace más en sus súbditos, que con el
poder, armas y suplicios”, decía el viejo Diccionario de Autoridades preparado
y editado en el año 1726 por la Real Academia Española en acatamiento a la
orden del rey Felipe V de España.
La autoridad no solamente es el producto de los elementos legales
que son conferidos a una persona, tienen también su respaldo en el proceso
natural de un grupo humano que se somete al liderazgo y determinación de
10
Rodrigo Borja Cevallos, político y jurista ecuatoriano, fue presidente del Ecuador (1988-1992).
Además, ha sido diputado al Congreso Nacional en 1962, 1970, y 1979.
171
La Ética del Soldado del Siglo XXI
quien toma las riendas en una situación dada, entendiéndose que existe una
desigualdad natural, que no tiene nada que ver con la equidad y la igualdad
de derechos. Entonces podemos decir que para ostentar autoridad en una
institución jerárquica, como la militar, no solamente serán necesarios los
elementos legales conferidos, sino que deberá contener una autoridad moral
que respalde su estatus.
“Quien tiene autoridad no necesita acudir a la amenaza, a la coacción ni a
la coerción para que sus informaciones sean creídas, sus peticiones atendidas,
sus consejos observados y cumplidas sus disposiciones. La credibilidad, la
autenticidad, la persuasión, la legitimidad y la obediencia le son inherentes
y se conjugan plenamente con la dialéctica de la libertad dentro de la vida
social”11.
La administración pública debe procurar consolidar los valores éticos
fomentando conductas o comportamientos en el militar y el político, que
se encaminen a realizar su trabajo con la mejor voluntad de servicio, usar
responsablemente los recursos del Estado, buscar la mayor eficiencia y
calidad en su trabajo, mejorar su propia competencia profesional, practicar la
buena fe en su relación con los ciudadanos y ayudar a crear un ambiente de
cooperación interinstitucional con los demás órganos del Estado.
Se puede afirmar que la relación entre ética militar y la política es
estrecha, las dos competen a la acción humana y no hay acción humana que
pueda prescindir de criterios éticos.
La ética militar sin ser deliberante enriquece a la política, puesto que la
alimenta de sentido crítico y le da mayor legitimidad. La carrera de las armas se
basa en la ética militar, pues todos los miembros que componen este estamento
están moralmente obligados a practicarla, porque su vida es pública y ejemplo
para la comunidad, es entonces donde tiene un gran relacionamiento con
la política debido a que sus integrantes cumplen tareas de servicio público
fundamentados en la democracia y derechos humanos; por lo cual, sus acciones
deben enmarcarse en los principios y valores que contribuyen a la consecución
de los objetivos políticos en beneficio del bien común.
La institución militar como parte integral del Estado mantiene una
estructura organizacional que obedece a las exigencias de la política de
defensa, de la cual se derivan las misiones y tareas a cumplirse en aras de la
11
La Enciclopedia de la política que el ex presidente Rodrigo Borja presentó al mundo a fines de
la década de los 90, con el apoyo del Fondo de Cultura Económica.
172
La ética del militar en el siglo XXI
ECUADOR
consecución de los más caros intereses de la nación, para lo cual se requiere
el comprometimiento patriótico de políticos y militares.
Según el general Paco Moncayo Gallegos12, los militares que llegan a las
más altas posiciones están, quiéranlo o no inmersos en el mundo de la política
y, por tanto, envueltos en un ambiente en el cual son más importantes que en
otros los valores y principios éticos personales y profesionales.
CONCIENCIA ÉTICA DEL MILITAR A TRAVÉS DE LA HISTORIA
Al hablar de la conciencia ética del militar estamos hablando del
conocimiento, de la actuación, del proceder, de la moral, de las normas y de
los valores que avalan la conducta de las Fuerzas Armadas y de sus integrantes
a través de la historia.
La ética militar tradicional y la teoría de la guerra justa son preceptos
que sirven para regular la conciencia moral del militar y su comportamiento en
cuanto al uso de la fuerza, empleando medidas preventivas y disuasivas para
evitar en lo posible caer en los delitos internacionales o los considerados como
crímenes de guerra, que han minado a través del tiempo la conciencia, la moral
y el prestigio de las Fuerzas Armadas, de sus grandes guerreros y estrategas
militares; como lo sucedido con Napoleón en las guerras napoleónicas, con
Hitler en el holocausto nazi, posteriormente en los Balcanes, en Afganistán,
en Irak, entre otros.
El estudio de la conciencia ética o del conocimiento de la conducta militar
en el contexto de la guerra justa, invita a reflexionar sobre los tipos de “conflictos
bélicos los que son justos y aceptables y los que son injustos y condenables”13.
Michael Walzer uno de los teóricos defensores de la guerra justa nos habla de
la realidad moral de la guerra, así se la evalúe por cualquiera de las razones
que la provocó o por los medios utilizados, la guerra siempre nos mostrará
asuntos desgarradoramente morales, que dejarán de lado, total o parcialmente,
la moralidad de sus acciones, al marcar en sus conciencias el comportamiento
ético-moral del soldado en un conflicto ya sea este justo o injusto.
12
General ecuatoriano, ex Jefe del Comando Conjunto y ex Comandante del Ejército de las Fuerzas
Armadas ecuatorianas, ejerció la diputación nacional y fue Alcalde del Distrito Metropolitano de
Quito.
13
JARAMILLO Marín, Jefferson; Echeverry Enciso, Yesid. 2005, “Las teorías de la guerra justa.
Implicaciones y limitaciones”, p. 10.
173
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Al hablar de conciencia ética del militar nos obliga a observar la
legitimidad de la guerra al estar esta íntimamente relacionada con la moral
en cuanto a su comportamiento en ella, y también nos invita a repensar en
las normas de la Teoría de la Guerra Justa al no considerar esta el principio
de proporcionalidad14, he aquí su importancia para que los líderes militares
consideren dentro de su estudio, en la ética militar, a la legitimidad de recurrir
a la guerra, la misma que les ayudará a analizar si esta se justifica o no, si se han
dado todas las condiciones y si se han agotado todas las instancias, sin existir
ambiciones y malas intenciones; deberán considerar también en su estudio
a la legitimidad en la conducción de la guerra, la misma que les dirá si esta
es declarada y legítima; pero también los líderes deberán preocuparse que
el comportamiento de sus soldados no corrompan esa legitimidad mediante
actos salvajes e inhumanos; y deberán estar conscientes de que son parte de
una fuerza armada que, en caso de guerra, se empleará en una ecuación de
vida y muerte.
El Decreto de la Guerra a Muerte fue el termómetro detonante para
la creación del Derecho Internacional Humanitario que es el instrumento
internacional que regula, restringe, limita y observa el comportamiento ético
del militar, sumándose hoy en día los organismos como la ONU, el Consejo
de Seguridad, el Tribunal Penal Internacional entre otras organizaciones que
garantizan la paz, el derecho a la vida y a la libertad de los pueblos.
Para Clausewitz la guerra es un acto de fuerza a la cual no se le pueden
imponer límites, mientras que Walzer acepta lo que llaman “Infierno de la
Guerra” y nos manifiesta que en “realidad la gente es quien decide lo que
la guerra es y lo que no es”, en cuanto a los límites que debe tener, de esto
surgen algunas interrogantes ¿La Guerra debe tener límites? o ¿La Guerra no
debe tener límites?; sin embargo, “Walzer va a comentar que, cuando a los
hombres se les obliga a luchar, la guerra se convierte sencilla y llanamente en
un infierno”15. De ser este el caso, ¿qué conciencia ética-moral nosotros como
seres humanos y como militares estaremos en condiciones de aceptar? ¿cuáles
serán los límites que nos impongan? o ¿cuáles serán los límites de los militares
y de los combatientes que de acuerdo a su formación, profesionalismo,
conciencia moral e idealismo se impongan como herramientas de control en
14
Es aquel donde el combatiente debe adecuar los medios a su disposición, ante el objetivo que
se le presente o vaya a neutralizar.
15
JARAMILLO Marín, Jefferson & ECHEVERRY Enciso, Yesid, op. cit., p. 20.
174
La ética del militar en el siglo XXI
ECUADOR
su comportamiento? ¿Qué condiciones morales existirá en la guerra? Si bien
es cierto que nosotros los militares no somos responsables de las decisiones
tomadas para entrar en guerra, sí somos responsables del comportamiento
y de la conducta de nuestros soldados en el combate, tomando en cuenta
que las guerras han sido y serán un infalible instrumento de medición de la
conciencia ética del militar a través de la historia.
Las Fuerzas Armadas han mantenido un modelo de institución de
carácter profesional, originadas en las milicias defensoras del Estado, producto
de la conciencia ética de sus integrantes, valores éticos que constituyen el
cimiento de la profesión militar y eje central del sentido de pertenencia a la
institución armada. La práctica de principios y valores ha sido la base para
lograr la convicción personal, el compromiso con la patria y el fortalecimiento
institucional a través de la historia.
Ya hemos comentado de la relación entre la ética militar con la política,
en la que sin duda las fuerzas militares son la expresión legítima del uso
de la fuerza; el ejercicio de los principios y valores que practica el militar
han permitido sentar las bases para establecer convenios y acuerdos que
materializan la ética militar en los conflictos armados.
El uso de la fuerza a través de la historia ha sido fundamental para
obtener el poderío que ciertas naciones han conseguido y es esa misma fuerza
la que permitió el surgimiento de los ejércitos, como un grupo de personas
que conseguían por las armas lo que fuese necesario para el bienestar de su
sociedad. Si bien el escenario ha cambiado, los militares actualmente cumplen
una tarea fundamental, mantener la integridad y soberanía del Estado, para
conseguirlo necesita de profesionales altamente capacitados y dispuestos a
entregar la vida si fuese necesario para cumplir la misión encomendada.
En el mundo occidental parece ser que los conflictos bélicos cada vez
son más lejanos. Los Estados Unidos de Norteamérica es el único país en el
continente americano que posee unas Fuerzas Armadas activas que operan
en diferentes escenarios del mundo, empleando a sus soldados en conflictos
internacionales.
En los países de la región sudamericana, en el presente siglo, la misión
para las Fuerzas Armadas ha variado en cierta forma, hoy se actúa sobre otras
amenazas que exigen también preparación, entrenamiento y sacrificio lo que
sustenta la existencia de las instituciones armadas en el contexto nacional.
175
La Ética del Soldado del Siglo XXI
LA VOCACIÓN MILITAR EN EL PRESENTE SIGLO
Uno de los valores morales necesarios para ejercer hoy la cada vez
más compleja carrera de las armas es la vocación militar, “entendida como
inclinación a un estado, mentalidad, profesión o carrera, que constituye
una virtud predominante en la vida del hombre o mujer que ha elegido la
profesión militar, porque en ella se encuentran la mayoría de los valores que
le son preferidos o porque los encuentra deseablemente superiores a otros y
a los que, al mismo tiempo, se sacrifican otros estados, pero que le llenan de
ilusión y entusiasmo, como si se tratase de un ideal”16.
Los sentimientos de los humanos son diversos, unos aman la libertad
y el desorden, otros el arte, hay quienes prefieren la investigación, muchos
nacieron para diseñar estructuras o curar personas, pero en esta mixtura
de preferencias y anhelos hay un grupo reducido de seres que sienten la
obligación del servicio a la patria con el empleo muchas veces de la fuerza,
para mantener el orden interno y la seguridad de su comunidad dentro de las
fronteras del país.
Así como ha sucedido en todas las profesiones, la carrera militar también
tuvo la necesidad de un cambio de era, y este cambio obligó a romper ciertos
tabúes que hacían de la profesión un privilegio para muchos y un sueño
frustrado para otros.
Antiguamente se consideraba militar a aquella persona que por su
corpulencia física y habilidad con las armas infundía temor y respeto hacia la
población, además que por su adoctrinamiento carecía del uso de la razón y
obedecía a cabalidad las órdenes encomendadas por sus superiores, es por esto
que se lo consideraba como un líder heroico dentro de la vida militar y aunque
su esencia perdure, en la actualidad esa visión del militar ha desaparecido.
De una u otra forma quienes van a optar por el ingreso a filas militares,
recibieron la motivación inicial, puede ser por tradición familiar, por información
recibida a través de medios de comunicación, por relaciones personales, pero
hay algo más, hay una fuerza interior que le obliga a acatar órdenes lógicas y
cumplirlas, a portar su uniforme con respeto y devoción a la patria, a servir a la
sociedad sin esperar recompensas, a entrenarse diariamente en contacto con
el peligro, a respetar los símbolos patrios, eso que es más que una actitud,
16
Ejército de Tierra español Nº 868, Vocación y Actitudes del militar, p. 73.
176
La ética del militar en el siglo XXI
ECUADOR
más que el cumplimiento laboral, es un modo de vida y lo conocemos como
vocación militar.
Sin embargo, la sociedad necesita de un militar que no solo sienta
el llamado de la patria a formar parte de la institución armada, requiere de
individuos que tengan una alta preparación previa, ya que los conflictos
bélicos también han cambiado su estilo y, por ende, la fuerza del ser humano
en combate está siendo reemplazada por la inteligencia y habilidad para
manejar herramientas tecnológicas que tengan los miembros de sus Fuerzas
Armadas.
Entonces, podemos definir al soldado del nuevo siglo como aquel
que posee un conjunto de valores que permiten superar cualquier debilidad
humana y que a pesar de lo sacrificado de su profesión, logran entender su rol
fundamental en el funcionamiento del Estado, sin dejar de lado la preparación
intelectual que se necesita para la correcta toma de decisiones que podrían
afectar a su personal y a toda una nación, es por ello que la formación y
educación militar debe adaptar sus procesos a los nuevos escenarios, dejando
de lado la preparación ambigua que se venía impartiendo.
Por esto, la formación del soldado del siglo XXI requiere no solo de la
presencia del espíritu de cuerpo que se cultiva y desarrolla durante una vida militar
abnegada, sino también de los principios y valores que se siembran en el hogar de
cada uno de ellos y que permiten comprender de mejor manera que la satisfacción
personal y el sacrificio por el cumplimiento de la misión encomendada, es la mayor
recompensa a la que se aspira en el ejercicio de la profesión militar.
La vocación militar es intangible pero valiosa; es indescifrable, pero se
la siente; es duradera a través del tiempo, quizá con otros matices, pero lo
que sentía el corazón del soldado de antaño existe la certeza, que también lo
siente el soldado del presente y del futuro, traducido en el grito guerrero y en
la vocación del servicio ciudadano.
ÉTICA EN EL LIDERAZGO MILITAR
“El día en que los soldados dejen de llevarte sus problemas será el día en que tú
debes dejar de ser su líder. Ellos perderán la confianza de que tú puedas ayudarlos
o concluirán que a ti no te importa. Cualquiera que sea el caso es una falla de
liderazgo... Liderazgo es el arte de lograr más de lo que la ciencia administrativa
nos dice que es posible”.
General Colin Powell.
177
La Ética del Soldado del Siglo XXI
“Al hablar de destrucción de fuerzas enemigas hemos de observar que nada nos
obliga a limitar este concepto simplemente a las fuerzas físicas, sino que por el
contrario, deben comprenderse en ellas, necesariamente, las morales”.
Karl von Clausewitz
Para nuestro análisis es importante mencionar lo que el Código de Ética
de las Fuerzas Armadas del Ecuador establece con relación al liderazgo: “Es
el arte de convencer e influir en las personas, motivándolas con el ejemplo, a
objeto de comprometerlas en el cumplimiento del deber por voluntad propia
en apego a la Constitución y normativa vigente”17.
El liderazgo y la ética se unen, se complementan y conjugan en la
formación de la conducta y profesión militar, generan una personalidad basada
en principios y valores que permiten comandar y dirigir con el ejemplo a los
subordinados, cultivando sus valores y explotando sus virtudes. La práctica de
este liderazgo ético constituye esa fuerza moral que respalda los procesos de
planificación, conducción y ejecución de las operaciones militares, en donde
una o más decisiones marcarán el éxito o fracaso de la misión encomendada.
Pensadores, filósofos, políticos, catedráticos y la humanidad en general
coinciden en que el militar es un hombre de principios y valores, con honor
y lealtad, que ama la paz y que es el único ser que entrega su vida en forma
incondicional, solo por la satisfacción del deber cumplido, que mantiene la
frente en alto y con la mirada al infinito, dejando que su bandera flamee, lo
que simboliza una patria libre y soberana; transformándose en un líder natural
dentro de la sociedad ya que con su proceder trata de convencer e influir en
las personas, motivándolas con el ejemplo, a objeto de comprometerlas en
el cumplimiento del deber por voluntad propia en apego a la Constitución y
normativa vigente.
Partiendo de los conceptos enunciados al inicio y la concepción del
liderazgo ético planteada en el párrafo anterior, a continuación cabe analizar
la influencia de la modernidad sobre esta capacidad del líder de comandar y
dirigir a sus subordinados. Este análisis se lo realiza partiendo de las siguientes
interrogantes:
¿Cómo influye y en qué medida afecta la globalización y el avance de la
tecnología al liderazgo ético del militar del siglo XXI?
17
Código de Ética para Fuerzas Armadas del Ecuador octubre de 2013.
178
La ética del militar en el siglo XXI
ECUADOR
En párrafos anteriores se concluyó en la existencia de una paradoja entre
el militar individualizado y el militar más preparado y con mayor capacidad de
análisis del entorno gracias al acceso a la información. Precisamente, ese es el
reto al cual el liderazgo ético debe enfrentarse y la única forma es aceptar que el
militar del siglo XXI debe desarrollar continuamente un “pensamiento crítico”,
aquel que a superiores y subordinados les hace discernir correctamente. Por
lo tanto el líder actual no solo debe decidir desde una simple operación de
apoyo al Estado hasta una operación militar compleja, sino que tiene que dar
órdenes éticas, basadas en la legalidad y en la legitimidad; mientras tanto que
el subordinado no solo debe obedecer ciegamente las órdenes recibidas, sino
ser analítico en su cumplimiento.
No obstante, aunque el líder actual tenga un perfil educativo elevado y
una formación académica de nivel superior, jamás podrá dejar de lado el más
fundamental de los valores: la “Disciplina”; sin el cual el ejercicio del liderazgo
simplemente no existe.
El líder militar del siglo XXI encontrará sin dificultad en su interior
que los principios y valores por los cuales se sustenta la naturaleza de su
profesión no han cambiado ni deben cambiar en su esencia, solo se adaptan
a las condiciones actuales; pues la guerra y la preservación de la paz son su
cometido final.
Las diferencias ocasionadas por los cambios generacionales, la globalización y la tecnología lo que han originado, según Jaime García Covarrubias18,
son cambios en los estilos de liderazgo manifestados en: “mayor trabajo en
equipo, respeto de sus subordinados por su autopreparación, mayor participación y motivación, búsqueda del éxito de toda la unidad y no de la individualidad, mayor desarrollo de sus oficiales y personal, sabiduría en delegar,
innovación con respeto a la doctrina, cuidado de la buena forma física representado en ser deportista activo, mayor comprometimiento con los resultados
y personas expresándose siempre en primera persona del plural “nosotros”.
Desafortunadamente, y por muchas razones de índole social principalmente relacionados con el deterioro del núcleo familiar, a la juventud de hoy
no se le inculca los mismos valores éticos y morales que antes. Una sociedad
materializada y consumista valora más el aspecto económico, que los valores
18
Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca (España). Ex
Director de la Academia de Guerra del Ejército de Chile. Professor of National Security Affairs,
Estados Unidos de América.
179
La Ética del Soldado del Siglo XXI
como cortesía, honradez, honor y otras cualidades humanas que son requisitos fundamentales para el personal que quiere vestir el uniforme militar. Esta
inmensa responsabilidad social obliga al líder militar de hoy dirigir y orientar
de la mejor manera a los jóvenes que ingresan a la Institución, porque son los
líderes del futuro. Por ello el militar ético tiene la obligación de ofrecerles un
liderazgo profesional y efectivo, que permita a los que forman parte de sus
filas su desarrollo como seres humanos y como soldados, preparándolos de la
mejor manera hasta llegar a los niveles más altos del mando.
A través de la historia han existido grandes líderes positivos que, con
su vida, nos han legado principalmente ejemplos de lo que para nuestra
concepción universal está y no está bien, ejemplos de responsabilidad
y coraje moral para enfrentar las consecuencias que pudieran traer sus
decisiones tomadas, por lo que, en este estudio citamos el ejemplo de
Winston Churchill, quien luego de la contundente victoria en Normandía dio
un discurso en el que elogiaba inmensamente y agradecía a todos los que
participaron en aquella acción militar sin precedentes, que desencadenaría
en la derrota de los alemanes; lo que nadie conocía es que también llevaba
listo un discurso en el que se hacía completamente responsable de todo, en
caso de que hubieran sido derrotados. Un líder ético es quien sabe aceptar
con humildad todas las victorias, otorgando el crédito a quienes participaron
en su consecución, pero al mismo tiempo, quien sabe afrontar con dignidad
y aplomo su “responsabilidad” ante situaciones negativas para la institución,
dejando claro que fueron sus decisiones y no las personas, las que no lograron
conseguir el objetivo propuesto.
Podemos colegir, sin temor a equivocarnos, que el militar del siglo XXI
continúa manteniendo el mismo espíritu, tradiciones, principios y valores que
sus antecesores pero adapta sus acciones a las nuevas exigencias sociales
y adelantos tecnológicos, su liderazgo consecuentemente no abandona el
arte de la guerra derivado de los grandes pensadores militares, sino por el
contrario adapta e incorpora cualidades que lo mantienen actualizado y como
referente en cualquier lugar del mundo organizado.
La ética en el liderazgo militar es y será la fuerza moral que impulsa a
los militares a conducir a sus tropas al cumplimiento del deber. La profesión
militar es en esencia diferente de otras porque exige entender de alguna
forma el porqué de la lucha y la sobrevivencia.
180
La ética del militar en el siglo XXI
ECUADOR
CONCLUSIONES
Por lo expuesto podemos concluir que los principios y valores morales
del militar del siglo XXI, cultivados a través de la historia, deben ser el credo
del militar, su religión, como premisa fundamental para que ante los nuevos
escenarios y cumplimiento de nuevas misiones no repercutan en la desprofesionalización del personal militar, ni en la pérdida de la identidad institucional
o que factores externos influyan negativamente en su comportamiento y su
accionar.
La práctica de valores mantenidos a través de la historia en las Fuerzas
Armadas ha permitido influir afirmativamente en la correcta toma de decisiones,
han guiado su forma de proceder dentro de la sociedad y constituyen un fuerte
compromiso de conciencia en la consolidación de hábitos positivos dentro de
la institución, siendo el puntal necesario para afrontar los nuevos retos a la
seguridad nacional, que caracteriza al siglo XXI.
La relación de la ética militar con la política se fundamenta en la
representación de las demandas de la seguridad, en el asesoramiento de
las implicaciones del empleo del poder militar y en la puesta en práctica de
las decisiones políticas. Este ejercicio de la política apreciada con un alto
contenido moral, conductas y comportamientos éticos permitirá contar con
una herramienta legal y legítima para el ejercicio del poder además de un
adecuado entendimiento civil-militar y voluntad de servicio.
La carrera militar no es una actitud circunstancial o episódica; es un
llamado apostólico que encierra sacrificio, obediencia y desprendimiento;
fundidos con un profundo sentimiento patriótico, para enfrentar los rigores de
la guerra o cualquier amenaza, compartiendo siempre los principios y valores
universales, pero aplicando su propio código de ética. La carrera militar
es intangible, valiosa, indescifrable y duradera; lo que ha permitido que el
soldado mantenga siempre su convencimiento del servicio a la patria.
El desarrollo del pensamiento crítico del militar del siglo XXI facilitará
afrontar la toma de decisiones sobre la base de un liderazgo ético. La ética en
el liderazgo militar, que se fundamenta en el ejemplo a los subordinados, es la
suma de valores morales reflejados a lo largo de la vida personal y profesional
del líder, incrementado por el desarrollo intelectual del militar del siglo XXI y
de una sólida disciplina en el ejercicio del mando que le permite asumir con
humildad la grandeza de la victoria o la responsabilidad en las situaciones
negativas que afectaron sus decisiones.
181
La Ética del Soldado del Siglo XXI
A pesar de la globalización, individualización y el aparecimiento de
herramientas tecnológicas, que han permitido contar con mayor capacidad
de análisis del entorno, el militar del siglo XXI se presenta con la misma
cultura ética cultivada a través de la historia; como parte integrante de la
sociedad tiene los mismos deberes y obligaciones que sus semejantes, pero
hay diferencias materialmente intangibles, las que radican en la naturaleza del
trabajo que realizan, esto los convierte en seres que necesariamente deben
cultivar principios y valores como parte de su liderazgo, de tal forma que se
constituyan en un ejemplo para sus subordinados y para la sociedad misma.
Es fundamental priorizar la práctica de la instrucción y entrenamiento con
estándares elevados, los cuales reforzados por el adoctrinamiento y ejemplo
por parte de los militares profesionales de mayor jerarquía cimenten los
principios y valores de nuestra institución. Se debe entender que la profesión
militar es de naturaleza única y exclusiva, su cabal comprensión permitirá que
sus miembros desde su formación estudien detenidamente los principios
éticos universales que derivan de la naturaleza misma de la humanidad así
como los principios y valores militares específicos de las Fuerzas Armadas.
182
La ética del militar en el siglo XXI
ECUADOR
BIBLIOGRAFÍA
Libros y artículos en revistas
BACHELET, Jean-René (2008) Una ética militar para un mundo mejor, Related themes:
Evolution of the role of the state Human security Rights Values and principles.
BORJA, RODRIGO (1999), ENCICLOPEDIA DE LA POLÍTICA.
CLAUSEWITZ, Carl von. (s.f.). (1999) De la Guerra. Ediciones del Ministerio de
Defensa de España I volumen.
CÓDIGO DE ÉTICA DE LAS FUERZAS ARMADAS (2013).
CONEWJP. (2013). Informe de análisis del Ecuador. Quito.
EJÉRCITO DE TIERRA ESPAÑOL. Vocación y Actitudes del militar, No. 868. p. 73
GAVET, A. (1899). El arte del buen mandar. (p. 125).
HUNTINGTON, Samuel. (1964) (s.f.). El Soldado y el Estado. Círculo Militar.
JARAMILLO, Jefferson & Echeverry Enciso, Yesid, (2005), Las teorías de la guerra
justa. Implicaciones y limitaciones.
MELERO, José (1995) Relaciones entre la Ética y la Política; Carmelo Blanco Mayor.
RODRÍGUEZ, Olimpio (2010) “Ética, Deontología moral”
TORRES, Alejandro (2012) Liderazgo Militar en el Siglo XXI, Desafío ante una
nueva sociedad, Academia de Guerra Naval de Chile.
WHITE, Richard D. Jr. (2001), pp. 629-648, Military Ethics, en Cooper, Terry L.,
“Handbook of Administrative Ethics”; CRC Press.
Páginas web
COMITÉ INTERNACIONAL DE LA CRUZ ROJA, CICH, http:www.icrc.org/spa/
war-and-law/, consultado el 18 de mayo del 2014.
FORUM FOR A NEW WORLD GOVERNANCE (2008) agosto 19, Una ética militar
para un mundo mejor,. Extraído el 19 de abril del 2014 desde http://www.
world-governance.org/spip.php?article379
MARTÍNEZ, C. F. (s.f.). Evaluación de las Relaciones Civiles y Militares en la
República Dominicana. Obtenido de www.slideshare.net/.../evolucin-delas-relaciones-civilesmilitares-en-repu...
MARTÍNEZ, Pablo; ESCOBAR, David & URIBE, Manuel, Derecho Internacional
Humanitario frente al conflicto armado interno – Colombia, (2009 mayo 07).
Extraído el 25 de abril del 2014 desde http://conflictoarmadointerno2009-1.
blogspot.com/2009/05/el-derecho-internacional-humanitario.html
183
REINO
DE
ESPAÑA
Centro Superior de Estudios
de la Defensa Nacional
LA ÉTICA MILITAR EN EL SIGLO XXI
ANDRÉS GONZÁLEZ MARTÍN*
FEDERICO AZNAR FERNÁNDEZ-MONTESINOS**
SER CAPAZ DE PENSAR POR UNO MISMO
ES UNA CONDICIÓN PREVIA PARA EVITAR EL MAL.
HANNAH ARENDT
INTRODUCCIÓN
Decía Dilthey que “a la naturaleza se la explica, al hombre se le
comprende.” Por eso, un buen referente para el estudio de las pasiones del
alma humana son los clásicos de la literatura de la Grecia Antigua. Tucídides
ya constataba que la guerra “suprime las facilidades de la vida cotidiana, es
un maestro con manera violenta y moldea, de acuerdo con la situación, las
pasiones de la mayoría”1.
Y es que los griegos presentan la guerra en toda su extensión y
crueldad, no tratan de justificarla –sus dioses no tienen razones para ser justos,
para algo son dioses– simplemente la exponen; sus héroes no encarnan la
parte positiva de una visión maniquea, sino que aúnan gallardía y vileza,
como puede pasar hoy en Siria o pasó ayer en los Balcanes; pero esos
dioses, parafraseando a Durkheim, son creados por los hombres a su imagen
y semejanza. No hay buenos ni malos (a veces hay que elegirlos para dotar
*
**
1
Teniente Coronel. Oficial de Artillería. Diplomado de Estado Mayor, ha realizado entre otros cursos el de
Observador de Paz, año 2004, en la Escuela de Guerra del Ejército, el Máster Universitario de Estadística
General y Matemáticas (Universidad Complutense), año 1997 y el Primer ciclo Ciencias Económicas
UNED (diplomatura), año 1998. Se ha desempeñado como Profesor del Departamento de Estrategia y
Relaciones Internacionales de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas, Madrid, y Jefe de la Sección de
Programación de la Secretaría de Estudios de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas en el CESEDEN.
Actualmente se desempeña en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN) en la
Secretaría de Estudios de la ESFAS.
Capitán de Fragata de la Armada, Analista Principal del Instituto Español de Estudios Estratégicos, Licenciado
(UNED) y Doctor (UCM) en Ciencias Políticas y de la Administración, Especialista en Religión Cultural y
Civilización Islámica y en relaciones de España con el Norte de África, Diplomado de Estado Mayor, Especialista
en Submarinos y Comunicaciones, autor de tres libros y de más de una treintena de artículos principalmente
sobre temas relacionados con Teoría de la Guerra, Terrorismo, Polemología y Sociología.
TUCÍDIDES. Historia de la guerra del Peloponeso. Editorial Cátedra, Madrid 2004, p. 107.
187
La Ética del Soldado del Siglo XXI
de la necesaria referencia a cualquier actuación); todos los contendientes
son hijos de su cultura y los dioses y semidioses meras expresiones de ella.
De hecho, la Ilíada proporciona múltiples imágenes, difícilmente
comprensibles fuera del marco físico e histórico en que se produjeron (por
ejemplo, en un televisor, donde el espectador permanece al margen del
escenario histórico, cultural y psicológico) de violencia irrestricta, como la de un
Héctor muerto y arrastrado ante su familia por el carro de un Aquiles victorioso.
La guerra es un lugar recurrente en las trayectorias vitales de muchos
héroes clásicos. La Casa de Atreo, el trono de los átridas, tan popular en su
literatura, se encuentra transversalmente unida a muchas de las tragedias y
obras épicas de ese periodo, a las que aporta personajes como Agamenón,
Clitemnestra, Menelao, Orestes, Ifigenia, Helena, Electra, Pélope…, héroes
arrebatados, abandonados a la pasión a la vez que víctimas de un destino
tejido en lo más alto y que no son capaces de controlar.
Es la hybris (en griego ὕϐρις húbris), la desmesura, el arrebato, la pasión
tantas veces ligada a la enfermedad. El proceder desmedido de muchos
héroes clásicos los convierte en estereotipos, en casos paradigmáticos del
psicoanálisis, como recogería Freud en sus trabajos.
Y es que la violencia pertenece a la vida como confirma su etimología:
bia, violencia (vis) y bios, vida (vita). No se vive sin la fuerza de la violencia2.
Pero la violencia precisa de la regulación que viene a proporcionar el marco
cultural en el que se desarrolla y que plantea de partida importantes paradojas.
Griega es ya la contraposición entre violencia (bios) y justicia (diké) y también
la asociación entre paz (eirene) y justicia.
Civilización y violencia no son aspectos inversamente relacionados; es
más, en algunas ocasiones parece que lo están directamente. Realmente, lo
que se demuestra que está asociado con un mayor grado de civilización, son
unos niveles más altos de contradicción interna. La cultura de un conflicto no
es monolítica ni tiene manifestaciones idénticas en todos los enclaves, sino
que es un patrón intrínseco propio de cada sociedad y época.
2
DUMAS, A. et al. Teología de la violencia. Ediciones Sígueme, Salamanca 1971. p. 11.
188
La ética militar en el siglo XXI
ESPAÑA
SOBRE EL SIGNIFICADO DE LA ÉTICA
El lenguaje humano incorpora grandes términos como son ética,
democracia, libertad, paz, justicia…, palabras con connotaciones escatológicas
que parecen requerir de quien las escucha el prosternarse para rendirles
inmediato tributo. Son hitos del pensamiento por los que parece obligado que
cualquier discurso humano sobre la violencia transite y que, por tanto, escapan
de la necesidad de cuestionamiento y revisión crítica; quien realice tal propuesta
puede verse mediáticamente tratado como un hereje y relegado al ostracismo.
Estas palabras parecen haberse convertido en los nuevos dioses del relativismo
posmoderno; es la mediocridad intrínseca a la mera y vulgar aplicación del cliché.
Las palabras son siempre la primera cuestión; su descarrío produce
estragos. Y estos son términos de contenido impreciso, dotado de una notable
capacidad de mudanza, espacios vacíos que es imperativo rellenar para que
realmente signifiquen algo. Quien sea capaz de dotarlas de significado,
simultáneamente se dotará de poder, porque la esencia del poder radica en
señalar el significado de las palabras y su importancia.
El lenguaje define el marco y fija las reglas con que se desarrolla
cualquier conflicto. Por eso, imponer el lenguaje, señalar las palabras que
han de utilizarse, definir cuáles son importantes y apropiarse de ellas resulta
capital, quien se adueñe, quien las haga suyas y patrimonialice, dotándolas
del necesario contenido, habrá conseguido el objeto real del litigio. La
legitimidad la otorgan las palabras. Cuando las palabras están en uso y han
sido asignadas, resulta muy difícil cambiar el marco conceptual en el que se
desarrollan los conflictos y la política queda lastrada.
Por eso definir el significado de ética es hacerla propia, negarla al rival;
la ética es una dimensión clave de la humanidad, por lo que al obrar así se
hace más difícil el reconocimiento de la otra parte y se dificulta el sentimiento
de alteridad. Ética es siempre algo con lo que nunca cuenta el enemigo. Solo
existe una ética válida que es la de uno mismo y esta varía con las circunstancias,
siempre justificada y casualmente, en propio beneficio.
LA PRIMERA BANDERA ES LA DE LA CONCIENCIA
El 25 de abril de 2014 Portugal celebra el 40 aniversario de su Revolución
de los claveles en medio de una fuerte crisis social y económica. Todos los
medios de comunicación hacen referencia a la efeméride. Televisiones, radio,
189
La Ética del Soldado del Siglo XXI
prensa escrita y publicaciones en internet rememoran el acontecimiento,
provocando cierta nostalgia en algunos que con sensibilidad política entonces,
siendo jóvenes, vivieron con esperanza, miedo o preocupación aquel cambio
histórico.
Entre Portugal y España, países vecinos y hermanos, existe una vieja e
indeseada barrera psicológica fundamentada en el resquemor de un lado y la
arrogancia de otro. Sin embargo, la revolución de los claveles fue para unos
pocos españoles una noticia que, viniendo de un país olvidado, se convirtió en
un asunto con un fuerte potencial por sus posibles efectos internos. El Estado
Novo de Oliveira de Salazar desaparecía de un soplo. Desde 1926 el gobierno
del país se había ejercido sin contar con la opinión de los portugueses y de
repente una canción, Grandola Vila Morena, sacó a las Fuerzas Armadas a la
calle para acabar con el régimen:
“El pueblo es el que más ordena en la tierra de la fraternidad, donde en cada
esquina hay un amigo y en cada rostro hay igualdad. Debajo de una encina, que
nadie sabía ya su edad, jure tener por compañera, Grandola tu voluntad”.
Una bella canción puede ser un símbolo para poner en marcha una
insurrección de las Fuerzas Armadas contra el gobierno de un país pero no
para justificarla. Fueron los espontáneos claveles rojos que los portugueses
colocaron en los fusiles de sus soldados los que legitimaron una sublevación,
aunque los claveles se marchitaron en seguida.
Un ejército se justifica como fuerza armada al servicio del pueblo por su
obediencia al gobierno y su subordinación al imperio de la ley. La disciplina es
el factor de cohesión que obliga a todos por igual, al soldado, al suboficial, al
oficial, al jefe y al general. Sin disciplina no se entiende un ejército, sin lealtad
tampoco.
En esta, como en otras muchas ocasiones, en el famoso triángulo de la
trinidad de Clausewitz uno de sus vértices rompió la figura, dando la espalda a
la autoridad del gobierno para salir a la calle y alinearse con el pueblo, sin que
por medio existiese un proyecto político que impulsara la movilización militar.
Algo similar ocurrió el 2 de mayo de 1808 en Madrid cuando los capitanes
Daoíz y Velarde abrieron las puertas del parque de Monteleón para armar al
pueblo madrileño, aunque las consecuencias fueron diferentes.
Carl Schmitt en un breve y poco conocido ensayo titulado “Teoría del
Partisano”, de apenas 70 páginas, dice que nuestra guerra de la Independencia
190
La ética militar en el siglo XXI
ESPAÑA
fue “el origen de una nueva manera de entender la estrategia y de nuevas
teorías sobre la guerra y la política, que provocó una serie de reacciones cuya
eficacia alcanza a nuestros días, para transformar la faz de la tierra y de sus
habitantes.” El famoso y polémico jurista alemán descubre la relevancia de
una guerra protagonizada por el pueblo y el ejército español. Sin embargo
una parte del mundo solo las conoce a través de la óptica de los historiadores
británicos, para quienes lo más relevante, de la llamada guerra peninsular, fue
la intervención de la delgada línea roja de la infantería británica mandada por
Arthur Wellesley, Duque de Wellington. Pero esto es otra historia.
Las Fuerzas Armadas portuguesas en 1974 estaban despolitizadas,
tan despolitizadas como las españolas de 1975 o las alemanas en 1933. Las
fuerzas armadas en casi todos sitios están despolitizadas. Los militares en
sus academias inculcan en el ADN de sus cuadros de mando la necesidad
de tomar tanta distancia como sea posible de la política partidista, porque el
único partido al que pueden servir es al de la Nación o al del Rey.
Por supuesto que cuando no hay Rey ni Nación, cuando estos son
discutibles, la confusión puede llegar tan lejos como para desdibujar
completamente los lados y vértices del Estado. Por sí mismos, la prudencia,
la justicia, la igual dignidad de todos los hombres no pueden salvaguardar
a un pueblo de los excesos que necesariamente aparecen en un estado de
emergencia. La pregunta que puede surgirnos es si la excepción salva o
destruye los principios de la ley. Parece complicado responder, pero sin duda
la destruyen si los valores antes invocados no pudieran servir de contraste
moral para empujar a los políticos, militares y al pueblo a reconocer los límites
en los que debe fundamentarse el bien común en un periodo de angustia.
La excepcionalidad de la emergencia no puede convertirse en costumbre
y validarlo todo siempre, para evitarlo es preciso un sincero examen de
conciencia a la luz de principios válidos para todos los hombres. “Soberano
es aquel que decide la excepción”3 pero también el que recapitula sobre su
vigencia y asume la responsabilidad de decretarla y constreñirla.
Siguiendo con Carl Schmitt, en “El concepto de lo político” afirma que
el Estado presupone el concepto de lo político, siendo lo político difícil de
imaginar sin una soberanía, asentada en una comunidad y en un territorio.
Esto puede parecer elemental pero en gran parte del mundo los Estados
3
SCHMITT, Carl. Teología Política. Trotta, Madrid 2009.
191
La Ética del Soldado del Siglo XXI
fallidos están de moda porque no hay nada donde sustentar algún tipo de
concepto político. Allí donde no hay comunidad, ni fronteras claras donde
alguien o algo pueda ejercer la soberanía, sino es imponiendo el poder que
procede del cañón de un arma, es improbable que de forma espontánea e
inmediata surja un Estado, incluso aceptando el poder de fabricar una nación
que puede tener un ejército y más aún un ejército victorioso. Estas cosas llevan
su tiempo. Cuando no hay ciudad ni murallas todo es monte y en el monte
viven los lobos. Aun es más, la muralla pertenece al espacio de la ciudad, no
es territorio de frontera ni un espacio neutro entre dos mundos.
Aristóteles en su “Política” llega a la conclusión de que la soberanía de
los hombres libres es el modelo más adecuado para gobernar la polis y en su
“Ética a Nicómaco” descubre que la ausencia de dominación o sumisión y la
necesidad de acuerdo son imprescindibles para establecer las leyes mediante
el discurso libre en el ágora. En cierto modo ser libre y poder tener un
comportamiento ético significaba lo mismo que vivir en una Polis. Cuando se
vive fuera de la polis el hombre pone en peligro su libertad y sus aspiraciones
éticas. El logos del homo politicus solo puede existir en el espacio frágil de
la Polis, lo que excluye a los hombres que viven entre los lobos, es decir en el
monte.
Por eso construir la primera empalizada es tan importante para que poco
a poco dentro se puedan levantar casas, Oikos en griego, siendo el Oikos la
comunidad constituida naturalmente para la satisfacción de las necesidades
cotidianas. Es decir, el Oikos es la comunidad cuyos miembros se definen
como aquellos que han sido criados con un mismo alimento. La casa, el hogar
privado, el Oikos constituye un espacio separado de la Polis pero fundamental
para liberarla de la necesidad. En el Oikos no hay libertad, el señor de la casa,
el despotēs, mandaba de forma absoluta sobre personas y cosas como lo hace
un Capitán en su Compañía. Por cierto compañía es también el lugar donde
un grupo de soldados comparte el pan, etimológicamente este el origen del
término. Compañía, companium, es compartir el pan. Sin pan y murallas no
hay Polis. Al parecer según Aristóteles la ética viene después.
Sin ciudades no hay ciudadanos, igual que sin demócratas no hay
democracia. En medio del monte, donde viven las tribus, es difícil levantar
una ciudad que brille en lo alto de la colina. La Legión VI Victrix de Roma en el
año 29 antes de Cristo fundó un campamento amurallado donde vivir y desde
donde actuar sobre las indómitas tribus de la antigua Iberia. Su carácter de
ciudad campamental se consolidó con la llegada en el año 79 de la Legión VII
192
La ética militar en el siglo XXI
ESPAÑA
Gemina. Con el tiempo el campamento se transformó en ciudad y la ciudad
en un reino fundamental para la configuración de España. Las legiones no
construyen ciudades pero sin ellas es muy difícil empezar porque donde hay
una legión o un regimiento de caballería hay un fuerte y una frontera.
La propuesta romana no es tan antigua como para considerarla
extemporánea. La conquista del Oeste por los Estados Unidos siguió pasos
parecidos, igual que la de Siberia, Asia Central y el Cáucaso por los rusos o
la Patagonia por los argentinos. Frederick Jackson Turner en su obra titulada
“The significance of the frontier in American History”, publicada en 1893,
descubre que la frontera habría de desempeñar un papel crucial en la creación
de la identidad de las instituciones y la nación norteamericana, la primera
democracia y potencia del siglo XXI. Desde luego su aportación historiográfica
ha sido fundamental para apoyar la construcción del mito de la conquista del
Oeste y del destino manifiesto.
Los Estados Unidos de América en 1890 reconocen el cierre de la
frontera terrestre sin colonizar. La frontera se había esfumado repentinamente
y los norteamericanos ya solo tenían ante sí agua salada y las naciones del más
allá del océano. Por primera vez la expansión ya solo era posible a través del
mar y no por tierra. La noticia del fin de la frontera era el fin de una misión pero
seguramente no el de un destino. Delante ya no había tierra libre desocupada
pero sí agua libre sin dueño. El sueño americano del destino manifiesto, al
que John O´Sullivan editor de la Democratic Review dio vida en 1845, al llegar
al Pacífico se reconfiguró y el almirante Mahan abrió la puerta de un nuevo
escenario sin explorar por los norteamericanos, donde la Providencia pudiera
seguir actuando a favor del impulso civilizador de los Estados Unidos.
Mahan no pretende exponer una simple opinión, sino lo que para él son
unos principios destilados por la naturaleza de la geografía y manifestados
en el desenvolvimiento de la historia. De esta manera la vieja doctrina
Monroe, América para los americanos, de principio del siglo XIX se declara
absolutamente obsoleta. La mirada al mar permite a los norteamericanos
contemplar el mundo como una imagen, concebirlo y aprenderlo en cuanto
tal. La mirada al mar integra a América en el mundo en una única entidad
físico-política, aunque dividida, un logro de la imaginación en un gran espacio
como el norteamericano imposible sin los marinos. La conexión y la ruptura
del aislamiento es uno de sus logros. Si todo esto es consecuencia del
descubrimiento de un nuevo ámbito: el mar, la emergencia del mundo virtual
del ciberespacio puede servir también de soporte de ese mismo espíritu
193
La Ética del Soldado del Siglo XXI
colonizador. El colono puede construir ciudades conectadas en red. Por
eso posiblemente la ciberdefensa esté tan de moda. Las redes informáticas
también necesitan murallas y compañías de soldados que las construyan.
Decía Clausewitz que “cada tiempo tiene sus propias formas peculiares
de guerra, cada tiempo por tanto tiene su propia teoría de la guerra” de esta
manera “quienes deseen entender la guerra deben dirigir una mirada atenta a
los rasgos principales de cada época”. El problema en este momento es que el
mundo siendo uno reúne en un mismo tiempo cronológico épocas diferentes.
Para Alvin y Heide Toffler esto tiene que ver con los medios de producción y la
tecnología. La tecnología es la que marca las líneas de fractura posibilitando un
antagonismo con potencial de desarrollo político que termine siendo conflictivo.
En lo que a la ética se refiere el hábito y la costumbre tienen mucho que
decir. Todo esto en relación con la guerra y la milicia se puede traducir diciendo
que nuestra forma de hacer la guerra no hace sino reflejar nuestra forma de
hacer negocios, siendo negocio lo contrario al ocio. Por lo tanto no hay una ética
militar intemporal ni tampoco hay una ética militar universal, al menos por ahora.
La anterior afirmación puede colocarnos en un escenario sin referencias
claras, sobre todo para los que tienen que vivir a un lado y otro de la marca
tecnológica o si otros prefieren enunciarlo así culturalmente. Por supuesto
también para los que viven a caballo del servicio al pueblo y al Estado. El
problema de la relatividad de la moralidad de las decisiones y acciones no
tendría solución cuando todo depende del tiempo y de la época, a no ser
que al ethos además de costumbre añadamos carácter e identidad humana.
El Diccionario de la Real Academia incorpora la palabra “etos”, sin “h”
intermedia, que aparece definida como “Conjunto de rasgos y modos de
comportamiento que conforman el carácter o la identidad de una persona o
una comunidad.” En último término esa comunidad debería ser la de todos
los hombres, la comunidad humana.
Si aceptamos que todos los hombre son libres e iguales, estamos
seguramente aceptando de alguna manera que existen ciertas pautas o criterios
morales universales que sirve tanto para determinar la moralidad de los actos
humanos como para analizar una moral vigente en una sociedad determinada.
Creer que el hombre, a través de su conciencia, puede sobreponerse a los
códigos de conducta que le impone el tiempo y el espacio es creer que en
lo más profundo de su yo existe un orden de libertad que le empuja a su
propia plenitud al margen de todo lo que le rodea. Este impulso de rebelión
de la conciencia está por encima de toda ética contingente y parece evidente
194
La ética militar en el siglo XXI
ESPAÑA
que la historia no hace sino afirmar la existencia de esta extraña e indomable
fuerza aunque la posmodernidad se empeñe en negarlo.
“Los derechos humanos surgieron del Holocausto como un rechazo al positivismo
en el derecho, como un intento de ofrecer a los ciudadanos una norma moral
independiente que, cuando la ley de su país enloqueciera, les permitiría decir:
puede que esto sea legal, pero no es justo”4.
La estrategia, a juicio del rival, es invariablemente pérfida. No se conoce
ninguna que no lo sea5; nadie aprecia, al tiempo que la recibe, la belleza de una
buena estocada. Otra forma frecuente de actuar consiste, cuando se descubre
una forma nueva de combatir, en impugnar el método de que se trate, sobre
todo cuando este resulta exitoso; así sucedió en su momento con la ballesta
(que hasta fue excomulgada por ser “cosa odiosa a Dios y poco benéfica
para los cristianos”6) la pólvora, el submarino o ciertas formas de combate
de guerrillas, para lo cual se aducía que no se trataban de formas cristianas,
humanas o dignas de combate. En el Japón del siglo XVII se prohibieron las
armas de fuego a fin de no alterar el orden social.
La batalla en torno a quién es ético es siempre una de las primeras
confrontaciones. Por ello, se hace un uso instrumental de la ética; la ética se
ha convertido en una suerte de arma para dotarse de razón y acrecentar la
legitimidad de la propia causa. Esto nuevamente genera distancia7 entre las
partes, reduciendo la responsabilidad y debilitando la repulsión emocional.
Una respuesta humana, por el contrario aproxima y favorece el reconocimiento,
la empatía, cosa que no se desea8. Por eso Ignatieff sostiene:
”lo que muchas organizaciones han descubierto es que los derechos humanos
tienen poco o ningún valor …es preferible dirigirse a estos combatientes como
guerreros antes que como seres humanos, pues los guerreros respetan códigos
de honor”9.
4
IGNATIEFF, Michael. El mal menor: Ética política en una era de terror”. Taurus, Madrid 2005.
5
LE BORGNE, Claude. La guerra ha muerto. Ediciones Ejército, Madrid, 1988.
6
SÁNCHEZ Ferlosio, Rafael. Sobre la guerra. Ediciones Destino, Barcelona 2007, p. 45.
7
GLOVER, Jonathan. Humanidad e inhumanidad. Ediciones Cátedra, Madrid 2001, p. 144.
8
Ibidem, p. 160.
9
IGNATIEFF, Michael. El honor del guerrero. Editorial Taurus, Madrid 2005, p.12.
195
La Ética del Soldado del Siglo XXI
En cualquier caso, el concepto de referencia en las Relaciones
Internacionales no ha sido nunca tanto la justicia o la ética como el interés.
Y no es malo que sea así porque eso otorga referencias duraderas y hace
gestionables los problemas; sobre valores no resulta posible el encuentro y es
muy difícil el diálogo; no hay referencias desde las que poder construirlo. La
guerra es moralmente diacrítica y los desencuentros éticos son sencillamente
inmanejables porque son inmateriales y, por tanto, inaprensibles.
Así, la argumentación moral de la guerra encarna un grave peligro,
y es que las guerras justas puedan convertirse en cruzadas, en las que se
lucha demasiado tiempo y con excesiva brutalidad, persiguiendo un solo
fin, la rendición incondicional del otro, cuando no su aniquilación. Se mata
más cuando se piensa que se está haciendo el bien o se está apresurando su
advenimiento; las guerras con sentido son las más sangrientas10. Como dijera
Schmitt:
“Ahora ya conocemos la ley secreta de este vocabulario y sabemos que hoy
la guerra más terrible puede realizarse solo en nombre de la paz, la opresión
más terrible solo se puede infligir en nombre de la libertad y la inhumanidad
más abyecta solo puede asumir el nombre de humanidad... Conocemos
el pluralismo de la vida espiritual y sabemos que el centro de referencia de
la existencia espiritual no puede ser un terreno neutral y que no es correcto
resolver un problema político con la antítesis de lo mecánico y lo orgánico, de
muerte y vida...” y para concluir sostiene “ab integro nascitur ordo”11 [el orden
nace de lo íntegro].
