La Independencia De Iberoamérica Y La
Creación De Los Nuevos Estados Durante
Las Primeras Décadas Del Siglo XIX
(1808-1830)
José Luis Picciuolo
1.- Finalidad Y Algunos Antecedentes
La finalidad de este trabajo es exponer de qué manera los territorios americanos de España y
Portugal alcanzaron la independencia política, en un proceso que duró varios años. Su detonante fue
la decisión de Napoleón de dominar a Península Ibérica, a partir de fines de 1807.
Reconocen estos antecedentes las influencias anteriores de un ciclo revolucionario que
incluye la independencia de los E.E.U.U. en 1776, la Revolución Francesa a partir de 1789 y la lucha
política entre absolutistas y liberales. Todo ello en el marco del enfrentamiento, a nivel mundial,
entre Francia y Gran Bretaña.
Hemos incluido para nuestro estudio al período entre los años 1808 a 1830, considerando
como hechos históricos importantes: la ocupación del Mariscal Junot de Portugal, la rebelión del
pueblo español a partir del 2 de mayo de 1808 y la muerte de Bolívar, el 17 de diciembre de 1830. La
última fecha señala el fin de la lucha por la independencia iberoamericana y también el surgimiento
de los nuevos estados en el ámbito mundial, dentro de la denominada “Revolución Atlántica”, según
Miguel Artola.
2.- La Invasión Francesa A Portugal Y España. La Guerra Contra Napoleón Desde 1808
España y el Directorio francés firmaron un Tratado de alianza denominado de San Ildefonso
(1796). España rompió hostilidades con Portugal (“Guerra de las Naranjas”), que finalizó con el
Tratado de Badajoz (1801).
En 1804 Carlos IV declaró la guerra a Inglaterra y después de Trafalgar (octubre de 1805),
España acordó con Napoleón la tripartición de Portugal en Fontainebleau (27 de octubre de 1807).
Napoleón ya tenía en mente ocupar Portugal y España, aprovechándose de la conflictiva situación de
la familia real española, la crisis económica por el bloqueo inglés al comercio interoceánico e
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inclusive la mencionada crisis ideológica entre absolutistas y liberales. Cuando el Mariscal Junot
ocupó Portugal, el Regente Príncipe Juan marchó con su Corte y fuerzas militares al Brasil,
transportando unas 10.000 personas en buques ingleses (noviembre 1807). El 17 de marzo de 1808
fue destituido Godoy (motín de Aranjuez) y se produjo la abdicación de Carlos IV a favor de
Fernando. El conflicto padre e hijo terminó, al ser llamados por Napoleón a Bayona, con la renuncia
de Carlos IV a favor de Napoleón, quien luego designó a su hermano José como Rey de España. La
consecuencia fue el 2 de mayo de 1808, la rebelión del pueblo, la formación de juntas populares y
una guerra hasta 1824. En 1809 y 1810, con la perspectiva hispanoamericana de convertirse en
territorios franceses, ingleses y eventualmente portugueses, se concretó el inicio del proceso
independentista. En Hispanoamérica duró no menos de 14 años (1810-1824). En el Brasil fue más
breve. El Príncipe Regente Pedro lideró la independencia, a partir del 7 de septiembre de 1822.
3.- Necesidad De Conocer Las Jurisdicciones Políticas Españolas Y Portuguesas En América
El estudio de la independencia iberoamericana requiere conocer las jurisdicciones virreinales
o divisiones político-administrativas, previas al inicio del proceso. Los territorios españoles estaban
divididos en cuatro virreinatos: Nueva España, creado en 1534, con unos 2.500.000 km2, siendo
estos números una cifra sólo aproximada. Incluía la Capitanía General de Guatemala con la América
Central. La Capitanía General, territorio de menor extensión de un Virreinato, se constituyó por la
importancia estratégica de un determinado sector terrestre y marítimo, como era entonces y aún es
hoy, el ámbito del Mar Caribe. También, en otros casos, por la existencia de un territorio ocupado
por agresivas tribus indígenas como ocurrió con la Araucanía, en Chile.
Otro Virreinato fue el del Perú (1542), con la Capitanía General de Chile, con unos 2.000.000
Km2. El Virreinato de Nueva Granada (actuales Colombia, Ecuador y Venezuela), disponía de unos
2.000.000 km2, siendo también Capitanía General el territorio venezolano, de gran importancia, por
estar situado entre el Caribe y más al sud, con la Guayana y el Brasil.
El último Virreinato fue el del Río de la Plata, creado en 1776 por Carlos III, entre otros
motivos para terminar con las luchas por la Colonia del Sacramento. Era de gran extensión, unos
5.000.000 de km2, abarcando además de la actual Argentina, a Bolivia, el Paraguay, el Uruguay y
algún sector del sud del Brasil.
El conocimiento de estas subdivisiones territoriales ayuda a comprender el desarrollo del
proceso de independencia. Si bien la lucha bélica tuvo lugar, inicialmente, en cada una, las acciones
políticas y militares posteriores transcurrieron en alguna de las otras. Tal el caso de Buenos Aires,
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que con el general San Martín liberó Chile y posteriormente, con una maniobra anfibia, al Perú,
ocupando Lima en 1821.
Lo mismo hizo Bolívar en el territorio de Nueva Granada, con acciones sobre Venezuela, la
capital Bogotá y más tarde el actual Ecuador.
