Número 23
PSICOLOGÍA para
América Latina.
Revista electrónica internacional de la
Unión Latinoamericana de Entidades de Psicología (ULAPSI)
ISSN: 1870 - 350X
Psicología
para
América
Latina.
ISSN: 1870 - 350X
DIRECTORIO ULAPSI
Secretario Ejecutivo
Dr. Manuel Calviño Valdés-Fauley
Secretaria Administrativa
Mtra. Diana Silvia Lesme Romero
Secretario Tesorero
Mtro. José Joel Vázquez Ortega
Editor
Dr. Raúl Rocha Romero
ISSN: 1870 - 350X
Psicología para América Latina está incorporada como revista en La BVS-ULAPSI
(Biblioteca Virtual de la Unión de Entidades de Psicología), el portal de Revistas de
Psicología-PEPSIC. La BVS cuenta con la participación de BIREME (Centro
Latinoamericano y del Caribe de Información en Ciencias de la Salud) con participación
de la OPS- (Organización Panamericana de la Salud) quien ofrece su metodología y
Scientific Electronic Library On line (SciELO), como modelo de publicación electrónica
de revistas.
Revista Psicología para América Latina
ULAPSI
www.ulapsi.org
CONTENIDO
Editorial
Es momento de consolidar la revista…………………………………………… 1
Raúl Rocha Romero
Resistência e migração: caminhos de construção de identidade
por mulheres que viveram situação de tráfico.............................................. 5
Lúcia Isabel da Conceição Silva
Universidade Federal do Pará
Marcel Hazeu
Sodireitos de Belén del Pará
A entrega de um filho em adoção e as vicissitudes
de ser mãe....................................................................................................... 28
Lívia Caetano da Silva Leão
Caroline Gonçalves Carneiro da Silva
Solange Aparecida Serrano
Universidade de Ribeirão Preto
Ribeirão Preto, Brasil
Equidade só no papel? Formas de preconceito no
Sistema Único de Saúde e o princípio de equidade.................................... 47
Roberta Andrea de Oliveira
Alzira Sueli Gellacic Aline
Santana Zerbinatti Fátima
Edmundo de Souza Juliana
Alves Aragão Instituto de
Saúde
São Paulo, Brasil
Reflexões sobre a participação do amor na formação
da pessoa humana.......................................................................................... 65
Ana Lucia Nogueira Braz
Universidade São Francisco
São Paulo, Brasil
Ampliar o presente da psicologia social: contribuições de uma
sociologia das ausências............................................................................... 92
Claudia Mayorga
Universidade Federal de Minas Gerais
Belo Horizonte, Minas Gerais, Brasil
Experiência de liberdade e individualidade nas grandes cidades:
contribuições de Georges Simmel para o debate contemporâneo......... 111
Amana Rocha Mattos
Universidade Federal do Rio de Janeiro
Rio de Janeiro, Brasil
La necesidad de una historia-crítica de la psicología en México y
América Latina……………………………………………………………………. 126
Alberto Miranda Gallardo
Hilda Torres Castro
FES Zaragoza, UNAM
Editorial
Es momento de consolidar la revista
La dirección colegiada de la Unión Latinoamericana de Entidades de Psicología
(ULAPSI), organización responsable de la revista Psicología para América
Latina, así como el cuerpo editorial de la misma, deseamos expresar nuestras
sinceras disculpas por la falta de periodicidad mostrada hasta ahora respecto
de su publicación. Evidentemente que en ello se encuentran asociados algunos
problemas relativos a la gestión de la misma. Pero también queremos
comunicar que este hecho lo asumimos con responsabilidad y que, como
buenos latinoamericanos, siempre miramos hacia adelante.
Es por eso que anunciamos que nos encontramos en proceso de reestructuración
con el objeto de elevar aún más su calidad científica. Para nosotros es un
momento de transición que culminará, luego de la pronta publicación de un
número muy importante de artículos que nos han sido enviados, en una nueva
época de la revista.
En ULAPSI hemos refrendado nuestra intención de que Psicología para
América Latina se consolide como una publicación que esté a la altura de los
psicólogos latinoamericanos, de sus investigaciones, de sus reflexiones
teóricas, de sus innovaciones en los diversos campos del ejercicio profesional
y, en suma, de sus contribuciones al pensamiento psicológico latinoamericano
–y universal- que, no sobra decirlo, siempre buscan la construcción de mejores
formas de convivencia y bienestar para todos.
En estos diez años de vida de la revista hemos publicado 22 números, lo que
nos indica que vamos en la dirección deseada. Los artículos publicados
expresan la diversidad de perspectivas teóricas y metodológicas características
de nuestra disciplina. Pero lo más importante es que, en tal diversidad, es
posible apreciar un rasgo de la mayor relevancia para las publicaciones
científicas: la originalidad con la que nuestros autores abordan sus objetos de
estudio y reflexión.
Por eso es que afirmamos que, aprovechando el camino recorrido, la enorme y
rica experiencia con la que ya contamos, y acudiendo al pensamiento de los
psicólogos latinoamericanos que nos honran con sus contribuciones, es
momento de consolidar la revista.
Apuntando en esa dirección, en esta ocasión ofrecemos el número 23. En él se
encuentran dos artículos de investigación científica y cinco de reflexión teórica.
De esta manera, en el artículo Resistência e migração: caminhos de
construção de identidade por mulheres que viveram situação de tráfico, Silva y
Hazeu reportan una investigación, llevada a cabo en tres países, acerca del
tráfico de mujeres y del proceso de construcción de sus respectivas
identidades; proceso que involucra un juego de enfrentamientos en el que
están presentes no sólo la dimensión personal, sino también la institucional y
las diversas formas de control de las que son objeto. Por su parte, Leão,
Silva y Serrano, en A entrega de um filho em adoção e as vicissitudes de ser
mãe, investigan mediante un estudio de caso los sentimientos y experiencias
de la maternidad en una mujer que entregó dos hijas en adopción, así como
las vivencias de ésta respecto de sus otros hijos no entregados. Las autoras
destacan como una influencia importante en la entrega de las hijas la
vulnerabilidad social y emocional de la participante, y concluyen argumentando
acerca de la necesidad de crear espacios para que estas mujeres elaboren sus
historias y de que, producto de políticas públicas pertinentes, se les brinde
apoyo jurídico.
Respecto a los artículos de reflexión teórica, en Equidade só no papel? Formas
de preconceito no Sistema Único de Saúde e o princípio de equidade, Oliveira,
Gellacic, Zerbinatti, Souza y Aragão discuten el principio de equidad del
Sistema Único de Salud de Brasil en relación con la existencia y persistencia
de prácticas que implican prejuicios de profesionales de la salud hacia usuarios
del sistema, como mujeres negras, portadores de VIH/Sida, usuarios de alcohol
y drogas y población de la tercera edad. Para las autoras, la existencia de tales
prejuicios representa un fracaso en los servicios y en el logro de la equidad, y
argumentan que sólo la superación de los mismos posibilitará la articulación de
políticas públicas equitativas. En el artículo Reflexões sobre a participação do
Amor na formação da pessoa humana, Braz revisa las principales
contribuciones de algunos de los autores más importantes al respecto del
tema, y reflexiona sobre la importancia del amor en la formación y vida de las
personas y, en particular, en el desarrollo infantil. La autora concluye que
una fuerte relación afectiva entre las personas es la fuente de vida
personal y social. Por otro lado, Mayorga, en Ampliar o presente da
psicologia social: contribuições de uma sociologia das ausências, reflexiona
sobre la psicología social a partir del referencial teórico de la sociología de
las ausencias, particularmente alrededor de temas que no han ocupado un
lugar privilegiado en la disciplina: la interdisciplinariedad de la psicología
social, las perspectivas metodológicas de la investigación-acción, los criterios
de evaluación de la producción del área partiendo de sus impactos sociales
y las producciones desde campos periféricos. Su interés es contribuir al
rechazo del pensamiento único y al reconocimiento de la pluralidad de
actores y experiencias. En Experiência de liberdade e individualidade nas
grandes cidades: contribuições de Georges Simmel
para
o debate
contemporáneo, Mattos discute las aportaciones de dicho autor al respecto
de la libertad, la independencia y la autonomía que, como apunta la misma
autora, son temáticas importantes para pensar los espacios urbanos actuales
desde la psicología. Finalmente, Miranda y Torres, en La necesidad de
una historia-crítica de la psicología en México y América Latina, plantean
que en la psicología producida en la región existe un rezago teórico y una
falta de difusión de las tendencias críticas. Por ello, proponen desarrollar una
historia crítica como condición de la construcción de una tradición teórica y
apuntan algunos autores y trabajos en esa dirección.
De esta manera, ponemos a disposición de nuestros lectores este nuevo
número con la seguridad de que las contribuciones de nuestros autores
serán de mucha utilidad para la comunidad psicológica de nuestra América
Latina.
Dr. Raúl Rocha Romero
Editor
Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27
Resistência e migração: caminhos de construção de identidade
por mulheres que viveram situação de tráfico
Lúcia Isabel da Conceição Silva1
Universidade Federal do Pará
Marcel Hazeu2
Sodireitos de Belén del Pará
Resumo
Este artigo é parte da pesquisa trinacional sobre tráfico de
mulheres do Brasil e da República Dominicana para o
Suriname: uma intervenção em rede, sob a coordenação da
ONG Sodireitos de Belém do Pará. Esta pesquisa ouviu 15
brasileiras e 08 dominicanas que vivenciaram situação de
tráfico,
utilizando
como
instrumentos
entrevistas
semiestruturadas e observações nos aeroportos em Belém e
Paramaribo e clubes em Paramaribo. A partir do relato das
mulheres busca-se compreender os processos de negociação
que estas estabelecem na construção de suas identidades,
entendidas como promovidas, confrontadas, negociadas,
substituídas, refeitas a partir de interesses, pessoais,
institucionais, formas de controle diversas. Percebe-se,
portanto, que não é possível falar de identidades passivas ou
estáticas ou apenas determinadas por condicionantes externos,
estas, ao contrário, constroem-se nas negociações que cada
sujeito é capaz de fazer consigo mesmo e com as
determinações sociais e institucionais. É assim, num jogo
contínuo de confrontos, que cada uma das mulheres elabora
suas estratégias de ação e reação.
Palavras–chave: tráfico de mulheres, gênero, Amazônia,
identidade.
Resumen
Este artículo es parte de una investigación trinacional sobre
tráfico de mujeres de Brasil y de la República Dominicana para
Surinam: una intervención en red, bajo la coordinación de la
ONG Sodireitos de Belén del Pará. Se entrevistó a 15
brasileñas y 8 dominicanas que vivenciaron situación de tráfico,
utilizando como instrumentos entrevistas semi-estruturadas y
1
2
[email protected]
[email protected]
5
L. I. C. Silva & M. Hazeu
observaciones en los aeropuertos en Belén y Paramaribo y
clubes en Paramaribo. A partir del relato de las mujeres se
busca comprender los procesos de negociación que éstas
establecen en la construcción de sus identidades, entendidas
como promovidas, confrontadas, negociadas, sustituidas,
rehechas, a partir de intereses personales, institucionales y
formas de control diversas. Se percibe, por lo tanto, que no es
posible hablar de identidades pasivas o estáticas o sólo
determinadas por condicionantes externos, éstas, al contrario,
se construyen en las negociaciones que cada sujeto es capaz
de hacer consigo mismo y con las determinaciones sociales e
institucionales. Es así, en un juego continuo de
enfrentamientos, que cada una de las mujeres elabora sus
estrategias de acción y reacción.
Palabras clave:
identidad.
tráfico
de mujeres,
género,
Amazonia,
Abstract
This article is part of the tri-national research on trafficking of
women from Brazil and the Dominican Republic to Suriname: a
networked intervention, under the coordination of the NGO
Sodireitos, of Belém, in the state of Pará. This study heard 15
Brazilian and 8 Dominican women who experienced human
trafficking, using as instruments half-structured interviews and
observations at the Belém and Paramaribo airports and clubs in
Paramaribo. Based on the stories told by these women, an
attempt is made to understand the processes of negotiation that
they establish in building their identities, which are understood
as being promoted, confronted, negotiated, substituted, remade
based on personal and institutional interests and various forms
of control. Therefore, their identities are not passive or static,
nor determined only by external conditioning factors, rather they
are built through the negotiations that each woman is capable
of conducting within herself and with social determinations. It is
within this struggle that each woman develops her action and
reaction strategies.
Key words: women trafficking, gender, Amazon, identity.
Introdução
“Nosso mundo, e nossa vida, vem sendo moldados pelas tendências
conflitantes da globalização e da identidade”. Esta frase com a qual Castells
(2008) abre a introdução de seu instigante O poder da identidade, parece
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Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27
adequada para iniciar as reflexões sobre as histórias de vida de mulheres que
viveram situações de tráfico3 visto que, de forma concreta e contundente, estas
se constroem num processo contínuo de confrontos subjetivos e resistência
individual ante as permanentes violações que enfrentam devido suas condições
sociais, econômicas e culturais.
A discussão sobre os relatos de mulheres que viveram situação de
tráfico nos permite referir vários momentos dessa resistência: antes, fugindo da
situação de miséria ou violência sexual e doméstica, rejeitando o papel
submisso de esposa ou a função altruísta de mãe que cria e sustenta os filhos
sozinha; no Suriname, brigando contra o que considera abusos nas relações de
trabalho, fugindo; na volta, preparando-se para novas viagens ou decidindo
ficar, às vezes se envolvendo na luta contra tráfico de pessoas.
Em 2007 coordenamos uma pesquisa tri-nacional no Brasil, na
República Dominicana e no Suriname (SODIREITOS, 2008) com três equipes
de
pesquisa
formadas
por
pesquisadores
de
organizações
não
governamentais4. Como procedimento de coleta utilizou-se entrevistas
individuais semiestruturadas, a partir de um roteiro de perguntas abertas sobre
a experiência antes, durante e depois da viagem ao no exterior e suas
percepções sobre esta experiência. Além disso, utilizaram-se observações em
clubes onde as mulheres trabalhavam no Suriname e em aeroportos em Belém
e em Paramaribo. No total foram entrevistadas, nos três países, 23 mulheres
que foram traficadas, oito famílias de mulheres traficadas, doze representantes
de organizações não governamentais que tinham trabalho com mulheres, dez
representantes de órgãos governamentais e quatro pessoas com atuação nas
redes de tráfico de mulheres. As entrevistas foram realizadas pelos autores em
3
Este artigo é baseado em dados da pesquisa trinacional sobre tráfico de mulheres do Brasil e
da República Dominicana para o Suriname: uma intervenção em rede. Sodireitos. Belém –
Pará.
4
Brasil: Grupo de Mulheres Brasileiras; Sociedade Paraense de Defesa dos Direitos Humanos,
Sociedade de Defesa dos Direitos Sexuais na Amazônia; República Dominicana: Centro de
Orientación e Investigación social; Centro de Apoyo Aquelarre; Movimiento de Mujeres Unidas;
Suriname: Stichting Maxi Linder.
7
L. I. C. Silva & M. Hazeu
locais de prostituição (clubes ou pontos na rua), aeroportos, serviços públicos,
residências e sedes de organizações não governamentais. As mulheres foram
abordadas e convidadas a participar da pesquisa nos locais de trabalho ou nas
suas residências, algumas foram indicadas pelas ONGs que as atendiam. As
entrevistas duraram entre 90 e 120 minutos, sendo gravadas e transcritas e
serviram, juntamente com os diários de campo (observações), como material
de análise coletiva por parte das organizações responsáveis pela pesquisa. A
pesquisa foi possível pela inserção das organizações no mundo das mulheres
traficadas.
Esta pesquisa pretendeu discutir as questões da invisibilidade da
migração feminina e das questões de gênero na Amazônia nos estudos sobre
migração, uma vez que em estudo sobre imigração brasileira para a Espanha
(Piscitelli, 2010), a autora identifica origens bem diversas (São Paulo, Belo
Horizonte, Rio de Janeiro, Goiás, Mato Grosso e Rio Grande do Norte) e que
aponta uma realidade, em termos de relações e transnacionalidade bem
diferente daquela vivida (na origem) por mulheres amazônidas.
Outros estudos recentes sobre migração de mulheres brasileiras
(Piscitelli, 2010, 2011; Togni, 2010, 2011; Assis, 2003, 2011), que discutem
questões de gênero e identidades, abordam tanto os lugares chamados origem
quanto os chamados de destinos e contribuem para dialogar sobre a realidade
da migração internacional de mulheres das periferias de Belém.
Na pesquisa se evidenciou um fluxo constante de mulheres brasileiras e
dominicanas que encontraram em Suriname realidades análogas à escravidão
em clubes de prostituição, garimpos e residências, caracterizadas pelo uso de
força, dívida, ameaça e isolamento com fins de explorá-las. A organização do
tráfico passa por redes que interligam os três países e envolvem mulheres em
situações de vulnerabilidade social, econômica e psicológica, devido à pobreza,
várias violações de gênero (abuso sexual, trabalho doméstico, violência
doméstica, gravidez e maternidade precoce e não dividida), somadas com
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Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27
discriminação racial, marginalização estrutural no mercado do trabalho e no
campo das políticas sociais.
É demasiado simplista entender a situação destas mulheres somente
como consequência lógica na cadeia de violações que sofreram por nascer e
crescer pobre e mulher. Uma análise mais ampla passa por compreender
singularidades de cada mulher na realidade do tráfico de pessoas, suas
motivações, decisões, resistências, construção de identidade.
Identidades são fabricadas, promovidas, confrontadas, negociadas,
substituídas, refeitas a partir de interesses, pessoais, institucionais, formas de
controle diversas (Hall, 2009). Tampouco são passivas ou estáticas, nem
apenas marcadas externamente, mas constroem-se nas negociações que cada
sujeito é capaz de fazer consigo mesmo e com as determinações sociais e
institucionais.
Possibilidades,
limites,
confrontos,
negociações
são
elementos
fundamentais para pensar os processos de construção de identidades nas
mulheres que vivenciaram situação e tráfico de pessoas.
Quais as possibilidades que se lhes apresentam, diante da diferença,
exclusão e marginalização, como marcas da modernidade e que se agudizam
na situação de vida dessas mulheres? Como elas elaboram sua ação e
reação?
Giddens (2002) refere-se aos “estilos de vida” que cada indivíduo é
forçado a escolher dentro do jogo social, concordando que em parte, os pobres
têm menores possibilidades de escolhas.
Eu não sabia o que ia acontecer. Meu desejo era trabalhar pra ajudar
minha família. Viajei sem documento, minha mãe nem sabia. Tinha 14
anos (2005) quando fui para o Suriname. Eu fui por tráfico. Pro Oiapoque
9
L. I. C. Silva & M. Hazeu
A. me convidou. Ela me chamou pra trabalhar na casa dela de babá eu
mais uma amiga minha. Chegou lá era pra se prostituir. Nós chegamos no
aeroporto e não tinha pra onde ir aí foi o jeito. Agora ela ta foragida.
Chegou lá na casa de prostituição o dono não queria aceitar a gente
porque a gente era de menor. Aí a gente teve que ficar lá por quatro dias
até a gente pagar a passagem. Depois ele mandou a gente ir embora....
Nós fomos trabalhar numa pizzaria do pessoal do Amapá e fui trabalhar lá
só por comida e quarto, sem ganhar nada.... Conheci a... e ela me
convidou pra passar um mês no Suriname pra conhecer, eu fui e quando
chegou lá a gente foi pro garimpo (La, Brasil).
Fui a primeira vez em 2006. Meu marido me abandonou e me vi numa
situação difícil. Nunca tinha trabalhado antes.
Eu fui por necessidade. Não foi por sonho. Me vi sozinha, separada e com
quatro filhos pra criar. Não tinha nenhuma experiência, nunca tinha feito
nada. Casei adolescente, tive o primeiro filho com 15 anos. Engravidei do
meu namorado e casei com o outro, grávida. Aí apareceu o convite (Ma,
Brasil).
Apareceu uma senhora ali no campo que, segunda ela, queria trazer uma
moça para cá, para a capital para trabalhar. Ela (a madrasta) de uma só
vez disse: Levem ela. E me entregou para ela e vim para cá, para
trabalhar. Aos nove anos..... Ela me tratava bem, mas o cunhado é que
às vezes tentava me estuprar (Co, República Dominicana).
Impossível não refletir sobre as possibilidades e condições nas quais
estas mulheres precisam “escolher” seus estilos de vida.
São muitas histórias tecidas em situações bem diversas, mas que tem
em comum a necessidade financeira vista e vivida de formas diferenciadas:
pobreza extrema, falta de dinheiro e de perspectivas, filhos, pais ou mães para
sustentar. A isso se associam desejos de aventura, ilusões, liberdade, outra
10
Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27
identidade, independência.
Identidade e resistência (ou Identidades que resistem)
É necessário reconhecer que existem campos de luta contra diversas
formas de dominação de gênero, de classes, contra a exploração do trabalho
ou pelo trabalho e fundamentalmente, contra as amarras que o indivíduo impõe
a si próprio e aos outros.
Identidade e resistência se ligam, pressupondo que a capacidade de
resistir se forja diferentemente nos processos de construção de identidades,
possibilidades de ser mais ou menos forte, mais ou menos resistente, de lutar e
saber pelo que lutar.
Entende-se, como Hall (2009), Castells (2008) e Silva (2009), que a
identidade não existe como conceito essencialista, mas que se refere a um
processo permanente de construção e produção, num campo tenso entre o
processo estratégico individual de se tornar e ser sujeito e a imposição de
papeis hegemônicos nas sociedades. Segundo Hall (2009), o conceito de
identidade é um conceito estratégico e posicional e a identidade é fragmentada,
nunca completa e sempre em construção. Cada indivíduo precisa e é chamado
para assumir esta construção permanente, com a certeza de nunca poder
encontrar “a identidade”. É um processo que parte do princípio de que o ser
humano é um ser social que se constitui na e pela relação com o outro.
O sujeito internaliza, segundo Castells (2008), de forma particular a
influência das instituições dominantes, não como processo linear, mas como
construção e possibilidade de resistência:
Identidades constituem fontes de significado para os próprios atores, por
eles originados, e construídas por meio de um processo de individuação.
Embora as identidades também possam ser formadas a partir das
instituições dominantes, somente assumem tais condições quando e se
11
L. I. C. Silva & M. Hazeu
os atores sociais as internalizam, construindo seu significado com base
nesta internalização (p. 23).
Silva (2009) localiza este processo no contexto das lutas sociais, das
desigualdades e das relações de poder, sendo:
“A identidade, tal como a diferença, uma relação social. Isso significa que
sua definição está sujeita a vetores de força, a relações de poder. Elas
não são simplesmente definidas; elas são impostas.... A afirmação da
identidade e a enunciação da diferença traduzem o desejo dos diferentes
grupos sociais, assimetricamente situados, de garantir o acesso
privilegiado aos bens sociais”. (p. 81)
Variadas experiências de relações de gênero comportam densos
significados de poder e identidade. Educação para a heteronomia, submissão,
passividade, domínio do doméstico, somadas às desigualdades econômicas,
sociais, raciais. Situações concretas, forças opressoras, limites aos horizontes
sociais, embora se observem conquistas da condição da mulher nesses
campos.
As mulheres aqui referidas se opõem, resistem de variadas formas que
ora vão acontecendo em suas vidas, ora são intencionais, explícitas,
planejadas diante das necessidades e situações.
Quero sair dessa vida, tanto que me viro, levo minhas coisas pra vender,
faço outros trabalhos, cozinheira, faxina e vou ganhando meu dinheiro.
Não vivo só disso (MA. Brasil).
São estratégias individuais, todavia, as mulheres buscam sobreviver
sozinhas, enfrentando e resolvendo seus problemas e da sua família.
12
Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27
Kempadoo (2004) define resistência como “políticas e práticas que são
situadas em condições materiais do dia-dia que atuam para subverter,
contestar ou transformar relações de dominância”5, individual ou organizada,
em ampla escala ou nas situações diárias. Para esta autora também, a
resistência pode ser silenciosa, se manifestando nas brechas da dominação,
inclusive no silêncio, como atos individuais ou coletivos de desobediência ou de
recusa a padrões publicamente aceitos. Podendo ser nesse campo que se
constrói a resistência contra o regime sexual dominante, o que torna, para ela,
a sexualidade uma categoria importante de análise.
Cogitam-se diferentes níveis de resistência e aqui aparece um desses
níveis. Resistência aos estereótipos, ao descumprir o papel de submissão, de
fragilidade da mulher, que vive para cuidar da casa, chefiada pelo homem.
Contudo, submissão e independência, não podem, pelo menos nessas
situações, ser entendidas como absolutamente contrapostas ou mutuamente
excludentes. Paradoxalmente, as mesmas mulheres que transgridem papéis e
estereótipos de gênero, assumem papel de provedora, chefiam famílias, o
fazem a partir de uma mentalidade, “machista”, assumem porque “falta o
homem”, são obrigadas, “precisam ser pai e mãe”.
Dessa forma, não parece haver uma maior clareza ou questionamento
desses
papeis
e
estereótipos,
(consciência?).
Esta
situação
tem
responsabilizado essas mulheres, mães, chefes de família e, comodamente,
desobriga os homens de suas funções e responsabilidades como pais.
Elas rejeitam uma expectativa de papel feminino. Sendo mães,
reproduzindo, cuidando dos filhos, elas saem e os deixam com quem cobra
delas este papel. Outro indicador de resistência? Contra as normas de ser
mulher a serviço dos seus filhos (enquanto os pais vivem livremente) ela vai,
mesmo sob a argumentação e acreditando que esta escolha se faz justamente
“Resistance I take to mean politics and practices that are lodged in material conditions of
everyday life that work to subvert, contest, or transform relations of dominance”.
5
13
L. I. C. Silva & M. Hazeu
como mãe que quer dar o melhor para seus filhos. Resistir ao modelo de
submissão imposto pela família, igreja, serviços de assistência etc. ela migra,
sem filhos. As que voltam, geralmente sem trazer recursos que mudariam as
condições de vida da família, nem sempre (e geralmente não) voltam a morar
com seus filhos. Continuam tentando construir outro caminho.
Apesar
de
não
demonstrarem
fragilidade
nas
situações
que
enfrentam/enfrentaram, ainda assim admitem, se adequam aos papéis de
fragilidade, submissão, o buscando homens-protetores, reais ou apenas
sonhados.
Submissão e domínio das situações parecem condições que se alternam
na vida cotidiana dessas mulheres. Se pensássemos que o trabalho, a garantia
da sobrevivência sua e de sua família pudesse abrir espaços para outras
conquistas, a realidade mostra que a presença marcante na esfera familiar não
redunda em maior poder político ou status.
De qualquer forma, e independente das circunstâncias geradoras, elas
assumem papel protagonista de suas vidas e histórias, lutam por espaço,
sobrevivência, identidade, o que indubitavelmente, exige poder e força.
Aqui o conceito de violência simbólica (Bourdieu, 1999) ajuda a
compreender as dificuldades enfrentadas pelas mulheres para romper com
este círculo de dominação, já que:
“a violência simbólica se institui por intermédio da adesão que o dominado
não pode deixar de conceder ao dominante (e, portanto, à dominação)
quando ele não dispõe, para pensá-la e para se pensar, ou melhor, para
pensar a sua relação com ele, mais que de instrumentos de
conhecimentos que ambos têm em comum e que, não sendo mais que a
forma incorporada da relação de dominação, fazem esta relação ser vista
como natural”. (p. 47)
14
Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27
Nesta negociação de identidades, há certamente desafios objetivos e
subjetivos a serem enfrentados por estas mulheres.
Migrar é resistir
Inquestionavelmente, o fenômeno da migração está relacionado, hoje,
com a desigualdade entre as pessoas, classes sociais e entre as nações,
embora se possam identificar outros aspectos adjacentes (desejos de
mobilidade, exploração, aventura). A principal motivação da migração é a
busca de oportunidades, melhores condições de vida.
É muito por um sonho, você tem um sonho de ser artista, de ser
dançarina, de ser alguém, e esse momento chega uma pessoa que
desenha para você uma proposta exatamente como você queria (MA,
República Dominicana).
Por que as jovens mulheres procuram o Suriname?
O Suriname não seria a primeira escolha, se dependesse dos sonhos
brasileiros e dominicanos. Europa, Estados Unidos e Japão habitam o
imaginário, quando se fala em mudar de vida, migrar. O Suriname, como país
desconhecido, pobre, sem vínculos históricos ou culturais com o Brasil ou
República Dominicana, se constitui destino por se enquadrar na lógica
migratória da Amazônia e no Caribe, cuja ocupação provoca historicamente
deslocamentos de trabalhadores para obras temporárias interessantes ao
Estado, ao grande capital e ao setor turístico (Kempadoo, 1999). Jogo de
interesses no qual os trabalhadores locais e migrantes tornam-se meros
objetos de planos econômicos e geopolíticos.
