Número 23 PSICOLOGÍA para América Latina. Revista electrónica internacional de la Unión Latinoamericana de Entidades de Psicología (ULAPSI) ISSN: 1870 - 350X Psicología para América Latina. ISSN: 1870 - 350X DIRECTORIO ULAPSI Secretario Ejecutivo Dr. Manuel Calviño Valdés-Fauley Secretaria Administrativa Mtra. Diana Silvia Lesme Romero Secretario Tesorero Mtro. José Joel Vázquez Ortega Editor Dr. Raúl Rocha Romero ISSN: 1870 - 350X Psicología para América Latina está incorporada como revista en La BVS-ULAPSI (Biblioteca Virtual de la Unión de Entidades de Psicología), el portal de Revistas de Psicología-PEPSIC. La BVS cuenta con la participación de BIREME (Centro Latinoamericano y del Caribe de Información en Ciencias de la Salud) con participación de la OPS- (Organización Panamericana de la Salud) quien ofrece su metodología y Scientific Electronic Library On line (SciELO), como modelo de publicación electrónica de revistas. Revista Psicología para América Latina ULAPSI www.ulapsi.org CONTENIDO Editorial Es momento de consolidar la revista…………………………………………… 1 Raúl Rocha Romero Resistência e migração: caminhos de construção de identidade por mulheres que viveram situação de tráfico.............................................. 5 Lúcia Isabel da Conceição Silva Universidade Federal do Pará Marcel Hazeu Sodireitos de Belén del Pará A entrega de um filho em adoção e as vicissitudes de ser mãe....................................................................................................... 28 Lívia Caetano da Silva Leão Caroline Gonçalves Carneiro da Silva Solange Aparecida Serrano Universidade de Ribeirão Preto Ribeirão Preto, Brasil Equidade só no papel? Formas de preconceito no Sistema Único de Saúde e o princípio de equidade.................................... 47 Roberta Andrea de Oliveira Alzira Sueli Gellacic Aline Santana Zerbinatti Fátima Edmundo de Souza Juliana Alves Aragão Instituto de Saúde São Paulo, Brasil Reflexões sobre a participação do amor na formação da pessoa humana.......................................................................................... 65 Ana Lucia Nogueira Braz Universidade São Francisco São Paulo, Brasil Ampliar o presente da psicologia social: contribuições de uma sociologia das ausências............................................................................... 92 Claudia Mayorga Universidade Federal de Minas Gerais Belo Horizonte, Minas Gerais, Brasil Experiência de liberdade e individualidade nas grandes cidades: contribuições de Georges Simmel para o debate contemporâneo......... 111 Amana Rocha Mattos Universidade Federal do Rio de Janeiro Rio de Janeiro, Brasil La necesidad de una historia-crítica de la psicología en México y América Latina……………………………………………………………………. 126 Alberto Miranda Gallardo Hilda Torres Castro FES Zaragoza, UNAM Editorial Es momento de consolidar la revista La dirección colegiada de la Unión Latinoamericana de Entidades de Psicología (ULAPSI), organización responsable de la revista Psicología para América Latina, así como el cuerpo editorial de la misma, deseamos expresar nuestras sinceras disculpas por la falta de periodicidad mostrada hasta ahora respecto de su publicación. Evidentemente que en ello se encuentran asociados algunos problemas relativos a la gestión de la misma. Pero también queremos comunicar que este hecho lo asumimos con responsabilidad y que, como buenos latinoamericanos, siempre miramos hacia adelante. Es por eso que anunciamos que nos encontramos en proceso de reestructuración con el objeto de elevar aún más su calidad científica. Para nosotros es un momento de transición que culminará, luego de la pronta publicación de un número muy importante de artículos que nos han sido enviados, en una nueva época de la revista. En ULAPSI hemos refrendado nuestra intención de que Psicología para América Latina se consolide como una publicación que esté a la altura de los psicólogos latinoamericanos, de sus investigaciones, de sus reflexiones teóricas, de sus innovaciones en los diversos campos del ejercicio profesional y, en suma, de sus contribuciones al pensamiento psicológico latinoamericano –y universal- que, no sobra decirlo, siempre buscan la construcción de mejores formas de convivencia y bienestar para todos. En estos diez años de vida de la revista hemos publicado 22 números, lo que nos indica que vamos en la dirección deseada. Los artículos publicados expresan la diversidad de perspectivas teóricas y metodológicas características de nuestra disciplina. Pero lo más importante es que, en tal diversidad, es posible apreciar un rasgo de la mayor relevancia para las publicaciones científicas: la originalidad con la que nuestros autores abordan sus objetos de estudio y reflexión. Por eso es que afirmamos que, aprovechando el camino recorrido, la enorme y rica experiencia con la que ya contamos, y acudiendo al pensamiento de los psicólogos latinoamericanos que nos honran con sus contribuciones, es momento de consolidar la revista. Apuntando en esa dirección, en esta ocasión ofrecemos el número 23. En él se encuentran dos artículos de investigación científica y cinco de reflexión teórica. De esta manera, en el artículo Resistência e migração: caminhos de construção de identidade por mulheres que viveram situação de tráfico, Silva y Hazeu reportan una investigación, llevada a cabo en tres países, acerca del tráfico de mujeres y del proceso de construcción de sus respectivas identidades; proceso que involucra un juego de enfrentamientos en el que están presentes no sólo la dimensión personal, sino también la institucional y las diversas formas de control de las que son objeto. Por su parte, Leão, Silva y Serrano, en A entrega de um filho em adoção e as vicissitudes de ser mãe, investigan mediante un estudio de caso los sentimientos y experiencias de la maternidad en una mujer que entregó dos hijas en adopción, así como las vivencias de ésta respecto de sus otros hijos no entregados. Las autoras destacan como una influencia importante en la entrega de las hijas la vulnerabilidad social y emocional de la participante, y concluyen argumentando acerca de la necesidad de crear espacios para que estas mujeres elaboren sus historias y de que, producto de políticas públicas pertinentes, se les brinde apoyo jurídico. Respecto a los artículos de reflexión teórica, en Equidade só no papel? Formas de preconceito no Sistema Único de Saúde e o princípio de equidade, Oliveira, Gellacic, Zerbinatti, Souza y Aragão discuten el principio de equidad del Sistema Único de Salud de Brasil en relación con la existencia y persistencia de prácticas que implican prejuicios de profesionales de la salud hacia usuarios del sistema, como mujeres negras, portadores de VIH/Sida, usuarios de alcohol y drogas y población de la tercera edad. Para las autoras, la existencia de tales prejuicios representa un fracaso en los servicios y en el logro de la equidad, y argumentan que sólo la superación de los mismos posibilitará la articulación de políticas públicas equitativas. En el artículo Reflexões sobre a participação do Amor na formação da pessoa humana, Braz revisa las principales contribuciones de algunos de los autores más importantes al respecto del tema, y reflexiona sobre la importancia del amor en la formación y vida de las personas y, en particular, en el desarrollo infantil. La autora concluye que una fuerte relación afectiva entre las personas es la fuente de vida personal y social. Por otro lado, Mayorga, en Ampliar o presente da psicologia social: contribuições de uma sociologia das ausências, reflexiona sobre la psicología social a partir del referencial teórico de la sociología de las ausencias, particularmente alrededor de temas que no han ocupado un lugar privilegiado en la disciplina: la interdisciplinariedad de la psicología social, las perspectivas metodológicas de la investigación-acción, los criterios de evaluación de la producción del área partiendo de sus impactos sociales y las producciones desde campos periféricos. Su interés es contribuir al rechazo del pensamiento único y al reconocimiento de la pluralidad de actores y experiencias. En Experiência de liberdade e individualidade nas grandes cidades: contribuições de Georges Simmel para o debate contemporáneo, Mattos discute las aportaciones de dicho autor al respecto de la libertad, la independencia y la autonomía que, como apunta la misma autora, son temáticas importantes para pensar los espacios urbanos actuales desde la psicología. Finalmente, Miranda y Torres, en La necesidad de una historia-crítica de la psicología en México y América Latina, plantean que en la psicología producida en la región existe un rezago teórico y una falta de difusión de las tendencias críticas. Por ello, proponen desarrollar una historia crítica como condición de la construcción de una tradición teórica y apuntan algunos autores y trabajos en esa dirección. De esta manera, ponemos a disposición de nuestros lectores este nuevo número con la seguridad de que las contribuciones de nuestros autores serán de mucha utilidad para la comunidad psicológica de nuestra América Latina. Dr. Raúl Rocha Romero Editor Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27 Resistência e migração: caminhos de construção de identidade por mulheres que viveram situação de tráfico Lúcia Isabel da Conceição Silva1 Universidade Federal do Pará Marcel Hazeu2 Sodireitos de Belén del Pará Resumo Este artigo é parte da pesquisa trinacional sobre tráfico de mulheres do Brasil e da República Dominicana para o Suriname: uma intervenção em rede, sob a coordenação da ONG Sodireitos de Belém do Pará. Esta pesquisa ouviu 15 brasileiras e 08 dominicanas que vivenciaram situação de tráfico, utilizando como instrumentos entrevistas semiestruturadas e observações nos aeroportos em Belém e Paramaribo e clubes em Paramaribo. A partir do relato das mulheres busca-se compreender os processos de negociação que estas estabelecem na construção de suas identidades, entendidas como promovidas, confrontadas, negociadas, substituídas, refeitas a partir de interesses, pessoais, institucionais, formas de controle diversas. Percebe-se, portanto, que não é possível falar de identidades passivas ou estáticas ou apenas determinadas por condicionantes externos, estas, ao contrário, constroem-se nas negociações que cada sujeito é capaz de fazer consigo mesmo e com as determinações sociais e institucionais. É assim, num jogo contínuo de confrontos, que cada uma das mulheres elabora suas estratégias de ação e reação. Palavras–chave: tráfico de mulheres, gênero, Amazônia, identidade. Resumen Este artículo es parte de una investigación trinacional sobre tráfico de mujeres de Brasil y de la República Dominicana para Surinam: una intervención en red, bajo la coordinación de la ONG Sodireitos de Belén del Pará. Se entrevistó a 15 brasileñas y 8 dominicanas que vivenciaron situación de tráfico, utilizando como instrumentos entrevistas semi-estruturadas y 1 2 [email protected] [email protected] 5 L. I. C. Silva & M. Hazeu observaciones en los aeropuertos en Belén y Paramaribo y clubes en Paramaribo. A partir del relato de las mujeres se busca comprender los procesos de negociación que éstas establecen en la construcción de sus identidades, entendidas como promovidas, confrontadas, negociadas, sustituidas, rehechas, a partir de intereses personales, institucionales y formas de control diversas. Se percibe, por lo tanto, que no es posible hablar de identidades pasivas o estáticas o sólo determinadas por condicionantes externos, éstas, al contrario, se construyen en las negociaciones que cada sujeto es capaz de hacer consigo mismo y con las determinaciones sociales e institucionales. Es así, en un juego continuo de enfrentamientos, que cada una de las mujeres elabora sus estrategias de acción y reacción. Palabras clave: identidad. tráfico de mujeres, género, Amazonia, Abstract This article is part of the tri-national research on trafficking of women from Brazil and the Dominican Republic to Suriname: a networked intervention, under the coordination of the NGO Sodireitos, of Belém, in the state of Pará. This study heard 15 Brazilian and 8 Dominican women who experienced human trafficking, using as instruments half-structured interviews and observations at the Belém and Paramaribo airports and clubs in Paramaribo. Based on the stories told by these women, an attempt is made to understand the processes of negotiation that they establish in building their identities, which are understood as being promoted, confronted, negotiated, substituted, remade based on personal and institutional interests and various forms of control. Therefore, their identities are not passive or static, nor determined only by external conditioning factors, rather they are built through the negotiations that each woman is capable of conducting within herself and with social determinations. It is within this struggle that each woman develops her action and reaction strategies. Key words: women trafficking, gender, Amazon, identity. Introdução “Nosso mundo, e nossa vida, vem sendo moldados pelas tendências conflitantes da globalização e da identidade”. Esta frase com a qual Castells (2008) abre a introdução de seu instigante O poder da identidade, parece 6 Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27 adequada para iniciar as reflexões sobre as histórias de vida de mulheres que viveram situações de tráfico3 visto que, de forma concreta e contundente, estas se constroem num processo contínuo de confrontos subjetivos e resistência individual ante as permanentes violações que enfrentam devido suas condições sociais, econômicas e culturais. A discussão sobre os relatos de mulheres que viveram situação de tráfico nos permite referir vários momentos dessa resistência: antes, fugindo da situação de miséria ou violência sexual e doméstica, rejeitando o papel submisso de esposa ou a função altruísta de mãe que cria e sustenta os filhos sozinha; no Suriname, brigando contra o que considera abusos nas relações de trabalho, fugindo; na volta, preparando-se para novas viagens ou decidindo ficar, às vezes se envolvendo na luta contra tráfico de pessoas. Em 2007 coordenamos uma pesquisa tri-nacional no Brasil, na República Dominicana e no Suriname (SODIREITOS, 2008) com três equipes de pesquisa formadas por pesquisadores de organizações não governamentais4. Como procedimento de coleta utilizou-se entrevistas individuais semiestruturadas, a partir de um roteiro de perguntas abertas sobre a experiência antes, durante e depois da viagem ao no exterior e suas percepções sobre esta experiência. Além disso, utilizaram-se observações em clubes onde as mulheres trabalhavam no Suriname e em aeroportos em Belém e em Paramaribo. No total foram entrevistadas, nos três países, 23 mulheres que foram traficadas, oito famílias de mulheres traficadas, doze representantes de organizações não governamentais que tinham trabalho com mulheres, dez representantes de órgãos governamentais e quatro pessoas com atuação nas redes de tráfico de mulheres. As entrevistas foram realizadas pelos autores em 3 Este artigo é baseado em dados da pesquisa trinacional sobre tráfico de mulheres do Brasil e da República Dominicana para o Suriname: uma intervenção em rede. Sodireitos. Belém – Pará. 4 Brasil: Grupo de Mulheres Brasileiras; Sociedade Paraense de Defesa dos Direitos Humanos, Sociedade de Defesa dos Direitos Sexuais na Amazônia; República Dominicana: Centro de Orientación e Investigación social; Centro de Apoyo Aquelarre; Movimiento de Mujeres Unidas; Suriname: Stichting Maxi Linder. 7 L. I. C. Silva & M. Hazeu locais de prostituição (clubes ou pontos na rua), aeroportos, serviços públicos, residências e sedes de organizações não governamentais. As mulheres foram abordadas e convidadas a participar da pesquisa nos locais de trabalho ou nas suas residências, algumas foram indicadas pelas ONGs que as atendiam. As entrevistas duraram entre 90 e 120 minutos, sendo gravadas e transcritas e serviram, juntamente com os diários de campo (observações), como material de análise coletiva por parte das organizações responsáveis pela pesquisa. A pesquisa foi possível pela inserção das organizações no mundo das mulheres traficadas. Esta pesquisa pretendeu discutir as questões da invisibilidade da migração feminina e das questões de gênero na Amazônia nos estudos sobre migração, uma vez que em estudo sobre imigração brasileira para a Espanha (Piscitelli, 2010), a autora identifica origens bem diversas (São Paulo, Belo Horizonte, Rio de Janeiro, Goiás, Mato Grosso e Rio Grande do Norte) e que aponta uma realidade, em termos de relações e transnacionalidade bem diferente daquela vivida (na origem) por mulheres amazônidas. Outros estudos recentes sobre migração de mulheres brasileiras (Piscitelli, 2010, 2011; Togni, 2010, 2011; Assis, 2003, 2011), que discutem questões de gênero e identidades, abordam tanto os lugares chamados origem quanto os chamados de destinos e contribuem para dialogar sobre a realidade da migração internacional de mulheres das periferias de Belém. Na pesquisa se evidenciou um fluxo constante de mulheres brasileiras e dominicanas que encontraram em Suriname realidades análogas à escravidão em clubes de prostituição, garimpos e residências, caracterizadas pelo uso de força, dívida, ameaça e isolamento com fins de explorá-las. A organização do tráfico passa por redes que interligam os três países e envolvem mulheres em situações de vulnerabilidade social, econômica e psicológica, devido à pobreza, várias violações de gênero (abuso sexual, trabalho doméstico, violência doméstica, gravidez e maternidade precoce e não dividida), somadas com 8 Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27 discriminação racial, marginalização estrutural no mercado do trabalho e no campo das políticas sociais. É demasiado simplista entender a situação destas mulheres somente como consequência lógica na cadeia de violações que sofreram por nascer e crescer pobre e mulher. Uma análise mais ampla passa por compreender singularidades de cada mulher na realidade do tráfico de pessoas, suas motivações, decisões, resistências, construção de identidade. Identidades são fabricadas, promovidas, confrontadas, negociadas, substituídas, refeitas a partir de interesses, pessoais, institucionais, formas de controle diversas (Hall, 2009). Tampouco são passivas ou estáticas, nem apenas marcadas externamente, mas constroem-se nas negociações que cada sujeito é capaz de fazer consigo mesmo e com as determinações sociais e institucionais. Possibilidades, limites, confrontos, negociações são elementos fundamentais para pensar os processos de construção de identidades nas mulheres que vivenciaram situação e tráfico de pessoas. Quais as possibilidades que se lhes apresentam, diante da diferença, exclusão e marginalização, como marcas da modernidade e que se agudizam na situação de vida dessas mulheres? Como elas elaboram sua ação e reação? Giddens (2002) refere-se aos “estilos de vida” que cada indivíduo é forçado a escolher dentro do jogo social, concordando que em parte, os pobres têm menores possibilidades de escolhas. Eu não sabia o que ia acontecer. Meu desejo era trabalhar pra ajudar minha família. Viajei sem documento, minha mãe nem sabia. Tinha 14 anos (2005) quando fui para o Suriname. Eu fui por tráfico. Pro Oiapoque 9 L. I. C. Silva & M. Hazeu A. me convidou. Ela me chamou pra trabalhar na casa dela de babá eu mais uma amiga minha. Chegou lá era pra se prostituir. Nós chegamos no aeroporto e não tinha pra onde ir aí foi o jeito. Agora ela ta foragida. Chegou lá na casa de prostituição o dono não queria aceitar a gente porque a gente era de menor. Aí a gente teve que ficar lá por quatro dias até a gente pagar a passagem. Depois ele mandou a gente ir embora.... Nós fomos trabalhar numa pizzaria do pessoal do Amapá e fui trabalhar lá só por comida e quarto, sem ganhar nada.... Conheci a... e ela me convidou pra passar um mês no Suriname pra conhecer, eu fui e quando chegou lá a gente foi pro garimpo (La, Brasil). Fui a primeira vez em 2006. Meu marido me abandonou e me vi numa situação difícil. Nunca tinha trabalhado antes. Eu fui por necessidade. Não foi por sonho. Me vi sozinha, separada e com quatro filhos pra criar. Não tinha nenhuma experiência, nunca tinha feito nada. Casei adolescente, tive o primeiro filho com 15 anos. Engravidei do meu namorado e casei com o outro, grávida. Aí apareceu o convite (Ma, Brasil). Apareceu uma senhora ali no campo que, segunda ela, queria trazer uma moça para cá, para a capital para trabalhar. Ela (a madrasta) de uma só vez disse: Levem ela. E me entregou para ela e vim para cá, para trabalhar. Aos nove anos..... Ela me tratava bem, mas o cunhado é que às vezes tentava me estuprar (Co, República Dominicana). Impossível não refletir sobre as possibilidades e condições nas quais estas mulheres precisam “escolher” seus estilos de vida. São muitas histórias tecidas em situações bem diversas, mas que tem em comum a necessidade financeira vista e vivida de formas diferenciadas: pobreza extrema, falta de dinheiro e de perspectivas, filhos, pais ou mães para sustentar. A isso se associam desejos de aventura, ilusões, liberdade, outra 10 Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27 identidade, independência. Identidade e resistência (ou Identidades que resistem) É necessário reconhecer que existem campos de luta contra diversas formas de dominação de gênero, de classes, contra a exploração do trabalho ou pelo trabalho e fundamentalmente, contra as amarras que o indivíduo impõe a si próprio e aos outros. Identidade e resistência se ligam, pressupondo que a capacidade de resistir se forja diferentemente nos processos de construção de identidades, possibilidades de ser mais ou menos forte, mais ou menos resistente, de lutar e saber pelo que lutar. Entende-se, como Hall (2009), Castells (2008) e Silva (2009), que a identidade não existe como conceito essencialista, mas que se refere a um processo permanente de construção e produção, num campo tenso entre o processo estratégico individual de se tornar e ser sujeito e a imposição de papeis hegemônicos nas sociedades. Segundo Hall (2009), o conceito de identidade é um conceito estratégico e posicional e a identidade é fragmentada, nunca completa e sempre em construção. Cada indivíduo precisa e é chamado para assumir esta construção permanente, com a certeza de nunca poder encontrar “a identidade”. É um processo que parte do princípio de que o ser humano é um ser social que se constitui na e pela relação com o outro. O sujeito internaliza, segundo Castells (2008), de forma particular a influência das instituições dominantes, não como processo linear, mas como construção e possibilidade de resistência: Identidades constituem fontes de significado para os próprios atores, por eles originados, e construídas por meio de um processo de individuação. Embora as identidades também possam ser formadas a partir das instituições dominantes, somente assumem tais condições quando e se 11 L. I. C. Silva & M. Hazeu os atores sociais as internalizam, construindo seu significado com base nesta internalização (p. 23). Silva (2009) localiza este processo no contexto das lutas sociais, das desigualdades e das relações de poder, sendo: “A identidade, tal como a diferença, uma relação social. Isso significa que sua definição está sujeita a vetores de força, a relações de poder. Elas não são simplesmente definidas; elas são impostas.... A afirmação da identidade e a enunciação da diferença traduzem o desejo dos diferentes grupos sociais, assimetricamente situados, de garantir o acesso privilegiado aos bens sociais”. (p. 81) Variadas experiências de relações de gênero comportam densos significados de poder e identidade. Educação para a heteronomia, submissão, passividade, domínio do doméstico, somadas às desigualdades econômicas, sociais, raciais. Situações concretas, forças opressoras, limites aos horizontes sociais, embora se observem conquistas da condição da mulher nesses campos. As mulheres aqui referidas se opõem, resistem de variadas formas que ora vão acontecendo em suas vidas, ora são intencionais, explícitas, planejadas diante das necessidades e situações. Quero sair dessa vida, tanto que me viro, levo minhas coisas pra vender, faço outros trabalhos, cozinheira, faxina e vou ganhando meu dinheiro. Não vivo só disso (MA. Brasil). São estratégias individuais, todavia, as mulheres buscam sobreviver sozinhas, enfrentando e resolvendo seus problemas e da sua família. 12 Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27 Kempadoo (2004) define resistência como “políticas e práticas que são situadas em condições materiais do dia-dia que atuam para subverter, contestar ou transformar relações de dominância”5, individual ou organizada, em ampla escala ou nas situações diárias. Para esta autora também, a resistência pode ser silenciosa, se manifestando nas brechas da dominação, inclusive no silêncio, como atos individuais ou coletivos de desobediência ou de recusa a padrões publicamente aceitos. Podendo ser nesse campo que se constrói a resistência contra o regime sexual dominante, o que torna, para ela, a sexualidade uma categoria importante de análise. Cogitam-se diferentes níveis de resistência e aqui aparece um desses níveis. Resistência aos estereótipos, ao descumprir o papel de submissão, de fragilidade da mulher, que vive para cuidar da casa, chefiada pelo homem. Contudo, submissão e independência, não podem, pelo menos nessas situações, ser entendidas como absolutamente contrapostas ou mutuamente excludentes. Paradoxalmente, as mesmas mulheres que transgridem papéis e estereótipos de gênero, assumem papel de provedora, chefiam famílias, o fazem a partir de uma mentalidade, “machista”, assumem porque “falta o homem”, são obrigadas, “precisam ser pai e mãe”. Dessa forma, não parece haver uma maior clareza ou questionamento desses papeis e estereótipos, (consciência?). Esta situação tem responsabilizado essas mulheres, mães, chefes de família e, comodamente, desobriga os homens de suas funções e responsabilidades como pais. Elas rejeitam uma expectativa de papel feminino. Sendo mães, reproduzindo, cuidando dos filhos, elas saem e os deixam com quem cobra delas este papel. Outro indicador de resistência? Contra as normas de ser mulher a serviço dos seus filhos (enquanto os pais vivem livremente) ela vai, mesmo sob a argumentação e acreditando que esta escolha se faz justamente “Resistance I take to mean politics and practices that are lodged in material conditions of everyday life that work to subvert, contest, or transform relations of dominance”. 