Para el caso del Brasil, recordamos que en 1534 se dividió el entonces territorio limitado al
oeste por el Tratado de Tordesillas, en 14 Capitanías Hereditarias. Tuvieron un gobierno general en
1577, instalado en Bahía. Dos siglos después, en tiempos de José I y el Marqués de Pombal, el Brasil
fue elevado a la categoría de Virreinato, con capital en Río de Janeiro. Como veremos luego, no
hubo entre Portugal y Brasil una guerra similar a lo ocurrido en Hispanoamérica, alcanzando una
época de esplendor, como afirma el Profesor Guilherme de Andrea Frota, en 1808 con la llegada del
Príncipe Regente Juan y su corte. El proceso de expansión ha sido notable, hacia la Amazonia, hacia
el Norte y también al sud, especialmente desde San Pablo, hasta alcanzar una superficie que
comprende unos 8.500.000 km2 actualmente.
4.- El Comienzo De La Guerra Por La Independencia De Hispanoamérica. – Ocupación
Francesa – “Juntistas Y Consejistas”
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Algunos historiadores sostienen con adecuados fundamentos, que la guerra de la
independencia de los hispanoamericanos fue una guerra civil, al menos en su primera etapa.
El Dr. Enrique de Gandía, notable historiador argentino en el siglo XX, afirmaba esta tesis,
considerando que los dos bandos pertenecieron a la nación española. Sus características culturales
básicas eran comunes (aceptando también las particularidades en cada región) y los dos bandos
podían tener hombres y mujeres nacidos en España (“peninsulares”) o en América (criollos). O sea
que hubo diferentes ideologías políticas, que también podían contener ingredientes étnicos,
económicos y sociales, como fue el caso de la Nueva España. (1)
La lucha contra la invasión francesa hizo sentir permanente influencia.
Tal el caso de la creación de las juntas populares, a partir del 2 de mayo de 1808, mientras el
Rey Fernando se encontraba en prisión. El movimiento juntista tuvo gran repercusión y hacia
principios de 1810 podría creerse en Hispanoamérica que el territorio español europeo estaba
perdido. Sólo era excepción Cádiz, Lisboa (defendida por Wellington y un ejército angloportugués) y
algunos focos menores en el norte. Cuando la Junta Central de Sevilla se trasladó a Cádiz y convocó
a reunión de cortes (representantes de instituciones políticas y grupos socialistas importantes), para
el 1º de enero de 1810, resolvió autodisolverse. Nombró un Consejo de Regencia, designación en la
cual no participaron los “juntistas”, razón por la cual se crearon serias dudas sobre su legitimidad.
Ese año de 1810 se dio la característica, en Hispanoamérica, de la creación de varios
gobiernos juntistas: en Caracas el 19 de abril, en Buenos Aires el 25 de mayo, en Bogotá el 20 de
julio, en Nueva España (Méjico) el 16 de septiembre y en Santiago de Chile el 18 de septiembre.
Sólo quedó el Perú, con su Virrey Abascal, partidario realista fervoroso. Luchó política y
militarmente, tratando de neutralizar las juntas de Buenos Aires y Santiago de Chile, como también
lo hizo en el Alto Perú (hoy Bolivia), ante los alzamientos que allí se produjeron en 1809 y en el
Reino de Quito el mismo año.
5.- Virreinato De La Nueva España. Hidalgo, Morelos E Iturbide
Quizás fue este virreinato el primero y más importante del territorio hispanoamericano. La
situación geopolítica particular le dio acceso a los océanos Atlántico y Pacífico. Por lo mismo, un
nexo de unión entre las posesiones de España en Asia y Europa. Nueva España poseía importantes
yacimientos minerales, particularmente oro y plata. La capital, ciudad de Méjico, había sido cabecera
del Imperio Azteca, con unos 200.000 habitantes a principios del siglo XIX (Buenos Aires,
(1) Enrique de Gandía. La Independencia Americana. Editorial Mirasol. Buenos Aires, 1961.
También: Nueva Historia de América. Épocas de libertad y antilibertad desde la Independencia.
Caracas. 1986
apenas 40.000). El Reino totalizaba unos seis millones, con una organización eclesiástica, de nueve
obispados y un arzobispado. La Iglesia Católica, como era habitual en la época, desarrollaba
múltiples tareas, además de las de culto. Registraba nacimientos, matrimonios y defunciones, tenía
también funciones educativas en todos los niveles, una acción importante de beneficencia y el peso
de su opinión en lo vinculado a la moral y buenas costumbres. Todo esto le dio una influencia
política (2)
Las actividades económicas comprendían la agricultura, la ganadería y la minería, que
concretaban un aporte a la España peninsular, que dicho sea de paso servía para equilibrar el déficit
de otros territorios, tales como Cuba, Puerto Rico, Florida y las Filipinas.
En cuanto a la composición de la población, era un mosaico étnico y cultural. Lo integraban
españoles peninsulares (unos 100.000), un millón de criollos (españoles nacidos en América), cuatro
millones de indios y un millón y medio de las llamadas “Castas”: negros africanos y sus diferentes
mezclas.
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6.- Miguel Hidalgo (1753-1811) Y El “Grito De Dolores”.
Nacido en Guanajuato, recibió una esmerada educación, pues su padre criollo disponía de
posición social y económica con holgura.