Os migrantes são estimulados ou forçados a migrarem, se tornando
mão-de-obra barata, até ficarem desnecessários ou se transformarem em
obstáculos.
Costumamos
dizer
que
sobram
três
opções
para
populações
15
L. I. C. Silva & M. Hazeu
marginalizadas nos dois países: continuar e ser cada vez mais excluído;
resistência e luta pela terra, permanência e sobrevivência, uma luta deveras
inglória; ou migração para outros lugares em busca da cidadania negada.
Aos que “optam” pela migração, os destinos são as periferias dos
centros urbanos na região, os países caribenhos e amazônicos vizinhos, onde
a lógica da divisão do trabalho e as formas de exploração se repetem.
Aos homens, a construção e o garimpo. Às mulheres, trabalho
doméstico, cozinha ou prostituição e talvez um amigamento garantidor de
proteção e sustento, ou ainda, o comércio clandestino.
As mulheres brasileiras não sonham com migração, mas com
sobrevivência:
Não, eu nunca tinha vontade de viajar para fora do país. Eu queria
trabalhar pra ajudar minha família. Eu não sabia o que ia acontecer (LA,
Brasil).
As dominicanas, como parte da cultura de ilha e caribenha, pensam em
migrar. Esta migração, nos moldes regionais, facilita a decisão, para as
mulheres e suas famílias, de aceitar convites que repetem a história da região:
prostituição, trabalho doméstico e cozinha.
P: Então ela te disse que tu irias trabalhar como doméstica?
R: Sim, aí ela marcou o dia em que ia viajar. Aí eu fui na casa dela. Ela
me vestiu todinha, me levou pro aeroporto (CE, Brasil).
Ela só me disse que seria com a S que mora na.... foi a S que levou ela,
minha filha seria babá da filha da S (mãe da DU, Brasil).
Ele me ofereceu que ia trabalhar num salão, colocando cabelo postiço
16
Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27
(MI, República Dominicana).
Migrar é, ao mesmo tempo, fuga e possibilidade de construção de uma
identidade nova. Buscando uma cidadania negada, elas se vestem com a
identidade “migrante”. Acreditam que os estrangeiros gostam de brasileiras e
dominicanas, pois no Brasil e na República Dominicana os “gringos” as tratam
bem.
Eu imaginava, na verdade, imaginava bonita... que as pessoas eram um
outro tipo de gente, entendeu? Que não tinham tanta maldade (MA,
República Dominicana).
Imagem que se dissipa na prática no Suriname, uma “sociedade plural”,
em cuja organização destacam-se grupos étnicos, com histórias migratórias e
de construção de identidades próprias: hindustanos, crioulos, javaneses,
marrons, chineses e ameríndios, construindo e reconstruindo suas identidades
de grupo ocupando fatias e espaços sociais.
Há uma tolerância cultural entre os grupos que tanto orgulha os
habitantes quanto naturaliza as profundas desigualdades sociais. Para se
integrar nesta sociedade, é preciso integrar um destes grupos constituídos,
através de casamentos ou afirmando uma identidade de um grupo novo, dentro
desta conjuntura, a exemplo do que fazem alguns brasileiros comerciantes.
Novos grupos de migrantes, porém, não se encaixam neste modelo e
são tratados com fortes preconceitos:
As mulheres brasileiras são discriminadas, como aqui. Mas lá é mais. Eles
acham que brasileiros são ladrões, mulheres e homens. O tratamento é
grosseiro, das mulheres inclusive (RO, Brasil).
Com certeza, lá é uma discriminação com as brasileiras, é triste, nós
17
L. I. C. Silva & M. Hazeu
somos rebaixadas (BE, Brasil).
É muito ruim a gente no país dos outros, a gente passa muita humilhação
lá fora (RO, Brasil).
Por enfrentar estas situações, dizemos geralmente, que são as pessoas
mais corajosas, audaciosas e fisicamente mais íntegras que migram. As
resistências repetem as formas inscritas pelas histórias de vida e história social
das mulheres marginalizadas: fuga, alianças com os opressores, pequenas
revoltas, mas sempre sozinhas, como numa revolução individual, sem
agruparem-se na resistência, quase nunca contarem com nenhuma ajuda de
ONGs ou serviços. São elas, sozinhas, contra o mundo, e assim, constroem as
estratégias possíveis, fogem para os garimpos, brigam entre si ou com os
donos dos clubes, viram segundas ou terceiras esposas, se amigam, trabalham
para os traficantes. Todas estratégias para pertencer e sobreviver.
Aí peguei e falei: Ninguém vai me obrigar a fazer nada, nem a tirar a
roupa pra fazer strip-tease pra ninguém. Não vou.
Olha, às vezes, quando fugia, porque eu penei um bocado na mão deles
mas eles penaram um bocado na minha. Eu fugia, eu ia conhecer os
clubes, eu ia aos restaurantes, eu arrastava uma galera comigo, eles
ficavam sem mulheres, levava um monte de meninas, fomos no
supermercado, nós saímos pela outra rua, e a gente não sabia que aquilo
era tudo deles, quando a gente chegava, já sabiam onde nós estávamos
(DI, Brasil).
Eu briguei muito no clube. Reclamava meus direitos e levei muita menina
pra polícia também. Eu briguei com a gerente. Estava passando mal e
pedi pra ir pro quarto. Ela não quis me dar a chave. Disse que eu tinha
que trabalhar assim mesmo. Eu tirei a chave dela e sai fugida. Fui na
polícia e eles tiveram que me liberar (MA, Brasil).
18
Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27
Ela me falava (a sua prima): Vamos lá, se troca! Tens que descer. Mas
para quê? E ela: Mulher (ri), mas para quê? Mas eu: Não, e depois foram
falando, falando. A gente brigava, discutíamos muito e durante um tempo
ficamos sem nos falar, sendo inimigas. Mas, como você já está aí, tinha
que fazê-lo (CO, República Dominicana).
A situação de dupla solidão é comum a todo estrangeiro vivendo distante
de seu país: afasta-se da cultura, das pessoas com quem partilhar essa
cultura. Essa situação é mais premente para as mulheres em situação de
tráfico, para quem o esforço de inserção na comunidade, além dos seus
conflitos e tensões, se faz acompanhado de representações e estereótipos que
as acompanham: traficada, prostituta, ilegal. Qual o espaço e o status definido
para elas ou a que podem aspirar?
As brasileiras e dominicanas chegam ao Suriname sob estigmas
extremamente
negativos,
da
desclassificada
social,
da
associação
à
vagabundagem e à luxúria. Além de todos os demais problemas (dívida,
encarceramento, exploração), elas precisam conviver e negociar com a
imagem do desacreditado. Por isso, são rechaçadas. As brasileiras, inclusive
pela própria comunidade brasileira que é numerosa no país – que, no empenho
de construir uma imagem positiva e de afirmar-se como grupo étnico, não pode
assumir nenhuma ligação com as representantes do estereótipo brasileiro de
baixo nível. Pois elas representam a imagem deteriorada, da qual a
comunidade de imigrantes brasileiros luta para se livrar (Theije, 2007).
Entre ser explorada ou ser excluída
A identidade revela uma hierarquia social: de um lado os que têm:
direito, acesso, possibilidades de escolhas de identidades; do outro aqueles
que veem continuamente negado esse direito de negociar identidades. Estes
últimos, dentre os quais possivelmente essas mulheres se incluem, acabam
empurrados para identidades “menores”, às quais não querem pertencer, que
passam a marcá-las. Que elas reconhecem como menor, que as humilham,
19
L. I. C. Silva & M. Hazeu
violentam, estigmatizam?
Antes da viagem violência, pobreza extrema, condições adversas de
sobrevivência, sonho e expectativas com o estrangeiro. Uma vez lá, o sonho se
dissipa e as condições são semelhantes ou piores, já que precisam enfrentar
os rótulos do “estrangeiro ameaçador”; no retorno novamente, falta de
oportunidades e mais o estigma de fracassada, que não cumpriu as
expectativas (delas e de suas famílias) de sucesso internacional, de salvadora
da família.
O rótulo de prostituta pesou muito na produção de identidade das
mulheres em toda trajetória de migração. Mesmo podendo ter sido “funcional”
para algumas em algum momento da trajetória de migração para garantir
espaço no mercado de sexo e para acessar algumas redes sociais no início da
migração, ele se torna um estigma do qual dificilmente se livra e que tem
consequências práticas de discriminação em qualquer lugar. Ser vinculada a
este mercado implica em ser considerada “a outra” uma vítima que precisa de
resgate ou uma mulher caída, que precisa ser excluída. Trata-se de um fator
que não depende do fato concreto de ter estado ou não na prostituição.
A lógica migratória que oferece a mulheres migrantes pobres e pioneiras
a prostituição como uma das poucas possibilidades de concretizar seu projeto
migratório -pela negação de acesso a outras formas de migrar e trabalhoarticulada com a organização do mercado de sexo que se beneficia com a
irregularidade e ilegalidade, cria uma lógica de migração insegura. Além disso,
este processo força muitas mulheres migrantes, de fato, a entrar no mercado
de sexo e as impõe a „identidade de prostituta‟. As mulheres entrevistadas não
optaram e nem se identificaram com o “ser prostituta” ou “ser imigrante”, mas
optaram por migrar e, às vezes, através da prostituição, entrar no outro país,
sem imaginar as consequências para as suas novas identidades.
20
Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27
O rótulo de prostituta confunde, por interesses diversos, o exercício de
uma atividade, em algum momento e sob certas condições, com um elemento
constitutivo e essencial de uma identidade; uma divisão das mulheres em
“prostitutas imigrantes” versus “mulheres honestas nacionais”, e “prostitutas
emigrantes” versus “mulheres honestas que ficaram nas suas famílias”.
Ao mesmo tempo, pode se perguntar se a estratégia de migrar e atuar
na prostituição não pode ser uma forma de resistência à sexualidade
vivenciada
no
lugar
de
origem,
esta
voltada
para
procriação
e
submissão/prazer de um marido?
Quando a volta ocorre em situação de mais fracasso, desrespeito e novo
dilema: melhor nunca ter saído? Tentar de novo, agora mais “esperta” e imune
ou menos suscetível à violência? Ficar e assumir definitivamente o fracasso?
Como desejar uma identidade que lhe tem sido sucessivamente negada? A
opção que se apresenta parece ser sempre entre ser explorada ou ser
excluída. Esta última opção tem parecido mais vantajosa para algumas
mulheres, que simplesmente desistem de vez, às vezes de forma consciente
“vou viver do jeito que dá”, outras ainda falando de planos e sonhos que sabem
elas, não têm condições concretas de realizar.
O posicionamento firme de não querer voltar para Suriname das
dominicanas revela a possibilidade de fortalecimento de suas resistências
através do atendimento, do apoio recebido e trabalho de conscientização
realizado por organizações não governamentais no país (Centro de Apoio
Aquelarre [CEAPA], 2008).
Isto é o inferno, eu não viajaria mais para nenhum lugar. Eu não me deixo
enganar. Podem me dizer que vou lavar o ouro, que eu não vou, porque
não é isso o que iria fazer lá, é um engano (CO, República Dominicana).
21
L. I. C. Silva & M. Hazeu
Acreditamos que a despeito das experiências vivenciadas serem
importantes, o são também, as formas como cada sujeito as “significa”,
processo esse que é bem singular, individual. Para as mulheres em questão, a
sucessividade de atos de violência, exclusão, falta de oportunidades às vezes é
significada como natural, se vendo impotentes para mudar. Parece que foram
destinadas à “subclasse”, a não identidade, e em determinado momento parece
mais tranquilo aceitar essa determinação.
Dominação interiorizada, como diria Foucault (1999), o micro poder que
penetra nas instituições, nos discursos, nos corpos dos indivíduos, sujeitandoos.
Entretanto, o poder não é apenas o conjunto de instituições
provocadoras de sujeição, nem um sistema geral de dominação exercida por
um grupo ou indivíduo sobre outro. Mas fundamentalmente, relação, uma
multiplicidade de correlações de forças, provenientes de lugares diversos,
capazes de transformar, reforçar, inverter. Para Foucault (1999), lá onde há
poder, há resistência e, por isso mesmo, esta nunca se encontra em posição
de exterioridade em relação ao poder.
Isto nos aponta, que, se há estruturas limitadoras estas também podem
abrir possibilidades de novas significações, de novos sujeitos, que rompem,
reconstroem, tornam-se capazes de lutar contra a submissão.
Construção de identidades de resistência individuais e coletivas
As histórias são reveladoras de limites que nos levam a questionar quais
são, de fato, as condições de enfrentá-los e superá-los. De que resistência se
fala? Aquela que aguenta a situação? Outra que transgride ou transforma as
relações? Ou outra ainda, que torna a mulher uma vencedora? Seriam todas
estas dimensões de uma mesma coisa?
22
Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27
Evidentemente, as mulheres entram nas situações em posição de
extrema desvantagem: décadas de formação para a heteronomia e submissão,
responsabilidades duplas no cuidado e provento dos filhos, percepção do corpo
como objeto etc. Elas, contudo, podem construir resistência e ocupar o espaço
negado. A princípio, a partir do papel de submissão que depois, pode ser
retomado como instrumento para a ação.
O sujeito oprimido precisa compreender a causa da opressão, para
superá-la. Assim, quanto mais a mulher se apropria deste papel, maior a
possibilidade de opor-se a ele, de construir elementos para posicionar-se nos
diferentes espaços da vida social.
Se é contra um poder que se luta, essa começa a partir de onde se
encontram aqueles sobre quem esse poder ou abuso se exerce, a partir de sua
atividade ou até de sua passividade. Se este é o caso das mulheres aqui
referenciadas, então falamos de uma luta ou de lutas que se iniciam de formas
bem específicas -lá onde o poder se exerce diretamente, contra quem o exerce
diretamente: estratégias de superação da miséria que grita mais forte, fuga da
violência, contra a violência nas relações nos clubes etc. Diríamos, são formas
particulares de luta, lá onda cada uma delas sente atingida.
As mulheres sofrem abuso (de poder) de muitas e diferentes formas e
lutam contra cada um deles -o que é legítimo, é uma forma de resistência.
Evidentemente, que nas condições em que se encontram, além das
desvantagens
simbólicas,
essas
condições
de
resistência
são
extraordinariamente limitadas e elas agem com os recursos disponíveis. O
próprio corpo é um recurso, do qual fazem um uso já, sancionado pela cultura
patriarcal, machista, ocidental – servir aos prazeres do homem. Nesse caso,
entretanto,
usado
estrategicamente
como
fator
de
troca
-ganhar
a
sobrevivência. Trata-se de um embate subjetivo contra a violência simbólica.
23
L. I. C. Silva & M. Hazeu
Corpo tornado coisa, disciplinado, controlado, mas que pode ser
subvertido. Libertar-se, tornando-se central às estratégias de emancipação
(outra forma de resistência), desde que, descubram esse poder de mudança,
essa
força
subversiva.
Este
processo
que
precisa
combinar
um
desconfinamento subjetivo, no qual o indivíduo constrói-se sujeito, objetivo,
material, de melhoria das condições concretas de vida. Construir capacidade
de descobrir, decidir e dizer “quem eu sou, quem eu quero ser”. Tomar
decisões da vida.
Isso significa experimentar um profundo sentimento de tomar posse de
si. De um projeto de identidade de sujeitos, que produz e fortalece sujeitos
(empodera), com vontade e condições de construir um projeto de vida
diferente. Negar uma identidade e reafirmar uma outra, dentro dos mesmos e
de outros espaços.
Este projeto transformador de sujeitos pode refazer-se num projeto de
transformação da sociedade, que não precisa necessariamente constituir numa
sequencia
ordenada,
mas
que
podem começar
a
ser
orquestrados
simultaneamente. Para isso precisa ser potencializado numa identidade
coletiva. Construção grupal, mediação e interlocução com outras mulheres, que
viveram histórias semelhantes ou diferentes, processos de reflexão sobre
essas experiências, reapropriação, ressignificação, experimentar liberdade de
escolha, discutir possibilidades de autonomização, resistir aos argumentos de
inferiorização.
Possivelmente este é um processo pelo qual as mulheres na República
Dominicana tenham passado e continuem passando, por isso a demonstração
de uma mais evidente capacidade de avaliar as situações que viveram no
Suriname, uma maior consciência de quão violentas foram e a declaração
explícita de que não voltam ao “inferno” novamente.
Essa tomada de consciência, entretanto, não pode ser uma luta isolada
24
Psicología para América Latina (2012), 23, 5-27
das mulheres, exige um longo caminho de responsabilização do setor público,
ao qual, por incompetência ou omissão se devem as situações reveladas. O
trabalho das entidades na República Dominicana sugere um caminho: a
urgência de pensar espaços e políticas de atendimento como possibilidades de
integração,
comunicação,
interação
e
compartilhamento
coletivo
de
experiências subjetivas, aliado às garantias de direitos sociais básicos
(educação, profissionalização, saúde, trabalho e renda).
Com direitos assegurados e possibilidades de reflexão e ação grupal, as
mulheres podem criar bases de referências que permitem a construção de um
nós = sujeito coletivo - ator coletivo, que passa a agir e orientar-se por valores
coletivos de solidariedade, justiça, igualdade. Essa identidade coletiva vai ser
tanto mais fortalecida quanto mais apoio no grupo e mais evidências de
resultados, através do grupo, as vozes se fazem ouvidas.
25
L. I. C. Silva & M. Hazeu
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27
Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46
A entrega de um filho em adoção e as vicissitudes de ser mãe
Lívia Caetano da Silva Leão1
Caroline Gonçalves Carneiro da Silva2
Solange Aparecida Serrano3
Universidade de Ribeirão Preto, Ribeirão Preto, Brasil
Resumo
Este artigo teve como objetivo investigar os sentimentos e
experiências de maternidade de uma mulher que entregou
duas filhas em adoção. Além disso, investigar suas vivências
na relação com seus outros filhos não entregues e com a
condição de ser mãe neste contexto. Utilizando uma entrevista
semiestruturada, realizou-se um estudo de caso único, de
caráter qualitativo, através de relato clínico. Os principais
resultados apontaram a vulnerabilidade social e emocional da
participante como importante influência na entrega das filhas e
uma diferenciação entre os filhos que permaneceram sob seus
cuidados e as filhas entregues em adoção. Também se notou o
papel materno fortemente relacionado ao cuidado e as distintas
reações emocionais às experiências de entrega. Conclui-se a
relevância de oferecer espaço para essas mães elaborarem
suas histórias, além da necessidade de políticas públicas que
deem suporte jurídico e emocional às mães/famílias que
desejam realizar a entrega de filhos.
Palavras-chave: entrega de um filho em adoção, maternidade,
psicologia jurídica.
Resumen
Se investigaron los sentimientos y experiencias de la
maternidad de una mujer que entregó dos hijas en adopción,
además de indagar sus vivencias en relación con sus otros
hijos no entregados y con la condición de, en este contexto, ser
madre. Utilizando una entrevista semiestructurada, se realizó
un estudio de caso a través del relato clínico. Los principales
1
[email protected]
[email protected]
3
[email protected]
2
28
L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano
resultados muestran la vulnerabilidad social y emocional de la
participante como una importante influencia en la entrega de
las hijas, así como una diferenciación entre los hijos que
permanecen bajo su cuidado y las hijas entregadas en
adopción. También destacan el papel materno fuertemente
relacionado al cuidado y a las distintas reacciones emocionales
de las experiencias de entrega. Se concluye señalando la
relevancia de ofrecer espacios para que esas madres elaboren
sus historias, además de la necesidad de contar con políticas
públicas que den soporte jurídico a las madres y a las familias
que desean entregar hijos en adopción.
Palabras clave: entrega de un hijo en adopción, maternidad,
psicología jurídica
Abstract
This study aimed to investigate the feelings and experiences of
motherhood of a woman who delivered two daughters for
adoption. Furthermore, investigate their experiences in relation
to her other children not delivered and with the condition of
being a mother in this context. Using a semi-structured
interview, we conducted a single case study, qualitative,
through clinical report. The main results indicated the social and
emotional vulnerability of the participant as an important
influence on the delivery and a differentiation between children
who remained in their care and daughters delivered for
adoption. It was also noted the maternal role strongly related to
maternal care and the different emotional reactions to
experiences of delivery. We conclude the relevance of providing
space for these mothers elaborate their stories, beyond the
need for public policies that give legal and emotional support to
mothers / families who wish to make delivery of children.
Key words: giving of a child in adoption, motherhood, juridical
psychology
29
Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46
Introdução
Tornar-se mãe não se inicia necessariamente no período da gestação e
está relacionado à constituição subjetiva de cada mulher, com seus aspectos
infantis, reeditados quando ela se torna mãe (Miranda & Cohen, 2012; Ferrari,
Piccinini & Lopes, 2006). Assim, a gestação compreende um momento de
transformações necessárias para que se construa um lugar psíquico para o
bebê, sendo considerado um importante período da constituição da
maternidade (Piccinini, Gomes, Nardi & Lopes, 2008). A literatura que discute
as especificidades do papel social de mãe evidencia que a realização maior da
mulher está relacionada a ser mãe (Motta, 2001; Raphael-Lef, 1984), embora
atualmente outros sentidos venham compondo as experiências femininas (Dias
& Lopes, 2003; Patias & Buaes, 2012). Diante das especificidades de formação
deste vínculo, questiona-se como isso ocorreria nos casos de entrega de filhos
em adoção ou ao cuidado de terceiros, pressupondo serem essas situações
ainda mais complexas.
Ter um filho traz em si diversos significados, influenciados por
sentimentos ambivalentes, condições sócio-afetivas e financeiras da mulher, de
maneira que para cada uma esse momento terá um significado próprio
(Menezes, 2007; Raphael-Lef, 1984). Esses aspectos terão impacto direto
sobre a vivência da gravidez e da escolha do destino do bebê. Por isso, é
destacada a importância de se analisar a história de vida da gestante, a relação
com sua própria mãe, os sentidos e significados atribuídos por ela à
maternidade e ao nascimento de um filho (Menezes, 2007).
Tratar o tema da entrega de bebês em adoção exige pensar e superar
os estereótipos sociais em relação à maternidade. Ao retomar a história da
valorização da maternidade e da criança, encontram-se aspectos contrários
aos atuais. Até o fim da Idade Média, a criança era considerada um ser
imperfeito e o abandono era uma prática comum. A Roda, nome dado à Casa
dos Expostos, onde eram colocadas as crianças que se queria abandonar, foi
30
L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano
criada ao longo dos séculos XV e XVI e teve seu início na Itália. No Brasil, a
prática de abandono dos filhos teve início a partir da chegada dos brancos
europeus e ocorria no espaço urbano. A Roda dos Enjeitados foi criada a partir
do século XVIII e se prolongou até meados do século XX. Com o aumento do
abandono e da mortalidade infantil, a estratégia utilizada foi conscientizar as
mães a cuidarem e valorizarem seus filhos. Dessa forma, a partir do século XIX
as mulheres foram estimuladas a exercer o papel de mãe e o abandono passou
a ser censurado socialmente. A mulher deveria exercer sua função de boa
mãe, considerada como algo instintivo, natural e repleto de emoção. Assim o
amor materno se tornou atualmente algo naturalizado, idealizado, mitificado e
universal (Badinter, 1985; Menezes, 2007; Motta, 2001; Soejima & Weber,
2008).
Alguns estudos relatam que mães que sofreram abandono e negligência
em suas histórias passadas podem reproduzir tal fato em suas experiências
maternas, caracterizando um círculo repetitivo de geração em geração.
Acredita-se, apesar de não ser determinante, que a vivência nas experiências
familiares de padrões educativos e estilos parentais pode influenciar no modo
como ocorrerá a futura maternagem e a possibilidade de um abandono (Lipps,
2002; Watanabe, 2002). Outros aspectos que podem influenciar na decisão de
entrega se referem à ausência da figura paterna, perdas sofridas pelas mães,
falta de apoio social, condição socioeconômica desfavorável e também
aspectos subjetivos de cada uma (Costa, 2006).
A respeito das crianças encaminhadas para adoção, Fonseca (2012)
ressalta que a maioria delas vem de famílias miseráveis. Além disso, alguns
pesquisadores destacam o quanto as mulheres que entregam seus filhos foram
muitas vezes abandonadas por seus parceiros, por seus pais, pela sociedade
e, no entanto, são recriminadas como se seus atos fossem derivados apenas
de escolhas conscientes. Outra questão importante refere-se à falta de
recursos materiais e rede de apoio das famílias biológicas. Esses fatores têm
sido utilizados como pressupostos para a entrega de filhos, o que vai contra os
31
Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46
preceitos do Estatuto da Criança e do Adolescente (Mariano, 2004; Mariano &
Rossetti-Ferreira, 2008).
Uma pesquisa realizada no Brasil com 53 mães que entregaram seus
filhos revelou que 75% delas não possuíam condições econômicas favoráveis
para criar o filho, além de outros agravantes, como a ausência do pai da
criança e a falta de apoio familiar (Freston, 2000). O assunto da entrega de
filhos em adoção é bastante controverso e complexo, permeado por
preconceitos e estigmas, e acende reações ao desamparo humano que
desperta nas pessoas. Essas mulheres acabam tendo sua existência negada e
marginalizada, de modo que as mesmas se tornam “invisíveis” socialmente
(Associação dos Magistrados Brasileiros [AMB], 2008).
É possível que esta mesma dificuldade seja considerada quando se
busca por estudos realizados internacionalmente. Assim como no Brasil, eles
investigam diversos aspectos referentes à adoção, mas não com foco na mãe
que entrega o filho. Destaca-se o estudo de March (1997), o qual analisa os
efeitos do contato entre as mães que entregaram as filhas em adoção e as
próprias filhas. Este estudo discute resultados importantes por parte das mães,
como a incerteza da identidade da filha, o medo da rejeição e uma sensação
de insatisfação com o momento após o contato. Estas questões foram
intensificadas pela dificuldade de cada mulher em expressar suas próprias
necessidades de contato com sua filha, o que exige assistência a essas
mulheres.
Atualmente no Brasil tem havido discussões relevantes no que tange a
essa temática. Algumas leis foram implementadas com o intuito de atender
algumas lacunas relacionadas à adoção e aos envolvidos nos processos de
adoção. Como exemplo, a Lei 12010/2009, denominada Nova Lei da Adoção
(2009), institui a responsabilidade de que o poder público proporcione
assistência psicológica à gestante e à mãe nos períodos pré e pós-parto. Isto
poderia auxiliar as mulheres a lidar com as questões delicadas do estado
32
L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano
puerperal, que podem gerar consequências, como uma decisão impulsiva pela
entrega. Inclusive, essa assistência deve ser garantida a mulheres que
manifestem vontade de entregar seus filhos para adoção.
De fato, compreende-se que são vários os fatores que influenciam na
decisão de entregar o filho para adoção. Diante disso, o objetivo deste trabalho
foi investigar os sentimentos e experiências de maternidade de uma mulher
que entregou duas filhas em adoção. Mais especificamente, pretendeu-se
investigar suas vivências na relação com seus outros filhos não entregues e
com a condição de ser mãe neste contexto.
Método
Participou deste estudo Ana4, de 58 anos, com escolaridade de Ensino
Fundamental completo. Ela teve oito filhos, dos quais a primogênita e a caçula
foram entregues em adoção. Ana foi indicada às pesquisadoras por uma
psicóloga, que perguntou à Ana se ela conhecia alguma pessoa que havia
entregado um ou mais filhos em adoção. Ela disse que havia feito e gostaria de
conversar com as pesquisadoras. Importante mencionar que a busca por uma
participante exigiu contatos com diversos profissionais (assistentes sociais,
psicólogos e professores) e instituições que atendem à comunidade
(maternidades, Conselho Tutelar, abrigos, Bases Comunitárias, Programa
Saúde da Família, unidades do Centro de Referência de Assistência Social e
Organizações Não Governamentais – de apoio à família, de profissionais do
sexo, de apoio às mulheres que sofrem violência doméstica, dentre outros
tantos). A dificuldade no acesso a possíveis participantes ficou clara pela
inacessibilidade às suas histórias e pela própria estigmatização em torno do
fato de terem entregado um ou mais filhos em adoção, de modo que estas
mulheres passam a viver praticamente anônimas, em situação de exclusão
social.
4
Nome fictício.
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Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46
Ao final desta busca, as pesquisadoras tiveram contato com quatro
mulheres que realizaram a entrega de um ou mais filhos, explicando do que se
tratava o estudo e apresentando a elas o Termo de Consentimento Livre e
Esclarecido. Após desistências e impossibilidade de que algumas falassem
sobre esse assunto, foi escolhida a única entrevista que pôde ser realizada por
completo, com Ana. Esta entrevista foi realizada em um encontro com a
participante, em sua residência, e consistia de questões sobre aspectos
sociodemográficos e tópicos a respeito de temas da história de vida da
participante, como infância, adolescência, vida adulta, maternidade, a entrega
das filhas e as repercussões das entregas.