Aun es más, las guerras morales, justas, mezclan planos diferentes
porque la guerra pertenece a la política mientras lo que es o no justo
pertenece al Derecho o a la Ética; así, difícilmente pueden resolver los dilemas
que entrañan. ¿Qué hay de justo en matar a un lechero que, coyuntural e
indeseadamente, porte un arma? Puede ser necesario, pero justo no. Estamos
en un problema diferente, moviéndonos en planos distintos.
10
LÉVY, Bernard-Henri. Reflexión sobre la guerra, el mal y el fin de la Historia. Ediciones B,
Barcelona, p. 171.
11
SCHMITT, Carl. El concepto de lo político. Alianza Editorial, Madrid, 1991, p. 90.
196
La ética militar en el siglo XXI
ESPAÑA
Estas guerras, siembran pues justicia y cosechan muerte12. “Fiat justitia
ruat coellum”13. De ahí que construir la paz sobre el justo castigo es sucumbir
a la falacia pedagógica y renunciar a lo esencial, el fin último de todo conflicto
es la paz en sí misma, sin adjetivaciones14. La paz pertenece a la política; no
obstante, para que sea duradera, sino es desde la aniquilación del enemigo,
debe construirse sobre la justicia. Pero paz y justicia no son necesariamente lo
mismo. De cualquier manera, según la tradición, la guerra justa se asienta siempre
sobre una justa causa y medios acordes. Es decir, afecta simultáneamente a los
planos operacional, por los medios y político, a través de los fines.
Así se sucumbe a la tiranía de los valores, a la asignación de categoría a
uno solo y al desprecio de los demás; aunque Kant lo hiciera, el planteamiento
es insuficiente, todos los valores deben ponderarse. Otro tanto sucedería si el
concepto de referencia fuese la “libertad” o la “igualdad.” ¿Acaso estos son
términos inferiores a la justicia?
El ocaso del deber y la ética indolora de la vacuidad que todo lo relativiza
supone negar el principio moral. Impugnar ese órgano de conocimiento,
previo a cualquier especialización militar, política, social, económica o
cultural, que llamamos conciencia, significa negar al hombre su capacidad de
distinguir lo bueno de lo malo y por lo tanto su libertad. “El concepto de
libertad reclama, por su misma esencia, un complemento que le proporcionan
lo justo y lo bueno.” Estas palabras de Joseph Ratzinger serían aplaudidas por
Aristóteles. “La libertad es indivisible y debe ser considerada siempre como
conectada al servicio de la humanidad entera. Esto significa que no puede
haber libertad sin sacrificio y renuncia. La libertad requiere velar para que la
moral sea entendida como un lazo público y común, para que se le otorgue, a
ella, que carece de poder, el verdadero poder al servicio del hombre”15. Esta
tarea, siendo especialmente pesada para los que están en lo más alto de la
cadena de mando, puede ser también dura para los que viven a caballo de las
fronteras, en la primera línea del encuentro o del choque con lo diferente. Pero
en cualquier caso, para unos o para otros, para todos, es preciso enfrentarse
a la tesis de Sarajov, que en circunstancias muy difíciles afirmaba que “ningún
12
WALZER, Michael. Guerras justas e injustas. Ediciones Paidós España S.A., Barcelona 2001, p. 161.
13
“Hágase justicia aunque se derrumbe el cielo”.
14
WALZER, Michael. Guerras justas e injustas. Op. cit., p. 167.
15
RATZINGER, Joseph.“Verdad, valores, poder: Piedras de toque de la sociedad plural”. Ediciones
RIALP Madrid 2005.
197
La Ética del Soldado del Siglo XXI
hombre puede rechazar su parte de responsabilidad en aquellos asuntos de
los que depende la existencia de la humanidad”.
Al hilo de esta reflexión parece, por tanto, oportuno empezar por
trabajar el desarrollo de la conciencia de cada hombre antes de hablar de
una ética específica del ciudadano o del soldado. Todo esto se debe al hecho
no a la hipótesis de que la conciencia es la ventana que abre al hombre el
panorama de la verdad común que nos sustenta y sostiene a todos, haciendo
posible que seamos una comunidad de querer y de responsabilidad. Cualquier
miembro de nuestras Fuerzas Armadas antes que soldado fue y es español
y antes que español es hombre. Sin conciencia cualquiera de nosotros en
medio del monte, junto a los bárbaros, los monstruos y los lobos, en medio
del caos y la violencia desatada podemos sin darnos cuenta convertirnos en
licántropos. Arriar la bandera de la conciencia nos hace vulnerables al peligro
de la deshumanización que viene necesariamente asociado a las pruebas más
duras, donde cada uno tiene que tomar partido por el hombre que aspira a ser
o por la bestia que ruge con rabia dentro de cada cual.
“No siempre es posible someter a los agentes de inteligencia y las fuerzas
especiales a un escrutinio democrático pleno. No obstante, los propios soldados
siguen siendo ciudadanos y su responsabilidad ante el orden constitucional que
defienden sigue siendo el tribunal último que les salvará a ellos y a nosotros de
caer en la barbarie”16.
EL PLANO POLÍTICO. LOS FINES DE LA VIOLENCIA
Resulta muy común aseverar que la violencia es inútil, pero tal afirmación
encarna una notable falacia. Es más, la violencia es tan extraordinariamente
útil que está prohibida; de no ser así, sería habitual y la comunidad entera se
resentiría globalmente de ello. La idea es la base sobre la que se construyó el
hobbesiano concepto del Leviatán.
En cualquier caso, hacen falta instrumentos de control para regular la
violencia y darle un sentido, una cultura, una ética –aunque sea solo por razones
meramente utilitaristas– que la extraiga de lo estrictamente emocional. La
guerra es violencia con sentido. Y su sentido es la política.
16
IGNATIEFF, Michael. El mal menor: Ética política en una era de terror”. Taurus, Madrid 2005.
198
La ética militar en el siglo XXI
ESPAÑA
Los fines son los objetivos de la lucha de modo que la violencia solo
cumple cuando se adecua a ellos. Es decir, no solo se debe hacer un uso de la
violencia acorde a la cultura –la verdad es hija de su época– o mejor aún a la
cultura dominante, sino que esta debe encontrarse también alineada con los
objetivos políticos. Como Yepes Stock señala:
“el sentido propio del término violencia designa la ausencia de una medida interna
y externa del acto de fuerza… La fuerza se convierte en violencia si destruye
sin medida. No cabe en esto debilidad: la fuerza es buena, significa potencia y
plenitud. Pero debe colaborar con la vida e impulsarla. Si la agresividad insiste en
destruir sin razón, sin ley, es ya violencia; se ha vuelto amenazadora”17.
Pero lo moral encarna un gravísimo peligro. Los juicios morales son juicios
de valor, mientras que los juicios sobre lo que es o no jurídico son juicios de
hecho. En los juicios morales existe un relativismo en la medida en que las
propias sociedades a través de su cultura específica se transforman en factorías
de moralidad. No caben los juicios desde absolutos morales por más que sea
preciso a la hora de elaborar un juicio o buscar una referencia de construcción
y facilitarla. Hasta cierto punto realismo (que, además, encarna un lenguaje de
justificación) como pacifismo, son propios de absolutistas morales. Con todo,
Kosovo será el primer caso de guerra como “deber moral” de la era moderna18, y
a juicio de no pocos ha planteado muchos más problemas de los que ha resuelto.
La crueldad así medida sería desde esta perspectiva, y solo en cierta
medida, un parámetro más, el resultado de la adecuación de medios y fines,
obligando a ponderar objetivos y adoptar soluciones tan conflictivas como
imponer riesgos añadidos a los soldados propios para proteger a los civiles. Lo
que en un tiempo pudo ser normal hoy sería crueldad, violencia innecesaria.
La cuestión es que la ética no puede situarse en el ámbito de los fines ya
que todos son válidos19, sino en el de los medios en su relación con los fines,
17
STOCK, Yepes. Fundamentos de antropología. Eunsa, Pamplona 1987, p. 303.
18
WALZER, Michael. Reflexiones sobre la guerra. Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona 2004, p. 34.
19
Decía Einstein, “sé que es tarea difícil discutir sobre juicios fundamentales de valor. Si,
por ejemplo, alguien aprueba, como fin la erradicación del género humano de la tierra, es
imposible refutar este punto de vista desde bases racionales. Si, en cambio, hay acuerdos
sobre determinados fines y valores se puede argüir con razón en cuanto a los medios pueden
alcanzarse estos propósitos”. (Tortosa Blasco, José María. “La palabra terrorista” en VV. AA.
Afrontar el terrorismo. Gobierno de Aragón 2006).
199
La Ética del Soldado del Siglo XXI
lo que hace, parafraseando a Gandhi, que a medios impuros correspondan
fines impuros; son los medios así los que justifican los fines y no al revés. Es
esta una candente cuestión de debate. Las éticas finalistas no solo no son
operativas sino que encarnan un argumento falaz y belicoso. Así, para Sartre
la violencia es
“la negación de la legalidad, la destrucción del mundo que la deja frente al fin
concebido como absoluto. No es el fin el que justifica los medios, es el medio el
que justifica el fin confiriéndole por la violencia (sacrificio del mundo entero por
el fin) un valor absoluto. En este caso la violencia tiene por fin hacer aparecer el
universo de violencia”20.
La ética está ligada a la praxis, a la forja de las conductas; no puede ser
solo un elemento limitante, es decir, exclusivamente determinante de aquello
que no se debe hacer, sino habilitante y proactivo, y por consiguiente con un
papel fundamental en el diseño de las estrategias que han de servir de base
en la lucha. La cuestión es que satisfacer los mandatos positivos es mucho más
demandante que cumplir las proscripciones negativas. “Cuando los cohetes
están arriba / ¿A quién le importan donde caigan?/ Eso no es responsabilidad
de mi departamento/ dice Werner von Braun”21.
Esto enlaza nuevamente con el juicio que emitiera Hannah Arendt22 sobre
Eichmann, según su parecer era una persona normal con una vida corriente, no
un degenerado patológico; era un burócrata extraordinariamente eficiente que
simplemente no se cuestionaba lo que hacía y lo hacía bien. De hecho, seis psiquiatras
habían certificado que se trataba de una persona normal y, una vez más, de un
buen padre de familia23. Enzensberguer coincidirá con este juicio y señalará cómo
Eichmann se ocupó esencialmente de expedientes, transportes y estadísticas24.
El asesinato de millones de judíos se redujo simplemente a un banal
problema administrativo. Bastaba con tramitar unos códigos emitidos por el
sistema, aun a sabiendas de su naturaleza injusta y sus terribles consecuencias
20
SARTRE, J.P. Cahiers pour une morale. Editorial Gallimard, París 1983, p. 181. Citado por García
Caneiro.
21
Ibidem, p. 243.
22
ARENDT, Hannah. Eichmann en Jerusalén. Editorial Lumen, Barcelona 1999.
23
Ibidem, p. 46.
24
ENZENSBERGER, Hans Magnus. Política y delito. Seix Barral, Barcelona 1968, p. 33.
200
La ética militar en el siglo XXI
ESPAÑA
porque no le competía emitir un juicio sobre ellos. Es una prueba más de la
verdad del célebre dictum de Burke “todo lo que es necesario para el triunfo
del mal, es que los hombres de bien no hagan nada”.
La exuberancia de la guerra genera una multiplicidad de contradicciones,
como por ejemplo en relación con el humanitarismo. Clausewitz sostiene
lúgubremente al respecto.
“el hecho de que una matanza es un espectáculo horrible, debe servirnos para
tomar la guerra más seriamente y para no encontrar excusas para utilizar nuestras
armas de forma gradual en nombre de la humanidad”25.
Opinión que es suscrita por un cínico Hitler que afirma
“por lo que al humanitarismo respecta, Moltke dijo que la guerra radicaba
en la celeridad del procedimiento, es decir, que el humanitarismo suponía en
consecuencia el empleo de los medios de lucha más eficaces; según eso las armas
más crueles son las más humanitarias”26.
Estas ideas enlazarían a posteriori con el pensamiento de Luttwak que
afirma que los conflictos hay que dejar que ardan hasta que se extingan,
sin entrar a proporcionar a las partes ayuda humanitaria, porque eso es
prolongarlos indebidamente para nuestro solaz moral y el mal de quienes los
padecen. Después, agotadas las partes, empezar a construir la paz.
EL PLANO OPERACIONAL. ÉTICA Y GESTIÓN DE LA VIOLENCIA
La guerra constituye por excelencia un acto de revancha sobre lo racional27,
una apuesta entre paréntesis del sistema de valores vigente, una especie de epojé
escéptica28 que no prejuzga ni cuestiona su ordenamiento, sencillamente lo difiere, lo
25
CLAUSEWITZ, Carl von. De la Guerra T I. Ministerio de Defensa 1999, Libro I, Capítulo 11.
26
SANTAMARTA DEL POZO, Javier. “Antecedentes de la cooperación civil y militar” en Santamarta
del Pozo, Javier (dir). La cooperación entre lo civil y lo militar. IUGM, Centro de Investigaciones
Sociológicas, Madrid 1979M, Madrid 2007, p. 50.
27
VERSTRYNGE, Jorge. Una sociedad para la guerra. Los efectos de la guerra en la sociedad
industrial. Centro de Investigaciones Sociológicas. Madrid, 1998, p. 107.
28
Término utilizado por primera vez por Pirrón para designar la suspensión de juicio sobre los fenómenos
del mundo y justificar la ataraxia, la imperturbabilidad. www.iacat.com/revista/recrearte/.../1.%20El%
201
La Ética del Soldado del Siglo XXI
pospone y de esta manera obvia el juicio. El orden de las cosas cambia. Como Nietzsche
señala, con la guerra se produce una importante transmutación de la escala de valores.
Así, Fuller recuerda que para Hobbes29 las virtudes de la guerra son la
fuerza y el engaño que para Platón “justicia es ayudar a los amigos y dañar a los
enemigos”30. Verstrynge recogiendo todas estas ideas apunta cómo la guerra
“desplaza las fronteras de lo sagrado. Instantáneamente, la vida humana, la
propiedad de otro, la libertad… cambian de significado… se puede clasificar a la
guerra como una contra-sociedad, una sociedad que niega todos los valores en
los que reposa”31.
La guerra afecta a la psicología del ser humano al que introduce en
un universo sin normas al tiempo que le libera de las tensiones a las que de
ordinario se ve sometido. El resultado es un comportamiento exuberante que
afecta a su actitud, a su proceder y que sirve hasta como estímulo para la
creación. Pero el hombre sigue siendo el mismo.
Y es que la esfera de la fuerza no es del todo diferente de la esfera de la
moral; en ambas existen espacios comunes, se encuentran interrelacionadas32.
La teoría moral se ha incorporado a la concepción del uso de la violencia para
entrar a valorar sobre cuándo y cómo utilizarla, tanto en términos de razón
como de modo33. A mayor justicia no debe corresponder mayor derecho, y
consecuentemente, no todos los medios son legítimos.
La diferencia entre un psicópata y un soldado se encuentra precisamente
en la ética, que encauza a la violencia y la mantiene contenida dentro de una
estructura intelectual que le blinda frente al nihilismo. Forma parte de él, pero
se encuentra controlada.
La rabia instintiva y ciega es totalmente incompatible con la matanza
masiva por más que no lo esté con una muerte aislada. Un fusilero que tiembla de
cólera no acertará en el blanco; la adrenalina no dispara los misiles, lo hacen los
29
HOBBES, Thomas. Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil.
Alianza Editorial, Madrid 1989, p. 106.
30
FULLER, J.F.C. La dirección de la guerra. Ediciones Ejército, Madrid 1984, p. 41.
31
VERSTRYNGE, Jorge. Op. cit., pp. 102-103.
32
GRASSA, Rafael. Introducción al libro de Walzer, Michael. Guerra, política y moral. Ediciones
Paidós, Barcelona 2001, p. XV.
33
WALZER, Michael. Reflexiones sobre la guerra. Op. cit., p. 34.
202
La ética militar en el siglo XXI
ESPAÑA
sistemas informáticos. Se está ante un proceso intelectual más que emocional34,
aunque puntualmente pueda precisarse más de emoción que de intelecto.
Además, la guerra es interactiva y los contendientes, por inercia, tratan
de superarse los unos a los otros sin límite en cuanto a la violencia teórica que
van a utilizar; es el famoso principio de acción recíproca y alzamiento de los
extremos enunciado por Clausewitz.
Como resultado, al cabo de un tiempo terminan pareciéndose entre sí
en infinidad de detalles y las diferencias iniciales que les separaban cuando
comenzaron a enfrentarse terminan por desaparecer35. La guerra paradójicamente se constituye en un espacio para el encuentro y mutuo conocimiento.
Como consecuencia, los muros sobre los que se encontraba construida
la personalidad comienzan a debilitarse como resultado del encuentro entre
mundos e identidades que implica la guerra y las contradicciones y dudas que
de ello se derivan.
Una vez derribadas las barreras culturales, los impulsos humanos más
primitivos se colapsan, lo que convierte a la anomia en un caldo de cultivo
fértil para la proliferación de los comportamientos violentos36. Por eso, las
conductas aberrantes florecen cuando los valores culturales se desmoronan,
los controles colectivos se desintegran y la cultura pierde su función reguladora
de la sociedad. Es lo que se conoce como un estado de anomia; tal situación, a
juicio del psiquiatra Rojas Marcos37, se produce bajo circunstancias patológicas
de desorganización social y
“consiste en el desmoronamiento de las reglas morales y de las normas sociales
de comportamiento”, y “surge cuando las necesidades esenciales de las personas
como la identidad, la autoestima y la seguridad no se satisfacen”, lo que provoca
que “acaben por transformarse en indolencia total hacia la participación social...”38.
34
VV. AA. Apuntes de Polemología. Op. cit., Capítulo VIII. No se puede imputar la responsabilidad
de la guerra a la agresividad humana, a mecanismos instintivos; sin embargo, sí puede inferirse
que se han perdido los controles genéticos sobre ese instinto. Entre animales como los monos
y simios responden instantáneamente con el apaciguamiento a cualquier señal de derrota del
animal enfrentado.
35
PIZARRO Pizarro, José A. La guerra de Indochina punto de inflexión de la historia militar
contemporánea. Tesis doctoral Universidad Complutense, Facultad de Geografía e Historia
2007, pp. 5 y 6.
36
ROJAS Marcos, Luis. Las semillas de la violencia. Espasa Calpe, Madrid, 1995, p. 203.
37
Ibidem, p. 188.
38
Ibidem, p. 203.
203
La Ética del Soldado del Siglo XXI
La vulneración de un principio ético genera un malestar emocional
profundo, el sentimiento de culpa. La función de la culpa es evitar la reedición
de una conducta, la cuestión se incardina entonces en la existencia de
referencias.
En cualquier caso, durante un conflicto se hace un uso lato de la violencia
que, como recuerda Clausewitz, tiende a desplazarse hacia los extremos. El
criterio legal para su utilización es la proporcionalidad, una proporcionalidad
que relaciona fines y medios y que asigna al militar el difícil papel de gestor de
la violencia en frecuencia y amplitud.
Esta alcanza desde la “violencia simbólica”39 (como pudo ser la
diplomacia de las cañoneras tan propia del siglo XIX) hasta la guerra total.
Si son concordes se habrá hecho un uso adecuado, ético, en caso contrario
dicho uso será desproporcionado, culpable e injusto. La ética está inscrita en
una concreta época.
Pero la ética precisa de una regulación positiva que recoja los valores
que propugna. Por eso y pese que la guerra se encuentre prohibida desde los
Tratados de Locarno (1925), existe una regulación de lo prohibido, el derecho
de los Conflictos Armados o Derecho Internacional Humanitario. Cambiando
de nombre se soluciona el problema. Es la magia de las palabras.
El Derecho Internacional Humanitario impone limitaciones en la
elección de métodos y medios que ocasionen males superfluos o daños
innecesarios, así como toda forma de violencia que no sea indispensable
para lograr la superioridad sobre el enemigo estableciendo la necesidad de
ponderar la ventaja militar conseguida en relación con los daños incidentales
o colaterales. La proporcionalidad aludida se extiende a aspectos que van
desde el planeamiento, a la decisión o la ejecución40.
Por ello, cuando se han promulgado tantas precauciones y normas, no
deja de resultar extraño que también sea cuando los conflictos se han hecho
más violentos y mortíferos, particularmente entre la población civil; la guerra
siempre se abre camino. Es algo que no se deja banalizar. Así y contra lo que
pueda resultar predecible, en la Segunda Guerra Mundial el ejército alemán
incumplió menos las leyes de la guerra de lo que lo había hecho en la Primera41.
39
ARON, Raymond. Paz y guerra entre las naciones. Revista de Occidente, Madrid 1963, p. 88.
40
OR7-004. El Derecho de los Conflictos Armados. Tomo I. Doctrina del Ejército de Tierra.
Noviembre 2007, pp. 2-13 y ss.
41
LIDDELL Hart, Sir Basil Henri. El otro lado de la colina. Ediciones Ejército, 1983, p. 47.
204
La ética militar en el siglo XXI
ESPAÑA
El militar por definición administra la violencia, es así uno de sus ministros,
según las pautas culturales de su sociedad. Puede ser en última instancia un
ministro de la muerte. No obstante pensadores como Fuller sostienen que el
desarrollo de los ejércitos profesionales y permanentes contribuyó a limitar y
encauzar la violencia42. Las nuevas guerras parecen querer darle la razón. El
problema es que no hay un jurista al lado de cada fusilero.
Y es que el soldado se encuentra sometido a una doble pulsión. Por un
lado debe ser capaz de contar con el valor preciso para enfrentar a un enemigo
físicamente superior y, por otro, aceptar hasta sus últimas consecuencias la
voluntad de un líder distante que pudiera además considerar débil, todo ello
sin que las circunstancias atronadoras que le envuelven lleguen a provocar
su colapso psíquico43. La guerra es un espacio de supervivencia; vida y
pensamiento parecen navegar en él por planos distintos y cuando coinciden
generan exuberantes contradicciones.
La cultura es ciertamente un instrumento de dominación. En este sentido,
la ética sirve para el necesario control del soldado, limita su capacidad de
obrar al tiempo que la hace predecible. De esta manera también se le dota de
la imprescindible independencia que requiere el cumplimiento de su misión,
es decir potencia su capacidad de adaptación al medio.
Y es que, como sostiene Von Moltke, no hay plan que resista al contacto
con el enemigo; el soldado debe adaptarse a las circunstancias operando
conforme al propósito del mando y lo hace obrando conforme a la ética y a
la doctrina. De esta manera se logra el alineamiento de todos los miembros
de las Fuerzas Armadas, con lo que se logra una actuación sinérgica porque
actúan de modo predecible y la respuesta resulta coordinada en la dirección
que se determine.
Es un hecho que la personalidad del combatiente sufre un irreversible
proceso de transformación psicológica durante el conflicto que lo llevará a su
extrañamiento, a su definitivo no reconocimiento. Para estudiarlo conviene
tener presente los rasgos más relevantes del personal que toma parte en la
contienda44.
42
FULLER, J.F.C. Op. cit., p. 24.
43
BOUTHOUL, Gastón. Tratado de Polemología. Ediciones Ejército, 1984, p. 539.
44
Ibidem, p. 524.
205
La Ética del Soldado del Siglo XXI
La obra de Joseph Conrad “El corazón de las tinieblas”45 muestra
a las claras la banalidad del mal, la existencia de una lógica propia en los
acontecimientos que se presentan como naturales en su entorno específico,
fuera del cual no es posible que sean comprendidos.
A través de un viaje por el río Congo, cargado de experiencias
paradójicas, poco a poco se conduce a la esquizofrenia al observador, que se
ve inmerso en ellas cuando aun es portador de los patrones de su cultura, pues
es capaz de comprender la lógica de lo que sucede por más que le repugne;
por ello y para preservar su integridad tiene que impregnarse de los nuevos
códigos. Con lo cual, el choque más importante sobrevendrá cuando retorne
a su cultura y se pongan de manifiesto las contradicciones de su proceder.
Las matanzas de inocentes acaecidas en Ruanda o durante la Segunda
Guerra Mundial, matanzas como la de My Lay, la conducta sexual de los
disciplinados soldados nórdicos en el centro de África, no se explican sino
desde dinámicas propias asociadas a momentos de gran confusión moral: en
ellos los más sacrosantos valores (como el de la vida) son discutidos aun al
amparo de una religión que ordena preservarlos; las célebres tropas de asalto
nazis llevaban la inscripción “Gott mit uns” (Dios está con nosotros).
Hoy en día los medios de comunicación de masas, la televisión, relacionan
los dos mundos sin que se produzca un cambio de códigos generando horror,
un horror hiperacentuado por la falta de transición. Y cuando se abandona ese
estado de ánimo, no puede entenderse la secuencia lógica que ha conducido
finalmente a la violencia. Es una repentina incomprensión de acciones que,
un momento antes, parecían completamente lógicas y naturales, envueltas en
dinámicas propias y autorreferentes.
LA EROSIÓN DE LA IDENTIDAD MORAL
La erosión de la identidad moral del combatiente, moldeada en torno a
valores parcialmente autónomos, hace que sus límites morales sean susceptibles
de deslizarse progresivamente y disminuir los niveles de exigencia, lo que
posibilita actos que antes no se hubieran hecho realidad jamás46. A juicio de
45
CONRAD, Joseph. El corazón de las tinieblas. Editorial Juventud, Madrid 2006.
46
GLOVER Jonathan. Loc. cit.
206
La ética militar en el siglo XXI
ESPAÑA
Jonathan Glover47, existen distintas formas de erosión de la identidad moral, que
se reducen básicamente a difuminar sus fronteras y distribuir la responsabilidad
creando espacios para que se realice una transición sin ruptura.
Algunos ejemplos son la evasión, esto es, no reconocer aquello que
realmente se está haciendo, la fragmentación de la responsabilidad, con
lo que el ejecutor deja el trabajo por acabar en manos de otro y no ve su
resultado48 o su realización por fases, que la presenta como un continuum
que hace que se ignore cuál ha sido su punto de partida y cuál es la finalidad
última, de modo que cada fase active e impulse la siguiente.
Todo lo cual, compelido además por una mecánica y unos plazos de
entrega, hace que se genere así un cierto taylorismo, una cadena de montaje
de la aniquilación. Ello se ve reforzado mediante fórmulas como el deliberado
estrechamiento de la atención y su concentración en los aspectos meramente
burocráticos o científicos del problema.
En este marco, la distancia no solo disminuye la simpatía sino que
también reduce el sentimiento de responsabilidad, ya que al alejarse el
ejecutor de la víctima se hace posible su despersonalización y se evita la
repulsión moral lo que facilita el acto (por ejemplo, un bombardeo en el que
no se ven las víctimas ni se señala a ninguna concreta).
Además, una vez puesta en marcha la operación mediante un impulso
institucional, se genera una inercia moral que la dota de una vida propia lo
que hace aun más difícil el comienzo de una fase política distinta, como ha
podido observarse, por ejemplo, tras la caída del Muro de Berlín.
Se puede utilizar la pseudoespeciación que se produce al presentar al
contendiente como subhumano o no humano, permitiendo el trato inhumano
e incluso el exterminio49. Como señala Edward Said basta con generar
un estereotipo, dar unos rasgos marcados, sin ninguna individualidad, y
contraponerlos al modelo elegido para hacer que se perciba un sentimiento
de amenaza50. El maniqueísmo de los totalitarismos comunista y nazi frente a
“los otros” les confiere un espacio común51.
47
Ibidem.
48
ZINN, Howard. Sobre la guerra. Ediciones Mondadori, Barcelona, 2007, p. 243.
49
Ibidem, p. 74.
50
SAID, Edward W. Orientalismo. Editorial Libertarias, Madrid 1990, p. 338.
51
ARON, Raymond. Un siglo de guerra total. Colección Galileo. Ediciones Hispano Europea, 1958,
p. 229.
207
La Ética del Soldado del Siglo XXI
El raciocinio, como señala Max Weber, es “la realización metódica de
un fin mediante un cálculo cada vez más preciso de los medios adecuados”;
esto conduce hacia una neutralidad resultado de abordar los problemas
en términos técnicos, lo cual permite obviar cualquier aspecto subjetivo,
incluidos los éticos52; ejemplos son las listas53 o los trabajos de los ingenieros
para reforzar los tubos de escape, afectados por los “ácidos” producidos en el
interior de los vehículos utilizados como cámaras de gas móviles. Como dijera
cínicamente Stalin. “Matar a un hombre es una crueldad, matar a un millón un
problema administrativo”.
El taylorismo moral del proceso es evidente. Unos los seleccionan, otros
los buscan, otros los detienen, otros los llevan al ferrocarril, otros los transportan,
otros los llevan al campo de detención; unos los llevan a las cámaras de gas,
otros las activan, otros sacan los cadáveres, otros los transportan, otros los
incineran, otros reparan y proporcionan apoyo logístico… Y quien coordina la
actividad de todos no tiene que ver nada y puede ejercer de padre de familia
sin remordimiento, solo maneja papeles. Por eso en la sentencia que condenó
a Eichmann se establecía:
“en un delito tan enorme y complicado como el que nos ocupa, en el que
participan muchos individuos, situados en distintos niveles, y en actividades de
muy diversa naturaleza – planificadores, organizadores y ejecutores, cada cual
según su rango, de poco sirve emplear los conceptos comunes de instigación
y consejo en la comisión de un delito. Estos delitos fueron cometidos en masa,
no solo en cuanto se refiere a las víctimas, sino también en lo concerniente al
número de quienes perpetraron el delito, y la situación más o menos remota
de muchos criminales en relación al que materialmente da muerte a la víctima
significa en cuanto a medida de su responsabilidad. Por el contrario, en general,
el grado de responsabilidad aumenta a medida que nos alejamos del hombre
que sostiene en sus manos el instrumento fatal”54.
En el pasado, la hybris, el exceso en la batalla y aun después de ella, la
efusión de sangre, era no solo lo normal, sino también, en no pocas ocasiones,
52
TERNON, Yves. El Estado criminal. Los genocidios en el siglo XX. Edicions 62, Barcelona, 1995
pp. 124-125.
53
Por eso la “lista de Schlinder” representa la absoluta oposición a esta tendencia, virtud y
compromiso.
54
ARENDT, Hannah. Op. cit. p. 359.
208
La ética militar en el siglo XXI
ESPAÑA
lo correcto. Hoy, ya ningún Estado reconocerá su culpa o se enorgullecerá
de ello –como se hacía en el pasado y era marca de gloria– por lo que tiene
que disfrazarlo; pero como no lo puede disimular por completo lo incluye en
su discurso ideológico y así se reencuentra en el cumplimiento del crimen.
Debe pues mentir con habilidad y, sin negar la realidad de la destrucción del
grupo relativizarla, recusar la intención y atenuar las responsabilidades. Todas
las etapas en que se desarrolla llevan el sello de la negación55.
Por eso, los juicios de Núremberg pudieron realizarse vulnerando,
entre otros, el principio de no retroactividad56 de las leyes penales –con lo
cual se reconocía el estado de necesidad de castigar unos crímenes que lo
eran desde la época de Caín, por más que hubiesen sido legalizados y fueran
llevados a cabo por funcionarios– transgrediendo el dogma de la soberanía de
los Estados, siendo un precedente y abriendo la puerta en el futuro al derecho
de injerencia57. De esta manera se reconoce al individuo –y no al Estado– la
cualidad de sujeto de Derecho58.
De hecho y aunque la Historia ha contemplado ya la aniquilación de
pueblos enteros, hubo de introducirse un neologismo para definir el nuevo
tipo de crimen surgido durante la Segunda Guerra Mundial: el genocidio59, un
híbrido de dos palabras, “genos” que significa origen, especie, y “caedere”
cuyo significado es matar60. Con ellas la actividad de aniquilar se introduce
en la racionalidad. Como apunta, Aleksandr Solzhenitsyn, los malvados de
Shakespeare solo mataban a diez o doce porque no había orden.
LA SEGUNDA BANDERA ES LA DE NUESTRA COMUNIDAD
La esencia de lo político es la distinción entre el nosotros y el ellos,
entre el aquí y el allí, por eso las polis griegas tenían murallas. Pero hoy la
globalización nos aprieta a todos en un mundo cerrado donde no se sabe
55
TERNON, Yves. El Estado criminal. Op. cit., p. 102.
56
“Nullum crimen, nulla poenam sine lege previa”.
57
Ampliación de las competencias del tribunal, no excusa absolutoria para los Jefes de Estado o
altos oficiales, no obediencia debida.
58
TERNON, Yves. Op. cit. pp., 32 y 33.
59
Citando a Pierre Drost: “El crimen de genocidio bajo su forma más grave es la destrucción
deliberada de seres humanos tomados individualmente en razón de su pertenencia como tales
a una colectividad humana cualquiera”. Ternon, Yves. El Estado criminal. Op. cit., p. 45.
60
TERNON, Yves. Op. cit., p. 37.
209
La Ética del Soldado del Siglo XXI
con claridad lo que es dentro y lo que es fuera. En estas circunstancias es muy
difícil fabricar una nación aun teniendo un buen ejército y un buen Estado.
Si el primer principio de moralidad puede ser aceptar nuestras propias
limitaciones, el segundo podría ser aceptar las limitaciones que la realidad
y los conceptos nos imponen. Posiblemente sea verdad que casi todo los
términos en política terminen siendo polémicos, pero da la impresión que
hay uno que no puede serlo y es el de prevalecer como sujeto político y por
lo tanto como actor estratégico. El nosotros y el ellos no desaparecerá nunca
y los antagonismos tampoco, aunque existan más medios que antes para
ponernos en relación no es posible imaginar un mundo sin antagonismos,
donde las contraposiciones no terminen cuajando en términos políticos. Las
fronteras pueden separarnos menos que antes, pero sería bueno que siguieran
amparándonos como antes de algunas prácticas que nos resultan inasumibles.
Los caníbales siempre deben ser los otros y en el mundo todavía hay tribus
caníbales.
En este sentido, la ética militar del siglo XXI será la ética de nuestra
comunidad política, adaptada a la especial función de la defensa de lo propio
con el uso de las armas para derrotar al enemigo o evitar ser derrotado por él.
Por mucho que nos empeñemos, las Fuerzas Armadas tienen su fundamento
en su capacidad de desarmar al enemigo o evitar ser desarmado por él. “Las
actividades que abarca el término militar son muy numerosas y, de hecho,
principalmente logísticas y administrativas. No obstante, la noción de
combate, preparación para la batalla y la batalla real, sigue constituyendo un
valor militar central”61.
El siglo XXI se presenta lleno de incertidumbre. Nos hemos acostumbrado
a oír a los expertos describir el futuro ambiente estratégico, también evaluar
el presente, como incierto, complejo y conflictivo. El juicio de los analistas,
en este caso, no parece ser muy original. El futuro siempre ha sido incierto, la
realidad compleja y la vida conflictiva. Este diagnóstico no puede fallar. Pero
quizá la relevancia de su aportación no esté relacionada con la cualidad del
tiempo que está por llegar sino con la cantidad de incertidumbre, complejidad
y conflictividad que se aproxima. Parece que todo el mundo diciendo lo mismo
coincide en apuntar un escenario futuro menos predecible. Sin embargo el
potencial de los nuevos flujos de globalización permite ampliar las relaciones
61
JANOWITZ Morris.“El Soldado Profesional”. Ministerio de Defensa Madrid 1990.
210
La ética militar en el siglo XXI
ESPAÑA
y construir poco a poco comunidades más amplias. Los ejércitos europeos
enfrentados durante siglos son hoy aliados y nadie puede imaginarse a la Real
Fuerza Aérea Británica bombardeando Dresde.
Con la caída del Muro de Berlín los antiguos miembros del Pacto
de Varsovia, a través de un inteligente programa de asociación por la paz
(Partnership for Peace) liderado por la OTAN, rápidamente dejaron de ser
otros para ser nosotros. Primero su integración en la Alianza Atlántica y
luego en la Unión Europea ha permitido ampliar nuestras comunidades en
un espacio común que vota unido a un parlamento europeo. Esta ampliación
del horizonte tiene que ver también con la seguridad y por eso también con
los ejércitos, que quizá paradójicamente para algunos puedan convertirse en
vectores de integración.
La diplomacia de la defensa, la cooperación militar, las misiones
internacionales han sido un crisol donde los militares han hecho algo más
por Europa. Hoy en la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas alumnos de
30 países amigos y aliados estudian juntos. Seguramente hacer algo juntos
es solo una forma de empezar a construir la paz pero además es la mejor
manera de conocer a otros y descubrir lo que tienen de humanos. Oficiales de
Mauritania, Marruecos, Argelia, Egipto, Senegal, Cabo Verde, Portugal, Italia,
Francia, Estados Unidos, Tailandia, Guinea, Perú, Brasil, Uruguay, Argentina,
Pakistán, Republica Dominicana, Reino Unido, Ecuador, Alemania, Guatemala,
México, Filipinas y España aprenden y se adaptan juntos. Esta es una forma
concreta de, usando las relaciones personales e institucionales, luchar a
favor de la anti-war, al permitirnos descubrir en otros un substrato básico de
humanidad que podemos respetar como bien común capaz de condicionar
todos los demás bienes.
La ética militar del siglo XXI además de ser fruto del conocimiento,
respeto y veneración de lo propio, debe también estar abierta al reconocimiento
del calor de la colaboración con los demás en la construcción de espacios en
principio más seguros. Entre otras cosas, porque aunque alguien que pudiera
vernos en nuestro uniforme y con nuestra bandera como adversarios puede al
mismo tiempo descubrir que más allá están los hombres lobos, que son mucho
más peligrosos. El mejor colchón de intereses es el de la seguridad y la defensa,
bueno es probable que no sea el más destacado pero sí debe ser el primero.
Los militares de aquí y de allí forman parte de una comunidad y siendo
diferentes muchas cosas en los distintos países hay una cultura corporativa y unas
virtudes en gran parte compartidas. En algunos casos es más fácil que dos militares
211
La Ética del Soldado del Siglo XXI
se entiendan, aun siendo de países y culturas diferentes, a que un militar pueda
entenderse con un político de su propio país. Si siempre es verdad que hacer cosas
juntos es una buena forma de construir la paz, lo es especialmente con mayor
certeza cuando son militares los que hacen cosas juntos. Vivir con otros, aunque
sean diferentes, en la desagradable comarca del peligro, la incertidumbre y el azar
une mucho. Es más fácil construir un ejército europeo que un ministerio de defensa
europeo y mucho más fácil que una industria de defensa europea.
Prueba de ello ha sido la presencia de fuerzas de combate francesas en
Afganistán, participando en la misión de ISAF, y el actual nombramiento como
Comandante Supremo del Mando Aliado de Transformación, Supreme Allied
Commander Transformation, del General francés de cuatro estrellas del Ejército
del Aire de Francia Jean Paul Palomeros. En la estructura de mandos actual
de la OTAN solo existen dos mandos estratégicos; uno de ellos en Norfolk,
Virginia, y el otro en Mons, Bélgica. Precisamente el mando de Norfolk en los
Estados Unidos, el Mando Aliado de Transformación de la OTAN, lo ejerce un
Oficial General francés. La reintegración en la estructura militar de la OTAN
de Francia, después de que el general De Gaulle decidiera dejarla en 1966, se
produjo en 2009 bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy con toda normalidad.
En Afganistán murieron 86 soldados franceses luchando contra la
insurgencia talibán. Entre las unidades del ejército francés desplegadas en
Afganistán se encontraba el Regimiento de Marcha del Chad, donde sirvieron
durante la Segunda Guerra Mundial muchos españoles. El tercer Batallón
de este famoso Regimiento se llamaba el Batallón español, donde lucharon
compatriotas nuestros exiliados después de la Guerra Civil. La novena
Compañía de este Regimiento del Chad fue la primera en entrar en París para
liberarlo de la ocupación alemana, de sus componentes el único que no era
español era su capitán. Dicen que hacer cosas juntos sirve para unir a la gente.
Desde luego puede favorecer el entendimiento mutuo y la construcción de la
paz. No creo que haya nada que una más, que luchar y derramar sangre juntos.
Las misiones internacionales, la interoperabilidad de los ejércitos, las
tácticas, técnicas, procedimientos y lecciones aprendidas compartidas, el uso
del mismo idioma, hoy todos los militares de Europa hablan o “chapurrean”
el inglés, las mismas amenazas, los mismos problemas con el presupuesto, las
mismas frustraciones y las mismas convicciones básicas, el mismo ethos están
creando una comunidad militar europea, con unas convicciones morales básicas
compartidas que con un poco de trabajo permitirían cuajar una institución
fuerte y eficaz. La ética militar del siglo XXI debe ser cosmopolita porque la
212
La ética militar en el siglo XXI
ESPAÑA
seguridad es compartida y la defensa es colectiva. La seguridad, igual que la
libertad, es indivisible. Los caníbales y licántropos deben estar bajo control.
Por mucho que se quiera estirar cualquier ética discursiva, la conciencia
individual y la colectiva se sublevarán siempre ante la naturaleza de algunos
sujetos políticos indeseables sean o no Estados, estén fuera o dentro. Ni el más
estrambótico pero convincente discurso puede borrar del todo la memoria de
la conciencia humana que prevalece en medio de cualquier circunstancia, por
degradada que esta pueda ser. El secuestro de más de 200 niñas en Nigeria por
la banda criminal Boko Haram, que en la lengua local quiere decir “la educación
no islámica es pecado”, es una prueba reciente de todo esto. Delante de
hechos de este tipo nadie puede decir que Europa no tiene enemigos.
LA TERCERA BANDERA ES LA DEL ESTADO
Volviendo a las relaciones cívico militares, la disminución de las
diferencias de cualificación entre la formación militar y civil aumenta la
posibilidad de intercambio entre las instituciones militares y las organizaciones
civiles. No obstante, la unidad de la fuerza, quedando de alguna manera al
margen de los conflictos internos propios de cualquier sociedad abierta, se
entiende necesaria precisamente para salvaguardar todo aquello de lo que
voluntariamente se toma distancia. Retomando el recuerdo del 25 de abril, el
proceso revolucionario en curso que siguió a la destitución del general Spinola,
la ingobernabilidad de Portugal que estuvo al borde de la guerra civil, las
excentricidades de algunos militares, el verano caliente de 1975, los continuos
cambios de gobierno, los desórdenes permanentes, los movimientos de
grupos militares en un sentido u otro al margen de la cadena de mando y la
violencia, pusieron en evidencia el gran peligro que supone la politización
partidista que contaminó al Movimiento de las Fuerzas Armadas portugués.
Probablemente la experiencia portuguesa después del 25 de abril sirva para
reforzar la necesidad de mantener la unidad en medio de la confusión y evitar
la entrada en el juego partidista de las Fuerzas Armadas, pero también para
descubrir la necesidad de reforzar la relación leal y el respeto entre el poder
político y sus militares. Sería bueno dejar de ver a las Fuerzas Armadas como
instrumento para empezar a mirarla como una comunidad de hombres al
servicio del pueblo y del Estado. En gran medida la excesiva distancia de lo
político y de los políticos de sus soldados los puede terminar cosificando. El
equilibrio no es fácil de encontrar, ni demasiado cerca ni demasiado lejos.
213
La Ética del Soldado del Siglo XXI
La estrategia de los ejércitos en relación a la política de partidos se basa
en la aplicación del arte de la distancia y preservarla no es necesariamente
signo de desinterés, sino una obligación con un compromiso por encima de
lo cotidiano. Pero esta distancia no puede acabar por convertir al soldado en
un extraño. La administración de las relaciones cívico militares es importante
y exige cierta continuidad, algo de sensibilidad y nada de desdén. La
oportunidad de tratar este asunto puede ser para nosotros solo consecuencia
de una celebración conmemorativa, como el recuerdo del 25 de abril, pero
seguramente en Pakistán o en Egipto o en Turquía y en muchos otros sitios
sea algo más que eso.
Estoy convencido que para la mayoría de los europeos resulta curioso,
y para muchos reprobable, descubrir que el general Ashfaq Parvez Kayani,
Jefe de Estado Mayor del Ejército de Pakistán, fue en 2012 incluido por
Forbes en su exclusiva lista de personas más poderosas del mundo, ocupando
la destacada posición vigésimo octava62. Para los fieles seguidores de este
ranking, este dato no era algo imprevisto, porque en el año anterior, en 2011,
también el general Kayani había sido miembro del selecto club, aunque con
el paso del tiempo al parecer la capacidad de influir del general había ido en
alza al ascender en la prelación varios puestos.
Después de la contundente victoria electoral en Pakistán, en mayo de
2013, de Nawaz Sharif, era previsible que se produjese algún cambio en la
cúpula militar. En este caso además venía a cuento, por haber cumplido el
general Kayani con el tiempo establecido de mando, aunque estos tiempos
no siempre se respetan. Pervez Musharraf no los respetó. Con su pase a la
reserva a finales de 2013, el general Kayani se ha caído de la famosa lista
de Forbes y con él entre los poderosos del mundo deja de haber militares y
pakistaníes. Que no haya militares supongo que es una buena noticia, aunque
esta cuestión daría mucho que hablar, que no haya ningún pakistaní, siendo
Pakistán una potencia nuclear, puede que no lo sea tanto.
En Europa desde 1974 han pasado muchos años y muchas cosas, en una
era acelerada por el cambio tecnológico y social. Desde luego, seguramente
no menos que muchas otras instituciones, los Ejércitos han seguido el camino
de cambio, reduciéndose en un 75% los efectivos de entonces. En Europa las
Fuerzas Armadas hoy son muy pequeñas. Para el prestigioso historiador militar
judío Martin Van Creveld, las Fuerzas Armadas de Occidente en nuestros días,
62
http://www.forbes.com/powerful-people/gallery/ashfaq-parvez-kayani
214
La ética militar en el siglo XXI
ESPAÑA
en términos cuantitativos y comparadas con el tamaño que tuvieron antes, son
dinosaurios a punto de desaparecer. La Unión Europea tiene menos soldados
que los que tienen Pakistán y Egipto juntos.
En cualquier caso, al margen de los números y de la calidad de unos y de otros,
ellos y nosotros sabemos que con las bayonetas se pueden hacer muchas cosas
excepto usarlas contra sí mismo. Cualquiera que conozca Egipto, Turquía o Pakistán,
al margen de su afinidad, simpatía o repulsa, reconoce no solo el poder de sus
Fuerzas Armadas sino también su capacidad de adaptación para seguir influyendo.
Posiblemente también su necesario papel, en muchos casos modernizador y a
veces estabilizador. El rol de estas Fuerzas Armadas es mucho más controvertido
aquí que allí. El respeto que en general los turcos, egipcios y pakistaníes sienten
por sus Fuerzas Armadas puede ser difícil de entender para muchos de nosotros.
Pero lo cierto es que ni Turquía, ni Egipto, ni Pakistán sobrevivirían si no fuera por,
posiblemente a nuestros ojos, el desmedido poder de sus Fuerzas Armadas. Sin
ellas estos países serían peligrosos Estados fallidos y a los indicadores me remito,
para Foreign Policy, tanto Pakistán como Egipto son Estados fallidos en su lista de
2013 y Turquía es un Estado en alerta porque puede llegar a serlo.
No obstante, los indicadores de referencia utilizados para elaborar este
tipo de clasificaciones son criticados por los que considera que las referencias
para medir lo que es un Estado fallido se elaboran en Occidente. La calidad de
un Estado se mide según parámetros culturales y de orden político ajenos a la
propia historia y realidad de las poblaciones que se analizan. Este concepto es
puesto en cuestión por el tipo de cultura política que refleja.
En la parte del mundo en que vivimos, la República de Roma nos enseña
que la ciudad no debe dejar espacio para sus legiones sino excepcionalmente
el día del desfile de la victoria. En esos días el magistrado triunfador, electo con
imperium militar para ejercer el mando de una fuerza determinada, durante un
tiempo fijado y exclusivamente para el cumplimiento de una misión específica
según los dictámenes del Senado, podía entrar en la civitas con sus soldados,
superando los límites de las murallas Severinas que rodeaban Roma.
El día del triunfo, reconocido por los ancianos con el privilegio de
reunirse en la Curia Hostilia, el vencedor, vestido con una toga de púrpura,
con una corona de laurel en la cabeza y un cetro adornado con un águila en su
mano, celebraba su glorioso paseo en carro mientras un esclavo le repetía sin
cesar “mira hacia atrás y recuerda que solo eres un hombre”63.
63
“Respice post te! Hominem te esse memento!”.
215
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Desde entonces de alguna manera el Campo de Marte ha estado fuera
de la ciudad pero no lejos de ella. En la civis el ciudadano romano descubría
su condición de hombre en la mirada de respeto del resto de los romanos.
Mientras que en el Campo de Marte el soldado no necesitaba la mirada
de nadie para saberlo, precisamente porque estaba en el lugar donde los
hombres se citan para cumplir el mandato de su República. Desde entonces
está bastante claro que debe haber un espacio para las pautas cívicas y un
espacio para las militares. Admitiendo de alguna manera que es posible
convivir con dos éticas según uno esté dentro o fuera de Roma.
En el caso portugués, en 1974 fue el rechazo a la política colonial
del régimen de Salazar y la guerra en ultramar lo que provocó el golpe y la
entrada por la Porta Triumphalis de los soldados, aunque en esta ocasión sin
permiso del Senado o su equivalente. El ejército sabía que no podía ganarse
militarmente la guerra y que el régimen era incapaz de buscar una salida política
a una situación que aislaba al país, lastrando su desarrollo económico, social y
político. Orgulhosamente sós, orgullosamente solos era el lema de la autarquía
en un Estado Nuevo que pretendía seguir manteniendo un imperio en 1974. La
movilización de los capitanes fue una acción militar contra una forma de conducir
la fuerza militar, para mantener las llamadas provincias portuguesas de ultramar
dentro de un Estado pluricontinental y multiracial. Lo que vino después fue otra
cosa. La poesía, las canciones y los claveles hicieron más bonito un choque de
posiciones respecto a la solución a las llamadas campañas de ultramar. En este
caso, especialmente, si puede criticarse la colonización, la descolonización no
merece menos. Los poetas, los jóvenes y las flores se encargaron de construir
una bonita historia, mientras en Angola y Mozambique se instalaba el caos y la
guerra civil, y en el propio Portugal se estuvo muy cerca de eso.
Si miramos al norte de los Pirineos encontramos a una V República que
nació también como consecuencia de un movimiento militar. Desde Argel, el
general Raoul Salan había advertido al Presidente de la IV República, Rene
Coty, que el ejército francés en Argelia no aceptaría la designación como
primer ministro a Pierre Pflimlin, por considerarlo un derrotista. La designación
de Pflimlin, el 13 de mayo, movilizó al Ejército de Argelia y a los Pieds Noirs
que sublevaron la provincia creando una situación sin salida y colocando a
Francia al borde de una guerra civil. Los generales franceses en Argelia el
14 de mayo exigieron el nombramiento de De Gaulle como primer ministro,
quien finalmente no tuvo que tomar el poder sino recogerlo de la calle. El día
15 de mayo el general De Gaulle declaraba:
216
La ética militar en el siglo XXI
ESPAÑA
“Desde hace 12 años, Francia está sumida en problemas demasiado graves para
el régimen de partidos encaminándose hacia un proceso autodestructivo. Ayer
el país, en sus momentos más bajo, me dio confianza para conducirlo hasta su
salvación. Hoy, frente a los desafíos que de nuevo surgen ante él, que sepa que
estoy listo para asumir los poderes de la República”.
Con estas palabras se presentaba como solución a un problema sin
salida planteado por otros compañeros y ciudadanos en Argelia, donde desde
hacía tiempo se luchaba una guerra. Su intervención fue considerada por la
izquierda como una traición a la República y como un chantaje a la nación
amenazada por una guerra civil.
François Mitterran acusó entonces al general De Gaulle de protagonizar
un golpe de Estado y Pierre Mendes France fue especialmente duro con la
candidatura de este afirmando en la Asamblea, el 1 de junio:
“Pese a los sentimientos que siento hacia la persona y el pasado del general De
Gaulle, no votaré a favor de su investidura. No puedo emitir mi voto obligado por
la insurrección y la amenaza de un “coup de force” militar. No hago alusión aquí a
las amenazas individuales y nominativas, casi oficiales, que hemos recibido algunos
de nosotros y que la censura prohíbe su publicación, me refiero al chantaje de la
guerra civil, al anuncio de un “coup de force” organizado contra los representantes
del pueblo en el caso de que nuestra decisión no sea la que pretenden dictarnos.