Ingresó en 1774 al seminario y para 1778 se ordenó sacerdote, dedicándose particularmente a
tareas docentes. Dicen sus biógrafos que tenía fino sentido del humor y un espíritu liberal para su
época, que le valieron críticas y denuncias.
Hacia 1803 fue nombrado cura párroco de Dolores, pero luego del 2 de mayo de 1808 en
Madrid, el ambiente político del Virreinato comenzó a agitarse. El Cabildo de la ciudad de Méjico
solicitó al Virrey Iturrigaray que continuara en sus funciones, mientras los dirigentes criollos
sostenían la tesis de convocar a una junta de representantes para decidir el temperamento a seguir.
El denominado “partido español”, ante la duda, tomó la iniciativa, detuvo al virrey y su familia y los
envió a España (15 de setiembre de 1808). El Obispo Lizana, nombrado virrey, llamó a la calma,
pero las inquietudes políticas continuaron.
(2) José Luis Romero (Director) y Luis Alberto Romero. Gran Historia de Latinoamérica.
Independencia de Méjico, Haití y América Central. Los Libertadores San Martín y Bolívar. Buenos
Aires, febrero 1973.
Se organizaron varios centros de conspiración y en uno de ellos se integró Miguel Hidalgo.
La llegada del nuevo virrey Francisco Javier Venegas, obligó a adelantar el estallido revolucionario,
que se produjo el 16 de setiembre de 1810.
Hidalgo proclamó la necesidad de evitar la entrega del territorio a los franceses de Napoleón,
como también concretar acciones de gobierno que neutralizaran los males de los anteriores.
Con vivas a Fernando VII y a América, reunió una verdadera multitud. Formó un ejército
improvisado, que integraron mayordomos y peones, indígenas y esclavos, además de desertores del
ejército realista, todos a pie o a caballo, aunque malamente armados y no siempre con disciplina.
En Atotonilco, Hidalgo tomó una imagen de la Virgen de Guadalupe y la convirtió en
bandera revolucionaria.
Si bien los primeros enfrentamientos bélicos, en avance hacia la capital, no encontraron gran
resistencia, la ocupación de la Alhóndiga (fortaleza) de Guanajuato, defendida por peninsulares y
criollos fernandistas, costó sensibles bajas a los dos bandos (28 de setiembre de 1810).
El Virrey Venegas puso precio a la cabeza de los líderes rebeldes, porque también integraron
el movimiento entre otros los capitanes Allende y Aldama.
Hidalgo fue excomulgado, acusado de hereje y apostasía.
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El 17 de octubre entró la columna revolucionaria en Valladolid, pero su intento de tomar la
capital fracasó ante el avance de un fuerte ejército realista.
Derrotado luego en posteriores encuentros, Hidalgo fue vencido en la batalla de Puente de
Calderón, el 16 de enero de 1811. Capturado luego el 20 de marzo y conducido a Chihuahua, fue
juzgado y fusilado el 30 de julio, junto a otros de sus compañeros. No obstante este primer fracaso, el
proceso revolucionario continuó con José María Morelos.
7.- Morelos, Iturbide Y La Declaración De La Independencia
El sucesor de Hidalgo fue otro sacerdote, José María Morelos (1765-1815). El teatro de la
guerra se trasladó al sud de Méjico y a partir de 1813 se convocó un congreso con la finalidad de
sancionar una constitución y formular un plan de gobierno.
Derrotado y perseguido por los realistas del Virrey Calleja, Morelos terminó juzgado y
fusilado en noviembre de 1815.
El movimiento independentista quedó debilitado, pero no por ello silenciado, hasta que como
consecuencia del alzamiento liberal de Riego en España (enero de 1820), se intentó recibir en Méjico
a Fernando VII, en el llamado Plan de Profesa.
Se le concedió el mando militar al Brigadier Agustín Iturbide, quien proclamó el “Plan de
Iguala” o de las 3 garantías: independencia de Méjico, ofrecimiento a Fernando como monarca
constitucional, mantenimiento de la religión católica e igualdad racial. Se firmó un acuerdo o tratado
de Córdoba entre el Virrey O´Donojú y el mismo Iturbide. El 28 de setiembre de 1821 se proclamó
la independencia del ahora Imperio Mejicano; se organizó una regencia presidida por Iturbide y
luego de las negociaciones políticas pertinentes, se lo proclamó emperador con el nombre de Agustín
I (mayo 1822).
Sin embargo, tuvo una corta gestión. El 2 de diciembre de 1822 se sublevó el general Santa
Ana.
Iturbide renunció en marzo de 1823 y Méjico se transformó en octubre de 1824 en una
república federal, luego de asumir la presidencia el general Guadalupe Victoria, por un período de
cinco años.
Durante la presidencia de Guerrero, en julio de 1829, desembarcó en Tampico una
expedición española para reconquistar el territorio, pero fue obligada a rendirse ante la reacción
militar de Santa Ana. En enero de 1830 asumió el poder Anastasio Bustamante.
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8.- América Central
Perteneció a Méjico, como hemos mencionado, pero el 24 de junio de 1823 se declaró la
independencia de las Provincias Unidas de Centro América: Guatemala, El Salvador, Nicaragua,
Honduras y Costa Rica, con la presidencia de Manuel Arce.
En 1828 asumió el poder en Honduras Francisco de Morazán, líder liberal que luego ocupó
Guatemala y desterró a Arce.