Todas as exigências éticas foram seguidas, com autorização do estudo
pelo Comitê de Ética da Universidade de Ribeirão Preto. Realizou-se um
estudo de caso único, de caráter transversal. A entrevista foi gravada e
transcrita na íntegra, lida exaustivamente e os aspectos mais relevantes
apresentados em forma de relato clínico (Epstein, 2011; Mordcovich, 2011),
utilizando excertos das falas da entrevistada quando pertinente. Este relato foi
composto por uma breve descrição da história de vida da participante e por
dois eixos temáticos que emergiram da própria entrevista, sendo o primeiro
relativo aos Sentimentos e experiências de maternidade com os filhos que
ficaram com Ana e o segundo referente aos Sentimentos e experiências de
maternidade com as filhas entregues em adoção. Concomitantemente, os
principais achados foram discutidos com base na literatura.
Resultados e discussão
À época do contato com as pesquisadoras, Ana tinha 58 anos, era
solteira e vivia sozinha (o filho que vivia com ela, quarto em ordem de
nascimento, havia sido preso há pouco tempo) em um cômodo localizado em
um terreno baldio, no qual não havia saneamento básico nem luz elétrica e
34
L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano
escassos recursos materiais. Ela sobrevivia da coleta de lixo, pois estava
impossibilitada de continuar trabalhando como varredora de rua após sofrer um
infarto. Desde a infância morou em diversos lugares, devido à necessidade de
ter que trabalhar desde muito pequena. Ana era a caçula de três irmãs.
Em diversos momentos Ana se emocionou bastante, não contendo o
choro. Chegou a se ausentar do local da entrevista para chorar no outro
cômodo de sua casa, ao referir-se à primeira filha entregue. Por vezes, pausas
foram feitas para que ela se acalmasse e a entrevista prosseguisse, com seu
consentimento. As pesquisadoras questionaram algumas vezes se ela gostaria
de interromper seu relato, mas ela afirmou a necessidade de poder falar sobre
aquelas questões que há tanto tempo a incomodavam.
A história de Ana foi marcada pela ausência de seu pai. Sua mãe,
apesar de sempre presente, viveu poucos anos com Ana e suas duas irmãs,
pois cada uma residia em seu emprego. A mãe foi mencionada sempre como
uma figura severa e violenta, da qual a participante tinha muito medo e era
muito submissa. Ela relatou diversos episódios de violência doméstica
ocorridos durante sua infância e adolescência, principalmente cometidos pela
mãe em relação às duas irmãs. Quando tinha 13 anos de idade e trabalhava
como doméstica, teve sua primeira filha, cujo pai era irmão de sua patroa.
Quando o bebê nasceu, ela perdeu o emprego e sua mãe foi quem negociou a
entrega da filha aos cuidados de uma pessoa conhecida, que acabou adotando
a criança através de uma adoção pronta5. Ela nunca mais soube dessa
menina. Aos 19 anos teve seu segundo filho e, algum tempo depois, mais três
filhos com o mesmo companheiro. Por fim, após romper com este, teve mais
três filhos com outro companheiro – destes, a última filha foi entregue por Ana
a uma família, que também se configurou em uma adoção pronta. Essa filha
também não foi procurada, pela decisão de Ana de se manter afastada.
5
Adoções prontas ou diretas são aquelas que implicam a entrega de uma criança por parte dos
pais biológicos a um casal ou pessoa solteira, viúva ou separada. Já estando com a criança, a
família adotante procura a Vara da Infância e Juventude a fim de regularizar a situação, ou
seja, procuram legitimar uma adoção de fato (Mariano & Rossetti-Ferreira 2008).
35
Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46
Sentimentos
e
experiências
de
maternidade
com os
filhos
que
permaneceram com Ana
Importante iniciar destacando a relação de Ana com sua mãe, que
permeou toda a experiência da participante quando ela própria se torna mãe.
As vivências de ambas foram muito parecidas, em meio à intensa
vulnerabilidade social, como ausência do companheiro na criação e cuidado
dos filhos e sentimentos de abandono. Ademais, notou-se que as relações com
a figura materna foram sempre marcadamente ambivalentes e conflituosas.
Ana, inclusive, trouxe em seu relato a culpabilização de sua mãe pelas
carências que existiram em sua vida como a ausência da mãe nos cuidados
físicos e afetivos, refletida na necessidade de buscar seu próprio sustento
desde muito cedo. Isso vai ao encontro do estudo de Marin e Piccinini (2009)
que afirma que ser mãe solteira exigiria maior apoio social especialmente
naquelas famílias em carência de diferentes ordens, já que elas poderiam ter
maiores dificuldades devido à sobrecarga de tarefas.
Passando às experiências de maternidade, ela relatou que as
gestações, em sua maioria planejadas, significaram momentos de plenitude e
alegria para ela. Ter filhos representava uma importante função, ligada à
capacidade de criação e à necessidade de exercer seu lado protetor. A
condição de existir de Ana estava intimamente ligada a ser mãe, como se esse
fosse o único papel possível de ser desempenhado por ela, ideia que vem
sendo discutida na literatura (Motta, 2001; Raphael-Lef, 1984). Quanto a tornarse mãe, ela afirmou que diversos aspectos de si mesma se modificaram,
especialmente a vontade de cuidar e proteger os filhos. Percebeu-se que
tornar-se mãe significou para Ana a oferta de cuidado, afeto e proteção, os
quais ela não teve: “muda muita coisa né [ser mãe]. Eu acho, pra mim, muda
muito. Que eu sou muito grudada, de querer cuidar, de querer.... Medo deles
mexer, de fazer qualquer coisa”.
36
L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano
Contou que, por ser muito nova quando do nascimento da primeira filha,
aos 13 anos, sua forma de cuidado refletia sua inexperiência: “Pra mim era
como um brinquedo [a primeira filha].... Eu dava banho nela, punha na bacia e
deixava ela. Pra mim ela tava brincando na bacia, quase deu dor de ouvido na
menina (riso)”. Um dado importante referiu-se à confusão sobre a ordem e ano
de nascimento de cada um dos filhos, de modo que Ana não considerava como
filhas aquelas que foram entregues, de forma que permaneciam apenas como
uma breve experiência na vida de Ana.
Deste modo, ser mãe, para Ana, significava dedicação extrema aos
filhos, o que ficou claro pelo exemplo da filha com deficiência, à qual Ana
dedicava toda atenção e cuidado. Embora ela sentisse que com esta filha ela
podia exercer verdadeiramente o papel de mãe, que parece ligado ao cuidado,
ficava em dúvida diante de críticas sobre sua forma de criar os filhos,
considerada exagerada. Entretanto, ela se justificava ao afirmar que não
gostaria de seguir o modelo de sua mãe:
Ah, eu acho que meu jeito de ser mãe... Porque eu tô querendo ser mais
do que Deus, sou mais do que Deus pros meus filhos. O que eu passei
com a minha mãe eu não quero ver eles passar. Eu acho que eu fico.... a
mais. Ela [colega] falou que é pra mim diminuir um pouco. Eu acho que eu
tenho... cuidar demais. Quero proteger...
Assim como no presente estudo, o de Dias e Lopes (2003) encontrou que
entre mães e filhas a representação social da maternidade constituía-se por
dedicação e cuidado, apoiada na ideia de maternidade ligada ao afeto.
Mesmo não tendo qualquer tipo de ajuda no cuidado aos filhos, ela se
utilizava do conhecimento adquirido no contexto de seu trabalho como
doméstica, tendo cuidado de outras crianças: “[Eu que] Cuidava... era eu
mesmo. Sempre, eu sempre cuidei, sempre trabalhei, pajeava a filha dos
outros também”. Além disso, ela desejava que os filhos retribuíssem aos
37
Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46
cuidados dela, esperando que eles fossem um apoio efetivo para ela, o que
não aconteceu:
Tava sempre atrasada, que o pai não ta ali, mas eu tô sempre ali. Mas eu
não... não vale a pena muito não, sabia. Porque agora eu que preciso
deles [os filhos] e ninguém ta me ajudando.... Eu acho que eu dediquei
demais pra eles e eles nada pra mim (se emociona).
Quanto ao apoio às mães, um estudo (Lopes, Prochnow & Piccinini,
2010) apontou que aquelas mães que não tiveram apoio de uma figura
feminina que servisse de modelo de mãe e que fosse mais experiente, sentiram
dificuldades em lidar com as tarefas da maternidade e os cuidados ao bebê.
Esses achados corroboram o que vem sendo discutido sobre as repercussões
das experiências vivenciadas por Ana com sua mãe e a forma como ela
exerceu os cuidados aos filhos.
Por fim, um dos principais aspectos destacados por Ana em seu papel
de mãe referiu-se ao seu incentivo na educação dos filhos. Apesar da
escolaridade limitada, devido à necessidade de trabalhar desde criança, ela se
esforçava para ensiná-los o que sabia e para que eles vivenciassem algo
diferente de suas próprias experiências:
Então tava sempre pondo na escola, sempre.... Eu chegava do serviço,
punha sentado ali numa mesinha. Ensinava. Fazendo comida, ensinando
eles o... a, e, i, o, u, ensinando o que tiver que ensinar .... Eu explico pra
eles até hoje.
38
L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano
Sentimentos e experiências de maternidade com as filhas entregues em
adoção
Em relação às entregas, como referido anteriormente, Ana vivenciou
duas situações distintas de adoção pronta: a primogênita foi entregue por sua
mãe, sem seu consentimento, e a caçula foi entregue por ela própria. Na
primeira situação, Ana teve que se submeter à decisão da mãe sobre a entrega
de sua primogênita, uma vez que o bebê era fruto do relacionamento de uma
adolescente com um homem casado (irmão de sua patroa): “Aí minha mãe
vendeu, me vendeu lá, fez lá os pacote deles lá. (risos).... Eu fui lá, vendeu,
pegou dinheiro lá, porque disse que tinha que pagar a honra da menina.... (se
emociona e fica em longo silêncio)”. Embora não quisesse entregar a filha, ao
não reagir contra a decisão da mãe, Ana pareceu aceitar e se submeter a essa
escolha: “Aí eu tive a menina né. Primeiro... A menina [primogênita] ficou muito
tempo lá. Ficou um ano mais ou menos com a gente, eu acho”. De acordo com
Fonseca (2012), na época em que Ana fez a entrega da primogênita, era
bastante comum que a mãe fosse coagida a fazê-la sob ameaças, além da
visível desvantagem legal feminina e materna sobre os filhos.
Ao falar sobre a entrega da segunda filha, Ana se emocionou
novamente, ao lembrar os momentos vividos com ela, e a dificuldade em se
separar daquele bebê ao qual ela devotou cuidados. A família adotante possuía
posição social e econômica privilegiada e acabou propondo a Ana o
pagamento de seu parto cesariano em troca de ficar com sua filha:
Eu não vou deixar essa aqui passar o mesmo que da outra né. Aí, tive
que pagar essa operação. Aí a moça falou, „Se você quiser Ana, você tem
já criança, já tem menino...‟. Já tinha as três já, as três meninas. Ia ser a
quarta. „Deixa ela comigo que aí eu te pago a operação‟. Aí foi assim...
(fala começando a chorar).... Aí eu operei.
39
Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46
Ana explicou que antes de ter a caçula, uma das filhas precisava de
cuidados especiais e ficava muito tempo internada em hospital. Isso, somado à
interferência de sua mãe, que não queria mais nenhuma criança em casa, fez
com que ela tomasse a decisão pela entrega.
Ademais, o distanciamento em relação às duas meninas ocorreu de
duas formas distintas: na primeira entrega houve o afastamento por parte da
mãe adotiva, que desapareceu com o bebê. Na outra situação de entrega,
quem decidiu se afastar foi Ana, com receio de não suportar a ambivalência
que sentia por conviver com uma filha biológica que foi adotada por outra
família. Questiona-se o quanto a entrega de um filho se configura como uma
morte para a mãe que entrega, não apenas pela perda da guarda do filho, mas
pelo rompimento definitivo do vínculo, uma vez que as mães biológicas
geralmente acabam perdendo o contato com o filho.
Percebeu-se que, para Ana, entregar um filho em adoção, com a
decisão de se distanciar dele, representava cuidado, como se não houvesse
espaço entre o bebê e a família adotante para a mãe biológica, que se exime
do convívio com a filha. A entrega de um filho expõe uma atitude pensada, que
demonstra aceitação do fato de se reconhecer como impossibilitada de criá-lo.
Atualmente as adoções ocorrem seguindo uma política fechada, em que
acontece uma ruptura total do contato entre a criança e a família biológica. Esta
política acaba por prejudicar a oportunidade da mãe que entregou elaborar
melhor sua ação, além de impedir que a criança tenha acesso a sua história de
origem (Motta, 2001).
Ao contrário do que expressa o senso comum, geralmente, a mãe que
entrega um filho para adoção sente afeto pelo bebê e uma ambivalência
enorme entre entregar ou não o filho. Ana referiu que se trata de uma decisão
que não pode ser muito pensada para ser concretizada: “É difícil viu. (silêncio)
Se você ficar pensando e olhando a neném... Não pode olhar, porque na hora
que chegou pra pegar, eu já saí pra fora... Fiquei pra lá... (chora)”. É
40
L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano
interessante observar duas questões muito relevantes, relativas às formas
como Ana se refere às filhas entregues e às mães adotantes. As filhas não são
nomeadas, apenas mencionadas como “uma outra” criança, e as mães
adotivas são diferenciadas de acordo com a forma de entrega: aquela mulher
para a qual Ana não consente a entrega (primogênita) é lembrada pelo nome e
a mulher para quem Ana entrega por decisão é referida como “a mulher lá”.
A história de Ana apresenta elementos parecidos conforme apontados
por outros estudos (Chrispi, 2001; Fonseca, 2012; Motta, 2001). Não são
apenas os fatores socioeconômicos que intervêm na decisão da entrega, mas
sim a junção de outros como a ausência paterna e a atitude da família de
omitir-se ou rejeitar a gestação. Estes fatores acabam por influenciar a mãe,
deixando-a insegura com relação à criação do filho. Outra questão trazida por
Ana referiu-se ao preconceito sofrido por ter entregue suas filhas, através de
julgamento feito por uma pessoa de sua religião que soube das entregas.
Importante discutir que esses julgamentos não se restringem à questão
religiosa, mas sim a uma ideia de que a entrega é inaceitável. Entrar em
contato com esta temática gera mal estar e angústia, pois pensar no
afastamento entre mãe e filho remete a aspectos arraigados do imaginário
social, como o mito do amor materno e a questões emocionais próprias de
cada um sobre a maternidade (Motta, 2001; Associação dos Magistrados
Brasileiros [AMB], 2008). Diante disso, essas mães que realizam a entrega
acabam esquecidas, discriminadas e isoladas neste momento em que se
sentem frágeis, ansiosas, culpadas e temerosas (Chrispi, 2001).
É importante fazer a diferenciação entre abandono e entrega, uma vez
que o primeiro termo carrega o sentido de estigma e não traduz o cuidado e
preocupação da mãe biológica em não colocar em risco ou prejudicar seu filho
(Fonseca, 2012; Motta, 2001). As mães que entregam os filhos estão em busca
de uma família que proporcione melhores condições de vida para eles, não
apenas materiais, mas que também supram as necessidades biopsicossociais
da criança (Costa, 2006). Dessa forma, é importante que haja um espaço de
41
Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46
escuta e compreensão, para que a mulher que tem a intenção de entregar seu
filho encontre apoio em alguma instituição pública ou privada.
Considerações finais
Este artigo abordou um fragmento da história de vida de uma mulher que
entregou duas filhas em adoção, investigando seus sentimentos e experiências
de maternidade neste contexto de entrega e sua relação com seus filhos não
entregues. Ressaltou-se em suas experiências de maternidade a influência de
seu relacionamento com sua própria mãe sobre o modo de cuidar e realizar
sua maternagem aos filhos, inclusive quanto às entregas para adoção. Foram
constatadas semelhanças na representação de maternidade de Ana com as
representações de mães que não fizeram entrega de filhos, com ênfase no
cuidado como principal representativo do papel materno. Reconhece-se que as
entregas deixaram marcas importantes na vida de Ana, de modo que ela se
recordou vividamente das duas situações com as filhas.
Quanto às experiências de entrega sugere-se que elas foram
desencadeadas por aspectos de vulnerabilidade social e emocional, como
pobreza, ausência dos pais dos filhos, falta de apoio social, especialmente o
rechaço por parte de sua própria mãe durante sua vida. Questiona-se se as
experiências que Ana vivenciou com sua mãe teriam influenciado em seu papel
materno, com possíveis dificuldades em lidar com as tarefas desta ordem. Em
meio a essas questões, Ana se esforça por querer ser uma mãe diferente e
aplacar as falhas e a culpa sentidas em decorrência da entrega das filhas, o
que a faz exagerada em seu cuidado.
Embora este estudo tenha se baseado em um único caso, ele trouxe
aspectos extremamente relevantes, apoiados pela literatura, que denotam a
necessidade de continuidade de pesquisas com estas mães. Sugere-se
investigar mais profundamente aspectos de sua dinâmica psíquica como
42
L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano
fundamentais na compreensão da escolha pela entrega. Falar sobre esse
delicado tema é uma necessidade premente, de modo que o conhecimento
sobre o assunto possa auxiliar os profissionais no trabalho e na escuta a essas
mulheres. Assim, um espaço deve ser priorizado para que elas possam
elaborar suas histórias, bem como a implantação de políticas públicas que
garantam dignidade, apoio jurídico e emocional a elas.
43
Psicología para América Latina (2012), 23, 28-46
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das Leis do Trabalho - CLT, aprovada pelo Decreto-Lei nº 5.452, de 1º de
44
L. C. S. Leão, C. G. C. Silva & S. A. Serrano
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46
Revista Psicología para América Latina (2012), 23, 47-64
Equidade só no papel?
Formas de preconceito no Sistema Único de Saúde e o
princípio de equidade
Roberta Andrea de Oliveira1
Alzira Sueli Gellacic
Aline Santana Zerbinatti
Fátima Edmundo de Souza
Juliana Alves Aragão
Instituto de Saúde
São Paulo, Brasil
Resumo
Práticas de preconceito ocorridas nos serviços de saúde geram
grande impacto na concretização da equidade dentro do
Sistema Único de Saúde (SUS). Neste sentido, o presente
estudo discute o princípio de equidade do SUS em relação ao
preconceito, a partir de exemplos de situações de preconceito
de profissionais da saúde para com usuários do sistema. A
existência/persistência do preconceito no SUS, por parte de
diferentes profissionais, principalmente na atenção à saúde de
mulheres negras, portadores de HIV/Aids, usuários de álcool e
drogas e população idosa, representa a falha nos serviços e a
consequente dificuldade de concretização da equidade.
Políticas públicas equitativas articuladas ao compromisso de
cidadania pautada no combate à desigualdade social e à
conquista de direitos de justiça social, ética e moral,
promotoras da dignidade humana só se tornam possíveis com
a identificação e superação dos preconceitos e discriminações.
Palavras-chave: preconceito, equidade em saúde, Sistema
Único de Saúde.
Resumen
El prejuicio que envuelve algunas prácticas ocurridas en los
servicios de salud genera un gran impacto en el logro de la
equidad en el Sistema Único de Salud (SUS). El presente
estudio discute el principio de equidad del SUS en relación al
1
[email protected]
47
R. A. Oliveira, A. S. Gellacic, A. S. Zerbinatti, F. E. Souza & J. A. Aragão
prejuicio, considerando ejemplos de situaciones que implican
prejuicios de profesionales de la salud hacia usuarios del
sistema. La existencia/persistencia del prejuicio en el SUS por
parte de diferentes profesionales, principalmente en la atención
a la salud de mujeres negras, de portadores de VIH/Sida, de
usuarios de alcohol y drogas, y de la población de la tercera
edad, representa un fracaso en los servicios y en el
consecuente logro de la equidad. Las políticas públicas
equitativas que estén articuladas con el compromiso de la
ciudadanía, basadas a su vez en el combate a la desigualdad
social y a la conquista de derechos de justicia social, ética y
moral, y promotoras de la dignidad humana, sólo son posibles
con la identificación y superación de los prejuicios y las
discriminaciones.
Palabras clave: prejuicio, equidad en salud, Sistema Único de
Salud.
Abstract
Practices of prejudice in the health services have a big impact
on the achievement of equity in the Unified Health System
(UHS). In this sense, this study discusses the principle of equity
of the UHS in relation to discrimination, using examples of
situations of prejudice from health professionals towards the
users of the system. The existence / persistence of prejudice in
the UHS, from several professionals, especially in health care
for black women, HIV/Aids patients, users of alcohol and drugs
and the elderly represents a failure in the services and the
consequent difficulty in achieving the equity. Equitable public
policies articulated with the compromise with citizenship based
on the fight against social inequality and the achievement of
rights of social justice, ethics and moral, promoting human
dignity only become possible with the identification and
overcoming of prejudice and discrimination.
Key words: prejudice, equity in Health, Unified Health System.
Introdução
A equidade no acesso às ações e aos serviços de saúde traduz o debate
atual relativo á igualdade, prevista no texto legal, justificando a prioridade na
oferta de ações e serviços às populações mais vulneráveis aos riscos de
adoecer e morrer em decorrência da desigualdade na distribuição de renda,
48
Revista Psicología para América Latina (2012), 23, 47-64
bens e serviços (Campos et al., 2006).
Dessa forma, é incluído na lógica do Sistema Único de Saúde (SUS) o
princípio da discriminação positiva, buscando assegurar prioridade no acesso
às ações e serviços de saúde aos grupos excluídos, considerando as
desigualdades de condições decorrentes da organização social (Campos et al.,
2006).
Estas, por sua vez, se dão pela própria sociedade que na busca de
critérios para atribuir papéis sociais, se vale de diferenças naturais como as de
sexo,
raça,
força,
estatura,
inteligência,
fecundidade,
entre
outras,
transformando-as em desigualdades sociais, que se transpõe para o âmbito da
saúde (Silva & Barros, 2002).
Junto ao cenário da desigualdade social vem à tona a manifestação do
preconceito, que implica em inúmeras complicações, não somente ao alvo,
mas também ao preconceituoso, opondo-se aos princípios do SUS, que
determina o acesso à saúde como direito de todos, uma vez que impelem os
indivíduos que sofrem preconceito a se privarem desse direito pelo próprio
medo/receio de serem submetidos a situações que os exponham como
inaceitáveis dentro dos moldes da sociedade padronizada como “ideal”.
Acaba-se por ferir, assim, principalmente, a equidade, uma vez que não
se reconhece a diferença do outro, mas sim a condena e exclui. Isto, na área
da saúde, além de transgredir questões éticas, fomenta constantes discussões
para abordar estratégias para a diminuição dessas práticas.
Neste trabalho, abordaremos formas e práticas de preconceito ocorridas
no acesso aos serviços de saúde e seu impacto na concretização da equidade.
49
R. A. Oliveira, A. S. Gellacic, A. S. Zerbinatti, F. E. Souza & J. A. Aragão
Objetivo
Discutir o princípio de equidade do SUS em relação ao preconceito, a
partir de exemplos de situações de preconceito de profissionais da saúde para
com usuários do sistema.
Metodologia
Trata-se de uma revisão retrospectiva de artigos científicos e outros
materiais publicados a partir de 1996, cuja busca foi realizada em estudos
indexados nas bases de dados na coleção Scientific Eletronic Library OnLine
(SCIELO), Centro de Informação e Referência em Saúde Pública da Faculdade
de Saúde Pública da USP (CIR), Biblioteca Padre Inocente Radrizzani e Núcleo
de Documentação e Informação do Instituto de Saúde. Para a localização das
obras foram utilizados os seguintes descritores: preconceito, equidade em
saúde, sistema único de saúde. Para refinar a busca a essas combinações
foram acrescidos outros termos pertinentes: preconceito, discriminação e
acesso aos serviços de saúde.
A partir da identificação dos títulos e resumos dos periódicos on-line, foi
realizada a seleção dos materiais que preencheram os critérios para sua
inclusão, logo esses foram obtidos integralmente para leitura. Os critérios de
inclusão foram: publicações disponíveis on-line, redigidas em português, no
período de 1996 a 2009 que tratavam do preconceito vivenciado por usuários
do SUS.
Equidade, preconceito e alienação
O SUS, criado pela Constituição de 1988, dispõe sobre as condições para
a promoção, proteção e recuperação da saúde, a organização e o
funcionamento dos serviços correspondentes, e dá outras providências, através
da lei nº. 8.080, de 19 de setembro de 1990. Cujo atendimento aos cidadãos é
assegurado pelos princípios de universalidade, integralidade e equidade.
50
Revista Psicología para América Latina (2012), 23, 47-64
O princípio de equidade diz respeito à adaptação da regra para situações
especiais, para que se torne mais justa e igualitária. É moldar a norma, para
que seja sensível às peculiaridades de cada situação, ou seja, populações
vulneráveis pelo processo de exclusão social e cultural a que foram
submetidas, devem ter garantido o atendimento adequado à situação, a fim de
se reduzir essa vulnerabilidade.
O preconceito diz mais do preconceituoso do que do alvo do preconceito
(Crochik, 1997), é um tipo de acontecer que pode desequilibrar a equidade. De
acordo com o autor, os estereótipos culturais são roupagens que revestem os
objetos, e como o indivíduo é produto da cultura, este se apropria destes
estereótipos e os modifica de acordo com suas necessidades.
A prática humana de julgar que nossa consciência sabe e pode tudo, faz
e pensa o que quer é determinada pelo inconsciente, e ignoramos esta
determinação (Chauí, 2001). Da mesma forma que na existência social, os
seres humanos julgam saber o que é sociedade, atribuem a Deus ou a
Natureza a sua criação, se colocando como instrumento dela, temos a
alienação intelectual tripla em que:
Primeiro, esquecem ou ignoram que suas ideias estão ligadas às opiniões
e pontos de vista da classe a que pertencem... segundo esquecem ou
ignoram que as ideias são produzidas por eles para explicar a realidade e
passam a crer que elas se encontram gravadas na própria realidade e
que eles apenas as descobrem e descrevem sob forma de teorias
gerais... Terceiro, esquecendo ou ignorando a origem social das ideias e
seu próprio trabalho para criá-las, acreditam que as ideias existem em si e
por si mesmas, criam a realidade e a controlam, dirigem e dominam... As
ideias se tornam separadas de seus autores, externas a eles,
transcendentes a eles: tornam-se um outro (Chauí, 2001, p. 173).
51
R. A. Oliveira, A. S. Gellacic, A. S. Zerbinatti, F. E. Souza & J. A. Aragão
Preconceito e discriminação no SUS
a) Na atenção à saúde da mulher negra
A evidência da discriminação de populações negras nas unidades de
saúde é revelada por Kalckmann et al. (2007), que em sua análise os
profissionais através da discriminação aumentam a vulnerabilidade desse
grupo, criando uma barreira ao acesso, afastando o usuário. O impacto disso
reflete na invisibilidade das doenças mais prevalentes no grupo, que interfere
nos perfis de adoecimento e morte entre brancos e negros.
Este estudo contou com a análise de questionário entregue aos
participantes do 2º Seminário de Saúde da População Negra do Estado de São
Paulo, em 17 de Maio de 2005. De 240 questionários devolvidos respondidos,
43,3% responderam que já perceberam alguma discriminação racial nos
serviços de saúde. Destes, 60% referiram ser de cor preta, 44,2% de cor
branca e 40,8% de cor parda.
Santos, Guimarães e Araújo (2007) numa pesquisa da caracterização das
desigualdades raciais ante a mortalidade de mulheres adultas negras e
brancas, residentes em Recife, capital de Pernambuco, entre 2001 e 2003
analisaram que entre 2943 óbitos, 65,4% foram de negras e 34,6% foram de
brancas.
Em todas as faixas etárias estudadas (20 a 59 anos), os autores
apontaram que o risco de morte foi maior entre negras do que em brancas. No
caso de óbitos hospitalares, em estabelecimentos do SUS, a ocorrência
prevaleceu entre as mulheres negras, apontando uma forte relação entre
pertencer à população negra e não possuir plano de saúde. Enquanto nos
estabelecimentos exclusivamente privados, identificou-se situação inversa, de
mortalidade proporcional mais elevada entre as brancas.
“A identificação de maiores coeficientes de mortalidade em mulheres
adultas negras, com risco de morte quase duas vezes superior ao
52
Revista Psicología para América Latina (2012), 23, 47-64
observado para mulheres brancas, evidencia a dimensão do legado do
passado escravista da população negra, que produziu desigualdades
resultantes do racismo e da discriminação racial” (Santos, Guimarães &
Araújo, 2007, p. 95).
As formas de discriminação ao público feminino em relação a assistência
à saúde, pelos estudos encontrados, se referiram principalmente à assistência
ao pré-natal e ao parto, cujas ações são marcadas pela discriminação
sobretudo por fatores educacionais e raciais.