El pueblo francés nos cree libres; ya no lo somos”.
Los acontecimientos en Francia permitieron gestar un cambio constitucional terminando con la IV República. Aquí también el movimiento de la
fuerza que sirvió para el cambio terminó por colocar al país, en este caso
Francia, al borde de la guerra civil. El general Raoul Salan, que encumbró
desde Argel a De Gaulle y que recibió de las manos del nuevo presidente el
cargo de Inspector General del Ejército, terminó en abril de 1961 en Argelia
organizando un golpe contra su antiguo amigo. Raoul Salan fue fundador de
la OAS, la Organización del Ejército Secreto, y una vez detenido fue juzgado y
condenado a muerte, aunque no se aplicó la sentencia siendo conmutada por
la de cadena perpetua.
Después de este recorrido por nuestros países europeos vecinos,
seguramente habremos descubierto la necesidad de hablar de ética militar. A
la vista de estos acontecimientos y sin necesidad de enredarnos con nuestra
217
La Ética del Soldado del Siglo XXI
propia experiencia, que desde luego daría para mucho pero puede estar
afectada en exceso por los sentimientos, parece evidente que la ley a veces no
es suficiente para controlarlo todo. Carl Schmitt apuntaba que el poder reside
en la autoridad que puede decretar la excepción, es decir la discontinuidad del
estado de derecho. En estas circunstancias la fuerza tiene un color especial y
por eso sería bueno tener alguna garantía que no dependiese del capricho del
mando. Hemos hablado de conciencia, la primera bandera, hemos hablado de
comunidad sensible a la dignidad de lo humano y abierta a la cooperación y
también podemos hablar del sentido político del servicio al Estado.
La ética militar del siglo XXI creo que debe ser una ética sensible a
lo político y al margen de la lucha partidista. Una ética compatible con el
servicio al Estado y al pueblo pero además sustentada en la subordinación
a la legitimidad del ejercicio democrático del poder por parte de nuestros
gobiernos. La creciente distancia que percibe la sociedad entre la clase
dirigente y sus intereses y los del Estado y del pueblo puede crear desafección
y terminar transformándose en frustración y violencia. Pero los tiempos de
los generales franceses y de los capitanes portugueses no pueden volver a
reditarse. La gran ventaja de hoy es que no tenemos guerras de ultramar por
medio que dividan más a la sociedad y otorguen un protagonismo especial a
las Fuerzas Armadas.
Algo parecido a un nuevo Vietnam, trasladado a la Europa de hoy,
sería casi imposible de digerir. Nuestro pueblo no aceptaría que sus soldados
defendiesen gobiernos de tiranos corruptos para sostener discutibles
intereses geopolíticos o goeconómicos. Una aventura de este tipo terminaría
convenciendo a los europeos de que sus instituciones no solo están
equivocadas sino que este error es consecuencia de su indignidad y cinismo
en relación a valores sobre los que se sustentan.
“Ninguno de nosotros puede quejarse de su muerte, pues quien se ha
unido a nosotros se ha puesto la camisa de Neso. El valor de la conciencia de
un hombre se establece solo a partir del momento en el que está dispuesto
a dar su vida defendiendo sus convicciones”. Estas palabras son del general
Tresckow, que en marzo de 1943 ya intentó asesinar a Hitler colocando una
bomba en el avión que utilizó el Führer para trasladarse al frente ruso. En
1942 cuando la Alemania de Hitler todavía podía ganar la guerra, el general
Tresckow en medio de una situación de excepción dijo una frase digna de un
hombre libre en esas circunstancias “Para los idiotas, las órdenes son leyes”.
218
La ética militar en el siglo XXI
ESPAÑA
EL UNIFORME, LA ÚLTIMA BANDERA
No es propio de las Fuerzas Armadas hacer juicios de valor moral,
como tampoco entrar en el juego político, ni siquiera ya como el partido
del pueblo o como su última razón, pero sí se les puede exigir que sean un
crisol de valores, una comunidad de convicciones. Las Fuerzas Armadas, si
verdaderamente fueran una comunidad de convicciones, no solo estarían
preparadas para cumplir con su misión de defender militarmente a la sociedad
sino que además con su ejemplo podrían influir en recrear una conciencia
cívica más exigente.
Siempre se ha dicho que el militar lo es las 24 horas del día, incluso lo
es cuando no viste de uniforme. Esto no quiere decir que no exista su vida
privada, pero sí que esta debe ser coherente con el servicio público que
desempeña. De esta manera vestir o no vestir uniforme no significa desvestirse
de una uniformidad de compromiso silencioso. La ejemplaridad pública debe
ser un producto de la ética militar del siglo XXI, no porque tenga valor los
códigos militares para la sociedad civil sino porque lo que hacen los militares
sea producto de la virtud de muchos años de constancia y trabajo. El valor
de esta ejemplaridad no está relacionado con ningún tipo de imposición o
coacción sino en la propia acción valiosa del hombre que viste uniforme al
perseguir con sus modos el bien común, el servicio público.
El decálogo del cadete no vale porque se memoriza y se repite junto a
todos los demás en el patio de la Academia en formación cerrada, vale porque
se practica. Esta práctica silenciosa de la virtud orientada al bien común genera
confianza y también puede servir de catalizador de algunos cambios, por el
contraste que puede suponer, en medio de la confusión, una reafirmación de
unos compromisos éticos, que para quien los acepta tienen valor en sí mismos
sin necesidad del aplauso. De esta vivencia ética se deriva necesariamente un
estilo, que sin necesidad de ser impuesto, puede convertirse en una estética
válida para su adaptación fuera de su propio contexto.
Vestir de uniforme obliga mucho. La ética, si se acepta como algo
más que una vestimenta que justifica una forma de liderazgo sobre los
subordinados, supone ejemplaridad y esta no es algo impostado, es algo que
surge de forma natural de nuestra identificación con unos principios. No se
trata de la estridencia de la pose, sino del dejar fluir la propia convicción. Por
supuesto todo esto pasa por ejercitar y poner en valor la propia autoestima
y la necesaria autonomía, que nunca puede ser un distanciamiento de los
219
La Ética del Soldado del Siglo XXI
otros, sino solo un desenvolvimiento espontáneo de lo que corresponde a una
condición. De esta manera será posible no una ética militar sino unos militares
éticos. Nuestra ética como hombres no puede estar en contraposición a
nuestra ética como ciudadanos, ni tampoco con nuestra ética como soldados.
220
ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS
Colegio de Defensa Nacional
ÉTICA MILITAR CONTEMPORÁNEA:
CONSIDERACIONES PARA UNA
FORMACIÓN CASTRENSE ADECUADA AL
CONTEXTO DEL MUNDO ACTUAL
COLEGIO DEFENSA NACIONAL - MÉXICO*
“MI PATRIA ES PRIMERO”.
VICENTE GUERRERO
La historia de las naciones recupera anécdotas trascedentes de militares
y civiles que han llevado a cabo acciones dignas de ser destacadas para la
memoria colectiva de futuras generaciones. La certidumbre del que va
conociendo la historia patria y se encuentra con fechas, lugares y personas
reales es distinta a la certeza del que estudia la ética desde la coherencia lógica
de enunciados, a partir de abstracciones teóricas descarnadas de realismo. En
el último caso solo se adquiere un conocimiento intelectual bajo el modo de
contenido teórico, en el segundo se obliga a reconocer el testimonio de vida
ejemplar de un compatriota.
El sentido de las verdades éticas le significa al estudiante militar o civil
con mayor claridad y facilidad cuando se trata de anécdotas tomadas de la
historia, que a partir de teorías, conceptos, categorías, etc. Para el cadete como
para los reclutas, los ejemplos que ilustran actos heroicos, leales, patrióticos,
abnegados y demás virtudes militares, por medio de los testimonios de vida
que la historia recupera, resultan estimulantes en términos de motivación y
llamado a la acción.
Es por lo anterior que en la formación ética a impartirse en las aulas de las
academias militares y cuarteles debe considerarse la incorporación de ejemplos
históricos al margen de los contenidos teóricos y filosóficos, pues estos últimos
si bien dan claridad sobre abstracciones como la honradez, la justicia o la lealtad;
en cambio la historia nacional y militar nos ha de mostrar militares honrados,
militares justos, militares leales, etc., personas de carne y hueso con defectos y
virtudes, y sobre todo con los dilemas éticos a los que se enfrentaron.
223
La Ética del Soldado del Siglo XXI
En la historia de México, destaca entre otras muchas hazañas del
anecdotario militar aquella que describe a uno de los próceres de la nación
independiente. En el año de 1820, Vicente Guerrero, general insurgente y
uno de los personajes más representativos de la Guerra de Independencia,
se enfrenta a un auténtico dilema ético que se le presenta bajo el modo de
beneficio particular inmediato y asegurado, y por el otro lado el bien común
a largo plazo (la independencia de México), cuya realidad se encontraba aún
en entredicho.
La situación describe a Vicente Guerrero a punto de iniciar una batalla
decisiva al mando de tropas insurgentes. Es en ese momento cuando
el entonces Juan Ruiz de Apodaca, Virrey de España, ofrece al caudillo
insurgente una alternativa que pudiera haber modificado el desenlace de la
historia como la conocemos. El virrey envía al padre de Vicente Guerrero un
mensaje persuasivo, que consiste en invitarlo a abandonar su empresa de
insurrección hacia la Corona española y, a cambio, sería recompensado con
grandes privilegios y beneficios, entre ellos su indulto y, en caso de negarse,
se iniciaría una batalla en la que posiblemente muriera.
Ante una situación como la anteriormente descrita, resulta difícil
pronosticar el desenlace de un trance similar, con las respectivas consecuencias
personales, colectivas y para la historia de un pueblo. En la vida real (que
no es necesariamente igual a la vida académica) no se puede generalizar el
resultado y decisión de un dilema de esa naturaleza sin caer en relativismos,
reduccionismos y arbitrariedades.
Apelar al deber o a la norma jurídica no siempre resulta coincidente con
lo que sucede en la vida cuando alguien se encuentra ante un dilema auténtico.
Para decir qué debe hacerse, el cálculo a partir de los beneficios inmediatos es
casi siempre más seductor que la reflexión sobre los beneficios a largo plazo. En
el caso de que la persona posea un juicio estable cuyos principios morales sean
claros y estén fuertemente arraigados, el tamaño e intensidad del beneficio
particular nunca será tanto que nuble el bien común, con el gran inconveniente
que para Vicente Guerrero en la Independencia de México como para cualquier
persona, es más fácil decirlo que llevarlo a la práctica.
Al igual que a Vicente Guerrero, muchos siglos antes el Rey de Esparta
Leónidas, en la desigual batalla de 300 griegos contra el inmenso ejército
persa de Xerxes, acaecida en el estrecho conocido como Termópilas, el
espartano había sido tentado por su enemigo para que cediera en su afán
de defender Esparta, Grecia y por tanto el mundo occidental. El rey persa a
224
Ética militar contemporánea: consideraciones para una formación castrense...
MÉXICO
cambio le ofrecía a Leónidas el generalato de toda Grecia, así como grandes
riquezas y placeres. La oferta no era nada desdeñable para cualquiera de los
espartanos allí presentes a sabiendas que de lo único que tenían seguro en
caso de continuar combatiendo es que habrían de morir irremediablemente.
De igual forma resulta relevante mencionar el hecho denominado
“Asedio del Alcázar de Toledo: Conversación entre padre e hijo”1, acaecido
durante la Guerra Civil española, que da muestra de la ética militar castrense
ante un hecho que requirió un verdadero sacrificio personal, en nombre del
bien común y del honor.
La historia consigna que antes de que se librara las grandes batallas de
su guerra, la atención se centró en el Alcázar de Toledo, donde el coronel José
Moscardó resistía con mil hombres el sitio de doce mil rojos que dominaban
la ciudad.
La conversación telefónica que tuvo lugar el día 23 de julio de 1936,
aproximadamente a las diez de la mañana, entre el coronel José Moscardó
Ituarte, jefe de los resistentes civiles y militares acogidos al Alcázar de Toledo,
y su hijo Luis, de 24 años de edad, detenido por los milicianos frente populistas
en dicha ciudad, supuso en confesión manuscrita del coronel Moscardó “el
acontecimiento más grande de mi vida, el que causó un desgarro sangriento
en mi existencia y un recuerdo inextinguible en mi espíritu”.
El breve intercambio de frases, del saludo a la despedida, entre padre
e hijo, antecedido por la amenaza del jefe de las milicias del Frente Popular,
fue como sigue:
•
Cándido Cabello (socialista y jefe de milicias de Toledo, hablando por
teléfono al coronel Moscardó): Son Uds. responsables de los crímenes y de
todo lo que está ocurriendo en Toledo, y le doy un plazo de diez minutos
para que rinda el Alcázar, y de no hacerlo fusilaré a su hijo Luis que lo tengo
aquí a mi lado.
•
Coronel Moscardó: ¡Lo creo!
•
Jefe de milicias: Y para que veas que es verdad, ahora se pone al aparato.
•
Luis Moscardó Guzmán: ¡Papá!
•
Coronel Moscardó: ¿Qué hay, hijo mío?
•
Luis Moscardó Guzmán: Nada, que dicen que me van a fusilar si el Alcázar
no se rinde, pero no te preocupes por mí.
1
BULLÓN de Mendoza, Alfonso y TOGORES, Luis Eugenio. El Alcázar de Toledo: Final de una
polémica, pp. 74 y 75.
225
La Ética del Soldado del Siglo XXI
•
•
•
•
Coronel Moscardó: Sí, ¡es cierto! encomienda tu alma a Dios, da un viva a
Cristo Rey y a España y serás un héroe que muere por ella. ¡Adiós, hijo mío,
un beso muy fuerte!
Luis Moscardó Guzmán: ¡Adiós, papá, un beso muy fuerte!
Vuelve a coger el aparato Cándido Cabello.
Coronel Moscardó: Puede ahorrarse el plazo que me ha dado y fusilar a mi
hijo, el Alcázar no se rendirá jamás.
El 23 de agosto de 1936 murió fusilado Luis Moscardó Guzmán a las
afueras de la ciudad, tras una saca de la cárcel de Toledo...
Después de dos meses y seis días de sitio, el Alcázar convertido
parcialmente en ruinas fue liberado por la llegada de las tropas franquistas del
general Varela, y se convirtió en un símbolo de la contienda que iba a costar
cerca de un millón de vidas.
Este tipo de pasajes nos muestra que la naturaleza humana es compleja,
por lo que resulta interesante adentrarse en los procesos humanos que van más
allá de lo orgánico, puesto que tanto para el biólogo, como para el neurólogo o
el anatomista, la descripción de la naturaleza humana, a partir de los procesos
orgánicos y fisiológicos, no siempre son suficientes para dar explicaciones
completas. Estos casos quedan más que ejemplificados en situaciones como
las propias de la vida artística, la ética o las llamadas experiencias religiosas.
En el auxilio de las ciencias organicistas con sus enfoques científico-moderno
empirista y clínico limitados, la antropología filosófica de corte clásico muestra
rutas alternas de análisis en las áreas antes descritas, mediante metodologías
propias aplicadas al caso de la vida artística (Filosofía del arte), de la experiencia
religiosa (Filosofía de la religión) y por supuesto a la ética (Filosofía moral).
No se puede predicar algo sobre los actos del hombre como buenos o
malos sin primero esclarecer qué es el hombre, es decir cuál es su naturaleza.
El anterior corolario muestra un principio racional que a toda luz es evidente
en cuanto a su contenido de verdad: Antes de poder internarse en el debate
sobre la bondad y la maldad de los hombres resulta obligado dejar en claro
qué es un hombre2, pues no podemos darlo por sentado o visto, solo porque
nosotros mismos somos ese ente que intenta describirse.
2
Se inserta deliberadamente el término hombre en un sentido amplio como traducción del griego
Antrophos para designar a la especie humana en sus dos géneros masculino y femenino, puesto
que las palabras persona, individuo, sujeto, etc., no son equivalentes (Nota de los autores)
226
Ética militar contemporánea: consideraciones para una formación castrense...
MÉXICO
Aristóteles3 indica que lo bueno en un ser es aquello que perfecciona su
naturaleza por lo que es necesario conocer esta primero.
En esa línea se afirma, por ejemplo, que si alguien poseyera el
conocimiento para dotar de ojos y vista a una piedra, el resultado no sería un
progreso, sino una monstruosidad, puesto que en la naturaleza de la piedra
no está dada la vista por ser un ente inanimado y lo bueno en esa piedra es
que no vea. ¿Y conforme a la naturaleza humana qué es bueno y qué es malo
o inclusive monstruoso?
Bajo la postura teórica que en este artículo se sigue, a la cual
denominaremos provisionalmente clásica, la naturaleza humana es
considerada indigente por carecer por sí misma de los medios suficientes
para ser autónoma, de allí se explica la condición social del ser humano, la
imprescindible presencia de otros más para procrear y perpetuar la especie,
así como la necesidad de ser criado hasta cierta edad por otros más avanzados
en edad y experiencia.
Esta naturaleza requiere del apoyo de otros, primero a nivel primario en
cuanto a cuidado físico y de nutrición con el fin de garantizar la supervivencia
en los primeros años de vida4, pero la necesidad de otras personas se va
haciendo más compleja en la medida que se advierte la natural necesidad
de educarse. Ahora bien, la educación clásica no es solamente intelectual
pues se precisa también una educación de la voluntad, una educación de la
imaginación o artística y una educación física. La ética es primordialmente una
educación de la voluntad.
Al poseer una naturaleza animal-racional compartimos con los
otros animales el instinto que en las personas se manifiesta bajo el modo
de pasiones o apetitos y también en la ausencia de autodominio en los
sentimientos. Si la educación intelectual tiene como fin proveer al ser humano
de los conocimientos, datos e información necesaria para su desarrollo en la
comunidad y para beneficio del grupo, la educación ética o de la voluntad
tiene como fin el autoconocimiento y autodominio.
El domino de las pasiones, apetitos y de los estados anímicos
3
Esta es la línea que sigue Aristóteles en toda su discusión política, metafísica, ética y lógica.
4
Esta afirmación resulta una aparente obviedad y afirmación ociosa, pero en el contraste con
otras especies animales que tan pronto nacen son totalmente autónomas y su naturaleza no
es indigente sino acabada, parece más clara la afirmación aristotélica de nuestra naturaleza
indigente: es decir que necesita de otros. A fin de cuentas la filosofía clásica afirma que el
hombre es un animal-racional.
227
La Ética del Soldado del Siglo XXI
(sentimientos) no es casual ni improvisado: Requiere de ensayo y el error
constantes con sus respectivos triunfos y recaídas hasta formar hábitos. Los
hábitos que tienden al perfeccionamiento de la naturaleza humana y convienen
a bien común: ser honesto, ser leal, ser comprometido, etc., se llaman virtudes.
Los hábitos que no tienden al perfeccionamiento de la naturaleza humana sino
a su decadencia, y por tanto dan rienda suelta a apetitos y pasiones, y por
tanto no convienen al bien común se denominan vicios.
Formación de hábitos tendientes al bien común o virtudes no es lo mismo que
educación en valores. La educación en valores, cuyo origen se remonta a las teorías
axiológicas de la fenomenología alemana, indica que los valores son sentimientos
y que es el sentir del individuo aislado, en un proceso psíquico simple y no en un
cálculo racional, la unidad de medida para valorar aquello que a su sentir convenga.
La educación en valores corre el riesgo de relativizar las ideas sobre el bien (y
por tanto el mal), pues no se sujeta al dominio de las pasiones ni a la formación de
hábitos que tengan como fin el bien de la comunidad. Relativismo, ambigüedad
y arbitrariedad son riesgos que surgen de teorizar, enseñar y practicar una ética y
unos supuestos valores sin partir primero de la naturaleza humana. De no proceder
de esta forma se corre el riesgo de querer ponerle ojos a una roca, y en el caso de
lograrlo decir que esta es mejor que la roca que no posee la visión.
Estas cuestiones teóricas deben ponerse en la mesa de discusión previamente
al tema que nos atañe: La ética del soldado en el siglo XXI, pues de lo contrario
corremos el riesgo de extraviarnos en discusiones interminables sin precisar nada y
escribir mucho. A continuación pasaremos a describir el estado de cosas que prevalece
en la actualidad problematizando sus causas, para culminar dibujando algunas de las
posibles líneas de solución en nuestras naciones e instituciones armadas.
Resulta evidente corroborar en la práctica la condición actual del mundo
como altamente flexible y cambiante, en lo que concierne a su naturaleza
provisional y dinámica. Ese dinamismo afecta todas las esferas del quehacer
humano y se hace extensivo incluso a las instituciones más tradicionales como
el clero, las universidades o los ejércitos.
La educación en general y aquella que se imparte en las academias
militares se ve implicada en esa lógica actual, si bien con una velocidad inferior
a la que ocurre en ámbitos como el empresarial y corporativo. Resulta evidente
que teorías pedagógicas recientes como el constructivismo y la educación
por competencias, tienden a reforzar la idea de un mundo en constante
metamorfosis, y en el que instituciones, sistemas, conceptos, identidades,
teorías, etcétera, o son provisionales o se están construyendo.
228
Ética militar contemporánea: consideraciones para una formación castrense...
MÉXICO
Lo anterior implica un cambio de paradigma altamente modificador
respecto de la forma en que tradicionalmente se observa el mundo, pues
al instaurarse una lógica en la que la que las cosas y las ideas son siempre
provisionales o que están en proceso de construcción, ello conduce a aceptar un
mundo carente de principios altamente estables, debido a que lo provisional no
es esencial sino contingente, y que lo que se está construyendo (en gerundio),
obviamente no puede ser objeto de análisis, porque aún no está concluido.
Debido a las circunstancias descritas en los párrafos anteriores, y a pesar
del afán de actualización en las escuelas civiles y militares, parece no haber
garantía de congruencia entre la vida académica que regula la enseñanza
escolar con la vida práctica, prevaleciente en las cotidianas mutaciones del
entorno en que habita, se relaciona y combate el soldado contemporáneo, pues
las condiciones de mundo provisional o de mundo en construcción, afectan la
educación en general, y tarde o temprano también la educación militar.
Del conocimiento y cumplimiento de la norma militar o su sanción,
corresponde el estudio de la Legislación Militar, contenida en las Leyes, Códigos
y Reglamentos respectivos, pero para que esta surta los efectos esperados, se
entiende que existe además un agente externo que ha de sancionar al infractor
en calidad de culpable. En cambio, la educación militar que se orienta a la
formación ética, está definida por una idea modelo o arquetipo, respecto del
comporte esperado de un militar, sin la presencia de un agente externo que lo
evalúe y sancione; sino apelando a su honor, dignidad, investidura y virtudes;
lo que explica la tradicional solemnidad adherida a la cultura militar y con ella
a su ética no utilitaria (pragmática) pero tampoco democrática5.
El vacío aparente entre las diversas teorías y disciplinas con respecto a la
vida práctica de los soldados –en tanto derivación de la naturaleza cambiante
del mundo actual–, precisa ser recuperado con principios y conceptos
5
En la tradición clásica Platón se queja de la Timocracia espartana por la importancia que esta le
otorga a la cultura del honor. Sin embargo tampoco comulga con la democracia ateniense porque
esta no exige una vida virtuosa para acceder a la ciudadanía. Para Platón es más importante el
Bien (como idea rectora del Cosmos) que la honorabilidad. Sin embargo, en la República acepta
la necesidad de que sea el mejor de los guerreros quien gobierne pero condiciona a estos la
virtud que trae consigo el trabajo esforzado y adverso, la reflexión, el estudio y la edad a fin de
garantizar sabiduría. Tanto en Esparta como en las tesis políticas platónicas –a diferencia de la
democracia ateniense– las jerarquías deben existir, pero estas deben corresponder a grados
de virtud. No se advierten ideas sobre igualdad democrática ni en la Esparta histórica ni en la
República de Platón: Para los espartanos la diferencia entre unos y otros, es de acuerdo a la
virtud guerrera, para Platón es la sabiduría (Nota de los autores).
229
La Ética del Soldado del Siglo XXI
estables, tendientes a justificar el comporte de los militares, en cuanto a las
contingencias presentes de su actuar como ciudadanos y combatientes6.
En la postura que en este texto se defiende la moral militar es práctica y
la ética es su teoría. La existencia de principios altamente estables en la ética
militar, ya sea como conceptos de una educación del intelecto, o como hábitos
de una educación de la voluntad para los soldados, garantiza una actitud de
certidumbre, y esta se traduce en seguridad con respecto al actuar. La moral
militar es ese actuar cotidiano valorado cualitativamente según el apego de los
miembros de las Fuerzas Armadas a los principios doctrinarios que dan sentido
a la teoría ética prevaleciente y contenida en una cierta idea del honor7.
Ahora bien, si no existe previamente una doctrina militar clarificada
en cuanto a su sentido formativo (educación militar, formación militar,
entrenamiento militar, adiestramiento militar, etc.) y adecuada según el
contexto, historia y problemática de cada nación mediante procesos claros de
adoctrinamiento sistematizados, difundidos y probados, no habrá tampoco
una teoría ético-militar definida, y en consecuencia prevalecerá una moral
militar (práctica) valorada bajo criterios relativos y provisionales o confundida
con la legislación militar8.
Lo anterior resulta inevitable puesto que la lógica de la globalización
cuyo sentido tiene la finalidad de un mundo unitario en la medida de lo posible,
implica una sutil tensión entre identidades locales, en las que se advierte la
disolución de las más débiles a corto plazo, y la permanencia a largo plazo de
las más estables.
6
BONNEMAISON, Eric. Toi, ce futur officier. Tapie, Pierre (Préface.); Troisième Edition. París:
Económica, 2012. 323 pp.
7
En la historia militar del mundo occidental y oriental es constante en los guerreros conservadores
la actitud de reprobación, en cuanto al uso de aquellas armas que facilitan el combate, a la
vez que reducen los riesgos y esfuerzos requeridos, para vencer al enemigo sin la necesidad
de enfrentarse cuerpo a cuerpo midiendo fuerza, temple y virtud. En la posición tradicional
el empleo de arcos, ballestas y armas de fuego (desde pistolas hasta misiles) fueron recibidos
como recursos tramposos contrarios al honor militar (Nota de los autores).
8
Por legalismo se entiende el error de interpretación de la ética con la ley. El que así procede
asume que la aplicación literal de la norma escrita es al mismo tiempo la bondad, y que
todo tipo de variación a la norma es transgresión de ese bien. De lo anterior se origina un
reduccionismo que se demuestra en olvidar que la norma es perfectible, pues ha sido redactada
con fundamento en principios y fines filosófico-éticos humanos, y no como revelación universal;
además la ley solo se expone y se aplica, pero no es propio de la ley explicar categorías de como
la justicia o Bien común propios de la reflexión ética (Nota de los autores).
230
Ética militar contemporánea: consideraciones para una formación castrense...
MÉXICO
Deliberadamente se ha escrito en el párrafo anterior identidades
estables en lugar de identidades fuertes, porque se asume la existencia
de principios altamente estables es al mismo tiempo la fortaleza de las
naciones, y con ella sus ejércitos, su doctrina militar, su educación militar y
finalmente su ética militar. Lo anterior no tiene que ver directamente con lo
antiguo o nuevo de esa nación y de su ejército, sino con la claridad respecto
a sus principios, sus fines y los medios a emplear. Por tanto la ética militar
a impartirse como educación entre las tropas, y en las academias militares
deviene en un problema eminentemente estratégico para cualquier ejército,
por tratarse de un problema identitario más que de un conocimiento
intelectual.
De la disolución de lo local versus lo global, en la que ocurren hechos
mediáticos sin precedentes como que el comportamiento ajeno a la ética
militar por parte de un soldado, sea difundido en la internet, a cualquier
parte del mundo en un desfase temporal insignificante, surge la necesidad de
argumentar este artículo escrito en el tema de la ética-militar, incorporando en
el título propuesto la categoría de ética-adecuada; entendida esa adecuación
como su condición de pertinencia en el contexto de esta época, tan difícil de
precisar por su dinamismo y complejidad.
Siempre que hablamos de aquello que es pertinente hacer, en una
situación de la vida práctica del soldado, no parece que estemos evaluando la
verdad racional que regula aquello que es lógicamente correcto o incorrecto,
tal como sucede en el caso de los cálculos aritméticos cuando se presentan
dos o más posibles opciones de respuesta. Tampoco solemos confundir lo
pertinente como la aplicación literal de la norma contenida en la ley como
ocurre con el legalista.
En cambio la pertinencia respecto de llevar a cabo o no alguna acción
por parte del militar que comanda a otros, refiere sobre todo a la prudencia
de realizar o no tal acto, más que a su contenido de verdad lógica. Pero
solo se es prudente en virtud de una trayectoria de vida cuyo fundamento
parte de hábitos ordenados, disciplinados y equilibrados según describe la
tradición aristotélica. Si se acepta lo anterior entonces tendrá que advertirse
la necesidad de dosificar a los militares en formación de aquellas experiencias
que les conduzcan al orden y la disciplina, hasta hacerlas habituales9.
9
En la mitología y teogonía griegas de tipo olímpicas –a diferencia de la tradición telúrica, cuyos
personajes son siempre fuerzas ciegas– el orden (cosmos) determina la cosmovisión de los
231
La Ética del Soldado del Siglo XXI
La pertinencia deviene en una adecuación deliberada e inteligente
del comandante a los hechos que prevalecen, con plena conciencia de las
condiciones adversas y no adversas del contexto dado, mas sin que ello
implique una improvisación irracional o arbitraria, que ponga en duda el
liderazgo del comandante, ni el cumplimiento de los fines últimos de la misión.
Ahora bien, las acciones de liderazgo que se ejercen mediante el mando
deben estar centradas en la responsabilidad que el comandante o líder asume
ante los riesgos y consecuencias.
Más allá de las implicaciones legales que son tema de legislación militar
y que se encuentran contenidas a manera de sanciones, el comandante ético
ha de añadir a su desempeño aquellas actitudes y acciones habituales que
tiendan a reforzar su liderazgo como ejemplar, en la medida que procure estar
lo más cerca posible del arquetipo o modelo ideal descrito previamente en la
doctrina militar y su ética, estudiadas durante su formación.
Por lo anterior resulta más fácil comprender por qué los criterios de
igualdad propios de las sociedades no jerárquicas resultan inapropiados para
la explicación de la ética en sociedades jerarquizadas como el gremio militar,
cuya diferenciación apela a criterios de honorabilidad, ejemplaridad, nobleza
y otros que no se encuentran disponibles en sociedades democráticas.
La condición de adecuación descrita anteriormente como necesaria en
la ética militar, deviene pertinente en la medida que hace soluble un problema
real de la vida militar, apelando a la prudencia e ingenio del comandante
que conduce a uno o más subordinados, tanto en los actos del servicio más
cotidianos como en aquellas situaciones límite en que se exige de los militares
gran capacidad de objetividad y autocontrol; es decir dominio de sí mismo,
incluso al verse expuestos a enormes cantidades de desgaste mental y físico,
natural a la profesión de las armas.
seres humanos. Los griegos hacen nacer a Atenea de la cabeza de Zeus en un parto atípico,
y le otorgan como tributo el olivo, cuyo fruto tiene la particularidad de tardar bastantes años
para ser cultivado. La conclusión que se sigue del mito es que aquello que se hace con rigor
tiene como condición esencial un largo proceso temporal o dicho en negativo, que nada de lo
que se hace de un día para otro puede ser riguroso. Para el caso de esta parte del artículo, lo
anterior significaría que la prudencia en un militar ha de ser la consecuencia de una constante y
cotidiana ejercitación en la virtud que no descarta el error y la adversidad; pero de ningún modo
ha de ser prudente un militar de la noche a la mañana, independientemente de la antigüedad
o galones que ostente. GRIMAL Pierre, La mitología griega. Pardo Vallejo, Félix (Trad); Primera
edición. Barcelona: Paidós, 1989. 126 pp. Studio, ISBN: 84-7509-530-5 y ARISTÓTELES, Ética
Nicomaquea. Sinnott, Eduardo (Trad); Primera edición. Buenos Aires: Editorial Colihue, 2007.
484 pp.
232
Ética militar contemporánea: consideraciones para una formación castrense...
MÉXICO
Las situaciones límite implícitas en el ejercicio de la vida militar tanto
en su dimensión guerrera como en la moderna, liberal y democrática noción
de servidor público, están siempre acompañadas de problemas que deben
atenderse con prontitud por los riesgos que se generan de su aplazamiento
temporal.
En tales casos, es posible que la norma escrita se le presente al
militar como insuficiente, en cuanto a los vacíos que surgen en su intento
de interpretación, para su aplicación en escenarios reales específicos, cuyas
características provocan auténticos dilemas éticos10.
Para los militares circunscritos a las instituciones armadas de los Estados
actuales, dentro de una era en que las fronteras, lengua e identidades se
diluyen; la tensión individual y colectiva, resultante de la adaptación al contexto
prevaleciente frente a la defensa de las tradiciones arraigadas, implica muchas
veces un problema severo, en tanto que opone la necesidad del momento frente
a los principios históricos y culturales de las personas que integran ese ejército.
De lo anterior resulta un estado de desconcierto cultural e identitario
que se traduce en incertidumbre, pues el arraigo a la tradición es en ocasiones
más fuerte que los nuevos valores, aun cuando estos últimos parezcan tener
un beneficio y utilidad evidentes, tal y como lo advierte Cassirer11 y antes de
él Aristóteles en su ética12, al decir que las costumbres son tan arraigadas en
las personas que llegan a constituir verdaderamente una segunda naturaleza.
En la vida de las instituciones y los Estados, como en la existencia de
los sujetos civiles y militares, esa capacidad de adaptación a la dinámica
altamente flexible del mundo actual13, traducida en lo que en este texto se ha
entendido de manera provisional y académica como pertinencia y adecuación,
implica más que el conocimiento de la norma y su contenido de verdad; un
auténtico ejercicio de prudencia, que desemboca en acciones concretas de
permanencia, estabilidad y supervivencia tanto en el ámbito de lo individual
como en lo institucional.
10
La reflexión ética se manifiesta en la práctica mediante la intención de resolver problemas a los
que se le denomina dilemas morales y no silogismos (Nota de los autores).
11
CASSIRER, Ernst. Las ciencias de la cultura. Bodenheimer, Edgar (Trad.); Primera edición. México:
Fondo de Cultura Económica, 2005. 176 p.
12
ARISTÓTELES. Ética Nicomaquea. Sinnott, Eduardo (Trad); Primera edición. Buenos Aires:
Editorial Colihue, 2007. 484 pp.
13
LOYTARD, Jean-François. La condición postmoderna: Informe sobre el saber. Antolín Rato,
Mariano (Trad.); España: Cátedra, 1989. 119 pp.
233
La Ética del Soldado del Siglo XXI
La condición esencial de la pertinencia es la de ser emergente, y por
tanto hace que esta se constituya más como una excepción que como la
norma a seguir14. Su cualidad la coloca como la más adecuada pero no en
la inmediatez de los hechos resultantes sino a largo plazo; es decir una vez
realizado el balance de los riesgos y los fines alcanzados, en una labor de
objetiva jerarquización y discriminación de lo esencial y lo no esencial.
Una ética pertinente implica y exige liderazgo ejemplar, prudencia,
autodominio en situaciones límite y visión de la totalidad de parte de los
comandantes; pues aun cuando la resolución de este tipo de militares parece poner
en duda o transgredir provisionalmente las verdades que defiende la costumbre
institucional o la norma escrita vigente, la historia militar destaca esos hechos como
puntos clave para la narración de lo sucedido, a la vez que literatos y cineastas de
todas las latitudes extraen de esas anécdotas temas heroicos y poéticos.
La impresión ocurrida en el subordinado que observa seguridad,
claridad de ideas y compromiso genuinos en las convicciones de su superior
–incluso a pesar de no coincidir del todo con esas convicciones–, genera a su
vez certidumbre y convencimiento, puesto que el testimonio moral-ejemplar
del que comanda, demuestra autodominio y carácter, en la medida en que las
tropas observan que ese comandante es fiel a sus principios.
El resultado en ocasiones se traduce en actos que a corto plazo son
calificados por quienes les contemplan como osados, imprudentes, temerarios
y hasta absurdos; pero que a la distancia se observan como la acción más
adecuada según el contexto prevaleciente, los fines últimos y el balance entre
bien común y bien particular15.
Los problemas de la ética militar en el mundo global son urgentes
pues sus implicaciones prevalecen a la vista de todos cuando un miembro
de las fuerzas armadas se expone ejerciendo una conducta inapropiada; pero
quizá las soluciones sean antiguas y sus métodos estén aún vigentes, siempre
14
Las palabras Emerger y Emergencia comparten un misma origen etimológico: Emegens-, entis
(Latín).
15
La historia y la literatura ilustran las hazañas de guerreros, líderes y héroes que en hechos de
armas, en situaciones límite o próximas a la contienda llevaron a cabo acciones que solo a la
distancia se comprenden como adecuadas, pertinentes y apropiadas según las circunstancias:
Alejandro Magno cortando con su espada el nudo gordiano en la entrada de Asia, ante la
mirada atónita de los testigos y resolviendo así el enigma de una forma casi ridícula; H. Cortés
quemando las naves al desembarcar en Veracruz para internarse al continente con el afán de
conquistar Tenochtitlan al mando de un ejército diminuto, Aquiles que degüella con altivez la
cabeza de los dioses de Troya en una sociedad profundamente determinada por la religión.
234
Ética militar contemporánea: consideraciones para una formación castrense...
MÉXICO
que seamos capaces de separarnos del paradigma moderno –prevaleciente
por influencia de la comunidad científica– de dar por hecho que lo nuevo es
siempre lomejor16.
Lo anterior es más fácil en ética que en otras disciplinas y aún más para
nuestra profesión militar por el apego vocacional al orden y a lo concreto,
mas no por dogma ni necedad, sino percibiendo con objetividad y profunda
visión histórica aquellos periodos del mundo occidental, en que la ausencia de
principios estables y el exceso de libertad (ya sea para unos pocos o para la
mayoría), ha sido causa de decadencia moral y ruina en la civilización.
Los principios dan claridad sobre la naturaleza y consistencia de las
cosas, ya sea que se trate de entes reales, de problemas teóricos o de dilemas
éticos. Esa claridad contribuye a evadir el riesgo de errar en los medios que
se consideren necesarios a emplear en el alcance de los fines propuestos.
Sin principios, los medios empleados devienen improvisados, contingentes,
irrelevantes o desprovistos de sentido.
Una ética militar sin principios es una ética determinada por el azar,
en la que todo el universo es al mismo tiempo el blanco posible. Así, en un
ejemplo llevado deliberadamente al absurdo: para una persona que de alguna
forma se hace poseedora de un arma cargada y abastecida pero carece del
conocimiento en cuanto a sus prestaciones, uso, límites, etc., el universo
entero es su blanco, incluso él mismo se suma a los blancos posibles; diferencia
que queda contrastada con la precisión quirúrgica del experto francotirador
cuyo universo se limita a unos cuantos milímetros. Si los medios carecen de
principios también carecen de sentido, luego entonces no conducen a ningún
fin específico por conducir al mismo tiempo a todos.
La ética militar de una nación conducida por el azar, la improvisación
y el carácter provisional de sus medios, incluida con otras más estables en
la tensión del mundo global, ha de quedar disuelta tarde o temprano en
inconsistencias, y su identidad doctrinaria subsumida en la de otros ejércitos.
Para los países poseedores de Fuerzas Armadas, los principios éticos quedan
definidos primero en su doctrina, y luego se hacen extensivos hacia su
legislación y educación militares, pero de ningún modo en sentido inverso,
pues debe quedar claro en los mandos y educadores militares, que la práctica
normativa y docente son solo medios, no fines.
16
KHUN, Thomas S. La estructura de las revoluciones científicas. Solís, Carlos (Trad.); Primera
edición. México: Fondo de Cultura Económica, 2006. 404 pp.
235
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Si los fines institucionales son además compatibles con el proyecto de vida
de los individuos, la ética militar se arraiga con mayor facilidad y se requiere en
menor medida de acciones disciplinarias coercitivas, pues con la ausencia de
conflicto entre lo que el ejército quiere de sus soldados y lo que el soldado asume
que es mejor para él, los procesos formativos de la educación militar devienen
significativos en tanto que se le presentan al militar como auténtica filosofía de vida
más que como información, conocimiento escolar y capacitación para el trabajo.
Para no caer en el exceso de una tiranía que desconozca al soldado
como persona, es preferible que los fines institucionales correspondan con
los proyectos de vida de los soldados, en la medida en que se demuestre
argumentativamente e inclusive mediante cálculos racionales, que el bien
común es siempre superior al bien particular por las garantías que se alcanzan
a largo plazo para la mayoría.
Lo anterior no significa que los fines de la doctrina y la ética militar
sean determinados por los proyectos de vida individuales, pues el resultado
sería caótico al tener como fundamento el interés de los particulares, e
imposibilitaría cualquier intención de fijar principios altamente estables.
En cambio, si los procesos de reclutamiento se llevan a cabo
preventivamente en función de las afinidades de la institución con un proyecto
de vida individual honesto y realista; se evaden aquellos riesgos que surgen de
la falta de adaptación de reclutas y cadetes al medio militar, y se economizan
esfuerzos, tiempo y recursos, traducidos en el comportamiento ético de los
soldados, que de otra manera no pueden ser suplidos por la mejor teoría
ética, ni por la más rigurosa coerción normativa.
La doctrina militar con una ética con principios y conceptos estables, crea
certidumbre a sus miembros y recrea todos los días el sentido de pertenencia
a la profesión de las armas, desde los procesos básicos de tipo operativo,
táctico y administrativo, hasta en las dimensiones más subjetivas como las que
explican el honor militar o se traducen en vocación, convicción y arraigo.
Una ética-militar fundada en principios estables no excluye las
emociones e inclusive las complementa de contenido racional y de realismo.
Categorías complejas como el Amor patrio o el Espíritu de cuerpo pueden
ser corroboradas en una ética de principios desde el sentido común y la
práctica sin complejidades teóricas abrumadoras. En cambio, una ética militar
fundamentada en emociones o motivacional, al carecer de criterios absolutos
por otorgar a cada individuo la libertad para que sus sentimientos sean la
medida de las cosas, puede incluso carecer de principios.
236
Ética militar contemporánea: consideraciones para una formación castrense...
MÉXICO
Las éticas de emociones o motivacionales están en boga en el mundo
civil, cuya condición jerárquica no existe al tratarse de sociedades igualitarias.
Cuando estas éticas se adoptan y adaptan a alguna fuerza armada pueden
suscitar repercusiones varias. El problema con esas formas de ética es el riesgo
de que la motivación que se persigue no tenga referencia real en el mundo, y
por tanto que el soldado deba ser remotivado constantemente. Prevalece en
esas éticas un tipo de discurso metafórico17 en el que se atribuyen al soldado
conceptos propios de la physis como estar frío o caliente para describir el
grado de motivación respecto de la misión.
Como la motivación en sí misma es emocional y no intelectual surge
el riesgo que finalmente el militar se percate de la ausencia de referentes
racionales en la labor asignada, y con ello la des-motivación consecuente.
Bajo esa perspectiva el soldado que se desmotiva deja de ser ético, sin que
tengan gran importancia los argumentos y razones para que su labor –la que
sea que lleva a cabo en su situación en el ejército– continúe siendo igual de
efectiva.
Lo anterior no significa extirpar del soldado las emociones, sino hallar
un justo medio –según el lenguaje pedagógico que Aristóteles empleaba para
educar a Alejandro Magno– entre el ámbito de lo emocional y lo racional de
los militares en tanto personas, a fin de garantizar realismo y objetividad18.
Una educación ética de corte sentimental, que se funda en la motivación,
carece de referentes reales rigurosos (como se dijo con anterioridad, los
supuestos que emplea son metafóricos), carece de contenidos racionales
(se expresa a través de un discurso literario) y de conceptos estables. Un
adoctrinamiento militar con una ética así corre el riesgo de generar sujetos
altamente inestables, pues la orientación conductual de esos militares es
eminentemente emocional a la vez que descuida la formación del carácter
típica de las fuerzas armadas.
La ausencia de una educación de las emociones en la forma en que se
ha entendido y promocionado últimamente, desde la aparición del concepto
17
La metáfora es una figura retórica propia de la redacción literaria sobre todo en los géneros
literarios de tipo lírico (poesía). Se carece de rigor cuando se redacta usando metáforas en la
argumentación de documentos con fines académicos.
18
Sobriedad respecto de la realidad prevaleciente. Si se trata en sentido inverso ello supondría
arriesgarse a contar con soldados que existen determinados por sus sentimientos y emociones.
237
La Ética del Soldado del Siglo XXI
inteligencia emocional19, no es en realidad un problema mayor para el caso
de las educación militar tradicional, debido a que la educación de la voluntad,
en las Fuerzas Armadas se ha manifestado como condición esencial de la
educación castrense a través de la formación del carácter, no habiéndose
encontrado sucedáneo igual de efectivo a pesar de la cantidad de alternativas
actuales, debido a la naturaleza activa y a fines propios de la vida militar.
Apelar a los principios de algo implica adoptar actitudes analíticas de
tipo reflexivo y contemplativo, de las cuales los militares solemos resistirnos en
los primeros años de nuestra profesión, particularmente por las condiciones
de la edad y el dinamismo de las jerarquías subalternas. Sin embargo, tarde o
temprano, tanto en el proyecto de vida como en el ejercicio de la profesión,
una vez que la responsabilidad ha aumentado con la jerarquía, es preciso
reflexionar sobre aquellos principios éticos, que si bien fueron enseñados como
temas insertos en las academias militares, ahora cobran un matiz existencial
muy superior a los simples conocimientos escolares.
Las ciencias se expanden en su dominio de la verdad mediante
la producción de nuevo conocimiento, aun cuando este no sea siempre
en sentido vertical ni tampoco acumulativo20, pues es bien sabido que
existe el riesgo de retroceso y estancamiento científicos. Esos riesgos
se hacen extensivos –tanto en la posibilidad de saber en expansión
como en la de retroceso y estancamiento– a la ciencia militar y
consecuentemente a la ética militar que encuentra asidero en esa ciencia21.
19
GOLEMAN David. La inteligencia emocional. Mateo, Elsa (Trad.); Primera edición. México:
Ediciones B México, 2000. 397 pp. Este psicólogo estadounidense (Universidad de Harvard)
ha recuperado de Aristóteles algunas ideas contenidas en la Ética a Nicómaco respecto del
autodominio y el autoconocimiento. El retorno de la Psicología actual a la Filosofía moral
aristotélica (realista-moderada) demuestra la vigencia de las ideas en torno a la educación de la
voluntad, el cultivo de las virtudes, la vida feliz y sobria en el justo medio como saciedad y los
hábitos que tienden al bien común, por oposición a la vida en los vicios (de todo tipo) y el bien
particular.
20
KHUN, Thomas S. Loc. cit.
21
En el presente artículo no se tiene la intención del incorporarse al debate sobre la posición
epistemológica de lo militar como ciencia, ya sea que se lea en singular o plural, arte, o artes.
Tampoco es la intención de los autores decantarse hacia la explicación última de lo que algunos
escritores denominan Ciencia de la Guerra. Dada la naturaleza de este texto, solo se intenta
problematizar el estado del saber que prevalece en torno a la enseñanza y difusión de una ética
propia y sobre todo apropiada para los militares, más aún en las Fuerzas Armadas de países no
anglosajones, como es el caso de Iberoamérica, cuyas raíces culturales y científicas responden
a un pensamiento más próximo al mundo latino que al germano. Este afán de claridad teórica
es similar a lo que en otras parcelas del conocimiento y de la vida profesional se ha entendido
238
Ética militar contemporánea: consideraciones para una formación castrense...
MÉXICO
Ahora bien, para que esta argumentación tenga coherencia, resulta
esencial distinguir doctrina de ciencia, pues de ello habrá de derivar en
posiciones distintas de sí, en lo referente a la ética que se proponga como
adecuada para la formación de los soldados. En el debate sobre la existencia
de una ética totalmente científica E. Durkheim se muestra bastante escéptico:
Si la trascendencia y la religiosidad (con todos sus términos, conceptos y
categorías) de las teorías éticas anteriores a la ilustración, fueron suplidas
por una ética racional, de inspiración cientificista, parece ser que esa nueva
ética carece de elementos que llenen los vacíos teóricos principales, es
decir aquellos conceptos, términos y categorías –estables y absolutos– que
justifiquen a las personas reales, las de carne y hueso, la necesidad vital de
conducir su existencia hacia ellos22.
La crítica a los límites de las éticas racionales y el contraste con las
éticas trascendentales debiera ser importante para cualquier fuerza armada
iberoamericana desde el punto de vista historiográfico: La historia de la
formación ética en muchas de las fuerzas armadas en América Latina es la
disolución paulatina de la moral tradicional (confesional), la complicada
instauración de una ética racionalista que nunca terminó de concluirse y el
reciente advenimiento de diversas versiones de éticas motivacionales con
las dudas y escepticismo que estas generan en los ambiente castrenses por
parecer más bien endebles.
como deontología. Con fundamento en esta brevísima explicación se considera lo científico
de lo militar –con una evidente influencia Aristotélica– el conocimiento racional de las causas
y los principios tendientes a explicar lo propio del ámbito militar en cuanto a su naturaleza,
esencia y accidentes. Lo anterior implica necesariamente una metodología analítica-sintética en
la que no se descarta la participación de disciplinas diversas a condición de circunscribirse a este
posicionamiento epistemológico (Nota de los autores).
22
Si la ética racional no puede lograr ese convencimiento existencial en las personas por buscar
y actuar en la vida, en nombre de ideas trascendentes, estables y absolutas como el Bien, la
Justicia, la Verdad, etc., entonces la teoría ética queda fuera del interés de las personas y se
vuelve solo vanidad académica para la charla de especialistas. Pero el mayor problema aparece
en la vida real o praxis; pues si la moral (considerada en este artículo como práctica, y mostrada
en hábitos, costumbres, conductas, etc.) no tiene un asidero teórico que la oriente, calificando
a los actos humanos como buenos o malos, entonces se frustra toda posibilidad de fijar una
unidad de medida valedera para la ética y con ello se relativiza la moral, al punto de atomizar
tantas éticas como personas en el mundo, todas igual de válidas. Es evidente que todo lo dicho
sobre este tema puede trasladarse al caso de las Fuerzas Armadas con el respectivo caos que
de ello se prevé: DURKHEIM Émile, La educación Moral; Primera edición. México: Colofón, 2001.
310 pp.
239
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Prevalece en los fundamentos de todo ejército una visión del mundo
jerarquizada o vertical, por contraste con las sociedades igualitarias contemporáneas que de suyo son horizontales. Quien piense que eso no tiene nada
que ver con la ética que respectivamente se adecua a cada contexto estará
siendo demasiado ingenuo.
La ética militar –en el caso de que la comunidad militar siga siendo
jerárquica como la conocemos hoy y antaño– precisa de una ética que siga esa
misma lógica de gremio vertical y lamentablemente esa lógica no se encuentra en
las más novedosas éticas motivacionales en boga. La educación y la ética militar
han sido tradicionalmente (por lo menos en los ejércitos de occidente23) una sola
y misma actividad: aquella que apela a su estatuto de profesión, sobre todo en la
“dignidad” del soldado-profesional que en otras carreras se aprecia bajo el modo
de “prestigio” pero que en el gremio militar no es otra cosa que el honor.
La especialidad en los ejércitos ha sido –siguiendo el mismo criterio
histórico– un añadido secundario a la par de las necesidades prevalecientes
de la época que no debe importar en cuanto a los principios éticos del
soldado. Así, en muchas fuerzas armadas el carácter titular de las tropas de
caballería y luego infantería observaba con bastante reserva a los ingenieros
militares. Huntington describe ese rechazo en el estatuto que las academias
de formación de los ingenieros tenían con respecto a las de infantería o a
las escuelas navales. Esa misma actitud se presentaría posteriormente con
respecto de la aviación militar a inicios del siglo XX; en tanto que hoy en día
no pocos aviadores se muestran algo escépticos frente a la nueva guerra aérea
que parece tender hacia la aviación no tripulada.