En 1830 Morazán fue electo Presidente de la Federación Centroamericana.
La masa de los territorios de América Central fue conquistada y colonizados por España. Sin
Embargo hubo también posesiones francesas, como Haití, que declaró su independencia en 1804 con
Dessalines, después de derrotar a las tropas francesas de ocupación. Entre 1808 y 1818 fue
gobernado por Petión, quien ayudó a Bolívar a reconquistar Venezuela.
Haití comparte su tierra isleña con Santo Domingo, que declaró su independencia en 1821 de
España, vinculándose con Bolívar. Entre 1822 y 1843, Santo Domingo fue ocupado por Haití. Al año
siguiente, recuperó su independencia.
Otros territorios tienen dominio británico, como Belice y Jamaica, o francés como es el caso
de La Martinica.
9.- Virreinato De Nueva Granada Y Capitanía General De Venezuela. Las Campañas De
Bolívar
Este Virreinato, ubicado al norte de América del Sud, comprendía el actual territorio de Panamá,
la Capitanía General de Venezuela y la llamada presidencia de Quito. Según Bartolomé Mitre, otro
destacado historiador argentino, disponía de una población de 3.900.000 habitantes. De ellos,
1.400.000 en Nueva Granada (actual Colombia), 500.000 en Venezuela y 600.000 en Quito. De este
total eran blancos (europeos y criollos), 1.234.000, menos de un millón indígenas y el resto pardos
libres y negros esclavos. La gran Cordillera de los Andes, ríos caudalosos como el Magdalena y el
Orinoco, además de extensos litorales oceánicos, le dieron una característica particular, al igual que
las extensas llanuras, propicias en Venezuela a la cría de ganado y formación de centauros, llaneros,
aptos para la lucha a caballo. (3)
El 19 de abril de 1810, la ciudad de Caracas mediante “diputados del pueblo”, depuso al Capitán
General Vicente Empáran, desconoció al Concejo de Regencia y asumió la soberanía del Rey
Fernando, entonces prisionero. Uno de los líderes del movimiento fue el canónigo José Cortés
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Madariaga, chileno que había conocido a Miranda en Londres. En su mayoría las provincias
integrantes de la Capitanía respondieron a la convocatoria, salvo Maracaibo, Coro y Guayana.
La Junta envió una misión diplomática a Londres, para solicitar el apoyo británico, integrado por
Andrés Bello, López Méndez y el joven Coronel Simón Bolívar (1783-1830). Comprometido el
gobierno inglés con España ante la invasión francesa, no apoyó el pedido de ayuda, pero la misión
retornó a Caracas con el General Francisco de Miranda, uno de los precursores de la independencia
hispanoamericana. En 1806 había
(3) Bartolomé Mitre. Historia de San Martín y de la Emancipación Sudamericana. Buenos Aires,
1888. También Vicente Lecuna. Crónica razonada de las guerras de Bolívar, incluido como fuente en
Escuela Superior de Guerra (Argentina). Manual de Historia Militar. II capítulo IX. Buenos Aires,
1974.
intentado iniciar la rebelión de la patria mediante un desembarco con escasos efectivos, fracasando
ante la inacción de un incipiente partido independentista.
El 5 de julio de 1811, una asamblea convocada para tratar, además del futuro del territorio, un
proyecto constitucional, declaró solemnemente la independencia. Venezuela fue la primera república
en América del Sud. La reacción de los partidos realistas fue inmediata, desatándose una guerra civil
desde Guayana, Coro y Maracaibo. El resultado final fue la capitulación de Miranda ante el jefe
triunfante; el Capitán de Navío Monteverde ocupó Caracas el 30 de julio de 1812. Miranda fue
tomado prisionero y murió en Cádiz, en 1816.
Bolívar marchó a Curazao en septiembre y al mes siguiente a Cartagena, territorio que se había
separado del antiguo reino y estaba regido por el presidente Coronel Manuel Rodríguez Torices.
Encargado Bolívar de abrir campaña contra los realistas del río Magdalena, logró derrotarlos y el
gobierno lo ascendió a General de Brigada. El 14 de mayo de 1813, con un contingente de
granadinos y venezolanos emprendió una nueva campaña para liberar a Venezuela. Ocupó Caracas el
7 de agosto de ese año; pero la reacción realista de Boves lo obligó a refugiarse nuevamente en
Cartagena, donde recibió la misión de someter a la provincia rebelde de Cundinamarca. Emigró a
Jamaica y luego a Haití en 1815, donde recibió el apoyo solidario de su presidente Petión.
10.- Reacción De Fernando VII. La Expedición De Morillo. Bolívar Y El Intento De Recuperar
Venezuela.
Mientras Bolívar permanecía en Haití, organizando con la ayuda de Petión una nueva
expedición para desembarcar en Venezuela, en España regresó de su cautiverio el Rey Fernando VII.