O desfavorecimento de mulheres de cor de pele negra e parda com
menor nível de escolaridade (até o ensino médio incompleto), em relação às
mulheres brancas, durante a assistência ao pré-natal e ao parto no período de
1999 a 2001 em hospitais do município do Rio de Janeiro, revelado por Leal,
Gama e Cunha (2005) tem relação direta com a prevalência de gestações na
adolescência entre as negras, que reflete no seu pior desenvolvimento nas
esferas sociais, a contar pela evasão escolar, déficit na qualificação profissional
e dificuldade de entrada no mercado de trabalho.
O acesso ao pré-natal adequado foi identificado por este estudo como
elemento marcante de desigualdade, em que menos de um quinto das
mulheres negras pesquisadas com nível de instrução até o ensino médio
incompleto tiveram acesso, e a mesma tendência ocorreu entre as mulheres
com ensino médio completo e mais, cujo pré-natal adequado não cobriu
metade das participantes. Convém lembrar que o Ministério da Saúde (2005a),
através do Manual de Pré Natal e Puerpério: Atenção Qualificada e
Humanizada, estabelece como seis o número mínimo de consultas de prénatal.
Além disso, foi revelada a dificuldade entre as mulheres em conseguir
atendimento na hora do parto, em que quase um terço das pardas e negras
não conseguiu atendimento no primeiro local procurado revelando a falta de
53
R. A. Oliveira, A. S. Gellacic, A. S. Zerbinatti, F. E. Souza & J. A. Aragão
acolhimento e ausência de planejamento para a assistência ao nascimento no
município do estudo. Entre as negras, o nível de instrução não se mostrou
como diferencial, foram as mais penalizadas durante o parto vaginal, por em
maior proporção não terem recebido anestesia ao comparar-se com as
mulheres brancas. Esse padrão de peregrinação em busca do local de parto
pelas mulheres e a pior assistência no pré-natal e durante o parto é reforçado
por Kalckmann et al. (2007).
Ambos os estudos comentados foram realizados antes da implantação
pelo Ministério da Saúde (2004a), da Política Nacional de Atenção Integral à
Saúde da Mulher, cujo objetivo é a incorporação num enfoque de gênero, a
integralidade e a promoção da saúde como princípios norteadores, com base
nos dados epidemiológicos e nas reivindicações dos vários segmentos da
população, incluindo as mulheres indígenas, presidiárias, vítimas de violência,
negras e trabalhadoras rurais. Essa política de forma geral reforça a
necessidade de formas de relacionamento entre os profissionais de saúde e
suas usuárias, baseado no respeito mútuo para a integralidade da assistência.
b) Na atenção à saúde de pessoas com HIV/Aids
O Programa Estratégico de Ações Afirmativas: População Negra e Aids,
publicado pelo Ministério da Saúde (2005b) afirma que apesar de no Brasil a
epidemia de Aids apresentar tendência de estabilização, o número de casos
vem aumentando entre a população mais pobre, representando uma
preocupação na saúde pública.
No Brasil o primeiro caso clínico de Aids ocorreu em 1983, com
identificação restrita aos grandes centros urbanos dos Estados de São Paulo e
Rio
de
Janeiro.
O
perfil
epidemiológico
nessa
época
caracterizado
principalmente por pacientes do sexo masculino, alto nível socioeconômico e
com transmissão de caráter homossexual/bissexual sofreu progressiva
mudança ao final dos anos 80, com o acometimento de heterossexuais,
54
Revista Psicología para América Latina (2012), 23, 47-64
mulheres, pessoas de baixa renda e a disseminação da doença no país, em
cidades de médio e pequeno porte (Sadala & Marques, 2006).
Este impacto foi semelhante ao observado nos países desenvolvidos, em
que desde o início houve grande mobilização a favor da prevenção, dos direitos
dos pacientes e familiares, do acesso ao tratamento como responsabilidade do
estado e particularmente da luta contra o preconceito (Sadala & Marques,
2006).
Nesse sentido em 1996, o Brasil inaugurou o acesso aos medicamentos
antirretrovirais na rede pública de saúde, contrariando as recomendações do
Banco Mundial, Organização Mundial da Saúde (OMS) e da Orgazinación
Panamericana de la Salud (OPS) de que os países pobres devem investir os
recursos na prevenção de novos casos e não no tratamento (Ramos, 2004).
Entretanto, apesar do apelo de programas e ações, ainda existe um
grande estigma e preconceito no atendimento destes pacientes e, que acordo
com Garcia e Koyama (2008), a discriminação associada ao HIV/Aids pode não
apenas dificultar/reduzir a procura pela realização do teste, mas também a
busca de tratamento adequado nos serviços de saúde após confirmação do
resultado. “Conflitos relacionados com medo e preconceito têm sido e
continuarão sendo o principal problema na provisão de cuidados de saúde
associados com HIV” (Tillett & Matsoukas, citados por Acurcio & Guimarães,
1996, p. 38).
Sadala e Marques (2006), numa pesquisa com profissionais da saúde
com abordagem sobre as experiências no cuidado de pessoas com HIV/Aids,
obteve depoimentos, como o demonstrado abaixo, que reflete na persistência
do preconceito despropositado por profissionais nos serviços de saúde.
“Nós temos percebido, na minha vivência, ainda preconceito, estigma e,
dependendo da orientação sexual do paciente, ainda se percebe muitas
55
R. A. Oliveira, A. S. Gellacic, A. S. Zerbinatti, F. E. Souza & J. A. Aragão
vezes funcionários fazendo comentários „ah, aquele lá é usuário de
drogas‟, „aquele lá é homossexual‟, como se ele tivesse ido procurar o
HIV” (P4 citado por Sadala & Marques, 2006).
c) Na atenção à saúde de usuários de álcool e drogas
Os serviços de saúde no Brasil apresentam relevante atraso na atenção à
saúde de usuários de álcool e drogas, como afirmam Machado e Miranda
(2007), que a responsabilidade de intervenções nesta área surgiu no início do
século XX através de um aparato jurídico-institucional, com intuito de controlar
o uso e comércio de drogas a fim de preservar a segurança e saúde pública do
país.
Até a década de 80 o Brasil não dispunha de dados epidemiológicos
consistentes em relação ao uso de drogas, apesar da existência do Conselho
Federal de Entorpecentes (CONFEN), órgão normativo que contava com
representantes de diversas áreas como: educação, segurança e até saúde
segundo Machado e Miranda (2007). O início dessas pesquisas no campo da
saúde se iniciou em 1987 pelo Centro Brasileiro de Informações sobre Drogas
Psicotrópicas (CEBRID), que integrava o departamento de Psicobiologia da
Universidade Federal de São Paulo (Moraes, 2008).
Apesar do caráter repressivo e normativo, o CONFEN elaborou dois
documentos que visavam ampliar sua atuação: em 1988 foi criada a Política
Nacional na Questão de Drogas, que reconhecia a necessidade de locais de
referência para prevenção e tratamento desses indivíduos e, em 1996, o
documento denominado Programa Nacional Antidrogas que, além de abordar
itens anteriormente discutidos como necessidade de tratamento, manifestou
preocupação em relação ao aumento de casos de HIV entre usuário de drogas
injetáveis, necessidade de aumentar a capacitação de recursos humanos e
estimular ações filantrópicas. Porém, todo encargo de efetivar e fiscalizar essas
ações, ficavam para a então denominada Secretaria de Planejamento das
Ações de Segurança Pública e ao Departamento de Entorpecentes, não
56
Revista Psicología para América Latina (2012), 23, 47-64
havendo assim nenhuma articulação com políticas de saúde, tanto em 1988
com o então recém implementado SUS, quanto em 1996 com quase uma
década de sua implantação (Machado & Miranda, 2007).
Após sete anos, em 2003 foi implantada a atual Política de Atenção
Integral aos Usuários de Álcool e outras Drogas (Ministério da Saúde, 2004b),
que propõe assumir de modo integral e articulado o desafio de prevenir, tratar e
reabilitar os usuários de álcool e outras drogas como um problema de saúde
publica.
As consequências desta secular dissociação são até hoje sentidas nos
serviços de saúde por profissionais e usuários, e se destaca pela falta de
capacitação, que como Lima et al. (2007) abordou, os profissionais sentem
dificuldades em identificar e compreender os problemas relacionados ao vício.
As principais queixas relatadas pelos profissionais de saúde em relação aos
usuários, neste estudo, foram: tumulto causado pelos usuários e falta de
adesão ao tratamento. Relatam ainda que, eles próprios possuem dificuldades
em lidar com os pacientes e acreditam que as questões envolvidas com o fator
droga fogem de suas atribuições, se encarregando apenas de funções
técnicas, principalmente nos casos de HIV/AIDS. Somado aos problemas
apontados há o déficit de conhecimento dos profissionais sobre as políticas de
saúde, como a de redução de danos, que ainda gera controvérsia entre os
profissionais, apesar de sua eficiência (Almeida, 2003).
A partir dos elementos estudados, pode-se fazer uma relação do atraso
histórico com que a questão do conturbado acesso do usuário de álcool e
drogas ao sistema de saúde, entretanto, fatores como valores e ideologias
mostram-se importantes na relação profissional e usuário, uma vez que esta é
uma das formas de manifestação do princípio de equidade.
57
R. A. Oliveira, A. S. Gellacic, A. S. Zerbinatti, F. E. Souza & J. A. Aragão
d) Na atenção à saúde da população idosa
No trabalho realizado por Berzins (2009), num serviço de emergência do
SUS, constatou-se os maus tratos dispensados aos idosos assistidos no local,
e que algumas práticas de atendimento beiraram a violência. Os participantes
da pesquisa foram funcionários dessa unidade, que em razão de estarem como
sujeitos do estudo preferiram culpar o colega ou até mesmo a instituição, a
perceber a realidade.
Eis alguns exemplos de situações que foram apontadas como prejudiciais
no
atendimento
ao
idoso:
(1)
peregrinação:
fazendo-os
caminhar
excessivamente até o local correto; (2) falta de escuta; (3) frieza, rispidez, falta
de atendimento, negligência; (4) maus tratos motivados por discriminação
quando a questão é a idade; (5) detrimento das necessidades e direitos do
usuário; (6) proibição ou obrigatoriedade de acompanhantes com horários
rígidos e restritos.
Nessa ótica, os funcionários veem a velhice como uma coisa ruim, uma
situação que não desejam a si próprios e os discriminados por sua vez, não
reclamam do mau atendimento por medo de não serem atendidos.
Discussão
A equidade em saúde refere-se à redução das diferenças consideradas
desnecessárias, evitáveis, além de serem consideradas injustas (Viana, Fausto
& Lima, 2003). Nesse sentido todos os estudos caracterizaram uma oposição a
esse principio, revelado por atitudes banalizadas que acabam por definir cada
vez mais o SUS como utopia diante da realidade.
Em momento algum, o modelo, o período, os padrões sociais, os estilos
de vida devem ser esquecidos ao pensarmos em equidade. Vivemos num
contexto de “turbulência permanente” uma analogia ao termo utilizado por
economistas e profissionais de marketing ao se referirem a crises quando elas
58
Revista Psicología para América Latina (2012), 23, 47-64
se tornam uma condição permanente. De maneira semelhante, percebemos
que não existe resolução das iniquidades, os problemas em geral são
administrados.
A eficácia da luta contra as desigualdades sociais na saúde depende que
decisores políticos e os profissionais tenham uma boa compreensão do cenário
atual, dos determinantes e da forma que os serviços de saúde podem trabalhar
para confrontá-los (Whitehead & Dahlgren, 2006).
Hoje, os esforços para redução das iniquidades na área da saúde,
enfocam questões relativas à distribuição de recursos financeiros (Luchesi &
Souza, citados por Paim, 2006).
As condições de vida e acesso à saúde, no que diz respeito às
desigualdades dos demais marcadores de posição social, como por exemplo,
gênero, educação, renda (Chor & Lima, citados por Paim, 2006), raça, opção
sexual, idade, entre outros, vêm tardiamente sendo colocados em discussão
pelos movimentos sociais, representando a dificuldade de concretização da
equidade numa sociedade extremamente desigual como a nossa (Paim, 2006).
A implantação de programas e políticas pelo Ministério da Saúde, como a
Política Nacional do Idoso, em 2003, Política Nacional de Atenção integral à
Saúde da Mulher, em 2004, Política da Atenção Integral aos usuários de Álcool
e Outras Drogas, em 2003 e o Programa Nacional de DST/AIDS, em 1985, são
tentativas de redução da desigualdade.
Entretanto pensando numa dimensão mais ampla, como se pode
operacionalizar programas ou políticas de saúde que visam a redução de
iniquidades se estas parecem não possuir uma articulação eficaz com outras
redes
sociais?
Estas
não
estariam
favorecendo
a
manutenção
de
desigualdades, porém sob uma perspectiva menos agressiva pela existência
de programas e políticas?
59
R. A. Oliveira, A. S. Gellacic, A. S. Zerbinatti, F. E. Souza & J. A. Aragão
Apesar da existência de tais ações por parte do governo e do esforço da
mobilização de alguns movimentos sociais, as manifestações preconceituosas
e injustas mostraram o empobrecimento de expectativas positivas de uma
significativa parcela população brasileira.
A compreensão de que a saúde é um recurso exclusivo para atingir outros
objetivos na vida, tais como melhor educação e emprego e que é, uma forma
de promover a liberdade de indivíduos e sociedades (Sem, citado por
Whitehead & Dahlgren, 2006) é essencial.
Considerações finais
A literatura aponta o preconceito como um tabu no campo dos serviços de
saúde, evidenciado, sobretudo pelo déficit no preparo e conhecimento
profissional a cerca das políticas de saúde que integram o SUS. Revelado,
sobretudo através de posturas negativas e levianas de um indivíduo para com
o outro, transformando a relação profissional–paciente em um processo de
dominação.
Profissionais de saúde precisam em sua formação cultivar e fortalecer a
consciência de cidadania, reconhecer seu semelhante como digno e merecedor
do seu trabalho, afastando assim atitudes que contribuam para prejuízos e
marcas na saúde física e mental que o preconceito pode causar.
“Como a experiência e a reflexão são as bases da constituição do
indivíduo, em sua relação com a cultura, sua ausência caracteriza o
preconceito” (Crochik, 1997). Talvez, a inexistência de discussão, entre os
profissionais de saúde, sobre o impacto da discriminação, bem como dos
possíveis processos discriminatórios nos serviços, impeçam reflexões e
movimentos de mudança. É necessário o estimulo de discussões sobre o tema
preconceito e equidade, dentro dos serviços de saúde, e retomar, ao máximo,
os princípios éticos que norteiam a prática profissional para que o atendimento
ao usuário seja norteado pelo SUS e não por crenças e valores sociais e/ou
60
Revista Psicología para América Latina (2012), 23, 47-64
pessoais. Desta forma, se faz presente a possibilidade de consolidação de
políticas equitativas para o SUS.
As políticas públicas de saúde em geral são voltadas a justiça social,
considerando as desigualdades de gênero, idade, de classe, de raça e de
expressão sexual. Assim, fazem parte desse contexto outros assuntos que não
foram abordados neste trabalho como: aleitamento materno, concepção,
contracepção, aborto, doenças sexualmente transmissíveis e violência sexual.
Espera-se com isso que sejam asseguradas estratégias que viabilizem a
promoção da saúde e tratamentos adequados.
Por fim, fortalecer o processo de democratização e cidadania significa
superar práticas patriarcais autoritárias e ou homofóbicas. Significa também
alterar os limites impostos pelo estado, no sentido de respeito à vida privada,
bem
estar,
transformação
social
e
superação
dos
preconceitos
e
discriminações.
61
R. A. Oliveira, A. S. Gellacic, A. S. Zerbinatti, F. E. Souza & J. A. Aragão
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em:
Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91
Reflexões sobre a participação do amor na
formação da pessoa humana
Ana Lucia Nogueira Braz 1
Universidade São Francisco
São Paulo; Brasil
Resumo
O objetivo deste artigo é fazer uma reflexão sobre a
participação do amor na formação da pessoa humana,
buscando conhecer e indicar os principais aspectos que
configuram o amor, compreender qual sua participação na
formação individualidade da pessoa, em nossa sociedade
contemporânea. Pretende-se especificamente refletir sobre a
participação do amor no desenvolvimento infantil e sua
influencia na formação da personalidade. Este artigo foi
desenvolvido a partir da revisão de alguns autores da
psicologia e da etologia, utilizando a pesquisa bibliográfica
como método. Assim, foi possível observar que diferentes
autores ressaltam a importância do amor na constituição da
pessoa humana e que ele participa ativamente do nascimento
ontogênico do ser. Com isso, concluiu-se que ligação afetiva
forte, estabelecida no início do desenvolvimento da espécie
humana entre dois ou mais indivíduos, é sua fonte de vida
individual e social. Tais constatações nos deixaram
entusiasmadas e motivadas a prosseguir no caminho da
compreensão da essência do amor, pois percebemos de forma
mais clara sua importância na formação e desenvolvimento da
pessoa. Contudo, ainda estamos muito longe de desvendar os
mistérios do amor, pois sabemos que ele é muito complexo,
subjetivo e possui inúmeras vertentes, dimensões e tipologias.
Por isso, podemos dizer apenas que demos inicio a sua
revelação.
Palavras-chave:
humanismo
amor,
formação
da
pessoa
humana,
Resumen
El objetivo de este artículo es hacer una reflexión sobre la
participación del amor en la formación de la persona humana,
buscando conocer e indicar los principales aspectos que
1
[email protected]
65
A. L. N. Braz
configuran el amor, comprender cuál es su participación en la
formación individual de la persona en la sociedad
contemporánea. Se pretende reflexionar específicamente sobre
la participación del amor en el desarrollo infantil y su influencia
en la formación de la personalidad. Este artículo fue
desarrollado a partir de la revisión de algunos autores de la
psicología y de la etología utilizando la investigación
bibliográfica como método. Así, fue posible observar que
diferentes autores resaltan la importancia del amor en la
constitución de la persona humana y que él participa
activamente del nacimiento ontogenético del ser. Con ello, se
concluye que una fuerte relación afectiva, establecida en el
inicio del desarrollo de la especie humana entre dos o más
individuos, es su fuente de vida individual y social.
Palabras clave: amor, formación de la persona humana,
humanismo
Introdução
Nosso intuito neste artigo é conhecer e indicar os principais aspectos
que configuram o amor e compreender qual sua participação na formação da
pessoa
humana,
em
nossa
sociedade
contemporânea.
Pretende-se
especificamente refletir sobre a participação do amor no desenvolvimento
infantil e sua influencia na formação da personalidade. Este artigo foi
desenvolvido a partir da revisão de alguns autores da psicologia e da etologia
como Edgar Morin, Bowlby, Cabada, Erik Erikson, Melaine Klein, René Spitz,
entre outros, e pretende contribuir para o aprofundamento do debate sobre este
tema.
Amor e a formação da pessoa humana
A evolução da espécie humana, segundo Morin (1979), Maturana (1998)
e Montagú (1969), está diretamente ligada ao desenvolvimento, especialização
e complexificação do cérebro, processo este fundamental para o salto
qualitativo da espécie.
Este processo provocou o direcionamento das energias básicas para a
evolução cerebral e suas consequências (perda de algumas defesas primárias,
66
Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91
como garras e dentes afiados). Os recém-nascidos se tornaram mais
dependentes dos adultos, principalmente, das mães. Houve, paralelamente, o
aumento da capacidade de cognição e inteligência. Mesmo com alguns
instintos de defesa desativados, a espécie continuou crescendo, pois com a
inteligência as redes de interações evoluíram propiciando a formação de
grupos próximos coesos efetivando o sistema social da espécie Homo Sapiens.
Dessa forma, a fragilidade inicial da espécie humana, sobretudo, na
primeira infância, além do papel do amor nesta fase tão fundamental de
crescimento, vai ser o foco central neste artigo.
Baseando-se ainda nessa fragilidade inicial (ausência de especialidades
e dependência total do adulto) que o bebê foi adquirindo ao longo da escala
evolutiva, afirmamos que a presença de um outro ser (sua proteção, cuidado,
carinho, ternura e amor), forneceu condição para o progresso. A espécie
humana teve como característica fundamental de sobrevivência a presença
ativa, afetiva e cuidadosa de uma outra pessoa, o que equivale dizer que todos
nós dependemos das relações com o outro para evoluir.
Estudos sobre a evolução do Homo Sapiens começaram a ter a atenção,
não só do etólogos, mas de médicos, psicólogos, sociólogos e antropólogos.
Um importante antropólogo de uma corrente da antropologia filosófica, afirma
que o bebê humano, logo após o parto, é extremamente imperfeito, podendose até dizer que ele nasce de forma pré-matura, ou seja, como se estivesse
apenas com sete meses, necessitando terminar seu desenvolvimento de forma
extrauterina. Logo, precisa de cuidados extremos, visto que, ao nascer o
homem apresenta estruturas nervosas, imunológicas e enzimáticas imaturas,
assim como ausência de dispositivos de integração entre o organismo com o
mundo ao seu redor, fazendo com que seja bastante frágil e dependente.
Neste sentido, a relação de amor estabelecida com a mãe, ou adulto
cuidador, no primeiro ano de vida extrauterina, é muito importante para o
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A. L. N. Braz
progresso biológico, fisiológico e psicológico da espécie humana, pois a
formação desse novo ser deve ser completa, a partir dessas relações. A
relação interpessoal da mãe com essa criança ganha muita importância na
constituição de sua estruturação interna. Portanto, o ser humano chega a sua
formação, enquanto indivíduo biológico, psicológico e social através das
relações estabelecidas com as pessoas mais ligadas a ele, geralmente, a mãe
e o pai. A especificação ou estruturação interna do bebê também acontece em
função dos processos de cuidado da mãe, envolvendo o respeito pelas
necessidades básicas de alimento, segurança, aceitação, afeto e amor. Sendo
assim, o desenvolvimento de uma personalidade sadia é resultado, como já foi
dito, do cuidado amoroso proporcionado por um ser que se preocupa e que
gosta de um outro.
Segundo Cabada (1998), a mãe, quando estabelece tais vínculos com
seus filhos, ao longo do primeiro ano de vida, possibilita o nascimento
ontológico deles, ou seja, dá origem à existência interna e psicológica de seu
filho. Por essa ótica, pode-se dizer que a pessoa que cuida é considerada a
chave que propicia o início da vida psicológica e pessoal deste ser.
O comportamento de proteção à prole, como já dissemos, foi se
aperfeiçoando, no decorrer de nossa evolução, e tornou-se fundamental. Os
adultos, em especial as mães, aprimoraram os cuidados com seus
dependentes e, assim, propiciaram-lhes o aumento da sobrevivência e
evolução.
Tal comportamento evolutivo, segundo Bowlby (1984), que acompanha
os seres humanos desde o nascimento até a morte é caracterizado pela
necessidade de ligação intensa e persistente, essa conduta tem uma ordem
clara de preferência e um forte envolvimento emocional, responsável pela
criação dos vínculos afetivos. A propensão que o homem tem para estabelecer
vínculos de cuidado, atenção e afeto, ou qualquer outra atitude que resulte
numa proximidade, foi denominada pelo autor de “comportamento de apego”.
68
Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91
Bowlby (1984) acredita que esse comportamento de apego é
fundamental para o desenvolvimento saudável da criança, principalmente nos
três primeiros anos de vida, fase em que o desenvolvimento neurofisiológico
está se completando. Essa posição é fortalecida por inúmeras pesquisas, que
certificam que até os três anos acontece a formação básica do cérebro,
chegando ao final desta idade com o volume do cérebro de um adulto,
portanto, quase 90% do desenvolvimento deste órgão se dá até os três anos.
No primeiro ano de vida 60%, ou dois terços do crescimento cerebral já está
completo. Com base nestes dados pode-se dizer que, em tal momento da vida,
o “comportamento de apego”, voltado a uma figura preferida e constante, é
preponderante para que processo de evolução e amadurecimento da pessoa
se efetue de maneira equilibrada e positiva.
Para Bowlby (1984) o “comportamento de apego” é constantemente
ativado até os três primeiros anos de vida, depois disso não é mais com a
mesma frequência. Neste período acontece a base da estruturação interna do
indivíduo, é quando a criança vai formar sua história, formar seu Eu. Por meio
da relação criada com a mãe, ela vai desenvolvendo sua capacidade
linguística, seus comportamentos, seu amor e ternura. Tais experiências irão
constituir os elementos essenciais para a formação da estrutura do self.
Assim, para Montagú (1981), a capacidade de amar está enraizada na
biologia do nosso ser, no nosso sangue e no cérebro. Bowlby (1984) diz que
essa capacidade de apego é inata, por meio dela, a espécie humana se
manteve e a socialização aconteceu. É um estado complexo que inclui
processos corporais e metabólicos associados aos sentimentos e desejos do
ser humano. Além disso, é um sentimento que persiste por toda a vida, sendo
necessário também para a manutenção do equilíbrio emocional.
Bowlby (1984) defende a ideia de que existem três estilos de apego
interferindo diretamente no crescimento do bebê e em sua estruturação interna.
São eles: apego seguro, apego ansioso ambivalente e apego ansioso com
69
A. L. N. Braz
evitação. Cada um deles tem características e consequências específicas:
a) O apego seguro surge no bebê quando a mãe está imediatamente
disponível, é sensível aos sinais da criança, está sempre atenta às
necessidades manifestadas por ela, apresentando respostas amáveis e
confiáveis. Quando a mãe estabelece essa relação de cuidado, a criança, ao
crescer, mostra-se exploradora do ambiente, confiante, segura, cooperativa,
prestativa, amorosa para com outras pessoas.
b) O apego ansioso ambivalente evolui no bebê quando os pais se
mostram prestativos e disponíveis em apenas algumas ocasiões, sendo que
esta disponibilidade não se relaciona diretamente com as necessidades do
filho, mas com as suas próprias. Nesses casos, a criança tende a apresentar
grande medo da separação. Em geral, ela se apega a um dos pais e fica
hesitante quando sai para explorar o mundo, por medo de ser abandonada.
Com isso, a criança passa a não saber em quem, ou onde confiar, cresce de
forma insegura. Por não confiar em si mesmo, mostra-se pouco exploradora,
competitiva, indolente e pouco afetiva.
c) O apego ansioso com evitação ocorre quando os pais se apresentam
distantes e mostram, com frequência, rejeição pelo bebê. Em geral, as crianças
crescem inseguras, ansiosas, com baixo limiar para a manifestação de
qualquer comportamento de ligação ou apego.
Como foi possível perceber, cada estilo de apego tende a gerar algumas
consequências específicas no comportamento das crianças ao longo de toda
sua vida.
Bowlby (1984) ressalta que, sendo a primeira infância a fase mais rica e
sensível na vida do ser humano, as relações de apego estabelecidas nesta
etapa são fundamentais para o desenvolvimento da capacidade de construir
vínculos seguros, assim como para a sua segurança interna. Se, nesse
70
Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91
momento, a criança não sentir que pode confiar em alguém, se não houver um
apego seguro, haverá, provavelmente, um comprometimento da sua estrutura
interna, gerando, no futuro, dificuldades afetivas em qualquer tipo de
relacionamento interpessoal que venha a ser estabelecido.
Bowlby (1984) acredita que mães estimulantes, assim como os pais, que
mostrem atenção, apoio, cooperação e afeto, certamente, servirão de
referência ou modelo de comportamentos e relacionamentos futuros positivos.
Se derem ao filho confiança para explorar seu ambiente, criando assim uma
maior segurança em si mesmo, um senso de competência e estima elevada de
forma equilibrada, proporcionarão condições bastante favoráveis para a
formação da estrutura interna do bebê e, mais tarde, mesmo em circunstâncias
adversas, a criança será capaz de manter-se equilibrada, pois sua base foi
construída em alicerces consistentes, baseados no amor, carinho e confiança.
Ainda com relação aos estudos de Bowlby (1984), o eu (self) do adulto
irá espelhar o que o bebê experienciou, como a vivência de proximidade,
intimidade, afeto com os outros e, mais especificamente, com a mãe, pois a
estrutura interna vai se construindo em virtude desse encontro afetivo, terno e
configurador, com o outro no início da vida. Em outras palavras, esse encontro
recebe o nome de Amor. Ele significa algo não teórico e não abstrato, visto que
é uma vivência, uma experiência real, que acontece da mãe para a criança, ou
seja, de fora para dentro e da criança para a mãe, numa troca intensa vivida
diretamente com o outro. Tal sentimento surge em função da ternura, carinho,
cuidado que a pessoa recebe e, em consequência, aprende a sentir e
reconhecer-se como valiosa, digna e merecedora desse amor, que acontece de
forma gratuita. Ao sentir-se amada, a criança poderá desenvolver toda a sua
capacidade ativa de amar.
Bowlby (1984) deixa muito evidente não acreditar que o ser humano seja
prisioneiro dessas relações estabelecidas com a mãe e pai, pois ele tem sua
participação e responsabilidade nesta díade. A criança não é um agente
71
A. L. N. Braz
passivo desta interação com o outro, pois suas reações “modelam” ou servem
de guia para muitas das respostas dos adultos.