Una Fuerza Armada decididamente pragmática puede decidir el ceder
a la ausencia de principios, en vista de la necesidad prevaleciente haciendo
parecer que dignidad u honor versus necesidad se excluyen mutuamente. La
23
HUNTINTONG, Samuel. El soldado y el Estado, Teoría política de las relaciones cívicomilitares. Peña, Cristina (Trad.); Primera edición. Grupo editor latinoamericano. 1990. 471 pp. y
JANOWITZ, Morris. El soldado Profesional. Servicio técnico de traducciones (Trad.) Ministerio
de Defensa de España. 1990. 570 pp. Quizá pueda ponerse en cuestionamiento este argumento
por parte de los modernos científicos de lo militar si se observa desde el punto de vista actual
del militar como ente político de una sociedad democrática, en la que la posición del soldado se
ve limitada en el estatuto de servidor público. Janowitz en su obra sobre El soldado profesional
abona bastante al tema en ese respecto. Como es evidente la tensión entre los que Huntigton y
Janowitz entienden por profesionalismo implica más que una diferencia de rigor argumentativo,
una diferencia epistemológica y de enfoques con respecto a un mismo objeto de estudio (Nota
de los autores).
240
Ética militar contemporánea: consideraciones para una formación castrense...
MÉXICO
permanencia de un cierto código de ética cuyo fundamento sitúe el honor
militar a pesar de la especialidad, situación o jerarquía en las fuerzas armadas
resulta una necesidad imperante de la época en que las éticas racionalistas no
parecen tener más significado ni para el civil como tampoco para el soldado,
pues de otro modo se corre el riesgo de carecer de un modo eficaz para
contener el comportamiento del soldado.
Considerar que la vía para contrarrestar el fracaso de la formación
ética –sea esta trascendental, racional o motivacional– deba ser la coerción
mediante castigos más severos, implicaría por una parte, ceder a la tradicional
capacidad formadora de los ejércitos y sobre todo de los comandantes que
dirigen las academias militares y las unidades que reciben reclutas, admitiendo
que se es incapaz de generar en el cadete o formar en el soldado el carácter
propio del ámbito castrense, y en consecuencia de crear hábitos necesarios
para la carrera de las armas: porte marcial, gallardía, honor, disciplina, talante,
espíritu de servicio, etc.
Por otro lado, al orientarse hacia la coerción, objetivación de la norma y
aplicación de la reglamentación haciéndola más contundente, se contradice el
liderazgo militar en el que se presupone que el que comanda soldados debe
poseer una larga lista de virtudes que resultaría ocioso reproducirlas en este
artículo por el fin que se persigue, pero que todas ellas coinciden que al líder
auténtico se le sigue, admira, y obedece por criterios ajenos a la coerción,
pues si así fuese no hablaríamos de liderazgo militar, sino de tiranía.
Hoy en día las academias militares deben crear situaciones en que se dé
al cadete y recluta la confianza de que responderá con un comporte ad hoc al
nivel de lo que de él se espera, como digno miembro de las fuerzas armadas
y de acuerdo a la mística de su Ejército, Armada o Fuerza Aérea. Sin embargo,
antes se deben propiciar ambientes contenidos que impliquen situaciones en
las que se ponga de manifiesto la fuerza de carácter del militar, y si carece
de esta, entonces propiciarla mediante los medios de ese ejército, según su
propia doctrina militar.
Sin lo anterior, no se puede garantizar el autodominio que acompaña
y resulta en autoconocimiento de cualquier persona dentro o fuera de los
ejércitos, para saber cómo responde uno mismo en situaciones de gran
tensión: física, emocional, psíquica.
Un soldado como cualquier individuo que desconoce su comportamiento
en situaciones límite, en donde la garantía de autodominio ha de marcar la
diferencia, no puede ser de fiar en un ejército pues en el ejercicio de un carácter
241
La Ética del Soldado del Siglo XXI
blandengue existen grandes riesgos propios de esta profesión que van desde
las menos costosas para la nación hasta las más aberrantes: carencia del porte
marcial, pensar en la carrera de las armas como un empleo, abandono físico e
de higiene, deserción, incumplimiento de la misión, corrupción con criminales,
etc., conductas que implican un evidente desapego a la tradición militar que
en este artículo se ha venido argumentando como honor y dignidad.
Hablar de la dignidad resulta chocante en muchas profesiones actuales
que se eligen, estudian y miden en función de la necesidad. Necesidad y
dignidad a veces se oponen también en los ejércitos, y ello demuestra una
decadencia en las ideas tradicionales de honor militar. El honor en los ejércitos
blinda, por así decirlo muchas de las situaciones que la ley militar no puede
contener por la necesidad de un agente externo que señale y sancione al
infractor. Tampoco la educación en valores soluciona el problema sino se
asume un enfoque que dé la importancia debida a la educación de la voluntad
y forme el carácter.
El honor en abstracto no significa nada sin personas honorables de
carne y hueso, y por ello se aprecia más cuando se le vincula a narraciones
épicas como las de Leónidas, Bravo y Moscardó, destacando los principios
que vale la pena imitar, porque al igual que la ética militar, ellos se enfocan
hacia el bien común.
Es preciso mencionar el desenlace que tuvo la propuesta del Virrey
de España a don Vicente Guerrero, en aquellos aciagos días de la lucha de
independencia de México. El prócer insurgente atento escucha a su padre
mientras este expone los bienes particulares que recibirá del enemigo,
incluso el respeto por su vida. “… Guerrero termina de escuchar el mensaje
y entonces dice a sus tropas: Señores, este venerable anciano es mi padre,
viene en nombre del Virrey a ofrecerme dádivas que nunca aceptaré, respeto
a mi padre y lo obedezco; pero como mexicano de honor y soldado de la
libertad de mi pueblo, no puedo traicionar mi ideal, que piensan empañar
los hombres faltos de amor Patrio: MI PATRIA ES PRIMERO...”24. La decisión
de este personaje evidentemente derivó en acciones que en el corto tiempo
llevaron a materializar la Independencia de México, quedando de manifiesto
que el actuar dentro de un marco ético exigirá en no pocas ocasiones de
verdaderos sacrificios personales en bien de las instituciones y de la Nación.
24
Biografía de Vicente Guerrero. Guerrero Cultura Siglo XXI. A.C. (consultado el 29 de mayo de
2014.), disponible en: http://guerrero.gob.mx/articulos/himno-a-vicente-guerrero/
242
Ética militar contemporánea: consideraciones para una formación castrense...
MÉXICO
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ARISTÓTELES. Ética Nicomaquea. Sinnott, Eduardo (Trad); Primera edición.
Buenos Aires: Editorial Colihue, 2007. 484 pp. Colección Clásica, 1. ISBN:
987-950-563-017-2.
BONNEMAISON, Eric. Toi, cefuturofficier. Tapie, Pierre (Préface.); TroisièmeEdition.
Paris: Economica, 2012. 323 pp. Guerres&guerriers; 1. ISBN: 978-2-71786143-3.
CASSIRER, Ernst. Las ciencias de la cultura. Bodenheimer, Edgar (Trad.); Primera
edición. México: Fondo de Cultura Económica, 2005. 176 pp. Colección 70
años. ISBN: 978-607-16-1113-0.
DURKHEIM, Émile. La educación Moral; Primera edición. México: Colofón, 2001.
310 pp. ISBN: 968-867-016-2.
GOLEMAN, David. La inteligencia emocional. Mateo, Elsa (Trad.); Primera
edición. México: Ediciones B México, 2000. 397 pp. ISBN: 968-497-205-9.
GRIMAL, Pierre. La mitología griega. Pardo Vallejo, Felix (Trad); Primera edición.
Barcelona: Paidós, 1989. 126 pp. Studio, ISBN: 84-7509-530-5.
HUNTINTONG, Samuel. El soldado y el Estado, Teoría política de las relaciones
cívico-militares. PEÑA, Cristina (Trad.); Primera edición. Grupo editor
latinoamericano. 1990. 471 pp. Colección Estudios políticos y sociales.
JANOWITZ, Morris. El soldado Profesional. Servicio técnico de traducciones
(Trad.) Ministerio de Defensa de España. 1990. 570 pp. Colección Defensa.
ISBN: 84-7823-052-1.
KHUN, Thomas S. La estructura de las revoluciones científicas. Solís, Carlos
(Trad.); Primera edición. México: Fondo de Cultura Económica, 2006. 404
pp. Breviarios Series, 213. ISBN: 978-607-16-1422-3.
LOYTARD, Jean-François. La condición postmoderna: Informe sobre el saber.
Antolín Rato, Mariano (Trad.); España: Cátedra, 1989. 119 pp. Colección
Teorema, Serie Mayor. ISBN: 978-843-76-0466-4.
243
REPÚBLICA
DEL
PERÚ
Centro de Altos Estudios Nacionales
LA ÉTICA DEL SOLDADO EN EL SIGLO
XXI, LA VISIÓN DEL PERÚ
ROBERTO VIZCARDO BENAVIDES*
INTRODUCCIÓN
La Carta Política del Estado peruano, sancionada en 1993, en su primer
artículo establece con claridad que “la defensa de la persona humana y el
respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado”. De
ahí se origina la conceptualización del Bien Común, formulada por el CAEN,
como fin supremo del Estado.
En esa misma línea, la inspiración fundacional del Centro de Altos
Estudios Nacionales, Escuela de Postgrado, CAEN-EPG (antiguamente CAEMpor lo de Militares), subyace en la teoría filosófica del humanismo, es decir en
el respeto profundo por la dignidad del ser humano, la libertad y la igualdad,
considerando al hombre como el fin antes que el medio.
Como toda sociedad conformada por seres humanos sujetos a normas,
muchas veces contra su voluntad y en oposición a sus legítimos y naturales
deseos, el rigor histórico, en el caso peruano, tiene un rico ancestro en el
Imperio de los Incas cuyas máximas virtudes se refieren a la honestidad,
laboriosidad y veracidad; esta trilogía virtuosa configura una característica
especial y diferenciadora de cualquier otro grupo humano. No hay registros
de alguna conexión entre la cultura inca y la cultura griega, pero es evidente
que en aquella la ética estaba presente en todos los actos de la vida, desde
el soberano hasta el último súbdito; pues el quebrantamiento a tal trilogía
suponía grave falta y consecuente drástica sanción.
*
Coronel del Ejército del Perú. Licenciado en Ciencias Militares. Magíster en Economía con
mención en Comercio y Finanzas Internacionales, por la Universidad San Martín de Porres.
Doctor en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por la Universidad Ricardo Palma.
Graduado del L Curso de Desarrollo y Defensa Nacional del Centro de Altos Estudios Nacionales
(CAEN). Curso de Administración de Recursos para Defensa en la Escuela Naval de Post Grado
en Monterey, California, EE.UU. Catedrático universitario y actual Secretario General del Centro
de Altos Estudios Nacionales, Escuela de Postgrado (CAEN-EPG). [email protected]
247
La Ética del Soldado del Siglo XXI
ETHOS, ÉTICA Y MORAL
Conviene realizar una breve conceptualización sobre la etimología de
la ética para abordar con claridad el objeto del tema que estamos tratando.
Se considera que el ethos (el carácter –aquella actitud adquirida por hábito–
en su sentido filosófico), es la raíz a partir de la cual brotan todos los actos
humanos, teniendo este vocablo una acepción mucho más amplia a la que
se da a la palabra “ética”. En tal sentido, el hombre a través de su existencia
va realizando actos, los mismos que a fuerza de repetición configuran hábitos
que determinan las actitudes. De esta manera el carácter como personalidad
es obra del hombre, es su tarea moral, es el cómo “resultará” su carácter
moral para toda su vida.
Entonces, podríamos preguntarnos si este carácter moral, este modo
de ser del ser humano es inherente a las actitudes frente a los demás, es
decir frente a la sociedad, o en su sentido más amplio frente al Estado o la
comunidad. Por cierto, la historia de la humanidad así lo demuestra, porque
toda acción es ejecutada por la persona en una actitud que contiene un
componente biológico heredado y otro componente cultural, adquirido para
actuar de un modo determinado frente a situaciones de legalidad, de valores
o simplemente de afectividad o disquisición entre lo bueno y lo malo.
Una aproximación a la conceptualización de la palabra “moral”
(del latín) nos lleva a interrelacionar los vocablos ethos y ética de manera
similar; el resultado vendría a ser la adquisición del “modo de ser logrado
por apropiación”, o por niveles de apropiación, donde se encuentran los
sentimientos, las costumbres y el carácter.
Alrededor de estos conceptos y otros no menos importantes, pero
íntimamente relacionados, como la justicia, la virtud y la bondad, se estructura
la Ética, vocablo latino (aethica) que etimológicamente puede definirse como
“ciencia de la recta configuración del carácter del hombre” o como “ciencia
de las costumbres”, según la interpretación que se haga de los originales
griegos.
Por otro lado, en línea con lo hasta aquí tratado, es necesario distinguir
el término “profesional”. En primer lugar, la “profesión”, en cuanto representa
un servicio para los demás y en cuanto que originariamente no es otra cosa que
el empleo de las propias facultades, de las aptitudes congénitas o adquiridas
en provecho del prójimo (Lazo Acosta, 1989). En este contexto, la profesión
resulta siendo una necesidad para el Bien Común.
248
La ética del soldado en el siglo XXI, la visión del Perú
PERÚ
Lo profesional se aproxima a la exigencia de la profesión en cuanto a las
realidades humanas, morales o jurídicas. Consecuentemente, nos referimos a
los derechos, deberes y actitudes profesionales, es decir a su vida profesional.
Derivado de ello, “el profesional”, aplicado al hombre, sería todo
aquel que tiene encomendada, de manera habitual, una misión especial que
cumplir en beneficio de los demás, con la contrapartida del derecho a la justa
compensación por su trabajo.
De acuerdo con el pensador peruano Jesús Lazo Acosta (Arequipa,
1938-2013), los fines primordiales a los que atienden las profesiones son
tres, agrupados como derechos: en un primer grupo están aquellos que
se identifican con los derechos fundamentales o primarios del hombre (el
cocinero, zapatero, labrador, artesanos en general; en un nivel superior, los
ingenieros, arquitectos, médicos, farmacéuticos, enfermeros, etc.).
Están en un segundo grupo aquellos que optan por el derecho al
cultivo progresivo e ilimitado de la inteligencia (el científico, filósofo, artista,
pedagogo, etc.).
Finalmente, un tercer grupo identificado con el derecho a vivir, en cuanto
personas y miembros de la sociedad: las profesiones liberales (abogados,
sociólogos, notarios), el militar, el clérigo, el religioso, novelista, etc.; todos
ellos artífices, en menor o mayor grado, del orden jurídico y del orden moral.
Es en este último grupo de derechos donde ubicamos a la profesión
militar, en tanto soldado, generalidad aplicable a todo integrante de las
Fuerzas Armadas del país; ayer, hoy y siempre.
EL SOLDADO INCA
El Imperio de los Incas, que en tiempos de Huayna Cápac llegó a
alcanzar su esplendor extendiéndose a territorios que hoy corresponden a
la soberanía de Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador y Colombia, constituyó un
formidable Ejército Imperial de conquista, que en su mejor momento alcanzó
los 200.000 soldados.
Para tales emprendimientos, el Soberano Inca procuró una organización
militar perfectamente disciplinada y eficiente, pues así lo requería el Estado
Inca. Sin embargo, es probable que algo de soberbia definían muchas de
sus acciones, especialmente cuando de someter pueblos o naciones de
menor desarrollo cultural se trataba. No obstante ello, el recto proceder de
los generales y altos mandos del Ejército Inca los hacía ofrecer la vía pacífica
249
La Ética del Soldado del Siglo XXI
para integrarse al Imperio del Tahuantinsuyo; cuando un pueblo mostraba
una actitud positiva a tal requerimiento, los hacía acreedores a un trato
generoso y una serie de beneficios en alimentos, obras, respeto a su propia
cultura, religión y otras prebendas. Lo contrario sucedía cuando los afanes
conquistadores encontraban resistencia; entonces se usaba la fuerza y se les
imponía la cultura Inca.
Desde luego que pertenecer al Ejército Imperial Inca ciertamente era un
privilegio, pues el mismo Soberano lo comandaba y seleccionaba los cuadros;
de esta manera los jóvenes de las etnias sometidas, una vez consolidadas,
podían aspirar a unirse a la milicia, lo cual constituía un honor.
La ética del soldado Inca podía claramente discriminar los valores de su
propia cultura y los de aquellos pueblos que se sumaban a la soberanía del
Imperio mediante la persuasión, pues los jefes incaicos lo consideraban justo;
esta actitud denota todo un comportamiento moral del ejército vencedor para
con el pueblo o nación que pasaba a formar parte del imperio.
EL SOLDADO DEL ESTADO VIRREYNAL
Poco es lo que se puede decir sobre la milicia de la época respecto
del tema que nos ocupa. Desde que Francisco Pizarro, convertido en soldado
por obra y gracia de la Corona de España, pisó tierras del Imperio del
Tahuantinsuyo al mando de un pequeño grupo de hombres armados, solo los
guiaba una idea, cual única fijación: encontrar los tesoros incas.
Al Perú no llegaron pioneros, como aquellos desplazados europeos
con cierta preparación y nivel cultural que desembarcaron en Norteamérica.
Más bien, fue todo lo contrario. Los ejércitos virreinales de los inicios de la
presencia europea en estas tierras estuvieron conformados por una suerte de
aventureros de oscuros antecedentes, que por cierto, con el correr de los años
de dominación, la Corona trató de enmendar.
La ética venía de la mano del otro “ejército” que vino con la conquista:
la religión. Es admirable el laborioso trabajo que desarrollaron las llamadas
“misiones” en el nuevo mundo, probablemente el aspecto más sobresaliente
de la cultura que España introdujo con la conquista.
250
La ética del soldado en el siglo XXI, la visión del Perú
PERÚ
EL SOLDADO REPUBLICANO
El enorme y agreste territorio del Perú heredado de los Incas, una vasta
extensión que en su apogeo superaba el millón ochocientos mil kilómetros
cuadrados, conformado por una columna vertebral representada por la
cordillera de los Andes, el bosque amazónico, la costa desértica y el mar
adyacente, probablemente sea el factor que ha modelado al poblador del
Perú; pues el grado de resiliencia del hombre de estas tierras es digno de
resaltar.
Es en este contexto que la formación de las milicias se alimentaban
de soldados hechos para vencer la adversidad, con un acendrado sentido de
lealtad, arrojo y valores adquiridos al calor de la desigual lucha diaria contra la
naturaleza. No sorprende por ello incontables actos de entrega, de heroísmo,
de respeto al vencido, protagonizados por el soldado peruano a lo largo de
la historia.
Cabe preguntarse entonces si la ética del soldado en el siglo XXI es
diferente, si el pasar la línea que separa al siglo pasado del presente, hace
que varíe la condición cultural que el soldado trae como bagaje del pasado,
especialmente cuando este pasado está cargado de tan valiosos antecedentes.
Es cierto que la era moderna, el mundo globalizado, la tecnología y
otros factores aportan una parte importante en el actuar y en la actitud del
soldado de estos tiempos; sin embargo, para el caso peruano, son variables
adicionales que perfilan el comportamiento del soldado en cuanto heredero y
representante de una cultura forjada en la adversidad.
EL SOLDADO Y LA SOCIEDAD
Conviene además, para efectos del presente artículo, hacer una breve
referencia a la organización social de una colectividad o mancomunidad de
individuos. Esta sociedad humana, entendida como colectividad que convive
dentro de un determinado territorio, que comparte historia, valores, cultura,
necesidades, aspiraciones y una determinación de continuidad en el futuro, es
la que conocemos como Nación, que jurídicamente organizada constituyen
los Estados.
En efecto, la sociedad organizada tiene dentro de sus necesidades
básicas, la seguridad, bien intangible que los individuos han delegado al
Estado, responsable último de la provisión de ese estado de tranquilidad,
251
La Ética del Soldado del Siglo XXI
confianza y paz que solo se puede asegurar al haberse adoptado las previsiones
necesarias que garanticen tal situación. Pues bien, para ello los Estados han
creado sus respectivos Sistemas de Defensa Nacional, cuyo componente
fundamental son las Fuerzas Armadas en la mayoría de países o Fuerzas de
Seguridad en algunos otros.
Las Fuerzas Armadas, en esencia, la sociedad organizada en uniforme,
y de una manera general los Ejércitos, conformados por ciudadanos hombres
y mujeres, basan su funcionamiento orgánico enmarcados dentro de un
conjunto de dispositivos legales tales como la Carta Magna o Constitución,
leyes orgánicas, Reglamentos, etc.; no obstante, y sobre todo, las Fuerzas
Armadas, en el caso peruano, cuentan con abundante normatividad sobre
el comportamiento y actitudes a adoptarse ante cualquier eventualidad y
situación que se encuentre enmarcada dentro de su misión y funciones. Claro
está, como en toda organización, existen “filtraciones”, ergo, excepciones a
la regla.
De esta manera, en el Perú una de las más importantes normas que
orientan la actuación del soldado lo constituye el “Manual de Ética Profesional
del Personal Militar de las Fuerzas Armadas del Perú”, instrumento de consulta
obligatorio para todo el personal militar. Dicho Manual sirve de guía en el
cultivo de los valores éticos y su basamento deriva de la Ley del Código de
Ética de la Función Pública, ley del Estado peruano.
El documento parte de la premisa fundamental que las exigencias éticas
reconocen primero al integrante de la Fuerza Armada como persona, y luego
como el profesional que sirve a su institución, y que ambos están al servicio
del país.
Resulta necesario enfatizar los criterios rectores del mencionado Manual:
1)
2)
3)
Superar la tendencia de considerar al Código de Ética como un simple
listado o enumeración de principios, valores o exigencias ético-morales, sin
responder a una estructura coherente que le sirva de fundamento teórico o
doctrinario.
Considerar al Código de Ética de rigor histórico, que se inspire en el
crecimiento, desarrollo y apogeo del Imperio Incaico y que sus tres máximas
expresiones en forma positiva o de afirmación, formen parte de nuestra
cultura occidental (Honestidad, Veracidad, Laboriosidad).
Considerar a la disciplina como el eje central que caracteriza al profesional
militar y que se constituye en esencia de todas las Fuerzas Armadas.
252
La ética del soldado en el siglo XXI, la visión del Perú
4)
PERÚ
Generar en cada uno de sus integrantes una actitud moral permanente que
se convierta en un modo de ser o estilo de vida, consciente, voluntario, que
le permita actuar por convicción y no por obligación.
Como se puede apreciar, el documento expresa meridianamente la
importancia de la práctica de los valores éticos en la Institución Militar, el cual
debe guiar la conducta y el comportamiento del soldado dentro y fuera del
servicio, con estricta observancia de los Derechos Humanos.
Como una expresión acorde con la vigésimo quinta Política de Estado
del Acuerdo Nacional (Acuerdo Nacional, 2002), referente a la cautela de la
institucionalidad de las Fuerzas Armadas y su servicio a la democracia, se
señala que “el Estado promoverá unas Fuerzas Armadas modernas, flexibles,
eficaces, eficientes y de accionar conjunto, regidas por valores éticos y morales
propios de la democracia”.
En línea con la mencionada Política de Estado, el 25 de octubre del
año 2005, mediante un dispositivo legal del Ministerio de Defensa de Perú,
se resuelve aprobar el “Código de Ética de las Fuerzas Armadas del Perú”
así como el “Manual de Ética Profesional del Personal Militar de las Fuerzas
Armadas del Perú”.
En los siete enunciados del Código se conceptualiza la expresión de
los principios y valores que deben orientar el accionar de todos y cada uno
de los integrantes de las Fuerzas Armadas, así como del quehacer de las
Instituciones Armadas en el Perú. Busca cultivar los valores éticos de todos
sus miembros, procurando cumplir la exigencia militar de lograr unidad de
doctrina o pensamiento, unidad de lenguaje y unidad de acción; resaltando la
calidad humana.
Sus características se basan en la entrega y sacrificio al servicio del país,
una actitud permanente para dar lo mejor de sí, con abnegación y renuncia
personal y tener una presencia innegable en la vida del país.
Su enunciado reza así:
“Soy un peruano, ciudadano de un Estado democrático, con vocación militar. Soy
un guerrero, vistiendo el uniforme de las Fuerzas Armadas del Perú. He escogido
dedicar mi vida para defender la independencia, la soberanía y la integridad
territorial de la República. Tengo derechos y deberes, por lo tanto mi accionar lo
haré en estricta observancia de la Constitución Política del Perú, con pleno respeto
de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario.
253
La Ética del Soldado del Siglo XXI
He sido formado y educado militarmente para servir a mi patria con honestidad,
veracidad, disciplina y lealtad. Por mi honor, prometo cumplir los deberes y
obligaciones de mi profesión militar con laboriosidad, integridad y responsabilidad.
Me instruiré, entrenaré y prepararé profesionalmente, con dedicación y voluntad
para alcanzar el dominio y lograr eficiencia y capacidad en el empleo de mis armas.
Cuidaré de ellas. Demostraré coraje y seré valiente en el combate, llegando hasta
el sacrificio de mi vida si es necesario.
Es mi compromiso y responsabilidad contribuir al desarrollo de mi institución
militar, por lo que actuaré con integridad, rectitud y honradez en la administración
y empleo de las personas, los recursos y bienes que se me confíen.
Solamente emplearé la fuerza militar para defender a mi nación, la libertad, la vida
de mis conciudadanos y la paz. No emplearé las armas contra o fuera del orden
constitucional.
Respetaré a mis superiores y seré educador y líder. Mi principal método de liderazgo
será la conducción por el ejemplo. En el trato con mis subordinados actuaré con
rectitud y justicia. No impartiré ni obedeceré órdenes que contravengan las leyes
y reglamentos, ni permitiré actos contrarios a la disciplina, el orden y la integridad
de mi institución.
Honraré la memoria de los héroes nacionales Bolognesi, Grau y Quiñones y demás
héroes que sacrificaron su vida por mi Patria, así como de todos mis compañeros
de armas caídos en el cumplimiento del deber, puesto que ellos, con su ejemplo
y virtudes militares, nos trazaron el camino de gloria que todo soldado, marino y
aviador peruano debe seguir”.
Tanto el Manual como el Código de Ética de las Fuerzas Armadas de
Perú, constituyen la base sobre las cuales se asienta la doctrina y la praxis en
el cumplimiento de la misión que la Carta Fundamental de la nación asigna
a las instituciones encargadas de velar por la seguridad interna y externa y la
soberanía del país.
Consecuentemente, el soldado peruano del siglo XXI, está premunido
de una valiosa herramienta que cual arma de guerra la esgrime en toda
circunstancia y guía su accionar, pues aquellos convocados a abrazar el ideal
de la carrera de las armas, los soldados de la patria, solo serán merecedores
de tal honor procurando ser el arquetipo que trasciende la sociedad para
convertirse en la salvaguarda de la dignidad, la rectitud, los valores, deberes y
virtudes a que todo hombre de bien aspira.
254
La ética del soldado en el siglo XXI, la visión del Perú
PERÚ
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CAEN. Planteamientos doctrinarios y metodológicos del desarrollo, seguridad y
la defensa nacional. CAEN, Lima, 2011, 338 pp.
CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Constitución Política del Perú 1993. Fondo
Editorial, Fondo Editorial, Lima, 2013.
LAZO Acosta, Jesús. Ética profesional básica. Imprenta del Ejército del Perú,
Lima, 1989, 215 pp.
LAZO Acosta, Jesús. Ética general básica. Imprenta del Ejército del Perú, Lima,
1989, 332 pp.
MINISTERIO DE DEFENSA. Manual de Ética Profesional del Personal Militar de
las Fuerzas Armadas del Perú. MINDEF, Lima, 2005.
RAE. Diccionario de la Real Academia Española. XXII Edición, Madrid, 2013.
255
REPÚBLICA
DE
PORTUGAL
Instituto de Defensa Nacional
A ÉTICA DO MILITAR NO SÉCULO XXI
LA ÉTICA DEL SOLDADO EN EL SIGLO XXI
NUNO MIGUEL PASCOAL DIAS PEREIRA DA SILVA*
1.
INTRODUÇÃO
Este trabalho sobre a ética do militar do século XXI, começa por tentar
apresentar e definir os conceitos mais importantes de ética, moral, direito, carácter,
deontologia, guerra justa e guerra legítima, após o que nos centrámos nos valores,
princípios éticos e códigos de conduta que caraterizam a profissão militar.
O início do trabalho, de índole mais conceptual, é fundamental para
percebermos o que é que na sua essência distingue o militar dos demais
cidadãos, uma vez que os valores e os códigos de conduta que os regem em
todo o mundo ocidental são muito semelhantes.
O Conceito de Guerra Legítima, legitimada pela ONU, é importante
pois todas as intervenções militares “out of área” devem carecer de uma
Resolução prévia, favorável do Conselho de Segurança das Nações Unidas.
O conceito de guerra justa, “Jus Belum”, por nós apresentado, é um
conceito que desde tempos imemoriais tem sido debatido e escalpelizado por
diversos filósofos, dos quais se destaca São Tomás de Aquino, para justificar
ou condenar do ponto de vista ético e moral algumas intervenções militares,
ou para o uso de novas tecnologias militares na guerra.
Os conceitos de estado e de guerra no século XXI, evoluíram e são
diferentes dos conceitos existentes no passado, pois a sociedade internacional
deixou de ter como único ator o Estado, bem como as guerras deixaram
exclusivamente de ser entre estados. A guerra no século XXI é e prospeta-se que
venha a ser muito diferente das guerras que existiram nos séculos anteriores.
*
Oficial do Exército Português com o atual posto de coronel. Está colocado como no Instituto
de Defesa Nacional como Assessor desde Julho de 2012, estando a efetuar trabalhos de
Investigação na área da Política Comum de Segurança e Defesa da União Europeia. Desde cedo
na sua carreira começou a colaborar em diversas publicações civis e militares sendo atualmente
colaborador e cronista assíduo da Revista Militar, de que é sócio efetivo. Curso NATO Staff
Orientation Course- “NATO School Shape”, Curso Multinacional Forces – “NATO School
Shape”, XI Curso Internacional de Defensa - Universidad Zaragoça, Curso de Introdução à EU Escola da EU Holanda.
259
La Ética del Soldado del Siglo XXI
No final deste trabalho abordámos o problema da Ciberdefesa, e sobre
a possibilidade de se responder a um Ciberataque com armas convencionais,
caso este colapse o estado alvo de ataque. A NATO no seu Conceito
Estratégico levanta como possibilidade esta hipótese,
Abordámos ainda o uso das novas tecnologias militares na guerra,
algumas que já existem e outras que se estão a desenvolver, de que são
exemplo o desenvolvimento de novas drogas, que permitem que o soldado do
futuro venha a ter maiores capacidades físicas e psicológicas, transformando-o
num quase homem “biónico”; a robotização da guerra, nomeadamente o uso
indiscriminado de “UAVs” e “Drones” e; de que maneira é que a utilização destas
novas tecnologias na guerra pode entrar em conflito com a ética, os princípios,
valores e códigos de conduta próprios da Instituição militar no presente século.
Vamos ao longo deste trabalho tentar conduzir à resposta à pergunta
central que fizemos, que está relacionada com o saber se o uso das novas
tecnologias militares na guerra do século XXI, poderá ou não pôr em causa
a ética e os códigos de conduta próprios dos militares, bem como se há
necessidade de se reverem as atuais leis da guerra, definidas em vários
Tratados e expressas nas Convenções de Genebra.
2.
CONCEITOS
a.
Conceito de ética, moral, direito, carater, deontologia, guerra
justa, guerra Legítima
Os conceitos de ética, moral, carácter e direito, são conceitos que embora
diferentes estão intrinsecamente ligados, razão pela qual muitas vezes se confundem1.
Em termos etimológicos a palavra “ética” vem do Grego “ethos”, que
significa “modo de ser” ou “caráter”, já a palavra “moral” tem origem no
termo latino “morales”, que significa “relativo aos costumes”.
Existem na literatura especializada várias definições para o conceito
de ética, no entanto, no âmbito deste trabalho, vamos definir ética como um
conjunto de conhecimentos, extraídos da investigação do comportamento
humano, que tenta explicar as regras morais de forma racional, fundamentada,
científica e teórica, é uma reflexão sobre a moral. A ética está associada ao estudo
dos valores morais que orientam o comportamento humano em sociedade.
1
Entre estes conceitos existem várias áreas em comum.
260
A ética do militar no século XXI. La ética del soldado en el siglo XXI
PORTUGAL
No âmbito deste trabalho, vamos também definir Moral como o conjunto
de regras aplicadas no quotidiano e usadas continuadamente por cada
cidadão. Essas regras orientam cada indivíduo, norteando as suas ações e os
seus julgamentos sobre o que é moral ou imoral, certo ou errado, bom ou mau.
O carácter refere-se à personalidade do ser humano e à sua forma de ser
e estar. Na psicologia o carácter é definido como a forma habitual e constante
de reagir, própria de cada indivíduo.
As Escolas Militares e ao longo de toda a carreira dos militares, o
carácter é um traço fundamental que é alvo de contínua formação e escrutínio,
como podemos constatar na frase que extraímos do Site da Academia Militar
Portuguesa e do excerto da Ficha de Avaliação de Mérito dos Militares do
Exército Português, designada por FAI, de preenchimento obrigatório por
parte das Chefias Militares, duas vezes por ano, essencial para a progressão
nas diferentes carreiras nas diversas categorias.
Excerto do “Site” da Academia Militar Portuguesa
“Ser Cadete da Academia Militar é o processo de educação do carácter2
Excerto FAI do Exército Português- item-Integridade de carácter:
…“Tem revelado bom comportamento moral, sendo respeitado e considerado. É
franco, leal, honesto, firme e coerente nos seus atos…
…”Não tem revelado comportamento moral muito censurável, falta de firmeza,
coerência, franqueza, lealdade e honestidade, o que provoca a rejeição ou menos
respeito dos que o rodeiam”...3.
O Direito estabelece os limites da ação de cada pessoa através de um conjunto de
regras obrigatórias, força coerciva, que garante a convivência pacífica duma sociedade.
A moral distingue-se do Direito, sendo no entanto uma das suas fontes,
por não se encontrar consignada em nenhum código escrito; ela é parte
intrínseca do caráter das pessoas, formando a ética de cada um.
No âmbito dum conflito persistente estes dois conceitos, moral e
direito, podem ser conflituais, pois o que é legal pode não ser moral, devendo
os nossos líderes por vezes ter de confiar mais na moral, em detrimento da lei.
2
Site da Academia Militar de Portugal http://www.academiamilitar.pt/
3
Excerto da FAI do Exército Português relativa ao item-integridade de carácter.
261
La Ética del Soldado del Siglo XXI
…”In the murky environment of persistent conflict, what is legal may not necessarily
be moral, and our leaders may, on occasion, have to rely on moral guidelines,
irrespective of the law, to conduct good and right actions…”4.
Deontologia Militar, existem muitas definições deste conceito, no entanto
parece-nos que a definição expressa na obra do General Belchior Vieira, já
por nós citada, a propósito de deontologia militar é uma definição abrangente
motivo pela qual a vamos adotar neste trabalho, assim segundo o autor:
…”A deontologia militar é a ciência que trata da aplicação das regras gerais da
moral no caso concreto da profissão das armas, descrevendo e justificando a
conduta do bom soldado, não porém ao nível das prescrições legais, mas sim das
exigências da sua natureza de homem. Em síntese, a deontologia militar será a
ciência dos deveres morais dos militares. …
…”No âmbito da deontologia militar … integram-se a ética militar, como o
conjunto das questões filosóficas (aspeto crítico ou especulativo), e a moral militar,
como o conjunto das regras de conduta (aspeto descritivo ou prático)...”5.
Guerra legítima (legal), na sociedade Internacional cabe ao Conselho de
Segurança da ONU, como veremos mais à frente neste trabalho, a legitimação das
Intervenções militares, ou seja decidir se determinada operação é ou não legítima.
A tentativa de definir Guerra justa, “Jus Bello”; vem desde tempos
imemoriais, tendo Santo Agostinho tido um papel importante na sua definição
ao afirmar que “guerra justa é aquela que castiga uma injustiça”. Para Santo
Agostinho, as guerras religiosas não faziam sentido e, o facto de se efetuarem
alegadamente em nome de Deus, não as tornava por isso justas.
O conceito de guerra Justa é um conceito que tem vindo a ser discutido por
diferentes filósofos ao longo dos séculos, tendo em vista justificar moralmente o
uso de uma Força Armada, para efetuar uma determinada operação militar, ou
se o uso de uma nova tecnologia disruptiva numa intervenção militar, que faça
desequilibrar o potencial relativo de combate, é ou não moralmente aceitável.
4
SNIDER, Don M. y OH, Paul y TONER, Kevin, The Army´s Professional Military, Ethic in an era of
persistent conflict, Professional Military Ethics Monograph Series- USA Army Forces, 2009, p. 10.
Disponible en: http://www.strategicstudiesinstitute.army.mil/pdffiles/PUB895.pdf
5
VIEIRA, Belchior, Liderança Militar, 2ª edição, Academia Militar/ Estado Maior do Exército 2002,
pag 23, Disponible en: https://fenix.tecnico.ulisboa.pt/downloadFile/3779572232691/%28Livro_
Lideran_Militar_GEN_Belchior_Vieira%29.pdf
262
A ética do militar no século XXI. La ética del soldado en el siglo XXI
PORTUGAL
Os problemas que se põem na atualidade, sobre se é justo ou não e,
se devemos ou não utilizar as novas tecnologias militares disruptivas6 e, quais
os limites para a sua utilização, numa determinada intervenção militar, já se
puseram aos nossos antepassados sempre que apareceram novas tecnologias,
e não foi por isso que elas não se utilizaram.
b.
Valores e princípios éticos dos militares. Códigos de conduta
1)
Valores e princípios éticos
Os valores da profissão militar, emanam dos valores nacionais, devendo
a eles subjugar-se e adaptar-se. Os valores nacionais devem ser sempre o farol
orientador dos valores ditos militares. A este propósito vamos citar o General
Belchior Vieira no seu livro liderança Militar
…”Os valores da profissão militar, como profissão ao serviço de um Estado
democrático, têm que ser consistentes com os valores morais, espirituais e
sociais que definem o carácter fundamental da Nação, tais como: a verdade,
a justiça, a honestidade, a dignidade humana, a imparcialidade, a igualdade e
responsabilidade pessoal. Umas Forças Armadas nacionais não podem deixar de
refletir e de ser orientadas por estes valores...”7.
Os valores da Instituição Militar são, em nossa opinião, um dos seus mais
importantes legados, que devem ser transmitidos de geração em geração,
sendo a base e a essência da profissão militar, é com base nesses valores
que são elaborados os códigos éticos e de conduta dos militares, códigos
segundos os quais estes se devem reger. Continuando a citar o General
Belchior Vieira, a propósito de valores da Instituição militar, este afirma:
…”Atualmente, constata-se a adoção generalizada do termo ética ou da expressão
sistema ético para designar o conjunto dos valores que enformam a profissão militar”8.
…”A ética, num contexto organizacional, compreende um quadro de padrões de
6
Iremos abordar este problema mais detalhadamente em capítulo posterior.
7
VIEIRA, Belchior, op. cit., p. 23.
8
Ibid., p. 25
263
La Ética del Soldado del Siglo XXI
comportamento, expresso em normas, princípios, orientações de procedimento ou
regras de comportamento, definindo o que é apropriado (certo) ou inapropriado
(errado). Fundamentados num sistema de valores e princípios morais, estes
padrões são comummente compreendidos e geralmente aceites pelos membros
do grupo como linhas de orientação legítimas e adequadas para dirigir a conduta
pessoal e profissional num quadro organizacional. Sujeitos a diferentes graus de
sancionamento, os padrões de comportamento ético permitem que os grupos
funcionem mais eficientemente e orientam o processo de tomada de decisão. Os
padrões éticos numa organização são aceites (a porque são considerados legítimos
e praticáveis e são, consequentemente, interiorizados como tendo autoridade útil
sobre o comportamento (neste particular, a consciência e a culpa)…”9.
Por sua vez, o Tenente Coronel Carlos Rouco, num artigo publicado na
Revista “Proelium”, a propósito de valores militares, afirma:
…”Os valores são a essência da sobrevivência em sociedade, sem eles não existe o
preceito ético e a moral não faz sentido. Os valores na prática constituem-se como uma
ideologia, que permite articular e enfatizar respostas cognitivas prontas e privilegiadas
a problemas organizacionais, emergindo estes como padrões para o julgamento e a
justificação do próprio comportamento organizacional, vinculando os indivíduos aos
papéis e funções que lhe foram sendo atribuídos ao longo do tempo”…
…”Embora a globalização da sociedade tenha vindo a acentuar uma necessidade
premente de corporizar uma ética transnacional, na conduta das organizações
e em particular ao nível militar. Esta realidade contudo, tem vindo a incutir a
necessidade de uma afirmação particular dos valores organizacionais através
de agentes portadores de soluções globais, mas infirmadas e edificadas na
sua génese de valores perenes e transversais aos tempos, que não se podem
cristalizar, mas antes se devem atualizar...”10.
Desta última citação do artigo do Tenente Coronel Rouco, relevamos o
último parágrafo, com o qual concordamos em absoluto.
9
Ibid.
10
ROUCO, Carlos y QUINTA, Paulo, y MARIANO Roberto, A Liderança e a Componente Moral no
Exército Português, Proelium VII - Academia Militar/Estado Maior do Exército: 19 – 42, outubrodezembro, 2013, p. 10.
264
A ética do militar no século XXI. La ética del soldado en el siglo XXI
PORTUGAL
As escolas Militares, a todos os níveis, têm a obrigação formar os militares
para as Forças Armadas, devendo fazer “a priori” uma seleção muito rigorosa
dos elementos que a vão integrar, através da pesquisa do cadastro criminal
dos candidatos e, da realização de diversas provas de seleção psicotécnicas
que permitam que a Instituição militar, só selecione os que lhe “parecerem”
com mais capacidades e com melhor formação do ponto de vista do carácter.
Os valores com que a Academia Militar Portuguesa11 tenta formar os
seus alunos são o patriotismo12, a honra e o dever13, o espírito de sacrifício14,
disciplina15, camaradagem16, a coragem17 e o saber e desembaraço físico18.
11
Site da Academia Militar Portuguesa, http://www.academiamilitar.pt/
12
«A terra dos pais, a comunidade dos sonhos é razão do amor dos que querem servir a Pátria. O sentimento
que se concretiza na prestação real de serviços à comunidade. O patriotismo não se desprende da família,
da terra natal, dos interesses e dos haveres, das recordações de infância, das saudades dos lugares ou das
pessoas, dos vivos e dos mortos, das alegrias e das tristezas - as pequenas ou grandes coisas que constituem
para cada um a origem natural da Pátria. Mas o patriotismo é também a devoção com que olhamos o passado
e as origens históricas da Pátria, mas é sobretudo um dever por razões pessoais e sociais...».
13
A consciência que leva ao gesto que compromete, que leva a cumprir o seu dever. A verdade,
a certeza das palavras e dos atos. «Homem dum só parecer, dum só rosto e duma fé, antes
quebrar que volver...» A honestidade do ser e da verdade...».
«
Conjunto de qualidades que exortam a personalidade (como a probidade, a lealdade, a retidão, etc.,)».
«
Sentimento que leva o homem a merecer a consideração pública pelo cumprimento do dever
e pela prática de boas ações.».
14
Suportar e vencer sem desfalecimentos as dificuldades e adversidades, mesmo nas mais difíceis
situações, resistindo a todos os esforços físicos e morais é ato de vontade própria que revela o
Espírito de Sacrifício. Ultrapassar a fronteira de si próprio para além da esperança de vencer..
15
Cumprir fiel e oportunamente as leis, regulamentos, ordens e na ausência destes ter a iniciativa,
que esteja dentro do espírito da lei existente e de acordo com a deontologia militar. O desafio
de impôr a si próprio o rigor da disciplina é obra de heróis e de santos...
«
É um estado de espírito baseado no civismo e patriotismo, que conduz voluntariamente ao
cumprimento individual ou em grupo da missão que cabe às Forças Armadas.
16
A consciência da mesma missão, da defesa da Pátria, a comunhão dos mesmos princípios e
virtudes militares, a vida e as tradições comuns são factores de camaradagem que levam, se
necessário, ao sacrifício da própria vida. Os desafios do combate exigem que entre os soldados
a força da amizade se chame camaradagem. Este sentimento, que se deve projectar no todo
colectivo a fim de alicerçar um forte Espírito de Corpo, é a base do bom viver e da coesão dum
exército. O engrandecimento, o prestígio e a eficácia duma instituição depende em grande
parte do Espírito de Corpo. Quer no dia a dia quer no ardor da luta o querer colectivo e o sentirse mais do que si próprio é que conduz à vitória...».
17
Perante a adversidade ter a vontade férrea de, sem olhar o perigo, fazer o que tem que ser feito,
reconhecer o que é justo e sustentar o que é verdade. Uma vontade que leva à coragem de
mudar um destino, de mover montanhas...».
«
Qualidade que nos dá força para enfrentar o perigo, o domínio do medo que esse perigo nos
causa no primeiro momento.».
18
A honestidade intelectual que leva à procura constante do conhecimento científico, técnico
e táctico encontra na serenidade da força física, da destreza e do ser capaz de atingir nova
265
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Os valores da Instituição militar são perenes no tempo, e são baseados
na história e na tradição, fazendo parte da idiossincrasia própria da profissão
militar, que embora diferente de país para país têm muitos pontos em comum.
Para ilustrar o que acabámos de referir, vamos elencar os valores do
Exército dos EUA e do Reino Unido, citando-os diretamente dum artigo de
Paul Robinson, intitulado “Training and Development in the Military”.
…“The United States Army lists its “Army Values” as:
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Loyalty
Duty
Respect
Selfless Service
Honor
Integrity
Personal Courage
By contrast, the “Core Values” of the British Army are:
Selfless Commitment
Courage
Discipline
Integrity
Loyalty
Respect for Others
While those of the Canadian Forces are:28
Duty
Loyalty
Integrity
Courage
“The similarities between lists suggest that there is a common core of military
virtues on which a universal moral code might be constructed…”19.
meta, o rigor e a rapidez necessárias à decisão. O conhecimento e o desembaraço físico são o
grande suporte para vencer o interesse próprio que pode conduzir à luta pelo melhor lugar, pelo
conforto, pela segurança, pelo receio do sofrimento e por tudo aquilo que nada tem a ver com
a condição militar; o cadete procura no saber e na cultura física a capacidade de dominar-se a si
próprio antes de poder liderar os outros...».
19
ROBINSON, Paul, Ethics Training and Development in the Military, Disponible en :http://www.
army.mil/professionalWriting/volumes/volume5/july_2007/7_07_3.html
266
A ética do militar no século XXI. La ética del soldado en el siglo XXI
PORTUGAL
O Tenente Coronel Rouco, no artigo a que já fizemos referência,
sistematiza os valores militares, na figura 1, por pólos axiológicos, forma que
consideramos interessante e inovadora.
FIGURA 1
Agrupamento dos Valores por Pólos Axiológicos
2)
Códigos de conduta
Os códigos de conduta dos militares assim como o lema de algumas
unidades militares expressam os códigos de ética dessa Instituição20
20
Site da Academia Militar Portuguesa- http://www.academiamilitar.pt/ - Código de honra do
aluno da Academia Militar:
1. O Aluno da Academia Militar é orgulhoso e feliz da sua vocação militar, considerando como
suprema honra a carreira das armas que escolheu.
2. O Aluno da Academia Militar respeita e prestigia a Escola a que pertence como aluno,
procurando colocar-se ao nível das suas tradições educativas, por uma constante fidelidade no
cumprimento do dever.
3. O Aluno da Academia Militar aceita, defende e impõe a si próprio a mais rigorosa disciplina militar.
4. O Aluno da Academia Militar veste com o maior garbo a sua farda e apresenta-se em público
de modo a impor-se à consideração daqueles que o rodeiam, pela dignidade do seu porte.
5. O Aluno da Academia Militar é sempre delicado na manifestação dos sentimentos,
cavalheiresco e urbano no trato social, sem deixar nunca de ser firme nas suas convicções,
austero e sóbrio na sua conduta.
6. O Aluno da Academia Militar é irrepreensivelmente honesto em todos os actos da sua vida,
não faltando jamais à verdade nem procurando obter por meios condenáveis aquilo a que não
tem direito ou que não pode conseguir à custa do seu próprio esforço.
7. O Aluno da Academia Militar vê no seu chefe um educador e um amigo, por isso deposita
nele inabalável confiança, distingue-o com provas de lealdade e obedece-lhe com entusiástica
267
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Cada sociedade e cada grupo possuem seus próprios códigos de ética.
A profissão militar é uma profissão muito específica, sendo por isso
considerada em Portugal como um Corpo Especial da Administração Pública,
sujeita a um estatuto de “condição militar” específico, que tem reflexos na
sua remuneração, em virtude de ser a única profissão do mundo em que o
sacrifício da própria vida é pedido aos seus membros; dos seus membros
estarem coartados de direitos constitucionais a que mais nenhum cidadão
está; de estarem sujeitos a Códigos de Justiça e Disciplinares rígidos, restritos
e específicos e; por estarem permanentemente disponíveis quer em horário
quer em localização geográfica, entre outras restrições.
De acordo com o Estatuto dos Militares das Forças Armadas Portuguesas,
…”o militar deve, em todas as situações, pautar o seu procedimento pelos
princípios éticos e pelos ditames da virtude e da honra, adequando os seus atos
aos deveres decorrentes da sua condição militar...”21.
A condição Militar, de acordo com o General Belchior Vieira, tem uma natureza
própria com princípios deontológicos e éticos específicos.
…”A condição militar tem uma natureza própria que, que a distingue do estatuto
funcional dos demais servidores do Estado. Entre os mais importantes conceitos
prescritos nas Bases Gerais do Estatuto da Condição Militar, importa salientar:
− A fixação de princípios deontológicos e éticos próprios em matérias muito
importantes e sensíveis, como sejam o caso da hierarquia, subordinação e
obediência ao poder de autoridade, desenvolvimento de carreiras, treino e
formação profissional...”22.
prontidão mesmo com sacrifício dos seus próprios interesses. O Aluno da Academia Militar
manifesta para com todos os seus companheiros uma camaradagem sólida e viril, estando
sempre disposto a ajudar os que precisam dele, mas recusa intransigentemente colaborar em
quaisquer acções contrárias à honra e à disciplina militar.
8. O Aluno da Academia Militar ama devotadamente a sua Pátria e forja os seus ideais no culto
dos grandes valores humanos e cristãos que a encheram de glória no passado.
9. O Aluno da Academia Militar procura regular-se em todas as circunstâncias pelas normas da
virtude, sabendo que nunca poderá ser bom como soldado se não for perfeito como homem.
21
Estatuto dos Militares das Forças Armadas Portuguesa Decreto Lei n.º 236/99.
22
VIEIRA, Belchior, op. cit., p. 22.
268
A ética do militar no século XXI. La ética del soldado en el siglo XXI
3.
ANÁLISE
XXI
a.
A ONU, a Sociedade Internacional. ONU e a legitimação das
intervenções militares
DO CONTEXTO INTERNACIONAL E DA
“GUERRA”
PORTUGAL
NO SÉCULO
A ONU é a Organização legitimadora de todo o Sistema Internacional e,
consequentemente garante do Direito Internacional e Humanitário.
À ONU cabe o papel central das relações internacionais é ela que
é responsável e que tem que zelar pelo primado do Direito nas Relações
Internacionais e, consequentemente da legitimação ou não das intervenções
militares.
Como vimos as resoluções do Conselho de Segurança da ONU “legitimam”
as intervenções militares que, a Sociedade/Comunidade Internacional realiza,
tendo em vista resolver, dirimir conflitos armados, crises, repor a legalidade,
entre outros. É no Conselho de Segurança da ONU que, deve ser centrada a
estratégia de resolução de todos estes conflitos a nível Mundial23.
Uma guerra/ intervenção militar legitimada pela ONU é uma guerra
legítima e justa, pois já passou por um crivo de análise e freios e contra freios
muito apertado por parte do Conselho de Segurança da ONU.