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Se pronunció contra las reformas liberales de 1812 y resolvió enviar a la llamada “Costa
Firme” (Nueva Granada), una expedición a órdenes del entonces Mariscal de Campo Pablo Morillo,
un oficial superior de larga trayectoria profesional, cuyo legajo tuvimos la oportunidad de estudiar en
el Archivo Militar de Segovia del Ejército Español. Esta expedición, integrada por unos 10.000
hombres y sesenta buques de guerra y transporte, tenía la misión de recuperar el Virreinato,
desembarcar inicialmente en la Isla Margarita, ocupar Cartagena y como dice Mitre abrir
comunicaciones com Quito y el Perú. (4)
En mayo de de 1815, Morillo ocupó Caracas. Incrementó sus efectivos a 16.000 hombres con
refuerzos locales, envió en auxilio al Perú por el istmo de Panamá a 1700, sitió y ocupó Cartagena,
incluyendo la ocupación de Bogotá, en febrero de 1816.
Bolívar después de un primer intento fracasado, hizo pie en el continente, a partir de fines de
1816. Durante el siguiente año se desarrollaron importantes acciones militares: Páez y Pier en los
llanos y Bolívar en el Oriente, produjeron importante reacción republicana. El 30 de octubre de
1817, Bolívar creó en Angostura un “Consejo de Estado”, convocó luego a un congreso para
redactar una Constitución, febrero de 1819. Pero para llegar a esta instancia, fue necesaria una dura
lucha en 1818; durante las batallas y combates fue herido gravemente Morillo, herida que en 1820
determinó su traslado a España. En mayo de 1819, Bolívar decidió llevar la guerra a Nueva
Granada, expedición que finalizó en la batalla de Boyacá, el 7 de agosto. Luego de un armisticio
temporal en 1820, se reanudaron las acciones militares, que culminaron con la batalla de Carabobo,
el 24 de junio de 1821.
Este episodio importante determinó la destrucción del poder realista en Venezuela. Bolívar
envió al General Antonio José de Sucre, uno de los más destacados jefes independentistas, hacia
Guayaquil. Mientras, Bolívar marchó a Popayán para conducir la campaña personalmente y triunfó
en Bomboná, Sucre a su vez logró derrotar al General Aimerich en Río Bamba y Pichincha
(inmediaciones de Quito), el 21 de abril y 24 de mayo de 1822. Ese mismo año tuvo lugar en
Guayaquil (26 y 27 de julio) la entrevista con San Martín, cuya consecuencia fue el retiro de éste
como Protector del Perú. Las operaciones militares continuaron cuando, llamado por el gobierno
peruano, Bolívar se hizo cargo de la conducción política y militar. Con el combate de Junín el 6 de
agosto y la batalla de Ayacucho (9 de diciembre) de 1824, se dio término a las operaciones militares,
ante la capitulación del Virrey La Serna, aunque subsistieron algunos focos realistas de reducidos
efectivos.
Las consecuencias de Ayacucho fueron importantes: surgió como estado independiente la
actual Bolivia el 6 de agosto de 1825. Continuaron las divisiones internas que motivaron un atentado
contra Bolívar en 1828. Al año siguiente, Perú y la
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(4) Bartolomé Mitre. Citado. También Miguel Artola. La España de Fernando VII. Espasa Calpe.
Madrid, 1999.
Gran Colombia entraron en guerra, siendo ahora Sucre el vencedor, que lamentablemente murió
asesinado en Berruecos, febrero de 1830. Bolívar, ya retirado de sus obligaciones políticas y
militares, falleció en Santa Marta, actual Colombia, el 17 de diciembre de 1830.
11.- Virreinatos Del Perú Y Del Río De La Plata. El Libertador José De San Martín Y Su Plan
Continental.
Como en este tema también expondrá aspectos comunes el general Diego Alejandro Soria,
intentaremos resumirlo para completar el panorama general del proceso independentista de
iberoamérica.
El Perú constituyó un centro político y militar desde los tiempos de la conquista española del
Imperio Incaico (siglo XVI).
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En 1810, el Virrey Abascal enfrentó las expediciones auxiliadoras que desde Buenos Aires se
enviaron al Alto Perú. Abascal también reprimió militarmente a la junta instalada en Santiago de
Chile, a partir del 18 de septiembre de ese año, con varias expediciones militares. La última, en
octubre de 1814, derrotó a las fuerzas independentistas lideradas por los patriotas Bernardo
O´Higgins y Juan José Carrera (batalla de Rancagua). Ambos jefes encontrarían, junto a los restos
del ejército independentista un refugio seguro en Mendoza. Allí estaba de Gobernador Intendente el
Coronel José de San Martín. Desde agosto de ese año 1814,
José de San Martín, militar
hispanoamericano nacido en 1778 en Yapeyú (actual provincia argentina de Corrientes), se había
incorporado al Ejército Real Español en 1789 como cadete de un Regimiento de Infantería de
Murcia, en la ciudad de Málaga, donde residía su familia. Después de revistar durante 22 años,
alcanzando la jerarquía de teniente coronel, decidió regresar a su tierra (dada la crítica situación de la
Península, ante la invasión francesa), en marzo de 1812. A partir de ese momento, contribuyó a
clarificar la situación política, convencido que era imprescindible declarar la independencia que se
logró con su influencia, en el Congreso de Tucumán, el 9 de julio de 1816. Su Plan Continental había
previsto organizar un ejército en Mendoza, de reducidos efectivos, pero disciplinado y en aptitud de
cruzar la cordillera, vencer la resistencia realista de Marcó del Pont y luego organizar y ejecutar una
maniobra anfibia sobre el Perú, para ocupar Lima e influir de esa manera sobre el triunfo final de los
independentistas. Tanto el cruce de la inmensa cordillera (unos 6.000 metros en sus picos más altos),
como las batallas de Chacabuco (12 de febrero de 1817) y Maipú (5 de abril de 1818), son los hitos
fundamentales de esta gesta. El desembarco de la expedición en la costa peruana de Pisco (8 de
septiembre de 1820), su reembarco posterior hacia Huaura (10 de noviembre) y una maniobra
terrestre por la sierra interior de Arenales, permitieron amenazar a Lima, ciudad que los realistas
abandonaron, después de una entrevista entre el Virrey La Serna y San Martín en Punchauca (junio
de 1821).