Vale ressaltar, que a importância dos primeiros vínculos estabelecidos
entre a criança e seus pais, também foi defendida por Erik Erikson (1971), que
salientou o valor e importância dos laços afetivos e positivos entre mãe e filho
para o desenvolvimento da confiança, segurança interna e estruturação da
personalidade. Esse estudioso acredita que é por meio do contato íntimo com o
bebê, que a mãe apresenta o mundo externo a ele. Se esse contato ocorrer de
maneira serena, afetiva e amorosa, o bebê será informado de que pode estar
tranquilo e seguro para se desenvolver, pois tem quem o acolha e o defenda de
qualquer problema que venha a enfrentar.
A confiança que a mãe transmite ao bebê, através do cuidado já
mencionado, vai servir de suporte para a afirmação de sua identidade posterior.
É a persistência, continuidade e uniformidade da experiência de confiança
básica que irá proporcionar o sentimento rudimentar de identidade do ego,
possibilitando que enfrente e supere o sentimento de divisão interna e de
abandono com que nasce.
Para
Erikson (1971),
o desenvolvimento
dessa
confiança está
diretamente ligado à uniformidade e continuidade da relação que os adultos
estabelecem com as crianças. Se eles conseguem transmitir a segurança,
conforto e bem estar, irão gerar a possibilidade da criança adquirir confiança
em si mesma e a capacidade de enfrentar as dificuldades para a realização de
seus desejos mais urgentes, ou suportar a não realização imediata dos
mesmos. Porém, a ausência de confiança poderá promover retraimento e até
depressão, desconfiança de si mesmo e dos outros, sentimento de abandono e
dificuldade extrema para lidar com as frustrações.
Segundo o autor, o estabelecimento de padrões duráveis de afeto serve
para solucionar o conflito confiança-desconfiança básica, que é a primeira
72
Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91
tarefa do ego infantil, e o sucesso de tal tarefa estão diretamente ligados à
relação estabelecida com o adulto cuidador.
As mães criam em seus filhos um sentimento de confiança por meio
daquele tipo de tratamento que em sua qualidade combina o cuidado
sensível das necessidades individuais da criança e um firme sentimento
de fidedignidade pessoal dentro do arcabouço do estilo de vida da cultura.
Isso cria na criança a base para um sentimento de identidade que mais
tarde combinará um sentimento de ser aceitável, de ser ela mesma
(Erickson, 1971, p. 229).
Esse sentimento de segurança que a criança vai adquirindo é um dos
responsáveis pela organização e estruturação interior da pessoa, pelo fato de
exercer uma influência muito grande em todo o processo de desenvolvimento
da personalidade, assim como em todos os relacionamentos estabelecidos ao
longo da vida.
Melaine
Klein,
analista
britânica
de
origem
Austríaca,
dando
continuidade a essa ideia, acredita que através da relação íntima que se
estabelece com o filho, a mãe, além de amada, é também o primeiro objeto de
ódio da criança.
A figura materna, ao satisfazer as necessidades básicas de seu filho, é
amada. Entretanto, quando as sensações de fome e de dor aparecem, esta
passa a ser, na mesma proporção, odiada, e o bebê tenta agredi-la. Esses
sentimentos agressivos são despertados na criança no momento em que sente
qualquer desconforto. Isso ocorre porque a mãe é a primeira figura com quem
o bebê fixa seus primeiros relacionamentos. Assim, quando o bebê está
incomodado ou em um estado, extremamente, penoso de dor, é a mãe quem
surge, de forma mais imediata, para livrá-lo desse mal estar, promovendo, ou
não, o retorno ao bem estar, que remete à sensação de confiança, ou
insegurança.
73
A. L. N. Braz
Por ser a mãe a primeira responsável pela preservação da vida, seu
papel, na mente do bebê, é fundamental para o relacionamento com o mundo e
consigo mesmo. Tal função é exercida, geralmente, pela mulher, embora o
homem (como pai), também exerça papel bastante importante na vida
emocional da criança, e irá igualmente influenciar os relacionamentos de amor
estabelecidos posteriormente, ao longo da vida.
O bebê, segundo Klein e Riviere (1970), quando tem suas necessidades
primárias saciadas depois de receber os cuidados de sua mãe, começa a
interagir com ela e, mais tarde, com o mundo, estabelecendo relações positivas
e amorosas. No entanto, quando o bebê sente dor e incômodo, surge o ódio
pela mãe que é considerada responsável pela dor. Consequentemente aparece
o conflito, pois a figura da mãe é dialética, amada e odiada ao mesmo tempo.
Se essa luta persistir por algum tempo e não for bem resolvida, poderá
influenciar de forma maléfica os futuros relacionamentos. Porém, se esse
conflito puder ser vivenciado de forma tranquila pelo bebê, ou melhor dizendo,
se ele sentir que pode amar e odiar sua mãe sem destruí-la e sem se destruir,
o sentimento de amor vai crescendo e se tornará a manifestação das forças
que tendem a preservar a vida.
Klein e Riviere (1970) afirmam que os primeiros vínculos estabelecidos
pelas crianças são fundamentais para seu futuro adulto. “Se a criança não
experimenta dose suficiente de felicidade nos primeiros anos, sua capacidade
de desenvolver uma atitude de esperança, bem como de amor e confiança nas
demais pessoas, há de ver-se perturbada” (p. 171).
Para a autora o vínculo estabelecido entre mãe e bebê, presente logo
após o nascimento, vai evoluindo e transformando-se em amor propriamente
dito. Nesses termos, a mãe não será mais tida como um objeto, mas sim, como
pessoa. O mesmo ocorre com outras pessoas que compõem o mundo do bebê.
Com isso, podemos dizer que a noção do Eu é construída ao longo do
74
Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91
processo de desenvolvimento e é formada por duas partes. Uma diz respeito
às vivências iniciais mais gratificantes, que envolvem as relações de afeto e
ternura, ou seja, experiências iniciais positivas irão formar a parte mais
apreciada, aceita e amada da pessoa. Estas se acumularam em função dos
encontros com as outras pessoas, especificamente, com a mãe. Porém, se a
vivência inicial com os pais for repleta de incompreensão, agressividade e
desatenção, esses sentimentos que serão internalizados, resultarão em figuras
ameaçadoras no interior do bebê, as quais, consequentemente, formarão a
outra parte do mundo interno, a não apreciada e, até mesmo, odiada por si
mesmo. Portanto, o ódio, agressividade, amor e ternura são elementos
preponderantes que compõem a estruturação e formação do Eu. Nesses
termos, o ser humano é formado pelo amor e ódio, noções maniqueístas,
vivenciadas em suas experiências iniciais. Os laços construídos entre o bebê e
seus pais, primeiramente, precisam ser internalizados, isto é, transferidos para
dentro do indivíduo, para, depois disso, ser possível reparti-lo com o mundo
externo.
Se o amor não foi asfixiado pelo ressentimento, pelos agravos ou pelo
ódio, mas foi solidamente firmado na mente, a confiança nos outros e a
convicção na própria bondade são como rochedos que suportam os
embates das circunstâncias. Então, quando a infelicidade se abate, o
indivíduo cujo desenvolvimento processou-se de acordo com essas
diretrizes é capaz de preservar em si mesmo a imagem desses pais bons,
cujo amor constitui auxilio infalível em sua felicidade e pode encontra-lo
novamente nas pessoas estranhas que, em sua mente os substituem
(Klein & Riviere 1970, p. 175).
É importante notar que, para Klein e Riviere (1970), a capacidade de dar
amor está diretamente ligada à de recebê-lo. Com isso se efetivando, a criança
entra em contato com a primeira fonte de bondade e respeito do mundo
externo. Tal relação dá margem ao descobrimento da reciprocidade. O bebê
passa a sentir amor pela mãe. Porém, quando suas necessidades não são
75
A. L. N. Braz
supridas, quando ele sente algum desprazer ou desconforto, quer destruir o
responsável por isso e, a partir daí a voracidade, o ódio, desejos e fantasias de
eliminar sua fonte de amor se afloram.
Nessas condições, vivenciando estados conflitivos de oposições (amor ódio), a criança, depois de ter desejado a destruição, desencadeia o impulso de
reparação, no qual tenta desfazer os danos imaginários que produziu contra
seu objeto de amor: a mãe.
O impulso de reparação faz acalmar o desespero de ter provocado ou
almejado a destruição do ser amado. Nessa fase, o amor do bebê e seu desejo
de reparação, quando vivenciados de forma equilibrada, provocam uma
agradável sensação de bem estar, a qual é projetada a outros objetos além da
mãe, promovendo o início de vinculações grupais e sociais adequadas e
positivas.
Segundo Klein e Riviere (1970), o ato de reparar alarga o alcance do
amor e proporciona à criança aceitar as pessoas das mais diversas formas,
visto que já vivenciou essas situações em seu interior, podendo absorver a
bondade e o perdão existentes no mundo externo.
Se o bebê, em suas experiências, puder experimentar o amor, o ódio e o
impulso
de
reparação,
desenvolvimento
pessoal
será
sem
mais
provável
grandes
que
transtornos,
ele
apresente
dando
origem
um
a
sentimentos de bem estar e prazer para si e nas relações com as outras
pessoas.
Salienta-se que essas relações são importantes e servirão de modelo
para os novos relacionamentos, mas não os determinarão, pois não se trata de
relações causais, ou seja, não são estas experiências causas exclusivas de
problemas ou traumas afetivos que venham a acontecer ao longo da vida da
pessoa, porém elas exercerão papel muito importante para o desenvolvimento
76
Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91
sadio do indivíduo.
Outro autor que estudou o amor na fase inicial da vida é René Spitz. Ele
acredita que, para compreender a evolução da estrutura do eu, é necessário
entender como o amor se manifesta na vida das pessoas, pois “é o afeto que
abre o caminho do desenvolvimento, para a percepção e todas as outras
funções” (Spitz, 1979, p. 87).
Spitz parte do pressuposto de que o ser humano, ao nascer, é uma
totalidade psicológica indiferenciada, isto é, que vem ao mundo equipado com
algumas tendências inatas (anlagem). Assim, as diferentes funções, estruturas
e processos psíquicos vão sendo diferenciados progressivamente, ao longo do
processo de crescimento e maturação. Utilizando essa referência, podemos
entender o desenvolvimento como o surgimento e evolução de funções, formas
e comportamentos que resultam das interações do organismo com o ambiente,
e
maturação
como
o
desdobramento
das
funções
filogeneticamente
desenvolvidas, inatas, que emergem no decorrer do crescimento embrionário,
ou que aparecem após o nascimento, como uma tendência (anlagem)
manifestando-se em outros estágios da vida.
O processo de diferenciação e formação de estruturas psicológicas
depende das tendências próprias de cada ser e de seus vínculos com o meio,
sobretudo, com a mãe, pois esta é o primeiro e forte elo de contato com o
mundo. A reciprocidade com a mãe, juntamente com o clima emocional positivo
e amoroso, é muito importante, porque é dessa troca que a criança passa a ser
capaz de construir sua estrutura psíquica, emocional e cognitiva. A figura da
mãe, portanto, servirá de mediadora entre o mundo externo e interno de seu
filho. Todas as percepções, conhecimentos, emoções e afetos experimentados
pelo bebê serão descobertos por intermédio dela e, a partir disso surgirão a
consciência e a personalidade.
Para Sptiz (1979), os bebês, até os três meses, respondem a algumas
77
A. L. N. Braz
gestalts (configurações) específicas e apresentam respostas filogeneticamente
inatas. Porém, essas respostas só progredirão de maneiras adequadas por
meio de trocas afetivas recíprocas, circulares e contínuas com outro. Nessa
fase, o amor e o afeto ganham um valor e importância muito grandes, maior do
que em qualquer outro período.
De acordo com esse autor, o desenvolvimento de todas as funções
psíquicas está diretamente associado às percepções, às trocas afetivas e
amorosas ocorridas nas vivências dos bebês. É por meio dessas ligações
amorosas vivenciadas que o bebê irá se transformar em um ser humano social.
O estabelecimento da afetividade e a posse de objetos de amor, na
infância do ser humano, são experiências que criam as condições de se dar
vazão a todos os impulsos e tendências que existem dentro de cada um.
Quando há ausência de objetos de amor, os impulsos ficam desprovidos de
alvo e não podem evoluir, voltando-se contra a própria pessoa, único objeto
que percebe existir em sua vivência.
A privação de vínculos interpessoais e objetais de amor, no primeiro ano
de vida, é muito prejudicial para o progresso emocional e psicológico futuro,
pois promove o “estancamento” do crescimento do bebê. É como se a criança
retornasse à fase totalmente apática e embrionária de vida. Em geral, essa
situação provoca a depressão anaclítica (distúrbio decorrente da perda do
objeto de amor no primeiro ano de vida). Se não cuidadas a tempo, as crianças
acabam por sofrer danos irreparáveis em sua estrutura interna e, em casos
mais graves, podem chegar à morte.
Outras consequências da privação afetiva são apontadas de forma
bastante clara por Spitz (1979) quando afirma:
A ausência da mãe equivale à carência emocional ... Isso leva à
deterioração progressiva envolvendo toda a criança. Tal deteriorização
78
Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91
manifesta-se primeiramente por uma interrupção do desenvolvimento
psicológico da criança, iniciam-se então disfunções psicológicas paralelas
a mudanças somáticas. No estágio seguinte, isso acarreta uma
disposição crescente a infecções e finalmente quando a privação
emocional continua no segundo ano de vida, leva a uma taxa
extremamente alta de “mortalidade” (p. 246).
Se ausência afetiva ocorrer após o primeiro ano de vida, as
consequências não são tão fortes, pois boa parte da estruturação do Eu já
aconteceu. Neste caso, a criança já é capaz de utilizar alguns mecanismos de
defesa que adquiriu e elaborou neste primeiro ano de vida, em função do amor
e afeto que recebeu da mãe.
Em síntese, para Sptiz (1979), os vínculos positivos e amorosos
instituídos nas relações objetais na infância são pré-requisitos para o
aprimoramento e funcionamento normal da psique. Salienta-se que são
condições necessárias, mas não suficientes para a organização plena da
personalidade, pois a origem de todas as relações humanas está baseada nos
vínculos estabelecidos entre o bebê e mãe. Os afetos e trocas afetivas têm um
significado central, visto que é por meio dessas relações que se efetivam os
modelos para as trocas interpessoais posteriores.
Ao entrarmos em contato com as principais ideias de Bowlby (1984),
Klein e Riviere (1970), Sptiz (1979) e Erikson (1971), pudemos notar a
importância dada aos vínculos iniciais entre mãe e bebê. Cada autor
desenvolveu conceitos muito semelhantes para explicar a importância do amor
no desenvolvimento do ser humano. Assim, concluímos que, de maneira
simples e até “rudimentar”, todos estes autores apontaram para a importância
fundamental do amor, para a formação integral da personalidade, assim como
para o desenvolvimento de uma vida emocional saudável.
Como visto até aqui, o amor é condição fundamental para o nascimento
79
A. L. N. Braz
ontogenético da pessoa. Ele participa ativamente da evolução e estruturação
do Self, pois é capaz de aproximar a pessoa de sua essência, propiciando o
desenvolvimento de relações sociais, dentre outras coisas. Nesse sentido, o
amor é uma característica própria do ser humano, uma tendência inata da
espécie e um dos responsáveis pelo crescimento e desenvolvimento de todos.
Para se compreender melhor essa tendência inata do homem, é
importante que se possa entender também o que significa a tendência do
humano à vida e ao amor.
O amor e o florescer da tendência à vida
Na
busca
de
uma
compreensão
mais
ampla
do
amor,
e
consequentemente, do homem, faremos um breve retorno aos estudos das
origens da espécie, utilizando uma ótica diferente: da etologia. A base de
referência será a tese de Szent-Gyoergyi (1974), biólogo ganhador de Prêmio
Nobel, que afirma que o Universo está em constante processo de sintropia tendência sempre atuante em direção a uma ordem crescente e a uma
complexidade tanto no nível orgânico como no inorgânico- e de entropia tendência para a desordem ou deteriorização, ou seja, o universo está em
constante construção e deteriorização. Tais processos causam movimentos
contínuos de transformações, envolvendo inúmeros fatores que, interrelacionados, promovem trocas constantes de energia com o ambiente,
originando, em função desses movimentos, novos fenômenos e organismos.
Neste sentido, podemos dizer que a espécie humana é também produto
desse processo, ou seja, é uma parte do universo em movimento. Sendo
assim, na medida em que há nela a tendência sempre atuante para a vida,
complexidade e desenvolvimento, há também, uma propensão para sua
deteriorização. Esse é o processo que mobiliza e constitui todos os indivíduos,
é uma tendência, uma capacidade de autodireção, auto-realização e de
degeneração orgânica, com o passar do tempo. Em todos os organismos há
um movimento constante e inerente no sentido de crescer e se superar, sendo
80
Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91
esta característica que preside todas as funções dos e seres vivos.
Carl Rogers (1982, 1983) também partilha dessa ideia e acrescenta
ainda que essas capacidades, inerentes ao indivíduo, possibilitam o
crescimento contínuo e ininterrupto das suas potencialidades. Esse é um
impulso para se expandir, estender-se, tornar-se autônomo e desenvolver-se o
quanto (e enquanto) for apto biologicamente. Essa tendência auto-realizadora
visa manter e nutrir o organismo até o seu desenvolvimento mais completo e
complexo.
Quer falemos de uma flor ou de um carvalho, de uma minhoca ou de um
belo pássaro de uma maçã ou pessoa, creio que estaremos certos ao
reconhecermos que a vida é um processo ativo e não passivo. Pouco
importa que o estímulo venha de dentro ou de fora, pouco importa que o
ambiente seja favorável ou desfavorável. Em qualquer uma dessas
condições os comportamentos de um organismo estarão voltados para a
sua manutenção, seu crescimento e sua reprodução (Rogers, 1983, p.40).
Rogers (1983), a partir da citação acima, afirma que o indivíduo é capaz
de se dirigir e tratar de maneira produtiva todos os aspectos da vida, desde que
esteja em condições organismicas para tal. A esse processo intenso e
autônomo é dado o nome de auto-atualização ou tendência à vida, que atua
como um processo integrado de relações e trocas intensas com o ambiente.
Vale ressaltar, que essa tendência pode ser facilmente frustrada, mas nunca
destruída, a não ser que se destrua o organismo.
Nessa direção, Rogers e Stevens (1976), afirmam que tal tendência
pode ser perturbada, particularmente, na primeira infância e, sobretudo, se as
condições do meio forem desfavoráveis, no que diz respeito à ausência de
liberdade e ao desamor, resultando em manifestações de agressividade. Nesse
caso, a auto-realização fica impedida de se manifestar. Uma pessoa que não
se sente aceita e nem amada, passa a viver buscando tais sentimentos, está
81
A. L. N. Braz
em constante “luta” para conquistar esse afeto, promovendo um grande
desgaste de sua energia e, assim, o desenvolvimento emocional acaba sendo
prejudicado. Mas, por outro lado, se o ambiente apresentar condições afetivas,
como: aceitação incondicional, amor, liberdade, relações desprovidas de
ameaças, a predisposição à autorrealização tem diversas possibilidades de se
manifestar.
Com isso, de acordo com Rogers (1982), a aceitação incondicional e a
necessidade de receber amor são consideradas forças motrizes e reguladoras
do organismo. Para a criança, o amor e afeto que lhe são dados representam
fontes de grandes satisfações, comportando-se para consegui-los por serem
tão importantes para seu processo de crescimento e evolução.
Como o desenvolvimento da noção do Self se dá através das relações
estabelecidas entre mãe e bebê, que formam o campo experiencial e avaliativo,
e vão representar parte do mundo particular da criança, podemos dizer que é
através do amor (aceitação incondicional) que o Self se desenvolverá.
Erick Fromm (1965) também partilha da ideia de que o homem
apresenta uma tendência inata denominada de Biofilia. Palavra que significa
“amor à vida” é, em suma, uma orientação que se manifesta na pessoa
saudável, uma necessidade do ser humano para se integrar, unir-se com
entidades diferentes e opostas, a fim de se tornar mais complexo e crescer de
forma estrutural. Quando, por qualquer razão, essa tendência falha ou, quando
as condições às quais a pessoa está submetida não são apropriadas, surge um
fenômeno destrutivo e crescente decorrente da não realização dessa
potencialidade primária. Surge a necrofilia. O desejo de transformar o orgânico
em inorgânico é uma característica deste fenômeno e sua máxima realização
está em destruir tudo que seja e esteja vivo. A necrofilia se constitui em uma
orientação para a destruição, para a desintegração e separação de tudo, é a
oposição completa à vida. Trata-se de uma tendência secundária, que surge
quando o indivíduo sente sua vida ameaçada.
82
Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91
Fromm (1983) ressalta que a biofilia é uma predisposição inata e sempre
se desenvolve quando existem condições apropriadas para a vida, ou seja,
quando as necessidades básicas de vida estejam minimamente satisfeitas. Na
medida em que a criança expande a capacidade de expressar seus
comportamentos e sentimentos sem grandes ameaças, a biofilia tende a se
desenvolver sem maiores dificuldades, principalmente, se a mãe ou o adulto
cuidador estabelecer uma relação de cuidado amoroso e verdadeiro.
Não obstante, a falta de amor, atenção e cuidado criam condições de
carência no indivíduo, inibindo o desenvolvimento de atitudes produtivas em
relação ao mundo. Nessas circunstâncias, são ativados os mecanismos
secundários de agressividade e destruição voltados para objetos que, de
alguma forma, negaram o aconchego e carinho necessários para o crescimento
do indivíduo. O desenvolvimento dessa tendência secundária, a necrofilia,
acontece para defender o indivíduo da agressão que o mundo lhe oferece, na
tentativa de salvaguardar a vida, “é uma solução para a vida que se acha em
oposição completa a própria vida” (Fromm, 1965, p. 48).
A biofilia (instinto de viver), como já foi dito, é ativada pelo amor, que
promove, entre os indivíduos e o mundo, relações produtivas. Suas principais
características são a responsabilidade, desvelo, respeito com o outro e
consigo, objetividade nas ações do sujeito, clareza, sinceridade, desejo de
realização, evolução e, além disso, promove o crescimento de forma plena.
O amor, para Fromm, representa o aspecto positivo e produtivo que o
ser humano desenvolve na vida, possibilitando o aperfeiçoamento das
potencialidades básicas existentes na pessoa como atualizar-se e realizar-se.
Não se pode deixar de salientar que o amor à vida é contagiante, por essa
razão é necessário as crianças estarem com pessoas que amem e valorizem a
vida, que sejam afetuosas, cordiais, que tenham respeito por ela enquanto ser
e não enquanto objeto, pois precisam de liberdade para se expandir sem
grandes ameaças.
83
A. L. N. Braz
Considerações finais
A relação inicial do bebê com um adulto cuidador foi considerada, por
autores como Bowlby, Klein, Spitz, fundamental para o desenvolvimento da
criança. É através dessa relação que o bebê irá estabelecer contato com o
mundo e estará formando sua estruturação interna. Assim, o bebê precisa de
atenção constante para a satisfação das necessidades básicas de alimentação,
segurança e afeto, visto que o ser humano tem como propriedade exclusiva da
espécie nascer imaturo, sem recursos naturais para sobreviver, necessitando
do cuidado atento e dedicado de um adulto. Portanto, se experiência inicial for
de afeto, respeito, cuidado, buscando a satisfação das necessidades
fundamentais da criança, será muito maior a possibilidade da constituição de
seres saudáveis, produtivos e capazes de estabelecer vínculos psicológicos e
amorosos. Isso significa que a relação afetiva estabelecida no início da vida é
essencial para a constituição de uma estrutura pessoal interna organizada e
saudável, assim como é o que possibilita o nascimento psicológico da pessoa,
dando origem a sua existência interna.
Ao passo que tal relação se efetiva na primeira infância mãe se torna a
base de referência da criança, que quando se sente amada, é capaz de
desenvolver toda sua capacidade ativa de amar, tendo, assim, mais condições
de desenvolver confiança interna o que poderá elevar sua estima.
Sptiz (1979) também coloca o amor maternal em posição de destaque,
em sua teoria. Essa manifestação do amor é a origem de todas as relações
humanas, pois é por meio dela que se estabelece o modelo para as relações
interpessoais e amorosas posteriores. Por outro lado, devemos ressaltar que o
amor maternal é condição necessária, porém não suficiente para a formação e
desenvolvimento pleno e organizado da psique humana.
Encontramos em Fromm (1971) destacada a importância do amor, que
acontece na relação inicial dos seres humanos, pois é através dele que a
tendência inata do ser humano, a Biofilia (tendência primária de ir sempre em
84
Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91
busca da vida e de sua realização plena), tem condições de acontecer.
Quando, nas primeiras relações, o bebê sentir o cuidado amoroso, verdadeiro e
protetor de um adulto, ele poderá aperfeiçoar suas potencialidades primitivas
de crescer, integrar-se e de preservar a vida. Assim, o amor, na fase inicial da
vida, é elemento fundamental para o desabrochar da biofilia, que promove o
desenvolvimento do aspecto produtivo e positivo do ser humano.
Por outro lado, se não houver relações amorosas consistentes nessa
fase inicial da vida, serão ativados mecanismos secundários de agressividade
e destruição, a necrofilia (atração por tudo que não tem vida). Logo, o bebê se
volta contra os que, de alguma forma, negaram o cuidado, atenção, ternura,
aconchego e carinho que lhe eram devidos. Tal mecanismo nasce na pessoa
como uma defesa das agressões recebidas. Com este elemento ativado, ela
tenta destituir de vida tudo aquilo que se aproxima, tornando suas relações
futuras frias e sem afeto.
A importância do amor na etapa inicial da vida foi ressaltada por uma
pesquisa realizada por Russek e Schwartz (1997) em Harvard. Eles realizaram
um estudo longitudinal, com o início na década de 50, e avaliaram 126 homens
saudáveis que deveriam responder como eram seus relacionamentos e
descrevê-los. As respostas foram classificadas e codificadas como: (1) muito
próxima; (2) calorosa, terna e amiga; (3) tolerante e (4) tensa e fria. Trinta e
cinco anos depois, esses mesmos sujeitos foram analisados, por intermédio de
um histórico médico e psicológico. Os resultados foram espantosos. 100% dos
participantes cujos relacionamentos com os pais foram considerados pouco
calorosos, frios e tensos, tiveram doenças diagnosticadas na meia idade, e
apenas 47% dos que tinham relacionamento considerado muito próximo,
caloroso e íntimo com os pais tiveram doenças diagnosticadas. Os
pesquisadores puderam concluir que: “... a percepção do amor ... pode vir a ser
um preventivo central biopsicossocial, reduzindo o impacto negativo dos
agentes patogênicos e reforçando a função imunológica e a cura” (Russek, &
Schwartz, 1997, p. 149). Essa pesquisa vem reforçar ainda mais a importância
85
A. L. N. Braz
do amor na primeira infância, mostrando ser este um fator preditivo da saúde
da pessoa.
Outra pesquisa, que fortalece a ideia de ser o amor fundamental para o
desenvolvimento interno saudável, foi realizada por Raine, Brennan e Medink
(1994) na Universidade de Los Angeles. Essa pesquisa visava estudar os
comportamentos violentos de adolescentes, para tal, acompanharam 4.269
sujeitos masculinos, nascidos em um mesmo hospital em Copenhagen, durante
dezoito anos. Ao final da mesma, descobriram que o principal fator de risco
para se tornarem criminosos violentos aos 18 anos era a associação de
complicações no parto com separação precoce ou rejeição pela mãe. Tudo isso
nos faz concluir que a violência está diretamente relacionada a um problema
inicial de relacionamento afetivo ou amoroso, que envolve a percepção de falta
ou de deficiência de amor nessa fase.
Esta pesquisa vem ao encontro da ideia de que a possibilidade de dar
amor está diretamente ligada à de recebê-lo, como afirmam Klein e Riviere
(1970). Se a criança sentir o respeito, bondade e ternura do mundo através de
suas relações iniciais, aprenderá a conviver com o sentimento de amor. Porém,
quando a criança é rejeitada e suas necessidades não são satisfeitas surge o
desprazer, a dor que resulta em ódio, fazendo aflorar a agressividade, violência
e o desejo de destruir o que estiver em volta.
É importante ressaltar que a capacidade de amar está presente no
nascimento, mas para florescer exige a maturação da consciência e da
experiência de aceitação, carinho e prazer que surgem através do contato
inicial da criança com um adulto que lhe cuide.
Entretanto, não podemos nos esquecer, que o ser humano para se
desenvolver não necessita apenas do cuidado de um ou mais adultos que
satisfaçam suas necessidades fisiológicas e emocionais. As interações
estabelecidas com a cultura são fundamentais para o desenvolvimento, de
86
Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91
relações interpessoais, habilidades sociais, as quais servirão de referência para
o processo de socialização e para a própria organização dos sistemas sociais
que, segundo Maturana (1998), são sistemas de convivência que se formam a
partir do amor, emoção que constitui o espaço de ações e aceitação do outro
na convivência.