Caso uma determinada Guerra/ intervenção militar não seja legitimada
pela Comunidade Internacional, ela deve ser no mínimo aceite como “justa”
muito embora, como sabemos, os critérios de justo ou injusto estejam longe
de serem consensuais e universalmente aceites.
Atualmente, nos países ocidentais, o Conceito de Guerra Justa é um
“crivo” pelo qual têm de passar as decisões de paz e de guerra.
O Coronel Carmo a propósito da universalidade dos critérios para
declarar se uma guerra é injusta ou não refere:
…“não há princípios morais universais que possam iluminar a ação, pelo que
resta tomar partido ou assumir a indiferença. A consequência desta posição é a
23
Na ONU existem atualmente alguns problemas, dos quais vamos referir apenas os dois que
consideramos mais importantes, nomeadamente a formação do Conselho de Segurança, onde
só têm assento os representantes dos países vencedores da Segunda Guerra Mundial, facto que
não parece ter sentido no atual contexto internacional e a total ausência de Força Militar para
poder efetuar operações. A ONU está sempre dependente da boa vontade de alguns Estados,
e organizações multinacionais para poder realizar qualquer tipo de intervenção militar.
269
La Ética del Soldado del Siglo XXI
apropriação oportunista do vocabulário da guerra justa, para os fins pelos quais se
toma partido...”24.
A título de exemplo do que acabámos de referir, a propósito da
justificação dum conflito, vamos citar alguns trechos da “Carta da América”,
relativa à Invasão ilegítima do Iraque25, a intervenção militar dos EUA mais
contestada dos últimos tempos, tendo inclusive criado uma grande cisão na
União Europeia na altura do seu lançamento.
A Carta da América, foi um documento assinado por várias personalidades
de relevo da sociedade Civil dos EUA, numa tentativa de justificar a intervenção
militar no Iraque, com base nos valores Americanos e em vários outros
documentos relevantes da ONU, nomeadamente a Declaração Universal dos
Direitos do Homem.
Os trechos da Carta da América, que nos pareceram mais relevantes
para justificar a intervenção militar Americana no Iraque, são os seguintes:
…” a guerra contra os terroristas que atacaram os Estados Unidos, constava de
cinco princípios fundamentais. Esses princípios, que se aplicam a todas as nações
do mundo, sem exceção, são os seguintes:
“1 - Todos os seres humanos nascem livres e iguais em direitos e em dignidade
(Declaração Universal dos Direitos do Homem, ONU, artigo primeiro).
2 – O sujeito fundamental da sociedade é a pessoa humana.
Um governo tem como papel legítimo proteger e garantir as condições do
crescimento humano.
3 - Os seres humanos são naturalmente inclinados a buscar a verdade acerca do
sentido e do fim último da vida.
4 – A liberdade de opinião e a liberdade de culto são direitos invioláveis da pessoa humana.
5 -Matar em nome de Deus é contrário à fé em Deus. É a maior traição contra a
universalidade da fé religiosa. Nós lutamos por nos defendermos e por defender
esses princípios universais”.
24
CARMO, José, A guerra justa, O Operacional, 23 de março de 2009, Disponible en:http://www.
operacional.pt/guerra-justa/
25
A intervenção militar da coligação liderada pelos EUA não foi legitimada pela ONU, não houve
nenhuma Resolução do Conselho de Segurança específica que autorizasse a intervenção.
270
A ética do militar no século XXI. La ética del soldado en el siglo XXI
PORTUGAL
3) Os valores americanos.“
“Os assinantes da Carta da América perguntavam por que razão os Estados
Unidos foram atacados no dia 11 de setembro de 2001. Fazer essa pergunta não
significa, de forma alguma, que eles não fossem conscientes das falhas que os
Estados unidos têm cometido no seu relacionamento com os outros países…
…Nós estamos unanimemente convictos (e seguros, por isso, de que seremos
aprovados por todos os homens de boa vontade no mundo), de que a alegação
de tal ou qual falta específica em matéria de política externa não pode, em caso
nenhum, justificar, nem sequer servir de argumento válido para validar o massacre
massivo de inocentes”…
…”os motivos alegados pelos terroristas que perpetraram os atentados de
11 de setembro, não se prendem a uma determinada exigência em matéria de
política internacional. O chefe de Al Qaeda definiu os “ataques benditos” de 11
de setembro, como golpes desferidos contra a América, “capital do mundo dos
infiéis”…. “é preciso, pois, deduzir que os nossos agressores visam não somente
o nosso governo mas a nossa sociedade toda inteira, o nosso modo de vida em
geral. Na realidade, os seus ataques se endereçam fundamentalmente não ao
nosso governo, mas àquilo que somos”.
Se os Estados Unidos foram atacados pelos fundamentalistas islâmicos por aquilo
que os cidadãos americanos representam”, …”a ordem de valores que constitui
a base da cidadania americana. Tal base axiológica advertia os intelectuais
signatários da Carta- pode ser enxergada de dois ângulos: ou do ponto de vista
das deformações sociológicas sofridas pelos valores fundantes, ou do ângulo da
primordial expressão dos mesmos”26.
b.
Evolução do Estado desde os primórdios até à atualidade
O Conceito de Estado foi inicialmente introduzido por Maquiavel tendo
Hobbes e Rousseau, posteriormente, introduzido o conceito de Democracia
e Locke e Montesquieu o conceito de separação de poderes e garantia de
direitos individuais.
O Professor Vasco Pereira da Silva, a propósito da história do Estado,
refere:
26
RODRÍGUEZ, Ricardo, A Guerra contra o Terrorismo – Aspetos éticos, Disponible en: http://
www.ecsbdefesa.com.br/fts/GCTAE.pdf
271
La Ética del Soldado del Siglo XXI
“De igual modo na ‘história do Estado’, há um primeiro momento de máxima
concentração e unificação do poder, que corresponde à teorização do Estado
ditatorial (neste sentido, vejam-se as conceções de autores tão diferentes como
Maquiavel, Bodin27, Hobbes e Rousseau); e um segundo momento em que o
“Estado se sente já suficientemente “forte” para ir à procura do Homem, para
estabelecer uma organização política que seja o garante da liberdade e dos
direitos individuais dos cidadãos, através do expediente técnico da separação dos
poderes” que corresponde à teorização liberal (e que encontra a sua expressão
entre outros, nas obras de Locke e Montesquieu).
O Estado liberal surge, portanto, como o resultado da conjugação desta duas
visões antagónicas, destes dois “momentos da história do Estado”. Recorrendo
mais uma vez à metáfora, poder-se-ia dizer que ele é fruto das contribuições
teóricas dos autores que ironicamente podemos designar como os ‘quatro pais do
Estado’, ou, melhor dizendo, ‘dois pais’ (Hobbes e Rousseau, que representam o
elemento viril da teorização do Estado) e ‘duas mães’ (Locke e Montesquieu, que
representam o elemento feminino da conceção do Estado)”28.
Os Estados foram, desde a sua conceção, o “ator único” do sistema
internacional, tendo na última metade do século XX, começado a perder
essa primazia, e aos poucos a ceder terreno, para outras organizações supra
nacionais29, para organizações não-governamentais (ONGs) com influência
crescente no panorama internacional e para algumas empresas multinacionais
e transnacionais, com poderes económicos e influência política crescente30.
27
Bodin mais tarde introduziu o conceito de Soberania que sinteticamente podemos definir como
um Estado uma bandeira, um território e o poder de cunhar moeda.
28
SILVA, Vasco, Em Busca do Acto Administrativo Perdido, edição do autor, 1995, p. 25.
29
O Conceito de Estado como ator único do Sistema Internacional a par do conceito de Soberania evoluiu,
podendo os Estados Membros da União Europeia (UE) ser considerados um exemplo, um paradigma
desta evolução. Na UE os Estados Membros estão constante e voluntariamente, cedendo parcelas da sua
“soberania” tendo inclusive transferido para esta Organização Internacional o poder de cunhar moeda.
No tratado de Roma estabeleceu-se a Comunidade Económica do Carvão e do Aço, que
deu origem à CEE comunidade de países baseada na livre circulação de pessoas e bens, em
Maastricht a CEE deu origem a uma União Política designada por União Europeia (UE), e em
Dublin, após ratificação por todos os Estados Membros, a UE passa a ter uma Constituição.
Alvin Toffler no livro “Guerra e anti Guerra” desenvolve uma tese baseada na economia para
explicar a evolução do mundo, iniciando-a no feudalismo, passando pelo Estado Nação, até
chegar às Organizações Supra Nacionais e Globais.
30
As organizações regionais e as empresas multinacionais, por exemplo, são cada vez mais
influentes no mundo atual, chegando nalguns casos a ser mais importantes e a ter maior
protagonismo que os próprios Estados.
272
A ética do militar no século XXI. La ética del soldado en el siglo XXI
PORTUGAL
De acordo com o Tenente General Cabral Couto31, o sistema internacional
dever-se-ia passar a designar por mundial, ao invés de internacional como até
aqui, pois essa designação pressupunha que os estados eram a única base de
todo o sistema. Atualmente o sistema é muito diversificado, complexo, denso,
heterogéneo e heteromorfo.
A ONU, segundo o mesmo autor, tornou-se incapaz de dar uma resposta
cabal às exigências do mundo atual, por estar organizada tendo por base os Estados.
c.
Evolução do Conceito de Guerra desde os primórdios até ao
século XXI. Principais características das guerras na atualidade
1)
Evolução do Conceito de Guerra desde os primórdios até ao século XXI
Segundo Clausewitz a “Guerra é a continuação da política e da diplomacia
por outros meios”. “Vemos que a Guerra não é só um ato político, como
também um autêntico instrumento político, uma continuação do comércio
político, um modo de levar o mesmo a cabo, mas por outros meios”.
Na conceção Clausewitziana, a Guerra é um conceito maniqueísta,
sendo definida pela ausência da Paz.
Desde Clausewitz até aos nossos dias a Guerra, e consequentemente a
sua conceptualização, evoluíram a par das constantes evoluções do Mundo e a
par da evolução de outros conceitos que serviram de informadores a Clausewitz
aquando da elaboração da sua magistral tese expressa no livro “ Da Guerra”.
As novas conceções de guerra divergem da teoria de Clausewitz, que
pressupunha que a guerra tinha que ser efetuada entre Estados, e que entre estes
tinha que haver previamente uma declaração formal de guerra. É interessante, para
vermos a evolução do conceito da Guerra, apresentarmos uma nova definição de
guerra, que extraímos do livro “The Law of War”, com a qual concordamos:
“War is thus a struggle by armed force of certain intensity between groups of a
certain size, consisting of individuals who are armed, who wear distinctive insignia
and who are subjected to military discipline under responsible command”32.
31
COUTO, Cabral, “Segurança e defesa- Problemas Conceptuais e teorias na atualidade”,
Conferência proferida ao Curso de Auditores de Defesa Nacional 2012/2013, IDN 13-11-2013.
32
DETTER, Ingrid, The Law of War second edition, Cambridge, University Press, 2000, p. 25. “A
guerra é uma luta armada de “alguma” intensidade, entre grupos armados, cujos elementos
273
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Nesta definição não se fala de Estados, nem do “falhanço” da diplomacia,
pois as guerras atuais, e as guerras que se prospetam para o século XXI, são
feitas entre grupos armados e são na generalidade interétnicas, ao invés de
serem realizadas entre Estados.
2)
Tipos de guerra desde os primórdios até ao século XXI
Vamos tentar sistematizar os mais importantes tipos de “Guerras” que
tiveram lugar na História do Mundo, num sentido lato e não no sentido clássico.
Vamo-nos referir a toda uma panóplia de tipos de guerra, uma vez
que no século XXI, todas elas são passíveis de existir, inclusive as guerras de
conquista territorial, que tiveram maior relevância na Idade Média, mas que
atualmente ainda subsistem, como podemos constatar na recente Invasão da
Península da Crimeia por parte da Federação Russa.
Antes da definição do Estado – Idade Média
•
Guerras de Conquista
Depois da definição de Estado
•
•
•
•
•
•
•
Guerras entre Estados – Principados
Guerras Mundiais
Guerra Fria
Guerras de Libertação
Guerras Civis
Guerra contra o Terrorismo /Terrorism).
“Pre emptive wars”33.
Pela sua importância, no contexto atual, vamo-nos debruçar mais em
detalhe sobre a guerra contra o terrorismo (terrorism), que tem sido o tipo de
que os compõem usam insígnias e distintivos de identificação, estão sujeitos à disciplina militar
e estão devidamente comandados”.
33
A “Pre emptive War” é um novo Tipo de guerra iniciada com base numa profunda e fundamentada
crença, de que caso não haja uma ação militar prévia, possa vir a colocar em grave risco uma determinada
sociedade. A Ação militar providencia o único caminho seguro para evitar consequências. O Conceito
de “Pre emptive war” foi desenvolvido para justificar a intervenção militar dos EUA no Iraque.
274
A ética do militar no século XXI. La ética del soldado en el siglo XXI
PORTUGAL
guerra mais frequente no século XXI, e que levantam às Forças Armadas e aos
seus elementos, alguns problemas éticos em virtude da dificuldade em definir
claramente o que é terrorismo (terrorismo).
A primeira dificuldade, com que as Organizações Internacionais e supra
nacionais se deparam, é em encontrar uma definição clara e consensual de
“terrorismo” (terrorismo), que não seja suscetível de deixar dúvidas nem
confusões. Nenhuma organização supranacional até ao atual momento,
conseguiu definir terrorismo (terrorismo)34.
O MC 472 da NATO sobre a definição de terrorismo (terrorism) afirma:
“There is no convenient definition of terrorism and it may be useful to attempt to
define the concept for the purpose of the drawing a line between terrorism and
war, a line which initially may not be too clear”35.
Com o terrorismo (terrorism) deixou de haver fronteiras entre a ameaça
externa e interna, pois uma ameaça externa pode-se materializar num ato
terrorista interno. O Terrorismo (terrorismo) seleciona criteriosamente os seus
alvos que podem ser militares e não militares, com o objetivo de espalhar o
pânico e o terror. Os terroristas não se pautam por princípios éticos, nem se
regem por convenções internacionais.
A guerra global contra o terror lançada por George Bush, logo após o
11 de Setembro, tem justificado uma série de intervenções dos EUA e seus
aliados de que são exemplo o Afeganistão e subsequentemente o Iraque.
Atualmente, qualquer intervenção armada mesmo que ilegítima é
justificada, como sendo uma intervenção militar contra o terrorismo (terrorismo).
3.
OUTRAS OPERAÇÕES QUE NÃO DE GUERRA
a)
Guerra versus conflitos armados
As Fronteiras entre guerras e conflitos armados, são atualmente muito
difusas, sendo difícil e porventura inútil tentar conceptualizar, uma vez que a
tipificação do conflito não é importante mas sim mas sim a escala e o grau.
34
Nem a ONU, nem a NATO, nem a UE.
35
NATO MC 472.
275
La Ética del Soldado del Siglo XXI
b)
Intervenções de ingerência humanitária
O conceito de Intervenção de Ingerência Humanitária foi elaborado
pela ONU, aquando Boutros Gali era Secretário-geral da Organização, como
consequência dos inúmeros conflitos e guerras, que deflagraram no Mundo,
após a queda do muro de Berlim, de que são exemplo as diversas guerras e
chacinas ocorridas em África e na ex Jugoslávia. Estas guerras que causaram
crimes de guerra hediondos, estiveram na origem do nascimento do direito
de ingerência humanitária, que legitimava a guerra com o objetivo de parar e
proteger as populações ameaçadas.
As intervenções militares em nome do direito de ingerência humanitária,
é um tipo de conflito realmente novo, com novas missões, passíveis de
conquistar as populações locais.
Em todas as Organizações Internacionais e na maioria dos Estados36
a que pertencemos houve que elaborar e adotar conceitos e doutrinas
estratégicas, operacionais e táticas.
As intervenções de no âmbito do direito de ingerência humanitário, têm
legitimado a maioria das intervenções militares que se têm desenrolado no século XXI.
4.
A CIBERGUERRA
A globalização muito tem contribuído para a evolução das sociedades,
dos conceitos e das tecnologias com grande influência nas novas formas de
fazer a guerra, trazendo consequentemente algumas novas dimensões éticas.
A Globalização, em grande parte fruto da sociedade da informação ou
da sociedade informacional, é um fenómeno com influência crescente nas
nossas vidas, comunidades, sociedades e estados, obrigando estes últimos
a articularem-se duma forma diferente, para prosseguirem os seus objetivos.
A sociedade tem tendência a ser cada vez mais desagregadora37, os
estados multinacionais parecem estar a desagregar-se aceleradamente, os
36
No caso nacional toda a doutrina foi adaptada e elaborada pelo Instituto de Altos Estudos
Militares (IAEM) tendo sido designada como “Outras operações que não de Guerra”. A Doutrina
nacional foi elaborada em consonância com a Doutrina da ONU, NATO e UEO.
37
Ao mesmo tempo que a globalização parece ser um fator de desagregação, é também
paradoxalmente potenciadora de processos de integração política, de que destacamos a
crescente tendência de integração dos estados em entidades regionais, tais como o Mercosul e
o “Asean”, que têm tido como modelo a União Europeia.
276
A ética do militar no século XXI. La ética del soldado en el siglo XXI
PORTUGAL
governos centrais tendem a descentralizar-se, as empresas a decomporemse em segmentos, podendo deslocalizar alguns deles para regiões com
mais atratividade fiscal ou com menos custos de produção. O teletrabalho
revolucionou as relações de trabalho desagregando as empresas, as estruturas
sindicais e o espírito de corpo que se cimentava com o convívio.
A globalização permite reduzir substancialmente custos e tempos de
comunicação, em virtude da utilização massiva das redes de transportes e
de telecomunicações, o que contribui para a eliminação de todo o tipo de
barreiras entre os Estados.
A sociedade informacional aumentou exponencialmente a capacidade
de produzir, processar, armazenar e transmitir informação, repercutindo-se no
processo produtivo que aumentou exponencialmente, ou seja a informação e
o seu processamento determinam o próprio processo produtivo, tendo tido
consequências sócio tecnológicas que geraram grandes mudanças na sociedade.
A sociedade informacional, que está na base do fenómeno de
globalização, é muito vulnerável às novas ameaças que utilizam o Ciberespaço
como palco privilegiado de atuação tendo por isso surgido um novo tipo de
guerra não convencional a Ciberguerra.
5.
CARACTERÍSTICAS DAS GUERRAS ATUAIS
a)
Conflitos assimétricos (Conflictos asimétricos, Assimetric conflicts)
As intervenções dos EUA no Iraque e da NATO na ex Jugoslávia,
demonstraram uma clara supremacia de potencial de combate da Aliança,
devido ao abissal delta tecnológico existente entre os contendores. O delta
tecnológico era de tal forma grande que, praticamente paralisou o inimigo
durante a primeira fase do Conflito Armado.
As Forças Armadas da Aliança eram Forças Armadas do século XXI,
baseadas nas tecnologias da terceira vaga, enquanto as Forças Armadas do
Iraque eram tipicamente de 2ª vaga.
Essa superioridade/supremacia deu origem a um novo conceito definido
por Conflitos militares Assimétricos.
As assimetrias no ordenamento mundial, manifestam-se em todas as
dimensões e não só a nível militar, conforme podemos observar na citação que
tirámos dum artigo de Filipe Castro, denominado os “Conflitos Assimétricos e
a Adequação das Forças Armadas.
277
La Ética del Soldado del Siglo XXI
…”As situações de desequilíbrio existentes no ordenamento mundial são
frequentes. Elas, normalmente, se manifestam em função dos objetivos estratégicos
perseguidos pelos atores internacionais. Identifica-se, claramente, a existência de
inúmeras dimensões desse desequilíbrio, que visam a garantir melhores e mais
vantajosas condições de liderança ao bloco dominante de nações”…
… “nações, seja no campo económico-social, seja no campo político-militar, facto
que desemboca em uma assimetria de condições de vida, de progresso e de
esperança. No campo militar, a consequência desse sereno desequilíbrio, guardião
de interesses maiores, é caracterizada pelos denominados conflitos assimétricos
(conflictos asimétricos, assimetric conflicts)”...38.
b)
Forças Armadas profissionais
A maioria dos conflitos atuais e das crises em que se envolvem as
Forças Armadas quer dos EUA, quer da NATO, quer da UE, são normalmente
conduzidas por exércitos profissionais39, fora da sua área de atuação normal,
“out of área” e, são normalmente de longa duração, o que exige uma grande
aposta na seleção do pessoal profissional, na sua formação e treino, que
incluirá obrigatoriamente uma dimensão ética e deontológica.
O sucesso da missão, numa determinada intervenção militar, depende
em larga escala da convicção por parte do pessoal de que a intervenção em
causa é justa, e legítima.
A ética e os códigos deontológicos dos profissionais das Forças Armadas
que, expressam os seus valores, são fundamentais para o sucesso das atuais
operações militares. A ausência destes poderá ter consequências ao nível
estratégico, de que é exemplo paradigmático, o caso da tortura física infligida
aos presos de “Abu Graib” no Iraque. A este propósito Snider no artigo “The
Army´s Professional Military, Ethic in an era of persistent conflict”, refere:
…”to be a professional, to be part of a professional body, and our responsibilities
to that body and to the nation it serves in continuing to advance our Ethic”40.
38
CASTRO, Fábio, Os Conflitos assimétricos e a adequação das Forças Armadas, Disponible en:
http://www.eceme.ensino.eb.br/meiramattos/index.php/RMM/article/viewFile/284/251
39
Baseados em tropas voluntaries.
40
SNIDER, Don M. y OH, Paul y TONER, Kevin, The Army´s Professional Military, Ethic in an era of
persistent conflict, Professional Military Ethics Monograph Series- USA Army Forces, 2009, p. V e
VI. Disponible en: http://www.strategicstudiesinstitute.army.mil/pdffiles/PUB895.pdf
278
A ética do militar no século XXI. La ética del soldado en el siglo XXI
PORTUGAL
…”As the character of conflict in the 21st century evolves the Army’s strength
will continue to rest on our values, our ethos, and our people. Our Soldiers and
leaders must remain true to these values as they operate in increasingly complex
environments where moral-ethical failures can have strategic implications. Most
of our Soldiers do the right thing – and do it well – time and again under intense
pressure. But we must stay vigilant in upholding our high professional standards –
ever mindful of the strains that accompany repeated combat deployments in the
longest war our country has fought with an all-volunteer force..”41.
Normalmente a grande diferença entre recorrer à utilização de
Forças Armadas profissionais num conflito, ao invés da utilização de Forças
de Mercenários (contractors), tem a ver com a distinta atuação das Forças
nos Teatros de Operações, normalmente estas últimas denotam uma falta
de dimensão ética, de valores e de códigos de conduta, que podem ter
implicações estratégicas, muito graves para os Países e Forças Armadas que
delas fazem uso.
Tendo prestado serviço no Iraque, presenciámos “in loco”, à atuação
de algumas forças mercenárias contratadas pelos EUA, que devido ao seu
comportamento eticamente reprovável, muito contribuíram para que a
população local nutrisse um grande ódio às Forças Armadas da Aliança42.
4.
A ÉTICA A CIBERDEFESA E O USO DAS NOVAS TECNOLOGIAS MILITARES
a)
A ciberdefesa e a ética
Num mundo baseado na informação, uma sociedade informacional, um
mundo definido como a teia global, a ciberdefesa é fundamental, pois uma
das ameaças mais importantes a esta sociedade são os “ciberataques”, que
podem fazer parar e inclusive afetar diretamente a produção industrial.
Há Países, Organizações, Instituições e empresas que quase diariamente
sofrem ciberataques de outros países (ciberguerra), de organizações
terroristas (ciberterrorismo, Cyberterrorism), de organizações criminosas
41
Ibid., p. VI.
42
Facto que teve grande impacto ao nível estratégico que se refletiu muito negativamente na
negociação dos acordos de Segurança firmados pelos EUA aquando do términus do prazo da
resolução do Conselho de Segurança da ONU.
279
La Ética del Soldado del Siglo XXI
(cibercrime) de Hackers isolados, ou simplesmente são alvos de espionagem
(ciberespionagem).
Com exceção da ciberguerra, que pode ser considerada um ataque
à soberania do estado, uma vez que o ciberespaço constitui uma parte
indissociável do território nacional, onde no seu combate se poderá
eventualmente recorrer ao uso das Forças Armadas utilizando armas
cinéticas, em todas as outras formas supra referidas de utilização indevida do
Ciberespaço o seu combate é da responsabilidade das Forças de Segurança.
Um ciberataque43, que paralise completa ou parcialmente o ciberespaço
nacional, com consequências em todo o país, incluindo no Estado e nos seus
sistemas de informação, nas suas Capacidades Militares, interferindo nos seus
sistemas de Comando e Controlo e nos próprios Sistemas de armas cinéticas,
deverá ser considerado um ato de guerra, pelo que na sua legítima defesa, poderse-á eventualmente ter que recorrer- ao uso das Forças Armadas convencionais
e não só ao uso de contramedidas ativas e passivas equivalentes no âmbito
do ciberespaço. Os contra ataques com armas cinéticas, como, resposta a um
“ciberataque” paralisante, são ética e deontologicamente aceites.
Pelo facto dos ciberataques, serem um ato de guerra relativamente novo,
é necessário que o Direito Internacional venha a regulamentar a legitimidade
das respostas a este tipo de agressão.
b)
O desenvolvimento de novas tecnologias militares, a ética e a
necessidade revisão das leis da guerra
1)
O desenvolvimento de novas tecnologias militares, e a ética
Uma panóplia de tecnologias disruptivas começaram a aparecer
intensivamente nos Teatros de Operações na última década.
Na intervenção militar no Iraque os “Robots” com a finalidade de inativar
explosivos e efetuar desminagem, começaram a aparecer, no início em número
muito reduzido, sendo que para o final já existiam em grande quantidade,
dado terem-se revelado muito eficazes poupando inúmeras vidas humanas44.
43
A Estónia estado-membro da UE, no passado recente, sofreu um ataque cibernético proveniente
da Federação Russa, que paralisou todos os seus sistemas de informação, tendo paralisado
todo o país.
44
Os EODs eram um dos grandes riscos que as tropas da coligação corriam.
280
A ética do militar no século XXI. La ética del soldado en el siglo XXI
PORTUGAL
Na intervenção militar no Afeganistão, o mundo começou a ter notícias
pelos “media” do uso intensivo dos UAVs, utilizados quer para efetuar
reconhecimento, quer para efetuar bombardeamentos sobre alvos terroristas
muito específicos e começou a temer pela sua utilização. A este propósito
vamos citar um artigo de James Joyner intitulado, “The US Military´s Ethics
Crisis”.
…“Some people worry about the use of drones—unmanned aerial vehicles—in
warfare. Others are concerned about potential deployment of lethal autonomous
robots that are programmed to identify, track, and destroy targets and people
without a human decision-maker in the loop. Many fret about cyberconflict…
…”Some fear the effects of cognitive enhancers—pharmaceuticals that will reduce
the sense of risk that troops carry with them, or enable manipulation of memories, or
change moral postures—on the battlefield. Others wonder about the implications
of augmented cognition as the complexity and speed of combat environments
grow beyond the ability of human perceptual and cognitive capabilities…
…there are other war technologies worth discussing, some of which already exist,
some of which may never come to fruition: self-guiding bullets, exoskeletons
for burdened soldiers, “telepathic” brain-reading helmets, hummingbird- and
insect-size cyborg platforms for surveillance or for attack, software to protect your
networks and to attack those of your enemy”… 45.
Poderemos prospectivar uma guerra num futuro não muito distante,
em que o uso intensivo de Robots e de homens “Biónicos”, em conjugação
com novas tecnologias que estão a ser desenvolvidas, mude completamente
a forma de se fazer a guerra e onde a partir de uma determinada base militar,
situada algures no Mundo, um militar sentado no seu sofá, esteja a perseguir
um “terrorista” em qualquer parte do mundo e o consiga aniquilar.
Sempre que no Mundo surgiram novas armas e novas tecnologias
à disposição do homem, a pergunta sobre se o uso dessa arma era ou não
eticamente aceitável e, se estas poderiam ou não ser usadas na guerra, foi
constantemente levantada e foi alvo de grandes discussões filosóficas e
religiosas.
45
JOYNER, James. The US Military´s Ethics Crisis, Atlantic Council/, p. 6 6org/Blogs/new atlanticist,
FEB. 7,2014, p. 6.
281
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Quando surgiu a Besta, o seu uso nas guerras medievais foi proibido pelo
papa Inocêncio II em 1139, por ser uma arma diabólica. Na atualidade muitos
pensadores e analistas atribuem à utilização das novas tecnologias militares
na guerra uma conotação semelhante diabolizando-as e, condenando o seu
uso do ponto de vista religioso e ético, conforme refere James Joyner no
artigo supra citado.
… in time to 1139, when Pope Innocent II banned the use of that era’s cutting-edge
armament, the crossbow, against Christians. He mentioned the American decisions
to firebomb Dresden and drop atomic bombs on Japan in World War II. Drawing
closer to his own era, he spoke of Agent Orange, the toxic defoliant used in the
Vietnam War…”46.
…”on the arsenal of the high-tech era: drones, cyberwarfare, robotics, data mining,
soldier enhancement by prostheses or drugs. Just because we have these weapons,
he asked the class, should we use them? If we use them, how can we stop others
from using them?...”47.
…”And while the hardware is new, the questions are not. The assigned readings,
dealing with the ethics of war, include Thucydides and Thomas Aquinas…”48.
De uma forma geral, desde que a intervenção militar seja legítima49
ou pelo menos que esteja de acordo com o conceito de “Jus Belum”50, por
nós apresentado, em princípio poder-se-á justificar ética e moralmente uma
operação militar e, consequentemente justificar eticamente o uso das novas
tecnologias militares.
Não obstante, o uso de novas tecnologias por parte das Forças
Armadas, deverá ter em conta os princípios e valores militares, bem como os
seus códigos de conduta, pelos quais os profissionais se regem e que já fora
escalpelizados neste trabalho.
Em termos éticos o uso indiscriminado dos UAVs numa operação militar,
poderá trazer os seguintes problemas éticos:
46
JOYNER, James. The US Military´s Ethics Crisis, A General in a Classroom Takes On the Ethics of
War, FEB. 7, 2014, Disponible en: Atlantic Council/ org/Blogs/new atlanticist, 2014, p. 6.
47
Ibid.
48
Ibid.
49
Legitimada pela ONU.
50
Este conceito não é, como sabemos, consensual nem universal.
282
A ética do militar no século XXI. La ética del soldado en el siglo XXI
•
•
•
•
PORTUGAL
Por ser uma tecnologia de reduzido custo de utilização, poderá facilitar e
incrementar a realização de operações militares ilegítimas51.
Em operações de contra insurgência e de estabilização, pode ser
percecionado pelos cidadãos dos países onde as operações se estão
realizando, como um ato cobardia.
Os Sistemas de controlo remoto, por serem de fácil utilização, poderão ser utilizados
por “contractors” sem que haja uma responsabilização efetiva do utilizador.
Os operadores dos UAVs têm dificuldade em distinguir os alvos, podendo
provocar inadvertidamente mortos e feridos entre a população civil.
Em termos éticos o aumento artificial de algumas “Capacidades
Humanas”, recorrendo ao uso de fármacos e drogas, poderá:
•
•
•
Pôr em risco a saúde das nossas tropas, especialmente, quando os efeitos
do uso dessas drogas forem irreversíveis, podendo violar os direitos dos
combatentes,
Alterar os receios e as perceções dos combatentes, facto que pode contribuir
para o insucesso da missão, pois estes podem deixar de percecionar o risco,
fazendo perigar desnecessariamente a sua própria vida,
Provocar efeitos adversos irreversíveis no carácter dos soldados.
O Fórum de Amesterdão, após se ter debruçado sobre esta problemática,
faz menção aos princípios que devem ser tidos em conta para a utilização e
desenvolvimento destas novas tecnologias, dos quais vamos nomear os que
nos pareceram mais importantes, respetivamente o princípio da legalidade
da missão; o princípio do risco desnecessário: o princípio da assimetria moral
em relação aos adversários; o princípio da proporcionalidade; o princípio da
não delegação de autoridade e responsabilidade; o princípio da cautela; o
princípio de negligência criminal, e o princípio da aferição52.
51
A guerra só deve ser estabelecida em último caso e deve ser sempre declarada por autoridades
legítimas.
52
LUCAS, George, Legal and Ethic precepts Gverning Emerging Military Technologies research and use. Amsterdam Law
Forum,LegalandEthicprecepts,GoverningEmergingMilitaryTechnologies,ResearchandUse,http://www.google.pt/
url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=2&ved=0CD4QFjAB&url=http%3A%2F%2Famsterdamlawforum.
org%2Farticle%2Fdownload%2F330%2F498&ei=8GqEU5PfF6Wi0QXpnYDICg&usg=AFQjCNGyr6Wwr92Eux
if_-ygFJ4324Mh2g&sig2=MtsLqzc-KLMqDCapUlryxg&bvm=bv.67720277,d.d2k
283
La Ética del Soldado del Siglo XXI
2)
A necessidade revisão das leis da guerra
O direito Internacional Público e consequentemente o direito da
guerra, está permanentemente em construção e em evolução, para fazer face
às constantes mudanças da sociedade Internacional.
Estas mudanças têm obrigado e obrigarão a que o sistema internacional
se ajuste e, consequentemente se procedam a alterações conceptuais
necessárias, para poderem tornar algumas intervenções militares legais e
consequentemente eticamente aceitáveis.
Muito embora as últimas convenções de Genebra que se inserem-no
âmbito do Direito Humanitário, tenham sido elaboradas após a segunda Guerra
Mundial e os seus Protocolos adicionais em 1977, e o contexto internacional
se tenha modificado, os estados tenham deixado de ser os únicos atores na
cena Internacional, bem como os conceitos de Guerra. e as novas tecnologias
militares à disposição dos combatentes, tenham evoluído muito desde a data
da sua ratificação, e haja consequentemente necessidade da sua revisão, o
espírito da lei mantém-se.
O espírito da lei, consignada nas Convenções de Genebra, tem em vista,
proteger e salvaguardar os direitos dos Civis, dos Doentes, Feridos, Náufragos
e dos Prisioneiros de Guerra, nas guerras e nos conflitos armados, razão pela
qual deve continuar a ser posta em prática, enquanto não se proceder à sua
alteração53.
Terminamos esta alínea do trabalho, com uma citação de um artigo
de Allemby, intitulado “Why we need new “Rules of War””, por nos parecer
sintetizar o que acabámos de referir, ao referir que são as “leis da guerra” que,
embora a necessitar de atualização, que determinam, se um determinado
estado pode ou não entrar numa guerra e como a há-de terminar do ponto de
vista ético e legal.
Currently, international behavior in cases of war is covered by the socalled the “laws of war,” which govern when a state may go to war, how to carry
out such a conflict, and, increasingly, how to end it ethically and legal54.
53
Muito embora atualmente seja difícil distinguir entre civis e militares, para poder ser aplicado
por exemplo o estatuto de Prisioneiro de Guerra, entre outros...
54
ALLEMBY, Brad y Mattick, Why we need new “Rules of War”, Future Tense, ASU/New America
Slate, November 2012, Disponible en: http://www.slate.com/articles/technology/future_
tense/2012/11/drones_cyberconflict_and_other_military_technologies_require_we_rewrite.html
284
A ética do militar no século XXI. La ética del soldado en el siglo XXI
5.
PORTUGAL
CONCLUSÕES
Os conceitos de ética, moral, carácter e direito, são conceitos que
embora diferentes estão intrinsecamente ligados, razão pela qual muitas
vezes se confundem.
A ética e os códigos deontológicos dos profissionais das Forças Armadas
e os seus valores, em missões de serviço, são fundamentais para o sucesso das
operações militares.
Os valores da Instituição militar são perenes no tempo, e são baseados
na história e na tradição fazendo parte da idiossincrasia própria da profissão
militar, que embora diferente de país para país têm muitos pontos em comum.
A ONU é a Organização legitimadora de todo o Sistema Internacional
e consequentemente garante do Direito Internacional e Humanitário, à ONU
cabe o papel central das relações internacionais é ela que é responsável e
que tem que zelar pelo primado do Direito nas Relações Internacionais e
consequentemente da legitimação ou não das intervenções militares.
Uma guerra/ intervenção militar legitimada pela ONU é uma guerra
legítima e justa, pois já passou por um crivo de análise e freios e contra freios
muito apertado por parte do Conselho de Segurança da ONU.
Caso uma determinada Guerra/ intervenção militar não seja legitimada
pela Comunidade Internacional, ela deve ser no mínimo aceite como “justa”,
muito embora como sabemos, os critérios de justo ou injusto estejam longe
de serem consensuais e universalmente aceites.
Podemos definir a guerra atual como uma luta armada de “alguma”
intensidade, entre grupos armados, cujos elementos que os compõem usam
insígnias e distintivos de identificação, estão sujeitos à disciplina militar e
estão devidamente comandados”
Ao longo do trabalho verificámos haver vários tipos de Guerra,
podendo todos eles ocorrer atualmente no Mundo, muito embora a Guerra
contra o terrorismo, (terrorismo) seja a que mais tem justificado ultimamente
as intervenções militares
O conceito de Intervenção e de Ingerência Humanitária, elaborado pela
ONU, é um tipo de conflito relativamente recente, e o direito de ingerência
humanitário, desenvolvido com base no conceito, tem legitimado várias
intervenções militares, em vários pontos do Globo.
Um ciberataque que paralise completa ou parcialmente o ciberespaço
nacional, com consequências em todo o país, incluindo no Estado e nos seus
285
La Ética del Soldado del Siglo XXI
sistemas de informação, nas suas Capacidades Militares, interferindo nos seus
sistemas de Comando e Controlo e nos próprios Sistemas de armas cinéticas,
deverá ser considerado um ato de guerra, pelo que na sua legítima defesa,
poder-se-á eventualmente ter que recorrer- ao uso das Forças Armadas
convencionais.
O Desenvolvimento de novas tecnologias militares, baseadas na
sociedade informacional nomeadamente os UAVs, Drones e toda a parafernália
de Robots, que foi e está a ser desenvolvida, têm consequências importantes
quer no domínio da ética, quer no domínio do direito Internacional,
nomeadamente no direito da Guerra, que urge refletir e pensar e regulamentar.
Tendo em vista responder à pergunta central do trabalho, que
elaborámos na Introdução podemos afirmar que de uma forma geral, desde
que a intervenção militar seja legítima55 ou pelo menos que esteja de acordo
com o conceito de “Jus Belum”56, por nós apresentado, em princípio poderse-á justificar ética e moralmente uma operação militar e, consequentemente
justificar eticamente o uso das novas tecnologias militares.
As “leis da guerra”, embora a necessitar de atualização, é que
determinam, se um determinado estado pode ou não entrar numa guerra e
como a há-de terminar do ponto de vista ético e legal.
55
Legitimada pela ONU.
56
Este conceito não é como sabemos, consensual nem universal.
286
A ética do militar no século XXI. La ética del soldado en el siglo XXI
PORTUGAL
BIBLIOGRAFIA
AAVV, The Military Commander and the Law, AFIAGS Press, The Judge Advocate
General´s School, 2006, p.642
ALLEMBY, Brad y Mattick, Why we need new “Rules of War”, Future Tense, ASU/
New America Slate, November 2012, (Fecha de consulta:20 de Março
2014), Disponible en: http://www.slate.com/articles/technology/future_
tense/2012/11/drones_cyberconflict_and_other_military_technologies_
require_we_rewrite.html
CARMO, José, A guerra justa, O Operacional, 23 de março de 2009, (Fecha de
consulta:20 de Abril 2014), Disponible en:, http://www.operacional.pt/
guerra-justa
CASTRO, Fábio, Os Conflitos assimétricos e a adequação das Forças Armadas,
Artigos selecionados, (Fecha de consulta:20 de Abril 2014), Disponible
en: http://www.eceme.ensino.eb.br/meiramattos/index.php/RMM/article/
viewFile/284/251
CLAUSWITZ,, Da Guerra, (Fecha de consulta:29 de Abril 2014), Disponible en:
http://pensamentosnomadas.files.wordpress.com/2012/11/da-guerracarl-von-clausewitz.pdf
COLEMAN, Stephen, Ethical Changes of new Military Technologies, en Hitoshi
Nasu, en New Technologies and the Law of Armed Conflict Robert MC
Laughlin editions Springer, 2014, p. 29-41,
CUPERTINO, Joaquim Luis, Deontologia Militar, 2ª edição, Academia Militar,
1985. P.120
COUTO, Cabral, Segurança e Defesa- Problemas Conceptuais e teorias na
atualidade, (Conferência proferida ao Curso de Auditores de Defesa
Nacional 2012/2013 em 13-11-2013), Instituto de Defesa Nacional / IDN
2013
DETTER, Ingrid, The Law of War second edition, Cambridge, University Press,
2000, p 515
FREEDMAN, Samuel, A General in a Classroom Takes On the Ethics of War, The
New York Times, February, 7, 2014. P 2, (Fecha de consulta: 30 de Abril
2014) Disponible en: www.nytimes.com2014/02/08/us/a-general-in-aclassroom-takes-on-the-ethics-of-war
JOYNER, James. The US Military´s Ethics Crisis, (Fecha de consulta:29 de Abril
2014),Disponible en: Atlantic Council/ org/Blogs/new atlanticist, 2014, p 6
287
La Ética del Soldado del Siglo XXI
LUCAS Jr, George, Legal and Ethical Precepts, Governing Emerging Military
Technologies: Research and Use, ALF Amsterdam Law VU University of
Amsterdam Forum, 2014, p 34
MAQUIAVEL, O Príncipe, (Fecha de consulta:29 de Abril 2014) Disponible
en:
http://pensamentosnomadas.files.wordpress.com/2013/09/lido-oprc3adncipe.pdf
PENCE; H:Charles, Ethics of emerging Weapons Technology, Net/courses, 2013,
(Fecha de consulta:29 de Março 2014), Disponible en: http://www.slate.
com/articles/technology/future_tense/2012/11/drones_cyberconflict_
and_other_military_technologies_require_we_rewrite.html
RODRIGUEZ, Ricardo, A Guerra contra o Terrorismo (terrorism) – Aspetos
éticos, (Fecha de consulta:05 de Abril 2014), Disponible en:, http://www.
ecsbdefesa.com.br/fts/GCTAE.pdf
ROBINSON, Paul, Ethics Training and Development in the Military, (Fecha
de consulta:10 de Abril 2014), Disponible en: http://www.army.mil/
professionalWriting/volumes/volume5/july_2007/7_07_3.html
ROUCO, Carlos y QUINTA, Paulo, y MARIANO Roberto, A Liderança e a
Componente Moral no Exército Português, Proelium VII - Academia
Militar/Estado-maior do Exército: 19 – 42, outubro-dezembro, 2013
SANDE, Paulo, A União Europeia – Espaço de Liberdade e Justiça, Conferência
proferida ao Curso de Auditores de Defesa Nacional 2012 /2013,em 07-012014, Instituto de Defesa Nacional 2013
SNIDER, Don M. y OH, Paul y TONER, Kevin, The Army´s Professional Military,
Ethic in an era of persistent conflict, Professional Military Ethics Monograph
Series- USA Army Forces, 2009, (Fecha de consulta:15 de Abril 2014),
Disponible en: http://www.strategicstudiesinstitute.army.mil/pdffiles/
PUB895.pdf
SILVA; Nuno Pereira, O Direito Internacional Público nos Conflitos Armados,
Revista Militar, 01-08-2004
SILVA, Vasco Pereira, Em Busca do Acto Administrativo Perdido, edição do autor,
1995, p 777
STRAWSERIN;J, “Moral Predators: the Duty to Employ Uninhabited Aerial
Vehicles,” in G. R. Lucas, Jr., Journal of Military Ethics, New Warriors and
New Weapons: Ethics & Emerging Military Technologies, 2013, (Fecha de
consulta:29 de Abril 2014), Disponible en: http://www.bradleystrawser.
com/pub/Strawser%20Moral%20Predators%20JME.pdf
288
A ética do militar no século XXI. La ética del soldado en el siglo XXI
PORTUGAL
RODRIGUEZ, Ricardo, A Guerra contra o Terrorismo (terrorism)– Aspetos
éticos, (Fecha de consulta:29 de Abril 2014), Disponible en:, http://www.
ecsbdefesa.com.br/fts/GCTAE.pdf
VIEIRA, Belchior, Liderança Militar, 2ª edição, Academia Militar/ Estado-maior do
Exército 2002, p 105, (Fecha de consulta:7 de Abril 2014) Disponible en:
https://fenix.tecnico.ulisboa.pt/downloadFile/3779572232691/%28Livro_
Lideran_Militar_GEN_Belchior_Vieira%29.pdf
289
REPÚBLICA
DOMINICANA
Escuela de Graduados de Altos
Estudios Estratégicos
UNA VISIÓN DE LA ÉTICA EN EL
SOLDADO DE ESTE TIEMPO
ADRIANO SILVERIO RODRÍGUEZ*
I.
INTRODUCCIÓN
Al abordar el tema de la ética es imposible obviar que la misma ha
permanecido desde el principio en el campo de la filosofía, lo que nos obliga
a no poder separar ambos conceptos. Sin embargo, trataremos de enfocar la
ética en su sentido general, no al margen de la filosofía, pero que haga posible
su adecuada comprensión.
Cuando hablamos de la ética como ciencia, pareciera que la misma varía
tanto en cada una de las actividades humanas, como también en la época que
corresponda. Pero realmente la ética ha sido, es y será de la misma aplicación
y rigor en todo el quehacer del hombre y a través de sus diferentes etapas.
Varios siglos antes de la Era Cristiana, ya personajes tan connotados como
Confucio, Sócrates, Platón y Aristóteles plantearon la importancia de la ética,
tanto en el desempeño profesional del individuo como en su cotidianidad.
La ética, como elemento regulador de las acciones del hombre, le
plantea a este que no es absolutamente libre, en cuanto tiene que sujetarse a
sus reglas. Aun cuando el hombre exhibe ser libre desde el mismo propósito
de su creación, está constreñido a una serie de condiciones éticas establecidas
por este en sociedad, por lo que es necesario establecer los conceptos de
*
Mayor General de Ejército, en retiro, de la República Dominicana. Curso “Comando y Estado
Mayor” en el Instituto Militar de Educación Superior (IMES), República Dominicana, y en 1994, en
la Escuela de las Américas, Georgia, USA. Es graduado del Colegio Interamericano de Defensa,
Washington, D.C; en el año 1999. Licenciado en Derecho y en Ciencias Políticas. Egresado de
las Maestrías en Diplomacia y Relaciones Internacionales. Se ha desempeñado en puestos de
comando en las Fuerzas Armadas: Director del Instituto Militar de Estudios Superiores (IMES)
y Director de la Escuela de Altos Estudios Estratégicos (EGAEE). Ejerció el cargo de Inspector
General de las Fuerzas Armadas. Es docente y asesor de la Escuela de Comando y Estado
Mayor (EGCEMC) y de la Escuela de Graduados de Altos Estudios Estratégicos (EGAEE) donde
imparte docencia sobre la Defensa y Seguridad Nacional, así como de las Relaciones Civiles y
Militares y de Geopolítica; imparte docencia en la Universidad Autónoma de Santo Domingo
(UASD), en la Universidad de Tercera Edad (UTE) y en la Escuela Diplomática y Consular de la
Cancillería de la República Dominicana. [email protected]
293
La Ética del Soldado del Siglo XXI
moralidad, que plantean la diferencia entre lo que juzgamos como bueno o
malo, así como cuáles acciones se pueden juzgar como de justicia o injusticia
dentro del trajinar diario de los individuos. Asumamos que lo bueno es lo que
tenemos aprendido del bien, y el mismo nos permite ascender a un estado
de justicia asociado al orden, y lo cual participa en el equilibrio del alma y de
otros entes fundamentales que se asocian a la voluntad y al sentimiento.
Lo que entendemos como bien podemos asociarlo también al disfrute,
y que en el campo filosófico tiende a ser asumido como hedonismo, lo cual, en
algunos dogmas orientales se recomienda ser evitado, en el entendido de que
en el desear reside la causa de todos los males del hombre. Cuando hablamos
del bien y del mal, y al querer asociarlos a las acciones del individuo, tenemos
que recurrir al valor de la responsabilidad como factor ético en el quehacer del
mismo, con lo cual también queda incluido el accionar del soldado, objetivo
fundamental del presente tema.
A desentrañar estas cuestiones que giran en torno a los fundamentos
de la ética y la moral, así como los atributos encaminados al bien y que al final
conducen al hombre a la virtud, se ocupará este trabajo, cuyo fin último es
destacar las cualidades que en el campo ético deben caracterizar al soldado
de este tiempo.
II.
LA ÉTICA COMO ESENCIA HUMANA
El hombre se manifiesta en el acto y a través del acto, y tenemos que
poner como punto de partida que en todo el análisis de la persona humana
está la experiencia del hombre, la cual toma como su elemento integrante la
de la moralidad, sin la cual no es posible estructurar un concepto acabado
de la persona. Entonces, debemos asumir que esa experiencia moral está
contenida en la costumbre del hombre y ocupa allí una posición central1.
Lo que se asume como experiencia de la moralidad, es lo que de ella
entendemos, y de esta comprensión es que la misma se convierte en un
elemento propio de la ética. O sea, que de lo anterior se concluye que la
moralidad y la ética son factores inseparables. En la experiencia del hombre en
el campo de la moralidad, este funciona dentro de su ámbito social, o sea, lo
hace, no aisladamente, sino como un ser gregario, a través del grupo en el que
1
WOJTYLA, Karol. El Hombre y su Destino. Colección Biblioteca Palabra. 3ra. ed. Serie
Pensamiento. Madrid. Ediciones Palabra. 2005: p. 221.
294
Una visión de la ética en el soldado de este tiempo
REP. DOMINICANA
le toca interactuar. Entonces la moralidad se ve reflejada en el preciso momento
en que se manifiesta el hombre cuando acomete la tarea de la experiencia del
deber; y a su vez, dicha experiencia se encuentra intrínsecamente unida al
individuo, que al actuar, se ejercita en el deber, o sea, en lo que debe hacer, y
es siempre a su vez, una experiencia de tipo individual, aunque en el acto no
estemos solos2.
Lo antes expuesto nos plantea la característica fundamental del deber.
Aquí nos encontramos con dos ideas, que a su vez están íntimamente vinculadas
(deber-hacer), pero que son también de carácter individual, vinculadas siempre
a la primera persona, que es de ese modo, protagonista de la acción, y que
también se verifica cuando esa primera persona del singular (yo), se manifiesta
en colectivo y actúa el nosotros.
El deber se verifica en la experiencia, en el realizar o no realizar algo.
Estas dos modalidades del deber se encuentran perfectamente unidas,
entrelazadas, girando en torno a lo que debo hacer para alcanzar tal cosa, y
qué no hacer para evitarlo; o sea, que el deber se experimenta en dirección
dual. Primero, en sentido positivo cuando se expresa la acción, y segundo, en
sentido negativo cuando resistimos la acción (inacción). Pero ¿experimentar
la moralidad, solo es posible cuando actuamos en torno al deber?, ¿está
ella constreñida a este asunto? La respuesta adecuada se encuentra en dos
premisas fundamentales, y son3: a) que el momento de la experiencia del deber
es únicamente el que se experimenta con la moralidad, b) que el momento
que contiene la experiencia de la moralidad es únicamente el del deber moral.
Todo hecho moral se enmarca siempre dentro del deber y es a lo
que podemos llamar categoría moral o ética. A partir de esto, necesitamos
plantearnos, primero, ¿qué entendemos por moralidad? Y para responder
adecuadamente es necesario que sepamos cuáles son los elementos que
la componen en el proceder humano. En la práctica de la moralidad deben
quedar respondidas dos preguntas adicionales, que son: ¿qué es lo que debo
hacer y por qué debo hacer lo que debo? Todo ello está asociado al ‘’yo
debo’’, que es el deber moral en sí mismo y que también nos conduce a intuir
sobre ¿qué cosa está bien y qué está mal?4.
2
Ibid, p. 222.