5 13 L. I. C. Silva & M. Hazeu como mãe que quer dar o melhor para seus filhos. Resistir ao modelo de submissão imposto pela família, igreja, serviços de assistência etc. ela migra, sem filhos. As que voltam, geralmente sem trazer recursos que mudariam as condições de vida da família, nem sempre (e geralmente não) voltam a morar com seus filhos. Continuam tentando construir outro caminho. Apesar de não demonstrarem fragilidade nas situações que enfrentam/enfrentaram, ainda assim admitem, se adequam aos papéis de fragilidade, submissão, o buscando homens-protetores, reais ou apenas sonhados. Submissão e domínio das situações parecem condições que se alternam na vida cotidiana dessas mulheres. Se pensássemos que o trabalho, a garantia da sobrevivência sua e de sua família pudesse abrir espaços para outras conquistas, a realidade mostra que a presença marcante na esfera familiar não redunda em maior poder político ou status. De qualquer forma, e independente das circunstâncias geradoras, elas assumem papel protagonista de suas vidas e histórias, lutam por espaço, sobrevivência, identidade, o que indubitavelmente, exige poder e força. Aqui o conceito de violência simbólica (Bourdieu, 1999) ajuda a compreender as dificuldades enfrentadas pelas mulheres para romper com este círculo de dominação, já que: “a violência simbólica se institui por intermédio da adesão que o dominado não pode deixar de conceder ao dominante (e, portanto, à dominação) quando ele não dispõe, para pensá-la e para se pensar, ou melhor, para pensar a sua relação com ele, mais que de instrumentos de conhecimentos que ambos têm em comum e que, não sendo mais que a forma incorporada da relação de dominação, fazem esta relação ser vista como natural”. (p. 47) 14 Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27 Nesta negociação de identidades, há certamente desafios objetivos e subjetivos a serem enfrentados por estas mulheres. Migrar é resistir Inquestionavelmente, o fenômeno da migração está relacionado, hoje, com a desigualdade entre as pessoas, classes sociais e entre as nações, embora se possam identificar outros aspectos adjacentes (desejos de mobilidade, exploração, aventura). A principal motivação da migração é a busca de oportunidades, melhores condições de vida. É muito por um sonho, você tem um sonho de ser artista, de ser dançarina, de ser alguém, e esse momento chega uma pessoa que desenha para você uma proposta exatamente como você queria (MA, República Dominicana). Por que as jovens mulheres procuram o Suriname? O Suriname não seria a primeira escolha, se dependesse dos sonhos brasileiros e dominicanos. Europa, Estados Unidos e Japão habitam o imaginário, quando se fala em mudar de vida, migrar. O Suriname, como país desconhecido, pobre, sem vínculos históricos ou culturais com o Brasil ou República Dominicana, se constitui destino por se enquadrar na lógica migratória da Amazônia e no Caribe, cuja ocupação provoca historicamente deslocamentos de trabalhadores para obras temporárias interessantes ao Estado, ao grande capital e ao setor turístico (Kempadoo, 1999). Jogo de interesses no qual os trabalhadores locais e migrantes tornam-se meros objetos de planos econômicos e geopolíticos. Os migrantes são estimulados ou forçados a migrarem, se tornando mão-de-obra barata, até ficarem desnecessários ou se transformarem em obstáculos. Costumamos dizer que sobram três opções para populações 15 L. I. C. Silva & M. Hazeu marginalizadas nos dois países: continuar e ser cada vez mais excluído; resistência e luta pela terra, permanência e sobrevivência, uma luta deveras inglória; ou migração para outros lugares em busca da cidadania negada. Aos que “optam” pela migração, os destinos são as periferias dos centros urbanos na região, os países caribenhos e amazônicos vizinhos, onde a lógica da divisão do trabalho e as formas de exploração se repetem. Aos homens, a construção e o garimpo. Às mulheres, trabalho doméstico, cozinha ou prostituição e talvez um amigamento garantidor de proteção e sustento, ou ainda, o comércio clandestino. As mulheres brasileiras não sonham com migração, mas com sobrevivência: Não, eu nunca tinha vontade de viajar para fora do país. Eu queria trabalhar pra ajudar minha família. Eu não sabia o que ia acontecer (LA, Brasil). As dominicanas, como parte da cultura de ilha e caribenha, pensam em migrar. Esta migração, nos moldes regionais, facilita a decisão, para as mulheres e suas famílias, de aceitar convites que repetem a história da região: prostituição, trabalho doméstico e cozinha. P: Então ela te disse que tu irias trabalhar como doméstica? R: Sim, aí ela marcou o dia em que ia viajar. Aí eu fui na casa dela. Ela me vestiu todinha, me levou pro aeroporto (CE, Brasil). Ela só me disse que seria com a S que mora na.... foi a S que levou ela, minha filha seria babá da filha da S (mãe da DU, Brasil). Ele me ofereceu que ia trabalhar num salão, colocando cabelo postiço 16 Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27 (MI, República Dominicana). Migrar é, ao mesmo tempo, fuga e possibilidade de construção de uma identidade nova. Buscando uma cidadania negada, elas se vestem com a identidade “migrante”. Acreditam que os estrangeiros gostam de brasileiras e dominicanas, pois no Brasil e na República Dominicana os “gringos” as tratam bem. Eu imaginava, na verdade, imaginava bonita... que as pessoas eram um outro tipo de gente, entendeu? Que não tinham tanta maldade (MA, República Dominicana). Imagem que se dissipa na prática no Suriname, uma “sociedade plural”, em cuja organização destacam-se grupos étnicos, com histórias migratórias e de construção de identidades próprias: hindustanos, crioulos, javaneses, marrons, chineses e ameríndios, construindo e reconstruindo suas identidades de grupo ocupando fatias e espaços sociais. Há uma tolerância cultural entre os grupos que tanto orgulha os habitantes quanto naturaliza as profundas desigualdades sociais. Para se integrar nesta sociedade, é preciso integrar um destes grupos constituídos, através de casamentos ou afirmando uma identidade de um grupo novo, dentro desta conjuntura, a exemplo do que fazem alguns brasileiros comerciantes. Novos grupos de migrantes, porém, não se encaixam neste modelo e são tratados com fortes preconceitos: As mulheres brasileiras são discriminadas, como aqui. Mas lá é mais. Eles acham que brasileiros são ladrões, mulheres e homens. O tratamento é grosseiro, das mulheres inclusive (RO, Brasil). Com certeza, lá é uma discriminação com as brasileiras, é triste, nós 17 L. I. C. Silva & M. Hazeu somos rebaixadas (BE, Brasil). É muito ruim a gente no país dos outros, a gente passa muita humilhação lá fora (RO, Brasil). Por enfrentar estas situações, dizemos geralmente, que são as pessoas mais corajosas, audaciosas e fisicamente mais íntegras que migram. As resistências repetem as formas inscritas pelas histórias de vida e história social das mulheres marginalizadas: fuga, alianças com os opressores, pequenas revoltas, mas sempre sozinhas, como numa revolução individual, sem agruparem-se na resistência, quase nunca contarem com nenhuma ajuda de ONGs ou serviços. São elas, sozinhas, contra o mundo, e assim, constroem as estratégias possíveis, fogem para os garimpos, brigam entre si ou com os donos dos clubes, viram segundas ou terceiras esposas, se amigam, trabalham para os traficantes. Todas estratégias para pertencer e sobreviver. Aí peguei e falei: Ninguém vai me obrigar a fazer nada, nem a tirar a roupa pra fazer strip-tease pra ninguém. Não vou. Olha, às vezes, quando fugia, porque eu penei um bocado na mão deles mas eles penaram um bocado na minha. Eu fugia, eu ia conhecer os clubes, eu ia aos restaurantes, eu arrastava uma galera comigo, eles ficavam sem mulheres, levava um monte de meninas, fomos no supermercado, nós saímos pela outra rua, e a gente não sabia que aquilo era tudo deles, quando a gente chegava, já sabiam onde nós estávamos (DI, Brasil). Eu briguei muito no clube. Reclamava meus direitos e levei muita menina pra polícia também. Eu briguei com a gerente. Estava passando mal e pedi pra ir pro quarto. Ela não quis me dar a chave. Disse que eu tinha que trabalhar assim mesmo. Eu tirei a chave dela e sai fugida. Fui na polícia e eles tiveram que me liberar (MA, Brasil). 18 Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27 Ela me falava (a sua prima): Vamos lá, se troca! Tens que descer. Mas para quê? E ela: Mulher (ri), mas para quê? Mas eu: Não, e depois foram falando, falando. A gente brigava, discutíamos muito e durante um tempo ficamos sem nos falar, sendo inimigas. Mas, como você já está aí, tinha que fazê-lo (CO, República Dominicana). A situação de dupla solidão é comum a todo estrangeiro vivendo distante de seu país: afasta-se da cultura, das pessoas com quem partilhar essa cultura. Essa situação é mais premente para as mulheres em situação de tráfico, para quem o esforço de inserção na comunidade, além dos seus conflitos e tensões, se faz acompanhado de representações e estereótipos que as acompanham: traficada, prostituta, ilegal. Qual o espaço e o status definido para elas ou a que podem aspirar? As brasileiras e dominicanas chegam ao Suriname sob estigmas extremamente negativos, da desclassificada social, da associação à vagabundagem e à luxúria. Além de todos os demais problemas (dívida, encarceramento, exploração), elas precisam conviver e negociar com a imagem do desacreditado. Por isso, são rechaçadas. As brasileiras, inclusive pela própria comunidade brasileira que é numerosa no país – que, no empenho de construir uma imagem positiva e de afirmar-se como grupo étnico, não pode assumir nenhuma ligação com as representantes do estereótipo brasileiro de baixo nível. Pois elas representam a imagem deteriorada, da qual a comunidade de imigrantes brasileiros luta para se livrar (Theije, 2007). Entre ser explorada ou ser excluída A identidade revela uma hierarquia social: de um lado os que têm: direito, acesso, possibilidades de escolhas de identidades; do outro aqueles que veem continuamente negado esse direito de negociar identidades. Estes últimos, dentre os quais possivelmente essas mulheres se incluem, acabam empurrados para identidades “menores”, às quais não querem pertencer, que passam a marcá-las. Que elas reconhecem como menor, que as humilham, 19 L. I. C. Silva & M. Hazeu violentam, estigmatizam? Antes da viagem violência, pobreza extrema, condições adversas de sobrevivência, sonho e expectativas com o estrangeiro. Uma vez lá, o sonho se dissipa e as condições são semelhantes ou piores, já que precisam enfrentar os rótulos do “estrangeiro ameaçador”; no retorno novamente, falta de oportunidades e mais o estigma de fracassada, que não cumpriu as expectativas (delas e de suas famílias) de sucesso internacional, de salvadora da família. O rótulo de prostituta pesou muito na produção de identidade das mulheres em toda trajetória de migração. Mesmo podendo ter sido “funcional” para algumas em algum momento da trajetória de migração para garantir espaço no mercado de sexo e para acessar algumas redes sociais no início da migração, ele se torna um estigma do qual dificilmente se livra e que tem consequências práticas de discriminação em qualquer lugar. Ser vinculada a este mercado implica em ser considerada “a outra” uma vítima que precisa de resgate ou uma mulher caída, que precisa ser excluída. Trata-se de um fator que não depende do fato concreto de ter estado ou não na prostituição. A lógica migratória que oferece a mulheres migrantes pobres e pioneiras a prostituição como uma das poucas possibilidades de concretizar seu projeto migratório -pela negação de acesso a outras formas de migrar e trabalhoarticulada com a organização do mercado de sexo que se beneficia com a irregularidade e ilegalidade, cria uma lógica de migração insegura. Além disso, este processo força muitas mulheres migrantes, de fato, a entrar no mercado de sexo e as impõe a „identidade de prostituta‟. As mulheres entrevistadas não optaram e nem se identificaram com o “ser prostituta” ou “ser imigrante”, mas optaram por migrar e, às vezes, através da prostituição, entrar no outro país, sem imaginar as consequências para as suas novas identidades. 20 Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27 O rótulo de prostituta confunde, por interesses diversos, o exercício de uma atividade, em algum momento e sob certas condições, com um elemento constitutivo e essencial de uma identidade; uma divisão das mulheres em “prostitutas imigrantes” versus “mulheres honestas nacionais”, e “prostitutas emigrantes” versus “mulheres honestas que ficaram nas suas famílias”. Ao mesmo tempo, pode se perguntar se a estratégia de migrar e atuar na prostituição não pode ser uma forma de resistência à sexualidade vivenciada no lugar de origem, esta voltada para procriação e submissão/prazer de um marido? Quando a volta ocorre em situação de mais fracasso, desrespeito e novo dilema: melhor nunca ter saído? Tentar de novo, agora mais “esperta” e imune ou menos suscetível à violência? Ficar e assumir definitivamente o fracasso? Como desejar uma identidade que lhe tem sido sucessivamente negada? A opção que se apresenta parece ser sempre entre ser explorada ou ser excluída. Esta última opção tem parecido mais vantajosa para algumas mulheres, que simplesmente desistem de vez, às vezes de forma consciente “vou viver do jeito que dá”, outras ainda falando de planos e sonhos que sabem elas, não têm condições concretas de realizar. O posicionamento firme de não querer voltar para Suriname das dominicanas revela a possibilidade de fortalecimento de suas resistências através do atendimento, do apoio recebido e trabalho de conscientização realizado por organizações não governamentais no país (Centro de Apoio Aquelarre [CEAPA], 2008). Isto é o inferno, eu não viajaria mais para nenhum lugar. Eu não me deixo enganar. Podem me dizer que vou lavar o ouro, que eu não vou, porque não é isso o que iria fazer lá, é um engano (CO, República Dominicana). 21 L. I. C. Silva & M. Hazeu Acreditamos que a despeito das experiências vivenciadas serem importantes, o são também, as formas como cada sujeito as “significa”, processo esse que é bem singular, individual. Para as mulheres em questão, a sucessividade de atos de violência, exclusão, falta de oportunidades às vezes é significada como natural, se vendo impotentes para mudar. Parece que foram destinadas à “subclasse”, a não identidade, e em determinado momento parece mais tranquilo aceitar essa determinação. Dominação interiorizada, como diria Foucault (1999), o micro poder que penetra nas instituições, nos discursos, nos corpos dos indivíduos, sujeitandoos. Entretanto, o poder não é apenas o conjunto de instituições provocadoras de sujeição, nem um sistema geral de dominação exercida por um grupo ou indivíduo sobre outro. Mas fundamentalmente, relação, uma multiplicidade de correlações de forças, provenientes de lugares diversos, capazes de transformar, reforçar, inverter. Para Foucault (1999), lá onde há poder, há resistência e, por isso mesmo, esta nunca se encontra em posição de exterioridade em relação ao poder. Isto nos aponta, que, se há estruturas limitadoras estas também podem abrir possibilidades de novas significações, de novos sujeitos, que rompem, reconstroem, tornam-se capazes de lutar contra a submissão. Construção de identidades de resistência individuais e coletivas As histórias são reveladoras de limites que nos levam a questionar quais são, de fato, as condições de enfrentá-los e superá-los. De que resistência se fala? Aquela que aguenta a situação? Outra que transgride ou transforma as relações? Ou outra ainda, que torna a mulher uma vencedora? Seriam todas estas dimensões de uma mesma coisa? 22 Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27 Evidentemente, as mulheres entram nas situações em posição de extrema desvantagem: décadas de formação para a heteronomia e submissão, responsabilidades duplas no cuidado e provento dos filhos, percepção do corpo como objeto etc. Elas, contudo, podem construir resistência e ocupar o espaço negado. A princípio, a partir do papel de submissão que depois, pode ser retomado como instrumento para a ação. O sujeito oprimido precisa compreender a causa da opressão, para superá-la. Assim, quanto mais a mulher se apropria deste papel, maior a possibilidade de opor-se a ele, de construir elementos para posicionar-se nos diferentes espaços da vida social. Se é contra um poder que se luta, essa começa a partir de onde se encontram aqueles sobre quem esse poder ou abuso se exerce, a partir de sua atividade ou até de sua passividade. Se este é o caso das mulheres aqui referenciadas, então falamos de uma luta ou de lutas que se iniciam de formas bem específicas -lá onde o poder se exerce diretamente, contra quem o exerce diretamente: estratégias de superação da miséria que grita mais forte, fuga da violência, contra a violência nas relações nos clubes etc. Diríamos, são formas particulares de luta, lá onda cada uma delas sente atingida. As mulheres sofrem abuso (de poder) de muitas e diferentes formas e lutam contra cada um deles -o que é legítimo, é uma forma de resistência. Evidentemente, que nas condições em que se encontram, além das desvantagens simbólicas, essas condições de resistência são extraordinariamente limitadas e elas agem com os recursos disponíveis. O próprio corpo é um recurso, do qual fazem um uso já, sancionado pela cultura patriarcal, machista, ocidental – servir aos prazeres do homem. Nesse caso, entretanto, usado estrategicamente como fator de troca -ganhar a sobrevivência. Trata-se de um embate subjetivo contra a violência simbólica. 23 L. I. C. Silva & M. Hazeu Corpo tornado coisa, disciplinado, controlado, mas que pode ser subvertido. Libertar-se, tornando-se central às estratégias de emancipação (outra forma de resistência), desde que, descubram esse poder de mudança, essa força subversiva. Este processo que precisa combinar um desconfinamento subjetivo, no qual o indivíduo constrói-se sujeito, objetivo, material, de melhoria das condições concretas de vida. Construir capacidade de descobrir, decidir e dizer “quem eu sou, quem eu quero ser”. Tomar decisões da vida. Isso significa experimentar um profundo sentimento de tomar posse de si. De um projeto de identidade de sujeitos, que produz e fortalece sujeitos (empodera), com vontade e condições de construir um projeto de vida diferente. Negar uma identidade e reafirmar uma outra, dentro dos mesmos e de outros espaços. Este projeto transformador de sujeitos pode refazer-se num projeto de transformação da sociedade, que não precisa necessariamente constituir numa sequencia ordenada, mas que podem começar a ser orquestrados simultaneamente. Para isso precisa ser potencializado numa identidade coletiva. Construção grupal, mediação e interlocução com outras mulheres, que viveram histórias semelhantes ou diferentes, processos de reflexão sobre essas experiências, reapropriação, ressignificação, experimentar liberdade de escolha, discutir possibilidades de autonomização, resistir aos argumentos de inferiorização. Possivelmente este é um processo pelo qual as mulheres na República Dominicana tenham passado e continuem passando, por isso a demonstração de uma mais evidente capacidade de avaliar as situações que viveram no Suriname, uma maior consciência de quão violentas foram e a declaração explícita de que não voltam ao “inferno” novamente. Essa tomada de consciência, entretanto, não pode ser uma luta isolada 24 Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27 das mulheres, exige um longo caminho de responsabilização do setor público, ao qual, por incompetência ou omissão se devem as situações reveladas. O trabalho das entidades na República Dominicana sugere um caminho: a urgência de pensar espaços e políticas de atendimento como possibilidades de integração, comunicação, interação e compartilhamento coletivo de experiências subjetivas, aliado às garantias de direitos sociais básicos (educação, profissionalização, saúde, trabalho e renda). Com direitos assegurados e possibilidades de reflexão e ação grupal, as mulheres podem criar bases de referências que permitem a construção de um nós = sujeito coletivo - ator coletivo, que passa a agir e orientar-se por valores coletivos de solidariedade, justiça, igualdade. Essa identidade coletiva vai ser tanto mais fortalecida quanto mais apoio no grupo e mais evidências de resultados, através do grupo, as vozes se fazem ouvidas. 25 L. I. C. Silva & M. Hazeu Referências Assis, G. O. (2003). De Criciúma para o Mundo: gênero, família e migração. Revista Campos, 33-49. Assis, G. O. (2011). Entre dois lugares: as experiências afetivas de mulheres imigrantes brasileiras nos Estados Unidos. In A. Piscitelli, G. C. Assis, & J. M. Olivar (Orgs.), Gênero, sexo amor e dinheiro mobilidades transnacionais envolvendo o Brasil (pp. 321- 362). Campinas, SP: UNICAMP/PAGU. Bourdieu, P. A (1999). Dominação Masculina. Rio de Janeiro: Bertrand Brasil. Castells, M. O. (2008). Poder da Identidade: a era da informação. Sociedade e cultura. Vol. 2. São Paulo: Paz e Terra. Centro de Apoio Aquelarre (2008). Informe final línea de base proyecto: estableciendo políticas públicas y modelos locales de atención integral para mujeres traficadas al exterior. Municipio: Boca Chica y Los Alcarrizos. Santo Domingo: Autor. Foucault, M. (1999). Microfísica do Poder. Rio de Janeiro: Graal. Giddens, A. (2002). Modernidade e Identidade. Rio de Janeiro: Zahar. Hall, S. (2009). Pensando a diáspora: reflexões sobre a terra no exterior. In Da diáspora: Identidades e mediações culturais (pp. 25-49). Belo Horizonte: Editora UFMG. Kempadoo, K. (Org.) (1999). Sun, sex and gold: tourism and sex work in the Caribbean. Maryland: Rowman & Littlefield publication group. Kempadoo, K. (2004). Sexing the Caribbean. NewYork: Routledge. Piscitelli, A. (2010). Papéis, interesse e afeto, relacionamentos amorosos sexuais e migração. Fazendo Gênero 10: Florianópolis. Piscitelli, A. (2011). Amor, apego e interesse: trocas sexuais, econômicas e afetivas em cenários transnacionais. In A. Piscitelli, G. O. Assis & J. M. Olivar (Orgs.), Gênero, sexo amor e dinheiro mobilidades transnacionais envolvendo o Brasil (pp. 537-582). Campinas, SP: UNICAMP/PAGU. SODIREITOS. (2008). Pesquisa tri-nacional sobre tráfico de mulheres do Brasil e da República Dominicana para o Suriname: uma intervenção em rede. Brasil. 26 Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27 Theije, M. (2007). De Brazilianen stelen al ons goud!: Braziliaanse migrantes in stad en binnenland (Os brasileiros roubam todo nosso ouro. Migrantes brasileiros na cidade e no interior). Oso, Tijdschrift voor Surinaamse Taalkunde, Letterkunde, cultuur en Geschiedenis, 26(1). Togni, P. (2010). Que “brasileiras” Portugal produz? Representações e experiências sobre amor, afeto e sexo. Seminário internacional Trânsitos contemporâneos: turismo, migrações, gênero, sexo, afetos e dinheiro. Campinas: UNICAMP. Togni, P. (2011). Que “brasileiras/os” Portugal produz? Representações sobre gênero, amor e sexo. In A. Piscitelli, G. O. Assis, J. M. Olivar (Org.), Sexo amor e dinheiro mobilidades transnacionais envolvendo o Brasil (pp. 385433). Campinas: UNICAMP/PAGU. Silva, T. T. (2009). A produção social da identidade e da diferença. In Identidade e diferença. A perspectiva dos estudos culturais (pp. 73-102). Petrópolis, RJ: Vozes. 27 Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46 A entrega de um filho em adoção e as vicissitudes de ser mãe Lívia Caetano da Silva Leão1 Caroline Gonçalves Carneiro da Silva2 Solange Aparecida Serrano3 Universidade de Ribeirão Preto, Ribeirão Preto, Brasil Resumo Este artigo teve como objetivo investigar os sentimentos e experiências de maternidade de uma mulher que entregou duas filhas em adoção. Além disso, investigar suas vivências na relação com seus outros filhos não entregues e com a condição de ser mãe neste contexto. Utilizando uma entrevista semiestruturada, realizou-se um estudo de caso único, de caráter qualitativo, através de relato clínico. Os principais resultados apontaram a vulnerabilidade social e emocional da participante como importante influência na entrega das filhas e uma diferenciação entre os filhos que permaneceram sob seus cuidados e as filhas entregues em adoção. Também se notou o papel materno fortemente relacionado ao cuidado e as distintas reações emocionais às experiências de entrega. Conclui-se a relevância de oferecer espaço para essas mães elaborarem suas histórias, além da necessidade de políticas públicas que deem suporte jurídico e emocional às mães/famílias que desejam realizar a entrega de filhos. Palavras-chave: entrega de um filho em adoção, maternidade, psicologia jurídica. Resumen Se investigaron los sentimientos y experiencias de la maternidad de una mujer que entregó dos hijas en adopción, además de indagar sus vivencias en relación con sus otros hijos no entregados y con la condición de, en este contexto, ser madre. Utilizando una entrevista semiestructurada, se realizó un estudio de caso a través del relato clínico. Los principales 1 [email protected] [email protected] 3 [email protected] 2 28 L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano resultados muestran la vulnerabilidad social y emocional de la participante como una importante influencia en la entrega de las hijas, así como una diferenciación entre los hijos que permanecen bajo su cuidado y las hijas entregadas en adopción. También destacan el papel materno fuertemente relacionado al cuidado y a las distintas reacciones emocionales de las experiencias de entrega. Se concluye señalando la relevancia de ofrecer espacios para que esas madres elaboren sus historias, además de la necesidad de contar con políticas públicas que den soporte jurídico a las madres y a las familias que desean entregar hijos en adopción. Palabras clave: entrega de un hijo en adopción, maternidad, psicología jurídica Abstract This study aimed to investigate the feelings and experiences of motherhood of a woman who delivered two daughters for adoption. Furthermore, investigate their experiences in relation to her other children not delivered and with the condition of being a mother in this context. Using a semi-structured interview, we conducted a single case study, qualitative, through clinical report. The main results indicated the social and emotional vulnerability of the participant as an important influence on the delivery and a differentiation between children who remained in their care and daughters delivered for adoption. It was also noted the maternal role strongly related to maternal care and the different emotional reactions to experiences of delivery. We conclude the relevance of providing space for these mothers elaborate their stories, beyond the need for public policies that give legal and emotional support to mothers / families who wish to make delivery of children. Key words: giving of a child in adoption, motherhood, juridical psychology 29 Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46 Introdução Tornar-se mãe não se inicia necessariamente no período da gestação e está relacionado à constituição subjetiva de cada mulher, com seus aspectos infantis, reeditados quando ela se torna mãe (Miranda & Cohen, 2012; Ferrari, Piccinini & Lopes, 2006). Assim, a gestação compreende um momento de transformações necessárias para que se construa um lugar psíquico para o bebê, sendo considerado um importante período da constituição da maternidade (Piccinini, Gomes, Nardi & Lopes, 2008). A literatura que discute as especificidades do papel social de mãe evidencia que a realização maior da mulher está relacionada a ser mãe (Motta, 2001; Raphael-Lef, 1984), embora atualmente outros sentidos venham compondo as experiências femininas (Dias & Lopes, 2003; Patias & Buaes, 2012). Diante das especificidades de formação deste vínculo, questiona-se como isso ocorreria nos casos de entrega de filhos em adoção ou ao cuidado de terceiros, pressupondo serem essas situações ainda mais complexas. Ter um filho traz em si diversos significados, influenciados por sentimentos ambivalentes, condições sócio-afetivas e financeiras da mulher, de maneira que para cada uma esse momento terá um significado próprio (Menezes, 2007; Raphael-Lef, 1984). Esses aspectos terão impacto direto sobre a vivência da gravidez e da escolha do destino do bebê. Por isso, é destacada a importância de se analisar a história de vida da gestante, a relação com sua própria mãe, os sentidos e significados atribuídos por ela à maternidade e ao nascimento de um filho (Menezes, 2007). Tratar o tema da entrega de bebês em adoção exige pensar e superar os estereótipos sociais em relação à maternidade. Ao retomar a história da valorização da maternidade e da criança, encontram-se aspectos contrários aos atuais. Até o fim da Idade Média, a criança era considerada um ser imperfeito e o abandono era uma prática comum. A Roda, nome dado à Casa dos Expostos, onde eram colocadas as crianças que se queria abandonar, foi 30 L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano criada ao longo dos séculos XV e XVI e teve seu início na Itália. No Brasil, a prática de abandono dos filhos teve início a partir da chegada dos brancos europeus e ocorria no espaço urbano. A Roda dos Enjeitados foi criada a partir do século XVIII e se prolongou até meados do século XX. Com o aumento do abandono e da mortalidade infantil, a estratégia utilizada foi conscientizar as mães a cuidarem e valorizarem seus filhos. Dessa forma, a partir do século XIX as mulheres foram estimuladas a exercer o papel de mãe e o abandono passou a ser censurado socialmente. A mulher deveria exercer sua função de boa mãe, considerada como algo instintivo, natural e repleto de emoção. Assim o amor materno se tornou atualmente algo naturalizado, idealizado, mitificado e universal (Badinter, 1985; Menezes, 2007; Motta, 2001; Soejima & Weber, 2008). Alguns estudos relatam que mães que sofreram abandono e negligência em suas histórias passadas podem reproduzir tal fato em suas experiências maternas, caracterizando um círculo repetitivo de geração em geração. Acredita-se, apesar de não ser determinante, que a vivência nas experiências familiares de padrões educativos e estilos parentais pode influenciar no modo como ocorrerá a futura maternagem e a possibilidade de um abandono (Lipps, 2002; Watanabe, 2002). Outros aspectos que podem influenciar na decisão de entrega se referem à ausência da figura paterna, perdas sofridas pelas mães, falta de apoio social, condição socioeconômica desfavorável e também aspectos subjetivos de cada uma (Costa, 2006). A respeito das crianças encaminhadas para adoção, Fonseca (2012) ressalta que a maioria delas vem de famílias miseráveis. Além disso, alguns pesquisadores destacam o quanto as mulheres que entregam seus filhos foram muitas vezes abandonadas por seus parceiros, por seus pais, pela sociedade e, no entanto, são recriminadas como se seus atos fossem derivados apenas de escolhas conscientes. Outra questão importante refere-se à falta de recursos materiais e rede de apoio das famílias biológicas. Esses fatores têm sido utilizados como pressupostos para a entrega de filhos, o que vai contra os 31 Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46 preceitos do Estatuto da Criança e do Adolescente (Mariano, 2004; Mariano & Rossetti-Ferreira, 2008). Uma pesquisa realizada no Brasil com 53 mães que entregaram seus filhos revelou que 75% delas não possuíam condições econômicas favoráveis para criar o filho, além de outros agravantes, como a ausência do pai da criança e a falta de apoio familiar (Freston, 2000). O assunto da entrega de filhos em adoção é bastante controverso e complexo, permeado por preconceitos e estigmas, e acende reações ao desamparo humano que desperta nas pessoas. Essas mulheres acabam tendo sua existência negada e marginalizada, de modo que as mesmas se tornam “invisíveis” socialmente (Associação dos Magistrados Brasileiros [AMB], 2008). É possível que esta mesma dificuldade seja considerada quando se busca por estudos realizados internacionalmente. Assim como no Brasil, eles investigam diversos aspectos referentes à adoção, mas não com foco na mãe que entrega o filho. Destaca-se o estudo de March (1997), o qual analisa os efeitos do contato entre as mães que entregaram as filhas em adoção e as próprias filhas. Este estudo discute resultados importantes por parte das mães, como a incerteza da identidade da filha, o medo da rejeição e uma sensação de insatisfação com o momento após o contato. Estas questões foram intensificadas pela dificuldade de cada mulher em expressar suas próprias necessidades de contato com sua filha, o que exige assistência a essas mulheres. Atualmente no Brasil tem havido discussões relevantes no que tange a essa temática. Algumas leis foram implementadas com o intuito de atender algumas lacunas relacionadas à adoção e aos envolvidos nos processos de adoção. Como exemplo, a Lei 12010/2009, denominada Nova Lei da Adoção (2009), institui a responsabilidade de que o poder público proporcione assistência psicológica à gestante e à mãe nos períodos pré e pós-parto. Isto poderia auxiliar as mulheres a lidar com as questões delicadas do estado 32 L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano puerperal, que podem gerar consequências, como uma decisão impulsiva pela entrega. Inclusive, essa assistência deve ser garantida a mulheres que manifestem vontade de entregar seus filhos para adoção. De fato, compreende-se que são vários os fatores que influenciam na decisão de entregar o filho para adoção. Diante disso, o objetivo deste trabalho foi investigar os sentimentos e experiências de maternidade de uma mulher que entregou duas filhas em adoção. Mais especificamente, pretendeu-se investigar suas vivências na relação com seus outros filhos não entregues e com a condição de ser mãe neste contexto. Método Participou deste estudo Ana4, de 58 anos, com escolaridade de Ensino Fundamental completo. Ela teve oito filhos, dos quais a primogênita e a caçula foram entregues em adoção. Ana foi indicada às pesquisadoras por uma psicóloga, que perguntou à Ana se ela conhecia alguma pessoa que havia entregado um ou mais filhos em adoção. Ela disse que havia feito e gostaria de conversar com as pesquisadoras. Importante mencionar que a busca por uma participante exigiu contatos com diversos profissionais (assistentes sociais, psicólogos e professores) e instituições que atendem à comunidade (maternidades, Conselho Tutelar, abrigos, Bases Comunitárias, Programa Saúde da Família, unidades do Centro de Referência de Assistência Social e Organizações Não Governamentais – de apoio à família, de profissionais do sexo, de apoio às mulheres que sofrem violência doméstica, dentre outros tantos). A dificuldade no acesso a possíveis participantes ficou clara pela inacessibilidade às suas histórias e pela própria estigmatização em torno do fato de terem entregado um ou mais filhos em adoção, de modo que estas mulheres passam a viver praticamente anônimas, em situação de exclusão social. 