Essas relações, portanto, promovem experiências de troca com o
ambiente e com o grupo, e à medida que essas trocas acontecem, vão
surgindo novas sensações, emoções e cognições, que se traduzem em novas
experiências e referências. Por essa razão, podemos dizer que as vinculações
promovem um complexo processo de transformação e evolução pessoal e
social, que se manifestam ao longo de toda a vida.
Dessa maneira, podemos dizer que quanto mais nos relacionamos, mais
exercitamos nossa capacidade de amar, assim ampliamos a possibilidade de
amar. Ressaltamos o termo exercitar, pois a capacidade de amar é uma
potencialidade que todas as pessoas possuem, porém seu desenvolvimento
depende, prioritariamente, das relações estabelecidas, principalmente, no início
da vida e das interações cooperativas entre as diferentes pessoas que formam
o sistema social de convivência.
Após essas análises sobre a influência do amor nas relações iniciais, é
importante que se faça uma reflexão profunda sobre a maneira como vêm se
estruturando os relacionamentos interpessoais (principalmente entre mães e
bebês), inseridos em nossa sociedade ocidental e capitalista nas últimas
décadas.
Com relação a isso, constatou-se que, desde a revolução industrial, as
relações sociais mudaram muito. A atenção voltou-se para o desenvolvimento
tecnológico, as mulheres passaram a ser requisitadas pelo mercado de
trabalho, e autoridade patriarcal esteve prestes à desintegração, devido à
influência do protestantismo. Recentemente, surgiu o movimento feminista que
87
A. L. N. Braz
exigia a igualdade entre homens e mulheres, provocando a crise da família
nuclear, o desmame precoce dos bebês, relações cada vez mais competitivas
e pouco colaborativas, dentre outros.
Em consequência disso, houve mudanças nas atitudes femininas e
masculinas. As mulheres parecem ter abdicado de algumas de suas funções
mais importantes, por exemplo, amamentar e estabelecer relações de afeto e
amor com sua prole. Vale a pena refletir sobre o afastamento das pessoas, das
famílias e, principalmente, das mães no que diz respeito aos aspectos afetivos.
Esse distanciamento, sem muita organização nem intenção, provavelmente,
prejudicou o desenvolvimento da psique humana.
É importante salientar o alerta de Spitz (1979), quando afirma que
crianças, que tiveram suas relações de amor perturbadas em sua formação,
põem em risco a base da sociedade. Sem vínculos básicos de amor, elas não
organizam adequadamente as estruturas psíquicas, apresentam dificuldades
de integração e, mais tarde, deficiência na capacidade de se relacionar.
Tornam-se pessoas emocionalmente mutiladas e, certamente, incapazes de
compreender, descobrir e partilhar laços repletos de nuances que talvez nunca
tenham experimentado.
Muitas dessas transformações sociais se combinaram, e criaram o
cenário atual onde se percebe uma clara desintegração amorosa e afetiva. Por
conseguinte, estamos vivendo o aumento significativo da delinquência juvenil e
uma crise de violência na sociedade como um todo. É cada vez mais evidente
a falta de vinculações interpessoais, o crescente desinteresse pelo bem estar
do outro e o isolamento cada vez maior dos indivíduos. Nota-se também o
aumento e precocidade no consumo de drogas, a elevação do número de
assassinatos cometidos por adolescentes, que, supostamente, não conseguem
lidar com as frustrações naturais de seu cotidiano.
Portanto, a falta de afeto tem efeitos desastrosos em nosso meio social,
88
Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91
segundo Spitz, pois quando as crianças são:
Privadas do alimento afetivo que lhes era devido, seu único recurso é a
violência. O único caminho que lhes permanece aberto é a destruição de
uma ordem social da qual são vítimas. Crianças sem amor terminarão
como adultos cheios de ódio (Spitz, 1979, p. 263).
Para
nós,
é
assustador
participar
deste
momento
histórico
e
percebermos que, se nada for feito para alimentar nossas crianças de amor e
afeto, o prognóstico não será nada animador. Se desejamos uma sociedade
mais equilibrada, com pessoas integradas e auto-realizadas, é necessário que
haja um pouco mais de dedicação e atenção aos afetos que existem dentro de
cada um. A energia afetiva e amorosa deve ser mobilizada, principalmente nos
primeiros anos de vida, já que motiva o indivíduo para a realização de suas
tendências mais plenas. Acreditamos que essa mobilização poderá contribuir
para uma sociedade mais equilibrada, melhor, mais feliz e menos violenta.
Assim, foi possível observar que diferentes autores ressaltam a
importância do amor na constituição da pessoa humana e que ele participa
ativamente do nascimento ontogênico do ser. Com isso, concluiu-se que
ligação afetiva forte, estabelecida no início do desenvolvimento da espécie
humana entre dois ou mais indivíduos, é sua fonte de vida individual e social.
Tais constatações nos deixaram entusiasmadas e motivadas a prosseguir no
caminho da compreensão da essência do amor, pois percebemos de forma
mais clara sua importância na formação e desenvolvimento da pessoa.
Contudo, ainda estamos muito longe de desvendar os mistérios do amor, pois
sabemos que ele é muito complexo, subjetivo e possui inúmeras vertentes,
dimensões e tipologias. Por isso, podemos dizer apenas que demos inicio a
sua revelação.
89
A. L. N. Braz
Referências
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Fontes.
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Spitz, R. (1979). O primeiro ano de vida. (E. B. Rocha, trad.). São Paulo:
Martins Fontes.
90
Psicología para América Latina (2012), 23, 65-91
Szent-Gyoergyi. A. (1974). Drive in living matter to perfect itself. Synthesis,
Spring.12- 24.
91
Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110
Ampliar o presente da psicologia social:
contribuições de uma sociologia das ausências1
Claudia Mayorga2
Universidade Federal de Minas Gerais
Belo Horizonte, Minas Gerais, Brasil
Resumo
Este texto propõe uma reflexão acerca da situação da
psicologia social na atualidade e possibilidades para o futuro a
partir do referencial da sociologia das ausências (Santos,
2002). A partir de uma concepção de futuro divergente do
paradigma tradicional do conhecimento, buscamos pensá-lo a
partir da ampliação do presente identificando aspectos que têm
ocupado lugares secundários em vários debates da disciplina:
a interdisciplinariedade da psicologia social, as perspectivas
metodológicas de pesquisa-intervenção, os critérios de
avaliação da produção da área a partir dos impactos sociais da
mesma, as produções oriundas de campos periféricos.
Concluímos que se o desejo de controle do futuro tem nos
levado ao desperdício de experiências, ampliar o presente
aparece como possibilidade de rechaço ao império do
pensamento único, o que implica reconhecer a pluralidade de
atores e experiências no cenário da produção, validação e
transformação do pensamento, o que parece apontar para a
democratização das nossas produções, intervenções, por fim,
relações.
Palavras-chave: psicologia social, sociologia das ausências,
democratização.
Resumen
Se reflexiona acerca de la situación de la psicología social en la
actualidad y de las posibilidades para el futuro a partir del
referencial de la sociología de las ausencias (Santos, 2002).
Partiendo de una concepción de futuro distinta de la del
paradigma tradicional de conocimiento, buscamos pensarlo a
partir de la ampliación del presente identificando aspectos que
1
Este artículo se encuentra publicado en la revista Pesquisas e Práticas Psicossociais 7(1),
São João del-Rei, janeiro/junho 2012. Agradecemos a los editores su autorización para
reproducirlo.
2
[email protected]
92
C. Mayorga
han ocupado lugares secundarios en varios debates del área:
la interdisciplinariedad de la psicología social, las perspectivas
metodológicas de la investigación-acción, los criterios de
evaluación de la producción del área partiendo de sus impactos
sociales y las producciones desde campos periféricos.
Concluimos que si el deseo de controlar el futuro nos ha
llevado al desperdicio de las experiencias, ampliar el presente
emerge como posibilidad de rechazo al imperio del
pensamiento único, lo que implica reconocer la pluralidad de
actores y experiencias en el escenario de la producción,
validación y transformación del pensamiento, lo que parece
apuntar hacia la democratización de nuestras producciones,
intervenciones y, en suma, relaciones.
Palabras clave: psicología social, sociología de las ausencias,
democratización.
Sobre as formas de pensar o futuro
O convite para traçarmos os cenários de futuro da psicologia a partir das
instituições científicas e políticas da área nos parece um exercício bastante
instigante e importante3. Primeiro porque consideramos fundamental que essa
reflexão e debate incluam a diversidade de perspectivas e olhares da disciplina;
o que também se relaciona com o fato de podermos conceber o futuro a partir
de pontos de partida variados –sejam eles epistemológicos, políticos ou
institucionais.
Em uma análise clássica do campo da economia, intitulada The Year
2000, Kahn e Wiener (1967, pp. 262-264) definem cenários como a descrição
detalhada de eventos hipotéticos em sequencia que pode levar, de maneira
plausível, a uma situação futura. Desenhando um cenário suficientemente
amplo, poderíamos segundo essa perspectiva, antecipar a evolução dos
eventos e identificar as escolhas necessárias para se trilhar uma determinada
trajetória (Souza & Lamounier, 2006). Este é um termo também bastante
3
Parte dos argumentos deste texto foi apresentada no VI Encontro Nacional da Associação
Brasileira de Ensino em Psicologia (ABEP), que aconteceu em Belo Horizonte/MG, em 2008,
como convite para refletir e debater acerca dos cenários de futuro para a Psicologia a partir do
olhar das entidades de Psicologia, neste caso, a Associação Brasileira de Psicologia Social/
ABRAPSO.
93
Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110
utilizado no campo do planejamento institucional: cenários podem ser “visões
parciais e internamente consistentes de como o mundo será no futuro e que
podem ser escolhidas de modo a limitar o conjunto de circunstâncias que
podem vir a ocorrer” (Porter, 1991, p. 13) ou ainda “ferramenta para ordenar a
percepção sobre ambientes alternativos futuros, nos quais as decisões
pessoais, institucionais ou da organização podem (devem) ser cumpridas”
(Schwartz, 1991, p. 43).
Ora, o que está pressuposto nessas definições é a perspectiva do
paradigma tradicional do conhecimento, levado à sua radicalidade nos campos
da economia e da administração, que concebe e apresenta o pensamento
como metódico, ordenado em início, meio e fim, com finalidade de previsão e
controle do futuro. Tal perspectiva, como sabemos, é um dos pilares do projeto
da ciência moderna, que imbuído de esperança no progresso e bem-estar a ser
alcançado pelo desenvolvimento científico se propôs a dominar e controlar a
natureza e tal proposta tinha como pressuposto, a ideia de que o futuro é
infindável. É impossível compreender a história do Ocidente e também da
democracia, da ciência, da razão, da liberdade, da igualdade, da justiça e do
desenvolvimento social sem fazer referência à ideia de progresso. A
perspectiva de um futuro luminoso promovido pelo desenvolvimento do
conhecimento científico marca as sociedades ocidentais e é importante analisar
quais as consequências desse pensamento, principalmente no que se refere a
um amortecimento das contradições que esse desenvolvimento produziu e
continua produzindo nas nossas sociedades.
Assim, traçar os cenários da psicologia a partir dessa perspectiva seria
conceber a história dessa disciplina como um processo linear, desconsiderando
em grande medida, as rupturas, contradições e tensões; aspectos estes que
nos levam a problematizar a possibilidade de chegada em um futuro prédefinido e controlado. Nessa concepção, não há muitos espaços para o futuro
desejável, para a dimensão das utopias, já que estão sempre marcadas por
impossibilidades metodológicas, pela sua dimensão e intangibilidade no
94
C. Mayorga
presente, ou como nos dirá Cunha (2007) por uma instantaneocracia que
muitas vezes nos leva à ação sem reflexão, acreditando que o futuro será a
mera repetição ou melhoria do que já vivemos. Mas talvez essa seja a utopia
do projeto da modernidade: uma utopia totalitária, da sociedade perfeita, sem
falhas.
No que se refere às desigualdades sociais, por exemplo, encontraremos
uma ênfase numa perspectiva que insiste, como dirá Sousa (2006), em analisar
as mesmas a partir de suas consequências e efeitos, sem atentar para as
razões e causas das mesmas, limitando-se à abordagem da ponta do iceberg,
acreditando ou fazendo acreditar que está tomando os problemas como um
todo. Tal ênfase caracteriza uma miopia recorrente nas análises acerca da
sociedade que leva, frequentemente, a uma visão acrítica da realidade e a uma
naturalização das desigualdades sociais.
Assim, a concepção de futuro com base no que Santos (2002) chamou
de monocultura do tempo linear, terá consequências marcantes para nossas
sociedades. A monocultura do tempo linear definida como uma das lógicas da
razão moderna, chamada por Leibniz de razão indolente e utilizada por Santos,
pressupõe que a história tem um sentido único. Tal afirmação nega a
pluralidade e caminha para solidificação e naturalização de posturas
hegemônicas,
promovendo
a
invisibilização
de
conflitos,
tratando
desigualdades como simples diferenças naturais e reforçando o que Santos
denomina de ausências: experiências sociais, saberes diversos que ora são
invisibilizados, ora são incluídos ou considerados a partir de relações de
subalternidade; são experiências sociais desperdiçadas, porque ocultadas ou
desacreditadas (Santos, 2002).
Tal concepção baseada na monocultura do tempo linear levou o cientista
político Fukuyama (1992), por exemplo, a anunciar que o capitalismo e a
democracia burguesa representariam o ápice da História da Humanidade. No
polêmico ensaio "O fim da história", Fukuyama sustenta que o século XX seria
95
Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110
o apogeu da civilização, com a desintegração da União Soviética simbolizando
o triunfo da democracia liberal ocidental sobre todos os outros sistemas. A
derrocada do socialismo como alternativa global teria deixado, segundo ele,
apenas um nacionalismo residual, incapaz de aglutinar um projeto para a
humanidade, e o fundamentalismo islâmico. Este, na visão de Fukuyama,
ficaria confinado ao Oriente e aos países periféricos4. A partir dessa
perspectiva,
vemos
que
tal
pensamento
hegemônico
considera
que
experiências não identificadas com a democracia liberal são compreendidas
como atrasadas, subdesenvolvidas, primitivas. Mas como isso se apresenta no
campo da psicologia? Discutiremos tal problema adiante.
Outra consequência importante da monocultura do tempo linear se
refere à ideia de um progresso sem limites o que leva à instauração de um
futuro infinito, porém sempre idêntico ao que traz à luz a indolência da razão
proléptica5, a de supor o futuro e por isso abdicar de pensá-lo. Assim, esta
razão julga que sabe tudo sobre o futuro e, portanto não precisa pensá-lo e “o
concebe como uma superação linear, automática e infinita do presente”
(Santos, 2002, p. 32). Junte-se a isso que a razão moderna se estruturou de tal
maneira que de forma metonímica, tende a compreender o todo das
experiências sociais a partir de uma parte específica –a que se quer difundir de
forma hegemônica, a ponto de eliminar- seja através da deslegitimação,
desautorização, do desprezo, da violência, da negação do conflito - outras
experiências6. Experiências essas, desperdiçadas. Todo o processo e
movimento de crítica à modernidade buscará anunciar e denunciar as
problemáticas existentes nessa concepção linear de tempo e progresso.
Deleuze (1995), por exemplo, admite um tempo múltiplo, caótico e policrônico e
4
A tese do fim da história foi revisto por Fukuyama em artigo para o jornal britânico The
Guardian.
5
Santos (2002) identifica a indolência da razão manifestada de quatro maneiras distintas:
razão impotente (determinismo, realismo), razão arrogante (livre arbítrio, construtivismo), razão
metonímica (a parte tomada pelo todo) e razão proléptica (o domínio do futuro sob a forma do
planejamento da história e do domínio da natureza).
6
Cabe perguntar por que uma razão tão limitada veio a ter tamanha primazia nos últimos
duzentos anos. Para essa discussão, ver Santos (2002).
96
C. Mayorga
enfatiza a existência de vários mundos possíveis em um único mundo. Para
isso, em lugar de uma linha do tempo, Deleuze vê um emaranhado do tempo;
em lugar de um rio do tempo, o autor vê um labirinto do tempo; não mais uma
ordem do tempo, mas uma variação infinita.
Diante disso, questionando o desperdício da experiência e a
naturalização das hierarquias sociais, Santos (2002) vai sugerir que
necessitamos apostar na criatividade epistemológica, que nos leve a inventar
outra racionalidade e na criatividade democrática, que nos leve à ampliação e
reconfiguração permanente do espaço público. Para tanto, o autor sugere a
necessidade de realização de dois movimentos principais: ampliação do
presente –através de uma sociologia das ausências e a redução do futuroatravés da sociologia das emergências.
Buscaremos, a seguir, pensar o futuro da psicologia a partir da
ampliação do presente no campo da psicologia social, isto é, como dito
anteriormente, buscaremos identificar pontos desta disciplina que, por diversos
motivos, ocupam lugares secundários em vários debates da área. Para tanto, é
fundamental um exercício de auto-reflexividade da própria psicologia social e
da associação que no Brasil, há mais de 25 anos, vem buscando possibilitar
canais de debate e ação no campo da psicologia social: a Associação
Brasileira de Psicologia Social (ABRAPSO). Tomar a nós mesmos como objeto
da reflexão pode possibilitar um posicionamento distinto da ilusão ideológica
(Montero, 1994) de que o futuro é a consequência direta e não crítica do que
vivemos no presente.
Para realizar tal tarefa, identificamos quatro ausências traduzidas aqui
como ocultamentos ou experiências desacreditadas, recorrentes em nossa
disciplina. Acreditamos que explicitá-las, pode contribuir para se pensar e fazer
o futuro da psicologia e da psicologia social que não são nada certos nem
previsíveis. Contudo, é preciso, segundo Santos (2002), substituir o vazio do
futuro fruto da perspectiva do tempo linear, por um futuro de possibilidades
97
Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110
plurais e concretas –ao mesmo tempo utópicas e realistas– construídas no
presente, através das atividades de cuidado.
Assim,
os
ocultamentos
ou
experiências
desacreditadas
que
trabalharemos a seguir são identificadas como: a interdisciplinariedade da
psicologia social, as perspectivas metodológicas de pesquisa-intervenção como
formas legítimas de construção do conhecimento, os critérios de avaliação da
produção em psicologia social a partir dos impactos sociais da mesma, as
produções em psicologia social oriundas de campos periféricos no Brasil.
Pensamos que dessa maneira, poderíamos contribuir para a construção
dos cenários de futuro da psicologia, futuro que interessa a todos e a cada um
de nós – é importante que reconheçamos a pluralidade das experiências
sociais, para a partir daí, construirmos as nossas expectativas sociais para o
futuro.
Identificando algumas ausências da psicologia social: ampliando o
presente
A interdisciplinariedade da psicologia social
O debate acerca das origens psicológicas e sociológicas da psicologia
social vem sendo realizado recentemente por alguns autores da área no Brasil
(Sass, 2007; Jacó-Vilela, 2007; Arantes, 2005) e fora do Brasil (Farr, 1996;
Estramiana, 1995). As discussões sobre se a psicologia social deveria ser uma
especialidade da psicologia acirraram essa discussão nos últimos anos.
Gostaríamos de contribuir com esse debate a partir de um outro caminho
de reflexão, mas estreitamente relacionado com o apresentado anteriormente e
para isso lançamos a questão sobre os diversos sentidos do social da
psicologia social.
respostas
diversas:
Identificados que para essa pergunta encontram-se
o
social
da
psicologia
social
frequentemente
é
compreendido como um lugar ou território; o social da psicologia social, não
98
C. Mayorga
pode ser compreendido sozinho e se refere a um ponto de vista (Crespo,
1995).
Frequentemente nos deparamos, em diversos contextos -como nos
cursos de psicologia, nos debates acadêmicos sobre determinados temas,
quando o psicólogo social é chamado a contribuir- com a ideia de social como
um lugar. O social é frequentemente compreendido como um lugar externo a
cada um de nós, onde vez ou outra vamos pesquisar, conhecer, atuar.
Fazemos pesquisas e intervenções no e sobre o social, que no Brasil,
frequentemente é associado às periferias, aos contextos de grupos
minoritários. Assim, o social é um lugar pra onde posso ir e de onde posso sair.
A partir desse ponto de vista, as concepções teóricas e metodológicas desse
pesquisador ou profissional que entra e sai do social estão ancoradas na
psicologia –o social da psicologia social seria um lugar de atuação do
psicólogo, como poderia ser a clínica, a escola, a empresa. Muitas vezes
estudantes, profissionais, inspirados pela compartimentação do conhecimento
e por perspectivas individualistas, frutos do cientificismo moderno, perguntam
sobre qual nossa linha dentro da psicologia e frequentemente saem muito
frustrados com a resposta: psicologia social; afinal, compartilham de uma ideia
de que o social é um lugar e não um ponto de vista, com concepções teóricas e
metodológicas, com teorias sobre a sociedade e a relação indivíduo-sociedade.
Mas se o que propomos aqui é a realização de uma sociologia das
ausências, o que está sendo negado, ocultado ou desvalorizado nessa
experiência? Resposta: a interdisciplinariedade da psicologia social. Esse
fenômeno poderia ser explicado por alguns elementos: o primeiro deles se
refere ao próprio movimento da psicologia social brasileira e latino-americana
dos anos 60 e 70, que se propunha, a trabalhar com grupos até então
excluídos do campo de pesquisa e intervenção da psicologia social tradicional.
Será essa postura crítica o ponto de partida na fundação da ABRAPSO. Para
trabalhar com os grupos excluídos era necessário romper com o individualismo
metodológico e com a falsa e impossível neutralidade científica característicos
99
Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110
do cientificismo moderno. Assim, outras características como militância,
compromisso político com a transformação e imersão nos contextos das
periferias eram elementos fundamentais do fazer do psicólogo social naquele
momento de crise e de crítica. Mas mais do que isso, era fundamental
reinventar a psicologia –o convite não era o de aplicar a psicologia
(individualista, capitalista, etc.) em contextos de exclusão, mas o de reinventar
a própria psicologia. Sabemos que a partir do final dos anos 80 a psicologia
social brasileira e latino-americana avançaram na construção de um corpo
teórico, conceitual e metodológico próprios, se institucionalizaram e toda a
crítica realizada à psicologia standard teve consequências importantes no
campo psi. Contudo, sabemos que essa perspectiva é frequentemente
desqualificada pelas perspectivas mais duras sobre ciência –e não precisamos
ir para as ciências naturais para encontrarmos esse ponto de vista.
Outro aspecto que pode nos ajudar a compreender uma certa
hegemonia de concepções do social como lugar, é o próprio papel da
psicologia social dentro da psicologia. Sabemos que as formas como se conta
a história de uma disciplina –o que se explicita e o que se nega– não são
ingênuas. Assim, nos deparamos com uma corrente hegemônica na psicologia
que identifica a psicologia social, exclusivamente, como um ramo da psicologia.
Ora, isso se manifesta em diversos níveis: o primeiro deles se refere à negação
das origens interdisciplinares da psicologia social que em grande medida é a
negação da interseção entre psicologia e sociologia –mas também filosofianas origens da disciplina. Tal negação nos levaria a contar a história da
psicologia social vinculada unicamente à história de uma psicologia científica,
sendo pouco abertos para contribuições de relevância como de Mead,
Goffman, Simmel, Oliveira Vianna, Florestán Fernandes para citar alguns, que
contribuíram enormemente na constituição de um pensamento psicossocial
fora e também dentro do Brasil. Contar a história dessa maneira tem levado a
posicionamentos os quais o social da psicologia social se resume ao
compromisso social da disciplina psicologia, identificando a psicologia social
como um campo de aplicação daquela. Esse ocultamento pode trazer
100
C. Mayorga
consequências a nosso ver negativas para a psicologia que em alguns
momentos se apresenta –na academia, na sociedade- como perspectiva
totalizante e pouco crítica.
Outro possível motivo da negação da interdisciplinariedade se deve ao
fato de que a crise da psicologia social, a crítica ao paradigma moderno não
rompeu totalmente com o modelo dualista entre sujeito e mundo, uma das
características mais fortes do cientificismo moderno. Continua bastante
presente no nosso fazer científico a ideia de que sujeito e mundo são entidades
totalmente diferenciadas, o que justificaria disciplinas diferenciadas para lidar
com esses dois objetos: a psicologia e a sociologia. Assim, a radical separação
entre sujeito e mundo presente na modernidade, que constituiu uma certa
hegemonia de um social como um lugar que deve ser conhecido, controlado,
dominado, está fortemente vigente entre nós e segue considerando o indivíduo
como o centro das compreensões do mundo.
Consideramos que fazer pesquisa e intervenção em psicologia social,
não é simplesmente escolher um objeto nesse lugar externo, o social. Subir o
morro, pesquisar sobre meninos e meninas de rua, realizar intervenções junto a
familiares de usuários de drogas, não garante, por si só, uma abordagem
psicossocial. Pode-se muito bem trabalhar com esses grupos acima citados,
mas ter como fundamento psicologias de cunho individualizante, às vezes
patologizante, etc. Assim, o social da psicologia social não é um lugar, mas sim
um ponto de vista, uma forma de analisar a realidade que deve, a nosso ver,
ultrapassar as barreiras da disciplina psicologia, mas sem deixar de dialogar
com a mesma. Negar essa interdisciplinariedade poderá nos levar a um
reducionismo psi. Reconhecer a não totalidade e a incompletude desse saber,
poderá possibilitar diálogos diversos e ampliação das nossas formas de
compreender e atuar na realidade e consequentemente, o futuro das nossas
disciplinas. Desse modo, as fronteiras entre os objetos, antes bem delimitadas,
vão se tornando gradativamente menos definidas e vão dando lugar à ideia de
101
Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110
que estes se entrecruzam em teias complexas –para as quais não podemos
fechar os olhos.
A
pesquisa-intervenção
como
forma
legítima
de
produção
do
conhecimento
A segunda ausência que identificamos no campo da psicologia e
psicologia social se refere mais diretamente a aspectos metodológicos, mas
não exclusivamente a eles. Desde o nascimento da ciência identificamos
debates e embates que revelam/revelaram a preocupação em definir o que é o
conhecimento científico; o mesmo nasce se diferenciando de outros saberes
como o da religião, do senso comum e também o da filosofia, mas desde o
início, essa definição se dará, em grande medida, através do debate acerca do
método.
Perspectivas
racionalistas,
empiristas,
interacionsistas
e
construcionistas e também quantitativistas e qualitativistas se constituem em
tentativas de responder a seguinte pergunta: como conhecer? As respostas
serão variadas, mas será no século XX que uma outra dimensão da produção
do conhecimento ganhará força (uma vez que já estava presente desde o
século XVIII): para quê conhecer? Até onde o conhecimento científico tem nos
levado? A que preço? Aquela esperança do progresso e bem estar para os
quais a ciência nos levaria, teria sido alcançado de fato?
Revisitando a história da psicologia social no Brasil e na América Latina
identificamos que essa preocupação com o “para quê” da ciência, preocupação
de claro cunho ético e político, repercutirá na preocupação com o “como” fazêla. A constatação de que as teorias importadas dos Estados Unidos e Europa
estavam longe
de
alcançar
a
compreensão
e
também propiciar
a
transformação das realidades vivenciadas nos países da América Latina
durante os anos 60 e 70 levou a uma certa efervescência de produção em
psicologia social em estreito diálogo com pensadores de outras disciplinas,
mas não exclusivamente. Fals Borda, Paulo Freire, Martin-Baró, Silvia Lane,
Maritza Montero e muitos outros não exclusivamente do campo da psicologia
marcaram o momento da crise da psicologia social na América Latina e no
102
C. Mayorga
Brasil que não era somente uma crise epistemológica e teórica, mas
fundamentalmente uma crise política. Assim, a psicologia social na América
Latina nasce de uma dupla insatisfação: com o modelo teórico metodológico
desenvolvido pela psicologia social até aquele momento, predominante,
modelo experimentalista que colocava o pesquisador numa falsa posição
objetiva e neutra e a insatisfação com as situações sociais do entorno: os
governos autoritários, as péssimas condições de vida de grandes grupos da
população, seus sofrimentos, problemas e a necessidade urgente de promover
mudança social (Mayorga, 2007).
Pesquisa-ação, pesquisa-participante, observação-participante foram
algumas das proposições metodológicas centrais nesse momento. Todas, em
níveis diferenciados, partem do pressuposto de que conhecer é interagir e é
esta dimensão que é constantemente desqualificada em muitos espaços de
produção em psicologia e psicologia social, mas também junto a outras
disciplinas. Identificamos a recusa de uma reflexão sobre a relação entre
ciência e política como postura hegemônica dentro dos cenários da produção
acadêmica que raramente inclui em suas análises o próprio processo de
produção do conhecimento; sabemos que historicamente a ciência se
caracterizou como instrumento e prática de controle, disciplina e patologização
de experiências diversas e consideramos que as propostas de pesquisaintervenção têm buscado colocar esse ponto como central em suas análises. A
pesquisa-intervenção nos traz questões e desafios que estão sendo
pesquisados e teorizados e esse é um exercício necessário, mas muitas vezes
invisibilizado ou desqualificado tanto internamente quanto externamente ao
campo psi.