3
Ibid, p. 223.
4
Ibid, p.229.
295
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Estas preguntas ya no aluden al sujeto de la primera persona, sino que
refieren un aspecto amplio, global. Aquí colocamos el centro del asunto,
referido al bien y al mal, ambos, desde el punto de vista moral. Qué debo
hacer y por qué, como se ha expresado, es un concepto de tipo personal,
pero que está presente en la pregunta de carácter global, o sea, ¿qué es el
bien moral, y por qué? Si comprendemos la moralidad como un hecho de la
experiencia, habremos comprendido entonces el deber.
El deber está intrínsecamente vinculado a nuestro interior y no puede
ser colocado aparte del individuo, o sea, que conforma con la persona un solo
elemento, una estructura holística. Está vinculado al individuo en su ser, forma
parte de su ente humano, lo que podemos llamar ‘’su realidad óntica5’’. La
realidad más profunda del hombre es ser bueno o malo, y esto lo determinan
sus actos. El hombre por estos actos termina siendo aquello, y es que el bien
moral tiene un vínculo, tanto con el bien como con el mal moral, y se verifica
cuando el hombre actúa inspirado por el bien y contra el mal.
La parte concluyente de todo lo anterior es que en el cumplimiento
del deber el individuo siente satisfacción cuando el acto, fruto de su deber,
se encamina al bien, pero cuando es en sentido contrario, se ve sometido a
la desilusión y a la culpa. Ahí participa entonces la conciencia, que es parte
indisoluble de su realidad, de su ser.
III.
EL TRÁNSITO DEL HOMBRE A TRAVÉS DE LA ÉTICA Y LA JUSTICIA
Al pretender situarnos en las sendas éticas, es necesario ubicar cuáles
son los pilares que la caracterizan, sin lo cual pudiéramos mantenernos en
intentos fallidos, sin conseguir conectar con los verdaderos objetivos de la
misma. Para lograr lo planteado es indispensable6: a) asumir conscientemente
cuáles son los paradigmas de la moral, pero más que la moral, la moralidad,
la cual expresa la vida basada en hábitos honestos en el comportamiento
del sujeto que sería a su vez, la sumatoria de las costumbres encaminadas al
bien, b) tener una creencia positiva del bien, lo que obviamente nos permite
discernir sobre el bien y el mal, c) asumir con irrenunciable actitud el concepto
de la obligatoriedad, el cual conduce al individuo al cumplimiento de su deber,
5
Ibid, p. 231.
6
SILÉ Gatón, José. Ética Profesional. Santo Domingo, República Dominicana. Editora Serrallos,
Librería y Papelería La Filantrópica. 1998, p. 33.
296
Una visión de la ética en el soldado de este tiempo
REP. DOMINICANA
que es, a su vez, vivir con apego a la moral, meta del hombre que se encamina
hacia el bien. Se puede decir que la obligación del individuo está vinculada
con la razón, por cuanto encierra normas de moral, d) tener en la justicia un
aliado inseparable para todas las acciones del sujeto en sociedad, siendo
este, gregario por naturaleza, será la justicia el instrumento más importante
en la construcción de la vida en sociedad con armonía.
No se puede perder de vista que el bien no solamente es un supremo
ideal del sujeto en el sentido particular e individual, lo es también, y con mayor
intensidad, en la vida del grupo en que este interactúa. Adquiere la justicia
una jerarquía superior, dado que la misma coloca a los individuos en un nivel
igualitario respecto al concepto de la normativa moral por la que se rigen
todos los individuos. Es la justicia la que nos permite tener una valoración
de equidad, y la cual, a su vez, nos brinda las pautas para los límites de los
actos humanos, así como también los medios coercitivos ante aquellos que se
asumen como transgresiones a los mandatos éticos, y nos ayuda a establecer
parámetros de lo que juzgamos encaminado al bien, de acuerdo a lo que la
sociedad ha asumido como tal.
Todo lo anterior, relacionado con los pilares de la ética, ha servido para
dejar establecida la gran rivalidad existente entre lo que conduce al bien y lo
que conduce al mal; que es lo mismo, discernir respecto a qué es bueno y qué
es malo. Esto nos ayuda a enfocarnos respecto al bien, o sea, plantearnos una
actitud racional que nos conduzca hacia el bien (lo bueno), lo cual nos empuja
a apetecerlo (el bien), y al insistir en ese bien supremo, logramos un estado
estructurado y con instinto hacia lo bueno (la virtud).
IV.
¿CÓMO ASOCIAR LA FILOSOFÍA Y LA ÉTICA CON NUESTRAS ACCIONES?
Platón entendía que la mejor vida descansa en un concepto mixto
(mezcla de placer y el bien), en tanto que Aristóteles era contrario a esta
mezcla, y planteaba separar la felicidad, el placer y el bien, en tanto lo bueno
y el placer, según él, deben estar separados. La filosofía ética griega entiende
que no se hace el bien conducente a la virtud, si no es a través del placer, con
lo cual, esgrimen, al practicar lo bueno (el bien), debemos complacernos.
Vistos estos argumentos podemos establecer que la filosofía griega es
moralista, si tomamos en cuenta las enseñanzas de tipo moral que para una
mejor vida mostraron los tres grandes pilares de su filosofía: Sócrates, Platón
y Aristóteles. Solo observemos sus puntos de vista, en los cuales coincidían en
297
La Ética del Soldado del Siglo XXI
que el más importante beneficio logrado en la vida del ser humano radica en
todo cuanto se empeña hacia la vida virtuosa7.
Moral y virtud son dos fundamentos que suelen confundirse y, mucho
más aún, cuando se pretende asumirlas como si se tratara de las mismas
cuestiones, aunque existe coincidencia entre los filósofos griegos, respecto a
que el principio central convertido en norma, es la adecuada razón, en armonía
con lo creado, la cual es inmutable y perenne.
Dado que el hombre desde su origen ha tenido plena libertad para conducirse de acuerdo a sus deseos, no ha podido realizarlo en su plenitud, ya que
está limitado por los trazados de la ética y constantemente se ve constreñido por
su vida en sociedad, lo cual limita su libertad de acción8. Ya Platón y Aristóteles
nos han hablado de los actos del hombre tendentes a la gratificación, y coinciden en que para que el placer sea legítimo debe llenar nuestras necesidades y
conseguir realizarnos, lo que lo dimensiona como la categoría más elevada del
placer. Esto significa que si el placer no es capaz de cumplir con estos paradigmas, se ilegitima y se puede considerar como vergonzoso, al estar fuera de la
categoría que nos permite realizar los fines vinculados con la acción ética9.
Con respecto al acto vinculado al placer, se puede plantear que este
representa un paso en procura de la perfección, en cambio, el dolor o la
pena, es lo mismo que lo anterior, pero que conduce a la menor perfección;
y asimismo, la felicidad es en sí misma la virtud10. Estas ideas nos dejan bien
claro que la vida del hombre, robustecida por valores, tiene finalmente como
premio la anhelada felicidad.
V.
¿CÓMO DISTINGUIR UN ACTO BUENO DE UNO MALO?
Desde el punto de vista de la moral existen códigos que tipifican los
actos dentro de ella o fuera de la misma. Eso sirve para colocar un acto en la
categoría de bueno o de malo. No obstante, debemos aceptar que lo moral no
siempre responde a concepciones universales. Por ejemplo, puede ser que lo
que resulta categorizado como moral en un grupo social, no necesariamente
lo es en otro; de ahí el problema de lo moral y la ubicación.
7
ARISTÓTELES. Ética. Madrid. Editorial LIBSA. sf: p. 32.
8
SILÉ Gatón. Op. cit. p. 19.
9
ARISTÓTELES, Op. cit. p. 173.
10
SPINOZA, Baruch. La Ética. La Ética: Ópera Pósthuma (OP) Nagelate Schriften (NS). Sn, 1677.
298
Una visión de la ética en el soldado de este tiempo
REP. DOMINICANA
En este mismo contexto, pero refiriéndose al individuo y no a sus actos,
han surgido las más variadas hipótesis con respecto a que los individuos nacen
unos buenos y otros malos11. Hasta el siglo pasado se tenían esas opiniones,
pero hay nuevas concepciones, renegando de las ideas del pasado, para
sostener que lo que se impone es el libre albedrío con que el hombre ha sido
creado, y que este es el responsable de discriminar respecto de cual camino
escoger. En tal sentido se expresa la corriente ética y dogmática, que hace
suya la creencia de que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de
su Creador, o sea, que la libertad es una de las premisas con la que este ha
sido colocado en la tierra, y que responde en cada caso a los dictámenes
de su conciencia12. Oponiéndose a las dos posiciones anteriores está la de
Sigmund Freud, con una teoría de carácter dual y que pretende negarle al
hombre las condiciones de la virtud y la maldad, para ubicarlo como objeto
de ser atacado por impulsos contrapuestos y de igual dimensión13. Hay
otras corrientes que tienen posiciones bien diferenciadas de las anteriores,
asumiendo que el hombre, en su esencia no es malo, y que el medio donde
interactúa impacta en el mismo, para el bien o para el mal. Agregan que el mal
no existe de manera separada, sino que es simplemente la inexistencia del
bien, deviniendo entonces en la frustración de la existencia humana.
Es interesante el punto de vista de Erich Fromm, con respecto a las
ideas anteriores, al destacar que toda persona está conminada a admirar y a
sentir sensaciones de decencia, de amor y de valor, en el entendido de que
estos sentimientos son la esencia de su propia existencia, sin lo cual no se
realizaría plenamente14. Lo que pareciera no tener discusión es lo referente a
que los valores, convertidos en la vida virtuosa, están vinculados con factores
aprendidos, estrechamente abrazados al medio en el que nos ha tocado vivir.
VI.
CONCEPTUALIZACIONES DE AYER Y DE HOY SOBRE LOS VALORES
Es imprescindible que nos aboquemos a determinar la opinión que
tenemos acerca de los valores, pues resulta que los mismos adquieren
dimensiones diferentes, de acuerdo al campo de la actividad humana de que
11
SILÉ Gatón, José, op. cit., p. 41.
12
Ibid. p. 45.
13
FREUD, Sigmund. Psicoanálisis. sn. sf. sp.
14
FROMM, Erich. Ética y Psicoanálisis. sn. sf. sp.
299
La Ética del Soldado del Siglo XXI
se trate. De ahí que, por ejemplo, si nos refiriéramos a quehaceres en los que
se precisa de alta dosis de honor y de templanza, la interpretación de los
valores en el campo ético alcanzaría otros límites. Tal es el caso específico del
ejercicio de la profesión militar, cuyo desempeño, según Platón, está reservado
a un grupo especial de la sociedad. Aunque este criterio fue un enfoque para
la sociedad griega de varios siglos antes de Nuestra Era, en muchos aspectos
es válido aun hoy, y más en estos tiempos, que demandan unas características
especiales para una profesión especial, como la del soldado. Sin pretender
que el soldado de hoy tenga que corresponder a una casta social específica,
como lo fue en la antigua Grecia y en la hegemonía del Imperio Romano, los
valores acuñados en la ética deben ser la estampa a exhibir en el presente y
en el porvenir.
Pero, ¿y qué idea tenemos de los valores éticos? Podemos decir que estos
residen en el campo del honor, del decoro y, en sentido general, encaminados
al bien. Y precisamente debe ser la esencia del soldado, pues el concepto
más elevado en el aprecio de los valores radica en cuánto nos empeñemos
en la práctica de la ética, para construir una cultura en ese sentido, desde lo
cotidiano, desde todos los días.
La práctica ética debe estar enfocada desde dos perspectivas
diferentes. O sea, desde nuestro desempeño individual, en la realización del
deber de la esfera profesional, y en el rol que en el ámbito de la sociedad nos
corresponda, como por ejemplo, en nuestro desenvolvimiento como parte
del grupo social al que pertenecemos y en el cual nos debemos distinguir
por nuestras acciones colmadas de moral y ética. Ello también, obviamente
incluye nuestro papel en el seno de la familia, la patria y la comunidad global.
De ahí que en la consecución de los actos éticos, debemos colocar en un nivel
horizontal tanto al sujeto como al grupo social. El primero tiene que adaptarse
a los preceptos establecidos (educación, moral), con los que se estructura una
serie de valores sociales, conducentes al beneficio de la sociedad. El segundo,
que es el círculo de los individuos, la sociedad chica (la familia), la colectividad
organizada, el pueblo, el país, el Estado; y es donde se registra o se manifiesta
el quehacer individual en el ámbito ético.
Las instancias señaladas anteriormente son un reflejo de nuestra
conducta moral, y dependerá de ella la calidad de las instituciones que
conformen la sociedad.
300
Una visión de la ética en el soldado de este tiempo
REP. DOMINICANA
VII. LA ÉTICA COMO INSPIRACIÓN DE LA PROFESIÓN MILITAR
Dado que el sujeto fundamental de la sociedad es el individuo, es
hacia este que se dirige la ética para establecer el modelo de sociedad que
mejor podamos concebir y en la cual tengamos los escarmientos necesarios
que impidan los vicios y falencias para conducirnos hacia el bien, y a su
vez proporcionarnos la máxima aspiración de una sociedad virtuosa. Los
profesionales desarrollados en un contexto de sociedad ética serán el modelo
de tiempos por venir, pues la sociedad postmoderna, del conocimiento, de la
tecnología, como quiera que le llamemos, necesitará del espíritu ético como
herramienta fundamental de los desafíos que nos acechan. Pero, más aún lo
será para el profesional de las armas, cuyo compromiso es tan demandante
que posiblemente no exista otro quehacer humano en el que estén vinculadas
tantas perspectivas, desde lo individual, lo colectivo (grupo social), lo político,
pues en este último aspecto el militar está conminado a la preservación de los
valores fundamentales que son consustanciales al Estado-nación.
Los profesionales, y en especial los de las armas, están compelidos a la
imprescindible interacción colectiva, y más aún, hacer de esto una constante
que se traduzca en lo permanente. Si hay algo que posibilita esta realidad, es
la práctica ética, y en el caso del soldado, se expresa en un deber ineludible, ya
que este tiene que empeñarse en alcanzar cada día y en todas las circunstancias
la anhelada perfección de la vida.
Admitiendo que el profesional está robustecido de la vivencia necesaria,
y, por lo tanto, de la formación ética elemental, es a quien más se le demanda
compostura, este está en la obligación de hacer realidad, tanto los deberes
como los derechos, en coincidencia simultanea con su idoneidad profesional,
con lo cual hace posible las metas de transformación de la sociedad15. Y es el
soldado del presente quien más deberá verse reflejado en las ideas señaladas
anteriormente.
15
LARROYO Francisco, citado por José Silié Gatón, en La Ética Profesional, op. cit. p. 51.
301
La Ética del Soldado del Siglo XXI
VIII. ¿ESTÁ
LLAMADO A SER MÁS ÉTICO EL QUEHACER DEL SOLDADO QUE EL
DE LOS DEMÁS?
Comencemos esta reflexión fijándonos en el lugar que Platón asignó al
soldado dentro de las clases en que dividió la sociedad de su República ideal:
Los que dirigen el Estado, los que protegen el Estado y los que proveen para
las necesidades del Estado16. O sea, que el soldado ocupa, en la concepción
platónica, un lugar de preponderancia en la escala de jerarquía social concebida
por él, y que tradicionalmente este concepto no ha dejado de algún modo de
tener vigencia, por lo menos en cuanto al papel del soldado se refiere. Y es
que el perfil del mismo siempre se asume como de especial característica.
No obstante lo anterior, todo profesional está llamado a empeñarse en una
tarea de carácter ético, con la cual contribuya a mejorar la humanidad. Así
como Platón definió al soldado de su tiempo, y que no debe ser tan diferente
del actual, de igual manera lo hizo Herbert Spencer, pero para referirse a la
profesión del médico, la cual definió como apostolado para aliviar penas y
dolores, con lo cual contribuye a una mejor existencia humana17.
En sentido general, las profesiones que llamamos tradicionales
o liberales, cuentan con instrumentos normativos como la deontología
profesional y la ética profesional. Está claro que la primera no es más que el
conjunto de reglas y principios que rigen o regulan los grupos profesionales,
mientras que la segunda tiene por objeto estudiar las normativas de los
grupos profesionales, o sea, que esta estudia la deontología profesional. En
este mismo orden, podemos entonces deducir que existe lo que llamamos
deontología profesional del Derecho, de la medicina, del periodismo, etc. No
obstante, no existe una deontología profesional militar, y por lo tanto, tampoco
una ética profesional militar, sino que esta profesión se ejerce en función de
unos códigos y reglamentos, siempre en consonancia con la naturaleza de la
sociedad de que se trate.
Todo lo anterior nos sirve para, entonces, darnos cuenta que la carrera del
soldado es la que mayor rigor tiene en su desempeño. Solamente fijémonos en
el hecho de que regularmente las transgresiones a las reglas deontológicas en
las profesiones tradicionales, no ameritan sanciones punitivas y, a lo sumo, son
16
PLATÓN. La República. sl. Edición Alianza Editorial. 1912: sp.
17
SPENCER, Helbert. Origen de las profesiones. sl. sn., p. 54.
302
Una visión de la ética en el soldado de este tiempo
REP. DOMINICANA
pasibles de sanciones disciplinarias en el ejercicio de esas carreras. Quiere decir
que las reglas deontológicas no conllevan obligaciones y son, más bien, códigos
de tipo moral que sus miembros cumplen de acuerdo al estado de sus conciencias.
En el caso del soldado no ocurre así, este tiene que conducirse en
función tanto de la norma ética general (interna y externa), incluso de la no
escrita, así como de los reglamentos y códigos que norman la actividad militar,
y que en cada caso conllevan sanciones disciplinarias, y hasta penales, que
comprometen la propia libertad y carrera del individuo.
En términos generales, la profesión de soldado pareciera tener unas
especificaciones de demanda ética, superiores a la mayoría de las profesiones.
Una razón que da sustento a lo anterior es el hecho cierto que el soldado
vincula su accionar a la sobrevivencia de la soberanía del Estado, en donde la
sociedad hace posible la consecución de sus propósitos.
IX.
LA BASE DE SUSTENTACIÓN ÉTICA DEL SOLDADO
¿De dónde debiera provenir la sustentación ética del soldado? La
respuesta a esta pregunta pareciera merecer una simple respuesta, y pudiera
provenir de cualquier ciudadano medianamente edificado. Nos referimos a la
familia, pero aquella forjada en valores y del seno de la misma debe provenir
el militar, por cuanto la estructura moral del núcleo familiar es un componente
básico de la estructura social, ya que la familia es el centro de donde dimanan
los actos (hacia el bien o hacia el mal) de los que la componen, lo que a su vez,
gravitará en la sociedad en su conjunto. Cuando el soldado proviene del seno
familiar, donde la práctica moral sea una constante, su accionar repercutirá en
el conjunto de la fuerza ética que caracterizará su institución militar.
En lo planteado anteriormente tienen una gran responsabilidad los
padres, quienes fortalecidos en el vínculo conyugal, garantizan la certeza
del futuro a sus hijos, y estos, a su vez, se convierten en multiplicadores de
las conductas aprendidas para la construcción de sus propios núcleos, y en
consecuencia, la existencia de una sociedad rica en valores.
Con respecto a estos criterios, son muchos los moralistas que han
cuestionado si es posible la construcción honorable de la familia al margen
de los valores. Es obvio que su conclusión es no, al dejar claro que estos son
el norte por el que deben guiarse todos los que aspiren a construir familias
sólidas en el marco de la felicidad, con lo que se pueda librar la batalla en las
rutas por donde habría que viajar en pos de los anhelos perseguidos.
303
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Y a propósito de la moral, es también significativo el punto de vista que
establece que esta ‘’construye un tribunal más alto y temible que el de las
leyes’’. En tal sentido se arguye que las órdenes de la moral no se satisfacen
con que solo evitemos el mal, sino que prescriban que obremos el bien y que
no solo debemos parecer buenos, sino que debemos serlo en esencia. Sobre
este punto de vista, se alega que la moral no está cimentada en la opinión de
los demás (se les puede engañar), sino en nuestra propia convicción que no
nos engañará18.
Robusteciendo estos aspectos, y derivándolos a la esencia del
soldado, podemos decir que procediendo este de familias con el perfil ético
ya mencionado, y adicionando normas éticas vigorizadoras de decoro y
dignidad, contaríamos con el modelo de soldado que demandan los tiempos
que vivimos.
Asumiendo que la profesión militar no es en el campo ético, de mucho
mayor rigor que las llamadas profesiones liberales, tiene asignado un rol de
preponderancia en cada sociedad, de ahí que el perfil del ciudadano llamado
a desempeñarla obedece también a unas características, si no especiales, por
lo menos muy específicas.
Sería más que difícil aspirar a la existencia de un soldado caracterizado
por la fuerza ética, si no tiene en buen aprecio la superación profesional e
intelectual, la investigación (científica y tecnológica) y la moralidad que
transporta a la virtud humana. Todo ello, forjado a base de tenacidad, lleva
a despojar al soldado de las innecesarias frustraciones, y en vez de ello,
conduciéndolo por camino de una elevada existencia para el efectivo ejercicio
de la profesión militar.
X.
EL EJERCICIO PROFESIONAL DEL SOLDADO Y SU CARÁCTER ÉTICO
De acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española, una profesión
implica la dedicación idónea, habitual e intensa del individuo a determinada
actividad, en base a la educación, la formación y el perfeccionamiento19.
Asimismo, está claro que el ejercicio de la profesión procura llevar sustento
a quien la profesa, pero no siempre ocurre así, ya que muchas veces la
18
DE RIVAROL, Antoine, citado por José Silié Gatón, en Ética Profesional, op. cit. p. 67.
19
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. 8va. ed.
Madrid. Espasa Calpe S. A. 1956.
304
Una visión de la ética en el soldado de este tiempo
REP. DOMINICANA
profesión no es ejercida como fuente económica. Siendo así, dejaría de serlo,
todo vez que solo lo es, según el Dictionary of Occupational Titles, “cuando
el individuo está vinculado a ella por lazos de regularidad, obligatoriedad y
procedimiento técnico’’. Ello deja claro que la profesión militar es la que más
encaja dentro de las especificaciones que tipifican las actividades humanas,
por cuanto es el militar el que se entrega a una carrera que nunca comparte
con otros quehaceres, siendo en la mayoría de los casos incompatible con
otros desempeños.
La clasificación de las profesiones es muy vasta y, en la misma, se
encuentra la del soldado como profesión de servicio. Al respecto, Silié Gatón
indica que en el ejercicio del desempeño del soldado como profesional, se
dedica a prestar servicios de seguridad y protección, sirviendo de custodia del
individuo, de la propiedad y de la sociedad20.
Si existe una profesión que necesite de la actualización permanente es
la del soldado, lo que presupone conocimientos especializados no empíricos,
en los más altos niveles. Esta búsqueda de conocimiento, a través del estudio
sistemático, debe prolongarse por todo lo largo de la carrera del profesional
militar, lo cual, a su vez, implica una actitud de carácter ético, pues con la
misma, el profesional militar deviene en paradigma de todos los vinculados
en su escala de jerarquía.
La profesionalización del individuo es un aspecto eminentemente ético,
ya que involucra un elemento inseparable de los deberes del profesional. Esos
deberes, desde el punto de vista ético, se vinculan con la probidad, efectividad
e idoneidad, lo cual posibilita aprovechar esas cualidades en el concepto más
amplio posible, evitando lo frívolo, elemental y superficial, propio de los oficios
o rutinarias habilidades, con lo cual se robustece éticamente su profesión.
El desempeño ético de la profesión está enfocado en hacer más efectivo
el progreso de la sociedad, siendo este aspecto, el fin último del profesional, y
siendo también un hecho de relevancia ética.
XI.
FUNDAMENTOS DEL LIDERAZGO Y COMPETENCIA MILITAR ÉTICA
Son valores irrenunciables en un líder militar el desempeño profesional
ético, basado en una existencia moral inspiradora, en la que se refleje el apego
20
SILÉ Gatón, José. Loc. cit.
305
La Ética del Soldado del Siglo XXI
a la contribución que haga posible la felicidad colectiva, y particularmente de
aquellos que son impactados por su quehacer cotidiano. El liderazgo de hoy
debe enfocarse en la solidificación del conocimiento, sin lo cual sería carente
de la base fundamental para dar el ejemplo. Esto puede ilustrarse en una
sencilla ecuación, en la que los factores implicados dan al traste con el objetivo
esperado, que es el liderazgo ético. Veamos: conocimiento sumado a probidad,
carácter, honradez y honestidad, dan como resultado un liderazgo eficaz21.
Nótese que en la sumatoria de los valores aparece la probidad, y es que
este valor sustituye a varios otros, ya que el mismo conlleva consustancialmente
factores tan apreciados como la hombría de bien, la entrega y la integridad,
que son fundamentos de una regia personalidad.
Un líder militar reflejado en la señalada ecuación, dejará huellas
imborrables que serán las que harán parir los liderazgos productivos y estables
en el tiempo, dejando a su paso la semilla multiplicadora de la ética en todos
cuantos influya su accionar.
La competencia
Podemos pensar que cuando hablamos de la competencia en el campo
profesional, nos referimos específicamente a la idoneidad del individuo para
desempeñarse con acierto en la función puesta bajo su responsabilidad. No
obstante, el asunto es más amplio y complejo de lo que pareciera, pues implica
también lo que podemos denominar la rivalidad, pero que no necesariamente
conlleva a la disputa mal entendida. Cuando competimos nos dirigimos
directamente al plano de la superación y que por lo regular forma parte de las
metas trazadas para derrotar a los demás, en la acción competitiva.
Desde este punto de vista, la competencia es ética y no procura dañar
a otros, sino más bien mejorarse a sí mismo. Donde reside el problema, y
es la negación de los valores, es cuando la competencia adquiere matices
descontrolados y se interponen sentimientos de traición y deslealtad, que ponen
de manifiesto la pobreza humana y la carencia de la práctica de valores. Lo
contrario a estas ideas es lo que debe ser incentivado entre los soldados de este
tiempo, asumiendo como estandarte de la competencia profesional la superación
como valor fundamental, y lo cual se alcanza con una tenaz inteligencia.
21
COVEY Stephen R. El Liderazgo Centrado en Principios. Buenos Aires. Ediciones Paidós Ibérica
S. A. y Editorial Paidós, SAICF. 1991, p. 137.
306
Una visión de la ética en el soldado de este tiempo
REP. DOMINICANA
Lo expuesto más arriba encuentra un gran aliado en la motivación,
como ingrediente de carácter ético en el soldado. La competencia ética debe
estar robustecida por una indeclinable vocación de servir a los demás, lo cual
contribuye a la integración y a la concurrencia de propósitos para garantizar el
espíritu de cuerpo, acción voluntaria, tenacidad, y sobre todo, acción conjunta
para el trabajo integrado. La motivación, en su esencia, debe prescindir del
innecesario exceso de autoridad, pero sin menoscabo de los lineamientos que
rigen el quehacer militar. Por eso, motiva quien tiene los méritos para hacerlo,
más allá de sus propias características, está la sumatoria de los valores éticos
que engrandecen la personalidad del motivador.
XII. EL SOLDADO Y SUS ATRIBUTOS ÉTICOS
Ya hemos dicho que el militar es el que tiene mayor demanda de un
rigor ético, vinculado a un carácter de nobleza, con lo que sobresale de entre
los demás profesionales. En muchas circunstancias el militar, por la naturaleza
de los cargos puestos bajo su responsabilidad, puede verse atraído a dejarse
arrastrar hacia el deshonor, con lo cual no solo daña su propia imagen personal,
sino también el buen nombre de la institución, el cual debe defender para la
construcción de un ejercicio militar ético.
Si hay un atributo ético del soldado que tenga mucho significado es
el relativo a la lealtad, y más allá de ser una cuestión de carácter normativo,
encierra consustancialmente un aspecto ético, por cuanto se vincula con el
deber, y este a su vez, es un elemento esencialmente moral. Pero la lealtad es
un valor que tiene que ser concebido en múltiples direcciones, siendo la que
compromete al soldado con los valores de la patria, la de mayor trascendencia,
por ser el objeto de su existencia. Asimismo, este valor tiene que derivarse
hacia los superiores, los iguales y hacia los subordinados.
El problema que plantea la lealtad es cómo establecer los límites de
la misma, respecto a los atributos que encarna la soberanía del Estado y
aquella lealtad que debemos a quienes representan al mismo. Aquí subyace
un dilema, y que, tanto se ha teorizado al analizar la lealtad y su vinculación
con la profesionalización del soldado, y se sostiene que mientras más alta
sea la profesionalización, más lealtad tendrá hacia sus responsabilidades, o
sea, que ello convierte al soldado en un actor neutral del Estado22. Con este
22
HUNTINGTON, Samuel. El Soldado y el Estado. 5ta. ed. Madrid España. 2005. sp.
307
La Ética del Soldado del Siglo XXI
planteamiento, el soldado es volcado hacia la lealtad, inspirado en el principio
del cumplimiento del deber, y que forma parte de sus valores tradicionales.
Partiendo de lo antes expuesto es que se han elaborado las características
fundamentales del soldado, y que podemos entonces plantear que ellas
forman parte del soldado de este tiempo, y son23:
a)
b)
c)
d)
Lealtad a las instituciones democráticas
Obediencia a las autoridades del Estado moderno
Competencia técnica y experiencia para el cumplimiento de los servicios
que le asigna la ley
Neutralidad política.
Como podemos ver, estos cuatro principios, seguramente son parte del
ordenamiento jurídico de cada Estado, concerniente a las fuerzas militares, y
que por tratarse de aspectos vinculados a sus deberes entran en la categoría
del marco ético. No obstante la posición planteada anteriormente, se
expresa contestatariamente otra corriente, respecto a la profesionalización
del soldado, y frente a los valores ya expuestos se sostiene que en realidad
“la profesionalización puede impulsar a los militares a no ser neutrales,
considerándose servidores del Estado y de la Nación, más que de unas
autoridades particulares, identificando los valores de su institución militar con
los fines de la sociedad y la seguridad ciudadana”24.
Está claro que este argumento tiene un enfoque muy diferenciado
del anterior, y en ambos puede verse la categorización dividida que dan a
los valores ya mencionados y el límite de los mismos, lo cual ayuda a dar
respuesta a la pregunta de ¿quién es el depositario de la lealtad?, y que sería
lo mismo expresar ¿a quién y a qué debe ser leal el soldado? Naturalmente,
el interrogativo qué, alude a un concepto impersonal, intangible o abstracto,
como son los valores de nación y patria. Pareciera estar claro, entonces, que el
monopolio de la lealtad del soldado lo tienen estos valores.
23
Ibid, sp.
24
FINER, Samuel Edward. The Man on Horseback: The Rol of Military in Politics. sl. sn. sp.
308
Una visión de la ética en el soldado de este tiempo
REP. DOMINICANA
XIII. LA VOCACIÓN PROFESIONAL DEL SOLDADO Y SU RELACIÓN CON LA ÉTICA
La profesionalidad del soldado debe quedar reflejada en una invariable
vocación de darse por entero en servir a la sociedad, a la que se debe,
por ser esta el cliente que justifica su existencia. Hay quienes piensan que
la profesionalidad del soldado es un elemento al que debe supeditarse la
propia vocación para el servicio del soldado. Sin embargo, entendemos que la
vocación es un elemento consustancial de la profesionalidad militar.
Esta profesionalidad debe estar adornada por valores inquebrantables,
como el desempeño o idoneidad profesional, el compromiso con el deber y el
sentido permanente de colaboración. El primer elemento lo podemos vincular
con el grado de destreza que debe lograr el soldado, unido esto a un carácter
de superación permanente que se refleje expandiendo el conocimiento. El
militar de hoy debe ser un estudioso permanente y enamorado de la cultura.
El compromiso con el deber es la característica que lo hace ser un
servidor espontáneo y sensible, cercano a la sociedad, la que apreciará de este
modo tener un servidor a la altura de las expectativas de la misma. Vale decir
que, de esta forma, el soldado se corresponde con un elemento vinculado con
el honor de servir. Respecto al sentido de colaboración, con este, el soldado
manifiesta su estima por la integridad institucional, su sentido de pertenencia
y su respeto por los valores que caracterizan la sociedad.
Otro aspecto que debe vincular al soldado con el compromiso es su
consciente y leal adhesión al poder político, reconociendo su condición de no
deliberante en la toma de decisiones que solo conciernan a la esfera política de
poder. De este modo, un soldado comprometido con el Estado y la sociedad
manifestará su bien entendida obediencia al Estado y sus instituciones, como
al orden civil que lo rige.
XIV. LA RESPONSABILIDAD COMO VALOR ÉTICO EN EL SOLDADO
Se puede decir que la responsabilidad es un deber al que nos conmina
la moral para el desafío de lo que nos sobrevenga, con la determinación
adecuada, derivándose de ello las consecuencias respectivas. Con este
criterio queremos a su vez expresar que la responsabilidad también es una
consecuencia de nuestro libre albedrío, por cuanto también ella expresa
un acto personal, propio de nuestra libre discrecionalidad. Y para que esté
vinculada la responsabilidad del individuo, con el punto de vista ético, es
309
La Ética del Soldado del Siglo XXI
necesario e ineludible que el mismo esté en facultad de responder a las
obligaciones morales que se derivan de los hechos que a él se vinculan25.
La responsabilidad es quizás el valor que más se demanda del soldado,
y aunque ella está vinculada en todo el quehacer humano, es en el del soldado
donde adquiere su mayor dimensión, y no solo ante las acciones puestas sobre
sus hombros como guardián de bienes públicos, tales como la soberanía,
libertad, y otras más, sino también ante aquellas de tipo individual donde
juega un rol no menos demandante del valor de la ética, al actuar ante la
familia, el municipio, el país, el mundo.
En el ejercicio de su función, el soldado tiene sobre sí una responsabilidad
dual: la que contrae consigo mismo y la que ha asumido con la sociedad,
ante la relevancia de los intereses puestos bajo su salvaguarda. De ahí que el
soldado está obligado a manifestar un nivel de dignidad singular con la que
corresponda ante la obligación asumida.
Cuando nos referimos a la responsabilidad del individuo y su conexión
con el ámbito de la ética, es importante preguntarnos siempre, ¿qué es lo que
moralmente aceptamos?, ¿cuál es la esencia de lo que creemos moral?, ¿de lo
que hago, qué es lo que está comprometido con la moral? Esta última pregunta
nos lleva entonces a una indeclinable reflexión a modo de cuestionamiento, y
es: ¿qué podemos calificar como bueno o como malo desde el punto de vista
moral?
Estas son las preguntas que muy frecuentemente asaltan a los
hombres calificados como responsables, y ante las mismas, se hace más que
imprescindible poseer un conocimiento por lo menos elemental de la moral.
Y precisamente, para responder, necesitamos empoderarnos de la norma
moral, o sea, conocerla, sabiendo que ella es sinónimo de lo que llamamos
moralidad. De ahí que entonces podemos resumir que lo que la moral califica
como bueno, es lo que se encuentra alineado con la regla de la moralidad,
asumiendo entonces que aquello que calificamos como malo, desde el punto
de vista moral, es lo que se halla contrapuesto a lo dicho anteriormente.
Es interesante atender a los planteamientos que con respecto a lo
anterior han sostenido diferentes corrientes respecto a que, tanto el bien
como el mal, no se pueden definir, así como su valoración moral, partiendo del
criterio de que para ello es necesario partir de la regla, o sea, del ámbito que
25
WOJTYLA, Karol, op. cit., p. 219.
310
Una visión de la ética en el soldado de este tiempo
REP. DOMINICANA
rige el orden moral del hombre. Aquí nos referimos a la moral que se vincula
con el deber, ante lo cual se encuentra constreñido el hombre.
El hombre se encuentra en medio del deber y de las reglas o normas,
que hay normas cuyo fin es obtener el bien de un hecho, mientras que otras
procuran el bien del sujeto actuante26. Para robustecer las ideas anteriores
fijémonos en estos ejemplos que dejan establecido el fin de un hecho y, a su vez,
el fin u objeto del sujeto actuante, visto esto desde el punto de vista moral: ‘’un
individuo que sea bueno como médico, quiere decir a su vez, que es una buena
persona, enfocándolo en este campo, no obstante, no quiere decir que se trata
de alguien bueno, respecto a su condición de ser humano, hombre’’27. Aquí se
hace necesario separar los atributos de la idoneidad técnica de los éticos.
Pudiéramos, entonces, confundirnos cuando al querer atribuirle a
una persona, asumamos que sea un soldado, las condiciones de excelencia
como tal, pudiera estar este lejos de serlo en el campo de la ética. Este es
el gran desafío al que se enfrenta el profesional de estos tiempos; lograr la
excelencia en el campo técnico-profesional, como en el de la ética. Sin estos
condicionantes un soldado no vería fructificar un desempeño esperado, y peor
aún sería si el mismo consigue alcanzar los objetivos solamente en uno de los
campos señalados, pues nada más desalentador que un soldado exhibiendo
grandes méritos en el campo del desempeño profesional, pero con la carencia
de las prendas éticas.
Además, habría una doble falencia ética, si este soldado acumulara la
probidad ética, descuidando entonces la competencia profesional, pues la
incompetencia en este campo es, a su vez, un elemento de carácter ético, por
cuanto la capacitación se encuentra residiendo dentro del ámbito del deber.
XV. EL SOLDADO ANTE EL USO DE LA PALABRA
Dado que el hombre ha sido creado con el poder de la razón, condición
negada a las demás especies, tiene también derivada de ella un privilegio
especial, que es el de expresar sus emociones a través de la palabra. Con ella, el
hombre pone de manifiesto su capacidad de exteriorizar ideas y sentimientos,
y con lo cual también manifiesta su inteligencia. Pero esa inteligencia se va
26
ARISTÓTELES, ‘’Ética’, citado por Karol Wojtyla, en el Hombre y su Destino, op. cit., p. 246.
27
Ibid, p. 247.
311
La Ética del Soldado del Siglo XXI
a ver disminuida en la medida en que las emociones interfieran en cuanto al
inadecuado empleo de la palabra, y en lo cual se pierda el valor que en lo
social y ético ella debe tener.
En el mundo globalizado que vivimos, y con la fuerza de la tecnología
en que no existen distancias que no puedan ser recorridas en tiempo real por
la información, se hace más impostergable que nunca la mesura del soldado
con la palabra; pues la misma vuela y no queda espacio para recogerla
posteriormente, cuando ya se hayan comprometido los valores de su persona,
de la institución y del Estado. Se precisa hoy de un soldado inteligente para
expresar justamente lo que debiera, guardando siempre en buen recaudo los
valores e intereses puestos bajo su responsabilidad.
Un soldado inteligente se preocupará no solamente por expresarse
correctamente, sino también que lo expresado esté en concordancia con el
sentido común, propio de gente mesurada. Poseer la virtud de la eubolia, la
cual consiste en ‘’ser discreto de lengua, cauto, reservado, en no decir sino lo
que conviene decir28”, y aunque estos aspectos eran aconsejados al político
que quería ser exitoso, igual virtud es exactamente propicia para el soldado
de estos tiempos; pues ¿cuántas carreras prominentes se han perdido en los
cuarteles por el uso indiscriminado del verbo?
Por eso se recomienda ‘’no desparramarse en palabras, no siendo
fácil a las conversaciones y conferencias con publicistas y gaceteros’’. Estas
palabras fueron utilizas por Azorín para recomendar suma cautela en el trato
de los asuntos que conciernen al Estado. A este respecto, hay que añadir que
al soldado se le hace más que imposible separar su accionar en el ámbito
público de aquello que pudiera vincular con lo esencialmente privado, la línea
divisoria sería imperceptible, y siempre quedará afectada de ese modo la
imagen de la esfera pública.
El individuo cauto es tenido siempre con respeto y despierta curiosidad,
por cuanto no dice más que lo necesario. En este sentido, se recomienda
cautela al expresar lo que pensamos respecto a determinadas cuestiones, con
lo cual provocamos el interés en los demás, y es lo que crea alrededor nuestro,
una indescifrable manera de actuar, lo cual a su vez nos convierte en figuras
rodeadas de misterio, lo que en ocasiones resulta encantador29.
28
MARTÍNEZ Ruiz, José (Azorín). El Político: El Sentido del Poder. República Dominicana. Editora
Centenario, S.A. 2000, p. 17.
29
Ibid, p. 17.
312
Una visión de la ética en el soldado de este tiempo
REP. DOMINICANA
Si las recomendaciones anteriores son pertinentes para los líderes
políticos, cuánto más lo son para los comandantes militares, convertidos en
líderes de sus subordinados, pero en personajes públicos de alto interés para
los medios de comunicación y la sociedad en sentido general, ante los cuales
necesitan tener el adecuado uso de la palabra. Hoy, más que nunca, son
imprescindibles estos argumentos, si tomamos en cuenta las circunstancias
que rodean el desempeño de la profesión militar en estos tiempos.
XVI. LOS
VALORES COMO HERRAMIENTA Y LA SUBORDINACIÓN ÉTICA DEL
SOLDADO
Para ilustrar el tema de los valores como herramienta ética, es
conveniente acudir a los planteamientos acerca de lo que llaman ‘’la brújula
moral30”, y en este caso asociada dicha idea a un elemento fundamental en
el quehacer de todo individuo. Así que ‘’la brújula moral’’ de todo hombre
son los principios que enmarcan su vida. O sea, que cuando se refiere a este
concepto, es para compararlo con los principios, los cuales deben marcar un
norte, y ese norte se convierte en leyes o principios del individuo.
Entonces, tenemos que asumir que la verdadera herramienta ética del
soldado tiene que estar representada en los principios que adornen todo su
desempeño profesional. Lo anterior significa que el soldado de este tiempo
necesita desarrollar una escala de valores, en la cual destaque siempre un
inmenso interés por los principios que le conducirán a la grandeza de bien, y
que el autor mencionado llama ‘’el verdadero norte’’.
La idea anterior tiene que movernos a reflexión acerca de la importancia
de basar nuestro desempeño en la referida escala de valores (nuestro norte),
convirtiéndose la misma en cada individuo, en una ley personal, cuyos postulados
estemos siempre movidos a no ignorar. Se pone de manifiesto que cuando
tenemos un código de valores (nuestros principios o nuestra ley), y actuamos de
forma que violamos sus predicados, es en contra de sí mismos que lo hacemos.
De lo anterior proviene la importancia que la carrera del soldado
esté rodeada de ese instrumento de valores, que son los principios, dado
que siendo así, sería más difícil actuar sin tomarlos en cuenta, toda vez que
significaría también devenir en contra de lo que somos, de nuestra esencia.
30
COVEY, Stephen R., op. cit. p., 122.
313
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Pero también tenemos que tomar en cuenta lo significativo que
resulta cuando, por ejemplo, contrariamente a lo anterior, un soldado está
desprovisto de esa escala de valores (principios), lo que lo convierte en un
individuo impredecible éticamente hablando, dado que como quien navega
en un terreno sin brújula, no sabrá ni donde se encuentra, ni cuál será el rumbo
adecuado para la obtención de un objetivo correcto.
En la actual reflexión sobre los valores como herramienta, es necesario
destacar que los conceptos que llamamos valores no necesariamente significan
exactamente lo mismo que principios. Hay que establecer que en muchas
ocasiones, quienes defienden determinados valores, no cuentan con unos
principios fundamentales. Vale decir, por ejemplo, que un grupo de criminales
cuenta con su propia escala de valores, por los que rigen su accionar, y que
muchas veces los convierten en códigos de conducta inquebrantables, pero
no basan sus acciones en principios, que es a su vez, el ideal de todo propósito
encaminado al bien31.
Podemos, entonces, dejar sentado que la escala de valores de cada
persona o grupo de personas es distinta dependiendo de la naturaleza de sus
objetivos; teniendo los principios las mismas acepciones, y siendo los mismos
enarbolados, solamente por los individuos o grupos cuyos fines procuren el
bien en el campo ético.
La profesión de soldado está enfocada en el liderazgo, dada la naturaleza
vertical de su estructura organizativa y jerárquica, lo que entonces impone el
natural liderazgo desde muy temprano. Esa misma realidad, sumada a la
naturaleza del quehacer militar, es un reservorio de poder, y es entonces lo que
hace imperativo que el mismo esté revestido de la adecuada honorabilidad,
acompañada de normas, convertidas en principios o leyes para regir ese poder.
El soldado verdaderamente efectivo, que tenga el perfil en consonancia con
los tiempos que discurren, es aquel que en términos generales no dista mucho del
gerente empresarial, cuyos éxitos están medidos en función de resultados positivos
para la empresa (gerencia). O sea, que el soldado es un gerente desde la escala más
pequeña de jerarquía, por cuanto siempre está a cargo de instancias subordinadas; y
entonces será imprescindible inculcar en todos los niveles actitudes para el liderazgo.
Pero más aún, para el liderazgo forjado en leyes éticas, ante las cuales haya un
verdadero muro de contención que indisponga al individuo a sus violaciones.
31
Ibid, p. 123.
314
Una visión de la ética en el soldado de este tiempo
REP. DOMINICANA
La subordinación ética
Es necesario que el desarrollo del soldado no esté inspirado en las
condiciones que podemos denominar como de utilitarista32, en que tanto
el comandante como el subordinado inspiran su relación en base a lo que
cada uno puede lograr del otro. Es la negación de la verdadera carrera militar
asociada a rasgos éticos.
Independientemente de la orientación de los expertos en la conducta
humana, coinciden en señalar la importancia de la subordinación pero
concuerdan también en que la misma debe responder a determinadas
características de calidad, pues el logro puro y simple de la misma puede
descalificarla. Esto quiere decir que un comandante puede, en base a su eficaz
desempeño o por especiales características de su carácter, lograr una efectiva
subordinación, sin embargo, no necesariamente esta obedezca a factores
en que prime la espontaneidad, sino más bien a aspectos coyunturales
vinculados a intereses creados, y donde se pone de manifiesto una especie de
intercambio, en el que nosotros recibimos y usted recibe.
Aquí está en juego el concepto utilitarista de la subordinación, y donde,
aunque ella puede al final ser constructiva por los objetivos alcanzados, no
deja de ser un modelo antiético, por cuanto se basa en la inobservancia de
principios elementales33. El modelo de subordinación referido anteriormente
tiene su más baja calificación cuando ella alienta actitudes personalistas
y egoístas, lo que provocará respuestas condicionadas, de acuerdo a las
expectativas de cada individuo, lo que irá en menoscabo del trabajo colectivo
y del logro de metas institucionales.
La subordinación es un aspecto fundamental en todo el quehacer
profesional, pero es una regla de oro en la vida del soldado, y ello plantea que
se hace imperativo fomentarla como un reflejo de constante lealtad, pues es
bien sabido que esta en términos de su calidad es fluctuante, tanto como lo es
la temporalidad de quienes comandan.
El fin último es siempre hacer de la subordinación una cuestión de
principios en la que todos coincidan respecto a su valor. Es la sumatoria del
bien que alcanza la honorabilidad, en donde comandantes y subordinados se
32
Ibid, p. 132.
33
Ibid, p. 133.
315
La Ética del Soldado del Siglo XXI
sientan identificados como concurrentes de los mismos propósitos. Que todos
sientan que coinciden en la consecución de fines y en su mutua realización
ética.
Para la solución de conflictos, algo en lo que el soldado está muy a
menudo involucrado, tendrá que discriminar de entre uno u otro modelo de
inspirar el concurso entusiasta de todos los subordinados. Los modelos de
inspiración a colaborar pueden ser desde la mano dura, con los reglamentos
en las manos, listos a ser aplicados, o aquel que está vinculado con la influencia
espontánea que ha tenido el carácter del comandante en sus hombres. Pero
siempre existe un riesgo de fracaso cuando se aplica uno de ambos, pues
pareciera que lo ideal sería una combinación de ambos modelos, pues las
herramientas puras y simples de uno de los dos pudieran dejar sin efectividad
el alcance de las metas planteadas.
De todas maneras, tenemos que aceptar que hoy hay que agregarle a
cualquier estrategia que utilicemos la esencia de un liderazgo movido por el
carácter motivador e inspirado en principios. Es así que se puede lograr el
compromiso permanente de los demás, sin comprometer la escala de valores
que hayamos proyectado y en la cual fundamentemos la esencia de nuestra
influencia sobre los subordinados. Pero hay más, al exhibir la escala de valores
hay que pensar que no puede ser una cuestión coyuntural, circunstancial,
que no puede ser el resultado de una actuación teatral, pues se desvanecería
por sí sola y la desconfianza acabaría por arruinar todo el empeño realizado
anteriormente.
Entre comandante y subordinado debe darse una relación basada en
la comprensión que tenga el primero del segundo, de cómo se siente ante
los desafíos que le impone el primero. El subordinado debe sentir que su
comandante está siendo impactado por él. Esto es importante, por cuanto
hace que sus hombres tengan una percepción positiva, lo cual será crucial en
la relación comandante-subordinado.
Es a lo que algunos tratadistas llaman el ‘’fundamento de la empatía’’,
que no es sentir o pensar como los demás, sino la comprensión que se tenga
de cómo los demás sienten o piensan respecto a una situación determinada34.
Es esto lo que dará sustentación a una efectiva relación lo cual, a su vez,
dimensionará un quehacer militar en valores y en concordancia con la ética.
34
Ibid, p. 153.
316
Una visión de la ética en el soldado de este tiempo
REP. DOMINICANA
BIBLIOGRAFÍA
ARISTÓTELES. La Ética. Editorial LIBSA, 2002, Madrid.
CONFUCIO. Aforismos. La virtud de saber dirigir. Colección: Clásicos, Ediciones
Temas de Hoy, S.A. (T.H), 1997.
CORNEJO, Miguel Ángel. Los Secretos del Líder. México, DF. Editorial Miguel
Ángel Cornejo y Rosado. 2002.
COVEY, Stephen R. El Liderazgo Centrado en Principios. Buenos Aires Ediciones
Paidós Ibérica, S.A. y Editorial Paidós, SAICF. 1991.
HUNTINGTON, Samuel. El Soldado y el Estado. 5ta. Edición, Madrid. 2005.
FINER, Samuel Edward. The Man on Horseback: The Rol of the military in politics.
sn. sl. sf.
FREUD, Sigmund. Psicoanálisis. sn. sl. sf.
FROMM, Erich. Ética y psicoanálisis. sn. sl. sf.
LARROYO, Francisco. Didáctica de la Ética. sn. sl. sf.
MARTÍNEZ Ruiz, José (Azorín). El Político: El Sentido del Poder. Santo Domingo.
Editora Centenario, S.A., 2000.
PLATÓN. La República. Edición, Alianza Editorial. 1912.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, R.A.E. Diccionario de la Lengua Española. Octava
edición. Madrid Espasa Calpe, S.A.1956.
SILIÉ Gatón, José A. Ética Profesional. Santo Domingo. Editora Serrallés. Librería
y Papelería La Filantrópica.1998.
SPINOZA, Baruch. La Ética: Ópera Pósthuma (OP) Nagelate Schriften (NS). 1677.
WOJTYLA, Karol. El hombre y su destino. 3ra. Edición. Madrid. Colección
Biblioteca Palabra. Serie Pensamiento. Ediciones Palabra. 2005.
317
REPÚBLICA ORIENTAL
DEL
URUGUAY
Centro de Altos Estudios Nacionales
GESTIÓN DE LOS TEMAS ÉTICOS EN EL
SECTOR DE LA DEFENSA
AMÍLCAR PELÁEZ*
1.
INTRODUCCIÓN
En el siglo XXI cobra gran importancia el discernimiento ético, en
la toma de decisiones, en todos los niveles, dentro de una estructura de
defensa. Las operaciones militares actuales, cada vez más dinámicas, hacen
que muchas veces suboficiales y soldados deban tomar decisiones que tienen
implicaciones éticas. Pero esta capacidad de discernimiento ético no solo
debe estar presente en las tropas de combate, sino también en todo hombre
o mujer (civil o militar) que esté vinculado con la diaria gestión de los asuntos
de la defensa nacional, independientemente de su jerarquía o del puesto de
trabajo que ocupan en la estructura de defensa.
“La ética puede definirse como la… […] …ciencia normativa sobre la rectitud de
los actos humanos según principios últimos y racionales… [Así definida] … se trata
*
Coronel de Infantería del Ejército Nacional de Uruguay. Es Paracaidista Militar y Buzo Táctico.