La ejecución de la maniobra anfibia sanmartiniana fue precedida en 1816 por la expedición
marítima comandada por el Coronel, al servicio de la Marina, Guillermo Brown. De origen irlandés,
se había radicado en el Río de la Plata, desarrollando tareas de transporte y comercio. Convocado por
el bando independentista para conducir una escuadrilla y neutralizar la escuadra realista de
Montevideo, derrotó al adversario en un combate naval entre el 14 y el 17 de mayo de 1814,
contribuyendo a la ocupación de dicha ciudad. En septiembre de 1815 realizó una expedición por el
Océano Pacífico, con una fragata, un bergantín y una corbeta. Recorrió las costas del Perú, apresó
mercantes y atacó Guayaquil sin éxito. Brown tuvo también una activa participación durante la
guerra que sostuvieron las Provincias Unidas con el Brasil, entre 1825 y 1828.
San Martín declaró la independencia del Perú el 28 de julio de 1821 y al año siguiente se
reunió con Bolívar, como dijimos, en Guayaquil (26 y 27 de julio de 1822). En septiembre delegó el
mando del gobierno en el Congreso que había convocado y se retiró a su patria, en la cual estuvo
hasta enero de 1824. Acompañado de su hija (había fallecido su esposa) se embarcó hacia Londres.
Falleció en Boulogne – sur – Mer, Francia, el 17 de agosto de 1850.
12.- Independencia Del Uruguay Y Del Paraguay
Formaron parte, inicialmente, del Virreinato del Río de la Plata, pero luego concretaron su
independencia posteriormente en procesos diferentes. El Uruguay (entonces denominado la Banda
Oriental), comenzó a comienzos de 1811 con el alzamiento de la campaña. Montevideo, Colonia del
Sacramento y Maldonado estaban ocupados por fuerzas realistas, apoyadas por una fuerza naval que
amenazaba a Buenos Aires.
El teniente coronel José Gervasio Artigas encabezó la rebelión, apoyado por un ejército
auxiliar enviado por el gobierno porteño.
El 18 de mayo de 1811 Artigas enfrentó y derrotó a los realistas en Las Piedras (lugar
próximo a Montevideo), pero los diversos conflictos desatados entre el líder oriental con los
bonaerenses provocaron una lucha interna dentro de los independentistas.
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Al mismo tiempo, Artigas debió enfrentar las invasiones portuguesas de 1811 y 1816, que
entre otras acciones ocuparon Colonia y Montevideo.
En 1820, derrotado el caudillo oriental por líderes rioplatenses, se asiló en el Paraguay, hasta
su muerte en 1850. Luego de la guerra entre las Provincias Unidas y el Brasil (1825 – 1828), se
firmó un tratado de Paz y el Uruguay se constituyó en estado independiente, jurando su constitución
el 18 de julio de 1830. En este proceso de guerra y paz, participaron activamente otros líderes
orientales: los brigadieres generales Juan Antonio Lavalleja, Fructuoso Rivera y Manuel Oribe,
brillantes oficiales artiguistas y artífices de la “Cruzada Libertadora”.
En cuanto al Paraguay, se constituyó un gobierno provisional con motivo de la Revolución
del 14 de mayo de 1811. El día 17 se organizó una Junta Gubernativa, presidida por Fulgencio
Yegros e integrada por el Dr. Francia, entre otros. El Paraguay, sostiene el relevante historiador
Efraím Cardoso en su libro “Breve Historia del Paraguay”, reunía los elementos propios de una
nación independiente. Permaneció aislado de los conflictos, crisis y guerras de sus hermanos
hispanoamericanos. Al morir el Dr. Francia, “dictador perpetuo”, el 20 de septiembre de 1840, se
reunió un congreso extraordinario el 25 de noviembre de 1842 y ratificó la declaración de
independencia. En 1844 comenzó el largo gobierno de Carlos Antonio López, se produjeron grandes
progresos materiales, pero con un gobierno de características absolutistas.
13.- La Independencia Del Brasil Y Su Comparación Con Los Países Hispanoamericanos
La llegada de la escuadra con el Príncipe Juan y su corte al Brasil, constituyó un importante
suceso. Sostiene nuevamente el Profesor Ghilherme De Andrea Frota, que el príncipe llevó una
novedad administrativa a Río de Janeiro, copiada de países europeos. Brasil dejó de ser una colonia
para ser parte del Portugal peninsular. Se creó la Academia Real de Guardiamarinas, además de la
Academia Real Militar. Hubo también cambios orgánicos de los contingentes militares,
reestructuración y creación de nuevas unidades según modelos vigentes en Europa, con aplicación de
las recientes tácticas. La monarquía impulsó la industria y el comercio internacional, con apoyo
económico británico. (5)
Tuvo protección estatal la flota mercante y de guerra, como las construcciones navales. Se
intensificaron los cultivos de la caña de azúcar, algodón, tabaco y arroz, te y café.