As perspectivas de pesquisa-intervenção, como dito anteriormente,
partem da análise da interação entre sujeitos como ponto crucial e se
manifestam tanto no caráter dialógico e participativo nos processos de
produção de conhecimento sobre e com sujeitos, grupos e instituições
investigados quanto na possibilidade de discussão e debate acerca dos
103
Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110
resultados com os mesmos. O que constatamos muitas vezes, é que
pesquisas-intervenções, são realizadas preferencialmente nas universidades
junto aos programas de extensão e não de pesquisa e sabe-se que
institucionalmente, o eixo da extensão é frequentemente avaliado como menos
acadêmico do que o da pesquisa. Fechar os olhos para essa dimensão é, a
nosso ver, continuar insistindo na objetividade do conhecimento como
distanciamento, no objetivo do mesmo como sendo o controle.
Não gostaríamos aqui de negar a importância de trabalhar com
perspectivas metodológicas multivariadas. Contudo, essa reflexão coloca em
pauta uma vez mais, o abismo entre teoria e prática que resulta, em parte, de
uma supervalorização de conhecimentos construídos no sistema socialmente
reconhecido de instituições acadêmicas e dificuldade de se problematizar de
maneira crítica a relação com os valores e decisões tomadas em contextos
socioculturais distintos (Rozemberg, 2007).
Avaliação da produção da psicologia social a partir dos seus impactos
sociais
A terceira experiência em certa medida desacreditada e identificada no
nosso exercício iniciante de ampliação do presente se refere aos critérios
utilizados para avaliar o conhecimento produzido em psicologia e psicologia
social e este ponto tem interseções com a discussão que foi feita no item
anterior. Sabemos que instituições de fomento à pesquisa, programas de pósgraduação, instituições científicas da área da psicologia, a Associação Nacional
de Pesquisa e Pós-graduação em Psicologia (ANPEPP) têm se deparado com
intensas discussões sobre a construção dos critérios de avaliação da produção
científica brasileira. A produção dos pesquisadores da área tem sido o grande
parâmetro de avaliação o que me parece bastante razoável até certo ponto. A
grande dificuldade é fazer tal avaliação considerando a relevância deste
conhecimento para a sociedade. Esta não é uma tarefa simples, mas que não
pode ser deixada de lado, porque complexa. Estão em jogo muitos parâmetros:
o que é ser relevante para a sociedade, bem como com que formas vamos
104
C. Mayorga
medir isso. O que não se pode admitir, é que a questão da relevância social ora
seja colocada como impossível de ser considerada, pois é impossível medi-la
devido a diversos motivos financeiros ou referentes à natureza do objeto que
está sendo avaliado (talvez o seja, mas precisamos lançar mão da nossa
criatividade epistemológica!), ora como algo que não nos interessa neste
momento da história, como se esta fosse uma demanda ultrapassada.
Gostaríamos de ressaltar que consideramos a avaliação da produção
científica como fundamental para a qualificação das produções na área e,
portanto não manifestamos aqui uma postura anti-avaliação. Contudo, nos
preocupa que percentuais, números e contas que tendem a ser os parâmetros
das nossas produções, não sejam radicalmente (no sentido de irmos até a
raiz!) problematizados. O que os números nos possibilitam ver? Mas o que eles
não nos permitem visualizar? O quê mais os números poderiam explicitar que
não o fazem? Como estão sendo publicizadas nossas produções, com que
qualidade e, sobretudo, qual o impacto social desta produção? A produção
científica está virando uma grande competição onde talvez tudo valha para
estar entre os altos números? Será que o know how técnico está tornando
dispensável a discussão sobre a ética?
Ora, se por um lado a ciência foi compreendida como um conhecimento
que se constrói contra o senso comum em um processo de ruptura
epistemológica com ele, podendo levar á superação das opiniões, das formas
falsas de conhecimento para tornar possível o conhecimento científico, racional
e válido e consequentemente recusando as orientações para a vida prática
decorrentes do mesmo senso comum; por outro lado, ela foi e vem sendo
compreendida como prática social. Tal perspectiva se baseia numa prática
científica compreendida como prática intersubjetiva, que se justifica “teórica e
sociologicamente pelas consequências que produz na comunidade científica e
na sociedade em geral” (Santos, 1989). Assim, a ciência não está separada da
sociedade em que é produzida e que pretende analisar, o que justifica a
preocupação com a relevância social dos saberes e práticas que estamos
105
Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110
produzindo. Mas para isso, consideramos importante que outros atores
participem do processo de avaliação da produção científica. Não sabemos
como isso pode se concretizar, mas da mesma forma que no campo das
políticas públicas começou-se a lançar mão da participação da população e
diversos setores da sociedade na avaliação da sua implementação por que um
processo com esses mesmos fundamentos não poderia acontecer no campo
da ciência?
Consideramos, portanto, que essa questão como colocada acima, exige
a inclusão de outros atores no debate sobre critérios e formas de avaliação de
nossas produções; atores que possam representar diversos setores da
sociedade. Claro está, que para que isso aconteça, deve-se reconhecer na sua
radicalidade, primeiramente, a não totalidade do conhecimento científico; a
necessidade de estabelecermos relações horizontais com os diversos setores e
saberes da
sociedade
e
por
fim,
muita
criatividade
democrática
e
epistemológica, além de vontade política para que essas ideias virem prática!
Talvez, entre todas as ausências destacadas anteriormente, essa seja a
mais difícil de se enfrentar e reconhecer, mas talvez a que nos faça refletir de
forma mais profunda acerca de uma psicologia e psicologia social edificante.
Produções, saberes e olhares da psicologia social em regiões periféricas
Por fim, no que se refere à diversidade de produção em psicologia
social, não podemos negar que esta é constantemente classificada e avaliada
a partir do pólo sudeste/sul e a partir de outras classificações sócio-geográficas
como urbano/não urbano ou capitais dos estados/interior dos mesmos. Essas
dicotomias, claramente valorativas, onde o não-sudeste, não-sul, não-urbano,
não-grandes centros são classificados, a partir da monocultura do tempo linear,
como experiências atrasadas, não qualificadas que mais cedo ou mais tarde
deverão se encaixar dentro dos parâmetros definidos por aqueles do centro.
Isso demonstra que o projeto de progresso e desenvolvimento da área estão
106
C. Mayorga
em grande medida prescritos e frequentemente não reconhecem experiências
e saberes periféricos como interlocutores legítimos na construção desse futuro.
Não nego de forma alguma que existam iniciativas que busquem
perfurar essas lógicas, mas estas não estão dentro dos marcos das
perspectivas hegemônicas. Essas dicotomias fazem dobradinhas com outras
tantas da modernidade, que na simetria que aponta para uma relação
horizontal, oculta uma relação vertical. Assim, associado com o nãosudeste/sul, não urbano, etc. estão as figuras do atrasado, sem cultura,
primitivo, não racional, não modernizado, não civilizado, significados que são
constantemente
naturalizados.
E
elas
se
reproduzem
nos
contextos
acadêmicos!
Vale a pena pensar que o que está em jogo nessas lógicas de invenção
do Outro é a consolidação de um modelo eurocêntrico de sujeito do
conhecimento e também de racionalidade e normalidade. Assim, o que esse
aspecto denuncia é que continuamos repetindo lógicas coloniais que se
reproduzem nas diversas hierarquias a partir das quais organizamos a
produção do conhecimento no Brasil.
Mas como pensar as experiências e saberes de psicologia e psicologia
social no interior do Brasil: interior de Minas Gerais, região Centro-Oeste,
Região Norte como algo que não se reduza a experiências e saberes que ainda
não alcançaram um certo caminho prescrito de reconhecimento? Pensar o
futuro é pensar formas de reconhecimento dessas experiências que não sejam
através do ocultamento e do descrédito. Sabemos que não é uma tarefa
simples, pois essa reprodução das ausências se encontra em diversos espaços
sociais –na cultura, na literatura, nas formas de lazer, nos meios de
comunicação e na ciência. Muitas vezes o caminho apresentado é o da
ampliação das formas de comunicação entre o centro e as periferias... muitas
vezes traduzidas em formas mais eficazes do modelo do centro chegar até as
periferias e não através de um debate/interação de fato –debate que não abafe
107
Psicología para América Latina (2012), 23, 92-110
os conflitos, não tenha uma visão ingênua acerca das diferenças e procure
identificar o que a periferia pode ser que não simplesmente a ausência do
centro. Mas para que isso possa se concretizar é fundamental reconhecer o
nosso próprio ponto de vista como incompleto; não total.
Para concluir
Apresentamos algumas reflexões sobre o presente da psicologia social.
Consideramos que é importante enfrentar os pontos acima destacados –e
provavelmente existam outros dos quais não tratamos– considerando que o
futuro não consiste na mera continuidade do presente, ou melhor, continuidade
daquilo que reconhecemos como legítimo no presente. Temos constituído
ausências nas nossas diversas interações acadêmicas e institucionais –o
exercício de auto-reflexividade nos mostra isso. Mas se a previsão e desejo de
controle do futuro tem nos levado ao desperdício das experiências, ampliar o
presente aparece como possibilidade de rechaço ao império do pensamento
único –reconhecer a diversidade de atores e experiências no cenário da
produção, validação e transformação do pensamento parece apontar, pelo
menos provisoriamente, para a democratização das nossas produções,
intervenções, por fim, relações. Mas não gostaríamos de repetir aqui, um certo
discurso acerca das diversidades, que defende, com uma intenção, a nosso
ver, pseudo-democrática, uma pluralidade de experiências e saberes sem
reconhecer que entre eles existem tensões, antagonismos e disputas,
frequentemente invisibilizados pela ideologia do pensamento único. E apontar
isso é reconhecer que o conflito é condição de possibilidade para qualquer tipo
de consenso.
108
C. Mayorga
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110
Psicología para América Latina (2012), 23, 111-125
Experiência de liberdade e individualidade nas grandes
cidades: contribuições de Georges Simmel para o debate
contemporâneo
Amana Rocha Mattos1
Universidade Federal do Rio de Janeiro
Rio de Janeiro,Brasil
Resumo
O presente trabalho discute o importante texto de Georges
Simmel As grandes cidades e a vida do espírito, escrito em
1903, trazendo seus pontos principais para pensar a
experiência de liberdade no espaço urbano nos dias atuais.
Desde sua publicação, esse texto se tornou uma referência na
área das ciências sociais para o estudo da modernidade, do
individualismo e da produção de subjetividade no cotidiano das
metrópoles. Entendendo que esses assuntos constituem a
base para a discussão de temas como a liberdade, a
independência e a autonomia – assuntos de importância
central para o campo da psicologia-, nós articulamos os
argumentos de Simmel com essas questões, trazendo também
outros comentadores de seu texto.
Palavras-chave:
individualismo.
liberdade,
metrópoles,
modernidade,
Resumen
El presente trabajo discute el importante texto de Georges
Simmel Las grandes ciudades y la vida del espíritu, escrito en
1903, refiriendo sus puntos principales para pensar la
experiencia de libertad en el espacio urbano en los días
actuales. Desde su publicación, ese texto se hizo una
referencia en el área de las ciencias sociales para el estudio de
la modernidad, del individualismo y de la producción de
subjetividad en lo cotidiano de las metrópolis. Entendiendo que
esos asuntos constituyen la base para la discusión de temas
como la libertad, la independencia y la autonomía –asuntos de
importancia central para el campo de la psicología-, se articulan
1
[email protected]
111
A. R. Mattos
los argumentos de Simmel con estas cuestiones y otros
comentarios de su texto.
Palabras
clave:
individualismo.
libertad,
metrópolis,
modernidad,
Abstract
The present work discusses the important text by Georges
Simmel The metropolis and the mental life, written in 1903,
bringing its main points to discuss the experience of freedom in
the urban space nowadays. Since it was published, this text
became a reference in social sciences for the study of
Modernity, the individualism and the kind of subjectivity that
was being produced in the day-to-day life of the metropolis.
Understanding that these themes constitute the ground for the
discussion on the subjects as freedom, independence and
autonomy –subjects of central importance for the field of
Psychology-, we articulate Simmel’s arguments with these
questions, using also other authors that comment Simmel’s
text.
Key words: freedom, metropolis, modernity, individualism.
Introdução
A ideia de “liberdade” é, no mundo ocidental contemporâneo, uma noção
central para indivíduos e países. As discussões acerca do tema mobilizam
pessoas,
grupos
e
a
sociedade
como
um todo,
orientam práticas
governamentais e pautam as relações internacionais. Para a democracia, a
liberdade é um valor fundamental.
Como condição para a convivência democrática e pacífica entre os
sujeitos, a liberdade aparece como um valor importante na cidade. Entretanto,
seu exercício é difícil e muitas vezes gerador de conflitos, angústia e mal-estar
entre os sujeitos que se veem às voltas com as constantes negociações de
limites implicadas na convivência humana. Para os sujeitos contemporâneos, a
liberdade configura-se como um termo que aglutina uma série de valores,
expectativas e práticas. Em trabalho anterior (Mattos e Castro, 2008), tomamos
a noção senso-comum de liberdade como uma formação discursiva de nosso
tempo, e investigarmos quais são os seus significados, que condições
112
Psicología para América Latina (2012), 23, 111-125
subjetivantes da contemporaneidade ela exprime, percebendo que em muitos
sentidos ela se afasta das definições políticas e acadêmicas sobre o que vem a
ser “liberdade”. Procuramos investigar de que forma a experiência de liberdade
vem sendo significada e vivida por jovens cariocas, que problemas surgem
desse exercício, de que forma os sujeitos se sentem tocados por esses
problemas. Ao entender a liberdade, a independência e a individualidade, como
formações discursivas da contemporaneidade que assimilam importantes
concepções das teorias democrática, liberal e pragmática, procuramos
identificar os impasses subjetivos e da convivência com o outro, implícitos e
vivenciados na atualidade, entendendo tais impasses como tributários de uma
concepção de mundo liberal e calcada numa economia de mercado.
No presente trabalho, tomamos o texto As grandes cidades e a vida do
espírito de Georg Simmel (2005), escrito em 1903, para refletirmos sobre a
constituição psíquica do indivíduo do início do século XX, habitante das
grandes cidades, que se veem subjetivado pela convivência com estranhos,
pela exigência de autonomia, pelo imperativo da divisão social do trabalho e,
acima de tudo, que se veem envolvidos na promessa moderna de liberdade
individual. Esse texto, de enorme importância para as ciências sociais, propõe
questões muito férteis para o campo da psicologia uma vez que, embora já
tenham se passado 109 anos do momento de sua produção, observamos as
metrópoles contemporâneas com problemas e questões tributárias do projeto
de sociedade moderna. Além disso, o texto descreve com grande sensibilidade
os traços constitutivos da urbanidade e civilidade de 1903 (como a indiferença,
ou “atitude blasée”; a intelectualização das reações, a objetificação dos
vínculos e a onipresença do dinheiro permeando as relações...), o que nos faz
perceber, ao longo de sua leitura, que problemas enfrentados hoje nas grandes
cidades guardam profunda familiaridade com as questões narradas por
Simmel, que tanto lhe chamavam a atenção.
Para complementarmos a discussão do trabalho, traremos textos de
Velho (1995) e Vianna (1999) que se debruçam sobre discussões oriundas do
clássico texto de Simmel, contribuindo com exemplos e explicações que
113
A. R. Mattos
enriquecerão nossa exposição. Nosso propósito é discutir as ideias centrais
desses três textos e articulá-las com o problema da liberdade no mundo atual,
oferecendo um campo teórico mais amplo onde se possam pensar as
implicações subjetivas da valorização da experiência de liberdade na vida dos
indivíduos. Para tanto, gostaríamos de fazer, inicialmente, uma breve
apresentação da questão da liberdade, do valor que esta assume na
modernidade e de como a democracia constitui o palco para o exercício das
liberdades individuais para, em seguida, trazer o texto de Simmel e seus
comentadores.
A liberdade como valor moderno: um breve panorama
Num mundo hierarquizado como o da Idade Média, de posições sociais
bem definidas e relações de poder que se legitimavam pela vontade divina, as
noções de tempo e verdade eram eternizadas, tal como ilustra Tocqueville
(2000 [1840], p. 38), autor francês que viveu na primeira metade do séc. XIX:
“O legislador pretende promulgar leis eternas, os povos e reis só almejam erigir
monumentos seculares e a geração presente se encarrega de poupar às
gerações futuras o trabalho de resolver seu destino”. Com a modernidade, este
cenário social se desmonta, e os papéis a serem desempenhados pelos
cidadãos já não são previamente definidos. No estado moderno, a igualdade
submete todas as classes a uma mesma lei, o que permite um intercâmbio
constante de costumes e valores entre os diferentes grupos sociais. O outro já
não está tão distante e a alteridade se estabelece entre tipos de uma mesma
espécie, a saber, a humanidade.
“Todas as classes se comunicam e se mesclam todos os dias, se imitam e
se invejam; isso sugere ao povo uma porção de ideias, de noções, de
desejos, que ele não teria se as posições sociais fossem fixas e a
sociedade imóvel. Nessas nações, o servidor não se considera jamais
inteiramente estranho aos prazeres e aos trabalhos do amo, o pobre aos
do rico; o homem do campo se esforça para assemelhar-se ao da cidade,
e as províncias à metrópole” (Tocqueville, 2000 [1840], p. 45).
114
Psicología para América Latina (2012), 23, 111-125
Neste corte radical com um passado arcaico e hierarquizado, a
modernidade estabelece um sujeito universal, amplia a relação do indivíduo
com o todo através da ideia de humanidade e torna a filosofia, a ética e a
cidade assuntos que dizem respeito a todos os indivíduos, e não mais a uma
casta ou classe exclusivamente. A esse respeito, Starobinski (1994) afirma que
o século XVIII foi responsável pela invenção do conceito e da experiência de
liberdade. Reunindo, de um lado, o pensamento Iluminista e sua busca por
fundamentar uma lei da Razão, que não subjugasse o homem aos poderes e
caprichos de instâncias mundanas e que lhe desse liberdade para pensar, e,
de outro, a ascensão da burguesia na sociedade europeia inaugurando a
relação livre com o prazer, o crescimento e o trabalho desligados do pecado, o
século XVIII forja a liberdade como algo a ser buscado na relação do homem
com o pensamento, com as artes, com o Estado e com a sociedade. Segundo
o autor:
“No plano político, como no plano moral ou religioso, nada mais parece
justificar a relação arbitrária entre a autoridade e os súditos obedientes.
Como dirá Kant, os homens das Luzes resolveram não mais obedecer a
uma lei externa: querem ser autônomos, submetidos a uma lei que
percebem e reconhecem em si mesmos” (Starobinski, 1994, p. 18).
A ideia de igualdade na modernidade tem papel fundamental na
democratização e laicização da sociedade, tornando cada indivíduo por direito
igual aos demais, isto é, cada um deve obedecer às mesmas leis, tem as
mesmas necessidades e os mesmos direitos que todos os outros. Entretanto, a
experiência da desigualdade econômica e social é vivida intensamente no
cotidiano europeu. Fatores como a industrialização emergente, o surgimento
das grandes cidades e o alargamento do fosso entre pobres e ricos, somados a
uma nova percepção da liberdade, tornam a Europa, e em especial a França,
um caldeirão em ebulição em meados do século XVIII. Segundo Starobinski
(1994), o ataque à liberdade na sociedade francesa estava em toda parte: “nas
insolências dos ricos, na falta de habilidade dos governantes, no recurso ao
115
A. R. Mattos
aparato opressivo do poder. Descobre-se que a extrema liberdade de alguns
atenta contra a liberdade de todos”. (p. 18)
A Revolução Francesa trouxe à cena os conflitos presentes no seio da
sociedade, e seus ideais –igualdade, liberdade e fraternidade– foram o mote
das guerras contra a monarquia, a submissão dos cidadãos à autoridade real,
os privilégios do clero e da nobreza. Sustentando a Revolução, o Iluminismo
fornecia o pensamento sobre os direitos inalienáveis e naturais do homem,
particularmente os direitos à liberdade individual e à propriedade privada.
Segundo Cassirer (1997), foi a filosofia francesa do século XVIII a primeira a
proclamar a doutrina dos direitos inalienáveis (elaborada pelos filósofos
ingleses) com entusiasmo: “E ao proclamá-la dessa maneira, inseriu-a
verdadeiramente na vida política real, conferindo-lhe essa força de choque,
essa potência explosiva que se manifestou nos dias da Revolução Francesa”.
(p. 334)
Ter direitos. E não apenas isso, mas conhecê-los e poder lutar por eles.
Para Voltaire, pensador iluminista francês, tal é o sentido de liberdade: “No
essencial, em sua acepção mais apropriada, a ideia de liberdade coincide com
a dos direitos do homem. O que quer dizer, finalmente, ser livre senão
conhecer os direitos do homem? Pois conhecê-los é defendê-los.” (Voltaire,
citado por Cassirer, 1997, p. 336).
O pensamento Iluminista do século XVIII consolida a importância do
domínio de si, a autonomia do sujeito, e passa a visar o domínio do mundo, da
natureza. A física e a matemática, com a enunciação das Leis da Natureza,
abrem a perspectiva inédita até então de controle e previsão dos fenômenos
naturais. Poder intervir no curso natural das causas e efeitos leva os
pensadores do século XVIII a tomar o conhecimento como o principal
instrumento de ação do homem no mundo, e a técnica daí proveniente como o
caminho para o progresso e o desenvolvimento. “O porvir abre-se para novas
obras de arte, para novos empreendimentos utilitários, para as grandes
116
Psicología para América Latina (2012), 23, 111-125
reformas da ordem humana. Máquinas de tecer, máquinas a vapor, cidades
ideais ou novas dramaturgias” (Starobinski, 1994, p. 233).
É também no século XVIII que se firmam as bases para o individualismo.
A preocupação com as liberdades individuais, com os direitos à propriedade e
ao lucro, a valorização, a partir da consolidação da burguesia no poder, do
trabalho como meio para se atingir a riqueza e do esforço individual como
motor do desenvolvimento são alguns dos fatores que fortaleceram e
estabeleceram o individualismo na modernidade. A construção de uma
dimensão íntima e privada, da experiência do prazer, a vivência da solidão,
bem como a legitimação do sujeito racional na filosofia, que por meio apenas
do pensamento poderia aceder à Verdade, contribuíram de maneira decisiva
para o individualismo, em termos econômicos, psicológicos e sociais, que tem
início nos séculos XVII e XVIII e adquire fôlego no século XIX, quando
movimentos
importantes
como
o
romantismo,
o
desenvolvimento
do
capitalismo e do liberalismo, aliados à Revolução Industrial irão reforçar o
percurso do individualismo na modernidade.
As cidades modernas como espaço privilegiado para o exercício da
liberdade: contribuições de Georg Simmel para pensarmos o sujeito
urbano
Já no primeiro parágrafo de seu texto, Simmel afirma que “Os problemas
mais profundos da vida moderna brotam da pretensão do indivíduo de
preservar a autonomia e a peculiaridade de sua existência frente às
superioridades da sociedade, da herança histórica, da cultura exterior e da
técnica da vida” (Simmel, 2005 [1903], p. 577). Para o autor, que realiza
palestra no ano de 1903, depois transformada em texto, é motivo de reflexão
não apenas a constituição das grandes cidades como espaço privilegiado de
convivência e sociabilidade na passagem dos séculos XIX para XX, como
também entender o homem que vive nessas cidades, seu espírito, seus
sentimentos, sua maneira de agir em um ambiente recente e pouco explorado
na história da humanidade: as metrópoles.
117
A. R. Mattos
Segundo Gilberto Velho, em comentário a esse texto de Simmel, o papel
das cidades no surgimento das mudanças socioculturais que se apresentam
para o indivíduo moderno não é meramente uma função de cenário, como um
“receptáculo passivo”, mas funcionam como “produtora(s) de novas formas de
sociabilidade e interação social”. Esse papel ativo na constituição dos estilos
de vida urbanos se deve, como ressalta o autor, ao papel desempenhado pelo
capitalismo nas mudanças realizadas em todos os setores da vida social pósRevolução Industrial. “Certamente foi uma das maiores transformações na
história da humanidade, e é neste quadro que se desenvolvem as metrópoles
moderno-contemporâneas” (Velho, 1995, p. 228).
A preocupação do sujeito em preservar sua autonomia (ou, podemos ler
aqui, sua liberdade) no intenso meio urbano ocorre, segundo Simmel, como
uma maneira de se proteger de uma série de características que a
sociabilidade urbana lhe impõe: o desenraizamento, o encontro com
incontáveis estranhos diariamente, a exposição constante a estímulos de todos
os tipos, a velocidade, o vai-e-vem das calçadas.
“Assim, o tipo do habitante da cidade grande... cria um órgão protetor
contra o desenraizamento com o qual as correntes e discrepâncias de seu
meio exterior o ameaçam: ele reage não com o ânimo, mas sobretudo
com o entendimento” (Simmel, 2005 [1903], p. 578).
O entendimento aqui seria uma intelectualização das reações dos
indivíduos das grandes cidades, que se defenderiam assim das “coações” da
metrópole. Ao intelectualizar aquilo que chega a si, o sujeito evitaria submeterse a emoções e afetos inconstantes, reagindo de maneira “lógica”, “racional”,
“intelectual” ao que se lhe apresenta.
Vemos aqui como o projeto filosófico da modernidade, de autonomia do
sujeito centrado e racional, repercute nas práticas e nos valores compartilhados
pelos habitantes das cidades grandes, atualizando o estilo de vida urbano.
118
Psicología para América Latina (2012), 23, 111-125
Velho sublinha tal característica das metrópoles, afirmando que essa maneira
de viver nas cidades grandes, encontrável nas metrópoles já no início do
século XX, é “a expressão mais radical dos processos de individualização da
modernidade” (Velho, 1995, p. 232).
Uma das características marcantes da cidade grande –e muito
valorizada por seus habitantes até hoje– é a possibilidade oferecida aos
indivíduos de que eles sejam “livres”, e muito mais livres do que seriam numa
cidade pequena ou no meio rural, por exemplo. Isso ocorre, em grande medida,
porque o estilo de vida urbano tem particularidades que estimulam e preservam
a privacidade e a individualidade de seus habitantes. Uma delas é o exercício
da reserva do sujeito, que evita estabelecer relações muito íntimas com
personagens do seu cotidiano urbano (como vizinhos, colegas de trabalho,
transeuntes, prestadores de serviço com os quais interage etc.). Esse exercício
da reserva, do recolhimento dos sujeitos para seus espaços privados de
circulação, é uma das principais notas características da experiência de
urbanidade inaugurada com as grandes cidades.
A outra particularidade do estilo de vida urbano –intimamente ligada à
primeira– é a indiferença, ou a atitude blasée. “A essência do caráter blasé é o
embotamento frente à distinção das coisas; não no sentido de que elas não
sejam percebidas, como no caso dos parvos, mas sim de tal modo que o
significado e o valor da distinção das coisas e com isso das próprias coisas são
sentidos como nulos.” (Simmel, 2005 [1903], p. 581). Esse fenômeno é descrito
por Simmel como próprio à cidade grande. O autor afirma, inclusive, que ele
deriva de uma defesa fisiológica do indivíduo frente a tantos estímulos variados
que o atingem. Podemos pensar, entretanto, que se trata de uma subjetividade
urbana que está sendo educada, forjada, constituída a partir de condições de
trabalho, de vínculos, de trocas inteiramente novas, e que essa constituição se
dá num outro registro que não o fisiológico –no registro do pensamento.
Talvez por isso mesmo, para marcar esse outro registro distinto do
fisiológico em que se dá a constituição do homem urbano, que o autor
119
A. R. Mattos
Hermano Vianna faça questão de ressaltar o quanto o poeta Fernando Pessoa
distingue-se, em sua obra O Livro do Desassossego, da descrição do indivíduo
blasé ou indiferente de Simmel:
“Em Fernando Pessoa a reação não cessa, sua vida mental continua no
nível de agitação mais intenso. Não se trata mais de um indivíduo que tem
os mesmos limites nervosos daqueles que Simmel pensava encontrar
numa cidade pequena (e que por isso sofriam na transição para uma
cidade grande). Fernando Pessoa coloca em cena outro tipo de indivíduo,
que pode reagir intensamente a vários estímulos ao mesmo tempo,
aceitando o desafio da metrópole e propondo um atalho para o
desenvolvimento de novas culturas subjetivas” (Vianna, 1999, p. 112).
Ora, se tal atitude é possível e nos chega através da arte, certamente
não estamos falando, ao pensarmos o homem urbano, de um efeito fisiológico,
mas sim de um produto, de uma montagem, de uma construção de um novo
tipo
de
pensamento
da
cultura
moderna.