Realizó el Curso Avanzado de Blindados en Fort Knox (EUA, 1994). Desarrolló misiones de
paz en la Península del Sinaí (jun.1990 - jun.1991), en Angola (dic.1995 - jun.1997) y en Haití
(abr. 2011 - feb. 2012). En esta última misión se desempeñó como Jefe del Departamento de
Planificación Estratégica de la Fuerza Multinacional de Paz que la ONU tiene desplegada en
Haití. Es Diplomado como Oficial de Estado Mayor y Licenciado en Ciencias Militares. Por otra
parte, es Licenciado en Negocios Internacionales e Integración, por la Universidad Católica
del Uruguay. Realizó un Doctorado en Economía y Dirección de Empresas en la Universidad
de Deusto (España). Mediante una beca de la Unión Europea, realizó estudios y elaboró parte
de su tesis doctoral, en el Centro de Economía de Defensa (Departamento de Economía) de la
Universidad de York (Inglaterra), lo que le permitió obtener su título de Doctor (Cum Laude), con
mención especial de “Doctorado Europeo”. Su tesis doctoral se tituló “Administración Pública
de los Recursos de Defensa en Uruguay”. Es profesor del IMES (Instituto Militar de Estudios
Superiores), del CALEN (Centro de Altos Estudios Nacionales) y de la Facultad de Ciencias
Empresariales de la Universidad Católica del Uruguay. Por otra parte, es miembro de RESDAL
(Red de Seguridad y Defensa de América Latina) y del Centro Uruguayo de Egresados del
CHDS (Center for Hemispheric Defense Studies). Actualmente se desempeña como Director del
Programa de Maestría en Estrategia Nacional del CALEN (Centro de Altos Estudios Nacionales),
el Colegio del Defensa de Uruguay, dependiente del Ministerio de Defensa Nacional. Su lengua
materna es el español y habla con fluidez francés, inglés y portugués. [email protected]
321
La Ética del Soldado del Siglo XXI
de una “ética general” que se mueve principalmente en el campo de la metafísica
y la antropología filosófica, y que intenta explicar cuestiones como la libertad, la
naturaleza del bien y del mal, la virtud y la felicidad, entre otros. Por otra parte,
existe la “ética especial” o “ética aplicada” que pretende llevar a la práctica los
fundamentos generales de la ética. […] …la ética [especial o aplicada] puede
subdividirse en diversas ramas, como por ejemplo: “ética internacional”, “ética
económica” y “ética profesional”, entre otras. En el caso de la ética profesional,
puede hablarse de “ética para ciencias de la salud”, “ética para ciencias de la
comunicación colectiva”, “ética para educación”, etc.”1.
¿Ética militar o ética de la defensa?
Tradicionalmente, dentro del campo de la “ética profesional”, se ha
debatido sobre el concepto de “ética militar” pero más recientemente se ha
comenzado a analizar los “aspectos éticos de la defensa” considerados de
forma global. El concepto de “ética de defensa” es más abarcativo que el de
“ética militar” porque se aplica tanto a los militares como a los funcionarios
civiles vinculados profesionalmente al sector de la defensa. Por otra parte,
es tan importante el discernimiento ético en las operaciones militares,
como en las acciones cotidianas del personal, civil y militar, que desempeña
tareas en las diferentes dependencias de la estructura de defensa de un país
(administración, sanidad, educación, logística, etc.). Por ejemplo, debe ser
tan ética la actuación de un soldado desplegado en una operación de paz,
como el accionar de todo el personal (civil y militar) que, desde su país de
origen, compra y envía los suministros, al tiempo que realiza infinidad de otras
acciones para apoyar las operaciones.
Uruguay ha tenido, desde hace décadas, una intensa participación
en Operaciones de Paz, las que exigen un adecuado manejo ético de las
situaciones por lo que todo el personal, desplegado en estas misiones, debe
estar preparado para ello2. Por otra parte, la ONU tiene reglas muy claras
1
CAÑAS-QUIRÓS, Roberto. Ética general y ética profesional. Revista Acta Académica, Universidad
Autónoma de Centro América, Número 23, ISSN 10177507, noviembre de 1998, pp. 111-124.
2
Actuación de Uruguay en las misiones de paz. Desde 1952, Uruguay ha participado en misiones
de paz de la ONU, cuando desplegó su primer observador militar en Cachemira y desde ese
entonces ha tenido observadores al servicio de la ONU, de forma ininterrumpida, en diferentes
partes del mundo. En 1982, Uruguay desplegó su primer contingente de paz en la Península del
Sinaí, y desde ese año ha tenido contingentes militares de paz, desplegados fuera del país, de
322
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
sobre la conducta que debe observar todo el personal, tanto civil como militar,
afectado a las misiones de paz3.
La conducta de los militares en operaciones, en las que participan tropas
armadas, está claramente definida por el Derecho Internacional de los Conflictos
Armados (DICA). La conducta a seguir en las operaciones es un tema sobre el
que hay gran consenso a nivel internacional, al tiempo que existen normas del
Derecho Internacional para salvaguardar, en una zona de conflicto, los Derechos
Humanos de combatientes y no combatientes, así como el medio ambiente, los
bienes culturales y los recursos indispensables para la subsistencia de la población
civil. Por ese motivo, este trabajo analizará solamente los aspectos éticos de
la conducción de la defensa desde un enfoque estrictamente administrativo y
considerando las estructuras de gestión de la defensa4.
Hablar de ética profesional es hablar de valores
Como en todos los campos de la ética profesional, la “ética militar”
busca definir los “criterios morales” que marcan el límite entre lo que está
bien y lo que está mal, con el fin de encauzar las conductas de los individuos.
forma continuada. Desde que en 2001, la ONU comenzó a elaborar el ranking de los países que
aportan tropas de paz, Uruguay siempre ha estado en la lista de de los 15 principales proveedores
de tropas del mundo. Por otra parte, estuvo entre los 10 principales (en el “top-ten”) por casi
una década y llegó a ocupar el séptimo lugar en los años 2002 y 2003. En otro orden de cosas,
con una población de apenas 3,4 millones de habitantes, Uruguay ha sido siempre el principal
proveedor de tropas per cápita del mundo.
3
Código de Conducta de la ONU. En el año 2005 la ONU comenzó a instrumentar un Código de
Conducta para todo el personal en operaciones de paz. Esto cambió mucho la relación entre la ONU
y los miembros de los contingentes militares, así como el relacionamiento de los contingentes con
las poblaciones locales. Para las situaciones de combate o en los caos no previstos expresamente
en las normas de la ONU, se aplica automáticamente lo previsto en el DICA (Derecho Internacional
de los Conflictos Armados). Una completa información sobre este tema puede ser obtenida en
el sitio de la Unidad de Conducta y Disciplina (Conduct and Discipline Unit - CDU) de la ONU:
<http://cdu.unlb.org>. Por otra parte, el Código de Conducta de la ONU está disponible para ser
consultado en: <http://cdu.unlb.org/UNStandardsofConduct/CodeofConduct.aspx>.
4
Derecho Internacional de los Conflictos Armados. Según lo indica la Cruz Roja española:
“Tradicionalmente, se le ha llamado derecho de la guerra pero la evolución histórica de estas
normas ha hecho que su contenido y su finalidad sean mucho más amplios de lo que lo eran
inicialmente. Actualmente puede denominarse Derecho Internacional Humanitario (DIH) como
término equivalente de gran tradición y aceptación universal que tiene como referencia inmediata
la protección de las víctimas. También puede utilizarse el término Derecho Internacional de los
Conflictos Armados (DICA).” Una amplia información sobre este tema puede ser obtenida en
el sitio web de la Cruz Roja Española: <www.cruzroja.es/portal/page?_pageid=878,12647036&_
dad=portal30&_schema=PORTAL30>.
323
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Esto implica necesariamente establecer una escala de valores. Pero no se
debe caer en el error de estudiar la ética militar, o la ética de la defensa, como
algo totalmente apartado de los valores propios de la sociedad a la que una
estructura de defensa pertenece. Las Fuerzas Armadas de una nación sirven
a la sociedad de la que forman parte y deben, por tanto, poseer una serie
de valores compartidos con toda la sociedad. Por otra parte, estos valores
compartidos refuerzan el vínculo entre las fuerzas armadas y la sociedad civil.
“De pronto, el mundo se ha puesto a hablar el lenguaje de los valores. Los
colegios enfatizan que educan en valores, las empresas hablan de valores
corporativos, la política se carga de llamados a practicar los valores. […] ¿Qué
vamos a transmitir a nuestros hijos durante su proceso de formación? ¿Cómo
vamos a evaluar a nuestros dirigentes políticos? ¿Qué límites vamos a poner a
la legítima voluntad de las empresas de ganar dinero? ¿Hasta dónde llevaremos
nuestra pretensión de modificar el mundo mediante la tecnología? “Valores”
es la palabra que usamos en estos tiempos para impulsar un debate antiguo:
¿cuáles son las ideas morales que deben orientar nuestras decisiones?”5.
A las interrogantes anteriores es posible agregar otras, más específicas
del ámbito de la defensa, tales como por ejemplo: ¿Cómo debe ser la conducta
de los “soldados del siglo XXI” dentro y fuera de las operaciones? ¿Cuáles
deben ser los valores que deberían regir la gestión de los recursos (humanos,
materiales, financieros y de conocimiento) asignados a la defensa?; o ¿cómo
debe ser la formación de aquellos ciudadanos que han optado por servir a su
nación en alguna dependencia de la estructura de defensa de su país?
Educación en valores
Los valores pueden ser adquiridos de diferentes formas, y este proceso
comienza a temprana edad dentro del propio núcleo familiar. Pero la educación
formal es, sin duda, una excelente forma de transmitir valores a un colectivo en
particular, así como a la sociedad en su conjunto.
5
DA SILVEIRA, Pablo. Valores, una palabra de moda. Artículo publicado en la edición digital del
diario El País, de Montevideo (Uruguay), del 18 de enero de 2008. El Doctor Pablo Da Silveira
es un reconocido filósofo y académico uruguayo, autor de una larga lista de obras. El texto
completo de este documento puede ser consultado en: <http://historico.elpais.com.uy/
especiales/digital/estudiovalores/espemv_312276.asp>.
324
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
“Educación en valores […] La educación constituye uno de los pilares de los
Estados democráticos. En primer lugar porque un pueblo educado, conocedor
de sus derechos y de sus obligaciones como ciudadanos, es la mejor garantía de
la democracia y el mejor control del gobierno. En segundo lugar, la educación
es uno de los derechos inherentes a la personalidad humana y, como tal, debe
ser respetado y garantizado. Además, la educación resulta de suma importancia
para aprender a ejercer otros derechos y comprender que junto con los derechos
vienen también los deberes. Es necesario entonces que se dé un equilibrio entre
derechos y deberes, acompañado de un ejercicio responsable de los derechos
y libertades individuales. Sin embargo, a veces al referirnos a la educación nos
limitamos a los programas tradicionales de enseñanza, que son, por supuesto,
esenciales, pero nos olvidamos de los valores como aspecto fundamental de la
educación. Es así que, lamentablemente, la importancia de la educación en valores
y de la reflexión sobre la educación ha disminuido en los últimos años, y no se le da
el reconocimiento que merece”6.
Gestión ética en las organizaciones
En este trabajo se utiliza el concepto de “gestión ética”, partiendo de
la base de que el “ambiente ético” de una organización (empresarial, gubernamental o no gubernamental) puede perfectamente ser “administrado”. Un
eficiente “sistema de gestión ética” puede mejorar mucho el “ambiente laboral” de una organización. Las normas, estructuras organizativas y los procesos
asociados a la gestión ética forman parte de lo que técnicamente se conoce
como “Capital Estructural”, que a su vez forma parte del “Capital Intelectual”
de las organizaciones. Por otra parte, un ambiente caracterizado por el respeto a los valores éticos servirá para atraer y retener el “Capital Humano”, al
tiempo que mejorará el “Capital Relacional” de la organización al fortalecer
los vínculos con su público interno y externo7.
6
CORBO, Daniel y otros. La Educación como Ética de la Libertad. Construcción autónoma de
la personalidad moral y de la ciudadanía democrática. Montevideo, Uruguay, abril de 2007, p.
5, 288 páginas. Publicación auspiciada por la Fundación Konrad Adenauer (Konrad Adenauer
Stiftung) de Uruguay. El texto completo de este documento puede ser consultado en: <www.
kas.de/wf/doc/kas_10858-544-4-30.pdf>.
7
Capital Intelectual. Si bien existen diversas clasificaciones y definiciones sobre lo que es
y cómo está constituido el Capital Intelectual, hoy en día goza de buena aceptación a nivel
internacional la clasificación, elaborada por el proyecto europeo “Intelect” (Euroforum, 1998)
que agrupa los recursos intangibles de una organización en tres grandes categorías: 1) Capital
325
La Ética del Soldado del Siglo XXI
¿Qué se busca al incorporar políticas de gestión ética?
Como ya se indicó, cuando se consideran las operaciones militares, se
busca que los criterios éticos rijan todos los procesos de toma de decisiones
dentro de una zona de conflicto. Pero los temas éticos deben ser objeto de
permanente consideración en todas las estructuras de defensa y no solo
en las vinculadas a las actividades de combate. Esto busca evitar actos de
corrupción, que además de representar un manejo deshonesto del aporte
de los contribuyentes, afectan las finanzas y la imagen del Estado. Se busca,
también, evitar que el personal civil y militar, que trabaja para la estructura de
Defensa, sea objeto de injusticias y abusos de cualquier índole (discriminación,
acoso sexual o laboral, etc.).
2.
ANÁLISIS
DE TRES CASOS PARADIGMÁTICOS EN MATERIA DE GESTIÓN
ÉTICA DE LA DEFENSA
En esta sección del trabajo se analizarán los aspectos principales de los
modelos adoptados por tres países: Alemania, Canadá y España. Estos países
han desarrollado una serie de eficientes modelos y buenas prácticas para el
manejo de los aspectos éticos en el sector de la defensa.
2.1. Particularidades del modelo alemán de “Liderazgo Interno”
El modelo alemán de Liderazgo Interno (“Innere Führung”) gira en
torno a la formación y conducción de militares, plenamente conscientes de sus
deberes, así como de sus derechos y totalmente integrados a la sociedad a la
que sirven. El modelo alemán tiene por objetivo la formación de “ciudadanos
en uniforme” poseedores de los mismos valores éticos que caracterizan a la
sociedad a la que pertenecen.
Humano (las “competencias” de las personas que trabajan en una organización, esto implica
sus conocimientos, habilidades, actitudes y valores), 2) Capital Estructural (normas, estructuras
organizativas, procedimientos, etc., creados por una organización) y 3) Capital Relacional
(relacionamiento de una organización con las personas y grupos de interés de su entorno
interno y externo). Por más información se recomienda consultar PELÁEZ, Amílcar. Gestión del
Conocimiento: Factor clave para generar Capacidades de Defensa. Artículo publicado en la
edición 2008 de la Revista del IMES (Instituto Militar de Estudios Superiores). 2008, pp.17-31.
Disponible en: <www.imes.edu.uy/pelaez>.
326
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
“Innere Führung” (Liderazgo Interno) es el nombre dado a la filosofía de liderazgo
de la Bundeswehr (Defensa Federal), denominación por la que se conoce a las
Fuerzas Armadas alemanas. Esta filosofía se ha convertido en una especie de ‘Marca
Registrada’ de esta organización militar, donde se recogen los valores fundamentales
de libertad y democracia establecidos en la Constitución alemana de 1949, buscando
promover fundamentalmente la integración de la fuerza en la sociedad. […] Uno de los
muchos desafíos, dentro del largo camino que representó la reconstrucción alemana
luego de la Segunda Guerra, fue el refundar las Fuerzas Armadas, lo que no fue una
tarea fácil. Los dirigentes políticos de la novel república debieron convencer a propios
y a extraños de que las fuerzas no serían un instrumento ideológico, como lo había
sido la Wehrmacht en los tiempos del Nacionalsocialismo”8.
En el modelo alemán de Liderazgo Interno se destaca la figura del
Delegado Parlamentario para las Fuerzas Armadas quien, en algunas
ocasiones, hace las veces de “Ombudsman de las Fuerzas Armadas”. El
término “ombudsman”, de origen sueco, define al “defensor de los derechos”
de un determinado colectivo.
“El delegado Parlamentario para las Fuerzas Armadas… […] …es una figura de
control parlamentario que asiste a la Comisión Parlamentaria para Asuntos de
Defensa en el control de las Fuerzas Armadas. Fue instaurado en 1956… […] Su
función es velar y garantizar no solo los derechos fundamentales del militar, sino
también los principios y la implantación de la Innere Führung. La Innere Führung
(Liderazgo Interno) es, por decirlo de una forma simplificada, un modelo rector de
conducta en las… […] …Fuerzas Armadas alemanas y abarca prácticamente todos
los ámbitos que afectan a las relaciones interpersonales en las Fuerzas Armadas,
en especial, el liderazgo de personas o la ética. […] …tiene por tanto, una función
más amplia que las de un mero ombudsman para el ámbito militar. Se ocupa
también de velar por la implantación y cumplimiento de ese modelo rector y, con
esto, del modelo de liderazgo y ética en la institución militar”9.
8
FLEITAS, Fernando. Innere Führung: Filosofía de Liderazgo Interno de las Fuerzas Armadas
alemanas. Artículo elaborado por el entonces Mayor del Ejército Fernando R. FLEITAS.
Publicado en la edición 2009 de la Revista del Instituto Militar de Estudios Superiores
(IMES), Montevideo, Uruguay. 2009. Disponible en: <www.imes.edu.uy/imagenes/Innere%20
F%C3%BCrung%20-%20May_%20Fernando%20Fleitas.pdf>.
9
ALCARAZ-PÉREZ Ros, Jorge. La Innere Führung alemana y el liderazgo de personas en las
fuerzas armadas europeas. 2012. El texto completo de este documento está disponible para
327
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Cabe destacar que el Delegado del Parlamento para las Fuerzas Armadas
tiene como principal cometido colaborar con los Diputados Federales, en el
ejercicio del control parlamentario de las Fuerzas Armadas Federales. Tiene
también la responsabilidad de esclarecer presuntas irregularidades en el
ámbito militar. Puede actuar a instancias del Parlamento, o de la Comisión de
Defensa, aunque tiene la potestad de actuar a iniciativa propia cuando posee
indicios de violaciones de los derechos fundamentales de los soldados, así
como de infracciones de los principios de la conducta militar. Es importante
resaltar que cualquier militar puede dirigirse directamente al Delegado
Parlamentario sin que ello pueda acarrearle sanciones o reprimendas de
ningún tipo por no seguir el conducto del mando para realizar sus planteos.
2.2. Gestión ética en el sector de la Defensa de Canadá
El Departamento (Ministerio) de Defensa de Canadá encara el manejo
de los temas éticos con un enfoque orientado desde la “ética de la defensa”
que es, como ya se indicó, mucho más abarcativo que el de la “ética militar”,
puesto que incluye a todos los funcionarios civiles y militares de ese Ministerio.
Por otra parte, el modelo de gestión ética se aplica en toda actividad de
defensa, tanto en operaciones militares como en la rutina diaria de todas las
dependencias del Ministerio de Defensa.
Las Directivas para el Entrenamiento en Ética de la Defensa (Guidelines
for Defence Ethics Training) establecen que “…el objetivo del entrenamiento
[en materia de ética de la defensa] es asistir a los miembros de las Fuerzas
Armadas canadienses y a los empleados [civiles] del Departamento de Defensa
Nacional, funcionando como el órgano de defensa, dentro de la sociedad
canadiense en su conjunto, para que puedan cumplir su trabajo de manera
ética”10.
Por otra parte, cabe destacar que el modelo de gestión ética canadiense
se aplica a todos los miembros de la defensa, los que son clasificados en
ser consultado en: <http://armada.mde.es/ArmadaPortal/ShowBinaryServlet?nodePath=/
BEA%20Repository/Desktops/Portal/ArmadaEspannola/Pages/mardigital_revistas/02_
revistaGenMarina/02_catalogoRGM/2012/2012_07_es/cap07_es//archivo>.
10
Gobierno de Canadá. Guidelines for Defence Ethics Training. p. 1/18. Defence Ethics Program.
DND (Department of National Defence). Canadian Government. 05 mar. 2004. Traducción realizada
por el autor de este trabajo. Este documento puede ser consultado en: <www.forces.gc.ca/assets/
FORCES_Internet/docs/en/about-reports-pubs-ethics/ethics-training-guidelines.pdf>.
328
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
tres grandes niveles: 1) Personal civil y militar, 2) líderes y administradores
(mandos medios militares y civiles) que ocupan puestos de comando o gestión
a diferentes niveles de la organización; y 3) Jerarcas (militares y civiles) que
ocupan puestos de alta dirección.
El Ministerio de Defensa de Canadá (Department of National Defence)
elaboró un Comunicado sobre Ética de la Defensa (Statement of Defence Ethics)
que claramente establece tres “Principios Éticos”, así como cinco “Valores
Específicos” que debe observar todo miembro, civil o militar, al servicio de la
estructura de defensa de ese país. Tanto en el caso de los “Principios Éticos”,
como en el de los “Valores”, se indican las “conductas esperadas” asociadas
a cada uno de ellos11.
El modelo canadiense busca capacitar y sensibilizar éticamente a todos
los miembros de la organización para que observen, en todo momento,
un conducta ética y para reducir el riesgo de que miembros de la defensa
“actuando con buena intención tenga conductas poco éticas por falta de una
adecuada comprensión” de lo que la ética de la defensa implica. Asimismo,
establece una serie de principios prácticos para asegurar la consecución
de los objetivos planteados. Por ejemplo, se establece que todo jerarca es
responsable de la educación ética dentro de su dependencia. Asimismo, los
cursos sobre ética deben formar parte de todos los programas de educación y
entrenamiento, al tiempo que deben ajustarse al nivel educativo del personal
que lo recibe, así como a las peculiaridades de la cultura organizacional de
cada dependencia.
Ombudsman (National Defence and Canadian Forces Ombudsman)
En Canadá existe un ombudsman de la defensa que tiene jurisdicción
en todas las dependencias del Ministerio de Defensa, incluidas las Fuerzas
Armadas. Elabora informes anuales sobre su gestión y publica estadísticas
sobre los temas, de su competencia, que han sido atendidos por su oficina.
El ombudsman investiga quejas y denuncias, provenientes de personal militar,
así como de empleados civiles de la estructura de defensa. Asimismo, sirve
como una tercera parte neutral en todos los diferendos surgidos en el interior
11
Gobierno de Canadá. Statement of Defence Ethics. DND (Department of National Defence).
Canadian Government. 2013. Este documento puede ser consultado en: <www.forces.gc.ca/en/
about/statement-of-defence-ethics.page>.
329
La Ética del Soldado del Siglo XXI
de la “comunidad de defensa”, esto es, dentro del Departamento (Ministerio)
de Defensa y las Fuerzas Armadas de Canadá. Por otra parte, actúa de forma
totalmente independiente de las jerarquías administrativas y de la cadena de
comando, reportando directamente al Ministro de Defensa12.
Como puede verse, Canadá implementó un sistema integral de gestión
ética que implica tres grandes elementos: 1) La existencia de normas claras; 2)
Un sistema de educación ética a todos los niveles y para todos los miembros
del sistema de defensa; y 3) Mecanismos de control dentro de los que se
destaca un “Ombudsman” para asuntos de Defensa13.
2.3. Política española de responsabilidad social de la defensa
La iniciativa del Ministerio de Defensa de España constituye un caso de
estudio muy interesante, porque no se limita a la sola incorporación de elementos
para la “gestión ética”, sino que va mucho más allá, e incorpora toda una política
de “Responsabilidad Social Corporativa”. Esta política incluye la periódica
rendición de cuentas sobre lo actuado, que se ha materializado mediante la
publicación, desde el año 2009, de Memorias de Responsabilidad Social14.
“La responsabilidad social corporativa se considera como un concepto más amplio
a la ética individual. La protagonista es la propia organización, pública o privada,
que controla los posibles efectos tratando de desarrollar un impacto positivo
sobre la sociedad. […] Es una forma de entender las actividades que se desarrollan
considerando la influencia sobre los derechos, el desarrollo integral de las personas,
compromiso con la sociedad, el medio ambiente y la comunidad internacional. El
Ministerio de Defensa [de España] participa y elabora Memorias (2009, 2010) de
Responsabilidad Social. De esta manera, el departamento de Defensa establece un
compromiso de rendición de cuentas con la sociedad en materia de Responsabilidad
12
Mucha información relacionada con las actividades del Ombudsman para la Defensa,
actualmente existente en Canadá, puede ser obtenida en: <www.ombudsman.forces.gc.ca/en/
index.page>.
13
Una completa información sobre el modelo canadiense puede ser obtenida en el sitio dedicado
a “Herramientas para Entrenamiento y Aprendizaje en materia de Ética” (Ethics Training and
Learning Tools) disponible en: <www.forces.gc.ca/en/training-ethics/index.page>.
14
Una amplia información sobre la política de “Responsabilidad Social Corporativa” adoptada por
el Ministerio de Defensa de España puede ser obtenida en el sitio, del Ministerio de Defensa,
dedicado específicamente a temas de su política de Responsabilidad Social. <www.defensa.
gob.es/areasTematicas/MRS/>.
330
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
Social, siendo el primer Ministerio de España en publicar un informe de este tipo.
[…] Los programas sistemáticos de formación en ética y moral además de permitir
la transmisión de valores favorecen la interiorización de los principios éticos y los
códigos de conducta. Dichos programas permiten mantener una comunicación
directa entre responsables de las unidades y personal clave con los subordinados para
informar, mejorar las capacidades para discernir, valorar, razonar y tomar decisiones
de tipo ético. Uno de los programas más prometedores de refuerzo de las conductas
éticas, iniciado en el Ejército de Tierra, es el relacionado con el de Militar Modelo de
Ciudadanía, habiéndose desarrollado ya varias campañas desde el 2009. El principio
de dicha iniciativa es que el militar debe tener una preparación operativa óptima
y una adecuada formación cultural y moral. En su origen, la Campaña Militar de
Fuerza Terrestre Modelo de Ciudadanía, surgió para aumentar la seguridad frente a
amenazas como la droga y el alcohol, y fomentar el prestigio y motivación. En dicho
programa de formación actualmente se establece en el marco de la instrucción y
adiestramiento de las unidades dirigido por el mando de Adiestramiento y Doctrina
(MADOC) a través de las vías formativa, divulgativa, de recompensa, de control y
colaboración”15.
El artículo del IEEE (Instituto Español de Estudios Estratégicos), antes
referido, identifica tres grandes amenazas a la ética en las organizaciones
militares: 1) La falta de transparencia en los procedimientos, 2) Las injusticias y
3) Los abusos asociados a las posiciones de poder.
“El Ministerio de Defensa… [de España] …se ha convertido en el primer departamento
del Gobierno que ha elaborado su memoria de responsabilidad social corporativa
en la que traslada la dimensión ética del trabajo realizado por las Fuerzas Armadas.
Así, en el apartado medioambiental Defensa ha establecido el objetivo de reducir
en un 20 por ciento el actual consumo energético en 70 de sus instalaciones, para
alcanzar en 2016 un ahorro de 100 GW/h, que equivale a la electricidad consumida
anualmente por un municipio de cerca de 20.000 habitantes. De esta forma, el
documento destaca también que el 84 por ciento de las bases, acuartelamientos y
establecimientos del departamento cuentan con sistemas de gestión ambiental
15
GARCÍA-GUIU López, Carlos María. La ética en la organización militar y en operaciones.
22 de marzo de 2013. Artículo publicado por el IEEE (Instituto Español de Estudios
Estratégicos) en 2013. El subrayado fue agregado al hacer la cita. Este artículo está disponible
para
consulta
en:
<www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2013/DIEEEO29-2013_
EicaOrganizacionMilitarDefensa_C.Garcia_Guiu.pdf>.
331
La Ética del Soldado del Siglo XXI
(SGA), y 125 están certificados. Desde el punto de vista de los recursos humanos el
informe también rinde cuentas de los avances en lo referente al desarrollo de la Ley
de la Carrera Militar y de las modificaciones que mejoran su aplicación. [En materia de]
Prevención de riesgos y conciliación… […] …se destaca el reforzamiento del servicio
de prevención de riesgos laborales del ministerio, con la contratación de personal
especializado. Durante el año pasado se cubrieron mediante concurso 10 puestos de
especialistas en prevención, y se impartieron cursos para la obtención del título de
Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales. Respecto a la conciliación de
la vida familiar y laboral, los militares españoles disponen de 22 centros de educación
en establecimientos militares, de los que cinco fueron abiertos a lo largo de 2009”16.
La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es una “filosofía” de
gestión y no una especialidad técnica, como lo son el marketing, la logística
o la contabilidad. Es decir, la RSE es una forma de concebir la relación entre
la empresa y los stakeholders de la organización (empleados, proveedores,
inversores, vecinos, etc., así como la sociedad en general y el propio medio
ambiente). Para que una organización sea considerada como “socialmente
responsable” debe cumplir, por lo menos, con cuatro grandes condiciones:
1) Actuar en forma ética en todas las etapas y momentos de su operación;
2) Respetar los derechos de sus stakeholders; 3) Generar valor económico
para sus accionistas (Shareholders) al tiempo que crea valor social para la
sociedad en la que está inserta y 4) Gestionar los impactos de su actividad
(externalidades) para no poner en riesgo el desarrollo sostenible de esa
sociedad, en lo económico, lo social y lo medioambiental. La RSE no es
un nuevo comportamiento que se suma o complementa a las prácticas
tradicionales de la empresa. Por el contrario, es una nueva forma de concebir
el comportamiento de la empresa en todas las decisiones y actividades que
forman parte de su operación cotidiana17.
16
FORETICA. Defensa, primer ministerio que elabora una memoria de Responsabilidad Social.
Artículo publicado por la organización FORETICA, la que fue creada en 1999, en España.
Actualmente constituye una red global de organizaciones y profesionales implicados en el
desarrollo de la Responsabilidad Social. Este artículo, publicado el 4 de noviembre de 2010,
puede ser consultado en: <www.foretica.org/sala-de-prensa/noticias/937-defensa-primerministerio-que-elabora-una-memoria-de-responsabilidad-social-?lang=ca>.
17
Conceptos extraídos de: LICANDRO, Óscar. La ética como dimensión de la RSE en las empresas
uruguayas: Marco conceptual y prácticas. Trabajo de investigación no publicado, elaborado
durante la realización del Doctorado en Administración en la UCA (Universidad Católica
Argentina), 2011.
332
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
Es importante destacar que las políticas de Responsabilidad Social
son algo que las organizaciones deciden adoptar “voluntariamente”, sin
estar obligadas a ello por ninguna norma legal. La Responsabilidad Social
es una nueva manera de encarar la gestión de las organizaciones que, como
ya se vio, se sustenta en cuatro grandes principios, uno de los cuales es el
hecho de proceder éticamente en todo momento. La gestión “socialmente
responsable” se orienta hacia los stakeholders vinculados a la organización18.
La Constitución española de 1978 introdujo la institución del Defensor
del Pueblo en el ordenamiento jurídico-político de ese país. Y a pesar de que,
en España, no se prevé la existencia de un ombudsman específicamente para
el sector de la defensa, los militares españoles tienen el derecho de recurrir al
“Defensor del Pueblo”, como lo haría cualquier ciudadano.
“…la Ley 17/1999 Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, establece lo
siguiente: “Artículo 162. Defensor del Pueblo. El militar profesional podrá dirigirse
individual y directamente al Defensor del Pueblo, de acuerdo con lo previsto en la
Ley Orgánica 3/1981, de 6 de abril”. Según la Ley Orgánica 3/81 de la Defensoría
del Pueblo Ámbito de competencias, en su artículo 14 manifiesta que: “El Defensor
del Pueblo velará por el respeto de los derechos proclamados en el Título primero
de la Constitución, en el ámbito de la Administración Militar, sin que ello pueda
entrañar una interferencia en el Mando de la Defensa Nacional”19.
La figura del ombudsman, en el sector de la Defensa, está por cumplir
100 años, ya que el primer antecedente, del que se pudo encontrar referencia,
apareció en Suecia en 1915. Tal vez por ello la palabra “ombudsman”, que es
de origen sueco, se ha convertido en el vocablo usado a nivel internacional
para describir al “defensor de los derechos” de un colectivo determinado.
18
Stakeholders. En diferentes ámbitos suele traducirse este término inglés como: “grupos
de interés”, “público interesado”, “entorno interesado”, “partes interesadas”, etc. Esta
denominación genérica incluye a todas aquellas organizaciones, personas y/o grupos de
personas que, de forma directa o indirecta, se ven beneficiados o perjudicados, en alguna
medida, por el accionar de una organización.
19
FUERTES, Marco Antonio. La CVR, la Defensoría del Militar y la defensa y protección de los
derechos fundamentales del personal militar. IDEPE (Instituto de Estudios Políticos y Estratégicos)
de Perú. Disponible en: <www.idepe.org/MFuertes1.doc>.
333
La Ética del Soldado del Siglo XXI
“Según la obra de Hans Born “Control parlamentario del sector de la seguridad”,
la figura del Ombudsman Militar como institución en la legislación comparada,
representa un mecanismo de control de las Fuerzas Armadas, que lo realiza a
nombre de los ciudadanos y/o el parlamento. Su función principal es investigar las
denuncias de decisiones arbitrarias o infracciones cometidas en los servicios de
seguridad, particularmente en las Fuerzas Armadas. Los ciudadanos o soldados
maltratados por las Fuerzas Armadas pueden recurrir al Ombudsman para que
inicie una investigación. Además, los parlamentarios pueden solicitarle investigue
denuncias de abusos y reclamos. De ser el caso que el Ombudsman compruebe
que el reclamo es justificado, puede elevar recomendaciones, y solicitar a la
institución involucrada que revise o modifique su decisión. Tal y como lo sostiene
Hans Born, el marco institucional del Ombudsman Militar en el sistema político
varía de un país a otro. Como institución separada, el Ombudsman de Defensa
aparece en varias legislaciones bajo diferentes nombres, como el Ombudsman
de Defensa en Finlandia, Noruega, Portugal y Alemania, el Comisionado de
Reclamos sobre las Fuerzas Armadas en Israel, el Ombudsman del Departamento
de Defensa Nacional y Fuerzas Armadas en Canadá, y el Ombudsman de la Fuerza
de Defensa en Australia. El Ombudsman de Defensa puede ser designado por
y depende del Parlamento (como en los casos de Alemania y Suecia), o puede
ser designado por el Ministro de Defensa (como en los casos de Israel, Canadá o
Australia). Algunos tienen su oficina dentro del Parlamento (como el Comisionado
Parlamentario para las Fuerzas Armadas en Alemania) o fuera del mismo (como en
el caso del Ombudsman Militar Sueco (creado en 1915))”20.
La figura del ombudsman ha demostrado ser una eficiente herramienta para
la protección de los derechos fundamentales del personal civil y militar, que presta
servicios en alguna dependencia del sector de la defensa. Por otra parte, ha servido
para garantizar los derechos de aquellos ciudadanos civiles que, de alguna forma,
se ven afectados por alguna decisión, acción u omisión de la estructura de defensa
de su país. Por este motivo, muchos países han incorporado este mecanismo de
control que ofrece adecuadas garantías a todas las partes.
20
FUERTES, Marco Antonio. La CVR, la Defensoría del Militar y la defensa y protección de los
derechos fundamentales del personal militar. IDEPE (Instituto de Estudios Políticos y Estratégicos)
de Perú. En el fragmento citado de esta obra se hace referencia a la obra de BORN, Hans.
“Control parlamentario del sector de la seguridad”. p. 93. Ginebra, Unión Interparlamentaria y
Centro para el Control Democrático de las Fuerzas Armadas - UIP y DCAF Eds., 2003. Disponible
en: <www.idepe.org/MFuertes1.doc>.
334
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
Como pudo verse, en esta sección, los tres países analizados presentan
muchas cosas en común, aunque con algunas características particulares.
Por ejemplo, en Alemania, el Delegado Parlamentario para asuntos de
defensa es designado por el Parlamento y rinde cuentas de su actividad al
Poder Legislativo. En el caso de Canadá, el ombudsman es designado por
el Ministro de Defensa y reporta directamente a él. En el caso español, no
existe un “ombudsman para la defensa”, pero los militares tienen el derecho
de recurrir al “Defensor del Pueblo” por su carácter de ciudadanos. Por otra
parte, los tres países analizados tienen otras cosas en común como, por
ejemplo, la existencia de normas claras y conocidas por todos los miembros
de la comunidad de defensa. Asimismo, coinciden en el hecho de poseer
programas de educación destinados a la transmisión de valores éticos.
3.
CASOS DESTACADOS DEL CONTEXTO IBEROAMERICANO
Como los antecedentes del caso español ya fueron analizados, en la
presente sección se detallarán brevemente los principales aspectos de las
medidas adoptadas, por otros países de la comunidad iberoamericana, en
materia de incorporación de elementos para la gestión ética en sus estructuras
de defensa. Es importante destacar que solo fueron analizados, en esta sección,
los casos de aquellos países iberoamericanos en los que fue posible encontrar,
publicados en internet, códigos de ética, o documentos similares, para sus
Fuerzas Armadas y/o para sus Ministerios de Defensa. El hecho de que no
hayan sido analizados otros países de Iberoamérica no quiere decir que, los
países no incluidos en esta sección, no posean mecanismos de control ético
para los miembros de sus comunidades de defensa. Por ejemplo, en los casos
particulares de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, los mecanismos que regulan
los aspectos éticos están incluidos en diferentes normas y reglamentos,
pero no están compilados en un cuerpo normativo único, referido solo a los
aspectos éticos de la profesión.
Bolivia
El gobierno boliviano aprobó un “Código de Ética del Ministerio de
Defensa de Bolivia”. En su artículo 3, este código establece que su finalidad
es: “Constituirse en un instrumento destinado a mejorar el desempeño y la
conducta ética, de las servidoras y los servidores públicos civiles y militares,
335
La Ética del Soldado del Siglo XXI
de tal forma que brinden calidad y calidez en el desempeño de sus funciones
dentro del Sector Defensa”21.
Del propio texto de este código surge claramente que, esta norma, se
aplica absolutamente a todos los miembros de la comunidad de defensa de
ese país. Por otra parte, cabe destacar que el Ministerio de Defensa de Bolivia
publica en su sitio web un compendio de la normativa nacional que busca
promover la “Transparencia contra la corrupción”22.
Colombia
La Agencia Logística de las Fuerzas Militares, dependiente del Ministerio
de Defensa de Colombia, adoptó un “Código de Ética y Buen Gobierno”. En
el sitio web de esta entidad, que abastece a la Armada, el Ejército y la Fuerza
Aérea de Colombia, se destaca que:
“El Código de Ética y Buen Gobierno para la Agencia Logística de las Fuerzas
Militares nace del interés y activa participación de la Alta Dirección de la Entidad
por constituir un compromiso institucional con el desempeño de las funciones
púbicas que le han sido asignadas, con el fin de lograr una gestión íntegra,
transparente, eficiente y con una clara orientación hacia el cumplimiento de
los fines del Ministerio de Defensa y el Estado colombiano, es decir, el bien
común. Por esta razón, la Agencia Logística de las Fuerzas militares requiere
dotarse de un instrumento ágil que oriente el cumplimiento de la Misión,
Visión, Objetivos Estratégicos, dentro de los más elevados principios éticos, de
integridad, transparencia y eficiencia. El Código de Buen Gobierno da alcance a
las Políticas de Desarrollo Administrativo, permitiendo consolidar la Ética Pública
de la Entidad, como quiera que contenga las orientaciones fundamentales que
marcan las pautas a seguir para el cumplimiento de los fines del Estado. Por lo
expuesto anteriormente, dicho instrumento permite establecer el compromiso
21
Gobierno de Bolivia. “Código de ética del Ministerio de Defensa de Bolivia”. 2010. El mismo
puede ser consultado en: <www.mindef.gob.bo/mindef/sites/default/files/CODIGO_DE_
ETICA_DEL_MINISTERIO_DE_DEFENSA.pdf>.
22
La normativa que promueve la “Transparencia contra la corrupción”, aplicable a todos los
miembros del Ministerio de Defensa de Bolivia, puede ser consultada en: <www.mindef.gob.
bo/mindef/node/21>.
336
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
de la Entidad por el respeto a los principios éticos frente a lo Estatal, los usuarios
internos y externos y el público en general”23.
El caso de la Agencia Logística de las Fuerzas Militares, de Colombia,
tiene la particularidad de incorporar el concepto de “Buen Gobierno”. Este
modelo de gestión se basa en la incorporación de políticas de transparencia y
rendición de cuentas a todos los “shareholders” (accionistas) de la organización.
El término inglés shareholder significa exactamente “poseedor o tenedor de
acciones” y normalmente se traduce como “accionista”. Pero en algunos
casos, el término se usa de forma genérica para hacer referencia a todas las
personas que, de forma directa o indirecta, financian una organización. En
este aspecto, cabe destacar que en el caso de las organizaciones estatales,
esta figura tiene como principal exponente a los contribuyentes que con sus
impuestos financian a todos los órganos del Estado24.
México
En marzo de 2013 la prensa mexicana divulgó la notica de que el
Ministerio de Defensa de ese país había incorporado un Código de Ética para
todos sus funcionarios, indicando que: “La Secretaría de la Defensa Nacional
23
Gobierno de Colombia. Código de Ética y Buen Gobierno. Agencia Logística de las Fuerzas
Militares (Ministerio de Defensa de Colombia). El texto completo de este documento está
disponible para ser consultado en: <https://www.agencialogistica.gov.co/la_entidad/quienes_
somos/codigo_etica_buen_gobierno>.
24
Gobierno Corporativo. La OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico)
define al Gobierno Corporativo como “el sistema por el cual las empresas del sector público
y el sector privado son dirigidas y controladas”. El concepto de gobierno corporativo surgió
inicialmente en el sector empresarial, por la década de 1990, como respuesta a la quiebra
de muchas empresas, principalmente en países desarrollados. En un principio, las propias
empresas crearon mecanismos para satisfacer la demanda de sus accionistas minoritarios,
quienes querían saber cómo estaba siendo empleado su dinero y cuáles eran las expectativas
futuras de su inversión. En español también se usan, para referirse al concepto de Gobierno
Corporativo, términos como “gobernanza societaria”, “gobernanza corporativa y “gobierno
societario”. Con el paso del tiempo, el concepto fue evolucionando y actualmente en lugar de
hablar de “Gobierno Corporativo”, muchos prefieren hablar de “Buen Gobierno Corporativo”,
posiblemente para destacar el hecho de que no basta con que existan mecanismos de gobierno
y control interno en las organizaciones, sino que estos, además, deben ser eficaces y eficientes.
En síntesis, podría decirse que un sistema de “Buen Gobierno Corporativo” define las estructuras
de dirección y control, de una organización, al tiempo que establece los derechos, así como
las responsabilidades de los diferentes actores vinculados al financiamiento y la gestión de la
organización.
337
La Ética del Soldado del Siglo XXI
(Sedena) publicó un nuevo Código de Conducta de los Servidores Públicos, el
cual busca mejorar la calidad de los servicios, acrecentar la profesionalización
y honestidad del personal al servicio de esta dependencia, así como prevenir y
abatir las prácticas de corrupción e impunidad. […] El servidor público actuará
sin conceder preferencias o privilegios indebidos a organización o persona
alguna”25.
Es importante destacar que el nuevo “Código de conducta de los
servidores públicos de la Secretaría de la Defensa Nacional” deja sin efecto
una norma preexistente, el “Código de Conducta de los Servidores Públicos
del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos”, que había sido publicado en el año
2008. Como puede verse, en México se optó por cambiar un modelo enfocado
en la “Ética Militar”, por otro enfocado en la “Ética de la Defensa”. Por otra
parte, el nuevo código hace referencia de forma genérica a los “servidores
públicos” que trabajan para la Secretaría de Defensa Nacional sin distinguir
entre militares y civiles26.
Por otra parte, el referido código deja expresa constancia de cómo
manejar aspectos no contemplados expresamente en esa norma. A este
respecto establece que: “En aquellos casos no contemplados por la
normatividad o donde exista lugar para la interpretación, se deberá conducir
bajo las normas de ética, [así como por] los valores descritos en el Código de
Ética de los Servidores Públicos de la Administración Pública Federal...”.
Perú
En el año 2005 el Ministerio de Defensa de Perú aprobó el “Código de
Ética de las Fuerzas Armadas del Perú”27. Para complementar la aplicación del
referido código, aprobó también el “Manual de ética-profesional del personal
militar de las Fuerzas Armadas del Perú”. Este último es un documento, de
25
ARISTE NOTICIAS. Publican nuevo Código de Conducta para militares mexicanos. Artículo
publicado el 19 de marzo de 2013. Disponible en: <http://aristeguinoticias.com/1903/mexico/
publican-nuevo-codigo-de-conducta-para-militares-mexicanos>.
26
El “Código de conducta de los servidores públicos de la Secretaría de la Defensa Nacional”,
publicado por el Gobierno Mexicano, puede ser consultado en el sitio web del DOF (Diario Oficial
de la Federación): <www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5292610&fecha=19/03/2013>.
27
Gobierno de Perú. “Código de Ética de las Fuerzas Armadas del Perú”. Aprobado por
Resolución del Ministerio de Defensa del Perú del 25 de octubre de 2005. El texto completo
de este documento puede ser consultado en: <www.mindef.gob.pe/menu/codigo_etica/
codigoetica.pdf>.
338
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
28 páginas, concebido para orientar “la conducta y el comportamiento del
Personal Militar, dentro y fuera del servicio” y pretende ser una guía para todo
el Personal Militar28. Asimismo, en julio de 2013, fue aprobado el “Manual de
Ética del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas”29. Por otra parte, en el
sitio web del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas está publicado el
“Código de Ética de la Función Pública”, indicándose que “Los Principios,
Deberes y Prohibiciones éticos que se establecen en el… […] …Código de
Ética de la Función Pública rigen para los servidores públicos de las entidades
de la Administración Pública”30.
4.
LA
GESTIÓN DE LOS ASPECTOS ÉTICOS VISTA DESDE LA TEORÍA DE LAS
ORGANIZACIONES
En el presente trabajo cuando se habla de “organización” se
hace referencia, en sentido amplio, a todas las entidades empresariales,
gubernamentales o no gubernamentales. Desde ese punto de vista, queda
claro que todas las estructuras dependientes de los Ministerios de Defensa,
de cualquier país, incluidas las organizaciones militares, caen en la clasificación
de “organización gubernamental”. Desde hace mucho tiempo, y en particular
a partir de la Segunda Guerra Mundial, las empresas incorporaron muchas
de las “buenas prácticas” desarrolladas por los militares, en áreas tales
como la planificación estratégica, la logística o la gestión de personal. Pero
con el correr del tiempo, las organizaciones militares han recibido mucha
retroalimentación de las organizaciones empresariales incorporando, a su vez,
muchas “buenas prácticas” para hacer más eficiente la gestión de los recursos
humanos, materiales y financieros, entre otros temas. En general, si se toma
un libro escrito para empresarios, basta con cambiar la palabra “empresa”
28
Gobierno de Perú. “Manual de ética-profesional del personal militar de las Fuerzas Armadas
del Perú”. Aprobado por Resolución del Ministerio de Defensa del Perú del 25 de octubre de
2005. Este documento puede ser consultado en: <www.mindef.gob.pe/menu/codigo_etica/
manualetica.pdf>.
29
Gobierno de Perú. “Manual de Ética del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas”.
Aprobado por Resolución del Ministerio de Defensa en julio de 2013. El texto completo de este
documento puede ser consultado en: <www.ccffaa.mil.pe/links_interes/ce_MAETICOFA2013.
pdf>.
30
Por mayor información sobre las medidas incorporadas por el Comando Conjunto de las Fuerzas
Armadas del Perú, se recomienda consultar el sitio web de esa organización: <www.ccffaa.mil.
pe/links_interes/ce.htm>.
339
La Ética del Soldado del Siglo XXI
por el término “organización”, para que la gran mayoría de los conceptos
y estrategias, allí propuestos, sean aplicables a organizaciones del sector
gubernamental, dentro de las que se incluyen las estructuras militares.
Cuando se trata de innovar, las organizaciones empresariales usan
mucho una estrategia conocida como “benchmarking”. Esta estrategia parte
de la base de que no es preciso inventar algo si eso ya está creado. Por lo
tanto, solo es necesario analizar el entorno para identificar los “modelos” y
las “buenas prácticas” que han demostrado ser exitosos y, en la medida de
lo posible “adaptarlos” y “adoptarlos”. Por supuesto, no se trata de copiar
al pie de la letra “recetas” que funcionaron en un determinado lugar y en
un determinado contexto. Los modelos deben ser adaptados a las reales
necesidades y posibilidades de la organización que las adopta31.
Gestión ética en las organizaciones gubernamentales
Muchos órganos estatales alrededor del mundo han optado por
incorporar mecanismos para la gestión de los temas éticos. El “Modelo de
Gestión Ética” adoptado por el gobierno de Colombia, para ser aplicado
en todas las dependencias del Estado colombiano, presenta una visión muy
moderna del manejo de los temas éticos en grandes organizaciones.
31
Benchmarking. El término Benchmarking, muy utilizado en el ambiente empresarial, proviene
del inglés y describe la acción de realizar un benchmark, lo que podría ser traducido al
castellano como “comparación” o “comparativa”. En administración, esta técnica consiste en
comparar la gestión realizada en una cierta organización, con otras organizaciones de su mismo
sector de actividad que son reconocidas por su eficacia y eficiencia. El benchmarking puede
ser utilizado por única vez, en un caso específico, o puede ser incorporado como parte de una
política organizativa de estar permanentemente comparando las capacidades, que posee una
organización, con aquellas organizaciones que son consideradas líderes en su sector, como forma
de apuntar a una “mejora continua” de los procesos y prácticas. Sobre este tema en el ámbito
de la gestión pública, se recomienda consultar: OCDE (1997) “Benchmarking, evaluation, and
strategic management in the public sector” (OCDE-Best Practices Institute). En el campo de la
gestión, y particularmente en el área de la gestión estratégica, se utiliza mucho el benchmarking,
principalmente para identificar e incorporar todas o algunas de las “mejores prácticas” (Best
Practices) que utilizan aquellas organizaciones exitosas, que pertenecen normalmente al mismo
sector de actividad. Este análisis comparativo (benchmarking) debe complementarse con
estrategias que permitan la adaptación y la adopción de esas “mejores prácticas”. La innovación
en materia de procesos internos, políticas, estrategias, etc., es un componente imprescindible
del cambio organizacional. Ninguna organización que se proponga cambiar puede permanecer
aferrada a viejos paradigmas ya superados o a procesos y rutinas que ya no son eficientes. Por
mayor información se recomienda consultar: PELÁEZ, Amílcar. Administración Pública de los
Recursos de Defensa en Uruguay. Tesis doctoral, junio de 2007, p. 67 y siguientes. Disponible en:
<www.imes.edu.uy/pelaez>.
340
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
“El Programa “Eficiencia y Rendición de Cuentas en Colombia” [hizo] …entrega
al Estado colombiano del […] Modelo de Gestión Ética, el cual se constituye
en una importante herramienta para gestionar el fortalecimiento de la ética
pública en el ejercicio de la función administrativa. En efecto, el libro… […] …
ofrece un conjunto de conceptos, metodologías, procedimientos e instrumentos
orientados a complementar y facilitar el diseño, desarrollo e implantación en la
cultura organizacional de las entidades públicas, del Elemento de Control “Acuerdos,
Compromisos y Protocolos Éticos” del Modelo Estándar de Control Interno –MECI–
adoptados por el Gobierno de Colombia mediante el Decreto No. 1599 de 2005.