Se instalaron fábricas de tejido y comenzó la explotación de los minerales y desde 1814 se
inició la instalación de altos hornos primitivos. El campo cultural tuvo importantes progresos,
construyéndose teatros con participación de artistas europeos.
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Cuando el príncipe Pedro se casó con la princesa Leopoldina, de Austria, la futura reina llegó
con un grupo de científicos y hombres de diversas actividades, cuya contribución fue notable.
Hubo adelantos en la arquitectura moderna, que incluyeron la instalación del vidrio,
renovación del mobiliario y construcción de palacios y residencias lujosas.
Don Juan creó capitanías, mantuvo e incrementó la alianza con Gran Bretaña. Con los
antiguos territorios españoles independizados, debió enfrentar serios problemas, como fueron entre
otros, las invasiones al Uruguay de 1811 y 1816, en este último caso el Mariscal Lecor ocupó el
territorio oriental hasta que terminó la guerra con las Provincias Unidas del Río de la Plata, ocurrida
entre 1825 y 1828. Don Juan permaneció en América hasta 1820, en que los sucesos de Portugal lo
obligaron a regresar, a partir del 7 de marzo. Designado regente su hijo Pedro, debió resolver varios
problemas financieros, pero al mismo tiempo realizó eficaz acción de gobierno. Abolió la censura de
prensa, prohibió las torturas, apoyó las opiniones nacionalistas, se vinculó internacionalmente,
particularmente con Gran Bretaña, los Estados Unidos del Presidente Monroe y la misma Francia. Al
producirse el 7 de septiembre de 1822 la declaración de la independencia del Brasil, la situación de
este nuevo estado era mucho mejor que la de los territorios hispanoamericanos.
Mientras éstos debieron sufrir una guerra, que abarcó no menos de 14 años muy duros,
durante los cuales el proceso de destrucción se fue incrementando, el Brasil tuvo una transición
menos traumática. Ello permitió, con todos los problemas internos que no dejaron de existir, un
progreso permanente.
(5) Gilherme de Andrea Frota. Quinientos anos do Historia do Brasil. Biblioteca do Exército Editor.
Río de Janeiro, 2000. También Exército na Historia do Brasil. Biblioteca do Exército,. Salvador,
1998.
Creemos que al cabo de varios años y teniendo en cuenta las ventajas que ha dado una cierta
estabilidad de carácter permanente, le han permitido al Brasil convertirse en un líder indiscutible en
toda iberoamérica. También es importante su aporte a nivel mundial.
14.- Reflexiones Finales
Con el presente trabajo intentamos exponer el proceso de la independencia de los antiguos
territorios españoles y portugueses en América, en las primeras tres décadas del siglo XIX.
La brevedad del mismo no nos permitió avanzar en otros temas paralelos al de la
independencia, como pueden ser entre otros, las múltiples guerras civiles que sufrieron la mayoría de
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los nuevos estados. El surgimiento de los líderes y enfrentamientos ideológicos consecuentes, el rol
preponderante de las instituciones militares, las estructuras económicas y sociales, el caudillismo, la
extensión del analfabetismo y la pobreza, la vigencia real o ficticia de las normas jurídicas, la
despoblación, la continuidad de regímenes autoritarios, todas circunstancias que todavía deben ser
comprendidas y solucionadas casi 200 años después.
Ya hemos señalado las diferencias sustanciales entre los territorios españoles y portugueses y
de qué manera el proceso independentista en el Brasil le dio a este país serias ventajas con respecto a
sus hermanos hispánicos. Por lo mismo y como experiencia histórica y de vida, parecería
imprescindible la unión y cooperación de ambas fuentes culturales, a fin de encarar un futuro, que se
presentará venturoso, si sabemos trabajar juntos para lograr la paz y la prosperidad, en este siglo
XXI, tan pleno de conflictos, crisis y guerras.
15.- Fuentes Consultadas Y Orientación Bibliográfica
Para redactar el presente trabajo, hemos tenido en cuenta fuentes inéditas y bibliográficas.
Entre las primeras recurrimos en España al Archivo de Indias de Sevilla. Dentro de la
Independencia de América – Fuentes para su estudio, los documentos recopilados por Pedro Torres
Lanzas. En el “Museo y Biblioteca Menéndez Pelayo”, de Santander, los denominados “Papeles de
Pezuela” comprenden un compendio de los sucesos en el Ejército del Perú y sus provincias (1813 –
1816). También hay documentos del período en que el Virrey Pezuela ejerció tal cargo (1816 –
1821).
Es de interés el Archivo Militar de Segovia, que posee valiosos documentos vinculados a
conductores militares del bando realista, como es el caso de Pablo Morillo, José de la Serna, José de
Canterac, Joaquín de la Pezuela, Francisco Marcó del Pont, Jerónimo Valdés, Rafael Maroto y varios
más. Del bando independentista hay un legajo de José de San Martín, hasta el empleo de Capitán.
Otros archivos importantes son: del Instituto de Historia y Cultura Militar – Servicio
Histórico Militar – Guerra de la Independencia Hispanoamericana, los documentos del
Departamento de Ultramar. Este archivo se encuentra en Madrid.