É
justamente
porque
as
características dessa nova “vida do espírito” (reserva, autonomia, indiferença)
são uma produção forjada no contexto social e econômico das grandes
cidades, e não uma modificação das condições fisiológicas dos habitantes do
espaço urbano, que podemos encontrar sujeitos que pensam a cidade e a
habitam de outra maneira, como o faz Pessoa em sua poesia, por exemplo.
Ainda assim, compartilhamos da tese principal de Simmel, de que a
cidade moderna produz e estimula a liberdade, a individualidade e a autonomia
de seus habitantes. E ao fazê-lo, cria códigos de conduta, comportamentos,
estilos de vida que não apenas preservam tais qualidades subjetivas mas
também as tornam possíveis.
Além de tratar dessas modificações subjetivas que se passam no
período em que escreve, Simmel se preocupa também com as possíveis
consequências da valorização das qualidades do homem urbano na
120
Psicología para América Latina (2012), 23, 111-125
convivência no espaço urbano, seja para a vida em comum nas cidades, seja
psicologicamente. O trecho seguinte ilustra com clareza, nas palavras do autor,
essa dualidade, ou o “reverso dessa liberdade”:
“Pois a reserva e indiferença mútuas, as condições espirituais de vida
dos círculos maiores, nunca foram sentidas tão fortemente, no que diz respeito
ao seu resultado para a independência do indivíduo, do que na densa multidão
da cidade grande, porque a estreiteza e proximidade corporal tornam
verdadeiramente explícita a distância espiritual. Decerto é apenas o reverso
dessa liberdade se, sob certas circunstâncias, em nenhum lugar alguém se
sente tão solitário e abandonado como precisamente na multidão da cidade
grande; pois aqui, como sempre, não é de modo algum necessário que a
liberdade do ser humano se reflita em sua vida sentimental como um sentir-se
bem” (Simmel, 2005 [1903], p. 585).
Da perspectiva de Simmel, no início do século XX, a solidão e o
abandono seriam o preço que a liberdade cobraria dos cidadãos pela vida nas
metrópoles. Ou, como ressalta Velho, o anonimato e a fragmentação da
experiência social (Velho, 1995, p. 229). Para os sujeitos, preservar a liberdade
seria um projeto de vida que admitiria a fragmentação das relações,
aumentando a sensação de desfiliação dos sujeitos. Como vimos inicialmente
com Tocqueville, é a igualdade dos sujeitos perante a lei garante, nas cidades
modernas, que assegura a possibilidade de que cada um possa trilhar sua
própria história, traçar seu próprio futuro, e descolar-se da tradição. Por outro
lado, é justamente essa “desorientação” constitutiva das relações sociais que
realça o sentimento de inadequação, de estranhamento, de inconformidade tão
presentes entre os sujeitos modernos2. Como afirma Velho, “Na sociedade
moderna o alto nível de especialização se, por um lado aumenta a aparente
2
Nesse sentido, vale ressaltar a intensa produção literária e filosófica do existencialismo
francês do século XX, que tematizou principalmente a liberdade como experiência inerradicável
do homem moderno e urbano, assim como o seu sentimento correlato de angústia (ou a
“náusea” sartriana), uma vez que a experiência da liberdade é sempre desconcertante, sempre
lançando o homem no vazio da indeterminação.
121
A. R. Mattos
liberdade de escolha, por outro diminui, no mundo do trabalho, o campo
possível de experiências individuais” (Velho, 1995, p. 229).
É importante ressaltar que esse descolamento da vida dos sujeitos de
uma suposta tradição se dá no processo de constituição das cidades, no
projeto de consolidação de uma sociedade moderna. Como ingrediente
principal deste processo, temos a ascensão da economia capitalista e a divisão
social do trabalho, em que a especialização dos trabalhadores desvincula o
homem de uma compreensão e de uma integração mais plena do processo de
produção e do trabalho em geral, tornando o indivíduo especialista em
determinada função pontual, específica. Simmel fala do desenvolvimento, na
cultura moderna, do “espírito objetivo” (Simmel, 2005 [1903], p. 588), isto é, da
importância que a técnica e a especialização adquirem na cidade, em
detrimento dos vínculos pessoais e tradicionais. E se há um ingrediente que
corporifica essa mudança e esse novo “espírito objetivo”, esse ingrediente é o
dinheiro:
“Na medida em que o dinheiro compensa de modo igual toda a
pluralidade das coisas; exprime todas as distinções qualitativas entre elas
mediante distinções do quanto; na medida em que o dinheiro, com sua
ausência de cor e indiferença, se alça a denominador comum de todos os
valores, ele se torna o mais terrível nivelador, ele corrói irremediavelmente
o núcleo das coisas, sua peculiaridade, seu valor específico, sua
incomparabilidade” (Simmel, 2005 [1903], pp. 581-582).
O valor das coisas –e não só das coisas, mas dos serviços, dos
vínculos, das pessoas– ganha, assim, uma medida comum, através da qual se
pode compará-las. Neste cenário, é importante ressaltarmos, a concepção de
liberdade difundida amplamente na sociedade aproxima-se cada vez mais dos
valores
defendidos
pelo
liberalismo
econômico,
como
discutimos
exaustivamente em nosso trabalho anterior (Mattos, 2006). Assim, ao
almejarem a liberdade para si próprios, os sujeitos urbanos agarram-se a
122
Psicología para América Latina (2012), 23, 111-125
valores claramente derivados do vocabulário econômico: desejam a liberdade
de escolha (a se realizar no consumo), a independência pessoal (a se
concretizar em bens materiais e na não-dependência do outro para alcançar
sua estabilidade de vida), a realização pessoal (materializada em bens e
serviços a serem consumidos), etc. Ainda mais importante do que percebermos
a promessa do liberalismo econômico implícita em cada um desses desejos
modernos, é entendermos que essa aparente “evidência” do que deve querer e
buscar um indivíduo para ser feliz tem suas raízes no discurso econômico
vigente, que pretende objetivar as relações a partir de um referencial comum.
Como resume Simmel, “Pois o dinheiro indaga apenas por aquilo que é comum
a todos, o valor de troca, que nivela toda a qualidade e peculiaridade à questão
do mero quanto” (Simmel, 2005 [1903], p. 579).
Considerações finais
Interessou-nos explorar e organizar as ideias apresentadas por Georges
Simmel e seus comentadores acerca da experiência subjetiva do espaço
urbano, dos valores e das relações que aí se praticam e atualizam, sempre
procurando perceber de que maneira o autor, ao falar do início do século
passado, também está falando de problemas que se impõem a nós e a nossas
metrópoles contemporaneamente, dado que ele escreve sobre questões que, a
nosso ver, se acirraram, se exacerbaram e se tornaram mais críticas na
atualidade, estando muito distantes de desaparecer enquanto problemas. Seja
na indiferença vivida ao extremo na dinâmica das cidades, seja na violência
contra os grupos menos favorecidos economicamente, na tolerância sempre
tênue no convívio com a diferença nos espaços públicos ou comuns, ou na
profunda alienação dos indivíduos em seus espaços privados, em todos esses
problemas podemos identificar as temáticas trabalhadas por Georges Simmel
em seu texto de 1903. Cabe a nós pensá-las, a partir da psicologia, com o
auxílio de um referencial teórico que não isole ainda mais os sujeitos em suas
experiências, tantas vezes angustiantes, na cidade, mas que procure entender
o momento atual à luz de discussões mais amplas, no campo da economia, da
sociologia e da história. A nosso ver, o texto de Georges Simmel traz um
importante alerta para os estudos psicológicos: que não devemos tomar como
123
A. R. Mattos
evidente a experiência individual na cidade, sem pensar o contexto em que
essa experiência se consolidou e o percurso que percorreu até os dias atuais.
124
Psicología para América Latina (2012), 23, 111-125
Referências
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UNICAMP.
Mattos, A. (2006). Fazer escolhas, ‘ser você mesmo’, ‘ter personalidade’: um
estudo sobre a experiência de liberdade de jovens cariocas na
contemporaneidade. Dissertação de Mestrado, Universidade Federal do
Rio de Janeiro, Rio de Janeiro.
Mattos, A. & Castro, L. (2008). Ser livre para consumir ou consumir para ser
livre? Psicologia em Revista, 14(1), 151-170.
Simmel, G. (2005 [1903]). As grandes cidades e a vida do espírito. Mana,
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Starobinski, J. (1994). A invenção da liberdade, 1700-1789. São Paulo: Editora
da UNESP.
Tocqueville, A. (2000 [1840]). A democracia na América: sentimentos e
opiniões. Vol. II. São Paulo: Martins Fontes.
Velho, G. (1995). Estilo de vida urbano e modernidade. Estudos Históricos,
8(16: Cultura e História Urbana), 227-234.
Vianna, H. (1999). Ternura e atitude blasé na Lisboa de Pessoa e na Metrópole
de Simmel. In G. Velho (Org.), Antropologia urbana: cultura e sociedade no
Brasil e em Portugal. Rio de Janeiro: Jorge Zahar Ed.
125
Psicología para América Latina (2012), 23, 126-138
La necesidad de una historia-crítica de la psicología en México
y América Latina
Alberto Miranda Gallardo1
Hilda Torres Castro
FES Zaragoza, UNAM
Resumen
Este trabajo discute el rezago teórico y la falta de difusión de
las tendencias teóricas y críticas en América Latina. Se
propone desarrollar una historia crítica como paso previo para
construir una tradición psicológica, tomando en cuenta algunos
trabajos como los de Alberto Merani, la historia crítica de la
psicología en México y la psicología teórica, que son
perspectivas teóricas, creativas y críticas, y que se oponen a la
psicología estándar.
Palabras clave: crítica, teoría, tradición, historia, psicología,
creatividad.
Resumo
Este artigo discute o atraso teórico e falta de divulgação das
tendências teóricas e críticas na América Latina. Propõe-se a
desenvolver uma história crítica como um passo prévio para
construir uma tradição psicológica, considerando alguns
trabalhos como os de Alberto Merani, a história crítica da
psicologia no México e a psicologia teórica, que são
perspectivas teóricas, críticas e criativas, e se opõem a
psicologia padrão.
Palavras-chave: crítica, teoria, tradição, história, psicologia,
criatividade.
Abstract
This paper discusses the theoretical delay and the lack of
diffusion of theoretical and critical trends in Latin America. To
do so, it is intended to develop a critical history as a preceding
step to create a psychological tradition. As a contribution to the
construction of such a history, we propose to take into account
works such as by Alberto Merani, the critical history of
Psychology in Mexico and theoretical psychology, which are
1
[email protected]
126
A. Miranda e H. Torres
views that meet the criteria of being creative and critic
theoretical perspectives, contrary to the standard psychology.
Key words: theory, critical, tradition, history, psychology,
creativity.
Introducción
Todo indica que carecemos en América Latina (AL) de una tradición psicológica
como el conductismo, el cognitivismo, entre otras. Dicha carencia se expresa
en la falta de identidad de la psicología en AL (Molina, 2009) y es producto de
la pasividad con que hemos abordado la disciplina. Hasta ahora, según Alarcón
(1997), sólo dos teóricos y sus aportaciones han sido reconocidos: Rogelio
Díaz-Guerrero, con la teoría histórico-bio-psico-socio-cultural del comportamiento humano (1972); y Rubén Ardila, con la síntesis experimental del
comportamiento (1993).
No obstante, en la última década se han dado a conocer algunas
perspectivas como la psicología social crítica (González, 2004), la psicología
socio-histórica (Bock, Gonçalves & Furtado, 2001), entre otras, y se reconoce
el avance teórico en nuestra región (Alarcón, 1997); pero los trabajos teóricos
regionales no han tenido la difusión e interlocución necesarias, así como el
análisis crítico de sus contribuciones. Proponemos, por tanto, desarrollar una
historia crítica2 de la psicología en AL que contribuya a superar nuestra
pasividad teórica y que dé a conocer trabajos teórico-críticos como paso previo
para trabajar por una tradición psicológica que se inscriba en la línea de la
historia crítica de Alberto Merani (1976) y de la historia de la psicología
realizada en la Universidad Nacional Autónoma de México (particularmente en
la Facultad de Psicología y en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, así
como en lo producido por la Academia de Psicología Teórica en la Facultad de
Estudios Superiores Zaragoza). En contrapartida, la tendencia dominante
busca la solución de problemas sociales (Ardila, 2006), pero sin explicación de
2
La historia crítica requiere de un trabajo teórico conceptual de largo alcance; por lo pronto
referimos la tradición dialéctico crítica que ha empezado a ser desarrollada en, por ejemplo,
Miranda (2009).
127
Psicología para América Latina (2012), 23, 126-138
los fenómenos. Por ello, afirmamos que es necesario asumir propositivamente
el trabajo psicológico para superar el “colonialismo en la psicología”3.
La historia crítica de Merani
El psicólogo argentino tuvo interés por el vínculo filosofía, ciencia y
psicología, inició sus reflexiones en 1964 sobre la psicología de Bergson y
Wallon, y publicó en 1968 temas en los que cuestiona si la psicología es
ciencia. Ese año trató de clarificar su método dialéctico entendido en un sentido
genético, histórico-crítico en Dialéctica en psicología. En 1976 aborda los
fundamentos de la psicología y trata una teoría del conocimiento psicológico.
Su objetivo es desarrollar una antropología concreta. Critica a la psicología a
partir del concepto de ideología y para construir una epistemología estudia la
historia de la psicología en su obra Historia crítica de la psicología. Su principal
mérito radica en proponer una historia crítica de la psicología en AL a partir de
la influencia marxista y de la psicología francesa de Wallon. Además, se
encuentran sus estudios sobre psicología del desarrollo y filosofía de la
psicología.
Con su método histórico crítico juzga los valores de las obras de los
psicólogos contemporáneos dominados por la ideología, entendida como la
falsa conciencia. Al respecto, Merani (1976) dice:
Hasta hoy el historiador de la psicología ha sido hombre de una sola
doctrina: idealista o realista, racionalista o empirista, y, además, por
encima de la doctrina se ha mostrado demasiado orgulloso de una
tradición psicológica, la de su mundo cultural y ha considerado la
psicología como ciencia típicamente anglosajona, como únicamente
germana, o exclusivamente gala. (p. 11)
Por colonialismo en psicología nos referimos al hecho de que los paradigmas o tradiciones
psicológicas, como el conductismo, el psicoanálisis, o el cognitivismo, entre otros, son de
origen anglosajón y a que son escasas las teorías psicológicas producidas en Latinoamérica.
3
128
A. Miranda e H. Torres
La historia ayuda a entender qué tanto está la psicología anclada a la
época o la trasciende, Merani (1976) explica que:
Una historia de la psicología, exige un proceder de investigación especial:
buscar en la unidad del concepto de hombre que se encuentran y
descubrir, cuando trascienden la situación que los suscita, en qué medida
sus consecuencias dejan de ser circunstanciales y apuntan a la
elaboración de una antropología concreta. (pp. 17 y 18)
La psicología ideal es entendida como dialéctica de la complejidad. Los
criterios epistémicos llevan la marca de la filosofía francesa, por lo que los
datos psicológicos no son la calca de lo real, como dirían los materialistas
dialécticos, sino la interpretación del hecho con la visión de la carga teórica con
que se observa lo real. Merani (1976) explica:
El mundo de la ciencia es una construcción lógica con materiales de lo
real; cualquiera sabe que la física es la matematización de la naturaleza y
todo científico de la naturaleza acepta hoy en día que cuando la ciencia
define no son los objetos mismos los definidos, sino que se trata de una
definición operatoria. (p. 21)
El trabajo de Merani (1976) se ha ubicado dentro de un esquema
externalista, donde el contexto social es determinante; por ello afirma que en la
psicología existe “dependencia ideológica” (p. 14). En la línea de reflexión
marxista, no consideró la autonomía relativa de la ciencia. Llegó a un callejón
sin salida al querer desideologizar a la psicología para arribar a la ciencia, con
una visión cientificista de corte althusseriano, siguiendo la tradición de ruptura
epistemológica de Bachelard.
La pretendida superioridad del método dialéctico descansaba sobre la
base de descubrir el carácter tecnocráticamente orientado de la psicología; así,
129
Psicología para América Latina (2012), 23, 126-138
por ejemplo, las limitaciones del conductismo se encuentran en su propósito
central: el control del proceso de producción.
Posturas críticas en la UNAM: Facultad de Psicología, Iztacala y Zaragoza
La historia de la psicología en México
El libro Psicología e historia de Germán Álvarez y Jorge Molina (1981) es
punto de partida de los estudios de historia de la psicología en México, de los
ochenta y parte de los noventa. En la introducción, Serafín Mercado (1981)
destaca su importancia al ser ésta una:
“Aportación genuinamente latinoamericana… representa este desnudarse
y verse en el espejo de la psicología mexicana y latinoamericana, la
indagación crítica de nuestras raíces históricas y plantea el desarrollo de
un análisis crítico de los fundamentos epistemológicos mismos de la
disciplina.” (p. 7)
Molina (1981) se demarca de la historia de corte descriptivo; destaca las
condiciones sociales y económicas como determinantes del tipo de ciencia,
postura que fue criticada como externalista (López, Ochoa, Mondragón &
Velasco, 1989), a partir de la siguiente afirmación de Molina (1981): “para
nosotros la historia de la ciencia es más que la simple descripción de hechos
pasados, implica un análisis de las condiciones sociales y económicas que
condicionan y generan un tipo de ciencia” (p. 10). Pero el esquema que
marcará el derrotero de los posteriores trabajos es una visión de corte
descriptivo, muy claro respecto de los límites de su método: “en este escrito se
describen diferentes momentos y personajes relevantes.... Sabemos que un
análisis histórico es algo más que la descripción que ofrecemos; en posteriores
trabajos trataremos de reparar esta deficiencia.” (pp. 43-44)
Se escudriñan las características de la psicología precolombina, el
periodo de la Conquista, la Modernidad, el juarismo y el positivismo, el inicio de
la enseñanza de la psicología con Chávez, hasta la fundación de la Facultad de
130
A. Miranda e H. Torres
Psicología de la UNAM. Caparros (1980) consideró esta noción de la historia
como de principios de siglo: descriptiva, personalista, centrada en grandes
autores, salvo que se agrega el zeitgeist, el espíritu de su tiempo, donde el
clima intelectual es la causa de las formas de pensar, lo que podría tacharse de
sesgo externalista. Pero esta obra pretende ser también explicativa.
El marco descriptivo de fechas memorables y personajes sería la forma
dominante de hacer historia de la psicología en México. El trabajo de
Valderrama, Colotla, Gallegos y Jurado (1994), Evolución de la psicología en
México, como dijo el Dr. Luis Lara en el prólogo, “representa un esfuerzo
biográfico de aquellos autores que construyeron la infraestructura de la
psicología mexicana moderna”. Presenta la obra y repercusiones de insignes
personajes como: E. A. Chávez, E. O Aragón, Pablo Boder, David Berlanga,
Osvaldo Robles, entre otros.
La obra de Galindo y Vorwerg (1985) es muy clara en sus propósitos: “El
estado actual de la psicología mexicana obedece a condiciones nacionales
específicas y a sus numerosas influencias extranjeras. De ello se deriva una
crisis conceptual que aquí se analiza, al señalar tendencias para desarrollar
una psicología netamente nacional” (p. 29). La psicología transcultural busca
una psicología propia. Los autores afirman: “las raíces de esta preocupación se
remontan a Chávez y a Ramírez, según señala Díaz Guerrero” (p. 32). El
movimiento conductista critica a la psicología tradicional no sólo por sus
insuficiencias científicas, “sino desde el punto de vista de su resonancia social”
(p. 34). Pero, está lejos del universalismo con que debería asumirse una
tendencia tan afín al neopositivismo: “Para los conductistas crear una
psicología „propia‟ significa ante todo, desarrollar programas de modificación de
conducta apropiados para las condiciones de México” (p. 35).
Tienen razón respecto al papel preponderante que tuvo el conductismo
en México, pero lo sobredimensionan al suponer que la Escuela Nacional de
Estudios Profesionales Iztacala tenía las condiciones para aplicar a gran escala
131
Psicología para América Latina (2012), 23, 126-138
el método de modificación de conducta: primero porque dicho método nunca se
aplicó masivamente; segundo, en el periodo de los setenta ya no era el
conductismo, sino el cognitivismo, el paradigma dominante en Norteamérica.
Era protagonista también una perspectiva multidisciplinaria, el marco con que
se forman las dos Escuelas Nacionales de Estudios Profesionales (ahora
Facultades de Estudios Superiores): Iztacala y Zaragoza.
Por último, la crisis conceptual de la psicología que se proponen atender,
nunca aparece en el escrito y tampoco las tendencias para desarrollar una
psicología netamente nacional.
La crítica de la historia de la Psicología en México
López et al. (1989) señalan que “La historia de la psicología en México
es un caldero donde se disputan los honores por dar las primicias sobre los
datos o los sucesos considerados importantes para su construcción” (p. 12). El
grupo encabezado por López, representa uno de los esfuerzos más claros por
asumir una actitud reflexiva y crítica, a partir de un esquema internalismoexternalismo4.
“Sin duda, la historia de la psicología en México, dada la producción de
trabajos historiográficos, demanda un análisis de lo realizado hasta
ahora.... Se pretende entrar al terreno de la historia de la ciencia y sus
múltiples relaciones y usos” (López et al., 1989, p. 12).
En la perspectiva externalista se encuentran: “Jorge Molina, Pablo
Valderrama, Fermín Rivero del Pozo, León y Patiño, Edgard Galindo” (p. 20).
En una línea ecléctica, se ubican Jurado Cárdenas y Germán Álvarez. En la
visión internalista: “consideramos que son Colotla y Gallegos, Díaz-Guerrrero y
El internalismo sostuvo que el proceso de producción y validación del conocimiento está en la
epistemología, a partir de la racionalidad y la lógica. Por otra parte, el externalismo asume que
son las estructuras socioeconómicas, externas al conocimiento, las que determinan dicha
productividad; nace en Londres en 1931 en el Congreso Internacional de Historia de la Ciencia
con la participación de Bujarin y Hessen que lo postulan desde el marxismo al destacar las
condiciones materiales externas a la ciencia.
4
132
A. Miranda e H. Torres
Emilio Ribes los que han continuado con la tradición historiográfica internalista
de la psicología, son herederos de Alcaraz, Robles, Curiel, Calderón, Narváez,
y en esa línea se encuentra Rubén Ardila” (López et al., 1989, p. 26).
A Hessen (1934 [1989]) se le reconoce el paradigma externalista basado
en el marxismo, trabajo que ejerció fuerte influencia sobre J. D. Bernal, quien a
su vez dejó su huella en la concepción de ciencia en AL. No obstante el
economicismo, significó “un avance considerable pues daban una dimensión
social a la ciencia, que por otra parte, tuvo el mérito de ubicarla en la historia”
(Saldaña, 1989, p. 6). Lo importante es que Hessen era muy consciente de los
límites del externalismo, pues para explicar la creatividad de Newton: “no nos
basta el análisis general de las tareas económicas de la época” (Hessen, 1934
[1989], p. 107).
Por otra parte, Molina (1981) negó que existiera determinación de las
condiciones
materiales
hacia
la
ciencia:
“Hemos
insistido
en
el
condicionamiento social de la ciencia, pero… estamos hablando de las
condiciones materiales, no de determinación… el desarrollo científico disfruta
de una independencia relativa respecto de la evolución material de la sociedad”
(p. 11).
Difícilmente se puede negar la existencia del contexto en que un
personaje desarrolla una noción de psicología en México. En la versión de la
historia de la psicología de Valderrama et al. (1994) queda señalado el contexto
en que se desarrolla la labor de un personaje. Por su parte, López (1997) tiene
el mérito de pretender la crítica desde un esquema externalista e internalista,
insostenible hoy, pero era uno de los esquemas dominantes: “La tónica es
respetar los tiempos y los espacios a historiar analizándolos desde una
perspectiva social” (p. 45).
133
Psicología para América Latina (2012), 23, 126-138
Algunas reflexiones sobre la historia de la psicología en México
Necesitamos hacer explícito el marco desde donde se hace la
historiografía con la finalidad de comprender el tipo de enfoque, sus alcances y
limitaciones. La pretendida neutralidad nos hizo creer que en el camino de la
objetividad era suficiente recolectar datos, fechas y personajes. Sabemos que
la ciencia no recolecta datos brutos, sino que los selecciona desde un marco
teórico (Kuhn, 1962 [2007]; Laudan, 1977 [1986]). Un debate sobre las formas
de hacer historia puede ser un buen inicio.
Es conveniente retomar el tema de la historia de la psicología en México,
que se encuentra detenida, salvo por la obra reciente de Álvarez (2011), que es
un buen ejemplo de una revisión crítica. Reiteramos que es necesario hacer
una historia de la psicología en México crítica, reflexiva, que se sume al trabajo
crítico de la psicología en LA.
En el estudio del periodo colonial las ideas modernistas no se registran
(Álvarez & Molina, 1981) y al parecer la influencia temprana de la modernidad
tuvo un papel más importante del que se le reconoce. Así lo indican la
formación de instituciones laicas y los debates públicos, cómo los del
matemático y astrólogo Sigüenza y Góngora, sobre la influencia de los
cometas, contra el jesuita Eusebio Francisco (Trabulse, 2005). Por lo que es
necesario revisar el periodo histórico referido.
Si la enseñanza de la historia de la psicología en México se inicia con un
debate entre el positivismo comteano y el spenceriano, un abordaje desde las
controversias científicas podría dar más luz para entender dicho proceso. Más
aún, una historia de la psicología en México a partir de sus controversias
científicas sería muy interesante y reveladora.
Falta desarrollar la historia de la psicología cognitiva en México y
comprender por qué aparece en forma marginal pese a la importancia de la
134
A. Miranda e H. Torres
obra de uno de los psicólogos más reconocidos: Rogelio Díaz-Guerrero (1972).
El trabajo de historia del cognitivismo de Mercado (2003), nos puede dar pistas.
Aunque es constante la preocupación por la independencia de la psicología, no
es posible una historia de ella ajena a la ciencia y la filosofía; lo que sí es
posible es abordarla reflexivamente y proponer modelos teóricos. Hay una
tarea pendiente: plasmar la historiografía de la psicología en México a partir de
la década de los noventa; pues incluso carecemos de una versión histórica
para la enseñanza de los hitos y el camino de esta ciencia.
La psicología teórica en la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza
(FESZ)
Los antecedentes se iniciaron con la fundación del Taller de Estudios
Históricos y Epistemológicos de la Psicología en 1977. Los seis coloquios
sobre historia de la psicología en la FESZ fueron muestra de nuestro interés.
Fundamos la Academia de Psicología Teórica en 1996 para abordar
reflexivamente la psicología, pero destacando el desarrollo de modelos
teóricos.
La psicología teórica puede ser una alternativa porque trata de entender
el papel de las teorías y criticar los modelos anglosajones. Los psicólogos
tenemos doble tarea: hacer una crítica de la psicología y proponer modelos
hasta crear una nueva tradición psicológica en AL. Queremos romper con la
pasividad teórica, lo que implica asumir una postura a favor del filoneísmo5.
De este modo, los trabajos producidos por este grupo son de índole
teórico-metodológico, y en ellos se destaca el papel de la teoría, la crítica, así
como la propuesta de modelos teóricos. Al respecto, en Miranda y Torres
(2009), se encuentran los trabajos de Torres, un modelo de reflexión; de
Sánchez, un modelo de psicología; de Escotto, un modelo de los procesos
anticipatorios; y de Miranda, un modelo de creatividad teórica, entre otros.
Igualmente, se ha producido una versión más desarrollada del modelo de
Término acuñado por Basave (2010) y significa “rechazo a la imitación, a la búsqueda de lo
nuevo, a la creatividad propia” (p.121).
5
135
Psicología para América Latina (2012), 23, 126-138
reflexión (Torres, 2007), y un modelo de competencia teórica de Miranda
(2009) como forma de explicar el cambio científico y el papel de las
controversias científicas.
Conclusión
Existen trabajos de carácter teórico-crítico dignos de ser considerados,
pero, si hemos abordado pasivamente a la psicología europea y norteamericana, tampoco dichos trabajos teórico-críticos se han dado a conocer. En
resumen: todo forma parte de nuestro “colonialismo psicológico”. La historia
crítica de Merani (1976) es un esfuerzo digno de reconocimiento. La
historiografía de la psicología en México aborda el tema con los métodos
históricos de la época, tanto internalistas como externalistas. No obstante,
surgieron otras versiones. Esperemos que una forma más reflexiva nos permita
arribar a una nueva etapa del desarrollo de la historiografía de la psicología en
México. Por otra parte, los trabajos que hemos desarrollado al respecto de la
psicología teórica, pueden ilustrar claramente que es posible crear modelos
teóricos, además de hacer crítica de los modelos clásicos.
136
A. Miranda e H. Torres
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