4 Nome fictício. 33 Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46 Ao final desta busca, as pesquisadoras tiveram contato com quatro mulheres que realizaram a entrega de um ou mais filhos, explicando do que se tratava o estudo e apresentando a elas o Termo de Consentimento Livre e Esclarecido. Após desistências e impossibilidade de que algumas falassem sobre esse assunto, foi escolhida a única entrevista que pôde ser realizada por completo, com Ana. Esta entrevista foi realizada em um encontro com a participante, em sua residência, e consistia de questões sobre aspectos sociodemográficos e tópicos a respeito de temas da história de vida da participante, como infância, adolescência, vida adulta, maternidade, a entrega das filhas e as repercussões das entregas. Todas as exigências éticas foram seguidas, com autorização do estudo pelo Comitê de Ética da Universidade de Ribeirão Preto. Realizou-se um estudo de caso único, de caráter transversal. A entrevista foi gravada e transcrita na íntegra, lida exaustivamente e os aspectos mais relevantes apresentados em forma de relato clínico (Epstein, 2011; Mordcovich, 2011), utilizando excertos das falas da entrevistada quando pertinente. Este relato foi composto por uma breve descrição da história de vida da participante e por dois eixos temáticos que emergiram da própria entrevista, sendo o primeiro relativo aos Sentimentos e experiências de maternidade com os filhos que ficaram com Ana e o segundo referente aos Sentimentos e experiências de maternidade com as filhas entregues em adoção. Concomitantemente, os principais achados foram discutidos com base na literatura. Resultados e discussão À época do contato com as pesquisadoras, Ana tinha 58 anos, era solteira e vivia sozinha (o filho que vivia com ela, quarto em ordem de nascimento, havia sido preso há pouco tempo) em um cômodo localizado em um terreno baldio, no qual não havia saneamento básico nem luz elétrica e 34 L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano escassos recursos materiais. Ela sobrevivia da coleta de lixo, pois estava impossibilitada de continuar trabalhando como varredora de rua após sofrer um infarto. Desde a infância morou em diversos lugares, devido à necessidade de ter que trabalhar desde muito pequena. Ana era a caçula de três irmãs. Em diversos momentos Ana se emocionou bastante, não contendo o choro. Chegou a se ausentar do local da entrevista para chorar no outro cômodo de sua casa, ao referir-se à primeira filha entregue. Por vezes, pausas foram feitas para que ela se acalmasse e a entrevista prosseguisse, com seu consentimento. As pesquisadoras questionaram algumas vezes se ela gostaria de interromper seu relato, mas ela afirmou a necessidade de poder falar sobre aquelas questões que há tanto tempo a incomodavam. A história de Ana foi marcada pela ausência de seu pai. Sua mãe, apesar de sempre presente, viveu poucos anos com Ana e suas duas irmãs, pois cada uma residia em seu emprego. A mãe foi mencionada sempre como uma figura severa e violenta, da qual a participante tinha muito medo e era muito submissa. Ela relatou diversos episódios de violência doméstica ocorridos durante sua infância e adolescência, principalmente cometidos pela mãe em relação às duas irmãs. Quando tinha 13 anos de idade e trabalhava como doméstica, teve sua primeira filha, cujo pai era irmão de sua patroa. Quando o bebê nasceu, ela perdeu o emprego e sua mãe foi quem negociou a entrega da filha aos cuidados de uma pessoa conhecida, que acabou adotando a criança através de uma adoção pronta5. Ela nunca mais soube dessa menina. Aos 19 anos teve seu segundo filho e, algum tempo depois, mais três filhos com o mesmo companheiro. Por fim, após romper com este, teve mais três filhos com outro companheiro – destes, a última filha foi entregue por Ana a uma família, que também se configurou em uma adoção pronta. Essa filha também não foi procurada, pela decisão de Ana de se manter afastada. 5 Adoções prontas ou diretas são aquelas que implicam a entrega de uma criança por parte dos pais biológicos a um casal ou pessoa solteira, viúva ou separada. Já estando com a criança, a família adotante procura a Vara da Infância e Juventude a fim de regularizar a situação, ou seja, procuram legitimar uma adoção de fato (Mariano & Rossetti-Ferreira 2008). 35 Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46 Sentimentos e experiências de maternidade com os filhos que permaneceram com Ana Importante iniciar destacando a relação de Ana com sua mãe, que permeou toda a experiência da participante quando ela própria se torna mãe. As vivências de ambas foram muito parecidas, em meio à intensa vulnerabilidade social, como ausência do companheiro na criação e cuidado dos filhos e sentimentos de abandono. Ademais, notou-se que as relações com a figura materna foram sempre marcadamente ambivalentes e conflituosas. Ana, inclusive, trouxe em seu relato a culpabilização de sua mãe pelas carências que existiram em sua vida como a ausência da mãe nos cuidados físicos e afetivos, refletida na necessidade de buscar seu próprio sustento desde muito cedo. Isso vai ao encontro do estudo de Marin e Piccinini (2009) que afirma que ser mãe solteira exigiria maior apoio social especialmente naquelas famílias em carência de diferentes ordens, já que elas poderiam ter maiores dificuldades devido à sobrecarga de tarefas. Passando às experiências de maternidade, ela relatou que as gestações, em sua maioria planejadas, significaram momentos de plenitude e alegria para ela. Ter filhos representava uma importante função, ligada à capacidade de criação e à necessidade de exercer seu lado protetor. A condição de existir de Ana estava intimamente ligada a ser mãe, como se esse fosse o único papel possível de ser desempenhado por ela, ideia que vem sendo discutida na literatura (Motta, 2001; Raphael-Lef, 1984). Quanto a tornarse mãe, ela afirmou que diversos aspectos de si mesma se modificaram, especialmente a vontade de cuidar e proteger os filhos. Percebeu-se que tornar-se mãe significou para Ana a oferta de cuidado, afeto e proteção, os quais ela não teve: “muda muita coisa né [ser mãe]. Eu acho, pra mim, muda muito. Que eu sou muito grudada, de querer cuidar, de querer.... Medo deles mexer, de fazer qualquer coisa”. 36 L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano Contou que, por ser muito nova quando do nascimento da primeira filha, aos 13 anos, sua forma de cuidado refletia sua inexperiência: “Pra mim era como um brinquedo [a primeira filha].... Eu dava banho nela, punha na bacia e deixava ela. Pra mim ela tava brincando na bacia, quase deu dor de ouvido na menina (riso)”. Um dado importante referiu-se à confusão sobre a ordem e ano de nascimento de cada um dos filhos, de modo que Ana não considerava como filhas aquelas que foram entregues, de forma que permaneciam apenas como uma breve experiência na vida de Ana. Deste modo, ser mãe, para Ana, significava dedicação extrema aos filhos, o que ficou claro pelo exemplo da filha com deficiência, à qual Ana dedicava toda atenção e cuidado. Embora ela sentisse que com esta filha ela podia exercer verdadeiramente o papel de mãe, que parece ligado ao cuidado, ficava em dúvida diante de críticas sobre sua forma de criar os filhos, considerada exagerada. Entretanto, ela se justificava ao afirmar que não gostaria de seguir o modelo de sua mãe: Ah, eu acho que meu jeito de ser mãe... Porque eu tô querendo ser mais do que Deus, sou mais do que Deus pros meus filhos. O que eu passei com a minha mãe eu não quero ver eles passar. Eu acho que eu fico.... a mais. Ela [colega] falou que é pra mim diminuir um pouco. Eu acho que eu tenho... cuidar demais. Quero proteger... Assim como no presente estudo, o de Dias e Lopes (2003) encontrou que entre mães e filhas a representação social da maternidade constituía-se por dedicação e cuidado, apoiada na ideia de maternidade ligada ao afeto. Mesmo não tendo qualquer tipo de ajuda no cuidado aos filhos, ela se utilizava do conhecimento adquirido no contexto de seu trabalho como doméstica, tendo cuidado de outras crianças: “[Eu que] Cuidava... era eu mesmo. Sempre, eu sempre cuidei, sempre trabalhei, pajeava a filha dos outros também”. Além disso, ela desejava que os filhos retribuíssem aos 37 Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46 cuidados dela, esperando que eles fossem um apoio efetivo para ela, o que não aconteceu: Tava sempre atrasada, que o pai não ta ali, mas eu tô sempre ali. Mas eu não... não vale a pena muito não, sabia. Porque agora eu que preciso deles [os filhos] e ninguém ta me ajudando.... Eu acho que eu dediquei demais pra eles e eles nada pra mim (se emociona). Quanto ao apoio às mães, um estudo (Lopes, Prochnow & Piccinini, 2010) apontou que aquelas mães que não tiveram apoio de uma figura feminina que servisse de modelo de mãe e que fosse mais experiente, sentiram dificuldades em lidar com as tarefas da maternidade e os cuidados ao bebê. Esses achados corroboram o que vem sendo discutido sobre as repercussões das experiências vivenciadas por Ana com sua mãe e a forma como ela exerceu os cuidados aos filhos. Por fim, um dos principais aspectos destacados por Ana em seu papel de mãe referiu-se ao seu incentivo na educação dos filhos. Apesar da escolaridade limitada, devido à necessidade de trabalhar desde criança, ela se esforçava para ensiná-los o que sabia e para que eles vivenciassem algo diferente de suas próprias experiências: Então tava sempre pondo na escola, sempre.... Eu chegava do serviço, punha sentado ali numa mesinha. Ensinava. Fazendo comida, ensinando eles o... a, e, i, o, u, ensinando o que tiver que ensinar .... Eu explico pra eles até hoje. 38 L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano Sentimentos e experiências de maternidade com as filhas entregues em adoção Em relação às entregas, como referido anteriormente, Ana vivenciou duas situações distintas de adoção pronta: a primogênita foi entregue por sua mãe, sem seu consentimento, e a caçula foi entregue por ela própria. Na primeira situação, Ana teve que se submeter à decisão da mãe sobre a entrega de sua primogênita, uma vez que o bebê era fruto do relacionamento de uma adolescente com um homem casado (irmão de sua patroa): “Aí minha mãe vendeu, me vendeu lá, fez lá os pacote deles lá. (risos).... Eu fui lá, vendeu, pegou dinheiro lá, porque disse que tinha que pagar a honra da menina.... (se emociona e fica em longo silêncio)”. Embora não quisesse entregar a filha, ao não reagir contra a decisão da mãe, Ana pareceu aceitar e se submeter a essa escolha: “Aí eu tive a menina né. Primeiro... A menina [primogênita] ficou muito tempo lá. Ficou um ano mais ou menos com a gente, eu acho”. De acordo com Fonseca (2012), na época em que Ana fez a entrega da primogênita, era bastante comum que a mãe fosse coagida a fazê-la sob ameaças, além da visível desvantagem legal feminina e materna sobre os filhos. Ao falar sobre a entrega da segunda filha, Ana se emocionou novamente, ao lembrar os momentos vividos com ela, e a dificuldade em se separar daquele bebê ao qual ela devotou cuidados. A família adotante possuía posição social e econômica privilegiada e acabou propondo a Ana o pagamento de seu parto cesariano em troca de ficar com sua filha: Eu não vou deixar essa aqui passar o mesmo que da outra né. Aí, tive que pagar essa operação. Aí a moça falou, „Se você quiser Ana, você tem já criança, já tem menino...‟. Já tinha as três já, as três meninas. Ia ser a quarta. „Deixa ela comigo que aí eu te pago a operação‟. Aí foi assim... (fala começando a chorar).... Aí eu operei. 39 Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46 Ana explicou que antes de ter a caçula, uma das filhas precisava de cuidados especiais e ficava muito tempo internada em hospital. Isso, somado à interferência de sua mãe, que não queria mais nenhuma criança em casa, fez com que ela tomasse a decisão pela entrega. Ademais, o distanciamento em relação às duas meninas ocorreu de duas formas distintas: na primeira entrega houve o afastamento por parte da mãe adotiva, que desapareceu com o bebê. Na outra situação de entrega, quem decidiu se afastar foi Ana, com receio de não suportar a ambivalência que sentia por conviver com uma filha biológica que foi adotada por outra família. Questiona-se o quanto a entrega de um filho se configura como uma morte para a mãe que entrega, não apenas pela perda da guarda do filho, mas pelo rompimento definitivo do vínculo, uma vez que as mães biológicas geralmente acabam perdendo o contato com o filho. Percebeu-se que, para Ana, entregar um filho em adoção, com a decisão de se distanciar dele, representava cuidado, como se não houvesse espaço entre o bebê e a família adotante para a mãe biológica, que se exime do convívio com a filha. A entrega de um filho expõe uma atitude pensada, que demonstra aceitação do fato de se reconhecer como impossibilitada de criá-lo. Atualmente as adoções ocorrem seguindo uma política fechada, em que acontece uma ruptura total do contato entre a criança e a família biológica. Esta política acaba por prejudicar a oportunidade da mãe que entregou elaborar melhor sua ação, além de impedir que a criança tenha acesso a sua história de origem (Motta, 2001). Ao contrário do que expressa o senso comum, geralmente, a mãe que entrega um filho para adoção sente afeto pelo bebê e uma ambivalência enorme entre entregar ou não o filho. Ana referiu que se trata de uma decisão que não pode ser muito pensada para ser concretizada: “É difícil viu. (silêncio) Se você ficar pensando e olhando a neném... Não pode olhar, porque na hora que chegou pra pegar, eu já saí pra fora... Fiquei pra lá... (chora)”. É 40 L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano interessante observar duas questões muito relevantes, relativas às formas como Ana se refere às filhas entregues e às mães adotantes. As filhas não são nomeadas, apenas mencionadas como “uma outra” criança, e as mães adotivas são diferenciadas de acordo com a forma de entrega: aquela mulher para a qual Ana não consente a entrega (primogênita) é lembrada pelo nome e a mulher para quem Ana entrega por decisão é referida como “a mulher lá”. A história de Ana apresenta elementos parecidos conforme apontados por outros estudos (Chrispi, 2001; Fonseca, 2012; Motta, 2001). Não são apenas os fatores socioeconômicos que intervêm na decisão da entrega, mas sim a junção de outros como a ausência paterna e a atitude da família de omitir-se ou rejeitar a gestação. Estes fatores acabam por influenciar a mãe, deixando-a insegura com relação à criação do filho. Outra questão trazida por Ana referiu-se ao preconceito sofrido por ter entregue suas filhas, através de julgamento feito por uma pessoa de sua religião que soube das entregas. Importante discutir que esses julgamentos não se restringem à questão religiosa, mas sim a uma ideia de que a entrega é inaceitável. Entrar em contato com esta temática gera mal estar e angústia, pois pensar no afastamento entre mãe e filho remete a aspectos arraigados do imaginário social, como o mito do amor materno e a questões emocionais próprias de cada um sobre a maternidade (Motta, 2001; Associação dos Magistrados Brasileiros [AMB], 2008). Diante disso, essas mães que realizam a entrega acabam esquecidas, discriminadas e isoladas neste momento em que se sentem frágeis, ansiosas, culpadas e temerosas (Chrispi, 2001). É importante fazer a diferenciação entre abandono e entrega, uma vez que o primeiro termo carrega o sentido de estigma e não traduz o cuidado e preocupação da mãe biológica em não colocar em risco ou prejudicar seu filho (Fonseca, 2012; Motta, 2001). As mães que entregam os filhos estão em busca de uma família que proporcione melhores condições de vida para eles, não apenas materiais, mas que também supram as necessidades biopsicossociais da criança (Costa, 2006). Dessa forma, é importante que haja um espaço de 41 Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46 escuta e compreensão, para que a mulher que tem a intenção de entregar seu filho encontre apoio em alguma instituição pública ou privada. Considerações finais Este artigo abordou um fragmento da história de vida de uma mulher que entregou duas filhas em adoção, investigando seus sentimentos e experiências de maternidade neste contexto de entrega e sua relação com seus filhos não entregues. Ressaltou-se em suas experiências de maternidade a influência de seu relacionamento com sua própria mãe sobre o modo de cuidar e realizar sua maternagem aos filhos, inclusive quanto às entregas para adoção. Foram constatadas semelhanças na representação de maternidade de Ana com as representações de mães que não fizeram entrega de filhos, com ênfase no cuidado como principal representativo do papel materno. Reconhece-se que as entregas deixaram marcas importantes na vida de Ana, de modo que ela se recordou vividamente das duas situações com as filhas. Quanto às experiências de entrega sugere-se que elas foram desencadeadas por aspectos de vulnerabilidade social e emocional, como pobreza, ausência dos pais dos filhos, falta de apoio social, especialmente o rechaço por parte de sua própria mãe durante sua vida. Questiona-se se as experiências que Ana vivenciou com sua mãe teriam influenciado em seu papel materno, com possíveis dificuldades em lidar com as tarefas desta ordem. Em meio a essas questões, Ana se esforça por querer ser uma mãe diferente e aplacar as falhas e a culpa sentidas em decorrência da entrega das filhas, o que a faz exagerada em seu cuidado. Embora este estudo tenha se baseado em um único caso, ele trouxe aspectos extremamente relevantes, apoiados pela literatura, que denotam a necessidade de continuidade de pesquisas com estas mães. Sugere-se investigar mais profundamente aspectos de sua dinâmica psíquica como 42 L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano fundamentais na compreensão da escolha pela entrega. Falar sobre esse delicado tema é uma necessidade premente, de modo que o conhecimento sobre o assunto possa auxiliar os profissionais no trabalho e na escuta a essas mulheres. Assim, um espaço deve ser priorizado para que elas possam elaborar suas histórias, bem como a implantação de políticas públicas que garantam dignidade, apoio jurídico e emocional a elas. 43 Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46 Referências Associação dos Magistrados Brasileiros. (2008). Campanha da AMB em favor da adoção consciente. Cartilha para profissionais de saúde. São Paulo: Autor. Badinter, E. (1985). Um amor conquistado: o mito do amor materno (4a ed.). Rio de Janeiro: Nova Fronteira. Chrispi, L. L. S. (2001). A invisibilidade das mães biológicas no processo de adoção. 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A existência/persistência do preconceito no SUS, por parte de diferentes profissionais, principalmente na atenção à saúde de mulheres negras, portadores de HIV/Aids, usuários de álcool e drogas e população idosa, representa a falha nos serviços e a consequente dificuldade de concretização da equidade. Políticas públicas equitativas articuladas ao compromisso de cidadania pautada no combate à desigualdade social e à conquista de direitos de justiça social, ética e moral, promotoras da dignidade humana só se tornam possíveis com a identificação e superação dos preconceitos e discriminações. Palavras-chave: preconceito, equidade em saúde, Sistema Único de Saúde. Resumen El prejuicio que envuelve algunas prácticas ocurridas en los servicios de salud genera un gran impacto en el logro de la equidad en el Sistema Único de Salud (SUS). El presente estudio discute el principio de equidad del SUS en relación al 1 [email protected] 47 R. A. Oliveira, A. S. Gellacic, A. S. Zerbinatti, F. E. Souza & J. A. Aragão prejuicio, considerando ejemplos de situaciones que implican prejuicios de profesionales de la salud hacia usuarios del sistema. La existencia/persistencia del prejuicio en el SUS por parte de diferentes profesionales, principalmente en la atención a la salud de mujeres negras, de portadores de VIH/Sida, de usuarios de alcohol y drogas, y de la población de la tercera edad, representa un fracaso en los servicios y en el consecuente logro de la equidad. Las políticas públicas equitativas que estén articuladas con el compromiso de la ciudadanía, basadas a su vez en el combate a la desigualdad social y a la conquista de derechos de justicia social, ética y moral, y promotoras de la dignidad humana, sólo son posibles con la identificación y superación de los prejuicios y las discriminaciones. Palabras clave: prejuicio, equidad en salud, Sistema Único de Salud. Abstract Practices of prejudice in the health services have a big impact on the achievement of equity in the Unified Health System (UHS). In this sense, this study discusses the principle of equity of the UHS in relation to discrimination, using examples of situations of prejudice from health professionals towards the users of the system. The existence / persistence of prejudice in the UHS, from several professionals, especially in health care for black women, HIV/Aids patients, users of alcohol and drugs and the elderly represents a failure in the services and the consequent difficulty in achieving the equity. Equitable public policies articulated with the compromise with citizenship based on the fight against social inequality and the achievement of rights of social justice, ethics and moral, promoting human dignity only become possible with the identification and overcoming of prejudice and discrimination. Key words: prejudice, equity in Health, Unified Health System. Introdução A equidade no acesso às ações e aos serviços de saúde traduz o debate atual relativo á igualdade, prevista no texto legal, justificando a prioridade na oferta de ações e serviços às populações mais vulneráveis aos riscos de adoecer e morrer em decorrência da desigualdade na distribuição de renda, 48 Revista Psicología para América Latina (2012), 23, 47-64 bens e serviços (Campos et al., 2006). Dessa forma, é incluído na lógica do Sistema Único de Saúde (SUS) o princípio da discriminação positiva, buscando assegurar prioridade no acesso às ações e serviços de saúde aos grupos excluídos, considerando as desigualdades de condições decorrentes da organização social (Campos et al., 2006). Estas, por sua vez, se dão pela própria sociedade que na busca de critérios para atribuir papéis sociais, se vale de diferenças naturais como as de sexo, raça, força, estatura, inteligência, fecundidade, entre outras, transformando-as em desigualdades sociais, que se transpõe para o âmbito da saúde (Silva & Barros, 2002). Junto ao cenário da desigualdade social vem à tona a manifestação do preconceito, que implica em inúmeras complicações, não somente ao alvo, mas também ao preconceituoso, opondo-se aos princípios do SUS, que determina o acesso à saúde como direito de todos, uma vez que impelem os indivíduos que sofrem preconceito a se privarem desse direito pelo próprio medo/receio de serem submetidos a situações que os exponham como inaceitáveis dentro dos moldes da sociedade padronizada como “ideal”. Acaba-se por ferir, assim, principalmente, a equidade, uma vez que não se reconhece a diferença do outro, mas sim a condena e exclui. Isto, na área da saúde, além de transgredir questões éticas, fomenta constantes discussões para abordar estratégias para a diminuição dessas práticas. Neste trabalho, abordaremos formas e práticas de preconceito ocorridas no acesso aos serviços de saúde e seu impacto na concretização da equidade. 49 R. A. Oliveira, A. S. Gellacic, A. S. Zerbinatti, F. E. Souza & J. A. Aragão Objetivo Discutir o princípio de equidade do SUS em relação ao preconceito, a partir de exemplos de situações de preconceito de profissionais da saúde para com usuários do sistema. Metodologia Trata-se de uma revisão retrospectiva de artigos científicos e outros materiais publicados a partir de 1996, cuja busca foi realizada em estudos indexados nas bases de dados na coleção Scientific Eletronic Library OnLine (SCIELO), Centro de Informação e Referência em Saúde Pública da Faculdade de Saúde Pública da USP (CIR), Biblioteca Padre Inocente Radrizzani e Núcleo de Documentação e Informação do Instituto de Saúde. Para a localização das obras foram utilizados os seguintes descritores: preconceito, equidade em saúde, sistema único de saúde. Para refinar a busca a essas combinações foram acrescidos outros termos pertinentes: preconceito, discriminação e acesso aos serviços de saúde. A partir da identificação dos títulos e resumos dos periódicos on-line, foi realizada a seleção dos materiais que preencheram os critérios para sua inclusão, logo esses foram obtidos integralmente para leitura. Os critérios de inclusão foram: publicações disponíveis on-line, redigidas em português, no período de 1996 a 2009 que tratavam do preconceito vivenciado por usuários do SUS. Equidade, preconceito e alienação O SUS, criado pela Constituição de 1988, dispõe sobre as condições para a promoção, proteção e recuperação da saúde, a organização e o funcionamento dos serviços correspondentes, e dá outras providências, através da lei nº. 8.080, de 19 de setembro de 1990. Cujo atendimento aos cidadãos é assegurado pelos princípios de universalidade, integralidade e equidade. 50 Revista Psicología para América Latina (2012), 23, 47-64 O princípio de equidade diz respeito à adaptação da regra para situações especiais, para que se torne mais justa e igualitária. É moldar a norma, para que seja sensível às peculiaridades de cada situação, ou seja, populações vulneráveis pelo processo de exclusão social e cultural a que foram submetidas, devem ter garantido o atendimento adequado à situação, a fim de se reduzir essa vulnerabilidade. O preconceito diz mais do preconceituoso do que do alvo do preconceito (Crochik, 1997), é um tipo de acontecer que pode desequilibrar a equidade. De acordo com o autor, os estereótipos culturais são roupagens que revestem os objetos, e como o indivíduo é produto da cultura, este se apropria destes estereótipos e os modifica de acordo com suas necessidades. A prática humana de julgar que nossa consciência sabe e pode tudo, faz e pensa o que quer é determinada pelo inconsciente, e ignoramos esta determinação (Chauí, 2001). Da mesma forma que na existência social, os seres humanos julgam saber o que é sociedade, atribuem a Deus ou a Natureza a sua criação, se colocando como instrumento dela, temos a alienação intelectual tripla em que: Primeiro, esquecem ou ignoram que suas ideias estão ligadas às opiniões e pontos de vista da classe a que pertencem... segundo esquecem ou ignoram que as ideias são produzidas por eles para explicar a realidade e passam a crer que elas se encontram gravadas na própria realidade e que eles apenas as descobrem e descrevem sob forma de teorias gerais... Terceiro, esquecendo ou ignorando a origem social das ideias e seu próprio trabalho para criá-las, acreditam que as ideias existem em si e por si mesmas, criam a realidade e a controlam, dirigem e dominam... As ideias se tornam separadas de seus autores, externas a eles, transcendentes a eles: tornam-se um outro (Chauí, 2001, p. 173). 