En la Argentina, resulta muy valiosa la consulta al Archivo General de la Nación, Guerra de
la Independencia con importantes testimonios de la misma. En igual forma a los archivos militares
de la Dirección de Asuntos Históricos (Ejército) y Departamento de Estudios Históricos Navales
(Armada Argentina). Hemos también consultado el Archivo del Centro de Estudios Históricos
Militares de Perú (Lima) y del Ejército del Uruguay (Montevideo).
En cuanto a fuentes bibliográficas consultamos las siguientes:
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15.1 – Fuentes Bibliográficas
Artola, Miguel. La España de Fernando VII. Espasa Calpe. Madrid, 1999
Birmingham, David. Historia de Portugal. Una perspectiva mundial. Cambridge University, 1993
Brasil. O Exército na Historia do Brasil. Reino Unido e Imperio. Volumen II – Coordinador General
– Coronel Luiz Paulo Macedo Carvalho. Biblioteca do Exército. Salvador. 1998.
Cardozo, Efraim. Breve Historia del Paraguay. Eudeba. Buenos Aires. 1965.
De Gandía Enrique. La Independencia Americana. EditoriaL Mirasol. Buenos Aires, 1961. También,
del mismo autor: Nueva Historia de América. Las épocas de libertad y antilibertad desde la
Independencia. Caracas, 1986. Simón Bolívar – Su pensamiento político. Caracas, 1984.
Dellepiane, Carlos. Historia Militar del Perú, 2 tomos. Versión del Círculo Militar de Buenos Aires,
1941
Ejército Español. Escuela de Estado Mayor. Historia del Arte Militar. Segundo Curso. La Guerra de
la Independencia. Madrid, 1980/1981
Escuela Superior de Guerra- Ejército Argentino – Manual de Historia Militar – Tomo II, Buenos
Aires, 1975.
Espíndola, Adolfo. “San Martín en el Ejército Español en la Península”, 2 tomos. Buenos Aires,
1962
Frota Guilherme de Andrea. Quinientos anos do Historia do Brasil. Biblioteca do Exercito Editor,
Río de Janeiro, 2000
Gómez Ruiz – M. Alonso Juanola V. El Ejército de los Borbones. Ministerio de Defensa. Servicio
Histórico Militar y Museo del Ejército. Madrid, 1994.
Heredia, Edmundo. Planes Españoles para reconquistar Hispanoamérica. 1810-1818. Eudeba,
Buenos Aires, 1974
Knauth, Josefina Vázquez. Hidalgo. En los Hombres de la Historia Universal. Centro Editor de
América Latina Buenos Aires, 1972
Luqui Lagleyze, Julio Mario. El ejército realista en la Guerra de la Independencia. Mater Dei,
Rosario 1995. Historias y Campañas del Ejército Realista. Tomo I (1810/1820). Rosario, 1997
Mitre, Bartolomé. Historia de San Martín y de la Emancipación Sudamericana. 3 tomos. Eudeba,
Buenos Aires, 1978
Piccinali, Héctor Juan. Vida de San Martín en España. Ediciones Argentinas. Buenos Aires, 1977
Picciuolo, José Luis. San Martín y sus adversarios militares realistas. Anales Academia
Sanmartiniana Nº 16. Buenos Ares, 1998
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Picciuolo, José Luis. San Martín en Portugal durante la guerra contra Napoleón (1809/1811).
Instituto de Historia Militar Argentina. En proceso de impresión.
Picciuolo, José Luis. San Martín como conductor militar en América. Primer Congreso Internacional
Sanmartiniano. Buenos Aires, 1978
Picciuolo, José Luis. La guerra contra Napoleón en España y Portugal y la independencia
hispanoamericana. Participación del general San Martín (1808 – 1811). Instituto de Historia Militar
Argentina. Anales 2008. Buenos Aires, 2009.
Romero, José Luis (Director). Romero, Luis Alberto (adjunto. Gran Historia de Latinoamérica.
Independencia de Méjico. Independencia de Haití y América Central. Los Libertadores San Martín y
Bolívar. Independencia del Río de la Plata. Bolivia. Chile. Perú. Buenos Aires, febrero 1973
Saraiva, José Hermano. Historia Concisa de Portugal. 19 ediçao. Lisboa, 1998
Uruguay. Historia del Ejército. Publicación del Ejército Nacional. Departamento de Estudios
Históricos. Montevideo. s/f
15.2 – Otras Fuentes – Comisión Internacional De Historia Militar
Congresos Internacionales en Madrid y Oporto.
También hemos tenido en cuenta los trabajos presentados en el XXXI Congreso Internacional en
Madrid (2005) y el XXXV Congreso en Oporto (2009), cuyo temario general (Trafalgar y
Napoleón), han resultado de importante consulta.
15.3 – Creación De La Fuerzas Armadas En Los Nuevos Estados.
La brevedad del presente estudio no ha permitido exponer las doctrinas militares enfrentadas, como
tampoco la creación de las Fuerzaas Armadas de los nuevos estados. Sólo agregaremos que en todos
ellos, como sucedió en la Argentina, las fuerzas armadas (Ejército y Armada), tienen su origen en los
sucesos de la Guerra de la Independencia, con los naturales antecedentes del período hispánico,
donde tuvieron vigencia la organización y doctrina española, con influencias europeas (Francia, Gran
Bretaña y Prusia, entre otros).
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La Independencia De Iberoamérica Y La Creación De Los Nuevos