[El Manual incluye] …las orientaciones necesarias para construir los referentes
éticos, así como para planear y ejecutar las acciones necesarias que permitan
incorporar y fortalecer actitudes y prácticas éticas en el cumplimiento de la función
pública de cada servidor del Estado. […] …plantea la metodología general
para la implantación de la Gestión Ética en las entidades del Estado… […] La
metodología propuesta se asienta en seis ejes: la conformación de equipos de
trabajo, el diagnóstico de las prácticas éticas en la entidad, la formulación del
Código de Buen Gobierno, la elaboración del Código de Ética, la construcción de
Compromisos Éticos y el diseño de un Plan de Mejoramiento para la Gestión Ética
como aplicación de las Estrategias Pedagógica y Comunicativa que el Modelo
ofrece; todo lo cual se orienta hacia la afectación de la cultura organizacional de
la entidad, a través de acciones conducentes tanto a la definición de enunciados
explícitos acerca del deber ser, como a la puesta en práctica en el transcurrir
cotidiano de los servidores públicos, de comportamientos y actitudes, que
conviertan en realidad vivida las pautas éticas en sus relaciones con los diferentes
públicos con los que la organización interactúa. Cabe destacar que el Modelo
presenta cuatro importantes desarrollos que trascienden la tradicional reducción
en el tratamiento del tema ético a la elaboración de un Código de Ética, los cuales
se constituyen en propuestas pioneras dentro del esfuerzo creativo por consolidar
una cultura de integridad en la Administración Pública, a saber: El Código de Buen
Gobierno, Los Compromisos Éticos por áreas organizacionales, las Estrategias
Pedagógica y Comunicativa, y el Diagnóstico Ético”32.
32
PERCEC. Modelo de Gestión Ética para Entidades del Estado. PERCEC (Programa de Eficiencia
y Rendición de Cuentas en Colombia). p.13. ISBN 958-33-9228-6. 260 pp. Bogotá, abril de
2006. El subrayado fue agregado al hacer la cita. El texto completo de este documento está
disponible para consulta en: <http://mecicalidad.dafp.gov.co/documentacion/Componente%20
Ambiente%20de%20Control/ModelodeGestionEtica.pdf>.
341
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Muchas organizaciones intergubernamentales también han incorporado
mecanismos para el manejo de los temas éticos. Por ejemplo, el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) incorporó un Código de Ética, así como la
figura del ombudsman (o más precisamente en este caso “ombudsperson”)33.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), posee una
Oficina de Ética que tiene por finalidad “promover una cultura organizacional
ética”, basada en los valores compartidos de integridad, responsabilidad,
transparencia y respeto. Por otra parte, también la ONU incorporó la figura
del ombudsman como elemento de control34.
Gestión ética en las organizaciones empresariales
Muchas organizaciones privadas han incorporado sistemas de
“Responsabilidad Social Corporativa” que incluyen, entre otras cosas, el
manejo de los temas éticos. Cabe destacar, además, que en muchos países la
normativa vigente estimula a las empresas a incorporar prácticas “socialmente
responsables” mediante, por ejemplo, exoneraciones impositivas.
“Actualmente en el campo de la gerencia de recursos humanos y la administración
en general, las organizaciones se encuentran permanentemente en la búsqueda
por la excelencia con el propósito de ser más… […] …sostenibles, así como
sustentables. Por esta razón se considera que la ética constituye en los tiempos
modernos un componente fundamental para la gerencia. Los desafíos éticos
enfrentados por las organizaciones son grandes y potenciales, esto debido a
33
El Código de Ética del BID puede ser consultado en: <www.iadb.org/leg/Documents/Pdf/
Ethics_Code_Spa.pdf>. Por su parte, mucha información sobre la acción de la funcionaria que
se desempeña como “ombudsperson” del BID, puede ser consultada en: <www.iadb.org/es/
temas/transparencia/acerca-del-ombudsperson,1170.html>.
34
El término Ombudsman tiene su origen en Suecia, donde se utilizó en un principio para
designar al funcionario público encargado de examinar las quejas de los ciudadanos contra
las organizaciones del sector público. Los Ombudsman que sirven al público en general y
llevan a cabo investigaciones oficiales son los que actualmente se conocen como Ombudsman
clásicos, mientras que los Ombudsman de las organizaciones prestan servicios informales de
solución de conflictos relacionados con cuestiones laborales que afectan a los empleados de
una organización o institución, universidades y colegios, por ejemplo. En las Naciones Unidas,
la función del Ombudsman equivale a la que desempeña el Ombudsman de una organización.
Como parte de su función de carácter neutral e independiente, el Ombudsman ayuda a los
funcionarios de las Naciones Unidas a abordar las inquietudes que puedan tener en relación con
el trabajo, y a resolver los conflictos por medios oficiosos. Por mayor información se recomienda
consultar: <www.un.org/es/ombudsman/faqs.shtml>.
342
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
escándalos éticos que en las dos últimas décadas se han suscitados, tales como:
Enron, Parmalat, las empresas World com, Arthur Andersen, Tyco, entre otros, los
cuales por conductas alejadas de la ética y la moral, dieron al traste con estas
organizaciones. Desafortunadamente, aún persisten tales conductas alejadas [de
la ética] en el campo empresarial, por ello se observa la existencia de un largo
camino por recorrer para lograr que las empresas contribuyan al bien común en la
sociedad. En este contexto se hace pertinente que a través de sistemas de gestión
ética del talento humano, se propicien los valores como guías de actuación de
las personas en la organización, incorporando elementos de carácter ético
en los procesos de la gestión de recursos humanos: reclutamiento, selección,
capacitación y desarrollo, evaluación del desempeño, entre otros, facilitando así
la integración de una plataforma ética (misión, visión, valores, código de ética),
en el trabajo diario con la finalidad de alcanzar las metas compartidas, para poder
fomentar el bien común entre los miembros de la empresa, así como, entre los
grupos de interés [stakeholders]”35.
A nivel empresarial también se ha incorporado la figura del “Ombudsman”
La designación de un “defensor”, independiente y neutral, ha
demostrado ser un muy buen mecanismo de cogestión, en el cual todos los
miembros de una organización colaboran en la supervisión ética. Así, cada
socio de la estructura se convierte en un potencial elemento de detección y
denuncia de cualquier tipo de transgresiones y abusos, sabiendo que cuentan
con una instancia reservada y eficiente para alertar sobre conductas poco
éticas.
Asimismo, una figura neutral como la del ombudsman ofrece a todas
las partes involucradas en un diferendo, las debidas garantías sobre la
transparencia y la objetividad de las acciones del defensor. La función del
Ombudsman, de una organización, es la de: “Ser un canal que facilite el
análisis y encauzamiento de las denuncias, opiniones, sugerencias, pedidos
y expectativas de personas que, directa e indirectamente, estén relacionadas
con la empresa, a fin de asegurar el respeto en las relaciones según los
35
FERNÁNDEZ Baptista, Alejandro. Gestión ética del talento humano para el bien común en
la empresa. Observatorio Venezolano de Ética y RSE (Responsabilidad Social Empresarial),
Venezuela. CICAG, VOL 9, Nº 1. 2012. El subrayado fue agregado al hacer la cita. Este
documento está disponible para consulta en: <www.publicaciones.urbe.edu/index.php/cicag/
article/viewArticle/1542/2931>.
343
La Ética del Soldado del Siglo XXI
principios y normas con los que la empresa se rige y con las leyes del país
donde actúa”36.
“Los sistemas de gestión ética son un conjunto de reglas y esfuerzos internos
que la dirección de una empresa utiliza para llevar a cabo una serie de acciones
inspiradas en los valores corporativos de la organización, con los que pretenden
cumplir los objetivos éticos planificados. Estas acciones van encaminadas a
consolidar un comportamiento ético común a todas las personas que forman
parte de la organización. Para implantar con éxito un sistema de gestión ética es
imprescindible que la iniciativa surja de la dirección. Sin embargo, la implantación
no será efectiva si el uso del sistema no se realiza en todos los niveles de la
empresa”37.
Como fue analizado, diferentes tipos de organizaciones (empresariales,
gubernamentales y no gubernamentales) han decidido incorporar sistemas de
Responsabilidad Social (RS), que incluyen la gestión de temas éticos, con el fin
de mejorar su ambiente interno, así como su imagen externa ante la sociedad.
Sin embargo, muchas otras organizaciones empresariales han decidido
no incorporar, al menos por el momento, la filosofía de la Responsabilidad
Social. Esto se debe a que ninguna norma legal, de ningún país, obliga a
adoptar políticas socialmente responsables y, por tanto, su incorporación es
totalmente voluntaria.
Como puede verse, los principios fundamentales de la Responsabilidad
Social son aplicables a todo tipo de organizaciones. En el caso de las
organizaciones públicas, hablar de incorporar principios de Responsabilidad
Social parecería contradictorio, siendo que el fin último de toda organización
gubernamental es servir “responsablemente a la sociedad” a la que pertenece.
36
DERES. Manual para elaborar Códigos de Ética Empresarial. Misión del Ombudsman (p.79).
DERES (Desarrollo de la Responsabilidad Social). Montevideo, Uruguay. Disponible en:
<http://deres.org.uy/wp-content/uploads/Manual-de-Etica-DERES.pdf>.
La
organización
DERES (Desarrollo de la Responsabilidad Social) está integrada por las principales empresas
y empresarios de Uruguay que buscan desarrollar la Responsabilidad Social Empresarial (RSE),
desde el punto de vista conceptual y práctico. DERES fue fundada, en Uruguay, en 1999, a
instancias de la Universidad Católica del Uruguay y de un grupo de dirigentes empresariales.
37
MUR Molina, Ana. Cómo implantar un sistema de gestión ética en la organización. Revista Dintel
Nº 10, mayo de 2007. El subrayado fue agregado al hacer la cita. El texto completo de este
documento está disponible para consulta en: <www.revistadintel.es/Revista1/DocsNum10/
DirectivosMas/anamur.pdf>.
344
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
Por otra parte, los principios de la Responsabilidad Social son totalmente
aplicables al ámbito específico de la defensa. Y posiblemente, la mejor prueba
de ello, sea el modelo de Responsabilidad Social adoptado por el Ministerio
de Defensa de España, ya analizado en este trabajo.
5.
ESTUDIO DEL CASO URUGUAYO
Uruguay está en pleno proceso de modernización de su estructura
de defensa
Este proceso de refoma de la defensa comenzó formalmente con la
aprobación de la Ley 18.650 (Ley Marco de Defensa), del 19 de febrero de 2010,
la cual contó con el voto unánime de los sectores políticos con representación
parlamentaria. A partir de la aprobación de esta Ley comenzaron a organizarse
dos órganos, que no existían y que fueron creados por la referida Ley de
Defensa: el Consejo de Defensa Nacional (CODENA) y el Estado Mayor de la
Defensa (ESMADE).
Por otra parte, el 7 de enero de 2014, se aprobó la Ley 19.188 sobre
Educación Policial y Militar. Esta Ley hace referencia expresa a la formación en
valores éticos. Y en ese aspecto, esta norma claramente establece, en su Art. 1,
que: “…la educación policial y la educación militar serán: […] Un medio para el
reconocimiento del goce y el derecho a la educación, teniendo como fin el pleno
desarrollo físico, psíquico, ético y social sin discriminación alguna.” Y en particular,
sobre la “educación militar”, en su Artículo 16, esta Ley dispone lo siguiente38:
La educación militar a través de su sistema, deberá fomentar la adquisición y
el desarrollo de los conocimientos, destrezas, actitudes, principios y valores
necesarios para formar ciudadanos responsables acorde al nivel educativo recibido
y profesionales competentes de las armas y los servicios. Atendiendo los diferentes
niveles educativos, los objetivos de la educación militar serán los siguientes:
1) Fomentar el desarrollo y la formación ciudadana del personal militar.
38
Gobierno de Uruguay. Ley 19.188 (Educación Policial y Militar), del 7 de enero de 2014.
El destacado en letra “negrita” fue agregado al realizar la cita. Esta norma, de solo 21
artículos, puede ser consultada en: <www.parlamento.gub.uy/leyes/AccesoTextoLey.
asp?Ley=19188&Anchor>.
345
La Ética del Soldado del Siglo XXI
2) Fomentar la formación profesional integral y armónica, procurando el
desarrollo de las capacidades que le permitan adquirir conocimientos
e incentiven la observación, el análisis y la reflexión crítica.
3) Organizar e impulsar las actividades de investigación sobre el arte y
ciencia de la guerra, así como los demás aspectos técnicos y científicos
de los servicios de las Fuerzas Armadas en su contribución al desarrollo
nacional.
4) Promover la formación en los aspectos ético-profesionales, doctrinales
conjuntos así como en los específicos de cada Fuerza en el marco de
los valores y la normativa vigente.
La citada norma no define expresamente cuál es el “marco de los
valores y la normativa vigente” a los que hace referencia, en el artículo antes
referido, pero es razonable pensar que, en lo relativo a una gestión honorable
y adecuada de los recursos públicos, por analogía, se hace referencia a toda
la normativa vigente en Uruguay para prevenir ilícitos o irregularidades en el
sector público. Dentro de esta normativa hay que resaltar la Ley 17.060, del
23 de diciembre de 1998, conocida como “Ley Anticorrupción”, así como sus
normas concordantes y modificatvas, dentro de las que se destaca el Decreto
30/003 (Normas de Conducta en la Función Pública) que se aplica a todos
los servidores públicos que administran recursos del Estado, incluidos los
militares que gestionan recursos públicos39.
¿Servidores públicos o funcionarios públicos?
Los hombres y mujeres que integran la estructura de defensa de un
país son, antes que nada, “servidores públicos”. Pero cabe destacar que, en
Uruguay, la figura del “funcionario público” se asocia, en algunos ámbitos, solo
a los empleados civiles del Estado que tienen ese estatus de “funcionario”. El
artículo 59 de la Constitución de la República Oriental del Uruguay establece
que los diplomáticos, militares y policías se rigen, en general, por normas
39
Decreto 30/003 (Normas de Conducta en la Función Pública), del 23 de enero de 2003, regula
la “conducta” que debe observar todo servidor público, que desempeña funciones para el
Estado uruguayo. Es una norma extremadamente breve, de apenas 47 artículos, pero marca
con incuestionable claridad cuáles son las conductas, reñidas con la ética, que debe evitar todo
funcionario al servicio del Estado. Disponible en: <www.oas.org/juridico/spanish/ury_res20.
doc>.
346
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
especiales. Por este motivo, muchas veces se piensa que a los militares no
se aplican las normas generales concebidas para los “funcionarios públicos”.
Sin embargo, luego de hacer un detallado análisis del derecho
comparado, un experto uruguayo en Derecho Administrativo, el Dr. Enrique
Sayagués Laso, concluye en relación al alcance del concepto de “funcionario
público”, lo siguiente: “…consideramos funcionario público a todo individuo
que ejerce funciones públicas en una entidad estatal, incorporado mediante
designación u otro procedimiento legal. [Incluso, estudiando la forma de
incorporación, hace referencia expresa al ámbito militar indicando que]
No interesa que la incorporación sea voluntaria o forzada. Corrientemente
ocurre lo primero; pero en ciertos casos; como en el caso del servicio militar
obligatorio, puede pasar lo segundo”40. Por su parte, otro experto uruguayo
en Derecho Administrativo, el Dr. Carlos E. Delpiazzo, afirma que “no hay
ninguna duda que los militares son funcionarios públicos y a pesar de que
el Derecho uruguayo, a diferencia del brasileño, por ejemplo, no usa la
expresión “servidores públicos”, los funcionarios lo son, en la medida que la
Administración es etimológicamente servicio”41.
Queda así demostrado que son funcionarios públicos tanto civiles como
militares. Lo que los diferencia, entonces, es el estatuto que los regula (conjunto
de normas que otorgan derechos e imponen obligaciones). En este sentido
se aplica el TOFUP (Texto ordenado de normas sobre funcionarios públicos)
a los funcionarios civiles y las leyes orgánicas de las Fuerzas Armadas, a los
funcionarios militares. Por otra parte, el Decreto 30/003 (Normas de conducta
en la función pública), en su artículo 2, establece el alcance subjetivo de la
norma (los destinatarios), no distinguiendo entre civiles, militares, policías o
diplomáticos, por lo tanto, como no los distingue la norma, no puede hacerlo
quien la interpreta y en definitiva todos quienes “sirven al Estado”, deben
cumplir con los deberes allí establecidos.
En otro orden de cosas, la Ley de Educación Policial y Militar, aprobada
en Uruguay, introduce, aunque sin mencionarlo de forma expresa, el tema
de la “Educación por Competencias”. Las competencias son propias de cada
persona e incluyen tres grandes dimensiones perfectamente evaluables y
40
SAYAGUÉS Laso, Enrique. “Tratado de Derecho Administrativo”. Tomo 1, 8ª Edición, puesta al
día por Daniel Hugo MARTINS. Fundación de Cultura Universitaria. Montevideo, Uruguay. 2002.
41
Conceptos vertidos por el Dr. Carlos E. Delpiazzo, Decano de la Facultad de Derecho de la
Universidad Católica del Uruguay.
347
La Ética del Soldado del Siglo XXI
medibles: 1) Conocimientos, 2) Destrezas (habilidades) y 3) Actitudes y valores.
Esto queda claro en el texto del artículo 16, de la norma, que establece que:
“La educación militar […] deberá fomentar la adquisición y el desarrollo de los
conocimientos, destrezas, actitudes, principios y valores”.
El advenimiento del siglo XXI representó un gran cambio para las Fuerzas
Armadas de Uruguay, en materia educativa, puesto que a partir del año 2000,
el Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay comenzó a habilitar a algunos
institutos militares a emitir títulos de grado universitario. Por otra parte, desde
ese entonces y gracias a convenios especiales, las Fuerzas Armadas han enviado
a sus oficiales, con titulaciones universitarias, a recibir formación de postgrado
en diferentes universidades del país y del extranjero. En la actualidad, estos
oficiales formados en áreas como educación, administración, informática, etc.,
representan una masa crítica importante y que tiene el potencial necesario
para colaborar a adaptar la cultura organizacional, de las Fuerzas Armadas,
a los desafíos que les plantea el presente siglo. Todo esto, claro está, en el
entendido de que los militares uruguayos pueden ser “tan ilustrados como
valientes”.
Uruguay no posee un código de ética, propiamente dicho, para sus
Fuerzas Armadas
En efecto, no existe un código de ética, ni a nivel de las Fuerzas Armadas,
ni a nivel del Ministerio de Defensa. Sin embargo, los aspectos éticos de la
profesión militar están contemplados en diferentes leyes y reglamentos. Sin
embargo, el tema ético se maneja desde una perspectiva muy tradicional, que
se enfoca en la “ética militar”, y que no contempla la “ética de la defensa”
de forma global. Por su parte, los funcionarios civiles del MDN ven regulado
su accionar por las “Normas de conducta en la función pública”, antes
mencionadas.
En otro orden de cosas, cabe destacar que en Uruguay existen los
“Tribunales de Honor de las Fuerzas Armadas” como una herramienta para
juzgar el proceder ético de los militares. Sin embargo, estos tribunales no se
aplican ni a los suboficiales ni al personal de tropa. Tampoco se aplican ni a
los Oficiales de Reserva, ni a los funcionarios civiles Equiparados a Oficial.
Corresponde la formación de Tribunales de Honor solamente para los oficiales
de las tres Fuerzas (Armada, Ejército y Fuerza Aérea) egresados de las escuelas
de formación de oficiales. Por otra parte, es importante destacar que la validez
348
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
jurisdiccional, de los “Tribunales de Honor de las Fuerzas Armadas”, ha sido
cuestionada, en varias oportunidades, por la Suprema Corte de Justicia y por
el Tribunal de lo Contencioso Administrativo de Uruguay42. Asimismo, cabe
resaltar el hecho de que la Policía Nacional de Uruguay, al igual que las Fuerzas
Armadas, posee el instituto de los Tribunales de Honor43.
El 29 de abril de 2014 se aprobó el Decreto del Poder Ejecutivo que
define la nueva “Política de Defensa Nacional” de Uruguay44. Esta norma,
elaborada por el CODENA (Consejo de Defensa Nacional), es muy general y
no hace ninguna referencia expresa a temas vinculados con la ética militar45.
Sin embargo, en su página 28, hace referencia a la necesidad de “Continuar
con las políticas de combate a los focos de corrupción policial”, así como de
“Generar en la Policía una cultura de transparencia y rendición de cuentas
periódicas, frente a la población de cada jurisdicción”. Es importante destacar
que, en Uruguay, la “Política de Defensa Nacional” incluye tanto la Seguridad
Policial (que compete al Ministerio del Interior), como la Defensa Militar (que
corresponde al Ministerio de Defensa).
En el marco de la actual reforma de la Defensa, el MDN [Ministerio de Defensa
Nacional] podría llegar a convertirse en un excelente “plan piloto”, en el que se
aplique la “Reforma del Estado” en su forma más pura. Esto permitiría mostrar
42
Sobre el debate técnico-legal relativo a la validez jurisdiccional de los Tribunales de Honor
aplicables a los Oficiales de las Fuerzas Armadas de Uruguay, se recomienda consultar:
DELPIAZZO, Carlos. Régimen jurídico de las Fuerzas Armadas uruguayas. Documento
publicado por la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), pp 86 a 88, 2008. El texto completo de este
documento puede ser consultado en: <http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/7/3005/6.pdf>.
43
Gobierno de Uruguay. Reglamento Policial Nº 5 (Tribunal de Honor Policial). Ministerio del
Interior de Uruguay. El texto de este reglamento está disponible en el sitio web del SIPOM
(Sindicato Policial de Montevideo): <http://sipom-uruguay.org/documentos/reglamento_
policial_N5_tribunales_de_honor.pdf>.
44
Gobierno de Uruguay. Política de Defensa Nacional. 2014. El texto completo de esta norma
está disponible para en: <www.calen.edu.uy/noticias/2014/05_mayo/pdf/Politica-de-DefensaNacional-CODENA-Uruguay-2014.pdf>.
45
El CODENA (Consejo de Defensa Nacional) es el órgano de conducción de la Defensa que tiene
mayor jerarquía. Tal como lo establece el Art. 10 de la Ley Marco de Defensa: “…constituye un
órgano asesor y consultivo del Presidente de la República en materia de defensa. Está integrado
por el Presidente de la República, quien lo preside, los Ministros de Defensa Nacional, del
Interior, de Relaciones Exteriores y de Economía y Finanzas.” El Reglamento de Organización y
Funcionamiento del CODENA fue aprobado por el Decreto 147/003, del 14 de mayo de 2013,
el que puede ser consultado en: <http://archivo.presidencia.gub.uy/sci/decretos/2013/05/
mdn_2919.pdf>.
349
La Ética del Soldado del Siglo XXI
las virtudes de las innovaciones introducidas, en la gestión del MDN, las que
posteriormente, podrían ser transferidas a otros órganos del Estado. Por último,
al plantear estrategias para la modernización de la Defensa, sería importante
considerar que el militar uruguayo, es un fiel reflejo de la sociedad a la que
pertenece, por lo cual es muy conservador y poco afecto a los cambios, así
como muy apegado a sus tradiciones. En este aspecto, es importante diferenciar
claramente “tradición” de “costumbre”, puesto que es totalmente posible
modernizar la Defensa sin dejar de lado las ricas tradiciones y los profundos valores
que siempre han caracterizado a las Instituciones Armadas de nuestro país, desde
la creación misma del Estado Oriental”46.
En Uruguay todavía falta definir la “Política Militar de Defensa”, que se
enmarcará dentro de la recientemente aprobada “Política de Defensa Nacional”.
La elaboración de esta política podría representar una buena oportunidad para la
incorporación de previsiones tendientes a favorecer una “gestión ética integral”
de los aspectos de la Defensa Nacional en Uruguay. Esto es muy importante,
porque toda actividad operativa o administrativa dentro del Ministerio de
Defensa, debe estar encuadrada en un marco ético bien definido.
“Ya sea durante el desarrollo de su misión fundamental o durante el cumplimiento de sus
tareas subsidiarias en apoyo a las políticas públicas [como por ejemplo las misiones de
paz, la custodia perimetral de cárceles o las operaciones en apoyo al Sistema Nacional
de Emergencias] el Ejército, debe [al igual que el resto de las Fuerzas Armadas] llevar
a cabo sus actividades en base al marco legal vigente, lo que implica un pleno respeto
por los derechos de las personas. Es importante destacar que todas las decisiones que
deben adoptarse durante la planificación y conducción de las actividades militares
deben estar ajustadas a derecho, así como ajustadas a los preceptos de la ética militar,
vigentes a nivel nacional, regional e internacional, en el Siglo XXI”47.
46
PELÁEZ, Amílcar. Posibles estrategias para optimizar el gasto de defensa en Uruguay. Artículo
publicado en la Revista ESTRATEGIA, editada por el CALEN (Centro de Altos Estudios
Nacionales), Colegio de Defensa dependiente del Ministerio de Defensa Nacional de Uruguay.
2011. El texto completo de este documento está disponible para ser consultado en: <www.mdn.
gub.uy/public/2276/15__cnel_pel_ez_pdf_4f98e77abe.pdf>.
47
PELÁEZ, Amílcar. Educación sobre Derechos Humanos en el Ejército Nacional Uruguayo. Artículo
publicado en la edición 2010 de la Revista del IMES (Instituto Militar de Estudios Superiores).
2010. Este documento está disponible en: <www.imes.edu.uy/pelaez>.
350
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
Ética y responsabilidad social en Uruguay
El Instituto Uruguayo de Normas Técnicas (UNIT), es el Organismo
Nacional de Normalización que representa a Uruguay ante la ISO (International
Standardization Organization). La ISO es una federación internacional,
conformada por Órganos Nacionales de Normalización, que elabora normas
técnicas en muchas áreas, aunque posiblemente las más conocidas sean
la Norma ISO 9.000 (Gestión de Calidad) y la Norma ISO 14.000 (Gestión
Ambiental). Cabe destacar que, esta organización emitió la norma ISO 26.000
(Guía de Responsabilidad Social), que define la RS como:
“…la voluntad de las organizaciones de incorporar consideraciones sociales
y ambientales a su toma de decisiones y rendir cuenta por los impactos de sus
decisiones y actividades en la sociedad y el medio ambiente. Esto implica un
comportamiento transparente y ético que contribuya al desarrollo sostenible,
cumpla con la legislación aplicable y sea coherente con la normativa internacional
de comportamiento. También implica que la responsabilidad social esté integrada
a toda la organización, se lleve a la práctica en sus relaciones y tenga en cuenta los
intereses de las partes interesadas [stakeholders]”48.
En el año 2005, UNIT formó un Comité Especializado Nacional sobre
Responsabilidad Social, para dar la posibilidad de participar activamente, en
la elaboración de la Norma ISO 26.000 (Guía de Responsabilidad Social), a
todos los sectores de la sociedad uruguaya. Este comité funcionó hasta fines
de 2010, cuando fue publicada oficialmente la ISO 26.000. Fueron invitadas
a participar, de este comité, más de 40 organizaciones de todos los sectores
de Uruguay (empresas, sindicatos, órganos públicos, universidades, ONG,
etc.). Es importante resaltar que algo más de la mitad de las organizaciones,
convocadas para ese debate, eran órganos gubernamentales, dentro de los
que estaban el Ministerio de Defensa y el Ministerio del Interior.
48
LICANDRO, Óscar. Hablamos mucho sobre RSE, pero… ¿comprendemos lo que significa este
concepto? Artículo publicado en la Revista EMPRESARIAL, editada por ACDE (Asociación
Cristiana de Dirigentes de Empresas). Año 15, Nº 101, Setiembre de 2012. Disponible en: <www.
acde.org.uy/publicaciones/ACDE_101_Setiembre_2012.pdf>.
351
La Ética del Soldado del Siglo XXI
“…la norma “ISO 26.000 [Guía de Responsabilidad Social] es una poderosa
herramienta que ayudará a las organizaciones a pasar de las buenas intenciones
a las buenas acciones”. […] Está diseñada para ser utilizada: 1) por todo tipo de
organizaciones; 2) en los sectores público y privado; 3) incluso organizaciones sin
fines de lucro; 4) con independencia de su tamaño; 5) que estén operando en
países desarrollados o en desarrollo. [Por otra parte,] …pretende ayudar a las
organizaciones a contribuir al desarrollo sostenible respetando los siete principios
de la RS: 1) Rendición de cuentas; 2) Transparencia; 3) Comportamiento ético;
4) Respeto a los intereses de las partes interesadas; 5) Respeto al principio de
legalidad; 6) Respeto a la normativa internacional de comportamiento; 7) Respeto
a los Derechos Humanos”49.
La Norma ISO 26.000 presenta un modelo de RS (Responsabilidad Social)
aplicable a todo tipo de organizaciones (empresariales, gubernamentales o no
gubernamentales) que ya está siendo aplicado en Uruguay. Resultaría evidente
pensar que, en el caso particular de las organizaciones gubernamentales, la RS
no debería ser una opción sino, por el contrario, una obligación, dado que los
órganos del Estado existen con la única finalidad de servir “responsablemente”
a la sociedad.
Parecería ser que, a la altura del proceso de reforma de las estructuras
de defensa en que se encuentra Uruguay, actualmente, sería el momento
adecuado para incorporar elementos de gestión ética en el ámbito de las
Fuerzas Armadas, así como en todo el Ministerio de Defensa. Considerando el
nuevo marco normativo que fue establecido, recientemente, para la educación
militar, parecería ser que las circunstancias son apropiadas para introducir una
visión moderna sobre educación en temas éticos con el fin de a adaptar las
Fuerzas Armadas de Uruguay a los desafíos del siglo XXI.
6.
CONCLUSIONES
Como fuera analizado en el trabajo, el ambiente ético dentro de una
organización puede ser diseñado y administrado. Sin embargo, la experiencia
49
UNIT. ¿Qué es la norma UNIT-ISO 26.000 (Guía de Responsabilidad Social – RS)? Documento
publicado por el Instituto Uruguayo de Normas Técnicas (UNIT). El texto completo de
este documento puede ser consultado en: <www.unit.org.uy/misc/responsabilidadsocial/
intro_26000.pdf>.
352
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
internacional indica que para poder implantar con éxito un sistema de gestión
ética, en una organización, es preciso que se cumpla con ciertos requisitos
básicos que se detallarán a continuación:
•
•
•
1)
2)
3)
La iniciativa debe partir del más alto nivel jerárquico. Esta es la única
forma de crear un “Sistema de Gestión Ética” que influya en la cultura
organizacional con el fin de generar un adecuado “ambiente ético” dentro
de la estructura de defensa de un país.
El tema ético debe ser encarado de manera integral. En este sentido,
cualquier iniciativa debería abarcar a todos los miembros del sector de
la defensa, tanto civiles como militares, independientemente de su tarea
o nivel jerárquico. Por otra parte, estas normas éticas deberían aplicarse
en todo momento, esto es, tanto en las operaciones militares, como en la
cotidiana gestión de la defensa.
Un “Sistema de Gestión Ética” eficiente debe tener tres grandes elementos.
Estos componentes dan forma a una estructura de base que favorece la
generación de una cultura organizacional que fomente las conductas éticas.
Estos tres elementos fundamentales son:
Normas claras. Es fundamental definir con precisión cuáles son las conductas
esperadas y cuáles son las que contravienen la “ética profesional” de todo
servidor público afectado al sector de la Defensa de un país.
Estrategias de Educación y sensibilización ética. No cabe duda de que
la educación es una excelente herramienta para incidir en la cultura
organizacional de las Fuerzas Armadas y de todo el sector de la Defensa. La
educación permite transmitir valores éticos a las personas que luego darán
forma a la cultura organizacional de las instituciones. Esta educación debe
tener un enfoque integral y debería impartirse en todas las dependencias
de la estructura de defensa, tanto a civiles como a militares.
Controles y sanciones. Un sistema de normas que no posee mecanismos de
supervisión y penalización, sencillamente no funciona. A nivel internacional
ha demostrado ser muy eficiente la figura del Ombudsman como elemento
de control. La eficiencia de la figura del “defensor” radica en el hecho
de que cualquier miembro de la estructura de defensa puede dirigirse
directamente a él, con lo que se refuerza el principio de la cogestión. Esto
significa que todo miembro de la “comunidad de defensa” conoce su
derecho a proteger sus intereses y los de todo el colectivo, actuando como
agente de control y denuncia ante hechos apartados de las normas éticas.
353
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Es importante destacar que cuando se hace referencia a sanciones, se
considera todo el espectro posible de las mismas, lo que incluye sanciones
legales, administrativas y morales. En el caso de las sanciones morales, debe
resaltarse que la sola desaprobación pública, por parte de un colectivo, de
la conducta de uno o más de sus miembros es, muchas veces, una sanción
de mucho peso.
La educación en valores éticos es la mejor forma de incidir en la cultura
de cualquier organización y en este aspecto el sector de la defensa no es la
excepción. En este contexto, los Colegios de Defensa tienen la posibilidad de
desempeñar un importante papel en materia de educación y sensibilización
ética al más alto nivel de las estructuras de defensa de sus respectivos países.
Para ello cuentan con los recursos que habitualmente destinan a tareas de
docencia, investigación y extensión.
Como fue analizado en el trabajo, varios países han desarrollado una
serie de eficientes modelos y buenas prácticas en materia de gestión ética
de los recursos humanos afectados al sector de la defensa. Algunos países
de la comunidad iberoamericana han incorporado modernos mecanismos de
gestión ética, como es el caso, por ejemplo, de Bolivia, Colombia, México y
Perú. En contraste, España, ha ido mucho más allá y ha incorporado políticas
de Responsabilidad Social que, entre muchos otros temas, incluyen la gestión
de los temas éticos.
Para aquellos países que decidan comenzar a transitar por alguno
de estos caminos, el gran desafío consistirá en aprovechar las estructuras
organizativas existentes, así como la normativa vigente, con el fin de crear
un eficiente sistema para el manejo de los aspectos éticos del sector de la
defensa. Cabe destacar que para ello no es preciso dejar de lado todo lo
existente con el fin de comenzar de cero. Y a este respecto, valga una reflexión
de José Ortega y Gasset:
“El progreso no consiste en aniquilar hoy el ayer, sino, al revés, en conservar
aquella esencia del ayer que tuvo la virtud de crear ese hoy mejor”.
354
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
BIBLIOGRAFÍA
ALCARAZ-PÉREZ Ros, Jorge. La Innere Führung alemana y el liderazgo de
personas en las fuerzas armadas europeas. El texto de este documento
puede ser consultado en el sitio de la Armada española: <http://
armada.mde.es/ArmadaPortal/ShowBinaryServlet?nodePath=/BEA%20
Repository/Desktops/Portal/ArmadaEspannola/Pages/mardigital_
revistas/02_revistaGenMarina/02_catalogoRGM/2012/2012_07_es/
cap07_es//archivo>.
ALCARAZ-PÉREZ Ros, Jorge. La Innere Führung: El modelo de liderazgo y ética
de las Fuerzas Armadas alemanas. 18 de Enero de 2011. Colaborador
de SEGLOSER® en Seminarios de Seguridad Estratégica. Disponible
en: <www.segloser.com/articulos/analisis_estrategico/modelo_aleman_
gestion_fas.pdf>.
ARISTE NOTICIAS. Publican nuevo Código de Conducta para militares
mexicanos. Artículo publicado el 19 de marzo de 2013. <http://
aristeguinoticias.com/1903/mexico/publican-nuevo-codigo-deconducta-para-militares-mexicanos>.
BACHELET, Jean-René. Una ética militar para un mundo mejor. Intervención
preparada para un seminario en Kirguistán, Asia Central, realizado el
28 de octubre de 2008. General Jean-René BACHELET. Disponible en:
<www.world-governance.org/article379.html?lang=en>.
BORN, Hans. “Control parlamentario del sector de la seguridad”. Ginebra,
Unión Interparlamentaria y Centro para el Control Democrático de las
Fuerzas Armadas. UIP y DCAF Eds., 2003.
CAÑAS-QUIRÓS, Roberto. Ética general y ética profesional. Revista Acta
Académica, Universidad Autónoma de Centro América, Número 23,
ISSN 10177507, Noviembre de 1998. pp. 111-124.
CORBO, Daniel y otros. La Educación como Ética de la Libertad. Construcción
autónoma de la personalidad moral y de la ciudadanía democrática.
Montevideo, Uruguay. Abril de 2007. Página 5. 288 páginas. Publicación
auspiciada por la Fundación Konrad Adenauer (Konrad Adenauer
Stiftung) de Uruguay. Disponible en: <www.kas.de/wf/doc/kas_10858544-4-30.pdf>.
355
La Ética del Soldado del Siglo XXI
DA SILVEIRA, Pablo. Valores, una palabra de moda. Artículo publicado
en la edición digital del diario El País, de Montevideo (Uruguay), del
18 de enero de 2008. Este artículo está disponible para consulta en:
<http://historico.elpais.com.uy/especiales/digital/estudiovalores/
espemv_312276.asp>.
DELBÓN, Ángel Ramón. La educación en valores en el ámbito militar. Artículo
elaborado por el Coronel Ángel Ramón Delbón. 2008. Este artículo está
disponible en: <www.rediu.colegiomilitar.mil.ar/pdf/ReDiU_0618_art1La%20educaci%C3%B3n%20en%20valores%20en%20el%20ambito%20
militar.pdf>.
DELPIAZZO, Carlos. Régimen jurídico de las Fuerzas Armadas uruguayas.
Documento publicado por la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma
de México). Páginas 86 a 88. 2008. Disponible en: <http://biblio.juridicas.
unam.mx/libros/7/3005/6.pdf>.
DERES. Manual para elaborar Códigos de Ética Empresarial. DERES (Desarrollo
de la Responsabilidad Social). Montevideo, Uruguay. Este artículo está
disponible en: <http://deres.org.uy/wp-content/uploads/Manual-deEtica-DERES.pdf>.
DIEGO Bautista, Óscar. La ética en la gestión Pública. Modelo de gestión ética
para entidades del Estado. UCM (Universidad Complutense de Madrid).
El texto completo de este artículo está disponible para consulta
en:
<http://pendientedemigracion.ucm.es/centros/cont/descargas/
documento17466.pdf>.
DIEGO Bautista, Óscar. Los códigos éticos en el marco de las Administraciones
Públicas: valores para un buen gobierno. Revista de las Cortes Generales
(65). pp. 123-154. ISSN 0213-0130. 2007. Disponible en: <http://eprints.
ucm.es/6971/1/art%C3%ADculo-cortes1.pdf>.
EDWARD, A. La educación ética de los líderes de las Fuerzas Armadas.
A. Edward Major, Esq. Military Review. Edición Hispanoamericana.
Revista profesional del Ejército de EUA. Publicada por el Centro de
Armas Combinadas. Fuerte Leavenworth, Kansas 66027-2348. TOMO
69, MARZO-FEBRERO 2014, NÚMERO 1. 2014. El texto completo de
este artículo está disponible para consulta en: <http://usacac.army.
mil/CAC2/MilitaryReview/Archives/Spanish/MilitaryReview_20140430_
art003SPA.pdf>.
356
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
FERNÁNDEZ Baptista, Alejandro. Gestión ética del talento humano para
el bien común en la empresa. Observatorio Venezolano de Ética y
RSE (Responsabilidad Social Empresarial), Venezuela. CICAG, VOL
9, Nº 1. 2012. El texto completo de este artículo está disponible para
consulta en: <www.publicaciones.urbe.edu/index.php/cicag/article/
viewArticle/1542/2931>.
FLEITAS, Fernando. Innere Führung: Filosofía de Liderazgo Interno de las
Fuerzas Armadas Alemanas. Artículo elaborado por el entonces Mayor
del Ejército Fernando R. FLEITAS. Publicado en la edición 2009 de la
Revista del Instituto Militar de Estudios Superiores (IMES), Montevideo,
Uruguay. 2009. Disponible en: <www.imes.edu.uy/imagenes/Innere%20
F%C3%BCrung%20-%20May_%20Fernando%20Fleitas.pdf>.
FORETICA. Defensa, primer ministerio que elabora una memoria de
Responsabilidad Social. Artículo publicado por la organización
FORETICA. Este artículo, fechado el 4 de noviembre de 2010, puede ser
consultado en: <www.foretica.org/sala-de-prensa/noticias/937-defensaprimer-ministerio-que-elabora-una-memoria-de-responsabilidadsocial-?lang=ca>.
FUERTES, Marco Antonio. La CVR, la Defensoría del Militar y la defensa y
protección de los derechos fundamentales del personal militar. IDEPE
(Instituto de Estudios Políticos y Estratégicos) de Perú. Disponible en:
<www.idepe.org/MFuertes1.doc>.
GARCIA-GUIU López, Carlos María. La ética en la organización militar y en
operaciones. 22 de marzo de 2013. Artículo publicado por el IEEE
(Instituto Español de Estudios Estratégicos). 2013. Disponible en:
<www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2013/DIEEEO29-2013_
EicaOrganizacionMilitarDefensa_C.Garcia_Guiu.pdf>.
Gobierno de Bolivia. “Código de ética del Ministerio de Defensa de Bolivia”.
2010. El mismo puede ser consultado en: <www.mindef.gob.bo/
mindef/sites/default/files/CODIGO_DE_ETICA_DEL_MINISTERIO_DE_
DEFENSA.pdf>.
Gobierno de Canadá. Guidelines for Defence Ethics Training. Defence
Ethics Program. DND (Department of National Defence). Canadian
Government. 05 de marzo de 2004. Este documento puede ser
consultado en: <www.forces.gc.ca/assets/FORCES_Internet/docs/en/
about-reports-pubs-ethics/ethics-training-guidelines.pdf>.
357
La Ética del Soldado del Siglo XXI
Gobierno de Canadá. Statement of Defence Ethics. DND (Department of
National Defence). Canadian Government. 2013. Este documento
puede ser consultado en: <www.forces.gc.ca/en/about/statement-ofdefence-ethics.page>.
Gobierno de Colombia. Código de Ética y Buen Gobierno. Agencia Logística
de las Fuerzas Militares (Ministerio de Defensa de Colombia). El texto
completo de este documento está disponible para ser consultado en:
<https://www.agencialogistica.gov.co/la_entidad/quienes_somos/
codigo_etica_buen_gobierno>.
Gobierno de México. “Código de conducta de los servidores públicos de la
Secretaría de la Defensa Nacional”. 2013. Este documento puede ser
consultado en el sitio web del DOF (Diario Oficial de la Federación): <www.
dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5292610&fecha=19/03/2013>.
Gobierno de Perú. “Código de Ética de las Fuerzas Armadas del Perú”.
Aprobado por Resolución del Ministerio de Defensa del Perú del 25
de octubre de 2005. Este documento puede ser consultado en: <www.
mindef.gob.pe/menu/codigo_etica/codigoetica.pdf>.
Gobierno de Perú. “Manual de Ética del Comando Conjunto de las Fuerzas
Armadas”. Aprobado por Resolución del Ministerio de Defensa en julio
de 2013. Este documento puede ser consultado en: <www.ccffaa.mil.
pe/links_interes/ce_MAETICOFA2013.pdf>.
Gobierno de Perú. “Manual de ética-profesional del personal militar de las
Fuerzas Armadas del Perú”. Aprobado por Resolución del Ministerio de
Defensa del Perú del 25 de octubre de 2005. Este documento puede ser
consultado en: <www.mindef.gob.pe/menu/codigo_etica/manualetica.
pdf>.
Gobierno de Uruguay. Decreto 147/003, del 14 de mayo de 2013. Reglamento
de Organización y Funcionamiento del CODENA (Consejo de Defensa
Nacional). 2003. Este documento puede ser consultado en: <http://
archivo.presidencia.gub.uy/sci/decretos/2013/05/mdn_2919.pdf>.
Gobierno de Uruguay. Decreto 30/003 (Normas de Conducta en la Función
Pública), del 23 de enero de 2003. Disponible en: <www.oas.org/juridico/
spanish/ury_res20.doc>.
Gobierno de Uruguay. Ley 19.188 (Educación Policial y Militar), del 7 de enero
de 2014. Contiene solo 21 artículos y puede ser consultada en: <www.
parlamento.gub.uy/leyes/AccesoTextoLey.asp?Ley=19188&Anchor>.
358
Gestión de los temas éticos en el sector de la defensa
URUGUAY
Gobierno de Uruguay. Política de Defensa Nacional. 2014. El texto
completo de esta norma está disponible para en: <www.calen.edu.uy/
noticias/2014/05_mayo/pdf/Politica-de-Defensa-Nacional-CODENAUruguay-2014.pdf>.
Gobierno de Uruguay. Reglamento Policial Nº 5 (Tribunal de Honor Policial).
Ministerio del Interior de Uruguay. El texto de este reglamento está
disponible en el sitio web del SIPOM (Sindicato Policial de Montevideo):
<http://sipom-uruguay.org/documentos/reglamento_policial_N5_
tribunales_de_honor.pdf>.
LICANDRO, Óscar. Hablamos mucho sobre RSE, pero… ¿comprendemos
lo que significa este concepto? Artículo publicado en la Revista
EMPRESARIAL, editada por ACDE (Asociación Cristiana de Dirigentes
de Empresas). Año 15, Nº 101, Setiembre de 2012. Este documento
puede ser consultado en: <www.acde.org.uy/publicaciones/ACDE_101_
Setiembre_2012.pdf>.
LICANDRO, Óscar. La ética como dimensión de la RSE en las empresas
uruguayas: Marco conceptual y prácticas. Trabajo monográfico
no publicado, elaborado durante la realización del Doctorado en
Administración en la UCA (Universidad Católica Argentina). 2011.
MOLINER González, Antonio. Aproximación al concepto de moral militar.
Antonio Moliner González. Coronel del Ejército del Aire. Boletín de
Información del CESEDEN (Centro Superior de Estudios de la Defensa
Nacional). 2007. El texto completo de este documento puede ser
consultado en: <www.defensa.gob.es/ceseden/Galerias/destacados/
publicaciones/Boletines_de_Informacion/ficheros/BOLETIN_DE_
INFORMACION_DEL_CESEDEN_298.pdf>.
MUR Molina, Ana. Cómo implantar un sistema de gestión ética en la
organización. Revista Dintel Nº 10, mayo 2007. Disponible en: <www.
revistadintel.es/Revista1/DocsNum10/DirectivosMas/anamur.pdf>.
PELÁEZ, Amílcar. Administración Pública de los Recursos de Defensa en
Uruguay. Tesis presentada para obtener el título de Doctor en Economía
y Dirección de Empresas. Universidad de Deusto, San Sebastián, España.
Junio de 2007. Disponible en: <www.imes.edu.uy/pelaez>.
PELÁEZ, Amílcar. Educación sobre Derechos Humanos en el Ejército Nacional
Uruguayo. Artículo publicado en la edición 2010 de la Revista del IMES
(Instituto Militar de Estudios Superiores). 2010. Disponible en: <www.
imes.edu.uy/pelaez>.
359
La Ética del Soldado del Siglo XXI
PELÁEZ, Amílcar. Gestión del Conocimiento: Factor clave para generar
Capacidades de Defensa. Artículo publicado en la edición 2008 de la
Revista del IMES (Instituto Militar de Estudios Superiores). 2008. pp.1731. Disponible en: <www.imes.edu.uy/pelaez>.
PELÁEZ, Amílcar. Posibles estrategias para optimizar el gasto de defensa
en Uruguay. Artículo publicado en la Revista Estrategia, editada por
el CALEN (Centro de Altos Estudios Nacionales), Colegio de Defensa
dependiente del Ministerio de Defensa Nacional de Uruguay. 2011.
Este documento puede ser consultado en: <www.mdn.gub.uy/
public/2276/15__cnel_pel_ez_pdf_4f98e77abe.pdf>.
SAYAGUÉS Laso, Enrique. “Tratado de Derecho Administrativo”. Tomo 1, 8ª
Edición, puesta al día por Daniel Hugo MARTINS. Fundación de Cultura
Universitaria. Montevideo, Uruguay. 2002.
UNIT. ¿Qué es la norma UNIT-ISO 26.000 (Guía de Responsabilidad Social
– RS)? Documento publicado por el Instituto Uruguayo de Normas
Técnicas (UNIT). Este documento puede ser consultado en: <www.unit.
org.uy/misc/responsabilidadsocial/intro_26000.pdf>.
360
Otros Títulos
OTROS TÍTULOS
Conferencia de Colegios de Defensa
Iberoamericanos
Nº
AÑO
TÍTULO
PAÍSES
COLABORADORES
1
2012
Reflexiones del Bicentenario de la Independencia de los países
iberoamericanos.
Desde la óptica de los
Colegios de Defensa
de Iberoamérica.
Argentina – Brasil – Chile – Colombia – Ecuador
– El Salvador – España –
Guatemala – Honduras
– México – Paraguay
– Perú – Portugal – Uruguay.
Escuela Superior de
Guerra de Colombia
– CEESEDEN.
2
2013
Conceptos sobre Seguridad y Defensa de
los países iberoamericanos. Desde la óptica de sus Colegios
de Defensa.
Argentina – Bolivia - Brasil – Chile – Colombia –
República Dominicana
- Ecuador – El Salvador –
España – México – Perú
– Portugal – Uruguay.
Centro de Altos Estudios Nacionales (Colegio de Defensa del
Uruguay).
361
EDICIÓN
VOL.
3
CONFERENCIA DE COLEGIOS
DE DEFENSA
IBEROAMERICANOS
La primera reunión se realizó en
1999 organizada por España,
la XIV se efectuó en Uruguay
el 2013 y la XV en Chile el año
2014.
Esta obra, producto de la XV Conferencia de Colegios de Defensa Iberoamericanos, se centra en el escenario que hoy se presenta a la ética y la moral del
soldado. Teniendo en cuenta que para cumplir su función primordial, que es la
defensa de la patria, la formación de las Fuerzas Armadas y de sus integrantes
requiere la adhesión a un sistema de valores con base en la tradición y el espíritu de cuerpo y la sujeción a un código de honor que son los sustentos de la
profesión militar.
Diversos estudios demuestran que la sociedad atraviesa por un importante proceso de transformación que también afecta a los integrantes de las instituciones
armadas, que por ser parte de ella, no están ajenos a estos problemas y muchos
pueden sufrirlos directa o indirectamente; esto necesariamente orienta a reforzar los valores y virtudes que los militares deben profesar.
Este escenario implica un esfuerzo especial por parte de las instituciones castrenses hacia su personal, en el sentido de un reforzamiento de los valores y
virtudes, así como en los procesos de fortalecimiento educacional para enfrentar estos cambios y que ellos no tengan un impacto grave al interior de estas
instituciones.
Este libro se ha realizado con los aportes de académicos y Colegios de Defensa
de los siguientes países:
Argentina – Bolivia – Brasil – Chile – Colombia – Ecuador – España – México –
Perú – Portugal - República Dominicana – Uruguay.
ANEPE
Eliodoro Yáñez 2760 - Providencia - 27510361 Santiago, Chile
Teléfono: (56-2) 2598 1000
Fax: (56-2) 2598 1043
Página web: www.anepe.cl
Correos Electrónicos: [email protected]
[email protected]
LA ÉTICA DEL SOLDADO DEL SIGLO XXI
Los orígenes de la Conferencia
de Directores se remontan a la
VII Cumbre de Jefes de Estado
y Gobierno realizada en Oporto, Portugal, en 1998. En esa
oportunidad se resuelve que a
partir de 1999, en el marco de
la cooperación y entendimiento
en materias de Defensa, los países iberoamericanos iniciarían
reuniones periódicas con los
organismos académicos encargados de estos estudios.
2014
LA ÉTICA DEL SOLDADO
DEL SIGLO XXI
XV conferencia de colegios de defensa iberoamericanos
academia nacional de estudios políticos y estratégicos Chile 2014.
La Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos
(ANEPE) fue creada por el Decreto Supremo SSG. Nº 538 del
26 de diciembre de 1974, como
Academia Superior de Seguridad Nacional. El DS Nº 657 del
16 de agosto de 1982 cambió
a su actual denominación, con
la misión de desarrollar actividades de docencia, investigación y extensión, destinadas a
incrementar los conocimientos
en materias de Seguridad y Defensa del personal de las Fuerzas
Armadas, de Orden y Seguridad
Pública, de la Administración del
Estado y del sector privado.
La Ley 19.584, “Orgánica Constitucional de Enseñanza”, reconoce a la Academia como organismo de educación superior,
autorizándola para otorgar todo
tipo de grados académicos.
Download

2014-11-12 LIBRO LA ÉTICA DEL SOLDADO DEL SIGLO XXI