51 R. A. Oliveira, A. S. Gellacic, A. S. Zerbinatti, F. E. Souza & J. A. Aragão Preconceito e discriminação no SUS a) Na atenção à saúde da mulher negra A evidência da discriminação de populações negras nas unidades de saúde é revelada por Kalckmann et al. (2007), que em sua análise os profissionais através da discriminação aumentam a vulnerabilidade desse grupo, criando uma barreira ao acesso, afastando o usuário. O impacto disso reflete na invisibilidade das doenças mais prevalentes no grupo, que interfere nos perfis de adoecimento e morte entre brancos e negros. Este estudo contou com a análise de questionário entregue aos participantes do 2º Seminário de Saúde da População Negra do Estado de São Paulo, em 17 de Maio de 2005. De 240 questionários devolvidos respondidos, 43,3% responderam que já perceberam alguma discriminação racial nos serviços de saúde. Destes, 60% referiram ser de cor preta, 44,2% de cor branca e 40,8% de cor parda. Santos, Guimarães e Araújo (2007) numa pesquisa da caracterização das desigualdades raciais ante a mortalidade de mulheres adultas negras e brancas, residentes em Recife, capital de Pernambuco, entre 2001 e 2003 analisaram que entre 2943 óbitos, 65,4% foram de negras e 34,6% foram de brancas. Em todas as faixas etárias estudadas (20 a 59 anos), os autores apontaram que o risco de morte foi maior entre negras do que em brancas. No caso de óbitos hospitalares, em estabelecimentos do SUS, a ocorrência prevaleceu entre as mulheres negras, apontando uma forte relação entre pertencer à população negra e não possuir plano de saúde. Enquanto nos estabelecimentos exclusivamente privados, identificou-se situação inversa, de mortalidade proporcional mais elevada entre as brancas. “A identificação de maiores coeficientes de mortalidade em mulheres adultas negras, com risco de morte quase duas vezes superior ao 52 Revista Psicología para América Latina (2012), 23, 47-64 observado para mulheres brancas, evidencia a dimensão do legado do passado escravista da população negra, que produziu desigualdades resultantes do racismo e da discriminação racial” (Santos, Guimarães & Araújo, 2007, p. 95). As formas de discriminação ao público feminino em relação a assistência à saúde, pelos estudos encontrados, se referiram principalmente à assistência ao pré-natal e ao parto, cujas ações são marcadas pela discriminação sobretudo por fatores educacionais e raciais. O desfavorecimento de mulheres de cor de pele negra e parda com menor nível de escolaridade (até o ensino médio incompleto), em relação às mulheres brancas, durante a assistência ao pré-natal e ao parto no período de 1999 a 2001 em hospitais do município do Rio de Janeiro, revelado por Leal, Gama e Cunha (2005) tem relação direta com a prevalência de gestações na adolescência entre as negras, que reflete no seu pior desenvolvimento nas esferas sociais, a contar pela evasão escolar, déficit na qualificação profissional e dificuldade de entrada no mercado de trabalho. O acesso ao pré-natal adequado foi identificado por este estudo como elemento marcante de desigualdade, em que menos de um quinto das mulheres negras pesquisadas com nível de instrução até o ensino médio incompleto tiveram acesso, e a mesma tendência ocorreu entre as mulheres com ensino médio completo e mais, cujo pré-natal adequado não cobriu metade das participantes. Convém lembrar que o Ministério da Saúde (2005a), através do Manual de Pré Natal e Puerpério: Atenção Qualificada e Humanizada, estabelece como seis o número mínimo de consultas de prénatal. Além disso, foi revelada a dificuldade entre as mulheres em conseguir atendimento na hora do parto, em que quase um terço das pardas e negras não conseguiu atendimento no primeiro local procurado revelando a falta de 53 R. A. Oliveira, A. S. Gellacic, A. S. Zerbinatti, F. E. Souza & J. A. Aragão acolhimento e ausência de planejamento para a assistência ao nascimento no município do estudo. Entre as negras, o nível de instrução não se mostrou como diferencial, foram as mais penalizadas durante o parto vaginal, por em maior proporção não terem recebido anestesia ao comparar-se com as mulheres brancas. Esse padrão de peregrinação em busca do local de parto pelas mulheres e a pior assistência no pré-natal e durante o parto é reforçado por Kalckmann et al. (2007). Ambos os estudos comentados foram realizados antes da implantação pelo Ministério da Saúde (2004a), da Política Nacional de Atenção Integral à Saúde da Mulher, cujo objetivo é a incorporação num enfoque de gênero, a integralidade e a promoção da saúde como princípios norteadores, com base nos dados epidemiológicos e nas reivindicações dos vários segmentos da população, incluindo as mulheres indígenas, presidiárias, vítimas de violência, negras e trabalhadoras rurais. Essa política de forma geral reforça a necessidade de formas de relacionamento entre os profissionais de saúde e suas usuárias, baseado no respeito mútuo para a integralidade da assistência. b) Na atenção à saúde de pessoas com HIV/Aids O Programa Estratégico de Ações Afirmativas: População Negra e Aids, publicado pelo Ministério da Saúde (2005b) afirma que apesar de no Brasil a epidemia de Aids apresentar tendência de estabilização, o número de casos vem aumentando entre a população mais pobre, representando uma preocupação na saúde pública. No Brasil o primeiro caso clínico de Aids ocorreu em 1983, com identificação restrita aos grandes centros urbanos dos Estados de São Paulo e Rio de Janeiro. O perfil epidemiológico nessa época caracterizado principalmente por pacientes do sexo masculino, alto nível socioeconômico e com transmissão de caráter homossexual/bissexual sofreu progressiva mudança ao final dos anos 80, com o acometimento de heterossexuais, 54 Revista Psicología para América Latina (2012), 23, 47-64 mulheres, pessoas de baixa renda e a disseminação da doença no país, em cidades de médio e pequeno porte (Sadala & Marques, 2006). Este impacto foi semelhante ao observado nos países desenvolvidos, em que desde o início houve grande mobilização a favor da prevenção, dos direitos dos pacientes e familiares, do acesso ao tratamento como responsabilidade do estado e particularmente da luta contra o preconceito (Sadala & Marques, 2006). Nesse sentido em 1996, o Brasil inaugurou o acesso aos medicamentos antirretrovirais na rede pública de saúde, contrariando as recomendações do Banco Mundial, Organização Mundial da Saúde (OMS) e da Orgazinación Panamericana de la Salud (OPS) de que os países pobres devem investir os recursos na prevenção de novos casos e não no tratamento (Ramos, 2004). Entretanto, apesar do apelo de programas e ações, ainda existe um grande estigma e preconceito no atendimento destes pacientes e, que acordo com Garcia e Koyama (2008), a discriminação associada ao HIV/Aids pode não apenas dificultar/reduzir a procura pela realização do teste, mas também a busca de tratamento adequado nos serviços de saúde após confirmação do resultado. “Conflitos relacionados com medo e preconceito têm sido e continuarão sendo o principal problema na provisão de cuidados de saúde associados com HIV” (Tillett & Matsoukas, citados por Acurcio & Guimarães, 1996, p. 38). Sadala e Marques (2006), numa pesquisa com profissionais da saúde com abordagem sobre as experiências no cuidado de pessoas com HIV/Aids, obteve depoimentos, como o demonstrado abaixo, que reflete na persistência do preconceito despropositado por profissionais nos serviços de saúde. “Nós temos percebido, na minha vivência, ainda preconceito, estigma e, dependendo da orientação sexual do paciente, ainda se percebe muitas 55 R. A. Oliveira, A. S. Gellacic, A. S. Zerbinatti, F. E. Souza & J. A. Aragão vezes funcionários fazendo comentários „ah, aquele lá é usuário de drogas‟, „aquele lá é homossexual‟, como se ele tivesse ido procurar o HIV” (P4 citado por Sadala & Marques, 2006). c) Na atenção à saúde de usuários de álcool e drogas Os serviços de saúde no Brasil apresentam relevante atraso na atenção à saúde de usuários de álcool e drogas, como afirmam Machado e Miranda (2007), que a responsabilidade de intervenções nesta área surgiu no início do século XX através de um aparato jurídico-institucional, com intuito de controlar o uso e comércio de drogas a fim de preservar a segurança e saúde pública do país. Até a década de 80 o Brasil não dispunha de dados epidemiológicos consistentes em relação ao uso de drogas, apesar da existência do Conselho Federal de Entorpecentes (CONFEN), órgão normativo que contava com representantes de diversas áreas como: educação, segurança e até saúde segundo Machado e Miranda (2007). O início dessas pesquisas no campo da saúde se iniciou em 1987 pelo Centro Brasileiro de Informações sobre Drogas Psicotrópicas (CEBRID), que integrava o departamento de Psicobiologia da Universidade Federal de São Paulo (Moraes, 2008). Apesar do caráter repressivo e normativo, o CONFEN elaborou dois documentos que visavam ampliar sua atuação: em 1988 foi criada a Política Nacional na Questão de Drogas, que reconhecia a necessidade de locais de referência para prevenção e tratamento desses indivíduos e, em 1996, o documento denominado Programa Nacional Antidrogas que, além de abordar itens anteriormente discutidos como necessidade de tratamento, manifestou preocupação em relação ao aumento de casos de HIV entre usuário de drogas injetáveis, necessidade de aumentar a capacitação de recursos humanos e estimular ações filantrópicas. Porém, todo encargo de efetivar e fiscalizar essas ações, ficavam para a então denominada Secretaria de Planejamento das Ações de Segurança Pública e ao Departamento de Entorpecentes, não 56 Revista Psicología para América Latina (2012), 23, 47-64 havendo assim nenhuma articulação com políticas de saúde, tanto em 1988 com o então recém implementado SUS, quanto em 1996 com quase uma década de sua implantação (Machado & Miranda, 2007). Após sete anos, em 2003 foi implantada a atual Política de Atenção Integral aos Usuários de Álcool e outras Drogas (Ministério da Saúde, 2004b), que propõe assumir de modo integral e articulado o desafio de prevenir, tratar e reabilitar os usuários de álcool e outras drogas como um problema de saúde publica. As consequências desta secular dissociação são até hoje sentidas nos serviços de saúde por profissionais e usuários, e se destaca pela falta de capacitação, que como Lima et al. (2007) abordou, os profissionais sentem dificuldades em identificar e compreender os problemas relacionados ao vício. As principais queixas relatadas pelos profissionais de saúde em relação aos usuários, neste estudo, foram: tumulto causado pelos usuários e falta de adesão ao tratamento. Relatam ainda que, eles próprios possuem dificuldades em lidar com os pacientes e acreditam que as questões envolvidas com o fator droga fogem de suas atribuições, se encarregando apenas de funções técnicas, principalmente nos casos de HIV/AIDS. Somado aos problemas apontados há o déficit de conhecimento dos profissionais sobre as políticas de saúde, como a de redução de danos, que ainda gera controvérsia entre os profissionais, apesar de sua eficiência (Almeida, 2003). A partir dos elementos estudados, pode-se fazer uma relação do atraso histórico com que a questão do conturbado acesso do usuário de álcool e drogas ao sistema de saúde, entretanto, fatores como valores e ideologias mostram-se importantes na relação profissional e usuário, uma vez que esta é uma das formas de manifestação do princípio de equidade. 57 R. A. Oliveira, A. S. Gellacic, A. S. Zerbinatti, F. E. Souza & J. A. Aragão d) Na atenção à saúde da população idosa No trabalho realizado por Berzins (2009), num serviço de emergência do SUS, constatou-se os maus tratos dispensados aos idosos assistidos no local, e que algumas práticas de atendimento beiraram a violência. Os participantes da pesquisa foram funcionários dessa unidade, que em razão de estarem como sujeitos do estudo preferiram culpar o colega ou até mesmo a instituição, a perceber a realidade. Eis alguns exemplos de situações que foram apontadas como prejudiciais no atendimento ao idoso: (1) peregrinação: fazendo-os caminhar excessivamente até o local correto; (2) falta de escuta; (3) frieza, rispidez, falta de atendimento, negligência; (4) maus tratos motivados por discriminação quando a questão é a idade; (5) detrimento das necessidades e direitos do usuário; (6) proibição ou obrigatoriedade de acompanhantes com horários rígidos e restritos. Nessa ótica, os funcionários veem a velhice como uma coisa ruim, uma situação que não desejam a si próprios e os discriminados por sua vez, não reclamam do mau atendimento por medo de não serem atendidos. Discussão A equidade em saúde refere-se à redução das diferenças consideradas desnecessárias, evitáveis, além de serem consideradas injustas (Viana, Fausto & Lima, 2003). Nesse sentido todos os estudos caracterizaram uma oposição a esse principio, revelado por atitudes banalizadas que acabam por definir cada vez mais o SUS como utopia diante da realidade. Em momento algum, o modelo, o período, os padrões sociais, os estilos de vida devem ser esquecidos ao pensarmos em equidade. Vivemos num contexto de “turbulência permanente” uma analogia ao termo utilizado por economistas e profissionais de marketing ao se referirem a crises quando elas 58 Revista Psicología para América Latina (2012), 23, 47-64 se tornam uma condição permanente. De maneira semelhante, percebemos que não existe resolução das iniquidades, os problemas em geral são administrados. A eficácia da luta contra as desigualdades sociais na saúde depende que decisores políticos e os profissionais tenham uma boa compreensão do cenário atual, dos determinantes e da forma que os serviços de saúde podem trabalhar para confrontá-los (Whitehead & Dahlgren, 2006). Hoje, os esforços para redução das iniquidades na área da saúde, enfocam questões relativas à distribuição de recursos financeiros (Luchesi & Souza, citados por Paim, 2006). As condições de vida e acesso à saúde, no que diz respeito às desigualdades dos demais marcadores de posição social, como por exemplo, gênero, educação, renda (Chor & Lima, citados por Paim, 2006), raça, opção sexual, idade, entre outros, vêm tardiamente sendo colocados em discussão pelos movimentos sociais, representando a dificuldade de concretização da equidade numa sociedade extremamente desigual como a nossa (Paim, 2006). A implantação de programas e políticas pelo Ministério da Saúde, como a Política Nacional do Idoso, em 2003, Política Nacional de Atenção integral à Saúde da Mulher, em 2004, Política da Atenção Integral aos usuários de Álcool e Outras Drogas, em 2003 e o Programa Nacional de DST/AIDS, em 1985, são tentativas de redução da desigualdade. Entretanto pensando numa dimensão mais ampla, como se pode operacionalizar programas ou políticas de saúde que visam a redução de iniquidades se estas parecem não possuir uma articulação eficaz com outras redes sociais? Estas não estariam favorecendo a manutenção de desigualdades, porém sob uma perspectiva menos agressiva pela existência de programas e políticas? 59 R. A. Oliveira, A. S. Gellacic, A. S. Zerbinatti, F. E. Souza & J. A. Aragão Apesar da existência de tais ações por parte do governo e do esforço da mobilização de alguns movimentos sociais, as manifestações preconceituosas e injustas mostraram o empobrecimento de expectativas positivas de uma significativa parcela população brasileira. A compreensão de que a saúde é um recurso exclusivo para atingir outros objetivos na vida, tais como melhor educação e emprego e que é, uma forma de promover a liberdade de indivíduos e sociedades (Sem, citado por Whitehead & Dahlgren, 2006) é essencial. Considerações finais A literatura aponta o preconceito como um tabu no campo dos serviços de saúde, evidenciado, sobretudo pelo déficit no preparo e conhecimento profissional a cerca das políticas de saúde que integram o SUS. Revelado, sobretudo através de posturas negativas e levianas de um indivíduo para com o outro, transformando a relação profissional–paciente em um processo de dominação. Profissionais de saúde precisam em sua formação cultivar e fortalecer a consciência de cidadania, reconhecer seu semelhante como digno e merecedor do seu trabalho, afastando assim atitudes que contribuam para prejuízos e marcas na saúde física e mental que o preconceito pode causar. “Como a experiência e a reflexão são as bases da constituição do indivíduo, em sua relação com a cultura, sua ausência caracteriza o preconceito” (Crochik, 1997). Talvez, a inexistência de discussão, entre os profissionais de saúde, sobre o impacto da discriminação, bem como dos possíveis processos discriminatórios nos serviços, impeçam reflexões e movimentos de mudança. É necessário o estimulo de discussões sobre o tema preconceito e equidade, dentro dos serviços de saúde, e retomar, ao máximo, os princípios éticos que norteiam a prática profissional para que o atendimento ao usuário seja norteado pelo SUS e não por crenças e valores sociais e/ou 60 Revista Psicología para América Latina (2012), 23, 47-64 pessoais. Desta forma, se faz presente a possibilidade de consolidação de políticas equitativas para o SUS. As políticas públicas de saúde em geral são voltadas a justiça social, considerando as desigualdades de gênero, idade, de classe, de raça e de expressão sexual. Assim, fazem parte desse contexto outros assuntos que não foram abordados neste trabalho como: aleitamento materno, concepção, contracepção, aborto, doenças sexualmente transmissíveis e violência sexual. Espera-se com isso que sejam asseguradas estratégias que viabilizem a promoção da saúde e tratamentos adequados. Por fim, fortalecer o processo de democratização e cidadania significa superar práticas patriarcais autoritárias e ou homofóbicas. Significa também alterar os limites impostos pelo estado, no sentido de respeito à vida privada, bem estar, transformação social e superação dos preconceitos e discriminações. 61 R. A. Oliveira, A. S. Gellacic, A. S. Zerbinatti, F. E. Souza & J. A. Aragão Referências Acurcio, F. A. & Guimarães, M. D. C. (1996). Acessibilidade de indivíduos infectados pelo HIV aos serviços de saúde: uma revisão de literatura. Cadernos de Saúde Pública, 12(2), 233-242. Almeida, C. B. (2003). Conceito de redução de danos: uma apreciação crítica. Boletim da Saúde, 17(1), 53-62. Disponível em: http://www.esp.rs.gov.br/img2/v17n1_06conceito.pdf Berzins, M. A. V. S. (2009). Violência institucional contra a pessoa idosa: a contradição de quem cuida. Tese de Doutorado. Faculdade de Saúde Pública, Universidade de São Paulo: São Paulo. Campos, G. W. S. et al. (2006). Tratado de Saúde Coletiva. São Paulo: Hucitec. Chaui, M. (2001). A alienação social. In Convite à filosofia. São Paulo: Editora Ática. Crochik, J. L. (1997). O conceito de preconceito. In Preconceito: individuo e cultura. São Paulo: Robe Editorial. Garcia, S. & Koyama, M. A. H. (2008). Estigma, discriminação e HIV/Aids no contexto brasileiro, 1998 e 2005. Revista de Saúde Pública, 42(sup.1), 7283. Kalckmann, S. et al. (2007). Racismo institucional: um desafio para a equidade no SUS? Saúde Social, 16(2), 146-55. Leal, M. S, Gama, S. G. N. & Cunha, C. B. (2005). Desigualdades sociais, sociodemográficas e na assistência ao pré-natal e ao parto, 1999-2001. 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Copenhagen: World Health Organization (Regional Office for Europe). http://www.euro.who.int/document/e89383.pdf. 64 Disponível em: Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91 Reflexões sobre a participação do amor na formação da pessoa humana Ana Lucia Nogueira Braz 1 Universidade São Francisco São Paulo; Brasil Resumo O objetivo deste artigo é fazer uma reflexão sobre a participação do amor na formação da pessoa humana, buscando conhecer e indicar os principais aspectos que configuram o amor, compreender qual sua participação na formação individualidade da pessoa, em nossa sociedade contemporânea. Pretende-se especificamente refletir sobre a participação do amor no desenvolvimento infantil e sua influencia na formação da personalidade. Este artigo foi desenvolvido a partir da revisão de alguns autores da psicologia e da etologia, utilizando a pesquisa bibliográfica como método. Assim, foi possível observar que diferentes autores ressaltam a importância do amor na constituição da pessoa humana e que ele participa ativamente do nascimento ontogênico do ser. Com isso, concluiu-se que ligação afetiva forte, estabelecida no início do desenvolvimento da espécie humana entre dois ou mais indivíduos, é sua fonte de vida individual e social. Tais constatações nos deixaram entusiasmadas e motivadas a prosseguir no caminho da compreensão da essência do amor, pois percebemos de forma mais clara sua importância na formação e desenvolvimento da pessoa. Contudo, ainda estamos muito longe de desvendar os mistérios do amor, pois sabemos que ele é muito complexo, subjetivo e possui inúmeras vertentes, dimensões e tipologias. Por isso, podemos dizer apenas que demos inicio a sua revelação. Palavras-chave: humanismo amor, formação da pessoa humana, Resumen El objetivo de este artículo es hacer una reflexión sobre la participación del amor en la formación de la persona humana, buscando conocer e indicar los principales aspectos que 1 [email protected] 65 A. L. N. Braz configuran el amor, comprender cuál es su participación en la formación individual de la persona en la sociedad contemporánea. Se pretende reflexionar específicamente sobre la participación del amor en el desarrollo infantil y su influencia en la formación de la personalidad. Este artículo fue desarrollado a partir de la revisión de algunos autores de la psicología y de la etología utilizando la investigación bibliográfica como método. Así, fue posible observar que diferentes autores resaltan la importancia del amor en la constitución de la persona humana y que él participa activamente del nacimiento ontogenético del ser. Con ello, se concluye que una fuerte relación afectiva, establecida en el inicio del desarrollo de la especie humana entre dos o más individuos, es su fuente de vida individual y social. Palabras clave: amor, formación de la persona humana, humanismo Introdução Nosso intuito neste artigo é conhecer e indicar os principais aspectos que configuram o amor e compreender qual sua participação na formação da pessoa humana, em nossa sociedade contemporânea. Pretende-se especificamente refletir sobre a participação do amor no desenvolvimento infantil e sua influencia na formação da personalidade. Este artigo foi desenvolvido a partir da revisão de alguns autores da psicologia e da etologia como Edgar Morin, Bowlby, Cabada, Erik Erikson, Melaine Klein, René Spitz, entre outros, e pretende contribuir para o aprofundamento do debate sobre este tema. Amor e a formação da pessoa humana A evolução da espécie humana, segundo Morin (1979), Maturana (1998) e Montagú (1969), está diretamente ligada ao desenvolvimento, especialização e complexificação do cérebro, processo este fundamental para o salto qualitativo da espécie. Este processo provocou o direcionamento das energias básicas para a evolução cerebral e suas consequências (perda de algumas defesas primárias, 66 Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91 como garras e dentes afiados). Os recém-nascidos se tornaram mais dependentes dos adultos, principalmente, das mães. Houve, paralelamente, o aumento da capacidade de cognição e inteligência. Mesmo com alguns instintos de defesa desativados, a espécie continuou crescendo, pois com a inteligência as redes de interações evoluíram propiciando a formação de grupos próximos coesos efetivando o sistema social da espécie Homo Sapiens. Dessa forma, a fragilidade inicial da espécie humana, sobretudo, na primeira infância, além do papel do amor nesta fase tão fundamental de crescimento, vai ser o foco central neste artigo. Baseando-se ainda nessa fragilidade inicial (ausência de especialidades e dependência total do adulto) que o bebê foi adquirindo ao longo da escala evolutiva, afirmamos que a presença de um outro ser (sua proteção, cuidado, carinho, ternura e amor), forneceu condição para o progresso. A espécie humana teve como característica fundamental de sobrevivência a presença ativa, afetiva e cuidadosa de uma outra pessoa, o que equivale dizer que todos nós dependemos das relações com o outro para evoluir. Estudos sobre a evolução do Homo Sapiens começaram a ter a atenção, não só do etólogos, mas de médicos, psicólogos, sociólogos e antropólogos. Um importante antropólogo de uma corrente da antropologia filosófica, afirma que o bebê humano, logo após o parto, é extremamente imperfeito, podendose até dizer que ele nasce de forma pré-matura, ou seja, como se estivesse apenas com sete meses, necessitando terminar seu desenvolvimento de forma extrauterina. Logo, precisa de cuidados extremos, visto que, ao nascer o homem apresenta estruturas nervosas, imunológicas e enzimáticas imaturas, assim como ausência de dispositivos de integração entre o organismo com o mundo ao seu redor, fazendo com que seja bastante frágil e dependente. Neste sentido, a relação de amor estabelecida com a mãe, ou adulto cuidador, no primeiro ano de vida extrauterina, é muito importante para o 67 A. L. N. Braz progresso biológico, fisiológico e psicológico da espécie humana, pois a formação desse novo ser deve ser completa, a partir dessas relações. A relação interpessoal da mãe com essa criança ganha muita importância na constituição de sua estruturação interna. Portanto, o ser humano chega a sua formação, enquanto indivíduo biológico, psicológico e social através das relações estabelecidas com as pessoas mais ligadas a ele, geralmente, a mãe e o pai. A especificação ou estruturação interna do bebê também acontece em função dos processos de cuidado da mãe, envolvendo o respeito pelas necessidades básicas de alimento, segurança, aceitação, afeto e amor. Sendo assim, o desenvolvimento de uma personalidade sadia é resultado, como já foi dito, do cuidado amoroso proporcionado por um ser que se preocupa e que gosta de um outro. Segundo Cabada (1998), a mãe, quando estabelece tais vínculos com seus filhos, ao longo do primeiro ano de vida, possibilita o nascimento ontológico deles, ou seja, dá origem à existência interna e psicológica de seu filho. Por essa ótica, pode-se dizer que a pessoa que cuida é considerada a chave que propicia o início da vida psicológica e pessoal deste ser. O comportamento de proteção à prole, como já dissemos, foi se aperfeiçoando, no decorrer de nossa evolução, e tornou-se fundamental. Os adultos, em especial as mães, aprimoraram os cuidados com seus dependentes e, assim, propiciaram-lhes o aumento da sobrevivência e evolução. Tal comportamento evolutivo, segundo Bowlby (1984), que acompanha os seres humanos desde o nascimento até a morte é caracterizado pela necessidade de ligação intensa e persistente, essa conduta tem uma ordem clara de preferência e um forte envolvimento emocional, responsável pela criação dos vínculos afetivos. A propensão que o homem tem para estabelecer vínculos de cuidado, atenção e afeto, ou qualquer outra atitude que resulte numa proximidade, foi denominada pelo autor de “comportamento de apego”. 68 Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91 Bowlby (1984) acredita que esse comportamento de apego é fundamental para o desenvolvimento saudável da criança, principalmente nos três primeiros anos de vida, fase em que o desenvolvimento neurofisiológico está se completando. Essa posição é fortalecida por inúmeras pesquisas, que certificam que até os três anos acontece a formação básica do cérebro, chegando ao final desta idade com o volume do cérebro de um adulto, portanto, quase 90% do desenvolvimento deste órgão se dá até os três anos. No primeiro ano de vida 60%, ou dois terços do crescimento cerebral já está completo. Com base nestes dados pode-se dizer que, em tal momento da vida, o “comportamento de apego”, voltado a uma figura preferida e constante, é preponderante para que processo de evolução e amadurecimento da pessoa se efetue de maneira equilibrada e positiva. Para Bowlby (1984) o “comportamento de apego” é constantemente ativado até os três primeiros anos de vida, depois disso não é mais com a mesma frequência. Neste período acontece a base da estruturação interna do indivíduo, é quando a criança vai formar sua história, formar seu Eu. Por meio da relação criada com a mãe, ela vai desenvolvendo sua capacidade linguística, seus comportamentos, seu amor e ternura. Tais experiências irão constituir os elementos essenciais para a formação da estrutura do self. Assim, para Montagú (1981), a capacidade de amar está enraizada na biologia do nosso ser, no nosso sangue e no cérebro. Bowlby (1984) diz que essa capacidade de apego é inata, por meio dela, a espécie humana se manteve e a socialização aconteceu. É um estado complexo que inclui processos corporais e metabólicos associados aos sentimentos e desejos do ser humano. Além disso, é um sentimento que persiste por toda a vida, sendo necessário também para a manutenção do equilíbrio emocional. Bowlby (1984) defende a ideia de que existem três estilos de apego interferindo diretamente no crescimento do bebê e em sua estruturação interna. São eles: apego seguro, apego ansioso ambivalente e apego ansioso com 69 A. L. N. Braz evitação. Cada um deles tem características e consequências específicas: a) O apego seguro surge no bebê quando a mãe está imediatamente disponível, é sensível aos sinais da criança, está sempre atenta às necessidades manifestadas por ela, apresentando respostas amáveis e confiáveis. Quando a mãe estabelece essa relação de cuidado, a criança, ao crescer, mostra-se exploradora do ambiente, confiante, segura, cooperativa, prestativa, amorosa para com outras pessoas. b) O apego ansioso ambivalente evolui no bebê quando os pais se mostram prestativos e disponíveis em apenas algumas ocasiões, sendo que esta disponibilidade não se relaciona diretamente com as necessidades do filho, mas com as suas próprias. Nesses casos, a criança tende a apresentar grande medo da separação. Em geral, ela se apega a um dos pais e fica hesitante quando sai para explorar o mundo, por medo de ser abandonada. Com isso, a criança passa a não saber em quem, ou onde confiar, cresce de forma insegura. Por não confiar em si mesmo, mostra-se pouco exploradora, competitiva, indolente e pouco afetiva. c) O apego ansioso com evitação ocorre quando os pais se apresentam distantes e mostram, com frequência, rejeição pelo bebê. Em geral, as crianças crescem inseguras, ansiosas, com baixo limiar para a manifestação de qualquer comportamento de ligação ou apego. Como foi possível perceber, cada estilo de apego tende a gerar algumas consequências específicas no comportamento das crianças ao longo de toda sua vida. Bowlby (1984) ressalta que, sendo a primeira infância a fase mais rica e sensível na vida do ser humano, as relações de apego estabelecidas nesta etapa são fundamentais para o desenvolvimento da capacidade de construir vínculos seguros, assim como para a sua segurança interna. Se, nesse 70 Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91 momento, a criança não sentir que pode confiar em alguém, se não houver um apego seguro, haverá, provavelmente, um comprometimento da sua estrutura interna, gerando, no futuro, dificuldades afetivas em qualquer tipo de relacionamento interpessoal que venha a ser estabelecido. Bowlby (1984) acredita que mães estimulantes, assim como os pais, que mostrem atenção, apoio, cooperação e afeto, certamente, servirão de referência ou modelo de comportamentos e relacionamentos futuros positivos. Se derem ao filho confiança para explorar seu ambiente, criando assim uma maior segurança em si mesmo, um senso de competência e estima elevada de forma equilibrada, proporcionarão condições bastante favoráveis para a formação da estrutura interna do bebê e, mais tarde, mesmo em circunstâncias adversas, a criança será capaz de manter-se equilibrada, pois sua base foi construída em alicerces consistentes, baseados no amor, carinho e confiança. Ainda com relação aos estudos de Bowlby (1984), o eu (self) do adulto irá espelhar o que o bebê experienciou, como a vivência de proximidade, intimidade, afeto com os outros e, mais especificamente, com a mãe, pois a estrutura interna vai se construindo em virtude desse encontro afetivo, terno e configurador, com o outro no início da vida. Em outras palavras, esse encontro recebe o nome de Amor. Ele significa algo não teórico e não abstrato, visto que é uma vivência, uma experiência real, que acontece da mãe para a criança, ou seja, de fora para dentro e da criança para a mãe, numa troca intensa vivida diretamente com o outro. Tal sentimento surge em função da ternura, carinho, cuidado que a pessoa recebe e, em consequência, aprende a sentir e reconhecer-se como valiosa, digna e merecedora desse amor, que acontece de forma gratuita. Ao sentir-se amada, a criança poderá desenvolver toda a sua capacidade ativa de amar. Bowlby (1984) deixa muito evidente não acreditar que o ser humano seja prisioneiro dessas relações estabelecidas com a mãe e pai, pois ele tem sua participação e responsabilidade nesta díade. A criança não é um agente 71 A. L. N. Braz passivo desta interação com o outro, pois suas reações “modelam” ou servem de guia para muitas das respostas dos adultos. Vale ressaltar, que a importância dos primeiros vínculos estabelecidos entre a criança e seus pais, também foi defendida por Erik Erikson (1971), que salientou o valor e importância dos laços afetivos e positivos entre mãe e filho para o desenvolvimento da confiança, segurança interna e estruturação da personalidade. Esse estudioso acredita que é por meio do contato íntimo com o bebê, que a mãe apresenta o mundo externo a ele. Se esse contato ocorrer de maneira serena, afetiva e amorosa, o bebê será informado de que pode estar tranquilo e seguro para se desenvolver, pois tem quem o acolha e o defenda de qualquer problema que venha a enfrentar. A confiança que a mãe transmite ao bebê, através do cuidado já mencionado, vai servir de suporte para a afirmação de sua identidade posterior. É a persistência, continuidade e uniformidade da experiência de confiança básica que irá proporcionar o sentimento rudimentar de identidade do ego, possibilitando que enfrente e supere o sentimento de divisão interna e de abandono com que nasce. Para Erikson (1971), o desenvolvimento dessa confiança está diretamente ligado à uniformidade e continuidade da relação que os adultos estabelecem com as crianças. Se eles conseguem transmitir a segurança, conforto e bem estar, irão gerar a possibilidade da criança adquirir confiança em si mesma e a capacidade de enfrentar as dificuldades para a realização de seus desejos mais urgentes, ou suportar a não realização imediata dos mesmos. Porém, a ausência de confiança poderá promover retraimento e até depressão, desconfiança de si mesmo e dos outros, sentimento de abandono e dificuldade extrema para lidar com as frustrações. Segundo o autor, o estabelecimento de padrões duráveis de afeto serve para solucionar o conflito confiança-desconfiança básica, que é a primeira 72 Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91 tarefa do ego infantil, e o sucesso de tal tarefa estão diretamente ligados à relação estabelecida com o adulto cuidador. As mães criam em seus filhos um sentimento de confiança por meio daquele tipo de tratamento que em sua qualidade combina o cuidado sensível das necessidades individuais da criança e um firme sentimento de fidedignidade pessoal dentro do arcabouço do estilo de vida da cultura. Isso cria na criança a base para um sentimento de identidade que mais tarde combinará um sentimento de ser aceitável, de ser ela mesma (Erickson, 1971, p. 229). Esse sentimento de segurança que a criança vai adquirindo é um dos responsáveis pela organização e estruturação interior da pessoa, pelo fato de exercer uma influência muito grande em todo o processo de desenvolvimento da personalidade, assim como em todos os relacionamentos estabelecidos ao longo da vida. Melaine Klein, analista britânica de origem Austríaca, dando continuidade a essa ideia, acredita que através da relação íntima que se estabelece com o filho, a mãe, além de amada, é também o primeiro objeto de ódio da criança. A figura materna, ao satisfazer as necessidades básicas de seu filho, é amada. Entretanto, quando as sensações de fome e de dor aparecem, esta passa a ser, na mesma proporção, odiada, e o bebê tenta agredi-la. Esses sentimentos agressivos são despertados na criança no momento em que sente qualquer desconforto. Isso ocorre porque a mãe é a primeira figura com quem o bebê fixa seus primeiros relacionamentos. Assim, quando o bebê está incomodado ou em um estado, extremamente, penoso de dor, é a mãe quem surge, de forma mais imediata, para livrá-lo desse mal estar, promovendo, ou não, o retorno ao bem estar, que remete à sensação de confiança, ou insegurança. 73 A. L. N. Braz Por ser a mãe a primeira responsável pela preservação da vida, seu papel, na mente do bebê, é fundamental para o relacionamento com o mundo e consigo mesmo. Tal função é exercida, geralmente, pela mulher, embora o homem (como pai), também exerça papel bastante importante na vida emocional da criança, e irá igualmente influenciar os relacionamentos de amor estabelecidos posteriormente, ao longo da vida. O bebê, segundo Klein e Riviere (1970), quando tem suas necessidades primárias saciadas depois de receber os cuidados de sua mãe, começa a interagir com ela e, mais tarde, com o mundo, estabelecendo relações positivas e amorosas. No entanto, quando o bebê sente dor e incômodo, surge o ódio pela mãe que é considerada responsável pela dor. Consequentemente aparece o conflito, pois a figura da mãe é dialética, amada e odiada ao mesmo tempo. Se essa luta persistir por algum tempo e não for bem resolvida, poderá influenciar de forma maléfica os futuros relacionamentos. Porém, se esse conflito puder ser vivenciado de forma tranquila pelo bebê, ou melhor dizendo, se ele sentir que pode amar e odiar sua mãe sem destruí-la e sem se destruir, o sentimento de amor vai crescendo e se tornará a manifestação das forças que tendem a preservar a vida. Klein e Riviere (1970) afirmam que os primeiros vínculos estabelecidos pelas crianças são fundamentais para seu futuro adulto. “Se a criança não experimenta dose suficiente de felicidade nos primeiros anos, sua capacidade de desenvolver uma atitude de esperança, bem como de amor e confiança nas demais pessoas, há de ver-se perturbada” (p. 171). Para a autora o vínculo estabelecido entre mãe e bebê, presente logo após o nascimento, vai evoluindo e transformando-se em amor propriamente dito. Nesses termos, a mãe não será mais tida como um objeto, mas sim, como pessoa. O mesmo ocorre com outras pessoas que compõem o mundo do bebê. Com isso, podemos dizer que a noção do Eu é construída ao longo do 74 Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91 processo de desenvolvimento e é formada por duas partes. Uma diz respeito às vivências iniciais mais gratificantes, que envolvem as relações de afeto e ternura, ou seja, experiências iniciais positivas irão formar a parte mais apreciada, aceita e amada da pessoa. Estas se acumularam em função dos encontros com as outras pessoas, especificamente, com a mãe. Porém, se a vivência inicial com os pais for repleta de incompreensão, agressividade e desatenção, esses sentimentos que serão internalizados, resultarão em figuras ameaçadoras no interior do bebê, as quais, consequentemente, formarão a outra parte do mundo interno, a não apreciada e, até mesmo, odiada por si mesmo. Portanto, o ódio, agressividade, amor e ternura são elementos preponderantes que compõem a estruturação e formação do Eu. Nesses termos, o ser humano é formado pelo amor e ódio, noções maniqueístas, vivenciadas em suas experiências iniciais. Os laços construídos entre o bebê e seus pais, primeiramente, precisam ser internalizados, isto é, transferidos para dentro do indivíduo, para, depois disso, ser possível reparti-lo com o mundo externo. Se o amor não foi asfixiado pelo ressentimento, pelos agravos ou pelo ódio, mas foi solidamente firmado na mente, a confiança nos outros e a convicção na própria bondade são como rochedos que suportam os embates das circunstâncias. Então, quando a infelicidade se abate, o indivíduo cujo desenvolvimento processou-se de acordo com essas diretrizes é capaz de preservar em si mesmo a imagem desses pais bons, cujo amor constitui auxilio infalível em sua felicidade e pode encontra-lo novamente nas pessoas estranhas que, em sua mente os substituem (Klein & Riviere 1970, p. 175). É importante notar que, para Klein e Riviere (1970), a capacidade de dar amor está diretamente ligada à de recebê-lo. Com isso se efetivando, a criança entra em contato com a primeira fonte de bondade e respeito do mundo externo. Tal relação dá margem ao descobrimento da reciprocidade. O bebê passa a sentir amor pela mãe. Porém, quando suas necessidades não são 75 A. L. N. Braz supridas, quando ele sente algum desprazer ou desconforto, quer destruir o responsável por isso e, a partir daí a voracidade, o ódio, desejos e fantasias de eliminar sua fonte de amor se afloram. Nessas condições, vivenciando estados conflitivos de oposições (amor ódio), a criança, depois de ter desejado a destruição, desencadeia o impulso de reparação, no qual tenta desfazer os danos imaginários que produziu contra seu objeto de amor: a mãe. O impulso de reparação faz acalmar o desespero de ter provocado ou almejado a destruição do ser amado. Nessa fase, o amor do bebê e seu desejo de reparação, quando vivenciados de forma equilibrada, provocam uma agradável sensação de bem estar, a qual é projetada a outros objetos além da mãe, promovendo o início de vinculações grupais e sociais adequadas e positivas. Segundo Klein e Riviere (1970), o ato de reparar alarga o alcance do amor e proporciona à criança aceitar as pessoas das mais diversas formas, visto que já vivenciou essas situações em seu interior, podendo absorver a bondade e o perdão existentes no mundo externo. Se o bebê, em suas experiências, puder experimentar o amor, o ódio e o impulso de reparação, desenvolvimento pessoal será sem mais provável grandes que transtornos, ele apresente dando origem um a sentimentos de bem estar e prazer para si e nas relações com as outras pessoas. Salienta-se que essas relações são importantes e servirão de modelo para os novos relacionamentos, mas não os determinarão, pois não se trata de relações causais, ou seja, não são estas experiências causas exclusivas de problemas ou traumas afetivos que venham a acontecer ao longo da vida da pessoa, porém elas exercerão papel muito importante para o desenvolvimento 76 Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91 sadio do indivíduo. Outro autor que estudou o amor na fase inicial da vida é René Spitz. Ele acredita que, para compreender a evolução da estrutura do eu, é necessário entender como o amor se manifesta na vida das pessoas, pois “é o afeto que abre o caminho do desenvolvimento, para a percepção e todas as outras funções” (Spitz, 1979, p. 87). Spitz parte do pressuposto de que o ser humano, ao nascer, é uma totalidade psicológica indiferenciada, isto é, que vem ao mundo equipado com algumas tendências inatas (anlagem). Assim, as diferentes funções, estruturas e processos psíquicos vão sendo diferenciados progressivamente, ao longo do processo de crescimento e maturação. Utilizando essa referência, podemos entender o desenvolvimento como o surgimento e evolução de funções, formas e comportamentos que resultam das interações do organismo com o ambiente, e maturação como o desdobramento das funções filogeneticamente desenvolvidas, inatas, que emergem no decorrer do crescimento embrionário, ou que aparecem após o nascimento, como uma tendência (anlagem) manifestando-se em outros estágios da vida. O processo de diferenciação e formação de estruturas psicológicas depende das tendências próprias de cada ser e de seus vínculos com o meio, sobretudo, com a mãe, pois esta é o primeiro e forte elo de contato com o mundo. A reciprocidade com a mãe, juntamente com o clima emocional positivo e amoroso, é muito importante, porque é dessa troca que a criança passa a ser capaz de construir sua estrutura psíquica, emocional e cognitiva. A figura da mãe, portanto, servirá de mediadora entre o mundo externo e interno de seu filho. Todas as percepções, conhecimentos, emoções e afetos experimentados pelo bebê serão descobertos por intermédio dela e, a partir disso surgirão a consciência e a personalidade. Para Sptiz (1979), os bebês, até os três meses, respondem a algumas 77 A. L. N. Braz gestalts (configurações) específicas e apresentam respostas filogeneticamente inatas. Porém, essas respostas só progredirão de maneiras adequadas por meio de trocas afetivas recíprocas, circulares e contínuas com outro. Nessa fase, o amor e o afeto ganham um valor e importância muito grandes, maior do que em qualquer outro período. De acordo com esse autor, o desenvolvimento de todas as funções psíquicas está diretamente associado às percepções, às trocas afetivas e amorosas ocorridas nas vivências dos bebês. É por meio dessas ligações amorosas vivenciadas que o bebê irá se transformar em um ser humano social. O estabelecimento da afetividade e a posse de objetos de amor, na infância do ser humano, são experiências que criam as condições de se dar vazão a todos os impulsos e tendências que existem dentro de cada um. Quando há ausência de objetos de amor, os impulsos ficam desprovidos de alvo e não podem evoluir, voltando-se contra a própria pessoa, único objeto que percebe existir em sua vivência. A privação de vínculos interpessoais e objetais de amor, no primeiro ano de vida, é muito prejudicial para o progresso emocional e psicológico futuro, pois promove o “estancamento” do crescimento do bebê. É como se a criança retornasse à fase totalmente apática e embrionária de vida. Em geral, essa situação provoca a depressão anaclítica (distúrbio decorrente da perda do objeto de amor no primeiro ano de vida). Se não cuidadas a tempo, as crianças acabam por sofrer danos irreparáveis em sua estrutura interna e, em casos mais graves, podem chegar à morte. Outras consequências da privação afetiva são apontadas de forma bastante clara por Spitz (1979) quando afirma: A ausência da mãe equivale à carência emocional ... Isso leva à deterioração progressiva envolvendo toda a criança. Tal deteriorização 78 Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91 manifesta-se primeiramente por uma interrupção do desenvolvimento psicológico da criança, iniciam-se então disfunções psicológicas paralelas a mudanças somáticas. No estágio seguinte, isso acarreta uma disposição crescente a infecções e finalmente quando a privação emocional continua no segundo ano de vida, leva a uma taxa extremamente alta de “mortalidade” (p. 246). Se ausência afetiva ocorrer após o primeiro ano de vida, as consequências não são tão fortes, pois boa parte da estruturação do Eu já aconteceu. Neste caso, a criança já é capaz de utilizar alguns mecanismos de defesa que adquiriu e elaborou neste primeiro ano de vida, em função do amor e afeto que recebeu da mãe. Em síntese, para Sptiz (1979), os vínculos positivos e amorosos instituídos nas relações objetais na infância são pré-requisitos para o aprimoramento e funcionamento normal da psique. Salienta-se que são condições necessárias, mas não suficientes para a organização plena da personalidade, pois a origem de todas as relações humanas está baseada nos vínculos estabelecidos entre o bebê e mãe. Os afetos e trocas afetivas têm um significado central, visto que é por meio dessas relações que se efetivam os modelos para as trocas interpessoais posteriores. Ao entrarmos em contato com as principais ideias de Bowlby (1984), Klein e Riviere (1970), Sptiz (1979) e Erikson (1971), pudemos notar a importância dada aos vínculos iniciais entre mãe e bebê. Cada autor desenvolveu conceitos muito semelhantes para explicar a importância do amor no desenvolvimento do ser humano. Assim, concluímos que, de maneira simples e até “rudimentar”, todos estes autores apontaram para a importância fundamental do amor, para a formação integral da personalidade, assim como para o desenvolvimento de uma vida emocional saudável. Como visto até aqui, o amor é condição fundamental para o nascimento 79 A. L. N. Braz ontogenético da pessoa. Ele participa ativamente da evolução e estruturação do Self, pois é capaz de aproximar a pessoa de sua essência, propiciando o desenvolvimento de relações sociais, dentre outras coisas. Nesse sentido, o amor é uma característica própria do ser humano, uma tendência inata da espécie e um dos responsáveis pelo crescimento e desenvolvimento de todos. Para se compreender melhor essa tendência inata do homem, é importante que se possa entender também o que significa a tendência do humano à vida e ao amor. O amor e o florescer da tendência à vida Na busca de uma compreensão mais ampla do amor, e consequentemente, do homem, faremos um breve retorno aos estudos das origens da espécie, utilizando uma ótica diferente: da etologia. A base de referência será a tese de Szent-Gyoergyi (1974), biólogo ganhador de Prêmio Nobel, que afirma que o Universo está em constante processo de sintropia tendência sempre atuante em direção a uma ordem crescente e a uma complexidade tanto no nível orgânico como no inorgânico- e de entropia tendência para a desordem ou deteriorização, ou seja, o universo está em constante construção e deteriorização. Tais processos causam movimentos contínuos de transformações, envolvendo inúmeros fatores que, interrelacionados, promovem trocas constantes de energia com o ambiente, originando, em função desses movimentos, novos fenômenos e organismos. Neste sentido, podemos dizer que a espécie humana é também produto desse processo, ou seja, é uma parte do universo em movimento. Sendo assim, na medida em que há nela a tendência sempre atuante para a vida, complexidade e desenvolvimento, há também, uma propensão para sua deteriorização. Esse é o processo que mobiliza e constitui todos os indivíduos, é uma tendência, uma capacidade de autodireção, auto-realização e de degeneração orgânica, com o passar do tempo. Em todos os organismos há um movimento constante e inerente no sentido de crescer e se superar, sendo 80 Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91 esta característica que preside todas as funções dos e seres vivos. Carl Rogers (1982, 1983) também partilha dessa ideia e acrescenta ainda que essas capacidades, inerentes ao indivíduo, possibilitam o crescimento contínuo e ininterrupto das suas potencialidades. Esse é um impulso para se expandir, estender-se, tornar-se autônomo e desenvolver-se o quanto (e enquanto) for apto biologicamente. Essa tendência auto-realizadora visa manter e nutrir o organismo até o seu desenvolvimento mais completo e complexo. Quer falemos de uma flor ou de um carvalho, de uma minhoca ou de um belo pássaro de uma maçã ou pessoa, creio que estaremos certos ao reconhecermos que a vida é um processo ativo e não passivo. Pouco importa que o estímulo venha de dentro ou de fora, pouco importa que o ambiente seja favorável ou desfavorável. Em qualquer uma dessas condições os comportamentos de um organismo estarão voltados para a sua manutenção, seu crescimento e sua reprodução (Rogers, 1983, p.40). Rogers (1983), a partir da citação acima, afirma que o indivíduo é capaz de se dirigir e tratar de maneira produtiva todos os aspectos da vida, desde que esteja em condições organismicas para tal. A esse processo intenso e autônomo é dado o nome de auto-atualização ou tendência à vida, que atua como um processo integrado de relações e trocas intensas com o ambiente. Vale ressaltar, que essa tendência pode ser facilmente frustrada, mas nunca destruída, a não ser que se destrua o organismo. Nessa direção, Rogers e Stevens (1976), afirmam que tal tendência pode ser perturbada, particularmente, na primeira infância e, sobretudo, se as condições do meio forem desfavoráveis, no que diz respeito à ausência de liberdade e ao desamor, resultando em manifestações de agressividade. Nesse caso, a auto-realização fica impedida de se manifestar. Uma pessoa que não se sente aceita e nem amada, passa a viver buscando tais sentimentos, está 81 A. L. N. Braz em constante “luta” para conquistar esse afeto, promovendo um grande desgaste de sua energia e, assim, o desenvolvimento emocional acaba sendo prejudicado. Mas, por outro lado, se o ambiente apresentar condições afetivas, como: aceitação incondicional, amor, liberdade, relações desprovidas de ameaças, a predisposição à autorrealização tem diversas possibilidades de se manifestar. Com isso, de acordo com Rogers (1982), a aceitação incondicional e a necessidade de receber amor são consideradas forças motrizes e reguladoras do organismo. Para a criança, o amor e afeto que lhe são dados representam fontes de grandes satisfações, comportando-se para consegui-los por serem tão importantes para seu processo de crescimento e evolução. Como o desenvolvimento da noção do Self se dá através das relações estabelecidas entre mãe e bebê, que formam o campo experiencial e avaliativo, e vão representar parte do mundo particular da criança, podemos dizer que é através do amor (aceitação incondicional) que o Self se desenvolverá. Erick Fromm (1965) também partilha da ideia de que o homem apresenta uma tendência inata denominada de Biofilia. Palavra que significa “amor à vida” é, em suma, uma orientação que se manifesta na pessoa saudável, uma necessidade do ser humano para se integrar, unir-se com entidades diferentes e opostas, a fim de se tornar mais complexo e crescer de forma estrutural. Quando, por qualquer razão, essa tendência falha ou, quando as condições às quais a pessoa está submetida não são apropriadas, surge um fenômeno destrutivo e crescente decorrente da não realização dessa potencialidade primária. Surge a necrofilia. O desejo de transformar o orgânico em inorgânico é uma característica deste fenômeno e sua máxima realização está em destruir tudo que seja e esteja vivo. A necrofilia se constitui em uma orientação para a destruição, para a desintegração e separação de tudo, é a oposição completa à vida. Trata-se de uma tendência secundária, que surge quando o indivíduo sente sua vida ameaçada. 82 Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91 Fromm (1983) ressalta que a biofilia é uma predisposição inata e sempre se desenvolve quando existem condições apropriadas para a vida, ou seja, quando as necessidades básicas de vida estejam minimamente satisfeitas. Na medida em que a criança expande a capacidade de expressar seus comportamentos e sentimentos sem grandes ameaças, a biofilia tende a se desenvolver sem maiores dificuldades, principalmente, se a mãe ou o adulto cuidador estabelecer uma relação de cuidado amoroso e verdadeiro. Não obstante, a falta de amor, atenção e cuidado criam condições de carência no indivíduo, inibindo o desenvolvimento de atitudes produtivas em relação ao mundo. Nessas circunstâncias, são ativados os mecanismos secundários de agressividade e destruição voltados para objetos que, de alguma forma, negaram o aconchego e carinho necessários para o crescimento do indivíduo. O desenvolvimento dessa tendência secundária, a necrofilia, acontece para defender o indivíduo da agressão que o mundo lhe oferece, na tentativa de salvaguardar a vida, “é uma solução para a vida que se acha em oposição completa a própria vida” (Fromm, 1965, p. 48). A biofilia (instinto de viver), como já foi dito, é ativada pelo amor, que promove, entre os indivíduos e o mundo, relações produtivas. Suas principais características são a responsabilidade, desvelo, respeito com o outro e consigo, objetividade nas ações do sujeito, clareza, sinceridade, desejo de realização, evolução e, além disso, promove o crescimento de forma plena. O amor, para Fromm, representa o aspecto positivo e produtivo que o ser humano desenvolve na vida, possibilitando o aperfeiçoamento das potencialidades básicas existentes na pessoa como atualizar-se e realizar-se. Não se pode deixar de salientar que o amor à vida é contagiante, por essa razão é necessário as crianças estarem com pessoas que amem e valorizem a vida, que sejam afetuosas, cordiais, que tenham respeito por ela enquanto ser e não enquanto objeto, pois precisam de liberdade para se expandir sem grandes ameaças. 83 A. L. N. Braz Considerações finais A relação inicial do bebê com um adulto cuidador foi considerada, por autores como Bowlby, Klein, Spitz, fundamental para o desenvolvimento da criança. É através dessa relação que o bebê irá estabelecer contato com o mundo e estará formando sua estruturação interna. Assim, o bebê precisa de atenção constante para a satisfação das necessidades básicas de alimentação, segurança e afeto, visto que o ser humano tem como propriedade exclusiva da espécie nascer imaturo, sem recursos naturais para sobreviver, necessitando do cuidado atento e dedicado de um adulto. Portanto, se experiência inicial for de afeto, respeito, cuidado, buscando a satisfação das necessidades fundamentais da criança, será muito maior a possibilidade da constituição de seres saudáveis, produtivos e capazes de estabelecer vínculos psicológicos e amorosos. Isso significa que a relação afetiva estabelecida no início da vida é essencial para a constituição de uma estrutura pessoal interna organizada e saudável, assim como é o que possibilita o nascimento psicológico da pessoa, dando origem a sua existência interna. Ao passo que tal relação se efetiva na primeira infância mãe se torna a base de referência da criança, que quando se sente amada, é capaz de desenvolver toda sua capacidade ativa de amar, tendo, assim, mais condições de desenvolver confiança interna o que poderá elevar sua estima. Sptiz (1979) também coloca o amor maternal em posição de destaque, em sua teoria. Essa manifestação do amor é a origem de todas as relações humanas, pois é por meio dela que se estabelece o modelo para as relações interpessoais e amorosas posteriores. Por outro lado, devemos ressaltar que o amor maternal é condição necessária, porém não suficiente para a formação e desenvolvimento pleno e organizado da psique humana. Encontramos em Fromm (1971) destacada a importância do amor, que acontece na relação inicial dos seres humanos, pois é através dele que a tendência inata do ser humano, a Biofilia (tendência primária de ir sempre em 84 Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91 busca da vida e de sua realização plena), tem condições de acontecer. Quando, nas primeiras relações, o bebê sentir o cuidado amoroso, verdadeiro e protetor de um adulto, ele poderá aperfeiçoar suas potencialidades primitivas de crescer, integrar-se e de preservar a vida. Assim, o amor, na fase inicial da vida, é elemento fundamental para o desabrochar da biofilia, que promove o desenvolvimento do aspecto produtivo e positivo do ser humano. Por outro lado, se não houver relações amorosas consistentes nessa fase inicial da vida, serão ativados mecanismos secundários de agressividade e destruição, a necrofilia (atração por tudo que não tem vida). Logo, o bebê se volta contra os que, de alguma forma, negaram o cuidado, atenção, ternura, aconchego e carinho que lhe eram devidos. Tal mecanismo nasce na pessoa como uma defesa das agressões recebidas. Com este elemento ativado, ela tenta destituir de vida tudo aquilo que se aproxima, tornando suas relações futuras frias e sem afeto. A importância do amor na etapa inicial da vida foi ressaltada por uma pesquisa realizada por Russek e Schwartz (1997) em Harvard. Eles realizaram um estudo longitudinal, com o início na década de 50, e avaliaram 126 homens saudáveis que deveriam responder como eram seus relacionamentos e descrevê-los. As respostas foram classificadas e codificadas como: (1) muito próxima; (2) calorosa, terna e amiga; (3) tolerante e (4) tensa e fria. Trinta e cinco anos depois, esses mesmos sujeitos foram analisados, por intermédio de um histórico médico e psicológico. Os resultados foram espantosos. 100% dos participantes cujos relacionamentos com os pais foram considerados pouco calorosos, frios e tensos, tiveram doenças diagnosticadas na meia idade, e apenas 47% dos que tinham relacionamento considerado muito próximo, caloroso e íntimo com os pais tiveram doenças diagnosticadas. Os pesquisadores puderam concluir que: “... a percepção do amor ... pode vir a ser um preventivo central biopsicossocial, reduzindo o impacto negativo dos agentes patogênicos e reforçando a função imunológica e a cura” (Russek, & Schwartz, 1997, p. 149). Essa pesquisa vem reforçar ainda mais a importância 85 A. L. N. Braz do amor na primeira infância, mostrando ser este um fator preditivo da saúde da pessoa. Outra pesquisa, que fortalece a ideia de ser o amor fundamental para o desenvolvimento interno saudável, foi realizada por Raine, Brennan e Medink (1994) na Universidade de Los Angeles. Essa pesquisa visava estudar os comportamentos violentos de adolescentes, para tal, acompanharam 4.269 sujeitos masculinos, nascidos em um mesmo hospital em Copenhagen, durante dezoito anos. Ao final da mesma, descobriram que o principal fator de risco para se tornarem criminosos violentos aos 18 anos era a associação de complicações no parto com separação precoce ou rejeição pela mãe. Tudo isso nos faz concluir que a violência está diretamente relacionada a um problema inicial de relacionamento afetivo ou amoroso, que envolve a percepção de falta ou de deficiência de amor nessa fase. Esta pesquisa vem ao encontro da ideia de que a possibilidade de dar amor está diretamente ligada à de recebê-lo, como afirmam Klein e Riviere (1970). Se a criança sentir o respeito, bondade e ternura do mundo através de suas relações iniciais, aprenderá a conviver com o sentimento de amor. Porém, quando a criança é rejeitada e suas necessidades não são satisfeitas surge o desprazer, a dor que resulta em ódio, fazendo aflorar a agressividade, violência e o desejo de destruir o que estiver em volta. É importante ressaltar que a capacidade de amar está presente no nascimento, mas para florescer exige a maturação da consciência e da experiência de aceitação, carinho e prazer que surgem através do contato inicial da criança com um adulto que lhe cuide. Entretanto, não podemos nos esquecer, que o ser humano para se desenvolver não necessita apenas do cuidado de um ou mais adultos que satisfaçam suas necessidades fisiológicas e emocionais. As interações estabelecidas com a cultura são fundamentais para o desenvolvimento, de 86 Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91 relações interpessoais, habilidades sociais, as quais servirão de referência para o processo de socialização e para a própria organização dos sistemas sociais que, segundo Maturana (1998), são sistemas de convivência que se formam a partir do amor, emoção que constitui o espaço de ações e aceitação do outro na convivência. Essas relações, portanto, promovem experiências de troca com o ambiente e com o grupo, e à medida que essas trocas acontecem, vão surgindo novas sensações, emoções e cognições, que se traduzem em novas experiências e referências. Por essa razão, podemos dizer que as vinculações promovem um complexo processo de transformação e evolução pessoal e social, que se manifestam ao longo de toda a vida. Dessa maneira, podemos dizer que quanto mais nos relacionamos, mais exercitamos nossa capacidade de amar, assim ampliamos a possibilidade de amar. Ressaltamos o termo exercitar, pois a capacidade de amar é uma potencialidade que todas as pessoas possuem, porém seu desenvolvimento depende, prioritariamente, das relações estabelecidas, principalmente, no início da vida e das interações cooperativas entre as diferentes pessoas que formam o sistema social de convivência. Após essas análises sobre a influência do amor nas relações iniciais, é importante que se faça uma reflexão profunda sobre a maneira como vêm se estruturando os relacionamentos interpessoais (principalmente entre mães e bebês), inseridos em nossa sociedade ocidental e capitalista nas últimas décadas. Com relação a isso, constatou-se que, desde a revolução industrial, as relações sociais mudaram muito. A atenção voltou-se para o desenvolvimento tecnológico, as mulheres passaram a ser requisitadas pelo mercado de trabalho, e autoridade patriarcal esteve prestes à desintegração, devido à influência do protestantismo. Recentemente, surgiu o movimento feminista que 87 A. L. N. Braz exigia a igualdade entre homens e mulheres, provocando a crise da família nuclear, o desmame precoce dos bebês, relações cada vez mais competitivas e pouco colaborativas, dentre outros. Em consequência disso, houve mudanças nas atitudes femininas e masculinas. As mulheres parecem ter abdicado de algumas de suas funções mais importantes, por exemplo, amamentar e estabelecer relações de afeto e amor com sua prole. Vale a pena refletir sobre o afastamento das pessoas, das famílias e, principalmente, das mães no que diz respeito aos aspectos afetivos. Esse distanciamento, sem muita organização nem intenção, provavelmente, prejudicou o desenvolvimento da psique humana. É importante salientar o alerta de Spitz (1979), quando afirma que crianças, que tiveram suas relações de amor perturbadas em sua formação, põem em risco a base da sociedade. Sem vínculos básicos de amor, elas não organizam adequadamente as estruturas psíquicas, apresentam dificuldades de integração e, mais tarde, deficiência na capacidade de se relacionar. Tornam-se pessoas emocionalmente mutiladas e, certamente, incapazes de compreender, descobrir e partilhar laços repletos de nuances que talvez nunca tenham experimentado. Muitas dessas transformações sociais se combinaram, e criaram o cenário atual onde se percebe uma clara desintegração amorosa e afetiva. Por conseguinte, estamos vivendo o aumento significativo da delinquência juvenil e uma crise de violência na sociedade como um todo. É cada vez mais evidente a falta de vinculações interpessoais, o crescente desinteresse pelo bem estar do outro e o isolamento cada vez maior dos indivíduos. Nota-se também o aumento e precocidade no consumo de drogas, a elevação do número de assassinatos cometidos por adolescentes, que, supostamente, não conseguem lidar com as frustrações naturais de seu cotidiano. Portanto, a falta de afeto tem efeitos desastrosos em nosso meio social, 88 Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91 segundo Spitz, pois quando as crianças são: Privadas do alimento afetivo que lhes era devido, seu único recurso é a violência. O único caminho que lhes permanece aberto é a destruição de uma ordem social da qual são vítimas. Crianças sem amor terminarão como adultos cheios de ódio (Spitz, 1979, p. 263). Para nós, é assustador participar deste momento histórico e percebermos que, se nada for feito para alimentar nossas crianças de amor e afeto, o prognóstico não será nada animador. Se desejamos uma sociedade mais equilibrada, com pessoas integradas e auto-realizadas, é necessário que haja um pouco mais de dedicação e atenção aos afetos que existem dentro de cada um. A energia afetiva e amorosa deve ser mobilizada, principalmente nos primeiros anos de vida, já que motiva o indivíduo para a realização de suas tendências mais plenas. Acreditamos que essa mobilização poderá contribuir para uma sociedade mais equilibrada, melhor, mais feliz e menos violenta. Assim, foi possível observar que diferentes autores ressaltam a importância do amor na constituição da pessoa humana e que ele participa ativamente do nascimento ontogênico do ser. Com isso, concluiu-se que ligação afetiva forte, estabelecida no início do desenvolvimento da espécie humana entre dois ou mais indivíduos, é sua fonte de vida individual e social. Tais constatações nos deixaram entusiasmadas e motivadas a prosseguir no caminho da compreensão da essência do amor, pois percebemos de forma mais clara sua importância na formação e desenvolvimento da pessoa. Contudo, ainda estamos muito longe de desvendar os mistérios do amor, pois sabemos que ele é muito complexo, subjetivo e possui inúmeras vertentes, dimensões e tipologias. Por isso, podemos dizer apenas que demos inicio a sua revelação. 89 A. L. N. Braz Referências Bowlby, J. (1984). Apego e Perda. Vol. 1. (A. Cabral, Trad.). São Paulo: Martins Fontes. Cabada, C. M.(1998). A vigência do amor afetividade, humanização e religiosidade. Petrópolis, R. J: Vozes. Erikson, E. H. (1971). Infância e sociedade. Rio de Janeiro: Zahar. Fromm, E. (1965). O coração do homem. Rio de Janeiro: Zahar Fromm, E. (1971). A arte de Amar (M. Amado. trad.) Belo Horizonte, M.G: Itatiaia. Fromm, E. (1983). A análise do homem. São Paulo: Circulo do Livro. Klein, M. & Riviere, J. (1970). 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A partir de uma concepção de futuro divergente do paradigma tradicional do conhecimento, buscamos pensá-lo a partir da ampliação do presente identificando aspectos que têm ocupado lugares secundários em vários debates da disciplina: a interdisciplinariedade da psicologia social, as perspectivas metodológicas de pesquisa-intervenção, os critérios de avaliação da produção da área a partir dos impactos sociais da mesma, as produções oriundas de campos periféricos. Concluímos que se o desejo de controle do futuro tem nos levado ao desperdício de experiências, ampliar o presente aparece como possibilidade de rechaço ao império do pensamento único, o que implica reconhecer a pluralidade de atores e experiências no cenário da produção, validação e transformação do pensamento, o que parece apontar para a democratização das nossas produções, intervenções, por fim, relações. Palavras-chave: psicologia social, sociologia das ausências, democratização. Resumen Se reflexiona acerca de la situación de la psicología social en la actualidad y de las posibilidades para el futuro a partir del referencial de la sociología de las ausencias (Santos, 2002). Partiendo de una concepción de futuro distinta de la del paradigma tradicional de conocimiento, buscamos pensarlo a partir de la ampliación del presente identificando aspectos que 1 Este artículo se encuentra publicado en la revista Pesquisas e Práticas Psicossociais 7(1), São João del-Rei, janeiro/junho 2012. Agradecemos a los editores su autorización para reproducirlo. 2 [email protected] 92 C. Mayorga han ocupado lugares secundarios en varios debates del área: la interdisciplinariedad de la psicología social, las perspectivas metodológicas de la investigación-acción, los criterios de evaluación de la producción del área partiendo de sus impactos sociales y las producciones desde campos periféricos. Concluimos que si el deseo de controlar el futuro nos ha llevado al desperdicio de las experiencias, ampliar el presente emerge como posibilidad de rechazo al imperio del pensamiento único, lo que implica reconocer la pluralidad de actores y experiencias en el escenario de la producción, validación y transformación del pensamiento, lo que parece apuntar hacia la democratización de nuestras producciones, intervenciones y, en suma, relaciones. Palabras clave: psicología social, sociología de las ausencias, democratización. Sobre as formas de pensar o futuro O convite para traçarmos os cenários de futuro da psicologia a partir das instituições científicas e políticas da área nos parece um exercício bastante instigante e importante3. Primeiro porque consideramos fundamental que essa reflexão e debate incluam a diversidade de perspectivas e olhares da disciplina; o que também se relaciona com o fato de podermos conceber o futuro a partir de pontos de partida variados –sejam eles epistemológicos, políticos ou institucionais. Em uma análise clássica do campo da economia, intitulada The Year 2000, Kahn e Wiener (1967, pp. 262-264) definem cenários como a descrição detalhada de eventos hipotéticos em sequencia que pode levar, de maneira plausível, a uma situação futura. Desenhando um cenário suficientemente amplo, poderíamos segundo essa perspectiva, antecipar a evolução dos eventos e identificar as escolhas necessárias para se trilhar uma determinada trajetória (Souza & Lamounier, 2006). Este é um termo também bastante 3 Parte dos argumentos deste texto foi apresentada no VI Encontro Nacional da Associação Brasileira de Ensino em Psicologia (ABEP), que aconteceu em Belo Horizonte/MG, em 2008, como convite para refletir e debater acerca dos cenários de futuro para a Psicologia a partir do olhar das entidades de Psicologia, neste caso, a Associação Brasileira de Psicologia Social/ ABRAPSO. 93 Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110 utilizado no campo do planejamento institucional: cenários podem ser “visões parciais e internamente consistentes de como o mundo será no futuro e que podem ser escolhidas de modo a limitar o conjunto de circunstâncias que podem vir a ocorrer” (Porter, 1991, p. 13) ou ainda “ferramenta para ordenar a percepção sobre ambientes alternativos futuros, nos quais as decisões pessoais, institucionais ou da organização podem (devem) ser cumpridas” (Schwartz, 1991, p. 43). Ora, o que está pressuposto nessas definições é a perspectiva do paradigma tradicional do conhecimento, levado à sua radicalidade nos campos da economia e da administração, que concebe e apresenta o pensamento como metódico, ordenado em início, meio e fim, com finalidade de previsão e controle do futuro. Tal perspectiva, como sabemos, é um dos pilares do projeto da ciência moderna, que imbuído de esperança no progresso e bem-estar a ser alcançado pelo desenvolvimento científico se propôs a dominar e controlar a natureza e tal proposta tinha como pressuposto, a ideia de que o futuro é infindável. É impossível compreender a história do Ocidente e também da democracia, da ciência, da razão, da liberdade, da igualdade, da justiça e do desenvolvimento social sem fazer referência à ideia de progresso. A perspectiva de um futuro luminoso promovido pelo desenvolvimento do conhecimento científico marca as sociedades ocidentais e é importante analisar quais as consequências desse pensamento, principalmente no que se refere a um amortecimento das contradições que esse desenvolvimento produziu e continua produzindo nas nossas sociedades. Assim, traçar os cenários da psicologia a partir dessa perspectiva seria conceber a história dessa disciplina como um processo linear, desconsiderando em grande medida, as rupturas, contradições e tensões; aspectos estes que nos levam a problematizar a possibilidade de chegada em um futuro prédefinido e controlado. Nessa concepção, não há muitos espaços para o futuro desejável, para a dimensão das utopias, já que estão sempre marcadas por impossibilidades metodológicas, pela sua dimensão e intangibilidade no 94 C. Mayorga presente, ou como nos dirá Cunha (2007) por uma instantaneocracia que muitas vezes nos leva à ação sem reflexão, acreditando que o futuro será a mera repetição ou melhoria do que já vivemos. Mas talvez essa seja a utopia do projeto da modernidade: uma utopia totalitária, da sociedade perfeita, sem falhas. No que se refere às desigualdades sociais, por exemplo, encontraremos uma ênfase numa perspectiva que insiste, como dirá Sousa (2006), em analisar as mesmas a partir de suas consequências e efeitos, sem atentar para as razões e causas das mesmas, limitando-se à abordagem da ponta do iceberg, acreditando ou fazendo acreditar que está tomando os problemas como um todo. Tal ênfase caracteriza uma miopia recorrente nas análises acerca da sociedade que leva, frequentemente, a uma visão acrítica da realidade e a uma naturalização das desigualdades sociais. Assim, a concepção de futuro com base no que Santos (2002) chamou de monocultura do tempo linear, terá consequências marcantes para nossas sociedades. A monocultura do tempo linear definida como uma das lógicas da razão moderna, chamada por Leibniz de razão indolente e utilizada por Santos, pressupõe que a história tem um sentido único. Tal afirmação nega a pluralidade e caminha para solidificação e naturalização de posturas hegemônicas, promovendo a invisibilização de conflitos, tratando desigualdades como simples diferenças naturais e reforçando o que Santos denomina de ausências: experiências sociais, saberes diversos que ora são invisibilizados, ora são incluídos ou considerados a partir de relações de subalternidade; são experiências sociais desperdiçadas, porque ocultadas ou desacreditadas (Santos, 2002). Tal concepção baseada na monocultura do tempo linear levou o cientista político Fukuyama (1992), por exemplo, a anunciar que o capitalismo e a democracia burguesa representariam o ápice da História da Humanidade. No polêmico ensaio "O fim da história", Fukuyama sustenta que o século XX seria 95 Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110 o apogeu da civilização, com a desintegração da União Soviética simbolizando o triunfo da democracia liberal ocidental sobre todos os outros sistemas. A derrocada do socialismo como alternativa global teria deixado, segundo ele, apenas um nacionalismo residual, incapaz de aglutinar um projeto para a humanidade, e o fundamentalismo islâmico. Este, na visão de Fukuyama, ficaria confinado ao Oriente e aos países periféricos4. A partir dessa perspectiva, vemos que tal pensamento hegemônico considera que experiências não identificadas com a democracia liberal são compreendidas como atrasadas, subdesenvolvidas, primitivas. Mas como isso se apresenta no campo da psicologia? Discutiremos tal problema adiante. Outra consequência importante da monocultura do tempo linear se refere à ideia de um progresso sem limites o que leva à instauração de um futuro infinito, porém sempre idêntico ao que traz à luz a indolência da razão proléptica5, a de supor o futuro e por isso abdicar de pensá-lo. Assim, esta razão julga que sabe tudo sobre o futuro e, portanto não precisa pensá-lo e “o concebe como uma superação linear, automática e infinita do presente” (Santos, 2002, p. 32). Junte-se a isso que a razão moderna se estruturou de tal maneira que de forma metonímica, tende a compreender o todo das experiências sociais a partir de uma parte específica –a que se quer difundir de forma hegemônica, a ponto de eliminar- seja através da deslegitimação, desautorização, do desprezo, da violência, da negação do conflito - outras experiências6. Experiências essas, desperdiçadas. Todo o processo e movimento de crítica à modernidade buscará anunciar e denunciar as problemáticas existentes nessa concepção linear de tempo e progresso. Deleuze (1995), por exemplo, admite um tempo múltiplo, caótico e policrônico e 4 A tese do fim da história foi revisto por Fukuyama em artigo para o jornal britânico The Guardian. 5 Santos (2002) identifica a indolência da razão manifestada de quatro maneiras distintas: razão impotente (determinismo, realismo), razão arrogante (livre arbítrio, construtivismo), razão metonímica (a parte tomada pelo todo) e razão proléptica (o domínio do futuro sob a forma do planejamento da história e do domínio da natureza). 6 Cabe perguntar por que uma razão tão limitada veio a ter tamanha primazia nos últimos duzentos anos. Para essa discussão, ver Santos (2002). 96 C. Mayorga enfatiza a existência de vários mundos possíveis em um único mundo. Para isso, em lugar de uma linha do tempo, Deleuze vê um emaranhado do tempo; em lugar de um rio do tempo, o autor vê um labirinto do tempo; não mais uma ordem do tempo, mas uma variação infinita. Diante disso, questionando o desperdício da experiência e a naturalização das hierarquias sociais, Santos (2002) vai sugerir que necessitamos apostar na criatividade epistemológica, que nos leve a inventar outra racionalidade e na criatividade democrática, que nos leve à ampliação e reconfiguração permanente do espaço público. Para tanto, o autor sugere a necessidade de realização de dois movimentos principais: ampliação do presente –através de uma sociologia das ausências e a redução do futuroatravés da sociologia das emergências. Buscaremos, a seguir, pensar o futuro da psicologia a partir da ampliação do presente no campo da psicologia social, isto é, como dito anteriormente, buscaremos identificar pontos desta disciplina que, por diversos motivos, ocupam lugares secundários em vários debates da área. Para tanto, é fundamental um exercício de auto-reflexividade da própria psicologia social e da associação que no Brasil, há mais de 25 anos, vem buscando possibilitar canais de debate e ação no campo da psicologia social: a Associação Brasileira de Psicologia Social (ABRAPSO). Tomar a nós mesmos como objeto da reflexão pode possibilitar um posicionamento distinto da ilusão ideológica (Montero, 1994) de que o futuro é a consequência direta e não crítica do que vivemos no presente. Para realizar tal tarefa, identificamos quatro ausências traduzidas aqui como ocultamentos ou experiências desacreditadas, recorrentes em nossa disciplina. Acreditamos que explicitá-las, pode contribuir para se pensar e fazer o futuro da psicologia e da psicologia social que não são nada certos nem previsíveis. Contudo, é preciso, segundo Santos (2002), substituir o vazio do futuro fruto da perspectiva do tempo linear, por um futuro de possibilidades 97 Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110 plurais e concretas –ao mesmo tempo utópicas e realistas– construídas no presente, através das atividades de cuidado. Assim, os ocultamentos ou experiências desacreditadas que trabalharemos a seguir são identificadas como: a interdisciplinariedade da psicologia social, as perspectivas metodológicas de pesquisa-intervenção como formas legítimas de construção do conhecimento, os critérios de avaliação da produção em psicologia social a partir dos impactos sociais da mesma, as produções em psicologia social oriundas de campos periféricos no Brasil. Pensamos que dessa maneira, poderíamos contribuir para a construção dos cenários de futuro da psicologia, futuro que interessa a todos e a cada um de nós – é importante que reconheçamos a pluralidade das experiências sociais, para a partir daí, construirmos as nossas expectativas sociais para o futuro. Identificando algumas ausências da psicologia social: ampliando o presente A interdisciplinariedade da psicologia social O debate acerca das origens psicológicas e sociológicas da psicologia social vem sendo realizado recentemente por alguns autores da área no Brasil (Sass, 2007; Jacó-Vilela, 2007; Arantes, 2005) e fora do Brasil (Farr, 1996; Estramiana, 1995). As discussões sobre se a psicologia social deveria ser uma especialidade da psicologia acirraram essa discussão nos últimos anos. Gostaríamos de contribuir com esse debate a partir de um outro caminho de reflexão, mas estreitamente relacionado com o apresentado anteriormente e para isso lançamos a questão sobre os diversos sentidos do social da psicologia social. respostas diversas: Identificados que para essa pergunta encontram-se o social da psicologia social frequentemente é compreendido como um lugar ou território; o social da psicologia social, não 98 C. Mayorga pode ser compreendido sozinho e se refere a um ponto de vista (Crespo, 1995). Frequentemente nos deparamos, em diversos contextos -como nos cursos de psicologia, nos debates acadêmicos sobre determinados temas, quando o psicólogo social é chamado a contribuir- com a ideia de social como um lugar. O social é frequentemente compreendido como um lugar externo a cada um de nós, onde vez ou outra vamos pesquisar, conhecer, atuar. Fazemos pesquisas e intervenções no e sobre o social, que no Brasil, frequentemente é associado às periferias, aos contextos de grupos minoritários. Assim, o social é um lugar pra onde posso ir e de onde posso sair. A partir desse ponto de vista, as concepções teóricas e metodológicas desse pesquisador ou profissional que entra e sai do social estão ancoradas na psicologia –o social da psicologia social seria um lugar de atuação do psicólogo, como poderia ser a clínica, a escola, a empresa. Muitas vezes estudantes, profissionais, inspirados pela compartimentação do conhecimento e por perspectivas individualistas, frutos do cientificismo moderno, perguntam sobre qual nossa linha dentro da psicologia e frequentemente saem muito frustrados com a resposta: psicologia social; afinal, compartilham de uma ideia de que o social é um lugar e não um ponto de vista, com concepções teóricas e metodológicas, com teorias sobre a sociedade e a relação indivíduo-sociedade. Mas se o que propomos aqui é a realização de uma sociologia das ausências, o que está sendo negado, ocultado ou desvalorizado nessa experiência? Resposta: a interdisciplinariedade da psicologia social. Esse fenômeno poderia ser explicado por alguns elementos: o primeiro deles se refere ao próprio movimento da psicologia social brasileira e latino-americana dos anos 60 e 70, que se propunha, a trabalhar com grupos até então excluídos do campo de pesquisa e intervenção da psicologia social tradicional. Será essa postura crítica o ponto de partida na fundação da ABRAPSO. Para trabalhar com os grupos excluídos era necessário romper com o individualismo metodológico e com a falsa e impossível neutralidade científica característicos 99 Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110 do cientificismo moderno. Assim, outras características como militância, compromisso político com a transformação e imersão nos contextos das periferias eram elementos fundamentais do fazer do psicólogo social naquele momento de crise e de crítica. Mas mais do que isso, era fundamental reinventar a psicologia –o convite não era o de aplicar a psicologia (individualista, capitalista, etc.) em contextos de exclusão, mas o de reinventar a própria psicologia. Sabemos que a partir do final dos anos 80 a psicologia social brasileira e latino-americana avançaram na construção de um corpo teórico, conceitual e metodológico próprios, se institucionalizaram e toda a crítica realizada à psicologia standard teve consequências importantes no campo psi. Contudo, sabemos que essa perspectiva é frequentemente desqualificada pelas perspectivas mais duras sobre ciência –e não precisamos ir para as ciências naturais para encontrarmos esse ponto de vista. Outro aspecto que pode nos ajudar a compreender uma certa hegemonia de concepções do social como lugar, é o próprio papel da psicologia social dentro da psicologia. Sabemos que as formas como se conta a história de uma disciplina –o que se explicita e o que se nega– não são ingênuas. Assim, nos deparamos com uma corrente hegemônica na psicologia que identifica a psicologia social, exclusivamente, como um ramo da psicologia. Ora, isso se manifesta em diversos níveis: o primeiro deles se refere à negação das origens interdisciplinares da psicologia social que em grande medida é a negação da interseção entre psicologia e sociologia –mas também filosofianas origens da disciplina. Tal negação nos levaria a contar a história da psicologia social vinculada unicamente à história de uma psicologia científica, sendo pouco abertos para contribuições de relevância como de Mead, Goffman, Simmel, Oliveira Vianna, Florestán Fernandes para citar alguns, que contribuíram enormemente na constituição de um pensamento psicossocial fora e também dentro do Brasil. Contar a história dessa maneira tem levado a posicionamentos os quais o social da psicologia social se resume ao compromisso social da disciplina psicologia, identificando a psicologia social como um campo de aplicação daquela. Esse ocultamento pode trazer 100 C. Mayorga consequências a nosso ver negativas para a psicologia que em alguns momentos se apresenta –na academia, na sociedade- como perspectiva totalizante e pouco crítica. Outro possível motivo da negação da interdisciplinariedade se deve ao fato de que a crise da psicologia social, a crítica ao paradigma moderno não rompeu totalmente com o modelo dualista entre sujeito e mundo, uma das características mais fortes do cientificismo moderno. Continua bastante presente no nosso fazer científico a ideia de que sujeito e mundo são entidades totalmente diferenciadas, o que justificaria disciplinas diferenciadas para lidar com esses dois objetos: a psicologia e a sociologia. Assim, a radical separação entre sujeito e mundo presente na modernidade, que constituiu uma certa hegemonia de um social como um lugar que deve ser conhecido, controlado, dominado, está fortemente vigente entre nós e segue considerando o indivíduo como o centro das compreensões do mundo. Consideramos que fazer pesquisa e intervenção em psicologia social, não é simplesmente escolher um objeto nesse lugar externo, o social. Subir o morro, pesquisar sobre meninos e meninas de rua, realizar intervenções junto a familiares de usuários de drogas, não garante, por si só, uma abordagem psicossocial. Pode-se muito bem trabalhar com esses grupos acima citados, mas ter como fundamento psicologias de cunho individualizante, às vezes patologizante, etc. Assim, o social da psicologia social não é um lugar, mas sim um ponto de vista, uma forma de analisar a realidade que deve, a nosso ver, ultrapassar as barreiras da disciplina psicologia, mas sem deixar de dialogar com a mesma. Negar essa interdisciplinariedade poderá nos levar a um reducionismo psi. Reconhecer a não totalidade e a incompletude desse saber, poderá possibilitar diálogos diversos e ampliação das nossas formas de compreender e atuar na realidade e consequentemente, o futuro das nossas disciplinas. Desse modo, as fronteiras entre os objetos, antes bem delimitadas, vão se tornando gradativamente menos definidas e vão dando lugar à ideia de 101 Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110 que estes se entrecruzam em teias complexas –para as quais não podemos fechar os olhos. A pesquisa-intervenção como forma legítima de produção do conhecimento A segunda ausência que identificamos no campo da psicologia e psicologia social se refere mais diretamente a aspectos metodológicos, mas não exclusivamente a eles. Desde o nascimento da ciência identificamos debates e embates que revelam/revelaram a preocupação em definir o que é o conhecimento científico; o mesmo nasce se diferenciando de outros saberes como o da religião, do senso comum e também o da filosofia, mas desde o início, essa definição se dará, em grande medida, através do debate acerca do método. Perspectivas racionalistas, empiristas, interacionsistas e construcionistas e também quantitativistas e qualitativistas se constituem em tentativas de responder a seguinte pergunta: como conhecer? As respostas serão variadas, mas será no século XX que uma outra dimensão da produção do conhecimento ganhará força (uma vez que já estava presente desde o século XVIII): para quê conhecer? Até onde o conhecimento científico tem nos levado? A que preço? Aquela esperança do progresso e bem estar para os quais a ciência nos levaria, teria sido alcançado de fato? Revisitando a história da psicologia social no Brasil e na América Latina identificamos que essa preocupação com o “para quê” da ciência, preocupação de claro cunho ético e político, repercutirá na preocupação com o “como” fazêla. A constatação de que as teorias importadas dos Estados Unidos e Europa estavam longe de alcançar a compreensão e também propiciar a transformação das realidades vivenciadas nos países da América Latina durante os anos 60 e 70 levou a uma certa efervescência de produção em psicologia social em estreito diálogo com pensadores de outras disciplinas, mas não exclusivamente. Fals Borda, Paulo Freire, Martin-Baró, Silvia Lane, Maritza Montero e muitos outros não exclusivamente do campo da psicologia marcaram o momento da crise da psicologia social na América Latina e no 102 C. Mayorga Brasil que não era somente uma crise epistemológica e teórica, mas fundamentalmente uma crise política. Assim, a psicologia social na América Latina nasce de uma dupla insatisfação: com o modelo teórico metodológico desenvolvido pela psicologia social até aquele momento, predominante, modelo experimentalista que colocava o pesquisador numa falsa posição objetiva e neutra e a insatisfação com as situações sociais do entorno: os governos autoritários, as péssimas condições de vida de grandes grupos da população, seus sofrimentos, problemas e a necessidade urgente de promover mudança social (Mayorga, 2007). Pesquisa-ação, pesquisa-participante, observação-participante foram algumas das proposições metodológicas centrais nesse momento. Todas, em níveis diferenciados, partem do pressuposto de que conhecer é interagir e é esta dimensão que é constantemente desqualificada em muitos espaços de produção em psicologia e psicologia social, mas também junto a outras disciplinas. Identificamos a recusa de uma reflexão sobre a relação entre ciência e política como postura hegemônica dentro dos cenários da produção acadêmica que raramente inclui em suas análises o próprio processo de produção do conhecimento; sabemos que historicamente a ciência se caracterizou como instrumento e prática de controle, disciplina e patologização de experiências diversas e consideramos que as propostas de pesquisaintervenção têm buscado colocar esse ponto como central em suas análises. A pesquisa-intervenção nos traz questões e desafios que estão sendo pesquisados e teorizados e esse é um exercício necessário, mas muitas vezes invisibilizado ou desqualificado tanto internamente quanto externamente ao campo psi. As perspectivas de pesquisa-intervenção, como dito anteriormente, partem da análise da interação entre sujeitos como ponto crucial e se manifestam tanto no caráter dialógico e participativo nos processos de produção de conhecimento sobre e com sujeitos, grupos e instituições investigados quanto na possibilidade de discussão e debate acerca dos 103 Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110 resultados com os mesmos. O que constatamos muitas vezes, é que pesquisas-intervenções, são realizadas preferencialmente nas universidades junto aos programas de extensão e não de pesquisa e sabe-se que institucionalmente, o eixo da extensão é frequentemente avaliado como menos acadêmico do que o da pesquisa. Fechar os olhos para essa dimensão é, a nosso ver, continuar insistindo na objetividade do conhecimento como distanciamento, no objetivo do mesmo como sendo o controle. Não gostaríamos aqui de negar a importância de trabalhar com perspectivas metodológicas multivariadas. Contudo, essa reflexão coloca em pauta uma vez mais, o abismo entre teoria e prática que resulta, em parte, de uma supervalorização de conhecimentos construídos no sistema socialmente reconhecido de instituições acadêmicas e dificuldade de se problematizar de maneira crítica a relação com os valores e decisões tomadas em contextos socioculturais distintos (Rozemberg, 2007). Avaliação da produção da psicologia social a partir dos seus impactos sociais A terceira experiência em certa medida desacreditada e identificada no nosso exercício iniciante de ampliação do presente se refere aos critérios utilizados para avaliar o conhecimento produzido em psicologia e psicologia social e este ponto tem interseções com a discussão que foi feita no item anterior. Sabemos que instituições de fomento à pesquisa, programas de pósgraduação, instituições científicas da área da psicologia, a Associação Nacional de Pesquisa e Pós-graduação em Psicologia (ANPEPP) têm se deparado com intensas discussões sobre a construção dos critérios de avaliação da produção científica brasileira. A produção dos pesquisadores da área tem sido o grande parâmetro de avaliação o que me parece bastante razoável até certo ponto. A grande dificuldade é fazer tal avaliação considerando a relevância deste conhecimento para a sociedade. Esta não é uma tarefa simples, mas que não pode ser deixada de lado, porque complexa. Estão em jogo muitos parâmetros: o que é ser relevante para a sociedade, bem como com que formas vamos 104 C. Mayorga medir isso. O que não se pode admitir, é que a questão da relevância social ora seja colocada como impossível de ser considerada, pois é impossível medi-la devido a diversos motivos financeiros ou referentes à natureza do objeto que está sendo avaliado (talvez o seja, mas precisamos lançar mão da nossa criatividade epistemológica!), ora como algo que não nos interessa neste momento da história, como se esta fosse uma demanda ultrapassada. Gostaríamos de ressaltar que consideramos a avaliação da produção científica como fundamental para a qualificação das produções na área e, portanto não manifestamos aqui uma postura anti-avaliação. Contudo, nos preocupa que percentuais, números e contas que tendem a ser os parâmetros das nossas produções, não sejam radicalmente (no sentido de irmos até a raiz!) problematizados. O que os números nos possibilitam ver? Mas o que eles não nos permitem visualizar? O quê mais os números poderiam explicitar que não o fazem? Como estão sendo publicizadas nossas produções, com que qualidade e, sobretudo, qual o impacto social desta produção? A produção científica está virando uma grande competição onde talvez tudo valha para estar entre os altos números? Será que o know how técnico está tornando dispensável a discussão sobre a ética? Ora, se por um lado a ciência foi compreendida como um conhecimento que se constrói contra o senso comum em um processo de ruptura epistemológica com ele, podendo levar á superação das opiniões, das formas falsas de conhecimento para tornar possível o conhecimento científico, racional e válido e consequentemente recusando as orientações para a vida prática decorrentes do mesmo senso comum; por outro lado, ela foi e vem sendo compreendida como prática social. Tal perspectiva se baseia numa prática científica compreendida como prática intersubjetiva, que se justifica “teórica e sociologicamente pelas consequências que produz na comunidade científica e na sociedade em geral” (Santos, 1989). Assim, a ciência não está separada da sociedade em que é produzida e que pretende analisar, o que justifica a preocupação com a relevância social dos saberes e práticas que estamos 105 Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110 produzindo. Mas para isso, consideramos importante que outros atores participem do processo de avaliação da produção científica. Não sabemos como isso pode se concretizar, mas da mesma forma que no campo das políticas públicas começou-se a lançar mão da participação da população e diversos setores da sociedade na avaliação da sua implementação por que um processo com esses mesmos fundamentos não poderia acontecer no campo da ciência? Consideramos, portanto, que essa questão como colocada acima, exige a inclusão de outros atores no debate sobre critérios e formas de avaliação de nossas produções; atores que possam representar diversos setores da sociedade. Claro está, que para que isso aconteça, deve-se reconhecer na sua radicalidade, primeiramente, a não totalidade do conhecimento científico; a necessidade de estabelecermos relações horizontais com os diversos setores e saberes da sociedade e por fim, muita criatividade democrática e epistemológica, além de vontade política para que essas ideias virem prática! Talvez, entre todas as ausências destacadas anteriormente, essa seja a mais difícil de se enfrentar e reconhecer, mas talvez a que nos faça refletir de forma mais profunda acerca de uma psicologia e psicologia social edificante. Produções, saberes e olhares da psicologia social em regiões periféricas Por fim, no que se refere à diversidade de produção em psicologia social, não podemos negar que esta é constantemente classificada e avaliada a partir do pólo sudeste/sul e a partir de outras classificações sócio-geográficas como urbano/não urbano ou capitais dos estados/interior dos mesmos. Essas dicotomias, claramente valorativas, onde o não-sudeste, não-sul, não-urbano, não-grandes centros são classificados, a partir da monocultura do tempo linear, como experiências atrasadas, não qualificadas que mais cedo ou mais tarde deverão se encaixar dentro dos parâmetros definidos por aqueles do centro. Isso demonstra que o projeto de progresso e desenvolvimento da área estão 106 C. Mayorga em grande medida prescritos e frequentemente não reconhecem experiências e saberes periféricos como interlocutores legítimos na construção desse futuro. Não nego de forma alguma que existam iniciativas que busquem perfurar essas lógicas, mas estas não estão dentro dos marcos das perspectivas hegemônicas. Essas dicotomias fazem dobradinhas com outras tantas da modernidade, que na simetria que aponta para uma relação horizontal, oculta uma relação vertical. Assim, associado com o nãosudeste/sul, não urbano, etc. estão as figuras do atrasado, sem cultura, primitivo, não racional, não modernizado, não civilizado, significados que são constantemente naturalizados. E elas se reproduzem nos contextos acadêmicos! Vale a pena pensar que o que está em jogo nessas lógicas de invenção do Outro é a consolidação de um modelo eurocêntrico de sujeito do conhecimento e também de racionalidade e normalidade. Assim, o que esse aspecto denuncia é que continuamos repetindo lógicas coloniais que se reproduzem nas diversas hierarquias a partir das quais organizamos a produção do conhecimento no Brasil. Mas como pensar as experiências e saberes de psicologia e psicologia social no interior do Brasil: interior de Minas Gerais, região Centro-Oeste, Região Norte como algo que não se reduza a experiências e saberes que ainda não alcançaram um certo caminho prescrito de reconhecimento? Pensar o futuro é pensar formas de reconhecimento dessas experiências que não sejam através do ocultamento e do descrédito. Sabemos que não é uma tarefa simples, pois essa reprodução das ausências se encontra em diversos espaços sociais –na cultura, na literatura, nas formas de lazer, nos meios de comunicação e na ciência. Muitas vezes o caminho apresentado é o da ampliação das formas de comunicação entre o centro e as periferias... muitas vezes traduzidas em formas mais eficazes do modelo do centro chegar até as periferias e não através de um debate/interação de fato –debate que não abafe 107 Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110 os conflitos, não tenha uma visão ingênua acerca das diferenças e procure identificar o que a periferia pode ser que não simplesmente a ausência do centro. Mas para que isso possa se concretizar é fundamental reconhecer o nosso próprio ponto de vista como incompleto; não total. Para concluir Apresentamos algumas reflexões sobre o presente da psicologia social. Consideramos que é importante enfrentar os pontos acima destacados –e provavelmente existam outros dos quais não tratamos– considerando que o futuro não consiste na mera continuidade do presente, ou melhor, continuidade daquilo que reconhecemos como legítimo no presente. Temos constituído ausências nas nossas diversas interações acadêmicas e institucionais –o exercício de auto-reflexividade nos mostra isso. Mas se a previsão e desejo de controle do futuro tem nos levado ao desperdício das experiências, ampliar o presente aparece como possibilidade de rechaço ao império do pensamento único –reconhecer a diversidade de atores e experiências no cenário da produção, validação e transformação do pensamento parece apontar, pelo menos provisoriamente, para a democratização das nossas produções, intervenções, por fim, relações. Mas não gostaríamos de repetir aqui, um certo discurso acerca das diversidades, que defende, com uma intenção, a nosso ver, pseudo-democrática, uma pluralidade de experiências e saberes sem reconhecer que entre eles existem tensões, antagonismos e disputas, frequentemente invisibilizados pela ideologia do pensamento único. E apontar isso é reconhecer que o conflito é condição de possibilidade para qualquer tipo de consenso. 108 C. Mayorga Referências Arantes, E. M. de M., (2005). Encarte especial: a psicologia social como especialidade: um debate que continua. Psicologia & Sociedade, 17(1), 8182. Crespo, E. (1995). Introducción a la psicología social. Madrid: Universitas. Cunha, T. (2007). O futuro não é melhoria do presente; é outra coisa. Ação para a justiça e paz. Coleção agitanç@s, n. 41, pp. 1-51. Disponível em: http://www.ajpaz.org.pt/agitan/agitar041.pdf Deleuze, G. (1995). Mil platôs. Rio de Janeiro: Editora 34. Estramiana, J. L. (1995). Psicologia social: perspectivas teóricas y metodológicas. Madrid: Siglo XXI de España. Farr, R. (1996). The roots of modern social psychology. Oxford, England: Blackwell. Fukuyama, F. (1992). O fim da história e o último homem. Rio de Janeiro: Rocco. Jacó-Vilela, A. (2007). O estatuto da psicologia social: contribuições da história da psicologia social. In C. Mayorga & M. A. M Prado (Orgs.), Psicologia Social: articulando saberes e fazeres (pp. 37-54). 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Estudos Avançados, 20(56), 43-60. 110 Psicología para América Latina (2012), 23, 111-125 Experiência de liberdade e individualidade nas grandes cidades: contribuições de Georges Simmel para o debate contemporâneo Amana Rocha Mattos1 Universidade Federal do Rio de Janeiro Rio de Janeiro,Brasil Resumo O presente trabalho discute o importante texto de Georges Simmel As grandes cidades e a vida do espírito, escrito em 1903, trazendo seus pontos principais para pensar a experiência de liberdade no espaço urbano nos dias atuais. Desde sua publicação, esse texto se tornou uma referência na área das ciências sociais para o estudo da modernidade, do individualismo e da produção de subjetividade no cotidiano das metrópoles. Entendendo que esses assuntos constituem a base para a discussão de temas como a liberdade, a independência e a autonomia – assuntos de importância central para o campo da psicologia-, nós articulamos os argumentos de Simmel com essas questões, trazendo também outros comentadores de seu texto. Palavras-chave: individualismo. liberdade, metrópoles, modernidade, Resumen El presente trabajo discute el importante texto de Georges Simmel Las grandes ciudades y la vida del espíritu, escrito en 1903, refiriendo sus puntos principales para pensar la experiencia de libertad en el espacio urbano en los días actuales. Desde su publicación, ese texto se hizo una referencia en el área de las ciencias sociales para el estudio de la modernidad, del individualismo y de la producción de subjetividad en lo cotidiano de las metrópolis. Entendiendo que esos asuntos constituyen la base para la discusión de temas como la libertad, la independencia y la autonomía –asuntos de importancia central para el campo de la psicología-, se articulan 1 [email protected] 111 A. R. Mattos los argumentos de Simmel con estas cuestiones y otros comentarios de su texto. Palabras clave: individualismo. libertad, metrópolis, modernidad, Abstract The present work discusses the important text by Georges Simmel The metropolis and the mental life, written in 1903, bringing its main points to discuss the experience of freedom in the urban space nowadays. Since it was published, this text became a reference in social sciences for the study of Modernity, the individualism and the kind of subjectivity that was being produced in the day-to-day life of the metropolis. Understanding that these themes constitute the ground for the discussion on the subjects as freedom, independence and autonomy –subjects of central importance for the field of Psychology-, we articulate Simmel’s arguments with these questions, using also other authors that comment Simmel’s text. Key words: freedom, metropolis, modernity, individualism. Introdução A ideia de “liberdade” é, no mundo ocidental contemporâneo, uma noção central para indivíduos e países. As discussões acerca do tema mobilizam pessoas, grupos e a sociedade como um todo, orientam práticas governamentais e pautam as relações internacionais. Para a democracia, a liberdade é um valor fundamental. Como condição para a convivência democrática e pacífica entre os sujeitos, a liberdade aparece como um valor importante na cidade. Entretanto, seu exercício é difícil e muitas vezes gerador de conflitos, angústia e mal-estar entre os sujeitos que se veem às voltas com as constantes negociações de limites implicadas na convivência humana. Para os sujeitos contemporâneos, a liberdade configura-se como um termo que aglutina uma série de valores, expectativas e práticas. Em trabalho anterior (Mattos e Castro, 2008), tomamos a noção senso-comum de liberdade como uma formação discursiva de nosso tempo, e investigarmos quais são os seus significados, que condições 112 Psicología para América Latina (2012), 23, 111-125 subjetivantes da contemporaneidade ela exprime, percebendo que em muitos sentidos ela se afasta das definições políticas e acadêmicas sobre o que vem a ser “liberdade”. Procuramos investigar de que forma a experiência de liberdade vem sendo significada e vivida por jovens cariocas, que problemas surgem desse exercício, de que forma os sujeitos se sentem tocados por esses problemas. Ao entender a liberdade, a independência e a individualidade, como formações discursivas da contemporaneidade que assimilam importantes concepções das teorias democrática, liberal e pragmática, procuramos identificar os impasses subjetivos e da convivência com o outro, implícitos e vivenciados na atualidade, entendendo tais impasses como tributários de uma concepção de mundo liberal e calcada numa economia de mercado. No presente trabalho, tomamos o texto As grandes cidades e a vida do espírito de Georg Simmel (2005), escrito em 1903, para refletirmos sobre a constituição psíquica do indivíduo do início do século XX, habitante das grandes cidades, que se veem subjetivado pela convivência com estranhos, pela exigência de autonomia, pelo imperativo da divisão social do trabalho e, acima de tudo, que se veem envolvidos na promessa moderna de liberdade individual. Esse texto, de enorme importância para as ciências sociais, propõe questões muito férteis para o campo da psicologia uma vez que, embora já tenham se passado 109 anos do momento de sua produção, observamos as metrópoles contemporâneas com problemas e questões tributárias do projeto de sociedade moderna. Além disso, o texto descreve com grande sensibilidade os traços constitutivos da urbanidade e civilidade de 1903 (como a indiferença, ou “atitude blasée”; a intelectualização das reações, a objetificação dos vínculos e a onipresença do dinheiro permeando as relações...), o que nos faz perceber, ao longo de sua leitura, que problemas enfrentados hoje nas grandes cidades guardam profunda familiaridade com as questões narradas por Simmel, que tanto lhe chamavam a atenção. Para complementarmos a discussão do trabalho, traremos textos de Velho (1995) e Vianna (1999) que se debruçam sobre discussões oriundas do clássico texto de Simmel, contribuindo com exemplos e explicações que 113 A. R. Mattos enriquecerão nossa exposição. Nosso propósito é discutir as ideias centrais desses três textos e articulá-las com o problema da liberdade no mundo atual, oferecendo um campo teórico mais amplo onde se possam pensar as implicações subjetivas da valorização da experiência de liberdade na vida dos indivíduos. Para tanto, gostaríamos de fazer, inicialmente, uma breve apresentação da questão da liberdade, do valor que esta assume na modernidade e de como a democracia constitui o palco para o exercício das liberdades individuais para, em seguida, trazer o texto de Simmel e seus comentadores. A liberdade como valor moderno: um breve panorama Num mundo hierarquizado como o da Idade Média, de posições sociais bem definidas e relações de poder que se legitimavam pela vontade divina, as noções de tempo e verdade eram eternizadas, tal como ilustra Tocqueville (2000 [1840], p. 38), autor francês que viveu na primeira metade do séc. XIX: “O legislador pretende promulgar leis eternas, os povos e reis só almejam erigir monumentos seculares e a geração presente se encarrega de poupar às gerações futuras o trabalho de resolver seu destino”. Com a modernidade, este cenário social se desmonta, e os papéis a serem desempenhados pelos cidadãos já não são previamente definidos. No estado moderno, a igualdade submete todas as classes a uma mesma lei, o que permite um intercâmbio constante de costumes e valores entre os diferentes grupos sociais. O outro já não está tão distante e a alteridade se estabelece entre tipos de uma mesma espécie, a saber, a humanidade. “Todas as classes se comunicam e se mesclam todos os dias, se imitam e se invejam; isso sugere ao povo uma porção de ideias, de noções, de desejos, que ele não teria se as posições sociais fossem fixas e a sociedade imóvel. Nessas nações, o servidor não se considera jamais inteiramente estranho aos prazeres e aos trabalhos do amo, o pobre aos do rico; o homem do campo se esforça para assemelhar-se ao da cidade, e as províncias à metrópole” (Tocqueville, 2000 [1840], p. 45). 114 Psicología para América Latina (2012), 23, 111-125 Neste corte radical com um passado arcaico e hierarquizado, a modernidade estabelece um sujeito universal, amplia a relação do indivíduo com o todo através da ideia de humanidade e torna a filosofia, a ética e a cidade assuntos que dizem respeito a todos os indivíduos, e não mais a uma casta ou classe exclusivamente. A esse respeito, Starobinski (1994) afirma que o século XVIII foi responsável pela invenção do conceito e da experiência de liberdade. Reunindo, de um lado, o pensamento Iluminista e sua busca por fundamentar uma lei da Razão, que não subjugasse o homem aos poderes e caprichos de instâncias mundanas e que lhe desse liberdade para pensar, e, de outro, a ascensão da burguesia na sociedade europeia inaugurando a relação livre com o prazer, o crescimento e o trabalho desligados do pecado, o século XVIII forja a liberdade como algo a ser buscado na relação do homem com o pensamento, com as artes, com o Estado e com a sociedade. Segundo o autor: “No plano político, como no plano moral ou religioso, nada mais parece justificar a relação arbitrária entre a autoridade e os súditos obedientes. Como dirá Kant, os homens das Luzes resolveram não mais obedecer a uma lei externa: querem ser autônomos, submetidos a uma lei que percebem e reconhecem em si mesmos” (Starobinski, 1994, p. 18). A ideia de igualdade na modernidade tem papel fundamental na democratização e laicização da sociedade, tornando cada indivíduo por direito igual aos demais, isto é, cada um deve obedecer às mesmas leis, tem as mesmas necessidades e os mesmos direitos que todos os outros. Entretanto, a experiência da desigualdade econômica e social é vivida intensamente no cotidiano europeu. Fatores como a industrialização emergente, o surgimento das grandes cidades e o alargamento do fosso entre pobres e ricos, somados a uma nova percepção da liberdade, tornam a Europa, e em especial a França, um caldeirão em ebulição em meados do século XVIII. Segundo Starobinski (1994), o ataque à liberdade na sociedade francesa estava em toda parte: “nas insolências dos ricos, na falta de habilidade dos governantes, no recurso ao 115 A. R. Mattos aparato opressivo do poder. Descobre-se que a extrema liberdade de alguns atenta contra a liberdade de todos”. (p. 18) A Revolução Francesa trouxe à cena os conflitos presentes no seio da sociedade, e seus ideais –igualdade, liberdade e fraternidade– foram o mote das guerras contra a monarquia, a submissão dos cidadãos à autoridade real, os privilégios do clero e da nobreza. Sustentando a Revolução, o Iluminismo fornecia o pensamento sobre os direitos inalienáveis e naturais do homem, particularmente os direitos à liberdade individual e à propriedade privada. Segundo Cassirer (1997), foi a filosofia francesa do século XVIII a primeira a proclamar a doutrina dos direitos inalienáveis (elaborada pelos filósofos ingleses) com entusiasmo: “E ao proclamá-la dessa maneira, inseriu-a verdadeiramente na vida política real, conferindo-lhe essa força de choque, essa potência explosiva que se manifestou nos dias da Revolução Francesa”. (p. 334) Ter direitos. E não apenas isso, mas conhecê-los e poder lutar por eles. Para Voltaire, pensador iluminista francês, tal é o sentido de liberdade: “No essencial, em sua acepção mais apropriada, a ideia de liberdade coincide com a dos direitos do homem. O que quer dizer, finalmente, ser livre senão conhecer os direitos do homem? Pois conhecê-los é defendê-los.” (Voltaire, citado por Cassirer, 1997, p. 336). O pensamento Iluminista do século XVIII consolida a importância do domínio de si, a autonomia do sujeito, e passa a visar o domínio do mundo, da natureza. A física e a matemática, com a enunciação das Leis da Natureza, abrem a perspectiva inédita até então de controle e previsão dos fenômenos naturais. Poder intervir no curso natural das causas e efeitos leva os pensadores do século XVIII a tomar o conhecimento como o principal instrumento de ação do homem no mundo, e a técnica daí proveniente como o caminho para o progresso e o desenvolvimento. “O porvir abre-se para novas obras de arte, para novos empreendimentos utilitários, para as grandes 116 Psicología para América Latina (2012), 23, 111-125 reformas da ordem humana. Máquinas de tecer, máquinas a vapor, cidades ideais ou novas dramaturgias” (Starobinski, 1994, p. 233). É também no século XVIII que se firmam as bases para o individualismo. A preocupação com as liberdades individuais, com os direitos à propriedade e ao lucro, a valorização, a partir da consolidação da burguesia no poder, do trabalho como meio para se atingir a riqueza e do esforço individual como motor do desenvolvimento são alguns dos fatores que fortaleceram e estabeleceram o individualismo na modernidade. A construção de uma dimensão íntima e privada, da experiência do prazer, a vivência da solidão, bem como a legitimação do sujeito racional na filosofia, que por meio apenas do pensamento poderia aceder à Verdade, contribuíram de maneira decisiva para o individualismo, em termos econômicos, psicológicos e sociais, que tem início nos séculos XVII e XVIII e adquire fôlego no século XIX, quando movimentos importantes como o romantismo, o desenvolvimento do capitalismo e do liberalismo, aliados à Revolução Industrial irão reforçar o percurso do individualismo na modernidade. As cidades modernas como espaço privilegiado para o exercício da liberdade: contribuições de Georg Simmel para pensarmos o sujeito urbano Já no primeiro parágrafo de seu texto, Simmel afirma que “Os problemas mais profundos da vida moderna brotam da pretensão do indivíduo de preservar a autonomia e a peculiaridade de sua existência frente às superioridades da sociedade, da herança histórica, da cultura exterior e da técnica da vida” (Simmel, 2005 [1903], p. 577). Para o autor, que realiza palestra no ano de 1903, depois transformada em texto, é motivo de reflexão não apenas a constituição das grandes cidades como espaço privilegiado de convivência e sociabilidade na passagem dos séculos XIX para XX, como também entender o homem que vive nessas cidades, seu espírito, seus sentimentos, sua maneira de agir em um ambiente recente e pouco explorado na história da humanidade: as metrópoles. 117 A. R. Mattos Segundo Gilberto Velho, em comentário a esse texto de Simmel, o papel das cidades no surgimento das mudanças socioculturais que se apresentam para o indivíduo moderno não é meramente uma função de cenário, como um “receptáculo passivo”, mas funcionam como “produtora(s) de novas formas de sociabilidade e interação social”. Esse papel ativo na constituição dos estilos de vida urbanos se deve, como ressalta o autor, ao papel desempenhado pelo capitalismo nas mudanças realizadas em todos os setores da vida social pósRevolução Industrial. “Certamente foi uma das maiores transformações na história da humanidade, e é neste quadro que se desenvolvem as metrópoles moderno-contemporâneas” (Velho, 1995, p. 228). A preocupação do sujeito em preservar sua autonomia (ou, podemos ler aqui, sua liberdade) no intenso meio urbano ocorre, segundo Simmel, como uma maneira de se proteger de uma série de características que a sociabilidade urbana lhe impõe: o desenraizamento, o encontro com incontáveis estranhos diariamente, a exposição constante a estímulos de todos os tipos, a velocidade, o vai-e-vem das calçadas. “Assim, o tipo do habitante da cidade grande... cria um órgão protetor contra o desenraizamento com o qual as correntes e discrepâncias de seu meio exterior o ameaçam: ele reage não com o ânimo, mas sobretudo com o entendimento” (Simmel, 2005 [1903], p. 578). O entendimento aqui seria uma intelectualização das reações dos indivíduos das grandes cidades, que se defenderiam assim das “coações” da metrópole. Ao intelectualizar aquilo que chega a si, o sujeito evitaria submeterse a emoções e afetos inconstantes, reagindo de maneira “lógica”, “racional”, “intelectual” ao que se lhe apresenta. Vemos aqui como o projeto filosófico da modernidade, de autonomia do sujeito centrado e racional, repercute nas práticas e nos valores compartilhados pelos habitantes das cidades grandes, atualizando o estilo de vida urbano. 118 Psicología para América Latina (2012), 23, 111-125 Velho sublinha tal característica das metrópoles, afirmando que essa maneira de viver nas cidades grandes, encontrável nas metrópoles já no início do século XX, é “a expressão mais radical dos processos de individualização da modernidade” (Velho, 1995, p. 232). Uma das características marcantes da cidade grande –e muito valorizada por seus habitantes até hoje– é a possibilidade oferecida aos indivíduos de que eles sejam “livres”, e muito mais livres do que seriam numa cidade pequena ou no meio rural, por exemplo. Isso ocorre, em grande medida, porque o estilo de vida urbano tem particularidades que estimulam e preservam a privacidade e a individualidade de seus habitantes. Uma delas é o exercício da reserva do sujeito, que evita estabelecer relações muito íntimas com personagens do seu cotidiano urbano (como vizinhos, colegas de trabalho, transeuntes, prestadores de serviço com os quais interage etc.). Esse exercício da reserva, do recolhimento dos sujeitos para seus espaços privados de circulação, é uma das principais notas características da experiência de urbanidade inaugurada com as grandes cidades. A outra particularidade do estilo de vida urbano –intimamente ligada à primeira– é a indiferença, ou a atitude blasée. “A essência do caráter blasé é o embotamento frente à distinção das coisas; não no sentido de que elas não sejam percebidas, como no caso dos parvos, mas sim de tal modo que o significado e o valor da distinção das coisas e com isso das próprias coisas são sentidos como nulos.” (Simmel, 2005 [1903], p. 581). Esse fenômeno é descrito por Simmel como próprio à cidade grande. O autor afirma, inclusive, que ele deriva de uma defesa fisiológica do indivíduo frente a tantos estímulos variados que o atingem. Podemos pensar, entretanto, que se trata de uma subjetividade urbana que está sendo educada, forjada, constituída a partir de condições de trabalho, de vínculos, de trocas inteiramente novas, e que essa constituição se dá num outro registro que não o fisiológico –no registro do pensamento. Talvez por isso mesmo, para marcar esse outro registro distinto do fisiológico em que se dá a constituição do homem urbano, que o autor 119 A. R. Mattos Hermano Vianna faça questão de ressaltar o quanto o poeta Fernando Pessoa distingue-se, em sua obra O Livro do Desassossego, da descrição do indivíduo blasé ou indiferente de Simmel: “Em Fernando Pessoa a reação não cessa, sua vida mental continua no nível de agitação mais intenso. Não se trata mais de um indivíduo que tem os mesmos limites nervosos daqueles que Simmel pensava encontrar numa cidade pequena (e que por isso sofriam na transição para uma cidade grande). Fernando Pessoa coloca em cena outro tipo de indivíduo, que pode reagir intensamente a vários estímulos ao mesmo tempo, aceitando o desafio da metrópole e propondo um atalho para o desenvolvimento de novas culturas subjetivas” (Vianna, 1999, p. 112). Ora, se tal atitude é possível e nos chega através da arte, certamente não estamos falando, ao pensarmos o homem urbano, de um efeito fisiológico, mas sim de um produto, de uma montagem, de uma construção de um novo tipo de pensamento da cultura moderna. É justamente porque as características dessa nova “vida do espírito” (reserva, autonomia, indiferença) são uma produção forjada no contexto social e econômico das grandes cidades, e não uma modificação das condições fisiológicas dos habitantes do espaço urbano, que podemos encontrar sujeitos que pensam a cidade e a habitam de outra maneira, como o faz Pessoa em sua poesia, por exemplo. Ainda assim, compartilhamos da tese principal de Simmel, de que a cidade moderna produz e estimula a liberdade, a individualidade e a autonomia de seus habitantes. E ao fazê-lo, cria códigos de conduta, comportamentos, estilos de vida que não apenas preservam tais qualidades subjetivas mas também as tornam possíveis. Além de tratar dessas modificações subjetivas que se passam no período em que escreve, Simmel se preocupa também com as possíveis consequências da valorização das qualidades do homem urbano na 120 Psicología para América Latina (2012), 23, 111-125 convivência no espaço urbano, seja para a vida em comum nas cidades, seja psicologicamente. O trecho seguinte ilustra com clareza, nas palavras do autor, essa dualidade, ou o “reverso dessa liberdade”: “Pois a reserva e indiferença mútuas, as condições espirituais de vida dos círculos maiores, nunca foram sentidas tão fortemente, no que diz respeito ao seu resultado para a independência do indivíduo, do que na densa multidão da cidade grande, porque a estreiteza e proximidade corporal tornam verdadeiramente explícita a distância espiritual. Decerto é apenas o reverso dessa liberdade se, sob certas circunstâncias, em nenhum lugar alguém se sente tão solitário e abandonado como precisamente na multidão da cidade grande; pois aqui, como sempre, não é de modo algum necessário que a liberdade do ser humano se reflita em sua vida sentimental como um sentir-se bem” (Simmel, 2005 [1903], p. 585). Da perspectiva de Simmel, no início do século XX, a solidão e o abandono seriam o preço que a liberdade cobraria dos cidadãos pela vida nas metrópoles. Ou, como ressalta Velho, o anonimato e a fragmentação da experiência social (Velho, 1995, p. 229). Para os sujeitos, preservar a liberdade seria um projeto de vida que admitiria a fragmentação das relações, aumentando a sensação de desfiliação dos sujeitos. Como vimos inicialmente com Tocqueville, é a igualdade dos sujeitos perante a lei garante, nas cidades modernas, que assegura a possibilidade de que cada um possa trilhar sua própria história, traçar seu próprio futuro, e descolar-se da tradição. Por outro lado, é justamente essa “desorientação” constitutiva das relações sociais que realça o sentimento de inadequação, de estranhamento, de inconformidade tão presentes entre os sujeitos modernos2. Como afirma Velho, “Na sociedade moderna o alto nível de especialização se, por um lado aumenta a aparente 2 Nesse sentido, vale ressaltar a intensa produção literária e filosófica do existencialismo francês do século XX, que tematizou principalmente a liberdade como experiência inerradicável do homem moderno e urbano, assim como o seu sentimento correlato de angústia (ou a “náusea” sartriana), uma vez que a experiência da liberdade é sempre desconcertante, sempre lançando o homem no vazio da indeterminação. 121 A. R. Mattos liberdade de escolha, por outro diminui, no mundo do trabalho, o campo possível de experiências individuais” (Velho, 1995, p. 229). É importante ressaltar que esse descolamento da vida dos sujeitos de uma suposta tradição se dá no processo de constituição das cidades, no projeto de consolidação de uma sociedade moderna. Como ingrediente principal deste processo, temos a ascensão da economia capitalista e a divisão social do trabalho, em que a especialização dos trabalhadores desvincula o homem de uma compreensão e de uma integração mais plena do processo de produção e do trabalho em geral, tornando o indivíduo especialista em determinada função pontual, específica. Simmel fala do desenvolvimento, na cultura moderna, do “espírito objetivo” (Simmel, 2005 [1903], p. 588), isto é, da importância que a técnica e a especialização adquirem na cidade, em detrimento dos vínculos pessoais e tradicionais. E se há um ingrediente que corporifica essa mudança e esse novo “espírito objetivo”, esse ingrediente é o dinheiro: “Na medida em que o dinheiro compensa de modo igual toda a pluralidade das coisas; exprime todas as distinções qualitativas entre elas mediante distinções do quanto; na medida em que o dinheiro, com sua ausência de cor e indiferença, se alça a denominador comum de todos os valores, ele se torna o mais terrível nivelador, ele corrói irremediavelmente o núcleo das coisas, sua peculiaridade, seu valor específico, sua incomparabilidade” (Simmel, 2005 [1903], pp. 581-582). O valor das coisas –e não só das coisas, mas dos serviços, dos vínculos, das pessoas– ganha, assim, uma medida comum, através da qual se pode compará-las. Neste cenário, é importante ressaltarmos, a concepção de liberdade difundida amplamente na sociedade aproxima-se cada vez mais dos valores defendidos pelo liberalismo econômico, como discutimos exaustivamente em nosso trabalho anterior (Mattos, 2006). Assim, ao almejarem a liberdade para si próprios, os sujeitos urbanos agarram-se a 122 Psicología para América Latina (2012), 23, 111-125 valores claramente derivados do vocabulário econômico: desejam a liberdade de escolha (a se realizar no consumo), a independência pessoal (a se concretizar em bens materiais e na não-dependência do outro para alcançar sua estabilidade de vida), a realização pessoal (materializada em bens e serviços a serem consumidos), etc. Ainda mais importante do que percebermos a promessa do liberalismo econômico implícita em cada um desses desejos modernos, é entendermos que essa aparente “evidência” do que deve querer e buscar um indivíduo para ser feliz tem suas raízes no discurso econômico vigente, que pretende objetivar as relações a partir de um referencial comum. Como resume Simmel, “Pois o dinheiro indaga apenas por aquilo que é comum a todos, o valor de troca, que nivela toda a qualidade e peculiaridade à questão do mero quanto” (Simmel, 2005 [1903], p. 579). Considerações finais Interessou-nos explorar e organizar as ideias apresentadas por Georges Simmel e seus comentadores acerca da experiência subjetiva do espaço urbano, dos valores e das relações que aí se praticam e atualizam, sempre procurando perceber de que maneira o autor, ao falar do início do século passado, também está falando de problemas que se impõem a nós e a nossas metrópoles contemporaneamente, dado que ele escreve sobre questões que, a nosso ver, se acirraram, se exacerbaram e se tornaram mais críticas na atualidade, estando muito distantes de desaparecer enquanto problemas. Seja na indiferença vivida ao extremo na dinâmica das cidades, seja na violência contra os grupos menos favorecidos economicamente, na tolerância sempre tênue no convívio com a diferença nos espaços públicos ou comuns, ou na profunda alienação dos indivíduos em seus espaços privados, em todos esses problemas podemos identificar as temáticas trabalhadas por Georges Simmel em seu texto de 1903. Cabe a nós pensá-las, a partir da psicologia, com o auxílio de um referencial teórico que não isole ainda mais os sujeitos em suas experiências, tantas vezes angustiantes, na cidade, mas que procure entender o momento atual à luz de discussões mais amplas, no campo da economia, da sociologia e da história. A nosso ver, o texto de Georges Simmel traz um importante alerta para os estudos psicológicos: que não devemos tomar como 123 A. R. Mattos evidente a experiência individual na cidade, sem pensar o contexto em que essa experiência se consolidou e o percurso que percorreu até os dias atuais. 124 Psicología para América Latina (2012), 23, 111-125 Referências Cassirer, E. (1997). A filosofia do Iluminismo. Campinas, SP: Editora da UNICAMP. Mattos, A. (2006). Fazer escolhas, ‘ser você mesmo’, ‘ter personalidade’: um estudo sobre a experiência de liberdade de jovens cariocas na contemporaneidade. Dissertação de Mestrado, Universidade Federal do Rio de Janeiro, Rio de Janeiro. Mattos, A. & Castro, L. (2008). Ser livre para consumir ou consumir para ser livre? Psicologia em Revista, 14(1), 151-170. Simmel, G. (2005 [1903]). As grandes cidades e a vida do espírito. Mana, Estudos de Antropologia Social, 11(2), 577-591. Starobinski, J. (1994). A invenção da liberdade, 1700-1789. São Paulo: Editora da UNESP. Tocqueville, A. (2000 [1840]). A democracia na América: sentimentos e opiniões. Vol. II. São Paulo: Martins Fontes. 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Palabras clave: crítica, teoría, tradición, historia, psicología, creatividad. Resumo Este artigo discute o atraso teórico e falta de divulgação das tendências teóricas e críticas na América Latina. Propõe-se a desenvolver uma história crítica como um passo prévio para construir uma tradição psicológica, considerando alguns trabalhos como os de Alberto Merani, a história crítica da psicologia no México e a psicologia teórica, que são perspectivas teóricas, críticas e criativas, e se opõem a psicologia padrão. Palavras-chave: crítica, teoria, tradição, história, psicologia, criatividade. Abstract This paper discusses the theoretical delay and the lack of diffusion of theoretical and critical trends in Latin America. To do so, it is intended to develop a critical history as a preceding step to create a psychological tradition. As a contribution to the construction of such a history, we propose to take into account works such as by Alberto Merani, the critical history of Psychology in Mexico and theoretical psychology, which are 1 [email protected] 126 A. Miranda e H. Torres views that meet the criteria of being creative and critic theoretical perspectives, contrary to the standard psychology. Key words: theory, critical, tradition, history, psychology, creativity. Introducción Todo indica que carecemos en América Latina (AL) de una tradición psicológica como el conductismo, el cognitivismo, entre otras. Dicha carencia se expresa en la falta de identidad de la psicología en AL (Molina, 2009) y es producto de la pasividad con que hemos abordado la disciplina. Hasta ahora, según Alarcón (1997), sólo dos teóricos y sus aportaciones han sido reconocidos: Rogelio Díaz-Guerrero, con la teoría histórico-bio-psico-socio-cultural del comportamiento humano (1972); y Rubén Ardila, con la síntesis experimental del comportamiento (1993). No obstante, en la última década se han dado a conocer algunas perspectivas como la psicología social crítica (González, 2004), la psicología socio-histórica (Bock, Gonçalves & Furtado, 2001), entre otras, y se reconoce el avance teórico en nuestra región (Alarcón, 1997); pero los trabajos teóricos regionales no han tenido la difusión e interlocución necesarias, así como el análisis crítico de sus contribuciones. Proponemos, por tanto, desarrollar una historia crítica2 de la psicología en AL que contribuya a superar nuestra pasividad teórica y que dé a conocer trabajos teórico-críticos como paso previo para trabajar por una tradición psicológica que se inscriba en la línea de la historia crítica de Alberto Merani (1976) y de la historia de la psicología realizada en la Universidad Nacional Autónoma de México (particularmente en la Facultad de Psicología y en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, así como en lo producido por la Academia de Psicología Teórica en la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza). En contrapartida, la tendencia dominante busca la solución de problemas sociales (Ardila, 2006), pero sin explicación de 2 La historia crítica requiere de un trabajo teórico conceptual de largo alcance; por lo pronto referimos la tradición dialéctico crítica que ha empezado a ser desarrollada en, por ejemplo, Miranda (2009). 127 Psicología para América Latina (2012), 23, 126-138 los fenómenos. Por ello, afirmamos que es necesario asumir propositivamente el trabajo psicológico para superar el “colonialismo en la psicología”3. La historia crítica de Merani El psicólogo argentino tuvo interés por el vínculo filosofía, ciencia y psicología, inició sus reflexiones en 1964 sobre la psicología de Bergson y Wallon, y publicó en 1968 temas en los que cuestiona si la psicología es ciencia. Ese año trató de clarificar su método dialéctico entendido en un sentido genético, histórico-crítico en Dialéctica en psicología. En 1976 aborda los fundamentos de la psicología y trata una teoría del conocimiento psicológico. Su objetivo es desarrollar una antropología concreta. Critica a la psicología a partir del concepto de ideología y para construir una epistemología estudia la historia de la psicología en su obra Historia crítica de la psicología. Su principal mérito radica en proponer una historia crítica de la psicología en AL a partir de la influencia marxista y de la psicología francesa de Wallon. Además, se encuentran sus estudios sobre psicología del desarrollo y filosofía de la psicología. Con su método histórico crítico juzga los valores de las obras de los psicólogos contemporáneos dominados por la ideología, entendida como la falsa conciencia. Al respecto, Merani (1976) dice: Hasta hoy el historiador de la psicología ha sido hombre de una sola doctrina: idealista o realista, racionalista o empirista, y, además, por encima de la doctrina se ha mostrado demasiado orgulloso de una tradición psicológica, la de su mundo cultural y ha considerado la psicología como ciencia típicamente anglosajona, como únicamente germana, o exclusivamente gala. (p. 11) Por colonialismo en psicología nos referimos al hecho de que los paradigmas o tradiciones psicológicas, como el conductismo, el psicoanálisis, o el cognitivismo, entre otros, son de origen anglosajón y a que son escasas las teorías psicológicas producidas en Latinoamérica. 3 128 A. Miranda e H. Torres La historia ayuda a entender qué tanto está la psicología anclada a la época o la trasciende, Merani (1976) explica que: Una historia de la psicología, exige un proceder de investigación especial: buscar en la unidad del concepto de hombre que se encuentran y descubrir, cuando trascienden la situación que los suscita, en qué medida sus consecuencias dejan de ser circunstanciales y apuntan a la elaboración de una antropología concreta. (pp. 17 y 18) La psicología ideal es entendida como dialéctica de la complejidad. Los criterios epistémicos llevan la marca de la filosofía francesa, por lo que los datos psicológicos no son la calca de lo real, como dirían los materialistas dialécticos, sino la interpretación del hecho con la visión de la carga teórica con que se observa lo real. Merani (1976) explica: El mundo de la ciencia es una construcción lógica con materiales de lo real; cualquiera sabe que la física es la matematización de la naturaleza y todo científico de la naturaleza acepta hoy en día que cuando la ciencia define no son los objetos mismos los definidos, sino que se trata de una definición operatoria. (p. 21) El trabajo de Merani (1976) se ha ubicado dentro de un esquema externalista, donde el contexto social es determinante; por ello afirma que en la psicología existe “dependencia ideológica” (p. 14). En la línea de reflexión marxista, no consideró la autonomía relativa de la ciencia. Llegó a un callejón sin salida al querer desideologizar a la psicología para arribar a la ciencia, con una visión cientificista de corte althusseriano, siguiendo la tradición de ruptura epistemológica de Bachelard. La pretendida superioridad del método dialéctico descansaba sobre la base de descubrir el carácter tecnocráticamente orientado de la psicología; así, 129 Psicología para América Latina (2012), 23, 126-138 por ejemplo, las limitaciones del conductismo se encuentran en su propósito central: el control del proceso de producción. Posturas críticas en la UNAM: Facultad de Psicología, Iztacala y Zaragoza La historia de la psicología en México El libro Psicología e historia de Germán Álvarez y Jorge Molina (1981) es punto de partida de los estudios de historia de la psicología en México, de los ochenta y parte de los noventa. En la introducción, Serafín Mercado (1981) destaca su importancia al ser ésta una: “Aportación genuinamente latinoamericana… representa este desnudarse y verse en el espejo de la psicología mexicana y latinoamericana, la indagación crítica de nuestras raíces históricas y plantea el desarrollo de un análisis crítico de los fundamentos epistemológicos mismos de la disciplina.” (p. 7) Molina (1981) se demarca de la historia de corte descriptivo; destaca las condiciones sociales y económicas como determinantes del tipo de ciencia, postura que fue criticada como externalista (López, Ochoa, Mondragón & Velasco, 1989), a partir de la siguiente afirmación de Molina (1981): “para nosotros la historia de la ciencia es más que la simple descripción de hechos pasados, implica un análisis de las condiciones sociales y económicas que condicionan y generan un tipo de ciencia” (p. 10). Pero el esquema que marcará el derrotero de los posteriores trabajos es una visión de corte descriptivo, muy claro respecto de los límites de su método: “en este escrito se describen diferentes momentos y personajes relevantes.... Sabemos que un análisis histórico es algo más que la descripción que ofrecemos; en posteriores trabajos trataremos de reparar esta deficiencia.” (pp. 43-44) Se escudriñan las características de la psicología precolombina, el periodo de la Conquista, la Modernidad, el juarismo y el positivismo, el inicio de la enseñanza de la psicología con Chávez, hasta la fundación de la Facultad de 130 A. Miranda e H. Torres Psicología de la UNAM. Caparros (1980) consideró esta noción de la historia como de principios de siglo: descriptiva, personalista, centrada en grandes autores, salvo que se agrega el zeitgeist, el espíritu de su tiempo, donde el clima intelectual es la causa de las formas de pensar, lo que podría tacharse de sesgo externalista. Pero esta obra pretende ser también explicativa. El marco descriptivo de fechas memorables y personajes sería la forma dominante de hacer historia de la psicología en México. El trabajo de Valderrama, Colotla, Gallegos y Jurado (1994), Evolución de la psicología en México, como dijo el Dr. Luis Lara en el prólogo, “representa un esfuerzo biográfico de aquellos autores que construyeron la infraestructura de la psicología mexicana moderna”. Presenta la obra y repercusiones de insignes personajes como: E. A. Chávez, E. O Aragón, Pablo Boder, David Berlanga, Osvaldo Robles, entre otros. La obra de Galindo y Vorwerg (1985) es muy clara en sus propósitos: “El estado actual de la psicología mexicana obedece a condiciones nacionales específicas y a sus numerosas influencias extranjeras. De ello se deriva una crisis conceptual que aquí se analiza, al señalar tendencias para desarrollar una psicología netamente nacional” (p. 29). La psicología transcultural busca una psicología propia. Los autores afirman: “las raíces de esta preocupación se remontan a Chávez y a Ramírez, según señala Díaz Guerrero” (p. 32). El movimiento conductista critica a la psicología tradicional no sólo por sus insuficiencias científicas, “sino desde el punto de vista de su resonancia social” (p. 34). Pero, está lejos del universalismo con que debería asumirse una tendencia tan afín al neopositivismo: “Para los conductistas crear una psicología „propia‟ significa ante todo, desarrollar programas de modificación de conducta apropiados para las condiciones de México” (p. 35). Tienen razón respecto al papel preponderante que tuvo el conductismo en México, pero lo sobredimensionan al suponer que la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Iztacala tenía las condiciones para aplicar a gran escala 131 Psicología para América Latina (2012), 23, 126-138 el método de modificación de conducta: primero porque dicho método nunca se aplicó masivamente; segundo, en el periodo de los setenta ya no era el conductismo, sino el cognitivismo, el paradigma dominante en Norteamérica. Era protagonista también una perspectiva multidisciplinaria, el marco con que se forman las dos Escuelas Nacionales de Estudios Profesionales (ahora Facultades de Estudios Superiores): Iztacala y Zaragoza. Por último, la crisis conceptual de la psicología que se proponen atender, nunca aparece en el escrito y tampoco las tendencias para desarrollar una psicología netamente nacional. La crítica de la historia de la Psicología en México López et al. (1989) señalan que “La historia de la psicología en México es un caldero donde se disputan los honores por dar las primicias sobre los datos o los sucesos considerados importantes para su construcción” (p. 12). El grupo encabezado por López, representa uno de los esfuerzos más claros por asumir una actitud reflexiva y crítica, a partir de un esquema internalismoexternalismo4. “Sin duda, la historia de la psicología en México, dada la producción de trabajos historiográficos, demanda un análisis de lo realizado hasta ahora.... Se pretende entrar al terreno de la historia de la ciencia y sus múltiples relaciones y usos” (López et al., 1989, p. 12). En la perspectiva externalista se encuentran: “Jorge Molina, Pablo Valderrama, Fermín Rivero del Pozo, León y Patiño, Edgard Galindo” (p. 20). En una línea ecléctica, se ubican Jurado Cárdenas y Germán Álvarez. En la visión internalista: “consideramos que son Colotla y Gallegos, Díaz-Guerrrero y El internalismo sostuvo que el proceso de producción y validación del conocimiento está en la epistemología, a partir de la racionalidad y la lógica. Por otra parte, el externalismo asume que son las estructuras socioeconómicas, externas al conocimiento, las que determinan dicha productividad; nace en Londres en 1931 en el Congreso Internacional de Historia de la Ciencia con la participación de Bujarin y Hessen que lo postulan desde el marxismo al destacar las condiciones materiales externas a la ciencia. 4 132 A. Miranda e H. Torres Emilio Ribes los que han continuado con la tradición historiográfica internalista de la psicología, son herederos de Alcaraz, Robles, Curiel, Calderón, Narváez, y en esa línea se encuentra Rubén Ardila” (López et al., 1989, p. 26). A Hessen (1934 [1989]) se le reconoce el paradigma externalista basado en el marxismo, trabajo que ejerció fuerte influencia sobre J. D. Bernal, quien a su vez dejó su huella en la concepción de ciencia en AL. No obstante el economicismo, significó “un avance considerable pues daban una dimensión social a la ciencia, que por otra parte, tuvo el mérito de ubicarla en la historia” (Saldaña, 1989, p. 6). Lo importante es que Hessen era muy consciente de los límites del externalismo, pues para explicar la creatividad de Newton: “no nos basta el análisis general de las tareas económicas de la época” (Hessen, 1934 [1989], p. 107). Por otra parte, Molina (1981) negó que existiera determinación de las condiciones materiales hacia la ciencia: “Hemos insistido en el condicionamiento social de la ciencia, pero… estamos hablando de las condiciones materiales, no de determinación… el desarrollo científico disfruta de una independencia relativa respecto de la evolución material de la sociedad” (p. 11). Difícilmente se puede negar la existencia del contexto en que un personaje desarrolla una noción de psicología en México. En la versión de la historia de la psicología de Valderrama et al. (1994) queda señalado el contexto en que se desarrolla la labor de un personaje. Por su parte, López (1997) tiene el mérito de pretender la crítica desde un esquema externalista e internalista, insostenible hoy, pero era uno de los esquemas dominantes: “La tónica es respetar los tiempos y los espacios a historiar analizándolos desde una perspectiva social” (p. 45). 133 Psicología para América Latina (2012), 23, 126-138 Algunas reflexiones sobre la historia de la psicología en México Necesitamos hacer explícito el marco desde donde se hace la historiografía con la finalidad de comprender el tipo de enfoque, sus alcances y limitaciones. La pretendida neutralidad nos hizo creer que en el camino de la objetividad era suficiente recolectar datos, fechas y personajes. Sabemos que la ciencia no recolecta datos brutos, sino que los selecciona desde un marco teórico (Kuhn, 1962 [2007]; Laudan, 1977 [1986]). Un debate sobre las formas de hacer historia puede ser un buen inicio. Es conveniente retomar el tema de la historia de la psicología en México, que se encuentra detenida, salvo por la obra reciente de Álvarez (2011), que es un buen ejemplo de una revisión crítica. Reiteramos que es necesario hacer una historia de la psicología en México crítica, reflexiva, que se sume al trabajo crítico de la psicología en LA. En el estudio del periodo colonial las ideas modernistas no se registran (Álvarez & Molina, 1981) y al parecer la influencia temprana de la modernidad tuvo un papel más importante del que se le reconoce. Así lo indican la formación de instituciones laicas y los debates públicos, cómo los del matemático y astrólogo Sigüenza y Góngora, sobre la influencia de los cometas, contra el jesuita Eusebio Francisco (Trabulse, 2005). Por lo que es necesario revisar el periodo histórico referido. Si la enseñanza de la historia de la psicología en México se inicia con un debate entre el positivismo comteano y el spenceriano, un abordaje desde las controversias científicas podría dar más luz para entender dicho proceso. Más aún, una historia de la psicología en México a partir de sus controversias científicas sería muy interesante y reveladora. Falta desarrollar la historia de la psicología cognitiva en México y comprender por qué aparece en forma marginal pese a la importancia de la 134 A. Miranda e H. Torres obra de uno de los psicólogos más reconocidos: Rogelio Díaz-Guerrero (1972). El trabajo de historia del cognitivismo de Mercado (2003), nos puede dar pistas. Aunque es constante la preocupación por la independencia de la psicología, no es posible una historia de ella ajena a la ciencia y la filosofía; lo que sí es posible es abordarla reflexivamente y proponer modelos teóricos. Hay una tarea pendiente: plasmar la historiografía de la psicología en México a partir de la década de los noventa; pues incluso carecemos de una versión histórica para la enseñanza de los hitos y el camino de esta ciencia. La psicología teórica en la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza (FESZ) Los antecedentes se iniciaron con la fundación del Taller de Estudios Históricos y Epistemológicos de la Psicología en 1977. Los seis coloquios sobre historia de la psicología en la FESZ fueron muestra de nuestro interés. Fundamos la Academia de Psicología Teórica en 1996 para abordar reflexivamente la psicología, pero destacando el desarrollo de modelos teóricos. La psicología teórica puede ser una alternativa porque trata de entender el papel de las teorías y criticar los modelos anglosajones. Los psicólogos tenemos doble tarea: hacer una crítica de la psicología y proponer modelos hasta crear una nueva tradición psicológica en AL. Queremos romper con la pasividad teórica, lo que implica asumir una postura a favor del filoneísmo5. De este modo, los trabajos producidos por este grupo son de índole teórico-metodológico, y en ellos se destaca el papel de la teoría, la crítica, así como la propuesta de modelos teóricos. Al respecto, en Miranda y Torres (2009), se encuentran los trabajos de Torres, un modelo de reflexión; de Sánchez, un modelo de psicología; de Escotto, un modelo de los procesos anticipatorios; y de Miranda, un modelo de creatividad teórica, entre otros. Igualmente, se ha producido una versión más desarrollada del modelo de Término acuñado por Basave (2010) y significa “rechazo a la imitación, a la búsqueda de lo nuevo, a la creatividad propia” (p.121). 5 135 Psicología para América Latina (2012), 23, 126-138 reflexión (Torres, 2007), y un modelo de competencia teórica de Miranda (2009) como forma de explicar el cambio científico y el papel de las controversias científicas. Conclusión Existen trabajos de carácter teórico-crítico dignos de ser considerados, pero, si hemos abordado pasivamente a la psicología europea y norteamericana, tampoco dichos trabajos teórico-críticos se han dado a conocer. En resumen: todo forma parte de nuestro “colonialismo psicológico”. La historia crítica de Merani (1976) es un esfuerzo digno de reconocimiento. La historiografía de la psicología en México aborda el tema con los métodos históricos de la época, tanto internalistas como externalistas. No obstante, surgieron otras versiones. Esperemos que una forma más reflexiva nos permita arribar a una nueva etapa del desarrollo de la historiografía de la psicología en México. Por otra parte, los trabajos que hemos desarrollado al respecto de la psicología teórica, pueden ilustrar claramente que es posible crear modelos teóricos, además de hacer crítica de los modelos clásicos. 136 A. Miranda e H. Torres Referencias Alarcón, R. (1997). 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